Andrea Weber Taller de Producción de Escritura Crítica y Curatorial 1

DNI 40536825 Comisión 1 -1er Cuatrimestre 2018

Frío, Tibio, Caliente: ¿Todos los Caminos Conducen al Oscar?

En el marco de la retrospectiva de la filmografía de Juan José Campanella en el Festival de Cine de

Mar del Plata, volvemos al film ganador del Oscar a la Mejor Película Extranjera en 2010 con una
mirada crítica.

El simple hecho de que exista una remake hollywoodense con actores de primer nivel
(Julia Roberts, Nicole Kidman, Chiwetel Ejiofor) de ​El Secreto de sus Ojos nos habla de que
hay algo en este film que lo diferencia de la mayor parte de las películas argentinas. Esta
diferencia se manifiesta en la evidente intención por parte de Campanella de captar una
audiencia masiva.
En primer lugar esta intención aparece en lo que Alan Pauls, en la nota que escribió
en Página 12 el 7 de marzo de 2010, llama la “apuesta al anacronismo”. La construcción de
las escenografías, la utilería y la manera en que el film relata la historia de amor entre
Espósito y Menéndez Hastings están teñidas de ambigüedad y desfases en relación a los usos
de la época en la que transcurre la película. Esto, según Pauls, forma parte de un programa
técnico-estético que llevó a Campanella a convertirse en “... el emblema de la hipótesis
‘industrialista’ que cada tanto se cierne sobre el cine argentino”. Esta hipótesis consiste en
desarrollar una industria nacional apoyada en películas de impacto masivo para luego
conceder espacio a cines más arriesgados.
Otro ejemplo de esta voluntad es que ​El Secreto de sus Ojos maneja el contexto
histórico-social de una manera tibia, de modo tal que no resulta indispensable que el
espectador conozca la historia argentina para entender la película. La única escena en la que
se hace clara referencia al momento en que ocurren los hechos es en la que el asesino aparece
como custodio de Isabel Perón en la televisión, lo que funciona como excusa para que no
cumpla su condena, pero que no termina de hacer ningún comentario o crítica concreta sobre
las cuestiones de la época. En comparación, la versión estadounidense del film ocurre poco
después del atentado a las torres gemelas y construye el relato alrededor del estado general
post-traumático de la sociedad estadounidense en 2002.
Estos ejemplos demuestran que Campanella apostó por un abordaje generalista al
dirigir y escribir ​El Secreto de sus Ojos para lograr difusión global. Demás está decir que lo
consiguió: una remake en Hollywood, un Oscar y la participación en 7 festivales
internacionales son prueba de ello. Sin embargo, una película como ​Relatos Salvajes es una
prueba de que la apuesta por el lenguaje, la estética y los códigos locales pueden producir una
respuesta similar.