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Pasado y futuro del verbo leer1

Emilia Ferreiro*

Esta presentación tiene un objetivo bien defini- a) La expresión computer literacy (para ha-
do: problematizar el futuro de la lectura en tér- blar la lengua del imperio) esconde más
minos de la comprensión del pasado. de lo que explicita, porque una buena
Los verbos leer y escribir no tienen una defini- parte de la población del planeta, supues-
ción unívoca. Son verbos que remiten a cons- tamente letrada, resulta iletrada en
trucciones sociales, a actividades socialmente relación con esta nueva tecnología.
definidas. La relación de los hombres y muje- b) Todos los aquí presentes somos parte de
res con lo escrito no está dada de una vez por una generación intermedia, que “vio
todas ni ha sido siempre igual: se fue constru- llegar” la computadora. Asistir a la llegada
yendo en la historia. Leer no ha tenido ni tendrá de una tecnología o nacer con esa
la misma significación en el siglo XII y en el XXI . tecnología instalada en la sociedad son
La tipología textual tampoco consiste en un situaciones diferentes. Nosotros somos
conjunto cerrado de géneros. De hecho, estamos como aquellos que vieron llegar el teléfono
asistiendo a la aparición de nuevos modos de (del único aparato, bien instalado en un
decir y nuevos modos de escribir, a nuevos lugar predeterminado, al teléfono ina-
modos de escuchar lo oral y nuevos modos de lámbrico y al celular, marca de status tanto
leer lo escrito. como instrumento de comunicación); o co-
Es preciso ubicarse entre “la nostalgia con- mo las generaciones que vieron llegar las
servadora y la utopía ingenua” (Chartier, 1997). reproductoras de sonido (de los discos de
En el centro del debate, ¿cómo ayudar a cons- pasta dura a los casetes y los discos
truir esos nuevos lectores del siglo XXI , nuevos compactos...). Además del acceso a la
lectores que también hay que concebir como tecnología, una variante importante es
nuevos productores de textos? haber nacido con esa tecnología ya
¿Estamos frente a una renovación (¿revolu- instalada en la sociedad. Que se tenga o
ción?) en la definición del texto y del lector, de no en la casa un reproductor de discos
las prácticas de lectura y de los modos de leer? compactos, el hecho de saber que tal cosa
Creo que la respuesta debe ser positiva. existe, modifica fundamentalmente las ex-
En momentos de cambios radicales (y en fin pectativas y las actitudes. Nosotros hemos
de milenio) es de rigor buscar en el pasado mo- “visto llegar” la computadora. Los niños que
mentos similares para tratar de atisbar el modo ahora están en las aulas de primaria son
de ser de los cambios que se avecinan, que son niños que nacieron con las computadoras
parte del presente, pero un presente siempre mal instaladas en la sociedad (no en sus casas,
comprendido porque está engullido en las pre- no en sus escuelas, pero sí en la sociedad).
muras de lo cotidiano. Son niños que, por ese solo hecho, tienen
Veamos algunas constataciones de este pre- una diferencia radical con sus maestras
sente confuso, antes de ir a las interpretaciones: (casi todas ellas atacadas por ese virus de
la computer illiteracy).
* Ferreiro, E. (2001), “Pasado y futuro del verbo c) Como corresponde al espíritu de fin de
leer”, en Pasado y presente de los verbos leer y escribir, milenio, se anuncia el fin de las bibliotecas,
México, SEP/FCE , pp. 29-44. de los libros y los derechos de autor. Parece
1
Ponencia presentada en el Segundo Congreso un poco adormecido el sentido crítico, ya
Interamericano de Editores, México, D. F., 27 de quesecitaconcrecienteinsistenciaeldictum de
noviembre de 1997.

