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Se Infiel y No Mires Con Quien
Se Infiel y No Mires Con Quien
quién...”
una comedia de
Ray Cooney y John Chapman
PERSONAJES:
Joanna markham
Alistair Spenlow
Sylvie
Linda Lodge
Philip Markham
Henry Lodge
Walter Pangbourne
Olivia Harriet Smythe
Srta. Wilkinson
PRIMER ACTO
ALISTAIR: Alistair Spenlow. (Para sí.) Aunque, más bien, parezco Nerón.
JOANNA: (Al aparato.) Y cobertores color tomate para las sillas… ya veo.
(Cuelga el receptor.)
JOANNA: Sylvie, una taza de café para el Señor Spenlow, por favor. (A
Alistair.) Con eso te vas a sentir mejor.
ALISTAIR: Qué bien, una taza más de café acá y mi hígado va a empezar a
disolverse.
Entra Sylvie Hauser, la empleada doméstica suiza. Es una rubia alta y
hermosa que habla con marcado acento.
JOANNA: Serías tan amable de servirle una taza de café al Señor Spenlow.
SYLVIE: Sí.
JOANNA: Si, no pude decidir qué ponerme esta noche, así que compré dos
vestidos nuevos.
ALISTAIR: Claro que sí. (Deja caer su material, la toma entre sus brazos y
la besa apasionadamente.9
SYLVIE: (Desprendiéndose del beso.) Algo más?
ALISTAIR: (Lujurioso.) Por Dios, qué linda que sos. (La besa nuevamente.)
SYLVIE: Bueno, esta noche salen los dos, tenemos la casa para nosotros.
ALISTAIR: maravilloso. (Se agacha para recoger las telas y Sylvie le da una
palmada en las nalgas.) Ojalá nunca te hubiese enseñado eso.
ALISTAIR: Nada.
Llaman a la puerta de entrada. El tiembre suena como una melodía de
sonidos extraños que se prolonga durante un buen tiempo.
ALISTAIR: Es único!
Entra Linda Lodge. Es una mujer de más de treinta años, vivaz pero de pocas
luces.
LINDA: Divino.
LINDA: Qué bueno. Puede ser que se lleve a Henry para que tome algo con
ellos. Por qué no los llamás por el intercomunicador?
LINDA: Sí, pero, eso no tiene nada que ver. Averiguá cuánto van a tardar.
JOANNA: (Al teléfono.) No, no. Está bien. No quiero hablar con Philip. Solo
saber cuándo piensa subir… terminando qué? (A Linda.) Todavía están
revisando las pruebas de “Harry el avispón”.
JOANNA: (Al teléfono.) No. No hay apuro. Terminen. Ah, Henry, ese es
donde Harry el avispón se enamora de Winnie la avispa?
JOANNA: Walter?
JOANNA: Me contaste?
LINDA: Ay, Joanna, no te enojes conmigo. He sido una esposa fiel durante
14 años durante los cuales recibí montones de cosas buenas.
LINDA: No debería.
Joanna va al bar pero permanece a la vista del público mientras prepara los
tragos.
JOANNA: Estoy segura que la mitad de los chismes que escuchás acerca de
Henry no son ciertos.
JOANNA: Sigue sin ser excusa para que hagas “living la vida loca” con
Walter.
LINDA: todavía no hemos hecho nada, por eso queremos que nos prestes el
departamento.
ALISTAIR: (Entra corriendo desde el estudio.) Un momento, señoras, un
momento. Alguna está sentada sobre mi tijera dentada?
LINDA: Por qué? Philip y vos salen a cenar, y es la noche libre de Sylvie, no?
JOANNA: Todo eso está muy bien pero, qué voy a decirle a Philip?
LINDA: Ni una palabra, espero, esto es solo entre nosotras. Cuando vuelvas
ni siquiera vas a darte cuenta que estuvimos aquí.
JOANNA: No lo hace.
LINDA: Ay, por Dios, sí. Bueno, esta noche íbamos a pasar la noche, nuestra
primera noche, en casa de Walter. (Saca una carta de 3 páginas de su
cartera.)
LINDA: Porque esta tarde recibí esta carta. Ves, Walter tiene una madre.
LINDA: Había arreglado todo para que la madre pasara unos días afuera.
LINDA: Tenés que ayudarnos, querida, mirá lo desesperado que está. (La da
a Joanna la primera página.)
JOANNA: “… me dejó sin aliento por completo. Qué más se puede decir de
momentos como ese? Pura perfección. Sé lo difícil que es para vos
escaparte de tu marido, etc. Pero, por favor, tratá de arreglar algo, Me
imagino que podría ser en…” (A Linda, interesada.) Y…? (Linda le da la
siguiente página.) Ah. (Lee.) “… el departamento de tus amigos. Besos,
Walter.” (Deja todas las hojas de la carta sobre el sofá.) Esto es llevar la
amistad demasiado lejos.
Joanna va hacia el dormitorio seguida por Linda, que ha recofido las hojas
de la carta del sofá.
PHILIP: Ya tengo suficiente con este maldito decorador –mirá lo que está
haciendo- es como vivir en una casa de dibujo animado.
HENRY: No.
HENRY: (Ríe entre dientes.) Hablando del dormitorio, a qué hora se van
esta noche?
HENRY: Qué idea tan espantosa. Te ofrecí este departamento justo arriba
de la oficina porque, como socio, te quiero en lugar de la acción.
PHILIP: Estás tan ocupado con tu vida privada que a penas te dedicás al
negocio. (Se sienta en el escritorio y se pone a ordenar los libros.)
HENRY: Exagerás.
HENRY: decímelo a mí. Quién fue el que dejó que los libros de “Noddy” se
nos escaparan de las manos?
HENRY: Sí. Porque el señor no le veía futuro a un chico con el cuello duro y
una campana en la cabeza.
