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¿Quieres ser sano?

 
Dirigida Al paralítico de Betesda 
Juan 5:6

Pregunta que nos cuestiona en nuestras necesidades

Las diferentes versiones de la Biblia, traducen: ¿Quieres que Dios te sane?,


¿Quieres recobrar la salud?, ¿Quieres curarte?, ¿Quieres quedar sano?, todas en el
fondo apelan al verbo querer del paralítico y sanar del Señor Jesús.

Es una pregunta personal, directa y cargada de generosidad a un hombre que


desde 38 años yacía paralítico, sin esperanza de ser sanado, porque cuando estaba
en el estanque, esperando el movimiento del agua por un ángel, según la
tradición, otro con mayor habilidad que él, se tiraba al moverse del agua.

Esta pregunta al paralítico aborda: Lo que más quería en esta tierra. Su disposición
a todo con tal de experimentar el caminar, de hecho que no poder caminar esos
años y ver que otros si lo hacían producía en él un sentimiento que lo iba
deteriorando interiormente y cuando vio otra oportunidad con Jesús cerca de él,
no lo pensó dos veces. Al escuchar esa pregunta, lo que pasaba por la mente del
paralítico sólo Dios lo sabe! Pero, sin duda que una serie de posibilidades, un
abanico de esperanzas para la vida comenzaba a cambiar el ánimo y el rostro del
paralítico.

Era una fiesta importante entre los judíos, podría ser la Pascua, Purín o
Pentecostés y si fue la Pascua, se contarían 4 fiestas en los evangelios, lo que
haría que el ministerio de Jesús habría durado 3 años y medio. Lo cierto es que
cerca estaba el estanque de Betesda y muchos se reunían para recibir un milagro
de sanidad, sea real o no, los lugareños lo creían. Dios puede hacer milagros,
sanidades y toda obrar sobrenatural de forma inesperada, impensada e
inexplicable. Además hay registros bíblicos de sanidades no convencionales, como
por ejemplo;
 Por un potaje purificado. 2 Rey. 4:38-41
 Por bañarse en las aguas del Jordán. 2 Rey.5:10-14
 Por tocar los huesos de Eliseo. 2 Rey.5:20-21
 Por la sombra de Pedro. Hechos 5:14-16
 Por los paños de Pablo. Hechos 19:11-12

Jesús podía distinguir a aquellos hombres que querían ser sanos a pesar del
tiempo, las circunstancias, los comentarios de la familia o el olvido de los amigos y
éste era uno de aquellos, un hombre de espíritu diferente en medio de tanta
adversidad, aunque sus piernas no daban ninguna esperanza, su corazón sí, Jesús
deseaba edificar los muros destruidos de las posibilidades de este hijo de Abraham
y de hecho al que cree, todo le es posible.

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