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McLuhan (the medium is the message) mien- para la gran renovación escolástica de los si-
tras que, al mismo tiempo, se proponen a glos XI a XIII en Europa (Saenger, 1997a).
la firma de los autores los contratos más Procedimientos insólitos de copia veloz fue-
fantasiosos relativos a publicación total ron inventados para suplir las necesidades de
ofragmentadadelaobra, encualquier medio textos de las nuevas universidades (así, por ejem-
conocido o por conocer, como si el mensaje plo, el sistema de los peciae, utilizado por los
fuera independiente del medio. copistas profesionales de la universidad de París
d) Todos ensalzan la educación como la clave desde el siglo XIII ). Pero es claro que la impren-
de la pertenencia al siglo XXI, pero casi nadie ta permitió la realización de ese sueño medie-
se atreve a enfrentar los nuevos desafíos val nunca alcanzado: estar frente a una copia
de la alfabetización. En efecto, en medio de exacta del mismo texto.
promesas incumplidas de alfabetización Imaginemos el escenario: la página de la an-
universal, en medio de la realidad brutal tigüedad clásica (ilustración 1) estaba hecha
de una alfabetización masiva que apenas para probar las habilidades de intérprete del
si alcanza para el libro de texto (gratuito o lector. Una página sin distinción de palabras y
no), nadie se atreve a plantear abiertamente sin puntuación: ambas cosas quedaban a cargo
el grado de analfabetismo de los maestros del lector. Prepararse para “dar voz al texto”,
y de sus alumnos, la incapacidad para para hacerlo “sonar ”, era similar a la prepara-
pasar de EL libro (en singular) a LOS ción del lector de música de nuestra época. El
libros (en plural)... sin hablar
de las redes informáticas y Ilustración 1. Texto en scriptio continua
otras lindezas similares.
(siglo V , copia de la Eneida de Virgilio)
No es cierto que la primera gran
revolución en el comportamiento
lector se debió a una invención tec-
nológica. La primera gran revolu-
ción en los procesos de lectura fue
anterior a la imprenta. Muchas de
las virtudes atribuidas durante déca-
das a la imprenta se sabe, gracias a
recientes investigaciones históricas,
que son de origen medieval. La im-
prenta difundió cambios que desde
el siglo VII fueron introducidos por
algunos escribas; no fueron los copis-
tas de los grandes centros de cultura
medieval, sino copistas irlandeses, en
las fronteras geográficas de la cris-
tiandad medieval, quienes comenza-
ron a dividir el texto sistemática-
mente en unidades gráficas (“palabras
gráficas”). Un texto que, así dividi-
do, permitía una comprensión casi
inmediata, sin pasar por la interme-
diación de la voz. Esa innovación
tardó varios siglos en recibir acepta-
ción general. Pero llegó a tiempo

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texto clásico estaba hecho para que “sonara”, Una página que permite la extracción de un
al igual que una partitura musical. Y, también al fragmento para un acto de citación (Illich, 1994).
igual que la música, lo de menos eran las letras Los cambios que dieron lugar a esa “gramática
(muchas de las cuales había que restituir, por de la legibilidad” (Parkes, 1992) produjeron ese
la abundancia de abreviaturas). Lo que real- tipo de texto que nos resulta familiar: un texto
mente importaba era la interpretación. con título y autor claramente visibles al comien-
Control social sobre la interpretación (una zo, con páginas numeradas, con índice, con di-
mala lectura en voz alta podía equivaler a la he- visión en capítulos, secciones y parágrafos, con
rejía, algunos siglos más tarde). un ordenamiento numérico o alfabético, con le-
Esa página de la antigüedad clásica y de los tras ampliadas para indicar comienzo o titu-
primeros siglos medievales es radicalmente dife- lación, con una puntuación que ayuda al lector
rente de la página con la cual hemos convivido a encontrar los límites externos e internos de
durante casi diez siglos: una página que permite cierta parte del discurso argumentativo. Esa
(sugiere) una interpretación (ilustración 2). página dio origen a la lectura individual sin censu-
ra social. Es esa página la que está a punto
Ilustración 2. Texto impreso en Basilea en 1522 de estallar con las nuevas tecnologías de
la comunicación.
Pero la lectura silenciosa alimentó al
mismo tiempo dos consecuencias no pre-
vistas: la herejía y el erotismo. La nueva
intimidad con el texto genera dos movi-
mientos complementarios en un mismo
acto de complicidad: la libertad del lec-
tor, cuya interpretación queda momentá-
neamente fuera de la esfera de la censura,
y la libertad del escritor, dueño de su plu-
ma y de su voz apagada, que puede permi-
tirse expresar, en la intimidad de la celda
o de la recámara, lo que ninguna voz po-
dría expresar en voz alta (Saenger, 1997b).
La página heredada del medioevo está
ahora a punto de estallar. Esa página per-
mitió la práctica sistemática de la citación y
esa distinción importantísima entre comen-
tario y citación (exact wording). Esto es lle-
vado al extremo con las nuevas tecnologías.
La fragmentación indefinida de un texto
puede producir tanto un exceso de citación
como, al mismo tiempo, la posibilidad in-
definida de plagio por causa de la super-
abundancia de textos en circulación.
La página medieval permitió una rela-
ción única y singular entre el lector y el
texto. La página de la computadora rom-
pe la intimidad con el texto. La página
iluminada y en posición vertical transfor-
ma la lectura en computadora en una lec-
tura pública.