HENRY: Cosa que fue muy positiva porque tuviste tiempo de leer un libro de
canciones de cuna y dos anuarios para chicas en edad escolar.
PHILIP: Vos tenés toda la diversión que te provee una amante y yo, todas
las complicaciones.
PHILIP: Qué?
HENRY: Y bueno, por la manera en que me dijo “si quiere pensarlo puedo
llamarlo en otro momento, estoy a su disposición…” me di cuenta que no la
iba a tener que remar mucho. (Abre su portafolio y saca la parte de arriba
de un pijama.)
PHILIP: Sigo pensando que tendrías que haber ido a un hotel. (Le saca el
pijama.) Guardá eso. (está por volver a guardarlos en el maletín cuando…) Y
los pantalones?
HENRY: Qué antiguo que sos.
ALISTAIR: Quiero que venga al estudio para decidir sobre estas telas. Ya
le expliqué a la Señor Markham que los cobertores para las sillas en color
rojo tomate…
ALISTAIR: Diseñador.
PHILIP: Eso es lo que siempre dice, y hace meses que está acá. (A Henry.)
Le tomó quince días decorar la habitación de servicio.
PHILIP: Sí. Tengo una color caoba con lunares cremita. (Sale hacia el
estudio seguido por Alistair.)
Linda entra desde el vestidor seguida por Joanna que trae el vestido negro
que va a usar y lo deja sobre la cama.
SYLVIE: Buenas noches, Señora. (Linda sale.) el café del señor Spenlow.
SYLVIE: Sí.
PHILIP: Por supuesto que no. El me estuvo molestando a mí. No veo por qué
tenemos que soportar el gusto espantoso de un extraño en nuestra propia
casa.
ALISTAIR: Espantoso?
PHILIP: En serio?
JOANNA: Digo, mirá lo bien que se viste. Me encantaría que vos también te
vistieras así.
PHILIP: Yo?
PHILIP: No sé cómo pude aguantar a este tipo durante todo este tiempo.
PHILIP: No, bah. Es decir, no para nunca – Es decir, sí. (De pronto.)
Querida, vos me amás, no?
JOANNA: Qué tonto. Claro que te amo. (le da un pequeño abrazo y un beso.)
JOANNA: Sí.
PHILIP: Eh…!
JOANNA: (Culposa.) No, nada. Todo tranquilo, no vino nadie, no hubo visitas,
todo tranquilo. Mirá, voy a preparar algo para tomar; vos preparate un baño
y te tomás algo. Terminate el mío si querés, antes de cambiarte.
PHILIP: O antes.
PHILIP: No sé.
HENRY: “… sin aliento- Qué se puede decir de momentos como ese… marido,
etc. Pero tratá de arreglar algo…” (Comienza a reír por lo que implica.) Estás
seguro que no podés encontrar la página tres?
PHILIP: Sabés que debe ser? Una parte de una carta de amor.
PHILIP: Claro. Quién más puede ser? (Henry no contesta, solo pone una
mano consoladora sobre el hombro de Philip. Lo que Henry implica cae sobre
él.) No pensarás que Joanna…?
HENRY: Apurate y dame algo de tomar, que en un rato tenés que salir.
PHILIP: De cualquier manera, no hay nada que sugiera que fue escrita por
un tipo. (Henry lo mira.) Puede ser de la mujer que dicta el curso de cocina
de “Cordon Bleu”.
PHILIP: “Pero, por favor, tratá de arreglar algo”. Esa debe ser la próxima
lección. (Henry solo asiente.) “Me agrada la idea de probar…”
PHILIP: Fuera!!!
HENRY: Ocupate del tema después de la cena, sí? Los dos tenemos cosas
que hacer esta noche, te acordás? La Señorita Wilkinson.
HENRY: (Mirando su reloj.) Sí, tenés razón. Cuando una esposa descarrila
hay montones de señales. Tendrías que ser un idiota para no darte cuenta.
Así que, olvidate y…
HENRY: Bueno, vos sabés, las afecta de diferentes formas. Algunas salen
corriendo a comprarse ropa nueva.
HENRY: Qué?
PHILIP: (Vuelve a tomar el brazo de Henry otra vez.) Eso es. Prácticamente
trató de seducirme hace cinco minutos. No lo puedo creer, Henry, digo,
siempre le di todo lo que quiso. Le dejé traer a ese decorador retorcido que
metió en la casa desde una cama ovalada hasta un timbre con arreglos para
orquesta.
PHILIP: Qué?
PHILIP: No, no se ríe de nada. La verdad, no. Pero tenemos dos de tres.
Dame esa carta.
JOANNA: Nada, solo venía a decirte que… (de pronto ve a Henry.) Henry!
HENRY: Sí?
HENRY: No.
JOANNA: Qué bueno. Asegurate de no encontrarte con nadie cuando te
vas. (trata de conducirlo a la salida.)
Se ríe con una risa tonta y forzada. Philip la mira y mira a Henry, luego otra
vez a ella.
JOANNA: Ah, solo quería saber qué te parecía éste. (Muestra el vestido y
los zapatos.)
PHILIP: (Observa cuidadosamente un zapato, luego el otro.) Sí, sí, creo que
combinan perfectamente.
JOANNA: Es como un gomero, pero más chiquito. (Se ríe alegremente y sale
por el vestidor.)
PHILIP: Nadie se pone así por comprar una mesa de bambú y un gomero
elastizado. (Entra al dormitorio y deja la carta sobre la cama.)
HENRY: Qué?
HENRY: Y si es culpable?
HENRY: Deberías ver a Linda a la noche, es como irse a la cama con una
multiprocesadora.
Los dos tienen los ojos a la altura del la cerradura cuando Joanna abre la
puerta. Ambos caen de rodillas simulando que buscan algo en el suelo.
PHILIP: Sí.
