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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

Universidad Politécnica Territorial “José Antonio Anzoátegui”

Pariaguán – Estado Anzoátegui

TALLER #2

Profesor: Bachiller:

Lisbaldo Pérez

Miguel Figueroa

C.I: 24.610.147

Sebastiá n Moreno

C.I: 27.592.290

Trayecto: IV

Sección: PE2
Neoliberalismo

El neoliberalismo comprende como características principales el libre mercado,


eliminar el gasto público por los servicios sociales, desregulación, privatización,
eliminación del concepto de bien público o comunidad. El neoliberalismo económico
aprovecha la oportunidad para diagnosticar que la excesiva regulación económica
desestimula la libre circulación de bienes y capital, elementos necesarios para
dinamizar el libre mercado.

La ideología neoliberal tiene sus raíces ideológicas en los siglos XVIII y XIX en los
pensadores liberales tales como Adam Smith y John Locke. El neoliberalismo es una
versión nueva del liberalismo económico el cual además tienen aplicación en la
economía internacional y no solamente dentro de las fronteras nacionales. El término
“Coca-colonización” que se acuñó en los cuarenta y se usó mucho en los cincuenta,
hace referencia a la ola expansiva de los valores norteamericanos en todo el globo.
La ideología del liberalismo fue el fundamento para la creación de las instituciones de
Bretton Woods. El neoliberalismo se impuso como la mejor alternativa al agotamiento
del periodo de mayor crecimiento expansivo de la economía mundial después de la
Segunda Guerra Mundial, entre 1940 y 1970, considerado como la "era de oro del
capitalismo" con un crecimiento económico global alto caracterizado por la expansión
industrial de países de la periferia capitalista y con el fortalecimiento de las economías
de los países socialistas.

Sus principios fundamentales del neoliberalismo

 Propiedad privada

El liberalismo defiende la propiedad privada sin límites. Esto conlleva necesariamente


la concentración de riqueza en una pequeña minoría privilegiada que actúa a nivel
planetario.

El liberalismo fruto del desarrollo de la burguesía capitalista antes que nada fue y en
ello puso su mayor énfasis un sistema económico que amplió el mercado en una
dimensión mundial. (Manifiesto Comunista, Marx y Engels)
 Libertad

La libertad como valor absoluto, pero en manos de esa minoría. Libertad,


fundamentalmente, de los mercados de capitales para decidir el sentido de la opinión
pública; para comprar, vender o competir sin trabas burocráticas ni fronteras; para
adquirir los máximos beneficios e invertirlos donde plazca. Lo que lleva a imponer los
intereses de esta minoría privilegiada "caiga quién caiga" por encima de las
necesidades de la mayoría de la sociedad y de la voluntad de los estados nacionales.

Porque el neoliberalismo es la expresión del capitalismo


salvaje

Incontables líderes políticos a nivel mundial han querido compartir la peligrosidad


del capitalismo, de “un sistema que no reconoce a las personas como iguales, sino
busca la explotación del hombre por el hombre”. Eso es falso. Lo que se conoce hoy
como capitalismo no es más que la aplicación sistemática de una economía de libre
mercado en el marco de un Estado de Derecho, que no tiene otro origen que la alianza
entre empresario-obrero que históricamente le ha permitido a la humanidad el
desarrollo tecnológico, económico y social que ha permitido avanzar al género
humano como un todo.

