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N U E Y O S ~ H 1 S P A N 1 S M O.,.

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NUEVOS HISPANISMOS José R. Valles Calatrava
DIRECTOR: ~
Julio Ortega (Brown University)

Ded icada a la producción crítica hispanista a ambos lados del Atlántico,


esta sene se propone:
• Acoger prioritariamente a la nueva promoción de hispanistas que, a
comienzos del siglo XXI, hereda y renueva las tradiciones académicas y TEORÍA DE LA NARRATIVA
críticas, y empieza a forjar, gracias a su vocación dialógica, un horizonte
UNA PERSPECTIVA SISTEMÁTICA
disciplinario menos autoritario y más democrático
· • Favorecer el espacio plural e inclusivo de trabajos que, además de calidad
analítica, documental y conceptual, demuestren voluntad innovadora y
exploratoria
• Proponer una bi~lioteca del pensar literario actual dedicada al ensayo
reflexivo, las lenguas transfronterizas, los estudios interdisciplinarios y 1 -

atlánticos, al debate y a la interpretación, donde una generación de relevo 1

crítico despliegue su teoría y práctica de la lectura. 1

IBEROAMERI C ANA - VERVUERT - 200&


Bibliographi c information published by Die Deutsche Nationalbibliothek.
Die Deutsche Nationalbibliothek lists this publication in the Deutsche ÍNDICE
Nationalbibliografie; detailed bibliograplúc data are avai lable on the Internet
at http:/ / dnb.ddb.de

CAPITULO l. LA NARRATIVA COMO MODALIDAD DISCURSIVA . . . . . . 11


l. La narrativa no literaria y sus conexiones con la literaria . . . . 11
1.1. la narrativa natural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.2. la narrativa verboicónica: cómic y cine . ... . ... . .. . . 15
1.3. La narración histórica e informativa ........... .. .. . 19
Derechos reservados
2. La narrativa literaria .............. .. ............... .. . 24
© Iberoamericana, 2068
Amor de Dios, 1- E-28014 Madrid CAPITULO 11. Los GÉNEROS NARRATIVOS .. ..•.... .. . ... . . . . . . . 31
Tel.: +34 91 429 35 22 l. Géneros narrativos menores ............... ...... ..... . 32
Fax: +34 91 429 53 97 1.1 . Géneros menores de carácter épico . .. . .. . ......... . 33
info@iberoamericanalibros.com 1.2. Géneros menores de carácter narrativo ........... . . . 36
www.ibero-americana.net 2. La epopeya y la épica . . ..... . . .... ... . .. . .. . ......... . 37
2.1. Principales teorías sobre la épica .............. .. .. . 39
© Vervuert, 2008 2.2. La epopeya ......... . ...................... _ . .. . 44
Elisabethenstr. 3-9- D-60594 Frankfurt am Main 3. El cuento y la novela cona ....... . ................ .... . 46
Tel.: +49 69 597 46 17 3.1. El cuento popu lar ........... .. ...... . .... . ...... . 47
Fax: +49 69 597 87 43 3.2. El cuento literario .. . ........ . ............. . .... . 48
info@iberoamericanalibros.com 3.3. El microrrelato. La novela corta .. . .... ........... . 53
www.ibero-americana.net 4. La novela ..... . .... .... . .......... .. .. . .... . .... .. . . 55
4.1. Denominaciones y definiciones . .. ............... . . 56
ISBN 978-84-8489-386-8 (Iberoamericana) 4.2. La novela frente a la épica . ... .. . .. . .. ..... . ..... . . 57
ISBN 978-3 -86527-424-3 (Vervuert) 4.3. Del grado cero de la novela a la novela actua l . ...... . 60
4.4. La novela actual y la renovación de las técnicas narra-
Depósito Legal: S. 1.003-2008 63
tivas ... .. ...... ... ......... ...... · · ... · · · - · · · · ·
4.5. Características de la novela .. . ...... . .. .. ... ... ... . 66
Diseño de cubierta: Carlos Zamora.
4.6. Tipologías y subgéneros novelescos 70

CAPITULO III. EL TEXTO NARRATIVO 77


Este libro está impreso íntegramente en papel ecológico sin cloro.
l . El texto narrativo y sus estratos . .......... ............ . 77
1.1. E l auto r empírico ........ .......... . ........... . . 243
1.1. E l texto narrativo .... .. .............. ... ..... .. . . 80
1.2. E l lector empírico .............. . . . ...... .. ...... . 253
1.2. Los estratos del texto narrativo ................... . 84
2. El proceso comunicativo de la narrativa ..... . .......... . 259
2. Lenguaje, estructuras y técnicas en el texto narrativo ..... . 88
2.1. La comunicación literaria: principales teorías . .. .. .. . 260
2.1. E l lenguaje literario en el texto narrativo ...... . .... . 89
2.2. Las situaciones comunicativas del texto narrativo .... . 263
2.2. Estructuras y técnicas en e l texto narrativo ..... .... . 102
3. Características fundamentales del texto narrativo ...... . . . 115 269
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .. ... ............. . .. . .....•.. ·
3.1. La dimensión ideocultural y social ............ ... . . 115
3.2. La transdiscursividad .......................... ·.: . 128
3.3. La ficcionalidad . .. ... . .... ....... .. .. . ......... . 132
3.4. Otros rasgos de l texto narrativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137

CAPITULO IV. ELEMENTOS DEL TEXTO NARRATIVO . . . . . . . . . . . . . . 145


l . Los acontecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
1. J. Acontecí miemos y acción. Motivos y funciones como
representaciones sintácticas de los acontecimientos . . . 145
1.2. La lógica narrativa y la estructura del relato: secuencias,
organi zación y tensión narrativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
2. Los personajes ; . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160
2.1. Papeles funcionales de los personajes . . . . . . . . . . . . . . . 161
2.2. La identidad y actuación de los personajes . . . . . . . . . . . 167
3. El es pacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
3.1. Principales aportaciones teóricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
3.2. El espacio como marco: el lugar y el ámbito de actua-
ción. Relaciones con los acontecimientos y personajes . . 188
3.3. Presentación y organización discursiva del espacio . . . . . 194
4. El tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198
4.1. Escritura, lectura y tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199
4.2. Organización temporal del relato: la temporalización . . 202
5. La visión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
5.1. El punto de vista. . . ........ . ..................... 207
5.2. La focalizac ión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213
6. La narración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
6.1. La voz y el narrador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
6.2. Registro y tipología del discurso narrativo . . . . . . . . . . . 227
7. Autor y lector intratextuales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233
7.1. El autor implícito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233
7.2. E l lector imp lícito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 238

CAPITULO V. LA COMUNICACIÓN NARRATIVA 243


1. El autor y el lector empírico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243
CAPÍTULO I
LA NARRATIVA COMO MODALIDAD
DISCURSIVA

1. LA NARRATIVA NO LITERARIA Y SUS CONEXIO NES CO N


LA LITERARIA

En l!_n sentido especializado, el término de narrativa cubre dos acep-


ciones básicas: en primera instancia, el género natural o fundamental,
el modo textual que, juntoa otros tipos discursivos básli;os como la
lírica o la dramática, constituye desde la antigüedad -con numerosas
vacilaciones, indefiniciones y redefiniciones- la estructura tripartita
de los géneros literarios; en segundo término, el discurso marcado y
caracterizado por el acto de relatar, de contar ("decir o escribir una
. historia o cómo ha ocurrido cierto suceso", afirma de narrar el Dic-
cionario de Uso de Moliner). Es este último sentido el que permite
considerar como modelos discursivos de tipo narrativo - aunque de
carácter no literario- a ciertos tipos de relato que, como los conversa-
cionales, fílmicos, históricos o informativos, poseen una función y
estructura narrativa -el acto y el modo de narrar-,-s i bien con sus
finalidades y especificidades propias.
Un concepto como el de narratividad, que podría definirse glo-
balmente como la serie de cualidades intrínsecas y propias de los tex-
tos narrativos y que en principio ha sido acuñado en referencia fun-
damenta!_a la narrativ_a literaria (cuyo carácter deriva antes que nada
de su ontológica dimensión ficcional y de su institucionalización y
determinación sociocultural como tal 'literatura'), es totalmente váli-
do para marcar globalmente como 'narrativos' a todos esos tipos de
12 TEORÍA DE LA NARRATIVA LA NARRATIVA COMO MODALIDAD DISCURSIVA 13

modalidades textuales. Así, Greimas describe la narratividad en un (Mignolo, 1978: 47) de actividad verbonatural y no cultural, primaria
primer momento como "el proceso discursivo constituido por una y no artística.
sucesión de estados y transformaciones que permiten observar la apa- Ya Labov (1978: 29S) se ocupó de los relatos conversacionales e
rición de diferencias y la producción de sentido en un texto a cuyo intentó determinar su estructura general a partir de la elección de una
nivel de superficie pertenece", para redefinida después, en su sentido serie de narraciones sobre situaciones cotidianas en Harlem, estable-
de narratividad generalizada, como el principio organizador de todo ciendo primero el modelo estructural de narración natural (prólogo,
discurso (Greimas, 1979). El Grupo de Entrevernes (1979)- la entien- orientación o presentación, acción envolvente, valoración, resolución
de, en la línea de la primera descripción de Greimas, como "el fenó- y coda o epílogo, siendo los términos 3 y 5 los verdaderamente narra-
meno de sucesión de estados y de transformaciones, inscrito en el tivos y los únicos ·imprescindibles) y llegando finalmente a definir la
discurso y responsable de la producción de sentido". Prince (1987), narrativa conversacional como
en cambio, ofrece otra concepción donde se hace presente el papel de
la cooperación interpretativa lectora! en la producción del sentido, un método de recapitulación de la experiencia pasada que consiste en
puesto que, después de definirla como "el conjunto de propiedades hacer corresponder a una secuencia de acontecimientos -supuestamente--
que caracterizan a la narrativa y la distinguen de la no-narrativa, las reales una secuencia idéntica de proposiciones verbales.
características formales y contextuales que convierten a la narrativa
en más o menos narrativa" añade que El concepto de narrativa nqtural ha sido utilizado así por van Dijk
(1974) y Pratt (1977) para referirse al relato verbal generado espontá-
el grado de narratividad de un texto depende en parte de la medida en neamente en la comunicación conversacional cotidiana -por ejemplo,
que la narrativa concreta la expectativa del receptor, representando totali- lo que hizo el hablante el día anterior-; de este modo, los relatos con-
dades orientadas tempoxalmente (prospectivamente de inicio a fin y versacionales se opondrían por su condición "natural" a los relatos
retrospectivamente de fin a principio), que comprenden cualquier con- que -como los literarios escritos- tienen un carácter "elaborado",
flicto y están constituidas por situaciones y sucesos discretos, específicos
aparte de aparecer en contextos propios de la narración artística. La
y concretos, totalidades significativas en términos de un proyecto y de
narrativa natural es, pues, un fenómeno antiquísimo y puede relacio-
un universo humano o humanizado.
narse con el propio nacimiento de la narrativa literaria, también oral
en su origen -mitos, relatos épicos- y en muchas de las realizaciones
1.1. La narrativa natural que han sobrevivido hasta nuestros mismos días -cuentos orales-.
De hecñno,van Dijk esboza un esquema de los distintos tipos de
La actividad narrativa, en tanto que hecho puramente relator, es una textos narrativos, que entiende como "formas básicas" de la comuni-
de las manifestaciones más antiguas y se liga primordialmente a la cación textual, situando en un primer escalón la narrativa natural, en
dimensión de la comunicación lingüística básica. El relato natural, el siguiente los textos narrativos semiliterarios que tienen otro fin e
esto es, la narración conversacional es un fenómeno tan antiguo, tan intención (mitos, sagas, leyendas, cuentos populares, etc.) y por últi-
necesario, tan básico y tan permanente y duradero como la propia mo, en el tercero, las narraciones complejas y literarias (novela, cuen-
comunicación lingüística interpersonal y, por ello, se encuentra mar- to literario), lo que cabe representar así:
cado por sus propias características lingüísticas, comunicativas y
~ socioculturales: el predominio de la función referencial y -casi siem-
C) literaria
pre- del pasado, la identificación hablante/narrador y oyente/narra-
tario, la comunicación oral e in praesentia -verbalidad, paraverbali- B) semiliteraria
dad y directo-, la conceptuación sociocultural y metalingual NARRATIVA: A) natural
LA NARRATIVA COMO MODALIDAD DISCURSIVA 15
14 TEORÍA DE LA NARRATIVA

Escribe van Dijk (1983: 154) al respecto: ficcional y verosímil y una función lingüística/referencial antes que
literaria/poética. Efectivamente, en numerosos casos, el relato oral
Tras las narraciones 'naturales' aparecen en segundo lugar los textos conversacional, acercándose ya mucho a lo que serían los géneros
narrativos que apuntan hacia otro tipo de contexto, como las anécdotas, literarios narrativos básicos -orales, anónimos y folklóricos (cuentos,
mitos, cuentos populares, las sagas, leyendas, etc. y, en tercer lugar, las leyendas, romances, poemas épicos, mitos, etc.)-, puede adoptar for-
narraciones frecuentemente mucho más complejas, que generalmente cir- mas cuasiliterarias o literarias (dependiendo de la sanción que las
cunscribimos al concepto de 'literatura': cuentos, novelas, etc. cambiantes pautas socioculturales efectúen del mismo en cada
momento): el relato de una anécdota, la narración de un caso memo-
Las posibilidades modales org~nizativas de la narrativa conversa- rable la formulación y respuesta de un enigma, el contar un chiste.
cional o natural se pueden relacionar fundamentalmente con aquello P;ro, independientemente de la narrativa literaria -oral o escri_ta,
que, considerado en una perspectiva de capacidad mental o compe- popular o autora!- y en otro nivel distinto al del relato conversac¡~­
tencia universal e innata y de tipos de estructuración del pensamien- nal natural, existen otras modalidades narrativas, distinguidas genén-
to, denominó formas simples André Jolles. Según él (Einfache For- ca y socioculturalmente de las literarias aunque con muchos puntos
men, 1930), estas serían una serie de modelos mentales universales de contacto entre ellas, que conviene mencionar también, aunque en
primarios y previos a su posible actualización lingüística, "una espe- absoluto con pretensiones de exhaustividad sino con fines propedéu-
cie de principio estructurador del pensamiento humano al expresarse ticos, deslindadores y ejemplificadores. Se trata, principalmente, _de
en lenguaje" (Scholes, 1974: 69), que se distinguirían de las formas narraciones artísticas verboicónicas pero no estrictamente literanas
literarias porque estas últimas serían creaciones yerbales, conscientes, -como el cine, el cómic e incluso ciertos relatos televisuales- y de las
individuales e irrepetibles. Las formas simples podrían ser -básica- narraciones de carácter y finalidad primordialmente informativa
mente- puras, actualizadas o referidas, según respectivamente corres- -noticia, crónica o reportaje-. Conviene recordar a e.ste respecto
pondan a esos modelos universales pregenéricos y prelingüísticos, a cómo el número 8 de la mítica revista Communications (cfr. Barthes
su realización linguoverbal concreta y a su construcción en una obra et alii, 1966), además de distintos trabajos de reputados narratólogos
literaria determinada: así, la forma "mito", el relato mítico del mino- franceses sobre diversos aspectos de la narración literaria, incluía
tauro y el cuento de Borges La casa de Asterión 1• De otro lado, en lo estudios sobre el chiste, la noticia, el film y el mito como relatos fir-
relativo a sus posibilidades de modelo organizador concreto del pen - mados respectivamente por Violette Morin, Jules Gritti, Christian
samiento y de las posibles actualizaciones lingüísticas y literarias pos- Metz y A. J. Greimas.
teriores, Jolles distingue y define distintos tipos de formas simples:
caso, chiste, cuento, dicho, enigma, leyenda, memorabile, mito y saga
(Scholes, 1974: 69-70). 1.2. La narrativa verboicónica: cómic y cine
Estas formas simples se relacionan por su misma definición - men-
tales, universales y preliterarias- con las distintas posibilidades orga- Entre las fórmulas narrativas artísticas no literarias, dado que la tele-
nizativas y constructivas que puede tener la narrativa natural, más visión comparte -en lo que afecta a su dimensión narrativa-las pecu-
allá de su ejercicio primario de mero relato conversacional sobre liaridades fílmicas, destacan fundamentalmente dos modalidades de
hechos sucedidos o a suceder al hablante, donde, sin duda, primaría carácter verboicónico, que integran la imagen con la palabra: el cine Y
una dimensión predominantemente realista y veridictoria antes que el cómic.
El término cómic, de origen inglés, se ha ac!im~tado en España,
1
donde también se denomina metonímicamente tebeo; es sinónimo
Obsérvese la relación de esta tripartición con el modelo organizativo trimembre
de van Dijk. referencial de la denominación hispanoamericana de historieta o tira
16 TEORÍA DE LA NARRATIVA LA NARRATIVA COMO MODALIDAD DISCURSIVA 17

cómica, la italiana de fumetti o la francesa / portuguesa de bande des- da (crítica, historia, teoría). En segundo término y en vinculación con
inée!desenhada. Designa una modalidad narrativa básicamente icóni- el anterior, por la cantidad de estudios teóricos, críticos e históricos
ca, de extensión variable y organizada formalmente en viñetas escéni- que versan sobre este arte. En tercera instancia, por la propia existen-
cas -como si fueran fotogramas dibujados-, en las que se integran, cia -en la medida en que se puede hablar de un lenguaje literario espe-
como soporte expresivo fundamental, la imagen gráfica pintada y, cífico- de un lenguaje cinematográfico concreto, marcado por la
usualmente, un texto verbal -en los llamados bocadillos- y que está coaptación de una pluralidad heterogénea de códigos (técnico-narra-
elaborada con procedimientos técnicos y reproductivos específicos. tivos, lingüísticos, cinésico-proxémicos, exclusivamente fílmicos), de
A estos últimos procedimientos concretos se refiere Reis (1987: 42- unos signos singulativos (iconos) y de unas operaciones específicas
43) al indicar que "desde un punto de vista semionarrativo, importa previas (rodaje, filmación, montaje) conducentes a la presentación del
subrayar, en términos genéricos, que la narrativa de cómic resulta de texto fílmico final. ~
la articulación de un conjunto de contenidos diegéticos (personajes, Pero lo que nos interesa aquí no es adentrarnos en las singularida-
acciones, espacios) con un conjunto de procedimientos discursivos des de la teoría, técnica o historia bien del hecho cinematográfico o
(tratamientos temporales, perspectivación narrativa), completados bien del hecho fílmico, sino únicamente apuntar la condición de dis-
por opciones compositivas que inciden en la economía del relato en curso artístico narrativo no literario del cine -con tanto mayor grado
su globalidad (por ejemplo, montaje)". de narratividad cuanto más ficcional y alejada de la mimesis directa
El cómic surge en Estados Unidos a fines del siglo XIX, de modo sea la peücula- y, en conexión con lo anterior, marcar las imbricacio-
muy ligado al desarrollo de la prensa, y progresivamente va adqui- nes existentes entre la narrativa fílmica y la literaria, muy particular-
riendo un desarrollo formal, téc nico y consumístico que provoca mente4a novela. En este sentido, cabe aludir a dos aspectos esenciales
también su difusión autónoma en historias narrativas cada vez más de sus relaciones: el concerniente al transvase de determinadas técni-
amplias y específicas, lle gando a generar, particularmente para un cas narrativas y el referido a las adaptaciones transductivas lntergené-
público infantil de distintas épocas y países, personajes inolvidables. ricas de novela y cine; y es que las interinfluencias entre distintas
Este éxito mundial ha auspiciado la particular ligazón del cómic con artes, tanto en el plano directo de la intertextualidad como en el de las
la narrativa literaria y especialmente con la narrativa fílmica y televi- adaptaciones y las técnicas y procedimientos constructivos, ha sido
sual en numerosas y continuas adaptaciones en una doble dirección: una constante -como demuestra la propia existencia de la Estética-
transducciones del cómic al cine (Flash Gordon, Batman, X M en, en la historia de la escritura artística.
etc.) y, a la inversa, realizaciones fílmicas basadas en el dibujo y En el terreno de las conexiones entre las distintas técnicas narrati-
-actua:Jmente-los procedimientos infográficos que en origen eran vas, el cine debe sin duda mucho -y no solo en la inspiración de sus
textos narrativos literarios (los cuentos de la Cenicienta o la Bella historias o en la importancia de la lectura novelística como elemento
Durmiente llevados inicialmente al "dibujo animado" por Walt Dis - formativo- a la narrativa literaria, mucho más antigua, canónicamente
ney, por ejemplo). fijada y socioculturalmente instituida. Determinadas pel!Culas han uti-
El caso del cine es, tanto en su identidad como en sus relaciones lizado técnicas narrativas primarias como base de su diseño y cons-
con la narrativa literaria -y siempre refiriéndonos exclusivamente al trucción: así, el paralelismo o el contraste, la construcción en escalera
llamado cine narrativo-, aún más complejo que el anterior. En primer o en anillo, y particularmente el suspense o retardación -piénsese en
lugar -aunque tampoco es ajeno a tal cuestión el cómic-, por el dise- Hitchcock-, a las que ya se referían los formalistas rusos y fundamen-
ño de diferentes objetos de estudio "cine" dependiendo no solo del talmente S}:ili.lovski (192?a). Más importante aún es la presencia en el
marco teórico explícito o implícito desde el que se segrega y la pers- cine de la llamada "cámara subjetiva", tomada de la tradicional focali-
pectiva que se adopte (histórica, semiótica, estética, psicológica,· eco- zación interna o de personaje propia de la narrativa literaria; el primer
nómica, etc.) sino del mismo estatuto disciplinar desde el que se abor- caso del uso de esta técnica durante toda una película se produce en La
18 TEORÍA DE LA NARRATIVA LA NARRATIVA COMO MODALIDAD DISCURSIVA 19

dama de/lago de 1946 de Roben Montgomery, donde la cámara se originales de películas o series televisivas (Brigada Central de Juan
instala en los ojos del detective, que, al margen de sus apariciones Madrid) que luego han sido acomodados y reescritos como novelas.
como narrador, no se ve nunca cuando actúa como protagonista sino Son, pues, múltiples los casos de imbricaciones transtextuales, téc-
cuando en un par de ocasiones se refleja brevemente en un espejo. nicas y de lenguajes específicos producidos entre las artes visuales
Pero, a la inversa, la narrativa literaria, sobre todo la novela, tam- narrativas y la narrativa literaria. Aparte de las vinculaciones ya cita-
bién se ha hecho eco muy frecuentemente de las distintas técnicas fíl - das, quedan aún otras correlaciones menos palpables pero no menos
micas y de otras artes visuales -incluso el cómic-. Ocurre así particu- ciertas: la iconicidad en la literatura, la presencia del narratario fílmi -
larmente con el montaje, concepto procedente de la cinematografía co representado y aludido mediante la voz en off, la similitud del rea-
que designa la concatenación, ordenación y ritmo de Jos distintos lizador cinematográfico y el narrador novelesco o del montador y de
planos y secuencias de una película o de las viñetas de un cómic y un determinado tipo de ensamblaje o construcción del texto narrati-
que, en la novela, se refiere a la adjunción por parte del autor -como vo, los papeles del lector/espectador y del autor/director- guionista-
si de un montador se tratase- de fragmentos secuenciales que inte- montador, etc.
gran la organización sintáctica discursiva de los diversos episodios de
la historia, empleado por poner un caso en Como agua para chocola-
te de Laura Esquive!. Ocurre así particularmente también en la llama- 1.3. La narración histórica e informativa
da "focalización externa" literaria -la visión desde fuera de Pouillon
y Todorov (1966, 1973 ), The camera de Friedman (1955) o el modo Ya en la Poética de Aristóteles (cfr. González, 1987: 59-60) la historia
cinematográfico db Villanueva (1989)-, que designa la perspectiva se distingue de la poesía no tanto por el carácter versal de la última
narrativa puramente conductual y objetivista, tomada de la represen- cuanto, fundamentalmente, por el carácter de veracidad de la primera
tación pura, carente de introspección, evaluación y matices éxtrana- frente al de verosimilitud de la segunda, porque una cuenta "lo que
rrativos de la cámara fotográfica o cinematográfica; en El halcón mal- ha ocurrido y otra lo que podría ocurrir". Esta diferenciación aristo-
tés (1929) de Hammett por ejemplo -como en otras de sus novelas y télica, coherente tanto con su sistematización de los discursos como
cuentos- no solo se aprecia este tipo de representación objetivista de con el propio origen etimológico del término historia (vinculado a
origen fílmico sino también la influencia del cómic en la descripción histor, testigo, pero también a historeo, saber o conocer), es práctica-
del rostro de Spade (construido por el ensamblaje del trazo de tres mente la misma que se ha mantenido en la conceptuación sociocultu-
"uves") o en la misma ralentización o deceleración de la velocidad ral de las modalidades discursivas hasta nuestros días: la historia sería
temporal (en el fragmento del puñetazo del detective a Kayro) que un discurso atenido a la verdad de los hechos p;sidos, más o menos
puede vincularse con la denominada en cine "cámara lenta". remotos.
En el campo de las adaptaciones intergenéricas, uno de los fenó- Y, sin embargo, el propio carácter de relato del discurso histórico,
menos que integran el caso de las transformaciones textuales o trans- sus evidentes conexiones con modelos y fórmulas narrativas litera-
ducciones junto con la hipertextualidad y la traducción, se evidencian rias, su a-neutralidad ideológica y enraizamiento teórico explícito o
también múltiples relaciones entre la narrativa verboicónica no litera- implícito, su papel cultural y su vinculación con determinados len-
ria y la narrativa literaria, sobre todo entre cine y novela. Existen guajes o discursos ideosociales y políticos, la propia reconstitución
multitud de relatos literarios, algunos de ellos conspicuos y de fácil del objeto de estudio por cada perspectiva teórica antes que la exis-
recuerdo, que han sido transmutados, a través del guión literario y tencia fija de unos hechos pasados independientes de la visión, cues-
luego del técnico, a narraciones fílmicas (El nombre de la rosa de Eco tionan fuertemente esa idea general dominante. Ya Ricoeur (1980: 57-
y Jean Jacques Annaud, por ejemplo); también son posibles, aunque 58) advertía de las fuertes homologías existentes entre el relato
más raras, las adaptaciones inversas, es decir, los guiones literarios histórico y el relato literario:
20 TEORÍA DE LA NARRATIVA LA NARRATIVA COMO MODALlDAD DISCURSIVA 21

La historia y la ficción se refieren ambas a la acción humana, aunque lo Barthes et alii, 1966) o el mismo Francisco Ayala (1970). La diferen-
hagan con dos pretensiones referenciales diferentes. Solamente la historia cia fundamental de estos relatos con respecto a las narraciones litera-
puede articular la pretensión referencial de acuerdo con las reglas de la rias o a otras artísticas no literarias estriba fundamentalmente en su
evidencia común a todo el cuerpo de las ciencias (... ) Las narrativas de carencia de dimensión ficcional y máxima referencialidad y mimetis-
ficción pueden cultivar una pretensión referencial de otro tipo, de acuer- mo con respecto a la realidad. Si bien la novela o el cine pueden llegar
do con la referencia desdoblada del discurso poético. Esta pretensión en algunos casos -autobiografías, novelización de casos reales, docu-
referencial no es sino la pretensión de redescribir la realidad según las mentales, etc.- a minimizar la dimensión ficcional y la narratividad
estructuras simbólicas de la ficción. en beneficio de una mimesis y una representación realista máxima, el -
relato informativo -incluso el de mayor componente subjetivo- se
Pero dejando al margen las propias dudas sobre tal conceptuación . caracteriza precisamente por su centramiento en lo que Albaladejo
tradicional de la historia aportadas por algunas de las investigaciones (1986, 1991) ha denominado el "mundo de lo verdadero", esto es, por
más recientes sobre el papel de la metodología y teoría de la historia el predominio de la función referencial antes que de la poética, por el
(Foucault, 1969; Ricoeur, 1983; White, 1987) -que exceden las pre- máximo grado de mimesis antes que .de ficcionalidad, por la supuesta
tensiones de este trabajo- y situándonos tan solo en el ámbito antes acentuación de la veracidad y objetividad 2 antes que de la verosimili-
aludido de la historiografía clásica, cabe señalar cómo esta ya estable- tud, la subjetividad y la imaginación, por su atención a la inmediatez,
ce notorias relaciones con la narrativa (Calame, 1986: 69-84; Ruiz la ñovedad y el interés general antes que a la propia escritura, en suma
Montero, 1998: 328-329), incorpora numerosos elementos noveles- por ser un relato de y sobre hechos (actuales y noticiables, novedosos
cos (Fusillo, 1989: '58) y hasta ofrece una dimensión retórica y emoti- e interesantes). Es este último, también, un factor que diferencia pri-
va en la historia trágica helenística (Alsina, 1991: 444 ). mordialmente a la información de la historia.
- La historia en tanto que relato, ya desde su primer cultivo, ofrece Como en el caso anteriormente visto del cine y el cómic, la narra-
pues numerosos contactos y relaciones con la narrativa·literaria. Estas tiva informativa posee también determinados códigos específicos
conexiones, que se han ido fortaleciendo paulatinamente con el trans- (lingüísticos, icónicos y gráficos/infográficos), determinadas técnicas
curso del tiempo y el desarrollo de la historia y la novela, se hacen compositivas y organizaciones formales (columnas y módulos, espa-
mucho más patentes cuando se piensa en géneros historiográficos de cios o páginas, secciones, titulares//eads/cuerpos, etc.), determinadas
aún más marcada dimensión narrativa, como los anales o las crónicas pautas profesionales de escritura y estilo (objetividad y veracidad
por ejemplo. Pero tampoco la narración literaria se ha mantenido al informativa, construcción de la noticia mediante la famosa regla de
margen de la historia (no en balde el mismo Diccionario de autoridades las 6 W, atención a ia novedad, interés y actualidad, etc.), determina-
de 1734 define a la novela como "historia fingida"); esta cuestión se dos medios de reproducción y creación de diferentes situaciones
aprecia principalmente en el cultivo de la llamada novela histórica, un comunicativas (básicamente prensa, radio y televisión) y determina-
género de filiación romántica (vinculado a la idealización del pasado, la dos géneros o modalidades textuales concretas del macrogénero
búsqueda de la identidad nacional y el retorno a los orígenes) que ha informativo (fundamentalmente noticia, información, crónica y
tenido un notable resurgimiento mundial, del que sobran conspicuos reportaje), que se distinguen entre sí principalmente (Valles, 1991)
ejemplos, en las postrimerías del siglo XX. Con fronteras difusas y desdi-
bujadas salvo por las majadas socioculturales dominantes, la historia y la 2 El relato informativo, en la medida en que es tal y en la medida en que está

novela histórica sufren un nuevo auge que las vincula también en lo que mediado y manipulado subjetivamente -sin entrar en los casos también existentes de
Villanueva (1987: 37) calificó de "proyección tr"ªscendente del pasado". falsificación consciente-, constituye también una narración que no solo contribuye a
crear opinión sino, asimismo y como el lenguaje, a modelar nuestra visión de la reali-
Las modalidades o géneros de la información constituyen tam- dad y a instalarse, siendo un sustituto sígnico, en el lugar de la propia realidad que
bién relatos, como bien advirtieron ya, entre otros, Jules Gritti (cfr. representa.
TEORÍA DE LA NARRATIVA LA NARRATIVA COMO MODALIDAD DISCURSIVA 23
22

por el mayor o menor grado de actualidad del tema, la mayor o crítica elaboró a partir de ella la noción de Jaction (de Jact, hecho
menor extensión, la mayor o menor elaboración estilística, la mayor real), frente al usual nombre de fiction con que se alude usualmente a
o menor presencia de la subjetividad del narrador, la mayor o menor la literatura y particularmente a la narrativa. Asimismo, en el caso de
minuciosidad narrativa y descriptiva, la elaboración directa o de la novela policiaca por ejemplo, es bien conocido el caso de cómo dos
archivo y el relato en tercera o primera persona. de las novelas cortas de Poe -Los crímenes de la calle M orgue y El
Pero tampoco aquí, como en el caso anteriormente visto, nos inte- misterio de Marie Roget- suponen una ficcionalización literaria de
resan tanto las singularidades de la narrativa informativa cuanto sus dos crónicas periodísticas de sucesos; esta misma modalidad informa-
posibles relaciones transtextuales y de procedimientos técnico-com- tiva fue la responsable de la creación de toda la tradición de las "cau-
positivos con la narrativa literaria. sas célebres", que ha desembocado en la novelización más actual de
En las conexiones temáticas y textuales de la información y la lite- crímenes reales famosos, del mismo modo que, más recientemente,
ratura, la narrativa, sobre todo la novela, ha tenido una fuerte inci- las noticias y el consiguiente interés de la población sobre las guerras,
dencia de toda índole en el relato periodístico: estilos y formas de el espionaje o el terrorismo han auspiciado el surgimiento y desarro-
escritura, procedimientos técnicos y artificios retóricos, temas e ideas, llo de las submodalidades de la novela de aventuras denominadas
todo ello ha empapado fuertemente al escritor periodístico, que siem- bélicas, de espionaje o de terroristas .
pre ha encontrado en la literatura un modelo canónico y un cauce de Pero además de las conexiones transtextuales, los procedimientos
inspiración de su escritura. Tan es así que la prensa, ya desde sus mis- técnicos y constructivos de la narrativa literaria e informativa se han
mos inicios dieciochescos y decimonónicos, cuando por razones téc- hecho mutuamente presentes en el otro campo. La novela le ha pres-
nicas y de velocidad de circulación de la información estaba mucho tado a la información sobre todo ideas, pautas, estilos y artificios de
más vinculada a la modalidad de la opinión que de la información, escritura, pero también la focalización interna que se hace patente en
cedía grandes espacios para el debate, la información, el juicio o la determinadas crónicas o entrevistas, su capacidad integradora e inter-
misma práctica literaria; la modalidad más específica y sobresaliente textualizadora que se aprecia, por ejemplo, en las citas -no solo lite-.
que resultó de este interés fue el surgimiento de la crítica literaria, rarias- o algunas técnicas básicas (paralelismo, contraste, estructura
como discurso periodístico específico dedicado a enjuiciar determi- circular) y procedimientos narrativos usuales (anacronías temporales,
nadas obras literarias concretas, esto es, como un metadiscurso o formas de caracterización de personajes, descripción de espacios, etc.)
metatexto (Genette, 1982) que dobla y glosa el texto literario directo. que aparecen en la construcción del cuerpo de ciertas noticias o de
La actividad de la crítica periodística, aunque relegada cada vez a otros géneros periodísticos.
menos páginas y menos frecuentes, si bien acusando una notoria pér- De otra parte, también la técnica periodística se ha hecho patente
dida de poder e influencia formativa y publicitaria ante los discursos en la escritura literaria narrativa. No se trata únicamente de la fre -
comerciales y mediáticos cada vez más potentes, continúa aún su cuente inserción de determinados textos periodísticos -reales o ficti-
andadura generalmente vinculada ·a suplementos semanales, ya ni cios- dentro de numerosas novelas, llegando incluso en algunos casos
siquiera monográficamente literarios sino artísticos o culturales. (el Libro de Manuel de Cortázar) a yuxtaponerse wn otros elemen-
Por otro lado, también la atracción, el interés público y la crecien- tos heterogéneos en una construcción de montaje o de collage, sino
te trascendencia de la información han influido en los temas y en la de la incidencia de la técnica periodística en la escritura novelesca. Así
constitución de novelas y hasta de géneros narrativos particulares. ocurre con el objetivismo, la introducción del argot y el uso de la
Acaso la muestra más conocida sea la de la novela A sangre fría de cláusula breve que cimentan, junto a la focalización externa, el "des-
Truman Capote -también periodista-, tan basad_a y ajustada a las carnado estilo" de Hammett, que se apoya asimismo sin duda en la
noticias de los diarios sobre un crimen real y, estilísticamente, con un técnica periodística tanto como en el cine mudo y otras artes visuales
lenguaje y técnicas tan vinculadas a la narrativa informativa, que la y la propia tradición estadounidense del relato popular previo de
24 TEORÍA DE LA NARRATIVA LA NARRATIVA COMO MODALIDAD DISCURSIVA 25

aventuras criminales. Así ocurre, igualmente y sobre todo, con la téc- rios utilizados para la definición de los géneros (diégesis/ mimesis,
nica del reportaje, frecuentada ya en la narrativa europea desde o bj e ti vol su bj et ivo, na tural!h istó rico, existencial idad/ ficc i onalid ad,
mediados de siglo 3 y que puede apreciarse perfectamente en La ver- autorallinterpersonal, etc.), la propia dificultad de adscribí r exclusiva
dad sobre el caso Savolta de Eduardo Mcndoza. y hasta preemincntemente las categorías de épico, dramático o narra-
tivo a los tres géneros, la necesaria distinción entre los modelos insti-
tucional e históricamente instituidos aunque mutantes y los conjun-
2. LA NARRATIVA LITERARIA tos definid os por similitudes discursivas no siempre ni exclusivas ni
patentes (los géneros/tipos de Todorov), las desdibujadas fronteras
Referirse a la narrativa literaria significa, inevitablemente, aludir a sus de cualquier tipología de "clases de textos" sobre todo en . relación a
diferencias con respecto a los otros grandes géneros literarios, esta- . la heterogeneidad, canibalización y transgenerización e intergeneri-
blecer su factor específico con respecto a la lírica y la dramática. zación de numerosos textos literarios concretos, la propia realidad
No es este lugar, sin embargo, para en trar en todas las cuestiones histórica v normativamente cambiante de los textos y géneros litera-
relativas al propio concepto de "gé nero" y a los elementos fund a- rios, la misma separación de la Poética y la Literatura en el campo de ·
mentalmente formales , temáticos o discursivos que han servido para los géneros no esco nden la utilidad y operatividad de una clasifica-
formular la estructura tripartita básica y definir cada uno de los ción válida y necesaria, siempre que esquive los riesgos de lo canóni-
modelos primordiales de los denominados géneros fundamenta~es, co y lo ma~iqueo. Por eso, Genette (1979: 84-85) considera muy acer-
géneros naturales, tipos o modalidades discursivas (lírica, dramática, tadamente -sobre todo si le sumamos el componente institucional y
narrativa). Su enunciación terminológica directa por Cascales, basán - sociocultural que me parece fundamental para entender no solo estas
dose va en la división e ideas al respecto de Minturno y con las for- categorías tan li ga das al estudio y la consideración de lo que sea la
mula~iones precedentes más o menos indirectas y asistematizadas de propia literatura sino incluso su enraizamiento y construcción del
La República platónica, la Poética aristotélica y la Epist#la ad Pisones }"' objeto 'género' de forma vinculada a determinados marcos teóricos e
horaciana, se ha aclimatado fuertemente en la concepción sociocultu- ideoculturales- que los géneros son "divisiones clasificatorias de las
ral occidental de la literatura, particularmente tras su iteración y sis- obras literarias, obtenidas mediante la determinación de conjuntos
tematización en todos los tratados poéticos clasicistas, su reconoci - diferenciados por la combinación de rasgos temáticos, discursivos y
miento como " formas naturales" por Goethe, su organización en formales".
relación a la estructura dialéctica (objetivo 1 subjetivo 1 objetivo-sub- Aceptando, pues, desde esta perspectiva y con tales matizaciones
jetivo) por Hegel y hasta su formulación como entidades evolutivas, -y reservas, el esta tus de la narrativa (o épico-narrativa) como género,
mutantes y adaptables, por Brunetiere. habría que precisar entonces cuáles serían las peculiaridades de toda
En el siglo xx, no obstante, el desarrollo de la teoría literaria ha
índole que permiten su propia identidad y caracterización como clase
venido a replantear no solo muchas de las nociones en que se basaba
textual. Intentando esbozar estas singularidades y deslindar lo especí-
esta articulación trimembre sino incluso su propia constitución, aña-
ficamente narrativo, Kurt Spang (1993: 104-105) esboza el siguiente
diéndose en algunos casos un cuarto gé nero o redefiniéndose los
inventario de ras gos, que aquí se exponen resumidos: a) la situación
caracteres de los tres básicos. Lo cierto es que la diversidad de crite-
básica subyacente del relato de una historia por alguien; b) la existen-
cia de un narrador; e) la condición ficcional de la historia y el narra-
dor; d) la posibilidad exclusiva de narrar la subjetividad ajena; e) la
J Es famosa la polémica que, particularm ente sobre el reportaje,_ el montaj: !' o tras
técnicas narrativas, tuvo en Das Wort Lukács, Jefensor del real= y crmco del "reducción a la palabra", esto es, la presencia de un lenguaje literario
empleo de tales procedimientos en la novela expresionista--en tamo que máxima cum- esencial y básicamente verbal; f) la objetividad, la "sugestión de lo
bre del simbolismo y el modernismo-, con Bloch y tamb•en con Brecht (Gallas, 1971 ). real"; g) el carácter diferido de la comunicación narrativa.
26 TEORÍA DE LA NARRATIVA LA NARRATIVA COMO MODALIDAD DISCURSIVA 27