HENRY: Una moneda de cinco centavos.
Juntos.
PHILIP: Un gemelo.
HENRY: Un gemelo.
Juntos.
PHILIP: Una moneda de cinco centavos.
JOANNA: Mi spray.
PHILIP: No.
HENRY: No entiendo, por qué te quedaron los brazos duros con la laca para
el pelo?
HENRY: Recién casi nos pesca por tu culpa. (Alistair queda petrificado
nuevamente.) Corré la cabeza, quiero ver tanto como vos.
PHILIP: Está bien, está bien, pero fue idea mía.
Alistair reacciona.
Alistair reacciona.
PHILIP: Sshhh! Ojalá hubiese hecho lo que dije que iba a hacer.
HENRY: Qué?
ALISTAIR:
HENRY: (Juntos.) Ahhhh!
PHILIP:
SYLVIE: Muy bien. Voy a desearle las buenas noches antes de salir.
SYLVIE: No hay de qué. (Le da una palmada rápida a Alistair al pasar junto a
él.)
Sylvie sale por el hall mientras los otros dos se quedan mirando a Alistair.
PHILIP: Espero no haberme perdido nada. No, la carta todavía está ahí.
PHILIP: Sí.
HENRY: Y ahora?
HENRY: Debería decir que ese es tu problema. Sos tan monótono ahora
como lo eras entonces.
HENRY: Sí.
JOANNA: (Risa nerviosa.) Ah, qué bueno. (Los dos reaccionan a la risa.) Acá
tengo un mensaje. Ninguno de los dos escuchó el teléfono?
JOANNA: Llamó una tal señora Smythe que va a estar en el Claridge hasta
las ocho. (Regresa hacia el dormitorio, seguida por Philip.)
PHILIP: Uh!
PHILIP: Taxi! Taxi! Siga a ese pedazo de papel… sí, sí, sígalo (Se vuelve
hacia Henry.) Encantador. Voy a bajar a buscarlo.
HENRY: Para cuando llegues abajo va a estar a diez cuadras de acá. (Philip
empuja a Henry hacia el Hall mientras Linda entra con una botella de
champagne. Henry y Linda quedan cara a cara; Henry, sorprendido, comienza
a besarla profusamente. Luego se vuelve hacia Philip.) Es mi mujer.
PHILIP: Ya lo sé.
HENRY: Solo vine para discutir la tapa de “Harry el avispón”. Fue un lindo
día, no?
HENRY: Viento.
JOANNA: Qué linda sorpresa. (Risa falsa.) Qué te trae por acá?
HENRY: No, no, solo tengo que arreglar esta cuestión del libro con Philip.
JOANNA: A la oficina?
LINDA: No, gracias. (Lo empuja dentro del bar y cierra la puerta.)
LINDA: Quería poner a enfriar el champagne. Podés ponerlo vos? Voy a casa
a ponerme algo más prometedor. Ah, dónde guardás el té?
JOANNA: El té?
JOANNA: Sí, está acá… (A Linda.) Quiere hablar con vos. Debe estar loco.
HENRY: Sí.
LINDA: Ah, sí… (Al teléfono.) No, no, es Henry… tu sobrino… mi marido…
Henry… H-E-N-
LINDA: Chau, tío Jorge. Si no, la cuenta del teléfono, después… (Cuelga
violentamente y le da el teléfono a Henry. Sale corriendo hacia el living.)
LINDA: Ah.
HENRY: Que tuvo una idea muy original acerca de… de… de una tortuga.
LINDA: En serio.
HENRY: Sí… no, ese es el nombre del autor. Todavía no decidimos un nombre
para la tortuga. De hecho, es una de las razones por las que vamos a
encontrarnos esta noche. Todavía no conozco personalmente a este…
HENRY: (Tomándolo del brazo.) Bueno. Vamos a lidiar con el brazo armado
de la ley y, después, te vestís y te vas.
ALISTAIR: Ya veo!
PHILIP: Y no antes.
PHILIP: (Tiene una reacción tardía mientras Henry lo empuja hacia el hall.)
Cumpleaños? (Salen.)
ALISTAIR: No, son para el estudio del “amo”, pero no quiere darme su
opinión.
JOANNA: Qué?
ALISTAIR: Acá.
JOANNA: No!
ALISTAIR: Qué?
JOANNA: Claro que sí…! Quiero decir, podría… vos podrías molestar a
alguien más.
ALISTAIR: En serio?
Suena el teléfono.
HENRY: Yo tampoco. (Al teléfono.) Sí, señorita, habla Lodge… sí, sí, estaba
por llamarla pero me demoró un asunto… sí, obviamente… por supuesto que
me interesa!... No lo sé pero, para una entrevista personal, digamos… ocho y
treinta, le parece? Perfectamente… Voy a estar esperando… hasta luego.
(Cuelga el receptor.) El futuro promete.
ALISTAIR: Puaj!
PHILIP: (Con una sonrisa sarcástica.) Todos los días aprendemos algo nuevo
del otro, no es cierto querida?
HENRY: Precisamente.
PHILIP: Y qué?
JOANNA: Solo digo que tenemos que estar listos para ir a cenar y Henry
tiene que encontrarse con Bill.
JOANNA: Compañía.
JOANNA: No señor!
HENRY: No señor!
PHILIP: Sí, quiero algo que haga juego con el timbre sinfónico.
PHILIP: Me encanta.
PHILIP: Callate.
JOANNA: En casa!!!?
HENRY: No podés!
JOANNA: No podés!
ALISTAIR: No podés!
ALISTAIR: Nada.
PHILIP: (A Joanna.) Esta noche nos quedamos acá. Tenés algo que decir?
ALISTAIR: Ah!
HENRY: No. Es acerca de este tipo con el que me tengo que encontrar a la
noche.
JOANNA: No. (Se ríe.) Todavía no. (Presionada, trata de cambiar de tema.)