El logro más memorable de la izquierda moderna pareciera ser haber creado un


concepto salvaje de capitalismo, en donde la lucha por la dominación,  la preeminencia
del poder económico y la explotación del hombre por el hombre son fenómenos
plenamente posibles (y en algunos casos reinantes) en las sociedades libres que se
rigen bajo un sistema capitalista. Lo cierto es todo lo contrario. El capitalismo no es
más que un sistema económico que promueve la cooperación voluntaria y la
asociación espontánea entre los individuos que conforman una sociedad, y cuando se
habla de “capitalismo salvaje”, también es cierto que muchos están votando con los
pies, porque tal concepto solamente sería lógicamente cierto si existe un “capitalismo
no salvaje”, que por descarte no sería más que capitalismo a secas.
Entonces, el problema se plantea complejo, pues estamos reconociendo que no vamos
a hablar de la izquierda clásica que refuta cualquier forma de capitalismo, con posturas
orientadas desde la socialización de los medios de producción hasta el agorismo de
libre mercado propio de los “libertarios de izquierda”. Aquí, el análisis gira en torno a
una crítica del capitalismo desde el propio capitalismo, una afirmación que adquiere
sentido si se entiende que el sistema que ha tenido mayor arraigo en las economías
exitosas es, precisamente el capitalismo, y en sentido amplio, la gracia de cualquier
sistema que promueva los derechos individuales, la libertad y la propiedad privada. Así
es como se configura la pregunta: a pesar de todos los avances que el capitalismo ha
traído, ¿hay una concepción perversa en su haber? Si es así, ¿cuáles son las
alternativas?
Es así como la primera imagen que pudiera venir a la mente al hablar de capitalismo
sería la revolución industrial, situaciones  de explotación donde los obreros se
sometían a jornadas exhaustivas a cambio de una remuneración absurda. En ese
contexto, por ejemplo, se escribió la trascendental encíclica Rerum Novarum que
forma el inicio de la Doctrina Social de la Iglesia, la cual representó una crítica abierta a
las cuestiones sociales que surgían en un sistema donde poco se podían vislumbrar
derechos laborales. No obstante, la situación no podría definirse desde una sencillez
como esa, pues debe reconocerse que el contexto vivido permitió alcanzar grandes
avances tecnológicos, sobre todo en el aprovechamiento de materias primas para
producir energías que sería posteriormente lo que le daría forma a las cadenas de
producción, por tanto, mientras se un lado podría darse un abuso, del otro la
creatividad empresarial ofrecía una válvula de ayuda al trabajador industrial.
Conviene subrayar que el propio término “capitalismo” tiene un origen en las teorías
marxistas para denotar, de manera simple, un sistema económico donde el capital
predomina dentro de las relaciones entre los individuos en aras de satisfacer sus
necesidades. De esa forma, el desligarse del término implica hablar de libertad, más
allá del sistema, sino en esencia. Entonces, se podría esgrimir que el capitalismo es un
sistema materialista que pone a la riqueza antes que al ser humano, que sería una
posición ni tan liberal, ni tan marxista, porque ataca ambas filosofías. No obstante, esa
afirmación contiene un problema en la lógica que la compone, porque incluso si el
capitalismo colocara a lo material por encima de la persona humana, estaría colocando
implícitamente a la persona humana por delante, ya que los bienes y servicios no se
generan de la nada, así como tampoco las necesidades y preferencias del mercado. Si
el capitalismo fuera una bestia despiadada sedienta de dinero, darles buenas
condiciones a los trabajadores para que produzcan cada vez más y mejor, así como
también ofrecer un producto accesible para el mercado en el que quieran competir,
serían labores fundamentales de todo buen “capitalista salvaje”.

GASTO SOCIAL y cuáles son las consecuencia de su reducción

El gasto social es aquel donde el gobierno ejecuta o invierte en los servicios públicos
tales como luz, agua, medicina, salud, tecnología etc. Cuando se habla de este gasto es
la inversión que hace el estado para el bien de la sociedad cuando hablamos de
reducción del gasto afecta de una manera u otra a la sociedad

Porque llegarían menos recursos de salud, menos recursos de tecnología menos


recursos de servicios públicos que afectarían a la sociedad, esto a la mala política a la
corrupción conlleva a lo que estamos viviendo en esta situación de hiperinflación
donde la burocracia es el factor negativo en este análisis.
Porqué el Neoliberalismo en sus principios no permite la
intervención del Estado en materia

A partir de una reseña sobre el papel del intervencionismo estatal en la conducción de


la economía y de la pugna con el neoliberalismo, se hace una revisión de los modelos
económicos aplicados a lo largo del siglo y se muestran sus rasgos principales, sus
problemas y sus paradojas. A partir de allí, se examina lo sucedido en América Latina,
para dar cuenta de las particularidades del caso colombiano, cuyo modelo en esta
década muestra una distancia grande del modelo neoliberal, mientras sus problemas
lo acercan a los dilemas y sin salidas del intervencionismo, en un contexto que
requeriría otras fórmulas para hacer posible la paz. Frente a ello, se examinan las
posiciones y propuestas de los economistas, vistas bajo la aguda polarización entre
intervencionismo y neoliberalismo, pero en circunstancias críticas que alejan los logros
en torno a la modernización, la estabilidad de precios, la sólida fundamentación
macroeconómica y la democratización política.

En muchos países, no así en Colombia, el intervencionismo licuó las rentas de los


sectores agroexportadores a favor de importaciones baratas para la industria,
revaluando la tasa de cambio real mediante la inflación y el retardo en ajustar la
devaluación acordemente. Ello condujo a caídas de las exportaciones y a déficit en
cuentas corrientes gigantescos, al racionamiento de una amplia gama de bienes,
seguido de hiperdevaluaciones, a un estancamiento tecnológico grande y a una
pérdida de eficiencia y por tanto de competitividad internacional. Quizás la falla mayor
haya sido el aislamiento internacional pues ha podido conceder crédito subsidiado sólo
a las industrias que exportaran exitosamente y hubiera llegado tan lejos como llegaron
los tigres asiáticos. Lo que ellos y los países latinoamericanos han mostrado es que
sistemas de crédito que alimentan expansiones productivas y exportadoras sin cautela
financiera ni monetaria conducen a crisis bancarias seguras.

