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DESARROLLO HUMANO

Definición.

Proceso por el que una sociedad mejora las condiciones de vida de sus ciudadanos a
través de un incremento de los bienes con los que puede cubrir sus necesidades básicas
y complementarias, y de la creación de un entorno en el que se respeten los derechos
humanos de todos ellos.

Es la cantidad de opciones que tiene un ser humano en su propio medio, para ser o hacer
lo que él desea ser o hacer. A mayor cantidad de opciones mayor desarrollo humano, a
menor cantidad de opciones, menor desarrollo humano. El Desarrollo Humano podría
definirse también como una forma de medir la calidad de vida del ente humano en el
medio en que se desenvuelve, y una variable fundamental para la calificación de un pais
o región.

Clasificación del IDH que hace el PNUD

En el informe publicado en 2007 el Indice de Desarrollo Humano fluctuaba entre


Islandia con un índice de 0,968 en la primera posición al 0,336 de Sierra Leona en el
puesto 177.

El PNUD clasifica los países en tres grandes grupos:


País con desarrollo humano alto (IDH ≥ 0,8): 70 países.
País con desarrollo humano medio (0,5 ≤ IDH < 0,8): 85 países.
País con desarrollo humano bajo (IDH < 0,5): 22 países.

Historia del IDH

El IDH surge, quizás, como una iniciativa para clasificar los países a partir de otras
variables que no fueran las usadas tradicionalmente en economía (PIB, balanza
comercial, consumo energético, desempleo, etc.), en educación (tasa de alfabetización,
número de matriculados según nivel educacional, etc.), en salud (tasa de natalidad,
esperanza de vida, etc.) o en otras áreas (gasto militar). El IDH busca medir dichas
variables a través de un índice compuesto, por medio de indicadores que se relacionan
en los tres aspectos mencionados en forma sinóptica.

Es calculado desde 1990 por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) de acuerdo con el trabajo de investigación del economista pakistaní Mahbub ul
Haq realizado en 1990. En gran parte, se basa en las ideas desarrolladas por Amartya
Sen.

Metodología

Para calcular el IDH es necesario crear antes un índice para cada una de las variables
consideradas (esperanza de vida, educación y PIB), para ello se escogen valores
mínimos y máximos (valores límite) para cada uno de estos indicadores.
Cada uno de los componentes se expresa con un valor entre 0 y 1, para lo cual se utiliza
la siguiente fórmula general total.
El IDH se calcula promediando sus tres componentes principales. Los valores límite de
estos (máximo y mínimo) que se utilizan para el cálculo del IDH son de 85 y 25 años
para la esperanza de vida al nacer, del 100% y 0% para los dos componentes de
educación y de 40.000 y 100 $US para el PBI PPA per cápita.

El siguiente es un ejemplo de su cálculo tomando como referencia los valores de España


en el informe 2007 (esperanza de vida al nacer de 80,5 años; tasa de alfabetización
adulta del 99%; tasa bruta de matriculación del 98%; PBI PPA per cápita de 27.169
$US):

Cálculo del índice de esperanza de vida

Cálculo del índice de educación

Cálculo del índice del PIB

Cálculo del IDH

Leyendas:
IEV = Índice de esperanza de vida
IE = Índice de educación
IA = Índice de alfabetización adulta
IM = Índice bruto de matriculación
IPBI = Índice del PBI
Informe 2007

La mayoría de los datos usados para el informe de 2007 provienen del año 2005 o
anteriores. Sin embargo, no todos los estados miembros de Naciones Unidas eligen estar
o pueden aportar la información necesaria. Los números entre paréntesis indican el
cambio en posición que tuvo el país entre el informe 2007 y el informe previo.

