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ERFIL PROFESIONAL

El objetivo fundamental en la formación de profesionales sociólogos es el


desarrollo de capacidades y habilidades sólidas para describir, explicar, analizar y
comprender, de forma crítica y rigurosa, la ciencia, el mundo y el país, las
realidades locales, regionales, culturales y comunitarias, a través del aprendizaje
autónomo como actor social y generador de cultura y de un espíritu emprendedor,
democrático e incluyente, de acuerdo con la misión institucional.

El sociológo/a unadista podrá articular y contextualizar las problemáticas


específicas de su lugar de origen, con perspectiva intercultural, con las realidades
de un entorno globalizado, de manera que los profesionales puedan proponer
lineamientos de políticas públicas, como respuesta a las tensiones sociales
investigadas y de una manera solidaria, aportar al fortalecimiento del tejido social,
la ampliación y validación de espacios de asociatividad, la consolidación del
capital social y humano, para la participación ciudadana y desarrollo autónomo y
alternativo.

El egresado tendrá competencias para ejercer con eficacia su desempeño


profesional, en entidades de naturaleza pública o privada, donde por su ejercicio
institucional sea necesaria la producción de análisis sobre la realidad social, con
miras a la planificación y orientación de procesos sociales, que mediante la
intervención en dinámicas para la transformación social, redunden en el desarrollo
comunitario, local, regional y nacional, con equidad, participación y respeto a la
diversidad. 

(Ciencia de la sociedad). Hasta Marx, hubo varios intentos de fundamentar teóricamente la


sociología. En particular, responden al propósito de fundamentar la sociología como una ciencia
que abarca toda la sociedad, los ensayos de los sabios burgueses del siglo XIX, Augusto Comte y
Spencer. La misma palabra “sociología” fue formada por Comte. Comte divide la sociología en
estática social en estado de reposo, y dinámica social, que lo estudia en estado de movimiento.
Todo el mecanismo social reposa sobre las ideas; la dirección del desarrollo social es dada por el
espíritu humano. A Comte adhiere Spencer, que es representante de la llamada tendencia
organicista en sociología. Esa tendencia procura explicar la vida de la sociedad y su constitución
por analogía con un organismo. Las partes en que se descompone la sociedad, se comparan con
las funciones del organismo animal; así, la agricultura y la industria realizan las funciones de la
alimentación; el comercio, las de la circulación, &c.

Los sabios burgueses crearon multitud de otras omnímodas teorías sociológicas, pero todas
ellas son completamente insostenibles. A todas les es característico el razonar abstractamente y el
empezar, como lo indicaba Lenin, no desde el principio, sino por el fin. La verdadera ciencia
empieza no con el problema de lo que es la sociedad en general, sino por el estudio de fenómenos
concretos de una sociedad históricamente determinada.

Este problema lo resolvió Marx. Estudiando detalladamente una de las formas de la sociedad, la
capitalista, demostró que el desarrollo de la sociedad no se determina por las ideas, sino por las
relaciones de producción, es decir, aquellas relaciones en que entran los hombres entre sí, en el
proceso de la producción material.
De tal forma demostró, que el curso de las ideas depende del curso de las cosas, Explicó el
desarrollo de la sociedad en forma materialista. “Esa hipótesis, por vez primera, elevó la sociología
al grado de ciencia” (Lenin). No limitándose a ello, Marx demostró qué estructura adopta una
sociedad en función de las relaciones de producción, es decir, qué clases aparecen sobre su base,
qué régimen de Estado y qué orden de ideas. Marx “siempre y constantemente seguía las
superestructuras correspondientes a esas relaciones de producción; revestía el esqueleto de carne
y sangre” (Lenin).
En oposición a cualesquiera teorías abstractas, del género de la sociología de Comte y Spencer,
que borran los rasgos característicos de los diversos períodos de la historia, Marx demostró que
cada período histórico tiene sus leyes propias” (Lenin). Demostró que el problema de la
investigación científica de la sociedad, consiste “en la explicación de aquellas leyes particulares–
históricas–, que regulan el nacimiento, la existencia, el desarrollo y la muerte de un organismo
social dado, y su cambio por otro organismo superior” (Lenin).
Por toda su esencia, la doctrina del marxismo-leninismo sobre las leyes del desarrollo de la
sociedad humana, la teoría del materialismo histórico (ver), es una ciencia consecuentemente
materialista y rigurosamente histórica.

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