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y el pueblo norteamericano
U~' estudio sobre transformación cultural 1
Iawrence W Levine 2
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LAWRENCE W. LEVll\'E
va York que llamó "El teatro negro",6 donde escuchó "a un actor dra
tilación. Rica1'do JI!, la obra de shakespeare más popular del siglo XIX,
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\VILLIA..\1 SHAKESPEARE y EL PUEBLO NORTEA.,\1ERICAl'W
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. \VILLlAM SHAKESPElARE y EL PUEBLO NORTEAMERICANO
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¡Iil Lafie1'ecilln dO'llzada, Otelo y El Mercader de Venecia en el cuarto de un se
gundo piso de una vieja cervecería, alIado de una taberna, ante una au
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111,1 1833, la compañía de Sol Smith actuó en el comedor de un hotel en Ta
1:1:: .
1,1<: zewell, Alabama, "en una suerte de descanso o galería cerca de seis pies
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de largo, y dos pies y medio de ancho". El "actor gordo de tragedias",
Sr. Lyne intentó recitar "Las Siete Edades del Hombre" de Como Gus
téis mientras "Personas pasaban continuamente de un cuarto al otro y
el actor estaba obligado a moverse cada vez que alguien pasaba".2 6
De este modo Shakespeare no era, de ninguna manera, tratado
con reverencia. Ni era, por convenio, aclamado universalmente. En
Davenport y áreas vecinas de Iowa del Este, donde los teatros pros
per~ban tanto en inglés como en alemán, Shakespeare era raravez ac
tuado, y entonces, usualmente en la forma de escenas cortas y solilo
quios, más que las obras completas. Más de un manager de teatro
aprendió que producir Shakespeare no necesariamente resultaba pro
vechoso. El saber teatral repetía seguido el voto atribuido a Robert L.
Place, quien jamás volvería a producir una obra de Shakespeare "no
importase cuántas más escribiese". Pero éste, e incidentes similares,
eran la excepción a la regla general: desde los largos, y a menudo,
opulentos teatros de las grandes ciudades hasta los escenarios tempo
rales en los pasillos, tabernas, e iglesias de pueblos pequeños y cam
pos mineros, dondequiera que hubiese una audiencia para el teatro,
las obras de Shakespeare eran prominente y frecuentemente repre
sentadas. La popularidad de Shakespeare en las comunidades fronte
rizas en todas las secciones del país puede no encajar en la imagen de
FrederickJackson Turner de la frontera como un crisol, que fusiona
ba a la civilización para convertirla en una nueva amalgama; pero sí
cabe en nuestro conocimiento de seres humanos y su necesidad por la
comodidad de cosas familiares bajo la presión de nuevas circunstan
cias y sus alrededores. James Fenimore Cooper tenía esta familiaridad
en mente cuando llamaba a Shakespeare "el gran autor de América" e
insistía en que los americanos tenían "tanto derecho" como los ingle
ses a clamar a Shakespeare como su conciudadan0 27
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La popularidad de Shakespeare puede ser determinada no sólo :11
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por la frecuencia de las producciones shakespereanas y el tamaño de ~~1
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sus audiencias, sino también por la naturaleza de las producciones y la ';,!o
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il'11; ' taba a Ralph Stackpole, "A Ring-Tailed Squealer & Rip-Staver from
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Salt River", en Nick de los Bosques. Incluso Junius Brutus Booth siguió i,'
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': su celebrada exhibición de Ricardo III con el rol de J erry Sneak en El 11
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Intendente de Ganat. 30 En los años posteriores a la Guerra Civil, Ed 1:
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" ward L. Davenport se refirió a esta misma habilidad y voluntad de po
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1\. der mezclar géneros cuando lamentaba la caída de su profesión: "Por .,1I
cierto, he actuado en un acto de Hamlet, uno de Ojo-Morado Susan, y .,11'
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dos por los actores, ellos no eran exaltados; los actores no eran incom "1
petentes para un rol u otro, u otras tareas; no eran elevados a una po 111
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sición mejor en la cultura en la cual ellos aparecían. Frecuentemente, '~,
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Shakespeare no era la última palabra de la velada. Hamletpodía ser se 1
guido por La Diversión de la Fortuna, El Mercader de Venecia por El Bi
llete de Loteda, Ricardo 111 por El Niño de Montaiia Verde, El Rey Lear
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por La Vuelta del Caos en una ocasión y por La Risa del Amor en Locks i:
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'J1ziths, o Burla al Guardián, en otra ocasión; y en California, Romeo y ~
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,1 Julieta por ¿Alguna vez mandó a su esposa a San José?33 .I
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. el bien formado ser humano con quien uno puede identificarse: "Es
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"la sociedad", que 10 alienaron de sus amigos, son sus elegantes atuen
dos, su perro caniche, sus cabalgatas y golf, su lenguaje pretencioso, y
su lectura de Romeo y Jnlieta de Shakespeare, que enfurece tanto a su
amigo Jiggs que toma el volumen y se lo tira por la cabeza a Moore. 51
George Washington Plunkitt, en uno de sus maravillosos monólogos
políticos publicado en 1905, jefe tutelar del Distrito Quince de la ciu •
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quios, deleitados en sus diálogos. Aunque los americanos del siglo XIX
recalcaban la importancia de la literatura y construyeron un impresio
•
nante sistema educativo público, ellos mantuvieron un mundo oral en
el cual la palabra hablada era central. En dicho mundo, Shakespeare
no tuvo dificultad en hallar un lugar. Ni la oratoria shakespeareana
fue limitada al escenario profesional; a menudo, era parte de la vida.
