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INFORME QUE PRESENTA EL SEÑOR: MONTALVO GUERRERO JEAN

PIERRE, ALUMNO DEL CUARTO SEMESTRE, PARALELO “A”; AL SEÑOR


DOCTOR: AGILA GONZÁLES JORGE RAÚL, RESPONSABLE DE LA
CÁTEDRA DE PSICOPATOLOGÍA I DE LA CARRERA DE PSICOLOGÍA
CLÍNICA DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR. SOBRE LA
OBERVACIÓN DE UN CASO CLÍNICO.

ANTECEDENTES

Por disposición verba del señor doctor: AGILA GONZÁLES JORGE RAÚL,
el mismo que dispone efectuar una observación de un caso clínico encubierto.
En tal virtud se procede a efectuar el presente informe.

DESARROLLO

En el transcurso del día domingo, 21 de octubre de 2018, aproximadamente


a las 13:15 horas se inicia la labor de observación y tipificación de un objeto de
estudio en el sector de Santa Anita, calles El Canelo y Serapio Japerabi, esto
se encuentra en el sur de la ciudad de Quito, capital del Ecuador.
Específicamente a las 13:28 horas del mismo día se identifica a una persona
de sexo femenino quien llama la atención del investigador porque empieza a
gritar y reírse de manera escandalosa, alertando la atención de los transeúntes.
A continuación se realizará una descripción detallada, en lo máximo posible,
tanto del aspecto físico como del aspecto conductual de la persona observada,
misma a quien nos referiremos en adelante como “María”, mismo que no es su
nombre real sino un alias para la mejor comprensión del informe conductual
llevado a continuación.

Como se mencionó anteriormente, María llamó la atención del investigador y


de los transeúntes porque vociferó unas palabras y risas de manera exagerada,
desde ese instante se persigue a la misma, de la cual se pudo observar:
persona de sexo femenino, de unos 55 años a lo sumo, 1,55 metros de altura
aproximadamente, complexión gruesa, de caminar rápido y lento según su
ánimo presumiblemente, cabello castaño oscuro, lacio y un tanto largo; el color
de su piel se podría definir como café claro, es decir, de una raza mestiza; los
aspectos de la cara fueron un tanto difíciles de precisar porque caminaba
siempre con la cabeza gacha. Para ese momento, María, usaba un jean claro,
un chaleco azul que curía una camiseta color morado claro; tenía unas
zapatillas rosadas de las cuáles una parecía rota en la parte posterior (no se
puede apreciar correctamente en las fotos). Llevaba una vincha color azul en el
cabello, mismo que estaba hecho una cola; adicionalmente llevaba una cartera
color blanco aunque muy sucias y manchada con pintura o una sustancia
parecida. Cabe remarcar también que sus brazos y piernas no tenían alguna
alteración evidente o algún factor que le haga tener marchas aleatorias como
las que presentaba.

Al seguir a María se observó que su caminar era muy vacilante e


inconstante, asentando mucho sus pasos y dando caminares cortos y largos a
la vez, adicional, María movía sus brazos como si estuviese hablando con
alguien de manera agresiva, de hecho, no sólo movía los brazos sino que
gritaba palabras que no eran entendibles y las entendibles eran claramente
insultos y palabras de tipo soez, estos gritos por lo general estaban
acompañados de un movimiento de la cabeza; por lo general en cada esquina
se detenía para ver el piso y hacer como su buscaba algo. Al pasar por un local
de comida, parecía que pidió un plato de comida a quienes estaban dentro, sin
embargo no se detuvo mucho y siguió caminando de manera enojada; en dos
ocasiones cruzó la calle sin percatarse si habían autos, al pasar por los autos
estacionado, se veía en los espejos y se reía de manera muy altiva. En
general, aparentaba algún apuro en su marcha y una especie de enojado y
discusión con alguien/algo no presente.

Constantemente, para casi todo María tenías ademanes muy marcados, un


ademán es un gesto con que una persona manifiesta un estado de ánimo o
muestra la intención de hacer algo que no se llega a realizar, por lo general se
realiza con lenguaje no verbal y con un movimiento corporal muy marcado.
Además cabe destacar que en sus gritos se escucha una voz ronca y un tanto
rasgada, es decir, no es un grito limpio, reflejando que tiene inflamada la
garganta o la faringe, es decir, que sus gritos son constantes y que siempre los
hace, hecho que se constató muy marcadamente pues en el tiempo que duró el
seguimiento gritó al menos unas 15 veces, esto se coteja además con sus
gritos a manera de alaridos que también tenían esa característica de ronco y
rasgado.

Se intentó seguir a María por más tiempo, pero su caminar y sus pausas
abruptas en la marcha hacían incómoda y obvia la “persecución” generando
que los transeúntes se cuestionen tal seguimiento y que en una ocasión una
persona se acerque a cuestionar si soy familiar o el por qué del seguimiento, al
explicarle el motivo, explicó un ciudadano que es una persona conocida del
barrio que siempre tiene ese comportamiento, que intente tener cuidado porque
suele ser agresiva, que ha llegado inclusive lanzar piedras a quien intenta
ayudarla. El morador responde al nombre de Antonio Carrillo, quien tiene un
taller de suelda, sin embargo, el señor no accedió a tomarse una fotografía
para poder confirmar su presencia y su testimonio. Antonio tiene
aproximadamente unos años, vestía con un jean azul y zapatos negros
mocasines, una guayabera blanca y una gorra para el fuerte sol de la tarde.
Enunció también que era un poco peligroso inclusive el barrio al cual
estábamos accediendo pues si bien se encontró a María entre la intersección
de El Canelo y Serapio Japerabi, luego del seguimiento nos encontrábamos en
la calle Copiapo y Juan Camacaro, es decir, ya entrando al barrio de “La
Santiago”, aproximadamente a un kilómetro el punto inicial.