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En poco tiempo hemos pasado del elogio de las nuevas tecnologías he juzgado oportuno re-
la posición décontractée frente al texto (abando- cordar a los editores aquí presentes que de lo
no de la posición escolástica y escolar de la lec- que se trata es de una ruptura radical respecto
tura por la posibilidad de leer tirado en el piso, a prácticas medievales (preimprenta, si se las
sobre almohadones, en la cama...) a una nueva quiere llamar así) y, en cierto sentido, de un re-
postura rígida. La pantalla de la computadora torno a algunas de esas prácticas que se creían
nos retrotrae a la época del scriptorium medie- superadas.
val: las manos en una posición fija, sobre el te- Como los cambios son muy acelerados y la
clado; los ojos mirando un texto expuesto en investigación sobre el impacto de las nuevas tec-
vertical; la espalda rígida. Rigidez de la posi- nologías queda rezagada con respecto a la pro-
ción y potencial publicidad de lo leído o de lo pia evolución de éstas, sólo nos resta imaginar
producido son dos consecuencias molestas de cuáles de todos los cambios tendrán realmente
la nueva tecnología. un impacto en las prácticas de producción y
Antes del códice las manos del lector que- comprensión de textos, en los usos sociales de
daban atrapadas, sosteniendo los extremos del la lengua escrita y en la educación.
rollo que leía. Las manos se liberaron progresi- Haré un listado que tiene la intención de
vamente y permitieron esa maravilla de los provocar la reflexión, más que la de proponer
tiempos modernos: un lector podía tomar no- una agenda de discusión.
tas mientras leía. Ahora, en cierto sentido, vol-
vemos al rollo: el desplegarse de las páginas que 1) La aglutinación de funciones. La disociación
leemos o escribimos en la pantalla no tiene nada de funciones que hoy día nos parecen
de similar con el hojear. El movimiento del texto solidarias fue la norma durante los siglos
es vertical y no horizontal, y las manos quedan pasados: el autor no era el ejecutor mate-
atrapadas entre el teclado y el mouse (palabra rial de las marcas; los escribas no eran
que nadie se anima, felizmente, a traducir como lectores autorizados; la escritura se exhibió
“ratón”). durante siglos delante de poblaciones
Los libros se fueron diferenciando y perso- incapaces de leer lo exhibido; los monarcas
nalizando progresivamente. Su aspecto nos tenían el poder de controlar lo que podía
permitía ponerles nombres de inmediato. Pero ser escrito a pesar de ser analfabetos,
la computadora nos impone una imagen neu- etcétera.
tra, donde todos los textos se parecen. (Tome- Durante siglos el productor del texto
mos como ejemplo el correo electrónico por a ser escrito y el productor de las marcas
oposición al correo donde el sobre tiene una –el escriba– estuvieron disociados. El
existencia material. Cuando reviso el correo trabajo de escriba era trabajo de esclavo
normal, decido si abro o envío directamente o de subalterno por la carga laboral
algo al cesto sobre la base de una cantidad de manual involucrada en la escritura. El
indicadores: el tipo y tamaño del sobre, el escriba de la Edad Media, por ejemplo,
logotipo, la presencia o ausencia de letra ma- debía raspar y pulir la piel del animal y
nuscrita, etcétera. Por contraste, el correo elec- preparar el pergamino; debía dar el corte
trónico me impide esta primera decisión, y me adecuado a las plumas de ganso con un
obliga al ejercicio seudodemocrático: todos los instrumento que aún hoy llamamos
mensajes se presentan con la misma tipografía “cortaplumas”; debía preparar las tintas,
como si todos fueran igualmente dignos de nues- etcétera (Ong, 1987). El autor dictaba pero
tra atención.) no producía las grafías.
Lo que acabo de escribir parece tener más que Los desarrollos tecnológicos permi-
ver con “la nostalgia conservadora” que con el tieron juntar dos funciones que durante
realismo del usuario. Pero no es eso. En una siglos se habían mantenido separadas: el
época en donde sólo escuchamos el elogio de autor intelectual y el autor material de las

