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UNIVERSIDAD DE LAS AMERICAS

FACULTAD DE DERECHO

DERECHO CONCURSAL

Apuntes de clases
Profesor Jorge Lagos Gatica

- 2011 -

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Primera Parte

I.- INTRODUCCION

1. Generalidades1

La empresa organizada jurídicamente bajo alguna de las


estructuras que el derecho comercial pone a su alcance
(sociedades de capital, sociedades de personas, corporaciones,
etc.) al igual que una persona natural, puede enfrentarse a una
situación económica desfalleciente que le impida dar
cumplimiento cabal y oportuno de sus obligaciones.

En materia comercial, el cumplimiento oportuno de las


obligaciones por un empresario individual o por una empresa
colectiva trasciende los intereses privados de este deudor y de su
acreedor. El comerciante o la empresa mercantil han usado del
crédito distribuido generalmente entre quienes ejercen la actividad
comercial. Otros comerciantes u otras empresas son sus
acreedores y esperan el pago de sus créditos para cumplir con sus
propios compromisos. El incumplimiento apela a medidas de
seguridad general destinadas a proteger los intereses en juego.

2. El incumplimiento de las obligaciones.

Las obligaciones, de acuerdo a un concepto moderno, son, más


que un vínculo entre dos partes, una relación directa entre los
patrimonios del deudor y del acreedor. En efecto, si el deudor no
cumple la prestación prometida, es su patrimonio el que responde
por él y el acreedor ejercita precisamente sobre tal patrimonio el
1
Ricardo Sandoval López, D° de Quiebras. Edit. Jurídica.

2
derecho de prenda general que le corresponde. En virtud del
derecho de prenda general, el acreedor puede perseguir el pago de
su crédito en todos los bienes del deudor (art.2465 del Código
Civil. Haciendo valer el derecho de prenda general, el sujeto
activo de la obligación puede exigir que se vendan todos los
bienes del deudor (salvo los inembargables) hasta concurrencia de
sus créditos, para que con el producto se le satisfagan
íntegramente si fueren suficientes los bienes, y en caso de no
serlo, a prorrata, cuando no haya causas especiales para preferir
ciertos créditos (art. 2469 del Código Civil).

Lo ideal para el acreedor es que el deudor cumpla la obligación


tal como había sido convenida, pero en el evento de que no se
cumpla, puede hacer uso de los siguientes derechos: la excepción
del contrato no cumplido; la ejecución forzada de la obligación y
los derechos auxiliares. Mediante el primer mecanismo, la parte
que se excepciona, a más de sustraerse legítimamente al deber de
cumplir a su vez, queda asimismo eximida de las consecuencias
del incumplimiento voluntario, es decir, escapa a la posibilidad de
sufrir la ejecución forzada, a la compensación y a los intereses
moratorios. La ejecución forzada representa, por el contrario, un
modo directo de obtener el cumplimiento de la obligación,
haciendo uso de un procedimiento de apremio o compulsivo. Pero
es frecuente que el acreedor no pueda obtener el cumplimiento de
la obligación en la forma convenida, debiendo aceptar su
cumplimiento por equivalencia, que retraduce en el ejercicio de la
acción de indemnización de perjuicios. Por último, los llamados
derechos auxiliares (medidas conservativas, acción oblicua o
subrogatoria, acción pauliana o revocatoria y el beneficio de
separación de patrimonios) permiten al acreedor mantener intacto
y eficaz el patrimonio del deudor, de manera que pueda ejercitar
en él, sin tropiezos, su derecho de prenda general.

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3. Tutelas frente al incumplimiento.

En el derecho civil contemporáneo las instituciones se agrupan


atendiendo a su carácter tutelar o de resguardo de cierto bienes.
Siguiendo este criterio, algunas instituciones tienen por objeto el
resguardo de la constatación, como las formalidades, la
publicidad o la prueba; otras tienen por finalidad cautelar la
certeza, como la caducidad y la prescripción; o, en fin, hay
instituciones cuya mira es la de proteger la actuación, como con
las defensas de los derechos subjetivos en general. Sin embargo,
la expresión tutela de la actuación jurídica sólo se emplea para
referirse a las que protegen los derechos personales, porque
interesan particularmente en cuanto constituyen el supuesto de la
circulación de la riqueza del crédito.

Para la defensa de los derechos personales existen tutelas


individuales y colectivas. Las primeras protegen la acreencia
considerada individualmente, en tanto las segundas tutelan las
relaciones jurídico-patrimoniales consideradas como proceso
económico, y regulan, por ende, la totalidad de los derechos
personales vinculados con el patrimonio en crisis. Las dos clases
de defensa pueden ser preventivas o reparativas.

La tutela o defensa es todo medio que el derecho dispone para


asegurar el efectivo cumplimiento de la orden contenida en la
norma y llamado a actuar en el caso que sea infringida. Son
tutelas preventivas aquellas que precaven la violación de un
derecho o aseguran con antelación la eficacia de la defensa
reparativa eventual. Las principales tutelas preventivas
individuales son los llamados “derechos auxiliares del acreedor”.
Forman parte también de este grupo las garantías reales (hipoteca
y prenda), en cuanto el acreedor se ve favorecido con ellas al
aumentar sus posibilidades de éxito para el ejercicio de una

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defensa reparativa. Las garantías personales (fianza, aval) amplían
el campo de acción de la tutela reparativa, que puede dirigirse en
contra de un patrimonio adicional, el del fiador o el del avalista.
Los privilegios, como prelaciones concedidas por la ley a
determinados créditos, que en razón de su origen, de su naturaleza
u otros motivos permiten pagarse con preferencia, constituyen
asimismo tutelas establecidas por la ley.

Son tutelas reparativas individuales aquellas cuya finalidad es


remediar el mal causado por el hecho o situación antijurídico. El
cumplimiento forzado de la obligación o la resolución del
contrato constituyen defensas reparativas. La indemnización de
perjuicios que en el fondo traduce el cumplimiento por
equivalencia de la obligación, es también otra tutela reparativa
individual. En fin, pertenece a esta categoría de defensas la
indemnización moratoria de perjuicios, por el incumplimiento
tardío de la obligación imputable al deudor.

Las tutelas individuales descritas y enumeradas precedentemente


se hacen efectivas sobre el patrimonio del deudor. Suele ocurrir
que el patrimonio del deudor no cuente con bienes embargables
suficientes para soportar las ejecuciones individuales o que,
contando con ellos, la diligencia de los acreedores no baste para
ubicarlos o para establecer su existencia.

Cuando el patrimonio del deudor no resiste las tutelas


individuales, permitir su aplicación implica favorecer a ciertos
acreedores en perjuicio de los otros. En efecto, sólo los acreedores
más diligentes o mejor informados lograrían la satisfacción total
de sus acreencias. Como el deudor no puede cumplir sus
obligaciones, empieza a malvender sus bienes, a preferir ciertos
acreedores en vez de otros, lo que en suma da lugar a la cesación
de pagos, que compromete más la suerte del conjunto de los

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acreedores, la del propio deudor y la comunidad toda, por el
entorpecimiento en el desarrollo de las relaciones jurídicas y del
crédito.

En presencia de la causa de la quiebra, los mecanismos de defensa


individuales son insuficientes para salvaguardar la igualdad de los
acreedores y para resguardar todos los intereses generales
involucrados. Se requiere, por lo tanto, un sistema que organice
los diversos intereses en juego e impida la consumación de un mal
mayor. Este sistema está representado por las tutelas colectivas.

Las defensas colectivas no sólo son eficaces frente a una situación


consumada, sino que actúan también preventivamente, en el caso
de que, antes de producirse los incumplimientos efectivos
generados por la situación patrimonial, se advierta por indicios
concluyentes que el deudor se encuentra en una situación
patrimonial crítica. Las tutelas colectivas, sean de preservación o
de reparación, tienen un carácter coercitivo mucho más grave e
intenso que las defensas individuales. Por tal razón, sólo deben
aplicarse cuando los intereses en juego las justifiquen.

4. La ejecución individual y la ejecución colectiva del deudor.

Frente al incumplimiento de parte del deudor, el acreedor puede


hacer efectivo su derecho de prenda general mediante la ejecución
forzada de la obligación. Este derecho a ejecutar al deudor está
regulado, en el derecho común, con un criterio esencialmente
individualista, que mira a proteger exclusivamente los intereses
del acreedor, que se traduce en el hecho de que puede embargar
tal o cual bien y tramitar el procedimiento de apremio en forma
más o menos rápida, según sus intereses y deseos personales. El
pago de las acreencias depende de la diligencia, prontitud y
decisión de cada uno de los acreedores; no puede ser de otra

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manera, en el derecho común, porque parece justo que cada uno
vele por sus propios intereses de manera que la primacía de la
celeridad parece merecida; si un acreedor es más previsor,
diligente o afortunado que los demás y logra llevar a cabo su
cobranza, la ley debe dejarlo hacer, a menos que actúe con fraude.
Por otra parte, se advierte que el interés particular del acreedor a
ser pagado de su crédito no es una cuestión de orden general.

La ejecución colectiva, por el contrario, propia de la ley


mercantil, considera tanto los intereses del acreedor como los del
deudor y los de la colectividad toda, que también se encuentran
involucrados. El comerciante que no cumple oportunamente un
compromiso ha usado del crédito, privando a otros que pudieron
hacer uso del él y ocasionando una serie de consecuencias al
acreedor, que, a su turno, es deudor de otras personas o empresas.

La adopción del sistema de ejecución individual o colectiva


depende, en la práctica, de las circunstancias que rodean cada
caso particular. Cuando el deudor que no cumple sus obligaciones
origina consecuencias restringidas, enmarcadas en la relación
jurídica que dio origen a ellas, la ejecución individual bastará para
compelerlo a pagar. Pero cuando el deudor tiene varias
obligaciones que cumplir y sus medios patrimoniales son escasos,
la cesación en sus pagos tiene causas objetivas y consecuencias
más amplias, de suerte que la solución del derecho común,
consistente en la ejecución individual, no satisface los intereses de
todos los acreedores, los del deudor, ni los de la comunidad. Vale
la pena pensar entonces en que la aplicación de las tutelas
individuales es insuficiente y que éstas deben dar paso a las
tutelas colectivas, entre las cuales ocupan un lugar destacado los
procedimientos concursales. El conjunto de normas que regula la
cesación de pagos velando por el tratamiento igualitario de los
acreedores, por los legítimos derechos y por los intereses de la

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comunidad, a través de su triple contenido, sustantivo, procesal y
penal, es el llamado Derecho concursal.

5. Incumplimiento y quiebra.

El incumplimiento es un hecho antijurídico que afecta


principalmente al acreedor insatisfecho, quien puede emplear
contra el deudor las defensas individuales que la ley le franquea.

La quiebra no es un hecho antijurídico, sino una defensa en contra


de uno. A diferencia de los medios que puede emplear el acreedor
contra el incumplimiento, tutelas individuales, la quiebra es una
defensa colectiva, porque el estado patrimonial que la provoca
atenta contra los intereses de la masa de los acreedores y de la
sociedad toda. Por ser diversos los bienes jurídicamente
comprometidos en uno y otro caso, son también diferentes las
defensas que el derecho ofrece para cada evento.

El incumplimiento pertenece a la categoría de lo antijurídico, tal


como el delito o la situación patrimonial que hace procedente la
declaratoria de falencia. La quiebra pertenece a la categoría de las
sanciones, es decir, a las defensas o remedios dispuestos por la ley
contra las situaciones antijurídicas, y que constituyen una
reacción. Además de esta diferencia, existe otra: nunca el hecho
antijurídico incumplimiento autoriza a movilizar en su contra la
tutela o defensa de la quiebra, porque no ataca y la otra defiende
bienes jurídicos de distinta naturaleza.
Interesa tratar la quiebra como institución tutelar que puede
aplicarse tanto al empresario individual de comercio (lo mismo
que al deudor civil) como a la empresa jurídicamente organizada
bajo alguna de las formas societarias. Vale la pena distinguir, en
la medida que el ordenamiento jurídico nacional lo permita, la

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suerte del deudor fallecido del destino que corre la empresa
misma o los medios afectos a su explotación.

II.- HISTORIA DE LOS PROCEDIMIENTOS


CONCURSALES

Derecho Romano.-

El origen de las instituciones jurídicas ordenadoras del estado de


imposibilidad de pagar del deudor se remonta a épocas bien
pretéritas.

En Roma, en el procedimiento ejecutivo más antiguo, el acreedor


insatisfecho podía proceder, mediante autorización del
magistrado, contra la persona del deudor (manus injectio), a quien
podía matar, mantener en esclavitud (servi loco) o vender como
esclavo en el extranjero (trans Tiberium); concurriendo varios
acreedores, la Ley Decenviral de la Tabla III permitía, si nadie
ofrecía rescate por el deudor durante un plazo cierto, la división
del deudor (partes secanto) en tantos pedazos cuanto acreedores
hubiera. En defensa del deudor podía intervenir un tercero
(vindex), liberándolo de la manus injectio, contrayendo la
obligación de indemnizar al acreedor y resarciéndole
inmediatamente del importe de la deuda.

Con la Lex Poetelia Papiria (313 o 326 a.C.) comienza a


suavizarse paulatinamente la crueldad de la institución anterior
hasta la transformación del procedimiento ejecutivo de personal
en real (non corpus debitoris, sed bona obnoxia). Surgen así dos
procedimientos complementarios: la missio in bona, por la que el
pretor designaba una persona (curator bonorum) a instancia de los

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demás acreedores para que tomara posesión del patrimonio del
deudor, con objeto de asegurar su guarda o conservación;
transcurrido un determinado plazo, tenía lugar la bonorum
venditio sub hasta, por la que se nombraba magíster a un
acreedor, cuya misión era la de vender la totalidad de los bienes
del deudor al mejor postor (bonorum emptor), quien era
considerado ficticiamente sucesor universal de aquél, cobra los
créditos del deudor y paga sus deudas hasta donde alcance la
cantidad fijada como precio de venta. El deudor sufría una capitis
deminutio (pérdida de los derechos civiles), acarreándole la
infamia.

Más adelante, en la época de Trajano, se crea el procedimiento de


la bonorum distractio para evitar lo gravoso del procedimiento
anterior y favorecer a ciertos deudores (senadores, locos,
impúberes o pródigos) con objeto de sustraerlos del carácter
infamante del procedimiento anterior. A través de este último, la
sucesión universal se sustituye por la venta de los bienes
individualmente o al detalle por un curator, sin injerencia de la
autoridad y sin la formalidad de la pública subasta, pero bajo la
vigilancia de los acreedores. El precio recabado se dividía entre
los acreedores en proporción de sus créditos, teniendo en cuenta
el derecho de preferencia de cada uno.

Mediante la Lex Julia (17 a.C.) la nota infamante puede eludirla


ya cualquier deudor, recurriendo a la cessio bonorum,
presentándose ante el magistrado y declarando en forma solemne
que ponía sus bienes a disposición de los acreedores, haciendo
cesión de ellos en pago de sus créditos. Se le concede un trato
más benévolo al deudor, permitiéndosele incluso retener parte de
los bienes de su patrimonio para hacer frente a sus propias
necesidades económicas, el llamado beneficium competentiae.

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El Derecho justinianeo2 introduce el pignus judicati causa captum,
por el que el pretor ordenaba la venta de los bienes muebles
secuestrados al deudor, afirmándose de modo definitivo el
carácter patrimonial del procedimiento ejecutivo romano y
presentándose como una propia venta judicial.

En el Derecho en Roma, pues, el procedimiento de ejecución


universal tuvo siempre una naturaleza fundamentalmente privada
y penal. La actuación de la autoridad era secundaria y casi
limitada a los efectos penales.

Derecho Intermedio.-

Durante la Edad Media (476 d.C.) se forman dos corrientes


jurídicas que desembocan en otros tantos sistemas de ejecución
universal: por una parte, la que se presenta como continuadora del
Derecho romano y que concibe la ejecución por los acreedores
sólo como ejercicio de la autoayuda, no teniendo el juez otra
misión que la de asistirles en sus peticiones para la efectividad de
sus derechos. Por otra, la representada por el Derecho visigodo
que tiende a colocar la colectividad de acreedores y el ejercicio de
sus derechos bajo la continua dirección de la autoridad judicial.
Se parte de la base de que el quebrado es un defraudador
(decoctor ergo fraudator) y al Estado corresponde la represión de
la quiebra como hecho ilícito, surgiendo así la naturaleza pública
del procedimiento.

Con la palabra decoctio (conocimiento, aniquilación) se


designaba en la Edad Media el estado del comerciante incapaz de
cumplir sus compromisos. El nombre de bancarrota tiene su
origen en Italia, porque los comerciantes solían solventar sus
obligaciones contando el dinero a la vista de sus acreedores,
2
Justiniano, Emperador romano de Oriente (527-565 d.C)

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sentado sobre un banco en la plaza pública; cuando el
comerciante se encontraba ante la imposibilidad de hacer frente a
sus obligaciones, rompía el banco en señal de protesta y como
medida simbólica, punitiva e infamante. Las palabras faillite y
fallimento, con que se designaban, respectivamente, en Francia y
en Italia a la quiebra, tiene su fundamento porque la
manifestación externa de la situación de insolvencia se revelaba
con frecuencia en dos de los actos más típicos que el deudor
ejecuta encontrándose en tal estado: el engaño para sorprender la
buena fe de los que con él contratan, y conservar así el crédito, y
la ocultación o fuga para sustraerse a la persecución de sus
acreedores. Nuestro vocablo “quiebra” se acercaba más a la
realidad porque la institución se caracteriza por implicar un
quebrantamiento, una paralización o torcimiento de la marcha
normal de la actividad mercantil.

En esta época el procedimiento del concurso se aplicaba


indistintamente a toda clase de deudores, comerciantes o no,
como se pone de manifiesto en el Derecho estatutario italiano
(Siena, Venecia, Padua, Génova, Bolonia, etc.) y persiste una
tremenda severidad contra la persona del deudor común. El ius
mercatorurn despliega así su más despiadado rigor en relación con
el comerciante cuando éste cae en estado de quiebra. La grave
represión penal y las consecuencias infamantes para su persona
testimonian hasta qué punto y a qué precio la clase mercantil
quiere adquirir y conservar el crédito y gozar de la confianza de
los mercados. La quiebra satisface las exigencias de
autodisciplina interna en la clase mercantil. El procedimiento de
quiebra tiene una finalidad reparadora del daño social y una
finalidad restitutoria: se introduce derogando el principio prioritas
tempore, la par condictio creditorum. La prueba de fraude,
requerida por el Derecho romano, se sustituye por la presunción
de fraude.

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En España el primer cuerpo legal que en cierta forma regula la
institución concursal es el Código de las Siete Partidas. 3 Así, en la
Partida V del Código alfonsino se regulan instituciones tan
características de la quiebra como la cesión de bienes a los
acreedores, el convenio preventivo extrajudicial, la graduación de
los créditos, la formación de la mayoría y de la masa, la fuga del
deudor, etc. Con precedencia, en el Fuero Juzgo, en el Fuero Real
y en diversas Leyes de Cortes, existían ciertas referencias
concursales, centradas casi fundamentalmente en aspectos
penales.

Derecho moderno

Los principios acabados de exponer se difundieron rápidamente


por Francia a través de los intensos contactos entre los mercaderes
en las ferias, y de ahí se extendieron a Inglaterra y a los Países
Bajos. No aconteció lo propio en Alemania en donde ejerció una
extraordinaria influencia el libro del autor español Francisco
Salgado de Somoza, Labyrinthus creditorum concurrentium ad
litem per debitorem communem inter illos causatam (Lyon,
1651). Esta obra constituye el primer tratado sistemático que
sobre la quiebra se publicó en el mundo.

De ahí, las dos corrientes surgidas a finales de la Edad Media: de


una parte, la corriente “privatista” de la quiebra, que se refiere a
la recepción del Derecho estatutario italiano en Francia y que
constituye un sistema de autogestión de la masa activa del deudor
por parte de sus acreedores, vigilada solamente por la autoridad
judicial; y, de otra, la “publicista”, debida a la obra de Salgado,
que trata un nuevo procedimiento de cesión de bienes, en el que

3
En la capitanía general de Chile se aplicaba la Novísima Recopilación de las Leyes de Indias (1805),
cuya reglamentación se remitía a las Siete partidas.

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no hay encarcelamiento previo del deudor y cuya nota más
característica es la constante intervención del juez y la
subordinación del concurso a las solemnidades de un juicio. Los
bienes se abandonan a la protección de la curia; el juez designa un
administrador, subasta los bienes y distribuye entre los acreedores
el producto.

En España este último era el sistema que regía en aquella época,


como se desprende de la obra de Salgado, a lo largo de la cual se
citan autores y leyes españoles, y se alude constantemente a la
práctica de los Tribunales. Las Ordenanzas de Bilbao de 17374
suponen un cambio de rumbo en la regulación del procedimiento
concursal sobre la tradición española. En efecto, se regula
sistemáticamente un procedimiento de quiebra exclusivo para los
comerciantes. Los quebrados se dividen en tres clases: atrasados,
quebrados por infortunio y quebrados fraudulentos.

Con la publicación del Código de Comercio español de 1829, se


confirma la distinción entre comerciantes y no comerciantes, para
someter al procedimiento de quiebra sólo a los primeros, y se
establece la separación de los aspectos sustantivos y procesales de
la quiebra, aun cuando no de forma tajante.

Derecho concursal en Chile

Estos eran la doctrina y el derecho positivo concursal dominante


al tiempo de nacer Chile a la vida republicana.

Uno texto no mencionado, era la Novísima Recopilación de las


Leyes de Indias (1805), que en su Libro XI trataba sobre algunas
materias concursales. Dicho texto se aplicaba con preferencia a

4
Las Ordenanzas de Bilbao de 1737 rigieron en Chile hasta la dictación del decreto ley sobre juicio
ejecutivo del año 1837

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cualquier otro en la capitanía general de Chile. Esa misma
reglamentación se remitía a las “Siete Partidas” como
reglamentación supletoria.

La primera ley patria que vino a modificar las reglas de las


Ordenanzas de Bilbao (1737) y de las Siete Partidas y la
Novísima Recopilación, fue el Decreto Ley sobre Juicio Ejecutivo
de 1837, que también reglamentó el concurso de acreedores y la
cesión de bienes. Sus disposiciones eran de índole procesal, y se
aplicaban indistintamente a todo deudor.

El valor del Decreto de 1837, tiene importancia para muchos


efectos interpretativos de la actual legislación. Pero sus aportes
más interesantes se reflejan en la influencia que esta
reglamentación tiene en el Código de Procedimiento Civil de
1902, cuyas normas se incorporaron en buena forma en la Ley N°
4.558 y por ésta en las de la actual legislación, particularmente en
lo que se refiere al convenio de acreedores.

Con la promulgación del Código Civil en 1855 y su entrada en


vigencia en 1857, el derecho concursal fue nuevamente
reestructurado. El Código Civil trató del pago con beneficio de
competencia, de la cesión de bienes, de la prelación de créditos y
de la acción pauliana.

En el año 1865 se dicta el Código de Comercio, que en su Libro


IV reglamenta las quiebras. El Código de Comercio,
especialmente el Libro IV De las Quiebras, recibe fuerte
influencia no sólo del Código de Comercio francés de 1838, sino
que también del Código de Comercio español de 1829.

El art. 1325 del Código de Comercio francés define la quiebra


como “el estado del comerciante que cesa en el pago de sus

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obligaciones mercantiles”. Los redactores de este cuerpo legal
eran proclives al concepto restringido de la cesación de pagos,
influenciados por la doctrina y jurisprudencia francesa a la sazón.

Por último, el art.1356 establecía que “los juzgados de comercio


sólo podrán hacer de oficio la declaración de quiebra cuando el
deudor se fugare u ocultare, dejando cerrados sus escritorios y
almacenes y sin haber nombrado persona que administre sus
negocios y dé cumplimiento a sus obligaciones”.

En esta materia el Código de Comercio chileno se inspiró –por no


decir copió- en el Código de Comercio francés según el texto de
1838.

Al Código siguió la ley del 23 de junio de 1868 que abolió la


prisión por deudas (bajo el imperio del Código, en la misma
sentencia de apertura debía ordenarse el arresto preventivo del
cesante).

Otra revolución en nuestro derecho concursal se suscitó con la


dictación en 1902 del Código de Procedimiento Civil, que vino a
modificar aun las reglas procesales concursales contenidas en el
Código de Comercio. El Título XVI del Libro III del Código de
Procedimiento Civil, “De los Procedimientos de las Quiebras”,
vino a reglamentar el proceso respectivo y a modificar y
complementar las normas del Código de Comercio.

En vista de los adelantos del derecho concursal y a los vicios que


provocaba la legislación pertinente, vino en Chile la dictación de
la Ley N° 4.558, de 29 de enero de 1929, que derogó el Libro IV
del Código de Comercio y las normas pertinentes del Código de
Procedimiento Civil.

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Las innovaciones de esta ley son numerosas, entre ellas podemos
señalar que se establece un régimen concursal común a todo tipo
de deudor, aunque siempre acentuando la severidad hacia el
deudor comerciante y se crea la Sindicatura General de Quiebras
(bajo el sistema del Código de Comercio, se recurría a los
síndicos privados). También, se reglamentan orgánicamente los
convenios, creándose el instituto del convenio extrajudicial y el
convenio preventivo judicial. El Código de Comercio sólo
conocía el convenio simplemente judicial y el Código de
Procedimiento Civil introdujo el preventivo judicial sin regularlo
debidamente.

Vinieron en seguida las reglamentaciones de las quiebras de las


compañías de seguros y de las sociedades anónimas (DFL 251, de
1931) y luego la reglamentación de la quiebra de los bancos
comerciales (DFL N° 3, de 1997).

En 1982 se dictó la Ley N° 18.175, que modificó el texto de la


Ley de Quiebras, fijando uno nuevo. Entre las modificaciones
más importantes de esta última ley, cabe señalar las siguientes: Se
elimina la Sindicatura General de Quiebras, creándose un
organismo meramente controlador, la Fiscalía Nacional de
Quiebras, que posteriormente pasó a llamarse Superintendencia
de Quiebras (Ley 19.806 de 2002), que es el actual organismo
encargado de supervigilar y controlar las actuaciones de los
síndicos. Se modifica el sujeto pasivo de tratamiento más
drástico: en vez del comerciante, pasa a serlo todo aquel que
ejerce una actividad comercial, industrial, minera o agrícola
(art.41).

En 2005, se dictó la Ley N° 20.004 que modifica la actual Ley de


Quiebras, cuyo objetivo es obtener el fortalecimiento de la

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transparencia en la administración privada de las quiebras y de la
labor de los síndicos y otorgar mayores facultades fiscalizadoras a
la Superintendencia de Quiebras. Esta ley reglamenta con mayor
especificidad los ámbitos de competencia de los síndicos privados
de quiebra, su forma de designación, sus honorarios,
incompatibilidades y otorga mayores facultades fiscalizadoras y
sancionatorias a la Superintendencia del rubro.

El 29 de noviembre de 2005, se dictó la Ley 20.073, que modifica


en materia de convenios la actual Ley de Quiebras N° 18.175.

Finalmente, tenemos la Ley 20.080, publicada el 24 de noviembre


de 2005, que incorporó la Ley N° 18.175 en el Libro IV del
Código de Comercio.

Señaló que los objetivos finales de estas medidas propenden a


incentivar la reorganización efectiva de empresas viables, liquidar
rápidamente a las empresas no viables y establecer un mecanismo
para que las personas naturales renegocien colectivamente sus
obligaciones y/o liquiden sus bienes.

Expresó que lo anterior implica también


una reformulación de la terminología utilizada, cambiando, por
ejemplo, el concepto de fallido por el de deudor; el de convenio
por reorganización; el de quiebra por liquidación y, en caso de las
personas naturales, refiriéndose a un proceso de renegociación.

Manifestó que estos propósitos se concretan


en diez líneas de innovación que el proyecto en estudio viene a
incorporar, que son las siguientes:

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1.- Ámbito de aplicación. El proyecto
contempla procedimientos adecuados para cada deudor en
dificultades, distinguiendo entre empresas y personas.

2.- Justicia especializada. Se considera la


distribución preferente de los procesos concursales a tribunales
ordinarios de justicia especialmente capacitados. Señaló que ello
no implica crear nuevas judicaturas, sino establecer, tal como se
hizo en la ley que crea un sistema de responsabilidad de los
adolescentes por infracciones a la ley penal, una especialización
efectiva en materia de quiebras para un conjunto acotado de
jueces civiles, que tendrían competencia preferente para conocer
de estas materias.

3.- Creación del “Boletín Concursal”, que


será una plataforma electrónica a cargo de la Superintendencia,
sin costo para sus usuarios, en la que se publicarán todas las
resoluciones y actuaciones que se dicten en los procedimientos
concursales.

4.- Establecimiento de un procedimiento de


determinación del pasivo, que comprende la verificación por
acreedor ante el tribunal, una instancia de objeción de créditos
presentados y una arbitración de las objeciones por parte del
veedor o liquidador nombrado, el que genera una nómina de
créditos reconocidos y otra con los impugnados, con el fin de que
el tribunal resuelva en definitiva.

5.- Creación de un procedimiento de


arbitraje concursal, de carácter voluntario y destinado únicamente
a empresas. Explicó que en caso de que este procedimiento tenga
por finalidad la reorganización, requiere la subscripción de una
carta de apoyo por la mayoría absoluta de los acreedores, pero si

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tiene por objetivo la liquidación de la empresa, necesita del voto
conforme de los 2/3 del pasivo.

6.- Creación de nuevos entes concursales: el


veedor y el liquidador. Con esta medida, se busca diferenciar
perfiles, correspondiéndole al veedor propender a acuerdos de
reorganización y al liquidador, la función de liquidar activos. Se
establece, además, que los martilleros inscritos en la nómina
correspondiente y fiscalizados por la Superintendencia, serán los
únicos autorizados a participar en tal carácter en los
procedimientos concursales.

7.- Nueva regulación para las acciones


revocatorias concursales.

8.- Conductas punibles. Se eliminan las


presunciones de quiebra fraudulenta y culpable y se tipifican
nuevas conductas penales comunes asociadas a procedimientos
concursales en el Código Penal, asignándoles penas específicas.

9.- Se recoge la regulación modelo de


insolvencia transfronteriza acordada por la Comisión de las
Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional
(UNCITRAL).

10.- Reestructuración de la
Superintendencia. Se le asigna un nuevo nombre; se le otorga
cobertura nacional con presencia regional; se establece que se
relacionará con el Ejecutivo a través del Ministerio de Economía,
Fomento y Turismo; se le otorga el carácter de institución
fiscalizadora, lo que permite que sus funcionarios accedan a la
asignación remuneracional de fiscalización, y se entrega el

20
nombramiento de su dirección al sistema de Alta Dirección
Pública.

III.- LA NOCION DE QUIEBRA

Constituye la quiebra un estado de crisis de la actividad


económica de una persona que le impide atender el cumplimiento
de sus obligaciones. Representa una situación de desequilibrio
entre valores realizables y las prestaciones exigibles.

Si bien es cierto que el derecho concursal chileno no formula una


definición de quiebra, la noción la encontramos en el Código de
Comercio, derogado hoy en día por la Ley de Quiebras en
vigencia. El artículo 1325, hoy derogado, señalaba que “la
quiebra es el estado del comerciante que cesa en el pago de sus
obligaciones mercantiles”.

Analizando esta noción, se señala en primer término, que se trata


de un estado, esto es, más que un simple procedimiento, se trata
de una situación o un momento en la vida de una persona. En
segundo término, señala que se trata del estado de un
comerciante, lo que guarda relación con las normas hoy
derogadas del Código de Comercio que hacían aplicable el
procedimiento colectivo sólo respecto de las personas dedicadas a
la actividad mercantil. En la actualidad las normas sobre quiebras
se aplican tanto a los comerciantes como a los no comerciantes.
Expresa asimismo la definición aludida que es el estado del
comerciante que ha cesado en el pago de sus obligaciones
mercantiles. Siendo la cesación de pagos una condición esencial
dela declaratoria de quiebra, vale la pena insistir en que ella puede
presentarse tanto en relación con el deudor comerciante cuanto

21
respecto de quien no lo es. Con algunas diferencias que tendremos
oportunidad de precisar.

En doctrina no existe un concepto universal sobre lo que es


quiebra, pues su formulación depende de lo preceptuado en las
diferentes legislaciones. Así, son muchas las definiciones que se
han dado de la quiebra.

Para George Ripert, la quiebra es la situación legal de un


comerciante que ha cesado en sus pagos, declarada judicialmente.

El jurista español Jaime Guasp, nos dice que la quiebra es “aquel


proceso de ejecución general que tiene por objeto repartir el
patrimonio de un deudor comerciante entre sus diversos
acreedores”.

El autor español Joaquín Garrigues afirma que la quiebra “es un


estado excepcional en el orden jurídico, producido por la falta de
cumplimiento de las obligaciones contraídas por el comerciante”.

Para Antonio Brunetti, refiriéndose al tema, advierte que “si se


tiene presente que, en virtud de la quiebra el patrimonio entero del
quebrado responde frente a todos los acreedores conjuntamente,
atendiéndose a la satisfacción proporcional de los créditos
mediante un tratamiento igualitario, puede decirse que la quiebra
es la organización de los medios legales de liquidación del
patrimonio encaminada a hacer efectiva coercitivamente la
responsabilidad personal del deudor insolvente, por la que sus
acreedores participarán de un modo igual (salvo legítimos
derechos de prelación) en la distribución del importe de la
enajenación de sus bienes, viniendo, necesariamente a constituir
una comunidad de pérdidas.

22
En la doctrina nacional don Alvaro Puelma la define como “un
estado excepcional, en el orden jurídico, de una persona,
producido por la falta o imposibilidad de cumplimiento igualitario
de todas sus obligaciones, declarado judicialmente”.

Como ya se dijo, la actual LQ no la define, sin embargo, da una


definición relativa sólo al aspecto adjetivo o al procedimiento de
quiebra: “El juicio de quiebra tiene por objeto realizar en un
solo procedimiento los bienes de una persona natural o jurídica,
a fin de proveer al pago de sus deudas, en los casos y en la forma
determinada por la ley”.

Segunda Parte

DE LOS PRESUPUESTOS DE LA QUIEBRA

Generalidades.

Llamamos presupuestos de la quiebra a aquellos hechos que la ley


establece que deben concurrir para que una persona sea declarada
en quiebra.

23
La ley no ha definido el estado de quiebra, sino que para la
declaración de ella ha consagrado un sistema en que los hechos o
circunstancias que deben establecerse dependen de la persona que
solicita la declaratoria.

Si la declaración de quiebra la pide el propio deudor, la ley no


requiere la concurrencia de causal alguna, ya que, como es obvio,
nadie puede conocer mejor que el propio deudor el estado de sus
negocios. La petición de quiebra solicitada por el propio deudor
implica una confesión de encontrarse en el estado de quiebra. Es
por ello que se puede afirmar que, en el caso de la quiebra pedida
por algún deudor, el presupuesto o hecho que la ley requiere para
declararla es la propia petición del afectado.

La ley se ha preocupado de establecer causales específicas para


declarar la quiebra cuando ella es pedida por un acreedor o
cuando procede declarar la quiebra de oficio por el tribunal. Estos
presupuestos o causales están señalados en los artículos 43; 51,
inciso 1°; 177 bis; 209; 214 y 251 de la LQ.

Los presupuestos o causales de la quiebra admiten varias


clasificaciones, siendo la más clásica la que contempla
sustancialmente cuatro presupuestos, a saber:

I. Que exista una causal;


II. Que exista un sujeto pasivo;
III. Que exista un sujeto activo; y
IV. Que no exista un convenio o concordato perfeccionado o
casi perfeccionado.

24
I.- CAUSALES DE QUIEBRA

1.- CAUSALES QUE CONTEMPLA EL ARTICULO 43 LQ

El artículo 43 N° 1 de la LQ expresa: “Cualquiera de los


acreedores podrá solicitar la declaración de quiebra, aun
cuando su crédito no sea exigible, en los siguientes casos:

Art. 43 N° 1: Cuando el deudor que ejerza una actividad


comercial, industrial, minera o agrícola, cese en el pago de
una obligación mercantil con el solicitante, cuyo título sea
ejecutivo”.

Esta norma transcrita es la única que en apariencia aún persevera


en la teoría restringida respecto de la insolvencia en nuestro
sistema concursal. No cabe duda de que esta causal si bien es
equívoca, acreditados que sean los extremos de la misma, el juez
debe declarar la quiebra, porque justamente esta causal reposa en
que el incumplimiento de una obligación mercantil por el deudor
calificado es indiciario de que el deudor padece mal estado de sus
negocios.

La causal requiere para configurarse la concurrencia de los


siguientes requisitos copulativos:

 Que se trate de un deudor que ejerza una actividad


comercial, industrial, minera o agrícola;

 Que cese en el pago de una obligación con el solicitante de


la quiebra;

25
 Que la obligación tenga el carácter de mercantil,

 Que la obligación conste en un título ejecutivo.

a) Que se trate de un deudor que ejerza una actividad


comercial, industrial, minera o agrícola.

Dentro del el concepto jurídico del comercio, está también


comprendida la actividad industrial. Tal actividad queda
comprendida en el artículo 3º del Código de Comercio, al
disponer que son actos de comercio “N° 5 Las empresas de
fábricas, manufacturas...”. En este caso la actividad industrial se
ejerce bajo la organización de empresa, siendo este factor
determinante de la mercantilidad.

La actividad minera es un esencia extractiva, se ubica en el sector


primario de la economía, porque no implica intermediación entre
productores y consumidores como ocurre en el comercio. Sin
embargo, la inclusión de la actividad minera en esta causal, como
asimismo en otras normas, revela la intención del legislador de
ampliar la aplicación de la quiebra más allá del deudor
comerciante.

Lo dicho al respecto de la actividad minera es válido para la


actividad agrícola.

Sin embargo, conviene destacar que para que se configure la


causa que estamos analizando se requiere que el deudor que
desarrolla actividad minera o agrícola cese en el pago de una
obligación mercantil. Ahora bien, esta obligación mercantil

26
deberá tener como origen un acto de comercio formal (Art. 3º N°
10 del Código de Comercio)

Corresponde al acreedor que solicita la declaración de quiebra


acreditar que su deudor ejerce alguna de estas actividades. Para
ello puede prevalerse de todos los medios que la ley contempla.
En la práctica podrá lograrlo acompañando certificados de
instituciones gremiales a las que pertenezca el deudor, copias de
declaraciones de impuestos hechas en tal calidad, facturas,
patentes municipales, avisos de publicidad, etc.

Tiene importancia determinar si el deudor ejerce actividad


comercial, industrial, minera, agrícola no solo para los efectos de
la causal en estudio, sino en relación con otros aspectos de la
quiebra, como, por ejemplo, el derecho de alimentos, efectos
retroactivos, obligación de solicitar su propia declaratoria, fijación
de la fecha de cesación de pagos y calificación.

Otro aspecto que se ha prestado a debate es sobre si este deudor


calificado debe haber tenido dicha calidad cuando contrajo la
obligación que le sirve de fundamento a la solicitud de quiebra
amparada en el artículo que estamos analizando o basta que la
tenga al momento de la solicitud. La doctrina sostiene que el
deudor calificado debe tener tal calidad especial al momento de
haberse contraído la obligación. Se fundan para esto es la
disposición del artículo 52 N° 1 de la LQ que fijando los
fundamentos de la sentencia de apertura indica que ésta debe
señalar “La determinación de si el deudor está o no comprendido
en el artículo 41 LQ. En este caso se estará a la actividad que el
deudor ejercía a la fecha en que contrajo la obligación”.

27
b) Que haya cesado en el pago de una obligación con el
solicitante de la quiebra.

La doctrina de los autores admite dos interpretaciones sobre el


sentido que puede dársele a la expresión contenida en el artículo
43 N° 1.

La primera señala que lo que exige el precepto legal citado es


pura y simplemente incumplimiento de la obligación por parte del
deudor. Esto quiere decir que, en consecuencia, la obligación
debe ser líquida, exigible y no litigiosa. Esta posición doctrinaria
se basa en el tenor literal de la expresión “cese en el pago de una
obligación”, vinculada la forma verbal al acusativo “pago de una
obligación”, que sólo puede significar incumplimiento, esto es,
un hecho y no un estado patrimonial. Tal interpretación es
mayoritaria entre los autores nacionales y los tribunales la acogen
en forma predominante.

La otra interpretación atiende al origen de la misma, al significado


preciso que ella tiene en derecho de quiebras, cesación de pagos
como estado patrimonial de imposibilidad de pagar y no de
simple incumplimiento. Las razones que dan los que sostienen
esta posición, es que tal como se emplea en el artículo 43, denota,
a primera vista, que se refiere a un hecho, el incumplimiento, pero
nada impide interpretarla como relativa a un estado patrimonial.
Sostienen que la expresión alude a un incumplimiento debido a un
estado de imposibilidad de pagar. Se trata de una obligación que
ha sido cesada en su pago y no simplemente incumplida, cuando
ella tiene determinados caracteres que permitan suponer,
fundadamente, que la falta de pago se debió a la imposibilidad de
hacerlo. Estos caracteres son la exigibilidad, la liquidez y la
indisputabilidad. Los dos primeros son esenciales para que pueda
existir incumplimiento. Es la característica indisputabilidad la que

28
permite diferenciar esta interpretación de la anteriormente
expuesta. Una obligación es indisputada cuando el deudor no
puede oponer excepciones o pudiendo hacerlo no las opone, o
deduce tales que no son de aquellas que la ley permite en ese
caso, o que siendo de las que la ley contempla según las
circunstancias, resultan infundadas sin mayor examen.

Por último, en relación a este requisito de la causal en estudio,


digamos que la obligación cesada en su pago debe haberse
contraído con, o ser titular de ella, el solicitante de la declaratoria
de quiebra.

c) Que la obligación sea mercantil.

Se requiere asimismo que la obligación cesada en el pago sea de


carácter comercial. Son obligaciones de esta naturaleza las que
emanan de actos que la ley califica de mercantiles, en el artículo
3º del Código de Comercio. Basta que la obligación tenga el
carácter de comercial respecto del deudor, aunque para el
acreedor sea civil, por provenir de un acto mixto.

El peso de la prueba sobre el carácter mercantil de la obligación


recae en el acreedor solicitante de la quiebra.

d) Que la obligación conste de un titulo ejecutivo.

El título ejecutivo es definido por la doctrina como aquel


documento que da cuenta de un derecho indubitable, l cual la ley
atribuye la suficiencia necesaria para exigir el cumplimiento
forzado de la obligación. Los títulos ejecutivos están señalados en
el artículo 434 del C.P.C. (sentencia firme; copia autorizada de

29
escritura pública; letra de cambio, pagaré y cheque cuya firma del
girador o suscriptor haya sido autorizada por notario, etc.).

Artículo 43 N° 2. “Cuando el deudor contra el cual existieren


tres o más títulos ejecutivos y vencidos, provenientes de
obligaciones diversas, y estuvieren iniciadas, a lo menos, dos
ejecuciones, no hubiere presentado en todas éstas, dentro de los
cuatro días siguientes a los respectivos requerimientos, bienes
bastantes para responder a la prestación que adeude y las
costas”.

Para que la causa de la declaración de quiebra se configure, en


este caso, se requiere la concurrencia de los siguientes requisitos:

 Que existan contra el deudor, a lo menos, tres títulos


ejecutivos y vencidos,
 Que provengan de obligaciones diversas,
 Que se hayan iniciado, a lo menos, dos ejecuciones, y
 Que el deudor no hubiere presentado en todas éstas, dentro
de los cuatro días siguientes a los respectivos
requerimientos, bienes bastantes para responder a la
prestación que adeude y a las costas.

a) Que existan contra el deudor, a lo menos, tres títulos


ejecutivos vencidos.

La ley concursal no establece que los títulos ejecutivos vencidos


en contra del deudor deban representar obligaciones de dar una
suma de dinero. Sin embargo, del texto de la norma se concluye
que se trata de obligaciones de dar. En efecto el artículo 43 Nº 2
establece que la causal requiere, entre otros presupuestos, “que el

30
deudor no hubiere presentado en todas éstas (ejecuciones),
dentro de los cuatro días siguientes a los respectivos
requerimientos, bienes bastantes para responder a la prestación
que adeude y las costas”. La falta de presentación de bienes para
cubrir la prestación adeudada destaca el carácter de obligación de
dar.

Por otra parte, los títulos ejecutivos deben estar vencidos, lo que
resulta totalmente lógico desde el punto de vista de la exigibilidad
de la obligación en ellos contenida. Los títulos ejecutivos están
señalados en el art.434 del C.P.C.

b) Que provenga de obligaciones diversas.

Este requisito se refiere a la fuente de la obligación, al origen de


la misma; contrato, cuasicontrato, delito, cuasidelito y ley.
Mediante esta exigencia se impide que el acreedor que cuenta con
un título ejecutivo en el cual estén contenidas obligaciones
derivadas de un mismo contrato, pueda dividirlo y valerse de esta
causal de declaratoria de quiebra en contra del deudor. La
circunstancia de que los títulos ejecutivos vencidos provengan de
obligaciones diversas revela el estado patrimonial crítico del
deudor que no puede hacer frente a ellas.

En relación con este requisito de la causal en estudio, la


jurisprudencia de nuestros tribunales ha estimado que varias letras
de cambio giradas con motivo de un mismo contrato no provienen
de obligaciones diversas, para los efectos del actual artículo 43.

c) Que se hayan iniciado, a lo menos, dos ejecuciones.

31
Según la doctrina se entienden iniciadas las ejecuciones desde el
momento del requerimiento de pago, y la ejecución se entiende
terminada cuando se haya pagado totalmente al acreedor.

d) Que el deudor no hubiere presentado en todas éstas, dentro


de los cuatro días siguientes a los respectivos requerimientos,
bienes bastantes para responder a la prestación que adeude y
a las costas.

En cuanto a la presentación de bienes, no hay un concepto claro


de lo que por ello debe entenderse. Presentar bienes puede
significar consignar fondos en la cuenta corriente del tribunal,
indicar o señalar bienes en el momento del embargo o bien el
embargo mismo de bienes. La jurisprudencia y los autores han ha
entendido que la presentación de bienes se refiere al embargo
mismo de ellos.

También es necesario recordar que los bienes presentados por el


deudor o que están embargados por indicación del ejecutante
deben ser distintos en ambas ejecuciones y ser en cada una de
ellas suficientes para pagar el crédito respectivo, las costas y,
además, los intereses

En lo relativo al plazo para la presentación de bienes, éste es de


cuatro días a contar de los respectivos requerimientos. Se trata de
un término fatal, de carácter procesal, por lo que se suspende en
días feriados. No existe, respecto de la causal ampliación de este
plazo, como ocurre en el Código de Procedimiento Civil cuando
concurren determinados requisitos.

En cuanto a la suficiencia de los bienes presentados para


responder a la prestación que se adeude y costas, se trata de una

32
cuestión de hecho que corresponde resolverla, privativamente, al
juez de la quiebra.

El requisito de la no presentación oportuna y suficiente de los


bienes para responder a la presentación que se adeude y a las
costas es un índice de que el deudor no tiene capacidad objetiva
para solucionar sus obligaciones.

Artículo 43 N° 3: “Cuando el deudor se fugue del territorio de


la República o se oculte dejando cerradas sus oficinas o
establecimientos, sin haber nombrado persona que administre
sus bienes con facultades para dar cumplimiento a sus
obligaciones y contestar nuevas demandas”.

La causal tiene lugar cuando se reúnen los siguientes


presupuestos:

 Fuga u ocultación del deudor;


 Cierre de sus oficinas o establecimientos, y
 Que no haya nombrado persona que administre sus bienes
con facultades para dar cumplimiento a sus obligaciones y
contestar nuevas demandas.

a) Fuga u ocultación del deudor.