Ya resolviste la cuestión del plástico naranja, Alistair?
PHILIP: No se moleste.
El teléfono, todavía en la mano de Joanna, vuelve a sonar. Ella y Henry lo
miran sospechando, a ninguno de los dos le interesa saber quién es, así que
tratan de ignorarlo y se sonríen mutuamente, esperando que deje de sonar.
Alistair sale. Philip queda pasmado al escuchar que Alistair ha usado la frase
de la carte. Se mueve, casi en trance, hacia el hall en busca de Alistair.
HENRY: No, yo tampoco. Dame el teléfono, Jo. (Se acerca para tomar el
aparato.)
PHILIP: Escuchaste?
HENRY: En serio?
PHILIP: Por eso hace tres meses que está acá. Qué trabajo ni trabajo. Tené
cuidado. La próxima vez que quieras cortinas nuevas en tu casa, colgalas vos
mismo.
HENRY: Shhh!
PHILIP: Pará. Las páginas que faltan pueden estar en su cartera. (recoge la
cartera del escritorio y comienza a revisar dentro.)
HENRY: Y…?
HENRY: Estoy seguro que no es Spenlow. (Se ríe entre dientes.) No es uno
de esos?
PHILIP: Qué?
ALISTAIR: (Luchando con el peso de los catálogos.) Qué bueno, traje todo,
incluyendo una hernia de disco.
JOANNA: …No, discúlpame, Linda, esta noche no… Bueno, todo lo que tenés
que hacer es llamar nuevamente a Walter y decirle que no pueden venir
acá… No sé, probá en el Jardín de invierno de Derry and Toms. Chau. (Deja
el teléfono y luego, todo sonrisas, entra el living.) Y querido, está todo bien?
PHILIP: (Con todo el coraje del que es capaz.) Usted es puto, si o no?
PHILIP: Mire, Spenlow, yo no creo que usted sea, pero mi amigo cree que no
cabe la menor duda.
ALISTAIR: En serio?
PHILIP: Por qué tuve que escuchar a Henry? Yo sabía que tenía razón.
PHILIP: (Se pone de pie.) Usted, Spenlow, es mosntruoso. (Se mueve hacia
el proscenio, presa de la angustia.)
Philip hunde la cabeza entre sus manos. Al mismo tiempo, Alistair se agacha
para recoger uno de los catálogos que se había caído y Sylvie entra por
detrás de él, vestida para salir y cartera en mano. Al ver a Alistair
agachado, le da una palmada en el trasero al pasar.
Sylvie mira divertida. Alistair se sorprende al ver que ha sido ella y Philip
mira a su alrededor sorprendido.
PHILIP: Sí!
ALISTAIR: Usted?
PHILIP: Sí. Y no me había dado cuanta cuánto hasta el día de hoy. (Se
sienta, abatido.)
HENRY: (Entra.) La perdí por cinco minutos. Ya viene para acá. Voy a tener
que esperarla en la puerta de abajo. 8Ve a Philip.) todo bien?
HENRY: Mis más sinceras disculpas. (Se acerca para estrecharle la mano.)
PHILIP: Qué?
PHILIP: Para mí suena muy serio (A Alistair.) Y, sin duda, deben haber
progresado desde entonces? Cuánto más piensan seguir adelante?
HENRY: (Se ubica rápidamente entre ambos.) Nada de violencia, por favor!
PHILIP: Apúrese!
PHILIP: (Se vuelve hacia Joanna.) Esto se acabó. No soy tan tonto como
parezco, sabés.
PHILIP: Ahhhh!
JOANNA: Dónde encontraste eso?
JOANNA: Ni siquiera es mi… (Ve a Henry junto a ella.) …mi… mi Dios! (Emite
su risa tonta.) Más tarde te explico.
HENRY: Confesó.
PHILIP: (Lo detiene.) Vos te quedás acá. Sos mi único testigo. (Alistair
entra desde el vestidor y va hacia el living.) Hay algunos de nosotros que
todavía creemos en la moral y la decencia. (ve a Alistair.) Ah, pase, mi mujer
está lista, ahí está la cama, el pijama está debajo de la almohada… la mejor
de las suertes, eh!
ALISTAIR: Perdón?
JOANNA: Philip, querido, por favor…
TELÓN
SEGUNDO ACTO
ALISTAIR: No, Señora Markham, por favor. Creo que es una mujer
encantadora y aprecio su invitación pero…
ALISTAIR: (Aún nervioso.) Bueno, yo… esteeee… me parece que con una
está bien para mí, estoy sintiendo mucho calor… (rápidamente.) Un calor
agradable.
Joanna levanta el cubrecama, dejando ver las sábanas color naranja y las
almohadas.
JOANNA: Almohadas?
JOANNA: Cuántas!?
ALISTAIR: Sí, está bien, si estuvo durmiendo de ese lado durante tantos
años--- bueno, en realidad, no tantos.
ALISTAIR: Sylvie!
JOANNA: Salió.
ALISTAIR: Sí. Absolutamente. Más vale pájaro en mano… Voy a dejar una
nota en la puerta. (Corre al escritorio y escribe una nota.)
ALISTAIR: Me encanta.
ALISTAIR: Completamente.
JOANNA: No me gustaría que te sintieses culpable.
JOANNA: No te gusta?
JOANNA: Lo es.
ALISTAIR: Obviamente.
WALTER: Ah…
JOANNA: Lo es.
WALTER: Cuando llamé más temprano, la Señora Lodge me dijo que acá, en
fin… podíamos…
JOANNA: Y no volvió a llamarlo más tarde para decirle que, acá, no podían?
LINDA: Te digo que, cuando estaba entrando, casi me tropiezo con él.
LINDA: Lo de siempre. Mirando cada mina que pasa. Estuve a punto de darle
un sopapo.