Mieke Bal (1987: 16), por su parte, indica que los rasgos que posee cialmente mediante actividades diversas que filtran, median y organi-
idealmente todo el corpus de textos narrativos serían las de tener dos zan la información no solo de modo narrativo (registros, voces, dis-
tipos de portavoces, uno de los cuales juega un papel en la fábula y cursos, palabras) sino de modo representativo (focalización, selec-
otro no (narrador y autor), la de poseer tres estratos descriptibles ción, omisión o sobreabundancia de informaciones, veracidad o
(texto, historia y fábula) y la de tener un contenido narrativo consis- engaño, etc.)
tente en una serie de acontecimientos conectados que causan o expe- La historia o contenido narrativo básico no es solo una articula-
rimentan los actores. ción de una serie de acontecimientos experimentados por los actores
La base de la teoría hegeliana sobre la objetividad y la expresión durante unos ciertos lapsos de tiempo y en ciertos lugares sino un
de la totalidad del mundo mediante la representación de una acción material diegético que (discursivamente) se transmite verbosimbóli-
particular subyace en la idea de Aguiar e Silva sobre la narrativa como· camente, se estructura y organiza mediante determinadas técnicas,
representación literaria de la interacción del hombre con el mundo, permite tener en metadiégesis otras historias internas o enclavadas o
con su medio histórico, social y físico; Aguiar, además, caracteriza a ser una sucesión hilativa de ellas, se cuenta y hace ver selectivamente
la narrativa por dos factores fundamentales, la presencia de un narra- de uno u otro modo: piénsese en el ya citado relato de Borges La casa
dor y la presencia de una historia ficcional, que la diferenciarían tanto de Asterión como versión sorprendente del mito del minotauro.
de la dramática (solo historia) como de la lírica (ninguno de los dos). La dimensión ficcional, el pacto narrativo y la construcción de un
Especifica de este modo A guiar (1988: 599) su tesis [y traduzco]: mundo posible no niegan ni la posibilidad de ficcionalización e inser-
ción en el texto de espacios o seres procedentes de la realidad física ni
El texto narrativo literario se caracteriza fundamentalmente por su "radi- tampoco la capacidad de referencialidad indirecta y de representa-
cal de presentación" - un narrador, explícitamente individuado o reduci- ción/alusión a la realidad por el texto narrativo (lo que Ricoeur lla-
do a 'grado cero' de individuación, funciona en todos los textos narrati- maba-la "redescripción de la realidad según las estructuras simbólicas
vos como una instancia enunciadora que cuenta una historia- y por de la ficción": muy evidentemente, el ejemplo ya citado de A sangre
relatar una secuencia de acontecimientos ficcionales, originados o sufri- fría), así como de su relación -conforme o disconforme- con deter-
dos por agentes ficcionales, antropomórficos o no, individuales o colecti - minadas pautas y nociones ideoculturales y determinados lenguajes
vos, situándose tales sucesos y tales agentes en el espacio de un mundo sociales (ideología e ideologemas, sociolectos e ideolectos, etc.)
posible. Narrar la subjetividad ajena no es sino un simulacro al que otor-
gamos carta de veracidad en los textos narrativos, sobre todo por las
Respecto a lo planteado por estos teóricos de un modo muy general y posibilidades ofrecidas por la focalización omnisciente o cero y en
si ntético, particularmente por Spang, cabe hacer algunas precisiones 4 función de los pactos implícitos epistémicos y de la veridicción (s~be­
que en absoluto niegan sus asertos pero sí tienden a mostrar su com- mos que ningún narrador es Dios, aunque el enunciador y los lecto-
plejidad. res juguemos a ese juego); tampoco es una característica singular~
El narrador es una entidad intratextual y ficcional que -intervenga
-aunque SJ' muy usua- 1 d e 1os textos narrativos,
. ' ~
puesto que tam b"ten r----{
en la historia contada o no, esté identificado o no, ceda la palabra y la lírica y la dramática permiten, a través de la voz del hablante lírico (1)
respete más o menos escrupulosamente los discursos ajenos o no- se
o de un personaje, el simulacro del conocimiento del universo psíqui---o
relaciona con otras entidades intratextuales -autor implícito y narra- co ajeno. 2
tario, su correlato- y extratextuales -autor empírico- y opera esen-
Finalmente, tampoco la situación comunicativa diferida, la comu- 3
nicación in absentia, marcada por la escritura, los pac_!os narrativos y J
4
la distancia espaciotemporal entre emisor/receptor, es la única que se~
Todos estos aspectos serán examinados de forma más detenida en los lugares
pertinentes de este trabajo.
da -si bien sí es la más frecuente- en la transmisión de los textos U)
28 TEORÍA DE LA NARRATIVA LA NARRATIVA COMO MODALIDAD DISCURSIVA 29

narrativos; la comunicación in praesentia y la escenificación y para- matizada y enriquecida: justamente al análisis y estudio del texto
verbalidad se dan en la transmisión oral de textos narrativos y el narrativo, de sus estratos y componentes intratextuales (acción, lugar,
nuevo hipertexto derivado de las situaciones comunicativas telemáti- tiempo, actores, narración, representación, implicitud autora! y lecto-
cas ofrece también otras particularidades destacables. ra!), de sus rasgos usuales (polifonía y plurilingüismo, ficcionalidad,
En general, sin embargo, como puede apreciarse, estas tres opinio- sugestión de lo real y referencialidad, isotopías, mediación ideocultu-
nes, que desglosan de modo más o menos detenido las particularida- ral, transdiscursividad, etc.), de los géneros narrativos (epopeya,
des del texto narrativo, coinciden en la atribución de un papel esen- novela, cuento y otros géneros menores), de la comunicación narrati-
cial a la existenciasinguladora de dos elementos: un hablante y lo que va (autor y lector empírico, comunicación básica in absentia, pacto
dice, el narrador y la historia. Pero, recogiendo los anteriores plante- narrativo, texto oral, texto escrito e hipertexto), de su lenguaje,
amientos y ampliándolos desde la distinción tripartita de Genette estructura y técnicas, etc., se destinan las páginas siguientes de este
entre historia/narración/relato (entendiendo el primer y tercer térmi- trabajo, que pretende justamente ofrecer un panorama sistemático
no en el mismo sentido en que le da el teórico francés), se podría estar del texto narrativo y de las teorías y conceptos más relevantes genera-
ya cerca de establecer una configuración, si bien esquemática e inicial, dos sobre el mismo.
de lo que caracteriza y define a la narrativa literaria. Partiendo de
tales antecedentes, la narrativa literaria podría definirse de un modo
propedéutico a partir de la inclusión de un tercer factor, el relato -el
cómo dice, la estructuración verbosimbólica- junto a los dos elemen-
tos singulativos y diferenciaclores básicos del hecho narrativo: el
narrador y la historia -el quién y el qué, el que dice y lo que dice-.
De este modo, el narrador, lo narrado y lo narrante se articularían
para constituir el esquema mínimo que definiría, de un modo sencillo
y básico (aunque dentro de un sistema más complejo de pautas y con-
ceptos pragmáticos ideoestéticos y socioculturales), la narrativa como
el relato de una historia por un narrador: y es justamente la combina-
ción de estos elementos la que, de manera fundamental, caracteriza al
género narrativo y lo diferencia de los otros géneros fundamentales o
naturales:

DISCURSO HISTORIA NARRADOR


(cómo) (qué) (quién)

GÉNERO DRAMÁTICO sí sí no

GÉNERO lÍRICO sí no no

GÉNERO NARRATIVO sí sí sí
- . -

Esta definición general de la narrativa como "relato de una histo-


ria por un narrador", no obstante debe ser -como decía- desglosada,

l
CAPÍTULO 11
LOS GÉNEROS NARRATIVOS

Poco antes me he referido a las modalidades discursivas o clases de


textos establecidas en función de determinadas homologías morfoes-
tructurales, temáticas o discursivas, esto es, a los llamados géneros
naturqles, géneros fundamentales o tipos -lírica, dramática y narrati-
va-, para considerar los elementos diferenciadores y característicos
del macrogénero que aquí nos ocupa.
Procede ahora examinar los llamados géneros históricos, clases de
textos que, sin localizarse fuera de las modalidades discursivas funda-
mentales, tienen una identidad y una singularidad determinada por
las afinidades dadas entre determinadas obras literarias de una misma
época o, incluso, de varias de ellas. Son agrupaciones textuales que
cumplen, según Raíble (cfr. Garrido, 1994 y 2000), la triple función
semiótica en relación con el autor (modelo), el receptor (horizonte de
expectativas) y la sociedad (señal), pero que, además, de alguna mane-
ra, suponen una serie de complicaciones primordial aunque no exclu-
sivamente referenciales, temáticas y morfoestructurales que se super-
ponen e imponen a la propia escritura literaria, una especie de
"invitación a la forma" en palabras de Claudio Guillén o "un elemen-
to sistematizador de la referencialidad y un elemento normativizador
de la propia sistematización" en palabras de Pozuelo (1988: 75).
En el caso que nos ocupa, se trata de los tres grandes géneros his-
tóricos -epopeya, cuento y novela-, además de toda una serie de for-
mas meno~es, también bien instituidas sociocultural e históricamente
y bien definidas formal, estructural o temáticamente, que pueden ads-
32 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 33

cribirse esencialmente bien a la tendencia épica bien a la línea más partir de ahora, se aludirá muy brevemente a otras modalidades tex-
puramente narrativa. tuales de menor trascendencia y duración, que se vinculan preemi-
Particularmente junto a esos tres grandes géneros históricos, con- nentemente bien a la corriente épica (mito, poema épico, cantar de
vendrá aludir a los denominados subgéneros, ya fundamentales, ya gesta, balada, saga, edda, romance, lai) bien a la puramente narrativa
históricos: la novela épica, lírica, dramática o la novela de acción, per- (parábola, fábula, apólogo, enxiemplo, leyenda,fabliau, facecia, nove-
sonaje, espacio, etc. en el primer caso; la novela psicológica, experi- lla, patraña, romanzi, etc.)
mental, barroca, policiaca o de ciencia-ficción, por ejemplo, en el La inmensa mayoría de estos géneros menores o breves ofrecen
segundo (estas últimas, distinciones efectuadas según criterios epoca- · unas peculiaridades comunes y bien perfiladas y se vinculan muy
les, estilísticos o temáticos principalmente). directamente con los tipos de formas simples (caso, chiste, cuento,
dicho, enigma, leyenda, memorabile, mito y saga) distinguidas por
Jolles y ya examinadas.
l. GÉNEROS NARRATIVOS MENORES A excepción del cuento literario, que simboliza la máxima con-
densación y brevedad narrativa en el mundo actual de la rapidez y la
Es una convención ya tradicional en el campo de la teoría literaria la fugacidad, acentuada aún más en el caso del microrrelato o micro-
distinción entre géneros mayores y menores; en muchas ocasiones, cuento (recuérdese el caso extremo y bien conocido de El dinosaurio
intentando apoyarse en un criterio formal y más palpable, esta dife- de Monterroso), todos el-los tienen su origen en un pasado alejado de
renciación se ha transfigurado en la oposición entre géneros largos y la contemporaneidad y, en muchas ocasiones, no ya medieval sino
breves. 1 esclavista, no ya centenario sino milenario. Por ello, su posible prác-
Se trata, en principio y en ambos c:;asos, de una dicotomía clasifica- tica en otros momentos de la historia y en diferentes lenguas, culturas
toria mucho menos fUHda-mentada y ajustada a la realidad architex- y naciones los ha hecho evolucionar o desarrollarse de modo distinto.
tual que los conceptos de género fundamental, género histórico o Por ello también, su presentación actual se ofrece normalmente en
subgénero -que ya presentan suficientes problemas, como se ha ciclos, repertorios y compilaciones -de su momento o posteriores- o
visto-, porque se basa solo en un criterio estrictamente tipificador y bien en narraciones enmarcadas o enhebradas (Shklovski, 1925a).
un interés operativo, que vincula no textos, sino distintas clases de Asimismo, la práctica totalidad de estos géneros -salvo el poema
textos, y lo hace no tanto por sus afinidades internas o por su naci- épico- se caracterizan por su brevedad. Este hecho complica una serie
miento y desarrollo histórico, cuanto por su importancia (mayo- de rasgos comunes a todos ellos: la condensación estructural, la linea-
res/menores) o extensión {largos/breves). lidad y nudearización de la acción, la reducción temporal, la limita-
Por ello, el uso de estas nociones, requiere un cierto cuidado para ción actoral y caracterizativa, la singularización narrativa y la simple-
ni caer en un normativismo riguroso ni confundir una conveniencia za técnica, la frecuente activación de mecanismos de tensión o
meramente clasificat-oria con un concepto general fundado sobre rea- intensidad narrativa, el predominio del modo narrativo sobre el diá-
lidades textuales, sobre todo cuando la propia adscripción de algunos logo y la descripción.
géneros -por ejemplo, el cuento- a uno u otro ámbito, el de los géne-
ros mayores o menores, es variable. Así pues, con las salvedades y
precauciones indicadas, este trabajo mantiene esta distinción clasifi- 1. l. Géneros menores de carácter épico
catoria por causas operativas y organizativas: en el espacio de los
géneros mayores, se hará referencia más detenida a los tres géneros Aparte de la epopeya, la variante épica de la modalidad textual épico-
narrativos -epopeya, cuento y novela, incluyendo la novela corta- de - narrativa reúne una serie de tipos de relatos en los que se narran
mayor importancia y cultivo; en el campo de los géneros menores y a acciones de héroes o guerreros, que representan los ideales de una
34 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 35

clase privilegiada aristocrática o guerrera y que se asocian con los orí- demuestra la propia acepción de fábula -mythos- que le otorga Aris-
genes, símbolos y destinos de toda una colectividad sociopolítica tóteles en su Poética.
humana. Son, pues, usualmente, géneros vinculados a estructuras El mundo medieval, con su estructura social feudovasallática y la
sociales esclavistas o feudales, de rígida y poco maleable organiza- importancia de la nobleza y de los guerreros, su ideología predomi-
ción, impregnadas por una ideología marcada por la visión mítica o nantemente sacralizante y su organización política en reinos, hereda
sagrada del mundo, donde las pautas de ideologización e incultura- de forma directa el discurso épico de las sociedades esclavistas adap-
ción tienen que ver fundamentalmente con la circulación oral y popu- tándolo a las nuevas circunstancias.
lar de la información. Se trata asimismo de relatos en los que el mate- · Así, las baladas (aparte de bailes y composiciones líricas autorales
rial folklórico, la variación y el fragmentaris~o, la oralidad y el más recientes y de tono sentimental o nostálgico y evocativo) son
carácter popular se encuentran en la base -directa o indirecta- de . narraciones épicas, referidas a héroes medievales, que mezclan haza-
estos textos. ñas guerreras históricas y legendarias y que constituyen un fondo
En un sentido antropológico, el mito constituye uno de los nudos folklórico y popular extendido por todo el norte de Europa: Inglate-
articulatorios y entrelazados que operan en las culturas caracteriza- rra, los Volksballade germánicos, los folkvisor suecos o los folkeviser
das por una estructura mítica de su visión del mundo, representación noruegos y daneses, etc. Las sagas constituyen relatos épicos en prosa
de la realidad ligada a los sistemas pre-esclavistas y esclavistas y otras generalmente anónimos, destinados a cantar las hazañas de determi-
estructuras sociales antiguas o primitivas; de ese modo, el mito es una nadas familias nobiliarias o reales y de sus respectivos pueblos; con
forma correspondiente al papel de la ideología en las sociedades un origen islandés primitivo y un indudable parentesco con baladas y
modernas. Como ya puso de manifiesto Lévi-Strauss existen_ nume- cantares de gesta, las sagas se generalizarán también por gran parte
rosos mitos comunes o similares en las distintas culturas (el padre del norte del continente. Estas tienen su paralelo en los extensos poe-
creador, el descenso a los infiernos, etc.) que son susceptibles de ser mas épico-narrativos en verso difundidos por todo el ámbito germá-
descompuestos y analizados tanto por su funcionamiento estructural nico denominados eddas, como el ciclo de Teodorico, de Gudrum o
(Lévi-Strauss diferencia dentro del mito el armazón, el mensaje y el de Sigfrido y Los Nibelungos.
código y Greimas ha seguido ese esquema para observar sus vincula- Es evidente el fuerte parentesco con la épica germánica de toda la
ciones con el cuento tradicional) como mediante sus unidades míticas épica románica que, en lo referido a las hazañas de guerreros heroi-
o mitemas. De ese estudio -Cassirer, Chase, Eliade, Dumézil- se cos cuenta fundamentalmente con tres ciclos narrativos de poemas
ocupa hoy la mitología, una disciplina de la antropología. caballerescos: el ciclo bretón (Arturo, Perceval, Lancelot), el ciclo
Pero en el sentido literario que aquí nos interesa, el mito, definido grecorromano (Alejandro, Tebas, Troya, Roma) y el ciclo carolingio
por Aristóteles como relato fabuloso y por Platón simplemente como (Carlomagno, Fierabrás, Roland). Una de sus modalidades más defi-
un relato, ajeno a la búsqueda de la verdad de la filosofía, relativo a nidas en el ámbito románico es la de los cantares de gesta hispánicos
los dioses y a los héroes, es una antiquísima forma alegórica de relato o las chansons galas (el Cantar de Mío Cid o La Chanson de Roland),
y por ello, para la teoría de la narrativa actual, el término mito se narraciones versales de tipo épico, también centradas en las hazañas
emplea fundamentalmente como narración oral, tradicional y popu- de un héroe-guerrero medieval.
lar de un suceso, relativo a dioses y héroes, acaecido en un mundo Desgajados de los cantares de gesta según Menéndez Pidal, apare-
anterior o distinto al orden presente y vinculado a una representación cen en la península hispánica los romances, series de versos octosíla-
mítica de la realidad y el universo (por ejemplo, el ya citado de Teseo bos asonantados en los que predomina la narración épica (del Cid,
y el minotauro). En esa dirección, los mitos de las primitivas teogoní- fronterizos, de Pedro el Cruel, etc.), aunque otros se especializan en
as y cosmogonías suelen hacerse presentes de forma patente e Ínter- motivos líricos y novelescos. Un caso relativamente parecido aunque -
textual en las epopeyas, en las que se encastran y que originan, como previo es el de los lais franceses (los de María de Francia, h. 1175),
36 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 37

breves poemas narrativos de carácter cortés y caballeresco y origina- finalidad didáctico-moral, tono serio y base alegórica (el Sendebar,
dos en las leyendas tradicionales o romances del ciclo artúrico. por ejemplo), absolutamente cercano al enxiemplo, término medieval
En cambio, los poemas épicos, serios o incluso burlescos (La con el que se designaban precisamente unos breves relatos alegóricos
Araucana de Ercilla frente a La gatomaquia de Lope de Vega), cons- y morales que servían para ilustrar y demostrar una máxima o conse-
tituyen relatos épicos en verso mucho más recientes que las epopeyas jo (Libro de los exemplos por abe, el Conde Lucanor) y que se mues -
y toda la épica medieval, respondiendo ya a los ideales heroicos o tran muy semejantes al apólogo. Las leyendas son relatos orales, de
imperiales de las naciones modernas y al intento de legitimación de origen y transmisión popular, basados en hechos históricos o religio-
sus hazañas guerreras. La Gierusalemne Liberata de Tasso abre el . sos, reales o ficticios, pero siempre magnificados y tamizados por el
cultivo de este género, heredero directo de la epopeya, en el que tam- imaginario colectivo popular; su cultivo nace en la Edad Media vin-
bién se encuentran, entre otros, la ya citada Araucana de Alonso de culándose a temas religiosos o patrióticos e históricos y renace fuer-
Ercilla y Os Lusiadas de Camoens. temente con el Romanticismo, que recoge y fija literariamente por
escrito muchas de estas tradiciones. Otro tono es el que se aprecia en
los fabliaux franceses de los siglos XII a XIV, narraciones cortas de
1.2. Géneros menores de carácter narrativo tono jocoso y burlesco y fin humorístico y paródico (la avaricia, el
amor cortés, etc.) escritas en octosílabos.
Los géneros fundamentales de la tendencia narrativa -de los que me En el Renacimiento se mantienen este tipo de relatos breves de
ocuparé más adelante- son el cuento, la novela corta y la novela, esta carácter divertido y fin cómico, a veces chistes y a veces pequeños
última con una gran variedad de subgéneros tem áticos, históricos y cuentos acabados con un refrán o sentencia, en las facecias, unas
estilísticos. Junto a ellos, existen toda una serie de modalidades narra- anécdotas o relatos chistosos (así, las recogidas por Chevalier). Los
tivas menores, subgéneros históricos bien definid os y de antiguo cul- romanzi son narraciones extensas en prosa derivadas de los poemas y
tivo -grecorromano o medieval-, que conviene, al menos, enunciar ciclos caballerescos medievales y caracterizadas por la libertad com-
en este lugar. positiva y la s escenas fantasiosas -mitológicas, caballerescas, etc.-;
Del mundo antiguo proceden directamente la parábola y la fábula. constituyen la base de la creación de la novela actual y generaron gran
La primera, la parábola, es de origen oriental y designa un tipo de pol émica en el momento de su aparición (así la habida con el Orlando
relato en prosa de estructura alegórica, propósito ilustrativo o ejem- furioso de Ariosto, similar a la española sobre los libros de caballería).
plificador -significa comparación en griego- y finalidad didáctica, También de origen italiano, la novella (el Decamerón, el Heptamerón,
básicamente moral o religiosa (así las de los Evangelios). La fábula, los Cuentos de Canterbu¡·y, las Novelas ejemplares), es un tipo de
iniciada por Esopo en Grecia y aclimatada por Fedro en el ámbito narración breve en prosa - similar a la novela corta y germen de la
romano, tiene un largo recorrido que incluye su cultivo y práctica actual novela- caracterizada por su concisión, estructura rígida -nor-
mucho más reciente en las literaturas occidentales (Lafontaine, Sama- malmente enmarcada o enhebrada- y estilo objetivo; las patrañas (el
niego, Quiroga); se trata de relatos, usualmente esc ritos en verso y Patrañuela de Timoneda) son una forma especial de aclimatación de
con cierto tono humorístico o irónico, caracterizados por el empleo la misma en España.
simbólico como personajes de animales dotados de atributos huma-
nos y por tener siempre un fin moral (usualmente, la cierra una
"moraleja"). 2. LA EPOPEYA Y LA ÉPICA
La Edad Media propició la aparición de diversos tipos de relatos,
normalmente de origen oriental y propósito didáctico. Muy vin-cula- Una primera distinción que conviene hacer antes de abordar lo que
do con la fábula se encuentra el apólogo, cuento corto en prosa de sean la epopeya y el poema épico como géneros mayores de la modali-
LOS GÉNEROS NARRATIVOS 39
38 TEORÍA DE LA NARRATIVA

dad discursiva fundamental épico-narrativa es la existente entre esta y ras y su valor de simbolización popular sino también en el sentido ~e
lo épico. Lo épico es una categoría estética, transtextual y común a imbricar las actuaciones de los héroes/guerreros con la presenCia
todas las artes por tanto, que se opone a otras que se sitúan en el mismo efectiva de lo sobrenatural y lo religioso (dioses/Dios) en el mundo;
plano (lo trágico o lo dramático, por ejemplo) por su oposición inten- d) la construcción prioritaria de estos discursos de modo directa-
sa en cuanto a la tensión, su dinamismo y posibilidad del héroe de mente encaminado al recitado, a la oralidad en el sentido que le da
modificar el mundo, su expansión grandiosa, su exaltación del héroe Zumthor a este término: la escenificación además de la verbalidad, la
como hombre individualizado y su seguridad o certidumbre interior copresencia de emisor y receptores, la variación textual; nos encon-
(Souriau, 1990: 508). La épica, en cambio, se inscribe en un género fun- traríamos así con distintos tipos de transmisores de este tipo de tex -
damental, denominado épico-narrativo, que se halla determinado tos épico-orales: los aedos griegos, los bardos celtas, los scopas ingle-
esencialmente por la presencia en- el mismo de un narrador y una his- ses, los guslari eslavos, los skalds escandinavos, los trovadores Y
toria -que vertebra unos acontecimientos experimentados por unos juglares franceses y españoles; y finalmente . , .
actores en un tiempo y un espacio- verbalmente referida, esto es, por e) el diseño de un material diegético de determmadas caractensu-
ser básicamente un "relato de una historia por parte de un narrador". cas permanentemente iteradas: una historia llena de acontecimientos
Pero, a diferencia de la tendencia estrictamente narrativa (novela, guerreros y aristeías o hazañas bélicas, protagonizada por un ser
cuento, etc.), la épica constituye una modalidad relatora específica superior al resto y con un cronotopo que reactualiza el pasado para
que se nuclea en torno a determinados géneros históricos específicos, construir un mundo donde lo sobrenatural se constituye en lo real;
sean estos mayores (epopeya, poema épico) o menores (mitos, bala- un narrador que necesita una perspectiva omnisciente y una actitud o
das, sagas, eddas, cantares de gesta, lais, romances), y que aparece posición de admiración -de rodillas- ante el héroe/guerrero.
como un discurso fundamental y propio de las sociedades esclavistas
o feudales. En este sentido, diferenciand o con Zumthor (1983: 1OS) la
epopeya -forma poética cultural mente condicionada y variable- de la 2.1. Principales teorías sobre la épica
épica -como discurso narrativo relativamente estable-, puede afir-
marse que todas las modalidades épicas comparten una serie de ras- Ya en La República Platón alude a los géneros literarios y esboza
gos comunes: uria tipología oponiendo la diégesis o palabra directa del ?oeta a la
mimesis 0 reproducción de las palabras de otros [persona¡es] po~ ~1
a) la existencia previa de unos relatos orales y populares que cons- mismo: el discurso directQ. del poeta o lírica, que Platón asocia al dJtJ-
tituyen el material épico -el epas- que luego tematizan, versionan, rambo· la ficción desarrollada enteramente por imitación, donde el
formalizan y hasta fijan escriturariamente determinados textos y cla- poeta ~e oculta tras los personajes, que reserva a la dramática; la
ses de textos épicos; narración mixta (diégesis/mimesis), que incorpora relato puro Y par-
b) la aparición de estos discursos en unas sociedades con una divi- tes dramáticas en la cesión desembragada de la voz a los p ersonajes,
sión social del trabajo muy marcada y unas condiciones de explota- representada por la epopeya. Resume así Platón la cuestión:
ción y extracción de plusvalía acusadas, que tienen en la guerra y la
conquista una de sus actividades básicas y en la clase o estamentos Hay una especie de fi cciones poéticas que se desarrollan enteramente por
guerreros una de las peanas de su estructura social y que adoptan una imitación; en este apartado entran la tragedia( ... ) y la comedia. Otra clase
estructura mítica o sacralizante en la base de su concepción del de ellas emplea la narración hecha por el propio poeta; procedimiento
mundo;___ que puede encontrarse particularmente en los ditirambos. Y, finalmente,
e) el funcionamiento ideológicamente conforme de estos textos y una tercera reúne ambos sistemas y se encuentra en las epopeyas Y otras
clases de textos, en el sentido de legitimar no solo las hazañas guerre- poesías (Platón 1988: 166 ).

l
40 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 41

Dentro de las modalidades narrativas, Aristóteles no hace en su un análisis comparativo entre la inglesa y la francesa y defendiendo la
Poética alusión al mito, diferencia muy sintéticamente la epopeya de necesidad de adecuar el género a la literatura moderna para justificar
las narraciones históricas sobre todo por el carácter de veracidad de su futuro poema épico la Henriada cuyo protagonista no era un
estas últimas (a estas dos modalidades relatoras nos referiremos más héroe sino el rey Enrique IV y, en el siglo XVIIJ, ya Humboldt elabora
despacio posteriormente) y apenas hace alguna breve referencia a los sti teoría sobre la objetividad de la épica (Wellek, 1954-1986, IV: 401)
poemas narrativos de carácter burlesco y a sus metros yámbicos con como obra de arte que no atiende al yo creador ni al público sino a la
el Margites atribuido a Homero. El único género narrativo abordado plasmación de una idea objetivada, factor este sin el que una obra de
detenidamente en la Poética -y brevemente en comparación con la arte deja de serlo.
tragedia- es la epopeya, a la que dedica específicamente los capítulos Goethe y Schiller en su Uber Epische und Dramatische Dichtung
23 y 24 y a la que se refiere también en el capítulo 5 para señalar sus defienden todavía la separación de géneros y caracterizan a la épica
similitudes y diferencias co n la tragedia y en el 26 para intentar en oposición a la dramática, aunque proclaman la tendencia de todos
demostrar, frente a Platón, la superioridad de esta última con respec- los modelos macrodiscursivos a acercarse a esta última, cuyo paradig-
to a la epopeya, que resume fundam entalmente en alcanzar mejor su ma encuentran en el relato enteramente dramatizado de la novela
fin mimético. Si la epopeya tiene en común con la tragedia el objeto epistolar. Las diferencias esenciales se encuentran no solo en la acción
de la imitación, mimesis de acciones nobles y elevadas, se diferencia, y las voces narrativas sino en la disposición temporal: la épica presen-
en cambio, por su forma de imitación narrativa, por usar un metro - ta la actividad, la tragedia el sufrimiento; en aquella el rapsoda no
uniforme que debe ser el hexámetro heroico, por ser más extensa aparece en el poema, mientras que en esta requiere la intervención de
temporalmente (cap . 5), por carecer de una unidad de lugar al ser actores como individuos determinados; la épica narra un hecho como
narración y por dar más cabida que la tragedia al elemento maravillo- completamente pasado, mientras la dramática lo sitúa como comple-
so aunque deba, no obstante, ser planteado verosímilmente (cap. 24). tamente presente. Schiller, además, que proclamaba como suprema
La epopeya, además, posee cuatro de los componentes de la tragedia poesía una síntesis épico-trágica, se ocupó del Wilhelm Meister y del
-quedan fuera la melopeya y el espectáculo-: su pensamiento y elo- Hermann und Dorothea y avanzó en su definición al sostener que la
cución deben ser bellos y brillantes, sobre todo en las partes carentes acción, que constituye la finalidad de la dramática, es únicamente un
de acción y de caracteres; estos últimos, que distingue claramente de medio en la épica y que esta está sujeta a la categoría de la sustancia
los personajes como actuantes, suponen los rasgos ·psicoestéticos que frente a la dramática, ligada a la de causalidad.
deben poseer los personajes (bondad, conveniencia o decoro, seme- Friedrich Schlegel, que rechaza frente a Aristóteles la relación
janza y constancia:); la fábula, por fin, término español con el que entre épica y tragedia, considera, de forma parecida a Goethe y Schi-
suele traducirse el originario de" mitos " y que, como indica Guerrero ller, que la epopeya tiene una estructura muy distinta al drama, pues
(1998: 30), se refiere a "la estructuración de los hechos que abarca, a empieza in medias res, y que tampoco trata de acciones libres ni exi-
la par, su diseño y su contenido. Verdadero principio (arkhe) y alma gencias de la fatalidad sino de hechos, contingentes y casuales. En la
(psuche) de la poesía", debe ser también dramática, girar en torno a Carta sobre la novela esboza una historia del género y rechaza la
una acción única, disponerse en principio, medio y fin y tener peripe- novela realista inglesa para defender la de carácter fantástico, el
cias, reconocimiento y desgracias . roman, y alabar el ingenio de un Ariosto o Cervantes. Según él, la
Las tres grandes poéticas clasicistas europeas, sucesivamente vin- novela no tiene que ver con la épica, pues mientras esta es objetiva,
culadas entre sí, la d~ Boileau en Francia, Muratori en Italia y Luzán impersonal y heroica, la novela-roman-es subjetiva, irónica y fan-
en España, mantienen la rigidez, normativismo y racionalismo aristo- tástica; Schlegel eleva así al roman, que considera como un macrogé-
télicos en su tratamiento tratadístico de la épica. Voltaire escribió su nero en el que caben romances, mitos, novelas, cantares, relatos caba-
Essai sur la poésie épique haciendo una historia de la épica, realizando llerescos (Domínguez Caparrós, 1982: 103) y, en suma, todas las
42 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 43

