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M E D I C I N A PALIATIVA

Declan W alsh, MD
Chair
Division of Post-Acute Medicine
Professor and Director
The Harry R. Horvitz Center for Palliative Medicine
Cleveland Clinic
Cleveland, Ohio

M E D I C I N A PALIATIVA
A u g u s t o T . C a r a c e n i, M D P a ul G la r e , M B B S , M M , F R A C P
D irector, “Virgilio F loriani” H ospice U nit Clinical A ssociate Professor
R ehabilitation and Palliative C are D epartm ent D epartm ent o f M edicine
National C ancer Institute University o f Sydney F aculty o f M edicine
Milan, Italy Sydney, N ew South Wales, Australia
H ead
R o b in F a in s in g e r, M D D epartm ent o f Palliative C are
D irector/Professor Sydney C ancer C entre, Royal P rince Alfred Hospital
D ep a rtm en t o f O ncology C am perdow n, N ew S outh Wales, Australia
D ivision o f Palliative C are M edicine
U niversity o f A lberta Faculty o f M edicine C y n t h ia G o h , P h D , F R C P , F A C h P M
D irector, Tertiary Palliative C are A ssociate P rofessor an d C en tre D irector
G rey N u n ’s H ospital, Caritas H ealth G roup Lien C entre fo r Palliative C are
C linical D irector D uke-N ational U niversity o f Singapore M edical School
R egional Palliative C are Program Senior C onsultant a nd Head
Capital H ealth D epartm ent o f Palliative M edicine
Edm onton, A lberta, Canada N ational C ancer C entre Singapore
R epublic o f Singapore
K a th le e n F o le y, M D
P rofessor o f Neurology, N euroscience, and M a ri L lo y d -W illia m s , M D , F R C P , M R C G P
Clinical Pharm acology Professor
D epartm ent o f Neurology A cadem ic Palliative a n d S upportive C are Studies G roup
Weill M edical C ollege o f C ornell University University o f Liverpool
A ttending N eurologist Professor
N eurology Pain a n d Palliative C are Service Liverpool PCT a n d Royal Liverpool H ospital
M em orial SIoan-Kettering C a ncer C enter Liverpool, U nited K ingdom
M edical D irector International Palliative
Care Initiative J u a n N ú ñ e z O la rte , M D
N etw ork P ublic H ealth Program H ead
O p e n Society Institute Palliative Care U nit
N ew York, N ew York H ospital G eneral U niversitario G regorio M arañón
M adrid, Spain

L u k a s R a d b ru c h , M D
Chair
D epartm ent o f Palliative M edicine
RWTH A achen U niversity

ERRNVPHGLFRVRUJ
Aachen, Germ any

A m sterdam Barcelona B eijing B oston Filadelfia Londres M adrid


E L SE V IE R M éxico M ilán M únich O rlando París R om a Sidney T okio Toronto
ELSEVIER

Edición en español de la prim era edición de la obra original en inglés


P a llia tive M edicine

Copyright © MMIX Saunders, an imprint of Elsevier Inc.

Revisión científica
Dr. Xavier Gómez-Batiste
Director de Docencia, Institut Catala d ’Oncologia
Universidad de Barcelona y L’Hospitalet de Llobregat
Dr. M anuel Carlos Fernández Fernández
Responsable médico de la Unidad de Cuidados Paliativos Oncológicos
Hospital Monte San Isidro, León
Dr. Rogelio Altisent Trota
Profesor asociado de Bioética
Facultad de Medicina. Universidad de Zaragoza
Dr. A ntonio Noguera Tejedor
Médico especialista en Cuidados Paliativos
Centro de Cuidados Laguna, Madrid

© 2010 Elsevier España, S.L.


Travessera de Gracia, 17-21 - 08021 Barcelona, España

Fotocopiar es u n delito. (Art. 270 C.P.)


Para que existan libros es necesario el trabajo de un importante colectivo (autores, traductores, dibujantes, correctores, impresores,
editores...). El principal beneficiario de ese esfuerzo es el lector que aprovecha su contenido.
Quien fotocopia un libro, en las circunstancias previstas por la ley, delinque y contribuye a la «no» existencia de nuevas ediciones.
Además, a corto plazo, encarece el precio de las ya existentes.
Este libro está legalmente protegido p o r los derechos de propiedad intelectual. Cualquier uso, fuera de los límites establecidos por
la legislación vigente, sin el consentimiento del editor, es ilegal. Esto se aplica en particular a la reproducción, fotocopia, traducción,
grabación o cualquier otro sistema de recuperación de almacenaje de información.

ISBN edición original: 978-0-323-04021-1


ISBN edición española: 978-84-8086-026-0

Traducción y producción editorial: Diorki Servicios Integrales de Edición

A dverten cia
La medicina es un área en constante evolución. Aunque deben seguirse unas precauciones de seguridad estándar, a medida que
aumenten nuestros conocimientos gracias a la investigación básica y clínica habrá que introducir cambios en los tratamientos y
en los fármacos. En consecuencia, se recomienda a los lectores que analicen los últimos datos aportados p o r los fabricantes sobre
cada fármaco para comprobar la dosis recomendada, la vía y duración de la administración y las contraindicaciones. Es responsa­
bilidad ineludible del médico determinar la dosis y el tratamiento más indicado para cada paciente en función de su experiencia y
del conocimiento de cada caso concreto. Ni los editores ni los directores asumen responsabilidad alguna por los daños que pudie­
ran generarse a personas o propiedades como consecuencia del contenido de esta obra.

El editor

ERRNVPHGLFRVRUJ
Muchas personas me han influido personalmente y han estimulado m i interés por la medicina paliativa.
En el libro se recogen lasfotografías de algunas de ellas y de varios centros para rendir homenaje a su contribución a este campo.
Esta lista no pretende ser exhaustiva y, por definición, refleja mis experiencias personales.

Mary Aikenhead Ray Houde Dame Cicely Saunders


(1787-1858) (1916-2006) (1918-2005)
Fundadora de Irish Sisters Pionero del estudio de la J Fundadora del movimiento
of Charity y del Our Lady’s analgesia clínica para el dolor ~~ moderno de residencias para
Hospice, Dublin, Irlanda crónico oncológico; Director enfermos terminales; fundadora
de la Sección de Estudios sobre del St. Christopher Hospice en
Analgesia en el Memorial 1967
Sloan-Kettering Cancer Center

Mary Baines
Se unió a Dame Cicely Saunders Elisabeth Kübler-Ross Robert Twycross
en St. Christopher’s Hospice en (1926-2004) Profesor adjunto clínico
1968; inició el primer servicio Psiquiatra, educadora y autora emérito de Medicina Paliativa,
domiciliario para pacientes del revolucionario libro On Universidad de Oxford
terminales en 1969 Death a n d Dying (1969)

Eduardo Bruera
Profesor y Presidente del F. T.
«**» McGraw Chair in the Treatment Josephina B. Magno Vittorio Ventafridda

J
tm tm of Cancer; Departamento de (1920-2003)
■ ■ Cui dados Paliativos y Medicina Director científico de la
Oncóloga; miembro fundador Fundación Floriani de Milán;
de Rehabilitación, Universidad de de la American Academy
Texas M. D. Anderson Cancer Presidente de la Escuela
of Hospice and Palliative Italiana de Medicina y Cuidados
Center Medicine, y fundadora del Paliativos
International Hospice Institute
(en la actualidad, International
Derek Doyle Association for Hospice and
Consultor jubilado, Profesor Palliative Care)
senior de Medicina Paliativa, Tom West
Universidad de Edimburgo. Director médico adjunto,
Primer presidente de la St. Christopher’s Hospice,
Association for Palliative 1973-1985; Director médico,
Medicine of Great Britain and Balfour Mount St. Christopher’s Hospice,
Ireland Profesor emérito de Medicina 1985-1993
Paliativa, Departamento de
Oncología, Universidad de
McGill
Kathleen Foley
Profesora de Neurología, Calvary Hospital
Neurociencia y Farmacología Bronx, Nueva York,
Clínica, Weill Medical College y Brooklyn, Nueva York
de la Universidad de Cornell;
Neuróloga clínica; Memorial Colin Murray-Parkes,
Sloan-Kettering Cancer Center OBE, MD, FRCPsych
Psiquiatra consultor emérito,
St. Christopher’s Hospice
Our Lady’s Hospice
Harold’s Cross, Dublin,
Geoffrey Hanks
Profesor, Bristol Oncology
Centre, Departamento de
Medicina Paliativa, Universidad Florence Nightingale
de Bristol (1820-1910)
Pionera de la enfermería St. Christopher’s
moderna y de la planificación Hospice
hospitalaria; famosa por su Sydenham, Londres, Reino
asistencia a los soldados durante Unido
la guerra de Crimea

ERRNVPHGLFRVRUJ
La primera razón por la que me atrajo la idea de realizar un nuevo áreas. Mucha de nuestra práctica se basa en observaciones clínicas
libro de Medicina paliativa editado por Elsevier fue el hecho de cuidadosas y perspicaces de numerosos colegas de diversas disci­
que se trataba de la principal editorial médica internacional. El uso plinas. En algunas áreas esenciales (como el uso de morfina), las
de un formato moderno y atractivo, complementado con actualiza­ evidencias respecto al tiempo no respaldaban sus observaciones
ciones periódicas de los capítulos (en lugar de tratarse de un libro y prácticas clínicas, pero perseveraron y se ha demostrado que
de texto tradicional) estimuló mi interés. La posibilidad de que el tenían razón, lo que supone una enseñanza aleccionadora.
contenido del libro estuviese disponible y se pudiese descargar Quiero expresar mi gratitud al consejo editorial por su gran
de Internet fue el factor decisivo para mi implicación personal. El labor y grado de compromiso.También agradezco a los numerosos
compromiso de Elsevier de elaborar un libro de ámbito y rango clínicos de todo el mundo que han aceptado colaborar como con­
verdaderamente internacionales hizo que este proyecto fuese muy sultores del libro y de la página de Internet. Eoin Tiernan (Dublin)
excitante. Pronto nos dimos cuenta de que esta tarea sería impo­ e llora Findlay (Cardiff) han participado en las fases iniciales. Mi
sible sin la colaboración de un grupo experto y diverso de edito­ colega, el Dr. Mitch Russel, será el director de la página de Internet
res asociados. Tuve la inmensa suerte de contar con unos colegas del libro. Es para mí un placer que haya aceptado esta gran res­
excepcionales para constituir el consejo editorial. Con posteriori­ ponsabilidad. También merecen un agradecimiento Lisa Clough y
dad, reunimos a 403 autores de 23 países y seis continentes. Este Karen Davey por su experta ayuda editorial y las largas horas de
ámbito internacional supone un tributo a la sofisticación de la colaboración con este proyecto.
medicina paliativa y a la creciente madurez de este campo. El personal de Elsevier, incluidas Cathy Carroll, Pamela
El consejo editorial estableció varios objetivos esenciales para Hetherington, y la editora de adquisiciones Kim Murphy, ha sido
la estructura y contenido del libro, pero también para las enfer­ de gran ayuda y ha facilitado en gran medida nuestro trabajo.
meras, trabajadores sociales y otros profesionales implicados en la El consejo editorial aprecia enormemente su profesionalidad
disciplina de la medicina paliativa. También fuimos conscientes de durante todo el proceso. Desde una perspectiva nacional, la medi­
que el libro (y el contenido asociado en Internet) debería servir cina paliativa se reconoció por primera vez como especialidad en
de forma ideal como referencia y fuente de información práctica Estados Unidos en 2007; resulta adecuado celebrar este hecho con
tanto para principiantes como para expertos en la práctica dia­ la culminación de este libro ahora que el año está finalizando. La
ria en muchos países. Nos propusimos que el libro fuese lo más medicina paliativa se ha desarrollado con rapidez a nivel interna­
manejable posible mediante la inclusión de numerosas referencias cional. Ha llegado el momento de que nuestra especialidad ocupe
cruzadas. Se utilizaron plantillas para ayudar a los autores a estruc­ el lugar que le corresponde entre el resto de especialidades
turar sus colaboraciones. El objetivo era tratar los retos actuales a médicas en todos los países del mundo; tengo la esperanza de que
los que se enfrenta la medicina en general, prestando atención a la este libro ayude en este proceso.
medicina basada en la evidencia.También solicitamos a los autores Quiero agradecer personalmente a Lois Horvitz y sus hijos,
que identificasen los puntos de controversia y las áreas priorita­ Michael, Peter, y Pam Schneider, por fundar el Centro de Medicina
rias que requiriesen más investigación u otras iniciativas. Paliativa Harry R. Horvitz en memoria de su marido y su padre, así
A la hora de completar un libro tan extenso como éste surgen como por su apoyo a lo largo de tantos años.
muchas dificultades, una de la cuales se debe al amplio ámbito de Querría dedicar este libro a Anne yTom Walsh, a Cora, Richard,
la enfermedad crónica inherente a la medicina paliativa actual y y Rory, y, en especial, a Conor, que ha afrontado una discapacidad
al grado de agudeza y de complejidad de las enfermedades con grave irreversible con gran valor y dignidad; ha supuesto una gran
las que tenemos contacto a diario. Otro aspecto fue la tensión lección para mí.
inherente entre la medicina basada en la evidencia y el hecho de
que en muchas áreas de la medicina paliativa no hay una forma
«correcta de proceder». Por consiguiente, hemos permitido un D e c í a n W a ls h
cierto solapamiento y repetición de los planteamientos de algu­
nos problemas comunes, sabiendo que las prácticas varían según The Harry R. Horvitz Center
los distintos países. Además, por desgracia, la base de evidencia fo r Palliative Medicine
de gran parte de nuestra especialidad es inadecuada en muchas Cleveland, Ohio


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Estimado lector de la edición en lengua española. En concreto, la presencia de 24 autores de lengua española
Agradezco sinceramente el tiempo que dedica a la lectura de reconoce la importancia creciente de la contribución de los pro­
estas líneas. En ellas pretendo destacar la especial contribución de gramas de Cuidados Paliativos iberoamericanos al conjunto mun­
este libro de texto de Medicina Paliativa al panorama actual de la dial. Como es habitual en libros de esta naturaleza «no están todos
literatura científica en Cuidados Paliativos. los que son, ni son todos los que están». Es probable que sean
El Dr. Declan Walsh, editor principal de esta obra, señala muy muchos los compañeros en España e Iberoamérica que podrían
acertadamente en su prólogo general las particularidades de la haber contribuido con igual o mayor excelencia a este trabajo.
misma, que a su juicio la convierten en referencia indiscutible Desafortunadamente, una participación excesiva de profesionales
en nuestro ámbito. Estoy convencido del acierto de la Editorial de nuestro colectivo hispano habría desvirtuado el equilibrio del
Elsevier en la selección de un formato muy adecuado para este conjunto.
libro (interactivo, de fácil manejo, visualmente atractivo, accesible De todas formas, el impacto internacional de nuestra acti­
por internet, con referencias cruzadas etc.). vidad profesional en nuestras instituciones iberoamericanas
Por otro lado y a mi entender, el aspecto más novedoso de esta queda acreditado no sólo por los autores mencionados, sino por
obra radica en el carácter marcadamente internacional de los auto­ el hecho de que la editorial Elsevier haya apostado por traducir
res de la misma. El Comité Editorial internacional (liderado por el todo el texto original inglés a nuestra lengua. Estoy seguro de
Dr. Walsh y en el que tuve la fortuna de participar como miembro) la enorme utilidad de esta obra para nuestros colegas de habla
ha seleccionado 403 autores de 23 países diferentes. El objetivo del hispana, y confío en que con el tiempo esta edición española
Comité al buscar autores de reconocido prestigio en entornos tan se recuerde como uno de los factores que contribuyeron a la
variados ha sido garantizar una visión equilibrada. Somos conscien­ «mayoría de edad» de los Cuidados Paliativos en nuestro entorno
tes de que los Cuidados Paliativos han experimentado un desarro­ cultural.
llo notable en las últimas décadas en bastantes países del mundo.
Este crecimiento ha rebasado por fortuna las fronteras del ámbito
cultural anglosajón, donde inicialmente se gestaron estos cuidados. Ju an M an u el N úñez O la rte
Pensamos que un texto de referencia quedaría innecesariamente
empobrecido si no reflejase adecuadamente esta rica diversidad Hospital General Universitario
cultural y de experiencias en la redacción. Gregorio Marañón, Madrid

v iii
ERRNVPHGLFRVRUJ
C O N S E J O A S E S O R
I N T E R N A C I O N A L

El editor quiere expresar su agradecimiento a las siguientes personas, que han


revisado los materiales preliminares de esta prim era edición de Medicina paliativa

M ohammad Zafir Al-Shahri, MD A. Merriman, MBE, FRCP


Consultant, Palliative Medicine Founder and Director of Policy and International Programmes
King Faisal Cancer Center Hospice Africa
King Faisal Specialist Hospital and Research Center Kampala, Uganda
Riyadh, Saudi Arabia
Kyriaki Mistakidou, MD, PhD
Raphael Catane, MD Associate Professor in Palliative Medicine
Professor and Chairman University of Athens School of Medicine
Division of Oncology Physician in Charge, Pain Relief and Palliative Care Unit
Sheba Medical Center “Jeny Karezi” in Areteion University Hospital
Tel Hashomer, Israel Athens, Greece

Kin-Sang Chan, MB BS, FCCP Tatsuya Morita, MD


Chief of Service and Consultant Director, Department of Palliative and Supportive Care
Pulmonary and Palliative Care Unit Head, Palliative Care Team
Haven of Hope Hospital Seirei Mikatahara General Hospital
Hong Kong SAR Shizuoka, Japan
People’s Republic of China
Daniela Viorica M osoiu, MD
Nessa Coyle, PhD, NP Director for Education and National Development
Pain and Palliative Care Service Education and Resource Center for Palliative Medicine
Memorial Sloan-Kettering Cancer Center Hospice “Casa Sperantei”
New York, New York, USA Brasov, Romania

Ednin H am /ah, MD M. R. Rajagopal, MD


Chief Executive Officer / Medical Director Professor of Pain and Palliative Medicine
Hospis Malaysia SUTAcademy of Medical Sciences
Kuala Lumpur, Malaysia Chairman, Pallium India
Trivandrum, India
Dr. Suresh Kumar
Director, Institute of Palliative Medicine and Consultant in Zbigniew (Ben) Zylicz, MD, PhD
Palliative Medicine Consultant, Medical Director
WHO Demonstration Project Dove House Hospice
Calicut, Kerala, India Hull, United Kingdom

Yuen-Liang (Enoch) Lai, MD


Associate Professor, General Education Center,Yang-Min
University
Medical Director, Hospice and Palliative Care Center
Academy Faculty of Palliative Medicine
Senior Consultant, Department of Radiation Oncology
Mackay Memorial Hospital
Taipei,Taiwan

ix

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Judith A. Aberg, MD Carm en Fernández Álvarez, MD
Associate Professor of Medicine, New York University School Radiologist, Hospital General Universitario Gregorio Marañón,
of Medicine; Director of Virology, Bellevue Hospital Center, Madrid, Spain
New York, New York Exploraciones con to m o g ra fía c o m p u ta riza d a y resonancia
Com plicaciones d e l sín d ro m e d e in m u n o deficiencia a d q u irid a m a g n étic a e n cuidados p a lia tivo s

Amy P. Abernethy, MD Pablo Amigo, MD


Assistant Professor of Medicine and Nursing, Duke University Assistant Clinical Professor, Division o f Palliative Care
School of Medicine; Director, Duke Cancer Care Research Medicine, Department of Oncology, University o f Alberta
Program, Duke University Medical Center, Durham, North Faculty o f Medicine;Tertiary Palliative Care Unit, Grey
Carolina Nuns Community Hospital, Edmonton, Alberta, Canada
Tom a d e decisiones b a sa d a e n la evidencia: retos y oportunidades; Tos, h e m optisis y broncorrea
M ed id as d e sop o rte m o d e rn a s e n oncología

Wendy G. Anderson, MD, MS


Janet L. Abrahm, MD Assistant Professor, University of California, San Francisco,
Associate Professor of Medicine, Harvard Medical School; School o f Medicine, San Francisco, California
Director, Pain and Palliative Care Program and Palliative A bstención y retirada d e l tratam iento
Care Fellowship, Dana-Farber Cancer Institute and
Brigham and Women’s Hospital, Boston, Massachusetts Sik Kim Ang, MD
N áuseas, v ó m ito s y sa c ie d a d p re c o z
Palliative Medicine Clinical Fellow, Cleveland Clinic,
Cleveland, Ohio
M ichael Adolph, MD A n a m n esis y exploración físic a ; Tenesmo, estranguria y m a l olor
Assistant Clinical Professor of Medicine and Surgery, Pain and
Palliative Medicine Service, James Cancer Hospital and Tiziana A ntonelli, MD
Solove Research Institute, Ohio State University Medical Associate Professor o f Pharmacology, Department of Clinical
Center, Columbus, Ohio and Experimental Medicine, University of Ferrara School
D olor oncológico: in terven cio n es anestésicas y neuroquirúrgicas
o f Medicine, Ferrara, Italy
Psicotrópicos
M ichael Aherne, MEd
Director, Initiative Development,The Pallium Project, J o h n Arm strong, MD, FRCPI
University of Alberta, Edmonton, Alberta, Canada Professor o f Radiation Oncology, University College Dublin;
A p ren d iza je d e adu lto s
Consultant Radiation Oncologist and Director o f Research,
St. Luke’s Hospital, Dublin, Ireland
K. Allsopp P rincipios y técnicas d e la radiación
Department of Palliative Care, Sydney Cancer Centre,
Concord Hospital, Concord, New South Wales, Australia Wendy S. Arm strong, MD
Servicios d e consulta
Co-Director o f HIV Care, Department of Infectious Diseases,
Cleveland Clinic Foundation, Cleveland, Ohio
Rogelio Altisent, MD Síndrom e d e inm u n o d eficien c ia adquirida: u n a
Associate Professor of Bioethics, Faculty of Medicine, perspectiva global
University of Zaragoza, Zaragoza, Spain
T o m ando b u e n a s decisiones

xi
ERRNVPHGLFRVRUJ
x ii Colaboradores

Robert M. Arnold, MD M ichael I. Bennett, MB ChB, MD, FRCP


Professor, Department of Medicine, and Leo H. Criep Chair of Professor o f Palliative Medicine, International Observatory on
Patient Care, Division of General Internal Medicine, Section End of Life Care, Institute for Health Research, Lancaster
of Palliative Care and Medical Ethics; Chief, Center for University, Lancaster, United Kingdom
Bioethics and Health Law, Institute to Enhance Palliative E valuación d e la m o vilid a d
Care, and Institute for Doctor-Patient Communication,
University of Pittsburgh School of Medicine, Pittsburgh, K evin Berger, MD, MB BCh
Pennsylvania Pediatric Medical Director, Hospice of the Valley; Partner,
A bstención y retirada d e l tra ta m ien to Phoenix Pediatrics, Phoenix, Arizona
Residencias p a r a e n ferm os term inales y servicios especiales
Pilar Arranz
Section of Psychology, Service of Hematology and Mamta Bhatnagar, MD
Hemotherapy, Hospital Universitario La Paz, Madrid, Spain Assistant Professor o f Medicine, Departm ent of Medicine,
N egación y c a p a cid a d d e to m a d e decisiones adecuadas University o f Pittsburgh School o f Medicine;Attending
Physician, Palliative Medicine, University of Pittsburgh
K oen Augustyns, Dr. Pharm aceutical Sciences
Medical Center, Pittsburgh, Pennsylvania
Professor in Medicinal Chemistry, University of Antwerp,
El a n cia n o frá g il
Antwerp, Belgium
P rincipios d e fa rm a co lo g ía
Lesley Bicanovsky, DO
Associate Staff, Departm ent of Obstetrics and Gynecology,
Isabel Barreiro-Meiro Sáenz-Díez, MD Cleveland Clinic Lorain Family Health and Surgery Center,
Radiologist, Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Lorain, Ohio
Madrid, Spain B ienestar físico: control sin to m á tic o e n pacie n te s m o rib u n d o s
E xploraciones con to m o g ra fta c o m p u ta riza d a y resonancia
m a g n é tic a e n cu id a d o s p a lia tiv o s
Lynda Blue, BSc, RGN, SCM, NFESC
Co-ordinator, Glasgow Heart Failure Liaison Service, Western
Pilar Barreto Infirmary, Glasgow, United Kingdom
Madrid, Spain Insuficiencia cardíaca
N egación y c a p a cid a d d e to m a d e decisiones adecuadas

Barton Bobb, MSN, APRN


Debra Barton, PhD, RN Department o f Hematology/Oncology and Palliative
Associate Professor of Oncology, Mayo Clinic, Rochester, Medicine,Virginia Commonwealth University Medical
Minnesota Center, Richmond, Virginia
M e n o p a u sia p re c o z Fiebre y sudoración

Ursula Bates, MA Jean-Jacques Body, MD, PhD


Occasional Lecturer, College of Human Sciences, School of Professor o f Medicine and Head o f Department, Institut Jules
Psychotherapy, University College Dublin; Director of Bordet, Université Libre de Bruxelles, Brussels, Belgium
Psychosocial and Bereavement Services and Principal Fárm acos p a r a la h ipercalcem ia
Clinical Psychologist, Blackrock Hospice, Dublin, Ireland
P siquiatras y psicólogos clínicos
Gian D om enico Borasio, MD, Dip Pall Med
Chair in Palliative Medicine and Head, Motor Neurone
Jacinto Bátiz, MD
Disease Research Group, Departm ent of Neurology,
Director of Palliative Care Unit, Hospital San Juan de Dios,
University o f Munich; Interdisciplinary Center for
Bilbao, Spain
Palliative Medicine, Munich University Hospital, Munich,
T o m ando b u e n a s decisiones
Germany
Esclerosis lateral am iotrófica
Costantino Benedetti, MD
Clinical Professor, Departm ent of Anesthesiology,The Ohio
Claudia Borreani, PhD
State University College of Medicine, Columbus, Ohio
Director, Psychology Unit, National Cancer Institute
D olor oncológico: in terven cio n es anestésicas y neuroquirúrgicas
Foundation, Milan, Italy
Carga d el cuidador
Nabila Bennani-Baiti, MD
Research Fellow,Taussig Cancer Institute, Cleveland Clinic, Federico Bozzetti, MD
Cleveland, Ohio Head, Department o f Surgery, Hospital of Prato, Prato, Italy
P rioridades p a r a el fu tu r o : la a g en d a d e investigación; Trastornos P rincipios y m a n e jo d e l soporte n u tric io n a l en e l cáncer
hem o rrá g ico s y d e la co a gulación e n e l cáncer

ERRNVPHGLFRVRUJ
Colaboradores x iii

Valentina Bozzetti, MD Anthony Byrne, MB, FRCP


Department of Pediatrics, Universitá Vita e Salute, Ospedale Honorary Senior Lecturer, School o f Medicine,
San Raffaele, Milan, Italy Cardiff University, Cardiff; Consultant in Palliative
P rincipios y m a n e jo d e l sop o rte n u tric io n a l en e l cáncer Medicine, Marie Curie Cancer Care, Marie Curie Hospice,
Penarth,Wales
Jason Braybrooke, MB ChB, FRSCE D iseño y dirección d e investigaciones y ensayos clínicos
Orthopedic Consultant, University Hospitals of Leicester NHS
Trust, Leicester, United Kingdom Clare Byrne, MSc, RN
C irugía ortopédica p a lia tiv a Advanced Nurse Practitioner, Hepatobiliary
Cancer Service, University Hospital Aintree, Liverpool,
W illiam Breitbart, MD United Kingdom
Professor of Clinical Psychiatry, Weill Medical College of Patrones d el cáncer m etastásico
Cornell University; Chief, Psychiatry Service, Department
of Psychiatry and Behavioral Sciences, Memorial Beryl E. Cable-Williams, MN, RN
Sloan-Kettering Cancer Center, New York, New York Faculty,Trent/Fleming School of Nursing,Trent University,
E l deseo d e m o rir Peterborough, Ontario, Canada
La m u e rte e n la sociedad m o d ern a
Barry B resnihan, MD, FRCP
Professor of Rheumatology, University College Dublin; Sarah E. Callin, MB ChB, FRCP
Consultant Rheumatologist, St. Vincent’s University Specialist Registrar in Palliative Medicine, St. Gemma’s
Hospital, Dublin, Ireland Hospice, Leeds, United Kingdom
Trastornos m usculoesqueléticos E v aluación d e la m o v ilid a d

Bert Broeckaert, PhD David Casarett, MD, MA


Coordinator, Interdisciplinary Centre for Religious Study, Associate Professor, University of Pennsylvania School of
Catholic University, Leuven, Belgium Medicine; Physician, Philadelphia Veterans Affairs Medical
E u ta n a sia y su icid io c o n a y u d a m éd ica Center, Philadelphia, Pennsylvania
P rincipios d e b ioética
Eduardo Bruera, MD
Department of Palliative Care and Rehabilitative Medicine, David Casper
The University ofTexas M. D. Anderson Cancer Center, Research Assistant, Department of Psychiatry and Behavioral
Houston,Texas Sciences, Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, New
In vestigación d e los sín to m a s York, New York
Uso d e o pioides e n pac ien tes consum idores d e drogas o a lcohol
Kay Bruñe, MD, PhD
Doerenkamp Professor, Department of Experimental Eric J. Cassell, MD
and Clinical Pharmacology and Toxicology, Friedrich- Clinical Professor of Public Health, Weill Medical College of
Alexander-University, Erlangen-Nuremberg, Germany Cornell University, New York, NewYork;Adjunct Professor
A n tiin fla m a to rio s n o esteroideos o f Medicine, McGill University Faculty o f Medicine,
Montreal, Quebec, Canada
Bradley Buckhout, MD S u frim ien to
Kent Institute o f Medicine and Health Sciences, University of
Kent; Wisdom Hospice, Kent, United Kingdom Barrie Cassileth, PhD, MS
Tetraplejía y parap lejia Chief, Integrative Medicine Service , Memorial Sloan-
Kettering Cancer Center, New York, New York
Phyllis N. Butow, PhD, MPH M edicina integradora: terapias com plem entarias
Professor, School of Psychology, and Co-Director, Centre of
Medical Psychology and Evidence-Based Decision Making, Em anuele Castagno, MD
University of Sydney Faculty of Medicine, Sydney, New Attending Physician, Department o f Pediatrics,
South Wales, Australia University ofTurin; Regina Margherita Children’s
D ecir la verdad: m a la s n o ticias Hospital,Turin, Italy
C áncer e n la e d a d in fa n til

Ira Byock, MD, FAAHPM


Carlos Centeno, MD, PhD
Professor of Anesthesiology and Community & Family
Medicine, Dartmouth Medical School, Hanover; Director of Associate Professor o f Palliative Care, Faculty o f Medicine,
University o f Nevarra; Palliative Medicine Consultant,
Palliative Medicine, Dartmouth Hitchcock Medical Center,
Lebanon, New Hampshire University o f Nevarra Clinic, Pamplona, Spain
Desarrollo d e estándares n acionales e internacionales
P rincipios d e la m e d ic in a p a lia tiv a

ERRNVPHGLFRVRUJ
x iv Colaboradores

Walter Ceranski, MD K atherine Clark, MB BS, FRACP, FAChPM


Kent Institute of Medicine and Health Sciences, University of School of Medicine,The University o f Notre Dame Australia;
Kent; Wisdom Hospice, Kent, United Kingdom Senior Lecturer and Senior Staff Specialist, Cunningham
Tetraplejía y p a ra p lejia Centre for Palliative Care, Sacred Heart Facility, St.
Vincent’s Master Health, Sydney, New South Wales,
Lucas C eulemans, MD Australia
E m ergencias e n cu id a d o s p a lia tivo s
Department of General Practice, University of Antwerp,
Antwerp; General Practitioner and Palliative Consultant,
Palliatief Netwerk Mechelen, Mechelen, Belgium Stephen Clarke, MB BS, PhD, FRACP
N u tric ió n e n m e d ic in a p a lia tiv a Professor o f Medicine, University of Sydney Faculty of
Medicine; Senior Staff Specialist in Medical Oncology and
M eghna Chadha, MD Head of Pharmacology, Sydney Cancer Centre, Concord,
Radiology Institute, Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio New South Wales, Australia
R adiología interven cio n ista N u trició n clínica

Bruce H. Chamberlain, MD, FACP, FAAHPM


Jo sep h in e M. Clayton, PhD, MB BS (h o n s)
Director, Palliative Consultations, and Chief Medical Officer,
Senior Lecturer and Cancer Institute New South Wales
Harmony Home Health and Hospice, Murray, Utah
Clinical Research Fellow, University of Sydney Faculty of
O bstrucción d e la s v ía s respiratorias
Medicine, Sydney; Head o f Department and Staff Specialist,
Department of Palliative Care, Royal North Shore Hospital,
Eric L. Chang, MD
St. Leonard’s, New South Wales, Australia
Department of Radiation Oncology,The University ofTexas D ecir la verdad: m a la s noticias
M. D.Anderson Cancer Center, Houston,Texas
M etástasis vertebrales y c om presión m e d u la r
Jam es F. Cleary, MD
Victor T. Chang, MD, FACP Director, Palliative Medicine Program, and Program
Associate Professor of Medicine, University of Medicine Leader, Cancer Control Program, Paul P. Carbone
& Dentistry of New Jersey, Newark; Senior Attending Comprehensive Cancer Center, University of Wisconsin
Physician, Section of Hematology Oncology,Veterans School o f Medicine and Public Health; Palliative Care
Affairs New Jersey Health Care System, East Orange, Program, University of Wisconsin Comprehensive Cancer
New Jersey Center, Madison, Wisconsin
E valuación c u a n tita tiv a y c u a lita tiva d e lo s sín to m a s E pidem iología d e l cáncer

H arvey Max Chochinov, MD, PhD Lawrence J. Clein, MB, BS, FRCSC, ABHPM
Professor, Departments o f Psychiatry, Family Medicine Clinical Professor o f Family Medicine, University of
(Division of Palliative Care), and Community Health Saskatchewan College o f Medicine, Saskatoon; Medical
Sciences, and Tier 1 Canada Research Chair in Palliative Director, Palliative Care Services, Regina Q u’Appelle
Care, University of Manitoba Faculty o f Medicine; Director, Health Region, Regina, Saskatchewan, Canada
Manitoba Palliative Care Research Unit, CancerCare E dem a
Manitoba, Winnipeg, Manitoba, Canada
D epresión Katri Elina C lemens, MD, PhD
Department o f Science and Research, Centre for
Edward Chow, MB BS, PhD, FRCPC Palliative Medicine, University o f Bonn; Departm ent of
Associate Professor, University of Toronto Faculty of Anesthesiology, Intensive Care, Palliative Medicine and
Medicine; Radiation Oncologist, Odette Cancer Centre, Pain Therapy, Malteser Hospital Bonn, Bonn, Germany
Sunnybrook Health Sciences Center,Toronto, Ontario, H istoria d e las residencias p a ra e n ferm os term inales
Canada
R adioterapia p a lia tiva ; C irugía ortopédica p a lia tiv a Libby Clem ens, APN
Symptom Care Team, Blount Memorial Hospital, Maryville,
Tennessee
Grace Christ, DSW Sedación p a lia tiv a
Professor of Social Work, Columbia University of School of
Social Work, New York, New York Robert Colebunders, MD, PhD
D uelo d e los p rogenitores y d e lo s n iñ o s
Professor o f Infectious Diseases, Institute of Tropical
Medicine and University of Antwerp, Antwerp, Belgium
Infecciones fa ta le s y fu lm in a n te s; B iología e h istoria n a tu ra l del
sín d ro m e d e in m u nodeficiencia a d q u irid a

ERRNVPHGLFRVRUJ
Colaboradores xv

Steven R. Connor, PhD H ilary Cronin, MB, BAO, BCh, MRCPI


Vice President for Research and International Development, Senior Lecturer, Medical Gerontology, and Research
National Hospice and Palliative Care Organization, Fellow,Trinity College Dublin; Senior Lecturer,
Alexandria, Virginia Medical Gerontology, St. James’s Hospital, Dublin,
M edicina p a lia tiv a e n institu cio n es Ireland
B iología y fisiología d e l envejecim iento
Viviane Conraads, MD, PhD
Professor, Head Lecturer, Department of Medicine, University Garret Cullen, MB BCh, MRCPI
of Antwerp, Wilrijk-Antwerp; Cardiologist and Deputy Specialist Registrar in Gastroenterology, St.Vincent’s
Head, Department of Cardiology, University Hospital, University Hospital, Dublin, Ireland
Antwerp, Belgium Endoscopia digestiva
P ruebas d e la fu n c ió n cardíaca

Jennifer E. Cumm ings, MD


Colin C ooney, MD, FRCPI, MRCPsych
Director, Electrophysiology Research, Cleveland Clinic
Lecturer, University College Dublin; Consultant
Foundation, Cleveland, Ohio
Psychogeriatrician, St.Vincent’s University Hospital, Dublin,
A rritm ia s
Ireland
E l cerebro s en il y la d e m en cia
David C. Currow, B Med, MPH, FRACP
Professor, Departm ent of Palliative and Supportive Services,
M assimo Costantini, MD Flinders University School o f Medicine, Adelaide, South
Visiting Professor in Palliative Care, Department o f Palliative Australia, Australia
Care, Policy, and Rehabilitation, King’s College, London; Em ergencias e n cuidados paliativos; Tom a d e decisiones b asada e n
Regional Palliative Care Network, National Cancer la evidencia: retos y o portunidades
Research Institute, Genoa, Italy
In vestigación sobre los servicios sa n ita rios Paul J. Daeninck, MD, MSc, FRCPC
Assistant Professor, Departments o f Internal Medicine
Azucena Couceiro, MD, PhD and Family Medicine, University o f Manitoba Faculty
Professor of Bioethics and History of Medicine, Universidad o f Medicine; Site Coordinator, Symptom Management
Autónoma de Madrid, Madrid, Spain Disease Site Chair,Taché Site, CancerCare
É tica y p rá c tic a clínica Manitoba/Winnipeg Regional Health Authority,
Winnipeg, Manitoba, Canada
L axantes
H olly Covington, PhD, RN, FNP
Advanced Nurse Practitioner, West Slope Mental Health Pam ela D alinis, MA, RN
Stabilization Center, Grand Junction, Colorado Director, Education, Midwest Palliative and Hospice
A p ro xim a ció n psicológica y p siq u iá tric a
CareCenter, Glenview, Illinois
Desarrollo curricular
Joh n D. Cowan, MD
Medical Director, Palliative Care Hospice, Blount Memorial Prajnan Das, MD, MPH
Hospital, Maryville; Medical Director, Palliative Care, Department o f Radiation Oncology,The University of
University of Tennessee Medical Center, Knoxville, Texas M. D.Anderson Cancer Center, Houston,Texas
Tennessee M etástasis vertebrales y c om presión m ed u la r
S edación p a lia tiv a

Mellar P. Davis, MD, FCCP


Patrick Coyne, MSN, RN Director o f Research, Palliative Medicine,The Harry R.
Virginia Commonwealth University Medical Center, Horvitz Center for Palliative Medicine,Taussig Cancer
Richmond, Virginia Center, Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio
Fiebre y su d oración D eterm inación d e la n utrició n y la hidratación; N eurofarm acología
y psicofarm acología
Garnet Crawford, MD, CCFP
Lecturer, Department of Family Medicine, University of Sara N. Davison, MD, MSc, FRCPC
Manitoba Faculty of Medicine; Consultant in Palliative Associate Professor o f Medicine, Division o f Nephrology and
Medicine, Winnipeg Regional Health Authority, Winnipeg, Immunology, University o f Alberta Faculty o f Medicine,
Manitoba, Canada Edmonton, Alberta, Canada
L axantes Insuficiencia renal

Brian Creedon, MB BCh, BAO, MRCPI


Medical T\itor, University College Dublin and Trinity College
Dublin; MedicalT\itor, Education and Research
Department, Our Lady’s Hospice, Dublin, Ireland
Efectos secu n d a rio s y sobredosis d e opioides

ERRNVPHGLFRVRUJ
xvi Colaboradores

Catherine D eam ant, MD Maria D ietrich, Diplom -H eilpádagogin, MA


Assistant Professor, Rush Medical College of Rush University; Department o f Communication Science and Disorders,
Director, Palliative Care Program,John H. Strogerjr., University o f Pittsburgh School o f Health and
Hospital of Cook County, Chicago, Illinois Rehabilitation Sciences, Pittsburgh, Pennsylvania
Desarrollo curricu la r D isfunción a u tó n o m a (neurovegetativa)

Liliana de Lima, MD, MHA Pam ela D ixon


Director, International Association for Hospice and Palliative Rehabilitation Manager, Physical Medicine and Rehabilitation,
Care, Houston,Texas Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio
Desarrollo d e program as: u n a persp ectiva in te rnacional Terapia ocupacional y fisioterapia

Conor P. Delany, MD, PhD, FRCSI, FACS Philip C. Dodd, MB BCh, BAO, MSc, MRCPsych
Professor of Surgery, and Chief, Division of Colorectal Surgery, Lecturer in the Psychiatry o f Intellectual Disability,
Case Western Reserve University, University Hospitals Case Department of Psychiatry, University of Dublin,Trinity
Medical Center, Cleveland, Ohio College; Consultant General Adult Psychiatrist, St.
E sto m a s y fís tu la s
Michael’s House; Research Associate, Centre for Disability
Studies, University College Dublin, Dublin, Ireland
Peter D em eulenaere, MD D iscapacidad intelectual congénita
Assistant Teaching, Department of Family Medicine and
Palliative Care, University of Antwerp; Medical Staff,
Jam es T. D ’Olimpio, MD
Palliative Care Unit, Sint-Augustinus General Hospital,
Assistant Professor o f Medicine, New York University School
Antwerp, Belgium
of Medicine, New York; Director, Supportive/Palliative
A scitis m a lig n a
Care Programs in Oncology; Cancer Pain and Symptom
Management Services; Don Monti Division of Medical
Lena Dergham , MD
Oncology and Division of Hematology, North Shore
Hospitalist, Lutheran Hospital, Cleveland, Ohio
Im a g en corporal y se xu a lid a d
University Hospital, Manhasset, New York
Fisiología d e la n utrició n y el envejecim iento

N oel Derycke, MD
Department of General Practice, University of Antwerp; Per D om bernow sky, MD, DMSci
General Practitioner and Palliative Consultant, Palliatieve Emeritus Associate Professor, University of Copenhagen,
Hulpverlening Antwerpen, Antwerp, Belgium Copenhagen; Departm ent of Oncology, Herlev University
N u trició n e n m e d ic in a p a lia tiv a Hospital, Herlev, Denmark
Com plicaciones d e la q u im ioterapia

Rajeev Dhupar, MD
Resident, General Surgery, University of Pittsburgh Medical M ichael D ooley, BPharm, DipPharm
Center, Pittsburgh, Pennsylvania Professor o f Clinical Pharmacy, Department of Pharmacy
T ratam iento p a lia tiv o d e la o bstrucción d e la v ía aérea:
Practice, Victorian College of Pharmacy, Monash
tra q u eo sto m ía y e n doprótesis e n la v ía aérea University, Parkville; Director of Pharmacy, Bayside Health,
Melbourne,Victoria, Australia
Prescripción
Mario Dicato, MD, FRCP (Edin)
Professor of Internal Medicine, Luxembourg
Medical Center; Head, Departm ent of Hematology D eborah Dudgeon, MD, FRCPC
and Oncology, Centre Hospitalier Luxembourg, W. Ford Connell Professor o f Palliative Care Medicine and
Luxembourg City, Luxembourg Professor of Medicine and Oncology, Departments of
Sín d ro m e d e la v e n a cava
Medicine and Oncology, Queen’s University School
of Medicine, Kingston; Director, Palliative Care Medicine
Program, Queen’s University, Kingston; Provincial Program
Edwin D. Dickerson, PhD, MSc, MBA Head, Palliative Care, Cancer Care Ontario,Toronto,
Boehringer Ingelheim Pharmaceuticals, Inc., Ridgefield, Ontario, Canada
Connecticut D isnea
Interacciones, reacciones adversas y tra ta m iento

G eoffrey P. Dunn, MD, FACS


Andrew Dickm an, MD Attending Physician, Department of Surgery; Medical
Senior Clinical Pharmacist, Marie Curie Hospice, Liverpool, Director, Palliative Care Consultation Service, Hamot
United Kingdom Medical Center, Erie, Pennsylvania
Papel d e l fa rm a c é u tic o clínico Cirugía p a lia tiva

ERRNVPHGLFRVRUJ
Colaboradores x v ii

David D unw oodie, MB BS, FRACP K enneth C. H. Fearon, MB ChB (H ons), MD, FRCS (Glas),
Consultant Physician, Sir Charles Gairdner Hospital, Perth, FRCS (Ed), FRCS (Eng)
Western Australia, Australia Professor o f Surgical Oncology, Department of Clinical and
A ntiem ético s Surgical Sciences (Surgery), University of Edinburgh, Royal
Infirmary, Edinburgh, United Kingdom
Jane Eades, RN, BA(Hons), DipN Síndrom e d e anorexia-caquexia
Clinical Nurse Specialist, Marie Curie Hospice Hampstead,
London, United Kingdom Lynda E. Fenelon, MD, FRCPI, FRCPath
A p ro xim a ció n a la rehabilitación
Consultant Microbiologist, University College Dublin;
Consultant Microbiologist, St.Vincent’s University
Hospital, Dublin, Ireland
Badi El Osta, MD P revención y control d e las infecciones
Department of Palliative Care and Rehabilitative Medicine,
The University ofTexas M. D.Anderson Cancer Center, Peter F. Ferson, MD
Houston,Texas Professor o f Surgery, University of Pittsburgh School of
In vestigación d e los sín to m a s Medicine; Professor of Surgery, University of Pittsburgh
Medical Center, Pittsburgh, Pennsylvania
Katja Elbert-Avila, MD T ratam iento p a lia tiv o d e la o bstrucción d e la v ía aérea:
Medical Instructor, Departm ent of Medicine, Duke University traqueostom ía y endoprótesis e n la v ía aérea
Medical Center, Durham, North Carolina
P roblem as e n la co m u n ica ció n
Petra Feyer, MD
Joh n Ellershaw, MA, FRCP Klinik für Strahlentherapie, Radioonkologie und
Professor of Palliative Medicine, University of Liverpool; Nuklearmedizin,Vivantes—Netzwerk fur Gesundheit,
Director, Marie Curie Palliative Care Institute Liverpool, Berlin, Germany
Liverpool, United Kingdom M edicina n uclear
E stándares d e a sistencia
Marilene Filbet, MD
Bassam Estfan, MD Chief, Palliative Care Unit, Centre Hospitalo-Universitaire de
Clinical Associate, Palliative Medicine Staff, Cleveland Clinic Lyon, Hópital de la Croix Rousse, Lyon, France
Foundation, Cleveland, Ohio T ratam iento sin to m á tico
H em orragia persisten te o repetida;Antiácidos; Broncodilatadores y
supresores d e la tos; Indigestión; Insuficiencia respiratoria Pam Firth, CSW, ASW
Head of Family Support and Deputy Director o f Hospice
Louise Exton, MB BS, MRCP, MSc Services, Isabel Hospice,Welwyn Garden City, United
Consultant in Palliative Medicine, Harris HospisCare, Caritas Kingdom; Board Member of the European Association for
House, Kent, United Kingdom Palliative Care, Milan, Italy
C orticoides
A n g u stia espiritual

Alysa Fairchild, BSc, PGDip(Epi), MD, FRCPC


Susan F. FitzGerald, MD, MPH, MRCPI, MRCPath
Assistant Professor, Departm ent of Radiation Oncology,
Special Lecturer in Microbiology, University College Dublin;
University of Alberta Faculty of Medicine; Clinical Leader,
Clinical Microbiologist, St. Vincent’s University Hospital,
RAPRP, Department of Radiation Oncology, Cross Cancer
Dublin, Ireland
Institute, Edmonton, Alberta, Canada
P revención y control d e las infecciones
R adioterapia p a lia tiv a

Matthew Farrelly, PhD, MSW H ugh D. Flood Mch, FRCSI


Co-ordinator of Social Work and Bereavement Services, St. Consultant Urologist, Department o f Urology, Mid-Western
Francis Hospice, Dublin, Ireland Regional hospital, Limerick, Ireland
F am ilias a n g u stia d a s Incontinencia: u rin a ria y feca l

Konrad Fassbender, PhD Francesca Crippa Floriani, MD


Assistant Professor, Division of Palliative Care Medicine, President, Italian Federation for Palliative Care; President,
University of Alberta Faculty of Medicine and Dentistry, Associazione Amici Fondazione Floriani, Milan, Italy
Edmonton, Alberta, Canada A sistencia p ú b lica y servicios d e a y u d a a la c o m u n id a d
E valuación econ ó m ica b a sa d a e n la e videncia

Jason Faulhaber, MD
Clinical Instructor, Harvard Medical School; Medical Provider,
Fenway Community Health, Boston, Massachusetts
Com plicaciones d e l sín d ro m e d e in m u n o deficiencia a d q u irid a

ERRNVPHGLFRVRUJ
x v iii Colaboradores

Paul J. Ford, PhD Pierre R. Gagnon, MD, FRCPC


Assistant Professor, Division of Medicine, Cleveland Clinic Associate Professor, Laval University Faculty o f Pharmacy;
Lerner College o f Medicine o f Case Western Reserve Psychiatrist, L’Hótel-Dieu de Québec; Director of Research,
University;Associate Staff (Bioethics and Neurology), Maison Michel-Sarrazin; and Researcher, Centre de
Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio Recherche Université Laval Robert-Giffard, Quebec City,
C onsultor ético e n m e d ic in a p a lia tiv a Quebec, Canada
D eliriu m y psicosis
Barry Fortner, PhD
Adjunct, Departm ent of Graduate Psychology, University Lisa M. Gallagher, MA, MT
of Memphis, Memphis,Tennessee; Senior Vice President,
Adjunct Faculty, Cleveland Music Therapy Consortium; Music
Scientific Affairs and Provider Services, P4 Healthcare, Therapist,The Harry R. Horvitz Center for Palliative
Ellicott City, Maryland
Medicine, Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio
M edidas d e sopo rte m o d e rn a s e n o ncología
M usicoterapeutas y arteterapeutas

D arlene Foth, MA, ATR-BC, LSW M aureen Gambles, BSc


Adjunct Faculty, Ursuline College, Pepper Pike;ArtTherapist, Senior Research Fellow, Marie Curie Palliative Care Institute
University Hospitals o f Cleveland, Cleveland, Ohio Liverpool, Liverpool, United Kingdom
M usicoterapeutas y a rteterapeutas
Estándares d e a sistencia

Bridget Fowler, PharmD Subhasis K. Giri, MCh, FRCSEd, FRCSI


Clinical Assistant Professor, Department of Pharmacy Senior Specialist Registrar, Department o f Urology and Renal
Practice, Bouve College o f Health Sciences, Northeastern Transplantation, Beaumont Hospital, Dublin, Ireland
University; Clinical Pharmacy Specialist, Pain and Palliative Incontinencia: u rin a ria y feca l
Care Program, Dana-Farber Cancer Institute, Boston,
Massachusetts
N áuseas, v ó m ito s y sa c ie d a d p re c o z Paul Glare, MB BS, MM, FRACP
Clinical Associate Professor, Department of Medicine,
University o f Sydney Faculty of Medicine, Sydney; Head,
Karen Frame, MB BS, MSc, MRCP, DTM&H Department of Palliative Care, Sydney Cancer Centre,
Specialist Registrar, Palliative Medicine, Hospice Africa Royal Prince Alfred Hospital, Camperdown, New South
Uganda, Kampala, Uganda, and Michael Sobell House, Wales, Australia
Mount Vernon Hospital, Northwood, Middlesex, United P rincipios d e investigación e n m ed icin a palia tiva ; Servicios de
Kingdom consulta; D eterm inación d e l pronóstico; A ntiem éticos
Infecciones fa ta le s y fu lm in a n te s ; B iología e h istoria n a tu ra l del
sín d ro m e d e in m u n o d eficien cia a d q u irid a
Cynthia R. Goh, PhD, FRCP, FAChPM
Associate Professor and Centre Director, Lien Centre for
Thom as G. Fraser, MD, FACP Palliative Care, Duke-National University of Singapore
Assistant Professor of Medicine, Cleveland Clinic Lerner Medical School; Senior Consultant and Head, Department
College of Medicine of Case Western Reserve University; of Palliative Medicine, National Cancer Centre Singapore,
Department of Infectious Disease, Healthcare Republic o f Singapore
Epidemiology Office, Quality and Patient Safety Institute, Cultura, id e n tid a d étnica y e n fe rm e d a d subjetiva
Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio
Uso d e a n tim ic ro b ia n o s e n el e n ferm o m o rib u n d o
Xavier Gómez-Batiste, MD, PhD
Corporative D irector of Education and Training, Instituí
Fred Frost, MD Catalá d’Oncologia, University of Barcelona and
Associate Professor of Medicine, Cleveland Clinic Lerner L’Hospitalet de Llobregat; Director,World Health
College of Medicine of Case Western Reserve University; Organization Centre for Public Health Palliative Care
Director of Hospital Rehabilitation Services, Cleveland Programmes, Barcelona, Spain
Clinic, Cleveland, Ohio M edicina p aliativa. Perspectiva global: cierre d e la brecha entre saber
Ictus y hacer;M edicina palia tiva : m odelos d e organización;D esarrollo
d e program as: m e d ic in a p a lia tiv a y servicios d e sa lu d pública;
Unidades d e cu id a d o s p a lia tivo s d e agudos
M ichael J. Fulham, MB BS, FRACP
Professor, Department of Medicine, Faculty of Medicine,
University of Sydney Faculty of Medicine;Adjunct Leah Gramlich, MD
Professor, School o f Information Technologies, University Associate Professor, University of Alberta Faculty o f Medicine;
of Sydney Faculty of Medicine; Director, Molecular Chief, Division of Gastroenterology, Royal Alexandra
Imaging, and Clinical Director for Medical Imaging, Royal Hospital; Medical Director, Regional Nutrition Services,
Prince Alfred Hospital, Sydney, New South Wales, Australia Capital Health, Edmonton, Alberta, Canada
T om ografía p o r em isió n d e p o sitro n es E quipo d e soporte n u tricio n a l

ERRNVPHGLFRVRUJ
Colaboradores x ix

Luigi Grassi, MD Paul S. Haber, MD, FRACP, FAChAM


Professor and Chair of Psychiatry, Section of Clinical School of Public Health, University of Sydney Faculty of
Psychiatry, University of Ferrara School of Medicine; Medicine; Drug Health Services, Royal Prince Alfred
Director, University Psychiatry Unit, S.Anna University Hospital, Sydney, New South Wales, Australia
Hospital, Ferrara, Italy A b u so d e a lcohol y drogas
Psicotrópicos

Achiel H aem ers, Dr. Pharm aceutical Sciences


Phyllis A. Grauer, PharmD Professor o f Pharmacology, University o f Antwerp, Antwerp,
Marie Curie Hospice, Liverpool, United Kingdom Belgium
P apel d e l fa rm a c é u tic o clínico P rincipios d e fa rm a co lo g ía

Claire Green, MSc, PhD Mindi C. Haley, BA


Christie Hospital, Manchester, United Kingdom Research Assistant, Pharmacy Practice and Science, University
B u e n a c o m unicación:pacientes, fa m ilia r e s y profesionales o f Kentucky College o f Medicine, Lexington, Kentucky
Uso d e o pioides e n pac ien tes consum idores d e drogas o a lcohol

Gareth Griffiths
Marie Curie Palliative Care Institute, Marie Curie Hospice, Mazen A. Hanna, MD
Liverpool, United Kingdom Associate Staff, Section o f Heart Failure and Cardiac
D iseño y dirección d e investigaciones y ensayos clínicos Transplant, Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio
D iuréticos

Yvona Griffo, MD
Neurologist, Pain and Palliative Care Service, Memorial Janet R. Hardy, MD, FRACP
Sloan-Kettering Cancer Center, New York, New York Professor in Palliative Medicine, University of Queensland;
C om plicaciones n eurológicas Director of Palliative Care, Mater Health Services, Brisbane,
Queensland, Australia
P rincipios d e investigación e n m ed icin a p a lia tiv a ; Opiáceos;
H unter Groninger, MD
O pioides p a ra e l d o lo r oncológico
Assistant Professor, Medical Education, University of Virginia
School of Medicine, Charlottesville,Virginia; Senior
Medical Director, Capital Hospice; Consulting Physician, Jodie H aselkorn, MD, MPH
Capital Palliative Care Consultants,Washington, DC Associate Professor of Rehabilitation Medicine, University
C onvulsiones y trastornos d e l m o v im ie n to of Washington School of Medicine;Adjunct Associate
Professor o f Epidemiology, University of Washington
School o f Public Health; Director, MS Center of Excellence
David A. Gruenewald, MD
West,Veterans Affairs Puget Sound Health Care System,
Associate Professor of Medicine, Division o f Gerontology
Seattle, Washington
and Geriatric Medicine, University of Washington
Esclerosis m últiple
School of Medicine; Medical Director, Palliative Care and
Hospice Service, Geriatrics and Extended Care Service,
Veterans Affairs Puget Sound Health Care System, Seattle, Katherine Hauser, MB BS (H ons), FRACGP
Washington Research Fellow,The Harry R. Horvitz Center for Palliative
Esclerosis m ú ltip le Medicine, Cleveland Clinic Foundation, Cleveland, Ohio
Desarrollo d e u n g ru p o d e investigación; Prioridades p a ra el fu tu ro :
la a genda d e investigación; A n a m n e sis y exploración física;
Jyothirm ai Gubili, MS E valuación c línica d e los sín to m a s
Assistant Editor, Integrative Medicine Service, Memorial Sloan-
Kettering Cancer Center, New York, New York Cathy Heaven, MSc, PhD
M edicina integradora: terapias co m p lem entarias
Senior Trainer and Manager, Maguire Communication Skills
Training Unit, Christie Hospital, Manchester, United
Terence L. Gutgsell, MD Kingdom
Cleveland Clinic, Cleveland Ohio B u en a c om unicación:pacientes, fa m ilia re s y profesionales
A n a m n e sis y exploración físic a ; P rincipios d el control d e sín to m a s

M ichael H erm an, DO


Elizabeth Gwyther, MD Instructor of Medicine and Fellow in Gastroenterology,
Senior Lecturer in Palliative Medicine, University o f Cape University o f South Alabama Medical School, Mobile,
Town, Cape Town, South Africa Alabama
C uidados p a lia tiv o s p a r a n iñ o s y a dolescentes co n v iru s d e la Trasplante d e ó rganos
in m u n o d eficien cia h u m a n a /s ín d ro m e d e in m u n o d e fc ie n c ia
a d q u irid a

ERRNVPHGLFRVRUJ
xx Colaboradores

J0rn Herrstedt, MD, DMSci Peter H udson, MD


Professor in Clinical Oncology, University o f Southern Associate Professor, School of Nursing and Social Work,
Denmark; Head, Urologic Gynecologic Oncology and Faculty o f Medicine, Dentistry and Health Sciences,
Supportive Care, Department of Oncology, Odense University o f Melbourne, Carlton; Deputy Director Centre
University Hospital, Odense, Denmark for Palliative Care, St. Vincent’s Hospital Melbourne,
C om plicaciones de la q u im io te ra p ia Fitzroy,Victoria, Australia
E valuación d e la fa m ilia y d e los cuidadores

Stephen H iggins, MB Bch, BAO, MRCPI


Consultant in Palliative Medicine,Tallaght Hospital and Our Jo h n G. Hughes, BSc(Hons), PhD
Lady’s Hospice, Dublin, Ireland CECo Research Fellow, Academic Palliative and Supportive
A ntidepresivos y p sico estim u la n tes Care Studies Group, University of Liverpool, United
Kingdom
Investigación psicosocial
Irene J. H igginson, BMedSci, BMBS, PhD, FFPHM, FRCP
Professor of Palliative Care and Policy, King’s College;
Honorary Consultant in Palliative Medicine, King’s College Jo h n Hunt, RN
Hospital; Scientific Director, Cicely Saunders International, Lead Clinician,Trent Hospice Audit Group (THAG),Trent
London, United Kingdom Palliative Care Centre, Sheffield, United Kingdom
Investigación sobre los servicios sa n ita rio s Servicios d e consulta

Joanne M. H ilden, MD Craig A. Hurwitz, MD


Chair, Department of Pediatric Hematology/Oncology; Clinical Professor o f Pediatrics, University of Vermont College
Medical Director, Pediatric Palliative Care, Cleveland Clinic of Medicine, Burlington,Vermont; Director, Maine Medical
Children’s Hospital, Cleveland, Ohio Center for Pain and Palliative Care, Maine Medical Center,
R ecién nacidos, n iñ o s y adolescentes Portland, Maine
R ecién nacidos, n iñ o s y adolescentes

Kathryn L. H illenbrand, MA
Faculty Specialist ü and Coordinator, Charles Van Riper Jam es Ibinson, MD, PhD
Language, Speech and Hearing Clinic, Department of Resident in Anesthesiology, University of Pittsburgh School of
Speech Pathology and Audiology, Western Michigan Medicine, Pittsburgh, Pennsylvania
University, Kalamazoo, Michigan D olor oncológico: intervenciones anestésicas y neuroquirúrgicas
Disfagia

Nora Janjan
Burkhard Hinz, PhD Professor o f Radiation Oncology, Baylor College of Medicine;
Professor of Toxicology and Pharmacology and Head, Radiation Oncologist,The University ofTexas M. D.
Institute o f Toxicology and Pharmacology, University of Anderson Cancer Center, Houston,Texas
Rostock, Rostock, Germany M etástasis vertebrales y c om presión m ed u la r
A n tiin fla m a to rio s n o esteroideos

Birgit Jaspers, MD
Jade H omsi, MD Department o f Science and Research, Centre for Palliative
Assistant Professor of Medicine,The University ofTexas M. D. Medicine, University of Bonn, Bonn, Germany
Anderson Cancer Center, Houston,Texas H istoria d e las residencias p a ra e n ferm os term inales
Epidem iología y asociaciones d e s ín to m a s

Thom as Jehser
Kerry Hood Department o f Palliative Medicine,
Marie Curie Palliative Care Institute, Marie Curie Hospice, Gemeinschaftskrankenhaus Havelhóhe, Berlin, Germany
Liverpool, United Kingdom Estertores p r e m o rte m
D iseño y dirección d e investigaciones y ensayos clínicos

A. Mark Joffe, MD
Juliet Y. Hou, MD Royal Alexandra Hospital, Edmonton, Alberta, Canada
Associate Staff, Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio Infecciones ad q u irid a s e n el en to rn o d e los cu id a d o s sa n ita rio s
E quipo m éd ico duradero

Laurence John, MB BS, MD, MRCP, DTM&H


Guy Hubens, MD, PhD Specialist Registrar Infectious Diseases and General Medicine,
University o f Antwerp Faculty of Medicine, Antwerp; Infectious Disease Institute, Kampala, Uganda
Vice-Chairman, Department of Abdominal Surgery, B iología e historia n a tu ra l d el sín d ro m e d e in m u nodeficiencia
University Hospital of Antwerp, Edegem, Belgium a d q u irid a
P rincipios y prá ctica d e la oncología q u irúrgica

ERRNVPHGLFRVRUJ
Colaboradores xxi

Jen n ie Johnstone, MD Jordanka Kirkova, MD


Clinical Lecturer and Clinical Infectious Disease Research Research Fellow,The Harry R. Horvitz Center for Palliative
Fellow, University of Alberta Faculty o f Medicine, Medicine,Taussig Cancer Institute, Cleveland Clinic,
Edmonton, Alberta, Canada Cleveland, Ohio
Infecciones a d q u irid a s e n el en to rn o d e los cuidados sanitarios P rioridades p a r a e l fu tu ro : la age n d a d e investigación; M edición d e
la c a lidad de v id a

J. Stephen Jones, MD
Associate Professor of Surgery (Urology), Glickman K enneth L. Kirsh, PhD
Urological and Kidney Institute, Cleveland Clinic Lerner Assistant Professor, Pharmacy Practice and Science,
College of Medicine of Case Western Reserve University, University o f Kentucky College of Medicine, Lexington,
Cleveland, Ohio Kentucky
Com plicaciones g e n ito u rin a ria s e n oncología p a lia tiv a Uso d e o pioides e n pac ien tes consum idores d e drogas o a lcohol

Javier R. Kane, MD David W. K issane, MD, MPM, FRANZCP, FAChPM


Director, Palliative Medicine and End-of-Life Care, St. Jude Alfred P. Sloan Chair and Chairman, Departm ent of Psychiatry
Children’s Research Hospital, Memphis,Tennessee and Behavioral Sciences, Memorial Sloan-Kettering Cancer
A d a p ta ció n psicológica d e l n iñ o m o rib u n d o Center, New York, New York
D uelo y aflicción
Matthew T. Karafa, PhD
Research Associate, Cleveland Clinic Foundation, Cleveland, Eberhard K laschik, MD, PhD
Ohio Department o f Science and Research, Centre for
B ioestadística y e pidem iología Palliative Medicine, University o f Bonn; Departm ent of
Anesthesiology, Intensive Care, Palliative Medicine, and
Andrew P. Keaveny, MD, FRCPI Pain Therapy, Malteser Hospital Bonn, Bonn, Germany
Assistant Professor of Medicine, Mayo Clinic College of H istoria d e las residencias p a ra e n ferm os term inales
Medicine, Rochester, Minnesota; Consultant Physician,
Mayo Clinic, Jacksonville, Florida Seref Komurcu, MD
Trasplante d e ó rganos
Associate Professor o f Medicine, Department of Medical
Oncology, Gülhane Military Medical Academy; Head of
D orothy M. K. Keefe, MB BS, MD Medical Oncology Section, Bayindir Hospital, Ankara,
Department of Medical Oncology, Royal Adelaide Hospital Turkey
Cancer Centre, Royal Adelaide Hospital, Adelaide, South B iología d el cáncer
Australia, Australia
C om plicaciones orales d e l cá n cer y s u tra ta m ien to
Kandice Kottke-Marchant, MD, PhD
Chair, Department o f Pathology, Cleveland Clinic Lerner
Catherine McVearry Kelso, MD College of Medicine of Case Western Reserve University;
Assistant Professor of Internal Medicine, Virginia Chair, Pathology and Laboratory Medicine Institute,
Commonwealth University School o f Medicine; Medical Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio
Director, Hospice and Palliative Care, McGuire Veterans Trastornos hem orrágicos y d e la c oagulación e n e l cáncer
Affairs Medical Center, Richmond, Virginia
F árm acos p a r a la diarrea
Kathryn M. Kozell, MScN, ACNP, ET, RN
Associate Professor, University of Windsor Faculty of
Rose A nne K enny, MB BCH, MD
Nursing, Windsor;Associate Professor, University of
Professor of Geriatric Medicine,Trinity College Dublin,
Western Ontario School of Nursing; Associate Professor,
Dublin, Ireland
University o f Western Ontario School of Physical Therapy;
B iología y fisio lo g ía d e l envejecim iento
Coordinator, Disease Site Team/Disease Site Team Council,
London, Ontario, Canada
Martina Kern, MD Úlceras d e d ecúbito y cuidados d e la s heridas
University Lecturer in Palliative Medicine, University o f Bonn;
Head of Bereavement Service Project for Children and
Youth, Center for Palliative Medicine, Malteser Hospital Sunil Krishnan, MD
Bonn/Rhein-Sieg, Bonn, Germany Department o f Radiation Oncology,The University o f Texas
S exu a lid a d e in tim id a d e n los p a c ie n te s e n estado crítico M. D. Anderson Cancer Center, Houston,Texas
M etástasis vertebrales y c om presión m ed u la r

Dilara Seyidova K hoshknabi, MD


Research Fellow,The Harry R. Horvitz Center for Palliative D eborah Kuban, MD, FACR
Medicine,Taussig Cancer Center, Cleveland Clinic, Department o f Radiation Oncology,The University o f Texas
Cleveland, Ohio M. D. Anderson Cancer Center, Houston,Texas
P rioridades p a r a e l fu tu r o : la a g en d a d e investigación; Fárm acos M etástasis vertebrales y c om presión m ed u la r
p a r a la s m io c lo n ía s y los temblores; E spasm os musculares;
In so m n io y p esadillas

ERRNVPHGLFRVRUJ
x x ii Colaboradores

D am ian A. Laber, MD, FACP Susan B. LeGrand, MD, FACP


Associate Professor of Medicine, University of Louisville; Director, Palliative Medicine Fellowship Program,The Harry
ScientistJam es Graham Brown Cancer Center, Louisville, R. Horvitz Center for Palliative Medicine, Cleveland Clinic
Kentucky Foundation, Cleveland, Ohio
Insuficiencia m e d u la r Ansiolíticos, sedantes e h ipnóticos;B roncodilatadoresy supresores de
la tos;Ansiedad; Astenia; D erram es p le u ra l y pericárdico

Ruth L. Lagman, MD, MPH


Director of Clinical Services,The Harry R. Horvitz Center Vincent Lens, MD
for Palliative Medicine, Cleveland Clinic Taussig Radiology Service, Departm ent of Hematology and Oncology,
Center, Cleveland Ohio Centre Hospitalier Luxembourg, Luxembourg City,
El negocio d e la m e d ic in a p a lia tiva : asistencia d e ca lid a d e n u n Luxembourg
en to rn o difícil; Infecciones e n m e d ic in a p a lia tiv a Síndrom es d e la v e n a cava

Rajesh V. Lalla, PhD, BDS, CCRP D ona Leskuski, DO, MS


Assistant Professor of Oral Medicine, Department of Medical Director, Capital Hospice and Capital Palliative Care
Oral Health and Diagnostic Sciences, University of Consultants, Leesburg, Virginia
Connecticut School of Dental Medicine; Division of Oral Logopedia; D ispositivos d e com unicación
Medicine, School of Dental Medicine; Attending Staff,
John Dempsey Hospital; Member, Head and Neck/Oral Pam ela Levack, MB ChB, MSc, B Med Biol, FRCP
Oncology Program, Neag Comprehensive Cancer Center, Honorary Senior Lecturer, Department of Surgery and
Farmington, Connecticut Molecular Oncology, University of Dundee; Consultant in
S ín to m a s orales
Palliative Medicine, Ninewells Hospital, Dundee, United
Kingdom
D eforia Lane, PhD A ten c ió n a l p a cien te m o rib u n d o : hospitales y u n id a d e s d e c uidados
Resident Director of Music Therapy, University Hospitals of intensivos
Cleveland Ireland Cancer Center, Cleveland, Ohio
M usicoterapeutas y a rteterapeutas Marcia Levetown, MD
Member, American Academy of Pediatrics Ethics Committee;
Philip J. Larkin, PhD, RGN Chair, American Academy of Pediatrics Section on
Senior Lecturer in Nursing Studies (Palliative Care), School Hospice and Palliative Medicine, Phoenix, Arizona
of Nursing and Midwifery Studies, National University of Residencias p a ra enferm os term inales y servicios especiales
Ireland, Galway, Ireland
Personal d e e n ferm ería Jeanne G. Lewandowski, MD
Medical Director, Pediatrics, Kaleidoscope Kids Hospices
Wael Lasheen, MD of Henry Ford, and Chair, Michigan Alliance for Pediatric
Research Fellow,Taussig Cancer Center,The Harry R. Palliative Services, Detroit, Michigan
Horvitz Center for Palliative Medicine, Cleveland Clinic R ecién nacidos, n iñ o s y adolescentes
Foundation, Cleveland, Ohio
P rioridades p a r a e l fu tu r o : la a g e n d a d e investigación; Enferm edades W illiam R. Lewis, MD
h epáticas y renales
Associate Professor o f Medicine, Case Western Reserve
University School o f Medicine; Chief, Clinical Cardiology,
Karen Laurence MetroHealth Medical Center, Cleveland, Ohio
Assistant Clinical Professor of Medicine, Case Western A rritm ia s
Reserve School of Medicine; Adjunct Professor, Frances
Payne Bolton School of Nursing S. Lawrence Librach, MD
T ratam iento sintom ático: T ratam iento sin to m á tico d e la
Director,Temmy Latner Centre for Palliative Care, Mount Sinai
infecció n p o r e l v iru s d e la in m u n o d eficiencia h u m a n a e n Á frica
su b sa h a ria n a Hospital,Toronto, Ontario, Canada
La especialidad de m ed icin a p a lia tiv a

Peter Lawlor, MB M med Se, CCFP(C)


Adjunct Associate Professor, Departm ent of Oncology, W endy G. Lichtenthal, PhD
University of Alberta Faculty of Medicine, Edmonton, Research Fellow, Departm ent of Psychiatry and Behavioral
Alberta, Canada; Consultant in Palliative Medicine, Our Sciences, Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, New
Lady’s Hospice and StJam es’s Hospital, Dublin, Ireland York, New York
Efectos secu n d a rio s y sobredosis d e opioides El deseo d e m orir; D uelo y aflicción

ERRNVPHGLFRVRUJ
Colaboradores x x iii

J. N orelle Lickiss, MD, FRACP, FRCP(Edin) Charles L. Loprinzi, MD


Clinical Professor of Medicine, University of Sydney Faculty Professor o f Oncology, Mayo Clinic, Rochester, Minnesota
of Medicine, Sydney, New South Wales; Honorary Research M enopausia precoz
Professor, School of Philosophy, University o f Tasmania,
Hobart,Tasmania; Consultant Emeritus, Royal Prince Alfred J o h n Loughnane, MB, MSc, MRCGP, MICGP
Hospital, and Consultant in Palliative Medicine, General Practitioner, Boherbue, Newcastle West, County
Royal Hospital for Women, Sydney, New South Wales, Limerick, Ireland
Australia Trastornos m édicos y q uirúrgicos asociados
S ufrim ien to ; E l m édico

M ichael Lucey, MB, MRCPI, MBA


Stefano Lijoi, MD Specialist Registrar in Palliative Medicine, Our lady’s Hospice,
Attending Physician, Department of Pediatric Dublin, Ireland
Oncohematology, University ofTurin; Regina Margherita Efectos secundarios y sobredosis d e opioides
Children’s Hospital,Turin, Italy
C áncer e n la e d a d in fa n til
Laurie Lyckholm, MD
Assistant Professor and Fellowship Program Director,
Edward Lin, MD, FACP Department of Hematology/Oncology and Palliative
Department of Radiation Oncology,The University ofTexas Medicine,Virginia Commonwealth University School
M. D. Anderson Cancer Center, Houston,Texas o f Medicine, Richmond,Virginia
M etástasis vertebrales y c om presión m e d u la r
Fiebre y sudoración

Arthur G. Lipman, PharmD, FASHP Carol Macmillan, MD, MB ChB, MRCP, FRCA
University Professor, Departm ent of Pharmacotherapy, Consultant in Intensive Care Medicine and Anaesthesia,
College of Pharmacy;Adjunct Professor, Department of Ninewells Hospital, Dundee, United Kingdom
Anesthesiology, University of Utah School of Medicine; A tención a l p a c ie n te m o ribundo: hospitales y u n id a d e s d e c uidados
Director of Clinical Pharmacology, Pain Management intensivos
Center, University of Utah Health Sciences Center, Salt
Lake City, Utah
Frances Mair, MD, DRCOG, FRCGP
E laboración y aplicaciones d e u n a g u ía fa rm acológica
Professor o f Primary Care Research, Departm ent of General
Practice and Primary Care, University of Glasgow Faculty
Jean-M ichel Livrozet, MD of Medicine, Glasgow, United Kingdom
Hópital Edoard Herriot, Lyon, France Insuficiencia cardíaca
T ratam iento sin to m á tico

Stephen N. Makoni, MD, FACP


Mari Lloyd-Williams, MD, FRCP, FRCGP Clinical Assistant Professor of Medicine, University o f North
Professor, Academic Palliative and Supportive Care Studies Dakota School of Medicine and Health Science; Medical
Group, University of Liverpool; Professor o f Palliative Oncologist/Hematologist,Trinity Cancer Care Center,
Medicine, University of Liverpool Hospital, Liverpool, Minot, North Dakota
United Kingdom Insuficiencia m e d u la r
In vestigación psicosocial

Bushra Malik, MD
Richard M. Logan, MDS, PhD Neurologist and Headache Fellow, Cleveland Clinic,
Senior Lecturer and Head of Oral Pathology, School Cleveland, Ohio
of Dentistry, Faculty of Health Sciences, University of E xploración neuropsicológica
Adelaide; Consultant Oral Pathologist, Division ofTissue
Pathology, Institute of Medical and Veterinary Science,
Kevin Malone, MD, MRCPI, FRC Psych
Adelaide, South Australia, Australia
Professor o f Psychiatry, Department o f Psychiatry and Mental
Com plicaciones orales d e l cá n cer y s u tra ta m ien to
Health Research, St.Vincent’s University Hospital and
University College, Dublin, Ireland
Francisco López-Lara Martín, MD, PhD P siquiatras y psicólogos clínicos
Professor of Medicine and Head, Department of Radiology,
University of Valladolid Faculty of Medicine; Head,
Marco Maltoni, MD
Radiotherapy Oncology Department, Hospital Clínico
Hospice and Palliative Care Unit, Department of Oncology,
Universitario de Valladolid,Valladolid, Spain
Valerio Grassi Hospital, Forlimpopoli, Italy
H istoria n a tu r a l d e l cáncer
S índrom es paraneoplásicos; Q uim ioterapia p a lia tiv a y corticoides

ERRNVPHGLFRVRUJ
x x iv Colaboradores

Arana Mani, MD Catriona Mayland, MB ChB, MRCP


Medical Oncology Fellow, Division of Hematology/Oncology, Honorary Research Associate, University of Liverpool;
Ohio State University Medical Center, Columbus, Ohio Specialist Registrar in Palliative Medicine, University
M etástasis óseas Hospital Aintree, Liverpool, United Kingdom
Estándares d e a sistencia

Lucille R. Marchand, MD
Professor of Family Medicine, University of Wisconsin School Susan E. M cClement, PhD, MN
of Medicine and Public Health, Madison; Clinical Director Associate Professor, University of Manitoba Faculty of
of Integrative Oncology Services, University o f Wisconsin Nursing; Research Associate, Manitoba Palliative Care
Paul P. Carbone Comprehensive Cancer Center, Madison; Research Unit, CancerCare Manitoba, Winnipeg, Manitoba,
Associate Medical Director of Integrative Oncology, Canada
ProHealth Care Regional Cancer Center, Waukesha, D epresión
Wisconsin
El p la n d e cuid a d o s p a lia tiv o s
Ian M cCutcheon, MD, FACS
Department o f Radiation Oncology,The University ofTexas
Darren P. M areiniss, MD, JD, MBe M. D.Anderson Cancer Center, Houston,Texas
Senior Consultant for Medical and Legal Policy, University M etástasis vertebrales y c om presión m ed u la r
of Maryland Center for Health and Homeland Security,
Baltimore, Maryland M ichael F. McGee, MD
P rincipios d e b ioética
Resident, Department of Surgery, Case Western Reserve
University, University Hospitals Case Medical Center,
A nna L. Marsland, PhD, RN Cleveland, Ohio
Department of Psychology, University of Pittsburgh School E stom as y fistu la s
of Health and Rehabilitation Sciences, Pittsburgh,
Pennsylvania N eil McGill, MB BS, BSc, FRACP
D isfu n ció n a u tó n o m a (neurovegetativa)
Clinical Senior Lecturer, Department of Medicine, University
of Sydney Faculty of Medicine; Rheumatologist, Royal
Joan Marston Prince Alfred Hospital, Camperdown, New South Wales,
University o f Cape Town, Cape Town, South Africa Australia
C uidados p a lia tiv o s p a r a n iñ o s y a dolescentes c o n virus d e la Trastornos m usculoesqueléticos fre cu e n te s a sociados
in m u n o d eficien cia h u m a n a /s ín d r o m e d e inm unodeficiencia
a d q u irid a
Stephen McNamara, MB BS(Hons), BSc(Med), PhD,
FRACP, FCCP
Julia Rom ero Martínez, MD Clinical Senior Lecturer, Department of Medicine, University
Radiologist, Hospital General Universitario Gregorio Marañón, of Sydney Faculty of Medicine, Sydney; Senior Staff
Madrid, Spain Specialist, Department o f Sleep and Respiratory Medicine,
E xploraciones con to m o g ra fta c o m p u ta riza d a y resonancia
m a g n é tic a e n cu id a d o s p a lia tiv o s
Royal Prince Alfred Hospital, Camperdown, New South
Wales, Australia
P ruebas d e la fu n c ió n cardíaca
Isabel Martínez de Ubago
Radiologist, Hospital General Universitario Gregorio Marañón,
Madrid, Spain Mary Lynn M cPherson, PharmD, BCPS, CDE
E xploraciones con to m o g ra fta c o m p u ta riza d a y resonancia Professor, University of Maryland School of Pharmacy;
m a g n é tic a e n cu id a d o s p a lia tiv o s Hospice Consultant Pharmacist, Baltimore, Maryland
D iabetes m ellitus

Lina M. Martins, ET, MScN, RN


Associate Professor, University of Western Ontario School of H enry McQuay, DM, FRCA, FRCP (Edin)
Physical Therapy; Clinical Nurse Specialist, Enterostomal Nuffield Professor of Clinical Anaesthetics, University of
Therapy Nurse, London Health Sciences Centre, London, Oxford; Honorary Consultant, Pain Relief Unit, Churchill
Ontario, Canada Hospital, Oxford, United Kingdom
Úlceras d e d ecú b ito y cuid a d o s d e la s heridas Analgésicos n o o p io id e sy ad y u va n tes

Tim othy S. Maughan, MB, FRCP, FRCR Regina McQuillan, MB BCh, BAO
Professor of Cancer Studies, Cardiff University School of Medical Director and Consultant in Palliative Medicine,
Medicine; Consultant in Clinical Oncology,Velindre St. Francis Hospice, Dublin, Ireland
Hospital,Whitchurch, Cardiff,Wales, United Kingdom D iscapacidad intelectual congénita
D iseño y dirección d e investigaciones y ensayos clínicos

ERRNVPHGLFRVRUJ
Colaboradores xxv

Robert E. MeQuown, AS, RRT, RCP Fiona Mulcahy, MD, FRCPI


Respiratory Therapy Manager, Homecare Services, Cleveland Professor o f Medicine and Consultant in Genitourinary
Clinic Homecare Services, Independence, Ohio Medicine,Trinity College Dublin and St. James’s Hospital,
E quipo respiratorio Dublin, Ireland
Síndrom e d e inm u n o d eficien c ia a d q u irid a e n a dultos

M ichelle M eiring
University of Cape Town, Cape Town, South Africa H ugh E. Mulcahy, MD, MRCPI
C uidados p a lia tiv o s p a r a n iñ o s y a dolescentes co n v iru s d e la Consultant Gastroenterologist, St. Vincent’s University
in m u n o d eficien cia h u m a n a /s ín d ro m e d e inm unodeficiencia Hospital, Dublin, Ireland
a d q u irid a
Endoscopia digestiva; Sín d ro m e d e in m unodeficiencia a d q u irid a e n
adultos
Sebastiano M ercadante, MD
Professor of Palliative Medicine, University of Palermo; M onica Muller, MD
Director of Anesthesia and Intensive Care and Pain Relief Bonn, Germany
and Palliative Care Unit, La Maddalena Cancer Center, Voluntarios
Palermo, Italy
D isfu n ció n y o bstrucción intestinal; C uadros d e d olor com plejos
H. C hristof Müller-Busch, Prof. Dr. Med.
University of Witten/Herdecke, Witten; Humboldt University
Elaine C. Meyer, PhD Berlin, Berlin; Consultant on Palliative Care, Pain Therapy,
Associate Professor of Psychology, Harvard Medical School; and Anesthesia, Department of Palliative Medicine,
Associate Director, Institute for Professionalism and Gemeinschaftskrankenhaus Havelhóhe, Berlin, Germany
Ethical Practice, Children’s Hospital Boston, Boston, Estertores p r e m o rte m
Massachusetts
A ju ste y a y u d a p a r a la fa m ilia
Scott A. Murray, MD, FRCGP, FRCP(Ed)
St. Columba’s Hospice Chair o f Primary Palliative Care,
Randy D. Miller, PharmD University o f Edinburgh; Family Physician, Mackenzie
Boehringer Ingelheim Pharmaceuticals, Inc., Ridgefield, Medical Centre, Edinburgh, United Kingdom
Connecticut Trayectorias y estadios d e la e n ferm edad
Interacciones, reacciones a d versas y tra ta m ien to

Friedem ann Nauck, MD


Yvonne Millerick, BSc, RGN Director, Department of Palliative Medicine, Georg-August-
Heart Failure Liaison Nurse Specialist, Glasgow Royal Universitát Gottingen, Gottingen, Germany
Infirmary, Glasgow, United Kingdom Opiáceos; O pioides p a r a e l d olor oncológico
In suficiencia cardíaca

Katherine Neasham, MB BS
Roberto M iniero, MD Specialist Registrar, Royal Prince Alfred Hospital, Sydney, New
Professor of Pediatrics, University ofTurin School of South Wales, Australia
Medicine; Head of Pediatric Unit, Regina Margherita A b u so d e a lcohol y drogas
Children’s Hospital,Turin, Italy
C áncer e n la e d a d in fa n til
Busisiw e Nkosi
University o f Cape Town, Cape Town, South Africa
Arm in M ohamed Cuidados p a lia tivo s p a ra n iñ o s y a dolescentes co n v iru s d e la
T om ografía p o r e m isió n d e p o sitro n es in m u nodeficiencia h u m a n a /sín d ro m e d e inm unodeficiencia
a d q u irid a

Busi Mooka, MB, BCH, BAO, MRCPIS


St. James’s Hospital, Dublin, Ireland Sim on Noble, MB BS, FRCP
S ín d ro m e d e in m u n o d eficien cia a d q u irid a e n a dultos Senior Lecturer in Palliative Medicine, Cardiff University
School o f Medicine, Cardiff, United Kingdom
Trom bosis venosa p ro fu n d a ; Fárm acos cardíacos
H elen M. M orrison, MB ChB, MRCP(LJK)
Specialist Registrar Palliative Medicine, Beatson Oncology
Centre Glasgow, Glasgow, United Kingdom Antonio Noguera, MD
G uías d e p rá ctica clínica Palliative Care Consultant, Hospital Centro de Cuidados
Laguna, Madrid, Spain
Desarrollo d e estándares n acionales e internacionales
J. Cam eron Muir, MD
Vice President, Medical Services, Capital Hospice; President,
Capital Palliative Care Consultants, Falls Church,Virginia Anna K. Nowak, MB BS, PhD, FRACP
C onvulsiones y trastornos d e l m o v im ie n to School of Medicine and Pharmacology, University of Western
Australia, Nedlands, Western Australia, Australia
P rincipios d e la q u im io tera p ia y e l tra ta m ien to endocrino m odernos

ERRNVPHGLFRVRUJ
xxvi Colaboradores

Eugenie A. M. T. O bbens, MD Faith D. Ottery, MD, PhD, FACN


Professor of Clinical Neurology, Weill Medical College of Senior Director, Medical Affairs, Savient Pharmaceuticals,
Cornell University; Neurologist and Acting Chief, Pain and Inc., East Brunswick, New Jersey; President, Ottery &
Palliative Care Service, Memorial Sloan-Kettering Cancer Associates, Oncology Care Consultants, Philadelphia,
Center, New York, New York Pennsylvania
C om plicaciones neurológicas Pérdida d e peso asociada a l cáncer

Tony O’Brien, MB, FRCPI M ichel Ouellette, PhD


Clinical Senior Lecturer, National University of Ireland, Professionnel de Recherche, Centre de recherche de l’Hótel-
Cork, School of Medicine; Medical Director, Marymount Dieu de Québec, Maison Michel-Sarrazin, Quebec City,
Hospice, St. Patrick’s Hospital; Consultant Physician in Quebec, Canada
Palliative Medicine, Cork University Hospital, Cork, Ireland D eliriu m y psicosis
Desarrollo d e program as:p la n ifica ció n n a cional

Edgar Turner Overton, MD


M egan Olden, MA
Assistant Professor o f Medicine, Division of Infectious
Predoctoral Research Fellow, Departm ent of Psychiatry and
Diseases,Washington University School o f Medicine,
Behavioral Sciences, Memorial Sloan-Kettering Cancer
St. Louis, Missouri
Center, New York, New York
T ratam iento d e las p e rso n a s infectadas con e l v iru s d e la
El deseo d e m o rir
inm u n o d e ficie n cia h u m a n a

Norm a O’Leary, MD, MB BCh


M oné Palacios, DDS, MSc
Consultant in Palliative Medicine, Gateshead Health NHS
Foundation Trust and Marie Curie Cancer Care, Newcastle Research Associate, Oncology Department, University of
Calgary Faculty o f Medicine; Program Manager,Tom
upon Tyne, United Kingdom
D iagnóstico d e la m u e r te y la fa s e te rm in a l
Baker Cancer Centre, Centre for Distance Education and
Research in Palliative Care, Calgary, Alberta, Canada
A prendizaje b asado e n In tern et
David Oliver, MD
Kent Institute of Medicine and Health Sciences, University of
Kent; Wisdom Hospice, Kent, United Kingdom Robert Palmer, MD
Tetraplejía y p a ra p lejia Head, Section of Geriatric Medicine, Department o f Internal
Medicine, Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio
David Oliviere, MD El a n c ia n o frá g il
St. Christopher’s Hospice, London, United Kingdom
El eq u ip o interdisciplinario Teresa Palmer, APN
Symptom Care Team, Blount Memorial Hospital, Maryville,
Aurelius G. Omlin, MD Tennessee
Senior Lecturer, University of Bern, Bern; Clinical and Sedación p a lia tiv a
Research Fellow, Oncological Palliative Medicine, Cantonal
Hospital, St. Gallen, Switzerland
Carmen Paradis, MD
A n o rexia y p é rd id a d e peso
Associate Staff, Bioethics Department, Cleveland Clinic
Foundation, Cleveland, Ohio
Kaci O senga, MD Bioética d e la investigación
Clinical Instructor, Department of Medicine, University of
Wisconsin School of Medicine and Public Health,
Madison, Wisconsin Armida G. Parala, MD
Epidem iología d e l cáncer Geriatrics and Palliative Medicine Physician, St.Joseph Mercy
Hospital, Ann Arbor, Michigan
Características dem ográficas d e la v ejez
Diarm uid O’Shea, MD, FRCP, FRCPI
Lecturer, University College Dublin; Consultant Geriatrician,
Department of Elderly Medicine, St. Vincent’s University Antonio Pascual-López, MD, PhD
Hospital, Dublin, Ireland Director o f the Palliative Care Unit, Hospital Universitari de la
Síncope; El cerebro se n il y la d em en cia Santa Creu i Sant Pau, Barcelona, Spain
U nidades d e cu id a d o s p a lia tiv o s de a gudos
Christophe Ostgathe, MD
Lecturer and Consultant, Departm ent of Palliative Care, Steven D. Passik, PhD
University of Cologne, Cologne, Germany Associate Professor, Departm ent o f Psychiatry and Behavioral
M etástasis cerebrales Sciences, Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, New
York, New York
Uso d e opioides e n p a cien tes consum idores d e drogas o alcohol

ERRNVPHGLFRVRUJ
Colaboradores x x v ii

Tim othy M. Pawlik, MD, MPH Vinod K. Podichetty, MD, MS


Assistant Professor, Departm ent of Surgery and Oncology, Director, Division of Research, Medical Intervention and
Johns Hopkins School of Medicine, Baltimore, Maryland Surgical Spine Center, Cleveland Clinic, Florida,Weston,
Catéteres pleurales y perito n ea les Florida
A cupuntura, estim ulación n erviosa eléctrica transcutánea
y analgésicos tópicos
M alcolm Payne, MD
Director, Psycho-social and Spiritual Care, and Director,
Education, St. Christopher’s Hospice, London, United R obin Pollens, MS
Kingdom Adjunct Assistant Professor, Departm ent of Speech Pathology
E l equ ip o interdisciplinario and Audiology,Western Michigan University, Kalamazoo,
Michigan
Disfagia
Sheila Payne, PhD
Help the Hospices Chair in Hospice Studies, International
Observatory on End of Life Care, Institute for Health Eliza P ontifex, MB BS, FRACP
Research, Lancaster University, Lancaster, United Kingdom Clinical Research Fellow, St. Vincent’s University Hospital,
M etodología cualita tiva ; E va lu a ció n d e la fa m ilia y d e los Dublin, Ireland
cuidadores Trastornos m usculoesqueléticos

Silvia Paz, MD Susan Poole, BPharm, DipE


Research Associate,World Health Organization Collaborating Honorary Research Fellow, Victorian College of Pharmacy,
Centre for Public Health Palliative Care Programmes, Monash University, Parkville; Pharmacy Research
Palliative Care Service, Institut Catala d ’Oncologia, Coordinator, Bayside Health, Melbourne, Victoria, Australia
L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona, Spain Prescripción
M edicina p a lia tiva : m odelos d e organización;D esarrollo d e progra­
m as: m e d ic in a p a lia tiv a y servicios d e sa lu d p ú b lica
Josep Porta-Sales, MD, PhD
Head of Palliative Care Service, Institut Catala d’Oncologia,
José Pereira, MB ChB, DA, CCFP, MSc L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona, Spain
Professor and Head, Division of Palliative Medicine, University M edicina palia tiva : m odelos d e organización;D esarrollo d e
of Ottawa Faculty of Medicine; Director, Palliative Care program as: m e d icin a p a lia tiv a y servicios de sa lu d pública;
Services, Ottawa General Hospital and Elizabeth Bruyere U nidades d e cu id a d o s p a lia tiv o s d e agudos
Palliative Care Program, Ottawa, Ontario, Canada
A p ren d iza je d e adultos; A p ren d iza je b asado e n Internet; Graeme Poston, MB BS, MS, FRCS
Telem edicina
Lecturer in Surgery, University o f Liverpool; Chairman,
Department o f Surgery, and Chief, Hepatobiliary Surgery,
George Perkins, MD University Hospital Aintree, Liverpool, United Kingdom
Department of Radiation Oncology, The University o f Texas Patrones d el cáncer m etastásico
M. D. Anderson Cancer Center, Houston,Texas
M etástasis vertebrales y c om presión m e d u la r
Ruth D. Powazki, MSW
Clinical Research, Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio
Karin Peschardt, MD P rioridades p a r a e l fu tu ro : la age n d a d e investigación; E l trabajador
Department of Oncology, Herlev University Hospital, Herlev, social
Denmark
C om plicaciones d e la q u im io te ra p ia W illiam Powderly, MD
Dean of Medicine, University College Dublin School of
H ayley Pessin, PhD Medicine and Medical Science, Dublin, Ireland
Clinical Psychologist, Departm ent of Psychiatry and T ratam iento d e las p e rso n a s infectadas c on e l v iru s d e la
in m u n o d eficien cia h u m a n a
Behavioral Sciences, Memorial Sloan-Kettering Cancer
Center, New York, New York
E l deseo d e m o rir Leopoldo Pozuelo, MD
Staff Psychiatrist and Head, Section o f Consultation
Psychiatry, Cleveland Clinic Health System, Cleveland,
Douglas E. Peterson, MD
Ohio
Professor of Oral Medicine, Department o f Oral Health and
N eurofarm acología y psicofarm acologia
Diagnostic Sciences, University of Connecticut School of
Dental Medicine;Attending Staff,John Dempsey Hospital;
Chair, Head and Neck/Oral Oncology Program, Neag Eric Prommer, MD
Comprehensive Cancer Center, Farmington, Connecticut Assistant Professor o f Medicine, Mayo Clinic College of
S ín to m a s orales Medicine; Director of Palliative Care, Mayo Clinic Hospital,
Scottsdale, Arizona
A nestésicos locales y generales

ERRNVPHGLFRVRUJ
x x v iii Colaboradores

Christina M. Puchalski, MD, FACP Cynda H ylton R ushton, PhD, RN, FAAN
Associate Professor of Medicine and Health Sciences, George Associate Professor o f Nursing and Facultyjohns Hopkins
Washington University School of Medicine and Health Berman Institute o f Bioethics, Johns Hopkins University;
Sciences; Associate Professor of Health Management Program Director, Harriet Lane Compassionate
and Leadership, George Washington University School Care Program J o h n s Hopkins Children’s Center, Baltimore,
of Public Health; Director, George Washington Institute Maryland
for Spirituality and Health; Practicing Physician, Medical C uidados p a lia tiv o s pediátricos: a y u d a interdisciplinaria
Faculty Associates at George Washington University
Hospital, Washington, District of Columbia K. M itchell Russell, MD
A sistencia espiritual
Associate Staff,The Harry R. Horvitz Center for Palliative
Medicine, Cleveland Clinic Foundation, Cleveland, Ohio
Lukas Radbruch, MD A ntiepilépticos
Chair, Department of Palliative Medicine, RWTH Aachen
University, Aachen, Germany Karen Ryan, MB BCh, BAO, BMed Sc, MRCPI
A ntibióticos; D olor e n lo s p a c ie n te s q u e so breviven a l cáncer
Consultant in Palliative Medicine, St. Francis Hospice, Mater
Misericordiae University Hospital and Connolly Hospital,
David F. J. Raes, MD Dublin, Ireland
Staff Member, Department of Cardiology, Sint Augustinus, D iscapacidad intelectual congénita
Wilrijk-Antwerp, Belgium
P ruebas d e la fu n c ió n cardíaca
Lisa A. Rybicki, MS
Lead Biostatistician, Cleveland Clinic Foundation, Cleveland,
Jane Read, PhD Ohio
Dietitian, Sydney, New South Wales, Australia Bioestadística y e pidem iología
N u trició n clínica

Paola Sacerdote, PhD


Anantha Reddy, MD Associate Professor o f Pharmacology, Department of
Staff, Department of Rehabilitation Medicine, Cleveland Pharmacology, University o f Milan School o f Medicine,
Clinic, Cleveland, Ohio Milan, Italy
A cu p u n tu ra , e stim u la ció n n e rvio sa eléctrica transcutánea T ratam iento farm acológico en poblaciones especiales
y analgésicos tópicos

Vinod Sahgal, MD
Steven I. Reger, PhD Professor, Case Western University School of Medicine;
Staff, Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio
E quipo m éd ico duradero E quipo m édico duradero

Susan J. Rehm, MD Mary Ann Sam nion, RN


Department of Infectious Diseases, Cleveland Clinic, Skin/Wound Care Team Manager, Nursing Quality
Cleveland, Ohio Management, Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio
Infecciones e n m e d ic in a p a lia tiv a Personal d e enferm ería p a ra c u idado d e h eridas y o stom ías

Stephen G. Reich, MD D irk Sandrock, MD, PhD


Professor, Departm ent of Neurology, University o f Maryland Assistant Professor o f Nuclear Medicine, University Medicine
School of Medicine; Co-director, Maryland Parkinson’s of Berlin, Berlin; Head, Clinic of Nuclear Medicine,
Disease and Movement Disorders Center, University of Chemnitz City Hospital, Chemnitz, Germany
Maryland Medical Center, Baltimore, Maryland M edicina n uclear
E n ferm ed a d d e P arkinson

Mark Sands, MD
Javier Rocafort, MD, PhD Radiology Institute, Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio
Manager, Regional Palliative Care Program of Extremadura, R adiología intervencionista
Regional Ministry of Health and Dependence, Mérida,
Spain
D enise L. Schilling, PhD
Desarrollo d e program as: m e d ic in a p a lia tiv a y servicios d e sa lu d
p ú b lica Chair and Associate Professor, Departm ent o f Physical
Therapy Education, Western University of Health Sciences,
Pomona, California
Adam Rosenblatt, MD Terapia o c u p a c io n a ly fisioterapia
Associate Professor of Psychiatry and Director of
Neuropsychiatry, Johns Hopkins School of Medicine;
Attending Physician Jo h n s Hopkins Hospital, Baltimore,
Maryland
Problem as d e m e m o ria

ERRNVPHGLFRVRUJ
Colaboradores x x ix

Valerie N ocent Schulz, MD, FRCPC (Anesthesia), MPH Nabin K. Shrestha, MD, MPH
Assistant Professor, Schulich School of Medicine and Staff Physician, Departments o f Infectious Disease and
Dentistry, and AMS Fellow, End of Life Care Education Clinical Pathology, Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio
for General Internal Medicine Residents, University of Infecciones d el tracto u rin a rio
Western Ontario Faculty of Medicine; Palliative Medicine
Consultant, London Health Sciences Centre, London, Richard J. E. Skipworth, BSc (H ons), MB ChB, MRSC (Ed)
Ontario, Canada Surgical Research Fellow, Department o f Clinical and Surgical
Úlceras d e d ecú b ito y cu id a d o s d e la s heridas
Sciences (Surgery), University of Edinburgh, Royal
Infirmary, Edinburgh, United Kingdom
Lisa N. Schum, PhD Síndrom e d e anorexia-caquexia
Postdoctoral Fellow in Pediatric Psychology, St. Jude
Children’s Research Hospital, Memphis,Tennessee Howard S. Smith, MD
A d a p ta ció n psicológica d e l n iñ o m o rib u n d o
Associate Professor o f Anesthesiology, Internal Medicine, and
Physical Medicine and Rehabilitation, Albany Medical
Peter Selwyn, MD, MPH College; Academic Director of Pain Management, Albany
Professor and Chairman, Department o f Family and Social Medical Center Hospital, Albany, New York
Medicine, Montefiore Medical Center, Albert Einstein H ipo
College of Medicine ofYeshiva University, Bronx,
New York Mildred Z. Solom on, MD
Servicios d e consulta; T ratam iento sin to m ático
Associate Clinical Professor of Social Medicine, Medical
Ethics and Anaesthesia, Harvard Medical School, Boston;
Joshua Shadd, MD, CCFP Vice President, Education Development Center, Inc.,
Assistant Professor, Departments o f Medicine, Family Newton, Massachusetts
Medicine, and Oncology, Queen’s University School of V oluntades anticipadas
Medicine; Physician Consultant, Palliative Care Medicine
Program, Kingston General Hospital, Kingston, Ontario, D iego Soto de Prado Otero, MD
Canada Medical Oncology Specialist, Hospital Clínico Universitario
D isnea
de Valladolid, Valladolid, Spain
H istoria n a tu ra l d e l cáncer
Charles L. Shapiro, MD
Director of Breast Medical Oncology, Division of D enise Wells Spencer, MD
Hematology/Oncology, Ohio State University Medical Associate Medical Director, Hospice of the Bluegrass,
Center and Comprehensive Cancer Center, Columbus, Lexington, Kentucky
Ohio U nidades intrahospitalarias d e cuidados term inales y p a lia tivo s
M etástasis óseas

Ron Spice, BMedSc, MD, CCFP, FCFP


Aktham Sharif, MB BCh, MD Clinical Lecturer, Division of Palliative Medicine, and Director,
Senior Registrar, Radiation Oncology, St. Luke’s Hospital, Centre for Distance Education and Research in Palliative
Dublin, Ireland Care, University o f Calgary Faculty of Medicine; Medical
P rincipios y técnicas d e la radiación
Leader, Regional Palliative and Hospice Care, and
Medical Leader, Rural Palliative Telehealth Project, Calgary
H elen M. Sharp, PhD Health Region, Calgary, Alberta, Canada
Assistant Professor, Departm ent of Speech Pathology and Telemedicina
Audiology, Western Michigan University, Kalamazoo,
Michigan; Adjunct Assistant Professor (Clinical), David Spiegel, MD
Department of Preventive and Community Dentistry, Jack, Lulu, and Sam Willson Professor and Associate Chair of
University of Iowa, Iowa City, Iowa Psychiatry and Behavioral Sciences, Stanford University
D isfagia
School o f Medicine, Stanford, California
A sesoram iento
Kirk V. Shepard, MD
Boehringer Ingelheim Pharmaceuticals, Inc., Ridgefield, M anish Srivastava, MD
Connecticut Medical Director, Palliative Care Program, Good Samaritan
Interacciones, reacciones a d versas y tra ta m ien to
and Bethesda North Hospital, Cincinnati, Ohio
Servicios d e cuidados p a ra la población
J. T im othy Sherwood, MD
Department of Surgery, Johns Hopkins Hospital, Baltimore,
Maryland
Catéteres pleurales y perito n ea les

ERRNVPHGLFRVRUJ
xxx Colaboradores

J oh n N. Staffurth, MB BS, MD Alan J. Taege, MD


Senior Lecturer in Oncology, Cardiff University School Co-Director o f HIV Care, Departm ent of Infectious Diseases,
of Medicine; Consultant Clinical Oncologist,Velindre Cleveland Clinic Foundation, Cleveland, Ohio
Hospital, Cardiff, United Kingdom Síndrom e d e in m u n o d eficien cia a d q uirida: u n a perspectiva global
C om plicaciones de la radioterapia

M arcello Tamburini, PhD*


Randall Starling, MD Formerly in the Psychology Unit, National Cancer Institute,
Section of Heart Failure and Cardiac Transplant, Cleveland Milan, Italy
Clinic, Cleveland, Ohio Carga d e l cuidador
D iuréticos

Yoko Tarumi, MD
Grant D. Stewart, BSc (H ons), MB CliB, MRSC (Ed) Assistant Clinical Professor, Division of Palliative Care
Surgical Research Fellow, Department of Clinical and Surgical Medicine, Departm ent of Oncology, University o f Alberta
Sciences (Surgery), University of Edinburgh, Royal Faculty of Medicine; Palliative Care Program, Royal
Infirmary, Edinburgh, United Kingdom Alexandra Hospital, Edmonton, Alberta, Canada
Sín d ro m e d e ano rexia < a q u exia Tos, hem optisis y broncorrea

Jan Stjernswárd, MD, PhD, FRCP Davide Tassinari, MD


Chief, Cancer Emeritus,World Health Organization; Docent, Supportive and Palliative Care Unit, Department of Oncology,
Karolinska Institut, Stockholm, Sweden City Hospital, Rimini, Italy
M edicina p a lia tiv a . Perspectiva global: cierre d e la brecha entre saber Síndrom es paraneoplásicos; Q uim ioterapia p a lia tiv a y corticoides
y hacer;M edicina p a lia tiv a : m o d elo s d e organización;D esarrollo
d e program as: m e d ic in a p a lia tiv a y servicios d e s a lu d pú b lica
Martin H. N. Tattersall, MD
Professor o f Cancer Medicine and Co-Director, Centre of
Florian Strasser, MD Medical Psychology and Evidence-Based Decision Making,
Oncology and Palliative Medicine, Section Oncology/ University o f Sydney Faculty of Medicine, Sydney; Medical
Hematology, Departm ent Internal Medicine, Cantonal Oncologist, Royal Prince Alfred Hospital, Sydney, New
Hospital, St. Gallen, Switzerland
South Wales, Australia
A n o rexia y p é rd id a d e peso
D ecir la verdad: m a la s noticias

Edna Strauss, MD
Karl S. Theil, MD
Professor of Medicine, University of Sao Paulo; Attending
Staff Pathologist, Section o f Hematopathology, Departm ent of
Physician, Hospital das Clínicas, University o f Sao Paulo,
Clinical Pathology, Cleveland Clinic, Cleveland, Ohio
Sao Paulo, Brazil H em atología d e laboratorio
In suficiencia h epática

Keri Thomas, MD
Imke Strohscheer
Shrewsbury, United Kingdom
Department of Internal Medicine, Oncology Division, Medical A sistencia d o m iciliaria y cu id a d o s term inales dom iciliarios
University Graz, Graz, Austria
P rincipios d e o ncología m édica
Adrian Tookman, MB BS, FRCP
Honorary Senior Lecturer, Royal Free and University College
Brett Taylor Summey, MD Medical School; Medical Director, Marie Curie Hospice
Department of Dermatology, Drexel University School of Hampstead; Consultant in Palliative Medicine, Royal
Medicine, Philadelphia, Pennsylvania Free Hampstead NHS Trust, London, United Kingdom
P ru rito
A p roxim ación a la rehabilitación

Graham Sutton, MRPCI María P. Torrubia, MD


Specialist Registrar, Departm ent of Medicine for the Elderly, Coordinator of the Domiciliary Program o f Palliative Care,
St.Vincent’s University Hospital, Dublin, Ireland Servicio Aragonés de Salud, Zaragoza, Spain
Síncope
T om ando b u en a s decisiones

Nigel P. Sykes, MA, BM BCh, FRCP, FRCGP


Honorary Senior Lecturer in Palliative Medicine, King’s
College, University of London; Consultant in Palliative
Medicine and Medical Director, St. Christopher’s Hospice,
London, United Kingdom
E streñim iento y d iarrea •Fallecido.

ERRNVPHGLFRVRUJ
Colaboradores xxxi

Anna Towers, MDCM, FCFP Catherine E. Urch, MD


Associate Professor and Director, Palliative Care Division, Honorary Senior Lecturer, University College London;
McGill University Faculty of Medicine, Montreal, Quebec, Consultant in Palliative Medicine, St. Mary’s and Royal
Canada Brompton Hospitals, London, United Kingdom
L infedem a Fisiopatologia d e l d olor oncológico

D aphne Tsoi, MB BS, FRACP Mary L. S. Vachon, PhD, RN


Clinical Fellow, Departm ent of Medical Oncology, Professor, Departments o f Psychiatry and Public Health
Sunnybrook O dette Cancer Centre,Toronto, Ontario, Science, University of Toronto Faculty of Medicine; Mary
Canada L. S.Vachon Psychotherapy and Consulting, Inc..Toronto,
P rincipios d e la q u im io te ra p ia y e l tra ta m ien to endocrino m odernos Ontario, Canada
Estrés y desgaste profesional

Rodney O. Tucker, MD
Assistant Professor, Departm ent of Medicine, University of Bart Van d en Eynden, MD
Alabama at Birmingham School of Medicine; Medical Professor o f Palliative Medicine, Center for Palliative Care
Director, Division of Geriatrics, Gerontology and Palliative Sint-Camillus, University of Antwerp, Wilrijk-Antwerp,
Care, University of Alabama at Birmingham Center for Belgium
Palliative Care, Birmingham,Alabama P ruebas d e la fu n c ió n cardíaca; N u trición e n m e d ic in a paliativa;
Trastornos cardiovasculares Ascitis m a lig n a

Jam es A. Tulsky, MD Antonio Vigano, MD


Professor, Departm ent of Medicine, Duke University School Palliative Care, McGill University Faculty of Medicine; Royal
of Medicine; Director, Center for Palliative Care, Duke Victoria Hospital, Montreal, Quebec, Canada
University Medical Center, Durham, North Carolina D eterm inación d el pronóstico
P roblem as e n la co m u n ica ció n
Erika M ieghe, MD
Rachel A. Tunick, PhD Clinical Infectiologist, Departm ent o f Clinical Sciences,
Instructor of Psychology, Department of Psychiatry, Harvard Institute ofTropical Medicine, and Departm ent ofTropical
Medical School; Staff Psychologist, Cardiovascular and Medicine, University Hospital Antwerp, Antwerp, Belgium
Critical Care Services, Boston, Massachusetts Infecciones fa ta le s y fu lm in a n te s
A ju ste y a y u d a p a r a la fa m ilia
A ngelo E. Volandes, MD
Claire Turner, MB ChB, MRCP Instructor, Harvard Medical School;Attending Physician,
Specialist Registrar in Palliative Medicine, Princess o f Wales Massachusetts General Hospital, Boston, Massachusetts
Hospital, Bridgend, Wales V oluntades anticipadas
F árm acos cardíacos
Raym ond Voltz, MD
Martha L. Twaddle, MD, FACP Senior Lecturer and Head, Department o f Palliative Care,
Associate Professor of Medicine, Rush Medical College of University o f Cologne, Cologne, Germany
Rush University, Chicago; Chief Medical Officer, Midwest M etástasis cerebrales
Palliative & Hospice CareCenter, Glenview, Illinois
D esarrollo curricu la r Paul W. Walker, MD
Assistant Professor o f Medicine, University of Texas M. D.
Marie Twomey, MB BCh, MRCPI Anderson Cancer Center, Houston,Texas
Consultant in Palliative Medicine, St. Luke’s Hospital, Dublin, H ipercalcem ia
Ireland
Vías d e a d m in istra ció n Sharon Watanabe, MD
Associate Professor, Division of Palliative Care Medicine,
Christina U llrich, MD, MPH Department o f Oncology, University of Alberta Cross
Instructor in Pediatrics, Harvard Medical School;Attending Cancer Institute, Edmonton, Alberta, Canada
Physician in Pediatric Oncology and Pediatric Palliative Tos, h e m optisis y broncorrea
Care, Dana Farber Cancer Institute and Children’s
Hospital Boston, Boston, Massachusetts M ichael A. Weber, MD
D olor p e d iá tric o y co n tro l d e los sín to m a s Professor o f Medicine, State University of New York
Downstate College o f Medicine, Brooklyn, New York
H ipertensión

ERRNVPHGLFRVRUJ
x x x ii Colaboradores

Elizabeth W einstein, MD Joanne Wolfe, MD, MPH


Assistant Professor, University of Pittsburgh School of Assistant Professor o f Pediatrics, Harvard Medical School;
Medicine, Pittsburgh, Pennsylvania Director, Pediatric Palliative Care, Dana Farber Cancer
A b sten ció n y retirada d e l tra ta m ien to Institute and Children’s Hospital Boston, Boston,
Massachusetts
D olor p e d iá trico y control d e los sín to m a s
Sharon M. W einstein, MD
Professor, Departm ent of Anesthesiology, University of Utah
School of Medicine; Director, Pain Medicine and Palliative Tugba Yavuzsen, MD
Care, Huntsman Cancer Institute, Salt Lake City, Utah Department o f Medical Oncology and Internal Medicine,
D olor n o m a lig n o Dokuz Eyliil University Medical Faculty, Izmir,Turkey
B iología d el cáncer

Kathryn L. W eise, MD
Staff Physician, Pediatric Critical Care Medicine; Director, Albert J. M. Yee, MD, MSc, FRCSC
Pediatric Palliative Medicine; and Program Director, Associate Professor, Department o f Surgery, University of
Cleveland Fellowship in Advanced Bioethics, Cleveland Toronto Faculty of Medicine;Active Staff and Consultant
Clinic, Cleveland, Ohio in Surgical Oncology, Sunnybrook Health Sciences Centre
Bioética d e la investigación and Odette Regional Cancer Centre,Toronto, Ontario,
Canada
Cirugía ortopédica p a lia tiv a
Sherri W eisenfluh, MSW
Associate Vice President of Counseling Services, Hospice of
the Bluegrass, Lexington, Kentucky Lisa M. Yerian, MD
D uelo d e los p rogenitores y d e lo s n iñ o s Assistant Professor o f Pathology, Cleveland Clinic Lerner
College of Medicine of Case Western Reserve University;
J oh n Welsh, MB ChB, FRCP, BSc Hons Director, Hepatobiliary Pathology, Cleveland Clinic,
Professor in Palliative Medicine, Beatson Oncology Centre, Cleveland, Ohio
El p a p e l d e la a n a to m ía patológica
Glasgow, United Kingdom
G uías d e p rá c tic a clínica
Elena Zucchetti, MD
Clare White, MB BCh, RN Documentalist and Educator, Fondazione Floriani, Milan, Italy
A sistencia p ú b lica y servicios d e a y u d a a la c o m u n id a d
Specialist Registrar, Palliative Medicine, Northern Ireland
Hospice Care, Belfast, N orthern Ireland
P rincipios d e investigación e n m e d ic in a p a lia tiv a

D on na M. W ilson, PhD, RN
Professor, Faculty of Nursing, University of Alberta; Caritas
Nurse Scientist, Caritas Health Group, Edmonton, Alberta,
Canada
La m u e rte e n la sociedad m o d e rn a

ERRNVPHGLFRVRUJ
P A R T E I Principios____________________ CAPÍTULO 15 Estrés y desgaste profesional 75
A : M edicina p a lia tiv a 2 Mary L. S. Vachon

c a p ítu lo 1 Medicina paliativa. Perspectiva global: cierre


CAPÍTULO 16 Imagen corporal y sexualidad 83
de la brecha entre saber y hacer 2
Lena Dergham
Jan Stjemswárd y Xavier Gómez-Batiste

c a p ítu lo 2 La muerte en la sociedad moderna 8 C: Bioética 88


Donna M. Wilson y Beryl E. Cable-Williams
CAPÍTULO 17 Principios de bioética 88
c a p ítu lo 3 Trayectorias y estadios de la enfermedad 13 Darren P. Mareiniss y David Casarett
Scott A. Murray
CAPÍTULO 18 Ética y práctica clínica 94
c a p ítu lo 4 Historia de las residencias para enfermos Azucena Couceiro
terminales 18
Katri Elina Clemens, Birgit Jaspers y Eberhard Klaschik
CAPÍTULO 19 Voluntades anticipadas 98
Angelo E. Volandes y Mildred Z. Solomon
c a p ítu lo 5 Medicina paliativa: modelos de organización 23
Xavier Gómez-Batiste, Josep Porta-Sales, Silvia Paz y Jan Stjernswárd
CAPÍTULO 20 Abstención y retirada del tratamiento 104
c a p ítu lo 6 La especialidad de medicina paliativa 29
Elizabeth Weinstein, Wendy G. Anderson y Robert M. Arnold

S. Lawrence Librach
CAPÍTULO 21 Eutanasia y suicidio con ayuda médica no
c a p ítu lo 7 Principios de la medicina paliativa 33 Bert Broeckaert
Ira Byock
CAPÍTULO 22 Bioética de la investigación 115
B : Cuidados psicosociales 42 Carmen Paradis y Kathryn L. Weise

c a p ítu lo 8 La experiencia humana de la enfermedad 42


J. Norelle Lickiss D : Educación 119

c a p ítu lo 9 Sufrimiento 46 c a p ítu lo 23 Desarrollo curricular 119


Eric J. Cassell Catherine Deamant, Martha L. Twaddle y Pamela Dalinis

CAPÍTULO 10 Cultura, identidad étnica y enfermedad CAPÍTULO 24 Aprendizaje de adultos 125


subjetiva 51 José Pereira y Michael Aherne
Cynthia R. Goh
CAPÍTULO 25 Aprendizaje basado en Internet 131
c a p ítu lo 11 El deseo de morir 55 José Pereira y Moné Palacios
Wendy G. Lichtenthal, Megan Olden, Hayley Pessin y William Breitbart

CAPÍTULO 12 Angustia espiritual 59 E : Investigación 136


Pam Firth
CAPÍTULO 26 Principios de investigación en medicina
CAPÍTULO 13 Familias angustiadas 63 paliativa 136
Matthew Farrelly Clare White, Janet R. Hardy y Paul Glare

c a p ítu lo 1 4 Duelo y aflicción 69 CAPÍTULO 27 Desarrollo de un grupo de investigación 144


Wendy G. Lichtenthal y David W. Kissane Katherine Hauser

x x x iii
ERRNVPHGLFRVRUJ
x x x iv índice de contenidos

CAPÍTULO 28 Diseño y dirección de investigaciones y ensayos c a p ítu lo 45 Guías de práctica clínica 239
clínicos 148 Helen M. Morrison y John Welsh
Anthony Byme, Kerry Hood, Gareth Griffiths y Timothy S. Maughan
c a p ítu lo 46 Evaluación económica basada
CAPÍTULO 29 Bioestadística y epidemiología 156 en la evidencia 245
Matthew T. Karafa y Lisa A. Rybicki Konrad Fassbender

CAPÍTULO 30 Investigación de los síntomas 161 H : Profesionales sanitarios, fa m ilia y voluntarios 253
Badi El Osta y Eduardo Bruera
CAPÍTULO 47 El equipo interdisciplinario 253
CAPÍTULO 31 Investigación sobre los servicios sanitarios 165 Malcolm Payne y David Oliviere
Massimo Costantini y Irene J. Higginson
CAPÍTULO 48 El médico 259
CAPÍTULO 32 Investigación psicosocial 170 J. Norelle Lickiss
John G. Hughes y Mari Lloyd-Williams
CAPÍTULO 49 Personal de enfermería 265
CAPÍTULO 33 Metodología cualitativa 175 Philip J. Larkin
Sheila Payne
CAPÍTULO 50 El trabajador social 269
c a p ítu lo 34 Prioridades para el futuro: la agenda Ruth D. Powazki
de investigación 181
Katherine Hauser, Nabila Bennani-Baiti, Jordanka Kirkova, Wael Lasheen,
CAPÍTULO 51 Equipo de soporte nutricional 273
Ruth D. Powazki y Dilara Seyidova-Khoshknabi Leah Gramlich

F: A dm inistración 189 CAPÍTULO 52 Terapia ocupacional y fisioterapia 277


Denise L. Schilling y Pamela Dixon
c a p ítu lo 35 Desarrollo de programas: una perspectiva
internacional 189 CAPÍTULO 53 Logopedia 279
Liliana de Lima Dona Leskuski

CAPÍTULO 36 Desarrollo de programas: planificación CAPÍTULO 54 Psiquíatras y psicólogos clínicos 282


nacional 192 Ursula Bates y Kevin Malone
Tony O’Brien
CAPÍTULO 55 Asistencia espiritual 289
CAPÍTULO 37 Desarrollo de programas: medicina paliativa Christina M. Puchalski
y servicios de salud pública 198
Xavier Gómez-Batiste, Josep Porta-Sales, Silvia Paz, Javier Rocafort y Jan CAPÍTULO 56 Papel del farmacéutico clínico 293
Stjernswárd Andrew Dickman y Phyllis A. Grauer

c a p ítu lo 38 Servicios de consulta 203 CAPÍTULO 57 Consultor ético en medicina paliativa 297
Paul Glare, John Hunt, Peter Selwyn y K. Allsopp Paul J. Ford

CAPÍTULO 39 Unidades de cuidados paliativos de agudos 208 CAPÍTULO 58 Musicoterapeutas y arteterapeutas 299
Josep Porta-Sales, Xavier Gómez-Batiste y Antonio Pascual-López Lisa M. Gallagher, Deforia Lane y Darlene Foth

CAPÍTULO 40 Unidades intrahospitalarias de cuidados CAPÍTULO 59 Personal de enfermería para cuidado


terminales y paliativos 212 de heridas y ostomías 303
Denise Wells Spencer Mary Ann Sammon

CAPÍTULO 41 Medicina paliativa en instituciones 216 c a p ítu lo 60 Voluntarios 305


Stephen R. Connor Monica Muller

CAPÍTULO 42 Asistencia domiciliaria y cuidados terminales CAPÍTULO 61 Anamnesis y exploración física 308
domiciliarios 219 Katherine Hauser, Sik Kim Ang y Terence L. Gutgsell
Keri Thomas

CAPÍTULO 43 El negocio de la medicina paliativa: asistencia


de calidad en un entorno difícil 225 P A R T E II El paciente___________________
Ruth L. Lagman A : Evaluación d e l paciente 320

G: C alidad 230 CAPÍTULO 62 Evaluación de la familia y de los cuidadores 320


Sheila Payne y Peter Hudson
CAPÍTULO 44 Desarrollo de estándares nacionales
e internacionales 230 CAPÍTULO 63 Evaluación clínica de los síntomas 325
Carlos Centeno y Antonio Noguera Katherine Hauser

ERRNVPHGLFRVRUJ
índice d e contenidos xxxv

CAPÍTULO 64 Evaluación cuantitativa y cualitativa CAPÍTULO 82 Insuficiencia renal 443


de los síntomas 333 Sara N. Davison
Victor T. Chang
c a p ítu lo 83 Abuso de alcohol y 451
CAPÍTULO 65 Medición de la calidad de vida 341 Paul S. Haber y Katherine J. Neasham
Jordanka Kirkova
D : Complicaciones de la enferm edad avanzada 459
CAPÍTULO 66 Exploración neuropsicológica 352 CAPÍTULO 84 Insuficiencia hepática 459
Bushra Malik
Edna Strauss

CAPÍTULO 67 Sexualidad e intimidad en los pacientes CAPÍTULO 85 Trombosis venosa profunda 465
en estado crítico 355 Simon Noble
Martina Kern
CAPÍTULO 86 Hemorragia persistente o repetida 470
CAPÍTULO 68 Evaluación de la movilidad 359 Bassam Estfan
Sarah E. Callin y Michael I. Bennett
c a p ítu lo 87 Linfedema 474
B : Pruebas complementarias 364 Anna Towers

CAPÍTULO 69 Medicina nuclear 364 CAPÍTULO 88 Úlceras de decúbito y cuidados


Dirk Sandrock y Petra Feyer de las heridas 478
Valerie Nocent Schulz, Kathryn M. Kozell y Lina M. Martins
CAPÍTULO 70 Exploraciones con tomografía computarizada
y resonancia magnética en cuidados paliativos 367 CAPÍTULO 89 Estomas y fístulas 484
Carmen Fernández Álvarez, Isabel Barreiro-Meiro Sáenz-Díez, Julia Romero Michael F. McGee y Conor P. Delaney
Martínez e Isabel Martínez de Ubago
CAPÍTULO 90 Emergencias en cuidados paliativos 492
CAPÍTULO 71 Tomografía por emisión de positrones 371 Katherine Clark y David C. Currow
Michael J. Fulham yArmin Mohamed
E : Infecciones 505
CAPÍTULO 72 Pruebas de la función cardíaca 378
CAPÍTULO 91 Infecciones en medicina paliativa 505
David F. J. Raes, Bart Van den Eynden y Viviane Conraads
Ruth L. Lagman y Susan J. Rehm

CAPÍTULO 73 Función pulmonar 385 CAPÍTULO 92 Prevención y control de las infecciones 509
Stephen McNamara Susan F. FitzGerald y Lynda E. Fenelon

c a p ítu lo 74 Hematología de laboratorio 390 c a p ítu lo 93 Infecciones del tracto urinario 516
Karl S. Theil Nabin K. Shrestha

c a p ítu lo 75 El papel de la anatomía patológica 404 CAPÍTULO 94 Infecciones adquiridas en el entorno


Lisa M. Yerian de los cuidados sanitarios 519
Jennie Johnstone y A. Mark Joffe
C: Enferm edades concurrentes 409
CAPÍTULO 95 Infecciones fatales y fulminantes 527
c a p ítu lo 76 Trastornos médicos y quirúrgicos Erika Vlieghe, Karen Frame y Robert Colebunders
asociados 409
John Loughnane CAPÍTULO 96 Uso de antimicrobianos en el enfermo
moribundo 532
CAPÍTULO 77 Trastornos musculoesqueléticos frecuentes Thomas G. Fraser
asociados 413
Neil McGill F: Procedim ientos y dispositivos 535

CAPÍTULO 78 Diabetes mellitus 417 CAPÍTULO 97 Cirugía paliativa 535


Geoffrey P. Dunn
Mary Lynn McPherson

CAPÍTULO 79 Insuficiencia cardíaca 426


CAPÍTULO 98 Endoscopia digestiva 541
Garret Cullen y Hugh E. Mulcahy
Frances Mair, Lynda Blue e Yvonne Millerick

CAPÍTULO 99 Tratamiento paliativo de la obstrucción de la vía


c a p ítu lo 80 Arritmias 431 aérea: traqueostomía y endoprótesis en la vía aérea 544
William R. Lewis y Jennifer E. Cummings Rajeev Dhupar y Peter F. Ferson

CAPÍTULO 81 Hipertensión 435 CAPÍTULO 1 0 0 Catéteres pleurales y peritoneales 550


Michael A. Weber Timothy M. Pawlik y J. Timothy Sherwood

ERRNVPHGLFRVRUJ
xxxvi índice de contenidos

CAPÍTULO 101 Radiología intervencionista 555 CAPÍTULO 118 Toma de decisiones basada en la evidencia:
Meghna Chadha y Mark Sands retos y oportunidades 651
Amy P. Abemethy y David C. Currow
CAPÍTULO 102 Equipo médico duradero 565
Juliet Y. Hou, Steven I. Reger y Vinod Sahgal CAPÍTULO 119 Determinación del pronóstico 657
Paul Glare y Antonio Vigano
CAPÍTULO 103 Dispositivos de comunicación 573
Dona Leskuski CAPÍTULO 120 El plan de cuidados paliativos 662
Lucille R. Marchand
G: N utrición 577

CAPÍTULO 104 Fisiología de la nutrición


y el envejecimiento 577 P A R T E III Fármacos y síntomas__________
James T. D’Olimpio A : Fármacos 668

CAPÍTULO 105 Determinación de la nutrición y la CAPÍTULO 121 Principios de farmacología 668


Achiel Haemers y Koen Augustyns
hidratación 582
Mellar P. Davis
CAPÍTULO 122 Neurofarmacología y psicofarmacología 675
c a p ítu lo 106 Síndrome de anorexia-caquexia 587 Mellar P. Davis y Leopoldo Pozuelo
Grant D. Stewart, Richard J. E. Skipworth y Kenneth C. H. Fearon
CAPÍTULO 123 Prescripción 687
CAPÍTULO 107 Nutrición clínica 595 Susan Poole y Michael Dooley
Jane Read y Stephen Clarke
CAPÍTULO 124 Interacciones, reacciones
CAPÍTULO 108 Principios y manejo del soporte nutricional y tratamiento 692
en el cáncer 602 Randy D. Miller, Kirk V. Shepard y Edwin D. Dickerson
Federico Bozzetti y Valentina Bozzetti
CAPÍTULO 125 Tratamiento farmacológico en poblaciones
CAPÍTULO 109 Nutrición en medicina paliativa 607 especiales 696
Bart Van den Eynden, Noel Derycke y Lucas Ceulemans Paola Sacerdote

H : Comunicación 613
CAPÍTULO 126 Enfermedades hepáticas y renales 700
c a p ítu lo 1 1 0 Buena comunicación: pacientes, familiares Wael Lasheen
y profesionales 613
Cathy Heaven y Claire Green CAPÍTULO 127 Vías de administración 706
Marie Twomey
CAPÍTULO 111 Decir la verdad: malas noticias 620
Josephine M. Clayton, Phyllis N. Butow y Martin H. N. Tattersall CAPÍTULO 128 Elaboración y aplicaciones de una guía
farmacológica 711
CAPÍTULO 112 Problemas en la comunicación 625 Arthur G. Lipman
Katja Elbert-Avila y James A. Tulsky

CAPÍTULO 113 Asesoramiento 630


CAPÍTULO 129 Antiácidos 715
Bassam Estfan
David Spiegel

CAPÍTULO 114 Asistencia pública y servicios de ayuda CAPÍTULO 130 Antidepresivos y psicoestimulantes 719
a la comunidad 634 Stephen Higgins
Francesca Crippa Floriani y Elena Zucchetti
CAPÍTULO 131 Antibióticos 723
CAPÍTULO 115 Telemedicina 637 Lukas Radbruch
José Pereira y Ron Spice
CAPÍTULO 132 Antiepilépticos 726
I: Toma de decisiones 643 K. Mitchell Russell

CAPÍTULO 116 Tomando buenas decisiones 643


Rogelio Altisent, Jacinto Bátiz y María P. Torrubia c a p ítu lo 133 Pérdida de peso asociada al cáncer 732
Faith D. Ottery
CAPÍTULO 117 Negación y capacidad de toma de decisiones
adecuadas 647 CAPÍTULO 134 Ansiolíticos, sedantes e hipnóticos 736
Pilar Arranz y Pilar Barreto Susan B. LeGrand

ERRNVPHGLFRVRUJ
índice d e contenidos xxxvü

CAPÍTULO 135 Antiinflamatorios no esteroideos 740 CAPÍTULO 154 Estreñimiento y diarrea 846
Kay Bruñe y Burkhard Hinz Nigel P. Sykes

CAPÍTULO 136 Diuréticos 745 CAPÍTULO 155 Tos, hemoptisis y broncorrea 854
Mazen A. Hanna y Randall Starling Sharon Watanabe, Yoko Tarumi y Pablo Amigo

c a p ítu lo 137 Broncodilatadores y supresores de la tos 749 CAPÍTULO 156 Delirium y psicosis 860
Pierre R. Gagnon y Michel Ouellette
Susan B. LeGrand y Bassam Estfan

CAPÍTULO 157 Depresión 865


CAPÍTULO 138 Opiáceos 754
Susan E. McCIement y Harvey Max Chochinov
Friedemann Nauck y Janet R. Hardy
CAPÍTULO 158 Disfagia 871
CAPÍTULO 139 Psicotrópicos 759 Robin Pollens, Kathryn L. Hillenbrand y Helen M. Sharp
Luigi Grassi y Tiziana Antonelli
CAPÍTULO 159 Disnea 877
CAPÍTULO 140 Laxantes 767 Joshua Shadd y Deborah Dudgeon
Paul J. Daeninck y Garnet Crawford
CAPÍTULO 160 Edema 881
c a p ítu lo 141 Fármacos cardíacos 771 Lawrence J. Clein
Simon Noble y Claire Turner
CAPÍTULO 161 Astenia 886
CAPÍTULO 142 Anestésicos locales y generales 777 Susan B. LeGrand
Eric Prommer
CAPÍTULO 162 Fiebre y sudoración 890
Barton Bobb, Laurie Lyckholm y Patrick Coyne
CAPÍTULO 143 Fármacos para la hipercalcemia 781
Jean-Jacques Body
CAPÍTULO 163 Hipo 894
Howard S. Smith
CAPÍTULO 144 Antieméticos 785
David Dunwoodie y Paul Glare CAPÍTULO 164 Incontinencia: urinaria y fecal 898
Subhasis K. Giri y Hugh D. Flood
CAPÍTULO 145 Corticoides 797
Louise Exton CAPÍTULO 165 indigestión 905
Bassam Estfan
c a p ítu lo 146 Fármacos para las mioclonías
y los temblores 801 CAPÍTULO 166 Prurito 910
Dilara Seyidova Khoshknabi Brett Taylor Summey

CAPÍTULO 147 Fármacos para la diarrea 806 c a p ítu lo 167 Problemas de memoria 913
Adam Rosenblatt
Catherine McVearry Kelso

B : Control de síntom as 813 CAPÍTULO 168 Espasmos musculares 916


Dilara Seyidova Khoshknabi
CAPÍTULO 148 Principios del control de síntomas 813
Terence L. Gutgsell c a p ítu lo 169 Náuseas, vómitos y saciedad precoz 921
Janet L. Abrahm y Bridget Fowler
CAPÍTULO 149 Epidemiología y asociaciones
de síntomas 821 CAPÍTULO 170 Dolor no maligno 931
Jade Homsi Sharon M. Weinstein

CAPÍTULO 150 Anorexia y pérdida de peso 826 CAPÍTULO 171 Síntomas orales 937
Aurelius G. Omlin y Florian Strasser Rajesh V. Lalla y Douglas E. Peterson

CAPÍTULO 151 Ansiedad 833 CAPÍTULO 172 Tenesmo, estranguria y mal olor 946
Susan B. LeGrand Sik Kim Ang

CAPÍTULO 152 Síncope 837 CAPÍTULO 173 Menopausia precoz 950


Diarmuid O’Shea y Graham Sutton Charles L. Loprinzi y Debra Barton

CAPÍTULO 153 Obstrucción de las vías respiratorias 842 CAPÍTULO 174 Estertores pre mórtem 956
Bruce H. Chamberlain H. Christof Müller-Busch y Thomas Jehser

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x x x v iii índice d e contenidos

CAPÍTULO 175 Convulsiones y trastornos del movimiento 961 CAPÍTULO 191 Esclerosis múltiple 1055
Hunter Groninger y J. Cameron Muir David A. Gruenewald y Jodie Haselkorn

CAPÍTULO 176 Insomnio y pesadillas 965 CAPÍTULO 192 Esclerosis lateral amiotrófica 1062
Dilara Seyidova Khoshknabi Gian Domenico Borasio

C: Asistencia durante la agonía 973 CAPÍTULO 193 Tetraplejía y paraplejía 1067


Walter Ceranski, Bradley Buckhout y David Oliver
CAPÍTULO 177 Diagnóstico de la muerte y la fase
terminal 973
C: P ediatría 1071
Norma O’Leary
c a p ítu lo 194 Recién nacidos, niños y adolescentes 1071
c a p ítu lo 178 Estándares de asistencia 978 Craig A. Hurwitz, Jeanne G. Lewandowski y Joanne M. Hilden
John Ellershaw, Maureen Gambles y Catriona Mayland
CAPÍTULO 195 Cáncer en la edad infantil 1079
CAPÍTULO 179 Sedación paliativa 983 Roberto Miniero, Emanuele Castagno y Stefano Lijoi
John D. Cowan, Teresa Palmer y Libby Clemens
CAPÍTULO 196 Adaptación psicológica del niño
CAPÍTULO 180 Atención al paciente moribundo: hospitales moribundo 1085
y unidades de cuidados intensivos 988 Lisa N. Schum y Javier R. Kane
Pamela Levack y Carol Macmillan
Morir e n el hospital 988 CAPÍTULO 197 Ajuste y ayuda para la familia 1093
Morir e n la unidad de cuidados intensivos 993 Elaine C. Meyer y Rachel A. Tunick

CAPÍTULO 181 Bienestar físico: control sintomático CAPÍTULO 198 Dolor pediátrico y control
en pacientes moribundos 997 de los síntomas 1097
Lesley Bicanovsky Christina Ullrich y Joanne Wolfe

D : M edicinas complementarias y a lternativas 1001 CAPÍTULO 199 Residencias para enfermos terminales
y servicios especiales 1105
CAPÍTULO 182 Medicina integradora: terapias
Kevin Berger y Marcia Levetown
complementarias 1001
Barrie Cassileth y Jyothirmai Gubili
CAPÍTULO 200 Cuidados paliativos pediátricos: ayuda
interdisciplinaria 1110
Cynda Hylton Rushton
P A R T E I V Cuidados paliativos y medicina
general______________________________________ CAPÍTULO 201 Duelo de los progenitores y de los niños 1115
A : Enferm edades complejas 1008 Grace Christ y Sherri Weisenfluh

CAPÍTULO 183 Trasplante de órganos 1008 D : G eriatría 1120


Michael Herman y Andrew P. Keaveny
CAPÍTULO 202 Características demográficas de la vejez 1120
CAPÍTULO 184 Trastornos cardiovasculares 1012 Armida G. Parala
Rodney 0. Tucker
CAPÍTULO 203 Biología y fisiología del envejecimiento 1123
c a p ítu lo 185 Insuficiencia respiratoria 1016 Hilary Cronin y Rose Anne Kenny
Bassam Estfan
CAPÍTULO 204 El cerebro senil y la demencia 1130
CAPÍTULO 186 Equipo respiratorio 1021 Colm Cooney y Diarmuid O'Shea
Robert E. McQuown
CAPÍTULO 205 El anciano frágil 1132
B: Trastornos del sistema nervioso y m iisculoesqnelético 1027 Mamta Bhatnagar y Robert Palmer

CAPÍTULO 187 Discapacidad intelectual congénita 1027


CAPÍTULO 206 Carga del cuidador 1140
Karen Ryan, Regina McQuillan y Philip C. Dodd
Claudia Borreani y Marcello Tamburini

CAPÍTULO 188 Trastornos musculoesqueléticos 1033


CAPÍTULO 207 Servicios de cuidados para la población 1143
Eliza Pontifex y Barry Bresnihan
Manish Srivastava

CAPÍTULO 189 ICtUS 1040


E : Síndrom e de inm unodeficiencia adq u irid a 1147
Fred Frost
CAPÍTULO 208 Síndrome de inmunodeficiencia adquirida:
CAPÍTULO 190 Enfermedad de Parkinson 1044 una perspectiva global 1147
Stephen G. Reich Alan J. Taege y Wendy S. Armstrong

ERRNVPHGLFRVRUJ
índice d e contenidos x x x ix

CAPÍTULO 209 Biología e historia natural del síndrome c a p ítu lo 223 Metástasis vertebrales y compresión
de inmunodeficiencia adquirida 1151 medular 1247
Karen Frame, Laurence John y Robert Colebunders Nora Janjan, Edward Lin, Ian McCutcheon, George Perkins, Prajnan Das, Sunil
Krishnan, Deborah Kuban y Eric L. Chang
CAPÍTULO 210 Síndrome de inmunodeficiencia adquirida
en adultos 1157 CAPÍTULO 224 Ascitis maligna 1260
Busi Mooka y Fiona Mulcahy Peter Demeulenaere y Bart Van den Eynden

CAPÍTULO 211 Cuidados paliativos para niños y adolescentes CAPÍTULO 225 Derrames pleural y pericárdico 1263
con virus de la inmunodeficiencia humana/síndrome Susan B. LeGrand
de inmunodeficiencia adquirida 1163
Elizabeth Gwyther, Michelle Meiring, Joan Marston y Busisiwe Nkosi CAPÍTULO 226 Disfunción y obstrucción intestinal 1267
Sebastiano Mercadante
CAPÍTULO 212 Complicaciones del síndrome
de inmunodeficiencia adquirida 1172 CAPÍTULO 227 Complicaciones genitourinarias en oncología
Jason Faulhaber y Judith A. Aberg paliativa 1276
J. Stephen Jones
c a p ítu lo 213 Tratamiento de las personas infectadas
con el virus de la inmunodeficiencia humana 1183 C: Síndrom es relacionados con el cáncer 1282
William Powderly y Edgar Turner Overton
CAPÍTULO 228 Hipercalcemia 1282
Paul W. Walker
CAPÍTULO 214 Tratamiento sintomático 1191

Tratamiento de los síntomas en el síndrome de inmunodeficiencia


CAPÍTULO 229 Insuficiencia medular 1286
Stephen N. Makoni y Damian A. Laber
adquirida 1191
Jean-Michel Livrozet, Peter Selwyn y Marilene Filbet
CAPÍTULO 230 Trastornos hemorrágicos y de la coagulación
en el cáncer 1293
Tratamiento sintomático de la infección por el virus de la
Nabila Bennani-Baiti y Kandice Kottke-Marchant
inmunodeficiencia humana en África subsahariana 1198
Karen Laurence, Jean-Michel Livrozet, Peter Selwyn y Marilene Filbet
c a p ítu lo 231 Síndromes de la vena cava 1305
Mario Dicato y Vincent Lens

P A R T E V Medicina paliativa del cáncer


CAPÍTULO 232 Complicaciones orales del cáncer
A : Cáncer 1204 y su tratamiento 1307
Dorothy M. K. Keefe y Richard M. Logan
CAPÍTULO 215 Biología del cáncer 1204
Tugba Yavuzsen y Seref Komurcu
CAPÍTULO 233 Síndromes paraneoplásicos 1311
Davide Tassinari y Marco Maltoni
CAPÍTULO 216 Epidemiología del cáncer 1207
Kaci Osenga y James F. Cleary
CAPÍTULO 234 Disfunción autónoma (neurovegetativa) 1319
Maria Dietrich y Anna L. Marsland
CAPÍTULO 217 Historia natural del cáncer 1214
Francisco López-Lara Martín y Diego Soto de Prado Otero
D : Tratamientos a ntitum orales 1324

CAPÍTULO 218 Principios de oncología médica 1223 CAPÍTULO 235 Principios y técnicas de la radiación 1324
Imke Strohscheer John Armstrong y Aktham Sharif

B : Complicaciones 1231
CAPÍTULO 236 Complicaciones de la radioterapia 1327
c a p ítu lo 219 Patrones del cáncer metastásico 1231 John N. Staffurth
Clare Byrne y Graeme Poston
CAPÍTULO 237 Radioterapia paliativa 1337
CAPÍTULO 220 Complicaciones neurológicas 1237 Alysa Fairchild y Edward Chow
Yvona Griffo y Eugenie A. M. T. Obbens
CAPÍTULO 238 Principios de la quimioterapia y el tratamiento
CAPÍTULO 221 Metástasis cerebrales 1240 endocrino modernos 1345
Christophe Ostgathe y Raymond Voltz Daphne Tsoi y Anna K. Nowak

CAPÍTULO 222 Metástasis óseas 1244 CAPÍTULO 239 Complicaciones de la quimioterapia 1353
Aruna Mani y Charles L. Shapiro Karin Peschardt, Per Dombemowsky y Jorn Herrstedt

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xl índice d e contenidos

CAPÍTULO 240 Quimioterapia paliativa y corticoides 1360 CAPÍTULO 248 Acupuntura, estimulación nerviosa eléctrica
Davide Tassinari y Marco Maltoni transcutánea y analgésicos tópicos 1398
Vinod K. Podichetty y Anantha Reddy
CAPÍTULO 241 Principios y práctica de la oncología
quirúrgica 1363 CAPÍTULO 249 Opioides para el dolor oncológico 1404
Guy Hubens Janet R. Hardy y Friedemann Nauck

CAPÍTULO 242 Cirugía ortopédica paliativa 1367 CAPÍTULO 250 Efectos secundarios y sobredosis
Jason Braybrooke, Albert J. M. Yee y Edward Chow de opioides 1411
Peter Lawlor, Michael Lucey y Brian Creedon
CAPÍTULO 243 Medidas de soporte modernas
en oncología 1373 CAPÍTULO 251 Uso de opioides en pacientes consumidores
Barry Fortner y Amy P. Abernethy de drogas o alcohol 1416
Kenneth L. Kirsh, David Casper, Mindi C. Haley y Steven D. Passik
E : D olor oncológico 1378
CAPÍTULO 252 Analgésicos no opioides
CAPÍTULO 244 Fisiopatología del dolor oncológico 1378
y adyuvantes 1421
Catherine E. Urch
Henry McQuay

CAPÍTULO 245 Aproximación psicológica y psiquiátrica 1384


CAPÍTULO 253 Cuadros de dolor complejos 1425
Holly Covington
Sebastiano Mercadante

CAPÍTULO 246 Aproximación a la rehabilitación 1389


CAPÍTULO 254 Dolor en los pacientes que sobreviven
Adrian Tookman y Jane Eades
al cáncer 1430
Lukas Radbruch
CAPÍTULO 247 Dolor oncológico: intervenciones anestésicas
y neuroquirúrgicas 1394
Costantino Benedetti, James Ibinson y Michael Adolph índice alfabético 1437

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P A R T E I

Principios

secció n A M edicina paliativa 2

secció n B C uidados psicosociales 42

secció n C Bioética 88

secció n D Educación 119

secció n E Investigación 136

secció n F Administración 189

secció n G Calidad 230

secció n H Profesionales sanitarios, familia y voluntarios 253

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S E C C IO N

Medicina paliativa

parte de los Planes Nacionales de Salud de los países y que estén


integrados en sus Servicios de Cuidados de Salud. Enfocar los cui­
dados paliativos desde la perspectiva de la salud pública significa
mejorar la vida de los pacientes por medio de esfuerzos organi­
zados desde la sociedad, como acciones colectivas y sociales, por
Medicina paliativa. Perspectiva medio de la implicación de los sistemas de cuidados de salud de
los gobiernos a todos los niveles y por medio de los esfuerzos
global: cierre de la brecha entre organizados de las personas dentro de la comunidad.
Este capítulo apunta algunos planteamientos sencillos, prác­
saber y hacer ticos y pragmáticos para poner en marcha un Programa Nacional
de Cuidados Paliativos (PNCP). Para asegurarnos de que todas las
Jan Stjernswárd y Xavier Gómez-Batiste poblaciones podrán acceder a unos cuidados apropiados, que sean
rentables económicamente, hay que pedir a los gobiernos y a sus
funcionarios unos compromisos. Esto significa elaborar políticas y
2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos planes; llevar a la práctica normas, leyes y reglamentos; asegurarse
una fuerza de trabajo competente y una disponibilidad de medica­
mentos; incorporar los cuidados paliativos al sistema de cuidados
de salud a todos los niveles; movilizar a los miembros de la comu­
nidad, y llevar a cabo evaluaciones e investigaciones relativas a los
• Hay más de 30 millones de personas en el mundo que necesitan cuidados servicios de salud. Desde mediados de la década de 1980, la OMS
paliativos, pero sólo unas pocas los reciben. ha elaborado directrices y manuales y ha dado recomendaciones a
• La calidad de vida de al menos 100 millones de personas en todo el mundo los estados miembros sobre todos estos aspectos, aconsejándoles
mejoraría si se aplicara el gran conocimiento que se tiene en medicina palia­ que establezcan programas nacionales de cuidados paliativos3, así
tiva, para que pudiese llegar a todos los que necesitan recibir este tipo de como programas de control del cáncer4.
asistencia.
• Como consecuencia del rápido y espectacular envejecimiento de la pobla­
ción mundial y de la duplicación de la tasa de cáncer, la necesidad de cuida­
Evaluar el tam año de la necesidad
dos paliativos aumentará de modo significativo en los próximos 50 años.
• Para poder satisfacer las demandas presentes y futuras, se recomienda imple- Es absolutamente necesario hacer una estimación de la nece­
mentar el conocimiento actual de un modo racional y orientado a la salud sidad de los cuidados paliativos. La tabla 1-1 resume esta necesi­
pública, de tal manera que los cuidados paliativos lleguen a formar parte dad de manera global y el cuadro 1-1 muestra cómo se hace una
de los servicios de asistencia sanitaria de todos los países; también se reco­ estimación aproximada con la finalidad de defender su necesidad,
mienda reforzar el planteamiento desde el punto de vista de la comunidad. diseñar una política de salud y establecer el PNCP. La necesi­
• Atendiendo a los 25 años de experiencia en la elaboración de un plantea­ dad aumentará considerablemente en los próximos años debido al
miento de salud pública tendente a establecer los cuidados paliativos como envejecimiento de la población en todo el mundo. Como se puede
parte de los servicios sanitarios nacionales, presentamos aquí algunas estra­ ver en la tabla 1-1, se producirá un aumento espectacular en
tegias prácticas y detalladas.
los principales grupos que necesitan cuidados paliativos; a saber,
las personas mayores, los enfermos terminales y los pacientes
con cáncer. Debido al envejecimiento de las poblaciones mun­
diales, la proporción entre cuidadores (que muchas veces tam­
N ECESIDAD DE LOS C U ID A D O S PALIATIVOS bién son contribuyentes) y receptores de cuidados se acercará
a 2:1, algo que se producirá pronto en países como Japón, Suiza
Fundamentos y los países nórdicos. Un ejemplo extremo, pero que afecta a la
quinta parte de la población mundial, es China, donde, como con­
Los cuidados paliativos alivian el sufrimiento y mejoran la calidad secuencia de su antigua política de «un hijo por familia», la pro­
de vida de los que viven y de los que mueren. Cada año, más de porción entre cuidadores y receptores de cuidados se verá muy
30 millones de personas sufren de modo innecesario dolor intenso distorsionada.
y otros síntomas1. Esto no es ético, porque existen métodos y La tasa de mortalidad de un país5,6 indica el número total de
planteamientos simples y eficaces de cuidados paliativos que muertes por año (v. cuadro 1-1). Se ha estimado que el 60% de
pueden aplicarse al nivel de la atención primaria y, por tanto, ofre­ todos los pacientes que fallecen necesitan cuidados paliativos, a
cen la posibilidad de dar cobertura a todas las personas que los tenor de la frecuencia de los síntomas principales, como dolor
necesiten1'3. Es mucho lo que se sabe sobre medicina paliativa, físico, anorexia, fatiga y depresión, y también apoyo socioeco­
pero este conocimiento no está beneficiando a la mayoría de las nómico, existencial y espiritual. Los familiares cuidadores pueden
personas que la necesitan. A pesar de todos los esfuerzos realiza­ incluirse entre los que ganarán calidad de vida cuando se dis­
dos durante las dos últimas décadas, la mayoría de las personas ponga de cuidados paliativos; en función de la cultura local, sus
que requieren cuidados paliativos no los reciben1. Para cerrar la cifras variarán (v. cuadro 1-1). Parece razonable hacer una estima­
« brecha entre saber y hacer», la estrategia más racional para alcan­ ción global de al menos 100 millones de personas.
zar una cobertura mundial es adoptar un planteamiento de salud Tanto por motivos de defensa de la necesidad como para con­
pública que establezca unos cuidados paliativos de acuerdo con vencer a los legisladores de la política sanitaria, es importante
los principios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como presentar datos sobre el tamaño del problema y las necesidades

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
M edicina paliativa. Perspectiva global: cierre d e la brecha entre saber y hacer I C A P ÍT U L O 1 3

\ I T A B L A 1-1 Necesidades anuales proyectadas de cuidados


paliativos en el mundo
1

CATEGORÍA NÚMERO (EN MILLONES)


MUERTES ANUALES
Globalmente 58
Países en desarrollo 45
Países desarrollados 13
Aumento proyectado
Para 2015 64
Para 2030 74

NUEVOS CASOS DE CÁNCER


2003 10
Para 2020 16
Para 2050 24

PERSONAS DE MÁS DE
60 AÑOS
2000 600
Para 2025 1.200
Para 2050 2.000
F IG U R A 1-1 Medidas básicas para establecer un Programa Nacional de
MUERTES POR SIDA Cuidados Paliativos (PNCP).
2003 3
Para 2015 4
Para 2030 6
conocimientos existentes, de modo sistemático y coordinado3’4.
A partir de nuestra experiencia de haber puesto en marcha o de
haber ayudado a diferentes países a establecer iniciativas o pro­
gramas nacionales, tanto con éxitos como con fracasos715, pre­
sentamos aquí un planteamiento que muestra algunas primeras
etapas pragmáticas para comenzar a transformar el conocimiento
C u a d ro 1 -1 C ó m o hacer una e stim ación rápida en acción.

U del ta m a ñ o del p roblem a

• En general, las tasas d e m ortalidad varían e n tre 3 y 15 personas por


1.000 o e n tre 3-000 y 15.000 p o r millón d e personas.
M edidas básicas
Para que los cuidados paliativos se incorporen al sistema de cui­
• Se m ultiplica la tasa d e m ortalidad específica p o r millón p o r el dados de salud de un país es necesario establecer cuatro compo­
núm ero d e m illones d e personas d e la población.
nentes fundamentalmente importantes. La figura 1-1 muestra estas
• Se to m a el 60% d e la cifra obtenida: la cifra resultante es el núm ero cuatro medidas, que han de tenerse en cuenta de modo coordi­
aproxim ado d e personas q u e necesitan cuidados paliativos. nado para establecer cualquier PNCP1,3,5. Las tres primeras cues­
• Se añade a e sta estim ación el n úm ero d e personas qu e p ueden tener tan poco, pero tendrán grandes beneficios.
u na m ejoría e n su calidad d e vida com o resultado de los cuidados
paliativos, incluidos los m iem bros familiares cuidadores, según la 1. Políticas. Establecer políticas para integrar los cuidados
cultu ra (p. ej., e n tre 2 y 6 cuidadores p o r paciente). paliativos en el plan de salud nacional o en algún pro­
grama nacional de control del cáncer. En la Lista Nacional
Ejemplo:
de Fármacos Esenciales debe figurar una parte importan­
En una población de 8 millones de personas, la tasa d e mortalidad es
te de los opiáceos necesarios, y en esa lista deben estar
de 10/1.000 (es decir, 10.000 p o r 1 millón d e personas), u 80.000 perso­
incluidos la morfina genérica, económicamente rentable y
nas p o r año. Una estimación del 60% nos da una cifra de 48.000 personas
de liberación inmediata o lenta, y fármacos clave de cuida­
que necesitan cuidados paliativos anualmente. Suponiendo q ue haya dos
dos paliativos.
personas cuidadoras p o r paciente, se podría m ejorar la calidad d e vida de
2. Disponibilidad de fármacos. Mejorar la disponibilidad y el
más d e 120.000 personas al año, gracias a los cuidados paliativos.
acceso a los opioides y las reglas de prescripción con rela­
ción a los opioides (es decir, quién puede prescribir una
cantidad suficiente y durante cuánto tiempo); aumentar el
cupo de opioides de la Junta Internacional de Fiscalización
de Estupefacientes (JIFE) del país.
no satisfechas en cifras, así como unas líneas generales para hallar 3. Educación. Convencer al público, a los profesionales sani­
unas soluciones claras. tarios y a los políticos con hechos y cifras; incluir los cuida­
dos paliativos en los programas de pregrado y de educación
continuada de médicos, enfermeras, trabajadores sociales,
ACCIÓN: ESTABLECIMIENTO DE UN PR O G RA M A farmacólogos clínicos y oncólogos, así como de organiza­
ciones de voluntarios y organizaciones no gubernamenta­
NACIONAL DE CU ID A D O S PALIATIVOS
les (ONG) relevantes.
Fundamentos 4. Implementación. Crear una masa crítica de nuevos pues­
tos clínicos de cuidados paliativos a dedicación completa,
Existen directrices y recomendaciones para establecer un PNCP organizados en tom o a «líderes», y dotar de la infraestruc­
como el planteamiento más racional para aplicar el caudal de tura necesaria para (normalmente) un primer centro de

ERRNVPHGLFRVRUJ
4 S E C C IO N A | M edicina paliativa

referencia de excelencia y liderazgo puntero, con servicios El cuadro 1-3 muestra los participantes necesarios para esta ini­
bien integrados en el sistema de cuidados de salud del país ciativa. Muchas veces, los integrantes no se han reunido con ante­
en todos los niveles, incluidos los cuidados domiciliarios. rioridad, pero será necesario que trabajen juntos para establecer
Organizar los esfuerzos de la sociedad por medio de accio­ las medidas básicas y redactar un PNCP integral válido.
nes colectivas y sociales, y capacitar a los miembros familia­ Si no se señala a un líder, ningún taller dará lugar a la acción.
res cuidadores y a las comunidades. Un líder es una persona con carisma, credibilidad, neutralidad,
independencia, compromiso, conciencia política, eficacia en la
gestión, capacidad para movilizar a personas y recursos, capaci­
Taller nacional sobre cuidados paliativos dad de comunicación y comprensión del sistema de cuidados de
Un taller nacional es el medio más eficaz para aplicar las cuatro salud4.
medidas básicas y elaborar un plan de acción para integrar los cui­
dados paliativos en el sistema de cuidados de salud; reúne a los El informe
participantes y a las organizaciones clave necesarios para llevar
a cabo estas tareas. El cuadro 1-2 presenta los objetivos y el pro­ El taller irá seguido de un informe que incluya un Plan de Acción
grama de un taller de este tipo. claro que sirva como esbozo para el futuro PNCP o iniciativa. El cua­
Un taller con una duración de un día y medio debe ser sufi­ dro 1-4 es una plantilla para dicho informe, con los puntos clave que
ciente. Se ha observado que es útil dividir a los participantes en se han de cubrir. Está disponible un ejemplo de informe con detalles
tres grupos de trabajo interactivos (política, fármacos y educa­ y recomendaciones14, tal y como fue oficializado por el Parlamento
ción) al final del primer día y empezar el segundo día con las reco­
mendaciones de los grupos.

Cuadro 1-3 Participantes en el Taller de Política del


Programa Nacional de Cuidados Paliativos
Cuadro 1-2 Taller nacional de cuidados paliativos:
• Funcionarios del M inisterio d e Sanidad.
objetivos y programa
• O tros ministerios (p. ej., Asuntos Sociales, Educación Superior,Asun­
Objetivos: to s d e la Mujer).
• Organizaciones gubernam entales y n o gubernam entales interna­
Establecer u n Programa Nacional de Cuidados Paliativos (PNCP), q ue cionales (p. ej., Organización Mundial de la Salud, U nión Europea,
llegue a todos, a través d e u n planteam iento d e salud pública d e la Asociación Internacional d e Cuidados d e Residencias y Paliativos
Organización Mundial d e la Salud (OMS). [IAHPC], Unión Internacional contra el C áncer [UICC]).
• Directores d e c entros d e cáncer, de SIDA y geriátricos.
Programa: • Reguladores d e m edicamentos.
• Farm acéutico jefe.
Tamaño del problem a. • Decanos d e facultades d e m edicina.
Soluciones, situación actual. • Decanos y directores d e escuelas d e enfermería.
Medidas básicas. • R epresentes d e m édicos d e familia/médicos generalistas.
Política. • R epresentantes d e trabajadores sociales.
D erechos hum anos/responsabilidad. • ONG nacionales, organizaciones religiosas, periodistas, grupos de
defensa.
Parte de cuidados paliativos del Sistema Nacional d e Cuidados de • Clínicos, m édicos/enferm eras líderes relevantes.
Salud (SNCS). • Facultad internacional/personal d e recursos.
Cuidados paliativos, u na prioridad.
Políticas y cam bios legislativos necesarios.
D ispo n ib ilid a d d e m edicam entos:
Prescripción.
Tipos d e morfina.
Lista d e fárm acos esenciales. Cuadro 1-4 Plantilla del informe
Necesidades futuras estimadas: Junta Internacional d e Fiscalización
d e E stupefacientes (JIFE). Objetivos.
Especificar: el 90% d el n uevo c u p o h a de ser m orfina del liberación Análisis d e la situación.
inm ediata (LI) y morfina d e liberación lenta (LL). Tamaño d el problem a.
Educación: Situación actual.
Instru cto r d e futuros preparadores. Soluciones, m edidas básicas:
Plan d e estudios d e pregrado e n m edicina. Política.
Plan d e estudios d e pregrado e n enferm ería. D isponibilidad d e m edicam entos.
M édicos generalistas/m édicos d e familia. Educación y preparación.
Im p le m e n ta tio n : Taller y recom endaciones.
Futuros centros d e excelencia, educación y preparación a la cabe­ Reuniones co n p ersonas clave.
cera del p aciente. Plan d e acción.
Cuidados paliativos e n el SCS total, incluidos los cuidados do­ Seguimientos.
miciliarios. Personas focales.
Papel d e las organizaciones n o gubernam entales (ONG): identificar Cronograma.
y especificar. Indicadores para la m onitorización y evaluación.
Prioridades y estrategias p ara la im plem entation. Financiación.
Identificar al líder, coordinador, y q u ién h ará qué. Bibliografía.
Financiación. Apéndices.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
M edicina paliativa. Perspectiva global: cierre d e la brecha entre saber y hacer I C A P ÍT U L O 1 5

de Georgia, tanto en inglés como en georgiano. En la lista biblio­ como información sobre población, estructura etaria, media
gráfica se pueden encontrar otros ejemplos715. de edad, esperanza de vida, prevalencia del VIH/SIDA, religio­
En los apéndices del informe se dan detalles, como medidas de nes, grado de alfabetismo, población por debajo del nivel de la
fundación de la OMS, recomendaciones de la OMS a los gobiernos, pobreza, tasa de desempleo, ingresos familiares, comunicaciones y
integración de los cuidados paliativos en los programas de rutina consumo de drogas ilícitas.
de cuidados del cáncer y en los programas nacionales del con­
trol del cáncer, por qué es óptimo el sulfato de morfina genérico, Resultados
cómo calcular las futuras necesidades de opioides, defensa de la
necesidad, recomendaciones de los participantes o el plantea­ Los resultados esperados pueden dividirse en resultados inmediatos,
miento desde el punto de vista de la comunidad necesario para intermedios y a largo plazo, como recoge la tabla 1-2. Los países de la
que los cuidados paliativos lleguen a todos. tabla 1-2 aparecen por el orden cronológico en que se puso en mar­
La planificación del PNCP debe realizarse en el contexto del cha el programa, desde Cataluña, en 1989, a Georgia, en 2005. En casi
perfil socioeconómico de cada país. Se puede acceder fácilmente todos los casos, los resultados inmediatos son visibles actualmente, así
al World Fact Book6, que se actualiza con regularidad y propor­ como muchos de los intermedios. Se ha observado en repetidas oca­
ciona tasas de mortalidad y otros datos de los perfiles del país, siones que, para cerrar la «brecha entre saber y hacer», son esenciales

f I T A B L A 1 -2 Consecución de los resultados esperados j

RESULTADO CATALUÑA KERALA UGANDA LÍBANO JORDANIA MONGOLIA GEORGIA


INMEDIATO
Conciencia/coordinación + + + + + + +
Líder/persona focal + + + - + + +
Plan de acción + - + +O N G + + +
-M S
Cronograma + - + - + + +
Indicadores + + + + + +

INTERMEDIO
Cambios legislativos + + + + + + +
CP en SNCS + + /- * + - - + -
Educación/preparación + + + + + + +
Disponibilidad de fármacos + 1, p +_, + /-
Mayor conciencia + 1b h J 1 + 1 1 - T 1 +
I % £ " l
PNCP puesto en marcha + + + I % + +
CP en CC principal + + + + + + +
Comienzo de CP en otros CC + + - 2/3 + -
Cobertura de pacientes geriátricos + + - - - - +

A LARGO PLAZO
Cobertura > 8 0 % + + en - - -
NNPC
Mejora CV para pacientes/familiares + + en
NNPC

DETALLES11
Alteración de reglas de prescripción + + + + + + +
Disponibilidad de morfina genérica + + + - + + +
Coste de MU, comp. de 10 m g (cénts. dólar 18 1-2 14 5
EE.UU.)
Coste de MLL, comp. de 30 m g (cénts. dólar 43 15 - - AND 18 12
EE.UU.)
Coste de morfina líquida oral, 10m g (cénts. 8 Libre1" -
dólar EE.UU.)
Aumento de consumo de morfina +* + + " + Demasiado Demasiado
pronto5 pronto

+ , Realizado, logrado, con éxito; -, no realizado, sin éxito; + /-, éxito incompleto; AND, aún no disponible; CC, centro de cuidados; CP, cuidados paliativos; CV, calidad de
vida; Demasiado pronto, no ha transcurrido tiempo suficiente para permitir una evaluación; MU, morfina de liberación inmediata; MLL, morfina de liberación lenta;
MS, Ministerio de Sanidad; NNPC, Neighborhood Network in Palliative Care; ONG, organización no gubernamental (en este caso,The Libaneses Cancer Society);
PNCP, Programa Nacional de Cuidados Paliativos; SNCS, Servicio Nacional de Cuidados de Salud.
*CP en la comunidad NNPC y algunos distritos pero no en el SNCS.
fEl coste de suministrar durante 3 semanas morfina líquida equivale al coste de una rebanada de pan (< 1 céntimo de dólar estadounidense). El gobierno aporta la
morfina sin cargos. Las enfermeras con preparación en cuidados paliativos pueden renovar las prescripciones y cambiar las dosis.
*E1 consumo total de opioides aumentó de 3,5 kg por 1 millón de personas en 1990, a 21 kg por 1 millón en 2005.
5No se dispuso de MU ni de M U durante los primeros 3,5 afios del programa.
'Los comprimidos de morfina genérica procedían de HIKMA Pharmaceuticals, Amman, Jordania, y West COSAT Pharmaceuticals, Ahmadabad, India, y Nycomed,
Dinamarca; las soluciones de morfina fueron producidas en Kampala, Uganda, a partir de morfina importada de Escocia.

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6 S E C C IO N A | M edicina paliativa

tres cosas: financiación, mano de obra e institucionalización16. El por año que había en 19909. El cuadro 1-5 muestra cómo calcular
taller representa, por lo general, un primer paso para tratar estos las cantidades de morfina que serán necesarias en el futuro.
puntos. Estos factores esenciales suelen decidir si el programa ten­ Un punto clave para el éxito de esta iniciativa es la coordina­
drá unos resultados positivos a largo plazo. Los cuidados paliativos se ción de las medidas adoptadas. La educación no tendrá los efectos
convirtieron en una parte del Plan Nacional de Salud de Cataluña7, deseados si no se dispone de los fármacos, al igual que tampoco
Uganda111, Mongolia13 y Georgia14. El plan fracasó en el Líbano11 y tendrá los efectos deseados disponer de los fármacos sin la nece­
aún no está en vigor en Jordania15. El estado indio de Kerala ha inte­ saria educación. El resultado de introducir opioides potentes sin la
grado con éxito los cuidados paliativos en el servicio de cuidados preparación paralela a la cabecera del paciente ha sido que, por lo
de salud y muestra el camino a través del enfoque aplicado desde general, no se han utilizado los fármacos disponibles. Muchos años
el punto de vista de la comunidad, que está logrando una cobertura de trabajo en la India nunca alcanzaron una cobertura significa­
significativa en los distritos de demostración1719. tiva de alivio del dolor, porque la disponibilidad de la morfina no
Para ayudar en el resultado se cambiaron las reglas de pres­ se ajustó con la preparación en cuidados paliativos a la cabecera
cripción no realistas que estaban vigentes y que obstaculizaban del paciente22. Sin embargo, con la combinación de disponibilidad
el progreso por imas normas factibles relevantes, a lo que siguió de morfina y preparación a la cabecera del paciente, se produjo
la disponibilidad de morfina genérica en Uganda, Mongolia y un aumento significativo en el número de pacientes tratados con
Jordania. En Uganda, las enfermeras que cuentan con preparación opioides y en el consumo de opioides15.
en cuidados paliativos pueden actualmente prescribir morfina. La El King Hussein Cancer Centre de Jordania institucionalizó con
morfina genérica oral introducida era tan barata que en la actua­ éxito los cuidados paliativos en un tiempo récord; se coordinó la
lidad se da de forma gratuita. En Mongolia, una prescripción sólo disponibilidad de fármacos con una intensa preparación a la cabe­
era válida durante 3 días y únicamente para aplicación parente­ cera del paciente y aparecieron líderes nacionales15. En la actua­
ral. En la actualidad, los oncólogos y médicos de familia pueden lidad, el King Hussein Cancer Center se está convirtiendo en un
prescribir cantidades adecuadas durante un tiempo más largo. En centro de referencia de excelencia, no sólo a nivel nacional, sino
ese país se dispone de comprimidos de morfina genérica20, que para toda la región geográfica.
tiene un coste de 5 céntimos de dólar por comprimido en rela­
ción con la morfina de lOmg de liberación inmediata (MLI), y
20 céntimos en relación con la morfina de 30 mg de liberación C U ID A D O S PALIATIVOS PARA TODOS:
lenta (MLL). En Jordania, una importante compañía farmacéutica PLANTEAMIENTO D ESDE EL PUNTO DE VISTA
nacional, HIKMA21, produce los comprimidos de MLI genérica. DE LA CO M U N ID A D
La tabla 1-3 presenta un ejemplo de un plan recomendado para
la disponibilidad de analgésicos potentes. El Líbano no estableció El planteamiento desde el punto de vista de la comunidad es esen­
lina clara política de fármacos, y el mercado fue invadido por unos cial para que todos puedan beneficiarse de las ventajas de la medi­
parches transdérmicos de fentanilo no genérico, caros, cuyo sumi­ cina paliativa y para que ésta llegue a todos aquellos que necesiten
nistro para un mes tenía un precio equivalente a los dos tercios cuidados paliativos. Los proyectos de cuidados paliativos comu­
del salario mensual de una enfermera. En el Líbano, el número de nitarios de los distritos del norte de Kerala, un proyecto demos­
pacientes vistos sigue siendo bajo, como lo era cuando se empezó tración de la OMS, y de la Neighborhood Network in Palliative
hace años. Este ejemplo muestra que, cuando se establece la dis­ Care (NNPC) asociada17'19, muestran una solución a un problema
ponibilidad de la morfina, es importante especificar en una norma mundial clave: cómo lograr una cobertura y cuidados significati­
o resolución del Ministerio de Sanidad que más del 80% del nuevo vos para los enfermos terminales. La mayoría de los pacientes ter­
cupo del JIFE debe quedar cubierto por MLI y MLL genéricas. Si minales de la India residen en sus más de 500 distritos, y es en
no se hace, serán las dinámicas compañías farmacéuticas inter­ sus distritos de residencia donde los pacientes deben recibir los
nacionales las que acapararán el mercado cuando se introduzcan cuidados paliativos, no en grandes centros especializados.
los cuidados paliativos, lo que dará lugar a la disponibilidad de En el cuadro 1-6 se aportan cinco puntos clave autoexplica-
fármacos caros únicamente de marca comercial, y el programa no tivos que resumen por qué es tan importante el planteamiento
despegará. desde el punto de vista de la comunidad. En el estado de Kerala,
El proyecto demostración de la OMS con respecto a Cataluña7-9 este enfoque está en consonancia con los planteamientos de Salud
fue el primero en alcanzar los objetivos a largo plazo, habiendo Pública y Salud Primaria recomendados por la OMS.
cubierto al 80% de todas las personas necesitadas de cuidados Los especialistas en cuidados paliativos de la India, menos de
paliativos en una población de 6 millones (7 en la actualidad) y 100 para 1.300 millones de personas, no serán capaces de cubrir
tras 15 años de seguimiento. El consumo de opioides es de 21kg toda la necesidad de cuidados paliativos (fig. 1-2). Su papel debe
por millón de habitantes al año, y el 75% de dicha cantidad es mor­ inevitablemente ser el de instruir a los futuros preparadores y edu­
fina (65% en comprimidos, 10% en forma líquida), en comparación car a los profesionales sanitarios en la parte media del triángulo
con el consumo de opioides de 3,5 kg por millón de habitantes en las competencias centrales de los cuidados paliativos, de modo
que puedan proporcionar apoyo a la base grande, la comunidad.
Esperemos que el establecimiento de una medicina paliativa
muy sofisticada se identifique con el planteamiento de cuidados
paliativos desde la comunidad y que siga ayudando a destilar,

T A B L A 1 -3 Ejemplo de un plan de disponibilidad


de fármacos

MLI ORAL MLL ORAL PARENTERAL OTROS OPIOIDES


C u a d ro 1 -5 Estim ación de la cantidad futura de m orfina
30% 60% 5% 5% requerida
10mg 30 mg 2 mg/ml
A te n o r del prom edio de la dosis diaria para el control del dolor e n el
20 mg 60 mg 10mg/ml caso d e una persona co n cáncer, que es de 100m g/día p o r paciente
(en la gama superior), y suponiendo u n tiem po m edio d e 100 días, será
(100 mg) 50 mg/ml
necesario u n total d e 10.000m g (0,01 kg) p o r p aciente. Por tanto, lk g
d e m orfina cubrirá las necesidades d e 100 pacientes.
MLI, Morfina de liberación inmediata; MLL, morfina de liberación lenta.

PARTE I PRINCIPIOS
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M edicina paliativa. Perspectiva global: cierre d e la brecha entre saber y hacer I C A P ÍT U L O 1 7

Cuadro 1-6 Puntos importantes en el planteamiento


El planteam iento desde el p u n to de vista de la com unidad, c o n una
desde el punto de vista de la comunidad para conseguir
participación activa de la sociedad y de las familias cuidadoras, será
una cobertura adecuada (Neighborhood Network
de vital im portancia para lograr un a cobertura significativa d e los
en Cuidados Paliativos, Kerala, India)
cuidados paliativos.

• Ha logrado q ue los cuidados paliativos sean u n movim iento d e per­


sonas q ue to m an la responsabilidad y la propiedad de los cuidados
d e los enferm os term inales e n su sociedad. elaborar y proporcionar «métodos científicamente válidos, acepta­
• Ha establecido unos elevados estándares d e ética, qu e d an cobertura bles y sostenibles a nivel de la comunidad», de modo similar al de
a la mayoría d e los enferm os term inales. la escalera del dolor de la OMS2.
• Ha dem ostrado ser una alternativa a los cuidados existentes suprame- En el cuadro «Perspectivas futuras» se aportan algunas considera­
dicalizados, superespecializados e institucionalizados, y, a la larga, inase­ ciones generales. Para una implementación eficaz, se requieren tanto
quibles a la hora de cuidar a las personas q ue se están muriendo. los centros de medicina paliativa muy especializados e institucio­
• Ha dem ostrado u na autosostenibilidad financiera. nalizados como el planteamiento de la medicina paliativa desde la
• Ha dem ostrado q u e el apoyo social, el apoyo psicológico, los cuida­ comunidad.Ambos son interdependientes y complementarios.
do s d e enferm ería y el tratam iento m édico parcial pueden se r lle­
vados a c abo p o r la comunidad. B I B L I O G R A F Í A
1. Stjernsward J, Clark D. Palliative medicine: A global perspective. In Doyle D,
Hanks G, et al (eds). Oxford Textbook of Palliative Medicine, 3rd ed. New York:
Oxford University Press, 2004, pp 1199-1224.
2. World Health Organization. Cancer Pain Relief: With a Guide to Opioid
Availability, 2nd ed. Geneva:WHO, 1996.
3. World Health Organization. Cancer Pain Relief and Palliative Care. WHO
Technical Report, Series 804. Geneva:WHO, 1990.
4. World Health Organization: National Cancer Control Programmes: Policies and
Managerial Guidelines, 2nd ed. Geneva:WHO, 2002.
5. World Health Organization. Available at http://www.who.int/whr/2003/en/
annex2-en.pdf (accessed October 2006).
6. World Fact Book. Available at http://www.cia.gov/cia/publications/fectbook/
index.html (accessed September 2007).
7. Stjernsward J. Palliative care: The public health strategy. J Public Health Policy
2007;28:42-55.
8. Gómez-Batiste X, Porta J,Tüca A, et al. Spain: The WHO demonstration project
of palliative care implementation in Catalonia. Results at 10 years (1991-2001).
J Pain Symptom Manage 2002;24:239-244.
9- Gómez-Batiste X, Porta-Sales J, Nabal M, et al. Catalonia WHO demonstration
project at 15 years (2005).J Pain Symptom Manage 2007;33:584-590.
10. Stjernsward J. Uganda: Initiating a government public health approach to pain
relief and palliative care.J Pain Symptom Manage 2002;24:257-264.
11. Daher M, Tabari H, Stjernsward J, et al. Lebanon: Introducing pain relief and
palliative care.J Pain Symptom Manage 2002;3:200-205.
12. Totathathill Z, Kumar S, Stjernsward J. Report: Kuwait National Palliative Care
FIGURA 1-2 Cuidados paliativos para todos. (De StjernswardJ. Community Programme 2003- Available from dearZiad@lycos.com or janstjernsward@hot-
participation in palliative care. Indian J Palliat Care 2005;11:52-58.)
13- Stjernsward J, Odontuya D. Mongolia National Palliative Care Programme, Ulaan
Baatar, 2004. Available from d_odontuya@yahoo.com or janstjemsward@hot-
mail.com; Davaasuren O, Stjernsward J, Callaway M, et al. Mongolia: Establishing
Perspectivas futuras a national palliative care program. J Pain Symptom Manage 2007;33:568-572.
14. Stjernsward J. Georgia: National Palliative Care Program. Available at
La m u erte e s n uestro destino, y los cuidados paliativos pu e d en aliviar http://www.parliament.ge/files/6l9_811 l_336972_Paliativi-Eng.pdf (accessed
September 2007).
el sufrim iento innecesario d e los enferm os term inales. Las solucio­
15. Stjernsward J. Report: Jordan Pain and Palliative Care Initiative, Amman, 2003.
n es culturales y socioeconóm icas so n ta n im portantes (o probable­ Available from Chairman, Jordan NPCC, S.Khleif@khcc.jo or janstjemsward@hot-
m en te m ás) com o los esfuerzos estrictam ente m édicos para lograr mail.com; Stjernsward J, Ferris FD, Khleif SN, et al. Jordan palliative care initiative:
u na c obertura globalm ente significativa. AWHO Demonstration Project. J Pain Symptom Manage 2007;33:628-633-
Los cuidados paliativos d eb en form ar p arte del Sistema d e Cuidados 16. World Health Organization. Bridging the Know-Do Gap in Global Health [spe­
cial issue]. Bulletin WHO 2004;82(10).
d e Salud de cada país, a todos los niveles, desde centros d e exce­ 17. Neighborhood Network in Palliative Care (NNPC). Work Book: International
lencia a cuidados paliativos dom iciliarios y cuidados domiciliarios. Workshop on Community Participation in Palliative Care. Manjeri, Malappuram
U n planteam iento d e residencia p ara enferm os term inales solo no District, Kerala, 26-28 November 2004. Published by NNPC Groups, Department of
logrará alcanzar la c obertura necesaria. Community Medicine and Institute of Palliative Medicine, Medical College, Calicut,
Kerala,673008 India.
U nos cam bios demográficos globales rápidos, con una población
18. Stjernsward J. Community participation in palliative care. Indian J Palliat Care
envejecida e n aum ento, harán q ue e n m uchos países la proporción 2005;11:52-58.
entre cuidadores y receptores d e cuidados sea d e 2:1 o m enos. China, 19- Kumar S.The chronically and incurably ill: Barriers to care.The Commonwealth
que cu enta c o n u na quinta p arte de la población mundial, será un Health Ministers Reference 2006:2-5.
ejem plo extrem o. Incluso si e n u n país los cuidados paliativos están 20. West Coast Pharmaceutical, Ahmedabad, India. Available at http://www.west-
coastin.com (accessed September 2006).
bien establecidos, es lícito preguntarse si serán sostenibles en las for­ 21. Hikma Pharmaceuticals, Amman, Jordan. Available at http://www.hikma.com
m as óptim as actuales, incluso en las naciones ricas. (accessed September 2006).
Es necesario tratar las cuestiones éticas relativas a los cuidados ter­ 22. Stjernsward J. Foreword: Instituting palliative care in developing countries—
m inales, la m uerte y el p ro ceso d e m uerte; y la educación sobre la An urgent needed and achievable goal. In Rajagopal MR, Mazzan D, Lipman
AG (eds). Pain and Palliative Care in the Developing World and Marginalized
m u erte com o p arte natural del ciclo vital debe incluirse e n los pla­
Populations. Binghamton, NY: Haworth Medical Press, 2003, pp xvii-xxiv.
n es d e e studio d e los niños e n edad escolar.
La m ism a atención q u e se p resta a los q u e están entrando en la vida
d e b e darse a los q ue la están abandonando, las personas de edad L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
avanzada y los enferm os term inales. Gómez-Batiste X, Porta J, Tuca A, et al. Spain: The WHO demons­
tration project of palliative care implementation in Catalonia.