Walt Whitman recordó que cuando era un joven que paseaba en los
colectivos de Broadway "declamaba algunos tormentosos pasajes de
Julio César o Ricardo" a los transeúntes. En la década de 1850, Mark
Twain trabajaba como aprendiz para el piloto-maestro George Eater, .
en el barco a vapor Pennsylvania: "Él me leía Shakespeare, no por ca
sualidad, sino por la hora, cuando era su turno, y yo estaba pilotean
do ... él no usaba el libro, y no tenía necesidad alguna, conocía a su
Shakespeare tan bien como Euclídes conocía su tabla de multiplicar".
En Corpus Christi, Texas, en 1845, soldados del Cuarto Regimiento
de Infantería rompieron la monotonía de esperar el comienzo de
Guerra Mexicana, escenificando obras, incluyendo una representa
ción de Otelo actuando el joven teniente Ulysses S. Grant como Des
démona. Muchos de los asistentes de Lincoln y asociados recordaban
su tendencia por recitar largos y relevantes pasajes de Shakespeare,
durante sus complicados días en la Guerra Civil. Shakespeare era en
señado en los colegios y universidades del siglo XIX como declama
ción o retórica, no como literatura. Muchos jóvenes encontraron a
Shakespeare primero en libros escolares como textos para ser recita
dos en voz alta y memorizados. A través de estos, las frases shakespea
reanas, ideas y lenguaje ayudaron a dar forma al idioma norteameri
cano y llegaron a ser una parte tan integral de la imaginación del siglo
XIX, que es inútil separar el amor de los americanos por la oratoria de
Shakespeare a partir su apreciación por el uso sutil dellenguaje. 57
No fue simplemente el lenguaje de Shakespeare sino su estilo lo
que se recomendaba al público del siglo XIX. En un período, cuando el
melodrama se convirtió en uno de los fundamentos del escenario nor
teamericano, las obras shakespeareanas se presentaron fácilmente al
estilo melodramático. La obra shakespeareana caracterizó héroes y vi
llanos que se comunicaban directamente con la audiencia (o el espec
tador) y dejó pequeñas dudas acerca de la naturaleza de su personaje o
sus intenciones . .En una serie de apartes durante las primeras escenas
del primer acto, Macbeth comparte sus "horribles imaginaciones" y su
"ambición lograda" con la audiencia (Liii-vii). Asimismo, lago le con
fía a la audiencia "Odio al moro", ensaya sus intrigas de una
"maldad" para traicionar a Cassio y Otelo, y confiesa sus celos a Ote
"Doth, como un tóxico mineral, roe mis tripas"; y nada podrá o
contentará mi alma. Pues yo estoy envenenado con él. "Como en el
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Notas
1 Traducción a cargo de Pilar Fernández y de Agustina María Córíca. Corrección a
cargo de Franco Bellizzi.
2 George Mason University. Departamento de Historia e Historia del Arte.
Comencé a escribir este ensayo cuando era un becario de Regents en el National
Museum of American History del Smithsonian Institution y lo completé en su presente
forma mientras era un miembro en el 'iVoodrow \Vilson International Center para estu
dhmtes. Las espléndidas facilidades y atmósfera por parte de estas dos instituciones, me
joraron enormemente mi trabajo en éste y proyectos asociados. Una versión anterior de
este ensayo fue presentada a una junta de historiadores estadounidenses y húngaros con
el auspicio del American Council ofLearned Societies y la Hungarian Academy of Scien
ces, en Budapest, en agosto de 1982. Estoy agradecido a los estudiantes, en la conferen
cia, por su estímulo y críticas como a aquellos colegas que comentaron en versiones pos
teriores que presenté en seminarios y lecturlls en Johns Hopldns University, Yale
University, la University ofMinnesota, la State University ofNew York en Stony Brook,
el 'iVilson Center y la University of Maryhmd.
3 Ser o no ser; esa es fa daga demzvainada! Que biu:e a lalm-ga vida lina calamidad; quien
fal'dos debe cm-gflr, hast.fl que Bb'1lulIl Wood venga a Dunsillflmel Pero e/miedo de que algo lue
go de la7l/.lterte lY1ate el inocente sueiio! el segundo desan'ollo de la Gran Naturaleza,! Que nos
hace m'rojar flecbas de gmndio,~a fÓl'Wlla! NIds que htU'er vokl1' bada OtT·os que no conocemos,
(Twain, Mark, Tbe Adventllres ofHucklebe71J' Fiml, Nueva York, 1884, p. 190),
4 El término inglés "swear" significa tanto jurar como insultar.
5 "Three BJind Mice".
6 "Nigger's -or Negroe's- theatre".