La fuga y la ocultación han sido tradicionalmente hechos


reveladores por antonomasia del estado de imposibilidad de
pagar. En épocas en las que el cumplimiento de las obligaciones
llevaba aparejado un conjunto de apremios personales, el deudor
que se encontraba en la imposibilidad de pagar, con el fin de
evitarlos, solía recurrir a esos extremos.

33
En el análisis de este requisito es preciso distinguir dos conceptos
diferentes: la fuga y la ocultación. Por fuga se entiende la huida
del deudor fuera del territorio de la República. La ocultación, en
cambio, supone que el deudor se encuentra en el territorio
nacional, pero “desaparece de la vista de la gente”, se esconde.

Para que tenga lugar este hecho revelador de la cesación de pagos


es preciso que el deudor sea una persona natural o que los
actos de fuga u ocultación los realicen él o los administradores o
representantes legales de una persona jurídica. La persona que
se oculta o que se fuga deja sus bienes abandonados, lo que obliga
al juez, en el juicio de quiebra, a nombrarle un curador de bienes
que actuará por él mientras se aplique el procedimiento de
concurso.

Cuando la quiebra se declara por virtud de la fuga u ocultación


del deudor, la conducta de este último será objeto de calificación
penal para determinar su responsabilidad.

b) Cierre de sus oficinas o establecimientos.

Entendemos que esta exigencia implica, por una parte, que el


deudor tenga oficinas o establecimientos, ya que si carece de ellos
mal podría dejarlos cerrados. Por otra parte, el requisito va más
allá del simple hecho que las puertas estén materialmente
cerradas. Se requiere que no se atienda al público y que, en
consecuencia, no se lleven a cabo los actos jurídicos propios de la
actividad o giro del deudor.

34
c) Que el deudor no haya nombrado persona que administre
sus bienes con facultades para dar cumplimiento a sus
obligaciones y contestar nuevas demandas.

Se trata de una situación en la cual el deudor fugado u oculto, que


cierra sus oficinas o establecimientos, no designa apoderado con
facultades para dar cumplimiento a sus obligaciones y contestar
nuevas demandas. El deudor que desea evitar una declaratoria de
quiebra por la causal en estudio debe dejar un mandato que
cumpla con las siguientes exigencias:

- Que se trate de un mandato de administración general,


otorgado por escritura pública;
- Que faculte expresamente al apoderado para dar
cumplimiento a las obligaciones del mandante;
- Que faculte a si mismo para contestar nuevas
demandas, lo que supone que dicho mandato contiene
atribuciones en el orden judicial, y
- Que el mandatario comparezca aceptando
expresamente el mandato.
- Que el mandato se inscriba en el Registro de Comercio
(art. 22 N° 5 C. de C. plazo 15 días constado desde su
otorgamiento)

El acreedor que solicita la quiebra valiéndose de esta causal debe


acreditar la concurrencia de todos los requisitos que hemos
analizado. Se trata de una prueba un tanto difícil de producir,
porque se refiere a hechos negativos: fuga u ocultación, falta de
nombramiento de apoderado, ausencia de facultades para
administrar bienes, pagar deudas y contestar nuevas demandas.

35
En la práctica se acostumbra acreditar tales exigencias mediante
información sumaria de testigos, en especial la ocultación del
deudor. Para probar la fuga, como ella implica la huida del deudor
del territorio de la República, suelen allegarse una constancia del
Departamento de Policía Internacional Investigaciones.

2.- OTRAS CAUSALES QUE CONTEMPLA LA LEY DE


QUIEBRA.

 Artículo 51: “La quiebra de una sociedad colectiva o en


comandita importa la quiebra individual de los socios
solidarios que la componen, pero la quiebra de uno de
éstos no constituye en quiebra a la sociedad”.

Sin embargo, se tramitarán separadamente ante el mismo tribunal


la quiebra de la sociedad y la de los socios solidarios, y
concurrirán en las quiebras de los socios los acreedores personales
de éstos con los acreedores sociales.

La quiebra de la sociedad en comandita no importa la quiebra de


los socios comanditarios, aun cuando éstos sean solidariamente
responsables por haberse mezclado en la administración, pero
podrán ser declarados en quiebra cuando hayan tolerado la
inserción de su nombre en la razón social.

En tal caso, no sufre esta “extensión de la quiebra” de pleno


derecho. Sólo en el caso de que el comanditario autorizara la
inserción de su nombre en la razón social de la firma puede
sometérselo a quiebra, siempre que el juez lo estime necesario,
pues para dicho evento la ley emplea la palabra “podrá”-

36
En cambio, la quiebra de uno de los socios solidarios no arrastra
la quiebra de la sociedad y ello porque la sociedad no es solidaria
e ilimitadamente responsable por las obligaciones de los socios.

 Artículo 177 bis, inciso penúltimo: “Si dentro del plazo


señalado en el inciso primero no se acordare el convenio,
el tribunal declarará de oficio la quiebra”.

El plazo es de 90 días contados desde la resolución en que el


tribunal cite a los acreedores a junta para deliberar sobre dicha
proposición.

 Artículo 209, inciso segundo: “Cuando el convenio


judicial preventivo haya sido rechazado o desechado en
cualquiera de los casos contemplados en el inciso
anterior, el tribunal declarará necesariamente la quiebra
del deudor, de oficio y sin más trámite”.

El convenio judicial preventivo es aquél que el deudor propone,


con anterioridad a la declaración de quiebra. Si es rechazado por
no haber obtenido la mayoría para su aprobación (50% del total
del pasivo), o desechado por cualquiera de las causales de
impugnación señaladas en el artículo 196 (defectos de formas en
la convocatoria y celebración de la junta, falsedad o exageración
del crédito, ocultación o exageración del acivo o pasivo, entre
otras).

 Artículo 214: “Una vez firme la resolución que declare la


nulidad o incumplimiento (del convenio), el tribunal de

37
primera instancia declarará la quiebra del deudor de
oficio y sin más trámite”.

 Artículo 251: “La sentencia que rechace la cesión de


bienes declarará, a la vez, la quiebra del deudor”.

La cesión de bienes está definida en el art.1614 del Código Civil


como “el abandono voluntario que el deudor hace de todos los
suyos (sus bienes) a su acreedor o acreedores, cuando a
consecuencia de accidentes inevitables, no se halla en estado de
pagar sus deudas”

Entonces, el rechazo de la cesión de bienes implica, al tiempo que


una prueba completa de insolvencia efectuada por el fallido por el
mismo hecho de implorar la cesión. Por lo tanto, aquí también nos
hallamos ante un hecho revelador completo y absoluto de
cesación de pagos.

3.- CAUSALES DE QUIEBRA CONTEMPLADAS EN


LEYES ESPECIALES.

Existen otras leyes especiales que también, indirectamente, se han


referido a este punto. Estas leyes representan un avance hacia la
acertada doctrina en lo relativo a la cesación de pagos.

a) Ley General de Bancos (DFL N°3 de 1997).

En materia concursal existe una modalidad particular aplicables a


los bancos e instituciones financieras. Existen dos mecanismos
preventivos de concurso y tres mecanismos concursales a que se

38
puede someter a un banco o institución financiera que atraviesa
por un desarreglo patrimonial, desarreglo que no es tal si se trata
de una suspensión transitoria de sus operaciones o pagos por
huelga legal de los trabajadores de la institución u otra fuerza
mayor que impida su funcionamiento (art.139).

Entre los instrumentos preventivos están, por un lado, el


denominado “de la capitalización preventiva” y el “de la
capitalización por el sistema financiero”.
Sin embargo, la quiebra no procede sino cuando la institución
financiera respectiva se encuentra en liquidación voluntaria, de
forma que por regla general no procede la quiebra de un banco o
una institución financiera (art. 120 del D.F.L. N°3).

b) Quiebras de compañías de seguros (DFL 251)

El art. 79 del DFL 251 prescribe que “si algún acreedor de una
compañía de seguros solicitare la declaración de quiebra de ésta,
el juzgado deberá dar aviso al Superintendente, quien investigará
la solvencia de la compañía. Si comprobare que la compañía
puede responder a sus obligaciones, propondrá las medidas
conducentes para que prosiga en su operaciones; pero si estimare
que no es posible tal prosecución, informará en tal sentido”.

El Superintendente debe informar al tribunal dentro de veinte


días, período durante el cual no se puede demandar a la compañía
y tampoco proseguir la tramitación de la quiebra.

c) Quiebra de sociedades anónima

39
Las sociedades anónimas cerradas, en materia concursal pasan a
regirse por las reglas comunes a todo deudor del art. 41, y, las
sociedades anónimas abiertas que tienen una normativa especial,
particularmente en lo que dice relación a su control por la SVS.

Las sociedades anónimas abiertas, según el art. 101 de la Ley


18.046, obliga al gerente o, en su ausencia, al directorio de la
sociedad, a comunicar al Superintendente de Valores y Seguros la
circunstancia de haber cesado en el pago de una o más
obligaciones; carga que también pesa sobre el juzgado donde un
acreedor diligente haya solicitado la quiebra. Pero dicha
comunicación no tiene más que un fin informativo, pues ya no
está dirigida a obtener del Superintendente un pronunciamiento en
torno a la solvencia de la empresa y a su capacidad de seguir
operando, no obstante haber incumplido una obligación, como
ocurre para el caso de las compañías de seguros.

En suma, las sociedades anónimas, sean abiertas o cerradas, se


rigen en materia de cesación de pagos por la normativa de la LQ.

II.- SUJETO PASIVO DE LA QUIEBRA

a) Definición de sujeto pasivo

El sujeto pasivo de la quiebra, debe ser un sujeto de derechos y


obligaciones, lo que en nuestro derecho está representado por las
personas, sean éstas naturales o jurídicas. Entonces, como regla
general, podemos decir que el sujeto pasivo de la quiebra son
las personas.

40
Existen dos excepciones a dicha regla. Por un lado, casi todas las
legislaciones contemplan la posibilidad de declarar en quiebra a la
sucesión del deudor, en su sentido objetivo, o sea, a los bienes
quedados al fallecimiento del mismo, a su patrimonio, pero no a
su persona; por otro lado, la excepción está dada por la
imposibilidad de sujetar a concurso a las personas jurídicas de
derecho público, sin importar el grado de autonomía de que gocen
respecto de la Administración General.

b) Clasificación del sujeto pasivo en el derecho chileno.

En Chile se distinguen tres clases diferentes de sujetos pasivos de


la quiebra.

1. El deudor que ejerce una actividad comercial, industrial,


minera o agrícola, denominado habitualmente como deudor
del artículo 41, se considera tal sujeto pasivo tanto al que
ejerce actualmente dicha actividad como al que al tiempo de
contraer la obligación que ahora se demanda, desarrolla
dicha actividad (art.43 N°1 LQ).

2. El deudor común que se define por su naturaleza negativa,


vale decir; como aquel que no ejerce alguna de las
actividades del deudor del art. 41.

3. Deudores que tienen un tratamiento falencial especial, como


los bancos e instituciones financieras.

La ley no dice qué debe entenderse por una actividad comercial,


industrial, minera o agrícola. Indudablemente que debe tratarse de
un deudor profesional en las actividades referidas, esto es, que
haga de ellas, como dice el art. 7 del C. de C., su profesión

41
habitual, que ése se su objeto o el objeto fundamental de tal
actividad.

La ley no requiere la calidad de “comerciante”, “industrial”,


“agricultor”o “minero”, sino que el ejercicio de dichas
actividades, habrá que probar el efectivo ejercicio de ellas, aun
tratándose de sociedades cuyo objeto social sea mercantil,
agrícola o minero”.

Como el deudor del art. 41 no es otra cosa que el deudor


comerciante ampliado a actividades no mercantiles, son
predicables también a estos deudores ciertas exigencias que se
hacían en elación al comerciante y ellas son: a) Que la actividad
se desarrolle a nombre propio; b) que la actividad se desarrolle
con habitualidad y c) que la actividad se desarrolle
profesionalmente.

c) Importancia de la distinción entre deudor del art. 41 y


deudor común

 El deudor calificado debe pedir su propia quiebra en 15 días


contados desde que cesó en el pago de una obligación
mercantil, carga que no pesa sobre el deudor común. Si el
deudor del art. 41 no la pide extemporáneamente o
simplemente no la pide, su quiebra se presume culpable (art.
219 LQ) y además pierde su derecho a demandar alimentos
a la masa. Puelma señala que dicho plazo no es fatal, lo que
significa que el deudor se encuentra dentro del plazo para
solicitarse quiebra aun después de los 15 días, siempre que
antes no se haya declarado a solicitud de otras personas
facultadas legalmente para ello.

42
 El proceso de apertura respecto del deudor del art. 41 resulta
más expedito para su acreedor que para el de un deudor
común.

 Existe mayor libertad para fijar la fecha cesación de pagos


del deudor del art. 41 que la del deudor común, pues en el
caso de este último existe como límite el día en que se
produjo el primer vencimiento de alguno de los títulos
ejecutivos que existan en su contra.

 Las acciones revocatorias concursales destinadas a


impugnar actos del deudor del art. 41 obedecen a un
concepto más objetivo y más simplificado de revocación
que las acciones revocatorias dadas en contra del deudor
común.

 El derecho penal concursal da normas distintas para el


deudor del art. 41 que para el deudor ordinario. En efecto, el
régimen criminal de la LQ sólo se refiere al deudor especial;
el deudor común se castiga de conformidad al art. 466 del
Código Penal.

 El deudor del art. 41 no puede, a diferencia de lo que ocurre


con el deudor común, implorar la cesión de bienes.

d) Casos especiales de algunos sujetos pasivos

La ley ha dado una serie de normas especiales para ciertos sujetos


pasivos que, por su particular posición en el ordenamiento
jurídico, requieren de un tratamiento más en detalle. Ellos son los
siguientes:

43
 Quiebra de la mujer casada;
 Quiebra del menor adulto;
 Quiebra de otros incapaces;
 Quiebra de la sucesión del deudor;
 Quiebra de sociedades;
 Quiebra de personas jurídicas sin fines de lucro;
 Quiebra de personas jurídicas de derecho público

1.- Quiebra de la mujer casada

Según el artículo 48, inciso primero de la LQ: “La quiebra de la


mujer casada y separada total o parcialmente de bienes sólo
comprenderá sus bienes propios, sin perjuicio de las
responsabilidades del marido y de la sociedad conyugal, en su
caso”.

La mujer casada puede encontrarse en las siguientes, a saber:

 Si la mujer está separada totalmente de bienes, es


perfectamente capaz, de forma que la quiebra es posible y
habrá de seguirse en contra de sus bienes propios (art. 48
LQ). Sin embargo, la mujer separada de bienes puede, en
sus obligaciones, comprometer el patrimonio del marido.
Fuera del caso en que el marido sea fiador de la mujer,
también obliga la mujer los bienes del marido cuando éste se
ha beneficiado de los compromisos contraídos por la mujer
(art. 161 del C.C.)

 Si la mujer está casada en régimen de sociedad conyugal,


solo la obliga en los bienes que administra en conformidad a

44
los artículos 150, 166 y 167. Respecto de los bienes propios
de la mujer que administra el marido no ingresan jamás a la
quiebra de la mujer casada bajo régimen de sociedad
conyugal (art.137 del C.C.).

 Si la mujer está parcialmente separada de bienes, como en


los casos de los artículos 166 y 167 del Código Civil, esto es
por herencia, legado o donación hecha bajo la condición de
que no los administre el marido o por separación parcial
pactada en las capitulaciones matrimoniales. En este caso
los únicos bienes que ingresan a la quiebra son estos bienes
separados. En efecto, de conformidad a los arts. 166 y 167,
que tratan de la separación parcial de bienes, sólo respecto
de estos bienes la mujer se reputa separada. Respecto de los
bienes que la mujer no administra no es posible que
disponga.

 Si la mujer gestiona patrimonio reservado de conformidad al


art. 150 del Código Civil, puede perfectamente ser sometida
a concurso. Pero el activo de la quiebra estará formado sólo
por los bienes de su patrimonio reservado y aquellos
respecto de los cuales la mujer tenga separación parcial de
bienes de conformidad a los artículos 166 y 167 del Código
Civil. Respecto de los bienes propios de la mujer que
administra el marido no ingresan jamás a la quiebra de la
mujer casada bajo régimen de sociedad conyugal, así se
desprende del nuevo texto del artículo 137 del Código Civil.

 Por último, respecto de la mujer casada bajo el régimen de


partición en los gananciales, con arreglo a los arts. 1792-2 y
1795-5 del Código Civil, comporta verdaderamente un
régimen de separación total de bienes aún para el tiempo de

45
su disolución en que los patrimonios conyugales
permanecen separados naciendo sólo un “crédito” a favor
del cónyuge “más pobre”, de forma que lo dicho respecto
casada y separada totalmente de bienes, lo repetimos para la
mujer casada bajo este nuevo régimen.

2.- Quiebra del menor adulto

Son menores adultos la mujer mayor de doce años y el varón


mayor de catorce que fueren menores de dieciocho años (art. 26
del C.C.).

Estos menores son considerados capaces respecto de su peculio


profesional o industrial, que es aquel conjunto de bienes de
exclusiva administración del menor adulto, “adquiridos por el hijo
en el ejercicio de todo empleo, oficio, profesión o industria”
(art.243 N.1 del C.C.). Vale decir, es el conjunto de bienes que
adquiere el menor adulto para su trabajo, separado o no de su
padre, y que están bajo su administración.

Respecto de este peculio, al menor se le reputa plenamente capaz,


con la sola limitación del art. 255 del C.C.5

Según dispone el artículo 48, inciso 2° de la LQ: “La quiebra del


menor adulto que administre su peculio profesional o industrial
comprenderá únicamente los bienes de este peculio”.

En consecuencia, si por las obligaciones contraídas en la gestión


de su peculio el menor cae en cesación de pagos, puede ser sujeto
5
El art. 254 del C.C. limita al menor adulto en la administración de su peculio profesional en términos de
que para hipotecar o enajenar bienes raíces de dicho peculio, debe obtener autorización judicial dada con
conocimiento de causa.

46
pasivo de la quiebra. Pero, en la quiebra se ejecutarán sólo los
bienes integrantes de dicho peculio. Por ende, no ingresan sus
bienes propios sujetos al usufructo o administración del padre o
curador.

3.- Quiebra de otros incapaces.

El artículo 49 inciso 1° de la LQ dispone que “los incapaces sólo


podrán ser declarados en quiebra a causa de obligaciones
válidamente contraídas por intermedio o con intervención de sus
representantes legales o con autorización de la justicia”.

Por regla general, los demás incapaces son susceptibles de


quiebra, en la medida que hayan contraído obligaciones
válidamente; esto es, con intervención o autorizados por sus
representantes legales o por la justicia. En sus respectivas
ejecuciones se desapoderarán los bienes que les pertenezcan, pero
la ley expresamente excluye de la quiebra los bienes futuros que
adquiera el fallido incapaz, es decir, no ingresarán a la quiebra los
bienes adquiridos después de la declaratoria ésta, ni podrán ser
perseguidos por los acreedores de fecha anterior a esa declaración
(art. 49 inc.final).

En estos procesos actuará como fallido el respectivo representante


legal.

El art. 49 concede una acción de indemnización de perjuicios al


incapaz, en contra de su representante legal. Dicha acción se
fundará en una negligencia o dolosa administración del apoderado
que causó directamente la quiebra, y el perjuicio subsecuente. Lo
que perciba el incapaz por el ejercicio de esta acción de perjuicios
tampoco ingresa a la quiebra por expresa disposición de la ley. Es

47
una acción indemnizatoria civil, cuyos presupuestos se sujetarán a
las normas generales en materia de responsabilidad civil.

4.- Quiebra de la sucesión del deudor

El artículo 50 previene: “La sucesión del deudor podrá ser


declarada en quiebra a petición de los herederos o de cualquier
acreedor, siempre que la causa que la determine se hubiere
producido antes de la muerte del deudor y que la solicitud se
presente dentro del año siguiente al fallecimiento.

“La declaración de quiebra producirá de derecho el beneficio de


separación a favor de los acreedores del difunto.

“Las disposiciones de la quiebra se aplicarán sólo al patrimonio


del causante”.

Esta norma es reconocida por la generalidad de las legislaciones. 6

En el fondo se trata de una quiebra contra los herederos, pero


restringida a la herencia o cuota de la herencia que les
corresponda.

Este beneficio de separación importa una separación material de


los bienes del causante con los bienes del heredero (art. 1378 y
1380 del C.C.). Si por cualquier motivo los bienes hereditarios
han salido de manos del heredero o se han confundido con sus
bienes de manera que no sea posible reconocerlos y distinguirlos,
se pierde dicho beneficio, al extremo que la quiebra se limitará a
los bienes hereditarios existentes al tiempo de la declaración de
quiebra respectiva.
6
En Francia la quiebra del deudor era admisible ya en el Código de Comercio, versión 1838. De igual
forma en Italia, Argentina, Colombia, Perú y Bolivia.

48
Sin embargo, las enajenaciones, hipotecas y censos respecto de
bienes del difunto hechos por el heredero dentro de los seis meses
subsiguientes a la apertura de la sucesión, y que no hayan tenido
por objeto el pago de créditos hereditarios o testamentarios,
podrán rescindirse a instancia de cualquiera de los acreedores
hereditarios que gocen del beneficio de separación (art. 1384 del
C.C.). Vale decir, para este evento existe una verdadera acción
pauliana especial, de textura muy similar a las revocatorias
concursales.7

Por ello, además de las acciones revocatorias de la Ley de


Quiebras, los acreedores hereditarios tendrán esta acción
revocatoria especial, para los actos celebrados por el heredero en
perjuicio de dichos acreedores.

Si la herencia no es aceptada dentro del año, los acreedores


podrán instar por la declaración de la herencia yacente y
demandar de quiebra al curador respectivo.

La declaración de quiebra produce de derecho el beneficio de


separación y sólo en beneficio de los acreedores hereditarios y no
de los acreedores testamentarios. Con ello se nos señala que
únicamente actuarán como acreedores en dicha quiebra aquellos
que eran acreedores del causante; no podrán concurrir ni los
acreedores testamentarios ni los acreedores de los herederos.

5) Quiebra de las sociedades.

7
En efecto, la acción del art. 1384 del Código Civil está dirigida a impedir que los acreedores del
causante vean disminuida su garantía por efecto de pagos a terceros hechos por el heredero.

49
Las sociedades civiles o comerciales son ejecutables
colectivamente, igual que cualquier otro sujeto pasivo. En su
representación actuarán, en la quiebra, quienes tienen la
administración.

La quiebra de la sociedad civil no acarrea la extensión de la


quiebra a sus socios, en atención a que éstos no son
solidariamente responsables. Sin embargo, la quiebra de una
sociedad colectiva o en comandita importa la quiebra individual
de los socios solidarios que la componen, pero la quiebra de los
socios no constituye en quiebra a la sociedad (art. 51 LQ).

Es importante advertir que cuando, según la ley, los socios


responden solidaria e ilimitadamente, la quiebra de los socios
lleva aparejada, de derecho, la quiebra de sus socios, a menos que
dicha solidaridad provenga, para el socio comanditario, de tolerar
la inserción de su nombre en la razón social, pues en dicho evento
la extensión de la quiebra es facultativa para el juez (art. 51).
Sabemos que están absolutamente exceptuados de tal extensión
los socios comanditarios que intervinieron en la administración de
la sociedad, no obstante devenir, por dicha administración,
solidariamente responsables.

Por último digamos que la quiebra de un de los socios no


constituye en quiebra a la sociedad (art.51).

7) Quiebra de una sociedad disuelta

La sociedad, una vez disuelta, pierda su personalidad jurídica, de


modo que no es susceptible de ser declarada en quiebra. Una vez
disuelta una sociedad, se forma una comunidad y habrá que

50
demandar individualmente a cada socio por la cuota que le
corresponda en el pasivo de dicha comunidad.

Excepcionalmente, el art. 109 de la Ley 18.046, que reglamenta


las sociedades anónimas, prescribe que la personalidad jurídica de
la sociedad se prolonga hasta el término de su liquidación, de
manera que sí sería posible la quiebra de una sociedad anónima en
liquidación.

Nuestra doctrina y jurisprudencia han extendido el beneficio de la


personalidad jurídica a la liquidación de las sociedades
mercantiles, de forma que también las sociedades mercantiles
disueltas pero en liquidación son susceptibles de quiebra en tanto
dure la liquidación.

8) Quiebra de personas jurídicas sin fines de lucro

Las corporaciones y fundaciones son personas jurídicas de


derecho privado sin fines de lucro (art. 545 del C.C.), por lo
mismo, sujetos de derechos y obligaciones. Por lo tanto, son
susceptibles de ejecución colectiva.

La responsabilidad de los miembros de una corporación se


extiende sólo al activo de la misma y no al de los asociados (art.
549). En consecuencia, el activo concursal se limitará a los bienes
corporativos.

La responsabilidad de la fundación se limita al patrimonio


afectado por ella; únicamente sus bienes integrantes serán,
entonces ejecutados en su quiebra respectiva.

51
9) Quiebra de personas jurídicas de derecho público

La mayoría de la doctrina sostiene que no es posible la quiebra de


personas jurídicas de derecho público. La razón de ser de esta
restricción es que el patrimonio de estas personas jurídicas,
cualquiera sea finalmente su autonomía en relación a la
Administración central, lo configura el Fisco, y el Fisco reposa en
ese falso adagio latino “Fiscos semper solvens”.

Sin embargo, alrededor del Fisco se han creado múltiples


personas jurídicas autónomas con patrimonio propio, a veces para
el desarrollo de un servicio público; a veces para el desarrollo de
una actividad económica (por ejemplo, Codelco, Empresas de
Ferrocarriles del Estado, Metro, etc.) ¿Se aplican a estas entidades
las restricciones que tiene la aplicación de la quiebra al Estado?

En Francia, se aplica sólo a las personas jurídicas de derecho


privado. En Italia existe norma expresa en orden a que la quiebra
no se aplica a las entidades públicas.

En nuestro ordenamiento pensamos que a estas empresas con


personalidad jurídica y patrimonio propio que desarrollan una
actividad económica, deben ser sujetas al régimen general
concursal, salvo que una ley expresamente las exceptúe.

III.- SUJETO ACTIVO DE LA QUIEBRA

Analizaremos bajo este título, en primer lugar, quién es el sujeto


activo de la quiebra; y, en segundo lugar, analizar si es posible la
quiebra no obstante existir un solo acreedor.

52
a) El sujeto activo del juicio de quiebra

Desde el punto de vista del derecho material, el sujeto activo del


juicio de quiebra está constituido por los acreedores del deudor.

Procesalmente los sujetos activos de la quiebra son los


acreedores, también mirados como colectividad, que se han
insinuado en el concurso mediante su demanda o verificación de
créditos. Sin este requisito no son parte activa en el proceso y, por
tanto, tampoco son legalmente sujetos activos del concurso,
porque para ser sujeto activo o demandante en un proceso es
menester haber materializado el acto jurídico-procesal que
constituye la demanda. Estos acreedores insinuados se denominan
“concurrentes”.

b) La pluralidad de acreedores

Es posible un juicio de quiebra con sólo un acreedor. No es


habitual el caso, pero se han producido ejemplos. La mayoría de
la doctrina comparada y prácticamente toda la doctrina nacional
es partidaria de la procedencia de la quiebra con un único
acreedor. La quiebra con un solo acreedor ocurre habitualmente
cuando el acreedor tiene interés en los efectos colaterales de la
quiebra –v.gr., efectos penales- más que en los efectos civiles,
aunque no cabe duda de que existen esos efectos civiles distintos:
el embargo; la posibilidad de realizar activos como unidad
económica, etc.

El art. 40 de la LQ establece que “el deudor podrá ser declarado


en quiebra aunque tenga un solo acreedor, siempre que
concurran los demás requisitos legales”. Esta norma es de

53
carácter universal (Francia, Italia, Colombia, entre otros). Sin
embargo, entra en conflicto con las normas que requieren de al
menos dos acreedores y para nada menos que constituir el órgano
junta de acreedores. Algunos autores, son de opinión que no es
posible la quiebra con un solo acreedor, porque sin pluralidad una
quiebra no podría funcionar, pues no habría quórum para
constituir la junta de acreedores.

IV.- INEXISTENCIA DE CONVENIOS O CONCORDATOS

Los convenios o concordatos son un instrumento concursal


alternativo de la quiebra. Celebrados aquéllos, no es posible la
dictación de la sentencia declarativa de quiebra, justamente
porque el elemento tipificador de los convenios es que con ellos
se enfrente la insolvencia sin quiebra.

Solamente declarado nulo o resuelto un convenio perfeccionado y


en la misma resolución que acoge las acciones respectivas, es
posible someter al deudor a la ejecución universal.

Muy excepcionalmente es posible que se dé el caso de que no


pueda declararse la quiebra, no obstante estar el deudor en
insolvencia y no existir convenio perfeccionado. Es la situación
prevista en el art. 177 bis de la LQ.

En efecto, si la proposición de convenio judicial preventivo se


hubiere presentado con el apoyo de dos o más acreedores que
representen más del 50% del total del pasivo, no se podrá
solicitarse la quiebra del deudor ni iniciarse en su contra juicios
ejecutivos, ejecución de cualquier clase o restitución en los juicios

54
de arrendamiento, durante los noventa días siguientes a la
notificación por aviso de la resolución en que el tribunal cite a los
acreedores a junta para deliberar sobre dicha proposición. Durante
este período, se suspenderán los procedimientos judiciales
señalados y no correrán plazos de prescripción.

Tercera Parte

Sección Primera

DEL JUICIO DE QUIEBRA

I.- Naturaleza jurídica de la quiebra

El problema de la naturaleza jurídica de la quiebra ha sido


resuelto de varias formas diversas, de las cuales presentaremos
sólo las que nos parecen de real interés y que son irreconciliables
entre sí.

Ellas son: la que califica la quiebra como un instituto de derecho


sustantivo privado o de derecho material; otra que cree ver en la
quiebra un procedimiento de derecho administrativo; una tercera
que sostiene que la quiebra es una institución de carácter bifrontal
o de naturaleza dual, en el sentido que estaría integrada por
normas tanto sustantivas o materiales como adjetivas o
procesales; y por último, la que sostiene que se trataría
simplemente de un juicio, que sus normas pertenecen de lleno al
derecho procesal.

a) Tesis sustancialista o de derecho material.

55
Según esta corriente en el juicio de quiebra tienen especial
relevancia las normas sustantivas, como son la prelación de
créditos, las (aparentes) modificaciones que sufre la capacidad del
fallido, el estatuto especial a que se encuentran sujetos los bienes
comprendidos en la quiebra (desasimiento).

Esta teoría fue formulada antes de las teorías de los procesalistas


que lograron independizar el derecho procesal del derecho
sustantivo, antes que se dejara de lado la tesis de que el derecho
procesal era un apéndice o accesorio del derecho material. Una
vez logradas la diferenciación y la autonomía del derecho
procesal, esta teoría hizo aguas.

b) Tesis administrativista.

Los partidarios de esta doctrina, sostienen que la quiebra es un


procedimiento administrativo y no jurisdiccional. Esta tesis se
sustenta en la forma de actuar del Estado cuando éste se ve
afectado directamente por una situación financiera cualquiera.

Los autores partidarios de esta tesis sostienen que, en


consideración a que toda insolvencia implica necesariamente una
amenaza al interés público, se justifica la intervención inmediata,
y por sí, del Estado, que actúa bajo la apariencia de un
procedimiento jurisdiccional, pero que es esencialmente
administrativo. En la quiebra el Estado se manifiesta por su
actividad secundaria o jurisdiccional y no por su actividad
primaria o administrativa, lo que induce a concluir que la quiebra
es un procedimiento jurisdiccional y no administrativo, salvo el
caso de ciertos deudores de importancia sustantiva para la
economía (v.gr., bancos, compañías de seguros, administradoras
de fondos de pensiones, etc.)

56
c) Teoría dual o del carácter bifrontal de las normas de la
quiebra

En síntesis, esta doctrina sostiene que las normas que integran la


quiebra son tanto de carácter sustantivo o material, como adjetivo,
formal o procesal. En Chile la Ley de Quiebras consigna normas
de derecho procesal, sustantivas, administrativas y penales.

El procesalista Chiovenda, literalmente, sostiene que “en la


institución jurídica de la quiebra entran, en grado igualmente
importante, normas de derecho sustancial y otras de carácter
procesal”.

d) Teoría procesalista

Siguiendo las definiciones tradicionales del derecho procesal, se


llega inequívocamente a la conclusión de que la quiebra es un
instituto de esa naturaleza. Por ejemplo, siguiendo la definición de
don Darío Benavente, que lo conceptúa como aquella rama del
derecho que regula la forma solemne en que se proponen,
discuten y resuelven las cuestiones sometidas a los tribunales; o la
definición más escueta de Chiovenda, que señala que es el
conjunto de normas que regulan la actuación de la ley en el
proceso y, particularmente, la relación procesal. Ello, por la
sencilla razón de que la quiebra, por sí, no crea ni extingue
derechos u obligaciones, sino que simplemente es una formalidad
jurisdiccional para obtener el pago de los créditos de un deudor
insolvente dentro de las reglas de la par condictio creditorum.

Entre los autores que participan de esta teoría destacan


Provinciali, Satta, Vivante y Guasp.

57
Por último, y a pesar de que no somos partidarios de
interpretaciones puramente gramaticales, nuestra ley nos da la
razón al definir la quiebra como un juicio en su artículo 1°, inciso
segundo: “El juicio de quiebra tiene por objeto realizar en un
solo procedimiento los bienes de una persona natural o jurídica,
a fin de proveer al pago de sus deudas, en los casos y en la forma
determinados por la ley”.

II. Características del juicio de quiebra

Aclarado que la quiebra es un proceso, señalaremos las


características que nos parecen más importantes.

a) La quiebra es un proceso judicial.- Que sea un proceso


judicial o jurisdiccional significa que queda entregado a la
administración de Justicia Ordinaria o Poder Judicial y en tal
sentido se rige supletoriamente por las normas que ordenan y
organizan el actuar de los tribunales ordinarios de justicia.

b) La quiebra es un proceso de orden contencioso.- Es proceso


contencioso porque en él se ventilan conflictos jurídicos concretos
o hipotéticos entre dos o más sujetos. La controversia en el juicio
de quiebra se plantea entre el deudor y la “masa de acreedores”,
por un lado, y, por el otro, entre los acreedores mismos.

c) La quiebra es un proceso civil.- Al calificar la quiebra de


proceso “civil”, queremos destacar que ella se encuentra
fundamentalmente incorporada dentro del derecho procesal civil,
cuyo texto principal en Chile es el Código de Procedimiento
Civil.

58
d) La quiebra es un proceso ejecutivo.- El proceso de quiebra es
de carácter ejecutivo, porque él se agota en el cumplimiento
(aunque normalmente parcial) de las obligaciones impagas del
fallido, bajo la ley de la comunidad de pérdidas o par condictio.

Resta por señalar que nuestra jurisprudencia ha sido reiterativa en


la calificación de la quiebra como ejecución universal. La ley
pretende que ante un solo juez se ventilen, en lo posible, todos los
conflictos relativos a los bienes del fallido y al pago de sus
obligaciones, principio que consagra el artículo 1° de la LQ.

e) Es un procedimiento ejecutivo extraordinario y no


especial.- La importancia que reviste dicha determinación es que
tratándose de un procedimiento extraordinario se le aplican los
arts.1, 2 y 3 del Código de Procedimiento Civil, no así en el caso
de ser especial.

¿Qué se entiende por procedimiento extraordinario? El art. 2 del


referido Código explica que es ordinario un procedimiento que se
somete a la tramitación común ordenada por la ley, de manera que
extraordinario sería el que se rige por las disposiciones especiales
que para determinados casos ella establece.

¿Qué se entiende por juicio especial? Queremos señalar con esta


denominación a aquéllos procedimientos contenciosos que son
creados por leyes especiales y que se aplican para hipótesis muy
específicas, exorbitantes del derecho común; vale decir, un
procedimiento excepcional que de no existir una norma particular,
la acción correlativa se tramitaría sea conforme al procedimiento
ordinario, si es meramente declarativo; sea conforme a alguno de
los procedimientos extraordinarios que establece el Código de
Procedimiento Civil.

59
La diferenciación esencial entre un juicio especial y uno
extraordinario consiste en que al procedimiento extraordinario se
le aplican supletoriamente las normas del Código de
Procedimiento Civil, de conformidad al art. 1 de este cuerpo de
leyes; no así al juicio especial, por cuanto dependerá de si la ley
especial misma hace envío o no a las reglas generales. Expresado
de otro modo, un procedimiento por naturaleza extraordinario
encuadra dentro de la norma del art. 1 del Código de
Procedimiento Civil; a un juicio por su naturaleza especial, para
serle aplicables las normas de dicho Código, es necesario que
contenga una norma expresa que así lo autorice.

Las normas sobre quiebra no se remiten al Código de


Procedimiento Civil expresamente, y considerando que ambas
leyes tienen igual rango de importancia, bien podría concluirse
que ella constituye un juicio especial, de aplicación restringida, a
la que no podrían aplicarse supletoriamente las normas del C.P.C.

Sin embargo, la quiebra es un procedimiento extraordinario, pues


es la única acción ejecutiva universal que se conoce en nuestra
legislación, que se aplica de modo general contra todo deudor
insolvente, sin importar para nada la especialidad de éste.

f) Es un procedimiento ejecutivo de realización de bienes.- Lo


esencial del juicio de quiebra es realizar el patrimonio del deudor,
sea desmembrándolo, sea como unidad económica, para con el
producto de dicha realización pagar a los acreedores en el orden
de preferencia legal.

La única excepción a esta regla es el caso de la continuidad de


giro, en que los acreedores no se pagan con la venta de los bienes

60
concursados, sino que con el fruto de la explotación de los
mismos.

Sección Segunda

ASPECTOS PROCESALES CONTEMPLADOS EN LA


LEY DE QUIEBRAS

El juicio de quiebra un procedimiento extraordinario, por lo tanto


se le aplican supletoriamente las normas del Código de
Procedimiento Civil. En primer término las “reglas comunes a
todo procedimiento”, contenidas en su Libro I, y en silencio de
ellas, a las normas del juicio ordinario.

No obstante, la Ley de Quiebras ha establecido ciertas normas


generales de procedimiento, que difieren algunas de ellas de lo
que disponen las reglas comunes a todo procedimiento,
establecidas en el C.P.C. Estas normas son las siguientes:

 Cuestiones que se susciten dentro de la quiebra.

Cualquier contienda que se suscite en la quiebra por acreedores, el


fallido y el síndico, entre todos o algunos de ellos, se tramita
como incidente, salvo que la Ley de Quiebras señale otro
procedimiento (inciso 1° del artículo 5°).

 Reglas sobre apelaciones.

Las apelaciones se conceden, por regla general, en lo devolutivo


(inc.2° del art.5°). En materia de quiebra rige una norma inversa a
la contemplada en el C.P.C. (ambos efectos);

61
 Los plazos.
Los términos de la Ley de Quiebras se suspenden durante los días
feriados, salvo disposición judicial en contrario (inc.3° del art.5°).
Hubo que establecer expresamente esta regla, pues el art.66 del
C.P.C. sólo se refiere a los plazos contemplados en dicho Código;

 Notificaciones por avisos.

De acuerdo con el art. 6° de la L.Q., siempre que la ley o el


tribunal ordene que una resolución se notifique por avisos, se
entenderá que debe publicarse un aviso en el D.O. El aviso,
aprobado su texto por el tribunal, contendrá un extracto de la
petición y copia íntegra de la resolución. Para evitar confusiones,
cabe señalar desde luego que la notificación por aviso no es regla
general en materia de notificaciones en los procedimientos de
quiebra. Sólo proceden cuando la ley o el tribunal lo ordenan,
aplicándose las reglas generales del C.P.C., a falta de disposición
especial de la ley o resolución del juez de la quiebra; esto es, la
regla general en materia de notificaciones en el proceso de
quiebra es la practicada por el estado diario, al igual que cualquier
otro proceso civil.

 Ramos o cuadernos.

Conforme al artículo 3° de la LQ, el juicio de quiebras se tramita


en dos ramos principales: el Cuaderno de Quiebra y el
Cuaderno de Administración.

Además existen otros cuadernos, que son el Cuaderno de


Impugnación, para el caso que los acreedores que verifican sus
créditos y éstos son impugnados. Las impugnaciones se tramitan

62
separadamente en este cuaderno de impugnación, y habrá tantos
de ellos como impugnaciones haya.

También existe un Cuaderno de Juicios Acumulados. Se


acumulan al juicio de quiebra todos los juicios que existan contra
el fallido, salvo las excepciones que veremos en su oportunidad
cuando tratemos los efectos de la quiebra.

 Cuaderno principal o de quiebra.

En este cuaderno se contiene:

1) Solicitud de declaratoria de quiebra. Esta puede


plantearse por el propio deudor o por un o más de sus acreedores
(art. 39).

2) Notificación de la solicitud de quiebra. La solicitud de


quiebra se notifica personalmente al deudor o conforme las reglas
del artículo 44 del Código de Procedimiento Civil, aún cuando no
se encuentre en el lugar del juicio (art. 45 inc. final).

3) Trámite de la audiencia, en el cual el deudor puede


consignar fondos suficientes para el pago de los créditos que
hubieren servido de base a la solicitud de quiebra y las costas
correspondientes, en cuyo caso no procederá la declaración de
quiebra.

Este trámite no está destinado a que el deudor oponga


excepciones o defensas, sino al pago de los créditos (art. 45 inc.
2).

63
4) Sentencia declaratoria de quiebra. Conforme el artículo
52 es una sentencia definitiva, que además de los requisitos
generales de toda sentencia debe contener las menciones de este
artículo.

5) Notificación de la sentencia declaratoria de quiebra. La


sentencia que declara la quiebra se notifica al fallido, a los
acreedores y a los terceros, por medio de un aviso que se publica
en el Diario Oficial. Además se notifica al síndico, por el
secretario del tribunal o por otro ministro de fe (arts. 54 y 55).

6) Interposición y tramitación del recurso especial de


reposición. Declarada la quiebra la ley da al fallido, a los
acreedores, a los terceros interesados y al propio síndico facultad
para interponerlo, se tramita como incidente y se sustancia en el
cuaderno principal.

Si el recurso se acoge allí termina el juicio de quiebra,


si se rechaza sigue adelante el juicio (arts. 56 y siguientes).

7) Las verificaciones de los créditos. Verificar un crédito


significa hacerlo valer en la quiebra, hacerse parte en el juicio.
Los acreedores se apersonan al juicio haciendo valer sus créditos.

Las verificaciones pueden ser: verificación ordinaria,


que es aquella que se hace dentro de un cierto plazo que la ley
señala o verificación extraordinaria que es aquella que se hace
luego de dictada la resolución que declara cerrado el período de
verificación ordinaria.

8) Resolución que declara cerrado el período de


verificación ordinaria. Se notifica por aviso en el Diario Oficial.

64
9) Nómina de créditos reconocidos. Art. 143.

 Cuaderno de administración.

Este contiene todo lo relativo a la conservación,


administración y liquidación de los bienes y pago de los
acreedores.

Se inicia con la diligencia de incautación que el


síndico practica de los bienes del fallido, si el síndico estima que
corren peligro, después se hace un inventario y una tasación de
los mismos bienes.

Puede ocurrir que el inventario sea impugnado por el


fallido o por algún acreedor, en este cuaderno constará la
impugnación, que se tramita incidentalmente.

También se deja constancia de las actas de las juntas


de acreedores que deciden sobre la administración y realización
de los bienes. Luego el síndico ejecuta dichas decisiones.

También constan los anuncios y repartos.

El cuaderno de administración termina con la cuenta


que rinde el síndico de su administración, en lo relativo a la
realización de todos los bienes y al pago de los acreedores y
además se deja constancia si la cuenta fue aprobada o impugnada.

 Cuaderno de impugnación.

65
Se inicia con la demanda de impugnación y contiene
su tramitación conforme al procedimiento incidental. Hay tantos
cuadernos de impugnación como impugnaciones haya.

 Cuaderno de juicios acumulados.

Consiste en una acumulación física de todos los juicios


que existan contra el fallido, salvo las excepciones legales.

Cuarta Parte

LA DECLARATORIA DE QUIEBRA

Sección Primera

Generalidades

La ley no ha definido el estado de quiebra, sino que para la


declaración de ella ha consagrado un sistema en que los hechos o
circunstancias que deben establecerse dependen de la persona que
solicita la declaratoria.

Si la declaración de quiebra la pide el propio deudor, la ley no


requiere la concurrencia de causal alguna, ya que, como es obvio,
nadie puede conocer mejor que el propio deudor el estado de sus
negocios. La petición de quiebra solicitada por el propio deudor
implica una confesión de encontrarse en el estado de quiebra. Es

66
por ello que se puede afirmar que, en el caso de la quiebra pedida
por algún deudor, el presupuesto o hecho que la ley requiere para
declararla es la propia petición del afectado.

La ley se ha preocupado de establecer causales específicas para


declarar la quiebra cuando ella es pedida por un acreedor o
cuando procede declarar la quiebra de oficio por el tribunal. Estos
presupuestos o causales están señalados en los artículos 43; 51,
inciso 1°; 177 bis; 209; 214 y 251 de la LQ.

A.- SOLICITUD DE QUIEBRA POR EL PROPIO


DEUDOR.

Esta solicitud constituye una verdadera demanda, y por tanto debe


cumplir con los requisitos del art.254 del CPC. Sin embargo, dada
la multiplicidad de demandados que ésta lleva aneja, la ley exime
al deudor de su individualización, exigencia que se cumple con el
acompañamiento a la misma de un listado de todas las
obligaciones del deudor, con individualización de los acreedores
correlativos, vía por la cual se salva la necesidad de individualizar
a todos los demandados en el libelo respectivo.

Junto a la demanda o solicitud de quiebra el deudor debe adjuntar,


en duplicado, los siguientes documentos (Artículo 42):

1) un inventario o relación detallada de todos los bienes, con


indicación del lugar en que se encuentren, de su valor
estimativo y de los gravámenes que los afecten;

2) Una relación de los bienes que, en conformidad a la ley,


están excluidos de la quiebra;

67
3) Una relación de los juicios que tuviere pendientes;

4) Un estado de las deudas, con expresión del nombre y


domicilio de los acreedores y de la naturaleza de sus
respectivos créditos, y

5) Una memoria de las causas inmediatas o directas del mal


estado de sus negocios, debiendo en ella dar cuenta de la
inversión del producto de las deudas contraídas y de los
demás bienes adquiridos en el último año. El deudor que
llevare contabilidad completa presentará, además, su último
balance y su cuenta de ganancias y pérdidas.

Si el deudor fuere una sociedad colectiva o en comandita las


piezas indicadas serán firmadas por todos los socios colectivos
que invistan esta calidad por el contrato social y se hallen
presentes en el domicilio de la sociedad. Si el deudor fuere otra
clase de persona jurídica, las piezas referidas serán firmadas por
sus administradores (art. 42 N° 5).

ACTITUD DEL TRIBUNAL.

El juez citará a los tres acreedores que figuren con los mayores
créditos en el estado de deudas presentado por el deudor, o a los
que hubiere si fueren menos, para el efecto de designar a un
síndico titular y uno suplente.

Los acreedores serán citados mediante notificación efectuada por


cédula, en la cual se indicará el nombre del acreedor y su
domicilio, además del objeto de la citación. La notificación la
realiza el receptor de turno.

68
Una vez efectuada la última citación, dentro de tercer día se
efectuará una audiencia, que se llevará a efecto con el o los
acreedores que asistan, y en ella se nominará a los síndicos. Si
asistiere más de un acreedor, la elección se efectuará por la
mayoría del total del pasivo con derecho a voto.

Si no compareciere ningún acreedor, el tribunal repetirá por una


vez el procedimiento con los tres acreedores siguientes o con los
que hubiera si fueren menos.