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8 S E C C IO N A | M edicina paliativa

Results at 10 years (1991-2001). J Pain Symptom Manage causa y la curación de la enfermedad reflejan esta orientación, y la
2002;24:239-244. importancia de unas creencias espirituales y de los recursos cul­
Kumar S. The chronically and incurably ill: Barriers to care. The turales o familiares es menos evidente. La prosperidad económica
Commonwealth Health Ministers Reference 2006:2-5. ha hecho posible que se pongan en marcha y se presten avanza­
Stjernswárd J. Community participation in palliative care. Indian J dos programas de cuidados de las enfermedades. Los indicadores
Palliat Care 2005;11:52-58. de un planteamiento moderno de la enfermedad incluyen el uso
Stjernswárd J. Georgia: National Palliative Care Program. Available de un conocimiento vanguardista biomédico, y de las tecnolo­
at http://www.parliament.ge/files/6l9_811 l_336972_Paliativi- gías farmacéuticas y de otro tipo. Como resultado de todos estos
Eng.pdf (accessed September 2007). avances, la población de estas sociedades está cada vez más enve­
Stjernswárd J, Clark D. Palliative medicine: A global perspective. jecida1: mantenerse vivo es más fácil en estas sociedades que si
In Doyle D, Hanks G, et al (eds). Oxford Textbook of Palliative se vive en imas condiciones menos sofisticadas2. Se ha sugerido,
Medicine, 3rd ed. New York: Oxford University Press, 2004, con cierta ironía, que en las sociedades modernas no sólo se ha
pp 1199-1224. retrasado el hecho de morir, sino que también éste es más com­
World Health Organization. Cancer Pain Relief and Palliative Care. plejo y difícil3. En este capítulo se trata la naturaleza del hecho de
WHO Technical Report, Series 804. Geneva: WHO, 1990. morir y de la muerte en las sociedades modernas desde el punto
World Health Organization. Cancer Pain Relief: With a Guide to de vista de la demografía, de las causas comunes, de la trayectoria
Opioid Availability, 2nd ed. Geneva: WHO, 1996. de las enfermedades o del discurrir del declinar al final de la vida;
World Health Organization. National Cancer Control Programmes: así como de los aspectos clave y de los retos relacionados con el
Policies and Managerial Guidelines, 2nd ed. Geneva: WHO, hecho de morir y con la muerte.
2002.

D EM O G RAFÍA Y CAU SA S DE MUERTE


EN LAS SO CIEDADES M O D ERN A S
Comparar las tasas de mortalidad entre diversos países es compli­
cado debido a la falta de consistencia que existe a la hora de clasi­
ficar los datos, y en la notificación de los mismos. La información
procedente de Australia4, Canadá5, Nueva Zelanda6, Suiza7, Reino
Unido8 y Estados Unidos de América9 revela unas tendencias simi­
lares en cuanto a esperanza de vida, principales causas de muerte
y lugar donde se produce la muerte.
La muerte en la sociedad moderna
Esperanza de vida en las sociedades modernas
Donna M. Wilson y Beryl E. Cable-Williams
El factor que más contribuye a que haya una mayor esperanza de
vida es el importante descenso de la tasa de mortalidad que se
2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos ha producido en el período prenatal, de lactancia, infantil y en la
mortalidad materna; este descenso se ha visto acompañado por
un espectacular aumento de la esperanza de vida, que se sitúa
por encima de los 65 años. En la actualidad, la muerte es más
común en las personas mayores, sobre todo en personas de edad
avanzada2 (fig. 2-1). En el cuadro 2-1 se muestran otras tendencias
• Hoy en día, los medios de comunicación presentan el tema de la muerte importantes en relación con la esperanza de vida.
como si se tratara de un fenómeno de juventud inesperado, trágico y, en La mayor esperanza de vida se atribuye a avances tecnoló­
gran medida, evitable; lo que es una aproximación inexacta. gicos y sociales que, en gran parte, tuvieron lugar en el siglo xx12.
• En las sociedades modernas, la muerte se produce generalmente a una edad Las medidas introducidas en la salud pública, como los servicios
avanzada, como desenlace de una combinación de senectud y de efectos de sanitarios y la inmunización, han sido de máxima importancia para
una o de más enfermedades crónicas frecuentes. poder reducir las muertes por enfermedades infecciosas antes
• Dado que la muerte natural como consecuencia de la edad avanzada no es del descubrimiento de los antibióticos a mediados del siglo xx.
una causa de muerte oficial aceptada, el hecho de morir suele ser objeto de Desde entonces, se han desarrollado a una velocidad sin igual
esfuerzos dirigidos a la prevención, la mejoría o la curación total. otras intervenciones que han salvado vidas o que las han alar­
• La trayectoria de la enfermedad afecta por lo general a la duración y al tipo gado, como los sofisticados procedimientos quirúrgicos; y muchos
del proceso de morir. Se suele producir un prolongado debilitamiento del agentes farmacológicos, como los hipotensores y los antihiperglu-
estado de salud del paciente: este proceso lleva primero a limitaciones fun­
cémicos. Las enfermedades de transmisión, como la tuberculosis
cionales cerca del momento de la muerte; y después, a la muerte inevitable.
y la viruela, antaño el azote de todas las edades, no son ya cau­
• Existen sofisticadas intervenciones de soporte vital que han prolongado la sas comunes de muerte prematura, ni siquiera entre las personas
vida a muchas personas, que de otra manera no habrían sobrevivido no hace
más vulnerables; es decir, los jóvenes y las personas mayores. Sin
mucho tiempo. Las cuestiones sobre el uso práctico y ético de los recursos
y la esencia de la vida siguen siendo modernos desafíos.
embargo, la aparición de patógenos nuevos y muy virulentos,
como los que causan el síndrome respiratorio agudo grave, la
amenaza de una pandemia de gripe y el aumento de las cepas bac­
terianas resistentes a los antibióticos, recuerdan la fragilidad del
Para que una sociedad pueda ser considerada moderna, debe ser humano a pesar de la medicina moderna. Otro elemento de
existir un estándar frente al cual se puedan medir las ideas y los esta vulnerabilidad fue violentamente grabado en la conciencia
métodos comunes a la misma en función de su actualidad y de colectiva por los ataques que se produjeron el 11 de septiembre
su sofisticación. Por tanto, el concepto de modernidad es inhe­ de 2001 contra el World Trade Center y el Pentágono, aconteci­
rentemente subjetivo. En este capítulo, las sociedades modernas mientos que se han llegado a conocer como «11/9». Los remedios
se entienden, admitámoslo, desde una perspectiva occidental, frente al terrorismo y sus antecedentes dependen más de cómo
como aquellas sociedades que están desarrolladas desde el punto se manejan los determinantes sociopolíticos de la salud, como la
de vista económico y tecnológico. Su progreso se ha basado en pobreza y la opresión cultural, que de la sofisticación médica o de
gran medida en la ciencia y en la tecnología. Las ideas sobre la los cuidados de la salud.

PARTE I PRINCIPIOS
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La m uerte en la sociedad m oderna I C A P ÍT U L O 2

Causas comunes de muerte en la sociedad


moderna
A pesar de las vulnerabilidades biológicas persistentes, las causas de
muerte más comunes reflejan la repercusión que han tenido la pre­
vención y los progresos en los cuidados de la enfermedad. Como
se puede observar en la tabla 2-1, las principales causas de muerte
I
varían considerablemente según las edades. Aunque la muerte en la
infancia es poco frecuente, las lesiones sí tienen un papel impor­
tante. Las muertes por enfermedades crónicas o de larga duración,
como la enfermedad del aparato circulatorio, el cáncer y la enfer­
medad respiratoria, son comunes en edades medianas y avanza­
das. El cáncer, aunque varía según los tipos, es la principal causa
de muerte en todos los grupos de edad. Aunque hay otras muchas
causas de muerte, las tres causas principales (enfermedad circula­
toria, cáncer y enfermedad respiratoria) son las responsables de la
0-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80-89 mayoría de las muertes que se producen en las sociedades moder­
nas. Los primeros informes sobre la salud en el momento anterior
Grupo de edad (años) a la jubilación de los denominados baby boomers, el conjunto
excepcionalmente grande de personas que nacieron en los años
FIGURA 2-1 Distribución de la cifra de fallecimientos por edad en Nueva
de la posguerra mundial, entre 1946 y 1966, no muestran cambios
importantes en las principales causas de muerte.
Zelanda en 2004. (De Statistics New Zealand: Deaths-Summary of Latest
Es interesante señalar que la muerte que se produce como con­
Trends. Accesible en http://www.gov.nz/popn-monitor/deaths/deaths-
secuencia de la edad avanzada no se incluye en los informes de
summary-of-latest-trends.htm.)
mortalidad estandarizada. En su lugar, todas las muertes son atribui­
das a procesos patológicos que se pueden evitar, mejorar o curar.
Esto refleja las preguntas que se plantean sobre la aceptabilidad de
la muerte, incluso a una edad avanzada, y contribuye a las mismas.
Cuadro 2-1 Tendencias comunes en la esperanza Las representaciones comunes de la muerte que se hacen
de vida en las sociedades modernas desde los medios de comunicación tienen que ver con crímenes,
desastres, contratiempos o traumatismos que afectan principal­
1. La esperanza d e vida aum entó de form a rápida y acusada e n el mente a personas jóvenes. Con frecuencia, la muerte es vista
siglo xx, y sigue haciéndolo e n el siglo xxi, aunque de forma más como algo repentino, accidental, trágico, evitable e innecesario.
lenta. En Estados U nidos, la esperanza d e vida pasó d e 54 años, en Por ser inesperada, proporciona poca, o ninguna, oportunidad
1920, a 77,3 años, en 200210. Se espera q u e los hom bres nacidos para la preparación o planificación del final de la vida. En reali­
e n Australia vivan 6 años m ás q ue hace 20 años4, y en el Reino dad, es mucho más probable que una persona muera a una edad
U nido se produjo, en tre 1981 y 2001, u n increm ento d e 4,8 años avanzada, después de varios años, o décadas, de vivir con una o
en la esperanza d e vida e n los hom bres8. varias enfermedades crónicas. Lo más probable es que éstas sean
2. A p e sa r d e las ganancias, los hom bres siguen teniendo un a espe­ largas y se acompañen con el tiempo de unas crecientes limita­
ranza de vida m ás co rta que las m ujeres; es norm al q u e los hom ­ ciones funcionales14. En el capítulo 3 se comenta con más detalle
bres vivan en tre 75 y 80 años, m ientras q u e es más frecuente que las trayectorias características de las enfermedades. Estas trayecto­
las m ujeres lleguen a ser octogenarias10. Por consiguiente, las m uje­ rias varían en función de si la muerte es esperada o inesperada, y
res tien en u n a probabilidad m u ch o mayor de ser viudas o solteras en función del tiempo que un paciente se encuentra en estado
al final d e la vida y d e e x perim entar la fragilidad p o r la edad, que es terminal o muriéndose. En las dos primeras trayectorias, el decli­
com ún e n tre las personas d e edad m uy avanzada. nar que lleva a la muerte se ve interrumpido por una o varias
3. Las personas indígenas y las m inorías raciales d e am bos sexos tie­ enfermedades, cada una de ellas potencialmente mortal. En otro
n e n u na esperanza d e vida m ás baja q u e las n o indígenas11. La espe­ patrón, a veces denominado menguante o largo, un declinar firme
ranza d e vida e n los hom bres m aoríes e n Nueva Zelanda es 8 años y lento se caracteriza por una creciente fragilidad y dependencia
m enos q u e e n el caso d e los n o m aoríes6. del paciente14. Aunque una muerte que tarda en producirse es
4. El subgrupo poblacional d e 80 a 8 9 años d e edad e s el grupo común, e incluso podría decirse que natural, representa la antítesis
dem ográfico q ue está creciendo m ás rápidam ente en las socieda­ de lo que en la sociedad moderna es una «buena» muerte12,14.
des m odernas. La mayor propo rció n d e decesos procede de esta Kastenbaum12 reconocía en la década de 1970 que la muerte
c o h o rte basada e n la edad2,3. puede ser esperada o inesperada, y que el hecho de morir puede
tener una corta o una larga duración. En la actualidad, se puede

IH T A B L A 2-1 Causas comunes de muerte en Canadá por grupos de edad


ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

EDAD (AÑO) MÁS FRECUENTE SEGUNDA EN FRECUENCIA TERCERA EN FRECUENCIA


1-14 Lesiones Cáncer Anomalías congénitas
15-19 Lesiones Cáncer Enfermedad circulatoria
20-24 Lesiones Cáncer Enfermedad neurológica
25-44 Lesiones Cáncer Enfermedad circulatoria
45-64 Cáncer Enfermedad circulatoria Lesiones
>65 Enfermedad circulatoria Cáncer Enfermedad respiratoria
Todas las edades Enfermedad circulatoria Cáncer Enfermedad respiratoria

De Child Injury Division. Canadian Injury Data. Bureau of Reproductive and Child Health, Health Protection Branch, Health Canada, 1999-

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10 S E C C IO N A | M edicina paliativa

esperar vivir más años con una mala salud que lo que ocurría
Cuadro 2-2 Elementos de los cuidados de calidad al
hace 20 años3’8. Con frecuencia, es necesario recibir un apoyo cre­
final de la vida
ciente durante varios años antes de que la vida finalice. Un des­
enlace común es una carga para los cuidadores. La prestación de 1. Cuidados relacionados con los síntomas y con los cuidados personales
unos cuidados prolongados, las 24 horas del día durante los 7 días
de la semana, con frecuencia por parte de sólo unos pocos cuida­ Tratam iento del d olor y d e los síntomas.
dores principales, normalmente la esposa o esposo y/o una hija, Ser limpio.
tiene un impacto considerable en la salud de los cuidadores. En la Tener contacto físico.
medida en que se produce un declinar y una discapacidad prolon­
gados cerca del momento de la muerte, el reconocimiento de ésta 2. Estar preparado para la muerte
como algo esperado crea muchas oportunidades para planificar
unos cuidados avanzados y una prestación de cuidados más apro­ Tener los asuntos p ropios en orden.
piada. De este modo, se mejora el apoyo que reciben los cuida­ C reer q u e la familia está preparada.
dores principales, así como el de las personas mayores que están Saber qué se p uede esperar.
solteras o que viven solas, sobre todo en áreas rurales o remotas. Com unicar las preferencias d e tratam iento y nom brar a u na persona
Se podrían prevenir algunos de los dilemas que surgen en relación para q ue tom e las decisiones.
con la retirada del apoyo vital y el suicidio asistido o la muerte por
compasión. Hay que seguir trabajando para conseguir una mejor
3. Conseguir un sentido de terminación
aceptación por parte de los que lloran una muerte inminente, y
ayuda para los mismos, así como para las personas que están afligi­
Despedirse d e la gente im portante.
das después de la muerte de un ser querido.
Reconocer los p ropios logros.
Resolver los asuntos n o terminados.

Lugar donde se produce la muerte


4. Ser tratado como una persona en su totalidad
en la sociedad moderna
Después de la segunda guerra mundial, la expansión de los cui­ M antener la dignidad.
dados hospitalarios contribuyó a que la muerte se produjera en M antener el sentido d el humor.
un hospital, bajo circunstancias clasificadas como «medicaliza- No m orir solo.
das»2’3'12. Esto hizo que, en gran medida, la muerte se retirara de Tener a alguien qu e escuche.
la cercanía de la familia y de la comunidad, y redujo la experiencia
personal con la muerte y con el hecho de morir. En los hospitales, 5. En relación con la familia, la sociedad, los cuidadores y lo trascendente
intervenciones comunes que salvan la vida, como la alimentación
artificial y la ventilación mecánica, comenzaron a considerarse Confiar e n los m édicos y enferm eras y sentirse cóm odo c o n ellos.
como fútiles15. Las decisiones que hay que tomar con relación Ser capaz d e com entar los tem ores personales, incluido el hecho de
a las intervenciones adecuadas en el momento ya cercano a la m orir y la m uerte.
muerte, y antes en una enfermedad terminal, siguen siendo pro­ No constituir una carga p ara la familia o la sociedad.
blemáticas, porque afectan a la cantidad y a la calidad de vida. Por Ser capaz d e ayudar a otros.
tanto, las ventajas de morir en una institución deben compararse H acer las p aces c o n Dios.
con las de fallecer en el seno del hogar, la familia y la comunidad.
No obstante, las cifras de muerte en las instituciones superan las De Steinhauser KE, Christakis NA, Clips EC y cols. Factors considered important
de las residencias privadas2. Son muchos los factores que redu­ a t the end o f life by patients, fa m ily physicians a nd other care providers.
cen la probabilidad de morir en el hogar, sobre todo en lo que se JAMA 2000;284:2476-2482.
refiere a mujeres de edad avanzada. Unas familias nucleares más
pequeñas, unas vidas más largas y unos procesos de morir más lar­
gos reducen, todos ellos, la disponibilidad y la capacidad de pres­
tar cuidados a los cuidadores informales.
Desde sus inicios en la década de 1970, el movimiento de las
residencias para enfermos terminales o cuidados paliativos ha tra­ morir y la muerte. En esta sección se comentan algunas creencias
bajado para aumentar los cuidados al final de la vida orientados modernas sobre lo que es una buena muerte.También se suscitan
a facilitar una mayor comodidad en el propio hogar o en unos algunos aspectos clave y desafíos con relación al hecho de morir
entornos parecidos a los del hogar15. Se ha hecho hincapié en el y la muerte en estas sociedades.
apoyo integral y en el tratamiento de los síntomas en vez de en la
prolongación de la vida16.Aunque este movimiento es loable, nor­
malmente los beneficiarios han sido personas jóvenes que fallecen Naturaleza de una buena muerte
de cáncer, enfermedad motoneuronal o SIDA, más que personas
de edad avanzada con enfermedad crónica y frágiles debido a la Las personas que no se enfrentan de modo inminente a la muerte
edad17. Estas últimas tienden a morir poco después de ser admiti­ suelen manifestar una preferencia por tener una muerte en paz y
das en una residencia para enfermos terminales o, pero en menor digna a una edad madura avanzada, al final de una vida saludable212.
y creciente medida, en una residencia de ancianos2,3. Las preocu­ Intrínseca a este tipo de manifestaciones es la preferencia por
paciones sobre el coste y la calidad de estas y otras experiencias un proceso del hecho de morir breve y sin dolor. Sin embargo,
al final de la vida desafían la idoneidad de su aplicación. en la actualidad, la trayectoria más común del final de la vida no
guarda relación con esta imagen. En su lugar, en la mayoría de los
casos, hay que prestar atención durante un período de tiempo
Aspectos clave y retos con relación al hecho a la persona que se está muriendo, a lo largo del cual coexisten
de morir y a la muerte en las sociedades el proceso de vivir y el proceso morir. Llegar a tener una buena
muerte es incluso más problemático. Como parte del amplio estu­
modernas dio A m e r ic a n S tu d y to U n d e r s ta n d P r o g n o s is a n d P re fe re n c e s
El hecho de morir y la muerte se producen en un entorno socio- f o r O u tc o m e s a n d R is k s o f T r e a tm e n ts (SUPPORT), los adultos de
cultural donde ya existen de forma generalizada creencias sobre edad avanzada que encaran el final de la vida se habían hecho una

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
La m uerte en la sociedad m oderna I C A P ÍT U L O 2 11

idea de lo que es una buena muerte (cuadro 2-2) conforme fueron medad terminal. La mayoría de las veces, el deseo de morir se ve
viviendo su propio hecho de morir18. como un signo de depresión clínica que se ha de tratar, y no como
Desde otra perspectiva, la del profesional de la residencia para una trascendencia espiritual personal (v. caps. 11 y 12).
enfermos terminales o de la persona que proporciona cuidados Aunque se puede comprender el optimismo que genera cono­
paliativos, el Committee on Care at the End of Life3 concluyó que cer y aplicar la ciencia, las tendencias en la salud de los norteame­
una buena muerte es aquella que está «libre de angustia evitable ricanos sugieren que el avance en el aumento de la cantidad y
y del sufrimiento de pacientes, familias y cuidadores; de acuerdo calidad de vida se ha lentificado y, en algunos casos, ha iniciado
con los deseos de los pacientes y de sus familias; y que cumple un proceso inverso9. La principal preocupación es la prevalencia
razonablemente con los estándares clínicos, culturales y éticos» de los factores de riesgo en relación con las causas principales
(pág. 3). Por tanto, las perspectivas de las personas mayores que de muerte, como la obesidad y la inactividad. La posibilidad de
reconocen su estado terminal y las de los expertos en cuidados encontrar soluciones médicas para enfermedades que tienen sus
paliativos y de las residencias para enfermos terminales son simi­ orígenes en estilos de vida a largo plazo, en vez de en microorga­
lares. Dado que en la sociedad moderna la trayectoria más común nismos o en la genética, sigue siendo un desafío.
del final de la vida incluye un declinar que se prolonga durante
varios años, a lo largo de los cuales la muerte puede producirse
en cualquier momento, parece posible que los profesionales sani­
tarios puedan participar, junto con los enfermos terminales y sus La persecución de un envejecimiento
familias, en la preparación de una buena muerte15,18. Sin embargo,
esto ocurre pocas veces15,18. En la sociedad moderna hay muchos saludable y el reto del pronóstico
factores que complican la experiencia de tener una buena muerte. Con frecuencia, se comprende que un envejecimiento saludable
implica, en parte, la necesidad personal de autointegración antes
de la muerte y la orquestación de una relación aceptable entre las
Optim ism o confiado en la ciencia personas de edad avanzada y la sociedad. El interés por el enveje­
cimiento saludable ha crecido junto con el envejecimiento de la
El considerable avance científico que ha tenido lugar a lo largo del población20.Tanto si el objetivo es evitar el sufrimiento como aliviar
siglo xx y comienzos del xxi ha contribuido a crear un optimismo las caigas económicas y sociales de la enfermedad crónica, conver­
generalizado en la creencia de que todas las condiciones poten­ gen las preocupaciones de una población que va envejeciendo y la
cialmente mortales pueden ser derrotadas, sobre todo si los esfuer­ los planificadores de los cuidados de salud. La independencia se ha
zos son absolutos. La imagen de la batalla y la victoria sobre el convertido en la marca distintiva de lo que es un envejecimiento
enemigo impregna el discurso sobre las enfermedades que asolan saludable. Es loable el intento que se hace por reducir la discapa­
la sociedad moderna. Si se puede ganar la batalla, entonces parece cidad y la dependencia de otras personas. Sin embargo, la lealtad
necesario tomar parte en la lucha. Se espera de las personas que a una filosofía de restauración, rehabilitación y compromiso social
se están muriendo que luchen por vivir y, de modo similar, se puede interferir con el reconocimiento y la aceptación de un decli­
espera de los profesionales sanitarios que actúen en este sentido. nar inevitable cerca del final de una larga vida20, sobre todo si se
Incluso si la muerte es inminente, la lucha por preservar la vida ponen en peligro la calidad de vida y su paliación3.
se entiende como un factor que contribuye al siguiente avance Una muerte inminente debido a una edad avanzada y a la pre­
importante en el conocimiento. Esto puede servir para dar sen­ sencia de una o más enfermedades crónicas es más difícil de reco­
tido al proceso de morir que, de otro modo, sería emocionalmente nocer que un declinar rápido e inexorable que se produce cuando
doloroso y carente de valor en una sociedad moderna en la que la se está ante una enfermedad maligna. Los modelos de pronóstico
vida es venerada por encima de todo lo demás. basados en la oncología, a pesar de ser mayoritarios, no son apro­
Cuando el hecho de morir se produce en los hospitales, lugar piados para tratar un declinar gradual hasta la muerte, que es
donde la cultura y la misión están orientadas a salvar vidas y lograr común en todas las sociedades modernas. Un estudio norteame­
curaciones, existe ima fuerte inclinación a aplicar un tratamiento ricano observó que, el día antes de que se produjera la muerte, se
enérgico. Junto a esto está la idea de que, si la curación es la marca estimó que la mitad de un grupo de pacientes con insuficiencia
del éxito, la muerte puede ser interpretada como un fracaso. La cardíaca tenían una probabilidad del 50% de vivir otros 6 meses
opción de elegir la acción en lugar de vivir el proceso del declinar más21. Con una incertidumbre así, los esfuerzos por hacer pronós­
o de retirar el tratamiento es apremiante, incluso en el caso de per­ ticos pueden restar valor a unos cuidados de gran calidad, cuida­
sonas que prefieren tener una muerte no complicada o natural. Las dos que reconocen que finalmente se producirá la muerte.
consideraciones de tipo ético sobre la futilidad, la escasez de recur­ Las recientes ideas sobre lo que es un envejecimiento saluda­
sos de cuidados de salud, el envejecimiento y la discriminación ble ayudan a comprender a aquellos pacientes que viven con un
por la edad avanzada, complican cada vez más las decisiones que pronóstico incierto. Si un envejecimiento saludable se entiende
hay que tomar cerca del fin de la vida. La mayoría de las decisio­ como un proceso de construcción de una idea con sentido de sí
nes se toman por parte de la familia o de los cuidadores, con nula mismo entre las incertidumbres y las transiciones que acompañan
o escasa participación de la persona que está muriendo. Los que a las enfermedades crónicas serias y la edad avanzada22, tal vez no
prestan los cuidados sanitarios y los familiares movidos por la leal­ sea necesario establecer si uno está viviendo o muriendo. En cam­
tad a la vida y al ser querido pueden dudar de si se está haciendo bio, el reto es proporcionar cuidados que contribuirán a tener una
lo suficiente. Un legado del trabajo de Elizabeth Kübler-Ross19 es calidad de vida aceptable, tanto si está viviendo como muriendo.
creer que completar un asunto no terminado y la resolución de Esto puede parecer algo sencillo, pero las consecuencias incluyen
la vida dependen de la aceptación de la muerte inminente. Este introducir una compleja reforma social en las sociedades moder­
legado, junto con el movimiento de las residencias para enfermos nas para apoyar un buen morir21.
terminales y los cuidados paliativos, ha extendido la idea de que, si
la curación es imposible, se han de tratar los síntomas terminales,
como el dolor y la náusea. La cuestión clave es si luchar y aceptar Calificación del vivir y redefinición
la muerte pueden mantenerse en un equilibrio creativo por parte de la muerte
de los que esperan lo mejor y se preparan para lo peor.
La muerte no siempre se ha visto como el peor desenlace. El hecho de darse cuenta y la creencia común de que la mayoría de
Muchas tradiciones religiosas creen que la m uerte es un tránsito las muertes en las sociedades modernas no son repentinas, ni ines­
hacia algo mejor. Desde este punto de vista, se puede entender peradas, ni prematuras contribuirán a la formación de un nuevo
el deseo de morir, sobre todo si la vida se ha convertido en algo constructo social de la muerte y del hecho de morir. Dar una nueva
oneroso como consecuencia de la edad avanzada o de una enfer­ forma al constructo social de la muerte y del hecho de morir es un

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12 S E C C IO N A | M edicina paliativa

cambio de paradigma cuya consecución está aún lejos. El cambio lle­ considerar que estas muertes son inesperadas porque no son
gará en gran medida desde el entendimiento personal y familiar que oportunas y no han sido anticipadas. Son un desafío a las expec­
se deriva de las confrontaciones repentinas con la mortalidad. Estas tativas de una sociedad médicamente sofisticada y optimista.
confrontaciones proporcionan la ocasión de sopesar la calidad de Actualmente, es más probable que la muerte y su requisito previo,
vida frente a la muerte, vista ésta como una alternativa aceptable al el proceso de morir, ocurran a una avanzada edad, como conse­
sufrimiento físico y de otro tipo. Las consideraciones sobre la calidad cuencia de la senectud y de los efectos crónicos de una o más
de vida han afectado a muchas de las decisiones sobre cuidados en afecciones crónicas de la salud. Aunque la muerte entre las perso­
las sociedades modernas, en una era en la que se pueden mantener nas mayores puede ocurrir de forma menos inesperada, la prepa­
las funciones corporales, con independencia de que se produzca un ración y planificación para el final de la vida son, con frecuencia,
declinar cognitivo. Estas decisiones son difíciles porque actualmente incompletas. Esto puede ser el legado de un optimismo compar­
está menos clara la distinción entre estar vivo y estar muerto. tido en las posibilidades salvadoras sin fin aportadas por los avan­
Las consecuencias de las decisiones que se toman en la inter- ces científicos, una fuerte preferencia por vivir de forma saludable
fase entre la vida y la muerte han cambiado. Hace poco, las reper­ en lugar de por morir de manera saludable, y una tendencia a
cusiones de estas decisiones eran filosóficas y espirituales y eran contar menos con los recursos espirituales que con la ciencia, a
asunto de los familiares inmediatos. Como consecuencia de los la vista de las crisis existenciales. Aunque la muerte es distinta en
avances que se han dado en los trasplantes de órganos, algunas las sociedades modernas que en las sociedades menos desarrolla­
decisiones prácticas se basan en el hecho de ver si un cuerpo está das, tanto económica como científicamente existen todavía unos
lo suficientemente vivo para ser mantenido o lo suficientemente considerables desafíos para hacer avanzar el arte y ciencia de los
muerto para extraerle los órganos. Los defensores del trasplante cuidados al final de la vida. También se pueden esperar muchos
de órganos han llevado este tipo de decisiones hasta los progra­ cambios a medida que las sociedades modernas afrontan la reali­
mas de la política pública. dad del hecho de morir y la muerte junto con un envejecimiento
Los juicios sobre la calidad de vida son inseparables de la defi­ continuado de la población.
nición de la muerte. En los contextos modernos, ya sea en una uni­
dad de traumatología o de cuidados a largo plazo, las cosas ya no
son únicamente sobre la vida y la muerte, sino sobre la calidad del B I B L I O G R A F Í A
vivir y del morir (v. cap. 65).
1. United Nations Population Division. World Population Projections to 2150.
New York: United Nations, 1998.
2. Northcott HC, Wilson DM. Dying and Death in Canada. Aurora, Ontario:
CONCLUSIONES Garamond, 2001.
3- Field MJ, Cassel CK (eds). Approaching Death: Improving Care at the End of
En este capítulo hemos subrayado el impacto que han tenido los Life.Washington, DC: National Academy Press, 1977.
significativos avances científicos y de otro tipo sobre el hecho de 4. Australian Bureau of Statistics. Causes of Death,Australian Preliminary Summary
morir y la muerte en las sociedades modernas. Hace menos de un Tables. Government of Australia, 2004. Available at http://www.ausstats.abs.
siglo la muerte era más común en las personas jóvenes, debido gov.au/Ausstats/subscriber.nsf/o/68D51845F3970A92CA25713000705D3A/
$File/33030_2004.pdf (accessed January 2008).
a infecciones y traumatismos, y un menor número de personas 5. Public Health Agency of Canada. Leading Causes of Death and Hospitalization
vivían hasta una edad avanzada. Hoy en día, las muertes tempranas in Canada. Government of Canada, 2000. Available at http://www.phac-aspc.
son normalmente el resultado de lesiones o de cáncer. Se puede gc.ca/publicat/lcd-pcd97/mrt_mf_e.html (accessed January 2008).
6. Statistics New Zealand. Deaths—Summary of Latest Trends. Available at http://
www.stats.govt.nz/popn-monitor/deaths/deaths-.suminary-of latest-trend.s.htm.
7. SwLss Federal Statistics Office. Statistical Data on Switzerland 2007: Health—
Life Expectancy, 2007. Available at http://www.bfs.admin.ch/bfs/portal/en/
index.html (accessed September 2007).
8. National Statistics UK. Health Expectancy: Living Longer, More Years in Poor
Health. Government of the United Kingdom Actuary’s Department, 2005.
Available at http://www.statistics.gov.uk/CCI/nugget.asp?ID=934&Pos=l&
Existe la necesidad de reintegrar en la conciencia colectiva m oderna la ColRank=2&Rank= 1000 (accessed January 2008).
idea de q ue la m uerte es norm al y d e q ue vivir y m orir se p roducen de 9. U.S. Department of Health and Human Services. Health United States,
modo simultáneo en todas las historias de la vida individuales. 2005. DHHS Publication No. 2005-1232, Centers for Disease Control and
Prevention, 2005. Available at http://www.cdc.gov/nchs/data/hus/hus05.
Se espera de las personas q ue se están m uriendo que luchen p o r pdf#executivesummary (accessed September 2007).
vivir. Es necesario alentar u n deseo d e reco nocer y abrazar los desa­ 10. National Center for Health Statistics/ Deaths and Percentage of Total Deaths
fíos d el h echo d e morir, c o n independencia d e la edad d e la persona for the 10 Leading Causes o f Death, by Race: United States, 2002. National Vital
o d e la causa d e la m uerte. Statistics Reports November 10,2004;53(6).
Es com ún el te m o r ante el dolor cu ando u no se está muriendo, lo 11. Health Canada. Statistical Report on the Health of Canadians. Available at
http://w w w .phac-aspc.gc.ca/ph-sp/phdd/pdf/report/stats/all_english.pdf
m ism o q u e lo es ante las m uertes dolorosas. Hay que seguir avan­ (accessed January 2008).
zando de form a continuada e n el tratam iento más eficaz d el dolor y 12. Kastenbaum R. On Our Way: The Final Passage Through Life and Death.
d e los síntomas, sobre to d o e n los m arcos n o hospitalarios, junto c on Berkeley: University of California Press, 2004.
el desarrollo d e unas culturas prácticas q ue apoyen su utilización. 13- Child Injury Division. Canadian Injury Data. Bureau of Reproductive and Child
Health, Health Protection Branch, Health Canada, 1999-
El reconocim iento d e la naturaleza potencialm ente m ortal d e la
14. Murray SA, Kendall M, Boyd K, et al. Illness trajectories and palliative care. BMJ
enferm edad crónica e s insuficiente, y es necesario incluir de forma 2005;330:1007-1011.
apropiada las consideraciones del final d e la vida d urante toda la tra­ 15. Twycross RG.The challenge of palliative care. Int J Clin Oncol 2002;7:271-278.
yecto ria d e la enferm edad. 16. World Health Organization. Definition of Palliative Care. Geneva: WHO, 2002.
Las decisiones q ue hay q ue to m ar sobre cuáles son las intervenciones Available at http://www.who.int/cancer/palliative/definition/en/ (accessed
September 2007).
apropiadas en u n m om ento ya cercano a la m uerte y, antes, durante 17. Murtagh FEM, Preston M, Higginson I. Patterns of dying: Palliative care for non-
una enferm edad term inal so n difíciles p orque afectan a la calidad y a malignant disease. Clin Med 2004;4:39-44.
la cantidad d e vida. Es necesario llevar a cabo una investigación consi­ 18. Steinhauser KE, Christakis NA, Clipp EC, et al. Factors considered important at
derable para ayudar e n la tom a de decisiones com unes, com o puede the end of life by patients, family physicians and other care providers. JAMA
2000;284:2476-2482.
ser si está justificada la relocalización p ara dar o recibir cuidados.
19- Kübler-Ross E. On Death and Dying. New York: Macmillan, 1969.
La m uerte es co m ú n e n tre las personas q u e tienen 8 0 años o más. La 20. Agich G. Autonomy and dependence in old age. Cambridge, England:
planificación d e los cuidados al final d e la vida d ebe ten e r e n cuenta Cambridge University Press, 2003-
la edad avanzada y otros factores sociodem ográficos de la persona 21. Lynn J. Learning to care for people with chronic illness feeing the end of life.
qu e se e stá m uriendo. JAMA 2000;284:2508-2511.
22. Chapman SA. Theorizing about aging well: Constructing a narrative. Can J
Aging 2004;24:9-18.

PARTE I PRINCIPIOS
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Trayectorias y estadios d e la enferm edad I C A P ÍT U L O 3 13

L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S cargo de un médico de familia en el Reino Unido, se producen 20


muertes de pacientes al año, de las que 2 serán muertes «repenti­
Edwards M. Modern medicine and the pursuit of cure. Med Educ nas»; 5, como consecuencia de un cáncer; 6, de una enfermedad
1999;33:704-706. crónica; y 7, después de una prolongada fragilidad (fig. 3-1).
Field MJ, Cassel CK (eds). Approaching Death: Improving Care at Esta nueva faceta demográfica del hecho de morir plantea
the End of Life. Washington, DC: National Academy Press, 1997. importantes retos y oportunidades a los servicios de cuidados
Kastenbaum R. On Our Way: The Final Passage Through Life and paliativos, que históricamente se han centrado en el cáncer. La
Death. Berkeley: University of California Press, 2004. pregunta ¿En qué estadios de la enfermedad crónica debe apli­
Lynn J. Learning to care for people with chronic illness facing the carse la medicina paliativa o los cuidados paliativos? es de máxima
end of life. JAMA 2000;284:2508-2511. importancia y puede incluso ser más importante cuando se trata
Northcott HC, Wilson DM. Dying and Death in Canada. Aurora, de enfermedades crónicas distintas al cáncer, porque la escala
Ontario: Garamond, 2001. temporal que está implicada es mayor. Este capítulo subraya e ilus­
tra varias «trayectorias de enfermedades» típicas, y utiliza el esce­
nario de los pacientes para representar los diferentes estadios del
declinar en las enfermedades crónicas progresivas y la debilidad.

DIFERENTES TRAYECTORIAS EN RELACIÓN


CON DIFERENTES ENFERMEDADES
En relación con las enfermedades crónicas progresivas se han des­
crito tres trayectorias de enfermedades diferentes (v. fig. 3-1)1'6.
• T r a y e c to r ia d e l c á n c e r: progresión firme y, por lo general, una
Trayectorias y estadios clara fase terminal.
• T ra yec to ria d e la in s u fic ie n c ia d e a lg ú n ó r g a n o (p. ej., insu­
de la enfermedad* ficiencia respiratoria, cardíaca, hepática): declinar gradual,
interrumpido por episodios de deterioro agudo y alguna recupe­
ScottA. Murray ración, seguido de una muerte súbita aparentemente inexplicada.
• T ra y e c to ria d e l a p e r s o n a d e e d a d a v a n z a d a f r á g i l y p a c ie n te
c o n d e m e n c ia : declinar gradual prolongado.
2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

Trayectoria 1: período de declinar corto,


normalmente cáncer

• En el siglo xxi, es la enfermedad crónica, y no el cáncer, la que con más fre­


La trayectoria del cáncer conlleva un declinar razonablemente
cuencia precede a la muerte. predecible en la salud física durante semanas, meses y, en algu­
• En la enfermedad crónica se producen tres trayectorias características del
nos casos, años. Este declinar puede verse interrumpido por unos
declinar físico: cáncer, insuficiencia de algún órgano, y persona de edad efectos positivos o negativos del tratamiento oncológico paliativo.
avanzada frágil o con demencia. Es durante los últimos meses de la enfermedad cuando se pro­
• Las necesidades físicas, sociales, psicológicas y espirituales pueden variar en
duce la mayor parte de la pérdida de peso, la mayor reducción
función de la trayectoria. en el estado de rendimiento y el mayor deterioro en la capacidad
para cuidarse a sí mismo. Con un diagnóstico precoz y una mayor
• Incluso si no se pueden alterar estas trayectorias, ser consciente de las mis­
mas puede ayudar a los clínicos a planificar los cuidados que satisfagan
claridad en el pronóstico, suele haber tiempo para anticipar las
mejor las necesidades multidimensionales de sus pacientes a medida que necesidades paliativas y planificar los cuidados al final de la vida.
la enfermedad progresa hacia la muerte, y puede ayudar a los pacientes y Esta trayectoria encaja bien con los servicios tradicionales espe­
cuidadores a afrontarla. cializados en cuidados paliativos, como las residencias para enfer­
• Pueden ser necesarios diferentes modelos de cuidados al final de la vida mos terminales y sus programas asociados de la comunidad sobre
para diferentes condiciones. cuidados paliativos, que proporcionan unos servicios integrales en
las últimas semanas o meses de vida de las personas afectadas de
cáncer. El recurso limitado a las residencias para enfermos termi­
nales y a los equipos de la comunidad, así como su asociación con
el hecho de morir, puede limitar su disponibilidad y aceptabilidad
(cuadro 3-1 y fig. 3-2).
La muerte en las personas jóvenes da forma al actual constructo
social del hecho de morir (v. cap. 2). Hace un siglo, era normal que
la muerte se produjera de modo repentino, como consecuencia
Trayectoria 2: limitaciones a largo plazo
de alguna infección, de un accidente o, en el caso de la mujer, del
alumbramiento. En la actualidad, sobre todo en las sociedades desa­ con episodios serios intermitentes
rrolladas, la muerte repentina es menos frecuente, como también En el caso de condiciones como la insuficiencia cardíaca, la insu­
lo es la muerte antes de llegar a una edad avanzada. Hacia el final ficiencia hepática y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
de la vida, la mayoría de las personas adquieren una enfermedad (EPOQ, los pacientes están enfermos durante muchos meses o
progresiva seria (cuyas causas principales son la enfermedad car­ años, con exacerbaciones ocasionales de tipo agudo, a menudo gra­
diovascular, el cáncer y los trastornos respiratorios), que interfiere ves. Los deterioros se asocian a la hospitalización del paciente y a
cada vez más con las actividades habituales hasta el momento de la la aplicación de un tratamiento intensivo. Cualquier exacerbación
muerte. En una población normal de 2.000 pacientes registrados a puede dar lugar a la muerte, y, aunque por lo general los pacien­
tes sobreviven a muchos episodios, de forma característica se pro­
•Este capítulo ha sido adaptado de Murray SA, Kendall M, Boyd K. Sheik A. Illness duce un deterioro gradual en la salud y en el estado funcional.
trajectories and palliative care. BMJ 2005; 330:1007-1001. No obstante, el momento de la muerte sigue siendo incierto.

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14 S E C C IO N A | M edicina paliativa

FIGURA 3-1 Trayectorias típicas de las enfermedades progresivas y cifras anuales sobre muertes de cada tipo, obtenidas de una lista promedio de un médico
de familia del Reino Unido con 2.000 pacientes.

Cuadro 3-1 Ejemplo de la trayectoria del cancer


J.M., varón, depen d ien te de 51 años d e edad, se quejaba d e sudoración
nocturna, pérdida de peso y tos. Inicialm ente, u n estudio radiográfico
sugirió que padecía tuberculosis, p e ro la b roncoscopia y la tomogra-
fía com putarizada p usieron de manifiesto un c áncer pulm onar micro-
cítico n o operable.
Se le ofreció quim ioterapia paliativa, q ue aceptó después d e haber
p erd id o una cantidad considerable de peso (dem asiado com o para
p o d e r ser som etido a pruebas). La quim ioterapia le ayudó a controlar
la insuficiencia respiratoria, p ero fue ingresado de forma subsiguiente
p o r vómitos. Mirando hacia atrás, J.M. ex presó su pesar de haber reci­
bido quim ioterapia:
«Si h u b iese sa b id o q u e m e ib a a e n co n tra r a s í...»
Su m ujer tenía la im presión d e q u e habían perdido u n tiem po muy
valioso d urante el período e n q ue él se encon traba relativam ente bien.
J.M. tem ía u na m u erte larga:
«Me g u sta ría te n e r u n “in te rru p to r"d e lágrim as, p o rq u e ta l com o
m e h e encontrado, h a y g e n te q u e viv e a s í du ra n te a ñ o s y a ñ o s y
n u n c a se curan; n o m e g u sta ría esta r así.»
La esposa d e J.M., p o r el contrario, estaba preocupada p o r que su FIGURA 3-2 Esposa del Sr. J.M., cuyo declinar siguió la trayectoria 1
m arido p udiera fallecer de m odo repentino: (v. cuadro 3-1). (De Murray SA, Kendall M, Boyd K, Sheikh A. Illness trajectories
«Cuando duerm e, lo despierto, so y ta n tonta. Él suele decir, and palliative care. BMJ 2005;330:1007-1011.)
“D é ja m e sólo, estoy d u r m ie n d o ”. ..Y a sé q u e n o v a a irse;p e ro tengo
q u e tra n q u iliza rm e .»
J.M. falleció en su hogar, 3 m eses d espués del diagnóstico, atendido Trayectoria 3: deterioro prolongado
p o r el eq u ip o d e atención prim aria, enferm eras nocturnas y servicios
especializados e n cuidados paliativos. Su m uerte h abía sido com entada Los pacientes que no entran en la trayectoria del cáncer ni en la de
abiertam ente. Él y su m u jer ten ían confianza e n que se dispusiera de la insuficiencia de algún órgano tienen la probabilidad de fallecer a
p ersonal d e enferm ería, m édico y d e apoyo, lo q u e así fue. una edad avanzada por insuficiencia cerebral (p. ej., enfermedad de
Alzheimer u otra demencia) o fragilidad generalizada de múltiples
sistemas corporales. Esta tercera trayectoria se caracteriza por una
De Murray SA, Kendall M, Boyd K, Sheikh A. Illness trajectories an d palliative
care. Bivg 2005;330:1007-1011.
discapacidad progresiva a partir de una línea basal ya baja de funcio­
namiento cognitivo, físico, o de ambos tipos. Los pacientes pueden
perder peso y capacidad funcional y luego sucumben a aconteci­
La mayoría de los pacientes con insuficiencia cardíaca fallecen de mientos menores que pueden, en sí mismos, parecer triviales pero
modo inesperado, cuando sus médicos esperan que vivan otros que, cuando se producen junto con unas reservas limitadas, pueden
6 meses más7. Muchos pacientes con insuficiencia cardíaca terminal resultar fatales8. Esta trayectoria puede ser sesgada por la muerte
y EPOC siguen esta trayectoria, pero puede que no sea así en los que después de un acontecimiento agudo, como una fractura de fémur
tienen insuficiencias de otros órganos y sistemas (cuadro 3-2 y fig. 3-3). o una neumonía (cuadro 3-3 y fig. 3-4).

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Trayectorias y estadios d e la enferm edad I C A P Í T U L O 3

Cuadro 3-2 Ejemplo de la trayectoria de la insuficiencia Cuadro 3-3 Ejemplo de una trayectoria de fragilidad

U orgánica
La Sra.A.A., contable, jubilada, d e 65 años d e edad, había tenido num e­
rosos ingresos hospitalarios p o r u na insuficiencia cardíaca. Vivía con­
La Sra. L.C., viuda, de 80 años, vive sola en u n piso de la planta baja de un
edificio del centro d e Edimburgo. Viuda desde hace 6 años, en la actuali­
dad está confinada en casa p o r artritis y tiene fragilidad física general.
finada e n su apartam ento d e un te rc e r piso y era cuidada p o r su Antes salía de casa para ir d e tiendas, p e ro co n los años se ha sen­
abnegado m arido, q u e acep tab a p o ca ayuda de las enferm eras de los tido m enos capaz y cada vez co n m enor confianza, e n gran parte por
trabajos sociales o d e la com unidad. Antes de la enferm edad h abía sido m iedo a caerse. Agradece la silla y los aparatos d e deam bulación auxi­
m uy extrovertida, p ero cada vez se fue aislando más. Su principal p re­ liares que le ha facilitado el fisioterapeuta ocupacional, p orque le pro­
ocupación era la vista, q u e se estaba deteriorando rápidam ente debido porcionan apoyo y sensación d e seguridad e n el hogar.
a su diabetes, n o la insuficiencia cardíaca d e grado IV q ue sufría. El tra­ Recibe regularmente visitas de sus amigos y miembros de la iglesia local
tam iento incluía diuréticos a dosis elevadas y oxigenoterapia a largo y es poco exigente en relación con los servicios. Los medicamentos que
plazo, y c o n frecuencia e ra som etida a u n análisis d e sangre. toma son paracetamol, tiroxina y bendroflumetiazida (para la hipertensión).
Había sacado de m odo indirecto el tem a de la posibilidad de ten e r No tiene familiares, pero se siente apoyada p o r su fe en Dios, que la
u n pronóstico sobre su enferm edad al m encionar a su m édico gene­ cuida. La Sra. L.C. com prende su trayectoria actual d e declinar gradual de
ral que su n ieto le h abía preguntado si estaría para las Navidades. La su capacidad para efectuar las actividades y está preocupada p o r si algún
in certidum bre del pronóstico e s u n factor clave e n los pacientes con día tuviera q ue ser ingresada en una residencia para personas mayores.
insuficiencia cardíaca y sus cuidadores, com o se ilustra p o r las siguien­
tes referencias: De Murray SA, Kendall M, Boyd K, Sheik A. Illness trajectories a nd palliative
«Doy u n p a s o a d e la n te y d o s p a s o s atrás.» (Varón d e 8 4 años, inge­ care. BMJ 2005;330:1007-1011.
niero jubilado, vive solo, co n varias hospitalizaciones recientes.)
«Me g u sta ría mejorar, p e r o c a d a v e z estoy peor.» (M ujer d e 72 años,
viuda, co n psoriasis y artritis.)
«Las cosas q u e a n te s d a b a p o r se n ta d a s m e resultan a h o ra u n
su e ñ o imposible.» (Varón d e 75 años, jubilado, vive con su m ujer de 50 años
y co n u n a gran familia próxim a.)
«Había m o m en to s, el a ñ o p a sado, e n los q u e p e n sa b a qu e ib a a
morir.» (M ujer d e 77 años, viuda q u e vive sola, co n varios períodos en
el h ospital p o r una insuficiencia respiratoria aguda.)
«Podría su ceder e n c u a lq u ier m om ento.» (Mujer y principal cuida­
dora d e u n varón d e 62 años, ex futbolista.)
«Sé q u e n o m ejorará, p e r o n o s é lo q u e durará.» (Mujer de un
varón d e 77 años, jubilado, antiguo trabajador en una m oledora de
harina, c o n asm a grave.)
La Sra.A.A. falleció cuando se dirigía a su domicilio después d e un
ingreso hospitalario p o r una hem orragia nasal. En otras ocasiones,
h abía ten id o estos episodios de epistaxis porque tenía hipertensión y
u n tabique nasal perforado. En la ambulancia se llevó a cabo u n intento
d e reanim ación. Su m arido expresó más tarde su pesar d e qu e n o se
hubiese respetado el claro deseo de su m ujer d e que n o se le prolon­
gara la vida.

De Murray SA, Kendall M, Boyd K, Sheikh A. Illness trajectories a nd palliative


care. BMJ 2005;330:1007-1011.

FIGURA 3-4 La Sra. L.C., actualmente en la trayectoria 3 (v. cuadro 3-3). (De
Murray SA, Kendall M, Boyd K, Sheikh. Illness trajectories and palliative care.
BMJ 2005;330:1007-1011.)

IM PLICACIO NES CLÍNICAS


Las trayectorias permiten reconocer
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

que «hacer todo lo que se pueda hacer»


puede ser una equivocación
El objetivo principal de los cuidados paliativos es lograr una optimi­
zación de la calidad de vida que lleve a una muerte oportuna, digna
y en paz. Entender y tener en cuenta en qué estadio de la trayecto­
ria se encuentra el paciente puede ayudar a los clínicos a compren­
der de forma precoz que el deterioro progresivo y la muerte son
inevitables. Antes del estadio final de una enfermedad crónica, e
FIGURA 3-3 La Sra. A.A., cuyo marido es su cuidador informal, ilustra la incluso durante esa fase, algunos profesionales permiten que se siga
trayectoria 2 (v. cuadro-3-2). (De Murray SA, Kendall M, Boyd K, Sheikh A. sin tener en cuenta y que ni se hable de la realidad del pronóstico,
Illness trajectories and palliative care. BMJ 2005;330:1007-1011.) confabulando así de manera inconsciente con los pacientes y sus

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16 S E C C IO N A | M edicina paliativa

Errores frecuentes Cuadro 3-4 Posibles indicadores de la necesidad


de un planteamiento de cuidados de apoyo y cuidados
C oncentrarse e n la n ecesidad física e n lugar de en la dim ensión de
paliativos en pacientes con enfermedad crónica
la necesidad q ue e stá causando m ayor angustia.
H acer todo: com enzar tratam ientos sin sop esar plenam ente los p ros • El paciente h a sido dado d e alta del hospital después de hab e r sido
y los contras. ingresado p o r enferm edad c o n insuficiencia orgánica.
D esaprovechar las o portunidades p ara com entar los aspectos del • El paciente está confinado e n casa.
final d e la vida co n las p ersonas con enferm edad crónica. • El paciente tiene u n volum en espiratorio m áxim o e n 1 segundo
Intentar ajustar los p acientes a los servicios e n vez d e adaptar los ser­ (VEMS) d e 3 0 m i o m enos, co n insuficiencia cardíaca e n estadio IV u
vicios a las necesidades y preferencias de los pacientes (p. ej., tener otros indicadores d e u n a enferm edad específica.
q u e m orir e n el hospital cuando el paciente desea m orir en su hogar). • Los m édicos y enferm eras, c uando se han preguntado a sí mismos:
«¿estaría sorprendido si mi paciente m uriera e n los 12 próxim os
meses?» (pregunta q u e podrían hacerse durante las consultas habi­
tuales o en la revisión de una historia) deciden que la respuesta es
familias en luchar contra la muerte hasta el amargo final9. Adoptar
un punto de vista realista sobre la muerte y las expectativas puede
• Véase una guía im portante e n Gold Standards Framework:
moderar el «imperativo tecnológico», previniendo ingresos hospi­
http://w w w .goldstandardsfram ew ork.nhs.uk/
talarios innecesarios o tratamientos agresivos para combatir una
enfermedad crónica o un cáncer10. Establecer un diálogo realista
entre el paciente, la familia y el profesional en tomo a la trayecto­
ria de la enfermedad puede introducir de manera temprana, y con
mayor frecuencia, irnos cuidados de apoyo, que se centran en la cali­ Cuadro 3-5 Posibles preguntas para adoptar cuidados
dad de vida y en el control de los síntomas (v. «Errores frecuentes»). paliativos centrados en el paciente
• ¿Qué e s lo m ás im portante e n su vida e n estos m omentos?
Las trayectorias permiten hacer una planificación • ¿Qué le ayuda a seguir adelante?
• ¿Cómo ve el futuro?
práctica para una «buena muerte»
• ¿Cuál es su m ayor preocupación?
Casi el 65% de las personas manifiestan su deseo de fallecer en el pro­ • ¿Hay m om entos e n q u e se siente d ecaer anímicamente?
pio hogar al comienzo de las trayectorias, tanto en el caso del cáncer • Si las cosas van a peor, ¿en q u é lugar le gustaría que le cuidaran?
como de la insuficiencia de órganos, aunque sólo cerca de un 25%
lo logra11. El reconocimiento de que todas las trayectorias llevan a la M urray SA, B q yd K. Sheikh A. Palliative care in chronic illnesses: We
muerte pero que la muerte puede ser súbita (sobre todo en la trayec­ n eed to m ove f r o m prognostic p a ralysis to a ctive to ta l care. BMJ
toria 2) respalda la planificación anticipada. En la actualidad, conocer 2005;330:611-612.
el «lugar preferido de la atención médica» es normal en algunos mar­
cos de cuidados paliativos e incrementa la probabilidad de que las
personas con cáncer puedan fallecer en su lugar de elección (v. cua­ buscar evasivas sobre el final de la vida15. El hecho de tener en
dro 3-1)12. Algunos pacientes hacen frente a la situación negándola cuenta los diferentes estadios de las trayectorias puede ayudar a
o desmintiéndola, lo que imposibilita establecer una comunicación
superar este problema. En EE.UU., los equipos de mejora de la cali­
abierta en los estadios más precoces de la enfermedad13. dad sugieren que, en lugar de seleccionar como pacientes diana
Una exploración sensible puede permitir que se aclaren temas aquellos que morirán en el transcurso de los 6 meses siguien­
como la reanimación y que se completen los «asuntos no ter­ tes, los clínicos deben centrarse en los que «de modo razonable
minados» en todas las trayectorias. En el caso descrito en el cua­
podrían morir» ahora1. En el capítulo 119 se recogen algunas ma­
dro 3-2, se había planificado la muerte de la Sra. AA (algo inusual
neras de identificar a pacientes con enfermedad crónica que
en las personas con insuficiencia cardíaca), pero en una urgencia
pueden ser objeto de una aproximación de cuidados de apoyo y
fue sometida a una reanimación inadecuada. Las voluntades en
paliativos. El cuadro 3-4 aporta unos indicadores sencillos.
vida (directivas anticipadas) pueden ser corrientes, pero la mayo­
ría de los profesionales de la salud están poco habituados a las mis­
mas. Las directivas tienen especial importancia en la trayectoria 3, Ayudar a pacientes y cuidadores a adoptar
en la que se puede producir un declinar cognitivo progresivo. un planteamiento más proactivo para vivir
y morir con una enfermedad crónica
Entender cuál puede ser la trayectoria puede
La mayoría de las personas con enfermedades crónicas progresivas
reforzar al paciente y a la persona cuidadora han rozado ya la muerte. Tienen «discursos contrapuestos» en sus
Algunos pacientes y cuidadores intentan lograr algún control mentes: por una parte, esperan que las cosas no se deterioren pero,
sobre la enfermedad informándose sobre el modo de su pro­ por otra parte, reconocen que la muerte es inevitable16. Un mayor
bable progresión14. En el ejemplo descrito en el cuadro 3-1, JM, conocimiento de estos discursos contrapuestos debe servir a los
que tenía cáncer de pulmón, hubiera podido estar menos preocu­ clínicos para combinar un tratamiento activo y un planteamiento
pado por una muerte larga si hubiese tenido información sobre de apoyo. Los pacientes con enfermedades discapacitantes progre­
el curso probable de su declinar. De igual modo, su mujer podría sivas esperan recibir unos cuidados activos, pero también buscan
haber estado menos preocupada por una muerte súbita. Durante consuelo, control y dignidad. En estos casos, es necesario hacer una
las entrevistas familiares que se mantuvieron, ambos mostraron planificación anticipada de los cuidados, un planteamiento general
claros indicios de que estaban preocupados por la naturaleza de paciente-cuidador, controlar los síntomas y establecer un diálogo tera­
la muerte y de que agradecerían que las conversaciones se esta­ péutico. En el cuadro 3-5 se recogen algunas preguntas que pueden
blecieran en un marco de confianza. ayudar a los clínicos y a los pacientes a explorar estas cuestiones.

Tener en cuenta los estadios de la trayectoria Limitaciones clínicas al planteamiento


puede evitar una «parálisis pronostica» de las trayectorias
La «parálisis pronostica» describe la tendencia que tienen los Los pacientes fallecen en diferentes estadios a lo largo de cada
médicos de pacientes con trayectorias de enfermedad incierta a una de las trayectorias, y la tasa de la progresión varía. Intervienen

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Trayectorias y estadios d e la enferm edad I C A P ÍT U L O 3 17

otras enfermedades o circunstancias sociales y familiares, de modo Desafíos de la investigación


que cambian las prioridades y las necesidades. Algunas enfermeda­
des no siguen ninguna trayectoria, otras siguen alguna, y otras las Se han descrito tres trayectorias características del declinar físico
siguen todas: un accidente cerebrovascular importante puede dar y de la muerte. Pronto se podrán caracterizar otras trayectorias
lugar a una muerte súbita o a un declinar agudo, como en la trayec­ por medio de la utilización de métodos longitudinales cuantitati­
toria del cáncer; una serie de pequeños accidentes cerebrovascu- vos y cualitativos. Hay que seguir investigando para ayudar a com­
lares y recuperaciones puede simular la trayectoria 2; un declinar prender cómo los conocimientos de estas trayectorias pueden
gradual después de tener una discapacidad puede ir en paralelo trasladarse e introducir mejoras en los desenlaces para los pacien­
con la trayectoria 3- La insuficiencia renal podría representar una tes y sus familias. Las trayectorias que se han considerado aquí
cuarta trayectoria de un declinar firme, con una velocidad que están relacionadas con el bienestar físico; puede haber otro tipo
depende de la patología de base y de otros factores del paciente, de trayectorias, como la vía espiritual o la existencial. En el caso
como la comorbilidad3. Los pacientes con múltiples trastornos pue­ de pacientes con cáncer, la angustia espiritual y las dudas pueden
den tener dos trayectorias que llevan un curso simultáneo, en los alcanzar un nivel máximo en el momento del diagnóstico, tam­
que la trayectoria que progresa de forma más rápida ocupa el esta­ bién si hay un proceso recurrente de la enfermedad y, finalmente,
dio central. Esta situación no es infrecuente en el caso de pacientes durante la fase terminal. Por el contrario, la angustia espiritual en
de edad avanzada con cánceres de progresión lenta. pacientes con insuficiencia cardíaca puede ser más evidente de
manera uniforme durante todo el curso de la enfermedad, lo que
refleja la pérdida gradual de la identidad y la mayor dependencia25.
IM PLICACIO NES PARA LA PLANIFICACIÓN También se pueden trazar las trayectorias psicológicas y sociales.
Y EL DESARROLLO DE LOS SERVICIOS En la demencia, la pérdida de la función cognitiva puede causar
una pérdida paralela en las actividades cotidianas, la retirada de la
Un modelo puede no valer para todo vida social y la angustia emocional.

Diferentes modelos son adecuados para personas con diferentes


trayectorias de enfermedad. El modelo típico de cuidados palia­ CONCLUSIONES
tivos frente al cáncer podría no ajustarse a un declinar gradual y
Hacer un pronóstico es una ciencia inexacta10, pero la incertidum-
progresivo con exacerbaciones impredecibles. Pacientes con una
bre no debe impedir que los médicos hablen con sus pacientes
enfermedad no maligna pueden tener necesidades más prolonga­
sobre esta cuestión, porque un número significativo de pacientes
das pero similares a las de las personas afectas de cáncer. La incer-
morirá de forma repentina. La clave de los cuidados proporciona­
tidumbre sobre el pronóstico no debe llevar a que los servicios de
dos a las personas que fallecerán en un futuro (relativamente) cer­
salud y sociales descuiden a estos pacientes y a sus familias.Tener
cano es comprender cómo pueden morir y planificar la muerte
una visión panorámica estratégica de las necesidades y de los servi­
de modo apropiado. Dado que las enfermedades afectan de dis­
cios disponibles de los pacientes que se integran en las principales
tinta manera a las personas, suele ser difícil hacer un pronóstico
trayectorias hace que se pongan en marcha mejores políticas y ser­
correcto. No obstante, los pacientes con enfermedades específicas
vicios para todas las personas con enfermedades crónicas serias.
y sus cuidadores tienen, con frecuencia, patrones de experiencia,
síntomas y necesidades comunes a medida que la enfermedad pro­
La planificación anticipada de los cuidados gresa. En los tiempos de Hipócrates, el médico que podía predecir
el curso de una enfermedad era tenido en gran estima, incluso si
puede evitar los ingresos hospitalarios no podía alterarlo26. En la actualidad, los médicos pueden curar
La planificación anticipada de los cuidados y el aporte de recur­ algunas enfermedades y tratar otras de modo eficaz. Ahí donde no
sos en función de las trayectorias ayuda a que un mayor número podamos alterar el curso de una enfermedad, debemos, al menos
de personas con enfermedades crónicas puedan morir en su lugar (cuando lo desee el paciente), predecir el curso de modo sensato
de preferencia. Por ejemplo, muchas personas frágiles geriátricas y y, junto con el paciente y la familia, planificar los cuidados para lo
pacientes con demencia son ingresados en el hospital cuando se mejor o para lo peor.
hallan terminalmente enfermos. El uso de unos modos de cuida­
dos en residencias para personas mayores es eficaz en la preven­ A G R A D E C IM IE N T O S
ción de este tipo de ingresos17.
Deseamos expresar nuestro reconocimiento al trabajo de Joan
Lynne, a la Office of Clinical Standards and Quality, y a los Centers
Lecciones transferibles for Medicare and Medicaid Services, que está llevando a cabo tra­
bajos innovadores sobre las trayectorias de las enfermedades. El
Los modelos de cuidados para una trayectoria pueden servir para ejecutivo escocés proporcionó los fondos para la investigación que
otra. Por ejemplo, el personal que está dedicado a los cuidados incluyó los casos clínicos.
del cáncer puede aprender del paradigma de promoción de salud
dentro del manejo de la enfermedad crónica. En Norteamérica18,
B I B L I O G R A F Í A
el «Improving Living While Near Death» (Mejorar la vida cerca
de la muerte) y en Australia el «Health-Promoting Palliative Care» 1. Lunney JR, Lynn J, Foley DS, et al. Patterns of functional decline at the end of
(Cuidados paliativos de promoción de salud) son dos ejemplos de life. JAMA 2003;289:2387-2392.
modelo19. Estos planteamientos pueden desestigmatizar la muerte 2. World Health Organization. Palliative Care:The Solid Facts. Geneva:WHO, 2004.
3. Murtagh FEM, Preston M, Higginson I. Patterns of dying: Palliative care for non-
y aumentar al máximo la calidad de vida hasta el momento de la malignant disease. Clin Med 2004;4:39-44.
muerte de los pacientes con cáncer. En sentido contrario, los pacien­ 4. Lehman R. How long can I go on like this? Dying from cardiorespiratory
tes con insuficiencia de órganos pueden beneficiarse de las ideas de disease. B J Gen Pract 2004;54:892-893-
los cuidados en el cáncer (como unos marcos de planificación anti­ 5. Glare PA, Christakis NA. Predicting survival in patients with advanced disease.
In Doyle D, Hanks G, Cherny N, Calman K (eds). Oxford Textbook of Palliative
cipada de los cuidados y de los modos al final de la vida)20-22 para Medicine. New York: Oxford University Press, 2004, pp 29-42.
pasar de un planteamiento tecnológico a otro de tipo holístico. 6. Murray SA, Kendall M, Boyd K, Sheikh A. Illness trajectories and palliative care.
Se pueden encontrar similitudes sorprendentes en la carga de los BMJ 2005;330:1001-1011.
síntomas entre los pacientes que mueren de cáncer y los que mue­ 7. Levenson JW, McCarthy EP, Lynn J.The last six months of life for patients with
ren de enfermedad cardiorrespiratoria no maligna23. Los equipos congestive heart failure.J Am Geriatr Soc 2000;48:S101-S109.
8. Williams R, Zyzanski SJ, Wright A. Life events and daily hassles and uplifts
hospitalarios de cuidados paliativos, al ofrecer asesoría especializada as predictors of hospitalisation and out patient visitation. Soc Sci Med
y compartir los cuidados con otros especialistas, pueden mejorar los 1992;34:763-768.
cuidados de muchos pacientes no afectados de cáncer24. 9- Higgs R.The diagnosis of dying. J R Coll Physicians Lond 1999:33:110-112.

ERRNVPHGLFRVRUJ
18 S E C C IO N A | M edicina paliativa

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dores sobre cómo el cáncer y otras enfermedades alteraron la en la cultura médica, los cuidados en las residencias para enfer­
vida de otras personas. En http://www.dipex.org/experiences. mos terminales aparecieron en la década de I960 en Inglaterra, y
asp (acceso en enero 2008). en la década de 1970 en Estados Unidos y Canadá.
Growthhouse.org Inc. Recursos para pacientes y profesionales sobre Las residencias para enfermos terminales son principalmente
enfermedades potencialmente mortales y cuidados al final de la un concepto de cuidados, no un lugar específico; es una filosofía
vida. En http://www.growthhouse.org (acceso en enero 2008). de cuidados y no tanto un tipo de edificio o de servicio (v. cap. 5).
Lista de páginas de autoayuda de Reino Unido: http://www.uksel- La filosofía de las residencias para enfermos terminales afirma que
fhelp.info (acceso en septiembre 2007). siempre hay algo que se puede hacer para ayuda a los pacientes. El
Lynn J, Harrold J. Handbook for Mortals: Guidance for People movimiento de estas residencias ha tenido una repercusión inter­
Facing Serious Illness. New York: Oxford University Press, 1999. nacional importante en la promoción de los cuidados paliativos y
en la mejora de los estándares de los cuidados en general.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS
En la Grecia del siglo vi a.C., la medicina era practicada por curan­
deros en lo que hoy llamaríamos clínicas ambulatorias (santuarios

PARTE I PRINCIPIOS
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Historia de las residencias para enferm os term inales I C A P ÍT U L O 4 19

localizados al lado de templos dedicados a los dioses) o durante las


visitas a domicilios1. Los enfermos no eran trasladados a un lugar
particular. Hasta que Hipócrates amplió el papel de los physikoi
más allá del de un filósofo natural, no se hacía ninguna distinción
entre ciencia y filosofía, o entre el cuerpo y la mente. Los médicos
diagnosticaban y trataban a la persona en su totalidad en vez de tratar
sólo a la enfermedad. El vínculo entre medicina y religión fue inextri­
cable hasta el Renacimiento. Las sociedades religiosas gobernaron las
primeras instituciones, denominadas hospicios, que se ocupaban de
cuidar a los enfermos, gente que caía enferma principalmente mien­
tras viajaba. Estas personas o bien se recuperaban y continuaban su
viaje, o morían. Las palabras hospitalidad, hotel, hospicios, hostal y
hospital derivan, todas ellas, de la misma raíz latina, hospes, que sig­
nifica «huésped»2. Los hospitales como instituciones identificables
evolucionaron a partir de estos primeros esfuerzos. Por ejemplo, el
St. Bartholomew’s Hospital de Londres fue fundado en 1123. En aquel
tiempo no existía una diferencia práctica de significado entre hospital
y hospicio. Los hospitales como instituciones para la enseñanza evolu­
cionaron a partir de la observación de que era más cómodo estudiar
y cuidar a los pacientes si éstos estaban reunidos en un mismo lugar.
Los registros de 1544 del St. Bartholomew’s Hospital indican que los
pacientes no eran ingresados si tenían enfermedades o afecciones
incurables3.Aparentemente, el hospital quería tener la reputación de
que prestaba cuidados a aquellos pacientes que podían ser curados.
Más tarde, el término hospicio quedó reservado para aquellos lugares
que se dedicaban a cuidar a enfermos incurables (y pobres). En su
mayor parte, estos hospicios eran gestionados por órdenes religiosas
cristianas en Francia, Irlanda, Escocia e Inglaterra.También el personal
pertenecía a estas órdenes2. En Estados Unidos, los primeros ejem­
plos de cuidados prestados en un hospicio son los de las Hermanas
Dominicas de Hawthorne y del Calvary Hospital, ambos en la ciudad
de NuevaYork2.
La primera vez que se utilizó el término hospicio para describir
un lugar para los enfermos terminales fue en 1842, en la ciudad
francesa de Lyon. La joven viuda y desconsolada madre Madame
Jeanne Gamier creó la Association des Dames du Calvaire y a
ella se atribuye el establecimiento de una institución para pres­
FIG U RA 4-1 La Dra. Cicely Saunders se formó primero como enfermera y
tar cuidados a las personas moribundas. Falleció en 1853, pero
trabajadora social. (Por cortesía del St. Christopher's Hospice.)
su influencia llevó a la fundación de otros seis establecimientos
para pacientes moribundos entre 1847, en París, y 1899, en Nueva
York4. En el siglo xvn, un joven sacerdote francés, San Vicente de
Paul, fundó en París las Hermanas de la Caridad y abrió varias
casas para cuidar a huérfanos, pobres, enfermos, y moribundos.
Más de un siglo después, el barón Von Stein de Prusia visitó estos
hospicios de la iglesia católica romana y quedó tan impresio­
nado por el trabajo de las hermanas que animó a un joven pas­
tor protestante llamado Fliedner a que fundara el primer hospicio
protestante, también atendido por hermanas, que se levantó en
Kaiserswerth, una pequeña ciudad de Alemania a orillas del río
Rin. Desde este terreno de preparación, la Madre Mary Aikenhead,
de las Hermanas Irlandesas de la Caridad, una nueva orden y la pri­
mera de su clase en Irlanda en ser exclaustrada, abrió en Dublin el
St. Vincent’s Hospital, en 1834. Después de unos años de padecer
una enfermedad crónica, Mary Aikenhead falleció en 1858 en la
cercana Harolds’s Cross. Cumpliendo sus deseos, el convento en
el que Mary Aikenhead pasó sus últimos años fundó el Our Lady’s
Hospice para el cuidado de pacientes moribundos en Harold’s
Cross, Dublin, 1879. En 1900, cinco miembros de las Hermanas FIG U RA 4-2 Entrada al St. Christopher's Hospice, Londres.
Irlandesas de la Caridad fundaron el St. Joseph Convent en el
East End londinense y comenzaron a visitar a los enfermos en sus
casas. En 1902, abrieron el St. Joseph’s Hospice en East London, Los efectos del aumento de la inversión en investigación
con 30 camas para pacientes pobres en situación terminal. Cicely médica que se produjo durante la primera mitad del siglo xx se
Saunders, por entonces una joven médico que había recibido una notaron con éxito y llevaron a unos descubrimientos científicos
formación inicial como enfermera y trabajadora social, trabajó sin precedentes y a un cambio en el patrón de la enfermedad en
desde 1957 hasta 1967 en el St. Joseph’s Hospice, y estudió el la segunda mitad del siglo. A comienzos del siglo xx, la población
control del dolor en el cáncer avanzado (fig. 4-1). Esto sirvió de de Estados Unidos moría, por lo general, de enfermedades infec­
estímulo para que se construyera el St. Christopher’s Hospice ciosas o por traumatismos. El paradigma del método científico
de Londres, en 1967 (fig. 4-2). se aplicaba con éxito a las causas de la muerte contemporánea,

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20 S E C C IO N A | M edicina paliativa

como la neumonía neumocócica y la diarrea infecciosa. En la


segunda mitad del siglo, los norteamericanos vivían más, y falle­
cían, sobre todo, de enfermedades ateroscleróticas (infarto de
miocardio, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca con­
gestiva) y cáncer. En lugar de que la muerte ocurriera de forma
rápida (en cuestión de días), crecía el período de enfermedad
crónica y del hecho de morir, que se alargaba durante semanas o
años.
Como la mayoría de las bromas, la siguiente aseveración, publi­
cada en 1975, reflejaba una realidad incómoda: «Ojalá los pacientes
pudieran dejar en el hospital sus vasos dañados para que puedan
ser reparados, mientras se llevan sus propios asuntos sociales y
emocionales a casa»5.
Como respuesta, surgió un vivo debate sobre las actitudes
y las prácticas estadounidenses relacionadas con la muerte6. La
investigación empírica mostró que los pacientes con enferme­
dad terminal deseaban hablar de la muerte cuando se les daba la
oportunidad7. La publicación en 1969 de On Death a n d Dying
de la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross captó la atención popular
con una combinación fortuita de exposición ante los medios de
comunicación y de contenido oportuno. En una innovación que
fue ampliamente descrita, durante las sesiones de docencia entre­
vistó a pacientes que se estaban muriendo y utilizó la información
para instruir a sus estudiantes, como si se tratara de cualquier otro
tema médico. Cicely Saunders fue otra médico-divulgadora muy
carismática. Había fundado el St. Christopher’s Hospice después
de observar de forma directa durante unos 20 años los cuidados
que se prestaban a los pacientes con enfermedad terminal. El St.
Christopher’s no fue la primera residencia para enfermos ter­
minales, sino que más bien fue la primera residencia académica
moderna en la que se llevaban a cabo la investigación y la educa­
ción como aspectos inextricables de unos cuidados meticulosos
que se proporcionaban a los pacientes.
La idea de utilizar la residencia para enfermos terminales como
lugar donde enseñar e investigar se trasladó de Londres a Estados
Unidos. En 1974, con la asesoría de la doctora Cicely Saunders,
Florence Wald, entonces decana de la Escuela de Enfermería FIGURA 4-3 A y B, Royal Victoria Hospital, Montreal, Canadá. (Por cortesía de
de la Universidad de Yale, New Haven, Connecticut, fundó The KatriElina Clements.)
Connecticut Hospice8. El doctor William Lamers, psiquiatra que se
encuentra a la vanguardia de muchas de las primeras interaccio­
nes entre las residencias para enfermos terminales y las facultades EL PAPEL DE LA LEGISLACIÓN
de medicina, fue director médico del segundo programa de resi­ EN LAS RESIDENCIAS PARA ENFERMOS
dencias, el Hospice of Marin, en California. TERM INALES Y LOS C U ID A D O S PALIATIVOS
En 1974, Balfour Mount, urólogo cirujano, fundó el primer ser­
vicio de cuidados paliativos del mundo con base en un hospital En 1972, el Comité Especial sobre el Envejecimiento del Senado
en el Royal Victoria Hospital de la McGill University, Montreal, de EE.UU. mantuvo varias vistas sobre la «Muerte digna». A pesar
Canadá (fig. 4-3). El proyecto formaba parte de una estructura de de que al principio los impulsores de las residencias para enfermos
enseñanza e investigación. Esto puso de relieve el valor de un ser­ terminales pretendían separar los cuidados de la residencia para
vicio de cuidados paliativos dentro de un hospital (lo denominó enfermos terminales de los cuidados tradicionales, el gobierno mos­
unidad de cuidados paliativos), en especial para la investigación y tró interés en que se incorporaran los cuidados paliativos dentro de
la educación sobre el control del dolor. Mount fue el primero en las instituciones tradicionales. A finales de la década de 1970, el in­
utilizar el término cuidados paliativos. Por último, en la ciudad terés en el proceso de morir se había generalizado por todo Esta­
de Nueva York, un equipo consultor comenzó a trabajar en el St. dos Unidos. El libro de Kübler-Ross era muy conocido y era objeto
Lukes’s Hospital en 19749. de innumerables comentarios en radios, televisiones y revistas. La
Atendiendo al modelo del St. Luke’s, que se basa en un grupo muerte era algo impersonal y se producía en marcos institucionales
interdisciplinario de cuidados paliativos, sus partidarios razonaban estériles en los que las modernas medidas tecnológicas, que mante­
del siguiente modo10: nían con vida a los pacientes, eran el foco principal de la medicina
y de los cuidados médicos, y no se tenían en cuenta las necesidades
Los cuidados de este tipo de residencia deben formar parte de de cada paciente de manera individual. La credibilidad del concepto
la corriente principal de la medicina norteamericana y de sus ins­ de residencia para enfermos terminales ha seguido creciendo desde
tituciones. La puesta en marcha de instalaciones distintas para los entonces. En 1974, el National Cancer Institute fundó el Connecticut
cuidados paliativos podría ser más costosa y podría dar lugar a la Hospice en New Haven, la primera residencia para enfermos termi­
percepción por parte del público de que las residencias de cuida­ nales que puso en marcha un centro de demostración nacional de
dos paliativos son residencias para personas mayores. Además, la cuidados domiciliarios para las personas enfermas terminales y sus
atención hospitalaria, es decir cuidar y curar, debe estar relacionada. familias. Más tarde, se fundaron en EE.UU. nuevas residencias para
Un equipo de residencia para enfermos terminales o consultor en enfermos terminales gracias a subvenciones y donaciones privadas,
cada hospital docente capacitaría a los estudiantes de hoy, es decir, que se basaban, en gran medida, en voluntarios profanos y profesio­
los que prestarán la asistencia médica el día de mañana, para obser­ nales. La percepción por parte de las enfermeras y de las familias de
var los cuidados paliativos como una parte integral de unos cuidados que los cuidados médicos tradicionales fracasaban ante una persona
agudos. moribunda constituyó un gran impulso para el crecimiento de las

PARTE I PRINCIPIOS
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Historia de las residencias para enferm os term inales I C A P ÍT U L O 4 21

residencias en Estados Unidos. La residencia para enfermos termina­ digna y sin dolor por medio de un sistema que es respetuoso con
les se desarrolló más como un concepto que como un lugar. Desde las necesidades individuales. Las residencias para enfermos termi­
el principio, el interés se centró en prestar cuidados al paciente en nales han contribuido de modo decisivo al desarrollo de nuevos
el seno de su propio hogar. métodos de tratamiento del dolor. Las técnicas satisfactorias de
La expansión de las residencias corrió en paralelo con el inte­ estas residencias han tenido influencia en el tipo de cuidados que
rés por la innecesaria prolongación de la vida. La decisión Quinlan reciben los pacientes terminales en los marcos convencionales.
de 197611, que permitió que se retirara un respirador de una El tratamiento eficaz de los síntomas físicos y de las nece­
mujer joven en estado de coma, fue seguida por 15 años de deci­ sidades emocionales y espirituales del paciente y de la familia
siones legales notorias y por la evolución de la ética biomédica requiere de las diversas habilidades de los médicos, enfermeras,
como disciplina en los cuidados al paciente. En 1991, la decisión fisioterapeutas, trabajadores sociales, auxiliares, consejeros, sacer­
Nancy Cruzan, de la Corte Suprema de EE.UU.12, afirmaba el dere­ dotes y voluntarios especialmente preparados. Este equipo multi-
cho de los pacientes a tener unas directivas anticipadas y a recha­ disciplinario trabaja con el paciente y con la familia para elaborar
zar los cuidados médicos. En la actualidad, el interés en la muerte un plan de cuidados que sirva de guía para un enfoque integral
y en el hecho de morir se centra en los aspectos controvertidos sobre el tratamiento de los casos. La residencia subraya con fuerza
del suicidio asistido y en la eutanasia, con la presencia de fuerzas este planteamiento coordinado para realzar las capacidades com­
polarizadas entre «el derecho a morir» y «el derecho a la vida». Los binadas y las sensibilidades de los cuidadores. La frecuencia de
defensores de los cuidados paliativos contemporáneos afirman las visitas domiciliarias viene determinada por las necesidades del
casi universalmente que, si se aliviase el dolor y el sufrimiento, rara paciente y de la familia o de los cuidadores. Los pacientes y las
vez se harían súplicas para recibir asistencia que ayude a morir. familias necesitan a menudo recibir un fuerte apoyo psicosocial
No todos los que opinan sobre este asunto están de acuerdo con y espiritual, y asesoramiento para afrontar los desafíos que se pre­
esta afirmación, especialmente cuando se compara la experiencia sentan a medida que progresa la enfermedad. Las necesidades de
de los pacientes con cáncer con la de los pacientes con SIDA ter­ los afectos de una enfermedad terminal y de sus familias son supe­
minal, neuropatía terminal o depresión crónica intensa. riores a lo que se puede hacer de manera eficaz desde las consul­
tas de los médicos o los centros ambulantes, o por muchos de los
sistemas de cuidados de salud a domicilio actuales15.
FILOSOFÍA DE LAS R ESIDENCIAS PARA ENFERMOS Varios cuidadores constituyen el equipo principal: el médico
TERMINALES adjunto; los médicos de la residencia con formación en cuidados
paliativos; enfermeras con experiencia en el tratamiento del dolor y
La moderna residencia para enfermos terminales se centra en los sín­ de los síntomas, y valoración física; trabajadores sociales con expe­
tomas físicos y emocionales del paciente y de la familia, más que en riencia clínica apropiada para el necesario asesoramiento y estudio
la enfermedad terminal. Además del control de los síntomas, la resi­ de los antecedentes en el caso de enfermos terminales; consejeros
dencia ayuda al paciente y a la familia a hacer frente a los aspectos espirituales con formación y experiencia en asesoramiento de tipo
que acompañan al hecho de morir. El énfasis puesto en el control pastoral; un coordinador voluntario con capacidad de organización
«total» del dolor, incluidos los aspectos físico, mental, social y espi­ y de comunicación; y voluntarios preparados. Otros profesionales
ritual, ejemplifica el concepto de los cuidados totales al paciente. El (p. ej., terapeutas asociados, terapeutas en arte y música, fisiotera­
control del dolor y el tratamiento de otros síntomas (p. ej., disnea, peutas, nutricionistas, farmacéuticos, auxiliares de enfermería) pue­
anorexia, fatiga, ansiedad) representan el centro principal de la aten­ den unirse al equipo en función de las necesidades. Cada miembro
ción de los cuidados en función de las necesidades de cada paciente. reconoce y acepta una relación de confianza con el paciente y con
Aunque las residencias atienden a todas las personas con enfer­ la familia al tiempo que mantiene con ellos unos límites profesio­
medades terminales, en tom o al 75% de los pacientes de estas nales. El equipo colabora con el médico encargado de elaborar y
residencias tienen cáncer13. En Estados Unidos, los cuidados de las mantener un plan de cuidados individualizado dirigido al paciente.
residencias para enfermos terminales pueden resultar apropiados Este plan tiene en cuenta las necesidades particulares de tipo físico,
para cualquier persona afectada de una enfermedad terminal que social, religioso y cultural del paciente y de la familia.
probablemente le cause la muerte en unos 6 meses. El paciente Los cuidados de la residencia para enfermos terminales también
debe evitar un tratamiento fútil o un tratamiento dirigido a curar la apoyan a los cuidadores familiares. La residencia habilita a las familias
enfermedad, pero la radioterapia, la quimioterapia y la cirugía pue­ y considera la atención al duelo como algo de máxima importancia
den tener un sitio en los cuidados paliativos o de residencia para para el apoyo a los miembros de la familia supervivientes y a los ami­
enfermos terminales si los beneficios sintomáticos superan los ries­ gos. La atención al duelo debe mantenerse durante todo el período
gos y si el objetivo del tratamiento es el alivio de los síntomas. de duelo, por lo menos un año, para ayudar a la familia a afrontar el
De forma parecida a los principios de los cuidados paliativos dolor y la pérdida relacionados con la enfermedad. Los supervivientes
(v. cap. 7) y con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud que puedan tener posibles reacciones patológicas de dolor pueden
(OMS), la filosofía de la residencia para enfermos terminales se ser derivados para recibir un asesoramiento apropiado.
basa en varios conceptos14: Es importante facilitar la comunicación16. Los pacientes tienen
• La muerte es una parte natural del ciclo de la vida. Cuando la derecho a recibir una información clara sobre su afección y sobre
muerte es inevitable, la residencia no intentará acelerarla o las opciones terapéuticas disponibles, y la residencia se esfuerza por
posponerla. mejorar el nivel y la calidad de la comunicación entre el paciente, la
• Los objetivos clínicos son el alivio del dolor y el control de los familia y los profesionales sanitarios. Lo ideal es que las decisiones
síntomas. que afecten a los cuidados del paciente se basen en una información
• El dolor psicológico y el dolor espiritual son tan importantes y reflexión adecuadas. Se alienta la participación de los pacientes en
como el dolor físico; para tener en cuenta los tres es necesaria la toma de decisiones que afectan a su cuidado personal, y se respe­
la participación de un equipo interdisciplinario. tan los deseos de los pacientes y de las familias. La residencia para
• Los pacientes, sus familias y sus seres queridos son la unidad enfermos terminales anima también al desarrollo de unos objetivos
de los cuidados. razonables para el alivio del dolor y de otros síntomas.
• La atención al duelo es muy importante para dar apoyo a los
miembros de la familia supervivientes y a los amigos.
• Se prestan los cuidados con independencia de la posibilidad LAS RESIDENCIAS PARA ENFERMOS
del paciente de pagar por ellos. TERMINALES EN LA ACTUALIDAD
Un objetivo primordial de la residencia para enfermos termi­ Si se tiene en cuenta que la residencia para enfermos termina­
nales y de los cuidados paliativos es promover una vida alerta, les es, sobre todo, un concepto y no un lugar específico, no es

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22 S E C C IO N A | M edicina paliativa

las valoraciones del desarrollo de los cuidados de las residencias para


enfermos terminales, a menos que hubiese unos estándares de cali­
A continuación presentam os algunos errores frecuentes sobre los cui­ dad acordados (nacionales y/o internacionales) que deban ser cum­
dados e n las residencias para enferm os terminales: plidos por los diversos tipos de servicios.
• La residencia para enferm os term inales significa recluir e n u n gueto
el h ech o d e morir. RETOS PARA EL FUTURO
• Los cuidados d e las residencias para enferm os term inales n o p ropor­
cionan u n tratam iento m édico apropiado. Las raíces de los cuidados de las residencias para enfermos termina­
• Es necesaria la im plicación de voluntarios po rq u e los sistemas de les son similares a todas las de la medicina contemporánea. El pro­
cuidados d e salud rehúsan p agar a los profesionales. grama de las residencias para enfermos terminales, que combina los
• Los program as d e las residencias p ara enferm os term inales son idén­ cuidados al paciente con el interés por la salud pública, la educa­
ticos e n todos los p aíses y e n todos los m arcos culturales. ción y la investigación, bien puede recibir la denominación de aca­
• El co n cep to d e residencia p ara enferm os term inales no funciona en démico. Los retos demográficos y económicos que afronta el mundo
los países e n desarrollo. ponen de relieve la necesidad de una mayor formación e investiga­
ción. Como mínimo, parecería obvio que todos los centros médicos
académicos quisieran integrar los programas de las residencias para
enfermos terminales en sus actividades clínicas, docentes y de inves­
tigación, y redes; de manera óptima, algunas de estas residencias de
sorprendente que varios países hayan elegido diferentes tipos de
carácter académico evolucionarán hacia centros de competencia
residencias (v. «Errores frecuentes»). En el Reino Unido, hay sobre
integrales y servirán como instituciones de enlace para aquellos que
todo residencias con voluntarios. El tipo medio de una residencia
toman las decisiones en el sistema de cuidados de salud.
con personal voluntario consta de una unidad de ingresados, una
Dejemos que sea Dame Cicely Saunders quien tenga la última
centro de cuidados de día, cuidados domiciliarios y clínica ambu­
palabra2:
latoria, así como de un servicio de atención al duelo17. La ventaja
de estos diferentes tipos de servicios de una residencia para enfer­ El m ovim iento d e las residencias p ara enferm os term inales, y la espe­
mos terminales es que están orientados únicamente a las necesi­ cialidad d e cuidados paliativos q u e ha crecido a p artir del mismo,
dades de los pacientes terminales y, por lo general, proporcionan reafirm a la im portancia d e la vida d e u n a p erso n a y d e sus relaciones.
una atmósfera casi hogareña, en contraste con las «estériles» y agi­ U na investigación bien definida, la ate nción a los detalles, y im a ex p e­
tadas salas de los hospitales. rien cia c reciente ha n in tentado evitar el aislam iento q u e m uchas p e r­
Algunos países han creado unidades de cuidados paliativos sonas han sufrido; aislam iento q u e a m e nudo se h a v isto aum entado
(UCP) en el interior de los hospitales generales o de los centros p o r intervenciones inapropiadas. Si las p ersonas sab en q u e s o n respe­
oncológicos. Estas unidades proporcionan un buen control de los tadas c om o p a rte d e la familia hum ana (y aquí los países e n desarrollo
síntomas y, p or lo general, también llevan a cabo investigaciones. tien e n m u ch o q u e e nseñ a m o s a todos), el final d e la v ida p u e d e s e r el
Otros servicios se basan en equipos de cuidados paliativos domici­ cum plim iento final d e to d o lo q u e h a sucedido c o n anterioridad.
liarios o equipos de apoyo hospitalario. Por lo general, estos equi­
pos constan de un médico y una enfermera, ambos especializados
en medicina paliativa, pero se dispone también de otras muchas B I B L I O G R A F Í A
disciplinas médicas y profesiones (p. ej., capellán, trabajador social,
fisioterapeuta, especialista en musicoterapia, asesor de duelo). Los 1. Lyons A, Petrucelli RJ. Medicine: An Illustrated History. New York: Harry N.
Abrams, 1987.185-194.
equipos de cuidados paliativos domiciliarios son idóneos para las 2. Saunders CM. Foreword. In Doyle D, Hanks G, Cherny N, Calman K (eds).
personas que pueden y prefieren permanecer en sus hogares. Oxford Textbook of Palliative Medicine, 3rd ed.. New York: Oxford University
Los tipos de residencia para enfermos terminales y de dónde Press, 2004, pp xvii-xx.
proceden sus fondos económicos varían según los países. Algunas 3- Dunlop RJ, Hockley JM. Hospital-Based Palliative Care Teams. New York: Oxford
University Press, 1998. pp 1-3-
residencias son totalmente financiadas por el Servicio Nacional de 4. Clark D. Palliative Care History:A Ritual Process. EurJ Palliat Care 2000;7:50-55.
Salud, pero la mayoría reciben sus principales ingresos de donacio­ 5. Lober J. Good patients and problem patients: Conformity and deviance in a
nes voluntarias. Hay algunas residencias que tienen fondos privados. general hospital.J Health Soc Behav 1975;16:213-225.
En 2001, según el Hospice Information Service del St. Christopher’s 6. MorV, Greer DS, Kastenbaum R.The hospice experiment:An alternative in ter­
Hospice, había más de 7.000 residencias o servicios de cuidados minal care. In Mor V, Geer D, Kastenbaum R (eds). The Hospice Experiment.
Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1988, p 6.
paliativos repartidas en más de 90 países en todo el mundo, adapta­ 7. Aring CD.The Understanding Physician. Detroit:Wayne State University Press, 1971.
das para adecuarse a las necesidades y culturas locales18. En Europa, 8. Wald FS, Zoster Z, Wald HJ. The hospice movement as a health care reform.
varían tanto la distribución como el tipo de servicios de cuidados Nurs Outlook. 1980;28:173-177.
paliativos. Según un proyecto de estudio reciente de la Asociación 9. O’Neill WM, O’Connor P, Latimer EJ. Hospital palliative care services: Three
models in three countries.J Pain Symptom Manage 1992;7:406-413-
Europea de Cuidados Paliativos, la mayoría de los servicios de cui­ 10. Torrens PR (ed). Hospice Programs and Public Policy. Chicago: American
dados paliativos se encuentran en el Reino Unido (total de recursos Hospital Publishing, American Hospital Association, 1985.
específicos, 958); otros programas bien desarrollados se ubican en 11. Beresford HR. The Quinlan decision: Problems and legislative alternatives. Ann
Francia, que tiene una dotación de 471, Polonia, con 362; Alema­ Neurol 1977;2:74-81.
nia, 321; España, 261; Holanda, 138, y Bélgica, 121 servicios19. 12. Life Communications—Volume 1, No. 6June, 1991 .Available at http://www.iclnet.
org/pub/resources/text/ProLife.News/1991/pln-0106.txt (accessed September
Otro proyecto de investigación organizó los datos en servicios de 2007).
pacientes ingresados y pacientes ambulantes y contó las camas por 13- Mor V, Kidder D. Cost savings in hospice: Final results of the National Hospice
cada millón de habitantes: Reino Unido, 54; Holanda, 40; Bélgica, 35; Study. Health Serv Res 1985;20:407-422.
Alemania, 22; Polonia, 21; Francia, 17, y España, 1020. 14. Standards of a Hospice Program of Care. Arlington, VA: National Hospice
Organization, 1993-
Aunque algunos estudios y artículos muestran que los cuidados 15. Kinzbrunner BM. Hospice: What to do when anti-cancer therapy is no longer
en estas residencias viven un desarrollo dinámico, la recogida de appropriate, effective, or desired. Semin Oncol 1994;21:792-798.
datos sigue siendo difícil. Muchos países no tienen bases de datos 16. Lamers WM Jr. Hospice: Enhancing the quality of life. Oncology (Huntingt)
nacionales sobre el desarrollo de los cuidados en residencias para 1990;4:121-126.
enfermos terminales y, además, varían la denominación y las defini­ 17. Brady D. Hospice and Palliative Care. London: St. Christopher’s Hospice, 1996.
18. The Hospice Information Service. Hospice and Palliative Care Facts and
ciones de los servicios de cuidados paliativos. No obstante, unas listas Figures 2001. London: St Christopher’s Hospice, 2001.
de servicios internacionales actualizadas de modo regular, según una 19. Centeno C, Clark D, Roccafort J, Flores LA, Pons JJ.The map of specific resour­
muestra acordada de definiciones, no simplificaría necesariamente ces of palliative care in Europe. Palliat Med 2006;20:316.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
M edicina paliativa: m odelos d e organización I C A P Í T U L O S 23

20. Jaspers B, Schindler T. Stand der Palliativmedizin und Hospizarbeit in paliativos son practicados p o r un equipo multidisciplinario
Deutschland und im Vergleich zu ausgewahlten Staaten (Belgien, Frankreich, competente.

I
GroISbritannien, Niederlande, Norwegen, ósterreich, Polen, Schweden, Schweiz,
Spanien). Im Auftrag der Enquete-Kommission des Bundestages “Ethik und Según esta definición, los principios de los cuidados paliativos
Recht der modemen Medizin,” vorgelegt am 30.11.2004. Available at http:// son:
www.bundestag.de (accessed September 2007).
• Un planteamiento integral y activo de los cuidados al final de la
vida.
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S • El paciente y su familia como una unidad de cuidados.
Clark D. Palliative Care History: A Ritual Process. Eur J Palliat Care • Mejora de la calidad de vida y promoción de la dignidad.
2000;7:50-55. • Cuidados efectivos y eficientes al tiempo que responden a las
Kübler-Ross E. On Death and Dying: What the Dying Have to Teach necesidades de los pacientes y de las familias.
Doctors, Nurses, Clergy and Their Own Families. New York: Entre las características de los cuidados paliativos como espe­
Touchstone Publishing, 1969. cialidad se incluyen un planteamiento multidimensional con
empleo de un equipo de trabajo multidisciplinario, intervenciones
adecuadas para el control de los síntomas, comunicación efectiva
y apoyo emocional, procedimientos para una toma de decisiones
éticas y valoración de las necesidades y demandas del paciente y
| C A P IT U L O de la familia.
Entre los métodos con los que se pueden lograr los principios
de los cuidados paliativos se incluyen los siguientes:
Medicina paliativa: modelos • Recurrir a la evaluación sistemática de las necesidades para
diseñar unos planes terapéuticos integrales atendiendo a las
de organización opiniones de los profesionales, pacientes y familias sobre el
plan de cuidados.
Xavier Gómez-Batiste, Josep Porta-Sales, Silvia Paz • Desarrollar una organización interna (equipo multidiscipli­
y Jan Stjernswárd nario, red de servicios de colaboración) para llevar a cabo los
cuidados multidisciplinarios centrados en el paciente y en la
familia.
© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos • Alentar actividades de educación, formación e investigación.
• Fomentar unos fuertes nexos de unión con la comunidad.
Las actividades de los cuidados paliativos se pueden llevar a
P U N T O S cabo en diferentes marcos, como el domicilio, las camas hospi­
» Los cuidados paliativos son unos cuidados integrales y activos que se pro­ talarias, las unidades especializadas, las clínicas ambulatorias, los
porcionan a los pacientes con enfermedad avanzada o grave y a sus familias; centros de cuidados de día o los servicios de duelo. Los cuida­
su finalidad es mejorar la calidad de vida a tenor de las necesidades, deman­ dos paliativos básicos son las acciones que cualquier servicio de
das y deseos del paciente y de su familia, y son practicados por un equipo cuidados de salud emprendería para mejorar los cuidados de los
multidisciplinario competente. pacientes que tienen una enfermedad terminal y de sus familias.
> Un servicio de cuidados paliativos tiene los fines, los valores y la estructura Los servicios de cuidados paliativos especialistas son los que se
de un servicio de este tipo (su característica más importante es un equipo han establecido específicamente para ofrecer unos cuidados pro­
multidisciplinario preparado); se dedica a la enfermedad avanzada; prac­ fesionales a los pacientes y a sus familias en una localización inde­
tica el proceso de los cuidados paliativos (evaluación, plan integral, toma pendiente, con recursos de gestión, preparación y financiación
de decisiones éticas, continuidad y enlace, monitorización de los resultados, específicos.
preparación, investigación y mejora de la calidad); tiene un presupuesto
independiente; y es identificado como tal por los usuarios y por otros ser-
CALIDAD
» El tipo, la complejidad y la localización de los servicios de cuidados palia­
tivos son diversos y pueden implicar a cualquier elemento del sistema de Para valorar la calidad de los cuidados hay que tener en cuenta
cuidados de salud. varios elementos:
> Los profesionales sanitarios que trabajan en los servicios paliativos deben • Experiencia, competencia y preparación para enfrentarse a
estar atentos a las oportunidades de mejora que generalmente existen en
situaciones clínicas complejas.
cualquier nivel de organización de los servicios de cuidados paliativos.
• Equidad, proporcionando unos cuidados apropiados según las
> Hay datos que apoyan con fuerza la efectividad, eficiencia y satisfacción necesidades.
logradas con la medicina paliativa.
• Cobertura, como el porcentaje de personas que obtienen
irnos cuidados apropiados en relación con la población total
atendida.
DEFINICIONES DE ORGANIZACIÓN • Compromiso con los pacientes y las familias.
• Respeto por los valores y deseos de los pacientes y de las
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En 1990, la Organización Mundial de la Salud propuso una defini­ familias.


ción de cuidados paliativos1. La medicina paliativa fue definida por • Accesibilidad a los cuidados paliativos cuando se requieran.
primera vez en el Reino Unido en 1988, donde se la reconoció • Seguimiento continuado para planificar estrategias terapéu­
como especialidad médica2,3. Para definir unos cuidados paliativos ticas y anticipar situaciones clínicas y sociales críticas en las
desde la perspectiva de una organización de servicio, se propone que aumentan de modo espectacular las necesidades y las
la siguiente definición- Los cuidados paliativos son los cuidados demandas. Es importante hacer una planificación anticipada.
integrales de lospacientes con enfermedad avanzada y term inal • Efectividad y eficacia basadas en la evidencia del servicio
y de sus familias, que tienen como objetivo mejorar la calidad especializado valorado, de acuerdo con los fines y objetivos
de vida y prom over el ajuste a la enfermedad atendiendo a las terapéuticos, como el control de los síntomas, el apoyo emo­
necesidades, demandas y deseos de los pacientes; los cuidados cional y el ajuste social en un período de intervención dado.

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24 S E C C IO N A | M edicina paliativa

• Eficiencia del servicio, proporcionando cuidados paliativos psicosociales). Los datos sobre la provisión del servicio (p. ej.,
efectivos al menor coste. datos demográficos de los pacientes, duración de la estancia) ayu­
• Percepciones de los pacientes y de las fam ilias sobre el tipo y dan a asegurar el apoyo de los políticos.
la calidad de los cuidados recibidos. El principal recurso es la competencia profesional del equipo,
• Participación de los pacientes y de los cuidadores en los pla­ basada en una preparación especialista avanzada. Esto permite dar
nes de los cuidados. unas respuestas apropiadas a necesidades y problemas complejos.
• Respeto por los derechos a la intim idad y seguridad de los Es crucial instruir a otras personas no especialistas para promo­
pacientes. ver la cobertura y mejorar los cuidados a todos los pacientes del
sistema de cuidados de salud. La investigación ayuda a mejorar la
Para lograr la excelencia, los médicos deben combinar todos
calidad de los cuidados y proporciona credibilidad a los cuidados
estos elementos al tiempo que ajustan los servicios disponibles
paliativos en la corriente principal de la medicina.
según la disponibilidad de los recursos. Las auditorías ayudan a
Los cuidados a la persona moribunda no sólo son un asunto
identificar y revisar sistemáticamente las deficiencias y las mejoras.
profesional sino también social, que comprende elementos éticos,
Los siguientes elementos sirven como impulsores para desarro­
económicos, sociales, religiosos y culturales. La sociedad puede
llar y expandir los servicios de cuidados paliativos:
verse implicada a través de los voluntarios y se necesita defender
• Actitud positiva hacia la disciplina. su necesidad para ayudar a mejorar la conciencia social sobre la
• Evaluación sistemática de los resultados clínicos, funcionales y vida y la muerte.
estructurales.
• Preparación e investigación según los recursos disponibles.
• Auditoría y mejora de la calidad. M E D IC IN A PALIATIVA BÁSICA
Los servicios de oncología, geriatría, medicina interna, atención
primaria y otras especialidades proporcionan, con frecuencia, cui­
DIM EN SIO N ES Y ACTIV IDA DES DE LA M EDIC IN A dados a los pacientes con enfermedad limitante y muy avanzada.
PALIATIVA No todos los pacientes requieren servicios especializados, aun­
que sí pueden necesitar algún tipo de cuidado paliativo. Un modo
Los cuidados paliativos requieren un enfoque multidimensional racional para iniciar y aumentar la cobertura de la medicina palia­
para diseñar un régimen terapéutico integral e individualizado tiva es proporcionar algún tipo de cuidado paliativo en servicios
(cuadro 5-1). Esta planificación incluye tratamientos farmacoló­ no paliativos, como una evaluación multidimensional, protocolos
gicos y no farmacológicos, ayuda emocional, apoyo social, educa­ básicos en relación con los síntomas y problemas más prevalentes
ción de los cuidadores y valoración del duelo; al tiempo que se y un aumento de la comunicación y de la capacidad ética.
asegura un seguimiento apropiado y una accesibilidad a unos cui­ En los servicios de atención primaria, los cuidados paliativos
dados especializados. básicos deben incluir visitas domiciliarias regulares y apoyo tele­
Hay que tener en cuenta las percepciones que tienen los cui­ fónico. Se pueden conseguir nuevas mejoras con programas de
dadores sobre los cuidados cuando hay que decidir sobre trata­ educación y apoyo a la familia y una definición de los criterios
mientos o intervenciones. Se deben explorar sistemáticamente las para el acceso a los servicios de cuidados paliativos especialistas.
expectativas de los pacientes y de los cuidadores como parte de En las residencias para personas mayores e instalaciones con
una estrategia terapéutica integral. servicios similares, en donde la mayoría de los pacientes tienen
El equipo de trabajo es esencial para proporcionar unos bue­ una salud frágil y existe una elevada prevalencia de demencia o
nos cuidados paliativos. Los principios más importantes son la de enfermedad crónica avanzada, el conocimiento y la capacidad
comunicación, la preparación avanzada, el respeto y la organiza­ en cuidados paliativos básicos son extraordinariamente efectivos.
ción. Estos principios pueden aumentarse por medio de reunio­ Entre ellos se incluyen directrices sobre el tratamiento de los sín­
nes regulares del equipo, actividades comunes, desarrollo de una tomas y vías de cuidados, agrupación de pacientes por afección
misión de equipo, definición de unos valores comunes y una clara conductual y cognitiva, y protocolos de toma de decisiones en
organización de la estructura del equipo. relación con dilemas éticos a los que hay que hacer frente con fre­
En el caso de muchos pacientes surgen problemas éticos. Los cuencia, como la retirada de la nutrición y de la hidratación.
servicios han de disponer de procedimientos de toma de decisio­ La medicina paliativa básica tiene limitaciones. Las dificulta­
nes que incluyan los deseos y los valores de los pacientes y que des de tipo organizativo impiden los cuidados cuando hay pro­
promuevan la colaboración entre las familias, los miembros del blemas complejos. El trabajo en equipo puede resultar impo­
equipo y los otros profesionales implicados. sible en un marco no especialista. Puede ser difícil mantener el
Es crucial la valoración sistemática de las necesidades de equilibrio entre la curación y los cuidados y prevenir el exceso
los pacientes y de las familias, así como la monitorización de de tratamiento en los servicios de cuidados no paliativos. Deben
los resultados clínicos (p. ej., control de los síntomas, aspectos reconocerse los límites inherentes de los equipos de cuidados no
paliativos, y hay que definir los criterios para acceder a los servi­
cios de especialistas. Los servicios de cuidados paliativos básicos
Cuadro 5-1 Dimensiones de los cuidados paliativos
solos son insuficientes y no obvian la necesidad de recurrir a
1. Cuidados a los pacientes y las familias: evaluación de las especialistas. Los servicios de cuidados paliativos básicos y espe­
necesidades. cialistas deben ser complementarios, colaboradores y sinérgicos.
Cuidados a los p acientes y las familias: plan terapéutico integral.
Equipo d e trabajo.
T om a d e decisiones éticas.
M E D IC IN A PALIATIVA ESPECIALISTA
C ontinuidad d e los cuidados y relación c on o tros servicios. Los elementos que definen y distinguen a los servicios de medi­
M onitorización d e los resultados clínicos y d e la organización. cina paliativa especialista son la misión, los objetivos, los valores,
E ducación y preparación. el liderazgo, el tipo de pacientes, la estructura (capacidades, docu­
Investigación. mentación, edificio), el proceso (actividades, tipos de intervencio­
Evaluación y m ejora c ontinuada d e la calidad. nes), la valoración (herramientas, preparación, investigación), los
Enlaces c o n la sociedad. resultados, los datos, la evaluación y la mejora continuada de la
calidad.

PARTE I PRINCIPIOS
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M edicina paliativa: m odelos d e organización I C A P Í T U L O S 25

Una de las misiones de este tipo de servicio podría ser mejo­ en diversos marcos de cuidados de salud (fig. 5-1), como hospi­
rar la calidad de vida y el ajuste a la enfermedad avanzada y a la tales de agudos (universidad, generales de distrito, comunidad),
pérdida, en relación con los pacientes y familias que están bajo
su cuidado. Además, un servicio especialista lucha por lograr una
cobertura apropiada y mejorar la conciencia social y profesional
sobre la medicina paliativa. Los objetivos son mejorar la calidad
centros de rehabilitación, instalaciones de cuidados subagudos
y geriátricos, hospitales de cuidados a largo plazo, residencias de
personas mayores, residencias de cuidados paliativos individuales
y la comunidad. Los programas pueden incluir uno o más tipos
I
de la práctica, proporcionar cuidados y extender la calidad a otros de recursos y pueden implicar la colaboración como parte de una
servicios por medio de la formación y el asesoramiento. red integral. En función de la localización del sistema de cuidados
Entre los valores de los equipos de medicina paliativa se inclu­ de salud, los servicios se centran en la trayectoria de la enferme­
yen la competencia para responder a los pacientes y las familias y el dad de los pacientes, en diferentes momentos de la trayectoria
intento por conseguir la máxima calidad posible durante el resto de de la enfermedad y mediante el uso de diferentes intervencio­
la vida del paciente, a través del compromiso y de un planteamiento nes. Influyen en la calidad de los cuidados de estos pacientes por
integral multidimensional. Uno de los valores esenciales es el respeto medio de la colaboración y de redes sociales locales. Estos enfo­
a las creencias y a los deseos del paciente y de la familia. ques suelen presentarse como resultados del servicio (p. ej., media
Una unidad de medicina paliativa es una unidad específica e de edad, duración de la estancia, mortalidad) e influyen en los cos­
independiente dedicada a pacientes gravemente enfermos, com­ tes del servicio. La actividad de otros servicios locales de cuidados
puesta por un equipo multidisciplinario competente y específi­ paliativos influye también en los resultados.
camente preparado que trabaja de acuerdo a los principios y Hay varias etapas o fases en la evolución de los servicios de
métodos de los cuidados paliativos. Un equipo de medicina palia­ medicina paliativa. El primer estadio es el de proyecto, que repre­
tiva ha de tener una carga de trabajo suficiente para mantener la senta la evaluación de las necesidades, la selección y preparación
competencia y la preparación para que pueda ser considerado de los profesionales especialistas, el liderazgo y el diseño. La fase
especializado. Las unidades de cuidados paliativos especialistas inicial del servicio se centra en el consenso interno del equipo y
han de ser fácilmente identificables por los pacientes, las fami­ en la construcción de los procesos. Los estadios consolidados y
lias y los profesionales sanitarios, y han de tener un presupuesto avanzados implican unas intervenciones y remisiones complejas
independiente. en cuanto a las actividades clínicas, educativas y de investigación.
Las unidades de medicina paliativa han demostrado efectividad, El desarrollo del servicio está dividido en tres niveles (fig. 5-2):
eficacia, eficiencia y satisfacción en la mayoría de sus estructuras y
localizaciones4. Los recursos de los cuidados paliativos pueden ser Nivel 1. Medidas generales (v. «Medicina paliativa básica»).
versátiles y estar basados en enfermeras individuales especializadas Nivel 2. Servicios especializados mínimos o completos (médico,
o en médicos que trabajen solos o en equipos multidisciplinarios, enfermera y trabajador social integran el equipo mínimo básico;
lo que es ideal. Los equipos tienen una gran variabilidad en cuanto unos equipos más completos incluyen a otros profesionales).
a su composición. Los equipos completos incluyen médicos, en­ Nivel 3- Servicios de remisión (actúan como puntos de remisión
fermeras, trabajadores sociales, fisioterapeutas, psicólogos y/o en los casos de situaciones clínicas complejas, preparación e
psiquiatras y, posiblemente, capellanes, farmacéuticos, nutricio- investigación; se localizan principalmente en los hospitales
nistas y otros. Los servicios y recursos especialistas trabajan docentes o en los centros oncológicos integrales).

FIG U RA 5-1 Tipos de cuidados


Unidades m paliativos y marcos en los que se
Equipos de prestan.
Residencias para
soporte o enfermeras O
enfermos terminales Centros de día o
Clínicas
ambulatorias O

Residencia para personas


mayores y centros sociales de salud
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26 S E C C IO N A | M edicina paliativa

F IG U R A 5 -2 Elementos de
D e fin ir: D im e n s io n e s :
A n a liz a r el c o n te x to : evaluación, mejora de la calidad
Misión, objetivos, Cuidados a los pacientes y
Tendencias, escenarios, y planificación estratégica de los
valores, liderazgo familias, evaluación, equipo,
visiones, participación servicios.
ética, preparación, investigación,
y estrategias
mejora de la calidad, financiación
P a c ie n te s y
fa m ilia s
A u t o e v a lu a c ió n : A c c io n e s + in d ic a d o re s :
Hacer una lista con los puntos Corto, medio y largo plazo
fuertes y los puntos débiles, Equipo e institución
los peligros y oportunidades y
la acción en relación con
cada dimensión

TIPOS Y LOCALIZACIÓN DE LOS SERVICIOS Equipos de soporte


DE M ED IC IN A PALIATIVA Un equipo de soporte es un equipo multidisciplinario especialista
en cuidados paliativos que actúa como servicio de consulta, sin
Residencias para enfermos terminales camas asignadas. Puede funcionar en muchos sitios con una estruc­
El enfoque moderno de los cuidados paliativos fue desarrollado tura limitada. Por lo general, está compuesto por uno o más médicos
inicialmente en las residencias para enfermos terminales britá­ y enfermeras, con colaboración de trabajadores sociales, psicólogos,
nicas con la fundación del St. Christopher’s Hospice, en Londres, fisioterapeutas, capellanes u otros profesionales. Las actividades pue­
y se extendió rápidamente por el Reino Unido y la mayoría de den variar desde sólo asesorar hasta tener una implicación directa
los países anglosajones (v. fig. 5-1 y cap. 4). En muchos países, una en los cuidados. El equipo actúa en varios niveles de intervención,
residencia para enfermos terminales es una organización indepen­ según las necesidades de los pacientes y de los recursos disponi­
diente que se dedica al cuidado de los pacientes y de sus familias, bles. Es necesario aclarar el nivel de las necesidades de intervención
basada en la comunidad, localizada con frecuencia en un edificio del modo siguiente: 1) aporte de asesoramiento para otros equipos,
con dedicación específica. Las residencias para enfermos termi­ 2) evaluación una vez del paciente y de la familia, 3) cuidado compar­
nales del Reino Unido intensifican un nuevo modelo de cuidados tido a petición, 4) intervención sistemática diaria o 5) responsabilidad
(integrales) y un nuevo modelo de organización interna (equi­ completa de los cuidados. Otras áreas de actividad importantes de los
po multidisciplinario); en la actualidad, se considera que ambos equipos de soporte son enlazar los recursos, educar y preparar7.
aspectos son el núcleo de los cuidados paliativos. Las residencias Los equipos de soporte hospitalario tienen una larga tradición
para enfermos terminales han mostrado históricamente una fuerte con pacientes oncológicos y geriátricos8. Se dispone de datos
orientación hacia las necesidades de los pacientes y de las familias. sobre efectividad, eficiencia y grado de satisfacción9. Además, los
Estos conceptos y principios se han extendido a todos los niveles equipos de soporte hospitalario pueden catalizar el desarrollo
de los sistemas de cuidados de salud de muchos países y han sido de una unidad hospitalaria de cuidados paliativos. En la práctica
adaptados a diversas organizaciones (v. también parte I, sección F). cotidiana, estos equipos encuentran desafíos y limitaciones para
Los principales puntos fuertes de las residencias para enfermos sus intervenciones; por ejemplo, por la falta de reconocimiento
terminales convencionales son el modelo de los cuidados, el plan­ por parte de los servicios «convencionales» y por la mala acepta­
teamiento de equipo multidisciplinario, la elevada satisfacción de ción que tienen entre otros especialistas médicos los regímenes
los pacientes y de las familias, y el establecimiento de unos fuertes terapéuticos que se recomiendan, por lo general, en los cuida­
nexos de unión con la comunidad. En los países con sistemas de dos paliativos; por la carga derivada de las enormes necesidades
cuidados de salud inadecuados, este planteamiento es importante, y demandas hospitalarias; por la falta de recursos para garantizar
especialmente si faltan el liderazgo político y el compromiso para unos cuidados las 24 horas del día, y por el aislamiento y la vul­
elaborar los programas de salud. Aunque ha sido crucial para el nerabilidad inherentes en los equipos pequeños. Algunas de estas
desarrollo del campo, el enfoque de la residencia convencional dificultades están relacionadas con la población atendida (p. ej.,
independiente tiene también desafíos y controversias. La debilidad grupos de pacientes con cáncer, sin cáncer o mixtos) y con la
de un enfoque que localiza los cuidados de estas residencias en dependencia de otros servicios hospitalarios mayores.
un edificio aislado se caracteriza por las dificultades de cobertura,
una ausencia de una intervención temprana, una ausencia de pla­
Equipos de soporte domiciliario
nificación racional y las dificultades económicas de una pequeña
estructura de cuidados de salud situada lejos del sistema de salud Los equipos de soporte domiciliario tienen también una larga tra­
público integral. La palabra inglesa «hospice» tiene un significado dición desde que se estableciera el primero en el St. Christopher’s
específico en los países anglosajones; viene a ser una residencia Hospice. Los equipos de soporte domiciliario se extendieron rápi­
para enfermos terminales que se reconoce con frecuencia como damente por el Reino Unido y luego por todo el mundo como un
un servicio especializado en cuidados paliativos. servicio de la comunidad. Se han dedicado, sobre todo, a atender
a pacientes con cáncer. Los equipos de soporte domiciliario han
demostrado eficiencia, eficacia y una alta satisfacción10. Suelen
Profesionales de enfermería especializados estar compuestos por uno o más médicos y enfermeras y por otros
profesionales. Realizan sus actividades en el domicilio, ya sea solos
Los profesionales de enfermería especializados a domicilio o de o, con mayor frecuencia, en colaboración con la atención prima­
hospital (de los cuales los más conocidos son los Macmillan) tie­ ria. Los equipos de soporte domiciliario suelen atender entre 250
nen una buena reputación5,6. Estos servicios funcionan bien en y 300 nuevos pacientes al año, durante períodos que oscilan entre
redes de cuidados de salud desarrolladas o en áreas rurales de 2 y 12 semanas11. Entre las limitaciones se incluye la necesidad de
países en desarrollo. colaborar con los médicos generales y otros servicios de atención

PARTE I PRINCIPIOS
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M edicina paliativa: m odelos d e organización I C A P Í T U L O S 27

primaria (p. ej., en la planificación de los cuidados durante los cam­ Centros de cuidados de día
bios de noche y de fines de semana). Los equipos de soporte domi­
ciliario necesitan también mantener una estrecha colaboración Los centros de cuidados de día suelen combinar actividades mé­
con hospitales, residencias de cuidados paliativos y otras institucio­ dicas con las de terapia ocupacional, grupos de apoyo, rehabilita­
nes locales para facilitar un rápido ingreso cuando sea necesario. ción o recreación16. En otros marcos, estos centros podrían tratar
Los equipos pequeños y aislados son vulnerables al desgaste profe­ situaciones complejas que requieren intervenciones interdiscipli­
sional, de modo que hay que aportar medidas preventivas. narias intensas o procedimientos técnicos, como ajuste de dosis
de opioides intravenosos, drenaje torácico o abdominal o inser­
ción de catéteres17.
Unidades de medicina paliativa
Las unidades de medicina paliativa pueden definirse como camas Sistemas de cuidados paliativos integrales
independientes dedicadas a los cuidados paliativos. Las modernas
unidades se basaron inicialmente en las residencias para enfermos Idealmente, los recursos regionales deben estar combinados en
terminales del Reino Unido y se incorporaron rápidamente a los hos­ una red de cuidados paliativos integrales o sistema integrado. En
pitales de agudos (Royal Victoria Hospital, Montreal, en 1974), instala­ estas organizaciones se dispone de equipos y servicios de especia­
ciones de la comunidad (CESCO, Ginebra, en 1986), centros de salud listas a todos los niveles de la atención sanitaria18. Se lleva a cabo
(Sta. Creu Vic, España, en 1987) y residencias para personas mayo­ en varios marcos, combinando el tratamiento de casos y el apoyo
res12. Pueden encontrarse en diferentes localizaciones del sistema de a otros equipos, pero de modo integral. El desarrollo de un sistema
atención sanitaria, desde pequeñas residencias de enfermos termina­ integrado depende del acuerdo y de la aceptación por otros recur­
les independientes hasta grandes centros oncológicos. Pueden ser de sos de salud del área, del liderazgo y de la participación de la auto­
enfermedades específicas (p. ej., cáncer, SIDA, geriatría) o mixtas. ridad sanitaria. Es fundamental la reputación del equipo en cuanto
Las unidades de soporte hospitalario de cuidados paliativos a su competencia.
deben garantizar la intimidad y la comodidad de los familiares que
cuidan al paciente, ser un lugar amistoso y satisfactorio en rela­
ción con el equipo que lo dirige y generar un ambiente humanita­ RESULTADOS
rio y amable en relación con otros profesionales y gente profana. Se pueden utilizar los datos y los resultados para comparar los
Se recomienda un mínimo de 10 a 12 camas y un máximo de 25 a diferentes servicios y marcos de actuación. Los datos son pará­
30 camas por unidad. La dotación de personal es variable y oscila metros simples y medibles que se utilizan para describir y com­
entre 0,5 y 2 enfermeras por paciente, dependiendo de la com­ parar los servicios. Algunos factores demográficos, como la edad,
plejidad. Las unidades de cuidados paliativos pueden atender a son parámetros de complejidad bien definidos, y cuanto menor
tipos específicos de pacientes o a poblaciones mixtas, y tienen un es la edad, mayor es la complejidad19. Entre los factores clínicos
amplio ámbito de intervenciones, resultados y costes (tabla 5-1)13. se incluyen el estado de desempeño, el dolor, la disnea, la insufi­
Las unidades de cuidados paliativos de agudos suelen estar ciencia cognitiva y los trastornos conductuales. La duración del
situadas en hospitales o centros oncológicos y tienden a cuidar a tratamiento puede estar en relación con las actividades y las inter­
pacientes más jóvenes con afecciones más complejas. Son carac­ venciones; las clínicas ambulatorias y los equipos de soporte per­
terísticas unas estancias de menos de 10 días, unas tasas de mor­ miten unas intervenciones más tempranas y más flexibles que las
talidad en tom o al 50% y unas intervenciones más complejas. Las unidades de pacientes ingresados.
unidades de cuidados paliativos basadas en centros de cuidados En relación con las unidades de cuidados paliativos, la dura­
de salud o instalaciones a largo plazo atienden normalmente a ción de la estancia y la mortalidad son parámetros de resultados
pacientes mayores, sobre todo a los que tienen problemas sociales, que dependen del tipo de paciente y del marco. Las unidades de
con unas estancias de más de 25 días y unas tasas de mortalidad cuidados de agudos, a medio y a largo plazo, muestran unas cifras
de aproximadamente el 80%. Los costes operativos de una unidad con grandes diferencias (v. tabla 5-1).
de cuidados paliativos pueden ser entre el 25 y el 50% más bajos Se ha defendido que el lugar de la muerte es un importante
que los de una sala médica de cuidados de agudos. parámetro del resultado. Como parámetro aislado, podría dar lugar
a interpretaciones erróneas porque está afectado por la disponi­
Clínicas ambulatorias bilidad de los recursos. Un equipo de soporte de cuidados domi­
ciliarios podría aumentar el número de pacientes que fallecen en
Las clínicas ambulatorias ayudan a mejorar la accesibilidad, al el hogar, pero la subsiguiente apertura de una unidad de cuidados
promocionar unas intervenciones precoces, flexibles y concomi­ paliativos podría redirigir a estos pacientes a camas hospitalarias
tantes14. Pueden ser gobernadas por equipos de soporte domici­ o a residencias de cuidados paliativos. Se recomienda utilizar el
liario u hospitalario, o combinados con una unidad hospitalaria. lugar del fallecimiento como dato únicamente si se combina
Conceptualmente, su campo de acción puede variar desde el ase- conotros más longitudinales. El consumo de recursos, como los
soramiento de otros equipos hasta asumir la plena responsabilidad servicios de urgencia o las llamadas telefónicas, puede servir para
J de la atención al paciente, incluso en situaciones de urgencia15. valorar este aspecto.

j I T A B L A 5-1 Tipos de unidades de cuidados paliativos


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PARÁMETRO CUIDADOS DE AGUDOS CUIDADOS A MEDIO PLAZO CUIDADOS A LARGO PLAZO


Tipo de paciente Joven (<60 años) Mixto Mayor (>75 años)
Complejo No complejo
Agudo o subagudo Crónico
Estancia media (días) £15 15-25 25-35
Tasa de mortalidad (%) £6 0 60-80 >80
Coste* 40-50 30-40 25-30

•Porcentaje del coste de una unidad <>sala en el mismo hospital de cuidados de agudos o similar.

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28 S E C C IO N A | M edicina paliativa

La proporción de llamadas programadas frente a llamadas de 1. Complejidad. Después de haber llevado a la práctica los cui­
urgencia y el número de ingresos hospitalarios se hallan entre las dados paliativos básicos, la mayoría de los servicios especia­
medidas más importantes, porque es deseable tener una baja uti­ listas proporcionan atención a los pacientes más complejos
lización de los servicios de urgencia en situaciones de crisis. La e intervenciones más complejas, ya sea en el control de los
eficacia en el control de los síntomas y la mitigación de los proble­ síntomas o en otras dimensiones de la asistencia. La interven­
mas emocionales son resultados clínicos habituales. Es complejo ción de equipos especialistas se relaciona más con la com­
valorar y medir el grado de satisfacción, pero esta información se plejidad de las necesidades y menos con el pronóstico.
considera importante20. 2. Diversificación. Los recursos y los servicios se diversifican,
Otro resultado importante es la relación coste-eficiencia. Hay ajustándose a los diferentes marcos.
datos firmes que indican que los equipos de apoyo tienen una 3. Intervención precoz flexible. Desde la primera puesta en
buena relación de este tipo21 porque producen cambios llama­ marcha de la especialidad, que consistía en un enfoque
tivos en la utilización de los recursos hospitalarios de agudos y intensivo y singular de todas las necesidades de unos pocos
de los servicios de urgencia, así como reducciones en los trata­ pacientes en las últimas semanas de la vida, existen en la
mientos y en las investigaciones. Otro resultado importante es actualidad patrones de atención flexibles, que ofrecen unos
la reasignación de los recursos de las salas de agudos a camas cuidados paliativos en una etapa más precoz de la trayecto­
de medicina paliativa. Se podrían describir los resultados orga- ria de la enfermedad.
nizacionales no medibles como unos cuidados centrados en el 4. Papeles especializados. Cuando se dispone de patrones de
paciente, un enfoque integral, la implicación familiar, el procedi­ intervención flexibles, es importante definir los papeles de
miento para la toma de decisiones éticas y el equipo de trabajo los diferentes tipos de servicio, y diferenciar entre lo que es
interdisciplinario. la evaluación y lo que es el seguimiento y el tratamiento de
Los resultados sociales y espirituales están relacionados con los casos.
la repercusión que tienen los cuidados paliativos y las residen­ 5. Colaboración. Los servicios de cuidados paliativos espe­
cias de enfermos terminales sobre la conciencia pública de la cializados colaboran en redes integrales. En las áreas metro­
muerte como parte integral de la vida y el acceso a la informa­ politanas existe una tendencia a establecer redes con dife­
ción sobre cuidados paliativos para aumentar la calidad de vida. rentes niveles de complejidad.
Los cuidados paliativos tienen una enorme influencia en la opi­ 6. Extensión de los cuidados. Los cuidados paliativos deben
nión pública con relación a la necesidad de tener una mejor extenderse a todo el mundo, por lo que merece la pena
calidad de cuidados humanísticos y el derecho a éstos. Aunque explorar la forma más apropiada de proporcionar estos cui­
su determinación es difícil, el respeto por la dignidad humana dados según las diferentes situaciones y marcos.
puede definirse también como un buen indicador de cualquier
sociedad u organización. B I B L I O G R A F Í A
1. Available at http://www.who.int/cancer/palliative/deflnition/en/ (accessed
November 28,2007).
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EVALUACIÓN Y MEJORA DE LA CALIDA D 3- Clark D, Seymour J. Reflections on palliative care: Sociological and policy pers­
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tégica es una de las piedras angulares del desarrollo del servicio y cancer. Research evidence. Guidance on Cancer Services. National Institute for
de una buena asistencia (v. fig. 5-2). Requiere una actitud abierta, Clinical Excellence Guidance on Cancer Services Improving Supportive and
un liderazgo apropiado, una participación activa y una metodo­ Palliative Care for Adults with Cancer: The Manual 2004, Available at http://
www.nice.org.uk/nicemedia/pdf/csgspmanual.pdf (accessed March 2008).
logía sistemática. El principal objetivo debe ser proporcionar la
5. Clark D, Seymour J, Douglas HR, et al. Clinical nurse specialists in palliative
mejor asistencia posible al paciente. care: Part 2. Explaining diversity in the organization and costs of Macmillan
Se puede evaluar con facilidad la mejora de la calidad por nursing services. Palliat Med 2002;16:375-385.
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progreso. vice utilization in geriatric palliative care patients. J Pam Symptom Manage
La evaluación requiere la participación activa del equipo, de la 2002;23:424-432.
institución y de los pacientes. Requiere también el análisis de los 9- Higginson I, Finlay I, Goodwin DM, et al. Do hospital based palliative care
contextos y las influencias, la consideración de los diferentes esce­ teams improve outcomes for patients or families at the end of life? J Pain
Symptom Manage 2002;23:96-106.
narios, visiones, estrategias, misión, valores y liderazgo. Debe esta­ 10. Serra-Prat M, Gallo R Picaza JM. Home palliative care as a cost saving alterna­
blecerse un acuerdo interna y externamente entre los que toman tive: Evidence from Catalonia. Palliat Med 2001;15:271-278.
decisiones y los accionistas. Se pueden mejorar algunos elementos 11. Grande GE, Todd CJ, Barclay SI, Farquhar MC. Does hospital at home for
con medidas organizativas internas, mientras que otros requieren palliative care facilitate home death? A randomised controlled trial. BMJ
recursos extras y un compromiso externo. 1999;319:1472-1475.
12. Gomez-Batiste X, Porta J, Tuca A, Stjernsward J. Organización de Servicios y
Programas de Cuidados Paliativos: Bases de organización, planificación, evalua­
ción y mejora de calidad. ICO Formación Series. Madrid:Aran Ediciones, 2005.
13- Bruera E, Neumann C, Brenneis C, Quan H. Frequency of symptom distress
TEN DEN CIAS FUTURAS and poor prognostic indicators in palliative cancer patients admitted to a
tertiary palliative care unit, hospices, and acute care hospitals. J Palliat Care
En párrafos anteriores se han descrito los puntos fuertes, los 2000 ; 16 : 16-21 .
puntos débiles, los dilemas y las tendencias de los servicios espe­ 14. Rabow M, Dibble SL, Pantilat SZ, McPhee SJ.The comprehensive care team: A
cíficos. Como elemento clave hay que elaborar la cultura y la prác­ controlled trial of an outpatient palliative medicine consultation. Arch Intern
Med 2004;164:83-91.
tica de la organización. 15. Porta-Sales J, Codorniu N, Gomez-Batiste X, et al. Patient appointment process,
Existen varias tendencias en la evolución de los servicios de symptom control and prediction of follow-up compliance in a palliative care
medicina paliativa: outpatient clinic.J Pain Symptom Manage 2005;30:145-153-

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
La especialidad d e m edicina paliativa I C A P ÍT U L O 6 29

16. Higginson I, Hearn J, Myers K, Naysmith A. Palliative day care: What do services así como la consecución de una competencia validada en su uso,
do? Palliat Med 2000;14:277-286. se produce a través de un largo proceso de educación, prepara­

I
17. Goodwin DM, Higginson IJ, Myers K, e t al. Effectiveness of palliative day care in
improving pain, symptom control and quality of life. J Pain Symptom Manage ción y socialización. Por último, las profesiones se ven a sí mis­
2003;25:202-212. mas como guardianes del conocimiento y de las habilidades que
18. Nikbakht-Van de Sande CVMV, van der Rijt CC,VLsser AP, e t al. Function of local dispensan, un papel de guardián y de experto2. Los especialistas
networks in palliative care:A Dutch view.J Palliat Med 2005;8:808-816. dentro de la más amplia profesión de la medicina, por ejemplo
19. Izquierdo-Porrera AM, Trelis-Navarro J, Gomez-BatLste X. Predicting place
of death of elderly cancer patients followed by a palliative care unit. J Pain
especialistas en medicina paliativa, delimitan y promueven un área
Symptom Manage 2001;21:481-490. especial de conocimiento (cuidados paliativos), investigan para
20. Avis M, Bond M, Arthur A. Satisfying solutions? A review of some unresolved seguir desarrollando ese conocimiento base, encuentran modos
Issues in the measurement of patient satisfaction. J Adv Nurs 1995;22:316-322. de dar apoyo a la práctica clínica de la disciplina, forman a estu­
21. Axelsson B, Christensen SB. Evaluation of a hospital-based palliative support diantes pregraduados y posgraduados en ese campo, y ponen en
service with particular regard to financial outcome measures. Palliat Med
1998;12:41-49-
marcha los mecanismos sociales necesarios para estas funciones;
mecanismos que incluyen el papel de guardianes, organizaciones
profesionales, revistas, becas, y exámenes de especialidad o certifi­
cación de un tribunal3. En la actualidad, la medicina paliativa cum­
ple los criterios y puede ser considerada una especialidad dentro
de la medicina.
■ CAPÍTULO f*
H I U ESPECIALISTAS EN M E D IC IN A PALIATIVA
Los especialistas en medicina paliativa se asemejan a los de las
La especialidad de medicina especialidades de medicina de familia o de medicina interna gene­
ral. Su práctica es holística y amplia, y requiere que el especialista
paliativa tenga conocimiento de muchas enfermedades diferentes y la capa­
cidad para valorar y tratar muchos síntomas en las esferas física,
S. Lawrence Librach psicológica, espiritual y social. En su mayor parte, las habilidades
son no procedimentales. Existe una necesidad absoluta de aseso-
ramiento individual y de la familia, así como de habilidades psico-
3 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos educativas. El especialista en medicina paliativa debe también ser
capaz de trabajar en el marco de un conjunto de problemas éticos
difíciles que son comunes al final de la vida: planificación de cui­
dados avanzados, toma de decisiones al final de la vida, conflictos
P U N T O S
familiares y la muerte asistida por el médico. El conocimiento de
►La medicina paliativa es una especialidad. las experiencias de los pacientes cuando la enfermedad está en un
» Varios factores clave han impulsado el desarrollo de la medicina paliativa. estadio avanzado va más allá de los hospitales, e incluye la aten­
» Se están definiendo el conocimiento, las habilidades y las actitudes ción domiciliaria, los centros de cuidados a largo plazo y el centro
necesarias. de día. El especialista en medicina paliativa también ha de sentirse
» En los países occidentales, se han elaborado diversos programas de forma- cómodo con un aspecto clave, tratar con el hecho de morir y la
ción de posgraduados. muerte, que otros muchos especialistas evitan. Los programas de
» Para que la medicina paliativa siga teniendo é: :s necesario superar múl- formación de estos especialistas deben tratar todos estos aspectos.
tiples desafíos.

DESARROLLO DE LA ESPECIALIDAD
DE M ED IC IN A PALIATIVA
Los cuidados paliativos en las residencias para enfermos termina­
les constituyen un elemento relativamente nuevo en el sistema Son muchos los factores que han influido en la puesta en marcha
de atención sanitaria. Aunque los «hospicios» han existido bajo de la especialidad de medicina paliativa.
diversas formas desde hace varios siglos, normalmente asociados a
grupos religiosos (v. cap. 4), la implicación sistemática de los pro­ Una asistencia deficiente de la enferm edad avanzada
fesionales sanitarios en la calidad de los cuidados médicos al final
en los sistemas sanitarios
de la vida existe únicamente desde los últimos 30 años aproxima­
damente. Los primeros pioneros creyeron que era necesario ense­ Dado el crecimiento de las residencias para enfermos terminales
ñar a los médicos actuales el control del dolor y de los síntomas y de los programas de cuidados paliativos que se ha producido en
y algunas otras disciplinas básicas de unos cuidados humanitarios la mayoría de los países occidentales, se podría esperar unas mejo­
al final de la vida, y que la necesidad de especialistas1 era limitada. ras sustanciales en los cuidados al final de la vida. Sin embargo,
Sin embargo, este punto de vista ha ido cambiando conforme han la experiencia y los datos siguen reflejando que hay un mal con­
entrando en juego diversos factores. Como resultado de este pro­ trol del dolor y de los síntomas, una carencia de acceso a los pro­
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

ceso de cambio ha aparecido una nueva especialidad médica, la gramas de cuidados paliativos, un escaso conocimiento entre los
medicina paliativa. médicos en ejercicio, una ausencia de planificación de cuidados
avanzados y de la toma de decisiones de cuidados al final de la
vida y una escasa formación en los cuidados de los pacientes con
DEFINICIÓN DE UNA ESPECIALIDAD M ÉDIC A enfermedad avanzada, en los niveles de profesionales pregradua­
O DE UN EXPERTO M ÉDICO dos, posgraduados y de la educación continuada de la medicina.
Aunque se espera que los médicos de familia y otros especialistas
Los sociólogos han identificado las características fundamentales tengan un conocimiento básico de los cuidados paliativos, como
de las profesiones, como la creación, la transmisión, la maestría y es pertinente a su práctica, se necesitan líderes de opinión y
la aplicación del conocimiento formal. El aprendizaje de los con­ expertos en estas áreas, y los médicos de medicina paliativa pue­
ceptos, los hechos y las técnicas fundamentales de una profesión, den cumplir parte de esa necesidad.

ERRNVPHGLFRVRUJ
30 S E C C IO N A | M edicina paliativa

Alcance de los conocimientos en cuidados paliativos con los cuidados paliativos. Estas normas requieren aumentar el
conocimiento y el desarrollo de una asistencia interdisciplina­
Se debe esperar de cada médico que tenga un nivel básico de ria en la que los especialistas en medicina paliativa actúan como
competencia en el campo de los cuidados paliativos (v. cap. 5) expertos médicos e impulsores.
y se está expandiendo la base del conocimiento en este tipo de
cuidados. Existen al menos ocho revistas importantes y más estu­
dios de investigación sobre esta especialidad. La mayor parte de la Necesidad de una m ejor formación
investigación es clínica y no se basa en trabajos de laboratorio. Es Todas las profesiones están empezando a reconocer la necesidad
necesario que los «expertos» que tienen una función de traslación de que sus estudiantes y médicos en ejercicio reciban una mejor
del conocimiento mejoren la atención a los pacientes moribundos formación en cuidados paliativos. Los especialistas en medicina
dentro del sistema sanitario. paliativa ayudan a elaborar y a poner en práctica programas edu­
cativos para satisfacer esas necesidades.
La carga creciente del envejecimiento, del cáncer
y del síndrom e de inm unodeficiencia adquirida Necesidad de más investigación
Mucho se ha hablado del tsunami que representa el envejecimiento Muchos aspectos de los cuidados paliativos requieren que se siga
en los países desarrollados. Son las personas de edad avanzada las investigando para examinar todos los aspectos del sufrimiento y
que están falleciendo y, por consiguiente, son necesarios especialis­ cómo responder al mismo. El área de investigación de los cuidados
tas en medicina paliativa para que ayuden a identificar las necesida­ paliativos es amplia, y va desde los síntomas (físicos, psicológicos,
des de cuidados en la enfermedad avanzada y defiendan los cambios sociales y espirituales) hasta la prestación de servicios sanitarios
que hay que introducir en el sistema para satisfacer dichas necesida­ y financiación de la asistencia. Dicha investigación es transversal
des. La enorme epidemia de la infección por el virus de la inmuno- a muchas áreas de la medicina y otras disciplinas pero requiere
deficiencia humana (VIH) en África y Asia requiere especialistas, no la presencia de expertos en cuidados paliativos en centros acadé­
tanto para la asistencia al paciente, sino para poner en marcha una micos para definir mejor las cuestiones de la investigación y parti­
política de cuidados de salud destinados al paciente moribundo, cipar en esta investigación colaboradora.
defender los niveles básicos de la atención (p. ej., control del dolor)
y fomento de médicos locales con conocimiento básico para mejo­ Elaboración de los program as
rar la calidad de los pacientes que están en fase terminal hasta que
el tratamiento farmacológico y la prevención sean más efectivos. Las diferentes funciones del especialista incluyen la defensa y el
tratamiento de la salud. En estos papeles se necesitan especialistas
médicos que tengan una visión en profundidad de las necesidades
Aum ento de la com plejidad de las necesidades de los pacientes moribundos y de sus familias para participar en la
de cuidados de la persona m oribunda política sanitaria y en la elaboración de los programas.
A medida que la vida se alarga en personas afectadas de enferme­
dades como el cáncer y la cardiopatía, aparecen aspectos y sín­ Puesta en marcha de program as de cuidados paliativos
tomas más complejos en relación con los pacientes y sus familias. y de unidades de residencias para enfermos terminales
Por ejemplo, los problemas del dolor (p. ej., dolor neuropático)
son, en la actualidad, más prevalentes y de naturaleza más com­ El rápido crecimiento de los programas especializados de cuida­
pleja, y requieren un conocimiento y tratamiento especializado dos paliativos o de residencias para enfermos terminales exige la
considerables. La mayor presencia de afecciones comórbidas, de presencia de un liderazgo médico, que puede ser proporcionado
regímenes medicamentosos complejos, de múltiples síntomas, y por los especialistas bien formados en medicina paliativa.
de discapacidades funcionales que se han observado en muchos
pacientes enfermos y de edad avanzada complica la asistencia Integración de los cuidados p aliativos en la corriente
médica. Además de estos factores también es necesario tratar las p rincipal de la m edicina
intensas exigencias psicosociales y espirituales, hacer una plani­
ficación de los cuidados complejos y aclarar los objetivos de la La integración de los cuidados paliativos en los cuidados de la
asistencia y de la toma de decisiones. Dado que el conocimiento, corriente principal, por ejemplo los cuidados del cáncer, requiere
las actitudes y las capacidades de otras personas son insuficien­ de especialistas que apoyen a los profesionales médicos primarios
tes para satisfacer estas demandas, queda un espacio para que los para encargarse de aspectos más complejos. Los especialistas en
expertos o especialistas estudien las necesidades a través de los medicina paliativa deben formar parte de los equipos interdisci­
diferentes marcos de la asistencia sanitaria: cuidados críticos, cui­ plinarios especialistas que apoyan estos cuidados.
dados agudos, cuidados crónicos y cuidados domiciliarios.

Fom entar los cuidados dom iciliarios y evitar PRINCIPALES COMPETENCIAS DE LOS MÉDICOS
los cuidados hospitalarios caros DE M ED IC IN A PALIATIVA
La mayoría de los países occidentales están intentando reducir los El Royal College of Physicians and Surgeons of Canada, el orga­
cuidados hospitalarios, caros y en ocasiones peligrosos, estimu­ nismo certificador de especialistas médicos de Canadá, ha elabo­
lando la necesidad de proporcionar unos cuidados domiciliarios rado un marco para las habilidades centrales que definen cada una
más integrales a un mayor número de pacientes con enfermeda­ de las especialidades médicas, el CanMEDS Physician Competency
des complejas y agudas. En Norteamérica, el papel decreciente de Framework. Este marco polifacético de la competencia de los mé­
los médicos de familia en la atención sanitaria de la comunidad dicos define las habilidades centrales, que incluyen numerosos
deja un hueco que pueden llenar los especialistas en medicina ámbitos. Estas habilidades han sido organizadas por áreas temá­
paliativa, tanto en la atención primaria como en la atención secun­ ticas alrededor de «metacompetencias», o papeles del médico de
daria, trabajando con equipos interdisciplinarios de la comunidad. la CanMEDS. Históricamente, la formación médica ha articulado la
competencia alrededor de la experiencia médica central. En el cons-
Estándares de práctica definidos tructo CanMEDS, el papel de «Medical Expert» es el papel integra-
dor central pero no es el único (fig. 6-1). Los otros seis ámbitos de
Algunos países occidentales, como Australia, Canadá y Reino Unido, habilidad se agrupan en tomo a este papel central como Medical
han adoptado unos estándares o normas de práctica en relación Expert (Experto médico), Scholar (Académico), Professional

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
La especialidad d e m edicina paliativa I C A P ÍT U L O 6 31

4. Describir los elementos del sufrimiento en el cuidado


al final de la vida en relación con los pacientes, familias y
cuidadores.
5. Demostrar sensibilidad cultural y religiosa en el cuidado al
final de la vida.
6. Funcionar de modo efectivo como consultor para propor­
cionar unos cuidados paliativos óptimos, éticos y centrados
en el paciente y en la familia.
7. Tratar los aspectos de una planificación de cuidados avan­
zada y de la toma de decisiones al final de la vida.

Comunicador
Como comunicador, el médico de medicina paliativa tiene las
siguientes competencias:
1. Desarrollar sintonía, confianza y relaciones terapéuticas
éticas con los pacientes moribundos y sus familias.
2. Participar de manera eficaz en las reuniones del paciente y
su familia.
3. Desarrollar una comprensión común sobre los aspectos,
adelantar las pautas y los objetivos de los cuidados con
los pacientes y familiares, los colegas y otros profesionales
para desarrollar y poner en práctica un plan de cuidados
F IG U RA 6-1 Marco de las competencias esenciales del médico. (DeFrank compartido.
JR[ed.]. The CanMEDS 2005 Physician Competency Framework: Better 4. Educar a los pacientes y sus familias sobre los aspectos del
Standards, Better Physicians, Better Care. Ottawa: The Royal College of cuidado al final de la vida y el tratamiento del dolor y de los
Physicians and Surgeons of Canada, 2005, pág. 3. Reproducida con autorización síntomas.
del Royal College of Physicians and Surgeons of Canada. © 2001-2006 5. Transmitir una información y explicaciones relevantes a los
www.rcpsc.medical.org.) pacientes y familiares, colegas y otros profesionales.

(Profesional), Communicator (Comunicador), Manager (Gestor) y


Health Advocate (Promotor de la salud)4. El CanMEDS Framework Colaborador
define las competencias o los resultados del aprendizaje de la for­ Como colaborador, el médico de medicina paliativa tiene las si­
mación médica de pregrado y de la formación de la especialidad guientes competencias:
médica, y elabora un proceso para la formación continuada y certi­
ficación en Canadá. Esta iniciativa ha concitado el interés de educa­ 1. Colaborar de manera eficaz como miembro de un equipo
dores médicos de todo el mundo. interdisciplinario, ya sea de un modo formal o informal.
El CanMEDS Framework puede utilizarse para definir el núcleo 2. Trabajar de manera eficaz con otros profesionales sanitarios
central de las competencias de la medicina paliativa. para prevenir, negociar y resolver conflictos interprofesio­
nales, que, con frecuencia, se observan en la negociación
de los objetivos de los cuidados en relación con los pacien­
Experto médico tes en fase terminal y sus familias.
El CanMEDS Physician Competency Framework describe el papel
del experto médico como sigue4:
Los médicos tienen un cuerpo de conocimiento definido, pe­ Gestor
ricia clínica, habilidades de procedimientos y actitudes profe­
sionales, que se dirigen a una atención efectiva centrada en el Como gestor, el médico de medicina paliativa tiene las siguientes
paciente. Aplican estas competencias para recoger e interpretar competencias:
información, tomar decisiones clínicas apropiadas y llevar a cabo
intervenciones diagnósticas y terapéuticas. Lo hacen dentro de los 1. Describir los modelos de cuidados paliativos y valorar la
límites de su disciplina, experiencia personal, marcos de asistencia cantidad y la eficacia de los recursos de la comunidad con
sanitaria, y las preferencias y el contexto del paciente. Sus cuida­ relación a estos cuidados.
dos se caracterizan por una práctica clínica actualizada, ética y efi­ 2. Participar en actividades que contribuyen a la eficacia de
las organizaciones y sistemas de cuidados de salud.
caz de acuerdo con los recursos, así como por una comunicación
efectiva en su relación con los pacientes, con otros profesionales 3. Participar en el desarrollo y puesta en práctica de están­
sanitarios y con la comunidad. El Role of Medical Expert (papel dares de cuidados paliativos y en una evaluación sistemá­
tica del proceso de la calidad y de la mejora de los cuidados
de experto médico) es crucial para la función de los médicos y
recurre a las competencias incluidas en los papeles de comunica­ al final de la vida.
dor, colaborador, gestor, promotor de la salud, académico y profe­ 4. Distribuir los recursos de la asistencia sanitaria de modo
justo, equilibrando la efectividad, eficiencia y acceso a unos
sional (pág. 22).
Como experto médico, el médico de medicina paliativa tiene cuidados óptimos para el paciente, y defender la rentabili­
las siguientes competencias: dad económica de los cuidados paliativos.
5. Llegar a tener habilidades de liderazgo y administrativas.
1. Valorar y tratar el dolor y otros síntomas complejos. 6. Entender y tener habilidades en los cambios que se pro­
2. Valorar y tratar las necesidades psicosociales y espirituales. ducen en el sistema de cuidados de la salud y en su or­
3. Valorar y tratar el duelo. ganización.

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32 S E C C IO N A | M edicina paliativa

Promotor de la salud lamiento. Las residencias para personas mayores no son más que
grandes instituciones de cuidados paliativos, con un 30 a un 40%
Como promotor de la salud, el médico de medicina paliativa tiene de residentes que mueren cada año. Es necesario estudiar mejor
las siguientes competencias: los cuidados en este marco. Por tanto, es preciso que los médicos
1. Responder a las necesidades y a los aspectos individuales de medicina paliativa desarrollen un conocimiento y habilidades
del paciente y de los familiares por medio de la elaboración pertinentes, y sean los promotores de los cuidados en estas ins­
de objetivos de cuidados. tituciones5. La atención domiciliaria requiere también tener un
2. Identificar las oportunidades de defensa, promoción de la cierto conocimiento específico y la habilidad para administrar
salud y prevención de la enfermedad en relación con los cuidados paliativos. Los especialistas en medicina paliativa han de
pacientes moribundos y sus familias. implicarse como expertos y promotores en dicha área.
3. Analizar las barreras que impiden el acceso a los cuidados
paliativos y las brechas en los cuidados, y elaborar respues­ Evitar convertirse en elitista
tas a dichas barreras y brechas en el seno de la comunidad.
4. Identificar las poblaciones vulnerables o marginadas entre Al igual que con cualquier otra especialidad, la medicina paliativa
las atendidas y ayudar con diferentes modos de respuesta a podría convertirse en elitista, impidiendo que otros aporten unos
las necesidades especiales de dichas poblaciones. cuidados primarios y secundarios de buena calidad y olvidando
las necesidades de la comunidad. Se necesitan médicos de familia,
oncólogos, cardiólogos y cirujanos que practiquen unos cuidados
Académico paliativos de calidad.
Como académico, el médico de medicina paliativa tiene las si­
guientes competencias: Evitar quedarse aislado en las instituciones
1. Mantener y favorecer las actividades profesionales por me­ de cuidados paliativos
dio de un aprendizaje activo.
2. Evaluar de modo crítico la información médica y sus fuentes, No sería bueno para los médicos de medicina paliativa que estu­
y aplicar esta información de modo apropiado a la práctica. viesen presentes únicamente en las unidades de cuidados palia­
3. Contribuir al desarrollo, diseminación y traslación de los tivos o en las residencias para enfermos terminales. Han de estar
nuevos conocimientos y prácticas por medio de la investi­ presentes en los hospitales de cuidados agudos y centros oncoló­
gación y la formación en cuidados paliativos. gicos, en las unidades de cuidados críticos, en los hospitales pediá­
tricos y en otros organismos de la asistencia sanitaria.

Profesional
Evitar perder el papel de defensor cuando
Como profesional, el médico de medicina paliativa tiene las si­ se introducen cambios
guientes competencias:
Los cuidados de salud están llenos de personas muy bondadosas
1. Autoevaluar las actitudes propias y las creencias en la asis­ y compasivas que proporcionan unos deficientes cuidados al final
tencia a los pacientes moribundos.
de la vida, lo que refleja que la sociedad evita y despersonaliza el
2. Demostrar tener un conocimiento de sí mismo y saber hecho de morir y la muerte. La nueva especialidad de medicina
cuidarse en la asistencia a los pacientes con enfermedad paliativa tiene aún un gran papel que desempeñar en la realización
terminal.
de cambios en nuestro enfoque del hecho de morir y de la muerte.
3. Participar en el desarrollo de estándares profesionales en cui­ Es preciso que se formen nuevos especialistas en medicina paliativa
dados paliativos con los organismos reguladores pertinentes. para que se conviertan en líderes de opinión y agentes de cambio.
4. Reconocer y responder de modo apropiado a los aspec­
tos de tipo ético en los cuidados paliativos, sobre todo los
aspectos relacionados con la muerte asistida por el médico, Evitar perder el foco interdependiente
y el mantenimiento o retirada del tratamiento.
de los cuidados interdisciplinarios
Los cuidados paliativos están en el núcleo interdisciplinario. Las
RETOS DE LA M ED IC IN A PALIATIVA múltiples necesidades de los pacientes y de sus familias requieren
unas habilidades especiales que no son bien atendidas por cual­
Evitar convertirse en «sintomatólogos»
quier especialista profesional. La necesidad de que los equipos
Existe la preocupación de que los especialistas en medicina palia­ satisfagan dichas exigencias no está completamente cumplida por
tiva se vean a sí mismos o sean vistos como especialistas en el la contratación de sólo un especialista de medicina paliativa.
control de los síntomas. En algunas instituciones, esta creencia ha
provocado que a los equipos de cuidados paliativos se les deno­ PR O G RA M A S DE FORMACIÓN EN M ED IC IN A
mine «equipos del dolor y de los síntomas». La pérdida de identi­
dad con las grandes cuestiones del hecho de morir y de la muerte, PALIATIVA
las preocupaciones psicológicas y espirituales del paciente y de En varios países se han establecido programas formales de forma­
la familia, así como las comunicaciones y los aspectos éticos que ción de especialistas en medicina paliativa junto con organizacio­
siguen abundando en este campo de los cuidados podrían ser nes que tienen la responsabilidad de la formación posgraduada y
problemáticos. Una asistencia de calidad debe ser algo más que la la certificación6'9. Las competencias seleccionadas como objetivos
mera asistencia física, y los médicos de medicina paliativa deben por todos estos programas suelen ser similares, pero la duración es
seguir teniendo amplias competencias. muy distinta, y va desde los 4 años en el Reino Unido hasta 1 año
en Canadá (además de formación en la competencia general cen­
Evitar centrarse demasiado en el hospital tral y/o certificación en medicina de familia u otra especialidad).
No todos los programas (p. ej., Canadá) se basan en un examen
El entorno hospitalario de los cuidados agudos puede suponer un final de certificación. En Estados Unidos, los estándares con rela­
desafío a la hora de proporcionar unos buenos cuidados paliativos, ción a la formación de la especialidad en medicina paliativa son
pero también puede ser reconfortante y proporcionar cierto ais­ voluntarios10, pero el American Board of Hospice and Palliative

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Principios de la m edicina paliativa I C A P ÍT U L O 7 33

Errores frecuentes
I C A P ÍT U L O g
• Los especialistas e n m edicina paliativa pueden centrarse en
los síntom as físicos e n vez de p roporcionar unos cuidados
holísticos.
• Los especialistas e n m edicina paliativa pueden com prom eterse a Principios de la medicina paliativa
i
su stituir a to d o el equipo m ultidisciplinario y proporcionar cui­
dados m ultidim ensionales ellos solos. Ira Byock
» La medicina paliativa p u ed e convertirse e n elitista, aislada en
unidades d e especialitas, c o n lo q u e se pierde el derecho a una
co b ertu ra a gran escala de los cuidados paliativos básicos que ©2010. ELsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
sería p osible c o n la integración de la m edicina paliativa e n otras
estructuras y marcos.
P U N T O S
» Los principios articulan hipótesis, valores y objetivos fundamentales que
motivan y unen en un esfuerzo colectivo.
> Los principios de una profesión son destilados a través de procesos sucesi­
Medicine está trabajando para estandarizar los programas de for­
vos de discusión, reconsideración y comentarios.
mación11. En algunos países existen también programas de forma­
ción informales del que salen médicos que tienen un interés » Los principios de los cuidados paliativos enmarcan los ámbitos de la aten­
ción clínica y facilitan una práctica factual al proporcionar una estruc­
especial en los cuidados paliativos, pero cuyo principal papel está
tura conceptual para la determinación, la evaluación de la calidad y la
dentro de sus especialidades m ees. También existen programas investigación.
informales de becas en programas de hospitales locales o de uni­
» La evolución de los principios de los cuidados paliativos ha sido internacio­
versidades en Estados Unidos y Canadá, pero éstos con frecuencia nal y multicentrado y ha implicado a unas disciplinas clínicas generales, así
no se ajustan a los requerimientos o competencias curriculares como a organizaciones de especialidad de residencias para enfermos termi­
de los programas de formación de especialidad reconocidos. La nales y de cuidados paliativos.
mayoría de los programas formales de formación están diseñados » Los principios de los cuidados paliativos incluyen principios de tipo clínico
para producir médicos con habilidades clínicas ejemplares y algu­ y operativo.
nas académicas. Se reconoce que los médicos que están destina­
» Principios clínicos de los cuidados paliativos:
dos a la medicina de los cuidados paliativos necesitarán tener más
• La unidad de los cuidados comprende al paciente y a su familia.
formación en investigación y en áreas que están más allá de la for­
mación en su especialidad. • Los síntomas han de ser valorados de modo rutinario y tratados de
manera eficaz.
• Las decisiones en relación con los tratamientos médicos han de ser toma-
CONCLUSIONES
» Los cuidados paliativos ; i proporcionados por i
La medicina paliativa es una especialidad nueva y creciente que disciplinario.
tiene un papel definido. Actualmente todavía se encuentra en una
fase de desarrollo. Esta especialidad médica ha cosechado algu­
nos éxitos pero tiene que responder satisfactoriamente a algunos
retos (v. «Errores frecuentes») para sobrevivir y prosperar y llegar a
convertirse en parte de la corriente principal de la medicina.
• Los cuidados paliativos atienden los aspectos espirituales de la angustia y
el bienestar del paciente y de la familia.
B I B L I O G R A F Í A • Los cuidados paliativos ni aceleran la muerte ni prolongan el hecho de
1. Librach SL. Defining palliative care as a specialty could do more harm than
good! J Palliat Care 1988;4(l&2):23-24. • Los cuidados paliativos se extienden al apoyo al duelo de las familias de
2. Fox RC.The professions of medicine and nursing. In: Sociology of Medicine: los pacientes.
A Participant Observer’s View. Englewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall, 1989, pp
38-71. » Principios operacionales de los cuidados paliativos:
3. Hayley DC, Sachs GA.A brief history and lessons learned from twin efforts to • Los cuidados paliativos preservan y favorecen el bienestar del personal y
transform medicine. Clin Geriatr Med 2005;21:3-15. de los voluntarios clínicos y de apoyo.
4. Frank JR (ed). The CanMEDS 2005 Physician Competency Framework: • Los cuidados paliativos están comprometidos con la mejora continua de
Better Standards, Better Physicians, Better Care. Ottawa: The Royal College of
Physicians and Surgeons of Canada, 2005. la calidad y con los esfuerzos de investigación.
5. Miller SC,Teno JM, Mor V. Hospice and palliative care in nursing homes. Clin • Los cuidados paliativos defienden a los pacientes y a sus familias y ade­
Geriatr Med 2004;20:717-734. lantan políticas públicas para mejorar el acceso a los servicios necesarios
6. Website of the U.K. Joint Committee on Higher Medical Training, now part of y a la calidad de los cuidados.
the Joint Royal Colleges of Physicians Training Board. Available at http://www.
jrcptb.org.uk (accessed September 2007).
7. Website of the Royal College of Physicians and Surgeons of Canada. Available
at http://www.rcpsc.medical.org (accessed September 2007).
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

8. Website of the Royal Australasian College of Physicians. Available at http://


www.racp.edu.au (accessed September 2007). F IN ALIDAD Y FORMACIÓN DE LOS PRINCIPIOS
9. Website of the American Board of Hospice and Palliative Medicine. Available at
http://www.abhpm.org (accessed September 2007). Las disciplinas profesionales luchan por actuar según conjuntos
10. Billings JA, Block SD, Finn JW, et al. Initial voluntary program standards for fello­ de principios que se adoptan formalmente y se articulan en infor­
wship training in palliative medicine. J Palliat Med 2002;5:23-33- mes que publican organizaciones interesadas. Desde un punto
11. von Gunten CF, Lupu D. Progress for palliative medicine as a subspecialty.
J Support Oncol 2005;3:267-268.
de vista informal, se pueden discernir los principios de una pro­
fesión por las acciones colectivas y los productos del trabajo de
los miembros de la disciplina. Los principios hacen referencia a
hipótesis, valores y objetivos fundamentales que motivan y unen
un esfuerzo colectivo.
Es común que las asociaciones de especialistas clínicos adop­
ten y publiquen declaraciones oficiales de principios que están

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34 S E C C IO N A | M edicina paliativa

relacionados con su campo de trabajo. Estas declaraciones com­ unos contextos sociales y entornos de práctica que cambian rápi­
plementan las declaraciones de misión y de visión de una aso­ damente y que tienen un ámbito de acción amplio1.
ciación de modo que adelantan los objetivos operacionales de la Los profesionales que trabajan en las residencias para enfermos
organización y de la disciplina. Los principios hacen posible que terminales y en cuidados paliativos forman parte de una disciplina
una especialidad clínica defina su foco y ámbito de práctica y, por que está evolucionando, con unos principios que seguirán siendo
extensión, defina sus límites. De este modo, los principios aclaran probados en la práctica, debatidos y perfeccionados. Este proceso
las responsabilidades y contribuciones de las organizaciones y de se ha puesto en marcha en muchos países gracias a los esfuerzos
los miembros individuales de una disciplina dentro de un con­ de diversas asociaciones profesionales y de grupos especiales.
texto profesional o social más amplio. Los principios forman la Esto no representa un indicio de la inestabilidad del campo, sino
base de las directrices de la práctica clínica y los estándares de la más bien de su vitalidad.
práctica. Promueven la solidez de los servicios y proporcionan un
marco para la evaluación, mejora de la calidad, vigilancia y acredi­
tación (cuadro 7-1). Medicina basada en la evidencia
Los principios que han sido publicados por las organizaciones Los principios de los cuidados de las residencias para enfermos ter­
de cuidados de salud y asociaciones profesionales subrayan los minales, de los cuidados paliativos y de los cuidados al final de la
valores y los objetivos que guían la práctica clínica. Sin embargo, vida que han sido publicados subrayan con frecuencia la importan­
también es común que dirijan el modo en que las organizaciones cia que tiene la medicina factual para la evolución de los cuidados
o los miembros de un campo interactúan unos con otros y ges­ paliativos. Sin embargo, los principios de una especialidad clínica
tionan los asuntos no clínicos, incluidos los financieros. Además, no se basan en lo factual según el uso actual de este término2.
los principios profesionales pueden dirigirse a las experiencias Aunque han sido inspirados por la ciencia (sobre todo la antro­
profesionales y personales de los profesionales sanitarios y a sus pología y sociología de la enfermedad, la prestación de cuidados,
tensiones y satisfacciones. el hecho de morir, la muerte y el dolor, así como por la observa­
Es cierto que las discusiones sobre los principios pueden sonar ción clínica y la investigación experimental), los principios se ela­
abstractas; y, sin embargo, proporcionan una guía tangible a un boran a través de procesos que tienen sus raíces en el ámbito de
campo y a sus miembros de la práctica en el «mundo real», sobre la ética más en investigaciones científicas3. La ética y la ciencia
todo durante períodos inestables en el seno de una sociedad o de los cuidados paliativos son complementarias. Los principios de
asistencia sanitaria. Muchas organizaciones comienzan de forma los cuidados paliativos delimitan los ámbitos de la atención clínica
rutinaria con reuniones de juntas, reuniones anuales y sesiones de y facilitan una práctica basada en hechos al proporcionar una
planificación con la lectura de declaraciones de misión y princi­ estructura conceptual para la determinación, la evaluación de la
pios para fijar los asuntos llevados a cabo en los valores y objeti­ calidad y la investigación. La medicina factual contribuye decisiva­
vos fundamentales del grupo. mente al cumplimiento de los principios y de los objetivos de los
cuidados paliativos.

Formación de los principios de los cuidados


Principios de los cuidados paliativos
paliativos
Aunque antaño se consideraba que los cuidados paliativos eran
Se pueden percibir los principios clave de los cuidados paliativos casi sinónimos de cuidados terminales o cuidados al final de la
dentro de la historia temprana de la disciplina, ya que han sido vida, las definiciones contemporáneas y los principios de las resi­
revelados en las motivaciones, hipótesis compartidas, y acciones dencias para enfermos terminales y de los cuidados paliativos no
de sus miembros fundacionales (v. cap. 4). Los principios funda­ reducen la atención «al hecho de morir», un período que puede
mentales se distilan a través de procesos sucesivos de discusión, ser tan difícil de reconocer prospectivamente como lo es de ser
revisión y comentario. Aunque uno de los principales propósitos aceptado emocionalmente. Desde luego, muchas especialidades
de los principios es aportar estabilidad a un campo basándolo en y subespecialidades de la medicina y enfermería y de otras disci­
valores y objetivos establecidos, aquéllos no son inmutables. Unos plinas clínicas comparten responsabilidad en cuanto a las perso­
procesos de revisión planificados y deliberados por parte de secto­ nas con afecciones potencialmente mortales y contribuyen tanto
res interesados internos y externos, que en las disciplinas clínicas a prolongar la vida como al tratamiento paliativo. De la misma
incluyen tanto a los que prestan como a los que reciben cuidados, manera, las organizaciones médicas, quirúrgicas y de enfermería
hacen posible que se puedan desafiar las hipótesis compartidas, y han publicado unos principios generales de cuidados paliativos y
afirmar, depurar y aplicar como nuevos los valores y objetivos en al final de la vida. Algunas organizaciones han publicado también
declaraciones por separado sobre políticas específicas, como el
uso apropiado de la nutrición e hidratación artificial o el suicidio
asistido. Aunque estas declaraciones no hablan de la especialidad
de cuidados paliativos, sí informan de los ámbitos paliativos de la
Cuadro 7-1 Propósitos de los principios práctica y de los principios m ees de los cuidados paliativos den­
tro de unos contextos sociales y clínicos en los que se abarca la
1 Definir el p ropósito de u n esfuerzo, com o organización o com o ética y los estándares de la asistencia.
cam po profesional. También es verdad que, si bien no tienen autoridad sobre es­
1 Definir los objetivos a largo plazo, o últimos, del esfuerzo o d e la pecialistas de otras disciplinas, las organizaciones de cuidados
organización. paliativos pueden publicar principios que buscan establecer unos
1 G uiar las acciones profesionales (clínicas), tanto e n la consecución estándares clínicos básicos aplicables a los cuidados, con inde­
d e los objetivos relacionados co n la tarea, com o e n el proceso con pendencia del marco o de las especialidades de los profesionales
el q u e la organización y el en to rn o cen tran sus objetivos. sanitarios.
1 G uiar las decisiones y acciones organizacionales. La evolución de los principios de los cuidados paliativos ha
1 P roporcionar la base para los estándares d e la práctica. sido multicéntrica e internacional. Ha afectado a las disciplinas re­
1 Prom over la consistencia de la práctica. presentadas en los equipos interdisciplinarios.
1 P roporcionar u n m arco p ara la evaluación, m ejora de la calidad, vigi­ La siguiente descripción de los principios de los cuidados
lancia y acreditación, incluidos los parám etros p ara la evaluación y paliativos se ha obtenido a partir de los informes publicados en
los indicadores d e rendim iento. inglés y es una síntesis de elementos comunes. Los informes publi­
cados en Estados Unidos por organizaciones de especialidades y

PARTE I PRINCIPIOS
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Principios de la m edicina paliativa I C A P ÍT U L O 7 35

de grupos ad hoc durante la última década sirven de ejemplo a los elementos de la especialidad de cuidados paliativos5'8. El extenso
procesos que ocurren en muchos países. informe de la ASCO reclama que los programas de cuidados en el
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó primero cáncer y los profesionales sanitarios aborden los cuidados paliati­
una definición fundamental y una declaración de las caracterís­ vos en toda la enfermedad6.
ticas de los cuidados paliativos en 1990. El informe de la OMS ha
sido actualizado y sirve todavía como punto de referencia común
a partir del cual muchas organizaciones de cuidados de salud y PRINCIPIOS DE LA ESPECIALIDAD
grupos operativos han elaborado sus principios de cuidados pa­
liativos4. DE LOS CU ID A D O S EN LAS RESIDENCIAS
PARA ENFERMOS TERMINALES Y CU ID A D O S
PALIATIVOS
Principios de los cuidados de salud generales
A lo largo de las dos últimas décadas, las organizaciones que tienen
y de las organizaciones de especialidades que ver con los cuidados de las personas con afecciones potencial­
clínicas mente mortales han debatido con seriedad y han publicado docu­
mentos que identifican y aprueban elementos y características
En 1996, bajo los auspicios de la Milbank Memorial Fund, las doc­ clave de los cuidados paliativos. Los mecanismos específicos para
toras Christine Cassel y Kathleen Foley, dos reconocidas líderes en desarrollarlos han variado pero, en general, se han ajustado al pro­
el área de los cuidados paliativos en EE.UU., convocaron a repre­ ceso descrito más arriba de reuniones convocadas para elaborar
sentantes de las especialidades médicas norteamericanas para revi­ borradores de declaraciones, seguidas de repasos y revisiones con­
sar y actualizar las «políticas existentes o propuestas en relación secutivas que han llevado a la adopción formal de unos principios
con la toma de decisiones al final de la vida y con la calidad del bien considerados.
tratamiento clínico de los pacientes moribundos». Posteriormente, En Estados Unidos, la National Hospice and Palliative Care
las organizaciones participantes repasaron, actualizaron o revisa­ Organization (NHPCO) (antes la National Hospice Organization)
ron un borrador de los Core Principles fo r Endof-Life Care. En elaboró inicialmente los Standards o f Practice fo r Hospice
1999, el Milbank Memorial Fund notificó que 14 sociedades de Programs a comienzos de la década de 1980; estos estándares fue­
especialidades norteamericanas habían refrendado o adoptado ron revisados y publicados por vez primera en 1987 y han sido
estos principios fundamentales, sin introducir ningún cambio actualizados desde entonces de modo regular. Además, en 1997,
o con modificaciones. Además, la influyente Joint Commission la organización publicó A Pathway fo r Patients a n d Families
on the Accreditation of Healthcare Organizations determinó for­ Facing Terminal Illness, que es el resultado del trabajo dos grupos
malmente que sus estándares se hallan bien alineados con estos operativos del NHPCO Standards and Accreditation Committee9.
principios. Al centrarse en los «cuidados al final de la vida», los Este documento adelantó un enfoque integrado de los cuidados
principios básicos de la Fundación Milbank no tenían en cuenta paliativos definiendo los ámbitos destacados de la experiencia de
los cuidados paliativos durante la enfermedad y tratamiento an­ los pacientes y de las familias, junto con los ámbitos correspon­
teriores. Sin embargo, el proceso de la Fundación Milbank fue dientes para la valoración, planificación de cuidados y determina­
importante para establecer unos principios paliativos básicos en ción de los desenlaces.
múltiples especialidades (cuadro 7-2) Last Acts, una campaña norteamericana de comunicaciones
Además de refrendar los principios básicos de la Fundación de ámbito nacional organizada bajo los auspicios de la Robert
Milbank, diversas asociaciones, como el American College of Phy­ Word Johnson Foundation, convocó un grupo de trabajo nacional
sicians, la American Geriatrics Society y la American Society of Cli­ interdisciplinario de líderes en cuidados paliativos y publicó los
nical Oncology (ASCO), ampliaron sus principios para incorporar Precepts o f Palliative Care en 199810. Con esta base, Last Acts se
asoció en 2003 con la National Association of Neonatal Nurses, la
Society of Pediatric Nurses, y la Association of Pediatrics Oncology
Cuadro 7-2 Principios fundamentales de la fundación Nurses para elaborar y publicar los Precepts o f Palliative Care fo r
Milbank en relación con los cuidados al final de la vida Children, Adolescents a n d their Families'1 (cuadro 7-3).
La política d e cuidados clínicos al final de la viuda y d e la p ráctica p ro­ En 2000, el Hastings Center, un instituto para el estudio de
fesional a la q u e sirve d e guía d eb e h acer lo siguiente: la ética en la asistencia sanitaria, se asoció con la NHPCO y el
National Hospice Workgroup para examinar los elementos esencia­
1. Respetar la dignidad d el p aciente y d e los cuidadores. les, los valores subyacentes y los papeles de los cuidados paliativos
2. Ser sensible y respetuoso c o n los d eseos del paciente y de la y de las residencias para enfermos terminales en la sociedad. Las
familia. reuniones, en las que participaron líderes influyentes en cuidados
3- E mplear las m edidas m ás apropiadas acordes co n las elecciones del
paciente.
4. Incluir el alivio d el dolor y d e o tro s síntom as físicos.
3 5. Valorar y tratar los problem as psicológicos, sociales y espi-
■o rituales/religiosos.
§ 6. O frecer continuidad (el p aciente po d rá seguir siendo cuidado por
su m édico d e atención prim aria y especialistas, si así lo desea). Cuadro 7-3 Preceptos Last Acts
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

7. Proporcionar acceso a cualquier tratam iento que, de m odo realista,


«Los cuidados paliativos hacen referencia al tratam iento integral d e las
se p ueda esperar q ue m ejore la calidad d e vida del p aciente, inclui­
necesidades físicas, psicológicas, sociales, espirituales y existenciales de
d os tratam ientos alternativos o n o tradicionales.
los pacientes. Son especialm ente adecuados al cuidado de las p ersonas
8. Proporcionar el acceso a cuidados paliativos y a cuidados e n resi­
co n enferm edades progresivas incurables.»
dencias p ara enferm os term inales.
Los p recep to s categóricos incluyen los siguientes:
9. Respetar el d erecho a rechazar el tratam iento.
10. Respetar la responsabilidad profesional d el m édico para suspender • Respetar los objetivos, preferencias y elecciones del paciente.
algunos tratam ientos c uando sea apropiado, teniendo e n c uenta las • Cuidados integrales.
preferencias del p aciente y d e la familia. • Utili2ación d e la solidez d e los recursos interdisciplinarios.
11. Prom over la investigación clínica y la factual en la prestación de • Reconocer y tratar los intereses d e los cuidadores.
cuidados al final de la vida. • Construir sistemas y m ecanism os d e apoyo.

