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A. ESCOLANO - V. SÁNCHEZ DE ZAVALA


M. FERNANDEZ PÉREZ - M. A. QUINTANILLA
R. CASTRO - J. G. CARRASCO - J. ORTEGA
A. PÉREZ - J. GIMENO

EPISTEMOLOGÍA
Y EDUCACIÓN

EDICIONES SIGÚEME - SALAMANCA -1978


PEDAGOGÍA Y SOCIEDAD 8 Contenido

Presentación 9

PONENCIAS 13
Las ciencias de la educación. Reflexiones sobre algu-
nos problemas epistemológicos: Agustín Escolano 15
La lingüística y las ciencias humanas: Víctor Sán-
chez de Zavala 27
Modelos conceptuales de las ciencias humanas y su
aplicación a las ciencias de la educación: Miguel Fer-
nández Pérez 51
El estatuto epistemológico de las ciencias de la educa-
ción: Miguel A. Quintanilla 92
Ideología, ciencia y praxis de la educación: Ramiro
Castro Santamaría 119

COMUNICACIONES 127
El problema de la ciencia de la educación desde la pers-
pectiva de J. F. Herbart: Joaquín G. Carrasco 129
Cubierta: Félix López - Hacia una ciencia de la educación: José Ortega 141
Ciencias humanas y ciencias de la educación: Ángel
Pérez Gómez 152
© Ediciones Sigúeme, 1978
Apartado 332 - Salamanca (España) Explicación, norma y utopía en las ciencias de la edu-
ISBN 84-301-0740-1 cación: José Gimeno Sacristán 158
Depósito legal: S. 246-1978
Printed in Spain Bibliografía 167
Imprime: Gráficas Ortega, S. A.
Polígono El Montalvo - Salamanca . Apéndice 173
Las ciencias de la educación.
Reflexiones sobre algunos problemas
epistemológicos
Agustín Escolano

1. Introducción

Las ciencias de la educación, como la mayor parte de las cien-


cias del hombre, han alcanzado en los últimos decenios un ex-
traordinario desarrollo, tanto en lo que se refiere a la expansión
cuantitativa de las investigaciones, básicas y aplicativas, como en
lo que afecta a los modelos conceptuales y métodos de trabajo.
No es preciso acumular argumentaciones para validar la ante-
rior afirmación, toda vez que es fácilmente constatable en los re-
pertorios documentales, en los programas de enseñanza e inves-
tigación de los centros especializados e incluso en los contenidos
informativos de muchos medios convencionales de comunica-
ción. Por otra parte, también puede comprobarse sin dificultad
el creciente interés de muchos sectores científicos por el tema edu-
cativo, así como la continua incidencia de diversos planteamien-
tos ideológicos en el tratamiento de los problemas de la educa-
ción.
Este crecimiento del sector educativo, en extensión y en in-
tensidad, comienza a plantear cuestiones de índole estructural
y epistemológica, algunas de las cuales se van a someter a dis-
cusión en este trabajo.
No hay duda de que existe una correlación evidente entre los
procesos de crecimiento en un cuerpo de conocimientos y el au-
mento de las preocupaciones conceptuales. A este respecto, puede