7 "To be, 01' not to be? That is the question; whether it is nobler in de mind to suf
fer, or tak' up anns ag,linst a sea of trouble, and by oposmm end 'em." En el idioma in
glés, "opossum" significa oponerse, y zarigüeya.
8 "Opossum up a Gum Tree".
9 "¡Gb! Esta conSll7lladó1l/ Piadosamente fl ser deseada/ A terminm' tu dolol'ido comzón con
un .meiío,l Cumulo probablemente va a bacer servida'! Desbafe1te de tu mOltal bobina,! Haz
esto;! Rueda sobre J tómate sobre,! J salta a }im Cl'ow."
Hutton, Laurence, Cu1'iosities of tbe AlIIel'ü'tI1l Stage, ed. Stanley Wells, Nueva
York, 1891, pp. 157 Y 181-86; Nineteentb-Cem1l1) Shakespeare Burlesques, 5, Londres,
1978: xi-xii; Mathews, Charles, Trip to A7I/.C7'ica, Baltimore, 1824, pp. 9 Y Haywood,
Charles, "Negro Mínstresly and Shakespearean Burlesque" en ed. Broce Jackson, Fol
klm'e flnd Sodet)': E"sfl)'sin HOlZm' of Ben). A. Botkil1; N orwood, Pa.; 1976, p. 88; y Brow
ne, Ray B., "Shakespeare in America: Vaudeville and Negro Minstresly" en American
QUflrter'ó', 12, 1960: pp. 381-82. P,lra ejemplos de parodies de Hallllet, vé,lse An G/d Pla,v
in (l Ne71) Garb: Hmnlet, Prince ofDen1lla1'k, en Wells, Nilletemtb-Centll1) Sbakespeare Bur
lesques; y Ha11t/et tbe Dnint~y, en ed. Engle, Gary D., Tb1s Gr'otesqlle Etsem:e: Plays frmlt tbe
j\IJinstT·et Stage, Baton ROllge, 1978. P.lra la poptllaridad de parodias de Hamlet en los Es
tados Unidos, véase Rusk, Ralph Leslie, Tbe Literatnre of Nliddle Western Fr'omier, 2
vols., Nuev.l York, 1925, pp. 295-96 Y 316-17; Y Cloudman Dunn, Esther, Sbakespeare
in Amel'im, Nueva York, 1939, pp. 108-12 Y 215-16.
lOEn inglés la palabra "judío" suena como la palabra francesa "jeu.....:". Por lo tanto se
U'ata de un juego de palabras.
11 Juegos de palabras en inglés cOl1los nombres de las obras o personajes de las mis
mas.
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68 A P U N T E S O E .I N V E S T 1 G A e r O N
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24 Se llamaba así a las personas que arribaron a California por el año 1849 en busca
de oro.
25 Rourke, Troupersoftbe Gold Coast, pp. 33, 44 Y 101-02; Mac:Minn, George R., The
Tbeate1' oftbe Golden Era in California, Caldwell, Idaho, 1941, pp, 23-24, 84 Y 87-88; Y
Watson, Margaret G" Silver Theatn: A1Jtuselltems of me Mining Fromier in Early Neva
da, 1850-1864, Glendale, California, 1964, p, 73.
26 Leman, Memoriesofan OldAct01', San Francisco, 1886, pp. 212-13, 260-62 Y 276
77; Ludlow, Drmlmtic Lifo as I Found It, pp. 89-90, 113, 116,242-43,256 Y 303; YSmith,
Tbeatrical Management in tbe West and Soutb for Tbirty Years, pp. 90-91.
27 Place, citado en Dormon, Tbeater in tbe A17te-Bellum Somb, p. 257n; Cooper, No
tions of tbe Americons, 2, Londres, 1828: pp. 110, lB, Para el teatro en Iowa, véase
Schick, J oseph S., The Early Tbeater in Eastern Iowa: Cultural Begmnings and the Rise of
tbe Tbeate1· in Davenport flnd Eastern Iowa, 1836-1863, Chicago, 1939. Los apéndices de
Schick contienen una lista de todas las obras representadas tanto en inglés como en ale
mán, en Iowa durante esos años.
28 Los nombres de las piezas en inglés son: "The Swiss Drover Boy", "a New Grand
Pas Seul", "La Cachuca", "The Haunted Spring", "Yankee Story". American Theatre,
Marquesina, Filadelfia, 13 de mayo, 1839, Folger Shakespeare Library, Washington (en
adelante FSL). Para la prevalencia de este formato en el siglo XIX, véase Tbe Theater in
Colonia! America, pp. 150 Y 193-94; Silverman, Kenneth, A Cultural History oftbe Ame
l'üm¡ Revolution, Nueva York, 1976, p. 62; Wilson, GarffB., Tbree Hzmd1'ed Years ofAme
"ican Drama and Tbeat1'e, Englewood Cliffs, NJ., 1973, pp. 19-27.
29 Sto Charles Theatre, Marquesina, Nueva Orleans, 30 de noviembre, 1846, Alexan
dria, Virginia, 12 de julio, 1799, y Arch Street Theatre, Filadelfia, 2 de marzo, 1857,
FSL.
30 American Theatre, Marquesina, Filadelfia, 30 y 31 de agosto, 1 y 11 de septiem
bre, 1838 y 24 de junio, 1839, FSL.
