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ENCUENTRO: LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO

ENCUENTRO: Los dones del Espíritu Santo


Todos los grupos se reúnen.
Monición ambiental.
Canto de entrada.
Proclamación de Is 11, 1-3
Una palabra muy breve del presbítero.
Cada grupo se reúne par propia cuenta.
Catequesis.
Oraciones espontaneas, Padre Nuestro, paz, y se concluye: "El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna", R. "Amen".

«Nosotros no ponemos nuestros ojos en las cosas visibles, sino en las


invisibles; pues las visibles son temporales; las invisibles, eternas» (2Cor
4,18).
ORIENTACIÓN PARA EL ENCUENTRO
17/05
Monición ambiental:
Imagínate que tienes un IPhone XS MAX de 256 GB que vale 1.400
euros, un pedazo de móvil con todas las prestaciones que te puedas
imaginar. Pero te lo han dado con la configuración básica porque solo
quieres utilizarlo para entrar en Internet, hablar por Whatsapp y subir
fotos a Instagram. Está desaprovechado, ¿no? “Ya, pero es que yo no
lo quiero para otra cosa”, podrías decir.
Nosotros somos como ese IPhone de 1.400 euros que está
desaprovechado. Somos una máquina mucho mejor que cualquier
móvil del mercado, tenemos toda la potencia y las prestaciones que
podamos imaginar… y sin embargo nos conformamos con la
configuración básica.
Pero todo tiene remedio: en el sacramento de la Confirmación
recibimos la CONFIGURACIÓN AVANZADA, con siete programas que
son un software con el que podrás hacer cosas increíbles para ser
mejor persona, para estar orgulloso de lo que haces, para compartir
con otros las cosas tan increíbles que puedes hacer. Son los dones del
Espíritu Santo, el software que necesitamos para que esa máquina
perfecta que somos no esté desaprovechada.
Y estos siete programas son los siete dones del Espíritu Santo, que con
el sacramento de la Confirmación se quedan “instalados” en nosotros.
Vamos a ir viéndolos poco a poco, pero ante todo queremos invitarte a
que no te conformes con tus funciones básicas, con lo que ya sabes y
en lo que te encuentras cómodo. Aprender cómo funciona un nuevo
programa a veces requiere tiempo y ganas: no te conformes con lo que
tienes. El Espíritu Santo quiere demostrarte cuántas cosas puedes
hacer para ser feliz y para hacer felices a los demás.
La descarga es totalmente gratuita e inalámbrica, y se hace desde el
servidor de la Iglesia: el Obispo impondrá su mano sobre ti y los dones
del Espíritu Santo quedarán automáticamente instalados y listos para
funcionar. Dios hace las cosas así, gratuitas y al instante.
Vamos a empezar hoy con dos: el don de Ciencia y el don de
Inteligencia. Son el software de lectura; el don de Ciencia nos hace
“leer” en el mundo que nos rodea, en las personas que tenemos al
lado, en todo lo que pasa en nuestra vida que Dios lo ha hecho todo y
lo ha hecho muy bueno; como tú.
Y el don de Inteligencia, que nos hace leer la Palabra de Dios no como
algo de hace mucho tiempo, sino como algo que Dios quiere decirme
hoy.

Partimos de Is 11, 1-3


"Dará un vástago el tronco de Jesé, un retoño de sus raíces brotará.
Reposará sobre él el espíritu de Yahvé, espíritu de sabiduría e
inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor
de Yahvé. Y se inspirará en el temor de Yahvé. No juzgará por las
apariencias ni sentenciará de oídas.

Luego vamos a

 1 Cor 2, 14-16 El ser humano naturalmente no acepta las


cosas del Espíritu de Dios, pues las considera una locura. Y no
las puede entender, pues solo espiritualmente pueden ser
juzgadas. En cambio, la persona de espíritu lo juzga todo; y a
ella nadie puede juzgarla. Porque quién conoció la mente del
Señor para instruirle? Pero nosotros tenemos la mente de
Cristo.