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afirmarse que, a medida que la ciencia crece, se desarrolla tam- La sustitución de la etiqueta académico-científica «pedagogía»
bién una línea de reflexión sobre la ciencia misma, sobre sus es- por la de «ciencias de la educación» no obedece a razones de sim-
tructuras y métodos. ple mudanza formal, sino que responde a mutaciones conceptua-
La situación actual de las ciencias de la educación exige re- les y estructurales que afectan profundamente al ámbito y pers- i
planteamientos epistemológicos, tanto por el incremento de los pectivas de lo que tradicionalmente hemos venido considerando.'
datos científicos capitalizados en el sector, como por las múlti- como ciencia pedagógica. j
ples relaciones'disciplinarias establecidas en la investigación. El cambio terminológico comporta, en nuestra opinión, den-í
El problema que aquí se suscita tiene ciertamente varias dimen- tro de una primera aproximación, dos claras significaciones:
siones. En primer término, exigiría un tratamiento histórico. El a) una tendencia epistemológica pluridisciplinar; b) la polari-
recurso a la historia de la ciencia es imprescindible para efectuar zación de la denominación en torno al objeto de estudio cientí-
un balance actualizado de los datos del conocimiento cientí- fico, en nuestro caso la educación, que aparece explícitamente
fico acerca de los problemas de educación. Este planteamiento sus- en la denominación.
citaría numerosos trabajos documentales e interpretativos, que no La primera nota —el carácter pluridisciplinar de los estudios
es posible ni esbozar aquí, pero a los que es imprescindible aludir. sobre educación— pone, por de pronto, en tela de juicio el sentido
Por otra parte, sería preciso también llevar a cabo un análisis de unitario que se atribuye normalmente a la pedagogía 2. Esta ob-
las líneas de investigación dominantes en el panorama actual de servación podría originar largas y complejas discusiones en tor-
las ciencias de la educación, a fin de detectar los modelos formales no al pluralismo perspectivista de las investigaciones educativas
y metodológicos que las informan. y a las alternativas de integración.
Evidentemente estos objetivos, aunque no pueden ser olvida- El desarrollo pluridisciplinar de las ciencias de la educación
dos como perspectiva, tampoco es posible abordarlos. Nos limi- podría explicarse en función de dos tipos de condicionamientos:
taremos a presentar algunos datos y problemas que pueden cons- unos internos al progreso y diversificación de la misma ciencia
tituir puntos de partida útiles y necesarios para seguir profundi- pedagógica; otros derivados de los contactos con disciplinas ex-
zando en las cuestiones que nos interesan. teriores a la ciencia de la educación.
Desarrollaremos dos puntos básicos como materia de discusión: De una parte, hay que reconocer que, en su propia dinámica
a) el significado de la pluralidad y positividad de las ciencias interna de crecimiento, la pedagogía ha ido generando ciertos
de la educación y los problemas de unidad e interdisciplinarie- sectores de conocimiento especializados y relativamente autóno-
dad; b) las relaciones entre filosofía y ciencias de la educación, mos, aunque vinculados a la estructura unitaria de la ciencia de
en el marco de las discusiones epistemológicas contemporáneas. la educación. Las taxonomías, clásicas y contemporáneas, de los
saberes pedagógicos reflejan diferenciaciones científicas, tanto por
el método que emplean —empírico, histórico, comparado— como
2. Pluridisciplinariedad y positividad en las ciencias de la educación por el cuerpo temático que abarcan —didáctica, orientación, edu-
Un primer punto de reflexión lo puede constituir el análisis cación diferenciada, organización institucional de la educación,
de los cambios que se han producido en los últimos años en rela- etcétera.
ción con la estructura y los contenidos de los estudios sobre edu- Por otro lado, la expansión de la investigación educativa, so-
cación, transformación detectable en la nueva terminología aca- bre todo en las últimas décadas, ha exigido aproximaciones hacia
démica y bibliográfica \. La expresión «ciencias de la educación» seáreas
otras científicas, con
ha generalizado las que se han establecido útiles rela-
rápida-
ciones interdisciplinarias de diverso tipo.
En primer lugar, habría que subrayar las concurrencias me-
mente en los planes de estudios universitarios, en los títulos de la produc- todológicas, fácilmente detectables al observar cómo las ciencias
ción bibliográfica contemporánea —libros y revistas—, en la denominación
de los centros de formación e investigación postuniversitarios (Institutos de
Ciencias de la Educación) y en las de asociaciones profesionales y científicas, 2. Hay que consignar también que un giro terminológico y conceptual
reuniones y congresos. Se trata, pues, de un hecho ampliamente constatadle, del mismo sentido que el señalado para las ciencias de la educación se ha ope-
aunque en algunos medios científicos se siga empleando la denominación rado en otros sectores de las ciencias del hombre. A este respecto, se habla de
tradicional de «pedagogía» y en otros ambas expresiones. En todo caso, siem- ciencias económicas, sociales, políticas, de la información, médicas o di )a
pre se acepta el pluralisn • Jel corpas de los estudios educativos. salud, etc.