En caso de que lo señalado resultare imposible de aplicar, se


designará al síndico mediante sorteo, en el cual deberá incluirse
los nombres de todos los síndicos habilitados para ejercer en el
territorio jurisdiccional del tribunal8.

En estos procedimientos no se dará lugar a incidentes, debiendo el


tribunal resolver de plano cualquier asunto que se le presente y su
resolución no será susceptible de recurso alguno.

B.- SOLICITUD DE QUIEBRA DE UNO DE LOS


ACREEDORES

1.- Requisitos de la demanda.

8
El nombramiento de los síndicos se hace por decreto expedido a través del Ministerio
de Justicia. Existe una nómina nacional de síndicos integrada por aquellas personas
legalmente investidas como tales. Sólo podrán ser síndicos las personas que tengan el
título de ingeniero; contador auditor o público o abogado.

69
Esta demanda debe cumplir con los requisitos del art.254 del
CPC, en especial aquella que ordena que se consigne en el libelo
“la exposición clara de los hechos y fundamentos de derecho en
que se apoya”. Además, debe señalar la causal que la justifica y
los hechos constitutivos de dicha causal y acompañar los
documentos que acreditan los fundamentos de la petición o se
ofrecerán las pruebas que corresponda (art. 44).

Además, se señalará el nombre del síndico titular y el del síndico


suplente, y sólo a ellos el tribunal deberá designar en la sentencia
que declare la quiebra.

2.- Vale vista o boleta bancaria.

Nuestra ley establece una modalidad peculiarísima. Pues junto a


la solicitud de quiebra, “el acreedor peticionario deberá
acompañar vale vista o boleta bancaria a la orden del tribunal por
una suma equivalente a 100 Unidades de Fomento, para subvenir
a los gastos iniciales de la quiebra. Dicha suma será considerada
como un crédito del solicitante en contra del fallido, que gozará
de la preferencia establecida en el N° 4 del artículo 2472 del
Código Civil” (crédito de primera clase).

3.- Acreedores que no pueden solicitar la quiebra.

Sin embargo, no podrán solicitar la declaración de quiebra, el


marido acreedor de su mujer, ni la mujer acreedora de su marido,
el hijo acreedor de su padre y el padre acreedor de su hijo.
Igualmente, el socio comanditario no puede demandar la
declaración de quiebra de la sociedad a que pertenece; pero si es
acreedor particular de la misma, puede provocarla en ese carácter
(arts. 46 y 47).

70
4.- Actitud del Tribunal.

El juzgado se pronunciará sobre la solicitud de quiebra a la


brevedad posible, con audiencia del deudor, y deberá cerciorarse,
por todos los medios a su alcance, de la efectividad de las
causales invocadas (art. 45 inciso 1°).

Las normas sobre Quiebras no le señala al juez un plazo para


pronunciarse, sino que dice “a la brevedad posible”. Esto
significa que el juez ante la solicitud de quiebra debe actuar sin
dilación, no debe dar lugar a otro trámite que no sea la audiencia
del deudor, si los antecedentes acompañados acreditan la
efectividad de la causal invocada, sin lugar a dudas.

Además, impone al juez la obligación de cerciorarse, por todos


los medios a su alcance, de la efectividad de las causales
invocadas. Esto último quiere decir que frente a la solicitud de
quiebra el juez no puede tener una actitud pasiva, contemplativa,
si de los antecedentes acompañados no resulta acreditada por sí
sola la efectividad de la causal invocada. El tribunal debe
decretar, como medidas para mejor resolver, toda diligencia,
trámite o probanza destinada a establecer la efectividad de la
quiebra, sea admitiéndola o desechándola.

En cuanto a la audiencia del deudor, ésta sólo tendrá carácter


informativo, no dará lugar a incidentes, y en ella éste podrá
consignar fondos suficientes para el pago de los créditos que
hubieren servido de base a la solicitud de quiebra y las costas
correspondientes, en cuyo caso no procederá a la declaración de
quiebra.

71
Esta institución se conoce como “consignación preventiva” de la
quiebra.

5.- Notificación de la solicitud de quiebra al deudor.

Se notifica al deudor personalmente o en la forma prevista por el


artículo 44 del Código de Procedimiento Civil, aun cuando no se
encuentre en el lugar del juicio.

6.- Responsabilidad del solicitante de la quiebra-

En virtud de lo establecido por el artículo 45 inciso 3º, si la


solicitud fuere desechada en definitiva, el deudor puede
demandar indemnización de perjuicios al acreedor, si prueba que
éste ha procedido culpable o dolosamente.

No basta con que la acción de quiebra sea desechada para que el


deudor pueda intentar la acción de indemnización de perjuicios en
contra del acreedor; se requiere además que acredite que este
último ha procedido con dolo o culpa al pedir la quiebra.

7.- La resolución que niega lugar a la declaración la quiebra-

La resolución que niegue lugar a la declaración de quiebra no será


susceptible del recurso especial de reposición, pero será siempre
apelable en ambos efectos (art. 59).

72
Sección Segunda

LA SENTENCIA QUE DECLARA LA QUIEBRA

La sentencia que declara la quiebra debe cumplir con los


requisitos propios de toda resolución judicial, y requisitos
especiales de la resolución que declara la quiebra de un deudor.

a) Requisitos propios de toda resolución judicial.

Debe contener una parte expositiva, en la que figuran el nombre


del solicitante, el nombre del deudor, si no es el mismo
peticionario, la causal invocada, los hechos en que se funda, etc.
Contiene asimismo una parte considerativa, donde se señalan
los fundamentos de derecho aplicados a los hechos que sirven de
base a la causal planteada. Finalmente, en la parte resolutiva
estará la decisión del tribunal sobre la solicitud de quiebra, que la
acoge o desecha. Asimismo, según el art. 169 del CPC, deberá
expresar en letras la fecha y lugar en que se expida, y la firma del
juez o jueces que la dicten.

b) Requisitos especiales de la sentencia que declara la quiebra.

El artículo 52 de la LQ señala que “La sentencia definitiva que


declare la quiebra contendrá:

1. La determinación de si el deudor está o no comprendido en


el artículo 41. En este caso se estará a la actividad que el
deudor ejercía a la fecha en que contrajo la obligación.

73
El artículo 41 se refiere al deudor que ejerce una actividad
comercial, industrial, minera o agrícola. Las normas de la quiebra
en adelante para referirse al deudor que desarrolla alguna de las
indicadas actividades alude al deudor comprendido en el artículo
41.

Tiene importancia la determinación que en este sentido debe


hacer el juez en la sentencia que declara la quiebra, en los
siguientes aspectos de la quiebra: a) obligación de solicitar la
declaratoria; b) existencia de causal exclusiva para deudores que
ejercen alguna de dichas actividades; c) derecho de alimentos; d)
acciones revocatorias concursales más severas; y, e) calificación
penal de la conducta del fallido.

2. La designación de un síndico provisional titular y de uno


suplente y la orden de que el síndico se incaute de todos los
bienes del fallido y documentos del deudor.

Este requisito de la sentencia que declara la quiebra se refiere a


dos aspectos muy diversos:

El tribunal, junto con declarar la quiebra, designa un síndico


titular y otro suplente, que tienen el carácter de provisionales en
tanto no los ratifique la Junta de acreedores o hasta que entren en
funciones los que ésta designe.

Sólo pueden ser nombrados síndicos de una quiebra aquellas


personas que, a la época de solicitarse la respectiva declaración de
quiebra formaban parte de la nómina nacional de síndicos, y que
permanezcan en ella al momento de su designación por el juez o
por la junta de acreedores.

74
No podrán ser designados síndicos, entre otros, el cónyuge ni los
parientes, hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de
afinidad del fallido deudor; los que hubieren sido directores o
administradores de la sociedad, en los dos años anteriores.

El juez deberá designar sólo a los síndicos provisionales, titular y


suplente, propuestos por el solicitante en su petición de quiebra.

La incautación es una actuación de resguardo mediante la cual el


síndico, asistido de un ministro de fe, procede a recoger todos los
bienes, libros y documentos del fallido, para ponerlos en lugar
seguro, contribuyendo así a la preservación de los mismos, a fin
de ocuparse de su administración y posterior realización, según
corresponda.

La sentencia que declara la quiebra, además de la orden de que el


síndico se incaute, debe contener otra destinada a que se le preste,
para este objeto, el auxilio de la fuerza pública por el jefe más
inmediato, con la sola exhibición de copia autorizada de dicha
resolución.

La incautación se hace tan pronto el síndico asuma oficialmente el


cargo, en presencia del secretario del Tribunal o de un notario o
de otro ministro de fe designado por el juez. El Título VI “De la
incautación e inventario”, en los artículos 94 y siguientes trata de
la incautación.

3. La orden de que las oficinas de correos y telégrafos


entreguen al síndico la correspondencia y despachos
telegráficos cuyo destinatario sea el fallido.

75
El síndico esta facultado para abrir la correspondencia del fallido
con intervención del tribunal y retener las cartas y documentos
que tengan relación con los negocios de la quiebra (Art. 27 N° 5).

Esta facultad del síndico implica una excepción a la garantía


constitucional de inviolabilidad de la correspondencia epistolar y
telegráfica. Por tal razón, la ley dispone que el síndico proceda
abrir la correspondencia del fallido con intervención del tribunal.
Además, agrega el artículo 27 N° 5 que solo pueden retenerse los
documentos que tengan relación con los negocios de la quiebra, es
decir, los relativos a la actividad que el deudor ejerce, más no a la
correspondencia familiar, personal o privada del quebrado.

4. La orden de acumular al juicio de quiebra todos los juicios


pendientes contra el fallido.

La acumulación de juicios es una consecuencia del carácter


unitario de la quiebra y del efecto del desasimiento, en cuanto a
que el fallido está inhibido de estar en justicia, salvo los casos
expresamente exceptuados en la ley.

La acumulación o competencia tiene lugar cuando concurren los


siguientes requisitos:

- Que se trate de juicios en los que el quebrado tenga el


carácter de demandado;
- Que los juicios estén pendientes, y
- Que puedan afectar sus bienes.

La ley establece excepciones relativas a ciertos juicios que no se


acumulan al de quiebra, como veremos al tratar de los efectos
inmediatos de la declaratoria (v.gr. no se acumulan los juicios

76
posesorios, los de desahucio, los determinación inmediata del
arrendamiento, los que estuvieren conociendo los jueces árbitros).

5. La advertencia al público de no pagar ni entregar


mercaderías al fallido, so pena de nulidad de los pagos y
entregas; y la orden a las personas que tengan bienes o
papeles pertenecientes al fallido, para que los pongan, dentro
de tercero día, a disposición del síndico, bajo pena de ser
tenidos por encubridores o cómplices de la quiebra.

Hay dos aspectos que considerar en este requisito del contenido


de la sentencia que declara la quiebra: a) Los pagos y entregas de
mercaderías al fallido, y b) La entrega al síndico de bienes o
documentos del fallido que se encuentran en manos de terceros.

a) Se advierte al público que no debe hacer pagos ni entregas


de mercaderías al fallido, porque en virtud del desasimiento
está inhibido de administrar sus bienes. De conformidad con
el artículo 72, son inoponibles los actos y contratos que el
fallido ejecute o celebre después de dictada la sentencia que
declara la quiebra, con relación a los bienes de la masa, aun
cuando no se hayan practicado las inscripciones en los
registros respectivos del Conservador de Bienes Raíces.
b) Los papeles y bienes de propiedad del fallido que se
encuentren en manos de terceros deben ser entregados al
síndico. La entrega debe hacerse dentro de un plazo fatal de
tres días, bajo apercibimiento de que serán tenidos como
encubridores o cómplices de la quiebra quienes conserven
en su poder documentos o bienes del fallido. Quienes no
cumplan esta orden serán objeto de sanción penal.

El artículo 221 N° 3 de la Ley de Quiebras dice que se presume


que son cómplices de quiebra fraudulenta los que, con

77
conocimiento de la declaración de quiebras, ocultaren bienes,
documentos o papeles de propiedad del fallido que tuvieren en su
poder o los entregaren a éste y no al síndico.

6. La orden de hacer saber a todos los acreedores residentes


en el territorio de la República que tienen el plazo de treinta
días, contados desde la fecha de la publicación de la sentencia,
para que se presentes con los documentos justificados de sus
créditos, bajo apercibimiento de que les afectarán los
resultados del juicio sin nueva citación.

Se trata del llamado que se hace a los acreedores para apersonarse


al juicio de quiebra. Esto se denomina, en lenguaje de quiebras,
verificación de créditos. Es fundamental verificar en la quiebra,
porque en ella sólo se consideran los créditos que se hayan hecho
valer y que posteriormente se declararen reconocidos.
Según el artículo 131 de la Ley de Quiebras, todos los acreedores
residentes en el territorio de la República, sin excepción alguna,
tienen el plazo de treinta días, a contar de la notificación de la
declaración de quiebra, para verificar sus créditos y alegar sus
preferencias ante el tribunal que conozca de ella.

7. La orden de notificar, por carta aérea certificada, la


quiebra a los acreedores que se hallen fuera de la República.

Es el llamado a verificar que se hace a los acreedores residentes


en el extranjero. Ellos tienen el plazo de treinta días, aumentado
con el emplazamiento que corresponda, que se expresa en cada
carta aérea certificada, para apersonarse al concurso, bajo
apercibimiento de que les afectarán los resultados del juicio sin
nueva citación.

78
La Quiebra ha creado así un nuevo sistema de notificación, la
carta aérea certificada, que no está contemplado en el Código de
Procedimiento Civil.

8. La orden de inscribir la declaración de quiebra en el


Registro de Interdicciones y Prohibiciones de Enajenar del
Conservador de Bienes Raíces del Departamento en que se
hubiera declarado la quiebra y también en el de los
Conservadores correspondientes a cada uno de los inmuebles
pertenecientes al fallido.

Esta inscripción no es un requisito especial del procedimiento de


quiebra. Su falta u omisión no anula el juicio ni tiene importancia
en los actos o contratos futuros que ejecute el fallido. El objeto de
esta inscripción es sólo de publicidad, para que los terceros se
enteren del estado de quiebra que afecta al fallido.

9. La indicación precisa del lugar, día y hora en que se


celebrará la primera junta de acreedores.

La primera junta de acreedores se realiza en la sede del tribunal o


en el lugar ad hoc que éste designe en la sentencia que declara la
quiebra, no antes de treinta días ni después de cuarenta días
hábiles contados desde la publicación de dicha sentencia. Esta
primera reunión de la junta de acreedores es importante porque se
trata de la sesión constitutiva del órgano y por ende se aboca al
conocimiento de las materias señaladas en el artículo 108 de la
Ley de Quiebras.

10. Designación de curador de bienes.

79
Cuando la quiebra se declara por la causal señalada en el artículo
43 N° 3, esto es, en caso de desaparecimiento o fuga del deudor,
la sentencia definitiva debe designar un curador especial para que
represente al fallido (Art. 53)

c) Calificación jurídica de la resolución que declara la


quiebra.

Durante la vigencia de la Ley N° 4.558, de 1929, se discutió


acerca de la calificación jurídica de la sentencia que declara la
quiebra, debido a que, la Comisión Redactora, que debatió
intensamente la cuestión, decidió darle el nombre de
“resolución”, sin pronunciarse acerca de su clasificación dentro
de las resoluciones judiciales. La mayor parte de los
comentaristas nacionales se inclinó por darle el carácter de
sentencia definitiva, porque resuelve la cuestión controvertida,
esto es, la existencia o no de la cesación de pagos y de los otros
requisitos de la quiebra, estableciendo efectos permanentes y
definitivos. La jurisprudencia la calificó asimismo de sentencia
definitiva contra la cual proceden los recursos de casación en la
forma y en el fondo.

Las actuales normas vigentes en la materia, en su artículo 52


señala expresamente: “La sentencia definitiva que declare la
quiebra contendrá...” No deja lugar a dudas sobre la calificación
que dentro de las resoluciones judiciales atribuye a la que declara
la quiebra.

Sin embargo, en el artículo 54 se refiere a esta sentencia definitiva


sólo como “la resolución”, y en otros casos, artículos 54, 55, y
56, la designa como “la sentencia”.

80
Creemos que en la actualidad no hay duda sobre el hecho de que
el legislador calificó de sentencia definitiva la resolución que
declara la quiebra.

d) Características de la sentencia que declara la quiebra.

1°) A diferencia de las demás resoluciones judiciales, que sólo


producen efectos relativos, la resolución que declara la quiebra
crea un estado o situación respecto del fallido que es de carácter
universal e indivisible. Sus efectos, en otras palabras, son
absolutos, es decir, aplicables erga omnes.

2°) No sólo origina efectos para el futuro como las otras


resoluciones judiciales, sino que la declaratoria de quiebra
produce efectos respecto del pasado, efectos retroactivos relativos
a situaciones ocurridas antes de su pronunciamiento. La
legislación concursal reglamenta detalladamente estos efectos con
el propósito de restablecer o reintegrar el patrimonio del fallido.

3°) Los efectos que crea la sentencia que declara la quiebra nacen
desde que se dicta, aun antes de ser notificada. No ocurre lo
mismo con las otras resoluciones judiciales, que empiezan a
producir sus consecuencias jurídicas desde que se notifican. Los
artículos 55, 64, 72 y 94 corroboran que la sentencia que declara
la quiebra del deudor produce sus efectos desde que se pronuncia.

4°) Finalmente, la ley concursal ha creado un mecanismo especial


para dejar sin efecto la resolución que declara la quiebra del
deudor: el recurso especial de reposición. Este recurso es propio
de la quiebra, procede por causales específicas, se interpone,
tramita y decide como lo establece en forma particular la ley

81
sobre la materia. No tienen ninguna similitud, como no sea en el
nombre, con el recurso de reposición contemplado en el artículo
181 del Código de Procedimiento Civil.

e) Notificación de la sentencia que declara la quiebra.

Aún cuando sus efectos se producen desde que se pronuncia, la


ley ha reglamentado las diversas formas de notificación de la
sentencia que declara la quiebra, según a quiénes se notifique.

1°) Notificación al fallido, a los acreedores y a terceros. De


conformidad con lo previsto en el artículo 54, la sentencia que
declara la quiebra se notifica al fallido, a los acreedores y a
terceros por medio de un aviso.

Este aviso se publica en el Diario Oficial y su texto debe ser


aprobado por el tribunal. Según el artículo 6° de la Ley de
Quiebras, este aviso debe contener un extracto de la petición y
copia íntegra de la resolución, a menos que la ley o el tribunal
disponga lo contrario. En este caso la ley nada dice sobre el
contenido del aviso. Creemos que será usual que el tribunal
disponga que contenga un extracto de la sentencia que declara la
quiebra, cuyo texto él mismo aprobara.

2°) Notificación al Síndico. La norma contenida en el artículo 55


ordena que, inmediatamente de pronunciada la sentencia que
declare la quiebra, el secretario del tribunal cuidara de que se
notifique, a la brevedad posible, al síndico provisional, titular o
suplente.

82
El secretario del tribunal puede notificar por sí al síndico
provisional, titular o suplente, o bien encomendar esta diligencia a
otro ministro de fe. El secretario del tribunal notificará por sí al
síndico cuando pueda hacerlo en el oficio, tal como lo autoriza el
Código de Procedimiento Civil. En caso contrario, cometerá la
diligencia a otro ministro de fe, particularmente por su
especialidad, a un receptor.

Sección Tercera

EL RECUSO ESPECIAL DE REPOSICIÓN.

La impugnación de la sentencia de quiebra

1.- Generalidades.-

El Código de Procedimiento Civil estable, en favor de los


litigantes que se sienten agraviados por una resolución judicial,
medios por los cuales se pueden dejar sin efecto, modificar o
anular dichas resoluciones. Estos medios se conocen con el
nombre de recursos procesales, y son, entre otros, los de
apelación, de reposición, de interpretación, aclaración o
enmienda, de casación en el fondo y en la forma, de queja, de
amparo, etc.

Las normas sobre Quiebras señala un medio para impugnar o


dejar sin efecto, si fuere procedente, la sentencia que declara
la quiebra. Este medio es el recurso especial de reposición, que
es distinto del que contempla el artículo 181 del Código de

83
Procedimiento Civil9. Es el único medio que las normas sobre
Quiebras contempla para dejar sin efecto o para modificar la
sentencia declaratoria.

Art. 56: “Contra la sentencia que declare la quiebra sólo


podrá entablarse el recurso especial de reposición a que se
refieren los artículos siguientes”.

Es diferente al recurso de reposición del Código de Procedimiento


Civil, no sólo en cuanto a que se tramita en forma diversa aquel,
sino porque su finalidad es dar lugar a una controversia que
no se ha originado antes de la declaratoria de quiebra.

2°) Personas que pueden oponerse a la quiebra.

Pueden hacer valer este medio los a) los acreedores, b) el fallido y


c) los terceros interesados.

 Los Acreedores. Cualquier acreedor, aun cuando no haya


verificando su crédito y por lo mismo aunque no sea
parte en el juicio, puede oponerse a la quiebra. Lo normal
es que los recursos procesales los hagan valer las partes del
juicio, pero en este caso, como se trata más bien de oponerse
a la ejecución, sólo se exige que el acreedor tenga un
interés actual, que justifica con su calidad de tal.

 El fallido. Resulta lógico que el deudor en falencia se


oponga, porque además de ser parte, es el principal
interesado en el juicio. Cuando el fallido ha pedido la
9
El recurso de reposición o reconsideración tiene por objeto conseguir del mismo juez que dictó una
resolución judicial que la modifique o la deje sin efecto. Procede contra los “autos” (resolución que recae
en un incidente) y decretos (decreto, providencia o proveído es el que, sin fallar sobre incidentes o sobre
trámites que sirvan de base para el pronunciamiento de una sentencia, tiene por objeto determinar o
arreglar la substanciación del proceso).

84
declaración de su propia quiebra, también puede oponerse
fundado en la calificación profesional que le atribuye la
sentencia.

 Los terceros interesados. Es evidente que ellos no son


parte del juicio, pero están autorizados para alzarse contra la
declaratoria, porque habiendo contratado con el deudor
antes de su pronunciamiento, pueden verse afectados por
los efectos retroactivos representados por las acciones
revocatorias o de inoponibilidad concursal. Asimismo
pueden estar interesados como codeudores solidarios o
como avalistas del quebrado.

 El síndico. También excepcionalmente, puede oponerse el


síndico, en caso de errada calificación profesional del
deudor, velando por el interés general de los acreedores.
Para impetrar este medio el síndico cuenta con la
información necesaria por haberse incautado de los libros de
contabilidad y documentos del fallido.

3°) Causales de oposición.

La ley concursal chilena no señala en forma precisa y


determinada las causales para oponerse o para impugnar la
quiebra ya declarada. En términos generales puede afirmarse que
la oposición se hace valer contra una quiebra mal declarada, fuera
de las causales establecidas por la ley o una errada calificación de
la actividad del deudor.

El rol del oponente consiste en demostrar que la causal


invocada para declarar la quiebra no concurre en la especie,

85
porque los hechos constitutivos de la misma no se han
acreditado o no corresponden a la realidad; por ejemplo, que
los títulos ejecutivos provienen de una misma obligación y no de
fuentes diversas, como exige la ley; que el deudor no se ha
fugado, sino que está ausente por viaje o enfermedad, etc.

Puede fundarse también la oposición en una errada determinación


de la actividad del deudor hecha por la sentencia de quiebra. Esta
precisión es importante para determinar la procedencia de la
causal del artículo 43 N° 1, como así también en relación a los
efectos inmediatos, efectos retroactivos y para fines penales.

4°) Tramitación.

a) Tribunal ante quien se presenta.- La defensa o medio de


impugnación se debe presentar ante el mismo tribunal que
declara la quiebra, de acuerdo con lo señalado en el artículo
57.

b) Procedimiento.- Se tramita como incidente. La


interposición, tramitación y fallo del recurso especial de
reposición no suspenden la quiebra, que sigue produciendo
todos sus efectos. Sin embargo, el síndico de quiebras no
llega a la realización de los bienes del fallido, pendiente la
resolución del recurso, pero ejecuta todos los demás actos
que la preparan.

c) Son parte en el incidente: 1) el que se opone a la


sentencia, 2) el que ha solicitado la quiebra y 3) el
síndico. Pueden intervenir además acreedores y los terceros
interesados, quienes actuarán como coadyuvantes (Art. 57
inc. 3º).

86
d) El plazo para oponerse o para interponer el medio de
impugnación es de diez días, que se cuentan desde la
notificación a que se refiere el artículo 54; es decir, para
todos los acreedores y terceros interesados este plazo se
encuentra, sin distinción, desde la fecha de publicación del
aviso.

Respecto del síndico, el término corre desde que se ha


notificado, según la norma especial del artículo 55 (El
secretario del tribunal o un ministro de fe). Se trata de un
plazo fatal que, sabemos se suspende los días feriados.

e) Las resoluciones dictadas durante la tramitación de este


medio de oposición a la quiebra son inapelables (Art. 58
inc. 1º), con el objeto de evitar que el juicio de quiebra se
prolongue innecesariamente de esta manera. La única
manera de llevar al conocimiento de una Corte de
Apelaciones algún asunto relativo a la tramitación de este
recurso especial, sería recurrir de queja contra el juez.

5°) Recursos procedentes.

Siendo sentencia definitiva, la resolución que falla este incidente


es susceptible del recurso de apelación; la ley se ha encargado de
reglamentar expresamente esta apelación.

¿En qué forma se concede este recurso de apelación? Hay que


distinguir:

a) Si la sentencia acoge el recurso, la resolución es apelable


en ambos efectos (art. 58);

87
b) Si la resolución deniega el recurso, estos es, se mantiene la
quiebra, el recurso de apelación se concede en el solo
efecto devolutivo.

Fallado el recurso especial de reposición en segunda instancia,


proceden los recursos de casación en la forma y en el fondo.

Fallando el recurso denegándole el lugar, la quiebra se mantiene y


sigue los efectos que le son propios. Cuando, por el contrario, el
fallo acoge el recurso, se deja sin efecto todo lo obrado en el
juicio, por haber sido mal declarada la quiebra.

Cuarta Parte

LOS EFECTOS DE LA QUIEBRA

Sección Primera

Generalidades

De acuerdo con la clasificación tradicional, que distingue


atendiendo al tiempo en que se producen los efectos de la
declaratoria de quiebra, se clasifican en: 1°) efectos inmediatos,
es decir, los que se originan con posterioridad a la resolución que
reconoce el estado de quiebra; y 2°) efectos retroactivos, que
son aquellos que afectan relaciones jurídicas celebradas con
anterioridad a la declaración de quiebra.

88
Quedan comprendidos dentro de los efectos inmediatos los
siguientes:

a) El derecho a pedir alimentos (artículo 60);


b) El desasimiento (artículos 64 y 65);
c) La fijación irrevocable y definitiva de los derechos de los
acreedores;
d) La exigibilidad anticipada de todas las obligaciones del
fallido;
e) La suspensión del derecho a ejecutar individualmente al
quebrado;
f) La acumulación de juicios.
g) Inhabilidades

Los efectos retroactivos que la quiebra origina son las


inoponibilidades a la masa de los actos celebrados a título gratuito
y las inoponibilidades que afectan los actos jurídicos celebrados a
título oneroso, y

Sección Segunda

EFECTOS INMEDIATOS DE LA QUIEBRA.

1°) EL DERECHO A PEDIR ALIMENTOS.

Está establecido en el Artículo 60 y se ejerce en contra de la masa


con el objeto de asegurar la subsistencia del fallido y su familia.

89
La norma legal recién citada, distingue entre el deudor calificado
y el deudor civil

El deudor civil tiene derecho a que la masa le dé alimentos para


él y su familia. En cambio, el deudor calificado (el del artículo
41) sólo puede pedir alimentos si hubiere solicitado su propia
quiebra.

El derecho a pedir alimentos asiste al deudor obligado a solicitar


su quiebra, aun cuando la pida después de transcurrido el plazo de
quince días desde que haya cesado en el pago de una obligación
mercantil. Así lo ha declarado la jurisprudencia.

La obligación de dar alimentos se suspende si en contra del fallido


se dicta auto de apertura del juicio oral, y cesará si es condenado
en definitiva por quiebra culpable o fraudulenta o por alguno de
los delitos a que se refiere el Artículo 466 del Código Penal en el
caso del deudor civil. Esta norma del Código Penal dice: “El
deudor no dedicado al comercio que se alzare con sus bienes en
perjuicio de sus acreedores o que se constituya en insolvencia por
ocultación, dilapidación o enajenación maliciosa de esos bienes,
será castigado con presidio menor en cualquiera de sus grados. En
la misma pena incurrirá si otorgare, en perjuicio de dichos
acreedores, contratos simulados”.

La cuantía de los alimentos se determina por el tribunal que


conoce de la quiebra, con audiencia del síndico y de los
acreedores (Art. 60 inc. 3º).

Los alimentos son para el quebrado y su familia. El concepto de


familia debe entenderse en el sentido que le atribuye el Artículo
815 inciso 3º del Código Civil.

90
La solicitud de alimentos del fallido se tramita como incidente,
en ramo separado del cuaderno principal de la quiebra. Se
notifica al síndico personalmente o por cédula y a los acreedores
por aviso que contendrá un extracto de la petición y copia íntegra
de la resolución y debe publicarse en el Diario Oficial.

Los acreedores pueden oponerse a la solicitud de alimentos del


fallido, fundándose en que éste tiene medios para asegurar su
sustento y el de su familia.

2°) EL DESASIMIENTO.-

a) Concepto.

Es un efecto inmediato de la declaración de quiebra, en virtud del


cual el fallido queda inhabilitado de pleno derecho de administrar
y disponer de los bienes afectos al concurso, facultades que pasan
también, de pleno derecho al síndico, que lo sustituye y
representa.

Este efecto, esta inhibición o desasimiento se produce en el


instante mismo en que se dicta la resolución que declara la
quiebra, de manera que el quebrado queda inhibido, aun antes que
la sentencia se publique, cuando todavía está en el despacho del
juez, firmada por él y el secretario. Tal efecto aparece como
contrario a los principios del derecho procesal, en especial a
aquella regla del Código de Procedimiento Civil que dice que las
resoluciones judiciales sólo producen efecto desde su notificación
(Art. 38).

b) Alcance del desasimiento.

91
Tiene el desasimiento dos aspectos que hay que considerar:

1) En el orden puramente material, significa el


desapoderamiento de los bienes respecto del fallido, el cierre del
negocio, quitar de su poder los bienes muebles, etc. y

2) En el plano jurídico importa la pérdida del derecho de


administrar, lo cual involucra, a su vez, dos aspectos: el judicial y
el extrajudicial.

Con relación al primer aspecto del desasimiento, o sea, en el


orden puramente material, diremos que éste no importa la pérdida
de la propiedad de los bienes del fallido, que no pasa el dominio a
los acreedores, como se deja claramente establecido por el
Artículo 64 inciso 2º, que dice: “El desasimiento no transfiere
la propiedad de los bienes del fallido a sus acreedores, sino
sólo la facultad de disponer de ellos y de sus frutos hasta
pagarse de sus créditos”.

En cuanto al significado del desasimiento en el orden jurídico, se


traduce, como vimos, en la pérdida del derecho a administrar, y
comprende dos grandes actos, que es necesario distinguir: a) actos
extrajudiciales y b) actos judiciales.

 ACTOS EXTRAJUDICIALES

La pérdida del derecho de administrar significa que el fallido no


puede disponer de los bienes ni de sus frutos, salvo de aquellos
que sean inembargables. Esta facultad de disponer pasa de pleno
derecho al síndico, quien la ejerce con arreglo de las normas de la
Quiebra. Así lo establece el artículo 64 inciso 3º.

92
¿Qué pasa con el valor de los actos y contratos ejecutados o
celebrados por el fallido después de la declaración de quiebra en
relación con los bienes comprendidos en la masa?

En términos generales, podemos decir que tales actos o contratos


carecen de valor, según lo señalado por el artículo 72 en la
materia, dispone ahora expresamente:

Art. 72: “Son inoponibles los actos y contratos que el fallido


ejecute o celebre después de dictada la sentencia que declara la
quiebra, con relación a los bienes de la masa, aun cuando no se
hayan practicado las inscripciones en los registros respectivos del
Conservador de Bienes Raíces”.

BIENES COMPRENDIDOS EN EL DESASIMIENTO.

Los bienes comprendidos en le desasimiento son los siguientes:

1) Bienes presentes;
2) Bienes que tenga el fallido en usufructo, y
3) Bienes futuros.

 BIENES PRESENTES

Pronunciada la declaración de quiebra, el fallido queda inhibido


de pleno derecho de la administración de todos los bienes
presentes, salvo aquellos inembargables (art. 64).

Son bienes presentes del fallido los que le pertenezcan a cualquier


título por haber ingresado a su patrimonio. También quedan
comprendidos en la categoría de bienes presentes los que,

93
perteneciendo al deudor quebrado, se encuentra en poder de un
tercero.

El momento para determinar los bienes presentes es el de la


declaratoria de quiebra, de acuerdo con lo convenido por el
artículo 64 inciso 1º.

 BIENES QUE TENGA EL FALLIDO EN


USUFRUCTO

Puede ocurrir que el quebrado tenga el usufructo legal de ciertos


bienes, como el caso del marido respecto de los bienes de su
cónyuge, o en el caso del padre respecto de los bienes del hijo de
familia. ¿Entran estos bienes en el desasimiento?

El artículo 64 inciso cuarto de la LQ señala al respecto: “La


administración que conserva el fallido de lo bienes personales de
la mujer e hijos, de los que tenga el usufructo legal, quedará
sujeta a la intervención del sindico mientras subsista el derecho
del marido, padre o madre en falencia. El sindico cuidara de que
los frutos líquidos que produzcan estos bienes ingresen a la
masa, deducidas las cargas legales o convencionales que los
graven. El tribunal, con audiencia del sindico y del fallido,
determinará la cuota de los frutos que correspondan al fallido
para sus necesidades y las de su familia, habida consideración a
su rango social y a la cuantía de los bienes bajo intervención”.

De la disposición transcrita se deduce que el fallido conserva la


administración de los bienes que tenga en usufructo como marido
o como padre y que pertenezcan a su mujer o a sus hijos. Sin
embargo, el síndico debe intervenir con el objeto de velar porque
los frutos líquidos de esos bienes ingresen a la masa.

94
Son frutos líquidos de los bienes en usufructo los que quedan
después de deducir:

 Los costos de producción;


 Las cargas legales o convencionales. Son cargas legales las
impuestas por el ordenamiento jurídico; por ejemplo,
impuestos, contribuciones, etc. Son cargas convencionales
las establecidas por voluntad de las partes; por ejemplo, este
caso: una carga convencional puede estar representada por
un gravamen impuesto a los bienes que se ha recibido en
herencia.

 La pensión alimenticia que el juez puede determinar para


el fallido con audiencia del síndico, de la cuota de los frutos,
para sus necesidades y las de su familia, habida
consideración de su rango y de la cuantía de los bienes
sometidos a intervención.

La administración de los bienes en usufructo que el fallido tenga


como marido o como padre continúa bajo intervención del síndico
“mientras subsista el derecho del marido, padre o madre en
falencia”.

 BIENES FUTUROS

Para conocer la suerte que corren los bienes que han sido
adquiridos con posterioridad a la declaración de quiebra, o bienes
futuros, es necesario distinguir: 1) Bienes futuros adquiridos a
título gratuito, y 2) Bienes futuros adquiridos a título oneroso.

95
Bienes futuros adquiridos a título gratuito. Las herencias,
legados o donaciones, en general todos los bienes que el fallido ha
adquirido a título gratuito, entran a la masa de la quiebra.

Pero, como puede ocurrir que estos bienes estén afectos a ciertas
cargas o gravámenes, lo justo es que esas cargas o gravámenes
tengan preferencia para ser satisfechos. Así lo establece el artículo
65 inciso 1º, que dice: “El desasimiento comprende también los
bienes futuros que adquiera el fallido a título gratuito; pero sin
extinguir la responsabilidad de las cargas con que le hayan sido
transferidos o transmitidos y sin perjuicio de los derechos de los
acreedores hereditarios”.

Bienes futuros adquiridos a título oneroso. El deudor quebrado


conserva el dominio y la administración de estos bienes. Pero, de
conformidad a lo prevenido en el artículo 65 inciso 2º, los
acreedores pueden someter esa administración a intervención del
síndico y sólo tendrán derecho a los beneficios líquidos que de
ellos se obtengan, dejando al fallido lo necesario para sus
alimentos, como en el caso del artículo 64 inciso 4º.

Bienes que no entran en el desasimiento. Dos categorías de


bienes quedan fuera de la quiebra; ellos son:

1) Los bienes inembargables, ya sea que este carácter se les


dé por el Código Civil (art.1618), por el Código de
Procedimiento Civil(art.445) o por las leyes especiales, y
2) Los bienes ajenos que van a ser objeto de una acción
reivindicatoria o incidental.

 ACTOS JUDICIALES

96
Como regla general, debemos señalar que el fallido no puede
actuar en juicio como demandante ni como demandado, en los
bienes comprendidos en la quiebra, lo que significa que su
representación la toma el síndico de quiebras.

Esto es muy importante, por cuanto se debe demandar al síndico


en representación del fallido. Así lo establece el artículo 64 inciso
3º.

Art. 64, inc. 3°: “La administración de que es privado el fallido


pasa de derecho al síndico, quién la ejercerá con arreglo a las
disposiciones de esta ley. En consecuencia, no podrá el fallido
comparecer en juicio como demandante ni como demandado, en
lo relacionado con los bienes comprendidos en la quiebra, sin
perjuicio de tenérsele como coadyuvante. Pero podrá ejercitar
por sí mismo todas las acciones que exclusivamente se refieran a
su persona y que tengan por objeto derecho inherentes a ella, y
ejecutar todos los actos conservatorios de sus bienes en caso de
negligencia del síndico”.

Esta norma se refiere sólo a los juicios en que el fallido puede


actuar como demandante o como demandado en lo relacionado
con los bienes comprendidos en la quiebra. En otras palabras, la
inhabilidad rige únicamente respecto de los juicios relativos a
bienes que son objeto de desasimiento y no para otros juicios
relativos a bienes no afectos por la quiebra, como por ejemplo
derechos de familia, estado civil, etc.

El fallido puede actuar como coadyuvante en todos aquellos casos


en que el síndico no lo haga oportunamente, sobre todo tratándose
de actos conservativos, como por ejemplo la interrupción de una
prescripción.

97
3°) LA FIJACIÓN IRREVOCABLE DE LOS DERECHOS
DE LOS ACREEDORES

Está señalado en el artículo 66 de la Ley de Quiebras, que


expresa: “La sentencia que declara la quiebra fija
irrevocablemente los derechos de todos los acreedores en el
estado que tenían el día de su pronunciamiento, sin perjuicio de
los casos especialmente previstos por la ley”.

En principio, este efecto inmediato de la quiebra significa que los


créditos no pueden variar en cuanto a su monto ni a su calidad,
después de la declaración de quiebra. El pasivo de la quiebra
queda inmóvil, petrificado sin poder alterarse por ninguna
circunstancia sobreviviente con posterioridad a la sentencia que
declara la quiebra.

4°) LA EXIGIBILIDAD ANTICIPADA DE TODAS LAS


DEUDAS.

Este efecto inmediato de la declaratoria de quiebra está


establecido en el artículo 67 que dispone:

Art. 67: “En virtud de la declaración de quiebra quedan vencidas


y exigibles, respecto del fallido, todas sus deudas pasivas, para el
solo efecto de que los acreedores puedan intervenir en la quiebra
y percibir los dividendos que correspondan al valor actual de sus
respectivos créditos, con más sus reajustes e intereses que les
correspondan, desde la fecha de la declaratoria”.

98
Es frecuente que el fallido tenga deudas por vencer a la fecha de
la declaratoria de quiebra; si se le concedió plazo para pagarlas
fue gracias a la confianza que le inspiraba al acreedor, la que
desaparece precisamente con la sentencia de quiebra. Es justo,
entonces, que en estas circunstancias el acreedor pueda hacer
efectivas sus acreencias sin esperar el vencimiento del plazo
convenido.

La aplicación de este efecto de la quiebra es restringida y sólo


afecta al fallido y no a sus codeudores y fiadores. El legislador
lo ha establecido en esta forma, porque los codeudores y fiadores
del fallido no tienen culpa alguna de que éste haya sido declarado
en quiebra.

Por excepción, la ley contempla algunos casos en que terceras


personas que han garantizado el cumplimiento de obligaciones del
fallido, como avalistas o como codeudores solidarios, puedan
verse afectados por la exigibilidad anticipada de las deudas del
fallido y responder antes del vencimiento de tales obligaciones.

Estas situaciones están contempladas en el art. 67 inciso final que


expresa: “No obstante que la exigibilidad de que trata este artículo
se refiere sólo al fallido, si este fuere aceptante de una letra de
cambio, librador de una letra no aceptada o suscriptor de un
pagaré, los demás obligados pagarán inmediatamente”.

Veamos estos casos:

a) Quiebra del aceptante de una letra de cambio.- Declarada


la quiebra del aceptante de la letra de cambio, no hay duda de que
no podrá cumplir la prestación incorporada al título de crédito,
porque se lo impide el desasimiento. Tampoco podrá pagarla el
síndico, mientras no haya realizado los bienes del quebrado. Esta

99
situación además está reglamentada por la Ley 18.092, en sus
artículos 79 inciso 2° y 81 N°1, dispone que la acción que emana
de la letra de cambio puede ejercerse antes del vencimiento
cuando el aceptante ha sido declarado en quiebra.

b) Quiebra del suscriptor de un pagaré. Si el suscriptor de un


pagaré cae en quiebra, se sabe positivamente que no va a pagar
porque está inhibido por el desasimiento. En tal caso, el portador
no puede esperar el vencimiento del título y la ley lo autoriza para
dirigirse en contra de los demás obligados, como son los
endosantes y avalistas.

Los obligados por garantía que pagan la prestación contenida en


el título al portador, al verse afectadas por la exigibilidad
anticipada, pueden repetir contra el fallido verificando su crédito
en la quiebra.

En fin, la exigibilidad anticipada se produce solamente para los


efectos de verificar el crédito y participar en la liquidación. No
tiene otro alcance. De manera que, producida la liquidación, los
acreedores que han gozado de esta exigibilidad anticipada van a
ser favorecidos con el pago de sus créditos.

 LAS COMPENSACIONES

La compensación es un modo de extinguir las obligaciones que


opera cuando dos personas son deudoras una de otra y acreedoras
recíprocamente (art.1655 C.C.). Para que opere la compensación
como forma de extinguir se requiere que las deudas reúnan las
siguientes calidades: a) que ambas sean de dinero o de cosas
fungibles o indeterminadas de igual género y calidad; y b) que
ambas sean actualmente exigibles. Reunidos estos requisitos, la

100
compensación opera por el solo ministerio de la ley y aun sin el
conocimiento de los deudores.

Declarada la quiebra, toda compensación que no se ha producido


antes de esa declaración, no puede originarse después, de acuerdo
con lo prevenido en el art. 69 de la LQ.

Art. 69: “La declaración de quiebra impide toda compensación


que no hubiere operado antes por el ministerio de la ley, entre las
obligaciones recíprocas del fallido y acreedores, salvo que se
trate de obligaciones conexas, derivadas de un mismo contrato o
de una misma negociación y aunque sean exigibles en diferentes
plazos”

El art. 69 prohíbe las compensaciones que se produzcan después


de la declaración de quiebra. La excepción consiste en que se
admite una compensación cuyos requisitos se reúnen después de
la declaración de quiebra, y va a producir efectos válidos en dos
casos:

1. Cuando se trata de compensar obligaciones conexas derivadas


de un mismo contrato, como sería el caso de una compañía de
seguros que tuviera que pagarle una indemnización al fallido por
haber ocurrido el sinistro, a la cual se le permitiría compensar con
la deuda que el fallido tiene respecto del pago de la prima. La
compañía en este caso puede compensar la indemnización
adeudada con primas insolutas; y

2. Cuando se trata de compensar obligaciones que provienen de


una misma negociación. Aquí el legislador emplea un término
más amplio que contrato; se trata de una serie de actos jurídicos
que crean efectos en el tiempo y que tienen un fin común que les
sirve de nexo o vínculo que los une; por ejemplo, el endoso de

101
una letra de cambio, de un cheque, etc., cuando se originan de un
mismo negocio.

Por último, digamos que la compensación puede estar afecta a las


acciones revocatorias. En efecto, el artículo 77, inciso final ha
señalado un caso en el cual se pueden ejercitar las acciones
revocatorias para anular una compensación: “Las
compensaciones que hubieren operado desde la fecha de la
cesación de pagos hasta el día de la declaración de quiebra, son
inoponibles a la masa si se hubieren efectuado con créditos
adquiridos contra el fallido por cesión o endoso, con tal que el
cesionario haya tenido conocimiento de la cesación de pagos al
tiempo de la cesión o endoso”.

Durante la cesación de pagos el fallido realiza actos tendientes a


salvar su estado patrimonial crítico. Puede ocurrir que, en este
periodo, el fallido ceda un crédito mediante endoso, que sirva de
base a una compensación. Tal compensación resultará invalidada
por el ejercicio de la acción revocatoria.

5°) SUSPENSION DEL DERECHO A EJECUTAR


INDIVIDUALMENTE AL QUEBRADO.

El artículo 71 inciso primero dispone que: “La declaración de


quiebra suspende el derecho de los acreedores para ejecutar
individualmente al fallido, pero los acreedores hipotecarios y
prendarios podrán iniciar o llevar adelante sus acciones, en los
bienes afectos a la seguridad de sus respectivos créditos”.

Esto significa que, declarada la quiebra, no se puede iniciar en


contra el quebrado ninguna acción ejecutiva de los acreedores por

102
vía separada. Incluso, las acciones iniciadas antes de la
declaratoria se acumulan al procedimiento concursal.

La suspensión sólo se refiere a los juicios ejecutivos, de manera


que nada impide a los acreedores iniciar juicios ordinarios en
contra del fallido, por cuanto en ellos se persigue la declaración
de un derecho que es negado por el deudor.

Sin embargo, la regla enunciada, que suspende el derecho de los


acreedores para ejecutar individualmente al fallido tiene las
siguientes excepciones:

- Los acreedores hipotecarios o prendarios, y


- Los créditos que gozan del derecho legal de retención.

 Situación de los acreedores hipotecarios y prendarios.

Se fundamenta esta excepción en que la hipoteca y la prenda son


créditos preferentes y privilegiados, respectivamente, que gozan
de una situación especial. Pero debe ser interpretada
restrictivamente, no pudiendo, por lo tanto, hacerse extensiva a
ningún otro acreedor, fuera de los hipotecarios y prendarios, como
serían, por ejemplo, los demás acreedores privilegiados; entre
ellos, los de la primera clase.

Esto equivale a decir que los acreedores hipotecarios y prendarios


están en cierto modo fuera de la quiebra, ya que la ley los ha
facultado para que puedan iniciar ejecuciones por cuenta separada

En cuanto al procedimiento y realización de las garantías de los


acreedores prendarios e hipotecarios, si bien es cierto que pueden
actuar independientemente, están obligados a pagarse su crédito, a

103
través del procedimiento de quiebra. Esto parece extraño y por
mucho se ha sostenido que estos acreedores pueden pagarse
independientemente; sin embargo, la doctrina y la jurisprudencia
sostienen lo contrario.

Con tal propósito, dichos acreedores podrán iniciar los


procedimientos que correspondan, ante el tribunal que conozca la
quiebra, o continuar ante él los ya iniciados en otro juzgado, si
prefrieren no dejar en manos del síndico la realización de los
bienes gravados.

El síndico podrá, en todo caso, si lo considera conveniente para la


masa, exigir la entrega de la cosa dada en prenda o retenida,
siempre que pague la deuda o deposite, a la orden del tribunal, su
valor estimativo en dinero, sobre el cual se hará efectivo el
privilegio.