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36 S E C C IO N A | M edicina paliativa

paliativos, filosofía de los cuidados de salud, ética y factores de Principio: los síntomas han de ser valorados
tipo económico, convinieron redactar, hacer circular y perfec­
de m odo rutinario y tratados de manera eficaz
cionar los hallazgos y las recomendaciones. El informe, Access
to Hospice: Expanding Boundaries, Overcoming Barriers, está El alivio del sufrimiento es un objetivo central y un principio fun­
concebido para servir de guía a la política social y gubernamen­ damental. Sin embargo, ha sido olvidado con demasiada frecuen­
tal para ratificar y presentar valores sociales positivos, y facilitar el cia. La observación frecuente de que las personas morían con
acceso a los cuidados paliativos y a las residencias para enfermos dolor fue un importante estímulo para el desarrollo de las residen­
terminales12. cias para enfermos terminales y los cuidados paliativos. A comien­
En 2002, después de un proceso de varios años, la Canadian zos de su carrera profesional, la Dra. Cicely Saunders observó que
Hospice and Palliative Care Association publicó A Model to Guide las prescripciones de pro re nata o «según las necesidades» daban
Hospice Palliative Care, un exhaustivo documento que incluía los con frecuencia lugar a que los pacientes tuviesen que sufrir para
conceptos fundacionales, las definiciones, los valores, los princi­ «ganarse» la siguiente dosis de analgésico. Defendió y estudió el
pios de la práctica clínica, la prestación de servicios, y la estruc­ enfoque alternativo de programar la medicación analgésica: la
tura y función programáticas13. administración «por el reloj» para prevenir que el dolor crónico
Más recientemente, cinco importantes organizaciones norte­ recurriera, junto con una analgesia suplementaria para el dolor
americanas de cuidados paliativos, incluidas la American Academy intercurrente. Este principio ha sido universalmente aprobado por
of Hospice and Palliative Medicine y la Hospice and Palliative la especialidad de cuidados paliativos y otras organizaciones de
Nurses Association, colaboraron para formar el National Consensus especialidad clínica.
Project for Quality Palliative Care (NCP)14. El NCP siguió un pro­ Sufrir dolor y otros síntomas físicos asociados con la enferme­
ceso de preparación de un borrador iterativo, que fue revisado dad avanzada no es inevitable. Es práctica central en las residen­
y comentado por un comité asesor ampliamente representativo cias para enfermos terminales y en los programas de cuidados
para elaborar y publicar, en 2004, las Clinical Practice Guidelines paliativos para valorar todos los síntomas molestos (v. caps. 63
fo r Quality Palliative Care. Este informe del NCP define los tér­ y 64), teniendo en cuenta (en la medida en que esté justificado
minos y señala los elementos esenciales de los cuidados paliativos por la afección del paciente) e investigando las causas potencia­
para promover la calidad, fomentar la consistencia de la práctica les, y poniendo en marcha un plan para disminuir las molestias. En
y continuidad de los cuidados en todos los marcos, ampliar el la enfermedad avanzada, múltiples problemas fisiológicos pueden
acceso y animar a la determinación del rendimiento y mejora de contribuir al dolor, disnea, náuseas, fatiga u otros síntomas en el
la calidad. paciente; no es sorprendente que los planes de tratamiento sean
con frecuencia multimodales.
Principio: la unidad de los cuidados comprende
al paciente y a su familia Principio: las decisiones en relación
Una enfermedad o lesión grave golpea a un individuo, pero afecta con los tratamientos médicos han de ser
a todas las personas a las que les importa la persona enferma. Este tom adas éticamente
conocimiento humano básico da lugar al dogma fundamental de
que los cuidados paliativos atienden a las necesidades y experien­ La honestidad y la integridad son piedras angulares de la práctica
cias del paciente y de su fam ilia. En la aplicación contemporánea clínica. Un principio dominante de los cuidados de salud exige
de este principio, el significado de familia no se restringe a las rela­ que las decisiones en relación con los tratamientos médicos sean
ciones de la línea de sangre o matrimonio: más bien, se entiende tomadas de modo honesto y ético, que respete los derechos de
que la familia comprende a los parientes de la persona y a los ami­ las personas (v. parte I, sección C). Los pacientes y sus familias tie­
gos íntimos (v. cap. 13). La frase «les importa la persona enferma» nen derecho a recibir una información exacta sobre la afección
recoge este mensaje. Con una finalidad clínica, puede considerarse del enfermo y las opciones de tratamiento, transmitida en palabras
que la familia incluye a las personas que más importan al paciente que puedan comprender y en un modo que respete los valores
y a las que les importa el paciente. culturales individuales y étnicos. La información que se ofrece a
Los equipos de cuidados paliativos valoran de modo rutina­ los pacientes debe ser veraz, pero no es preciso imponerla. Puede
rio y responden a la angustia experimentada por los familiares y ser de utilidad preguntar a los pacientes cuánto desean saber
amigos íntimos de los pacientes, sobre todo los que proporcio­ sobre su afección y pronóstico. Algunos prefieren diferir la infor­
nan cuidados. En efecto, hay situaciones en las que la familia sufre mación a un familiar o amigo que les pueda ayudar a tomar las
de manera más profunda o aguda que la persona cuya vida está decisiones necesarias.
en peligro. Una mujer mayor con demencia avanzada, que tiene La sociedad occidental reconoce que, con pocas excepciones,
neumonías recurrentes y poco interés en comer, puede sentirse los individuos tienen autoridad principal y final sobre sus cuerpos.
físicamente cómoda y contenta con lo que la rodea y no mos­ Los clínicos tienen la responsabilidad de educar a los pacientes
trar angustia, mientras que sus hijos luchan con decisiones sobre y a las familias y se les anima a que los guíen por medio de un
antibióticos y nutrición artificial, doliéndose y resistiéndose a la proceso compartido de toma de decisiones. En último término, los
vez ante la muerte inminente de su madre. De modo similar, un clínicos deben respetar la autonomía de los pacientes individuales
hombre de 60 años de edad que se encuentra en coma profundo y su derecho a elegir entre las opciones que hay disponibles para
después de una hemorragia intracraneal súbita puede mostrarse sus cuidados o rechazar cualquier tratamiento indicado que se les
insensible, mientras que su mujer, hijos y amigos sienten la ago­ haya ofrecido. Si un paciente está incapacitado, un representante
nía de una pérdida repentina. Estas familias se beneficiarían de los oficialmente designado o, en muchas jurisdicciones, los familiares
servicios de un equipo de cuidados paliativos en la misma medida del paciente, pueden hacer valer este derecho en nombre de esa
que los pacientes plenamente conscientes. persona. Los clínicos y los equipos de cuidados paliativos aportan
Los cuidados paliativos para las familias de pacientes moribun­ su experiencia clínica, la información médica exacta y las habilida­
dos van más allá del alivio del sufrimiento. Al escuchar y familiari­ des de comunicación al proceso difícil y doloroso de la toma de
zarse con la cultura, las tradiciones y el estilo interpersonal de la decisiones, capacitando a los pacientes y sus familias a que identi­
familia de una persona gravemente enferma, los clínicos de cuida­ fiquen los objetivos alcanzables que tengan valor y a que elaboren
dos paliativos pueden ofrecer sugerencias para pasar tiempo con un correspondiente plan de cuidados.
la persona enferma, incluidas maneras conformes culturalmente La autonomía se aplica a los adultos que tienen capacidad
de revisar y celebrar sus relaciones y vidas compartidas. cognitiva para comprender las decisiones que hay que tomar. Los

PARTE I PRINCIPIOS
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Principios de la m edicina paliativa I C A P ÍT U L O 7 37

niños tienen una autonomía parcial, que aumenta en la misma un voluntario puede ofrecer una manicura o puede disponerse de
proporción que sus capacidades para comprender las situaciones un masajista voluntario para dar masajes, simplemente para ale­
y aceptar la responsabilidad de sus decisiones. En los Precepts o f grar el día a una persona enferma. De todas estas maneras, por su
Palliative Care fo r Children, Adolescents an d their Families, la tiempo, esfuerzos y presencia, los voluntarios recuerdan a los clí­
sección titulada «Respeto por los objetivos, preferencias y eleccio­ nicos los valores sociales y comunitarios básicos que representan
nes de los pacientes» afirma que los cuidados paliativos «ayudan al las residencias para enfermos terminales y los cuidados paliativos.
niño y a su familia al establecimiento de los objetivos de los cuida­ En algunos marcos, como en los países en desarrollo, regiones
dos, al facilitar su comprensión del diagnóstico y pronóstico, acla­ rurales aisladas y comunidades de suburbios urbanos marginadas,
rando las prioridades y dando la oportunidad de colaborar con los es imposible ensamblar o mantener un equipo interdisciplinario.
cuidadores en la creación de un plan de cuidados. Este proceso Los clínicos individuales pueden aportar aspectos de cuidados
tiene en consideración el estadio de desarrollo del niño, la edad paliativos desde una perspectiva multidimensional, recurriendo
cronológica y los deseos de la familia»11. a la experiencia y conocimientos de otras disciplinas pertinentes
con una consulta telefónica o correo electrónico y reuniones de
tipo formativo.

Principio: los cuidados paliativos


son proporcionados por un equipo Principio: los cuidados paliativos coordinan
interdisciplinario y aportan continuidad a la asistencia
Los programas especializados de cuidados paliativos se basan en Con la moderna sofisticación técnica de la medicina se ha produ­
un modelo de equipo interdisciplinario integrado por profesiona­ cido, de manera no intencionada, la fragmentación de la asisten­
les y voluntarios formados. Cada miembro aporta unas habilidades cia sanitaria. A medida que ha aumentado la complejidad de los
particulares y unas áreas de interés (v. parte I, sección H). Dentro trabajos diagnósticos y de los tratamientos, los servicios sanitarios
de la dinámica de este equipo interdisciplinario, los médicos y las y los marcos de la atención se han especializado cada vez más.
enfermeras de práctica avanzada son los principales responsables Enfrentados a una enfermedad grave, incluso pacientes bien ins­
de la valoración y tratamiento de los síntomas, así como del aseso­ truidos y asertivos pueden sentirse perdidos en un laberinto de
ramiento y coordinación en relación con los tratamientos conco­ opciones y de planes complicados15.
mitantes modificadores de la enfermedad. Normalmente, los procesos de vigilancia y acreditación de
Los profesionales de muchas disciplinas, como atención pas­ la asistencia sanitaria se han organizado en función del sitio de la
toral, trabajo social, psicología y farmacia clínica, contribuyen a atención. De este modo, los problemas de fragmentación de
un equipo interdisciplinario bien desarrollado. Además, los espe­ la asistencia son casi invisibles en el proceso de auditoria, difíciles
cialistas en ostomías y heridas pueden ayudar en los cambios de de medir e incluso de detectar. No obstante, desde la perspectiva
apósito, de modo que se maximice la comodidad y la independen­ de los pacientes y de sus familias, la continuidad es un aspecto
cia. Los especialistas en rehabilitación física, ocupacional, respira­ crítico de la calidad.
toria y del habla pueden ayudar a los pacientes a adaptarse a las En consecuencia, la coordinación de los cuidados es una fun­
capacidades funcionales cambiantes, y los terapeutas en música y ción crítica de la práctica paliativa. En los programas de las resi­
arte ofrecen modos no verbales para expresar sentimientos y enri­ dencias para enfermos terminales es normal asignar una enfer­
quecer los días de la persona enferma. mera o un trabajador social a cada paciente como gestor de caso.
Se impulsa la preparación transversal dentro de los equipos En una amplia variedad de programas innovadores de cuidados
interdisciplinarios de cuidados paliativos. Cada miembro de un paliativos que atienden a poblaciones especiales, muchas veces en
equipo clínico puede estar alerta ante problemas físicos, como unos marcos problemáticos, un elemento común ha sido la desig­
dolor no controlado o estreñimiento, y cualquiera de los miem­ nación de un gestor de caso individual o coordinador de cuidados
bros puede prestar atención a los temores o intereses espirituales que funciona como el centro de comunicaciones y continuidad
de un paciente o de un familiar. Presentando sus observaciones y para el equipo16.
recomendaciones en las sesiones clínicas se logra que el equipo El principio de continuidad ha llevado a una serie de están­
lleve a cabo un proceso colaborativo y creativo. Pueden aparecer dares programáticos gracias a los cuales está siempre asegurada la
estrategias clínicas nuevas y no previstas, y el plan de cuidados presencia de un profesional de guardia que está familiarizado con
resultante refleja algo más que la suma de las contribuciones indi­ el paciente y la familia, y que tiene el oportuno acceso a los regis­
viduales. Este proceso favorece también un planteamiento cohe­ tros pertinentes y al plan de cuidados.
rente que puede ser propuesto por todos los miembros. En algunos países y sistemas sanitarios, la fragmentación viene
Voluntarios formados y supervisados desde la comunidad son impuesta por estructuras de pago que fuerzan a elegir entre cuida­
componentes importantes de estos equipos. Directamente o a tra­ dos curativos y paliativos. En Estados Unidos, la ley que establece
vés de informes de un coordinador, los voluntarios contribuyen el Medicare Hospice Benefit exige que un doctor certifique que
con observaciones y perspicacia a la planificación de los cuida­ el paciente tiene una esperanza de vida de 6 meses o menos (si la
dos. En algunas ocasiones, la clave para desbloquear el sufrimiento enfermedad sigue su curso normal) para que el paciente sea can­
de un paciente o de su familia surge de la información y perspec­ didato. Las regulaciones correspondientes requieren, además, que
tiva proporcionadas por un voluntario. Simplemente con el hecho los pacientes (o los representantes legales en el caso de pacientes
de estar presentes y hacer compañía a un paciente gravemente incapacitados) acepten renunciar a futuros tratamientos modifi­
enfermo, ser testigos de su vida y experiencia actual, los volunta­ cadores de la enfermedad o que prolonguen la vida. Estas estipu­
rios demuestran a las personas que están enfermas y luchan con­ laciones son contradictorias con los principios fundacionales de
tra discapacidades progresivas que siguen conservando su pleno los cuidados paliativos. Muchas declaraciones organizacionales re­
valor. Los voluntarios de muchos ámbitos de la vida proporcionan cientes y ad hoc han exigido cambios en la política, el pago y los
una ayuda pragmática a los pacientes y a sus familias. Algunos ayu­ sistemas de prestación de la asistencia sanitaria, que posibilita­
dan con los formularios de los seguros o gubernamentales, otros rían que los pacientes pudiesen disponer de cuidados paliativos
haciendo recados o tareas domésticas menores. Con frecuencia, se a comienzos de cualquier enfermedad10,11’13,14’17. Estas declaracio­
puede disponer de ellos para leer a los pacientes, o para ayudarles, nes ilustran con ejemplos circunstancias en las que los principios
a ellos o a sus familias, a revisar antiguas fotografías o anotar histo­ de un campo pueden inspirar importantes declaraciones y accio­
rias como legado para futuras generaciones. En algunos programas, nes de las políticas públicas.

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38 S E C C IO N A | M edicina paliativa

Desde la perspectiva de la mejora de la calidad de los cuida­ sino comprenderlo. Si morir importa, entonces la calidad de la
dos sanitarios, hay un valor estratégico en definir la continuidad asistencia a una persona moribunda y la calidad de vida no son
como un elemento distintivo de la calidad y en incorporar medi­ sólo legítimos sino requisitos centrales para la atención clínica,
das de continuidad a la hora de evaluar los cuidados clínicos y la los estándares de los cuidados, el reembolso, la contabilidad y la
prestación de la asistencia sanitaria18. Al hacerlo, se fuerza a que investigación.
se produzca un cambio en la perspectiva de la evaluación desde Las ramificaciones de esta postura siguen distinguiendo a los
el sitio de la prestación de cuidados hasta las experiencias de los cuidados paliativos y representan una contribución fundamen­
pacientes y sus familias. tal de este campo a la terapéutica humana. Los planteamientos
corrientes basados en los problemas relacionados con los cuida­
dos son por naturaleza reactivos. Los planteamientos terapéuticos
modificadores de la enfermedad se limitan por naturaleza a corre­
Principio: morir es una parte normal de la vida, gir la fisiopatología. Por el contrario, los principios de los cuidados
y la calidad de vida es un objetivo clínico paliativos se centran en la persona, dirigen el centro de atención
central a las experiencias personales y a la identificación de la calidad
de vida como un objetivo central y un elemento de calidad. Este
Los cuidados paliativos consideran que morir es un estadio nor­ cambio en el enfoque abre todo un campo rico en oportunidades
mal, aunque inherentemente difícil, dentro de la vida de todos y terapéuticas. Además, por su diseño, los cuidados paliativos son
cada uno de los individuos. Por extensión, la muerte de los indivi­ proactivos en la enfermedad grave. Un diagnóstico de enfermedad
duos se entiende como normal dentro de la vida de cada familia. progresiva e incurable, o una combinación de problemas médicos
La estipulación de la OMS de que los cuidados paliativos «afir­ que causan una discapacidad progresiva y un pronóstico limitado,
man la vida y consideran la muerte como un proceso normal» es una indicación suficiente para remitir al paciente a los progra­
parece evidente, un reconocimiento de que la muerte llega al final mas y a los médicos de cuidados paliativos. No es necesario que
de cada vida4. Muchas sociedades de especialidades han apro­ un paciente gravemente enfermo padezca dolor agudo o sufra
bado formalmente estos conceptos y los han incorporado como para que pueda recibir atención médica. La calidad de vida de la
propios645. Sin embargo, durante la fase inicial del desarrollo de persona importa intrínsecamente, al igual que la experiencia de la
las residencias para enfermos terminales y de los cuidados palia­ familia con relación a la enfermedad y a los cuidados del paciente.
tivos, esta postura fue un punto de partida radical con respecto a Desde la perspectiva de los cuidados paliativos, el tratamiento
la corriente principal prevalente de la asistencia sanitaria y pare­ efectivo del dolor, la disnea, el estreñimiento y la confusión es
cía herética a la práctica establecida. Dentro de la cultura clínica importante, para aliviar la angustia, pero también para preservar
profesional predominante a mediados del siglo xx, la muerte era las oportunidades.
considerada como la última negativa, y prevenirla no era solo el La estrategia de intervención que consiste en «tratar, prevenir,
principal objetivo, sino que con frecuencia era el único objetivo promover» del documento Pathway de la NHPCO se construye
de la práctica médica (cuadro 7-4). a partir de este principio central. Dentro de los ámbitos desta­
Las residencias para enfermos terminales y los cuidados paliati­ cados de la experiencia individual y familiar, los equipos de cui­
vos representaban una visión contracultural que llevaba implícita dados paliativos y de las residencias para enfermos terminales
una crítica tácita. La afirmación de que la vida englobaba el morir están encargados del tratamiento de los problemas que manifiesta
conllevaba profundas e importantes implicaciones para la asisten­ la gente o de los que se descubren por un despistaje o evaluación
cia sanitaria. Si morir forma parte de la vida, no hay que evitarlo, rutinarios, previniendo crisis y problemas previsibles, y fomen­
tando un sentido autodeterminado de cierre de vida. Los planes
paliativos de cuidados exploran oportunidades para que cada
paciente y su familia logren objetivos identificados, como puede
Cuadro 7-4 D eclaración de la O rga n ización M u n d ia l ser sencillamente disfrutar del tiempo juntos o en solitario, recor­
de la S alu d dando y revisando la vida, expresando sus sentimientos a las per­
Los cuidados paliativos mejoran la calidad de vida de los pacientes, y sonas consideradas importantes en su vida, y logrando un sentido
de sus familias, que afrontan una enfermedad potencialmente mortal, de terminación en las relaciones y la vida. Enfrentados al hecho
al proporcionar alivio del dolor y de los síntomas y apoyo espiritual y no deseado pero inevitable de la cercanía de la muerte, muchas
psicosocial desde el diagnóstico hasta el final de la vida y el duelo. personas aprecian que se les guíe de manera anticipada con esas
Los cuidados paliativos: tareas no familiares y con frecuencia difíciles de la vida, la termi­
nación y el cierre.
• Proporcionan alivio del dolor y otros síntomas que producen an-

• Afirman la vida y consideran la muerte un proceso normal. Principio: los cuidados paliativos atienden
• No intentan acelerar ni posponer la muerte. los aspectos espirituales de la angustia
• Integran los aspectos psicosociales y espirituales de la atención al
paciente. y el bienestar del paciente y de la familia
• Ofrecen un sistema de apoyo para ayudar a los pacientes a vivir todo Al afirmar que la mejora de la calidad de vida es un objetivo
lo activamente que sea posible hasta el final de la vida. clínico central, los principios de los cuidados paliativos requieren
• Ofrecen un sistema de apoyo para ayudar a la familia a afrontar la que los clínicos estudien y comprendan las experiencias vividas
enfermedad del paciente y su propio duelo. de la enfermedad y del hecho de morir como base para la valora­
• Emplean un enfoque de equipo para tratar las necesidades de los ción clínica, la planificación de los cuidados, la determinación de
pacientes y sus familias, incluido el asesoramiento en el duelo, cuan­ los desenlaces y la investigación.
do esté indicado. Los cuidados paliativos han facilitado el marco de «la persona
• Aumentan la calidad de vida y pueden también influir de modo posi­ en su totalidad» a la valoración clínica y al cuidado de los pacientes.
tivo sobre el curso de la enfermedad. La Dra. Cicely Saunders introdujo el concepto de «dolor total», en el
• Son aplicables en los comienzos del curso de la enfermedad, junto que los cuadrantes físicos, psicológicos, sociales y espirituales de la
con otros tratamientos que estén concebidos para prolongar la vida, experiencia de un individuo contribuyen a la angustia. Cassel pensó
como la quimioterapia o la radioterapia, e incluyen las pruebas com­ que la esencia individual abarca, con respecto a cada paciente dado,
plementarias necesarias para comprender mejor y tratar las compli­ el cuerpo, el pasado y el sentido del futuro, el temperamento innato,
caciones clínicas penosas. la familia de origen y la familia actual, las culturas étnica y social, los
papeles sociales y vocacionales,y las creencias individuales, hábitos,

PARTE I PRINCIPIOS
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Principios de la m edicina paliativa I C A P ÍT U L O 7 39

preferencias y aversiones. Para Cassel, sufrir implicaba un sentido tratamientos de rutina, como antibióticos para tratar una neumo­
inminente de la desintegración de uno mismo19’20. nía o infección urinaria con bacteriemia22.
Los principios de los cuidados paliativos reconocen que las
personas tienen una dimensión espiritual o trascendente que
deriva del impulso humano intrínseco de encontrar un signifi­ Principio: los cuidados paliativos se extienden
cado y un deseo casi universal de lograr un cierto sentido a la al apoyo al duelo de las familias
propia vida en relación con otras personas y el mundo. La per­
sona tiene también una vida interior, que atañe a las relaciones de los pacientes
de cada uno consigo mismo. En la práctica paliativa, la espirituali­ Los cuidados paliativos reconocen que la experiencia de la enfer­
dad engloba aquellos aspectos de la experiencia de una persona, medad no termina con la muerte de la persona enferma o herida.
de sus creencias y de sus relaciones que tienen una importancia Tal como observara Saunders: «El modo en que muere una per­
inherente y una conexión sentida con algo mayor que uno mismo sona permanece en las memorias de los que siguen viviendo»19.
y que perdurará en un futuro abierto. Este constructo trascen­ Este hecho está enraizado en la antropología y en la sociología,
dente puede concernir al sentido que una persona tiene de Dios y ha sido confirmado por una serie de estudios psicológicos y
o de la naturaleza de un individuo, así como de la familia, comu­ clínicos.
nidad o país. Los principios clínicos de los cuidados paliativos obligan a faci­
Este dogma ha sido reconocido también por múltiples orga­ litar apoyo a los familiares o amigos íntimos que están en período
nizaciones de la especialidad. La ASCO afirma: «El tratamiento de duelo. Quizá el modo más efectivo para mitigar el dolor de
del cáncer optimiza la calidad de vida en todo el curso de una una familia sea que sienta que la persona que amaban ha teni­
enfermedad a través de una meticulosa atención a la miríada de do una buena muerte. Los programas y clínicos de cuidados palia­
necesidades físicas, espirituales y psicosociales del paciente y de tivos ayudan a prevenir el duelo complicado esforzándose para
la familia». En relación con los pacientes que se hallan próximos que cada paciente esté limpio y cómodo y que las familias tengan
al final de sus vidas, la declaración de la ASCO dice: «El proceso de la oportunidad de acompañar a su ser querido durante sus últimos
morir crea una miríada de interrogaciones y preocupaciones en días (v. cap. 14).
relación con el significado de la vida. La gente afronta y resuelve Los principios paliativos relativos al duelo fluyen del mandato
estos interrogantes y preocupaciones a su modo, con frecuencia, de centrarse en cada paciente con su fa m ilia como una unidad
pero no de manera exclusiva, por medio de creencias religiosas de cuidados. En realidad, las experiencias de duelo y de pérdida de
y filosóficas. Cada vez más, los que atienden a las personas mori­ los miembros familiares comienzan con frecuencia bastante antes
bundas encuentran que los aspectos espirituales y existenciales de la muerte de su familiar o amigo íntimo. Por tanto, el apoyo
son centrales para la calidad de la vida de los pacientes conforme en el duelo y la pérdida se extiende para ayudar a los familiares
éstos se aproximan a la muerte»6 (v. también cap. 12 ). durante la enfermedad del paciente ajustándose a las pérdidas
sucesivas que se producen como consecuencia de la discapacidad
progresiva y la mayor proximidad a la muerte.
Principio: los cuidados paliativos ni aceleran El duelo no es una enfermedad, sino más bien un tiempo inhe­
la muerte ni prolongan el hecho de morir rentemente difícil en la vida de una persona. Especialmente durante
el período inicial del duelo, las personas tienen un mayor riesgo de
Las residencias para enfermos terminales y los cuidados paliati­ sufrir enfermedades físicas y emocionales. Múltiples estudios han
vos aparecieron en los años I960 y 1970 como respuesta a una documentado un mayor riesgo de enfermedad y de muerte entre
incidencia percibida de forma generalizada de que había personas las esposas que han enviudado recientemente23’24 y hay datos de
que morían de mala manera, y al endémico empleo abusivo de tra­ que los cuidados paliativos pueden mejorar este riesgo25.
tamientos agresivos y, en último término, fútiles que prolongaban En general, los principios no concretan ningún período
la vida antes de la muerte. Los pioneros de las residencias para de tiempo para el apoyo al duelo, pero normalmente aquél se
enfermos terminales y de los cuidados paliativos, aunque fueron extiende hasta el primer aniversario del fallecimiento de la per­
generalmente bien recibidos por el público y presentados de sona. Tampoco se especifica el nivel de apoyo. El apoyo al duelo
modo positivo en la prensa y otros medios de comunicación, fue­ puede suponer obtener información sobre la gama normal de la
ron muy cuidadosos al establecer la diferencia entre perm itir (que experiencia asociada con el dolor, hacer una valoración de rutina,
se produjera) la muerte y matar, así como al separar sus esfuer­ determinar la disponibilidad y remisión a grupos de apoyo for­
zos del suicidio asistido o de la eutanasia. En aquel tiempo, la frase mado p or personas que se encuentran en la misma situación, y la
«derecho a morir» no hacía referencia a la eutanasia o al suicidio remisión para recibir asesoramiento individual. Como mínimo, al
asistido, sino más bien al derecho a perm itir morirse. Los casos mantener el contacto con los familiares de los pacientes fallecidos,
con derecho a morir tenían que ver con si y bajo qué circunstan­ los programas pueden ejercer una vigilancia en los casos de duelo
cias un individuo, o la persona que en su nombre tomara la deci­ complicado e intervenir según las necesidades, consiguiendo unos
sión, podía rechazar las medidas que prolongaban la vida, como la cuidados de salud apropiados y servicios de la comunidad.
ventilación mecánica o la alimentación artificial21.
A finales del siglo xx, los defensores del suicidio legalizado
asistido por el médico, haciéndose eco de un respaldo público PRINCIPIOS OPERACIONALES
creciente, pedían que las organizaciones de las residencias para
enfermos terminales y de cuidados paliativos incorporaran a su A partir de la revisión de las declaraciones imperantes de las orga­
ámbito de práctica el suicidio asistido por el médico. En su lugar, nizaciones de cuidados paliativos, se pueden discernir varios prin­
la mayoría de las organizaciones de cuidados paliativos reafir­ cipios operacionales.
maron el principio de que los cuidados paliativos no aceleran la
muerte ni prolongan el hecho de morir, cumpliendo así con
la distinción entre actuar con intención de poner fin a la vida Principio: los cuidados paliativos preservan
y la práctica paliativa de proporcionar todo tratamiento necesario y favorecen el bienestar del personal
para la comodidad del paciente, al tiempo que permitía que la per­ y de los voluntarios clínicos y de apoyo
sona muriese por causas naturales. Los cuidados paliativos apoyan
el derecho de los pacientes a evitar recibir tratamientos intensi­ Los principios publicados recientemente hacen hincapié en el
vos, como ventilación mecánica, diálisis y nutrición e hidratación bienestar del personal de las residencias para enfermos terminales
artificiales (incluidas las situaciones en las que el paciente ha per­ y de los programas de cuidados paliativos. Los cuidados paliativos
dido el interés o ha decidido dejar de comer y de beber), así como constituyen un trabajo duro y pueden pasar factura emocional

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40 S E C C IO N A | M edicina paliativa

y física a los profesionales sanitarios (v. cap. 15). Los clínicos y


voluntarios de las residencias para enfermos terminales y de cui­
dados paliativos pueden servir mejor a los pacientes y sus familias Los especialistas en cuidados paliativos pueden creer que, una vez
cuando se encuentran bien. Aunque estas declaraciones puedan acordados, los principios de la medicina quedan definidos y no
parecer tópicas, como en ocasiones también pueden parecerlo los deben cambiarse. Sin embargo, es de esperar que los principios de
principios, pretenden reconocer formalmente, y recordamos, ver­ cualquier profesión o disciplina se puedan volver a examinar y revi­
dades importantes. En este caso, las implicaciones que tiene pre­ sar de forma periódica como respuesta a los cambios en el contexto
servar la salud y el bienestar del personal clínico pueden perderse de la práctica y las necesidades de la sociedad.
fácilmente en unos sistemas sanitarios muy recargados, dentro del La importancia de la medicina factual ha hecho que algunos clínicos
«mercado» competitivo de la asistencia sanitaria, y subordinarse al crean que es necesario demostrar la eficacia antes de que pueda
concepto de que no hay nada más importante que cuidar a una considerarse válida un área de la práctica. En realidad, el ámbito de
persona moribunda. la práctica de una disciplina no se basa en los hechos solos; más
El bienestar del personal tiene una importancia intrínseca bien, se desarrolla a lo largo del tiempo en un proceso iterativo de
clara. La salud y el bienestar de los profesionales han sido recono­ discusión y acuerdo. La medicina factual ha contribuido de modo
cidos como elementos clave de la calidad y como un rasgo de los decisivo al avance de los objetivos dentro del ámbito de práctica de
microsistemas de alto funcionamiento18,26. una profesión o disciplina.
Por definición, los cuidados paliativos son un planteamiento de los
cuidados en un equipo interdisciplinario, pero ello no significa que
Principio: los cuidados paliativos están no puedan ser practicados por personas individuales. Los médicos,
comprometidos con la mejora continua las enfermeras y otros clínicos pueden, a modo individual, aportar
de la calidad y con los esfuerzos de investigación aspectos paliativos de la asistencia al valorar y responder al sufri­
miento físico, emocional, social y espiritual, o al aumentar el bienes­
Los fundadores de las residencias para enfermos terminales en la tar de los pacientes y de sus familias.
era moderna estaban comprometidos con los más altos estándares
del tratamiento médico como medio para que las personas pudie­
ran vivir lo más plenamente posible durante el mayor tiempo
posible. Entendían la importancia de una observación cuidadosa individual y de la familia dentro de los sistemas de cuidados de
y de la investigación para mitigar el sufrimiento, y reconocían la salud. Algunas reconocen formalmente las responsabilidades socia­
necesidad crítica de investigar para elaborar un manejo de los sín­ les y de salud pública que van más allá del beneficio de pacien­
tomas basado en hechos. Al principio, la práctica se basaba nece­ tes individuales y de sus familias, y exigen que se hagan esfuerzos
sariamente en lo empírico de una observación cuidadosa y en las sociales colectivos para mejorar el acceso a los servicios y la cali­
opiniones recogidas de clínicos experimentados. En las últimas dad de los cuidados para las personas que están gravemente enfer­
décadas, se han probado incluso tratamientos sintomáticos que mas y sus familias (v. cap. 36)7’8,29,30.
estaban bien establecidos, que, después, han sido afirmados, recha­
zados, o perfeccionados. Los estudios sobre los mecanismos de
generación de los síntomas y de los correspondientes tratamien­ CONCLUSIONES
tos farmacológicos y físicos han dado lugar a enfoques innovado­
res con relación a las molestias físicas y a preservar la función en Los principios son básicos para una especialidad clínica. El ámbito
la enfermedad avanzada. Como pone de manifiesto este libro de de los cuidados paliativos es joven y está en rápido desarrollo.
texto, los avances que se han producido en la determinación de la Los cuidados paliativos están alcanzando su mayoría de edad en
calidad de vida y de sus componentes han abierto áreas activas de un período tumultuoso de los cuidados sanitarios en los países
investigación en aspectos psicosociales y espirituales de la enfer­ occidentales, período que viene marcado por intensas presiones
medad, la prestación de cuidados, el hecho de morir y el duelo. de tiempo, carga de trabajo y productividad. El contexto social
La mayoría de las declaraciones de principios de los cuidados contemporáneo y los ambientes de práctica se caracterizan por
paliativos y al final de la vida que se han realizado en los últimos la competición por obtener unos recursos cada vez más escasos
años exigen esfuerzos para mejorar la calidad y la prestación de para satisfacer las necesidades de una población cada vez más
cuidados paliativos en todos los marcos27. Estas declaraciones son envejecida, con unas cargas sin precedentes (y crecientes) de
importantes teniendo en cuenta los desafíos éticos y metodoló­ enfermedad crónica, necesidades existentes no satisfechas en
gicos inherentes en los estudios relacionados con personas con muchos pacientes y sus familias, y enconados debates sociales y
enfermedad avanzada y pronóstico limitado. Es necesaria una cui­ políticos en torno al suicidio asistido, la eutanasia, y la suspensión
dadosa protección y sensibilidad, pero la investigación es esencial de la nutrición y la hidratación artificiales (v. «Errores frecuentes»).
para avanzar en este campo y mejorar los cuidados para los futu­ Los desafíos que nos esperan pueden anticiparse sólo par­
ros pacientes y sus familias. La investigación debe estudiar toda cialmente, pero el futuro planteará con toda seguridad la toma de
una gama de contextos en los que los pacientes viven y reciben decisiones difíciles para el campo. Los principios de los cuidados
cuidados, incluidas las comunidades rurales aisladas y pobres en paliativos serán valiosísimos a medida que las circunstancias se
recursos en los países en desarrollo27,28. vuelvan más complejas, los intereses aun más altos, y las presiones
El compromiso con una mejora total de la calidad se extiende económicas o políticas mayores. En estas situaciones, el propósito
al mantenimiento de una formación continuada de los equipos fundamental de los principios (definir, guiar y proteger los ele­
de cuidados paliativos y de esfuerzos activos para favorecer la mentos esenciales y el campo de acción de una disciplina) puede
dinámica y efectividad de los equipos interdisciplinarios1,7,8. revelarse en toda su plenitud. Aunque no son inmutables, cuidadosa­
mente consideradas, unas declaraciones bien sazonadas de lo que los
cuidados paliativos valoran, creen y quieren lograr pueden propor­
cionar un rumbo cuando se produzcan futuras tormentas sociales.
Principio: los cuidados paliativos defienden
a los pacientes y a sus familias y adelantan
B I B L I O G R A F Í A
políticas públicas para mejorar el acceso a los
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Muchas organizaciones de cuidados paliativos y organizaciones practice of medicine. JAMA 1992;268:2420-2425.
relacionadas con la especialidad piden una defensa del paciente 3- Vanderpool HY.The ethics of terminal care.JAMA 1978;239:850-852.

PARTE I PRINCIPIOS
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Principios de la m edicina paliativa I C A P ÍT U L O 7 41

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Cuidados psicosociales

Puede merecer la pena observar que la enfermedad subjetiva


puede producirse sin enfermedad demostrable y que también
ésta puede estar presente sin aquélla. Hay muchos ejemplos de
esto último, como por ejemplo, una elevación de los marcadores
tumorales que anuncian la recurrencia de un cáncer de ovario
La experiencia humana asintomático. Sin embargo, la enfermedad subjetiva puede apa­
recer, en forma de ansiedad o depresión intensa, sencillamente
de la enfermedad como consecuencia de unos resultados alarmantes en las pruebas
diagnósticas.
J. Norelle Lickiss La enfermedad subjetiva, como aspecto de la condición
humana en todos los lugares y tiempos, puede ser contemplada a
través de varios prismas: historia, arte, literatura, filosofía, socio­
2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos logía, psicología, teología, economía, ciencias políticas; todos
los prismas utilizados para refractar la luz que incide en el inte­
lecto humano. El estudio de la enfermedad objetiva relaciona
la ciencia médica con las ciencias naturales, pero la considera­
ción de la enfermedad subjetiva marca la medicina como «cien­
cia humana», que requiere la comprensión de los fundamentos
• La enfermedad es una realidad personal, no médica, y forma parte de la con­ básicos de las ciencias humanas3. Ya que la experiencia de la
dición humana. enfermedad subjetiva no es marginal a la condición humana,
• Una persona es una realidad relacional «no contenida entre el sombrero y ni un extra opcional aberrante al borde de los asuntos humanos,
las botas» (Whitman) que implica el ambiente, la historia y la herencia (cul­ sino algo central: la enfermedad subjetiva es una cuestión nuclear
tural y biológica), con una apreciación adecuada del proceso de desarrollo para la persona humana, casi siempre encajada en el patrón de
personal. una vida.
• Es preciso diferenciar las estaciones de la enfermedad y es preciso com­
prender los desafíos de cada necesidad.
• Las respuestas emocionales forman parte de la experiencia de la enferme­
dad y son diversas, en ocasiones son parte de una angustia o sufrimiento
global y están asociadas a una adversidad acumulada.
HACIA U NA V ISIÓ N A D EC U A D A DE LA PERSONA
• El cáncer es cada vez más una enfermedad crónica, y son relevantes los con­
ceptos asociados. La enfermedad es una realidad intensamente personal y subjetiva,
y una consecuencia es que la práctica médica requiera un con­
cepto adecuado de la persona, a pesar de la dificultad multisecular
en la definición del término «persona»4. Se ha señalado que «lo que
le falta a la medicina es una noción fundamental de la naturaleza
La enfermedad es el lado nocturno de la vida, una ciudadanía más del hombre y una comprensión remotamente adecuada de eso a
onerosa. Todo el que nace tiene doble ciudadanía, en el reino de los lo que nos referimos como una persona»5.
saludables y en el reino de los enfermos. Aunque todos nosotros pre­ Además de las escrituras sagradas en diversas tradiciones que
ferimos utilizar sólo el pasaporte sano, más pronto o más tarde cada han tratado del significado de la condición humana, durante siglos
uno de nosotros nos vemos obligados, al menos durante un achaque, se han escrito tomos, tanto en Oriente como en Occidente, relati­
a identificarnos como ciudadanos de ese otro lugar. vos a la «naturaleza del hombre», el «significado del hombre» o las
«imágenes del hombre», y hay también estudios formales de antro­
SUSAN SONTAG1 pología filosófica en un marco religioso6. Incluso en un mundo
secular es preciso que haya un marco, un modo de considerar la
persona humana de manera accesible a los médicos (y otros pro­
fesionales de la salud y estudiantes) que pueden carecer de una
¿QUÉ ES LA ENFERMEDAD? formación filosófica formal. Se hallan inmersos en la condición
humana, no meramente como individuos vivientes, sino también
La enfermedad es una realidad personal, no médica; se suele defi­ en medio de otros necesitados de sus capacidades y, con frecuen­
nir como una desviación de la «salud». Las definiciones adecuadas cia, en angustia extrema. Se ha acreditado que es útil un marco
de la salud van más allá de los hechos médicos. Por ejemplo, existe sencillo en la enseñanza clínica: un marco para la mente al que
la faceta del «potencial»: «la salud es un estado de bienestar carac­ se pueden agregar conocimientos nuevos y nuevas cuestiones o
terizado por un potencial físico, mental y social, que satisface las reflexiones. Se puede considerar a la persona desde un punto de
exigencias de una vida proporcionada a la edad, la cultura y la res­ vista ecológico, con los diversos componentes en complejas rela­
ponsabilidad personal»2. ciones dinámicas. Una persona es una realidad relacional con res­
La enfermedad puede objetivarse en imágenes, estudios bioquí­ pecto a la situación de la vida presente, pero también a un pasado
micos, histopatología y similares, en la vida o en la muerte, pero la personal: no sólo los hechos del pasado, sino también el modo
enfermedad subjetiva no es tan demostrable: las concomitancias que el paciente comprende, incorpora e interpreta el pasado.
conductuales pueden, desde luego, ser observables, pero no la Todo esto es de importancia inmediata para el clínico que busca
enfermedad misma. restablecer, rehabilitar o continuar atendiendo a un paciente que

PARTE I PRINCIPIOS
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La experiencia hum ana d e la enferm edad I C A P Í T U L O S 43

se está deteriorando o que se aproxima a la muerte. La heren­ Sólo quien de algún modo ha cuidado de cosas y personas y se ha
cia (biológica y cultural) de un paciente proporciona la plata­ adaptado a los triunfos y a las decepciones de ser, por necesidad, el
forma sobre la que se ha construido la historia personal y puede originador de otros y el generador de cosas e ideas: sólo él puede
continuar influyendo el presente: requiere respeto y atención cultivar gradualmente el fruto de los siete estadios. No conozco
clínica. mejor palabra para ello que integridad... Es la aceptación de su
Esta visión ecológica de las personas se aplica no sólo a los propio ciclo vital y de las personas que se han convertido en sig­
pacientes, sino también a los cuidadores (profanos o profesiona­ nificativas para él como algo que tenía que ser... una aceptación
les), y es preciso considerarla cuando su angustia es manifiesta del hecho de que la vida de uno es su propia responsabilidad. Es
(v. cap. 15). Es fundamental la convicción de que una persona es un sentido de camaradería con hombres y mujeres de tiempos dis­
una realidad relacional. Inicialmente, se reconoce la relación con tantes y con diferentes afanes, que han creado órdenes y objetos
el ambiente actual, el personal y el no personal, en una dialéctica y dichos que transmiten dignidad humana y amor... La carencia o
continua. La identidad personal se pérdida de esta acumulada integración del ego viene indicada por
la desesperación y un a menudo inconsciente temor a la muerte: el
propio ciclo vital no se acepta como el colmo de la vida. La desespe­
define por los compromisos e identificaciones que proporcionan el ración expresa el temor de que el tiempo es corto, demasiado corto
marco u horizonte... Yo soy «yo» sólo en relación con ciertos interlo­ para intentar comenzar otra vida e intentar caminos alternativos a
cutores: en relación con los compañeros de conversación que fueron la integridad. Con frecuencia, tal desesperación está oculta detrás
esenciales para el logro de mi autodefinición... Uno mismo existe de una muestra de repugnancia, una misantropía o un desagrado
sólo dentro de «redes de interlocución»... Preguntarse qué es una despectivo crónico que (donde no se alia con ideas constructivas
persona, en abstracto, a partir de sus autointerpretaciones es plan­ y vida de colaboración) sólo significan el desprecio del individuo
tear una pregunta fundamentalmente mal dirigida, una para la que por sí mismo.
no podría haber, en principio, una respuesta... Somos sólo nosotros
mismos en la medida en que nos movemos en un cierto espacio de Es preciso que los que están en contacto con las personas que
preguntas, mientras buscamos y encontramos una orientación hacia se están aproximando a la muerte comprendan la forma de la
lo bueno7. tarea. Los pacientes pueden vacilar entre la totalidad y la desespe­
ración y la necesidad de ser apoyados suavemente. Pueden anhe­
lar y necesitar intentar expresar sus estados internos, explorar la
Walt Whitman remarcó: «No me hallo contenido entre mi amenaza de la desesperación y, por medio del diálogo con las per­
sombrero y mis botas»8, y Henry James (1892) dijo, «El “mí” sonas apreciadas, extenderse de nuevo hacia la totalidad. Si corres­
de un hombre es la suma total de todo lo que podemos llamar ponde a cada uno explorar los límites de las propias posibilidades,
suyo, no sólo su cuerpo y su mente, sino sus ropas y su casa, su es sin duda tarea del doctor librar a una persona muy enferma de
mujer y sus hijos, sus antepasados y sus amigos, su reputación y los obstáculos (p. ej., el dolor) a la exploración. La medicina palia­
sus obras, sus tierras y caballos, su yate y su cuenta bancaria»9. tiva se ocupa de la facilitación de un ser libre, con liberación. La
Ernest Becker, que influyó en una generación, hizo la misma representación de la tarea del desarrollo de la fase final de la vida
observación9. como movimiento hacia la integridad y lejos de la desesperación
requiere la consideración del papel del clínico en el manteni­
miento y la reconstrucción de la esperanza. Nadie puede vivir sin
esperanza: pero ¿en qué se puede anclar la esperanza si no está
UNA NOTA SOBRE EL DESARROLLO PERSONAL condenada al fracaso?
Nadie debería morir con desesperación: y el doctor debe cier­
Una persona no es una realidad única e intrínsecamente relacio­ tamente ayudar al paciente a centrar la esperanza no en lo que
nal, sino también una realidad dinámica, siempre cambiando per­ al final probablemente fallará (p. ej., la quimioterapia, la radiotera­
ceptiblemente o no, no sólo desde el punto de vista estructural pia, la cirugía), sino en lo que no debería fallar en último término:
(p. ej., por el recambio celular), sino también como un todo que la obligación del médico a cuidar, el alivio del dolor, el reconoci­
funciona. El yo está constantemente siendo modelado. La psico­ miento de la dignidad y el valor del paciente como sujeto de exis­
logía del desarrollo revela que las personas evolucionan y cam­ tencia único e irreemplazable.
bian710. Una vez más, se necesita un esquema accesible para dar
sentido al tapiz del cambio y el desarrollo personales de modo que
pueda ser apreciado en la práctica clínica cotidiana. Para un clínico
sin adiestramiento formal en psicología o psiquiatría, es nece­ LAS «ESTACIONES DE LA ENFERMEDAD»
sario captar el modo en que evolucionan las personas, especial­
mente en respuesta a las crisis de la vida, de forma que su práctica Un médico superviviente de cáncer, en un artículo memorable,
será facilitadora y no perjudicial con respecto al crecimiento acuñó el término «estaciones de supervivencia»13.También puede
personal. aplicarse el concepto de estaciones a las diferentes fases de la en­
Las ideas de Erikson han resistido la prueba del tiempo. Erikson fermedad experimentadas por una persona en el curso de una
consideraba que el crecimiento humano tiene lugar mediante la enfermedad objetiva (p. ej., cáncer de pulmón), que puede o no
negociación de tareas de desarrollo por la resolución de crisis11,12. resultar fatal. La trayectoria de la enfermedad crónica tiene fases
El ser humano en crecimiento se halla continuamente enfrentado definibles14, pero hasta hace poco no se ha considerado así la tra­
a opciones. Cada estadio de la vida se caracteriza por opciones yectoria del cáncer.
que, aunque afrontamos durante toda la vida, tienen su ascen­ Cada fose o estación de la enfermedad subjetiva, como la dimen­
diente en un estadio dado. Por ejemplo, el desenlace favorable de sión empírica de una enfermedad, tiene rasgos definibles aunque
la infancia es una actitud de confianza básica, más que de recelo variables, retos y oportunidades para la influencia de los cuidado­
básico, y sobre esta base el niño sigue enfrentándose a la elección res (profanos o profesionales). Se pueden delimitar las siguientes
de autonomía o al temor de la decisión. «estaciones»: la experiencia del diagnóstico, el tratamiento, la vigi­
El análisis del crecimiento personal es sensible en considera­ lancia, la respuesta favorable, la ausencia de respuesta, la recidiva,
ción a la tarea del desarrollo de las personas de edad avanzada, o la vigilancia, la progresión y la aproximación a la muerte15. Cada
al individuo de cualquier edad que se aproxima a la muerte. Dicha fase puede incluir muchos «peligros», como síntomas, incertidum-
tarea es el desarrollo de un sentido de totalidad, de integridad12: bre, ambigüedad, retraso, dificultades en la toma de decisiones,

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44 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

pérdida de muchos tipos, estrés de relaciones y la experiencia de RESPUESTAS PSICOLÓ GICAS A LA ENFERMEDAD
necesitar, a medida que uno se aproxima a la muerte, confiar en «la
bondad de extraños»16. Las emociones son legítimas, ¡y esenciales! En la consideración
Las «estaciones de supervivencia» han sido diferenciadas en de la inteligencia emocional, las emociones modelan el paisaje de
«supervivencia aguda», «supervivencia extendida» y «supervivencia nuestras vidas mentales y sociales, íntimamente relacionadas con
permanente» (¡ciertamente curación más que inmortalidad!). Una el pensamiento. Proust describió las emociones como «las sacu­
apreciación de la estaciones de supervivencia ayuda tanto a los didas geológicas del pensamiento»24. Tales «sacudidas» (que pue­
pacientes como a los profesionales sanitarios a elaborar mejores den estar relacionadas con nuevo conocimiento o conciencia)
estrategias. Los profesionales de la ética han subrayado las carac­ son características de la enfermedad de muchas personas y han
terísticas de la «liminaridad», un rasgo reconocido1718 en otros de ser reconocidos por otros como manifestaciones de tensiones
contextos; por ejemplo, en el del dolor crónico19. La liminaridad subyacentes, no como rasgos negativos de la personalidad25. Los
refleja los estudios clásicos de Stonequist (1937) al describir al patrones cambiantes de las respuestas emocionales en el mismo
«hombre marginal», que se halla «incómodamente suspendido en paciente con el tiempo, a través de las diferentes estaciones de
la incertidumbre psicológica entre dos (o más) mundos sociales, la enfermedad, son menos susceptibles de estudio que los retra­
reflejando en su alma las discordancias y las armonías, las repul­ tos en el tiempo en los estudios transversales; sin embargo, hay
siones y las atracciones de estos mundos, uno de los cuales es mucho valor en los estudios longitudinales. Los planteamientos
“dominante” sobre el otro»20. Stonequist estaba interesado en la narrativos, más comunes en los estudios cualitativos, pueden pro­
marginalidad por causas étnicas, pero parece pertinente la margi- porcionar una información preciosa, aunque cuando su aplica-
nalidad en el sentido de Sontag (como se describe al principio de bilidad a otros pacientes de otras culturas pueda estar limitada.
este capítulo). Está bien reconocida la relevancia de la psiquiatría en la enfer­
Las estaciones de supervivencia pueden ser vistas más fructí­ medad avanzada (v. caps. 159, 164, 165 y 256), y en la actualidad
feramente como parte de este mayor espectro. Las necesidades son apreciadas las implicaciones del fracaso cognitivo para la
de los supervivientes y su experiencia de liminaridad pueden ser medicina paliativa (v. cap. 175). El campo de la psicooncología
reflejadas en otras estaciones de la enfermedad, pero precisamos se ha desarrollado como disciplina clínica y teórica y es benefi­
de mucha más investigación en tales materias. Están bien descri­ ciosa para los que buscan comprender la experiencia humana de
tos los efectos secundarios definibles de los tratamientos frente al la enfermedad26.
cáncer, como la cirugía, quimioterapia y radioterapia21'23 (v. tam­ Se debe esperar pérdida y respuestas asociadas con el duelo. El
bién caps. 246 y 249). Los esfuerzos continúan reduciendo el pre­ yo puede sutilmente sentir muchas pérdidas en una enfermedad
cio del beneficio por los avances técnicos y la mejor atención al grave, con el perfil de pérdidas cambiando con la enfermedad: ini­
manejo sintomático durante el tratamiento. La competencia cen­ cialmente hay pérdida de tiempo, de dinero y de capacidad para
tral de los médicos dedicados a la medicina paliativa (el alivio de un empleo remunerado, después, el enfermo afronta la pérdida
los síntomas, el apoyo personal y a la familia y la clarificación de movilidad y, en último término, de autonomía: excepto para
de los objetivos) debe estar disponible en paralelo con todos los expresarla (el mayor ejercicio de autonomía) en la entrega de uno
programas de tratamiento, aunque curativos como propósito, en mismo a la «bondad de extraños». Es necesario, en tales serias situa­
condiciones potencialmente letales como el cáncer de pulmón. ciones de perdida potencial o real, que el cuidador profesional
Los cuidados paralelos pueden aportar los beneficios de los tra­ asegure no sólo un buen alivio de los síntomas (el alivio del dolor
tamientos contemporáneos a los pacientes de tal modo que, es siempre prominente en los estudios de investigación como una
después del tratamiento y en la supervivencia, no sientan que principal prioridad27), sino también facilitar la retención de capa­
parezcan un campo de batalla. cidades personales significativas (p. ej., el habla, el conocimiento,
Un aspecto práctico es la irresponsabilidad de introducir tra­ el reconocimiento, la continencia), incluso en los últimos días de
tamientos anticancerosos potencialmente tóxicos o peligrosos vida. Es ésta una faceta mensurable de los cuidados28 que, aunque
en los contextos donde no hay igual competencia en el alivio de sencilla, puede ser de más valor que los complejos índices de cali­
los síntomas (y la vigilancia) o aporte de apoyo personal y fami­ dad de vida.
liar. Cuando se toman decisiones en relación con las opciones Es comprensible el temor a la recurrencia de la enferme­
terapéuticas en la persona muy enferma, como si intentar más dad y puede ser sometido a estudio29. El modelo formulado por
quimioterapia para prolongar la vida, se requiere una declaración Lee-Jones y cois, propuso que «los estímulos, tanto externos como
de «impacto sobre el cuidador» por la potencialidad de aumen­ internos, desempeñan un papel en la activación de respuestas
tar la carga de la persona cuidadora (v. cap. 214), y se debe pres­ cognitivas asociadas a los temores de recurrencia», que compren­
tar asimismo una atención cuidadosa a los deseos del paciente. den así conocimientos, creencias y emociones. Observaron que
Estos deseos serán especificados preferiblemente de antemano entre las posibles consecuencias de los grandes temores de recu­
mediante una planificación de cuidados avanzados establecidos rrencia figuran la preocupación ansiosa, una planificación limi­
una vez parezca posible que la enfermedad pueda ser fatal, no tada para el futuro y una interpretación errónea de los síntomas
meramente después de que hayan fracasado los intentos de corporales29. El temor a la muerte ha sido considerado de modo
controlarla. más extenso30"32, y ha sido ponderado en efecto desde tiempo
Afrontar la muerte es una de las estaciones de la enfermedad: inmemorial, pero ha habido un estudio menos formal de otros
la estación final realmente. La gran literatura la describe; Tolstói, temores de los que se habla en las consultas e incluso alrededor
en La muerte de Iván Ilich proporciona un inquietante (para los de las mesas del comedor, como el temor a una vida prolongada
médicos) icono literario. Es preciso que los textos médicos estén (contra la propia voluntad o incluso ignorando las instrucciones
complementados por las humanidades. Ninguna investigación anticipadas), la pérdida de las capacidades centrales, el dolor y
médica empírica puede captar la totalidad de la experiencia, no el abandono. Los datos sobre estos temas son difíciles de reco­
más de lo que pueden los filósofos, o los poetas, o los teólogos o ger porque el contexto, la variabilidad y la diversidad pueden
las sagradas escrituras. Las incertidumbres están en el núcleo de la afectar a las respuestas de tal modo que la «verdad» pueda no ser
experiencia humana y ese aspecto de la experiencia humana de haUable.
la enfermedad que implica afrontar la muerte, aunque en cierta La esperanza ha tenido más prominencia en la investigación de
medida accesible, sigue formando parte de la «esencia enigmática» la salud; por ejemplo, la relación entre la esperanza y el «deseo
de la existencia humana. de vivir»33 o el concepto de esperanza en enfermería en diversos

PARTE I PRINCIPIOS
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La experiencia hum ana d e la enferm edad I C A P Í T U L O S 45

contextos, desde los cuidados intensivos a los paliativos34. Algunos postraumático con una mayor frecuencia que en la comunidad
definen la esperanza como «una fuerza de vida pluridimensio- general44. Este rasgo podría ser estudiado útilmente en relación
nal caracterizada por una expectativa confiada pero incierta de con las medidas de la «adversidad acumulativa».
lograr un bien futuro que, para la persona esperanzada, es posible El cáncer es cada vez más una enfermedad crónica, y el con­
de forma realista y personalmente significativo»35. Otro plantea­ siderable corpus de investigación relacionado con las experien­
miento contempla las implicaciones de la práctica de la enferme­ cias de los pacientes con enfermedad crónica45"47 es relevante
ría e identifica los «siete componentes abstractos y universales de para la comprensión de los pacientes con enfermedad crónica
la esperanza: una valoración inicial realista del apuro o la amenaza, relacionada con el cáncer (v. cap. 3). Quizá el universo del dis­
la previsión de alternativas y el establecimiento de objetivos, un curso y la investigación en relación con la enfermedad crónica
apuntalamiento para desenlaces negativos, una valoración realista requiera ser yuxtapuesto al marco conceptual en el que es con­
de los recursos personales y de las condiciones y recursos exter­ siderado el cáncer como enfermedad subjetiva (más que obje­
nos, la solicitud de relaciones de apoyo mutuo, la evaluación con­ tiva). Es relevante el conocimiento (concentrado en la literatura
tinua de signos que refuercen los objetivos seleccionados, y una de la rehabilitación) concerniente a las relación entre enferme­
determinación para resistir»36. dad, discapacidad y minusvalía, con unos modos de tratamiento
El contenido de la esperanza y su articulación por pacientes que influyen sobre la discapacidad resultante, pero con facto­
muy enfermos en los países no occidentales y de escasos recur­ res sociales y psicológicos que en gran medida determinan si
sos podría diferir acusadamente del de los contextos de los una discapacidad definible llevará a una minusvalía. Tales ideas
países occidentales ricos. Pero la humanidad es una y, por tanto, podrían ser aplicadas fácilmente a personas con cáncer desde el
la esperanza puede tener algunos componentes constantes. Las momento del diagnóstico, no cuando la discapacidad o (peor) la
expectativas de un cumplimiento de las esperanzas pueden variar minusvalía está establecida por falta de medidas de prevención
a menos que la esperanza esté centrada en asuntos que no son inteligentes.
contextúales, como el amor perdurable de los otros significativos, Las dimensiones subjetivas de la trayectoria del cáncer requie­
el no abandono y el valor intrínseco personal. Lo que es evidente ren más atención (v. «Perspectivas futuras»). En cualquier centro
en todas partes es que alimentar esperanzas no realistas (p. ej., oncológico, no menos de lo que se invierte en los esfuerzos inte­
las noticias tranquilizadoras de que uno está curado, que no hay lectuales y recursos en el tratamiento frente al cáncer se debe
oportunidad de recurrencia o que un nuevo tratamiento tendrá emplear para influir sobre las dimensiones empíricas del cáncer:
éxito) puede llevar a la desesperación. Es preciso que los esfuer­ el alivio de los síntomas, el apoyo personal y familiar, y la planifica­
zos clínicos ayuden al paciente a depositar su esperanza en cosas ción de cuidados durante el curso de la enfermedad, no sólo en la
que no fallen y, al final (si no hay otra cosa), en su propia dignidad progresión de la enfermedad con la muerte en el horizonte. Estas
intrínseca. ideas reflejan las recomendaciones de la Organización Mundial de
La angustia es un acompañante frecuente de la enfermedad, la Salud desde hace dos décadas con respecto a la distribución
pero si no se reconoce o si fracasan los mecanismos para afron­ de recursos en los países desarrollados o prósperos (gasto en cui­
tarla, puede evolucionar hacia el sufrimiento. La consideración dados paliativos igual al dedicado al tratamiento frente al cáncer)
del sufrimiento en los cuidados de salud37 subraya la significa­ y en los países en desarrollo (90% de todos los gastos frente al
ción del alivio del sufrimiento (un concepto subjetivo) y la mejo­ cáncer para los cuidados paliativos)48: consejo desatendido en
ría en una enfermedad, como un objetivo crucial de la práctica todo el mundo.
clínica. Proporciona también una definición operativa útil del
sufrimiento; a saber, una sensación de desintegración perso­
nal inminente. Podría corresponder al coloquial «sentir que uno
se hace añicos»: en un estudio informal realizado por McCosker,
Best y Lickiss (datos no publicados), los pacientes podían iden­
CONCLUSIÓN
tificar rápidamente un momento en que sentían de modo pare­ La experiencia de la enfermedad grave en cualquier edad y lugar
cido y un acontecimiento que había desencadenado la sensación. es uno de los elementos ordinarios de la condición humana, parte
El desencadenante identificado podía implicar relaciones, una del patrón de vida. La base filosófica del deber de cuidar es, al
pérdida particular, una investigación desagradable, síntomas no
controlados (especialmente dolor, disnea o náuseas), la experien­
cia de la incontinencia, o un traumatismo psicológico o «malas
noticias» mal comunicadas. La clarificación de tales desenca­
denantes en un individuo es de significación práctica y ofrece
oportunidades bien para la reparación, el apoyo o la prevención
y, desde luego, han de ser consideradas en la toma de decisiones P e rspectivas fu tu ra s
clínicas. Las estaciones de la enfermedad justifican la investigación que consi­
Hay otras formulaciones del sufrimiento en la literatura médica dera interrogantes como:
reciente; se ha investigado la complejidad del concepto de sufri­
miento38, la relación del sufrimiento con el dolor persistente39 y 1. ¿Cuáles son los «peligros» definibles de cada estación (diagnóstico,
el estrechamente asociado «síndrome de desmoralización»40. Algu­ tratamiento, vigilancia, respuesta favorable, ausencia de respuesta,
nos diferencian la fase de «resistencia» de la fase de sufrimiento ca­ recidiva, vigilancia, progresión y aproximación a la muerte) para
racterizada por la liberación emocional; apuntan a la necesidad enfermedades similares?
de que los cuidadores profesionales reconozcan esta diferencia, 2. ¿Cuáles son los desencadenantes definibles de la sensación de des­
para que los esfuerzos para aliviar el sufrimiento no estén mal integración personal inminente («sentir que uno se hace añicos») en
situados41. Welie examinó recientemente la tradición filosófica en cada una de las estaciones? ¿Cuáles se pueden prevenir?
relación con la compasión de cara al sufrimiento42. En otra parte 3. ¿Cuáles son las influencias de la cultura (relacionada con la perte­
se hará mención de nuevas exploraciones sobre estos aspectos nencia étnica, la ocupación y las circunstancias socioeconómicas)
(v. cap. 9). sobre la experiencia de las estaciones de la enfermedad?
Se ha reconocido el fenómeno de la «adversidad acumulativa» 4. ¿Qué proporción de recursos se invierten en tratar las dimensio­
en la etiología de la enfermedad psiquiátrica43. Los acontecimientos nes subjetivas del cáncer (alivio de los síntomas y apoyo personal
adversos en una enfermedad a la larga fatal pueden añadir una y familiar) en comparación con el tratamiento frente al cáncer en
carga insoportable, especialmente si de modo concurrente hay un cada «estación», tanto en las sociedades prósperas como en las que
menor apoyo personal y social. Los observadores han concluido
que algunos pacientes con cáncer manifiestan trastorno de estrés

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46 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

final, no la ley o el contrato, sino la llamada del otro, cara a cara. La 35. Nekolaichuk CL, Bruera E. On the nature of hope in palliative care. J Palliat
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PARTE I PRINCIPIOS
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Sufrim iento I C A P Í T U L O 9 47

de modo adecuado hasta recientemente (y no siempre incluso embargo, una vez que ha sucedido, probablemente no se olvida
ahora) porque no se ha concedido a las «quejas» de angustia sub­ nunca.
jetiva de los pacientes la misma validez que a los hallazgos objeti­
vos, como las placas radiográficas. La importancia de este hecho
es el enorme poder de las ideas establecidas para impedir que
los médicos vean lo que tienen delante. Para recalcar el punto, se EL SUFRIM IENTO ES PERSONAL
ha dispuesto con facilidad durante más de dos siglos del poder
farmacológico para aliviar el dolor de la persona que se está La persona
muriendo, pero ha sido una parte inconstante de la medicina con­
temporánea durante sólo unas pocas décadas (y la medicina palia­ ¿Qué significa la palabra «persona»? La persona no es mente, aunque
tiva ha sido reconocida incluso más recientemente). Si se sigue la una persona tiene una mente. La persona no es cuerpo, aunque una
historia del sufrimiento y de su alivio en un paciente individual persona tiene un cuerpo. La palabra «yo» (self), tan utilizada
no importa donde ocurra, cambiará profundamente el modo en comúnmente, no es un sustituto de persona; es insuficiente­
que se comprende a los pacientes enfermos y la práctica de la mente inclusiva. La condición de persona, por el contrario,
medicina. puede ser bastante diversa, pero no se aproxima a la incoherencia
total. Incluye una personalidad, un carácter, un pasado vivido, una
familia, el pasado de la familia, un acervo cultural, papeles sociales
y profesionales, asociaciones y relaciones con otros, relación con­
SU FRIM IENTO FRENTE A DOLOR sigo mismo, y un ser político, entre otros. Las personas también
hacen cosas. Las personas tienen un inconsciente (no importa
Es necesario primero distinguir entre el sufrimiento y el dolor. qué nombre o definición le demos), conductas regulares, y un
La magnitud del dolor es sólo un factor en la angustia que causa. cuerpo y relaciones con el cuerpo, una vida secreta, un futuro per­
Las personas tolerarán incluso un dolor intenso si saben lo que cibido y una dimensión trascendente1. Por estas mismas razones,
es, que no presagia peligro, y que terminará. Un dolor de menor pero especialmente porque un individuo puede contener muchos
intensidad puede ser mal tolerado y llevar a sufrimiento si se yos, pero sólo una persona, distingo claramente entre el yo y la
considera que tiene un significado terrible o parece ser inter­ persona.
minable. En una persona que ya sufre con dolor, el sufrimiento
puede ser aliviado y puede incluso cesar si continúa el dolor. Por
otra parte, las personas pueden sufrir por dolor incluso cuando
no está presente. Por ejemplo, en los pacientes con osteopatía La persona y la enfermedad
metastásica dolorosa tratada satisfactoriamente, el sufrimiento
puede surgir si su conciencia durante horas, días o más está La persona es todo el ser completo: los yos y todo lo demás. Es
llena del temor de que recurra el dolor. Quien ha padecido terri­ importante que los médicos reconozcan que es la persona la que
bles jaquecas puede sufrir con el pensamiento, a medida que se enferma, la persona la que es paciente, la persona la que sufre. Es
aproxima una boda u otro acontecimiento significativo, de que la persona sobre la que trata la medicina. Las personas son dife­
quedará arruinada por una cefalea jaquecosa. Este fenómeno es rentes de otros objetos de la ciencia. Aunque están en el aquí y en
también válido en relación con otros síntomas, como disnea o el ahora, no pueden ser comprendidas sin saber sobre su pasado
diarrea. Las personas que no tienen síntomas pueden sufrir igual­ y sus creencias en el futuro: éstas representan una ruta histórica
mente, por ejemplo ante el dolor de un ser querido; especialmen­ de una sociedad de partes compleja y siempre cambiante. Las
te si se sienten indefensos o por la propia impotencia. En personas no pueden ser comprendidas por los métodos reduc­
todos estos ejemplos, la palabra «sufrimiento» no se utiliza en el cionistas de la ciencia que tienen éxito en otra parte porque,
sentido conversacional, sino que representa un tipo específico de al descomponerla en sus partes, desaparecen como personas.
angustia. De hecho, las personas son de una pieza: lo que sucede a una
parte de ellas sucede a todas, y lo que acontece a la totalidad
acontece a cada parte. Esto ha tenido enormes consecuencias
para los clínicos y, sin embargo, lo que esto significa es sólo débil­
mente aparente. Significa, desde luego, que algo hecho en relación
CARACTERÍSTICAS CONSTANTES con la enfermedad o con una parte enferma, sin pensar en lo que
DEL SUFRIM IENTO Y U NA DEFINICIÓN podrá significar a la persona enferma, puede causar un daño no
intencionado.
El sufrimiento tiene dos características constantes. La primera
es el lugar del futuro: «si continúa el dolor, no podré aguantarlo».
(En ese momento, el paciente está «aguantándolo».) Otra expre­
sión común es, «¿qué pasaría si recurre el dolor y no puedo alcan­ La persona y el sufrimiento
zarte?». La otra característica es el lugar constante del significado
de lo que causa el sufrimiento: «Este dolor significa que el cáncer Al contemplar las características que se incluyen en una per­
ha recurrido.» «Este dolor que he tenido durante tanto tiempo, sona, es importante comprender que la lesión en cualquiera de
que nadie ha diagnosticado, tiene que significar algo malo.» «Nadie ellas puede iniciar el sufrimiento. Por ejemplo, la destrucción
me dejaría en la camilla en este frío corredor durante horas si no de la creencia de una persona en el futuro (que sucede común­
estuviesen intentando herirme.» mente en la enfermedad) puede ser lo que rompa la integridad
¿Qué nos dicen estas dos características? Los cuerpos pue­ de la persona y comience el sufrimiento. Eso con frecuencia no
den tener nocicepción, pero no tienen un sentido del futuro y puede evitarse, pero los médicos sí pueden ser conscientes de
no asignan significados. Los cuerpos no sufren, sólo las perso­ que, a medida que progresa la enfermedad, tal cosa puede suceder
nas lo hacen. La observación clínica sugiere una definición del y prevenir el sufrimiento tratando directamente el asunto. En algu­
sufrimiento: sufrir es una angustia específica que tiene lugar nos casos, el carácter de una persona, aunque exitoso cuando está
cuando los individuos sienten que se ve amenazada su incolu­ bien, puede ser perjudicial cuando está enferma. El paciente con
midad o integridad como personas y que continúa hasta que ha una inflexible voluntad de hierro puede haber conseguido gran­
desaparecido la amenaza o cuando se restablece la incolumidad o des cosas en la vida, pero en la enfermedad una ausencia de flexi­
integridad. bilidad ante los acontecimientos puede destruir su incolumidad.
El sufrimiento tiene grados de intensidad. Puede resolver­ El iniciador del sufrimiento en pacientes con cáncer avanzado
se espontáneamente o, en caso de no ser tratado, seguir. Sin es con frecuencia la creencia de que los médicos y el personal

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48 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

sanitario han abusado de ellos en lo que se les dijo o en el modo


A S O P R Á C T I C O
en que fueron tratados2 3.
La causa del sufrimiento
¿QUÉ ES INTEGRIDAD Y QUÉ ES
A.B. es una mujer de 64 años de edad con un carcinoma metastásico
INCO LUM IDA D? rápidamente progresivo del pulmón. El cáncer fue diagnosticado
¿Qué se quiere significar, en la definición de sufrimiento, al afir­ inicialmente después de que la paciente tuviera dolor por una fractura
mar que las personas que sufren pierden su «integridad» (en el patológica del húmero izquierdo. En unos días padeció una fractura
sentido de totalidad, algo no dividido, no violado) como perso­ detrás de otra, todas dolorosas, que requirieron dosis elevadas
nas? Ante los diversos yos, ¿cómo se puede mantener que las de analgésicos. Fue visitada una mañana y se hallaba sufriendo
personas tienen integridad en primer lugar? La integridad de visiblemente. «¿Sufre?», preguntó su médico de atención. «Sí», respondió
una persona debe ser comprendida en términos funcionales. Las ella. «¿Cuál es la causa de su sufrimiento?», preguntó el médico,
personas cuya integridad está intacta pueden ejercer sus propó­ esperando que ella hablara de su dolor. «Es la comida», dijo: «Durante
sitos, pueden hacer las cosas que las personas intactas hacen en años mi marido y yo hem os comenzado cada día hablando de qué
privado o en el mundo social, y pueden conocerse a sí mismos íbamos a cenar. Comer es para nosotros m uy importante. No puede
como tales por lo que hacen, dicen o piensan. En mayor o menor
imaginarlo. Ahora... ahora no puedo comer. N o quiero ni oír hablar de
grado, las personas que sufren son incapaces de funcionar como
comida. Y él se sienta allí todo el día demasiado asustado hasta para
las personas que fueron en privado o en la sociedad; han per­
dido el propósito central -el de ser o construirse a sí mismos- ya hablar de comer».
que sus intenciones han quedado desviadas hacia el propio sufri­
miento o sus orígenes percibidos. Las personas que sufren ya
no se conocen a sí mismas como las personas que fueron antes.
Podría ser de utilidad una analogía de la piel. Todos nosotros
tenemos varios cortes, arañazos o lesiones; pequeñas brechas conozca intelectualmente. La paciente lucha por comprender
de la barrera que es el integumento y, sin embargo, no diríamos, y sufre más por lo que le ha sucedido a su vida personal. Es el
por ello, que nuestra piel ha perdido su integridad porque aún conocimiento cada vez mayor de la repercusión del estado físico
sigue cumpliendo su función como barrera. Sin embargo, dicha sobre la persona, no los deterioros físicos p er se, lo que causa
función se perdería si la piel hubiese sufrido una quemadura el sufrimiento.
importante; en tal caso, podría decirse que la piel ha perdido Esto no significa que el sufrimiento sea psicológico, en el sen­
su integridad. tido de afectar o incumbir sólo a las esferas mentales y emocio­
nales, en oposición al estado físico de una persona. Tal como leer,
montar en bicicleta o trabajar como médico puede implicar algún
aspecto de una persona -físico, emocional o social- también lo
hace el sufrimiento, aunque un insulto psicológico como la aflic­
TODO SUFRIM IENTO ES ÚNICO ción puede ser una causa precipitante (v. «Caso práctico: La causa
E IN D IV IDUAL del sufrimiento»).
Incluso ante un sufrimiento obvio cuyo origen parece mani­
La identidad que el paciente que sufre siente ahora que se está fiesto, es importante plantear preguntas sobre el sufrimiento.
desintegrando existía en el pasado y se proyecta también hacia Comprender cómo un paciente dado se siente dañado, desposeído,
el futuro; algo que todos hacemos siempre sin ser conscientes sobrecargado o sobrepasado por el miedo, aporta una palanca de
de ello. Esa identidad es particular: única en relación con el indi­ acción ajustada a la experiencia de esa persona.
viduo. Una persona que sufre puede decir, «Ya no soy yo mismo;
no sé quién soy. No sé que me está pasando, pero este revoltijo
al que miras no soy yo. ¿Qué va a pasar?». Cualquiera de las par­
tes de una persona relacionadas anteriormente puede ser el Sufrir implica siempre un conflicto
locus del sufrimiento. Recuerde, no obstante, que lo que pase consigo mismo
a una parte de una persona le pasa a la totalidad. Incluso si dos
personas sufren a causa de un origen idéntico (p. ej., el dolor Puede parecer al principio extraño decir que el sufrimiento
de una lesión en expansión), el sufrimiento de cada una de ellas implica siempre un conflicto consigo mismo. Por lo general, la
será único y particular. Esto es así porque el sufrimiento se pro­ persona que sufre, al igual que otras, identifica el origen del con­
duce, no desde el propio insulto, sino desde su significado, ahora flicto como de fu era (incluso si es un tumor del paciente). Esto es,
y proyectado hacia el futuro, y los aspectos del significado son después de todo, lo que causa la angustia. La clave es el hecho de
siempre individuales. Por qué sufre cada persona (no por qué que el significado se introduce en el sufrimiento. La amenaza a la
cada una tiene dolor) es individual; relacionado con ella como integridad o incolumidad de la persona estriba en el significado
persona individual. Por ejemplo, los déficits neurológicos de la de la angustia o las creencias sobre sus consecuencias, y la gente
esclerosis múltiple temprana pueden ser una fuente de intenso no siempre piensa lo mismo sobre las cosas. El paciente puede
sufrimiento para un chelista pero sólo moderadamente penoso sinceramente desear morir o dejar de vivir. Sin embargo, la vida es
para un erudito. preciosa; hay aún otros a los que atender y hay responsabilidades
Como otro ejemplo, la aparición súbita de un cáncer de mama que hay que satisfacer.
con metástasis generalizadas en una mujer soltera de 47 años También puede encontrarse conflicto cuando el sufrimiento
de edad que hace que tenga que ser hospitalizada y que casi se se produce como parte de una enfermedad crónica. Es sabido
muera dará lugar a sufrimiento. Pero no es principalmente la debi­ desde el siglo xvra que las personas tienen el deseo de ser apro­
lidad, la profunda anorexia y el edema generalizado -tan angus­ badas por los otros, ser superiores y emular a los que admiran. La
tiantes como son lo que origina su sufrimiento; es más bien la persona enferma tiene los mismos deseos, pero la enfermedad
pérdida del control y la incapacidad para prevenir la evaporación puede impedir su realización. Esto no detiene el deseo; sólo crea
de su carrera cuya brillante promesa había sido apreciada tan un conflicto consigo mismo. La persona crónicamente enferma
sólo unos meses antes. Los hechos y las consecuencias físicas de intenta satisfacer los estándares del mundo cotidiano pero, a
la enfermedad metastásica son algo que conocen los médicos, menudo, no puede4. Los estándares parecen ser externos, pero no
pero que la paciente no comprende fácilmente, aun cuando los lo son; se hallan contenidos dentro de categorías verbales: madre,

PARTE I PRINCIPIOS
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Sufrim iento I C A P ÍT U L O 9 49

doctor, maestro, éxito y paciente. El resultado es un conflicto no sucede sólo por la ausencia de compasión o interés, crea lo
consigo mismo. que crea nuestro público; es el resultado del m a l conocimiento
Otro origen es el conflicto con el cuerpo, donde el paciente se diagnóstico y terapéutico y de las capacidades de las perso­
comporta como si el cuerpo fuera el enemigo, un «otro» indigno nas por parte de los médicos. Es decir, hay una incapacidad para
de confianza que se ve como haciendo activamente cosas malas al centrarse en la persona más que en la enfermedad, la fisiopato-
paciente. Por las dificultades intestinales y vesicales, por ejemplo, logía o la crisis fisiológica inmediata. Esta ceguera hacia las per­
el cuerpo puede ser tenido como un «otro» que está intentando sonas puede parecer extraña porque todos sabemos sobre las
humillar al paciente. personas: cada uno de nosotros es una, vivimos entre ellas todo
el tiempo y cuidamos a otras y a nosotros mismos como per­
sonas. Pero no es suficiente la familiaridad; después de todo,
Todo sufrimiento implica pérdida también vivimos entre cuerpos todo el tiempo (incluido el nues­
tro), pero no supimos de ellos como médicos hasta que se nos
o un profundo cambio en el propósito central formó acerca de cómo funcionan y cómo explorarlos, cómo
La palabra propósito fue erradicada de la ciencia a finales del siglo reunir datos de ellos y cómo pensar en ellos como parte de
xvn. Comporta la implicación teológica de teleología. En medicina, nuestro trabajo6.
la hemos sustituido con la palabra fu n ció n -, las cosas en el cuerpo Para efectuar el diagnóstico del sufrimiento se requiere un ele­
no tienen propósitos; tienen funciones. Las personas, sin embargo, vado índice de sospecha de la presencia de una enfermedad grave
tienen definitivamente propósitos: intenciones, metas y el objeto y de síntomas claramente perturbadores. Hay cinco dominios de
de hacer cosas. El propósito invade todo momento y toda acción especial preocupación para la persona que se está muriendo: el ali­
volitiva. Estos propósitos forman una jerarquía de acciones y con­ vio inadecuado del dolor y los síntomas, permanecer con control,
ductas que culmina en un propósito central: el propósito de ser evitar una muerte prolongada, aligerar a los otros la carga de sus
uno mismo. muertes y reforzar las relaciones personales7. Si estas inquietudes
son manifiestas, se debería considerar el sufrimiento. También
debe sospecharse éste siempre que el dolor parezca requerir unas
• El propósito es fundamentalmente no sólo individual, sino dosis inusualmente elevadas de analgésicos.
también social. Lo que uno hace, quiere, actúa, realiza y en lo El modo más eficaz de diagnosticar el sufrimiento es plantear
que se convierte es en último término social porque implica preguntas tales como: «¿Sufre?» «Sé que tiene dolor, pero ¿hay
a otros, tiene lugar en el mundo y requiere el mundo para cosas que sean incluso peores que el dolor?» «¿Qué causa su sufri­
su cumplimiento. Es importante darse cuenta de que las miento?» «¿Se siente alarmado por todo esto?» «¿De qué siente
acciones crean el mundo de una persona y crean la persona miedo exactamente?» «¿Qué es lo peor de todo esto?» «¿Qué le
como es. Si retiramos el propósito central, la persona se retira preocupa (teme) que vaya a sucederle?» «¿Cree que esto signi­
del mundo. fica que la enfermedad está empeorando?» o «¿Cree que esto
• En la enfermedad, el dolor y el sufrimiento, el propósito central significa que se está muriendo?» Una vez formuladas tales pre­
se pierde5. Así como la atención se dirige a las partes enfer­ guntas, hay que dar tiempo a los pacientes para que respon­
mas, también lo hace el propósito. El foco de la persona se dan. Las preguntas son a propósito algo vagas; comunican a los
dirige completamente al yo, y todo propósito se desvía hacia pacientes que tienen la libertad de hablar de cosas que, por lo
el objetivo del alivio del dolor, de la enfermedad y del sufri­ general, nadie ha querido oír, y no especifican qué respuestas se
miento. Cuanto más completa y apremiante es la angustia o esperan. La conversación debe ser concreta y deben evitarse las
la enfermedad, más completa es la redirección del propósito. abstracciones8.
Además, en el sufrimiento, el propósito se desentiende del Al principio, los médicos pueden encontrar que estas con­
mundo social. versaciones son muy incómodas porque nadie disfruta oyendo
cosas acerca del dolor no aliviado, la infelicidad y el sufrimiento.
Plantear las preguntas y escuchar atentamente las respuestas
suele ser útil en sí mismo, y el proceso lleva menos tiempo de
El sufrimiento es solitario lo que los médicos suponen. Los médicos se hallan también
con frecuencia preocupados por encontrarse impotentes ante
La tristeza de estar solo es una de las marcas distintivas del las respuestas de los pacientes. Con frecuencia es una sorpresa
paciente que sufre por dos razones. La primera es la individuali­ cuán fácilmente se alivian las inquietudes de los pacientes. Se
dad de los que sufren y el origen individual de su sufrimiento. La debe hacer lo posible por infundir confianza a los pacientes
segunda razón es la retirada del propósito del compromiso social. aun cuando sus preocupaciones sean correctas. Las respues­
Si el sufrimiento es solitario y la persona que sufre se retira del tas deben ser verdaderas, aun cuando no sea toda la verdad. En
mundo social, ¿cómo sabemos que está sufriendo? el infrecuente caso en que el médico sienta que el paciente no
va a responder a una pregunta, el problema puede solventarse
cambiando el tema y centrándose en algo positivo e importante:
«Sé que da miedo, pero todos vamos a estar aquí mismo para Ud.,
RECONOCER EL SUFRIM IENTO no importa lo que pase». La gratificación que comúnmente sigue
Como con muchas cosas en medicina, si no se efectúa el diag­ a estas interacciones compensa con creces a los médicos por
nóstico del sufrimiento, se fracasará en tratarlo. El problema sus molestias, y con el tiempo estas conversaciones se vuelven
es que el diagnóstico se efectúa considerando a la persona, no más fáciles.
sólo al cuerpo. Para el cuidado del que sufre, atender a la per­
sona significa más que preocuparse del paciente o mostrarse
compasivo. Con frecuencia, cuando se oye a los médicos hablar El especial significado del significado
sobre las características personales de los pacientes que se están
muriendo, los detalles de la vida y del trabajo, y las relaciones con Es difícil recalcar demasiado la importancia del significado en la
la familia, su preocupación y compasión son manifiestos, pero comprensión del sufrimiento. Creemos generalmente que actua­
no se sospecha el sufrimiento a menos que el paciente lo deje mos o respondemos por los acontecimientos, las personas, las
claro. La falta de reconocimiento y tratamiento del sufrimiento circunstancias, las cosas y lo que hay fuera en el mundo, pero

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50 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

eso no es realmente cierto. Actuamos según el significado de personas se revelan a sí mismas y su sufrimiento se vuelve progre­
esas cosas. Lo mismo sucede a los pacientes: casi con indepen­ sivamente evidente.
dencia de la enfermedad, la experiencia del paciente depende Hay un paso más importante. Los médicos comúnmente
de su significado para él. La disnea es disnea, la diarrea es diarrea, llegan a la habitación de un paciente «todo acción»: haciendo
el dolor es dolor, pero el modo en que se experimentan y lo cosas, hablando y luego se van. Uno tiene cosas que hacer, pero
que el paciente cree que va a ocurrir en el futuro deriva del es importante no ser solamente un hacedor, sino también un
significado que asigna el paciente a estos síntomas, con o sin la receptor. Abrirse al paciente: dejar que el paciente fluya hacia
influencia del médico. Recuerde, el paciente sufre por el signifi­ uno, como si hubiese abierto una puerta a su corazón o a su alma.
cado que ha asignado a lo que está sucediendo y lo que augura Puede sonar sensiblero, pero no se desconcierte. Esta postura no
para el futuro. Todos nosotros compartimos algunos aspectos es tanto algo que uno hace como algo que uno es. Esto ha sido
de la mayoría de los significados, o no nos podríamos entender en ocasiones etiquetado de «escucha compasiva», «comunicación
unos a otros. Sin embargo, todos los significados tienen tam­ empática» o «atención empática»; puede enseñarse y aprenderse9.
bién un elemento particular para un individuo. El mejor modo Los pacientes no serán conscientes de lo que está pasando; sim­
de encontrar qué significa algo para un paciente es preguntarle. plemente le percibirán como merecedor de confianza, afectuoso
En efecto, mi pregunta favorita y la que más utilizo es: «¿Qué y comprensivo. Puede parecerle amenazador al principio, como si
significa eso?» La otra verdad es que los significados pueden hubiese bajado las defensas. Recuerde que está trabajando. Es el
ser cambiados y, cuando lo son, también cambia la experiencia doctor, haciendo y siendo de esta manera, y el papel le protege.
del paciente1. ¿Qué aprenderá? De entrada aprenderá qué siente el paciente; a
la larga, puede aprender a discernir las sensaciones de los pacien­
tes, incluso por teléfono. Es importante en ocasiones identificar
estas sensaciones de modo específico, nombrarlas. La mayoría
Subjetividad de las veces, sin embargo, no pondrá palabras a lo que aprende,
con el fin de no extinguir la experiencia. Con el tiempo, llegará
Mucha de la información sobre el sufrimiento es subjetiva y, por
a confiar en el pensamiento intuitivo que tiene lugar por debajo
consiguiente, con frecuencia está devaluada. En los cuidados palia­
del nivel de la conciencia a medida que su mente procesa cons­
tivos, tal vez no seamos capaces de tratar la enfermedad, y eso nos
tantemente la experiencia. Esta intuición no es algo mágico; es
obliga a trabajar con la persona del paciente si deseamos ser efi­
una suerte de pensamiento no discursivo que es común a muchos
caces. Como consecuencia, la información subjetiva -los síntomas
expertos en muchos campos10. Aprender cómo hacer estas
y su valoración por el paciente, las emociones, sensaciones, creen­
cosas hará posible diagnosticar el sufrimiento con mucha más
cias y preocupaciones- necesariamente se convierten en la base
frecuencia.
para muchas de nuestras acciones. Esto es incómodo para muchos
médicos que fueron educados en la creencia de que sólo los datos
objetivos, especialmente las medidas, satisfacen los criterios de la
evidencia.
Se considera que el conocimiento objetivo es científico y TRATAR EL SUFRIM IEN TO
válido, mientras que se piensa que la información subjetiva es de Dos hechos en relación con el sufrimiento son centrales para
segunda fila. Para el alivio del sufrimiento, dicho conflicto no sólo comprender su tratamiento. Primero, aun cuando el sufrimiento
es falso sino un impedimento. Una vez que se ha pensado cons­ fuera iniciado por, por ejemplo, dolor o disnea, es un resultado del
cientemente la información sobre algo o convertido en palabras, significado destructivo de dicho síntoma sobre algún aspecto de
se ha tornado objetiva, como una cosa que puede ser examinada. la persona. Es una aflicción de la persona. Segundo, como resul­
La información subjetiva comparte las características de toda tado de su base en el significado, el sufrimiento puede ser ali­
información; no es solamente verdadera o falsa, sino basada en la viado incluso si no puede mejorarse la causa desencadenante,
probabilidad, más o menos probable y existente dentro de unos y el sufrimiento puede continuar incluso si se elimina la causa
límites de confianza. Ello significa que la tarea del médico al hacer (v. «Perspectivas futuras»).
inferencias con la información, ya sea de una placa radiográfica o Dado que el sufrimiento es un trastorno de la persona y se
del pensamiento de que el paciente está sufriendo, es objetivarla relaciona con la persona particular, su tratamiento es una repara­
en el pensamiento, aumentar la probabilidad de su verosimilitud, ción de la persona. Sin embargo, los síntomas han de ser alivia­
estrechar sus límites de confianza e incrementar su valor predic- dos lo más posible y es preciso que el paciente sepa que lo está
tivo. O, dicho de otro modo, la tarea con la información subjetiva intentando y que quiere hacerlo. No prometa lo que no puede
u objetiva es aumentar su precisión, exactitud (fiabilidad) y valor hacer, pero haga lo que ha prometido. Los significados son cen­
predictivo. Esto se consigue examinando de nuevo, mirando de trales en relación con el sufrimiento, de modo que sus preguntas
nuevo, reflexionando, escuchando de nuevo, ampliando el ámbito han de dirigirse a hallar qué significan las cosas para el paciente y,
de la pregunta, haciendo más preguntas y pensando sobre la
información.
Dado que el sufrimiento es personal e individual, conocer al
paciente tiene especial importancia. No es conocer la vida social
y, de hecho, las ideas de que una persona es elegante, interesante,
dominante, encantadora, ansiosa, atractiva y demás -correctas o Perspectivas futuras
n o - interrumpen la observación por las interpretaciones prematu­
ras. Las clasificaciones usuales de la personalidad se interponen en • Desarrollo d e índices d e m edida d el sufrimiento.
el conocimiento que tienen los clínicos de los pacientes, tal como • Fuentes d e sufrimiento.
son particularmente engañosos los prejuicios y las ideas preconce­ • Estudios de prevalencia del sufrim iento e n diferentes m arcos y dife­
bidas no basadas en lo que uno sabe de este paciente. Uno quiere rentes enfermedades.
estar escuchando lo que se dice y lo que no se dice, oliendo • Prevalencia del sufrim iento e n diferentes grupos d e pacientes.
(el temor, la higiene, el perfume) y mirando, siempre mirando, en • Tratamiento y desenlaces d el tratam iento.
busca de la expresión facial y el movimiento corporal ya que las

PARTE I PRINCIPIOS
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Cultura, identidad étnica y enferm edad subjetiva I C A P Í T U L O 10 51

cuando estos significados son problemáticos, intentar cambiarlos.


La soledad está siempre presente en los pacientes que sufren, y
puede ser tratada incluso si no está seguro de sus orígenes especí­
| C A P ÍT U L O 10
ficos. Para hacerlo, haga una conexión con el paciente p or medio
del tacto y asegurando al paciente que está ahí por ellos y que
no los abandonará. El propósito central está restablecido hasta el Cultura, identidad étnica
grado posible alentando otras metas -comer, caminar, moverse,
etc.- y dando mayor significación a la angustia del paciente: «Va y enfermedad subjetiva
a salir de ésta fortalecido». «Esta angustia terminará y ya verá que
era capaz de superarla». Sus palabras han de sonar verdaderas y Cynthia R. Goh
no deben representar tan sólo pedir la luna. Prométase a sí mismo
que aliviará el sufrimiento de un paciente en particular y persista
en ello hasta que lo haga. Hágalo y aprenderá acerca del sufri­ D 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
miento y el significado de la palabra persona en medicina.

¿SUFRIR ES U NA PATOLOGIA PSIQUIÁTRICA?


• La identidad étnica tiene importancia sobre los cuidados de salud en el
Sufrir no es una afección psiquiátrica, y no es una enfermedad men­ acceso a los servicios, la prevalencia de enfermedades en grupos étnicos
tal. David Kissane ve un estado que se da en los pacientes enfermos particulares y en el modo en que se toman las decisiones al final de la vida.
y moribundos que él denomina «desmoralización» y que cree que • Los orígenes culturales y religiosos pueden influir sobre la comprensión
es enfermedad mental11,12. Lo que describe tiene muchos de los de la causa y el tratamiento de una enfermedad y sobre el significado de la
rasgos de lo que está descrito aquí como sufrimiento. Creo que está enfermedad para el paciente.
equivocado. El sufrimiento es parte de la condición humana y no • La revelación del diagnóstico y de las opciones de tratamiento debe consi­
está en absoluto limitado al físicamente enfermo. De hecho, el sufri­ derar las diferentes actitudes culturales sobre las decisiones del tratamiento
miento puede ser una respuesta a una enfermedad mental, y puede y la extensión y modos en que se expresan. La toma de decisiones por la
verse aliviado incluso ante una enfermedad mental continuada. familia puede ser la norma en algunas culturas.
Chochinov describió en detalle una intervención terapéutica dise­ • Los trabajadores sanitarios deben tener un conocimiento de trabajo de las
ñada para favorecer la dignidad del paciente que se está muriendo normas sociales, reglas de alimentación y prácticas religiosas de los diferen­
que merece estudiarse13,14. Describió también muchas de las carac­ tes grupos étnicos de sus pacientes.
terísticas del sufrimiento y las atribuyó a la depresión. Cierto que • Todas las personas de un grupo étnico o religión particular pueden no
se produce depresión en los pacientes que sufren y merece trata­ tener las mismas creencias, valores o rituales. Hay una considerable varia­
miento, pero el sufrimiento no es depresión. Si un paciente que se ción entre los individuos, las familias, los grupos dialécticos, las sectas y las
está muriendo es tratado por depresión y no se obtiene respuesta, denominaciones.
debe sospecharse que el sufrimiento es el problema.

B I B L I O G R A F Í A
1. Cassell EJ. The Nature of Suffering and the Goals of Medicine. New York: Puede definirse la cultura como «un conjunto de características
Oxford University Press, 2004. distintivas de tipo espiritual, material, intelectual y emocional de
2. Daneault S, Lussier V, Monqeau S, et al.The nature of suffering and its relief in una sociedad o de un grupo social que comprenden, además del
the terminally ill: A qualitative study. J Palliat Care 2004;20:7-11. arte y la literatura, estilos de vida, modos de convivir, sistemas de
3- Daneault S, Lussier V, Mongeau S. Souffrance et Medecine. Quebec: Presses de
1’Universite du Quebec, 2006.
valores, tradiciones y creencias»1. Los historiadores, antropólogos
4. Charmaz K. Loss of self: A fundamental form of suffering in the chronically ill. y sociólogos estudian diferentes aspectos de la cultura. En rela­
Sociol Health Illness 1983;5:168-195. ción con los profesionales sanitarios, es esencial la comprensión
5. Bakan D. Disease, Pain, and Sacrifice. Boston: Beacon Press, 1968. de la visión del mundo, los valores, las creencias, normas y cos­
6. Cassell EJ. Diagnosing suffering: A perspective. Ann Intern Med tumbres de sus pacientes para un buen manejo clínico. Forman la
1999;131:531-534.
7. Singer PA, Martin DK, Bowman K. Quality end-of-life care: Where do we go base de una buena comunicación con el paciente y la familia, que
from here? J Palliat Med 2000;3:403-405. les habilita para tomar decisiones razonables sobre las opciones
8. Cassell EJ, Leon AC, Kaufman SG. Preliminary evidence of impaired thinking in terapéuticas.
sick patients. Ann Intern Med 2001;134:1120-1123- La identidad étnica y la raza son conceptos relacionados que
9. Platt FW, Keller VF. Empathic communication: A teachable and learnable skill.
J Gen Intern Med 1994;9:222-226.
ayudan a caracterizar un grupo social. La identidad étnica hace
10. Cassell EJ. Doctoring:The Nature of Primary Care Medicine. New York: Oxford referencia más al lenguaje, la religión, la cultura y la localización
University Press, 1997. geográfica, mientras que la raza incluye la genealogía y las carac­
11. Clarke DM, Kissane DW. Demoralization: Its phenomenology and importance. terísticas biológicas o genéticas. Los gobiernos tienen diferentes
Aust N Z J Psychiatry 2002;36:733-742. modos de caracterizar la raza o la identidad étnica, que pueden
12. Clarke DM, Kissane DW, Trauer T, Smith GC. Demoralization, anhedonia and
grief in patients with severe physical illness.World Psychiatry 2005;4:96-105. causar confusión. Por ejemplo, en el Census of England and Wales
13- Chochinov HM. Dying, dignity, and new horizons in palliative end-of-life care. de 2001, la palabra asían (asiático) denota personas de India,
CA Cancer J Clin 2006;56:84-103- Paquistán y Bangladesh, pero el término no incluye a chinos, japo­
14. Chochinov HM, Cann BJ. Interventions to enhance the spiritual aspects of neses y personas del sureste asiático, que vienen clasificados bajo
dying.J Palliat Med 2005;8:sl03-sll5. el encabezamiento de chínese a n d others (chinos y otros). En el
United States Census, el término asían incluye a las personas de
Asia oriental, sudeste asiático y partes de Surasia.
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
La identidad étnica afecta a la asistencia sanitaria en términos
de acceso a los servicios, epidemiología de las enfermedades que
Cassell EJ. The Nature of Suffering, 2nd ed. New York: Oxford pueden ser más prevalentes en grupos étnicos particulares (p. ej.,
University Press, 2004. la anemia de células falciformes, estado de portador del virus de la
Chochinov Harvey M. Dying, dignity, and new horizons in pallia­ hepatitis B) y en el modo en que se toman las decisiones relacio­
tive end-of-life care. CA Cancer J Clin 2006;56:84-103. nadas con la salud.

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52 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

ID ENTIDAD ÉTNICA Y ACCESO una situación sin ofrecer detalles gráficos711. Puede ser menos
importante para un paciente conocer el nombre de una enferme­
El acceso a los servicios sanitarios, incluidos los cuidados palia­ dad como el cáncer, con todas las connotaciones de una muerte
tivos, está gobernado con frecuencia por factores socioeconó­ dolorosa, que saber que va a morir pronto de la enfermedad,
micos2'4. Los grupos étnicos minoritarios, especialmente si son especialmente si ha delegado las decisiones del tratamiento a
inmigrantes más recientes a un país, pueden tener un acceso sus descendientes mejor informados6’9,12 (v. caps. 17, 19, 116
más difícil a los servicios sanitarios por pobreza, carencia de un y 117).
seguro médico, de educación sanitaria y unas menores priorida­
des en relación con la salud. Ser incapaz de hablar la lengua del
grupo étnico dominante de un país puede constituir una barrera
al acceso a los servicios sanitarios5. Aunque los centros sanita­
rios que atienden a poblaciones multiculturales pueden tener LA IN V IO LABILIDA D DE LA V ID A
acuerdos con intérpretes, tales servicios presentan también difi­ Y LA EUTANASIA
cultades. Un intérprete del mismo grupo étnico puede no hablar
exactamente el mismo dialecto que el paciente o puede no tener La mayoría de las grandes religiones del mundo mantienen el con­
la misma educación o clase social, lo que genera barreras de cepto de la inviolabilidad de la vida. Los cristianos y los musulma­
idioma y matices que pueden perderse para un médico o enfer­ nes creen que toda la vida está en manos de Dios, cuya voluntad
mera de una cultura diferente. La utilización de miembros fami­ es suprema13,14. El hinduismo y el budismo prohíben quitar la vida,
liares como intérpretes tiene la ventaja de la comodidad, pero incluida la propia. En todas estas religiones está prohibido el suici­
puede no estar garantizada la exactitud, especialmente al revelar dio y se considera que la eutanasia es matar de modo deliberado,
malas noticias. como el asesinato13-15 (v. cap. 2 1).
En contraste, hay un hilo de pensamiento secular desde
las culturas orientales de que una persona no debe cargar a la
familia o sociedad después de que haya terminado su utilidad
a la sociedad16. Los pacientes exigen morir para reducir el
sufrimiento asociado con una mala salud y porque no quieren
A U TO NO M ÍA DEL PACIENTE Y TO M A ser una carga y desperdiciar los recursos familiares o sociales
DE DECISIONES POR LA FAMILIA (v. caps. 9 y 11).
En el mundo occidental, la tradición humanista ha puesto un
En las culturas de los países anglosajones, de Europa septentrional fuerte énfasis en la autonomía personal, que se extiende hasta el
y Norteamérica la autonomía individual es un bien muy preciado. derecho a morir en el momento de la propia elección y, para algu­
Las leyes en algunos de estos países requieren que el paciente nos, el derecho a un suicidio asistido por un médico. Hay mucha
reciba toda la información relacionada con su salud y los médicos controversia en la sociedad occidental sobre si la ley debería per­
son formados para proporcionar todos los detalles de una afec­ mitir esta práctica.
ción médica, su tratamiento y todos los riesgos asociados con cada La comprensión sobre lo que es un tratamiento fútil y sobre
curso de acción. las decisiones para comenzar o detener el apoyo vital se ve afec­
En contraste, en muchas culturas de la Europa mediterránea, tada en gran medida por la cultura y la religión. En algunas cultu­
América Latina, Asia y África las decisiones son tomadas con fre­ ras puede ponerse en cuestión el derecho del individuo a tomar
cuencia por la familia67. Ello puede reflejar la diferencia en valores decisiones sobre la vida y la muerte, ya sea sobre la propia vida
y la importancia relativa de la identidad propia frente a la familia o de la persona o la de un familiar próximo. La piedad filial puede
el grupo social. no permitir una decisión para renunciar al tratamiento, a pesar de
Los doctores preparados en los países occidentales se encuen­ los deseos del paciente. Son éstos unos pocos ejemplos de la gran
tran con frecuencia con un dilema cuando la familia requiere o diversidad de opiniones en las diferentes culturas en relación con
exige que no se dé al paciente información sobre un diagnóstico las decisiones del apoyo vital17,18.
nefasto8. Hay que llevar a cabo negociaciones delicadas para
encontrar exactamente qué conoce ya el paciente, cuánto desea
conocer y cómo un paciente particular o un familiar toma una
decisión relativa a un tratamiento.
Es importante que el equipo de atención sanitaria no haga CONCEPTOS ALTERNATIVOS DE LA ENFERMEDAD
suposiciones basadas en la identidad étnica porque hay una gran Y DE LA MUERTE
variación, incluso entre familias, respecto a dónde reside el poder
de la toma de decisiones9. En algunas culturas, una persona de Los médicos practicantes de la medicina alopática occidental
edad avanzada, con menor nivel educativo, puede preferir delegar pueden no hallarse familiarizados con otros sistemas o puntos
las decisiones sobre el tratamiento en un descendiente con mayor de vista sobre la salud y la enfermedad. Tradicionalmente, los
nivel educativo o en la persona que pague el tratamiento. En oca­ médicos practicantes de la medicina occidental rechazan todo lo
siones, el paciente puede ser el patriarca o la matriarca que toma que no sea occidental como curanderismo o inútil. Esta actitud
las decisiones, que no desea expresar sus opiniones directamente puede no ser de utilidad cuando se asiste a la persona moribunda.
al equipo sanitario, prefiriendo realizar la tarea a través de un por­ Cuando la medicina occidental no puede ofrecer ya cura para
tavoz de la familia. una enfermedad potencialmente mortal, muchas personas bus­
El idioma puede ser una barrera si el paciente se siente menos can métodos alternativos, tanto si creen que funcionan como si
versado en el idioma del médico o de las masas educadas. Sin no. En presencia de desaprobación por un médico formado en los
embargo, si el equipo sospecha que la familia actúa en conniven­ modos occidentales, los pacientes no dejan que el médico sepa
cia para ocultar la verdad al paciente y ello es perjudicial para su que están utilizando medicinas alternativas, que pueden llevar a
estado emocional, puede requerirse la persuasión diplomática, un interacciones medicamentosas, o abandonan del todo la medicina
consejo familiar y una defensa en nombre del paciente. occidental.
Debe reconocerse y respetarse el deseo de un paciente de Algunos pacientes y familias se apuntan a sistemas de medi­
diferir la toma de decisiones a la familia10. También se debe res­ cina alternativa y de comprensión del modo de funcionamiento
petar el deseo de no querer saber todos los detalles de la afec­ del organismo. Es preciso que el equipo de asistencia sanitaria
ción, de modo que el paciente no sea bombardeado con detalles conozca algo acerca de estas creencias, como la visión de la medi­
desagradables e indeseados de la enfermedad. El algunas cultu­ cina tradicional china de un equilibrio entre el Yin y el Yang (es
ras, la norma aceptada es describir los elementos esenciales de decir, negativo y positivo), en la que la enfermedad está causada

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Cultura, identidad étnica y enferm edad subjetiva I C A P Í T U L O 10 53

por un desequilibrio de estas fuerzas19. Diferentes hierbas y ali­ mundo7’9,12. Estas variaciones en creencias y rituales son similares
mentos se suman al Yin o al Yang, que a menudo se describen a las diferencias entre los católicos romanos, ortodoxos y protes­
como frío o caliente, respectivamente. El tratamiento de una tantes cristianos, o entre el budismo delTheravada, el tibetano y el
enfermedad reside en el restablecimiento del equilibrio. La medi­ de la Tierra Pura. Una familia tiene también su propia cultura, que
cina ayurvédica, comúnmente practicada en India, tiene también se expresa en el modo en que los miembros familiares muestran
muchas reglas de alimentos20. Un sistema que puede resultar más sus emociones, en los tabúes observados y en cómo los miembros
familiar en Occidente es la homeopatía, que postula el tratamiento afrontan el estrés.
«por iguales» utilizando dosis mínimas de la misma toxina o alér­
geno que se cree han causado la enfermedad21.
Hay otros muchos sistemas de creencias sobre la causa y el tra­ Papel del equipo
tamiento de enfermedades. En muchas sociedades se encuentran
los curanderos tradicionales, que van de brujos doctores a hom­ Uno de los puntos fuertes de un equipo interdisciplinario es que
bres sagrados, que curan por medio de rituales, como expulsando sus miembros pueden proceder de diferentes grupos étnicos
los espíritus malignos, arrojando y eliminando hechizos o el mal y tener diferentes religiones, y pueden ser capaces de educarse
de ojo, o la oración, con o sin prescripción de agua sagrada, hier­ entre sí. Es preciso aprender el modo en que los individuos de
bas o artículos más extraños. Aunque los médicos practicantes de diferentes sexos se dan la bienvenida y hablan entre sí y otras nor­
la medicina occidental pueden rechazar gran parte de estos enfo­ mas conductuales. Ofrecer y recibir alimentos tiene un significado
ques como supersticiones, tales prácticas tienen un efecto signifi­ en muchas culturas porque la alimentación constituye una expre­
cativo sobre los pacientes y sus familias, especialmente si causan sión común de atención. Es importante un consejo culturalmente
conflicto entre los miembros familiares o para el paciente, la fami­ apropiado sobre los alimentos, especialmente si el paciente tiene
lia y los profesionales sanitarios encargados de su asistencia. necesidades de una alimentación especial por su enfermedad. Es
útil tener una cierta comprensión de qué constituye un alimento
reconfortante para un paciente, especialmente en relación con
DIVER SID A D CULTURAL Y RELIGIOSA personas de diferentes bagajes culturales (cuadro 10-1 ).
En las sociedades modernas, en las que hay una fácil movilidad
social y física de personas y poblaciones, la educación, la lengua,
N ECESIDADES RELIGIOSAS EN LA ENFERMEDAD
la cultura y la religión pueden diferir entre generaciones dentro
de una familia. En las familias de inmigrantes, la generación más AVANZADA
joven puede hablar la lengua y aceptar las normas y valores de
Es preciso respetar las sensibilidades religiosas (figs. 10-1 y 10-2).
la sociedad a la que se ha unido la familia. En las comunidades Es útil comprender los dogmas de las principales religiones repre­
multiétnicas y multirreligiosas, los niños pueden ser educados en
sentadas en una comunidad. Es de uso práctico en los cuidados
escuelas de misión y convertirse a una religión diferente a la de
paliativos. Los budistas requieren con frecuencia estar lúcidos en
la familia. Esto puede causar conflictos dentro de la familia, espe­ el momento de la muerte15 porque se cree que el último pensa­
cialmente durante una enfermedad terminal (v. «Caso práctico: miento de un budista ha de ser bueno para lograr la mejor reen­
Reunión de creencias culturales y religiosas en la muerte y en pro­ carnación posible. Este principio es igualmente válido para los
ceso de muerte»). hindúes. Debe evitarse la sedación terminal y se requiere un ajuste
exacto de la dosis de la analgesia para lograr una mente clara. En
Creencias, valores y rituales el budismo de la Tierra Pura, se cree que recitar el nombre de
Amitabha Buddha al oído de la persona moribunda le envía a la
El equipo de cuidados paliativos ha de tener un conocimiento de Tierra Pura, donde no hay sufrimiento y es más fácil el camino
trabajo de las normas sociales, reglas de alimentación y prácticas hacia el Nirvana22. En los tiempos modernos, se logra este obje­
religiosas de los diferentes grupos étnicos de los que proceden tivo con frecuencia colocando un pequeño grabador de cintas al
sus pacientes. Es importante no suponer que todas las personas oído de la persona moribunda.
o familias de un grupo étnico o religión han de tener las mis­ Para los musulmanes, ser capaz de continuar las oraciones
mas creencias y valores. Puede haber grandes diferencias en la diarias durante la enfermedad final es importante14. Puede ser de
clase social o casta, entre grupos de dialectos y entre las sectas ayuda colocar la cama en dirección a La Meca con la ayuda de
y las denominaciones de muchas de las principales religiones del una brújula. El paciente puede necesitar ayuda para realizar las

Cuadro 10-1 Normas de alimentación


GRUPO PRÁCTICAS ACEPTABLES PRÁCTICAS INACEPTABLES
Hindúes En el sistema de castas, los brahmanes suelen ser vegetarianos. No comen carne de vaca.
Otros pueden ser vegetarianos en ciertos días de la semana, durante
festivales o ciertos períodos de votos.
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

Budistas Los monjes y religiosas budistas mahayanas y algunas personas laicas son Las elecciones dependen de los preceptos que hayan
vegetarianos puros; muchos laicos son vegetarianos en las lunas nueva y adoptado. Incluso los no vegetarianos no comen carne
llena y durante ciertos festivales. de vaca.
Los monjes y religiosas del Theravada comen todo lo que se les da en sus No fuman.
cuencos de petición, carne incluida. No toman alcohol, drogas o sustancias intoxicantes.
Cristianos La mayoría de los cristianos no tienen alimentos tabúes. Algunos católicos romanos no comen carne, pero sí
pescado, los viernes y durante el tiempo de Cuaresma.
Judíos Los judíos estrictos comen sólo alimentos kosher. No comen carne de cerdo.
No comen pescado sin aletas y cola.
Hay otros muchos tabúes relacionados con los alimentos.
Musulmanes Los musulmanes estrictos comen sólo alimento halal. No comen cerdo o grasa de cerdo.

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54 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

MJ C A S O P R Á C T I C O

Una reunión de creencias culturales y religiosas en la muerte


y en el proceso de la muerte

La Sra. Lee era una viuda china de 44 años de edad con cáncer de
estóm ago avanzado. Su marido había fallecido de cáncer de estómago
5 años antes. Tenía dos hijos de 7 y 11 años de edad, que estaban
atendidos por su suegra. Dado que no había persona alguna que
pudiera cuidar de ella cuando se vio obligada a quedar encamada,
fue ingresada en una residencia de cuidados paliativos regentada por
algunas hermanas católicas. Aunque los síntomas físicos se hallaban
razonablemente bien controlados, se sentía m uy afligida por no poder
vera sus hijos. La suegra no quería llevara los niños a la residencia
porque temía que pudieran contraer cáncer de la madre. La señora
estaba convencida de que el cáncer era de naturaleza infecciosa porque
su hijo y su nuera lo tenían. La residencia consiguió arreglarlo para
que personal voluntario llevara a los niños a ver a su madre en algunas
ocasiones, cuando la suegra permitió tales visitas. FIG U RA 10-1 Mujer ch ina de edad avanzada encendiendo varillas de
Posteriormente, la Sra. Lee expresó el deseo de ser bautizada com o incienso en un templo taoísta.
católica romana. Aunque originalmente taoísta, había estado expuesta
al cristianismo algunos años antes, pero no había tom ado la decisión de
convertirse en cristiana por sus deberes com o la nuera mayor de cuidar
del altar familiar y quemar incienso a sus ancestros. Dado que no podía
ya cumplir con estas obligaciones, expresó el deseo de ser bautizada y
sepultada en el cementerio católico romano. La suegra se opuso con
firmeza a esta idea porque significaba que la Sra. Lee quedaría para
siempre separada de su marido y del resto de la familia.
Las religiosas aconsejaron a la Sra. Lee. Le dijeron que Dios mira
al corazón y que lo que ella creía en su corazón era lo que realmente
importaba. Los rituales externos del bautismo y donde fuera enterrada
no eran tan importantes, especialmente si ello creaba tanto conflicto
familiar. Sin embargo, la Sra. Lee insistió.
Al cabo de unas semanas, cuando la paciente estaba próxima a la
muerte, la suegra cedió. Quizá no quería que la Sra. Lee muriese y se
convirtiera en un alma perdida o un «fantasma hambriento» y regresara
para rondarla. La Sra. Lee fue bautizada y enterrada en el cementerio
católico. Antes de morir, dijo a sus hijos que cuando crecieran y
pudiesen ganarse su sustento, no debían olvidar la bondad de las
religiosas que la habían cuidado durante su enfermedad terminal.
Cuando los niños crecieron y comenzaron a trabajar, visitaron la
residencia y efectuaron una donación cada año después de visitar la
tumba de su madre en el aniversario de su muerte.

FIG U RA 10-2 Mujer india orando en un templo hindú.

abluciones antes de las oraciones. Alguien con una colostomía CONCLUSIONES


puede pensar que le impedirá estar ritualmente limpio para La cultura, la identidad étnica y la religión tienen importantes
las oraciones. Es importante el consejo de un preceptor reli­ influencias sobre la conducta humana y sobre la experiencia
gioso sobre este aspecto para aliviar la mente del paciente. de la vida y la muerte. La práctica de la medicina paliativa ha de
Leer el Corán y recitar las oraciones debe continuar idealmente considerar estas influencias. Una comprensión de las culturas
hasta el momento de la muerte. La presencia de un familiar, o al dentro de las que funcionamos es enriquecedora y favorece los
menos de otro musulmán, es importante en el momento de la cuidados que somos capaces de dar a nuestros pacientes y sus
muerte, razón por la cual muchos musulmanes desean morir familias.
en su casa. Esta es un área fértil para la investigación futura. Aún es pre­
Es importante comprender los rituales religiosos después de la ciso realizar mucho trabajo para describir y analizar las diferen­
muerte. Esta información afecta al tratamiento que se da al cuerpo, cias en actitudes sobre muchos aspectos que rodean la muerte,
las restricciones temporales de la certificación de la muerte y como el papel de la familia o del individuo en la toma de deci­
la autopsia, y la entrega el cuerpo para su entierro o cremación siones y la aceptabilidad de comenzar o retirar el apoyo vital. Es
(cuadro 10-2). El momento de las visitas de duelo debe reflejar mucho lo que hay que aprender sobre el mejor modo de tratar las
también las observancias religiosas y los días de conmemoración necesidades de las personas de diferentes culturas en áreas tales
porque ciertos días tienen una significación especial para conme­ como el conocimiento del diagnóstico y la comprensión de la
morar a los muertos23. enfermedad.

PARTE I PRINCIPIOS
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El deseo de m orir I C A P Í T U L O 11 55

Cuadro 10-2 Rituales comunes relacionados con la muerte


Hindúes La cremación se produce en una pira en la ribera de un río o en un crematorio por la noche en el día de la muerte, y las
cenizas se esparcen.
Las oraciones y los rituales tienen lugar en ciertos días dentro del primer mes.
El período de duelo es de 10-30 días.
Taoístas (costumbres chinas) Los rituales funerarios elaborados tienen lugar en velatorios con una duración impar de días.
La salmodia es efectuada por los monjes budistas o taoístas; figuras de papel de dinero, vestidos, casas, coches y otros
artículos requeridos después de la muerte son quemados.
Los ricos son enterrados en un gran ataúd después de una procesión funeraria.
Las observancias o rituales ocurren a los 7,21,49 y 100 días.
El duelo puede durar hasta el final del funeral o durante 100 días, 1 año, o 3 años, dependiendo del individuo o de la familia.
Budistas Algunos no desean que el cuerpo sea perturbado durante 8 o más horas después de la muerte.
Los budistas tienen unos funerales más simples que los taoístas (p. ej., no se queman figuras de papel).
Las salmodias son efectuadas por monjes budistas si la familia puede permitírselo.
Se prefiere la cremación, pero se acepta el entierro.
Las cenizas pueden ser almacenadas en un columbario en un templo.
Musulmanes El lavado ritual es efectuado por familiares del mismo sexo.
El entierro se produce en una mortaja con el cuerpo mirando a La Meca en el día de la muerte antes de la puesta de sol.
Cristianos Los ritos simples se adaptan a la costumbre local (p. ej., un velatorio si es la práctica local).
Se efectúan servicios conmemorativos por la noche en velatorios; en el funeral, entierro o incineración, y en ocasiones en
una fecha posterior.
Algunos cristianos defienden el entierro; de lo contrario, se realiza la incineración de acuerdo con las prácticas locales.
Los católicos romanos tienen misas de funeral y prefieren el entierro.

B I B L I O G R A F Í A

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CAPÍTULO
11
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ERRNVPHGLFRVRUJ
56 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

PREVALENCIA DAM después de haberse logrado un alivio eficaz del dolor


(v. caps. 253 y 254).
Los datos epidemiológicos sobre la prevalencia del DAM depen­
den del modo en que los investigadores han definido este cons-
tructo. No es infrecuente la ideación suicida transitoria ocasional3.
El 45% de 200 pacientes terminalmente enfermos de un estudio Apoyo social
señaló un deseo fugaz de morirse, que fue diferenciado de un Existen relaciones importantes entre el apoyo social y el DAM. Los
deseo comprometido de acelerar la muerte que fue observado que tienen menos apoyo social tienen una mayor probabilidad de
en el 9% de los pacientes4. Se observó un alto DAM en el 17% de manifestar un DAM7. La calidad del apoyo social se ha relacionado
92 pacientes terminalmente enfermos valorados en otro estudio5. también con el DAM7. Por la influencia de las relaciones interper­
Se hallaban en riesgo particularmente elevado los pacientes con sonales en el DAM, los profesionales sanitarios deben incluir la
depresión, que tenían una probabilidad cuatro veces superior de apreciación del apoyo social en las evaluaciones clínicas.
manifestar una alto DAM que los que no cumplían los criterios
de depresión mayor5. Parece infrecuente completar el suicidio en
la enfermedad terminal; en 2004, el suicidio asistido fue la causa de
sólo el 0,125% de todas las muertes en Oregon6. Disfunción cognitiva y delirio
El deterioro cognitivo se ha asociado significativamente con un DAM
en pacientes hospitalizados con SIDA avanzado7. Dado que el delirio
y el deterioro cognitivo nublan la capacidad de razonamiento, puede
FACTORES DE RIESGO CO M U NES aumentar el riesgo de conducta impulsiva y menoscabar la capaci­
Los factores de riesgo más comunes1 de DAM incluyen sentirse dad de juzgar las consecuencias a largo plazo de la conducta.
una carga para otras personas, la pérdida de autonomía y el deseo
vinculado de controlar la propia muerte, los síntomas físicos
(p. ej., dolor intenso), la depresión y la desesperanza, las preocu­ Historia psiquiátrica y factores
paciones existenciales, y el temor al futuro, sobre todo en rela­
de la personalidad
ción con el tratamiento del dolor físico. El DAM puede cambiar
dependiendo del momento y de las circunstancias, de modo que Un trastorno psiquiátrico preexistente aumenta el riesgo de DAM
las revaluaciones son ventajosas. Apreciar las razones de un deseo y de ideación suicida3. Las personas con antecedentes de depre­
de morirse ayuda al clínico a intervenir de modo apropiado. sión, trastornos de personalidad diagnosticables o intentos previos
de suicidio deben ser monitorizadas cuidadosamente en busca de
inclinaciones suicidas9. Factores tales como la pérdida de autono­
Depresión mía o la dependencia, una fuerte necesidad de controlar las cir­
cunstancias de la propia muerte, o el temor de constituir una carga
Existe una conexión apremiante entre el DAM y la depresión a los cuidadores pueden ser también predictores de un DAM1.
mayor. Los clínicos deben determinar si los síntomas depresivos
de un paciente alcanzan niveles clínicos, en oposición a unos sen­
timientos apropiados de tristeza esperados entre los que afron­ Preocupaciones existenciales
tan un pronóstico terminal. La depresión fue el indicador más
fuerte del DAM en el estudio de los 200 pacientes terminales La pérdida de significado, propósito o dignidad; la constatación
antes mencionado; el 58% de los que manifestaron un DAM sig­ de unas tareas vitales o arrepentimientos incompletos, o la ansie­
nificativo cumplía también los criterios de depresión mayor4. De dad por lo que pueda suceder después de la muerte o la existen­
modo similar, la depresión fue el predictor más fuerte del DAM en cia de un poder mayor pueden constituir una lucha central para
pacientes con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) el paciente moribundo y contribuir en gran medida al DAM. Los
avanzado, aunque la ausencia de apoyo social, la intensidad pacientes con cáncer terminalmente enfermos con un bajo bien­
del dolor y el sufrimiento sintomático aportaron contribuciones estar espiritual presentaron una mayor probabilidad de reconocer
independientes7. el DAM, la desesperanza y la ideación suicida10. Puede resultar útil
considerar las preocupaciones existenciales y espirituales mediante
el acceso a atención pastoral o a intervenciones existenciales más
Desesperanza seculares (v. cap. 12).

Aunque antiguamente se consideraba que «la desesperanza» figu­


raba bajo el paraguas de los síntomas depresivos, ha surgido como
factor de riesgo singular del DAM en las personas terminalmente ASPECTOS LEGALES Y ÉTICOS EN EL SU ICIDIO
enfermas. Además de la depresión, la desesperanza independiente
ASISTIDO
predice el DAM5.Varios estudios han sugerido que la desesperanza
puede desempeñar un papel incluso más fuerte que la depresión Aunque se debe trazar una distinción entre el DAM y unas peticio­
en el deseo de acelerar la muerte en los pacientes terminalmente nes manifiestas para la ayuda médica en el suicidio, es probable
enfermos8. que la naturaleza controvertida del suicidio asistido desempeñe un
papel en las valoraciones de los médicos y en sus respuestas a
un deseo de morir del paciente. Oregon es el único estado de Estados
Dolor Unidos con suicidio con asistencia médica legalizado. Se permite
a los médicos hacer prescripciones para dosis de fármacos letales
Los pacientes que experimentan un dolor físico intratable in­ para los residentes de Oregon terminalmente enfermos que efec­
tenso tienen una mayor probabilidad de dar cuenta de un túan esta solicitud. Esta práctica es también legal en Holanda, y se
DAM. No es simplemente el dolor, sino más probablemente su están considerando leyes similares en California, Vermont y Gran
intensidad, lo que se asocia al DAM. Un estudio observó que el Bretaña. Los que se oponen han expresado su preocupación de que
76% de los pacientes con dolor de moderado a intenso tenía un la solicitud de un suicidio asistido sea consecuencia de una depre­
DAM significativo4. El tratamiento enérgico del dolor debe ser sión, la creencia distorsionada de que el paciente es una carga, o
el tratamiento de primera línea en tales casos. Puede revaluarse el de los otros correlatos clínicos potencialmente tratables de DAM

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
El deseo de m orir I C A P Í T U L O 11 57

antes descritos6. Otros han razonado que la calidad de los cuidados Determinación
al final de la vida han mejorado desde la legalización del suicidio
asistido (p. ej., han aumentado las remisiones a residencias para Para mejorar la valoración, los investigadores han elaborado
enfermos terminales y también los esfuerzos para reforzar el cono­ escalas para el DAM, que incluyen el Desire for Death Rating
cimiento sobre los cuidados paliativos)11. Con independencia de la Scale (DDRS)4 y el Schedule of Attitudes toward Hastened Death
postura de cada uno con respecto a este tema, es crítico realizar (SAHD)12,13. La Hopelessness Scale14 y la Demoralization Scale15,
una valoración completa y detallada para determinar si se pueden que han sido validadas en la enfermedad avanzada, pueden pro­
modificar las afecciones relacionadas con un DAM para favorecer porcionar una mejor comprensión de las creencias y los senti­
la calidad de vida y comprobar que el paciente no esté requiriendo mientos de los pacientes acerca de su futuro. Las medidas de
de modo impulsivo el suicidio asistido (v. caps. 9,18 y 21). inclinación suicida que son apropiadas para las poblaciones de
cuidados paliativos incluyen la Beck Scale for Suicidal Ideation16
y la Modified Scale for Suicidal Ideation17, que valoran la duración
y frecuencia de la ideación, la sensación de control sobre la reali­
VALORACIÓN zación de un intento, los factores disuasorios y la cantidad de pre­
paración real. El empleo de medidas estandarizadas dentro de una
Entrevistas clínicas relación de confianza entre el paciente y el profesional sanitario
puede ayudar a identificar las necesidades de los pacientes y efec­
Los clínicos afrontan desafíos cuando un paciente realiza una decla­ tuar a la medida las intervenciones apropiadas.
ración de deseo de morir. Valorar el significado propuesto y la causa
de base de la declaración rápidamente y con cuidadosa contempla­
ción es crucial para una planificación apropiada del tratamiento2.
Es obligatorio evaluar los factores de riesgo del DAM anteriormente INTERVENCIONES
revisados, como la depresión y el dolor intenso, por medio de
entrevistas detalladas y determinaciones estandarizadas (v. cap. 66). Aunque se dispone de sugerencias prácticas para manejar las expre­
La valoración de la depresión debe implicar una atenta considera­ siones del DAM, pocos han validado su utilidad1. Las recomenda­
ción de los síntomas somáticos para determinar si su etiología es ciones de tipo general han incluido la obtención de una consulta
psiquiátrica u orgánica3. Esta valoración debe incluir también la psiquiátrica para las personas que parezcan estar en riesgo de
evaluación de la ideación, el plan y el intento suicidas (tabla 1 1 -1). suicidio1. De hecho, la toma de decisiones debe ser específica y
Pueden ser problemáticas las apreciaciones de las expresiones del guiada por una valoración minuciosa. Si se pueden tratar los sín­
DAM que no son manifiestas o explícitas. El médico debe realizar pre­ tomas clínicos físicos de base como el dolor intenso, se debe apli­
guntas abiertas y no emitir juicios durante la valoración1 (v. «Errores car entonces intervenciones farmacológicas como los analgésicos o
frecuentes»). antidepresivos. Las voluntades anticipadas de los cuidados pueden
facilitar la discusión sobre los aspectos relacionados con el final de
la vida y las preocupaciones entre los pacientes y sus familias1.
También se deben implementar las intervenciones psicosocia-
T A B L A 11-1 Valoración de la inclinación suicida: preguntas les para tratar los factores modificables relacionadas con el DAM.
demuestra Por ejemplo, si los pacientes sienten que constituyen una carga a
los cuidadores, podría ser de utilidad facilitar una comunicación
N O R M A L IZ A C IÓ N sobre sus relaciones1. Aunque la tristeza y el duelo por las pér­
Muchos pacientes que están enfermos tienen pensamientos pasajeros didas y los desafíos pueden ser normalizados, puede aplicarse una
sobre su muerte, o incluso suicidio, tales como: «si las cosas van realmente reestructuración cognitiva para tratar las creencias distorsionadas
mal, puedo...» ¿Ha tenido alguna vez pensamientos como éste? no realistas que puedan contribuir a la desesperanza o desmora­
No es infrecuente sentir de esa manera. ¿Me puede decir algo más al lización18,19. Los investigadores han llevado a cabo investigacio­
respecto? nes empíricas de intervenciones psicosociales que se ocupan
de los correlatos clínicos del DAM, incluidas las intervenciones
F R E C U E N C IA E IN TE N S ID A D
relativas a un refuerzo del sentido del significado20,21 y la digni­
¿Con qué frecuencia se siente así? dad22 23 del paciente, así como las preocupaciones espirituales y
¿Van y vienen estos pensamientos, o los tiene permanentemente? existenciales.
¿Son muy intensos los pensamientos cuando se producen?

D E S EO D E ACE LE R A R LA M U E R TE
¿Desea alguna vez morir más pronto que tarde? DIRECTRICES DE PRÁCTICA PROPUESTAS
¿Le parece que la muerte es el único modo de aliviar su sufrimiento?
Se han propuesto recomendaciones y directrices para el manejo del
ID E A C IÓ N S U IC ID A DAM en los cuidados paliativos1. La evaluación de la ideación suicida
¿Se ha encontrado alguna vez pensando que estaría mejor muerto? puede evitarse o ser obstaculizada por el temor a disminuir la espe­
¿Piensa alguna vez en herirse o en suicidarse? ranza del paciente, causando discusiones emocionales, o las repercu­
siones legales de tener conocimiento de las inclinaciones suicidas
P LA N D E S U IC ID IO
¿Ha rechazado tratamientos o dejado de cuidarse?
¿Ha pensado acerca de cómo acabaría con su vida? Errores frecuentes
¿Tiene un plan? ¿Ha pensado en los detalles?
¿Tiene acceso a los medios para llevar a cabo su plan? 1 Suponer q u e el deseo d e acelerar la m uerte (DAM) es p erm anente y
no tratable.
IN T E N T O D E S U IC ID IO > Fracaso e n la valoración e n ausencia de expresiones manifiestas de
¿Tiene el propósito de herirse? DAM.
¿Se siente preocupado de no ser capaz de detenerse? > Tem or d e qu e la valoración del DAM instigue u n a ideación o con­
¿Piensa que llevaría a cabo estos planes? ¿Es probable? ducta suicidas.
> Minimi2a r el papel d e las características d e la personalidad del
¿Ha hecho algún preparativo? (p. ej., comenzado a reunir píldoras, escrito
paciente.
una nota de suicidio).

ERRNVPHGLFRVRUJ
58 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

de los pacientes2. Las directrices sugieren un abordaje en dos fases: una relación de confianza. Una respuesta terapéutica al DAM incluye
la fase I implica la valoración y exploración de la expresión del DAM empatia, escucha activa, tratamiento de las expectativas realistas,
para alentar a una mejor comprensión de los factores subyacentes, y permiso para discutir la angustia psicológica y, en caso apropiado,
la fase ü utiliza una información de fondo más general para aplicar remisión a un profesional de la salud mental.
las intervenciones iniciales (tabla 11-2). Se propone que estas reco­
mendaciones sean flexibles y deben darse con el tiempo y dentro de

DESAFÍO S Y O PO RTUNIDADES
DE INVESTIGACIÓN
Hay un esfuerzo continuado para determinar los planteamientos
T A B L A 1 1 -2 Recomendaciones para el manejo del deseo
más éticos con el fin de equilibrar el deseo de un paciente de
de acelerar la muerte
terminar de sufrir con el compromiso del médico para aliviar el
E STAR A LE R TA A LAS PR OPIAS RESPUESTAS
sufrimiento. Tal como se ha observado anteriormente, la legaliza­
ción del suicidio asistido por un médico ha sido abordado por el
Estar abierto.
Tribunal Supremo de EE.UU., y el debate continúa. La cobertura
Ser consciente de cómo su respuesta puede influir sobre la por los medios de comunicación de alto perfil de casos indivi­
comunicación. duales de apoyo vital (p. ej.,Terri Schiavo) ilustra cómo este tema
Monitorizar su actitud y las respuestas. continúa estando cargado emocionalmente y siendo foco de cues­
Demostrar consideración por el paciente. tiones éticas.
Buscar supervisión. Hay numerosas limitaciones metodológicas específicas a la
investigación del DAM. Primera, el propio deseo de morir puede
E STAR A B IE R T O A LAS PR EO CU P A C IO N E S E S C U C H A D A S
ser dinámico y fugaz, pero el conocimiento del fenómeno es limi­
Preguntar con delicadeza sobre preocupaciones emocionales. tado; los estudios longitudinales que implican múltiples valoracio­
Estar alerta a los signos verbales y no verbales de angustia. nes pueden ser agotadores en los pacientes moribundos y, con
Alentar a expresar los sentimientos. frecuencia, son difíciles de llevar a cabo. Son pocos los estudios
Escuchar activamente sin interrumpir. que han valorado a los pacientes que de modo explícito expre­
Reconocer el deseo de muerte utilizando las propias palabras del saron DAM; la mayoría se han basado en la consideración de los
paciente o un lenguaje similar al suyo. pacientes de la posibilidad de experimentar un DAM en el futuro
Permitir el silencio y las lágrimas. o en los informes de la familia y de los clínicos1. Dado que con
Expresar empatia de modo verbal y no verbal.
frecuencia las valoraciones de los familiares se llevan a cabo des­
pués de la muerte, los informes del DAM pueden verse influidos
Reconocer las diferencias individuales en las respuestas de los pacientes
a la enfermedad.
por el duelo y por el efecto general del tiempo sobre el recuerdo.
Otras limitaciones1 incluyen el hecho de que los estudios, por lo
VA LO R A R LOS F A C TO R E S C O N T R IB U Y E N T E S P O TE N C IA LES general, no definen explícitamente los factores asociados con el
Ausencia de apoyo social. deseo de morir y la homogeneidad de las poblaciones en estu­
Sentimientos de carga. dio, con la mayoría de ellas referidas a pacientes norteamericanos
Conflicto familiar.
con cáncer.
Las oportunidades para la investigación futura incluyen la
Necesidad de asistencia adicional.
investigación de otros posibles predictores del DAM, como las
Depresión. variables demográficas y culturales, los factores de la personalidad,
Ansiedad. el apoyo social, el deterioro cognitivo, la necesidad de sensación
Preocupaciones existenciales. de control, y las preocupaciones espirituales1. Las evaluaciones
Pérdida de significado o de dignidad. longitudinales son importantes para determinar el modo en que
Disfunción cognitiva. el DAM puede fluctuar en el tiempo y para identificar mejor a los
Síntomas físicos, incluido el dolor intenso. pacientes con alto riesgo de DAM. Por último, es crítico elaborar
intervenciones para prevenir y tratar el DAM con el fin de aliviar
RESP O N D ER A A S P E C TO S ESPECÍFICOS el sufrimiento al final de la vida.
Reconocer los temores y preocupaciones del paciente o de la familia.
Considerar los factores contribuyentes modificables.
Recomendar intervenciones. B I B L I O G R A F Í A
Elaborar un plan para tratar los aspectos más complicados.
1. Hudson PL, Kristjanson LJ, Ashby M, et al. Desire for hastened death in patients
C O N C LU IR LA D IS C U S IÓ N
with advanced disease and the evidence base of clinical guidelines: A systema­
tic review. Palliat Med 2006;20:693-701.
Resumir y revisar los puntos importantes. 2. Hudson PL, Schofield P, Kelly B, et al. Responding to desire to die statements
Aclarar las percepciones del paciente. from patients with advanced disease: Recommendations for health professio­
nals. Palliat Med 2006;20:703-710.
Proporcionar la oportunidad para preguntas. 3- Pessin H. Potash M, Breitbart W. Diagnosis, assessment, and treatment of
Ofrecer asistencia con facilitación de la discusión con otros. depression in palliative care. In Lloyd-Williams M (ed). Psychosocial Issues in
Proporcionar las remisiones apropiadas. Palliative Care. Oxford: Oxford University Press, 2003, pp 81-103.
4. Chochinov HM, Wilson KG, Enns M, et al. Desire for death in the terminally ill.
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5. Breitbart W, Rosenfeld B, Pessin H, et al. Depression, hopelessness, and
Documentar la discusión en la historia médica. desire for hastened death in terminally ill patients with cancer. JAMA
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Adaptada de Hudson PL, Schofield I*Kelly B y cols. Responding to desire to 2005;352:1627-1630.
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for health professionals. Palliat Med 2006;20;703-710; y National Health y euthanasia in the terminally ill. In Chochinov HM, Breitbart W (eds). Handbook
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suicidal ideation in the terminally ill. Psychosomatics 1998;39:366-370.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Angustia espiritual I C A P Í T U L O 12 59

9- Breitbart W, Gibson C, Abbey J, Iannarone N. Suicide in palliative care. In


Bruera E, Higginson IJ, Ripamonti C, et al (eds).Textbook of Palliative Medicine.
12
I
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10. McClain CS, Rosenfeld B, Breitbart W. Effect of spiritual well-being on end-
of-life despair in terminally-ill cancer patients. Lancet 2003;361:1603-1607.
11. Ganzini L, Nelson HD, Lee MA, et al. Oregon physicians' attitudes about and
experiences with end-of-life care since passage of the Oregon Death with Angustia espiritual
Dignity Act.JAMA 2001;285:2363-2369-
12. Rosenfeld B, Breitbart W, Galietta M, et al. The schedule of attitudes toward
hastened death: Measuring desire for death in terminally ill cancer patients.
Cancer 2000;88:2868-2875.
13. Rosenfeld B, Breitbart W, Stein K, et al. Measuring desire for death among
patients with HIV/AIDS: The schedule of attitudes toward hastened death. Am 9 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
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14. Abbey JG, Rosenfeld B, Pessin H, Breitbart W. Hopelessness at the end of life:
The utility of the hopelessness scale with terminally ill cancer patients. Br J
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15. Kissane DW, Wein S, Love A, e t al. The Demoralization Scale: A report of its P U N T O S
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16. Beck AT, Steer RA. Manual for Beck Scale for Suicidal Ideation. New York: » La espiritualidad difiere de la religión; las definiciones son complejas.
Pennsylvania Corporation, 1991-
* La angustia espiritual es evidente en la mayoría de las personas moribundas,
17. Miller IW, Norman WH, Bishop SB, Dow MG. The Modified Scale for Suicidal
Ideation: Reliability and validity.J Consult Clin Psychol 1986;54:724-725. pero con frecuencia está entrelazada con la angustia psicosocial.
18. Kissane DW, Clarke DM, Street AE Demoralization syndrome: A relevant » Los cuidados espirituales forman parte de los cuidados paliativos holísticos.
psychiatric diagnosis for palliative care.J Palliat Care 2001;17:12-21. Por lo general, es papel del capellán ofrecer cuidados espirituales, pero es
19. Griffith JL, Gaby L. Brief psychotherapy at the bedside: Countering demoraliza­ precLso que la mayoría de los miembros del equipo sean capaces de recono­
tion from medical illness. Psychosomatics 2005;46:109-116. cer la angustia espiritual.
20. Breitbart W. Reframing hope: Meaning-centered care for patients near the end
of life. Interview by Karen S. Heller.J Palliat Med 2003;6:979-988. » El significado de la enfermedad es importante para el paciente y la familia.
21. Breitbart W, Gibson C, Poppito SR, Berg A. Psychotherapeutic interven­ » Las reacciones a una enfermedad potencialmente mortal se ven afectadas
tions at the end of life: A focus on meaning and spirituality. Can J Psychiatry por el sistema de creencias del paciente y de la familia. Es preciso que los
2004;49:366-372. cuidadores profesionales sean conscientes de sus propias creencias porque
22. Chochinov HM. Dignity-conserving care—A new model for palliative care:
Helping the patient feel valued.JAMA 2002;287:2253-2260. pueden afectar a la prestación de sus cuidados.
23. Chochinov HM, Hack T, Hassard T, et al. Dignity therapy: A novel psycho­
therapeutic intervention for patients near the end of life. J Clin Oncol
2005;23:5520-5525.

L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S Los cuidados espirituales forman una parte importante del plan­


Breitbart W, Rosenfeld B, Pessin H, et al. Depression, hopelessness, teamiento holístico ofrecido a los pacientes y las familias en los
and desire for hastened death in terminally ill patients with cuidados paliativos, pero ¿qué lo distingue de otros aspectos de
cancer. JAMA 2000;284:2907-2911. los cuidados? El modo en que nuestros antepasados aborda­
Chochinov HM, Wilson KG, Enns M, et al. Desire for death in the ban las pérdidas y el sufrimiento proporcionó modelos, pero
terminally ill. Am J Psychiatry 1995;152:1185-1191. estos modelos con frecuencia se perdieron o rehusaron, sobre
Hudson PL, Schofield I*Kelly B, et al. Responding to desire to die sta­ todo en Europa, después de las guerras mundiales del siglo xx.
tements from patients with advanced disease: Recommendations Las sociedades tradicionales se hallaban preocupadas con el
for health professionals. Palliat Med 2006;20:703-710. pasado, pero las sociedades modernas parecen obsesionadas
Mishara BL. Synthesis of research and evidence on factors affec­ con el futuro y no reflexionan sobre la pérdida1. Durante siglos,
ting the desire of terminally ill or seriously chronically ill per­ las comunidades de todo el mundo utilizaron rituales, oraciones
sons to hasten death. Omega 1999;39(l):l-70. y la meditación con el fin de reunir a las personas para recon­
Rosenfeld B, Krivo S, Breitbart W, Chochinov HM. Suicide, assis­ fortarse y fortalecerse en tiempos traumáticos, de crisis, pérdida
ted suicide, and euthanasia in the terminally ill. In Chochinov y sufrimiento2. Se produjeron reuniones para conmemorar a
HM, Breitbart W (eds). Handbook of Psychiatry in Palliative los muertos, heridos y afligidos después de los ataques sobre el
Medicine. New York: Oxford University Press, 2000. World Trade Center y el Pentágono en 2001, y en Reino Unido
se reunió gente para ayudar y apoyar después de las bombas en
Londres en 2005. Ante tanto sufrimiento, la impotencia se ve en
cierta medida contrarrestada por el sentimiento de estar conec­
tado con otras personas y compartir la experiencia. El sufri­
miento puede abarcar sentimientos de injusticia, incomprensión
y la sensación de estar equivocado, que son inevitablemente
aspectos espirituales y se expresan comúnmente en los cuidados
paliativos.
Las creencias espirituales constituyen un área de investigación
descuidada, no sólo en los cuidados paliativos, sino también en la
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

psicoterapia; sin embargo, las personas que buscan ayuda para sus
problemas emocionales y sus relaciones interpersonales sufren
con frecuencia de angustia espiritual. A medida que las personas
afrontan el final de sus vidas, con frecuencia con temor y ansie­
dad, revisan sus vidas, contemplan sus relaciones íntimas, exami­
nan sus valores y creencias, e intentan dar sentido a su situación
atribuyendo significado a su sufrimiento. El planteamiento de los
cuidados paliativos es ocuparse de todas las áreas del dolor: físico,
social, emocional, psicológico y espiritual. Sin embargo, a diferen­
cia de otras áreas, la espiritualidad no ha tenido una definición,
una práctica o una política estándares4. Esta situación se espera
que cambie en Reino Unido con la aplicación de las directrices

ERRNVPHGLFRVRUJ
60 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

elaboradas por el National Institute of Clinical Excellence en 2004, es que los cuidados paliativos se volverán demasiado prescriptivos
tituladas Improving Supportive Care fo r Adults w ith Cancer. en respuesta a una necesidad compleja interpretada de modo uni­
dimensional4. Es preciso que los clínicos mantengan el concepto
del diamante.
DEFINICIÓN DE LA ESPIRITUALIDAD La angustia espiritual no siempre es fácil de diferenciar del
Y DE LA A NG USTIA ESPIRITUAL dolor emocional, social o psicológico. Para ayudar a las personas,
los médicos deben reconocer que hay una mezcla de angustia en
La espiritualidad tiene muchas interpretaciones. Dar sentido a la la mayoría de los individuos y de las familias7. Cuando las personas
existencia humana es una preocupación central que es común a están trastornadas por cualquier problema personal, hay siempre
todas las personas, tanto si tienen fe religiosa como si no5. La espi­ un cuestionamiento del significado y punto de la experiencia tal
ritualidad abarca las creencias y actitudes de un individuo en rela­ como se percibe. Las definiciones de la angustia espiritual englo­
ción con Dios o algún poder superior. Simplemente, se considera ban la idea de que la vida puede dejar de tener sentido y que ello
que el espíritu es la esencia de la persona, pero dentro del con­ puede llevar a una menor capacidad para solucionar los proble­
texto de la vida que se ha vivido. La espiritualidad se expresa de mas. Dado que la desestructuración de las relaciones importan­
muchos modos. Algunas expresiones son fáciles de articular, otras tes, o una amenaza para ellas, desafían a la identidad individual, el
son difíciles. La música, la literatura y el arte pueden proporcio­ sufrimiento causado por la pérdida y el dolor contiene siempre
nar resonancia espiritual. Estas expresiones implican conectar con un elemento de angustia espiritual. Las preguntas de los afligidos
personas, lugares y acontecimientos, de modo que la memoria es acerca de la localización del cuerpo muerto y el espíritu tienen
importante. Es común que los individuos revisen su vida a medida múltiples niveles.
que se aproximan a la etapa media de la vida. Al hacerlo, se puede Tal como lo expresó Viktor Frankel8: «El sentido de la vida
estimular una gran creatividad, ya que las personas se expresan a difiere de hombre a hombre, de día en día y de hora en hora. Lo
sí mismas. Muchos compositores y artistas han producido un tra­ que importa, por tanto, no es el sentido de la vida en general, sino
bajo muy significativo en la etapa media de sus vidas6. La religión más bien el sentido específico de la vida de una persona en un
permite que las personas expresen su espiritualidad por medio momento dado» (v. «Caso práctico: Angustia espiritual y relato
de prácticas y rituales organizados pero también en edificios, personal»).
artefactos y música de tipo religioso. El dominio espiritual en el
siglo xxi se asemeja a un diamante que tiene muchas caras: su
aspecto depende de la posición del observador7.

Religión y espiritualidad C A S O P R Á C T I C O
El desarrollo de los cuidados paliativos ha visto la separación de la
religión y la espiritualidad. La mayoría de las primeras residencias Angustia espiritual y relato personal
para enfermos terminales en Europa fue construida por comu­ John, de 86 años de edad, fue ingresado en la residencia para enfermos
nidades cristianas. Los pioneros, como Dame Cicely Saunders y
terminales muriéndose de cáncer de pulmón. Se hallaba muy
otros cristianos devotos, utilizaron sus creencias, conocimiento
angustiado a causa de la respiración. A los pocos días, pareció más
y habilidades para expresar amor y humanidad y aliviar el sufri­
miento de las personas moribundas. Fue una respuesta creativa calmado y dijo a las enfermeras que se sentía más seguro. M ás adelante,
basada en la espiritualidad personal y colectiva. La enfermería en esa misma semana, las enfermeras del turno de noche informaron de
como profesión tiene fuertes raíces en los ideales cristianos, sobre que John había tenido pesadillas nocturnas en las que pedía a gritos que
todo desde los tempranos iniciadores como Florence Nightingale. le salvaran. El personal de la residencia sabía poco de John y de su vida
El trabajo social en Reino Unido se vio influido por mujeres cuá­ excepto que era viudo y que sus dos hijos lo visitaban con regularidad.
queras. Más tarde, el trabajo social tanto en Gran Bretaña como en Se anim ó a John a que hablara, pero las noches le resultaban muy
Estados Unidos se vinculó a la psicoterapia freudiana, que man­ difíciles y pidió pastillas para dormir. Sin embargo, las pesadillas volvían
tuvo separados el trabajo de caso y la religión. Las ideas socioló­ cuando apenas dormitaba, y John se mostró de acuerdo en ver a un
gicas sobre las influencias estructurales y de la sociedad sobre los consejero.
individuos y las familias separaron el trabajo social de las preocu­ John habló de la guerra. Había sido marinero y fue uno de los
paciones religiosas y espirituales. Más recientemente, ha habido únicos 20 hombres que se salvaron cuando su barco fue torpedeado
una mayor apreciación de la importancia de la cultura, lo que ha
y hundido. Durante horas, eso parecía, se había agarrado a un bote
llevado a que la profesión del trabajo social se centre de nuevo en
salvavidas volcado, sus am igos gritando para que les salvaran del
las narrativas que incluyen componentes religiosos y espirituales.
Tradicionalmente, los capellanes cristianos han proporcionado la agua, sólo para verles ahogarse poco después. Se sintió culpable por
guía espiritual en hospitales y residencias para enfermos termina­ haberse salvado porque él era soltero y ellos tenían familias. Su dificultad
les, pero la naturaleza multicultural de muchas comunidades y la respiratoria reflejaba la experiencia de los hombres en el agua. John
separación de la religión de los cuidados espirituales están provo­ había aprendido a no hablar de sus experiencias durante la guerra. Se
cando cambios (v. discusión posterior). casó y tuvo su propia familia, pero describía sentirse disminuido, siempre
más bien triste. La temprana muerte de su mujer fue aceptada por
John com o un castigo, y mantenía una fuerte creencia de que cuando
Espiritualidad él muriera se reuniría con sus viejos amigos, que lo acusarían de no
haberlos salvado.
En el siglo xxi, la espiritualidad se reconoce como una experiencia
Durante toda su vida adulta, había luchado para trabajar duro, para
más individual, que no se expresa solamente a través de la religión.
hacer algo de sí mismo, y el consejero le ayudó a ver que esto había sido
La religión y la espiritualidad se desarrollan a partir de una mez­
cla de religiones y creencias del mundo y se ven alentadas por la un tributo constructivo a la memoria de sus amigos. Comentaron sus
nueva naturaleza multicultural de las familias y comunidades2. Los creencias relativas al premio y al castigo, de dónde venían, y por qué
cuidados paliativos reflejan estos cambios, pero las estructuras y tenían tanta influencia en su vida. Aunque el relato de John se hallaba
servicios dentro de las residencias para enfermos terminales, los limitado por su afección, estaba claro que se sentía escuchado. Decidió
hospitales y las residencias para personas mayores que ofrecen cui­ contar a sus hijos lo que pasó y les pidió que permanecieran con él
dados del final de la vida no siempre los apoyan. La preocupación cuando murió unos días después.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Angustia espiritual I C A P Í T U L O 12 61

Cada vez es mayor el conocimiento de que las familias y los


cuidadores pueden verse negativamente afectados, tanto emocio­
C A S O P R Á C T I C O
nal como físicamente, por los cuidados9. El curso de la enferme­
dad de un paciente depende de la implicación de los cuidadores Trabajo con el sistema de creencias del paciente
familiares y del modo en que el estrés de la prestación de los Jean era una mujer de 60 años de edad que tenía mieloma. Andar le
cuidados y los efectos de ver la enfermedad y el sufrimiento pro­
resultaba difícil y se sentía desgraciada. Su m édico le remitió a una
gresivos afectan a los cuidadores. Gran parte de la angustia de un
residencia de día para enfermos terminales. En esta residencia no era
cuidador puede ser de naturaleza espiritual.
popular entre los otros pacientes y las enfermeras porque los criticaba y
era verbalmente hiriente. Una enfermera se sintió más compasiva hacia
ella y, con su permiso, la remitió a la trabajadora social. Al principio, la
A N G USTIA ESPIRITUAL Y SISTEM AS irritación de Jean hacía difícil desarrollar una relación de trabajo. Este
hecho fue reconocido junto con su intensa soledad. Jean era hija única y
DE CREENCIAS creía que su concepción había sido un error. Se había sentido indeseada
Las ideas sobre la familia como sistema compuesto de partes hasta que conoció a su marido. Tenían una hija, Deborah. Jean relató un
interactivas comenzaron a aparecer hace unos 50 años en matrimonio feliz que había terminado hacía 10 años cuando su marido
Norteamérica. Los conceptos se centraron en los patrones de sufrió un colapso y falleció en el trabajo. Jean se sintió desesperada
interacciones y solución de los problemas. La noción de que la durante años. Se retiró y también dejó de ir a la iglesia. Sin embargo,
enfermedad de una persona afecta directamente a otros miem­ una reunión casual con una antigua amiga del colegio la llevó a unirse
bros de su familia se volvió aceptable a los médicos que estaban a un grupo informal de excursión de mujeres solteras. Jean volvió a
examinando temas comunes en las familias. Las ideas sobre los vivir de nuevo. Había disfrutado siempre de viajar al extranjero y fue
modos en que las familias controlan las interacciones y la con­
muchas veces con el grupo hasta que enfermó. Sus amigas intentaron
ducta se centraron en el concepto de las creencias familiares. La
mantenerse en contacto, pero Jean estaba celosa de ellas, y Deborah
terapia familiar ha reconocido que las familias se adaptan y cam­
bian a medida que se mueven a través de estadios del ciclo de la se mudó. Jean sintió que de nuevo no era querida y reconocía que
vida familiar en áreas distintas pero interconectadas: social, cultu­ su conducta en la residencia de día alejaba a la gente. Gran parte del
ral, espiritual, familiar y personal11. Los puntos de transición del material en las sesiones de Jean con la trabajadora social se refería a
ciclo de la vida son períodos en los que los individuos y las fami­ su propio valor y a su creencia de que todo lo que era bueno en su
lias pueden ser vulnerables al estrés, y una enfermedad terminal vida Dios se lo quitaba. Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar:
en este momento sitúa el sistema familiar bajo una gran tensión. permitió que la enfermera la bañase una vez a la semana. Los cuidados
Hay también momentos en el ciclo de la vida, como la edad avan­ primarios inherentes a esta tarea -tocar, acariciar con el agua y luego
zada, en los que las preocupaciones sobre la muerte y el morirse secar delicadamente— hacían llorar a Jean. La enfermera se preocupó
son más prominentes. En general, no existe la afrenta y angustia en comprar el jabón y el champú favoritos de Jean. Jean lo consideraba
espiritual que pueden acompañar a la enfermedad seria de una parte de sus cuidados espirituales, y el baño era el m om ento culminante
persona joven. de la semana. El lazo de unión entre Jean y la enfermera era muy
Las creencias son una mezcla del pasado y del presente, no
especial. La generación de confianza tuvo un efecto directo sobre la
sólo ideas de enseñanzas religiosas. Son una amalgama de mitos,
angustia de Jean, y se volvió m enos hostil.
acontecimientos pasados y enseñanzas morales; están construi­
M ás adelante, Jean se mostró de acuerdo en ir a Lourdes con la
das en el tiempo y actúan como filtro a través del que se ve el
mundo (es decir, el individuo, la familia y la organización). Las iglesia católica local. Tenía grandes aprensiones y estaba segura de
creencias llevan a conductas y acciones. Son parte del proyecto que su habitación sería la m ás pequeña y de que los cuidadores no se
de la familia para comprender el mundo. En ocasiones, los indi­ tomarían molestias con su «actitud». Volvió una semana m ás tarde y
viduos y las familias se aferran a creencias que son constrictivas relató una experiencia de las que cambian la vida de una persona. Se
y previenen el ajuste o el diálogo constructivo. Por ejemplo, un había sentido parte de algo, conectada a otros y su sufrimiento, y creía
hombre al que se ha diagnosticado cáncer intestinal que parece que se uniría a su marido en la muerte. Una semana más tarde, Jean tuvo
ser adecuado para el tratamiento podría rechazarlo alegando un accidente cerebrovascular y murió. Parte del personal de la residencia
que su padre murió agónicamente de cáncer intestinal 20 años asistieron a su funeral. Reconocían que habían creído que Jean era una
antes después de haber sido sometido a quimioterapia. De modo de las personas m ás difíciles de ayudar y que era su irritación y la falta
similar, algunas personas han mantenido fuertes creencias cultu­ de gratitud lo que hacía que no quisieran comprometerse con ella.
rales y religiosas sobre ciertos tipos de cáncer que empeoran la
Reflexionaron sobre sus propias razones para trabajar en la residencia
angustia. La vergüenza y la culpa pueden contribuir a secretos y
y el valor de los cuidados primarios que aportaban, reconociendo su
retirada.
importancia en m uchos niveles. La esencia de los cuidados paliativos
Los estudios de las interacciones entre la enfermedad, el pa­
ciente, la familia y las creencias de los profesionales sanitarios3 holísticos es comunicarse con otra persona m uy necesitada. El
sugieren que el sufrimiento se relaciona con la interacción entre equipo había ayudado a Jean a encontrar su integridad personal, un
las creencias de los profesionales y de la familia12. El segundo sentimiento de significación, y la conexión con otras personas por
caso práctico demuestra las conexiones entre las creencias del medio de una exploración y la comprensión de su sistema de creencias
paciente y del personal sanitario (v. «Caso práctico:Trabajo con el y mediante unos buenos cuidados de enfermería.
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sistema de creencias del paciente»).

INTERVENCIONES
En los dos estudios de casos presentados en este capítulo,
los pacientes desarrollaron una relación de confianza con los
médicos que fueron fiables, escucharon, mostraron preocupa­
ción, tuvieron compasión, expresaron empatia y fueron recep­
tivos y no críticos. Fue preciso también que los profesionales se
sintieran competentes. Los pacientes se manifestaron ansiosos,

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62 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

indefensos, sin esperanza y aterrorizados ante la muerte. Uno se INVESTIGACIÓN Y ESPIRITUALIDAD


mostró celoso e irritado. Afrontados con tal sufrimiento humano,
es preciso que las personas que ayudan sean capaces de per­ No ha habido mucha investigación en cuidados paliativos en rela­
manecer con dolor emocional para actuar como un receptor ción con la naturaleza de la espiritualidad y las intervenciones
seguro de sentimientos poderosos. Para hacerlo, necesitan de que podrían reducir la angustia psicosocial y espiritual. La litera­
sus propios sistemas de apoyo personal y profesional, que pue­ tura psicoterápica es anecdótica y con frecuencia está descartada
den incluir sistemas de fe así como de autorreflexión y monito- por los colegas médicos. Puede haber tensión entre los gestores
rización. El ambiente de las residencias para enfermos terminales y médicos en algunas unidades de cuidados paliativos y residen­
proporciona un marco curativo que incluye la supervisión de los cias de enfermos terminales por el temor a que las herramien­
médicos. tas de valoración y la acción prescrita puedan ser limitantes. No
Los capellanes utilizan la oración y las prácticas religiosas en obstante, es vital comprender qué ayuda, cuándo y para quién
algunos casos. ¿Deberían otros profesionales que son practicantes (cuadro 12-2). Los capellanes, trabajadores sociales y consejeros
cristianos, judíos, musulmanes, hindúes y demás desvelar sus pro­ pueden encontrar frustrante trabajar con un modelo médico, pero
pias lealtades de fe? ¿Deben los consejeros, doctores, enfermeras o han de reconocer y valorar el rigor y la disciplina de la medicina
trabajadores sociales orar con sus pacientes o clientes? ¿Ayudaría basada en la evidencia. Estos grupos profesionales carecen de
a la relación si el paciente la pidiera? ¿Haría que los profesionales poder en sus lugares de trabajo, pero también en las fundaciones
se sintieran menos indefensos? de investigación médica; una vía hacia delante es la colaboración
Está comenzando a producirse el debate sobre el sistema de entre las disciplinas y la educación e investigación interdisciplina­
creencias de los profesionales. Tradicionalmente, la psicotera­ ria. Este aspecto no debe dejarse sólo a los académicos, sino que
pia y los practicantes de trabajos sociales mantenían la nece­ los médicos han de estar implicados. Artículos recientes demues­
sidad de minimizar la autorrevelación. Sin embargo, algunos tran un creciente interés en la angustia espiritual y en la calidad
terapeutas familiares cuestionan este enfoque y se preguntan de los cuidados16’17. El uso de una herramienta de valoración espi­
hasta qué punto las creencias espirituales y religiosas afectan ritual18 y la disponibilidad de texto on-line permite a los lectores
a su trabajo. Es en parte una respuesta al reconocimiento cre­ aprender los modos de emplear la herramienta.
ciente de la angustia espiritual y a la necesidad de alentar la Hay una conexión entre la espiritualidad de un paciente y la
elasticidad. Ésta (la capacidad de recuperación) es un proceso elección del tratamiento19. El empleo de la pregunta «¿está en paz?»
transaccional clave que capacita a los individuos y familias a por los clínicos comienza un diálogo sobre el bienestar espiritual y
manejar un cambio crítico y ofrece una defensa contra el hundi­ emocional. Hay datos empíricos relativos a los aspectos espirituales
miento y la ruptura total. Es también sobre la esperanza, que ha de la experiencia de morirse y a las intervenciones para aliviar el
sido ligada tradicionalmente a la religión. ¿Debilitaría el mode­ sufrimiento existencial20. Los cuidados paliativos han de continuar
lo tradicional del capellán la oración por otros profesionales? generando respuestas a la angustia espiritual que sean individuales
(cuadro 12-1 ). y compasivas. Esto implica el desarrollo de bases de conocimien­
La diferencia esencial entre una escucha de apoyo, con empleo to y capacidad para todas las disciplinas con el fin de reconocer,
de dotes de escucha avanzadas, y las intervenciones psicoterapéu- valorar y satisfacer las necesidades espirituales y psicosociales de
ticas con los pacientes o las familias es la capacidad para hacer los pacientes moribundos. La investigación cualitativa en profundi­
vínculos y conexiones seguras. Antes, se sugería que las creencias dad con 25 personas moribundas en el St. Christopher’s Hospice de
podían ser restrictivas. Si éstas son desafiadas de modo seguro, un Londres puso de manifiesto unos conocimientos de las vidas de los
individuo o la familia pueden efectuar un cambio. Puede acce- pacientes y los modos en que utilizaban diversos medios para
derse a la importancia del significado de la enfermedad con pre­ explorar su preocupación por su próxima muerte usando el len­
guntas abiertas como «¿qué piensa de su enfermedad?». guaje del espíritu, los símbolos y las metáforas15.
Las terapias que utilizan las revisiones de la vida13, la remi­
niscencia y la escritura creativa pueden ayudar a los pacientes a
explorar creencias, relatar la historia de la enfermedad y exami­ CONCLUSIONES
nar el desarrollo de la individualidad. Los relatos de las personas La angustia espiritual es una parte importante del sufrimiento
moribundas revelan los beneficios terapéuticos de escribir para de la mayoría de las personas moribundas. Es complejo definir la
dar sentido a la enfermedad y proporcionan a los autores el sen­ espiritualidad, pero tiene que ver con la esencia de las personas,
tido de finalidad al compartir su historia14. Los proyectos artísticos
logran el mismo fin15.
Cuadro 12-2 Retos de la investigación
Se requiere investigación para explorar la naturaleza d e la angustia
espiritual en los pacientes y sus cuidadores. ¿Cuál es la diferencia
en tre la angustia psicosocial y la espiritual?
Se requiere investigar más para com prender q u é intervenciones
Cuadro 12-1 Controversias actuales
específicas son eficaces co n el fin d e reducir la angustia espiritual y
• ¿Seguirán siendo los capellanes las p erso n as m ás im portantes e n los psicosocial.
cuidados espirituales, o surgirá otra profesión com o figura principal Es preciso que la investigación considere tam bién los m om entos de
d e los cuidados espirituales? ¿Cómo será su formación? las intervenciones y defina las capacidades requeridas p ara valorar y
• ¿Habrá u n intento m ás riguroso p ara definir la espiritualidad y fijar luego p restar las intervenciones.
u nos estándares d e calidad? ¿Cómo pueden los clínicos desarrollar imas capacidades que son
• Si n o hacem os esto, ¿significa q ue los estándares perm anecerán bastante com plejas y qu e n o sólo significan m arcar una serie d e casi­
bajos p o rq u e los cuidados espirituales continúan careciendo de llas qu e m uestren q u e los m édicos son espiritualm ente conscientes?
escrutinio? ¿Cómo se p uede alentar a los profesionales de los cuidados paliati­
• ¿Cómo se valora la angustia espiritual?, y ¿deben se r capaces vos a generar una com prensión sobre sus propias preocupaciones
todos los profesionales d e los cuidados paliativos de realizar estas espirituales y sistemas d e creencias?
valoraciones? La educación interdisciplinaria a nivel de posgrado podría estim u­
• ¿Qué capacidades s e precisarán? lar la investigación sobre la angustia espiritual y las respuestas de
• ¿De d ó n d e p ro ced erán los fondos p ara la investigación e n este atención. Se podría e nseñar el tem a d e la angustia espiritual c o n una
campo? m ayor extensión.

PARTE I PRINCIPIOS
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Familias angustiadas I C A P Í T U L O 13 63

con su espíritu. Son importantes el significado, la cualidad conec­


tiva y la identidad e integridad personales. Cuando las personas CAPÍTULO
13
moribundas se aproximan a la muerte, sus preocupaciones espiri­
tuales se centran en el significado y en las creencias. El desarrollo
de técnicas e intervenciones que alivian la angustia se basan en la
valoración. Debe incluir ésta una exploración de los sistemas de Familias angustiadas
I
creencias del paciente y los de la familia o cuidadores. Los profe­
sionales han de ser conscientes de sus propios sistemas de creen­ Matthew Farrelly
cias y del modo en que afectan a los cuidados que proporcionan.
La investigación en este campo es escasa, pero cada vez se dis­
pone de más datos que señalan que los cuidados paliativos están D 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
comenzando a tener más diálogo con la espiritualidad y a intere­
sarse en ella. Los individuos están desarrollando sus propios siste­
mas de fe, que con frecuencia son una mezcla de ideas religiosas
y reflejan nuestras sociedades multiculturales. Las residencias para P U N T O S
enfermos terminales y otras unidades de cuidados paliativos están
mostrando una falla entre la religión y la espiritualidad a medida > La familia debe ser considerada como algo más que la entidad legal
tradicional.
que se apartan, en algunos casos, de sus fundamentos religiosos.
* Los valores de la organización que aporta cuidados influye significativa­
mente en su enfoque hacia el trabajo con las familias angustiadas.
B I B L I O G R A F Í A
* Los miembros capacitados del equipo pueden ayudar a las familias a hacer
1. Craib I. Reflections on mourning in the modern world. Int J Palliat Nurs frente a sus preocupaciones y temores.
1999;5:87-90. * No siempre se pueden resolver los conflictos familiares y el extrañamiento,
2. Walsh F. Religion and spirituality. In WaLsh F (ed). Spiritual Resources in Family
pero cuando es posible, la resolución alivia la angustia de la persona y la
Therapy. New York: The Guildford Press, 2003, pp 3-27.
3. Wright L, Watson WL, Bell JM. Beliefs:The heart of healing in families and ill­ familia.
ness. New York: Basic Books, 1996. » Valorar las necesidades de la familia puede ayudar a dirigir los recursos limi­
4. Cobb M.The Dying Soul. Buckingham: Open University Press, 2001. tados hacia los que los necesitan, pero pueden no ser apropiadas las valora­
5. Heyse-Moore L. On spiritual pain in the dying. Mortality 1996;1:297-315. ciones formales del funcionamiento de la familia.
6. Jacques E. Death and the mid life crisis. Int J Psychoanal 1965;46:502-514.
7. Wright M. Good for the soul? In Payne S, Seymour J, Ingleton C (eds). Palliative
Care Nursing. Maidenhead: Open University Press, McGraw-Hill Education,
2004, pp 218-241.
8. Frankel VE. Man’s Search for Meaning. London: Hodder and Stoughton, 1987.
9. Smith P. Working with family care-givers in palliative care setting. In Payne
S, Seymour J, Ingleton C (eds). Palliative Care Nursing. Maidenhead: Open Una enfermedad terminal es potencialmente una de las experien­
University Press, McGraw-Hill Education, 2004, pp 312-319- cias más angustiosas a las que habrá de hacer frente una familia,
10. Wright L, Leahey M. Nurses and Families: A Guide to Family Assessments and generando cambios en su estructura y textura emocional que
Interventions, 3rd ed. Philadelphia: EA. Davis, 2000. pueden amenazar su propia supervivencia. El papel del equipo de
11. Dallos R, Draper R. An Introduction to Family Therapy. Buckingham: Open
University Press, 2000. cuidados paliativos es reunirse con la familia para proporcionar
12. Duhamel F, Dupuis F. Families in palliative care: Exploring family and health apoyo con el fin de lograr la adaptación que, de modo inevitable,
care professionals’ beliefs. Int J Palliat Nurs 2003;3:113-120. la enfermedad terminal y la aflicción exigen. Aprovechando la
13. Lester J. Life review with the terminally ill: Narrative therapies. In experiencia clínica en cuidados paliativos y sirviéndose de casos
Firth PH, Luff G, Oliviere D (eds). Loss, Change and Bereavement in Palliative
Care. Maidenhead: Open University Press. McGraw-Hill Education, 2005,
clínicos, este capítulo explora retos comunes afrontados por las
pp 66-80. familias que tratan con una enfermedad terminal. También se con­
14. Bingley AF, McDermott E,Thomas C, et al. Making sense of dying: A review of sidera el modo en que el proceso de valoración ayuda al equipo
narratives written since 1950 by people facing death from cancer and other multidisciplinario de cuidados paliativos a responder a tales de­
diseases. Palliat Med 2006;20:183-195. safíos.
15. Stanworth R. Recognizing spiritual needs in people who are dying. Oxford:
Oxford University Press, 2004.
16. Mount FBM. Existential suffering and the determinants of healing. Eur J Palliat
Care 2003;10:40-42.
17. Pronk K. Role of doctor in relieving spiritual distress at the end of life. Am J
Hospice Palliat Med 2005;22:419-425. ¿QUIÉN ES LA FAMILIA?
18. Hallenbeck, J. (2003). Psychosocial and spiritual aspects of care: A spiritual
assessment tool. I Hallenbeck J. Palliative Care Perspectives. Oxford: Oxford Es importante considerar quién está incluido en la familia.
University Press. Dependiendo de factores geográficos y culturales, la identificada
19. Steinhauser K,Voils Cl, Clipp EC, et al.Are you at peace?: One item to probe condición de miembro, las expectativas de papeles, los patrones
spiritual concerns at the end of life.Arch Intern Med 2006;166:101-105. de conducta y las reglas de expresión emocional pueden variar
20. Chochinov HM, Hack T, Hassard T, et al. Dignity therapy: A novel psycho­
therapeutic intervention for patients near the end of life. J Clin Oncol
considerablemente1. La sociedad occidental contemporánea ha
2005;23:5520-5525. visto cambios en las estructuras familiares debido a muchos
factores sociales. Entre ellos figuran unos mayores niveles de
separación y divorcio, el aumento de las cifras de familias mono-
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L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
parentales, los nuevos matrimonios, las llamadas «familias mixtas»
Cobb M. Spiritual care. In Lloyd-Williams M (ed). Psychosocial y el incrementado reconocimiento de las relaciones homosexua­
Issues in Palliative Care. Oxford: Oxford University Press, 2005, les. Estos factores nos invitan a observar el concepto de familia
pp 135-149. a través de una lente más amplia, y a situar al paciente en una
National Institute for Clinical Excellence. Guidance on Cancer red de relaciones que no quedan restringidas por una definición
Services: Improving Supportive and Palliative Care for Adults rígida.
with Cancer. London: Nile, 2004. La Organización Mundial de la Salud afirma que la familia
Speck P Spiritual issues in palliative care. In Doyle D, Hanks G, incluye tanto a los familiares como a las personas significati­
Macdonald N (eds). Oxford Textbook of Palliative Medicine. vas según defina el paciente2. Es útil pensar en la «familia social
Oxford: Oxford University Press, 1998, pp 805-814. y los cuidadores» de los pacientes así como en su «familia legal».
Walter T. The ideology and organisation of spiritual care: Three Aunque la calidad de familiar puede tener importantes implicacio­
approaches. Palliat Med 1997;11:21-30. nes legales en relación con una reclamación sobre el patrimonio

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64 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

de una persona fallecida, existe también una clara base lógica para
A S O P R Á C T I C O
incluir a otras relaciones importantes e identificar a las personas
implicadas en el cuidado del paciente hacia el final de la vida.
Un planteamiento así puede aliviar la angustia porque ayuda Presunciones sobre quién proporcionará los cuidados
al paciente a comunicarse con sus relaciones interesadas más sig­
Mary es una mujer de 78 años de edad ingresada en una residencia
nificativas con independencia del estatus legal. La angustia puede
para enfermos terminales para control de los síntomas. Es viuda, con
guardar relación con las expectativas de los otros de que un fami­
liar en particular deba ser un cuidador de su pariente. Puede darse seis hijos adultos. Durante los primeros días después del ingreso, cuenta
también el temor relacionado a un juicio negativo del equipo al personal de enfermería que sus dos principales cuidadores son dos
de cuidados paliativos si la persona no es capaz de cumplir su vecinas y su hija soltera, Julie, que la visita todos los días después del
papel3. Cuidar a un familiar que se halla terminalmente enfermo trabajo. D os de los hijos viven en el extranjero, y sus otros dos hijos y una
y asimilar el ajuste y la tensión que comporta está reconocido hija viven en otras partes del país. La visitan ocasionalmente, cuando
como uno de los principales retos encarados por cualquier fami­ los compromisos laborales y familiares lo permiten. A mediados de la
lia4. Es esencial explorar los factores que influyen en la disponi­ segunda semana tras el ingreso, el equipo de cuidados propone una
bilidad de los familiares como cuidadores, antes que asumir que reunión familiar para discutir los cuidados futuros.
pueden desempeñar este papel. El primer caso práctico ilustra Mary se muestra entusiasmada por la reunión familiar y relata que
este aspecto (v. «Caso práctico: Presunciones sobre quién pro­ su dolor está m ucho mejor controlado y que está deseando volver a
porcionará los cuidados»). Este caso ilustra el agotamiento físico casa. Julie cuenta al personal de enfermería que los familiares no se
y emocional experimentado por algunos cuidadores y la presión han reunido desde que se hizo el diagnóstico de la enfermedad de
que sienten por parte de la familia para encargarse de un papel
la madre y se muestra ansiosa porque se organice la reunión. Sugiere
particular. Para algunos, la carga de los cuidados puede ser abru­
también que se debía invitara las dos vecinas de la madre a la reunión
madora. Demuestra también cómo la valoración del paciente
y la familia es una tarea compartida porque diferentes miem­ porque eran quienes habían proporcionado la mayoría de los cuidados
bros del equipo colaboran en la recogida de información en el a Mary antes de su ingreso en la residencia. A medida que continúa
tiempo. la conversación con la enfermera, Julie rompe a Horary reconoce
que está agotada. Se siente incapaz de contar a su madre que no
puede arreglárselas con las presiones de trabajar a tiempo completo
VALORACIÓN DE LAS FAMILIAS y desempeñar a la vez un papel principal en su cuidado futuro. La
ANG U ST IA DAS percepción que tiene es que sus hermanos creen que ella está más
disponible para este papel porque no está casada y que debería dejar
Un discurso dominante argumenta que una valoración formal es
su trabajo para cuidar a su madre. Julie encuentra que su trabajo es
valiosa cuando pueden dirigirse los recursos limitados a las fami­
una «distracción» para afrontar la realidad de la inminente muerte de
lias que se considera que más los necesitan. Esta posición queda
reflejada en el trabajo de Kissane y Bloch5. En su investigación su madre y cree también que le ayudará durante su duelo. Dice que
y desarrollo del Tratamiento del Duelo de Orientación Familiar se encuentra cóm oda pasando el tiempo con su madre pero que es
(TDOF), utilizaron unas herramientas de valoración formales incapaz de proporcionar el cuidado físico íntimo que su madre requiere
para elaborar una tipología del funcionamiento familiar. Se iden­ en la actualidad.
tificaron tres dimensiones clave de éste: «cohesión», «conflicto» y A lo largo de los siguientes días, integrantes del personal de la
«expresividad». residencia telefonean a diversos familiares, pero les es imposible ajustar
una cita en la que más de dos de ellos puedan asistir a una reunión con
el equipo. Varios familiares dicen que para ellos no es necesario estar
• La cohesión describe la capacidad de la familia para funcionar
presentes en el encuentro familiar porque están satisfechos con que su
juntos como un equipo y se considera que es la característica
hermana Julie les ponga al día de las novedades, y que ella es la principal
más importante de una familia que funciona bien.
• La capacidad de una familia para resolver conflictos es indica­ cuidadora de su madre.
tiva de «adaptabilidad» y se la considera también una caracte­ En una reunión del equipo, la trabajadora social informa de que
rística importante. Julie le ha pedido que les notifique que no puede continuar siendo
• La «expresividad», que es crítica, describe la capacidad de una la principal cuidadora de su madre. Siente que ésta es una posición
familia para compartir sus opiniones y sentimientos entre los en la que la familia la ha colocado sin tener en cuenta las otras
diferentes miembros. responsabilidades que tiene en la vida. Ha pedido ayuda a la trabajadora
social para comunicar esta situación a su madre y explicarle que habrá
que tomar medidas alternativas para su cuidado.
Se utilizaron estas tres dimensiones para establecer una tipolo­
gía del funcionamiento de la familia que identificó cinco tipos de
familia diferentes: familias que se apoyan, familias que resuelven
conflictos, familias hostiles, familias enojadas y familias interme­
dias. Se considera que las dos primeras categorías son unidades
que funcionan bien y menos vulnerables que las familias de las desorganizada» (pág. 197). Esto cuestiona el alcance del papel del
categorías hostiles y enojadas, que estos investigadores considera­ equipo de cuidados paliativos, así como el nivel de recursos que
ron que eran disfuncionales y con mayor necesidad de interven­ podría requerir tal planteamiento.
ción. Las familias intermedias, como sugiere el término, se sitúan En realidad, la valoración es un proceso mucho más informal
en la mitad. que tiene lugar a medida que se comparte con el equipo en el
La asociación entre el tipo familiar y el nivel de angustia es la tiempo el despliegue de la historia de la vida familiar. En mi expe­
clave5 porque proporciona un medio para identificar a las familias riencia, muchas familias angustiadas, aunque abiertas a la recep­
vulnerables, con las que se pueden iniciar intervenciones preven­ ción de apoyo psicosocial, no consienten una valoración formal
tivas (pág. 46). Los principales objetivos del TDOF son «mejorar el del funcionamiento familiar o un contrato para terapia familiar.
funcionamiento familiar y promover el duelo adaptativo» (pág. 47). Consiguen conocer al equipo con el tiempo y se muestran feli­
El modelo sitúa la responsabilidad en el equipo para valorar la ces de recibir ayuda en relación con aspectos particulares relati­
competencia de la familia y «tratarla activamente cuando está vos a la comunicación, el conflicto y la expresión favorecedora

PARTE I PRINCIPIOS
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Familias angustiadas I C A P Í T U L O 13 65

de la emoción para mejorar las relaciones familiares. Sin embargo,


no perciben que el equipo de cuidados paliativos sea respon­
CASO PRÁCTICO
sable de «tratarlos activamente». Además, los familiares tienen
contacto con el equipo de modo voluntario, y no existe obliga­ Revisión de la vida y reconexión con la familia
ción de buscar apoyo o de hacer uso de él en caso de que se
John es un hom bre de 57 años de edad que fue ingresado en la unidad
ofrezca. El contacto con las familias puede ser a corto o a largo
de la residencia de cuidados paliativos para ser atendido de cáncer
plazo, variando de unos días o semanas a varios meses o más
de un año. Una de las controversias actuales en este campo es esofágico. Al ingreso, relató que era el último m iembro superviviente de
la extensión del papel del equipo de cuidados paliativos en la sus hermanos y que no había tenido contacto con su mujer ni con sus
provisión de trabajo terapéutico a largo plazo con las familias dos hijos durante más de 25 años, desde la ruptura de su matrimonio.
angustiadas. Sus únicos am igos eran una pareja casada, Bernard y Elizabeth, y sus
El valor del TDOF reside en la identificación de los factores dos hijos, que se referían a él com o «gran papá John». Había conocido
críticos de la cohesión, el conflicto y la expresividad, que apor­ a la familia unos años atrás y le habían cuidado en su apartamento los
tan un marco útil de trabajo con las familias. Sin embargo, es de últimos meses.
utilidad considerar planteamientos alternativos. Los modelos más En la conversación con la trabajadora social de la residencia,
útiles que he encontrado en el trabajo con los pacientes y familias John com enzó a revisar los principales incidentes de su vida. Habló
angustiadas son los de la terapia narrativa6 y el trabajo de la revi­ de los pesares de la ruptura de su matrimonio y de la pérdida de
sión de la vida7 estructurada. contacto con sus hijos, que se produjo en un m om ento en que bebía
mucho. En varias ocasiones, había estado considerando la posibilidad
de ponerse en contacto con su mujer y sus hijos de nuevo, pero temía
Terapia narrativa que le rechazaran. Sólo cuando la trabajadora social apuntó que su
relación con Bernard y su familia había durado más de 12 años, John
La terapia narrativa se basa en la opinión de que las personas tie­
com enzó a apreciar su capacidad para mantener satisfactoriamente
nen muchas historias por las que viven sus vidas y relaciones, que
una relación personal estrecha. Posteriormente, la trabajadora social
ocurren simultáneamente. Las historias sobre individuos y familias
vienen determinadas por el modo en que ciertos acontecimientos le preguntó si le gustaría que ella se pusiese en contacto con su
han sido interrelacionados y por el significado que se les ha atri­ familia, explicándole que no había garantía alguna de que pudiera
buido8. Los terapeutas narrativos trabajan con las historias domi­ encontrarlos o que quisieran reunirse con él. Después de pasar unos
nantes y las historias alternativas de la vida de un individuo o una días pensando en ello, John decidió que le gustaría rastrear el paradero
familia. Se pueden desenterrar historias alternativas que ponen de de su familia, afirmando que era algo que le gustaría hacer antes de
manifiesto diferentes conductas o diferentes aspectos de la vida fallecer.
familiar no contados previamente. La historia dominante de una fa­ En 2 semanas, la trabajadora social pudo localizara los hijos
milia como «disfuncional» se puede desafiar explorando otros de John, quienes se mostraron de acuerdo en reunirse con ella. En la
posibles significados de acciones particulares que no se ajustan reunión, la trabajadora social explicó que John se hallaba en la
a esta «descripción saturada de problemas». La historia alternativa residencia y que había hablado de su deseo de reunirse de nuevo
puede entonces influir los cambios sobre el modo en que el indi­
con sus hijos. El hijo y la hija, aunque tristes y heridos por lo que les
viduo o la familia se ven a sí mismos y en cómo podrían elegir
había pasado en su infancia, acordaron reunirse con su padre si eso
actuar en el futuro.
le ayudaba antes de que muriese. Se hicieron los preparativos para
una visita en la residencia y, con el consentimiento de John, sus hijos
recibieron información por parte del equipo sobre su condición física
Trabajo de revisión de la vida para ayudarles a prepararse para la reunión. La trabajadora social
La terapia narrativa informa sobre el trabajo de la revisión de la los presentó a su padre y después de unos minutos se encontró lo
vida estructurada, que ofrece también la oportunidad de efectuar suficientemente cóm oda para dejarles hablando solos. John dijo a
cambios en las relaciones interpersonales. Tal como lo describe sus hijos que había considerado la posibilidad de rastrear su paradero
Lester7, «la base para una revisión de la vida estructurada se ori­ en varias ocasiones durante años, pero que se había mostrado
gina de la comprensión de la psicología del período de la vida, temeroso de que le rechazaran por su pasada conducta. Les pidió
que indica la importancia del crecimiento personal y da una parti­ perdón por el dolor que les había causado en el pasado y les
cular atención a la resolución de conflictos y al continuo desarro­ agradeció que hubiesen venido a visitarle.
llo de las estrategias de superación de una persona cuando afronta Esta reunión lacrimosa fue el comienzo de una serie de visitas a
las crisis de la vida» (pág. 67). John antes de que muriese. Se sintió encantado de saber que tenía
El trabajo de revisión de la vida capacita al paciente a revisar cuatro nietos y recibió con entusiasmo una visita de ellos. Después
los acontecimientos significativos de su vida y a explorar la feli­
de aquella reunión en concreto, la trabajadora social visitó a John y
cidad, la tristeza, el temor, los logros y el pesar. Se revisa la histo­
lo encontró con una amplia sonrisa. Dijo sentir entonces «una
ria social y relacional del paciente, invitando a la integración de
sensación de seguridad y de pertenencia» al saber que de nuevo
la experiencia y al reconocimiento de los valores y las actitudes
que informan sus acciones. Implica sacar a la superficie la rica his­ estaba en contacto con su familia. Una semana m ás tarde, recibió
toria de la vida y las relaciones de una persona para situarla junto una visita de su mujer en presencia de la trabajadora social y pudo
a la historia previamente dominante de enfermedad y de siste­ pedirle perdón por la ruptura de su matrimonio 25 años antes. La
mas médicos. Este proceso puede conducir a acciones particula­ familia de John se reunió posteriormente con los am igos de John,
res antes de la muerte, incluida la atención a las relaciones de la Bernard y Elizabeth y sus hijos. Este patrón de visitas por la familia de
familia (v. «Caso práctico: Revisión de la vida y reconexión con la John y los am igos continuó durante el m es siguiente antes de que
familia», que representa este planteamiento).Tal como Freedman y muriera pacíficamente. Todos asistieron al funeral y los niños de todas
Combs afirman9: las partes de las «diferentes familias» de John recitaron oraciones en la
misa de su funeral.
Los terapeutas de la narrativa están interesados en trabajar con perso­
nas para sacar a la luz y complicar historias que no apoyan o sostienen
problemas. A medida que la gente comienza a habitar y vivir las histo­
rias alternativas, los resultados van más allá de solucionar problemas.