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de la educación utilizan los mismos esquemas y técnicas de in- Pero, además de esta tendencia multidisciplinar, el cambio
vestigación que las demás ciencias humano-sociales. Esta coin- terminológico comporta una referencia explícita al objeto de es:
cidencia metodológica favorece el progreso de todo el conjunto tudio —la educación—,_ lo que exige también, á nuestro enten-
científico, toda vez que la aparición o perfeccionamiento de cual- der, alguna reflexión.
quier utillaje investigador en un sector determinado permite su En principio, el cambio podría ser interpretado y valorado
inmediata extrapolación a los restantes campos. como una muestra del realismo epistemológico que hoy domina
Otra modalidad de relación científica se establece al extrapolar en los estudios científicos sobre educación, lo que ayudaría a ex-
y aplicar datos de determinadas disciplinas —biología, psicolo- plicar el origen anglosajón de la nueva expresión, en cuyos me-
gía, sociología, historia, economía, etc. — al análisis de los hechos dios intelectuales, como es sabido, suelen originarse las corrientes
educativos, a fin de satisfacer las demandas explicativas y prag- más pragmáticas 3. „
máticas que se plantean en el sector educación y que requieren Pero, más allá de las explicaciones sociológicas y culturales
conocimientos previos y básicos muy diversos, como los relati- que permiten constatar la génesis y difusión de la expresión «cien-
vos a los procesos de aprendizaje, estructura y dinámica social, cias de la educación», el cambio puede^ser entendido como una
historia de la ciencia, variables económicas, técnicas de plani- tendencia hacia la positividad científica y, consecuentemente, hacia
la desvinculación de la filosofía, ámbito con el que el saber peda-
ficación, etc. gógico ha mantenido, desde su origen, una clara y profunda de-
En muchos de estos casos, la relación interdisciplinaria esta-
blecida no tiene un sentido meramente aplicativo, sino transac- pendencia.
cional, ya que las ciencias en interacción salen mutuamente enri- Según esta significación, las ciencias de la educación tende-
quecidas en el contacto. Los estudios sobre actitudes en el aula, rían, como las demás ciencias del hombre, a emanciparse de cual-
por ejemplo, pueden constituir un campo común de investiga- quier tutela especulativa normativa y a construir su corpus y su
ciones psicológicas y educativas, de los que, además de las con- metodología sobre la base de la observación y experimentación
clusiones didácticas que generen, pueden obtenerse también es- de los hechos reales. El método hipotético-deductivo-experimen-
pecificaciones importantes para la ciencia general de comporta- tal, completado con otros modos de análisis cualitativos, sería el
miento. Lo mismo podría decirse de otros trabajos en los que se garante de la validez y objetividad científicas. En consecuencia,
correlacionan la investigación educativa con la sociológica, eco- sólo las teorías de extracción empírica liberarían a las ciencias de
la educación, en una interpretación tan estricta, de signo posi-
nómica, histórica o tecnológica. tivista, de ser una simple variación sobre la filosofía o de reducirse
En relación con lo apuntado anteriormente, podría también
demostrarse que, en ocasiones, las ciencias humanas concurren a un modo de especulación arbitraria.
al estudio de los hechos educativos por necesidades internas a sus El planteamiento no es nuevo. Desde el positivismo y experi-
propios objetivos. ¿Cómo podrían explicarse, sin el recurso a los mentalismo del siglo XIX y principios del XX, los cultivadores de
este campo han intentado formular las bases para la construc-
estudios sobre educación, los procesos de endoculturización, so-
cialización, cambio de mentalidades, desarrollo de la persona-
lidad individual, etc?
Todas las consideraciones expuestas hasta aquí ayudan a com-
prender cómo se ha ido diferenciando progresivamente el campo 3. Conviene hacer notar también que en los países latinos subsiste el uso
de la palabra «pedagogía», aunque la utilización de fórmulas plurales es cada
disciplinario de las ciencias de la educación. También explican vez más frecuente. En España, por ejemplo, se entrecruzan las dos expresio-
por qué los manuales clásicos de pedagogía, que no hace mucho nes. Por su tradición, el término «pedagogía» goza aún de un amplio consen-
tiempo englobaban todo el patrimonio científico sobre educación, so en muchos medios intelectuales y profesionales, pero el impacto de la co-
resultan ya inservibles para acoger la gran floración de estudios rriente nueva también se deja notar en la nomenclatura de las instituciones,
en los planes de moderna factura y en el lenguaje ordinario. Las traducciones
que, desde las preocupaciones pedagógicas internas o desde otras latinoamericanas de la producción bibliográfica en lengua inglesa han con-
ciencias humanas y sociales, se están llevando a cabo sobre el tribuido poderosamente a introducir y extender la expresión «ciencias de la
fenómeno educativo. La amplitud de las relaciones disciplinarias educación». También ha influido el uso que se hace de esta denominación en
establecidas justifica ya suficientemente la adopción generalizada los organismos e instituciones internacionales, en los que sin duda está más
prestigiada que la tradicional.
de la expresión plural «ciencias de la educación».
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ción de una «ciencia de la educación»4, alejada del utopismo 5 Con el positivismo e instrumentalismo se ha abierto una bre-
y edificada mediante la lógica inductiva y las aportaciones de las cha importante en las tradicionales relaciones mantenidas entre
nacientes ciencias humanas6. Todos los representantes de la lla- filosofía y pedagogía. Estamos muy lejos de los planteamientos
mada «escuela nueva» (Reddie, Montessori, Ferriére, Decroly, etc.) herbartianos, según los cuales la pedagogía se constituía en cien-
tratarán de validar sus métodos con la observación y el recurso cia formal «en cuanto da cita para la solución de sus problemas
a los datos <de las disciplinas humanas empíricas, en la esperanza a dos ciencias filosóficas: la ética, que determina el fin de la educa-
de contribuir a la elaboración de una «pedagogía científica». ción, y la psicología, que regula sus medios»10. También nos
Finalmente, los experimentalistas (Binet, Neumann, Lay, Thorn- alejamos de las perspectivas que, al clasificar a la pedagogía en el
dike, Buyse) intentarán determinar, a través de la medida y la cuan- ámbito de las ciencias del espíritu, y por consiguiente de la filo-
tificación, las leyes que rigen el funcionamiento de los hechos edu- sofía, olvidaron la posibilidad de estudiar la educación con la me-
todología de la línea empírico-positiva, reduciendo los análisis
cativos '. educativos a la especulación comprensiva, a la descripción histo-
Algunas obras de orientación positivista, como las de Bain
y Demoor-Jonckeere 8, reflejan en sus mismos títulos el giro epis- ricista y a la deducciónfilosofizanteu.
temológico. Por su parte, John Dewey apuntaba, desde América, Pero, al mismo tiempo que la expresión «ciencias de la educa-
hacia una nueva concepción de la ciencia de la educación, en el ción» viene a significar una pretendida positividad, conviene no
marco de su posición pragmática e instrumentalista, que recoge olvidar que la abolición del término «pedagogía» responde tam-
los enfoques y aportaciones de las ciencias humanas y que sitúa bién al sentido limitativo e impreciso de esta última denomina-
a la filosofía en una posición mediadora y no apriorística, instru- ción, restricciones que han sido marcadas, entre otros autores,
mental y no normativista, en permanente interacción con los da- por Debesse12, Clausse13, Mialaretu, Avanzini16, Ferry16 y Fau-
tos de la ciencia y de la experiencia9. re17, y que podían resumirse en las siguientes observaciones:
a) limitaciones derivadas de la etimología del término pedago-