 Situación de los créditos con derecho legal de retención.

Para que exista el derecho legal de retención es necesario que


exista una disposición legal que lo contemple y que una
resolución lo declare expresamente. Este derecho se define como
aquella facultad que permite al acreedor de una obligación no
cumplida retener la cosa en su poder, mientras la prestación se
cumpla. El C.P.C. asimila el derecho legal de retención a la
prenda o a la hipoteca.

El derecho legal de retención constituye una excepción al


desasimiento. Mientras el acreedor conserva la tenencia personal
de los bienes retenidos, no puede ser privado de ellos (art. 71
inc.4°).

104
Nuestro ordenamiento jurídico no trata en forma ordenada y
sistemática el derecho legal de retención, cuya organización se
debe, en gran medida, a la doctrina, que ha ido ordenando las
disposiciones aisladas en las cuales el legislador lo establece para
precisar sus requisitos.

El artículo 92 de la LQ contempla un caso en que se autoriza el


derecho legal de retención en forma amplia. Los requisitos
exigidos por la ley son:

- Que los bienes retenidos pertenezcan al fallido;


- Que la tenencia nazca de un hecho voluntario de éste,
- Que el hecho voluntario haya sido anterior al pago o a
la obligación de que se trata; y
- Que dichas mercaderías no hayan sido entregadas por
el fallido con un destino determinado.

6°) ACUMULACION DE JUICIOS.-

Este efecto de la declaración de quiebra está contemplado en el


inciso primero del art. 70 de la LQ que expresa: “Todos los
juicios pendientes contra el fallido ante otros tribunales de
cualquiera jurisdicción y que puedan afectar sus bienes, se
acumularán al juicio de quiebra. Los nuevos juicios que se
entablen contra la masa se sustanciarán también ante el tribunal
que conozca de la quiebra”.

Recordemos que el art. 52, señala que la resolución que declara la


quiebra debe contener la orden de acumular al juicio de quiebra
todos los juicios contra el fallido que estuvieren pendientes ante

105
otros tribunales de cualquiera jurisdicción y que puedan afectan
sus bienes, salvo las excepciones legales.

La acumulación de juicios es diferente a la acumulación de autos


a que se refiere el C.P.C. La acumulación de juicios es un efecto
inmediato de la quiebra, que procede respecto de todos los juicios,
cualquiera sea la jurisdicción ante la cual se están tramitando. En
cambio, la acumulación de autos es un incidente especial
contemplado en C.P.C. respecto de juicios que se tramitan ante
iguales instancias y sujetos a un mismo procedimiento para que
sean fallados en una misma instancia.

Requisitos para que procesa la acumulación de juicios:

a) Al proceso de quiebra se acumulan juicios, esto es,


contiendas actuales entre las partes sometidas al
conocimiento de los tribunales. En consecuencia, no se
acumulan los asuntos no contenciosos o de jurisdicción
voluntaria;
b) La acumulación se refiere a los juicios en los que el fallido
es demandado y no a aquellos en los cuales es demandante,
puesto que la norma alude a juicios “contra el fallido”;
c) Se acumulan los juicios pendientes, es decir, aquellos en los
que no se haya dictado sentencia definitiva que se encuentre
ejecutoriada;
d) Debe tratarse de juicios que se ventilan ante tribunales de
jurisdicción común. Por ley se excluyen los juicios de
familia y los que se tramitan ante jueces árbitros.

Reunidos estos presupuestos, la acumulación de juicios debe


originarse desde que se pronuncie la resolución que declare la
quiebra. Por otra parte, esta acumulación de juicios, llamada

106
también “competencia atractiva de la quiebra”, constituye una
excepción al principio de la radicación contenida en el C.O.T.

Excepciones (art. 70 inciso segundo):

1) Los juicios posesorios;


2) Los juicios de desahucio y los de terminación inmediata del
contrato de arrendamiento;
3) Los juicios que se sigan ante juicios árbitros;
4) Los juicios que según la ley, deben someterse a compromiso;
5) Los juicios del trabajo. No lo dice expresamente la L.Q. sino
que ha sido la jurisprudencia quien ha determinado que el juez del
trabajo debe seguir conociendo hasta la sentencia de término, y el
acreedor demandante verificará su crédito.

Procedimiento de los juicios acumulados.

¿Cómo se siguen tramitando los juicios acumulados al


procedimiento concursal? Para responder esta interrogante hay
que hacer el siguiente distingo: a) juicios declarativos; y b) juicios
ejecutivos.

a) Los juicios declarativos. El art. 70 inc. tercero inc.3°, señala


que los juicios ordinarios agregados a la quiebra seguirán
tramitándose con arreglo al procedimiento que corresponda según
su naturaleza, hasta que quede ejecutoriada la sentencia definitiva.
Condenado el fallido, el síndico dará cumplimiento a lo resuelto
en la forma que corresponda.

b) Los juicios ejecutivos de obligaciones de dar. Aquí hay que


hacer una doble distinción: 1) Si se han opuesto excepciones, se
seguirán tramitando con el juez de la quiebra y con el síndico en

107
representación del fallido hasta que se dicte sentencia. Si la
sentencia es favorable para el ejecutante, debe verificar su crédito
en la quiebra; 2) Si no se han deducido excepciones en el juicio
ejecutivo, éste se paraliza en el estado en que se encuentre, de
acuerdo con el principio general de que las ejecuciones
individuales se suspenden. En este caso, los titulares de los
créditos cuya ejecución queda suspendida, deben verificar su
crédito en la quiebra.

c) En los juicios ejecutivos de obligaciones de hacer es


necesario distinguir: 1) Si hay fondos depositados para el
cumplimiento de estas obligaciones, el procedimiento continuará
hasta la inversión completa de esos fondos o hasta la terminación
de la obra si los fondos fueren suficientes: y, 2) En caso de no
existir fondos depositados para llevar a efecto la obra, o si el
hecho consiste en la suscripción de un documento o en la
constitución de una garantía, deberá el acreedor iniciar las
acciones pertinentes para que se considere su crédito por el valor
de los perjuicios declarados o que se declaren.

Situación de los embargos y medidas precautorias.

Los embargos y medidas precautorias que se hubieren trabado o


declarado con anterioridad a la declaratoria de quiebra, quedan sin
efecto, quedarán sin efecto, toda vez que la quiebra en sí misma
no es sino un embargo general (Artículo 70 inciso final).

7°) INHABILIDADES PARA EJERCER CIETOS


CARGOS.-

108
Según el art. 73 “La declaración de quiebra no priva al fallido
del ejercicio de sus derechos civiles, ni le impone inhabilidades
sino en los casos expresamente señalados por las leyes”.

Las inhabilidades constituyen efectos inmediatos de la quiebra


sobre la persona del fallido y son independientes de toda condena
de carácter criminal, y son las siguientes:

1) El fallido, mientras no haya satisfecho a sus acreedores, no


puede ser tutor o curador; y si está ejerciendo el cargo de tutor o
curador, se pone fin a la tutela o curatela (art.497 N°4; 509 y
1272, todos del C.C);

2) El fallido no puede ser albacea, es decir, no puede ser


designado ejecutor testamentario (art.1272 del C.C.);

3) El artículo 256 N°7 del C.O.T. señala que no pueden ser jueces
los fallidos, a menos que hayan sido rehabilitados en conformidad
a la ley. El juez expira en sus funciones si sobreviene alguna
incapacidad de las establecidas en la ley para ejercer su cargo
(art.332 N°1 del C.O.T.);

4) No puede ser Fiscal de Corte de Apelaciones o de Corte


Suprema, Secretario o Relator de Corte Suprema o Corte de
Apelaciones, oficial del ministerio público o defensor público.

Finalmente, cabe señalar que las inhabilidades son temporales,


porque cesan con la rehabilitación del fallido. El artículo 235 de
la L.Q. expresa: “La rehabilitación hace cesar todas las
inhabilidades que las leyes imponen al fallido”.

Por su parte, el artículo 236 dispone: “La rehabilitación del fallido


se produce por el solo ministerio de la ley, en todos aquellos casos

109
en que el procedimiento de calificación de la quiebra concluya sin
sentencia condenatoria por el delito de quiebra culpable o
fraudulenta”.

Sección Tercera

EFECTOS DE LA QUIEBRA EN LOS ACTOS Y


CONTRATOS PENDIENTES DEL FALLIDO

1.- Noción de actos o contratos pendientes

Como se trata de determinar las consecuencias jurídicas que la


quiebra origina en los actos o contratos celebrados por el deudor
fallido, es preciso, en primer término, señalar qué se entiende por
actos o contratos pendientes o por relaciones jurídicas
preexistentes. Para la doctrina italiana, las relaciones jurídicas
preexistentes son aquellas que se encuentran perfeccionadas pero
todavía no terminadas al tiempo de la declaración de quiebra del
deudor que ha intervenido en ellas.

No quedan comprendidos en esta noción los actos o contratos que


todavía no se han celebrado, aunque eventualmente existiese una
obligación de celebrarlos (contratos preparatorios-promesas). En
esta clase de convenciones el síndico no puede ser compelido a
cumplir las obligaciones, generalmente de hacer (celebrar el
contrato prometido); pero si él estima que el contrato es
beneficioso para la masa, puede, cumpliéndolo o allanándose a
cumplirlo, exigir la ejecución de la obligación de la contraparte.

110
Tampoco son relaciones jurídicas preexistentes, en el sentido
estricto del concepto, aquellas en las cuales la obligación de una
de las partes ya ha sido totalmente cumplida, de manera que no
quede más que una deuda del fallido o un crédito en su contra. El
acreedor en este caso verificará su crédito en el concurso y será
pagado ateniéndose a las resultas de la quiebra.

2.- Alcance de los efectos de la quiebra en las relaciones


jurídicas preexistentes

Nuestra legislación de quiebra no contempla una norma que


contenga una regla general aplicable a las relaciones jurídicas
preexistentes al tiempo de la declaratoria de quiebra del deudor.
Se limita a establecer ciertas normas especiales relativas a
determinados actos y contratos.

No obstante la carencia de una regla general, la doctrina y la


jurisprudencia han logrado establecer el siguiente principio
general: la quiebra no es causal de resolución de terminación de
los actos o contratos pendientes del deudor fallido.

En cuanto a los efectos de la quiebra en los actos y contratos en


general, respecto de los cuales no existe una norma especial, es
preciso dilucidarlos distinguiendo tres situaciones que el fallido
puede tener en ellos:

I.- Actos o contratos en los cuales el fallido era acreedor;

111
II.- Actos o contratos en que el fallido había contraído
obligaciones recíprocas

III.- Actos o contratos en los cuales el fallido era deudor.

I.- Actos o contratos en los cuales el fallido es acreedor.-


Tratándose de esta clase de relaciones jurídicas preexistentes, la
situación es muy simple: el síndico actuando en interés de la masa
de acreedores, está obligada a exigir el cumplimiento judicial o
extrajudicial de todo lo que se le deba al fallido.

II.- Actos o contratos en que el fallido ha contraído


obligaciones recíprocas con su contraparte.- Se trata de
contratos bilaterales que generan obligaciones para ambas partes.
Encontrándose en curso de ejecución estas convenciones al
tiempo de la declaratoria de quiebra, es dable distinguir las
siguientes situaciones para su cumplimiento o ejecución:

a) Que el contrato sea beneficioso para la masa.- En tal evento


el síndico, como representante del deudor fallido, está facultado
para recabar el cumplimiento del contrato, a condición de que por
su parte lo cumpla o se allane a cumplir, pues en caso contrario el
cocontratante puede eximirse legítimamente de ejecutarlo,
oponiendo la excepción del contrato no cumplido (art.1552 del
C.C.).

b) Que el contrato no sea beneficioso para la masa.- Siendo


así, el síndico por lo general se abstendrá de ejecutar las
obligaciones que pesan sobre el quebrado, quedando la iniciativa
en el contratante para exigir el cumplimiento forzado o la
resolución, con tal que tenga la calidad de contratante in bonis,

112
porque de lo contrario la masa le opondrá la exceptio non
adimpleti contractus.

III.- Actos o contratos en los cuales el fallido era únicamente


deudor. La contraparte que detenta la calidad de contratante in
bonis tiene una serie de derechos frente al fallido: derecho a pedir
el cumplimiento de la obligación; derecho a solicitar la resolución
del contrato y facultad de recabar indemnización de perjuicios por
incumplimiento.

1.- Derecho a exigir el cumplimiento de la obligación.- Con el


propósito de determinar qué ocurre con esta prerrogativa, es
preciso distinguir en qué consiste el objeto de la prestación: si el
fallido debe una suma de dinero, si debe una cosa que no sea
dinero, si adeuda un hecho o se comprometió a una abstención.

a) Cuando el fallido debe una suma de dinero, el contratante


que ha cumplido o se allana a cumplir, tiene una sola forma
de exigir la ejecución de la obligación: verificar su crédito
en la quiebra.
b) Cuando el quebrado debe algo que no sea dinero, se
considera que el contratante in bonis no está autorizado,
después de la declaratoria de quiebra, para exigir
judicialmente el cumplimiento de la prestación. El
fundamento, según algunos autores estaría en que en virtud
del desasimiento del deudor, éste queda inhibido de cumplir
con estas obligaciones pendientes al tiempo de la
declaratoria, y la masa de acreedores, representados por el
síndico, tampoco puede ejecutarlas por no haber sido parte
en tales contratos.
c) Cuando el deudor debe un hecho. Para resolver esta
situación es preciso distinguir si el hecho debido que
constituye el objeto de la prestación adeudada por el fallido

113
afecta o no a los bienes comprendidos en la masa. En el
primer caso, cuando el objeto de la obligación consiste por
ejemplo, en una prestación personal, que no concierne a los
bienes de la masa, como dar un concierto de piano, se
estima que el contratante puede compelerlo a realizar el
hecho debido, conforme al artículo 1553 N°1 del C.C., pero
no está autorizado para hacer ejecutar lo debido por cuenta
del deudor falente y hacer rematar bienes para pagar los
gastos, según lo previsto en el N°2 del mismo artículo 1553
en relación con el artículo 536 del C.P.C.

Tratándose de obligaciones de hacer cuya ejecución pueda


comprometer bienes de la quiebra, el acreedor sólo tiene
derecho al cumplimiento por equivalencia, es decir,
cobrando los perjuicios que se hayan declarado o que se
declaren, verificando las sumas correspondientes para ser
pagado en moneda de quiebra (art. 1314 inc. 4, ex 70 inc.4°
L.Q.).

d) Si el deudor debe una abstención, el incumplimiento se


traduce en la ejecución de un hecho a cuya abstención se
había comprometido el deudor, lo que da derecho al
cocontratante a demandar indemnización de perjuicios,
conforme a lo indicado precedentemente.

En los caso que hemos analizado, cualquiera sea el objeto de la


prestación adeudada por el fallido (dinero, cosas de género u
obligaciones de hacer), el síndico está facultado para cumplirla si
la ejecución interesa a la masa, o sea, si estima que produce
ventajas pecuniarias para todos los acreedores. La junta de
acreedores puede instruir al síndico en este sentido y a falta de
acuerdo el propio síndico resolverá sobre la conveniencia de
cumplirla.

114
2.- Derecho a pedir la resolución del contrato.- El cocontratante
por regla general puede demandar la resolución del contrato en el
evento de incumplimiento del deudor fallido, salvo en
determinados casos de excepción que se reglamentan respecto de
ciertos contratos pendientes (ejemplo: compraventa de bienes
muebles que no han llegado a poder del fallido). La obligación
concursal chilena no altera la regla del artículo 1489 del C.C., que
faculta al contratante in bonis para demandar la resolución de un
contrato bilateral por incumplimiento. Tampoco existe en la L.Q.
una norma que limite el derecho del contratante para ejercer,
conjunta o posteriormente con la acción resolutoria, la
reinvidicatoria correspondiente. Por el contrario, la ley concursal
declara expresamente procedentes las acciones reivindicatorias a
que haya lugar, según las reglas del derecho común.

De manera que el contratante del fallido incumplidor tiene


derecho a liberarse, mediante la demanda de resolución del
contrato pendiente y a reivindicar lo dado o pagado en virtud del
mismo.

3.- Derecho a cobrar perjuicios.- La facultad de cobrar


perjuicios derivados del incumplimiento del fallido de contratos
pendientes, sólo se encuentra reglamentado en nuestro derecho
tratándose de obligaciones de hacer, permitiendo al contratante
diligente verificar en la quiebra los perjuicios declarados o que se
declaren (ex art.70 inc.4° actual 1314), sin necesidad de
declaración previa de resolución, conforme con lo previsto en el
art.1553 N°3 del C.C.

Según lo dispuesto en el art. 1310 (ex 66 de la LQ), la sentencia


que declara la quiebra fija irrevocablemente los derechos de

115
todos los acreedores en el estado que tenían al día de la sentencia
definitiva. En consecuencia, los créditos contra el deudor falente
nacidos con posterioridad a la quiebra no participan en el
concurso.

Tratándose de los perjuicios, el problema que se plantea consiste


en determinar si el derecho a cobrarlos existe desde ante o nace
con la sentencia que los regula, siempre que ella sea posterior a la
quiebra. La doctrina ha estimado que la sentencia que regula los
perjuicios es meramente declarativa, por lo cual se considera que
no hay inconveniente en verificar créditos por perjuicios
derivados de incumplimiento del fallido. Nuestra L.Q. tratándose
de obligaciones pecuniarias, autoriza en forma expresa el cobro
de intereses (art. 1312 ex 68), que constituyen indemnizaciones de
la mora, y en las obligaciones de hacer se faculta la demanda de
los perjuicios.

En consecuencia, pueden verificarse y pagarse en la quiebra los


créditos por perjuicios derivados de responsabilidad contractual
del fallido, con tal que la causa generadora de tales
responsabilidades sea anterior al día de la declaratoria de quiebra,
para respetar el efecto de la fijación irrevocable de los derechos
de los acreedores.

Conviene, por último, consignar que si un acreedor ha iniciado


juicio ordinario demandando el cobro forzado de una obligación
consistente en pagar una suma de dinero, este juicio se acumulará
a la quiebra y continuará tramitándose ante el juez que conoce de
ella, de manera que si el quebrado es condenado al pago de dicha
obligación, el síndico deberá ejecutar lo ordenado en la sentencia
respectiva. Aquí no tiene lugar la limitación expuesta
anteriormente en virtud del cual se impide el cumplimiento
forzado de obligaciones pecuniarias durante la quiebra.

116
Existen, sin embargo, ciertos contratos cuya resolución se
produce de pleno derecho y otros cuya ejecución puede exigirla el
síndico, pero está sometido a una reglamentación especial.

a) Tratándose de un contrato sinalagmático pendiente en su


ejecución al tiempo de la declaratoria, el cocontratante del fallido
puede invocar la excepción del contrato no cumplido (exceptio
non adimpleti contractus), y si su obligación tiene por objeto la
entrega de una cosa, la excepción se traducirá en el ejercicio del
derecho de retención de la misma; así, por ejemplo, el vendedor
se negará a entregar la cosa al comprador fallido que no pueda
pagarle el precio. Es cierto que el cocontratante no puede hacer
vender la cosa retenida, pero el síndico no puede hacer exigir la
entrega de la misma sino pagando su precio.

b) El cocontratante puede asimismo demandar la resolución


judicial del contrato basado en el incumplimiento de las
obligaciones del mismo por el deudor quebrado, a menos que el
síndico ofrezca cumplirlas. Pero si el síndico no se allana al
cumplimiento del contrato, el cocontrante puede demandar la
resolución con indemnización de perjuicios.

c) Los contratos que se resuelven de pleno derecho por


arreglo judicial o la liquidación de bienes. Están en primer
lugar los contratos celebrados intuito personae, v.gr., mandatos,
sociedades de personas, cuenta corriente bancaria. En segundo
lugar están los contratos que contienen cláusulas contractuales
que prevén la resolución de pleno derecho del contrato por el solo
hecho del arreglo judicial o de la liquidación de bienes.

117
Sección Cuarta

CONSECUENCIA DE LA QUIEBRA EN CIERTOS


CONTRATOS EN CURSO DE EJECUCION.

1. CONTRATO DE CUENTA CORRIENTE MERCANTIL.-

Este contrato está definido en el art.602 del C.de C. Las partes


que lo celebran se obligan a efectuar o a recibir remesas en
propiedad de dinero u otros valores, a acreditar al remitente por
sus remesas, a liquidarlas en las épocas convenidas, a
compensarlas de una sola vez hasta la concurrencia del débito y
crédito y a pagar el saldo.

Atendidos los efectos que este contrato origina, no puede menos


que terminarse en el caso de declaración de quiebra de uno de los
contratantes. Así lo establece el art. 611, inciso 2° del C.de C.

La quiebra impide que opere válidamente toda compensación que


no se haya producido antes por el solo ministerio de la ley. En
este contrato es preciso efectuar compensación del crédito y del
débito para establecer el saldo.

El hecho de que un contratante sea declarado en quiebra implica


pérdida de la confianza que en él se tuvo al tiempo de celebrar el
contrato y que determinó que se le eligiera entre muchos para
trabar con él esta relación intuito personae.

2. CUENTA CORRIENTE BANCARIA Y CHEQUE.

118
Declarada la quiebra de cualquiera de las partes del contrato de
cuenta corriente bancaria, el contrato termina, porque, según el
art. 9 de la Ley sobre Cuentas Corrientes .Bancarias y Cheques, se
aplica el art. 611 del C.de C., que establece igual norma respecto
de la cuenta corriente mercantil.

Los cheques que se giran por el fallido después de ser declarado


en quiebra, deben ser protestados por el banco por cuenta cerrada.

¿Qué ocurre con los cheques girados antes de la declaratoria


de quiebra y que se presentan al cobro después de ella?

El banco, en este caso, debe abstenerse de pagarlos, porque, de


acuerdo con el artículo 11, inciso 3° de la Ley de Ctas.Ctes., el
cheque dado en pago se sujeta a las reglas generales de la letra de
cambio, bajo sanción de que si los paga lo hace por su cuenta y
riesgo, debiendo reintegrar los fondos a la masa. La causa del
protesto en este caso sería la quiebra del girador. De cualquier
modo el portador del documento puede hacer efectivas las
acciones civiles y penales con que la ley asegura el cumplimiento
de la prestación contenida en el título de crédito.

3. EL MANDATO.-

Según lo previsto en el artículo 2163 N°6° del C.C., el mandato


termina por la quiebra del mandante o del mandatario.

Tratándose de la quiebra del mandante, éste no puede administrar


los bienes comprendidos en la quiebra por sí ni por mandatario,
en virtud del desasimiento. La terminación del mandato se
produce, respecto del mandante, desde que se notifica por aviso
en el Diario Oficial la quiebra. Después de esta notificación, que

119
se hace para dar a conocer la declaratoria de quiebra al fallido, a
los acreedores y a terceros, el mandatario no puede alegar que lo
ignoraba y seguir desempeñando el encargo.

Respecto de la quiebra del mandatario, atendido el hecho de que


los derechos y obligaciones de los actos y contratos que celebre el
apoderado se radican en el patrimonio del mandante, en virtud de
la representación, la quiebra, en principio, no debiera ocasionar,
en esta situación, el término del mandato. Sin embargo, siendo el
mandato un contrato de confianza, que se celebra en
consideración a la persona del apoderado en este caso, se justifica
la solución legal de ponerle término, porque la confianza del
mandante desaparece al ser declarado en quiebra el mandatario.

4. CONTRATO DE CONFECCIÓN DE OBRA


MATERIAL.-

Según Alessandri, el contrato de confección de obra material es


aquel por el cual una persona llamada artífice se obliga, mediante
cierto precio, a realizar una obra. Cuando el artífice proporciona
todo el material o la parte principal de él, el contrato es de venta,
y se perfecciona por la aprobación del que encargó la obra. En el
evento de que la persona que encarga la obra proporcione la
totalidad de la materia, el contrato es de arrendamiento (art.1996
C.C.).

 QUIEBRA DEL ARTÍFICE.-

Si el artífice, en virtud del contrato de confección de obra, ha


contraído obligaciones que no afectan a los bienes comprendidos
en la masa, como son las obligaciones de hacer que pueden

120
ejecutarse con su solo trabajo (ejemplo: pintar un mural), la
quiebra no afecta para nada la ejecución de ese contrato, pudiendo
el contratante compelerlo al cumplimiento (art.1553 N°1 del
C.C.); pero no puede hacer ejecutar la obra por cuenta del fallido
y rematarle bienes para cubrir los gastos.

En los casos en que la quiebra del artífice pone término al


contrato de confección de obra material, se plantea el problema de
saber a quien pertenece la obra inconclusa, que está en poder
del fallido.

Para responder a esta interrogante, es preciso distinguir:

a) Si la obra material versa sobre cosa mueble, o


b) Si se trata de la construcción de un inmueble.

a) Tratándose de confección de obra que versa sobre cosa


mueble, y además en el evento de que el contrato pueda
calificarse de arrendamiento, porque el que encargó puso los
materiales, la obra inconclusa pertenece a este último, quien
puede reivindicarla en la quiebra.

Si a la confección de la obra material sobra cosa mueble puede


dársele la naturaleza de venta, porque el artífice puso la totalidad
de la materia, y el que la encargó no ha dado su aprobación, la
obra inconclusa pertenece al artífice declarado en falencia,
quedándole a salvo al primero la facultad de pedir la terminación
o resolución del contrato, cobrar lo que haya pagado a cuenta y
los perjuicios correspondientes.

b) Cuando la confección de obra material consiste en la


edificación de un inmueble (por adherencia), no cabe duda de
que la obra inacabada pertenece siempre al dueño del terreno

121
que la encargó, aunque no haya intervenido su aprobación sobre
la misma. La razón de esta conclusión, es que nuestro legislador
considera que la construcción de edificios debe ser calificada de
arrendamiento de servicios, porque el terreno constituye en todo
caso la materia principal, aunque el artífice proporcione todos los
materiales. Por lo demás, el dueño del terreno se hace siempre
dueño de los inmuebles por adherencia, en virtud de la accesión o
por el mismo contrato de confección de obra que es de tracto
sucesivo.

 QUIEBRA DEL QUE ENCARGO LA OBRA

Queda imposibilitado de cumplir su obligación de pagar el precio.


El artífice puede pedir la terminación o resolución con
indemnización de perjuicios.

5. CONTRATO DE SOCIEDAD.-

Hay que distinguir los efectos de la declaratoria de quiebra de un


socio en la existencia de la sociedad y la suerte de los derechos
sociales en cuanto a que si ellos forman parte o no del activo de la
quiebra.

1.- Efectos de la quiebra de un socio en la existencia de la


sociedad.- Conviene al respecto hacer una distinción entre
sociedades de capitales y sociedades de personas.

a) Quiebra de un socio de sociedades de capitales.- Si se


declara en quiebra a un accionista de una sociedad anónima
o a un comanditario de una en comandita por acciones,
dicha declaratoria no afecta en nada la existencia de la

122
sociedad a la cual pertenece, porque ella se fundó sin
consideración de los individuos, sino en base a las
aportaciones de capital.
b) Quiebra del socio de una sociedad de personas. De
conformidad con lo previsto en el artículo 2106 del C.C., la
sociedad colectiva expira por la insolvencia de uno de los
socios. Esa causa de disolución se aplica a las sociedades
colectivas comerciales y a las sociedades de responsabilidad
limitada (arts.407 del C.de C. y 4° de la Ley 3.918).
Sin embargo, según el inciso 2° del art.2106, la sociedad
puede continuar con el fallido, y en tal caso los acreedores
de la sociedad ejercerán sus derechos en el patrimonio
social. El hecho de que la sociedad pueda subsistir con el
socio fallido implica que la disolución no se produce en este
caso de pleno derecho, quedando facultado los demás socios
y el propio quebrado, representado por el síndico, para
solicitar la terminación de la misma.

2.- Derechos sociales y quiebra. El problema consiste en


determinar si ingresan o no a la masa concursada los derechos que
el socio declarado en quiebra tenía en la sociedad de la cual
formaba parte. Para dilucidar este problema conviene mantener la
distinción entre sociedades de personas y sociedades de capitales.

a) Sociedades de personas.- Para algunos autores (Alessandri,


Somarriva), los acreedores de un socio de una sociedad de
personas no tienen otros derechos que los que les reconoce el
art.2096 del C.C., de manera que no pueden embargar los
derechos sociales, porque este embargo y el posterior remate de
dichos derechos pueden conducir al ingreso de otros socios en la
sociedad, sin el consentimiento de los restantes asociados,
violando la ley del contrato y la naturaleza intuito personae que
éste tiene. Para otros (don Enrique Munita B.) los derechos

123
sociales, en sociedades de personas, son bienes que la ley no ha
declarado expresamente inembargables, por lo que pueden ser
objeto de embargo.

Los derechos en sociedades constituidas en razón de las personas


no ingresan en la quiebra del socio y, en consecuencia, no pueden
ser rematadas por el síndico, a menos que el contrato social
establezca que ellos pueden cederse sin necesidad del
consentimiento de los demás socios. Los acreedores personales
del socio fallido sólo pueden ejercer las facultades que les
conceden los artículos 380 del C. de C. y 2096 y 2106 del C.C.,
sobre la parte de interés, las operaciones sociales y los resultados
de la liquidación.

Excepcionalmente, cuando el contrato social autoriza la cesión del


derecho social sin necesidad del consentimiento de los demás, el
síndico, en uso de las facultad que le otorga el art. 1271 N.13 (ex
27 N° 13 de la Ley N° 18.175), puede: “Ceder a título oneroso los
derechos que el socio fallido tenga en sociedades, comunidades o
asociaciones o pedir su disolución, liquidación o partición, a falta
de interesados”.

La jurisprudencia (C.S.) ha fallado que pueden embargarse los


derechos del socio en una sociedad de personas y subastarse, pero
en el entendido de que el deudor no pierde la calidad de socio, ni
la administración de la sociedad, si la tuviere, y el subastador sólo
adquiere el derecho a percibir las asignaciones que le hagan al
ejecutado a cuenta de los beneficios o de sus aportes al momento
de producirse la disolución de la sociedad o la liquidación del
haber social, según se trate de sociedades civiles o comerciales.

Tanto en las sociedades civiles como mercantiles se pueden


embargar las utilidades que la sociedad deba al socio y los

124
derechos sociales, para percibirlas o subastarlos, respectivamente,
al tiempo de la disolución y liquidación de la sociedad. Pero no
pueden embargarse utilidades futuras, porque tal derecho del
socio sólo nace cuando se aprueba el balance del ejercicio
financiero respectivo.

b) Tratándose de sociedades de capitales, las acciones que el


socio fallido haya suscrito y pagado en sociedades anónimas o en
sociedades en comandita por acciones, ingresan en el activo de
la quiebra y, en consecuencia, serán enajenadas por el síndico,
para el pago de los créditos.

En el caso de que dichas acciones estuvieren suscritas pero no


pagadas, el síndico puede cumplir el contrato de suscripción de
acciones si estima que ello es beneficioso para la masa, pagando
el precio y exigiendo la entrega de los títulos (acciones) para su
posterior enajenación. Puede, si considera que tal convención no
es favorable al concurso, abstenerse de cumplirla.

6. LETRA DE CAMBIO Y PAGARÉS.

a) Quiebra del portador.- Puede ser portador de la letra el


tomador o beneficiario de la misma cuando ella no ha circulado
por endoso. Cuando el documento ha circulado, el tenedor de la
letra se considera portador legítimo si justifica su derecho por una
serie no interrumpida de endosos, aunque el último esté en blanco
(art.26 Ley 18.092).

En caso de quiebra del portador, El art. 57 de la Ley de Letra de


Cambio y Pagaré establece que no puede prohibirse ni entrabarse
por resolución judicial el pago o circulación de la letra, salvo el
caso de quiebra del portador.

125
El fallido privado de la administración no puede recibir el pago de
las letras de cambio, de que sea portador, ni disponer de ellos
mediante su endoso en propiedad. Tales actos sólo puede
ejecutarlos el síndico en su representación. Además, publicada la
quiebra, el público debe abstenerse de pagar al fallido, so pena de
nulidad de los pagos (art. 1296 N 5 (ex 52 N°5 L.Q.).

b) Quiebra del librado-aceptante.- El librado es la persona a


cuyo cargo el librador gira la letra. Si el librado es declarado en
quiebra antes de haber dado su aceptación, no puede aceptarla
después porque se lo impide el desasimiento. Surge la
responsabilidad del librador de los endosantes traslaticios de
dominio que no la han limitado y de los avalistas de ambos.

Si el librado aceptó la letra, y es declarado en quiebra antes del


vencimiento de la letra, no puede pagarla por el efecto del
desasimiento sobre sus bienes. Se producen las mismas
consecuencias respecto del librador, endosante y avalistas de
ambos.

El art.78 de la Ley N° 18.092 dispone que el portador no queda


dispensado de la obligación de protestar la letra por la quiebra,
interdicción o muerte del librado. Por su parte, el art.79 inc.2° de
la Ley 18.092, la letra no se perjudica si no se protesta por falta de
pago en caso de quiebra del librado o aceptante ocurrida antes del
vencimiento.

c) Quiebra del librador.- Es el creador del documento y primer


obligado cambiario: garantiza al portador la aceptación y el pago
de la letra de cambio.

126
Si el librador de una letra no aceptada, cae en quiebra, la ley
autoriza al portador el cobro anticipado de la letra, sin necesidad
de protesto (art.81 N°4 de la Ley N° 18.092).

El portador tiene como alternativa verificar el crédito en la


quiebra del librador para ser pagado en moneda de quiebra, o
bien, en el caso de que la letra tenga endosantes traslaticios de
dominio que no hayan limitado su responsabilidad y avalistas,
cobrarla anticipadamente respecto de dichos responsables por
garantía. Sin duda que esta segunda posibilidad es más favorable
para el portador de la letra.

d) Quiebra del suscriptor de un pagaré.- Cuando se produce la


declaración del suscriptor, el beneficiario o portador puede, sin
esperar el vencimiento del título, cobrarlo anticipadamente a los
endosantes o del avalista del suscriptor, sin necesidad de protesto
(art. 1311 (ex 67 L.Q.). En el caso de que la quiebra del suscriptor
del pagaré se produzca después del vencimiento, es necesario
efectuar el protesto por falta de pago para cobrar el pagaré
respecto de los otros obligados por garantía

El portador mantiene la posibilidad de verificar su crédito en la


quiebra del suscriptor del pagaré.

7. CONTRATO DE ARRENDAMIENTO.-

En términos generales, la declaración de quiebra no pone término


al contrato de arriendo. Sin embargo hay que distinguir algunas
situaciones especiales.

a) Declaración de quiebra del arrendador.- La declaración de


quiebra del arrendador no pone fin al contrato de arriendo y el

127
arrendatario seguirá gozando de él, no obstante que, en virtud del
desasimiento, se le obliga a ingresar las rentas a la masa.

b) Quiebra del arrendatario.- En este caso la ley ha establecido


normas de excepción. Según el art.1968, “la insolvencia declarada
del arrendatario no pone necesariamente fin al arriendo. El
acreedor podrá sustituirse al arrendatario, prestando fianza a
satisfacción del arrendador. No siendo así, el arrendador tendrá
derecho para dar por concluido el arrendamiento; y le competerá
acción de perjuicios contra el arrendatario según las reglas
generales”.

La expresión “insolvencia declarada” que emplea el Código Civil,


no significa precisamente quiebra, pero la historia fidedigna del
establecimiento de la ley revela que el legislador quiso abarcar en
este término la quiebra.

Según el art. 1315 (ex 71 inciso final de la LQ) “Durante los 30


días siguientes a la declaración de quiebra, el arrendador no podrá
perseguir, por los arriendos vencidos, la realización de los
muebles destinados a la explotación de los negocios del fallido,
sin perjuicio de su derecho para solicitar las providencias
conservativas que le convengan. Si el arrendamiento hubiere
expirado por alguna causa legal, el arrendador podrá exigir la
entrega del inmueble arrendado y entablar las acciones a que haya
lugar en derecho”.

El precepto legal transcrito suspende, durante los treinta días


siguientes a la quiebra, la realización de los bienes destinados a la
explotación de los negocios del fallido, sobre los cuales el
arrendador goza de derecho legal de retención, según lo dispone
el art.1942 del C.C., bienes que puede realizar fuera de la

128
quiebra, con el fin de dar tiempo a los acreedores para deliberar
acerca de si les conviene continuar o no el giro del fallido.

8. CONTRATO DE COMPRAVENTA.

a) Quiebra del vendedor. Es necesario distinguir las siguientes


situaciones:

1) Si el fallido vendedor había transferido el dominio o


había efectuado la tradición respecto de la cosa vendida. En este
caso, la declaración de quiebra no afecta al contrato de
compraventa ni a la tradición de la cosa, sin perjuicio de las
acciones revocatorias, cuando procedan.

2) Si la quiebra del vendedor se produce entre la celebración


del contrato y la tradición de las cosas objeto del mismo. La L.Q.
no da una solución al caso en particular, por lo que hay que
atenerse a las reglas generales. Las cosas objeto del contrato no
han salido de la propiedad del vendedor porque no ha operado el
modo de adquirir tradición; en consecuencia, siendo del vendedor
las especies entran en la masa del concurso.

El problema se agrava cuando el comprador ha pagado el precio


sin recibir nada a cambio de dicho pago. El comprador puede, en
este evento, pedir la resolución del contrato para obtener la
devolución de lo pagado y la indemnización de perjuicios que
corresponde.

Se ha presentado además un problema cuando el fallido ha


vendido un bien raíz por escritura pública, anterior a la quiebra,
pero que no se ha inscrito en el Registro del Conservador de
Bienes Raíces. Dicha escritura, para operar la tradición, ¿puede

129
inscribirse después de la quiebra? La C.A. de Santiago se ha
pronunciado a favor de esta inscripción, es una sentencia que ha
sido muy criticada.

No habiendo tenido lugar la tradición del inmueble antes de la


declaración de quiebra, el comprador no es dueño, y no puede, en
consecuencia, exigir el cumplimiento de la obligación. Tiene
derecho a la resolución y a la indemnización de perjuicios.

b) Quiebra del comprador.- Según el art. 1330 (ex 86 LQ), “El


contrato de compraventa podrá resolverse por falta de
cumplimiento de las obligaciones del comprador fallido, salvo
cuando se trate de cosas muebles que hayan llegado a poder de
éste.

La resolución del contrato de compraventa procede cuando el


fallido es comprador moroso, sea que se trate de bienes muebles o
inmuebles, salvo que se trate de cosas muebles que han llegado a
poder del comprador declarado en quiebra.

Por otra parte, tratándose de cosas muebles vendidas y remitidas


al fallido según el art. 1333 (ex 89 LQ), se entiende que las
mercaderías están en tránsito desde el momento que las reciben
los agentes encargados de su conducción, hasta que queden en
poder del comprador fallido o de persona que lo represente. Ahora
bien, según el art. 1331 (ex 87), mientras están en camino las
cosas muebles vendidas y remitidas al fallido, el vendedor no
pagado puede dejar sin efecto la tradición, recuperar la posesión y
pedir la resolución de la compraventa.

El vendedor podrá también retener las cosas vendidas hasta el


entero pago de su crédito.

130
En caso de que las cosas en camino hayan sido vendidas durante
su tránsito a un tercero de buena fe, a quien se le hubiere
transferido la factura, conocimiento o carta de porte, el vendedor
no puede usar los derechos que le otorga el art. 1331 (ex 87), es
decir, recuperar la posesión y pedir la resolución del contrato.
Pero si el nuevo comprador no hubiere pagado el precio antes de
la declaración de quiebra, el vendedor primitivo podrá demandar
su entrega hasta la concurrencia de la cantidad que se le deba (art.
1332 ex 88 L.Q.).

Es necesario dejar constancia, según el art. 1334 ex 90, en caso de


resolución de la compraventa, el vendedor estará obligado a
reembolsar a la masa los abonos a cuenta que hubiere recibido.

Por último, el art. 1337 ex 93 faculta al síndico para oponerse a la


resolución o retención y exigir la entrega de las cosas vendidas o
retenidas, pagando la deuda, intereses, costas y perjuicios, o
dando caución que asegure el pago de las mismas.

9. EL CONTRATO DE TRABAJO.-

Tratándose de la quiebra del trabajador, la quiebra no significa


una causal de terminación del contrato de trabajo, de suerte que
los sueldos o salarios que se le paguen con posterioridad a ella no
ingresan a la masa concursada, por pertenecer a la categoría de
bienes inembargables.

Respecto de la quiebra del empleador, tampoco configura una


causal de caducidad de las relaciones laborales. En efecto el art.
155 del C. del T. no contempla, dentro de los motivos que
justifican poner término al contrato de trabajo, la quiebra del
empleador.

131
El problema se plantea respecto de la causal contenida en el
art.155 letra e) del C.T., relativa al caso fortuito o fuerza mayor,
pensando en que la quiebra que posteriormente fuese calificada de
fortuita, podría tener la virtud de ocasionar la terminación del
contrato de trabajo. La doctrina está conteste en que la
calificación de la quiebra como fortuita, culpable o fraudulenta no
tiene relevancia a los efectos de configurar una situación que
justifique la terminación del contrato de trabajo.

II.- EFECTOS RETROACTIVOS DE LA QUIEBRA

1.- Generalidades

Se entienden por efectos retroactivos de la quiebra ciertas


acciones de
inoponibilidad que pueden ejercitar los acreedores para lograr que
queden sin efecto los actos o contratos ejecutados o celebrados
por el fallido en el espacio de tiempo denominado “periodo
sospechoso”, que se extiende desde la cesación de pagos, o a
veces desde 10 a 120 días antes, hasta la declaración de quiebra.

Al tratar las acciones revocatorias, como efectos retroactivos de la


quiebra, vale la pena recordar que se entiende por cesación de
pagos.

La Corte Suprema ha expresado que “la cesación de pagos es un


hecho complejo de carácter jurídico, resultante de la apreciación
de diversos hechos particulares que tienen a demostrar que el

132
deudor, por circunstancias fortuitas o no, se halla en la
imposibilidad de solucionar sus obligaciones, aun cuando esta
imposibilidad no sea general”.

Es importante, entonces, determinar en que momento se


produce la cesación de pagos para saber desde cuándo pueden
dejarse sin efecto los actos del deudor fallido, mediante el
ejercicio de las acciones revocatorias que constituyen los efectos
retroactivos de la quiebra.

2.- Fijación de la fecha de cesación de pagos.

La forma de determinar la fecha de la cesación de pagos está


tratada en el Título IV “De la fijación de la fecha de la cesación
de pagos”, artículos 61 al 63 de la LQ. Sobre el particular hay
distinguir entre deudor calificado y deudor civil:

a) Deudor calificado (comprendido en el artículo 41).

La fijación de la fecha de cesación de pagos la hace el juez a


proposición del síndico. El síndico debe proponer al tribunal la
fecha de cesación de pagos y el juzgado ordena notificar por tres
avisos. Así lo disponen los artículos 27 N.6 y 61.

El artículo 61 expresa: “El síndico dentro del plazo de sesenta


días corridos desde que hubiere asumido el cargo propondrá al
tribunal la fecha de cesación de pagos del fallido. El juzgado
ordenará notificar por avisos esta proposición”.

133
De manera que las normas de la quiebra entregan la fijación de la
fecha de cesación de pagos, en este caso, al juez a proposición del
síndico.

Se justifica este sistema por el hecho de que el síndico, como


depositario de todo escrito, documento, contabilidad y
correspondencia del fallido, tiene un cabal conocimiento de la
situación del deudor, lo que le permite proponer una fecha con
cierta exactitud.

Hecha la proposición por el síndico y notificada por avisos,


empieza a correr un plazo de 10 días contados desde la
notificación para que los acreedores, el fallido o los terceros
interesados puedan objetar esta propuesta (art. 61).

Al fallido le convendrá que la fecha de cesación de pagos sea la


más próxima posible a la de la declaratoria de quiebra, porque la
amplitud del periodo sospechoso no lo beneficia de manera
alguna. Siendo próxima la fecha de cesación de pagos a la
declaratoria de quiebra, el periodo sospechoso es más reducido;

Los acreedores tienen interés en que la fecha de cesación de


pagos se retrotraiga bastante respecto de la declaración de
quiebra, porque así el periodo sospechoso abarca más tiempo. En
consecuencia, las acciones revocatorias y, en su caso, de nulidad
pueden afectar a un número mayor de actos y contratos, con lo
cual retornan más bienes al patrimonio del deudor.

Para terceros resulta conveniente que la fecha de cesación de


pagos sea vecina a la de la declaración de quiebra, a fin de evitar
la revocación de los actos y contratos que han celebrado con el
fallido en ese posible periodo sospechoso.

134
Si no hay objeción a la fecha propuesta por el síndico dentro
del plazo de 10 días, o luego de falladas las objeciones que se
hayan hecho valer, el juez dicta una resolución que fija la
fecha de cesación de pagos. Esta resolución se notifica por el
estado diario.

De acuerdo con el inciso final del art. 61, la resolución que fija la
fecha de cesación de pagos sólo será susceptible del recurso de
apelación.

b) Deudor no comprendido en el artículo 41.- La amplitud que


la ley concede en la fijación de la fecha de cesación de pagos del
deudor calificado no es procedente respecto del deudor civil. En
efecto, según el art. 62: “En caso de quiebra de un deudor no
comprendido en el artículo 41, la fecha de la cesación de pagos
será aquella en que primero se produjo la exigibilidad de
algunos de los títulos ejecutivos que existan en su contra”.

PLAZO MÁXIMO.

El artículo 63 expresa: “La cesación de pagos no podrá ser fijada


en un día anterior en más de dos años a la fecha de la resolución
que declare la quiebra”.

Es interesante la norma del artículo 63, que por razones de


estabilidad y seguridad jurídica fija un plazo máximo hacia atrás,
contado desde la declaración de quiebra, dentro de la cual puede
establecerse la fecha de cesación de pagos: dos años.

135
Esta norma es consecuente con el art. 80, que fija un plazo de dos
años, contado desde la celebración del acto o contrato, para la
prescripción de las acciones de inoponibilidad.

La disposición del artículo 63 se aplica a todo deudor.

 LAS ACCIONES REVOCATORIAS CONCURSALES

 La acción pauliana civil.

Antes de analizar las acciones revocatorias concursales conviene


recordar los aspectos generales de la acción pauliana civil. Es
aquella que tiene por objeto hacer volver al patrimonio del deudor
bienes que no se encuentran en su poder y de los cuales se ha
desprendido mediante actos ejecutados en fraude de sus
acreedores. Constituye uno de los efectos de las obligaciones,
junto con el beneficio de separación de patrimonio, la acción
oblicua o subrogatoria, etc.

Los requisitos de la acción pauliana son de dos clases: objetivos y


subjetivos.

Dentro de los presupuestos objetivos podemos enumerar los


siguientes:

1. Existencia de un crédito anterior al acto o contrato que se


trata de revocar.

136
2. Existencia de un acto jurídico del deudor, válido y ruinoso
para sus intereses. Para que este requisito concurra se debe
tratar de:

a) Un acto o contrato celebrado por el deudor


b) Que este acto sea válido, aunque nada impide que se trate
de un acto anulable, cuya nulidad no haya sido aún
declarada
c) Que ese acto o contrato sea ruinoso para el deudor, en el
sentido que produzca empobrecimiento
3. Existencia de daño, consistente en la creación o
agravamiento de la insolvencia del deudor. Dentro de este
presupuesto se exige: a) relación de causa a efecto entre el
acto y el daño; b) el acreedor debe probar la creación o
agravamiento de la insolvencia del deudor.

El requisito subjetivo es el denominado “fraude pauliano”, que


no es sino el conocimiento del mal estado de los negocios del
deudor. Lo que debe acreditarse para el éxito de la acción
revocatoria civil es, en cuanto al requisito subjetivo, que el deudor
y el tercero contratante, en su caso, sabían, al tiempo de ejecutar o
celebrar el acto o contrato que se trata de revocar, del mal estado
de los negocios del deudor. No se trata de acreditar la mala fe o
el dolo, como la intención positiva de perjudicar, como se
entiende en el derecho común.