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marcas. Con ello surge el “manuscrito de texto/imagen (y los cambios de percep-
autor” (junto con la idea de autor, que es ción por parte de los usuarios) es sin duda
una idea moderna). un tema que merece la mayor atención.
Con la difusión de las máquinas de Precisamente porque las nuevas tecnolo-
escribir la idea de “manuscrito de autor” se gías llegan en un momento de superex-
redefine. El autor intelectual y material plotación de recursos gráficos para guiar
puede desprenderse ahora de sus propias la interpretación del lector. (Lo cual es una
grafías y elegir tipos de imprenta para su de las manifestaciones más obvias de la
producción. En cierta medida, empieza a falta de confianza en el lector: particular-
ser tipógrafo. mente en textos didácticos, se utiliza toda
Con la llegada de los procesadores de clase de recursos –dibujos, recuadros o
palabras y el rápido perfeccionamiento fondos de diferente color, cambio de
de las impresoras personales, por primera tipografía, etcétera– porque ya la puntua-
vez el autor material y el autor intelectual ción no basta para guiar la interpretación
se reúnen con la idea de editor. Este autor de un lector considerado, a priori, como
puede variar el tamaño y el tipo de los incompetente.)
caracteres, puede decidir la mise en page, 4) Pantalla de TV versus pantalla de compu-
puede insertar dibujos o recuadros... y tadora. Antes de la proliferación de las PC
puede enviar directamente su disquete a asistimos a la instalación en la sociedad
la imprenta. del televisor. Pantalla por pantalla, son
Los contratos camera ready establecen ambas similares (de hecho, su interfase es
una nueva relación autor/editor, de cuyo cada vez más intensa). Pero una es previa
destino no juzgo ni prejuzgo. Simplemente, a la otra, en términos de difusión social. Y
me parece un dato a tener en cuenta. en su momento se habló de la posibilidad
2) La tipología de textos no está cerrada. No sólo de que la imagen reemplazara al texto...,
tenemos nuevos estilos de comunicación pero las computadoras restablecieron con
escrita sino también nuevos modos de co- fuerza la prioritaria necesidad del manejo
municación oral. Hablar a una contes- eficiente del alfabeto.
tadora automática genera un estilo de La pantalla del televisor tiene algo que la
“hablar por teléfono” que es diferente del otra pantalla no tiene: el control remoto.
que ya conocíamos (y algunos lingüistas se Según algunos, este instrumento –no la
están interesando en esto). De la misma pantalla– es lo más innovador, porque ha
manera, enviar un fax o un e-mail no es creado una “cultura de la interrupción y
equivalente a enviar un telegrama ni, mucho de la impaciencia” (Barbier Bouvet, 1993)
menos, a enviar una carta. En el análisis de que conduce hacia la fragmentación del
estos materiales la edad de los usuarios texto. Yuxtaponer, privilegiar los “tiempos
parece ser un dato crucial (por lo que ya fuertes” en detrimento de las transiciones,
dijimos acerca de ser contemporáneos o cambiar continuamente antes de tener
no de la aparición de la tecnología). el tiempo de analizar... Ésos son com-
3) La distinción imagen/texto resulta problemática. portamientos de la nueva generación (la
Esta distinción, extremadamente impor- que nació conviviendo con el televisor) que,
tante desde la introducción de las “ilumi- aparentemente, se trasladan con la mayor
naciones” en los textos medievales, y facilidad a la otra pantalla de la vida
firmemente establecida en la Edad contemporánea: la de la computadora.
Moderna, por primera vez resulta Podemos suponer, con fundamento, que
cuestionada por las nuevas tecnologías: el modo de actuar frente a estas dos
simplemente, porque el texto puede ser pantallas puede afectar la relación con lo
tratado como una imagen. La interfase impreso, no sólo en frecuencia de uso sino