4. El primero en utilizar la rúbrica «ciencia de la educación» parece que a concepciones más falsas que verdaderas». Mas adelante puntualiza: «La
fue M. A. Juüien de París, Esquiase d'un ouvrage sur l'éducation comparée filosofía de la educación no origina ni pone fines. Ocupa un lugar inte; medio
(1817), Genéve 1962, 13. El autor propone elaborar esta ciencia a través del o regulador. Se examinan los fines y las consecuencias que se alcanzan en la
análisis comparativo de las observaciones hechas sobre diversos sistemas edu- realidad, y se evalúan los resultados, a la luz de un esquema general de valo-
cativos. res»: La ciencia de la educación, Buenos Aires 1964, 58-59.
5. Cf. E. Durkheim, Educación y sociología, Barcelona 1975, especial- 10. J. F. Herbart, Pedagogía general derivada del fin de la educación,
mente el capítulo «Naturaleza y método de la pedagogía», 73 y s. Madrid 1935, prólogo de J. Ortega y Gasset, 8.
6. Hay que hacer notar aquí que, desde la segunda mitad del xrx, muchas 11. Entre las corrientes que han vuelto a recurrir a la filosofía como cla-
ciencias humanas habían iniciado también la emancipación respecto de la ve de la explicación pedagógica habría que reseñar, además del historicismo
filosofía, abriéndose a la tendencia positivo-experimental. Fechner publica de Dilthey, el neokantismo de Natorp, la filosofía de los valores y el compren-
en 1860 sus Eléments de psychophysique; Cl. Bernard, en l&6S,L'introduction sivismo de Spranger y Nohl y el neoidealismo hegeliano de Gentile, entre
á l'étude de la tnédecine experiméntale, obra que influirá decisivamente, como otros. La escisión entre ciencias de la naturaleza y del espíritu plateó un con-
se sabe, en L'expérimentation en pédagogie, de R. Buyse, aparecida en 1935. flicto epistemológico en función de los objetos respectivos (oposición natu-
Wundt crea en 1878, en Leipzig, el primer laboratorio de psicología experi- raleza-espíritu o naturaleza-historia), de los métodos (explicación-compren-
mental. A fines de siglo se constituye la «paidología» y la Sacíete Alfred sión) y de los objetivos (generalización-singularización). Sobre este punto,
Binet. La sociología, a través de la gran obra de Durkheim, establece también cf. J. Freund, Las teorías de las ciencias humanas, Barcelona 1975,152.
sus contactos con la ciencia de la educación. 12. M. Debesse, Défí aux sciences de 1'éducation: Sciences de l'Educa-
7. A. Guille, Historique de la Faculté de psycologie et des sclencies de tion 4 (1973) 7-19.
l'éducation de l'Université de Louvain: Les Sciences de l'Education 1 (1974) 13. A. Clausse, Iniciación a las ciencias de la educación, B'ienos Aires
10-21. 1970, 11-12.
8. A. Bain, La science de l'éducation, París 1879; J. Demoor-T. Jon- 14. G. Mialaret, Exposé d'introduction aux travaux du Congres, en
ckeere, La science de réducation, Bruxelles 1925. Congrés International das Sciences de l'Education, París 1973, 13.
9. Véanse los siguientes textos de Dewey: «Se ha dicho algunas veces 15. G. Avanzini, Introduction aux sciences de l'éducation, Toulouse
que la filosofía se preocupa de determinar los fines de la educación, mientras 1976, 24.
que la ciencia de la educación determina los medios que han de emplearse. 16. G. Ferry, Morí de la pédagogie: L'Education Nationale, 820 (196?)
Siendo yo un filósofo más que un científico, podría inclinarme a aplaudir una 9-11.
afirmación que confiere a la filosofía una posición tan honorable. Sin una bue- 17. E. Faure y otros, Aprender a ser, Madrid 1973, 187-188.
na dosis de interpretación, aquella afirmación puede sin embargo dar lugar
21
i 20
gía, que sensu stricto sólo acogería los estudios sobre la educación pesos y efectos de las acciones formativas, así como derivar una
de la infancia; b) reducción del ámbito al estrecho círculo de tecnología que permita optimizarlos, no hay duda que esta uni-
las preocupaciones internas de la pedagogía tradicional; c) po- dad en el objeto garantizará la coherencia interna de los estudios.
sible identificación didáctico-practicista de los trabajos pedagó- A este respecto, el recurso a las ciencias humanas y a sus méto-
gicos. Debe recordarse que algunos autores han distinguido en- dos no comportaría un riesgo de ruptura. Tampoco sería un cri-