Tratándose de la acción destinada a revocar contratos onerosos,


hipotecas y prendas, según lo previsto en el artículo 2468 del
Código Civil, el fraude pauliano debe existir tanto en el deudor
como en el tercero que contrata con él.

En cambio, cuando la acción se intenta para revocar actos


unilaterales y contratos gratuitos, se requiere solamente que exista

137
mala fe de parte del deudor, no interesando que el tercero
adquirente esté de buena o mala fe-

La diferencia de exigencias para el ejercicio de la acción se


justifica por la razón siguiente: en los contratos onerosos los
derechos del tercero contratante, que se encuentran de buena fe,
son tan legítimos como el interés de los acreedores en reintegrar
el patrimonio del deudor; por tanto, la ley prefiere los primeros
frente al conflicto con los segundos, en los actos unilaterales y en
los contratos gratuitos, la revocación del acto no origina perjuicio
al tercero, que sólo se ve privado del beneficio que le reportaba.
La revocación de los actos onerosos exige la mala fe del tercero
adquirente junto a la del deudor. La impugnación de los actos
unilaterales y gratuitos sólo exige la mala fe del deudor para
lograrla. El tercero nada ha dado o pagado en razón del acto,
cumpliéndose el aforismo jurídico “fácil llega, fácil se va”.

 Las acciones revocatorias concursales.

La quiebra produce efectos retroactivos que permiten restar


eficacia a ciertos actos o contratos ejecutados o celebrados por el
fallido durante una época anterior a la declaración de quiebra.

Para saber la época en que operan las acciones revocatorias es


necesario distinguir:

a.- Actos y contratos celebrados por el fallido antes del periodo


sospechoso. Sólo pueden ser afectados por la acción pauliana del
artículo 2468 del Código Civil.

b.- Actos y contratos celebrados por el fallido durante del


periodo sospechoso. Pueden ser afectados por las acciones de los

138
artículos 74 y 79 de la LQ, es decir por la acción pauliana del
artículo 2468 y las acciones revocatorias concursales.

c.- Actos y contratos celebrados por el fallido después de la


declaración de quiebra. Son inoponibles por disposición del
artículo 72 de la LQ.

Las normas distingue entre: a) efectos retroactivos de la


declaración de quiebra de todo deudor y b) efectos retroactivos de
la declaración de quiebra del deudor que ejerciere una actividad
comercial, industrial, minera o agrícola.

A.- ACCIONES REVOCATORIAS RESPECTO DE TODO


DEUDOR.-

Es necesario distinguir entre actos a título gratuito y los demás


actos y contratos.

1.- INOPONIBILIDAD DE LOS ACTOS O CONTRATOS A


TÍTULO GRATUITO.-

Según lo dispone el artículo 74 de la LQ: “Son inoponibles a la


masa los actos o contratos a título gratuito que hubiere ejecutado
o celebrado el deudor desde los 10 días anteriores a la fecha de
la cesación de pagos y hasta el día de la declaración de quiebra.

Si el acto o contrato fuere a favor de un descendiente,


ascendiente o colateral dentro del cuarto grado, aunque se
proceda por interposición de un tercero, los 10 días señalados en
el inciso primero se extenderán hasta los 120 días anteriores a la
fecha de cesación de pagos”.

139
¿Cuáles son los requisitos para intentar esta acción de
inoponibilidad?

Debe tratarse de un acto, a título gratuito. Debe haberse


ejecutado en período sospechoso, desde 10 días antes de la
cesación de pagos hasta la declaratoria de quiebra o desde 120
antes de la cesación de pagos hasta la declaratoria de quiebra, en
el caso de actos o contratos a favor de parientes.

Por lo tanto, no son impugnables, por esta acción revocatoria, los


actos gratuitos celebrados antes del período sospechoso que
hemos indicado. Por consiguiente, probado que el deudor realizó
un acto gratuito en el período indicado, al juez sólo le cabe
decretar su revocación.

Características de la acción:

a) Es una inoponibilidad de derecho. Esto no significa que


no requiere de declaración judicial, sino que, acreditados los
requisitos de la acción, el juez está obligado a declararla. El
tribunal no tiene facultad discrecional al respecto;

b) No exige atender a la buena o mala fe del o de ambos


contratantes. Se requiere sólo desprenderse gratuitamente
de los bienes en el periodo sospechoso. El acto impugnado
con esta acción no causa daño al tercero; éste nada paga,
nada pierde al quedar igual que antes;

c) No requiere probar el perjuicio de los acreedores. La ley


tampoco ha requerido que se pruebe que el acto causa
perjuicio a los acreedores, y ello es muy lógico, por cuanto

140
es evidente que el acto, por el solo hecho de ser gratuito,
causa perjuicio a los acreedores al separar un bien del
patrimonio del deudor sin ninguna contraprestación. Se
presume que lo causa;

d) Abarca todos los actos gratuitos en el periodo


sospechoso. No sólo los traslaticios de dominio. No se
concibe que un deudor al borde del colapso económico
decida regalar sus bienes a terceros. Las prendas e hipotecas
pueden ser actos gratuitos u onerosos. Son actos gratuitos
cuando las constituye un tercero sin remuneración o si el
deudor las constituye después del nacimiento de la
obligación.

e) En los casos en que los beneficiados con estos actos fueran


los parientes, se amplía el periodo sospechoso a 120 días
antes de la cesación de pagos y hasta la declaración de
quiebra. En este caso los actos presentan caracteres de
mayor irregularidad y podría prestarse para transferir bienes
en perjuicio de los acreedores, incluso haciéndolo por
interpósita persona.

2.- INOPONIBILIDAD DE LOS ACTOS O CONTRATOS


ONEROSOS.-

Esta acción aparece contenida en el art. 75 que expresa: “Con


respecto a los demás actos o contratos ejecutados o celebrados
por el deudor en cualquier tiempo, con anterioridad a la fecha de
la declaración de quiebra, se observará lo prevenido en el
artículo 2468 del Código Civil.

141
Se presume que el deudor conocía el mal estado de sus negocios
desde los 10 días anteriores a la fecha de cesación de pagos”.

Como lo dispone este precepto, la acción pauliana contemplada


en el art.2468 del C.C. tiene plena aplicación cuando se declara la
quiebra, para obtener la revocación de todos los actos y contratos
celebrados por el deudor con anterioridad a la quiebra,
excluyéndose solamente aquellos de que trata el artículo 74 de la
ley.

Las características de la acción son las siguientes:

a) La acción se puede ejercer para anular los actos o


contratos a título oneroso celebrados en todo tiempo, aun
antes del periodo sospechoso, y los actos a título gratuito
celebrados ante de los 10 días o 120 días.

b) Se trata de una inoponibilidad de derecho y no hay


innovación a las reglas generales de que el juez debe
fallar conforme al mérito del proceso;

c) Exige los requisitos de la acción pauliana. Para estudiar


los requisitos para que procesa la acción pauliana hay que
distinguir actos a título oneroso y actos a título gratuito:

Actos a título oneroso. Para invalidar este tipo de negocios se


requiere:
- Que estén de mala fe ambos contratantes, y
- Que se acredite perjuicio a los acreedores.

Se exige, en primer término, que ambos contratantes estén de


mala fe, es decir, que ambos conozcan el mal estado de los
negocios del deudor. Se entiende que se trata de una prueba

142
difícil, por cuanto debe acreditarse un hecho interno, psicológico.
En la práctica, deben probarse circunstancias que configuren
presunciones de mala fe. Por esa razón el inciso 2° del artículo 75
estableció una presunción simplemente legal en contra del deudor,
que consiste en presumir que éste está en conocimiento del mal
estado de sus negocios desde los diez días anteriores a la cesación
de pagos. Dice el artículo 75 inciso 2°: “Se presume que el deudor
conocía el mal estado de sus negocios desde los diez anteriores a
la fecha de cesación de pagos”.

Debe acreditarse asimismo el perjuicio que este acto o contrato


causa a los acreedores.

Actos a título gratuito. Para anularlos deben concurrir dos


presupuestos:
- Que se pruebe la mala del deudor, y
- Que se pruebe perjuicio de los acreedores.

¿Cómo operan las dos acciones de nulidad que hemos estudiado?


Del siguiente modo:

- Si el acto se realizó durante el periodo sospechoso,


para anularlo se invoca a la acción de inoponibilidad
del artículo 74.

- Si el acto se ejecutó antes del período sospechoso, el


acto se anula por medio de la acción pauliana.

143
B.- ACCIONES REVOCATORIAS RESPECTO DEl
DEUDOR CALIFICADO.-

Las normas sobre quiebras son más severas con el deudor


calificado. Ello se debe exclusivamente a una característica de las
actividades ejercidas que implican el recurso al crédito, uno de
cuyos elementos es la confianza en el deudor.

Estas acciones revocatorias pueden agruparse de la siguiente


forma:

- Acciones destinadas a revocar actos a título gratuito o


a actos que signifiquen liberalidades;

- Acciones destinadas a revocar actos a título oneroso


(art. 76);

- Acciones destinadas a revocar ciertas compensaciones,


y

- Acciones destinadas a revocar ciertas inscripciones


hipotecarias.

1) ACCIONES DESTINADAS A REVOCAR ACTOS QUE


CONSTITUYEN MERAS LIBERALIDADES.-

Estas revocatorias están tratadas en el artículo 76, y se señalan


tres clases de actos inoponibles:

- Los pagos anticipados;

144
- Todo pago de deuda vencida que no sea ejecutada en
forma estipulada, y
- Constitución de garantías reales de obligaciones
contraídas anteriormente.

Para que operen estas acciones es necesario que se trate de un


acto de los taxativamente indicados en el artículo 76, y que se
haya celebrado en período sospechoso, desde diez días antes de la
cesación de pagos hasta la declaración de quiebra. No requiere
analizar la buena o mala fe de los contratantes ni el eventual
perjuicio a los acreedores; los actos, por su propia naturaleza,
envuelven una presunción de mala fe.

1.- Pagos anticipados.

El pago anticipado a un acreedor, aunque lícito, es perjudicial a la


masa de acreedores cuando se verifica en el período sospechoso
que antecede a la quiebra. No hay duda de que el deudor con el
solo hecho de efectuar pagos anticipados ha querido romper la
igualdad que debe existir entre los acreedores, favoreciendo a
algunos de ellos en desmedro de los demás.

Es por eso que el artículo 76 declara: “Son inoponibles a la masa


los siguientes actos o contratos ejecutados o celebrados por el
deudor desde los diez días anteriores a la fecha de la cesación de
pagos y hasta el día de la declaración de quiebra: “1°. Todo pago
anticipado, sea de deuda civil o comercial, y sea cual fuere la
manera en que se verifique. Se entiende que el fallido también
anticipa el pago cuando descuenta efectos de comercio o facturas
a su cargo, y cuando lo verifica renunciando al plazo estipulado
a su favor”.

145
El artículo 220 N°6 de la LQ establece una presunción de quiebra
fraudulenta cuando el deudor paga anticipadamente una deuda
después de la cesación de pagos y con perjuicio a los acreedores.
En los términos del art. 221 N°6), se presume que son cómplices
de quiebra fraudulenta “los que, con conocimiento de la cesación
de pagos, obtuvieren el pago anticipado del todo o parte de su
crédito”.

2.- Pagos no ejecutados en la forma estipulada. Art. 76 N° 2

Debe ser revocado: “Todo pago de deuda vencida que no sea


ejecutado en la forma estipulada en la convención, que se realice
en el período sospechoso. La dación en pago de efectos de
comercio equivale a pago en dinero”.

La dación en pago es un modo de extinguir las obligaciones, que


consiste en solucionar una deuda vencida en una forma diversa a
la contemplada en la convención. La dación en pago de efectos de
comercio equivale a pago en dinero. Como tal no es susceptible
de ser anulado mediante el ejercicio de esta acción.

No es natural que un deudor dé en pago a su acreedor otra cosa


que la debida. Además, implica preferencia de un acreedor
respecto de otro.

No obstante, existe una forma de dación en pago que se acepta


por ser de uso frecuente en la práctica mercantil: se trata de
aquella que se hace mediante la entrega de efectos de comercio,
que se equipara al pago en dinero.

3.- Hipotecas, prendas y anticresis. Art. 76 N° 3

146
“Toda hipoteca, prenda o anticresis constituida sobre bienes del
fallido para asegurar obligaciones anteriormente contraídas”.

Si la obligación ha nacido sin garantía, pero posteriormente,


encontrándose al borde de la quiebra, el deudor constituye a favor
de su acreedor una seguridad real que lo coloca en una situación
privilegiada con respecto a los demás acreedores. La diferencia de
fecha entre la obligación principal y la constitución de la garantía
hace presumir el ánimo de favorecer a un acreedor en perjuicio de
los derechos iguales de los demás

Por último, es necesario precisar que la revocabilidad establecida


en el precepto sólo se refiere a prendas o hipotecas que afectan
bienes del fallido y no a prendas o hipotecas que puedan constituir
terceros para caucionar deudas del fallido, pues la constitución de
dichas garantías no perjudica a la masa.

Prueba de los presupuestos de la acción.

El titular de la acción revocatoria contenida en el art. 76 debe


acreditar solamente la celebración de algunos de los actos
contenidos en dicha norma y que tal acto se ha realizado dentro
del periodo sospechoso, o sea, dentro de los 10 días anteriores a la
fecha de la cesación de pagos. Comprobadas tales circunstancias,
el tribunal está en la obligación de declarar la invalidación del
acto o contrato.

Finalmente, vale la pena consignar que, técnicamente, los actos


contemplados en la disposición del citado artículo 76 no son actos
a título gratuito, sino que constituyen liberalidades o bien actos
obsequiosos que el deudor no estaba obligado a realizar. Por tal
razón se estima que la ley los asimila a los actos a título gratuito.

147
2) ACCIONES DESTINADAS A REVOCAR ACTOS A
TÍTULO ONEROSO. ART. 77.

Esta revocatoria abarca todos los pagos, actos y contratos a título


oneroso, no siendo aplicable a los actos a título gratuito, que
quedan comprendidos en el artículo 74, y a los pagos de deudas
vencidas y no incluidas en el N°2 del artículo 76.

Requisitos de la acción. Para invocar con éxito esta acción se


requiere de la concurrencia de los siguientes presupuestos:

1. Que se trate de actos o contratos cuya anulación no pueda


obtenerse con el ejercicio de las acciones contenidas en los arts.
74 a 76 de la LQ. Es decir, no deben ser actos a título gratuito
(deben ser a título oneroso) contemplados en el art.74, ni pagos
normales ejecutados antes de la cesación de pagos, ni, en fin, de
los actos afectados por las acciones del artículo 76.

2. Los actos deben haberse ejecutado o celebrado los contratos


durante el periodo sospechoso, desde el día de la cesación de
pagos hasta la declaratoria de quiebra. El período sospechoso
comienza, en este caso, con la cesación de pagos, ya que exige el
conocimiento que de ella tenga el tercero a quien no se ha pagado
o con quien se ha contratado.

3. El tercero contratante debe tener conocimiento de la cesación


de pagos. Se exige, en otros términos, que el tercero esté de mala
fe, por haber recibido el pago o celebrado el contrato con
conocimiento de la cesación de pagos del fallido. Como la buena
fe se presume, será necesario acreditar la mala fe del tercero,
prueba bastante difícil de producir, pero que puede rendirse sin

148
ninguna limitación. El fraude que se exige es diverso al de la
acción pauliana. Así, mientras en ella se exige que el tercero esté
en conocimiento del mal estado de los negocios del deudor, en la
acción contemplada por el art. 77 se requiere que conozca de la
cesación de pagos del deudor. También, a diferencia de la acción
pauliana, no se necesita que se causen perjuicios a los acreedores.

3) ACCIONES DESTINADAS A REVOCAR CIERTAS


COMPENSACIONES.-

El artículo 69 señala que: “La declaración de quiebra impide


toda compensación que no hubiere operado antes por el
ministerio de la ley, entre las obligaciones recíprocas del fallido
y acreedores, salvo que se trate de obligaciones conexas,
derivadas de un mismo contrato o de una misma negociación y
aunque sean exigibles en diferentes plazos”.

Las compensaciones anteriores a la declaración de quiebra, como


vimos, en principio no son revocables, aun cuando se realicen
durante el periodo sospechoso. La razón de su validez estriba en
que los elementos que configuran la compensación son ajenos a la
voluntad de las partes; ella opera por el ministerio de la ley. En
consecuencia, no es revocable, salvo la siguiente excepción, a que
se refiere el art. 77 inciso 2°: “Las compensaciones que hubieren
operado desde la fecha de la cesación de pagos hasta el día de la
declaración de quiebra, son inoponibles a la masa si se hubieran
efectuado con créditos adquiridos contra el fallido por cesión o
endoso, con tal que el cesionario haya tenido conocimiento de la
cesación de pagos al tiempo de la cesión o endoso”.

Ejemplo: Juan, el fallido, es acreedor de Pablo por obligación


exigible. Pedro es acreedor de Juan por obligación exigible. Pedro

149
cede o endosa a Pablo un crédito en contra de Juan, el deudor
quebrado, durante el período sospechoso. Pablo, el cesionario, al
tiempo de la cesión o endoso, sabe que Juan está en cesación de
pagos. Esta compensación es inoponible a la masa.

El artículo 78, siguiendo el ejemplo de la francesa, con el fin de


facilitar la circulación de las letras de cambio y pagarés a la
orden, ha dado normas especiales sobre la materia. Si no
existieran estas normas podría ser revocado todo pago de estos
instrumentos que realice el fallido, sin distinción de quien cobra el
documento, lo que evidentemente entrabaría la circulación de los
principales instrumentos negociables, como son la letra de cambio
y el pagaré a la orden.

El art. 78 de la LQ se ha encargado de dar las siguientes normas


sobre revocabilidad de los pagos de letras de cambio y pagarés a
la orden, realizadas por el fallido dentro del período sospechoso
(cesación de pagos a quiebra).

El art. 78 expresa: “Si el fallido hubiera pagado letras de cambio o


pagarés después de la fecha asignada a la cesación de pagos y
antes de la declaración de quiebra, no podrá exigirse la
devolución de la cantidad pagada sino de la persona por cuya
cuenta se hubiere verificado el pago.

Esta norma también se aplica a los cheques, que son instrumentos


negociables por excelencia (El artículo 11 de la Ley de Ctas. Ctes
Bancarias y Cheques señala que el cheque dado en pago de
obligaciones se sujetará a las reglas de la letra de cambio).

4) ACCIONES DESTINADAS A REVOCAR CIERTAS


INSCRIPCIONES HIPOTECARIAS.-

150
El artículo 79 consagra un principio básico: “Los contratos
hipotecarios válidamente celebrados podrán ser inscritos hasta el
día de la declaración de quiebra.

“Con todo, las inscripciones hechas después de los diez días


anteriores a la cesación de pagos son inoponibles a la masa si
hubieren transcurrido más de quince días entre la fecha del
instrumento constitutivo de la hipoteca y la fecha de la
inscripción.

Este plazo se aumentará a razón de un día por cada cien


kilómetros de distancia entre el lugar en que se hubiere
constituido la hipoteca y el lugar donde deba hacerse la
inscripción”.

De acuerdo a la norma transcrita las hipotecas válidamente


constituidas sobre bienes del fallido con anterioridad a la quiebra
pueden inscribirse hasta el mismo día en que se declara la
quiebra. El precepto parte del supuesto de la validez de la
constitución de la hipoteca.

No obstante, la norma permite la revocabilidad de ciertas


inscripciones hipotecarias, cumpliéndose los siguientes requisitos:

a) Que la inscripción se haga en periodo sospechoso, que se


extienda desde 10 días antes de la cesación de pagos
hasta la declaración de quiebra.

b) Que desde la fecha de la escritura pública de hipoteca y


la fecha de su inscripción hayan corrido 15 días, plazo
que se aumenta en razón de un día por cada 100 kms. de
distancia entre el lugar en que se hubiere constituido la

151
hipoteca y el lugar donde deba hacerse la inscripción de
la hipoteca. El hecho de retardar la publicidad de la
hipoteca (que es la inscripción) implica una sospecha o
presunción de fraude.

EL EJERCICIO DE LAS ACCIONES REVOCATORIAS


CONCURSALES.

Las disposiciones comunes a todas las acciones. De acuerdo con


el objeto que persiguen las acciones revocatorias concursales de
restablecer el patrimonio del deudor al estado anterior a aquel en
que se han celebrado los actos fraudulentos, su ejercicio
pertenece al síndico previo acuerdo de la junta de acreedores
o individualmente por cualquiera de los acreedores, en ambos
casos en interés de la masa.

Tratándose de las acciones revocatorias concursales, el


demandado es solamente el tercero que contrató con el deudor en
quiebra. Se exceptúa de esta norma el caso en que se ejercita la
acción pauliana ordinaria a que se refiere el art. 1319 (ex75 de la
LQ), en que el demandado es el deudor.

Aunque la ley concursal no lo indica expresamente, se ha llegado


a la conclusión de que el tribunal competente para conocer de las
acciones revocatorias es el mismo que conoce de la quiebra.

Las acciones revocatorias concursales se tramitarán con arreglo al


procedimiento sumario (art. 81).
Según el art. 80 LQ las acciones revocatorias concursales
prescriben en el plazo de dos años, contado desde la fecha del

152
acto y contrato que se trata de impugnar. Este plazo se suspende a
favor de los acreedores por el lapso de otros dos años desde la
fecha de la resolución que declara la quiebra.

Las acciones revocatorias tienen por efecto hacer inoponible el


acto respecto de la masa, por lo cual deben reintegrarse al activo
los bienes objeto del acto o contrato declarado inoponible.

C.- OTRAS ACCIONES QUE PUEDEN INTENTARSE


CONTRA EL FALLIDO: REIVINDICACIÓN,
RESOLUCION Y RETENCION

El artículo 82 y siguientes se refiere al ejercicio de las acciones


reivindicatorias, de las acciones resolutorias y al derecho legal de
retención en caso de quiebra. También se refieren a las tercerías
de dominio.

1.- LAS TERCERIAS DE DOMINIO.

El artículo 85 establece que las tercerías de dominio que


estuvieren iniciadas al tiempo de la declaratoria de quiebra
continuarán tramitándose en conformidad al procedimiento que
corresponda (art.85, inc.2°). Si dichos procedimientos de
recuperación se hubieren empezado a tramitar con posterioridad a
la declaratoria de quiebra, las reglas generales no sufren en este
caso ninguna variación.

2.- LA REIVINDICACION.

a) Reivindicación de los efectos de comercio. Los efectos de


comercio son títulos de crédito que contienen una prestación

153
consistente en pagar una suma de dinero a la orden del
beneficiario indicado o al portador. Son pagaderos a corto plazo,
de fácil circulación, por lo que se les considera sustitutos del
dinero. Los efectos de comercio, considerados en su aspecto
jurídico-material, pueden salir de la posesión de su dueño, no
obstante que éste conserve su dominio. Desde este punto de vista,
el efecto de comercio es perfectamente reivindicable, siempre que
se cumplan todos los requisitos de la acción reivindicatoria.

En la práctica, es frecuente que los efectos de comercio se


entreguen voluntariamente a una persona sin transferirle el
dominio. Esto ocurre cuando se entregan en cobro a un banco
mediante endoso en comisión de cobranza. ¿Qué suerte corre un
efecto de comercio producida la quiebra de la persona a quien se
ha entregado voluntariamente sin transferible el dominio? El
efecto de comercio, mientras no se haya cobrado ni pagado por el
deudor, puede ser reivindicado.

b) Reivindicación de mercaderías consignadas al fallido. De


acuerdo con el inciso 1° del art. 83: “Podrán ser también
reivindicadas, en todo o en parte, mientras puedan ser
identificadas, las mercaderías consignadas al fallido a título de
depósito, comisión de venta o a cualquier otro que no transfiera el
dominio.

Vendidas las mercaderías, el propietario de ellas podrá reivindicar


el precio o la parte del precio que, al tiempo de la declaración de
quiebra, no hubiere sido pagado o compensado entre el fallido y
el comprador.

No se entiende pagado el precio por la simple dación de


documentos de crédito, firmados o transferidos por el comprador

154
a favor del fallido; y si existieren tales documentos en poder de
éste, el propietario podrá reivindicarlos, siempre que acredite su
origen e identidad”.

En consecuencia, de acuerdo con esta norma, todas las especies


que el fallido tenga en su poder y de las cuales no es dueño
pueden reivindicarse.

c) La acción resolutoria. Es aquella que emana de la condición


resolutoria tácita o del pacto comisorio y en virtud de la cual el
contratante cumplidor o diligente puede solicitar que se deje sin
efecto el contrato por incumplimiento de parte del otro
contratante. Vale la pena recordar simplemente que la condición
resolutoria ordinaria no da lugar a la acción resolutoria, porque
sus efectos se originan de pleno derecho.

El art. 86 expresa: “El contrato de compraventa podrá resolverse


por falta de cumplimiento de las obligaciones del comprador
fallido, salvo cuando se trate de cosas muebles que hayan llegado
a poder de éste”.

d) El derecho legal de retención. Según el articulo 71, inc.4°),


“Cuando a algún acreedor corresponda el derecho de retención, en
los casos señalados por las leyes, no podrá privársele de la cosa
retenida sin que previamente se le pague o se le asegure el pago
de su crédito. La procedencia del derecho legal de retención podrá
ser declarada aun después de la sentencia de quiebra”.

Según esta norma, el derecho legal de retención puede hacerse


valer en caso de quiebra.

Por otro lado, el artículo 92, señala los requisitos para que opere
el derecho legal de retención, a saber:

155
- Que la persona haya pagado o se haya obligado a pagar al
fallido;
- Que tenga en su poder mercaderías o valores de créditos que
pertenezcan a aquel;
- Que la tenencia de estas especies haya nacido de un hecho
voluntario del fallido, anterior al pago o a la obligación, y
- Que tales bienes no hayan sido remitidos con un destino
determinado

Séptima Parte

VERIFICACION DE CREDITOS Y ALEGACION DE


PREFERENCIAS Y SUBORDINACION

Generalidades.

Para determinar cuáles son los acreedores concurrentes se ha


establecido, en el procedimiento concursal, la institución de la
verificación de créditos y la alegación de las preferencias y
subordinación de créditos a que se refiere el artículo 2489.

Verificar un crédito significa, ante todo, hacerlo valer en la


quiebra. Para hacerlo valer el acreedor concurrente debe
demandar ejecutivamente a la masa de acreedores. La verificación
puede ser ordinaria, si se hace valer dentro de los plazos que
señala la ley y extraordinaria fuera de esos plazos.

156
Con todo, vale la pena señalar que no basta con verificar los
créditos para obtener su pago, puesto que en algunos casos
concurren personas que no tienen la calidad jurídica de acreedor
del deudor quebrado o bien carecen de preferencia que invocan
respecto de su crédito. Con tal propósito se ha establecido la
impugnación de los créditos y preferencias destinadas a
determinar cuáles son los acreedores concurrentes que tienen
derecho a ser pagados en la quiebra y en qué orden.

Reconocidos los créditos en la quiebra, corresponde pagarlos de


acuerdo con las preferencias invocadas y reconocidas y con la
situación particular en que se encuentre dicho acreedor con
respecto al fallido.

A.- LA VERIFICACION ORDINARIA.

1.- Concepto

La concurrencia del acreedor al juicio de quiebra dentro de los


plazos que la ley contempla se denomina “verificación ordinaria”.

Existen dos grandes grupos de acreedores: aquellos que existen al


tiempo de la declaratoria de quiebra, es decir, cuyos títulos nacen
antes de ella, llamados “acreedores en la masa”, y aquellos
cuyos títulos son posteriores, llamados “acreedores de la masa”,

157
como por ejemplo, los titulares de créditos solicitados por el
síndico para continuar provisoriamente el giro del quebrado.

Sin duda que los acreedores en la masa están obligados a verificar


sus créditos, y esta institución representa para ellos la única
manera de hacer valer sus derechos. En cambio, los acreedores de
la masa, no deben verificar sus créditos, sino que el síndico debe
pagarles inmediatamente.

De conformidad con lo prevenido por el art.131,“Todos los


acreedores residentes en el territorio de la República, sin
excepción alguna, tendrán el plazo de treinta días, a contar de la
notificación de la declaración de quiebra, para verificar sus
créditos y alegar preferencias ante el tribunal que conozca la
quiebra”.

Deben verificar incluso los acreedores hipotecarios, prendarios y


privilegiados, de acuerdo con la norma del art.131, pues señala
expresamente que todos los acreedores residentes en el territorio
de la República, sin excepción alguna, deben verificar sus créditos
y alegar sus preferencias dentro del plazo que indica.

La sanción al incumplimiento de la obligación de verificar el


crédito consiste en que el acreedor no es pagado por el síndico. En
efecto, de acuerdo con lo establecido en el art. 143 inciso final,
sólo los acreedores que figuren en las nóminas de créditos y
preferencias reconocidas pueden participar en los repartos
que haga el síndico. Las nóminas de créditos y preferencias
reconocidos se forman teniendo en cuenta los procesos de
verificación e impugnación de créditos y preferencias.

Los acreedores cuyos créditos han servido de base a la


declaración de quiebra, no obstante que aparecen reconocidos por

158
dicha resolución y que el fallido no tuvo oportunidad de
impugnarlos en la audiencia que se le concede frente a la solicitud
de quiebra, deben también verificarlos.

3.- Plazo para verificar

En la verificación ordinaria el plazo es de 30 días contados desde


la fecha de la notificación de la resolución que declara la
quiebra. Se trata de un plazo no fatal para todos los acreedores
que residan en el territorio de la República. El término es no fatal
porque mientras el juez de la quiebra no dicte la resolución que
declare cerrado el plazo para verificar, los acreedores pueden
hacerlo, y tal verificación sigue siendo ordinaria.

Como la notificación de la resolución que declara la quiebra se


hace mediante la publicación de un aviso, el plazo para verificar
se extiende desde el aviso hasta el día anterior a la publicación de
la resolución judicial que declara cerrado el proceso de
verificación. Los acreedores que se hallan fuera del país tienen
además el aumento que establece la tabla de emplazamiento, de
acuerdo con el N.7 del citado art. 52.

 ASPECTOS PROCESALES DE LA VERIFICACIÓN.

a) Solicitud de verificación

Según el artículo 133 de la LQ, el acreedor que concurre ante el


juez de la quiebra haciendo valer sus derechos mediante la
verificación, tiene que presentar una solicitud que equivale a una
demanda ejecutiva. Esta solicitud deberá indicar:

- El monto del crédito que se verifica;

159
- Los intereses del mismo;
- Los títulos justificativos del crédito verificado;
- Una minuta explicativa de su crédito e intereses; y
- Las preferencias alegadas.
- Subordinación de créditos, si existiere

En cuanto a los títulos justificativos del crédito verificado,


debemos señalar que ellos sirven para acreditar su existencia, la
fuente de donde emanan. Esto no significa que sólo pueden
verificarse títulos ejecutivos, porque la ley no formula tal
exigencia y por el hecho de que el juicio de quiebra tiene por
finalidad el pago a todos los acreedores. El título ejecutivo es
exigencia para pedir la quiebra.

La minuta explicativa es un documento que debe acompañarse a


la solicitud de verificación y contiene un análisis numérico de los
valores que se verifican: capital, intereses, etc. Si existen
diferencias entre los valores indicados en la solicitud de
verificación y los señalados en la minuta que se acompaña, prima
lo expresado en esta última.

Tanto la solicitud de verificación como de la minuta que se


acompaña y de los títulos justificativos, deben entregarse al
tribunal dos copias simples, para que el secretario, previa
certificación de que están conforme con su original, las remita al
síndico de quiebras.

b) Notificación

Una vez presentada la solicitud de verificación, el tribunal debe


ordenar su notificación mediante aviso, a costa de la masa, de
acuerdo con la disposición del artículo 134.

160
El aviso de notificación debe contener el monto de los créditos
que se presentan a la verificación a título de capital e intereses, su
origen, las preferencias alegadas y la individualización precisa del
acreedor. Los gastos de la notificación por aviso de las solicitudes
de verificación son de cargo de la masa y los paga el síndico.

c) Cierre del proceso de verificación.-

De acuerdo con lo establecido en el art. 136, el procedimiento


ordinario de verificación se cierra a solicitud del síndico, de los
acreedores o del propio fallido. Tal solicitud se hará una vez
transcurrido el plazo de 30 días a que se refieren el art. 52 y 131.
Se trata de un plazo no fatal de días hábiles.

La resolución que declare cerrado el proceso ordinario de


verificación debe notificarse también por aviso dentro de quinto
día. Tiene importancia esta resolución porque desde que se
notifica no pueden hacerse verificaciones ordinarias. A partir de
su notificación, corre también el plazo de quince días para
impugnar los créditos y preferencias (art. 137).

d) Verificación ordinaria de los acreedores residentes en el


extranjero. La resolución que declara la quiebra contiene la
orden de notificar por carta aérea certificada a los acreedores que
se hallen fuera de la República y mandarles que deban concurrir
con los documentos justificativos de su crédito al juicio de
quiebra, en el plazo de 30 días, aumentado con el emplazamiento
que corresponda, que se expresará en cada carta, bajo
apercibimiento de que les afectarán los resultados del juicio sin
nueva notificación. El cierre del proceso debe practicarse respecto
de cada uno de los acreedores que se encuentren en el exterior.

161
B.- LA VERIFICACION EXTRAODINARIA

Se ha señalado que el plazo para verificar no es fatal y que la


verificación que se realiza dentro de dicho plazo se conoce como
“verificación ordinaria”. Es extraordinaria, en consecuencia, la
verificación que se realiza fuera de los plazos que la ley señala.

Según el art. 140, los acreedores que no hayan verificado


oportunamente sus créditos o preferencias, podrán hacerlo
mientras haya fondos por repartir, en cualquier tiempo, para ser
considerados en los repartos futuros. La solicitud de verificación
será notificada al síndico por cédula y al fallido y acreedores por
aviso, a costa del solicitante.

En este caso, las impugnaciones deben deducirse dentro de quince


días, contados desde la notificación precedente. Para este caso el
transcurso del término es diferente según se trate de la fecha en
que se haya notificado al síndico o al fallido y a los acreedores.

Efectos de la verificación extraordinaria.

1) Si durante la verificación extraordinaria estuviere en trámite un


reparto a los acreedores que han verificado ordinariamente, será
necesario reservar una suma de dinero para responder a la
verificación extraordinaria. Tal reserva debe hacerse aun cuando
no se asegure que se les van a pagar sus créditos, porque todavía
puede estar pendiente su impugnación.

162
2) En cuanto a los dividendos pagados a los acreedores que
verificaron en forma ordinaria, el acreedor que hace valer sus
créditos fuera del plazo no tiene derecho a pedir reembolso, pero
en los fondos sobrantes de la quiebra puede hacer efectivo su
crédito con preferencia sobre esa masa por la cuota que le
corresponda y que no recibió. Así lo establece el art.154.

Los aspectos formales de la verificación extraordinaria, con


excepción de la forma de notificación y del plazo de impugnar,
son prácticamente los mismos de la verificación ordinaria.

C.- LA IMPUGNACION DE CREDITOS, DE


PREFERENCIAS Y SUBORDINACION

El procedimiento para discutir la validez de los créditos


verificados, de las preferencias invocadas y subordinación, en su
caso, por sus titulares, se conoce como la “impugnación de
créditos y preferencias”. Cuando se ha ejercido el derecho de
impugnar, es el tribunal quien resuelve en definitiva cuáles son
los créditos que ingresan a la quiebra, su monto y el orden o
prelación de los pagos.

En el evento de que no se discuta la existencia del crédito, ni


su monto ni la preferencia invocada, ellos se tendrán por
reconocidos por el solo ministerio de la ley, sin que medie
resolución judicial alguna.

a) Titulares del derecho a impugnar.

163
Son tres los sujetos activos de la acción de impugnación de
créditos y preferencias: 1) el síndico; 2) el fallido; y 3) los
acreedores.

Cuando la impugnación se refiere a la existencia del crédito y a su


monto, puede hacerse valer tanto por el síndico como por el
fallido y los acreedores. En cambio, la discusión relativa a la
preferencia invocada por el acreedor deben formularla sólo el
síndico o los acreedores, ya que al fallido no le interesa ni tiene
objeto que lo haga. Así se desprende del art. 137 inc.2°.

La ley concede también la facultad de impugnar la existencia del


crédito y su monto al propio fallido. Para hacer efectivo este
derecho el fallido debe actuar representado por un abogado
habilitado en el juicio de quiebra, puesto que la impugnación que
hace el síndico se realiza en interés de todos los acreedores.

b) Plazo para el ejercicio de la acción.-

El término es diferente según se trate de verificación ordinaria o


extraordinaria. Tratándose de la verificación ordinaria, el plazo
para impugnar se cuenta desde el momento en que ha sido
agregada a los autos la solicitud de verificación hasta 15 días
después de notificada la resolución que da por cerrado el
procedimiento de verificación ordinaria (art.137).

Respecto de la verificación extraordinaria el término es de 15 días


y comienza a correr desde que ha sido notificada esa verificación.
Recordemos que la verificación extraordinaria se notifica por
cédula al síndico y por aviso al fallido y acreedores, a costa del
solicitante.

164
El plazo para formular la impugnación de créditos y preferencias
es fatal (art.138, inc.1). Sin embargo, el síndico puede hacer
reservas con respecto a algunos créditos y en este caso tiene un
plazo adicional de 10 días para impugnar, contados desde el
vencimiento del plazo de 15 días aludido en el art.137. Para que el
síndico pueda valerse de esta ampliación de plazo, deberá
solicitarla al tribunal de la quiebra antes que expire el plazo
normal de 15 días, haciendo la reserva que estime pertinente
respecto de determinados créditos.

c) Aspectos procesales de la impugnación.

1) Tribunal competente.- Es el mismo que está conociendo la


quiebra. Las diversas impugnaciones que se deducen se tramitan
en cuadernos separados, sin perjuicio de las acumulaciones que
procedan, según las reglas generales de procedimiento (art. 141).

2) Procedimiento.- La demanda de impugnación se notifica al


demandado personalmente o en la forma prescrita en el art.44 del
C.P.C.

El titular del crédito impugnado tiene el plazo de 6 días fatales,


contados desde la notificación, para contestar la demanda de
impugnación.

En lo demás la impugnación se somete al procedimiento


incidental (art. 141).

Son partes en el procedimiento de impugnación el que haya


intentado la acción, el acreedor en contra del cual ella se dirige y
el síndico de quiebras como coadyuvante, cuando no figure como
parte principal

165
Sin embargo, nada impide que en la impugnación puedan hacerse
valer acciones como la destinada a obtener la nulidad de la
obligación e incluso las revocatorias concursales, no obstante que
estas últimas se ventilan de acuerdo a un procedimiento sumario.

D.- RECONOCIMIENTO DEL CREDITO.-

El resultado del procedimiento de verificación y alegación de


preferencias se denomina “reconocimiento del crédito en la
quiebra”.

La ley somete este reconocimiento de los créditos en la quiebra a


ciertas formalidades.

Según el art.138, los créditos que no hayan sido impugnados


dentro del plazo que la ley señala, se tendrán por reconocidos.
Este reconocimiento opera por el solo ministerio de la ley, sin que
medie resolución judicial alguna.

Expirado el plazo de 15 días subsiguiente a la clausura del


procedimiento de verificación para los acreedores residentes en el
territorio nacional, o del plazo adicional a que se refiere el art.138
(10 días), en su caso, el síndico debe formar una nómina de los
acreedores cuyos créditos no hubieren sido impugnados, con
anotación de las preferencias que les correspondan y de lo que se
les deba por capital e intereses. La nómina de los créditos
reconocidos se agrega a los autos y se pone en conocimiento de
los acreedores por medio de aviso, que la contiene íntegramente
(art. 143).

166
Sólo los acreedores que figuren en las nóminas de créditos
reconocidos tienen derecho a participar en las distribuciones que
haga el sindico (art.143, inciso final).

Desde el momento que se ha establecido la nómina de los créditos


reconocidos y cumplido con las formalidades que la ley señala al
respecto, se pueden a comenzar a hacer los repartos con los
fondos que haya.

Octava Parte

INCAUTACION DE LOS BIENES DEL FALLIDO Y


ADMINISTRACION

1.- Incautación de los bienes del fallido.-

a) Incautación

La “incautación” no tiene otro alcance jurídico que el simple


apoderamiento de los libros, documentos y bienes del quebrado
para colocarlos en un lugar seguro si el síndico estima que
peligran o corren riesgo donde se encuentran.

En efecto el artículo 94 dispone que asumido oficialmente el


cargo, el síndico deberá:

“1. Adoptar de inmediato, en presencia del secretario del


tribunal o de un notario o de un ministro de fe designado por el

167
juez, las providencias necesarias para recoger los libros,
documentos y bienes del fallido y para colocarlos en lugar
seguro si se estima que peligran o corren riesgo donde se
encuentran”.

Cuando el deudor ha solicitado su propia declaratoria de quiebra,


debe presentar un inventario o relación detallada de todos sus
bienes. En este caso, este inventario servirá al síndico para llevar
a efecto la diligencia de incautación, haciéndose cargo de los
bienes, documentos y libros allí señalados.

El deudor declarado en quiebra está obligado a indicar y a poner a


disposición del síndico sus documentos y antecedentes. Si el
deudor ha fallecido o se ha fugado, esta obligación incumbe a sus
colaboradores más próximos.

b) La formación de inventario.-

Una vez realizada la diligencia de incautación, corresponde


formar inventario de los bienes que quedarán a cargo del síndico
para su conservación y administración. Al igual que la diligencia
de incautación, el síndico requiere para formar inventario la
presencia del secretario del tribunal o de un notario o de otro
ministro de fe designado por el juez.

El síndico debe dejar constancia del estado de maquinarias, útiles


y equipos.

Asimismo, deberá dejar constancia todo derecho o pretensión


formulado por terceros en relación con los bienes inventariados.
Sin embargo, esto no significa excluir bienes de la quiebra por
parte de terceros, toda vez que el derecho a objetar el inventario y
de lograr por esta vía la exclusión de bienes de la masa favorece

168
sólo a los acreedores y al fallido (art. 98). Los terceros deben
emplear los mecanismos tradicionales de la acción reivindicatoria
y de las tercerías.

El inventario hace una relación de todos los bienes muebles e


inmuebles, particularizándolos uno a uno, señalando
colectivamente los que consisten en número, peso o medida, con
expresión de la cantidad y calidad. Comprenderá asimismo los
títulos de propiedad, indicando escrituras públicas e inscripciones
que justifiquen el dominio del quebrado.

c) Agregación del inventario a los autos.

Cumplida la diligencia de formación de inventario, éste se agrega


a los autos a más tardar al día siguiente de su facción.

La resolución que tiene por agregado el inventario a los autos se


notifica por aviso (art. 94 N° 3). El fallido o los acreedores que
tengan objeciones que hacer al inventario las formulan en el plazo
de 15 días contado desde la fecha de publicación del aviso. Este
mecanismo, permite a los acreedores y al fallido lograr la
exclusión de bienes de la quiebra, en forma más expedita, sin
perjuicio del derecho del dueño de intentar la acción
reivindicatoria.

Las objeciones formuladas por el fallido o los acreedores al


inventario se someten a tramitación incidental, como toda
cuestión accesoria al juicio de quiebra.

d) Sobreseimiento temporal por carencia de bienes.-

El artículo 97 dispone que si no apareciere ningún bien


perteneciente al fallido - al tiempo de las diligencias de

169
incautación e inventario -, se deja constancia de ello en el acta y
el tribunal, expirado el plazo para objetar el inventario o
desechadas las objeciones a éste, pronunciará el sobreseimiento
temporal de la quiebra, el cual se comunica por el tribunal,
mediante correo certificado, al fallido, a los acreedores y al
síndico.

El síndico dispone de un plazo de 30 días corridos para presentar


su cuenta con todos los antecedentes.

e) Cierre de los establecimientos del fallido.-

El art. 99 establece que el síndico puede, hasta la primera junta de


acreedores y según lo estime conveniente a los intereses de la
masa, cerrar bajo sello y paralizar la actividad de todo o parte de
los locales, oficinas y establecimientos del fallido.

2.- La administración de los bienes del fallido.

Según el artículo 27 corresponde al síndico: “7. Recibirse bajo


inventario de los bienes de la quiebra y administrarlos en
conformidad a la ley”.

Por su parte el artículo 64 señala que pronunciada la declaración


de quiebra, el fallido queda inhibido de pleno derecho de la
administración de todos sus bienes presentes, salvo aquellos
inembargables. La administración de que es privado el fallido
pasa de derecho al síndico, que se hará cargo de los bienes de
aquel. Se trata de una administración diferente a la que pueda
ejercer un mandatario o un representante legal; ella está destinada
a la conservación e incremente de los bienes del deudor declarado
en quiebra.

170
El art. 27, que contiene las atribuciones y deberes de los síndicos,
señala algunas facultades relativas a la administración.

Le incumbe especialmente: Actuar en resguardo de dichos


intereses y derechos, en juicio y fuera de él, con plena
representación del fallido y de los acreedores”.

El síndico puede, hasta la primera junta de acreedores y según lo


estime conveniente a los intereses de la masa, continuar el giro
del fallido provisionalmente, en forma total o parcial.

En la continuación provisional del giro del fallido, el síndico sólo


puede efectuar aquellos actos que tienden a facilitar la realización
de los bienes y preparar una liquidación progresiva. No obstante y
si hubiere causas graves que lo justifiquen, pueden el síndico, con
autorización del tribunal, iniciar de inmediato la continuación
efectiva del giro (art. 99).

En virtud de la facultad contenida en el art. 27 N° 11, durante la


administración de los bienes del fallido el síndico puede celebrar
transacciones o compromisos previo acuerdo de la junta de
acreedores.

Asimismo, la ley obliga al síndico a depositar a interés en un


banco o instituciones financieras los fondos que perciba, a
nombre de la quiebra, y abrir cuenta corriente con los fondos
indispensables para solventar los gastos que aquella demanda.

Novena Parte

171
REALIZACIÓN DE LOS BIENES DEL FALLIDO

Generalidades

El artículo 120 señala que “Salvo la realización sumaria a que se


refiere el artículo 109 (cuando el producto probable de la
realización del activo no excederá de 1.000 U.F.), el síndico
procederá a su realización ateniéndose a los acuerdos de la junta
de acreedores si los hay, y a las disposiciones que se expresan a
continuación”.

Se conoce con el nombre de “realización” el conjunto de


operaciones destinadas a convertir en dinero los bienes del deudor
declarado en quiebra para pagar a los acreedores.

Son los acreedores reunidos en junta, quienes pueden acordar, en


cualquier tiempo, la forma de realización y las modalidades de la
misma. El síndico lleva a cabo la realización de los bienes de la
quiebra, ateniéndose a los acuerdos de la junta de acreedores y a
las reglas que la ley concursal contempla, cuando dicha junta no
adopta acuerdo alguno al respecto.

La ley distingue tres procedimientos de realización de los bienes


en la quiebra:

- Procedimiento de realización sumaria;


- Procedimiento de realización ordinaria; y
- Procedimiento de realización como unidad económica.

 Procedimiento de realización sumaria

172
El procedimiento de realización sumaria tiene lugar cuando de la
cuenta rendida por el síndico a la primera reunión de la junta de
acreedores aparece que el producto probable de la realización del
activo de la quiebra no excederá de 1.000 unidades de fomento
(art. 109, inc.1°).

El fallido o cualquiera de los acreedores que no estuviere de


acuerdo con la estimación del valor del activo presentada por el
síndico, deberá así manifestarlo en la misma junta. El tribunal
resuelve sobre esta objeción a más tardar dentro de quinto día,
pudiendo solicitar informe pericial si lo estimare necesario. En
contra de la resolución que se pronuncia sobre el valor del activo
no procede recurso alguno (art.109, inc.2°).