Los primeros 10 Paises:

1. Islandia 0.968
2. Noruega 0.968
3. Australia 0.962
4. Canada 0.961
5. Irlanda 0.959
6. Suecia 0.956
7. Zuisa 0.955
8. Japon 0.955
9. Pasis Bajos 0.953
10. Francia 0.952

Los ultimos 10 paises:

168. Republica Democratica del Congo 0.411


169. Etiopia 0.406
170. Chad 0.406
171. Republica Centroafricana 0.384
172. Mozambique 0.384
173. Mali 0.380
174. Níger 0.374
175. Guinea-Bissau 0.374
176. Burkina Faso 0.374
177. Sierra Leona 0.336
DESARROLLO ECONOMICO

El desarrollo económico es la capacidad de países o regiones para crear riqueza a fin


de promover o mantener la properidad o bienestar economico y social de sus habitantes.
Se conoce el estudio del desarrollo económico como la economía de desarrollo.

La política pública generalmente apunta al crecimiento continuo y sostenido económico


y la extensión de la economía nacional de modo que 'los países en vía de desarrollo' se
hagan 'países desarrollados'. El proceso de desarrollo económico supone ajustes legales
e institucionales que son hechos para dar incentivos para fomentar innovaciones e
inversiones con el propósito de crear un eficiente sistema de producción y un sistema de
distribución para los bienes y los servicios.

Descripción

La economía de desarrollo surgió como una rama de economía debido a la preocupación


- después de la Segunda Guerra Mundial - sobre el bajo nivel de vida en tantos países de
América Latina, África, Asia y Europa Oriental. Estos estudios buscaban entender, entre
otros puntos, el como se podía lograr el desarrollo economico y social lo más rápido
posible, el porque el proceso de crecimiento industrial y desarrollo que se había visto en
Europa Occidental, EEUU y Japón no se había extendido a otras naciones o regiones,
proceso que con anterioridad se creía sucedería "naturalmente". Estas cuestiones se
hicieron urgentes debido al proceso de descolonización en el contexto de la Guerra Fría

Casi desde un comienzo dos aproximaciones principales se hicieron notar: las corrientes
que podrían ser llamadas "revolucionarias" (también llamadas el modelo cepeliano y
desarrollismo) que fueron inspiradas por percepciones marxistas (tales como la teoría de
la dependencia) y las corrientes que se podrían llamar de ingeniería economica o de
"economía tradicional" (en el sentido de ser la aproximación que se aceptaba en
universidades occidentales)

Las primeras aproximaciones de estas ultimas a una teoría de la Economía de desarrollo


asumieron que las economías de los países menos desarrollados (LDC siglas en inglés
por Low Development Countries), eran tan diferentes de los países desarrollados que la
economía básica no podía explicar el comportamiento de las economías de estas
ultimas. Tales aproximaciones produjeron algunos modelos interesantes y hasta
elegantes, pero fallaron en explicar la realidad de ningún crecimiento, el crecimiento
lento, o el crecimiento y el retroceso encontrado en la LDC.

Lentamente el foco intelectual se fijó en el estudio de cuales funciones básicas de la


economía se encuentran también en las LDC. Esto clarifico el area de estudio de
aproximaciones que a veces bordeaban en el racismo o etnocentrismo permitiendo la
creación de modelos más efectivos. La economía tradicional, sin embargo, todavía no
podía reconciliar el modelo de crecimiento débil y fracasado.

Mientras tanto, las aproximaciones revolucionarias ofrecían un buen marco explicativo


de tal atraso o falla en el desarrollo. Sin embargo, adolecían del problema que no
oferecian un programa eficiente de acción, dado que donde se pusieron en practica no
entregaron los niveles de desarrollo que se esperaba. Se puede alegar sin embargo que el
problema principal para estas aproximaciones fue politico: sus propuestas no eran
generalmente aceptable para los paises desarrollados, en el sentido de estar
generalmente asociadas con politicas "anticapitalistas". Consecuentemente, estas
aproximaciones fueron destruidas por un proceso politico.

Todo lo anterior, mas otros factores socioeconómicos, dieron motivo a que, a partir de
la decada de los setenta del siglo XX, se buscara una nueva aproximación como guía
practica para la acción de los gobiernos en relación a esta problemática. Esta nueva
demanda se concreto en el llamado Consenso de Washington.

