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“HISTORIA DE LA HACIENDA SARRAPIAL”

Casona típica modelo o réplica de la Casa del Libertador Simón Bolívar, en


Santa Marta, Colombia. De una gran belleza escénica, es un punto de referencia
desde el punto de vista turístico, recreativo y ambiental. Está atravesada por una
quebrada conocida con el nombre de Las Piñas, enclavada en área boscosa por la
cual transcurre el río del mismo nombre.

Esta hacienda pertenecía a Don Epaminondas Salazar Serrano, propietario de


530 hectáreas de tierras. Que se extendían por el Norte, sitio de Tipuro, (El
palacio de Justicia) por el Sur con el río Guarapiche, (Fervenca) por el Este con el
Hato Santa Elena, (vía San Luís, Caripito) y por el Oeste La Parroquia Boquerón
(Escuela Básica “Simón Bolívar”).

Don Epaminondas nació en 1876, sus padres fueron Don Diego Salazar y Doña
Virginia Serrano. Acompañado en su vida de una gran mujer, que llevaba por
nombre Doña Leovigilda Rebollo de Salazar, ésta dama nació el 22 de Octubre
de 1874, en San Joaquín, Estado Anzoátegui. Sus padres fueron el General José
Pío Rebollo y Juana María Guzmán.

Esta extraordinaria pareja, llevó por largos años este gran emporio, que llegó a
generar trabajo para más de 1500 personas. Laboraban día a día con diversas
cuadrillas que labraban en sus dominios. Allí vivían estas personas en una
casona con gran balcón que se encontraba en donde hoy día funciona el
Instituto Nacional de Tierras (INIT). Para la época de cosecha, llamaban

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peones auxiliares, los cuales iniciaban sus labores alrededor de las 3:00 a.m
hasta las 9:00 p.m. en diversos turnos, Las cuadrillas se distribuían de la
siguiente manera:
Cuadrillas del Aserradero: Eran responsables de la elaboración de mesas, sillas,
puertas y otros. Hoy día, en nuestra Hacienda, tenemos como muestras las sillas
que eran elaboradas con el corazón de la madera de cedro. Estas muestras fueron
trabajadas por las propias manos de Don Epaminondas Salazar y el mueble-
biblioteca de madera, que fue fabricado con el mismo material, utilizado hoy
para guardar sus libros, que suman un total de 188 ejemplares, en idiomas
inglés y español. Estas personas, también trabajaban en la construcción de
urnas, las cuales eran vendidas al Estado, para su uso comunitario.

Cuadrillas de la Fábrica de la Escoba de Millo: Esta cuadrilla se encargaba de


dividir el millo en pequeñas partes, ya que éste tenía forma de espigas, para
luego ser amarradas al listón y formar la escoba que luego eran vendidas al
pueblo. Ellos, cada uno, elaboraban 24 escobas por día. Estas personas que
trabajaban en este oficio eran dirigidas por el señor Celestino Siso, (difunto).
Este maestro, trabajó desde el año 1927 hasta 1945. Sufrió de una enfermedad
llamada artritis. Este señor vivió en la vía principal de Boquerón, El Callejón,
Casa Nº 2, de Maturín.
Cuadrilla de Fogonero: Esta actividad era muy delicada, siendo dirigida por un
trabajador llamado maestro Trino Prieto. Estas calderas movilizaban todo tipo
de maquinarias que se encontraban en la hacienda, como por ejemplo: la
rayana, trapiche, aserradero, los hornos de las fábricas de ladrillos, etc. Este
maestro, tiene hoy, la edad de 84 años de edad (al año 2007). Reside en San Luís,
vía Caripito-Municipio Bolívar y goza de buena salud.