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66 S E C C IÓ N B | C u id a d o spsicosociales

Dentro de las nuevas historias, la gente vive nuevas autoimágenes, personas desearían conocer un pronóstico claro, otras prefie­
nuevas posibilidades para las relaciones y nuevos futuros. ren afrontar la situación «día a día», y es importante respetar las
diferencias en este campo. Algunas personas tienen temores
Estas historias alternativas o subordinadas que no son inmedia­ particulares acerca de cómo se producirá realmente la muerte;
tamente accesibles quedarían casi con toda seguridad excluidas por ejemplo, preocupándose porque el paciente pueda entrar
de cualquier valoración formal del funcionamiento de la familia. en shock o tener dolor incontrolable. Este hecho puede ser el
Además, bien pueden indicar que la familia funciona algo mejor resultado de percepciones del modo en que alguien murió en el
de lo que se pensaba inicialmente y que tiene el potencial de res­ pasado, y puede ser posible aliviar estos temores.También pueden
ponder positivamente a las exigencias de transición. Es preciso requerirse otros tipos de información, como la disponibilidad de
que seamos cuidadosos de no restringimos a visiones limitadas derechos de bienestar social y cómo acceder a los servicios de la
de lo que debería parecer la familia o cómo debería funcionar, comunidad.
sino más bien buscar modos creativos de trabajar con familias Es esencial una comunicación sensible y hábil para mantener
de todo tipo. una relación de confianza entre el paciente, la familia y el equipo.
Las reuniones regulares del equipo ofrecen la oportunidad de
una valoración activa de la respuesta de la familia a la situación
N ECESIDAD DE INFORM ACIÓN: MANTENER cambiante del paciente y la planificación de las intervenciones
LA CONFIANZA apropiadas. Aunque los miembros del equipo se comunican con
diversos familiares durante las visitas al paciente ingresado o al
En mi experiencia, muchos pacientes no reconocen abiertamente domicilio del paciente, también son importantes otras reunio­
la naturaleza terminal de su enfermedad; en los que sí lo hacen, los nes. Las reuniones familiares formales, organizadas por el equipo,
temores expresados más comúnmente son los resumidos en la tabla proporcionan la oportunidad para que todos los familiares estén
13-1. Algunos de estos temores son compartidos por el paciente y juntos y se reúnan con representantes del equipo de cuidados
los familiares. paliativos. Esto permite que la familia reciba información de pri­
Una clara información compartida de modo sensible es un mera mano de los miembros del equipo y exprese verbalmente
requisito previo para las familias si queremos promover un cam­ sus preocupaciones y temores. De este modo, la información no
bio y una adaptación saludables. El primer paso crucial en el pro­ es «filtrada» por un familiar que pueda desear proteger o excluir
ceso debe tener lugar durante la etapa de remisión, cuando se a otra persona. Durante la reunión, los familiares escuchan tam­
obtiene el consentimiento del paciente para compartir informa­ bién las preguntas de otras personas, con lo que se consigue un
ción sobre su situación con la familia y viceversa. La resistencia a mayor sentido de la experiencia de la familia plena. Este flujo
establecer este circuito de retroalimentación entre el paciente, el de nueva información abre la comunicación y proporciona asi­
personal y la familia puede indicar bloqueos en la comunicación. mismo la oportunidad para una expresión compartida de la
Puede proporcionar un punto de entrada al equipo para ofrecer emoción.
una intervención apropiada. Durante una reunión familiar, el equipo puede también explo­
Las familias requieren información en relación con una gama rar las respuestas de los familiares a la enfermedad. A menudo
de aspectos diferentes. El aporte de información sobre el pro­ las personas cuentan historias de incidentes pasados que reve­
greso de la enfermedad, el tratamiento del dolor y el modo en lan ricos detalles de la vida de la familia. Es una oportunidad
que se proporcionan los cuidados es un componente esencial tanto para normalizar diversos aspectos de las respuestas familia­
en la ayuda a los que están pasando por un trance doloroso cau­ res como para ofrecer apoyo adicional a los familiares si surgen
sado por la enfermedad y la muerte de un familiar. Si bien algunas preocupaciones; por ejemplo, si una familia tiene dificultades

T A B L A 13-1 Temores y esperanzas comunes de los pacientes con enfermedad terminal y sus familias

EL PAC IEN TE LA F A M ILIA

Temor al dolor y su experiencia y a otros síntomas Temor a que el paciente sufra dolor incontrolado y otros síntomas en el momento
cercano a la muerte
Temor a la muerte; la naturaleza de la muerte (¿Cómo moriré? ¿Será Preocupada porque el paciente esté atemorizado y ansioso; esperanza de que pare,
dolorosa?); esperanza de morir pacíficamente en ocasiones con expectativas no realistas
Temor a ser una carga para la familia o los cuidadores Incapacidad para llevar a cabo los deseos del paciente en relación con los cuidados
(el paciente puede desear morir en casa mientras que los familiares están
atemorizados por esta posibilidad; los familiares pueden no querer decírselo al
paciente y pueden buscar el ingreso de su ser querido en el hospital o la residencia
de enfermos terminales o rechazar llevar el paciente a casa)
Esperanza de ser atendido por la familia o cuidadores en casa Temor a una discusión honesta sobre la muerte con el paciente; pueden desear que
el personal no cuente la verdad
Temores espirituales (dependiendo del sistema de creencias); temor Preocupación por el futuro y el impacto del duelo; pérdida de la persona que está
a lo desconocido, temor a que no haya otra vida o temor a un enferma (puede depender del papel, como el de padre de niños pequeños)
juicio punitivo por Dios, pérdida de fe, enfado con Dios
Enfado, sensación de injusticia, no desear morir; ¿por qué yo? Preocupación por el impacto del duelo sobre familiares en particular, considerados
vulnerables
Preocupación por conflictos no resueltos
Preocupación por el m odo en que la familia está afrontando la
enfermedad del paciente
Preocupación por el m odo en que la familia hará frente al futuro
(social, emocional, económicamente)
Preocupación por si será recordado

PARTE I PRINCIPIOS
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Familias angustiadas I C A P Í T U L O 13 67

particulares en comunicarse con los hijos menores acerca de la tum or cerebral. Es el más joven de nueve hijos y hasta hace poco tiempo
enfermedad. había estado viviendo en casa con su padre ya mayor. La
No todas las reuniones de la familia tienen desenlaces positi­ madre de Pat había muerto 5 años antes y todos sus hermanos están
vos. La experiencia clínica ha incluido intercambios airados entre casados y tienen hijos. Durante los 2 últimos meses, Pat ha estado
los familiares y, en una ocasión, confrontaciones físicas y violencia viviendo con su hermano, lan, su cuñada, Mary, y sus tres hijos, de 5,
inmediatamente después de haber finalizado la reunión. 7 y 8 años de edad, porque su padre no podía ya cuidar de él. Pat ha
Si un individuo o la familia experimentan dificultades de ajuste,
mantenido una larga relación con su pareja, Elaine, y aunque tienen un
pueden requerir información para reforzarse y ser repetida varias
hijo, Damien, de 4 años de edad, y una hija, Patricia, de 3 años de edad,
veces durante las diferentes reuniones. Otras familias pueden
nunca han vivido juntos. Aunque lan y Pat han tenido siempre una
oponerse a reunirse con el personal para evitar oír malas noti­
cias. Puede requerirse una gran cantidad de trabajo por parte del estrecha relación, la mujer de lan, Mary, nunca ha aprobado la relación
equipo para comunicar la información necesaria, lo cual puede lle­ de Pat con Elaine. Unos años antes, lan también había reñido con un
var mucho tiempo y ser frustrante para los implicados. El equipo hermano, Tommy; aunque se reúnen ocasionalmente en las funciones
multidisciplinario debe ofrecer a las familias que experimentan familiares, no se visitan en sus casas. Pat ha sido también una figura m uy
niveles elevados de angustia un apoyo adicional. El segundo caso significativa en las vidas de sus 23 sobrinas y sobrinos, que tienen entre
práctico es un ejemplo de este planteamiento (v. «Caso práctico: 5 y 19 años de edad.
Dificultades de inspección en los cuidados terminales a domicilio»). Durante una reciente visita a casa, la enfermera de cuidados
En este caso, se demuestra el impacto de la enfermedad terminal domiciliarios habló con M ary e lan y su po que Mary se hallaba
sobre las complejas relaciones familiares y el papel del equipo de extraordinariamente perturbada porque otros familiares llegaban a
cuidados paliativos en la prestación de apoyo adicional a la fami­ diario sin llamar previamente por teléfono. N o se había mantenido un
lia. En particular, se resolvió el conflicto y se reconoció la posición
programa de visitas que había sido organizado por lan, y el día anterior
de Elaine. Se redujeron así los muy elevados niveles de angustia
Mary había pedido a una de las hermanas de Pat que volviera más
del paciente y la familia.
tarde porque la familia estaba intentando tener una comida juntos.
Ello provocó una discusión, durante la cual la hermana de Pat dijo que
no volvería a casa otra vez porque no se sentía bien recibida. Mary
manifestó también que, aunque se sentía m uy feliz de cuidar a Pat, no
CONFLICTO FAMILIAR: EXTRAÑAM IENTO quería que su compañera Elaine fuera más a la casa familiar. Durante
Y REUNIFICACIÓN las visitas de enfermería, Pat había estado bastante adormilado y había
En ocasiones, puede rastrearse la angustia en las familias hasta podido participar sólo en conversaciones cortas, pero fue capaz de
acontecimientos o desacuerdos que tuvieron lugar muchos años decir a la enfermera lo bien que se sentía atendido y que no deseaba
atrás. Esta situación puede haber dado lugar a extrañamiento ir a la unidad de ingreso de la residencia para enfermos terminales.
de los familiares, a veces con personas que no se han visto Dijo que disfrutaba de las visitas de Elaine, sus hijos y su padre. Contó
o hablado durante muchos años. Con frecuencia, es origen de a la enfermera que echaba de m enos a sus sobrinas y sobrinos y que
angustia considerable porque la muerte del paciente eliminará le gustaría verlos si realizaban visitas breves. Además, expresó el deseo
cualquier oportunidad de reconciliación. El conocimiento de de ver a Tom m y y a su mujer. Contó a la enfermera que sabía que
tales extrañamientos es una oportunidad que tiene el equipo Mary había estado m uy enfadada el día anterior y que había habido
para explorar con el paciente si le gustaría lograr una cierta una discusión con su hermana Maura. Pat preguntó a la enfermera
mejoría en la relación antes de la muerte. Este trabajo implica a si podía ayudar a su familia porque estaba preocupado por ellos. La
menudo extensos esfuerzos para rastrear a las personas que no
enfermera de la residencia comentó la situación en una reunión de
han estado en contacto durante muchos años, pero puede ser
equipo al día siguiente y se hicieron los preparativos para una reunión
un aspecto de apoyo psicosocial muy valioso para las familias
familiar. A ésta asistieron un total de 18 familiares, incluida Elaine, junto
angustiadas.
Ayudar a los pacientes y a los familiares en un viaje de per­ con la enfermera de cuidados domiciliarios, uno de los doctores y una
dón y cicatrización puede ser un factor crítico para ayudarles a trabajadora social de la residencia.
encarar la muerte con un mayor sentido de calma y paz10. Si bien Durante la reunión, se ayudó a la familia a que hablara
se reconoce el valor del trabajo en este campo, es importante abiertamente sobre sus deseos para ver a su hermano durante
señalar que no todas las situaciones de extrañamiento pueden cortos períodos de tiempo en este momento. Se reconoció que lan
resolverse positivamente. Mi experiencia incluye varias ocasio­ y Mary estaban aportando unos excelentes cuidados a Pat. Varios
nes en las que los esfuerzos para rastrear a los familiares tuvieron familiares dijeron que ellos no serían capaces de proporcionar estos
éxito, sólo para encontrar que declinaron cualquier invitación a cuidados y se mostraron agradecidos de que lan y Mary pudieran
reconciliarse. Con el fin de evitar causar una mayor angustia al hacerlo. Las personas hablaron sobre el daño que habían
despertar esperanzas no realistas, es importante ser cuidadosos experimentado cuando algunos familiares se sintieron excluidos por
ante la posibilidad de que no pueda lograrse la reunificación.
otros. También hablaron acerca de que lan y Mary necesitaban un
grado de intimidad para atender sus propias necesidades com o una
pareja con tres hijos, lan y M ary dejaron claro que ellos deseaban llevar
a cabo los deseos de Pat en ese m om ento y reconocieron que quienes
eran importantes para él, Elaine incluida, deberían poder visitarlo. La
■ c a s o P R Á C T I C O 2 familia habló del vínculo que compartían a pesar de los altibajos de la
vida familiar y de los desacuerdos. Tom m y cruzó la habitación y abrazó
a lan y Mary, dándoles las gracias por todo lo que estaban haciendo y
Dificultades de inspección en los cuidados terminales
ofreciéndoles su apoyo. Al final de la reunión, la familia pudo hacer los
a domicilio
preparativos para las visitas y la ayuda a lan y Mary. La trabajadora social
Pat es un hom bre de 35 años de edad que recibe cuidados terminales a también hizo los preparativos para futuras sesiones de asesoría para
domicilio del equipo de la residencia para enfermos terminales por un algunos familiares.

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68 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

Si no consideramos esta posibilidad, representamos errónea­ Sin embargo, también es importante notar que no hay dos fami­
mente la realidad de trabajar con las familias en los cuidados lias iguales; más que uniformidad, a menudo hay una variación
paliativos. significativa entre las familias que comparten orígenes culturales
El tercer caso práctico es un ejemplo del trabajo de reunifi­ similares.
cación en el marco de los cuidados paliativos (v. «Caso práctico: El equipo de cuidados paliativos afrontará desafíos cuando las
Revisión de la vida y reconexión con la familia»). En este caso, conductas de los pacientes o de los familiares queden fuera de
el trabajo de revisión de la vida (v. comentario anterior) desen­ los límites de lo que se espera o se considera aceptable.Tal como
terró una historia alternativa de la vida de John, que contra­ Altschuler afirma, «podemos también encontrarnos actuando
decía la historia dominante de que él era un fracaso en el con maneras que reflejan, no sólo nuestras propias experiencias,
mantenimiento de relaciones personales estrechas. La integración sino también las de la familia, a medida que nos identificamos y
de esta realidad le permitió asumir el riesgo de buscar la reuni­ “reflejamos” los diferentes aspectos de las relaciones familiares»3.
ficación con su propia familia a pesar de la posibilidad de re­ También puede darse el caso de que algunos patrones de com­
chazo. portamiento sean el resultado de una mayor angustia psicológica
Este caso ilustra también hasta qué punto la reunificación y emocional. Es muy importante la forma en que responde un
depende de la franqueza de todos los implicados en participar. equipo a tales situaciones. Si es posible para un equipo modelar
La familia de John, a pesar de las heridas pasadas, había vivido la franqueza para discutir los aspectos que surjan, como el con­
siempre con la esperanza de reunirse de nuevo con él. En par­ flicto entre familiares y el personal sanitario, esto puede entonces
ticular, su mujer hablaba de perdón y del modo en que ella permitir a las familias abordar por sí mismas aspectos difíciles.
había educado a sus hijos para creer en este valor. En este ejem­ Crucialmente, el comportamiento del equipo de cuidados palia­
plo, el nivel de angustia se redujo mucho por la reunificación. tivos puede extender o reducir patrones de conducta asociados
Además, este caso clínico demuestra el valor de tener miem­ con angustia por los familiares.
bros del equipo con capacidad para trabajar con las familias
angustiadas.
Los valores de la organización que aporta los cuidados son crí­
ticos para determinar cuánta energía y recursos se dedican a este CONCLUSIONES
tipo de cuidados a la «persona en su totalidad». Según Keamey1 la
experiencia humana es pluridimensional, y el dolor, en un campo Los cuidados paliativos reconocen la importancia de las relacio­
de la experiencia humana, puede afectar a otro. Además, los seres nes familiares y su objetivo es ofrecer apoyo a los afectados por
humanos son personas completas y «la respuesta más apropiada la enfermedad terminal del paciente. La familia incluye todas las
y eficaz que esto requiere es atención y cuidar todos los aspec­ relaciones significativas identificadas por el paciente y no queda
tos de la experiencia de dicha persona, incluidas sus relaciones»11. restringida por la definición legal. El proceso de pérdida y cam­
En este caso práctico, el planteamiento de atender a John como bio con el que han de luchar las familias se asocia a menudo
«persona en su totalidad» tuvo un impacto significativo para aliviar con preocupaciones particulares y temores que causan un ele­
su angustia y la de sus varias familias. El carácter de la organiza­ vado nivel de angustia. Aunque algunos creen que se deben
ción puede verse como crítico para el planteamiento de trabajar llevar a cabo evaluaciones formales de todas las familias para
con familias angustiadas y apoyarlas en el ámbito de los cuidados identificar y tratar a las que necesitan ayuda a largo plazo en el
paliativos. proceso de adaptación, se ha presentado una opinión alterna­
tiva. Este planteamiento defiende una valoración informal más
fluida que se resiste a etiquetar a las familias e incorpora la aten­
ción a la «historia alternativa» de la historia social y relacional
LA INFLUENCIA DEL EQUIPO del paciente y la familia. Se acepta a las familias tal como son,
viviendo su experiencia singular y respondiendo con maneras
Es crítico el modo en que el equipo de cuidados paliativos res­ que, en su situación, tienen sentido para ellas. Eligen también si
ponde a una familia angustiada. La interacción entre el equipo y aceptar cualquier oferta de apoyo. La experiencia clínica indica
la familia es la confluencia de dos sistemas diferentes, comprome­ que el carácter de la organización influye significativamente
tidos en una actividad conjunta, para lograr un objetivo compar­ en la prioridad que el equipo es capaz de dar al trabajar con las
tido; a saber, el cuidado óptimo del paciente. La teoría de sistemas familias angustiadas, pero es también importante observar que
nos informa de que el equipo de cuidados paliativos «como un no todos los intentos para ayudar a las familias tienen éxito. Por
sistema tiene unas actitudes, unos valores y unas reglas de con­ último, se reconoce el valor de que los miembros del equipo
ductas aceptables específicas que pueden variar significativa­ estén formados en la terapia familiar sistemática, y la aplica­
mente, no sólo de paciente y familia, sino también de equipo a ción de tales técnicas debe favorecer la prestación de cuidados
equipo... Bajo las mejores circunstancias, el resultado óptimo es psicosociales.
un ajuste terapéutico eficaz entre el paciente, la familia y el per­
sonal del equipo sanitario»12. Es importante ser cuidadoso de las
diferentes estructuras familiares y normas culturales. Un ejemplo
de esto fue un caso en el que el equipo de cuidados paliativos B I B L I O G R A F Í A
estaba trabajando con una familia africana que vivía en Irlanda. 1. Carr A. Family Therapy: Concepts, Process and Practice. Chichester, England:
El equipo deseaba comunicarse directamente con la paciente John Wiley & Sons, 2000.
en relación con una inyección de analgésico, mientras que su 2. World Health Organization. Cancer Pain and Palliative Care. Technical Report
804. Geneva: WHO, 1990.
marido esperaba que la comunicación se estableciese a través de 3. Altschuler J. Illness and loss within the family. In Firth P, Luff G, Oliviere
él. Esta actitud llevó a un mayor nivel de angustia para la familia D (eds). Loss, Change and Bereavement in Palliative Care. London: Open
y el equipo. La familia de origen de la paciente operaba en una University Press, 2005, pp 53-64.
cultura patriarcal con unas expectativas diferentes a las de los 4. Carter B, McGoldrick M. The Changing Family Lifecycle: A Framework for
miembros del equipo. El equipo se vio retado por el aspecto Family Therapy, 2nd ed. New York: Gardner, 1989-
5. Kissane DW, Bloch S. Family Focused Grief Therapy. Philadelphia: Open
de la autonomía de la paciente y el consentimiento informado, University Press, 2002.
pero la paciente no compartía sus inquietudes. La influencia de las 6. White M, Epston D. Narrative Means to Therapeutic Ends. New York: W.W.
diferentes normas culturales y estructuras familiares era evidente. Norton, 1990.

PARTE I PRINCIPIOS
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Duelo y aflicción I C A P Í T U L O 14 69

7. Lester J. Life review with the terminally ill: Narrative therapies. In Firth P, Luff pérdidas en la salud física y mental, los papeles, las actividades y
G, Oliviere D (eds). Loss, Change and Bereavement in Palliative Care, 1st ed. las relaciones. El paciente moribundo y su familia pueden lamen­

I
London: Open University Press, 2005, pp 66-79-
8. Morgan A. What is narrative therapy? Available at http://www.dulwichcentre. tar simultáneamente estas pérdidas acumulativas y llorar la muerte
com.au/alicearticle.html (accessed September 2007). inminente. La continuidad de los cuidados antes y después del
9. Freedman J, Combs G. Narrative Therapy: The Social Construction of Preferred duelo es crítica porque la confianza en los clínicos que han aten­
Realities. New York: Norton, 1996. dido al ser querido refuerza el apoyo eficaz para la familia después
10. Byock I. The Four Things That Matter Most: A Book About Living. New York:
Free Press, 2004.
de la pérdida.
11. Kearney M. Whole person care: The Irish dimension. In ling J, O’Síoráin L Un planteamiento de los cuidados centrado en la familia per­
(eds). Palliative Care in Ireland, 1st ed. Berkshire: Open University Press, 2005, mite a los clínicos aumentar la calidad de vida del paciente y la
pp 122-133- familia que, a su vez, puede afectar positivamente a la aflicción1.
12. Loscalzo MJ, Zabora JR. Care of the cancer patient: Response of family and De modo específico, los clínicos pueden facilitar la comprensión
staff. In: Bruera E, Portenoy RK (eds). Topics in Palliative Care, Vol 2. New York:
Oxford University Press, 1998, pp 209-245. del proceso de la muerte, trabajar para atemperar la incertidum-
bre ansiosa antes de la muerte y ayudar a la familia a dar sentido
a la pérdida (v. cap. 13). Este apoyo es particularmente importante
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S después de muertes súbitas, inesperadas, que aún suceden durante
Firth P, Luff G, Oliviere D. Loss, Change and Bereavement in los cuidados paliativos.
Palliative Care, 1st ed. London: Open University Press, 2005. La literatura utiliza muchos términos para indicar reaccio­
Kissane DW, Bloch S. Family Focused Grief Therapy. Philadelphia: nes a la pérdida, con frecuencia de modo intercambiable. Sin
Open University Press, 2002. embargo, los teóricos del duelo mantienen unas definiciones
White C, Denborough D (eds). Introducing Narrative Therapy. específicas:
Adelaide, Australia: Dulwich Centre Publications, 1998.
• Aflicción: el estado de pérdida resultante de la muerte2,3.
• Duelo: la respuesta emocional angustiante a cualquier
pérdida2.
• Llorar un a pérdida: el proceso de adaptación, que incluye
rituales culturales y sociales4.
• Duelo anticipatorio: la angustia que se produce antes de una
pérdida esperada4.
• Duelo patológico, complicado o prolongado: una respuesta
emocional anorm al a la pérdida, que implica una morbilidad
de la salud mental y/o psíquica5,6.
• Duelo reprimido: dolor oculto, típicamente en individuos que
I CAPÍ TULO 14 tienen menos licencia social para expresar su respuesta7.

Duelo y aflicción
M O DELO S TEÓRICOS DEL DUELO
Wendy G. Lichtenthal y David W. Kissane
¿Por qué nos sentimos afligidos? Las observaciones de descon­
suelo en pájaros y mamíferos sociales se remontan a los tiem­
D 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos pos de Darwin. Los lazos y las relaciones sociales tienen un
valor funcionalmente adaptativo, pero el afecto implica una
experiencia de duelo cuando se produce la separación. La
muerte es universal, pero la respuesta emocional a la pérdida
está configurada culturalmente. Los modelos teóricos a par­
P U N T O S
tir de múltiples disciplinas2,5 guían la conceptualización de los
» Los cuidados de apoyo psicológico por aflicción comienzan a la entrada en fenómenos clínicos en el afligido y sugieren unas tareas adapta-
los servicios de cuidados paliativos con un cribado en busca de factores tivas facilitadas por intervenciones preventivas. La tabla 14-1
adversos, como una disfunción familiar, y con cuidados psicosociales conti­ presenta una visión de conjunto de las principales teorías de
nuados en relación con las personas en riesgo. la aflicción.
» Los modelos teóricos del afecto, las relaciones interpersonales, el enfren­ Entre los conceptos más influyentes figura la teoría del afecto.
tamiento al cambio, y los factores socioculturales influyen sobre el duelo Ésta se centra en la vinculación interpersonal, que crea una base
de seguridad y promoción de la supervivencia por medio del
» El duelo normal se distingue del duelo mórbido por una menor intensidad apoyo social8. La exploración del mundo y la individualización
de los síntomas, la resolución de éstos con el tiempo, y la ausencia de afron- personal fluyen a partir de este sentido de seguridad. Los afectos
tamiento maladaptativo y de trastornos psiquiátricos. primarios se desarrollan entre los padres, sobre todo la madre, y
» Los factores de riesgo del duelo mórbido incluyen ser testigo de una muerte el niño, pero en la etapa adulta quedan sustituidos por el afecto
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

difícil, la vulnerabilidad personal, los estilos de afecto inseguros y un mal entre los esposos. La relación inicial padre-hijo afecta a los afec­
apoyo familiar y social. tos futuros. Una piedra angular de esta teoría, basada en gran
> Se deben ofrecer intervenciones preventivas del duelo sólo en situaciones medida en el trabajo pionero de Mary Ainsworth, es la distinción
de alto riesgo; si los trastornos psiquiátricos complican la aflicción, están entre los afectos seguro e inseguro. Ainsworth clasificó los estilos
indicadas la psicoterapia y psicofarmacología tempranas. de afecto inseguro como ansioso, elusivo y desorganizado/hostil9.
Pueden ser transgeneracionales, en los que los padres transmiten
los estilos inseguros a los hijos. Cuando se produce una pérdida
y se cortan los lazos de unión, la teoría del afecto postula que la
El desconsuelo por la muerte comienza típicamente antes de la adaptación a la pérdida se ve afectada por el estilo de afecto del
pérdida, y el conocimiento y la comodidad con la expresión del individuo.
duelo son críticos en la medicina paliativa. A medida que avanza Otra teoría es la teoría psicodinámica’. Comparte elemen­
la enfermedad, los pacientes y las familias afrontan múltiples tos con la teoría del afecto pero se centra en las experiencias

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70 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

I I T A B L A 14-1 Modelos teóricos de la adaptación a la pérdida

M O DELO C A R A C TE R ÍS TIC A S D E F IN ITO R IA S PRINCIPALES FIG U R A S

Teoría del afecto Las uniones de las relaciones íntimas se ven cortadas por la pérdida Bowl by, Ainsworth, Parkes, Weiss
Teoría psicodinámica Las relaciones tempranas establecen una plantilla que guía las futuras Freud, Klein, Horowitz, Kohut
relaciones
Modelo interpersonal Las influencias relaciónales son dominantes en el desenlace del duelo Sullivan, Shapiro, Bonnano, Horowitz,
Benjamin
Transición psicosocial Visión del mundo supuesto cambiado y las creencias relacionadas Parkes, Janoff-Bulman
Modelo sociológico Las influencias culturales modelan la forma y el contenido del duelo Rosenblatt, Klass, Walter
Teoría de los sistemas de La familia es la principal fuente de apoyo; el funcionamiento familiar Walsh, McGoldrick, Kissane, Shapiro
familias determina el desenlace
Teoría del afrontamiento del Los patrones condicionados o aprendidos se vuelven inalterables y Kavanagh, Folkman
estrés cognitivo crónicos
Modelo traumático Dominan los aspectos intrusivos del traumatismo Horowitz, Pynoos, Prigerson, Jacobs
Etología Los procesos biológicos y fisiológicos sostienen los fenómenos Darwin, Lorenz
Teoría del proceso dual de Oscilación entre las tareas de afrontamiento orientadas al dolor y a la M.S. Stroebe, W. Stroebe, Schut
afrontamiento restauración

tempranas de la vida, el desarrollo de la autoestima y la capacidad Las diferencias culturales en el duelo y en los relacionados rituales
adquirida para adaptarse a la pérdida. La teoría de las relaciones de de desconsuelo por la pérdida son considerables, influyendo sobre
objeto conceptualiza las relaciones tempranas como modelos la expresión emocional, las prácticas tales como la automutila-
de interacción que influyen sobre las emociones de las relaciones ción y el duelo público frente al privado. Los investigadores han
posteriores. Una de las plantillas relaciónales más tempranas es recalcado el papel de las influencias sociales en la modelación del
cuando un lactante anhela a la madre después de la separación. desconsuelo por medio de rituales culturales. Éstos dan apoyo a
El duelo y el padecimiento se ven como respuestas de superación unos vínculos continuados, no cortados con la persona fallecida;
adaptativas que persisten de por vida después de las separaciones. por ejemplo, al venerar a los antepasados y confiar en ellos como
Igualmente enraizada en la teoría psicoanalítica está la hipó­ guías espirituales5. Otro medio de preservar la relación es conti­
tesis del trabajo de duelo, que afirma que los individuos tienen nuar hablando con y sobre la persona fallecida y acerca de ella.
que trabajar a través de sus sentimientos sobre la pérdida para Otros factores sociales afectan a la experiencia del duelo indi­
seccionar sus lazos con la persona fallecida2,5. Freud10 identi­ vidual. El apoyo social puede reducir el aislamiento y favorecer
ficó este proceso como necesario para una adaptación normal al el ajuste. La conectividad social es particularmente importante
desconsuelo con el fin de separar la libido invertida en el objeto dentro de una familia afligida (v. cap. 65). La perspectiva de los
amado; el duelo patológico está causado por el fracaso en cumplir sistemas familiares considera la relación recíproca entre una res­
las tareas requeridas. Aunque la hipótesis del «trabajo de duelo» ha puesta individual a la pérdida y la de su familia, que depende del
sido influyente, ha surgido escaso apoyo empírico para ella2,5. funcionamiento familiar y del papel de la persona fallecida12. La
Más recientemente, los teóricos han examinado los mode­ disfunción familiar, una mala comunicación, una baja cohesión y
los interpersonales que complementan la aproximación psicodi un incrementado conflicto predicen una mayor morbilidad psico-
námica5. Los patrones de relación son vistos como expectativas social después de la pérdida (v. cap. 13)1’13.
basadas en experiencias pasadas; éstas influyen las relaciones Los teóricos cognitivo-conductuales se centran en los pensa­
actuales. La identidad de una persona y los autoesquemas aso­ mientos y las conductas que mantienen el duelo y pueden prolon­
ciados se desarrollan a través de las interacciones con otros y los gar el desconsuelo por la pérdida5,14. Una preocupación excesiva
papeles dentro de estas relaciones. El modelo de estrés-respuesta por la persona fallecida, como la celebración de conmemoracio­
del duelo contempla estos esquemas como modificables, con nes elaboradas o un llorar crónico en los recuerdos, dificulta al
intervenciones basadas en principios específicos. La modificación afligido salir adelante. De modo similar, las conductas de evitación
de un esquema «ambivalente», que se origina en los sentimientos pueden prolongar el duelo por un refuerzo negativo. Los indivi­
mezclados acerca de la persona fallecida, puede ser identificada a duos elusivos pueden no procesar la pérdida y privarse a sí mis­
partir de las relaciones actuales. mos de actividades placenteras correctoras.
Otra teoría considera las transiciones psicosociales en la adap­ Algunas conductas pueden ayudar. La Dual Process Theory de
tación a la pérdida. Parkes3 afirma que las tareas críticas en el afrontar la aflicción sugiere la importancia del enfoque y la evita­
ajuste incluyen cambiar el sistema de creencias propio, o «mundo ción con moderación5. Esta teoría postula que tanto las tareas de
supuesto», para acomodarse a la pérdida. Esto implica aceptar la pérdida-orientación como de orientación-restauración se hallan
inevitabilidad de los cambios en la vida. Neimeyer11, defensor de implicadas en el afrontamiento adaptativo. La primera hace refe­
una perspectiva relacionada denominada «reconstrucción del sig­ rencia a los pensamientos, las emociones y las conductas centra­
nificado», subrayó la necesidad que tiene una persona de dar sen­ das en la pérdida; es éste el modo de llevar a cabo el «trabajo de
tido a la pérdida por medio de la organización de su comprensión duelo» y confrontar la pérdida. En paralelo, figuran estrategias
en un relato coherente. La superación dando sentido puede produ­ de afrontamiento centradas en el mundo sin la persona fallecida; es
cir una emoción positiva que (según la teoría del estrés cognitivo decir, restaurar el funcionamiento. Una reevaluación positiva de lo
y una perspectiva social-funcional) ayuda a sostener el bienestar, que significa la pérdida conduce a nuevos objetivos. La oscilación
la adaptación y una intensificada conectividad interpersonal2 5. entre las fases de orientación por la pérdida como de orientación
El impacto de la sociedad sobre el desconsuelo individual por por la restauración permite a la persona desconsolada encarar de
la pérdida es la piedra angular del modelo sociológico (v. cap. 2). modo activo su duelo durante un tiempo y luego dedicarse a un
Los constructivistas sociales afirman que la expresión emocional período de respiro, esforzándose por volver a un funcionamiento
viene dictada en gran medida por la cultura y las normas sociales5. premórbido2,5.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Duelo y aflicción I C A P Í T U L O 14 71

PRESENTACIONES CLÍNICAS DEL DUELO Errores frecuentes


Quienes proporcionan cuidados paliativos son testigos del nave­ O frecer intervenciones d e duelo a todos, e n vez de respetar la
gar de la familia, los cuidadores y los amigos por el proceso de capacidad d e recuperación y dirigirse a quienes se hallan e n alto
desconsuelo por la pérdida, desde la angustia anticipatoria hasta
el duelo agudo al conocer la muerte del paciente, hasta (en el Evitar a los cuidadores difíciles, p e ro apoyar a los agradables o las
caso de un subgrupo de individuos) la psicopatología o un tras­ familias q u e funcionan bien.
torno de duelo prolongado, previamente denominado duelo Suponer similitudes e infravalorar respuestas diferenciales de la
complicado. pérdida.
Ser insensible a las respuestas y los rituales d e desconsuelo ante la
pérdida culturalm ente específicos.
Duelo anticipatorio Dar com o norm al todo duelo y no reco n o ce r trastornos psi­
quiátricos.
Con frecuencia, las familias comienzan el penar cuando compren­
den la enfermedad terminal de un paciente4. Además, pueden
penar pérdidas provisionales a medida que disminuye el funcio­
namiento global debido a la enfermedad y al tratamiento. Pueden
incluir la pérdida de empleo, el papel de la familia funcional, la día siguiente. Por lo general, se aprecian las muestras de simpatía y
independencia, las actividades de ocio, la capacidad física y la sen­ dirección sobre el modo de proceder (p. ej., contactar con la fune­
sación de certeza acerca del futuro. Hacer frente a estas pérdidas raria). (V «Errores frecuentes»).
puede dar lugar a que la familia se estreche y sea más cohesiva
al consolarse mutuamente, cuidar al paciente y adaptarse a los
cambios. El duelo anticipatorio entre familias más disfuncionales
puede causar negación, evitación, retirada u hostilidad (v. cap. 13).
Duelo agu d o después de la muerte
La morbilidad psicosocial puede manifestarse en forma de trastor­ Por ser típicas las intensas respuestas emocionales negativas des­
nos depresivos o de ansiedad. Aunque los teóricos sugieren que pués de la pérdida del ser querido, puede ser retador distinguir
el duelo anticipatorio mitiga la intensidad del desconsuelo por la el duelo normal de las reacciones patológicas. El primer estudio
pérdida después de la muerte, los hallazgos no son firmes, y sugie­ empírico de la aflicción fue llevado a cabo en individuos que
ren que un intenso duelo anticipatorio es un factor de riesgo de habían perdido a un pariente en el incendio de un club noc­
un trastorno de duelo prolongado15. turno en Boston en 1942. Este estudio observó que los familiares
Los clínicos pueden ayudar a familias adaptativas con duelo desconsolados experimentaban culpabilidad e ira, estaban pre­
anticipatorio a comunicarse abiertamente, a honrar al paciente y ocupados con los recuerdos, y se identificaban con los síntomas
comenzar a despedirse de él expresando su aprecio y resolviendo experimentados por los fallecidos5.
cualquier cabo suelto.Tales hechos crean oportunidades para unas El duelo normal tiene síntomas emocionales, cognitivos, con-
emociones positivas junto al duelo y la angustia. ductuales y físicos característicos. Entre las respuestas afectivas
comunes figuran la tristeza, la culpabilidad, la desesperación, la
ira y la ansiedad. Dominan los recuerdos, con reminiscencias
Duelo en el momento de la muerte frecuentes sobre los difuntos. Las conductas típicas incluyen la
retirada social, los esfuerzos por encontrar apoyo y consuelo
Las experiencias alrededor de la cama del paciente, cuando la social, y la búsqueda de recuerdos. Los síntomas físicos incluyen
familia y los amigos se hallan emocionalmente cargados y prestan dificultad para conciliar el sueño, fatiga, anorexia, ligera pérdida
una atención especial al aspecto y las necesidades del paciente, de peso, torpeza, inquietud, tensión, temblores y en ocasiones
quedan con frecuencia grabadas en la memoria de los supervi­ dolor.
vientes. Las interacciones del personal sanitario con el paciente Durante años, se conceptualizó desconsuelo por la pérdida
y sus seres queridos requieren un máximo respecto y sensibili­ como un proceso de estadios emocionales que era preciso atra­
dad. Es de un valor particular la información sobre el proceso de vesar para que se resolviera16. Sin embargo, tales teorías de los
la muerte, incluido el significado de los sonidos, las secreciones, estadios no han sido confirmadas. En cambio, la opinión más
los cambios en la respiración y el nivel de conciencia. Se incluye comúnmente sostenida sobre la recuperación en la actualidad
la empatia e infundir confianza sobre el confort del paciente es que las fases se superponen, el duelo disminuye de modo gra­
(v. cap. 181). dual, pero permanece una vínculo residual con la persona falle­
Si no está presente la familia, debe ser avisada cuando sea cida5. La fase inicial de duelo agudo se caracteriza frecuentemente
manifiesto el deterioro del paciente o, si ya se ha producido la por shock e incredulidad. Pueden seguir unas intensas oleadas de
muerte, ser invitada a ver el cuerpo y ser informada de la secuen­ angustia, caracterizadas con frecuencia por un anhelo de la per­
cia de acontecimientos que precedieron a la muerte. El trabajador sona fallecida y desencadenadas por los recuerdos de ella. Según
de cuidados paliativos ha de tomarse su tiempo para responder el dolor asociado con la ausencia es sentido y reconocido por los
por completo a las preguntas y proporcionar consuelo y apoyo. supervivientes, puede haber desorganización caracterizada por
Los deseos acerca de la autopsia, incluida cualquier sanción cul­ tristeza, inquietud, inatención, retirada social y desesperación, lo
tural o religiosa, justifican el respeto. Los clínicos deben facilitar cual puede persistir durante meses. Con el tiempo, se produce
el consejo pastoral y animar a los rituales religiosos o culturales, una fase de reorganización de la vida sin la persona fallecida,
incluido un tiempo a solas con la persona fallecida. Deben tener que permite una nueva visión del mundo y el potencial de creci­
cuidado de no marginar el duelo, por ejemplo después de una miento personal y creatividad2 5,11. Esta fase puede acompañarse
muerte esperada, y proporcionar a los supervivientes permiso de sentimientos de nostalgia y de un humor realzado en lugar de
para expresar su pena. Estas consideraciones previenen un duelo la tristeza.
oculto7. No hay un período de tiempo definitivo para resolver el
Puede estar indicado un apoyo familiar adicional, aunque hay duelo. La duración es con frecuencia proporcional a la fuerza
que tener presentes las variaciones en el duelo agudo. Una con­ del afecto con la persona fallecida y puede persistir durante
sulta con un intermediario cultural puede ayudar a comprender años entre las personas mayores conyugalmente afligidas. Las
las respuestas y proporcionar del mejor modo un espacio para las sanciones culturales afectan asimismo a la duración (v. cap. 2)7.
prácticas específicas. Los clínicos pueden prescribir benzodiazepi- Algunos investigadores establecen la hipótesis de que el duelo
nas y ofrecer apoyo con una llamada telefónica de seguimiento al normal y el patológico son un continuo y que el último es una

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72 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

intensificación del primero. Otra conceptualización del duelo nor­ persona fallecida, con una prevalencia de hasta el 5%. La evitación
mal es la ausencia de un trastorno de duelo prolongado (v. discusión persistente puede causar problemas de relación o hipomanía en
posterior). los individuos con trastorno bipolar. Algunos pueden no experi­
mentar un mayor duelo por las sanciones culturales o la ausen­
cia de una fuerte relación con la persona fallecida3,7. También es
Duelo patológico común la capacidad de adaptación después de la aflicción2,5.

Se espera que haya angustia, y pueden surgir algunos síntomas


de depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático Factores de riesgo de duelo p atológico
(TEPT). La prevalencia de trastornos depresivos entre los afligi­ Es importante seleccionar la atención médica a las personas en
dos es máxima durante los primeros 2 meses, pero declina pos­ riesgo por lo limitado de los recursos y porque la mayoría de los
teriormente. Zisook y Schuchter17 observaron que el 24% de las
individuos afligidos se recuperan de modo satisfactorio. Los clí­
viudas afligidas en un estudio longitudinal satisfacía los criterios
nicos deben reunirse mensualmente para una revisión multidisci-
de depresión mayor después de 2 meses y que esta cifra dismi­ plinaria de la muerte para identificar a los familiares en riesgo1,5.
nuía al 16% al cabo de 13 meses. Los trastornos de ansiedad son Los factores de riesgo que predicen un peor desenlace se presen­
prevalentes, y los individuos pueden manifestar ansiedad de
tan en la tabla 14-2. La adversidad en la infancia, como malos tra­
separación, ansiedad generalizada y síntomas fóbicos o somá­ tos o muerte de uno de los padres, se ha asociado con un duelo
ticos. Los síntomas del TEPT pueden producirse después de cir­ mórbido, y sugiere que los individuos con estilos de afecto inse­
cunstancias traumáticas, como una gran desfiguración, úlceras
guro se hallan en mayor riesgo6. Puede ser la razón de que unas
por presión, mal olor o confusión agitada del paciente. El TEPT se relaciones estrechas, que intensifican la seguridad, predigan un
ha asociado también con la percepción de una despedida insufi­
duelo más complicado entre los conyugalmente afligidos6,18.
ciente. Además, existe el riesgo de recidiva entre los que tienen
historia de uso de sustancias, de alcohol, psicosis o trastorno
bipolar. M uerte súbita e inesperada
Los clínicos de salud mental tratan los trastornos psiquiá­
tricos relacionados con la aflicción con el empleo de psicoterapia Aunque la medicina paliativa no busca una curación, el paciente
estándar y planteamientos psicofarmacológicos (v. cap. 54)2,5. Sin y la familia mantienen expectativas sobre el tiempo que les queda
embargo, unas respuestas de duelo extremo pueden beneficiarse juntos. Las muertes inesperadas se originan a partir de sepsis,
de planteamientos especializados. El duelo patológico es una res­ émbolos pulmonares, fenómenos cardíacos o hemorragia. La falta
puesta mórbida a la pérdida que se caracteriza por síntomas espe­ de preparación para la muerte predice un duelo patológico y
cíficos, muchos de los cuales se asemejan al duelo normal pero un trastorno depresivo mayor; la percepción de la muerte como
son intensos y prolongados6,18. Los investigadores han identificado violenta crea un riesgo de depresión2, . Los clínicos deben valo­
estos síntomas y características asociadas para reconocer mejor a rar el impacto en el afligido de las circunstancias que rodean a la
los que están en estado de necesidad y elaborar las intervenciones muerte (v. cap. 65).
apropiadas.
De modo específico, los investigadores han elaborado crite­
rios diagnósticos para el «trastorno de duelo prolongado» (anti­
Ciclo de la vida y duelo de los niños
guamente denominado duelo complicado) y proponen que es
un trastorno mental distinto en la taxonomía diagnóstica estan­ La expresión y comprensión del duelo es específico según la
darizada2,6'18. En la actualidad, el trastorno de duelo prolongado edad4,5. Los niños pueden no comprender la irreversibilidad de
está conceptualizado como un grupo de síntomas único, que
son distintos de los síntomas de depresión o ansiedad y que son
predictivos de problemas físicos y de salud mental a más largo
plazo. Estos síntomas no responden a los tratamientos tradi­ T A B L A 1 4-2 Factores de riesgo de desenlaces del duelo
cionales para la depresión relacionada con la aflicción (p. ej., la patológico
terapia interpersonal, los antidepresivos tricíclicos) y pueden
persistir durante años si se dejan sin tratar6,18. Los criterios sin­ CIR C U N S TA N C IA S DE L A M U E R TE
tomáticos diagnósticos actuales derivados empíricamente inclu­ Extemporánea en el ciclo de la vida (p. ej., la muerte de un niño).
yen intenso anhelo por la persona fallecida, dificultad en aceptar Súbita e inesperada (p. ej., muerte por neutropenia séptica durante la
la muerte, incapacidad para confiar en otros desde la muerte, quimioterapia).
amargura excesiva, sentirse inseguro acerca de seguir adelante, Traumática (p. ej., caquexia y debilidad que llevan a shock).
sentirse emocionalmente entorpecido o despegado de otros, sen­ Estigmatizada (p. ej., SIDA, suicidio).
tir que la vida carece de significado sin la persona fallecida,
sentir que el futuro no depara perspectiva de cumplimiento sin la V U L N E R A B IL ID A D PE R S O N AL
persona fallecida, evitar los recuerdos de la pérdida, y sensación Historia de trastorno psiquiátrico (p. ej., depresión clínica).
de disminución de uno mismo6. Los síntomas deben persistir Personalidad y estilo de afrontamiento (p. ej., aprensivo intenso, baja
durante al menos 6 meses después de la pérdida. Esta conceptua­ autoestima).
lización del trastorno de duelo prolongado contempla el proceso Estilo de afecto (p. ej., inseguro).
como una respuesta patológica a acontecimientos traumáticos Experiencia acumulativa de pérdidas.
y no traumáticos. Se da en el 10 o el 20% de los afligidos6. Hay
todavía un debate sustancial sobre la validez del constructo N A T U R A L E Z A DE LA R E LA CIÓ N C O N LA PE R S O N A F A LLE C ID A
del trastorno de duelo prolongado y acerca de si constituye un Excesivamente dependiente (p. ej., relación que favorece la seguridad).
trastorno distinto5,18. Ambivalente (p. ej., irritado e inseguro con abuso de alcohol, infidelidad,
La falta de consenso sobre la definición de duelo patológico, juego).
y en consonancia de duelo normal, ha dado lugar al uso de
FA M ILIA Y A P O Y O S O C IA L
varios términos para describir los subtipos de duelo3,5. Por ejem­
plo, el duelo crónico implica una angustia intensa y persistente Disfunción familiar (p. ej., mala cohesión y comunicación, conflictos).
en aproximadamente el 9% de los individuos afligidos. El duelo Aislada (p. ej., nuevo emigrante, mudanza a nueva residencia).
inhibido o tardío es una ausencia aparente de angustia, caracte­ Alienado (p. ej, percepción de bajo apoyo social).
rizado generalmente por la evitación crónica de recuerdos de la

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Duelo y aflicción I C A P Í T U L O 14 73

la muerte hasta que hayan desarrollado la capacidad de pensamiento intermedias) para optimizar el apoyo mutuo1,13. Un estudio con­
abstracto, aproximadamente a los 8 o 10 años de edad. Facilitan el trolado aleatorio (ECA) inicial de la TDCF mostró una reducción
desconsuelo ante la pérdida una discusión abierta de ésta, la crea­ significativa en la angustia a los 13 meses después de la muerte,
ción de un lugar para localizar a la persona fallecida (p. ej., en el con los máximos efectos en las familias enojadas. Están en marcha
cielo) y el apoyo de los padres supervivientes y la familia. Los clí­ nuevos estudios de mejora de dosis13.
nicos guían a los padres para facilitar el duelo del niño, incluido
animar a que asistan a rituales y la construcción de un libro de
recuerdos de la persona fallecida. M E D IC IN A BA SA D A EN LA EVIDENCIA
En cuanto a las personas de edad muy avanzada, la pérdida
del compañero de la vida puede parecer irreemplazable y, sin Aunque la medicina paliativa no ha establecido un estándar
embargo, la angustia puede ser mitigada por la aceptación filo­ de cuidados en relación con los familiares afligidos y amigos, el
sófica del envejecimiento y de la ineludible conclusión de todas seguimiento con la familia suele implicar ofrecer condolencias
las vidas4,5. por teléfono, una tarjeta de simpatía o visitas personales; asistir al
funeral o llevar a cabo unos servicios de conmemoración en los
aniversarios. Se facilita así la continuidad de los cuidados y se nor­
UNA APROXIMACIÓN FAMILIAR A LOS CU IDADO S maliza el duelo de modo no intrusivo y respetuoso.
POR AFLICCIÓN En su revisión sistemática de la investigación de intervención
de la medicina paliativa en los cuidadores y los afligidos, Harcling
La continuidad de los cuidados entre la fase del final de la vida y la y Higginson19 no llegaron a encontrar beneficios de servicios den­
aflicción tiene pleno significado para los familiares porque les per­ tro de la base de evidencia limitada y subrayaron la necesidad de
mite revisar el viaje de la enfermedad y muerte del paciente con el más ECA metodológicamente sólidos (v. cap. 30). De modo similar,
equipo de tratamiento. Los servicios de cuidados paliativos deben los metaanálisis de las intervenciones sobre el duelo (tabla 14-4)
identificar a los cuidadores y miembros familiares en riesgo de destacaron la ausencia de beneficio a menos que se seleccionaran
duelo patológico y dirigir el apoyo preventivo a evitar o minimizar como objetivo los individuos sintomáticos en riesgo2,5,20'22. Larson
un desenlace mórbido (v. cap. 65). Un planteamiento centrado en y Hoyt23, sugirieron, no obstante, que la mayoría de estos metaaná­
la familia ayuda. Kissane y cois, han elaborado una medida robusta, lisis sobre asesoría del duelo son metodológicamente limitados
muy sensible y clínicamente útil, el Family Relationships Index, y que la ineficacia que sugieren es una representación errónea
que es una herramienta de 12 cuestiones, validada, para rellenar excesivamente pesimista. Además de la TDCF13, las intervenciones
con lápiz y papel (o por toque en pantalla por ordenador) para sobre el duelo potencialmente eficaces incluyen: 1) tratamien­
valorar el estilo relacional de una familia113. tos basados en la exposición que utilizan el desconsuelo por la
Con el cribado se han puesto de manifiesto cinco tipos de fun­ pérdida guiado con desensibilización sistemática para el duelo
cionamiento familiar (tabla 14-3). Las familias que se apoyan (33%) crónico; 2) psicoterapia dinámica individual breve para las relacio­
se caracterizan por un alto grado de cohesión. Las que resuelven nes ambivalentes; 3) terapia de grupo psicodinámica a corto plazo
los conflictos (20%) se comunican de modo eficaz a pesar de dife­ para la soledad y las relaciones dependientes, integrada potencial­
rencias de opinión, ya que su mutuo respeto sostiene una elevada mente con la terapia artística, y 4) psicoterapia con orientación
cohesión. Estos dos patrones de buen funcionamiento se asocian religiosa cuando sean importantes los aspectos espirituales2,5.
con una morbilidad psicosocial insignificante; tales familias afron­ También se están empezando a probar empíricamente las
tan bien la aflicción y necesitan mínimos servicios clínicos. En intervenciones para tratar específicamente el trastorno de duelo
contraste, los dos tipos disfuncionales conllevan una elevada mor­ prolongado. Shear y cois.14 compararon un tratamiento manual
bilidad psicosocial. Las familias hostiles (6 al 12%) tienen mucho para el duelo complicado (el término utilizado anteriormente
conflicto, poca cohesión y mala comunicación. Las familias enoja­ para describir los síntomas del trastorno de duelo prolongado)
das (9 al 18%) demuestran unas dificultades similares, pero con con la psicoterapia interpersonal en un ECA, en el que cada grupo
un enfado callado y los niveles de depresión más altos. A medio recibió 16 sesiones de terapia individual. El tratamiento del duelo
camino entre los tipos disfuncional y de buen funcionamiento complicado implicó psicoeducación sobre los procesos dobles de
figura la clase de familias intermedias (20 al 33%) con una cohe­ afrontamiento y penar, exposición a la pérdida mediante la repeti­
sión moderada pero con una morbilidad psicosocial sustancial y ción de la historia de la muerte, enfrentamiento a las situaciones
una función deteriorada bajo el estrés de la aflicción113. evitadas, establecimiento de objetivos personales y exploración
La Terapia del Duelo Centrada en la Familia (TDCF) es una del impacto de la pérdida. Los síntomas del duelo complicado
intervención profiláctica de 6 a 10 sesiones basada en la familia mejoraron más rápidamente entre los participantes que recibie­
que comienza durante los cuidados paliativos y continúa hasta ron el tratamiento del duelo complicado que en los sometidos a
la pérdida en las familias de alto riesgo (hostiles, enojadas e psicoterapia interpersonal14.

I I T A B L A 14-3 Tip o lo g ía s d e familias en los cu id a d o s paliativos y la aflicción*

N IV E L DE T IP O DE P R EV ALE N CIA (% ) R A S G O S CA R A C TE R ÍS TIC O S


ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

F U N C IO N A M IE N T O FA M ILIA

Buen funcionamiento Sustentadora 33 Fuerte cohesión; penan adaptativa mente


Resolutoria de 20 Fuerte cohesión, comunicación eficaz; tolerante de opiniones diferentes
conflictos
Disfuncional Hostil 6-12 Mala cohesión y comunicación; grandes conflictos; relaciones fracturadas; las
familias se resienten a ser ayudadas
Enojada 9-18 Enfado silencioso; niveles más elevados de depresión; las familias buscan ayuda
Intermedia 20-33 Niveles medios de comunicación, cohesión y conflicto; en riesgo de deterioro
cuando se enfrentan con factores estresantes

•Basada en el trabajo de Kissane y coLs.

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74 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

I I T A B L A 14-4 Revisiones sistem áticas y metaanálisis d e las intervenciones so b re la aflicción i

AU TORES Y A Ñ O N.° DE S ELECCIÓN DE E S T U D IO TA M A Ñ O DEL C O N C LU S IO N E S PO SIBLES


E S T U D IO S EFE C TO

Allumbaugh y Hoyt (1999) 35 Controlados y no 0,43 Efectos más fuertes en los participantes
controlados autoidentificados; bajo poder estadístico;
las variables moderadoras influyen sobre los
efectos
Kato y Mann (1999) 13 Estudios controlados 0,11 Las intervenciones pueden ser ineficaces;
aleatorios; grupos de los grupos de control mejoran también;
tratamiento y control pueden necesitar una dosis más fuerte de
reclutados similarmente; intervenciones; los problemas metodológicos
intervenciones pospérdida son comunes
Fortner y Neimeyer (1999)* 23 Estudios controlados 0,13 Mayores efectos con poblaciones en alto
aleatorios riesgo
Schut, Stroebe, van den 16 primarios Ayuda organizada; Efectos de bajos a Los efectos más fuertes en individuos con
Bout y Terheggen (2001)+ 7 secundarios centrado en el moderados psicopatología o duelo patológico; efectos
7 terciarios* tratamiento del duelo; mayores con las personas autorremitidas
metodológicamente sano
Jordan y Neimeyer (2003) 4 Revisiones y metaanálisis N/A Generalmente baja eficacia de las
intervenciones; puede no requerirse la
intervención en la mayoría de los afligidos; es
necesario elaborar nuevos planteamientos;
es necesario mejorar la metodología de los
estudios

*De un trabajo no publicado de Fortner y Neimeyer.


Capítulo en la referencia 24,págs. 705-738.
*Las intervenciones preventivas primarias estuvieron abiertas a todos los individuos afligidos. Las intervenciones preventivas secundarias estuvieron abiertas a los
individuos en alto riesgo. Las intervenciones preventivas terciarias estuvieron abiertas a los individuos con duelo complicado u otra psicopatología.

La práctica clínica en el mundo real implica con frecuencia un Perspectivas futuras


consejo de apoyo y expresivo para facilitar la expresión emocio­
nal, pero se requiere una mejora en el afrontamiento y reevalua­ Integrar los modelos teóricos de adaptación a la pérdida con grupos
ción cognitiva para lograr una mejoría clínica; es improbable que de síntomas específicos y mediadores o moderadores del cambio.
compartir simplemente sentimientos sea terapéutico5. La depre­ Refinar los criterios para el duelo patológico o complicado por
sión relacionada con la aflicción debe ser tratada con antidepresi­ medio de la investigación empírica.
vos combinados con psicoterapia2,5. Elaborar intervenciones eficaces y efectivas para las poblaciones
apropiadas.
Llevar a cabo investigaciones futuras en niños afligidos.
RETOS DE INVESTIGACIÓN
Las controversias significativas incluyen la distinción entre el
duelo normal y el patológico, si la expresión del duelo es tera­
péutica, si el consejo sobre el duelo es beneficioso24, el recono­
modelos teóricos que sostienen la adaptación a la pérdida consti­
cimiento de la capacidad de recuperación, y la estandarización
tuye un desafío que los clínicos e investigadores afrontan por igual.
de los criterios diagnósticos específicos en relación con el tras­
Los esfuerzos para sintetizar la investigación y salvar la brecha
torno de duelo prolongado (v. «Perspectivas futuras»). Algunos
entre la ciencia y la práctica clínica están en marcha2,5.
autores razonan que el duelo patológico como entidad distinta lle­
vará a sobrecargar de patología al afligido. Sin embargo, sin unos
criterios diagnósticos estandarizados, los clínicos pueden pasar CONCLUSIÓN
por alto algunas respuestas mórbidas y fracasar en la mejora del
sufrimiento6,18. Se han propuesto numerosas teorías para explicar la etiología y
No se ha establecido el cronograma en el que los síntomas de el curso de las diversas respuestas emocionales, cognitivas y con-
duelo complicado desaparecen. Prigerson y cois.6 sugirieron un ductuales a la aflicción. La experiencia del duelo es compleja y, por
criterio de duración de 6 meses para los síntomas de mala adapta­ consiguiente, una perspectiva integradora, biopsicosocial, puede
ción para asegurarse de que el sufrimiento no persiste demasiado informar mejor del desarrollo de la intervención. Los individuos afli­
tiempo. La trayectoria del duelo crónico puede ser distinta de la gidos con frecuencia aprecian trabajar con profesionales que fue­
trayectoria de la depresión, y la primera tarda más en disiparse. ron testigos de la experiencia de la muerte del paciente fallecido,
Dado que la continuidad de los cuidados tiende a ser la excep­ y los clínicos de cuidados paliativos pueden desempeñar un papel
ción y que la atención de la aflicción es con frecuencia un pen­ único e importante en el aporte de este tipo de continuidad de los
samiento de última hora, la investigación de la aflicción encara cuidados. Es preciso que los equipos multidisciplinarios de cuida­
desafíos singulares en el reclutamiento para los estudios básicos y dos paliativos sean capaces de alentar la capacidad de recupera­
de desenlace del tratamiento (v. cap. 30). El cribado psicosocial de ción y que reconozcan mejor a los más vulnerables antes de tener
rutina de los pacientes, cuidadores y familiares clave es crucial para éxito en la mejora de los desenlaces para los afligidos. Esto puede
el reconocimiento de las personas que se hallan en riesgo, con la llevarse a cabo mediante el seguimiento informal con la familia
clasificación y el despliegue relacionados de los servicios objetivo o efectuando las remisiones apropiadas a un consejo de apoyo o
(v. caps. 58 y 65). Encontrar unos modos apropiados de integrar los hacia unas intervenciones psicoterapéuticas y psicofarmacológicas

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Estrés y desgaste profesional I C A P Í T U L O 15 75

más específicas con el fin de tratar los síntomas patológicos rela­


cionados con la aflicción. Una investigación adicional ayudará a I CAPÍTULO 15
nuestra comprensión de la fenomenología del duelo y al desarrollo
de unos planteamientos terapéuticos eficaces.

Estrés y desgaste profesional


I
B I B L I O G R A F Í A
Mary L. S. Vachon
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Kissane DW, Bloch S. Family Focused Grief Therapy. A Model of en consecuencia ellas mismas- son importantes y significativas»
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Open University Press, Birmingham, 2002.
Parkes CM, Laungani P, Young B (eds). Death and Bereavement
Across Cultures. Routledge, London, 1997. Lo que ha surgido de toda esta investigación es una conceptua-
Raphael B.Anatomy of Bereavement. Basic Books, New York, 1983. lización del desgaste profesional como síndrome psicológico en
Stroebe MS, Hansson RO, Stroebe W, Schut H (eds). Handbook respuesta a factores interpersonales estresantes en el trabajo. Las
of Bereavement Research. Consequences, Coping, and Care. tres dimensiones clave de esta respuesta son un agotamiento abru­
American Psychological Association, Washington, DC, 2001. mador, sentimientos de desengaño y desapego del trabajo, y una

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76 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

sensación de ineficacia y de falta de realización. El componente de trastornos psicológicos11. En el caso de los médicos, se observó
agotamiento representa la dimensión del estrés individual básico que la naturaleza de la especialidad y la duración de la experien­
del desgaste profesional. Hace referencia a los sentimientos de ser cia profesional influyeron sobre la morbilidad. Una baja autono­
exigido en exceso y de hallarse mermado de los recursos emocio­ mía predijo la morbilidad psicológica en los doctores jóvenes, las
nales y físicos propios. El componente de desengaño (o desperso­ exigencias de trabajo en los de mayor edad. Otros factores asocia­
nalización) representa la dimensión del contexto interpersonal del dos con un bienestar mental negativo incluyen «baja claridad del
desgaste profesional. Hace referencia a una respuesta negativa, insen­ papel de la tarea», administración del trabajo de rutina, requeri­
sible o excesivamente desligada de los diversos aspectos del trabajo. mientos del trabajo, interferencia con la familia e interrupciones
El componente de una menor eficacia o realización representa la para trabajar. En los médicos de mediana edad, las altas exigencias
dimensión de la autoevaluación del desgaste. Se refiere a la sensa­ del trabajo se asociaron con «insatisfacción en el trabajo» y tras­
ción de incompetencia y a la falta de logro y de productividad en el torno psicológico (Cuestionario de Salud General). En el análisis
trabajo (pág. 398)5. de regresión, la falta de control y el exceso de trabajo se asocia­
ron de modo independiente tanto con insatisfacción como con
El agotamiento y el desengaño surgen de la sobrecarga de tra­ trastorno psicológico12. Los profesionales sanitarios tienen unas
bajo y del conflicto social6, mientras que la sensación de inefica­ tasas de morbilidad psicológica superiores a las de la población
cia resulta más de los recursos insuficientes para conseguir que general. En el Reino Unido, el riesgo relativo del trastorno fue
se haga el trabajo (p. ej., información crítica, herramientas nece­ del 1,5 y más acusado en el personal de cuidados directos y en
sarias, tiempo suficiente). La combinación de variables en las mujeres13. En el estudio de 11.000 trabajadores de 19 consor­
tres dimensiones diferentes puede causar patrones diferentes de cios del National Health Service, el 27% de los trabajadores de
experiencia del trabajo y niveles de desgaste profesional. La inves­ los servicios de salud informó de unos niveles significativos de tras­
tigación no apoya la relación del desgaste con la disposición de torno psiquiátrico menor, en comparación con el 18% de la pobla­
un individuo. El desgaste se relaciona con ciertas características ción general.
demográficas: los trabajadores solteros, más jóvenes y varones Puede diferenciarse el desgaste profesional de la depresión14.
tienen una puntuación ligeramente más elevada en el desengaño El cuadro clínico de la depresión parece reflejar una sensación
que las mujeres. En relación con la personalidad, el desgaste general de autoderrota, de modo que los individuos con un ele­
se ha asociado con neurosis y menores niveles de aguante y de vado desgaste y con baja superioridad (es decir, cómo se ven los
autoestima. La investigación es mucho más sólida para la asocia­ individuos en comparación con otros) experimentan síntomas
ción entre el desgaste y muchas de las características del trabajo, depresivos. La sintomatología depresiva fue mayor en los indivi­
incluidas unas exigencias de trabajo crónicamente difíciles, el des­ duos con elevado desgaste que experimentaron un declinar en
equilibrio entre los altos requerimientos y los bajos recursos, y el la superioridad. «La depresión se relacionó de modo más fuerte
conflicto (entre las personas, las exigencias del papel o los valores con la superioridad que el agotamiento emocional y la desperso­
importantes). nalización. De hecho, el agotamiento emocional, que constituye el
síntoma central del desgaste profesional, no tuvo una asociación
significativa con la superioridad»14 (v. «Caso práctico: Desgaste en
un oncólogo»). Concluyeron que «una menor sensación de supe­
Fatiga por compasión rioridad y la pérdida percibida de estatus son más características
Un concepto más moderno, la fatiga por compasión o trastorno de los individuos deprimidos que de los individuos con desgaste
de estrés traumático secundario7'8, ha comenzado a atraer la aten­ profesional. Parece que los individuos desgastados se hallan aún
ción en los cuidados paliativos9. La fatiga por compasión es casi “en la batalla” para obtener estatus y se consideran potencia­
idéntica al trastorno de estrés postraumático, excepto que se pro­ les ganadores, mientras que los individuos deprimidos se han
duce en los afectados emocionalmente por el traumatismo de otro rendido»15.
(por lo general, un cliente o familiar)8. Se la conoce también como Dos grandes estudios europeos examinaron los aspectos de
traumatización secundaria o indirecta7’8. la depresión y el desgaste. En un estudio finlandés (N = 3.276),
La fatiga p o r compasión8 describe un síndrome que com­ el desgaste y los trastornos depresivos se relacionaron16. El
parte algunas características con el desgaste profesional: depre­ riesgo de trastornos depresivos, especialmente el depresivo
sión, ansiedad, hipocondría, combatividad, sensación de ir «muy mayor (prevalencia de 12 meses), fue mayor si el desgaste fue
deprisa» e incapacidad para concentrarse. En contraste con la per­ intenso. La mitad de los participantes con intenso desgaste tuvo
sona profesionalmente desgastada, el cuidador con fatiga por com­ algún trastorno depresivo. Los que entonces tenían un episodio
pasión10 puede aún cuidar y estar implicado. Los siguientes signos depresivo mayor experimentaron un desgaste importante más a
pertenecen a la fatiga por compasión9: menudo que los que habían sufrido un episodio depresivo mayor
anteriormente.
• «Ya no tengo más energía para ello». Un estudio holandés implicó a 3.385 trabajadores en diversos
• Sentirse vaciado, «ya no me queda nada que dar». marcos laborales; después de controlar las variables básicas, el pre­
• «No desear ir allí de nuevo». dictor con mayor fuerza de las tres facetas del desgaste profesional
• «Sentirse agotado en todas las dimensiones». fue una sintomatología depresiva en ese momento17. El personal
• «Demasiadas preguntas y ninguna respuesta». hospitalario (sobre todo mujeres) con elevados contactos inter­
• «¿Por qué hago esto?». personales señaló los síntomas más depresivos. Con independen­
cia de las variables básicas y de los síntomas depresivos existentes,
haber tenido en algún momento un episodio depresivo predijo
aún más los síntomas existentes de dos facetas del desgaste: el
ESTRÉS, DEPRESIÓN Y DESGASTE agotamiento emocional y el desengaño. Unos antecedentes de
PROFESIONAL depresión en los miembros familiares próximos independiente­
mente predijeron un agotamiento emocional corriente. Una pre­
Las experiencias estresantes agudas y específicas relacionadas disposición a la depresión, a partir de una historia de depresión
con el trabajo contribuyen a la «depresión»; de forma más impor­ personal y familiar, puede aumentar el riesgo de desgaste profesio­
tante, los factores ocupacionales «estructurales» perdurables, nal (v. «Caso práctico: Duelo no resuelto y desgaste en un médico
que pueden diferir por ocupación, pueden contribuir también a que trabaja con pacientes con SIDA»),

PARTE I PRINCIPIOS
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Estrés y desgaste profesional I C A P Í T U L O 15 77

A S O P R Á C T I C O C A S O P R Á C T I C O

D e s ga ste e n u n o n c ó lo g o D u e lo n o res u e lto y d e sg a ste e n u n m é d ic o q u e tra b a ja


c o n p a cie n te s c o n S ID A
M e descubrí sintiéndome realmente quemado. Trabajaba de 10 a
12 horas al día y no importaba lo m ucho y duro que trabajase, tenía Rodeado de m ucho sufrimiento y muerte, especialmente con los
la sensación de que nunca estaba dom inando la situación. Al final de límites tenues que he descrito entre mí mismo y mis pacientes, llegué
una jornada de 12 horas de trabajo m e llevaba a casa un maletín que a estar enredado en cierto m odo con sus vidas; [tenía] una implicación
pesaba 15 kg a eso de las 10 de la noche; me encontraba tan agotado excesiva con el trabajo, pesadillas y pérdida de sueño, y sentimientos ya
que no podía comenzar el trabajo que había llevado a casa. Llegué de omnipotencia o de completa vulnerabilidad cuando los pacientes
a pensar que m e sentiría m ucho m ás feliz si me pudiera liberar de sobrevivían a un episodio de enfermedad o fallecían a pesar de todos los
mi carga de trabajo, pero nunca sentí que pudiera salir a flote: me esfuerzos. Por lo demás, emocionalmente, me sentía algo desligado. En
encontraba siempre con algo pendiente. Siempre estaba por detrás. ocasiones, la desvinculación es saludable y apropiada para un médico
Tenía problemas respondiendo a las llamadas telefónicas porque tenía en tanto no se esconda detrás de ella; es importante mantener unos
infinidad de mensajes. M e los había llevado a casa conm igo y luego límites apropiados para el bienestar de ambas partes. En ocasiones, no
pensaba: «Mierda, ya lo haré mañana». Cuando por fin llamaba a un obstante, el desapego -u n cierto cierre del corazón- puede ser un signo
paciente, podía decirme: «Caramba, es Ud. difícil de localizar», o «por del propio dolor emocional no resuelto, que ha sido enterrado bajo
fin puedo hablar con Ud». Llegué e desear irme al algún sitio y morir. capas de negación, socialización y competencia profesional...
Muchas llamadas eran de familiares simplemente para recabar más Un día, [cuando salía de una iglesia después de asistir a un concierto,
información. Acababa de hablar con el paciente y sentía que no tenía m e di cuenta de] una placa conmemorativa: «En memoria de los que
tiempo para hablar también con los familiares. han fallecido de SIDA». M e paré y miré fijamente dichas palabras, y de
Un día, fue demasiado para mí, fui a la consulta del jefe de repente todo me pareció real de un m odo que nunca antes lo había
medicina y dije: «Se acabó. Lo dejo. M e voy y nunca volveré de sido. En ese momento, sentí que algo en m í que había estado cerrado se
nuevo». M e fui a casa y llegué a la puerta a las 11 de la mañana y le abría y, súbitamente, comencé a llorar por todos los pacientes que había
dije a mi mujer: «Se acabó. Dejo el trabajo y nunca volveré». M e llevó perdido, cuyas caras podía ver a través de la luz vacilante de las velas.
una semana de no hacer absolutamente nada en casa, y entonces M e di cuenta de que este trabajo tenía que ver conm igo y mi vida en
me recuperé hasta el punto que el jefe le dijo a mi mujer: «Vaya, se m odos que no había comprendido... Mi padre falleció repentinamente
ha recuperado rápidamente». He llegado a darme cuenta de que a los 35 años de edad, cuando yo tenía 18 meses... Mi padre muy
probablemente m e quemaré algunas veces en mi vida porque trabajo probablemente murió al suicidarse y no, tal com o yo había crecido
m uy duramente. Creo que merece la pena, no obstante, porque tengo creyendo, en un extraño accidente en el que inexplicablemente perdió
la sensación de que soy mejor que m uchos de mis colegas. Com o el equilibrio y cayó por una ventana... N o fue hasta 30 años después
resultado de mis gritos y chillidos, recibo ahora más ayuda que antes, y -cuando m e vi enfrentado a las muertes de todos estos hombres y
por ello puede pasar un tiempo antes de que suceda de nuevo. mujeres jóvenes a los que ya no podía salvar más de lo que podía salvar
(De Vachon MLS. Occupational Stress in the Care of the CriticallyIII, the Dying and the a mi padre- que com encé a llegar a reconciliarme con esta pérdida
Bereaved. New York: Hemisphere Press, 1987). fundamental.
(De Selwyn P.A. Surviving the Fall. New Haven: Yale University Press, 1998, págs. 105-107).

UN M O DELO PARA CO MPRENDER EL ESTRÉS cuidados paliativos hospitalarios1,15. Una reciente investigación
OCUPACIONAL sobre el desgaste se ha centrado en las variables emoción/tra­
bajo (p. ej., requerimiento para mostrar o suprimir emociones en
Una investigación reciente5 se ha centrado en el grado de ajuste o el trabajo, requerimiento para ser emocionalmente empático) y
desajuste entre la persona y seis dominios del trabajo: carga de tra­ ha observado que los factores emocionales sí cuentan para una
bajo, control, recompensa, comunidad, equidad y valores. Cuanto variancia adicional en las puntuaciones del desgaste más allá de
mayor es la brecha o desajuste entre la persona y su ambiente, ma­ los estresantes del trabajo5,18,19.
yor desgaste. Cuanto mayor el ajuste, mayor probabilidad de
compromiso con el trabajo. Los desajustes se originan cuando el
proceso de establecer un contrato psicológico deja sin resolver
aspectos críticos o cuando la relación laboral cambia a algo que la SATISFACCIÓN CON EL TRABAJO, C O M P RO M ISO
persona encuentra inaceptable. CON EL TRABAJO Y SATISFACCIÓN
El desgaste profesional se origina de desajustes crónicos entre
POR CO M PASIÓ N
las personas y sus marcos laborales en algunas o en las seis áreas
de la vida laboral. Los valores pueden desempeñar un papel Un sentido de competencia, control y placer en el propio tra­
mediador central en relación con las otras áreas, aunque las per­ bajo es un mecanismo de superación principal de la persona en
sonas pueden discrepar en lo importante que es cada una de las los cuidados paliativos15, y los trabajadores en cuidados paliativos
seis áreas. Algunas personas pueden conceder un mayor peso a obtienen una gran satisfacción de su trabajo15^21. Los investigado­
la recompensa que a los valores, y algunas pueden estar prepara­ res han investigado el compromiso con el trabajo5 y la satisfacción
das para tolerar un desajuste en relación con la carga de trabajo si por compasión22 como los reversos del desgaste y del estrés por
reciben un elogio y una buena paga y tienen una buena relación compasión o fatiga por compasión.
con los colegas. El compromiso con el trabajo está conceptualizado como
La literatura está algo dividida respecto a si los cuidados a lo opuesto al desgaste. Implica energía, implicación y eficacia. El
la persona que se está muriendo es un estresante mayor en los compromiso implica la relación individual con el trabajo. Implica

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78 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

una carga de trabajo sostenible, la sensación de elección y control,


A S O P R Á C T I C O
reconocimiento y recompensa apropiados, comunidad de apoyo
al trabajo, equidad y justicia, y trabajo significativamente valorado.
El compromiso se caracteriza también por unos elevados niveles Satisfacción p o r c o m p a s ió n , m e d ita c ió n y cu ra ción
de activación y placer5. e n u n m é d ic o d e c u id a d o s p a lia tivo s
Otros6 conceptualizan el compromiso con el trabajo en sus
propios términos, más que como lo opuesto al desgaste. Se define He sido médico desde 1979 y no recuerdo haber deseado nunca
entonces como un estado motivacional persistente y positivo de ser otra cosa. Honestamente, no puedo decir que la compasión fuera
realización en los trabajadores caracterizado por vigor, dedicación la fuerza motriz. Al contrario, era una persona triunfadora, ambiciosa
y absorción. Este concepto se asemeja a la vitalidad descrita en el de éxito y reconocimiento, movida por el propio interés y el temor al
personal de cuidados paliativos21. fracaso...
La satisfacción p o r compasión22 deriva de ayudar a otros. A finales de 1983, mi gran m om ento fue aprobar el examen
Puede ser la representación de la eficacia. La satisfacción por
de médico especialista. Ello m e permitió entrar en la formación de
compasión puede representar la felicidad con lo que uno puede
especialista en oncología médica... sin más exámenes que
obrar para hacer del mundo un reflejo de lo que uno piensa
encarar...
que debería ser. Los cuidadores con satisfacción por compasión
obtienen el placer por ayudar a otros, como sus compañeros, Después de 3 meses de euforia, volví a la realidad. Satisfecho
sentirse bien por su capacidad para ayudar y contribuir. Hay un mi principal objetivo, ya no había nada por lo que luchar. M e sentía
acto de equilibrio entre la fatiga por compasión y la satisfacción descentrado y m e estaba quemando. Había una falta de disciplina
por compasión22. Los cuidadores en los marcos humanitarios en mi vida y tuve una crisis de identidad. Sin una meta, m e sentía
pueden experimentar fatiga por compasión y sin embargo gus­ vacío y no m e reconocía. Luché y busqué otras nuevas montañas que
tarles su trabajo porque sienten beneficios positivos. Creen que escalar.
ayudan a otras personas y el trabajo puede ser incluso redentor. Com pañeros con gran éxito me aconsejaron que publicara artículos
Cuando el sistema de creencias de una persona está bien man­ científicos, hiciera investigación y obtuviera un doctorado para tener
tenido con material positivo, puede favorecerse la flexibilidad éxito en medicina. Según pensaba en ello, descubrí una nueva voz
personal. dentro de mí. Decía: «No, considera otras». M is ambiciones me habían
La compasión de los cuidadores capta con frecuencia la aten­
hecho mirar a los enfermos com o problemas a resolver, más que
ción de otras personas, incluso en los momentos más difíciles de
oportunidades para ayudar y curar. Empecé a ver más allá de esta
sus vidas. El Dr. Peter Frost, profesor de Conducta Orgamzacional
arrogancia. Las personas no tienen cáncer para avanzar en mi carrera
en la University of British Columbia, fue tratado de melanoma
metastásico y observó a las enfermeras de la British Columbia profesional; sufrían, y eso hacían sus familias. Necesitaba comprenderlo
Cancer Agency, «cuya muy profesional y empática conducta captó mejor y m e sentía enfadado por un sistema que parecía académico y
mi atención cuando estaba a su cuidados» (pág. ix)23. Observar y obsoleto. Com encé a hablar con m is pacientes. Exploré qué era eso de
reflexionar sobre su compasión le llevó a su libro, Toxic Emotions vivir con cáncer, afrontar la muerte y perder a alguien a quien quieres.
a t Work: How Compassionate Managers Handle Pain an d Con- Para mi sorpresa, les ayudó realmente, y observé que la gente me
apreciaba de una manera que nunca antes había experimentado. Me
estaban enseñando cóm o amar.
Mi enfermedad -un desencadenante de cambios, obviamente, en (El punto crítico fue un taller con la Dra. Elisabeth Kübler-Ross.)
mi vida personal- puso también en marcha mi pensamiento sobre Durante el taller, tuve una experiencia catártica de duelo seguido de
el tipo de fuerzas ocultas que determinan nuestro bienestar, incluso un sentimiento intenso de am or puro e incondicional... Al mismo
hasta el punto de contraer una enfermedad. Y en particular, cómo tiempo, m e sentí distanciado de mi cuerpo físico y experimenté una
la conducta de las organizaciones y de las personas que trabajan en felicidad dichosa, no terrenal. Por vez primera en mi vida, me di cuenta
ellas puede afectar a la salud de ciertos individuos... [Unos] pocos de que era un espíritu y que el amor, la paz y la felicidad eran atributos
meses después de mi intervención quirúrgica me encontré en un naturales del alma. Cuando suprimimos estos atributos, desarrollamos
seminario de una semana de duración sobre salud y curación. Fue allí pena y enfermedad. También m e di cuenta de que nadie muere, y
donde comenzaron a cristalizar mis ideas sobre el dolor emocional de que a la larga todos redescubrimos nuestra pureza, nuestro amor
en las organizaciones, y sus efectos sobre las personas que intentan y poder...
tratar dicho dolor para las organizaciones (pág. 2). Com encé a meditar y a enseñar meditación a los pacientes con
cáncer interesados y sus familias. Por encima de todo, bajé mi guardia,
El tercer caso clínico aporta un ejemplo del desarrollo de la desarrollé una naturaleza m ás abierta y sencilla, y disfruté siendo yo
satisfacción por compasión en un médico de cuidados paliati­ m ism o en las relaciones terapéuticas. Encontrado amor, descubrí
vos (v. «Caso práctico: Satisfacción por compasión, meditación y entonces que la curación es una competencia entre la aptitud y la
curación en un médico de cuidados paliativos»). En la tabla 15-1 compasión. Los pacientes se beneficiaron m ucho de mi conocimiento,
se muestran algunos resultados de investigación sobre estrés y capacidades y comprensión cuando estaba siendo simplemente yo
desgaste profesional en cuidados paliativos y oncología. mismo.
(De Cole R. Mission of Love: A Physician's Personal Journey towards a Life Beyond. Pori
Melbourne, Victoria, Australia: Lothian, 2001, págs. xiii-xiv.)

REPERCUSIÓN DE LA RELIGIÓN
Y LA ESPIRITUALIDAD SOBRE EL DESGASTE
PROFESIONAL un paciente que experimenta dolor espiritual26. Para muchos, la
espiritualidad tiene que ver con el significado y la conexión. La
Ser religioso se asocia con un menor desgaste profesional en el experiencia vivida por los trabajadores australianos en cuidados
personal de oncología25. Puede definirse la espiritualidad como paliativos, tal como señalaron Webster y Kristjanson21, reflejaba
tener «afectado o implicado el espíritu en cuestiones mora­ el sistema de creencias espirituales que algunos asocian con los
les más elevadas» y la necesidad de que los cuidadores expe­ cuidados paliativos. Éstos fueron descritos como «un modo de
rimenten sus propias profundidades íntimas cuando cuidan a vivir». La vitalidad -la capacidad para vivir y desarrollarse que se

PARTE I PRINCIPIOS
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Estrés y desgaste profesional I C A P Í T U L O 15 81

asocia con energía, vida, animación e importancia- es el signifi­ y en la reducción de las quejas. Los programas multimodales
cado central de los cuidados paliativos. El modo de vivir implica mostraron efectos similares; sin embargo, parecieron ineficaces
unidad con uno mismo, ser tocado en el corazón y significado en el aumento de los recursos y las respuestas psicológicos. Hubo
personal21. Crucial para la experiencia de los cuidados paliativos un efecto marginalmente significativo del estatus laboral sobre
fue el paciente y la familia, los cuidados holísticos y el equipo el desenlace del tratamiento: los que tuvieron un mayor control
interdisciplinario. del trabajo tuvieron una mejor respuesta a las intervenciones. Las
Otro relato de la lucha de un equipo interdisciplinario de cui­ intervenciones cognitivo-conductuales con mayor control del tra­
dados paliativos para definir la espiritualidad incluyó integridad, bajo pueden haber tenido un efecto relativamente amplio porque
totalidad, significado y viaje personal27. Para muchos, su espirituali­ los trabajadores sacan el mayor provecho cuando están dotados
dad fue inherentemente relacional; podría implicar trascendencia; de capacidades individuales de superación en un trabajo que les
estaba envuelta en cariño, manifestado con frecuencia en peque­ permite utilizarlas.
ños actos cotidianos de amabilidad y amor. Para algunos, los cuida­ Se define la atención plena como estar plenamente presente
dos paliativos fueron una vocación espiritual. Afloró a la superficie en la experiencia de uno sin opinión o resistencia. Su énfasis en
una espiritualidad colectiva procedente de los objetivos comunes, los autocuidados, la compasión y la curación hace que sea
los valores y la pertenencia. La investigación futura podría explo­ apropiada como una intervención para ayudar a las enferme­
rar la espiritualidad colectiva, incluido un estudio en mayor pro­ ras. En un estudio de Mindfulness-Based Stress Reduction en
fundidad de la relación entre espiritualidad y capacidades tácitas una unidad de enfermería31, se había trabajado ya para mejorar
como la empatia, «estar presente» y la compasión empleada por la satisfacción y retención del trabajador. Se había establecido
los profesionales de los cuidados paliativos en cuidar a la persona un consejo asesor de enfermería, se había hecho lo posible para
agonizante. El sistema de creencias espirituales de los que se dedi­ aumentar el autogobierno, y había una mayor oportunidad de
can a los cuidados paliativos puede proteger frente al desgaste y formación y desarrollo profesional. El grupo de tratamiento tuvo
la fatiga por compasión. menores puntuaciones en el Maslach Burnout Inventory, y éstas
En un estudio de 230 médicos neozelandeses28 hubo una perduraron 3 meses. Específicamente, el agotamiento emocio­
correlación positiva y significativa entre la satisfacción por com­ nal y la despersonalización se hallaron significativamente redu­
pasión en el Professional Quality of Life-ProQOL Instrument29 y cidos y hubo una tendencia hacia la significación en el logro
la espiritualidad. Este estudio examinó la relación entre la fatiga personal.
por compasión, la satisfacción por compasión y el desgaste pro­
fesional (ProQOL) y la flexibilidad, la espiritualidad, la empatia, la
competencia emocional y las conductas que buscan apoyo social.
Hubo también una correlación positiva entre la religión y la trau- Intervención de cuidados paliativos
matización indirecta. Unas puntuaciones elevadas en la subescala Un programa de preparación cuidadosamente diseñado y unas
de la «Relación con un poder superior» se relacionaron con unos actividades de apoyo al personal pueden favorecer el crecimiento
resultados elevados en la subescala de la fatiga por compasión. personal, proporcionar apoyo emocional y ayudar al personal a
Hubo también una correlación negativa y significativa entre espi­ tratar con la muerte y la aflicción32. Las intervenciones no impli­
ritualidad y desgaste profesional. caron colaboración mutua, problemas prácticos, capacidades de
gestión y comunicación, y las capacidades requeridas para pres­
tar unos cuidados paliativos complejos. Deben acompañar a los
grupos de apoyo unos recursos adecuados, una estructura de
INTERVENCIONES BA SA D A S EN PRUEBAS gestión de apoyo, una extensa educación y atención a las nece­
sidades individuales. Un grupo terapéutico es fundamentalmente
Desgaste profesional diferente de un grupo que tiene que trabajar junto. Los líderes
La dinámica interpersonal entre el trabajador y otras personas futuros deben centrarse quizá en los aspectos de contenido y
en el lugar de trabajo arroja nuevas luces sobre los orígenes del proceso.
estrés, pero aún no se han elaborado intervenciones eficaces Los equipos son uno de los principales estresantes, el lugar
para prevenir el desgaste profesional6. Este modelo sugiere que donde se manifiesta mucho estrés, y también el del consuelo y
esas intervenciones para el desgaste deben ser moldeadas por el apoyo1’15,25,33,34. ¿Son los equipos el mejor modo para llevar a
las tres dimensiones del agotamiento, la despersonalización y la cabo los cuidados paliativos?35. Los indicios no están ahí. Unos
sensación de ineficacia (p. ej., ¿qué cambios reducirán los riesgos buenos cuidados paliativos marcan una diferencia, pero ¿es esto
del agotamiento?; ¿qué cambios promoverán la sensación de efi­ así por el buen funcionamiento de los equipos o podrían ser
cacia?). Las intervenciones pueden ser más eficaces si están for­ prestados igualmente bien por individuos con buenos recursos?
muladas en términos de crear compromiso más que de reducir Las sugerencias prácticas incluyen «equipo o grupo: observe
desgaste. la diferencia»; el efecto del ámbito sobre el trabajo de equipo;
implicación del usuario: el paciente y el cuidador como miem­
bros de un equipo; líderes y seguidores; sentándose próximo
a la muerte en una unidad de cuidados paliativos; manteniendo
Intervenciones reductoras del estrés un equipo saludable; construcción del equipo; comunicación,
formación, aspectos éticos, cuestiones legales y eficacia del
Un metaanálisis de 48 intervenciones profesionales reductoras equipo.
del estrés (n — 3.736 participantes) clasificó los estudios como
intervenciones cognitivo-conductuales, técnicas de relajación, pro­
gramas multimodales (subrayando las capacidades de superación
activas y pasivas), e intervenciones centradas en la organización30. Mejora de la comunicación
Se observó un efecto global pequeño pero significativo. Las inter­
venciones cognitivo-conductuales y multimodales tuvieron un El desgaste profesional en oncólogos y especialistas en cuidados
efecto moderado; hubo un pequeño efecto en la relajación; y el paliativos se asocia con una mala formación en comunicación20.
tamaño del efecto en la intervención centrada en la organización Toda la preparación de las capacidades de comunicación en
fue insignificante. Las intervenciones cognitivo-conductuales pare­ oncología demuestra unas modestas mejoras (tamaños de efecto,
cieron ser eficaces en la mejora de la calidad de la vida laboral de 0,15 a 2)3 . La formación mejora la comunicación básica, pero
percibida, aumentando los recursos y las respuestas psicológicos, hacen falta actitudes positivas y creencias para mantener en el

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82 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

tiempo las capacidades en la práctica clínica y para manejar las B I B L I O G R A F Í A


situaciones emocionales.
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y, atendiendo a éstas, se ha emprendido y evaluado un programa psychiatric distress in a longitudinal study of Johns Hopkins Medical School
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paciente38. Esto implica contemplar los factores de riesgo del identical twins: Is decline of superiority a distinguishing feature? Pers Indiv
médico, la situación y el paciente que pueden llevar a los senti­ Diff 2001;30:873-880.
15. Vachon MLS. Occupational Stress in the Care of the Critically 111, the Dying and
mientos del médico e influir de este modo en el cuidado del the Bereaved. New York: Hemisphere Press, 1987.
paciente. 16. Ahola K, Honkonen T, Isometsa E, et al. The relationship between job-related
burnout and depressive disorders: Results from the Finnish Health 2000 Study.
J Affect Disorders 2005;88:55-62.
17. Nyklicek I, Pop VJ. Past and familial depression predict current symptoms of
professional burnout. J Affect Disorders 2005;88:63-68.
18. Selwyn PA. Surviving the Fall. New Haven:Yale University Press, 1998.
CONCLUSIONES 19- Vachon MLS, Sherwood C. Staff stress, burnout, compassion fatigue and plea­
sure in one’s work. In Berger AM, Von Roenn JH, Shuster JL (eds). Principles
A pesar de que el estrés y el desgaste profesional no son tan sig­ and Practice of Palliative Care and Supportive Oncology, 3rd ed. Philadelphia:
nificativos en los cuidados paliativos como en otras especialida­ Lippincott Williams & Wilkins, 2006.
20. Ramirez AJ, Graham J, Richards MA, et al. Burnout and psychiatric disorder
des, existe aún la preocupación de que estos síntomas aumenten among cancer clinicians. BrJ Cancer 1995;71:1263-1269.
con las cargas de trabajo actuales. Aunque el desgaste profesional 21. Webster J, Kristjanson LJ.“But isn’t it depressing?’’The vitality of palliative care.
se asocia con algunas características personales (p. ej., depresión, J Palliat Care 2002; 18:15-24.
historia familiar de depresión, duelo no resuelto), el desgaste se 22. Stamm BH. Measuring compassion satisfaction as well as fatigue:
Developmental history of the compassion satisfaction and fatigue test. In
aprecia mejor dentro de un modelo pluridimensional que afecta al Figley CF (ed). Treating Compassion Fatigue. New York: Brunner-Routledge,
contexto social y a un marco interpersonal. La fatiga por compa­ 2002, p p 107-119-
sión ha comenzado a atraer la atención en los cuidados paliativos. 23- Frost PJ.Toxic Emotions at Work. Boston: Harvard Business School Press, 2003.
Los investigadores están reconociendo la importancia de consi­ 24. Cole R. Mission o f Love: A Physician’s Personal Journey towards a Life Beyond.
derar qué es lo que sostiene al personal, los conceptos de com­ Port Melbourne, Victoria, Australia: Lothian, 2001.
25. Kash KM, Holland JC, Breitbart W, et al. Stress and burnout in oncology.
promiso en el trabajo y la satisfacción por compasión. Trabajos Oncology 2000;14:1621-1637.
recientes sobre la espiritualidad en los cuidados paliativos pueden 26. Kearney M, Mount B. Spiritual care of the dying patient. In Chochinov HM,
ser de particular importancia en relación con los individuos y los Breitbart W (eds). Handbook of Psychiatry in Palliative Medicine. New York:
equipos. Oxford University Press, 2000, pp 357-373-
27. Sinclair S, Raffin S, Pereira J, et al. Collective soul: The spirituality of an interdis­
Se requieren estudios pluridimensionales que afecten a las ciplinary palliative care team. Palliat Support Care 2006;4:13-24.
variables sociales e interpersonales. Las áreas específicas que 28. Huggard PK.Taking Care of the Health Professional. Presentation at the Idaho
deben ser tratadas podrían ser las relaciones entre el desgaste y Conference on Health Care, Health Care 2005: Emerging Issues, Pocatello,
muchas características del trabajo, como los requerimientos cró­ Idaho, 27-28 October, 2005, personal communication.
nicamente difíciles, el desequilibrio entre unas altas exigencias 29- Stamm BH. ProQOL R-IV—Professional Quality of Life Scale: Compassion
Satisfaction and Fatigue Subscales (Revision IV). Available at http://www.isu.
y unos bajos recursos, y el conflicto (entre las personas, entre edu/~ bhstamm/documents/proqol/ProQOL_vIV_EngIish_Oct05 .pdf (accessed
las exigencias de los papeles o entre los valores importantes). A September 2007).
medida que hay más presión, ¿habrá menor satisfacción con el tra­ 30. van der Klink JJL, Blonk RWB, Schene AH, van Dijk FJH.The benefits of inter­
bajo y mayor estrés y desgaste profesionales?6. vention for work-related stress.Am J Pub Health 2001;91:270-276.
El trabajo de la Comisión Europea es apropiado. Será de utili­ 31. Cohen-Katz J,Wiley SD, CapuanoT, e t al.The effects of mindfulness-based stress
reduction on nurse stress and burnout: A quantitative and qualitative stud)'.
dad la investigación futura en la espiritualidad y los sistemas de Holistic Nurs Prac 2004; 18(6):302-308.
creencias religiosas y si éstas se correlacionan con el compromiso 32. van Staa AL, Visser A, van der Zouwe. Caring for caregivers: Experiences and
en el trabajo y la satisfacción por compasión en los cuidados palia­ evaluation of interventions for a palliative care team. Patient Educ Couns
tivos. Podría ser oportuno estudiar las relaciones bilaterales entre 2000;41:93-105.
33- Payne N. Occupational stressors and coping as determinants of burnout in
los cuidadores y los pacientes en oncología y su correlación con female hospice nurses. JAdv Nurs 2001;33:396-405.
el bienestar organizacional3940, tanto en oncología como en cui­ 34. Lloyd-Williams M. Senior house officers’ experience of a six month post in a
dados paliativos. hospice. Med Educ 2002;36(l):45-48.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Imagen corporal y sexualidad I C A P Í T U L O 16 83

35. Speck P (ed). Teamwork in Palliative Care. Oxford: Oxford University Press, sexualidad. En la enfermedad crónica suele haber un cambio en
2006. cómo una persona siente su cuerpo, lo que puede crear proble­

I
36. Gysels M, Richardson A, Higginson IJ. Communication training for health pro­
fessionals who care for patients with cancer: A systematic review of effective­ mas. El diagnóstico de diabetes y los cambios consiguientes en el
ness. Support Care Cancer 2004;12:692-700. estilo de vida, por ejemplo, pueden tener un efecto negativo sobre
37. European Commission. Promoting the Development and Integration of la imagen corporal de una persona.
Palliative Care Mobile Support Teams in the Hospital. Brussels: Directorate-
General for Research Food Quality and Safety, 2004.
38. Meier DE, Back AL, Morrison RS.The inner life of physicians and the care of the
seriously ill.JAMA 2002;286:3007-3014.
39- Grunfeld E, Zitzelsberger L, Coristine M, et al. Job stress and job satisfaction of ENFERM EDADES CO M U N ES QUE AFECTAN
cancer care workers. Psycho-oncology 2005;14:61-69-
40. Grunfeld E, Whelan IJ, Zitzelsberger L, et al. Cancer care workers in Ontario:
A LA IM AGEN CORPORAL
Prevalence of burnout, job stress and job satisfaction. CMAJ 2000; 163:166-169- Y LA SEXUALIDAD
Cardiopatía isquémica
El temor y la falta de información impiden con frecuencia a las
personas afectadas de enfermedad cardiovascular la reanudación
de la actividad sexual4. Las afecciones coronarias agudas dan lugar
sólo a una prohibición temporal de la actividad sexual. Un panel
de expertos recomendó estratificar a los pacientes en las catego­
CAPITULO
16 rías de riesgo bajo, indeterminado y alto2. En los pacientes de bajo
riesgo, no se requiere mayor trabajo antes de reanudar la activi­
dad sexual o el tratamiento de dificultades sexuales. Para los de
riesgo indeterminado o alto, puede ser de utilidad una consulta
Imagen corporal y sexualidad cardiológica. Puede requerirse una rehabilitación cardíaca en las
personas de riesgo indeterminado. El panel recomendó que los
Lena Dergham pacientes de alto riesgo difieran la actividad sexual hasta que se
haya estabilizado la función cardíaca.
Cualquier persona que experimente palpitaciones prolonga­
© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos das, angina o fatiga durante la actividad sexual debe ser sometida
a evaluación por un médico.
Se pueden utilizar formas alternativas de contacto físico íntimo
hasta que el paciente tenga la fortaleza necesaria para la actividad
P U N T O S sexual (p. ej., cogerse de las manos, besarse, abrazarse, dar ma­
sajes). Muchos fármacos para cardiopatía pueden causar disfunción
> La imagen corporal y la sexualidad deben ser consideradas de modo
sexual2 y se deberían sustituir por otros si es posible.
habitual.
> La enfermedad crónica y los tratamientos afectan a la imagen corporal y la
sexualidad.
» Cómo obtener una buena historia sexual. Infección por el virus de la inmunodeficiencia
> Se puede ayudar a los pacientes con enfermedades crónicas a mejorar sus humana
imágenes corporales y su vida sexual.
Muchos pacientes con infección por el virus de la inmunodefi­
ciencia humana (VIH) o SIDA tienen una disminución del deseo
sexual por fatiga, mialgias, emaciación generalizada, parestesias,
dolores y depresión. Las preocupaciones por la imagen corpo­
Las enfermedades crónicas y sus tratamientos tienen muchas ral empeoran al avanzar la enfermedad sintomática5. Los hom­
repercusiones negativas sobre la vida psicosocial, incluidos los bres con VIH/SIDA suelen tener unas concentraciones más ba­
efectos sobre la sexualidad e imagen corporal. Los mecanismos jas de testosterona que pueden exacerbar problemas existen­
de interferencia pueden ser neurológicos, vasculares, endocrino- tes en la función sexual, como un interés y una excitación
lógicos, musculoesqueléticos o psicológicos. La sexualidad es un menores2. Los inhibidores de la proteasa alteran el deseo y la
fenómeno complejo que implica interacciones intrincadas entre excitación2.
el sexo biológico, la identidad central (sentido de ser hombre o de Los pacientes VIH positivos que no tienen una pareja pueden
ser mujer), identidad de género (sentido de feminidad o de mascu- experimentar problemas para establecer una relación. El VIH
linidad) y conducta de papel de género (no sexual y sexual)1. y el SIDA reciben mucha atención por parte de los medios de
La función sexual depende de los sistemas neurológico, vascu­ comunicación, con frecuencia acompañada por una información
lar y endocrino y se ve influida por muchos factores psicológicos, inexacta y unas creencias erróneas. Se subraya así el importante
como son la familia, la religión, la pareja sexual y la autoestima2. papel de los médicos como una fuente de información actual
El ciclo sexual se ve afectado por la enfermedad médica crónica exacta.
y su tratamiento. Los trastornos neurológicos afectan al deseo, a Debe subrayarse el empleo del condón p or ambos integrantes
la excitación y al orgasmo. Algunos fármacos hipotensores afectan de la pareja1.
de modo negativo a la excitación.
El lugar y la importancia de la sexualidad se ven influidos por
ELSEVIER. Fotocopiar six

su historia. En el siglo xvn, la sexualidad era un «discurso sin ver­ Enfermedad respiratoria crónica
güenza». Las personas estaban abiertas en relación a sus cuerpos y
vidas sexuales3. En el siglo xvm, el sexo se había vuelto un «asunto La enfermedad respiratoria crónica puede acompañarse de debi­
de policía», que implicaba el control de las prácticas sexuales por lidad muscular, fatiga, disnea y poca resistencia. La elevada exi­
medio de discursos públicos. En el siglo xix, hubo un discurso de gencia fisiológica de la actividad sexual puede causar disnea e
silencio que rodeaba a la sexualidad3. hipoxia6. El empleo de un inhalador antes de la actividad sexual y
La sexualidad se halla también ligada al modo en que una per­ cambiar a unas posturas sexuales menos activas pueden ayudar. Se
sona ve su propio cuerpo porque el cuerpo es una esfera de la debe considerar una rehabilitación física y pulmonar.

ERRNVPHGLFRVRUJ
84 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

Artritis reumatoide Insuficiencia renal crónica


La artritis reumatoide es una afección crónica, sistémica, inflama­ La disfunción sexual es común en los pacientes con insuficiencia
toria, dolorosa y físicamente discapacitante. Puede afectar a casi renal crónica. Los cálculos de prevalencia van del 9%, antes de la
cualquier dominio de la vida, como las relaciones y la sexuali­ diálisis, hasta el 60 o el 70%, después, en los hombres y mujeres. Se
dad7. Un cuestionario sobre problemas sexuales proporcionado hallan implicados varios factores somáticos.
a mujeres con artritis reumatoide indicó que las pacientes casa­ La disfunción sexual en hombres sometidos a diálisis o diálisis
das recientemente se hallaban preocupadas por el embarazo; el peritoneal no se debe tanto a insuficiencia eréctil como a pérdida
deseo sexual de la mayoría de ellas había disminuido y las rela­ de interés sexual, subjetivamente atribuida a fatiga. La pérdida de
ciones se habían vuelto menos frecuentes y menos satisfactorias; interés sexual se observó también en mujeres sometidas a estos
las articulaciones afectadas de la cadera y la rodilla dificultaban procedimientos11.
ciertas posturas para el acto sexual. Las que tuvieron relaciones
sexuales insatisfactorias señalaron una menor solicitud de rela­
ciones por sus esposos y una menor frecuencia de sus propios
orgasmos8.
Cáncer
Para la realización de la vida sexual, se debe aconsejar al paciente El trauma de ser diagnosticado y tratado de cáncer afecta amplia­
que adopte una actitud positiva hacia las relaciones sexuales8. Puede m ente al funcionamiento psicosocial, incluidos el manejo en el
ser útil una ducha caliente antes de la actividad sexual1. Colocar hogar, los servicios de salud y bienestar, la economía, el empleo,
almohadas alrededor del cuerpo y las articulaciones puede aliviar los asuntos legales, las relaciones, la recreación, y la sexualidad e
el dolor durante la relación. Intentar diferentes posturas sexuales imagen corporal12.
puede servir. Los cánceres que potencialmente tienen la mayor repercusión
sobre la sexualidad, la imagen corporal y la función sexual son los
cánceres de mama, próstata, el colorrectal, los ginecológicos, el
testicular y el de cabeza y cuello.
Lesión de la médula espinal
El propio proceso de la enfermedad puede afectar a la imagen
Después de una lesión en la médula espinal, se producen cam­ corporal y la sexualidad de muchas maneras, incluidos los efectos
bios sustanciales, tanto en el sistema nervioso autónomo como en de la pérdida de peso, la pérdida muscular, la anemia, la pali­
el somático9, con diversos efectos sobre la imagen corporal y la dez de piel, la ansiedad, la depresión, la pérdida de libido, el dolor,
sexualidad. la fatiga, la incontinencia, el deterioro neurológico, la ascitis y la
Al tener problemas sensitivos las personas con lesión de la pérdida de sensibilidad13.
médula espinal, deben identificar las áreas corporales que les per­ La quimioterapia tiene múltiples efectos secundarios que
mite la sensibilidad y utilizarlas para aumentar la expresión sexual. podrían afectar a la sensación de atracción de una persona, in­
A pesar de los problemas sensoriales, puede producirse la erec­ cluida la alopecia del cuero cabelludo y del vello corporal, la
ción y la lubricación vaginal por medio de reflejos medulares o palidez, las náuseas, los vómitos, el aumento o pérdida de peso, y
por reflejos psicógenos en el caso de que estén afectados los cen­ la fatiga14. La quimioterapia que causa estomatitis y aftas da lugar
tros medulares reflejos. a llagas en la boca, irritación vaginal y despareunia intensa. La
En el caso de haberse perdido el control de esfínteres, puede quimioterapia con alquilantes puede causar insuficiencia oválica,
ser de utilidad vaciar la vejiga y el intestino antes de la actividad menopausia prematura y unas bajas concentraciones de estró-
sexual. Si la espasticidad de las caderas y extremidades inferiores genos y de testosterona. Una baja concentración de testosterona
interfiere con el placer y la realización, se pueden utilizar de ante­ disminuye la libido14. La radioterapia puede causar pigmentación,
mano relajantes musculares1. retracción, telangiectasias, eritema y fibrosis de la piel. La fibrosis
puede afectar a la movilidad y limitar las posiciones físicas durante
la intimidad sexual.
Las mujeres a las que se ha dado tratamiento hormonal por
Problemas vesicales e intestinales cáncer de mama tienen unas bajas concentraciones de estrógeno,
La intimidad y el aislamiento se centran no sólo en los actos sexua­ lo que puede reducir el deseo sexual y causar sequedad vaginal y
les, sino también en el propio cuerpo. Las personas con anomalías una relación sexual dolorosa.
corporales, y sus parejas sexuales, son particularmente conscien­ La cirugía afecta también a la imagen corporal y la sexua­
tes de las contradicciones del cuerpo y de su exposición en los lidad. Se ha descrito la mastectomía como una mutilación del
actos íntimos. cuerpo que lleva a la pérdida de la feminidad y del atractivo
y hace que las mujeres se sientan inaceptables para sus pare­
jas. La conservación de la mama tiene una escasa repercusión
• Las personas con un control limitado o inexistente de la vejiga sobre el ajuste sexual después del cáncer de mama. Las pacien­
o del intestino que utilizan un estoma para manejar la elimi­ tes parcialmente mastectomizadas pueden tener algunas venta­
nación son sensibles a la proximidad de las localizaciones jas en la imagen corporal y disfrutar de las caricias en la mama,
del placer y la excreción10. Una práctica sexual placentera, pero ello no se traduce en efectos importantes sobre la función
idealizada, implica pérdida de control. Las personas inconti­ sexual15.
nentes o que dependen de un estoma, sin embargo, deben Incluso con la cirugía de conservación nerviosa en el cáncer
monitorizar la vejiga y el intestino, disfrazando el estoma y la de próstata, la alteración en la función sexual puede ser aún
bolsa y controlando su cuerpo en la relación sexual y otras un problema. Existe también el riesgo de incontinencia urinaria,
circunstancias. aunque mejora con el tiempo en la mayoría de los casos13.
• La necesidad de salvar los límites corporales con las parejas o La disfunción psicosocial en pacientes con estomas es mayor
desvelar las propias imperfecciones a nuevas parejas sexuales que en los que tienen intactos los esfínteres.
causa una incomodidad de autoconciencia y social, y las perso­ Después de la cirugía en el cáncer de cabeza y cuello, aquéllos
nes requieren reconstruir nociones de intimidad y de dignidad con una gran desfiguración tuvieron un impacto significativa­
de modo que imas brechas en el control corporal no socaven mente más elevado sobre la propia imagen, una peor relación con
la relación sexual. Para muchas personas, el estoma socava la su pareja, disminución de la sexualidad y aumento del aislamiento
autoestima y la imagen corporal, y su tratamiento confunde el social en comparación con los que tuvieron desfiguraciones
estatus del individuo como «normal» y la pareja como amante10. menores16.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Imagen corporal y sexualidad I C A P Í T U L O 16 85

FÁRM ACO S U TILIZADO S COM Ú NM ENTE Agentes psicotrópicos


EN LA M ED IC IN A PALIATIVA CON EFECTOS
Antipsicótícos
SOBRE LA SEXUALIDAD Y LA FUNCIÓN
SEXUAL Se ha descrito disfunción sexual inducida por fármacos con
la mayoría de los antipsicótícos, si no con todos. Suele implicar
Tanto los fármacos de prescripción como los de venta sin receta un trastorno eyaculatorio o eréctil, aunque se ha descrito una
pueden alterar la función sexual. disminución de la libido. Los antipsicótícos poseen actividades
bloqueantes de los receptores de dopamina, bloqueantes a-adre-
nérgicas, anticolinérgicas y sedantes. La insuficiencia eyaculato­
ria es el resultado de un bloqueo a-adrenérgico del arco reflejo
Opiáceos
simpático medular pudendo-toracolumbar, que se requiere para
Los opiáceos pueden causar una disminución de la libido, insu­ la emisión. La sedación del SNC inducida por los antipsicótícos
ficiencia eréctil y eyaculación retardada17'19. La pérdida de la puede disminuir la libido34,35.
función sexual es una razón principal para el abandono del pro­
grama de mantenimiento con metadona20,21. La buprenorfina es
un nuevo fármaco para la farmacoterapia de la dependencia de Antidepresivos
opioides. Parece que no suprime la testosterona en plasma en los El tratamiento crónico con antidepresivos (antidepresivos tri-
hombres adictos a la heroína, y se acompaña de efectos secunda­ cíclicos e inhibidores de la monoaminooxidasa) ha causado dis­
rios sexuales con menor frecuencia22. Se piensa que la liberación función eréctil, anorgasmia o eyaculación retrógrada. También
de prolactina estimulada por opiáceos es la principal causa de dis­ se ha descrito que los inhibidores selectivos de la recaptación
minución de la hormona luteinizante y de testosterona en suero17. de serotonina (SSRT) causan disfunción sexual, que incluye una
Las menores concentraciones en suero de testosterona y de la disminución de la libido, retraso del orgasmo o la eyaculación y
hormona luteinizante, junto con la depresión generalizada en el anorgasmia36. La impotencia inducida por los agentes tricíclicos
sistema nervioso central (SNC), disminuyen la libido, mientras que implica principalmente el bloqueo de la inervación parasimpática
se cree que la actividad bloqueante a-adrenérgica de los opiáceos requerida para la erección34,35; probablemente, está también impli­
es la causa principal de la eyaculación retardada18. cado un bloqueo adrenérgico de la inervación toracolumbar sim­
pática37. La trazodona es el único antidepresivo descrito que causa
priapismo38.
Anfetaminas, cocaína y fenciclidina
Las anfetaminas, la cocaína y la fenciclidina pueden causar disfun­ Bloqueantes de histam ina2
ción eréctil y eyaculatoria23,24.
Los bloqueantes de la histamina2 (sobre todo la cimetidina) pue­
den estimular la liberación de prolactina y de modo secundario
reducir las concentraciones de testosterona.
Fármacos hipotensores
Los fármacos hipotensores interfieren en el funcionamiento sexual
más que cualquier otra clase de fármacos de prescripción. El pro­ Glucocorticoides
pranolol, un betabloqueante, afecta tanto a la libido como a la fun­
Unas dosis elevadas de glucocorticoides pueden causar irregulari­
ción eréctil25'27. Los mecanismos propuestos incluyen depresión
dades menstruales y una menor fertilidad, tanto en hombres como
del SNC, disminución del flujo de salida simpático del SNC y un
en mujeres. No está claro el mecanismo, pero puede contribuir a
excesivo tono a-simpático. Se ha descrito una disfunción sexual
la inhibición de la producción de hormonas sexuales39.
similar con otros betabloqueantes (nadolol, timolol)28’29. Parece
que la frecuencia es significativamente menor, especialmente con
agentes menos lipofílicos que son más cardioselectivos (atenolol,
metoprolol)30. HISTORIA SEXUAL
Los antagonistas de los canales del calcio, como clase, se aso­ Para muchos, la ansiedad por una enfermedad crónica y el ajuste
cian con una baja incidencia de disfunción eréctil. Puede haber a los cambios que la acompañan en la función sexual, la imagen
diferencias entre las tres subclases, dependiendo del sitio de corporal y las relaciones íntimas pueden ser difíciles. Hay muchos
acción. Las dihidropiridinas actúan principalmente en sitios extra- desafíos para la obtención de una buena historia sexual. Hay que
cardíacos; por consiguiente, puede haber una mayor interacción conseguir que la persona se sienta cómoda y segura para desve­
con el músculo esquelético de los músculos bulbocavemosos larse. La alineación con el paciente se fomenta con una actitud
y con los músculos lisos del conducto deferente y de las vesículas abierta, de aceptación, junto con declaraciones empáticas. Unas
seminales. Se puede bloquear así la emisión del semen en la uretra preguntas sinceras sobre la función sexual, planteadas con una
y provocar dificultad en la eyaculación31. sensación de comodidad, provocan unas respuestas sinceras. Lo
La clonidina puede causar impotencia, disminución de la libido mejor es incorporar la historia sexual al marco médico normal. Se
y ginecomastia30. debe obtener una historia médica completa, incluida la historia
La espironolactona, un inhibidor competitivo de la aldosterona, psiquiátrica y de fármacos. La obtención de la historia debe ir de
puede provocar disminución de la libido, impotencia y ginecomas­ las preguntas abiertas («¿cómo es su función sexual?») a las pre­
tia en los hombres, y unas menstruaciones irregulares, aumento de guntas específicas, suficientemente detalladas («¿le toca la pareja
volumen doloroso de la mama, disminución de la libido y dismi­ sexual los órganos genitales?»).
nución de la lubricación vaginal en las mujeres30. Se produce por Entre los ejemplos de preguntas de rutina generales figuran:
inhibición de la unión de la dihidrotestosterona a los receptores
de proteínas del citosol32. • ¿Mantiene en la actualidad relaciones sexuales? En caso nega­
Los diuréticos tiazídicos pueden disminuir la libido e inhibir la tivo, ¿cuándo tuvo la última relación sexual?
lubricación vaginal. No está claro el mecanismo, pero puede impli­ • ¿Se encuentra satisfecho con la frecuencia y calidad de su
car vasodilatación del músculo liso vascular, hipovolemia o agota­ experiencia sexual?
miento de zinc que reduce la producción de testosterona31,33. • ¿Cómo ha reaccionado su pareja a su enfermedad?

ERRNVPHGLFRVRUJ
86 S E C C IÓ N B | Cuidados psicosociales

Unas respuestas vagas deben motivar preguntas más deta­ Los grupos de apoyo proporcionan la oportunidad para
lladas. que cada una de las personas comparta su propia experiencia y
obtenga apoyo y motivación de otros individuos.

Barreras para una historia sexual CONCLUSIONES


Hay numerosas barreras que dificultan la obtención de una histo­ El trauma de ser diagnosticado y tratado de una enfermedad
ria sexual13: crónica puede afectar en gran medida al funcionamiento psicoso­
cial y a las relaciones íntimas.
El aspecto de la imagen corporal y la sexualidad deben ser con­
• Falta de tiempo. siderados de modo habitual. Para algunas personas, unas simples
• Violentarse, tanto el médico como el paciente. sugerencias pueden bastar. Las situaciones más complejas requie­
• Creencia de que los cuerpos desfigurados no son sexualmente ren con frecuencia tiempo y una mayor intervención.
atractivos. Los profesionales deben desarrollar unas fuertes y activas rela­
• Ausencia de preparación y capacidades adecuadas. ciones con sus pacientes y trabajar con ellos para llegar a soluciones
• Falta de intimidad o temor a carecer de confidencialidad. creativas para sus problemas de la vida sexual y la imagen corporal.
• Aspectos culturales, edad y sexo.
• Temor a que la paciente recuerde un asalto sexual previo o
una relación difícil. B I B L I O G R A F Í A
• Temor a implicaciones legales. 1. Greydanus DE, Rimsza ME, Newhouse PA. Adolescent sexuality and disability
Adolesc Med 2002;13:223-247.
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El modelo PILSETI proporciona una guía para ayudar en los aspec­ 1981;29:41-47.
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tunidad y da comienzo a la discusión sobre sexualidad). El Arch Phys Med Rehabil 1981;62:122-123-
tema ha de plantearse por medio de preguntas abiertas y con 9- Elliott SL. Problems of sexual function after spinal cord injur)'. Prog Brain Res
empleo de un lenguaje normal. 2006;152:387-399-
• Información lim itada (IL) es el aporte de recursos en rela­ 10. Manderson L. Boundary breaches: Bod)', sex, and sexuality after stoma surgery.
ción con la salud sexual. Incluye dispensar una información Social Sci Med 2005;6l:405-4l5.
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para la sequedad vaginal). Otras sugerencias para tratar la difi­
2003;32:19-23-
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con velas, aromas e iluminación; el empleo de fármacos para women with breast cancer. Clin J Oncol Nurs 2005;9:697-702.
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• Tratamiento intensivo (TI) debe ser llevado a cabo probable­ 17. Mirin SM, Meyer RE, Mendelson JH, et al. Opiate use and sexual function. Am J
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el tadalafilo para la disfunción sexual del varón, y la reposición 22. Biesener N,Albrecht S, Schwager A, e t al. Plasma testosterone and sexual func­
de testosterona en el caso de bajas concentraciones de tes­ tion in men receiving buprenorphine maintenance for opioid dependence.
tosterona. J Clin Endocrinol Metab 2005;90:203-206.
Entre los ejemplos de tratamiento quirúrgico figuran la cirugía 23- Brock GB, Lue TF. Drug-induced male sexual dysfunction: An update. Drug Saf
reconstructiva después del cáncer de mama, las prótesis para la 1993;8:414-426.
24. Anonymous. Drugs that cause sexual dysfunction. Med Lett DrugTher 1983;25:73-
amputación y la ortodoncia después de la cirugía por cáncer de 25. Burnett WC, Chahine RA. Sexual dysfunction as a complication of propranolol
cabeza y cuello. therapy in men. Cardiovasc Med 1979;4:811.
La psicoterapia ayuda a la mayoría de las personas a procesar 26. Hollifield JW, Sherman K, Vander Zwagg R, et al. Proposed mechanisms of
la intensa angustia de los diagnósticos y el tratamiento y a man­ propranolol’s antihypertensive effect in essential hypertension. N Engl J Med
tener la comunicación con sus parejas. El consejo puede mejorar 1976;295:68.
27. KnarrJW. Impotence from propranolol? Ann Intern Med 1976;85:259-
la imagen corporal, ayudar en los cambios de vida y fomentar las 28. Jackson BA. Nadolol, a once daily treatment for hypertension multi-centre cli­
capacidades de comunicación entre las parejas14. nical evaluation. Br J Clin Pract 1980;34:211.

PARTE I PRINCIPIOS
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Imagen corporal y sexualidad I C A P Í T U L O 16 87

29. McMahon CD, Shaffer RN, Hoskins HD, et al. Adverse effects experienced by L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
patient taking timolol.Am J Opthalmol 1979;88:736.
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Bioética

De hecho, la ética médica ha existido desde los comienzos de


| CAPÍTULO 17 la propia profesión médica. Hace más de 4.000 años, el rey
Hammurabi de Babilonia creó el Código de Hammurabi, que de­
limitaba la conducta apropiada para los médicos. Mil quinientos
años más tarde, los médicos de Grecia establecieron el Juramento
Principios de bioética Hipocrático, que sirvió de base para la ética médica en la socie­
dad occidental y sigue teniendo influencia en la actualidad2.
Darren P. Mareiniss y David Casarett En 1803, el médico inglés Thomas Percival publicó uno de los
primeros trabajos seculares sobre ética médica. Sin embargo,
el Código de Percival de ética médica, que se convirtió en una
B 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos guía influyente para los médicos occidentales, fue más una guía
para la etiqueta profesional que un trabajo centrado en la toma
de decisiones éticas. Su código reflejaba la actitud de que «lo que
era bueno para el gremio era bueno para el paciente» y estaba
P U N T O S guiado por una visión paternalista de los cuidados al paciente2.
> Los aspectos del final de la vida plantean muchas decisiones difíciles a En 1847, la American Medical Association lo tomó prestado de
los profesionales sanitarios y pacientes. Es esencial el enfoque apropiado Percival para la creación de su Código de ética, que permane­
en relación con la toma de decisiones éticas para prestar una atención ció en gran medida sin cambios durante más de 100 años2. Sin
adecuada. embargo, esta visión paternalista del paciente cambió de modo
> Dentro del campo de la bioética hay varios modos de plantearse los pro­ espectacular en la segunda mitad del siglo xx a medida que los
blemas éticos. Para comprender las evaluaciones éticas, los especialistas en abusos en la investigación, las publicaciones, el cambio social, los
medicina paliativa deben familiarizarse con estos diferentes planteamientos. avances tecnológicos y las opiniones judiciales seminales crea­
> De los factores considerados en la toma de decisiones éticas, la autonomía ron una clamorosa protesta pública por una mayor autonomía
del paciente se ha convertido en una consideración predominante.Al obte­ del paciente y anunciaron el establecimiento del campo de la
ner un consentimiento informado apropiado, los médicos respetan dicha bioética3'4.
autonomía. Las raíces de la bioética moderna y del movimiento de la
» Los especialistas en medicina paliativa han de asegurarse de que los pacien­ autonomía del paciente pueden rastrearse hasta los juicios de
tes tengan capacidad para adoptar decisiones antes de que pueda obtenerse Nuremberg de médicos e investigadores por las atrocidades en
el consentimiento informado. la investigación con sujetos humanos5. Estos individuos habían
> Si un paciente no tiene capacidad para tomar una decisión, las voluntades sometido a víctimas de los campos de concentración y prisio­
anticipadas tales como los testamentos en vida y los apoderados en la aten­ neros de guerra a una experimentación humana no consentida,
ción médica son mecanismos por los que puede respetarse el derecho del lacerante y horrible. Como consecuencia de estos juicios, se
paciente a tomar decisiones. creó el primer código internacional de ética en investigación: el
> Los estándares para evaluar la elección de un paciente incapacitado difieren Código de Nuremberg5. El código establecía que la autonomía
según si el paciente ha perdido su capacidad previa para elegir o nunca ha del paciente y la adopción de decisiones voluntaria son integra­
tenido dicha capacidad. les a la experimentación humana ética. Además, el código decla­
raba que los sujetos de la investigación humana han de participar
de modo voluntario en los estudios y que deben ser plenamente
informados5.
Nunca se insistirá lo bastante en la importancia de la bioética y Durante los siguientes 30 años, el campo de la bioética
de la toma de decisiones éticas dentro del campo de los cuida­ se fundó en varias trabajos clave que incluyeron Morals and
dos paliativos. Aspectos como la adopción de decisiones por un Medicine, de John Fletcher, y Patient as Person, de Paul Ramsey.
apoderado, el control del dolor, la nutrición e hidratación artificia­ Estos trabajos se centraban menos en las consideraciones gre­
les, la eutanasia y el mantenimiento o la retirada de un tratamiento miales de Percival y el protocolo médico y más en las justifica­
suscitan una variedad de cuestiones éticas difíciles. La bioética es ciones éticas de las decisiones, preparando el escenario para
un joven campo multidisciplinario que se centra en el empleo de el desarrollo de la bioética como campo independiente de la
teorías filosóficas y basadas en principios para solucionar dilemas especialización2.
en medicina y en las ciencias de la vida1. Este capítulo introduce
los conceptos básicos de la bioética al tiempo que presta una
atención particular a la toma de decisiones éticas de tipo práctico Avances clave
a la cabecera del paciente.
• En la década de I960, el movimiento de los derechos civiles
organizó una protesta por los «derechos de los pacientes»24.
HISTORIA DE LA BIOETICA Sumándose a la fuerza de este movimiento estuvo la revelación
pública de una serie de abusos en la investigación con sujetos
La consideración de las obligaciones morales que un médico tiene humanos. En 1966, Henry Beecher publicó «Ethics and Climc Re­
con su paciente no es, ni mucho menos, un fenómeno reciente. search» en The New England Journal o f Medicine. Este artículo

PARTE I PRINCIPIOS
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Principios d e bioética I C A P Í T U L O 17 89

fundamental desvelaba varios estudios de investigación en bioética. La bioética y los cuidados paliativos han evolucionado en
humanos que habían puesto en peligro a los sujetos sin apro­ campos multidisciplinarios e independientes, con una superpo­
piados beneficios clínicos o revelaciones5. Años más tarde, los sición significativa, que comparten un planteamiento común en
abusos de los experimentos con fondos federales de Tuskegee relación con la adopción de decisiones.
llegaron a la luz pública. Este estudio a largo plazo monitorizó a
pacientes afroamericanos sifilíticos pobres en el Alabama rural
durante más de 40 años. Los participantes en el estudio fueron
controlados clínicamente sin el beneficio de los antibióticos TEORÍAS DE BIOÉTICA
de modo que pudo observarse la progresión de la sífilis en sus
Dentro del campo de la bioética, hay varios modos de enfocar los
manifestaciones primarias, secundarias y terciarias5. Tales abu­
problemas de ética. Se pueden utilizar consideraciones de tipo
sos sacudieron el corazón de las cuestiones de la dignidad y
religioso, filosófico y basadas en los principios de la toma de deci­
autonomía del paciente y provocaron a una airada protesta
siones éticas. Para comprender tales evaluaciones éticas, es impor­
pública por los derechos de los pacientes.
tante conocer cada uno de estos diversos enfoques. Los párrafos
• Como consecuencia de esta condena pública, el Congreso de
siguientes aportan una breve descripción de algunas de estas
Estados Unidos promulgó el National Research Act de 19745,
consideraciones.
que creó la National Commission for the Protection of Human
Subjects of Biomedical and Behavior Research y exigió revisio­
nes éticas independientes para toda investigación con fondos
federales. La National Commission redactó posteriormente Utilitarismo
el Belmont Report de 1979. Este informe estableció las bases
para la difusión de la investigación en Estados Unidos y fijó los El utilitarismo es una teoría basada en los resultados que aboga
estándares para la autonomía del paciente y la toma de deci­ por un análisis del bien global conseguido por una acción dada1.
siones voluntaria. Antes de la publicación del Belmont Report, La moralidad de una acción se juzga solamente por su resultado
Tom Beauchamp y James Childress publicaron la primera edi­ final. Este análisis filosófico tuvo sus orígenes en los escritos de
ción de sus Principles o f Biomedical Ethics en 1977. Este tra­ Jeremy Bentham (1748-1832) y de John Stuart Mill (1806-1873)
bajo, al igual que el Belmont Report y el Código de Nuremberg, y defendía la maximización de lo «bueno»10. Para Mili y Bentham,
abogaba por la participación y autonomía del paciente en la ambos utilitaristas hedonistas, lo «bueno» significaba llevar al
adopción de decisiones médicas6. máximo el placer o la felicidad. Más generalmente, esta teoría
• Las opiniones judiciales históricas relativas al derecho a recha­ afirma que todas las decisiones éticas deben entrañar un equili­
zar los cuidados aumentaron la apreciación y el apoyo públicos brio de los costes y beneficios de una acción con la mirada puesta
por la toma de decisiones autónoma en Estados Unidos y en en un aumento de la «felicidad» general.
todo el mundo. En 1976, el Tribunal Supremo de New Jersey, En esta teoría hay dos escuelas de pensamiento utilitarista dis­
en In re Quinlan, falló que un paciente permanentemente tintas: el utilitarismo de la norma y el utilitarismo del acto1. Un
vegetativo podía rechazar el apoyo por respirador7. En 1990, utilitarista de la norma opera con un precedente. Una vez que
el Tribunal Supremo de EE.UU., en Cruzan, sentenció que los se ha establecido que una norma general sirve para un mayor
pacientes que ya no pueden tomar decisiones conservan aún bien, abogan por que se observe tal norma con independencia
un interés de libertad constitucional y el derecho a rehusar los de las consecuencias individuales. Un utilitarista del acto es más
cuidados8.Aunque el Tribunal determinó que tal derecho podía pragmático. Más que establecer unas reglas sociales generales,
ser ejercido por un apoderado, permitía restricciones fácticas este tipo de utilitarismo defiende la potenciación de lo «bueno»
que requerían el hallazgo de pruebas claras y convincentes en cada situación particular. Así, un utilitarista del acto no se
de la decisión de un paciente. Estos casos, que fueron amplia­ adhiere a unas reglas estrictas del bien general. Por ejemplo, un
mente divulgados, reafirmaban el derecho del paciente a recha­ utilitarista de la norma puede respaldar que un clínico sea siem­
zar el tratamiento7'8. pre honrado con sus pacientes. La justificación puede ser que la
• Los avances tecnológicos en la medicina durante este tiempo honradez en la profesión médica es un estándar importante que
plantearon nuevos dilemas. Las innovaciones en los cuidados genera confianza en el paciente y da lugar a una mejor revelación
intensivos, la tecnología de los respiradores, la reanimación y el y atención médica al paciente. Sin embargo, un utilitarista del acto
desarrollo de antibióticos crearon mayores presiones éticas en puede elegir no ser honesto en una situación clínica dada si los
la medicina, lo que llevó al desarrollo de la bioética4. Las nue­ resultados beneficiosos pueden ser optimizados mediante una
vas tecnologías en la medicina se vieron tanto como una ben­ mentira.
dición como «una tecnología médica opresiva, que de modo no
natural prolonga el proceso de muerte»3.

Deontología y pensamiento kantiano


La deontología es una teoría que se encuentra en oposición
Regulación casi directa con el pensamiento utilitarista. Esta teoría filosófica
sostiene que las acciones son moralmente justas si son cohe­
Al igual que los cuidados paliativos, los comités de ética institucio­ rentes con una regla moral predeterminada1. Immanuel Kant
nales y los servicios de consulta han visto un crecimiento espec­ (1724-1804), filósofo alemán, estableció la teoría ética deon-
tacular en los marcos médicos académicos y privados. En 1995, tológica más famosa11. Su teoría afirma que hay ciertos reque­
la Joint Commission on Accreditation of Healthcare Organizations rimientos morales absolutos sobre las acciones que pueden
(JCAHO, conocida en la actualidad como The Joint Commission), determinarse por el empleo de ciertos imperativos categóricos.
como reconocimiento de la importancia de estas consideraciones, Estas pruebas teóricas determinan la moralidad de una acción. El
comenzó a requerir que los hospitales proporcionaran servicios principio de universalidad de Kant plantea que se debe «actuar
de comités de ética9. Desde entonces, los comités de ética han flo­ sólo con la máxima según la cual la acción pueda y pretenda con­
recido y se hallan presentes en el 93% de los hospitales de Estados vertirse en una ley universal»11. Esta prueba moral requiere que en
Unidos3.Además de estos comités, hay en la actualidad numerosos situaciones similares una acción sea aplicada a todas las personas.
centros para la bioética en todo el mundo, así como revistas de Si al hacer que una regla sea universal se desbarata su propósito,

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90 S E C C IÓ N C | Bioética

es inmoral. En el ejemplo anterior, si engañar a los pacientes fuera principismo, simplemente requiere la consideración de las conse­
una norma universal, ningún paciente creería tales engaños y cuencias beneficiosas de una acción.
cualquier intento por mentir fracasaría. Por consiguiente, Kant
sostendría que una acción así (es decir, engañar a un paciente)
es empíricamente inmoral porque no puede aplicarse de modo No maleficencia
universal. Los problemas con esta estricta teoría son fácilmente El principio de no maleficencia se asocia estrechamente con la
manifiestos. Muchas acciones en la práctica de la medicina son máxima bien conocida de la ética médica p rim u n non nocere,
pragmáticas. Como consecuencia, es dudoso que una estrecha
o «primero no hacer daño»6. Esta doctrina tiene su base en el
observancia de esta regla resultara beneficiosa y apropiada en Juramento Hipocrático. En esencia, la consideración de este prin­
todas las situaciones.
cipio requiere una valoración del daño que puede resultar de una
Quizá la teoría más útil para la valoración ética de la toma decisión.
de decisiones médicas y la atención médica al paciente sea el
segundo imperativo categórico de Kant: «obra de tal modo que
trates a la humanidad ya en nuestra propia persona o en la del Justicia
otro, siempre al mismo tiempo como un fin y nunca simple­
mente como un medio»11. Aplicar este principio a la práctica La justicia hace referencia a la consideración de justicia distribu­
de la medicina requiere que los clínicos traten a los pacientes tiva y equidad. Similar al pensamiento de la norma utilitarista, las
como fines y no como medios. En consecuencia, aunque pueda consideraciones de justicia se refieren al equilibrio de cargas y
haber indicaciones clínicas para pruebas diagnósticas, proce­ beneficios en la distribución de los recursos. Tales consideraciones
dimientos y tratamiento médico, el desenlace y la perspectiva reflejan el deseo de utilizar los recursos médicos limitados para
del paciente dictan que los criterios objetivos sean secundarios potenciar los beneficios al paciente. En otras palabras, el principio
al deseo informado del paciente. En este sentido, puede apli­ de justicia requiere que los recursos médicos (p. ej., los tratamien­
carse el segundo imperativo categórico a la adopción práctica tos costosos, la escasez de camas hospitalarias) se distribuyan de
de decisiones clínicas y a la deliberación bioética. En contras­ modo que se basen en criterios claros y en la equidad.
te con el pensamiento de la norma y del acto utilitarista, tal
consideración parece dar más importancia a la perspectiva del
paciente. Ética de la virtud
A diferencia de las teorías basadas en reglas, principios y obligacio­
nes, la ética de la virtud acentúa la búsqueda de características vir­
tuosas por los profesionales sanitarios. La integridad, la fidelidad, el
Teoría de los principios respeto, la compasión, la imparcialidad, la destreza, la sabiduría y
el conocimiento son características a las que deben aspirar los pro­
Beauchamp y Childress, en Principles o f Biomedical Etnics, esta­ fesionales que mantienen una conducta apropiada6. Esta noción
blecieron un modelo para la toma de decisiones bioéticas que, de las virtudes médicas ideales está encarnada en el Juramento
aunque no una teoría, incorporaba algunos aspectos tanto del Hipocrático y se remonta a Aristóteles y Platón1. Además de los
pensamiento utilitarista como del deontológico. Este modelo, filósofos antiguos, los médicos modernos como Pellegrino defien­
el principismo, defendía el empleo de cuatro consideraciones den la importancia de la ética de la virtud en la moderna ética
básicas en la deliberación ética: respeto por la autonomía, bene­ biomédica4. De importancia es que este concepto se centra en la
ficencia, no maleficencia y justicia. Cada consideración obliga a motivación apropiada del profesional sanitario. Más que imponer
primera vista pero puede ser anulada por otra consideración en imperativos artificiales, códigos y modelos, la ética de la virtud
conflicto por una buena razón. Según este modelo, los clínicos aboga porque los profesionales sanitarios adopten características
deben sopesar cada una de estas consideraciones para determi­ virtuosas que servirán, por sí mismas, para conducir a los médicos
nar la acción apropiada. Lo que permite a los clínicos proceder a las decisiones éticas apropiadas.
con más discreción en la toma de decisiones que en los modelos
filosóficos más rigurosos del pensamiento utilitarista y la deonto-
logía6. Sin embargo, este modelo no siempre aporta una solución
única. Más bien, proporciona una lista de comprobación de consi­ Casuística
deraciones éticas, muy similar a la revisión de sistemas del clínico, Un enfoque casuístico de la ética biomédica es una consideración
que ayuda a asegurarse de que se consideran todos los aspectos singular de los problemas éticos basada en los casos. Esta teoría
importantes.
ética tuvo su apogeo en la filosofía medieval y en los comienzos
de la filosofía moderna, pero ha experimentado un reciente resur­
gimiento2. La casuística se sirve de la historia, los casos paradig­
Respeto p o r la autonom ía máticos pasados y las circunstancias fácticas para determinar una
toma de decisiones apropiada. Favorece la analogía sobre el razo­
La palabra autonom ía deriva del griego autos («propio») y nomos namiento deductivo y considera la ética biomédica en términos
(«gobierno») y, por consiguiente, significa autogobierno6. La auto­ de precedente pasado. Al igual que la jurisprudencia legal, un
nomía se define como un acto o decisión que un paciente toma enfoque casuístico considera los hechos específicos de un dilema
1) de modo intencional, 2) con comprensión y 3) en ausencia de ético y los compara con casos éticos similares en el pasado con el
influencias controladoras. Si un paciente actúa intencionalmente, fin de llegar a una decisión1. Las teorías y las reglas sirven como
con comprensión y sin influencia controladora, el principismo directrices para una revisión de la casuística que se centra en una
considera que es un acto autónomo que debe ser respetado por el adopción práctica de decisiones.
profesional sanitario.

Consideraciones de tipo religioso


Beneficencia
Queda fuera del ámbito de este capítulo un tratamiento exhaus­
El principio de beneficencia hace referencia a «una obligación tivo de las creencias religiosas. Sin embargo, es esencial una con­
moral de obrar en beneficio de otros»6. Dicha obligación es sideración breve. Es significativo que las principales religiones
el centro de atención del pensamiento utilitarista. Dentro del monoteístas -judaismo, cristianismo e islamismo- tengan normas

PARTE I PRINCIPIOS
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Principios d e bioética I C A P Í T U L O 17 91

morales clave que son reglas absolutas que vienen de lo alto12. sobre la finalidad del tratamiento, recordarla y mostrar que
Además, la mayoría de estas religiones incluye alguna forma de puede ser parte del proceso de la toma de decisiones.
«Regla de oro»9. La Regla de oro dicta que se debe hacer con el 3. Capacidad para apreciar la significación de la información
prójimo como se habría hecho con uno mismo; es decir, un y sus consecuencias: la persona ha de comprender las conse­
médico debe tratar a sus pacientes como a él le gustaría ser tra­ cuencias del rechazo del tratamiento y los riesgos y beneficios
tado en una situación similar. Otras religiones, como el budismo, de aceptar o rechazar éste.
el hinduismo y el jainismo, creen en los conceptos del karma o 4. Capacidad para m anipular la información: la persona ha de
de un orden moral cósmico que generan consecuencias para una ser capaz de tomar parte de modo racional en lo que respecta
acción12. Los clínicos deben ser conscientes de las creencias cul­ a la adopción de decisiones de tratamiento (p. ej., emplear pro­
turales y religiosas que podrían influir sobre las acciones y decisio­ cesos lógicos, sopesar las decisiones del tratamiento, manipular
nes de un paciente y ser sensibles a estas consideraciones. Aunque información sobre las decisiones terapéuticas).
las creencias religiosas puedan parecer estar en oposición a una
asistencia lógica o apropiada, han de ser, no obstante, respetadas Suele ser inapropiado suponer que un paciente con una pato­
como un deseo autónomo. logía mental, sedación o deficiencia cognitiva carece de capaci­
dad para tomar decisiones. Se requiere, más bien, una evaluación
formal.
La capacidad es diferente de la competencia. La competencia
viene determinada por un tribunal de justicia y utiliza aspec­
TO M A DE DECISIONES tos de la aptitud para evaluar la capacidad legal para contratar,
En los últimos años ha surgido la autonomía como el factor ais­ redactar voluntades o llevar sus propios asuntos17. Dado que el
lado más importante en la toma de decisiones de la clínica estándar de la competencia varía según la jurisdicción, queda
práctica9'13. Aunque el principismo sigue siendo un constructo fuera del ámbito de este capítulo una discusión exhaustiva de la
útil para evaluar las facetas de un caso ético de modo ordenado4, competencia.
la autonomía ha sido muy acentuada por los filósofos de la ética,
los tribunales y los clínicos8,14,15. Sin embargo, el respeto por la
autonomía refleja también otras filosofías éticas. Los intereses
deontológicos por el respeto a una persona están claramente Pacientes con capacidad para adoptar decisiones
considerados al respetar la autonomía del paciente. Además,
la toma de decisión autónoma tiene asimismo aspectos de la y el consentimiento informado
ética de la virtud. Tal como se plantea más adelante, las decisio­ Tal como se ha observado anteriormente, la autodeterminación y
nes autónomas pueden producirse sólo cuando hay una plena el respeto por la elección personal de un paciente se han con­
revelación y una comunicación abierta. Unas revelaciones efi­ vertido en los principios directores para los médicos en rela­
caces requieren con frecuencia que los médicos favorezcan un ción con los aspectos éticos9,13-15. Los pacientes con capacidad
ambiente de integridad, fidelidad y confianza entre ellos y sus para tomar decisiones han de dar su consentimiento informado
pacientes. Tales consideraciones son coherentes con las ense­ antes de que pueda llevarse a cabo la mayoría de los tratamien­
ñanzas de la ética de la virtud. Por último, gran parte de la toma de tos o procedimientos2. Este estándar del consentimiento infor­
decisiones por un paciente o por un delegado puede ser guiada mado tiene sus m ees en la ley común de Inglaterra y de Estados
por creencias religiosas, basadas en la fe. Como consecuencia, Unidos. El tratamiento de los pacientes sin tal consentimiento
la toma de decisiones puede abarcar también consideraciones era y es considerado una agresión. En 1914, el juez Cardozo,
religiosas. en el caso a menudo citado de Schloendorff v. Soc’y o f New
Al evaluar la toma de decisiones, hay que distinguir tres ca­ York Hospital, falló que «todo ser humano adulto y con mente
tegorías básicas de pacientes: los pacientes con capacidad sana tiene el derecho a determinar qué se hará con su propio
para tomar decisiones médicas, los pacientes que han perdido cuerpo: y un cirujano que realice una operación sin el consenti­
dicha capacidad y los pacientes que nunca la han tenido. Un miento de su paciente comete una agresión de la que es respon­
clínico ha de hacer una determinación preliminar del tipo de sable»2. Esta regla que rige el consentimiento continúa vigente
paciente con el que está tratando antes de proceder a un aná­ en la actualidad en la ley común de Inglaterra y de Estados
lisis. Una vez establecido, el clínico debe emplear una valoración Unidos.
ajustada de la adopción de decisiones dictada por el tipo de Dentro de la bioética, el respeto por la autonomía puede
paciente. remontarse hasta el Código de Nuremberg, el Belmont Report y el
principismo18. El consentimiento informado respeta este concepto
al requerir la autorización de un paciente para una intervención
médica o la participación en una investigación6. El consenti­
Capacidad para la tom a de decisiones miento informado requiere tres elementos básicos: 1) revelación
de la información, 2) comprensión y 3) voluntariedad. Un paciente
Un requisito para el consentimiento informado es la capaci­ ha de ser informado de los riesgos, los beneficios y las alterna­
dad intacta del paciente para tomar decisiones. La evalua­ tivas de un procedimiento, y un clínico tiene que asegurarse
ción de dicha capacidad es una determinación específica de de que el paciente comprende esta información2. Por último, la
la decisión que se centra en la aptitud del paciente para com­ decisión de un paciente debe ser voluntaria. Sólo las decisiones
prender y comunicar una decisión racional16. En los casos com­ que son sustancialmente informadas y libres de restricciones o
plicados o difíciles se debe consultar a un neurólogo o psiquia­ influencias controladoras se consideran autónomas6. Desde luego,
tra para realizar esta evaluación. Las consideraciones clave en jamás ninguna decisión está verdaderamente libre de influencia
la evaluación de la capacidad de la toma de decisiones son las o coacción6. Con frecuencia, los pacientes se sienten presionados
siguientes17: por la familia, los clínicos, los cuidadores y las situaciones sociales
que influyen en la toma de decisión definitiva. Esta es la razón por
1. Capacidad para expresar una elección: la persona ha de ser la cual una decisión autónoma requiere sólo que el paciente esté
capaz de expresar su elección y comunicarla. «sustancialmente libre de coacción» y no completamente libre6
2. Capacidad para comprender una información importante: (v. cap. 18 para un tratamiento más extenso de las consideraciones
la persona ha de ser capaz de comprender la información clínicas prácticas).

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92 S E C C IÓ N C | Bioética

Pacientes que pierden la capacidad pacientes en un persistente estado vegetativo. En cada uno de los
casos, la retirada de la nutrición y la hidratación se basaba en el
Si un paciente carece de capacidad para la toma de decisio­ juicio sustitutivo del paciente incapacitado. Para determinar el jui­
nes, hay que explorar otros mecanismos para su adopción. En la cio sustitutivo de estos pacientes, los tribunales requerían un alto
actualidad, la medicina tiene múltiples mecanismos para respetar nivel de evidencia para demostrar que el paciente una vez com­
la autonomía de un paciente ante una incapacidad mental. Uno petente habría elegido la retirada de los cuidados. Posiblemente,
de estos mecanismos son los testamentos vitales. Estas declara­ en estas decisiones de vida o muerte se requería tan elevado
ciones escritas son un tipo de directiva de cuidados anticipados; estándar para asegurar una exactitud judicial8,15. Aunque prosi­
se crean en previsión de incapacidad y pueden dictar qué inter­ gue el debate sobre el grado de evidencia «clara y convincente»
venciones desea prevenir un paciente o que se lleven a cabo16 precisada por los tribunales, hay consenso interdisciplinario entre
(v. cap. 19). los bioéticos, los clínicos y los juristas acerca de que el «juicio
Siguiendo los dictados de tales documentos, un profesional sustitutivo» es un mecanismo apropiado para la toma de decisio­
sanitario acata los deseos autónomos de un paciente. Las órdenes nes en nombre de los pacientes que pierden la capacidad para
de no reanimar (NR) son formas limitadas de testamentos vita­ adoptarla14.
les en las que los pacientes toman decisiones en relación con la
atención médica futura. Además de los testamentos vitales, los
pacientes pueden ejecutar poderes notariales duraderos. Estos
documentos legales confieren a un apoderado el poder para
tomar decisiones médicas una vez que el paciente pierde la Pacientes que nunca han tenido la capacidad
capacidad para ello16. Los poderes notariales duraderos y los tes­ para tom ar decisiones médicas
tamentos vitales son directrices anticipadas, pero no son mutua­
mente excluyentes. Un individuo nombrado bajo un poder Aunque el modelo de juicio sustitutivo es útil si un paciente ha
notarial duradero puede utilizar el testamento vital del paciente expresado deseos previos, con frecuencia estos deseos no se cono­
para guiar una toma de decisiones apropiada16. Si los pacien­ cen. Por ejemplo, los pacientes con retraso mental y los pacientes
tes no tienen ni un poder notarial ni unas voluntades en vida, pediátricos que nunca han tenido la capacidad para la toma de
los profesionales sanitarios deben consultar las normas guber­ decisiones han de estar sujetos a un patrón delegado diferente. No
namentales y leyes locales en relación con el nombramiento de puede determinarse el «juicio sustitutivo» si el paciente nunca ha
personas apoderadas decisorias. En Estados Unidos, la mayoría tenido la capacidad para tomar una decisión. En estas situaciones
de los estados tienen estatutos de consentimiento de la familia clínicas se ha empleado el estándar del «mejor interés»20. En tales
o una ley común que especifica el apoderado idóneo para tomar casos, se sopesan los riesgos y beneficios de los cuidados y un
decisiones16. apoderado determina los cuidados apropiados a tenor del mejor
Los delegados para adoptar decisiones de los pacientes previa­ interés del paciente14.
mente competentes ejercen la autonomía del paciente decidiendo
de acuerdo con el «juicio sustitutivo» del paciente incapaci­
tado8'14,15. Normalmente, los apoderados son miembros de la
familia o amigos íntimos que están familiarizados con el paciente A dultos con retraso m ental
incapacitado13. Muy probablemente tales individuos comprenden
las preferencias del paciente incapacitado y predicen de modo En Estados Unidos varios casos judiciales han tratado de los pacien­
exacto lo que el paciente decidiría si fuera competente1315. A tes que nunca han sido competentes20. En el caso Superintendent
pesar de este pensamiento, se ha demostrado que tales decisiones o f Belchertown State School v. Saikewicz, el Tribunal Supremo de
de juicio sustitutivo son extremadamente incorrectas19. Massachusetts consideró el caso de un paciente retrasado mental
Sin embargo, quizá haya una razón moralmente defendible de 67 años de edad ingresado en un asilo. El paciente sufría de
para seguir tales decisiones delegadas13. Primero, respetar las leucemia mieloblástica aguda monocítica. En este caso, el tribunal
decisiones de un apoderado de un paciente respeta indirecta­ de Massachusetts decidió renunciar al tratamiento quimioterápico
mente la preferencia del paciente. En el estudio de Seckler y después de sopesar los beneficios y las cargas del tratamiento18.
cois, de la toma de decisión delegada, el 87% de los pacientes El tribunal determinó que el beneficio potencial de la quimiotera­
estudiados creía que los familiares tomarían unas decisiones ade­ pia (es decir, extender la vida del paciente) no superaba las cargas
cuadas o bastante adecuadas19. A pesar de la mala correlación del tratamiento (es decir, las molestias, los efectos secundarios).
entre las decisiones delegadas relativas al juicio sustitutivo y la Tal evaluación de los beneficios y de las cargas es integral para
preferencia del paciente, tales datos implican la confianza del una evaluación apropiada del mejor interés. En contraste con el jui­
paciente en la capacidad de elección de los miembros de la fami­ cio sustitutivo, este patrón se centra en una valoración objetiva de
lia. Esta confianza puede ser ilustrativa del deseo del paciente de lo que es bueno para el paciente en vez de una consideración de
transferir la adopción de decisiones a los familiares. En conse­ lo que el paciente habría deseado hacer.
cuencia, respetar la toma de decisión delegada puede suponer Uno de los factores considerados con frecuencia en estos casos
acatar indirectamente la preferencia de un paciente incapaci­ del mejor interés es la calidad de vida presente del paciente; es
tado. Además, otros factores, como la responsabilidad económica decir, si ésta justifica los riesgos de una intervención. Sin embargo,
del familiar delegado y el conferido interés emocional en el una consideración de este tipo puede estar equivocada (v. «Errores
bienestar de un paciente, abogan por respetar estas decisiones frecuentes»). Lloyd y cois, han publicado recientemente un estu­
delegadas13. dio de investigación centrado en la toma de decisión del paciente
En Estados Unidos, el juicio sustitutivo respecto a los aspectos en los pacientes gravemente enfermos21. Los datos de la investi­
del final de la vida ha recibido una gran atención en los últimos gación no mostraron correlación alguna entre la calidad de vida
años. Desde el histórico caso Quinlan, otras dos opiniones judi­ actual del paciente y las decisiones sobre unos cuidados inten­
ciales -In re Schiavo y Cruzan v Director, Missouri D epartment sivos futuros. En consecuencia, determinar si un paciente que
o f Health- han captado la atención pública y reforzado el inte­ nunca ha sido competente desearía un tratamiento específico
rés judicial en el criterio sustitutivo15. Ambos casos trataban de basado en su calidad de vida actual puede no ser un método
decisiones delegadas para retirar la nutrición y la hidratación a los exacto para predecir la elección de un paciente. Además, en los

PARTE I PRINCIPIOS
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Principios d e bioética I C A P Í T U L O 17 93

Errores frecuentes
proporcionar unos cuidados idóneos. En la actualidad, se espera
de los médicos que conozcan más que la mera patología física y el
Con frecuencia los cuidadores creen que los pacientes sedados, los tratamiento de la enfermedad. Especialmente dentro del campo de
pacientes con patología mental y los pacientes con deficiencias cog- los cuidados paliativos, los clínicos han de esforzarse por resolver
nitivas carecen de capacidad para la toma de decisiones. y comprender la toma de decisión ética y ayudar a los pacientes o
A menudo los profesionales sanitarios creen que un apoderado del apoderados a adoptar decisiones adecuadas. Con el avance de la
paciente puede decidir la atención médica según su propia prefe­ tecnología, los aspectos éticos continuarán surgiendo en la medi­
rencia, en lugar de la del paciente incapacitado. cina. El clínico perspicaz buscará aprender no sólo cómo enfocar
Con frecuencia los cuidadores no se hallan familiarizados con nume­ correctamente los futuros aspectos éticos, sino también los funda­
rosos modelos de toma de decisión ética y no llegan a considerar los mentos racionales tras dichos planteamientos. Para ello, esperamos
diversos planteamientos éticos para la solución de los problemas. que este capítulo haya proporcionado una cierta guía.
Las voluntades en vida y los apoderados de la atención médica no
son mutuamente excluyentes. Los apoderados deben utilizar los tes­ B I B L I O G R A F Í A
tamentos vitales para dirigir la atención médica.
Los cuidadores pueden estar errados cuando consideran la calidad 1. Reich TR (ed). Normative ethical theories. Encyclopedia of Bioethics, revised
ed. New York: Simon & Schuster Macmillan, 1995, pp 736-748.
de vida percibida de un paciente como un factor significativo para 2. Morgan H, Mayo TW. Ethical aspects of neurosurgical practice. In Batjer HH,
determinar qué intervenciones desearía. Loftus CM (eds). Textbook of Neurological Surgery: Principles and Practice.
Philadelphia: lippincott Williams & Wilkins, 2003, pp 3205-3271.
3. Aulisio MP, Chaitin E, Arnold RM. Ethics and palliative care consultation in the
intensive care unit. Crit Care Clin 2004;20:505-523.
4. Pellegrino ED. The metamorphosis of medical ethics: A 30-year retrospective.
JAMA 1993;269:1158-1162.
5. Shapiro MH, Spece RG, Dresser R, Clayton EW (eds). Research involving human
pacientes con retraso mental, los filósofos de la ética han obser­ subjects. Bioethics and Law, second ed. St. Paul, MN: West Publishing Company,
vado que sería difícil que un individuo competente previera la 2003, p p 198-269-
calidad de vida disfrutada por dicho paciente. Aunque a un adulto 6. Beauchamp TL, Childress JF. Principles of Biomedical Ethics, 4th ed. New York:
competente pueda parecerle intolerablemente frustrante la vida Oxford University Press, 1994.
7. In Re Quinlan, 355 A.2d 647 (N.J. 1976).
del paciente, no está claro cómo un individuo con retraso mental 8. Cruzan v.Missouri Department o f Health, 497 U.S. 261 (1990).
podría valorar su propia calidad de vida20. 9. Iverson KV. Bioethics. In Marx J, Hockberger R, Walls R, et al (eds). Rosen’s
Emergency Medicine: Concept and Clinical Practice, 5th ed. St. Louis: Mosby,
2002, p p 2725-2734.
Pacientes pediátricos 10. Mill JS. Utilitarianism (1861). In Sher, G (ed). Indianapolis: Hackett Publishing.
Tradicionalmente se ha concedido a los padres de un paciente (1979)
11. Kant I. Grounding for the Metaphysics of Morals (1785). In Ellington JW (ed).
pediátrico discreción significativa para tomar decisiones en rela­ Indianapolis: Hackett Publishing, 1987
ción con sus hijos20. Los menores en Estados Unidos son legal­ 12. Reich TR (ed). Religion and morality. Encyclopedia of Bioethics, revised ed.
mente incompetentes para tomar decisiones sobre cuidados de New York: Simon & Schuster Macmillan, 1995, pp 758-764.
salud o para hacer contratos, con independencia de su capa­ 13- Arnold RM, Kellum J. Moral justification for surrogate decision making
cidad para comprender. En consecuencia, los padres normal­ in the intensive care unit: Implications and limitations. Crit Care Med
2003;31:347-353-
mente toman las decisiones sobre los cuidados de salud de sus 14. Casarett D, Kapo J, Caplan A. Appropriate use of artificial nutrition and
hijos y ejercen una discreción significativa en este proceso20. Sin hydration: Fundamental pinciples and rcommendations. N Engl J Med
embargo, como en el caso Saikewicz, los beneficios y las cargas de 2005;353:2607-2612.
estas decisiones deben sopesarse para determinar el mejor interés 15. Mareiniss DP. A comparison of Cruzan and Schiavo:The burden of proof, due
process, and autonomy in the persistently vegetative patient. J Legal Med
de un paciente menor22. Tal como se ha afirmado anteriormente, 2005;26:233-259-
sopesar tales beneficios y cargas para un paciente es la esencia 16. Kapp MB. Ethical and legal issues. In Duthie EH (ed). Practice of Geriatrics, 3rd
de una evaluación del «mejor interés».También es importante que ed. Philadelphia:WB Saunders, 1998, pp 31-37.
los propios tomadores de decisiones delegadas tengan la capaci­ 17. Mufson M. Evaluation of competence in the medical setting. In Samuels MA
dad de adoptar medidas acerca de los cuidados de salud de sus (ed). Office Practice of Neurology, 2nd ed. Philadelphia: Churchill Livingston,
2003, pp 998-1004.
hijos. Cualquier preocupación sobre la capacidad de un delegado 18. Shapiro MH, Spece RG, Dresser R, Clayton EW (eds). Decisions on life-sus­
decisorio debe mover a la investigación y consulta con el personal taining treatment. Bioethics and Law, 2nd ed. St. Paul, MN: West Publishing
apropiado del hospital. Los padres que carezcan de capacidad para Company, 2003, pp 960-1086.
adoptar una decisión probablemente tampoco sean legalmente 19- Seckler AB, Meier DE, Mulvihill M, et al. Substituted judgment: How accurate
are proxy predictions? Ann Intern Med 1991;115:92-99-
competentes para hacerlo en relación con sus hijos. Por último, 20. Cantor NL.The bane of surrogate decision-making: Defining the best interest
aunque en el caso de la toma de decisiones acerca de los pacien­ of never-competent persons. J Legal Med 2005;26:155-205.
tes pediátricos la discreción de los padres sea significativa, ésta 21. Lloyd CB, Nietert PJ, Silvestri GA. Intensive care decision making in the serio­
puede anularse. Específicamente, las decisiones de los padres que us!)' ill and elderly. Crit Care Med 2004;32:649-654.
claramente no sean para el mejor interés de un niño pueden invali­ 22. Rushton CH. Ethics and palliative care in pediatrics:When should parents agree
to withdraw life-sustaining therapy for children? Am J Nurs 2004;104:54-63-
darse. Un ejemplo común está en el caso de los testigos de Jehová:
los tribunales de Estados Unidos han sentenciado que los padres
no pueden impedir las transfusiones salvadoras para los me­ L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

nores. Se estima que tales intervenciones sirven al mejor interés


Beauchamp TL, Childress JF. Principles of Biomedical Ethics, 4th
de un niño y son apropiadas de facto, con independencia de las
ed. New York: Oxford University Press, 1994.
creencias religiosas de un sustituto parental20.
Cantor NL. The bane of surrogate decision-making: Defining
the best interest of never-competent persons. J Legal Med
CONCLUSIÓN 2005;26:155-205.
Morgan H, Mayo TW. Ethical aspects of neurosurgical practice. In
La bioética es un joven campo multidisciplinario que ha llegado Batjer HH, Loftus CM (eds). Textbook of Neurological Surgery:
a cobrar una importancia integral para la medicina y los cuidados Principles and Practice. Philadelphia: Lippincott Williams &
paliativos. Los aspectos del final de la vida presentan muchas deci­ Wilkins, 2003, pp 3205-3271.
siones difíciles para los profesionales sanitarios y los pacientes. Mufson M. Evaluation of competence in the medical setting.
Comprender el planteamiento apropiado de estas decisiones, al In Samuels MA (ed). Office Practice of Neurology, 2nd ed.
tiempo que se respeta la preferencia del paciente, es esencial para Philadelphia: Churchill Livingston, 2003, pp 998-1004.

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94 S E C C IÓ N C | Bioética

cuidados, así como en los problemas derivados de dichos cuidados...


| CAPÍTULO 18 Es mejor dejar de lado la utilización de principios abstractos con el
fin de guiarse por un modelo ético que muestre respeto por las per­
sonas implicadas en la relación sanitaria. Tal modelo debe centrarse
en el conflicto entre los intereses del paciente (autodeterminación)
Ética y práctica clínica y los del médico (paternalismo).

Azucena Couceiro En toda práctica clínica, no sólo en los cuidados paliativos, el


médico ha de saber cómo solucionar los conflictos de valores. No
hay una contradicción básica entre los intereses de los médicos
£>2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos y los de los pacientes; más bien, una parte puede dar más rele­
vancia a algunos valores en la relación clínica. Los profesionales
médicos buscan mantener la vida y aliviar la enfermedad o, si
tal cosa no es posible, disminuir el sufrimiento y proporcio­
nar una calidad de vida adecuada2. El paciente tiene los mismos
P U N T O S (o similares) objetivos pero puede enfocarlos de modo diferente
o tomar decisiones que no coincidan con las recomendadas por
» Beauchamp y Childress fueron los primeros en formular los cuatro prin­ el profesional. Es en estas situaciones conflictivas en las que ayu­
cipios teóricos de la bioética: no maleficencia, autonomía, justicia y dan los principios bioéticos, porque un conocimiento adecuado
beneficencia. aplicado apropiadamente a cada situación clínica permite a los
» La bioética tiene que sintetizar el conocimiento teórico con la experiencia clínicos identificar los problemas éticos, analizarlos y proponer
concreta. alternativas.
» El elemento fundamental para un tratamiento adecuado es el reconoci­ En 1979, Beauchamp y Childress fueron los primeros en for­
miento del curso de la enfermedad y el correcto diagnóstico de la condi­ mular los cuatro principios teóricos3 que se han convertido en
ción terminal. la base para otros desarrollados desde entonces. Tal teoría ha
» Desde el punto de vista de la no maleficencia, la reflexión ética puede ser sido dominante en la práctica clínica, quizá porque está dirigida
orientada hacia tres elementos: 1) proporcionalidad de la intervención hacia la acción o porque da una máxima importancia a la toma
clínica, 2) responsabilidad médica en relación con todo el proceso y 3) fines de decisiones basada en un argumento racional, del mismo
y objetivos.
modo en que se toman las decisiones clínicas. Este armazón
> Dentro de un programa sistemático de cuidados paliativos, la nutrición y la normativo -basado en los principios de no maleficencia, auto­
hidratación no siempre son terapéuticas, sobre todo si la malnutrición es el
nomía, justicia y beneficencia- parece suficientemente claro
resultado de la progresión de la enfermedad sistémica. No hay una justifica­
ción técnica para administrar hidratación y nutrición si el paciente no se
hasta que se encuentran las realidades de la práctica clínica, en
beneficia de ello.
las que estos principios pueden entrar en conflicto. Por ejem­
plo, supongamos que un paciente mentalmente competente
» La autonomía significa la capacidad para llevar a cabo actos con informa­
ción completa en relación con todos los hechos y sin coerción interna o
rechaza un procedimiento quirúrgico recomendado como parte
externa. Para lograrlo, el paciente ha de tener información verdadera, sufi­ de sus cuidados paliativos. El equipo médico ha decidido que el
ciente y extensa y ha de tomar una decisión voluntaria. procedimiento está indicado para mejorar la calidad de vida del
» El conflicto es un síntoma que muestra la necesidad de que los clínicos tra­
paciente, pero el paciente rechaza el consentimiento. ¿Cómo
bajen con valores éticos con la misma capacidad y habilidad profesional con puede resolverse dicho conflicto? ¿Predomina siempre la autono­
la que manejan el trabajo clínico. mía, incluso si se duda de la capacidad psicológica del paciente
para tomar decisiones? ¿Es realmente la familia la que rechaza el
procedimiento?
Los principios son sólo un marco en el que se pueden colo­
car los problemas morales en la práctica clínica. Son criterios
que guían la conducta y garantizan que las decisiones siguen
un proceso racional. Son, por sí mismos, insuficientes. Su aplica­
ción no es automática, porque no pueden obtenerse una normas
En un libro de la Dra. Cicely Saunders, hay un pasaje que merece conductuales precisas basadas solamente en la deducción. Se
un comentario, porque expresa ideas ampliamente sostenidas por requiere un proceso deliberativo que permita a los clínicos res­
los profesionales sanitarios1: petar estos principios en cada situación clínica. Los principios
ayudan a la reflexión y la deliberación, sin eliminarlas. Son obli­
Los profesionales sanitarios que trabajan día a día con estos pacien­ gatorios a primera vista4; es decir, los clínicos deben proporcio­
tes suelen ser muy prudentes cuando dicen que con sólo escuchar nar unas prácticas clínicas correctas y respetar la autonomía del
y leer los trabajos de los filósofos morales pueden comprender los paciente, dentro del marco de la justicia sanitaria. Lo que no se
aspectos morales que se relacionan con su trabajo. Y llegan a esta sabe a priori es cómo se aplica en cada caso, especialmente en
conclusión por la existencia de una creencia generalizada de que los conflictos. Los problemas morales son concretos y particula­
la ética médica está gobernada por principios absolutos -no male­ res, mientras que los principios, por definición, son generales y en
ficencia, justicia, autonomía y beneficencia- que somos incapaces teoría universales5.
de comprender a menos que tengamos un cierto conocimiento y Como resultado, se da la necesidad de introducir en el razo­
bagaje filosóficos. Estos principios generales muestran rápidamente namiento ético el concepto del planteamiento particular o
su limitación cuando se confrontan con el mundo caótico de la individual porque un sistema basado en principios nunca
práctica cotidiana... Por tanto, la ética implicada en los cuidados puede ser suficiente p o r sí mismo. Existe una creencia
de los pacientes enfermos de manera terminal ha de basarse en la extendida y errónea de que, para tomar decisiones, es sufi­
interrelación que existe entre el paciente y el equipo que presta los ciente el conocimiento de estos principios. Es lo mismo que

PARTE I PRINCIPIOS
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Ética y práctica clínica I C A P Í T U L O 18 95

creer que, po r conocer los contenidos de un buen manual de El proceso de las decisiones clínicas
cuidados paliativos, uno se puede convertir, ipso facto, en un buen
especialista en éstos, sin tener capacidades prácticas. La teoría y Muchos conflictos clínicos se originan porque los pacientes recha­
la práctica van de la mano6. Es incorrecto tanto tratar de manera zan las opciones presentadas por los profesionales. Las situaciones
insuficiente como excesiva, o sedar en exceso de modo innecesa­ clínicas son complejas y requieren la evaluación de muchos elemen­
rio o sin autorización7. Para aplicar estos conceptos en los casos tos. En los cuidados paliativos, múltiples factores influyen sobre la
individuales, los clínicos han de considerar el hecho de que no evolución de una enfermedad. Para tomar decisiones clínicas, se
sólo los principios teóricos son importantes sino también la han de valorar muchos factores simultáneamente, especialmente
necesidad de armonizar el conocimiento teórico con los casos en dos escenarios clínicos comunes: 1) el tratamiento de una com­
concretos8. En el capítulo 17 se describen los principios y las con­ plicación aguda en el curso de una afección avanzada y 2) cómo
sideraciones teóricas. y cuándo mantener el tratamiento de apoyo en una enfermedad
terminal.
En una complicación aguda han de integrarse muchos factores,
algunos biológicos y algunos biográficos. Hay que considerar los
siguientes para definir objetivos realistas y razonables, que deben
EL PRINCIPIO DE NO MALEFICENCIA ser revisados periódicamente15:
O DE CORRECCIÓN TÉCNICA

El problema del diagnóstico • La enfermedad: situación clínica, pronóstico, posibilidades y


y del pronóstico condición general del paciente.
• El tratamiento de la condición patológica: complejidad, efica­
El problema inicial es el diagnóstico de una enfermedad termi­ cia, duración y posibles complicaciones iatrogénicas.
nal. Diagnóstico es una palabra técnica que tiene su origen en • La complicación real: complejidad, pronóstico, repercusión
la medicina hipocrática. Los griegos utilizaban dos palabras para sobre la condición general y posible respuesta al tratamiento.
designar el conocimiento de una enfermedad: el verbo diagigizos- • Un marco de control eficaz de los síntomas.
keii («discernir o distinguir») y un neologismo creado en el siglo v,
el sustantivo diagnóstico. Se requiere el conocimiento técnico de
una enfermedad para discernirla con precisión de otras enferme­ El segundo tipo de decisión clínica hace referencia a las
dades. Cada diagnóstico tiene un carácter operativo: es necesario medidas de apoyo vital, los tratamientos que de modo artificial
conocer para poder actuar9. sustituyen a las funciones esenciales que no puede mantener
Si un paciente potencialmente curable se diagnostica errónea­ el organismo enfermo. Los respiradores mecánicos, la diálisis
mente como terminal, se ha cometido un error técnico importante peritoneal y medidas similares se diseñaron para apoyar las fun­
con consecuencias éticas también importantes. Por otra parte, si ciones orgánicas en el paciente críticamente enfermo con el fin
alguien con una enfermedad incurable que tiene todas las caracte­ de ganar tiempo hasta que éste, una vez recuperado, las pueda
rísticas de una afección terminal pero no es diagnosticado adecua­ hacer solo, espontáneamente o en respuesta a alguna inter­
damente, será sometido a unas medidas terapéuticas inapropiadas. vención terapéutica. En la enfermedad terminal, los pacien­
La elección de un tratamiento específico ha de venir condicionada tes ni son críticos ni tiene la capacidad de recuperarse, y estas
por la identificación del estadio de la enfermedad. Prácticamente, intervenciones han de contextualizarse de modo diferente. La
puede haber dificultades en la identificación de la fase terminal o necesidad de un apoyo avanzado de los signos vitales debe­
del diagnóstico de terminalidad10. ría ser infrecuente, y las decisiones clínicas habrán de tomarse
El diagnóstico puede ser erróneo o prematuro. Un buen juicio en relación con el empleo de agentes farmacológicos, proce­
clínico es esencial para reconocer los estadios terminales en el dimientos diagnósticos menos invasivos (p. ej., la broncosco-
cáncer; esto es incluso más cierto en otras afecciones, como las pia), cirugía paliativa y quimioterapia, e hidratación y nutrición
enfermedades crónicas asociadas con malignidad (p. ej., hepatoma artificiales.
en alguien con cirrosis) o las no cancerosas. En oncología, las Desde el punto de vista de la no maleficencia, la reflexión ética
herramientas predictivas clasifican a los pacientes por el empleo puede orientarse hacia tres elementos: 1) proporcionalidad de la
de factores objetivos (estado funcional, síntomas físicos, factores intervención clínica, 2) responsabilidad médica en relación con el
biológicos) para conseguir una aproximación pronostica en la proceso en su totalidad y 3) fines y objetivos. La proporcionalidad
que el tratamiento se pueda basar11. Esto no sucede en las pato­ de cualquier medida requiere la integración de muchos elementos:
logías no malignas, cuyo deterioro funcional difiere con respecto la agresividad e incomodidad causadas al paciente, el pronóstico
al que se da en el cáncer. Por ejemplo, en la insuficiencia cardíaca (vital y funcional) y el posible alivio de los síntomas y la mejora
congestiva12, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica13, o la del pronóstico.
demencia avanzada, la identificación de los factores pronósticos Existen reservas sobre la cirugía paliativa, cuyo fin es evitar las
es difícil14. El progreso en el tratamiento de algunas enfermedades, complicaciones locales por un tumor primario o sus metástasis,
como el empleo de betabloqueantes en la insuficiencia cardíaca como hemorragia, perforación de una viscera hueca, o bloqueo
congestiva, ha reducido la mortalidad y la muerte súbita. Tales del tracto respiratorio o digestivo. Tales complicaciones pueden
ejemplos ciertamente desplazan las fronteras entre las fases cura­ causar la muerte mucho antes del fallecimiento esperado o dismi­
tiva, paliativa y terminal, así como las correspondientes actitudes nuir la calidad de vida. En tales casos, hay que analizar los siguien­
terapéuticas. tes factores16:
El elemento fundamental para un tratamiento adecuado es
el reconocimiento del curso de la enfermedad y el diagnóstico
correcto de terminalidad. Es una cuestión técnica, pero también • Características del paciente (un mal estado general con comor-
una obligación ética, una aplicación práctica de la no maleficen­ bilidades asociadas tales como insuficiencia respiratoria puede
cia, que afecta a las decisiones clínicas propuestas en relación con representar una peor amenaza a la vida que el cáncer real).
los pacientes y sus familias. • La agresividad del tumor y sus otras características biológicas.

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96 S E C C IÓ N C | Bioética

• La existencia de una emergencia clínica potencialmente mor­ sensación de sed y el nivel de líquidos intravenosos administra­
tal (p. ej., una colostomía en un caso de obstrucción intestinal dos22. Los síntomas de sed o hambre no pueden asociarse con
como consecuencia de cáncer de colon inextirpable). variables predictivas tales como la osmolalidad plasmática o las
• La magnitud de la intervención, que ha de ser acorde con concentraciones en suero de sodio o de urea23,24. No obstante, se
los síntomas del paciente y la interferencia con la calidad de recomienda la hipodermoclisis para hidratar al enfermo terminal,
vida. al igual que la investigación para aclarar el papel de la rehidra-
tación en el control de los síntomas25. La propia deshidratación
puede causar complicaciones (insuficiencia renal, confusión men­
El concepto de proporcionalidad considera los riesgos y los tal) que también pueden requerir tratamiento. Es necesario eva­
luar cada caso de modo individual para tomar unas decisiones
beneficios, lo que puede ser difícil. Por ejemplo, un paciente con
terapéuticas apropiadas26.
linfoma activo, diseminación metastásica y múltiples comorbilida-
des asociadas tiene derrame pleural e insuficiencia respiratoria. Las reflexiones éticas sobre nutrición e hidratación han de con­
La toracocentesis se sigue de recurrencia del derrame. Se efectúa siderar cuatro aspectos:
entonces pleurodesis. A pesar de un tratamiento intensivo con
analgésicos, que incluye narcóticos, la pleurodesis no es bien tole­ • ¿Es tratamiento médico o son cuidados básicos?
rada debido al dolor intenso, la fiebre y el malestar. Las radiogra­ • El valor simbólico.
fías de tórax ponen de manifiesto una neumonía que se trata a • La posible muerte dolorosa que puede producirse sin nutri­
continuación con antibióticos. Recurre el derrame pleural, esta ción e hidratación.
vez con extrema disnea y dolor intenso. En el cuarto episodio, el • ¿Es sinónimo de eutanasia abstenerse de estas medidas?
equipo médico estudia las opciones: aunque la toracocentesis es
paliativa, es invasiva y deteriora la calidad de vida. Dado el estadio
de la enfermedad, es el momento de considerar exclusivamente ¿Es tratam iento médico o son cuidados básicos?
un tratamiento paliativo, que es lo que de verdad requiere el
paciente. La cuestión de si abstenerse de proporcionar nutrición e hidrata­
El equipo sanitario tiene la responsabilidad profesional y moral ción constituye tratamiento médico o cuidados básicos es impor­
de elegir las opciones que considere más correctas. Está claro tante y ha recibido mucha atención. Es difícil definir el tratamiento
que si se juzga que un tratamiento es inadecuado, no se ofre­ médico porque hay dos criterios mínimos fundamentales: 1) pro­
cerá. La selección por el paciente suele hacerse a partir de las cedimientos que requieren la participación y el conocimiento
elecciones hechas previamente por los profesionales (que han de los profesionales sanitarios y 2) administración que implica
considerado y descartado múltiples opciones), que incluyen sólo la invasión del cuerpo. Según estos criterios, tanto la hidrata­
las opciones que evitan la maleficencia y están, por tanto, indi­ ción intravenosa como la nutrición entérica son tratamientos
cadas. Los límites varían y el concepto de indicación ha de con­ médicos27. El Tribunal Supremo de Estados Unidos (caso Cruzan)
siderar al paciente en su totalidad y no sólo un síntoma o signo demostró que no hay diferencia entre diversas formas de apoyo
individual. vital. Existe una convicción general entre los profesionales de que
la provisión de alimentos y líquidos como medida de manteni­
miento cuando no puede utilizarse el tracto digestivo (p. ej., coma,
enfermedad mental, enfermedad terminal) es una forma de cuida­
dos básicos y p or obligación ha de darse a cualquiera que no los
Nutrición e hidratación artificiales rechace.
Otra fuente de conflictos éticos en los pacientes terminales es la
nutrición e hidratación artificiales que, a diferencia de otras medi­
das terapéuticas, representan un símbolo cultural. Por las emo­ Sim bolism o cultural
ciones implicadas, ha sido difícil analizar y racionalizar el empleo
apropiado y el mantenimiento de estas medidas. Se presume que La palabra símbolo procede de la palabra latina symbolum, deri­
no se puede negar el alimento y el agua a nadie. Han adquirido vada de la palabra griega symballo. El ser humano se caracteriza
el carácter de un medio elemental de los cuidados y, por consi­ por la capacidad de dar significado a través de funciones simbó­
guiente, se estiman obligatorios17. Esta presunción, no obstante, es licas originales, como el lenguaje y el mito. Proporcionar alimento y
incorrecta1819; en la actualidad, se reconoce que abstenerse de dar agua es una acción humana significativa que muestra respeto por
alimento y agua en ciertas situaciones terminales puede constituir la vida y el cuidado del prójimo. Al igual que sucede con cualquier
el mejor cuidado. símbolo, se relaciona directamente con las emociones humanas.
Si hay algo que caracterice a los pacientes terminales es la Sin embargo, una cosa es saber de simbolismo cultural y otra insis­
anorexia. Una nutrición inadecuada se asocia con muchos proble­ tir en que bajo ninguna circunstancia debe retirarse la alimenta­
mas, como las condiciones bioquímicas (hipercalcemia, uremia, ción y nutrición artificiales.
hiponatremia), los problemas iatrogénicos (fármacos, radiotera­ En esta situación, existe la obligación que deriva de la no male­
pia, quimioterapia), y complicaciones (pronta saciedad, trastornos ficencia de identificar situaciones en las que el uso proporciona
en la boca, estreñimiento, dolor). La administración de nutrición un beneficio sustancial, o no. Es irrelevante lo sencilla, barata, no
entérica o parenteral suscita la cuestión de si el beneficio supera invasiva, común o simbólica que pueda ser una técnica. El crite­
los riesgos, las incomodidades y los efectos secundarios20. rio es siempre si es en el mejor interés del paciente y si es pro­
Desde la perspectiva paliativa, hay que determinar si los pacien­ porcionado y adecuado a la situación biológica28. Después de
tes experimentan sed, hambre, dolor u otro síntoma desagradable reconocer que estas medidas son un tratamiento y de que, por
cundo se retiran estas medidas. Muchos estudios sugieren que consiguiente, pueden iniciarse o suspenderse, debe darse tiempo
los pacientes terminalmente enfermos no suelen experimentar para adaptar el valor simbólico a un nuevo reconocimiento
hambre o sed21. No puede establecerse una correlación entre la cultural.

