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Luego vamos a
El don de Ciencia nos hace pensar en las cosas como pensaría Dios. Dice el
pasaje que hemos leído que a los ojos nuestros las cosas de Dios pueden ser una
locura: ¿para qué murió Jesús? Eso es una locura. Entregarse, desgastar la vida
por los demás… es una locura: disfruta, pásalo bien y goza. ¿Para qué vas a
pensar en los demás? El don de Ciencia nos enseña que estamos hechos para
esas locuras: amar sin límites, entregarse sin límites a pesar de todo lo que nos
puedan hacer o decir.
El don de Ciencia nos enseña a entender lo que somos, lo que nos pasa y todo lo
que nos rodea. Cuando alguien te hace daño o habla mal de ti, la primera
reacción es devolvérsela; pero el don de Ciencia nos enseña a ver a esa persona
de otra manera y sentir misericordia de ella en vez de sentirnos víctimas de ella.
Podemos ver a esa persona que nos hizo daño como alguien a quien le faltó que
lo quisieran, alguien que se destruye destruyendo a los demás o alguien
resentido que ha sufrido una herida y se duele por ella. Y si la vemos así, el don
de Ciencia nos conducirá a pedir por ella y perdonarla para que cualquier cosa
que haga no pueda herirnos. Porque no es natural, por mucho que digan, que el
ser humano sea malo o haga el mal; Dios nos creó buenos, lo creó todo bueno,
vamos a verlo ahora.
Luego vamos a:
Comentario: Este pasaje se refiere a que la gente fabricaba ídolos o adoraba a los
dioses del mar, del viento, a los dioses del trueno, o del rayo, o de las montañas… y
no adoraban al Dios que había hecho todo eso.
Pero hoy hay otros ídolos: muchas veces los que no conocen a Dios dicen que no
existe, pero adoran a otros dioses: el dios de la tecnología, por ejemplo, el dios de
la biología y la genética, que te promete tener un hijo perfecto y deseado; o el dios
del placer y del disfrute, que te promete que siempre vas a estar contento y
satisfacer todos tus deseos; o el dios de Instagram que te dará muchos likes para
sentirte mejor y que gente que no conoces te diga que te quiere muchísimo… Y a
todos estos dioses les dan dinero, les dan sus sentimientos, les confían lo más
íntimo de su ser y pierden horas y horas de su tiempo con estos dioses.
Pero la tecnología, la biología, la genética, la informática… es obra de los seres
humanos y el don de Ciencia nos enseña cuántas cosas maravillosas puede hacer
ese ser humano creado por Dios. Pero ¿sabe el ser humano cómo utilizar todo lo
que su inteligencia es capaz de hacer? Porque la tecnología fue la que inventó la
bomba atómica, por ejemplo.
El don de Ciencia nos hace ver que todas las cosas tienen que hacerse según la
voluntad de Dios, que las ha creado por su amor. Por la grandeza y hermosura de
sus criaturas se descubre a su Creador, dice este pasaje. El don de Ciencia nos
ayuda a ver esa hermosura y esa grandeza. Hay mucha gente que no está
satisfecha consigo misma porque no se sabe ver hermoso ni grande, sino pequeño
y ridículo. El don de Ciencia nos hace vernos a nosotros mismos a través del amor
de Dios y nos hace sentirnos grandes y hermosos. Mucha gente que no cree
termina desesperada porque no se ve con amor, y si yo no sé que soy criatura de
Dios nunca podré saber que estoy hecho para una misión, ni sabré lo que hacer
con mi vida: la sociedad me lo dirá y seré un borrego más de los que manejan el
mundo.
Lc 24, 27-32
Y empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les
fue explicando lo que decían de él todas las Escrituras.
Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir
adelante. Pero ellos le rogaron insistentemente: “Quédate con
nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado”. Entró, pues, y se
quedó con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció
la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los
ojos y lo reconocieron, pero él desapareció de su vista. Se dijeron
uno a otro: “¿no ardía nuestro corazón en nuestro interior cuando
nos hablaba en el camino y nos iba explicando las Escrituras?”
Pues el don de Inteligencia o Entendimiento de las Escrituras el primero que lo
tiene es Jesús, porque no se trata de coger la Biblia y leerla como un libro más:
se trata de que nos mueva para actuar como Dios quiere. El don de Ciencia nos
daba a entender el mundo, nos daba a entender a los demás y a nosotros
mismos. El don de Inteligencia nos ayuda para que al leer la Palabra de Dios en
la Biblia, nos mueva a hacer lo que Dios quiere de nosotros.
¿Qué ocurre si a alguien le “arde el corazón”? Pues que siente algo grande: está
enamorado, tiene una gran alegría, quiere hacer cosas que le entusiasman…
Pues el don de Inteligencia nos ayuda a que la Palabra de Dios nos diga algo que
nos entusiasme, que nos alegre y que nos haga sentir que Dios nos habla porque
nos ama y quiere que vivamos una vida en su amor.
Col 1, 9-10
e.