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Cuadrilla del Trapiche: En el trapiche, que aún se encuentra a la entrada de la
Hacienda, (Hoy en día no esta en funcionamiento), en su vertiente izquierdo, se
fabricaba el papelón y la melaza, lo cual después era cocido en grandes pailas, y
Pipas, hoy en día tenemos 3 pailas y una pipa Muestra de ellas se encuentran en
la parte principal de la entrada de la Hacienda. Esta máquina funcionaba a
vapor y estaba iluminada, por una planta generadora, en su alrededor. El
Trapiche tiene fecha de fabricación del año 1898, en U.S.A.

Cuadrilla del Sembradío y Cultivo del Tabaco: En la actividad de la agricultura


éste personal se encargaba de seleccionar las hojas del tabaco y del trabajo de la
tierra con los bueyes. Pero con el transcurrir del tiempo lo hacían directamente
con tractor; preparando grandes cantidades de pacas de tabaco.

Esto se cancelaba en la parte principal del pasillo de la Hacienda, a razón de 2,00


Bs. por cada una de las pacas de tabaco.

Cuadrillas de Fabricación de Tejas y Ladrillos: Elaboraban estas piezas de


construcción para ser utilizadas fuera y dentro de la Hacienda.

Cuadrillas para seleccionar los diferentes cultivos: Este personal lo


representaban mujeres y niños para recolectar el cultivo de fríjol, caraotas, maíz
y sarrapia.

Cuadrillas del Saque: Eran responsables de controlar los saques de granza,


piedra picada y arena para ser utilizados en construcciones dentro y fuera de la
Hacienda. Una de las personas que trabajan en esta área lleva por nombre

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Agustín Nolásco. Chequeaba el material de construcción que salían hacia los
diferentes sitios de trabajo, ya que para la época se edificaba el Hospital de
Caripito, Municipio Bolívar , la carretera vía San Luís, y el Puente de las Piñas,
ubicado en Boquerón. Este obrero, cuenta hoy día, con 80 años de edad y
actualmente habita en la vía principal de Boquerón, quién por tener buen
comportamiento y la confianza de Don Epaminondas, le cedió el terreno que hoy
es de su propiedad.

Cuadrilla de elaboración de Coronas: Era personal femenino, que bajo la


dirección y supervisión de Doña Leovigilda de Salazar, se encargaban de hacer
hermosas coronas con rosas, claveles y siemprevivas, que se las enviaban desde
Caripe, ya que éstas no eran sembradas en la hacienda, por ser una zona de clima
tropical.

Cuadrilla del Cultivo de la Sarrapia:


Una de las producciones de mayor importancia para la familia Salazar Rebollo
era el cultivo de la Sarrapia; razón por la cual este producto era seleccionado con
tanto cuidado y dedicación, trabajándolo de la siguiente forma:
Recolectaban las sarrapias, de las 614 (seiscientas catorces matas), las extendían
en un corredor (Casa de Madera de 2 plantas que estaba ubicada donde es
actualmente el INTI, en la planta alta eran los dormitorios de los obreros y abajo
estaba un gran corredor)
Una vez que se extendía esperaban un largo tiempo entre un mes o más hasta
que se secaran volteándolas lado a lado, hasta secarlas totalmente, para luego
golpearlas y sacar la almendra entera o picada. Aquellas que lograban sacarlas
completa, las clasificaban como de primera y las que se partían, de segunda.

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Lograban por cada saco la cantidad de 40 a 45 Kg. Luego le colocaban a los sacos
su respectiva identificación que decía “Almendra de Primera y Segunda”.
Don Epaminondas era tan estricto con su producto, que cuando daba para la
venta la sarrapia a niños, hombres y mujeres, éstos debían de recolectar la
semilla que quedan en el lugar de la venta y devolverla a la Hacienda.
Este producto era transportado hacia Caripito, Municipio Bolívar a través del
Río San Juan, para Trinidad y Tobago, para luego ser llevado a Francia y Estados
Unidos, para la elaboración de perfumes, cremas para el cutis, lápiz labial,
remedios farmacéuticos y caseros, etc.