El intervencionismo latinoamericano confió de alguna manera en que el desarrollo


económico era viable sólo con el mercado interno y por lo tanto decidió aislarse de la
economía internacional mediante una muralla de aranceles. Mientras las regiones de
escaso desarrollo que liberalizaban su comercio exterior y le daban fuertes incentivos a
las exportaciones crecían a tasas mayores del 8% anual, América Latina involucionaba
en los ochenta en medio de hiperinflaciones, devaluaciones calamitosas e incapacidad
de pagar sus deudas. Algunos keynesianos anglosajones apoyaron la orientación básica
de la Cepal y la hicieron más compleja mediante la rigurosa formalización matemática
y se autodenominaron como neo-estructura listas13. En todas partes los programas de
estabilización de precios y de apertura de las economías fueron bienvenidos y
obtuvieron un fuerte apoyo político de la población. El centralismo fue visto como
madre de toda la ineficiencia del gobierno y se propició una devolución de poder para
los gobiernos regionales y municipales. La crisis de la deuda de los ochenta obligó a
muchos países a practicar políticas contrarias de estabilización de precios, apertura
comercial y a una profunda reestructuración del Estado.
Cuáles son las consecuencias de las privatizaciones auspiciadas
por el Neoliberalismo

En el transcurso de los últimos 36 años (1982-2018) pasaron a ser propiedad privada


muchas empresas, industrias y recursos productivos que habían sido de propiedad
pública, social o cooperativa. La lista es larga: minas, telefonía, tierras, puertos,
aeropuertos, sistemas de pensiones, carreteras, siderurgia, banca, ferrocarriles.

Puede afirmarse que durante ese periodo se privatizó una muy extensa y sustantiva
proporción de la infraestructura económica del país. A este proceso de apropiación
privada de la riqueza pública se le conoce universalmente como políticas económicas
neoliberales.
Es cierto que existen otras medidas económicas que son parte de la teoría y la práctica
neoliberales, como la desregulación, el fomento del libre comercio, y una menor o nula
intervención del Estado en la economía. Pero es indudable que el rasgo esencial del
neoliberalismo es la conversión de la propiedad pública, estatal o social en propiedad
privada.

Como se ha visto antes, las consecuencias atribuidas a la privatización dependerán


de la perspectiva que se tenga respecto a las necesidades económicas de un país
específico y el mejor método para resolverlas.

Sin embargo, los efectos inmediatos de la venta de activos del Estado se traducen en
una mayor liquidez del mismo, es decir, una mayor solvencia económica, ya que el
Estado se libera de los procesos y las obligaciones del bien privatizado y además
recibe una compensación económica.

Sin embargo, también pierde el control del activo vendido y eso puede significar, en
adelante, mayores gastos a los adquiridos mediante la venta inicial.

Cuáles son las consecuencias de la aplicación de políticas


neoliberales en América Latina
Muchos países latinoamericanos recurrieron durante la década de los años setenta a
créditos de bancos multinacionales, o empresas privadas de esos países se endeudaron
y posteriormente su deuda privada se convirtió en deuda pública. Esto fue posible por
la clase dirigente con intereses extra nacionales, con una visión neoliberalista, o por
gobiernos militares impuestos desde afuera, en el caso de Latinoamérica muchos de
estos gobiernos fueron impuestos por los Estados Unidos, como en la denominado
Operación Cóndor. A estos países les resultó extremadamente difícil pagar la deuda
externa y las potencias aprovecharon estas deudas, junto con acciones militares, como
por ejemplo el golpe a Salvador Allende, o intimidación sindical, para convertir tales
países en sus neocolonial, instalando bases militares, obteniendo acceso a sus recursos
naturales a precios marginalmente bajos o implantando políticas que resultaran de
beneficio para el país.

Consecuencias

Sumisión económica de las regiones Desestructuración de sistemas productos locales.

Hambre endémica, miseria crónica.

Denominadas

Agravamiento de conflictos industrializados.

Disputas Imperialistas.

1ª Guerra Mundial.