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en el modo de relación con ello. “La manera en una escritura no alfabética”. Pero si bien
de circular entre las imágenes (y no sólo en alfabetización está anclado en “alfabeto”,
la imagen) cambia la manera de circular nada solucionamos con un letramento que
en el texto” (Barbier Bouvet, 1993). Y yo está anclado en “letra”. Lo que debemos
agregaría: cambia también la manera de decir es “cultura letrada”, para acercar-
circular entre los textos. nos al significado original de literacy (ya
5) Imperialismo lingüístico y consecuencias que, actualmente, con expresiones tales
ortográficas. En principio, no hay límite a la como tv-literacy, no sabemos de qué
capacidad de las computadoras para literacy estamos hablando...).
procesar símbolos. Sin embargo, el hecho de En fin, que en estos tiempos modernos
que las tecnologías se desarrollen en una cualquier propuesta de “simplificación
lengua que desconoce los diacríticos ortográfica” está inevitablemente teñida
lleva, de hecho, a considerar a éstos como de imperialismo ortográfico.
“complicaciones innecesarias”. Por lo tanto, 6) Desfase generacional. Creo que todos los
las diferentes ortografías que, junto con las aquí presentes hemos tenido la misma
diferencias de lenguas, fueron consi- experiencia: los únicos informantes téc-
deradas durante este siglo como “modos nicos confiables para nuestros problemas
alternativos”, igualmente válidos, de decir con las nuevas tecnologías son los jóvenes.
o escribir, vuelven a ser sometidas al para- Cuanto más jóvenes mejor. Cuando a
digma de valoración del “latín de los nuestras oficinas llega algún “técnico
tiempos modernos”, o sea, el inglés. computacional” de 40 años pregun-
A los franceses se les pide que escriban tamos: ¿no pueden mandar a alguien
sin acentos (lo cual equivale a ejercer una más joven?
violencia inaudita sobre esa escritura). En Es uno de los pocos dominios en donde
español, la pobre letra “ñ” sufre las más todos los de 40 años y más reconocemos
extrañas transformaciones: fácilmente sin dudar la competencia de los más jóve-
suprimible sin afectar la comprensión en nes. Lo cual tiene innegables implica-
niño (=nino), no ocurre lo mismo en otros ciones educativas.
casos frecuentes, por ejemplo año (que he
registrado en mi e-mail como anio, anho, Y porque de educación también se trata
agno). La omisión de los acentos (factible en (específicamente de alfabetización, que sigue
español) traerá consecuencias ortográ- siendo lo básico de lo básico en educación), la
ficas, con o sin el beneplácito de la Real pregunta que se impone es: ¿está la escuela, como
Academia... institución social, preparada para responder a
El imperialismo lingüístico se expresa, los nuevos requerimientos de alfabetización? La
por supuesto, en otros frentes: nuevas respuesta es rotundamente negativa.
palabras se adoptan por asimilación, Como decía antes: estos cambios tecnológi-
incluso cuando hay términos perfecta- cos, que probablemente estén redefiniendo –lo
mente instalados en la lengua (deletar es queramos o no– los términos “leer ” y “escribir”,
ya un verbo aceptado en portugués de llegan en medio de promesas incumplidas de
Brasil, en lugar de apagar). El imperialismo alfabetización universal (UNE SCO : más de 960
va más allá del terreno computacional. millones de analfabetos, dos tercios de los cua-
El inglés literacy ha dado lugar a aberra- les son mujeres; más de 100 millones de niños
ciones tales como literacie (francés) o –de los cuales 60 millones son niñas– sin acce-
letramento (portugués). Todos somos so a la educación básica en el mundo). El objeti-
conscientes de las insuficiencias del vo múltiples veces declarado –”iniciar el siglo
término alfabetización que nos lleva a XXI sin analfabetos”–es inalcanzable. En términos
contrasentidos tales como “alfabetizado porcentuales ha habido una disminución global