PARTE I PRINCIPIOS
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Ética y práctica clínica I C A P Í T U L O 18 97

Sufrim iento se ven guiados por la ética de la indicación, los pacientes p or la


de la elección. No se hallan necesariamente en conflicto, espe­
Tal como se ha comentado anteriormente, el sufrimiento hipo­ cialmente si la relación clínica es de diálogo y de deliberación
tético tiene que ver con las posibles sensaciones de hambre y conjunta30. El profesional asume que el paciente es un sujeto
sed. La investigación de la mayor calidad metodológica apoya moral y aporta a la relación unas capacidades básicas tales como
la creencia de la práctica clínica de que la pérdida de apetito es conocer cómo establecer una relación terapéutica, cómo infor­
casi consustancial a la terminalidad, y también de que el enfermo mar de modo adecuado y oportuno utilizando modales y formas
terminal no tiene por lo general sensación de sed. Si la tienen, se apropiadas, y cómo comunicar y proporcionar apoyo emocio­
benefician más de chupar trocitos de hielo para reducir la seque­ nal y consejo. Si se aportan estas condiciones, se pueden tomar
dad de boca o de dar pequeños sorbos de agua, y por la aplicación las decisiones a partir de un esfuerzo y estrategia conjuntos,
de humectantes en los labios y de cuidados orales, sin hidratación con ambos participantes (equipo sanitario y pacientes) auto-
parenteral. limitándose de manera gradual. Si no se dispone de estas capa­
En el paciente moribundo, los opioides en suero aumentan cidades, los conflictos aflorarán a la superficie. Es importante
con los correspondientes mayores grados de analgesia. A ello se establecer sus causas de modo que el clínico pueda determi­
añade la cetosis del ayuno, que produce una cierta anorexia. Estos nar qué elementos hay presentes y los problemas que puedan
factores disminuyen las molestias. Sin embargo, cada caso ha de solucionarse.
ser analizado de modo individual para decidir qué es lo mejor. No La autonomía significa la capacidad para efectuar actos con
es prudente generalizar y suponer que todos los pacientes están información completa en relación con todos los hechos y sin
experimentando un sufrimiento similar. coerción interna o externa. Para lograrlo, por medio del consen­
timiento informado, es indispensable tener una información
¿Constituye eutanasia? verídica, suficiente y amplia, así como la capacidad del paciente
para comprender y evaluar la información y tomar una decisión
Muchos consideran que abstenerse de dar nutrición o hidratación voluntaria. Es un concepto ético fundamental respetar las decisio­
es eutanasia, con el argumento de que no comenzar o suspender nes tomadas por pacientes competentes, pero entraña una obliga­
estas medidas causa la muerte. Esta conclusión se basa en un error ción profesional correspondiente de generar un marco para que
conceptual importante, que es considerar como eutanasia todas la decisión pueda ser el producto de un diálogo mutuo basado en
las acciones cuyo resultado final es la muerte. Para hablar de euta­ una relación clínica adecuada.
nasia (directa, eutanasia activa) ha de haber tres elementos: 1) el A partir de este momento, pueden surgir diversos conflictos.
elemento objetivo (una enfermedad grave, terminal o irreversible, Entre los ejemplos figuran:
que causa la muerte o un intenso sufrimiento), 2) el elemento
subjetivo (la petición repetida, reiterada por el paciente) y 3) la
acción o cooperación directa que causa la muerte.
El criterio de causalidad es esencial, en el sentido de que en • Si un paciente toma una decisión que es incongruente con las
el paciente terminalmente enfermo hay otra condición concomi­ decisiones previas, es una señal de alarma que indica la necesi­
tante e irreversible que causará la muerte. El paciente no se está dad de reevaluación del proceso y análisis de todos los elemen­
muriendo por falta de alimento sino que más bien no come por­ tos comentados con anterioridad.
que se está muriendo. La causalidad no es lineal, sino multifacto- • Si el paciente y la familia están opuestos, se debe buscar la razón
rial, incluso si se estableciese una conexión directa y determinista de la discrepancia. Aun en el caso de que prevalezca la decisión
entre la retirada del alimento y el agua y la muerte. Que estas del paciente, se debe considerar a la familia.
medidas no se igualen a la eutanasia no significa que sea fácil abs­ • Si el paciente toma decisiones que son diferentes de las pro­
tenerse de aportar nutrientes. Es una decisión compleja que ha de puestas por el equipo de salud, se deben reanalizar las elec­
tomarse de acuerdo con los principios de proporcionalidad y res­ ciones de aquél para ver si se hallan dentro de las medidas
ponsabilidad moral sobre el proceso clínico y las consecuencias indicadas, incluso si no son las que el equipo propondría.
previstas de las acciones. • Si las decisiones del paciente son no sólo diferentes sino con­
Dentro de un programa sistemático de cuidados paliativos, la trarias a lo que ha recomendado el equipo de salud, pueden
nutrición y la hidratación no son por sí mismos terapéuticos, par­ originarse dos situaciones diferentes. En la primera, se rechaza
ticularmente en la malnutrición causada por la progresión de una el tratamiento propuesto, y esta decisión ha de ser respetada
enfermedad sistémica, que con frecuencia no es susceptible de si el paciente es mentalmente competente. En la segunda, el
tratamiento. No hay una justificación técnica para administrar la paciente requiere algo que está absolutamente contraindicado,
hidratación y la nutrición si el paciente no se beneficia de ellas. y no puede respetarse esta decisión. El límite con respecto a la
Desde un punto de vista moral, no hay distinción entre estos y autonomía personal reside en la contraindicación.
otros tratamientos vitales. A pesar del simbolismo implicado, • En cualquier caso, la aptitud del paciente para tomar decisio­
los clínicos han de explicar a los pacientes y sus familias, de un nes (es decir, sus capacidades y habilidades psicológicas) ha
modo considerado, las razones técnicas de confort y beneficencia de ser siempre evaluada31,32. Si el paciente toma una decisión
que les lleva a modificar los planteamientos tradicionales. En un que la mayoría no tomaría, no es en sí mismo un criterio de
paciente terminal, la deshidratación, cuando proporciona confort, incapacidad.
es un cuidado auténtico29.

Dado que estos pacientes suelen sufrir afecciones crónicas, es


EL PACIENTE Y LA EXPRESIÓN DE AUTONO M ÍA aconsejable preparar de antemano una serie de decisiones que lle­
varán la autonomía a términos prácticos haciendo que el paciente
El segundo sujeto de la relación clínica, el paciente, contribuye exprese sus preferencias por cuidados y tratamientos al tiempo
con un principio diferente: la autonomía. Los profesionales que se familiariza con el proceso de la muerte33. La planificación

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98 S E C C IÓ N C | Bioética

anticipada intenta establecer un plan de modo que, si el paciente 22. Musgrave CF, Bartal N, Opstad J.The sensation of thirst in dying patients recei­
pierde la capacidad de tomar decisiones, las elecciones puedan ving IV hydration.J Palliat Care 1995;11:17-21.
23- Burger FI. Dehydration symptoms of palliative care cancer patients. J Pain
basarse en los valores y en los deseos expresados durante la plani­ Symptom Manage 1993;8:454-464.
ficación34. La voluntad anticipada escrita es sólo una de las etapas 24. VuIloNavick K, Smith S,Andrews M, et al. Comfort and incidence of abnormal
en este proceso, y es de gran valor para el clínico, porque, como serum sodium, BUN, creatinine and osmolality in dehydration of terminal ill-
registro previo, puede excluir los conflictos en la toma de decisio­ ness.AmJ Hosp Palliat Care 1998;15:77-84.
nes después de que el paciente haya quedado incapacitado. 25. Fainsinger RL, MacEachern T, Miller MJ, et al. The use of hypodermocly-
sis for rehydration in terminally ill cancer patients. J Pain Symptom Manage
1994;9:298-302.
26. Fainsinger R, Bruera E. The management of dehydration in terminally ill
patients. J Palliat Care 1994;10:55-59-
CONCLUSIONES 27. Musgrave C, Bartal N, Opstad J. Intravenous hydration for terminal patients:
What are the attitudes of Israeli terminal patients, their families, and their
El tratamiento de la enfermedad avanzada es complejo y requiere health professionals? J Pain Symptom Manage 1996;12:47-51.
unas cualiflcaciones profesionales específicas. Los conflictos éticos 28. Lynn J (ed). By No Extraordinary Means. Bloomington: Indiana University Press,
1989.
pueden ser diversos porque los cuidados paliativos tienen que ver 29- De Ridder D, Gastmans C. Dehydration among terminally ill patients:An integra­
con la vida, la muerte, el sufrimiento, la fragilidad y la vulnerabili­ ted ethical and practical approach for caregivers. Nurs Ethics 1996;3:305-316.
dad de los pacientes. Estos conflictos requieren un análisis racio­ 30. Emanuel EJ, Emanuel LL. Four models of the physician-patient relationship.
nal de modo que puedan tomarse decisiones clínicas apropiadas. JAMA 1992;267:2221-2226. [Traducción al castellano en: Couceiro A (ed).
Bioética para clínicos. Madrid:Triacastela, 1999, p p 107-124.].
La ética y el trabajo clínico van de la mano35. 31. White BC. Competente ton Consent. Washington, DC: Georgetown University
Los principios bioéticos pueden ser un instrumento metodo­ Press, 1994. pp 154-184.
lógico de inmenso valor, tanto en el reconocimiento de las situa­ 32. Grisso T, Appelbaum PS. Assesing Competence to Consent to Treatment:
ciones de conflicto como en el análisis de las causas y la búsqueda A Guide for Physicians and Other Health Professionals. New York: Oxford
de respuestas satisfactorias. Lo importante no es que exista el con­ University Press, 1998.
33- Singer P, Martin DK, Lavery JV, et al. Reconceptualizing advance care planning
flicto sino que el camino para el paciente y el equipo de salud from the patient’s perspective.Arch Intern Med 1998;158:879-884.
puede y debe compartirse. El conflicto es un síntoma que muestra 34. Emanuel LL, von Gunten CF, Ferris FD. Advance care planning. Arch Fam Med
a los clínicos la necesidad de trabajar con valores con la misma 2000;9:1181-1187.
capacidad y habilidad profesional con las que se desenvuelven en 35. Couceiro A (ed). Ética en Cuidados Paliativos. Madrid:Triacastela, 2004.
el trabajo clínico.

B I B L I O G R A F I A
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APÍTULO
19
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13- Schonwetter RSJani CR: Survival estimation in noncancer patients with advan­ les de los pacientes capacitados, así como los cuidados en el futuro, cuando
ced disease. In: Portenoy RK, Bruera E (eds). Topics in Palliative Care, vol 4.
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Organization, 1996. de la enfermedad y en los valores y preferencias del paciente.
15. Latimer E. Ethical decision-making in the care of the dying, and its applications
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16. Jaurrieta E. Cirugía y otras medidas intervencionistas de carácter paliativo. tes sino también en qué tratamientos y servicios necesitan para asegurarse
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17. Derr P. Why food and fluids can never be denied. Hastings Cent Rep y los centros de rehabilitación tienen obligaciones morales para asegurarse
1986; l6(l):28-30.
de que se lleva a cabo la PCA en sus marcos de atención y también en todas
18. Lynn J, Childress J. Must patients always be given food and water? Hastings
Cent Rep 1983;13(5):17-21. las instituciones a medida que los pacientes se desplazan entre los diferen-
19. President’s Commission for the Study of Ethical Problems in Medicine
and Biomedical and Behavioral Research. Decide to Forego Life-Sustaining » Las voluntades anticipadas pueden ser útiles, pero tienen limitaciones
Treatment.Washington DC: Government Printing Office, 1983- importantes y no deben ser el único medio para asegurarse la PCA. Las
20. Winter SM.Terminal nutrition: Framing the debate for the withdrawal of nutri­ expresiones verbales previas del paciente sobre las preferencias tienen
tional support in terminally ill patients.Am J Med 2000;109:723-726.
tanto peso legal y ético como las voluntades escritas.
21. McCann R, Hall W, Groth-Juncker A. Comfort care for terminally ill patients:The
appropiate use of nutrition and hydration. JAMA 1994;272:1263-1266.

PARTE I PRINCIPIOS
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Voluntades anticipadas I C A P Í T U L O 19 99

DEFINICIÓN DE LA PLANIFICACIÓN basaron en los principios de autonomía (respeto p or las personas


y, por tanto, respeto por el derecho de un individuo a la autodeter­
DE LOS C U ID A D O S AVANZADOS
minación, incluido el derecho a rechazar tratamientos no desea­
La planificación de los cuidados avanzados (PCA) es un proceso dos) y la no maleficencia («no hacer daño»: cuando la curación no
activo de comunicación entre médicos, pacientes e, idealmente, es posible, aportar confort y aliviar el sufrimiento). Subrayaban el
familias, que asegura que los planes de tratamiento se alineen hecho de que los pacientes capacitados tienen el derecho a renun­
con los fines y las necesidades de los pacientes1'3. La intención ciar a cualquier tipo de intervención médica, incluidas la nutrición
es elaborar un plan de tratamiento y proporcionar cuidados que e hidratación artificiales, que estiman excesivamente onerosas, y
aseguren la calidad de vida más elevada durante el estadio final que los pacientes incapacitados conservan estos derechos incluso
de la vida del paciente. Una buena PCA equipa a los pacientes y si ya no pueden ponerlos en práctica por sí mismos2.
las familias para tratar las exigencias médicas, psicosociales y exis-
tenciales de la enfermedad avanzada. La PCA debe proporcionar
unos indicadores para los cuidados futuros, cuando el paciente no
tenga ya la capacidad de decisión. Voluntades anticipadas en Estados Unidos:
La PCA debe asegurar que el plan de tratamiento aporta más
beneficios que cargas, según evaluarían los propios pacientes. La importantes pero limitadas
PCA debe centrarse no sólo en qué tratamientos no desean los En la actualidad, todas las legislaturas estatales de Estados Unidos
pacientes sino también en qué tratamientos y servicios necesi­ tienen leyes que promueven los testamentos vitales, que son
tan para asegurar unos cuidados óptimos cerca de la muerte. Una voluntades de tratamiento específicas encaminadas a aclarar las
buena PCA puede llevar a remisiones a los denominados trata­ intervenciones médicas que los pacientes capacitados podrían
mientos «agresivos» que pueden prometer curación (p. ej., deriva­ preferir en el futuro si no pudieran hablar por sí mismos, o los
ciones para valoración de trasplante de riñón en la diálisis en caso poderes notariales duraderos en relación con los cuidados de
de neuropatía en estadio terminal), a intervenciones con alta tec­ salud, que permiten a los pacientes capacitados designar a un
nología que son paliativas (p. ej., radiación para reducir el tamaño apoderado en la toma de decisiones que pueda hablar en su nom­
tumoral) o a un oportuno traslado a una residencia de enfermos bre si ya no poseen dicha capacidad2. En 1990, el Congreso de
terminales. EE.UU. aprobó el Patient Self-Determination Act, que exigía que
No conseguir ayudar a los pacientes y sus familias a planificar todas las instituciones de cuidados de salud receptoras de fondos
la muerte puede impedir un tratamiento apropiado del dolor y de Medicare o de Medicaid del gobierno federal notificasen a los
otros síntomas e imponer unos tratamientos onerosos, ineficaces pacientes ingresados adultos sus derechos bajo las leyes estatales
o marginalmente beneficiosos de los que muchos podrían pri­ que regulan las voluntades anticipadas11.
varse. Una PCA inadecuada priva al individuo de la oportunidad Existen muchas barreras para el empleo eficaz de las volun­
de compartir sus temores y esperanzas, despedirse, hacer las cosas tades anticipadas1213. Son medios débiles para sostener los prin­
que siempre deseó y atender las inquietudes espirituales y otros cipios fundacionales para cuya salvaguardia estaban concebidos,
asuntos de importancia existencial. y que no pueden, solos, corregir los problemas que intentan
Los profesionales individuales, sobre todo los médicos, tienen remediar14. Primero, a pesar de una amplia promoción, sólo del
una obligación profesional de que se produzcan conversaciones 15 al 20% de los estadounidenses ha ejecutado alguna volun­
sobre la PCA. Es importante señalar que las instituciones tienen tad anticipada. Frases vagas tales como «medidas heroicas» y
también tales obligaciones. Es preciso que los centros de atención «muerte inminente» en los testamentos vitales se han criticado
primaria, los hospitales, las residencias para personas mayores y como ambiguas y de difícil aplicación en las circunstancias de
los centros de rehabilitación habiliten mecanismos y establezcan la vida real particular. Posteriores versiones de los testamen­
responsabilidades para asegurar que se lleva a cabo la PCA en tos vitales han intentado corregir este problema incluyendo
sus ámbitos de atención y también en todas las instituciones al más escenarios del final de la vida y más tratamientos especí­
moverse los pacientes entre ellos. ficos15, pero algunos encuentran complicadas y difíciles estas
La PCA ha sido promovida tanto por grupos de pacientes voluntades16,17.
como por asociaciones médicas como una medida importante Muchos testamentos vitales hacen referencia específicamente
para asegurar unos cuidados en el final de la vida acordes con a enfermedad terminal y estados vegetativos persistentes, pero
las preferencias individuales. El fin es asegurarse de que todos representan sólo un pequeño porcentaje de la necesidad. Muchas
los pacientes, con independencia del estado de salud presente enfermedades en estadio terminal, como la demencia avanzada,
o enfermedad, discutan sus preferencias con los médicos sobre los son calificadas como terminales pero no están reconocidas como
estados de salud futuros más comunes, como la demencia y otras tales18. Además, con frecuencia es difícil saber si las circunstan­
enfermedades potencialmente incapacitantes. La PCA asegura cias del paciente incapacitado son realmente las que imaginaba
simultáneamente que los deseos de los pacientes sean respetados cuando especificó instrucciones de tratamiento en el testamento
y que los médicos presten unos cuidados acordes con sus valores vital. Por ejemplo, si alguien que indicó que no quería someterse
individuales. nunca a un respirador está ahora incapacitado y afrontando una
afección reversible que requiere sólo un corto tiempo en el res­
pirador, ¿tendría que ver con el testamento vital? Aun cuando se
HISTORIA Y FUNDAMENTO hayan ejecutado los testamentos vitales y estén disponibles, su
empleo implica una gran incertidumbre14.
La PCA ha evolucionado en respuesta a unos problemas aparente­ Más que centrarse en decisiones específicas, otra estrategia ha
mente intratables en los cuidados al final de la vida: el imperativo sido animar a los pacientes a designar a una persona decisoria que
de respetar la autonomía del paciente, la imposición de interven­ pueda representar sus intereses si ellos ya no pueden hacerlo2. Los
ciones médicas onerosas en pacientes que probablemente no se estatutos del apoderado en cuidados de salud autorizan el otorga­
beneficiarán de ellas4 5, las preocupaciones de conciencia de los miento de un poder notarial duradero para los cuidados de salud
clínicos que imponen dichos tratamientos5, el dolor no aliviado6'7, a alguien que pueda actuar entonces como representante legal
el control inadecuado de otros síntomas que se originan cerca de del paciente para las decisiones de los cuidados de salud (distin­
la muerte, el aparente dispendio en los denominados tratamientos to del poder notarial duradero en cuestiones financieras). Un
inútiles, y la baja derivación y la derivación tardía a residencias de paciente puede nombrar a un familiar o un amigo. Un apode­
enfermos terminales. Diversas directrices éticas y legales2'8-10 se rado de cuidados de salud evita la interpretación incierta de los

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100 S E C C IÓ N C I Bioética

testamentos vitales al habilitarle completamente para que tome ahora afronta el paciente. Se deba o no aportar una prueba clara
decisiones médicas en nombre del paciente y elimine el riesgo de y convincente, en todos los estados el fin es el mismo: los apo­
conflicto legal sobre qué sustituto está mejor situado para repre­ derados tomadores de decisiones han de asegurarse de lo que el
sentar los intereses del paciente. paciente habría deseado.
En cuanto a los pacientes que no han nombrado formal­
mente a un apoderado de cuidados de salud, que es lo usual, las
leyes estatales proporcionan por defecto una serie de familia­ ELEMENTOS ESENCIALES DE UNA PLANIFICACIÓN
res que pueden hacer las veces de tomador de decisiones, y se DE C U ID A D O S AVANZADOS
refieren al designado así como el tomador de decisiones sus­
tituto2. Se ha considerado vital la toma de decisiones sustitutiva La mayoría de los expertos en medicina paliativa pone en la actua­
para los incapacitados para decidir. Se supone que para preser­ lidad sus esperanzas en las mejoras de los cuidados del final de
var la autodeterminación individual y la autonomía, el sustituto, la vida, no en las voluntades anticipadas p er se, sino en el con­
a menudo un familiar, conoce mejor lo que el individuo habría cepto mucho más sólido de la PCA (cuadro 19-1), que requiere
deseado. acción por el médico del paciente. Un ingrediente clave es aclarar
Al igual que los testamentos vitales, la adopción de deci­ qué tratamientos potenciales están disponibles hacia el final de la
siones por un sustituto y por un apoderado es imperfecta. La vida. Las voluntades anticipadas antiguas consistían en unas listas
toma de decisiones sustitutiva es imprecisa19. Los apoderados extensas de intervenciones potencialmente disponibles al final de
con frecuencia no conocen las preferencias del paciente y pue­ la vida, tales como reanimación cardiopulmonar, intubación, res­
den haber sido seleccionados por otras razones. Las estima­ piradores, diálisis, cuidados intensivos, antibióticos, hidratación y
ciones de los apoderados de las preferencias de los pacientes a nutrición intravenosa, y demás. Puede ser mejor alejarse de tales
menudo se diferencian poco de la casualidad. En ocasiones los listas y centrarse, en cambio, en amplias categorías de «fines de los
sustitutos también desatienden las preferencias del paciente a cuidados», que se centran en intenciones, ampliamente entendidas,
sabiendas. más que en elecciones de tratamiento individuales. Por ejemplo,
La naturaleza imperfecta de la sustitución no debería sorpren­ en los cuidados de los residentes en centros para personas mayo­
demos. Incluso los pacientes capacitados toman con frecuen­ res, puede ser valioso pensar en términos de tres fines diferentes:
cia decisiones incoherentes por las dificultades en la valoración cuidados que prolongan la vida, cuidados limitados y cuidados de
del riesgo, la información errónea, las molestias emocionales, confort21.
la ambivalencia inherente en cuanto a la muerte, y la descon­ Al considerar los fines apropiados de los cuidados, se puede
fianza20. Las decisiones del sustituto se ven complicadas por la ayudar a los médicos, pacientes y familias a imaginar el futuro y
culpa y el deseo de evitar ser responsable de la muerte del ser anticipar las necesidades considerando la probable trayectoria
querido. durante la fase final de la vida. En conjunto, hay cuatro trayectorias
A pesar de las limitaciones, la toma de decisiones por un sus­ principales que engloban la mayoría de los modos en que fallecen
tituto es un componente clave de la adopción de decisiones los estadounidenses: algunos lo hacen de modo súbito por parada
al final de la vida en Estados Unidos. Desde luego, no hay otra cardíaca aguda o lesión imprevista; otros por una enfermedad ter­
alternativa sino implicar a los que han estado más próximos minal como el cáncer; otros por insuficiencia orgánica crónica
al paciente. La toma de decisiones unilateral por los médicos, como insuficiencia cardíaca congestiva o enfermedad pulmonar, y
la implicación del comité de ética en todos los casos o la inter­ muchos por una fragilidad como la demencia de Alzheimer22.
vención de un tribunal socavaría la autonomía del paciente aún
más, se apartaría de modo dramático de la ley actual y de las BARRERAS QUE IM PIDEN LA PLANIFICACIÓN
directrices éticas de Estados Unidos, y resultaría imposible de
ejercitar. DE LOS C U ID A D O S AVANZADOS
Las cuatro barreras principales en relación con una planificación
óptima de cuidados avanzados son la incertidumbre del pro­
nóstico, la renuencia del médico a revelar un pronóstico sombrío,
unas capacidades de comunicación inadecuadas y la ausencia
M odelos para la adopción de decisiones
de cambios sistémicos que integrarían la PCA en las rutinas coti­
por sustituto y apoderado dianas de las instituciones de los cuidados de salud (v. «Errores
El fin de la toma de decisiones por un sustituto o apoderado es frecuentes»).
hacerlo como lo habría hecho el paciente2. Con frecuencia los
clínicos yerran al preguntar al sustituto «¿qué cree que debe­
ríamos hacer?» La pregunta debería ser, en cambio: «¿qué habría
deseado su ser querido?» En ocasiones la respuesta es clara, como
en el caso de que el paciente haya tenido conversaciones deta­ C u a d ro 19-1 Elem entos esenciales de la planificación
lladas con el sustituto o haya rellenado un testamento vital que de los cu id a d os a va n z ad o s
anticipara exactamente la condición médica en cuestión. Otras
veces, no resulta fácil a los sustitutos inferir qué haría el ser Identificar pacientes com o «paciente q u e no m e sorprendería si
querido. m uriese e n el a ño siguiente»25'26.
Legalmente hay en Estados Unidos tres patrones por los que Com partir y com entar el diagnóstico probable co n el paciente y la
pueden tomarse decisiones sustitutivas. En el del «juicio susti- familia.
tutivo», el sustituto decide lo que piensa que habría decidido el Encuadrar la conversación reconociendo la incertidum bre pero,
paciente, basado en su conocimiento de los valores y las preferen­ aim así, anticipando las posibles trayectorias d e la enferm edad y las
cias del pasado del paciente. En ocasiones es imposible deducir necesidades.
lo que habría deseado el paciente, y en tales casos los sustitutos y O b tener d el paciente (y la familia) los objetivos d e los cuidados, los
los apoderados pueden recurrir al modelo del «mejor interés», que intereses, las necesidades, las p reocupaciones y las esperanzas.
se pregunta por lo que una persona razonable estimaría como lo Verificar para asegurarse d e que se aportan los cuidados para satisfa­
mejor.Algunos estados requieren una prueba «clara y convincente»; c e r las necesidades y los intereses expresados.
este modelo probatorio más estricto requiere conocer que el Revaluar a m edida q u e el estado d el paciente y los p otenciales trata­
paciente indicó realmente sus preferencias en el pasado, ya de m ientos evolucionan.
palabra o por escrito, precisamente sobre la circunstancia que

PARTE I PRINCIPIOS
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Voluntades anticipadas I C A P Í T U L O 19 101

emocional, y también porque existe una escasa preparación para


Errores frecuentes
ayudarlos a desarrollar las habilidades requeridas. Hay tres prin­
Los clínicos c reen q u e n o e s p osible te n er u n a discusión sincera de cipios para que los médicos superen las barreras emocionales,
un p ronóstico som brío q u e n o d añe al paciente. cognitivas y de capacidad: los programas de preparación deben
Los clínicos c reen q ue resp etar la autonom ía d e u n paciente signi­ capacitar a los clínicos a tratar su propia angustia emocional,
fica q ue n o d eb en ofrecer sus prop io s juicios profesionales. los principios cognitivos conductuales deberían ayudar a los
Los clínicos no llegan a reco n o cer que las expresiones verbales de clínicos a remodelar creencias contraproducentes y los progra­
las p referencias d e b en com p o rtar el m ismo p eso q u e las voluntades mas de preparación para favorecer la PCA deben proporcionar
escritas. formación experiencial en la toma de decisiones compartidas y
Los clínicos yerran al p reguntar a los delegados «¿qué cre e que en las capacidades comunes de comunicación centradas en el
debem os hacer?», en vez d e p reg u n tar «¿qué c ree q u e su ser querido paciente32.
desearía?»
Los pacientes p u ed en com p letar las voluntades anticipadas, pero
n o llegan a e star integradas en la historia médica o n o reco rren los
Ausencia de cambios sistémicos y rutinas
ám bitos d e los cuidados.
institucionales
Otra barrera, sobre todo en oncología, es la «responsabilidad
Incertidumbre del pronóstico diseminada»: ningún profesional sanitario en particular se siente
responsable de tener una conversación con el paciente y con la
La pronosticación es mala, y la mayoría de los doctores no están familia sobre los objetivos de los cuidados. Para parafrasear a un
correctamente formados ni se sienten cómodos al compartir oncólogo entrevistado en un estudio: «Sabía que estábamos en
los pronósticos23. La educación médica formal no sitúa estable­ el camino equivocado, empleamos mucho tiempo discutiendo si
cer pronósticos como la máxima prioridad para los médicos, lo la paciente debía tomar la superautopista del oeste o las carre­
cual probablemente contribuye a su incomodidad e incertidum­ teras comarcales (si aplicar quimioterapia o radioterapia), pero
bre acerca de compartir los pronósticos23’24. Una mala precisión realmente deberíamos haber dicho: “¿Por qué vas a Nebraska en
pronostica exacerba aún más la identificación de quien debe ser cualquier caso? Podría ser mejor quedarse aquí y concluir lo que
seleccionado para mantener conversaciones sobre PCA. Hay un realmente te resulta importante en el tiempo que te queda, preci­
interrogante simple pero poderoso para identificar la audien­ samente donde estás”. Pero la paciente había visto un sinnúmero
cia destinataria apropiada. Los clínicos deben preguntarse: «¿me de médicos a lo largo del camino y yo era simplemente uno de
sorprendería si este paciente falleciera en el año próximo?»25’26 tantos. No pensé que me correspondía suscitarlo, y supongo que
Quienquiera que sea identificado de este modo es apropiado para los otros tampoco»33.
una conversación sobre PCA.

Renuencia a revelar un pronóstico sombrío DESARROLLOS RECIENTES


Aun cuando parezca probable un mal pronóstico, los médicos sien­ Hay dos clases de innovaciones: nuevas ayudas de decisión para
ten la preocupación de que si revelan el pronóstico podrían dismi­ fomentar las conversaciones cara a cara entre los pacientes
nuir las esperanzas de curación. Esta concepción errónea común y los clínicos, y cambios en el sistema dirigidos a la creación
impide inadvertidamente unos cuidados paliativos de alta calidad. de intervenciones institucionales y comunitarias para mejorar
Los pacientes quieren que los médicos les ayuden a comprender lo la PCA.
que es probable que afronten en los estadios finales de sus vidas.
Enmarcar la conversación como «con esperanza de lo mejor,
pero preparándose para lo peor» permite al clínico subrayar que Ayudas innovadoras para la decisión
es imposible estar seguro de los pronósticos pero que es mejor
hablar juntos sobre todas las contingencias27. Esta formulación Es fundamental a la PCA que el paciente comprenda el estado
inicia la conversación de un modo no amenazador. Otros señalan de salud de base y el pronóstico de la enfermedad. Las moda­
que, a medida que empeoran las afecciones de los pacientes, ellos lidades mejoradas para comunicar el estado de salud y el pro­
pueden naturalmente reajustar sus esperanzas, con lo que lue­ nóstico pueden guiar la toma de decisiones del final de la vida.
go pueden centrarse en el mejor período posible del final de la Además de las discusiones verbales, las modalidades como las
vida; los clínicos pueden desempeñar un papel vital en la redirec­ imágenes de vídeo pueden mejorar los cuidados. El vídeo puede
ción de la esperanza hacia las metas del cierre de la vida28,29. La complementar las descripciones verbales con ilustraciones de
mayoría de los encuentros entre los médicos y los pacientes se personas reales en circunstancias reales, con lo que capacita a
centra en aspectos clínicos específicos del día a día, tales como los individuos para imaginar mejor su futuro34. En la actualidad
ajustar la propia dosis de insulina o mejorar los valores de labora­ se dispone de más ayudas para la decisión gracias a organizacio­
torio. Este centrarse en el día a día desvía la atención de la com­ nes sanitarias como la Foundation for Informed Decision Making
partición de la información pronostica que podría llevar a una (v. su sitio w eb en http://www.fimdm.org [acceso en septiembre
discusión de los fines apropiados de los cuidados30. de 2007] )35’36.
No lograr comunicar el pronóstico tiene efectos desfavorables.
El 63% de los clínicos que trata principalmente a pacientes con
cáncer se muestra excesivamente optimista en relación con el Cam bios en la práctica institucional
pronóstico, sobreestimando el tiempo restante hasta la muerte24.
La sobreestimación sistemática afecta de modo adverso a la cali­ Recientemente ha habido algunas iniciativas de conjunto, sis-
dad de los cuidados prestados y contribuye a una remisión tardía témicas y comunitarias, para promover la PCA. Las que han
a la residencia de cuidados terminales24. demostrado unos resultados impresionantes comparten ciertas
características:

Capacidades de comunicación inadecuadas • Un concepto de PCA como un proceso que se despliega en el


tiempo y que se basa en conversaciones, no en documentos.
Aunque los pacientes esperan que los doctores comiencen estas • La identificación de pacientes que deberían ser los destinata­
conversaciones31, pocos lo hacen, en parte por su propia aflicción rios de la PCA.

ERRNVPHGLFRVRUJ
102 S E C C IÓ N C | Bioética

• Preparación de clínicos individuales para mantener estas con­ DESAFÍO S A LA PLANIFICACIÓN DE CU ID A D O S


versaciones.
AVANZADOS
• Establecimiento de conductas clave y protocolos claros con
individuos concretos con responsabilidades específicas. Ha habido un importante desafío conceptual a la PCA. El razona­
• Procedimientos para documentar conversaciones y asegurarse miento es que los pacientes no deberían adoptar por sí mismos
de que la documentación recorre los ámbitos. decisiones sobre su futuro, porque pueden tener diferentes pre­
• índices de progreso mensurables. ferencias y diferentes intereses más adelante, cuando han perdido
la capacidad de decidir44. Esta cuestión filosófica se refiere a si las
preferencias de alguien previamente competente poseen la capa­
cidad de determinar acciones que pueden no resultar en el mejor
Uno de los programas con mayor éxito es «Respecting Your interés de un incapacitado posteriormente para decidir. ¿Qué
Choices» (RYC)37. Elaborado originalmente en LaCrosse, Wis­ debería tener precedencia, los conceptos de las personas capaci­
consin, RYC ha desarrollado herramientas y procedimientos para tadas de lo que creen que desearían en un futuro estado dismi­
asegurar las conversaciones con la familia, la designación de apo­ nuido, o el mejor interés de las personas incapacitadas según es
derados de cuidados de salud y la remisión más oportuna a la resi­ percibido por los otros?
dencia de cuidados terminales38. En una evaluación rigurosa se
halló que RYC había dado lugar a que un 81% de los fallecidos
en LaCrosse había designado a su apoderado; además, la documen­ INVESTIGACIÓN FUTURA
tación fue evidente en el registro médico cuando el paciente re­
corrió numerosos ámbitos asistenciales. Este programa está siendo Las necesidades füturas incluyen más investigación sobre el modo
aceptado en la actualidad por muchas coaliciones de ciudades y de designar unos procesos eficaces de PCA que alcancen a todos
estados. los pacientes apropiados; la evaluación de programas para deter­
El programa The Physician Orders for Life-sustaining Treat­ minar su repercusión sobre los pacientes, las familias, los clínicos
ments (POLST) no se centra en que el paciente complete las y los sistemas de cuidados de salud, y mayor investigación e inno­
voluntades anticipadas, sino más bien en asegurarse de que vación sobre el modo de elaborar programas de PCA que sean
las órdenes de los médicos para utilizar, o limitar, los tratamientos óptimamente sensibles a los diversos grupos étnicos y religio­
sustentadores de la vida queden registradas en la historia médica sos dentro de nuestra sociedad plural (v. «Perspectivas futuras»).
y sean transmitidas entre los diversos ámbitos de asistencia. En un Respecto a éstas, la investigación sugiere que algunos grupos
estudio de 151 residencias de ancianos de Oregon, el 71% de los étnicos subrayan menos las nociones occidentales de autonomía
centros informó de que empleaba el formato POLST para guiar y más valores tales como la cohesión familiar y la lealtad filial45.
las decisiones de tratamiento para la mitad de sus residentes al Pueden encontrar las voluntades anticipadas inapropiadas o des­
menos39; otro estudio demostró la eficacia del programa en influir conocidas. Los afroamericanos pueden tener diferentes preferen­
sobre la respuesta de los técnicos médicos de emergencia40. cias en los tratamientos del final de la vida o menos confianza en
Otros programas con gran éxito han incluido algunos centra­ que sus necesidades serán satisfechas por el sistema de cuidados
dos en el marco de la atención primaria y en la identificación y de salud y pueden, por tanto, mostrarse reacios a requerir menos
remisión oportunas de los pacientes a especialistas en enfermería tratamiento45.
clínica26, así como programas dentro de la asistencia gestionada Hay también investigaciones que sugieren que la divergencia
y los cuidados completos del cáncer. Los sitios web listados en en las actitudes hacia las decisiones sobre el final de la vida entre
«Recursos adicionales» al final de este capítulo contienen des­ los grupos minoritarios, especialmente los afroamericanos, puede
cripciones de intervenciones comunitarias e institucionales para achacarse más al nivel de educación o de «alfabetización sanitaria»
fomentar la PCA que se han evaluado y han demostrado haber que a las diferencias en los valores de base34. En los latinos, las tasas
tenido repercusión. de peticiones de cuidados de confort fueron similares a las prefe­
rencias en los blancos tras procurarles una ayuda a la decisión34.
Una mejor comunicación debe ser el foco de las discusiones sobre
PCA, y se deberían emplear diversas ayudas novedosas a la deci­
sión (p. ej., vídeo), especialmente si existen barreras lingüísticas.
BASE DE PRUEBAS
Cada vez se dispone de más datos que indican que los cambios
en los sistemas institucionales son muy eficaces. Las aproxi­ P erspectivas fu tu ra s
maciones sistémicas tienen repercusiones significativas en la
utilización de las residencias para enfermos terminales, la con­ • La planificación d e cuidados avanzados (PCA) para pacientes de
cordancia entre la comprensión de los esposos de lo que los diferentes poblaciones, com o las minorías, h a d e ser culturalm ente
pacientes desearían y de lo que los propios pacientes dicen que­ sensible a los m arcos d e valores alternativos.
rer, el número de muertes en casa por órdenes más apropiadas • La alfabetización sanitaria y el nivel educativo del paciente pueden
de «no hospitalizar», y la disponibilidad de voluntades anticipa­ plantear barreras a la PCA que los clínicos d eben intentar vencer
das cuando se requirieron (v. «Recursos adicionales» al final de co n habilidades d e com unicación m ejoradas.
este capítulo). • Las ayudas innovadoras a la decisión com o el vídeo p ueden jugar un
En la cabecera del paciente, un estudio mostró los efectos papel im portante e n la PCA para una tom a de decisiones más infor­
saludables de las reuniones familiares; se observó un m enor nivel m ada al final de la vida.
de ansiedad y depresión en las familias que habían participado • Es preciso establecer y evaluar las intervenciones com unitarias que
en conversaciones acerca del tratamiento41. Estudios previos creen protocolos institucionales, responsabilidades, marcas m en­
sobre las reuniones familiares, en ocasiones llevadas a cabo como surables y una docum entación fácilm ente accesible e n los ámbitos
consulta de caso de ética, han mostrado una mayor satisfacción asistenciales.
en las familias y menores costes, principalmente porque las • La im plem entación d e historias médicas electrónicas e n hospitales
familias tuvieron noticia de la opción de renunciar a tratamien­ y redes d e cuidados d e asistencia p uede proporcionar unos m ejores
tos que creían que sus incapacitados seres queridos no habrían m edios d e com unicar las discusiones y la docum entación d e la PCA.
deseado42’43.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Voluntades anticipadas I C A P Í T U L O 19 103

CONCLUSIONES 22. Lunney JR, Lynn J, Hogan C. Profiles of older Medicare decedents. J Am Geriatr
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A medida que va creciendo el número de personas mayores, habrá 23. Christakis NA. Death Foretold: Prophecy and Prognosis in Medical Care.
Chicago: University of Chicago, 1999-
una mayor necesidad de mejorar la toma de decisiones en la enfer­ 24. Christakis NA, Lamont EB. Extent and determinants of error in doctors’ prog­
medad avanzada. Aunque los esfuerzos previos para intensificar la noses in terminally ill patients: Prospective cohort study. BMJ 2000;320:
toma de decisiones del paciente y la familia se centraban en las 469-472.
voluntades anticipadas, como los testamentos vitales y los apode­ 25. Pattison M, Romer AL. Improving care through the end of life: Launching a pri­
rados de cuidados sanitarios, una formulación más amplia de la mary care clinic-based program.J Palliat Med 2001;4:249-254.AIso available at
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profesionales sanitarios, así como en los cambio sistémicos, debe­ 26. Trandum G. Improving care through the end of life: An interview with
ría evitar los obstáculos precedentes. Las conversaciones en mar­ Georgeanne Trandum by S.L. Sodickson. Innovations in End of Life Care
cha entabladas al comienzo de la relación paciente-médico, antes [E-Journal] 2000;2(5). Available at http://www2.edc.org/lastacts/archives/
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de sobrevenir la incapacidad, aseguran que se preserva la autono­ 27. Back AL,Arnold RM, Quill TE. Hope for the best, and prepare for the w orst Ann
mía del paciente y que se identifican y tratan las necesidades del Intern Med 2003;138:439-443-
paciente y la familia. Los cambios sistémicos aportan responsabi­ 28. Koopmeiners L, Post-White J, Gutknecht S, et al. How healthcare profes­
lidades y mediciones de progreso para garantizar que se produce sionals contribute to hope in patients with cancer. Oncol Nurs Forum
la PCA, que se documentan los deseos y las necesidades de los 1997;24:1507-1513-
29- Tulsky JA. Hope and hubris.J Palliat Med 2002;5:339-341.
pacientes, y que los documentos van con los pacientes a través de 30. Davison SN, Simpson C. Hope and advance care planning in patients with end
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las instituciones sanitarias han de tomarse en serio sus obligacio­ 31. Johnston SC, Pfeifer MP, McNutt R.The discussion about advance directives:
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ERRNVPHGLFRVRUJ
104 S E C C IÓ N C Bioética

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bre 2007). Retener o retirar el tratamiento es una práctica común en las uni­
dades de cuidados intensivos (UCI) de Estados Unidos. Los datos
muestran un aumento significativo durante los últimos 10 años en
el número de muertes en las UCI precedidas por una limitación
del tratamiento. En dos UCI académicas, el número de muertes
precedidas por la renuncia al soporte vital aumentó del 51% en
1987-1988 al 90% en 1992-19931. De modo similar, en Europa, el
| CAPÍTULO 20 Ethicus Study2 demostró que unas cifras significativas de muertes
en las UCI europeas (76%) venían precedidas por alguna forma de
limitación del tratamiento.
Sin embargo, existe una amplia variación entre las UCI en la
Abstención y retirada frecuencia con la que se renuncia al tratamiento. Un estudio
español mostró que las tasas de abstención o de retirada de trata­
del tratamiento miento de soporte vital variaban entre las diferentes UCI entre el
21 y el 56%3. Un estudio francés demostró de modo similar unas
Elizabeth Weinstein, Wendy G. Anderson y Robert M. Arnold tasas del 0 al 2ó%4.
Tal como era de esperar, los pacientes que han tenido que
renunciar al tratamiento suelen ser de edad avanzada, enfermos y
£) 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos que carecen de la capacidad para tomar decisiones3,4. Por ejem­
plo, algunos estudios mostraron que las tres cuartas partes de los
pacientes que renunciaron al tratamiento carecían de la capaci­
dad para tomar la decisión4. En estudios actitudinales, los médicos
dicen que tienen una mayor probabilidad de renunciar a los trata­
P U N T O S mientos en los pacientes con cáncer, pero se disponen de pocos
datos de la atención clínica.
* La ley sigue el consenso ético de renunciar a un tratamiento sustentador de
Se tiende a renunciar a los tratamientos en un orden dis­
vida. Estas decisiones se basan en el principio de autonomía.
tinto. En un estudio de EE.UU., la secuencia de retirada, desde
* Poco hay que decir de las elecciones de un paciente competente. Si un el más temprano al más tardío fue como sigue: productos hemá-
paciente es incapaz de participar en sus propios cuidados, la toma de deci­
ticos, hemodiálisis, vasopresores, respiración mecánica, nutrición
siones compartidas entre sustitutos y clínicos sigue el principio del juicio
sustitutivo o del mejor interés.
parenteral total, antibióticos, líquidos intravenosos y alimenta­
ción por sonda5. En un estudio francés, los vasopresores y la res­
» Es crítico reconocer la importancia que puede tener la religión en las deci­
piración mecánica fueron los tratamientos retirados con mayor
siones sobre la renuncia al tratamiento sustentador de vida.
frecuencia, mientras que fue infrecuente la retirada de la hidra­
» Las capacidades de comunicación requeridas para discutir la renuncia al tra­ tación intravenosa. Los tratamientos retenidos más comúnmente
tamiento difieren de las utilizadas en las decisiones clínicas de rutina en las
son la reanimación cardiopulmonar y la respiración mecánica4.
que muchos clínicos se hallan con frecuencia implicados en el proceso de
adopción de decisiones, los sustitutos son los principales tomadores de la
Estas variaciones reflejan las actitudes del profesional sanitario
decisión y las discusiones tienen una naturaleza muy emocional. sobre la aceptabilidad moral de renunciar a tratamientos es­
> Los desfibriladores cardioversores implantables (DCI) son una forma cada
pecíficos6.
vez más prevalente de tratamiento sustentador de vida. Es preciso que los La mayoría de los pacientes fallecen poco después de la renun­
clínicos de cuidados paliativos conozcan los DCI y lo comenten con los pa­ cia al tratamiento. La mediana de tiempo hasta la muerte desde
cientes y los sustitutos. la primera decisión de limitar el tratamiento fue de aproximada­
mente 15 horas en los pacientes de la UCI. Después de la deci­
sión de limitar la forma más activa de tratamiento, la mediana de
tiempo hasta la muerte fue de 14,3 horas si hubo abstención
de tratamiento y de 4,0 horas si se retiró el tratamiento. Abstenerse
del tratamiento sustentador de vida dio lugar a una mortalidad
hospitalaria del 89%2. Es interesante señalar que, aunque los clí­
Existen muchos tratamientos para sustentar la vida. Rara vez se nicos se hallan preocupados con frecuencia porque el empleo de
cuestiona el empleo de estos tratamientos en los pacientes con opioides y benzodiazepinas para paliar la disnea causará depre­
enfermedad reversible. En un paciente con una enfermedad ter­ sión respiratoria y así se acelerará la muerte, una variedad de
minal, el empleo de estos tratamientos puede no ser coherente estudios de control de caso no han observado una correlación
con los deseos del paciente. El paciente puede sentir que su cali­ entre la dosis de opioide o de benzodiazepina y el tiempo hasta la
dad de vida actual es inaceptable, que la calidad de vida esperada muerte7.
después del tratamiento sea demasiado baja o que el propio trata­
miento sea demasiado oneroso. En esta situación, el tratamiento
debería retenerse o retirarse (renunciado). La ética médica y la
ley en la mayoría de los países permiten a los clínicos renunciar CO NSENSO ETICO SOBRE RETENER Y RETIRAR
al tratamiento cuando hacerlo así es congruente con los deseos EL TRATAMIENTO
del paciente. Este capítulo trata del estado actual de abstenerse del
tratamiento, así como de los principios legales, religiosos y éticos El mayor empleo de las tecnologías prolongadoras de la vida en las
que apoyan la retención del tratamiento o su retirada. Por último, UCI en la década de 1970 llevó al debate sobre la ética de renun­
se pasa revista a las implicaciones de la desactivación de un desfi- ciar a estos tratamientos en los pacientes terminalmente enfermos.
brilador cardioversor, porque es un nuevo tratamiento sustentador The President’s Commission for the Study of Ethical Problems in

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Abstención y retirada del tratam iento I C A P Í T U L O 2 0 105

Medicine and Biomedical and Behavioral Research publicó su CO NSENSO LEGAL SOBRE RETENER Y RETIRAR
acuerdo por consenso sobre este tema en 19838. Su informe pro­
EL TRATAMIENTO
porcionó el estándar para una gran parte de la literatura posterior
sobre la ética de renunciar al tratamiento sustentador de vida. La Consenso legal en Estados Unidos
comisión basó su decisión central en el principio del consenti­
m iento informado y observó que, aunque las consecuencias de La justificación legal detrás de abstenerse de un tratamiento o
la renuncia a un tratamiento sustentador de vida puedan ser más retirarlo en Estados Unidos refleja en gran medida los principios
serias que las de renunciar a otros tratamientos, no hay una dife­ éticos y se basa en las nociones del consentimiento informado, la
rencia ética entre ellas. toma de decisiones por un sustituto y el interés del parens patriae
del estado en la promoción de la vida1112. Estos principios tie­
nen su raíz en el derecho del comm on law para ser libre de una
intrusión no deseada o invasión de la integridad corporal. Los tri­
bunales se refieren de modo variable a ello como el «derecho a
Cociente carga/beneficio
la privacidad», «derecho a la autodeterminación o autonomía», o
La comisión no observó distinción moral alguna «[entre] los actos «derecho al control del propio cuerpo»13. El derecho constitucio­
y las omisiones que causan la muerte, [entre] retener y retirar los nal a la privacidad fue la base para la decisión en el caso Quinlan
cuidados, entre una muerte buscada y otra que es meramente y en muchos casos hasta que la decisión del Tribunal Supremo en
previsible, y entre un tratamiento ordinario y otro extraordinario» relación con el caso Cruzan v. Director, en el que se utilizó la Due
útiles para guiar la práctica médica8. Por ejemplo, algunos razo­ Process Clause of the Fourteenth Amendment para proteger el
naban que era permisible renunciar a tratamientos extraordina­ interés de la «libertad» de un individuo (v. comentario posterior).
rios pero no a ordinarios tales como la fluidoterapia intravenosa. El consenso legal sobre la renuncia al tratamiento sustentador
El problema es que los tratamientos ordinarios y extraordinarios de vida va en paralelo con el consenso ético al permitir decidir a
existen en un continuo y son clínicamente dependientes. En un los pacientes competentes, a tenor de su valoración de las cargas y
paciente sin acceso intravenoso en un pequeño hospital rural, beneficios, si desean renunciar al tratamiento sustentador de vida.
administrar líquidos puede ser muy difícil (p. ej., extraordinario), Los tribunales no hacen distinción alguna entre retener o retirar
mientras que la administración de un tratamiento vasopresor en un tratamiento. Rechazan también la distinción entre tratamiento
un hospital de cuidados terciarios puede ser «ordinaria». La comi­ «ordinario» y «extraordinario». El Tribunal Supremo de Nueva Jer­
sión razonaba que lo que cuenta es el cociente carga/beneficio8. sey en Conroy, por ejemplo, al referirse al tratamiento ordinario
El informe concluyó que los términos extraordinario y ordinario en el contexto de hidratación y nutrición artificiales, sentenció
son «más una expresión de la conclusión que una justificación» que «los términos [ordinario y extraordinario]... han asumido
para un tratamiento. Es responsabilidad de la institución sanita­ demasiados significados conflictivos para seguir siendo útiles»11.
ria y del profesional aportar al paciente la información adecuada
sobre las opciones terapéuticas de modo que éste pueda tomar
decisiones autónomas relativas a los beneficios y las cargas del
tratamiento.
Pacientes incompetentes
El modo en que los tribunales se ocupan de los pacientes incom­
petentes, aunque más complicado, refleja en gran medida el con­
senso ético. Algunos estados han determinado legislativamente
Sustitutos el orden de sustitutos (p. ej., mujer, luego, padre, luego hijo) si
ninguno de ellos ha sido designado por el paciente; otros simple­
Si un paciente no es capaz de tomar decisiones por sí mismo, la mente declaran que el sustituto debe ser la persona que conozca
comisión señalaba que un sustituto debería tomarlas por él9. El mejor al paciente. Aunque los tribunales se refieren también al
argumento más poderoso para la adopción de la decisión de un juicio sustitutivo y al mejor interés como los modelos que deben
sustituto es que es una extensión de la autonomía de la persona utilizar los sustitutos para tomar decisiones al final de la vida, su
incapacitada. Un familiar u otro sustituto toma decisiones a tenor aplicación es complicada. Aunque los pacientes incompetentes tie­
de su comprensión de lo que el paciente habría deseado; lo que se nen el mismo derecho que las personas competentes a renunciar
denomina juicio sustitutivo. En el caso más acusado, el paciente a un tratamiento sustentador de la vida, el nivel de pruebas que
ha dejado un resumen escrito de lo que quería o ha mantenido ha de aportar el sustituto para establecer los deseos del paciente
una clara conversación en relación con sus deseos. Si los deseos varía según los estados.
del paciente no están especificados, es muy probable que la fami­ Nancy Cruzan era una joven en estado vegetativo persistente
lia los conozca. Sin embargo, los datos empíricos muestran que cuyos padres requirieron la retirada de la sonda de alimentación.
las familias son sólo ligeramente mejores que el azar al predecir Los Cruzan vivían en Missouri, estado que requería una prueba
los puntos de vista de un paciente10. Una justificación relacionada «clara y convincente» de que una persona incompetente habría
y empíricamente más firme es que lo que está siendo respetado deseado una retirada del tratamiento14. El Tribunal Supremo de
no es la decisión sustantiva de un tratamiento sino la elección EE.UU.,aunque afirma que la hidratación y nutrición artificiales son
procedimental de quién debería adoptar las decisiones por el como todos los tratamientos, determinó que los estados pueden
paciente. decidir, en su papel como parens patriae, el nivel de pruebas
Una segunda justificación para la toma de decisiones por un requerido de un sustituto de que una decisión es lo que el
sustituto es que un familiar (u otro sustituto designado) es el más paciente habría deseado. En Missouri, por ejemplo, los sustitutos
idóneo para adoptar decisiones que potencien el mejor interés del no pueden utilizar el modelo del «mejor interés» para renunciar al
paciente. En el modelo del «mejor interés», las decisiones se toman tratamiento sustentador de vida en los pacientes incompetentes.
con el fin de lograr lo que el tomador de la decisión percibe que Algunos clínicos se sienten preocupados porque puedan ser suje­
es el mejor interés del paciente. tos de procesamiento civil o criminal en el caso de que se renuncie

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106 S E C C I Ó N C | Bioética

al tratamiento sustentador de vida. Sin embargo, ningún clínico ha


sido declarado responsable, siempre que estuviera actuando según T A B L A 2 0-1 Importancia relativa de los conceptos éticos
los deseos del paciente14. en las religiones seleccionadas

PRINCIPIO JUDAISMO CATOLICISMO ISLAMISMO


Autonomía + + + +
Consenso legal en otros países
No maleficencia ++ ++ +++ +++
Hay una gran variabilidad entre los sistemas legales de los diferen­ Retirar la + + + +
tes países en el modo en que tratan la renuncia al tratamiento sus­ nutrición
tentador de vida. Los extremos vienen ilustrados al examinar las Empleo de + +++ +
diferencias entre Canadá y Japón. voluntades
Canadá, al igual que la mayoría de los países occidentales, anticipadas
valora la autonomía y el rechazo informado. Las leyes canadien­
ses protegen el derecho de un paciente competente a rehusar el + a + + + + , de menos a más importante/aceptable.
tratamiento bajo las doctrinas de agresión del comm on law. Los De Clarfield AM, Gordon M, Markwell H. y cols. Ethical issues in end-of-life
geriatric care: The approach of three monotheistic religions-Judaism,
clínicos pueden detener los tratamientos «si éstos contradicen los Catholicism, and Islam./ Am Geriatr Soc 2003; 51:1149-1154.
deseos expresados de los pacientes, o si son “terapéuticamente
inútiles” y no son para el mejor interés (del paciente)»15. Los clí­
nicos pueden ser acusados de agresión si fuerzan un tratamiento a
un paciente contra su voluntad.

Pacientes incompetentes
Por ejemplo, la filosofía hindú, el budismo, el sijismo y el jainismo
Es más variable el modo en que el sistema legal trata a los pacien­ no ven la vida en la tierra como finita, sino más como parte de un
tes incompetentes en la renuncia al tratamiento sustentador ciclo de nacimiento y renacimiento. Esto puede explicar por qué
de vida, incluso entre los países occidentales. La ley provin­ sólo el 9% de los hinduistas tiene voluntades anticipadas cuando
cial de Canadá se centra en el derecho del tomador de decisio­ la media nacional en Estados Unidos está entre el 15 y el 20%18.
nes sustituto a actuar en nombre de un paciente incompetente. La menor tasa de la planificación de cuidados avanzados entre
Los pacientes pueden designar a un apoderado mientras sean los afroamericanos y su mayor preferencia por un tratamiento
competentes, o la provincia proporcionará un tutor después enérgico al final de la vida son atribuidas con frecuencia a creen­
de que el paciente se haya vuelto incompetente. Los apode­ cias religiosas. El conocimiento del modo en que varias regio­
rados han de actuar según el mejor interés del paciente. Si el nes se plantean los aspectos éticos de cara al final de la vida puede
clínico cree que la decisión de un apoderado de renunciar al ser de utilidad para el cuidado de los pacientes y sus familias
tratamiento no lo es en el mejor interés del paciente, puede (v.caps. 10 y 12).
apelar a los tribunales por el derecho a proporcionar dicho A pesar de las variaciones en la importancia relativa de la auto­
tratamiento. nomía y la santidad de vida, las tres religiones más comunes en
La autodeterminación, el consentimiento informado y la reve­ Estados Unidos -judaismo, islamismo y cristianismo- reconocen
lación no son tan importantes en Japón. Es infrecuente que los que, cuando claramente un paciente está muriéndose es acepta­
pacientes sepan su diagnóstico si tienen una afección potencial­ ble renunciar a ciertos tratamientos y proporcionar consuelo (ta­
mente mortal. En un estudio, el 77% de los médicos de Japón dijo bla 20-1)19. En el judaismo y el islamismo, la santidad de la vida es
que discutirían el tratamiento sustentador de vida con la familia primordial y los pacientes se ven obligados a buscar la curación. Por
de un paciente antes de hacerlo con el paciente, incluso si el ejemplo, se requiere la hidratación y nutrición artificiales a menos
paciente fuera competente16. Los médicos japoneses tienen tam­ que la propia alimentación cause sufrimiento. La bioética cris­
bién una menor probabilidad de seguir el deseo de un paciente tiana concede mayor prioridad a la ponderación de los pacientes
competente de renunciar al tratamiento. del cociente beneficio/carga y a la toma de decisiones autónomas.
El sistema legal japonés refleja y apoya esta práctica clínica. Pese Los católicos han subrayado en su pensamiento la distinción entre
al hecho de que los médicos japoneses se sientan cómodos comen­ tratamientos ordinarios y extraordinarios y, hasta hace poco, man­
tando los diagnósticos médicos con las familias de los pacientes, se tenían que no se precisaba la hidratación artificial en los pacien­
sienten incómodos con los tomadores de decisiones sustitutos tes terminalmente enfermos o comatosos20. Esta orientación se
en el asunto de la renuncia al tratamiento. Aunque se respetan los hace menos clara después de la declaración papal de Juan Pablo II
testamentos vitales claros, si el paciente no ha manifestado clara­ antes de su muerte, que implicaba que es inaceptable abstenerse
mente sus deseos, los médicos japoneses tienden a seguir los prin­ de la hidratación y nutrición artificiales de los pacientes en estado
cipios de prolongar la vida. Ello puede deberse al hecho de que la vegetativo persistente21.
«ley japonesa no garantiza claramente la exención de la responsa­ Aunque es útil un conocimiento básico de las posturas de las
bilidad criminal de acortar la vida de un paciente por un acto de religiones organizadas hacia la renuncia al tratamiento susten­
omisión»17. tador de vida, varía mucho el modo en que un paciente dado o
La mayoría de los países se hallan a medio camino entre los la familia las interpreta de acuerdo con el sustrato étnico, el esta­
extremos de Japón y Canadá. Es importante ser conocedor de las tus sociocultural y las circunstancias personales. Por ejemplo, en
normas de práctica en las diversas culturas, porque el turismo el judaismo, las creencias de una persona pueden variar depen­
global aumenta la probabilidad de que los doctores atiendan a diendo de si se es ortodoxo o reformista. Un cristiano fundamen-
pacientes de otras regiones del mundo. talista de una iglesia puede ver el mundo de modo diferente a
como lo ve otro de otra iglesia. Lo crítico es el reconocimiento de
la importancia que puede tener la religión en las decisiones de los
EL IMPACTO RELIGIOSO SOBRE RETENER pacientes y las familias y la disposición a explorar de modo impar­
Y RETIRAR EL TRATAMIENTO cial estas cuestiones. Además, cuando los aspectos de la religión o
la espiritualidad sean capitales para la decisión de un paciente o la
La fe religiosa de los pacientes y de sus sustitutos puede afectar familia sobre la renuncia al tratamiento, un recurso útil es recurrir
a sus decisiones sobre abstenerse de los tratamientos o retirarlos. a los capellanes o clérigos del hospital.

PARTE I PRINCIPIOS
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Abstención y retirada del tratam iento I C A P Í T U L O 2 0 107

COMENTAR LA ABSTENCIÓ N Y LA RETIRADA • Con frecuencia los pacientes están demasiado enfermos
como para participar en estas deliberaciones, de modo que el
DEL TRATAMIENTO CON LOS PACIENTES
Y LAS FAMILIAS
Si bien las capacidades de comunicación necesarias para comen­
tar la renuncia al tratamiento son similares a las utilizadas para
clínico ha de hablar con el sustituto. El clínico debe ser capaz
de preguntar con sensibilidad al sustituto sobre lo que desea­
ría el paciente (p. ej., «si su padre estuviese sentado aquí, ¿qué
diría?»).
I
• Dado que estas conversaciones implican malas noticias, el
tomar cualquier decisión clínica21, hay diferencias en el énfasis
clínico tiene que poder responder de modo enfático a las reac­
(v. cap. 116 ).
ciones emocionales del sustituto.
• Estas decisiones se adoptan con frecuencia de modo concertado
con varios clínicos, de manera que hay mayores oportunidades Previamente se ha presentado un protocolo de seis etapas para
para una comunicación errónea. Por tanto, es importante pregun­ discutir la abstención y la retirada de tratamientos22 23 y se resume
tar al paciente o a la familia sobre sus opiniones antes de expresar en la tabla 20-2. Examinamos aquí varias etapas clave.
la propia, normalmente con el uso de preguntas abiertas (p. ej., Es necesario establecer o revisar los fines globales de los cuidados
«dígame lo que los otros dicen que le está pasando a su padre»). (etapa 3 ) antes de discutir la renuncia a tratamientos específicos,

T A B L A 2 0 -2 Recomendaciones para comunicarse con los pacientes y las familias sobre la abstención y la retirada del tratamiento

EJEM PLO S

ETAPA 1: establecer el marco a. Asegurarse de la asistencia Paciente o sustituto


de las personas apropiadas Personal de plantilla
Capellán
b. Encontrar un marco cómodo Un sitio para estar todos sentados
y tranquilo Privado
Todos han de poder verse y oírse
c. Presentarse todos al «¿Podríamos empezar presentándonos?»
comienzo «¿Qué grado de relación tiene con el Sr. Gómez?»
d. Introducir la cuestión a tratar «Esperaba que pudiéramos hablar de las próximas etapas en los cuidados de su
padre. Quería ponerles al día de lo que ha sucedido, responderá sus preguntas y
hablar del futuro. ¿Hay algo más de lo que desearían que hablásemos?»
ETAPA 2: revisar la situación del a. Obtener la comprensión del «¿Qué le han dicho los otros doctores sobre la situación médica de su padre?»
paciente paciente o del sustituto
b. Enseñar según las «Correcto, el cáncer se ha extendido. Eso significa que, aunque hay tratamientos
necesidades para controlarsus síntomas, no podemos curar el cáncer»
ETAPA 3: revisar los fines globales a. Obtener del paciente o «¿Habló con el Dr. Pérez sobre lo que deben ser los fines de su tratamiento?»
de los cuidados sustituto «¿Qué habría dicho su padre si comprendiera lo que estamos diciendo sobre su
situación médica?»
b. Resumir para confirmar «O sea, parece que lo más importante sería asegurarse de que su padre se siente
cómodo»
ETAPA 4: relatar su a. Comunicar al sustituto lo que «Nos centraremos en aseguramos de que su padre se sienta cómodo. Esto significa
recomendación para retener o se va a hacer para favorecer que vamos a revaluar los fármacos que está tomando contra el dolory los
retirar el tratamiento los fines del paciente aumentaremos para asegurarnos de que no tiene dolor»
b. Decir al paciente qué trata­ «En el caso de que se parase el corazón de su padre, intentar que lata de nuevo no
mientos no se van a hacer conseguirá el objetivo de que vuelva a casa y sea independiente, de modo que no lo
porque no logran estos fines haremos»
c. En los tratamientos de los «Sé que su padre no quería que prolongásemos las cosas si pensábamos que iba a
que no se esté seguro, morir o que hubiese que conectarle a máquinas. Lamentablemente, en ocasiones no
suscite la cuestión y negocie estamos seguros de si los tratamientos sin máquinas le ayudarán a vivir más tiempo.
atendiendo a los beneficios y Por ejemplo, algunos pacientes desearían estaren el hospitalpara ser tratados con anti­
cargas bióticos i.v. si contrajeran una infección, pero otros no. ¿Qué cree que diría su padre?»
d. Ofrecerse a comentar lo que «¿Desearía oír lo que probablemente sucederá si desconectamos el respirador?»
pueda suceder a continuación
ETAPA 5: responder a la reacción a. Mostrar empatia SOLER*
del paciente o sustituto NURSE*
b. Valorar las preocupaciones «¿Qué preguntas tiene?»
«¿Cuál es su principal temor/preocupación en este momento?»
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

c. Animar a hacer preguntas «Estarépor aquí si piensa en las preguntas que desee hacerme más tarde. ¿Hay
alguna pregunta a la que pueda responder ahora?»
ETAPA 6: resumir y seguimiento a. Resumir «Bien. Le daremos fármacos si tiene dolorprecordialy desconectaremos el
desfibrilador»
b. Siguientes etapas en el «Planearemos tenerlo en el hospital los próximos díasy ver cómo van las cosas»
tratamiento
c. Próxima reunión «Lo veré mañana en la visita. Por favor, que su enfermera me llame por megafonía si
necesita algo antes»

•Véase texto para explicación.


De Evans WG, Hunt S, Chaitin E,Arnold RM. Withholding and withdrawing life-sustaining therapies. En Emmanuel L, Librach SL (eds.). Palliative Care: Core Skills and
Clinical Competencies. Filadelfia.WB Saunders, 2007; y Oncotalk.Acceso en http://www.oncotalk.info (acceso en septiembre de 2007).

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108 S E C C IÓ N C | Bioética

porque la decisión sobre estos tratamientos debe ser coherente La indicación para un DCI es una arritmia ventricular poten­
con aquéllos. Prolongar la vida del paciente depende de su defini­ cialmente mortal en el marco de una disfunción ventricular iz­
ción de calidad de vida, los tipos de carga que siente el paciente quierda grave. Cuando se implantan los DCI, la mayoría de las
que valdría tolerar y la probabilidad de éxito por la que merecería conversaciones entre el clínico y el paciente se centran en la efi­
la pena someterse a un tratamiento. Los pacientes no quieren la cacia del aparato y los riesgos procedimentales y no tratan de la
reanimación cardiopulmonar; desean vivir con cierta calidad de opción de renunciar al aparato en el futuro.
vida. Es importante que los clínicos comenten la posibilidad de des­
Dado que el clínico está hablando normalmente a un susti­ activar los DCI cuando los pacientes estén más enfermos. Primero,
tuto sobre este asunto, hay que tener cuidado en centrar la dis­ dado que el paciente ha tenido colocado el aparato por arrit­
cusión sobre los valores del paciente. Preguntar al sustituto lo mias ventriculares potencialmente mortales, puede anticiparse la
que quiere lleva con frecuencia a una mayor culpabilidad o a muerte por la cardiopatía. En los pacientes a los que no resulte
hacer al sustituto sentirse responsable de «matar» al ser querido. deseable continuar la existencia, el DCI puede dar lugar a una pro­
Además, querer es un término ambiguo que confunde deseos y longación no deseada de la vida. Segundo, el efecto borde del DCI
realidad. Por tanto, es importante hacer preguntas tales como no es benigno. Se sabe que los choques por los DCI llevan a tras­
«¿qué diría su padre si estuviera sentado aquí?», y continuar cen­ tornos de ansiedad, y éstos a una menor calidad de vida en el 10 o
trándose en los valores del paciente. Una vez que se compren­ el 20% de los pacientes.
den estos valores, el clínico puede incorporar su conocimiento Lamentablemente, estas conversaciones con frecuencia no se
medicina y de las preferencias del paciente de para proponer producen. Incluso entre pacientes con DCI que tienen órdenes
un plan razonable relacionado con el tratamiento en cuestión de no reanimar (NR), las discusiones acerca de desactivar el DCI
(etapa 4). se dan sólo en el 45% de los pacientes27. Un estudio empírico de
Las versaciones sobre la renuncia al tratamiento son difíciles naturaleza retrospectiva de pacientes que tenían un DCI observó
por el conocimiento de que la muerte se está aproximando. Es de que sólo la cuarta parte de las familias recordaba un comentario
esperar reacciones emocionales, y los clínicos han de ser capaces sobre la desactivación del aparato. Aproximadamente las tres cuar­
de reconocerlas y responder a ellas (etapa 5). Expresar empatia tas partes de estas conversaciones se produjeron en los últimos
es el reconocimiento explícito por parte del clínico de la expre­ días de la vida del paciente, muchas de ellas sólo horas antes de
sión de emoción de un paciente. La primera etapa en la expresión la muerte. Cuando se comentó el asunto, normalmente las fami­
de empatia es reconocer cuándo el sustituto o el paciente está lias eligieron desactivar el DCI (21 de 27 casos). Es inquietante
expresando emoción. Las personas expresan emoción directa­ que 27 de los 100 pacientes del estudio recibieran un shock en
mente por el uso de palabras cargadas emocionalmente como el último mes de vida, y 8 lo recibieran en los últimos minutos
preocupado, frustrado, estresado, angustiado, deprimido y de vida27.
abrumado. Pueden aludir también a su estado emocional sin uti­ Ética y legalmente, la desactivación del DCI es equivalente a
lizar una palabra que describa la emoción o de forma no verbal la retirada de cualquier otro tratamiento. No hay precedente legal
mediante una postura corporal o expresiones faciales tensas, sus­ específico que haya considerado si los pacientes habrían deseado
pirando o llorando. que sus apoderados tuviesen autoridad sobre decisiones atinentes
El acrónimo SOLER muestra el modo de exhibir una empatia a sus DCI. Sin embargo, dado que los apoderados tienen autoridad
no verbal24: hay que mirar al paciente directamente (squarely), sobre una amplia variedad de intervenciones sustentadoras de
adoptar una postura corporal abierta (open), inclinarse (lean) vida, tiene sentido tratar los DCI de modo similar (cuadro 20-1).
hacia el paciente, utilizar el contacto visual (eye contact), man­ La discusión sobre la desactivación de un DCI tiene como fina­
tener una postura corporal relajada (relaxed). Puede mostrarse lidad conseguir la misma comprensión del paciente sobre los fines
empatia verbalmente utilizando el acrónimo NURSE25: nom­ globales que las de otras conversaciones sobre la renuncia al trata­
brar la emoción (name), mostrar que se comprende (unders­ miento sustentador de vida. Parte de la complejidad en decidir si
tand) lo que le está pasando a la persona, respetar (respect) es apropiado desactivar un DCI procede de los numerosos modos
lo bien que lo ha estado haciendo la persona afrontando obs­ en que el DCI puede encajar en la situación del paciente. La enfer­
táculos difíciles, apoyar (support) la adversidad por la que medad primaria que limita la vida del paciente puede ser cardíaca
pasa la persona y transmitir que no se le abandona, explorar o no cardíaca y, en cualquier caso, la frecuencia de descarga del
(explore). aparato puede variar. Por último, con independencia de la frecuen­
cia histórica de la descarga del aparato, los deterioros metabólicos

DESFIBRILADORES CARDÍACOS IMPLANTABLES


Aunque es mucho lo que se ha escrito acerca de retener y retirar Cuadro 20-1 Desafíos de la investigación
la hidratación y nutrición artificiales, la hemodiálisis y los respira­
dores, es menos lo que se ha escrito sobre los desfibriladores car- Se requieren datos para definir las trayectorias del final de la vida
dioversores implantables (DCI) (v. cap. 105). Las indicaciones para en los p acientes que tienen desfibriladores cardioversores implanta-
los DCI se han ampliado en los últimos años. En 2002, se implan­ bles (DCI) y e n los q u e se les h an desconectado d urante los últimos
taron 96.000 DCI en pacientes en Norteamérica26. En 2005, se cal­ 6 m eses d e vida. Los desenlaces relevantes incluyen la función neu-
culaba que 3 millones de pacientes serían candidatos para un DCI, rológica, la calidad d e vida y el duelo d e la familia.
con aproximadamente 400.000 nuevos pacientes que cumplían Se precisan datos sobre el m ejor m odo d e com entar la desacti­
los criterios cada año26. Los DCI están programados para liberar vación d e los DCI co n los pacientes. Es necesario determ inar el
choques en casos de arritmias específicas, tales como taquicardia m ejor m om ento para estas discusiones, la inform ación qu e sería de
ventricular y fibrilación ventricular, que de otro modo requerirían m ayor ayuda p ara los pacientes y la repercusión em ocional d e estas
desfibrilación externa. Dado que este tratamiento sustentador de discusiones.
vida es cada vez más prevalente, es preciso que los clínicos de cui­ D ebe investigarse el im pacto d e adaptar los im presos actuales d e NR
dados paliativos comprendan los DCI, las consecuencias médicas p ara tratar d e la desactivación de los DCI, y estim ular a los m édicos
de su desconexión y cómo hablar a los pacientes y las familias p ara que com enten e ste aspecto c o n los pacientes.
sobre estas cuestiones.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Abstención y retirada del tratam iento I C A P Í T U L O 2 0 109

Errores frecuentes
de la necesidad de comentarlo y tener la capacidad de hablar con
sensibilidad sobre el asunto.
N o c o n o c e r el consenso legal y é tico e n relación con la abstención
y la retirada del tratam iento.
C entrarse e n tratam ientos específicos e n vez de e n los fines del tra­
B I B L I O G R A F Í A
tam iento al com entar la ren u n cia a los tratam ientos sustentadores
d e vida. 1. Prendergast TJ, Claessens MT, Luce JM.A national survey of end-of-life care for
Olvidarse d e hablar con el p aciente o la familia sobre los desfibri- critically ill patients. Am J Respir Crit Care Med 1998; 158:1163-1167.
2. Sprung CL, Cohen SL, Sjokvist P, et al. End-of-life practices in European inten­
Iadores cardioversores im plantables durante los com entarios de los sive care units:The Ethicus study. JAMA 2003;290:790-797.
cuidados al final d e la vida. 3. Esteban A, Gordo F, Solsona JF, et al. Withdrawing and withholding life support
in the intensive care unit: A Spanish prospective multi-centre observational
stud)'. Intensive Care Med 2001;27:1744-1749-
4. Ferrand E, Robert R, Ingrand P, et al.Withholding and withdrawal of life support
in intensive-care units in France: A prospective survey. Lancet 2001;357:
9-14.
5. Asch DA, Faber-Langendoen K, SheaJA, et al.The sequence of withdrawing life-
sustaining treatment from patients.Am J Med 1999;107:153-156.
6. Asch DA, Christakis NA. Why do physicians prefer to withdraw some forms of
life support over others?: Intrinsic attributes of life-sustaining treatments are
associated with physicians’ preferences. Med Care 1996;34:103-111.
7. Christakis NA, Asch DA. Biases in how physicians choose to withdraw life
que pueden producirse cerca del final de la vida pueden llevar a support. Lancet 1993;342:642-646.
arritmias fatales que activarían el DCI28. 8. President’s Commission for the Study of Ethical Problems in Medicine and
Es preciso que se produzcan conversaciones en relación con Biomedical and Behavioral Research. Deciding to Forego Life-Sustaining
Treatment.Washington, DCAuthor, 1983.Available from U.S. Superintendent of
la renuncia al tratamiento con DCI incluso si el paciente tiene una Documents, Washington, DC.
orden de NR. Si la calidad de vida actual del paciente es la base 9- Brock DW.What is the moral authority of family members to act as surrogates
para la orden de NR, cualquier tratamiento que prolongue la vida for incompetent patients? Milbank Q 1996;74:599-618.
sería incoherente con los deseos del paciente, y se debería comen­ 10. Emanuel E, Emanuel L. Proxy decision making for incompetent patients: An
tar la desactivación del DCI. Por otra parte, si la calidad de vida ethical and empirical analysis. JAMA 1992;267:2067-2071.
11. In re Conroy, 98 N.J. 321,486A.2d 1209 (1985).
después de la reanimación es la base para la orden de NR, los des­ 12. Gostin LO. Deciding life and death in the courtroom—From Quinlan to
enlaces de la desfibrilación externa pueden no ser comparables a Cruzan, Glucksberg, and Vacco: A brief history and analysis of constitutional
los de la desfibrilación interna, y la desactivación del DCI puede protection of the “right to die.”JAMA 1997;278:1523-1528.
no ser apropiada; no obstante, debe discutirse27. 13- Meisel A: Nature and sources of the right to die. In: MeLsel A (ed):The Right to
Die, vol 1,2nd ed. New York:John Wüey & Sons, 1995, pp 5666.
14. Luce JM, Alpers A. Legal aspects of withholding and withdrawing life support
from critically ill patients in the United States and providing palliative care to
them. Am J Respir Crit Care Med 2000;162:2029-2032.
15. Lemmens T. Towards the right to be killed: Treatment refusal, assisted sui­
CONCLUSIONES cide and euthanasia in the United States and Canada. Br Med Bull 1996;52:
341-353-
A medida que avanza la tecnología, va aumentando el número de 16. Asai A, Fukuhara S, Lo B. Attitudes of Japanese and Japanese-American physi­
tratamientos sustentadores de vida. Es ético y legal abstener de tra­ cians toward life-sustaining treatment. Lancet 1995;346:356-359-
tar o retirar cualquier tratamiento, incluidos los sustentadores de 17. Akabayashi A. Euthanasia, assisted suicide, and cessation of life support: Japan’s
policy, law and an analysts of whistle blowing in two recent mercy killing
vida, de acuerdo con el principio de autonomía. La toma de deci­ cases. Social Sci Med 2002;55:517-527.
siones por los pacientes incompetentes debe realizarse por susti­ 18. Deshpande O, Reid MC, Rao AS. Attitudes of Asian-Indian Hindus toward end-
tutos que puedan representar lo que el paciente habría deseado of-life care.JAm Geriatr Soc 2005;53:131-135.
(juicio sustitutivo) o tomar una decisión basada en lo que cree 19- Clarfield AM, Gordon M, Markwell H, et al. Ethical issues in end-of-life geriatric
que es mejor para el paciente (mejor interés). Aunque hay varia­ care:The approach of three monotheistic religions—Judaism, Catholicism, and
Islam. J Am Geriatr Soc 2003;51:1149-1154.
ción en el modo en que trata la ley la toma de decisiones de un 20. Address of John Paul II to the Participants at the International Congress. Life
sustituto en Estados Unidos, en general, la posición legal refleja el Sustaining Treatments and the Vegetative State: Scientific Advances and Ethical
consenso ético (v. «Errores frecuentes»). Dilemmas. March 20, 2004. Available at http://www.catholicdoctors.org.uk/
Las decisiones en cuanto a abstenerse de tratar o retirar el CMQ/2004/May/Pope_and_PVS.htm (accessed September 2007).
21. Book Review. Field Guide to the Difficult Patient Interview, 2nd ed, by F.W.
tratamiento deben tomarse de modo conjunto entre los clínicos Platt and G.H. Gordon (Iippincott, 2004). Available at http://www.blackwell-
y los pacientes o sus sustitutos, atendiendo a los valores y pre­ synergy.com/doi/pdf/10. I l l l/j.l525-l497.2005.01532.x (accessed September
ferencias de los pacientes en relación con la atención médica. 2007).
Cada una de las decisiones debe basarse en el pronóstico global 22. Evans WG, Hunt S, Chaitin E, Arnold RM. Withholding and withdrawing life-
del paciente, la eficacia del tratamiento en cuestión, sus bene­ sustaining therapies. In Emanuel L, Librach SL (eds). Palliative Care: Core Skills
and Clinical Competencies. Philadelphia: WB Saunders, 2007.
ficios y cargas para el paciente, y los fines globales de los cui­ 23. Oncotalk.Available at http://www.oncotalk.info (accessed September 2007).
dados. Un formato estructurado para suscitar el tema, basado 24. Egan G. The Skilled Helper: A Problem-Management and Opportunity-
en los principios guía de preguntar antes de decir, mostrar Development Approach to Helping. Santa Rosa, CA: Brooks/Cole, 2002.
empatia y ofrecer sugerencias, puede mejorar el proceso de 25. Fischer G, Tulsky J, Arnold R. Communicating a Poor Prognosis. In Portenoy R,
Bruera E (eds). Topics in Palliative Care.. New York: Oxford University Press,
comunicación. 2000.
Por último, es preciso que los clínicos recuerden que cada 26. Harrington MD, Luebke DL, Lewis WR, e t al. Implantable cardioverter defibrilla­
avance tecnológico requiere que piensen acerca de cuándo debe­ tor 0CD) at end of life #112. J Palliat Med 2005;8:1056-1057.
ría renunciarse al tratamiento. Por ejemplo, por el uso cada vez 27. Goldstein NE, Lampert R, Bradley E, et al. Management of implantable
mayor de DCI en pacientes con arritmias ventriculares, los clí­ cardioverter defibrillators in end-of-life care. Ann Intern Med 2004; 141:
835-838.
nicos necesitan reflexionar y discutir sobre la interrupción de 28. Braun TC, Hagen NA, Hatfield RE, et al. Cardiac pacemakers and implan­
este tratamiento al final de la vida. Esto significa comprender los table defibrillators in terminal care. J Pain Symptom Manage 1999; 18:
hechos médicos que rodean el uso del tratamiento, ser consciente 126-131.

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110 S E C C IÓ N C I Bioética

Samuel D. Williams (1870) y Lionel Tollemache (1873), ori-


CAPÍTULO 21 ginadores del movimiento a favor de la eutanasia, fueron los
primeros en utilizar la palabra eutanasia con su significado
moderno de «matar por misericordia»1. Desde el intenso debate
encendido por sus ideas, se distinguieron varios tipos de euta­
Eutanasia y suicidio con ayuda nasia, y el término eutanasia se convirtió en un cajón de sastre
con el que se hacía referencia a todas las acciones u omisiones
médica médicas con intención de acortar la vida o con tal efecto. Se
distinguió la eutanasia voluntaria de la involuntaria, la activa
Bert Broeckaert (haciendo) de la pasiva (absteniéndose o retirando), y la directa
(intencionada) de la indirecta (muerte aceptada pero no de­
seada).
2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos Muchos se aferraron a este amplio concepto de eutanasia.
En contraste, una definición estricta de eutanasia ha estado en
uso desde 1985 en Holanda, y en Bélgica desde 19972,3. En estos
países se define la eutanasia como «terminar la vida intencio­
nadamente por alguien distinto a la persona interesada, a peti­
• Es mejor limitar el empleo del término eutanasia a los casos en los que se ción de ésta.» La eutanasia es activa, directa y voluntaria por
pone fin a la vida del paciente de modo activo (es decir, por medicación
definición.
letal) y directo (intencionadamente).
El término eutanasia pasiva no parece ser apropiado. Primero,
• La eutanasia voluntaria está legalizada en dos países, Holanda y Bélgica. Se va en contra del sentido común. Se dice que Bélgica y Holanda son
permite el suicidio con ayuda médica en Holanda, Suiza y en el estado de
los únicos países con eutanasia legalizada, pero la eutanasia pasiva -
Oregon de Estados Unidos.
abstenerse de tratar o retirar el tratamiento sustentador de vida -
• La actitud de las religiones mundiales hacia la eutanasia y el .suicidio con es posible y legal en la práctica totalidad de los países. Segundo,
ayuda médica es predominantemente negativa.
y más importante, es erróneo implicar o sugerir que, como regla,
• Hay una clara distinción entre la eutanasia y el suicidio con ayuda médica abstenerse de un tratamiento sustentador de vida o retirarlo tenga
por una parte y el control del dolor y la sedación paliativa por otra.
el efecto de acortar la vida e implique una intención de hacerlo.
• Los requerimientos de eutanasia deberían tomarse siempre seriamente Por consiguiente, es mejor dejar de hablar de eutanasia pasiva y
y causar una evaluación concienzuda y la optimización de los cuidados aceptar que la eutanasia es activa por definición. Muchos autores
ofrecidos.
comparten esta opinión4.
Por lo que respecta a la distinción entre eutanasia directa e
indirecta, puede seguirse la misma base lógica. Primero, la que se
denomina «eutanasia indirecta» está permitida en la mayoría de los
No puede pasarse por alto la dimensión ética esencial de los países, por lo que este término parece también que va en contra
desafíos a los que se enfrentan los médicos en los cuidados de del sentido común. Segundo, cuando la eutanasia indirecta hace
los pacientes terminalmente enfermos. Aunque sean más frecuen­ referencia al control del dolor con el efecto de acortar la vida, se
tes otras muchas cuestiones éticas y problemas en la práctica postula (completamente de modo erróneo) que el tratamiento
de los cuidados paliativos, la eutanasia y el suicidio con ayuda del dolor tiene un efecto intrínseco de acortar la vida5. Además,
médica se ven con frecuencia como los principales problemas la intención del control del dolor y la eutanasia directa son tan
éticos. Este asunto es origen de mucha emoción por todas las par­ diferentes que no pueden ponerse bajo el mismo encabezamiento
tes y puede generar una gran controversia. Es imposible describir (eutanasia).
las muchas facetas del debate sobre la eutanasia en apenas unas La última de las principales distinciones clásicas es la que hay
pocas páginas, por lo que comentaremos brevemente algunos entre eutanasia voluntaria e involuntaria. Creo que hay más simi­
aspectos importantes. litudes que diferencias entre la eutanasia voluntaria y la involunta­
ria, por lo que se puede mantener esta dicotomía. En ambos casos,
queda patente el mismo acto inhabitual y controvertido -terminar
DEFINICIÓN DE LA EUTANASIA activa y directamente una vida, del modo más indoloro possible- y
por la misma razón (es decir, ahorrar un mayor sufrimiento). La
Es posible una discusión ética significativa sobre la eutanasia sólo eutanasia involuntaria se está produciendo actualmente. Aunque
si estamos de acuerdo en primer lugar en la terminología. Esto está vista de manera muy negativa y con frecuencia se la equi­
afecta al resto de la cuestión. Es de la máxima importancia definir para al asesinato, no elimina la necesidad de una terminología
la eutanasia y el suicidio con ayuda médica de un modo que sea clara.
lo suficientemente inclusivo y específico pero al mismo tiempo En conclusión, lo que se necesita es una definición que ponga
se relacione con el lenguaje cotidiano. La eutanasia significa lite­ en claro 1) que la muerte es el resultado, no de abstenerse del tra­
ralmente «buena o suave» (eu) «muerte» (thanatos); en su sen­ tamiento sustentador de vida o retirarlo, sino de una intervención
tido original, la eutanasia no tenía nada que ver con las acciones activa; 2) que no sólo hay un efecto que termina con la vida sino
o intervenciones de los médicos, y desde luego nada con terminar también una intención de acabar con ella; 3) que el objetivo es
o acortar la vida. La eutanasia era simplemente la muerte dulce tener una muerte dulce y suave, y 4) que la acción que termina
y natural que casi todo ser humano quería y quiere. Cuando se con la vida se lleva a cabo porque se considera que la afección
recuperó este viejo término, en el siglo xvi, el centro de atención incurable del paciente es insoportable. Teniendo en cuenta estos
se cambió al médico, aunque, entonces, no quedaba implicado puntos, ofrezco las siguientes definiciones:
el acortamiento o la terminación de la vida de una persona. El
término hacía referencia a lo que podía hacer el médico para faci­
litar una muerte dulce. La eutanasia, así definida, parece coincidir • Eutanasia voluntaria: la administración intencionada de fár­
con lo que en la actualidad llamamos cuidados paliativos. macos letales con objeto de poner fin de forma indolora a la vida

PARTE I PRINCIPIOS
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Eutanasia y suicidio con ayuda m édica I C A P Í T U L O 21 111

de un paciente que padece una afección incurable estimada sobre eutanasia entre septiembre de 2002 y diciembre de 2003.
como insoportable p or el paciente, a petición de éste. En 2004, se notificaron 349 casos y en 2005, 393 casos7. En
• Eutanasia involuntaria: la administración intencionada de Holanda, se notificaron oficialmente 1.815,1.886,1.933 y 1.923
fármacos letales con objeto de poner fin de forma indolora la casos de eutanasia y suicidio con ayuda médica en 2003, 2004,
vida de un paciente que padece una afección incurable esti­ 2005 y 2006, respectivamente8. Un estudio encargado p o r el
mada como insoportable, no a petición de este paciente. gobierno holandés indicó que en 2001, el 54% de los casos rea­
les de eutanasia y de suicidio con ayuda médica fue notificado
La principal diferencia entre el suicidio con ayuda y la euta­ oficialmente9.
nasia es que, en el caso del suicidio con ayuda y el suicidio con Aparte de Bélgica y de Holanda, necesitan mencionarse el
ayuda médica, el paciente emprende el acto mortal. Sugiero las estado de Oregon en Estados Unidos, Suiza y el territorio norte de
siguientes definiciones: Australia. En el territorio norte, el Rights of the Terminally 111Act
(1995) estuvo vigente durante un breve período de tiempo. Este
• Suicidio con ayuda: ayudar de modo intencionado a una per­ decreto permitía la eutanasia y el suicidio con ayuda médica en
sona, a petición de ésta, para terminar con su vida. los adultos terminalmente enfermos competentes pero fue revo­
• Suicidio con ayuda médica: ayudar de manera intencional un cado por el parlamento nacional de Australia en 1997. En Suiza,
médico a un paciente, a petición de éste, para terminar con su el suicidio con ayuda no es punible, con tal de que la asistencia
vida. no se preste por motivos egoístas. Sin embargo, no hay en Suiza
una ley que regule esta práctica. La eutanasia es ilegal. El suicidio
Estar a favor o en contra de la eutanasia o del suicidio con con ayuda en Suiza sólo rara vez se practica con ayuda médica;
ayuda no libra a nadie de su deber de reflexionar a fondo sobre la la implicación de un médico ni es necesaria ni está implícita10. El
terminología. Aceptar una cierta terminología no significa que se Oregon’s Death With Dignity Act entró en vigor en 1997. Permite
estime como aceptable la práctica definida, y desde luego no en el suicidio con ayuda médica (pero no la eutanasia voluntaria) en
todas las circunstancias. adultos terminalmente enfermos competentes. En enero de 2006,
el Tribunal Supremo de EE.UU. confirmó este decreto. En 2003,
2004,2005 y 2006, respectivamente, se notificaron de manera ofi­
cial en Oregon 42, 37, 38 y 46 muertes por suicidio con ayuda11.
SITUACIÓN LEGAL En otros muchos países, se han remitido y debatido proyectos de
Hasta ahora, sólo dos países, Holanda y Bélgica, han legali­ ley sobre eutanasia voluntaria (p. ej., el proyecto de ley Assisted
zado la eutanasia voluntaria. The Termination o f Life on Request Dying for the Terminally 111 en Gran Bretaña durante 2004,2005 y
and Assisted Suicide (Review Procedures) Act está vigente en 2006), pero hasta ahora ninguno ha tenido apoyo mayoritario.
Holanda desde el 1 de abril de 2002; en Bélgica, el Act Concerning Excepto Holanda, Bélgica, el estado de Oregon y Suiza (que
Euthanasia entró en vigor el 23 de septiembre del mismo año. simplemente descriminaliza el suicidio con ayuda), no hay países
Por esto y por el hecho de que son países vecinos que (parcial­ o estados con un marco legal que permitan la eutanasia volunta­
mente) comparten la misma lengua, no puede concluirse sin ria o el suicidio con ayuda médica. Quienes llevan a cabo la euta­
más que unos procesos sociales similares sean la base de ambas nasia voluntaria fuera de Bélgica y Holanda actúan al margen de
leyes. No es el caso. En Holanda, el acto de la eutanasia es la la ley y se arriesgan a un enjuiciamiento legal. Los médicos impli­
codificación de la jurisprudencia a partir de un amplio debate cados en el suicidio con ayuda fuera de Oregon, Suiza y Holanda
sobre la eutanasia y su práctica que comenzó hace más de 3 dé­ están infringiendo la ley o en riesgo. No se permite la eutanasia
cadas. En contraste, Bélgica era un país europeo bastante nor­ involuntaria en ningún país o estado y, por tanto, es perseguible
mal, en lo que se refería a la eutanasia, hasta que comenzó el en todas partes.
debate político en 1999; no había una práctica establecida de
eutanasia6.
Las leyes de ambos países muestran un gran parecido (es
decir, perm itir la eutanasia voluntaria en el enfermo no termi­ OPINIÓN PÚBLICA
nal y también atender a un sufrimiento psíquico y a volunta­
des anticipadas), pero hay también diferencias significativas. El Los datos de los European Values Studies (1981,1990 y 1999-2000)
Belgian Act trata exclusivamente de la eutanasia, la Dutch Act, mostraron que, virtualmente en todos los países de Europa occi­
tanto de la eutanasia como del suicidio con ayuda médica. El dental, ha aumentado la aceptación de la eutanasia (definida como
Belgian Act describe el procedimiento en todos sus detalles, «terminar la vida del enfermo incurable»)12. Puede observarse
pero el conciso Dutch Act no lo hace. En Bélgica, la eutanasia una tendencia similar en Estados Unidos. La opinión pública, tal
basada en voluntades anticipadas es posible sólo si el paciente como se muestra por las cifras de EE.UU. es, sin embargo, fluc-
se halla en situación de inconsciencia irreversible; el Dutch Act tuante y aún inestable13. La opinión pública cambiante viene
no tiene tal limitación. Holanda perm ite la eutanasia en niños determinada no sólo por factores como la menor influencia
mayores de 12 años de edad; el Belgian Act impone un mínimo de la religión, la mayor importancia que se da a la autonomía o
de edad de 18 años. El Belgian Act afirma explícitamente que la autodeterminación y la mayor permisividad, sino también por
«un trastorno serio e incurable causado p o r enferm edad o acci­ los casos concretos y los modos en que son presentados en los
dente» [cursiva añadida] debe constituir la raíz del sufrimiento; medios de comunicación por los defensores y detractores de la
el Dutch Act no menciona esta condición médica (que podría eutanasia.
llevar a amplias interpretaciones de «sufrimiento sin esperanza A tenor de los datos más recientes sobre las actitudes socia­
e insoportable» que fueron, no obstante, rechazadas por el les en 33 países europeos, desde los European Values Studies de
Tribunal Supremo holandés en diciembre de 2002)2. En Bélgica, 1999-2000, los valores medios de aceptación en Holanda y Bélgica
se notificaron 259 casos de eutanasia a la comisión nacional (en una escala del 1 al 10) no son fundamentalmente diferentes

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112 S E C C IÓ N C | Bioética

de los de un número de otros países europeos. Holanda (6,68) adecuadamente por los cuidados paliativos especializados. En
tiene, en efecto, la mayor puntuación, pero Dinamarca (6,61), los casos extremos, puede parecer imposible poner bajo control
Francia (6,16) y Suecia (6,07) preceden a Bélgica (5,97). Los otros ciertos síntomas físicos o psicológicos con empleo de fármacos y
países europeos tienen puntuaciones entre 5,63 (Luxemburgo) aun dejar al paciente plenamente consciente. Los cuidados palia­
y 2,23 (Malta), con una puntuación media europea de 4,7114. tivos ofrecen entonces la posibilidad, en consulta con el paciente
Claramente, la razón por la que Bélgica y Holanda tienen legis­ y la familia, de administrar una sedación paliativa, en la que se
lación sobre la eutanasia no es porque la opinión pública en reduce el estado de conciencia hasta el punto de que los sín­
estos países sea significativamente diferente de la del resto del tomas refractarios se suprimen de manera adecuada. Este segundo
mundo. supuesto es una infravaloración seria de la capacidad de los cuida­
Desde luego, las respuestas a los cuestionarios sobre eutanasia dos paliativos para librar a los pacientes de un sufrimiento inso­
y suicidio con ayuda vienen determinadas por la manera en que se portable y asegurar que las razones para muchas peticiones de
formulan las preguntas. La imagen de una persona terminalmente eutanasia simplemente desaparezcan.
enferma, víctima de dolor físico insoportable e indeleble, que
solicita que se ponga fin a su vida encontrará en muchos países
occidentales una mayoría que piensa que la eutanasia no es sólo
moralmente aceptable sino que debe ser legalmente posible. Tercera suposición: el médico medio tiene
la necesaria experiencia en relación
con los cuidados paliativos
El argumento de que se necesita la eutanasia y el suicidio con
CUATRO SUPOSICION ES ayuda médica porque algunas personas tendrían de otro modo una
La opinión pública sobre la eutanasia y el suicidio con ayuda muerte inhumana se basa en otro presupuesto igualmente cues­
médica es flexible, no rígida. Además, constituiría un error supo­ tionable. Es éste la idea de que las personas que m ueren de modo
ner que la opinión pública sobre cuestiones está realmente inhumano lo hacen sólo después de que sus médicos y cuidado­
informada; es decir, basada en una correcta valoración de los res le hayan proporcionado todos los cuidados paliativos posibles
problemas reales que afrontan los pacientes terminalmente en­ para ahorrar al paciente este amargo final. Es un error creer que
fermos y las posibilidades reales ofrecidas por los cuidados el médico, la residencia para personas mayores o la sala hospita­
paliativos. Con frecuencia hay cuatro suposiciones en la opi­ laria comunes poseen la experiencia y medios para los cuidados
nión pública en relación con la eutanasia y el suicidio con ayuda paliativos más modernos. Las lecciones del campo del control
médica. del dolor -y el control eficaz del dolor es absolutamente esencial
en los cuidados paliativos- revelan que el tratamiento médico
medio del paciente incurablemente enfermo acusa con frecuen­
cia unos defectos importantes. Tristemente, los conocimientos
expertos en cuidados paliativos no están todavía disponibles
Primera suposición: algunas personas tienen en general.
una muerte inhumana
Los políticos que presentan y defienden un proyecto de ley de
eutanasia lo hacen con frecuencia a partir de un compromiso Cuarta suposición: el paciente con dolores
ético, un interés genuino por el destino de los que mueren en insoportables está tom ando una elección
circunstancias inhumanas. En efecto, aunque se ha hecho un
gran progreso en este campo, hay aún personas que se enfren­ autónom a libre
tan, en su lecho de muerte, a un sufrimiento continuo e inso­ Una cuarta, y de nuevo cuestionable, suposición tiene que ver con
portable. Cualquier familiar, amigo, conocido o cuidador que la presunta autonomía del paciente con dolores insoportables. Un
haya sido testigo de tal modo de morir puede, de forma no sor­ paciente terminalmente enfermo que padece un dolor intolerable
prendente, adoptar una actitud positiva hacia la eutanasia y el y al que no ve fin será llevado rápidamente a pedir la eutanasia
suicidio con ayuda médica. En cualquier caso, no puede ser o el suicidio con ayuda. En tal caso, el paciente no está tomando
sobrestimado el impacto de tales experiencias personales o his­ una elección autónoma libre. La presión ejercida p or las circuns­
torias de los medios de comunicación sobre las actitudes hacia la tancias degradantes es tan grande que la propia voluntad del
eutanasia. paciente y sus convicciones apenas tienen alguna influencia. En
tales casos, la elección del paciente no puede ser entre los cuida­
dos paliativos p or una parte y la eutanasia o el suicidio con ayuda
médica por otra. Los cuidados paliativos no son un tratamiento
Segunda suposición: los cuidados paliativos algo exótico o esotérico disponible para el paciente incurable­
son inútiles en tales casos m ente enfermo tan sólo como una posibilidad. Son, o más bien
deberían ser, el planteamiento estándar activo y total con que
Lo que resulta problemático en el razonamiento de que sin euta­ la medicina y la atención sanitaria responden al paciente termi­
nasia y suicidio con ayuda médica algunas personas tienen una nal. En este sentido, son, o deberían ser, más un punto de partida
muerte inhumana no es el hecho de que los pacientes incura­ manifiesto que una elección consciente y explícita tomada por el
blemente enfermos terminan en ocasiones la vida en circuns­ paciente.
tancias degradantes. Es más bien la suposición incorrecta de que Si en realidad se quiere respetar la autonomía y la libertad
lo hacen porque ya nada más es posible, porque en estos casos de elección, es de la máxima importancia que los pacientes ter­
trágicos la medicina es impotente y un sufrimiento insoportable minalmente enfermos sean tratados según los principios de los
es simplemente una parte inevitable de morirse. Sin embargo, cuidados paliativos. De otro modo, muchas personas pedirán
incluso si se producen muertes inhumanas, no tienen por qué (y recibirán) la eutanasia por razones que tienen que ver más con
ocurrir. los defectos del sistema sanitario que con la voluntad autónoma.
Esta suposición infravalora las posibilidades ofrecidas por los Los cuidados paliativos no pueden resolver o prevenir todas
cuidados paliativos especializados e interdisciplinarios. Casi siem­ las peticiones de eutanasia o de suicidio con ayuda médica. Habrá
pre es posible permitir una muerte humana digna. El dolor y otros siempre personas que continúen solicitando la eutanasia, incluso
síntomas (p. ej., náuseas, angustia, inquietud) pueden ser tratados con las mejores medidas de cuidados paliativos, e incluso cuando

PARTE I PRINCIPIOS
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Eutanasia y suicidio con ayuda m édica I C A P Í T U L O 21 113

se hayan controlado los síntomas físicos y psicológicos por los Preceptos, los cinco mandamientos fundamentales para los laicos,
que sufren. En muchos casos, se trata de personas que conside­ prohíbe matar. Según la doctrina del ka rm a antes mencionada,
ran que sus vidas no tienen ya significado alguno o que quieren la mayoría de las autoridades religiosas y de los autores budistas
permanecer en control. Es a tenor de estas consideraciones, el se muestra reacia a condonar la eutanasia y el suicidio con ayuda.
nivel del significado más que los problemas puramente físicos o Otros, no obstante, señalan la mayor importancia de la compasión
psicológicos, por lo que deberían ser comprendidas sus peticio­ (karuna) en el budismo y, como consecuencia, abogan por una
nes de eutanasia. Sin embargo, el contacto regular con las per­ cierta apertura a la eutanasia y al suicidio con ayuda19. El sijismo
sonas que se están muriendo nos enseña que sólo una pequeña ofrece a sus seguidores un marco general (centrada en la escri­
minoría que pide la eutanasia pertenece a estas categorías. En la tura sagrada de los sijs, el Guru Granth Sahib), pero no ofrece
gran mayoría de los pacientes que solicitan la eutanasia, la peti­ unas directrices concretas en relación con los nuevos dilemas
ción se desvanece después de haber aplicado los efectos benefi­ éticos. El sijismo considera la vida un don de Dios, y Dios es el
ciosos de unos buenos cuidados paliativos (incluida una atención único que decide sobre la vida y la muerte. De acuerdo con estos
específica a las necesidades psicológicas y espirituales de los principios, la mayoría de los sijs denuncia la eutanasia y el suicidio
pacientes). La gran mayoría de las personas terminalmente enfer­ con ayuda.
mas no quieren la eutanasia; quieren vivir, incluso en los meses,
semanas y días finales. Los cuidados paliativos no son tanto sobre
un m orir humano como sobre un vivir humano encarando la
muerte15.
¿EUTANASIA LENTA?
Hay mucha confusión en relación con el control del dolor y la
sedación entre el público general. La propia práctica médica no
RELIGIONES DEL M U N D O Y EUTANASIA siempre evita la ambigüedad. Algunos estudios han investigado
la incidencia de la «intensificación del alivio del dolor y el sufri­
Presentamos aquí tan sólo una breve visión de conjunto de miento en parte con la intención de acelerar la m uerte del p a ­
cómo ven las principales religiones la eutanasia (tal como se ciente» [cursiva añadida] clasificando esta práctica dudosa pero
ha definido anteriormente en este capítulo) y el suicidio con lamentablemente no infrecuente, sin hacerse preguntas, como
ayuda. Obviamente, nada se dice sobre las ideas de las diversas control del dolor y los síntomas20,21. La sedación, a su vez, es acu­
religiones sobre el control del dolor, la sedación paliativa o rete­ sada en ocasiones de ser una «eutanasia lenta»22. En cualquier caso,
ner o retirar un tratamiento sustentador de vida. Todas las tradi­ la ambigüedad y el abuso ponen el control del dolor y la sedación
ciones religiosas comparten una visión positiva de los cuidados bajo una mala luz, y las hace parecer similares a la eutanasia. Esto
paliativos. puede originar que los demás médicos, los pacientes y las fami­
Varios estudios señalan una clara conexión entre la afiliación lias teman una medicación o sedación potente frente al dolor. Un
religiosa y una actitud negativa hacia la eutanasia y el suicidio infratratamiento de un dolor importante y un sufrimiento inhu­
con ayuda médica14. No es sorprendente. Quienes aceptan que mano pueden ser la trágica consecuencia.
Dios determina y controla la realidad y decide sobre la vida y la Para evitar malas interpretaciones y una mala práctica, pre­
muerte se mostrarán reacios a adoptar tales decisiones sobre ellos viamente he introducido el término sedación paliativa (para
mismos. La visión de las principales religiones sobre la eutana­ sustituir a la ambigua sedación te r m in a te y he ofrecido defi­
sia y el suicidio con ayuda es predominantemente negativa. Casi niciones precisas, tanto del control del dolor («la administración
todos los autores rabinos judíos argumentan en contra de la euta­ intencionada de analgésicos u otros fármacos en dosis y combi­
nasia y el suicidio ayudado. Incluso cuando una persona es un naciones requeridas para aliviar adecuadamente el dolor») como
goses (una persona que se espera que muera en las siguientes de la sedación paliativa («la administración intencionada de
72 horas), no está permitido acelerar el proceso intencionadamente. sedantes en dosis y combinaciones requeridas para reducir la
En relación con esta postura, los rabinos ortodoxos, conservado­ conciencia de un paciente terminal según las necesidades para
res y reformistas se remiten a la halakhah (la ley religiosa de los aliviar de modo adecuado uno o más síntomas persistentes»)23-25.
judíos, que consta de la Torah, el Talmud y otros textos)16. Entre Definiciones como éstas permiten trazar una línea nítida entre el
las diversas iglesias cristianas prevalece la santidad de la vida. La control del dolor y la sedación paliativa por una parte y la euta­
vida nos ha sido dada por Dios y le pertenece exclusivamente a Él. nasia por otra. La esencia del control del dolor y la sedación
Matar a una persona inocente, incluso a petición propia, va contra paliativa es que son formas de control de síntomas. La intención
el mandamiento bíblico «No matarás» y es una negación del valor del médico en ambos casos es combatir un síntoma, no termi­
intrínseco de cada ser humano, hecho a imagen de Dios. La posi­ nar con la vida. Es preciso que todas las acciones emprendidas
ción oficial de la mayoría de las iglesias cristianas es muy opuesta reflejen esta intención. En un campo en el que las dosis y com­
a la eutanasia y al suicidio con ayuda. La religión islámica tiene binaciones son cruciales (es decir, la sobredosificación puede
una actitud similar. A tenor de la santidad de la vida, la idea de que en efecto, acortar la vida), las dosis y combinaciones adminis­
los seres humanos son administradores responsables de sus cuer­ tradas deben ser proporcionadas al sufrimiento específico que
pos, y la prohibición de ir en contra del plan divino que Dios tiene el clínico desea aliviar. La adecuación y la proporcionalidad
para cada persona, la eutanasia y el suicidio con ayuda son inacep­ están en el primer plano de lo que es y debe ser hecho a nivel
tables para los ulam as islámicos (autoridades religiosas)17. objetivo.
La eutanasia y el suicidio con ayuda violan importantes ideas Existe entonces esta importante y triple distinción: la inten­
y principios del hinduismo. Chocan contra la virtud central del ción (control de los síntomas), la acción (administrar sólo lo que
ahimsa (no dañar) y dan lugar a un mal karm a tanto al médico es necesario para controlar los síntomas) y el resultado (en la gran
(que utiliza la violencia) como al paciente (que se enfrentará al mayoría de los casos sin el efecto de acortar la vida) son total­
sufrimiento de nuevo en una próxima vida, por sus errores en mente diferentes en el control del dolor y en la sedación paliativa
vidas previas). Por otra parte, en ocasiones se argumenta que ayu­ frente a la eutanasia23"26 (tabla 21-1). Un médico que alega llevar
dar a un paciente a morir no constituye una violación del dharma a cabo el control del dolor o una sedación paliativa pero que de
del médico (deber)18. El principio del ahimsa desempeña tam­ hecho sabe que las dosis excesivas acortan la vida de un paciente
bién un papel capital en el budismo. El primero de los Cinco puede estar administrando una «eutanasia lenta» pero, ciertamente,

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114 S E C C IÓ N C | Bioética

| T A B L A 2 1 -1 D istinciones e n tre el co n tro l del d o lo r, la sedación paliativa y la eutanasia

F A C TO R C O N T R O L D E L D O LO R SED A C IÓ N PALIATIV A E U TA N A S IA Y S U IC ID IO
CO N A Y U D A M É D IC A

Intención Control de los síntomas Control de los síntomas Terminar la vida


Acción Administrar la cantidad de fármacos necesaria Administrar la cantidad de fármacos necesaria Administrar la cantidad de fármacos
para controlar el dolor (proporcionalidad) para controlar el síntoma (proporcionalidad) necesaria para terminar la vida
Resultado Acorta la vida sólo en casos muy excepcionales Acorta la vida sólo en casos excepcionales Terminación de la vida (por
(y puede tener efecto prolongador de la vida) definición)

no está efectuando un control del dolor o una sedación paliativa. médico no deba tomar la petición del paciente o de la familia muy
Aún más problemático que la eutanasia o el suicidio con ayuda en serio. En un diálogo abierto y continuado con el paciente o
médica es la eutanasia disfrazada. la familia, el médico debe comunicar que, aunque la eutanasia y
el suicidio con ayuda no constituyen una opción, todo el equipo
de cuidadores hará todo lo posible y propondrá cualquier trata­
TRATAR CON LAS PETICIONES DE EUTANASIA miento paliativo apropiado (incluida en caso necesario la seda­
O DE SU ICIDIO CON AYUDA M ÉDIC A ción paliativa) para aliviar el sufrimiento.

Los cuidadores que trabajan con pacientes terminalmente enfer­


mos afrontarán pacientes que (ya en términos precavidos o de
modo explícito) piden la eutanasia o el suicidio con ayuda o con Descubra las razones que hay detrás
miembros familiares que solicitan poner fin al sufrimiento de su de la petición
ser querido. Varios elementos desempeñan un papel central en un
planteamiento éticamente responsable para tratar estas cuestio­ Las personas no piden la eutanasia o el suicidio asistido por algún
nes. Supongamos una situación legal en la que tanto la eutanasia mórbido deseo de muerte o porque siempre hayan deseado
como el suicidio con ayuda son ilegales, aunque los puntos aquí tanto morir, sino más bien porque, en un momento dado de su
comentados son igualmente importantes en Bélgica, Holanda, enfermedad, su sufrimiento y, en consecuencia la vida misma, se
Oregon y Suiza. vuelve insoportable. Además, la voluntad de vivir y la voluntad
de morir muestran una fluctuación sustancial entre las personas
que se están muriendo27. Varios factores pueden ser decisivos en
Emplee el diálogo y el respeto una petición de eutanasia o de suicidio con ayuda, con frecuen­
cia combinados; son éstos el temor de lo que está por venir, las
El diálogo y el respeto son cruciales a la hora de tratar con peti­ dificultades respiratorias, el dolor físico, la pérdida de control, el
ciones de eutanasia o de suicidio con ayuda. Las mejores oportuni­ aumento de la debilidad y la dependencia de otros, y la desespe­
dades de una muerte digna son por medio de un diálogo honesto, ranza y depresión28,29. Detrás de una petición de eutanasia o de
caracterizado por la sinceridad y el respeto por las creencias, emo­ suicidio con ayuda hay siempre un sufrimiento físico, psicológico,
ciones y actitudes del paciente y la familia, así como por las del social o espiritual que ha causado un descenso en la calidad de
médico y otros cuidadores. vida. Es responsabilidad del cuidador que recibe una petición des­
cubrir por medio de discusiones abiertas y en profundidad las
razones que hay detrás del deseo del paciente para terminar con
Cumpla la ley su vida. ¿Qué es exactamente lo que hace que la vida del paciente
En una sociedad en la que la eutanasia y el suicidio con ayuda no sea ya soportable?
están prohibidos, como regla general el médico debe cumplir la
ley. Este principio va más allá de simplemente evitar el riesgo de
enjuiciamiento y sus consecuencias para el médico y la institu­
ción. Primero y ante todo, los médicos no han de colocarse a sí Revalúe y optimice los cuidados ofrecidos
mismos por encima de la ley, ciertamente no en situaciones de ¿Cómo pueden los cuidadores aliviar el sufrimiento físico, psico­
vida o muerte; los médicos pueden y deben ejercer su autono­ lógico, social o espiritual que está en el origen de la solicitud de
mía profesional dentro de los límites fijados p o r una sociedad eutanasia o de suicidio con ayuda? Una petición para terminar
por medio de sus cuerpos legislativos. Segundo, en los casos con la propia vida, aunque sea vaga, debe ser siempre estimular
de eutanasia y suicidio con ayuda ilegales, es probable que no una evaluación completa y una optimización de los cuidados ofre­
se respetaran las salvaguardas de los procedimientos encontra­ cidos. ¿Qué podría hacerse para optimizar los cuidados (incluidos
das en las leyes de la eutanasia; para evitar el riesgo de enjui­ los psicológicos y espirituales) aún más precisamente en rela­
ciamiento, la eutanasia y el suicidio con ayuda serían llevados a ción con las necesidades del paciente? ¿Es realmente imposible
cabo en secreto. Por esta razón, no tendría lugar una discusión aliviar el sufrimiento? ¿Hemos alcanzado simplemente los límites
abierta con el equipo de enfermería, con un colega indepen­ de nuestras capacidades y, por consiguiente, requerimos consejo
diente, con el equipo de cuidados paliativos, etc. Como resultado, especializado?
existe mayor riesgo de que la eutanasia o el suicidio con ayuda
fuesen llevados a cabo en casos en los que otras medidas mucho
menos drásticas y problemáticas podrían haber solucionado el
sufrimiento insoportable. Haga un planteamiento interdisciplinario
Dado que los cuidados paliativos consideran a los pacientes en su
Tome en serio la petición totalidad, los cuidados paliativos son, por definición, interdisciplina­
rios. Por esta razón, un médico que recibe la petición de eutanasia
El hecho de que lo que se pide (es decir, la eutanasia o el sui­ o de suicidio ayudado nunca puede actuar solo. Tratar tal petición
cidio con ayuda médica) esté fuera de lugar, no significa que el de modo responsable implica un planteamiento interdisciplinario.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Bioética de la investigación I C A P Í T U L O 2 2 115

Existen diversos y complejos motivos que pueden subyacer a tal 13- Duncan OD, Parmelee LF.Trends in public approval of euthanasia and suicide
petición, y varios cuidadores pueden ofrecer sus propias perspec­ in the US, 1947-2003.J Med Ethics 2006;32:266-272.

I
14. Cohen J, Marcoux I, Bilsen J, et al. European public acceptance of euthanasia:
tivas. Por ejemplo, las enfermeras están a menudo próximas a sus Socio-demographic and cultural factors associated with the acceptance of
pacientes, literal y figuradamente y, por tanto, se hallan de igual euthanasia in 33 European countries. Soc Sci Med 2006;63:743-756.
manera en una buena posición para conocer las razones que hay 15. Cannaerts N, Dierckx de Casterlé B, Grypdonck M. Palliatieve Zorg: Zorg Voor
detrás de la petición. Con frecuencia es necesaria una aportación Het Leven, een Onderzoek Naar de Specifieke Bijdrage van de Residentiele
Palliatieve Zorgverlening. Gent:Academia, 2000.
especializada de varias disciplinas para aliviar el sufrimiento del 16. Mackler AL. Introduction to Jewish and Catholic Bio-Ethics: A Comparative
paciente. Analysis.Washington, DC: Georgetown University Press, 2003. pp 64-84.
17. Brockopp JE. Islamic Ethics of Life: Abortion, War and Euthanasia. (Studies in
Comparative Religion.). Columbia: University of South Carolina Press, 2003.
18. Firth S, End-of-life A. Hindu view. Lancet 2005;366:682-686.
Consulte con el equipo de cuidados paliativos 19- Keown D. Buddhism and Bioethics. London: MacMillan, 1995.
20. van der Heide A, Deliens L, Faisst K, et al. End-of-life decision-making in six
Por el papel crucial desempeñado por una experiencia especia­ European countries: Descriptive stud)'. Lancet 2003;362:345-350.
lizada e interdisciplinaria, se recomienda fuertemente consultar 21. Seale C. National survey of end-of-life decisions made by UK medical practitio­
con un equipo de apoyo paliativo local cuando un médico o una ners. Palliat Med 2006;20:3-10.
enfermera se hallan ante una petición de eutanasia o de suicidio 22. Billings JA, Block SD.Slow euthanasia.J Pal Care 1996;12(4):21-30.
con ayuda. Corresponde a este equipo mejorar la calidad de vida 23- Broeckaert B. Palliative sedation defined o r why and when sedation Ls not
euthanasia.J Pain Symptom Manage 2000;20:S58.
del enfermo incurable y aliviar su sufrimiento lo más posible, con 24. Broeckaert B, Núñez Olarte JM. Euthanasia and physician-assisted suicide. In
independencia de su naturaleza. Estos equipos interdisciplinarios ten Have H, Clark D (eds).The Ethics of Palliative Care: European Perspectives.
proporcionan experiencia paliativa; no toman decisiones por Buckingham: Open University Press, 2002, pp 166-180.
el paciente, el médico o la enfermera implicados, sino que más 25. Broeckaert B. Palliative sedation: Ethical aspects. In Gastmans C (ed). Between
Technology and Humanity: The Impact of Technology on Health Care Ethics.
bien les informan sobre las diversas opciones paliativas y ofrecen Leuven: Leuven University Press, 2002, pp 239-255.
apoyo, en especial en circunstancias muy difíciles. 26. Materstvedt LJ, Clark D, Ellershaw J, et al. Euthanasia and physician-assisted sui­
c id e d view from an EAPC Ethics Task Force. Palliat Med 2003;17:97-101.
27. Chochinov HM, Tataryn D, Clinch JJ, et al. Will to live in the terminally ill.
Lancet 1999;354:816-819.
CONCLUSIÓN: UN FILTRO PALIATIVO 28. Chochinov HM. Dying, dignity, and new horizons in palliative end-of-life care.
CA Cancer J Clin 2006;56:84-103-
La eutanasia y el suicidio con ayuda médica se encuentran entre 29- van der Lee ML, van der Bom JG, Swarte NB, et al. Euthanasia and depression:
los aspectos más controvertidos de los cuidados paliativos. Hay A prospective cohort study among terminally ill cancer patients. J Clin Oncol
muchos aspectos de este delicado problema ético, y sólo unos 2005;23:6607-6612.
pocos se han comentado brevemente aquí. Es cierto que los cui­ 30. Broeckaert B, Janssens R. Palliative care and euthanasia: Belgian and Dutch
dados paliativos interdisciplinarios no pueden prevenir o dar una perspectives. In Schotsmans P, Meulenbergs T (eds). Euthanasia and Palliative
Care in the Low Countries. Paris: Peeters, 2005, pp 34-62.
respuesta adecuada a todas y cada una de las peticiones de eutana­
sia. Lo que he denominado filtro paliativo30 puede evitar mucho
sufrimiento insoportable así como la tragedia de la eutanasia o el Ü E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
suicidio con ayuda médica asociada a falsas elecciones derivadas Lavi SJ. The Modem Art of Dying: A History of Euthanasia in the
de unos malos cuidados paliativos más que de un deseo explíci­ United States. Princeton: Princeton University Press, 2005.
to de poner fin a la propia vida.
Schotsmans P, Meulenbergs T (eds). Euthanasia and Palliative Care
in the Low Countries. Paris: Peeters, 2005.
ten Have H, Clark D (eds). The Ethics of Palliative Care: European
B I B L I O G R A F Í A Perspectives. Buckingham: Open University Press, 2002.
1. Emanuel EJ.The history of euthanasia debates in the United States and Britain.
Ann Intern Med 1994;121:793-802.
2. Adams M, Nys H. Euthanasia in the low countries: Comparative reflections on
the Belgian and Dutch euthanasia act. In Schotsmans P, Meulenbergs T (eds).
Euthanasia and Palliative Care in the Low Countries. Paris: Peeters, 2005,
pp 5-33-
3. Belgian Advisor)' Committee on Bioethics. Advice No 1 of 12, May 1997, con­
cerning the desirability of a legal recognition of euthanasia. Available at https://
p o rta l.health. fgov.be/portal/page?_pageid=56,512676&_dad= portal&_
schema=PORTAL (accessed January 2008).
| CAPÍTULO 22
4. Roy DJ. Euthanasia and withholding treatment. In Doyle D, Hanks G, Cherny N,
Calman K (eds). Oxford Textbook of Palliative Medicine, 3rd ed. Oxford: Oxford
University Press, 2005, pp 84-97.
5. Bercovitch M,Waller A.AdunskyA. High dose morphine use in the hospice set-
Bioética de la investigación
ting:A database survey of patient characteristics and effect on life expectancy.
Cancer 1999;86:871-877. Carmen Paradis y Kathryn L. Weise
6. Broeckaert B. Belgium: Towards a legal recognition of euthanasia. Eur J Health
Law 2001;8:95-107.
7. Federale Controle en Evaluatiecommissie Euthanasie. Eerste verslag aan de
£>2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
wetgevende kamers (22 September 2002-31 December 2003), 22 November
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

2004. Available at http://www.dekamer.be/FLWB/pdf/51/1374/51K1374002.


pdf (accessed September 2007).
8. Regionale toetsingcommissies euthanasie, Available at http://www.toetsing.s-
commissieseuthanasie.nl/Toetsingscommissie/jaarverslag (accessed January P U N T O S
2008).
9. van der Wal G, van der Heide A, Onwuteaka-Philipsen BD, van der Maas PJ. » Para la investigación es esencial el consentimiento informado.
Medische besluitvorming aan het einde van het leven: De praktijk en de toet- > Los riesgos han de ser compensados por los beneficios.
singsprocedure euthanasie. Utrecht: DeTijdstroom, 2003.
» La investigación ha de tener validez científica.
10. Hurst SA, Mauron A.Assisted suicide and euthanasia in Switzerland: Allowing a
role for non-physicians. BMJ 2003;326:271-273- • El empleo de placebo no ha de dar lugar a una calidad de los cuidados infe­
11. State of Oregon. Death with Dignity Act. Available at http://www.oregon.gov/ rior a la estandarizada.
DHS/ph/pas (accessed January 2008). » Los médicos que tratan a pacientes pueden actuar como investigadores,
12. Cohen J, Marcoux I, Bilsen J, et al.Trends in acceptance of euthanasia among
pero han de tener cuidado para no confundir los papeles.
the general public in 12 European countries (1981-1999)- Eur J Public Health
2006; 16:663-669- Epub 2006 Apr 26.

ERRNVPHGLFRVRUJ
116 S E C C IÓ N C | Bioética

La ética de la investigación actual comenzó con el desarrollo Unido, Research Ethics Committees; en Canadá, Research
de los códigos internacionales después de la segunda guerra mun­ Ethics Boards.)
dial. Las diferentes naciones adaptaron estos códigos para crear 2. Los riesgos para los sujetos han de ser compensados por los
sus propios modelos específicos. A medida que fue creciendo la beneficios potenciales para el sujeto u otros.
experiencia de la investigación, se produjo una comprensión más 3. Debe protegerse la intimidad del sujeto.
matizada para asegurarse de que quedaban salvaguardadas en la 4. Los investigadores han de publicar sus resultados de modo
investigación las consideraciones éticas de beneficencia, justicia exacto.
y respeto por las personas. El uso del consentimiento informado 5. Hay que tener un cuidado particular al obtener el consenti­
trata de amparar que se respete al individuo, que la igualdad de miento si un sujeto está bajo coacción o en una relación de
distribución y los placebos cumplan el principio de beneficencia, dependencia de la persona que lo obtiene.
y que la inclusividad exprese justicia. 6. En caso de incompetencia legal, ya sea por incapacidad
física o mental o porque el sujeto sea un niño menor, hay
que lograr el consentimiento informado de una persona
responsable de acuerdo a las leyes de la nación. Si un
C Ó D IG O S DE ÉTICA EN INVESTIGACIÓN menor es capaz de dar el consentimiento, se debe obte­
ner dicho consentimiento además de (el de) el tutor
C ód igo de Nuremberg legal.
El Código de Nuremberg de 1947 estableció un estándar por el
cual juzgar la experimentación nazi con humanos. Dicho código,
La Declaración de Helsinki tiene una sección especial para
junto con los Helsinki Ethical Principles for Medical Research
ocuparse de la combinación de la investigación médica con la
Involving Human Subjects, elaborados por la World Medical
atención clínica y la investigación no terapéutica. Especifica que
Association en 1964, constituyen la base de los principios éticos
todo paciente, incluidos los que figuran en los grupos de con­
que muchas naciones han codificado para asegurarse de que la
trol, han de recibir el mejor estándar de cuidados disponible y
investigación con humanos se lleva a cabo de modo ético.
que el rechazo a participar en la investigación no debe interfe­
El Código de Nuremberg puede dividirse en dos secciones:
rir en la relación médico-paciente. Permite el uso de una nueva
los cuidados debidos a los sujetos y los atributos científicos de la
medida diagnóstica o terapéutica si un médico estima que tiene
investigación. Las normas dirigidas a los cuidados de los sujetos
el potencial de salvar una vida, restablecer la salud o aliviar el
en investigación son expresiones de beneficencia y de respeto por
sufrimiento2.
las personas1:

1. Los sujetos han de mostrarse de acuerdo de modo volunta­


rio en participar en la investigación, comprender su natu­
raleza, de cómo se lleva a cabo, y lo que significará para Informe Belmont
ellos en términos de molestias y peligros para su salud y su
persona. Evolucionando a partir del Código de Nuremberg y de la
2. Hay que reducir al mínimo los riesgos y daños a los sujetos; Declaración de Helsinki, el Informe Belmont de 1976 divulgó
el grado de riesgo permitido debe ser compensado por el unos principios éticos básicos para la investigación con humanos
valor del conocimiento conseguido. en Estados Unidos3. Basándose en la cautela de la Declaración de
3. Los sujetos deben tener libertad para retirarse de la investi­ Helsinki sobre los sujetos dependientes, trataba del aspecto
gación durante su curso. de «práctica» frente a «investigación». Definía práctica como
«intervenciones... diseñadas solamente para aumentar el bienes­
Las normas relativas a la ciencia de la investigación reconocen tar de un paciente o cliente individual, que tienen una expecta­
que la investigación que es improbable que beneficie a la socie­ tiva razonable de éxito», y añadía que el propósito de la práctica
dad no es ética porque expone a los sujetos a un riesgo innecesa­ es proporcionar un diagnóstico, un tratamiento preventivo o un
rio de dudoso beneficio1: tratamiento a un individuo. La investigación era definida como
cualquier actividad, descrita en un protocolo formal, que está
1. La investigación debe ser diseñada con la expectativa de concebida para probar una hipótesis o permitir que se extraigan
rendir resultados útiles a la sociedad. conclusiones para contribuir al conocimiento generalizable. El
2. El diseño de la investigación debe basarse en el conoci­ informe concluía que es permisible llevar a cabo la investigación
miento obtenido de la experimentación con animales o la y la práctica unidas si la investigación está pensada para evaluar la
historia natural de la afección que se está estudiando para seguridad y eficacia de un tratamiento. Aconsejaba que, si existe
asegurarse de que los resultados serán útiles a la sociedad. cualquier elemento de investigación en una actividad, debe some­
3. La investigación debe ser llevada a cabo por personas cien­ terse a revisión por un comité independiente. Aunque no todo
tíficamente cualificadas. procedimiento nuevo ha de considerarse investigación simple­
4. Los científicos encargados han de estar preparados para ter­ mente porque sea diferente o no se haya probado, si se cree que
minar la investigación en un momento dado si creen que el un procedimiento innovador tiene potencialmente una aplicabili-
riesgo de daño es demasiado elevado. dad generalizada, debe elaborarse un protocolo de investigación
para probar su eficacia y seguridad. El Informe Belmont aconse­
jaba que los mismos principios éticos básicos (respeto por las per­
sonas, beneficencia y justicia) que sirven como justificación ética
Declaración de Helsinki para evaluar las acciones en la sociedad debían utilizarse para eva­
luar el proceder de la investigación3.
La Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial2
expresa los mismos principios de base que el Código de Nu­
remberg, y añade que:
1. Los comités especiales, independientes del investigador, Declaración de política triconsiliaria
deben considerar, comentar y guiar los protocolos de inves­
tigación. (En Estados Unidos estos comités se conocen con En 1998, Canadá elaboró unTri-Council Policy Statement que con­
la denominación de Institutional Review Boards; en el Reino tenía muchos de estos mismos principios y añadía el respeto por

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Bioética de la investigación I C A P Í T U L O 2 2 117

la dignidad humana, por las personas vulnerables y por la justicia Boards determinen que se establecen las adecuadas provisiones
y el carácter inclusivo. para solicitar permiso a los padres o tutores y el asentimiento de
los niños cuya edad, madurez y estado psicológico les permita ser
considerados capaces de consentir6. Esto ayuda a asegurar que se
hace justicia, al dar a los niños acceso a los resultados de la investi­
gación, y que se les concede el respeto que se les debe como per­
CONSENTIM IENTO IN F O RM ADO sonas al tiempo que se protege su vulnerabilidad según dicte la
PARA LA INVESTIGACIÓN situación.
El consentimiento informado es esencial para rendir respeto a las
personas. Es la condición sine qua non de la investigación con
sujetos humanos, la primera instrucción del Código de Nuremberg IG U ALDAD DE DISTRIBUCIÓN
y la más detallada. En los códigos de investigación de todas las
naciones se trata de él. Específicamente, el consentimiento para La igualdad de distribución clínica permite a los clínicos cumplir
participar en una investigación ha de ser voluntario y con posi­ su obligación terapéutica al proporcionar al paciente el mejor
bilidad de ser retirado en cualquier momento. Para ser capaz de estándar de atención y a los investigadores alcanzar el fin de que
dar el consentimiento para una investigación, es necesario tener progrese el conocimiento generalizable. Para cumplir la igualdad
la capacidad de comprender su naturaleza, fines y requerimientos de distribución clínica, un investigador ha de tener duda genuina
y sus potenciales beneficios y riesgos de producir daño en uno sobre qué intervención es mejor cuando los sujetos sometidos a
mismo. La ausencia de tal capacidad, a la que se denomina capa­ investigación quedan asignados de modo aleatorio a una de varias
cidad para tomar una decisión (CTD), significa que una persona intervenciones. La intención de este requerimiento es reducir al
carece de la aptitud para consentir la investigación de modo infor­ mínimo el riesgo y aumentar al máximo el beneficio. En medicina,
mado. La persona puede tener un trastorno de la CTD por enfer­ una vez que el tratamiento se convierte en el estándar de aten­
medades como la demencia de Alzheimer o por ser demasiado ción, los médicos lo aceptan con frecuencia como portador de
joven para haber alcanzado una suficiente capacidad cognitiva. La beneficio, aunque pudiera no serlo. Esta proclividad puede cons­
coacción puede alterar la CTD. Las alteraciones en la CTD pueden tituir una desventaja para la igualdad de distribución individual
ser temporales o permanentes y tener altibajos con cambios en del médico-investigador sobre un tratamiento en investigación.
la medicación y la progresión de la enfermedad, especialmente en la Dada la historia de la medicina de aceptar tratamientos ineficaces
enfermedad avanzada, cuando dicha progresión puede ser rápida (p. ej., la ligadura de la mamaria interna para la angina) como el
(v. cap. 28). estándar de atención, se ha recomendado el uso del conocimiento
Negar la oportunidad de participar en la investigación a los que basado en pruebas como el criterio para determinar la igualdad
carecen de CTD o la tienen deteriorada les aparta de los benefi­ de distribución. Ello significa que, en general, los estudios avan­
cios de la medicina basada en pruebas que la investigación pro­ zarán sólo si la cuestión de qué intervención es mejor para una
duce. Dado que los avances más significativos en medicina han población particular no ha sido contestada por estudios bien dise­
venido de la investigación bien diseñada, sería injusto. Además, ñados7. La duda de la igualdad de distribución clínica se basaría
tal política restrictiva impediría que dichos individuos pudiesen entonces en la evidencia científica más que en la intuición o en la
actuar de modo altruista en el interés de otras personas de su práctica predominante.
grupo o la sociedad en general. Implicar que tales personas no tie­
nen la aptitud para contribuir a la sociedad denota una falta de
respeto hacia ellas. PLACEBOS
Para equilibrar estas necesidades de justicia y respeto por
las personas vulnerables, se han elaborado unas directrices para Se produce el efecto placebo cuando un paciente mejora con un
permitir a las personas con la CTD alterada que participen en tratamiento inactivo, el placebo. Se piensa comúnmente que se
la investigación. Tales individuos deben ser involucrados en el produce porque la gente cree que están siendo ayudados, no por
proceso de consentimiento en la medida en que sean capa­ algún atributo del placebo. Hay un gran debate acerca de la mag­
ces, dando su asentimiento o disentimiento, mientras que otro nitud de los efectos placebo. Parece que los placebos tienen más
individuo autorizado, como un padre, tutor o delegado desig­ efecto sobre el dolor y otros síntomas subjetivos (p. ej., la calidad
nado dé o retenga el permiso. Los que actúan como tomado­ de vida)8.
res de decisiones delegados deben esforzarse por tomarlas Dado que los cambios en la calidad de vida son un objetivo
según crean que lo haría el sujeto, considerando los deseos significativo de la investigación de los cuidados paliativos, existe
expresados previamente y las acciones del sujeto. Debe reva- controversia sobre si los placebos tienen un lugar en la investi­
luarse la CTD en caso indicado y, si existe CTD, debe brindarse gación de los cuidados paliativos con estas poblaciones vulnera­
entonces al individuo la oportunidad de consentir o rechazar bles. El consenso es que es éticamente permisible incluir placebos
voluntariamente. en estudios clínicos aleatorios (ECA) si el placebo es adicional al
Dado que los niños y adolescentes constituyen un grupo estándar de atención, si no hay un estándar eficaz conocido de
que normalmente se considera que no tienen CTD, la American tención para el síntoma estudiado o si se proporciona a los suje­
Academy of Pediatrics Committee on Bioethics ha tratado espe­ tos un acceso adecuado para un tratamiento de rescate. Una con­
cíficamente el aspecto del consentimiento en los menores. El sideración ética esencial es que los sujetos que reciben placebo
comité recomendó que los menores de 7 años de edad debían no han de tener como resultado una mayor probabilidad de sufrir
quedar comprometidos en el proceso de obtención del asenti­ que los sujetos que reciben el tratamiento activo (v. cap. 28).
miento o acuerdo mediante el uso de un lenguaje proporcionado
a su desarrollo. Este planteamiento reconoce que los cuidadores
tienen un papel en ayudar a los niños a desarrollar una implica­ JUSTICIA
ción activa en sus propios cuidados de salud. Reconoce también
que los menores que han estado crónicamente enfermos pueden Justicia significa que todas las personas de una sociedad tienen
ser tan capaces de comprender la enfermedad y el concepto de derecho a ciertos beneficios y a asumir las cargas de una manera
mortalidad personal como muchos adultos, y en tales situacio­ equitativa. Aplicada a la investigación, significa que todos los
nes es apropiada su participación en la toma de decisiones4’5. grupos deben tener iguales oportunidades de beneficiarse de las
Las ordenanzas de EE.UU. requieren que los Institutional Review pruebas científicas generadas por la investigación y de asumir

ERRNVPHGLFRVRUJ
118 S E C C IÓ N C | Bioética

clínico es parte de esa lucha. A medida que nos movemos hacia


Cuadro 22-1 Desafíos de la investigación
la realidad de la sociedad global, continuamos esforzándonos por
Asegurarse de q ue el consentim iento e s voluntario y suficiente­ resolver cómo aplicar los beneficios de la investigación a todos
m en te informado. los ciudadanos del mundo al tiempo que hacemos equitativas
Discrim inar en tre el tratam iento basado en pruebas y el aceptado al las cargas.
d eterm inar la igualdad d e distribución.
Separar los papeles y responsabilidades del m édico y del
investigador.
Asegurarse d e q u e to d o s los grupos sociales com parten las cargas y B I B L I O G R A F Í A
los beneficios d e la investigación d e m odo equitativo. 1. National Institutes of Health, Office of Human Subjects Research. Nuremberg
D eterm inar cóm o reducir las cargas al m ínimo sin p o n e r e n peligro Militar)' Tribunals: Nuremberg Code, 1947. Available at http://ohsr.od.nih.gov/
la validez científica. guidelines/nuremberg.html (accessed September 2007).
2. World Medical Association. World Medical Association Declaration of Helsinki
Ethical Principles for Medical Research Involving Human Subjects, 2000. BMJ
1996;313:1448-1449-
3. National Institutes of Health, Office of Human Subjects Research.The Belmont
Report: Ethical Principles and Guidelines for the Protection of Human Subjects
las cargas que forman parte de la adquisición de dicho conoci­ of Research. National Commission for the Protection of Human Subjects of
miento. Esto no significa que los individuos estén obligados a par­ Biomedical and Behavioral Research, 1979- Available at http://ohsr.od.nih.gov/
ticipar en la investigación, sino que más bien se les debe brindar guidelines/belmont.html (accessed September 2007).
la oportunidad. La preocupación con los sujetos de los cuidados 4. Committee on Bioethics, American Academy of Pediatrics. Informed con­
sent, parental permission, and assent in pediatric practice. Pediatrics
paliativos es que pueden hallarse en mayor riesgo de explotación 1995;95:314-317.
porque su enfermedad puede haberlos hecho más vulnerables y 5. Committee on Drugs,American Academy of Pediatrics. Guidelines for the ethi­
alterado su CTD. Este problema ha creado barreras perceptivas cal conduct of studies to evaluate drugs in pediatric populations. Pediatrics
y metodológicas para conducir tal investigación (v. cap. 28). Con 1995;95:286-294.
demasiada frecuencia, los pacientes están sometidos a tratamien­ 6. U.S. Department of Health and Human Services. Code of Federal Regulations,
Title 45 Public Welfare, Department of Health and Human Services. Part 46:
tos sintomáticos con efectos secundarios bien documentados Protection of Human Subjects. 2005. Available at http://www.hhs.gov/ohrp/
pero con beneficios no demostrados9. La falta de buenas prue­ humansubjects/guidance/45cfr46.htm (accessed September 2007).
bas en la medicina paliativa es, al menos parcialmente, algunos 7. Halpern SD. Evidence-based equipoise and research responsiveness. Am J
dirían en gran medida, atribuibles a la percepción de los pacien­ Bioeth 2006;6:1-4.
8. Krouse RS, Easson AM, Angelos P. Ethical considerations and barriers to
tes que se están muriendo como una clase especial de pacientes research in surgical palliative care.J Am Coll Surg 2003;196:469-474.
con desafíos éticos únicos que limitan la capacidad de acumular 9. Arraf K, Cox G, Oberle K. Using the Canadian Code o f Ethics for Registered
pruebas basadas en la investigación. Cuando la investigación con Nurses to Explore Ethics in Palliative Care Research. Nurs Ethics
poblaciones menos vulnerables puede extrapolarse a los cuidados 2004; 11:600-609.
paliativos, debe hacerse. Sin embargo, ha de reconocerse que un 10. Jubb AM. Palliative care research: Trading ethics for an evidence base. J Med
Ethics 2002;28:342-346.
paciente moribundo puede ser único en términos de fisiología y 11. American Academy of Pediatrics. Committee on Bioethics and Committee
fines de tratamiento, e incluso en calidad de vida. La investigación on Hospital Care. Palliative care for children. Pediatrics 2000; 106(2 Pt 1):
única para esta población, por justicia, debe ser llevada a cabo 351-357.
dentro de esta población10. De modo similar, la investigación en
cuidados paliativos en niños debe promoverse de modo que pue­
dan beneficiarse de esta evaluación de intervenciones y modelos
de cuidados11. L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
Jubb AM. Palliative care research: Trading ethics for an evidence
CONCLUSIONES base.J Med Ethics 2002;28:342-346.
National Institutes of Health, Office of Human Subjects Research.
La ética en la investigación continúa evolucionando. Las mayores Nuremberg Military Tribunals: Nuremberg Code, 1947.Available
controversias actuales se centran en el consentimiento informado, at http://ohsr.od.nih.gov/guidelines/nuremberg.html (accessed
el uso de placebos, la definición de la igualdad de distribución y September 2007).
en hallar las vías para atender al infraatendido (cuadro 22-1). Los National Institutes of Health, Office of Human Subjects Research.
aspectos en el consentimiento informado incluyen cómo apor­ The Belmont Report: Ethical Principles and Guidelines for
tar una información adecuada sobre conceptos en ocasiones the Protection of Human Subjects of Research. National
complejos, en un lenguaje comprensible, sin cargar abrumadora Commission for the Protection of Human Subjects of
o impropiamente a los participantes. En ocasiones se necesitan Biomedical and Behavioral Research, 1979. Available at http://
placebos para determinar tratamientos de beneficio marginal, ohsr.od.nih.gov/guidelines/belmont.html (accessed September
pero existe la preocupación de que un empleo excesivo de ellos 2007).
podría causar un sufrimiento innecesario. Aún abundan argumen­ U.S. Department of Health and Human Services. Code of Federal
tos sobre la definición de igualdad de distribución, pero hay con­ Regulations, Title 45 Public Welfare, Department of Health
senso en que ha de edificarse en pruebas de investigación bien and Human Services. Part 46: Protection of Human Subjects.
diseñada para tener la mayor probabilidad de un equilibrio favo­ 2005. Available at http://www.hhs.gov/ohrp/humansubjects/
rable entre el riesgo y el beneficio. Las luchas de los médicos con guidance/45cfr46.htm (accessed September 2007).
sus propias creencias acerca de qué es el «mejor tratamiento» World Medical Association. World Medical Association Declaration
sigue siendo un obstáculo en la aplicación de este concepto. of Helsinki: Ethical Principles for Medical Research Involving
El dilema de los médicos-investigadores sobre la ejecución de Human Subjects, 2006. Available at http://www.wma.net/e/
sus diferentes responsabilidades como investigador y como policy/63.htm (accessed May 14,2007).

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Educación

con estudiantes de medicina, residentes y profesores universi­


| CAPÍTULO 23 tarios reveló que pocos de ellos habían recibido una educación
oficial sobre la fase terminal de la vida y que no se sentían prepa­
rados para cuidar de los pacientes moribundos. Los residentes y
profesores universitarios también se sentían poco preparados para
Desarrollo curricular enseñar a otros estas habilidades1. Los decanos de medicina iden­
tificaron las barreras clave para la integración de un currículum
Catherine Deamant, Martha L. Twaddle y Pamela Dalinis sobre temas referentes a la fase terminal de la vida: la falta de
tiempo en el currículum general, la poca experiencia de los pro­
fesores universitarios y un liderazgo inadecuado de dichos
© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos profesores2.
La medicina paliativa es la disciplina médica del amplio mode­
lo terapéutico denominado cuidados paliativos. Esta disciplina y
modelo asistencial se dedican a lograr la mejor calidad de vida
posible para el paciente y su familia durante las enfermedades
P U N T O S potencialmente mortales, proporcionando alivio del sufrimiento
y control de los síntomas. Esto requiere una evaluación exhaus­
• Aunque se está desarrollando un currículum en la especialidad de medicina
paliativa, aún es inadecuado en todos los niveles de formación.
tiva y un tratamiento por parte de un equipo interdisciplinario
de las necesidades físicas, psicológicas, sociales y espirituales de
» Las cuatro foses del desarrollo curricular son: evaluación de las necesidades,
diseño curricular, aplicación y evaluación.
los pacientes y sus familias. Los cuidados paliativos constituyen la
práctica interdisciplinaria de la medicina paliativa y se dirigen a
» El currículum debería abarcar los principales campos de conocimientos,
los aspectos de la fase terminal de la vida, pero también aplican
habilidades y actitudes según el nivel de formación del estudiante.
sus principios de un modo más amplio a los pacientes con enfer­
» El currículum debería abarcar competencias comunes a todas las disciplinas
medades graves y crónicas. La práctica y el estudio de la medicina
de medicina, enfermería y profesiones sanitarias.
paliativa proporcionan unas oportunidades educativas únicas
» El currículum debería identificar la relación de los objetivos docentes y las para todos los niveles de formación que se centran en la interac­
experiencias educativas con las competencias centrales del Accreditation
ción interdisciplinaria, el aprendizaje, la mejora de las habilidades
Council for Graduate Medical Education (ACGME): 1) cuidado del paciente,
2) conocimientos médicos, 3) aprendizaje y progresos basados en la expe­
comunicativas y la autorreflexión, con un gran potencial para un
riencia, 4) habilidades interpersonales y de comunicación, 5) profesiona­
aprendizaje mediante la experiencia domiciliaria3. En junio de
lismo y 6) práctica basada en sistemas. 2006, el Accreditation Council for Graduate Medical Education
(ACGME) reconoció de forma oficial las residencias para enfermos
terminales y la medicina paliativa como una nueva disciplina. La
expansión de la especialidad y el desarrollo de líderes médicos
académicos ayudará a llevar a cabo el desarrollo del currículum, la
integración y la formación médica.

La educación médica general de los médicos es deficiente a la DESARROLLO CURRICULAR: CO NSIDERACION ES


hora de enseñar la asistencia a los pacientes y sus familias en la
GENERALES
fase terminal de la vida. Desde finales de la década de 1990, se
han realizado esfuerzos para mejorar los currículos a todos los Un cambio curricular satisfactorio requiere esfuerzos específicos
niveles para tratar las deficiencias detectadas y establecer la en múltiples niveles. Entre los elementos esenciales, hay que citar
experiencia en la fase terminal de la vida como una competencia el compromiso de líderes institucionales y educativos clave en
médica central. En 1996, el American Board of Internal Medicine el seno de un centro médico académico o establecimiento edu­
estableció los estándares futuros para los internistas y, con poste­ cativo, así como prestar atención a las recomendaciones de las
rioridad, el National Board of Medical Examiners integró las pre­ autoridades nacionales de acreditación. El conocimiento de
guntas pertenecientes a la asistencia en la fase terminal de la vida las necesidades educativas y prácticas del centro debería basarse
en los exámenes de licenciatura. En 1996, el American Board of en datos específicos sobre los déficits de los currículos actuales.
Hospice and Palliative Medicine ofreció su primera certificación La aplicación del nuevo currículum requiere una comunicación
colegial en esta especialidad. En el seno de las instituciones aca­ eficaz dentro de los comités curriculares para discutir y aplicar
démicas, las barreras de actitud, la falta de materiales educativos el cambio, así como reclutar y formar a profesores universitarios,
de calidad y de un profesorado universitario especializado, así asignar recursos y mejorar los procesos del sistema para ser efi­
como la frecuente ausencia de un currículum oficial dificultan caces4-6.
la integración completa de la educación y formación sobre la
fase terminal de la vida para los estudiantes y posgraduados de
medicina. ASPECTOS DEL CO NTENIDO Y DEL PROCESO
Los estudiantes, residentes y el profesorado universitario perci­ EN EL CURRICULUM DE CU ID A D O S PALIATIVOS
ben la educación sobre la fase terminal de la vida como un tema
relevante1. La cultura médica continúa viendo la muerte como un Los estudiantes de medicina y los residentes están influidos por el
fracaso y se centra en la curación. Un estudio nacional realizado currículum no oficial u oculto de sus años de formación (es decir,

119
ERRNVPHGLFRVRUJ
120 S E C C IÓ N D | Educación

la cultura con los valores y juicios vigentes, en cuyo contexto se y actitudes de autocuidado y reflexión como elementos funda­
aprende la medicina)1. Si la actitud prevalente consiste en no valo­ mentales para lograr la excelencia en la práctica (tabla 23-1).
rar la fase terminal de la vida y que la responsabilidad del médico
consiste en curar, mientras que la muerte representa un fracaso,
ningún trabajo de clase compensará la práctica y las actitudes de Desarrollo curricular: formación de pregrado
los modelos esenciales y de los compañeros7. Los esfuerzos edu­
cativos oficiales sobre los cuidados de la fase terminal de la vida No existen estándares para la formación pregraduada en cuida­
refuerzan la idea de que cuidar del moribundo es responsabilidad dos paliativos en Estados Unidos. Se cuenta con directrices para
del médico y que la empatia, una comunicación eficaz y la expe­ la educación sobre este tema en el currículum de las facultades de
riencia en el tratamiento del dolor y de los síntomas son compe­ medicina tanto en los años preclínicos como en la etapa clínica. El
tencias centrales.Tradicionalmente, ha habido pocas oportunidades currículum está estructurado en torno a cinco dominios básicos7:
oficiales para procesar la experiencia emocional y personal de
los médicos que cuidan a pacientes moribundos y a sus familias. 1. Comprensión de los aspectos psicológicos, sociológicos,
Los currículos de cuidados paliativos integran la comunicación culturales y espirituales de los pacientes y las familias.
y el profesionalismo, y refuerzan los conocimientos, habilidades 2. Habilidades de entrevista y de comunicación.

j I T A B L A 2 3-1 Resumen de los aspectos de contenido y proceso en un currículum de cuidados paliativos j


FASE ASPECTOS DE CONTENIDO ASPECTOS DE PROCESO
Componentes de la Evaluación de las necesidades institucionales Revisión de la literatura
valoración de necesidades
Revisión de la literatura Necesidades del paciente/familia Entrevistas con el paciente/familia
Valoración de las necesidades Necesidades del alumno Sesiones de grupo
institucionales
Recursos Encuestas
Educativos
Clínicos
Económicos Entrevistas con clínicos, administradores, docentes
Dificultades y líderes institucionales
Negación de la muerte Entrevistas con expertos en cuidados paliativos
Falta de recursos Entrevistas con expertos en diseño educativo
Obstáculos políticos
Burocracia
Componentes del diseño Proyecto de currículum Recursos para el desarrollo
curricular
Proyecto de currículum Objetivos del currículum Revisión de la evaluación de las necesidades
Áreas de contenidos centrales Consulta con expertos en educación
Proyecto de unidades individuales y programa Currículos centrales de organizaciones nacionales
Asignación temporal de las unidades individuales/ Comité de currículum de cuidados paliativos
cantidad de tiempo disponible
Unidades individuales Unidades individuales (por cada unidad) Aplicación de subvenciones
Apoyo institucional para el desarrollo:
Fines/objetivos Líderes institucionales
Contenido esencial (hechos, principios, habilidades) Comité asesor
Estrategias formativas Comité de currículum de cuidados paliativos
Evaluación Reuniones de seguimiento para revisar la valoración
Recursos necesarios de las necesidades y el proyecto de currículum
Profesorado con experiencia Revisión externa
Económicos Revisión interna
Aplicación Aplicación progresiva Reuniones con el director de la residencia,
Plan de aplicación Inicio de una unidad piloto el decano, el administrador, los líderes
Aplicación progresiva Evaluación piloto institucionales y los presidentes departamentales
Aplicación gradual de otras unidades curriculares Apoyo administrativo/de secretariado
Sesiones de grupo sobre las unidades piloto
Evaluación Formativos Revisión interna del currículum
Formativa Sesiones de grupo Revisión externa del currículum
Entrevistas individuales Entrevistas individuales con estudiantes y
Formularios de retroalimentación profesores
Exámenes objetivos Exámenes previos y a posteriori
Encuestas Sesiones de grupo
Sumativos Sumativos Encuestas
Prevaloradón y posvaloración de los conocimientos y habilidades Formularios de retroalimentación para pacientes
y actitudes mediante exámenes objetivos escritos u orales
Exámenes clínicos estructurados objetivos (ECEO) Formularios de retroalimentación para formadores
Encuestas previas y posteriores para evaluar la autopercepción
de los alumnos sobre sus capacidades
Encuestas sobre la satisfacción de los pacientes
Sesiones de grupo o entrevistas para valorar el cambio cultural

De Ury WA,Arnold RM,TuIskyJA. Palliative care curriculum developm ents model for a content and process-based approach .J Palliat Mecl 2002;5:539-548.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Desarrollo curricular I C A P Í T U L O 2 3 121

3. Tratamiento de los síntomas comunes. representantes de cada programa de residencia asistieron a un


4. Aspectos éticos. taller de trabajo de 2 días centrado en los procesos de cambio
5. Autoconocimiento y reflexión. educativo y se ocuparon de desarrollar técnicas formativas espe­
cíficas de los cuidados paliativos. El taller de trabajo se centró en
Estas competencias no son específicas de los cuidados paliativos,
cinco ámbitos12:
sino que coinciden con las que se necesitan para lograr la exce­
lencia en asistencia primaria8. Dado que las facultades de medi­ 1. Valoración y tratamiento del dolor, así como evaluación de
cina tienen una gran demanda de materias que compiten entre sí
la adicción.
para lograr una asignación de tiempo en los currículos, la integra­ 2. Habilidades de comunicación y reflexión personal.
ción de estas competencias en otros cursos y materias clínicas es 3. Asistencia en las residencias para enfermos terminales y
lina solución eficaz.
pronóstico.
Un método para evaluar la formación en cuidados paliativos en 4. Experiencias clínicas en la fase terminal de la vida durante
muchos formatos curriculares es el método PEAT (Herramienta la formación.
de Evaluación de Formación en Cuidados Paliativos, de sus siglas
5. Desarrollo de profesores universitarios y cambio institucional.
en inglés). Consta de siete dominios con objetivos, habilidades y
competencias específicas para cada uno9:
Los equipos completaron un plan de acción de cambios edu­
1. Revisión de la medicina paliativa. cativos para su residencia en el año siguiente. La supervisión
2. Dolor. telefónica y por correo les ayudó a adelantar sus cambios institu­
3. Síntomas neuropsicológicos. cionales. Las experiencias de los equipos y sus programas pueden
4. Otros síntomas. guiar a otros a realizar cambios formativos de los currículos12,13.
5. Ética y ley. La National Consensus Conference on Medical Education
6. Perspectivas del paciente/familia/cuidador. for Care Near the End of Life puso de manifiesto que las visitas
7. Habilidades de comunicación clínicas. domiciliarias ofrecen una oportunidad inestimable para aprender
acerca de las experiencias de los pacientes y las familias referen­
tes a la enfermedad grave y para apreciar mejor los aspectos cultu­
Esta herramienta permite que las facultades identifiquen áreas rales, espirituales y prácticos de la asistencia. Los centros médicos
específicas del centro en las que se puede integrar con eficacia un académicos deberían colaborar con las residencias para enfermos
currículum de cuidados paliativos e impartirse de forma explícita terminales y las agencias de cuidados paliativos y de salud domici­
o bien en las que ya esté presente. Esto puede suponer la identi­ liaria para llevar a cabo esta experiencia3.
ficación o integración de los contenidos en las ciencias básicas y
sociales-conductuales, un entrenamiento sobre la entrevista con el
paciente u otros cursos preclínicos. Los contenidos de cuidados
paliativos pueden identificarse o integrarse de forma oficial en las Desarrollo curricular: generalista
rotaciones clínicas actuales, al igual que la experiencia requerida La mayoría de los médicos que ejercen en la actualidad no reci­
en un formato de bloque de cuidados paliativos9. La herramienta bieron una formación oficial en cuidados paliativos durante su
PEAT facilita la colaboración con los currículos existentes en los
residencia y deben aumentar su experiencia en su entorno labo­
objetivos educativos generales. ral y mediante formación continuada. El Institute for Ethics de
Las mejores prácticas pedagógicas y los propósitos curricula- la American Medical Association, con el apoyo de la The Robert
res se guían por principios básicos. La formación sobre cuidados
Wood Johnson Foundation desarrolló un currículum adecuado
paliativos es bien recibida por los estudiantes, influye de forma en la década de 1990 denominado proyecto EPEC (Educación
positiva en la actitud y mejora las habilidades comunicativas10. para los médicos sobre la asistencia en la fase terminal de la
De forma ideal, las enseñanzas sobre la muerte, el acto de morir vida, de sus siglas en inglés). Este proyecto tiene su base actual­
y el duelo deberían impartirse durante toda la formación médica mente en la Feinberg School o f Medicine de la universidad de
y la repetición de las competencias centrales debería lograr una Northwestern y presenta un currículum que abarca las compe­
integración eficaz. La educación sobre cuidados paliativos puede tencias centrales sobre cuidados paliativos que son accesibles a
constituir un foco de atención para enseñar muchas de las habi­ casi todos los médicos de Estados Unidos. Además, el proyecto
lidades, conocimientos y actitudes centrales, que son esenciales emplea un modelo de formar al formador para difundir aún más
para todos los médicos9. la información y ofrecer acceso a los materiales educativos a
los médicos en ejercicio14. En 2005 se desarrolló un nuevo ele­
Desarrollo curricular: formación de posgrado mento, copatrocinado por el National Cancer Institute (NCI)
y la American Society of Clinical Oncology (ASCO), que amplió
El énfasis sobre la asistencia al paciente se ve obstaculizado por el currículum para cubrir las necesidades específicas de la on­
la necesidad durante la residencia de ofrecer una formación cología.
sobre muchos temas, como la mejora de la calidad, la violencia
doméstica, la salud femenina y otros muchos. Las limitaciones tem­
porales limitan la enseñanza de estos temas a una sesión didáctica Desarrollo curricular: especializado
única. Las residencias para enfermos terminales y la medicina
paliativa constituyen un nuevo elemento que se suma a los currí­ La medicina paliativa se ha desarrollado con rapidez para con­
culos de la residencia. Los directores de programas indican que vertirse en una subespecialidad médica en Estados Unidos desde
el 46% proporciona una formación oficial sobre asistencia en la finales de la década de 1990. Se han establecido estándares pro­
fase terminal de la vida y que el 31% ofrece formación sobre las gramáticos voluntarios mediante la colaboración de directores
residencias para enfermos terminales, pero sólo la mitad de los de programas formativos dirigidos a subespecialistas, la American
programas que requirieron formación en dichas residencias cons­ Academy of Hospice and Palliative Medicine y el American Board
taban de un componente clínico11. of Hospice and Palliative Medicine. Gracias a la aportación consul­
Desde 1998, el National Residency End of Life Education Pro­ tiva inicial del American Board of Medical Specialties y del ACGME
ject ha trabajado con 434 programas de residencia, como medi­ se creó una estructura formativa para los programas que reflejó
cina interna, medicina de familia, cirugía y neurología, para los que ya estaban acreditados por el ACGME15. En 2002 se esta­
desarrollar currículos y una evaluación de la asistencia en la fase bleció The Palliative Medicine Review Committee, que tomó como
terminal de la vida que cumplan los requisitos de la ACGME y que modelo los comités de revisión de residencia del ACGME. Esto
se adapten a los programas y recursos específicos. De dos a cuatro facilitó el rápido reconocimiento de las residencias para enfermos

ERRNVPHGLFRVRUJ
122 S E C C IÓ N D | Educación

terminales y la medicina paliativa como disciplina médica, que 13. Aspectos económicos y normativos, como los aspectos sobre
fue anunciada en junio de 2006. El estatus de subespecialidad se normas sanitarias nacionales y mecanismos económicos.
otorgó por el American Board of Medical Specialties en septiem­ 14. Aspectos éticos y legales, como, entre otros, los relativos a
bre de 2006. las poblaciones de lactantes, niños, adultos y ancianos.
Desde el desarrollo de las residencias para enfermos termi­ 15. Aspectos culturales, como la localización geográfica (urbana
nales y la medicina paliativa como especialidad, el número de frente a rural), procedencia étnica y estatus socioeconómico.
programas formativos de la subespecialidad ha crecido sin parar. 16. Habilidades comunicativas con los pacientes, familias, cole­
En la actualidad hay 29 programas acreditados por el Pallia­ gas profesionales y grupos comunitarios.
tive Medicine Review Committee. Los estándares de programas 17. Aptitud para actuar como consultor.
voluntarios requieren que los programas ofrezcan un mínimo de 18. Cursos específicos para el aprendizaje de metodologías que
12 meses de formación sobre los conocimientos y competencias permitan la interpretación de la literatura médica y que
fundamentales. Los programas formativos deben proporcionar a sean apropiados para los contextos y poblaciones de cuida­
los subespecialistas en formación la oportunidad de cuidar a los dos paliativos.
pacientes en varios contextos, como los hospitales, la comunidad 19. Habilidades en mejora de la calidad.
(incluidas las residencias para enfermos terminales certificadas 20. Habilidades docentes.
por Medicare), y el ámbito ambulatorio. También se requiere con­ 21. Autocuidado profesional (p. ej., autorreflexión, aprendizaje
tar con servicios de consulta, de asistencia longitudinal y la for­ de por vida, conciliación entre los intereses laborales y per­
mación en apoyo durante el duelo. Estos programas formativos de sonales).
subespecialidad preparan a los médicos para seguir una carrera
médica ya sea académica o bien basada en la comunidad como
especialistas en residencias para enfermos terminales y medicina
paliativa. Los médicos en formación precisan contar ya con una
Desarrollo curricular: educación
formación en la especialidad de asistencia primaria, como medi­ de enfermería
cina interna o medicina de familia15. En la actualidad, hay siete
La Hospice Nurses Association se creó en 1986 para establecer
comisiones que copatrocinan la subespecialidad de medicina
una red y apoyo para las enfermeras de residencias para enfermos
paliativa, por lo que los alumnos de estas disciplinas también son
terminales. En 1998 se añadieron los cuidados paliativos para refle­
candidatos para formarse como subespecialistas en programas
jar y reconocer las necesidades de las enfermeras que trabajan no
seleccionados16.
sólo en residencias para enfermos terminales, sino en cualquier
El currículum asegura que los residentes adquieran los cono­
otro contexto de cuidados paliativos. La Hospice and Palliative
cimientos, habilidades, actitudes y conductas requeridos. El currí­
Nurses Association (HPNA) se ha convertido en una organización
culum del programa debe constar de lo siguiente15:
reconocida a nivel nacional en Estados Unidos que proporciona
recursos y apoyo para enfermeras de práctica avanzada, enferme­
ras tituladas, enfermeras prácticas licenciadas y auxiliares de enfer­
1. Epidemiología, historia natural y opciones terapéuticas para mería que atienden a personas con enfermedades que limitan la
las enfermedades crónicas comunes y las afecciones poten­ esperanza de vida y enfermedades terminales. Los miembros de
cialmente mortales, incluida la pediatría. esta asociación continúan aumentando y, en 2007, superaron los
2. Historia de la medicina paliativa. 9 250, procedentes de los 50 estados de Estados Unidos y de otros
3. Valoración exhaustiva en función de la edad, que consta de países. En enero de 2008, el 21% de los miembros de la organiza­
los aspectos físico, cognitivo, funcional, social, psicológico ción tenía un grado avanzado (máster o doctorado), el 56% tenía
y espiritual, utilizando la historia clínica, la exploración y certificación en enfermería de residencias para enfermos termina­
las pruebas complementarias adecuadas. Se debe incluir la les y cuidados paliativos y el 73% refería que su principal ocupa­
valoración del sufrimiento y de la calidad de vida. ción era clínica (el 6 1% indicaba que proporcionaba asistencia en
4. El papel, función y desarrollo del equipo interdisciplinario residencias para enfermos terminales, el 10% cuidados paliativos y
y las disciplinas que lo componen. el 18% ambas funciones)17.
5. Tratamiento de los factores de comorbilidad frecuentes y La misión de la HPNA consiste en promover la excelencia
las complicaciones en las enfermedades potencialmente fomentando los máximos estándares profesionales de enfermería
mortales. de residencias para enfermos terminales, potenciando el estudio
6. Tratamiento de los factores de comorbilidad neuropsiquiá- la investigación y el intercambio de información, experiencias e
trica en las enfermedades potencialmente mortales. ideas para mejorar la práctica, alentando a las enfermeras a espe­
7. Tratamiento de los síntomas en los pacientes de cuida­ cializarse en residencias para enfermos terminales y enfermería
dos paliativos, incluidas varias modalidades farmacológicas paliativa, estimulando el desarrollo profesional, respondiendo a
y no farmacológicas así como la farmacodinámica de las las necesidades cambiantes de los miembros de la HPNA y de las
sustancias utilizadas con frecuencia. El tratamiento de los poblaciones a las que representan, así como fomentando las resi­
síntomas debería constar de la educación del paciente y la dencias para enfermos terminales y los cuidados paliativos como
familia, apoyo psicosocial y espiritual, así como la deriva­ componentes esenciales de la asistencia sanitaria.
ción adecuada a otras modalidades, como procedimientos El National Board of Certification of Hospice and Palliative
invasivos. Nurses (NBCHPN), que está centrado en la práctica de la enfer­
8. Urgencias de cuidados paliativos (p. ej., compresión medu­ mería de residencias para enfermos terminales y de cuidados
lar, ideas suicidas). paliativos, desarrolló -y se encarga de administrar- los exáme­
9. Tratamiento de aspectos psicológicos, sociales y espiritua­ nes nacionales para enfermeras tituladas, enfermeras de práctica
les de los pacientes y sus familias. avanzada, enfermeras prácticas licenciadas y auxiliares de enfer­
10. Historia natural, fenomenología y tratamiento de la tristeza mería certificadas. Los exámenes se basan en el ámbito de actua­
y el duelo, así como el papel del equipo interdisciplinario ción y los estándares de práctica, con las competencias centrales
en el apoyo a los familiares durante dicho duelo. correspondientes para cada una de las disciplinas de enfermería.
11. Evaluación y tratamiento en los contextos comunitarios Los estándares, competencias y acreditación son necesarios para
(p. ej., domiciliario, asistencia para pacientes crónicos). cumplir los objetivos de potenciar la calidad y homogeneidad,
12. Cuidados a pacientes moribundos, consistentes en el trata­ así como desarrollar la enfermería de residencias para enfermos
miento de los síntomas terminales, educación al paciente/ terminales y de cuidados paliativos como una especialidad de la
familia, duelo y donación de órganos. enfermería18.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Desarrollo curricular I C A P Í T U L O 2 3 123

Las competencias centrales para las residencias de enfermos tiempo a la asistencia durante la fase terminal de la vida. Para solu­
terminales y la enfermería paliativa generalistas corresponden a cionar estos aspectos, el grupo creó el Decálogo sobre competen­
los siguientes ámbitos18: cia en los cuidados durante la fase terminal de la vida (End-of-Life
1. Juicio clínico. Competency Statements) (cuadro 23-1), que todo estudiante pregra-
2. Apoyo y ética. duado de enfermería debe cumplir, y promulgó las recomendacio­
3. Profesionalismo. nes adoptadas por la American Association of Colleges of Nursing,
4. Colaboración. de modo que se pudiese prestar atención a estas competencias21'24.
5. Pensamiento orientado hacia los sistemas. Estas competencias se están incorporando en los cursos existentes,
6. Competencia cultural. en lugar de en cursos independientes sobre cuidados paliativos.
7. Facilitador del aprendizaje. Algunos de los cursos relevantes a los que se pueden incorporar
8. Comunicación. tratan sobre evaluación de la salud, farmacología, salud psiquiátrica/
mental, tratamiento de enfermería, ética, cultura, investigación de
En 1997, el International Council of Nurses promulgó una
enfermería, temas profesionales y ámbitos sanitarios26.
norma según la cual las enfermeras tienen una responsabilidad
El proyecto End-of-Life Nursing Education Consortium (ELNEC)
específica y fundamental para asegurar una muerte tranquila.
es una iniciativa estadounidense que fue puesta en marcha el año
Un poco más tarde ese mismo año, la American Association of
2000, con el apoyo económico inicial del Project on Death in
Colleges of Nursing reunió a un grupo de expertos en ética sani­
America de la Robert Wood Johnson Foundation. El ELNEC es un
taria y en enfermería de cuidados paliativos, que elaboraron un
programa para formar a formadores que proporciona a los pro­
artículo de posicionamiento sobre el tema titulado «Muerte tran­
fesores universitarios de enfermería de nivel pre y posgracluaclo, a
quila: competencias recomendadas y directrices curriculares para
los docentes de educación continua, a los educadores del personal
la asistencia de enfermería en la fase terminal de la vida»19.
sanitario, a las enfermeras especializadas en pediatría y oncología,
Una investigación exhaustiva sobre el contenido de la asisten­
así como a otros profesionales de enfermería, una formación en
cia durante la fase terminal de la vida en las escuelas de enfermería
cuidados paliativos, de modo que puedan enseñar a las enfermeras
documentó las deficiencias referentes a los conocimientos y actitu­
en ejercicio y a los alumnos de enfermería. Durante los diversos
des de enfermería20. En concreto, se detectaron deficiencias graves
módulos del proyecto se integran varios aspectos relacionados con
en los libros de texto de enfermería, así como en los conocimien­
el currículum, entre los que cabe citar la familia como unidad asis-
tos y creencias de los profesores universitarios de enfermería, los
tencial, la relevancia del profesional de enfermería como apoyo, la
alumnos y las enfermeras en ejercicio. Además, se dedicaba poco
cultura como influencia, la necesidad de atención a los requisitos de
las poblaciones especiales (como niños, personas con escasos recur­
C ua dro 23-1 D e cá lo go so bre com petencia sos o sin seguro médico y ancianos), la influencia de los aspectos
en los cu id a d os durante la fa se term inal de la vida económicos, la necesidad de una asistencia interdisciplinaria y la
asistencia en todas las enfermedades terminales, y la muerte súbita27.
1. R econocer los cam bios e n la dinám ica d e la población, la e< El número de cursos del ELNEC se ha incrementado para incluir
nom ía de la asistencia sanitaria y la p restación de servicios que las materias referentes a los cuidados paliativos pediátricos y de
requiere u na m ejor preparación profesional. otro tipo aplicables a la oncología y a los cuidados críticos. Hasta el
2. Fom entar la asistencia cóm oda al p aciente m oribundo com o u momento, más de 2.880 enfermeras, pertenecientes a los 50 estados
habilidad activa, deseable y esencial, así com o u n com ponente de Estados Unidos, han recibido formación del ELNEC. Los formaclo-
integrante d e la asistencia d e enfermería. res del ELNEC imparten seminarios de desarrollo profesional para
3- Com unicación eficaz y com pasiva co n el paciente, la familia y el enfermeras en ejercicio, incorporando los contenidos del ELNEC
equ ip o sanitario sobre la fase term inal d e la vida. en los currículos de enfermería; imparten sesiones de formación
4. R econocer las actitudes, sentim ientos, valores y expectativas per­ regional para expandir su alcance a las comunidades rurales y des­
sonales sobre la m uerte y la diversidad individual, cultural y espiri­ atendidas, presentan la información en conferencias nacionales e
tual e n estas creencias y costum bres. internacionales y se esfuerzan por mejorar la calidad de la asistencia
5. D em ostrar resp eto p o r las o piniones y deseos d el paciente. de enfermería de otras formas innovadoras. El proyecto ELNEC está
6. Colaborar co n los m iem bros del equ ipo interdisciplinario mien­ administrado por la American Association of Colleges of Nursing y
tras s e p o n e e n p ráctica el p apel d e enfermería. el City of Hope National Medical Center de Los Angeles28.
7. Utilizar herram ientas basadas e n m étodos científicos para evaluar En 2004, la HPNA obtuvo financiación del Project on Death in
los síntomas. America, que permitió fusionar estos proyectos, lo que dio lugar a
8. Utilizar datos de la evaluación d e los síntom as p ara planificar e un plan organizativo para ofrecer nueve cursos del ELNEC en tres
in tervenir e n el tratam iento de los síntom as em pleando enfoques años (tres cursos anuales en 2004,2005 y 2006). Una extensión sin
tradicionales actualizados y com plem entarios. costes permitió ofrecer tres cursos adicionales en 2007. Los alumnos
9- Evaluar el im pacto d e los tratam ientos tradicionales, com plem enta­ se organizaban en diadas compuestas por un miembro del colegio
rios y tecnológicos sobre los resultados centrados e n el paciente. de enfermería y una enfermera de cuidados crónicos. Después de la
10. Evaluar y tratar m últiples dim ensiones d e la asistencia al paciente, sesión educativa de 2 días, los participantes estaban relacionados en
com o las necesidades físicas, psicológicas, sociales y espirituales diadas en el seno de la comunidad local para realizar preguntas, obte­
p ara m ejorar la calidad en la fase term inal d e la vida. ner apoyo y orientación, así como para identificar recursos educati­
11. Ayudar al p aciente, la familia, los colegas y a u no m ism o a afrontar vos. Antes del final del proyecto financiado se ofreció formación a
el sufrim iento, la tristeza, la p érdida y el duelo. más de 450 enfermeras individuales. Este fue el primer esfuerzo para
12. Aplicar principios legales y éticos e n el análisis d e los aspectos poner en contacto a las enfermeras de residencias para enfermos ter­
com plejos, reconociendo la influencia de los valores personales, minales con las enfermeras de cuidados crónicos con el fin de tratar
los códigos profesionales y las preferencias del paciente. sobre los aspectos de la enfermería de la fase terminal de la vida.
13- Identificar las barreras y los elem entos que faciliten el uso eficaz
d e los recursos p o r p arte d e los pacientes y los cuidadores.
14. D em ostrar habilidad al aplicar u n plan para proporcionar m ejores
cuidados paliativos e n u n sistem a sanitario dinám ico y com plejo.
15. Aplicar los conocim ientos adquiridos a p artir de la investigación
Desarrollo curricular: el equipo interdisciplinario
d e cuidados paliativos. Se están desarrollando currículos de residencias para enfermos
terminales y cuidados paliativos de nivel posgraduado en trabajo
De Ferrell BR, Grant M, Virani R. Strengthening nursing education to improve social, y también es necesario desarrollar las competencias cen­
end-of-life care. Nurs Outlook 1999;47:252-256. trales y los currículos de otros estudios profesionales, como la

ERRNVPHGLFRVRUJ
124 S E C C IÓ N D | Educación

asistencia pastoral y farmacología. No existen competencias esta­ para todos los médicos. Una comunicación eficaz, el desarrollo de
blecidas referentes a la educación sobre la fase terminal de la vida empatia y la preocupación por el paciente y su familia, el cono­
para los sacerdotes y capellanes. El Clergy End-of-Life Education cimiento de la ética y la experiencia en la valoración y el trata­
Enhancement Project de Florida ha servido de modelo a nivel miento de los síntomas, entre otras áreas, son esenciales para un
estatal para la educación a clérigos sobre la muerte, el falleci­ buen médico, con independencia de su especialidad, por lo que
miento, el duelo y la pérdida. El currículum comenzó a definir la forman parte del resultado que se persigue con la formación
competencia para formar a los clérigos con módulos centrados en médica global. Dado que las facultades de medicina se enfrentan a
consideraciones culturales, el proceso del fallecimiento, las opcio­ la necesidad de conciliar muchas demandas que compiten por la
nes asistenciales, las directivas anticipadas, el proceso de duelo, la asignación de tiempo y de recursos, la integración de estas compe­
ayuda a las familias y el papel de la asistencia espiritual, así como tencias en otros cursos requeridos y rotaciones clínicas constituye
el autocuidado para los clérigos29. un método eficaz para enseñar todo lo necesario a fin de lograr la
Se dispone de educación oficial para los trabajadores sociales en excelencia en medicina.
cuidados paliativos y residencias para enfermos terminales. Existe Existen muchas oportunidades para desarrollar el currículum
una formación de posgrado para realizar una subespecialidad de de residencias para enfermos terminales y cuidados paliativos
trabajo social en cuidados paliativos a través del Department referentes a las subespecialidades médicas, como cuidados crí­
of Pain Medicine and Palliative Care en el Beth Israel Medical ticos/traumatismos, cirugía y ginecología, aunque también hay
Center30. Además, la New York University School of Social Work dificultades a la hora de formar a los médicos en ejercicio; entre
ofrece un certificado posmáster en cuidados paliativos y asistencia las posibles soluciones puede recurrirse a las sociedades profe­
en la fase terminal de la vida para trabajadores sociales en ejerci­ sionales para que proporcionen o respalden la formación a nivel
cio31. El Social Work End-of-Life Education Project es un taller de estatal/regional, utilizando el EPEC como currículum ya estable­
trabajo de 2 días centrado en las habilidades sociales cruciales para cido32. Los currículos de cuidados paliativos ya están estableci­
realizar una intervención eficaz de trabajo social. Este currículum dos en el seno de la enfermería, sobre todo gracias al trabajo del
se basa en las investigaciones respaldadas por la financiación del ELNEC. También ha habido un gran desarrollo del currículum
Project on Death in America. El formato, diseñado para potenciar en trabajo social y a nivel de la capellanía, pero aún existen nu­
las habilidades de pensamiento crítico y apoyar a los trabajadores merosas oportunidades para su crecimiento, expansión y ofi­
sociales en su práctica diaria, consta de las siguientes áreas de con­ cialización.
tenido principales30: Entre los retos de investigación en formación sobre medi­
cina paliativa hay que citar la creación de parámetros objetivos
1. Papel del trabajo social y valores específicos de los cuidados de resultado para determinar si el currículum tiene un impacto
paliativos. a largo plazo en los conocimientos, habilidades y actitudes del
2. Evaluación espiritual biopsicosocial.
alumno. Es necesario crear una valoración basada en la competen­
3. Aspectos éticos. cia para evaluar la capacidad de actuar de los alumnos.También es
4. Aspectos multidimensionales del tratamiento del dolor y de necesario evaluar cuáles son los métodos más eficaces de enseñar
los síntomas.
y aprender cuidados paliativos, así como los beneficios y escollos
5. Intervenciones terapéuticas, como las de tipo cognitivo de la formación interdisciplinaria.
conductual.
6. Conciencia cultural.
7. Autocuidado, cansancio emocional, trauma secundario.
8. Tristeza y duelo. B I B L I O G R A F Í A
1. Sullivan AM, Lakoma MD, Block SD. The status of medical education in end-
of-life care:A national report. J Gen Intern Med 2003;18:685-695.
DESARROLLOS RECIENTES 2. Sullivan AM, Warren AG, Lakoma MD, e t al. End-of-life care in the curriculum: A
national stud)' of medical education deans. Acad Med 2004;79:760-768.
La publicación en 2004 de las Directrices Clínicas Prácticas 3- Billings JA, Ferris FD, McDonald N, et al.The role of palliative care in the home
para unos Cuidados Paliativos de Calidad por parte del National in medical education: Report from a national consensus conference. J Palliat
Consensus Project (NCP) permitió organizar y abordar de manera Med 2001;4:361-371.
uniforme los elementos esenciales de las residencias para enfer­ 4. Wood EB, Meekin SA, Fins JJ, Fleischman AR. Enhancing palliative care educa­
tion in medical school curricula: Implementation of the palliative education
mos terminales y los cuidados paliativos tanto en la práctica assessment tool.Acad Med 2002;4:285-291.
clínica como en la formación. Los ocho ámbitos del NCP estable­ 5. Ury WA,Arnold RM,Tulsky JA. Palliative care curriculum developm ents model
cieron las bases para los elementos esenciales y unos cuidados for a content and process-based approach. J Palliat Med 2002;5:539-548.
paliativos de la máxima calidad31: 6. Ross DD, Fraser HC, Kutner JS. Institutionalization of a palliative and end-of-
life care educational program in a medical school curriculum. J Palliat Med
1. Estructura y procesos. 2001;4:512-518.
2. Asistencia física. 7. Barnard D, Quill T, Hafferty FW, et al. Preparing the ground: Contributions of
the preclinical years to medical education for care near the end of life. Acad
3. Asistencia psicológica y psiquiátrica. Med 1999;74:499-505.
4. Aspectos sociales de la asistencia. 8. Block SD, Bernier GM, Crawley LM, e t al. Incorporating palliative care into pri­
5. Asistencia espiritual, religiosa y existencial. mary care education.J Gen Intern Med 1998;13:768-773-
6. Aspectos culturales de la asistencia. 9. Meekin SA, Klein JE, Fleischman AR, Finns JJ. Development of a pallia­
7. Asistencia del paciente moribundo. tive education assessment tool for medical student education. Acad Med
2000;75:986-992.
8. Aspectos éticos y legales de la asistencia a partir de los que 10. Billings JA, Block S. Palliative care in undergraduate medical education: Status
pueden desarrollarse los estándares y las políticas. report and future directions.JAMA 1997;278:733-738.
11. Ogle KS, Mavis B, Thomason C. Learning to provide end-of-life care:
Las directrices de la NCP permiten elaborar indicadores de Postgraduate medical training programs in Michigan. J Palliat Med 2005;
calidad para su uso por parte del National Quality Forum y de la 5:987-997.
Joint Commission on Accreditation of Healthcare Organizations 12. Weissman DE, Mullan P,Ambuel B, e t al. National residency end-of-life education
(en la actualidad denominada The Joint Commission). project: Project abstracts and progress reports. J Palliat Med 2005;8:646-664.
13- End of Life/Palliative Education Resource Center (EPERC). Available at
http://www.eperc.mcw.edu (accessed October 2006).
14. Emanuel LL, vonGunten Cl- Ferris FD (eds). The EPEC Curriculum: Education
CONCLUSIONES for Physicians on End-of-Life Care. The EPEC Project, 1999- Available at
http://www.EPEC.net (accessed October 2007).
La formación sobre cuidados paliativos puede enseñar muchas de 15. Billings JA, Block SD, Finn JW, et al. Initial voluntary program standards for fello­
las habilidades, conocimientos y actitudes relevantes y necesarias wship training in palliative medicine.J Palliat Med 2002;5:23-33-

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Aprendizaje de adultos I C A P Í T U L O 2 4 125

16. Cosponsoring boards with the American Board of Internal Medicine of


Hospice and Palliative Medicine. Available at http://www.abhpm.org/gfxc_
103.aspx (accessed October 2007).
17. Membership and demographics of the Hospice and Palliative Nurses
I CAPÍTULO 24
Association (HPNA). Available at http://www.hpna.org/DisplayPage.aspx?
Title=Membership%20Demographics (accessed February 2008).
18. Hospice and Palliative Nurses Association. Professional Competencies for the Aprendizaje de adultos
Generalist Hospice and Palliative Nurse, 2nd ed. Dubuque, IA: Kendall/Hunt,
2005.
19- Peaceful Death: Recommended Competencies and Curricular Guidelines
José Pereira y Michael Aherne
for End-of-Life Nursing Care. American Association of Colleges of Nursing.
Available at http://www.aacn.nche.edu/education/deathfin.htm (accessed
October 2007). &2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
20. Ferrell BR.Verani R, Grant M. Analysis of end of life content in nursing textbo­
oks. Oncol Nurs Forum 1999;26:869-876.
21. Ferrell BR,Verani R, Grant M. Home care outreach for palliative care education.
Cancer Pract 1998;6:79-85.
22. Ferrell BR,Verani R, Grant M. Strengthening nursing education to improve end P U N T O S
of life care. Nurs Outlook 1999;47:252-256.
23- Ferrell BR, Verani R, Grant M, e t al. Beyond the Supreme Court decision: » El éxito de un educador depende de que comprenda cómo aprenden los
Nursing perspectives on end of life care. Oncol Nurs Forum 2000;27:445-455. alumnos.
24. Ferrell B, Verani R, Grant M, et al. Evaluation of the end of life nursing edu­ » El aprendizaje es un proceso que dura toda la vida y que consiste en una
cation consortium undergraduate nursing education faculty training program.
J Pall Med 2005;8:107-114. actitud investigadora continua y autodirigida.
25. Ferrell BR, Grant M,Virani R. Strengthening nursing education to improve end- > Por lo general, los adultos prefieren participar en decisiones referentes a
of-life care. Nurs Outlook 1999;47:252-256. quién, qué, dónde, cuándo, por qué y cómo aprenden.
26. End-of-Life Nursing Education Consortium, American Association of Colleges » Las teorías del aprendizaje y los estilos de dicho aprendizaje ayudan a los
of Nursing. Available at http://www.aacn.nche.edu/Publications/deathfin.htm
(accessed February 2008). clínicos a comprender el aprendizaje, pero tienen limitaciones.
27. Sherman D, Matso M, Rogers S, et al. Achieving quality care at the end-of-life: A » La educación pretende modificar la conducta influyendo en los conocimien­
focus of the End of life Nursing Education Consortium (ELNEQ curriculum. tos, actitudes y habilidades; las evaluaciones deben tener en cuenta estos
J Prof Nurs 2002;18:255-262. ámbitos.
28. The ELNEC project. Available at http://www.aacn.nche.edu/elnec (accessed
October 2007).
29. Abrams D, Albury S, Crandall L, et al. The Florida clergy end-of-life education
enhancement project: A description and evaluation. Am J Hosp Palliat Med
2005;223:181-187.
30. Social Work Fellowship in Palliative and End-of-Life Care. Available at La educación se ocupa de cambiar no sólo los conocimientos,
http://www.stoppain.org/for_professionals/content/information/s_w_description. actitudes y habilidades, sino también la conducta. Los educado­
asp (accessed October 2007). res y alumnos necesitan comprender los procesos de aprendizaje
31. National Consensus Project of Quality Palliative Care (NCP). Clinical Practice
Guidelines for Quality Palliative Care, 2004. Available at http://nationalconsen- para optimizar la experiencia y asegurarse de que se cumplen las
susproject.org (accessed October 2007). metas y objetivos. Esto requiere conocer cuáles son las motivacio­
32. Robinson K, Sutton S, vonGunten CF, et al. Assessment of the Education for nes para que los adultos aprendan, cómo aprenden y qué métodos
Physicians on End-of-life Care (EPEC) Project. J Palliat Med 2004;7:637-645. son los más adecuados para que esto ocurra.

