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El sapito glo… glo… glo… Era un niño que soñaba

José Sebastián Tallon Antonio Machado

   
Nadie sabe dónde vive Era un niño que soñaba
nadie en la casa lo vió. un caballo de cartón.
Pero todos escuchamos Abrió los ojos el niño
al sapito glo...glo...glo... y el caballito no vio.
   
¿Vivirá en la chimenea? Con un caballito blanco
¿Dónde diablos se escondió? el niño volvió a soñar;
¿Dónde canta cuando llueve y por la crin lo cogía...
el sapito glo...glo...glo? ¡Ahora no te escaparás!
   
¿Vive acaso en la azotea? Apenas lo hubo cogido,
¿Se ha metido en un rincón? el niño se despertó.
¿Está abajo de la cama? Tenía el puño cerrado.
¿Vive oculto en una flor? ¡El caballito voló!
   
Nadie sabe dónde vive, Quedóse el niño muy serio
nadie en la casa lo vio. pensando que no es verdad
Pero todos escuchamos un caballito soñado.
cuando llueve: glo...glo...glo... Y ya no volvió a soñar.
El lagarto está llorando La mariposa
Federico García Lorca Federico García Lorca

  Mariposa del aire,


El lagarto está llorando.
qué hermosa eres,
La lagarta está llorando.
mariposa del aire

dorada y verde.
El lagarto y la lagarta

con delantalitos blancos.
Luz de candil,

mariposa del aire,
Han perdido sin querer
¡quédate ahí, ahí, ahí!
su anillo de desposados.


No te quieres parar,
¡Ay, su anillito de plomo,
pararte no quieres…
ay, su anillito plomado!
Mariposa del aire,

dorada y verde.
Un cielo grande y sin gente

monta en su globo a los pájaros.
Luz de candil…

Mariposa del aire,
El sol, capitán redondo,
¡quédate ahí, ahí, ahí!
lleva un chaleco de raso.
¡Quédate ahí!

Mariposa, ¿estás ahí?
¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay cómo lloran y lloran,
¡ay!,¡ay! cómo están llorando!
El renacuajo paseador mandó la señora traer la guitarra
y a renacuajo le pide que cante
Rafael Pombo versitos alegres, tonada elegante.

“¡Ay! de mil amores lo hiciera,


señora,
pero es imposible darle gusto ahora,
que tengo el gaznate más seco que
estopa
y me aprieta mucho esta nueva
  ropa”.
El hijo de Rana, Rinrín renacuajo,
salió esta mañana muy tieso y muy “Lo siento infinito”, responde tía
majo Rata,
con pantalón corto, corbata a la “aflójese un poco chaleco y corbata,
moda, y yo mientras tanto les voy a cantar
sombrero encintado y chupa de una cancioncita muy particular”.
boda.
“¡Muchacho, no salgas!” le grita Mas estando en esta brillante
mamá, función
pero él hace un gesto y orondo se de baile, guitarra y canción,
va. La Gata y sus Gatos salvan el
umbral,
Halló en el camino, a un ratón y vuélvese aquello el juicio final
vecino
y le dijo: “¡Amigo! venga usted Doña Gata vieja trinchó por la oreja
conmigo . al niño Ratico maullándole: “¡Hola!”
Visitemos juntos a doña Ratona Y los niños Gatos a la Rata vieja
y habrá francachela y habrá uno por la pata y otro por la cola.
comilona”.
Don Renacuajito mirando este
A poco llegaron, y avanza Ratón, asalto
Estírase el cuello, coge el aldabón, Tomó su sombrero, dio un tremendo
da dos o tres golpes, preguntan: salto
¿quién es? Y abriendo la puerta con mano y
—“Yo doña ratona, beso a usted los narices,
pies. Se fue dando a todos “noches muy
¿Está usted en casa? ” —“Sí, señor, felices“.
sí estoy,
y celebro mucho ver a ustedes hoy; Y siguió saltando tan alto y aprisa
estaba en mi oficio, hilando algodón, que perdió el sombrero, rasgó la
pero eso no importa; bienvenidos camisa,
son”. se coló en la boca de un pato tragón
y éste se lo embucha de un solo
Se hicieron la venia, se dieron la estirón.
mano,
y dice Ratico, que es más veterano: Y así concluyeron, uno, dos y tres
— “Mi amigo el de verde rabia de Ratón y Ratona, y el Rana después;
calor, Los Gatos comieron y el Pato cenó,
démele cereza, hágame el favor”. ¡y mamá Ranita solita quedó!

Y en tanto que el pillo consume la


jarra
La cigarra y la hormiga por el nombre que tengo».

Félix María de Samaniego La codiciosa hormiga


respondió con denuedo,
ocultando a la espalda
las llaves del granero:
«¡Yo prestar lo que gano
con un trabajo inmenso!
Cantando la cigarra
Dime, pues, holgazana,
pasó el verano entero
¿qué has hecho en el buen
sin hacer provisiones
tiempo?».
allá para el invierno;
«Yo», dijo la cigarra,
los fríos la obligaron
«a todo pasajero
a guardar el silencio
cantaba alegremente,
y a acogerse al abrigo
sin cesar ni un momento».
de su estrecho aposento.
«¡Hola! ¿con que cantabas
Viose desproveída
cuando yo andaba al remo?
del precioso sustento:
Pues ahora, que yo como,
sin mosca, sin gusano,
baila, pese a tu cuerpo».
sin trigo y sin centeno.
Habitaba la hormiga
allí tabique en medio, La plaza tiene una torre
y con mil expresiones Antonio Machado

de atención y respeto
la dijo: «Doña hormiga,
pues que en vuestro granero
sobran las provisiones
para vuestro alimento, La plaza tiene una torre,
prestad alguna cosa la torre tiene un balcón,
con que viva este invierno el balcón tiene una dama,
esta triste cigarra, la dama una blanca flor.
que, alegre en otro tiempo,  
Ha pasado un caballero,
nunca conoció el daño,
¡quién sabe por qué pasó!,
nunca supo temerlo.
y se ha llevado la plaza
No dudéis en prestarme,
con su torre y su balcón,
que fielmente prometo
con su balcón y su dama,
pagaros con ganancias,
su dama y su blanca flor.

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