En el evento de liquidación sumaria, el síndico provisional


designado por el juez en la resolución que declara la quiebra pasa
a tener el carácter de definitivo y liquida el activo en la forma más
conveniente para los intereses de la masa, en un plazo no superior
a los seis meses. Esto implica que el síndico no necesita atenerse a
los acuerdos de la junta de acreedores ni a las normas supletorias
que la ley contempla, relativas a la realización de los bienes de la
quiebra. En este caso, el síndico es absolutamente soberano para
liquidar el activo de la quiebra en la forma más conveniente a los
intereses de la masa, sea en venta privada, en pública subasta, etc.

Finalmente, cuando hay lugar a la liquidación sumaria debe


decretarse, de oficio, el sobreseimiento temporal, una vez
finalizada la liquidación practicada en esta forma y distribuido el
excedente que de ella pudiere resultar (art. 158 N° 2).

 Procedimiento de realización ordinaria

173
Salvo el caso de realización sumaria, el síndico procede a la
realización del activo de la quiebra, ateniéndose a los acuerdos de
la junta de acreedores y a las normas supletorias que la ley
contempla en defecto de acuerdo del citado organismo (art. 120).

La junta de acreedores, con el voto favorable de más de la mitad


del pasivo de la quiebra con derecho a voto y del fallido, puede
acordar, en cualquier tiempo, la forma de realización de los bienes
de la masa y las modalidades de la misma. Esta es la regla
fundamental en materia de realización del activo de la quiebra.

 Reglas supletorias:

El art. 120 dispone que si la junta no le ha indicado el síndico la


forma y modalidades de la realización del activo de la quiebra, se
aplicarán las normas supletorias en defecto de una decisión de la
junta de acreedores al respecto.

Dichas normas supletorias son las siguientes:

a) Bienes expuestos a próximo deterioro. Los bienes expuestos


a próximo deterioro o a una desvalorización inminente y los que
exijan una conservación dispendiosa pueden ser vendidos por el
síndico provisional o definitivo en cualquier momento, al martillo
o en venta privada (art. 121).

b) Especies corporales muebles. Se venden al martillo;

c) Valores mobiliarias que tengan cotización bursátil. Deben


venderse en remate en la bolsa de valores;

d) Créditos de morosa o difícil realización. Pueden venderse


por el síndico por un precio alzado;

174
e) Otros bienes. Todos los demás bienes, corporales e
incorporales, quedando comprendidos los valores mobiliarios no
sujetos a cotización bursátil, los bienes raíces, etc., se venden en
pública subasta ante el juez de la quiebra, en conformidad a los
trámites del juicio ejecutivo, o en licitación pública cuyas bases
deberán ser aprobadas por la junta de acreedores (art. 122 inciso
final);

f) Otras formas de realización.

No obstante las formas de realización del activo que se han


señalado, la junta de acreedores, con el voto favorable de más de
la mitad del pasivo de la quiebra con derecho a voto y del fallido,
podrá acordar, en cualquier tiempo, un forma diferente de
realización de los bienes de la masa y las modalidades de la
misma (Art. 123 inciso primero).

Si la junta de acreedores acordare efectuar la realización de los


bienes en subasta pública y al mejor postor, no será necesario
contar con el voto favorable del fallido. La subasta deberá
efectuarse ante el juez que conoce la quiebra (Art. 123 inciso
segundo).

En estos dos casos, el síndico podrá formular oposición fundada a


dicho acuerdo, dentro de tercero día, debiendo resolver el juez en
procedimiento incidental (Art. 123 inciso final).

 Procedimiento de realización como unidad económica.-

Según dispone el artículo 124, “Los acreedores que reúnan más de


la mitad del total pasivo de la quiebra, podrá acordar la

175
enajenación de todo o parte del activo de la misma como un
conjunto o unidad económica, en subasta pública y al mejor
postor. Este deberá efectuarse ante el juez que conoce de la
quiebra, en cualquier tiempo”.

La venta como unidad económica es un procedimiento


extraordinario de realización.

El concepto de unidad económica, no está definido por la ley. La


doctrina de los autores la define como “el conjunto de bienes
caracterizado por una orientación hacia una finalidad económica
de producción o distribución de bienes o servicios”.

Las unidades económicas tienen un tratamiento jurídico unitario


para el solo efecto de determinar el “objeto del negocio”, pero
cada componente de la unidad conserva su propia individualidad
y régimen de transferencia de dominio, como el de su protección.

La ley faculta al síndico para formular oposición fundada a este


acuerdo, dentro de tercero día, de la que el juez resuelve como
incidente.

Según el art. 126, acordada la enajenación como unidad


económica, se suspende el derecho de los acreedores hipotecarios,
prendarios, retencionarios y de otros acreedores para iniciar o
proseguir en forma separada las acciones dirigidas a obtener la
realización de los bienes comprendidos dentro de la unidad
económica, afectos a la seguridad de sus respectivos créditos.

Según el art. 128 la enajenación como unidad económica deberá


constar en escritura pública en la que se insertarán, en lo
pertinente, todas las piezas que den cuenta de las actuaciones de
la subasta, la que servirá de título suficiente para requerir el

176
alzamiento de todos los gravámenes, prohibiciones o embargos
que afecten a los bienes comprendidos en la unidad enajenada.

Los bienes que integran la unidad económica enajenada se


entenderán constituidos en hipoteca o prenda sin desplazamiento,
según sea la naturaleza de ellos, por el solo ministerio de la ley,
para caucionar los saldos insolutos de precio (ART. 129).

Plazo máximo para la realización de bienes.- Cualquiera que


sea la forma de realización del activo de la quiebra, debe
efectuarse en el menor tiempo posible y, en todo caso, dentro del
plazo de seis meses contado desde la primera reunión de la junta
de acreedores, salvo en los casos de los inmuebles, en que el
plazo es de nueve meses. Ambos plazos pueden prorrogarse por
el tribunal de la quiebra, por una sola vez y hasta el máximo de 6
meses, a solicitud del síndico. Lo anterior no se aplica a los bienes
comprendidos en la continuación efectiva del giro del fallido,
respecto de los cuales rigen los plazos establecidos en dicha
continuación (art. 130).

Décima Parte

GRADUACION Y PAGO DE LOS CREDITOS


VERIFICADOS

Generalidades

Una vez reducido el activo a moneda quiebra, deben hacerse


repartos a los acreedores, en la preferencia legal. Pero
considerando que el período que se extiende desde la sentencia

177
que declara la quiebra hasta la enajenación es habitualmente
prolongado, la ley autoriza al síndico para ir efectuando pagos de
repartos en la medida que existan fondos suficientes para
continuar el juicio adelante y para hacer pagos de interés para los
acreedores.

El artículo 111, señala que “En la primera reunión ordinaria el


síndico deberá presentar un informe completo, un programa de
realización del activo, un plan de pago del pasivo y una
estimación de los gastos de administración de la quiebra…”.

La regla general es que todos los acreedores se pagan en


proporción al monto de sus créditos, salvo que exista preferencia
legal o subordinación de créditos.

Artículo 147: “Los acreedores serán pagados en la forma y


orden de preferencia establecidos en las leyes y, en el caso de los
acreedores valistas, con pleno respeto a la subordinación de
créditos a que se refiere el artículo 2489 del Código Civil. Para
su eficacia, la subordinación deberá ser alegada al momento de
la verificación del crédito por parte del acreedor beneficiario o
bien notificarse al síndico, si se establece en una fecha
posterior”.

De conformidad a la norma transcrita, primeramente se pagarán


los créditos de primera clase, o créditos privilegiados enunciados
en el artíulo 2472 del Código Civil; luego los de segunda y tercera
clase, pero sólo hasta la concurrencia del producto de sus
respectivas garantías, pues por el saldo insoluto son valistas.

Lo importante, entonces, es determinar cuál es la suma total de los


créditos verificados.

178
Hay que recordar que el monto de los créditos, para computar la
proporción que les corresponde en los repartos, incluye el capital,
los intereses y el reajuste, normas que están señaladas en los
artículos 67 y 68.

 SE PAGAN EN PRIMER LUGAR LOS CRÉDITOS


PRIVILEGIADOS DE PRIMERA CLASE.

Los créditos privilegiados de primera clase, se pagan tan pronto


haya fondos que repartir.

En efecto, el art. 148 señala: “El síndico hará el pago de los


créditos privilegiados de la primera clase que no hubieren sido
objetados, en el orden de preferencia que les corresponda, tan
pronto como haya fondos para ello; reservará lo necesario para
el pago de los créditos de la misma clase, cuyo monto o privilegio
esté en litigio, y para la atención de los gastos subsiguientes de la
quiebra”.

Según el artículo 2472 del Código Civil: “La primera clase de


créditos comprende los que nacen de las causas que en seguida se
enumeran:

1. Las costas judiciales que se causen en el interés general de


los acreedores;
2. Las expensas funerales necesarias del deudor difunto;
3. Los gastos de enfermedad del deudor. Si la enfermedad
hubiere durado más de 6 meses, fijará el juez, según las
circunstancias, la cantidad hasta la cual se extienda la
preferencia:
4. Los gastos en que se incurra para poner a disposición de la
masa los bienes del fallido, los gastos de administración de

179
la quiebra, de realización del activo y los préstamos
contratados por el síndico para los efectos mencionados;
5. Las remuneraciones de los trabajadores y las asignaciones
familiares;
6. Las cotizaciones adeudadas a organismos de Seguridad
Social o que se recauden por su intermedio, para ser
destinadas a ese fin, como asimismo los créditos del Fisco
en contra de las entidades administradoras de fondos de
pensiones por los aportes que aquel hubiere efectuado de
acuerdo con el inciso tercero del artículo 42 del D.L. 3.500,
de 1980;
7. Los artículos necesarios de subsistencia suministrados al
deudor y su familia durante los últimos 3 meses;
8. Las indemnizaciones legales y convencionales de origen
laboral que correspondan a los trabajadores, que estén
devengadas a la fecha en que se hagan valer y hasta un
límite equivalente a 15 ingresos mínimos mensuales por
trabajador. Por el exceso, si lo hubiere, se considerarán
valistas;
9. Los créditos del Fisco por los impuestos de retención y
recargo”.

Conviene recordar que los créditos de primera clase, en caso de


no haber lo necesario para cubrirlos íntegramente, prefieren unos
a otros en el orden de su numeración, cualquiera sea su fecha, y
los comprendidos en cada número concurren a prorrata (art.2473
C.C.).

En virtud de la regla contenida en el inciso 2 del art. 148, los


créditos a que se refieren los N 1 y 4 del artículo 2472 no
necesitan verificación (costas judiciales y gastos de la quiebra).

180
Tampoco requieren verificación previa, los créditos mencionados
en el N° 5 del art. 2472 (remuneraciones de los trabajadores y
asignaciones familiares) que serán pagados con cargo a los
mismos fondos del fallido de que se pueda disponer,
administrativamente, siempre que existan antecedentes
documentarios que los justifiquen y aún antes de su verificación.

Igualmente, se pagarán sin necesidad de verificación previa y en


los mismos términos indicados, los créditos por las
indemnizaciones convencionales de origen laboral hasta el límite
de un equivalente a un mes de remuneración por año de servicio y
fracción superior de seis meses, y por las indemnizaciones legales
del mismo origen que sean consecuencia de la aplicación de las
causales señaladas en el artículo 168 del Código del Trabajo
(causal de terminación del contrato de trabajo por necesidades de
la empresa).

Las restantes indemnizaciones de origen laboral se pagarán con el


sólo mérito de sentencia judicial ejecutoriada que así lo ordene.

Los titulares créditos indicados en el N.5 (remuneraciones y


asignaciones familiares) y los créditos mencionados en el N.8
(indemnizaciones legales y convencionales de origen laboral),
podrán verificar condicionalmente sus respectivos créditos con el
solo mérito de la demanda interpuesta con anterioridad a la
quiebra o con la notificación al síndico de la demanda interpuesta
con posterioridad a la declaración de quiebra ante el tribunal
competente, y el síndico deberá reservar fondos suficientes para el
evento de que se acoja dicha demanda, sin perjuicio de los pagos
administrativos que procedan ( art. 148 inciso penúltimo).

El inciso final del artículo 148 expresa que: “En caso de quiebra,
hay objeto ilícito en la renuncia de cualquier monto de los

181
créditos a que se refieren los números 5, 6 y 8 del artículo 2472
del Código Civil, sin perjuicio de la transacción convencional o
judicial que se celebre con posterioridad a la notificación de la
sentencia de primera instancia del juicio laboral o provisional
respectivo”.

 SE PAGAN EN SEGUNDO LUGAR LOS CRÉDITOS


DE CUARTA CLASE.

Pagados los créditos de primera clase y hecha la reserva que


hemos indicado, corresponde pagar los créditos de cuarta clase,
que son también de carácter general (art.148 inc. 8°).

 SE PAGAN EN TERCER LUGAR LOS CRÉDITOS


DE SEGUNDA CLASE.

Según el art. 149, los acreedores de la segunda clase, incluso los


que gocen del derecho de retención judicialmente declarada,
podrán ser pagados sin aguardar las resultas de la quiebra,
siempre que se asegure lo necesario para pagar los créditos de la
primera clase, si los demás bienes de la masa no parecieren
suficientes para satisfacerlos.

La ley establece asimismo la posibilidad para estos acreedores de


iniciar, ante el tribunal que conozca de la quiebra, los
procedimientos que correspondan o continuar ante él los ya
iniciados ante otros tribunales, si prefieren no dejar en manos del
síndico la realización de los bienes gravados.

Recordemos en relación con esta materia que, según lo previsto


por el art. 126, acordada la enajenación como unidad económica,
se suspende el derecho de los acreedores hipotecarios, prendarios

182
y retencionarios para iniciar o proseguir en forma separada las
acciones dirigidas a obtener la realización de los bienes
comprendidos dentro de la unidad económica, afectos a la
seguridad de sus respectivos créditos.

 SE PAGAN EN CUARTO LUGAR LOS CRÉDITOS


DE TERCERA CLASE.

Los acreedores de la tercera clase se pagarán en la forma que


determinan los artículos 2477, 2478, 2479, y 2480 del Código
Civil, de acuerdo a lo establecido por el art. 150.

 SE PAGAN EN QUINTO LUGAR LOS CRÉDITOS


VALISTAS.

Una vez pagados los créditos de primera y cuarta clase y con el


producto de los bienes del deudor sujetos a concurso, incluyendo
los remanentes de la realización de los bienes afectos a los
créditos de segunda y tercera clase, si hay fondos se pagan estos
créditos en su totalidad o a prorrata entre ellos, según las normas
del art.2489 del C.C.

Recordemos que el artículo 147 dispone que respecto de los


acreedores valistas, éstos serán pagados con pleno respeto a la
subordinación de créditos a que se refiere el artículo 2489 del
Código Civil; y, que para su eficacia, la subordinación debió
haber sido alegada al momento de la verificación del crédito por
parte del acreedor beneficiario o bien notificarse al síndico, si se
establece en una fecha posterior.

El artículo 2489 del Código Civil dispone: “Art. 2489. La quinta


y última clase comprende los créditos que no gozan de

183
preferencia.
Los créditos de la quinta clase se cubrirán a prorrata sobre el
sobrante de la masa concursada, sin consideración a su fecha.
Sin perjuicio de lo anterior, si entre los créditos de esta clase
figuraren algunos subordinados a otros, éstos se pagarán con
antelación a aquéllos.
La subordinación de créditos es un acto o contrato en virtud del
cual uno o más acreedores de la quinta clase aceptan postergar, en
forma total o parcial, el pago de sus acreencias en favor de otro u
otros créditos de dicha clase, presentes o futuros. La
subordinación también podrá ser establecida unilateralmente por
el deudor en sus emisiones de títulos de crédito. En este
último caso, y cuando sea establecida unilateralmente por el
acreedor que acepta subordinarse, será irrevocable.
El establecimiento de la subordinación y su término anticipado,
cuando corresponda, deberán constar por escritura pública o
documento privado firmado ante notario y protocolizado. La
subordinación comprenderá
el capital y los intereses, a menos que se exprese lo contrario.
La subordinación establecida por uno o más acreedores será
obligatoria para el deudor si éste ha concurrido al acto o contrato
o lo acepta por escrito
con posterioridad, así como si es notificado del mismo por un
ministro de fe, con exhibición del instrumento.
El incumplimiento de la subordinación dará lugar a
indemnización de perjuicios en contra del deudor y a acción de
reembolso contra el acreedor subordinado.
La subordinación obligará a los cesionarios o herederos del
acreedor subordinado y el tiempo durante el cual se encuentre
vigente no se considerará para el cómputo de la prescripción de
las acciones de cobro del
crédito.

184
Forma de pagar el dividendo

Cuando el síndico se encuentra en situación de hacer un reparto,


presenta una solicitud al tribunal, indicando el porcentaje y la
forma de repartir. La resolución se notificará por aviso y por carta
certificada a todo acreedor (art.151 L.Q.).

 SITUACION ESPECIAL DE ALGUNOS


ACREEDORES.

a) Situación del acreedor condicional.- Según el art. 152, el


acreedor condicional, o sea, cuyo crédito está sujeto a la
ocurrencia de un hecho futuro e incierto del cual depende su
nacimiento o extinción, puede exigir la consignación de los
dividendos que le corresponderían cumplida la condición, o su
entrega bajo caución suficiente de restituirlos a la masa, con el
interés corriente, para el caso de que la condición no se verifique.

b) Situación del acreedor que es a su vez deudor del fallido.-


Si el crédito estuviese vencido, hay que distinguir: a) antes de la
declaratoria de quiebra, opera la compensación; y b) después de la
declaratoria de quiebra, lo ejecuta el síndico. Si el crédito no
estuviese vencido, las sumas que a aquel le correspondan se
aplicarán al pago de su deuda (art. 153).

c) Situación del acreedor que ha verificado


extraordinariamente.- Si el acreedor verificó cuando aún no
había dividendos por repartir, debe incluirse para ser pagado. En
el caso de que se esté realizando un reparto, la verificación
extraordinaria no suspende dicho reparto.

185
En caso contrario, el acreedor que verificó extraordinariamente,
debe ser considerado en los repartos futuros, pero desde este
momento tiene derecho a exigir el pago de los dividendos que no
ha percibido y que quedan en la masa (art.154).

d) Situación de los acreedores residentes en el extranjero.- El


art. 151, dispone, toda vez que se reúna la cantidad suficiente para
hacer a los acreedores comunes un abono no inferior al 5%,
reservando lo necesario para los gastos de la quiebra, para
responder a los acreedores impugnados y a los acreedores
residentes en el extranjero que no hayan alcanzado a comparecer,
el síndico hará ese reparto, conforme a la nómina formada con
arreglo al art. 143.

Por su parte, el art. 155 señala que la cantidad reservada para los
acreedores residentes fuera del territorio de la República
permanecerá en depósito hasta el vencimiento del duplo del
término de emplazamiento que les corresponda y, vencido este
plazo, se aplicará al pago de los créditos reconocidos.

e) Situación del acreedor que no comparece a recibir


dividendo.- Según el art. 156, si algún acreedor comprendido en
la nómina de distribución no comparece a recibir lo que le
corresponda tres meses después de la notificación del reparto, el
síndico depositará su importe en arcas fiscales a la orden de dicho
acreedor.

4) REPARTO DE FONDOS.-

186
Cuando en la quiebra existan fondos para hacer un abono no
inferior al 5%, reservando lo necesario para gastos de la quiebra y
para responder a los créditos impugnados y de los acreedores
residentes en el extranjero que no hayan comparecido, el síndico
está obligado a hacer un reparto de fondo a los acreedores que
figuren en la nómina a que se refiere el art. 143.

Estos repartos deben anunciarse por aviso y por carta certificada


dirigida a cada acreedor (art. 151).

Décimo Primera Parte

LOS ORGANOS DE LA QUIEBRA

Generalidades

Por ser la quiebra una institución tutelar que comprende aspectos


sustantivos, procesales, penales y administrativos, en ella tiene
intervención numerosos órganos. Señalemos, en primer lugar, que
para que la quiebra produzca los efectos que le son propios, se
requiere que sea declarada por un órgano jurisdiccional
competente: el tribunal de la quiebra.

Declarada la falencia, el deudor queda inhibido de administrar sus


bienes, pasando ésta al síndico, quien lo representa judicial y
extrajudicialmente en relación a los bienes comprendidos en la
quiebra.

187
Por su parte, los acreedores se organizan en juntas o asambleas,
en las cuales toman decisiones propias de la competencia que se
les atribuye por el ordenamiento jurídico concursal, entre ellas el
nombramiento del síndico y las relativas a la realización de los
bienes.

Como la característica fundamental de la actual Ley de Quiebras,


es la privatización del sistema concursal, a través de su
administración por síndicos privados, debió crear una institución
destinada a supervigilar la actuación de éstos, como así también a
asumir determinadas facultades en el ejercicio de las acciones
penales originadas en la conducta del fallido. Este organismo
estatal es la Superintendencia de Quiebras.

A continuación nos referiremos al rol que cumple cada uno de


estos órganos de la quiebra: a) el tribunal de la quiebra; b) los
síndicos; c) junta de acreedores y d) La Superintendencia de
Quiebras.

 ROL DEL TRIBUNAL DE LA QUIEBRA.

La quiebra constituye un estado excepcional en la vida de una


persona natural o jurídica. Requiere la intervención del órgano
jurisdiccional por cuanto es preciso que mediante una declaración
del tribunal se constituya el estado jurídico excepcional de
quiebra respecto del deudor. El rol del tribunal consiste
esencialmente en pronunciarse sobre la materia, determinar si
procede y dictar la resolución correspondiente o denegarla.

Ante el tribunal de la quiebra tiene lugar el juicio de quiebra, que


el art.1° define: “El juicio de quiebra tiene por objeto realizar en
un solo procedimiento los bienes de una persona natural o

188
jurídica, a fin de proveer al pago de sus deudas, en los casos y en
la forma determinada por la ley”.

En los procedimientos de la quiebra que se ventilan ante el juez


corresponde a éste, además de la declaración o denegatoria de la
misma, resolver todos los problemas de orden jurídico que se
presentan; por ejemplo: a) resolver sobre las impugnaciones de
créditos, admitiéndolos o excluyéndolos del concurso; b) dirimir
la contienda que se suscite respecto de la preferencia o privilegios
invocados; c) pronunciarse sobre la reposición de la declaratoria
de la quiebra; d) decidir sobre las acciones de inoponibilidad
concursal, de las acciones resolutorias, reivindicatorias, del
ejercicio del derecho legal de retención, tercerías de dominio, etc.;
e) asumir las facultades disciplinarias que la ley le confiere para
controlar la actuación del síndico, pudiendo declarar su remoción
a pedido de la Superintendencia de Quiebras; f) pronunciarse
sobre la calificación penal de la conducta del fallido; etc.

 EL SÍNDICO PRIVADO DE LA QUIEBRA.-

a) Nombramiento del síndico.

Existe una Nómina Nacional de Síndicos confeccionada por el


Ministerio de Justicia a través de decreto supremo. Sólo de entre
los síndicos que figuran en la nómina el juez puede designar el
síndico, titular o suplente, a proposición del acreedor peticionario
de la quiebra.

189
El nombramiento de los síndicos que conforman la nómina es
hecha por decreto supremo expedido a través del Ministerio de
Justicia (art. 15).

Se requiere para ser nombrado síndico, poseer el título de


ingeniero con a lo menos diez semestres o de contador auditor o
de contador público, otorgados por Universidades del Estado o
reconocidas por éste o de abogado, que hayan ejercido la
profesión a lo menos por cinco años.

Los postulantes a integrar la nómina de síndicos deberán aprobar


un examen de conocimientos ante la Superintendencia de
Quiebras.

Los síndicos que integran la nómina deben rendir un examen de


conocimientos ante la Superintendencia, con una frecuencia no
superior a tres años.

El síndico que reprueba el examen queda suspendido para sumir


en nuevas quiebras, y deberá rendirlo otra vez dentro del año
calendario siguiente. Si en esa oportunidad reprueba nuevamente,
dejará de formar parte de la nómina nacional de síndicos.

La inclusión o exclusión de una persona de la nómina nacional de


síndicos se publica en el Diario Oficial.

El artículo 17 señala las causales de inhabilidad para


desempeñarse como síndico. Entre ellas están las siguientes:

1) Las personas que hubieren sido declaradas en quiebra, o se


encontraren en notoria insolvencia, y las que dentro de dos años
anteriores a la declaración de quiebra de una persona jurídica,
hubieren actuado como directores o administradores de ella.

190
2) Las que hayan sido condenadas por crimen o simple delito.

3) Las que desempeñen un cargo o función pública en


instituciones o empresas del Estado, salvo que desempeñen un
cargo o función en instituciones de educación superior.

4) Las que tuvieren incapacidad física o mental para ejercer el


cargo.

5) Por haber sido excluido de la nómina nacional de síndicos por


las causales señaladas en los números 3, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 11 y 12
del artículo 22.

Los síndicos podrán desempeñar sus funciones en cualquier lugar


o región del país, a menos que expresaren su voluntad de ejercer
sólo en una o más regiones.

La junta de acreedores, en su primera reunión ordinaria, deberá


acordar si exige o no al síndico una garantía de fiel desempeño de
su cargo. En el evento que se le exija deberá señalarse la clase y
monto de ella, y ésta deberá mantenerse vigente mientras subsista
su responsabilidad.

b) Funciones del Síndico:

El síndico privado en el proceso de quiebra cumple las siguientes


funciones: a) funciones representativas; b) funciones
administrativas; c) funciones de depositario y de liquidador de
bienes.

a) Mediante las funciones representativas, como su nombre lo


indica, le corresponde al síndico representar judicial y

191
extrajudicialmente al fallido. Asume asimismo la representación
de la masa de acreedores.

En efecto, el artículo 27 expresa, que el síndico representa los


intereses generales de los acreedores, en lo concerniente a la
quiebra, y representa también los derechos del fallido, en cuanto
puedan interesar a la masa.

El síndico representa al fallido en resguardo de sus intereses


durante el procedimiento de quiebra. El deudor falente no puede
ejecutar actos ni celebrar contratos válidos después de la
declaratoria de quiebra; tampoco puede comparecer en juicio
como demandante ni como demandado, en lo relacionado con los
bienes comprendidos en el concurso.

La representación de los intereses de los acreedores por el síndico


es de carácter general, es decir, concierne a la masa o conjunto de
acreedores y no a alguno de ellos en particular. La ley concursal
chilena concede a cada acreedor la oportunidad para concurrir
individualmente a hacer valer sus derechos; por ejemplo: ejercer
el recurso de reposición; verificar sus créditos e invocar
preferencia; impugnar créditos de otros acreedores; objetar el
inventario; participar en las juntas, etc.

Representando el interés general de los acreedores, el síndico


hace valer las acciones de inoponibilidad concursal destinadas a
reintegrar el patrimonio del fallido.

b) En virtud de las funciones administrativas, el síndico asume la


misión de administrar, conservar, incrementar y liquidar los
bienes del fallido.

192
Hasta la realización de la primera junta de acreedores y según lo
estime conveniente a los intereses de la masa, el síndico, en el
ejercicio de esta administración, puede continuar el giro del
fallido provisionalmente en forma total o parcial.

También está facultado para celebrar transacciones y


compromisos, previo acuerdo de la junta de acreedores.
Asimismo puede contratar empréstitos para subvenir a los gastos
de la quiebra, interrumpir prescripciones, cobrar toda clase de
títulos de crédito, depositar a interés en un banco los fondos que
perciba, en forma separada para cada quiebra, y abrir cuenta
corriente para administrar los fondos indispensables para los
gastos de la quiebra.

c) Las funciones de depositario y de liquidador de bienes que


conciernen a los deberes que la ley impone al síndico de actuar de
depositario en ejecuciones especiales (créditos hipotecarios) y de
liquidador en orden a realizar el activo de la quiebra.

c) Designación de síndico y la asunción al cargo.

Según lo señala el artículo 23 sólo podrán ser designados síndicos


de una quiebra aquellas personas que a la época de solicitarse la
respectiva declaración de quiebra, formaban parte de la nómina
nacional de síndicos, y que permanezcan en ella al momento de su
nombramiento por el juez o por la junta de acreedores.

Por su parte, el artículo 24 dispone que no podrán ser designados


síndicos de una quiebra, convenio o cesión de bienes:

1. El cónyuge ni los parientes, hasta el cuarto grado de


consanguinidad o segundo de afinidad del fallido o deudor, y de

193
los que hayan sido directores titulares o administradores de la
persona jurídica, en los dos años anteriores a la quiebra,
proposición o convenio o solicitud de cesión de bienes.

2. Los acreedores y deudores del fallido o deudor y todos los que


tuvieren un interés directo o indirecto en la quiebra, convenio o
cesión de bienes.

3. Los administradores de bienes del fallido o deudor que fuere


persona natural y los que hubieren tenido tal calidad dentro de los
dos años anteriores a la declaración de quiebra, convenio o cesión
de bienes, como asimismo los trabajadores de los acreedores y
deudores de aquél.

4. Los que tengan objetada la cuenta de alguna de sus quiebras.

El tribunal junto con declarar la quiebra, debe designar al síndico


titular y al suplente que tendrán el carácter de provisionales en
tanto no os ratifique la junta de acreedores.

Si la quiebra la solicita el deudor, para la designación del síndico


titular y el suplente, deberá citar a los tres acreedores que figuren
con los mayores créditos en el estado de deuda presentado por el
deudor, o a los que hubiere si fueren menos.

Si la quiebra es solicitada por un acreedor el tribunal sólo podrá


designar al síndico titular y suplente propuesto en la solicitud por
el acreedor.

d) Rendición de cuenta del síndico.

194
Según lo dispone el artículo 29 el síndico deberá rendir
periódicamente cuentas provisorias de su gestión a la junta de
acreedores, en la forma y plazos que establezca la
Superintendencia de Quiebras. La sanción, es una multa a
beneficio fiscal de hasta 15 unidades de fomento.

El síndico deberá rendir la cuenta definitiva de su gestión a más


tardar dentro de los 30 días siguientes a aquel en que hubiere
vencido el plazo para liquidar los bienes, que por lo general es de
seis meses (art.3 y 30).

La cuenta definitiva se presentará al tribunal, el que ordenará


notificarla por aviso. El tribunal citará a una junta de acreedores,
la que deberá celebrarse al decimoquinto día siguiente a su
notificación. El aviso contendrá un extracto de la cuenta definitiva
e indicará el lugar, día y hora de celebración de la respectiva
junta.

Los acreedores, el fallido y la Superintendencia tendrán un plazo


de 30 días para objetar la cuenta rendida (art. 30, inciso final).

En caso de que algún acreedor, el fallido o la Superintendencia


objetaren la cuenta, el síndico dispondrá del plazo de diez días,
contado desde la última notificación por cédula de las objeciones
para contestar fundadamente las observaciones. De la
contestación del síndico se dará traslado por diez días al o los
objetantes. Si estos insistieren en sus observaciones, resuelve el
tribunal, previo informe de la Superintendencia.

e) Cesación del cargo en la quiebra del síndico.

195
Según expresa el artículo 32: “El síndico cesará en su cargo en la
quiebra, convenio o cesión de bienes:

1. Por haber dado cumplimiento a su cometido,

2. Por no haberse confirmado la designación del síndico


provisional;

3. Por la revocación de la junta de acreedores;

4. Por renuncia, que deberá ser justificada y aceptada por


la junta de acreedores o, en su defecto, por el tribunal;

5. Por haber dejado de formar parte de la nómina


nacional de síndicos;

6. Por sobrevenir alguna de las causales de inhabilidad


contempladas en los números 1, 2 y 3 del artículo 24.

f) Remuneración del síndico.

El síndico tendrá un honorario único que será proporcional al


monto de los repartos de fondos que se efectúen en la quiebra. El
artículo 34 establece una escala para calcular el monto de los
honorarios.

El honorario del síndico constituirá gasto de administración de la


quiebra.

g) Responsabilidad del síndico.

196
Según lo expresa el artículo 38: “El síndico que se concertare
con el deudor, con algún acreedor o tercero para proporcionarle
alguna ventaja indebida o para obtenerla para sí, será penado
con presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en su
grado mínimo, salvo que cualquiera de los actos delictuosos que
hubiere cometido en el desempeño de su cargo tuviere asignada
mayor pena, pues entonces se aplicará ésta. Será, además,
castigado con inhabilidad especial perpetua para ejercer el
cargo de síndico.

La responsabilidad civil del síndico, que alcanzará hasta la culpa


levísima, se perseguirá en juicio sumario y sólo una vez
presentada la cuenta definitiva”.

h) Continuación del giro del fallido.

Dentro de las funciones de los síndicos se encuentra la


relacionada con la continuación del giro del fallido. La Ley de
Quiebras consagra dos clases de continuación del giro del
quebrado: provisoria y definitiva:

i) Continuación provisoria del giro del fallido.- Según el art. 27


N° 8, es facultad del síndico continuar provisionalmente el giro de
los establecimientos del fallido, con conocimiento de éste. Por su
parte, el artículo 1343 (ex 99) dispone que en la continuación
provisional del giro del fallido, el síndico sólo podrá ejecutar
aquellos actos que tiendan a facilitar la realización de los bienes y
preparar una liquidación progresiva.

La continuación provisoria no es en verdad una continuación del


giro de las actividades del deudor declarado en quiebra, sino más
bien un procedimiento destinado a preparar la realización de los
bienes y la liquidación progresiva.

197
b) Continuación efectiva del giro del fallido.- La continuación
efectiva del giro del quebrado puede llevarse a cabo por el síndico
con autorización del tribunal o con acuerdo de la junta de
acreedores, según corresponda (art. 27 N° 9).

La continuación efectiva del giro del fallido, total o parcial, podrá


proponerse en cualquier oportunidad por el síndico o por dos o
más acreedores. Para su aprobación se requerirá el acuerdo de los
acreedores que representen a lo menos los dos tercios del pasivo
de la quiebra con derecho a voto. La situación está prevista en el
art. 1356.

Para obtener la mayoría con que la junta debe acordar la


continuación efectiva del giro del quebrado, los acreedores
partidarios de la misma pueden excluir a los disidentes,
pagándoles la cuota que les corresponda atendidos el carácter y
preferencia del crédito y el importe del activo de la quiebra, o
asegurándoles su pago. La determinación de esta cuota y del plazo
y garantía para el pago, en su caso, puede fijarse por el tribunal,
con audiencia del síndico y de los acreedores, a falta de acuerdo
entre éstos.

Administración de la continuación del giro.- Corresponde a la


junta de acreedores designar administrador de la continuación
efectiva del giro del deudor. Asimismo la junta de acreedores
establece la estructura de esa administración y las facultades que
le otorga.

La administración de la continuación efectiva puede ejercerla el


síndico de la quiebra o bien otra persona.

198
Los administradores de la continuación del giro tienen las
responsabilidades inherentes a todo mandatario y quedan
sometidos al control de la Superintendencia.

Cuando la administración de la continuación del giro es confiada


al síndico de la quiebra, éste sólo puede ejercerla hasta por un año
no prorrogable. Acordada la prórroga de la continuación del giro,
la junta de acreedores debe designar un administrador distinto al
síndico.

La administración de la continuación del giro debe rendir


necesariamente cuenta mensual de su gestión a la junta d
acreedores, mediante presentación de estados de avances y
cuentas parciales.

 LA JUNTA DE ACREEDORES

1.- Naturaleza jurídica de la junta de acreedores.-

Como consecuencia de la declaración de la quiebra se origina la


formación de la llamada “masa de acreedores”. Se trata de una
unión virtual que se produce entre los acreedores del concurso,
que permite que la mayoría de ellos pueda imponer su criterio a la
minoría.

En nuestro derecho de quiebras numerosas disposiciones legales


reconocen la existencia de la masa de acreedores (art. 27; 60; 72,
74, etc.), pero sin duda que la más destacadas son el artículo 2°,
que señala que la quiebra produce para el fallido y “todos los
acreedores un estado indivisible”, y los artículos 101 y siguientes
que reglamentan la organización y funcionamiento de las juntas
de acreedores.

199
La jurisprudencia también ha reconocido la existencia de la masa
al señalar: “El juicio de quiebra implica una especie de asociación
virtual de todos los acreedores del fallido, destinada a mantener la
igualdad entre todos ellos y a facilitar la realización del
patrimonio del deudor y la repartición proporcional del producto
entre todos ellos…” (RDJ, T.XXXII, 2ª parte, secc.1ª, pág.489).

La junta de acreedores es el órgano donde los acreedores expresan


su voluntad en relación con sus intereses y con los fines de la
quiebra.

Es un órgano creado por la ley para que cumpla ciertas y


determinadas funciones tendientes a alcanzar los fines de la
quiebra.

Desde el punto de vista de su estructura, es un órgano colegiado.


La determinación de la voluntad del órgano resulta ser el producto
de la conjunción de las voluntades de los acreedores, en el
número que señala la ley y según las condiciones de
representatividad que ésta establece.

La junta se reúne previa convocatoria, en la forma y términos


legales.

La presencia de un número de acreedores es indispensable para


que la reunión tenga lugar. La asistencia debe ser además
representativa del pasivo comprometido en la quiebra.

Las decisiones se adoptan por un número de acreedores,


representativa también del pasivo de la quiebra, en algunos casos.

200
Es un órgano deliberante y resolutivo. El carácter deliberante se
concreta en los acuerdos que toma por las mayorías necesarias en
cada caso. Y, es un órgano resolutivo en cuanto a que sus
decisiones las impone a los demás órganos de la quiebra cuando
ellas se han adoptado legalmente.

La junta de acreedores expresa su voluntad por medio de


“acuerdos”, que se adoptan por los quórum establecidos en la ley.
La expresión acuerdos, en sentido estricto y legal, significa la
resolución dictada por un cuerpo colegiado que tiene la
competencia y el imperio de hacerla cumplir.

2.- Disposiciones generales acerca de la celebración de la


junta.

a) Acreedores con derecho a voto.-

En las juntas de acreedores que se celebren durante el juicio de


quiebra sólo tendrán derecho a votar:

- Los acreedores cuyos créditos estén reconocidos, y


- Los acreedores cuyos créditos no se encuentren
reconocidos pero que hayan sido verificados a más tardar
el segundo día hábil anterior a la fecha de la audiencia
previa a la celebración de la junta.

b) Audiencia previa a la celebración de la junta.

En el día hábil, que no sea sábado, inmediatamente anterior al


señalado para la celebración de la junta, se efectuará una
audiencia verbal ante el juez de la quiebra, en la cual el síndico
informará por escrito acerca de la verosimilitud de la existencia y
monto de los créditos todavía no reconocidos, pero que hayan

201
sido verificados antes de la audiencia. El juez apreciará los
antecedentes en conciencia y podrá resolver que tales acreedores
tengan derecho a voto, sin perjuicio del derecho de los demás
acreedores y del síndico para impugnar el crédito y sus
preferencias.

c) Quórum para que la junta pueda reunirse válidamente.

Las reuniones de junta se constituirán cuando concurran dos o


más acreedores que representen un porcentaje no inferior al 25%
de los créditos con derecho a voto, salvo que la ley establezca un
quórum especial.

d) Quórum para los acuerdos de la junta.

Los acuerdos se adoptarán con el voto conforme de no menos de


dos acreedores que sumen mayoría absoluta de los créditos
presentes en la reunión con derecho a voto, salvo que la ley exija
una mayoría especial. En caso de empate, decide quien presida la
reunión.

Los acreedores que hayan verificado, pero que carezcan de


derecho a voto, podrán concurrir a la reunión y dejar constancia
por escrito de sus observaciones.

También podrá asistir el síndico y el fallido, pero ambos


solamente tendrán derecho a voz.

La asistencia de los acreedores y del fallido podrá ser personal o a


través de mandatario. El mandato deberá constar en instrumento
público o privado, y, en este último caso, la firma del mandante
debe ser autorizada por el secretario del tribunal o por un notario.

202
Se prohíbe fraccionar los créditos después de declarada la quiebra
y conferir mandato por una parte o fracción de un crédito. El
contraventor pierde el derecho a asistir a las reuniones de junta.

El crédito perteneciente a una comunidad será representado por


uno solo de los comuneros.

e) Clases de juntas.

Las juntas de acreedores son de diferentes clases, según la materia


que les corresponde conocer y decidir, así pueden distinguirse, la
primera junta de acreedores, que es la reunión constitutiva del
órgano en la oportunidad indicada por la declaratoria y a la cual la
ley le concede una competencia propia, y las juntas ordinarias y
extraordinarias, que conocen de las materias propias de la
administración y realización del activo, reuniéndose
periódicamente o cuando lo requieran los intereses de los
acreedores.

 PRIMERA JUNTA DE ACREEDORES.

La primera junta de acreedores se reúne en la sede del tribunal de


la quiebra o en el lugar ad hoc que éste hubiere designado, no
antes de 30 días ni después de 40 días hábiles contados desde la
publicación de la sentencia declaratoria.

El quórum para la reunión de esta primera junta es especial


porque requiere la concurrencia de dos o más acreedores con
derecho a voto, que representen en conjunto dos tercios del pasivo
de la quiebra, a lo menos. Sólo en el evento de que no se cuente
con ese quórum, el tribunal practica una segunda citación para no
antes de 5 días ni después de 10 hábiles, reuniéndose en este caso

203
con los acreedores que asistan. La notificación se efectuará por
aviso.

Ella es presidida por el juez de la quiebra y actúa como ministro


de fe el secretario del tribunal.

En la primera junta de acreedores puede tratarse cualquier materia


necesaria para el más adecuado cumplimiento de las funciones
que al síndico y a la propia junta les competan.

Le corresponde especialmente a la primera junta de acreedores:

- Ratificar al síndico provisional, titular y suplente, o designar a


quienes habrán de reemplazarlos;

- Oír la cuenta del síndico provisional sobre el estado de los


negocios del fallido, de su activo y pasivo, y de la labor realizada
por éste;

- Acordar día, lugar y hora de las reuniones ordinarias;

- Designar de entre los acreedores con derecho a voto un


presidente y un secretario, titulares y suplentes, para las futuras
reuniones.

Si de la cuenta presentada por el síndico apareciere que el


producto probable de la realización del activo de la quiebra no
excederá de 1.000 unidades de fomento, se procederá a la
realización sumaria del activo, por el síndico provisional que
pasará a tener el carácter de definitivo.

204
 JUNTAS ORDINARIAS

Las juntas ordinarias son aquellas que se efectúan en el lugar, día


y hora determinados en la primera junta de acreedores.

Las reuniones ordinarias pueden tratar en general de cualquier


materia de su competencia, salvo aquellas que la ley
expresamente entrega al conocimiento de otra clase de reuniones;
así, por ejemplo, la remoción del síndico sólo puede tratarse en
reunión extraordinaria.

Las reuniones ordinarias no requieren de convocatoria o citación.


Basta con la indicación del lugar, día y hora que se hayan fijado
en la primera junta de acreedores.

 JUNTAS EXTRAORDINARIAS

Constituyen juntas extraordinarias las citadas por el juez de la


quiebra, de oficio o a petición del síndico, del Superintendente o
de los acreedores que representen al menos un cuarto del pasivo
con derecho a voto o aquellas citadas por acuerdo de una junta
anterior.

Las reuniones extraordinarias, son convocadas por el juez


mediante citación que se publica en el Diario Oficial con 7 días
corridos de anticipación. La publicación del aviso la hace el
síndico y deberá indicar la quiebra de que se trata, el lugar, día y
hora y objeto de la reunión.

De lo tratado en cada reunión se dejará constancia en un libro


especial de actas que será llevado por el síndico. Las actas serán
suscritas por el presidente, el secretario y el o los acreedores
designados en las respectivas reuniones.

205
 LA SUPERINTEDENDENCIA DE QUIEBRAS
(Ley N° 18.175 Orgánica de la Superintendencia de
Quiebras)

La Superintendencia de Quiebras es una institución autónoma, de


duración indefinida que se relaciona con el Ejecutivo a través del
Ministerio de Justicia, cuyo objetivo es supervigilar y controlar
las actuaciones de los síndicos (art.1°).

El Superintendente de Quiebras, es el jefe superior de la


Superintendencia y su representante legal.

Las funciones y deberes de la Superintendencia son las siguientes


(art. 2°):

1°) Fiscalizar las actuaciones de los síndicos en las quiebras,


convenios o cesaciones de bienes en todos los aspectos de su
gestión, sean técnico, jurídico y financiero de su administración.

La facultad de fiscalizar comprende la de interpretar


administrativamente las leyes, reglamentos sobre la materia de
quiebras, sin perjuicio de las facultades jurisdiccionales que
correspondan a los tribunales competentes.

2°) Impartir a los síndicos instrucciones generales de carácter


obligatorio sobre las materias sometidas a su control y, en
especial, fijar normas para la presentación de informes, estados de
avance y cuentas provisorias o definitivas que deben presentar los
síndicos;

206
3°) Examinar, cuando lo estime necesario, los libros, cuentas,
archivos, documentos, contabilidad y bienes relativos a la
quiebra;

4°) Informar al Ministerio de Justicia de cualquier circunstancia


que inhabilite a una persona para formar parte de la nómina
nacional y solicitar su eliminación de dicha nómina si se hubiere
configurado alguna de las causales señaladas en el artículo 32 de
la LQ (causales de exclusión);

5°) Aplicar a los síndicos y a los administradores de la


continuación del giro, como sanción por infracciones a las leyes,
reglamentos y demás normas que los rijan, censura por escrito,
multa a beneficio fiscal de 1 a 100 U.F. o suspensión hasta de 6
meses para asumir en nuevas quiebras, convenios o cesaciones de
bienes;

6°) Objetar las cuentas de administración que rinda el síndico;

7°) Poner en conocimiento del tribunal de la causa o de la junta de


acreedores cualquier infracción que observare en la conducta del
respectivo síndico y proponerle su remoción al juez de la causa o
su revocación a la junta de acreedores;

8°) Informar a los tribunales de justicia, cuando sea requerido por


éstos, en materias de su competencia;

9°) Asesorar al Ministerio de Justicia en materias de su


competencia) Llevar el registro de quiebras.

Décima Segunda Parte

207
ACUERDOS EXTRAJUDICIALES Y CONVENIOS
JUDICIALES

A.- LOS ACUERDOS EXTRAJUDICIALES

El Título XII “De los acuerdos extrajudiciales y de los convenios


judiciales” fue reemplazo por la Ley 20.073, de 29 de noviembre
de 2005.

Antes de la modificación la LQ los convenios extrajudiciales se


encontraban regulados por la ley concursal. Así, el antiguo
artículo 69 señalaba: “Antes de la declaración de quiebra podrá
pactarse entre el deudor y los acreedores un convenio
extrajudicial para solucionar sus obligaciones…”

El convenio extrajudicial o amigable, como también se denomina,


no lo reglan generalmente los ordenamientos jurídicos, pero de
hecho existe, pues, en virtud de la libertad contractual, siempre se
ha dado el caso de que algún deudor, que goza de la confianza de
los acreedores, logre una solución privada o amigable con ellos. A
estos pactos se les reconoce en la legislación comparada fuerza de
contrato, pues en cuanto no contuvieren estipulaciones ilícitas,
son válidas ante el Derecho común.

La situación antes expuesta es la que recogió el legislador al


modificar la Ley de Quiebras. Vale decir, respecto de estos
acuerdo rige planamente la autonomía de la voluntad y dichos
acuerdos se rigen por el Derecho común. En efecto, el actual
artículo 169 señala: “Cualquier acuerdo extrajudicial celebrado
entre el deudor, antes de su declaración de quiebra, y uno o más
de sus acreedores relativos al pago de sus obligaciones o a la

208
administración de sus bienes, sólo obliga a quienes lo suscriben,
aun cuando se le denomine convenio”.