31 Los nombres de las obras en inglés son: "A Ring-Tailed Squaler & Rip-Staver
fmm Salt River" en Nick oftbe Wood~, Tbe MajO?' of Gm-rat, Black-Eyed Sllsan y "A Yan
kee Ship and a Yankee Crew". Hornpipe es el baile predilecto de los marineros, que eje
cuta una sola persona.
32 Davenport, citado en Morris, Lloyd, Cm1:aÍ'n Time: Tbe Story oftbe American Thea
ter, Nu~a York, 1953, p. 205.
33 Wallnut Street Theatre, Marquesina, Philadelphia, 30 de noviembre, 1821, Mili
tary Hall, Newark, N.J., 15 de agosto, 1852, Montgomery Theatre, Alabama, 21 de
marzo, 1835, y American Theatre, Philadelphia, 25 de junio, 1839, 14 de diciembre,
1837, FSLj y MacMinn, Tbe Tbeat1'e ofme Golden Era in California, p. 90. Sin embargo,
no era extraño para Catbarine and Pet1'uchio, una versión resumida de Tbe Taming oftbe
Sbrew, que sirviese como un sainete; véase American Theatre, Marquésina, Nueva
Orleal1s, 20 de abril, 1827; American Philadelphia, 26 de septiembre, 1838; y
Sto Charles Theatre, Nueva Orleans, 25 de marzo, 1864, FSL. Catbarine alld Pemú:bio
servia también como sainete, cuando otras obras que no fuesen Shakespeare, eran pre
sentadas; véase American Theatre, Marquesina, Nueva Orleans, 20 de abril, 1827, y
American Theau'e, Philadelphia, 26 de septiembre, 8 de diciembre, 1838, FSL.
34 Kendall, J ohn S., Tbe Golden Age of the New Odeans Tbeater, Baton Rouge, 1952,
p.210.
35 Hudson, Lectm'es 011 Sbakespeare, I, Nueva York, 1848, p. 41.
36 Smith, Tbe Sentillel and Otbe/' Plays, ed. Ralph H. Ware y H. W. Schoenberger,
Bloomington, Ind" s/[, pp. 101-114.
37 Power, Impressiolls ofArtterica, 2 vot., Londres, 1836, 2: pp. 189-92. El contempo
ráneo de Shakespeare es citado en Harbage, Alfred, Sbakespeare's Audience, Nueva York,
1941, pp. 84-85. Para una excelente discusión sobre audiencias de teatro en la primera
parte del siglo XIX, véase el indispensable Grimsted, Metod1'llma Unveíted, cap. 3. Para
una comparación con audiencias de la Inglaterra del siglo XIX, véase Lynch, James T.,
Box, Pit, and Gal/el}': Stage m¡d Sodety in Jobnson 's London, Nueva York, 1971. Claudia
JOl1son lidia con una descuidada parte de la audiencia americana en "That Guilty Third
Tier: Prostitution in Nineteenth-Century Theaters", A11le1'imn Quate1'1y, 27, 1975, pp.
575-584.
38 Downer, Alan S., ed. Tbe Autobiograpby ofJosepb Jeffmon, Cambridge, Massachu
sets, 1964, p. 286, Whitman, Walt, "The Old Bowery" en Kaplan,justin, ed. Walt Whit
11/.a1l: Poetry and Prase, Nueva York, 1982, pp. 1189-1190, e Irving, Letten of Jonntban
Oldstyle, ed. Broce I. Granger y Martha Hansog, Boston, 1977, pp. 12-25.
39 Trollope, DomestÍL' NImmers oftlJe Amel'icans, 2 vols., Londres, 1832,1: pp. 179-84,
Y 2: pp. 87-88 Y94-95.
40 Power, Il/Ipl'essions ofAmerica, 2: pp. 171-174. También véase Ibid. 1: pp. 62, 66,
87-89, 123-26 Y 210-11.
41 Irving, Lettel:~ ofJonntban Oldstyle, 14; los editores de Virginia y Nueva York, son
citados en Grimsted, Melodro'mn Unveiled, pp. 63-64; Y el artículo del periodista francés
fue reimpreso en Barnardjewitt, Tbent1"e USA, 1665-1957, Nueva York, 1959, pp. 164
66.
42 Smith, Tbentbl'knl Manage1llent, p.l37-38; y Rourke, Troupm oftbe Golden COIlst,
pp.149-50, 209-10.
43 Marquesina, Teatro en la Calle Walnur, Filadelfi¡l, 30 de Noviembre, 1821, FSL.
44 Como citado en \Vebb, Nancy y Webb, jean Francis, WilI Sbakespeare and His
Amerim', Nueva York, 1964, p. 84.
45 San Francisco Chronicle, enero 1854, como citado en MacMinll, Tbe Tbenter
the Golden Ero in Califomia, p. 100.
46 New York Mirror, 29 de diciembre, 1832, reimpreso en Hewitt, Tbeat1'e USA, p.
122.
47 Grimsted, Melodrama Unveiled, p. 60; YHarper:f New Momb~y Magazine, diciem
bre de 1863, p. 133.