La conversación con Antonio Carillo duró a lo sumo unos cinco minutos,


luego de los cuales María ya había desaparecido de las calles y no se pudo
continuar con el seguimiento, aunque luego de la advertencia del señor Carrillo,
la “persecución” iba a terminar de todas formas; un dato curioso y muy
relevante para este caso es que, como se mencionó anteriormente, la señora
no tenía rasgos ni muestras de ser una indigente, de hecho, estaba bien
vestida para su condición; esto se le cuestionó a Antonio y supo explicar que
nunca la ha visto acompañada de alguien, que siempre camina ella sola, sin
embargo, concuerdan en que debe tener un hogar o un familiar directo con el
cual vivir porque en ocasiones inclusive “cuenta con dinero para comprar una
bebida o una papa, siempre hace relajo y grita, pero tiene dinero para pagar las
cosas que compra”; se concordó entonces que María no es indigente y que su
condición puede responder a un consumo de sustancias o a una patología
mental que la verdad no considero tan simple de especificar sin un contacto
más directo con la mencionada. Se intentó también conversar con la dueña de
la tienda donde indicaron que suele comprar cosas pero lamentablemente
estaba cerrada.

El último intento que se realizó para seguir a María fue inútil dado que, como
mencioné, se perdió su rastro el momento que me detuvo el morador Carrillo,
sin embargo, caminé un poco más por el barrio en mención y sí tenía una
aspecto y unos lugares un poco hostiles, además, constantemente circulaban
grupos de personas con una vestimenta y aspecto muy conocidos y
estereotípicos de un grupo pandillero del sur de la ciudad, además de muchas
personas en estado de ebriedad dormidas en la calle y consumidores de
sustancias ilegales (cemento de contacto) que efectuaban su uso a libre vista
de todos y cerca de un parque en el cual jugaban unos niños, intenté en dos
ocasiones tomar registros fotográficos de esto pero la advertencia de Antonio y
el miedo por el terreno hostil hicieron que no sea posible; por lo tanto, siendo
las 14:06 horas, en la intersección de las calles Punta Arenas y S13F se
procede a terminar con el trabajo investigativo, dando fin a la observación de
campo del caso clínico.

CONCLUSIÓN
Se concluye, tanto por la observación como por el relato del morador del
sector que María es una señora que debe sufrir algún tipo de demencia o
trastorno de humor, denotado por sus activos cambios en la marcha y en la
expresión de lenguaje (verbal y no verbal), no se descarta por las condiciones
de su ropa, de su integridad y de la conversación con el morador que tenga un
hogar estable y hasta familia, sin embargo, por su condición, no aparenta ser
indigente o carecer de un hogar estable. Finalmente habría que recabar en más
datos para un mejor diagnóstico pero, de manera intuitiva se presumen dos
diagnósticos. El primero es “Síndrome de Tourette” pues ésta enfermedad tiene
gritos, movimiento o acciones repetitivas y acciones o sonidos no intencionales,
mismo que encontramos con mucha cantidad en María, lo que hace llegar a
este trastorno son los gritos y movimientos bruscos que realiza inclusive con su
cabeza, además de que lo poco que se logra entender son insultos y malas
palabras; sin embargo, otro diagnóstico posible sería “Demencia” en alguno de
sus espectros, y se llega a tal conclusión porque el hecho que presente
conductas agresivas de vez en cuando hacen pensar que ya no sería un
Síndrome de Tourette, pues la agresividad no es típica de dicha enfermedad,
aunque el terreno hostil por el que siempre transita y el estigma que puedan
tener los moradores para con ella pueden influir en su comportamiento contra
los otros.

RECOMENDACIÓN

Del siguiente informe no se considera una recomendación más allá de


alguna que consolide la integridad y seguridad del investigador y en la cual,
para futuras observaciones, se las pueda llevar a cabo en un centro u hospital
del cual se puedan tener más datos para cotejar lo observable con el contexto
del individuo, siempre priorizando una buena conclusión de la investigación y
de la experiencia. Por tanto sería mejor que estos trabajos se los realicen en
grupos que no sean de más de tres personas pues también sería un factor
molesto para el investigado que un grupo de más de tres personas realice un
seguimiento, provocando inclusive la alerta de los ciudadanos por una
conducta sospechosa.

Quito, 26 de Octubre de 2018

Jean Pierre Montalvo Guerrero


UNIVERSIDAD CENTRAL
DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS
PSICOLÓGICAS

PSICOLOGÍA CLÍNICA
PSICOPATOLOGÍA I

INFORME
JEAN PIERRE
MONTALVO GUERRERO

CUARTO “A”
Taller de suelda de Antonio Carrillo - Juan Camacaro y Copiapo (La Santiago)

Lugar donde terminó el trabajo de campo- Punta Arenas y S13F

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