El don de Ciencia nos hace pensar en las cosas como pensaría Dios. Dice el
pasaje que hemos leído que a los ojos nuestros las cosas de Dios pueden ser una
locura: ¿para qué murió Jesús? Eso es una locura. Entregarse, desgastar la vida
por los demás… es una locura: disfruta, pásalo bien y goza. ¿Para qué vas a
pensar en los demás? El don de Ciencia nos enseña que estamos hechos para
esas locuras: amar sin límites, entregarse sin límites a pesar de todo lo que nos
puedan hacer o decir.
El don de Ciencia nos enseña a entender lo que somos, lo que nos pasa y todo lo
que nos rodea. Cuando alguien te hace daño o habla mal de ti, la primera
reacción es devolvérsela; pero el don de Ciencia nos enseña a ver a esa persona
de otra manera y sentir misericordia de ella en vez de sentirnos víctimas de ella.
Podemos ver a esa persona que nos hizo daño como alguien a quien le faltó que
lo quisieran, alguien que se destruye destruyendo a los demás o alguien
resentido que ha sufrido una herida y se duele por ella. Y si la vemos así, el don
de Ciencia nos conducirá a pedir por ella y perdonarla para que cualquier cosa
que haga no pueda herirnos. Porque no es natural, por mucho que digan, que el
ser humano sea malo o haga el mal; Dios nos creó buenos, lo creó todo bueno,
vamos a verlo ahora.
Luego vamos a:

Gn 1, 10: Llamó Dios a lo seco “tierra” y al conjunto de las aguas lo


llamó “mar”; y vio Dios que estaba bien.
Gn 1, 12: La tierra produjo vegetación: hierbas que dan semilla
según sus especies y árboles que dan fruto con la semilla dentro
según sus especies, y vio Dios que estaba bien.
Gn 1, 21: Creó Dios los grandes monstruos marinos y todo animal
viviente que repta y que hacen bullir las aguas según sus especies, y
todas las aves aladas según sus especies; y vio Dios que estaba bien.
Gn 1, 25: Hizo Dios las alimañas terrestres según su especie, las
bestias segú su especie y los reptiles del suelo según su especie: y vio
Dios que estaba bien.
Gn 1, 30: “A todos los animales terrestres, a todas las aves del cielo y
a todos los reptiles de la tierra, a todo ser animado de vida, les doy la
hierba verde como alimento.” Y así fue. Vio Dios cuanto había hecho,
y todo estaba muy bien.

Comentario: Todo es bueno, toda la Creación es buena, todo lo que ha hecho


Dios, incluido tú mismo, es bueno, porque el mundo tiene vida y Dios es el
creador de la vida y el que da la vida. Por eso tenemos obligación de cuidar el
planeta, de cuidar a los otros y de cuidarnos a nosotros mismos. El don de
Ciencia hace que cuidemos todo lo que nos rodea porque es obra buena de
Dios y también nos enseña que destruir la naturaleza es destruirnos a
nosotros mismos porque si todo lo ha hecho Dios, todo está unido por su
amor; y cada cosa o cada persona que tratemos de herir será una herida que
también sufriremos nosotros. El don de Ciencia nos enseña a buscar la vida, a
dar vida y a no destruir la vida. Sin el don de Ciencia el ser humano destruye
la vida, rechaza la vida y no da la vida, se convierte en un ser muerto en vida,
como un zombie que aparentemente vive pero que solamente destruye y mata
porque solo es vida la que viene de Dios.
Luego vamos a
Sb 13, 1-5
Son necios por naturaleza todos los hombres que han desconocido
a Dios
y no fueron capaces de conocer al que es a partir de los bienes
visibles
ni de reconocer al Artífice, atendiendo a sus obras;
sino que tuvieron por dioses, señores del mundo,
al fuego, al viento, al aire ligero,
a la bóveda estrellada, al agua impetuosa o a los astros del cielo.
Si, cautivados por su belleza, los tomaron por dioses,
sepan cuánto les aventaja su Señor,
pues los creó el autor de la belleza.
Y si admiraron su poder y energía,
deduzcan de ahí cuánto más poderoso es quien los hizo,
pues por la grandeza y hermosura de las criaturas
se descubre, por analogía, a su Creador.