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del analfabetismo, pero en términos absolutos entierro serán actores los niños, quienes, inte-
hay cada vez más analfabetos en el mundo. rrogados por investigadores marginados y
Peor aún: la definición de “alfabetizado” que marginales (entre los cuales me incluyo) en la dé-
manejan estas estadísticas es obsoleta. Si usára- cada de 1980, nos ayudaron a complejizar la
mos como definición “formar parte de la cultura visión de la alfabetización que se tenía hasta
letrada” o “poder circular en la diversidad de tex- entonces. Ellos –niños de 4 a 6 años– nos ayuda-
tos que caracteriza la cultura letrada, al menos ron a argumentar muy seriamente que leer no
como receptor de la misma”, las cifras serían es- era equivalente a decodificar; que ser alfa-
peluznantes. betizado no equivale a “saber el alfabeto”; que
Es posible –y deseable– que el debate tecnoló- las dificultades cognitivas para entender ese
gico sirva para hacer obsoletas preguntas enve- modo particular de representar el lenguaje (la
jecidas que aún hoy día se plantean como tema escritura) no tienen nada que ver con las dificul-
de debate pedagógico: ¿hay que usar letra cursi- tades para acceder a tal o cual tecnología de la
va o de imprenta para la alfabetización inicial?; escritura. Ellos –niños de 4 a 6 años– obligaron
¿hay que enseñar con lápiz o con bolígrafo?; ¿es a los investigadores a re-significar la relación de
lo mismo ser diestro que ser zurdo? A esas pre- la escritura con la lengua, a reintroducir TO-
guntas se responde de inmediato: lo más urgen- DOS los niveles de análisis lingüístico para com-
te es introducir a los niños al teclado (sea éste el prender el comportamiento lector (sin privilegiar
de una máquina de escribir o el de una computa- exclusivamente el nivel fonológico).
dora, que básicamente son lo mismo). La escritu- Fue preciso mostrar que los copistas no son
ra de los tiempos modernos es con las dos manos productores de texto, destrozar los rituales del
y con caracteres separados. recitado de las familias silábicas, ridiculizar los
¿Hay que introducir primero a los niños a enunciados escolares... y dejar entrar, de pleno
los textos narrativos y luego, paulatinamente, derecho y en la gran escena, a dos grandes au-
a otros tipos de textos? Respuesta también in- sentes del planteo tradicional: la lengua escrita
mediata: circular entre diversos tipos de textos y el niño que piensa.
es la exigencia fundamental de los tiempos mo- Los que no entendían lo que estábamos ha-
dernos. No hay textos privilegiados sino expo- ciendo nos acusaron de estar contra los méto-
sición simultánea a la diversidad (tal como es dos; otros creían que estábamos inventando un
el caso en la adquisición de la lengua oral). Ser nuevo método pero por inconfesables razones
lector crítico y tener criterios para poder selec- no lo queríamos bautizar con su verdadero nom-
cionar no son objetivos que puedan posponerse bre. Lo que sí estábamos inventando eran nue-
hasta los últimos años de la primaria. vas preguntas, para las cuales los niños dieron
¿Con cuáles criterios juzgamos que un texto respuestas tan novedosas que bastó amplificar
es mejor que otro? Aquí lo único que cabe es bien alto la voz de los niños para sacudir el amo-
un signo de interrogación: es posible que este- dorrado pensamiento escolar y sacarlo de los
mos asistiendo a una nueva estética textual, una apolillados armarios de la discusión metodo-
especie de “estética de la fragmentación”, que yo lógica. Por ejemplo, la liberación de la escritu-
aún no comprendo pero que acepto como posi- ra permitió poner de manifiesto la existencia
bilidad. Los criterios de “texto bien construido” de escritores en potencia de apenas 6 o 7 años,
deben necesariamente cambiar si aceptamos como lo muestra el notable texto de Samuel (6
que estamos en un momento de transición. Qui- años y 8 meses). El cuento tiene un claro título y
zá estos cambios sean más pronunciados en el un comienzo convencional (“Había una vez...”).
caso de la creación literaria que en el caso de No es muy original hablar de castillos y de bru-
textos académicos argumentativos. jas. Lo extraordinario comienza con la intención
En todo caso, si las nuevas tecnologías sirven de hablar de un castillo donde “las horas pasa-
para enterrar SIN honores debates pedagógi- ban al revés”, y encadenar con las acciones en
cos caducos, bienvenidas sean. Porque en ese sentido inverso “primero se secaba y luego se