JOANNA: A vos tendría que darte un sopapo. Perdiste una de las hojas de
la carta de Walter.
LINDA: NO.
JOANNA: Claro que lo vi. Anda por acá, en alguna parte. Buscalo y váyanse.
LINDA: Para qué? Si Philip se fue, vos podés salir a dar una vuelta y nos
queda el departamento para nosotros solos. (Entra al dormitorio.)
Linda levanta la colcha y queda pasmada al ver a Alistair con los ojos
cerrados y acurrucado de miedo.
WALTER: (Sale.) Está segura que… (Ve a Linda.) Ah, Lindy Loo.
WALTER: Bueno, pero, ya que estamos acá, podemos llegar a algún arreglo.
WALTER: Lo que quiero decir es que, ya que estamos acá, sería una lástima.
LINDA: Maravilloso.
WALTER: Y tu marido?
LINDA: No hay nadie ahí a esta hora y, además, Henry estaría encantado.
Siempre quiso que hiciera algo en la oficina.
WALTER: Y, una vez más, perdón por la interrupción. Espero que puedan
retomar donde habían dejado…
ALISTAIR: (Luego de una pausa.) Bueno, parece que se las van a arreglar.
Dónde estábamos?
ALISTAIR: Pensé que iba a ser así cuando su marido dijo que no le
importaba. Después de todo, él mismo me ofreció su pijama, su cama y su
mujer. Y después, cuando se fue tratándola de esa manera y diciendo que se
iba a buscar una mujer joven…
ALISTAIR: Essaaaa!
ALISTAIR: Perdón.
PHILIP: (Poniéndose de pie.) Pero, qué diablos… pensé que había salido.
PHILIP: Yo sí, y ojalá no lo entendiera. Qué está haciendo con ese baby
doll?
SYLVIE: (Buscando una excusa.) Me parece que necesito una acostada bien
larga.
SYLVIE: No creo que deba seguir mirando por ahí, Señor Markham. (Señala
la cerradura.)
SYLVIE: (Determinada.) Pero me parece que tendría que saber que lo que
está pasando ahí dentro no es nada bueno.
PHILIP: Ya lo sé!
Alistair entra desde el vestidor llevando una bata y cantando “leven Anclas”
que, rápidamente desemboca en la melodía sola, sin la letra. En cuanto lo
escucha cantar, Philip vuelve a la cerradura pero, en ese momento, Alistair
ha dejado caer la bata sobre la cama, se ha quitado la chaqueta del pijama y
la ha colgado del picaporte, impidiendo que Philip pueda ver hacia dentro.
Philip reacciona con furia. Mientras Alistair va a contemplarse frente al
espejo Alistair trata de espiar a través de las persianas, sin éxito.
ALISTAIR: (Mientras rebota sentado sobre el colchón.) Uh, uh, uh, uh, uh,
uh, uhhhh…! (Philip, imposibilitado de ver, escucha angustiado. Alistair deja
de rebotar y da una fuerte palmada sobre el colchón.) Eso bebé, qué bueno.
SRA.SMYTHE: (Off.) Hay alguien en casa… hay alguien en casa? (Entra con
su cartera y un portafolios. Es una dama de la alta burguesía rural, algo
alocada.) Puedo pasar? Ya pasé.
SYLVIE: Eh!
SRA. SMYTHE: (Sobresaltada.) Ahhh!
SRA. SMYTHE: Soy la Señora Smythe. Llamé para ver al Señor Markham.
Usted es la chica que…? (Sylvie mira hacia la puerta del dormitorio, rompe
en llanto y sale hacia su habitación.) Nunca se sabe qué hacer con los
extranjeros.
Mientras la Señora Smythe recoge las hojas caídas Joanna y Alistair entran
en el dormitorio sin haber notado su presencia en el living.
Joanna vuelve al vestidor. Alistair sale con la parte de arriba del pijama y la
bata mientras Sylvie entra desde el hall. Ambos se detienen al verse el uno
al otro. Alistair va hacia ella con los brazos abiertos, Sylvie le pisa un pie y
sale.
SRA. SMYTHE: No, tres. Quiero que el Señor Makham lea este libro que he
escrito.
SRA. SMYTHE: No, no puedo. Tengo que estar de vuelta en Norfolk con mis
cachorritos. Quiero una decisión del Señor Markham acerca de mi libro esta
misma noche.
JOANNA: Es imposible.
JOANNA: (Sonríe con cortesía.) Los libros de Ba-Bau. Sí, bueno, por
supuesto, si usted fuese una Olivia Harriet… (De pronto se da cuenta.)
Smythe! (Mira el libro y lee el título.) “Nuevas aventuras de Ba-Bau y
Ladridito. Por Olivia Harriet Smythe.”
JOANNA: (Se lanza sobre ella.) Mi querida Señora Smythe, pase, siéntese.
(la hace sentar rápidamente.)
JOANNA: No lo sé. Estoy pensando. Voy a llamar a la casa del Señor Lodge
y le voy a dejar un mensaje.
ALISTAIR: Debo…?
ALISTAIR: sí.
SRA. SMYTHE: Qué bueno. Bueno, me gustaría que pudiese leer mi libro
esta misma noche, si es posible.
ALISTAIR: No.
JOANNA: No se preocupe.
SRA. SMYTHE: Por eso quiero un nuevo editor. Hay mucho sexo dando
vueltas en estos días. Por eso estamos bajando tan rápido la pendiente.
Toda esta desnudez frontal… muy desagradable. Y lo que objeto es que me
lo echen a la cara.
JOANNA: Sí.
SRA. SMYTHE: Sí. Sí. Creo que me voy a sentir más a gusto si se lo saca.
Ahhh…! Lo que acabo de decir!
JOANNA: Pasa medio millón al año.. La Sra. Smythe y sus libros de Ba-Bau
son lo más desde Mickey Mouse.