L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
American Academy of Hospice and Palliative Medicine. Hospice
TEORÍA DEL APRENDIZAJE DE ADULTOS
and Palliative Medicine Core Curriculum and Review Syllabus. Knowles, pionero de la teoría del aprendizaje de adultos, identificó
Dubuque, IA: Kendall/Hunt, 1999- seis características principales de los alumnos adultos, cada una
Bland CJ, Starnaman S,Wersel L, et al. Curricular change in medical de las cuales se corresponde con unas consideraciones de diseño
schools: How to succeed.Acad Med 2000;75:575-594. docente (tabla 24-1)1. Se ha utilizado el término androgogía para
Hospice and Palliative Nurses Association. Core Curriculum for the distinguir el aprendizaje de adultos de la pedagogía (aprendizaje
Generalist Hospice and Palliative Nurse. Dubuque, IA: Kendall/ en los años previos a la edad adulta). Estos términos se suelen uti­
Hunt, 2002. lizar de forma indistinta.
Lloyd-Williams M, MacLeod RD. A systematic review of teaching Knowles propuso siete directrices para el aprendizaje de adul­
and learning in palliative care within the medical undergra­ tos1:
duate curriculum. Med Teach 2004;26:683-690.
1. Establecer un clima cómodo.
2. Implicar a los alumnos en la planificación mutua.
3. Implicarlos en el diagnóstico de sus propias necesidades.
4. Implicarlos en formular sus propios objetivos.
5. Implicarlos en diseñar los planes de aprendizaje.
6. Ayudarlos a llevar a cabo sus planes.
7. Implicarlos en la evaluación de su aprendizaje.

La «teoría» de Knowles cuenta con varias limitaciones2. Se trata


más de una serie de principios de buena práctica, o descripciones
de lo que debería ser el alumno adulto, que de una teoría. No se
debería asumir que todos los adultos son alumnos autodirigidos.
Algunos adultos dependen de un profesor que les organice, mien­
tras que algunos niños son alumnos independientes y autodirigi­
dos. No se puede confiar únicamente en las motivaciones altruistas
e intrínsecas para aprender. Algunas experiencias vitales pueden
crear barreras al aprendizaje en lugar de potenciarlo. Una expe­
riencia personal difícil con un familiar de un paciente moribundo
puede desalentar a un clínico de asistir a educación sobre cuidados

ERRNVPHGLFRVRUJ
126 S E C C IÓ N D | Educación

estilos varían de una persona a otra y cada uno tiene sus propios
T A B L A 2 4-1 Características de Knowles de los alumnos
puntos fuertes y limitaciones, dependiendo de la tarea de apren­
adultos y diseño docente dizaje. Se supone que el método de aprendizaje preferido por
C A R A C TE R ÍS TIC A S C O N S ID E R A C IO N E S SOBRE EL D IS EÑ O
una persona concreta es el estilo que mejor le permite aprender.
DO CEN TE Se ha propuesto que los educadores deberían evaluar los estilos
de sus alumnos e incorporar estrategias de aprendizaje y ejerci­
Autónomo y autodirigido Implicara los participantes adultos en el cios que se ajusten mejor a ellos. También es útil que los alumnos
aprendizaje y actuar como facilitadotes. conozcan sus estilos por defecto. Aunque no es realista esperar
Obtener las perspectivas de los que cada experiencia tenga en cuenta cada estilo de aprendi­
participantes sobre los temas y cuáles zaje diferente, el uso de estilos diferentes puede guiarse por seis
son sus intereses. principios3:
Mostrara los participantes cómo les
ayudará el curso a lograr sus objetivos
de aprendizaje. 1. Los estilos preferidos del profesor y del alumno pueden
Experiencias vitales
identificarse.
Conectar el aprendizaje con esta base
y conocimientos de conocimientos/experiencias.
2. Los profesores necesitan evitar usar sólo su estilo preferido.
acumulados Obtener la experiencia y conocimientos 3. Los profesores son más útiles cuando ayudan a los alumnos
de los participantes pertinentes para el a identificar y aprender mediante sus propias preferencias
tema. de estilo.
Relacionar las teorías y conceptos; 4. Los alumnos deberían tener la oportunidad de utilizar su
reconocer el valor de la experiencia en el estilo preferido.
aprendizaje. 5. Se debería alentar a los alumnos y profesores a diversificar
Orientado hacia objetivos Los programas educativos deberían sus estilos.
estar organizados y definidos con 6. Los profesores pueden desarrollar actividades específicas
claridad. que refuercen cada estilo.
Los objetivos del aprendizaje y del curso
deben explicitarse pronto. Existen varios instrumentos que pueden evaluar los estilos
Orientado hacia lo El aprendizaje debe ser aplicable a su de aprendizaje. Dos de los mejor conocidos son el Cuestionario
relevante trabajo. de estilos de aprendizaje de Kolb4 y los Indicadores de tipo
Las teorías y conceptos deben estar Myers-Briggs (MBTI)5. El primero de ellos propone cuatro fases
relacionados con un contexto familiar. en el ciclo de aprendizaje: «experiencia concreta» (EC), «obser­
Centrarse en los aspectos más útiles vación reflexiva» (OR), «conceptualización abstracta» (CA) y
para su trabajo. «experimentación activa» (EA). Los estilos de aprendizaje que
Puede que no estén interesados en el corresponden a las combinaciones de cada uno de ellos son los
conocimiento por sí solo; hay que decir siguientes:
a los alumnos de forma explícita cómo la
lección será útil en su práctica diaria.
1. Acomodaticio (EC/EA).
Necesidad de sí Hay que reconocer la gran cantidad
respetado de experiencia que aportan los
2. Divergente (EC/OR).
participantes adultos. 3. Asimilativo (CA/OR).
Hay que tratarlos como iguales 4. Convergente (CA/EA).
en experiencia y conocimientos, y
permitirlos expresar sus opiniones con En otro modelo similar, estos cuatro tipos de alumnos se cla­
libertad. sifican como activistas, reflexivos, teóricos y pragmáticos, res­
pectivamente6. Los reflexivos prefieren recopilar datos y pensar
sobre ellos de forma cuidadosa antes de extraer cualquier con­
paliativos. Por último, los alumnos adultos no siempre son cons­ clusión. Disfrutan observando y escuchando las opiniones de los
cientes de lo que ignoran. Esto puede crear lagunas si establecen demás antes de ofrecer la suya propia. A los activistas, por otra
los objetivos de aprendizaje de forma independiente. parte, les gustan las nuevas experiencias y trabajar con los demás.
Los teóricos piensan los problemas de un modo progresivo y
les gusta adaptar las cosas a un esquema racional. Los pragmá­
Características esenciales de los alumnos ticos quieren poner a prueba las cosas y les gustan los conceptos
adultos prácticos.
El MBTI se basa en la teoría de Jung de los tipos de personali­
Los adultos conservan la capacidad de aprender, incluso al enve­ dad. No es un instrumento de aprendizaje p er se, sino que mide
jecer. La adquisición de nuevas habilidades suele seguir una cur­ las diferencias de los tipos de personalidad que afectan al modo
va (la curva de aprendizaje). El éxito en habilidades específicas en el que las personas se comportan e interactúan con los demás.
aumenta con la práctica. Suele haber una depresión en la curva El MBTI proporciona datos sobre cuatro series de preferencias
tras los buenos resultados iniciales cuando los alumnos, después (fig. 24-1). Las combinaciones de éstas (subtipos) dan lugar a 16 ti­
de haber dominado los casos más fáciles, intentan los más difíciles. pos distintos de aprendizaje.
Los alumnos tienen unas habilidades variables a la hora de alcan­
zar un nivel cercano al de meseta, y algunos tardan más que otros.
Un rendimiento satisfactorio puede atenuarse con el tiempo si no
se lleva a cabo una práctica continua. La inactividad hace que la TEORÍAS DEL APRENDIZAJE
curva de aprendizaje disminuya a lo largo del tiempo. Una teoría del aprendizaje es un marco de constructos y princi­
pios que describen y explican el modo en el que la gente aprende.
Estilos de aprendizaje Existen muchas y cada una tiene sus puntos fuertes, limitaciones,
interpretaciones, aplicaciones y nivel de respaldo de evidencia.
Los estilos de aprendizaje son las estrategias con las que los alum­ Proporcionan unos marcos conceptuales más que verdades absolu­
nos prefieren aprender y con las que los profesores prefieren tas. Las teorías principales suelen clasificarse según tres tradiciones:
enseñar. Se han descrito muchos tipos de estilos diferentes. Los teorías conductista, cognitiva y social del aprendizaje. Otras dos

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Aprendizaje de adultos I C A P Í T U L O 2 4 127

Subtipos Comentario Notas para los educadores

Obtiene energía trabajando con gente, le Aprender explicando conceptos a los demás.
gusta el trabajo en grupo. Considerar ejercicios y proyectos en grupos
Extraversión No le gusta el aprendizaje lento. Orientado dentro o fuera de la clase.
(E) hacia la acción.
Opina sin ser preguntado.

Prefiere espacios tranquilos. Querer desarrollar marcos que integren o conecten


No le gustan las interrupciones. la materia tratada.
Le gusta trabajar con conceptos e ideas y sólo Para un introvertido, los fragmentos inconexos no
Introversión
(Iv) opina cuando se le pregunta. son conocimientos, sino sólo información.
Quiere comprender el mundo. El conocimiento significa interconectar el material y
Son pensadores concentrados y reflexivos. lograr la comprensión global.
Utilizar mapas de conceptos y mostrar a los
alumnos cómo desarrollarlos.

Orientado a los detalles, práctico y realista. Preferir los cursos organizados y con una estructura lineal.
Observador y confía en los hechos. Identificar lo que se debe saber del tema (lo esencial) y a
continuación estructurar las cosas alrededor de ello.
Observación
Proporcionar casos para analizarlos.
(O)
Un problema o caso inicial debería ser 1) un contexto
familiar, 2) que atraiga su curiosidad y 3) casi solucionable;
si es demasiado complejo es frustrante.

Confía en las corazonadas y en la intuición. Animar a los alumnos a adoptar un papel más activo
Busca la comprensión global. mediante series de preguntas o problemas diseñados para
Intuición
Le gustan las novedades. introducir un concepto (aprendizaje mediante el
(1)
Busca patrones y relaciones entre los descubrimiento).
hechos recopilados. Esto atrae a los alumnos intuitivos y enseña a los
perceptivos cómo descubrir los principios generales.
Combinar los alumnos observadores e intuitivos.

Encuentra las ideas y las cosas más A los alumnos pensadores les gustan los objetivos de
interesantes que la gente. aprendizaje claros que son precisos y orientados a la acción.
Pensamiento
Es analítico y toma decisiones basadas en la
(P)
lógica.

Valora la armonía y está más interesado en la Les gusta trabajar en grupos, sobre todo si son armoniosos.
gente que en las ideas. Disfrutan con los ejercicios en grupos pequeños.
Sentimiento
Empático. Toma decisiones basadas en los Proporcionar a los estudiantes directrices sobre cómo
(S)
valores y necesidades humanos. Bueno a la facilitar las reuniones de pequeños grupos, es decir,
hora de persuadir y facilitar las diferencias protocolo de grupo.
entre los miembros del grupo.

Planifica con bastante antelación, organizado, Los alumnos funcionan bien con el modelo «A O R » : al
orientado al trabajo, decidido y disciplinado. responder las preguntas de un examen, el alumno debe
primero Analizar la pregunta y las ideas clave, después
Juzgador Organizar las ideas en una secuencia lógica y, por último,
(J) escribir la respuesta (Responder).
Actuar como abogado del diablo para sugerir otras opciones,
pues los alumnos pueden extraer las conclusiones
demasiado rápido.
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

Indefinido, flexible, orientado al juego, Los alumnos perceptivos buscan información hasta el último
espontáneo, curioso, adaptable. Comienza minuto (y a veces después).
Perceptivo muchas tareas y quiere saberlo todo de cada Descomponer un proyecto o artículo complejo en
(Pv) una. Suele encontrar dificultades para subasignaciones, con plazos para cada uno.
completar una tarea. Los plazos mantendrán al alumno centrado en el objetivo.
Proporcionar una retroalimentación continua.
Proporcionar una retroalimentación provisional periódica.

F IG U RA 24-1 Tipos de Myers-Briggs y métodos correspondientes de aprendizaje.

ERRNVPHGLFRVRUJ
128 S E C C IÓ N D | Educación

teorías del aprendizaje, la humanista y la psicodinámica, también seres humanos pueden estar motivados por una jerarquía de
se describirán en parte. necesidades10. En el fondo se sitúan las necesidades básicas, como
respirar y comer, seguidas por la autoestima y el respeto de los
demás a un nivel superior. En la cima del todo está la autorrealiza-
Teorías conductistas del aprendizaje ción (maximización del potencial completo de cada persona).

Los conductistas consideran cualquier aprendizaje como una res­


puesta a estímulos externos sin ninguna intención por parte del
alumno. Se centran en el refuerzo positivo y la repetición para Teoría psicodinámica del aprendizaje
cambiar la conducta. Una crítica que se realiza a esta teoría es Aunque la psicodinámica no suele considerarse una teoría del
que asume que los alumnos son relativamente pasivos y fáciles aprendizaje, hace hincapié en las emociones más que en la cogni­
de manipular. La conducta modificada puede deteriorarse con el ción y destaca las fuerzas conscientes e inconscientes que guían
tiempo. la conducta. Las experiencias del pasado (incluida la infancia) y las
fuerzas internas, como los conflictos emocionales y el ego, mode­
lan la motivación y el aprendizaje.
Teorías cognitivas del aprendizaje
Los teóricos cognitivos consideran que la cognición (incluidas las
percepciones, pensamientos, memoria, cálculo, asociaciones y las CONCEPTOS EMERGENTES Y MARCO S
formas de procesar y estructurar la información) es clave para el EN EL APRENDIZAJE DE ADULTOS
aprendizaje. Se centran en los procesos de adquisición, organiza­
ción, recuperación y aplicación de la información. La información Aprendizaje autodirigido
se almacena en la memoria en forma de esquemas; el aprendizaje
es óptimo cuando la nueva información se acopla a los esquemas El aprendizaje autodirigido (AAD) propone que los profesiona­
existentes o cuando los esquemas se modifican para adoptar la les son personas automotivadas, que practican la autogestión y la
nueva información. En esencia, el aprendizaje implica percibir la automonitorización, y que son alumnos durante toda su vida11. En
información, interpretarla en función de lo que ya se sabe y, a con­ el AAD, las personas toman la iniciativa y la responsabilidad para
tinuación, reorganizarla en nuevos pensamientos o conocimien­ seleccionar, gestionar y evaluar su propio aprendizaje; establecen
tos7. El procesamiento y recuperación se potencian al organizar la sus propios objetivos, localizan los recursos apropiados, deciden
información y dotarla de significado. qué métodos utilizar y evalúan sus propios progresos. El AAD, esti­
Se han propuesto nueve pasos según esta teoría para activar mulado mediante el aprendizaje basado en problemas (ABP), está
un aprendizaje eficaz8: incorporado a muchos currículos médicos pregraduados12.
Se saben varias cosas sobre el AAD:
1. Captar la atención del alumno.
2. Informar al alumno sobre los objetivos y expectativas. 1. Los alumnos individuales pueden recibir la autorización
3. Estimular el recuerdo del alumno de los aprendizajes pre­ para tomar una responsabilidad cada vez mayor en su pro­
vios (es decir, recuperar los conocimientos previos). pio aprendizaje.
4. Presentar la información. 2. La autodirección debe considerarse como un continuum o
5. Orientar al alumno para facilitar su comprensión (codifica­ una característica que varía en las personas a lo largo del
ción semántica). tiempo.
6. Hacer que el alumno demuestre la información o la habilidad. 3. La autodirección no significa que el aprendizaje esté aislado
7. Proporcionar retroalimentación al alumno. de otras formas de aprendizaje ni que las sustituya.
8. Evaluar el rendimiento del alumno. 4. El estudio autodirigido puede implicar varias actividades
9. Trabajar para aumentar la retención y transferirla mediante y recursos (desde la lectura autoguiada a los grupos de
su aplicación y una práctica variada. estudio).
5. Los educadores pueden potenciar el AAD utilizando varias
La metacognición (el conocimiento de los propios procesos estrategias, como el fomento del pensamiento crítico.
de pensamiento y estrategias) es un concepto asociado. Es una 6. Algunas instituciones educativas encuentran formas de apo­
característica prominente de los alumnos bien autodirigidos. Los yar el estudio autodirigido (p. ej., programas de aprendizaje
educadores deben estimular la metacognición preguntando a las abierto, opciones de estudio individualizado, ofertas de cur­
personas cómo creen que aprenden y pidiéndoles que describan sos no tradicionales).
qué y cómo creen que piensan cuando aprenden.
Existen varias estrategias que pueden apoyar el AAD. El alumno
debería formularse y responder las siguientes tres preguntas al
comienzo del proceso:
Teorías sociales del aprendizaje
1. ¿Cuáles son las necesidades, metas y objetivos?
Según la teoría social del aprendizaje, gran parte de éste se logra 2. ¿Cuáles son los métodos y los recursos necesarios?
mediante la observación. Otras personas proporcionan modelos
3. ¿Cómo se evaluará el aprendizaje?
de rol sobre cómo pensar, sentir y actuar, y su influencia no debe­
ría subestimarse9. Los educadores pueden ayudar haciendo lo siguiente:

1. Ayudar al alumno a formular y responder las tres preguntas


Teoría humanista del aprendizaje que se acaban de enumerar.
2. Crear una relación con el alumno negociando un contrato
La teoría humanista del aprendizaje asume que cada persona es para los objetivos, estrategias y criterios de evaluación.
única y que todo el mundo desea crecer de forma positiva. Los 3. Animar a establecer objetivos que se puedan cumplir de
sentimientos internos sobre sí mismo, la capacidad de hacer varias maneras, y ofrecer diversas opciones para demostrar
elecciones sensatas y las necesidades afectan al aprendizaje. Los un rendimiento satisfactorio.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Aprendizaje de adultos I C A P Í T U L O 2 4 129

4. Gestionar la experiencia de aprendizaje, en lugar de actuar que pueden formular nuevos conceptos y estrategias de acción,
como un proveedor de información. para después experimentar con ellos4. Para lograr un aprendizaje
5. Proporcionar ejemplos de un trabajo adecuado. en profundidad, los alumnos deben practicar nuevas conductas y
6. Enseñar habilidades de investigación, toma de decisiones, habilidades, recibir una retroalimentación, ver las consecuencias
desarrollo personal y autoevaluación. de las nuevas conductas e integrar las nuevas habilidades en sus
7. Potenciar las redes de aprendizaje, círculos de estudio e pensamientos y conducta. En el aprendizaje experiencial, la expe­
intercambios de aprendizaje. riencia se utiliza para evaluar las ideas y suposiciones en lugar de
realizar una práctica pasiva. Los educadores deberían alentar a los
El aprendizaje autodirigido es apropiado para el lugar de tra­ alumnos para que observen, piensen, analicen, sinteticen, evalúen
bajo y muchas organizaciones lo alientan13. Han surgido preo­ y apliquen lo que se ha aprendido.
cupaciones sobre una confianza excesiva en el AAD14. Algunos
adultos poseen una m enor autodirección que otros. Una interpre­
tación excesiva del AAD constituye una negación del aprendizaje
colectivo y cooperativo para centrarse en uno mismo mediante Aprendizaje transformacional (transformativo)
el autoaprendizaje independiente. La autoevaluación está en el El aprendizaje transformacional es un proceso en el que el alumno
núcleo del proceso, pero muchos alumnos son malos a la hora de va un paso más allá, adquiriendo unos conocimientos basados en
autoevaluarse15. Las personas tienden a estudiar lo que les resulta la evidencia que se modifican por lo que se ha aprendido de un
interesante. modo coherente20. Implica poner en duda las suposiciones, creen­
cias y valores, así como considerar múltiples puntos de vista.Tanto
los ámbitos racional como afectivo (pensamientos y sentimientos)
Práctica reflexiva y aprendizaje son esenciales, y los profesores deben considerar cómo pueden
La práctica reflexiva puede considerarse como pensar de forma ayudar a los estudiantes a utilizar la racionalidad y los sentimien­
consciente y analizar lo que se ha hecho (o lo que se está tos para la reflexión y los cambios. El suceso que desencadena el
haciendo); esto se denomina «reflexión crítica». El énfasis de la proceso, o el dilema desorientador, puede ser una experiencia sig­
reflexión se dirige a afrontar las situaciones determinadas por la nificativa, una crisis vital o una transición vital, o bien la acumula­
enfermedad, impredecibles o inesperadas16,17. La práctica reflexiva ción gradual de pequeñas experiencias a lo largo del tiempo. Los
ofrece oportunidades para identificar las áreas en las que puede programas educativos, con un diseño apropiado, pueden desenca­
mejorarse dicha práctica y analizar los procesos de toma de deci­ denar el proceso.
siones en la misma práctica. Aumenta la competencia profesional
al alentar el reconocimiento de errores y de puntos débiles. Las
estrategias para estimular una práctica y aprendizaje reflexivos Constructivismo
consisten en el uso de diarios y portafolios de aprendizaje, libros
de anotaciones, contratos de aprendizaje, análisis de incidentes Los constructivistas creen que los alumnos «construyen» su pro­
críticos, grupos de aprendizaje de acción y compañeros de apren­ pio aprendizaje basado en lo que ya saben. Llegan al aprendizaje
dizaje17. Los siguientes elementos pueden ser esenciales en la con experiencias preexistentes que pueden usarse para construir
escritura reflexiva18: nuevos conocimientos. Cada alumno construye el significado de
forma diferente en función de sus propias experiencias. Los alum­
1. Descripción (¿qué ha pasado?). nos reinterpretan lo que se enseña y construyen su propio signifi­
2. Sentimientos (¿qué se estaba pensando y sintiendo?). cado a partir de lo que conocen. El constructivismo transforma al
3. Evaluación (¿cuáles eran los puntos fuertes y débiles es­ alumno de un receptor pasivo de conocimientos a un participante
pecíficos?). activo. El profesor no es un transmisor de conocimientos, sino un
4. Análisis (¿qué sentido puede darse a la situación?). guía que facilita el aprendizaje. Los detractores de esta teoría ale­
5. Plan de acción (¿qué cambios de estrategia son ne­ gan que no ofrece un contenido sólido de conocimiento. Puede
cesarios?). funcionar bien para profesionales que tengan experiencias acu­
muladas basadas en el trabajo, pero puede ser menos útil para los
Los elementos específicos utilizados en el análisis de inciden­ pregraduados, que tienen pocas experiencias laborales prácticas
tes críticos son los siguientes19: (aunque algunas experiencias vitales). Un concepto muy relacio­
nado con el constructivismo es el del aprendizaje colaborativo21 y
1. Descripción del incidente. de comunidad de investigación22, en la que los alumnos con distin­
2. ¿Quién lo ha controlado? tos niveles de rendimiento, habilidades o perspectivas y distintas
3. ¿Qué aprendizaje se ha extraído? disciplinas se agrupan para aprender. Sus partidarios alegan que
4. ¿Cuáles fueron los resultados del incidente? el intercambio activo de ideas en pequeños grupos incrementa el
5. ¿Cómo ha afectado el incidente a la propia práctica? interés y estimula el pensamiento crítico.

Aprendizaje experiencial
Conceptos emergentes
El aprendizaje experiencial, o aprendizaje a través de la acción, es
fundamental para el aprendizaje de adultos y guarda una estrecha Entre los conceptos emergentes hay que citar el aprendizaje
relación con el aprendizaje reflexivo. Los adultos aprenden de contextualizado (el aprendizaje es inherentemente social)23, el
un modo más eficaz cuando el aprendizaje tiene un componen­ aprendizaje durante toda la vida, el aprendizaje oportuno (recur­
te activo experiencial. El aprendizaje experiencial permite a los sos disponibles cuando surge la necesidad y el momento del
alumnos construir el significado y comprender en profundidad en aprendizaje), el aprendizaje informal y accidental, así como las
lugar de realizar un simple registro de conocimientos. El aforismo comunidades de práctica (COPS)24. La mayor parte del aprendizaje
de Confucio (450 a.C.), «dime y olvidaré; enséñame y puede que deriva de las oportunidades informales cotidianas, y los alumnos y
recuerde; implícame y comprenderé» sigue siendo cierto. El ciclo educadores deben ser conscientes y alentar su papel. Las COPS
del aprendizaje experiencial se basa en el concepto de que los pueden tener una especial utilidad a la hora de explorar el cono­
alumnos observan y reflexionan sobre sus experiencias, de modo cimiento tácito, que es aquel que tiene una persona, pero que no

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130 S E C C IÓ N D | Educación

puede describir por completo, o incluso no sabe que lo tiene. Las VALORACIÓN Y EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE
competencias laborales esenciales suelen ser tácitas, y la explora­
EN M ED IC IN A
ción de esta información permite codificarlas.
La mejor forma de evaluar la competencia es aún un tema deba­
tido. Se puede utilizar un modelo piramidal, que proporciona un
DETERM INANTES DEL APRENDIZAJE marco útil para considerar la competencia y la evaluación del
aprendizaje27. La base de la pirámide representa el componente
Además de los estilos de aprendizaje y de los marcos de diseño, de conocimientos de la competencia («saberes») y la aplica­
hay otros determinantes esenciales del aprendizaje, entre los que ción de esos conocimientos («saber cómo»), A un nivel superior
se pueden citar: se encuentra la demostración de la competencia, rendimiento
(«demostrar cómo») y la conducta («actos»). Los dos niveles infe­
1. Motivos (son numerosos: económicos, posibilidades de pro­
riores representan los aspectos cognitivos de la competencia, y los
moción, cumplir con los requerimientos para poder ejercer
dos superiores son sus componentes conductuales. «Demostrar
por mera inquietud).
cómo» no predice necesariamente el rendimiento diario («actos»).
2. Preparación para el aprendizaje.
Los estudiantes pueden modificar su conducta para lograr un
3. Refuerzo.
buen resultado en un examen clínico, pero pueden comportarse
4. Retención (mediante estrategias como la repetición, seguimien­
de forma muy distinta en la vida real.
tos, recordatorios, puntos clave, práctica, comprensión de los
Se han descrito las consideraciones y métodos clave a la
conceptos subyacentes, uso de esquemas cognitivos y asocia­
hora de diseñar las formas de valorar y evaluar la competencia
ción de los nuevos conocimientos con esquemas existentes).
clínica28,29. Las competencias y métodos de valoración deberían
5. Emoción.
planificarse respecto a los objetivos de aprendizaje (proyecto).
La emoción influye en el aprendizaje, tanto como motivador Dichos métodos de valoración deberían adaptarse a las compe­
como modificador de las actitudes y de la conducta, así como tencias aprendidas. Los métodos para apoyar el aprendizaje debe­
también al influir en la estructura y procesos de los conocimien­ rían ser válidos y fiables para las tareas inmediatas, ser prácticos y
tos17,25. Las emociones que no tienen una relevancia directa para potenciar el aprendizaje. En las evaluaciones en las que hay mucho
el aprendizaje pueden facilitarlo o impedirlo. El acto de escribir en juego, el mínimo estándar aceptable para aprobar se debería
un diario, los diarios reflexivos, la literatura, la poesía, las películas, decidir antes de la valoración (utilizando uno de los métodos de
el arte y la narrativa pueden favorecer las respuestas emocionales un conjunto estándar).
y las conexiones con el aprendizaje. A la cabecera del paciente, El método más frecuente para evaluar el conocimiento («sabe­
animar a los alumnos a que sean conscientes y a que expresen sus res») es el formato de preguntas de respuesta múltiple. Otros
reacciones emocionales ayuda al proceso. métodos para evaluar el «saber» y el «saber cómo» son los tests de
Los adultos tienen muchas responsabilidades (profesionales, verdadero/falso, el formato de la mejor respuesta única, pregun­
personales y sociales), que tal vez no les dejen mucho tiempo para tas de elección múltiple emparejadas, los ensayos y los exámenes
el aprendizaje, sobre todo para las oportunidades oficiales. Otras orales. Estos dos últimos son laboriosos y la fiabilidad interevalua-
barreras son una escasa conciencia de las lagunas de conocimien­ dor puede ser problemática. Existen varios instrumentos estanda­
tos y habilidades en un campo concreto, un apoyo económico rizados que evalúan las actitudes y la comodidad autopercibida en
inadecuado, la falta de confianza o de interés, la ausencia de infor­ la asistencia a pacientes moribundos. Los pacientes estandariza­
mación sobre las oportunidades de aprendizaje, los problemas dos pueden evaluar el rendimiento, como los exámenes clínicos
de agenda, el acceso limitado a las oportunidades de aprendizaje estructurados objetivos. La evaluación de la conducta («actos») en
(p. ej., profesionales rurales o de zonas remotas), dificultades buro­ la vida real es difícil. Un único método de evaluación no permite
cráticas y con el cuidado de los niños y el transporte. Los educa­ valorar de forma adecuada todas las facetas de competencia. Lo
dores deben tener en cuenta estas barreras al diseñar un curso. óptimo es utilizar una combinación de métodos que valoren los
Un curso que sea desproporcionadamente largo para los objetivos distintos niveles, desde los «saberes» a los «actos», como las evalua­
de aprendizaje y para el nivel asistencial al que se dirige puede ciones durante la formación y los portafolios (a menudo denomi­
desalentar a muchas personas. nadas evaluaciones de 360 grados).

COMPETENCIA Y APRENDIZAJE DE ADULTOS CONCLUSIONES


El aprendizaje oficial en las profesiones sanitarias se basa cada vez El aprendizaje de adultos es un concepto complejo y fluido sobre
más en la competencia, que se ha definido como «el uso habitual el que persisten muchas controversias (v. «Perspectivas futuras»).
y sensato de la comunicación, conocimientos, habilidades téc­ A pesar de la gran cantidad de actividad llevada a cabo, la com­
nicas, razonamiento clínico, conocimiento, emociones, valores y prensión del aprendizaje de adultos está lejos de ser universal.
reflexión en la práctica diaria»26. La competencia se elabora a par­ En este capítulo se han descrito varios conceptos que pueden
tir de las habilidades clínicas básicas, el conocimiento científico orientar la descripción y el desarrollo de las oportunidades edu­
y el desarrollo moral. Consta de funciones cognitivas, afectivas y cativas. Hay muchos estudios que demuestran la eficacia de los
psicomotrices (conocimientos, actitudes y habilidades). Por tanto, acontecimientos de aprendizaje a la hora de cambiar la conducta
es el funcionamiento integrado de muchos atributos que son del alumno cuando se aplican estos conceptos y directrices. En
necesarios para completar con éxito y de un modo adecuado las esencia, el aprendizaje es un proceso dinámico que dura toda la
tareas requeridas en la práctica clínica. Se han desarrollado varias vida, mediante el cual los alumnos adquieren nuevos conocimien­
competencias basadas en un consenso, como las competencias en tos, habilidades y actitudes. Está abierto a un debate considerable
cuidados paliativos para la educación de pregrado y de medicina a medida que los académicos y expertos intentan comprender
de familia en las facultades de medicina de Canadá (disponibles en mejor el proceso de aprendizaje, qué clases de experiencias y
la página de Internet http://www.afmc.ca/efppec/pages/main.html procesos lo facilitan o dificultan y cómo se puede asegurar que el
[consultada en octubre de 2007]). aprendizaje se convierta en un fenómeno a largo plazo.

PARTE I PRINCIPIOS
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Aprendizaje basado en Internet I C A P Í T U L O 2 5 131

Perspectivas futuras L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S

Aún p ersisten ciertas cuestiones p o r resolver sobre el aprendizaje, Bastable SB. Nurse as Educator, 2nd ed. Sudbury, MA: Jones and
en tre las q u e p u e d e n citarse las siguientes: Bartlett, 2003.
Garvin DA. Learning in Action. Boston: Harvard Business School
• ¿Cómo algunos adultos conservan la autodirección a lo largo de Press, 2000.
p eríodos prolongados de tiem po? ¿Cómo cam bia el proceso a Kaufman DM. ABC of learning and teaching in medicine: Applying
m edida q u e los alum nos pasan de se r p rincipiantes a expertos en la educational theory in practice. BMJ 2003;326:213-216.
m ateria e n cuestión y e n las estrategias d e aprendizaje? Marsick yf, Watkins KE. Informal and Incidental Learning in the
• ¿Qué se d ebería valorar y evaluar, y q ué constituye u na evaluación y Workplace. New York: Routledge Press, 1990.
valoración im parciales, adecuadas y representativas? Merriam SB (ed). An Update on Adult Learning Theory. New
• ¿Cuál es exactam ente el p ap el d e las teorías d el aprendizaje? ¿Sirven Directions for Adult and Continuing Education, vol 57. San
aún para u n p ropósito útil o e s hora d e utilizar u n único m arco que Francisco: Jossey-Bass, 1993.
reú n a los diferentes elementos? Moon J. Reflection in Learning and Professional Development:
• ¿Cuál es el p apel de los estilos d e aprendizaje? ¿Se les d ebería seguir Theory and Practice. London: Kogan Page, 1999-
p restando atención?
• ¿Por q ué existen lagunas e n tre lo q ue se enseña y lo qu e se aprende?
¿Cuánto d e lo q u e se en señ a se aprende?

B I B L I O G R A F Í A

1. Knowles MS. The Modem Practice of Adult Education: From Pedagogy to


Androgogy, 2nd ed. Chicago: Follet, 1980. CAPÍ TULO 25
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11. Candy PC. Self-direction for lifelong learning: A comprehensive guide to theory
and practice. San Francisco:Jossey-Bass, 1991-
12. Miflin BM, Campbell CB, Price DA.A conceptual framework to guide the deve­ • El aprendizaje basado en Internet (ABO engloba muchas tecnologías y acti­
lopment of self-directed, lifelong learning in problem-based medical curricula. vidades formativas.
Med Educ 2000;34:299-306. • Los educadores de cuidados paliativos cada vez recurren más a Internet
13- Mamary E, Charles P. Promoting self-directed learning for continuing medical como recurso docente.
education. Med Teacher 2003;25(2): 188-190.
14. Schmidt HG. Assumptions underlying self-directed learning may be false. Med • La adopción delABI debe guiarse por necesidades bien definidas.
Educ 2000;34:243-245. • La aplicación del ABI debería estar guiada por unos principios y un diseño
15. Gordon MJ.A review of the validity and accuracy of self-assessments in health educativo apropiados.
professions training.Acad Med 1991;66:762-769-
• Para que el ABI sea eficaz, es preciso un apoyo amplio de los formadores y
16. Schón D.The Reflective Practitioner. San Francisco: Jossey-Bass, 1983-
17. Moon J. A Handbook of Reflective and Experiential Learning: Theory and los alumnos, así como una interacción entre ambos.
Practice. London: RoutledgeFalmer Press, London, 2004.
18. Moon J. Reflection in Learning and Professional Development: Theory and
Practice. London: Kogan Page, 1999-
19- Ghaye T, Lillyman S. Learning journals and critical incidents: Reflective prac­
tice for health care professionals. In Dinton Wilts Key Management Skills in
Nursing. London: Quay Books, Mark Allen Publishing Group, 1997.
20. MezirowJ.Transfbrmative Leaming:Theory to Practice. New Directions for Adult Internet actúa como apoyo de la educación de muchas formas dis­
and Continuing Education, vol 74, pp 5-12. San Francisco:Jossey-Bass, 1997. tintas. Ya constituye una fuente de una gran cantidad de informa­
21. Kearlsey G, Schneiderman B. Engagement theory: A framework for technology-
based teaching and learning. EducTechnoI 1998;38:20-23- ción y muchos clínicos lo utilizan como recurso en su aprendizaje
22. Garrison DR, Anderson T, Archer W. Critical thinking, cognitive presence y obtención de información. Algunos educadores de cuidados
and computer conferencing in distance education. Am J Distance Educ paliativos ya lo han adoptado como ayuda en los programas oficia­
2001;15:7-23- les de aprendizaje1'4.
23. Lave J, Wenger E. Situated Learning: Legitimate Peripheral Participation.
Cambridge: University of Cambridge Press, 1991- El aprendizaje basado en Internet (ABI) es un término genérico
24. Wenger E, McDermott R, Snyder WM. Cultivating Communities of Practice: A para cualquier tipo de aprendizaje que emplee tecnologías, ma­
Guide to Managing Knowledge. Boston: Harvard Business School Press, 2002. teriales, aplicaciones o comunicación con un apoyo específi­
25. Taylor EW. Transformative learning theory: A neurobiological perspective of co en Internet. Es una subunidad del «aprendizaje electrónico»
the role of emotions and unconscious ways of knowing. Int J Lifelong Educ
2001;20:218-236.
(e-leaming), término más amplio que también engloba el apren­
26. Epstein RM, Hundert EM. Defining and assessing professional competence. dizaje con el apoyo de otras tecnologías electrónicas o computari-
JAMA 2002;287:226-235. zadas. El aprendizaje electrónico también abarca otras tecnologías,
27. Miller G.The assessment of clinical skills/competence/performance. Acad Med como las agendas digitales personales (PDA), los reproductores de
1990;65(Suppl):S63-S67. MP3 y los discos compactos multimedia de sólo lectura (CD-ROM)
28. Wass V, Van der Vleuten C, Shatzer J, Jones R. Assessment of clinical compe­
tence. Lancet 2001;357:945-949-
o los videodiscos digitales (DVD). Estas tecnologías pueden usarse
29- Newbie DI. Assessing clinical competence at the undergraduate level. Med de forma combinada. También se incluye el concepto de gestión
Educ 1992;26:504-511. de los conocimientos5.

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132 S E C C IÓ N D | Educación

CONCEPTOS Y ELEMENTOS CLAVE Ble Ed* Message Cohererting Connector View Help
||d-a~ 0 I a 6 I r' -1 S ' a I *2 J P a ___________________________
«Distancia» y aprendizaje «distribuido» V o W — « OUn \irm m Qini» rn cn i i ___________________________________ , J 0 eG

En su aspecto más básico la «educación a distancia» se produce


cuando los educadores y los alumnos mantienen una distancia
física. Aunque el aprendizaje a distancia no es nuevo, el ABI está
revolucionando no sólo su aplicación, sino también los métodos
de aprendizaje asociados. En la actualidad, se prefiere el término
educación «distribuida», para hacer hincapié en la mayor aten­
ción que se pone en el alumno y en la capacidad para apoyar el
aprendizaje en el lugar, momento y con el método de elección del
alumno, tanto si se encuentra a distancia como si no6.

Conferencia sincrónica frente a asincrónica


y herramientas de conferencia
FIGURA 25-1 Ejemplo de la página de inicio de un curso en línea de cuidados
Las tecnologías basadas en Internet suponen un apoyo para la paliativos para profesionales de atención primaria. El programa informático del
comunicación, ya sea de forma sincrónica o asincrónica. La comu­ sistema de gestión del aprendizaje (SGA) es FirstClass (Open Text Corp.).
nicación sincrónica supone una interacción en tiempo real entre Al hacer clic en cada icono, los alumnos entran en un componente distinto del
dos o más personas, utilizando texto, audio o vídeo (cámaras curso. «Orientación» contiene materiales didácticos, casos, la «netiqueta» del
web), mientras que la comunicación asincrónica es independiente curso, requisitos y expectativas del mismo, así como recursos sobre aprendizaje
del tiempo (los participantes reciben, leen y publican mensa­ constructivo y conferencias mediadas por computadora (CMC). «PC Info»
jes en el momento que elijan). Las aplicaciones que apoyan las
es un tablón de conferencia donde los alumnos pueden plantear cualquier
conferencias en línea, ya sea texto, audio o vídeo, se denominan
pregunta a los expertos en los contenidos sobre temas de cuidados paliativos.
«herramientas de conferencias en red», y el proceso se denomina
La sala del facilitador es un tablón de discusión abierto sólo a los facilitadores.
«conferencia mediada por computadora» (CMC). Aunque la CMC
Éstos pueden compartir experiencias sobre el curso y solicitar consejo de
se relaciona con las conferencias sincrónicas y asincrónicas, suele
otros sobre temas de contenido o facilitación. Los tablones de discusión
utilizarse más para referirse a las conferencias asincrónicas basa­
cerrada («salas») también están a disposición de los médicos, enfermeras,
das en texto (CMCa).
especialistas en farmacia y residentes de medicina de familia del curso. Los
grupos de aprendizaje mediante PC contienen discusiones asincrónicas
Tecnologías de grupos pequeños (nueve grupos). La parte central del aprendizaje en el
curso tiene lugar aquí, mediante el aprendizaje constructivo de pequeño
Las tecnologías que apoyan la CMCa son el correo electrónico,
las listas de distribución, los tablones de anuncios y los foros de grupo. Cada grupo completó cinco módulos a lo largo de 12 semanas. Cada
discusión electrónicos. Más recientemente, se han añadido los módulo presentaba nuevos casos y problemas. En «Resúmenes de módulo»,
blogs y los podcasts. El correo electrónico es la forma menos los alumnos seleccionaban un elemento representativo para resumir los
estructurada. Aunque esta tecnología es familiar para la mayoría puntos clave de las discusiones en sus pequeños grupos respectivos y ponían
de las personas, los mensajes relacionados con cursos o discusio­ estos resúmenes a disposición de los otros grupos. La continuación del Caso
nes concretas quedan inmersos entre todos los demás mensajes de John era un caso longitudinal sencillo que evolucionaba a medida que
recibidos, lo que dificulta seguir la «discusión». Por el contrario, continuaba el curso; todos los alumnos tenían acceso a este foro de discusión.
los foros de discusión electrónicos organizan los mensajes y con­ Los «Enlaces en línea» proporcionaban una selección de enlaces a sitios útiles
servan juntos todos los que están relacionados con una discusión de internet relacionados con el curso. «La sala del PG> era un área informal para
concreta, en lo que se denomina hilo (fig. 25-1). Un alumno o pro­ que los participantes (alumnos y profesores) entablasen una interacción social
fesor publica un mensaje en el tablón de discusión y después se mediante una CMC asincrónica.
desconecta. Otros participantes pueden conectarse en el lugar y
momento que les resulte conveniente, leer los mensajes previos y sincrónica y asincrónica puede capitalizar las ventajas de ambos
responder. sistemas (tabla 25-1).

Consideraciones Sistemas de gestión del aprendizaje


Las CMC sincrónica y asincrónica tienen sus respectivas ventajas Los sistemas de gestión del aprendizaje (SGA), también denomina­
y limitaciones. Los partidarios de la CMC sincrónica alegan que dos sistemas de gestión de cursos (SGC) constituyen el término
las actividades de aprendizaje en tiempo real son fundamentales general para referirse a los sistemas de programas informáticos
para crear una comunidad, proporcionar un sentimiento de per­ que permiten la gestión y distribución de contenidos y fuentes
tenencia, socialización y dirección para los alumnos, así como de aprendizaje. Como mínimo, los SGA suelen proporcionar un
para ofrecer una retroalimentación inmediata. La falta de estos espacio común para ofrecer información y contenidos del curso
elementos es una causa frecuente de la elevada tasa de abandono (texto, vídeo, audio, enlaces a otros sitios), matriculación de los
en el aprendizaje distribuido (no es infrecuente que se produzca estudiantes, herramientas de comunicación, organización de
hasta un 30% de abandono de alumnos). La logística de organi­ grupos de usuarios y seguimiento de la actividad de alumnos y
zar un momento que sea adecuado para todos los participantes, profesores. Ayudan a los profesores a crear y organizar páginas
a través de las distintas zonas horarias en el caso de los cursos de Internet sobre el curso, almacenan y gestionan los planes de
internacionales, es un factor limitante. Una CMCa proporciona estudios y la información (como documentos informáticos de tex­
una mayor independencia respecto al tiempo y al lugar, y puede to, presentaciones digitales de diapositivas, archivos de audio y
hacer surgir la reflexión más que el aprendizaje sincrónico7. Los vídeo, imágenes y gráficos), siguen la actividad de los alumnos y
alumnos observan que el ejercicio de escribir sus propias res­ profesores en la página de Internet (como el número de veces
puestas en línea les estimula a reflexionar con mayor profundidad que cada alumno ha accedido a las páginas en el SGA y con qué
y prestan más atención a sus pensamientos que en las discusio­ frecuencia ha escrito mensajes en ella), gestionan los calendarios
nes en clase o en la CMC sincrónica8. Una combinación de CMC del curso y administran encuestas y tests en línea. Suelen incluirse

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Aprendizaje basado en Internet I C A P Í T U L O 2 5 133

T A B L A 2 5-1 Ejemplos de programas informáticos para apoyar la comunicación asincrónica y sincrónica y las conferencias

l
para el aprendizaje electrónico*

TE C N O L O G ÍA P Á G IN A D E IN TE R N E T C M C SIN C CM CA TEX TO A U D IO V ÍD E O FO R O DE S GA
Y PR OGRAM A D IS C U S IÓ N
IN F O R M Á T IC O

N o basada en
Internet
Teleconference + ++ ++ +
Videoconferencia + ++ +++
Correo electrónico ++ + +
Basada en
Internet
WebBoard http://webboard.oreilly.com + ++ + + ++ +
Centra* http://www.saba.com/products/centra/ ++ + ++
Elluminate1' http://www.elluminate.com ++ + ++
Moodle http://moodle.org/ + + + ++ + + + + +
WebCT http://www.blackboard.com/ + + + ++ + + + + +
FirstClass http://www.firstclass.com/ + + + ++ + + + + +
BlackBoard http://www.blackboard.com/ + + + ++ + + + + +
Authorware http://www.adobe.com/products/authorware/ + + + + + +
Click2Learn http://www.toolbook.com/ + + + + + +
Toolbook
Breeze Presenter http://www.adobe.com/products/presenter/ ++ + ++ ++ + +
Breeze Meeting http://www.adobe.com/products/ + ++ ++ ++ + +
acrobatconnectpro/
NetMeeting + ++ ++ +
Cu-SeeMe + ++ ++ +

CMCa, Conferencia mediada por computadora asincrónica; SGA, sistema de gestión del aprendizaje; CMC SINC, conferencia mediada por computadora sincrónica.
•Muchos de estos programas se actualizan de forma continua. Desde la publicación de esta prueba se pueden haber añadido funciones adicionales. El lector debe
remitirse a la página de Internet específica para obtener la información más actualizada.
tLas sesiones sincrónicas se pueden grabar para visualizarlas a demanda de forma asincrónica con posterioridad.

foros de discusión de comunicación asincrónica y el acceso a los pasar por alto, porque sus características individuales, tecnologías
correos electrónicos, pero las herramientas para apoyar las con­ y cómo se aplican influyen en la experiencia de aprendizaje10. La
ferencias sincrónicas de texto, audio y vídeo cada vez se inte­ experiencia de aprendizaje en un curso basado en Internet puede
gran más. Otras características más sofisticadas son la gestión de verse empañada si el acceso a Internet sigue fallando, incluso aun­
las competencias, el análisis de las lagunas que existen en ciertas que el curso tenga un diseño impecable.
habilidades, tests autoevaluables, toma de apuntes y capacidades
de planificación de actividad para alumnos, así como asignación
de recursos (p. ej., locales, habitaciones, libros de texto, profe­ Procesos de diseño docente
sores). La mayoría de los sistemas permiten una seguridad de
registro mediante la protección con una contraseña. Existen Los mismos procesos implicados en desarrollo curricular en el
muchos SGA genéricos (realizados en serie) disponibles. Moodle aprendizaje tradicional, como realizar una evaluación de las nece­
es un ejemplo de código abierto, por lo que está disponible para sidades y establecer los objetivos de aprendizaje, se deberían apli­
su descarga y uso gratuitos. La mayoría de los demás requie­ car en el ABI. Sin embargo, hay varias consideraciones adicionales
ren una licencia. El desarrollo de novo de nuevos programas de (v. cap. 23)11. Un marco para un diseño formativo consta de cuatro
SGA individualizados es costoso y laborioso, además de requerir elementos12: autonomía y control del alumno, grado de interac­
experiencia. ción, acceso y costes.
Los profesores en línea no se limitan a un SGA para el ABI.
Pueden prescindir de un SGA y utilizar un programa que utilice
sólo la conferencia sincrónica (p. ej., Elluminate) o el autoapren- Aprendizaje de adultos
dizaje independiente (p. ej., Breeze Presenter). Como alternativa,
pueden diseñar su propia página de Internet utilizando progra­ Hay que prestar atención a los principios básicos del aprendizaje
mas informáticos como Dreamweaver o Frontpage y/o incorporar de adultos (v. cap. 24).
otras herramientas de conferencia en red asincrónica y sincrónica.
También se puede hacer que los archivos de audio y vídeo estén
disponibles para los alumnos mediante una estratificación de los Nivel de interactividad
mismos. Una alternativa si se emplean archivos grandes de vídeo Algunos programas de ABI simplemente publican la información
(p. ej., viñeta o películas de vídeo) es proporcionar a los alumnos y los materiales del curso en línea. Otros requieren una cantidad
copias en CD-ROM o DVD. significativa de discusión sincrónica y asincrónica entre los alum­
nos y los profesores. Los programas como Breeze yAuthorware, o
CONSIDERACION ES DE D ISEÑO DOCENTE los programas diseñados a medida similares, permiten a los pro­
fesores elaborar experiencias didácticas que pueden incorporar
Existen varios principios que son relevantes9. Los medios y tecnolo­ elementos multimedia (texto, gráficos, archivos de audio y vídeo)
gías escogidos para una experiencia concreta de ABI no se pueden y pueden estimular a los alumnos a interactuar con los programas,

ERRNVPHGLFRVRUJ
134 S E C C IÓ N D | Educación

por ejemplo, solicitándolos que revisen el material y que respon­ Estilos de aprendizaje
dan a exámenes o tests basados en el material estudiado. El diseño
puede requerir que los alumnos completen en primer lugar una Véase el capítulo 24 referente a los estilos de aprendizaje.
tarea antes de que se les permita continuar. Los gráficos, los diagra­
mas y las ilustraciones pueden facilitar la comprensión de las
ideas presentadas en el texto. Los programas informáticos, como Teorías del aprendizaje
Hot Potatoes y Zoomerang permiten incorporar los exámenes y
los tests en los cursos en línea, sobre todo si el SGA que se utiliza Algunas teorías del aprendizaje tienen aplicaciones específicas
no tiene estas funciones. en el ABI. Entre ellas, se puede citar la teoría del aprendizaje de
adultos, el constructivismo17, el aprendizaje autodirigido, las
comunidades de investigación y las comunidades de práctica.
Jonassen18 sugirió la idea de utilizar las tecnologías basadas en
Acceso computadoras como herramientas cognitivas para «introducir
El acceso a las tecnologías (p. ej., el acceso de Internet de alta y potenciar el pensamiento en los alumnos». Este autor afirma
velocidad y los temas referentes a los cortafuegos), la preparación que los estudiantes no aprenden de las computadoras ni de sus
para la tecnología y el método de aprendizaje, las discapacidades, aplicaciones, sino de pensar con coherencia, y recomienda utili­
la cultura y la financiación son consideraciones esenciales del zar tecnologías como «herramientas mentales». Las experiencias
diseño formativo. Es inteligente incorporar una base tecnológica de ABI, como sus contrapartidas basadas en clases tradicionales,
que sea apropiada para el mayor rango de estudiantes pertene­ deberían constar de actividades que impliquen procesos cogniti-
cientes a la audiencia que constituya el objetivo de cada programa vos activos, como creación, solución de problemas, razonamiento,
(el enfoque de «denominador común»). toma de decisiones y evaluación. Garrison y cois, propusieron
un marco, denominado com unidad de investigación, en el que
desarrollar y estudiar las CMC que potencien el pensamiento
crítico19.
Costes
El diseño y el desarrollo de los cursos para la educación se suele
asociar con unos costes previos relativamente altos y unos costes Selección de tecnologías
de aplicación variables, dependiendo de las tecnologías que se uti­
licen13. Las repeticiones posteriores, siempre que no se realicen Las tecnologías se deberían seleccionar en función del modo en
demasiados cambios significativos, disminuyen su coste. El diseño el que serán capaces de potenciar la consecución de los objetivos
de páginas de Internet es relativamente barato en comparación de aprendizaje, su acceso y sus costes, entre otras consideracio­
con los SGA y las herramientas de conferencias mediante Internet; nes. También se pueden utilizar otras tecnologías para apoyar el
pueden ser caras si no se proporciona un apoyo institucional. aprendizaje distribuido. Las conferencias mediante los teléfonos
tradicionales, aunque se consideran una tecnología «más antigua»,
pueden ser la mejor opción en ocasiones. En la figura 25-1 se
muestra un ejemplo del aspecto que puede tener una página de
Cursos sólo a través de Internet o mixtos inicio de Internet correspondiente a un curso de cuidados palia­
Bonk y Dennen identificaron 10 niveles de integración del ABI en tivos en línea. En este curso interdisciplinario, la mayor parte del
la educación14, que van desde el uso de Internet para almacenar y aprendizaje tuvo lugar mediante CMCa.
hacer circular los materiales de aprendizaje de los cursos basados
en clases tradicionales a los que se llevan a cabo por completo
mediante ABI (sólo por Internet)15. Los programas educativos mix­ EFICACIA DEL APRENDIZAJE BA SA DO
tos o híbridos combinan el ABI y el aprendizaje basado en clases
tradicionales4. El componente de ABI puede ser menor, o puede EN INTERNET
constituir la parte principal del curso. Los beneficios de los cur­ El debate sobre si la eficacia del ABI es igual, mayor o menor que
sos híbridos se están reconociendo cada vez con más frecuencia. la de los métodos de aprendizaje tradicionales está desencami­
Los cursos híbridos aprovechan los puntos fuertes de ambas estra­ nado. El ABI es una entidad heterogénea con muchos modelos
tegias, la inmediatez del aprendizaje en las clases y la flexibilidad diferentes que utilizan una gran variedad de actividades didácticas.
distribuida del ABI1 . En última instancia, su eficacia depende tanto del diseño como de
factores del tipo del entusiasmo del profesor.
Las investigaciones que han intentado comparar el ABI con
Cursos abiertos, cerrados o cursos con duración los métodos de aprendizaje tradicionales han encontrado por lo
estipulada general que, si se presta la debida atención a las consideraciones
pedagógicas y de diseño formativo, el ABI es al menos igual de
Los cursos abiertos no dependen del tiempo. Los alumnos comien­ eficaz que los cursos basados en clases tradicionales20,21. En una
zan y finalizan el curso a su conveniencia. En ellos, la interacción revisión sistemática de 700 estudios, de los que sólo 19 cumplie­
con otros alumnos suele ser limitada. En los cursos con duración ron los criterios de inclusión, se concluyó que «no parece haber
estipulada, los alumnos deben completarlos en un período de una diferencia en cuanto a logros entre los alumnos a distancia y
tiempo especificado. En los cursos cerrados, los alumnos inician los tradicionales»22. Chumley-Jones y cois, han publicado recien­
y finalizan los cursos en momentos determinados. Suelen ser cur­ temente una revisión de la literatura en la que se evalúan estos
sos que requieren una cohorte de alumnos por motivos pedagó­ temas23. Estos autores revisaron varios ámbitos, como los cam­
gicos (aprendizaje colaborativo y constructivo basado en grupos) bios en los conocimientos, las actitudes de los alumnos y la efi­
o logísticos. cacia del aprendizaje, y concluyeron que el ABI, aunque es útil,
no abarca todos los retos de la formación médica. Estos autores
afirmaron que no hay evidencias de un aprendizaje más rápido
Diseño de interfases y navegación de los alumnos con los programas de ABI que con los métodos
tradicionales.
Los aspectos relativos al diseño son fundamentales. Las páginas de La motivación para adoptar la ABI no debería ser sustituir los
Internet necesitan ser fáciles de utilizar, concisas, intuitivas y de métodos de aprendizaje tradicionales, sino solucionar las barre­
fácil navegación. ras que se interponen en el acceso a la educación y potenciar los

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Aprendizaje basado en Internet I C A P Í T U L O 2 5 135

14. Bonk CJ, Dennen V. Frameworks for research, design, benchmarks, training and
Perspectivas futuras pedagogy in Web-based distance education. In Moore MG,Anderson WG (eds).
Handbook of Distance Education. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates,
Necesidad de aclarar q ué com petencias d e cuidados paliativos pue­ 2003, pp 331-348.
d e n a p renderse en línea y cuáles no. 15. Pereira J. Web-based learning: Comparing two online palliative care courses. In
Necesidad de d eterm inar q ué m étodos formativos y diseños se Abstracts of the 2nd Congress of the EAPC Research Network, Lyon, France,
requerirán p ara llevar a cabo las com petencias d e «comunicación» May 23-25,2002.
16. Pereira J, Wedel R, Murray A, et al. Rural family care education: Results of a
hybrid distance course for rural family medicine residents [abstract]. J Palliat
Necesidad de evaluar e n q u é m edida el ABI p uede producir cam­ Care 2005;21:225.
bios e n los conocim ientos, actitudes y habilidades necesarias e n el 17. Jonassen D, Davidson M, Collins M, et al. Constructivism and computer-media-
ám bito d e los cuidados paliativos. ted communication in distance education. Am J Distance Educ 1995;9(2):7-26.
18. Jonassen DH. Computers in the Classroom: Mindtools for Critical Thinking.
Englewood Cliffs, NJ: Prentice-HaU, 1998.
19. Garrison DR, Anderson T, Archer W. Critical thinking, cognitive presence
and computer conferencing in distance education. Am J Distance Educ
2001;15(l):7-23.
20. Johnson SD, Aragon SR, Shaik N, Palma-Rivas N. Comparative analysis of learner
métodos de aprendizaje tradicionales eficaces. La heterogeneidad satisfaction and learning outcomes in online and face-to-face learning environ­
de los métodos docentes y de los diseños de los cursos hace que ments. J Interactive Learning Res 2000;ll(l):29-49-
sea difícil establecer comparaciones. 21. Dusick DM. The learning effectiveness of educational technologies: What does
that really mean?. Educ Technol Rev 1998;10:10-12.
22. Machtmes K, Asher JW. A meta-analysis of the effectiveness of telecourses in
distance education. Am J Distance Educ 2000;l4(l):27-46.
CONCLUSIONES 23. Chumley-Jones HS, Dobbie A, Alford CL. Web-based learning: Sound edu­
cational method or hype? A review of the evaluation literature. Acad Med
El ABI es una entidad heterogénea que puede servir de apoyo para
2002;77:S86-S93-
multitud de tecnologías, actividades de aprendizaje y niveles de
interacción. Se puede utilizar para mejorar las clases tradiciona­
les o para ofrecer programas oficiales de aprendizaje de un modo L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
totalmente en línea. Varias páginas de Internet sobre cuidados
paliativos que ofrecen una información clínica excelente están Garrison DR, Anderson T. E-Leaming in the 21st Century: A Frame­
disponibles en línea (v. lista de «Recursos adicionales»). Dada la work for Research and Practice. London: RoutledgeFalmer, 2003.
rápida expansión del papel del ABI, existen varias consideraciones Holmberg B. Theory and Practice of Distance Education. London:
para los cuidados paliativos (v. «Perspectivas futuras»). RoutledgeFalmer, 1995.
Salmon G. E-Moderating the Key to Teaching and Learning Online.
B I B L I O G R A F Í A London: Kogan Page, 2000.
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ethical decLsions in end-of-life care after a year of interactive Internet-based
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10. Kozma R.Will media influence learning? Reframing the debate. Educ Technol
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ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

ERRNVPHGLFRVRUJ
SECCION

Investigación

preguntas relevantes que no obtienen respuesta mediante un


U CAPÍTULO 2 6 ensayo clínico controlado o un estudio diagnóstico. En estos
casos, otros métodos de investigación, como los estudios obser-
vacionales, adquieren relevancia4. Los estudios observacionales
constituyen un paso en la medicina basada en la evidencia, pero
Principios de investigación suelen ser necesarios más ensayos clínicos para validar los resul­
tados (v. cap. 5). Los estudios cualitativos contribuyen a la profun­
en medicina paliativa didad y riqueza de los conocimientos y suelen generar hipótesis
que después se pueden probar en el seno de metodologías cuan­
Clare White, Janet R. Hardy y Paul Glare titativas (v. cap. 5).

2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos


M E D IC IN A B A SA D A EN LA EVIDENCIA
La práctica basada en la evidencia constituye una parte esencial de
«Los cu idados paliativos so n u n a rte , p e ro se d e b e n basar e n la la medicina moderna. Está ampliamente aceptado que, junto a las
ciencia.» preferencias de los pacientes, la evidencia de una investigación
— gumelius, 20 0 0 * de buena calidad es necesaria para guiar la toma de decisiones
clínicas sobre la práctica y la provisión de servicios. El término
medicina basada en la evidencia se desarrolló para alentar tanto
a los profesionales como a los pacientes a utilizar la mejor evi­
dencia en la asistencia clínica. La medicina basada en la evidencia
requiere la integración de la experiencia clínica individual junto
• La medicina basada en la evidencia constituye una parte esencial de la medi­ con la mejor evidencia clínica disponible basada en una investiga­
cina moderna. ción sistemática5. Los diseños de los estudios se jerarquizan según
• Los cuidados paliativos no están exentos de la necesidad de demostrar que su potencial para eliminar los sesgos (tabla 26-4). Varios organis­
las intervenciones utilizadas en la práctica cotidiana no sólo son eficaces y mos de investigación nacionales han publicado los criterios para
rentables, sino que están basadas en la evidencia científica. la valoración de la evidencia, como el National Health and Medical
• La investigación debe llevarse a cabo en grupos relevantes de pacientes Research Council de Australia6 y la Agency for Healthcare Policy
para que tenga aplicación clínica. and Research de Estados Unidos. Todos coinciden en conferir la
• Los pacientes necesitan una información precisa sobre la relación riesgo/ máxima puntuación a los metaanálisis de varios ECAC amplios y
beneficio de un tratamiento o intervención para tomar decisiones in­ bien diseñados, y la mínima puntuación a los datos de estudios
formadas. observacionales sin grupo de control. No existe un consenso para
• Los pacientes de cuidados paliativos son un grupo especialmente vulnera­ clasificar la investigación cualitativa, y puede ser inadecuado inten­
ble, para los que no suele existir una «segunda oportunidad» para mejorar la tar hacerlo del mismo modo, aunque la Campbell Collaboration se
atención. Por tanto, la idea de asignar los pacientes a unos cuidados subóp- dirige hacia esa dirección7.
timos es inaceptable.
• Los ensayos clínicos aleatorizados y controlados tienen las máximas posibili­
dades de eliminar los sesgos en los estudios de investigación.
Relevancia de la medicina basada en la evidencia
en cuidados paliativos
Las innovaciones en la asistencia clínica dependen de la investi­ La disciplina de cuidados paliativos pretende aumentar la cali­
gación. En cuidados paliativos, al igual que en otras especialida­ dad de vida frente a la muerte ocupándose de las necesidades
des médicas, hay muchas metodologías de investigación, como físicas, sociales, psicológicas y espirituales tanto de los pacientes
los formatos cualitativo y cuantitativo (tablas 26-1 a 26-3). La cre­ con enfermedades avanzadas como de sus familias8. El rango de
dibilidad de la investigación depende del diseño escogido por tratamientos disponibles ha aumentado, y los pacientes suelen
el investigador2. La cuestión planteada, las características de la recibir tratamiento hasta que fallecen para evitar o controlar los
población de pacientes estudiada, las intervenciones empleadas síntomas9. Para asegurarse de que los síntomas se tratan de la
y los criterios de valoración específicos influyen en el diseño más forma más adecuada, se debe desarrollar un cuerpo de eviden­
apropiado del ensayo clínico2 (v. cap. 5). Se suele considerar que cia sólido, lo que depende a su vez de una buena investigación2.
la evidencia más firme procede de los ensayos clínicos aleatori­ Algunos autores alegan que la necesidad de aplicar un tratamiento
zados y controlados (ECAC)3. Un ECAC suele ser necesario para de la mejor calidad posible en cuidados paliativos es una obliga­
validar los resultados de otras metodologías y es esencial a la ción moral10 (v. cap. 3). Los principios éticos cardinales de bene­
hora de validar los nuevos tratamientos e intervenciones frente ficencia, no maleficencia, autonomía y justicia se pueden aplicar
al estándar actual. Sin embargo, los investigadores suelen tener para responder a este caso11.

PARTE I PRINCIPIOS
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Principios d e investigación en m edicina paliativa I C A P Í T U L O 2 6 137

T A B L A 26-1 Tipos de diseño de ensayo clínico de investigación cuantitativa*

TIPO DE INVESTIGACIÓN DESCRIPCIÓN


Cuestionario/encuesta Pueden ser cuantitativos o cualitativos.
Estudios observacionales El investigador mide pero no interviene.
Estudio descriptivo (observacional) El investigador describe el estado de salud de una población o las características de un número de pacientes.
Transversal (observacional) Medición de la enfermedad en una población representativa (preferiblemente aleatoria) en un punto temporal.
De cohortes (observacional) Los resultados se comparan entre grupos emparejados con y sin exposición o factores de riesgo (prospectivo).
De casos-controles Las personas con y sin el resultado de interés se comparan en busca de la evidencia de una exposición o
(observacional) riesgo previo (retrospectivo).
Ensayo clínico aleatorizado y Es el patrón oro de los ensayos clínicos. Las personas se asignan de forma aleatoria para recibir el tratamiento
controlado (experimental) del estudio o el tratamiento estándar/placebo; los estudios suelen realizarse con enmascaramiento
(enmascaramiento simple o doble).
Ensayo clínico con grupos Los participantes del estudio reciben cada tratamiento en un orden aleatorio; con este tipo de estudio, cada
cruzados (experimental) paciente actúa como su propio control.
Ensayo clínico con N = 1 Consiste en hacer un número de cruces entre el fármaco del estudio y el placebo, o entre dos fármacos
(experimental) distintos en el mismo paciente; el paciente actúa como su propio control.
Ensayos clínicos paralelos (experimentales) Cada paciente recibe un único tratamiento.
Revisión sistemática Revisión de la literatura científica sobre un tema concreto para intentar responder una pregunta de investigación.

•Véase el capitulo 64 sobre la investigación cualitativa.

H T A B L A 26-2 Investigación cualitativa frente a cuantitativa 1 T A B L A 26-4 Criterios del National Health and Medical
Research Council (Australia) para evaluar la evidencia cuantitativa
FACTOR CUALITATIVA CUANTITATIVA
NIVEL DE EVIDENCIA DESCRIPCIÓN
Teoría social Acción Estructura
Método Observación, Experimental, Nivel 1 Revisión sistemática de todos los ECAC
entrevista encuesta relevantes.
Pregunta ¿Qué es X? ¿Cuántas X? Nivel 2 Al menos un ECAC con un diseño adecuado.
(clasificación) (enumeración) Nivel 3-1 Seudo-ECAC bien diseñados.
Razonamiento Inductivo Deductivo Nivel 3-2 Estudios comparativos con un grupo control
Método de muestreci Teórico Estadístico simultáneo y asignación no aleatoria, estudios
Punto fuerte Validez Fiabilidad de casos-controles, o serie interrumpida en el
tiempo con un grupo control.
De Mays N, Pope C. Qualitative Research in Health Care. Londres: BMJ Nivel 3-3 Estudios comparativos con controles
Publishing Group, 1996. históricos, dos o más estudios con un solo
grupo, o serie interrumpida en el tiempo sin
un grupo control paralelo.
Nivel 4 Serie de casos, ya sea postest o pre y postest.

J— | T A B L A 26-3 Fases de los ensayos clínicos j ECAC, Ensayo clínico controlado y aleatorizado.
National Health and Medical Research Council. NHMRC Standards and
FASE DESCRIPCIÓN Procedures for Externally Developed Clinical Practice Guidelines.
Canberra, 1998. En http://www.nhmrc.gov.au/publications/synopses/
1 El fármaco o tratamiento experimental se prueba en un nh56syn.htm (acceso en octubre de 2007).
pequeño número de personas (20-80) por primera vez
para evaluar su seguridad, determinar un rango posológico
seguro e identificar los efectos secundarios.
II El fármaco o tratamiento experimental se aplica a un mayor que los servicios e intervenciones que reciben son eficaces12.
número de personas (100-300) para determinar si es eficaz y Aunque la naturaleza multidisciplinaria de los cuidados paliativos
evaluar aún más su seguridad. es fundamental, para muchos pacientes, el tratamiento farmaco­
III El fármaco o tratamiento experimental se administra a lógico sigue siendo esencial a la hora de mantener el control de
grandes grupos de personas (1.000-3.000) para confirmar los síntomas y la calidad de vida13. Están apareciendo muchos fár­
su eficacia, monitorizar los efectos secundarios, compararlo macos nuevos y formulaciones farmacológicas, y muchos de los
con los tratamientos habitualmente usados y recopilar medicamentos arraigados más antiguos se usan sólo en función
información que permitirá utilizarlo con seguridad. de una evidencia anecdótica o de la preferencia de los médicos,
IV Los estudios posteriores a la comercialización definen sin una base sólida de evidencia13. El uso óptimo de estas medica­
información adicional, como los riesgos, beneficios y el uso ciones suele requerir un ensayo clínico para evaluar la eficacia y
óptimo del fármaco. seguridad. Los pacientes de cuidados paliativos merecen disfrutar
de los beneficios de una asistencia de calidad que puede prove­
De Brescia F. Pain management as part of the comprehensive care of the nir de la investigación14.A la inversa, resulta potencialmente poco
cancer patient. Semin Oncol 1993;20(Suppl l):48-52.
ético no realizar investigaciones, porque se restringen los conoci­
mientos de la mejor asistencia.
Beneficencia
No maleficencia
El núcleo de la investigación en cuidados paliativos debe basarse
en la creencia de que la producción de una evidencia de buena Una prioridad en cuidados paliativos consiste en que los benefi­
calidad es un asunto de justicia y que los pacientes moribundos y cios de una intervención deben superar en gran medida a los per­
sus seres queridos, al igual que todos los pacientes, merecen saber juicios que podría causar. Por tanto, uno de los aspectos en los

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138 S E C C IÓ N E | Investigación

que debe centrarse la investigación debe ser la no maleficencia empleo se basa en evidencias anecdóticas y en la preferencia de
(no causar daño). Es esencial conocer los efectos secundarios y los los médicos15, como sucede con las benzodiazepinas en la agi­
posibles perjuicios que podrían producirse por los tratamientos tación terminal, los antihistamínicos para las náuseas inducidas
o intervenciones. Aunque los casos anecdóticos y la observación por opiáceos, los diuréticos en la ascitis maligna y los anticolinér-
pueden resaltar algunos problemas potenciales, puede que no se gicos para la retención de secreciones respiratorias (tabla 26-5)16.
reconozcan muchos efectos secundarios a menos que se evalúen Aunque el uso de algunos fármacos (p. ej., morfina, metoclopra-
de forma oficial mediante ensayos clínicos de investigación de alta mida) está respaldado por un alto nivel de evidencia, no sucede
calidad. Es esencial evitar las toxicidades injustificadas. lo mismo con el de otros muchos (p. ej., midazolam, hioscina).
Además, la evidencia suele proceder de ensayos clínicos realiza­
A utonom ía dos en poblaciones específicas y no se puede generalizar a todos
los pacientes de cuidados paliativos. Por ejemplo, la evidencia
Para respetar la autonomía del paciente, hay que hacer que la que respalda el uso de los antidepresivos tricíclicos para el dolor
información esté disponible, para permitirles a ellos y a sus alle­ neuropático procede en gran medida de los estudios realizados
gados que tomen decisiones informadas. Para ofrecer una informa­ en pacientes no oncológicos17. De forma similar, la mayoría de
ción precisa sobre la relación riesgo/beneficio de un tratamiento o los estudios con antieméticos se han llevado a cabo en pacientes
intervención, se necesita investigación. Esto permite a los pacien­ oncológicos que reciben quimioterapia18, y el nivel 2 de evidencia
tes y a sus allegados mantener la autonomía y tomar decisiones que respalda el uso de haloperidol para el delirio procede de estu­
informadas sobre la asistencia al paciente. dios en pacientes con enfermedad por el virus de la inmunodefi­
ciencia humana (VIH), no de enfermos de cáncer19.
Justicia Es esencial contar con una evidencia sólida para orientar la
práctica de cuidados paliativos3. Los pacientes merecen la mejor
Es esencial que un tratamiento eficaz esté disponible para todos atención que se les pueda proporcionar, sobre todo cuando la
los que lo puedan necesitar, no sólo para los que sean lo bastante esperanza de vida es corta y no hay una «segunda oportunidad».
afortunados de ser atendidos por un médico que prefiera dicho Ya no es aceptable utilizar un tratamiento concreto sólo porque
tratamiento en cuestión. Por el contrario, si un tratamiento es un médico crea que favorece los mejores intereses del paciente15.
ineficaz, el paciente no debería recibirlo, y el proveedor de los ser­ La morfina nebulizada en cuidados paliativos fue popular en el
vicios sanitarios no tendría que financiarlo. Para asegurarse de que pasado, pero se ha demostrado que su eficacia no es mayor que
la asignación de recursos es justa y adecuada, se necesita eviden­ la del placebo20. De forma similar, la diamorfina se consideró en
cia procedente de la investigación con el fin de apoyar el desarro­ otro tiempo un analgésico mejor que la morfina21, y se creía que
llo de protocolos clínicos y de directrices de una práctica óptima, una dosis doble de morfina de liberación inmediata era una alter­
así como orientar el desarrollo de servicios3. Los cuidados paliati­ nativa aceptable para la dosis matinal temprana22. En otras áreas
vos no están exentos de estas condiciones12,13. de la medicina, ciertos tratamientos que fueron una práctica fre­
cuente con anterioridad han caído en desuso, como el uso de la
Falta de evidencia en cuidados paliativos flecainida tras un infarto de miocardio, los corticoides para la neu­
ritis óptica, las sangrías, el enfriamiento gástrico para las úlceras,
Muchos tratamientos que se utilizan de forma generalizada en la mastectomía radical, y la amigdalectomía sistemática15. Las
cuidados paliativos nunca han demostrado ser eficaces, y su prácticas no basadas en la evidencia de su eficacia pueden ser

T A B L A 2 6 -5 Niveles de evidencia de los fármacos utilizados habitualmente en cuidados paliativos

FÁRMACO INDICACIÓN PRINCIPAL EN CUIDADOS PALIATIVOS MÁXIMO NIVEL DE EVIDENCIA


Morfina Dolor 1
Metoclopramida Náuseas y vómitos 1
Paracetamol Dolor 1
Amitriptilina Dolor neuropático (no oncológico) 1
Omeprazol Dispepsia 1
Fentanilo Dolor 1
Ranitidina Dispepsia 1
Pamidronato Hipercalcemia 1
Haloperidol Delirio 2 (en pacientes con SIDA)
Dexametasona Anorexia/caquexia 2
Diazepam Ansiedad 2
Lorazepam Ansiedad 2
Clorpromazina Delirio 2 (en pacientes con SIDA)
Hioscina hidrobromuro Secreciones orofaríngeas excesivas 3
Clonazepam Agitación terminal 4
Midazolam Agitación terminal 4
Cidizina Náuseas y vómitos 4
Espironolactona Ascitis 4
Prometazina Náuseas/prurito 4
Furosemida Ascitis 4

De Good P, Cavenagh J, Currow D y cols.What are the essential medications in palliative care? A survey of Australian palliative care doctors. Aust Pam Physician
2006;35:261-264.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Principios d e investigación en m edicina paliativa I C A P Í T U L O 2 6 139

ineficaces o incluso perjudiciales, a pesar de la «opinión experta» dirigida. Se recomienda utilizar la regla mnemotécnica PICO (po­
imperante. blación, mtervención/exposición, comparador, resultado)24. En
En la medicina paliativa, existen amplias variaciones en la este caso, la pregunta original, que es bastante difusa, se con­
práctica clínica, no sólo a nivel internacional, sino también dentro de vierte en: «¿En los pacientes con cáncer avanzado [la población],
cada país, e incluso en un mismo departamento (p. ej., a la hora de un antagonista de la 5HT3 [la intervención] es igual de eficaz
determinar los equivalentes de dosis de la morfina y los índices que la metoclopramida, o el haloperidol, la ciclizina, la metotri-
de conversión de los opiáceos). Los episodios de una asistencia meprazina o la dexametasona, [el comparador] en el alivio de las
inadecuada y la incertidumbre de los profesionales también ero­ náuseas [el resultado]?» Además de las náuseas, se deben medir
sionan la credibilidad del criterio clínico23. Algunos ejemplos bien otros resultados significativos, como la toxicidad, la calidad de
conocidos de las controversias en cuidados paliativos son el uso de vida y el coste.
opiáceos para la cefalea asociada a la hipertensión intracraneal, de
ketamina como fármaco asociado de forma rutinaria a la administra­
ción de opiáceos y la metoclopramida para la obstrucción intestinal. Búsqueda bibliográfica
Una vez que se ha reformulado esta duda clínica en forma de
PRINCIPIOS GENERALES DE INVESTIGACIÓN pregunta que pueda responderse, es necesario llevar a cabo una
búsqueda bibliográfica para ver dónde se encuentra este tema de
Para comenzar la investigación en cuidados paliativos, es necesario investigación en el ciclo investigador. La búsqueda debería revelar
empezar por una comprensión del ciclo de investigación (fig. 26-1). que existen varias series de casos que respaldan la conjetura de la
Existe una distinción fundamental entre la investigación básica posible eficacia de los antagonistas de la 5HT325, y que existe un
(p. ej., modo de actuación de la morfina) y las preguntas clíni­ ECAC con varios grupos en el que se compara un antagonista de
cas (p. ej., ¿qué tal actúa la morfina?). Por lo general, la investigación la 5HT3 con varias combinaciones de metoclopramida, dexame­
básica precede a los estudios clínicos, mientras que los trabajos tasona y clorpromazina18. El ciclo de investigación, en este caso,
que conectan ambas se denominan investigación traslacional. En suele indicar que es preciso realizar un segundo estudio similar,
este capítulo sólo se considera la investigación clínica. de modo que pueda llevarse a cabo un metaanálisis, antes de ini­
ciar un programa de investigación para desarrollar, aplicar y eva­
luar el impacto de una directriz práctica clínica sobre el uso de
Preguntas clínicas los antagonistas de la 5HT3 en cuidados paliativos. Este último
Existen cuatro tipos principales de preguntas clínicas que pue­ consiste en un programa de investigación de 5-10 años que debe­
den surgir: tratamiento, diagnóstico, pronóstico y perjuicio/etio­ ría ser atractivo para que lo financie algún organismo. Por otra
logía. Se requieren distintos tipos de diseño de los estudios para parte, otra auditoría sobre el uso de los antagonistas de la 5HT3
responder a estas diferentes preguntas. Para los estudios de trata­ por 50 pacientes en una unidad individual de cuidados paliativos
miento u otras intervenciones, se trata del ensayo clínico aleatori- sería irrelevante.
zado. Para el pronóstico y el perjuicio/etiología, es el estudio de
cohortes prospectivas (los estudios de cohortes retrospectivas y Desarrollo del protocolo
de casos-controles son otras alternativas). Para la evaluación de las
pruebas diagnósticas, los estudios transversales son la opción más Con independencia de qué diseño de investigación se lleve a
adecuada. cabo, ya sea una auditoría en una unidad individual o un ECAC
colaborativo multicéntrico, el siguiente paso es desarrollar el
protocolo. Esto suele comenzar en forma de un resumen de una
Ideas de investigación sola página que puede remitirse para que sea criticado por los
Para los profesionales clínicos, en la mayoría de las ocasiones las demás investigadores que participarán en el estudio. A continua­
ideas de investigación se originan de los temas clínicos que sur­ ción, se amplía para convertirse en un protocolo más extenso
gen en la práctica cotidiana. El primer paso es formular una pre­ y, por último, todo el documento se remite a un organismo
gunta que se pueda responder. Se puede tomar como ejemplo la subvencionador y/o al consejo de revisión del centro (CRC) o
pregunta «¿Son los antagonistas de la 5-hidroxitriptamina 3 (5HT3) al comité de ética. Con independencia del grado de desarrollo
eficaces en los pacientes de cuidados paliativos?» Este interro­ del documento, suele estar estructurado según los siguientes
gante clínico necesita reformularse en forma de pregunta clínica epígrafes:
• Propósito del estudio: qué se sabe en la actualidad sobre el
problema, tratamientos existentes y fundamentos del estudio
propuesto.
• Fines y objetivos: qué se va a lograr (fin), qué se va a deter­
minar (objetivo) y qué esperan encontrar los investigadores
(hipótesis).
• Población y contexto.
• Intervención (en caso adecuado): naturaleza y método de admi­
nistración del fármaco.
• Diseño del estudio.
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

• Resultados y parámetros de medida: parámetro de resultado,


criterio de valoración, parámetro de medición del efecto.
| Desarrollo de D PC j | Estudios de fase l/ll j • Procedimientos del estudio y estrategias de reclutamiento.
• Aspectos estadísticos.
Los coinvestigadores que estudien el protocolo deben recor­
\ / dar dos aspectos fundamentales. El primero se refiere a la vali­
Revisión sistemática ECAC dez, tanto interna como externa, y el segundo a los aspectos
Metaanálisis metodológicos (resultados, parámetros de medición, estadística).
La validez interna hace referencia a si la muestra es verdade­
FIG U RA 26-1 El ciclo de investigación. DPC, Directrices prácticas clínicas; ramente representativa de la población en general o si está ses­
ECAC, ensayo clínico aleatorizado controlado. gada. Las muestras están sesgadas si los pacientes que reciben

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un tratamiento son distintos de forma sistemática (en lugar de Investigar so bre las necesidades y e x periencias d e e ste g ru p o de
aleatoria) a los que reciben el otro tratamiento. Un sesgo puede p a cie n te s se p u e d e c onsiderar com o u n a afrenta co n tra la dignidad
hacer de forma artificial que los efectos de un tratamiento parez­ d e perso n as q u e presen tan u n a enferm edad term inal y una ex p re­
can distintos a los de otro cuando, en realidad, no existen ver­ sió n d e un a gran falta d e re sp e to p o r e l e stado em ocional y físico de
daderas diferencias (error de tipo I). Esto se suele evitar en los tales p acientes.
estudios controlados mediante la asignación enmascarada de la Se suele asumir que los pacientes y sus familias no querrán
aleatorización y con un análisis por intención de tratar; es más participar en la investigación, aunque esta opinión se ha puesto
difícil de evitar en los estudios no controlados y observacionales. en duda28,29. Se ha planteado la cuestión de si es éticamente acer­
La validez externa se refiere a la representatividad de la muestra tado solicitar a los pacientes que participen en la investigación y,
y a cómo se pueden relacionar los resultados (si tienen validez por tanto, «privarlos» de energía y tiempo que podrían dedicar a
interna) con otras poblaciones. Los aspectos metodológicos son su familia o usar para completar «asuntos pendientes»9. También
esenciales, porque para añadirse al conocimiento, los parámetros surgen preocupaciones acerca de que los pacientes de cuidados
de medición deben ser relevantes desde el punto de vista clínico paliativos presenten una vulnerabilidad psicológica y emocional,
y deben abarcar todo el rango de resultados de interés. El estu­ y que se puedan sentir coaccionados para participar. Los pacien­
dio debe ser bastante amplio para que los resultados sean preci­ tes podrían preocuparse porque, si no acceden a participar en
sos y no pasen por alto diferencias pequeñas pero reales (y con un ensayo clínico, su asistencia pueda verse comprometida. De
relevancia clínica) existentes entre los tratamientos (error de forma similar, los profesionales que atienden a pacientes de cuida­
tipo II). dos paliativos pueden estar preocupados por un posible conflicto
En la mayoría de las situaciones los estudios se deben remi­ de intereses si reclutan de forma simultánea a los pacientes para
tir para que los apruebe un comité de ética o el CRC. En primer ensayos clínicos de investigación. Las limitaciones temporales a las
lugar, la revisión del CRC asegura que las personas que acepten que se exponen los profesionales sanitarios son otro aspecto com­
participar en el estudio reciban un tratamiento adecuado en tér­ plejo: las exigencias clínicas suelen ser considerables y dejan poco
minos de carga impuesta, riesgos, intimidad y aspectos similares, tiempo para la investigación. Existe el temor de que el tiempo que
así como que entiendan aquello en lo que han aceptado partici­ se gasta en investigar puede quitarse de la atención al paciente.
par. En segundo lugar, la mayoría de las revistas reputadas requie­ Los profesionales de cuidados paliativos pueden ser reacios a
ren en la actualidad que el estudio tenga la aprobación del CRC poner en duda tratamientos que «saben» que son eficaces y pue­
antes de aceptarlo para su publicación. En tercer lugar, el CRC den estar poco dispuestos a que la investigación ponga en entre­
ayuda al investigador asegurándose de que el papeleo y otras fun­ dicho sus suposiciones y juicios clínicos.
ciones administrativas necesarias para realizar la investigación con La investigación en la población de cuidados paliativos es difícil
éxito se lleven a cabo de forma adecuada. La investigación clínica, (v. discusión posterior), y, por este motivo, no se suele intentar. Se
al igual que cualquier otro experimento científico, requiere una han iniciado muchos estudios, pero nunca se han completado, lo
planificación y registro cuidadosos. Pueden necesitarse recursos que supone un gasto de tiempo y de recursos económicos. Muchos
de todo tipo (dinero, espacio, equipo, tiempo y personal). Los estudios se han llevado a cabo con un número exiguo de pacien­
programas de investigación satisfactorios requieren una gestión tes, debido a las limitaciones de número, por lo que tienen un valor
cuidadosa y un compromiso sólido del líder durante un período dudoso para lograr cualquier base de evidencia. Pocos centros tie­
prolongado para que el proyecto se culmine con éxito. nen la infraestructura necesaria para respaldar unos programas de
investigación extensos. Por definición, los pacientes de cuidados
paliativos son propensos a estar en malas condiciones y pueden
Auditorías clínicas presentar una discapacidad cognitiva. Puede que no sean capaces
de otorgar un consentimiento totalmente informado22; esto es fun­
Por último, la auditoría clínica requiere describir en parte sus
detalles. Cada vez es más fuerte la creencia de que las auditorías damental en los países donde el consentimiento por poderes no
deberían contar con la aprobación de un comité de ética a menos es aceptable. Muchos profesionales de este campo han optado por
que los datos no vayan a conservarse (p. ej., en una base de datos seguir metodologías descriptivas o cualitativas de investigación
electrónica) o que los resultados no vayan a difundirse fuera del como alternativa a la investigación clínica. Aunque esta forma de
departamento. Las propuestas para las auditorías clínicas deberían investigación supone una aportación significativa a la riqueza de
desarrollarse según el mismo esquema que otros estudios, y el conocimiento, no se considera que proporcione evidencia de alto
papeleo debería realizarse con la misma diligencia. Un tipo con­ nivel.
creto de auditoría que puede utilizarse para mejorar la asistencia
es el modelo Planificar-Hacer-Estudiar-Actuar (PHEA), que quizá
sea especialmente adecuado para los cuidados paliativos26. El ARG UM ENTO S A FAVOR DE LA INVESTIGACIÓN
ciclo PHEA permite analizar las ideas creativas y las soluciones en EN C U ID A D O S PALIATIVOS
pequeños grupos de pacientes, y después utilizarlas por lo general
para mejorar dichas ideas y para alentar mejoras aún mayores. La Muchas de las justificaciones para investigar en cuidados paliati­
limitación de los proyectos PHEA consiste en que carecen de la vos se han descrito con anterioridad. Para que la investigación sea
validez de los ensayos clínicos bien diseñados, y que los resultados aplicable desde el punto de vista clínico, es esencial que se realice
no se pueden generalizar con facilidad a otros tipos de pacientes. en los grupos relevantes de pacientes. Los ensayos clínicos debe­
Sin embargo, pueden situarse en el principio del ciclo de investi­ rían realizarse en una población lo más semejante posible a aque­
gación, y a partir de ese punto pueden llevarse a cabo más evalua­ lla en la que se va a emplear la intervención. Los pacientes con
ciones oficiales. enfermedad avanzada suelen presentar muchos síntomas físicos
y psicológicos graves. Además, la naturaleza e intensidad de los
síntomas y la respuesta al tratamiento varían continuamente2. Los
ARG UM EN TO S CONTRA LA INVESTIGACIÓN estudios clínicos sobre el cáncer suelen llevarse a cabo en pacien­
EN C U ID A D O S PALIATIVOS tes que están en una fase más precoz de su enfermedad o en los
que son más jóvenes o que tienen un mejor estado funcional.
A pesar de la necesidad de obtener más evidencias en cuidados Después, los resultados se extrapolan a la población de enfermos
paliativos, algunos autores han alegado que investigar en pacien­ terminales2. Sin embargo, estos resultados no se pueden aplicar de
tes moribundos es inadecuado27: forma automática a los pacientes con una enfermedad avanzada,

PARTE I PRINCIPIOS
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Principios d e investigación en m edicina paliativa I C A P Í T U L O 2 6 141

que tienen una afección más inestable y que suelen recibir una estado de salud habrá empeorado tanto que no puedan participar
combinación de fármacos analgésicos y para otros síntomas2. Es en un período de 2 meses.
necesario realizar ensayos clínicos en la población que recibirá el Además del empeoramiento del estado físico de los pacien­
tratamiento para obtener una buena correlación clínica entre la tes, su vulnerabilidad emocional dificulta la investigación10. Los
investigación y la práctica clínica. pacientes pueden tener síntomas debilitantes y un sufrimiento
emocional al conocer la inminencia de su fallecimiento y la reali­
dad de que el tiempo se agota14. El déficit cognitivo es una compli­
PROBLEM AS CON LA ALEATORIZACIÓN cación habitual y grave del cáncer avanzado que puede producirse
EN LA INVESTIGACIÓN EN CU ID A D O S varias semanas antes del fallecimiento2. Puede estar relacionado
PALIATIVOS con el proceso patológico o con los fármacos, y puede afectar de
forma negativa a la capacidad del paciente de otorgar su consen­
El concepto de aleatorización conlleva aspectos adicionales. Los timiento o de participar en un ensayo clínico. En un estudio, el
pacientes de cuidados paliativos son un grupo especialmente vul­ 19% de los pacientes potencialmente candidatos para un ensayo
nerable22. Por tanto, la idea de asignar a los pacientes para recibir clínico tenían un déficit cognitivo (puntuación en el miniexamen
una asistencia subóptima es conflictiva. Para que un ensayo clínico cognoscitivo menor de 24/30)33.
comparativo sea justificable desde el punto de vista ético, debe La fatiga es un síntoma frecuente en la enfermedad avanzada y
haber una incertidumbre real sobre si el nuevo tratamiento es algunos pacientes también pueden presentar «fatiga por el ensayo
superior a la ausencia de tratamiento o a los tratamientos existen­ clínico»15. Los pacientes terminales suelen carecer de la energía
tes (un concepto denominado «equiponderación»). Incluso si esto necesaria para participar en la investigación14, pues suelen tener
es así, suele ser difícil convencer a otras personas de que existe preocupaciones y prioridades más acuciantes a la hora de luchar
una equiponderación entre las condiciones del ensayo clínico, para afrontar sus necesidades diarias. También hay que tener en
porque un nuevo tratamiento, intervención o servicio suele per­ cuenta la preocupación ética referente a que los pacientes pue­
cibirse como más deseable por los profesionales, los pacientes y den depender de su profesional sanitario, por lo que pueden sen­
sus familias22. Es necesario asegurar que cualquier aleatorización tirse coaccionados para participar en la investigación con el fin de
se perciba como imparcial y que los pacientes reciban, como continuar recibiendo una buena asistencia9.
mínimo, una asistencia adecuada, con independencia de a qué
grupo del estudio se asignen de forma aleatoria22. Los ECAC en
cuidados paliativos suelen comparar un tratamiento o asistencia Familias
estándar (que ha demostrado ser adecuado en el pasado) con Los pacientes suelen estar dispuestos a participar en la investi­
una nueva forma de asistencia (que no se ha probado); el valor de gación, pero los familiares que cuidan de ellos pueden tener un
la nueva intervención debe justificarse, aunque sólo sea porque sentimiento de protección e intentar alejar a los investigadores31.
puede que detraiga recursos futuros de otros servicios22. Se debe Los cuidadores pueden ser reacios a exponer a los pacientes a lo
recordar que «nuevo» no es sinónimo de «más eficaz» y que cual­ que podría considerarse como una experimentación adicional15,
quier grupo de control debería tratarse con unos cuidados paliati­ sobre todo en el caso de los que ya hayan participado en ensayos
vos exhaustivos estándar20. clínicos oncológicos. Los familiares también pueden considerar
difícil participar en la investigación por la carga que supone cui­
PROBLEM AS EN LA INVESTIGACIÓN dar a los pacientes, la fatiga y los cambios emocionales asociados
con el duelo y la pérdida34. La simple vulnerabilidad emocional
EN C U ID A D O S PALIATIVOS del cuidador, y la del paciente, pueden dar lugar a dilemas mora­
Suele aceptarse que es muy difícil acumular el número de pacientes les y éticos difíciles35. Las familias pueden sentirse molestas por el
necesarios para realizar un ECAC en cuidados paliativos15, y la fase tiempo que dedican los pacientes a participar en la investigación,
de reclutamiento para los ensayos clínicos y proyectos de investiga­ porque ese tiempo podría dedicarse a estar con la familia9.
ción suele ser lenta13. Las dificultades específicas consisten en los
problemas a la hora de reclutar los pacientes, el pequeño tamaño Profesionales sanitarios
de las muestras, las elevadas tasas de abandono y el número insu­
ficiente de casos, la condición rápidamente cambiante de las situa­ El filtro que impide la participación de los pacientes en ensayos
ciones clínicas, los cortos tiempos de supervivencia y el filtro que clínicos de medicina paliativa es un aspecto fundamental. Los
realizan los profesionales (es decir, una reticencia a remitir a los colegas clínicos suelen ser los que identifican a los pacientes posi­
pacientes para participar en estudios de investigación)3. bles candidatos para los ensayos clínicos en cuidados paüativos.
Por tanto, es esencial obtener su apoyo, porque la falta de éste
(o si es poco entusiasta) puede socavar con facilidad un ensayo
Pacientes clínico22. Los profesionales que atienden a pacientes a veces
La evolución del cáncer diseminado es variable, y los pacientes consideran que ellos mismos requieren proteger a los enfermos
con enfermedad avanzada experimentan un deterioro de la salud vulnerables frente a los proyectos de investigación demasiado
a lo largo del tiempo, que en ocasiones se agrava con complica­ demandantes36. Los profesionales pueden no querer aleatorizar
ciones agudas, como hemorragias, sepsis y fenómenos tromboe- a sus pacientes para recibir tratamientos en los que no tienen
mbólicos30. Los pacientes pueden estar demasiado enfermos y confianza3.Además, su implicación en la investigación puede que
debilitados para proporcionar datos por sí mismos, o su empeora­ no sea fácil, debido al conflicto entre las exigencias ciúticas y
miento durante la duración del estudio puede dar lugar a una gran administrativas34.
cantidad de pérdida de datos31. La disminución del tamaño mues-
tral suele ser elevada, no sólo debido al deterioro de la salud de Sistema
los pacientes, sino también porque éstos pueden fallecer durante
la duración del estudio de investigación10. Se han descrito tasas Las barreras organizativas consisten en la falta de infraestructura
de abandono de hasta el 60%32. La programación temporal de las de investigación, la existencia de pocos investigadores clínicos
mediciones es crucial para el éxito de un ensayo clínico, aunque con formación, la priorización de las responsabilidades ciúticas
dicha programación en cuidados paliativos suele ser difícil debido y las dificultades de financiación (v. cap. 5)37. Unos comités de
al poco tiempo que pasa entre la consideración como candidato y ética o unos CRC demasiado protectores pueden mostrarse como
el fallecimiento3. Una duración del estudio superior a 1 mes13 no unos filtros potentes que impidan la inclusión de los pacientes38.
suele ser viable, porque muchos pacientes habrán fallecido o su Los comités de ética pueden considerar que los pacientes de

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cuidados paliativos son vulnerables, porque se les contempla como de un modo estandarizado, lo que posibilita las comparaciones
personas moribundas, en lugar de como personas que viven con entre ensayos clínicos similares. Para facilitar la investigación, se
una enfermedad terminal34. han desarrollado nuevos diseños de los ensayos clínicos (p. ej.,
N de 1) que permitan reclutar un menor número de pacientes,
pero que aún proporcionen resultados significativos; por ejem­
Herramientas plo, utilizando el paciente como su propio control. Los estudios
Debido a que los cuidados paliativos son una especialidad relati­ con grupos cruzados también son útiles para detectar diferencias
vamente nueva, existen pocas herramientas de recopilación de clínicamente significativas pero pequeñas, y la tasa de abando­
datos que hayan demostrado ser fiables34. Además, muchos de los no se podría prever a la hora de calcular la potencia estadística
síntomas que se evalúan son subjetivos (p. ej., disnea, fatiga), por (v. cap. 5).
lo que son más difíciles de medir que un criterio de valoración Los ensayos clínicos multicéntricos con colaboración entre
objetivo, como el tamaño tumoral. los centros también pueden facilitar el reclutamiento (v. cap. 5).
Se deberían desarrollar redes de investigación para proporcionar
un mecanismo que satisfaga las necesidades de investigación de
¿ES IMPOSIBLE LA INVESTIGACIÓN EN CUIDADO S las unidades individuales. Los centros académicos con la infraes­
tructura necesaria pueden ser los mejor equipados para coordi­
PALIATIVOS? nar los proyectos de investigación más amplios, con el apoyo de
Los cuidados paliativos no son la única área donde se ha demos­ las unidades menores. Se debería alentar a los nuevos investiga­
trado que la investigación es difícil, y muchos de los aspectos dores mediante la interacción o la exposición a la experiencia y
descritos en este capítulo no son específicos de los cuidados liderazgo de los investigadores consolidados. Los nuevos métodos
paliativos. Se han descrito dificultades con el reclutamiento de y diseños de investigación deben alentarse, y la formación y el
pacientes para los ensayos clínicos en oncología40, y también apoyo deben estar disponibles para todos los investigadores. Esto,
suele ser complicado investigar en grupos de pacientes como a su vez, conducirá al desarrollo de redes de investigación. La
niños, pacientes con problemas psiquiátricos, ancianos, pacientes provisión de más financiación para la investigación en cuidados
de minorías étnicas, pacientes de unidades de cuidados intensivos paliativos permitiría la contratación de profesionales sanitarios y
y familias en estado de duelo41. Por tanto, las dificultades descritas de personal investigador con tiempo asignado para investigar, lo
con anterioridad no eximen a los cuidados paliativos de buscar la que reduciría la presión sobre los clínicos. La financiación puede
mejora de los cuidados mediante una investigación seria, sino que obtenerse de agencias gubernamentales, organizaciones benéficas,
destacan las áreas que necesitan diseñarse de forma específica o compañías farmacéuticas.
para afrontar estas dificultades42.
O PINIO NES DE LOS PACIENTES SOBRE
FACILITACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN LA PARTICIPACIÓN EN LA INVESTIGACIÓN
EN C U ID A D O S PALIATIVOS Los estudios realizados en los pacientes sometidos a un trata­
Se ha sugerido que los pacientes con una enfermedad avanzada miento más activo han demostrado que pueden estar más dis­
(y sus familias) pueden no desear arriesgarse a reducir la calidad puestos a participar en ensayos clínicos de lo que podrían esperar
de vida de sus últimos días en un ensayo clínico con un resultado los médicos y enfermeras que les cuidan45. Los pacientes que se
incierto3, sobre todo si es improbable que vayan a recibir unos encuentran cerca del final de la vida y que reciben cuidados palia­
beneficios tangibles directos de su participación14. En cambio, los tivos no tienen más probabilidades de curación por participar en
estudios han demostrado que entre los factores considerados fun­ ensayos clínicos, pero, al igual que los pacientes que se encuen­
damentales por los pacientes moribundos se encuentra el aportar tran en una fase más precoz de la enfermedad, aún podrían alber­
una contribución a los demás28. Esto puede lograrse por la parti­ gar la esperanza de algún beneficio terapéutico no disponible
cipación en ensayos clínicos de investigación, incluso cuando se «fuera del ensayo clínico»45. Además, los pacientes con cánceres
crea que ésta tiene pocas probabilidades de beneficiar a cada par­ más avanzados pueden tratar de encontrar algún significado a su
ticipante individual. Además, las opiniones de los pacientes sobre situación mediante el progreso de los conocimientos y las mejo­
la investigación suelen ser favorables (v. discusión posterior). Por ras en la asistencia a los demás45. Puede que las personas que se
tanto, el filtro que se aplica sobre los pacientes puede que no sólo acercan al final de la vida quieran contribuir a cambios asistencia-
anule los deseos de éstos, sino que también puede negar su auto­ les que se pongan en práctica después de que hayan fallecido, de
nomía al impedir que tomen sus propias decisiones, como la de modo que esto sea su legado a los demás42, .
participar en un ensayo clínico. Algunos investigadores han solu­
cionado este problema contratando a auxiliares de investigación CONCLUSIONES
para llegar a todos los pacientes que puedan ser candidatos para
los ensayos clínicos, independientes del equipo encargado del La sugerencia de que los pacientes de cuidados paliativos no
tratamiento43. deberían participar en investigaciones les niega un papel activo
Los ensayos clínicos deberían ser cortos y utilizar una meto­ en la vida y les impide contribuir a los conocimientos sobre
dología sencilla. Las evaluaciones deberían no ser agotadoras y cómo mejorar la asistencia a otras personas34.Aunque los pacien­
el seguimiento debería ser lo menos frecuente y fatigoso posible tes de cuidados paliativos pueden tener numerosos factores que
(p. ej., evaluaciones telefónicas en lugar de acudir al hospital). Los les supongan una carga, como miembros de nuestra sociedad tie­
ensayos clínicos cortos y sencillos pueden ser más aceptables para nen el derecho a elegir si participan en una actividad que puede
los pacientes, sus familias y los profesionales sanitarios que les aportar beneficios a otros, sobre todo cuando la investigación
atienden.También pueden tener un m enor número de abandonos. en la que han decidido participar les suponga un riesgo de un
Unos formularios breves de información al paciente y de consen­ escaso perjuicio34. Las voces de los pacientes muy enfermos y
timiento informado también pueden facilitar la participación en de los que se encuentran en la etapa terminal de la vida corren
el ensayo clínico; las versiones reducidas de estos formularios han el riesgo de no ser oídas. Aunque existen barreras prácticas,
sido aceptadas por el comité nacional de ética de Reino Unido y emocionales y conceptuales para implicar a los pacientes de
podrían sentar un precedente para ensayos clínicos futuros44. cuidados paliativos, éstas deberían servir para espolear el pen­
El desarrollo de unas herramientas validadas más aceptables samiento imaginativo en lugar de constituir una excusa para la
facilitaría la evaluación del paciente y la recolección de datos falta de acción35.

PARTE I PRINCIPIOS
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Principios d e investigación en m edicina paliativa I C A P Í T U L O 2 6 143

Es un error asumir que los pacientes que han cruzado la 16. Good I* Cavenagh J, Currow D, et al. What are the essential medications in
línea entre un tratamiento activo y los cuidados paliativos no se palliative care? A survey of Australian palliative care doctors. Aust Family
Physician 2006;35:261-264.
encuentran lo bastante bien como para adoptar un papel activo. 17. McQuay H.Tramer M, Nye B, et al.A systematic review of antidepressants in
Este estereotipo sólo sirve para reflejar la línea divisoria que los neuropathic pain. Pain 1996;68:217-227.
propios pacientes suelen experimentar cuando pasan del trata­ 18. Mystakidou K, Befon S, Liossi C, Vlachos L. Comparison of the efficacy and
miento antioncológico curativo a los cuidados paliativos35. Su safety of tropLsetron, metoclopramide, and chlorpromazine in the treatment of
implicación puede conferir un sentido de revalorización (sensa­ emesis associated with far advanced cancer. Cancer 1998;83:1214-1223.
19. Breitbart W, Marotta R, Platt M, et al.A double-blind trial of haloperidol, chlor­
ción de ser valorado y de contribuir a la asistencia futura)35. Las promazine, and lorazepam in the treatment of delirium in hospitalized AIDS
personas con un pronóstico limitado aún tienen capacidad de patients.Am J Psychiatry 1996;153:231-237.
toma de decisiones (a menos que se demuestre lo contrario) y, 20. Noseda A, Carpiaux J, Markstein C, et al. Disabling dyspnoea in patients
supuestamente, cuentan con las mismas opiniones que los demás with advanced disease: Lack of effect of nebulized morphine. Eur Respir J
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sobre el valor que tiene la participación en la investigación para 21. Twycross R. Choice of strong analgesic in terminal cancer: Diamorphine or
la comunidad9. morphine? Pain 1977;3:93-104.
La necesidad de incrementar la práctica basada en la evi­ 22. Grande GE, Addington-Hall JM, Todd CJ. Place of death and access to home
dencia está aumentando, y ya no está justificado administrar care services: Are certain patients groups at a disadvantage? Soc Sci Med
simplemente un fármaco al paciente para ver si funciona1. Una 1998;47:565-579-
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asistencia de alta calidad requiere una comprensión de por watch in the 1990s. JAMA 1993;270:520-526.
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investigación en cuidados paliativos debe ponerse en el desa­ decision making. Med J Aust 2001;174:248-253-
rrollo de estudios realistas que sean prácticos y fáciles de lle­ 25. Currow D, Coughlan M, Fardell B, Cooney N. Use of ondansetron in palliative
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var a cabo en esta población, cuyo estado funcional suele ser 26. Lynn J, Schuster JL, Kabcenell A. Improving Care for the End of life. Oxford:
malo, y se ha sugerido que los pacientes deberían participar en Oxford University Press, 2000.
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profesional respecto a los estudios en esta población potencial­ barriers or ethical constraints? J Palliat Med 2006;9:968-974.
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en áreas donde sea necesario encontrar las respuestas; esforzarse tiveness research on palliative cancer care: A systematic review. J Clin Oncol
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ERRNVPHGLFRVRUJ
144 S E C C IÓ N E | Investigación

Cuadro 27-1 Dificultades de la investigación


CAPÍTULO 2 ^ en medicina paliativa

PACIENTES

Desarrollo de un grupo Población heterogénea.


Población c o n u n estado d e gran gravedad.
de investigación Esperanza d e vida corta, lo q ue dificulta los estudios longitudinales.
Insuficiencia renal y hepática, que influye en los estudios farmacéuticos.
Katherine Hauser Enfermedades qu e causan confusión y deterioro, lo que afecta al
consentim iento.

2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos


FAMILIAS

G rupo d e p ersonas co n angustia.

• Un supervisor experimentado ayuda a desarrollar una carrera de investigación.


PERSONAL
• El desarrollo de un grupo de investigación supone obtener personal, recur­
sos, formación y apoyo económico.
Falta d e tiem po.
• Una pregunta de investigación apropiada y un protocolo detallado son los
Falta d e form ación e n investigación.
componentes esenciales de la metodología de investigación.
Filtrado d e la derivación d e los enfermos.
• La investigación colaborativa puede atenuar muchas de las dificultades de la
Estructura y política.
investigación en medicina paliativa.
Provisión fragm entada d e servicios.
G rupos d e investigación d e pequ eñ o tamaño.
Falta d e grupos colaborativos.
Los estudios clínicos suelen enfrentarse a problemas de un reclu­ Falta d e cátedras académ icas d e medicina paliativa.
tamiento inadecuado de pacientes y a dificultades con el consen­ Falta de financiación específica para investigación en medicina paliativa.
timiento informado, así como al abandono de los participantes1-5
(cuadro 27-1). Los problemas relacionados con los pacientes, sus
familias y el personal clínico pueden contribuir a lo anterior. Los
aspectos estructurales, como el pequeño tamaño de los grupos
de investigación y la falta de cátedras académicas, de financiación
específica para la investigación y de grupos colaborativos han difi­ Cuadro 27-2 Supervisión
cultado el progreso de la investigación. Muchos programas de for­
mación subespecializada carecen de enseñanzas en investigación PAPEL DEL SUPERVISOR
y de centros para llevarse a cabo6. Algunos países cuentan con
estrategias nacionales para la investigación en medicina paliativa, Ayudar a desarrollar la independencia y la autoconfianza.
como Australia, Canadá, Reino Unido y Estados Unidos, pero sólo Guiar la form ación y el p lan d e desarrollo d e la carrera profesional.
se han formulado en pocas naciones europeas2,3. Estas dificultades Ayudar a desarrollar habilidades profesionales, com o escritura, elo­
destacan la necesidad de contar con una estructura y diseño espe­ cución, colaboración, gestión del tiem po y conducta ética.
cíficos para la investigación. El trabajo en grupo, la comunicación Ayuda e n la consecución d e recursos.
y la colaboración pueden atenuar algunas dificultades, sobre todo
en cuanto al reclutamiento y el abandono. Gracias a la creativi­ PAPEL DE LA PERSONA SUPERVISADA
dad, el respaldo económico y el trabajo duro, se puede lograr una
investigación con una metodología sólida7. Asumir el control del program a (lectura, realización d e trabajos y
habilidades técnicas).
Establecer y m antener una com unicación con regularidad (inform es
SUPERVISIÓN del progreso, problem as y nuevos datos).
Los investigadores que cuentan con un supervisor identifica- C ontribuir a los conocim ientos e ideas.
ble tienen una mayor autoconfianza, más tiempo dedicado para C om prender las presiones profesionales y lim itaciones tem porales
la investigación y una mayor tasa de publicaciones, además de d e los supervisores.
ser más propensos a recibir financiación para una investigación Adaptado de Johnson D. Mentorsbip: The art o f choosing, using and becoming a
competitiva8. El supervisor que se escoja debe ser un científico mentor. Presentado en el A nnual Meeting o f the American Society o f Clinical
competente con un registro demostrado de publicaciones y debe Oncology, 2007. En www.asco.org (a fecha de 19 de noviembre de 2007).
contar con tiempo y disposición para ofrecer un apoyo continuo
al supervisado (cuadro 27-2).
generar hipótesis contrastables y facilitar el análisis de los datos.
Se ocupan de calcular el tamaño muestral y la potencia del estu­
DESARROLLO DE UN G RUPO DE INVESTIGACIÓN
dio, de analizar los datos y de interpretar los resultados. La partici­
Personal pación continua de un estadístico con el equipo de investigación
familiariza a dicho equipo con las dificultades de la investigación
El personal del equipo de investigación depende del tipo de inves­ en cuidados paliativos. Estos conocimientos pueden aplicarse a
tigación (p. ej., ciencia básica, clínica, traslacional, epidemiológica, las estrategias de redacción de las solicitudes de financiación y al
resultados) y de las preguntas y objetivos del grupo. Los investi­ diseño del ensayo clínico para superar las dificultades del recluta­
gadores principales y asociados pueden provenir de distintos miento y el abandono.
ámbitos y pueden ser científicos básicos, capellanes, enfermeras, El papel de una enfermera de investigación puede consistir
médicos y trabajadores sociales. en seleccionar a los candidatos para los ensayos clínicos, con­
La experiencia estadística es esencial. Los estadísticos pueden firmar su elegibilidad, obtener el consentimiento y recopilar los
aconsejar sobre el diseño del estudio y de la base de datos para datos (cuestionarios, información sobre el cumplimiento y lista de

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Desarrollo d e un g rupo d e investigación I C A P Í T U L O 2 7 145

efectos adversos). Otros miembros del personal pueden ser los elección de una pregunta de investigación y en la preparación del
coordinadores de datos, financiación y presupuesto, los adminis­ protocolo. Una pregunta de investigación clara define el objetivo
trativos y el personal de secretariado. de la investigación, guía el diseño del estudio y determina el aná­
lisis12. La pregunta de investigación debería ser única y resumir los
componentes del problema, intervención, comparación y resulta­
Recursos dos (PICO)12.
La literatura de medicina paliativa suele ser difícil de encontrar, El protocolo de investigación describe qué se debe hacer y
sobre todo en las revistas de medicina general910. Un biblioteca­ cómo, dónde, por qué y por quién se hace. Consta de secciones
rio con formación en las estrategias de codificación y búsqueda sobre los fines y objetivos, el diseño del estudio (incluido el aná­
de Medline y PubMed aumenta la probabilidad de realizar una lisis del tamaño muestral), procedimientos de selección y consen­
búsqueda satisfactoria. Es posible generar actualizaciones biblio­ timiento, criterios de inclusión y exclusión, seguridad y análisis de
gráficas automáticas a partir de ambos motores de búsqueda. datos (provisional y final), así como monitorización y notificación
Se dispone de bases de datos en línea de literatura de medicina de reacciones adversas. Las plantillas estandarizadas que se ajus­
paliativa que pueden recoger literatura no publicada o ensayos tan a los requisitos del Comité de Revisión del Centro (CRQ, el
clínicos activos (p. ej., CareSearch). El acceso a las computadoras comité de ética o el organismo de financiación ahorran tiempo a
y a Internet es esencial para la investigación. Se debería contar la hora de preparar protocolos múltiples.
con programas informáticos como procesadores de textos, hojas El reclutamiento es un obstáculo fundamental en la investiga­
de datos, programas estadísticos y paquetes de gestión de litera­ ción en medicina paliativa7. El diseño del estudio debe considerar
tura. Algunos programas informáticos estadísticos básicos y de ges­ este aspecto e instituir procedimientos para asegurar que los ensa­
tión de literatura están disponibles en Internet (p. ej., EZAnalyze, yos clínicos se realizan de forma adecuada13-16. Los procedimien­
RefWorks). tos de consentimiento en medicina paliativa deberían constar de
El papel del especialista en farmacia en los ensayos clínicos un breve análisis cognitivo para descartar un cuadro de delirio. El
puede consistir en la codificación y aleatorización, preparación del consentimiento puede modificarse por el deterioro de la enfer­
placebo, almacenamiento del fármaco, dispensación, comproba­ medad o del estado mental y debería revisarse de forma activa
ción del cumplimiento y eliminación de los fármacos no utilizados. durante el ensayo clínico17,18.
Los recursos de ciencias básicas pueden consistir en el espacio de Las reuniones de grupo periódicas pueden tratar las pregun­
laboratorio, equipos y sustancias químicas, servicio de animalario tas, protocolos y procedimientos planificados de la investigación,
y manipulación de animales, y productos farmacéuticos. así como revisar los resultados y las presentaciones a las próximas
reuniones. Los resultados provisionales y finales deberían presen­
tarse a todo el grupo de investigación para su revisión y discusión.
Educación y formación Los resultados finales también deberían presentarse al equipo
clínico implicado para asegurar la retroalimentación y el apoyo
Las necesidades educativas pueden satisfacerse a partir de varias continuo de la investigación. Las presentaciones en reuniones
fuentes (cuadro 27-3). Un supervisor experimentado puede ayu­ externas deberían practicarse delante del grupo, de modo que se
dar con los métodos de investigación, propuestas de financiación pueda revisar y perfeccionar el contenido audiovisual y hablado,
y escritura de los artículos. Los cursos sobre métodos de investi­ y que se puedan plantear todas las preguntas antes de la presen­
gación están disponibles en instituciones o universidades. Los tación final19. Una sesión bibliográfica periódica puede ayudar a
seminarios de investigación suelen estar incluidos en las reunio­ informar a los miembros del grupo sobre la literatura, así como
nes internacionales (p. ej., European Association for Palliative Care estimular el pensamiento crítico y las técnicas de escritura. Los
Research Forum, American Society of Clinical Oncology Annual manuscritos deberían escribirse pensando en una revista concreta
Meeting). Los National Institutes of Health proporcionan forma­ como objetivo y según los requisitos de las instrucciones para
ción en línea referente a la ética de la investigación. La formación los autores de dicha revista20. Las normas del grupo Consolidated
en comunicación y técnicas de mercado puede mejorar el recluta­ Standards of Reporting Trials (CONSORT) ofrecen directrices
miento de pacientes. para publicar ensayos clínicos aleatorizados (http://www.consort-
statement.org)21,22.
Proceso de investigación
La investigación ética en medicina paliativa debe responder a pre­ Presupuesto y financiación
guntas relevantes (en lugar de triviales), diseñar unos estudios de
una metodología rigurosa, así como utilizar sólo pruebas y cues­ El presupuesto de la investigación se compone de los costes de
tionarios apropiados y justificables11. Estos factores influyen en la personal, materiales, equipo, viajes, pruebas clínicas, de labora­
torio y de farmacia, los costes de publicación y las tarifas de los
consultores. Muchos centros tienen un gestor de financiación, que
conoce el proceso y los errores frecuentes. Las preguntas también
pueden dirigirse a la persona de contacto de los organismos de
Cuadro 27-3 Necesidades de educación y formación financiación. Las fuentes de financiación pueden ser instituciones
para los investigadores (p. ej., organismos nacionales, públicos o privados) y la industria
farmacéutica. Las dificultades a la hora de obtener subvención son
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

• Ética. la existencia de una limitada financiación específica para medicina


• Confidencialidad. paliativa y una escasa financiación farmacéutica para el uso no
• M étodos d e investigación. aprobado de fármacos ya establecidos o para el desarrollo de nue­
• Tecnología d e la inform ación (p. ej., hojas de cálculo, gestión de vos fármacos paliativos5. La investigación en medicina paliativa a
literatura). menudo debe competir para lograr financiación en el mercado
• Bioestadística. abierto, y los estudios que se centran en un diagnóstico, síntoma
• Solicitud d e financiación. o grupo de edad único o concreto (p. ej., pacientes geriátricos),
• Escritura d e artículos. o en contextos asistenciales específicos pueden abrir las puertas
• Procedim ientos de laboratorio, com o el m anejo y elim inación de a fuentes determinadas de financiación3,7. En Internet pueden
reactivos. encontrarse páginas que enumeran las posibles fuentes de finan­
• Manipulación y ética co n los animales. ciación, como Community of Science y CareSearch (v. «Recursos
adicionales»).

ERRNVPHGLFRVRUJ
146 S E C C IÓ N E | Investigación

Gestión de datos y de historias clínicas Las diferencias internacionales sobre los modelos de provisión
de servicios para los cuidados paliativos impiden una investiga­
La gestión debe cumplir los estándares de intimidad del centro, ción colaborativa (cuadro 27-4). Las diferencias pueden consistir
que suelen estar determinados por el CRC. La seguridad elec­ en la localización, la duración del ingreso, los proveedores y la
trónica es esencial (p. ej., números de identificación personal, con­ financiación. Los estudios multicéntricos chocan contra la falta de
traseñas, cortafuegos), sobre todo con el uso de hojas de cálculo comunicación y estandarización entre distintos organismos éticos
y métodos electrónicos de recopilación de datos23,24. Los estadís­ y CRC del centro y nacionales29. Los académicos pueden tener
ticos pueden ayudar con el diseño de la base de datos, incluidos intereses conflictivos y ganancias secundarias que deben tenerse
los procedimientos de manejo de los datos perdidos25,26. Los ensa­ en cuenta30.
yos clínicos requieren procedimientos para monitorizar la seguri­ Los proyectos colaborativos requieren una financiación espe­
dad de los datos sobre los efectos secundarios graves. cífica, que consta de subvenciones para el proyecto y de rotacio­
La ley de 1997 de la Food and Drug Administration estadouni­ nes externas subespecializadas. La teleconferencia, las páginas
dense requiere el registro de los ensayos clínicos de fase II, III o de Internet y las reuniones organizativas de grupo para coincidir
IV de los fármacos de investigación para enfermedades potencial­ con las conferencias internacionales pueden superar las dificul­
mente mortales o graves27. El registro también es necesario para la tades de comunicación. El desarrollo del protocolo requiere la
publicación en varias revistas médicas electrónicas28 (v. «Recursos estandarización del reclutamiento, el consentimiento, la inter­
adicionales»). vención, la recopilación de datos y la documentación. Se deben
establecer los métodos de revisión para asegurar el control de
calidad. Hay que codificar e introducir en una única base de
Relaciones datos los datos de muchas fuentes. La tecnología, como los escá­
Es esencial mantener una relación sólida con el equipo clínico neres visuales o las páginas de Internet seguras pueden ayudar
para el reclutamiento del ensayo clínico. Las reuniones periódicas en este proceso23,24. Se dispone de directrices para los autores
deberían tratar los protocolos de las investigaciones futuras para de estudios colaborativos multicéntricos. Los protocolos para
evitar un filtrado excesivo de los pacientes por parte de los miem­ los autores deberían discutirse y aceptarse antes de comenzar el
bros del equipo clínico11,14. Otras disciplinas clínicas y de inves­ proyecto7'31.
tigación pueden proporcionar habilidades y recursos útiles para Existen ejemplos de grupos colaborativos a nivel del centro,
la investigación en medicina paliativa. Los investigadores de diver­ nacional e internacional. Los grupos del centro pueden constar de
sos campos pueden contribuir con otros modelos fisiopatológicos otros investigadores clínicos o de ciencias básicas. Por ejemplo, un
(p. ej., fatiga en la fatiga crónica, esclerosis múltiple). Los clínicos supuesto mecanismo central de la fatiga se desarrolló e investigó
de disciplinas como cardiología y neurología pueden facilitar la mediante la colaboración entre investigadores de medicina palia­
investigación en enfermedades avanzadas no oncológicas. Muchos tiva y de ingeniería biomédica en mi centro32. Se han establecido
pacientes con cáncer avanzado aún reciben un tratamiento colaboraciones de investigación nacional en Alemania, Suecia,
activo y las relaciones estrechas con los oncólogos podrían faci­ Reino Unido y otros países2,33,34. En Reino Unido, una financiación
litar su participación en los estudios de investigación en cuidados gubernamental específica ha estimulado el desarrollo de colabo­
paliativos. raciones2. En Alemania, la aplicación de una recopilación de datos
Muchos miembros de los CRC no comprenden las dificultades clínicos estandarizada ha facilitado la investigación33. En Estados
y los métodos apropiados para la investigación en medicina palia­ Unidos, el estudio SUPPORT (acrónimo de Estudio para compren­
tiva, sobre todo los métodos cualitativos18. Esto puede dar lugar a der los pronósticos y las preferencias en función de los resultados
un proteccionismo y a actitudes negativas sobre la investigación y riesgos de los tratamientos) (financiado por una fundación pri­
en medicina paliativa18. Un diálogo abierto y bidireccional ayuda a vada) reclutó un gran número de pacientes y proporcionó muchos
que estos grupos se hagan conscientes de las dificultades especí­ datos sobre la experiencia de las personas que fallecen en hospi­
ficas y a solucionarlas de una forma ética. tales35,36. La red de investigación EAPC (European Association for
Palliative Care) es una colaboración internacional en la que parti­
cipan 21 países. Se están realizando varios proyectos (www.eapc.
INVESTIGACIÓN COLABORATIVA: BENEFICIOS, org/reseacrhNetwork/researchprojects.asp), y se han publicado
los resultados de un gran estudio transversal37. Las dificultades
BARRERAS Y DIFICULTADES para la investigación se encuentran en los siguientes aspectos:
La investigación colaborativa puede atenuar muchas dificultades
de la investigación en medicina paliativa. Las colaboraciones • Cátedras académicas de medicina paliativa.
• Financiación de la investigación internacional respaldada con
multicéntricas mejoran el reclutamiento de los ensayos clínicos
fondos públicos.
y permiten obtener un tamaño muestral adecuado para lograr
rigor estadístico. Las colaboraciones con investigadores de otros • Tecnología de la información para la colaboración.
• Formación en investigación en cuidados paliativos y reuniones
campos (incluida la ciencia básica) pueden ampliar el conjunto
de oncología y en programas de formación en subespecialidad.
de habilidades y conocimientos de todos los investigadores
implicados.

CONCLUSIONES
A pesar de las numerosas dificultades a las que se enfrentan
Cuadro 27-4 Barreras frente a la investigación
los investigadores de medicina paliativa, se está llevando a cabo
colaborativa
una cantidad significativa de dichas investigaciones. Encontrar
» Modelos d e provisión d e servicios clínicos distintos y fragmentados. y trabajar a un supervisor experimentado en la investigación
» Estructuras d e financiación clínica y d e investigación. en medicina paliativa es vital para comenzar una carrera investi­
» Recursos. gadora. Se dispone de muchos recursos educativos para ayudar
» Com unicación (p. ej., e n tre distintas zonas horarias). al desarrollo de un grupo de investigación. Es necesario contar
> Distintas p rioridades d e investigación. con más grupos colaborativos, una financiación más específi
» Procedim ientos d el consejo d e revisión del centro. ca y programas nacionales de investigación en medicina paliativa.
» Falta d e tiem po. Internet proporciona un portal fascinante para facilitar la investi­
gación colaborativa.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Desarrollo d e un g rupo d e investigación I C A P Í T U L O 2 7 147

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ERRNVPHGLFRVRUJ
148 S E C C IÓ N E | Investigación

como patrones oro de la evidencia. Sin embargo, la simplificación


| | CAPÍTULO 2 8
de la base de evidencia para que se ajuste a un enfoque jerárquico
ha creado dificultades4, sobre todo a la hora de interpretar la cali­
dad global de evidencia para los tipos individuales de preguntas
y contextos clínicos5. Los resultados de un ensayo clínico aleato-
Diseño y dirección rizado y controlado o de una revisión sistemática de una serie de
tales ensayos clínicos pueden ofrecer una evidencia sólida de la
de investigaciones y ensayos eficacia de un tratamiento concreto en una población bien defi­
nida de pacientes. Sin embargo, este planteamiento no es ade­
clínicos cuado para las intervenciones llevadas a cabo en una población
cambiante a lo largo del tiempo.
Anthony Byrne, Kerry Hood, Gareth Griffiths Para una especialidad que, por definición, requiere un enfoque
y Timothy S. Maughan multidisciplinario de sus necesidades complejas, es necesaria una
consideración cuidadosa a la hora de diseñar estudios de investi­
gación que respondan preguntas relevantes a la vez que propor­
© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos cionan la evidencia según un formato aceptable e interpretable.
Identificar las formas de producir con meticulosidad la evidencia
a la vez que se cuestionan los enfoques tradicionales requiere un
entorno investigador muy capacitado, bien dirigido y totalmente
integrado.
P U N T O S
» El impacto clínico de la evidencia de la investigación depende de la con­ EL RETO DE LA EVIDENCIA
fianza en su calidad.
Los investigadores suelen llevar a cabo investigaciones por un
> Los cuidados paliativos se caracterizan por situaciones clínicas complejas,
interés en una situación clínica concreta (es decir, orientada al
pero los ensayos clínicos requieren preguntas clínicas sencillas.
paciente) o proceso patológico determinado (es decir, orientada
> Los diseños de los ensayos clínicos explicativos y pragmáticos dependen de
a la enfermedad). En última instancia, se desea obtener unos datos
la pregunta de investigación clínica.
válidos y fiables que permitan lograr unos mejores resultados para
> La elección de las poblaciones del estudio y de los elementos de compara­ los pacientes y que se acepten con el fin de producir un cambio
ción estándar influye en la generalizabilidad de los resultados del estudio (es
significativo en la práctica. Si el m otor de este cambio se encuen­
decir, en la validez externa).
tra a nivel individual (p. ej., un paciente), organizativo (p. ej., pro­
> Un tamaño muestral adecuado y una baja tasa de abandono influyen en la veedor de cuidados, comisionado), o estratégico (p. ej., National
fiabilidad de los resultados del estudio (es decir, en la validez interna).
Institute for Health and Clinical Excellence, Agency for Healthcare
» La aleatorización reduce el riesgo de sesgo al superar los factores de con­ Research and Quality), la probabilidad de que la investigación
fusión.
influya en la asistencia depende del nivel de confianza en la cali­
» La elección de los criterios de valoración y de las poblaciones de pacientes dad de los datos16. Por convención, se acepta que los siguientes
con relevancia clínica es crucial para la relevancia de los ensayos clínicos en factores metodológicos reducen la confianza7:
cuidados paliativos.
» La información cualitativa y clínica de otro tipo puede incluirse en el diseño • Falta de aleatorización y de enmascaramiento.
de los ensayos clínicos cuantitativos. • Tamaño muestral insuficiente.
» El apoyo infraestructural es esencial para lograr un reclutamiento, gestión • Alta tasa de abandono.
de los datos y control de la investigación adecuados. • Heterogeneidad de las poblaciones y los resultados.
Estos factores apuntan a la necesidad de llevar a cabo ensayos
clínicos aleatorizados, con enmascaramiento y controlados bien
diseñados y dirigidos con rigor, y subrayan la dificultad de evaluar
las intervenciones paliativas en grupos complejos de pacientes.
La investigación en cuidados paliativos se ha visto obstaculizada
El propósito de la investigación en cuidados paliativos es propor­ por unos estudios con poca potencia estadística, grupos de pobla­
cionar una evidencia sólida y fiable para la práctica clínica. Esta ción heterogéneos, altas tasas de abandono y la incapacidad de
información puede integrarse con el criterio clínico y los valores proporcionar unos resultados con una fiabilidad definitiva. Para
de los pacientes para alcanzar las decisiones terapéuticas indivi­ que la investigación dé unos resultados que aporten cambios, los
duales. La evidencia se debe obtener y notificar de un modo que investigadores están obligados a cumplir convenciones estableci­
limite los sesgos y permita obtener una interpretación coherente. das sobre los niveles de evidencia8. Esto puede lograrse mediante
La medicina basada en la evidencia1 se ha elaborado a partir de un una plantilla de investigación capacitada y multidisciplinaria,
enfoque lógico y cuantitativo de la investigación científica clínica unos objetivos centrados y coordinados, una mejor planificación
que evolucionó durante el siglo xx2. Este enfoque persigue reducir temporal de las intervenciones en un estadio más precoz de la
la información a su forma más fiable y más fácil de medir para ayu­ enfermedad y una evolución de las actitudes, aceptando a los
dar a la interpretación. El modo en el que estos datos se evalúan investigadores como parte integrante de la práctica clínica.
alentó el desarrollo de jerarquías de evidencia. Esto sugiere distin­ Para que los estudios sean útiles también se requieren unos
tos niveles de fiabilidad para la aceptación en la práctica clínica desafíos organizados y decididos contra el status quo para desviar
de los distintos tipos de resultados de la investigación. el foco desde las zonas de comodidad estadística a las necesidades
La influencia de este enfoque está firmemente establecida en complejas de la enfermedad avanzada. Se requiere un equilibrio
el desarrollo de directrices y recomendaciones clínicas3. Exige entre la teoría según la cual el complejo diseño de un estudio es
por parte del investigador un enfoque estadístico y preciso para una excusa para la subjetividad o el planteamiento de que «todo
el diseño de la investigación. Ha defendido el papel de los ensayos sirve» y la falsa creencia según la cual una metodología de ensayo
clínicos aleatorizados y controlados y de las revisiones sistemáticas clínico aleatorizado y controlado sirve para todo.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
D iseño y d irección d e investigaciones y ensayos clínicos I C A P Í T U L O 2 8 149

LA PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN propuesta, puede que se requiera un estudio piloto o de viabili­


dad (se describe después). Para garantizar que se escoge una estra­
La interacción clínica diaria en cuidados paliativos proporciona tegia sólida, esto se puede llevar a cabo teniendo como objetivo
a todos los profesionales sanitarios la oportunidad de identificar lograr una calificación académica, proporcionando conclusiones
preguntas sobre la práctica y cuidados óptimos. Puede tratarse útiles en términos de resultados y con un investigador bien entre­
de falta de conocimientos, lagunas en la transición de los cono­ nado y capacitado. Definir estas metodologías es más productivo
cimientos a los cuidados, o de una verdadera equiponderación a que seguir una estrategia poco sistemática, y es más rentable a la
la hora de elegir la intervención. La articulación de las caracterís­ hora de permitir una preparación adecuada para los estudios más
ticas de cada dificultad se ve obstaculizada por la complejidad y la amplios (fig. 28-1).
heterogeneidad. Si se reduce la complejidad de la pregunta clínica
es posible maximizar el potencial de responder a la pregunta de la
investigación de un modo fiable y repetible. Para diseñar un estu­ D ISEÑO DEL ENSAYO CLÍNICO
dio eficaz, se debe ser conciso en la pregunta que se formula y en
la población a la que ésta va dirigida. Hay que plantearse qué se El tipo de diseño del estudio escogido depende de cómo se haya
va a hacer si las partes que componen la pregunta clínica parecen articulado la pregunta y del tema sometido a investigación. Existen
poco claras o inseparables y qué información se establecerá en varios factores que son esenciales para este proceso:
primer lugar como justificación de los fines. • Una comprensión completa de la evidencia que ya esté dispo­
Los ensayos clínicos, gracias a su aleatorización y enfoque nible y de los conocimientos sobre la práctica rutinaria.
metódico, pueden proporcionar una comparación precisa de los • Una definición clara de la intervención y de si se comparará
efectos2. El gran impulso que se ha dado a los ensayos clínicos con alguna otra.
aleatorizados y controlados ha tenido un profundo impacto en la • La naturaleza exacta de la población de pacientes que se va a estu­
evaluación de la evidencia y en la práctica clínica. La disponibili­ diar y el conocimiento del número probable que se va a reclutar.
dad de este nivel de evidencia es limitada en cuidados paliativos • Disponibilidad de criterios de valoración validados.
y puede que se carezca de él a la hora de sustentar los fines de
los estudios. Este problema parece desalentador, pero la falta de Con esta información es más fácil ver de qué modo los aspec­
conocimientos no debería estigmatizar la investigación en cuida­ tos educativos o basados en los conocimientos de la investigación
dos paliativos, sino que debería ser una fuerza motivadora9 que y de los datos del estudio piloto o de viabilidad (v. fig. 28-1) revier­
estimule los esfuerzos para aprovechar la información disponible ten en el diseño sólido de los proyectos a mayor escala. También
y aprender de otras áreas. El propio Cochrane mostró un plantea­ subraya la relevancia de tener acceso a una experiencia y forma­
miento pragmático sobre las preguntas clínicas durante su época ción adecuadas. La transformación de la pregunta de investigación
como prisionero de la segunda guerra mundial, y sus reflexiones en un protocolo de estudio requiere el respaldo de un grupo de
sobre la asistencia a los moribundos también atestiguan su creen­ proyecto con habilidades diversas, que debe participar desde el
cia en la solidez de las observaciones aisladas10. principio mismo del proceso.
Cuando se pretendan realizar ensayos clínicos sólidos a gran
escala, los profesionales de cuidados paliativos no deberían ignorar
el potencial de descripción, reconocimiento de patrones y puesta
en común de los conocimientos colaterales como pasos previos
para ayudar a perfeccionar la pregunta de investigación11. Este
modo de actuar se ajusta bien a otras evidencias, según las cua­
les la recopilación sistemática y el análisis de los datos de rutina
puede aumentar la capacidad de elaborar preguntas, investigar
con eficacia y validar los resultados de los estudios1213. También
destaca la necesidad de buscar un amplio abanico de opiniones
procedente de la comunidad multidisciplinaria y de los pacientes.
De este modo, la pregunta se perfecciona, el diseño se mejora y el
estudio aumenta su validez nominal y su grado de cooperación.
La revisión de todas las evidencias disponibles, incluidas las
observaciones clínicas bien descritas, puede justificar la investiga­
ción y focalizar la pregunta de investigación. Una pregunta clínica
extensa puede estimular un interesante debate sobre un amplio
rango de opciones relevantes para la intervención, pero debido
a que una pregunta de investigación que apunte hacia muchos
resultados suele encontrar dificultades para lograr sus objetivos, se
debería identificar un resultado principal. Este proceso de perfec­
cionar los objetivos de investigación se beneficia de unas habili­
dades de evaluación crítica bien desarrolladas14 y de la capacidad
para sintetizar los datos cualitativos y cuantitativos.
Una vez que se cuenta con una pregunta de investigación
clínica articulada, hay que ver de qué forma los investigadores
evitan los fallos previos a la hora de realizar un ensayo clínico.
Una estrategia útil es preguntar por el camino que debería seguir
la investigación científica. Si se ha planteado una pregunta simi­
lar con anterioridad en cuidados paliativos o en otras áreas de la
medicina, una revisión sistemática cualitativa o cuantitativa puede F IG U R A 28-1 A lg o ritm o de las estrategias suge rid a s para p la n te a r las
ofrecer una respuesta, de modo que la investigación ofrezca la p re g u n ta s d e in ve stig a ció n. Las revisiones sistemáticas y los estudios de
oportunidad de mejorar las habilidades y ofrecer enseñanzas. Si se viabilidad proporcionan resultados educativos y formativos por sí mismos y
precisan más conocimientos sobre la pregunta o la metodología contribuyen al diseño de estudios a gran escala.

ERRNVPHGLFRVRUJ
150 S E C C IÓ N E | Investigación

A la hora de plantear el diseño del estudio, es útil tener en a la preferencia preconcebida por una u otra intervención. En cui­
cuenta las categorías básicas disponibles de estudios cuantitativos. dados paliativos, se ha demostrado que tales estudios son difíciles
Los estudios descriptivos son registros observacionales, como las de realizar y de completar18-20, por lo que surge la duda de si es
series de casos o los estudios transversales, que pueden proporcio­ precisa dicha aleatorización. Un ensayo clínico aleatorizado y con­
nar información preliminar útil como ya se ha señalado. Los estu­ trolado supera el riesgo de una selección sesgada de los pacientes
dios longitudinales recopilan los datos a lo largo del tiempo. En a la hora de aplicar las intervenciones. Por extensión, permite esti­
este grupo se suelen incluir los estudios de cohortes y los ensayos mar el efecto del tratamiento entre los grupos de intervención y
clínicos. Estos tipos de estudios se han descrito en otros aparta­ control al superar todos los factores de confusión (cuadro 28-2).
dos1516, por lo que el resto del capítulo se centrará en los ensayos
clínicos. Estudios no aleatorizados
Un ensayo clínico es un experimento científico en el que par­
Una valoración de la diferencia entre los estudios aleatorizados
ticipan seres humanos y que difiere de otros estudios longitudi­
y no aleatorizados ha sugerido que los ensayos clínicos controla­
nales por su carácter intervencionista en lugar de observacional.
dos no aleatorizados pueden sobrestimar los efectos del tra­
Un ensayo clínico controlado es aquél en el que las comparacio­
tamiento hasta en un 40%21. Una revisión sistemática de la esti­
nes se establecen entre uno o más grupos de investigación y un
mulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS) para el dolor
grupo control (que suele corresponder al tratamiento estándar).
postoperatorio ejemplifica el problema de la sobrestimación.
Un experimento sobre el escorbuto se considera el primer ensayo
En 15 de 17 ensayos clínicos aleatorizados y controlados no se
clínico17.
observó que tuviera efecto, mientras que en 17 de 19 ensayos
clínicos no aleatorizados y controlados se sugirió que existía un
Fases de los ensayos clínicos beneficio analgésico22. El enmascaramiento de los pacientes e
investigadores respecto a la intervención reduce aún más el riesgo
Es difícil que un único estudio responda a todas las preguntas rela­ del sesgo denominado sesgo del observador, lo que aumenta la
tivas a la seguridad, eficacia y uso óptimo de una intervención. Por validez del estudio23. Esto adquiere una relevancia fundamental
tanto, los ensayos clínicos se dividen en varias fases. cuando el criterio de valoración principal es subjetivo.
• Los ensayos clínicos de fase I suelen constar de un pequeño Los ensayos clínicos no aleatorizados y controlados tienden a
número de pacientes 0^20) y analizan de forma específica la tener un menor tamaño muestral y una mayor heterogeneidad de
los pacientes entre los distintos estudios24, algo que ya se ha iden­
seguridad de la intervención y el rango de seguridad de las
tificado como un problema en la investigación en cuidados palia­
dosis del fármaco (en los ensayos clínicos farmacológicos).
• Los estudios de fase n evalúan la eficacia de la intervención tivos. Existen unos imperativos intensos para la aleatorización,
que se esté analizando y se centran en la tolerabilidad y la incluso cuando el tipo de pregunta o la población de pacientes lo
dificulta. Aunque puede haber serias razones para no aleatorizar,
seguridad. La viabilidad de una intervención se puede evaluar
en esta fase antes de realizar un estudio completo. El número tales obstáculos deben tenerse en cuenta de forma cuidadosa y se
de pacientes es relativamente pequeño (<100). debe intentar todo lo posible para no comprometer la validez de
los resultados posteriores.
• Los estudios de fase III son estudios aleatorizados y contro­
lados en los que se compara la intervención frente a un ele­
Estudios aleatorizados
mento de comparación o un placebo. Se necesita un número
suficiente de pacientes para demostrar la relevancia estadística En los estudios aleatorizados con grupos cruzados, los pacientes
(por lo general, en el rango de cientos de pacientes). reciben los tratamientos asignados de forma aleatoria de un modo
• Los estudios de fase IV son estudios posteriores a la comercia­ secuencial. Esto puede permitir una estimación precisa del efecto
lización del fármaco en los que se evalúa la seguridad a largo del tratamiento utilizando un menor número de pacientes que los
plazo y el uso óptimo de una intervención. diseños paralelos tradicionales y reduce la heterogeneidad de los
pacientes al comparar con el mismo paciente. Cada enfermo sirve
Las características del ensayo clínico se ven influenciadas por
como su propio control; la variabilidad intrapaciente es mucho
el deseo de lograr una evidencia que se considere fiable (es decir,
menor que la variabilidad interpaciente, y esta estrategia suele uti­
validez interna) y reproducible en la práctica clínica (es decir, va­
lizarse en los estudios de intervención en cuidados paliativos25'27.
lidez externa, o grado de generalizabilidad de los resultados). Los
Un período de reposo farmacológico protege contra la persis­
sesgos plantean una seria amenaza contra la validez interna del
tencia de un efecto residual de una intervención en el siguiente
estudio (cuadro 28-1). A la hora de diseñar un ensayo clínico, se
período de tratamiento (fig. 28-2), aunque los cambios en el
deben tener en cuenta los factores que se describen en las siguien­
paciente a lo largo del tiempo y otros efectos residuales pueden
tes secciones.
dar lugar a sesgos.
La aleatorización p o r grupos se refiere al proceso de alea­
Aleatorización torización de unidades como residencias de enfermos termina­
les, clínicas o consultas generales para crear grupos en los que
La asignación de los pacientes de forma aleatoria para recibir dis­ se reclutan las personas. En ese punto, se puede obtener o no el
tintas intervenciones puede ser costosa, laboriosa y requiere un
gran número de pacientes. También es un proceso que resulta
difícil de comprender para los pacientes, lo que da lugar a que un Cuadro 28-2 Características ideales de los ensayos
porcentaje significativo rechace entrar en el ensayo clínico debido clínicos aleatorizados y controlados
• Los criterios d e valoración están predefinidos.
• Asignación aleatoria e n tre cada tratamiento.
Cuadro 28-1 Fuentes de sesgo en los ensayos clínicos
• M étodo d e asignación enm ascarado p ara el investigador.
• Falta d e aleatorización. • Enmascaramiento d el investigador y d el p aciente para el tratam iento
• Falta d e enm ascaram iento. recibido.
• H eterogeneidad d e la muestra. • Todos los grupos reciben u n tratamiento idéntico, salvo la intervención.
• Pequeño tam año m uestral. • Los pacientes se analizan según el grupo asignado, incluso aunque
• A bandono d e los pacientes. n o logren com pletar el estudio (es decir, análisis p o r intención de
• Publicación. tratar).

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
D iseño y dirección d e investigaciones y ensayos clínicos I C A P Í T U L O 2 8 151

sólido37. Dirige la atención sobre el papel de comprender los co­


Fármaco A + fármaco placebo B Período 1 nocimientos y actitudes de los pacientes para ayudar a diseñar
los ensayos clínicos y para elaborar el proceso de consentimiento
informado.
Período de reposo farmacológico Una alternativa consiste en solicitar el consentimiento del
paciente después de la aleatorización, lo que permite a los pa­
Fármaco placebo A + fármaco B
cientes la oportunidad de rechazar la participación o cambiar
Período 2
de grupo del estudio si no están contentos con aquél en el que
se les ha asignado de forma aleatoria. Esta es la estrategia Zelen,
F IG U R A 2 8 -2 E squem a d e u n estu d io con g ru p o s cru za d os. La también denominada de consentimiento aleatorizado, y se ha
duración del estudio debe ser la suficiente para permitir que se produzca debatido mucho sobre ella38. Su uso en la investigación en cui­
el efecto del tratamiento en cada período, pero no tanta que haga que los dados paliativos ha sido limitado, pues se prefieren estrategias
cambios del estado del paciente modifiquen los efectos del mismo entre los alternativas29.
dos períodos. El período de reposo farmacológico debería ser lo bastante Los ensayos clínicos aleatorizados de discontinuación (es
largo para permitir que la actividad biológica de los fármacos desaparezca. decir, diseño de mejora) suponen la exposición inicial de todos
los pacientes a la intervención. Este diseño se ha usado sobre todo
en ensayos clínicos de fase n de intervenciones farmacológicas39.
Los pacientes cuya enfermedad empeore a pesar del tratamiento
se excluyen con posterioridad, y los que permanecen estables se
consentimiento informado de los pacientes, con las implicaciones asignan de forma aleatoria después entre los grupos de interven­
éticas asociadas de cada opción (v. cap. 22). Esta estrategia puede ción y de control. La variedad de opciones disponibles subraya la
ser útil para las intervenciones basadas en la comunidad cuando relevancia del equipo del proyecto y de la participación precoz de
pueda ser difícil obtener el consentimiento informado y cuan­ un estadístico en el ensayo clínico.
do se realiza la evaluación de la intervención de atención domiciliaria
a enfermos terminales28. Se ha analizado su utilidad29 en la inves­
tigación realizada en los últimos días de vida. Esta estrategia pre­ Placebo y otras comparaciones
senta una complejidad metodológica y requiere una planificación
cuidadosa de su diseño30 e interpretación31. Precisa una elabora­ Al realizar un ensayo clínico controlado de una intervención, una
ción meticulosa del modelo estadístico, que incluya la determi­ decisión clave es si se compara con un elemento de comparación
nación del tamaño muestral adecuado. Debido a que las personas establecido, una intervención placebo o con nada. La primera pre­
de los grupos no son independientes entre sí (es decir, correlación gunta que hay que resolver es si existe una intervención estándar
intragrupo), la potencia estadística es menor, y se deben reclutar establecida. Puede haber varios estándares, ninguno de los cuales
más personas. Sin embargo, es un buen ejemplo de cómo, si se cuente con una validación total, pero que pueden haberse esta­
tienen en cuenta las estrategias alternativas, es posible proporcio­ blecido como práctica estándar en distintos contextos asistencia­
nar flexibilidad para la población de investigación a la vez que se les. Se necesita una evaluación crítica de los datos de cada una de
conserva el rigor del estudio. estas intervenciones, tras lo que debe tomarse una decisión sobre
El papel de la preferencia del paciente en la aleatorización ha qué elemento de comparación escoger. Los factores que deben
adquirido una mayor relevancia32. Los pacientes pueden no que­ tenerse en cuenta son la opción mejor validada, la más utilizada, o
rer participar en un ensayo clínico en el que perciban que el tra­ el estándar reconocido a nivel internacional.
tamiento experimental es inferior o del que crean que conlleva El uso de un placebo está influido por los aspectos prácticos
un riesgo de perjuicio por no recibir la intervención activa. Los de administrar dicha sustancia, las consideraciones éticas de usar
investigadores también pueden no sentirse dispuestos a reclutar un placebo frente a elementos de comparación activos, y el área
pacientes en estudios aleatorizados sobre un tema en el que tie­ de estudio. La primera reacción en un contexto de cuidados
nen unas opiniones o preferencias firmes. La introducción de la paliativos puede ser que el uso de intervenciones placebo en
ketamina para el dolor neuropático basada en estudios descrip­ una población sintomática con una esperanza de vida limitada es
tivos es un ejemplo de cómo la experiencia anecdótica puede injusto desde el punto de vista ético (v. cap. 22). En este contexto,
influir en las preferencias clínicas. Estas ideas pueden dar lugar a se puede proponer una modificación de la pregunta, pasando de
una falta de participación, un mal cumplimiento y son una ame­ p o r qué no a p o r qué.
naza para la validez interna del ensayo clínico. Este dilema ha La palabra placebo describe una intervención inactiva o inerte.
dado origen al concepto de preferencia del paciente o diseño de Su uso en ensayos clínicos se recomienda cuando se analizan
cohorte amplia. A los pacientes con fuertes preferencias se les nuevas intervenciones con el fin de ofrecer una estimación del
permite elegir su tratamiento, lo que es un concepto opuesto al verdadero efecto del grupo activo. Por definición, las personas
enmascaramiento. Esta estrategia también supone lo contrario del grupo placebo no reciben ningún tratamiento, algo que
del enmascaramiento en términos de sesgo y de riesgos de con­ puede considerarse opuesto al juramento hipocrático de bene­
fusión33, y tiene implicaciones en cuanto al tamaño y coste del ficencia y no maleficencia. Sin embargo, los médicos también
estudio. Se han propuesto argumentos convincentes para evitar tienen la obligación de demostrar que las intervenciones son
perder información significativa en los pacientes que rechazan eficaces.
la aleatorización34, sobre todo cuando su número es limitado Un ámbito en el que se puede cuestionar el uso de un grupo
y el reclutamiento resulta difícil. En este diseño del estudio, los placebo es el control del dolor. Sería imposible justificar un
pacientes se asignan de forma aleatoria del modo normal, pero grupo placebo en un estudio que analice la eficacia analgésica
los que rechazan dicha aleatorización se siguen como cohorte de un nuevo fármaco para la mayoría de los cuadros de dolor
durante el período del ensayo clínico, y después se analizan sus oncológico crónico. En tal caso, surge la duda de cómo se puede
datos33. La monitorización de la cohorte no aleatorizada dentro de demostrar el verdadero efecto de la nueva intervención. De forma
los límites del estudio y la comparación de sus datos con los del ideal, esto se debería realizar utilizando un elemento de compara­
grupo aleatorizado puede proporcionar información adicional ción que tuviese un efecto seguro y fijo (fig. 28-3). Sin embargo,
relevante35,36. en la práctica real no existe esta sustancia. Si los dos fármacos
Aunque este diseño debería adoptarse con cautela, hace hinca­ (p. ej., el nuevo fármaco E y la morfina M como elemento de com­
pié en la relevancia de la elección de los pacientes en la investiga­ paración) tienen un efecto similar, hay que dilucidar si es posible
ción. El argumento de, por lo menos, evaluar de forma prospectiva estar seguro de si el efecto del fármaco E es real o si se trata de un
las preferencias de los pacientes antes de aplicar el estudio es efecto «placebo». Cuando se diseña un estudio analgésico sin un

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152 S E C C IÓ N E | Investigación

F IG U R A 2 8 -3 Definición del v e rd a d e ro efecto d e u n analgésico


en ausencia d e c o n trol. A , En teoría, se considera que el fármaco
experimental tiene efecto si el efecto de la morfina sobre el control del
dolor es fijo y constante. En la práctica, no se puede estar seguro de que
los efectos de ambos fármacos no sean el resultado del azar o de un
«efecto placebo». B , En esta comparación se añade una dosis menor de
morfina. La diferencia entre el fármaco experimental y la dosis mayor de
morfina en comparación con la dosis menor supone un elemento de
tranquilidad al demostrar el verdadero efecto del fármaco experimental.

Tiempo B Tiempo

• Fármaco experimental «E »
■ Dosis alta de control con morfina «M »
A Dosis baja de control con morfina «M »

placebo hay que buscar otras formas de definir un índice interno elaborar una intervención placebo o ficticia para tratamientos como
de efecto. Una forma es añadir un tercer grupo en el que se usa la acupuntura es arriesgado y puede subestimar el efecto. Por ejem­
una dosis menor del fármaco de comparación. En nuestro ejemplo, plo, la interacción entre el terapeuta y el paciente puede ser un
el fármaco experimental y una dosis estándar de morfina mues­ componente activo, pero puede estar presente en los grupos de
tran unos efectos analgésicos significativamente mejores cuando intervención y de control porque se cree que es una parte secunda­
se comparan con la menor dosis de morfina, lo que sugiere un ria de la intervención43. Esta estrategia puede extenderse a los efec­
beneficio real. Sin embargo, incluso esta estrategia puede discu­ tos en otros aspectos de la situación del paciente por actividades
tirse desde el punto de vista ético, al cuestionar si se está negando presentes en ambos grupos, como el impacto de una intervención
el mejor tratamiento a los pacientes que reciben la dosis menor. El sobre la calidad de vida. Si el tratamiento que se está investigando
investigador debe estar seguro de que si se emplea este diseño, la es un analgésico, pero los pacientes ven casualmente cómo mejora
dosis menor del fármaco de comparación concuerda con un bene­ un aspecto distinto de su calidad de vida (p. ej., funcionamiento
ficio analgésico conocido. Aquí es donde los datos de estudios pre­ psicológico) por una estrategia aplicada en ambos grupos, la cali­
vios o de ensayos clínicos no controlados pueden ser útiles, como dad de vida global puede mejorar debido a esta modificación en
se ha defendido con anterioridad. lugar de por la intervención principal44.
La cuestión de cuál es el papel del efecto placebo en los ensa­ A la hora de considerar cómo controlar una intervención en
yos clínicos controlados frente a placebo es relevante en el con­ los estudios de cuidados paliativos, los aspectos éticos y prácticos
texto de los cuidados paliativos por varias razones: (p. ej., complejidad) son relevantes, y más aún lo son la disponibi­
lidad y la elección de un elemento de comparación establecido. Si
• ¿Invalidará los resultados al subestimar el verdadero efecto, se utiliza un placebo, el tamaño muestral es un factor significativo
sobre todo si el tamaño muestral es pequeño? y puede influir en el grado del efecto placebo. La comprensión y
• ¿Es mejor no comparar con nada que hacerlo frente a placebo? preferencias de los pacientes relativas a los ensayos clínicos con­
• ¿Cuál es su papel en las intervenciones no farmacológicas? trolados con placebo y las implicaciones para el proceso de consen­
Se ha escrito mucho sobre los efectos placebo40,41. Muchos timiento informado también deben tenerse en cuenta.
aspectos relacionados con los efectos terapéuticos del placebo
siguen sin estar claros, aunque es seguro que el tamaño de la Reclutamiento y consentimiento
población del estudio es relevante. Cuanto m enor sea dicha pobla­
ción, mayor será el riesgo potencial de un efecto placebo. Sin Ya se ha descrito la amenaza que suponen para la validez del estudio
embargo, la magnitud del efecto es impredecible y no se relaciona determinados factores del diseño y de los pacientes prevalentes en
con su magnitud en el grupo de la intervención activa. En nues­ cuidados paliativos, pero ahora hay que plantearse cómo se realiza un
tro contexto, en el que el tamaño muestral suele ser pequeño, el reclutamiento de forma eficaz y ética (cuadro 28-3) y qué relevancia
efecto placebo puede ser relevante. tiene el tamaño y la composición de la muestra de pacientes. La identi­
En la práctica clínica, los médicos observan que algunas inter­ ficación de los pacientes en un punto más precoz y más estable de su
venciones de las que no se esperaba que tuviesen un efecto tera­ enfermedad (si es apropiado para la pregunta de investigación) puede
péutico funcionan por lo que se denominan razones placebo. Una mejorar la probabilidad de participar en el estudio y de completarlo. La
revisión sistemática de si las intervenciones placebo superan a la implicación de otras personas interesadas, sobre todo de aquellos pro­
ausencia de tratamiento en los ensayos clínicos no observó diferen­ fesionales y cuidadores que tengan un papel de filtro en la derivación,
cias significativas entre ambos, excepto tal vez en las intervenciones grupos de pacientes y líderes de opinión, mediante tareas de promo­
para el dolor, e incluso aquí puede que se debiera al sesgo42. El uso ción educativa y de la información es esencial. Contar con un personal
de placebos se vuelve incluso más interesante en las intervencio­ de investigación especializado sobre el terreno y con unos mecanis­
nes no farmacológicas, en las que puede ser difícil elaborar el pla­ mos eficaces para la recogida de datos maximiza la identificación de
cebo, existen implicaciones éticas (p. ej., cirugía ficticia) o pueden pacientes candidatos y minimiza el riesgo de pérdida de datos. Los fac­
confundirse con otros factores. Un debate que provocó reflexiones tores que sustentan todos estos procesos son la capacidad de comuni­
sobre la acupuntura43 alegó que tales intervenciones presentan carse con eficacia y honestidad con los pacientes y asegurarles que si
una complejidad inherente y que los componentes característicos acceden a participar, será en función de su elección informada y libre.
responsables del efecto terapéutico son difíciles de definir. Intentar Los aspectos éticos referentes al consentimiento se detallan en otros

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
D iseño y dirección d e investigaciones y ensayos clínicos I C A P Í T U L O 2 8 153

Cuadro 28-3 Sugerencias para mejorar


se ha observado su impacto sobre los efectos placebo. Si un inves­
tigador está realizando un ensayo clínico controlado, la estimación
el reclutamiento
inicial del tamaño muestral debe proporcionar una potencia esta­
Identificar los p acientes en u n a eta p a m ás p recoz de su enferm edad dística adecuada para demostrar una diferencia que no sea la atri-
(p. ej., e n clínicas d e oncología). buible al azar (v. cap. 31). Incluso cuando todos los demás factores
Asegurarse de q u e la inform ación está disponible para los cuidado­ son iguales, esta posibilidad del azar aún puede dar lugar a una
res y pacientes. variabilidad significativa. Algunos autores alegan que se necesita
C ontar c on una enferm era d e investigación específica in situ p ara el un número 10 veces mayor de pacientes para demostrar una sig­
reclutam iento, la inform ación y la m onitorización. nificación clínica en lugar de estadística52. La alternativa consiste
Considerar la participación d e u n ayudante d e investigación para filtrar en agrupar los resultados de varios ensayos clínicos similares de
todas las notas relevantes de los pacientes ingresados y ambulatorios. menor tamaño, siempre que tengan diseños, poblaciones y crite­
Usar varios m étodos para inform ar a los colegas. rios de valoración similares.
Simplificar los criterios de derivación p ara los colegas; minim izar su El rigor del diseño del estudio clínico es costoso. Las preguntas
trabajo p ara m axim izar la tasa d e derivación. deberían ser escasas y focalizadas; los pacientes deben ser razona­
Usar u na unidad de ensayos clínicos o colaborativa para garantizar blemente similares, reclutarse en un gran número y permanecer el
u na g estión y análisis adecuados d e los datos c o n u na oficina coordi­ tiempo que dure el estudio; además, el tipo de control puede ser
nadora central. menos evidente de lo que antes se pensaba. A medida que se desa­
rrolla el protocolo, hay que plantearse si existe el peligro de que
se aparte demasiado del punto de partida clínico y, por tanto, que
sea demasiado poco práctico.

ASPECTOS DE P RAGM ATISM O Y COMPLEJIDAD


apartados (v. cap. 22), pero los que tienen que ver con el procedi­
miento merecen una reflexión adicional. Ám bito del estudio
Se dispone de una orientación estructurada sobre el proceso
de obtener el consentimiento informado45,46, que se debe estudiar Los estudios que están muy controlados, mediante el uso de inter­
y cumplir cuando se solicite la aprobación de los comités de ética venciones definidas de forma estrecha bajo condiciones ideales,
o de revisión. Se han analizado los elementos clave47 del proceso suelen pretender ofrecer evidencias de una forma limitada de
de consentimiento informado, junto con el grado (mejor o peor) de eficacia. A menudo dilucidan un principio científico (p. ej., si un
su cumplimiento. Los pasos esenciales consisten en una expli­ suplemento nutricional aumenta la masa magra corporal), pero
cación clara de la pregunta experimental, una discusión abierta puede que no abarquen criterios de valoración significativos
del grado de equiponderación (o incertidumbre) relativa al trata­ desde el punto de vista clínico; se trata de los ensayos clínicos
miento, la velocidad y secuencia con la que se ofrece la informa­ explicativos’^’. En cuidados paliativos, las preguntas de interés
ción y el modo de dar dicha información (p. ej., por escrito, verbal pueden ser más amplias, los pacientes más variables y las inter­
o mediante vídeo)47. Si se siguen estos pasos, vuelve a aparecer la venciones más complejas, por lo que tal vez no sea posible un
relevancia de los conocimientos y preferencias de los pacientes, al planteamiento refinado del ensayo clínico aleatorizado y contro­
igual que la sensibilidad de definir estas preferencias por adelan­ lado. Por ejemplo, un ensayo clínico que evalúe si un suplemento
tado y de analizar su influencia en todo el proceso del consenti­ nutricional aumenta la masa magra corporal no informa sobre si
miento48. Se deberían explorar las preferencias y opiniones de los dicho incremento mejora la calidad de vida o la movilidad, o si la
pacientes sobre el proceso de consentimiento para que sirva mejor mayoría de los pacientes puede tomar el suplemento. Una alterna­
al proceso de investigación en contextos difíciles, como el de cui­ tiva consiste en adoptar una estrategia pragmática53, intentando
dados paliativos. Un estudio de pacientes con cáncer de próstata responder a una pregunta de un modo que sea lo más relevante
sugirió que este tipo de análisis puede ser aclarativo y mejorar el posible para el rango de contextos clínicos y a los pacientes a
reclutamiento, y sirvió de ejemplo de cómo la investigación cua­ los que afecta. Esto permite aplicar el diseño de ensayo clínico
litativa puede mejorar los estudios cuantitativos49. Al plantear la a un rango más amplio de intervenciones farmacológicas y no
pregunta de «En cualquier caso, ¿a quién corresponde la equipon­ farmacológicas y parece ser especialmente adecuado para una
deración?»50, Lilford centra la atención en quién es la persona que especialidad que recurre en muchas ocasiones a una estrategia
mejor define el grado y la relevancia de la incertidumbre a la hora multidisciplinaria en diversos contextos. Otras especialidades,
de justificar un diseño de ensayo clínico aleatorizado y controlado, como la psiquiatría, también han adoptado esta estrategia54. No
el investigador o el paciente. Si se supone de forma general la exis­ se renuncia a los principios básicos de un ensayo clínico aleatori­
tencia de dicha equiponderación de los efectos de un tratamiento zado y controlado, sino que en su lugar se sigue un planteamiento
y de sus efectos secundarios en la población del estudio, puede práctico a la hora de incorporar preguntas clínicas que no permi­
desalentarse una discusión y evaluación completas de los benefi­ ten realizar con facilidad una aleatorización o enmascaramiento
cios y riesgos para cada persona. Estos efectos pueden variar de individual. Se presta una atención especial a asegurar que las
forma considerable de paciente a paciente y deberían ser parte intervenciones se comparan con las alternativas relevantes desde
integrante de un consentimiento informado. Complementar la el punto de vista clínico, a que se recluten unos grupos diversos
corrección del procedimiento con la participación del usuario en y apropiados de pacientes y a que se incorpore un rango de cri­
los grupos de proyecto51 y con la aplicación de metodologías cua­ terios de valoración lo más amplio posible55. Estos criterios de
litativas (p. ej., en los estudios de viabilidad) para evaluar la moti­ valoración deberían tener una relevancia directa (p. ej., mejora de
vación y las preferencias será un factor clave para lograr el éxito la movilidad) en lugar de secundaria (p. ej., mejora de la fuerza
del reclutamiento en los estudios futuros sobre cuidados paliativos. muscular). Esta estrategia práctica favorece un equilibrio entre
Esta estrategia es especialmente relevante debido al papel des­ la rigidez aparente de un diseño de ensayo clínico aleatorizado
tacado que tiene el tamaño del estudio. Junto con los aspectos de y controlado y el intento de abandonar el rigor ante la compleji­
selección y de sesgo del observador, el del tamaño muestral es fun­ dad. Puede que no se pueda llevar a cabo el enmascaramiento, y
damental para la validez del estudio, y ha sido un escollo principal el diseño debe tenerlo en cuenta a fin asegurar irnos procedimien­
en la investigación en cuidados paliativos. La realización de un tos de enmascaramiento estrictos de aleatorización (de modo que
estudio que desde el principio no pueda proporcionar una estima­ los investigadores no puedan predecir a qué grupo se asignan sus
ción estadística verdadera del efecto debido a un tamaño muestral pacientes de forma aleatoria) y que los resultados se comuniquen
inadecuado es cuestionable desde el punto de vista ético.También con diligencia.