Sin embargo, esto no detuvo el interés academico. En estos días, el campo de los
estudios del desarrollo económico es todavía un campo en crecimiento, que busca
revisar modelos económicos básicos y construir modelos nuevos para explicar el
comportamiento de economías en vía de desarrollo. Además se busca un entendimiento
más amplio, incluyendo otras disciplinas para explicar este fenómeno económico.

Además de los aspectos Macroeconómicos y Microeconómicos tradicionalmente


estudiados, los economistas del desarrollo incluyeron el estudio de dos nuevas ramas de
la ciencia: la Mesoeconomía y la Metaeconomía

A nivel macroeconómico se han producido importantes avances para la explicación el


crecimiento de la producción, gracias a la combinación de los enfoques de oferta y
demanda, como en los estudios de Klein ("The Economics of Supply and Demand",
Basil Blackwell, Oxford, UK 1983)

Aemás se ha demostrado que el capital humano (sobre todo a través de la educación)


tiene en general una importante influencia positiva en el crecimiento de la producción
por habitante, de acuerdo con las contribuciones de diversos autores que se analizan en
el documento de Neira y Guisán(2002)("Modelos econométricos de capital humano y
crecimiento económico:

La educación como motor del desarrollo

Según Ignacio Tabares, es su artículo "La Educación como Motor de Desarrollo"; la


educación es una práctica que tiene dos efectos: la capacitación y la formación. Es una
práctica porque se la entiende como una labor que realizan agentes especializados sobre
una materia prima (alumnos) con instrumentos adecuados. Los agentes especializados
son los educadores. Estas personas realizan la práctica educativa con el fin de que los
sujetos de la educación, generalmente niños y adolescentes, sean transformados en
sujetos adaptados a una determinada sociedad. De la práctica educativa surge esa
transformación que se advierte como una capacitación y una formación cuya finalidad
es posibilitar dicha adaptación.

Se entiende por capacitación la adquisición por parte del alumno de conceptos,


procedimientos, informaciones, etc., que van a permitir su desempeño en una actividad
determinada. Según Domingo F. Sarmiento, en su libro Educación Popular, este efecto
de la educación se denomina instrucción. La instrucción sirve a las personas pues ella
desarrolla su inteligencia individual, transmite conocimientos y forma la razón. En
cambio, la formación implica la adquisición de actitudes, normas, valores, y un código
ético y moral; es decir, la adquisición de una actitud: la de ver la realidad de una manera
socialmente aceptada, lo cual posibilita al alumno adaptarse a aquello que es normativo
en una sociedad.

Retomando la definición de educación, se podría decir también que es un proceso donde


se realiza una síntesis de dos actividades: la enseñanza y el aprendizaje. Podemos
definir a la enseñanza como la acción del agente educador sobre los educandos —que
puede ser programada o no—; ésta tiende a transformar al alumno a partir de la
capacitación. El aprendizaje es el resultado del trabajo que realiza el sujeto para adquirir
lo que se le transmite. El alumno tiene la capacidad de aprender y por eso puede ser
educado.

La problemática educativa recuperó centralidad en los debates de diversos sectores


sociales, durante los últimos tiempos. El desarrollo científico y de las nuevas
tecnologías; los cambios producidos en los procesos económicos y financieros; y la
aparición de nuevos problemas sociales y culturales obligaron a pensar en el proceso
educativo. Según el enfoque que intenta acercar la educación a la economía, pueden
señalarse opiniones que apuntan a rejerarquizar los perfiles de formación de los sujetos
en un intento de crear mejores disposiciones para participar de la actividad productiva.

Tales posiciones sostienen una relación necesaria entre: cambios tecnológicos y de


organización del trabajo; complejización y transformación de los procesos productivos;
y condiciones de empleo y calificación de los recursos humanos. Pero al respecto cabría
preguntarse, por una parte, cómo se manifiestan los procesos de transformación
productiva en contextos de estructuras productivas diversas y, por otra parte, si la
modificación en el perfil de formación de los recursos humanos desde la perspectiva
señalada, generaría mejores condiciones de trabajo para el conjunto de la población.