narraciones fantásticas, a un rango superior a la épica y dramática pensaba que la novela era "la epopeya de la decadencia", la conclu-
como síntesis poética más perfecta y moderna. Su hermano August sión implícita del trabajo de Lukács se parece enormemente a esta
Wilhelm considera que la épica tiene como finalidad lo objetivo y lo pues, aunque reconoce la permanencia esencial de las leyes del género
desapasionado, permite la intervención del azar, se caracteriza por la épico -como de la lírica y dramática- a través de la historia, plantea
serenidad e imparcialidad de la representación de la acción y se dife- que los cambios histórico-filosóficos modifican asimismo las formas
rencia por todo ello también de la dramática, que relaciona con un estéticas, alteran el patrón del género en consonancia con tales cam-
grupo escultórico acabado frente a la épica, más parecida a un bajo- bios. Si a la época clásica correspondía la epopeya (como expresión
rrelieve, que por naturaleza presenta a las figuras de perfil y no tiene de totalidad de vida y con un sentido objetivo y general) y en el futu-
límites fijos (Wellek, 1954-1986, III: 63-64). ro otro mundo podría volver a hacer surgir la épica, la actual situa-
- Como los anteriores, también Schelling repudia la novela realista ción del momento histórico marca que sea la novela (cuya finalidad
y solo considera novelas perfectas el Quijote y el Wilhelm M eister, ya sería descubrir la totalidad secreta de la vida y su sentido subjetivo e
que solo en ellas se conjuntarían objetividad, ironía e intervención del individual, centrada en un individuo enfrentado al mundo como
azar y lo imaginativo; todo esto distancia también la novela -el correspondencia con la sociedad burguesa dividida en clases) la forma
roman- de la novella, que entiende relatos breves de estilo lírico agru- estética correspondiente y que la épica haya desaparecido para "ceder
pados en torno a un centro común. La épica, en cambio, es indiferen- el lugar a una forma literaria absolutamente nueva: la novela"
te al tiempo, constituye una imagen de la historia al centrarse en la (Lukács, 1920: 41 ), que supone una actualización formal exigida por
acción, supone una visión objetiva de un poeta desligado de su yo, se las nuevas condiciones del género épico.
relaciona esencialmente con la pintura -la lírica lo haría con la música Por otra parte, Bajtín, como ya había hecho Hegel al aclarar la
y la dramática con la escultura- e incluye subgéneros como la elegía, inviabilidad de la épica en el mundo contemporáneo y señalar el
el idílio, la sátira y la poesía didáctica, el más elevado. carácter de heredera moderna y distinta de aquella de la novela, pro-
Tras las alusiones de filósofos como Schleiermacher o Schopen- fundiza en esta contraposición épica/novela. Para él, no solo la epo-
hauer a la división triádica de géneros, será Hegel quien consagre peya, sino todos los grandes géneros clásicos se han formado antes de
definitivamente esa distinción mediando entre los planteamientos la edad de la escritura y el libro y están delimitados por unos cánones
clasicistas y los criterios románticos). Hegel opone los tres macrogé- y normas; la novela, al contrario, al margen de ser un género en pro-
neros -épica, lírica y dramática- como expresión de lo objetivo, lo ceso de formación, convivir difícilmente con otros géneros aunque
subjetivo y la síntesis de los anteriores y señala asimismo que ese es el los sincretice y luchar por la supremacía con ellos,
orden de su aparición. Pero si para Hegel la épica representa lo obje-
tivo y expresa el espíritu de la edad heroica en que nació pese a haber es más joven que la escritura y el libro, y solo ella está adaptada orgánica-
sido compuesta de modo individual, esta ya no tiene cabida en el mente a las nuevas formas de recepción muda, es decir, a la lectura. Pero,
mundo moderno, más fragmentado e individualizado y sin ideales lo que es más importante, la novela -a diferencia de otros géneros- no
heroicos generales compartidos; su sustituto en el mundo actual sería cuenta con tales modelos: solo determinados modelos de novela son his-
la novela, "epopeya de la decadencia" acorde con una situación más tóricamente duraderos; pero no el canon del género como tal (Bajtín,
materialista, individualizada y dividida que, al surgir en un mundo 1941: 449-450).
como el presente que ·carece de un estado poético, aparece como no-
arte, como prosa que es pura imitación (Wellek, 1954-1986, ll: 370). Frente a la epopeya, pues, que se instalaría en el pasado absoluto por
Apoyándose en las tesis hegelianas en su primera etapa, la Teoría la distancia épica, la novela se ubicaría en el presente, carecería de
de la novela (1920) de Lukács es un intento de relacionar la trayecto- modelos architextuales instituidos, sincretizaría y asumiría transfor-
ria de los géneros con las diversas concepciones del mundo. Si Hegel mándolos otros géneros y adoptaría como tema básico la realidad
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inmediata, por lo que podría evolucionar constantemente en conso- carácter narrativo, amplia extensión, centramiento en uno o varios héro-
nancia con la realidad histórica (Bajtín, 1941: 449-485). es, acción fuerte y exigencia de lo sobrenatural. También Garrido (1994)
y principalmente Spang (1993), entre otros, inciden en sus constantes
narrativas: lenguaje y forma, narrador, héroe, espacio y tiempo, etc.
2.2. La epopeya A la hora, pues, de intentar enunciar los rasgos fundamentales de
la epopeya, aquí expuestos de forma más propedéutica y caracteriza-
El género histórico mayor y primordial de la tendencia épica lo cons- dora que exhaustiva, convendrá fijarse en los siguientes:
tituye, sin duda, la epopeya, tipo discursivo extendido por muchas de
las sociedades esclavistas y que, en su canibalización e intertextuali- A) Extensión histórica. Sociedades antiguas (esclavistas, feudales),
zación de diversos relatos orales cosmogónicos y mitológicos, pre- con una clase aristocrática o guerrera y una- estructura social, como
senta algunos contactos genéticos: Dumézil (1977), por ejemplo, ha advierte Auerbach (1942: 9-54), muy diferenciada e inamovible.
encontrado la recurrencia del tema de "los tres pecados del guerrero" B) Papel social. Legitimación de las estructuras sociales, de las
en epopeyas indias, griegas y escandinavas o la de la "iniciación del actuaciones militares previas y de la concepción del mundo mítica o
· guerrero" en narraciones irlandesas, latinas, indias e iraníes. sagrada como realmente presente en el mundo descrito. Simboliza-
Sin embargo, aunque en su proveniencia de los ciclos épicos ante- ción en el héroe de los intereses y valores comunitarios.
riores recitados públicamente y transmitidos de generación en gene- C) Material diegético. lntertextualización de relatos míticos o
ración, en su emparentamiento con los mitos y leyendas orales de histórico-militares, de origen usualmente oral y colectivo, y transdis-
orígenes remotos y sagrados, en su aparición protohistórica en las - cursivización en formas ficcionales literarias.
literaturas "nacionales" y en su propia entidad genérica derivada de D) Situación comunicativa. Vinculación con el recitado oral,
su dimensión temática de narraciones centradas en historias de héro- solemne y público por especialistas.
es que representan gestas de un pueblo todas las epopeyas tengan E) Forma y lenguaje. Versos épicos, largos y pausados. Cláusulas
relación, las diferencias son notables no ya entre la épica de Hesíodo paratácticas amplias y equilibradas, abundantes en modismos, estere-
y la de Homero -lo que ha llevado a Notopoulos o Pavese a distin- otipos y epítetos épicos. Estructura -cuantitativa- integrada por títu-
guir una escuela épica jónica y otra continental respectivamente lo, proposición, invocación y narración.
representadas por ambos escritores (Alsina, 1991: 423-424 )- sino F) El narrador. Focalización omnisciente, tono admirativo (posi-
incluso entre la misma Ilíada y la Odisea. Las diferencias se hacen ción de rodillas ante el héroe), objetividad y ausencia de parábasis
aún más patentes si pensamos en obras previas como el Gilgamesh narrativa, desembrague vocal para parlamentos largos.
mesopotámico o el Mahabharata y el Ramayana hindúes y posterio- G) La historia narrada.
res como Los Nibelungos en Alemania, el Kalevala finés o incluso la
misma Eneida latina -pese a su modelo homérico-, por no hablar de Actantes: Un héroe guerrero, superior al -resto y símbolo colec-
la épica burlesca también existente en Grecia y, sobre todo, de los tivo o comunitario. Presencia, más o menos evidente, de fuer-
poemas épicos renacentistas, ya heroicos e histórico-imperiales (Gie- zas sobrenaturales, divinas o religiosas (dioses).
rusalemne Liberata, Os Lusiadas, La Araucana), ya religiosos (Para- Funciones: Acontecimientos cardinales de tipo bélico, gestas
dise Lost, La Cristiada), ya paródicos (Le lutrin, La gatomaquia). guerreras realizadas por el héroe (aristeías). Acción única con
Pese a las notorias diferencias textuales, un género tan canónico e peripecias, an~!l_órisis y desgracias, según Aristóteles.
instituido como la epopeya ofrece determinadas características comu- Espacio: Un mundo simbólico, real o mítico, cercano o remoto,
nes, incluyendo las expuestas más arriba sobre los géneros épicos en su pero siempre presentado como realidad acabada e inamovible.
conjunto. Así, Souriau (1990) ha destacado su organización poemática, Presencia del viaje como tránsito entre lugares geográficos.
46 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 47

Tiempo: Recuperación y reactualización del pasado histórico ría, que es también, en cierta medida y con otras razones interesantes,
previO. la idea de Gonzalo Sobejano (1985: 88) sobre la oposición entre el
cuento fabulístico y el cuento tradicional, así llamados por semejarse
respectivamente a la fábula y a la novela.
3. EL CUENTO Y LA NOVELA CORTA

Son numerosos los literatos y estudiosos que, desde una u otra pers- 3.1. El cuento popular
pectiva, han abundado en las notas que singularizan al cuento y lo
aproximan como forma narrativa breve al poema: la emoción, la con- El llamado cuento popular es una forma narrativa, ficcional y breve,
densación, la sugerencia, etc. Pero, si se quieren tener en cuenta todas caracterizada por su carácter anónimo y su vinculación a la transmi-
las posibilidades literarias que se concitan bajo el mismo término de sión oral. Hay que tener en cuenta que la importancia de la oralidad
cuento (cuyo origen etimológico se encuentra en el término latino para este tipo narrativo no implica solo una verbalidad, sino, más bien
computare, origen del doblete español computar y contar), son en el sentido de Zumthor (1983, 1987), una práctica escénica del rela-
muchos más los rasgos definitorios y las claves constructivas que to en la que la enunciación verbal se coapta con dimensiones cinésicas
habría que considerar en un modelo narrativo que posee, por su y proxémicas y se sitúa en un esquema pragmático de comunicación
misma diversidad de fórmulas literarias y amplia trayectoria-y cultivo in praesentia; asimismo, la anonimia no implica la imposibilidad de
histórico, una notable indefinición en sus marcas de género: temas versiones prosísticas o versificadas posteriores o de reescritura narra-
muy diversos, fines h eterogéneos, origen folklór·ico o autora!, len- tiva ulterior basada en historias populares trad-icionales (Perrault,
guaje oral o escrito, son algunos de los polos en torno a los que gira el Andersen) ni, por supuesto, excluye los repertorios y compilaciones
relato ficcional breve. Intentando precisamente establecer una tipolo - de cuentos folklóricos elaborados en casi todos los países cuando el
gía que permita la clasificación de las distintas posibilidades narrati - romanticismo revitaliza el gusto por los mismos.
vas que se reúnen en el género cuentístico, Carmen Bobes (1993 : 43) Los orígenes del cuento popular, muy relacionado con el mito y la
establece cuatro oposiciones .fundamentales: forma de transmisión leyenda, se pierden en los albores de los tiempos: la primera referen-
-oral! escrita-, autor -anónimo/ conocido-, mundo ficcional -fantás- cia escritura! es la del papiro egipcio del siglo XIII a.c. Los dos herma-
tico/verosímil- y origen del tema -tradicional/original-. nos y el primer repertorio conocido, el Panchatantra indio. Con teo-
Por este motivo y la añadidura de su larguísima trayectoria histó- rías que lo conectan a los relatos míticos de los que ya habla Platón y
rica, con sus consiguientes modificaciones,deuna parte el cuento a las leyendas más antiguas, independientemente de la discusión sobre
posee notorias similitudes o relaciones con otras modalidades narra- su surgimiento a la vez en varios lugares o en un solo centro del que
tivas literarias breves (mitos, leyendas, fábulas, patrañas, apólogos, se expande a distintos territorios, su creación y transmisión, con fines
etc.) e incluso con el propio relato conversacional, con la narrativa didácticos o lúdicos, puede vincularse ciertamente a la narrativa natu-
natural que hunde sus raíces -como el mismo cuento- en los albores ral, al mismo arte del relato conversacional.
de la actividad comunicativa humana, y, de otra, no ofrece tampoco La propia evolución del material y la forma cuentística -desde la
unos lindes absolutamente definidos y nítidos respecto a otras moda- oralidad a la escritura, desde el anonimato a la autoría, desde el fol-
lidades narrativas más extensas (novela corta y novela), por no citar klore a la literatura- y su paulatina reevaluación sociocultural, que
además su capacidad de intertextualización en estos últimos géneros. llegó a su cumbre con el romanticismo, ha generad<;> la proclividad
Convi.e.ru.:..así, en primer lugar, diferenciar entre dos fórmulas intertextual que muestra para insertarse en otros géneros y narracio-
narrativas básicas -cuento popular y cuento literario- opuestas por nes mayores, de la que ya da cuenta Lida (1976) rastreando las nume-
su origen temático, desarrollo histórico, forma de transmisión y auto- rosísimas apariciones en la literatura española de motivos populares.
48 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 49

En tal sentido, hasta cierto punto, como hace Ayala (1970), puede o short stories ingleses son ejemplos de las variedades tanto relatoras
hablarse del nacimiento de la novela moderna a partir de no solo las como de nomenclaturas del cuento firmado.
integraciones sino las transformaciones del cuento: también Bajtín Pero el cuento literario surge manifiestamente, a partir de la reeva-
(1937-38) mencionó cómo aspectos constitutivos de la novela actual, luación romántica, ya en el siglo XIX, y ha sido cultivado desde enton-
como la carnavalización y el dialogismo, se encuentran ya presentes ces por numerosos y destacados autores como, en el ámbito hispáni-
en determinados relatos del mundo clásico -Petronio, Apuleyo- que co, Bécquer, Clarín, Quiroga, Borges, Cortázar, Rulfo o Monterroso,
desarrollan lo mágico, lo erótico-picaresco y lo fantástico y Lukács . etc. entre una prolija y relevante nómina. Se trata en este caso de una
(1920) planteó que el cuente prerrenacentista italiano -Boccaccio- narración ficcional que tiene en la autoría, la invención original, la
anticipa el universo de la novela al quebrar la cosmovisión medieval e escritura, la fijación de unos límites textuales precisos y pe1·manentes y
imponer la burguesa, la del comerciante inteligente y sin prejuicios. la creación de una situación comunicativa diferida las marcas que lo
El elenco temático y de formas de este cuento tradicional es muy identifican como ejercicio narrativo moderno y diferenciado del
variado; Stith Thompson (1958) los ha clasificado en cuentos de hadas cuento popular.
o maravillosos, reales, heroicos, leyendas locales, cuentos etiológicos, Muchos de los cuentistas se han ocupado del estatuto teórico y
de animales, fábulas morales y chistes. André ]o !les (1930), en su estu- escritura) del cuento, fundamentalmente de lo que sea y de cómo
dio de las formas simples, distingue toda una serie de posibilidades de escribirlo mejor, de sus peculiaridades como género y de las técnicas
construcción universal y prelingüística del pensamiento que se actua- y procedimientos compositivos del mismo. Una completísima rela-
lizarían hasta llegar a su materialización literaria: una de ellas es justa- ción de estas aportaciones puede verse en la compilación de Zavala
mente el cuento y btras (mito, leyenda, m emorabile, anécdota, etc.) (1993-1997, 3 vols ., que reúne textos de, entre otros, Poe, Chejov,
guardan una evidente conexión con él. El propio análisis del cuento Quiroga, Borges, Bioy, Monterroso, Hemingway, Piglia, Maupas-
popular ha propiciado algunos de los avances narratológicos más des- sant, Conázar, O'Connor, Moravia y muchos otros). Se incluirán
tacados: tan solo en el ámbito del formalismo ruso, es el caso del aná- aquí tan solo algunas referencias al cuento hechas por los mismos
lisis de Shklovski (1925a) de las distintas técnicas -enhebramiento, cuentistas y en textos particularmente famosos.
enmarcamiento, antítesis, paralelismo, retardación, etc.- de construc- Poe, uno de los primeros maestros del género, considera que el
ción del relato corto, o de la conocida Morfología del cuento (1928) cuento debe tener una sintaxis condens~da y depurada de acuerdo
de Propp, que veía en la iteración permanente y ordenada de uria serie con la idea preestablecida que se quiere transmitir, esto es, una deter-
de invariantes funcionales el esquema compositivo del cuento mara- minada unidad de efecto . Esta no respondería tanto a una determina-
villoso ruso. da habilidad narrativa (que también, por la necesidad de brevedad,
depuración y condensación) cuanto a la capacidad para transmitir
puramente una idea preestablecida, lo que vincula al cuento - como el
3.2. El cuento literario - poema y frente a la novela- a la razón y la inteligencia, al descubrir
antes que al narrar o al describir propio de la novela (cfr. Zavala, 1993,
Con sus raíces en el cuento popular, pero sin su transmisión oral ni 1: 17). Ernest Hemingway enunció una técnica -general para la narra-
variantes textuales, el cuento literario pertenece al discurso de la auto- tiva pero especialmente aplicable al cuento- que denominó principio
ría y al mundo de la escritura. Bajo este nombre se concitan distintas del iceberg: un texto puede revelar -y conviene que revele- tan solo
formas narrativas que, sin demarcación exacta, reciben diferentes una mínima parte de lo sabido y conocido por su autor. Se trata de un
nombres -y diferentes sentidos- en la historia, lenguas y teorías: el principio de síntesis y condensación comp_Qsjtiva que estimula,
ejemplo o el apólogo medieval, el cuento o la patraña renacentistas mediante el juego dialéctico de la elisión/ alusión, la plurisignificación
españoles, la novella italiana, los contes y fabliaux franceses, los tales y la ambigüedad textual así como la actividad lectora} a la hora de
50 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 51

rellenar esos aún mayores vacíos textuales generados como conse- vos y enormes vacíos textuales y horizontes de apertura hacia la coo-
cuencia de los mayores silencios autorales (cfr. Zavala, 1997, 111: 28). peración interpretativa lectora! (como decía Cortázar). Obligada-
Julio Cortázar, en fin, ha enunciado la tesis de la apertura del cuento, mente restringido en su extensión, el cuento construye textualmente
de su capacidad de sugerencia a partir de la condensación y la síntesis. una diégesis o historia narrativa cerrada, intensa, esencial y condensa-
Tras oponer el cine y la novela a la fotografía y el cuento, escribe Cor- da a la par que se ofrece como abierto, extenso, sugestivo y evocador
tázar (cfr. Zavala, 1993, 1: 308-309): en su estrategia de lectura: por eso dice Luis Mateo Díez (1992: 64)
que "si en la poesía se encuentra el grado límite de la expresión litera-
(... ) el fotógrafo o el cuentista se ven precisados a escoger y limitar una ria, es en el cuento donde puede alcanzarse el grado límite de la expre-
imagen o un acaecimiento que sean significativos, que no solo valgan por sión narrativa".
sí mismos, sino que sean capaces de actuar en el espectador o en el lector Estas claves -condensación narrativa, intensificación de la suge-·
como una especie de apertura, de fermento que proyecta la inteligencia y rencia y brevedad- permiten también diferenciar el cuento y la nove-
la sensibilidad hacia algo que va mucho más allá de la anécdota visual o la, las dos formas narrativas modernas primordiales que, de otra
literaria contenidas en la foto o en el cuento( ... ) El cuentista sabe que no
parte, tantos rasgos del género narrativo comparten (un cuento es una
puede proceder acumulativamente, que no tiene por aliado al tiempo; su
novela depurada de ripios, escribe Quiroga en su "Decálogo del per-
único recurso es trabajar en profundidad, verticalmente, sea hacia arriba
fecto cuentista"). Sin embargo, las diferencias son más numerosas e
o hacia abajo del espacio literario. Y esto, que así expresado parece una
metáfora, expresa sin embargo lo esencial del método. El tiempo del igualmente importantes. Ya Baquero (1967: 133-136) planteaba cómo
cuento y el espacio,del cuento tienen que estar condensados, sometidos a la brevedad y la condensación del cuento y la amplitud y morosidad
una alta presión espiritual y formal para provocar esa apertura a que-me de la novela son diferencias menores con respecto a la propia índole
refería antes. de los argumentos, dado que extender por ejemplo ¡Adiós, Cordera!
supondría acabar con la-intensidad y el aliento poético del cuento de
Precisamente la relación del cuento con la novela y con el poema Clarín. Mary Louise Pratt (1981), tras considerar que la novela y el
constituye un síntoma de esa posición relativamente fronteriza del cuento son géneros correlativos con un elevado número de elementos
género, sin duda una forma narrativa pero con notables diferencias pertenecientes a la intersección de ambos conjuntos, establece que
respecto a la novela y con indudables contactos con la lírica. existen asimismo ciertos espacios de diferencia, en concreto ocho: la
Efectivamente, numerosos cuentistas -Poe, O'Connor, García novela cuenta una vida, el cuento solo un fragmento; el cuento singu-
Pavón, Matute, etc.- han insistido en las conexiones del cuento y el lariza un acontecimiento, la novela enlaza varios; el cuento representa
poema lírico; cabría decir casi igual de la pintura -Ballard- o de la lo particular, la novela ofrece totalidades; la novela es un texto autó-
fotografía -Cortázar-. El cuento, como el poema, la pintura o la foto- nomo, los cuentos se pueden enlazar en series o colecciones; el cuen-
grafía, están no solo marcados por su instantaneidad o brevedad sino to es activo en la introducción de temas nuevos, la novela actúa sobre
apresados por la necesaria limitación de lo representado en unos már- un campo temática-consolidado; el cuento favorece la presencia de
genes temporalmente momentáneos o espacialmente reducidos; lo registros lingüísticos propios de la oralidad, la novela en general no;
relatado, lo sentido, lo fotografiado o lo pintado son reos de una celda son distintas las tradiciones narrativas del cuento y la novela; el cuen-
que no admite más de un preso. El cuento, así, narra una sola idea, to es resultado de una técnica .p roductiva de origen artesanal, la nove-
atiende a una sola cuestión esencial, ofreciendo un único e intenso la suele considerarse un objeto artístico y creativo pleno.
efecto y depurando el relato de otros elementos (como decía Poe), _ Las opiniones de los cuentistas y los puntos de encuentro y desen-
eludiendo aunque aludiendo textualmente a otros elementos del para- _ cuentro del cuento con el poema y la novela han incidido ya en
digma lingüístico, experiencia! o cultural y a los conocimientos del muchas de las características textuales del cuento en general, al mar-- -
escritor (como decía Hemingway), abriendo desde la sugerencia nue- gen ya de su autoría, modelo comunicativo, origen y forma de trans-

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52 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 53

misión. De hecho, la narratología, fundamentalmente la de sesgo for- las pautas pragmáticas socioculturales occidentales, dentro de la
mal o estructural, ha incidido siempre en la búsqueda de unas deter- metalengua, como un elemento definidor del género (y así lo refleja la
minadas peculiaridades internas del género, considerando no sufi- variedad y vacilación terminológica para designarlo en las distintas
cientemente pertinente ni significativo el criterio extensional de la lenguas) que también opera, con sus variaciones culturales e históri-
brevedad, sin duda fundamental pero no exclusivo. cas, respecto a otros géneros y respecto a la misma consideración de
Se ha incidido así permanentemente, aplicando el modelo novelís- los discursos literarios;
tico a su análisis, en la condensación de los componentes estructura- C) su surgimiento como una idea, una emoción o una impresión
les, su elementalismo según Eijenbaum. Bonheim (1982) desarrolla única y singular y su elaboración atendiendo primordialmente a la
mucho más esta tesis al plantear como rasgos constitutivos del cuen- intención preestablecida de comunicar esa idea, lo que obliga a la sín-
to: la concentración y linealidad de la acción, eliminando la posibili- tesis, a la esencialidad, a la intensidad, a la depuración y a la omisión
dad de acciones secundarias y buscando una acción nuclear; la reduc- como requerimientos compositivos, a la par que activa inversamente
ción del número de personajes y de la caracterización actoral; la la capacidad de sugerencia y evocación (cercanía al poema, a la foto-
preponderancia del modo narrativo frente al dramático y la descrip- grafía y a la pintura);
ción; la reducción y linealidad temporal; la singularización narrativa. D) a consecuencia de lo anterior, la orientación sinecdóquica
Pozuelo (1998) plantea acertadamente cómo, pese a las posibles e -podríamos decir- de su mensaje literario, centrado en lo parcial
importantes renovaciones técnicas sufridas por el cuento literario en antes que en la totalidad, en el fragmento de vida antes que en la vida,
este siglo, hay una estabilidad del género que deriva de su estructura en la anécdota antes que en la historia, en el acontecimiento antes que
arquetípica de "reconocimiento", de permanencia de su estructura en el proceso de la acción (cuento/novela); y
elemental básica. E) su caracterización textual por la economía discursiva y la con-
En relación a estos mecanismos sintéticos de los componentes densación de la historia narrativa, fundamentalmente mediante:
estructurales narrativos, en "La metamorfosis del cuento" Peri-Rossi
(cfr. Zavala, 1996: 73-78) se hace eco de algunos de los destacados la singularidad y nuclearización de la acción, eliminando acon-
planteamientos sobre su capacidad de condensación y su forma .de tecimientos irrelevantes y acciones secundarias,
significar: su similitud con la pintura para Ballard y con el poema la abreviación y linealidad temporal,
para Poe, las teorías de la unidad de efecto de este último y del princi- la minimización del diseño y configuración espacial,
pio del iceberg de Hemingway, su forma de operar mediante selección la reducción del número de personajes y de la caracterización
en oposición al método de la acumulación (de tiempos, puntos <le- actoral,
vista, espacios, voces, etc.) propio de la novela. la preponderancia del modo narrativo frente al diálogo y la des-
Se podría, en consecuencia, sintetizar todo lo dicho hasta ahora cripción.
estableciendo como rasgos fundamentales del cuento:

A) la necesaria distinción del cuento popular y el literario a partir 3.3. El microrrelato. La novela corta
básicamente de su distinto origen (popular/individual), parentesco
(narrativa natural, mitos, leyendas .. ./literatura), trayectoria histórica El microrrelato, también denominado microcuento o cuento hiper-
(permanente/desde el XIX), forma de transmisión (oralidad/escritu- breve, constituye una formulación de la narrativa breve en la que se
ra), tema (tradicional/original) y autor (anónimo/conocido); extreman, hasta llegar a su máxima expresión, todos los rasgos que
B) la breve extensión, que debe tenerse en cuenta no tanto por su singularizan al propio cuento y supone una modalidad de la narrativa
capacidad distintiva propia cuanto por haberse instalado dentro de literaria especialmente adecuada para el acelerado ritmo de vida de las
54 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS SS

sociedades actuales y de los nuevos modos de comunicación privile- novela, similar a una sinfonía- como "una nota emocional única y
giados (de masas y electrónicos), lo que explica su creciente y amplio emitida de una sola vez, más o menos sostenida, según su extensión,
éxito actual en todos los países. Nacido algo entrado el siglo XX (asen- pero, por decirlo así, indivisible".
tada ya la escritura del cuento literario y con lazos con el poema en En su estudio sobre las novelas cortas de Clarín, Sobejano (1985)
prosa o visual, la greguería y el epigrama), con autores como Julio establece una serie de peculiaridades que son extensivas al género: es
Torri, el colombiano Luis Vidales o el venezolano Ramos Sucre, el más extensa que .el cuento y tiene una composición concentrada, se
microrrelato se desarrolla con escritores como Monterroso o Max narra un suceso notable y memorable como acontecimiento clave, se
Aub y como Cortázar o Italo Calvino, hasta llegar en nuestros días a enfatiza un tema a través de motivos que lo repiten y marcan, hay un
constituir no solo un género especialmente leído sino también culti- giro decisivo respecto al destino de un personaje, surge en ocasiones
vado por algunos importantes escritores reconocidos y por muchísi- un "objeto-símbolo" con una "función radiante" y-aparece un "real-
mos autores no profesionales, los cuales, animados por los muchos y ce intensivo".
diversos concursos y formas de publicación (periódicos, páginas web) Y es que, efectivamente, son comunes en el cuento y la novela
y el escaso esfuerzo y tiempo de su elaboración, han fortalecido enor- corta toda una serie de rasgos: la condensación de la historia narrativa
memente el auge de esta variante narrativa. y de sus componentes estructurales (menor número y profundidad
La brevedad extensional, sintetización expresiva y economía narra- de caracterización de los personajes, concentración de la acción,
tiva, la condensación de todos los elementos de la historia narrada, la reducción de descripciones, reflexiones y digresiones, simplificación
atención sinecdóquica a lo parcial antes que a lo total, la enfatización de las cuestiones relativas a la voz y la focalización, etc.), el uso de
de los mecanismos de tensión e intensidad narrativa., la acentuación de determinadas técnicas narrativas, el centramiento sinecdóquico de la
la capacidad de evocación y sugerencia (ligadas al poema, la fotografía estructura referencial en la parte antes que en el todo -frente a la
o la pintura), son caracteres compartidos por el cuento y el microrre- novela-, la transmisión de una única y singular idea, emoción o ima-
lato, pero que aparecen particularmente potenciados en este último. gen a cuya pretensión tiende toda la construcción discursiva. Tan solo
Cabría añadir aún el reforzamiento de los mecanismos de alusión esa mayor extensión, esa expansión discursiva, diferencia del cuento a
transtextual, la mayor abrupción final y la frecuentísima composición la novela corta, lo cual tampoco resulta tan baladí, dado que el factor
mediante técnicas bien definidas y basadas en procedimientos retóri- de la longitud textual, aun siendo impreciso, se erige en una concep-
co-estilísticos comunes (la antítesis, los juegos de palabras, la elipsis, tuación pragmática sociocultural que se convierte en decisivo a la
etc.) como características que definen esta submodalidad narrativa, hora de la clasificación de esta y otras modalidades.
varlame del cuento en grado máximo; recuérdese El dinosaurio de La novela corta como tal corresponde, además, al concepto italia-
Monterroso: "cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí". no prerrenacentista de novella (relacionado con novo: nuevo, recuér-
Asimismo, todas las características anteriormente destacadas en el dense el Decamerón y las Novelas ejemplares cervantinas) y es a par-
cuento literario son igualmente válidas para la novela corta, un géne- tir de fines de la Edad Media -y en oposición al-predominio del
ro que encuentra mucho más parentesco con este que con la propia cuento en la inmensa mayoría de este periodo- cuando se comienza a
novela. Así lo vio ya Shklovski (1925a) al relacionar las distintas téc- canonizar como género y se extiende su uso.
nicas y procedimientos compositivos comunes a los relatos cortos, al
cuento y a la "novella" o novela corta (anillo, encuadramiento, para-
lelismo, escalera, antítesis, etc.). En lo mismo han incidido numero- 4. LA NOVELA
sos críticos, entre ellos Baquero Goyanes 1966: 60), quien, recogien-
do una idea de Pardo Bazán, plantea que la novela corta es "un cuento La novela es hoy la modalidad narrativa literaria fundamental y privi-
largo" y considera que están unidos ambos por plantearse -frente a la legiada por su cultivo y lectura, no solo con respecto al cuento y a la
56 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 57

novela corta -que no tanto- sino a todos los géneros literarios. La compuesta a partir de las más singulares aventuras de la vida de los
historia de su éxito, sin embargo, no ha estado exenta de juicios mora- hombres"; en este mismo siglo, sin embargo, Diderot dejaba constan-
les y estéticos profundamente negativos hacia ella, polémicas y com- cia de la negativa consideración social que se tenía del género: "por
petencia con otros géneros narrativos y no narrati_vos hasta qu_e se novela se entendía hasta hoy un tejido de acontecimientos quiméri-
inicia su despegue en el siglo XIX, con la novela realista y naturalista, cos y frívolos cuya lectura era peligrosa para el gusto y para las cos-
y se producen sus actualizaciones y transformaciones técnicas y dis- tumbres" (cfr. Bourneuf-Ouellet, 1972: 32).
cursivas, ya como género triunfante, en el siglo XX. La mayoría de las referencias a la novela del siglo XIX, ya marcadas
por el despegue y el auge det género primero con el realismo y des-
pués con el naturalismo, inciden en su capacidad de representar la
4.1. Denominaciones y definiciones realidad y la vida: "un espejo que se pasea a lo largo de un camino"
para Stendhal, una "imagen de la vida" para Galdós, una " representa-
El término utilizado en el ámbito hispánico para designar esta varie- ción poética del hombre analizado en su relación con la vida social"
dad narrativa es el de novela (frente a los de otras lenguas: roman en para Belinski. Más canónica es la definición de Campillo en 1881:
francés y alemán, romanzo en italiano, nov el en inglés). El nombre, "novela es una narración ordenada y completa de sucesos ficticios,
que proviene del italiano rwvella, designaba primero en el sigl_o XVI la pero verosímiles, dirigida a deleitar por medio de la belleza".
narración corta, pasando finalmente a especializarse-y refenrse a la A partir de entonces y en el siglo XX han proliferado enormemen-
narración extensa en su sentido actual. Sin embargo, el término de te -al igual que los estudios-los intentos, de todo signo, desde todos
novela, en relación alla dificultad de su estatuto, a su función moral y los intereses y a partir de todas las perspectivas, de definir o caracteri-
educativa, a sus excesos imaginativos y fantásticos (recuérdense las zar la novela. Y no solo por los teóricos, críticos o historiadores de la
polémicas italiana y española sobre los romanzi y los libros de caba- literatura, también (como ya ocurriera en el siglo XIX) por parte de
llería), a su carencia de reconocimiento como gén ero canónico en la los mismos novelistas, preocupados por el estatuto teórico que tiene
mayoría de las poéticas, a su mismo deslinde con respecto a la histo- aquello que están practicando.
ria, no acaba de especializarse absolutamente hasta finales del siglo
x vm: todavía es frecuente encontrar el subtítulo de "historia fingida "
en las mismas novelas en español hasta la mitad de ese siglo, momen- 4.2. La novela frente a la épica
to en que empieza a imponerse y fijarse definitivamente su denomi -
nación actual. -- En la historia de la conceptuación -fundamentalmente tratadística-
Las innumerables definiciones de novela han discurrido parejas a de la novela, ocupa un lugar especial el de su incardinación dentro del
la misma imposibilidad de acotación de un género sincretizador, género épico.
mutante y multiforme, de enorme variedad funcional, formal, técnica A diferencia de la épica, la novela, aún no cultivada en el mundo
y temática, carente de un esquema genérico canónico (su dominio es griego en vida de Aristóteles, no aparece en la Poética, ni tampoco en
la licencia, según Caillois), caracterizada de un modo global por otros destacados tratados -Epistula ... , De sublime- del mundo clásico
representar ficcionalmente las complejas y diversas relaciones del o del mundo medieval. Las poéticas renacentistas y clasicistas (pese al
hombre con la sociedad y la historia. surgimiento tanto de las novelas cortas como de la propia novela con
Ya en 1670 escribía Daniel Huet que las novelas eran "ficciones de Cervantes, pese a su creciente e imparable éxito de difusión y lect--I:H'a,
aventuras amorosas escritas en prosa con arte, para el placer y la ins- pese a las polémicas creadas con los romanzi, los libros de caballería y
trucción de los lectores" y el Marqués de Sade opinaba, un siglo des- la misma novela en general), con la Philosophia Antiqua Poetica de El
pués en su Jdée sur le roman, que "se llama novela a la obra fabulosa Pinciano como una de las notables excepciones, optan bien por igno-

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LOS GÉNEROS NARRATIVOS 59
58 TEORÍA DE LA NARRATIVA

absoluta, por la sustitución de la iniciativa individual por los mismos


rarla bien por inscribirla como una variedad moderna del género
mecanismos internos del propio sistema socioeconómico.
épico. Y será ya fundamentalmente el Romanticismo el encargado de
Por otra parte, también Bajtín (1941) profundiza en esta contra-
empezar a marcar las diferencias entre la modalidad épica del género
posición épica/novela. Para él, no solo la epopeya, sino todos los
narrativo y la novela (vid. Valles, 2004: 11-51, y el epígrafe 2.2.1. de
grandes géneros clásicos se han formado ante~ de la edad de la escri-
este trabajo).
tura y el libro y están delimitados por unos cánones y normas; la
En su trabajo "El narrador" (1936) Benjamín plantea que el relato
novela, al contrario, al margen de ser un género en proceso de forma-
oral como forma primigenia y verdadera sustentada en la voz y la
ción, convivir difícilmente con otros géneros aunque los sincretice y
memoria se encuentra en crisis ante el aislamiento del autor y la liga-
luchar por la supremacía con ellos,
zón a la escritura de la novela: Benjamín opone la narración, relato
efectuado por transmisión oral, centrado en la voz y conservado en la
es más joven que la escritura y el libro, y solo ella está adaptada orgáni-
memoria, derivado de la capacidad humana de transmisión de expe- camente a las nuevas formas de recepción muda, es decir, a la lectura.
riencias, apoyado en la sabiduría y los consejos y próximo a la verdad Pero, lo que es más importante, la novela -a diferencia de otros géne-
por su cualidad de ser eternamente transmisible, que está en trance de ros- no cuenta con tales modelos: solo determinados modelos de novela
desaparición en el mundo moderno, y la novela, primer signo que son históricamente duraderos; pero no el canon del género como tal
puso en crisis la narración y que se distancia de ella por su vincula- (Bajtín, 1941 ).
ción con el libro y la escritura y por el aislamiento del autor (cfr. Fer-
nández Martorell, ~ 992: 164-166). Frente a la epopeya, pues, que se instalaría en el pasado absoluto
Las ideas lukacsianas en torno a este tema (vid. 2.2.1), sirvieron de por la distancia épica, la novela se ubicaría en el presente, carecería de
base a Goldmann (1964), para quien la novela muestra estéticamente modelos architextuales instituidos, sincretizaría v asumiría transfor-
el enfrentamiento de un héroe en la búsqueda de unos valores autén- mándolos otros géneros y adoptaría como tem'a básico la realidad
ticos con el universo en el que actúa y que se le opone, en correspon- inmediata, por lo que podría evolucionar constantemente en conso-
dencia con una sociedad individualista progresivamente tendente nancia con la realidad histórica. Así lo resume el teórico ruso (Bajtín,
hacia el mercantilismo y el predominio del valor de cambio, hacia la 1941: 483):
cosificación:
El pasado absoluto, la tradición, la distancia jerárquica no jugaron nin-
(... ) la novela se caracter.iz.a como la historia de una búsqueda de valores gún papel en el proceso de constitución de la misma [la novela) como
auténticos de un modo degradado, en una sociedad degradada, degrada- género( ... ); la novela se formó precisamente en el proceso de destrucción
ción que en lo tocante al protagonista se manifiesta principalmente por la de la distancia épica, en el proceso de familiarización cómica del mundo
mediatización, la reducción de los valores auténticos [o sea, los que el pro- y del hombre, de rebajamiento del objeto de representación artística
tagonista concibe implícitamente como tales] en el nivel implícito y su hasta el nivel de la realidad contemporánea, imperfecta y cambiante 1• La
desaparición en tanto que realidades manifiestas (Goldmann, 1964: 23). novela no se edificó -ya desde el principio- en la imagen alejada del pasa-
do absoluto, sino en la zona de contacto directo con esa contemporanei-
Así, la novelística de Malraux estaría en consonancia con un
1 Obsérvese que la idea de Bajtín plantea la novela como un modo "cómico" y
momento histórico del capitalismo en que entra en disolución el indi-
podría rellenar ~~~~ompleta (pese a la cita del M argites como epopeya baja) propues-
viduo y consecuentemente la búsqueda de valores por el héroe nove- ta aristotélica de los modos de representar: tragedia y epopeya lo elevado, comedia -y
lesco; las novelas sin personaje de Robbe-Grillet, que muestran un novela-lo bajo. Ya Fielding, en su prefacio ajoseph Andrews, escribía en el mismo
mundo donde el sujeto ha sido eliminado en beneficio del objeto, se sentido y a propósito de la nueva novela realista inglesa del siglo XVIll: now, a comic
romance is a comic epic poem in prose.
corresponderían con el capitalismo caracterizado por la cosificación
TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 61
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dad imperfecta. En su base está la experiencia personal y la libre ficción Leucipa y Clitofonte de Aquiles Tacio; una variante satírica que ape-
creadora. nas cambia el modelo narrativo que se dio en Roma con El satiricón
de Petronio o El asno de oro de Apuleyo 2 .
Darío Villanueva, en "Historia, realidad y ficción en el discurso La narrativa medieval ofrece, de un lado y al margen del cuento
narrativo", vincula también las teorías hegeliana y lukacsiana de la moralizante, la pervivencia del género épico modificado y adaptado a
novela como evolución de la epopeya y las opone a la idea de Ricoeur las nuevas realidades feudales: chansons o cantares de gesta, poemas
en Tiempo y narración de marcar las conexiones entre historia y rel~­ caballerescos de los ciclos romano, artúrico o carolingio, balad as,
to, indicando la posible mediación de la historiografía en el surgi- sagas y eddas, romances; de otro, empieza a surgir en Francia en el
miento de la novela desde la epopeya y ejemplificándolo con los siglo XII, vinculándose a la escritura y al uso de la lengua romance,
libros de caballería españoles que se presentan como crónicas. Bobes, una nuev a práctica narrativa (María de Francia, Chrétien de Troyes)
finalmente, señala los rasgos más generales que distancian a la novela de corte amoroso y caballeresco, precedente de las más tardías nove-
moderna de la epopeya: las caballerescas (Tirant lo Blanc, Amadís) y sentimentales (Cárcel de
amor de San Pedro).
1) la temática reducida a la de un mundo visto en forma parcial, indivi- El prerrenacimiento y el renacimiento empiezan a cambiar ya los
dualizado; 2) la elección de temas de la vida ordinaria; 3) la temporalidad patrones compositivos y las mismas formas del género, a establecer
situada en el presente y con ambiente contemporáneo; 4) la presencia de un punto de inflexión hacia la constitución de la novela moderna que
personajes sin grandeza( ... ) y a los que se somete a las pruebas necesarias se sintomatiza en las virulentas polémicas y negativos juicios sobre la
para mostrar su valor o el sistema de valores que preside su conducta; 5) novela. El modelo de la narrativa corta del Decamerón, la irrupción
la falta de toda tr;scendencia religiosa (Bobes, 1993 : 66). de los romanzi, llenos de elementos fantásticos (Orlando furioso), y la
aparición de la narrativa satírico-hiperbólica (Pantagruel) suponen
nuevos modelos, que alternan con otros ya existentes y en boga
4.3 . Del grado cero de la novela a la novela actual (novela caballeresca y sentimental) y otras formas novelescas de
nuevo cuño (novelas pastoriles y, en España, también moriscas) que
Dos han sido las posiciones fundamentales a la hora de abordar y alteran menos las pautas compositivas del género. Así, frente a las for-
datar el origen de la novela. Mientras las teorías evolucionistas han mas narrativas más tradicionales y antiguas de los poemas épicos
fijado su nacimiento en la época clásica -Grecia y Roma- y han _plan- (Araucana, Os Lusiadas, Paradise Lost, Christiada, Gatomaquia) y
teado su resurgimiento renacentista y su despegue en el realismo, de los relatos de carácter histórico (particularmente los de In3ías: Inca
otras teorías, sin dejar de reconocer la influencia de otras escrituras
narrativas (fundamentalmente el cuento y la novela corta), han vincu-
2 Precisamente, Bajtín estudió en relación a su concepto de "cronoropo" la novela
lado más bien su aparición en las sociedades burguesas de los últimos
grecorromana, en la que dis tinguió tres tipos esenciales, añadiendo agudamente o.rra
siglos a determinadas razones sociales, normalmente en relación con
modalidad - la biográfica- a las clásicamente reconocidas: la novela griega de tema
la decadencia o pérdida de la modalidad épica, privilegiada en las amoroso y peripecias por distintos espacios geográficos a la que llama "novela de
sociedades esclavistas y feudovasalláticas. aventuras y de la prueba " y que se caracterizaría por el cronotopo del " mund o ajeno
La "archinovela tardohelénica" (García Gua!, 1976), iniciada en durante el tiempo de la aventura", la novela sa tíri ca latina que d enomina " novela de
ave nturas costumbrisra" y singul ariza en presentar solo los breves momen!Os excep-
Grecia en el siglo II a.C. continuada en Roma hasta el siglo lll d.C., cionales e insóliros de la vida humana personal y privad a en una seri e temporal con-
muestra un primitivo y reiterado patrG.n-narrativo marcado por la creta e irrev ers ibl e y la que llama "novela biográfica" por unir el tiempo biográfico
organización episódica, el narrador omnisciente y la usual temática con la imagen del hombre que-re·corre su camino de la vida centrada en el cronoropo
real del "ágora " y en la que habla desde la Apología de Sócrates y Fedón de Platón
amorosa y estructura de aventuras (viajes, conflictos, peligros), como
hasta Las confesiones de San Agustín (vid. Bajtín, 1937-1938: 237-298).
62 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 63