tre ciencia.de la educación (dimensión descriptiva) y pedagogía terio disgregador la clasificación de los saberes por los ámbitos
(dimensión pragmática). diferenciales que abordan. Por otra parte, no hay que olvidar que
En resumen, y como conclusión de las anteriores considera- el utillaje metodológico de las ciencias humano-sociales, y de las ,
ciones, podríamos decir que el cambio terminológico y concep- de la educación, es en gran parte común a todas ellas. Hablar y
tual operado en los últimos años en la denominación de nuestro por tanto de unidad y pluridisciplinariedad no es contradictorio,
campo disciplinario no es arbitrario ni casual, sino que responde ya que las ciencias de la educación constituyen al mismo tiempo
a transformaciones profundas en los contenidos, estructura, mé- un conjunto coherente y diversificado de estudios.
todos y objetivos de los estudios sobre educación. Mialaret, en Existe, en cambio, otra perspectiva que no debe ser obviada
la alocución inicial al Congreso Internacional de Ciencias de la al analizar los problemas de interrelación en un conjunto disci-
Educación, celebrado en París en 1973, aludió en términos muy plinario. Nos referimos a los enfoques interdisciplinarios, modali-
precisos a la significación e implicaciones del cambio, que no pue- dad de interacción sobre la que últimamente se están centrando
de ser contemplado como un hecho lingüístico anodino o como una muchas reflexiones epistemológicas, no siempre acertadas y cla-
moda efímera, sino que afecta a la noción misma de educación, enj ras 18
extensión y en complejidad, y a las relaciones intercientíficas es-1 Por relación interdisciplinar podríamos entender la interacción
tablecidas en las investigaciones sobre los hechos educativos. « que se establece entre dos o más disciplinas, y puede ir desde la
Por lo que se refiere al concepto de hecho educativo, se han simple comunicación de conocimientos a la integración de con-
operado cuatro extensiones: a) en función de la edad de los su- ceptos, principios epistemológicos, métodos y terminología M. ¡
jetos (la educación como proceso vinculado a todas las etapas, En el campo de las ciencias de la educación se pueden pre-
en el amplio marco de la educación permanente); b) en consi- sentar diferentes situaciones y formas de interdisciplinariedad. Sin
deración a todas las situaciones (la educación escolar es sólo un pretender agotar el tratamiento de la cuestión, podríamos exa-
subconjunto de la educación total); c) en relación a los objeti- minar algunas modalidades, siguiendo las sugerencias de H.
vos (la educación referida a la formación de la personalidad glo- Heckhausen20.
bal que garantice continuas adaptaciones a los cambios); d) en a) En función de los objetivos. Las disciplinas que versan
orden a los niveles sobre los que opera la acción educativa (indi- sobre el mismo objeto pueden cooperar o fusionarse. En educa-
viduos, grupos —discentes, docentes, instituciones— y sistemas ción, muchos campos de estudio exigen concurrencias discipli-
—programas, métodos, estructuras). nares. Así, sobre el proceso educativo pueden coincidir investi-
A ello habría que añadir las numerosas interrelaciones que po- gaciones psicológicas, didácticas y organizativas; en torno al co-
drían establecerse mediante la combinación de las variables men- nocimiento de los efectos de la educación formal pueden cooperar
cionadas. los estudios históricos, sociológicos, económicos y didácticos.
Finalmente, conviene ofrecer algunas reflexiones sobre los b) Desde el punto de vista de la metodología y de los instru-
problemas de unidad e interrelación científica que plantea el plu- mentos de análisis. Esta es quizás la modalidad de interrelación
ralismo disciplinario, aunque ciertamente el tratamiento de esta más frecuente y menos discutible.
cuestión exigiría desarrollos mucho más amplios, que no pueden
ser abordados en el marco de este trabajo. 18. L. Althusser, Curso de filosofía para científicos, Barcelona 1975,
\s evidente que el criterio de unidad epistemológica podría 29-31. Advierte que la interdisciplinaridad puede constituirse en un «slogan»,
\e en razón a la convergencia de todas las ciencas que en- una proposición ideológica o una necesidad del progreso objetivo de la cien-
cia.