El artículo 170 se encarga de aclarar que lo señalado por el


artículo 169 no es aplicable a los convenios regulados por la Ley
General de Bancos y por el D.F.L. N° 251, sobre compañías de
seguros. Ya habíamos adelantado que estas instituciones tienen
normas propias en caso de insolvencia.

B.- LOS CONVENIOS JUDICIALES

1.- Noción y naturaleza jurídica del convenio.

La idea de convenio no aparece definida en nuestra “LQ”. En


sustancia, el convenio concursal es un acuerdo entre el deudor y
la colectividad de sus acreedores que se alcanza en el seno de un
procedimiento seguido ante los tribunales de justicia y cuyo
objeto es la satisfacción (en la medida y en las condiciones que se
establezcan) de los créditos concursales. Su naturaleza es, por
tanto, doble. De un lado, presenta un innegable perfil contractual
en la medida en que constituye un instrumento a través del cual
los principales involucrados en el concurso (el deudor, por una
parte, y la masa de acreedores, por otro) vienen a componer sus
intereses de la manera que les parece conveniente. En cuanto
resultado de una confluencia de voluntades, el convenio muestra,
por tanto, una nítida vertiente negocial.

Y, por otro lado, el convenio es un acuerdo que se alcanza en el


seno del concurso, con pleno sometimiento a las reglas de esta
institución. Y ello tiñe a esta figura de un marcado carácter

209
público. Las propuestas de convenio tienen que ajustarse a las
prescripciones legales en cuanto a su tiempo, forma y contenido.
Su tramitación y, en su caso, aceptación, han de someterse
igualmente a la Ley. Más aún: después de aceptado, el convenio
ha de ser aprobado por el juez, quien no se limitará a resolver
sobre las oposiciones formuladas, sino que podrá rechazar de
oficio el convenio por razones de legalidad.

Uno de los más sobresalientes rasgos del convenio concursal es


que se configura legalmente como un convenio “de masa”, que
afectará a los acreedores en los términos expuestos en el artículo
200, y por lo tanto, obliga al deudor y a todos sus acreedores,
hayan o no concurrido a la junta que lo acuerde y hayan o no
tenido derecho a voto, salvo las excepciones legales (acreedores
preferentes que no votaron).

2.- Clases de convenio.

Los convenios admiten varias clasificaciones.

1. Atendiendo al fin.- Pueden ser preventivos, que son aquellos


que se acuerdan con el propósito de evitar que se declare en
quiebra a un deudor; y solución que es el que se celebra durante
la tramitación de un juicio de quiebra y con el propósito de poner
término al estado creado mediante la resolución que la declara.
Ambos convenios, no puede celebrarse sin la intervención de la
justicia.

2.- Según su objeto.- Los convenios pueden ser: a) de


reprogramación de pasivos; b) de abandono; y c) convenios de
objeto múltiple.

210
a) Convenios de reprogramación de pasivos.- Estas
proposiciones tienen como antecedente, la continuidad de la
deudora en la vida comercial en una dinámica de reprogramación
universal del pasivo, basado en su cumplimiento.

Es presentada por los deudores que teniendo patrimonio


compuesto por activos en dinero o activos que pueden ser
convertidos en dinero en forma inmediata, tienen antecedentes
que le permiten concluir que no alcanzarán a cubrir sus
obligaciones a la fecha de sus vencimientos, y en consecuencia,
atendida la particularidad de sus negocios proponen una forma
distinta para el pago de sus deudas, tales como, prórrogas de
plazo, condonación de intereses o remisión de parte de aquellas, a
fin de que los acreedores evalúen si esta forma de pago es o no
beneficiosa frente al producto que pueden obtener como efecto de
la liquidación forzada o declaratoria de quiebra.

b) Convenio de abandono.- En este tipo de convenio, el deudor


propone a sus acreedores que el total o parte de sus bienes sean
puestos a disposición de los acreedores para que con sus frutos y
el producto de su liquidación, se paguen las obligaciones. Tal
situación se podría presentar, en el caso de convenio propiamente
judicial, en que el objeto del convenio, sea precisamente que el
deudor ponga a disposición de los acreedores sus bienes para que
con el producto de sus frutos se paguen las obligaciones, y la
segunda etapa, si no alcanza con ellos se realicen los bienes.

No debemos confundir el convenio de abandono total o parcial de


bienes con la “cesión de bienes” contemplada en los artículos 241
y siguientes de la ley de quiebras, aplicables a los deudores no
calificados.

211
c) Convenios de objeto múltiple.- Tratándose de convenios
judiciales, la proposición que contenga múltiples objetos es
improcedente, salvo que estos sean presentados en forma sucesiva
o en forma alternativa.

Las sucesivas son aquellas que contemplan proposiciones


distintas a cumplirse en etapas diferentes, como por ejemplo el
abandono de bienes con el objeto que con estos se continúe el giro
de una obra y una vez beneficiada la masa con el resultado de la
operación, sean enajenados los bienes para que con su producto se
concluye el pago de los acreedores

Las proposiciones alternativas están expresamente permitidas por


la ley. El artículo 178 inciso 3° dispone “El convenio podrá
contener una proposición principal y proposiciones alternativas
a ella para todos los acreedores, en cuyo caso estos deberán
optar por regirse por una de ellas, dentro de diez días contados
desde la fecha de la junta que lo acuerde”.

Esta norma permite que el convenio se cumpla según las opciones


que cada acreedor escoja, siempre y cuando las formuladas no
sean incompatibles a tal punto que la ejecución de alguna de ellas
impida la concreción de la otra, como a vía de ejemplo extremo,
que una proponga el abandono de bienes y la otra,
reprogramación de pasivos.

3.- Cláusulas accidentales del convenio.

Las principales cláusulas accidentales de mayor ocurrencia que se


incluyen en las proposiciones de convenios son las condicionales,
de garantía y las de arbitraje.

212
i) Cláusulas Condicionales:

A los convenios pueden integrarse cláusulas condicionales, sean


suspensivas o resolutorias, siempre y cuando se cumplan las
siguientes condiciones: a) Que la condición no sea meramente
potestativa, esto es, aquella que hace depender el nacimiento o
extinción de los derechos que tengan los acreedores a la mera
voluntad del deudor, ya que la cláusula que la contenga está
viciada de nulidad en conformidad a lo dispuesto en el artículo
1.478 del C.C.; b) que sea física y moralmente posible (art.1475
C.C.); y c) que sea inteligible, por cuanto las condiciones
resolutorias o suspensivas cuyo sentido y modo de cumplir no
tengan esta característica, de conformidad al artículo 1475 del
C.C., se miran como imposibles.
Ejemplo: el aumento de capital que requiere una empresa para la
realización de los negocios de la proponente, puede estar
condicionada al hecho de aprobarse el convenio.

ii) Cláusulas de Garantía.

El artículo 192 expresa que en el convenio podrá estipularse la


constitución de garantías para asegurar el cumplimiento de las
obligaciones del deudor. Estas garantías pueden establecerse en el
mismo convenio o en instrumento separado. Tales garantías
pueden ser personales o reales

iii) Cláusulas Arbítrales.

El inciso cuarto del artículo 178, incorpora la posibilidad de


someter a compromiso “las cuestiones o diferencias que se
produzcan entre el deudor y uno o más acreedores o entre éstos,
con motivo del convenio y en especial de su aplicación,
interpretación, cumplimiento, nulidad o declaración de

213
incumplimiento pueda o deba ser sometida al conocimiento o
resolución de un juez árbitro, como asimismo establecer la
naturaleza del arbitraje y cualquier otra materia sobre el mismo”.

DEL CONVENIO JUDICIAL PREVENTIVO

1.- CONCEPTO.-

El artículo 171 expresa: “El convenio judicial preventivo es aquél


que el deudor propone, con anterioridad a la declaración de
quiebra y en conformidad a las disposiciones de este párrafo.
Comprende todas sus obligaciones existentes a la fecha de las
resoluciones a que se refieren las letras a) y b) del artículo 200,
aun cuando no sean de plazo vencido, salvo las que la ley
expresamente exceptúe”.

Las resoluciones a que se refieren las letras a) y b) del artículo


200, son aquellas que se ordena citar a junta para la designación
del experto facilitador y la que recae en las proposiciones de
convenio judiciales preventivos.

2.- MODALIDADES DE CONVENIO.-

Dentro del Convenio Judicial Preventivo, encontramos varias


modalidades que para efectos didácticos clasificaremos en a)
convenio judicial preventivo propiamente tal; b) convenio
apoyado; c) convenio simplificado; d) procedimiento del experto
facilitador; y e) convenio obligado.

3.- OBJETO DEL CONVENIO.-

214
El artículo 178 indica que las proposiciones de convenio pueden
versar sobre cualquier objeto lícito para evitar la declaración de la
quiebra del deudor, salvo sobre la alteración de la cuantía de los
créditos fijada para determinar el pasivo, y que el convenio será
uno y el mismo para todos los acreedores, salvo que medie
acuerdo unánime en contrario.

La prohibición que establece la norma se refiere a que no puede


ser materia a tratar del convenio la alteración de la cuantía de los
créditos fijada para determinar el pasivo.

Lo anterior no es óbice para que en definitiva, si es aprobado el


convenio, los créditos se alteren en su cuantía u oportunidad de
pago, ya que es éste por definición el objetivo final del mismo,
sino que se refiere esta prohibición a que no puede ser materia del
convenio la alteración de los créditos con anterioridad a la
votación, con el objeto de que este pasivo alterado, sirva de base
de cálculo para determinar los montos requeridos para obtener las
mayorías y porcentajes que permitan su aprobación.

A.- CONVENIO JUDICIAL PREVENTIVO


PROPIAMENTE TAL

1.- TRIBUNAL COMPETENTE.-

El artículo 173 dispone que las proposiciones de convenio judicial


preventivo que haga el deudor se presentarán ante el tribunal que
sería competente para declarar la quiebra, sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo 180 (El artículo 180 se refiere al tribunal
arbitral a que nos referiremos más adelante).

215
Pues bien, según dispone el artículo 154 del Código Orgánico de
Tribunales: “Será juez competente en materia de quiebras,
cesiones de bienes y convenios entre deudor y acreedores el del
lugar en que el fallido o deudor tuviere su domicilio”.

En consecuencia, para definir la competencia del tribunal se


estará al domicilio del deudor.

Finalmente, debemos consignar que, existiendo múltiples


Tribunales de Justicia en el domicilio del deudor, el Tribunal
competente para el conocimiento de la quiebra o el convenio será
aquel determinado por el turno o la distribución de causas por la
Secretaría de la Corte de Apelaciones, según proceda.

La ley contempla que en ciertos casos calificados o acordados por


los acreedores y el deudor, puedan estos tribunales abocarse al
conocimiento de las proporciones. Se refieren a esta materia los
artículos 180 y 184. Más adelante ahondaremos en esta materia.

2.- PRESENTACION DE LAS PROPOSICIONES DE


CONVENIO JUDICIAL PREVENTIVO

Aún cuando no es requisito de la ley la que el deudor haya cesado


en el pago de sus obligaciones para proponer convenio, en la
mayoría de los casos esta formulación viene antecedida de
incumplimientos de esa naturaleza.

En conclusión, para los efectos señalados el legislador hace


equivalente la petición de quiebra a la proposición de convenio.

A.- CONTENIDOS DE LA PROPOSICIÓN

216
La solicitud deberá contener:

1) Una somera relación del desarrollo de la actividad y tratándose


de personas jurídicas, deberá indicarse su constitución,
inscripciones, publicaciones y demás modificaciones si las
hubiere.

2) La propuesta de convenio deberá contener proposiciones de


quita (es, decir, de reducción del importe de los créditos) de de
espera (estos es, de aplazamiento). También puede contener
proposiciones de ambos tipos u otras, como la realización de un
bien de un valor considerable, etc. Además, en conformidad al
artículo 173, deberá contener el domicilio en Chile de los tres
mayores acreedores a fin de que éstos designen la persona que
ocupará el cargo de síndico (el que tenga el mayor crédito, en su
defecto el segundo) y los honorarios propuestos por el deudor.

B.- DOCUMENTOS QUE DEBEN ACOMPAÑARSE:

Definido el texto de la renegociación formulada a los acreedores


valistas, deberán acompañarse los antecedentes señalados en el
artículo 42, es decir:

1. Un inventario o relación detallada de todos sus bienes, con


expresión del lugar en que se encuentren, de su valor estimativo y
de los gravámenes que los afecten;

2. Una relación de los bienes que, en conformidad a la ley, están


excluidos de la quiebra. Esto es necesario para evitar confusiones,
debe señalar cuáles activos o bienes son inembargables o son de
propiedad de terceros.

217
3. Una relación de los juicios que tuviere pendientes;

4. Un estado de las deudas, con expresión del nombre y domicilio


de los acreedores y de la naturaleza de los respectivos títulos. Esta
exigencia no sólo permite ilustrar a los acreedores sobre la real
situación económica del peticionario, sino también al síndico
interventor, toda vez que esta información servirá pata tenerla
como antecedente a la hora de confeccionar la nómina que
contiene los acreedores con derecho a voto.

Es necesario señalar que aun cuando el convenio es propuesto a


los acreedores comunes o los que, por votar en él se integran a tal
categoría, el listado de acreedores debe señalar también a los
preferentes ya que éste incluye toda la universalidad pasiva.

Asimismo, es preciso advertir que la falsedad o exageración de


los créditos, es causal de impugnación del convenio, y en caso
que éste no prospere y por consecuencia se declare la quiebra, se
presume culpable.

5. Una memoria de las causas directas o inmediatas del mal


estado de sus negocios, debiendo ella dar cuenta de la inversión
del producto de las deudas contraídas y de los demás bienes
adquiridos en el último año.

D.- DESIGNACION DEL SINDICO.

Una vez cotejados los documentos por el Tribunal, éste procede a


designar al síndico provisional titular y suplente, de acuerdo al
procedimiento señalado 173, inciso segundo.

218
Esta norma señala que el juez deberá designar al síndico titular y
suplente que nomine el acreedor con domicilio en Chile que
aparezca con el mayor crédito en el estado de deudas presentado
por del deudor al tribunal. Para este efecto el tribunal en
conformidad al mismo artículo proceder en la siguiente forma:

o El secretario del tribunal cuidará que se notifique a la


brevedad al principal acreedor, para que dicho acreedor por
escrito indique al tribunal el nombre del síndico titular y
suplente dentro del plazo de 5 días de notificado.

o Si este acreedor no hiciere lo señalado en el punto


precedente, el secretario del tribunal ordenará la notificación
para el mismo efecto, al acreedor residente en Chile que
aparezca con el segundo mayor crédito.

o En caso que lo señalado fuere imposible de aplicar, se


designará al síndico por sorteo.

El síndico debe ser competente, esto es, debe tener jurisdicción


para desempeñar el cargo en la región donde se encuentra ubicado
el tribunal que conoce de la presentación o estar domiciliado en
aquella. Además, el síndico no debe estar afecto a las
inhabilidades señaladas en el artículo 24.

3.- RESOLUCION DEL TRIBUNAL QUE DESIGNA AL


SINDICO TITULAR Y SUPLENTE Y DISPONE MEDIDAS
(Art. 174)

219
Designado el síndico titular y al suplente por el Tribunal en la
forma indicada, en la misma resolución dispondrá lo siguientes

1.- Que el deudor quede sujeto a la intervención del síndico titular


designado en la forma indicada en el artículo 173, que tendrá las
facultades del artículo 294 del Código de Procedimiento Civil, o
sea, las facultades que le corresponden al interventor judicial.

2.- Que el síndico informe al tribunal sobre las proposiciones de


convenio dentro del plazo de 20 días, que será prorrogable por
una sola vez a solicitud del síndico por un máximo de 10 días,
según determine el tribunal. El plazo se cuenta desde la
publicación de la resolución en el Diario Oficial de las
proposiciones del Convenio. El informe del síndico deberá
contener:

a) la calificación fundada acerca de si la propuesta es susceptible


de ser cumplida, habida consideración de las condiciones del
deudor. Vale decir, sobre la viabilidad del convenio. El informe
debe estar a disposición de los acreedores en cuaderno de la
tramitación de este concurso.

b) La apreciación de si el convenio resultará más conveniente


para los acreedores que la quiebra del deudor;

c) El monto probable de recuperación que le correspondería a


cada acreedor valista en la quiebra, para los efectos del quórum
para aprobar el convenio;

Si el síndico no presentare el informe dentro del plazo indicado, el


deudor o cualquiera de los acreedores podrá concurrir al juez para
que le fije un nuevo plazo o para que asuma el cargo el síndico
suplente y, para que además, fije nuevo día y hora para la junta.

220
El síndico informante deberá presentar una cuenta final de su
intervención dentro del plazo de 30 días contado desde que el
convenio entre en vigencia.

3.- Que todos los acreedores sin excepción alguna se presenten a


verificar sus créditos con los documentos justificativos que
corresponda, bajo apercibimiento de proseguirse la tramitación
sin volver a citar a ningún ausente. Estos créditos podrán ser
verificados hasta el día fijado para la celebración de la junta, y
podrán ser impugnados por el deudor y por cualquier acreedor
dentro de los cinco días contado desde la notificación por aviso de
la resolución que tiene por acordado el convenio.

4.- Que los acreedores concurran a una junta, que no podrá tener
lugar antes de vencer los 30 días siguientes a esta resolución, para
deliberar sobre las proposiciones del convenio. También debe
señalarse el día, hora y lugar donde se celebrará la junta de
acreedores llamada a deliberar y pronunciarse sobre el convenio,
citación que debe decretarse para una fecha posterior al trigésimo
día hábil contado desde la notificación por aviso de ésta mediante
publicación en el Diario Oficial.

5.- Que se notifique personalmente esta resolución al síndico


titular y suplente para los efectos del artículo 26 (aceptación del
cargo y juramento), y por cédula a los tres mayores acreedores.
Lo demás acreedores serán notificados por aviso.

6.- Que dentro de tercero día de notificado el síndico titular y el


suplente, a los tres mayores acreedores y el deudor, asistan a una
audiencia, que se efectuará con los que concurran, para
pronunciarse sobre los honorarios del síndico propuestos por el

221
deudor en las proposiciones de convenio. Si no hay acuerdo, o no
asistiere ninguno de los citados, decide el juez sin ulterior recurso.

4.- NOTIFICACION DE LAS PROPOSICIONES DE


CONVENIO (Art. 175)

La proposición de convenio deberá ser notificada por el deudor a


sus acreedores por medio de un aviso en el Diario Oficial, que
deberá contener un extracto de la proposición y copia íntegra de la
resolución a que se refiere el artículo 174, analizada en el número
anterior de estos apuntes.

Esta notificación deberá hacerse dentro del plazo de 8 días


contado desde la fecha de dicha resolución.

La sanción para el evento que no se efectúe la notificación dentro


del plazo indicado, es que la proposición de convenio se tendrá
por no presentada, salvo impedimento justificado, calificado por
el tribunal.

5.- RETIRO DEL CONVENIO.

En conformidad con el artículo 176, una vez notificada la


proposición de convenio, ésta no podrá ser retirada por el
proponente, por lo que el tribunal deberá desechar de plano tal
petición.

Esta disposición, tiene como propósito que este expediente no sea


utilizado para sucesivamente distraer a los acreedores con
manifestaciones que no tienen seriedad alguna.

222
Se entiende que el deudor comprendido en el artículo 41 (deudor
calificado) ha dado cumplimiento a la obligación de solicitar su
quiebra dentro del plazo de 15 días, si las proposiciones de
convenio han sido presentadas dentro de dicho plazo, siempre que
sean notificadas en el plazo de 8 días contado desde la fecha de la
resolución que tiene por presentada la proposición de convenio.

6.- EFECTO DE LA PROPOSICION DE CONVENIO. Art.


177

La tramitación de esta clase de convenio no embarazará el


ejercicio de ninguna de las acciones que procedan en contra del
deudor, no suspenderá los juicios pendientes, ni obstará a la
realización de los bienes. Sin embargo, suspenderá el plazo de
prescripción de las acciones de inoponibilidad (artículos 74 a 79)
cuyo plazo como sabemos, es de dos años, desde la fecha de la
resolución que lo tiene por presentado.

De conformidad a la norma transcrita, la regla general es que con


la mera presentación de proposición de convenio, no se suspenden
las ejecuciones ni la declaración de quiebra (art. 177). Sin
perjuicio de lo anterior, y como se estudiará más adelante, los
artículos 177 bis; 177 ter y 177 quáter) constituyen una excepción
a esta regla general (se suspenden los procedimientos judiciales
por un determinado período).

El convenio solo afecta a los acreedores valistas y a aquellos que


pierden su preferencia en razón del otorgamiento del voto
favorable al mismo, por lo que el deudor antes de encontrarse en
condiciones de ofrecer la renegociación a sus acreedores
comunes, deberá tener ordenado y planificado el servicio de la
deuda preferente.

223
6.- VERIFICACION DE CREDITOS.

Están obligados a verificar sus créditos todos los acreedores sin


excepción alguna. Junto con la solicitud deberán acompañar los
documentos justificativos que corresponda, bajo apercibimiento
de proseguirse la tramitación sin volver a notificar a ningún
ausente, sin perjuicio del derecho a voto que les corresponda
conforme al artículo 179 (nómina de los acreedores con derecho a
voto presentada por el síndico).

Estos créditos podrán ser verificados hasta el día fijado para la


celebración de la junta en conformidad al número siguiente, y
podrán ser impugnados por el deudor y por cualquier acreedor
hasta el último día del plazo que el inciso primero del artículo
197, señala para impugnar el convenio. Aquellos créditos no
impugnados se tendrán por reconocidos.

El inciso primero del artículo 197 dispone que el convenio podrá


impugnarse únicamente dentro del plazo de 5 días contado para
todos los interesados, desde la notificación por aviso desde que el
convenio haya sido aceptado.

7.- DETERMINACION DEL PASIVO CON DERECHO A


CONCURRIR Y A VOTAR EN LA JUNTA.

De acuerdo al artículo 179, el síndico presentará una nómina de


acreedores con derecho a voto con diez días de anticipación a la
fecha fijada para la celebración de la Junta. El síndico tomará

224
como base para confeccionar esta nómina, los créditos que
encuentre justificados, teniendo como antecedente la información
contable del deudor y los títulos justificativos de los créditos que
se presenten a verificación.

En el cuarto día hábil, que no sea sábado inmediatamente anterior


al señalado para la celebración de la junta, se efectuará una
audiencia verbal ante el juez de la quiebra, en la cual el síndico le
informará por escrito acerca de la verosimilitud de la existencia y
monto de los créditos todavía no reconocidos, pero que hayan
sido verificados a más tardar el segundo día hábil, que no sea
sábado, anterior a la fecha en que corresponda la celebración de
esta audiencia.

En conformidad a la disposición contenida en el artículo 179,


tienen derecho a voto los acreedores que aparezcan en la nómina
que el síndico presenta para tales efectos. Ahora bien, ¿cómo se
determinan los acreedores incluidos en la nómina?

De acuerdo al inciso final del mismo artículo, en esta nómina no


se incluirán los acreedores referidos en el inciso primero del
artículo 190, esto es:

a) El cónyuge, los ascendientes y descendientes y hermanos del


deudor o de sus representantes, sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 193; salvo que estos voten en contra, caso en el cual
deben ser incluidos;

b) Las personas que se encuentren en alguna de las situaciones a


que se refiere el artículo 100 de la Ley 18.045, de Mercado de
Valores (personas relacionadas); y

225
c) El titular de la empresa individual de responsabilidad limitada
proponente del convenio, y esta empresa individual si el
proponente es su titular.

8. APROBACION DEL CONVENIO (art.190)

En cuanto a las normas sobre aprobación del convenio, éstas


serán analizadas una vez que analizado el convenio simplemente
judicial, toda vez que las normas son comunes para ambos tipos
de convenio (preventivo y solución).

B.- LOS CONVENIOS APOYADOS.

Generalidades.

El convenio judicial preventivo, encontramos el denominado


“convenio apoyado”, que se encuentra reglamentado en el artículo
177 bis y tiene por fundamento amparar al deudor que efectúa
proposiciones que en principio cuenten con mayoría de
acreedores, de modo tal que, cumplidos los demás requisitos
señalados en dicha norma, se produce el efecto de la suspensión
de las ejecuciones en el lapso de 90 días, contados desde la
notificación por avisos de las proposiciones con su
correspondiente apoyo, plazo que el legislador ha considerado
como suficiente para obtener el acuerdo del convenio.

Requisitos.

Para que la proposición produzca efecto, se deberá cumplir con


los siguientes requisitos:

226
a) Que la presentación cuente con el apoyo de dos o más
acreedores que representen más del 50% del total del
pasivo;

b) Que la base de cálculo de esa mayoría esté constituida por


todos los acreedores, preferentes y valistas, salvo las
excepciones especialmente señaladas por la ley;

c) Que ese apoyo sea calificado. Tomando como base el listado


de acreedores que presenta el proponente, más los
documentos suscritos por los acreedores que apoyan el
convenio, serán certificados por un auditor externo inscrito
en el Registro que lleva la Superintendencia de Valores y
Seguros.

Para los efectos del cálculo del total del pasivo y de la


mayoría de los acreedores, sólo se excluirán: a) las personas
que se encuentran en alguna de las situaciones a que se
refiere el artículo 100 de la Ley 18.045 sobre Mercado de
Valores y el titular de las Empresas Individuales de
Responsabilidad Limitada.

d) La resolución que tiene por apoyado el convenio debe ser


notificada conjuntamente con la que lo tiene presentado por
aviso en el Diario Oficial. En el aviso que se publique
deberá expresarse si se ha reunido la mayoría que exige la
ley.

Efectos.

a) Suspensión de los procedimientos.- A contar de la


notificación por aviso no podrá solicitarse la quiebra del
deudor ni iniciarse en su contra juicios ejecutivos,

227
ejecuciones de cualquier clase o restitución en los juicios de
arrendamiento, durante 90 días siguientes a la notificación
por aviso de la resolución en que el tribunal cite a los
acreedores a junta para deliberar sobre dicha proposición. El
plazo es de días hábiles.

b) Se exceptúa el procedimiento de realización forzada de


obligaciones laborales que gocen del privilegio de primera
clase (N° 5 y 8 del artículo 2472 del C.C.)

c) Los acreedores privilegiados e hipotecarios no perderán sus


preferencias, y podrán impetrar las medidas conservativas
que procedan.

d) Enajenación de bienes.- Durante el período de suspensión, el


deudor no podrá enajenar ni gravar sus bienes, salvo podrá
vender aquellos expuestos a próximo deterioro o
desvalorización inminente o los que exijan una conservación
dispendiosa o aquellos estrictamente necesarios para el
desenvolvimiento de su actividad.

Podrá gravar o enajenar aquéllos cuyo gravamen o


enajenación resulten estrictamente indispensables para el
normal desenvolvimiento de su actividad, siempre que
cuente con la autorización previa del síndico para la
ejecución de dichos actos.

Plazo fatal e improrrogable.- El plazo de 90 días es fatal e


improrrogable, y de vencer sin que no estuviere acordado el
convenio, producirá la quiebra del deudor, la que declarará de
oficio por el Tribunal que la conoce.

228
El plazo indicado en el artículo 63 que señala que la cesación de
pagos no podrá ser fijada en un día anterior en más de dos años a
la fecha de la resolución que declare la quiebra, como los plazos
indicados en los párrafos 2° y 3° del Título VI (efectos
retroactivos de la declaración de quiebra del deudor), se
ampliarán en tantos días cuanto trascurrieren desde la fecha de la
resolución recaída en las proposiciones de convenio hasta la fecha
de la declaración de quiebra.

C.- EL CONVENIO SIMPLIFICADO.

Generalidades.

Esta forma de presentación constituye una variante de lo


dispuesto en el artículo 177 bis), que permite, existiendo una
mayoría superior de apoyo al convenio, sea éste resuelto en forma
más expedita.

Esta modalidad está señalada en el artículo 177 quáter) que


dispone: “Si la proposición de convenio judicial preventivo se
hubiere presentado con el apoyo de dos o más acreedores que
representen más del 66% del total del pasivo, se aplicará lo
dispuesto en el artículo 177 bis, con las siguientes
modificaciones:

1. El juez citará a una junta que se deberá realizar a más


tardar a los 30 días contados desde la notificación por
aviso de la resolución respectiva;

2. El síndico nombrado en conformidad al artículo 173


no tendrá la función de informar señalada en el N° 2
del artículo 174. Recordemos que esta norma dispone

229
que el sindico deberá informar al tribunal sobre las
proposiciones de convenio dentro del plazo de 20 días,
prorrogable a solicitud de éste por otras 10 días, acerca
de la viabilidad del convenio;

3. La suspensión se mantendrá hasta el día fijado para


dicha junta, en la que se deberá acordar o rechazar el
convenio
en conformidad a las disposiciones de este Título”.

Requisitos.

Debe presentarse apoyado por dos o más acreedores que


representen una mayoría que represente más del 66% del total del
pasivo. Este porcentaje debe ser certificado por un auditor externo
independiente inscrito en el registro que lleva la SVS, y para la
base de cálculo y de la mayoría se excluirán: a) las personas
relacionadas (art. 100 Ley 18045) y b) el titular de una EIRL.

Asimismo, el aviso en que se publique la notificación de la


resolución que tiene por formulado el convenio deberá señalar en
forma expresa si se ha reunido la aludida mayoría.

Procedimiento.

Se aplica el mismo procedimiento señalado para la tramitación de


los convenios, con la excepción que el síndico no tendrá la
función de informar señalada en el N° 2 del artículo 174, esto es,
se excluye de su labor:

a) la calificación fundada acerca de si la propuesta es susceptible


de ser cumplida, habida consideración de las condiciones del
deudor;

230
b) la apreciación de si el convenio resultará más conveniente para
los acreedores que la quiebra del deudor; y

c) el monto probable de recuperación que le correspondería a cada


acreedor valista en la quiebra, para los efectos del artículo 190)

Por otra parte el N° 1 de la disposición en estudio señala que el


juez citará a junta de acreedores a más tardar a los 30 días
contados desde la fecha de la notificación por aviso de la
resolución que tiene por propuesto el convenio judicial
preventivo.

Plazo de suspensión.

De conformidad con el artículo 177 bis, norma supletoria del


artículo 177 quáter, no podrá solicitarse la quiebra del deudor ni
iniciarse en su contra juicios ejecutivos, ejecuciones de cualquier
clase o restitución en los juicios de arrendamiento, durante los 90
días siguientes a la notificación por aviso de la resolución en que
el tribunal cite a los acreedores a junta para deliberar sobre dicha
proposición. Durante este período se suspenderán los
procedimientos judiciales señalados y no correrán los plazos de
prescripción extintiva.

El N° 3° del artículo 177 quáter señala una excepción a esta regla


general cual es, que “la suspensión se mantendrá hasta el día
fijado para dicha junta, en la que deberá acordar o rechazar el
convenio en conformidad a las disposiciones de este título”.

231
Si tenemos en consideración que el plazo de suspensión dura
hasta la fecha de la junta llamada a deliberar sobre las
proposiciones de convenio, podemos apreciar que el plazo de 30
días es más desventajoso que el plazo de 90 días señalado en el
artículo 177bis.

D.- EL PROCEDIMIENTO DEL EXPERTO


FACILITADOR. Art. 177 ter

1. Definición.

El experto facilitador es una persona natural, que nombrada por


la junta de acreedores citada al efecto, a solicitud del deudor, tiene
por misión definir cual es la alternativa más viable para los
acreedores de recuperar en la mejor forma sus créditos, de modo
tal que tiene la responsabilidad de informar, evaluar y proponer al
tribunal la quiebra del deudor, o a los acreedores un convenio en
la forma y con el procedimiento señalado en la ley.

De la definición transcrita nos encontramos con un deudor que no


propone convenio ni quiebra, sino que opta por la fórmula de
entregar la decisión para que un tercero nombrado por la junta de
acreedores decida por la alternativa más viable.

2. Nombramiento.

En conformidad con el artículo 177 ter podrá ser experto


facilitador toda persona natural capaz de administrar sus propios
bienes. Los síndicos de la nómina nacional podrán ser designados

232
como expertos facilitadores, pero en caso de quiebra del deudor
no podrán ser nombrados como síndico en esa quiebra.

El inciso primero del artículo 177 ter dispone que el deudor podrá
solicitar al tribunal que sea competente para conocer la quiebra,
esto es, el señalado en el artículo 154 del C.O.T. que dice: “Será
juez competente en materia de quiebras, cesiones de bienes y
convenios entre deudor y acreedores el del lugar en que el fallido
o deudor tuviere su domicilio”.

En caso de que el proponente sea una sociedad anónima abierta


supervigilada por la SVS, a excepción de las compañías de
seguros, será competente un juez árbitro nombrado por el
Presidente de la Corte de Apelaciones del domicilio del deudor
elegido de una lista confeccionada por la Superintendencia de
Quiebras.

El deudor deberá solicitar en forma expresa que opta por el


procedimiento señalado en el artículo 177 ter. Además deberá
acompañar a su solicitud todos los antecedentes señalados en el
artículo 42, y deberá solicitar se cite a junta de acreedores, la que,
de acuerdo a la disposición citada tendrá lugar dentro de 10 días
contados desde la notificación por aviso de la resolución recaída
en la solicitud.

Esta junta es la llamada a designar la persona del experto


facilitador. El experto facilitador estará sujeto a la fiscalización de
la Superintendencia de Quiebras.

La designación del experto facilitador se hará con el voto de uno


o más de los acreedores, que representen más del 50% del total
del pasivo con derecho a voto, en caso contrario, se considerará
fracasada la gestión.

233
Los honorarios del experto facilitador serán de cargo del deudor,
con quien deberá pactarlos. En caso de desacuerdo serán fijados
por el juez.

3. Plazo para la convocatoria.

El plazo de 10 días señalado precedentemente no se suspenderá


durante el feriado judicial, por lo que es aconsejable solicitar la
correspondiente habilitación de feriado para evitar situaciones de
hecho que puedan acarrear nulidades procesales.

4. Plazo para la notificación.

Si la solicitud del deudor al tribunal ha sido presentada dentro del


plazo del artículo 41 se refiere al deudor calificado que debe
solicitar su quiebra dentro del plazo de 15 días de haber cesado en
el pago de una obligación mercantil, la notificación deberá
hacerse dentro del plazo de 8 días contado desde la fecha de la
resolución. Si la notificación es oportuna se entenderá que el
deudor calificado ha dado cumplimiento a la obligación que
establece el artículo 41.

5. El interventor.

El tribunal al dictar la resolución que cita a junta de acreedores


para la designación del experto facilitador nombrará un
interventor, quien de forma inmediata deberá velar porque el
deudor no grave ni enajene sus bienes, salvo aquellos que estén
expuestos a un próximo deterioro o una desvalorización
inminente, que exijan una conservación dispendiosa o que
resulten estrictamente indispensables para el normal

234
desenvolvimiento de su actividad, contando siempre con la
autorización del tribunal.

6. Atribuciones y deberes del experto facilitador.

El experto facilitador tiene el encargo hecho primero por el


deudor y posteriormente por la junta de acreedores de evaluar que
es más ventajoso para los acreedores, la quiebra o un convenio
que al efecto propondría

Según lo dispone el inciso tercero del artículo 177 ter el experto


facilitador, dentro del plazo de 30 días improrrogable, contado
desde la celebración de la junta de acreedores, deberá evaluar la
situación legal, contable, económica y financiera del deudor y
proponer a sus acreedores un convenio que sea más ventajoso que
la quiebra de aquél, o, en caso contrario, solicitar al tribunal que
declare la quiebra del deudor, el que la deberá declarar sin más
trámite.

A.- Propone al Tribunal la declaración de la quiebra del


deudor.- Si de la evaluación de los antecedentes a que nos hemos
referido, el experto estima que debe ser declarada la quiebra del
deudor, así lo solicitará al tribunal, el que la deberá declarar sin
más trámite.

B.- Proposición de convenio.- Si de la evaluación de dichos


antecedentes, aparece que es más ventajoso que la quiebra,
propondrá a los acreedores un convenio, éste deberá ser notificada
a los acreedores por medio de aviso en el Diario Oficial.

En el caso que el experto facilitador formule proposiciones de


convenio, éste deberá ser votada en junta de acreedores dentro del

235
plazo de 15 días contado desde la notificación por aviso de la
proposición.

C.- El experto facilitador no cumple con el encargo.- Si el


experto facilitador no diere cumplimiento a su cometido dentro
del plazo señalado de 30 días, el juez dictará de oficio la sentencia
de quiebra del deudor.

Efectos.

No se podrá solicitarse la quiebra del deudor ni iniciarse en su


contra juicios ejecutivos o ejecuciones de cualquier clase, desde la
notificación del aviso de la solicitad:

a) Hasta la celebración de la junta citada para la designación


del experto facilitador, en caso que no se apruebe en ella
esta designación.

b) Hasta la solicitud del experto facilitador al tribunal para que


declara la deuda del deudor;

c) Hasta la celebración de la junta de acreedores que tiene por


objeto votar la proposición de convenio presentada por el
experto facilitador.

Durante los períodos indicados, se suspenderán dichos


procedimientos judiciales, no correrán los plazos de prescripción
extintiva, y el deudor conservará la administración de sus bienes,
con las limitaciones establecidas en el inciso séptimo del artículo
177bis (gravar y enajenar sus bienes), sujeto a la intervención del
experto facilitador, con las mismas facultades que a éste entregan
dicho inciso y el N° 1 del inciso primero del artículo 174.

236
E.- LOS CONVENIOS OBLIGADOS. Art. 172

Generalidades

Las actuales normas sobre quiebras otorgan el derecho al acreedor


de un deudor o de la sucesión de éste, bajo los supuesto señalados
en el inciso primero del artículo 173, para que conmine a su
deudor a presentar convenio judicial preventivo o acogerse a lo
dispuesto en el artículo 177 ter, esto es, que se designe a un
experto facilitador, dentro del plazo señalado en la referida
disposición.

De esta forma, dados los requisitos legales el deudor se encontrará


en la necesidad jurídica de proponer un convenio, con las
consecuencias que tal hecho trae aparejado, esto es la declaración
de su quiebra.

Tal derecho está señalado en el inciso primero del artículo 172


que señala: “Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo anterior,
el acreedor que se encuentre en alguno de los casos previstos en
los números 1 y 2 del artículo 43, podrá solicitar al tribunal
competente que ordene al deudor, o a la sucesión del deudor,
formular proposiciones de convenio judicial preventivo dentro
del plazo de 30 días contado desde la notificación efectuada en la
forma prevista en el inciso final del artículo 45. La no
presentación del convenio dentro del plazo indicado, acarreará,
necesariamente, la quiebra del deudor y el tribunal la declarará
de oficio.

De la disposición transcrita podemos observar lo siguiente:

237
Sujeto activo y pasivo.

Este derecho lo puede impetrar el acreedor, sujeto activo, que se


encuentra en alguno de los casos previstos en los números 1 y 2
del artículo 43. De acuerdo a la norma referida, las personas que
se encuentren en la situación descrita, son los sujetos pasivos:

1. Cuando el deudor calificado cese en el pago de una obligación


mercantil con el solicitante, cuyo título sea ejecutivo;

2. Cuando el deudor contra el cual existan tres o más títulos


ejecutivos y vencido, provenientes de obligaciones diversas, y
estuvieren iniciadas, a lo menos, dos ejecuciones, no hubiere
presentado en todas éstas, dentro de los cuatro días siguientes a
los respectivos requerimientos, bienes bastantes para responder a
la prestación que adeude y las costas.

Esta acción también puede dirigirse en contra de la sucesión del


deudor.

Recordemos que de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 50, la


sucesión del deudor podrá ser declarada en quiebra a petición de
los herederos o de cualquier acreedor.

Tribunal competente

En conformidad al artículo 154 del Código Orgánico de


Tribunales: “Será juez competente en materia de quiebras,
cesiones de bienes y convenios entre deudor y acreedores el del
lugar en que el fallido o deudor tuviere su domicilio”.

Forma de notificación

238
La solicitud se notificará al deudor personalmente o en la forma
previsto en el artículo 44 del C.P.C., aun cuando no se encuentre
en el lugar del juicio (art.45, inciso final).

Alternativas del deudor

El deudor notificado de esta solicitud podrá:

1) No presentar convenio.- Si el deudor no formula el convenio


dentro del plazo de 30 días, el tribunal declarará la quiebra del
deudor de oficio;

2) Presentar convenio judicial preventivo.- En este caso se


aplicará lo señalado para este tipo de proposiciones las
disposiciones relativas al convenio judicial preventivo
propiamente tal, regulado por los artículos 173, 174, 175, 176 y
177.

3) Acogerse a lo dispuesto en el artículo 177 ter. En este caso,


el deudor podrá dentro de los 5 días contados desde la
notificación de la solicitud, manifestar que se acoge
irrevocablemente a esta norma, y el juez citará a la junta de
acreedores a que se refiere dicha disposición.

4) Solicitar la reposición de la resolución que lo obliga a


presentar convenio.- Según el artículo 172 contra la resolución
que ordene al deudor presentar un convenio, sólo podrá entablarse
recurso de reposición; y contra la que resuelva la reposición no
procederá recurso alguno. En este caso el plazo de 30 días se
reduce a 20 días contado desde la resolución que falle la
reposición.

El tribunal, como es lógico podrá acoger o rechazar la reposición:

239
a) Acoge el recurso. Si el tribunal desecha la solicitud del
acreedor, concluye el procedimiento. El acreedor podrá pedir la
quiebra; pero si la petición de quiebra se basa en la misma causal
invocada y en idéntico fundamento de hecho, deberá solicitarla
ante el tribunal que desestimó la solicitud.

b) Rechaza el recurso de reposición. El deudor se verá obligado


a presentar proposiciones de convenio, pero en este caso, el plazo
inicial de 30 días se reduce a 20 días.

Retiro de la solicitud o desistimiento.

Según lo dispone el inciso 4° del artículo 172, una vez notificada


su solicitud, el acreedor no podrá retirarla o desistirse de ella.
Tampoco podrá ser objeto de transacción de ninguna clase. El
pago hecho al acreedor solicitante después de presentada su
petición será nulo de pleno derecho.

Esta disposición es más estricta que la contenida en el artículo


45, inciso segundo (consignación preventiva), en que se permite
el pago de la obligación como excepción, y no está prohibido el
desistimiento o retiro de la demanda, aun cuando esté notificada.

E.- LOS TRIBUNALES ARBITRALES EN MATERIA DE


CONVENIOS.

Una de las nuevas materias que introdujo la Ley 20.073, es la


participación de jueces árbitros tanto para dirimir las
controversias que se susciten con ocasión del cumplimiento del
convenio, como para el conocimiento y tramitación de los
mismos.

240
La ley contempla arbitraje forzoso para el conocimiento de las
proposiciones de ciertas instituciones, no obstante que, de ser
apoyadas por la mayoría que indica la ley, el conocimiento de esta
materia puede sujetarse a compromiso en todos los demás casos.

a) Arbitrajes forzosos.

El inciso primero del artículo 180 dispone que las proposiciones


de convenio judicial preventivo de las sociedades sujetas a
fiscalización por la Superintendencia de Valores y Seguros, con
excepción de las compañías de seguros, deberán ser presentadas
ante el tribunal arbitral.

Esta disposición es imperativa, esto es, los convenios de las


instituciones allí señaladas solo pueden ser conocidos por el
tribunal arbitral y no por los tribunales ordinarios de justicia, aún
cuando las partes acordaren una forma diferente.

b) Arbitrajes voluntarios.

Esta materia está tratada en el artículo 184 que señala como


requisito para que cualquier deudor pueda someterse a este
procedimiento, deberá:

- Contar con la voluntad del deudor;


- Contar con el voto favorable de a lo menos el 66% del
total del pasivo, debidamente certificado por un auditor
externo inscrito en el registro que lleva la SVS,

En caso que el convenio sea rechazado o desechado, el tribunal


arbitral sólo tiene competencia para dictar la resolución
declarativa, siendo la declaración de la sentencia de quiebra de

241
competencia de la justicia ordinaria. Para ello, en conformidad a
la parte final del inciso segundo del artículo 180, al declararlo así,
remitirá de inmediato el expediente a la Corte de Apelaciones
respectiva, para que ésta designe el tribunal que declarará la
quiebra sin más trámite y proceda a la designación del síndico de
conformidad al artículo 209.

La sentencia que declare rechazado o desechado el convenio, es


inapelable, por lo que únicamente procede el recurso de casación
y el de queja.

Requisitos para ser árbitro.

Sólo podrá ser designado en el cargo quien sea abogado, haya


ejercido la profesión por más de 20 años y se encuentre inscrito
en una lista llevada por la Superintendencia de Quiebras y deberá
estar domiciliado dentro de la jurisdicción de la Corte de
Apelaciones respectiva (artículo 18

Décima Cuarta Parte

CONVENIO SIMPLEMENTE JUDICIAL O SOLUCION

1. DEFINICION

El convenio simplemente judicial o solución se encuentra


definido en el artículo 186: “El convenio simplemente judicial es
el que se propone durante el juicio de quiebra para ponerle
término”.

242
Este convenio se propone, en conformidad al artículo 187 en
cualquier estado de la quiebra. El legislador fue preciso al señalar
este hecho y, aunque parezca obvio, la quiebra no sólo debe estar
declarada sino, además, ejecutoriada.

2. TITULARES DE LA PROPOSICIÓN

Las proposiciones del convenio judicial las pueden proponer el


fallido y cualquiera de los acreedores.

Artículo 187: “El fallido o cualquiera de los acreedores podrá


hacer proposiciones de convenio en cualquier estado de la
quiebra…”

El fallido, como es de toda lógica, es él quien tiene el mayor


interés en terminar anticipadamente la quiebra por esta vía, por lo
que su titularidad es indiscutible.

Los acreedores, estos también pueden tener interés en la


existencia de un convenio, pero no debemos olvidar que para que
éste sea acordado debe tener el consentimiento del fallido o del
deudor.

Ahora bien, si el convenio no cuenta con las mayorías exigidas


por la ley, o éste es desechado por alguna causal de impugnación,
nulidad o declaración de incumplimiento, de acuerdo a lo
señalado en el artículo 209 podrá el fallido reiterarlas cuantas
veces lo estime necesario.

3. GARANTIAS.

243
Es absolutamente factible que la proposición de convenio integre,
en conformidad al art. 192, la oferta de garantías para asegurar su
cumplimiento.

El artículo 192 señala: “En el convenio podrá estipularse la


constitución de garantías para asegurar el cumplimiento de las
obligaciones del deudor. Estas garantías podrán constituirse en
el mismo convenio o en instrumentos separados”.

También es perfectamente factible que el propio fallido otorgue


garantías reales, siempre y cuando se refieran a bienes obtenidos
con posterioridad a la quiebra, y no sean aquellos que deben
ingresar a la masa concursada.

4. PROCEDIMIENTO.

La proposición del convenio se practicará por escrito ante el


tribunal que conoce de la quiebra y en éste se detallarán la manera
que el fallido o algún acreedor señale en su caso para dar
cumplimiento a las obligaciones concursales. El contenido de las
mismas puede versar sobre cualquier objeto lícito en la forma
señalada en el artículo 178.

Estas proposiciones pueden practicarse en cualquier estado de la


quiebra.

Presentadas las proposiciones de convenio, los acreedores las


conocerán y se pronunciarán sobre ellas en una junta citada
especialmente al efecto por aviso, con indicación expresa de si se
ha reunido la mayoría exigida, estos es, a lo menos el 51% del
total del pasivo de la quiebra, para no antes de 30 días.

244
La tramitación de esta clase de convenio no embaraza el ejercicio
de las acciones que proceden en contra del fallido, no suspende
los procedimientos de la quiebra o juicios pendientes, ni obsta a la
realización de los bienes.