Garcilaso, Bernal, Acosta, De las Casas, Sahagún), surge una novela Emilio de Rousseau, La educación sentimental de Flaubert), la novela
picaresca (La zarillo, Buscón, Guzmán, Gil Bias de Lesage, Simplicissi- gótica (Los misterios de Udolfo de Radcliffe, El castillo de Otranto de
mus de Grimmelshausen, incluso el posterior Penquillo Sarmiento de Walpole, Melmoth el errabundo de Maturin), la novela de terror (Drá-
Fernández de Lizardi) que rompe con el planteamiento de un mundo cula de Stoker, Frankenstein de Mary Shelley, relatos irracionalistas de
idealizado y fosilizado, hace irrumpir sociolectos alternativos y críti- Poe, también fundador de la vertiente contraria, la novela policial
cos con respecto a la realidad circundante (Cros, 1975), se muestra racionalista, aparecida a mediados del siglo), la novela histórica (Wal-
pesimista o crítica respecto a la realidad y enfrenta y opone el perso- ter Scott, Hugo, Dumas, Manzoni, Gil y Carrasco, Palma) y las deno-
naje, desde su propia narración autodiegética, al universo novelesco. minadas novelas nacionales que permitieron, sucesivamente en distin-
La cuestión culmina con el Quijote, pues es ya comúnmente acep- tos momentos y en distintos lugares como Latinoamérica, establecer a
tado que Cervantes fue el creador de la novela mode"rna, un "raro partir de ellas símbolos colectivos ideológico-sentimentales de las nue-
inventor" (Biasco, 1998), y el Quijote una especie de "grado cero" de vas naciones (Doña Bárbara, María, Amalia, El Zarco; cfr. Sommer,
tal novela moderna. La primitiva parodia de la novela caballeresca 2004). El romanticismo, además, auspició el surgimiento de cuadros
rompía su hilván episódico y excesos fantásticos con el propósito costumbristas y novel as melodramáticas folletinescas: precisamente
vertebrador y unitario, la consonancia y la verosimilitud, pero, sobre dos novedades editoriales del XIX, los folletines o novelas de folletín
todo, aportaba otras notables novedades: la intertextualización inte- (feuilleton) publicadas en los periódicos y las novelas por entregas
grada de textos literarios de toda índole, la metanovela o reflexión (three-decker), constituyen dos muestras del éxito de la novela popu-
sobre la propia escritura narrativa, la transdiscursivización de socio- lar y su masivo consumo y alcance ya en estos momentos.
leeros y lenguajes distintos y dialógicamente opuestos, la ironía y la Pero serán el Realismo y el Naturalismo los movimientos que sig-
distancia narrativa aportada por el juego del desdoble de narrador, la nificativamente consagren la práctica de la novela, la fijación e insti-
crítica del mundo y de las instituciones mostrando un protagonista tucionalización de la palabra novelesca, además de preocuparse siem-
enfrentado y desajustado, la trascendente simbolización en determi- pre por su estatuto teórico y técnica. El afán mimético y estilo realista
nados personajes de los valores y tipos humanos. en la representación del mundo, la complejidad en la caracterización
El siglo XVlll aporta la salida en Francia de una novela de análisis de los personajes, la longitud y morosidad narrativa, las descripcio-
psicológico e intimista (Las amistades peligrosas de Lados, Manan nes ilustrativas minuciosas, se instauran a lo largo del siglo XIX y prin-
Lescaut de Prevost y, sobre todo, La Princesa de Cleves de Mme. de cipios del XX a través de las novelas de Balzac, Stendhal, Zola, Spiel-
La Fayette) y de tono crítico respecto a la moral y religión tradicional hagen, Dickens, Tolstoi, Dostoyevski, E~a de Quiroz, Galdós,
(Cándido de Voltaire, La filosofía en el tocador de Sade), que se des- Clarín, Blasco Ibáñez, Azuela o Quiroga.
arrolla de modo paralelo a la gran novela realista inglesa -ya novel-
(Tom ]ones de Fielding, Los viajes de Gulliver de Swift, Robinson 1
Crusoe de Defoe, El vicario de Wakefield de Goldsmith). Aparece, 4.4. La novela actual y la renovación de las técnicas narrativas
además, una modalidad que expresa bien el giro hacia la subjetividad, -r
el intimismo y la psicología de la nueva nárrativa: la novela epistolar ! El siglo XX hará aparecer nuevas formas de concebir la novela, nuevos
(Pamela de Richardson, Nueva Eloísa de Rousseau), que abre ya la modelos escriturales del género, nuevas técnicas narrativas y formas
línea de la novela sentimental prerromántica (Pablo y Virginia de de composición.
Saint-Pierre, Werther de Goethe, C_!!mandá de MeraL El descentramiento del mundo y del texto, la invención en el
El romanticismo, desde su apuesta simbólica por lo nacional, lo mundo y en el texto, el cambio acelerado en el mundo y en el texto, la
pasado y lo subjetivo, abre cinco líneas novelescas prioritarias: la dispersión, fragmentación y sobreabundancia de informaciones en el
novela de formación o bildungsroman (Wilhelm M eister de Goethe, mundo y en el texto, la expansión demográfica en el mundo y en los
64 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 65

textos. Son muchas más las analogías entre el desarrollo histórico del mente cuantitativa del número de autores y de lectores de la novela
siglo XX y una evolución de la novela que se caracteriza por la perma- -acaso ahora en un cierto retroceso ante la mayor ocupación del espa-
nente renovación de las técnicas y de los procedimientos narrativos cio de ocio por otros medios-, del número de ejemplares editados de
-surgida desde la pretensión rupturista y experimental-, pero tam- ciertas novelas y novelistas, del número de premios que fomentan su
bién por la evidente consagración de la novela -cifras de edición y escritura y publicación, también del número de novelas vendidas:
venta, premios, desarrollo de la novela popuJa·r - y por la internacio- muy alto según qué títulos y escritores, según qué subgéneros temáti-
nalización geográfica y lingüística de su cultivo. cos (novela histórica, policiaca, rosa, del oeste, de ciencia-ficción,
La rotura de la sintaxis tradicional, de la organización y disposi- etc.) y según qué formatos y diseños populares y qué características
ción clásica del material narrativo y de las formas de narrar y repre- editoriales (libros de bolsillo, pulps, dime novels, libritos de quiosco,
sentar el mundo hará sustituir la lineal itinerancia del viaje épico de best-sellers, etc.)
Ulises por la caótica ordenación del pensamiento en el día cotidiano Expansión temática y estilística. La mundialización -mejor que
de Leopold Bloom, el enorme resumen temporal de un siglo de Epi- globalización- de todos los procesos informativos y también litera-
sodios nacionales españoles por la representación al ralentí de dos rios, la enorme influencia de las nuevas artes y sus nuevos lenguajes,
minutos en doscientas páginas (L'agrandissement de Claude Mau- temas y técnicas, la proliferación de nuevas teorías artísticas (psicoa-
riac), el determinismo omniexplicativo de La taberna por el universo nálisis, lingüística, marxismo, fenomenología, etc.) y de nuevos hori-
absurdo y la opresión indeterminada de El castillo, el Crusoe que zontes epistemológicos, el impacto de la técnica y de la revolución
construye el mundo y a sí mismo en una isla desierta por el musiliano informativa y electrónica son algunos de los factores que conducen a
hombre sin atributos, la sucesión ordenada de hechos experimenta- un permanente replanteamiento temático y estilístico de la novela en
dos por actores por la informe alternancia de textos de heterogénea tal centuria. Continúa la novela más tradicional, fundamentalmente
procedencia (Libro de Manuel) o por permanentes juegos verbales y ligada a las fórmulas de la literatura popular y _a la variedad temática
experimentos lingüísticos (Larva), la exigencia de un texto unitario de las intrigas (novela policiaca o de aventuras, realista de acción o de
por la aspiración intratextual de la novela a ser muchos libros Uuego personaje, histórica ... ); aparecen la novela de ciencia-ficción, la nove-
de cartas de Aub, hipernovela). la rosa heredando la estructura melodramática del relato sentimental,
Son estos solo algunos pocos ejemplos de la transformación técni- la novela de espionaje, las novelas de la revolución, indigenistas y de
ca, lingüística y diegética de la novela en este siglo, una transforma- dictador (Valle, Asturias, Sábato, Roa, Carpentier, García Márquez,
ción que, si hubiera que sintetizarla en una única palabra, podría Vargas Llosa) en Hispanoamérica. Surgen asimismo nuevas tenden-
hacerse muy convenientemente con la de expansión. cias estilísticas narrativas: la novela existencial (Sartre, Camus), la
Expansión geográfica y lingüística. En la nueva era de la informa- novela experimental (Cortázar, J. Goytisolo, Fuentes) y el nouveau
ción y la comunicación electrónica, la novela ha sido el género litera- roman (Sollers, C. Mauriac, Robbe-Grillet, Butor), la metanovela
rio que más ha cruzado las fronteras culturales y geopolíticas. El preocupada del propio estatuto de su escFitura (Gide, L. Goytisolo),
signo de la novela, sobre todo a partir de la segunda mitad de este la novela rupturista y de vanguardia (Proust, Joyce, Weiss), la novela
siglo, es la internacionalización de su cultivo y lectura, su enorme del absurdo (Kafka, Musil), el realismo crítico y el realismo mágico
expansión lingüística, cultural y geográfica, aquello que llamó las (García Márquez, Vargas Llosa), la novela esteticista, la novela urba-
polinarrativas Carlos Fuentes en su Geografía de la novela (1993 ). na, la novela autobiográfica ... , en fin, toda una profusión de corrien-
Expansión comercial y lectora!. El aumento de la tasa demográfica tes y variantes estilísticas y lingüísticas, difícilmente resumibles y
y, fundamentalmente, de los índices culturales y de alfabetización, el - hasta deslindabfeS, que hacen de la novela del siglo XX un verdadero y
desarrollo de la edición y la distribución como una empresa -cada complejo mosaico, de prolija reconstrucción e ilustrado fundamen-
vez más transnacional, además- ha generado una ampliación estricta- talmente por la diversidad y la renovación.
66 TEORÍA DE LA NARRATlVA LQS GÉNEROS NARRATIVOS 67

Expansión de arquitectura y técnicas narrativas (vid. Valles, 2003: se traducen en estrategias narrativas definidas: la situación narrativa per-
175-177 y el epígrafe 3.2.2). Muy ligada con la cuestión anterior, muy filada, los criterios de representación establecidos, son, entre otros, pará-
marcada por el influjo de los lenguajes y procedimientos constructi- metros que interfieren en la configuración del universo diegérico que
vos de otras artes y en la base de las nuevas corrientes novelescas, se integra la novela.
encuentra la evidente renovación de las técnicas y mecanismos de
organización y construcción de la novela. De este modo, se han Y, ciertamente, cabe hablar de la existencia de una serie de caracte-
replanteado o inventado distintos procedimientos que afectan allen- rísticas peculiares del género novelesco comúnmente reconocidas.
gu_aje y las grafías (anagramas, lipogramas, escritura aleatoria, con- Sin embargo, ni estas son invariables -sino que están sujetas a la raíz
mutaciones -N+l- o restricciones, palindromías, sinsentidos, etc.), a la histórica de cada género novelesco y de su propia trayectoria- ni tam-
composición y yuxtaposición de elementos discursivos (collage; mon- poco son universales -dependen del diseño de cada "objeto de cono-
taje, omisión, reportaje, construcción en abismo o relato especular, cimiento" por el mismo marco teórico desde el que se segrega-. Tanto
pastiche, etc.), a la temporalización (reducción temporal, ucronía, Belinski (Valles y Davidenko, 2000) como Baroja, y en cierta medida
ralentización, etc.), a la lógica secuencial y efectos pragmáticos sobre Ortega aunque con un planteamiento más relativista y perspectivísti-
el lector (suspense), a la presentación del espacio (forma espacial, cosis- co, se refieren al carácter mutante, sincrético e integrador de la nove-
mo, etc.), a las tipologías discursivas (monólogo interior o flujo de la, que también recoge el propio Bajtín. CaiÍlois decía que la novela se
conciencia, diálogo abruptivo, coloquialismo, novela dramatizada! caracteriza esencialmente por la "licencia"; también Villanueva (1989: -
lírica, etc.), a la representación y la focalización (perspectivismo, tra- 9-1 O) expresa muy claramente esa "insumisión respecto a lo estable-
tamiento pictórico, focalización externa y modalización cinematográ- cido" y "tendencia a la libertad" de esta modalidad narrativa:
fica), o a las nuevas formas de comunicación narrativa (hipertexto,
novelas interactivas), entre otros. La novela es el reino de la libertad, libertad de contenido y libertad de
forma, y por naturaleza resulta ser proteica y abierta. La única regla qu e
cumple es la de transgredirlas todas, y este aserto debe figurar en el pre-
ámbulo de tod a exposición sobre el comentario o lectura crítica de la
4.5. Características de la novela
novela.
Pero, al margen de la historia del género, al margen del análisis La novela se muestra así como un género abierto, proteico, inter-
socioempírico del negocio de la novela, al margen incluso de su pro- texrualizador y transgresor: la amplitud, la mutación, la absorción de
pia dimensión técnica, a la hora de plantearse el estudio de los rasgos otras formas y textos y la ruptura son los ejes de coordenadas del
peculiares de la novela desde una perspectiva narratológica, según género.
Reis y Lo pes ( 1987: 183 ), En un sentido general y común a todo el género fundamental o
lo que interesa a ésta son [los siguientes) aspectos: los elementos y cate- natural épico-narrativo, la novela se caracteriza, en primera instancia
gorías que entran directamente en la estructuración de la novela, sus rela- y como ya se había dicho, por constituir el relato de una historia por
ciones genológicas con otros géneros narrativos, su diversificación en un narrador: la posesión de ambos rasgos (historia +, narrador +) es
subgéneros narrativos, y también su capacidad de modelización de lo real la que precisamente delimita la narrativa de la dramática (historia +,
y de representación ideológica. De este modo, la cuestión previa que ha narrador-) y de la lírica (historia-, narrador-). Por lo tanto, se hace
de proponer es la d~l estatuto de la auto_!j~y de la enunciación de la nove- patente en ella: de una parte, la presencia de determinados elementos
la, cuestión que naturalmente conduce a las relaciones autor/narrador. La de la historia o material_diegético (acontecimientos, actores, tiempo,
novela es enunciada por un narrador, entidad ficcional instituida por el espacio); de otra, una serie de rasgos vinculados a la actividad enun-
autor empírico; pero al instituir al narrador, el autor avanza opciones que ciadora (narración -voz, registro, discursos, narrador-, visión -foca-
68 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 69

lización, punto de vista- e instancias intratextuales -autor y lector coordenadas temporales de la imagen literaria; 3) una nueva zona de
implícito-) que configuran y transforman, discursiva y verbosimbóli- con strucción de la imagen literaria en la novela, zona de máximo contac-
camente, esa historia dada en un específico e irrepetible relato o dis- to con el presente (contemporaneidad) imperfecto (Bajtín, 1941: 456).
curso concreto.
A ellos habría que añadir otras características más o menos comu- Podrían, así, señalarse entonces como características particularmente
nes a otros géneros literarios y modalidades discursivas señaladas por asociadas al género "novela" las siguientes:
diferentes teóricos: la dimensión ficcional y la capacidad de referen-
cialidad de la realidad, la vinculación a la escritura y a la comunica- A) La vinculación de la misma a la escritura, ya desde su constitu-
ción diferida conllevando un determinado pacto narrativo, la trans - ción en el mundo clásico y en su misma formulación medieval-desde
discursivización y transtextualización, la configuración isotópica, el el siglo XII: no en balde, como se ha visto, Benjamín opone precisamen-
plurilingüismo y la polifonía, la capacidad transductiva. te en este sentido la novela a la narración. Esta conexión permanente
No son estos, sin embargo, los elementos que pueden considerar- entre novela y escritura/lectura implica otras cuestiones relativas al
se como peculiarmente definitorios de esta modalidad. Desde nuestro acto pragmático-comunicativo: la distancia física espacio-temporal
punto de vista, a los rasgos antes citados propios del macrogénero entre autor y lector empíricos, esto es, la generación de una situación
narrativo y del mismo texto literario, cabría añadir algunas orienta- comunicativa in absentia o diferida; la existencia de un tiempo y un
ciones específicas de los mismos. Carmen Bobes intenta justamente espacio distintos para ambos, que marcan el proceso de, en palabras
plantear de qué forma se plantean peculiar y permanentemente tales de Ricoeur (1983-84 ), la prefiguración y la refiguración de la mime-
rasgos en el texto ndvelesco: sis; el funcionamiento de un pacto narrativo-comunicativo implícito
entre autor/lector.
a) su discurso polifónico; b) la presencia de unas determinadas unidades B) La particular orientación de todo el material diegético de la
sintácticas (funciones, actantes, cronotopo); e) un esquema que mantiene historia (sucesos, actores, espacio y tiempo) por un narrador, que lo
en unas determinadas relaciones esas categorías organizándolas en torno organiza, mediante un( os) determinado(s) modo(s) de representar y
a la unidad dominante, y que, por tanto, podrá ser de un tipo preferente- contar, en un relato que se manifiesta discursi-vamente en una estruc-
mente funcional, actancial o cronotópico; d) un hecho, que genera unos
turación y ordenación verbosimbólica determinada.
valores semánticos porque orienta todas las unidades sintácticas, sea cual
C) El plurilingüismo y la polifonía que indicaba Bajtín, esto es, la
sea la dominante, hacia un sentido: la presencia en toda novela de un
narrador que sirve de centro para establecer un punto de vi sta, unas frecuente presencia discursiva de distintos lenguajes y distintas voces
voces, unas distancias y un tono narrativo (Bobes, 1993: 25). en el texto narrativo, la transdiscursivización de los enunciados y len-
guajes sociales que se concitan en el relato junto con las distintas
Y, como se ha visto, Bajtín, oponiendo a la épica -marcada por la dis- voces que los sostienen.
tancia y reverencia del pasado absoluto- la novela, entiende que esta D) Desde el punto de vista del contenido, la extensa, compleja y
se ubica en el presente, carece de modelos architextuales instituidos, totalizadora representación artístico-ficcional y simbólica de las rela-
sincretiza y asume -transformándolos- otros géneros y adopta como ciones del hombre con su entorno social e histórico, o, en palabras de
tema básico la realidad inmediata, por lo que puede evolucionar cons- Reis y Lopes (1987: 182), "modelizar en registro ficcionallos conflic-
tantemente en consonancia con la realidad histórica. Tres son los ele- tos, las tensiones y el devenir del Hombre inscrito en la Historia y en
mentos definitorios de este género para el teórico ruso: la Sociedad". Este rasgo concuerda en cierto modo con las ideas sobre
la novela de Lukács (representación de la totalidad secreta de la vida),
1) la tridimensionalidad estilística, relacionada con la conciencia plurilin- de Goldmann (enfrentamiento entre el personaje y el universo nove-
güe que se realiza en ella; 2) la transformación radical en la novela de las lesco en correspondencia con la situación concreta del capitalismo),
70 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 71

de Bajtín (representación artística de la realidad contemporánea, segunda, el análisis psicológico del personaje constituye el centro de
imperfecta y cambiante), de Ricoeur (pretensión de redescribir la rea- atención (Quijote, Werther); en la tercera, el marco histórico o los
lidad según las estructuras simbólicas de la ficción) y del propio Ayala ambientes sociales se muestran como núcleo fundamental (Balzac,
(la búsqueda de respuestas a una serie de preguntas radicales del hom- Zola, Stendhal) (Kayser, 1948: 482-489).
bre, necesitadas de una respuesta antropocéntrica tras la quiebra de la Baquero Goyanes, haciéndose eco de las dos divisiones anteriores,
sacralización y la fe medievales). reduce acertadamente las fórmulas a dos básicas y extremas, entre las
que se podrían situar un sinfín de variantes intermedias: la novela de
acción y la psicológica (Baquero, 1966: 69-70).
4.6. Tipologías y subgéneros novelescos Norman Friedman, apoyándose en determinados componentes
del texto poético descritos por Aristóteles, utiliza también este crite-
La enorme variedad formal, técnica y estilística de la novela ha gene- rio para establecer un catálogo de la novela en función del concepto
rado numerosos intentos de clasificación de sus variantes diegéticas y de intriga, entendida esta desde una perspectiva temática y como la
discursivas, numerosas propuestas de establecimiento de una tipolo- transformación de una determinada situación hacia una mejoría o una
gía de la novela. Se citarán aquí únicamente algunas de las más desta- degradación. Friedman clasifica así las novelas en 7 intrigas de destino
cadas . . -de acción, melodramática, trágica, de sanción, sentimental, de admi-
ración i cínica-, 4 intrigas de personaje -de maduración, de enmien-
A) Algunos intentos clasificatorios han partido de la mayor o da, de pruebas y de degradación- y 3 intrigas de pensamiento -de
menor relevancia d'e uno de los componentes diegéticos de la novela. educación, de revelación y afectiva- (Friedman, 1975).
Así, es ya clásica la propuesta de Edwin Muir quien, después de B) Otras tipologías se sustentan fundamentalmente en criterios de
advertir-de la permeabilidad de su propia distinción, que apoya en "la tipo lingüístico o discursivo, en su más amplio sentido. Así, Mijaíl Baj-
representación de la acción predominante en el tiempo o en el espa- tín (1929), oponiendo el "dialogismo" de las novelas de Dostoievski
cio" (Muir, 1928: 106), diferencia entre la "novela dramática", donde al "monologismo" de los relatos de Tolstoi, establecía el carácter plu-
predomina la acción y la peripecia, la" novela de personaje", centrada rilingüístico y polifónico que caracterizaba a la novela, que se defini-
en la atención en un actor principal, y la " crónica" o novela de época, ría así básicamente como una "variedad .polifónica", marcada por la
marcada por ofrecer un retrato histórico desde la vertebración del copresencia de distintos discursos y voces en el más amplio sentido
tiempo y el espacio (Muir, 1928: 7-1 07). -incluido el social- de estos términos . Bajtín, además, relaciona con
De forma muy similar, Kayser fracciona la novela en "de acción o -- el plurilingüismo y la palabra bivocal los dos principales tipos de
acontecimiento", "de personaje" y "de espacio" 3 , según la preemi- novela, el "testimonial" (novela hagiográfica, confesional, de aventu-
nencia que adopte en ella cualquiera de estos elementos: en la prime- ras, etc.) y el "pedagógico" (autobiografía, sátira de costumbres, for-
ra, los sucesos narrativos ocupan el primer plano y predomina el inte- mativa, etc.) (Bajtín, 1934-35: 187).
rés por la intriga, desplazándose a un segundo nivel la descripción de Carmen Bobes (1993: 94), que ha considerado justamente tal poli-
lugares o los mismos personajes (la novela bizantina, W. Scott); en la fonía como un rasgo configurador de la novela, ha establecido asimis-
mo una distinción entre novela épica, dramática y lírica, apoyada en
la mayor o menor cercanía de esta modalidad a los tres grandes
3 El propio Kayser, además de citar la divi sió n de Muir arriba referida, menciona
macrogéneros literarios o géneros naturales. Frente a la novela dra-
también otras clasificaciones generales y sustentadas en el material diegético a las que
mática y la lírica, respectivamente próximas al diálogo escénico y al
reconoce un enorme parecido con la su ya propia: en con creto, la de..Petsch entre nove-
la "de evolución" y "de incidentes" y la de Müll er entre novela "de transformacio- intimismo, la "novela épica" sería la variante más apegada al uso tra-
nes", "de alma" y "de situaciones" (Kayser, 1948: 482). . dicional y convencional de la forma narrativa, con mucho el predo-

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72 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 73

minante; la "novela dramática", por su parte, sigue señalando Bobes, singulativo", el "repetitivo" y el "iterativo"; considerando las formas
frente al uso tradicional y convencional de la inserción de fragmentos del "tiempo de la narración" que marca la posición temporal de la
escénicos de diálogo en la novela, llega al extremo de presentar toda instancia narrativa con respecto a la historia que cuenta, diferencia
una novela dialogada donde desaparece absolutamente el narrador entre "relato anterior", "ulterior", "simultáneo" e "intercalado".
para activar en máximo grado el modo dramático, el showing, en Otras tipologías se basan en el papel del personaje central en las
tanto que la "novela lírica" se aproximaría al tipo lírico no solo por novelas o, mejor, del héroe. Así, para Lukács (1920), todavía en su
su presencia de la subjetividad autora! sino por la mayor intensidad etapa de fuerte influencia hegeliana, el héroe de la novela contempo-
verbal, por el centramiento del lenguaje en sí mismo y por el estricto ránea sería siempre-un sujeto problemático o en conflicto con el
discernimiento de los asuntos, personajes y peripecias. mundo y podría clasificarse en el que se evade de la realidad ("nove-
De modo parecido, al partir del concepto de registro, Genette las de idealismo abstracto"), el que rechaza la realidad y actúa al mar-
(1972) introduce la oposición entre relato de acontecimientos / de gen de o contra ella ("novelas del romanticismo de la ilusión") y el
palabras, sustentada en la noción de distancia y, hasta cierto punto, en que decide aprender e integrarse ("novelas de aprendizaje"). Para la
las distinciones -que rechaza porque para él lo que hay siempre en la mitocrítica de Frye (1957) también las obras ficcionales pueden clasi -
base narrativa es un relato- de diégesis/ mimesis y de show ingltelling. ficarse según las capacidades de obrar del héroe con respecto a las
Para el teórico francés, la distinción entre "relato de acontecimien- nuestras, generándose así cinco grandes posibilidades de relatos: el
tos" y "relato de palabras" se apoya no tanto en la primacía del relato "relato mítico" con héroe superior por naturaleza a otros y al entor-
del narrador o el directo de los personajes, esto es, en la activación no, el "relato romántico" con personaje propio de lo maravilloso que
respectiva dominante del modo narrativo o del dramático, cuanto en es superior en grado al resto y al entorno, el "relato supramimético"
la capacidad de representar ambos respectivamente acciones o pala- cuando el héroe es superior al resto de personajes pero no al entorno,
bras, hechos objetivos o fenómenos de la conciencia y la voz. el " relato inframimético" cuando está en nivel de absoluta igualdad
C) Finalmente, otros criterios clasificatorios se apoyan en la y el "relato irónico" si el hombre es inferior a los demás en poder o
forma en que se plantean determinados componentes narrativos para inteligencia.
distinguir diversas posibilidades novelescas. Por último, también las modalidades lógicas de la novela han
Ocurre así con las distinciones operadas a partir del modo en que hecho aparecer distintas divisiones de la misma. En "Narrative
se estructura el tiempo en la novela. Jean Onimus divide las novelas Semantics" (1976), DoleZel, apoyándose en las "modalidades" de
según las cinco manifestaciones de la "duración temporal" en ellas: la Greimas -al éticas, deónticas, epistémicas y veridictorias- y en la lógi-
"duración lineal" cuando no se aft-~a el orden natural de los aconte- ca modal, considera que, en la medida en que un relato simple cuenta
cimientos narrados, la "duración múltiple" si se hacen presentes a la a partir de un operador modal, es posible diferenciar cuatro grandes
vez en alternancia las duraciones simultáneas de diversos individuos tipos de "dominios narrativos" de los relatos simples a partir de las
o grupos, la "duración íntima" cuando el tiempo físico objetivo se cuatro modalidades posibles: el "relato alético" contará el paso de
sustituye por el tiempo psicológico o vivido, subjetivo -aquí habría una imposibilidad a una posibilidad o al revés; el "relato deóntico"
que colocar el monólogo interior y el flujo de la conciencia-, la narrará el paso de una prohibición a un permiso o viceversa; el "rela-
"duración abierta" y la "penetración en el pasado" si la novela se to axiológico" contará el paso de un estado insatisfactorio a otro
construye desde la analepsis o retrospección temporal (Villanueva, satisfactorio o al revés; el "relato epistémico" narrará el paso de una
1977: 35-36; Delgado, 1973: 72). El propio Genette (1972) establece ignorancia a un conocimiento o vicevel"sa.
~tras dos clasificaciones de los relatos en relación a otros criterios de Muy vincillada a la tipología de la novela se encuentra la cuestión
carácter temporal. Partiendo de la "frecuencia" o relaciones de repe- de los subgéneros novelescos, esto es, de las distintas clases discursi-
tición entre elementos de la historia y del relato, distingue el "relato vas de novela, caracterizadas fundamentalmente por aspectos temáti-

1
74 TEORÍA DE LA NARRATIVA LOS GÉNEROS NARRATIVOS 75

cos, estilísticos o culturales y constituidas en una trayectoria histórica de exhaustividad en su deslinde y número y siguiendo los inventarios
(subgéneros históricos). anteriores, podría plantearse lo siguiente:
La diversidad de los subgéneros históricos de la novela se acopla
con la misma diversidad de propuestas de distinción de los mismos. A) Un primer criterio evidente es el de índole temática, que privi-
La riqueza de variedades novelescas se une aquí con la propia hetero- legia la iteración y recurrencia de asuntos primordiales comunes a la
geneidad de su cultivo en distintas naciones y momentos históricos y hora de fijar determinadas modalidades discursivas. Entrarían aquí,
con la heterogeneidad de marcos teóricos y de modelos culturales por ejemplo, las novelas de acción, de aprendizaje, de aventuras, béli-
que hacen que uno u otro crítico, de uno u otro origen y raíz lingüís- cas, biográficas/autobiográficas, bizantinas, caballerescas, de clave, de
tica y cultural, privilegien la diferencia de unos u otros subgéneros ciencia-ficción, cortesanas, de costumbres, eróticas/galantes, de espa-
aunque se compartan muchos modelos comunes o especialmente cio, de espionaje, góticas, históricas, moriscas, negras, novelas-río,
famosos: así ocurre, por poner solo un ejemplo, con las distinciones del oeste, pastoriles, picarescas, policiacas/criminales, psicológicas/de
de Hawthorn y Estébanez Calderón, ambos mezclando además personaje, religiosas, rosas, sentimentales, sociales, de terror, de tesis.
modalidades diferenciadas desde distintos criterios -epocales, temáti- B) Un segundo criterio alude básicamente a los modelos de edi-
cos y estilísticos-. El primero realiza un inventario de "tipos de nove- ción y distribución de las mismas, sobre todo en lo concerniente a la
la" en el que describe sucesivamente la novela picaresca, la epistolar, llamada "paraliteratura": folletín, novela folletinesca, novela por
el three-decker (entregas en tres volúmenes), la novela histórica, la entregas, three-decker, pulp, dime novel, novela de quiosco, novela
regional, la satírica, el bildungsroman (novela de formación), el barata, de masas, etc.
romana clef(en clave), la novela de tesis, la novela-río, la novela góti- El término de paraliteratura fue propuesto por Marc Angenot
ca, el folletín, la ciencia-ficción, la novela postmoderna, el nouveau (1975), dadas las connotaciones peyora tivas de los nombres más
roman, la metaficción, la novela fantástica, la sobreficción, el realismo usuales de infraliteratura, subliteratura o literatura popular 1de masas,
mágico, elfaction (aproximadamente "factición", un relato de hechos para referirse al "conjunto de la producción escrita u oral no estricta-
históricos propuesto por Truman Capote ·uniendo los términos fact y mente informativa que determinadas razones ideológicas o sociológi-
fiction) y la novela postcolonial (Hawthorn, 1985: 53-65 ). El segundo cas mantienen al margen del ámbito de la cultura literaria oficial en
pospone en su Diccionario a la novela las siguientes formas : novela de una determinada sociedad". Aunque la noción no está estrictamente
aprendizaje, de aventuras, bizantina, caballeresca, cortesana, de cos- reservada a la narrativa (cómic underground, fotonovelas, telenovelas,
tumbres, documental, por entregas, epistolar, erótica, de espionaje, etc.), sí que es en esta macromodalidad discursiva, y sobre todo en la
estructural, existencialista, experimental, galante, de folletín, gótica, novela, donde la institución literaria yel canon suele situar preferen-
histórica, del lenguaje, lírica, morisca, naturalista, negra, neorrealista, temente determinadas majadas separatorias en función del criterio
objetivista, del oeste, pastoril, picaresca, policiaca, psicológica, realis- cualitativo del género o de la mayoría de sus obras (novela rosa, del
ta, romántica, rosa, sentimental, social, de suspense, de terror y de oeste, de ciencia-ficción, de terror, policial, etc.). Esta conceptuación,
tesis (Estébanez, 1996: 752-765). sin embargo, no solo es evaluativa y, por ello, discutible, sino socio-
Aunque la variedad de tipos novelescos es enorme, si bien todos histórica, por lo que ofrece rasgos de discrecionalidad vista sincróni-
se determinan como subgéneros históricos por el momento de su sur- camente y de mutabilidad contemplada diacrónicamente: se puede
gimiento y su propia trayectoria y pese a que ciertamente hay un sin- observar así el cambio de consideración de determinadas modalida-
cr(!tismo de factor~u__<_:riterios que los caracterizan y permiten cata- des narrativas (el romance, el folletín, la novela negra, sea en su
logarlos, sería conveniente -con tales reservas- establecer, al menos, variante de thriller, tough story o crook story), incluso en el sentido
un determinado orden según cuál sea el criterio fundamental para indicado por Shklovski (1925b) de que se conviertan en hegemónicos
organizar la clasificación. Con mayor pretensión de ordenación que determinados géneros considerados en un determinado momento
76 TEORÍA DE LA NARRATIVA

histórico como populares o plebeyos: el caso de la misma novela, sin CAPÍTULO III
ir más lejos.
C) Un tercer criterio responde al privilegio del componente lin-
EL TEXTO NARRATIVO
güístico-estilístico y discursivo, recogiendo principalmente la reno-
vación técnica en el relato contemporáneo: novela esteticista, estruc-
tural, experimental, del lenguaje, nouveau roman, novela polifónica,
novela épica/lírica/dramática, novela ensimismada, metaficción, etc.
D) Un cuarto criterio permite un catálogo determinado por el
grado de ficcionalidad y/o mimetismo novelesco: realismo, realismo
mágico, novela objetivista, documental, fantástica, idealista, utópica,
"factición" ifaction), "sobreficción", etc.
E) Por último, un criterio histórico de base epoca] o estético-cul-
tural permite una quinta ordenación. Desde la perspectiva epoca],
cabe hablar de la novela clásica, medieval, contemporánea, decimo-
nónica, dd siglo XVIII, de la Edad de Oro, etc. Desde el punto de vista Una vez examinadas las singularidades de la narrativa literaria y
estético-cultural, se acuñan las denominaciones de novela barroca, sus relaciones con otras modalidades narrativas no literarias, así como
renacentista, costumbrista, realista, romántica, vanguardista, pero los rasgos de la épico-narrativa como género fundamental o natural y
también las de novela moderna, postmoderna o postcolonial. sus principales géneros históricos (epopeya, cuento y novela), proce-
de referirse ahora al texto narrativo como tal. Se aludirá así, en prime-
ra instancia, a los distintos planteamientos, definiciones y visiones del
texto narrativo y a sus planos o estratos; se pasará después, en segun-
do término, a revisar las peculiaridades del lenguaje narrativo y las
formas estructurales y técnicas compositivas propias de esta clase de
textos; finalmente 1 se plantearán algunas de las características funda -
mentales del texto narrativo, en concreto su dimensión ideocultural y
social, la ficcionalidad, la transdiscursividad y otras cuestiones (isoto-
pías, ambigüedad, carnavalización, transducción, etc:)

l. EL TEXTO NARRATIVO Y SUS ESTRATOS

En su sentido etimológico (la t. textus: tejido), el texto se refiere al


soporte material (manuscrito, impreso, hipertexto) de un determina-
do mensaje y, asimismo y sinecdóquicamente, al propio mensaje tex-
tualizado en ese soporte, entendid~ como una estructura o tejido.
Son numero~~s, sin embargo, los teóricos que se han fijado en este
concepto, por lo que no resulta pertinente aquí -lo que se pretende es
aludir a las especificidades del texto narrativo- establecer más que