| tran en juego en el análisis de la educación, que vendría a consti- 19. L'interdisciplinarité. Problemas d'enseignement et de recherche dans
,! luirse en el objetivo aglutinante. Si la finalidad de las ciencias de les universités, París 1973, 23-24. Es éste uno de los mejores trabajos sobre
/ la educación es describir.^ explicar los condicionamientos, pro- el tema.
20. H. Heckhausen, Discipline et interdisciplinaríté, Ibíd., 83-90.
22 23
c) En relación con las aplicaciones prácticas. En realidad, esta ¿Puede, no obstante lo anterior, contribuir la filosofía a escla-
forma de interdisciplinariedad es muy próxima a la primera. Temas recer los problemas de la educación? ¿cómo? ¿como una ciencia
concretos como la práctica de la innovación educativa, de la pla- más en el variado conjunto de las ciencias de la educación? ¿ha-
nificación escolar o de la solución de problemas didácticos pue- brá que excluir definitivamente la filosofía de la investigación edu-
den solicitar el concurso de muy diversas ciencias y tecnologías. cativa? ¿tendremos que reservarle la función de reflexión meta-
d) Por el nivel de integración teórica se pueden emplear ca- disciplinar sobre los datos de las ciencias y sobre sus métodos?
tegorías científicas polivalentes. Los conceptos de estructura, sis- He aquí una serie de interrogantes de difícil y polémica respuesta,
tema y modelo, por ejemplo, pueden permitir planteamientos in- que sin duda deberán ser discutidos.
terdisciplinares, integrando datos de la lingüística, antropología El análisis de los cometidos que hoy se atribuyen a la filoso-
cultural, lógica, cibernética, etc. fía en los trabajos sobre filosofía de la educación puede constituir
e) Por las contingencias históricas. Algunas circunstancias, una propedéutica útil y necesaria para encauzar la discusión. En-
como un cambio político, una reforma general de la educación tre otros, por su interés más general, destacaríamos los siguientes.
o una crisis económica, promueven y reclaman contactos entre a) En primer lugar, se considera que la filosofía debe des-
disciplinas diversas, que no se suscitan en situaciones más esta- empeñar una función de reflexión epistemológica sobre los resul-
cionarias. tados y métodos de las ciencias de la educación y de las ciencias
Dos notas de la realidad educativa justifican la necesidad de humanas con ellas relacionadas. A este respecto, la filosofía es so-
enfoques formales interrelacionales: a) su carácter de fenóme- licitada como saber estructurador y totalizador, cuya finalidad es
no complejo, característica que ya hemos analizado al estudiar la poner orden y coherencia entre los datos de las ciencias positivas
extensión y complicación del ámbito educativo; b) la condi- especializadas, forzosamente regionales o parcelarias 21.
ción de subsistema que posee la -educación. Esta característica b) Otra perspectiva indiscutible la constituye la aportación
indica la pertenencia de la educación a un universo más amplio, lógica y metodológica en relación con los diseños y procesos de
con el que mantiene relaciones contextúales de muy diversa natu- la investigación educativa.
raleza. De las estructuras sociopolíticas, culturales y científico- c) El análisis lingüístico, vinculado a la llamada filosofía
técnicas recibe la educación estímulos y aportaciones; al mismo analítica, se ha destacado como una de las corrientes filosóficas
tiempo, el subsistema educación aporta y genera temáticas nue- en educación, particularmente en los medios norteamericanos.
vas a las disciplinas que estudian el conjunto humano-social. Esta línea se centra en el análisis de los conceptos y del lenguaje
Los análisis anteriores muestran cómo las ciencias de la educa- empleados en educación 22.
ción pueden ser fecundadas con los enfoques interdisciplinarios, d) Por último, cuando la filosofía no se deja reducir a crí-
sin perjuicio de que la unidad del objeto que estudian —la educa- tica y epistemología, se estima que puede contribuir también
ción— permita garantizar la deseable coherencia epistemológica. a formular una teoría de la educación e incluso a definir las fina-
lidades, con lo que se vuelve a recuperar su tradición normati-
vista. En este sentido, la filosofía de la educación vendría a cons-
3. Anotaciones sobre ¡a función de la filosofía en los estudios tituirse en paideia M.
sobre educación