48 Marder, His Exits and His Ent1'mzces, pp. 317-18
49 Nachman, "Break a Leg, Willy", San Francisco Cbronide, 30 de Noviembre de
1982, y Papp, citado en Berkowitz, Gerald M., New Broadway: Tbeat1'e across America,
1950-1980, Totowa, Nueva jersey, 1982, p. 37.
50 "Bringing Up Father".
51 Young, Tbe COlll1Jumity Theat1'e nnd How It W01"ks, Nueva York, 1957, p. 126; Y
McManus, George, Bdnging Up Fatber, ed. Herb Galewitz, Nueva York, 1973, p. 37.
52 Plunkitt, Pltmkitt ofTm1t'luany Hall: A Series ojVC'ry Plain Talks on Vely PnlCtical Poli
grabado por William L. Riordon, 1905; reeditado Nueva York, 1963, pp. 52, 71.
53 Richardson, Tbe Long Day: Tbe St01y of a New Y01'k Working Gid, 1905, reimpre
so en su totalidad enWilliam L. ONeill, ed., Wo11tan at Work, Chicago, 1972, cap. 6,
p.300.
54 American Theatre, Marquesinas, San Francisco, 29 de mayo, 1855; Varieties
Theatre, Nueva Orleans, 30 de diciembre, 1869, California Theatre, San Francisco, 4
de abril, 1873, Mechanics Hall, Salem, Mass., 12 de febrero, 1868; SanJose Opera Hou
se, 22 de agosto, 1870; Roberts Opera House, Hartford, ·Conn., noviembre de 1869;
Academy of Music, Providence, R.L, 24 de noviembre, 1869; Leland Opera House, Al
bania, N.Y., 27 de septiembre, 1880, 15 de abril, 1882; Opera House, Albania, N.Y., 21
Y 22 de enero, 1874; Piper's Opera House, Ciudad de Virginia, Nevada, 29 de julio,
1878, Walnut Street Theatre, Filadelfia, 5 de noviembre, 1875, Dunquense Theatre,
Pittsburg, 23 al 25 de diciembre, 1890, Murray Hill Theatre, NueV'iI York, 4 de mayo,
1903; Garden Theatre, ciudad de Nueva York, 24 de diciembre, 1900, Forty-Forth
Street Theatre, ciudad de Nueva York, 22 de febrero, 1915; Schubert Memorial Thea
tre, Sto Louis, 9 de noviembre, 1914; Olimpic Theatre, Sto Louis, 6 de enero, 1902,6 de
mayo, 1907; y National Theatre, Washington D.C., 2 de octubre, 1939, FSL.
55 Dotmon, Tbeatre in tbe Ante-BeJlu1lt Somb, pp. 256-59. Esther Dunn estudió la
"cosa indiferente y vulgar" que acompañaba a Shakespeare en el teatro y concluyó que
"si las personas podían soportar este tipo de entretenimiento, una y otra noche, ellos po
dían no haber derivado el mayor placer de la porción de Shakespeare del programa";
Sbakespeat'e in A1JlC'1'ica, pp. 13 3-35, 142-45 Y 175. El poeta Laureare Robert Brídges ha
bló por muchos, en ambos lados del Atlántico, cuando atribuyó los "malos chistes y ob
cenidades", "la más tonta insignificancia verbal" y dicho sensacionalismo en las obras de
Shakespeare como el asesino del hijo de Macduff o el enceguecimiento de Glotlcester a
la necesidad de Shakespeare de hacer concesiones "al estrato m¡,ís vulgar de su ,mdien
cia ... aquellos desgraciados seres que nunca podrá ser perdonada su parte en prevenir
70 A P U N T E S DEI N V E S T 1 G A C ION
LAWREI\'CE W. LEVIl\"E
que el poeta y dr,lmaturgo más grande del mundo sea el mejor artista."; Bridges, The In
jluence oftbe Audience, Nueva York, 1926, pp. 3 Y 23.
56 Hudson, Lectlwes on Sbakespefwe, 1: p. 54; Y Lyn, Kenneth S. Willimn Dean Howelk
An Amet·icrl1/. Lifo, Nueva York, 1971, pp. 67-68.
57 Whitman, Speámen Days, en Kaplan, Wbit11lan: Poetry and Prose, pp. 702-03;
Twain, L, Sbake.~petl1·e dead? (New York, 1909), pp. 4-7; William S. McFee]y, G1'ant: A
Biografy (New York, 1982), p. 29; Robert 1\T. Reeves, "Abraham Lincoln's Know]edge of
Shakespeare", Ooe1"lond Montb~y, 43 (1904); pp. 336-42; Westfal1, Amet'imn Shokespea
rerln Criticism, pp. 227-29; Y Henry W. Simon, Tbe Reading of Shakespeore in Americon
Sebools rmd Colleges: An Histo1"Ícol s1l1"vay. (Nueva York, 1932).
58 Ludlow, DmllJotic Life as 1 FOllnd It, pp. 234,690-91, 694-95; Richard Moody,
Alllet'ica Take.' tbe Stage: R01llamicism in Amet'ican Dmma and Tbet1'e, 1750-1900 (B]oo
mington, Ind., 1955), pp. 195-96; Y Whitman, "The Old Bowery", en Kaplan, Wbit111fllZ:
Poe(1)1 and Prose, pp. 1187-88.