Que políticas Neoliberales aplicadas en Venezuela en los años 80-


90 y cuales fueron

En la década de 1970 se dan las manifestaciones más evidentes de las deformaciones


que en nuestro país han producido la magnitud de los ingresos petroleros, así como de
las diferencias que nos separan del resto de los países de América Latina. Mientras en
los demás países se hace insostenible la crisis de agotamiento del modelo de
sustitución de importaciones, periodo de decrecimiento y sucesivo estancamiento, en
Venezuela, por el contrario, se vivió en medio del desenfreno que produce el alza en
los precios del petróleo, que paradójicamente agudizan la crisis de los países vecinos.
Resumiendo, diremos que en la década de 1970 se profundizan los males que ya
acarreaban desde sus inicios el modelo rentista y se convierte en la principal fuente de
las causas de la crisis generalizada que viviríamos desde 1983. Así, tenemos que los dos
principales problemas de comienzos de la década de 1980, como lo son la caída de los
ingresos petroleros y la deuda externa, tienen sus orígenes en la década anterior. En
general, en el periodo 1973–1983, mientras que el ingreso petrolero creció 350%, los
gastos lo hicieron 540% y el incremento de la deuda externa a corto plazo aumentó
2000%, llegando al cierre del periodo a unos 29 millones de dólares, divididos en
partes iguales entre los gobiernos de Carlos Andrés Pérez (CAP) y Luis Antonio Herrera
Campins (LHC) y de los cuales 60% tenía vencimiento entre 1983 y 1984.

En el periodo de 1983–1988 se producen medidas económicas que en ningún


momento pretendían hacer un cambio estructural en el modelo económico rentista, a
pesar de reconocerse su agotamiento, sólo se aplicaron medidas a corto plazo y de
carácter coyuntural. La década de 1980 en Venezuela se inserta, igual que el resto de
la América Latina, en lo que se ha hecho llamar "década perdida". En general, tenemos
una caída pronunciada del Producto Nacional Bruto (PNB), de –5.6 en 1983 y –7.1 en
1989. Estos años son de profundos desequilibrios y de una gran resistencia a aceptar la
crisis del rentismo y populismo.

empresariales y el poder político no daban respuestas, por el contrario se produjo


fuerte resistencia a las luchas por reivindicaciones sociales y el gobierno de Jaime
Lusinchi hizo gala del más engañoso populismo. La sociedad civil que había tenido su
mayor auge en 1936, a la muerte de Juan Vicente Gómez, fue controlada por el poder
del Estado y los partidos políticos gracias a la administración y distribución de la renta
petrolera. El apoyo popular al bipartidismo de Acción democrática y el Comité de
Organización Política Electoral Independiente (COPEI) —que caracterizaron el periodo
1958–1989— se manifiesta con el bajo índice de abstención en las elecciones, máximo
símbolo de la democracia representativa venezolana. En 1993 se rompe el apoyo al
bipartidismo al ser electo Rafael Caldera, con el apoyo de un partido político nuevo,
"Convergencia", formado por movimientos diversos, muchos ligados a la izquierda
moderada venezolana; sin embargo, en estas elecciones más de la mitad de los
venezolanos se abstuvieron de votar, y el presidente ganó con un porcentaje del 15%
de las personas con derecho a voto.

CARLOS ANDRÉS PÉREZ Y EL PAQUETE NEOLIBERAL


En 1989, Carlos Andrés Pérez (CAP) ocupa su segundo periodo presidencial, con el
apoyo de un caudal de electores quienes recuerdan de su primer periodo presidencial:
la bonanza petrolera que permitió la política de pleno empleo, aumentos salariales,
subsidios, crecimientos del gasto social, créditos agrícolas, nacionalismo económico,
entre otros. Igualmente se había ofrecido en la campaña su imagen de líder
tercermundista y hombre dispuesto a enfrentarse a los desmanes que a nuestros
países había causado la deuda externa y las respectivas imposiciones de los
organismos financieros internacionales.

Apenas logrado el triunfo y recién tomado el cargo el 2 de febrero de 1989 comenzó a


implementarse un plan económico radicalmente opuesto a lo que realmente se
esperaba, más parecido al de su opositor, Eduardo Fernández quien acusó a CAP de
plagio. Los acuerdos con la banca internacional (2 de febrero) y el anuncio de la
aplicación del programa popularmente conocido como "paquete económico", vinieron
inmediatamente (16 de febrero), pero igual de rápido fue el rechazo popular que en
rebelión tomo las calles durante el 27 y 28 de febrero, sin que las fuerzas armadas del
Estado pudieran controlarlos.

Ya para 1992, al momento de los intentos de golpe, el país se había radicalizado en


contra de las estructuras vigentes, adquiriendo de paso un compromiso psicológico
con cualquier opción, incluyendo la violencia, que ofreciera alternativas a lo
existente.2

Las medidas económicas eran más o menos las mismas que, desde principios de la
década de 1980, se venían produciendo en México y Chile y que a finales de la misma
década se generaliza por todo el subcontinente: privatización, reconversión industrial,
disminución del gasto público, eliminación de los aranceles de aduanas, liberación de
los precios y de las regulaciones cambiarias, son algunas de las principales medidas a
tomar para equilibrar la economía y hacerla más productiva y competitiva.

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