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Sobre la ética y la moral en general

Para realizar una reconstrucció n histó rica de la ética es necesario acudir a su


etimología. La palabra ética, se remonta a los griegos quienes presentas dos modos de
entenderla, una desde la expresió n Ê thos, que hace referencia al “cará cter”, “modo de
ser”, lo que fundamenta el actuar en el modo de ser de las personas, como una
característica inmutable. Este sentido de la ética es usado por Homero en sus poemas
de la Iliada y la Odisea. Má s tarde en la época del esplendor de la filosofía griega,
Plató n y Aristó teles, se entiende la ética como: costumbre o há bito, orientando una
visió n donde las acciones se pueden cambiar y construir socialmente. De otra parte la
expresió n Moral deriva del latín mos-moris, que hace referencia a costumbre, norma
o precepto. Así el termino tal como lo conocemos hoy se entiende como un conjunto
de comportamientos sociales y se fundamentan en los valores de un grupo
determinado de personas.

De esta manera, podemos entonces afirmar que la moral se refiere a los actos
humanos que se pueden valorar como buenos o malos y que la ética es una reflexió n
filosó fica sobre nuestro comportamiento moral, es decir, costumbre, normas, etc. Su
labor es en ú ltimas, buscar soluciones intersubjetivas que permitan la convivencia
racional a partir de acuerdos.

Un modelo muy valioso en la reflexió n filosó fica sobre la moral es la hace Kant, por
esta razó n usaremos su distinció n de las éticas, como proceso metodoló gico que nos
muestre el camino y presupuestos de una ética del ser, que busque la convivencia a
través de la gestió n de acuerdos intersubjetivos, que tengan como eje transversal el
diá logo y el uso del lenguaje.

Para Kant la ética se divide en dos principalmente, una que denomina É tica Material o
teleoló gica: Que será toda aquella que determina la bondad o maldad de las acciones.
Así por ejemplo el precepto "no matará s”, en la ética material, se convierte en una
acció n mala en sí misma. De esta manera, la ética material nos dice como debemos
obrar. Y otra que es la É tica Formal o deontoló gica, que se limita a señ alar có mo
debemos obrar siempre, no presenta normas que orienten a un fin, sino que presentan
una formula a priori, que determine todo el obrar. Esta ética tiene como presupuesto
principal la razó n y la voluntad.

Dilemas éticos
La presencia de los dilemas de orden ético y moral es una constante en nuestra vida y
es por eso que es necesario que les demos visibilidad, con el fin de tomar, frente a
ellos, las mejores acciones. Un dilema ético o moral es una situació n en la que se halla
una persona, que le exige cumplir con má s de un deber moral o ético a la vez, sin
embargo al solo poder cumplir uno de ellos debe decidir. Muchas veces se piensa que
los dilemas éticos hacen referencia ú nicamente a situaciones trá gicas o traumá ticas,
pero la verdad es que se presentan tan constantemente como el ejercicio de nuestra
voluntad, frente a realidad de la vida personal, familiar o profesional
Imperativo categó rico

En la ética kantiana el imperativo categó rico es el principio fundamental de la


moralidad, pues, busca la universalidad de las má ximas que perseguimos en nuestro
actuar, a partir de un ejercicio racional de la voluntad. El imperativo categó rico nos
dice, entonces, que actuemos de acuerdo con má ximas que podamos querer como
leyes universales, es decir, que todo lo que realicemos en nuestro actuar debe ser
vá lido como universal. Para esto es necesario entender que una má xima es cualquier
regla que alguien contempla a la hora de actuar, un ejemplo de esto será la má xima de
cumplir las promesas hechas, la má xima de no trabajar en domingo, la má xima de
siempre decir la verdad, etc. Y posee las razones que hacen que el sujeto aplique una
determinada má xima. Así pues, lo que busca el imperativo categó rico que propone
Kant, es que todo nuestro actuar se oriente por má ximas incondicionales, no
condicionales como comú nmente sucede, y que las razones que motivan las má ximas
de nuestro actuar, no sean el castigo o la ley, sino la racionalidad y el respeto por los
demá s. Kant pone un ejemplo: yo me encuentro en una dificultad financiera y tengo la
intenció n de pedirle a un amigo dinero prestado, sin embrago soy consciente que no
podre pagarle, pero también sé que si no le prometo que se lo pagaré no me prestará
el dinero, entonces pienso prometerle que le pagaré aunque sé que no lo haré. Es en
este momento donde debo preguntarme si esta acció n es ética o no lo es, si pienso en
que la má xima de esta acció n es conseguir el dinero estaré usando a mi amigo como
un medio para lograr mis intereses, pero debo preguntar, en virtud del imperativo
categó rico, puedo pensar este actuar como una má xima universal, es decir que toda
persona lo haga y sea moralmente vá lido? Si no puede ser considerado
universalmente como vá lido, debo desistir de mi actuar. Kant promulga el imperativo
Categó rico de la siguiente forma “Obra siempre segú n una má xima que puedas querer
al mismo tiempo que su universalidad sea ley. Esta es la ú nica condició n bajo la cual
una voluntad no puede estar nunca en contradicció n consigo misma”.

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