59 Alger, Life ofEdwin Fon'm: Tbe American Tmgedian, 2 (Filadelfia 1877; reimpreso
en Nueva York, 1972h p. 786.
60 Para la reflexión de Whitman acerca de los efectos del "perfume aristocrático" de
Shakespeare ", véanse sus "A Thought on Shakespeare" y "A Blad..-ward Glance o'er
Travel'd Roads", en K'aplan, Wbitman: Poetly and Pm,e, pp. 1150-52,663-64. Siglo XVI
II representaciones de Shakespeare como un autor de teatro moral son descriptas en
Bernard, Retl'ospectio12es ofAllIerica, pp. 270-71; Westfal1, Amet'icfl1z Shokespem'ean O'iti
cÍ.I'1lt, pp. 30-31; Y Shattuck, Shake:pem'e on tbe A1l1et'ican Stnge, p. 16. Y véanse J efferson,
citado en Lawrence A. Cremin, American Educatioll: Tbe Colollial Experience, pp. 1607
1783 (Nueva York, 1970), p. 438; Lincoln, citado en Ajan Bloom, Sbake.•peare's Politics
(Nueva York, 1964), p. 5: y Adams, "The Character ofDesdemona", American Monthly
Magazine, 1 (1836): 209-17, reimpreso en Hackett, Notes and Commentes, pp. 234-49, Y
"Miscollceptions ol" Shakespeare upon the Stage", reimpreso en Hackett, Note.f ond
C01ll1lle17.tes, pp. 217-28.
61 Hudson, Lectln-es on Sbake.\peare, 1: 79; anuncia, variedades de] teatro, Nueva Or
]eans, 3 y 4 de enero de 1870, FSL. Además véase Ruth Millar Elson, Guardians ofTmdi
ríon: Amel'han Schoolhooks oftbe Nineteenth Centll1y (Lincoln, Neb. 1964), pp. 242, 283; Y
Simon, Tbe Reading of Shakespeare in Ame1'Ícan ScbOOl.f and Colleges, pp. 19,26,44.
62 Downer, Tbe Amobiography ofJoseph Jejjim01l, 166:..67; y Hudson, LecttlTes on Sho
ke.\peare, 1: 69.
63 Para la reacción de Nueva York a Sófocles, véase Doris M. AJexander, "Oedipus
in Victorian Nueva York", Americfllz Qllm'tet1y, 12 (1960): 417-21.
64 Grimsted, lVlelodm7lla Unveiled, capitulo 6; George C. Branam, Eighteentb Cemury
AdaptatiolZS of Sbakespem"ean tI'agec~y (Berkeley y Los Angeles, 1956), capitulo 1; y Ran
kin, Tbe Tbeoteri7z Colonial Amerira, 83-84, 191-92.
65 En 1990 Alice vVood infonno que]a versión de Ricardo JII de Cibber "está aún en es
ceml y es aún preferida por una gran parte de]a comunidad", y así "la lucha por el 'Ricar
do lIT' de Shakespeare está aún"; Tbe Stage HirtOly ofShakespemú King Richard the Third,
pp. 133, 165. Más tarde en 1930, Arthur Colby Sprague asistió a una representación de Ri
cardo lIT en Boston y fue invitado a "el texto de Cibber, prácticamente en su totalidad"
aunque el nombre de Cibber no fue mencionado en ninguna parte, Sprague, Sbakespeorian
.. Playel)'fll1dPe1jiJ171lmu:e:f (1953; reeditado en Nueva York,'1969);pp: 151,212 n. J.
66 Cibber, Tbe Tragical Hist01y ofKillg Richord IJI, en Christopher Spencer, ed" Five
Restomtio1Z Adaptationes ofSbake.\pem·e (Urbana, III, 1965), pp. 275-344. Para una discu
sión excelente de la adaptación de Cibber, véase Word, Tbe Stage History of Shakespea
l'e's King Rkbm'd 111, cap. 4, 6: además véase Frederick W. Kilbourne, Shokespearian Pla
J'm. and Pe1jimllonces (Boston, 1906), pp. 107-12.
67 Hackett, Notes and C01l/.lllel!ts, p. 227n. Para las criticas deJohn Quince Adams de
Tate, véase ibid., pp. 226-28.
68 Citado en Grimsted, jVlelodrama U11.veiled, pp. 119-20.
69 Tate, Tbe Hist01y ofKing Lem', en Spencer, Five Restoration Adaptationes ofSbakes~
peore, pp. 201-74. Además véase Kilbourne, Altemtiolls tlIzd Adaptation.. ofSbakespem'e, pp.
157-72.
70 Por un primer informe de los cambios sufridos por el teatro, véase Otis Skinner,
Footlights and Spotlights: Recollections ofMy Lifo on the Stage (Indianápolis, 1924), cap. 23.
71 J oshua A. Fishman, Language Loyalty in the United States (1966, reimpreso en Nue
va York, 1978), p. 59.