J
78 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 79

algunos breves puntos de vista destacables al respecto. Para Hjelms- perspectivas teóricas de partida, es decir, de construir un nuevo y
lev el texto es cualquier enunciado coherente, desde el más simple al diferente "objeto de conocimiento" desde cada marco teórico. Mig-
más complejo. La lingüística textual considera que el texto posee una nolo (1978: 56-57) da cuenta de cómo, bajo el término texto, aparecen
compleja estructura -que no consiste solo en una sumación y ordena- actualmente varias concepciones fundamentales -casi todas enuncia-
ción de frases-, por lo que Petofi plantea que la estructura verbal del das arriba-, al menos: la del texto como sinónimo injustificado de
texto está integrada por dos componentes fundamentales, el fonotex- obra literaria, la del texto como construcción abstracta y compleja en
tual y el gramatical, y, a su vez, el primero por el componente eufoné- la lingüística del texto, la posición cercana a Lacan de Kristeva al
tico y el rítmico y el segundo por el fonológico-fonético (o grafémico entender el texto como la práctica que pene en juego la situación del
en textos escritos) y el sintáctico-semántico. Beaugrande y Dressler sujeto en la lengua y la de la semiótica soviética que considera no solo
(1 ntroduction to Text Linguistics, 1981) señalan las siete característi- la inscripción cultural del texto sino a la misma cultura como un
casque debe cumplir -para la lingüística textual- un( os) enunciado(s) macrotexto. A partir de ahí, Mignolo, adhiriéndose en general a esta
para ser considerado como un texto: cohesión, coherencia, intencio- última posición, define el texto como "toda forma discursiva verbo-
nalidad, aceptabilidad, situacionalidad, informatividad e intertextua- simbólica, que se inscribe en el sistema secundario y que, además, es
lidad (cfr. Hawthorn, 2000: 360). Según Genette, un texto es un todo conservada en una cultura", para pasar inmediatamente, privilegian-
cerrado, ordenado, coherente, justificado, que tiene un equilibrio y do -en el sentido lotmaniarw-- el carácter modalizador y secundario
unas tensiones internas y lazos con otros sistemas externos textuates. del lenguaje literario y su inscripción y funcionamiento cultural, a
Dole2ello define como un sistema semiótico altamente organizado, afirmar que
de producción significante, creativa e imaginativa. Villanueva (1989)
considera que es "todo enunciado o conjunto de enunciados dotados lo literario, en consecuencia, es solo un caso panicular del texto: lo litera-
de coherencia que pueden ser analizados; más concretamente, fijación rio se define por un conjunto de motivaciones (normas) que hacen posi-
verbal de un discurso". Lotman (1970), en una de las más complejas y ble la producción y recuperación de textos en cuanto estructuras verbo-
vigentes teorizaciones sobre el mismo, además de caracterizar el texto simbólicas en función cultural (Mignolo, 1978: 56 y 57).
artístico por su inscripción cultural y constitución lingüística como
sistema modelizador secundario, considera que tienen el carácter de Asumiendo las tesis lotmanianas reorientadas por Mignolo sobre
texto "todos los enunciados verbales que poseen una función comu- el lenguaje literario como sistema modelizador secundario (estructu-
nicativa" y que se inscriben en una cultura, pero, además y por ello, ras verbo-simbólicas) y su dimensión cultural y añadiendo otros
considera no ya un conjunto de textos sino, en sum;r, un texto a la conceptos que -a nuestro entender- también operan en la caracteri-
propia cultura. Para Jenaro Talens conviene diferenciar el "espacio zación de un texto literario como la coherencia, la delimitación, la
textual" o forma material y fijada de la textualidad entre unos límites pluricodificación, la transdiscursividad, la significación objetiva del
más o menos precisos, que es objetiva y portadora de significación, y espacio textual y la dimensión comunicativa, podríamos intentar
el "texto", cada una de las constituciones en sentido subjetivo de describir el texto literario por nuestra parte como aquel enunciado
aquel a partir de cada operación lectora. La teoría de la transtextuali- o conjunto de ellos que constituye un todo organizado, coherente,
dad ha planteado las inevitables relaciones -más o menos patentes- policodificado y pluriisotópico, que está delimitado e internamente
que se dan entre un texto y otros (Genette, 1982) e, incluso, entre este estructurado, que conecta con otros textos, enunciados ideoculturales
y otros enunciados culturales (Segre, 1982). y sistemas e instituciones externas y que, utilizando un lenguaje lite-
Como puede~reciarse, son muy diferentes los conceptos de rario específico y funcionando dentro de una cultura, se mue5tra corno
texto aquí incluidos. No se trata únicamente de una variedad de opi- portador de significación y se inscribe en un determinado proceso
niones, sino de concebir el texto de modo distinto desde las distintas comunicativo.

l
80 . TEOR(A DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 81

l. l. El texto narrativo cia de sus gustos, de sus valores y sus recuerdos, sitúa su crisis en
relación con el lenguaje".
Pero lo que aquí interesa particularmente es atender a las especifici- Las diferenciaciones de Barthes son similares a la marcada por
dades del texto narrativo en tanto que taL En ese sentido y teniendo Umberto Eco al referirse -frente a la obra cerrada- a la obra abierta,
en cuenta la formulación anterior, cabe plantear el texto narrativo término propuesto, como nombre de uno de sus libros (1962), para
como aquel texto literario delimitado por el relato de una historia por referirse a la proclividad estructural para la cooperación interpretati-
un narrador; también Bal (1977: 13) considera que "un texto narrati- va lectora! de la obra literaria. Eco considera que no solo la ambigüe-
vo será aquel en que un agente relate una narración". De este modo, dad o polisemia es característica de la obra literaria sino, además, una
el texto narrativo, como modalidad específica del texto literari ~ se pretensión autora! y una finalidad de la misma en busca de la imple-
caracterizaría por configurarse como: a) la fijación textual de un dis- mentación del sentido por el lector; así Eco piensa que, aparte de ser
curso (relato); b) la constitución del mismo mediante una serie de cerrada en tanto que organismo estructurado y ajustado, una obra
operaciones narrativas y codificadoras específicas en su enunciación artística es asimismo abierta dado que se dirige directamente hacia la
(narrador/narración); e) la determinada representación, en a) y interpretación lectora! (marcada por cada lector concreto) e incluso
mediante b ), de un material diegético (historia). hacia la ejecución lectora! (marcada por cada nueva lectura concreta).
El desarrollo de la semiótica ha aportado algunos interesantes y Más adelante (1979), Eco desarrollará mucho más estos planteamien-
novedosos planteamientos sobre el funcionamiento singular del texto tos, aplicándolos además de modo directo al texto narrativo, con sus
narrativo, de los que conviene dar cuenta en este epígrafe. conceptos de autor modelo y lector modelo. También es parecida la
Así, Roland Barriles estableció primero en S/Z (1970) la distinción noción d e texto parabólico, acuñada por B. Herrnstein Smith para
entre textos legibles y escribibles, entre aquellos textos que reclaman definir una obra -sobre todo narrativa- esencialmente abierta, sus-
un lector-consumidor desde su significado cerrado -por ejemplo una - ceptible de permitir multitud de lecturas y aproximaciones, del
novela de Julio Verne- y los textos abiertos que constituyen una gala- mismo modo que una antena parabólica capta multitud de señales.
xia de significantes sin jerarquía de niveles y, por ello, exigen un lec- En El texto de la novela (1970), analizando la obrajehan de Sain-
tor-productor de sentido y desconciertan asimismo al crítico, que se tré de Antaine de la Sale, Julia Kristeva expone sus concepciones de
ve obligado a generar arbitrariamente su significado -así el nouveau la narrativa y, entre otras distinciones, nociones teóricas y pautas
roman- (Barthes, 1970; Culler, 1975; Eagleton, 1983; Selden, 1985). metodoló gicas, diferencia el texto novelesco, el enunciado novelesco
Poco después, el propio Banhes (1973) redefiniría esta oposición con y el complejo narrativo. El texto novelesco es "un aparat_Q translin-
sus conceptos de texto de placer/texto de goce, oposición planteada güístico que redistribuye el orden de la lengua, poniendo e;;-relación
en El placer del texto (1973) para diferenciar el efecto estético de con- una palabra comunicativa apuntando a una información directa, con
fortabilidad de la lectura y funcionamiento conforme de los textos distintos tipos de enunciados anteriores o sincrónicos"; se trata pues
tradicionales (placer) frente al disfrute generado por la dificultad de de una práctica semiótica o significante que engloba la totalidad nove-
lectura y el cuestionamiento de las convenciones estéticas y sociocul- lesca y que integra múltiples enunciados. El enunciado novelesco sería
turales propios de los textos más modernos y experimentales (goce): el "segmento discursivo por el que se expresan las distintas instancias
así la oposición entre la novela realista y el nouveau roman. El texto del discurso (autor, 'personajes', cte.)", una operación o movimiento
de placer sería, pues, "aquel que contenta, llena, provoca euforia( ... ) que constituye los argumentos de la operación creadora de palabras o
ligado a una práctica 'c_onfortable' de la lectura"; el texto de goce -o series de palabras en el texto. Cada enunciado se podría descomponer
fruición, como también.se ha traducido- sería, en cambio, "aquel que a su vez en múltiples complejos narrativos, que corresponderían a las
nos coloca en estado de privación, el que desconsuela( ... ), hace vaci- distintas unidades lingüísticas de las frases tradicionales -sintagma
lar las bases históricas, culturales, psicológicas del lector, la consisten- nominal o prédicado y proposiciones complejas-: las categorías pri-
82 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 83

marias serían el verbo (adjunto predicativo), el adjetivo (adjunto cali- españoles actuales puede apreciarse en el volumen colectivo coordi-
ficativo), el "identificador" (indicador espacial, temporal o modal nado por Bussiere-Perrin (1998).
unido a un predicado) y el sujeto o "actante". Por último, apoyándose en una doble diferenciación de la signifi-
En ese mismo libro (1970) y en Semiótica (1978), la propia Julia cación y el sentido y del texto y del lector, Jenaro Talens y J. M. Com-
Kristeva, a partir de las influencias de la gramática generativa y las pany distinguen entre el espacio textual, que remite al objeto dado,
teorías psicoanalíticas lacanianas, introduce en su propuesta del como lugar portador de la significación objetiva, y el texto, relaciona-
"semanálisis" la oposición entre fenotexto y genotexto. El fenotexto do con el receptor, como sentido subjetivo que se otorga a ese lugar y
es la superficie fenomenológica del enunciado o del texto basada en que se constituye diferentemente en cada lectura; Borges ilustró lite-
un código, es decir, manifestada, como actuación, en las estructuras raria y magistralmente esta cuestión de la retextualización y creación
lingüísticas; ahí aparecen los actores, las citas o plagios y las situacio- del sentido por la lectura rearen su metaficción, Pierre Menard, autor
nes narrativas en correspondencia respectiva con las facetas de gene- del Quijote, que hace a un lector real autor del texto actualizado. De
rador de actantes, intertextualidad y generador de complejos narrati- los tres posibles espacios textuales -con unos límites precisos de prin-
vos del genotexto. Este, el genotexto, es la operación con y desde la cipio y fin, como propuesta abierta a diversas posibilidades de orga-
cual, como competencia narrativa, se genera el fenotexto, pero es nización y fijación o sin ningún tipo predeterminado de organización
también el lugar sobredeterminado del inconsciente, el espacio en el o de fijación-la "novela" se inscribiría en el primero de ellos, estaría
cual puede sorprenderse la significación como práctica, porque es previamente fijado como espacio textual entre dos límites (Talens,
aquí donde se articula el sujeto de la enunciación; así, el genotexto es 1986: 21-22).
1
un territorio hetero géneo: por una parte, campo de estructuración Nuestra caracterización inicial del texto narrativo (supra) como
verbal o mecanismo generador de los signos y sus articulaciones, por aquel texto literario delimitado por el relato de una historia por un
otra, en tanto que el inconsciente es para Lacan el reverso del mismo narrador conllevaba -siguiendo a Genette- tres rasgos (relato, narra-
lenguaje, campo de la práctica del sujeto escindid~ y enfrentado a lo ción, historia) que configuran la textualidad 1 propiamente narrativa y
"otro" y al "objeto". que cabe ahora desarrollar aquí.
Otro es el sentido que, desde la perspectiva sociocrítica, otorga
Cros (1998, 1990), analizando la película Ciudadano Kane, a los con- A) El texto -o, mejor, el espacio textual- narrativo se muestra, en
ceptos de genotexto y fenotexto, para los que rechaza expresamente primer lugar, como la fijación textual de un discurso narrativo (el
el sentido que les otorga Kristeva y los vincula más con los conceptos relato). Desde este punto de vista, el texto constituye una materiali-
geográficos de "genotipo" y "fenotipo". Para Cros, el genotexto es dad especialmente ordenada, compuesta y delimitada, formulada en
tan solo una abstracción, que en realidad no existe más que como un específico lenguaje literario (modelizador secundario) e inscrita en
reconstrucción del analista de las diferentes manifestaciones textuales un determinado sistema sociocultural: las estructuras verbo-simbóli-
reales, efectivas y concretas a las que denomina fenotextos; el geno- cas, los procedimientos estructurales y técnicas compositivas, las rela-
texto, en cambio, sería una enunciación estructurante -en la medida ciones transdiscursivas o transtextuales -culturales y literarias- y la
en que rige los fenotextos-, no gramaticalizada -dado que no tiene dimensión ideocultural, el carácter ficcional y otros rasgos (isotopías,
manifestación textual expresa- y conceptual -ya que se vincula a los
procesos semánticos e ideológicos que operan como base del texto-:
1 Puede oponerse la textualidad, como rasgo y singularidad específica del texto
el genotexto sería, pues, en suma, el conjunto de las latencias semánti-
literario en general, a la textura, término procedente de las artes pl ásticas y referido a
cas de un mismo enunciado. Una aplicación de estos conceptos -así las características superficiales y no estructurales de una pintura, que ha sido también
como de otros utilizados por la sociocrítica (no consciente, media- aplicado en teoría literaria - Ransom, Mignolo- para designar el conjunto de peculiari-
ción, trazado ideológico, etc.)- a numerosos textos de novelistas dades que diferencian a un texto dado de todos los demás de su misma u otra especie.

J
84 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 85

versatilidad transductiva, plurilingüismo y polifonía, ambigüedad, nos de elaboración, disposición y presentación narrativa del mate-
etc.) se muestran aquí como elementos de necesaria referencia para rial diegético que se ofrecen en el texto y que se encuentran organi-
conocer el funcionamiento específico del texto literario. Además, en zados - pese a su evidente indisolubilidad- en una oposición binaria
la medida en que este se inscribe en un determinado proceso pragmá- o ternana.
tico y comunicativo, obliga a hacer patente los principales elementos La distinción entre la ordenación lógica del material y su organi-
de ese esquema: el autor y el lector empírico, la situación comunicati- zación literaria planteada por los formalistas rusos ha constituido
va (texto oral/texto escrito/hipertexto, pacto narrativo) y los meca- indudablemente una de las aportaciones de mayor éxito y continui-
nismos mercantiles de edición, producción y consumo. dad en la crítica de este siglo. Esta distinción, que supone únicamente
B) Una serie de operaciones mediadoras vinculadas a la posición una diferenciación teórica por cuanto en el texto realmente son inse-
y actitud de la enunciación narrativa (el narrador), que sirven tanto parables y simultáneos, recoge la ya clásica entre ardo naturalis y ardo
para configurar el relato textualmente fijado (A) como para represen- poeticus oponiendo la fábula, el contenido sobre el que se narra, la
tar de una determinada forma concreta el material diegético de la his- historia de base sobre la que se construye el texto narrativo, y la
toria (C). Se trata, fundamentalmente, de todas las operaciones vincu- trama -sjuiet, literalmente "sujeto"- o disposición literaria real, efec-
ladas a los códigos narrativos (voz, registro, narrador/narratario, tiva y concreta de los materiales de la fábula en el texto narrativo.
estrategias y modalidades discursivas, embrague/ desembrague) y a La primera noción, pues, en tanto que relación lógico-temporal de
los representativos (focalización, punto de vista), pero también a los acontecimientos o "motivos", marca la virtualidad de la narración
otras instancias intratextuales como el autor y el lector implícito y su abstracción mental, correspondiendo al plano profundo o, si se
-modelo, en términos de Eco-. quiere, la "inveAtio" retórica; la segunda, como ordenación literaria
C) El material diegético (historia) según aparece textualmente efectiva de los mismos, supone la actualización de la primera como
representado en el relato a partir de la enunciación del narrador. Se trata realidad discursiva concreta y se relaciona con la "dispositio". Escri=
de la especial ordenación, disposición, configuración, diseño y forma be Tomashevski (1925: 202): "Llamamos trama [fábula] al conjunto
de presentación de los cuatro elementos primordiales de cualquier dié- de acontecimientos vinculados entre sí que nos son comunicados ~ lo
gesis: los sucesos (acontecimientos y papeles funcionales, secuencias, largo de la obra. La trama podría exponerse de una manera pragmáti-
estructura de la acción, intensidad o gradación, etc.), los personajes ca, siguiendo el orden natural, o sea el orden cronológico y causal de
(actantes/actores/personajes), el tiempo (momento/ periodo/diseño los acontecimientos, independientemente del modo en que han sido
temporal, orden, duración y frecuencia, formas de temporalización) y dispuestos e introducidos en la obra. La trama se opone al argumento
el espacio (lugar, ámbito de actuación y diseño espacial, descripción). [sujeto], el cual, aunque está constituido por los mismos aconteci-
mientos, respeta en cambio su orden de aparición en la obra y la
Son todos ellos elementos consustanciales y coactuantes en el secuencia de las informaciones que nos lo presentan. En una palabra:
texto narrativo -a los que nos referiremos más adelante de forma la trama es lo que ha ocurrido efectivamente; el argumento es el modo
individual- y que, por tanto, resultan de necesaria referencia a la hora en que el lector se ha enterado de lo sucedido".
de caracterizar el mismo. Aunque tanto Tomashevski como Shklovski comparten los mis-
mos criterios generales de esta distinción, hay sin embargo diferen-
cias de mentalidades (Ambrogio, 1975) que hacen que para el último
1.2. Los estratos del texto narrativo el sjuiet no sea solo la ordenación ar!fstica de la materia por narrar
sino asimismo la totalidad de los recursos -que ya vimos- utilizados
Pero en el texto narrativo se han señalado, además, por numerosos en la narración concreta de la fábula (Erlich, 1955 ). Además, si los
teóricos diversos estratos, entendiendo por tales los distintos pla- procedimientos y técnicas narrativas expuestas por Shklovski se cen-
86 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 87

traban en la organización del sujeto, los análisis de Tomashevski de Todorov distingue asimismo entre historia y discurso, entre lo que
los "motivos" y, ulteriormente, los de Propp de las "funciones" se se cuenta y cómo se cuenta, y los relaciona respectivamente con la
ligan más bien al estudio de la fábula. En su Teoría de la prosa oposición formalista entre fábula y sujeto (Fokkema-Ibsch, 1981) y
Shklovski (1925b: 178) afirma: "El concepto de trama [sujeto) se con - la retórica de inventio y dispositio. La obra literaria es historia en la
funde muy a menudo con la descripción de los acontecimientos, con medida en que representa una realidad en la que ocurren unos acon-
aquello que propongo llamar convencionalmente fábula. En realidad, tecimientos e intervienen unos personajes, y es discurso al ser referi-
la fábula no es otra cosa que el material para realizar la trama. De esta da la historia por un narrador que la organiza de una determinada
manera la trama de Evgeni Onegin no es la relación amorosa entre manera. Escribe Todorov: "Es historia en el sentido de que evoca una
Onegin y Tatiana, sino la elaboración formal de esta fábula mediante cierta realidad, acontecimientos que habrían sucedido, personajes
la inserción de digresiones que la interrumpen". que, desde este punto de vista, se confunden con los de la vida real.
La distinción entre plotlstory se debe a Forster, a partir de una de (...) Pero la obra es al mismo tiempo discurso: existe un narrador que
sus conferencias dictadas en el Trinity College y luego publicadas relata la historia y frente a él un lector que la recibe. A este nivel, no
conjuntamente en el volumen Aspectos de la novela (1927); aunque son los acontecimientos referidos los que cuentan, sino el modo en
ciertamente ambos conceptos se vinculan y corresponden de modo que el narrador nos los hace conocer" (Todorov, 1966: 157). La histo-
general con el de fabula/trama de los formalistas rusos o el de histo- ria, además, recogería los planos semánticos -lo que representa el
ria/discurso de los estructuralistas, se oponen fundamentalmente por relato- y sintáctico -relaciones entre las unidades narrativas- de la
la ordenación temporal/causal de los acontecimientos y, además, tie- obra; el discurso, en cambio, se conectaría con el plano verbal -pro-
nen un origen más intuitivo y una formulación menos precisa y ela- piedades estilísticas y punto de vista-. El conocido caso de los Ejerci-
borada. Para Forster la story sería la secuencia de los hechos tempo- cios de estilo de Raymond Quenau, donde una misma historia se
ralmente ordenados; provocarían en el lector el deseo de saber lo que cuenta de 99 formas diferentes puede ilustrar esta distinción narrato-
va a suceder, interrogándose a sí mismo con preguntas como" ¿y des- lógica entre historia/discurso.
pués?", "¿y luego?" El plot sería, en cambio, la estructura narrativa En Figures 111 (1972), Genette replanteará las oposiciones binarias
de los hechos desde una perspectiva causal, la configuración lógica de formuladas por los formalistas, Benveniste o Todorov separando la
la historia en la novela; el plot provocaría un efecto estético mediante segunda -sujeto o discurso- en dos niveles y proponiendo dis.tinguir
las técnicas narrativas de montaje y composición y generaría asimis- así tres planos distintos dentro del discurso narrativo: la historia o argu-
mo la participación de la memoria y la inteligencia del lector. mento que se cuenta, el relato -ya textual y concreto- de ese argumen-
En la narratología estructuralista tiene especial importancia la to y la narración :O--disposición concreta del relato a través del narrador,
división historialdiscurso, que recogía la distinción de los formalistas que a su vez se relacionarían con las principales categorías derivadas
rusos entre fábula y sujeto, entre ordenación lógica causotemporal de del verbo -tiempo, modo y voz- al definir las dos primeras las relacio-
los acontecimientos y su disposición literaria concreta. Ya el propio nes entre la historia y el relato y operar la voz en las conexiones entre la
Benveniste distinguía en sus Problemas de lingüística general entre narración y los otros dos niveles (Genette, 1972; Scholes, 1974; Selden,
dos sistemas distintos y complementarios, el de la historia y el del 1985). La historia, pues, es expuesta en un relato concreto a partir de la
discurso, a partir del uso de los tiempos verbales que tienen referen- actuación mediadora y transformadora de la narración.
cia al momento del suceso (indefinido) o al del habla (presente, preté- La distinción historia/discurso ha tenido numerosas aplicaciones y
____rito perfecto) y de otras formas (pronombres personales de primera y ha sido objeto de distintos replanteamientos. Fuera del ámbito francés,
segunda persona, deícticos) que también aluden solo al tiempo del Darío Villanueva (1989) o Samuel Chatman (1978) mantienen la distin-
discurso, y, sobre todo, por la necesaria presencia de una voz narrati- ción de dos estratos en el texto narrativo, el qué o historia y el cómo o
va en el campo del discurso (Culler, 1975). discurso, correspondientes a los planos del contenido y la forma, con

l
88 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 89

una cobertura muy similar a la de la oposición de Prince entre narra- ESTRATOS TEXTUALES NARRATIVOS
ted!narrating, lo narrado y lo narrante. Los semióticos Cesare Segre y (términos y conceptos)
M• C. Bobes presentan una parecida propuesta organizativa de los
niveles narrativos textuales triple. Segre, que entiende qúe la cronología TEÓRICOS Orden Orden Orden Texto en Narración
cronológ. causal literario páginas (enunciación)
y la causalidad estructuran la intriga y alteran la fábula, relacionando el
texto narrativo y sus estratos con el contexto cultural y los papeles del TOMASHEVSKI fábula trama (sjui et)
emisor y el receptor, distingue (además del modelo narrativo o forma .
más general de exposición de un relato sin alterar sus_conexiones) la FORSTER historia trama - - -
(swry) (plot)
fábula -"el contenido, o mejor sus elementos esenciales, colocado en
un orden lógico y cronológico"-, la intriga -"el contenido del texto en , BENVENISTE, historia discurso
el mismo orden en que se presenta"- y el discurso -"el texto narrativo TODOROV,
significante"- (Segre, 1974, 1985). Bobes diferencia en un sentido pura- CHATMAN
mente metodológico la historia, o conjunto de motivos, el argumento,
GENETTE historia relato narración
o forma y orden en que se exponen los motivos y el discurso, o signos
lingüísticos que los expresan (Bobes, 1993: 50-51 y 141 ). BAL fábula historia texto
Otra perspectiva distinta es la de Greimas (1991) que delimita el
objeto y niveles procedimentales del análisis semiótico, distinguiendo RIMMON- historia · texto narración
en el texto el nivel de manifestación o del lenguaje-objeto (el conjun- KENAN
to significante que aparece en el texto y se analiza) y el nivel descrip- PRINCE narr:Wo narran te
tivo o de la gramática narrativa (elementos del metalenguaje semióti- -
co utilizado en la descripción); este último estaría integrado por dos SEGRE fábula intriga discurso
subniveles: el nivel de superficie o discursivo , a su vez conformado BOBES historia argumento discurso
por el componente narrativo (encadenamiento de estados y transfor-
maciones) y el componente discursivo (encadenamiento de figuras y
efectos de sentido), y el nivel profundo o semiótico, integrado por un sitivos del propio texto, esto es, un uso determinado del lenguaje lite-
primer y un segundo plano de organización. rario y las formas y técnicas narrativas que diseñan el relato en el
Si intentamos sistematizar las distintas propuestas de estratos orden y modo en que se nos presenta. Nos referiremos prim.e ro, pues,
narrativos diferenciadas por los más importantes teóricos, se podría a lo que denomina Villanueva (1989) forma externa ("el estilo o
elaborar el cuadro de la página siguiente, que amplía el ofrecido por envoltura verbal del texto literario o novelístico"), esto es, al lenguaje
Fludernik (1993: 62) y recoge Hawthorn (2000: 336): literario, y, después, a lo q-ue llama el mismo teórico form a interna
("la estructura de un texto literario en general y novelístico en parti-
cular"), es decir, a la estructura y técnicas narrativas .
2. LENGUAJE, ESTRUCTURAS Y TÉCNICAS EN EL TEXTO
NARRATIVO
~-J. El lenguaje literario en el texto narrativo
El estrato textual narrativo del discurso o relato implica, en su propia i
constitución y entre otras cosas, la existencia de una serie de estructu- Son fundamentales -aunque no exclusivamente- los modelos teóri-
ras verbo-simbólicas y de procedimientos estructuradores y compo- cos inmanentes los que se han ocupado de forma especial del lengua-
1

l
90 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 91

je literario y sus relaciones y diferencias con respecto a la lengua mo y la gramática generativa. Si la estilística, en general, vincula los
común . Se repasarán aquí de forma rápida y sintética (para ampliar fenómenos lingüísticos de orden estilístico (desvíos, estilo, etc.) con
esta cuestión, vid. Valles, 2004) algunas de las contribuciones más la dimensión psicoafectiva autora!, resulta lógico que globalmente no
destacadas a la teoría del lenguaje literario en su funcionamiento par- tienda a realizar estudios narrativos en su vertiente architextual sino
ticular en el texto narrativo. que conciba más bien las obras narrativas en su vertiente de obra lite-
El formalismo ruso, que entendía como objeto de la ciencia lite- raria textual y autoralmente individuada.
raria la literariedad -literaturnost-, lo que de específico y particulaJ;" Sin embargo, frente a esa posición de negar la existencia de géne-
tiene el hecho verbal literario, ya concibió asimismo la lengua litera- ros que ya se aprecia en Croce, Karl Vossler en su temprano estudio
ria como algo distinto de la usual fundamentalmente en función de lo comparado de los estilos de La Fontaine y Ariosto (1905) ya recono-
que se llamó extrañamiento o desautomatización. Este concepto par- ce que, pese a las diferencias estilísticas generadas por los distintos
ticularmente codificado por Tomashevski (1925) y Shklovski (1925b) países y periodos históricos, aparecen en ambos autores una serie de
supone la característica singular y específica del lenguaje literario rasgos estilísticos similares que considera derivados de la presencia en
frente al convencional o usual, pues si este último se caracteriza por los dos de un mismo espíritu sencillo y humilde de fabulista (Wah-
su automatización o algebrización, por su uso codificado y con fina- nón, 1991: 79). En otro de sus trabajos, Poesía y prosa, Vossler incide
lidad básicamente comunicativa, el prion ostranenia, el efecto de no ya en la existencia de un espíritu común de género sino en la dife-
extrañamiento o desautomatización (tb. singularización y desfamilia- rencia de dos tipos básicos de organización del enunciado que no solo
rización) convierte al lenguaje literario en algo nuevo, imprevisible, se distinguen por su forma exterior sino también interiormente como
diferente a la com~nicación común o estándar, ya que con él la lengua ámbito de dos estilos generales fundamentales: el poético, que 'tende=-
se somete a otros procedimientos técnicos y estilísticos para conver- ría a lo psicológico y lírico y otorgaría un papel subsidiario a la
tirse en algo distinto -el lenguaje literario- y con un fin distinto -lite- estructura sintáctica al estar sometida a ordenaciones rítmicas y
rario, y no comunicativo-; según Jakobson mediante el extrañamien- métricas, y el prosaico, donde primaría la trascendencia del pensa-
to, "la palabra se siente como tal palabra y no como simple sustituto miento lógico y el énfasis en la propia estructura sintáctica como ele-
del objetivo designado ni como explosión emotiva". mento de logificación (Vossler, 1968).
Aparte de este concepto de extrañamiento -el que aquí nos intere- Un sentido menos hegeliano y más plenamente genético es el que
sa-, la aportación del formalismo ruso a la teoría de la narrativa fue prima en los distintos estudios sobre textos narrativos de Leo Spitzer,
particularmente interesante, amplia e influyente: los motivo~ y las que abordan individualmente el estilo y el desvío lingüístico de cada
funciones, el skaz como procedimiento narrativo, los estratos textua- creación autora!, como se aprecia en sus trabajos sobre distintas
les de la fábula y la trama -sjuiet-, los estudios sobre las distintas modalidades narrativas españolas -Cantar de Mío Cid, romance del
modalidades narrativas, la preocupación por los recursos y técnicas Conde Arnaldos o el Quijote- recogidos en Estilo y estructura en la
narrativas, etc. son algunas de las cuestiones -las cuales se abordarán literatura española (1980). Así, en su análisis del Quijote este crítico
en los apartados oportunos- que sobre este tema preocuparon a los se opone a la idea unamuniana de la influencia del espíritu español en
formalistas rusos y en las que dejaron una huella y una herencia aún la creación de la novela y apuesta por el papel del autor y su logro
hoy muy estimable. artístico de convenir las ideas filosóficas renacentistas en poesía. Spit-
También la estilística, así la genética o individual como la funcio- zer destaca también el carácter de la obra de libro para niños, su papel
nal, ha incidido en la dimensión lingüística del hecho literario, funda- de novela crítica o "contranovela" crítica y escéptica que abre la
mentalmente a partir de que...{;Oll Hatzfeld, Dámaso Alonso o Amado moderna narrativa y utiliza una técnica novedosa para poner fin a las
Alonso y con Levin o Riffaterre, entre otros, se vinculen los plantea- novelas de caballería desde la misma novela caballeresca y la cuestión
mientos estilísticos con las aportaciones respectivas del estructuralis- 1 de cómo la novela cervantina sienta el problema del libro y de las

1
92 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 93

nuevas pautas culturales de lectura y visión del mundo frente a las del generacionales, sexuales, profesionales, etc.; el plurilingüismo pene-
mundo medieval. En relación con esta obra, Spitzer plantea además traría en la novela esencialmente a partir de la reproducción humorís-
en este trabajo cómo la novelística se constituye como un género tico-paródica, del autor convencional del habla escrita o del narrador
nuevo y desconocido por los cánones clásicos, anárquico y, funda- del habla oral, del habla de los héroes y de los géneros intercalados
mentalmente, híbrido, surgido tanto de su enraizamiento con la poe- (Jbíd.: 118-141).
sía, con el esfuerzo por llegar al arte puro en un nostálgico anhelo de Puesto que el plurilingüismo es "el discurso ajeno a la lengua
la belleza épica, como de un factor extrapoético, de una tendencia a ajena" y sirve de expresión refractada de las intenciones del autor, su
enquistarse en la vida. palabra es esencialmente bivocal. Este concepto bajtiniano de bivoca-
Otra de las grandes aportaciones al estudio del lenguaje literario lidad (Ibíd.: 141-142), menos conocido que otros, hace alusión a la
corresponde Mijaíl Bajtín, que incorporó las teorías sociológicas más. dualidad de sentidos e intenciones, la refractada del autor y la directa
que al formalismo (Selden, 1985: 25) a la propia. lingüística, sobre del hablante en la narración, que se concitan en tal palabra y resulta, a
todo con las consideraciones sociolingüísticas del lenguaje como plu- nuestro entender, de capital importancia para entender la implicitud
ralidad de discursos - sociales, profesionales, generacionales, etc.-, autoraJ2 en el texto narrativo. Con el mismo plurilingüismo se
para efectuar una interesante y original combinación teórica aplicada encuentran íntimamente relacionadas tanto la polifonía, la presencia
al estudio de los textos narrativos que aún hoy ofrece una vigencia d: numerosas voces en la narración como, y especialmente, el dialo-
inusual en otros modelos contemporáneos. gismo~