La Descendencia:
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Don Epaminondas Salazar, nació en Caicara de Maturín, del año 1876.
Relatan sus trabajadores que era un señor muy amable, generoso, considerado,
ordenado y muy sabio, mantenía largas conversaciones con sus empleados y les
explicaba con mucha paciencia todo lo que les iba narrando. Fue adquiriendo
estas tierras desde el año 1910 hasta 1923 compras hechas a diferentes
propietarios, la cual abarcaban 530 hectáreas y anteriormente se llamaba finca
“Las Piñas”. Muere el 24 de Diciembre de 1954, a la edad de 78 años por fallo
cardiaco. Diego José Salazar Rebollo, hijo varón de Don Epaminondas y Doña
Leovigilda, (el señor Epamaninondas llamaba cariñosamente a su esposa YUYU)
se encargaron de la Hacienda, con el fin de seguir los pasos de su padre al éste
fallecer.

1.- Diego Salazar, nace el 26 de Febrero de 1908, junto a María Virginia Salazar,
en la ciudad de Maturín, Estado Monagas (mellizos). El patrón de todas estas
tierras realizó estudios de bachillerato en la ciudad de Cumaná, Estado Sucre a

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donde iba a caballo logrando llegar a esta ciudad en tres días aproximadamente.
Posteriormente se titula como Ingeniero Civil, en la ciudad de Caracas
Diego contrae matrimonio con la señora Herminia Josefina Longo Fout. Esta
señora nace en el año 1919 y durante su matrimonio tuvieron dos niños que
llevaba por nombre Diego Salazar, igual a su padre, su hermano llamado Jesús
Epaminondas, se llama igual a su abuelo.
Diego Salazar, quiso dar el mayor ejemplo posible y llevar por largo tiempo esta
responsabilidad, pero por presentar una enfermedad (Diabetes) estuvo muy
enfermo, complicado con esta penosa y abandona un poco la labor en la
hacienda lo que trajo probablemente como consecuencia que fuera expropiada
en el año 1960; esto lo puso muy nostálgico, se fue a vivir a la ciudad de Caracas
y cuando venia a Maturín no le gustaba pasar por la Hacienda ya que le daba
mucha tristeza por perder las tierras de su familia y luego ver el estado de
abandono en el cual se encontraba.
Muere el 3 de Diciembre de 1974, a la edad de 66 años, de un paro cardiaco.

2.- María Virginia contrae matrimonio, con el señor Francisco de Paula Meaño
Rojas, natural de Cumaná, Estado Sucre; abogado quien trabajo muchos años en
el Banco Venezolano de Créditos; posteriormente muere de una cirrosis epatica.
María Virginia fue ama de casa. Durante su matrimonio no tuvieron hijos. María
Virginia, muere el 12 de Agosto de 1991, a la edad de 83 años.
La familia Salazar admiraba la música clásica y manos como de la Señorita
María Juanita Salazar Rebollo se inspiraban en las melodías de la época durante
sus ensayos en el piano.

3.- La Profesora María Juanita, nace el 08 de Agosto de 1909. Hace sus estudios
en un Conservatorio en la ciudad de Caracas en música Clásica y al culminar los

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mismos dictó clases de piano a niños y jóvenes, en un pequeño espacio
en la casa bungalow, que esta ubicada hoy día en la parte trasera del Banco de
Venezuela, de Maturín.
Vivía junto a su hermana María Mercedes y con ellas también vivían la Sra.
Martina Ramos y su hijo Jesús Rafael, quien trabajaba como señora de servicio,
pero esta familia no la catalogaba de esa manera; sino todo lo contrario tenían
privilegios y consideraciones tanto para la señora Martina como para su hijo
Jesús Rafael, quien jugaba con uno de los hijos de Diego Salazar y también le
impartían clases música, modales y buenas costumbres.

La Escuela de Música, le otorga la cátedra de piano. Durante las lecciones dadas


por la profesora Juanita recibió reconocimientos por su gran trayectoria, durante
su estadía en la Escuela de Música y parte de estos galardones, los recibía el día
del músico. La profesora María nunca contrajo matrimonio. Muere el 01 de
Diciembre de 1978 a la edad de 69 años.