72 Para las frases de Denney, véase su ensayo, "The Discovery of popular Culture",
en Robert E. Spiller y Eric Larrabee, American Perspectives: The National Selflmage in
the Twentietb Century (Cambridge, Mass, 1961), pp. 164-65. Las relaciones entre la re
citación de la Biblia de KingJames y la representación de Shakespeare y entre las trans
formaciones del estilo religioso del siglo XIX y las transformaciones necesarias de Sha
kespeare para el pensamiento e investigaciones futuras.
73 Higham, "The Reorientation of American Culture in the 1980's", enJohn Weiss,
Tbe Origins ofModem Conciousness (Detroit, 1965), pp. 25-48.
74 El interrogador fue el joven actor Otis Skinner; véase su autobiografía, Footlight~ and
Spotlightf, p. 93. Como fue preparando para su primera representación de Shylock en 1893
-el año de la muerte de Booth- Skinner descubrió la extensa influencia de Booth: "Me en
contré leyendo discursos con la voz de Booth, usando los gestos, actitudes y expresiones
faciales de Booth, en pocas palabras, dando una imitación absoluta. El fantasma de la
muerte gel actor subió entre la parte y yo", ibid., p. 213. Para otra evidencia de la influen
cia de Booth, véase Hutton, Curiosities of the American Stage, pp. 293-94; Henry Ausrin
Clapp, Reminiscences ofa Dramatic Critic (1902; reimpreso, Freeport, N.Y., 1972), cap. 15
y Charles H. Sharruck, The Hamlet ofEdwin Booth (Urbana, III, 1969).
75 Hackett, "After the play", New Repllblic, 24 de marzo, 1920, p. 122.
76 Por la idoneidad de Shakespeare al medio moderno, véanse Roger Manvell, Sba
kespem'e and the Film (Nueva York, 1971), pp. 9-10; Jan Kott, Shakespeare, Our Contertt
pormy, transo Boleslaw Taborski (Ciudad de Garden, N.Y., 1964), pp. 231-35; Y John
\Vaín, Tbe Living Wodd ofSbakespeare (London, 1978), pp. 2-7.
77 Goffman, Encozmtm¡: two Studies in the Sociology oflnteraction (Indianápolis, 1961);
\Vhitman, "Miserable State of the Stage", Bt'ooklyn Eagle, 8 de Febrero, 1847, reimpre
so en MontroseJ. Moses y John Mason Brown, eds., American Theatre as Seen by Its Cri
tics (Nueva York, 1934), pp. 70-72; Y Powe, Impresions ofAmeri¿'a, 1: p. 141.
78 Curtis, "Editor's Easy Chair", Hmpers New Monthly Magazine, diciembre de
1863, pp. 131-33. Por el contraste entre dos actores representando Hamlet, véase Hut
ton, Curiosities ofthe Amet1can Stage, p. 281.
79 Payne, citado en Grimsted, Melodrama Unveiled, pp. 56-57.
80 Somer, Personal Spa¿'e: Tbe Bebavioral Basis of Design (Englewood Cliffs, N.J.,
1969), cap. 2; Bledstein, The Culture ofProfossionalism: The Middle Class and Tbe Develop
ment ofHigber Education in Amerka (Nueva York, 1976), pp. 58-64, 80; Taylor, "Public
Space, Public opinion, and the Origins ofMass Culture", paper presentado para un en':
cuentro conjunto del Consejo Americano de la sociedad erudita y la Academia Húnga
ra de ciencia, celebrado en Budapest, agosto 1982.
81 Irving, Lettet:~ of]onatban, Oldstyle, p. 12.
82 Francis Courtney Wemyss, Twenty-Six Yeat'S ofthe Lifo of an Actor and Manager
(Nueva York, 1847), pp. 97-99, 113-15; Y Shattuck, Shakespem'e on the American Stage,
pp. 2-43.
83 Power, bllp1'essions ofAmerica, 1; pp. 351-55.
84 Mi relato del disturbio del Astor Place está basado en malhumorado Ricardo, The
Astor Place Riot (Bloomington, Ind., 1958), pp. 12, 172; William Toynbee, ed., Tbe Dia
1'Íes of William Chades MacTeady, 2 (London, 1912), pp. 404-29; Y Meter G. BuckIey,
"TheAstor Place Riot andJenny Kind", documento presentado en el 96 o encuentro an
ual de la Asociación Histórica Americana, publicado en Los Angeles, diciembre 28-30,
1981, Y "'A Privileged Place': New York Theatre Riots 1817-1849", documento presen
tado en el encuentro anual de la Organización Americana de Historiadores, publicado
en Sto Louis, abril 8-11, 1982. He agradecido extremadamente a BuckIey por compartir
conmigo no únicamente sus documentos inédito~ de trabajo sino también un capítulo
de su tesis en borrador. Moody estableció el número de muertes de treinta y uno a vein
tidós durante el disturbio y nueve mas como resultado de heridas recibidas durante el
dismrbio; en su más reciente investigación BuckIey ha sido capaz únicamente de contar
por un total de veintidós muertes -dieciocho durante la revuelta y cuatro más como re
sultado de heridas recibidas.
