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UNIVERSIDAD CENTRAL
DEL ECUADOR

FACULTAD DE
CIENCIAS
PSICOLÓGICAS
PSICOLOGÍA CLÍNICA
PSICOPATOLOGÍA I
PSICOPATOLOGÍA DE LA
ATENCIÓN
JEAN PIERRE
MONTALVO GUERRERO
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PSICOPATOLOGÍA DE LA ATENCIÓN
La psicopatología de la atención no ha sido precisamente uno de los temas
más «llamativos» de la psicopatología. De hecho se aluden a «manifestaciones
tolerables»: a nadie se le hospitaliza por tener un tiempo de reacción más lento,
o por tardar más milisegundos en leer el color de una palabra. Sin embargo, a
pesar de ser poco llamativas, las alteraciones atencionales han ido cobrando,
paulatinamente, una importancia inusitada a la hora de explicar muchos
trastornos psicológicos. Si se revisa cualquier manual actual sobre trastornos
de ansiedad, de depresión, de esquizofrenia, etc., se encontrará algún
apartado central que haga referencia a déficit atencionales. Pero este gran
interés por el estudio psicopatológico de atención no está fuera de dificultades.
[ CITATION Val90 \l 12298 ].

Comenzaremos este apartado con las premisas y supuestos básicos que se


suelen hacer desde este tipo de planteamientos, para luego comentar muy
sucintamente dos tipos de clasificaciones que consideramos buenos ejemplos
del modo en que se enfoca y estudia la psicopatología atencional desde esta
perspectiva. Concluiremos valorando esta clase de enfoque. Desde los
planteamientos clásicos, la atención se caracteriza por estar íntimamente
ligada a la concentración: la atención implica muy especialmente un proceso de
focalización perceptiva que incrementa la «conciencia clara y distinta» de un
núcleo de estímulos. Esto, en definitiva, origina que las psicopatologías de
ambas no se diferencien. Por tanto, las psicopatologías atencionales se ubican
en un continuo (normalmente cuantitativo) de la concentración. Junto a esto se
dice que la vigilancia y la claridad de la conciencia son prerrequisitos
necesarios para que la atención se ponga en marcha y pueda funcionar
correctamente.

PSICOPATOLOGÍA CLÁSICA DE LA ATENCIÓN

Scharfetter, en su Introducción a la Psicopatología General, incluye un


capítulo sobre «Atención y concentración ». En él define la atención como la
«orientación (activa o pasiva) de la consciencia hacia algo que se experimenta.
Concentración es la persistencia concentrada de la atención». A partir de esta
definición ofrece la siguiente clasificación de los trastornos atencionales:
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1. Falta de atención y trastorno de la concentración

Se define como incapacidad o capacidad disminuida para enfocar,


concentrarse y orientarse hacia un objeto. Se trata de un trastorno de la
capacidad de prestar atención persistentemente a una determinada actividad,
objeto o vivencia. Lleva consigo una intensa distraibilidad y falta de
concentración (altos grados). El grado más intenso de distraibilidad y la
ausencia completa de atención se denomina aprosexia [ CITATION Bel081 \l 12298 ].

2. Estrechamiento de la atención

Definida como concentración sobre unas pocas cosas. Por ejemplo, en la


fijación sobre alucinaciones, en el vivenciar delirante intenso, etc. [ CITATION Val90
\l 12298 ].

3. Oscilaciones de la atención y de la concentración:

Se refiere a alteraciones en cuanto a la duración de la atención. Esta oscila


con arreglo al interés, a la participación personal de un sujeto en un objeto, etc.
Por ejemplo, un maníaco lleno de ocurrencias, ideas e impulsos tiene dificultad
para fijar y mantener su atención sobre algo determinado (atención fluctuante,
distraibilidad, debilidad de concentración)[ CITATION Bel081 \l 12298 ].

Trastornos Cuantitativos

1. Elevación del umbral de la atención: Aquí la atención no se despierta si no


es con estímulos intensos (en depresiones, estados de agitación, etc.).

2. Indiferencia: Considerable falta de atención para interesarse por los


acontecimientos, siendo ineficaces los estímulos que despiertan interés en
situaciones normales o de la cotidianidad [ CITATION Bel081 \l 12298 ].

3. Inestabilidad de la atención (distraibilidad o hiperprosexia): La atención


se halla dirigida superficialmente a los estímulos de cada momento, siendo
difícil concentrarla y mantenerla en un objeto (espectro de atención), lo que
viene a llamarse también distraibilidad o hiperprosexia [ CITATION Egu10 \l 12298 ].
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4. Fatigabilidad de la atención: Modificación causada por el efecto de


mantener la atención, que se acompaña de escasos rendimientos y abundancia
de errores.