En la familia eran muy devotos de la religión católica y Dios todo poderoso,


les concedió unos de sus más caros deseos, en una de sus hijas, de vocación
religiosa que lleva por nombre:
4.-María Mercedes Salazar Rebollo, nació el 22 de Diciembre de 1911. Realiza
sus estudios en escuelas de religiosas y fue directora posteriormente de la
Escuela de Monjas “Nuestra Señora del Carmen”, en Cumaná Estado Sucre.
Fallece el 25 de Septiembre de 1999 a la edad de 88 años.

5.- María Graciosa Salazar, nació el 22 de Diciembre de 1913 y contrae


matrimonio con el señor Rubén Rojas Ferrer, farmaceuta y dueño de la Farmacia
Principal de Maturín Durante esta unión, tuvieron 4 hijos que llevan por

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nombres Rubén J. Rojas S. quien muere ahogado. Juan Antonio Rojas, (muere
picado por un enjambre de avispas africanas), Raúl Antonio Rojas S. vivió
muchos años en la casa bungalow, luego muere de eficima pulmonar),
Temistocles Simón Rojas aun goza de muy buena salud, vive en la ciudad de
Caracas, junto a su esposa Ana Semeco, ambos son geógrafos de la Universidad
Central de Venezuela y su hija Mariana Rojas.
María Graciosa fallece el 22 de, Agosto de 1999, a la edad de 86 años

Durante la ausencia del patrón, en la Hacienda, en la Casa Patronal, se


realizaban las actividades del hogar donde ayudaban a las señoras; y este
personal solo lo conformaban mujeres, que eran seleccionadas por la Señoras
Herminia y Leovigilda. Eran divididas en la cocina, lavanderos y
mantenimientos de los alrededores. Hoy en día, unas de estas mujeres que les
sirvieron a estos dueños, actualmente vive en la entrada de Boquerón “Las
Piñas” y lleva por nombre Ana María Colón. Goza de una grata vida, con 66
años de edad. Ella trabajó desde el año 1957 hasta 1959, en el área de la
Lavandería.

Existía una estricta vigilancia en la entrada de la Hacienda, que la representaba


para ese entonces un criado. Este señor lleva por nombre Diómedes Nolasco, que
permanecía en la entrada de dicho portón, llamado la “Alcabala”. Allí
interrogaban a las personas que deseaban entrar a la Hacienda, y a su vez le
informaba al Sr. Diego de todas las actividades que se realizaban durante el día.

Para mantener esta empresa, se necesitaba grandes esfuerzos y recursos. A la


época por el río Guarapiche, se importaban maquinaria pesada para poder armar
todo el equipo necesario para trabajar en la Hacienda. Estas maquinarias, eran

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transportadas por el río Guarapiche, estando el puerto ubicado donde
actualmente queda la Urbanización “Los Jabillos”. Por ése muelle, se
desplazaron los trenes del trapiche, aserradero, alambique, los hornos para los
ladrillos y tejas, por ser el único desembarcadero que existía. Los habitantes le
colocaron el nombre de “BOQUERON”, que hoy en día forma parte de una las
diferentes parroquias que conforman al Municipio Maturín. Boquerón antes de
llevar dicho nombre, se llamaba Municipio Crespo.

En la medida del tiempo y hacia la 2da. Mitad del siglo XIX, se adquiere una
planta eléctrica, la cual estaba conectada a unas tuberías al río, que atravesaba
la hacienda, llamada Las Piñas. Al encender la planta, bombeaban agua al
tanque para utilizarla en los quehaceres del hogar, sistemas de riego y
proporcionaban luz eléctrica. Para conservar parte de los alimentos que se
consumían, provenientes de los sembradíos de la hacienda, se almacenaban en
una nevera de kerosén.

En los alrededores de la hacienda, había una hermosa jaula de gran magnitud


con diferentes especies de aves, de todas las partes visitadas por esta familia.