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Ilustración 3. Cuento escrito por Samuel, Versión normalizada
de 6 años y 8 meses, en situación escolar:
El cuento del terror
E L CUENTO DE TERROR

HABÍA UNA VEZ UN CASTILLO DE UNA


BRUJA
A LL Í LAS HORAS PASABAN AL REVÉS
CUANDO IBA A LAVARSE LA BRUJA
PRIMERO SE SECABA
Y LUEGO SE LAVABA
LA BRUJA HECHIZÓ A UN SEÑOR
Y LO CONVIRTIÓ EN SAPO
Y SE FUE BRINCANDO.

Y AQUÍ EMPIEZA LA HISTORIA


PORQUE DONDE LA EMPECÉ ES EL F INAL

el FINAL, centrado.) Indudablemente, para


producir un texto así hace falta una experiencia
intensiva con cuentos y con lectores, y un contex-
to escolar que sabe distinguir entre la construc-
ción textual y la obediencia a las convenciones
lavaba”. El desafío que Samuel trata de enfren- ortográficas.1
tar, con su poca experiencia de escritor, es de Los niños de todas las épocas y culturas han
grandes proporciones, y parece no haber medi- sabido enfrentar los desafíos de la cultura don-
do bien sus fuerzas, ya que el episodio siguien- de les toca crecer. La escuela tradicional, hoy
te escapa a la lógica del “mundo al revés” (“La por hoy, les propone una definición de alfabeti-
bruja hechizó a un señor y lo convirtió en sapo zación mientras que la sociedad les empieza a
y se fue brincando”). Pero allí aparece un pun- exigir otra. Destino de nacer en una época de
to salvador, a la vez cierre del desliz y recupe- transición. La cultura letrada no se agota en la
ración brillante de la idea original. literatura ni en el libro informativo. El acceso
Precisamente a partir de ese punto (el único a la diversidad de libros debería darse en la escue-
de todo el texto) Samuel no solamente recupe- la, pero si ella no cumple su función hay otros
ra su intención original sino que es capaz de espacios a ser creados o recreados: las bibliote-
convertir el texto en un metatexto que habla sobre cas públicas, los centros culturales, los espacios
sí mismo. En un rapto de genio, que preanuncia televisivos, el cine, el periódico, las redes infor-
recursos de gran escritor, Samuel cierra brillan- máticas.
temente su página: “ Y aquí empieza la historia
porque donde la empecé es el FINAL”. (Y, como
si fuera poco, agranda los caracteres de la últi-
ma palabra, dando al texto una mise en scène 1
Agradecemos a Myriam Nemirovsky el acceso a
gráfica entre el título, claramente diferenciado este texto, obtenido en México, en una de las
del resto del texto por un interlineado mayor, y experiencias didácticas bajo su asesoría.

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Sin embargo, quiero manifestar públicamen- trónico y páginas virtuales de libros inexistentes.
te mi enorme desconfianza hacia los discursos ¿Seremos capaces de darnos una política del
puramente ideológicos que nos anuncian la acceso al libro que incida sobre la superación
democracia vía Internet. Ya nos dijeron y repi- de esta creciente desigualdad? ¿O nos dejare-
tieron durante décadas que el alfabeto era la mos llevar por la vorágine de la competitividad
escritura más democrática de todas (simple, y la rentabilidad, aunque la idea misma de de-
scientific, easy to learn), y hoy sabemos que esa mocracia participativa perezca en el intento?
visión de la historia de la escritura en la huma- Había una vez un niño... que estaba con un
nidad es más ideológica que científica. adulto... y el adulto tenía un libro... y el adulto
El real desafío es el de la creciente desigual- leía. Y el niño, fascinado, escuchaba cómo la len-
dad: el abismo que ya separaba a los no alfabe- gua oral se hace lengua escrita. La fascinación
tizados de los alfabetizados se ha ensanchado del lugar preciso donde lo conocido se hace des-
aún más. Algunos ni siquiera llegaron a los pe- conocido. El punto exacto para asumir el desa-
riódicos, los libros y las bibliotecas, mientras fío de conocer y crecer.
otros corren detrás de hipertextos, correo elec-

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