ALISTAIR: Dios nos ayude.
JOANNA: Perdón?
JOANNA: Más tarde vemos. Metete ahí. (Abre la puerta del dormitorio, lo
empuja y entra detrás de él.)
ALISTAIR: (Se ríe.) No, tengo cosquillas. Voy a pasar por un tonto.
PHILIP: Cállese!
PHILIP: Sí! Tenés razón. Soy un tonto por haberle dado los mejores años de
mi vida a una ramera.
ALISTAIR: Si me llama así una vez más… (Levanta su puño hacia Philip.)
PHILIP: Yo!!!? Siempre te dormís antes que termine de sacarme las medias.
JOANNA: Su antiguó editor se metió con algo pornográfico, así que quiere
que te ocupes de todos los futuros libros de Ba-Bau.
PHILIP: (Se sacude, excitado.) Los libros de Ba-Bau! Quiere que publique
los… eso nos va a poner en la cima junto con “Hodder y Stoughton”. (Se
vuelve excitado hacia Alistair.) Escuchó eso? Quiere que publiquemos los
libros de Ba-Bau. El Perro Chucho, Ladridote, Ladridito.
ALISTAIR: Cállese.
PHILIP: Qué?
PHILIP: Alistair?
JOANNA: Sí. Alistair va a conversar con la Sra. Smythe acerca del
contrato.
ALISTAIR: Albañil!!?
PHILIP: Sí. Está parado en la esquina mirando las chicas que pasan.
Philip sale mientras la puerta del estudio se abre y aparece la Sra. Smythe.
SRA. SMYTHE: Mire, le tengo que explicar. Nos deshicimos del perro, no
del jardinero. Y usted sigue en pijama.
ALISTAIR: Sí.
SRA. SMYTHE: (Se detiene y va hacia Alistair.) Pero este es, seguramente,
un negocio importante.
ALISTAIR: gracias.
SRA. SMYTHE: Usted es un pícaro. Debe estar, sin duda… (Sonríe.) Tal vez
sea mejor que hable con el Señor Lodge.
ALISTAIR: Yo también.
Suena el intercomunicador.
SRA. SMYTHE: Espero que el señor Lodge no tarde. Tengo ese problemita
con mi tren.
ALISTAIR: Querida!
SYLVIE: Ah, ahí estás. Tengo que decirte que te vio en la cama con esa otra
persona.
PHILIP: Quedate con ella mientras arreglo esto. Después voy a hablar con
ella.
JOANNA: Pero vos no sabés suficiente de esa parte del negocio. Solo te
dedicás a leer los libros.
JOANNA: En Perrolandia?
SRTA. WILKINSON: Sr. Lodge? Soy yo, la Señorita Wilkinson. (Se siente
impresionada al recorrer la habitación con la vista.) Señor Lodge?
PHILIP: (Al teléfono.) Hola, operadora… operadora…?
PHILIP: Hola! Eh…! (La confunde con la Señora Smythe.) Pensé que todavía
estaba conversando en el… con mi… esteeee… (Cuelga el teléfono.) Le pido
mil disculpas, debe estar tan impaciente.
PHILIP: Eh, bueno… (Decide hacerse cargo.) Por supuesto, quién más?
Henry Lodge, socio gerente de Lodge y Markham y déjeme decirle cuánto
me estremece esta oportunidad de ocuparme de usted.
PHILIP: No, y debo decir que es usted mucho más joven de lo que esperaba.
SRTA. WILKINSON: Bueno, a decir verdad, pensé que al menos nos íbamos
a tomar un tiempo para conocernos, usted sabe, charlar y tomar algo.
Sirve dos copas de champagne en las copas y de la botella que había traído
Joanna antes.
PHILIP: Una cosa que debemos dejar en claro antes de empezar. Cuánto
tiempo desea que dure nuestra relación?
SRTA. WILKINSON: eso qué significa?
PHILIP: Pero hay una cosa que puedo prometerle, será tratada con la mayor
cortesía. Por favor, diga que sí. Significaría mucho para mí.
PHILIP: Maravilloso, maravilloso. Lo único que lamento es que todo haya sido
tan a las apuradas esta noche. (Philip agarra la copa y la deja, junto a la
suya, sobre la mesa de luz. Mientras se da vuelta, en un único y rápido
movimiento, desabrocha su vestido y lo deja caer.) Le aseguro que tendrá
toda mi devota y constante atención. Solo es cuestión de redactar un
simple… (Se da vuelta y, al verla, se detiene abruptamente. La Srta.
Wilkinson ha dejado caer su vestido, se quita los zapatos y se mete en la
cama. La mente de Philip da vueltas durante diez segundos. Finalmente.) Se
siente bien?
HENRY: Smythe?
HENRY: Wilkinson?
SRTA. WILKINSON: Bueno, no veo mucho futuro para mí acá, así que, si no
les molesta, podrían salir de la habitación mientras me visto? (Se pone de
pie sobre la cama cubriéndose con la sábana.)
HENRY: (Sin sacar los ojos de la Srta. Wilkinson.) Es lo que trato de hacer.
PHILIP: No.
JOANNA: Phi…
PHILIP: (Entra al living y cierra la puerta detrás de sí.) Qué querés? Qué
querés?
JOANNA: Bueno, qué están haciendo con esta mujer y sus condenados…
(hace un gesto de fastidio con las manos que se presta a confusión con los
senos femeninos.)
PHILIP: Ni lo toqué.
Henry entra.
JOANNA: Se puede saber qué diablos pasa…? (Ve a Henry.) Vos no estabas
preso?
JOANNA: Le voy a decir que estás acá, Henry. (Va rápidamente hacia el
estudio.)
PHILIP: Ya lo creo. Así que, primero, sacá del medio a la señorita Wilkinson.