72 APUNTES DE INVESTIGACION
LAWRENCE W. LEVIl\TE
85 New York Ttibtme, 12 de mayo, 1849; New Ym"k Herald, 12 de mayo, 1849; Home
]ournal, 12 de Mayo, 1849, citado en Montrose J. Moses, The Fabulous Forrest: the Re
c01"d ofan A1lle17mn Actor (Boston, 1929), p. 262; Y Filadelfia Pubtk Ledger, 16 de Mayo,
1849. .
86 Arnold, Culture and Anan'hy (Nueva York, 1915), pp, 44, 47; y James, citado en
Moses, Tbe Fabulous F017'est, p. 246.
87 Brooks, American:~ c01Jling-of-age (Nueva York, 1-915), pp. 6-7. Brooks popularizó
antes que inventar los términos. Acorde al Suple'lfJent para el OxfordEnglish Dictio1ZalY,
"highbrow" fue el primero usado en la década de 1880 para describir la superioridad es
tética e intelectual, mientras "lowbrow" llegó a significar algo o alguien que no tiene ni
"muy intelectual" ni "estético" perfeccionado después de 1900. El término "middle
brow" (persona de cultura media) parece haber llegado a usarse en la década de 1920.
88 Whitman, Demo¿nuk Vistas, en Kaplan, Whitnum: Poetry and Prose, pp. 950-51,
961-61. Para una excelente discusión de Whitman y la cultura después de la guerra ci
vil, véase Alan Trachtenberg,: Cllltll1'e and Society in the Gilded Age (Nueva York, 1982),
158-60.
89 Veblen, The Tbe01y oftbe Lei.mre Class (1899; Penguin edn., Nueva York, 1979),
pp. 45,397-98.
90 Mi sentido de los últimos años de siglo XIX de la cultura americana fue acrecenta
da por los siguientes: Trachtenberg, Tbe bU'01pomtion ofAmerica¡ Lewis A. Erenberg,
Steppin' Out: New Nigbtlife a12d the Tmn.ifó17nation of American Culture, 1890-1930
(Westport, Conn, 1981); Daniel Walter Howe, "American Victorianism as a Culture",
Amerimn Qlltl11;er~'Y, 27 (1975); 507-32;John F. Kasson. Amassing tbe Millon: Coney lstand
at tbe Turn oftbe Centlt1y (Nueva York, 1978); John G. Sproat, "The Best Men": Liberal
Reformers i7z tbe Gilded Age (Nueva York, 1968); Arthur M. Schlesinger, Leanúng HIYW to
Behave: A Historiml Study of American Etiqll~tte Booh (Nueva Yor,k, 1946); John To
misch, A Genteel Endeavor: American Culture and Politics in Tbe Gilded Age (Stanford,
1971); T. J. Jackson Lears, No Place ofGrace: AntimodeniS'lft and the Tran·ifórmation of
Americán Culttwe, 1880-1920, (Nueva York, 1981); Stow Parsons, The Decline ofAmeri
can Gentilíty (Nueva York, 1973); Robert R. Roberts, "Gilt, Gingerbread, and Realism:
The Public and Its Taste", en H. Wayne Morgan, ed:, The Gilded Age: A Rea pproisal
(Syracuse, N.Y., 1963), pp, 169-95; Robert Wiebe, Tbe Search for arder (Nueva York,
1967); y George Frederickson, Tbe lnne¡" War:Nmhern lntellectuals and the Crisis
ofTbe Uníon (Ntieva York, 1965).
91 Véase Albert F. Malean, Jr., Ame¡"ican vaudn'ílle as Ritual (Lexington, Ky., 1965),
pp. 16-17; Foster Rhea Dulles, A Hist01Y of Rcreation: America Learns to Play (Nueva
York, 1965), p. 219; Russel Tbe Unemba17aSed Muse: The Popular Aro in America
(Nueva York, 1970), p. 170; y Wilson, Tbt"ee Hundred Yean of American Dram.a and
Tbeatre, p. 301.
92 Sennett, Tbe Fati ofPublieMall (Nueva York, 1978), esp. 261. Por los argumentos
que se dieron en la década de 1880 los americanos llegaron a preocuparse por lo proba
do antes que el gusto público, además véase Russell Lynes, Tbe taste11Zakers: The Sbapíng
ofAmerican Poular Taste (1955; reimpreso edn., Nueva York, 1980), p. 117.
93 Towle, A1rle¡'icall Sodety, 4. Para una discusión de ópera como música popular en
A.:rn§ri~a enc::l siglo véase Charles !{amm! Yestel:1ays: p~P!l!'!r.fio!l.gin A1l1:.~ca (Nue
va York, 1983), cap.
94 Este relato de cronolitografía está basado sobre Meter C. Marzio, Tbe Democratic
A11;: Pictttnr for a Nineteenth-Centll1Y America (Boston, 1979). Para la Exposición Colum
bia de 1893, véanse Reid Badger, The Great American Fair: World's Colll1nbían Exposition
and American Culttwe (Chicago, 1979); David F. Burg Cbicago's White City of 1893 (Le
xington, Ky., 1976); Y John C. Cawelti, "America on Display: The World's Faits of
1876, 1893, 1933", en Frederick Copie Jaher, ed., Tbe Age of industrialí.~ in AmerÍca
(Nueva York, 1968), pp. 317-63.