ERRNVPHGLFRVRUJ
154 S E C C IÓ N E | Investigación

Las dificultades a las que se enfrentan los investigadores al adecuado por la falta de coherencia en el tipo de herramientas de
adoptar una estrategia pragmática frente a las situaciones com­ medición del dolor utilizadas59. Otros criterios de valoración en
plicadas son bien conocidas56,57 y se está intentando compensar cuidados paliativos, como la disnea60, cuentan con herramientas
la falta de apoyo infraestructural y de financiación que ha dificul­ menos desarrolladas o validadas, y una función principal de las
tado una evaluación práctica de intervenciones complejas, pero agendas de investigación nacional e internacional debe ser ase­
relevantes55'57. gurar una validación adecuada de las herramientas en estas áreas
Han surgido preocupaciones porque la aparente inflexibili- y lograr un consenso sobre su uso61. El conjunto exhaustivo de
dad de los ensayos clínicos aleatorizados y controlados provoca recomendaciones sobre el uso e interpretación de herramientas
el abandono de la estrategia en algunos ámbitos sanitarios en de medición del dolor elaborado por el Expert Working Group of
detrimento de los pacientes y de la financiación de los servicios58. the European Association of Palliative Care proporciona un exce­
Algunos autores alegan que la complejidad de una intervención lente ejemplo de cómo debe plantearse esta orientación y dicho
significa que las partes están tan interrelacionadas que no se pue­ consenso62. A la hora de preparar los estudios, hay que tomar
den descomponer o simplificar, lo que desafía el enfoque probabi- varias decisiones en la etapa de diseño:
lista. El Medical Research Council sugiere que cuando se encaren
estos dilemas, debería haber fases preliminares antes de realizar • ¿Cuáles son los criterios de valoración que se deben medir y
los ensayos clínicos aleatorizados y controlados, como los estu­ de ellos cuál es el principal?
dios de fase I y II en el diseño de un ensayo clínico farmacológico. • ¿Qué herramienta se va a utilizar (se debe validar para el crite­
Estas fases pueden utilizar estudios descriptivos (similares a los rio de valoración principal y para la población)?
estudios de fase I) e investigación cualitativa para definir mejor • ¿Qué factor y cuándo debe desencadenar la medición?
los elementos de la intervención y analizar los diversos compo­ • ¿Cuál es el efecto del grupo de control sobre estos criterios de
nentes de un estudio de viabilidad (similares a los estudios de valoración?
fase II)56’57. Hawe y cois.58 van aún más lejos en su sugerencia • ¿Qué constituirá un beneficio significativo clínico en lugar de
imaginativa de reestructurar aquello que ya está estandarizado en estadístico sobre el grupo control?
un ensayo clínico controlado. Estos autores sugieren que la vali­
dez del estudio depende de asegurar que las funciones clave son CONCLUSIONES SOBRE LOS FACTORES
estándar en lugar de los elementos del proceso, es decir, que la
clave es «la integridad definida de una forma funcional en vez de QUE HACEN QUE UN ENSAYO CLÍNICO
composicional»58. Por tanto, en un estudio destinado a mejorar la FUNCIONE
aceptación de los servicios de residencias para enfermos termina­
les, puede decidirse que la función consiste en llegar a los gru­ Una vez expuesto todo lo anterior, surge la pregunta de cómo
pos minoritarios y a otras personas que aún no los utilicen. Por hacer que un ensayo clínico se lleve a cabo. Las ideas de investiga­
lo general, se debería describir un formato predefinido, como los ción a nivel individual deben armonizarse con las prioridades iden­
grupos de usuarios que empleen técnicas predefinidas aleatoriza- tificadas a nivel nacional por organismos como el National Cancer
das de forma distinta a la práctica de derivación habitual, quizá de Research Institute (NCRI) y los National Institutes of Health
un modo aleatorizado por grupos. Algunos autores alegan que la (NIH) para obtener financiación (v. «Perspectivas futuras»). Hay que
función sigue estando estandarizada, pero que el formato puede ser consciente de las oportunidades para la investigación en sus
variar (p. ej., grupos rectores de líderes de opinión, información facetas de formación y de entrenamiento, de modo que los pro­
extrainstitucional que esté adaptada a las necesidades culturales y gramas académicos a nivel de máster y de doctorado se deben uti­
de aprendizaje locales). Esto permite una variabilidad práctica sin lizar para lograr una plantilla capacitada. En tales programas, los
comprometer la función principal. estudiantes deben estar supervisados y han de formar parte de
sus propias estructuras académicas del centro para garantizar que
continúan integrándose y que desarrollan una colaboración clave
a lo largo del tiempo.
Cam bio y su medición Este tipo de desarrollo dará lugar a oportunidades para realizar
Al exponer la necesidad de claridad y sencillez a la hora de plan­ estudios a gran escala. Si los estudios de un tamaño e integridad
tear la pregunta de investigación, se ha insinuado un plantea­ suficientes se deben llevar a cabo con un grupo de pacientes de
miento similar para los criterios de valoración y su medición. Esto tal complejidad, es esencial un ensayo clínico sólido o contar con
es lo que sucede especialmente en la estrategia explicativa en la una infraestructura colaborativa de investigación, que permitirá
que pueden predominar los criterios de valoración biomédicos en emplear un diseño innovador para el ensayo clínico en el que se
lugar de los de tipo clínico. Cuantos más criterios de valoración use un amplio rango de experiencia metodológica procedente de
se pretendan medir, más probable es que uno sea significativo por
azar. Por tanto, se deben definir los criterios de valoración y las
herramientas de medición por adelantado y evitar un análisis a Perspectivas futuras
posteriori de los datos, que estará sesgado.
Esto conlleva la necesidad de un enfoque pragmático con un Las p rioridades de investigación d eberían identificarse a nivel nacio­
rango más amplio de criterios de valoración medidos, que pueden nal y reflejarse en u n portafolio focalizado d e investigación e n cuida­
ser de tipo social, mediante el uso de herramientas para medir los dos paliativos.
valores de utilidad sanitaria o de economía sanitaria. Sin embargo, Se d eben identificar vías d e financiación p ara asegurar una inversión
un mayor número de criterios de valoración requiere más pacien­ en la investigación e n cuidados paliativos q u e sea proporcionada
tes para evitar el azar aleatorio, lo que significa que los estudios co n las subvenciones d e la actividad investigadora global.
pragmáticos pueden ser prolongados y caros y, por tanto, difíciles La colaboración entre los grupos d e investigación y los clínicos
de financiar55. interdisciplinarios es esencial para h acer Arente a los desafíos que
En un ámbito bien establecido, como los criterios de valoración plantean las preguntas d e investigación clínica complejas.
de analgesia, puede que sea posible agrupar los datos de varios Se requiere una estrategia estructurada de la participación de los pacien­
ensayos clínicos pequeños, asumiendo que las poblaciones eran tes y de otros usuarios de servicios en el diseño de la investigación.
similares y que los criterios de valoración fueron los mismos o al Las estrategias innovadoras e n el d iseño d e ensayos clínicos pragmá­
menos capaces de plantear un análisis cruzado. Por desgracia, esto ticos y e n la valoración d e las intervenciones com plejas deberían ser
no suele ser así, incluso en los estudios sobre analgésicos, y las una p arte central d e la agenda d e investigación.
grandes cantidades de datos no se pueden interpretar de un modo

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
D iseño y dirección d e investigaciones y ensayos clínicos I C A P Í T U L O 2 8 155

muchos campos de asistencia sanitaria y social. Esto puede pro­ 28. Jordhoy MS, Fayers P, Saltnes T, et al. Palliative care intervention and death at
porcionar la capacidad de gestión y la tecnología de la informa­ home: A cluster randomised trial. Lancet 2000;356:888-893-
29. Fowell A, Johnstone R, Finlay IG, et al. Design of trials with dying patients: A
ción necesarias para un reclutamiento, recogida de datos y análisis feasibility study of cluster randomisation versus randomised consent. Palliat
adecuados. También puede proporcionar la garantía de calidad Med 2006;20:799-804.
que asegure el cumplimiento de las exigencias de buena práctica 30. Jordhoy MS, Fayers PM, Ahlner-ElmqvLst M, et al. Lack of concealment may
médica y las estructuras de gobierno necesarias para hacer frente lead to selection bias in cluster randomized trials of palliative care. Palliat Med
a las responsabilidades de patrocinio de la investigación y llevar a 2002;16:43-49-
31. Campbell MK, Elbourne DR, Altman DG. for the CONSORT Group. CONSORT
cabo ensayos clínicos utilizando productos farmacéuticos63 64, así statement: Extension to cluster randomized trials. BMJ 2004;328:702-708.
como mecanismos de seguridad para los pacientes que se reclutan 32. King M.The effects of patients’ and practitioners’ preferences on randomized
en el ensayo clínico. La presencia de esta estructura maximiza las clinical trials. Palliat Med 2000;14:539-542.
posibilidades de que los ensayos clínicos de la suficiente calidad 33- Torgerson D, Sibbald B. Understanding controlled trials: What is a patient pre­
ference trial? BMJ 1998;316:360.
lleguen a completarse y proporcionen resultados que logren una 34. OLschewski M, Scheurlen H. Comprehensive cohort study: An alternative to
difusión generalizada. Los resultados se pueden integrar con el cri­ randomized consent design in a breast preservation trial. Meth Inform Med
terio clínico y los valores de los pacientes para tomar las decisio­ 1985;24:131-134.
nes terapéuticas individuales. 35. Ward E, King M, Lloyd M, et al. Randomised controlled trial of non-directive
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ERRNVPHGLFRVRUJ
156 S E C C IÓ N E | Investigación

62. Caraceni A, Cherny N, Fainsinger R, e t al. Pain measurement tools and methods que se va a estudiar, un diseño bien planificado del estudio, la
in clinical research in palliative care: Recommendations of an Expert Working justificación del tamaño del mismo y una recogida e introduc­
Group of the European Association of Palliative Care. J Pain Symptom Manage
2002;23:239-255. ción precisas de los datos. Sólo después de completar estos pasos
63. International Conference on Harmonisation Good Clinical Practice (ICH GCP). puede comenzar el análisis. Los objetivos de este capítulo son los
Available at emea.eu.int/pdfs/human/ich/013595.en.pdf (accessed September siguientes:
8,2007).
64. The Medicines for Human Use (Clinical Trials) Regulations 2004. Available at • Definir los diseños de los estudios y sus ventajas e in­
www.opsi.gov.uk/si/si2004/2004l031.htm (accessed September 8,2007). convenientes.
• Definir los tipos básicos de datos y sugerir las formas tabuladas
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S y gráficas de resumirlos.
• Describir las pruebas estadísticas habituales y las directrices
Hulley SB, Cummings SR. Designing Clinical Research. Baltimore: para su uso.
Williams & Wilkins, 1988. • Sugerir los métodos de recogida y depuración de datos.
International Conference on Harmonisation Good Clinical Practice • Resumir los pasos a la hora de dirigir un estudio de in­
(ICH GCP). Available at emea.eu.int/pdfs/human/ich/013595. vestigación.
en.pdf (accessed September 8,2007).
Mayer D. Essential Evidence-Based Medicine. Cambridge: University
Press, 2004. D ISEÑO S DE LOS ESTUDIOS
Medical Research Council. A Framework for the Development
and Evaluation of Randomized Controlled Trials for Complex Los diseños de los estudios pueden ser experimentales u observa­
Interventions to Improve Health. London: MRC, 2004. cionales. Los diseños experimentales intentan controlar las diferen­
Tunis SR, Stryer DB, Clancy CM. Practical clinical trials. Increasing cias problemáticas entre los grupos de tratamiento, denominados
the value of clinical research for decision making in clinical sesgo o factor de confusión, mediante la asignación aleatoria de
and health policy. JAMA 2003;290:1624-1632. los pacientes a los grupos de tratamiento1. Cuando se realizan de
forma correcta, los estudios aleatorizados proporcionan la eviden­
cia más sólida de asociación entre tratamiento y resultado. Por el
contrario, los estudios observacionales investigan los efectos tera­
péuticos sin asignar de forma aleatoria los pacientes a los grupos
de tratamiento2. Estos estudios se pueden llevar a cabo cuando
las consideraciones éticas, prácticas o económicas impidan un
diseño experimental aleatorizado. En los estudios observacionales,
los factores de confusión y los sesgos suelen tratarse en el análisis
|| C A P ÍT U L O 2 9 estadístico.
Se dispone de varios diseños observacionales, cada uno de
los cuales cuenta con sus propias ventajas e inconvenientes. Los
Bioestadística y epidemiología diseños de cohortes comienzan con los pacientes en situación
de riesgo de presentar un criterio de valoración concreto y los
dividen en grupos según su exposición a algún tratamiento o
Matthew T. Karafa y Lisa A. Rybicki
agente ambiental. A continuación, se siguen a lo largo del tiempo
hasta que se desarrolla el criterio de valoración. Los estudios de
cohortes prospectivos comienzan con una situación de exposi­
s) 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
ción actual y siguen a los pacientes en el futuro. Los estudios de
cohortes retrospectivos miran hacia el pasado (p. ej., revisiones
de historias clínicas) para evaluar una exposición previa; el crite­
rio de valoración se puede valorar en el momento actual o en el
P U N T O S futuro. En ambos diseños, la medición estadística de la asociación
se denomina riesgo relativo. El principal inconveniente con los
» Antes de comenzar un estudio de investigación, es fundamental conside­
diseños de cohortes es el coste. Seguir a los pacientes requiere
rar de forma cuidadosa las preguntas del mismo y determinar si se pueden
tiempo, puede ser caro y suele ser poco práctico. Se pueden pro­
recopilar los datos apropiados para contestarlas.
ducir cambios en las definiciones del resultado o de las exposi­
* El d esarrollo adecuado del diseño de un estudio es más relevante que el
ciones (o en ambos factores) a lo largo del tiempo, lo que afecta
análisis estadístico. Un método de análisis sofisticado y complejo no puede
compensar unos elementos de diseño inadecuados.
de forma adversa a las inferencias que pueden realizarse a partir
del estudio. Las diferencias en los tratamientos pueden dar lugar
» La recogida de datos precisos es fundamental para el éxito del estudio. Los
a unas tasas de abandono diferenciales. Sin embargo, estos incon­
datos deben comprobarse de forma exhaustiva antes del análisis.
venientes se ven superados por la capacidad de obtener una infe­
» Se dispone de muchas pruebas estadísticas para analizar los datos. La elec­ rencia más sólida sobre el criterio de valoración. Su naturaleza
ción de la prueba adecuada depende de que se comprendan los datos y las
prospectiva permite a los estudios de cohortes que evalúen de
suposiciones subyacentes de las pruebas estadísticas.
forma directa el riesgo relativo y establece las relaciones causa-
* Existen formas correctas (e incorrectas) de resumir los resultados del aná­
efecto correctas.
lisis. Hay que escoger los métodos que sirvan para comunicar los hallazgos
de una forma concLsa.
Los diseños de casos y controles comienzan con un pequeño
grupo que presenta el criterio de valoración de interés y un grupo
que no lo presenta. A continuación, se evalúa el estado previo de
exposición a partir de las historias clínicas, entrevistas directas,
entrevistas secundarias u otras fuentes. Después, los estudios de
casos y controles evalúan las diferencias en cuanto a la expo­
A grandes rasgos, la bioestadística emplea métodos estadísticos sición de interés que se produjo antes del momento actual3. En
para responder preguntas en medicina y en ciencias de la salud, estos diseños, el parámetro estadístico de asociación se denomina
mientras que la epidemiología emplea métodos estadísticos para cociente de posibilidades (odds ratio). En el caso de las enferme­
identificar factores de riesgo de desarrollar una enfermedad. El dades raras (prevalencia <10% en la población de interés), el valor
procedimiento bioestadístico no se limita al análisis de los datos, el cociente de posibilidades es una buena aproximación del riesgo
sino que comienza con una valoración cuidadosa de la población relativo. Las ventajas de los diseños de casos y controles respecto a

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Bioestadística y ep idem iología I C A P Í T U L O 2 9 157

los de cohortes y los ensayos clínicos aleatorizados y controlados


consisten en que suelen tener un m enor coste, una menor mane­
jabilidad y una mayor rapidez a la hora de obtener los resultados.
Suelen ser el único método práctico para evaluar enfermedades
con un período prolongado de incubación (p. ej., cáncer), en
las que pueden pasar décadas entre la exposición y el criterio de
I
valoración. El problema principal con los estudios de casos y con­

I*
troles es el de la causa y el efecto. Dado que se comienza con gru­
pos con y sin la enfermedad, y la situación de exposición se asigna
de forma retrospectiva, existen muchas posibilidades de asociacio­
nes con factores de confusión. La confusión es la asociación entre
dos exposiciones que pueden llevar a la conclusión errónea de
que una exposición no relacionada provoca el criterio de valo­
ración. El sesgo de recuerdo también puede ser un problema,
porque las personas con la enfermedad tienen más probabilida­
des de recordar sucesos que aquellas que están sanas. Aunque
se considera que los ensayos clínicos aleatorizados proporcio­
nan la prueba más definitiva de asociación entre las variables
de exposición y el resultado, los estudios observacionales bien Dí a 1 Dí a 2 Dí a 1 Dí a 2
diseñados también pueden proporcionar una evidencia útil de B
asociación.
F IG U R A 2 9-1 Ca lid ad d e v id a m e d id a m e d ia n te el in stru m e n to
F A C T -G (va lo ració n fu n cion a l del tra ta m ie n to a n tio n c o ló g ic o -
g en e ra l) en do s m o m e n to s distinto s. A , En el gráfico de cajas, las cajas
TIPOS DE VARIABLES
indican el 50% intermedio de los datos, que es el rango entre los percentiles
Existen dos tipos básicos de variables: categóricas y continuas. Las 25.° y 75.°, o rango intercuartil. La líneagruesa del interior de las cajas indica
variables categóricas tienen valores que se pueden clasificar en la mediana. Las líneas verticales indican el rango completo de datos. Los
una de dos o más categorías. Dos tipos de variables categóricas puntos de datos individuales se representan como círculos. B, Gráfico en
son las nominales y las ordinales. Las primeras tienen categorías detonador. La parte superior de la caja indica la media y la barra por encima
sin un orden natural, como el sexo, la raza o la localización pri­ de ella representa una desviación estándar.
maria del cáncer. Las variables ordinales tienen categorías que
presentan un orden natural, como la gravedad de los síntomas
(p. ej., ninguna, leve, moderada, grave), o el estado funcional del
Eastern Cooperative Oncology Group. Una variable binaria (o dico-
tómica) es aquella de tipo categórico de la que hay dos categorías.
Las variables categóricas se resumen como recuentos de frecuen­
cia y porcentajes. Los porcentajes deberían expresarse como
números enteros o con una cifra decimal; cualquier decimal más es mínima de los vivos; esto se denomina datos censurados. Un
excesivo. Las variables categóricas pueden representarse mediante método habitual para representar los datos censurados es la curva
gráficos de barras. El orden de las categorías en el gráfico de barras de Kaplan-Meier (fig. 29-2).
influye en el impacto visual. El orden lógico es mejor para las varia­ Un concepto relacionado con todos los tipos de variables es
bles ordinales, y el orden de frecuencia (es decir, ascendente o des­ el de fu n ció n de distribución de probabilidad (FDP). Una FDP
cendente) es mejor para las nominales. describe la forma de la distribución de la variable. La curva de
Las variables continuas son aquellas cuyos valores pueden campana o distribución normal es un ejemplo de FDP para las
corresponder a cualquier número de un intervalo o continuum, variables continuas. Muchas pruebas estadísticas se basan en su­
como la edad o el peso. Los parámetros estadísticos descriptivos posiciones que tienen en cuenta la FDP subyacente, y resulta útil
más frecuentes para las variables continuas son la media, la des­ comprender la forma de la FDP para decidir si la suposición se
viación estándar, la mediana, el rango intercuartil (del percentil ajusta a los datos propios.
25-° al 75.°), o el rango (del mínimo al máximo valor). La elección
de los parámetros estadísticos descriptivos depende de la prueba AN Á LISIS UNIVARIABLE Y MULTIVARIABLE
estadística utilizada para analizar los datos (se describe después).
Las variables continuas pueden representarse de varias formas; los El propósito de muchos análisis es identificar las variables asocia­
mejores métodos muestran la mayor cantidad de datos posible sin das con algún criterio de valoración. Los nombres habituales de
estar demasiado sobrecargados. Un buen método es el diagrama los criterios de valoración son variable dependiente, variable de
de caja, que muestra la mediana, el rango intercuartil y el rango; resultado, variable de respuesta y variable y. Los nombres habitua­
los diagramas de caja se pueden realizar con o sin los puntos de les de las variables que pueden afectar al criterio de valoración
los datos individuales, dependiendo del tamaño del estudio (fig. son variable independiente, variable explicativa, variable predic-
29-1A). Otro método gráfico habitual recibe el apodo p or los esta­ tiva, variable x, factor pronóstico y factor de riesgo. Con motivos
dísticos de gráfico en «dinamita» o «detonador»; ocupan demasiado de uniformidad, se hablará de criterios de valoración y de variables
espacio para mostrar dos parámetros estadísticos descriptivos (la explicativas. La elección de una prueba estadística apropiada para
media y un parámetro de variación, que suele ser la desviación analizar los datos depende de si los criterios de valoración y las
estándar) (v. fig. 29-1B). variables explicativas son categóricos o continuos y de si las supo­
ELSEVIER. Fotocopiar six

Un caso especial de una variable continua es aquél en el que siciones subyacentes de la prueba estadística parecen razonables.
no se observan todos los valores, como la supervivencia. Si todos Muchas pruebas estadísticas se pueden clasificar como para-
los pacientes de un estudio se siguen hasta su fallecimiento, se métricas o no paramétricas.Aunque ambos tipos requieren suposi­
mide la supervivencia de cada uno, que es una variable continua. ciones referentes a los principios básicos de los datos, la principal
Con más frecuencia, los pacientes se siguen durante un período diferencia entre ambos es que el tipo paramétrico se basa en su­
de tiempo fijo; al final del estudio, existe una mezcla de los que posiciones sobre la FDP subyacente del criterio de valoración,
han fallecido y los que aún están vivos. En este contexto, se tiene mientras que las pruebas no paramétricas no. Las pruebas no para-
la supervivencia real de las personas fallecidas y la supervivencia métricas también se denominan pruebas de distribución libre.

ERRNVPHGLFRVRUJ
158 S E C C IÓ N E | Investigación

T A B L A 29-1 Análisis unifactorial d e u n criterio d e valoración con tin u o

U S O D E L C R ITER IO DE VA LO R A C IÓ N PR U EB A P A R A M É TR ICA PR UEB A N O P A R AM É TR ICA*

Evaluar el criterio de valoración de un único Prueba de f de una muestra Prueba de rangos con signo de Wilcoxon
grupo
Comparar los criterios de valoración de dos o Prueba de f (dos muestras) Prueba de suma de rangos de Wilcoxon (2 grupos)
más grupos independientes
Análisis de la varianza (ANOVA) (3 o más grupos) Prueba de Kruskal-Wallis (3 o más grupos)
Comparar el estado antes y después del Prueba de f pareada Prueba de rangos con signo de Wilcoxon
tratamiento en un único grupo
Evaluar una asociación lineal del criterio de Correlación de Pearson Regresión lineal simple Correlación de rangos de Spearman
valoración con otra variable continua Regresión de rangos

•Estas pruebas también son adecuadas para los criterios de valoración categóricos ordinales.

T A B L A 29-2 Análisis unifactorial d e u n criterio


d e valo ra ción c o n tin u o censu ra do

U S O D E L CRITER IO M É T O D O O PR UEB A
D E VA LO R A C IÓ N

Evaluar el criterio de valoración de un Estimaciones de Kaplan-Meier


único grupo
Comparar los criterios de Prueba de rangos logarítmicos
valoración de dos o más grupos Prueba de Wilcoxon regresión
independientes de Cox
Evaluar la asociación del criterio de Regresión de Cox
valoración con una variable continua

1 T A B L A 29-3 Análisis unifactorial d e u n criterio


I d e valo ra ción ca te g órico binario

U S O D E L CRITER IO M É T O D O O PR UEBA
Meses después de la derivación
D E VA LO R A C IÓ N

F IG U R A 2 9 -2 Cu rva de sup e rvive n cia d e K a p la n -M e ie r Las líneas Evaluar el criterio de valoración de un Prueba de bondad de ajuste
verticales pequeñas de la curva indican los pacientes con datos censurados, único grupo
y los descensos indican los fallecimientos. Las flechas y las líneas de puntos Comparar los criterios de valoración de Prueba de chi-cuadrado,
no suelen incluirse, pero en este ejemplo se muestran para ilustrar cómo se dos o más grupos independientes prueba de Fisher exacta
puede obtener la mediana de supervivencia a partir de la curva. Para ello, se Comparar el estado antes y después Prueba de McNemar
debe trazar una línea horizontal desde el 50% en el eje de supervivencia hasta del tratamiento en un único grupo
que interseque a la curva, y después trazar una línea vertical descendente Evaluar la asociación del criterio de Regresión logística
hacia el eje temporal. Como se muestra en esta curva, la mediana de la valoración con una variable continua
supervivencia es de alrededor de 13 meses. De forma similar, las estimaciones
de supervivencia en cualquier punto temporal concreto pueden calcularse
aproximadamente comenzando en este momento, trazando una línea Análisis multivariable
vertical hasta que interseque a la curva y después dibujando una línea
horizontal a la izquierda para ver dónde corta al eje de supervivencia. Se dispone de múltiples métodos estadísticos para realizar el análisis
multivariable. Por lo general, se utiliza la regresión lineal múltiple
para los criterios de valoración continuos, la regresión multivaria­
El análisis univariable (o unifactorial) estudia la asociación de ble de Cox para los criterios de valoración continuos censurados,
una variable explicativa con un criterio de valoración. El análisis y el análisis de regresión logística múltiple para los criterios de
multivariable estudia la asociación de múltiples variables expli­ valoración binarios. Las pruebas estadísticas generales suelen tener
cativas con un criterio de valoración. En la literatura médica, el nombres específicos, en función de si las variables explicativas son
análisis multivariable se denomina a veces (de forma incorrecta) aná­ continuas, categóricas o una combinación de ambas. Con indepen­
lisis multifactorial. Desde el punto de vista técnico, el análisis mul­ dencia del nombre, la idea subyacente es utilizar múltiples variables
tifactorial estudia la asociación de una o más variables explicativas explicativas para desarrollar un modelo estadístico para la asocia­
con múltiples criterios de valoración. ción con un único criterio de valoración o la predicción de éste.
Existen limitaciones del número de variables explicativas que
Métodos de análisis multivariable pueden incluirse en un modelo multivariable. Para evitar una satura­
ción del modelo, una norma (a veces denominada la regla del 10)
A continuación se describen las pruebas estadísticas habituales des­ consiste en incluir al menos una variable por cada 10 observacio­
critas para un criterio de valoración continuo (tabla 29-1), censurado nes si el criterio de valoración es continuo, una variable por cada
(tabla 29-2) y binario (tabla 29-3), junto con las sugerencias de cuándo 10 sucesos si el criterio de valoración es censurado, o una variable
se pueden emplear estas pruebas. Con la excepción de los análisis por cada 10 pacientes en la menor de dos categorías si el criterio
pareados, hay que observar que todas estas pruebas asumen que existe de valoración es binario. A modo de ejemplo, si se supone un estu­
una observación por paciente. Existen métodos más complejos para dio de 200 pacientes en el que se evalúan tres criterios de valora­
las situaciones que implican múltiples observaciones por paciente4. ción: calidad de vida (continua), respuesta al tratamiento (binaria;

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Bioestadística y ep idem iología I C A P Í T U L O 2 9 159

120 pacientes respondieron y 80 no) y supervivencia (censurada El método de Kaplan-Meier, o m étodo de producto-límite,
continua; 32 pacientes fallecieron). Un modelo de regresión lineal se utiliza para estimar el porcentaje de pacientes que presen­
múltiple para la calidad de vida debería incluir como mucho 20 varia­ tan el criterio de valoración en cualquier momento del rango
bles. Un modelo de regresión logística para la respuesta al tratamiento de seguimiento (v. tabla 29-2). Se dispone de pruebas de
debería contar a lo sumo con 8 variables (no 12) y una regresión de una muestra para comparar estas estimaciones con un valor
Cox para la supervivencia debería incluir como mucho 3 variables. hipotético.
La estrategia de un análisis multivariable depende por com­ La prueba de rango logarítmico y la prueba de Wilcoxon
pleto de la pregunta del estudio. Si el propósito consiste en com­ son métodos para comparar las curvas de Kaplan-Meier entre
parar el criterio de valoración en dos grupos de tratamiento, se dos o más grupos (v. tabla 29-2). La prueba de rango logarítmico,
puede hacer un ajuste estadístico para las variables explicativas que aparece con más frecuencia en la literatura médica, se usa
que difieran entre los grupos o para aquellas asociadas con el cuando la hipótesis implica diferencias entre los grupos que exis­
criterio de valoración. Si esto infringe la regla del 10, se deberían ten durante el rango de seguimiento. La prueba de Wilcoxon se
realizar ajustes para las variables que sean diferentes entre los emplea cuando la hipótesis implica diferencias iniciales entre los
tratamientos y que se asocien con el criterio de valoración. Si el grupos que pueden no persistir a lo largo del tiempo. La prueba
propósito consiste en identificar los factores pronósticos para de elección debería determinarse en función de la hipótesis que
un criterio de valoración, sólo se deben incluir en el modelo se propuso antes de analizar cualquier dato. No es adecuado
final las variables que sean significativas desde el punto de vista realizar ambas pruebas y elegir la más significativa. Los resulta­
estadístico. dos suelen presentarse en forma de tabla, como estimaciones
en momentos seleccionados dentro de cada grupo, o en forma
gráfica, como curvas de Kaplan-Meier.
Métodos de análisis La regresión de Cox, o análisis proporcional de los riesgos de
Cox, es un método para evaluar la asociación de variables explica­
La prueba de t para una muestra compara la media con un tivas categóricas o continuas con un criterio de valoración censu­
valor hipotético y asume que la muestra se seleccionó de forma rado (v. tabla 29-2). Los resultados suelen presentarse en formato
aleatoria a partir de una población con una distribución normal de tabla como cociente de riesgos instantáneos (hazard ratio
(v. tabla 29-1). Los resultados suelen describirse con la media y la o HR), el intervalo de confianza del 95% del HR, y el correspon­
desviación estándar. La prueba de rango con signos de Wilcoxon diente valor de p.
se puede utilizar cuando la población no sigue una distribu­ La prueba de t de bondad de ajuste es un caso especial de la
ción normal; los resultados suelen describirse con la mediana y prueba de chi-cuadrado (v. tabla 29-3). Analiza el porcentaje obser­
el rango, o el rango intercuartil. Ambas pruebas son apropiadas vado de sucesos en comparación de un porcentaje preespecifi-
cuando los datos están pareados, como las observaciones rea­ cado de sucesos.
lizadas antes y después de un tratamiento. En este contexto, se La prueba de chi-cuadrado y la p rueba exacta de Fisher
calcula la diferencia entre ambos pares de puntos de datos, y las comparan proporciones (porcentajes) entre dos o más grupos
pruebas de un grupo de aplican a dichas diferencias. La prueba de (v. tabla 29-3). La prueba de chi-cuadrado tiene una variación
t de una muestra aplicada a datos pareados se denomina prueba denominada p rueba de chi-cuadrado con corrección de la
de tpareada. continuidad de Yates. La mayoría de los paquetes estadísticos
El análisis de la varianza (ANOVA) compara las medias entre pueden calcular las frecuencias esperadas para una tabla de con­
múltiples grupos y asume que las muestras se seleccionaron de tingencia. Aunque no todos los estadísticos están de acuerdo, una
forma aleatoria a partir de poblaciones con una distribución nor­ regla general consiste en utilizar la prueba de chi-cuadrado si el
mal y con varianzas iguales (v. tabla 29-1). La prueba de Kruskal- tamaño total del estudio es mayor de 40, la prueba de chicua-
Wallis se puede utilizar cuando no se cumplan las suposiciones drado con corrección de la continuidad de Yates para un tamaño
del ANOVA. Las pruebas análogas para dos grupos son la prueba de 20-40 y la prueba exacta de Fisher para un tamaño menor de
de t y la prueba de suma de rangos de Wilcoxon. 20, o de 20-40 si cualquiera de las frecuencias esperadas es
La correlación de Pearson evalúa la magnitud y la dirección menor de 5.
de una asociación lineal entre dos variables (v. tabla 29-1). La La prueba de McNemar se emplea para comparar proporcio­
correlación varía de +1 a —1. Los valores cercanos a 0 indican nes entre dos grupos dependientes (v. tabla 29-3). Esto es similar
una asociación escasa o nula, y los valores próximos a +1 indi­ al concepto de prueba de t pareada para un criterio de valoración
can una fuerte asociación lineal. Unos valores negativos reflejan continuo.
que a medida que los valores de una variable aumentan, los de la La regresión logística evalúa la asociación de una varia­
otra disminuyen; los valores positivos indican que a medida ble explicativa continua con un criterio de valoración binario
que los valores de una variable aumentan, los de la otra tam­ (v. tabla 29-3). También se puede utilizar con una variable cate­
bién lo hacen. La correlación entre dos variables suele represen­ górica explicativa, aunque es más frecuente describir ésta con
tarse como una nube de puntos. La correlación de rangos de parámetros estadísticos de tipo chi-cuadrado. Los resultados de la
Spearman puede utilizarse en lugar de la correlación de Pearson regresión logística suelen presentarse en formato de tabla, como
cuando existen valores muy dispares (es decir, valores extre­ cociente de posibilidades (odds ratio, OR), intervalo de confianza
mos) en los datos, y tiene la misma interpretación que ésta. Si la del 95% del OR y el correspondiente valor p.
asociación entre las variables no es lineal, ninguna de las pruebas
es adecuada.
La regresión lineal simple es otro método de evaluar la aso­ RECOGIDA Y DEPURACIÓN DE DATOS
ciación entre dos variables continuas (v. tabla 29-1). Si una de
las variables es claramente un criterio de valoración y la otra Un buen análisis estadístico no se puede llevar a cabo sin irnos
una variable explicativa, la regresión lineal simple permite predecir datos adecuados. Existen debates interminables sobre cuáles son
el criterio de valoración para distintos valores de la variable expli­ las mejores herramientas para el almacenamiento de los datos. Los
cativa. La regresión de rangos, que es una regresión lineal simple métodos más utilizados son los archivos de texto (es decir, archi­
realizada en el criterio de valoración ordenado por rangos, puede vos ASCII delimitados), hojas de cálculo y bases de datos. En oca­
usarse cuando dicho criterio no siga una distribución normal. siones los datos se registran primero en forma de recopilación de

ERRNVPHGLFRVRUJ
160 S E C C IÓ N E | Investigación

datos, o se introducen directamente en la base de datos u hoja de tificar el tamaño del mismo y para mostrar los hallazgos del
cálculo computarizadas. estudio. Hay que remitirse al protocolo del estudio para
Con independencia del método de almacenamiento de los datos, asegurarse de haber respondido todas las preguntas del
es fundamental analizarlos para comprobar su precisión y coherencia estudio. En la descripción, hay que indicar cuáles son los
antes de su análisis. Para ello, hay que obtener el recuento de frecuen­ criterios de valoración primarios, cuáles los secundarios y
cia para todas las variables del estudio. En el caso de las variables cate­ cuáles las variables explicativas. Se deben incluir tablas y grá­
góricas, deben buscarse los valores con una codificación incoherente ficos para ilustrar los hallazgos principales. Los valores de
e inválidos. Si los recuentos de frecuencia para el sexo aparecen como p de las pruebas estadísticas deben describirse de forma
M, F, m , f y n, se deben comprobar los datos; es probable que V y v numérica, e incluir como máximo tres cifras decimales. Una
representen los varones, M y m probablemente representen las muje­ convención habitual es describir los hallazgos con un valor
res y n puede ser un error tipográfico o un código para indicar que no de p mayor de 0,05 con dos cifras decimales, los de 0,001 a
se disponía del dato del sexo. Debido a que la mayoría de los paquetes 0,05 con tres cifras decimales y los menores de 0,001 como
de análisis son sensibles a las mayúsculas y que tal vez no reconozcan p <0,001. Nunca es suficiente describir una p >0,05 (o NS,
los códigos de los valores perdidos, se debe comprobar la entrada n y no significativo) porque la magnitud del valor p propor­
hacer que todos los demás valores estén en minúsculas o en mayús­ ciona una información esencial sobre la relevancia de los
culas. Si n representa un código de un valor perdido, se debe eliminar y hallazgos.
dejar el campo de esa variable en blanco; de lo contrario, n se analizará
como una tercera categoría de sexo. Muchos estadísticos recomiendan
utilizar una codificación numérica para las variables categóricas con CONCLUSIONES
el fin de evitar este tipo de error (p. ej., 1 para los varones y 2 para las Debido a que hay muchas formas de diseñar y analizar un estudio
mujeres), pero otros creen que la entrada de datos será más precisa de investigación, es mejor consultar con un bioestadístico en una
si se emplean códigos lógicos, asumiendo que se van a utilizar de un fase precoz del mismo. Nunca se encontrará a un bioestadístico
modo uniforme. En las variables continuas, se deben buscar los valo­ que sepa todo sobre la estadística, al igual que nunca se encon­
res con una desviación muy llamativa, como un valor de hemoglobina trará a un médico que conozca todas las áreas de la medicina. Sin
de 134, cuando todos los valores estén en un rango de 4,2-16,9; en tal embargo, la mayoría de los bioestadísticos tienen una formación
caso, es probable que 134 deba ser 13,4. Cuando se deban calcular especializada en estadística médica y pueden ofrecer una ayuda
intervalos de tiempo, hay que introducir los datos relevantes y calcu­ de un valor incalculable con el diseño del estudio, la justifica­
lar los intervalos utilizando la computadora en lugar de introducir un ción de su tamaño, el análisis, la interpretación y la presentación.
intervalo calculado por uno mismo. Las fechas deben introducirse en Si se espera hasta que los datos ya están recogidos, puede que se
un formato donde conste el mes, el día y un año de cuatro cifras. Hay observe con consternación que los datos no pueden analizarse.
que analizar los rangos de datos individuales y calcular los intervalos Hay cientos de métodos de análisis estadístico disponibles que se
de tiempo a partir de esas fechas para ver si parecen razonables. Los basan en suposiciones subyacentes; el mejor análisis depende por
intervalos como la edad o la supervivencia nunca deben ser negativos. completo de qué suposiciones parezcan más razonables para los
En los estudios que deberían tener un registro de datos por paciente, datos. Nunca hay que intentar analizar los datos sin comprender
hay que analizar los recuentos de frecuencia del número único de las suposiciones y sin la capacidad de comprobarlas. La incapaci­
identificación del estudio y confirmar que no haya duplicados. Estos dad de realizar esto puede dar lugar a un uso inapropiado de las
tipos de inspección no pueden identificar los errores en la introduc­ pruebas estadísticas, lo que puede culminar en unas conclusiones
ción de datos que sean incorrectos pero que estén en un rango viable, erróneas respecto a los datos.
pero sí pueden identificar los datos carentes de sentido. Muchos paquetes de análisis estadístico permiten obtener re­
sultados de una prueba estadística sin que dicha prueba sea ade­
cuada y pueden ofrecer resultados que hagan creer que el aná­
PASOS A LA H ORA DE LLEVAR A CABO lisis es válido cuando en realidad no lo es. En caso de duda, hay
UN ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN que consultar con un bioestadístico. Un buen diseño y un aná­
lisis de calidad requieren su tiempo y hay que estar dispuesto a
A continuación se detallan los cinco pasos principales del proceso concederlo.
bioestadístico: Nosotros recomendamos simplificar los estudios todo lo posi­
ble. Esto es fundamental en un contexto de medicina paliativa,
1. Definir el propósito del estudio. Hay que considerar de donde los pacientes son frágiles y muchos de ellos no tienen la
forma cuidadosa las preguntas del estudio e identificar las energía ni la capacidad para participar en valoraciones prolonga­
variables que puedan obtenerse de forma fiable para con­ das5. Muchos de los mejores estudios están diseñados para obte­
testar dichas preguntas. Hay que escribir una propuesta de ner los mínimos datos necesarios a fin de responder a la pregunta
estudio que describa con claridad el diseño del estudio, las sin suponer una carga innecesaria a los pacientes. Si el diseño del
variables que van a recogerse, la justificación del tamaño estudio es demasiado complejo y los pacientes no pueden com­
del estudio y un plan de análisis. pletarlo, los problemas de los datos perdidos pueden añadir un
2. Obtener unos datos adecuados. Los datos adecuados se reco­ nivel de complejidad al análisis, que puede ser irresoluble. Pocas
gen de las variables subyacentes bien definidas. Dichos datos veces se pueden contestar todas las preguntas sobre un tema
deben recogerse de forma cuidadosa. Hay que introducirlos determinado en un único estudio. Si se diseña el estudio de un
en una hoja de cálculo o en una base de datos, y comprobar­ modo apropiado, otros autores podrán usar los resultados y traba­
los en busca de los errores obvios. Una vez que se confíe en jar a partir de ellos.
que los datos con correctos, se debe comenzar el análisis.
3. Describir los datos. Hay que emplear unos parámetros esta­
dísticos descriptivos estándar o gráficas para resumir los B I B L I O G R A F Í A
datos. Para los estudios con un solo grupo, se deben resumir 1. LUienfeld AM, Lilienfeld DE. Foundations of Epidemiology. Oxford: Oxford
los datos para todos los sujetos del estudio. En un estudio con University Press, 1980.
múltiples grupos, se deben resumir los datos por cada grupo. 2. Kelsey JL,Whittemore AS, Evans AS,Thompson WD. Methods in Observational
4. Analizar los datos. Los datos deben analizarse como se Epidemiology, 2nd ed. Oxford: Oxford University Press, 1996.
describe en el plan de análisis estadístico del protocolo del 3. Kleinbaum DG, Kupper LL, Morgenstern H. Epidemiologic Research: Principles
and Quantitative Methods. New York: John Wiley & Sons, 1982.
estudio. 4. Matthews JN, Altman DG, Campbell MJ, et al. Analysis of serial measurements in
5. Describir los resultados. Hay que proporcionar una infor­ medical research. BMJ 1990;300:230-235.
mación suficiente para describir el diseño del estudio, jus­ 5. Bruera E. Ethical issues in palliative care research. J Palliat Care 1994;10:7-9-

PARTE I PRINCIPIOS
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Investigación de los síntom as I C A P Í T U L O 3 0 161

L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S El aumento de la investigación es esencial para la mejora global


de la medicina paliativa, pero la investigación de los síntomas en

I
Daly LE, Bourke GJ. Interpretation and Uses of Medical Statistics, cuidados paliativos se enfrenta a varias dificultades. Los pacientes
5th ed. New York: Blackwell Science, 2000. suelen estar muy enfermos, por lo que no son capaces de comple­
Gallin JI (ed). Principles and Practice of Clinical Research. New tar cuestionarios prolongados ni someterse a pruebas complejas.
York: Academic Press, 2002. Los pacientes están afectados por muchos síntomas simultáneos,
Glantz SA. Primer of Biostatistics, 5th ed. New York: McGraw-Hill, 2002. y la presencia y los cambios de un síntoma pueden influir en la
Katz MH. Multivariable Analysis: A Practical Guide for Clinicians. intensidad de otro. Por ejemplo, la mejoría del dolor con el uso de
Cambridge: Cambridge University Press, 1999. un opiáceo puede aumentar las náuseas, estreñimiento, sedación y
LangTA, Secic M. How to Report Statistics in Medicine: Annotated confusión preexistentes en un paciente concreto. Los diseños de
Guidelines for Authors, Editors, and Reviewers, 2nd ed. investigación deben controlar estas variables. Los pacientes suelen
Philadelphia:American College of Physicians, 2006. sufrir síntomas, problemas y complicaciones cambiantes, lo que
Norman GR, Streiner DL. Biostatistics: The Bare Essentials, 2nd ed. hace que los estudios prolongados no sean prácticos debido al
London: BC Decker, 2000. gran número de abandonos. La mayoría de los pacientes se vuelven
van Belle G. Statistical Rules of Thumb. New York: Wiley- incapaces de describir sus propios síntomas en algún momento
Interscience, 2002. durante la evolución de su enfermedad. Los pacientes de cuidados
Walker GA. Common Statistical Methods for Clinical Research paliativos tienen dificultades para asistir a las clínicas ambulato­
with SAS Examples, 2nd ed. Cary, NC: SAS Institute, 2002. rias y suelen requerir que se les evalúe de forma domiciliaria o en
unidades de ingreso en residencias para enfermos terminales. Una
porción considerable del tiempo de la ayuda a la investigación se
gasta intentando identificar a los pacientes para los estudios y rea­
lizando una evaluación basada en la comunidad. Las siguientes sec­
ciones se centran en los aspectos metodológicos de la evaluación
| CAPÍTULO 30 de los síntomas y en la gestión de la investigación (cuadro 30-1).

INVESTIGACIÓN EN LA EVALUACIÓN
Investigación de los síntomas DE LOS SÍNTO M AS
Badi El Osta y Eduardo Bruera Los pacientes que tienen enfermedades terminales desarrollan un
número devastador de síntomas físicos y psicológicos2 que están
relacionados con la enfermedad, el tratamiento, las enfermedades
B 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos comórbidas asociadas, o una combinación de estos tres elementos.
Los profesionales sanitarios pueden confiar en su criterio profesio­
nal, pueden esperar hasta que los pacientes refieran los síntomas
de forma espontánea, o pueden sufrir presiones acuciantes para
P U N T O S encontrar tiempo con el fin de tratar estos síntomas. Una priori­
» La investigación sobre el control de los síntomas es esencial, debido a la dad en la investigación de los síntomas para tratar mejor aquellos
escasez de opciones terapéuticas basadas en la evidencia. de tipo oncológico es mejorar su proceso de evaluación poniendo
» La evaluación de los síntomas es el primer paso en la investigación de los a prueba y estandarizando herramientas que estimulen a los pa­
mismos. La validez y fiabilidad de los instrumentos y la definición de cientes a notificar sus síntomas y a proporcionar información con­
los criterios de valoración son fundamentales a la hora de elaborar los ensa­ creta sobre la eficacia y los resultados de los tratamientos para
yos clínicos. el control sintomático.
» Puede haber características específicas de la población de cuidados palia­
tivos, como la situación clínica rápidamente cambiante, la multitud de sín­
tomas, el deterioro de las funciones cognitivas y las consideraciones éticas, Frecuencia de los síntomas oncológicos
a las que se deba prestar atención a la hora de diseñar los ensayos clínicos.
Las características de la carga de síntomas que sufre un paciente
> Los síntomas de las enfermedades avanzadas requieren un mayor énfasis en son diferentes en cada enfermedad. Por ejemplo, un paciente
los estudios. con insuficiencia cardíaca congestiva puede tener disnea como
síntoma principal, mientras que otro con cáncer óseo puede refe­
rir sobre todo dolor. La carga de síntomas del paciente puede
ser distinta dentro de una misma enfermedad. Por ejemplo, un
paciente asintomático con un diagnóstico reciente de cáncer de
Los síntomas físicos y psicosociales suponen una gran carga para
los pacientes de cuidados paliativos. La asistencia médica conven­
cional no los contempla de un modo adecuado, y estos síntomas Cuadro 30-1 Dificultades en la investigación
pueden deteriorar en gran medida la calidad de vida de los pacien­ en cuidados paliativos
tes y las dinámicas familiares.
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

Los programas clínicos en el ámbito del control de los sín­ 1 Población d e pacientes c o n una gravedad extrem a.
tomas y en cuidados paliativos se han desarrollado para tratar la 1 Presencia d e varios grupos d e síntomas.
naturaleza compleja, multidimensional y dinámica de las necesi­ • Cambios d e los síntom as y com plicaciones.
dades no cubiertas de los pacientes con enfermedades termina­ 1 Cambios d e los síntom as qu e influyen e n o tros síntomas.
les y sus familias1. Sin embargo, la investigación en este campo 1 Dificultad a la hora de que los pacientes acudan a las clínicas am­
en expansión no ha evolucionado al mismo ritmo que los pro­ bulatorias.
gramas clínicos o la educación. Ante la falta de una evidencia de > Núm ero limitado de profesorado académ ico e n la mayoría de las
buena calidad que oriente nuestra valoración e intervenciones, la universidades.
práctica clínica en el control de los síntomas puede provocar dar • Falta d e financiación p ara la investigación.
lugar a variaciones significativas, exponer a los pacientes a trata­ > Falta d e interés p o r parte d e la industria e n el desarrollo d e fármacos
mientos inútiles y hacer que los resultados y los costes asistencia- para cuidados paliativos.
les sean impredecibles.

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162 S E C C IÓ N E | Investigación

próstata (estadio I) comienza a referir dolor de espalda cuando Portenoy y cois.3 seleccionaron de forma aleatoria a 246 pa­
su enfermedad pasa a un estadio avanzado. Estas características cientes ingresados y ambulatorios con cáncer de próstata, colon,
pueden ser diferentes en los pacientes que están en una misma mama u ovario que se evaluaron mediante el MSAS y con una
fase de la enfermedad. Esto es lo que sucede en un paciente asin- batería de mediciones que evaluaron de forma independiente los
tomático con un diagnóstico reciente de cáncer de colon metas- fenómenos relacionados con la calidad de vida. Estos autores con­
tásico y que reciba quimioterapia en un contexto ambulatorio, cluyeron que el MSAS era un instrumento fiable y válido para la
comparado con otro paciente con cáncer de colon metastásico valoración de la prevalencia de los síntomas, sus características
que presente un cuadro de delirio en la unidad de cuidados pa­ y el malestar. Proporciona un método para la evaluación exhaus­
liativos. tiva de los síntomas que puede ser útil cuando se desee obtener
La frecuencia de los síntomas oncológicos es distinta en cada información sobre los síntomas, como en los ensayos clínicos que
enfermedad, estadio de la enfermedad y contexto. Pocos estu­ incorporan medidas de calidad de vida o epidemiología de los
dios han descrito la frecuencia de los síntomas oncológicos. Sin síntomas.
embargo, se necesitan más investigaciones sobre cánceres especí­ La escala HADS (Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión)
ficos, sobre los puntos de inicio específicos en la evolución natu­ se utiliza ampliamente como herramienta para la evaluación de
ral del cáncer y sobre los contextos específicos para estudiar las la angustia psicológica en pacientes y en grupos no clínicos. La
características apropiadas de la carga sintomática de cada tumor HADS es una escala de 14 ítems que requiere que las personas
maligno en cualquier momento de su evolución. que la cumplimentan proporcionen una respuesta verbal que se
Algunos estudios2 han examinado la prevalencia de los sín­ puntúa como un índice de gravedad de ansiedad o de depresión.
tomas en la fase terminal de la vida. La fatiga se ha descrito como A continuación, las puntuaciones se suman para producir dos
el síntoma más frecuente en distintos contextos de cuidados palia­ subescalas correspondientes a la ansiedad (HADS-A) y la depre­
tivos. Sin embargo, se ha notificado que el dolor, la depresión y la sión (HADS-D). Además de los totales de la subescala, se puede
ansiedad son los más acuciantes para los pacientes con un cáncer obtener un total global para indicar el nivel de angustia psico­
avanzado. En otros estudios3 se ha descrito que los síntomas noti­ lógica. Smith y cois.6 investigaron la estructura de factores de la
ficados con más frecuencia en los pacientes ingresados o ambu­ escala HADS en una amplia y heterogénea población oncológica
latorios con cáncer de mama, próstata, colon u ovario son la falta de 1.474 pacientes. Estos autores concluyeron que la escala HADS
de energía, la preocupación, la tristeza, el dolor, el nerviosismo, la comprende dos factores correspondientes a la anhedonia y a la
somnolencia y la sequedad bucal. ansiedad neurovegetativa, que comparten una varianza común
con un factor principal (es decir, angustia psicológica) y que las
subescalas de la HADS, más que las puntuaciones residuales, eran
Evaluación psicométrica más eficaces a la hora de detectar los casos clínicos de ansiedad y
Cualquier medición aceptable de los síntomas debe demostrar depresión.
una fiabilidad y validez adecuadas, ser capaz de detectar cambios
a lo largo del tiempo y proporcionar la suficiente información Rendimiento del cribado
para tomar decisiones, así como ser fácil de comprender y de
completar con una mínima carga de respuestas para los pacien­ Los síntomas oncológicos son frecuentes. El desarrollo de herra­
tes y el personal médico. La fiabilidad se refiere a la coheren­ mientas capaces de detectarlos en una fase precoz de la progre­
cia o reproducibilidad de la medición. La validez se refiere a si sión de la enfermedad es necesario en la investigación de los
el instrumento está midiendo aquello para lo que está diseñado. síntomas. El rendimiento del cribado utilizando herramientas con
A continuación se ofrecen varios ejemplos de investigación en una elevada sensibilidad es esencial, pero se han realizado pocas
este ámbito. investigaciones en este contexto.
El sistema ESAS (Sistema de Evaluación de los Síntomas de La ESAS es una herramienta concisa de valoración en cuidados
Edmonton, por sus siglas en inglés)4 es una escala visual analógica paliativos para muchos síntomas. Se ha utilizado ampliamente en
de síntomas valorados por el paciente, que consta de nueve ítems el contexto clínico y se ha validado para usarla en pacientes con
y que está diseñada para evaluar los síntomas de los pacientes cáncer avanzado.
ingresados en residencias para pacientes terminales. Este cues­ Vignaroli y cois.7 evaluaron el rendimiento de cribado de la
tionario consta de 10 escalas visuales analógicas (0-100 mm) ESAS para la depresión y la ansiedad en comparación con la me­
que miden el nivel actual de dolor, actividad, náuseas, depresión, dida con la escala HADS. El diagnóstico de ansiedad o depre­
ansiedad, somnolencia, apetito, sensación de bienestar, disnea y sión se realiza con puntuaciones del paciente a partir de 8 en la
angustia del paciente. La ventaja del ESAS es que es fácil de apli­ HADS. Para los 216 pacientes de cáncer analizados, Vignaroli y
car, requiere un mínimo esfuerzo y concentración por parte del cois.7 concluyeron que el punto de corte ideal de la ESAS para el
paciente o del cuidador y sus resultados pueden mostrarse en un cribado de depresión y ansiedad en cuidados paliativos es de
gráfico en la historia clínica. 2 de 10 o más.Tales puntuaciones en la ESAS ofrecieron una sen­
Chang y cois.5, en un estudio prospectivo, validaron el ESAS en sibilidad del 77% y una especificidad del 55% para la depresión
una población de pacientes oncológicos del sistema de la Veterans y una sensibilidad del 86% y una especificidad del 56% para la
Administration. En este grupo, 240 pacientes completaron el ansiedad.
ESAS, el MSAS (Escala de Evaluación de Síntomas del Memorial),
el FACT (Evaluación Funcional del Tratamiento del Cáncer) y tam­
bién se evaluó su estado funcional según el índice de Kamofsky Grupos de síntomas y correlaciones
(KPS). Otros 42 pacientes participaron en un estudio de prueba- de los síntomas
reprueba. Los investigadores concluyeron que el ESAS era un ins­
trumento válido para evaluar a la población oncológica general La investigación está demostrando que muchos síntomas com­
y que la validez prueba-reprueba era mejor a los 2 días que a la parten la fisiopatología, por lo que pueden aparecer como ver­
semana. La escala de malestar ESAS tiende a reflejar el bienestar daderas agrupaciones que pueden influirse entre sí o responder
físico. El uso de un punto de corte de 30 mm en las escalas visua­ a la misma intervención. La investigación sobre las correlaciones
les analógicas para identificar los síntomas graves no siempre de los síntomas caracterizará los distintos papeles de los factores
puede aplicarse para síntomas distintos al dolor. contribuyentes (p. ej., depresión, fatiga). La comprensión de la

PARTE I PRINCIPIOS
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Investigación de los síntom as I C A P Í T U L O 3 0 163

contribución relativa de estos factores ayudará en el desarrollo de todas las dimensiones críticas de cada síntoma. Sin embargo,
intervenciones terapéuticas para estos síntomas. sus inconvenientes son la complejidad de las mediciones, el uso
La identificación de grupos de síntomas en pacientes onco­ de distintos métodos de escalar las respuestas y los contextos
lógicos puede hacer que se prioricen los síntomas para su temporales, así como una mayor carga de respuestas para los parti­
evaluación y tratamiento, y dar lugar a nuevas vías para interven­ cipantes en el estudio. Una medida ideal de un grupo de síntomas
ciones destinadas a minimizar el impacto de los síntomas sobre los debería ser coherente a la hora de medir dimensiones paralelas de
criterios de valoración relacionados con la salud8. Un diseño trans­ cada síntoma en la misma franja temporal y contexto clínico utili­
versal es el que mejor se adapta para analizar cuántas personas zando el mismo método de escalar las respuestas a las preguntas
de la población de interés tienen los síntomas en el momento con una carga de respuesta razonable.
en el que se recogen los síntomas. Para estudiar la historia natu­ Dado que el proceso de medición se complica más en el caso
ral de un grupo de síntomas, su patrón temporal, o las relaciones de los grupos de síntomas, es esencial tener en cuenta el uso de
entre los síntomas a lo largo del tiempo, se requiere un diseño la tecnología. Las computadoras de pantalla táctil, los dispositivos
longitudinal. portátiles y la notificación telefónica automatizada pueden permi­
Un factor destacado en la investigación de los síntomas es el tir una descripción más frecuente y más precisa de los síntomas
contexto clínico. Aunque algunos síntomas se relacionan con que un cuestionario en papel o un diario de los síntomas. El plan­
el cáncer, muchos lo hacen con el tratamiento que se ha selec­ teamiento más habitual para agrupar los síntomas es el análisis
cionado. Es probable que los síntomas relacionados con el tra­ factorial, que estudia las relaciones entre un número de variables
tamiento aparezcan, alcancen un máximo y permanezcan o se (p. ej., gravedad de los síntomas) en función de la matriz de los
atenúen en momentos predecibles en relación con el tratamiento. coeficientes de correlación entre las variables. Los métodos de
Es esencial tener en cuenta de forma cuidadosa la homogeneidad análisis factorial son explicativos y descriptivos, al analizar la
de la muestra. El tipo y estadio del cáncer pueden influir en el estructura subyacente de un grupo de síntomas.
patrón de síntomas. Es probable que un grupo de síntomas para Nuestro grupo ha realizado un estudio prospectivo de 56
pacientes con cáncer de pulmón sea diferente al que experimen­ pacientes para poner a prueba un sistema de estadificación clínica
tan las pacientes con cáncer de mama. para el dolor oncológico9 y se ha llegado a la conclusión de que
Un aspecto relevante del diseño es la secuencia temporal de el dolor neuropático, el dolor secundario, la alteración de la fun­
las mediciones de los síntomas. La determinación de esta secuen­ ción cognitiva, la angustia psicológica grave, el rápido desarrollo
cia en función de referencias resulta más compleja en el contexto de tolerancia a los opiáceos, los antecedentes positivos de alco­
de la quimioterapia, porque los ciclos de tratamiento pueden holismo, drogadicción o exposición a los narcóticos eran factores
variar de 1 a 8 semanas. Las estrategias innovadoras para realizar pronósticos negativos para el control del dolor oncológico.
la medición utilizando tecnología pueden proporcionar valoracio­ Munch y cois.10 investigaron la correlación entre la anemia y la
nes más frecuentes. Otro aspecto del contexto clínico es la dispo­ intensidad de la fatiga en pacientes con cáncer avanzado que re­
nibilidad y uso de estrategias de tratamiento de los síntomas que cibían cuidados paliativos. Se revisaron las historias clínicas de
pueden confundir la medición de los mismos. Es esencial realizar 177 pacientes ambulatorios consecutivos, y se recogió la infor­
un seguimiento de los esfuerzos terapéuticos sobre los síntomas mación sobre la intensidad de la fatiga y la concentración de
que podrían alterar la gravedad prevista o el patrón de un síntoma hemoglobina. Dicha concentración no mostró una correlación
a lo largo del tiempo. Otro aspecto que debe tenerse en cuenta en significativa con la fatiga, aunque se observó una tendencia
una intervención para un grupo de síntomas es que las estrategias (p = 0,09). Los investigadores concluyeron que la anemia no es
usadas para tratar o aliviar un síntoma pueden agravar otro. Una uno de los principales factores que contribuyen a la fatiga en los
intervención terapéutica sintomática para el dolor que consista en pacientes con cáncer que reciben cuidados paliativos.
el uso de analgésicos opiáceos es probable que empeore los pro­ Para evaluar la frecuencia de la disnea moderada o grave y los
blemas de fatiga y estreñimiento. Puede ser necesario comprome­ elementos que se correlacionan con la disnea en los pacientes
ter el tratamiento óptimo de un síntoma (p. ej., fatiga) para lograr oncológicos en fase terminal, nuestro grupo diseñó un estu­
el tratamiento óptimo de otro síntoma problemático (p. ej., dolor). dio prospectivo11 en el que se evaluó la función respiratoria de
Estas decisiones deben tomarse en el contexto de los objetivos 135 pacientes consecutivos que acudieron a una clínica multidisci-
de la investigación y de consideraciones prácticas y éticas. Otro plinaria para el tratamiento del dolor. Se recogieron las puntuacio­
aspecto crítico al llevar a cabo una intervención para un grupo de nes de disnea, ansiedad y fatiga de todos los pacientes utilizando
síntomas es el momento de la intervención. Una intervención des­ escalas visuales analógicas. La afectación pulmonar por el tumor
tinada a evitar el desarrollo de síntomas debe administrarse antes se determinó a partir de la historia del paciente. En el subgrupo
de que éstos aparezcan. de pacientes con disnea moderada o grave, el análisis multifacto-
La conceptualización clásica de un síntoma consiste en que rial encontró que la ansiedad ( p = 0,0318) y la presión inspirato-
éste tiene varias dimensiones (p. ej., intensidad, características ria máxima ( p = 0,0187) eran correlaciones independientes de la
temporales, localización). Estas dimensiones pueden aumentar intensidad de la disnea. La presencia de cáncer pulmonar, ansiedad
la complejidad de la medición de los síntomas. En el caso de un y la presión inspiratoria máxima se correlacionan con la intensi­
grupo de síntomas, la estrategia más sencilla consiste en medir dad de disnea en esta población de pacientes.
una dimensión de múltiples síntomas. La ventaja de este plantea­
miento es la sencillez y la baja carga de respuesta, mientras que
el inconveniente es que puede que no se evalúen otras dimen­ INVESTIGACIÓN SOBRE EL TRATAMIENTO
siones fundamentales del grupo de síntomas. Una medición DE LOS SÍNTO M AS
cuidadosa de los grupos de síntomas debería ser multidimensio­
nal para múltiples síntomas. El investigador puede minimizar la Un ensayo clínico es un estudio de investigación que responde a
carga de respuesta al incluir los síntomas que sean más apropia­ preguntas específicas sobre nuevos tratamientos o sobre nuevas
dos para un contexto clínico determinado. Una forma de medir formas de utilizar tratamientos conocidos. Los ensayos clínicos
síntomas multidimensionales es seleccionar una herramienta se utilizan para determinar si los nuevos fármacos o tratamien­
diferente para cada síntoma del grupo. Este planteamiento, en el tos son seguros y eficaces. Los ensayos clínicos realizados de
que se emplean múltiples instrumentos, tiene la ventaja de incluir forma cuidadosa son el método más rápido y seguro de encontrar

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164 S E C C IÓ N E | Investigación

tratamientos que sean eficaces en el ser humano. Se pueden sub­ probabilidad de ser asignado a cada grupo. Permite una mayor
divide en ensayos clínicos explicativos y pragmáticos. confianza sobre el hecho de que cualquier efecto se deba a la
Un ensayo clínico explicativo intenta abarcar los aspectos intervención. La aleatorización no elimina las variables de confu­
fisiopatológicos o farmacológicos complejos de un nuevo trata­ sión, pero las distribuye por igual. Esto reduce el sesgo global en
miento proporcionando una evaluación sofisticada y tratamientos el ensayo clínico. Los ensayos clínicos aleatorizados y controla­
en una población muy seleccionada. Su gran ventaja es que nos dos son caros de llevar a cabo, requieren mucho tiempo y se rea­
ayuda a comprender el modo en el que una cierta intervención lizan en subgrupos seleccionados de pacientes. El alto grado de
funciona en la práctica clínica habitual. selectividad puede limitar la capacidad de estos ensayos clínicos
El ensayo clínico pragmático tiene unos objetivos, interven­ para explicar los efectos de tratamientos después de que éstos
ciones y criterios de valoración simples. No pretende caracteri­ se utilicen en poblaciones más heterogéneas del mundo real.
zar con gran profundidad la fisiopatología o farmacología de una A pesar de este inconveniente, la realización de ensayos clínicos
intervención, sino responder a una pregunta muy simple sobre el aleatorizados y controlados con unos niveles adecuados de
papel de esta intervención en la práctica clínica habitual. enmascaramiento y minimizando las otras fuentes de sesgo pro­
Los ensayos clínicos explicativos son ideales para un único porciona el máximo nivel de evidencia de un efecto tera­
centro con un contexto académico sofisticado, mientras que los péutico.
de tipo pragmático son especialmente útiles en los ensayos clí­ El enmascaramiento consiste en hacer que los pacientes,
nicos cooperativos multicéntricos o en las prácticas basadas en la investigadores y las personas encargadas de recoger y analizar los
comunidad. datos ignoren el grupo terapéutico asignado durante todo el estu­
Un elemento crucial a la hora de diseñar los ensayos clínicos dio. El término enmascaramiento simple significa que el paciente
es la validez, consistente en si los resultados extraídos del ensayo o el investigador no conoce la asignación del tratamiento. En un
clínico representan la verdad. Un parámetro adicional de la auto­ ensayo con doble enmascaramiento, ningún implicado conoce
ridad del ensayo clínico es si los resultados pueden repetirse por la asignación del tratamiento. El enmascaramiento se utiliza en
distintos investigadores o en otro grupo de pacientes similares. los ensayos de cuidados paliativos para reducir el sesgo causado
Esto se denominafiabilidad. El diseño de un ensayo clínico puede por la subjetividad a la hora de evaluar los síntomas. Este sesgo se
ser fiable pero no necesariamente válido, y se deben considerar puede manifestar en la decisión de retirar a un paciente del estu­
todos los parámetros de validez a la hora de diseñar estos ensayos. dio o de ajustar la dosis de medicación, y puede verse influido si
Esto ayuda a mantener la validez del ensayo clínico al evaluar de se conoce a qué grupo de tratamiento se ha asignado el paciente.
forma adecuada la respuesta al placebo. El uso de placebos (acti­ El enmascaramiento es más relevante en los ensayos clínicos que
vos o inactivos) en los ensayos clínicos sobre cuidados paliativos evalúan el tratamiento de los síntomas que en aquellos dirigidos
es controvertido1213 a pesar de la limitada evidencia sobre la efi­ a evaluar el tratamiento de la enfermedad, en los que los criterios
cacia de muchos tratamientos que se utilizan en la actualidad14. de respuesta son más objetivos.
Los estudios clínicos pueden diseñarse según un modelo retros­ El enmascaramiento puede ser difícil, o a veces imposible de
pectivo o prospectivo. Los ensayos clínicos prospectivos pueden lograr. Los ensayos clínicos con enmascaramiento simple (p. ej., el
ser aleatorizados o no aleatorizados. Los ensayos clínicos aleatori­ investigador conoce la asignación) son inevitables en ocasiones,
zados pueden tener formatos de enmascaramiento simple, doble, o al igual que los ensayos clínicos abiertos15. Cuando sea imposible
sin enmascaramiento (abiertos). Los ensayos clínicos con enmasca­ enmascarar el tratamiento en un contexto de cuidados paliativos,
ramiento pueden ser de grupos cruzados o paralelos (fig. 30-1). es útil realizar una valoración enmascarada del resultado igno­
El ensayo clínico aleatorizado y controlado es el método más rando el tratamiento recibido (p. ej., efecto de la transfusión sobre
sólido para evaluar nuevos tratamientos. Es una técnica dirigida la fatiga en pacientes anémicos en estadio terminal).
a asegurar que existen pocas diferencias entre los distintos gru­ En los diseños paralelos, los pacientes se asignan a uno de
pos de un ensayo clínico al conceder a cada paciente la misma los grupos y permanecen en esta asignación durante todo el estu­
dio. En los diseños con grupos cruzados, los pacientes se asignan
a un grupo al comienzo del estudio y después se cambian al otro
grupo.
El ensayo clínico con grupos cruzados parece ser mejor, por­
que reduce los efectos de confusión de los propios pacientes,
y tiene más validez y fiabilidad que un ensayo clínico paralelo
con el mismo número de pacientes. En un diseño con grupos
cruzados se requieren menos pacientes. Sin embargo, la dura­
ción del estudio suele ser mayor que la de un estudio similar con
un diseño paralelo, lo que puede suponer un grave problema en
el contexto de cuidados paliativos. En este ámbito, la enfermedad
o el síntoma del paciente puede sufrir fluctuaciones naturales,
y en el momento de asignarle al segundo grupo, los síntomas
pueden haber mejorado o empeorado de forma natural, con inde­
pendencia de a qué grupo estén asignados en ese momento. El
problema en cuidados paliativos es que los pacientes están muy
enfermos, y su enfermedad puede empeorar sin aviso. Esto puede
provocar un gran número de abandonos. Otro inconveniente de
los diseños con grupos cruzados es la existencia de efectos de
orden o residuales. Los efectos del primer grupo del estudio
sobre la variable dependiente persisten en el segundo grupo e
influyen en él. Por ejemplo, los efectos residuales pueden estar
mediados por la persistencia del fármaco o su metabolito, un
cambio duradero en la fisiología causado por el tratamiento o por
efectos conductuales (p. ej., el paciente puede tener menos ener­
gía o estar menos dispuesto a completar los criterios de valora­
FIGURA 30-1 Ensayos clínicos. Los estudios clínicos pueden tener ción con precisión).
diseños retrospectivos o prospectivos. Estos últimos pueden modificarse de Un ejemplo de un efecto de orden se ilustra en un ensayo clínico
varias formas. con grupos cruzados que analizó los efectos de la postura del

PARTE I PRINCIPIOS
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Investigación sobre los servid os sanitarios I C A P Í T U L O 31 165

médico sobre la valoración que hicieron los pacientes de la com­ 7. Vignaroli E, Pace EA,Willey J, et al.The Edmonton Symptom Assessment System
pasión mostrada al dar las malas noticias16. Los pacientes valoraron as a screening tool for depression and anxiety. J Palliat Med 2006;9:296-303-
8. Barsevick AM, Whitmer K, Nail LM, et al. Symptom cluster research:
claramente como más compasivos a los médicos que se sentaban Conceptual, design, measurement, and analysis issues. J Pain Symptom Manage
que a los que permanecían de pie. Por alguna razón inexplicada, en 2006;31:85-95.
el segundo grupo valoraban al médico como más compasivo que en 9. Bruera E, MacMillan K, Hanson J, MacDonald RN.The Edmonton staging system
el primero, con independencia de la postura del médico. Quizá el for cancer pain: Preliminar)' report. Pain 1989;37:203-209-
10. Munch TN, Zhang T, Willey J, et al.The association between anemia and fati­
paciente había tenido tiempo para adaptarse a las malas noticias en gue in patients with advanced cancer receiving palliative care. J Palliat Med
el segundo grupo, por lo que consideraba que el médico era más 2005;8:1144-1149-
compasivo. 11. Bruera E, Schmitz B, Pither J, et al.The frequency and correlates of dyspnea in
En contraste, los diseños paralelos son más cortos, pero requie­ patients with advanced cancer.J Pain Symptom Manage 2000;19:357-362.
ren un mayor número de pacientes. Esto puede dar lugar a menos 12. Hard)'J. Placebo controlled trials in palliative care: The argument for. Palliat
Med 1997;11:415-418.
abandonos y eliminar los efectos residuales. Los diseños paralelos 13- Kirkham SR,Abel J. Placebo controlled triaLs in palliative care: The argument
son más útiles para las situaciones clínicas en las que los síntomas against. Palliat Med 1997;11:489-492.
pueden ser inestables o en las que el riesgo de abandono sea ele­ 14. Bell RF,WisloffT, Eccleston C, Kalso E. Controlled clinical trials in cancer pain.
vado. Este problema se ilustra por un ejemplo en el que sólo 12 How controlled should they be? A qualitative systematic review. Br J Cancer
de 38 pacientes de cuidados paliativos que empezaron el estudio 2006;94:1559-1567.
15. Ahmedzai SH, Brookes D. Transdermal fentanyl versus sustained-release oral
completaron su duración, que fue de tan sólo unos pocos días17. morphine in cancer pain: preference, efficacy, and quality of life. The TTS-
La elección final del enmascaramiento en el caso de un ensayo Fentanyl Comparative Trial Group.J Pain Symptom Manage 1997;13:254-261.
clínico con grupos cruzados es el balance para el paciente de 16. Strasser F, Palmer JL, Castro M, et al. Impact of physician sitting versus standing
los efectos ventajosos e inconvenientes de una intervención. Por during inpatient oncology consultations: Patient’s preference and perception
of compassion and duration: A randomized controlled trial. J Pain Symptom
ejemplo, durante la evaluación del efecto del mazindol sobre el Manage 2005;29:489-497.
dolor, la depresión, la ansiedad, el apetito y la actividad en pacien­ 17. Reymond L, Charles MA, Bowman J,Treston PThe effect of dexamethasone on
tes oncológicos terminales18, se cumplió el criterio de valoración the longevity of syringe driver subcutaneous sites in palliative care patients.
principal de una mejor analgesia, pero la elección enmascarada Med J Aust 2003;178:486-489.
final del paciente no favoreció al mazindol, probablemente por un 18. Bruera E, Carraro S, Roca E, et al. Double-blind evaluation o f the effects of
mazindol on pain, depression, anxiety, appetite, and activity in terminal cancer
incremento de la ansiedad, la anorexia y la fatiga durante la fase de patients. CancerTreat Rep 1986;70:295-298.
mazindol. Sin embargo, la elección enmascarada final y el criterio 19- Bruera E, Chadwick S, Brenneis C, et al. Methylphenidate associated with nar­
de valoración principal pueden ser positivos, como se observó en cotics for the treatment of cancer pain. CancerTreat Rep 1987;71:67-70.
un estudio que evaluó el efecto del metilfenidato para disminuir la
sedación causada por los opiáceos19. L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
Kirkova J, Davis MP, Walsh D, et al. Cancer symptom assessment
CONCLUSIONES instruments: A systematic review, [erratum in J Clin Oncol
2006;24:2973]-J Clin Oncol 2006;24:1459-1473-
Durante los últimos años, las publicaciones de distintas insti­
tuciones, como la American Academy of Hospice and Palliative
Medicine, han hecho un llamamiento para realizar una inversión
sustancial en investigación sobre cuidados paliativos con el fin
de resolver las lagunas que existen en los conocimientos sobre la
evaluación y el tratamiento de las necesidades no cubiertas de los
pacientes con enfermedad avanzada y de sus familias. Sin embargo,
la inversión en la investigación que podría aliviar en gran medida Investigación sobre los servicios
estas necesidades ha sido mínima. Uno de los principales factores
que han contribuido a los bajos niveles de investigación en cui­ sanitarios
dados paliativos es la falta de financiación debido a la escasez de
agencias subvencionadoras y organizaciones privadas que ofrez­ Massimo Costantini e Irene J. Higginson
can becas o subvenciones. Otros factores son la frágil e inestable
naturaleza de la población de pacientes, la falta de interés por la
industria en el desarrollo de fármacos para cuidados paliativos y ) 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
el número limitado de profesores académicos en la mayoría de las
universidades. Los estudios en el contexto de cuidados paliativos
deberían ser de poca duración y, preferiblemente, multicéntricos,
y deberían tener un diseño simple con pocos criterios de valora­ • La investigación sobre los servicios sanitarios es esencial para los cuida­
ción y un seguimiento frecuente. dos paliativos, debido a la complejidad de los servicios requeridos por los
pacientes y sus familias.
B I B L I O G R A F Í A • La evaluación de las necesidades basada en la población es un proceso
dinámico que se ocupa de cuántas personas necesitan determinados tipos
1. Saunders C.The evolution of palliative care.J R Soc Med 2001;94:430432. de servicios e intervenciones en momentos y lugares concretos. Existen tres
2. Bruera E, Neumann C, Brenneis C, Quan H. Frequency of symptom distress estrategias principales de evaluar estas necesidades: corporativa, compara­
and poor prognostic indicators in palliative cancer patients admitted to a tiva y epidemiológica, que combina las estrategias de los dos primeros tipos
tertiary palliative care unit, hospices, and acute care hospitals. J Palliat Care
y abarca datos epidemiológicos y de efectividad.
2000;16 :16-2 1 .
3. Portenoy RK,Thaler HT, Komblith AS, et al.The Memorial Symptom Assessment • La investigación sobre los servicios sanitarios proporciona estrategias y
Scale:An instrument for the evaluation of symptom prevalence, characteristics diseños de los estudios apropiados para evaluar los servicios y las inter­
and distress. Eur J Cancer 1994;30A: 1326-1336. venciones.
4. Bruera E, Kuehn N, Miller MJ, et al.The Edmonton Symptom Assessment System
• La elección de los criterios de valoración apropiados es un aspecto clave en
(ESAS): A simple method for the assessment of palliative care patients. J Palliat
Care 1991;7:6-9- la evaluación de los servicios e intervenciones, pero se dispone de criterios
5. Chang VT, Hwang SS, Feuerman M. Validation of the Edmonton Symptom de valoración validados para cuidados paliativos.
Assessment Scale. Cancer 2000;88:2164-2171. • Las revisiones sistemáticas de la literatura son esenciales para generar una
6. Smith AB, Selby PJ, Velikova G, et al. Factor analysis of the Hospital Anxiety base de evidencia e influir en las prácticas y las políticas.
and Depression Scale from a large cancer population. Psychol Psychother
2002;75(Pt 2): 165-176.

ERRNVPHGLFRVRUJ
166 S E C C IÓ N E | Investigación

La investigación sobre los servicios sanitarios es un campo multi­ En la evaluación basada en datos epidemiológicos se compa­
disciplinara) de investigación científica que estudia el modo en el ran los datos de tres dimensiones sanitarias para determinar las
que los factores sociales, los sistemas económicos, las estructuras necesidades de una comunidad. En primer lugar, los problemas se
y procesos organizativos, las tecnologías sanitarias y las conductas cuantifican por su incidencia (es decir, número de casos nuevos
personales afectan a los cuidados sanitarios, la calidad y el coste que aparecen en un período concreto) y prevalencia (es decir,
de éstos, así como a la salud y al bienestar de los pacientes. Sus número total de casos que existen en un momento dado). Esto se
ámbitos de investigación son las personas, las familias, las orga­ complementa con la información demográfica sobre la estructura
nizaciones, instituciones, comunidades y poblaciones1. Esta defi­ de la población y los cambios probables para determinar la mag­
nición, propuesta por la American Academy for Health Services nitud y el impacto de los problemas sanitarios. En segundo lugar,
Research and Health Policy, abarca un extenso ámbito, que va de la información sobre la efectividad y la rentabilidad de los servi­
la evaluación de las necesidades a la investigación sobre la calidad cios sanitarios procede de la literatura y de las revisiones locales
asistencial y las evaluaciones económicas. para determinar los servicios más efectivos y rentables en un con­
En cuidados paliativos, los servicios, las familias y sus pacientes, texto concreto. Esto combina la información local de una evalua­
las necesidades y los criterios de valoración son complejos2. La ción corporativa de las necesidades con los datos de revisiones
investigación es necesaria para proporcionar una base de eviden­ sistemáticas de la literatura sobre la efectividad. En tercer lugar, se
cia destinada a asegurar la financiación, continuación y desarrollo obtiene información sobre la oferta de los servicios disponibles.
de servicios, así como para evaluar y mejorar las intervenciones Esto puede constar de la situación de los servicios locales y de la
específicas (p. ej., mejora de calidad, comunicación, formación) comparación con otras áreas, como en una evaluación compara­
que se ofertan en estos servicios. La investigación sobre los ser­ tiva de las necesidades.
vicios sanitarios es esencial en cuidados paliativos para ayudar a Cada estrategia tiene inconvenientes debido a la limitación de
desarrollar y evaluar los servicios apropiados para las necesidades los datos o por las comparaciones realizadas. Algunas evaluacio­
de los pacientes y sus familias (v. «Errores frecuentes»). nes de las necesidades han desarrollado fórmulas sencillas para
estimar el número de pacientes que necesitan cuidados paliati­
vos, basadas sobre todo en evaluaciones comparativas de las
EVALUACIÓN DE LAS NECESIDADES necesidades de la provisión de servicios existentes. El uso de la
La evaluación de las necesidades basada en la población comienza provisión de servicios existentes a nivel nacional o internacio­
con una comunidad que requiera cuidados paliativos, en lugar de nal como estándar puede perpetuar el status quo en lugar de lle­
con las personas a nivel individual. Se ocupa de cuántas perso­ varlo a que satisfaga de un modo más adecuado las necesidades
nas necesitan distintos tipos de servicios e intervenciones en un de los pacientes. La evaluación corporativa se ve afectada por
momento determinado y en ciertas localizaciones. Las contribu­ los conocimientos y experiencias previas de las personas que
ciones a las definiciones de necesidad provienen de los campos proporcionan la información. La estrategia epidemiológica, que
de la sociología, epidemiología, economía sanitaria y salud pública, incorpora estas otras estrategias en una evaluación más amplia, es
así como de los clínicos. Puede haber distintos tipos de necesida­ más sólida, pero más laboriosa. Debido a que suele basarse en los
des según quién las determine y qué nivel de necesidad se expe­ datos de mortalidad y prevalencia de los síntomas, esta estrategia
rimente (p. ej., necesidades básicas de alimentos frente a las de no tiene en cuenta del todo las enfermedades crónicas que tie­
tipo más complejo)3,4. En la investigación aplicada sobre servi­ nen una duración prolongada (p. ej., esclerosis múltiple) y las que
cios sanitarios, la necesidad de asistencia sanitaria se ha definido están mal recogidas en los registros de mortalidad (p. ej., demen­
como la capacidad de la población de beneficiarse de la asistencia cia). Además, puede pasar por alto los problemas que se notifican
sanitaria5. Los métodos para evaluar las necesidades, utilizados de poco, sobre todo los de tipo psicológico o social. La evaluación
forma independiente o en combinación, consisten en la evalua­ de las necesidades debería ser un proceso dinámico que integre
ción de las necesidades de tipo comparativa, corporativa o basada de forma continua las nuevas evidencias procedentes de la inves­
en datos epidemiológicos6. tigación sobre los servicios sanitarios y que proporcione una esti­
La evaluación comparativa de las necesidades contrasta los mación más sólida de las necesidades de los pacientes y de sus
servicios recibidos por una población en un área con los de otra familias.
zona. Un ejemplo es comparar el número de camas hospitalarias,
enfermeras de asistencia domiciliaria o consultas médicas por
millón de personas en dos o más regiones. EVALUACIÓN DE LOS SERVICIOS
La evaluación corporativa de las necesidades se basa en las
demandas, deseos y puntos de vista alternativos de las partes Y LAS INTERVENCIONES
interesadas, incluidos los políticos. Este tipo de evaluación suele, Aunque la investigación sobre los servicios sanitarios utiliza alguno
implicar la realización de encuestas a los profesionales, pacientes de los pasos clásicos a la hora de desarrollar un fármaco, como el
y a la opinión general. análisis de la actividad, eficacia y efectividad, la investigación tam­
bién debe enfrentarse a la complejidad de la intervención y al con­
texto en el que ésta se aplica.
Errores frecuentes
Desarrollo d e un program a d e cuidados paliativos sin una evaluación
d e las necesidades.
Aplicación de servicios o program as innovadores e n cuidados palia­
Ám bito de una intervención
tivos sin p ro b ar su actividad, eficacia y efectividad. El término intervención se refiere a un conjunto de acciones
Diseñar u n estudio d e investigación sobre efectividad sin considerar con un objetivo coherente para lograr un cambio o un resul­
la especificidad del con tex to de cuidados paliativos y todas las con­ tado identificable. Los profesionales sanitarios y los voluntarios
diciones q u e podrían contrib u ir a u nos resultados falsos negativos. pueden llevar a cabo intervenciones, como intervenciones tera­
Utilizar u n diseño inadecuado para evaluar u n servicio d e cuidados péuticas y clínicas específicas para los pacientes o sus familias
paliativos, com o n o considerar u na com paración o g rupo de control (p. ej., terapia cognitiva conductual, tratamientos complementarios
adecuado, p ara c o m p ren d er la intervención, o seleccionar los crite­ y asesoramiento), así como intervenciones con profesionales u orga­
rios d e valoración apropiados. nizaciones (p. ej., formación, educación de los profesionales sani­
tarios y procedimientos específicos o métodos de comunicación).

PARTE I PRINCIPIOS
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Investigación sobre los servid os sanitarios I C A P Í T U L O 31 167

Las intervenciones mixtas, como las vías clínicas y las auditorías clí­ considerables. Pocos ensayos clínicos aleatorizados y controlados
nicas combinan las estrategias dirigidas a los pacientes, sus familias pueden considerarse libres de sesgo, y su validez interna suele ser
y los profesionales sanitarios. cuestionable. Es difícil enmascarar a los pacientes, las familias, los
profesionales e investigadores en cuanto al grupo de intervención,
lo que afecta a la aceptación y a muchas respuestas subjetivas. Los
Estrategias de evaluación ensayos clínicos aleatorizados y controlados pueden ser innecesa­
rios, inapropiados, imposibles o inadecuados a la hora de valorar
En cuidados paliativos, los criterios de valoración para los
muchas intervenciones sanitarias13.
pacientes y las familias son multidimensionales, por lo que las
Esta crítica se basa en los ensayos clínicos aleatorizados y con­
intervenciones implican una asistencia por parte de muchos
trolados clásicos, en los que la intervención está estandarizada y el
profesionales, la coordinación en diferentes contextos y necesi­
paciente es la unidad de aleatorización. Un mejor conocimiento
dades cambiantes a lo largo del tiempo. Las intervenciones son
de la intervención y de su contexto puede ayudar a superar esta
complejas y difíciles de evaluar. Las revisiones sistemáticas han
limitación. Las nuevas estrategias de los ensayos clínicos aleato­
mostrado graves problemas con la evaluación de las intervencio­
rizados y controlados tienen en cuenta algunos de estos elemen­
nes y servicios de cuidados paliativos, como la incapacidad de
tos complejos. En los ensayos clínicos aleatorizados por grupos y
definir con claridad la intervención, la imposibilidad de tener en
controlados, la unidad de análisis es el grupo (es decir, una planta,
cuenta la heterogeneidad de los pacientes, familias y sus nece­
un servicio o un médico, cada uno con un grupo de pacientes y
sidades, así como la incapacidad de medir de forma adecuada
familias)14. Un tipo de ensayo clínico aleatorizado por grupos es
los criterios de valoración7'10. A menudo ha habido dificultades
el ensayo clínico de preferencia de los pacientes, en el que los
a la hora de comprender cuál fue el efecto de la intervención y
pacientes (o familias) se distribuyen de forma aleatoria sólo si no
qué profesional realizó una acción o para qué pacientes. El pro­
tienen unas preferencias fuertes por la intervención o en contra
ceso de evaluación debe determinar la validez del método de
de ella15. Se han estudiado los ensayos clínicos de demora de la
evaluación a la hora de detectar el éxito o el fracaso de la inter­
intervención en cuidados paliativos, en los que a todos los pacien­
vención, en lugar de evaluar el éxito o fracaso relativo de la pro­
tes (o familias) se les ofrece la intervención del ensayo clínico,
pia intervención.
pero a un grupo se le ofrece dicha intervención sólo después de
Algunas estrategias más nuevas están muy relacionadas con la
pasado un tiempo16.
evaluación de los servicios de cuidados paliativos. Una de ellas es
Los métodos mixtos también son relevantes. Es posible recoger
el marco del Medical Research Council (MRC) para el desarrollo y
en un ensayo clínico datos cualitativos y cuantitativos. La informa­
evaluación de intervenciones complejas11. La evaluación del MRC
ción puede obtenerse a partir de las opiniones de los pacientes
reformula la estrategia clásica para investigar el desarrollo de fár­
sobre el servicio, sobre lo que ha funcionado bien o mal, y sobre
macos. Utiliza el modelo de los estudios preclímcos y de fase I,
los aspectos que pueden mejorarse para comprender cómo puede
II, III y IV que se utiliza en los ensayos clínicos farmacológicos,
estar funcionando la intervención y sus efectos sobre los criterios
pero también emplea métodos de estudios procedentes de los
de valoración que son difíciles de medir.
ensayos clínicos cualitativos, aleatorizados y controlados, así como
Los diseños observacionales y cuasiexperimentales pueden
estrategias cuasiexperimentales. Hay varios aspectos que le hacen
proporcionar (con distintos grados de viabilidad, validez y gene­
especialmente útil a la hora de evaluar los cuidados paliativos. El
ralidad) información útil para establecer si una intervención es
marco MRC requiere que los servicios se desarrollen utilizando la
eficaz y en qué grado en la investigación sobre servicios sanita­
teoría que explica cómo pueden funcionar las intervenciones y el
contexto en el que se aplican. Esto puede englobar la teoría psi­ rios. En un estudio cuasiexperimental se introduce de forma
intencionada una intervención para observar sus efectos (es decir,
cológica, sociológica y antropológica sobre el modo en el que las
manipulación artificial del factor del estudio) sin aleatorización
personas y las organizaciones se comportan, así como los mode­
para crear las comparaciones a partir de las que se infieren los
los de cómo puede funcionar la intervención. Los estudios cuali­
efectos17. Sin embargo, al igual que en los ensayos clínicos aleato­
tativos de fase I mejoran el diseño de la intervención y tienen en
rizados y controlados, debe prestarse una atención cuidadosa al
cuenta la aceptación, la relación con otros servicios, los mecanis­
diseño para minimizar los sesgos, sobre todo en la selección de
mos probables y los efectos o resultados. A continuación, el efecto
los pacientes.
del servicio y los métodos de evaluación se analizan en estudios
Se han descrito varios diseños de estudios cuasiexperimenta­
de fase II, antes de llevar a cabo un ensayo clínico aleatorizado y
les18. La principal limitación de estos diseños es que resulta impo­
controlado o cuasiexperimental (fase III). Si esto tiene éxito, los
sible evitar el sesgo de selección. La cuestión es en qué medida
estudios clínicos de fase IV determinan el potencial de ampliar
este sesgo puede afectar a los resultados. La respuesta se basa
aún más la intervención. Este proceso no tiene por qué ser
en el modo en el que los participantes se asignan a los grupos
lineal. Puede pasar que después de un estudio de fase I, II o III, la
y en el grado de control que tiene el investigador sobre la variable
intervención se remodele, e incluso los estudios de fase IV o los
independiente.
datos observacionales pueden influir en cómo se da forma a la
El análisis del diseño del estudio ayuda a determinar la vali­
intervención.
dez interna. Por ejemplo, aunque son populares, los resultados
de los diseños de tipo antes-después son difíciles de interpre­
Diseños apropiados de los estudios tar. El investigador mide uno o más criterios de valoración antes
y después de la intervención experimental (p. ej., un nuevo ser­
El marco MRC cuestiona la visión tradicional de los ensayos clí­ vicio, o un servicio existente para distintos pacientes). La com­
nicos aleatorizados y controlados como el único patrón oro para paración se establece entre los datos preprueba y posprueba. En
evaluar la efectividad de las intervenciones sanitarias. Reconoce los mejores diseños de los estudios se utilizan grupos de control
que todos los estudios clínicos y epidemiológicos, incluidos los externos y los criterios de valoración se miden en los grupos
ensayos clínicos aleatorizados y controlados, están sujetos a ses­ experimental y de control antes y después de la intervención.
gos, contaminación y factores de confusión12. Muchas fuentes de Estos diseños pueden ser idénticos a un estudio aleatorizado,
sesgo pueden afectar a un estudio aleatorizado, como el sesgo a pero se realizan sin aleatorización. La validez interna depende
la hora de evaluar el criterio de valoración, la contaminación, el en gran medida del modo en el que los participantes se reclutan
abandono y la pérdida en el seguimiento. En los procedimientos en los grupos experimental y de control. Los diseños en los que
de aleatorización y enmascaramiento se han observado defectos la participación de las personas es voluntaria son poco fiables,

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168 S E C C IÓ N E | Investigación

pues suele existir una relación entre la preferencia por una inter­ consiguiente, los investigadores tratan con varios aspectos meto­
vención y el criterio de valoración que se está estudiando. Otros dológicos, y los sesgos de selección e información pueden com­
diseños más sólidos identifican a los grupos en función de facto­ prometer la validez del estudio. El sesgo de información es un
res no relacionados con sus preferencias respecto a la interven­ aspecto especialmente sensible en cuidados paliativos, porque
ción (p. ej., área geográfica de residencia). es difícil de medir sin distorsionar el punto de vista subjetivo
Los estudios ecológicos se utilizan en investigación sobre servi­ del paciente. El sesgo de selección es difícil de evitar, porque es
cios sanitarios y tienen un gran valor para comprender los factores difícil identificar de forma prospectiva muestras representativas
que afectan a diferentes comunidades, sobre todo si los servicios de pacientes en fase terminal; por lo general, existe incertidumbre
de cuidados paliativos u otros aspectos sanitarios varían entre las sobre la evolución de la enfermedad. La evaluación del criterio de
comunidades o a lo largo del tiempo. En un estudio ecológico, valoración a lo largo del tiempo se ve sesgada de forma constante
se evalúan los grupos, en lugar de las personas individuales. Los por la pérdida de datos debida al empeoramiento progresivo del
grupos pueden estar formados por los habitantes de un área geo­ estado funcional.
gráfica que reciben asistencia por parte de un médico de familia Los estudios retrospectivos han intentado superar estos pro­
concreto (o práctica de grupo), que están en una planta de hospi­ blemas utilizando una estrategia posfallecimiento. La información
tal, o incluso puede tratarse de un hospital. Se deben comparar las se recoge a posteriori del cuidador que ha asistido al paciente
variables independiente y dependiente relacionadas con el grupo. durante el último período de vida. Este diseño se ha utilizado en
Por ejemplo, en Londres19 y Génova (Italia)20, en los estudios ecoló­ varios estudios influyentes para estimar los problemas multidi-
gicos que analizaron la relación entre la privación de la comunidad mensionales que experimentan los pacientes durante sus últimos
y la proporción de fallecimientos domiciliarios se encontró una meses de vida30,31 o para comparar la calidad de la asistencia en
relación inversa bastante similar entre las dos variables. Estos hallaz­ el final de la vida en distintos contextos asistenciales32. Las mues­
gos se confirmaron en un estudio nacional en Reino Unido21. En un tras representativas de las fases avanzada y terminal de la enfer­
estudio ecológico, las asociaciones se observan a nivel del grupo. medad se pueden evaluar cuando se recogen una vez que se ha
Esto no significa por fuerza que la asociación sea cierta para cada producido el fallecimiento. Esta estrategia tiene al menos dos pun­
persona que viva en dichas áreas. Si se realiza de forma errónea tos débiles. En primer lugar, en los certificados de muerte, la causa
esta suposición, se incurre en la denominada falacia ecológica. suele ser poco fiable o estar incompleta, sobre todo en los ancia­
Los estudios ecológicos ayudan a generar hipótesis. nos o en los pacientes no oncológicos. La evaluación de los crite­
rios de valoración a partir de cuidadores en fase de duelo, por lo
general varios meses después del fallecimiento, puede distorsionar
Criterios de valoración los resultados33. Las personas cercanas pueden describir con fiabi­
Un criterio de valoración se ha definido como cualquier resul­ lidad los aspectos prácticos y observables de la experiencia del
tado final que es atribuible a la intervención en los servicios paciente. La validez de las descripciones sobre las experiencias
sanitarios22. Es el cambio que se produce entre el estado actual y subjetivas de los pacientes, como el dolor y los estados afectivos,
futuro de la salud del paciente atribuido a la asistencia sanitaria o es limitada.
social previa. Si se emplea una definición amplia de salud, como la
de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de bienestar total Interpretación de los resultados
físico, mental y social, también se incluyen las mejoras de la fun­
ción social y psicológica. El riesgo de un resultado falso negativo es mayor para las inter­
La selección y medición de los criterios de valoración apropia­ venciones complejas que en los ensayos clínicos sobre tratamien­
dos en la investigación sobre servicios sanitarios es vital. Se deben tos farmacológicos. En la investigación sobre servicios sanitarios,
elegir aquellos criterios en los que se espera que la intervención es esencial distinguir entre la incapacidad de demostrar la eficacia
provoque un cambio. Si se quiere evaluar un nuevo servicio de subyacente y la evidencia de inefectividad. Los hallazgos negati­
cuidados paliativos para un grupo específico de pacientes (p. ej., vos o positivos requieren un análisis cuidadoso. Algunos facto­
esclerosis múltiple), los criterios de valoración deben englobar los res cruciales no se tienen en cuenta a la hora de considerar los
síntomas y problemas experimentados por estos pacientes que se resultados del estudio. Cualquier evaluación del estudio debería
trata de aliviar con el servicio. La medición de los criterios de valo­ considerar la estabilidad de la intervención, la calidad de la apli­
ración más habituales en las fases más precoces de la enfermedad, cación y la idoneidad de los criterios de valoración antes de que
como la discapacidad, la morbilidad o la mortalidad, es inadecuada. un resultado negativo lleve a que se descarte la intervención. En
Un modelo de evaluación multidimensional es esencial para los resultados positivos, los investigadores deberían considerar si
valorar la complejidad que presentan los pacientes y las familias esta intervención compleja concreta es la solución mejor o defi­
durante las fases avanzada y terminal de la enfermedad. La expre­ nitiva para un problema determinado. Para mejorar el control del
sión de sufrimiento para cada dimensión de la calidad de vida dolor en los hospitales, una intervención compleja puede constar
es siempre el producto de una interacción compleja23. La expre­ de componentes relativamente caros, como evaluaciones espe­
sión de dolor no se puede evaluar e interpretar p er se, sino que cializadas, educación y vías clínicas, así como de componentes
debe englobar la interacción del «síntoma dolor» con todas las más baratos, como la clasificación de los pacientes en cuanto al
demás dimensiones relevantes de calidad de vida. Existen muchos riesgo de fallecimiento34. Hay que cuestionarse si la intervención
criterios de valoración apropiados que se han validado para tendría que englobar todos estos componentes para ser eficaz y
cuidados paliativos, como la escala POS (Escala de Criterios de Va­ si se obtendría una eficacia igual o casi igual, así como si la ren­
loración en Cuidados Paliativos)24, las listas de comprobación de tabilidad sería mayor si sólo estuvieran presentes algunos de sus
síntomas (p. ej., escala ESAS [Escala de Valoración de Síntomas de componentes.
Edmonton])25 y la escala MSAS (Escala de Valoración de los
Síntomas del Memorial)26-29.
Estudios de casos clínicos

Sesgo y encuestas posduelo En la investigación clínica, el estudio de un caso consiste en des­


cribir los cambios y sucesos que tienen lugar en una persona
En cuidados paliativos, la mayoría de los criterios de valoración individual; en la investigación sobre servicios sanitarios, el estu­
se miden en la misma persona en distintas ocasiones y se consi­ dio de un caso clínico detalla el proceso y actividades de una
deran según una perspectiva dinámica a lo largo del tiempo. Por nueva intervención o servicio, prestando una atención especial al

PARTE I PRINCIPIOS
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Investigación sobre los servid os sanitarios I C A P Í T U L O 31 169

contexto en el que se aplica y a los factores que afectan a su fun­ sus necesidades es un reto de salud pública, pero la investigación
cionamiento. Los criterios de valoración descritos en los estudios sobre servicios sanitarios debería ofrecer a los responsables de
de casos clínicos pueden ser de una especial utilidad a la hora de elaborar políticas un mayor número de estimaciones basadas en la
formular una hipótesis sobre el modo en el que las intervencio­ evidencia de las necesidades de cuidados paliativos que tienen los
nes pueden ser eficaces (o cuáles de ellas lo serán). Sin embargo, pacientes y las familias. Los distintos países tienen diferentes estra­
se debe tener cuidado para no extraer las conclusiones inadecua­ tegias, y la calidad de las evaluaciones suele ser escasa. Además, la
das de los resultados, sobre todo respecto a la efectividad de una mayoría de la evidencia disponible es para el cáncer. Es necesa­
intervención. rio contar con una estrategia global basada en la evidencia para la
evaluación de las necesidades en cuidados paliativos, sobre todo
para los pacientes no oncológicos.
Revisiones sistemáticas de la literatura La investigación sobre los servicios sanitarios es necesaria para
en la medicina basada en la evidencia ampliar la evidencia disponible sobre la eficacia de las soluciones
asistenciales. Los aspectos centrales de los cuidados paliativos han
En las revisiones bibliográficas se utiliza una estrategia sistemática demostrado ser eficaces para el cáncer, y existen evidencias preli­
para identificar, cotejar, analizar e interpretar los datos de inves­ minares sobre este modelo en personas con otras enfermedades.
tigaciones científicas publicadas y no publicadas35. Se utilizan La expansión de la colaboración de expertos internacionales res­
cada vez más para evaluar la efectividad de intervenciones y ser­ paldada por una inversión adecuada en investigación puede esti­
vicio, así como para comparar distintas estrategias asistenciales. mular una investigación innovadora sobre los servicios sanitarios
Se utiliza el método sistemático de buscar e incluir estudios. Los en cuidados paliativos, con la finalidad de ayudar a las personas
hallazgos se analizan y comparan utilizando tablas de referencia y que tienen una enfermedad crónica grave a vivir y morir en bue­
metasíntesis o metaanálisis (es decir, se combinan los resultados nas condiciones.
de los estudios). Son especialmente útiles cuando hay varios estu­ Aunque es de esperar que el tratamiento de los pacientes sea
dios de pequeño tamaño que de forma individual no muestran un nna asistencia basada en la evidencia, las intervenciones o progra­
efecto significativo, pero cuando se combinan todos los estudios mas dirigidos a mejorar la calidad asistencial a menudo se aplican
y si los hallazgos apuntan en el mismo sentido, se puede obser­ en función de creencias de expertos, paradigmas o escuelas de
var un efecto significativo. Las revisiones sistemáticas también pensamiento41. Esto es lo que sucede en los programas de mejora
permiten estimar la prevalencia de los problemas que afectan a de cuidados paliativos; algunos se centran en cambiar a los profe­
los pacientes y las familias36 o identificar los factores que influyen sionales y otros en modificar las organizaciones, pero la evidencia
en la asistencia. Por ejemplo, a la hora de analizar los factores que de su efectividad es limitada o, con más frecuencia, nunca se ha
afectan al lugar del fallecimiento, una revisión sistemática identi­ estudiado.
ficó 17 factores fiables habituales y significativos que afectaban al El desarrollo y aplicación de nuevas vías clínicas para mejorar
lugar de fallecimiento en los pacientes oncológicos37. la calidad de la asistencia en la fase terminal de la vida constituye
un ejemplo. El objetivo es relevante, y la metodología es promete­
dora. Las vías clínicas son eficaces para ofrecer una mejor calidad
AVANCES EN INVESTIGACIÓN SOBRE CU ID A D O S asistencial con un menor coste para muchas enfermedades. Las
vías clínicas propuestas para los pacientes moribundos son inter­
PALIATIVOS V venciones complejas. Son caras y laboriosas, y la evidencia de su
Unos cuantos ejemplos demuestran la cantidad global de evi­ efectividad se limita a unos pocos diseños de estudios observacio-
dencia que respalda la efectividad de los cuidados paliativos acu­ nales o cuasiexperimentales42-44.
mulada en las últimas décadas. El National Institute for Clinical El reto de diseñar y aplicar estudios experimentales de alta cali­
Excellence publicó las Evidence-Based Guidelines for Improving dad para evaluar la efectividad de estos programas tan significati­
Supportive and Palliative Care for Adults with Cancer (Directrices vos debería ser una prioridad para la investigación sobre servicios
basadas en la evidencia para mejorar los cuidados de apoyo y sanitarios. El modelo teórico de valoración debería ser el marco
paliativos en adultos con cáncer)38. Mediante una revisión siste­ MRC11, aunque en este nuevo campo de investigación sobre servi­
mática de la literatura científica publicada hasta 200339, dichas cios sanitarios, la metodología óptima no está clara.
directrices animaban a «... determinar el estado actual de la evi­
dencia sobre las intervenciones para mejorar las configuraciones
de los servicios destinados a los cuidados de apoyo y paliativos de B I B L I O G R A F Í A
los pacientes con cáncer»38. Estas directrices ofrecían recomenda­ 1. Lohr KN, Steinwachs DM. Health services research: An evolving definition of
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Can proxies provide reliable information? Soc Sci Med 2003;56:95-109-
> Una «buena» investigación psicosocial es aquella que escoge una metodolo­
34. Morrison RS, Meier DE, e t al. Improving the management of pain in hospitali­
sed adults. Arch Intern Med 2006; 166:1033-1039- gía apropiada para los fines del estudio, tiene en cuenta los problemas prác­
35. Hearn J, Feuer D, Higginson IJ, et al. Systematic reviews. Palliat Med ticos y éticos asociados con la investigación en este campo y se realiza de
1999;13:75-80. forma rigurosa.
36. Murtagh FE, Addington-Hall J, Higginson IJ. The prevalence of symptoms > Una investigación continua sobre las necesidades psicosociales de los
in end-stage renal disease: A systematic review. Adv Chronic Kidney Dis pacientes que tienen una enfermedad terminal es fundamental para asegu­
2007;14:82-99- rar que todos los afectados reciben el mejor apoyo posible.
37. Gomes B, Higginson IJ. Factors influencing death at home in terminally ill
patients with cancer: systematic review. BMJ 2006;332:515-521.
38. National Institute o f Clinical Excellence (NICE). Improving Supportive and
Palliative Care for Adults with Cancer: The Manual. London: National Institute
of Clinical Excellence, 2004. Available at www.nice.org.uk (accessed January 4,
2007).
39- Gysels M, Higginson IJ, Rajasekaran M, et al. Improving supportive and palliative En 1997, el National Council for Hospice and Specialist Palliative
care for adults with cancer. London: National Institute of Clinical Excellence,
2004. Available at http://www.nice.org.ukwww.nice.org.uk (accessed
Care Services1 (una organización «paraguas» de cuidados paliativos
January 4,2007). constituida por profesionales de varias disciplinas implicadas en la
40. Davies E, Higginson IJ (eds). Better Palliative Care for Older People. Geneva:World asistencia de pacientes en fase terminal, definió la asistencia psico­
Health Organization, 2004.Available at http://www.euro.who.int/document/ social como aquella que se ocupa del bienestar psicológico y emo­
E82933.pdf (accessed September 16,2007) cional de los pacientes, sus familias y los cuidadores, englobando
41. Grol R, Baker R, Moss F (eds). Quality Improvement Research. Understanding
the Science of Change in Health Care. London: BMJ Publishing Group, 2004. los aspectos de autoestima, percepciones sobre la adaptación a la
42. Ellershaw J,Ward C. Care of the dying patient: The last hours or days of life. enfermedad y sus consecuencias, comunicación, funcionamiento
BMJ 2003;326:30-34. social y relaciones.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Investigación psicosocial I C A P Í T U L O 3 2 171

La asistencia psicosocial se ocupa de las experiencias psicoló­ • Las entrevistas cara a cara ofrecen a los encuestados la opor­
gicas de las familias, amigos y cuidadores referentes a la pérdida y tunidad de aclarar cualquier malentendido o ambigüedad
el afrontamiento de la muerte. Engloba los valores, cultura y creen­ con la encuesta y se asocian con la mayor tasa de entrevis­
cias espirituales de las personas implicadas y los factores sociales tas completadas de los tres tipos, pero son las más caras de
que influyen en sus experiencias, como los aspectos económicos, llevar a cabo y las más susceptibles de sufrir un sesgo de en­
de alojamiento y las ayudas para la vida diaria. La asistencia psi­ trevistador.
cosocial también abarca a los profesionales sanitarios que se ocu­ • La entrevista telefónica reduce los costes en comparación con
pan de los moribundos, que también pueden requerir apoyo para las realizadas cara a cara. Las tasas de entrevistas completadas
afrontar sus experiencias2. son menores, no pueden usarse con información no audible,
La investigación psicosocial intenta explorar las opiniones, los encuestados puede que no presten tanta atención a estas
sentimientos y preocupaciones de las personas afectadas por una encuestas como a las realizadas cara a cara, y el investigador
enfermedad terminal y evaluar las intervenciones para mejorar el pierde las pistas no verbales que pueden ayudar a detectar que
bienestar psicológico y emocional de estas personas. La investi­ el encuestado no ha comprendido la pregunta.
gación psicosocial en el ámbito de cuidados paliativos ha experi­ • Las encuestas por correo autocompletadas son las más bara­
mentado un gran desarrollo en las últimas 4 décadas. Dentro de la tas de las tres y tienen menos riesgo de sesgo por el entre­
investigación psicosocial de buena calidad en cuidados paliativos vistador, porque el encuestado y el investigador no tienen
hay que citar el estudio cualitativo inicial que analizó las experien­ contacto directo. Esto también significa que no existe garan­
cias de pacientes oncológicos moribundos e identificó el papel tía de que la persona que completa la encuesta sea aquella
fundamental de la comunicación y el conocimiento de la muerte que constituye el objetivo de la misma, e incluso si la per­
en dichos pacientes3. Otro ejemplo fue el ensayo clínico aleatori- sona pretendida sí completa la encuesta, puede que no
zado y controlado que detectó el escaso impacto que tienen los responda a las preguntas con precisión, porque no tiene la
servicios coordinados por un profesional de enfermería sobre los oportunidad de aclarar sus contenidos con los investigado­
criterios de valoración del paciente o la familia en términos de res. Este tipo de encuestas puede asociarse con unas tasas
síntomas o satisfacción con los servicios4. bajas de encuestas completadas, lo que reduce la validez de
La investigación psicosocial en el ámbito de los cuidados palia­ los hallazgos.
tivos no tiene una metodología específica de la disciplina. Puede
En todas las estrategias, las encuestas tienen dificultades
abarcar todas las estrategias metodológicas. La investigación se
califica como psicosocial por su intento de ocuparse de los aspec­ a la hora de obtener muestras representativas y de conse­
guir unos datos precisos de los encuestados. Puede ser difícil
tos multifactoriales que afectan a la calidad de vida del paciente, la
familia y amigos, o los cuidadores. obtener una m uestra representativa de pacientes que acce­
Al comienzo de cualquier investigación, se deben escoger los den a cuidados paliativos, y los que tienen un interés espe­
cial en la pregunta de investigación o con asuntos personales
métodos apropiados para la cuestión que se va a investigar. El
investigador ha de aclarar los objetivos específicos de la investi­ que quieran exponer tienen más probabilidad de com pletar
la encuesta. El problem a de la m uestra representativa se ve
gación y debe poseer una apreciación y conocimientos sobre
agravado p o r el núm ero de pacientes demasiado enfermos
el alcance de las estrategias metodológicas disponibles. Existen
muchas estrategias metodológicas que son adecuadas para la para com pletar la encuesta, lo que hace que la mayoría de las
encuestas sobre cuidados paliativos tengan una m uestra ses­
investigación psicosocial en cuidados paliativos, y cada una de
gada. Los pacientes con el mayor núm ero de problem as tie­
ellas tiene sus puntos fuertes y débiles inherentes. En la investi­
gación sobre cuidados paliativos, deben tenerse en cuenta los nen la m enor probabilidad de ser incluidos en la recogida de
datos. En algunas encuestas se realizan exclusiones, como los
aspectos prácticos y éticos a la hora de escoger una estrategia
pacientes incapaces o no dispuestos a aceptar su diagnóstico
metodológica. En las siguientes secciones se describen algunas
de las principales estrategias metodológicas principales, como las o pronóstico, o aquellos que fallecen p o r causas no oncoló­
gicas. Estas exclusiones tam bién sesgan las muestras. Pueden
encuestas, estudios observacionales, ensayos clínicos controlados
surgir dificultades a la hora de adquirir una información pre­
y estudios cualitativos.
cisa de las personas que com pletan las encuestas; los pacien­
tes pueden ser reacios a criticar su asistencia p o r m iedo a las
ENCUESTAS repercusiones7.
Algunos investigadores de cuidados paliativos han intentado
Las encuestas obtienen la información sobre las opiniones y pun­ obtener una muestra más representativa realizando su encuesta
tos de vista de las personas afectadas por una enfermedad ter­ a través de personas allegadas tras el fallecimiento del paciente.
minal. Han sido la estrategia metodológica más utilizada para la Los familiares o cuidadores del paciente son preguntados sobre
investigación psicosocial en cuidados paliativos. Algunos ejemplos su opinión de los servicios prestados. Esto perm ite que el inves­
de encuestas de buena calidad en este ámbito son las evaluacio­ tigador recoja datos de todo el período que culminó en el falle­
nes de las opiniones de familias y amigos en la fase de duelo sobre cimiento del paciente.También se asocia con varios | problemas.
la experiencia de los pacientes con enfermedad terminal5 y la Muchos estudios han observado que los pacientes y sus familia­
valoración de la experiencia de internos sénior sobre un puesto res o cuidadores pueden tener puntos de vista divergentes sobre
de 6 meses en una residencia de enfermos terminales que identi­ el control de los síntomas y la satisfacción con los servicios8.
ficó sus fuentes de estrés y sus necesidades de apoyo6. El propio duelo también puede influir en las opiniones de las
Por lo general, las encuestas generan datos mediante una personas que contestan a la encuesta, o los recuerdos negati­
serie de preguntas cerradas o a través de la escala de Likert o de vos sobre la asistencia al paciente pueden ser más prominentes
escalas visuales analógicas para ayudar a la recogida de datos y durante el período de tristeza que puede asociarse a esta etapa
al análisis estadístico. Algunas también contienen preguntas abier­ de duelo7.
tas que permiten al encuestado responder a una pregunta con
libertad y que se pueden analizar mediante varios métodos, por
lo general un análisis de contenidos o temático. Las encuestas se ESTUDIOS OBSERVACIONALES
realizan como entrevistas cara a cara con el encuestado, en forma
de entrevistas telefónicas o por la autocontestación de cuestiona­ El término investigación observacional describe varias estra­
rios enviados por correo. Cada método tiene algunas ventajas e tegias en las que el investigador no controla el tratamiento
inconvenientes. o asistencia recibida por las personas que toman parte en el

ERRNVPHGLFRVRUJ
172 S E C C IÓ N E | Investigación

estudio y en las que se observa a los participantes o se miden emparejados son más frecuentes en el contexto de los cuidados
ciertos criterios de valoración. En este amplio rango de métodos paliativos, pero tienen defectos si se les compara con sus homó­
se engloban los estudios de cohortes (en los que el investigador logos aleatorizados. Por ejemplo, puede haber diferencias funda­
sigue a los participantes desde su tratamiento inicial para evaluar mentales entre los pacientes que seleccionan distintas opciones
la incidencia de los criterios de valoración e identificar los facto­ asistenciales, como los que eligen residencias para enfermos ter­
res predictivos) y los estudios de casos y controles para recoger minales en lugar de una asistencia convencional. Dado que las
información en pacientes con enfermedad terminal y sin ella para opiniones de los pacientes, de los profesionales sanitarios y de
comparar los factores entre los distintos grupos. Un ejemplo los investigadores pueden sesgar un ensayo clínico, el rigor de
de estudio observacional prospectivo es la evaluación longitu­ éste debe aumentarse aún más haciendo que no se conozcan las
dinal adaptable de una intervención de cuidados en la última distintas opciones por parte del paciente (enmascaramiento sim­
fase de una enfermedad terminal y en los casos de cáncer poten­ ple), de quienes administran los tratamientos o servicios (enmas­
cialmente mortal, enfermedad cardíaca, trastornos respiratorios o caramiento doble) y de quienes recogen y analizan los datos
demencia9. (enmascaramiento triple).
Los diseños observacionales son especialmente útiles para
estudiar los cuidados paliativos, en los que existen preocupacio­
nes éticas sobre los ensayos clínicos controlados, porque no nie­ Inconvenientes
gan el tratamiento a los participantes ni lo afectan. Es imposible
establecer una relación de la causalidad a partir de los estudios A pesar de que los ensayos clínicos controlados son el patrón oro
observacionales. La identificación de resultados positivos puede en cuanto a efectividad, pocas veces se realizan, debido a una serie
deberse a factores sin una relación específica con los tratamien­ de dificultades metodológicas y éticas en la investigación sobre
tos de cuidados paliativos o servicios proporcionados. Es impo­ cuidados paliativos. Las dificultades prácticas con las que chocan
sible descartar, por ejemplo, que el azar y la remisión natural de los ensayos clínicos en este contexto incluyen el hecho de que
la enfermedad influyan en los resultados. Las respuestas de los pocos servicios de cuidados paliativos tienen un número suficiente
pacientes a los criterios de valoración pueden verse influidas por de pacientes para reclutar las muestras necesarias para detectar
las creencias, actitudes o expectativas acerca de los profesiona­ unos efectos significativos desde el punto de vista estadístico. Si
les sanitarios. Los hallazgos pueden estar sesgados por el efecto los investigadores son incapaces de reclutar una muestra amplia,
Hawthorne (es decir, la atención adicional por la participación en suele ser recomendable utilizar una aleatorización estratificada
un estudio observacional puede dar lugar a los sentimientos de para aumentar la probabilidad de compatibilidad entre los grupos.
gratificación y recompensa que hagan que los pacientes refieran La asignación aleatoria se realiza en el seno de los grupos, definida
unos mejores efectos del tratamiento con independencia de cual­ por las características de los participantes, como la gravedad de la
quier cambio en el mismo). enfermedad, para asegurar un mejor equilibrio de estos factores
entre los grupos de la intervención. También existen dificultades
a la hora de obtener pacientes representativos de los que reciben
ENSAYOS CLÍNICOS CONTROLADOS los servicios de cuidados paliativos debido al abandono del estudio
por la progresión de la enfermedad o el fallecimiento. El problema
Si un investigador desea realizar una investigación para estable­ de que las muestras de los ensayos clínicos no sean representativas
cer la relación de causalidad, el ensayo clínico controlado, en de la población general de pacientes que reciben cuidados paliati­
especial si es de tipo aleatorizado, se considera el patrón oro. Los vos se agrava por la exclusión innecesaria de pacientes del estudio
ensayos clínicos aleatorizados y controlados intentan controlar debido a factores como la edad o el estado mental. Estas compli­
las variables que pueden afectar al criterio de valoración. En caciones conllevan un riesgo de sesgo de selección (es decir, las
ellos se compara la intervención que se está investigando con un características de la muestra pueden ser distintas a las de la pobla­
control (por lo general un placebo, la ausencia de interven­ ción más amplia que recibe cuidados paliativos).
ción o el grupo de la lista de espera) o con otra intervención Los ensayos clínicos en cuidados paliativos que se basan en cri­
(habitualmente una considerada como el mejor tratamiento es­ terios de valoración autorreferidos tienen el problema adicional
tándar). de que los hallazgos pueden estar sesgados porque las personas
encuestadas no han ofrecido unas respuestas precisas. Para algunos
Ventajas pacientes de cuidados paliativos y sus familiares resulta difícil mos­
trarse críticos con la asistencia recibida, y quieren ofrecer una valo­
La principal ventaja de los ensayos clínicos controlados consiste ración favorable de quienes cuidan de ellos. Otros pueden quitar
en que su rigor metodológico es mayor que el de un estudio importancia a sus síntomas para evitar repercusiones terapéuticas
observacional, porque los ensayos clínicos controlados reducen desagradables o el ingreso en el hospital, mientras que algunos pue­
la probabilidad de que los resultados se deban a un efecto pla­ den exagerar los problemas con la esperanza de que esto modifique
cebo o a otra variable de confusión. La fiabilidad y validez de un los servicios que reciben. El problema de obtener unas respuestas
ensayo clínico son aspectos inespecíficos de los cuidados paliati­ precisas no se limita a los pacientes. El personal puede ser reacio
vos, pero requieren una cierta descripción. La validez se refiere a revelar sus problemas psicosociales por miedo a ser percibidos
al grado en el que los hallazgos de la investigación reflejan con como débiles e inadecuados para el trabajo o un ascenso10.
precisión lo que se ha evaluado, y puede subdividirse en validez La elección de los criterios de valoración en los ensayos clí­
interna y externa. La validez interna se refiere al grado en el nicos sobre cuidados paliativos puede ser problemática. Se han
que las afirmaciones causales se ven respaldadas por los hallaz­ diseñado pocos criterios de valoración específicos para los
gos. La validez externa es el grado en el que los hallazgos pue­ pacientes que tienen enfermedades terminales, lo que suscita
den generalizarse a toda la población o a otros contextos. En la dudas sobre su validez y fiabilidad cuando se utilizan con estos
investigación cuantitativa, la fiabilidad se refiere a la capacidad pacientes. Algunos criterios de valoración parecen ser sensibles
para obtener los mismos hallazgos en todas las ocasiones, con para el contexto en el que se utilizan, como, por ejemplo, las
independencia de qué investigador haya recogido o analizado los escalas para la depresión que son válidas cuando se usan en los
datos. El rigor de un ensayo clínico también es mayor si los parti­ pacientes psiquiátricos, pero que no parecen válidas para aque­
cipantes se distribuyen de forma aleatoria a los distintos grupos llos en estado terminal porque el criterio de valoración es sensi­
de tratamiento, pues esto elimina el sesgo del estudio. Los ensa­ ble a los cambios del rendimiento biológico (p. ej., sueño, comida,
yos clínicos controlados no aleatorizados que utilizan controles niveles de actividad), y los resultados suelen verse alterados por

PARTE I PRINCIPIOS
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Investigación psicosocial I C A P Í T U L O 3 2 173

la enfermedad y el tratamiento. Incluso aunque se empleen cri­ participan en investigaciones cualitativas se benefician de «contar
terios de valoración válidos para la población de pacientes, éstos su historia»20. Esto suscita otra cuestión ética sobre qué le sucede
pueden estar demasiado enfermos o tener demasiado dolor, o al paciente y a estos beneficios terapéuticos después de que se
bien su funcionamiento cognitivo puede estar tan alterado que haya completado la investigación y que el paciente ya no interac-
sea difícil contestar a las preguntas. Si los ensayos clínicos utili­ túe con el investigador19.
zan criterios de valoración de calidad de vida, los hallazgos pue­
den estar distorsionados por el cambio de la respuesta, que a
veces se denomina ajuste positivo. Aún existe escasez de inves­ DIFICULTADES DE LA INVESTIGACIÓN
tigaciones que hayan estudiado el modo en el que los pacientes Cualquier metodología de investigación psicosocial utilizada en
terminales perciben su vida y juzgan los aspectos de ésta que cuidados paliativos cuenta con problemas genéricos. Un ejemplo
consideran relevantes. Las investigaciones disponibles sugieren lo constituye la ética de incluir a pacientes con una enfermedad
que los pacientes ajustan su estándar de calidad de vida durante terminal. Aún continúa el debate sobre la ética de implicar a per­
su enfermedad10. El propósito de la mayoría de los instrumentos sonas moribundas, sobre todo si la ganancia de mejorar la calidad
de calidad de vida es medir el impacto de una intervención en de los cuidados paliativos en general supera las exigencias adicio­
una situación relativamente estable. Es discutible si estos instru­ nales que se imponen a quienes toman parte en ella19,21,22. Los
mentos son aplicables a los cuidados paliativos, en los que la investigadores coinciden en que los estudios en cuidados palia­
intervención se centra en lograr la mejor calidad de vida posible tivos deben asegurar que las preguntas y diseños de investiga­
en una situación en la que se producirá un deterioro conocido. ción sean relevantes y rigurosos. «Existe una necesidad absoluta
Las investigaciones han observado que los pacientes oncológicos de asegurar que estos estudios tengan un diseño cuidadoso
y no oncológicos refieren unos niveles similares de satisfacción para minimizar la carga y para hacer un uso óptimo de los datos
de vida, pero que los ámbitos no relacionados con la salud tie­ recogidos»21.
nen una mayor contribución a la calidad de vida en los pacientes A muchos investigadores puede resultarles difícil acceder a los
oncológicos11. pacientes y sus familiares. Obtener la aprobación de los comités
Para evitar algunos de los problemas asociados con el aban­ de ética de investigación puede ser problemático para los estudios
dono, los ensayos clínicos han utilizado a los familiares o cuida­ que implican a esta población23. Esta dificultad se ve agravada para
dores para completar los criterios de valoración a través de otras los pacientes que los comités de ética consideran vulnerables,
personas, a semejanza de la estrategia de algunas encuestas. Una como aquellos que tienen dificultades para el aprendizaje o enfer­
considerable cantidad de evidencias sugiere que los familiares y medad mental, además de tener una enfermedad terminal. Los
los profesionales sanitarios tienen percepciones divergentes del profesionales que desempeñan una misión de filtro, por lo general
paciente12-14. A pesar de la posibilidad inherente de que los fami­ aquellos que se ocupan de la asistencia directa de los pacientes,
liares o los cuidadores tengan puntos de vista distintos de los del también pueden impedir el acceso. Muchos investigadores han
paciente, a veces es necesario adoptar este planteamiento en la documentado las barreras que se experimentan al acceder a los
investigación sobre cuidados paliativos. La autoevaluación psi­ pacientes terminales24,25. Los aspectos de filtrado son una de las
cosocial de los pacientes muy graves, por ejemplo, puede verse mayores barreras para el reclutamiento. Los profesionales sanita­
contaminada por los efectos de la enfermedad subyacente, los fár­ rios admitieron en sesiones de grupo que, aunque creían que la
macos o el tratamiento. investigación era esencial, estaban preocupados por el hecho de
hablar con los pacientes por miedo de sobrecargarles, o por que
les dijesen que no o se enfadasen con ellos por preguntar, al creer
ESTUDIOS CUALITATIVOS que «ya tenían bastante con lo suyo»26.
Las metodologías cualitativas también se han utilizado amplia­ Aunque los motivos de los comités de ética y de los profesio­
mente en la investigación sobre cuidados paliativos. Estos estudios nales encargados del filtrado de los pacientes a la hora de negar el
suelen utilizar preguntas abiertas en entrevistas cara a cara con los acceso puede ser justificable (p. ej., preocupación por el tiempo,
pacientes afectados por una enfermedad terminal o llevan a cabo esfuerzo y molestias adicionales para los pacientes o sus fami­
sesiones de grupo con pacientes, familiares o cuidadores. Pueden liares), negar a los pacientes la opción de participar sugiere una
proporcionar una comprensión más profunda sobre las opiniones actitud paternalista. La exclusión innecesaria de los grupos vulne­
y puntos de vista de las personas afectadas y determinan en qué rables de la investigación sobre cuidados paliativos supone una
modo estas opiniones influyen y se ven influidas por su conducta amenaza para la validez de la investigación y suscita dudas sobre
o experiencias. Los estudios cualitativos pueden ser especial­ los derechos civiles de estos pacientes. Incluso cuando se permite
mente adecuados para los temas que pueden resultar sensibles o el acceso, el profesional con la misión de filtro puede introducir
personales a los participantes. La investigación en cuidados palia­ un sesgo. Los profesionales sanitarios pueden escoger a perso­
tivos ha otorgado un papel en gran medida pasivo a los pacientes nas con actitudes positivas sobre su enfermedad y la asistencia
afectados por una enfermedad terminal, respondiendo a cuestio­ que reciben o que parezcan propensos a querer participar en la
narios y criterios de valoración de calidad de vida15. Gracias a su investigación26.
diseño, la investigación cualitativa puede proporcionar una opor­ La exposición a la angustia de los pacientes con una enfermedad
tunidad para que tengan un papel más activo, lo que puede ayu­ terminal puede afectar a las personas que realizan las investigacio­
dar a otorgar un mayor poder a las personas que toman parte en nes. La mayoría de la investigación sobre cuidados paliativos supone
ellas y permitir que la investigación esté más dirigida por las nece­ el contacto directo con los pacientes terminales, lo que puede
sidades y preocupaciones de los participantes16. En la investiga­ suscitar miedos y ansiedades sobre la propia mortalidad del
ción cualitativa, el rigor suele evaluarse en términos de fiabilidad investigador o de su familia y amigos27. Esta reacción puede agra­
varse por la naturaleza altruista de los pacientes o familiares par­
y credibilidad1718.
Al igual que en cualquier estrategia metodológica en el con­ ticipantes.
texto de los cuidados paliativos, los estudios cualitativos tienen
ciertos aspectos éticos que deberían tenerse en cuenta antes CONCLUSIONES
de llevar a cabo la investigación. Las estrategias de investigación
cualitativas se inmiscuyen en las vidas de las personas afectadas, Se pueden utilizar diversas metodologías para la investigación de
suscitan falsas esperanzas y desencadenan emociones dolorosas y los aspectos psicosociales de los cuidados paliativos. Una investiga­
difíciles19. Varios investigadores creen que algunos pacientes que ción de calidad debe considerar los aspectos prácticos y éticos en

ERRNVPHGLFRVRUJ
174 S E C C IÓ N E | Investigación

este contexto y se ajusta a los objetivos del proyecto con las herra­ 4. Addington-Hall JM, MacDonald LD, Anderson HR, et al. Randomised contro­
mientas apropiadas. El estudio debería ser riguroso y abierto a la lled trial of effects of coordinating care for terminally ill cancer patients. BMJ
1992;305:1317-1322.
hora de llevar a cabo la investigación y de difundir los hallazgos 5. Addington-Hall JM, MacDonald LD,Anderson HR, et al. Dying from cancer: The
después. Todas las estrategias metodológicas tienen sus propios views of bereaved family and friends about the experience of terminally ill
aspectos fuertes y débiles. Lo que determina si la investigación es patients. Palliat Med 1991;5:207-214.
o no de calidad es la idoneidad de la metodología y el rigor con el 6. Lloyd-Williams M. Senior house officers’ experience of a six month post in a
que se realiza. Una distinción rígida entre varias estrategias meto­ hospice. Med Educ 2002;36:4548.
7. Addington-Hall JM, McCarthy M. Survey research in palliative care using berea­
dológicas puede no ser de utilidad, y la triangulación de los datos ved relatives. In Field D, Clark D, Corner J, et al (eds). Researching Palliative
mediante el uso asociado de más de una estrategia metodológica Care. Buckingham, UK: Open University Press, 2001, pp 27-36.
suele aceptarse como el planteamiento más riguroso para una 8. Curtis AE, Femester J. Quality of life of oncology hospice patients: A comparison
investigación. of patients and primary caregivers’ reports. Oncol Nurs Forum 1989; 16:49-53-
9- London MR, McSkimming S, Drew N, et al. Evaluation of a comprehensive,
La mayoría de la investigación psicosocial en cuidados paliati­ adaptable, life-affirming, longitudinal (CALL) palliative care project. J Palliat
vos se ha centrado en aspectos pequeños y unicéntricos. Las inves­ Med 2005;8:1214-1225.
tigaciones futuras deben mejorar la base de evidencia en el seno 10. Courtens A. Instruments to assess quality of palliative care. In Abu-Saad H
de la disciplina. Se deberían realizar más estudios longitudinales (ed). Evidence-Based Palliative Care across the Life Span. London: Blackwell
para identificar de qué modo cambian las necesidades psicosocia- Scientific, 2001, pp 103-115.
11. Kreitler S, Chaitchik S, Rapoport Y, et al. Life satisfaction and health in can­
les de los pacientes, sus familias y sus cuidadores. La investigación cer patients, orthopedic patients and healthy individuals. Soc Sci Med
sobre las estrategias metodológicas y los instrumentos para eva­ 1993;36:547-556.
luar los criterios de valoración deberían analizar su idoneidad para 12. Cohen SR, Mount BM, Bruera E, et al. Validity of the McGill Quality of Life
el estudio de los cuidados paliativos. Questionnaire in the palliative care setting:A multi-centre Canadian study demons­
trating the importance of the existential domain. Palliat Med 1997; 11:3-20.
Los grupos de investigación colaborativa en el ámbito de orga­ 13- Sprangers MA, Aaronson NK. The role of health care providers and signifi­
nizaciones y servicios académicos, así como entre varios de éstos, cant others in evaluating the quality of life of patients with chronic disease:A
pueden dirigirse a resolver algunos de estos aspectos y aumentar review. J Clin Epidemiol 1992;45:743-760.
el número y la calidad de los estudios psicosociales en cuidados 14. Higginson I, Wade A, McCarthy M. Palliative care: Views of patients and their
paliativos, sobre todo para los ensayos clínicos multicéntricos. families. BMJ 1990;301:227-281.
15. Payne S.Are we using the users [guest editorial]? Int J Palliat Nurs 2002;8:212.
La investigación colaborativa de esta naturaleza también puede 16. Gott M, Stevens T, Small N, e t al. User Involvement in Cancer Care: Exclusion
ayudar a atenuar algunas dificultades asociadas con la investiga­ and Empowerment. Bristol, UK: Policy Press, 2000.
ción en cuidados paliativos. La financiación del programa Cancer 17. Guba EG, Lincoln YS. Fourth Generation Evaluation. Thousand Oaks, CA: Sage,
Experiences Collaborative por seis organizaciones socias a tra­ 1989-
18. Lincoln YS, Guba EG. Naturalistic Inquiry. Thousand Oaks, CA: Sage, 1985.
vés del National Cancer Research Institute de Reino Unido es un 19- Wilkie P Ethical issues in qualitative research in palliative care. Palliat Med
ejemplo de ello. El programa Cancer Experiences Collaborative es 1997;11:321-324.
una colaboración entre investigadores de cinco universidades de 20. Newman S, Morton R. Research in palliative care nursing. In Kinghorn S,
Reino Unido, varias organizaciones clínicas y representantes de Gamlin R (eds). Palliative Nursing: Bringing Hope and Comfort. London:
los usuarios, cuyo propósito es realizar progresos sustanciales en BailliéreTindall, 2001.
21. Field D, Clark D, Comer J, et al (eds). Researching Palliative Care. Buckingham,
la capacidad y calidad de la investigación sobre apoyo y cuidados UK: Open University Press, 2001.
paliativos en los próximos 5 años, de un modo que asegure que 22. De Raeve L. Ethical issues in palliative care research. Palliat Med 1994;8:298-305.
los progresos se mantengan después28. 23- Lee S, Kristjanson L. Human Research ethics committees: Issues in palliative
La investigación psicosocial es esencial para evaluar las nece­ care research. Int J Palliat Nurs 2003;9:13-18.
24. Addington-Hall J. Research sensitivities to palliative care patients. EurJ Cancer
sidades psicosociales de los pacientes con una enfermedad ter­ Care 2002;11:220-224.
minal. El apoyo y los tratamientos ofrecidos requieren una evalua­ 25. Janssens R, Gordijn B. Clinical trials in palliative acre: An ethical evaluation.
ción rigurosa para asegurar que las personas afectadas reciban un Patient Educ Couns 2000;41:55-62.
apoyo óptimo. La investigación psicosocial también pone al usua­ 26. Kennedy L, Lloyd-Williams MA, Gabbay M. Children’s experiences when a
rio en el centro, lo que representa una forma de llevar a cabo una parent has advanced cancer [unpublished PhD thesis, University of Liverpool,
submitted 2008].
investigación que conserva el planteamiento holístico de los cui­ 27. Clark D, Ingleton C, Seymour J. Support and supervision in palliative care
dados paliativos modernos. research. Palliat Med 2000;14:441-446.
28. Bailey C, Wilson R, Addington-Hall J, et al. The Cancer Experiences Research
Collaborative (CECo): Building research capacity in supportive and palliative
B I B L I O G R A F Í A care. Prog Palliat Care 2006; 14:265-270.
1. National Council for Hospice and Specialist Palliative Care Services. Feeling
better. Psychosocial care in specialist palliative care. Occasional paper no. 13- L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
London: National Council for Hospice and Specialist Palliative Care Services,
1997. Field D, Clark D, Comer J, et al. Researching Palliative Care.
2. Jeffrey D.What do we mean by psychosocial care in palliative care? In Lloyd-
Williams M (ed). Psychosocial Issues in Palliative Care. Oxford, UK: Oxford
Buckingham, UK: Open University Press, 2001.
University Press, 2003, pp 1-12. Lloyd-Williams M. Psychosocial Issues in Palliative Care. Oxford,
3. Glaser BG, Strauss AL. Awareness of Dying. Chicago: Aldine, 1965. UK: Oxford University Press, 2003-

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
M e todología cualitativa I C A P Í T U L O 3 3 175

33 Errores frecuentes

I
| | CAPÍTULO
Características de los métodos cualitativos

Constituyen una serie d e m étodos d e investigación rigurosos


Metodología cualitativa Son u n g rupo h eterogéneo d e m étodos
Son adecuados para utilizarlos d e form a individual o ju n to a 1
Sheiia Payne m étodos cuantitativos
Son adecuados para estudiar el m odo e n el q u e las cosas funcionan
en u n contexto, perm itiendo prestar atención a los detalles, matices,
© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos riqueza y com plejidad d el m undo social
Son adecuados para com prender m uchos p untos d e vista
Constituyen técnicas para recoger datos textuales en lugar de datos
num éricos
Son capaces d e p roducir explicaciones, argum entos y teorías.
P U N T O S Tienen capacidad d e s e r transferibles
» Las metodologías de investigación cualitativa se basan en una serit
rías del conocimiento que afectan al modo en el que se recogen los datos, Suposiciones incorrectas sobre los métodos cualitativos
cómo se tratan durante su análisis, qué afirmaciones se establecen según los
hallazgos,)' cómo se evalúan los diferentes métodos. Son u na ciencia «blanda»
» Existen dos tipos principales de investigación cualitativa: experiencial (es Emplean un único m étodo e n contraste con la investigación cuan­
decir, centrada en cómo las personas comprenden el mundo) y discursiva titativa
(centrada en cómo se emplea el lenguaje para construir el mundo). Se usa una técnica prelim inar en lugar de m étodos de investigación
* La recogida de datos cualitativos pretende obtener charlas, textos, observa­ cuantitativos reales
ciones, imágenes y artefactos utilizando técnicas como entrevistas, sesiones Ponen a pruebas las ideas preconcebidas e n condiciones restringidas
de grupo y observación. Constituyen una form a de periodism o
> Hay muchos métodos de análisis de datos cualitativos que son rigurosos, Constituyen un k it d e herram ientas
pero la mayoría no transforma los datos en números. Son m eram ente descriptivos
» Existen varios criterios para juzgar la validez de la investigación cualitativa Emplean inform aciones idiosincrásicas
que son compatibles con la serie de teorías en los que se basan.

partir de quién, cómo se tratan durante el análisis, qué afirmaciones


se realizan respecto a los hallazgos y qué métodos distintos deberían
evaluarse. Estos métodos suelen considerarse como distintos de los
Cada vez se pone más hincapié en la asistencia sanitaria basada en de tipo cuantitativos pero, de forma alternativa, se pueden concep-
la evidencia, y en el campo de los cuidados paliativos, la investiga­ tualizar de un modo variable en varias dimensiones (?) como el con­
ción cualitativa ha desempeñado un papel destacado al respecto1. trol del investigador. La investigación cualitativa se centra en estudios
Los métodos cualitativos se encuentran entre los más útiles y más contextualizados de situaciones concretas y prefiere la diversidad en
empleados en la investigación sobre cuidados paliativos2. Se con­ lugar de combinar los datos para establecer generalizaciones sobre
centran en la abundancia, diversidad, profundidad, contexto, com­
las poblaciones. Los métodos de investigación cualitativos constitu­
plejidad y múltiples puntos de vista de la vida real. Su popularidad yen un amplio rango de estrategias para recoger y analizar los datos.
puede sugerir que son simples (v. «Errores frecuentes»), pero las
Existen dos tipos principales: experiencial, que se centra en cómo
suposiciones sobre los elementos en los que se basan aseguran (?)
las personas interpretan y comprenden su mundo, y discursivo, que
que las preguntas de investigación, la recogida de datos y los aná­ se centra en cómo el lenguaje da forma y construye el mundo4. Las
lisis son congruentes. La investigación cualitativa es apasionante estrategias experienciales se utilizan ampliamente en la investiga­
y compleja porque requiere un esfuerzo intelectual en todas las
ción sobre cuidados paliativos, y emplean métodos analíticos, como
etapas, sobre todo en el análisis e interpretación de los datos. Este la teoría fundamentada, el análisis fenomenológico interpretativo y
capítulo ofrece una introducción al diseño, realización e interpre­ el análisis temático. Se basan en la suposición de que es posible esta­
tación de la investigación cualitativa. Proporciona una revisión blecer inferencias a partir de las informaciones verbales. Las estrate­
general que se puede completar con los libros de texto especia- gias discursivas se utilizan con menos frecuencia en la investigación
| lizados para consultar los procedimientos metodológicos especí- sobre medicina paliativa. Utilizan métodos analíticos, como el análisis
3 ficos y obtener consejos de investigadores experimentados antes del discurso, algunos tipos de análisis narrativo y la etnometodología.
§ de embarcarse en proyectos de investigación. Se basan en la suposición de que el lenguaje da forma de un modo
8 Se ha propuesto una definición de la investigación cualitativa,
activo al mundo en el que viven las personas. El lenguaje no se con­
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

aceptada de forma general a nivel internacional3: sidera como un medio transparente para la transmisión de la infor­
Se trata de una actividad situada que ubica al observador en el mación. Las estrategias discursivas no asumen que es posible extraer
mundo. Consiste en una serie de prácticas materiales interpretativas inferencias directas sobre el modo en el que las personas sienten o
que hacen el mundo visible. Estas prácticas transforman el mundo piensan a partir de sus informaciones verbales5, sino que se presta
y lo convierten en una serie de representaciones, como notas de atención al modo en el que se utiliza el lenguaje como una conducta
campo, entrevistas, conversaciones, fotografías, grabaciones y recor­ social (p. ej., las personas pueden utilizar el lenguaje para amenazar,
datorios para uno mismo (pág. 3). seducir, persuadir o atraer).
Las estrategias generales del diseño de la investigación que
Los métodos cualitativos se inspiran en un rango teórico que pueden emplear métodos cuantitativos y cualitativos se denomi­
tienen implicaciones para el modo en el que se recogen los datos, a nan diseños de métodos mixtos.

ERRNVPHGLFRVRUJ
176 S E C C IÓ N E I Investigación

• La etnografía se desarrolló originalmente en los campos de la


Cuadro 33-1 Preguntas de investigación y tipos de
antropología y la sociología para investigar las prácticas cultu­
métodos cualitativos que pueden usarse para responderlas
rales en poblaciones y grupos sociales.
• La investigación aplicada pretende desarrollar, aplicar y evaluar 1. ¿Cuáles son las experiencias no oficiales de los cuidadores sobre
ciclos de acción (es decir, intervenciones) utilizando un enfo­ los servicios sociales en las unidades de cuidados paliativos es­
que participativo de los contextos del mundo real. pecializadas?
• La metodología de evaluación formativa valora los servicios y Esta pregunta podría responderse realizando entrevistas para cono­
otras evaluaciones, teniendo en cuenta muchas perspectivas y cer la opinión y experiencia de los cuidadores utilizando un análisis
dinámicas sociales cambiantes. de teoría fundamentada.
• La metodología de estudios de casos se centra en una o más 2. ¿Cómo conceptuaüzan los asesores el apoyo psicológico?
organizaciones de casos o entidades sociales (esto no debería Esta pregunta podría responderse mediante el análisis fenomeno-
confundirse con los estudios de casos clínicos) para estudiar lógico interpretativo de los datos obtenidos en entrevistas.
los fenómenos en los contextos del mundo real y tener en 3. ¿Cómo las interacciones de los médicos con los pacientes recurren
cuenta muchos puntos de vista. al apoyo emocional?
Esta pregunta podría responderse mediante el uso de transcripcio­
En las siguientes secciones se describen las metodologías
nes de consultas médicas en un estudio analítico del discurso.
cualitativas específicas. Se analizarán las etapas secuenciales que
4. ¿De qué modo las experiencias previas de pérdida y las transiciones
afrontan los investigadores a la hora de diseñar un estudio, como
vitales influyen en la adaptación al cáncer?
la identificación de las preguntas de investigación adecuadas
Esta pregunta podría responderse interrogando a los participantes
para los estudios cualitativos, las estrategias de recogida de datos,
por sus datos biográficos y usando un análisis narrativo para analizar
las técnicas para capturar y transformar los datos, una breve
las relaciones del cáncer con la pérdida y los cambios vitales.
explicación de los métodos clave de análisis y las formas de ase­
5. ¿Cuáles son las actitudes y creencias sobre la eutanasia expresada
gurar la calidad de los estudios cualitativos. A continuación, se
por los pacientes con cáncer avanzado?
citará la contribución de la investigación cualitativa en la medi­
Se pueden utilizar entrevistas semiestructuradas para recoger los
cina paliativa, se ofrecerán ejemplos de investigación en la que
datos y después analizarlos mediante un análisis de contenido.
se usan distintos métodos cualitativos y se expondrán las dificul­
tades y oportunidades que estos métodos ofrecen a la medicina
paliativa.
Cuadro 33-2 Ejemplos de diseños de investigación
cualitativa
AVANCES EN LA METODOLOGÍA
Como preludio al uso de métodos cuantitativos: Un estudio
DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA puede comenzar por hacer unas cuantas entrevistas para aclarar
La metodología de la investigación cualitativa tiene una tradición varios aspectos antes de elaborar un cuestionario o un criterio
larga y profusa en las ciencias sociales3. Por tanto, no es nueva ni de valoración estructurado. El uso de métodos cualitativos está
menos científica que la investigación en ciencias naturales y medi­ diseñado para ayudar a la investigación cuantitativa, que tiende a
cina. Sin embargo, estos métodos pueden ser menos conocidos considerarse como la verdadera investigación.
y aceptados por aquellos que tienen una formación exclusiva en Deforma simultánea con los métodos cuantitativos: Esto se
ciencias biomédicas. En Reino Unido, la investigación sobre ser­ denomina diseños de métodos mixtos y cuenta con las ventajas
vicios sanitarios ha adoptado de forma creciente unos métodos obtenidas al combinar las estrategias. Pueden ayudar a explicar
mixtos o cualitativos para tratar algunas cuestiones referentes a la los resultados contraintuitivos u ofrecer múltiples perspectivas
investigación. (es decir, triangulación). Sin embargo, incrementan la carga de
recogida de datos sobre los pacientes.
Después de utilizar los métodos cuantitativos: Los métodos
Uso de métodos cualitativos cualitativos pueden utilizarse para complementar un estudio
cuantitativo.
Cualquier investigación de calidad debe resolver preguntas o De forma aislada: Los métodos cualitativos pueden usarse según
hipótesis de investigación específicas. La investigación cualita­ un diseño autónomo. La ventaja es que los métodos de muestreo,
tiva tiende a responder preguntas de investigación en lugar de recogida de datos y análisis son congruentes en el seno de
hipótesis, porque estos diseños suelen ser explicativos en lugar la posición epistemológica escogida. Este capítulo se refiere
de estar elaborados para poner a prueba las predicciones. Es predominantemente a este tipo de diseño de investigación.
necesario identificar el rompecabezas intelectual6 situado en
el centro de cada estudio para asegurar que se lleva a cabo una
investigación cualitativa en lugar de descriptiva. La redacción
de la pregunta de investigación debería dejar claro qué, quién,
cuándo y cómo se investigará (cuadro 33-1). Algunos métodos
Tipos de muestreo
cualitativos, como los análisis de teoría fundamentada, permi­
ten perfeccionar y reenfocar las preguntas durante el proceso La categoría experiencial se basa en investigaciones de contextos
de investigación7’8. En el cuadro 33-1 se presentan varias pre­ naturalistas en los que no hay intención de controlar las variables
guntas de investigación referentes a la medicina paliativa y se ni de manipular las intervenciones. Esto puede deberse a que no
exponen los posibles métodos de responderlas. Los estudios de es ético; por ejemplo, es imposible asignar de forma aleatoria a las
investigación diseñados para explorar los procesos o propósitos personas para que fallezcan o no. Los investigadores cualitativos
utilizando preguntas con el formato «por qué» se prestan por sí están interesados en el modo en el que las personas se compor­
mismos a los métodos cualitativos. Si la investigación se centra tan en las situaciones de la vida real, como cuidar de una per­
sobre todo en preguntas que interrogan sobre «cuánto» o «con sona moribunda en su domicilio. A diferencia de la investigación
qué frecuencia», estos estudios pueden ser más adecuados para cuantitativa, en la que la aleatorización asegura que las muestras
los diseños cuantitativos. Los métodos de investigación cuantita­ representan a poblaciones definidas para minimizar el sesgo y
tivos y cualitativos pueden usarse de forma sinérgica o p or sepa­ proporcionar el fúndamento para la generalización, las mues­
rado (cuadro 33-2). tras cualitativas se seleccionan según un propósito determinado.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
M e todología cualitativa I C A P Í T U L O 3 3 177

Esta estrategia puede utilizar criterios predefinidos, como el para un análisis cualitativo. Algunos datos se producen específica­
sexo, la edad y el diagnóstico, de los que se sabe que difieren en mente para la investigación, como las entrevistas y los debates en
cuanto al tema de interés. Como alternativa, el muestreo intencio­ sesiones de grupo, mientras que otros ocurren de fo rm a natural,
nado puede estar guiado por consideraciones teóricas que surgen como los documentos sobre políticas y los discursos políticos.
durante el análisis, como los métodos de teoría fundamentada7.Al Por lo general, las estrategias experienciales utilizan datos que
igual que en los métodos cuantitativos, el muestreo de convenien­ se han recogido de forma específica para el propósito, como la
cia es el tipo menos consistente. Los investigadores cualitativos información obtenida mediante entrevistas con los pacientes para
deberían describir sus características muéstrales con la suficiente preguntarles sobre sus experiencias con un nuevo servicio. Las
profundidad para que los lectores puedan comprender las posi­ estrategias discursivas prefieren los datos que ocurren de forma
bles anomalías de reclutamiento. espontánea por motivos que se describen después en «Análisis de
Los diseños cualitativos recogen una gran cantidad de datos datos».
sobre un número relativamente pequeño de personas, porque En las siguientes secciones, se describirán los métodos habi­
el análisis se centra en una serie de características de los datos tuales de recogida de datos que se centran en el lenguaje y el
y tiene en cuenta varios aspectos que proporcionan el contexto texto. No se utilizan de forma exclusiva por los investigadores
social de dicho grupo de datos (v. cap. 34). Este compromiso cualitativos, porque los datos textuales pueden transformarse
detallado con la comprensión, interpretación y procesado de los en números. Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes, y los
datos textuales explica por qué los métodos cualitativos son tan investigadores deben tener en cuenta estas características a la
laboriosos. No hay fórmulas establecidas sobre cuál es el tamaño hora de tomar su decisión.
suficiente de la muestra. Los investigadores deben explicar en
sus descripciones por qué su muestra es adecuada. Los siguientes Entrevistas
puntos indican los tamaños habituales de la muestra.
La forma más frecuente de acceder a los datos para un análisis
• Menos de 10 personas puede ser un número adecuado en algu­ cualitativo son las entrevistas10. Las entrevistas varían en el
nos tipos de análisis fenomenológicos, fenomenológicos inter­ grado en el que están controladas por la agenda del investiga­
pretativos y narrativos. dor. En las entrevistas estructuradas, el investigador formula
• Entre 11 y 50 personas puede ser el mejor tamaño muestral en preguntas cerradas que requieren respuestas de sí o no, o pro­
un análisis de teoría fundamentada y temático. porciona unas respuestas predeterminadas que los encuestados
• Un número de más de 50 personas se puede utilizar en un aná­ deben aceptar o rechazar. La entrevista se prepara a modo de
lisis de contenido. cuestionario, y los entrevistadores suelen entrenarse de forma
cuidadosa para asegurar la coherencia a la hora de preguntar y
responder a las preguntas. Esta estrategia de entrevistas no es
Tipos de datos recogidos adecuada para los análisis cualitativos. Las entrevistas semies-
La mayoría de los métodos de recogida de datos no tienen una tructuradas predefinen en algún grado los temas de la investi­
naturaleza inherentemente cuantitativa o cualitativa9. Las distin­ gación, pero dan libertad al entrevistado para que exponga una
tas posiciones teóricas consideran a los datos de distintas formas. serie de puntos de vista y ofrezca sus opiniones. La agenda de la
A un nivel simple, los investigadores realistas consideran que los entrevistas puede estar poco especificada (p. ej., lista de temas).
fenómenos «están ahí» en el mundo, sin problemas y de forma Las entrevistas desestructuradas no tienen una estructura defi­
objetiva, disponibles para su recogida (aunque con las herramien­ nida y suelen invitar a los participantes a hablar sobre un tema
tas de medición correctas), mientras que una postura construc- o a contar una historia con mínimos comentarios p o r parte del
cionista social alternativa rechaza esta posibilidad. Estos autores entrevistador. Las entrevistas de investigación son diferentes a
argumentan que los fenómenos están definidos de forma social y las de tipo clínico, pero se elaboran a partir de habilidades de
se modelan con la interacción entre el investigador y la persona comunicación similares para animar a los encuestados a que
investigada. Desde este punto de vista, los investigadores se consi­ se sientan cómodos y relajados para hablar con libertad11. Las
deran como una parte del proceso de la generación de datos, sin entrevistas pueden llevarse a cabo cara a cara o por teléfono.
ser independientes de él. Algunas investigaciones cualitativas se concentran en charlas es­
En el cuadro 33-3 se enumeran los distintos tipos de datos que pontáneas, como grabar las consultas médicas, las reuniones
se pueden recoger para un análisis cualitativo. La forma en la que públicas o las de los medios de comunicación como la radio y
se recogen y se transforman los datos hace que sean adecuados la televisión.

Sesiones de grupo y debates en grupo


Cuadro 33-3 Ejemplos de datos que pueden utilizarse En ocasiones, los investigadores recogen datos de los grupos parti­
en investigación cualitativa cipantes en discusiones o debates. En las sesiones de grupo, el pro­
Lenguaje, en forma de palabras habladas: estos datos pueden pósito es alentar la interacción entre los participantes, para que
recogerse durante entrevistas, sesiones de grupo o debates de grupo. pueda surgir una serie de opiniones y generarse una discusión. Al
principio se debe decidir si los participantes de los grupos debe­
Lenguaje, en forma de texto escrito: estos datos pueden recogerse
rían ser homogéneos o heterogéneos. Es probable que la decisión
de informaciones escritas, diarios, periódicos o documentos sobre
se relacione con la pregunta de investigación y el tema que se
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políticas.
trata, y debería tener en cuenta la dinámica del grupo existente.
Observaciones de conductas y entornos: entre estos datos se
Por ejemplo, preguntar a auxiliares de clínica no cualificados para
encuentran conductas como el habla e interacciones no verbales que hablen sobre el trabajo en presencia de sus jefes puede limi­
y factores ambientales como la organización social del espacio y tar los datos debido a las relaciones de poder preexistentes. Las
los territorios en estrategias etnográficas. sesiones de grupo suelen estar dirigidas por un facilitador, cuyo
Imágenes: estos datos pueden ser acontecimientos dinámicos papel es introducir los temas, alentar la participación y encargarse
(p. ej., capturados digitalmente como vídeos o películas), de la comodidad de los participantes y de los aspectos de segu­
fotografías, dibujos o pinturas. ridad, mientras que un observador registra la naturaleza y el tipo
Artefactos: estos datos pueden ser objetos y símbolos, como de participación del grupo. El número de participantes varía de
esculturas, joyas o ropa. 6 a 12, en función del tema y del grupo. Es un equilibrio entre el
deseo de tener una serie de puntos de vista representados y las

ERRNVPHGLFRVRUJ
178 S E C C IÓ N E | Investigación

dificultades de un gran grupo y de poder entender la grabación de requieren para el análisis de la conversación, donde se dispone de
audio resultante. sistemas de notación específicos y precisos.
Una característica clave del análisis cualitativo es que no co­
mienza por transformar fenómenos no numéricos en números,
O bservación aunque en algunas estrategias los investigadores pueden utilizar
Puede que los investigadores quieran observar la interacción recuentos de categorías o temas para respaldar sus argumentos.
social. Si hacen esto sin una participación directa, se denomina Un problema práctico en la mayor parte de la investigación cua­
observación no participante, mientras que si intervienen (p. ej., litativa es que genera con rapidez grandes cantidades de datos
una enfermera que trabaja en el entorno observado), se denomina que requieren sistemas de almacenamiento de datos uniformes
observación participante. Con independencia del método que se y fiables. Esto asegura que los datos puedan recuperarse cuando
utilice, las observaciones se registran de forma sistemática como sea preciso durante su análisis y proporciona una pista de audito­
notas de campo. Los avances tecnológicos permiten que también ría, que es parte del proceso de calidad. Existen varios paquetes
se pueda registrar la conducta utilizando cámaras digitales de un informáticos para el análisis de los datos cualitativos, con ventajas
modo menos indiscreto que en el pasado. e inconvenientes característicos. Son útiles para facilitar la mani­
La etnografía hace hincapié en la observación como una parte pulación, indexado y recuperación de los datos, pero no modifi­
clave de la recogida de datos12. La observación de la interacción can la necesidad de un compromiso sostenido e intensivo con
humana suscita aspectos éticos y prácticos significativos. Por los datos durante el proceso intelectual de codificación e inter­
ejemplo, ¿es ético investigar en entornos sensibles como las resi­ pretación. El inconveniente de algunos paquetes es que son muy
dencias de enfermos terminales y con pacientes moribundos? Los laboriosos de utilizar durante la introducción y codificación de los
investigadores necesitan considerar en qué medida la conducta y datos, y pueden estructurar de forma involuntaria el análisis de
las prácticas organizativas se ven modificadas por la presencia de los datos según formas prescritas, como en estructuras jerárquicas
un observador. o lineales.

Fuentes de datos documentales


A N Á LISIS DE LOS DATOS
Se puede recoger información escrita a partir de fuentes como
documentos oficiales (p. ej., historias médicas de pacientes, folle­ Una vez que se han recogido y transformado palabras, textos e
tos informativos para pacientes, informes de políticas guberna­ imágenes, el siguiente paso al que se enfrenta el investigador es
mentales), medios de comunicación (p. ej., periódicos, revistas), dar sentido a los datos e interpretarlos. Hay muchas formas de
documentos privados (p. ej., diarios, ensayos, biografías) e infor­ hacer esto, y a continuación se expone una breve introducción
mación electrónica (p. ej., páginas de Internet, blogs). de las estrategias habituales. Se puede obtener más informa­
ción de fuentes especializadas y expertas antes de embarcarse
en el análisis. Los métodos de investigación son dinámicos y
Imágenes y artefactos están abiertos a su modificación, pero deben seguir una lógica
Los investigadores pueden recoger imágenes y artefactos provoca­ coherente con el propósito de la investigación (es decir, expre­
dos o espontáneos a partir de fuentes como dibujos, objetos, foto­ sada en la pregunta de investigación) y con la posición
grafías y pinturas (p. ej., material gráfico del paciente, fotografías teórica adoptada. A continuación se presenta una selección de
familiares). métodos analíticos para reflejar la diversidad de estrategias
(tabla 33-1)14.

CAPTURA Y TRANSFO RM ACIÓ N DE LOS DATOS


Análisis del contenido
La mayor parte de los métodos descritos con anterioridad se
basan en palabras habladas o conductas. Estos fenómenos son El propósito del análisis del contenido es agrupar los datos en
efímeros y deben ser capturados por el investigador en notas de categorías y establecer recuentos de frecuencia. Puede usarse
campo escritas (es decir, informes escritos contemporáneos) o, por separado o en combinación con un análisis cuantitativo15.
con más frecuencia, mediante un registro en audio o visual. Si Se trata de una estrategia muy estructurada que implica catego­
el análisis se centra en el rendimiento lingüístico, se deben usar rías predeterminadas mutuamente excluyentes. Pueden ser pala­
estas últimas técnicas, porque es difícil transcribir conversaciones. bras sencillas, como vómitos o náuseas, o categorías conceptuales
Las notas de campo son aceptables si el investigador quiere captu­ muy definidas, como los tipos de conducta de afrontamiento. Se
rar situaciones sociales complejas y registrar conductas generales, realiza un esfuerzo considerable para definir las categorías antes
pero son propensas al sesgo debido a la atención y el recuerdo de analizar los datos, porque tal vez esto aumente el rigor. A conti­
selectivos. nuación, se buscan los datos y se identifican los casos. Se elaboran
Cuando los datos se capturan de forma electrónica en forma recuentos de las frecuencias de las categorías en las transcrip­
de registro de audio o vídeo, suelen requerir que se transcriban ciones de las entrevistas o documentos. Como alternativa, en el
a un texto escrito. Aunque este trabajo suele delegarse a una análisis del contenido inductivo, las categorías se derivan direc­
secretaria, las elecciones sobre el nivel y el tipo de transcripción tamente del material que se va a analizar en lugar de aplicarlas
implican decisiones analíticas que dependen de la naturaleza del a priori. Esto es más adecuado cuando se desea combinar datos
análisis que vaya a realizarse13. Por ejemplo, si se planifica un aná­ cualitativos y cuantitativos. Una ventaja es que existen procedi­
lisis de teoría fundamentada, se deben transcribir las palabras del mientos analíticos claros y que es posible lograr una buena fia­
entrevistador y del entrevistado, pero no suele ser necesario bilidad mterevaluador entre los codificadores. Sin embargo, esto
transcribir los elementos prosódicos, paralingüísticos o extralin- tiende a descontextualizar los datos al segmentarlos, y la eviden­
güísticos. El análisis del discurso requiere imas transcripciones cia de una mayor frecuencia por sí sola no puede tenerse en
más completas y detalladas, porque el investigador suele estar cuenta para inferir la relevancia. Puede haber muchos motivos
interesado en lo que se dice y en cómo se dice. Los procedimien­ por los que determinadas palabras aparezcan con más o menos
tos más detallados y, por tanto, más laboriosos de transcripción se frecuencia.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
M e todología cualitativa I C A P Í T U L O 3 3 179

H T A B L A 3 3 -1 Características clave de métodos de análisis habituales de investigación cualitativa

MÉTODO

Análisis del
TIPOS DE DATOS

Preguntas indefinidas en
TAMAÑO MUESTRAL

Grupos de datos más


CARACTERÍSTICAS
D ELA CODIFICACIÓN
Categorías predeterminadas,
RESULTADOS DEL ANÁLISIS

Recuentos de frecuencia
I
contenido cuestionarios, entrevistas grandes mutuamente exduyentes
estructuradas, documentos
Análisis temático Entrevistas semiestructuradas, Grupos de datos Categorías inductivas, Informes descriptivos que resumen
sesiones de grupo, textos medianos o más incluidos los temas los fenómenos comunes entre las
escritos, imágenes pequeños manifiestos y latentes personas
Análisis de teoría Entrevistas semiestructuradas Grupos de datos más Codificación inductiva, análisis Producción de una nueva teoría,
fundamentada o desestructuradas, sesiones pequeños, muestreo comparativo constante, informes analíticos y complejos
de grupo teórico saturación teórica de los datos
Análisis narrativo Historias de informes verbales Grupos de datos más Experiencial: centrado Experiencial: informe descriptivo
(p. ej., historias orales) e pequeños en los cambios vitales, y analítico de historias y
informes escritos (p. ej., acontecimientos y significado experiencia
diarios, autobiografías, Discursivo: centrado en Discursivo: informe del modo en el
biografías). características lingüísticas, que se usa el lenguaje para crear
empleo una historia, informes morales
que transmiten mensajes
Fenomenología Entrevistas en profundidad e Grupos de datos más Estrategias prácticas para Exploración de la experiencia
informes no estructurados pequeños acceder a la esencia del vivida, información detallada
fenómeno sobre el mundo vital de los
participantes; interpretación
detallada de los fenómenos
Análisis del Texto (p. ej., historias clínicas) Grupos de datos Sin procedimientos Estrategia discursiva: informes
discurso o charla (p. ej., discursos medianos o más específicos, pero incluye detallados de cómo se usa
públicos) producidos de pequeños la lectura, codificación, el lenguaje para modelar la
forma natural o espontánea interpretación, escritura interacción social
Análisis del discurso foucaltiano:
informes analíticos detallados
del papel del lenguaje en la
construcción social de la realidad

Adaptada de Payne S. Qualitative methods of data collection and analysis. En Addington-Hall J, Higginson I, Bruera E, Payne S (eds.). Research Methods in Palliative
Care. Oxford: Oxford University Press, 2007.

Análisis temático esenciales. El análisis consiste en una lectura atenta, seguida por la
asignación de etiquetas (es decir, categorías) a los segmentos del
El análisis temático identifica elementos comunes en transcrip­ texto (es decir, unidades significativas). La codificación se basa en
ciones, documentos y otros tipos de datos17. El análisis temático se un análisis comparativo constante, en el que la codificación de cada
refiere a un grupo de métodos similares al análisis del contenido, transcripción se compara con los códigos previos y se modifican por
pero sin que exista necesariamente un intento de convertir los las nuevas informaciones a medida que se «descubren». El análisis, la
datos en frecuencias o de imponer categorías a priori. La codifi­ codificación y el muestreo son simultáneos y repetitivos, en lugar de
cación de los temas puede centrarse en el contenido manifiesto secuenciales. Algunas características clave del análisis de teoría fun­
(p. ej., frases concretas como morir en casa) o puede incluir la iden­ damentada son el muestreo teórico y la codificación teórica, porque
tificación del contenido latente (p. ej., codificar segmentos del texto, el objetivo es desarrollar una teoría explicativa, y no simplemente
hacer referencias al lugar del fenecimiento incluso cuando no se uti­ datos descriptivos. Los inconvenientes son que este proceso es labo­
lice esta frase real). Un ejemplo es el análisis de marco16, que ofrece rioso y que, al segmentar el texto, descontextualiza los datos.
distintos pasos interconectados que implican la femiliarización, iden­
tificación de una matriz temática, indexado, representación gráfica,
Jj mapeo e interpretación. El análisis temático es popular porque Análisis narrativo
■g parece representar la sutileza y complejidad de los datos cualitativos El análisis narrativo examina las historias que cuentan las personas
§ y da lugar a informes dotados de una coherencia intuitiva. Permite sobre sus vidas. Este método representa estrategias metodológicas
8 que los investigadores agrupen las respuestas aparentemente simila­ que pueden centrarse en interpretar el significado de aconteci­
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

res de las distintas personas y que capturen los significados. Cuenta mientos vitales y de transiciones a través de historias biográficas, o
con la ventaja de ser menos laborioso que los métodos como el aná­ puede analizar la estructura lingüística, la trama y la función de las
lisis de teoría fundamentada. El análisis temático debería tenerse en historias17. El análisis suele dirigirse a mantener la integridad de lo
cuenta cuando los objetivos del análisis sean informes descriptivos que se dice centrándose en características de la historia a medida
que resuman los fenómenos entre los distintos individuos. que la cuenta cada participante, en lugar de realizar comparacio­
nes entre distintas personas. El análisis narrativo es adecuado si la
investigación está interesada en transiciones vitales.
Análisis de teoría fundamentada
El propósito del análisis de teoría fundamentada es desarrollar Fenomenología
una nueva teoría inductiva, y no describir los datos sin más. Se han
desarrollado varias versiones7,8 y existen debates activos sobre lo El propósito de utilizar una estrategia fenomenológica es adqui­
que debería considerarse como los principios y procedimientos rir una comprensión profunda de la experiencia vivida por otra

ERRNVPHGLFRVRUJ
180 S E C C IÓ N E | Investigación

persona y una percepción de su mundo. La fenomenología es para orientar el desarrollo de los servicios. La investigación sobre
una filosofía que conceptualiza la experiencia humana y se han personas moribundas en la que se usan técnicas etnográficas ha
desarrollado varios procedimientos analíticos a partir de este revelado, puesto en entredicho y dado forma a nuestra forma de
planteamiento. Quizá el más útil sea el análisis fenomenológico comprender los cuidados paliativos.
interpretativo, que ofrece una orientación clara sobre el análisis18.
Sus ventajas son que estos procedimientos analíticos hacen hin­
capié en el significado que se otorga a los acontecimientos y las CONCLUSIONES
experiencias. Esta estrategia no impone categorías externas ni teo­
rías, pero es compleja y laboriosa. Los métodos de investigación cualitativa constan de varias téc­
nicas y estrategias que pueden contribuir al desarrollo de una
base de evidencia en medicina paliativa. Estas técnicas, que apro­
Análisis del discurso vechan la complejidad y riqueza del mundo social, son útiles para
enfrentarse a los contextos multidimensionales organizativos y
La finalidad del análisis del discurso es identificar (es decir, des- sociopolíticos de los servicios de cuidados paliativos. Muchas de
contextualizar) las formas de hablar o escribir (es decir, discur­ las técnicas de recogida de datos, como las entrevistas, son acep­
sos). Por ejemplo, los pacientes moribundos pueden describirse tables para los pacientes, incluso en fases avanzadas de la enfer­
como fracasos médicos, como héroes (es decir, luchadores con­ medad. Las críticas de los diseños de la investigación cuantitativa,
tra el cáncer) o como víctimas. Estas descripciones implican dis­ sobre todo los ensayos clínicos aleatorizados y controlados, en
tintas representaciones o percepciones de la gente. Hay muchos medicina paliativa destacan las ventajas de utilizar métodos mix­
métodos de análisis que se centran en el modo en el que las in­ tos en los estudios e investigación cualitativos1. Aunque los dise­
teracciones sociales cotidianas se negocian y se gestionan o que ños de métodos participativos y mixtos ofrecen ventajas, todavía
analizan cómo el lenguaje constituye una experiencia social y psi­ persisten obstáculos prácticos y éticos sustanciales. Se requieren
cológica5. El análisis consta de una lectura cuidadosa, codificación, más avances en la metodología de revisión sistemática para permi­
interpretación y escritura mientras se cuestiona de forma conti­ tir la inclusión y síntesis de diseños cualitativos. Clark21 ha alegado
nua el texto para centrarse en cómo se utiliza el lenguaje en lugar que los métodos cualitativos son algo más que una caja de herra­
de en lo que la gente está diciendo. El análisis discursivo puede mientas; requieren un compromiso intelectual, innovación, sensi­
ser de ayuda si el investigador está interesado en cómo se produ­ bilidad ética, reflexividad y la capacidad de escribir.
cen, negocian y evocan las distintas versiones de la realidad en la
conversación normal y los textos. Estas técnicas poderosas ponen
en entredicho formas de conocimiento consideradas como reco­ B I B L I O G R A F Í A
nocidas, y pueden revelar posiciones enfrentadas de poder en la
1. Aoun S, Kristjanson LJ. Challenging the framework for evidence in palliative
sociedad. care research. Palliat Med 2005;19:461-465.
2. Bailey C, Froggatt K, Field D, Krishnasamy M.The nursing contribution to qua­
litative research in palliative care 1990-1999: A critical reflection. J Adv Nurs
EVALUACIÓN DE LA CALIDA D 2002;40:48-60.
3. Denzin NK, Lincoln YS. Handbook of Qualitative Research, 2nd ed. Thousand
DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA Oaks, CA: Sage, 2000.
4. Reicher S. Against methodolatry: Some comments on Elliott, Fischer and
Se han publicado varios criterios para la calidad de los métodos Rennie. Br J Clin Psychol 2000;39:1-6.
generales y específicos utilizados en la investigación cualitativa19. 5. Willig C. Introducing Qualitative Research in Psychology. Buckingham, UK:
Las siguientes técnicas dependen del método analítico utilizado: Open University Press, 2001.
6. Mason J. Qualitative Researching, 2nd ed. London: Sage, 2002.
• Mantenimiento de una pista de auditoría. 7. Strauss A, Corbin J. Basics of Qualitative Research: Grounded Theory
• Triangulación. Procedures and Techniques. Newbury Park, CA: Sage, 1990.
• Validación del encuestado. 8. Glaser BG. Emergence vs Forcing: Basics of Grounded Theory Analysis. Mill
Valley, CA: Sociology Press, 1992.
• Reflexividad. 9. Payne S. Selecting an approach and design in qualitative research. Palliat Med
1997;11:249-252.
Los investigadores cualitativos tienden a centrarse en la credibili­ 10. Kvale S. Interviews: An introduction to Qualitative Research Interviewing.
dad, exactitud y transferibilidad en lugar de utilizar la terminología London: Sage, 1996.
cuantitativa de validez, fiabilidad y generalizabilidad para estable­ 11. Payne S. Interview in qualitative research. In Memon A, Bull R (eds).
cer el rigor. Handbook of the Psychology o f Interviewing. Chichester, UK: John Wiley,
Los estudios cualitativos han proporcionado evidencia para 1999, pp 89-102.
12. Denzin NK. Interpretive Ethnography. Thousand Oaks, CA: Sage, 1997.
muchas prácticas comunes que sustentan la medicina paliativa 13- Ingleton C, Seymour J. Analysing qualitative data: Examples from two studies of
contemporánea. Por ejemplo, la comunicación abierta de la infor­ end-of-life care. Int J Palliat Nurs 2001;7:227-234.
mación diagnóstica en el ámbito de la asistencia oncológica y una 14. Payne S. Qualitative methods of data collection and analysis. In Addington-Hall
conciencia clara sobre el tema surgen de la investigación sobre J, Higginson I, Bruera E, Payne S (eds). Research Methods in Palliative Care.
Oxford, UK: Oxford University Press, 2007.
personas moribundas en hospitales llevada a cabo en Estados 15. Joffe H,Yardley Y. Content and thematic analysis. In Marks D,Yardley L (eds).
Unidos en la década de 195020. Las técnicas de recogida de datos Research Methods for Clinical and Health Psychology. London: Sage, 2004, pp
cualitativos, como las entrevistas y la entrevista narrativa, se de­ 56-68.
sarrollaron en los trabajos de Dame Cicely Saunders y Elisabeth 16. Ritchie J, Spencer L. Qualitative data analysis for applied policy research. In
Kübler-Ross. Ambas elaboraron unos trabajos pioneros basados en Bryman A, Burgess R (eds).Analyzing Qualitative Data. London: Sage, 1994.
17. Reissman C. Narrative Analysis—Qualitative Research Methods, series 30.
la escucha atenta y el análisis de lo que contaban los pacientes London: Sage, 1993-
individuales. 18. Smith JA, Osborn M. Interpretative phenomenological analysis. In Smith JA
Los avances en este campo engloban la aparición de la medi­ (ed). Qualitative Psychology: A Practical Guide to Research Methods. London:
cina narrativa, en la que se presta una atención cuidadosa a com­ Sage, 2003.
prender la vida y los puntos de vista de los pacientes a la hora 19- Appleton J. Analyzing quantitative data: Addressing issues of validity and relia-
bility.J Adv Nurs 1995;22:993-999-
de formular planes asistenciales consensuados, y en el mayor inte­ 20. Glaser BG, Strauss AL.Awareness of Dying. New York: Adeline Publishing, 1965.
rés que se presta a la participación del usuario y a los intentos de 21. Clark D.What is qualitative research and what can it contribute to palliative
obtener las opiniones y preferencias de los pacientes y las familias care? Palliat Med 1997;11:159-166.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Prioridades para el futuro:la agenda de investigación I C A P Í T U L O 34

L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S BASE DE EVIDENCIA

I
Addington-Hall J, Higginson I, Bruera E, Payne S (eds). Research Epidemiología de las necesidades
Methods in Palliative Care. Oxford, UK: Oxford University Press,
2007.
y los síntomas
Denzin NK, Lincoln YS. Handbook of Qualitative Research, 2nd ed. Se sabe mucho sobre la epidemiología de los síntomas del cáncer
Thousand Oaks, CA: Sage, 2000. avanzado en medicina paliativa, pero poco sobre los síntomas de
Mason J. Qualitative Researching, 2nd ed. London: Sage, 2002. los pacientes oncológicos que reciben un tratamiento activo. La
Sliverman D. Doing Qualitative Research. London: Sage, 2000. literatura sugiere que los pacientes con enfermedades no onco­
lógicas avanzadas (como la infección por el virus de la inmuno-
deficiencia humana [VIH]) experimentan una elevada carga de
síntomas y tienen necesidades psicosociales en los contextos
hospitalario o comunitario4'5. Hay pocos estudios prospectivos
que describan la carga de síntomas en niños con cáncer avanzado.
Falta información sobre la carga sintomática en niños con enfer­
medades no malignas avanzadas (p. ej., trastornos neurológicos) y
sobre la evolución longitudinal y el impacto de los síntomas6. Pese
a la elevada carga sintomática en la enfermedad avanzada, la falta
| CAPÍTULO 34 de reconocimiento de los síntomas sigue siendo un problema7,8.

Mecanism os y fisiopatología de los síntomas


Prioridades para el futuro:
Se sabe mucho sobre la fisiopatología del dolor, las náuseas, los
la agenda de investigación vómitos y la anorexia-caquexia, pero se conoce menos sobre otros
síntomas, como la depresión, el delirio, la fatiga y la amnesia. Se ha
Katherine Hauser, Nabila Bennani-Baiti, Jordanka Kirkova, sugerido que muchos síntomas oncológicos se agrupan y pueden
originarse a partir de mecanismos comunes (p. ej., inflamación)9.
Wael Lasheen, Ruth D. Powazki y Dilara Seyidova-Khoshknabi

Evaluación
2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
Se han publicado revisiones sobre los instrumentos disponibles de
valoración del dolor, de otros síntomas y de la calidad de vida (ta­
bla 34-1). Aunque se dispone de muchos instrumentos validados, fal­
tan comparaciones cara a cara (cuadro 34-1) y patrones oro. Unos
patrones oro adecuados requieren un consenso sobre las defini­
• El patrón oro de la medicina basada en la evidencia es el ensayo clínico alea­ ciones de los síntomas, síndromes y calidad de vida. Por ejemplo,
torizado y controlado, pero estos estudios son difíciles de realizar en el con­ la fatiga puede definirse como un síntoma unidimensional o como
texto de la medicina paliativa, y algunos expertos han sugerido estrategias un síndrome multidimensional (compuesto por el estado de ánimo,
alternativas para encontrar y clasificar la evidencia. el sueño y los problemas cognitivos). Los instrumentos de calidad
• Los patrones oro requieren un consenso sobre las definiciones de los sín­ de vida suelen basarse en definiciones de expertos en lugar de en la
tomas, los síndromes y la calidad de vida. percepción de la situación por una persona. También falta un con­
• Las directrices prácticas suelen basarse en la experiencia clínica y la extra­ senso sobre el formato de un instrumento que constituya un patrón
polación de la evidencia de otras enfermedades. Incluso cuando existe una oro (p. ej., cuántos síntomas, dimensiones, marco temporal).
buena evidencia, sigue habiendo lagunas en la difusión y aplicación.
• Las prioridades de investigación indicadas por los pacientes engloban la
comunicación, la provisión de servicios y el apoyo del cuidador con más Intervenciones y criterios de valoración
frecuencia que la investigación de los síntomas.
El Cochrane Pain, Palliative, and Supportive Care Group se ha cons­
• Los pacientes están más dispuestos a participar en ensayos clínicos sobre
factores que modifiquen la enfermedad que en los de tratamientos relacio­
tituido para producir revisiones sistemáticas10. Muchas revisiones
nados con los síntomas. sistemáticas publicadas (v. tabla 34-1) no han logrado encontrar
• Los métodos cualitativos o mixtos (es decir, cualitativos y cuantitativos)
ningún ensayo clínico aleatorizado. Las directrices prácticas sue­
pueden ser especialmente relevantes para la evaluación de la comunicación, len estar basadas en la experiencia clínica y en la extrapolación de
afrontamiento, preferencias, satisfacción, servicios y apoyo28. la evidencia de otras enfermedades (p. ej., neuropatía periférica
diabética en el caso del dolor neuropático). Pocas intervenciones
se han sometido a un análisis de rentabilidad. Cuando existe una
evidencia adecuada, sigue habiendo lagunas en cuanto a la difusión
y la aplicación. Por ejemplo, a pesar de la evidencia que respalda la
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

radioterapia hipofraccionada para el alivio sintomático, no se utiliza


La medicina paliativa se reconoció como especialidad médica de forma rutinaria11.
en Reino Unido en 1987. También ha conseguido este estatus en
Australia, Canadá y Estados Unidos. Para justificar la distinción de Cuadro 34-1 Aspectos metodológicos en los ensayos
los cuidados paliativos como una forma específica de práctica clínicos sobre medicina paliativa
clínica, se precisa una base de evidencia que actúe como res­
paldo. El patrón oro de la medicina basada en la evidencia es el • Núm ero p equ e ñ o d e pacientes.
ensayo clínico aleatorizado y controlado. En la medicina palia­ • Ensayos clínicos n o aleatorizados ni enmascarados.
tiva, estos ensayos son difíciles de realizar, y algunos expertos • Seguimiento insuficiente.
han sugerido estrategias alternativas para encontrar y clasificar • Falta d e criterios d e valoración y notificación estandarizados.
la evidencia1'3.

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182 S E C C IÓ N E | Investigación

I I T A B L A 34-1 Revisiones sistemáticas seleccionadas en el ámbito de la medicina paliativa

TEMA ESTUDIO EVIDENCIA ECAC CONCLUSIONES


PROVISIÓN DE SERVICIOS
Equipos de cuidados paliativos Hearn y Higginson, 5 ECAC 13 de otro tipo Aumento de la satisfacción, reducción de la hospitalización y del coste
199838 Ligero efecto positivo global
Higginson y cois., Necesidad de criterios de valoración estandarizados
200239 Necesidad de comparaciones de diferentes modelos de provisión de
cuidados
Formación en habilidades Fellowes y cois., 3 La formación es eficaz en algunas áreas de comunicación
de comunicación para 200440
profesionales de oncología
Cuidados paliativos para Harding y 1 Falta de criterios de valoración estandarizados
VIH/SIDA Higginson, 200341 Se necesitan más estudios

INSTRUMENTOS DE VALORACIÓN
Calidad de vida (como criterio Kaasa y Loge, 17 Tasas elevadas de abandono en estudios aleatorizados
de valoración en ensayos 200243 Necesidad de definiciones de cambios significativos desde el punto
clínicos)* de vista clínico
Uso de varios instrumentos; sin consenso sobre el número o tipo de
ámbitos
Dolor* Caraceni y cois., ND Resume los factores psicométricos de los instrumentos y ofrece
200242 recomendaciones para su uso en investigación
Síntomas (oncológicos) Kirkova y cois., ND Amplia variedad de instrumentos
200644 Falta de consenso sobre el número de síntomas, escalas, dimensiones
y marco temporal
Necesidad de directrices sobre validación
INTERVENCIONES
Anorexia, caquexia Yavuzsen y cois., 29 con progestágenos La evidencia respalda a los progestágenos y los corticoides, pero no a
200545 6 con corticoids la hidrazina
Otros Otras intervenciones con resultados mixtos
Necesidad de criterios de valoración universal
Ansiedad Jackson y Lipman, Ninguno cumplió los Evidencia insuficiente
200446 criterios Necesidad de ECAC
Bifosfonatos, metástasis óseas W ong yWiffen, 30 La evidencia respalda los bifosfonatos para un cierto alivio diferido del
2002 dolor
Cuidadores Harding y 2 ECAC Falta de criterios de valoración estandarizados
Higginson, 200341 3 observacionales Necesidad de diseños alternativos de investigación
Evidencia limitada de la eficacia
Delirio Keeley, 200751 4 (3 VIH) Pocos ECAC, con debilidad metodológica
Alguna evidencia para el haloperidol, pero poca para la hidratación
artificial, barbitúricos, benzodiazepinas, cambio de opiáceos
Depresión Rodinycols.,200750 7 farmacológicos Evidencia limitada
4 no farmacológicos Necesidad de ECAC, sobre todo para los agentes más nuevos
Disnea y opiáceos Jennings y cois., 18 (9 nebulizados, 9 no La evidencia respalda los opiáceos orales o parenterales, pero no
200152 nebulizados nebulizados
Pequeño número de pacientes; necesidad de estudios más amplios
Estreñimiento Miles y cols., 200649 4 Evidencia inadecuada
Necesidad de ECAC que comparen distintas clases y combinaciones
Fatiga (relacionada con el Lawrence y cois., 11 Sólo 1 en enfermedad avanzada (grupo de apoyo semanal)
cáncer) 200453 La mayoría son estudios pequeños (N <100)
Insomnio Hirst y Sloan, 200254 0 Evidencia insuficiente
Necesidad de ECAC
Náuseas Glare y cols., 200456 7 ECAC Tasas de respuesta más elevadas en los estudios observacionales que
12 observacionales en los ECAC
La evidencia respalda la metoclopramida para la dispepsia y los
corticoides para la obstrucción intestinal maligna
Evidencia conflictiva o ausente para otros tratamientos
Obstrucción intestinal maligna Mercadante y cois., 5 Pequeño número de pacientes y problemas metodológicos
(tratamiento médico) 200755 La octreotida es más eficaz que la hioscina butilbromuro, los
corticoides son discutibles

Tratamiento complementario* Ernst, 200148 ND La evidencia preliminar respalda muchos tratamientos


complementarios
Necesidad de ensayos clínicos que comparen las estrategias
complementarias y tradicionales (p. ej., antieméticos)
DOLOR
AINE o paracetamol McNicol y cois., 42 AINE superiores al placebo
200560 Combinación con opiáceos no concluyente

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Prioridades para el futuro:la agenda de investigación I C A P Í T U L O 3 4 183

j I T A B L A 34-1 Revisiones sistemáticas seleccionadas en el á m b ito d e la m e d icin a paliativa (cont.) i


TEM A E S T U D IO E V ID E N C IA ECAC CO N C LU S IO N E S
Cambio de opiáceo Quigley, 200461 0 La evidencia observacional respalda el cambio de opiáceo
Necesidad de estudios aleatorizados para determinar la eficacia, tasas
de conversión y orden de los opiáceos
Intervenciones psicosociales Uitterhoeve y cois., 10 La evidencia respalda el tratamiento conductual en el cáncer
200462 avanzado
Ketamina Bell y cols., 200326 2 (otros 2 tenían Evidencia insuficiente
diseños inadecuados)
Necesidad de ECAC
Metadona Nicholson, 200458 8 La evidencia respalda una eficacia analgésica similar a la morfina
La mayoría de los estudios son de dosis única o a corto plazo
No evidencia para su uso en el dolor neuropático
Morfina Wiffen y cois., 45 Incapacidad de realizar metaanálisis
200359
La mayoría de los estudios son pequeños (N <100)
Opiáceos para el dolor muy Zeppetella y 4 Todos eran estudios sobre el citrato de fentanilo oral transmucoso
intenso Ribeiro, 200657
No evidencia procedente de estudios para otros opiáceos
R A D IO TE R A P IA
Metástasis cerebrales Tsao y cols., 200665 8 Ausencia de beneficio (supervivencia, síntomas, función neurológica)
para la modificación de la dosis frente a la pauta estándar
Metástasis óseas (única frente McQuayycols., 20 Número necesario para tratar con el fin de lograr el alivio completo
a multifraccionada) 2000 11 del dolor a 1 mes = 4,2
Waiycols.,200464 Duración del alivio = 12 semanas
Ausencia de diferencias en el alivio del dolor o la compresión medular
Mayores tasas de retratamiento y fracturas patológicas con una única
fracción

'Recomendaciones de grupos de expertos.


'Revisión clínica no sistemática.
A1NE,Antiinflamatorios no esteroideos; ECAC, ensayo clínico aleatorizado y controlado; NDi,no disponible; VIH/SIDA, virus de la inmunodeficiencia humana/síndrome
de inmunodeficiencia adquirida.
,

T A B L A 34-2 A g e n d a d e investigación so b re anorexia

TE M A S PR IO R ID A D E S ALTAS P R IO R ID AD E S B AJAS

Definición Definición estándar de anorexia


¿Síntoma o síndrome?
¿Uni o multidimensional
Evaluación Herramientas validadas para evaluar la respuesta a la intervención
Gradación validada de la gravedad
Detección selectiva: ¿parte de la práctica rutinaria?
Náuseas y vómitos: ¿parte de la evaluación de la anorexia?
Fisiopatología Origen: ¿central, periférico o ambos? Prevalencia en el cáncer
Anorexia: ¿parte de la caquexia o independiente? Prevalencia en el cáncer avanzado
Correlaciones entre anorexia y caquexia Papel de las modalidades terapéuticas (p. ej.,
Estudios translacionales: participación de las neurohormonas en la alimentación humana opiáceos, antineoplásicos) en la patogenia
Papel de las atocinas y las hormonas (p. ej., grelina, leptina)
Mecanismos de los fármacos orexígenos
Intervención Prevención: asesoramiento nutricional Tratamiento: hidralazina sulfato, nutrición
y criterios de Gestión: directrices clínicas enteral, corticoides, progestágenos
valoración Tratamiento: metodopramida, cannabinoides, grelina, talidomida, asesoramiento nutricional

A G EN DA S DE INVESTIGACIÓN ACTUALES de evaluación, que puede que no siempre se ajusten a la calidad de


vida individual. Las valoraciones individualizadas parecen atractivas;
Una de las dificultades a las que se enfrenta la investigación sobre sin embargo, no existen métodos estadísticos estándar para compa­
los síntomas y la evaluación de la calidad de vida es la falta de defi­ rar con los instrumentos de calidad de vida estandarizados. Algunas
niciones de consenso (p. ej., síntomas unidimensionales frente a de las dificultades en el contexto de la enfermedad avanzada son la
multidimensionales). Los cuestionarios extensos son difíciles de com­ implicación de los cuidadores en la valoración de una percepción tan
pletar, y los estudios que los comparan se enfrentan a los problemas individual como la calidad de vida y los síntomas. Las investigaciones
del abandono de los pacientes y la pérdida de datos. La calidad de futuras deberían determinar los ámbitos de la calidad de vida y los
vida es un constructo multidimensional, y elegir el instrumento ade­ métodos de evaluación que puedan proporcionar los datos más fia­
cuado es difícil. Muchos instrumentos tienen ámbitos determinados bles (tablas 34-2 a 34-8).