En algunos puntos de la exposición anterior nos hemos refe- 21. R. Lallez, Philosophie et sciences de l'éducatíon, en Congrés Interna-
rido a la estrecha vinculación histórica entre filosofía y pedago- tional des Sciences de l'Editcation, 291; R. Leveque-F. Best, Para unafüoso-
gía —la pedagogía se constituye como ciencia formal al amparo sofía de la educación, en Debesse-Mialaret, Introducción a la pedagogía, Bar-
celona 1972, 95 s.
de los saberes filosóficos— y a la tendencia actual de desvincula- 22. G. S. Maccia, Contributions of epistemology toward a scíence ofedu-
ción de esta tutela por parte de las ciencias de la educación, que cation, en Congrés International des Sciences de I'Education, 249; I. Scheffler,
han iniciado un decidido proceso hacia la positividad. Estos he- El lenguaje de la educación, Buenos Aires 1970; G. F. Kneller, Introducción a
chos son comunes, por otra parte, a los procesos epistemológicos la filosofía de la educación. Cali 1967; B. O. Smith-R.H. Ennis, Lenguaje y
conceptos en la educación, Buenos Aires 1971. Esta corriente ha sido muy
seguidos por todas las ciencias humanas desde fines del pasado divulgada en España a través de las traducciones latinoamericanas.
siglo. 23. R. Leveque-F. Best, o. c., 97 s.