HENRY: Es más seguro sacar del medio a la Señorita Smythe. Ahora mismo
voy a conseguir que firme uno de nuestros borradores de contrato.
Cuando la puerta del estudio se abre, Philip se zambulle dentro del bar y
cierra la puerta. Joanna y la Señora Smythe entran desde el estudio.
SRA. SMYTHE: Es muy, pero muy difícil, Señora Markham. Mi mayor
preocupación es qué hacer en la época de apareamiento.
JOANNA. Te vas?
ALISTAIR: Voy a dejar todo en manos del Señor Lodge, tengo mejores
cosas que hacer esta noche.
SRA. SMYTHE: Dónde está? Por qué no dejan que venga a conocer a la tía
Olivia?
JOANNA: Puede ser que se recupere más tarde. Mientras tanto, por qué no
tomamos algo?
JOANNA: No.
SRA. SMYTHE: En exceso, quiero decir. Uno de mis tíos murió a causa de
eso… de la bebida, no de lo otro…
JOANNA: Sí.
SRA. SMYTHE: Y debería haber visto lo que le hizo a uno de los hombres
que me atendía. Pero, puede ser uno chiquito para celebrar el acuerdo! Sin
mencionar la luna de miel. (Se ríe entre dientes.)
ALISTAIR: Creo que yo también voy a tomar uno. (Va hacia el bar.)
Abre la puerta y queda frente a frente con Philip que está sin su saco y con
un repasador calzado en el pantalón a modo de delantal. Hace lo posible por
lucir como un mayordomo.
PHILIP: Así fue, Señora, pero recordé que había dejado algunos platos por
lavar.
ALISTAIR: Bueno, todos querríamos una copa, Señor Mar – Mar – Martini
para mí. Y usted, Señora, digo… vos, querida?
ALISTAIR: Smythe.
ALISTAIR: Sherry.
Philip sale hacia el bar con su caminar de mayordomo. Joanna levanta los
ojos al cielo.
SRA. SMYTHE: Está bien, Señor Markham, puedo entender que esté
irritable. Debe estar ansioso por volver a la cama!
JOANNA: Ah, sí, Philip. Lo que dije es que me parecía que Philips debería
estar aquí.
SRA. SMYTHE: No veo qué puede tener que ver con esto su mayordomo.
ALISTAIR: No es necesario.
SRA. SMYTHE: (A Alistair.) Este Señor Lodge parece ser bastante elusivo.
ALISTAIR: Sí.
JOANNA: Y…?
HENRY: Parásitos?
HENRY: Hmmm…
PHILIP: No, señor, mis respetos. Nos vimos hace un momento. Soy Philips, el
mayordomo.
HENRY: El mayordomo?
HENRY: El nuevo…
PHILIP: Sucio.
ALISTAIR: Esteee…
JOANNA: Labrador
(Juntos.)
ALISTAIR: Poodle.
JOANNA: Poodle.
(Juntos.)
ALISTAIR: Labrador.
PHILIP: Philips.
SRA. SMYTHE: Caramba! Hubiera jurado que este acuerdo era motivo de
interés para usted.
PHILIP: Por supuesto que lo es, señora. Y me atrevo a decir que el patrón
estaba absorto pensando en la cuestión de la comisión, que debe ser del
porcentaje habitual. Y sugiero que, inicialmente, la duración del contrato sea
de tres años. (Coloca la cabeza entre la Sra. Smythe y Henry para ver lo que
este escribe.)
SRA. SMYTHE: (A Joanna.) Tiene mucho que decir para ser solo el
mayordomo.
SRA. SMYTHE: (Mirándose los dedos.) Ah, la lapicera pierde. (se pone de
pie.) Puedo usar su baño?
JOANNA. Sí.
PHILIP: Sí.
HENRY: No!
PHILIP: No!
La Sra. Smythe se dirige hacia la puerta del baño pero Henry corre para
llegar antes que ella.
HENRY: El que llega primero lo usa primero! Pelito pa’ la vieja! (Entra al
dormitorio, cierra la puerta detrás de sí y corre al vestidor a toda
velocidad.)
SRA. SMYTHE: Bueno, pero, qué hago con mis manchas de tinta?
SRA. SMYTHE: NO, supongo que no, pero eso no disculpa el comportamiento
del Señor Lodge.
JOANNA: No estoy segura pero, creo que Philip tiene una chica desnuda
escondida en el baño.
LINDA: Henry?
LINDA: Cómo?
JOANNA: Sí!
ALISTAIR: En el baño.
LINDA: de Philip?
JOANNA: Alistair, alguien podría demandarte por las cosas has dicho aquí
esta noche. (A Linda.) Y vos, todo lo que necesitás saber es que la Señora
Smyhte está en el estudio. Y ahora, andate.
JOANNA: (A Linda, con voz fuerte y clara.) Esta es la Sra. Smythe –la
famosa autora- que en este momento está firmando su contrato con el
Señor Markham (Señala a Alistair.) y con el Señor Lodge (Señala el
dormitorio.) Y Alistair es el perro.
LINDA: Eh?
LINDA: Eh…
LINDA: Sylvie?
JOANNA: En serio?
LINDA: Helga?
LINDA: Hermana?
LINDA: Dónde?
JOANNA: Con Helga!
LINDA: (Divertida.) Oh, ia! (Con marcado acento alemán.) Vamos a la cocinen
para hace sanguchen… cómo estuven?
SRA. SMYTHE: Me parece, Señor Markham, que esta luna de miel demorada
está afectando a su esposa.
ALISTAIR: Podemos llamarlo una postergación.
Philip reacciona.
PHILIP: la única vez que estuve en las afueras pesqué una linda bronquitis.
Henry regresa del vestidor seguido por una quejosa señorita Wilkinson. Los
diálogos siguientes suceden simultáneamente en cada habitación pero el que
predomina es el de la Señorita Wilkinson.