Si ya Medvedev proponía "una poética sociológica de base mar- En Problemas de la poética de Dostoievski (1929) Bajtín opone el
xista, a partir de la cual sería posible conciliar la realidad específica de monologismo de las novelas de Tolstoi, donde las diferentes voces se
la literatura con el reflejo del horizonte ideológico no ya solo en el subordinan al propósito controlador del autor y una sola visión del
terreno del contenido sino de la totalidad de la obra" (Sánchez Tri- mundo - w eltanschauung-, al dialogismo que se da en las novelas de
gueros, 1996a) y- Voloshinov planteaba la inseparabilidad de lo ideo- Dostoievski (Brioschi-Girolamo, 1984: 220; Selden, 1985: 26 ), al con-
lógico y lo sígnico y el papel social dinámico y activo de los discursos traste libre e independiente de palabras y concepciones de los perso-
en El signo ideológico y la filosofía de/lenguaje (1930), Bajtín estable- najes sin supeditarlas a las del autor, a que estos no sean solo "objetos
cerá como uno de sus conceptos básicos el del plurilingüismo en la del universo del autor, sino sujetos de su propio mundo significante"
novela. (Bajtín, 1929), en suma a la convivencia plural y dispar -dialéctica- en
El plurilingüismo no solo desecha la abstracción saussureana de la el texto narrativo de distintos lenguajes, discursos y voces.
"langue" frente a la realidad de la "parole", sino que además no con- -- Así, frente a la organización jerárquica y de sumisión a uno domi-
sidera esta como un acto puramente individual sino social, pues para nante de los distintos discursos en el monologismo, el dialogismo
Bajtín el lenguaje está "saturado ideológicamente" ya que "la lengua implicaría una convivencia paratáctica y dialéctica -en confrontación
en cada uno de los momentos de su proceso de formación no solo se pero con autonomía- de los diversos discursos, lenguajes y voces
estratifica en dialectos lingüísticos en el sentido exacto de la palabra (pluridiscursividad, plurilinguismo, polifonía) que se concitan en la
( ... )sino también -y ello es esencial- en lenguajes ideológico-sociales: obra literaria y, muy particularmente, novelesca. Como indica Villa-
de grupos sociales, 'profesionales', 'de género', lenguajes de las gene- nueva (1989) el dialogismo comporta asimismo tres aspectos muy
raciones, etc." (Bajtín, 1934-1935: 88-89). Este plurilingüismo tiene
cabida en la novela que, así, no se muestra como un uso particular e
Aun~u e será, más adelante, Wayne C. Booth quien en Retórica de la ficción esta-
2
individual del lenguaje sino como un reflejo de_b _diversidad de dis-
blezca dcftnlttvamenrc el concepto de "autor implícito" -o implicado, implied
cursos sociales, como una muestra construida por la copresencia dia-
author- , de alguna forma este ya había sido inruido y prefigurado -aunque no analiza-
léctica de diversos lenguajes socioideológicos de grupos sociales, do ni definitivamente formalizado- por Bajtín. ·
94 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 95

similares a los ya destacados: "la heterofonía, o multiplicidad de poco es portavoz del autor, tiene una excepcional independencia en la
voces; la heterología, o alternancia de tipos discursivos entendidos estructura de la obra, parece sonar aliado del autor y combina de una
como variantes lingüísticas individuales; y la heteroglosia, o presencia manera especial con éste y con las voces igualmente independientes de
de distintos niveles de campo". otros héroes (Bajtín, 1929: 16-17).
Aunque para el teórico ruso el dialogismo surge de una propen-
sión inherente y una tendencia natural de todo discurso vivo, ya que Las _ideas b~jtinian~s sobre el dialogismo, el plurilingüismo y la poli-
en su camino este se encuentra con el discurso ajeno y se confronta f~ma han s1do aphcadas por numerosísimos críticos al campo de la
con él en una interacción llena de tensiones, es la novela el género que hteratura, pero son asimismo extensibles, por su dimensión sociodis-
-como también destaca Kristeva- mejor lo introduce y hace de él una cursiva, a otros distintos campos de la realidad social: política, cultu-
de sus enseñas y peculiaridades en su evolución, sobre todo a partir . r~s en contacto, urbanismo, medios de comunicación, etc. Así, por
de Dostoievski, si bien ya podían encontrarse precedentes dialógicos e¡emplo, demostrándolo. en distintas novelas peruanas, Julio Ortega
en Rabelais, Cervantes y Sterne y en la misma subversión del discur- {1997: 58-60) ha tipificado los distintos discursos que se entrecruzan
so autoritatio propiciado por las formas burlescas, satíricas y carna- Y_ oponen dialógicamente para constituir de modo diverso y contra-
valescas de la sátira menipea o el diálogo renacentista. no aunque coexistente -básicamente como sociolectos e idiolectos-
La polifonía alude, en primera instancia, a la multitud de voces una ciudad como Lima: el discurso de Lima como centro el discurso
que se concitan en el texto narrativo, por lo que aparecería como un de Lima como centro vacío, el discurso de Lima criolla, el' discurso de
fenómeno de uso individual de la lengua en relación al social del plu- la cultura popular, el discurso especializado y el discurso literario.
rilingüismo {Bajtín~ 1934-35: 82).-Sin embargo, en su íntima conexión Las teorías lingüísticas se han centrado en el análisis del fenómeno
con el plurilingüismo y la dialogización, se muestra, no ya como un literario desde la perspectiva de su condición lingüística y, en ocasio-
mero abanico de voces distintas, sino como una singularidad noveles- nes, de su dimensión estilística. Especial contribución a la cuestión
ca que define a la novela moderna por su integración de los distintos del_lenguaje literario han efectuado los trabajos de la lingüística gene-
discursos, lenguajes y voces sociales {en toda la dimensión de este rauv_o~transformacional, la lingüística textual y el funcionalismo glo-
último término). Explica así Bajtín su concepto de polifonía y de semauco.
novela polifónica: En el campo de la teoría literaria derivada del funcionalismo glo-
semático, cuyas aportaciones más interesantes se centran en el estu-
La pluralidad de voces y conciencias independientes e inconfundibles, la d~o del texto poemático, cabe citar particularmente el trabajo Sustan-
auténtica polifonía de voces autónomas, viene a ser, en efecto, la caracte- czas y formas de contenido en la narrativa {1979) de Gregorio
rística principal de las novelas de Dostoievski ( ... )Los héroes principales Salvador, que propone un modelo de aplicación a la teoría de la narra-
de Dostoievski, efectivamente, son, según la misma intención artística del tiva de la propuesta hjelmsleviana sobre la división en sustancia y
autor, no solo objetos de su discurso, sino sujetos de dicho discurso con forma de los planos de la expresión y del contenido e insiste en la
significado directo( ... ) Dostoievski es creador de la novela polifónica.
necesidad de no confundir los elementos propios de la sustancia con
Llegó a formar un género novelesco fundamentalmente nuevo . Es por
los correspondientes a la forma pues, del mismo modo que el uso
eso que su obra no llega a caber en ningún marco, no se somete a ningu -
no de los esquemas histórico-literarios de los que acostumbramos aplicar e_spec~fico de la lengua en un texto (forma de la expresión) debe dis-
a los fenómenos de la novela europea. En sus obras aparece un héroe cuya tmgUirse de la misma lengua {sustancia), también serían diferencia-
voz está formada de la misma manera_como se constituye_la· del autor en bies, aunque se relacionen, ambas cuestiones en el plano del conteni-
una novela de tipo común. El discurso del héroe acerca del mundo y de sí d~. A la sustancia corresponderían aspectos temáticos {novela
mismo es autónomo como el discurso normal del autor, no aparece some- picaresca, policiaca, etc.) que permitenestablecer clasificaciones o
tido a su imagen objetivizada como una de sus características, pero tam- referencias a cuestiones extraliterarias (ideología, costumbres, cono-
96 TEORÍA DE LA NARRATIVA El TEXTO NARRATIVO 97

cimiento, realidad) que son formalizados en su contenido de manera D. H. Lawrence en Generative Grammars and the Concept of Lite-
distinta en cada novela. También pertenecerían a la sustancia del con- rary Style (1964 ). En este último trabajo, considerando las distintas
tenido constantes estructurales como el espacio, el tiempo y el perso- transformaciones de la estructura profunda a la superficial, Ohmann
naje; los dos últimos serían los únicos ingredientes absolutamente argumenta que las transformaciones de relativización -supresión de
imprescindibles e ineludibles en la épica ya que ambos -a diferencia que y ser en beneficio de determinantes postnominales, conjuntivas y
del espacio- se constituirían asimismo en concretas e individuales comparativas- determinan la dificultad e ininteligibilidad del estilo
formas de contenido en cada relato. Igualmente sería necesario dife- de Faulkner, dominado por la complejidad de la subordinación, y
renciar los aspectos relativos a la forma de la expresión y del conteni- estudia asimi~mo las frases encajadas de Henry James, la supresión
do: el otro gran pilar de la forma del contenido, el perspectivismo o como base transformadora en D. H. Lawrence y la pronominaliza-
punto de vista, podría distinguirse así de la persona gramatical con- ción y el estilo indirecto como operaciones transformadoras básicas
creta del relato, factor relacionado básicamente con la forma de que marcan la prosa de Hemingway (Paz Gago, 1993: 92).
expresión (Salvador, 1979: 259-265). William O. Hendricks, que recibe una mayor influencia de la crí-
La línea de la gramática generativa, sustentada en las teorías de tica estructuralista, se liga a la lingüística generativa por su concep-
Chomsky y la aplicación fundamental al estudio literario de los con- ción de la estructura narrativa como estructura subyacente. En su
ceptos lingüísticos de competencia/actuación y estructura profun- . Semiología del discurso narrativo (1973 ), en concreto en el capítulo
da/superficial, ha encontrado en los trabajos de Hendricks e Ihwe y en que analiza una parte de La feria de las tinieblas de Ray Bradbury
en los de Thorne y Ohmann sobre el estilo los desarrollos más impor- y en el cuento de Ambrose Bierce Aceite de perro, Hendricks plantea
tantes del análisis del texto narrativo, aunque su influencia se ha deja- que la base del texto narratiyo es esta estructura subyacente que difie-
do sentir también en diversas teorías semióticas narrativas como la de re del texto narrativo en sí por cuanto este contiene tanto narración
Kristeva. como exposición, descripción y metanarración o comentario, porque
Dentro de una estilística generativa -cabe citar aquí el intento de algunas narraciones pueden presentar el modo dramático o expresio-
conformación de una semioestilística de Blanchard, fusión de los plan- nes directas de los personajes y porque la misma narración pura se
teamientos semióticos greimasianos con la estilística funcional, tanto presenta y detalla en diversos grados; para determinar la estructura
Thorne como Ohmann intentan determinar los principales rasgos del subyacente, se necesitan, pues, unas operaciones de normalización
estilo de un autor estudiando las transformaciones operadas desde la que, separando los elementos no narrativos y reconvirtiendo los no
estructura profunda a la superficial. En el trabajo de 1970 de J. P. Thor- explícitamente narrativos, presenten la serie de acontecimientos que
ne Gramática Generati'lFa y análisis estilístico, donde, enlazando con el conforman la narración pura, que lleven del texto al relato puro (Hen-
intento de distinción de Samuel Levin y su teoría de los emparejamien- dricks, 1973: 182-183; Meijer, 1981: 181). Escribe Hendricks: "Entre
tos, diferencia poesía y prosa en función sobre todo de las regularida- las operaciones de normalización necesarias se encuentran las
des fonológicas y gramaticales y la mayor frecuencia de oraciones siguientes: El material narrativo propiamente dicho debe separarse
agramaticales en la primera, Thorne relaciona el carácter lingüístico del descriptivo y expositivo. El diálogo (en estilo directo) se debe
repetitivo de la estructura profunda con el clima de la agitación nervio- interpretar y relacionar como acción, es decir: se debe determinar qué
sa de un pasaje del novelista americano Raymond Chandler. acción representa el habla de un personaje. La narración minuciosa y
Ohmann, que ha dedicado más atención a la prosa analizando dis- detallada de un acontecimiento o episodio se debe condensar, mien-
tintos fragmentos narrativos donde intenta estudiar el estilo de un tras que la narración global de otros episodios se debe expandir en
autor como elección de determinadas formulaciones verbales (Abad, ciertas ocasiones para que se pongan de manifiestOTos modelos simé-
1985: 588), se ocupa de J. Conrad en Literature as Sentence (1966) y tricos" (Hendricks, 1973: 182-183 ). Más adelante, en The semiolin-
de fragmentos textuales de Faulkner, Hemingway, Henry James y guistic Theory of Narrative Structures (1980), pretendiendo fijar aún
98 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 99

la estructura narrativa en relación con el lenguaje del discurso narra- estructuras o representaciones semánticas de las frases del texto, y
tivo e introduciendo ya otras referencias que empiezan a conducirlo a una serie de frases que conformarían la superficie textual o microes-
la semiolingüística, Hendricks se apoya especialmente en los plantea- tructura, mediando entre ambas las secuencias o conjuntos de frases
mientos hjelmslevianos sobre la superposición de dos sistemas en el que forman un bloque consistente.
sistema complejo de la semiótica connotativa verbal para esquemati- La noción de macroestructura ha sido asimismo utilizada y des-
zar, en tres niveles superpuestos e internamente organizados en plano arrollada por la TeSWeST de Janos Petofi (1979) que plantea que la
de la expresión y de contenido, las relaciones entre la estructura lin- " base textual" o dimensión macroestructural del texto es el resultado
güística, determinada por el lenguaje del texto -1-, y la estructura del "inventario de representaciones semánticas" del texto vertebradas
narrativa, constituida por personajes y trama -2- de un lado y tema en el mismo mediante un " bloque de informaciones" que establece y
-3- de otro. regula la naturaleza y el orden de las transfOrmaciones y que relacio-
Jens Ihwe, en cambio, propone en On the Foundations of a Gene- na a través del componente léxico la Gramática Textual y la Semánti-
ral Theory of Narrative St1·ucture ( 1974) el término narrativics para ca del Mundo.
designar la teoría general d e la estructura narrativa y distingue dentro También la semiótica se ha interesado profundamente por la
de ella su estructura, integrad a por el lenguaje teorético y el descripti- dimensión del lenguaje literario -así como por otros tipos de lengua-
vo, y su objeto, conformado por la competencia y la actuación narra- jes específicos de otros sistemas artísticos: pictórico, fílmico, etc.-,
tiva y textualmente dividido -a partir de las aportaciones de la lin- concibiéndolo siempre en una dimensión no ya de especificidad y
güística textual- en la macroestructura que determina la coherencia diferencia sino de distinción con respecto al lenguaje usual. La apor-
global y la microestructura u organización textual concreta, que esta- tación posiblemente más valiosa a este respecto desde este ámbito es
ría abierta ya a las variaciones estilísticas. la efectuada por la Semiótica de la Cultura, particularmente con la
La lingüística textual, desarrollada desde las bases de la gramática noción de sistema modelizador secundario de Loúnan, que resalta,
generativo-transformacional y las aportaciones del estructuralismo, aparte de su dimensión comunicativa y su inscripción en el macrotex-
el formalismo y la Poética y Retórica clásicas, ha propuesto un mode- to cultural, el carácter secundario del lenguaje artístico al estar cons-
lo de análisis textual qu e co mbina fructíferamente la lingüística con la truido sobre el natural o primario -resultando pues distinto de él-,
crítica literaria sustentándose en los trabajos primeros de fundamen- así como su faceta de modelización de una visión del mundo en rela-
to generativo de Van Dijk y los ulteriores de Janos Petofi que des- ción con otros textos, códigos y normas más amplios (Lotman, 1970;
arrollan el modelo lingüístico-textual. Talens, 1978; Cáceres, 1997).
Con respecto al texto narrativo, conviene citar primeramente el En los planteamientos de Lotman sobre el lenguaje artístico se
trabajo Action, Action Description and Narrative (1974) de T. Van basa Mignolo (1978), quien, al definir -como vimos más arriba- el
Dijk, en el que se diferencia entre narrativa natural y artificial puesto texto literario como "toda forma discursiva verbo-simbólica, que se
que si bien ambas describen acciones, la primera se refiere a eventos inscribe en el sistema secundario y que, además, es conservada en una
presentados como realmente acontecidos mientras la segunda atribu- cultura", restringe el concepto de sistema secundario lotmaniano
ye los hechos a mundos posibles distintos al de nuestra experiencia desde el lenguaje artístico exclusivamente al literario, reconoce el
(Eco, 1979: 100). En segundo término, resulta de capital importancia carácter esencialmente comunicativo del lenguaje literario que ya
el concepto de macroestructura, planteado por Van Dijk en Algunos había planteado Lotman y enfatiza la dimensión y el papel de la cul-
aspectos de la gramática del texto (1972) y en Texto y contexto (1977) tura en el funcionamiento del texto y del propio lenguaje literario.
y en relación al complementario de microestructura, que designa la Asimismo Segre se ha ocupado de esta cuestión y reconocido la
"representación abstracta de la estructura global de significación de influencia de las ideas lotmanianas y bajtinianas. En el mismo lugar
un texto", que articularía, en un diagrama descendente, otras macro- donde diferencia "modelo narrativo/fábula/intriga/discurso" como
100 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 101

planos del texto narrativo, ofrece en una relectura de Bajtín las posi- de relieve la autoexclusión, la contingencia y el dogmatismo de esas
bilidades discursivas de la palabra novelesca. Segre ( 1985) establece ideologías. En el segundo trabajo, siguiendo un método riguroso que
ahí una tipología del entrecruzamiento de discursos (del autor, de los primero establece la situación sociolingüística de partida, después des-
narradores y de los personajes) y de la equivalencia u oposición de cribe la forma de intertextualizar la obra los distintos sociolectos y
miras que actualiza la relación entre el autor y los mediadores que finalmente explica cómo la "indiferencia" articula el universo semán-
éste imagina y hace actuar y hablar en la novela (palabra directa/pala- tico y las estructuras narrativas (Linares, 1996 ), Zima plantea cómo a
bra objetiva o del personaje representado/palabra orientada a la pala- partir de la desvinuación y descrédito de los valores en el mundo con-
bra ajena). temporáneo, en las obras de Sartre, Moravia y Camus opera una indi -
Integrando los planteamientos semióticos y marxistas, la sociocrí- ferencia que conduce a que no se desarrolle narrativamente el proble-
tica ha indagado también en el lenguaje literario interesándose parti - ma de la verdad de la historia ni el intento de descubrir la realidad del
cularmente en la transdiscursivización de los lenguajes sociales en el universo o de los personajes por parte del protagonista.
texto narratiVO. En este somero esbozo de las teorías que se han ocupado de la
Así, en 1deología y genética textual. El caso del 'Buscón' (1975) narrativa desde la perspectiva de su carácter lingüístico y estilístico,
Edmond Cros analiza al final un fragmento inicial de la novela picares- no podría faltar una referencia final a la retórica, que, ya desde la
ca quevediana operando metodológicamente con el examen los siste- antigüedad, se define como el arte encargado de la construcción
mas de signos y de combinaciones de signos en sus funcionamientos correcta y elegante de los discursos orientados hacia un fin persuasi-
autónomos sin conexión con el enunciado antes de comparar entre sí vo. Además de comprender tres tipos de elocuencia (el discurso judi-
los dos niveles (enu1nciado/semiológico) para tratar de llegar así a la cial, el deliberativo y el epideíctico ), la tradición grecolatina reconoce
estructura profunda del texto, a las instancias que desvelan el funcio - cinco partes en la retórica:
namiento textual en el que se introducen distintos recursos sociales
diferentes y contrapuestos (Rodríguez Puértolas, 1984: 238); advir- a) !nventio o heuresis: hallazgo de las ideas;
tiendo esa pluralidad de discursos, Cros llega a la conclusión de que el b) Dispositio o taxis: ordenación de lo que se ha hallado;
texto de Quevedo, donde Pablos intenta acceder a una situación social e) Elocutio o·lexis: organización del discurso con elegancia;
superior, no funciona tanto como expresión de los intereses nobiliarios d) Memoria o mneme: memorización del discurso; y
del autor cuanto como manifestación de los propios conflictos sociales e) Actio (o pronuntatio) o hipócrisis: preparación de los gestos y
producidos en la sociedad castellana del momento, como escritura que entonaciones adecuados al discurso.
hace visible en los sentidos-contrapuestos de los distintos recursos esos
conflictos sociales. Cros abunda ~ún más en la cuestión de las homolo- Interesa aquí destacar, sobre todo, la tipificación de la narratio o
gías sociales/textuales (1980, 1990) con conceptos como el de genotex- narración (siguiendo al exordio y precediendo a la argumentación y
to!fenotexto -ya vistos- o el de ideosema (vid. 3.3.1 ). el epílogo) como la parte discursiva central concebida como exposi-
Las teorías sociocríticas de Zima se aplican a la novela en L'ambi- ción de hechos, que para instruir debe deleitar, que debe caracterizar-
valence romanesque. Proust, Kafka, Musil (1980) y L'indifférence se por la brevedad, claridad y verosimilitud y que debe corresponder
romanesque. Sartre, Moravia, Camus (1982). En el primer libro Zima a una serie de "circunstancias" -extraídas de los loci- para ser com -
analiza las novelas La búsqueda del tiempo perdido, El proceso y El pleta: quis, quid, cur, ubi, quando, quemadmodum, quibus adminicu-
hombre sin atributos observando cómo todas ellas critican las ideolo- lis? (Mortara, 1988: 76-84).
gías correspondientes a los distintos sociolectos que intertextualizan Contemporáneamente, se habla de neorretórica o nueva retórica
mediante la ambivalencia, que se sitúa en la base de la ironía y del para referirse a su uso actual, básicamente entendido en dos direccio-
carácter fragmentario y técnicamente novedoso del relato para poner nes: 1) como disciplina que, en relación con la poética, estudia el fun-
102 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 103

cionamicnto del discurso como elemento caracterizado por la pre- La morfología alemana y rusa de principios del siglo XX ya se fijó
sencia de una serie de fi guras retóricas -Barthes y Genette en algún en algunos de estos procedimientos constructivos. Así, Otmar Schis-
momento y fundamentalmente el grupo "mi" y la teoría de las "metá- sel replanteó narrativamente los conceptos retóricos de dispositio y
boles" expuesta en su Rhétorique Générale de 1970-; 2) en su sentido compositio, asignando al primero el orden lógico de lós acontecimien-
originario de discurso persuasivo -el Tratado de la argumentación de tos y al segundo la estructuración artística de la materia narrativa, y
Perelman y Olbrechts-Tyteca-. distinguió dos posibles estructuras de composición novelesca: la
simetría, con sus variantes del paralelismo y la contraposición, que se
basa en la repetición ordenada, y la gradación, que puede ser concén-
2.2. Estructuras y técnicas en el texto narrativo trica o analítica, y que responde al principio estructurador de ubicar
el elemento principal en el centro o al final del esquema compositivo.
Mieke Bal (1977: 126) considera técnicas narrativas "todas las técni- Bernard Seuffert profundizó en el papel de la composición o sistema
cas usadas para contar una historia ". En este sentido amplio y como estructurado narrativo que afectaría, según él, a los dos constituyen-
plantea la propia teórica, sería una técnica la focalización de un per- tes narrativos básicos, los personajes agentes y la acción, encontrando
sonaje, pero también el propio proceso de transformación de un en la estructuración de esta última dos técnicas narrativas primordia-
actante en él. El mismo criterio se impone en la definición de Haw- les, las formas de anillo y de marco (cfr. Bobes, 1993; Valles, 1994 ).
thorn (1985: 153): Pero fue fundamentalmente el formalismo ruso el que desarrolló
este aspecto de la construcción narrativa.
All information relating to the manipulation of narrative in the work: Así, Shklovski, en La construcción de la 'nouvelle' y de la novela
clues about the values or personality of narrator; voice and perspective; (1925a), alude a la cimentación de algunos motivos de las "nouvelles"
what the narrator doesn't know; changes of narrator or narrative pers- en procedimientos como el retruécano, la contracción, el contraste o
pective; narrative intrusion or comment. "Tellin g" and "showing". Dif- el paralelismo y comenta las técnicas constructivas de la construcción
ferences between story and plot. circular o en anillo - identidad de motivos en el principio y fin-, el
encuadramiento - un relato corto que engloba a otros- o el enhebra-
De acuerdo con los planteamientos anteriores, podría decirse que las miento -" un conjunto de 'nouvelles', cada una de las cuales forma un
técnicas narrativas son "el conjunto de procedimientos y operaciones todo, se suceden y se reúnen por un personaje común"- (Brioschi -
narrativas que transforman la historia en un relato". Esto implicaría Girolamo, 1984: 231; Domínguez Caparrós, 1982: XXI, 7; Shklovski,
la actividad de un narrador -y, en ocasiones de un autor implícito-, 1925a: 127-146). Espec ial interés tienen también la técnica de la retar-
cuya enunciación activa determinadas elecciones dentro de los códi- dación, dilación o suspensión de índole sintagmática que frena la
gos y el lenguaje narrativo (temporalización, focalización, modalidad acción y retrasa el clímax (Valles, 1992a) y que para Shklovski operaba
discursiva, registro, metadiégesis, persona narrativa, caracterización, en todos los tipos de prosa narrativa, y el desnudamiento del artificio
espacialización y descripci ó n, etc.) para hacer que una historia sea o revelación de los recursos - "técnicas entrecomilladoras" en palabras
discursivamente expuesta de una -y no de otra- forma y tambi én tex- de Erlich (1955: 355)-, una explicitación y desvelamiento del procedi-
tualmente organizada y presentada de una forma determinada. miento utilizado con fines paródicos o de pastiche que comentó
Dentro de estos procedimientos y operaciones narrativas, la críti- Shklovski en O teorii prozy a propósito del Tristram Shandy (1925b ).
ca y la teoría de la narrativa ha destacado algunas formas de estructu- Por su parte, Tomashevski en su Teoría de la literatura (1928) se
rar y componer los relatos especialmente relevantes y usuales, sobre refiere a la forma en que se intertextualizan los cuentos en algunas
todo -y como se ha visto- a partir de la renovación fundamentalmen- novelas e incide básicamente en tres "formas de la novela": la escalo-
te técnica aportada por el cultivo de la novela en el siglo XX. nada o en cadena (también sarta) -yuxtaposición de relatos enlaza-

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104 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 105

dos mediante procedimientos como los falsos desenlaces, misterios o ces agricoles"- de Madame Bovary donde la acción se simultanea en
viajes-, la estructura en ronde! (también circular, enmarcada o en ani - tres planos y la obra de Djuna Barnes Nightwood, cuya carencia de
llo) -ampliación de un cuento marco dentro del que se insertan otros acción y "continuas alusiones a imágenes y símbolos se entretejen en
que solo retrasan su desenlace- o la construcción paralela -narración una trama espacial y no en una fábula desarrollada en el tiempo".
de diversas historias de personaje o grupos de personajes expuestas Baquero Goyanes se apoyó tanto en Forster como en Frank para ana-
sucesiva y recurrentemente- (Tomashevski, 1928; M. Rodríguez lizar las técnicas y estructuras de la novela contemporánea en tres
Pequeño, 1995; Sullá, 1996). capítulos de su Estructuras de la novela actua/1970: 89-108, 205 -218,
En la estética de Mijaíl Bajtín (1924 ), mientras las formas arqui- 219-234).
tectónicas designan la identidad, especificidad y autosuficiencia pura- La práctica novelística del nouveau roman supuso, después de las
mente artística del objeto estético (el contenido del análisis estético, vanguardias, toda una renovación de la escritura novelesca que abrió
esto es, el contenido de la actividad estética dirigido hacia la obra paso al experimentalismo técnico y lingüístico y que se caracterizó
artística), las formas compositivas serían las estructuras externas y téc- justamente por emplear numerosos procedimientos compositivos y
nicas que permiten la realización del objeto estético: técnicas narrativas nuevas. Pero, junto a la puesta en práctica narrati-
va de estas técnicas, numerosos autores como Butor o Robbe-Grillet,
Entend er el objeto estético en su especificidad puramente artística, así se preocuparon de teorizar su uso y observar su plasmación en deter-
como también su estructura, a la que vamos a llamar a partir de ahora minadas novelas. Desde entonces, se generalizó aún más la preocupa-
arquitectura del objeto estético( ... .) Entender la obra material, externa, ción por estos procedimientos constructivos (por ejemplo, el OuLi-
como la realizadora del objeto estético, como el aparato técnico de la rea- Po con el empleo de las técnicas de la restricción o el N+7),
lización estética( ... ) A la estructura de la obra, entendida teleológicamen- recuperando la herencia del intento de renovación narrativa caracte-
te como realizadora del o bj eto estético, la vamos a llamar composici ón rístico de la novelística del siglo XX, intento que se remonta a James y
de la obra (Bajtín, 1924: 23 ). Spielhagen y que adquiere con Proust y Joyce su gran punto de infle-
xión. Puede decirse, de un modo general pero también bastante justo,
En sus Aspectos de la nov ela (1927) el novelista ingles E. M. Fors- que la historia de la novela de tal centuria es la historia de su propia
ter ya incluía en uno de sus capítulos (Pattern) la referencia al necesa- búsqueda en pos de nuevas formas y procedimientos narrativos.
rio plan de composición y diseño estructural de la obra literaria. En A la hora de referirse a las técnicas narrativas actuales conven-
Estados Unidos, Joseph Frank observaba que gran parte de la litera- drá, pues, dada su multiplicación y diversidad, proceder de forma
tura contemporánea se caracteriza por lo que llama "forma espacial" ordenada, citando, en primer lugar, únicamente las más relevantes y
-spatial form- (1945), por un efecto de adjunción de escenas -como novedosas y agrupando, en segunda instancia, estos procedimientos
en un mosaico o puzle- que mediante diversos procedimientos simu- en función de su efecto primordial sobre determinados elementos o
lan estar cronológicamente desubicadas y ofrecen un efecto solo de aspectos del relato.
espacia"lización, por la "socavación de la inherente consecutividad del
lenguaje forzando al lector a percibir los elementos no en su desarro-
llo temporal sino en su y uxtaposición espacial, principalmente A) Técnicas vinculadas a la estructuración textual
mediante la supresión de los conectivos causales y temporales" (Smit-
ten, 1981 ). Como ejemplo de esta organización discursiva de concen- • Las técnicas observadas por los formalistas rusos -en concreto por
tración en el tiempo de acciones que se yuxtaponen en el espacio· y no Shklovski y Tomashevski-, que se acaban de exponer, siguen estando
pueden ser percibidas en su consecutividad temporal sino solo espa- vigentes y se utilizan todavía en el análisis y estudio del relato. En
cial por el lector, Frank cita el Ulises de Joyce, una escena -"les comí- nuestro país y contemporáneamente, por ejemplo, Carmen Bobes

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106 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 107

(1993) plantea cómo algunos cuentos utilizan una técnica envolvente, con la línea espiral o las cajas chinas, la construcción en abismo se
o de anillo, pues terminan como empiezan -sería la arquitectura cir- muestra como el desarrollo de una acción dentro de los límites de
cular de que hablaba Baquero Goyanes-; otros tienen técnica lineal, otra que se genera usualmente mediante la conversión de un persona-
ya que siguen un desarrollo sucesivo, generalmente cronológico de je intradiegético en narrador de una historia enmarcada -metadiége-
los hechos; otros ofrecen una disposición paralela, porque narran dos sis- dentro de aquella en que actúa. El cuento "Continuidad de los
historias de significado contrario o de sentido equivalente; otros parques" de Cortázar -citado por Genette a propósito de la metalep -
siguen una técnica escalonada, introduciendo motivos cada vez más . sis-, donde el inicio y final coinciden con la lectura de una novela por
mtensos, etc. un hombre intercalando la narración de una escena de la propia nove-
• Con el enmarcamiento de los formali_stas, se relaciona lo que la sobre el encuentro de dos amantes y la salida de ella para matar al
Genette (1972) ha llamado metadiégesis y otros teóricos -Reis o marido (el propio lector), podría ser un buen botón de muestra.
Villanueva, por ejemplo- han denominado hipodiégesis. Es una técni- • Muy parecida a la técnica anterior, es la del llamado texto espejo
ca muy frecuente que designa una narración secundaria enclavada o relato especular. Según Dallenbach (1977) es relato especular "todo
-en un estrato superior- dentro de la primaria o diégesis y aparece espejo interno en que se refleja el conjunto del relato, por duplicación
cuando un personaje intradiegético asume también el papel de narra- simple, repetida o espaciosa( ... ); reflejo es todo enunciado que remite
dor de tal historia enmarcada. Cuando, en algún caso, no aparece al enunciado, a la enunciación o al código del relato".
explícitamente el narrador secundario intradiegético y su relato meta- • El montaje es un concepto procedente de la cinematografía, y
diegético aparece vinculado al narrador primario, se habla de narra- particularmente usado en el cine y el cómic, que designa la concate-
ción pseudodiegética ' o pseudodiégesis. nación, ordenación y ritmo de los distintos planos y secuencias de
• También ofrece conexión con ellas la técnica de la inversión o, una película o de las viñetas de un cómic. En el campo de la narrativa
en palabras de Dupriez (1991), el flip-flop, es decir, el cambio de sig- literaria, se entiende por tal a la organización sintáctica discursiva de
nificación producido por una sustitución simétrica de cualquier índo- .los diversos episodios de la historia, por lo que remite a los procedi -
le (sintáctica, semántica, etc.), que ilustra citando una historia de mientos y técnicas de composición narrativa. Así, por ejemplo, en
O'Henry en la que una sirvienta que desea ser millonaria encuentra a Como agua para chocolate de Laura Esquive!, la novela se monta con
una heredera que quiere ser camarera. Se trata de un concepto seme- una técnica de disposición y organización sintáctica de los episodios
jante al de la estructura narrativa metaforizada en un "reloj de arena" paratáctica, similar e iterativa: cada capítulo, correspondiente a un
por E.M. Forster (1927), citando la novela Tais de Anatole France, mes del año, se abre con una receta c~os ingredientes y "manera de
donde se da una inversión final de papeles de los dos protagonistas hacerse" dan paso ya al discurso y la vÜZ del narrador que, a su vez,
principales con la dialéctica del pecador y el religioso y la salvación y inicia el relato de la historia en cada capítulo.
la condena. Un caso especial del mismo sería el que en otro lugar (Valles, 2007:
• La construcción en abismo es un sintagma proveniente de la 552) he denominado montaje abierto o inacabable, que se vincula,
heráldica -pieza central del escudo que reproduce en reducción con- muy particularmente y auspiciando la máxima interactividad, con las
céntrica la forma del propio escudo- que aplicó a la literatura en su hipernovelas electrónicas y con los textos diseminados. Estos últimos
Diario (1930) André Gide -mise en abyme- para referirse a la inser- muestran un texto, escrito y materialmente fijado aunque no en el
ción de una historia dentro de otra que la recubre, como ocurriría en formato de libro, integrado por múltiples subtextos independientes y
la-escena de HamleLen que se representa -como teatro en el teatro- simultáneos, carentes de orden y secuencialidad -lo que también se
la escena del asesinato del rey. Concepto muy similar al de encuadra- ha denominado escritura aleatoria-; se permite así el montaje abierto,
miento de los formalistas rusos, al de metadiégesis de Genette y a las esto es, la inacabable e irrepetible reconstrucción del texto por el lec-
metáforas de la estructura narrativa que la vinculan geométricamente tor, la ordenación nueva y diferente del material textual en cada acto

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108 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRAT I VO 109

de lectura. Este tipo de texto y esta técnica han sido empleadas en B) Técnicas vincu l adas a la temporalización y
novelas experimentales como Los desafortunados de B. S. Johnson, El espacialización
castillo de los destinos cruzados de Italo Calvino o, antes que ambas,
en 1964, en el juego de Cartas de Max Aub, 106 naipes apócrifamen- Darío Villanueva (1977) considera que hay tres grandes formas reno-
te ilustrados por Torres Campalans que tienen en su reverso distintas vadoras de tratamiento del tiempo en la novela contemporánea:
epístolas que reconstruyen fragmentaria, poliédrica y hasta contra-
dictoriamente la identidad del recientemente fallecido Máximo • La primera, la ruptura de linealidad, se produce con la quiebra
Ballesteros. de la linealidad cronológica de la historia mediante el uso en el relato
• El collage es un término y concepto tomado de las artes plásti- concreto de las anacronías tanto retrospectivas como prospecti vas,
cas y alusivo al pegado de distintos materiales de distinto origen, esto es de las analepsis (flash-back) y de las prolepsis (flash-forward).
forma y color en una superficie. Se ha utilizado en teoría de la narra- Un caso palmario es Crónica de una muerte anunciada de García
tiva para aludir a la técnica consistente en el ensamblaje textual de Márquez.
textos gráficos -e icónicos- de distinta y variada procedencia, y pri- • La segunda, la reducción temporal o condensación narrativa del
mordial -aunque no exclusivamente- de otras obras literarias. Es un tiempo de la historia en el relato, ha sido considerada por distintos
fenómeno, pues, característico de la anti-novela, que está claramente autores como Auerbach, Albéres, Kurz, Mendilow o Sanz Villanueva
vinculado a la transdiscursividad y a la transtextualidad así como a las y ofrece, según Villanueva, tres posibilidades distintas: la reducción
técnicas del montaje y del pastiche, y que se define por yuxtaponer, temporal lineal si se produce la mera narración de un solo momento
más o menos ordenadamente, fragmentos, citas y textos de origen al que la obra entera presta todo su desarrollo diegético, la reducción
literario y extraliterario como medio de construcción fundamental de temporal rememorativa, cuando se utilizan frecuentes analepsis que
una nueva obra. En España y dentro del experimentalismo, Larva de amplían hacia el pasado la línea diegética del relato y la reducción
J ulián Ríos recurre en ciertas ocasiones a esta técnica de yuxtaposi- temporal simultaneísta si hay una duración múltiple, una localización
ción textual (fotografías, dibujos, textos de otras fuentes informati- de un mismo tiempo en diversos puntos del espacio.
vas, publicitarias o literarias, caligramas). • La tercera, la ucronía -o timelessness-, es un tipo de organiza-
• El pastiche es, como técnica narrativa, muy similar al collage y ción temporal que, mediante la supresión de conectores y referencias
consiste en el entremezclamiento en un fragmento narrativo o una temporales, provoca una imagen de atemporalidad, de inexistencia de
novela de elementos -verbales, técnicos, genéricos, etc.- originarios fluencia temporal. Es, desde la perspectiva temporal, el equivalente a
de distintas procedencias integrándolos e intertextualizándolos para lo que, desde la perspectiva espacial, denominó J osep Frank forma
provocar un efecto de extrañamiento. En el Libro de Manuel de Cor- espacial-spatial form- y que ya se ha examinado más arriba.
tázar, a la propia historia narrada y dispuesta textualmente de forma • A estas técnicas temporales, habría que añadir otra que afecta a
convencional se superpone todo un aparato de materiales multigené- la duración o velocidad narrativa. Se trata de la ralentización fenó-
ricos y de distinto origen (principalmente noticias y artículos perio- '
meno que, a través de la morosidad narrativa, descriptiva y digresiva,
dísticos pero también diagramas, reproducción de teletipos, textos consiste en una representación expansiva en el relato del tiempo de la
musicales y algún poema, esquemas, una especie de diccionario de historia. Así, L'agrandissement de C. Mauriac narra muy amplia y
acrónimos, metagrafías diversas, etc.) que permanentemente quie- extensamente un segmento cronológico de dos minutos de duración.
bran la linealidad de la lectura para crear experimentalmente un efec- • Como la técnica anterior, también el cosismo se vincula funda-
to de yuxtaposición distinta de textos diversos que remedan la propia mental~ente a la renovación especialmente temporal, espacial, gráfi-
pluralidad y heterogeneidad de las informaciones que circulan a tra- ca y lingüística que genera el nouveau roman; en este caso, se trata
vés de los medios de comunicación en el mundo moderno. de elaborar una descripción hiperdetallada de cosas y objetos fre-