La cuestión de la necesidad de redefinir los lineamientos educativos, es impulsada por


muchos organismos no gubernamentales tales como la CEPAL [3] y la UNESCO [4]
que, en un intento por construir una visión más integradora, proponen articular el
desafío de la ciudadanía en el plano interno y el desafío de la competitividad, en el
frente externo.

Entonces, se señala la necesidad de impulsar la transformación de la educación,


aumentar el potencial científico-tecnológico de cada región con miras a la formación de
una ciudadanía moderna, vinculada tanto a la democracia y la equidad como a la
competitividad internacional. Los conceptos precedentes ponen de relieve algunas ideas
que deben estar presentes en todo debate educativo. La definición de políticas
educativas debe hacerse tomando en cuenta las tensiones existentes: entre actor
económico y actor social, entre la adaptación a los desafíos del contexto internacional
(revolución científico-tecnológica, globalización de los mercados) y la realidad de
contextos socio-económicos muy diversos. Los efectos de estas tensiones se manifiestan
en aumento de la pobreza y la marginalidad.

Un texto publicado por la CEPAL-UNESCO, titulado Educación y Conocimiento: Eje


para la transformación productiva con equidad, afirma que para garantizar un
desempeño eficaz en un contexto de creciente equidad, el sistema de formación de
recursos humanos debe estar compuesto por establecimientos que sean efectivos en el
logro de sus objetivos primarios. Esta estrategia sólo puede ser aplicada mediante la
participación activa de un estado que compense los puntos de partida heterogéneos,
equipare oportunidades, otorgue subvenciones a los que las necesitan, refuerce
capacidades educativas en las localidades y regiones más atrasadas y apartadas, etc.

La desigualdad no puede resolverse con la mera intervención indicativa de un estado


que no asume una función docente sino meramente regulatoria. En nuestro país no nos
enfrentamos sólo a las distinciones sociales, sino también a profundas fracturas en la
trama educacional. Nuestra sociedad civil es débil y carece de instituciones capaces de
hacerse cargo de una tarea de la magnitud de la instrucción pública.

En otro orden, se debe agregar que la educación para el trabajo no se agota en la


transmisión de los conocimientos necesarios para trabajar. Es imprescindible, y así lo
manifiestan todos los actores del mundo del trabajo, la formación de una nueva serie de
valores y actitudes relacionados con el trabajo. Se requiere gente que sepa trabajar en
equipo, que pueda ponerse en el lugar del otro y comprender su demanda, que se haga
responsable del compromiso que toma, que pueda resolver por sí misma situaciones
problemáticas, que sea eficaz, puntual, ordenada, solidaria, veraz y, sobre todo, honesta.

Formar estas actitudes y hacer vivir estos valores es la misión de las escuelas en su
compromiso de educar para el trabajo y el desarrollo del país. Es cierto que para esto es
necesario cambiar muchas cosas, pero de eso se trata. Y lo primero es cambiar nuestras
rutinas escolares cotidianas creando espacios en los cuales el ejercicio de esos valores y
actitudes sea posible.
DESARROLLO SOSTENIBLE

Esquema de los tres pilares del desarrollo sostenible.

El término desarrollo sostenible, perdurable o sustentable se aplica al desarrollo


socio-económico y fue formalizado por primera vez en el documento conocido como
Informe Brundtland (1987), fruto de los trabajos de la Comisión Mundial de Medio
Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, creada en Asamblea de las Naciones
Unidas en 1983. Dicha definición se asumiría en el Principio 3.º de la Declaración de
Río (1992):

Satisfacer las necesidades de las Meets the needs of the present


generaciones presentes sin comprometer las generation without compromising the
posibilidades de las del futuro para atender ability of future generations to meet
sus propias necesidades. their own needs.

Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo


(Comisión Brundtland): Nuestro Futuro Común

El ámbito del desarrollo sostenible puede dividirse conceptualmente en tres partes:


ambiental, económica y social. Se considera el aspecto social por la relación entre el
bienestar social con el medio ambiente y la bonanza económica.

Deben satisfacerse las necesidades de la sociedad como alimentación, ropa, vivienda y


trabajo, pues si la pobreza es habitual, el mundo estará encaminado a catástrofes de
varios tipos, incluidas las ecológicas. Asimismo, el desarrollo y el bienestar social, están
limitados por el nivel tecnológico, los recursos del medio ambiente y la capacidad del
medio ambiente para absorber los efectos de la actividad humana.
Ante esta situación, se plantea la posibilidad de mejorar la tecnología y la organización
social de forma que el medio ambiente pueda recuperarse al mismo ritmo que es
afectado por la actividad humana.

Ámbito de aplicación y definiciones

El desarrollo sostenible no se centra exclusivamente en las cuestiones ambientales. En


términos más generales, las políticas de desarrollo sostenible afectan a tres áreas:
económica, ambiental y social. En apoyo a esto, varios textos de las Naciones Unidas,
incluyendo el Documento Final de la Cumbre Mundial de 2005, se refieren a los tres
componentes del desarrollo sostenible, que son el desarrollo económico, el desarrollo
social y la protección del medio ambiente, como "pilares interdependientes que se
refuerzan mutuamente".

La Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural (UNESCO, 2001) profundiza


aún más en el concepto al afirmar que "... la diversidad cultural es tan necesaria para el
género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos"; Se convierte
en "una de las raíces del desarrollo entendido no sólo en términos de crecimiento
económico, sino también como un medio para lograr un balance más satisfactorio
intelectual, afectivo, moral y espiritual". En esta visión, la diversidad cultural es el
cuarto ámbito de la política de desarrollo sostenible

El "desarrollo verde" generalmente es diferenciado del desarrollo sostenible en que el


desarrollo verde puede ser visto en el sentido de dar prioridad a lo que algunos pueden
considerar "sostenibilidad ambiental" sobre la "sostenibilidad económica y cultural".
Sin embargo, el enfoque del "desarrollo verde" puede pretender objetivos a largo plazo
inalcanzables Por ejemplo, una planta de tratamiento de última tecnología con gastos de
mantenimiento sumamente altos no puede ser sostenible en las regiones del mundo con
menos recursos financieros. Una planta de última tecnología "respetuosa con el medio
ambiente" con altos gastos de operación es menos sostenible que una planta
rudimentaria , incluso si es más eficaz desde un punto de vista ambiental. Algunas
investigaciones parten de esta definición para argumentar que el medio ambiente es una
combinación de naturaleza y cultura. El sitio "Desarrollo sostenible en un mundo
diverso" trabaja en esta dirección integrando capacidades multidisciplinarias e
interpretando la diversidad cultural como un elemento clave de una nueva estrategia
para el desarrollo sostenible.

Crítica en el uso del término

El término "desarrollo sostenible" se encuentra en numerosos discursos políticos, pero


su aplicación es muy diversa y en ocasiones perversa.

Las ideologías liberales hacen énfasis en la posibilidad de compatibilizar el crecimiento


económico con la preservación ambiental mediante el aumento de la productividad
(producir más, consumiendo menos recursos y generando menos residuos) y con la
equidad social para la mejora general de las condiciones de vida (lo que no siempre es
inmediato).

Algunas ideologías ecologistas más radicales hacen énfasis en las opciones de


crecimiento cero y aplicación estricta del principio de precaución, que consiste en dejar
de realizar determinadas actividades productivas mientras no se demuestre que no son
dañinas. Otros ecologistas defienden el decrecimiento económico.

El ecosocialismo argumenta que el capitalismo, al estar basado en el crecimiento y la


acumulación constante de bienes incrementando el ritmo de crecimiento, es
ecológicamente insostenible.