Trastornos Cualitativos

Dentro de las alteraciones cualitativas se ubica la perplejidad. El sujeto no


logra la síntesis del contenido de la atención, “careciendo de la significación
concreta de los fenómenos y sus relaciones efectivas, de suerte que no acierta
a comprender sus actos y las circunstancias que le rodean” [ CITATION Cap87 \l
12298 ].

Crítica a la psicopatología clásica de la atención

La valoración crítica que podemos hacer de este tipo de clasificaciones


incluye tanto la referencia al propio contenido de las mismas como a los
supuestos teóricos en los que se basan. Por lo que se refiere al contenido, no
podemos dejar de resaltar la «simplicidad» extrema de este tipo de
clasificaciones, en el sentido de que dejan fuera muchos aspectos y/o
propiedades de la atención, centrándose sólo en la atención como
concentración o añadiendo sólo la propiedad de la atención sostenida. Así los
problemas con la atención estribarían en variaciones exclusivamente
cuantitativas del grado de focalización de la atención: o no se atiende a nada, o
se atiende a pocas cosas, o el objeto de atención varía temporalmente
[ CITATION Bel081 \l 12298 ].

Por otro lado, existen ciertos fenómenos anómalos (como veremos más
adelante) relacionados con la atención que no cabrían en estos
planteamientos. Y ello creemos que se debe a la confusión existente entre las
distintas funciones y/o fases de la atención: concentración, vigilancia,
selección, etcétera. Funciones que además poseen una importante base
experimental. Sin embargo, este tipo de planteamientos no tiene en cuenta la
diferencia entre tales funciones, quizás debido a su escasa relación con la
investigación psicológica, lo que hace que las distintas funciones sean
subsumidas en una más general y definitoria de la atención: la concentración.
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Pensamos, además, que la mayoría de los problemas de estas clasificaciones


surgen de la propia definición de atención, concibiéndola exclusivamente como
foco de la conciencia[ CITATION Bel081 \l 12298 ].

El problema de confundir atención, concentración y conciencia lleva a incluir


la psicopatología atencional en la de la conciencia, o viceversa, ya que en casi
todos los cuadros en que hay psicopatología de la conciencia se producen
alteraciones en la vigilancia y concentración. En definitiva, a pesar de que, en
efecto, el estudio de la atención precisa muchas veces la recurrencia a alguna
forma de consciencia, la atención y la conciencia no son procesos idénticos ni
subsumibles, sino en todo caso concurrentes como sucede además con casi
todos los procesos de conocimiento estudiados [ CITATION Egu10 \l 12298 ].

PSICOPATOLOGÍA COGNITIVA DE LA ATENCIÓN

Está claro que los planteamientos clásicos de la psicopatología atencional


no nos dejan en absoluto satisfechos no sólo con lo que entendemos que
significa la atención, sino también con las propias anomalías que se incluyen
en ese apartado. Pensamos que una de las formas más convenientes para
hacer una clasificación de estos trastornos es partiendo de los conocimientos
que la psicología nos ofrece sobre este tema. Sin embargo, desgraciadamente
hoy por hoy no contamos con una teoría que sea capaz de integrar todos los
aspectos de la atención. Por ello, mantener estos aspectos separados por el
momento, favorece el análisis de los mismos. “Por tal razón hemos optado por
exponer las anomalías de la atención en función de aquel aspecto de la
atención con el que estén más relacionados los trastornos” [ CITATION Bel081 \l
12298 ].

Atención como concentración

Aquí se incluyen todas las alteraciones que están de algún modo


relacionadas con la fijación (o su ausencia o alteración) de la atención sobre
estímulos objetos o situaciones. Este tipo de problemas está presente en una
gran variedad de trastornos psiquiátricos y en otras muchas condiciones, como
fatiga extrema, necesidad de dormir, estados de desnutrición. Además de esta
sintomatología inespecífica de falta de concentración, nos encontramos con
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dos alteraciones relevantes: la ausencia mental y la laguna temporal [ CITATION


Cap87 \l 12298 ].

1. Ausencia mental: alude a un tipo de experiencia que, por lo general, se


considera como anómalo, extravagante e inusual, pero no como patológico. Se
podría considerar que la ausencia mental es un fenómeno de umbral: el nivel
de atención es bajo para aquellos estímulos que le resultan distractores (todos
aquellos que no se relacionan con sus pensamientos); es decir, la disminución
del nivel atencional está inversamente relacionada con el grado de
preocupación por sus pensamientos. “Sin embargo, se supone que ante un
incremento súbito de los estímulos se elimina la ausencia” [ CITATION Bel081 \l
12298 ].