Hoy en día, existe la casa que llevaba por nombre popular “Bungalow”. Allí
vivió Doña Leovigilda, después de la muerte de Don Epaminondas. Esta casa
queda detrás del Banco de Venezuela. Ella está habitada, en la actualidad por el
Señor Raúl Rojas, nieto de Don Epaminondas Salazar, hijo de la Señora María
Graciosa.

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Doña Leovigilda al fallecer Don Epaminondas, estuvo al lado de sus hijos por
un largo tiempo. Durante el año 1960 se produce la expropiación de las tierras
dejadas como parte de los bienes de la familia por el gobierno nacional, como
parte de su política de Reforma Agraria Fallece el 23 de Febrero de 1965, a la
edad de 91 años.

El señor Raúl Rojas (nieto de Don Epaminondas) nació el 24 de Septiembre de


1948, recibiendo el Título de Lic. en Pedagogía, en la Escuela Superior de
Psicopedagogía Caracas-Distrito Federal, ejerciendo dicha profesión por el lapso
de sólo un año. Se desempeñó durante un largo tiempo en el área turística,
trabajando en diferentes Agencias de Viajes y en Viasa, en el mismo Distrito
Federal.

Diego Salazar hijo, reside en Caracas Distrito Federal, desempeñándose en el


área de la política, en tanto que Epaminondas Salazar, (hijo) recibido de
Ingeniero Civil, actualmente reside en Barcelona, Estado Anzoátegui (ambos
nietos de Don Epaminondas).

Esta Hacienda no se pudo mantener de igual forma que originalmente y fue


abandonada en gran parte, lo cual fue formando en cierta extensión, un
pequeño bosque que hoy día representa un ecosistema clave para el desarrollo y
preservación de las condiciones climáticas de la zona, lo cual se aprecia
directamente en los espacios actuales de la Corporación Monaguense de
Turismo

Este bosque es importante, ya que evita el exceso de la radiación solar


manteniendo mayor concentración de humedad en el suelo, lo que hace que se

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mantengan temperaturas suaves; que es parte del esparcimiento y agrado que se
presenta nuestra Hacienda.

El Ministerio del Ambiente de Recursos Naturales Renovables (MINAM) en el


año 1999, realizó una inspección ocular de la vegetación que rodea la Hacienda
Sarrapial y se pudieron contactar la cantidad de veintiocho (28) especies que se
describen a continuación:

Nombre Común Nombre Científico Familia


Sarrapia Dypteryx Punctata Papilionáceas
Caña Fistola Cassia Grandis L. Caesalpiniaceae
Tapara Crescentina Cuiete L. Bianoniceae
Pomarrosa Syzyqium Jambos Myrtaceae
Bucare Eritrina Glauca Papilonaceae
Ceiba Ceiba Pentrandra Bombacaceae
Guamo Inga Edul. Mart. Mimosaceae
Apamate Tebebuia Rosea Bigniniaceae
Yagrumo Cecropia Peltatal Moraceae
Cambur Musa Paradisíaca Musaceae
Chaguaramo Roystonea Venezuelana Palmae
Guayaba Pesgua Syzygium Cumini Myrtaceae
Lechoza Carica Papaya Caricaceae
Pomalaca Syzygium Sp Myrtaceae
Palma Africana Elaeis Guineensis Palmae
Mango Mangifera Indica Anacardiaceae
Samán Pithecellobium Saman Leguminosae
Teca Tectona Grandis Verbenaceae
Granada Púnica Granatum Punicacaceae
Alatrique Cordia Sp Boraginaceae
Guàcimo Guazuma Indica Sterculiaceae
Jobo Spondias Mombin Anarcardiaceae
Merecurillo Pirinari Sp Rosaceae
Platanillo Heliconia Sp Musaceae

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Camure Desmoncus Multijugus Palmae
Castañon Pachira Insignis Bombacaceae
Cedro Amargo Cederla Odorata Meleaceae
Mamòn Melicocca Bijuga Sapindaceae

Actualmente en la Hacienda Hay Piezas Invalorables:


CHASSIS:
Perteneciente al vehículo Ford Coupe año 1927, quien era propiedad de la
Familia Salazar Rebollo y cuyo carro fue el primero que llego al Estado
Monagas, a través del río Guarapiche, cuando éste era navegable, fue traído
desde los Estados Unidos.