Sin embargo, si el convenio simplemente judicial se presentare


apoyado por a lo menos el 51% del total del pasivo de la quiebra,
el síndico sólo podrá enajenar los bienes expuestos a un próximo
deterioro o a una desvalorización inminente o los que exijan una
conservación dispendiosa.

El pasivo será certificado por el síndico. Se excluyen las personas


señaladas en el artículo 177 bis, esto es, las personas relacionadas
a que se refiere el artículo 100 de la ley 18.045 y el titular de una
EIRL.

Por el hecho de apoyar esta clase de convenio, los acreedores


hipotecarios y privilegiados no perderán sus preferencias.

En las juntas de acreedores que se celebren sólo tienen derecho a


voto los acreedores reconocidos y los acreedores que hayan
verificado sus créditos a más tardar el segundo día hábil anterior a
la fecha de celebración de la junta y que además el síndico
hubiere informado por escrito al tribunal, acerca de la
verosimilitud de la existencia y monto de los créditos todavía no
reconocidos.

Décima Secta Parte

DE LA APROBACION DE LOS CONVENIOS


JUDICIALES Y DE SU IMPUGNACION

245
I.- APROBACION DEL CONVENIO (art.190)

A.- Quórum para aprobar el convenio.

El convenio se considerará acordado cuando cuente con el


consentimiento del deudor y reúna a su favor los votos de los dos
tercios o más de los acreedores concurrentes que representen las
tres cuartas partes del total del pasivo con derecho a voto,
excluidos los créditos preferentes cuyos titulares se hayan
abstenido de votar por ellos.

No podrán votar, ni sus créditos se considerarán en el monto del


pasivo:

a) El cónyuge, los ascendientes y descendientes y hermanos


del deudor o de sus representantes;
b) Las personas relacionadas (art.100 ley 18045 LMV)
c) El titular de una EIRL

Para obtener las mayorías necesarias para aprobar el convenio, un


acreedor con derecho a votar podrá excluir a otro acompañando
vale vista a su orden por a lo menos la suma mínima que
correspondería pagar por un crédito valista según el informe del
síndico, dentro del plazo de cinco días contado desde la
celebración de la junta. Transcurrido ese plazo, sin que se haya
consignado dicha cantidad se considerará omitido el voto del
acreedor que se intentó excluir.

B.- Acreedores preferentes

246
Los acreedores preferentes respecto de bienes o del patrimonio
del deudor podrán asistir a la junta y discutir las proposiciones de
convenio y votar si renuncian a la preferencia de sus créditos. La
circunstancia que un acreedor vote, importa la renuncia a la
preferencia.

Sólo para los acreedores que hayan votado en contra, en caso de


rechazo del convenio, la renuncia a la preferencia tendrá carácter
de irrevocable.

La renuncia puede ser parcial, siempre que se manifieste


expresamente.

C.- Certificación del Secretario del Tribunal

El convenio se considerará acordado cuando el secretario del


tribunal certifique que se obtenga la mayoría que señala la ley.
Vale decir, el consentimiento del deudor y los votos favorables de
los dos tercios o más de los acreedores concurrentes que
representen las tres cuartas partes del total del pasivo con derecho
a voto, excluidos los créditos preferentes cuyos titulares se hayan
abstenido de votar por ellos.

Deberá levantarse un acta de lo obrado en la junta. En ella se


mencionará a los acreedores que hubieran votado a favor y a los
que hubieran votado en contra del convenio, con expresión de los
créditos que representaren.

D.- Modificación del convenio aprobado

La modificación del convenio deberá acordarse con el mismo


procedimiento y con las mismas mayorías exigidas para su
aprobación, excluidos los créditos cuyos títulos sean posteriores a

247
las proposiciones primitivas del convenio aprobado que se
pretende modificar, a quienes no obliga.

La no comparecencia del deudor a la junta en que debe


deliberarse sobre las proporciones de convenio, personalmente o
representado, hará presumir que las abandona o las rechaza, salvo
excusa justificada. Si la proposición es de convenio judicial
preventivo, el tribunal declarará la quiebra (art.190 inc. final).

E.- Notificación del convenio aprobado

Acordado el convenio, éste será notificado por aviso mediante


extracto autorizado por el tribunal, a los acreedores que no
hubieren concurrido a la junta (Art. 195).

La no comparecencia del deudor a la junta en que debe


deliberarse sobre las proposiciones de convenio, personalmente o
representado, hará presumir que las abandona o rechaza.

Acordado el convenio, éste será notificado por aviso, mediante


extracto autorizado por el tribunal a los acreedores que no
hubieren concurrido a la junta (art.195).

II.- IMPUGNACION DEL CONVENIO.

A.- Sujeto de la acción de impugnación.-

Según el artículo 196, el convenio podrá ser impugnado por


cualquier acreedor a quien éste pudiere afectarle, sólo si alegare
alguna de las causas siguientes:

248
1.- Defectos en las formas establecidas para la convocación y
celebración de la junta, o error en el cómputo de las mayorías
requeridas por la ley;

2.- Falsedad o exageración del crédito o incapacidad o falta de


personería para votar de alguno de los que hayan concurrido con
su voto a formar la mayoría, si excluido este acreedor, hubiere de
desaparecer tal mayoría;

3.- Inteligencia fraudulenta entre uno o más acreedores y el


deudor para votar a favor del convenio o para abstenerse de
concurrir;

4.- Error u omisión sustancial en las listas de bienes o de


acreedores;

5.- Ocultación o exageración del activo o pasivo, y

6.- Contener una o más estipulaciones contrarias a lo dispuesto en


los incisos primero a quinto del artículo 178 (objeto ilícito).

El convenio también podrá ser impugnado por todos aquellos que


hubiesen otorgado cauciones reales o personales, o que sean
poseedores de bienes constituidos en garantía de obligaciones del
deudor, cuando los respectivos acreedores no hubieren votado a
favor del convenio.

B.- Plazo para impugnar

Según el artículo 197, podrá impugnarse el convenio únicamente


dentro del plazo de 5 días contado, para todos los interesados,
desde la notificación por aviso de la resolución que tiene por
aprobado el convenio.

249
Las impugnaciones que se presenten fuera de este plazo serán
rechazadas de plano.

Deducida una impugnación al convenio judicial preventivo, el


síndico informante, o experto facilitador en el caso del artículo
177 ter, tendrá la calidad de interventor con las funciones
establecidas en el artículo 207, hasta que se encuentre
ejecutoriada la resolución que lo tenga por aprobado o desechado.
El experto facilitador en este caso quedará sujeto a la fiscalización
de la Superintendencia de Quiebras, en los mismos términos que
los síndicos.

C.- Procedimiento

Las impugnaciones al convenio se tramitan como un solo


incidente entre el deudor y el acreedor o acreedores que la hayan
formulado, o las personas referidas en el inciso final del artículo
196, esto es, por todos aquellos que hubiesen otorgado cauciones
reales o personales, o que sean poseedores de bienes constituidos
en garantía de obligaciones del deudor, cuando los respectivos
acreedores no hubieren votado a favor del convenio.

La resolución que recaiga sobre el incidente se notificará por


aviso. Sólo es susceptible del recurso de casación y queja.

D.- Fecha en que el convenio empieza a regir

El convenio entrará a regir desde que se encuentre vencido el


plazo para impugnarlo sin que se hayan interpuesto
impugnaciones en su contra. En este caso, y en el del inciso
segundo, se entenderá aprobado y el tribunal lo declarará así de
oficio o a petición de cualquier interesado.

250
Si el convenio ha sido impugnado, entrará a regir desde que cauce
ejecutoria la resolución que deseche la impugnación y lo declare
aprobado.

El recurso de casación deducido en contra de la sentencia de


primera o segunda instancia que desecha las impugnaciones, no
suspende el cumplimiento del fallo, incluso si la parte vencida
solicita se otorgue fianza de resultas por la parte vencedora.

Sin perjuicio de lo señalado, el convenio judicial preventivo


entrará a regir, en todo caso, no obstante las impugnaciones que
se hubieren interpuesto en su contra, si éstas no contaren con la
adhesión de acreedores que representen a lo menos el 30% del
pasivo con derecho a voto determinado en conformidad al artículo
179.

Si el convenio resultare desechado por resolución firme, las


obligaciones y derechos existentes entre el deudor y sus
acreedores con anterioridad a los acuerdos que han sido objeto del
convenio se regirán por sus respectivas convenciones.

Décima Octava Parte

EFECTOS DEL CONVENIO.

El convenio obliga al deudor y a todos los acreedores, hayan o no


concurrido a la junta que lo acuerde y hayan o no tenido derecho a
voto, salvo los acreedores preferentes que no hayan votado
(art.200).

251
Aprobado el convenio simplemente judicial, cesará el estado de
quiebra y se le devolverán al deudor sus bienes y documentos (art.
201).
Se cancelarán también las inscripciones de la declaración de
quiebra que se hubieren practicado en el Conservador de Bienes
Raíces

La aprobación del convenio no impide que continúe el


procedimiento de calificación de la quiebra.

La ampliación del plazo de las deudas, acordadas en el convenio,


no pone fin a la responsabilidad de los fiadores y codeudores,
solidarios o subsidiarios, o de los avalistas del deudor sujeto al
convenio ni extingue las prendas o hipotecas constituidas sobre
bienes de terceros.

Si el acreedor votó a favor del convenio, los efectos serán los


siguientes según los casos:

a) No podrá cobrar su crédito a los fiadores o codeudores,


solidarios o subsidiarios, ni a los avalistas, sino que en los
mismos términos en que puede cobrar al deudor en virtud
del convenio;

b) El tercer poseedor de la finca hipotecada y el propietario


del bien empeñado podrán liberar la garantía pagando la
deuda en los mismos términos que los estipulados en el
convenio celebrado por el deudor garantizado.

c) La novación o dación en pago extingue la deuda respecto


de los fiadores, codeudores y avalistas antes
mencionados, hasta la concurrencia de la porción del

252
crédito sometido a convenio que se dio por extinguida
mediante ellas.

d) Los terceros poseedores o propietarios de los bienes


hipotecados o pignorados pueden liberar su garantía,
pagando la cantidad que corresponda considerando la
porción de la deuda que ha sido extinguida mediante la
novación o dación en pago.

Si el acreedor no votó a favor del convenio, conserva sus


derechos sin alteraciones tanto respecto de los bienes gravados
con garantías reales cuanto respecto de sus fiadores y codeudores,
solidarios o subsidiarios, y avalistas. Sin embargo, si los créditos
se dieron por extinguidos mediante novación o dación en pago, la
obligación de los fiadores y codeudores, solidarios o subsidiarios,
y avalistas del deudor sujeto al convenio se extinguen en el monto
de lo que al acreedor efectivamente toque con motivo de dichas
novaciones o dación en pago.

No obstante la aprobación del convenio simplemente judicial, el


tribunal que declaró la quiebra seguirá conociendo de todos los
procesos agregados en conformidad a lo dispuesto en el artículo
70 (art.204).

Décimo Novena Parte

DEL RECHAZO DEL CONVENIO

Según dispone el artículo 209, rechazadas las proposiciones de


cualquier clase de convenio por no haber obtenido la mayoría
necesaria para su aprobación o desechado por cualquiera de las

253
causales señaladas en el artículo 196, podría el fallido reiterarlas
cuantas veces lo estime necesario, pero no se aplicará lo dispuesto
en el inciso segundo del artículo 188.

Cuando el convenio judicial preventivo haya sido rechazado o


desechado en cualquiera de los casos contemplados en el inciso
anterior, el tribunal declarará necesariamente la quiebra del
deudor, de oficio y sin más trámite.

La junta que rechace las proposiciones de convenio judicial


preventivo deberá señalar los nombres de un síndico titular y uno
suplente, a quienes el tribunal deberá nombrar en carácter de
definitivos. No podrán ser nombrados para tales cargos quienes
hayan sido en conformidad al número 1 del artículo 174.

En caso que se deseche el convenio judicial preventivo, el tribunal


deberá proceder a designar los síndicos en conformidad a lo
previsto en el artículo 42, sin que pueda nombrar en dichos cargos
a quienes hayan sido designados, según lo previsto en el N° 1 del
artículo 174.

Vigésima Parte

DE LA NULIDAD E INCUMPLIMIENTO DEL CONVENIO

A.- Nulidad del convenio

Según dispone el artículo 210, no se admitirán otras acciones de


nulidad del convenio que las fundadas en la ocultación o
exageración del activo o del pasivo y que hubiesen sido

254
descubiertas después de haber vencido el plazo para impugnar el
convenio.

La nulidad del convenio extingue de derecho las cauciones que lo


garantizan.

Las acciones de nulidad prescribirán en el plazo de un año


contado desde la fecha en que entró a regir el convenio.

B.- Incumplimiento del convenio

El convenio podrá declararse incumplido a solicitud de cualquiera


de los acreedores, por inobservancia de sus estipulaciones. Podrá
también declararse incumplido en el caso a que se refiere el
artículo 208, esto es, si se hubiere agravado el mal estado de los
negocios del deudor en forma que haga temer un perjuicio para
los acreedores.

Las acciones de incumplimiento del convenio prescribirán en seis


meses, contados desde que hayan podido entablarse (art. 211).

La declaración de incumplimiento dejará sin efecto el convenio,


pero no extinguirá las cauciones que hubieren garantizado su
ejecución total o parcial (art. 212 inciso primero).

Las personas obligadas por las cauciones y los terceros


poseedores de los bienes gravados con las mismas, según sea el
caso, serán oídos en el juicio de declaración de incumplimiento y
podrán impedir la continuación de éste, pagando los dividendos
pendientes dentro de tres días contados desde la citación.

C.- Procedimiento

255
La nulidad y la declaración de incumplimiento del convenio se
sujetarán al procedimiento del juicio sumario y será competente
para conocer de ellas el tribunal que tramitó el convenio, salvo
que se haya celebrado el pacto compromisorio a que se refiere el
artículo 178, en cuyo caso conocerá el Tribunal Arbitral.

La sentencia que acoja las demandas de nulidad o de declaración


de incumplimiento, será apelable en ambos efectos, pero el
deudor quedará de inmediato sujeto a intervención por un síndico
que tendrá las facultades de interventor del artículo 294 del
Código de Procedimiento Civil y las previstas en el artículo 177
bis.

Ni la declaración de nulidad ni la de incumplimiento tienen efecto


retroactivo.

D.- Declaración de la quiebra de oficio.

Una vez firme la resolución que declare la nulidad o el


incumplimiento, el tribunal de primera instancia declarará la
quiebra del deudor de oficio y sin más trámite ( art. 214).

En la demanda de nulidad o de declaración de incumplimiento del


convenio, el demandante señalará el nombre del síndico titular y
del síndico suplente, y sólo a éstos el tribunal deberá designar en
la sentencia que dé lugar a la demanda y declare la quiebra. Estas
designaciones no podrán recaer en quienes hubieren ejercido el
cargo a que se refiere el N° 1 del artículo 174.

256
Vigésima segunda Parte

DE LA SEGUNDA QUIEBRA

Según dispone el Artículo 216, constituye segunda quiebra tanto


la que se declara con motivo de pronunciarse la nulidad o el
incumplimiento de un convenio cuanto la que se declare por
cualquier otra causa mientras esté vigente un convenio.

La segunda quiebra reintegra a los acreedores anteriores en todos


sus derechos respecto del fallido.

Los acreedores antiguos concurrirán con los nuevos en las


distribuciones del activo de la quiebra por el monto íntegro de sus
créditos, siempre que no hubieren recibo parte alguna de la
estipulada en el convenio; en caso contrario, sólo podrán
concurrir con los nuevos acreedores por la parte del capital de sus
primitivos créditos que corresponda a la porción no pagada de la
suma convenida.

Tanto los créditos de los acreedores antiguos, en lo que


corresponda, como los de los nuevos, deberán ser verificados en
la segunda quiebra, salvo aquéllos que la ley expresamente
exceptúa de este trámite.

La declaración de la segunda quiebra, se regirá por las reglas de


los Párrafos 2°, 3° y 4° del Título VI, que se refiere a los efectos
retroactivos de la declaración de quiebra de todo deudor y del
deudor calificado.

257
Vigésima tercera Parte

DEL SOBRESEIMIENTO EN LOS PROCEDIMIENTOS


DE LA QUIEBRA

Constituye una manera de ponerle término al estado de quiebra


cuando se ha solucionado el pasivo o se ha realizado el activo
pagando gran parte de la deuda.

El sobreseimiento como forma de poner término al juicio de


quiebra no tiene la misma acepción que el sobreseimiento en
materia penal, y no produce efectos respecto del procedimiento de
calificación de la quiebra. Atendiendo a sus efectos, el
sobreseimiento puede ser temporal o definitivo.

1.- EL SOBRESEIMIENTO TEMPORAL.-

a) Concepto.- El sobreseimiento temporal suspende


provisoriamente los procedimientos de la quiebra (art.157).

Este tipo de procedimiento no constituye efectivamente una forma


de poner término al estado de quiebra, sino de suspender
provisoriamente el procedimiento cuando el activo afecto al
concurso no alcanza a cubrir los gastos necesarios para la
prosecución de la quiebra.

b) Causales por la que procede.- Según el art.158 el tribunal


dará lugar al sobreseimiento temporal en las siguientes
situaciones:

258
1. Cuando no apareciere ningún bien perteneciente a la masa
certificado por el síndico o

2. Cuando resultare de la cuenta presentada por el síndico en la


primera junta de acreedores que el producto probable de la
realización del activo no alcanzare para cubrir los gastos de
prosecución de la quiebra y se procediere, de acuerdo con el
artículo 109, a la realización sumaria del activo. En este caso el
sobreseimiento temporal se decretará de oficio, una vez finalizada
la realización sumaria del activo y distribuido el excedente que de
ella pudiere haber resultado (valor de los bienes no superan las
1.000 U.F.).

c) Tramitación.- La tramitación es diferente según la causal que


origine el sobreseimiento.

1) En el caso del número 1 del art.158, o sea, cuando no


apareciere ningún bien perteneciente al fallido, el sobreseimiento
temporal sólo se decretará a solicitud del síndico la que se
notificará en igual forma que la declaratoria de quiebra, o sea, por
aviso.

Si algún acreedor se opone dentro del término de 7 días, se


tramitará su oposición como incidente. La oposición al
sobreseimiento temporal puede fundarse en la existencia de
bienes suficientes para proseguir la quiebra.

No se dará lugar al sobreseimiento si se justificare la existencia de


bienes o un tercero anticipare los fondos suficientes para la
prosecución de la quiebra. Los anticipos del tercero gozarán del
privilegio concedido a las costas judiciales y se pagarán con los
primeros fondos que se obtenga (art.160).

259
2) En el caso del N° 2 del art.158, cuando el producto de la
realización no se alcanza a cubrir los gastos, el sobreseimiento
temporal se decreta de oficio por el juez, una vez finalizada la
realización sumaria del activo y distribuido el excedente que de
ella pudiere haber resultado.

d) Efectos del sobreseimiento temporal.- Según el artículo 161,


el sobreseimiento temporal deja subsistente el estado de quiebra,
pero restituye a los acreedores el derecho de ejecutar
individualmente al fallido. Las demandas ejecutivas se entablan
directamente contra el fallido sobreseído temporalmente, puesto
que, como consecuencia de esta resolución judicial, cesa la
actividad del síndico.

e) Como termina el sobreseimiento temporal.- Según el


artículo 162, mientras no se pronunciare el sobreseimiento
definitivo, el fallido, cualquier acreedor o persona interesada,
podrá solicitar que se deje sin efecto el sobreseimiento temporal:

1. Si se acreditare la existencia de valores suficientes en dinero o


en especies para atender a los gastos de prosecución de la quiebra,
o

2. Si se depositaren a disposición del tribunal los fondos


suficientes para igual objeto, a los que se aplicará lo preceptuando
en el inciso segundo del art.160.

Acogida la solicitud, se reponen las cosas al estado que tenían


antes de pronunciada la resolución de sobreseimiento, pero no
habrá derecho para reclamar la entrega de las sumas que los
acreedores hubieren percibido en el ejercicio de las acciones
individuales entabladas contra el deudor (art.163).

260
2.- EL SOBRESEIMIENTO DEFINITIVO.-

a) Concepto.- El sobreseimiento definitivo pone fin al estado de


quiebra (art.157 inc.3°). Se trata de una resolución judicial que
tiene por objeto concluir o cerrar la quiebra del deudor.

b) Causales por la que procede.- Según el art.164, tiene lugar el


sobreseimiento definitivo en los siguientes casos:

1. Cuando todos los acreedores convienen en desistirse de la


quiebra o remiten sus créditos.

La expresión “todos los acreedores” está referida a los acreedores


que han verificado sus créditos en la quiebra. En cuanto a la
remisión, debe tratarse de una remisión total.

2. Cuando el deudor, o un tercero por él, consigna el importe de


las costas y los créditos vencidos y cauciona los demás a
satisfacción de los acreedores; y

3. Cuando todos los créditos hayan sido cubiertos en capital e


intereses con el producto de los bienes realizados en la quiebra.

b) Causal extraordinaria de sobreseimiento definitivo.- Según


el art.165, se sobreseerá también definitivamente, aun cuando las
deudas no se hubieren alcanzado a cubrir con el producto de la
realización de todos los bienes de la quiebra, siempre que
concurran los siguientes requisitos:

1. Que hayan transcurrido 2 años, contados desde que hubiere


sido aprobada la cuenta definitiva del síndico;

261
2. Que, habiendo terminado el procedimiento de calificación de la
quiebra por sentencia ejecutoriada, haya sido calificada de
fortuita, y

3. Que el deudor no haya sido condenado por alguno de los


delitos contemplados en el artículo 466 del C.P.

Este sobreseimiento extingue, además, las obligaciones del fallido


por los saldos insolutos de sus deudas anteriores a la declaración
de quiebra, sin perjuicio de distribuirse entre los acreedores el
producto de los bienes adquiridos con posterioridad y ya
ingresados a la quiebra.

c) Tramitación.- Según el art. 166, la solicitud de


sobreseimiento definitivo se notificará por aviso. Dentro del
término de 15 días siguientes a la notificación, podrá deducirse
oposiciones, las que se tramitarán como incidentes entre el deudor
y el opositor. La resolución será apelable en ambas efectos.

d) Efectos del sobreseimiento definitivo.- Según el artículo 167,


ejecutoriada la sentencia que declare el sobreseimiento definitivo,
cesa el estado de quiebra y se cancelarán las inscripciones que se
hubieren practicado en el Conservador de Bienes Raíces.

Ejecutoriada la sentencia que declare el sobreseimiento definitivo


y siempre que hubiere terminado por sentencia ejecutoriada el
respectivo proceso a que se refieren los números 2 y 3 del artículo
165, se hará entrega al deudor de los bienes sobrantes, de sus
libros y papeles, y del remanente, si lo hubiere.

262
Vigésima cuarta Parte

DE LOS DELITOS RELACIONADOS CON LA QUIEBRA

1.- UNIDAD Y ELEMENTOS DEL DELITO DE QUIEBRA


ILICITA.-

La Ley de Quiebras sólo establece sanciones respecto del deudor


calificado. Según el artículo 218, la quiebra del deudor a que se
refiere el artículo 41 puede ser fortuita, culpable o fraudulenta.

La LQ se refiere a la quiebra culpable y a la quiebra fraudulenta,


estableciendo un sistema de presunciones para calificar el grado
de reprochabilidad de la conducta del fallido, el delito de quiebra
ilícita es uno solo, que puede ser cometido con culpa o dolo. De
manera que el fallido no puede ser condenado por delito de
quiebra culpable y fraudulenta a la vez.

Según el grado de reprochabilidad de la conducta del fallido (dolo


o culpa), la sanción será diferente, pero el delito de quiebra ilícita
sigue siendo uno solo. Así lo ha reconocido la jurisprudencia
cuando declara:”el delito de quiebra es uno solo y puede
realizarse con dolo o con culpa”.

Los presupuestos de la quiebra ilícita son: a) que se ha haya


declarado una quiebra; b) que el fallido sea un deudor calificado
(del art.41); y c) que la conducta del fallido sea reprochable en
grado de culpa o dolo.

Es importante que la quiebra sea declarada judicialmente, porque


el delito de quiebra ilícita se entiende consumado a partir de este

263
momento y porque, además, el plazo de prescripción de la acción
penal comienza a correr desde este instante.

El deudor civil no comete este delito. Sin embargo, la LQ


sanciona como autores del delito de quiebra ilícita a personas que
no son fallidos y que pueden no tener la calidad de comerciantes.
Así sucede con los gerentes, directores o administradores de
sociedades anónimas o de una sociedad de responsabilidad
limitada cuando en la dirección de los negocios sociales, y con
conocimiento de la situación de éstos, hubieren ejecutado alguno
de los actos o incurrido en alguna de las presunciones a que se
refiere los artículos 219 y 220, o cuando hubieren autorizado
expresamente dichos actos u omisiones.

Por otra parte, los factores o representantes del fallido serán


castigados como autores de quiebra, culpable o fraudulenta si, en
representación de su principal o mandante y en conocimiento de
la situación de éste, hubieren ejecutado sin órdenes o
instrucciones suyas alguno de los actos o hubieren incurrido en
alguna de las presunciones a que se refieren los artículos 219 y
220.

2.- LA IMPUTABILIDAD EN LA QUIEBRA ILICITA.-

Para que se cometa el delito de quiebra ilícita se requiere que la


conducta del fallido comerciante sea reprochable en grado de
culpa o dolo. Sin embargo, la ley concursal no definió la figura
tipo de este delito y se limitó solamente a establecer un conjunto
de presunciones relativas al delito de quiebra ilícita, ya sea
culpable o fraudulenta.

264
La actual LQ eliminó las “presunciones de derecho” tanto
respecto de la quiebra culpable como de la quiebra fraudulenta
que establecía la anterior Ley. Lo que ahora existe son
presunciones simples de quiebra culpable o fraudulenta (arts. 219
y 220), que son meras descripciones de tipos o figuras penales,
respecto de las cuales el juez debe proceder a establecer la
responsabilidad criminal según las reglas generales. Este cambio
se debe, a que el artículo 19 N°3° inciso 6° de la C.P.de la R. de
1980, “la ley no podrá presumir de derecho la responsabilidad
penal”.

3.- CLASIFICACION DE LAS PRESUNCIONES.-

La LQ establece presunciones de autoría y de complicidad del


delito de quiebra ilícita. Son presunciones de autoría de quiebra
culpable las indicadas en el art. 219, de quiebra fraudulenta las del
art. 220. De complicidad de quiebra fraudulenta, artículo 221.

A.- PRESUNCIONES DE CULPABILIDAD (autoría).

Art. 219. La quiebra se presume culpable en los siguientes


casos:

1. Si el deudor ha pagado a un acreedor en perjuicio de los


demás, después de la cesación de pagos. El pago hecho por el
fallido a sus acreedores antes de ser declarado en quiebra, se
presume ilícito y es sancionado por el legislador. Para que se
tipifique la acción culpable, la norma exige perjuicio a los
acreedores.

2. Si los gastos domésticos o personales del fallido hubieren


sido excesivos, habida consideración a su capital, a su rango

265
social y al número de personas de su familia. Debido al estado
patrimonial crítico que afecta al deudor y que motiva su
declaración de quiebra, no parece razonable que éste disminuya
su patrimonio en detrimento de los acreedores ni que aparente una
situación económica holgada que no tiene. Dicha conducta
merece ser sancionada al menos en grado de culpa.

3. Si el fallido hubiere perdido fuertes sumas en cualquier


especie de juego, en apuestas cuantiosas o en operaciones
aventuradas de bolsa. El hecho de que el fallido juegue fuertes
sumas de dinero o se dedique a hacer apuestas cuantiosas u
operaciones de bolsa ficticias, evidencia una conducta
imprudente, habida consideración de su estado de cesación de
pagos en que se encuentra. Tal conducta debe ser sancionada
como quiebra ilícita cometida con culpa.

4. Si el deudor calificado no hubiere solicitado su quiebra, o si


la manifestación que hiciere no reuniese las condiciones que
prescribe el artículo 1286. El deudor calificado deberá solicitar
la declaración de su quiebra antes de que transcurran 15 días
contados desde la fecha en que haya cesado en el pago de una
obligación mercantil.

5. Si el deudor fuere declarado en quiebra, por segunda vez,


sin haber cumplido las obligaciones que hubiere contraído en
un convenio precedente. Se trata de un deudor cuya quiebra ha
sido clausurada por convenio solución y que se encuentra
cumpliendo este acuerdo con sus acreedores cuando es declarado
nuevamente en quiebra por cualquiera de las causales que la ley
establece.

6. Si se ausentare o no compareciere al tiempo de la


declaración de quiebra o durante el curso del juicio, o si se

266
negare a dar al síndico explicaciones sobre sus negocios. Esta
norma debe concordarse con el artículo 27 N°3, que impone al
síndico la obligación de “exigir del fallido que le suministre la
información que juzgue necesaria para el mejor desempeño de su
cargo, y le entregue sus libros, papeles y documentos”. Si el
deudor es renuente a cumplir con este deber, la ley califica su
conducta de culpable y sanciona su acción, su desidia o rebeldía
configurando la presunción de quiebra.

7. Si hubiere prestado fianzas o contraído por cuenta ajena


obligaciones desproporcionadas a la situación que tenía
cuando las contrajo, sin garantías suficientes. Para que opere la
presunción se requiere la concurrencia de los siguientes
presupuestos: a) que el fallido haya prestado fianzas o contraído
por cuenta ajena obligaciones; b) que las obligaciones o cauciones
sean desproporcionadas a la situación que tenía cuando las
contrajo; y c) que ellas sean celebradas sin garantías suficientes.
Estos requisitos son copulativos para que tenga lugar la
presunción. Se sanciona la imprudencia temeraria del fallido, que
mediante estos actos pone en peligro a los acreedores.

8. Si hubiere hecho donaciones desproporcionadas a su


situación de fortuna, considerada en el momento de hacerlas.
Resulta reprochable para el legislador que el deudor que se
encuentra en una situación patrimonial crítica de imposibilidad de
pagar haga donaciones desproporcionadas a su fortuna, porque
tales actos pueden envolver el ánimo deliberado de perjudicar a
los acreedores o, al menos, revelan negligencia inexcusable de su
parte. Se trata de una presunción legal que permite al fallido
demostrar que dichas liberalidades no constituyen actos ilícitos.

9. Si no tuviera libros o inventarios o si teniéndolos, no


hubieren sido llevados los libros con la regularidad exigida, de

267
tal suerte que no manifiesten la verdadera situación de su
activo y pasivo. Respecto de quienes no estén obligados a
llevar libros de contabilidad, se aplicarán las normas sobre
tributación simplificada establecidas por el Servicio de
Impuestos Internos. El precepto legal contempla dos situaciones
diferentes: no llevar libros de contabilidad y carecer de
inventarios, y no llevar los libros con la regularidad exigida. Sin
duda que la conducta reprochable del fallido consiste en llevar
una contabilidad que no es verdadera, que no es sincera, que no
refleja la situación de su activo y pasivo porque culpablemente se
ha disminuido el primero y aumentado el segundo.

10. Si no conservare las cartas que se le hubieren dirigido con


relación a sus negocios. Esta presunción debe analizarse en
relación con las normas contenidas en el Párrafo 3 del Título II
del Libro I del Código de Comercio, relativo a la
correspondencia.

11. Si hubiere omitido la inscripción de los documentos que


ordena la ley. El deudor fallido no cumplió con la obligación que
se le impone a todo empresario mercantil de inscribir ciertos
documentos en el Registro de Comercio, particularmente aquellos
a que se refiere el artículo 22 del C.de C., cuya inscripción está
establecida como medida de publicidad a favor de los terceros que
contratan con él. El hecho que el fallido comerciante no cumpla
con esta obligación de publicidad involucra que actúa de mala fe
para ocultar su verdadera situación patrimonial a quienes tengan
interés en entrar en relaciones jurídicas con él.

12. Si agravare el mal estado de sus negocios durante el


período a que se refiere el inciso primero del artículo 177 bis.
Si hubiere sido aprobada la proposición de convenio judicial
preventivo, el deudor no puede ser declarado en quiebra durante

268
los 90 días siguientes. Durante el período no podrá gravar ni
enajenar sus bienes. Durante ese período, no podrá agravar el mal
estado de sus negocios.

B.- PRESUNCIONES DE QUIEBRA FRAUDULENTA


(autoría).

Art. 220. Se presume fraudulenta la quiebra del deudor:

1. Si hubiere ocultado sus bienes.- Se trata de una conducta


evidentemente dolosa, a tal punto que el legislador no permite al
deudor declarado en quiebra probar que la ocultación de bienes
obedece a otras razones o que no es ilícita.

2. Si hubiere reconocido deudas supuestas. El fallido, con el


propósito de defraudar a los acreedores que realmente tiene, crea
acreedores ficticios, supuestos o inexistentes. La mala fe es en
este caso evidente: el deudor, de acuerdo con terceros, inventa
deudas inexistentes para perjudicar a sus verdaderos acreedores,
hasta acreditar que la deuda es falsa o supuesta, la intención
dolosa se presume.

La ley concursal sanciona asimismo a los terceros que intervienen


en este caso de simulación como cómplices de quiebra
fraudulenta.

3. Si hubiere supuesto enajenaciones, con perjuicio de sus


acreedores. El deudor aparenta que se han realizado actos
destinados a transferir la propiedad de ciertos bienes a otra
persona, con la intención de perjudicar a los acreedores. Para
configurar la presunción se requiere que las supuestas

269
enajenaciones hayan efectivamente ocasionado perjuicio a los
acreedores.

Se sanciona como cómplices de quiebra fraudulenta a quienes


auxilien al fallido para ocultar o sustraer sus bienes, sea cual fuere
su naturaleza, antes o después de la declaración de quiebra, el
hecho de ayudar al fallido a suponer enajenaciones implica
auxiliarlo a ocultar o sustraer sus bienes.

4. Si hubiere comprometido en sus propios negocios los bienes


que hubiere recibido en depósito, comisión o administración,
o en el desempeño de un cargo de confianza. Como la norma
legal no establece distinción alguna respecto de la naturaleza de
los bienes, éstos pueden ser de cualquiera clase: muebles,
inmuebles, corporales o incorporales.

5. Si posteriormente a la declaración de quiebra, hubiere


percibido y aplicado a sus propios usos, bienes de la masa.
Deben concurrir tres presupuestos básicos, a saber: a) que el
fallido haya percibido los bienes con posterioridad a su
declaratoria de quiebra; b) que los haya aplicado a usos propios, y
c) que los bienes sean de la masa, es decir, que queden
comprendidos dentro del desasimiento en su aspecto jurídico.

6. Si después de la fecha asignada a la cesación de pagos


hubiere pagado a un acreedor, en perjuicio de los demás,
anticipándole el vencimiento de una deuda. La conducta del
fallido hace presumir el fraude por anticipar el pago de una deuda
a un acreedor después de la cesación de pagos y en perjuicio de
los demás acreedores. Es la anticipación del pago lo que tipifica el
fraude sancionado por la ley.

270
La ley del ramo sanciona asimismo como cómplice del delito de
quiebra ilícita fraudulenta a “los que, con conocimiento de la
cesación de pagos, obtuvieren el pago anticipado del todo o parte
de su crédito”.

7. Si ocultare o inutilizare sus libros, documentos y demás


antecedentes. La conducta del fallido es evidentemente dolosa,
porque la ocultación o la inutilización de sus libros constituyen un
hecho ilícito. Ocultar los libros de contabilidad implica ponerlos
fuera del alcance de las personas que tiene derecho a exigirlos. La
inutilización se refiere a la acción de hacer desaparecer algunas
partidas que le son desfavorables para juzgar su conducta en los
negocios. Si la pérdida o destrucción de los libros es fortuita, le
corresponderá al fallido acreditar esta circunstancia.

8. Si, con la intención de retardar la quiebra, el deudor


hubiere comprado mercaderías para venderlas por menor
precio que el corriente, contraído préstamos a un interés
superior al corriente de plaza, puesto en circulación valores
de crédito o empleado otros arbitrios ruinosos para hacerse
de fondos. Para que opere la presunción se requiere la
concurrencia de dos requisitos: a) intención de retardar la quiebra,
y b) comprar mercaderías para venderlas a menor precio que el
corriente, contraer préstamos a un interés superior del corriente en
plaza, poner en circulación valores de créditos o emplear
cualquier otro arbitrio ruinoso para hacerse de fondos.

9. Si, inmediatamente después de haber comprado mercadería


al fiado, las vendiere con pérdidas. No se exige, como en el
caso anterior, relativo a compras al contado, que el fallido lo haya
hecho con la intención de retardar la quiebra.

271
10. Si, antes o después de la declaración de quiebra, hubiere
comprado para sí por interposición de un tercero y a nombre
de éste, bienes de cualquier clase. Resulta sospechoso al
legislador que el fallido compre bienes a nombre de un tercero o
por intermedio de un tercero, ya que tal acto revela la intención de
perjudicar a sus acreedores.

11. Si no resultare de sus libros la existencia o salida del activo


de su último inventario, o del dinero y valores de cualquier
otra especie que hubieren entrado en su poder posteriormente
a la facción de aquél. La presunción contiene dos casos: a) el
hecho de que los libros de contabilidad del fallido no acrediten la
existencia o salida del activo de su último inventario, y b) que los
libros no acrediten la existencia de dinero y valores de cualquier
otra especie que han entrado con posterioridad al último
inventario.

12. Si, en estado de manifiesta insolvencia, hubiere hecho


donaciones cuantiosas. Dado el estado patrimonial de
imposibilidad de pagar, al cual sin duda se refiere el legislador
cuando habla de “insolvencia manifiesta”, hace presumir que la
donación cuantiosa constituye una conducta dolosa. En
consecuencia, el deudor deberá demostrar que dichos actos se
realizaron sin fraude.

13. Si hubiere celebrado convenios privados con algunos


acreedores en perjuicio de la masa. Esta presunción tiende a
hacer aplicable el principio de la igualdad de los acreedores en la
quiebra y a sancionar el dolo del deudor que pudiendo celebrar
convenios, según las exigencias legales, realiza estas maniobras
para favorecer a algunos de sus acreedores y, seguramente, para
beneficiarse él mismo.

272
La conducta del fallido que incurre en este tipo de acción va
directamente en contra del precepto contenido en el artículo 178,
según el cual el convenio debe ser uno mismo para todos los
acreedores, salvo acuerdo unánime en contrario.

14. Si se ausentare o fugare, llevándose una parte de sus


haberes. El hecho de llevarse una parte de sus bienes implica
sustraer estos mismos del procedimiento concursal para satisfacer
a los acreedores, es precisamente esto lo que tipifica la
presunción, pues si se fuga o ausenta sin llevarse los bienes o
parte de ellos, nos encontramos ante la presunción de quiebra
culpable que establece el artículo 220 N°6.

15. Si el deudor, dentro del ejercicio en el cual cese en el pago


de sus obligaciones o en el inmediatamente anterior, hubiere
omitido, falseado o desvirtuado información de aquella que ha
debido proporcionar de conformidad a la ley, acerca de su
real situación legal, económica o financiera.

16. En general, siempre que hubiere ejecutado dolosamente


una operación cualquiera que disminuya su activo o aumente
su pasivo. Se trata de una disposición de carácter general que
comprende otros casos distintos de los expresamente señalados.
Esta norma amplia tendrá aplicación cuando el deudor ejecute
alguna operación intencionada destinada a disminuir su activo o
aumentar su pasivo, lo que sin duda va contra los intereses de los
acreedores.

C.- COMPLICES DE QUIEBRA FRAUDULENTA.

273
Artículo 221. Se presume que con cómplices de quiebra
fraudulenta:

1. Los que, de acuerdo con el fallido, supusieren créditos o


alteraren los verdaderos en cantidad o fecha;

2. Los que auxiliaren al fallido para ocultar o sustraer sus bienes,


sea cual fuere su naturaleza, antes o después de la declaración de
quiebra;

3. Los que, con conocimiento de la declaración de quiebra,


ocultaren bienes, documentos o papeles de propiedad del fallido
que tuvieren en su poder, o los entregaren a éste y no al síndico;

4. Los que, después de la declaración de quiebra, admitieren


cesiones o endosos del fallido;

5. Los acreedores legítimos que celebraren convenios privados


con el fallido en perjuicio de la masa;

6. Los que, con conocimiento de la cesación de pagos, obtuvieren


el pago anticipado del todo o parte de sus créditos, y

7. Los agentes, corredores o comisionistas que, después de


declarada la quiebra, intervienen en cualquier operación
comercial del fallido, con perjuicio de la masa.

En los demás casos se aplicarán las reglas generales que sobre


complicidad, establece el Código Penal.

 PROCEDIMIENTO

DE LAS PENAS.

274
A pesar que el delito de quiebra ilícita es uno solo, la LQ lo
sanciona de manera diferente según se cometa con dolo o con
culpa.

Tratándose de la quiebra culpable la pena es presidio menor en


cualquiera de sus grados, estos es, de 61 días a 5 años (art. 229
inc.1°).

La quiebra fraudulenta se sanciona con presidio menor en su


grado medio a presidio mayor en su grado mínimo, salvo que
cualquiera de los actos delictuosos que el fallido hubiere cometido
tuviere asignada mayor pena, pues entonces se aplica ésta. La
pena va de 541 días a 10 años.

LA REHABILITACION DEL FALLIDO.

La rehabilitación tiene por objeto hacer cesar las inhabilidades


que pesan sobre la persona del fallido (art. 235).

La rehabilitación del fallido se produce por el solo ministerio de


la ley, en todos aquellos casos en que el procedimiento de
calificación de la quiebra concluya sin sentencia condenatoria por
el delito de quiebra culpable o fraudulenta (art. 236).

La rehabilitación judicial, se aplica respecto del fallido que ha


sido condenado por el delito de quiebra ilícita, sea culpable o
fraudulenta, y requiere expresamente de un pronunciamiento de la
justicia.

La demanda se rehabilitación se interpone ante el juez que ha


conocido de la quiebra del deudor. En este procedimiento la

275
Superintendencia de Quiebras hace las veces de contradictor
respecto del fallido solicitante de rehabilitación.

El deudor civil, puede solicitar su rehabilitación, de conformidad


a lo señalado en el art. 240, siempre que concurran los siguientes
requisitos:

a) Transcurso de un plazo de 1 año desde la declaratoria de


quiebra;
b) Que no se hayan deducido acciones criminales en su
contra dentro de dicho plazo;
c) Que habiendo sido condenado el fallido en alguno de
dichos juicios criminales, hubiere cumplido las penas y satisfecho
íntegramente las deudas.

Vigésima Quinta Parte

LA CESION DE BIENES

1.- Concepto.-

Esta institución no tiene aplicación en la práctica, toda vez que la


ley concursal ha reglamentado el convenio preventivo judicial o
acuerdo extrajudicial y los deudores prefieren recurrir a éstos con
el propósito de evitar la declaración de quiebra.

De acuerdo a lo prevenido en el artículo 1614 del Código Civil, la


cesión de bienes es el abandono voluntario que el deudor hace de
todos los suyos a su acreedor o acreedores, cuando ha
consecuencia de accidentes inevitables, no se haya en estado de
pagar sus deudas.

276
Sólo el deudor no comprendido en el artículo 41, podrá hacer
cesión de bienes, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 1614 del
Código Civil.

2.- Procedimiento de la cesión de bienes.-

El procedimiento a que se sujeta la cesión de bienes es diferente


según ella se haga a uno o varios acreedores.

a) procedimiento de cesión de bienes a un acreedor.-

Si el deudor tuviere un solo acreedor, la solicitud en que haga la


cesión será puesta en conocimiento de éste para que exprese,
dentro del plazo de 6 días, si la acepta o rechaza. La oposición se
tramitará conforme a las reglas del juicio sumario.

La solicitud de cesión de bienes debe ir acompañada de los


mismos antecedentes que debe allegarse a la demanda por la cual
el deudor solicita su propia declaración de quiebra.

El procedimiento anteriormente descrito no tiene aplicación


cuando el acreedor ya ha iniciado acciones ejecutivas en contra
del deudor. En este caso, el deudor puede, sin embargo, solicitar
la cesión de bienes, dentro del plazo fatal de 6 días contado desde
el requerimiento, siguiendo luego la tramitación que establece el
artículo 242. La petición de cesión de bienes no suspende el
procedimiento ejecutivo iniciado contra el deudor, pues se tramita
en ramo separado.

La cesión de bienes se entiende aceptada cuando el acreedor así lo


manifiesta en el juicio correspondiente o cuando el tribunal ha
dictado sentencia en ese sentido.

277
b) procedimiento de cesión de bienes a varios acreedores.-

Habiendo varios acreedores, el procedimiento se inicia mediante


una solicitud del deudor que quiere hacer valer este modo de
pago.

Al proveer la solicitud, el juez no se pronuncia de inmediato sobre


la admisión de la cesión de bienes, sino que toma una serie de
medidas establecidas por el artículo 246, a saber:

1. La designación, en calidad de depositario, de un síndico de la


nómina nacional, para que se reciba de los bienes y documentos
del deudor, bajo inventario confeccionado ante el secretario del
tribunal o el ministro de fe que el juez designare;

2. Que el síndico informe al tribunal sobre las causas del mal


estado de los negocios del deudor;

3. Que todos los acreedores residentes dentro del territorio de la


República se presenten, dentro del plazo de 30 días, con los
documentos justificativos de sus créditos, bajo apercibimiento de
proseguirse la tramitación sin volver a citar a ningún ausente;

4. Que se despachen cartas aéreas certificadas a los acreedores


que se hallen en el extranjero, para que comparezcan dentro del
término del emplazamiento que se indica en la carta;

5.- Que se notifique al síndico y a los acreedores en la forma


dispuesta para la declaración de quiebra.

El síndico, dentro del plazo de 15 días contados desde la


notificación de la cesión, deberá informar al tribunal sobre las

278
causas del mal estado de los negocios del deudor. La presentación
de este informe se notificará a los acreedores por aviso.

Expirado el término de verificación, sin que los acreedores hayan


ejercitado su derecho, el tribunal declara aceptada la cesión de
bienes y ordena notificar esta resolución mediante aviso. Por el
contrario, si los acreedores ejercen su derecho de oposición, se
decidirá según los trámites del juicio sumario, con audiencia del
síndico y del deudor.

3.- Efectos de la cesión de bienes

Hay que distinguir si ésta se acoge o si se rechaza.

a) Resolución que acoge la cesión de bienes.- Tal resolución es


susceptible de recurso de reposición interpuesto por los
acreedores o por tercero interesado.

Los bienes de la cesión abarca sólo los que queden afectos al


concurso, aunque el artículo 1618 del C.C. señala que ella
comprende todos los bienes, salvo los inembargables.

El deudor queda liberado de todo apremio personal. Las deudas se


extinguen hasta la cantidad satisfecha por los bienes cedidos;

Si los bienes son insuficientes y el deudor adquiere otros bienes,


está obligado a completar el pago con éstos. La obligación
prescribe en 5 años contados desde la aceptación de la cesión de
bienes.

La cesión no transfiere la propiedad de los bienes cedidos, sino


que faculta para realizarlos y percibir sus frutos;

279
Los actos del deudor sobre los bienes cedidos después de
aceptada la cesión son nulos; los actos anteriores pueden
revocarse por la acción pauliana del derecho civil.

b) Resolución que rechaza la cesión de bienes.- La sentencia


que rechaza la cesión de bienes declara, a la vez, la quiebra del
deudor.

El juicio de quiebra sigue sustanciándose en el estado que se


encuentre, por todos los trámites de la quiebra, sirviendo de
suficiente llamamiento a los acreedores el practicado durante el
procedimiento de cesión de bienes.

La sentencia que rechaza la cesión de bienes y declara la quiebra


del deudor no es susceptible del recurso especial de reposición,
pero puede interponerse en su contra el recurso de apelación
(art.252). Este recurso se concede en el solo efecto devolutivo, a
menos que lo haga valer el síndico de quiebras, en cuyo caso se
concederá en ambos efectos.

- o0o -

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