No obstante, el desarrollo económico?? no es necesariamente (según autores como


Herman Daly) sinónimo de crecimiento económico?? ni de desarrollo humano. Aun así,
cualquier medida relativa a las actividades productivas no sólo tiene efectos negativos o
positivos sobre el medio ambiente y la economía de las empresas, sino que también
influye en el empleo y el tejido social.

Preocupación por un desarrollo sostenible


Un desarrollo económico y social respetuoso con el medio ambiente

El objetivo del desarrollo sostenible es definir proyectos viables y reconciliar los


aspectos económico, social, y ambiental de las actividades humanas; "tres pilares" que
deben tenerse en cuenta por parte de las comunidades, tanto empresas como personas:
Económico: funcionamiento financiero "clásico", pero también capacidad para
contribuir al desarrollo económico en el ámbito de creación de empresas de todos los
niveles;

Social: consecuencias sociales de la actividad de la empresa en todos los niveles: los


trabajadores (condiciones de trabajo, nivel salarial, etc), los proveedores, los clientes,
las comunidades locales y la sociedad en general, necesidades humanas básicas;

Ambiental: compatibilidad entre la actividad social de la empresa y la preservación de


la biodiversidad y de los ecosistemas. Incluye un análisis de los impactos del desarrollo
social de las empresas y de sus productos en términos de flujos, consumo de recursos
difícil o lentamente renovables, así como en términos de generación de residuos y
emisiones... Este último pilar es necesario para que los otros dos sean estables.

Justificación del desarrollo sostenible

La justificación del desarrollo sostenible proviene tanto del hecho de tener unos
recursos naturales limitados (nutrientes en el suelo, agua potable, minerales, etc.),
susceptibles de agotarse, como del hecho de que una creciente actividad económica sin
más criterio que el económico produce, tanto a escala local como planetaria, graves
problemas medioambientales que pueden llegar a ser irreversibles.
Campos de aplicación

El desarrollo sostenible se refiere a la totalidad de las actividades humanas. Sin


embargo, los retos de la sostenibilidad, son diferentes para cada tipo de sector
económico.

Agricultura

Para aumentar la producción en agricultura, se puede hacer mediante puesta en regadío,


uso de fertilizantes, agricultura intensiva, etc. Pero cada una de esas posibles acciones
tiene un coste:

Puesta en regadío: el agua es un recurso limitado. Al obtener agua de acuíferos (pozos),


se debe hacer de forma sostenible. Pare ello se deben conocer las reservas, cantidad y
calidad susceptible de explotar en el espacio y en el tiempo, tasa de recarga, lugares
hidro-geológicamente más convenientes de explotación, construcción de perforaciones,
etc. y que se asegure una correcta gestión y protección del acuífero a nivel legal e
institucional. Con los ríos hay que cuidar además dejar suficiente agua para no afectar la
fauna y flora ribereña (el llamado caudal ecológico), amén de entrar en competencia
directa con otros usos entre los que se encuentra el consumo humano.
Abonos y fertilizantes: aumentan la producción, pero una parte de sus sustancias se
disuelve con el agua de lluvia o de riego, formando (lixiviados) que pueden acumularse
en acuíferos y resultar por tanto contaminados (p. ej. por altas concentraciones de
nitrógeno o de fosfatos, que favorecen la eutrofización). Idéntico caso es el de los
plaguicidas con el agravante de haberse demostrado el uso intensivo de plagicidas
bioacumulables y no biodegradables en épocas anteriores, como en el caso del DDT,
que fue utilizado con intensidad en el siglo XX como insecticida pero, tras una campaña
mundial que alegaba que éste compuesto se acumulaba en las cadenas tróficas y ante el
peligro de contaminación de los alimentos, se prohibió su uso.