24 25
Las tres primeras líneas filosóficas responden a los plantea-
mientos de la corriente positivista y en ellas la filosofía de la educa- La lingüística y las ciencias humanas *
ción adquiere un sesgo cientista y logicista; la última intenta su-
perar las inevitables insuficiencias de las aportaciones científicas Víctor Sánchez de Zabala
—insuficiencias derivadas de la transitoriedad histórica de mu-
chos conocimientos o de los límites conceptuales y metodoló-
gicos de las ciencias del hombre— cofl la reflexión filosófica, que
desemboca, según los casos, en conjeturas, alternativas prescrip-
tivas o teorías normativas. Esta salida puede plantear problemas
de ideologización, con el consiguiente cuestionamiento de la le-
gitimidad de las diferentes orientaciones normativas.
Sería peligroso y erróneo, como advierte R. Lallez, concebir
las relaciones entre filosofía y ciencias de la educación según el
modelo de la antinomia —exclusión de la filosofía— o de la de-
pendencia —la filosofía como determinante—, ya que, por un lado,
las ciencias y la tecnología pueden llegar a cuestionar no sólo los
medios para alcanzar los objetivos, sino los objetivos mismos, y 1. La cuestión
por otra parte, la filosofía puede recurrir en su reflexión a las
ciencias M. Ante el título de esta ponencia, se habrán preguntado (como
Seguramente, como advierte Avanzini, ambos enfoques, el cien- también lo he hecho yo) qué tipo de esclarecimientos puede apor-
tífico-positivo y el filosófico, son solidarios y no competitivos. La tar la lingüística a las demás ciencias humanas, una vez que ha
axiología reclama ser prolongada por una investigación objetiva empezado a quedar flaccido el hinchado globo que una serie de
y la ciencia tiende a la inhibición cuando carece de marcos refe- discurridores más o menos ingeniosos nos han querido imponer,
renciales en temas tan críticos como la determinación de los obje- con el nombre de estructuralismo, como las-categorías-mismas-de-
tivos y sus implicaciones ideológico-cognitivas, la configuración la-reflexión —tomadas-de-la-prístina-fuente-de-donde-brotan—, el
de las estructuras curriculares o la adopción de actitudes respec- lenguaje (presuntas categorías que no pasaban de términos téc-
to a la relación educativa25. Desde estos puntos, sobre los que es nicos de una escuela lingüística, disparados a troche y moche
imprescindible ejercer una reflexión previa y tomar decisiones, sobre los temas que fuesen, sin cuidarse lo más mínimo de si ca-
se suscita la investigación objetiva en los diferentes campos de las saban bien con ellos, ni siquiera de si, al barajarlos profusamente,
ciencias de la educación. se producían las mayores incongruencias o se formulaban aser-
ciones vacías).
1.1. Posible importancia de la lingüistica para las demás cien-
cias humanas. Hay varias razones para pensar que el estudio del
lenguaje, incluso el realizado con el limitado enfoque que los lin-
güistas adoptan para investigar éste (como sucede en todas las
demás ciencias, por lo demás, si quieren penetrar profundamente
en su objeto), puede tener una gran repercusión en las restantes
disciplinas que se suelen llamar humanas.

* El presente texto constituye una reconstrucción de la ponencia que


deberla haber pronunciado en el Seminario que ha dado origen a este libro;
para tal reconstrucción me he valido de la (incompleta) grabación magneto-
fónica de lo que realmente dije, podándolo convenientemente de digresiones
24. R. Lallez, o. c., 292. superfluas por demás, y de las notas que utilicé para darla, cubriendo como he
25. G. Avanzini, o. c., 111 podido con retazos de recuerdos su descarnado armazón.

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