2. Laguna temporal: Los procesos automáticos, a diferencia de los


controlados, son procesos relativamente libres de demandas atencionales (por
tanto, requieren escaso consumo atencional) que se realizan sin consciencia
por parte del sujeto. Normalmente son el resultado de un aprendizaje (salvo
algunos que son innatos) y se adquieren como consecuencia de la repetición
frecuente de una tarea o proceso que inicialmente requería atención
controlada. “Una vez adquiridos son difíciles de modificar” [ CITATION Egu10 \l
12298 ]. Además, el rendimiento en una tarea automática alcanza un nivel
asintótico: a partir de un determinado momento la práctica ya no produce
mejorías sustanciales.

Atención como selección

Por atención selectiva se entiende la habilidad o capacidad para separar los


estímulos relevantes de los irrelevantes. Ya hemos comentado, al hablar de los
modelos estructurales, que debido a la capacidad limitada de la atención,
debemos seleccionar una señal o una secuencia de señales y excluir el resto.
Este fenómeno no es en absoluto patológico. Se trataría de la capacidad para
seguir una fuente de información cuando hay otras muchas que compiten por
atraer la atención. “Por tanto, se trata de un fenómeno total y directamente
relacionado con la atención selectiva, por lo que su explicación nos lleva a los
modelos estructurales de los que hemos hablado antes” [ CITATION Val90 \l 12298 ].
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En psicopatología, el problema de la atención selectiva se puede encontrar


presente en muchos y diversos trastornos. De hecho, la distraibilidad es un
síntoma frecuente en una amplia variedad de trastornos, que puede ir, por
ejemplo, desde los episodios maníacos a los trastornos de ansiedad o a los
cuadros crepusculares. Sin embargo, la esquizofrenia es, sin duda, el trastorno
en el que con más profundidad se ha investigado en este sentido. Una de las
hipótesis más populares sobre el déficit cognitivo ocurrido en la esquizofrenia, y
que se suele corresponder con los datos empíricos de distintas investigaciones,
es que los individuos esquizofrénicos no diferencian bien entre estímulos
relevantes e irrelevantes; es decir, tendrían problemas a la hora de «afinar en».

Atención como activación

La activación está relacionada con la focalización de la atención y con el


grado o intensidad de la misma. Desde esta perspectiva, la psicopatología está
interesada, fundamentalmente, en los cambios en la atención como respuesta
al estrés. En las situaciones estresantes, las señales peligrosas elicitan tanto
cambios corporales como cambios en nuestros procesos cognitivos. A niveles
atencionales, el foco de la atención se extrema y se restringe. Las
características de la amenaza demandan toda nuestra atención, y por tanto
abandonamos las demás señales. “También consideramos como estresantes
otras situaciones sociales que pueden amenazar a nuestra autoestima, o que
implican ciertas demandas sociales, personales, etc.” [ CITATION Bel081 \l 12298 ].

Atención como vigilancia

Clásicamente, el término vigilancia se utilizaba para designar un estado de


alta receptividad o hipersensibilidad hacia el medio o hacia porciones del
medio. Actualmente, el término también se utiliza para indicar un tipo de
dedicación atencional definido por la propia tarea, sin prejuzgar la actitud o
estado del sujeto, denominándose como tareas de vigilancia a aquellas de
larga duración en las que el sujeto debe detectar y/o identificar un estímulo de
aparición infrecuente. En general, en las tareas de vigilancia de detección de
señales ocurre un deterioro en la ejecución: mientras que, por un lado, la
sensibilidad disminuye, por otro, el criterio se eleva. En otras palabras, se dan
tantos errores de omisión como de comisión. Este tipo de déficit se ha
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encontrado muy a menudo en pacientes esquizofrénicos, utilizando sobre todo


la tarea de CPT (test de ejecución continua), en la que, en su versión más
simple, se le pide al sujeto que apriete un botón cuando aparezca una letra
determinada (por ejemplo, la X) que se presenta mediante taquistoscopio en
una serie larga de letras[ CITATION Cap87 \l 12298 ]

Referencias bibliográficas
- Belloch, A., Sandín, B., & Ramos, F. (2008). Manual de Psicopatología (Vol.
I). Madrid: McGraw-Hill.
- Capponi, R. (1987). Psicopatología Y Semiología Psiquiátrica. Santiago.
- Eguiluz, I., & Segarra, R. (2010). Introducción a la psicopatología . México:
D.F: Panamericana.
- Vallejo, J. (1990). Introducción a la psicopatología y la psiquiatría. Barcelona:
Masson.

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