EL TRAPICHE:
Su fabricación data del año 1898 y era utilizado para la obtención de melaza de
la caña de azúcar, la cual se cocinaban en enormes pailas para la elaboración de
las panelas de papelón y el ron muy conocido para la época “Ron Las Piñas”, el
trapiche funcionaba a vapor.
Cabe destacar que donde añejaban el ron se llama “pipa” y hoy en día contamos
en la hacienda con 3 (tres) pailas y una pipa, que tenemos de adorno en la
entrada de la hacienda

En esta hermosa Hacienda funciona hoy la Corporación Monaguense de


Turismo del Estado Monagas, espacio que le fue otorgado el día 29 de Marzo de
1996 en la figura de comodato. Esta propiedad en el momento de ser asignada a
su actual uso, se encontraba en condiciones de carencia absoluta, ambiental y
estructural, es decir, el techo, los pisos y las paredes estaban en su mayor parte
deteriorados, no contaba con los servicios básicos de agua, luz y teléfono. Se
encontraban en los alrededores insectos, roedores, murciélagos, serpientes,

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materiales descompuestos y las áreas verdes estaban transformadas en
malezales, trayendo como consecuencia la imposibilidad, para su habitabilidad
y en uso, forma inmediata.

Es en ésa fecha que este patrimonio histórico recibe un tratamiento adecuado


para su total recuperación y acondicionamiento, a través de un convenio firmado
entre el Ejecutivo del Estado y la constructora “Simarca”, según contrato de obra
Nº 001-97, dando lugar a que estos espacios y sus construcciones sean
habilitados con el fin ya dispuesto, siendo recuperados en su totalidad.

Este hermoso lugar se encuentra ubicado a sólo cinco minutos del centro de la
ciudad de Maturín, por la Av. Alirio Ugarte Pelayo, la zona norte de la ciudad y
adyacente al M.I.N.AM.
Actualmente en la “Hacienda Sarrapial”, Sede de la Corporación Monaguense
de Turismo, se realizan diferentes actividades turísticas, culturales, religiosas y
artísticas. Es un lugar muy hermoso, apto a la meditación, a la recreación
intelectual y cultural y un punto de referencia histórico y social, que es parte del
acervo de Maturín y del Estado Monagas en los siglos XIX y XX y que represento
el primer emporio económico para la época.

“Con motivo de la recuperación de la Hacienda Sarrapial, donde funciona la


Corporación Monaguense de Turismo y al mismo tiempo de estar en proceso de
revaloración del sentido histórico y cultural del patrimonio que representa para
el Estado Monagas y el país todo, queremos hacer público nuestro mayor respeto
por la bella historia del esfuerzo, valor y trabajo que durante varias generaciones
significó la Hacienda Sarrapial.

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A la familia Salazar Rebollo y sus descendientes, nuestra deferencia y
admiración por lo que representó desde el año 1823, hasta la segunda mitad del
siglo XX, esta gesta extraordinaria de magnificación del ser humano, expresada
en la labor diaria con más de 1500 personas trabajando y produciendo infinidad
de rubros en el área alimentaría, ganadera, mobiliaria, agrícola y de servicio de
la más diversas índole, entre ellos los de exportación de la Sarrapia para
perfumería, que le dieron su famoso nombre.

A ellos hoy, nuestro saludo y dignificación por ser parte de la historia de


esta tierra, y una Invitación a la Comunidad Monaguense para que disfruten
estos espacios que en la actualidad la Gobernación del Estado, y por ende la
Corporación Monaguense de Turismo, ofrecen para su disfrute.”

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