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110 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 111

cuentemente inanimados, incidiendo en su textura, color, tacto, den- través de la perspectiva del personaje: James (1980) lo expresa con su
sidad, etc. conocida metáfora, expuesta en el prólogo a Retrato de una dama, de
que "la casa de la ficción" no tiene una, sino múltiples ventanas, de
distintos formatos y tamaños, abiertas sobre "la escena humana".
C) Técnicas vinculadas a la focalización Esta técnica del tratamiento pictórico o perspectivismo es equivalen-
te a lo que Friedman (1955) llamó omnisciencia selectiva múltiple: un
• Además del uso de las formas de representación tradicionales en la buen ejemplo es el cuento de Cortázar Usted se tendió a tu lado, en el
novela -focalización omnisciente e i~1terna-, el siglo XX hace aparecer que el narrador solo relata desde la perspectiva -cambiante a lo largo
el uso de la denominada Jocalización externa, una modalidad particu- del relato- de una madre y su hijo, Denise y Roberto, marcados gra-
lar de perspectivización narrativa del material diegético en el discurso maticalmente como usted y vos.
consistente en la mera y pura representación objetivista y conductual
de las acciones, los lugares o los seres; se trata de una perspectiva pro-
pia del narrador heterodiegético, que limi~a ~a informa_ci_ón y tamiza D) Técnicas vinculadas a la voz y las modalidades
al máximo o elimina sus componentes subjetivos y posiciOnes ante la discursivas
misma. Según Bal (1977),
• La abrupción, término creado por Fontanier en 1830 para referirse
si la historia es contada en focalización externa, ésta es contada a partir a una figura elocutiva, se relaciona con el llamado diálogo abruptivo,
del narrador, y éste detenta lHI punto de vista, en el sentido primitivo, consistente en la alternancia de distintos discursos de personaje o de
pictórico, sobre los personajes, los lugares, los documentos. Él no es, estos y del discurso del narrador sin introducción explicativa o
entonces, de modo alguno un privilegiado y solo ve lo que vería un espec- comentario por este, lo cual crea un ritmo vivo y un efecto de acerca-
tador hipotético. miento y reducción de distancia del lector.
• Un caso más extremo es el de la dramatización absoluta, que
Se trata, en origen, de una técnica muy vinculada a la captación fílmi- supone una exacerbación de una modalidad de registro discursivo
ca -es equivalente a lo que Friedman (1955) llamó The Came~a y que que se conoce en la tradición sajona desde Lubbock como showing y
redenomina Villanueva ( 1989) modo cinematográfico-, asumiendo la que Friedman ha denominado modo dramático (en oposición al
literatura del cine esa capacidad de representación pura, objetivista, telling y al modo narrativo). Como en el caso de Paradox, rey de __
donde se niega la introspección y la evaluación su_b!etiva, ~n una Baroja, se trata de presentar toda una novela dialogada donde desapa- -
forma próxima también al relato periodístico d~ noticias: e_l eJemplo rece absolutamente el narrador para activar en máximo grado el modo
archicitado es el de algunas obras del norteamencano Dash1ell Ham- dramático.
mett, muy influido precisamente por el cine mudo, otras artes visua- • El monólogo interior es una modalidad del "discurso directo"
les -cómic- y la crónica de sucesos. . de un personaje, no efectivamente dicho (frente al soliloquio), sin
• El tratamiento pictórico designa el modo narrativo usualmente interlocutor y sin tutela narrativa alguna, en el que se reproducen sus
empleado y teorizado por Henry James por el que_el narrador, de pensamientos interiores de forma alógica y con una sintaxis básica
forma opuesta al modo dramático, adopta la perspectiva de los perso- para mimetizar el proceso subconsciente del pensamiento. En el
najes en la visión y representació_n del mundo. Baq~ero Goyan~s monólogo interior aparecen una ser"ie de rasgos determinables: el
(1970) llama a esta técnica perspecti~ismo por el u~~ del_per~onaJe máximo grado de autonomía o emancipación de la voz del personaje
-"reflector"- como mediación narrativa focal, como concienCia cen- respecto al narrador, la reproducción del discurso mental (impronun-
tral" 0 perspectiva que hace ver el mundo relatado por el narrador a ciado e inaudito) del personaje, la organización sintáctica simple o

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112 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 113

caótica en correlación con la alogicidad e irracionalidad de los proce- E) Técnicas de creación de efectos sobre el lector
sos psíquicos directos y espontáneos, la instauración del tiempo sub-
jetivo o vivencia! de los personajes frente al cronológico. Anderson • La técnica de la omisión se vincula con el "principio del iceberg"
Imbert (cfr. G. y A. Gullón, 1974) diferencia dos formas fundamenta- formulado por Hemingway -ya visto-, según el cual un texto puede
les en el monólogo interior según la dependencia o independencia del revelar -y conviene que revele- tan solo una mínima parte de lo sabi-
discurso de personaje respecto del narrador: en el "monólogo inte- do y conocido por su autor. Se trata de un principio de síntesis y con -
rior indirecto" .el novelista [el narrador] utiliza la tercera persona para densación compositiva que estimula, mediante el juego dialéctico de
reproducir la vida interior, los pensamientos y la conciencia de un la elisióntalusión, la plurisignificación y la ambigüedad textual, así
personaje [sería la psiconarración]; en el "monólogo interior directo", como la actividad lectora! a la hora de rellenar esos aún mayores vací-
en cambio, no aparece el novelista [narrador], di si mula su presencia os textuales generados como consecuencia de los mayores silencios
totalmente para reproducir directamente el proceso mental o fluir autora! es.
psíquico del personaje rJlujo de la conciencia]. E! monólogo interior • La propuesta de la interactividad lectora! (aumentada y refor-
es, pues, un concepto homosémico de los de stream of consciousness o mulada como interactividad escritura! en las prácticas narrativas del
flujo de la conciencia (W. James y la tradición anglosajona), discurso hipertexto electrónico), formulada en cada texto más o menos explí-
inmediato (Genette) o monólogo autónomo (Dorrit Cohn), el prime- cita y directamente, consiste en diseñar dos o más estrategias de lec-
ro privilegiando los aspectos reproductivos del proceso mental y los tura distintas, en reclamar dos o más lectores implícitos. Después del
dos siguientes destacando la carencia de tutela narrativa del discurso éxito de Rayuela de Cortázar, esta técnica fue llevada a su máxima
directo de personaj~. expresión por Max Aub en su juego de Cartas y se ha reactivado
• El flujo -fluir- de conciencia es un término correspondiente a la notablemente en las actuales hipernovelas.
traducción de la expresión inglesa stream of consciousness, que fue • El suspense, vinculado con la retardación a la que ya aludía
acuñada por W. James en un tratado de psicología de 1890 para refe- Shklovski, es una técnica que actúa doblemente: textualmente, orga-
rirse al flujo de las experiencias internas, por lo que conviene tener en nizando una expansión y amplificación sintagmática, un alargamien -
cuenta su enraizamiento en las teorías psicoanalíticas sobre el incons- to discursivo que se vincula, en el plano secuencial de la lógica narra-
ciente y las bergsonianas sobre el tiempo psicológico. Según Dujar- tiva, a la generación de un retraso o posposición en el proceso
din, primer cultivador del mismo en su obra Han sido cortados los secuencial activado, fundamentalmente dilatando la conclusión posi-
laureles (1888), se ~racteriza por la emergencia del inconsciente, ble del proceso; pragmáticamente y en relación con lo anterior, el sus-
intenta la "introducci6n directa del lector en la vida interior del per- pense produce efectos diversos (inquietud, tensión, miedo, angustia,
sonaje, sin ninguna intervención por parte del autor para explicarla o interés) en el lector/espectador. Se tt:ata, pues, de una estrategia dis-
glosarla" y es "expresión de los pensamientos más íntimos, los que cursiva de alargamiento sintagmático y dilación del desenlace de un
están más cercanos al inconsciente". Aunque el primero en cultivarlo proceso secuencial que está diseñada para crear determinados efectos
en una obra completa fue, en El teniente Gustavo (1901 ), A. Schnitz- pragmáticos en el destinatario. En este sentido, el suspense se vincula
ler, fue J. Joyce, con su Ulises (1922), quien exploró y desarrolló ver- intratextualmente de modo fundamental con la organización secuen-
daderamente las posibilidades de esta técnica. El flujo de la concien- cial (la espera dilatada para que concluya un proceso lógico que debe
cia no es más que una variante del monólogo interior, en el que no cerrarse) y con el lector implícito (la estrategia requerida de lectura) y
existe ninguna marca ni lazo de dependencia del discurso de persona- mantiene conexiones privilegiadas con la gradación o tensión narrati-
je con el de narrador y donde se enfatiza la alogicidad del propio pen- va, con la anacronía y con la anisocronía. Especial trascendencia tie-
samiento interior; sería lo que llama Anderson lmbert un monólogo nen los signos discursivos sintácticamente enfatizadores del efecto
interior directo. suspensivo: por ejemplo, en el cine, la música, el movimiento lento de

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114 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 115

cámara o el encuadre parcial. Mieke Bal (1977: 119-121) ha diferen- aquí interesan, se introducen la palindromía "Somos nada, ya ve, o
ciado diversas posibilidades semánticas del suspense a partir del lodo o dolo, Ev a y Adán somos" o la leyenda "The clover of m y lover"
conocimiento o desconocimiento por el personaje y/o por el lector -el trébol de mi amante- junto al dibujo de un trébol de tres hojas. A
de ciertas informaciones: LECTOR- PERSONAJE- (búsqueda, veces, la experimentación se desplaza al proceso del trabajo autora!,
rompecabezas, novela policiaca); LECTOR+ PERSONAJE- (ame- como en el caso de la escritura aleatoria, un recurso narrativo consis-
naza); LECTOR- PERSONAJE+ (secreto); LECTOR+ PERSO- tente en la construcción de una obra de forma tal que pueda ser orde-
NAJE+ (ningún suspense). nada y leída de diferentes formas por el lector, por lo que se relaciona
con el montaje abierto y la novela interactiva; la técnica de la escritu-
ra autora! colectiva fue utilizada también por los distintos talleres de
F) Técnicas vinculadas al lenguaje y las grafías producción literaria formados a partir del grupo OuLiPo (Ouvrier
de Littérature Potentielle), fundado por Queneau en ] 960, que utili-
El vanguardismo en la primera mitad del siglo XX (sobre todo, el zó también procedimientos como ellipograma o restricción (elimina-
surrealismo) y el experimentalismo en el tercer cuarto de tal centuria ción de una !erra en todo un texto) o la conmutación de términos por
(OuLiPo, nouveau roman, novela estructural y experimental) van a otros del diccionario que fueran sinónimos o entradas situadas en un
aportar una renovación técnica de la novela en la que tienen que ver determinado puesto más adelante (N + 7).
mucho los juegos formales, las quiebras y desplazamientos gráficos y
los experimentos lingüísticos y verbales.
• El surrealismd aporta una escritura automática que se supone 3. CARA C TERÍ STICAS FUNDAMENTALES DEL T EX TO
manifestación libre del inconsciente y que funciona más como un NARRATIV O

proceso irreflexivo y de asociación mental de imágenes, pero también


introduce los primeros collages, las simulaciones oníricas y el humor Se examinan en este apartado algunos de los rasgos básicos que pose-
objetivo. en los textos narrativos: la dimensión social e ideológica y cultural, la
• El realismo introduce, entre sus técnicas, un coloquialismo que capacidad transdiscursiva, el carácter ontológico ficcional y otra serie
presenta un registro discursivo propio del habla conversacional usual de peculiaridades como la versatilidad transductiva, la plurisignifica-
(incluyendo en ocasiones el argot y los "tacos") para enfatizar su afán ción, las isotopías, la metaficción, la carnavalización, etc. Aunque
mimético. ninguno de ellos es exclusivo de la modalidad narrativa, puesto que
• El experimentalismo utiliza, entre otras técnicas variadas, modi- todos son compartidos asimismo por los otros géneros literarios fnB-
ficaciones de los signos de puntuación como la separación oracional damentales, de un lado configuran una serie de aspectos de necesaria
mediante dos o cuatro puntos, la supresión de todos los signos para- referencia para comprender el funcionamiento específico del texto
lingüísticos o las repeticiones de paréntesis (ya en el nouveau roman narrativo y, de otro, cobran en él un especial sentido o relieve en el
pero también en Reivindicación del conde Don julián de Juan Goyti- que se pretende incidir aquí.
solo, por ejemplo). En otras ocasiones, lleva a los puros juegos verba-
les (el sinsentido, las paranomasias y dilogías, retruécanos y calambu-
res) y a los desplazamientos y alteraciones gráficas (anagramas, 3 .1. La dimensión ideocultural y social
lipogramas o palindromías): una destacada 111uestra hispánica de
muchas de estas cuestiones es Larva de Julián Ríos, en esencia una La constatació n de las relaciones entre la literatura y la sociedad se
novela puramente polifónica o "poliglótica, un flujo transitivo ver- enclava en la frontera entre ersiglo XVIII y XIX, cuando la gnoseología
bal" (Ortega, 1997: 53), en el que, por ejemplo y a los efectos que moderna, los efectos de las revoluciones burguesas francesa y esta-

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116 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 117

dounidense y el nuevo sentido histórico otorgado a los estudios lite- 1 Es el crítico ruso N. Dobroliúbov -en él destaca Wellek (1954-
rarios por el romanticismo empiezan a atisbar estas relaciones: el viz- 1986, IV: 324-25) esta teoría que llama de los tipos sociales- quien,
conde De Bonald o el libro De la literatura considerada en su relación 1 ejemplificándolo en Gógol, plantea cómo, al utilizar un autor deter-
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con las instituciones sociales (1800) de Mme. de Stael abren esta pers- 1 minados personajes en su dimensión de arquetipos sociales, a veces
pectiva en la que ya había incidido Herder. El efecto de las teorías ! estos se convierten en elementos que significan y representan autó-
objetivistas de base hegeliana y el materialismo de Feuerbach, la apa- nomamente la realidad social, con independencia e incluso en contra-
rición del realismo estético, la consti tución de la sociología y la psico- dicción con las propias intenciones o planteamientos conscientes del
logía como nuevas ciencias en conexión con la aparición y el desarro - creador; así interpreta el crítico ruso el contraste generado entre la
llo del positivismo, no harán sino reforzar la convicción en esta significación social de los personajes de Gógol y los juicios emitidos
interrelación de la serie social con la serie artística. Surgen así el obje- después por el propio novelista. De este modo, deslindando las imá-
tivismo idealista de Taine y Belinski, la crítica positivista (Lanson, ge nes del mundo y los reflejos de la realidad propios de la obra de los
Dobroliúbov), los planteamientos deterministas (Brunetiere) o las deseos y posiciones del propio creador, Dobroliúbov señalaba como
teorías tan extendidas del utilitarismo social del arte. misión de su "crítica real" ahondar en esa significación de la realidad
Van a ser, sin embargo, las teorías marxistas las que, con el deno- d e la obra literaria independiente y hasta diferente de las ideas del
minador común de considerar la obra literaria como producto socio- autor, marcaba la distancia entre el sentido latente y patente y esta-
histórico y pese a sus notables diferencias internas que no permiten blecía la distancia entre la significación social del texto y el pensa-
una estimación homogénea, han vertebrado las principales aportacio- miento del creador.
nes a la teoría sociológica de la literatura, y por ende también de la Engels, recogiendo la herencia hegeliana y conociendo los escritos
narrativa (vid. Sánchez Trigueros, 1996; Valles, 1994), en los siglos de Dobroliúbov, emplea asimismo es ta noción en una carta donde
XIX y xx: Marx y Engels, Lenin, Trotski y Plejanov, Lukács, La comenta a la socialista inglesa Margaret Harkness su novela City Girl.
Escuela de Frankfurt, Gramsci, el marxismo anglosajón (Williams, Ahí Engels enuncia sus preferencias por el realismo literario, recono-
Eagleton, Jameson), el marxismo estructuralista de Althusser y Gold- ce su autonomía con respecto a las opiniones y tesis personales del
mann, la sociocrítica (Duchet, Cros, Zima), etc. Además, hay que autor -elogia el realismo histórico balzaquiano como algo que tras-
considerar la incidencia de otras teorías sociológicas de la literatura ciende su ideología personal reaccionaria- y lo liga a la cuestión de
no estrictamente marxistas: al margen de los planteamientos de Bajtín "lo típico", de la representación de la generalidad de las condiciones
o Lotman, se trata de las teorías socioestadísticas de la distribución sociohistóricas y clases sociales en una particularización literaria, al
literaria de Escarpit, la teoría empírica de la literatura -ETL- de escribir: "el realismo, e~mi opinión, supone, además de ia exaCtitud
Schmidt y el grupo Nikol o las ideas sobre el funcionamiento litera- de detalles, la representación exacta de caracteres típicos en circuns-
rio como polisistema de Even-Zohar y Lambert. tancias típicas" (Marx-Engels, 1964: 178-182).
Después de la noción de medio de Taine, uno de los factores Y también el crítico húngaro Lukács utiliza este concepto de
secundarios de determinación del arte, junto al otro, el momento, y sobrerrepresentación de la realidad sociohistórica por la novela, vin-
tras el primario o raza, el primer concepto sociológico interesante culándolo a la noción de objetividad y encuadrándo lo dentro del rea-
que plantea la dimensión social de la narrativa es el concepto de lo li smo. En su estudio de 1934 sobre Los campesinos de Balzac ya esbo-
típico, basado en Hegel y con una gran repercusión en la crítica za su teoría refiriéndose a los personajes-tipo, síntesis de lo genera l y
sociológica del XIX. La teoría del tipo, como doble manifestación de social y lo individual, en su trabajo sobre La novela histórica (1937) la
la vida en el arte y de lo general en lo particular, aparece ya en Balzac concibe como representación asimismo de "lo típico" y la "vida
y en Belinski, pero siempre en oposición al personaje como construc- popular" y mucho más adelante, en Significación actual del realismo
ción artística individual. crítico, tras desechar el arte de vanguardia que vincula con el indivi-

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118 TEORÍA D E LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 119

dualismo exacerbado del tardocapitalismo y seguir apostando por el íntimamente emparentado con las teorías sobre el" espíritu positivo"
realismo, insiste sobre el concepto. Para Lukács, que distingue en sus de Comte y los desarrollos de las ciencias naturales, supone global -
análisis entre la visión del mundo consciente del autor y la que opera mente un intento de reflejar estéticamente la realidad social en el qu e
como criterio instintivo, las obras maestras del realismo requerirían tienen especial importancia las pinturas de caracteres, la descripci ó n
que se complementara la inevitable objetividad artística que se expre- minuciosa y el desarrollo del modo dramático dialogado -sin necesi-
sa en la obra realista con los aspectos subjetivos de la perspectiva -cri- dad de perder la frecuente omnisciencia-, todo aquello en suma qu e
terio de selección artística por el escritor de los contenidos de la obra- pretende generar un amplio efecto de verosimilitud y acercar la nove-
y lo típico -lo representativo de la realidad sociohistórica- de forma la a la fiel reproducci ón mimética de la realidad; se trata, en palabras
que la obra resuma la situación socio-histórica de acuerdo a la verdad algo extremas de Champfleury, de una reproducción fotográfica de la
real (Lukács, 1958: 72 y 92-93; Chartier, 1990: 170). realidad social , de un rechazo de la invención y la imaginaci ó n del
Así pues, el concepto de lo típico se vincula a la opción por la artista para optar por la expresión estética de la realidad y la verdad .
nueva estética que surge en el siglo XIX, el realismo, una modalidad Sin embargo, no para todos los realistas franceses del XIX se trataba
artística y primordialmente narrativa que plantea la convención de la de una técnica tan mim ética, ni, mucho menos, de pensar qu e la fic-
identidad entre la realidad y el referente, de la igualdad entre el ción novelesca era la realidad: R ob be-Grillet suscribía y atribuía a
mundo contemporáneo de lo real y el mundo ficcional mim ético y Flaubert la afirmación "yo no transcribo, construyo" y Maupassant
verosímil, provocando un efecto estético e intratextual de realidad 3 • señalaba en e l prólogo a Pierre et ]ean -Etude sur le roman- qu e
E l término, ya utilizado aplicado a la literatura por F. Schlegel y "hacer lo verdadero consiste pu es en dar la ilusión completa de lo
Schiller, aparece en Francia en 1826 en el M ercure de France aparece verdadero,( ... ) los Realistas de ta lento deberían llamarse m ás bi en
co n el se ntido literario de desi gnar la nueva estética n acien te y se Ilusionistas" .
generaliza sucesivamente con un a crítica novelesca de Fo rtoul en En Rusia, el término concreto de "realismo" no se utilizó has ta
1834, el entronque qu e Castilla h ace de Balzac con la escuela realista 1849, un año después de la muerte de Belinski, quien sí había hablado
en 1846 y, sobre todo, con los artículos de defensa de Courbet firma- de "escuela natural " refiriéndose a Gógol y de "crítica real", precisa-
dos a partir de 1850 por Champfleury bajo el nombre de Le réalisme mente el sintagma qu e recogió su discípulo y admirador Dobroliú-
y la fundación de la revista del mismo nombre, dirigida por Duranty bov (su primer artículo lo firmó como Anastasi Balinski, Resucitado
en 1856. Como movimiento estético nacido en Francia, el realismo, Belinski) para denominar su método crítico. Pero si la Tesis d e Cher-
nishevs ki R elaciones estéticas del arte con la realidad es el tratado de
3 Es ta caracterización general y común, no obsta la existencia de distintas varian-
estética realista más fundado y clarificador de este tipo y si los traba-
tes y modalidades de reali smo. Precisamente Darío Villanueva {1992) opone el que jos de Dobroliúbov argumentaron ya las ho mologías sociales y nove-
llama realismo formal de, entre o tros, Flaubert y Maupassant, inmanente y formal,
ca ract eri zado por un "au tonomismo", p o r una conciencia de la simultaneid ad del
lescas, el mismo Belinski defendía el realismo -ya en 1834, cuando
mund o construid o en la obra y el exterior y la no correspo ndencia exacta entre ambos · aún casi ni había aparecido en Rusia- de este modo (cfr. Valles y Davi-
y por una co n vicc ió n de la labor cons tru ctiv a e imaginativa del auto r y el realismo denko, 2000, I: 25):
genético, por ejempl o de Zola o Belinski e incluso en cierto sentido de Lukács, marca-
do por el " heteronom ismo" que sup one que la obra debe refl ejar miméticamente el Así pues, este es el otro lado de la poesía: la poesía "real", la p oesía de la
referente externo o realidad que la precede y con la que debe correspo nd erse. Ambos vida, la poesía de la realidad y, fin almente, la poesía genuina y verdadera
serían distintos, a su vez, de una tercera fórmula propu esta por Villanueva desde la
de nuestra época. Su característica distintiva consiste en ser fiel a la reali -
pragmática y la fen omeno logía de la recepción, la del realismo intencional, que deposi-
ta la posibilid ad de co ncebir este desd e la coope raci ón interpretativa del lec tor, " un dad; no vuelve a crear de nuevo la vida, sino que la reproduce, la recons-
fenóm eno fundamentalmente pragmático, qu e resulta de la proyección de una visión truye y, como una lente convexa, refleja, bajo un pttnto de vis ta, sus dis-
del mundo externo que el lector -<:ada lecto r- aporta sobre un mundo intencional que tintos fenómenos, escogiendo aquellos que son precisos para compo ner
el texto sugiere " (Ibíd.: 119). un cuadro completo, vivo y único.

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120 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 121

La estética realista fue luego también defendida por Plejánov, cibe primero sensorialmente para establecer luego relaciones concep-
Lenin o Trotski aunque de una forma antidogmática que se cerró tuales y captar los procesos dialécticos de esa totalidad ajustándose
cuando en el Primer Congreso de Escritores Soviéticos Zhdanov pro- más o menos a esa verdad exterior. Pero Len in no planteó nunca
mulgara como fórmula estética el realismo socialista y los principios mecanicistamente la exi~tencia de la obra artística como un "reflejo
de la ligazón al partido -partinost- y la popularidad -narodnost- o exacto", como una copia fotográfica de la realidad: ni en Materialis-
calidad estética basada en el carácter progresista y la expresión de la mo y empíriocríticismo, como acabamos de ver, indica que tal conoci-
realidad social (Selden, 1985: 37). Así, aunque en "La organización miento de la realidad emane solo de su primera captación a través de
del partido y la literatura del partido" de-1905 Lenin reclamaba no las sensaciones aunque Lukács lo interprete así apoyándose también
tanto el carácter proselitista de los textos literarios cuanto el compro- en Hegel ni en los artículos escritos entre 1908 y 1911 y centrados en
miso de los autores afiliados al partido y sus textos con las líneas del la novelístiCa de Tolstoi, pese a la expresión Tolstoi, espejo de la revo-
partido y la clase proletaria planteando la inexistencia del arte puro, lución rusa, se produce tampoco ese mecanismo reduccionista (Sán-
sus tesis fueron ~ecogidas dogmáticamente por el citado Zhdanov, chez Trigueros, 1996: 47-49).
sostén ideoestético del Stalin que había calificado a los escritores de En esa última serie de artículos Lenin distingue entre la ideología
"ingenieros del espíritu", para proclamar la necesidad de una literatu- de clase de Tolstoi, su reaccionario moralismo cristiano y su defensa
ra didáctica, que armara ideológicamente al pueblo y que ayudara en del campesinado pequeño-burgués, que juzga históricamente equivo-
sus fines educativos al PCUS, modelo que encontraría en el realismo cada y por la que había sido mal conceptuado, del valor artístico de
socialista como "fórmula capaz de reflejar de un modo veraz e histó- su obra novelesca, en la que aparecen reflejadas de modo realista, tras-
ricamente concret~ la vida en su desarrollo revolucionario" (cfr. cendiendo y desplazando la propia ideología utópica del autor, la
Rodríguez Puértolas, 1984: 225 ). A partir de 1934, fecha del citado situación del campesinado en relación con las contradicciones socioe-
Congreso de la Unión de Escritores Soviéticos que se había converti- conómicas entre-nobleza, burguesía, campesinado y proletariado que
do en única asociación tras la disolución del resto dos años antes, se antecederían y germinarían la revolución rusa, pero de una manera
abre así una tendencia escritura! soviética monolítica y dogmática y contradictoria y fragmentaria. Recuérdese el parecido -que no la
se cierra una etapa de polémicas y discusiones abiertas donde, aun similitud- con el análisis ya comentado de Engels respecto a la narra-
con sus pugnas, habían convivido en la estética futuristas con realistas tiva balzaquiana. Lenin, pues, frente al mecanicismo ulterior del rea-
y en la teoría marxistas con formalistas y donde tanto Lenin como el lismo socialista, no plantea una teoría literaria del espejo como reflejo
Comisario del Pueblo para la Educación, Lunacharski, habían opta- directo y exacto de la realidad sino como conocimiento fragmentario
do por una actitud tolerante para con las diferentes prácticas estéticas del mundo que trasciende la visión subjetiva del objeto por el autor y,
y rechazado la construcción de una literatura exclusivamente proleta- así, se aproxima más al concepto de "espejo quebrado", deformante y
ria que propugnaba el Proletkult. ocultador de Macherey aunque este, reconociendo el papel cognosci-
La teoría del conocimiento artístico, que es la clave básica del pen- tivo de la literatura pero dentro de la visión althusseriana, no pone en
samiento estético marxista, se encuentra formulada ya en otra de sus relación directa el espejo y la realidad sino que lo conecta más bien
orientaciones -además del tipismo y el realismo- con la problemática con la ideología como mediación imaginaria y falseadora.
y discutida teoría del reflejo y la metáfora del espejo que ya aparece En general, desde su vuelta al "sujeto revolucionario" que plante-
en Lenin. Este que, como Marx y Engels, no utilizó nunca el término aba Marx y contra las tesis objetivo-contenidistas de Lukács (realis-
reflejo sí empleó de alguna forma el concepto (Eagleton, 1278: 66; mo, objetividad, tipización, totalidad) que Adorno criticará en
Rodríguez Puértolas, 1984: 213), que tan importante sería luego para "Lukács y el equívoco del realismo", toda la Escuela de Frankfmt
Lukács, cuando en Materialismo y empiriocriticismo (1909) hablaba defenderá la autonomía artística que quiebra con la libertad creadora
de la existencia de una realidad externa y objetiva que el hombre per- la sojuzgación social frente a la escritura directamente política, la

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122 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 123

mediación artística y la alusión-negación de la realidad por el arte (... )la novela se caracteriza por ser la historia de una búsqueda de valores
frente a su representación directa en la obra, el valor subversivo y auténticos de modo degradado, en una sociedad degradada, degradación
revolucionario de la literatura de vanguardia frente al modelo estético que, en lo que concierne al héroe, se manifiesta principalmente en la
mediatización, en la reducción de los valores auténticos al nivel implícito
realista.
y su desaparición como realidades manifiestas. Esto comporta, evidente-
Otro concepto particularmente destacable del análisis de la narra-
mente, una estructura singularmente compleja, y no sería fácil imaginar
tiva como fenómeno sociohistórico lo constituye el de visión del
que la misma haya po.d ido aparecer un día por capacidad inventiva indi-
mundo o weltanschauung, que se circunscribe al ámbito de la con - vidual, sin ningún fundamento en la vida social del grupo (Goldmann,
ciencia grupal o individual antes que a la representación alienante y 1964: 23).-
falseada del mundo, generalizadamente extendida y correspondiente
a los intereses de las clases dominantes que concuerda más con el sen- Así, la novelística de Malraux estaría en consonancia con un momen-
tido marxista y althusseriano de ideología y que cobra un especial to histórico del capitalismo en que entra en disolución el individuo y
relieve en los análisis de Lucien Goldmann. consecuentemente la búsqueda de valores por el héroe novelesco; las
El estructuralismo genético del teórico rumano se emparenta con novelas sin personaje de Robbe-Grillet, que muestran un mundo
el marxismo dialéctico y humanista y en él tienen una especial donde el sujeto ha sido eliminado en beneficio del objeto, se corres-
influencia la filosofía hegeliana, a través de su mentor Lukács, y la ponderían con el capitalismo caracterizado por la cosificación abso-
sociología del conocimiento de Mañnheim en su pretensión de lle- luta, por la sustitución de la iniciativa individual por los mismos
gar desde un estudio científico y dialéctico de la creación literaria a mecanismos internos del propio sistema socioeconómico.
una sociología científica del conocimiento. Muy sintéticamente cabe El concepto marxista de ideología designa la parte de la superes-
decir que, distinguiendo metodológicamente entre la comprensión tructura (junto a la religión, política, instituciones sociales, cultura,
interna de la obra y su posterior explicación de la misma desde fac- etc.) de un modo de producción determinado (esclavista, feudovasa-
tores externos, el estructuralismo genético centra su estudio de la llático, burgués), que está constituida por el sistema de ideas, valores
obra literaria en la génesis social de la estructura de la misma procu- y representaciones dominante en una sociedad y que supone una
rando encontrar las homologías entre la estructura de la obra, la visión falseada y alienada de la realidad en relación a los intereses
"visión del .mundo" o concepciones mentales transindividuales sociales de la clase dominante que se justifican y camuflan; en ese sen-
sobre la realidad de los grupos sociales y la situación sociohistórica tido de falsa conciencia, Althusser la define como "la relación imagi-
de tales grupos, lo que realiza de forma magistral en el estudio Le naria de los individuos frente a las condiciones reales bajo las que
die u caché (1955) de la""S-realizaciones entre las tragedias racinianas, viven".
el jansenismo y la filosofía de Pascal y la decadencia de la "noblesse La consideración del arte en general y la literatura en particular
de la robe". En el estudio fundamental en que Goldmann desarrolla como producciones vinculadas a la esfera de la ideología tiene sus raí-
una teoría de la narrativa, Pour une sociologie du roman (1964 ), ces en Marx (en el análisis de la epopeya griega), Plejánov, Lenin y,
donde centra su propuesta teórico-metodológica en los estu~ios globalmente, todo el marxismo clásico, si bien ha sido también una
sobre el "riouveau roman" francés y Malraux, este teórico plantea constante en otros teóricos marxistas, como Lukács o especialmente
que la novela muestra estéticamente el enfrentamiento de un héroe Gramsci, preocupado por las relaciones entre política, cultura y lite-
en la búsqueda de unos valores auténticos con el universo en el que ratura como partes de un todo que caracterizaría la vida de la nación-
actúa y que se le opone, en correspondencia homológica (Garrido, pueblo y por los medios de ad~sión de las clases dominadas a la ide-
1996: 174) con una sociedad individualista progresivamente tenden- ología dominante; en su análisis de las distintas formas de literatura
te hacia el mercantilismo y el predominio del valor de cambio, hacia popular que examina en Cultura y literatura (1967: 167-201), Grams-
la cosificación: ci detecta agudamente un papel común de ideologización de las clases
TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 125
124

dominadas y un éxito de lectura determinado por el intento de eva- psicoanalíticos y marxistas y junto a conceptos como los de genotex-
sión de la realidad hacia el sueño y la aventura. ro/fenotexto y de texto/complejo/enunciado narrativo, integra una
Pero ha sido fundamentalmente el marxismo estructuralista de idea originaria de Bajtín para plantear el ideologema como la insepa-
Althusser y su escuela el que ha desarrollado la vinculación existente ~able relación dialéctica en y fuera del texto entre este y la cultura e
entre la ideología y el arte; la mayoría de los estudios de este origen Ideología en la que surge y que se integra en el propio texto (Kristeva,
sobre la narrativa se centran en examinar la relación entre el relato y 1970: 16):
la ideología haciendo hincapié no solo en su carácter ideológico sino
también en las contradicciones materiales que se encuentran en él. El el ideologema de un texto es el hogar en el que la racionalidad conocedo-
propio Macherey en Para una teoría de la producción literaria (1970) ra integra la transformación de los enunciados - a los que el texto es irre-
ducible- en un todo- el texto-, así como las inserciones de esta totalidad
ejemplifica en textos de Verne, Borges y Balzac el doble papel de la
en el texto histórico y social.
ideología de expresarse en las obras a la vez que muestra en ellas sus
contradicciones y ausencias, sus disfuncionamientos; frente a la con-
También Fredric Jameson emplea esta noc1on en The Political
sideración lukacsiana de la obra como totalidad, Macherey concibe
Unconscious. Narrative as a Social!y Symbolic Act (1981) cuando, al
que esta es más bien "dispersa" o "disgregada" y que la ideología se
estudiar las novelas experimentales de George Gissing, analiza el fun-
expresa, ante todo, en los silencios y vacíos del texto, por lo que la
cionamiento de lo que él llama ideologemas, unidades narrativas
misión del crítico no sería la de completar hermenéuticamente la obra
mínimas de carácter socialmente simbólico y textualmente manifesta-
sino la de hallar la base de sus conflictos significativos en primera ins-
das que resultan de la relación entre las concepciones sociales y el
tancia y mostrar la 1forma en que tales conflfc:tos derivan de las rela-
proceso de construcción de la obra.
ciones del texto con la ideología en segunda (Macherey, 1970; Eagle-
ton, 1978: 52-54). Ligándose con esta concepción, el análisis de
The ideologeme is an amphibious formation, whose essential structural
France Vernier (1975: 87 -115) sobre el Candide evidencia las contra-
characteristic may be described as its possibility to manifest itself either
dicciones implícitas en el relato de Voltaire -"funcionamientos con- as psudoidea -a conceptual or belief system, an abstraer value, an opinion
formes" y "disfuncionamientos"- entre la ideología dominante en el or prejudice- oras protonarrative, a kind of ultimare class fantasy about
siglo xvm y la ideología burguesa revolucionaria emergente en esos the 'collective characters' which are the classes in opposirion Qameson,
momentos. Igualmente, Pierre Barbéris ha estudiado la producción 1981: 87).
novelesca realista de Balzac -Balzac et le mal de siecle (1970), Balzac,
une mythologie réaliste (1971), Le monde de Balzac (1973)- y de Admitiendo explícitamente el papel modelizador de la ideología
Chateaubriand -A la recherche d'une écriture: Chateaubriand de todos los fenómenos de la conciencia individual y colectiva y de
(1976)- marcando su relación con la ideología dominante en el todos los estadios de producción de sentido textual e incluso de la
momento de su creación y Terry Eagleton, aunando también pro- cultura, la sociocrítica de Edmond Cros (1975, 1998) ha establecido
puestas postestructuralistas, ha seguido los planteamientos de Mache- el concepto de ideosema como materialización sígnica textual que
rey sobre las fisuras y contradicciones en la reproducción de la ideo- establece de forma metonímica las relaciones entre la ideología y las
logía dominante examinando la obra de Richardson en The Rape of categorizaciones con que operan las prácticas y discursos sociales:
Clarissa (1982).
Fuertemente ligados con el papel ideológico dcl texto narrativQ,~ Diré pues [analizando el Guzmán] que todo elemento que surge del dis-
hallan los respectivos conceptos de ideologema y de ideosema. curso de predicación en el texto (sentencias, autoridach:n:livinas, interpe-
En El texto de la novela (1970), Kristeva, dentro de su plantea- laciones, lugares comunes de la práctica del sermón, exempla, etc.) no me
miento aún generativista aunque ya abierto a otros planteamientos remite ya a un conjunto de principios abstractos que constituyen lo que
EL TEXTO NARRATIVO 127
126 TEORÍA DE LA NARRATIVA

loga a su relación en periodos anteriores con la ley y la ciencia (González


se ha convenido en llamar la moral cristiana sino que reproduce esa rela-
Echevarría, 1990: 208-209).
ción en función de sus virtualidades metonímicas. Llamaré ideosema sur-
gido de una práctica ideológica a todo fenómeno textual que produce tal
Una aportación especialmente resaltable sobre la relación de cultura
efecto (Cros, 1998: 55).
y literatura, aparte de la ya comentada de Gramsci (1967), es la de
Un ejemplo de la aplicación de esta idea -entre otras- de la sociocríti- Lotman y Uspenski y toda la escuela de Tartu-Moscú (lvanov, Talvet,
ca al texto narrativo, puede apreciarse en los citados trabajos de Cros Chernov, etc.), en un concepto dinámico e interesante -tampoco tan
(1975, 1990, 1998) sobre el Guzmán o en el de Annie Bussiere sobre homogéneo_ como aquí se intenta exponer desde una perspectiva sin-
Juan Goytisolo (1998). tética- que concibe la misma como texto y tejido de textos compleja
Precisamente la sociocrítica en la que se inscribe Cros ha origina ~ y jerárquicamente organizada, construida sobre las lenguas naturales
do también la aparición de otro concepto fundamental que recoge la y constituida como un sistema modelizante secundario, que no solo
dimensión social del texto narrativo: el de sociolecto, en este caso transmite y modela informaciones sino nuestra propia visión del
vinculado con las aportaciones bajtinianas sobre el plurilingüismo mundo y la realidad y asimismo la de los textos literarios. La cultura
novelesco. Según Zima, que aplica la noción al análisis de distintas se caracteriza para la escuela de Tartu-Moscú por su estructura
obras de Proust, Kafka y Musil (1980) y de Sartre, Moravia y Camus semiótica y su propia capacidad estructurante derivada de su relación
(1982), el texto narrativo funciona como un elemento que recoge y primaria con las lenguas naturales, por su dimensión textual de
reconstruye -que transdiscursiviza y transcodifica-los distintos len- macrotexto y por su carácter social, como memoria de la experiencia
guajes sociales transponiéndolos en sociolectos textuales (vid. 3.2.1 ). previa y transformación P-aulatina desde el presente y hacia el futuro;
Por analogía con tal noción, se ha hablado asimismo de ideolecto la cultura determina, de este modo, no solo la propia estructura y
(Valles, 1999b) para referirse a los distintos discursos ideológicos organización semiótica pluricodificada de los textos que en ella se
que aparecen transcodificados y transdiscursivizados en el texto engloban sino la historicidad y la modelización representativa y re-
narrativo. creadora del mundo de tales textos (vid. Cáceres, 1997).
Para finalizar, hay que replantear la correlación establecida por Una cierta conexión con la idea anterior se encuentra en la con-
distintos autores y corrientes entre el arte y la literatura en general-y cepción de la cultura de Pierre Bourdieu (1980, 1990). Para este autor,
la narrativa en particular- y la cultura, ya en otro sentido distinto al la cultura es también una "estructura estructurante", un ámbito,
del planteamiento semiológico de la cultura efectuado por la antro- sociohistóricamente determinado, que se configura como un sistema
pología de Lévi-StF"aHss, pese a qu e la propia antropología, según de reglas; la cultura se ve, ante todo y más aún que como un espacio
González Echevarría (1990), en origen un discurso legitimador y semiótico, como un conjunto de prácticas estructuradas y reguladas
encubridor surgido en las naciones colonizadoras y prestigioso por fundamentalmente por el hábitus, un sistema de pautas y estructuras
su supuesto conocimiento científico de la cultura, es una disciplina que regula las prácticas culturales y el consumo tanto de los grupos y
que ha venido a sustituir al positivismo decimonónico como discurso clases sociales como de los mismos individuos. Pero, además de esta
mediador fundante de toda la novelística hispanoamericana tras la incidencia en el aspecto de las prácticas culturales y la atención a los
Primera Guerra Mundial: mecanismos de producción, distribución y -especialmente- consu-
mo culturales, Bourdieu recibe de Foucault la herencia de vincular
El conocimiento antropológico proporcionó a la narrativa hispanoameri- específicamente la cultura (como espacio que coimplica y trasciende
cana una fuente de relatos, así como una fábula maestra sobre la historia a la filosofía, el arte y la ciencia) con el poder~s iempre presente y
latinoamericana. En la ficción, la historia latinoamericana se moldeará correlacionado con la cultura,. tanto en el plano simbólico como eco-
ahora en forma de mito, una forma derivada de los estudios antropológi-
nómico.
cos. La relación de la novela hispanoamericana antropológico es homó-
128 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 129

Bourdieu contacta así con toda la herencia postestructural que cionamiento de la cultura de Lotman o Bourdieu; por ello, la transdis-
privilegia el estudio de los discursos en su relación con el poder (Fou- cursividad no se muestra solo como la relación de cualquier texto
cault y la teoría de la tela de araña o los archivos del inconsciente) o narrativo con otro texto literario, sino como la capacidad de cualquier
con la "mundaneidad" de los discursos y las concepciones implicadas texto narrativo para asumir y remodelar, de forma más o menos direc-
en intereses y legitimaciones de todo orden (Said y la crítica "postco- ta y patente, discursos y enunciados de muy diverso carácter y proce-
lonial"), en fin, con toda una serie de posiciones que, después de la dencia. De este modo, el concepto se aleja de otras nociones previas
quiebra del articulado y cerrado orden estructural, han reincidido en -algunas muy antiguas- ya instauradas en el ámbito de la retórica y la
el dimensión sociocultural, "política" e ideológica de los diversos dis- poética para aludir a las relaciones intertextuales directas (centón,
cursos -entre ellos, la narrativa- y otras prácticas sociales significan- paráfrasis, palinodia, glosa, parodia, plagio, collage), evade el riesgo de
tes y comunicativas. Además de todas estas posiciones, el análisis de . convertirse en una mera "crítica de fuentes" que ya percibía Kristeva
la narrativa como fenómeno social debe tener también en cuenta, -por lo que proponía sustituirlo por otro término: "transposición"- y
como se planteaba al principio de este epígrafe, otros conceptos se aproxima más al concepto originario de la pensadora búlgara.
sociológicos no estrictamente marxistas y más o menos recientes, Y es que, efectivamente, el término y el concepto de imenextuali-
expuestos en otros lugares de este trabajo: se trata de las teorías bajti- dad surge con Julia Kristeva en Francia, ya en la frontera entre la cri-
nianas sobre el texto narrativo como transdiscursivizador del pluri- sis del estructuralismo y el nuevo horizonte postestructural, como
lingüismo social y de la configuración dialógica y polifónica, así una reconstrucción de ciertas concepciones bajtinianas sobre lo que
como de las aportaciones sociocríticas de Zima respecto a los socio- cabría llamar "la dimensión heterofágica" de la novela. Greimas y
lectos (vid. apartado 3.2.1); se trata igualmente de las teorías socioes- Courtés (1979: 146) resumen de este modo su aparición:
tadísticas de la distribución literaria de Escarpit, la teoría empírica de
la literatura -ETL- de Schmidt y el grupe Nikol o las ideas sobre el Elaborado en el ambiente del estructuralismo francé s de los años 60, el
funcionamiento literario como un polisistema de Even-Zohar y Lam- concepto de intenextualidad remite en ella, explícitamente, a la proble-
bert (vid. cap. 5). mática bajtiniana del "dialogismo" (dislogisatsya) carnavalesco e, implí-
citamente, a los problemas de la "heterología" o "pluridiscursi vidad"
(raznorechie), de la "diversidad de las voces" o "heterofonía" (raznogo-
losie), admitiendo las traducciones de esas nociones clave propuestas por
3.2. La transdiscursividad
T. Todorov.