SRA. SMYTHE: No puedo aceptar que Norfolk haya tenido algo que ver con
su bronquitis, Philips. Todo el mundo lo considera sumamente benéfico.
SRA. SMYTHE: Ah, Señor Lodge, qué es lo que sabe acerca de los
alrededores?
SRA. SMYTHE: Dios nos libre. (A Philip.) Sería más seguro que se quede en
casa en el futuro.
SRA. SMYTHE: (Mira su reloj.) Y yo tengo que volver a la mía. Dónde están
esas notas que había preparado, Señor Lodge?
HENRY: Aquí las tiene, Señora. (recoge los papeles de la mesa y se los
entrega.)
ALISTAIR: Nada de secretos, Philips. Si tiene algo que decir, dígalo en voz
alta.
PHILIP: Claro que sí, señor. Decía que una ocasión tan auspiciosa merece un
brindis.
JOANNA: (Entra desde el hall.) Bueno, esos sándwiches van a estar… (Ve a
Walter.) Ahhh! Y usted de dónde salió?
SRA. SMYTHE: (Señalando el bar.) del mismo lugar que todo el mundo.
A todos les cuesta digerir esta novedad, luego se vuelven todos hacia
Alistair.
WALTER: En la canasta?
HENRY: En la canasta.
JOANNA: ha estado ahí desde que terminó una pequeña reunión que hubo
después de la boda. Estaba un poquito bebido.
PHILIP:
WALTER: (Todos al mismo tiempo.) Sí?
ALISTAIR:
Walter regresa al bar mientras Linda entra con un pequeño delantal y una
bandeja de sándwiches.
La bandeja vuela por los aires y todos se ponen a tratar de juntar los
sándwiches.
ALISTAIR: Y el es Walter.
SRA. SMYTHE: No, así están bien. Chancho limpio nunca engorda, no es
verdad, Señor Lodge?
La Sra. Smythe queda pasmada al igual que todos los demás, incluyendo a
Philip, que se deshace en disculpas gesticuladas.
HENRY: Le aseguro, Sra. Smythe, que es mucho menos serio que una… (hace
la mímica de una palmada con los dedos hacia arriba y silba.)
SRA. SMYHTE: Sí, me parece lo mejor. (Se sienta mirando a los hombre con
desconfianza, pensando que puede recibir otra palmada.)
LINDA: (Con reverencias a cada uno.) Gutte nacht, Frau Markham, gutte
nacht, mein mayordomen, gutte nacht, suegro, gutte nacht, fraulein
Schmidt ny gutte nacht, Herr Stodge.
HENRY: Maravilloso.
JOANNA: estupendo.
SRA. SMYTHE: Sí, todo está bien excepto esta opción de tres años.
PHILIP: Ole!
HENRY: Vamos a cambiar 3 años por doce meses así, usted y yo, Señora
Smythe, podemos inicialar cada cláusula.
HENRY: Muy bien. Ahora, la segunda. Ahora, usted. (Philip le toca el brazo.)
Salga de acá. (Le toca el brazo nuevamente.) Salga de acá.
SRA. SMYTHE: Sí, sí, creo que con esto terminamos. (Notando los últimos
movimientos de Henry.) Qué le pasa… su vieja herida de guerra otra vez?
PHILIP: (Se ha dado por vencido en la búsqueda de la llave y regresa junto a
la puerta del dormitorio. Murmura por las aberturas nuevamente.) Espere un
poco. (Coloca el vestido y las medias a través de las aberturas de las
persianas. La Srta. Wilkinson los jala hacia dentro.)
JOANNA: Si me permiten…?
HENRY: Por qué no me la pediste? (Saca la llave del bolsillo del saco y
destraba la puerta del dormitorio.)
SRA. SMYTHE: (Que encuentra el boleto.) Acá está. Es un alivio estar con
un equipo íntegro y saludable.
SRA. SMYTHE: (A Philip.) Bueno, espero que pueda aprender algo de todo
esto.
JOANNA: Gracias.
SRA. SMYTHE: (Con intención, hacia Philip.) Sí, me gustaría decirlo. (Sale
seguida por Philip.)
HENRY: Bueno, zafamos. Bien hecho, Jo. (La abraza y la besa en la mejilla.)
Y usted también, Alistair.
Henry va hacia Alistair pero este se aleja, creyendo que también recibirá un
beso.
ALISTAIR: No se atreva.
PHILIP: (Junto.) he sido fiel durante quince años, quince largos años
durante los cuales mi único esparcimiento ha sido una ronda de golf…
HENRY: (Junto.) Me parece, Linda, que tengo derecho a saber por qué
tratabas de parecer alemana y te hacías pasar por Sylvie…
JOANNA: (Junto.) Cuando pienso en todas las maneras en las que me has
llamado esta noche, creo que tenés suerte que no haga las valijas y me
vaya…
HENRY: (Lo palmea nuevamente.) Ya sé que debe ser terrible, pero perder
la cabeza no te va a ayudar. Vamos, Jo, decile la verdad.
HENRY: Ahí tenés, no tiene nada que ver con ninguno de los… Que es qué!!!?
Me estás diciendo que estuviste teniendo una aventura?
HENRY: Callate! (Luego a Linda.) Me estás diciendo que ese nabo te parece
más atractivo que yo?
HENRY: Muy bien, de ahora en más voy a estar en casa todas las noches.
LINDA: Dónde?
HENRY: A casa.
PHILIP: Sí.
PHILIP: Aterrorizado.
Joanna se ríe y lo besa. Alistair entra con Sylvie desde la derecha del hall.
PHILIP: Así es. Por eso, a partir de ahora, vos y yo vamos a tener las dos
semanas de vacaciones más maravillosas.
PHILIP: En la cama.
JOANNA: (Luego a Philip.) Eso es todo por esta noche. Gracias, Philips.