Comentario: Este pasaje se refiere a que la gente fabricaba ídolos o adoraba a los
dioses del mar, del viento, a los dioses del trueno, o del rayo, o de las montañas… y
no adoraban al Dios que había hecho todo eso.
Pero hoy hay otros ídolos: muchas veces los que no conocen a Dios dicen que no
existe, pero adoran a otros dioses: el dios de la tecnología, por ejemplo, el dios de
la biología y la genética, que te promete tener un hijo perfecto y deseado; o el dios
del placer y del disfrute, que te promete que siempre vas a estar contento y
satisfacer todos tus deseos; o el dios de Instagram que te dará muchos likes para
sentirte mejor y que gente que no conoces te diga que te quiere muchísimo… Y a
todos estos dioses les dan dinero, les dan sus sentimientos, les confían lo más
íntimo de su ser y pierden horas y horas de su tiempo con estos dioses.
Pero la tecnología, la biología, la genética, la informática… es obra de los seres
humanos y el don de Ciencia nos enseña cuántas cosas maravillosas puede hacer
ese ser humano creado por Dios. Pero ¿sabe el ser humano cómo utilizar todo lo
que su inteligencia es capaz de hacer? Porque la tecnología fue la que inventó la
bomba atómica, por ejemplo.
El don de Ciencia nos hace ver que todas las cosas tienen que hacerse según la
voluntad de Dios, que las ha creado por su amor. Por la grandeza y hermosura de
sus criaturas se descubre a su Creador, dice este pasaje. El don de Ciencia nos
ayuda a ver esa hermosura y esa grandeza. Hay mucha gente que no está
satisfecha consigo misma porque no se sabe ver hermoso ni grande, sino pequeño
y ridículo. El don de Ciencia nos hace vernos a nosotros mismos a través del amor
de Dios y nos hace sentirnos grandes y hermosos. Mucha gente que no cree
termina desesperada porque no se ve con amor, y si yo no sé que soy criatura de
Dios nunca podré saber que estoy hecho para una misión, ni sabré lo que hacer
con mi vida: la sociedad me lo dirá y seré un borrego más de los que manejan el
mundo.

Luego vamos a el don de Inteligencia o Entendimiento, que consiste en saber qué


nos quiere decir Dios a nosotros en su Palabra.
Cuando Jesús resucita, se aparece a dos de sus discípulos en el camino de Emaús,
pero estos no lo reconocen. Jesús les va hablando por el camino.

Lc 24, 27-32
Y empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les
fue explicando lo que decían de él todas las Escrituras.
Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir
adelante. Pero ellos le rogaron insistentemente: “Quédate con
nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado”. Entró, pues, y se
quedó con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció
la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los
ojos y lo reconocieron, pero él desapareció de su vista. Se dijeron
uno a otro: “¿no ardía nuestro corazón en nuestro interior cuando
nos hablaba en el camino y nos iba explicando las Escrituras?”
Pues el don de Inteligencia o Entendimiento de las Escrituras el primero que lo
tiene es Jesús, porque no se trata de coger la Biblia y leerla como un libro más:
se trata de que nos mueva para actuar como Dios quiere. El don de Ciencia nos
daba a entender el mundo, nos daba a entender a los demás y a nosotros
mismos. El don de Inteligencia nos ayuda para que al leer la Palabra de Dios en
la Biblia, nos mueva a hacer lo que Dios quiere de nosotros.

¿Qué ocurre si a alguien le “arde el corazón”? Pues que siente algo grande: está
enamorado, tiene una gran alegría, quiere hacer cosas que le entusiasman…
Pues el don de Inteligencia nos ayuda a que la Palabra de Dios nos diga algo que
nos entusiasme, que nos alegre y que nos haga sentir que Dios nos habla porque
nos ama y quiere que vivamos una vida en su amor.

Col 1, 9-10

no dejamos nosotros de rogar por vosotros y de pedir que lleguéis al pleno


conocimiento de Su voluntad, con toda sabiduría y entendimiento espiritual,
para que viváis de una manera digna del Señor, agradándole en todo» (Col
1,9-10).

e.

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