Otra de las características esenciales del texto narrativo es la transdis-


Tanto en Semeiotiké como en -La revolución de/lenguaje poético,
cursividad, entendiendo por tal la cualidad de este tipo de textos de
Kristeva mantiene no solo el sentido de la inevitable relación de un
insertar y recodificar en ellos otros discursos y enunciados ajenos de
texto con los otros de la misma cultura sino asimismo del cambio de
diferente origen (individual, grupal, social) y condición (cultural, ide-
perspectiva que su uso comporta y que ya había enunciado al estable-
ológica, filosófica, científica, artística o literaria).
cer el concepto en su trabajo de 1967 sobre "Bakhtine, le mot, le dia-
Así, la transdiscursividad -un término apoyado en el de interdis-
logue et le roman":
cursividad de Segre (1982)- incluye pero trasciende la propia teoría de
la transtextualidad de Genette, voluntariamente ceñida a los vínculos (... )un descubrimiento que Bajtín es el primero en introducir en la teoría
textuales, para situarse más cerca de las primeras ideas de Kristeva literaria: todo texto se construye como mosaico de citas, todo texto es
sobre la imertextualidad y vincularse a los -ya examinados- conceptos absorción y transformación de otro texto. En el lugar de la noción de
bajtinianos del plurilingüismo, la polifonía y el dialogismo, a las cate- intersubjetividad se instala la de intertextualidad, y el lenguaje poético se
gorías sociocríticas del sociolecto y el ideosema y a las ideas del fun- lee, por lo menos, como doble (cfr. Navarro, 1997: VI).

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130 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 131

A partir de entonces, este concepto se ha mostrado como uno de ralización de nuevos neologismos (macrotexto, peritexto, extratexto,
los más fecundos, discutidos y operativos en el marco de la teoría exotexto, subtexto, etc.) acuñados sobre el término de Kristeva, la
literaria. Así, y por citar tan solo algunas destacadas contribuciones proliferación de estudios tanto monográficos (Genette, Riffaterre,
teóricas, M. Riffaterre concibe en La production du texte ( 1979) la Balbus, compilaciones bibliográficas y teóricas, números de revistas)
intertextualidad únicamente en la faceta receptiva y de constitución como especialmente de artículos específicos.
del sentido textual mediante la actividad lectora!, como la percepción Una primera muestra de lo dicho es el acuñamiento de distintos
por parte del lector de las relaciones entre un texto y otros, preceden- términos que aluden a distintas facetas concretas de la relación trans-
tes o subsiguientes; en cambi~, ante la amplitud del concepto y el discursiva o transtextual y que, a veces, crean dobletes significativos
amplio criterio de miras de Kristeva, C. Segre propone en "lntertes- parosémicos o antonímicos: así el extratexto para referirse al contexto
tuale!Interdiscorsivo" (1982) hablar de intertextualidad para referirse , - textual, el macrotexto y el microtexto, el peritexto y el paratexto, el
a las relaciones concretas establecidas entre texto y texto y de inter- subtexto utilizado por la semiótica soviética para indicar el origen
discursividad para aludir a las conexiones entre el texto y todos los textual-texto A- de un fragmento y que coincide con el sentido fran-
discursos o enunciados registrados en la correspondiente cultura. cés y más general del intertexto como fragmento textual mostrado en
Pero es G. Genette quien, tras trabajar previamente en otro libro un texto -B- sea cual sea su origen, etc.
sobre las categorías generales architextuales en las que se encuadra el Otra segunda muestra es el proyecto de Desiderio Navarro de rea-
texto, formula en Palimpsestos (1982) una teoría desarrollada de la lizar una Summa intertextual que abarcaría cinco volúmenes, de la
transtextualidad -como diversidad de relaciones de trascendencia cual Intertextualité (1997) es el pionero e iniciador de la serie, reco-
textual- que subsume y redefine la intertextualidad como uno de los giendo catorce artículos generados en el espacio francófono, desde el
cinco tipos básicos de imbricaciones transtextuales que pueden pre- clásico ya mencionado de Kristeva hasta otros de Ruprecht, Genette,
sentarse entre uno y otros textos concretos según el carácter de los ArriVé, Dallenbach, J~nny, Riffaterre y Zumthor. Su continu ación,
vínculos establecidos entre ellos. Genette distingue así la "intertex- Intertextualitat (2004) se centra en las aportaciones alemanas al con-
tualidad" o copresencia textual, muy frecuentemente la referencia o cepto y reúne trabajos de Pfister (3 ), Lachmann (3 ), Plett y Broich.
inclusión de partes de un texto en otro de forma más o menos paten- Precisamente en la "Introducción" a esa antología, el teórico cuba-
te, la "paratextualidad" o conexión del texto con el entorno textual, no alude a la alta productividad del concepto, no solo desde el punto
principalmente editorial (cubierta, título, epígrafes, ilustraciones, de vista exclusivamente teórico sino también para dar cuenta de
prólogo, etc.), la "metatextualidad" o relación esencialmente crítica
determinadas prácticas estéticas nuevas (así, la novela postmoderna)
entre un texto y sus metatextos, la "hipertextualidad" o vinculación
que utilizan el diálogo y la cita intertextual como elemento composi-
que une el texto a otro anterior -hipotexto- en el que se basa por
tivo básico de sus creaciones. Escribe Navarro (1997: VI):
transformación o imitación (el Ulises deJoyce respecto a la Odisea
homérica) y, finalmente, la "architextualidad" o ligazón del texto con el inmediato éxito del nuevo término generalizador demuestra que éste
las categorías generales (géneros literarios, tipos de discurso, modos hizo posible la clara visualización de una nueva problemática teórica
de enunciación) de las que depende (Genette, 1982: 9-20). independiente, que interconecta desde el punto de vista semi ó tico no
Esta breve recapitulación en absoluto da cuenta del éxito de un solo las formas tradicionales y mod ernas de intertextualidad ya aislada-
concepto que, en los últimos 30 años, ha ofrecido un evidente "índice mente descritas y bautizadas, sino también las que están siendo creadas
de impacto" en el pensamiento artístico contemporáneo: su aplica- por la praxis literaria viva.
ción a numerosos textos literarios de todas las épocas pero también-a
textos artísticos de diversa índole (cine, música, pintura, televisión, En la aplicación concreta al campo de la narrativa, sobre todo a la
etc.), su enorme expansión tanto geográfica como lingüística, la gene- novela contemporánea, la noción de intertextualidad o, mejor, la de
132 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 133

transdiscursividad ofrece un alto rendimiento, porque se muestra no de las maravillas, no es por ello menos verosímil que cualquier nove-
solo como la capacidad de vinculación de un texto con otros, sino la realista de Balzac: de un lado, porque, a través del "salto", se per-
también, más "panintertextualmente", como un concepto que permi- mite la entrada en otro mundo en el que resulta coherente, por ejem-
te incidir en la facultad de absorción y canibalización propia del texto plo, que pueda hablar un conejo que ya lleva un reloj; de otro, porque
narrativo, a la par que en la de su oferta de una determinada forma de el propio acto de la lectura literaria nos coloca en la exigencia de
incorporar, leer y mostrar el mundo, de seleccionarlo y de crearlo de entender como creíble lo que alguien nos está contando.
referirse y reconstruir, en fin, ficcionalmente la realid~d sociohistÓri- Así pues, la cuestión de la ficcionalidad, como cualidad específica
ca, mucho más si se piensa en el relato contemporáneo y en la narrati- de la ficcióQ!iteraria, es, ya desde Aristóteles, uno de los problemas
va postmoderna. angulares de la poética y la teoría literaria, dado que, como indica
Pozuelo (1993), afecta a la vez a la ontología (qué es), la pragmática
(cómo se emite y recibe) y la retórica (cómo se organiza) del texto
3.3. La ficcionalidad literario; por ello, la profundidad y multiplicidad de facetas del con-
cepto ha sido abordada, a partir de la preocupación por él de la filoso-
Ya desde Aristóteles, el concepto de mimesis o imitación del mundo fía analítica, por numerosos teóricos como Pratt, Doleiel, Martínez
por la poesía implicaba, en su propia esencia, la doble consideración Bonati, Genette, Eco, Mignolo, Hamburger, Pozuelo o Albaladejo,
de la referencialidad y de la ficcionalldad del texto literario: en el pri- entre muchos otros.
mer caso, porque este plantea una alusión a la realidad (establecida a Dos aspectos distintos se concitan, al menos, en la teoría de la fic-
través de la mediación sígnica), aunque esta sea de carácter imaginati- cionalidad: de una parte,..su vinculación con la narratividad, la no-
vo e indirecto; en el segundo, porque, en la medida en que la literatu- referencialidad y la no-ficción; de otra, el tema de los mundos posi-
ra se constituye como tal imitación del mundo, se plantea a la vez bles. Como indica Walsh:
como algo distinto a la propia realidad y construido desde la actividad
creativa del poeta. El factor ficcional se hace así tan ontológicamente The concept of fictionality has been undermined by developments in
característico del texto poético como su propia referencialidad. two distinct areas of research in recent years: on the one hand, the inter-
disciplinary ambitions of narrative theory have tended to confiare fic -
Con la ficcionalidad se relaciona también el concepto de verosimi-
tionality wirh a general notion of narrativity that encompasses nonfic-
litud -planteado también por Aristóteles como poéticamente necesa-
tional narrative; on the other hand, fictional worlds theory, in response
rio-, esto es, el efecto literario de supuesta veracidad provocado por
to philosophical and linguistic concerns, has sought to disarm fictionali -
un texto narrativo o litemio en general. La verosimilitud no es, pues,
ty by literalizing fictional reference (Walsh, 2003: 110).
ni la veracidad, ni tampoco algo nacido esencialmente de la relación
dual realidad/obra, sino la citada imagen poética de veracidad, que se Aparte de al estatuto ontológico ficcional del texto literario, la teoría
funda básicamente: de una parte, en la propia dimensión semántica de de la ficcionalidad debe atender a dos cuestiones fundamentales:
la obra, concretamente en su coherencia significativa y estructura iso-
tópica; de otra, en la propia conexión obra/lector, que posibilita la a) en primer lugar, a la situación comunicativa generada en el acto
aceptación de la creencia, dentro del juego de la ficción y mediante el de enunciación y la consecuente relación pragmática entre
pacto narrativo, de que un determinado texto funciona como verda- locutor y alocutor, entre autor y lector, marcada por el llamado
dero: por eso piensa Reizs de Rivarola (1986) que la "suspensión contrato o pacto narrativo, un pseudoacuerdo contractual de
voluntaria de la incredulidad" forma parte de la propia realidad tal y ambas instancias basado en la voluntaria suspensión de la no-
como se establece en el marco de las convenciones que rigen la comu- creencia y la aceptación del juego de la ficción de acuerdo con
nicación ficcional-literaria. Un libro fantástico, como Alicia en el país las pautas pragmáticas socioculturales; asimismo, y como des-
134 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 135

doble del anterior, interesa la creación de un espacio ficcional yecta a un mundo intensional secundario en la narrativa a través de
de enunciación intratextual, caracterizado por diferentes cues- una serie de funciones de individuación que permiten una interpreta-
tiones como la constitución de un yo ficcional o locutor imagi- ción genérica o tipológica del mundo de referencia y se corresponden
nario en el yo del narrador, la presencia de deícticos, un sistema con la macroorganización textual del sentido; las dos funciones inten-
pronominal, tiempos, voz narrativa y un contexto narrativo sionales básicas que operarían con respecto a los mundos narrativos
-campo situacional, modo, dirección- y el empleo de las ora- serían la de autentificación, vinculada al problema de la verdad tex-
ciones o proposiciones -aseverativas, su positivas, etc.- y de los tual, y la de explicitación/implicitación, usada para explicar la dife -
modalizadores para crear determinadas modalidades lógicas: rencia entre los mundos "visibles" e "invisibles". Y en "Narrative
los cuatro dominios narrativos y modelos de relatos simples, Semantics" (1976), Dolei.el, apoyándose en las cuatro modalidades
según Dolei.el (alético~ epistémico, deóntico y axiológico); (aléticas, deónticas, epistémicas y veridictorias) de Greimas y en la
b) en segunda instancia, a las dimensiones lógico-semánticas de la lógica modal, consideraba que, en la medida en que un relato simple
ficcionalidad y los mecanismos de modelización de los mundos cuenta a partir de un operador modal, es posible diferenciar cuatro
ficcionales en los textos narrativos, básicamente en lo referente grandes tipos de" dominios narrativos" de los relatos simples a partir
a la configuración de los mundos posibles o ficcionale s en los de las cuatro modalidades posibles: el relato alético, regido por las
textos narrativos, marcados según Dolei.el por ser incomple- modalidades de la posibilidad, actualidad y necesidad, contará el paso
tos, semánticamente no homogéneos y constructos de la activi- de una imposibilidad a una posibiliaad o al revés (la adquisición, por
dad textual. ejemplo, de un objeto mágico por el héroe); el relato deóntico, marca-
do por las modalidades permisiva, prohibitiva y obligatoria, narrará
A partir de las aportaciones de la filosofía analítica y, posterior- el paso de una prohibición a un permiso o viceversa (la secuencia
mente, de la semántica lógica y -la· lingüística textual, el concepto de proppiana prohibición-violación-castigo); el relato axiológico, regido
mundo ficcional o posible ha tenido un notable desarrollo -sobre por las modalidades de lo malo, lo bueno y lo indiferente, contará el
todo aplicado al campo de la narrativa- , al que han contribuido paso de un estado insatisfactorio a otro satisfactorio o al revés (recu-
numerosos teóricos contemporáneos de la literatura. peración de un valor tras la superación o expiación de la falta cometi-
En "Mimesis and Possible Worlds" (1988) Lubomir Dolei.el, con- da); el relato epistémico, marcado por las modalidades de creer, saber
siderando distinta a la lógica la semántica narrativa, que vincula con e ignorar, narrará el paso de una ignorancia a un conocimiento o vice-
los mundos ficcionales literarios, formula tres tesis básicas -los mun- versa (el reconocimiento o anagnórisis de un personaje).
dos ficcionales son posibles estados de cosas, la serie de mundos fic- En sus trabajos teoría de los mundos posibles y macroestructura
cionales es ilimitada y lo más variada posible, los mundos posibles narrativa. Análisis de las novelas cortas de Clarín (1986) y Semántica
son accesibles desde el mundo real- y determina sus rasgos específi- de la narración: la ficción realista (1991 ), Albaladejo expone su teoría
cos -el ser incompletos, el ser semánticamente no homogéneos y el de los " modelos de mundo" y la "ley de máximos semánticos", dis-
surgir como constructos de la actividad textual- (cfr. Pozuelo, 1993: tinguiendo entre tres posibles modelos de mundo -el de lo verdade-
138-141 ). ro, lo ficcional verosímil y lo ficcional no verosímil- según el texto se
Pero, en lo tocante a la aplicación al campo específico de la narra- construya respectivamente con instrucciones de la realidad efectiva,
tiva de la teoría de los mundos posibles, interesan fundamentalmente semejantes o distintas a ella, y elaborando la "ley de máximos semán-
dos trabajos anteriores del teórico checo. En "Extensional and lnten- ticos", que consta de 7 secciones y está determinada por 5 restriccio-
sion-;1 Narrative Worlds" (1979), Doleiel proponía considerar las nes, para determinar el modelo de mundo básico que surge de la com-
macroestructuras narrativas en términos de mundos narrativos y binación de instrucciones propias de cualquiera de los tres modelos
planteaba que el mundo extensional primario de referencia se pro- de mundo (Albaladejo, 1986: 58-62; 1991: 52 -58).

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136 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 137

Walter Mignolo, en "Semantización de la ficción narrativa" que no es "real" -histórica o empíricamente verificable- ni "ilusorio"
(1981), analiza los aspectos pragmáticos y semánticos de la misma. -confundido con el real por un engaño o falsa interpretación- y que,
Desde el primer punto de vista, la convención de ficcionalidad tiene por tanto, se diferencia de ambos por tal condición imaginativa.
como marca distintiva la correferencialidad entre las fuentes ficticia y M.-L. Ryan (1985) sostiene que dentro del texto ficcional se pro-
no ficticia de enunciación, narrador y autor, que se insertan clara- duce una simbiosis entre la realidad y la ficción que tiene distintos
mente en una cultura literaria de modo que el discurso literario fic - grados de intensidad limitados por el máximo mimetismo y la máxi-
cional se semiotiza al inscribirse en la convención de ficcionalidad y ma ficcionalidad, que establece una gradación cuyos límites son res-
las pautas de la institución literaria y se ofrece como verdadero en el pectivamente la convergencia casi completa del mundo de la realidad
pacto de lectura. Pero previamente es necesario que el discurso y el mundo ficcional, con la incorporación de numerosos elementos
semantice el espacio enunciativo, proceso que Mignolo estudia en de aquel en este (relato ultra-realista), hasta la ausencia completa de
tres niveles: el de la semantización pronominal y temporal, el de la coincidencia entre ambos mundos (relato ultra-fantástico).
semantización del contexto de situación y el de la semantización Aunque la actual semántica literaria evoluciona por los caminos
denotativa y modal (cfr. Pozuelo, 1993: 117-120). de entender qu e la ficcionalidad es una cualidad ontológica de los
U mberto Eco ya había incidido, en Lector in fabula ( 1979: 160- textos literarios y, por ello, tiende a homogeneizar y conceptuar
186) y en aplicación directa al texto narrativo, en que los mundos fic - como ficcionales a todos los elementos y seres que aparecen dentro
cionales se vinculan a las estrategias textuales del autor y el lector del mundo ficcional de la obra literaria (Pozuelo, 1993: 139), convie-
modelo, como construcciones textuales cuyo sentido solo se teje con ne todavía referirse a los distintos tipos de objetos posibles -todos
la cooperación interpretativa del lector con el texto: en este sentido, ellos ficcionalizados- que, desde un punto de vista lógico y según su
para Eco los mundos posibles no son conceptos vacíos (remedos ima- origen y procedencia, según T. Parsons (1980) pueden encontrarse en
ginativos del mundo descubiertos por una lógica modal o una semán- un texto artístico: los "objetos nativos ", que son producto de la ima-
tica extensional) sino espacios amueblados que se actualizan en el ginación amoral y, por tanto, d e origen ficcional, los " inmigrantes ",
proceso de significancia otorgado por el encuentro del texto y la lec- que integra el autor en su marco ficcional pero proceden d el mundo
tura, a través de las presuposiciones y los "paseos inferenciales " e real o de otros ámbitos ficcional es, y los "subrogados o sustitutos",
"intertextuales". Más adelante, en Los límites de la interpretación que son objetos reales que se incorporan al texto ficcional tras modi-
(1990: 196), Eco insiste en que los mundos posibles son accesibles a ficarse sus propiedades.
partir de la descripción narrativa de un estado de cosas, en que no son
tanto "estados de cosas" cuanto estructuras culturales, materiales de
producción semiótica. 3.4. Otros rasgos del texto narrativo
También se ha interesado por la cuestión de la ficcionalidad en
distintos lugares Martínez Bonati, quien considera que, salvo la pro- Se incluyen en este apartado una serie de características señaladas en
pia obra literaria en sí misma, todo en ella -seres, ideas, lugares- es la narrativa y en otros géneros literarios, que no han sido abordadas
ficticio; la ficción artística en general y narrativa en particular se radi- en los epígrafes anteriores y que constituyen aportaciones interesan-
ca en el ámbito de la imaginación y el fundamento de tal experiencia tes para conocer el funcionamiento particular del texto narrativo.
reside en que reconocemos en ella tal condición y no buscamos nin - Los conceptos modernos de ambigüedad y de connotación supo-
guna verificación empírica para el objeto ficticio (Martínez Bonati, nen una de las aportaciones de mayor calado a la hora de caracterizar el
1992). Precisamente es esta la condición ontológica y esencial de la ___lenguaje literario y de diferenciarlo del lenguaje común o del científico.
obra narrativa: su carácter de "objeto ficticio", que surge de una Ya l. A. Richards, dentro de su interés por la semántica y desde la
voluntad creadora consciente de que se está conformando un objeto perspectiva psicologista que caracteriza sus análisis estéticos, distin-

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138 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 139

guió dos usos del lenguaje, el referencial y el emotivo, cuya oposición placer por narrar en sí mismo, la incentivación del papel lectora)
le sirvió a W. Empson para que, dentro del new criticism y en su obra como cooperante interpretativo. No obstante, existen también dife-
Seven Types of Ambiguity (1930), estableciera la noción de ambigüe- rencias entre la narrativa metaficcional moderna y contemporánea, o
dad como especificidad del lenguaje poético: Empson plantea así el moderna y postmoderna: según Waugh (1984), la autoconciencia tex-
carácter abierto y plurisignificativo del lenguaje literario y desarrolla tual en la primera frente a la problemática de la ficcionalidad y la
su tesis estableciendo 7 tipos específicos de ambigüedad establecida escritura en la segunda; según Dotras, la cuestión del autor y la obra
entre el mensaje consigo mismo, con el autor y con el lector para como producto en la primera, la del proceso creativo y la reacción
demostrar la inexistencia literaria de un sentido literal y único. lectora) en la segunda.
La misma línea de la idea de ambigüedad ha sido desarrollada, fun- Greimas ha aportado distintos conceptos de interés para el cono-
damentalmente por las teorías glosemáticas de la literatura con la tesis cimi~nto del texto narrativo: así ocurre co n los de isotopía, desem-
del carácter connotativo del lengu aje literario, entendiendo por con- brague o modalidad, todos ellos aplicados en La semiótica del texto
notación el conjunto de significaciones subjetivas -ideoculturales o (1976) al análisis de Dos amigos de Maupassant, cuento que divide en
expresivas- asociadas o coimplicadas a la denotación dentro del sig- 12 secuencias que estudia detenida y separadamente siguiendo el
nificado del signo. método de fragmentación textual en lexías de Barthes.
Los trabajos de Bally (1905) sobre los valores expresivos del len- Según el teórico francés, la isotopía consiste en la reiteración tex -
guaje o de Lotman (1970) sobre el carácter figurativo de los signos tual de una unidad lingüística, en la "iteratividad -a lo largo de la
artísticos -ligado a los materiales extrasistémicos (ideología, cultura, cadena sintagmática- de clasemas que aseguran al discurso-enunciado
valores, normas)-, que reconvierten en sistema modelizador secunda- su homogeneidad" (Greimas, 1979: 230). La noción, que luego fue
rio el lenguaje natural o primario, también valoran la connotación y desarrollada por F. Rastier en el sentido de "recurrencias de categorí-
la plurisignificación, frente al privilegio de la denotación y la mono- as sémicas; sean estas temáticas o figurativas" (lb íd.), sirve a Greimas
significación en otros lenguajes, como rasgos primordiales del len- para caracterizar al texto poético, aunque no en exclusiva, a causa de
guaje literario. El espacio abierto en tal sentido por la dimensión con- la peculiar configuración pluri-isotópica del mismo. Por su parte, y
notativa de este lenguaje -que se manifiesta del modo más violento y en la misma dirección que Rastier, el grupo "mi" ha establecido la
palpable en los tropos- a la cooperación interpretativa del lector es existencia de la isofonía o isoplasmia y de la isotaxia; igualmente, Marc
especialmente relevante. Angenot (1979) plantea una distinción dentro del texto narrativo
La noción de metaficción alude a la condición narrativa de la aplicando esta noción y considerando que los actantes y las funcio-
autorreferencialidad, de la mirada del relato sobre sí mismo, de la nes, de suyo isótopos, se reagrupan normalmente en dos conjuntos
inserción en el texto narrativo de las propias preocupaciones por el redundantes y significativamente opu estos en cuanto a la lógica
estatuto de la narrativa, el acto de la escritura, los límites de la ficción narrativa: así se oponen en el cuento folklórico las isotopías del
y la referencialidad; alude, en suma, a lo que podría resumirse como mundo y del antimundo o las de la sociedad degradada y los valores
"metatextualidad interna". auténticos en la novela contemporánea.
Como concluye Dotras (1994) después de analizar cinco novelas Otro concepto importante de Greimas es el de desembrague u
metaficcionales españolas, la metaficción surge con el comienzo de la "operación por la que la instancia de la enunciación disjunta y pro-
autoconciencia del acto de la escritura con la novela moderna y se yecta fuera de ella ciertos términos vinculados a su estructura de base,
caracteriza por la presencia de la doble preocupación sobre el proce- a fin de constituir así los elementos fundadores del enunciado-discur-
so de creación narrativa y sobre las relaciones entre realidad y ficción so" (Greimas, 1979: 113; 1991: 73), sea este desembrague de índole
o mundo y arte. Habría que añadir además otros rasgos como la vin- espacial (no-aquí), temporal (no-ahora) o actancial (no-yo). El proce-
dicación de la libertad imaginativa y creadora, la recuperación del so inverso sería el embrague que, aunque es un término originario de

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140 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 141

Jespersen y retomado por Jakobson, para Greimas adopta el sentido creer determina un enunciado de estado que tiene como predi-
del proceso de retorno desde el enunciado a la enunciación previa y cado un ser/estar ya modalizado, generándose de ese modo
de identificación entre el sujeto del enunciado y el de la enunciación, estas posibilidades: creer ser/estar (certidumbre), creer no
produciéndose además en las mismas dimensiones (pragmática, tími- ser/estar (improbabilidad), no creer no ser/estar (probabilidad)
ca, cognoscitiva). Dentro de los procesos de desembrague y embra- y no creer ser/estar (incertidumbre); y
gue, interesa especialmente como cesión enunciativa y enunciva de la finalmente, la veridictoria atañe al efecto de verdad construido
voz narrativa los llamados desembrague/embrague interno o meca- por el discurso y surge de las combinaciones del ser y del pare-
nismos respectivos de proyección de la palabra directa desde el enun- cer para ofrecer las variantes del ser-parecer (verdad), no pare-
ciador hasta el person aje (enunciador- narrador- paranarradorl cer-no ser (falsedad), ser-no parecer (secreto) y parecer-no ser
actor) o, a la inversa, de retorno de la voz a la instancia originaria (mentira).
(actorlparanarrador- narrador- enunciador).
Greimas, además, toma de la lógica el concepto de modalidad para Hay también que referirse aquí a otras categorías propuestas por
referirse, en su modelo semiótico que intenta formalizar inmanente- Bajtín, además de a los conceptos de plurilingüismo, polifonía, bivo-
mente la narrativa, a la forma en que el locutor se relaciona con su calidad y dialogismo ya vistos en el epígrafe correspondiente al len-
mundo y que puede articularse en la modificación de un predicado de guaje narrativo.
un enunciado (descriptivo) por otro predicado (modal), o bien en un Al hablar del cronotopo, el teórico ruso (1937 -38) se refiere tam-
enunciado cuyo actante es otro enunciado. Y así distingue, en con- l?ién a lo que él llama hipérbaton histórico, la representación en la
creto, cuatro modalídades 4 : - 1
historia novelesca de unas metas y propuestas de futuro que se basan
en los modelos de un pasado mitificado e idealizado; escribe en ese
la alética o verdadera, que expresa la verdad necesaria o contin- texto:
gente de las proposiciones; en ella, un enunciado modal, con
La esencia de ese hipérbaton se reduce al hecho de que el pensamiento
predicado deber, rige a un enunciado ser, produciéndose las
mitológico y artístico ubiqu e en el pasado categorías tales como meta,
siguientes variables: deber ser (necesidad), deber no ser (impo-
ideal, justicia, perfección, estado de armonía del hombre y la sociedad,
sibilidad), no deber no ser (posibilidad), no deber ser (inmanen-
etc. Los mitos acerca del Paraíso, la Edad de Oro, el siglo heroico, la ver-
cia); dad antigua, las representaciones más tardías del estado natural, los dere-
la deóntica o de la necesidad, instaura una lógica de la prohibi- chos naturales innatos, etc. son expresiones de ese hipérbaton histórico.
ción y la permisividad que se da cuando el predicado deber del Definiéndolo de una manera un tanto más simplificada, podemos decir
enunciado modal rige el enunciado de hacer. Sus combinacio- que consiste en representar como ex istente en el pasado lo que, de hecho,
nes son: deber hacer (prescripción), deber no hacer (prohibi- solo puede o debe ser realizado en el futuro; lo que, en esencia, constitu-
ción), no deber no hacer (permisividad), no deber hacer (autori - ye una meta, un imperativo, y, en ningún caso, la realidad del pasado .
zación);
la epistémica se ocupa de las afirmaciones que implican que una La noción de carnavalización fue introducida por el mismo estu-
proposición es sabida y creída y se da cuando la modalidad del dioso en La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento:
El contexto de Franrois Rabelais y en Problemas de la poética de Dos-
toievski,J>.asándose en el hecho antropológico de la ausencia de jerar-
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Ya se ha visto cómo D ole2e l, por su parre y en conexión con estas modalidades quía, de la participación común, de la inversión de los esquemas de la
gre im asianas, distin gue en el ca mpo del dominio narrativo cuatro tipos de relatos sim-
vida y de la cancelación de las leyes y jerarquizaciones durante el car-
ples diferen ciados según el ope rad o r modal sobre el que se construyen: el alético, el
deóntico, el axiológico y el epistémico. naval. A partir de ahí, centrándose sobre todo en las fórmulas iróni-
142 TEORÍA DE LA NARRATIVA EL TEXTO NARRATIVO 143

cas y paródicas y de origen carnavalesco que él aprecia nítida y parti- estos fenómenos de modificación textual se han ocupado, entre otros,
cularmente en la serie de Gargantúa y Pantagruel, el teórico ruso DoleZ.Cl (1986), Schmidt (1980) o Genette (1982), que prefiere el nom-
plantea que determinados géneros específicos, como el diálogo socrá- bre de transmodalización. El fenómeno de la "transducción" cubriría
tico o la sátira menipea, así como todas las formas de lo cómico, han básicamente tres posibilidades según el tipo de transformación tex-
servido para trasplantar a la literatura, reflejándose en la novela -de tual operada mediante la reescritura por un texto respecto a otro pre-
modo especial en la época moderna-, una serie de categorías carnava- vio: la traducción, o transducción lingüística de un texto, su versión a
lescas: el contacto libre y familiar frente a la distancia y la jerarquía, el otra lengua distinta; la hipertextualidad, o transducción estrictamente
travestimiento paródico, la inversión o ruptura de esquemas, la con- textual, por la que un texto se construye por traQsformación o imita-
ducta excéntrica o la combinación insólita de lo sagrado y lo profano, ción de distinto régimen -lúdico, serio, satírico- con respecto a otro
lo alto y lo bajo, lo serio y lo cómico, la introducción en el plurilin- anterior o hipotexto; la adaptación, o transducción architextual,
guismo novelístico del lenguaje coloquial, familiar y antiliterario. mediante la cual un texto adscrito a un determinado género se trans-
Con toda la cuestión de la comicidad, como categoría estética, se codifica para adecuarse a otra modalidad tipológica diferente. Aun-
relacionan toda una serie de modos temáticos y de fórmulas cons- que este último caso se da asimismo entre novela y teatro, cómic y
tructivas que han tenido siempre en la novela uno de sus espacios pri- cine, etc., el caso más frecuente y destacable es el de las adaptaciones
vilegiados de aparición: la ironía, la sátira, la parodia o el pastiche se de novelas al cine o a la televisión mediante guiones literarios y luego
ofrecen como formas de la comicidad o lo humorístico en distintos técnicos, pero también se produce el hecho inverso, que un guión
grados. Precisamente algunos de ellos han sido tabulados por Genet- primitivo acabe siendo una novela.
te (1982: 40-43), dentro de las relaciones de hipertextualidad, a partir
de la fusión de dos factores: el régimen hipertextual (lúdico, satírico o
serio) y la relación hipertextual, que puede ser de transformación
(transformación simple) o de imitación (transformación indirecta); el
entrecruzamiento de los factores de régimen y relación da lugar a un
cuadro general de las posibles prácticas hipertextuales:

RELACIÓN/RÉGIMEN LÚDICO SATÍRICO SERIO

TRA NSFORMA CIÓN PARODIA TRAVESTIMIENTO TRAÑSPOSICIÓN


IMITACIÓN PASTICHE IMITACIÓN SATÍRICA IMITACIÓN SERIA

Más adelante aún, el teórico francés amplía los tipos de régimen,


introduciendo en un rosetón de seis triángulos otros tres tipos de regí-
menes para establecer una gradación más completa de tales tipos
hipertextuales: lúdico, humorístico, serio, polémico, satírico e irónico.
Precisamente con la transtextualidad en general y con la hipertex-
tualidad en particular guarda una especial conexión la llamada trans-
ducción, esto e.s, un fenómeno global de transformación textual que
modifica cualquier texto o tipo de texto "de partida" en otro texto o
tipo de texto "resultante" mediante cualquier tipo de reescritura. De

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