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Estatua de William Wallace en Aberdeen

En 1297 Wallace asaltó Lanark al frente de una banda de 30 hombres y mató a su

sheriff en el castillo de la ciudad. Según los cronistas el sheriff había previamente

asesinado a su prometida o ya esposa Marion Braidfute.

El puente de Stirling

El actual puente de piedra de Stirling, levantado en lugar del de madera, destruido

en la batalla que tuvo lugar en este escenario en 1297.

La espada que usó William Wallace

Varios miembros de un contingente escocés cuidan este tesoro nacional de

Escocia: una espada usada por el líder rebelde William Wallace, en 2005, en

Nueva York, con motivo de una exposición temporal. Era la primera vez en 700

años que este objeto abandonaba Escocia.

El juicio a William Wallace

En Westminster Hall, el tribunal incriminó a Wallace por bandidaje y traición. Fue

un juicio sin abogado ni jurado en el que se lo acusó de fugitivo, sacrílego, asesino

y pirómano. Los ingleses lo veían como la encarnación del Mal: un hombre "más

cruel que Herodes y más loco que Nerón", según un relato. Otras fuentes

aseguran que también se le acusó de haber pretendido proclamarse rey de

Escocia, y se mofaron de él imponiéndole una corona de laurel.

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