Agricultura intensiva: aumenta la producción al introducir mayor número de plantas por


metro cuadrado de una especie especialmente adaptada, posibilidad que ofrecen las
máquinas empleadas, pero también consume mayor cantidad de nutrientes del suelo
(que se retiran con la cosecha y no vuelven al suelo), por lo que hay que programar una
rotación de cultivos (diferentes cultivos consumen los nutrientes del suelo en diferentes
proporciones y en diferentes estratos y pueden complementarse) y barbechos para
limitar la proliferación de parásitos. También entran en juego otros factores, como
preservar la variedad genética de las especies (biodiversidad) ya que no se sabe qué
especies afrontarán mejor los problemas que surjan en el futuro.

El tema de la alimentación humana no es catastrofista en sí mismo, tal como predecía


Malthus en su Ensayo sobre el principio de la población. Desarrollada la tecnología de
la alimentación, la penuria de la población no depende de la escasez de recursos, sino de
la organización de estos recursos.

En términos generales, hay dos tipos de valoraciones sobre el deterioro ambiental:


mediante indicadores que cuantifican (medición física) el impacto del desarrollo en el
medio ambiente, y mediante actitudes y opiniones cualitativas (medición sociológica).
Es necesario determinar si el programa elegido es aplicable en el contexto internacional,
es decir, si puede aplicarse a cada país en donde se ha propuesto, teniendo en cuenta
tanto su viabilidad técnico-económica como la posibilidad de desarrollarlo dentro del
entorno cultural.

Actividades productivas y de servicios

Otro ejemplo son las herramientas de implementación de desarrollo sostenible en la


producción y los servicios, como puede ser el conjunto de actividades denominadas
Producción Más Limpia. Dicho concepto parte del principio de sostenibilidad de las
actividades humanas requeridas para suplir necesidades básicas y suplementarias
(calidad de vida), incorporando elementos como mínimas emisiones, buenas prácticas
de producción y operación, manejo adecuado y aprovechamiento del subproducto y el
residuo, disminución en el consumo de insumos, etc. De esta forma, se observa que el
desarrollo sostenible no es por sí mismo un elemento sociológico, sino que debe hacer
parte de un tejido en el cual la producción, la economía, el bienestar y el ambiente
juegan siempre del mismo lado. Este concepto de desarrollo sostenible, se enfoca desde
el lado de la oferta ambiental, bajo la óptica de obtener rendimientos firmes. Es decir,
una productividad básica, de acuerdo a la capacidad que pueden suministrar los
ecosistemas. Otra dimensión del concepto es que el contexto desde donde se enfoca el
desarrollo tiende a ser diferente en los países latinoamericanos, parte de un ámbito
nacional a uno global, que se asienta en interrelaciones globales y de naturaleza local.

La evolución del pensamiento sobre el desarrollo, en términos históricos, se ha dado en


el marco de luchas sociales, a través de la pugna entre el capitalismo y el socialismo,
entre la clase obrera y el capital y el pensamiento humano y las fuerzas de la naturaleza.
A lo largo de las últimas siete décadas del siglo XX, y parte de esta primera década del
siglo XXI, el concepto de desarrollo se ha expandido y enriquecido, pero también se ha
fragmentado, puesto que se va tomando de él aspectos de acuerdo a la gravedad que
confronten los países en su diagnóstico ambiental, sin ser asumido como una
orientación universal de cuidado del medio ambiente, algo que no se tiene en cuenta

Condiciones para el desarrollo sostenible

Los límites de los recursos naturales sugieren tres reglas básicas en relación con los
ritmos de desarrollo sostenibles.

Ningún recurso renovable deberá utilizarse a un ritmo superior al de su generación.


Ningún contaminante deberá producirse a un ritmo superior al que pueda ser reciclado,
neutralizado o absorbido por el medio ambiente.

Ningún recurso no renovable deberá aprovecharse a mayor velocidad de la necesaria


para sustituirlo por un recurso renovable utilizado de manera sostenible.
Según algunos autores, estas tres reglas están forzosamente supeditadas a la inexistencia
de un crecimiento demográfico.

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