ERRNVPHGLFRVRUJ
184 S E C C IÓ N E | Investigación

T A B L A 34-3 A g e n d a d e investigación so b re caquexia

TEM A S PR IO R ID AD E S ALTAS P R IO R ID AD E S B A JA S

Definición Definición estándar


¿Síntoma o síndrome?
¿Uni o multidimensional?
Diferentes enfermedades: ¿misma definición
Evaluación Directrices para evaluación
Herramientas de cribado
Gradación validada de la gravedad
Evaluación de los compartimentos corporales
Papel de las pruebas de imagen en el cribado, detección y valoración
Fisiopatología Comparación en distintas enfermedades Estudios de prevalencia
Factores predictivos: ¿qué son? ¿Utilidad clínica?
Inflamación
Correlación con el tipo tumoral, estadio, tratamiento
Marcadores (p. ej., PCR) para la detección, seguimiento, pronóstico
Intervención y criterios Prevención: medidas preventivas en poblaciones de riesgo, asesoramiento nutricional Tratamiento: nutrición enteral,
de valoración Manejo: guías clínicas progestágenos, corticoides
Tratamiento: tratamiento anticitocinas, AINE, tratamiento nutricional, tratamientos
combinados (p. ej., AINE y progestágenos), grelina, ácidos grasos omega-3, cannabinoides,
entrenamiento físico
Criterios de valoración: análisis de rentabilidad de la intervención (p. ej., supervivencia, calidad
de vida, reducción de las toxicidades)

AINE, Antiinflamatorios ni3 esteroideos; PCR, proteína C reactiva.

H T A B L A 3i4-4 A g e n d a d e investigación so b re fatiga

TEM A S P R IO R ID AD E S ALTAS P R IO R ID AD E S B AJAS

Definición Lenguaje de la fatiga (es decir, comparar fatiga, debilidad, cansancio)


Evaluación Validación de la herramienta de detección de 1 ítem de la fatiga Valoración sólo de la fatiga
Incorporar el análisis de impedancia bioeléctrica y el índice de grasa corporal para subjetiva (distintos cuestionarios
determinar la correlación entre la masa magra corporal, el ángulo de fase que miden la sensibilidad de
y la fatiga la fatiga y su correlación con
Asociación de la fatiga, el ciclo sueño-vigilia y la depresión (para crear datos sobre los diferentes síntomas)
hábitos de sueño y la fatiga Validación de distintos
Evaluación momentánea ecológica y evaluación subjetiva de la fatiga más la instrumentos extensos
angustia (especificidad y sensibilidad)
Fisiopatología Algoritmo de cribado para predecir la respuesta a distintas medicaciones basado en la
farmacogenética
Intervención y criterios Farmacológicas: psicoestimulantes (amplios ensayos clínicos controlados frente a placebo
de valoración con evaluación subjetiva y objetiva), vitamina D (estudios controlados frente a placebo),
L-carnitina, gabapentina con pruebas neuromusculares
Ensayos clínicos aleatorizados y controlados no farmacológicos: incorporación del
ejercicio con cambios de la función inmunitaria, tratamiento del sueño, terapia cognitiva
conductual, asesoramiento nutricional

I T A B L A 34-5 A g e n d a d e investigación so b re d o lo r I

TEM A S P R IO R ID AD E S ALTAS P R IO R ID AD E S B A JA S

Definición Clasificación universal para facilitar la comunicación y elaborar directrices terapéuticas


Evaluación Consenso sobre los instrumentos de evaluación para permitir la comparación y los Instrumentos de evaluación
metaanálisis exhaustiva del dolor
Características en las enfermedades avanzadas no oncológicas
Fisiopatología Algoritmo de cribado para predecir la respuesta a opiáceos en función de la farmacogenética
Intervención y criterios Tratamientos complementarios: acupuntura, arte, música, hipnosis y aromaterapia Estudios comparativos de
de valoración Adyuvantes: adyuvantes y coanalgésicos para su uso en el dolor oncológico (p. ej., AINE para eficacia
el dolor neuropático) Múltiples opiáceos de forma
Opiáceos: ruta de conversión y tablas de equivalencia de potencia para la rotación de simultánea
fármacos basadas en la evidencia, evaluación de la seguridad a largo plazo (> 7 días) de la Utilidad en la analgesia
metadona, protocolos basados en la evidencia para el ajuste de dosis tras intervenciones controlada por el paciente
activas (p. ej., radioterapia, cirugía)
Otras intervenciones: papel de la quimio y radioterapia para el control del dolor, directrices de
uso (p. ej., indicaciones, contraindicaciones, posología, secuencia temporal)

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Prioridades para el futuro:la agenda de investigación I C A P Í T U L O 3 4 185

I I T A B L A 34-6 A g e n d a d e investigación psicosocial

TE M A S P R IO R ID A D E S ALTAS PR IO R ID AD E S B AJAS

Definición Modelo psicosocial de asistencia. ¿Qué es la investigación psicosocial? ¿Cómo se organiza la


investigación? ¿Quién decide?
Evaluación Necesidades del paciente: identificar las distintas necesidades entre personas de distinto sexo y edad
Necesidades de la familia: ¿cómo satisfacer las necesidades? ¿se agrupan? Estudio de las necesidades
del paciente y la familia
Necesidades del cuidador: necesidades de autoidentidad, participación del usuario
Significado espiritual o existencial de la enfermedad: identificar la discusión preferida por el paciente
(tres preguntas en cada consulta)
Procesos e Comunicación: conferencias familiares, cómo posibilitar la asistencia familiar, directrices para asegurar
intervenciones la comprensión cuando se debaten las transiciones en las enfermedades potencialmente mortales
Límites y finalización: identificar los estilos de finalización de la relación como un trabajo eficaz con las
familias; autoconciencia de los límites de la relación
Equipos interdisciplinarios: colaboración e integración de la información médica y psicosocial
Toma de decisiones y previsión del plan de cuidados: estilos del paciente y de la familia (pasivo, activo,
colaborativo)
Criterios de valoración Satisfacción del paciente y de la familia: satisfacción global con la asistencia emocional y social,
reducción de la carga asistencial y del duelo, optimización de la funcionalidad familiar
Mejora u optimización del uso de los recursos: plan de alta (duración de la hospitalización)

H T A B L A 314-7 A g e n d a d e investigación so b re síntom as

TEM A S PR IO R ID AD E S ALTAS P R IO R ID AD E S B AJAS

Definición Comparar los síntomas en la etapa final de la vida entre el cáncer y las
enfermedades no oncológicas
Evaluación Ensayos clínicos aleatorizados y controlados para distintos elementos de Desarrollo de nuevos cuestionarios; los
evaluación: existentes en la actualidad no son ideales
Estructura (autoevaluación frente a historias clínicas) Estudios de prevalencia, que proporcionan
Evaluadores (observadores frente a autoevaluación) en condiciones específicas: información relevante sobre epidemiología
delirio, demencia, mal estado funcional, fase terminal y cambios de ésta con los avances del
Escalas (p. ej., visual analógica, numérica, categórica) tratamiento
Evaluación longitudinal de los síntomas
Mínima diferencia clínica significativa determinada para los distintos síntomas
y escalas
Determinar cómo igualar las escalas e instrumentos
Análisis adaptativo computarizado para una evaluación exhaustiva
Determinar la dimensión (p. ej., gravedad, angustia, alivio) más sensible al
cambio para una escala de un único ítem
Intervención y criterios Papel de la retroalimentación de la evaluación de los síntomas en la mejora de
de valoración los criterios de valoración del tratamiento
Factores que influyen en la evaluación y posiblemente en los criterios de
valoración: cumplimiento terapéutico, explicación clara, abandono

H T A B L A 34-8 A g e n d a d e investigación so b re calidad d e vida


:
TE M A S P R IO R ID AD E S ALTAS P R IO R ID AD E S BAJAS

Definición Calidad de vida (CDV) de los cuidadores y pacientes; CDV de la familia CDV global de los pacientes desde el punto de
CDV y necesidades de los pacientes vista del cuidador
Evaluación Ensayos clínicos aleatorizados y controlados para comparar los índices CDV con intervenciones con falta de control
resumidos de los instrumentos estándar de CDV individualizados y las del cumplimiento, aprendizaje, rasgos de
preguntas aisladas de CDV global personalidad
CDV y rasgos de personalidad (p. ej., habilidades de afrontamiento, Muchos estudios han demostrado una mínima
demografía) mejoría, o los resultados fueron negativos
Intervención y criterios Ensayos clínicos longitudinales para determinar la variación de la CDV como criterio de valoración secundario en un
de valoración respuesta y las áreas en las que hay que intervenir ensayo clínico
CDV y servicios asistenciales, disposición afectiva en comparación con la
CDV subjetiva
Años ajustados de CDV para los pacientes que reciben un tratamiento
antioncológico
CDV como criterio de valoración secundario en todos los ensayos clínicos

ERRNVPHGLFRVRUJ
186 S E C C IÓ N E | Investigación

La investigación sobre los síntomas se enfrenta a dificultades


Cuadro 34-2 Direcciones de futuro de la investigación
similares, como la falta de estandari2ación, de definiciones de con­
en medicina paliativa
senso y de criterios de valoración uniformes. Los ensayos clínicos
controlados frente a placebo (sobre todo en el estudio del dolor) se C ie n cia s básicas
enfrentan a dilemas éticos. Los estudios clínicos que comparan tra­
tamientos activos hacen frente a las dificultades del reclutamiento Fisiopatología d e los síntomas
y a menudo cuentan con una potencia estadística insuficiente para Com paración de la fisiopatología d e los síntom as entre distintas
responder de un modo definitivo a las preguntas clínicas. Los estu­ enferm edades
dios longitudinales chocan con el abandono de los pacientes debido
a la corta supervivencia. El desarrollo de modelos animales adecua­ E n sa yos clín icos a le a to riz a d o s y c o n tro la d o s
dos para estudiar la enfermedad avanzada (p. ej., anorexia-caquexia)
también es otra dificultad12. Se necesitan distintos modelos para Ensayos pragm áticos
el mismo síntoma en diferentes enfermedades (p. ej., anorexia- Colaboraciones m ulticéntricas
caquexia) y distintos estadios del cáncer (p. ej., fatiga durante el tra­
tamiento frente a supervivencia en enfermedad avanzada). La falta D is eñ o s d e in ve s tig a ció n a lte rn a tiv o s
de financiación específica para la investigación en medicina paliativa
dificulta los ensayos clínicos de investigaciones y tratamientos caros. Diseños co n g rupos cruzados
La aplicación, valoración y evaluación de la asistencia psicoso­ Intervención d e tipo antes-después o cam bios d e la práctica
cial se enfrenta a la fragmentación. Entre los principales provee­ Ensayos clínicos c o n N = 1
dores de asistencia psicosocial se encuentran los trabajadores M étodos m ixtos (cualitativos y cuantitativos)
sociales, psicólogos, psiquiatras, profesionales de enfermería, Participación d el usuario e n el d iseño d e la investigación
capellanes de centros sanitarios y proveedores de cuidados com­
plementarios. Cada profesión tiene un conjunto distinto de com­ P o b lacio n e s
petencias y una estrategia asistencial distinta. Las intervenciones
psicológicas son difíciles de estandarizar y describir en los estu­ Pacientes n o oncológicos
dios de investigación que las evalúan. Pacientes pediátricos
Minorías o personas indígenas
Personas d e p aíses e n vías d e desarrollo
AGENDAS DE INVESTIGACIÓN SOBRE EL PACIENTE,
LA FAMILIA Y EL CONSUMIDOR Po líticas y fin a n cia ció n

A pesar de las preocupaciones éticas a la hora de solicitar a los


Increm ento d e la financiación para investigaciones específicas e n cui­
pacientes moribundos que participen en la investigación, muchos
dados paliativos
están interesados en colaborar y tienen opiniones sobre lo que es
Financiación q u e estim ule las colaboraciones
relevante. Algunas de las prioridades de investigación que indican los
pacientes son la comunicación, la provisión de servicios y el apoyo
D ifu s ión d e la e vid e n c ia
del cuidador, más que la investigación de los síntomas13. Los pacien­
tes están más dispuestos a participar en ensayos clínicos sobre
D irectrices clínicas basadas e n la evidencia
factores que modifiquen la enfermedad que en aquellos sobre los Estrategias para la aplicación d e las directrices
tratamientos relacionados con los síntomas14. Los tratamientos com­
plementarios también reciben apoyos. Los ensayos clínicos relativos
a la venopunción y a los diarios sobre los síntomas cotidianos son
menos atractivos15. Si se anima a los usuarios a participar en la inves­
Cuadro 34-3 Mejora del reclutamiento en los ensayos
tigación, es posible mejorar el diseño del estudio y el reclutamiento.
clínicos de medicina paliativa
Participación d e los interesados (p. ej., personal clínico, enfermeras,
líderes d e la comunidad).
DIRECCIONES DE FUTURO Oficina d e reclutam iento separada del equipo clínico.
Identificación de los pacientes candidatos p o r criterios clínicos en
M étodos de investigación
lugar de p o r derivación d el m édico.
Se necesita llevar a cabo investigación en ciencias básicas sobre Minimizar los criterios d e inclusión, p ero asegurar una supervivencia
la fisiopatología de los síntomas en modelos animales y en seres adecuada e n los estudios longitudinales.
humanos para diversos trastornos (p. ej., caquexia en el cáncer, insu­ Minimizar la recogida d e datos.
ficiencia cardíaca). También se precisan ensayos clínicos aleatoriza­ Cartas y folletos d e reclutam iento.
dos sobre intervenciones en medicina paliativa (cuadro 34-2), pero Entrevistadores d e la mism a procedencia étnica.
son difíciles y es esencial prestar atención al diseño. Los ensayos
clínicos aleatorizados en medicina paliativa deben ser pragmáticos,
implicar a poblaciones y contextos prácticos relevantes desde el
punto de vista clínico y diversos (p. ej., criterios de exclusión limi­ más específica. El diseño de los ensayos clínicos debería apuntar
tados, múltiples ubicaciones) e incorporar un amplio rango de cri­ hacia una potencia estadística adecuada para obtener unos resulta­
terios de valoración, como satisfacción, calidad de vida y costes16. dos definitivos. Esto requiere unos tamaños muéstrales más amplios,
Los inconvenientes de estos diseños son el gran tamaño muestral, y se debe prestar atención a los métodos de reclutamiento (cua­
su larga duración y los costes elevados. La recogida de datos se debe dro 34-3) 17'20. Es necesario tener criterios de valoración y definiciones
minimizar. Los grupos de control deberían corresponder a un trata­ de la respuesta a la intervención estandarizados para permitir un
miento activo o a la mejor asistencia estándar, en lugar de a placebo metaanálisis en el futuro. Los diseños de investigación alternativos
(es decir, comparaciones de dos alternativas razonables desde el (p. ej., diseños con grupos cruzados, aleatorización en grupos, dise­
punto de vista clínico o del tratamiento estándar frente a un trata­ ños factoriales, ensayos clínicos de N = 1) deben tenerse en cuenta y
miento complementario). Estos ensayos clínicos requieren mucho pueden mejorar la capacidad de completar un ensayo clínico19,21,22.
tiempo y dinero. Las colaboraciones multicéntricas pueden facilitar Los esfuerzos realizados en el pasado para llevar a cabo ensayos
los ensayos clínicos aleatorizados, pero se requiere una financiación clínicos aleatorizados en medicina paliativa han sido frustrantes y

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Prioridades para el futuro:la agenda de investigación I C A P Í T U L O 3 4 187

caros (en tiempo y dinero), con unos frutos mínimos3. Los meta-
Errores frecuentes
análisis sugieren que para las preguntas clínicas seleccionadas,
los estudios observacionales proporcionan respuestas fiables que Uso d e instrum entos n o validados.
pueden confirmarse con posterioridad mediante ensayos clínicos Falta d e criterios preespecificados de respuesta en los estudios clí­
aleatorizados23'25. Las revisiones que concluyen que se dispone nicos, sobre todo para los estudios del alivio del dolor y de otros
de pocas evidencias para realizar recomendaciones ofrecen una síntomas.
escasa orientación clínica y conllevan un riesgo de que «paguen Insuficiente información clínica (p. ej., tipo de dolor, clasificación,
justos por pecadores»26,27. Se necesitan estándares para evaluar m arco tem poral d e intervención)36.
la evidencia observacional, de modo que contribuya a la práctica Escasa descripción de las intervenciones psicosociales, lo q u e im­
clínica mientras se desarrollan ensayos clínicos aleatorizados. pide la reproducción d el estudio.
Los métodos cualitativos o mixtos (es decir, cualitativos y cuan­ Falta d e distinción e ntre intervención y control37.
titativos) pueden ser esenciales para la evaluación o comunicación, Criterios d e valoración inapropiados, sobre todo, falta d e parám etros
afrontamiento, preferencias, satisfacción, servicios y apoyo28. Los de calidad d e vida y d e satisfacción37.
métodos mixtos permiten la evaluación de las experiencias de una
persona, desde las de tipo físico a las espirituales, y miden el pro­
ceso y los criterios de valoración asistenciales. Se ha desarrollado
un sistema de valoración de la evidencia cualitativa1. síntomas, con el fin de dirigir mejor los esfuerzos terapéuticos. Se
precisa llegar a un consenso sobre las definiciones y los criterios
de valoración entre los miembros de la comunidad investigadora.
Poblaciones Los esfuerzos en investigación y provisión de servicios son muy
Varios subgrupos están infrarrepresentados en la investigación valorados por los pacientes y los cuidadores. Los métodos cualita­
sobre medicina paliativa. Se han publicado agendas de investiga­ tivos o mixtos son ideales para investigar estos aspectos multidi-
ción para pacientes pediátricos y con VIH29’30. Las minorías y las mensionales, y proporcionan información sobre diversos criterios
comunidades indígenas hacen un uso escaso de los servicios de de valoración.
medicina paliativa. La investigación debe tratar este tema y esfor­
zarse por incluir a estos grupos en los ensayos clínicos31. La inves­ B I B L I O G R A F Í A
tigación ha documentado la carga de síntomas de las personas 1. Aoun SM, Kristjanson LJ. Evidence in palliative care research: How should it be
con enfermedades avanzadas no oncológicas. Aún persisten dudas gathered? Med JAust 2005;183:264-266.
sobre cómo se beneficiarán estos grupos de la medicina paliativa 2. Grande GE,Todd CJ.Why are trials in palliative care so difficult? Palliat Med
y sobre el modo de integrar los síntomas y el apoyo psicosocial, 2000;14:69-74.
3. Storey CP Jr.Trying trials. J Palliat Med 2004;7:393-394.
así como la planificación asistencial avanzada con los tratamientos 4. Solano JP, Gomes B, Higginson 1J.A comparison of symptom prevalence in far
para prolongar la vida. También se necesita investigación sobre las advanced cancer, AIDS, heart disease, chronic obstructive pulmonary disease
necesidades educativas de otros especialistas y médicos generales and renal disease.J Pain Symptom Manage 2006;31:58-69.
referentes a la etapa terminal de la vida. 5. Walke LM, Gallo WT, Tinetti ME, Fried TR. The burden of symptoms among
community-dwelling older persons with advanced chronic disease.Arch Intern
Med 2004;164:2321-2324.
6. Hockenberry M. Symptom management research in children with cancer. J
Políticas y financiación Pediatr Oncol Nurs 2004;21:132-136.
7. Stromgren AS, Groenvold M, Pedersen L, et al. Does the medical record cover
Es necesario financiar iniciativas específicas de la medicina palia­ the symptoms experienced by cancer patients receiving palliative care?
tiva, sobre todo fomentar los esfuerzos de investigación colabora­ A comparison of the record and patient self-rating. J Pain Symptom Manage
tiva. Se requieren comparaciones de los modelos de aplicación de 2001;21:189-196.
servicios y análisis de rentabilidad para informar de las políticas 8. Stromgren AS, Groenvold M, Sorensen A, Andersen L. Symptom recognition in
sobre la provisión de servicios. En los casos donde existe una base advanced cancer. A comparison of nursing records against patient self-rating.
ActaAnaesthesiol Scand 2001;45:1080-1085.
de evidencia, se necesitan técnicas contrastadas para su disemina­ 9- Cleeland CS, Bennett GJ, Dantzer R, et al.Are the symptoms of cancer and can­
ción y aplicación, junto con estudios que monitoricen los resulta­ cer treatment due to a shared biologic mechanism? A cytokine-immunologic
dos derivados de estas políticas. model of cancer symptoms. Cancer 2003;97:2919-2925.
10. Wiffen PJ. Evidence-based pain management and palliative care in issue one for
2006 of the Cochrane library.J Pain Palliat Care Pharmacother 2006;20:77-78.
Avances en investigación 11. Lutz ST, Chow EL, Hartsell WF, Konski AA. A review of hypofractionated pallia­
tive radiotherapy. Cancer 2007;109:1462-1470.
Se han realizado con éxito y publicado ensayos clínicos aleatoriza­ 12. Bennani-Baiti N, Davis M, Walsh D. Experimental models for cancer cachexia:
What are the options? Support Care Cancer 2007;15:773-
dos diseñados para responder a preguntas farmacéuticas y psico- 13. Perkins P, Barclay S, Booth S. What are patients’ priorities for palliative care
sociales32'35.Aunque muchos de ellos son de un tamaño limitado o research? Focus group study. Palliat Med 2007;21:219-225.
monocéntricos, la capacidad para completarlos ofrece lecciones 14. Crowley R, Casarett D. Patients’ willingness to participate in symptom-related
aplicables en ensayos clínicos multicéntricos más grandes. Se han and disease-modifying research: Results of a research screening initiative in a
constituido grupos de colaboración nacionales y multinaciona­ palliative care clinic. Cancer 2003;97:2327-2333-
15. Ross C, Combleet M. Attitudes of patients and staff to research in a specialist
les de investigación, que ofrecerán la infraestructura para llevar a palliative care unit. Palliat Med 2003;17:491-497.
cabo ensayos clínicos multicéntricos (v. «Errores frecuentes»), 16. Tunis SR, Stryer DB, Clancy CM. Practical clinical trials: Increasing the value
of clinical research for decision making in clinical and health policy. JAMA
2003;290:1624-1632.
CONCLUSIONES Y CONTROVERSIAS 17. Cook AM, Finlay IG, Butler-Keating RJ. Recruiting into palliative care trials:
Lessons learnt from a feasibility stud)'. Palliat Med 2002;16:163-165.
La medicina paliativa es una especialidad relativamente nueva 18. Jordhoy MS, Kaasa S, Fayers P, et al. Challenges in palliative care research;
recruitment, attrition and compliance: Experience from a randomized contro­
que requiere una base de evidencia. Los ensayos clínicos aleato­ lled trial. Palliat Med 1999;13:299-310.
rizados sugieren que es posible lograr esta evidencia, pero se 19- Currow DC,Abemethy AI>Shelby-James TM, Phillips PA.The impact of conduc­
requiere un esfuerzo considerable. Junto con los esfuerzos para ting a regional palliative care clinical stud)'. Palliat Med 2006;20:735-743.
realizar ensayos clínicos aleatorizados y controlados extensos, hay 20. Steinhauser KE, Clipp EC, Hays JC, e t al. Identifying, recruiting, and retaining
que aumentar el uso y el reconocimiento de métodos alternativos seriously-ill patients and their caregivers in longitudinal research. Palliat Med
2006;20:745-754.
de investigación, como los diseños de métodos cualitativos o 21. Fowell A, Russell I, Johnstone R, et al. Cluster randomisation or randomised
mixtos. Es necesario llevar a cabo una investigación en ciencias consent as an appropriate methodology for trials in palliative care:A feasibility
básicas para proporcionar los mecanismos fisiopatológicos de los study [ISRCTN60243484], BMC Palliat Care 2004;3:1.

ERRNVPHGLFRVRUJ
188 S E C C IÓ N E | Investigación

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PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
SECCION

Administración

Palliative Care Initiative en Kerala, India2; el South Coast Hospice


| CAPÍTULO 35 de KwaZulu-Natal, Sudáfrica3; el programa de voluntarios de la
Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (LALCEC) en San
Nicolás, Argentina4, y Hospice Uganda, en África5. Han sido efi­
caces y eficientes en la asistencia de pacientes en su domicilio
Desarrollo de programas: y la maximización de los recursos. La mayoría de los programas
en países con recursos limitados se han desarrollado como islas
una perspectiva internacional de excelencia sin integración en el sistema sanitario y con poco
efecto sobre el conocimiento de médicos y enfermeras.
Liliana de Lima

2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos INSTITUCIONALIZACIÓN DE LOS C U ID A D O S
PALIATIVOS
Aún se deben adoptar programas de cuidados paliativos en ins­
tituciones de todo el mundo. La American Hospital Association
• Los programas de cuidados paliativos varían de unos países a otros. Se han
señaló que el 22% de todos los hospitales estadounidenses
adoptado diferentes modelos asistenciales debido a las diferencias de la
situación socioeconómica, las políticas sanitarias y las necesidades de los
tiene programas de cuidados paliativos. Organizaciones como el
pacientes y sus familias. Center to Advance Palliative Care (CAPC) han sido una poderosa
fuerza subyacente a este cambio en Estados Unidos6.
• Los cuidados paliativos en los países en desarrollo se prestan principal­
mente en residencias para enfermos terminales y en programas con pocos
El desarrollo de programas de cuidados paliativos en las institu­
vínculos con la salud pública. ciones tiene varias ventajas:
• La institucionalización de los cuidados paliativos es una estrategia que 1. Hay mayor probabilidad de que formen parte del sistema
puede aumentar el reconocimiento de este campo como un componente sanitario, con asignación de recursos del presupuesto insti­
de la asistencia además de la prevención, el diagnóstico y el tratamiento. tucional, de espacio y de recursos humanos.
• Las limitaciones de financiación y de personal de los países en desarrollo 2. Un programa institucional de cuidados paliativos ofrece
dificultan la capacidad de las instituciones de desarrollar y aplicar progra­ mayor capacidad de expansión y de influencia en la pobla­
mas de cuidados paliativos. ción general que si los cuidados paliativos se prestan de
• Organizaciones de financiación deben desarrollar estrategias para suminis­ forma aislada.
trar apoyo económico y técnico a las instituciones de los países en desarro­ 3. El programa está integrado como un componente de la
llo que quieren aplicar programas de cuidados paliativos. asistencia médica, junto a la prevención, el diagnóstico y
el tratamiento activo, en un espectro continuo de asisten­
cia de las enfermedades incurables y progresivas.
4. Las instituciones pueden impulsar el desarrollo y el mante­
Los programas de cuidados paliativos de todo el mundo siguen nimiento de los cuidados paliativos con estructura, sistemas
diferentes modelos que van desde equipos multidisciplinares en y políticas para satisfacer la demanda y ofrecer servicios de
centros terciarios hasta asistencia domiciliaria por voluntarios cuidados paliativos.
y familias con información (v. «Errores frecuentes»). Estas dife­ 5. En las instituciones académicas, un programa de cuidados
rencias habitualmente están producidas por la ausencia de reco­ paliativos permite la enseñanza de residentes y estudiantes
nocimiento de la paliación como un componente integral de la de medicina a la cabecera del paciente, y establece la disci­
asistencia, las diferentes necesidades de los pacientes y sus fami­ plina en el seno de la comunidad médica.
lias, la formación insuficiente de los profesionales sanitarios y las 6. Un programa institucional facilita la investigación en
políticas inadecuadas sobre cómo legislar y regular los cuidados cuidados paliativos. La mayor parte de la información
paliativos. y de los protocolos terapéuticos se ha desarrollado en
El desarrollo de programas de cuidados paliativos en países países ricos, y puede no ser aplicable a países pobres
con recursos escasos se enfrenta a retos adicionales: pobreza, que carecen de recursos. Una agenda de investigación
infraestructuras inadecuadas, mala administración, escaso acceso a en cuidados paliativos que aborde las necesidades espe­
los fármacos, burocracia, leyes restrictivas y regulaciones sobre los cíficas de estos lugares es más fácil en contextos aca­
opioides, apoyo insuficiente de las autoridades sanitarias naciona­ démicos, en los que está localizada la mayor parte de
les y poca voluntad política de establecer programas de cuidados los recursos.
paliativos1.
En algunos lugares se han aplicado con éxito programas de El Faculty Scholars Program, puesto en práctica en 1994 por
cuidados paliativos con voluntarios que prestan la asistencia en el Project Death in America (PDIA), ha aplicado con mucho éxito
el hogar y la comunidad. Los ejemplos incluyen la Neighborhood la institucionalización de los cuidados paliativos en Norteamérica.

189
ERRNVPHGLFRVRUJ
190 S E C C IÓ N F | Adm inistración

H T A B L A 35-1 Beneficiarios del Program a d e fo rm a c ió n del p rofesorado d e la IA HP C

IN S T IT U C IÓ N L O C A LIZ A C IÓ N M É D IC O D O C E N T E M É D IC O M O N IT O R O M E N TO R DE L A IA H P C

Unidad de cuidados paliativos* Rosario, Argentina Hugo Fornells Eduardo Bruera (Estados Unidos)
Amrita Institute of Medical Sciences* Kochi, India Gayatri Palat M. R. Rajagopal (India)
Ocean Road Cancer Institute Dar es Salaam, Tanzania Msemo Diwani Elizabeth Gwyther (Sudáfrica)
West China Fourth Hospital of Sichuan University Chengdu, China Jinxiang Li K. S. Chan (Hong Kong)
Universidad Católica Santiago, Chile María Alejandra Palma Roberto Wenk (Argentina)

•Este programa se inició en 2003 como un programa piloto de 2 años.


fDebido a cambios administrativos en el Amrita Institute of Medical Sciences, e a beca se suspendió. El puesto de profesor y las actividades docentes siguen activas ei
la institución.
IAHPC, International Association for Hospice and Palliative Care.

Errores frecuentes
desarrollar un programa de cuidados paliativos. Después de la
selección del candidato y la institución, se les invita a comen­
N o se p u ed e aplicar u n único m odelo a todos los países y regiones zar el proceso de solicitud. Si se aprueba, se firma un acuerdo
del m undo. de 5 años de duración entre la IAHPC y la institución. Durante
La institucionalización n o lleva a la deshum anización d e los cuida­ este tiempo es necesario que el empleado llegue a dominar
d o s paliativos. unos objetivos definidos claramente en las áreas de desarrollo
El establecim iento d e m odelos con u na conexión escasa o nula con clínico, administrativa, educativa y de investigación. La financia­
el sistem a sanitario seguirá aislando la paliación de la asistencia ción depende del logro de objetivos específicos en estos cuatro
habitual. dominios. La IAHPC identifica a un médico m entor o monitor de
La aplicación de program as sin u n fuerte apoyo público p o r parte su Comité para cada programa, que de forma ideal debe estar en
d e los principales g estores institucionales y la adm inistración proba­ la misma región que el programa. El mentor es responsable de la
blem ente fracase. formación, el apoyo técnico, las visitas al centro y los informes
La adopción d e una actitud defensiva y hostil en los programas breves a la oficina de la IAHPC. Su función es ayudar a la institu­
recién establecidos d entro de u na institución reduce el apoyo po­ ción y al candidato a lograr los objetivos y metas establecidos al
lítico necesario para su supervivencia. comienzo del programa.

Resultados del programa


El programa precisa una financiación importante para cubrir
El programa PDIA ha apoyado con 67 becas a 78 docentes que los costes durante el período completo de vigencia del acuerdo.
representan a 50 facultades de medicina (incluyendo 4 de Canadá) Desde el inicio del programa en 2003, la IAHPC ha recibido do­
y 3 escuelas de enfermería7. No se dispone de datos de países nativos de la Joy McCann Foundation, la National Hospice and
en desarrollo, y la mayoría de las publicaciones que presentan Palliative Care Organization (NHPCO), el Open Society Institute
resultados procede de países desarrollados8-12. El nivel de insti­ (OSI), el U.S. Cancer Pain Relief Committee y de donantes priva­
tucionalización de los cuidados paliativos en los países en desa­ dos. Estos recursos han sido cruciales para el programa y la capa­
rrollo es bajo. Como respuesta a esta situación, la International cidad de la organización de fomentarlo.
Association for Hospice and Palliative Care (IAHPC) adoptó La IAHPC ha concedido becas a cinco instituciones de países
el denominado Programa de formación del profesorado de en desarrollo de África, Asia y Latinoamérica (tabla 35-1). De ellas,
la IAHPC13, que se modeló de acuerdo con el PDIA Scholars la Unidad de Cuidados Paliativos (UCPAR) de Argentina concluyó
Program. el plazo del acuerdo, y el programa del Amrita Institute of Medical
Sciences (AIMS) finalizó precozmente debido a cambios admi­
nistrativos institucionales. El caigo de profesor y las actividades
Programa de formación del profesorado docentes del AIMS siguen activos.
de la International Association for Hospice Se reciben periódicam ente informes sobre el progreso de
and Palliative Care cada uno de los programas, y los m entores realizan visitas a
cada institución al menos una vez al año. Los informes de las
El objetivo del Programa de formación del profesorado de la instituciones y de los mentores muestran que los cinco pro­
IAHPC es fomentar y ayudar a aplicar los cuidados paliativos en gramas se enfrentan a retos similares (tabla 35-2), que incluyen
instituciones de países en desarrollo. El programa financia pues­ ausencia de reconocimiento y credibilidad entre los compa­
tos docentes en cuidados paliativos para enfermeras y médicos ñeros, políticas sanitarias inadecuadas, recursos económicos li­
durante 5 años. Precisa la identificación y la selección de una mitados y barreras administrativas y reguladoras. Desde el ini­
institución y un candidato adecuados, un proceso de solicitud y cio del programa y la creación de los puestos docentes en
selección, un mentor o m onitor del programa y el envío de infor­ cuidados paliativos, todos ellos refieren avances significativos
mes periódicos sobre el progreso y las dificultades encontradas. en su capacidad de prestar asistencia a los pacientes en sus ins­
El Comité de la IAHPC puede identificar y seleccionar a candi­ tituciones14'18. Ninguno tiene una agenda de investigación, y la
datos e instituciones sobresalientes. Las instituciones deben ser mayoría de las actividades se han centrado en la provisión de
centros docentes y hospitales académicos reconocidos. Los can­ servicios, la formación en las aulas y la docencia a la cabecera
didatos deben haber recibido educación formal en cuidados del paciente.
paliativos en un programa reconocido y deben tener la inten­ Es demasiado pronto para determinar los resultados y el éxito
ción de volver a su país de origen (si están en el extranjero) y a largo plazo, y se necesita una monitorización y un seguimiento

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Desarrollo d e programas: una perspectiva internacional I C A P Í T U L O 3 5 191

T A B L A 35-2 Retos a los que se enfrentan las instituciones y beneficios derivados del program a de formación del profesorado

IN S T IT U C IÓ N RE TO S DE LOS PR O G R A M A S IN S T IT U C IO N A L E S BE N EFICIO S D E B ID O S A LOS P R O G R A M A S DE F O R M A C IÓ N


DE C U ID A D O S P A L IATIV O S D E L P R O F ES O R A D O

Unidad de Cuidados Ausencia de reconocimiento de los cuidados Sesiones de formación semanales


Paliativos paliativos como disciplina
Ausencia de espacio clínico para albergar el centro y Capacidad de dedicarse a tiempo completo a las tareas de cuidados
el equipo de cuidados paliativos paliativos
Necesidad de cubrir una gran área geográfica por los Inicio de rondas en autobús y establecimiento de consultas
servicios de cuidados domiciliarios y gran volumen ambulatorias de cuidados paliativos en centros comunitarios
de pacientes
Ausencia de personal con información para organizar Da credibilidad a la disciplina y al cargo por su reconocimiento y apoyo
un grupo multidisciplinar de cuidados paliativos por una organización internacional
Ocean Road Cancer Los cuidados paliativos no están incluidos en las Los cuidados paliativos se incluyen como un componente del programa
Institute políticas sanitarias del control del cáncer que se presenta al gobierno para su aprobación
Ausencia de personal con formación adecuada Aplicación de formación a la cabecera del paciente
Da credibilidad y ayuda a conseguir que se interesen otras fuentes de
financiación
El programa contribuyó a impulsar la agenda de cuidados paliativos
hasta un nivel nacional
Se estableció un acuerdo formal de colaboración para el Ocean Road
Cancer Institute, el Muhimbili University College of Health Sciences y la
Universidad de Ciudad del Cabo en Sudáfrica
Am rita Institute of Sin programas de formación de posgrado en Inicio de un diploma de posgrado de cuidados paliativos en el Amrita
Medical Sciences cuidados paliativos en el país Institute
Ausencia de reconocimiento por parte de otras Desarrollo de un programa deformación en cuidados paliativos para
disciplinas estudiantes de grado
Aumento de la credibilidad institucional
Sichuan University Ausencia de reconocimiento por otras especialidades Puesta en práctica de un programa de cuidados paliativos para enseñar
médicas a médicos y profesionales de enfermería de China; se han organizado
más de 30 talleres desde el inicio del programa
Ausencia de apoyo institucional El equipo de cuidados paliativos de las plantas hospitalarias y de
cuidados domiciliarios fue aceptado y acogido progresivamente por
los pacientes con cáncer y sus familiares
Ausencia de conocimientos sobre los cuidados Se estableció el abordaje de combinar la medicina occidental con la
paliativos medicina china tradicional para el alivio del dolor
Mito sobre el uso de los analgésicos y el progreso de
la enfermedad y la muerte
Frecuentes solicitudes de eutanasia por parte de los
pacientes y sus familiares
Universidad Católica* Ausencia de conocimiento sobre las necesidades de Facultad de Medicina de la Universidad Católica (una importante
los pacientes con enfermedades avanzadas institución académica de Latinoamérica), con posibilidad de influir en
los niveles asistenciales local y regional
Ausencia de educación exhaustiva en ci idados El programa actúa como modelo para otras facultades de medicina del
paliativos país
Recursos escasos para cargos docentes La Universidad Católica ha creado y adoptado un cargo docente
Mayor conocimiento sobre los cuidados paliativos en los demás
miembros del cuerpo docente

•Este programa comenzó en agosto de 2006.

continuos. La verdadera medida sería que estos programas tuvie­


Perspectivas futuras
ran éxito en el establecimiento de los cuidados paliativos en sus
instituciones a largo plazo, afectaran a la calidad de la asistencia • Identificar y apoyar a los centros d e excelencia.
prestada, pusieran en práctica la docencia para profesionales de • Institucionalizar los cuidados paliativos e n hospitales docentes.
enfermería y médicos y realizaran investigación sobre protocolos • Incluir la form ación en cuidados paliativos en los currículos de pre-
terapéuticos y directrices adaptadas a las necesidades de la pobla­ grado y posgrado.
ción. Cuando haya finalizado el plazo de la beca, la IAHPC manten­ • Motivar a los profesionales d e cuidados paliativos para q u e se con­
drá un contacto estrecho con las instituciones y realizará encuestas viertan e n agentes d e cam bio institucionales.
cuando proceda para determinar los resultados a largo plazo. • Establecer acuerdos d e colaboración entre las organizaciones q ue ini­
cian nuevos programas y las q ue tienen programas existentes eficaces.

CONCLUSIONES
Muchas personas siguen muriendo con un sufrimiento innecesario y una mayor movilización de recursos, incluyendo la identifi­
en todo el mundo. Los elaboradores de políticas sanitarias y la cación de estrategias con la máxima probabilidad de éxito. Un
mayor parte de la comunidad filantrópica internacional ha infra- ejemplo es la institucionalización de los cuidados paliativos en
estimado la importancia de la inversión en cuidados paliativos hospitales docentes y contextos académicos. Esto debe llevar a
(v. «Perspectivas futuras»). Los cuidados paliativos deben formar una mayor integración de la disciplina en la asistencia habitual
parte de las políticas sanitarias nacionales para garantizar la conti­ de los pacientes. Los profesionales de cuidados paliativos deben
nuidad y la estabilidad económica, especialmente en países en desa­ ser la fuerza impulsora, y deben poder llegar a los elaborado-
rrollo. Es necesaria una asignación más eficiente de la financiación res de políticas sanitarias y administradores para hacer que esto

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192 S E C C IÓ N F | Adm inistración

ocurra. Las partes implicadas deben aprender del éxito de las ins­
tituciones que han aplicado los cuidados paliativos y la formación
de médicos y profesionales de enfermería. En último término, el
C A P ÍT U L O 36
alivio del dolor y del sufrimiento innecesario mejorará la calidad
de vida de los pacientes y sus familias y se asociará a un uso más
eficaz de los recursos sanitarios. Desarrollo de programas:
B I B L I O G R A F Í A
planificación nacional
1. De Lima L, Hamzah E. Socioeconomic, cultural and political issues. In Bruera E, Tony O’Brien
Wenk R, de Lima L (eds). Palliative Care in Developing Countries: Principles
and Practice. Houston: IAHPC Press, 2004.
2. Kumar S, Numpeli M. Neighborhood network in palliative care. Indian J Palliat
Care 2005;11:6-9- 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
3. Defilippi K. Integrated community-based home care: Striving towards balan­
cing quality with coverage in South Africa. Indian J Palliat Care 2005;11:34-36.
4. Wenk R, Bertolino M, Pussetto J. Direct medical costs of an Argentinean domi­
ciliary palliative care model. J Pain Symptom Manage 2000;20:162-165.
5. Merriman A. Uganda: Current status of palliative care. J Pain Symptom Manage
2002;24:252-256. • Los cuidados paliativos son una parte vital e integral de las políticas sanita­
6. Meier D, Sieger C.The Case for Hospital Based Palliative Care, vol 3- New York: rias y sociales nacionales. Se deben hacer provisiones para su desarrollo e
Center to Advance Palliative Care, 2005. integración en los servicios sanitarios y sociales de todos los países.
7. Aulino I- Foley K. The project on death in America. J R Soc Med
2001;94:492-495. • El desarrollo de programas de cuidados paliativos supone una evaluación
8. Pan CX, Morrison RS, Meier DE, et al. How prevalent are hospital-based detallada de las necesidades para cuantificar la magnitud de las necesidades
palliative care programs? Status report and future directions. J Palliat Med no satisfechas. Cada país debe identificar las barreras reales y potenciales
2001;4:315-324. a los servicios exhaustivos de cuidados paliativos para todos los que los
9. Pantilat S, Billings A. Survey of palliative care programs in United States tea­ necesiten.
ching hospitals. J PaUiat Med 2001;4:309-314.
10. Higginson IJ, Finlay I, Goodwin DM, et al. Do hospital-based paUiative teams • Con la información del estudio de evaluación de las necesidades, cada país
improve care for patients or families at the end of life? J Pain Symptom Manage debe elaborar un plan de aplicación con evaluaciones de la financiación
2002;23:96-106. necesaria y de los marcos temporales y teniendo en consideración las necesi­
11. Llamas K, Pickhaver A, PiUer N. Mainstreaming paUiative care for cancer dades de los pacientes y de sus familias. Los planes deben abordar problemas
patients in the acute hospital setting. PaUiat Med 2001;15:207-212. de infraestructura, educación y formación, personal y garantía de caUdad.
12. Glare PA,Auret KA,Aggarwal G, et al. The interface between PaUiat Med and
• El objetivo último es garantizar que los pacientes tengan acceso a una
specialists in acute-care hospitals: Boundaries, bridges and chaUenges. Med J
asistencia de elevada caUdad, prestada en un contexto, en un tiempo y en
Aust 2003; 179(Suppl):S29-S31•
13- International Association for Hospice and PaUiative Care (IAHPC) Faculty un estUo que satisfagan de forma óptima sus necesidades y preferencias
Development Program. Available at < http://www.hospicecare.com/feculty/> individuales.
(accessed September 12,2007). • La capitalización y la financiación de los servicios de cuidados paliativos
14. FomeUs H. Final Report to IAHPC—Faculty Development Program, UCPAR, deben ser adecuadas, justas y equitativas y se deben determinar por adelan­
Argentina (working document). Houston: IAHPC Press, 2005.
15. Rajagopal M. Progress Report to IAHPC—Faculty Development Program, AIMS, tado con las agencias de financiación.
India (working document). Houston: IAHPC Press, January 2006. • Todos los profesionales de cuidados paUativos deben tener un compro­
16. Diwani M. Progress Report to IAHPC—Faculty Development Program, ORCI, miso explícito y cuantificable con la prestación de una gama de servicios
Tanzania (working document). Houston: IAHPC Press, September 2006. exhaustiva y equitativa, suministrada de una forma eficiente y profesional de
17. Li J. Progress Report to IAHPC—Faculty Development Program, Sichuan acuerdo con los máximos niveles de calidad posibles.
University, China (working document). Houston: IAHPC Press, September
2006.
18. Wenk R, Nervi F. Initial Visit Report to IAHPC—Faculty Development Program,
Universidad CatoUca, ChUe (working document). Houston: IAHPC Press,
September 2006.

Han transcurrido casi 40 años desde que John Hinton centrara su


L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S interés en el nivel de las necesidades no satisfechas que tienen los
Lorenz KA, Shugarman LR, Lynn J. Health care policy issues in pacientes con enfermedades avanzadas y progresivas1. Inspirados
end-of-life care.J Palliat Med 2006;9:731-748. por el trabajo pionero de Dame Cicely Saunders y de otros auto­
Morrison RS, Maroney-Galin C, Kralovec PD, Meier DE. The growth res, hemos dado la bienvenida al renacimiento de nuestro conoci­
of palliative care programs in United States hospitals. J Palliat miento de las necesidades de los pacientes candidatos a cuidados
Med 2005;8:1127-1134. paliativos y de sus familias. En todo el mundo se han elaborado
Ross DD, Fraser HC, Kutner JS. Institutionalization of a palliative muchos modelos de servicios2. Habitualmente los servicios se
and end-of-life care educational program in a medical school centran en las necesidades de los pacientes en una institución
curriculum. J Palliat Med 2001;4:512-518. particular o en una región geográfica muy definida. Con frecuen­
Weissman DE, Block SD, Blank L, et al. Recommendations for incor­ cia se han desarrollado de forma reactiva, con poca planificación
porating palliative care education into the acute care hospital prospectiva formal. Aunque no cabe duda de que estos servicios
setting.Acad Med 1999;74:871-877. hacen una contribución útil a un grupo selecto de pacientes
y familias, se presta una atención insuficiente a quienes no pue­
den acceder a la asistencia. Esta desigualdad se puede abordar de
forma óptima mediante un proceso formal de planificación estra­
tégica e integración.
Un plan nacional exhaustivo de cuidados paliativos es una
declaración inequívoca de los gobiernos nacionales, los profesio­
nales sanitarios y las comunidades de un compromiso compartido
de abordar las necesidades de las personas con enfermedades gra­
ves. En muchas sociedades, los cuidados paliativos se ven en un
contexto algo negativo. Se pueden ver únicamente como los cui­
dados del final de la vida y se pueden interpretar como «tirar la

PARTE I PRINCIPIOS
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Desarrollo d e programas: planificación nacional I C A P Í T U L O 3 6 193

toalla» con un paciente o dejar de intentar mantener su vida. El los profesionales de la medicina paliativa la responsabilidad de
Dr. Michael Kearney identificó la necesidad de un cambio básico desarrollar y aplicar a los estudiantes de grado y de posgrado
de actitud cuando escribió: «ya no se debe considerar que los un currículo acordado. También se crea una oportunidad de
pacientes con enfermedades incurables son fracasos médicos por desarrollar programas de formación para m édicos no especia­
los que no se puede hacer nada más. Necesitan cuidados paliati­ listas de otras disciplinas. Facilita la introducción y el desarrollo
vos, lo que no significa una anodina opción de segunda categoría de servicios en todos los contextos, incluyendo unidades espe­
de cogerles la mano, sino un tratamiento que la mayoría de noso­ cializadas y contextos hospitalarios y comunitarios. Contribuye
tros necesitará en alguna fase de nuestra vida, y muchos desde a crear una cultura de evaluación crítica, investigación y garan­
el momento del diagnóstico, y que exige tanta habilidad y com­ tía de calidad.
promiso como el que se pone normalmente en la prevención, la
investigación y la curación de las enfermedades»3.
La experiencia internacional indica que el desarrollo de los ser­ INFORM E DEL CONSEJO DE EUROPA
vicios con frecuencia precede en muchos años a cualquier plani­ En noviembre de 2003 el consejo de ministros del Consejo de
ficación nacional formal. Aunque estos servicios pioneros pueden Europa adoptó formalmente el informe del comité de expertos
conseguir mucho en un período relativamente breve, su efecto sobre la organización de los cuidados paliativos4. Esta serie clara y
global es escaso. Típicamente actúan en un aislamiento relativo exhaustiva de recomendaciones refuerza los principios fundamen­
o absoluto en relación con los servicios médicos establecidos. Se tales de los cuidados paliativos y estimula a los estados miembros
centran en una población pequeña y definida claramente. Aunque a que «adopten políticas y medidas legislativas y de otro tipo nece­
pueden prestar una asistencia de elevada calidad a esta pobla­ sarias para un marco de políticas nacionales coherente y exhaus­
ción seleccionada, se impide el acceso a una asistencia adecuada tivo para los cuidados paliativos»4. Aunque esto no es legalmente
a otras muchas personas. La ausencia de recursos con frecuencia vinculante para ninguno de los 46 estados miembros, es una decla­
hace que todos los recursos disponibles se centren en la asistencia ración importante sobre los deberes y responsabilidades de los
directa de los pacientes. La educación, la formación y la investiga­ gobiernos nacionales en relación con los cuidados paliativos. Se
ción tienden a quedar relegadas (cuadro 36-1). El método prefe­ pueden conseguir los mejores resultados con un esfuerzo coope­
rido de actuación es un proceso de planificación estructurada que rativo en el que participen muchas agencias gubernamentales y
incluye aportaciones de todas las partes importantes, incluyendo no gubernamentales diferentes. El informe del Consejo de Europa
los pacientes y sus familias. identificó los principios fundamentales que deben seguir los esta­
dos miembros cuando desarrollen políticas de cuidados paliativos
M E D IC IN A PALIATIVA CO M O ESPECIALIDAD (cuadro 36-2).

La medicina paliativa se reconoció por primera vez como espe­


cialidad en el Reino Unido en 1987 y en Irlanda en 1995. Desde
entonces varios países han añadido la medicina paliativa a sus
especialidades médicas. Para que se reconozca la medicina
paliativa como un área especializada, se debe demostrar a las Cuadro 36-2 Principios fundamentales del Consejo
autoridades reguladoras que hay un conjunto de conocimientos di­ de Europa para el desarrollo de políticas de cuidados
ferenciado específico de la especialidad. También se les debe paliativos
demostrar que hay un grupo de profesionales para supervisar la Los cuidados paliativos son una parte vital e integral d e los servicios
nueva especialidad, incluyendo el desarrollo del currículo y la for­ sanitarios. Se d eben incorporar e n las estrategias sanitarias naciona­
mación de futuros especialistas. Después de haber aprobado este les las provisiones p ara su desarrollo y su integración funcional.
principio central, los esfuerzos se pueden centrar en el desarro­ Cualquier persona que necesite cuidados paliativos debe po d er
llo y la aplicación de una estrategia que pueda servir mejor a las acceder a los m ismos sin retraso y e n u n contexto que sea tan com ­
necesidades de la población nacional. patible com o sea razonablem ente posible c o n sus necesidades y
El reconocimiento de la medicina paliativa como especia­ preferencias.
lidad diferenciada es un paso importante para su desarrollo e Los cuidados paliativos tienen com o objetivo el logro y el m anteni­
integración. Reconoce formalmente el conjunto de conocimien­ m iento d e la m ejor calidad d e vida posible p ara los pacientes.
tos diferenciado y exclusivo de la m edicina paliativa. Atribuye a Los cuidados paliativos intentan abordar los problem as físicos, psi­
cológicos y espirituales asociados a las enferm edades avanzadas.
Precisan la aportación coordinada d e u n equipo interdisciplinar y
m ultiprofesional c on m ucha experiencia y co n recursos adecuados.
Se d eben tratar los problem as intercurrentes agudos si el paciente
lo desea, a unque si éste n o lo desea n o se d eben tratar, m ientras se
siguen prestando los m ejores cuidados paliativos.
El acceso a los cuidados paliativos se d eb e basar e n la necesidad, y
no d eb e dep e n d e r del tipo d e enferm edad, la localización geográfica,
el nivel socioeconóm ico n i o tros factores similares.
Los program as d e form ación en cuidados paliativos se d eben incor­
po ra r a la form ación d e todos los profesionales sanitarios.
Se d eb e investigar para m ejorar la calidad de la asistencia. Todas las
intervenciones de cuidados paliativos deben te n e r el apoyo, en la
m edida d e lo posible, de datos d e investigaciones adecuadas.
Los cuidados paliativos d eben recibir u n nivel adecuado y equitativo
d e financiación.
Com o e n todos los sectores d e la asistencia médica, los profesiona­
les sanitarios im plicados en los cuidados paliativos d eben respetar
los derechos de los pacientes, cum plir las obligaciones y criterios
de calidad profesionales y actuar e n beneficio de los pacientes in­
dividuales.

ERRNVPHGLFRVRUJ
194 S E C C IÓ N F | Adm inistración

ESTRATEGIA NACIONAL SOBRE CU IDADO S cualificación adecuada que asuma la responsabilidad de elaborar
los diversos borradores y el informe final.
PALIATIVOS
Comité nacional de cuidados paliativos
Definiciones
El paso inicial en la formulación de una estrategia necesita un
comité nacional de cuidados paliativos, que emplee términos La literatura de cuidados paliativos abunda en términos que
de referencia detallados y explícitos (cuadro 36-3). Los términos carecen de una definición precisa. Por ejemplo, el término inglés
deben estar suficientemente detallados para dar concreción al tra­ hospice puede describir un programa asistencial muy complejo,
bajo del comité, pero no deben ser tan restrictivos que los miem­ que precisa la aportación de una amplia gama de profesionales
bros pierdan la capacidad de responder a problemas nuevos e médicos y de otros profesionales en un hospital de referencia
imprevistos. La función del presidente es esencial como guía del terciaria de renombre internacional. También se puede utili­
comité en su trabajo. zar este mismo término para describir a un voluntario que se
Un grupo nacional para organizar la estrategia de cuidados ofrece a quedarse con un paciente para permitir que el cuida­
paliativos debe elaborar recomendaciones detalladas sobre la orga­ dor principal se dé un respiro. Es importante discutir y acordar
nización y la integración de un programa nacional y exhaustivo las definiciones, de modo que abarquen todos los términos que
de cuidados paliativos. Debe solicitar las opiniones de un grupo se utilicen en el trabajo del comité. Esto incluye términos como
variado de expertos. Si el grupo es demasiado grande y variado, cuidados paliativos, cuidados paliativos especializados, cuidados
será más difícil desarrollar y mantener un sentido adecuado de en centros de cuidados paliativos, cuidados terminales, cuidados
urgencia y de compromiso. Si es demasiado pequeño, puede care­ del final de la vida, familia, equipo multidisciplinar, equipo inter-
cer de la experiencia y la introspección necesarias. Puede ser pre­ disciplinar, grados de especialización y asistencia en el duelo.
ferible limitar el número de miembros a un máximo de 12, aunque También es útil definir los grupos de pacientes que se pueden
permitiendo la opción de utilizar consultores con experiencia par­ beneficiar de los cuidados paliativos especializados y los con­
ticular cuando sea necesario. textos en los que se prestan a esa asistencia. El documento de
Los miembros deben saber que se les invita a contribuir debido Declaración de Definiciones elaborado por el National Council
a su experiencia particular. Sin embargo, tienen fundamentalmente for Hospice and Specialist Palliative Care Services ofrece una
la responsabilidad de defender los intereses de los pacientes y de guía útil a este respecto5.
sus familias. En ocasiones los miembros pueden querer favorecer
de forma selectiva a sus propias instituciones, regiones geográficas
o grupos profesionales. Esto introduce una dinámica destructiva, y Período de ejecución
se debe identificar y abordar tan pronto como se produzca. Los
términos de referencia claros pueden ser útiles, pero en última Desde el comienzo, el comité debe acordar un programa de tra­
instancia el presidente se debe asegurar de que los miembros del bajo realista, con fechas de finalización definidas para cada una de
comité realicen su trabajo de una forma profesional y equitativa y las diferentes fases. Los comités necesitan un sentido de urgencia
de conformidad con los términos de referencia acordados. para trabajar de forma eficiente. El programa del trabajo debe ser
Los médicos que estén de acuerdo en participar en un comité realista para conseguir los objetivos aprobados. Sin embargo, no
nacional deben asegurarse de que dedican tiempo y energía sufi­ debe ser tan generoso que se pierda el impulso.
cientes a este proceso. Esto incluye el compromiso de asistir de Se debe intentar por todos los medios apoyar al comité en su
forma regular a las reuniones y de realizar el trabajo y la investiga­ trabajo. Esto incluye la provisión de un buen apoyo de secretaría
ción necesarios entre las reuniones. El comité debe contar con el y administrativo. La mayor parte del trabajo se realiza entre las
apoyo de personal administrativo y de secretaría motivado y entu­ reuniones formales. Este proceso se facilita con conferencias tele­
siasta. Es muy recomendable contar con un escritor médico con la fónicas, videoconferencias y sistemas electrónicos de comunica­
ción. Sin embargo, siguen siendo necesarias las reuniones formales
frecuentes para facilitar la discusión y el debate cara a cara. El pre­
sidente tiene la función de garantizar que se oigan y se respeten
Cuadro 36-3 Términos de referencia para un comité por igual todos los puntos de vista.
de cuidados paliativos
• Pertenencia.
• Definiciones. Principios
• Período de ejecución del program a d el trabajo, incluyendo la fecha Antes de detallar el desarrollo y la integración de los servi­
para la finalización d el informe. cios, es útil acordar los principios y objetivos fundamentales.
• Principios esenciales (es decir, q u é querem os conseguir). Después de la aceptación de los principios, el comité se puede
• Datos del estudio d e evaluación d e las necesidades. centrar en los problemas que supone la planificación de las
• Lugares d e la asistencia (es decir, m odelos integrados de prestación medidas necesarias para garantizar que se satisfagan los prin­
d e servicios). cipios fundamentales. En esencia, los principios fundamentales
• El equipo (es decir, tip o d e profesionales y núm ero necesario). identifican el destino último, y el informe del comité debe deta­
• Necesidades d e infraestructura. llar la «hoja de ruta» que se debe seguir. Un tema recurrente
• Planificación d e las n ecesidades d e personal. en todas las estrategias nacionales publicadas sobre cuidados
• Educación, form ación e investigación. paliativos es la importancia de ofrecer opciones. Por ejem­
• Barreras. plo, en Australia se ha captado bien este aspecto: «la Estrategia
• Integración. Nacional de Cuidados Paliativos respeta la importancia central
• Financiación (es decir, capitalización e ingresos). de la elección para las personas que están m uriendo y para sus
• Plan d e aplicación, priorización y p eríodo d e ejecución. familias: la elección en relación con el contexto asistencial y la
• Criterios d e calidad p ara una p ráctica óptim a. forma y el tipo de asistencia prestada. Para ello se debe dispo­
• A spectos gubernam entales. ner de opciones que satisfagan una amplia gama de necesidades
médicas, sociales, culturales, lingüísticas y espirituales.También

PARTE I PRINCIPIOS
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Desarrollo d e programas: planificación nacional I C A P Í T U L O 3 6 195

es necesario que las personas comprendan la naturaleza de • Obtención e interpretación de datos epidemiológicos y
los cuidados paliativos y que puedan acceder al servicio que demográficos.
necesitan»6. • Estimación de los puntos de vista de los principales agentes
Los países individuales producen sus propios principios fun­ implicados, incluyendo los prestadores de los servicios, los
damentales de acuerdo con su conjunto único de necesidades y usuarios de los servicios y los compradores o planificadores.
circunstancias. En Irlanda, el Department of Health and Children • Obtención y cotejo de datos comparativos relacionados con
publicó una Estrategia para el Cáncer en 1996 (cuadro 36-4)7. En aportaciones, resultados y costes.
el Reino Unido, informes de los últimos 25 años han propuesto
principios fundamentales (cuadro 36-5)8"10. El informe del Consejo Los datos epidemiológicos sobre la población que se revisa
de Europa incluye una sección dedicada a los «principios orienta- incluyen la estimación de la incidencia y la prevalencia de las
tivos» que pueden ser útiles en la elaboración de una estrategia enfermedades que probablemente necesiten cuidados palia­
nacional (cuadro 36-6). tivos especializados, como cáncer y otras enfermedades no
malignas progresivas. Esto no aporta información directa sobre
las necesidades, sino que describe la magnitud de la enferme­
Medición de la m agnitud de la deficiencia: dad en una población12. Se pueden aplicar las tasas de inci­
dencia y mortalidad p o r cáncer y por otras enfermedades no
datos de evaluación de necesidades malignas progresivas a las cifras poblacionales proyectadas para
En un mundo ideal, la planificación estratégica siempre debería pre­ estimar las muertes esperadas p o r una enfermedad específica
ceder al desarrollo de los servicios. Sin embargo, en muchos casos en el futuro.
se establece cierta provisión de los servicios antes de la realización En el mismo contexto, en esta fase es útil identificar los grupos
de cualquier planificación formal. Los servicios establecidos pueden de pacientes que probablemente se beneficien de los cuidados
tener graves limitaciones en cuanto a disponibilidad, accesibilidad paliativos. Tradicionalmente, los servicios de cuidados paliativos
e integración. Uno de los retos a los que se enfrentan los planifica­ se han centrado en los pacientes que tienen cáncer avanzado. Se
dores de los servicios es garantizar que se fomentan los servicios reconoce la necesidad de ampliar los servicios de cuidados palia­
establecidos y se permite que se integren con éxito con los servi­ tivos a pacientes con enfermedades no malignas13. La práctica se
cios nuevos y en evolución. Es importante que se adopten políticas ha quedado detrás de la retórica. La enfermedad de la neurona
y procedimientos estándar y que se integran por completo en el motora (es decir, esclerosis lateral amiotrófica) era la enferme­
sistema. En caso contrario se puede desarrollar un sistema paralelo dad no maligna dominante asociada a los cuidados paliativos en
que no puede ofrecer una asistencia de elevada calidad. el Reino Unido14. En 1995 un estudio regional de la asistencia de
La evaluación detallada de las necesidades es un elemento pacientes moribundos identificó a muchos pacientes que morían
esencial en una estrategia nacional para cuidados paliativos espe­ por enfermedades no malignas, como insuficiencia cardíaca con­
cializados. Un estudio exhaustivo para la evaluación de las necesi­ gestiva, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y accidente
dades sanitarias tiene tres elementos fundamentales11: cerebrovascular, que tenían importantes necesidades asistenciales
sanitarias y sociales no satisfechas14. En muchos países la propor­
ción de pacientes en cuidados paliativos con enfermedades no
malignas es menor del 10%, aunque esta cifra es algo mayor en

Cuadro 36-6 Principios orientativos de los cuidados


paliativos del Consejo de Europa
Los cuidados paliativos son u n a parte vital e integral d e la prestación
d e servicios sanitarios. N o son u n objeto d e lujo añadido.
Todas las personas qu e necesiten cuidados paliativos d eben po d e r
acceder a u n nivel adecuado d e experiencia e n cuidados paliativos
en u n m om ento y e n un contexto qu e sean com patibles c o n sus
necesidades individuales y sus preferencias personales.
Los servicios especializados d e cuidados paliativos d eben estar esta­
blecidos e integrados e n todos los entornos asistenciales, incluyendo
unidades intrahospitalarias especializadas d e cuidados paliativos, hos­
pitales de día y centros ambulatorios, hospitales y todos los contex­
tos com unitarios, incluyendo la asistencia e n residencias d e ancianos.
Los servicios d eben estar suficientem ente coordinados e integrados
com o para perm itir el movim iento sencillo de los pacientes desde
un concepto asistencial a otro en respuesta a las necesidades clí­
nicas o preferencias personales cambiantes.
El acceso a los servicios especializados d e cuidados paliativos se
debe basar en las necesidades y no d eb e d e pender d e la lotería de la
dirección postal n i del subtipo histológico.
Se d eben identificar y abordar e n cuanto se produzcan las barreras
reales y potenciales a la prestación ó ptim a de servicios.
Se debe disponer de u n a financiación adecuada y equitativa para
apoyar los servicios especializados d e cuidados paliativos vitales.
Todos los fondos q u e se recojan o se asignen para apoyar los servi­
cios especializados de cuidados paliativos se d eben aplicar única y
exclusivam ente a los cuidados paliativos especializados tan pronto
com o estén disponibles.
Se d eben desarrollar y aplicar sistemas d e garantía d e calidad en
todos los c ontextos especializados d e cuidados paliativos.

ERRNVPHGLFRVRUJ
196 S E C C IÓ N F | Adm inistración

Estados Unidos. Otros grupos pueden quedar marginados y tener identificados e incluyendo un porcentaje acordado para cubrir los
dificultad para acceder a los servicios de cuidados paliativos dis­ elementos no económicos.
ponibles, o pueden encontrar que dichos servicios son menos Después de haber cuantificado y evaluado económicamente el
reactivos y sensibles a sus necesidades (cuadro 36-7). número total de profesionales sanitarios necesario para cubrir las
Otro aspecto de la elaboración de políticas es el momento de necesidades de cuidados paliativos de una población definida, el
la introducción de los servicios de cuidados paliativos. En muchos siguiente paso es revisar el personal actual. Si la financiación está
casos, los cuidados paliativos se aplican únicamente en las fases disponible inmediatamente, ¿están esos profesionales dispuestos a
finales de la enfermedad. Este modelo de provisión de servicios ocupar sus cargos? En la mayoría de los casos es necesaria una
es una bancarrota desde el punto de vista ético y está despro­ inversión importante en educación y formación, y típicamente
visto de cualquier lógica y humanidad. El acceso a los servicios hay un retraso considerable. La planificación del personal y la
fundamentales no debe depender de una evaluación aproximada inversión en educación y formación son elementos vitales de una
y posiblemente inexacta de un probable pronóstico. El acceso a estrategia nacional de cuidados paliativos.
la asistencia debe estar determinado únicamente por las necesida­
des, incluyendo los aspectos físico, emocional, social y espiritual
de la condición humana. Infraestructura
Un estudio de evaluación de las necesidades de infraestructura
Lugar de la asistencia puede aportar información útil sobre las necesidades específi­
cas de las instalaciones de todos los aspectos del servicio, como
De forma ideal, un paciente debe poder acceder a la asisten­ camas intrahospitalarias especializadas, servicios comunitarios,
cia en diversos contextos intrahospitalarios y comunitarios. Los servicios de rehabilitación, hospitales de día y centros docentes
servicios deben estar integrados lo suficiente como para permi­ y de investigación. Estos elementos son interdependientes y no se
tir el movimiento de pacientes de un entorno asistencial a otro, deben considerar de forma aislada. Es fútil estimar las necesidades
dependiendo de las necesidades y de las preferencias persona­ de camas intrahospitalarias salvo que se tengan claras las necesi­
les. Esto puede ser difícil, y precisa cierto grado de flexibilidad y dades de servicios comunitarios y hospitalarios. La disponibilidad
reactividad, que típicamente no se asocian a muchos programas y accesibilidad de un elemento del programa afectan a las necesi­
de asistencia sanitaria. Los pacientes con necesidades de cuida­ dades de los demás elementos.
dos paliativos no se pueden permitir ser incluidos en largas listas Un estudio de evaluación de las necesidades poblacionales
de espera para la realización de estudios diagnósticos o de trata­ puede aportar información útil sobre el número de camas de
mientos. Se debe realizar un seguimiento rápido cuando necesitan cuidados paliativos especializados necesarias para satisfacer las
atención en la sala de urgencias. Este modelo asistencial integrado necesidades de una población específica. Cuando se planifica la
exige que los servicios sean más sensibles y más reactivos a las localización de estas camas, se debe tener en cuenta la distribu­
necesidades de los pacientes y sus familias y que estén menos res­ ción actual y proyectada de la población. Otros factores incluyen
tringidos por estructuras administrativas pesadas e ineficaces. la proximidad de los servicios de oncología y de otros servicios,
los patrones de derivación establecidos, la facilidad de acceso
en cuanto a transporte y aparcamiento, los costes de construc­
Equipo ción y las dificultades y el tiempo previsto hasta la finalización.
Los servicios especializados de cuidados paliativos necesitan apor­ Aunque es deseable que los pacientes puedan acceder a los ser­
taciones de muchos profesionales médicos y de otro tipo en los vicios especializados de cuidados paliativos lo más cerca posible
contextos hospitalario y comunitario. Se debe establecer una de sus propios domicilios, esto plantea dificultades logísticas en
relación de colaboración y cooperación entre los miembros del áreas de baja densidad poblacional.Todos los servicios especializa­
equipo, y siempre deben actuar por el bien de los pacientes y de dos de cuidados paliativos deben tener una masa crítica suficiente
sus familias. Esto se consigue mejor si los miembros individuales de actividad para garantizar su viabilidad económica y para garan­
tienen confianza y son competentes en sus propias habilidades y tizar que se mantenga el nivel técnico del personal especializado.
tienen el deseo de implicar a otros profesionales cuando sea nece­
sario. Cuando se elabora una estrategia nacional, debe especifi­
carse la gama y el número de las diversas disciplinas necesarias. Proceso integrado de planificación
En los contextos intrahospitalarios se pueden definir los cocien­
Los servicios especializados de cuidados paliativos tienen varias
tes mínimos y deseados según el número de camas. En los con­
dimensiones, y se deben tener en consideración todas ellas en el
textos comunitarios los cocientes se definen habitualmente por
proceso de planificación. En último término se debe aplicar un
cada 100.000 personas. Estos pacientes permiten una contabilidad
programa integrado de asistencia de elevada calidad y centrada
exacta. Esto se consigue seleccionando el punto medio de la es­
en el paciente que sea sensible y reactivo a las necesidades indi­
cala salarial de cada uno de los diversos miembros del personal
viduales de los pacientes y de sus familias. A nivel nacional, la
planificación sanitaria y la administración con frecuencia están
fragmentadas y se centran en canales particulares de toma de
decisiones y de asignación presupuestaria. La dificultad para los
Cuadro 36-7 Grupos que tienen dificultad para el profesionales de cuidados paliativos es que participan en todas
acceso a los servicios de cuidados paliativos estas áreas diferentes. Se debe encontrar un mecanismo que garan­
tice que las estructuras administrativas apoyan y no dificultan el
» Niños.
desarrollo de los servicios.
» Adolescentes.
» Muy ancianos.
» Presos.
» Personas c o n dificultades del aprendizaje.
Criterios de calidad de práctica óptima
» Personas c o n discapacidad física y sensitiva. Todos los servicios especializados de cuidados paliativos deben
» Inm igrantes ilegales. tener el compromiso de ofrecer un servicio de calidad elevada
» C onsum idores d e drogas p o r vía intravenosa. que maximice la inversión. Esto se debe medir y demostrar de
» Pacientes d ep endientes del alcohol. forma robusta y explícita. A nivel nacional es necesario definir
medidas de calidad claras. Los servicios pueden tener la tentación

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Desarrollo d e programas: planificación nacional I C A P Í T U L O 36

—I T A B L A 36-1 Servicios especializados d e c u id a d o s paliativos

D IS P O N IB IL ID A D D E L SERVICIO

E STR U CTU R A

Sistema integrado de recogida de


CR ITER IO D E C A L ID A D

PR OCESO

Obtener datos exactos sobre los números


R E SU LTA D O

Pacientes que acceden a


I
datos para cada SECP que permita de pacientes que acceden a los SECP y su servicios de SECP en base a
generar datos exactos sobre los grupo diagnóstico la necesidad
pacientes que acceden a los
servicios
Inicial: el 50% de todas las muertes Personal con formación en Generación de estadísticas sobre el
por cáncer debe poder acceder codificación de diagnósticos y porcentaje de pacientes que mueren por
aSECP recogida e introducción de datos cáncer que acceden a SECP
Deseado: el 70% de todas las Comparación de datos sobre el acceso de
muertes por cáncer debe poder pacientes con cáncer a los SECP con las
acceder a SECP estadísticas sobre muertes por cáncer
basadas en los certificados de defunción
Enfermedades no malignas Sistema integrado de recogida de Obtener datos exactos sobre los números Pacientes que acceden a
datos para cada SECP de pacientes que acceden a los SECP y su servicios de SECP en base a
grupo diagnóstico la necesidad
Inicial: el 5 % de los pacientes o Personal con formación en Generación de estadísticas sobre
enfermedades malignas codificación de diagnósticos y el porcentaje de pacientes con
recogida e introducción de datos enfermedades no malignas
Deseado: el 25% de los pacientes
con enfermedades no malignas

SECP, Servicios especializados de cuidados paliativos.

de medir lo que sea fácil medir, aun cuando pueda no ofrecer los B I B L I O G R A F Í A
datos más útiles o relevantes. También se puede tener la tenta­
ción de medir aspectos de la provisión del servicio relacionados 1. Hinton JM. Dying. Harmondsworth, UK: Penguin Books, 1967.
2. Addington-Hall JM, Higginson IJ. Introduction. In Addington-Hall JM, Higginson
con el proceso de la prestación y no con el resultado o el pro­ IJ (eds). Palliative Care for Non-Cancer Patients. Oxford, UK: Oxford University
ducto. El informe sobre cuidados paliativos del International Press, 2001, p 7.
Expert Advisory Group (Marymount Hospice and The Atlantic 3. Kearney M. Palliative care in Ireland. Jr Ir Coll Physicians Surg 1991;20:170.
Philanthropies) ha elaborado criterios de calidad para los servi­ 4. Recommendations Rec (2003) 24 of the Committee of Ministers to Member
States on the Organisation of Palliative Care. Strasbourg: Council of Europe, 2003.
cios especializados en cuidados paliativos1516. El grupo acordó el 5. National Council for Hospice and Specialist Palliative Care Services. Specialist
siguiente marco de trabajo: Palliative Care: A Statement of Definitions. Occasional Paper 8. London:
National Council for Hospice and Specialist Palliative Care Services, 1995.
• Los criterios de calidad se deben definir en relación con la 6. National Palliative Care Strategy: A National Framework for Palliative Care
estructura, el proceso y el resultado. Service Development. Canberra: Commonwealth of Australia, 2000.
• Cuando proceda, los criterios de calidad se deben definir en 7. Department of Health. Cancer Services in Ireland: A National Strategy. Dublin:
relación con un nivel basal, que es el criterio mínimo absoluto Department of Health, 1996.
8. Wilkes E, for the Standing Medical Advisory Committee.Terminal Care: Report
que se debe conseguir, y un nivel deseado, que es el criterio of a Working Party. London: HMSO, 1980.
óptimo en relación con la excelencia. 9. Department of Health. Joint Report of the Standing Medical Advisory Comm­
• Estos niveles no son estáticos, sino que se deben revisar y rede- ittee and Standing Nursing and Midwifery Advisory Committee. The Principles
finir a intervalos regulares. and Provision of Palliative Care. London: Department of Health, 1992.
• Se deben elaborar criterios de calidad para todos los dominios 10. Department of Health. A Policy Framework for Commissioning Cancer Services:
A Report by the Expert Advisory Group on Cancer to the Chief Medical
de actividad de cuidados paliativos especializados. Un ejemplo Officers of England and Wales (the Calman-Hine Report). London: HMSO, 1995.
se ilustra en la tabla 36-1. 11. Clark D, Malson H. Key issues in palliative care needs assessment. Prog Palliat
Care 1995;3:53-55.
El Comité irlandés de acreditación de servicios sanitarios (Irish 12. Williams R, Wright J. Epidemiological issues in health needs assessment. BMJ
Health Services Accreditation Board) elaboró un marco detallado 1998;316:1379-1382.
para ayudar a los profesionales a identificar sus puntos fuertes y 13- Saunders C, Baines M. Living with Dying: The Management of Terminal
las oportunidades de mejorar la calidad y la seguridad17. El objetivo Malignant Disease. Oxford, UK: Oxford University Press, 1983-
14. O’Brien T, Kelly M, Saunders C. Motor neurone disease—a hospice perspective.
último de este ejercicio es ayudar a las organizaciones a mejorar con­ BMJ 1992;304:471-473-
tinuamente los servicios que prestan a los pacientes y sus familias. 15. Addington-Hall JM, McCarthy M. The regional study of care for the dying:
Methods and sample characteristics. Palliat Med 1995;9:27-35.
16. International Expert Advisory Group Report on Palliative Care. Cork, Ireland:
Aplicación, prioridades y cronograma Marymount Hospice and the Atlantic Philanthropies, 2006.
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

17. Palliative Care Accreditation Scheme: A Framework for Quality and Safety.
La elaboración de una estrategia nacional sobre medicina palia­ Dublin: Irish Health Services Accreditation Board, 2005.
tiva es un hito importante, aunque es tan sólo el comienzo. Con
la información de la estrategia nacional, los planificadores estraté­ L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
gicos y los prestadores del servicio deben trabajar de forma con­
junta para elaborar un programa realista de aplicación, que debe International Expert Advisory Group Report on Palliative Care. Cork,
estar conformado por el documento estratégico y se debe aplicar Ireland: Marymount Hospice and the Atlantic Philanthropies, 2006.
a nivel nacional o regional. La estrategia nacional debe describir National Palliative Care Strategy: A National Framework for
las estructuras administrativas que mejor apoyen el desarrollo y la Palliative Care Service Development. Canberra: Commonwealth
puesta en práctica de la estrategia acordada. El índice último del of Australia, 2000.
éxito de la estrategia será la magnitud en la que se identifican y Palliative Care Accreditation Scheme: A Framework for Quality and
abordan las necesidades de cuidados paliativos de la comunidad. Safety. Dublin: Irish Health Services Accreditation Board, 2005.

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198 S E C C IÓ N F | Adm inistración

Recommendations Rec (2003) 24 of the Committee of Ministers • Ofrecen un abordaje exhaustivo de la asistencia.
to Member States on the Organisation of Palliative Care. • Ofrecen una asistencia centrada en el paciente y en su familia.
Strasbourg: Council of Europe, 2003. • Fomentan el trabajo en equipo multidisciplinar.
Report of the National Advisory Committee on Palliative Care. • Facilitan la integración de los servicios y la colaboración en
Dublin: Department of Health and Children, 2001. redes.
• Ponen de relieve las decisiones clínicas basadas en la ética que
respetan los valores de los pacientes y sus familias.
• Generan estima por las dimensiones social y cultural de los cui­
dados paliativos.
• Favorecen el debate sobre el respeto por la calidad de vida y la
dignidad en la prestación de cuidados a los moribundos.

| CAPÍ TULO 37 PRINCIPIOS Y OBJETIVOS DE UN ABORDAJE


DE SALUD PÚBLICA
Desarrollo de programas: medicina Todos los programas de cuidados paliativos dentro del sector sanita­
rio público deben ofrecer al menos tres elementos básicos (fig. 37-1):
paliativa y servicios de salud
1. Educación y formación.
pública 2. Disponibilidad de opioides y otros fármacos para controlar
los síntomas.
Xavier Gómez-Batiste, Josep Porta-Sales, Silvia Paz, 3. Aplicación del servicio (es decir, servicios especializados).
Javier Rocafort y Jan Stjernswárd Las políticas nacionales sobre cuidados paliativos ofrecen el
marco en el que interactúan estos elementos4.
Los programas públicos robustos de cuidados paliativos deben
© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos establecer varios principios:
• Garantizar la cobertura para llegar a la mayor parte de las per­
sonas que necesiten asistencia especializada.
P U N T O S • Garantizar la equidad, para que se pueda prestar la asistencia
a todos los pacientes con enfermedades terminales, indepen­
» Hay una creciente necesidad de cuidados paliativos para pacientes con dientemente de su sexo, edad, clase social, tipo de enfermedad
enfermedades crónicas avanzadas y ancianos. o situación económica.
> Los servicios y medidas de cuidados paliativos se deben incorporar a los • Estar accesibles para que los casos clínicos más complejos sean
planes de salud pública de forma global, particularmente para el tratamiento atendidos por equipos de cuidados paliativos con experiencia.
del cáncer, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), trastornos • Garantizar una buena calidad en la prestación de servicios en
geriátricos y otras enfermedades.
relación con su eficacia y eficiencia.
> Los principales objetivos de los planes de cuidados paliativos orientados a
la salud pública son cobertura, equidad, calidad, orientación comunitaria y Es crucial para unos cuidados paliativos culturalmente signi­
capacitación de las familias y los cuidadores informales. ficativos la exploración sistemática de los puntos de vista de los
» Entre los elementos definidos de los planes racionales de salud pública se pacientes y de sus cuidadores para capacitarles para que tomen
incluyen aplicación de servicios, educación y formación y disponibilidad de decisiones informadas. El éxito en la aplicación de los cuidados
fármacos. paliativos en el sector sanitario público dependerá en último tér­
> Los mejores resultados se obtienen con un liderazgo claro por parte de los mino de un liderazgo sólido; de la colaboración y el apoyo obte­
administradores sanitarios y las organizaciones asistenciales sanitarias. nido de administradores sanitarios, organizaciones de asistencia
sanitaria y otros profesionales sanitarios; y de los vínculos con
grupos establecidos y con experiencia. Los programas de cuidados
paliativos desarrollados por todas las administraciones sanitarias
Desde la década de 1970, médicos pioneros en cuidados palia­ públicas, incluyendo los proyectos de demostración de la OMS,
tivos, como Eric Wilkes en el Reino Unido, Jan Stjernswárd en deben comunicar con frecuencia sus resultados y colaborar con
la Unidad de Oncología de la Organización Mundial de la Salud los servicios recién establecidos.
(OMS) y Vittorio Ventafridda en Italia, han afirmado que la medi­
cina paliativa debe ser una parte esencial de cualquier servicio
sanitario nacional1. Hay datos sobre la eficacia y la eficiencia de
los servicios de cuidados paliativos en la prestación de una asis­
tencia adecuada al reducir el sufrimiento innecesario y satisfacer
las necesidades y demandas de los pacientes y de sus familias en
las enfermedades avanzadas2. Los proyectos de demostración de
cuidados paliativos de la OMS y otras iniciativas similares desarro­
lladas como parte de un plan racional para aplicar los cuidados
paliativos en el sector sanitario público han sido muy eficaces en
respuesta a las necesidades de las personas. En consecuencia, en
varios países se ha reconocido de forma legal el derecho a una
asistencia de buena calidad para el tratamiento de las enfermeda­
des avanzadas3. F IG U R A 3 7-1 Tres ele m e n to s principales de u na política g lo ba l.
Los cuidados paliativos aportan innovación al sistema sanitario Todos los programas de cuidados paliativos en el sector sanitario público
público de varias formas: deben ofrecer educación, control del dolor y servicios por especialistas.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Desarrollo d e programas: m edicina paliativa y servicios d e salud pública I C A P Í T U L O 3 7 199

MÉTODOS C O M B IN A D O S PARA LA APLICACIÓN en diversas comunidades en las que se han desarrollado rápi­
damente los cuidados paliativos indican que el éxito se puede
DE LOS PR O G RAM A S
explicar por el trabajo sinérgico de un liderazgo técnico rele­
El desarrollo y la aplicación de un programa global de cuidados vante y visible, junto con un fuerte apoyo de los políticos insti­
paliativos precisan una combinación de estrategias y un conoci­ tucionales y de los gestores de organizaciones sanitarias. En los
miento claro de los programas públicos, que incluyan objetivos países con gobiernos relativamente desestructurados, las organi­
claros, liderazgo sólido, consenso profesional y abordaje racio­ zaciones no gubernamentales (ONG) han tenido un papel impor­
nal de salud pública5. Se recomienda la aplicación racional y tante en el modelado de los programas y los proyectos iniciales8.
escalonada de nuevos servicios y políticas. Es útil reasignar los Su principal reto es impulsar los proyectos y recursos dentro
recursos de los servicios preexistentes, fomentar los cambios de de los servicios sanitarios públicos para que tengan viabilidad a
organización, optimizar los servicios convencionales y comen­ largo plazo.
zar con medidas catalíticas como el uso de equipos de apoyo.
Todos los cambios se deben planificar y designar como medidas a
corto, medio y largo plazo. Se insiste mucho en la recomendación Aplicación de servicios especializados
de realizar evaluaciones sistemáticas de las necesidades y de los en cuidados paliativos
resultados.
La aplicación de los servicios especializados en cuidados paliati­
vos se puede realizar de diversas formas (cuadro 37-2)9. Puede ser
ELEMENTOS DE U NA PLANIFICACIÓN RACIONAL razonable comenzar por la aplicación de los servicios de cuidados
paliativos en lugares fundamentales, como hospitales principales,
Evaluación de las necesidades residencias de ancianos o la comunidad. Un buen comienzo puede
ser la promoción de al menos un servicio específico en diferen­
El primer paso en la planificación es la evaluación de las necesi­ tes lugares principales, como el hospital y la asistencia domicilia­
dades (cuadro 37-1)6. Es crucial identificar datos epidemiológicos, ria. Esto identifica los servicios de referencia, genera un liderazgo
como las tasas de mortalidad, incidencia y prevalencia de cáncer, adecuado y forma un núcleo de equipos pioneros. La selección
demencia, SIDA y otras enfermedades específicas, y obtener infor­ de dónde se va a establecer el servicio y qué tipo de servicio se
mación demográfica sobre la población y su tasa de envejeci­ va a establecer se puede plantear en base a las necesidades y de
miento7. Esta información se debe combinar con datos de estudios acuerdo con la viabilidad (p. ej., capacidad real, disponibilidad) y
locales o poblacionales sobre la frecuencia de síntomas físicos y la oportunidad, las personalidades, las posibilidades de reestructu­
emocionales y el consumo de recursos sanitarios (p. ej., lugar de ración y el liderazgo local.
muerte, estancia hospitalaria media, visitas al servicio de urgen- Nosotros recomendamos comenzar con un equipo de apoyo
cias).También es importante evaluar las percepciones de las nece­ básico que sea adecuado en cuanto a tamaño inicial, flexibilidad,
sidades de los profesionales sanitarios, los pacientes y las familias. eficacia y eficiencia10. Los equipos de apoyo habitualmente ofre­
Preferiblemente esta información se debe obtener en diversos cen consulta, asistencia ambulatoria en consultas y cuidados domi­
contextos, como servicios de oncología, servicios de urgencias, ciliarios. La decisión de poner en marcha unidades con camas se
centros geriátricos y domicilios de los pacientes. Los datos sobre debe tomar de forma racional, y la mayoría de las camas pueden
el lugar de muerte pueden no ser fiables, porque depende mucho proceder de la reasignación de las camas preexistentes. Para evitar
de los recursos disponibles y de variables sociales y demográficas. malentendidos, se deben definir algunos aspectos básicos y crite­
En los países desarrollados, especialmente en áreas urbanas en las rios de calidad antes de que comiencen los cuidados paliativos,
que no se han aplicado los cuidados paliativos, entre el 60 y el como el tipo de pacientes que se van a atender, el tipo de equipo,
80% de las muertes se producen en hospitales de agudos. En estas las actividades y los objetivos, y las evaluaciones planificadas a
circunstancias, la aplicación de recursos de cuidados paliativos corto, medio y largo plazo.
tiene resultados impresionantes; reduce el uso de camas hospitala­ Los directorios y las bases de datos nacionales son útiles en
rias y las consultas al servicio de urgencias y permite la asistencia esta fase inicial para mejorar la visibilidad y establecer criterios de
y la muerte en el domicilio. calidad óptimos. Se han descrito muchos modelos diferentes de
cuidados paliativos en hospitales y en la comunidad, que reflejan
la heterogeneidad de los recursos sanitarios de todo el mundo y la
Liderazgo necesidad de adaptar los servicios a cada lugar para servir mejor a
El liderazgo es fundamental para la innovación. Los cambios cultu­ las personas.
rales generan una resistencia considerable, y son necesarias habi­
lidades específicas para combatir esta situación. Las experiencias Profesionales de enfermería especializados
El uso de los profesionales de enfermería Macmillan (especializa­
dos en cuidados paliativos de pacientes oncológicos) en la asisten­
cia domiciliaria en el Reino Unido y de profesionales de enfermería
Cuadro 37-1 Componentes de la planificación en salud especializados en los hospitales ha dado resultados excelentes11.
pública Este abordaje se podría aplicar en países en desarrollo, en los que
• Evaluación d e las necesidades.
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

• Objetivos b ien definidos.


• Liderazgo claro.
• Aplicación d e servicios específicos. Cuadro 37-2 Recursos propuestos en los países
• Medidas d e los recursos convencionales.
desarrollados
• Legislación y criterios d e calidad.
• D isponibilidad d e opioides. • Un equipo d e apoyo disponible e n cada distrito (es decir, d e 100.000
• Financiación y com pras. a 200.000 personas).
• Estrategias d e form ación. • De 80 a 100 camas p o r cada millón d e personas para cuidados agu­
• Estrategias d e investigación. dos, a m edio plazo, a largo plazo y cuidados paliativos.
• Aplicación d e planes a c orto, m edio y largo plazo. • Un equipo d e apoyo disponible e n cada hospital.
• M onitorización d e los resultados. • Servicios en institutos oncológicos y hospitales universitarios.

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200 S E C C IÓ N F | Adm inistración

los profesionales de enfermería de atención primaria podrían rea­ M odelos dem ográfico y sectorial
lizar esta función.
Es útil definir los modelos según las diferentes situaciones demo­
Equipos de apoyo gráficas y construir el modelo ideal de organización del servicio y
su futura localización para la prestación de servicios a largo plazo,
Un equipo de apoyo en cuidados paliativos es un equipo multi­ definiendo por adelantado las medidas a corto y medio plazo.
disciplinar con formación especializada que actúa como equipo
de consulta sin camas ni unidades específicas en la comunidad, en
el hospital o en una red integrada. Su estructura básica incluye al Mejora de la calidad o medidas generales
menos un médico y un profesional de enfermería y la ayuda de un
trabajador social o un psicólogo. El factor más importante es la for­
en recursos no especializados convencionales
mación avanzada, que hace que los miembros del equipo sean muy Para maximizar la cobertura es fundamental fomentar medidas de
eficaces y eficientes en la asistencia de los pacientes con cáncer y mejora en todos los contextos del sistema sanitario. Algunas mejo­
de sus familias y en el tratamiento de los ancianos con enfermeda­ ras importantes y económicas son: mejora de la documentación,
des crónicas. En los hospitales, los equipos de apoyo pueden ser el protocolos terapéuticos para los síntomas más prevalentes, mejora
recurso inicial de un programa que organice posteriormente una de la accesibilidad, asistencia continua de los pacientes y sus fami­
unidad con camas y llegue a un acuerdo con los servicios relacio­ lias, aumento de la asistencia para los familiares y mayor disponibi­
nados, como oncología, geriatría y atención primaria12. lidad de los opioides. Otras áreas de mejora de la calidad incluyen
formación del personal en el control de los síntomas, habilidades
Unidades especializadas de comunicación, ética clínica y trabajo en equipo.
Se plantean preguntas básicas sobre el número de camas, el tipo
de pacientes y la arquitectura del centro. De acuerdo con nues­ Legislación, directrices y norm as de calidad
tra experiencia, recomendamos entre 80 y 100 camas por cada
millón de habitantes, cifra óptima si se van a incluir pacientes no Los profesionales de cuidados paliativos deben conocer la legisla­
oncológicos. La experiencia indica que el 20-30% de las camas ción del correspondiente sistema sanitario, incluyendo leyes, de­
deben estar en hospitales de agudos, el 50-60% en el sector sanita­ cretos y órdenes ministeriales. Los cuidados paliativos deben ser
rio social (p. ej., en centros de estancia intermedia) y otro 20-30% un elemento esencial de la planificación de la asistencia sanitaria,
en residencias de ancianos u hogares de reposo para ancianos. y es vital insertarlos en los planes nacionales, regionales y locales
El tamaño y el número de las unidades dependen del sector o para el tratamiento del cáncer, las enfermedades geriátricas y otras
del distrito al que atienden; por ejemplo, en un sector pequeño enfermedades. La incorporación de los cuidados paliativos a los
(<50.000 habitantes) no es esencial tener camas específicas para planes sanitarios generales contribuye a favorecer la adopción de
los cuidados paliativos. Para los proyectos individuales, el número medidas en todos los contextos.
de camas depende de diversos factores (p. ej., arquitectura, orga­ El establecimiento de normas de calidad y directrices en cui­
nización de los profesionales de enfermería, coste), aunque un dados paliativos favorece el consenso entre profesionales, gesto­
número razonable es 12-25 camas por unidad. res, elaboradores de políticas y pacientes sobre la calidad de un
Dependiendo de su localización, las unidades de cuidados servicio dado. Las normas de calidad se deben definir antes de su
paliativos prestan asistencia a una amplia gama de pacientes, con aplicación. Las normas de calidad para los servicios comprenden
diferencias en cuanto a estancia hospitalaria, edad, mortalidad y definiciones, tipos de pacientes, misión, valores, estructura (p. ej.,
costes. Algunas unidades pueden estar dedicadas específicamente dotación de personal, comunicación, arquitectura), procesos o
al cáncer, aunque otras atienden a pacientes con otras enfermeda­ actividades y los principales resultados e informes generados. Una
des crónicas. Otras unidades pueden tratar casos agudos y com­ definición clara del ámbito del servicio especializado de cuida­
plejos y a algunos pacientes estables que no tienen la posibilidad dos paliativos, además de su nivel esperado de complejidad, dis­
de asistencia domiciliaria. tingue a los cuidados paliativos de otros servicios especializados.
La estructura física de una unidad de cuidados paliativos debe Los niveles de complejidad de los servicios de cuidados paliativos
favorecer la privacidad y el bienestar de los pacientes, permitir la dependen mucho de los recursos disponibles y del tipo y las nece­
compañía de sus familiares (facilitando el reposo nocturno, favo­ sidades de la población a la que se va a asistir (v. cap. 5).
reciendo la accesibilidad total y ofreciendo una pequeña cocina)
y proporcionar un lugar de descanso en el puesto de trabajo para
los profesionales sanitarios. El número de camas por habitación Disponibilidad y accesibilidad a los opioides
depende de aspectos económicos y de la estructura institucional. Hay numerosas barreras que obstaculizan la disponibilidad de opioi­
des. En los países en los que se han desarrollado los cuidados palia­
Consultas am bulatorias y centros de cuidados tivos, las leyes regulan y favorecen la disponibilidad de los fármacos
de día y el acceso a los opioides sin límites de dosis ni de frecuencia. Éste
es un requisito esencial para los cuidados paliativos; los opioides
Una consulta ambulatoria es un recurso óptimo para generar deben estar disponibles en cualquier ámbito, como farmacias comu­
accesibilidad y mejorar la cobertura del programa de cuidados nitarias, hospitales y residencias de ancianos. Muchos equipos de
paliativos, especialmente en la promoción de las intervenciones cuidados paliativos han desarrollado sistemas para mejorar la acce­
tempranas compartidas con otras especialidades13. Puede correr sibilidad, como el suministro de las prescripciones por su propio
a cargo de un equipo hospitalario o de un equipo de apoyo domi­ equipo o persuadir a la farmacia del hospital para que suministre
ciliario como parte de la actividad de un servicio hospitalario de los fármacos a los pacientes de cuidados domiciliarios.
cuidados paliativos más completo.

Sistemas exhaustivos e integrados Sistemas de financiación y compra


Los sistemas exhaustivos e integrados actúan en una zona deter­ En las fases iniciales de la aplicación de los programas de cuidados
minada de forma integrada, con un equipo que participa en todos paliativos se necesita una financiación catalítica, para que un gasto
los aspectos de la asistencia y con una metodología centrada en la pequeño pueda tener un efecto grande15. Se han utilizado muchos
gestión de casos14. parámetros,particularmente para la actividad (p. ej., número de estan­

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Desarrollo d e programas: m edicina paliativa y servicios d e salud pública I C A P Í T U L O 3 7 201

cias hospitalarias, número de altas hospitalarias, número de pacientes programas de formación. Actúan como referencias locales para
ambulatorios), la estructura (p. ej., número de camas, dotación de equipos sucesivos hasta que se consigue una cobertura amplia.
personal) o una combinación de datos de actividad y estructura. Junto con la formación, la investigación es un pilar de la mejora
Una innovación supone la compra de servicios según la mez­ de los cuidados paliativos. La investigación abarca una amplia
cla de casos, la complejidad de los pacientes o el tipo de interven­ gama de temas y la metodología utilizada puede ser cuantitativa o
ción. Son útiles los mecanismos de pago o de incentivos basados cualitativa16. Para empezar, los estudios descriptivos sencillos pue­
en parámetros de calidad (p. ej., trabajo interdisciplinar, tiempo den ser informativos y constituir la base de estudios posteriores.
entre la demanda y la visita incluso en una consulta ambulatoria Se debe declarar que la investigación es una de las actividades de
o en el domicilio). Todos los sistemas de compra tienen ventajas e cualquier programa de cuidados paliativos.
inconvenientes, y todos están en evolución, normalmente desde la
estructura hasta la actividad y desde la actividad hasta el proceso.
Las medidas sofisticadas se basan en los resultados más los incen­ Mercadotecnia, defensa jurídica e interacción
tivos por la calidad. Los sistemas de financiación por capitación social
benefician a los cuidados paliativos porque son eficientes, espe­
cialmente en sistemas integrados. La financiación privada o por Los cuidados paliativos son eficaces y eficientes y generan niveles
ONG de los servicios es importante en las primeras fases, aunque elevados de satisfacción en los usuarios, que se pueden utilizar
este abordaje plantea problemas a largo plazo porque las agencias para una promoción adicional de estos servicios. Es necesario
de financiación modifican sus prioridades. desarrollar medidas específicas para implicar a diferentes secto­
res y partes interesadas, profesionales sanitarios, administradores,
planificadores, economistas, políticos y periodistas, a la vez que se
Estrategias para la formación y la investigación evitan los conflictos. Algunos son aliados naturales, como profesio­
nales de enfermería, servicios de mejora de la calidad, especialistas
La formación en cuidados paliativos se puede describir de acuerdo
en bioética, ONG y organizaciones de pacientes. Debemos evaluar
con el nivel, los objetivos, la finalidad, los métodos recomenda­
de forma racional la resistencia debida a la naturaleza humana, los
bles, el tipo de prestador del servicio o el grado de prioridad. Si se
hábitos culturales, la dificultad para afrontar la muerte, los cam­
tienen en consideración los requisitos de formación al inicio de
bios de la cultura organizativa (p. ej., curar para atender) o el man­
los programas o servicios, se pueden definir diferentes prioridades
tenimiento y el uso del poder17.
y acciones (tabla 37-1).
La prioridad inicial es crear un núcleo de equipos que dirijan la
aplicación clínica y la formación. Un método supone la realización Aplicación de los planes a corto, medio y largo
de un curso de posgrado (p. ej., un grado de maestría) además de plazo
una estancia en un centro o servicio de referencia de medicina
paliativa. Cuando ya esté consolidado, se consigue una cobertura La aplicación sin problemas de un programa de cuidados paliati­
mayor cuando estos equipos se desarrollan y ejecutan sus propios vos depende de un liderazgo sólido y de unos objetivos definidos

T A B L A 37-1 Dilemas en los programas de cuidados paliativos

R E C O M E N D A C IO N

Cáncer: del 60 al 70% de los pacientes totales


Proporción de necesidades de pacientes oncológicos a pacientes no oncológicos de 1:2,5 a 1:3
Proporción de pacientes oncológicos a pacientes no oncológicos: 90:10 en las fases iniciales; 30:70 posteriormente
Localización adecuada Medidas generales en todos los recursos, especialmente recursos específicos con prevalencia elevada para considerar los recursos
necesarios para cada localización (p. ej., hospital, institutos oncológicos, centros sanitarios sociales, residencias, comunidad)
Cada recurso influye en su contexto y en la asistencia sanitaria de diferentes pacientes
Localización de las camas: del 30 al 40 % en hospitales de agudos, del 40 al 60% en hospitales de cuidados intermedios, del 10
al 30% en residencias de ancianos
Recursos específicos Número de camas: 80 a 100 por cada millón de habitantes
Equipos de asistencia domiciliaria: 1 de tipo básico por cada 100.000 a 200.000 habitantes, siendo la sectorización crucial para la
eficiencia
Médicos especialistas: 25 a 30 por cada millón de habitantes
Mínimo de 1 equipo en cada hospital
Problemas mixtos Específicos: institutos oncológicos u hospitales universitarios con prevalencia elevada o para aspectos específicos de la
o específicos de asistencia sanitaria (p. ej., pediatría, pacientes con SIDA en prisiones)
enfermedad Mixtos: comunidad (p. ej., equipos de apoyo en cuidados domiciliarios) y sistemas integrados en áreas de tamaño pequeño o medio
Medidas iniciales Equipos de apoyo (como buen comienzo)
Reasignación de las camas
Formación clínica y organizativa para los líderes principales
Liderazgo local y ministerial (crucial para la viabilidad)
Equipos, unidades y Evitar la competencia entre diferentes entornos
centros asistenciales Centros de cuidados paliativos independientes como forma de inicio para organizaciones no gubernamentales; su inserción en
las redes de los sistemas sanitarios públicos es difícil
Utilización de equipos de apoyo como servicio inicial en muchos entornos
Son necesarias unidades en diferentes entornos
Son necesarios servicios a largo plazo en el sistema sanitario público nacional a todos los niveles
Medidas generales o Ambos son necesarios y sinérgicos
servicios especializados Las medidas generales en servicios convencionales tienen límites porque la complejidad y la prevalencia son elevadas
Para mantener la formación son necesarios equipos especializados

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202 S E C C IÓ N F | Adm inistración

claramente a corto, medio y largo plazo, que se deben formalizar dificultades organizativas pueden producir síndrome de desgaste
con un presupuesto independiente. Se recomienda que haya un profesional20. Las medidas recomendadas para reducir este riesgo
líder visible responsable al nivel de la administración sanitaria. En son potenciar el apoyo formal e informal dentro del equipo, defi­
las primeras fases del desarrollo, los objetivos frecuentes son eva­ nir objetivos clínicos y organizativos razonables, reconocer los
luar las necesidades, definir los objetivos, designar un líder al nivel límites de la intervención con los pacientes y desarrollar mejores
de la administración sanitaria, seleccionar los proyectos iniciales coberturas y programas.
fundamentales, definir los principales criterios de calidad, adap­
tarse a la legislación y crear modelos y financiación.
Los objetivos a corto plazo (0 a 2 años) son el inicio y la con­ PERSPECTIVAS FUTURAS
solidación de servicios fundamentales de referencia iniciales (p. ej.,
cuidados domiciliarios, unidades hospitalarias, centros asistencia- En el mundo desarrollado, con un número creciente de pacientes
les) o de servicios específicos (p. ej., oncología, geriatría, SIDA), la geriátricos, el principal reto a corto plazo es desarrollar cuidados
promoción de un liderazgo adecuado y formación para los proyec­ paliativos para los ancianos y los pacientes con enfermedades cró­
tos iniciales fundamentales, y la medición y la publicación de los nicas. Los cuidados paliativos se deben incorporar a la mayoría de
resultados. A medio plazo (2 a 5 años), el trabajo se debe centrar en los sistemas sanitarios públicos y deben estar disponibles a todos
consolidar y ampliar las iniciativas, compartir y diseminar la experien­ los niveles asistenciales mediante una cobertura adecuada para los
cia y los datos reproducibles, fomentar el establecimiento de crite­ pacientes con las enfermedades avanzadas o progresivas más fre­
rios de calidad y formar a los formadores. Los objetivos a largo plazo cuentes. La formación se debe realizar en fases tempranas del nivel
(> 5 años) son alcanzar la mayor cobertura posible para los diver­ de pregrado de educación en ciencias de la salud (p. ej., medicina,
sos tipos de necesidades y servicios y para todos los niveles de enfermería, psicología y trabajo social) y debe continuar a nivel
formación. especializado o subespecializado. La investigación en cuidados pa­
liativos ha crecido mucho, aunque aún queda mucho por hacer.
En países menos desarrollados, cuidados paliativos como los
Monitorización de los resultados geriátricos plantean retos y oportunidades para facilitar los cam­
Para la monitorización se deben elegir parámetros que sean fáci­ bios en los valores y la organización de la asistencia sanitaria. En
les de obtener, como el número de servicios específicos, la cober­ el mundo en desarrollo es necesaria una cobertura amplia de los
tura de la población, la accesibilidad, la continuidad del uso de la cuidados paliativos para los numerosos pacientes con enfermeda­
asistencia, el consumo de opioides, el lugar de la muerte y el uso des avanzadas y sus familias.
de recursos por pacientes con enfermedades avanzadas o termi­ Los cuidados paliativos son esenciales para aliviar ese sufri­
nales. Entre los indicadores de servicios especializados se inclu­ miento. La asistencia comunitaria con capacitación de familias y
yen los resultados clínicos (p. ej., control del dolor), la duración profesionales de enfermería y el acceso sencillo a opioides baratos
media de la estancia, el tiempo medio de la intervención, el patrón pueden garantizar el éxito.
clínico de la población (p. ej., función, supervivencia, dolor, índice
pronóstico), la retroalimentación de los pacientes, la mortalidad,
E E b |L L 0 G R A F Í A
las estimaciones de la cobertura, la satisfacción de los pacientes y
sus familias (para los pacientes externos) y de los equipos relacio­ 1. Stjemsward J, Colleau SM,Ventafridda V. The World Health Organization Cancer
nados (para los pacientes internos) y los costes. Pain and Palliative Care Program: Past, present and future. J Pain Symptom
Manage 1996;12:65-72.
2. Gysels M, Higginson IJ. Improving supportive and palliative care for adults
with cancer: Research evidence. Guidance on Cancer Services. The National
EXPERIENCIAS CON ÉXITO EN C U ID A D O S Institute for Clinical Excellence (NICE), 8 October 2003. Available at http://
PALIATIVOS www.nice.org.uk/pdf/SupportivePalliative_Research_Evidence_SecondCons.
pdf (accessed January 2006).
Con el liderazgo de la Unidad de Oncología de la OMS, y siguiendo 3- Bakitas M, Stevens M.AhlesT, et al. Project ENABLE: A palliative care demons­
los principios de planificación racional, se establecieron varios tration project for advanced cancer patients in three settings. J Palliat Med
2004;7:363-372.
proyectos iniciales en la década de 1990. En Edmonton, Canadá, 4. Gómez-Batiste X, Fontanals de Nadal MD,ViaJM, e t al. Catalonia’s five-year plan:
se aplicó una estrategia racional que permitió obtener resultados Basic principles. EurJ Palliat Care 1994;1:45-49-
excelentes en la asistencia de pacientes oncológicos moribun­ 5. Gómez-Batiste X, Fontanals MD, Roca J, et al. Rational planning and policy imple­
dos18. Para los 7 millones de personas de Cataluña, España, un pro­ mentation in palliative care. In Clark D, Hockley J,Ahmedzai S (eds). New Themes
in Palliative Care. Buckingham, UK: Open University Press, 1997, pp 148-169.
yecto sistemático de demostración de la OMS desarrolló muchos 6. Franks PJ, Salisbury C, Bosanquet N, et al. The level of need for palliative care:
recursos (es decir, 70 equipos de asistencia domiciliaria, 52 uni­ A systematic review of the literature. Palliat Med 2000; 14:93-104.
dades y 34 equipos de apoyo hospitalario), consiguiéndose una 7. Tebbit P. Population-Based Needs Assessment for Palliative Care: A Manual for
elevada cobertura, efectividad y eficiencia para pacientes onco­ Cancer Networks. London:The National Council for Palliative Care, May 2004.
lógicos y geriátricos19. Muchos países europeos han establecido 8. International Observatory on End of life Care. Palliative care developments
in developing regions of the world. Available at http://www.eolc-observatory.
leyes y servicios. En Europa Oriental, países como Hungría y net/global_analysis/index.htm (accessed January 2006).
Eslovenia están desarrollando planes de cuidados paliativos basa­ 9. Sepulveda C, Marlin A,YoshidaT, Ullrich A. Palliative care: The World Health
dos en la experiencia adquirida en Polonia. Organization’s global perspective. J Pain Symptom Manage 2002;24:91-96.
10. Cheng WW, Willey J, Palmer JL, et al. Interval between paUiative care referral
and death among patients treated at a comprehensive cancer center. J Palliat
D ILEM A S Y CONTROVERSIAS Med 2005;8:1025-1032.
11. Douglas HR, Halliday D, Normand C, et al. Economic evaluation of specialist
Los problemas son frecuentes en el diseño de los programas de cancer and palliative nursing: Macmillan evaluation study findings. Int J Palliat
cuidados paliativos; entre ellos se incluyen el tamaño, la localiza­ Nurs 2003;9:429-438.
ción y los recursos iniciales (v. tabla 37-1). Otros dilemas adiciona­ 12. Axelsson B, Christensen SB. Evaluation of a hospital-based palliative support
service with particular regard to financial outcome measures. Palliat Med
les se relacionan con la definición de la cobertura adecuada y si 1998;12:41-49-
los recursos deben ser nuevos o se deben reasignar. 13- Porta-Sales J, Codorniz N, Gómez-Batiste X, et al. Patient appointment process,
Los equipos de cuidados paliativos tienen el riesgo de sín­ symptom control and prediction of follow up compliance in a palliative care
drome de desgaste profesional (bum out) porque prestan su asis­ outpatient clinic. J Pain Symptom Manage 2005;30:145-153-
tencia en situaciones clínicas difíciles. Los factores organizativos 14. Nikbakht-Van de Sande CVMV, van der Rijt CC,VLsser AP, et al. Function of
local networks in palliative care:A Dutch view J Palliat Med 2005;8:808-816.
contribuyen mucho, y los gestores tienen la responsabilidad de 15. Walsh D. The business of palliative medicine. Part 4. Potential impact of an
afrontar el riesgo de síndrome de desgaste profesional. La sobre­ acute-care palliative medicine inpatient unit in a tertiary care cancer center.
carga de trabajo, el aislamiento, el compromiso excesivo y las Am J Hosp PaUiat Med 2004;21:217-221.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Servicios de consulta I C A P Í T U L O 3 8 203

16. Hopkinson JB, Wright DN, Córner JL. Seeking new methodology for palliative En esta era de rápida expansión del conocimiento médico y de
care research: Challenging assumptions about studying people who are appro­ creciente especialización médica, los servicios de consulta se están

I
aching the end of life. Palliat Med 2005; 19:532-537.
17. Stevens T,Wilde D, Hunt J,Ahmedzai SH. Overcoming the challenges to consu­ convirtiendo en algo habitual en todas las ramas de la medicina,
mer involvement in cancer research. Health Expect 2003;6:81-88. de modo que un especialista en un campo ofrece su consejo a
18. Bruera E, Neumann CM, Gagnon B, et al. Edmonton Regional Palliative care generalistas o especialistas en un campo diferente. Los servicios de
program: Impact on patterns of terminal cancer care. CMAJ 1999;161:290-293- consulta pueden estar realizados por especialidades tradicionales,
19. Gómez-Batiste X, Porta-Sales J, Pascual A, e t al. Catalonia WHO palliative como cardiología, cirugía o psiquiatría, o por especialidades nue­
care demonstration project at 15 years (2005). J Pain Symptom Manage
2007;33:584-590. vas, como ética, genética y salud mental transcultural. Se pueden
20. Aoun SM, Kristjanson LJ, Currow DC, Hudson PL. Caregiving for the terminally añadir a esta lista los cuidados paliativos. Se pueden realizar con­
ill:At what cost? Palliat Med 2005;19:551-555. sultas para pacientes que están en el hospital, que es el principal
objetivo de este capítulo, o en consultas ambulatorias o en el domi­
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S cilio de los pacientes.
Aunque la mayoría de los pacientes con enfermedad terminal
Fassbender K, Fainsinger R, Brenneis C, et al. Utilization and costs indican que prefieren morir en su domicilio, las estadísticas nacio­
of the introduction of system wide palliative care in Alberta, nales de la segunda mitad del siglo xx muestran una tendencia
1993-2000. Palliat Med 2000;19:513-520. hacia la muerte en instituciones, de modo que más del 60% se pro­
Gómez-Batiste X, Porta J, Tuca A, Stjernswárd J (eds). Organización ducen en las mismas, y la mayoría de estas muertes se producen
de Servicios y Programas de Cuidados Paliativos. Bases de orga­ en hospitales de cuidados agudos. Muchos estudios han documen­
nización, planificación, evaluación y mejora de calidad. ICO tado las deficiencias de los cuidados terminales en los hospitales.
Formación Series. Madrid:Aran Ediciones, 2005. Auditorías de pacientes de plantas médicas generales de hospita­
Stjernswárd J. Uganda: Initiating a government public health les del Reino Unido y de Nueva Zelanda han indicado que hasta el
approach to pain relief and palliative care. J Pain Symptom 25% de los pacientes reciben únicamente cuidados paliativos1. Los
Manage 2002;24:257-264. equipos hospitalarios de cuidados paliativos se han establecido
para ampliar las habilidades aprendidas en las residencias para
enfermos terminales al contexto hospitalario, con el fin de ayudar
a los médicos y profesionales de enfermería que son los principa­
les responsables de la asistencia a los pacientes.

| CAPÍTULO 38 AN A M N ESIS
Hay cierta ironía histórica en el desarrollo de los servicios hospita­
larios de cuidados paliativos. Uno de los principales impulsores de
Servicios de consulta la aparición del movimiento de los hospitales de cuidados palia­
tivos en Gran Bretaña en la década de I960 fue la reacción a las
Paul Glare, John Hunt, Peter Selwyn y K. Allsopp inadecuaciones de la asistencia de los pacientes que morían en los
hospitales. Aunque la asistencia de los moribundos siempre había
sido una tarea fundamental de los médicos, los avances de la medi­
© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos cina moderna en los últimos 150 años produjeron cambios en
este rol. En algunos casos esto llevó a los médicos a concentrarse
en realizar intentos agresivos de curar a los pacientes en lugar de
P U N T O S «tirar la toalla». En otros casos los médicos decían a los pacientes
moribundos: «Ya no hay nada que se pueda hacer por usted». Esto
» Hasta el 25% de los pacientes de hospitales de cuidados agudos necesitan generaba la percepción de que el sistema sanitario abandonaba al
cuidados paliativos. paciente. Como consecuencia, se establecieron los hospitales de
» Los servicios de consulta tienen como objetivo transferir las habilidades cuidados paliativos: centros hospitalarios en el Reino Unido, finan­
aprendidas en las residencias para enfermos terminales al contexto hospi­ ciados por instituciones de caridad y que funcionaban fuera del
talario de cuidados agudos, y son el sector de los cuidados paliativos que sistema principal, y servicios domiciliarios en Estados Unidos, que
tiene un crecimiento más rápido. eran financiados por Medicare.
» La estructura de los servicios de consulta y su nivel de participación en el El crecimiento de los servicios de consulta en cuidados paliati­
tratamiento de los pacientes varían de unos países a otros y de unas institu- vos en los hospitales en los últimos 10 a 20 años ha vuelto a llevar
el interés del sistema sanitario a las necesidades de los pacientes
» Las principales funciones de los servicios de consulta son la evaluación y el moribundos mientras están hospitalizados. Los primeros servicios
tratamiento de los síntomas físicos, la ayuda a los pacientes en la identifica­ hospitalarios de cuidados paliativos se organizaron en el Reino
ción de los objetivos personales para los cuidados terminales, el apoyo a las Unido en el St. Thomas’s Hospital en 1977 y en Australia a prin­
familias y la planificación del alta. cipios de la década de 1980. El primer programa hospitalario de
> Los servicios de consulta pueden ser un objetivo de educación e investiga­ cuidados paliativos de Estados Unidos comenzó en la Cleveland
ción en el hospital. Clinic en 1987, y estuvo impulsado en parte por las inadecuacio­
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

> Se han desarrollado herramientas de auditoría y criterios de calidad para nes percibidas del sistema de hospitales de cuidados paliativos en
evaluar el efecto de los servicios de consulta sobre la evolución de los la asistencia de los pacientes graves y de los pacientes que morían
pacientes. en los hospitales de cuidados agudos.
> Estudios controlados han documentado las mejoras de la asistencia que En 2005 había más de 1.200 equipos hospitalarios de cuida­
puede generar un servicio de consulta. dos paliativos en Estados Unidos y casi 300 en el Reino Unido.
» El mantenimiento de un servicio de consulta eficaz depende de un liderazgo La mayoría de los hospitales australianos tiene actualmente equi­
sólido por un médico con experiencia y fiable, una financiación adecuada y pos de consulta. Las diferencias locales en la prestación de servi­
una buena comunicación a todos los niveles. cios sanitarios, el tipo de hospital y la historia del establecimiento
del equipo de consulta han dado lugar a diferencias en la prestación

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204 S E C C IÓ N F | Adm inistración

de los servicios de consulta de cuidados paliativos en todo el PROCESOS Y FUNCIONES


mundo2.
Muchos artículos han descrito el establecimiento y las funciones
ESTRUCTURA de los EHCP en Estados Unidos7'8, Canadá9, el Reino Unido10'11 y
Australia12,13, e indican que los EHCP varían en cuanto a la mezcla
Los servicios de consulta en cuidados paliativos en los hospitales de casos de los pacientes, el país en el que actúan, el tipo de ins­
de cuidados agudos, también denominados equipos hospitalarios titución, los servicios de derivación que los utilizan, los diagnós­
de cuidados paliativos (EHCP), pueden o no estar asociados a ticos de los pacientes y la forma en que se produce la separación
una unidad hospitalaria de cuidados paliativos. El personal puede entre el paciente y el hospital (es decir, muerte, alta al domicilio o
formar parte de la plantilla del hospital o puede ser un servicio traslado a otra institución). El hilo común de esta variabilidad es el
externo de acceso rápido procedente de un centro de cuidados traspaso de los principios de los cuidados paliativos al contexto
paliativos situado fuera del hospital. El EHCP puede ser indepen­ de los cuidados agudos. La mayoría de los artículos describen la
diente, puede haber sido establecido por un visionario en una carga de trabajo o la mezcla de casos de los EHCP, y algunos han
institución o puede formar parte de un programa integral de intentado medir la eficacia de sus intervenciones. Los hallazgos
medicina paliativa3-5, integrado con otros componentes del pro­ muestran que los EHCP pueden realizar funciones clínicas y no
grama (p. ej., centro hospitalario, equipo de asistencia hospitalaria, clínicas.
consulta ambulatoria, hospital de (tía) y con otros servicios que
abordan problemas similares (p. ej., equipos oncológicos multidis­
ciplinares, servicios de consulta ética). Funciones clínicas
La dotación de personal de los EHCP depende de factores loca­
les. En Gran Bretaña muchos EHCP son dirigidos por enfermeras, Se han descrito las principales funciones clínicas de la consulta en
mientras que en Estados Unidos y Australia habitualmente los diri­ medicina paliativa (cuadro 38-2)14. Aunque la pregunta inicial de
gen médicos. En 2000, el U.K. National Council for Hospice and la consulta se centra en un problema, es típico que haya muchos
Specialist Palliative Care Services (NCHSPCS, que posteriormente problemas relacionados que se deben identificar, cuando no resol­
se transformó en el National Council for Palliative Care) identificó ver, antes de llegar al programa terapéutico óptimo. Por ejemplo,
los miembros fundamentales y asociados de un EHCP (cuadro 38-1). investigadores canadienses describieron que se sabía que menos
La financiación de los EHCP varía de unos países a otros, lo que del 50% de los pacientes derivados a su EHCP tenían cáncer
afecta a la composición de los equipos. En el Reino Unido y en otros intratable en el momento de su ingreso en el hospital varios días
muchos países todos los cuidados paliativos se ofrecen de forma gra­ antes9.
tuita a los pacientes y sus familias a través del U.K. National Health El control sintomático es un objetivo importante del trabajo de
Service o a través de instituciones caritativas que trabajan en colabo­ los EHCP porque los síntomas son más frecuentes en los pacien­
ración con los servicios sanitarios nacionales. Los servicios de cuida­ tes ingresados en un hospital que en los pacientes no ingresados,
dos paliativos en Estados Unidos son financiados por organizaciones aunque en un estudio estadounidense8 la consulta sobre el pro­
filantrópicas, mecanismos de pago por servicio o apoyo hospitalario nóstico y los objetivos de la asistencia fue la intervención más fre­
directo. cuente que se realizó. Un miembro del equipo debe ver a todos
Como en otras formas de prestación de servicios de cuidados los pacientes derivados en las 24 horas siguientes. Después de la
paliativos, la formación y el desarrollo son importantes para evaluación del paciente y de su familia, el EHCP típicamente hace
los miembros de los EHCP Es esencial la organización y la gestión tres o cuatro recomendaciones. Las estrategias para garantizar la
de los servicios, incluyendo el desarrollo y el uso de protocolos y aplicación de las recomendaciones incluyen el establecimiento de
sistemas de información. Los EHCP son entidades dinámicas, y su contacto personal con las partes implicadas (p. ej., familiares, pro­
desarrollo continuo depende de las evaluaciones de las necesidades fesionales de enfermería, médicos de atención primaria, personal
y del rendimiento. En el Reino Unido, los EHCP no han escapado a del hospital) en lugar de basarse en notas de la historia médica y
las exigencias de la agenda de gestión clínica del National Health solicitar permiso para aplicar directamente algunas intervenciones
Service, que precisa una rigurosa revisión de sistemas, políticas y pro­ críticas rápidamente para prevenir un sufrimiento innecesario8.Al
cedimientos, documentación y la adopción de medidas de calidad contrario que las consultas que realizan otros muchos especialis­
adecuadas para mejorar la base científica en relación con la eficacia tas, las consultas de cuidados paliativos son exhaustivas y labo­
clínica6. En Estados Unidos ha habido algunas publicaciones sobre riosas, abordan muchos problemas sensibles e incluyen un gran
los aspectos económicos de la prestación de un servicio de EHCP5. número de intervenciones, que con frecuencia precisan visitas más

Cuadro 38-1 Composición de los equipos de cuidados


paliativos hospitalarios en 2000 según el U.K. National
Council for Hospice and Specialist Palliative Care
Services
• U no o m ás profesionales d e enferm ería con titulación demostrada Cuadro 38-2 Funciones fundamentales de un servicio
(o q u e están trabajando p ara conseguirla) com o profesionales de
de consulta en cuidados paliativos
enferm ería especializados e n cuidados paliativos.
• U n consultor en m edicina paliativa q ue c uenta co n e l apoyo de • Evaluación y tratam iento d e los síntom as físicos.
otro personal m édico, incluyendo residentes que pueden estar en • Ayuda a los p acientes e n la identificación d e los objetivos personales
rotaciones. para los cuidados terminales.
• Apoyo d e secretaría y administrativo. • D ocum entación d e las voluntades anticipadas.
• E quipos extendidos con ex periencia e n capellanía, trabajo social, • Evaluación y tratam iento de las necesidades psicológicas y espirituales.
psicología y farmacia. • Evaluación d el sistem a d e apoyo del p aciente.
• Acceso a tratam iento especializado del dolor. • Evaluación y com unicación d el pronóstico estimado.
• Acceso a especialistas e n fisioterapia, terapia o cupacional y dietética. • Evaluación d e los problem as para la planificación d el alta.

PARTE I PRINCIPIOS
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Servicios de consulta I C A P Í T U L O 3 8 205

de una vez al día, a veces para el control de los síntomas y con RESULTADOS
más frecuencia para una discusión continua sobre los objetivos y
los planes asistenciales. La elevada tasa de aplicación de las inter­ Como su nombre indica, el objetivo de nuestra especialidad es la
venciones de cuidados paliativos descrita en los estudios indica asistencia, y depende tanto del proceso como del resultado. En
el reconocimiento de que los EHCP ofrecen un servicio que no algunas jurisdicciones, particularmente el Reino Unido, la gestión
forma parte de la asistencia hospitalaria habitual. clínica señala que los servicios de cuidados paliativos (incluyendo
Una característica de todos los servicios de consulta es su nivel los EHCP) se deben centrar en los resultados. Los resultados de los
de participación en la asistencia del paciente. La interacción con EHCP se pueden evaluar de diferentes formas. Para los procesos
el paciente puede variar desde dar consejo telefónico hasta un clínicos puede haber datos sobre la eficacia de las intervenciones,
traspaso formal de la asistencia en el caso de EHCP dirigidos por que pueden o no suponer el uso de medidas de valoración valida­
médicos, con un contacto único con el paciente o con una inte­ das. Dos herramientas validadas desarrolladas en el Reino Unido
racción continua con el paciente y con su familia durante todo el son Support Team Assessment Schedule (STAS; Lista para la evalua­
ingreso como niveles intermedios de implicación. El contacto puede ción de los equipos de apoyo), con formas estándar y extendida
continuar incluso después de haber dado de alta al paciente si el (E-STAS), y Palliative Care Assessment (PACA; Evaluación de los
personal del EHCP tiene una consulta ambulatoria. Otro aspecto cuidados paliativos) (cuadro 38-3)15"17.
que varía es si el EHCP realiza intervenciones o si simplemente hace En Estados Unidos yAustralia, las herramientas se han concentrado
recomendaciones. En la sección «Medicina basada en la evidencia» en los resultados clínicos. Se ha encontrado un elevado grado de
se presentan los resultados de un estudio aleatorizado y controlado cumplimiento de las recomendaciones, y un estudio indicó que esas
de entrevistas telefónicas en comparación con consultas directas.

Cuadro 38-3 Herramientas para la evaluación de los


Funciones no clínicas resultados en cuidados paliativos
Las publicaciones sobre el papel y la función de los EHCP en Gran Elementos fundamentales de la herramienta 3.1 STAS28: puntuados
Bretaña indican que se pone énfasis tanto en influir en el equipo
de 0 a 4 por el observador (se presentan las definiciones)
de la planta y fomentar el desarrollo de conocimientos, habilida­
des y prácticas dentro del contexto hospitalario como en pres­ C ontrol d el dolor.
tar asistencia clínica directa a los pacientes individuales y a sus C ontrol d e o tro s síntomas.
familias11. Con frecuencia estos servicios elaboran directrices para A nsiedad d el paciente.
el control de los síntomas y otros materiales educativos, realizan A nsiedad d e la familia.
sesiones docentes en la planta y fomentan la educación directa In tro sp e cc ió n d el paciente.
por medio de la discusión de casos. También pueden realizar in­ In tro sp e cc ió n d e la familia.
vestigación sobre aspectos clínicos, programáticos y de servicios C om unicación e n tre el p ac ien te y la familia.
sanitarios importantes en cuidados paliativos. C om unicación e n tre profesionales.
Varios estudios han descrito la función de su servicio, con o sin C om unicación d e los profesionales c o n el p acien te y la familia.
datos de resultados. Debido a la ausencia de uniformidad en el modo A spectos adicionales: planificación, ayuda p ráctica, consejo
en que actúan estos EHCP y las diferencias en los datos descritos económ ico, tie m p o p e rdido, valores e spirituales, ansiedad
por las auditorías, es difícil comparar estos estudios. En la tabla 38-1
profesional, c onsejo p rofesional y ansiedad del e quipo.
se resumen algunos aspectos seleccionados para ilustrar algunas de
las diferencias entre los procesos del EHCP y el centro de cuidados Elementos fundamentales de la herramienta 3.2 P AC A16:
paliativos y los retos a los que se enfrentan, como son los siguientes: puntuados por el observador (se presentan las definiciones)
• El tiempo en contacto con el paciente y con su familia típica­ Síntom a c o n trolado o no: se cuantifica d e 0 a 3-
mente es corto (de 1 a 2 semanas). In tro sp e cc ió n d el p a cie n te o d e sus familiares, c o m pleta o no: se
• Sólo algunos pacientes derivados mueren durante el proceso
cuantifica d e 1 a 5.
de ingreso.
D ecisión y o rganización d e la localización d e la asistencia: se
• Se pone énfasis en el alivio de los síntomas, la mejora de la
cuantifica d e 1 a 4.
introspección y la planificación del alta.
• El equipo tiene un control incompleto sobre la puesta en
práctica de sus recomendaciones. PACA, Palliative CareAssessment;STAS, Support TeamAssessment Schedule.

H T A B L A 38-1 Estudios q u e d escriben los servicios paliativos hospitalarios

E S T U D IO EDAD* PAC IEN TES PA C IEN TES CO NTRO L D ÍA S DESDE R ECOM . C U M P L IM IE N T O M U E R T O S EN


V ARO NES C O N C Á N CE R S IN T O M Á T IC O LA C O N S U LTA POR (% ) EL H O S P ITA L
(% ) (% ) (% ) A L ALTA P AC IEN TE (% )

Ellershawy 68 54 100 62 10 4 NE 26
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

cols.16, 1995
Jenkins y cols.9, 67 55 100 NE 8 NE 89 20
2000
Manfred i y 71 54 57 75 5 4,2 91 39
cols.8,2000
Viriky Glare13, 58.5 50 80 44 NE 3 NE NE
2002
Penrod y cols.19, 72 100 50 NE 13 NE NE 100
2006

•Media de edad (años) de los pacientes.


NE,No especificado; RECOM.,recomendaciones.

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206 S E C C IÓ N F | Adm inistración

intervenciones mejoraban la asistencia de los pacientes en hasta el


90% de los casos13. Estudios británicos en los que se utilizaron las T A B L A 3 8 -2 Recomendaciones australianas sobre el nivel
herramientas STAS y PACA han mostrado mejorías significativas de __ de dotación de personal de los equipos hospitalarios
los síntomas y de la introspección de los pacientes y de sus familias de cuidados paliativos por cada 125 camas hospitalarias
como consecuencia de la participación de los EHCP16’17. NÚMERO DE PERSONAL
También se puede evaluar el resultado de las funciones no clí­ A TIEMPO COMPLETO
nicas. Estudios británicos han analizado los resultados educativos,
incluyendo la demostración de que se produjeron mejorías de los MEDICOS
patrones de prescripción de analgésicos en el hospital después de Médico
la creación de un EHCP18. Estudios estadounidenses han comen­ Residente en los últimos años de
zado a describir los resultados económicos, y, como en otros con­ formación
textos, los pacientes que reciben cuidados paliativos en el hos­ Psiquiatra de enlace
pital cuestan menos. Un estudio de los costes directos diarios de
los pacientes fallecidos en dos centros médicos de la Veterans PROFESIONALES DE ENFERMERÍA
Administration encontró que los pacientes vistos por el EHCP cos­ Consultor
taban 239 $/día menos que los que eran tratados en otros contex­
tos19. Otro estudio indicó ahorros en la duración de las estancias OTROS PROFESIONALES SANITARIOS
y en los costes auxiliares de los pacientes derivados a los servi­ RELACIONADOS
cios de cuidados paliativos en comparación con los que no eran Trabajo social
derivados20. Cuidado pastoral
Farmacéutico
Dietista
AVANCES EN EL USO DE EQUIPOS HOSPITALARIOS
Fisioterapeuta
DE CU IDADO S PALIATIVOS Terapeuta ocupacional
El avance más notable en el uso de los EHCP ha sido el rápido cre­ Logopeda
cimiento de la prestación de este tipo de servicio en los contextos Apoyo en el duelo
de cuidados agudos en Estados Unidos, país en el que actualmente Psicología
hay más de 600 EHCP. Para apoyar este crecimiento, el Center for
the Advancement of Palliative Care (CAPC) ha elaborado diver­
sos recursos, incluyendo A Guide to Building a Hospital-Based
Palliative Care Program (Guía para organizar u n programa sea responsable del tratamiento básico de problemas sencillos,
hospitalario de cuidados paliativos), un manual para comenzar con el consejo, cuando sea necesario, del EHCP, mientras que los
un EHCP con éxito. Utilizando ejemplos y herramientas de pro­ problemas complejos son adecuados para el contacto directo
gramas de cuidados paliativos prósperos, la Guide muestra cómo con los pacientes por parte del EHCP. Datos preliminares de
plantear los aspectos económicos del EHCP, obtener apoyo insti­ dos hospitales indicaron que entre el 25 y el 50% de las deriva­
tucional, organizar y aplicar un programa y utilizar herramientas ciones se referían a la categoría sencilla, identificando un tra­
clínicas, de gestión y administrativas personalizadas. La Guide se bajo clínico innecesario para el EHCP, a la vez que permitía la
puede comprar a CAPC (www.capc.org). prestación de servicios estratégicos y el desarrollo de iniciati­
En países como Gran Bretaña y Australia, las presiones econó­ vas educativas específicas en relación con la capacitación del
micas que se imponen a los EHCP son de un tipo diferente a las que personal genérico21.
hay en Estados Unidos. Aunque el gobierno estatal paga los EHCP
en estos países, los equipos compiten con todos los demás servicios
por su parte del presupuesto hospitalario. No hay ninguna fórmula Criterios de calidad del Trent Hospice Audit
que permita determinar el nivel adecuado de financiación necesa­ Group
rio para ofrecer una configuración óptima del personal. En 2003,
Palliative Care Australia publicó directrices sobre la dotación de per­ El Trent Hospice Audit Group (THAG) del Reino Unido ha traba­
sonal clínico para los servicios especializados en cuidados paliati­ jado en el campo de los cuidados paliativos especializados desde
vos. Las directrices se basan en diversas suposiciones y estimaciones 1990 para traducir la filosofía de las residencias para enfermos
sobre el número de muertes que se producen por cada 100.000 per­ terminales en medidas de calidad que se puedan utilizar en dife­
sonas, el porcentaje de estos pacientes que son derivados a cuidados rentes contextos. Las medidas de calidad son herramientas de
paliativos especializados y la cantidad de trabajo que se puede reali­ auditoría validadas y basadas en la autoevaluación. El paquete
zar. Los niveles de dotación de personal clínico recomendados para de EHCP del THAG aborda los aspectos organizativos del trabajo
un EHCP que no presta asistencia directa a los pacientes se mues­ de los EHCP, además de la evaluación clínica, la planificación de
tran en la tabla 38-2, y suponen más de cuatro miembros del perso­ la asistencia y la monitorización de la eficacia de la asistencia. El
nal del EHCP que trabajan a tiempo completo por cada 100 camas THAG utiliza un abordaje de estructuras-proceso-resultado, y los
del hospital. criterios de cada uno de los encabezamientos se relacionan con
El trabajo que realizan los EHCP para mejorar el control sin­ la amplitud de las acciones del EHCP. La herramienta para la audi­
tomático, la introspección de los pacientes y sus familias y la pla­ toría de EHCP contiene un cuestionario sobre la documentación
nificación del alta tiene una complejidad variable. Esto plantea de gestión, una revisión de las historias de los pacientes (se deben
una pregunta filosófica fundamental sobre el rol y la función de revisar 10 conjuntos de notas) y un cuestionario sobre el personal
un EHCP: ¿el EHCP existe para sustituir al equipo de atención (que se debe aplicar en dos plantas, con un mínimo de los miem­
primaria o para capacitarlo? Un grupo británico ha elaborado bros del personal).
definiciones operativas para los niveles básico y especializado
de cuidados paliativos en cada uno de los dominios para los que Medicina basada en la evidencia
recibe derivaciones un EHCP: control del dolor, otros síntomas,
apoyo psicológico, introspección del paciente moribundo y pla­ Higginson y cois22, publicaron una revisión sistemática de la efica­
nificación del alta. Se espera que el equipo asistencial primario cia de los equipos de cuidados paliativos y de las residencias para

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Servicios de consulta I C A P Í T U L O 3 8 207

enfermos terminales. De los 44 estudios publicados antes de 2000, EHCP y para el manejo de los riesgos asociados a un crecimiento
sólo 9 evaluaron únicamente EHCP; otros estudios evaluaron la asis­ excesivo26.
tencia domiciliaria y hospitalaria combinadas (4 estudios) o equipos
integrados (6 estudios)22. Sólo uno de los estudios de EHCP tenía un
diseño experimental (es decir, grupo de comparación, aunque no RETOS PARA LA INVESTIGACIÓN
era aleatorizado [nivel de solidez científica II]), lo que permitió
incluirlo en el metaanálisis formal; ninguno de los demás estudios Los EHCP se están estableciendo a una velocidad creciente en
tenía grupos de comparación (es decir, tenían un nivel de solidez todo el mundo, a medida que se observan las ventajas de la aplica­
científica III). El único estudio controlado mostró mejoría de los ción del conocimiento aprendido en las residencias para enfermos
resultados de los pacientes a favor del EHCP, de forma similar al terminales en el contexto de cuidados agudos. A pesar de las dife­
hallazgo global del metaanálisis11. Desde ese análisis se han publi­ rencias de la estructura y función de los EHCP en diferentes países,
cado otras diversas evaluaciones de los EHCP La mayoría han sido hay datos de que pueden mejorar la evolución de los pacientes y
estudios de nivel ni y no se habrían incluido en la revisión de sus familias y, cuando proceda, ahorrar dinero al hospital. El modo
Higginson y cois22. en que cumplen estas funciones varía de unos lugares a otros.
En 2002 se publicaron los resultados del estudio ImPaCT23, Se ha propuesto que el éxito de los EHCP puede tener resulta­
un estudio aleatorizado y controlado diseñado para evaluar el dos negativos imprevistos, como la pérdida de la habilidad del per­
efecto de un EHCP. Este estudio evaluó la eficacia de un EHCP sonal hospitalario en cuidados terminales e incluso el «abandono
británico sobre los síntomas físicos y la calidad de vida rela­ de los pacientes» por los médicos de atención primaria27. En este
cionada con la salud. El paciente, el cuidador familiar y el pro­ contexto, abandono se refiere a la decisión del médico de aten­
fesional de atención primaria refirieron su satisfacción con la ción primaria de retirarse de la asistencia continua del paciente.
asistencia recibida y con los recursos de servicios sanitarios uti­ Esto se puede producir por la asunción formal de la asistencia
lizados. Se comparó el paquete completo de consejo y apoyo por el EHCP o, más insidiosamente, porque el equipo de atención
que prestó un equipo especializado multidisciplinar de cuidados primaria sigue estando nominalmente a cargo pero deja gradual­
paliativos (denominado en el estudio ECP completo) con el con­ mente de tener contacto directo con el paciente o con su familia.
sejo telefónico limitado (ECP telefónico, que fue el grupo testigo). Esta situación genera problemas para todas las partes implicadas
El estudio incluyó a 261 de 684 nuevas derivaciones intrahos- si el equipo de atención primaria no comunica al paciente y a su
pitalarias. Se utilizó un diseño de la aleatorización 2:1, de modo familia un cambio del objetivo de la prestación de la asistencia.
que se asignó a 175 pacientes al ECP completo y a 86 al ECP Esto plantea varios problemas:
telefónico. Se pudo evaluar al cabo de una semana a 191 (73%) • ¿Cuál es la obligación moral del equipo de atención primaria
participantes. Hubo mejorías muy significativas de los síntomas, la de prestar asistencia continua a los pacientes moribundos?
calidad de vida relacionada con la salud, el estado de ánimo y • ¿Los cuidados terminales son algo en lo que deberían ser com­
la «molestia emocional» con el ECP completo al cabo de 1 semana, petentes todos los médicos?
y las mejorías se mantuvieron durante el seguimiento de 4 sema­ • ¿Es un área especializada que queda fuera del ámbito de algu­
nas. Se vio un efecto menor con el ECP telefónico, aunque las nas subespecialidades?
diferencias entre los dos grupos de tratamiento no fueron signi­ • ¿Supone alguna diferencia el que los problemas relacionados
ficativas. La satisfacción con la asistencia en ambos grupos fue con el final de la vida del paciente o de la familia sean sencillos
elevada, y no hubo diferencias significativas entre los dos tipos o complejos?
de intervención. Los investigadores interpretaron este resultado • ¿Cuáles son las motivaciones del equipo de atención primaria
negativo como un problema de diseño del estudio, que reflejaba para retirarse de la asistencia continua?
el nivel asistencial generalmente elevado de los pacientes que
morían en el hospital en el que se realizó el estudio como con­ Se dispone de directrices para ayudar a los EHCP a evitar el
secuencia del trabajo previo en el mismo durante muchos años abandono de los pacientes y para reforzar los papeles profesio­
del EHCP nales estrechos de los médicos, que excluyan la prestación de la
asistencia terminal (v. cuadro 38-2). Por ejemplo, los avances en
el Reino Unido muestran cómo un EHCP puede capacitar a otros
Errores frecuentes equipos. Proporcionan liderazgo y apoyo en la aplicación del
programa Liverpool End of Life Care Pathway en servicios hospi­
Se ha escrito poco sobre los errores en cuidados paliativos y si las talarios, y son importantes en el consejo otros servicios especia­
intervenciones que aplica o recomienda el personal de cuidados lizados, como los servicios de cardiología y nefrología, a medida
paliativos incluso contribuyen a la morbilidad y la mortalidad24. que los cuidados paliativos se conviertan en un componente del
En la evaluación de los efectos del EHCP sería difícil detectar marco del National Service Frameworks (NSF) para las enfermeda­
las enfermedades iatrogénicas debido a la naturaleza compleja des crónicas y progresivas.
de las intervenciones y el número de médicos implicados. En Salvo que sean particularmente innovadores, no son necesa­
un estudio en el que su cuantificó el efecto de las intervencio­ rios más estudios que describan la estructura y la función de los
nes de los EHCP sobre los resultados desde «perjudicial» hasta EHCP El uso de telemedicina para las consultas en cuidados palia­
«muy positivo», se asignó una calificación negativa a 2 de 150 tivos es un ejemplo de innovación. Son necesarios estudios bien
recomendaciones13. diseñados que comparen las intervenciones de un EHCP con un
Se ha escrito mucho sobre las amenazas a la supervivencia grupo testigo, como el estudio ImPaCT, además de estudios sobre
de los EHCP, como la breve vida de un EHCP británico que des­ las implicaciones de los EHCP para la economía de la salud.
apareció después de 18 meses25. El trabajo de los EHCP es difícil La ausencia de efectos beneficiosos del contacto directo con
porque buena parte de la actividad supone obtener y dar informa­ los pacientes respecto al consejo telefónico en el estudio ImPaCT
ción y suministrar consejo, lo que precisa una inversión extraordi­ pone de relieve los muchos aspectos del diseño del estudio que
naria de tiempo. Las lecciones aprendidas en los últimos 20 años se deben tener en consideración cuando se intenten evaluar los
indican que para poder sobrevivir y crecer, los EHCP necesitan EHCP. Además de los problemas habituales de inclusión y manteni­
el liderazgo sólido de un médico experimentado y fiable, finan­ miento de los pacientes en el estudio, hay muchos sesgos implica­
ciación adecuada y buena comunicación a todos los niveles. dos en el contexto de la prestación rutinaria de los servicios que
El CAPC ha formulado estrategias para el desarrollo de un son difíciles de determinar (cuadro 38-4).

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208 S E C C IÓ N F | Adm inistración

25. Herxheimer A, Begent R, MacLean D, et al. The short life of a terminal care
Cuadro 38-4 Estra tegia s para el e q u ip o hospita la rio support team: Experience at Charing Cross Hospital. Br Med J (Clin Red Ed)
de cu id a d o s p a lia tiv o s para e vitar el a b a n d o n o 1985;290:1877-1879-
de lo s pacientes y la p é rdida de ha b ilid ad e s del 26. Meier DE. Planning for the mixed blessing of unexpected growth. J Palliat Med
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1 Los especialistas e n cuidados paliativos d eb en intentar com unicarse 1993;7:219-228.
directam ente, c o n frecuencia y d e form a constante co n los m édicos
qu e solicitan sus servicios.
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
1 El abandono de la asistencia adicional de los pacientes m oribundos
p o r sus m édicos s e d eb e planificar, y se d eb e com unicar claram ente Case for hospital-based palliative care. Available at http://www.
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CAPÍTULO
39
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metropolitan teaching hospital. AnnAcad Med Singapore 1994;23:264-270. de una red integral de cuidados paliativos.
13- Virik K, Glare P. Profile and evaluation of a palliative medicine consultation
service within a tertiary teaching hospital in Sydney,Australia. J Pain Symptom » Las UCPA deberían combinarse con otros recursos de cuidados paliativos en
Manage 2002;23:17-25. el mismo hospital, como una consulta ambulatoria y un equipo de consulta.
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and dyspnoea controlled? J R Soc Med 1989;82:264-267. » Es esencial el acceso fácil a técnicas diagnósticas y terapéuticas de alta
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inpatient palliative care consultation service: Preliminary outcome data. Desde una perspectiva histórica, inicialmente los cuidados paliati­
J Palliat Med 2005;8:1033-1039- vos en Gran Bretaña se prestaban en centros hospitalarios, localiza­
21. Ellershaw JE, Murphy D, Glare P. A referral criteria model for hospital palliative
care teams to inform education and service delivery. Presented at the Seventh
dos principalmente fuera de los hospitales de agudos. A pesar del
Congress of the European Association for Palliative Care. Palermo, Italy, 2001. desarrollo de los equipos de cuidados domiciliarios y de soporte
22. Higginson IJ, Finlay IG, Goodwin DM, et al. Is there evidence that palliative hospitalario, la atención hospitalaria ha tenido siempre una impor­
care teams alter end-of-life experiences of patients and their caregivers? J Pain tancia fundamental en un sistema de cuidados paliativos. Algunos
Symptom Manage 2003;25:150-168. programas de cuidados paliativos se iniciaron en hospitales de agu­
23- Hanks GW, Robbins M, Sharp D, et al.The ImPaCT study: A randomised contro­
lled trial to evaluate a hospital palliative care team. Br J Cancer 2002;87:733-739- dos, como el equipo de soporte del St. Thomas’ Hospital de Lon­
24. Hargreaves P. Palliative medicine: Too easy to bury our mistakes? Palliat Med dres (1975) y la unidad de cuidados paliativos del Royal Victoria
2005; 19:503- Hospital de Montreal (1976)2. En las décadas de 1970 y 1980, en

PARTE I PRINCIPIOS
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Unidades d e cuidados paliativos de agudos I C A P Í T U L O 3 9 209

la mayoría de los países se desarrollaron y se pusieron en mar­ agudos, una consulta ambulatoria, un equipo de consulta o soporte
cha programas de cuidados paliativos. Algunos ofrecían atención hospitalario y vínculos académicos con las universidades locales.
domiciliaria, como en Estados Unidos o Italia, y otros desarrollaron Las UCPA se pueden conceptualizar como sigue:
modelos más completos, como Gran Bretaña, Canadá y Cataluña, • Ofrecen cuidados en centros hospitalarios.
en España. Hasta 1990 no se integraron los servicios de cuidados • Habitualmente están localizadas en las instalaciones de un hos­
paliativos en los hospitales de agudos, y en la mayoría de ellos pital de cuidados agudos.
actuaban como servicios de soporte o servicios de interconsulta, • Atienden problemas físicos o psicosociales agudos, graves,
lo cual tuvo un efecto positivo en la atención de los pacientes y complejos e inestables.
sus familias12. • Atienden a pacientes con enfermedades en fases avanzadas y/o
terminales.
• Ofrecen precisión diagnóstica, monitorización estrecha y trata­
DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS miento intensivo.
• La asistencia está realizada por un equipo de cuidados paliati­
Los datos publicados sobre la variedad de unidades de cuidados palia­
vos avanzado, muy especializado y multidisciplinar.
tivos de agudos (UCPA) no ofrecen una conceptualización ni una defi­
nición única (v. cap. 5) Aun así, siempre están presentes los principios FUNDAMENTO
básicos de los cuidados paliativos: asistencia integral de los aspectos
físicos, emocionales, sociales y espirituales de los pacientes; trabajo en Las UCPA son necesarias por varios motivos. Son esenciales para
equipo interdisciplinar, y una organización flexible para poder cum­ los pacientes con enfermedades avanzadas y terminales que tie­
plir su misión. Las principales diferencias respecto a las unidades de nen problemas agudos. Otro motivo es el abordaje inadecuado en
cuidados paliativos tradicionales en los centros de crónicos se deben la atención de los pacientes con enfermedades neoplásicas y no
a la localización y el carácter agudo de los problemas tratados, que neoplásicas avanzadas con necesidades clínicas no cubiertas en los
influyen mucho en la actividad y los resultados de las UCPA. hospitales de agudos, como se ha mostrado en estudios europeos9,
Un modelo de UCPA se caracteriza por un área de hospitaliza­ estadounidenses10 y australianos11. Aunque los médicos reconocen
ción dotada de profesionales de enfermería con apoyo de volun­ la inadecuación del abordaje de las necesidades de los pacientes
tarios, y la asistencia médica es prestada por los médicos que con enfermedades avanzadas y de los pacientes moribundos en
atendían previamente a los enfermos, siendo el entorno similar al hospitales de agudos, la mayoría de los pacientes con cáncer son
domicilio3. Otros ofrecen un servicio hospitalario más global (ta­ diagnosticados por primera vez, tratados y seguidos en servicios
bla 39-1), con alguna combinación de unidad hospitalaria, consulta hospitalarios de hematología-oncología. Estos pacientes y sus fami­
ambulatoria y equipo de consulta o soporte (v. cap. 5). Está dotado lias pueden experimentar sentimientos de abandono después de la
por sus propios médicos y profesionales de enfermería, con diver­ derivación a otros contextos asistenciales. «Los programas de cui­
sos grados de colaboración de profesionales especializados en los dados paliativos se deben desarrollar en hospitales terciarios y en
aspectos psicosociales y espirituales. Los pacientes que ingresan centros oncológicos para ofrecer el tratamiento adecuado para
en estas unidades tienen problemas físicos y emocionales agudos y
complejos que necesitan una evaluación intensiva y un tratamiento C u a d ro 39-1 P rincipales características de las u n id ad e s
de elevado nivel tecnológico, ocasionalmente con técnicas invasi­ de m edicina p a liativ a a gu d a
vas. Desde el punto de vista arquitectónico estas unidades no son
necesariamente similares a un hogar, sino que son más similares • Baja tasa d e m ortalidad (^60-75%).
a habitaciones tradicionales de un hospital pero con un determi­ • Estancia d e corta d uración ( < 1 4 días).
nado nivel tecnológico4. Entre ambos modelos se puede encontrar • Máxima com plejidad d e los síntomas.
una amplia gama de programas, como los modelos globales del • Orientadas a la investigación.
M. D. Anderson Cancer Center (Houston, Texas)5, el Institut Catalá • Nivel docente avanzado.
d’Oncologia (Barcelona, España)6, la Cleveland Clime (Cleveland, • Derivaciones tempranas.
Ohio)7 y el Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Ma­ • Con el apoyo d e los servicios auxiliares necesarios p ara el trata­
drid, España)8. Estas instituciones ofrecen servicios completos de m iento d e los síntom as difíciles.
cuidados paliativos (cuadro 39-1) con una unidad hospitalaria de

H T A B L A 39-1 Resultados de las unidades de medicina paliativa aguda

INSTITUCIÓN LOCALIZACIÓN ESTUDIO AÑO EN QUE TASA DE PATOLOGÍA EDAD DURACIÓN


COMENZARON MORTALIDAD MEDIA MEDIA DE LA
LAS UNIDADES (%) (AÑOS) ESTANCIA (DÍAS)
Northwestern Chicago, Illinois Kellarycols.6 1986 59 Mixta (45% 67 6
Memorial cáncer)
Hospital
H. R. Horvitz Cleveland, Ohio Walsh14 1991 27 Cáncer 62 11,3
Center,
Cleveland Clinic
Foundation

Institut Catalá L'Hospitalet- Gómez-Batiste y 1995 50 Cáncer 66 9,3


d'Oncologia Barcelona, cois.3
España
Hospital General Madrid, España Directorio Sociedad 1990 78 Cáncer 63 15
Universitario Española de
Gregorio Cuidados Paliativos
Marañón (SECPAL) 2004
M. D. Anderson Houston, Texas Bruera12 2002 23 Cáncer 57 9,6

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210 S E C C IÓ N F | Adm inistración

el control de los síntomas difíciles que aparecen durante toda la unidades de agudos, incluyendo las UCPA, puede ayudar a que la
vida oncológica... independientemente del estadio de la enferme­ medicina paliativa intervenga en las fases tempranas del trata­
dad.»4 Otros autores piensan que las IJCPA deben «ser un puente miento del cáncer, lo que encaja en la visión de los cuidados palia­
adecuado con los programas comunitarios de cuidados paliativos y tivos de la Organización Mundial de la Salud (fig. 39-1).
la atención domiciliaria.. .»12y «deben tener vínculos sólidos con los La localización de las UCPA en hospitales docentes y centros
equipos de soporte domiciliario y otras unidades que tienen su base oncológicos es especialmente útil para la diseminación de los
en centros de salud o centros sociosanitarios para crear sistemas conocimientos y habilidades sobre cuidados paliativos a otras
integrales en cada distrito»6. La existencia de un equipo de soporte especialidades, lo que aporta mejoras al sistema sanitario y a la
o de consulta en cuidados paliativos en un hospital de agudos no sociedad. Se dispone de muchos cursos y libros sobre control de
excluye que haya una UCPA en el mismo hospital, ya que son com­ síntomas, comunicación, ética y otros aspectos de la medicina
plementarios. Datos de un sistema bien conocido de cuidados palia­ paliativa. Las UCPA realizan formación por modelaje. Trabajando
tivos indican que tras una valoración de una interconsulta se deben al lado de médicos con experiencia, los residentes de diferentes
derivar al 11% de los pacientes desde un hospital docente terciario especialidades pueden aprender a tratar síntomas difíciles, actua­
a una UCPA13. lizar sus habilidades de comunicación y aprender a trabajar en
Aunque las UCPA deberían formar parte de un sistema más equipo y organización. El mismo valor docente se aplica a otros
amplio de cuidados paliativos, la percepción de su necesidad indica profesionales, como profesionales de enfermería, trabajadores so­
la madurez del sistema y el aumento de la complejidad clínica. ciales, psicólogos y fisioterapeutas.
Los pacientes atendidos en las UCPA tienen problemas de salud Las UCPA deben disponer del mayor apoyo posible mediante
agudos y complejos14. Se propuso el San Diego Severity Index15 directrices de las autoridades sanitarias, especialmente cuando los
(índice de gravedad de San Diego) como herramienta de evalua­ sistemas de cuidados paliativos alcanzan la sofisticación que man­
ción para identificar el carácter agudo de los pacientes y facilitar tiene la aceptación generalizada que da la filosofía de una aten­
las transiciones entre hospitales de agudos, atención domiciliaria y ción integral. Un lenguaje común es fundamental para la difusión
larga estancia. Se han encontrado diferencias entre las UCPA16 y los de los conceptos y es un paso preliminar esencial hacia el recono­
centros sociosanitarios; en las UCPA los pacientes son más jóvenes, cimiento por los administradores sanitarios. Por ejemplo, el con­
tienen mayores puntuaciones en la evaluación de los síntomas, tie­ cepto de las UCPA está muy avanzado en España y se refleja en
nen peor pronóstico del dolor y tienen menos deterioro cognitivo. numerosos artículos sobre políticas elaborados por las autorida­
Los pacientes con las enfermedades más complejas y sintomáticas des sanitarias nacionales y regionales. Los cuidados paliativos no
ingresan en las UCPA. Tienen mayores puntuaciones sintomáticas, comenzaron en España como un movimiento surgido de forma
y sus enfermedades médicas son más complejas. La probabilidad independiente; por el contrario, se integraron en el sistema sani­
de éxito del equipo responsable es mayor que en el caso de los tario existente. Después de que las autoridades españolas hubie­
pacientes tratados por equipos de atención domiciliaria17. ran aceptado el concepto de UCPA, fue más sencillo introducir las
En los hospitales terciarios y centros oncológicos, la inves­ nuevas unidades en el sistema público europeo. Los intentos simi­
tigación es una actividad importante. Se incluyen pacientes con lares de conceptualización en otros contextos sanitarios, como
cáncer muy avanzado en estudios de fase I de fármacos antitumo- Estados Unidos, pueden no tener tanta eficacia inmediata como
rales. Los pacientes incluidos en estudios de fase I o II son incu­ en España.
rables y tienen las mismas dificultades físicas y psicosociales, o
incluso mayores, que los pacientes que no participan en dichos
estudios. Los cuidados paliativos pueden ser útiles en los pacien­ PROBLEM AS QUE QUEDAN FUERA DEL ÁM BITO
tes que se incluyen en los estudios de fase I o ü 18. La inclusión de DE LAS U N IDA DES DE M E D IC IN A PALIATIVA
los cuidados paliativos en la investigación oncológica aumenta las DEAG UDO S
oportunidades de que los pacientes incluidos tengan mejor con­
trol sintomático y mayor apoyo emocional mientras participan en La intervención de un equipo experimentado y específico de
el estudio, y un equipo de cuidados paliativos garantiza una mayor medicina paliativa está indicada cuando los problemas quedan
continuidad de la atención. más allá de la experiencia en paliación del equipo primario de
El desarrollo de los servicios de medicina paliativa, incluyendo atención (v. «Errores frecuentes»). El equipo de medicina paliativa
las UCPA, en los lugares donde la mayoría de los pacientes con o de cuidados paliativos puede ser necesario en cualquier fase de
cáncer son diagnosticados, tratados, seguidos y se incluyen en la enfermedad y en cualquier lugar en el que esté el paciente, ya
protocolos de investigación, es un abordaje racional. En Alberta, sea su domicilio, un centro de larga estancia o el hospital.
Canadá, la consulta de casos agudos fue la actividad que tuvo un Las UCPA han alcanzado su posición en el seno de un sis­
mayor aumento, mientras que la actividad de la UCPA se man­ tema más amplio de medicina paliativa. Si la UCPA es el único
tuvo estable principalmente porque el número de camas disponi­ recurso paliativo en un sector sanitario particular, se puede pro­
bles era constante19. El aumento de la consulta y la asistencia en ducir un fracaso funcional. Siempre que se desarrolla un sistema

FIG U RA 39-1 Dirección de los cuidados paliativos en los lugares de agudos. Este tipo de atención puede ayudar a los pacientes incluidos en estudios de fase i
o II, lo que encaja en el paradigma de cuidados paliativos de la Organización Mundial de la Salud.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Unidades de cuidados paliativos de agudos I C A P Í T U L O 3 9 211

Errores frecuentes C A S O P R Á C T I C O
• Planificación insuficiente y form ación insuficiente del personal.
• Aislamiento de los recursos d e cuidados paliativos de o tros recursos C á n c e r d e p róstata
sanitarios.
Un varón de 51 años de edad con cáncer de próstata y metástasis
• Escasa d otación d e personal y bajo núm ero d e médicos.
óseas, retroperitoneales y pulmonares ingresó en la planta de oncología
• Camas dispersas.
con dolor pélvico y deterioro de su estado general. Después de una
• Escaso núm ero d e p ersonal especializado e n atención psicosocial y
paramédica. evaluación oncológica se le indicó que no había ningún tratamiento
• Lugares inadecuados desde el p u n to d e vista arquitectónico. eficaz para su tumor. Refería un control inadecuado del dolor a pesar de
• C om petición co n o tros servicios y d epartam entos hospitalarios. la rotación de opioides. La resonancia magnética de la columna excluyó
• Ausencia d e investigación y docencia. compresión medular. Ingresó en la unidad de cuidados paliativos
agudos (UCPA) para tratamiento sintomático.
En la evaluación inicial en la UCPA tenía dolor somático nociceptivo
(puntuación basal de la escala numérico verbal [ENV] de 4/10,
puntuación de crisis de 8 / 1 0 X 4 al día y puntuación media de 6/10)
integral de medicina paliativa, especialmente en hospitales ter­
ciarios metropolitanos, existe la tendencia a establecer diferentes causado por las metástasis óseas y por la infiltración de los tejidos
niveles de recursos especializados en medicina paliativa en los blandos de la pelvis; se clasificó com o dolor de mal pronóstico. El
diferentes niveles del sistema sanitario. Los servicios integrales de paciente estaba encamado la m ayor parte del tiempo en el m omento
cuidados paliativos de agudos (p. ej., unidad, consulta ambulatoria del ingreso. La puntuación del palliative performance status score era
o equipos de soporte) pueden intervenir precozmente en situa­ baja (PPS = 40), moderadamente dependiente (índice de Barthel = 45)
ciones agudas y complejas y actuar como servicios de referencia y con un pronóstico intermedio (Papscore = 6,5). Otros síntomas
para otros servicios hospitalarios y otros servicios comunitarios presentes eran anorexia (6/10), insomnio (7/10), estreñimiento (8/10)
de cuidados paliativos. En estas circunstancias están definidos cla­ y tos seca (4/10). El sufrimiento emocional era evidente, al igual que la
ramente las funciones y los resultados de las UCPA. Irritabilidad persistente, el deterioro cognitivo y el miedo (puntuación de
Las UCPA abordan problemas agudos y graves, y dentro de ansiedad de 9/10). El paciente identificaba su sufrimiento emocional con
estas unidades se espera que un equipo especializado afronte las la reciente pérdida de la autonomía y con su sensación de abandono
crisis físicas y psicosociales. Estas unidades deben tener su propio
por su hijo mayor.
personal, incluyendo los médicos. La presencia de miembros del
Se inició una intervención psicosocial intensiva con la familia para
personal con dedicación específica también afecta a las funciones
docente e investigadora de la unidad. La presencia de un número abordar los sentimientos del hijo mayor en relación al sufrimiento y
bajo de médicos es una desventaja terapéutica y constituye un previsión de muerte de su padre. Simultáneamente, se ajustaron los
motivo de crítica. Una UCPA debería ser una unidad en la que los opioides intravenosos y el tratamiento farmacológico de los síntomas
tratamientos y la asistencia se pudieran prestar en una atmósfera físicos y emocionales del paciente, y se añadió el apoyo de un
terapéutica congruente; esto se dificulta cuando hay dispersión fisioterapeuta, lo que permitió al paciente obtener un alivio adecuado
de las camas de cuidados paliativos de agudos. Los objetivos tera­ del dolor y reducir el sufrimiento emocional. Después de 10 días en la
péuticos contradictorios en una planta de patologías mixtas y de UCPA se dio de alta al paciente a su domicilio con m ayor sensación
agudos generan acciones divergentes por parte de los miembros de autonomía y mejora de la situación funcional. El equipo de soporte
del equipo, lo que pone en peligro los resultados terapéuticos. domiciliario de cuidados paliativos organizó una visita de seguimiento
El equipo clínico y las rutinas deben encajar en las necesida­ en su domicilio.
des clínicas intensas y complejas de los pacientes de la UCPA.
Como estos pacientes habitualmente son derivados desde otras
unidades o plantas de agudos, se puede percibir una discontinui­
dad importante de las rutinas clínicas, que puede ser perjudicial equipos con mucha experiencia. Las UCPA son la consecuencia
desde el punto de vista emocional e inoportuna desde el punto
de la aplicación racional y razonable de los recursos para adap­
de vista clínico. Es aconsejable crear una atmósfera terapéutica tarlos a las necesidades complejas de los pacientes con cáncer
tranquila, a la vez que se evita el inconveniente de un contexto avanzado y de sus familias en el lugar en el que se diagnostique
no clínico o de un contexto clínico de bajo nivel. Una atmósfera y trate a los pacientes, lo que permite la derivación temprana a
excesivamente hogareña se puede interpretar como una planta un programa más amplio de cuidados paliativos. Las UCPA son
para moribundos, lo que puede ser perjudicial para el programa lugares excepcionales para aprender, enseñar e investigar. En cual­
de medicina paliativa. quier programa integral de cuidados paliativos es útil tener una
La UCPA es un recurso bien definido diseñado para tratar a UCPA en cada sector para ofrecer asistencia especializada para
pacientes con enfermedades avanzadas y a sus familias. No se los casos más complejos que no se puedan tratar en el domicilio
debe confundir ni dirigir como una planta oncológica o de medi­ ni en centros sociosanitarios, y para los pacientes que se puedan
cina interna de bajo nivel. Se debe evitar la competición con otras beneficiar de cuidados paliativos de elevado nivel tecnológico que
especialidades para conseguir pacientes y recursos, y se debe incorporen actitudes y valores holísticos (v. «Caso práctico: Cáncer
fomentar un ambiente de comunicación sincera y abierta con el de próstata»).
resto del hospital y con el resto de los servicios del centro. No está claro si es mejor iniciar un programa de cuidados palia­
tivos con una UCPA en un hospital docente y propagar el cono­
CONCLUSIONES cimiento a otros hospitales, centros sociosanitarios y asistencia
domiciliaria, o comenzar de la forma opuesta. Nuestra experien­
A pesar de las primeras iniciativas, las UCPA son una incorpora­ cia apoya ambos abordajes. Una forma de empezar es estable­
ción reciente al repertorio de cuidados paliativos. La mayor parte cer equipos de apoyo en el domicilio y en hospitales y utilizar
de la información sobre medicina paliativa en el contexto hospi­ las camas de centros de cuidados crónicos, porque las primeras
talario agudo procede de la investigación sobre los equipos de derivaciones son pacientes moribundos que habitualmente son
soporte o de consulta. Los estudios sobre UCPA habitualmente ancianos y no tienen síntomas complejos. A medida que aumenta
se basan en niveles bajos de solidez científica, son descriptivos la reputación del equipo, comienzan las derivaciones tempranas
y se basan en las opiniones de profesionales de prestigio y de en hospitales de agudos, y el establecimiento de una UCPA parece

ERRNVPHGLFRVRUJ
212 S E C C IÓ N F | Adm inistración

ser el siguiente paso lógico. Este abordaje escalonado puede evitar L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S


las dificultades y tensiones conocidas entre la medicina paliativa
y las otras especialidades. El abordaje opuesto también es razona­ Bosanquet N, Salisbury C (eds). Providing a Palliative Care Service:
ble, y ha tenido éxito si el equipo asistencial tiene en mente las Towards an Evidence Base. Oxford, UK: Oxford University
ventajas de la integración en un sistema más global y los peligros Press, 1999.
del aislamiento. Gómez-Batiste X, Porta J, Tuca A, Stjemswárd J (eds). Organización
Aunque hay datos sólidos a favor de la eficacia y la eficien­ de Servicios y Programas de Cuidados Paliativos [Palliative Care
cia de los equipos de atención domiciliaria y de soporte en Services and Programs Organization]. Madrid: Arán, 2005.
los contextos asistenciales de agudos, no se dispone de esta
información para las UCPA, lo que constituye una gran oportu­
nidad para la investigación. La experiencia, más que los datos
científicos, apoya la recomendación de establecer UCPA en hos­
pitales terciarios y centros oncológicos, aunque todavía que­
dan sin responder muchas preguntas, como cuántas camas de CAPÍTULO 40
medicina paliativa de agudos son necesarias por cada millón de
habitantes y qué determina el tamaño, la dotación de personal
y los resultados adecuados de las UCPA. Se debe investigar la Unidades intrahospitalarias
eficiencia, la eficacia y la satisfacción para mantener su aplica­
ción, y se debe comunicar la información preliminar de esta de cuidados terminales y paliativos
investigación20.
Denise Wells Spencer
B I B L I O G R A F Í A
1. Virik K, Glare P. Profile and evaluation of palliative medicine consultation ser­
vice within a tertiary teaching hospital in Sydney, Australia. J Pain Symptom 2010. ELsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
Manage 2002;23:17-25.
2. Ryan A, Carter J, Lucas J, et al. You need not make the journey alone:
Overcoming impediments to providing palliative care in a public urban tea­
ching hospital. Am J Hosp PaUiat Care 2002;19:171-180.
3. Kellar N, Martinez J, Finis N, et al. Characterization of an acute inpatient hos­
pice palliative care unit in U.S. teaching hospital.J NursAdm 1996;26:16-20. • Las muchas consideraciones administrativas impUcadas en el desarrollo de
4. Mercadante S,Villari P, Ferrera P. A model of acute symptom control unit: Pain una unidad intrahospitalaria son críticas para la eficacia de la unidad.
relief and palliative care unit of La Maddalena Cancer Center. Support Care • Además de prestar una asistencia de la mayor caUdad posible a los pacien­
Cancer 2003;11:114-119- tes, los hospitales con frecuencia tienen un incentivo económico para estar
5. Elsayem A, Swint K, Fisch MJ, et al. Palliative care inpatient service in a com­
asociados estrechamente con una unidad intrahospitalaria de cuidados
prehensive cancer center: Clinical and financial outcomes. J Clin Oncol
2004;22:2008-2014. paUativos.
6. Gómez-Batiste X, Porta J,Tuca A. Palliative care at the Institut Catala d’Oncologia, • Se deben determinar los aspectos clínicos de la unidad, como los criterios
Barcelona. Eur J Palliat Care 2003;10:202-205. de ingreso, antes de abrir ésta.
7. Zhukovsky DS.A model of palliative care:The palliative medicine program of
• El entorno de la unidad (los colores, muebles, servicios y restricciones)
the Cleveland Clinic Foundation: A World Health Organization Demonstration
Project. Support Care Cancer 2000;8:268-277. puede facilitar o dificultar los procesos clínicos, emocionales y espirituales
8. Morch MM, Neuenschwander H, Bruera E, et al. From roots to flowers: de los pacientes y sus familias.
Challenges of developing a sustainable palliative care program. J Palliat Care
2003;19:58-62.
9. Toscani F, Di Giulio I* Brunelli C, et al. How people die in hospital general
wards:A descriptive study. J Pain Symptom Manage 2005;30:33-40.
10. Fins JJ, Miller FG, Acres CA, e t al. End-of-life decision making in the hospital: El desarrollo de una unidad intrahospitalaria de cuidados termina­
Current practice and future prospects.J Pain Symptom Manage 1999;17:6-15.
11. Middlewood S, Gardner G, Gardner A. Dying in hospital: Medical failure o r natu­
les o paliativos sólida desde el punto de vista económico y gestio­
ral outcome.J Pain Symptom Manage 2001;22:1035-1041. nada de forma eficiente es una tarea formidable. La infraestructura
12. Bruera E, Sweeney C.The development of palliative care at the University of operativa y administrativa es el fundamento sobre el que reposa el
Texas M.D. Anderson Cancer Center. Support Care Cancer 2001;9:330-334. programa clínico. Los entornos físicos y asistenciales que se crean
13- Jenkins CA, Schulz M, Hanson J, et al. Demographic, symptom, and medication en esta unidad intrahospitalaria establecen el tono emocional para
profiles of cancer patients seen by a palliative care consult team in a tertiary
referral hospital.J Pain Symptom Manage 2000;19:174-184. los pacientes y sus familias. No hay un único modelo clínico que
14. Walsh D.The business of palliative medicine. Part 4. Potential impact of acute- sea el mejor; cada unidad de cuidados paliativos se debe adaptar a
care palliative medicine inpatient unit in tertiary care cancer center. Am J las necesidades de la población de pacientes a la que va a atender,
Hosp PaUiat Care 2004;21:217-221. teniendo en cuenta el personal disponible, los aspectos logísticos
15. Staruse L, Herbst L, RyndesT, et al. A severity index designed as an indicator of y las restricciones presupuestarias. Este capítulo ofrece una visión
acuity in paUiative care.J PaUiat Care 1993;9:11-15.
16. Bruera E, Neumann C, Brenneis C, et al. Frequency of symptom distress and poor de conjunto de los principales aspectos que se deben considerar
prognostic indicators in palliative cancer patients admitted to a tertiary paUia­ cuando se planifique el desarrollo de una unidad intrahospitalaria
tive care unit, hospice, and acute care hospitals.J PaUiat Care 2000;16:16-21. de cuidados paliativos.
17. Núñez Olarte JM, Santos Miranda JA, Cuesta Alvaro P Estudio transversal euro­
peo de cuidados paliativos de la EAPC: Análisis estadístico de variables. Med
Pal (Madrid) 2006;13(Suppl 1): 1-5.
18. Meyers FJ, Linder J, Beckett L, et al. Simultaneous care: A model approach to INICIO DE U NA U N ID A D ESPECIALIZADA
the perceived conflict between investigational therapy and palliative care.
J Pain Symptom Manage 2004;28:548-556. El primer paso en el desarrollo de una unidad especializada es
19- Fassbender K, Fainsinger R, Brenneis C, e t al. UtUization and costs of the decidir qué modelo es mejor para la población de pacientes que
introduction of system-wide paUiative care in Alberta, 1993-2000. PaUiat Med se va a tratar, a la vista del personal disponible y las limitaciones
2005;19:513-520. presupuestarias, junto a las necesidades y los deseos de la admi­
20. Davis MP, Walsh D, LeGrand SB, et al. The financial benefits of acute inpa­
tient paUiative medicine: An inter-institutional comparative analysis by aU
nistración del hospital. Hay dos modelos básicos para atender a
patient refined-diagnosis related group and case mix index. J Support Oncol pacientes de cuidados terminales y paliativos que todavía no
2005;3:313-316. están ingresados en una residencia para enfermos terminales: una

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
U nidades intrahospitalarias de cuidados term inales y paliativos I C A P Í T U L O 4 0 213

unidad intrahospitalaria específica de cuidados paliativos y una uni­ Cuadro 40-1 Ventajas de una unidad intrahospitalaria
dad intrahospitalaria de cuidados terminales.
de cuidados paliativos
Típicamente, las unidades de cuidados paliativos no atienden a
pacientes de cuidados terminales. Las camas de cuidados paliativos Para el hospital
están autorizadas y aprobadas para la asistencia hospitalaria aguda,
y la asistencia de los pacientes de cuidados paliativos se reembolsa • El hospital contrata co n el centro d e cuidados paliativos local el
a los hospitales igual que para los demás pacientes ingresados en el préstam o d el espacio p ara la unidad intrahospitalaria.
hospital. Estos reembolsos dependen de las regulaciones habituales • El cen tro de cuidados paliativos local utiliza los servicios auxiliares,
de Medicare y Medicaid, de los seguros médicos y de los contra­ diagnósticos, farm acéuticos y am bientales del hospital a u n precio
tos de asistencia gestionada. Los pacientes de cuidados paliativos negociado.
típicamente tienen perfiles médicos complejos. Necesitan una asis­ • El hospital n o es responsable d e conseguir la autorización d e la
tencia más intensiva y costosa que el paciente habitual de cuidados Joint C ommission for th e Accreditation o f Healthcare O rganizations’
terminales. Los estudios demuestran que tener a estos pacientes en 0CAHO) para la unidad d e cuidados paliativos porque la unidad es
una unidad específica o la asistencia de los mismos por un equipo un «hospital dentro de u n hospital», q u e funciona con la licencia
completo de cuidados paliativos cuando no se dispone de una uni­ obtenida p o r el centro d e cuidados paliativos.
dad específica se asocia a menor duración de la estancia, mejor • El hospital tiene acceso fácil a las cam as del centro d e cuidados
evolución clínica y mayor satisfacción de los pacientes y de sus paliativos para favorecer el traslado d e los pacientes adecuados a
familias. El capítulo 41 ofrece un análisis más detallado de las uni­ dicho hospital. Los patrones d e traslado a una unidad intrahospitala­
dades intrahospitalarias de cuidados paliativos. ria d e cuidados paliativos dan lugar a lo siguiente:
Los hospitales que atienden a pacientes de cuidados terminales Aumento del movim iento de pacientes p o rque se abren camas de
sin el beneficio de la supervisión formal en cuidados terminales que cuidados agudos a pacientes co n u n nuevo grupo relacionado
ofrece una unidad específica de cuidados terminales tienen riesgo con el diagnóstico.
de pérdida económica, mal resultado clínico e insatisfacción de los Disminución de la duración m edia de la estancia porque el traslado
pacientes y sus familias. El hospital contratado recibe el pago por la a una unidad intrahospitalaria d e cuidados paliativos es esencial­
asistencia de los pacientes a la tasa diaria estándar de los centros de m ente u n alta d e u n hospital y u n ingreso e n otro.
cuidados paliativos, que es en general una tasa de reembolso menor Disminución del coste m edio p o r día p o rque a los hospitales con
que para los pacientes que no están en centros de cuidados termi­ frecuencia n o se les reem bolsan los servicios q u e se prestan a
nales. El pago incluye las técnicas diagnósticas, los tratamientos y el los p acientes d e cuidados paliativos.
alojamiento y la manutención al precio habitual. Si el paciente de Disminución del núm ero de m uertes e n pacientes ingresados (m u­
cuidados terminales es atendido por médicos que no son de cuida­ chos p acientes q ue m ueren e n la m udad intrahospitalaria de cui­
dos terminales y según un modelo que no es de cuidados termina­ dados paliativos habrían m uerto e n el h ospital principal).
les, el pago diario puede no cubrir el gasto que genera el paciente • La unidad intrahospitalaria de cuidados paliativos es una potente
al hospital, y ni el paciente ni su familia reciben típicamente la asis­ herram ienta d e marketing qu e acentúa la variedad de servicios que
tencia especializada que es habitual en una unidad de cuidados ter­ se p restan e n el hospital.
minales. El objetivo de la asistencia fuera del ámbito de los cuidados • La presencia de u n servicio de consulta en m edicina paliativa del
terminales puede ser la alteración del proceso de la enfermedad, hospital aum enta aún más la eñciencia p o rque facilita el traslado
en lugar de la asistencia holística del paciente y de su familia. Sin m ás tem prano d e los pacientes adecuados.
embargo, si el paciente ingresa en una unidad específica de cmda- • La presencia d e m edicina paliativa o d e cuidados term inales afecta
dos terminales, la organización de cuidados terminales recibe el directam ente a la calificación del hospital com o cen tro oncológico
pago diario estipulado y el equipo de cuidados terminales es res­ integral, u no de los 100 principales hospitales cardiológicos o cual­
ponsable directo del coste de la prestación de la asistencia. Con un qu ie r o tro centro m édico d e e ste tipo.
plan de asistencia de cuidados terminales y un equipo específico
de cuidados terminales en el centro se puede conseguir la presta­ Para la resid e ncia d e e n fe rm o s te rm in a le s
ción de una asistencia excelente de una forma relativamente neutra
en relación con el presupuesto. El hospital tiene un interés claro en • Se dispone co n facilidad d e todos los servicios auxiliares, diagnós­
desarrollar una relación laboral estrecha con su centro local de cui­ ticos, farm acéuticos, am bientales y d e consulta com pletos.
dados terminales para desarrollar esta unidad. • La residencia para enferm os term inales tien e control sobre la contra­
Un sólido equipo domiciliario de cuidados terminales que ofre­ tación d e personal y la determ inación d e los c ocientes d e personal.
ce supervisión para la asistencia de un paciente de cuidados termi­ • Los m iem bros d el p ersonal q ue tengan form ación especial e n aspec­
nales que es ingresado en un hospital puede conseguir los mismos tos clínicos e interpersonales o d e com unicación se p ueden c oncen­
beneficios que se han descrito para los pacientes de cuidados trar en u na u nidad y centrarse en u na p oblación d e pacientes.
terminales que ingresan en unidades de cuidados terminales; sin • Se p uede re unir u n equipo interdisciplinar específico (p. ej., m édico,
embargo, los resultados y los costes de la asistencia de los pacientes profesionales d e enferm ería, trabajador social, capellán y voluntario).
se relacionan directamente con la supervisión que se permite que • Es cóm odo te n e r a los pacientes e n u na única localización.
realice el equipo y con la voluntad de los médicos responsables
que no forman parte del equipo de cuidados terminales de aceptar Para los p a c ie n te s y sus fam ilias
las sugerencias de los médicos de cuidados terminales. El cuadro 40-1
• El en torno está a daptado a las necesidades especiales y específicas
enumera las ventajas clínicas y administrativas de tener una unidad
d e los p acientes y sus familias.
intrahospitalaria específica de cuidados terminales.
• Se acentúa la c ontinuidad asistencial p o r u na d otación c onstante de
Las desventajas de una unidad intrahospitalaria de cuidados
profesionales d e enferm ería y p o r el equipo interdisciplinar.
terminales son escasas. El público puede considerar que la unidad
separada margina a los pacientes con enfermedad terminal o per­
cibir que es un lugar en el que las personas ya no reciben asisten­
cia. En algunos hospitales la unidad intrahospitalaria de cuidados
terminales se puede conocer como la «planta de la muerte», y se de residencia para enfermos terminales independiente con el
asocia estrechamente a quienes trabajan en ella con la muerte. modelo de una unidad intrahospitalaria de cuidados terminales.
Este estigma puede ser especialmente cierto en el caso de un
centro de cuidados paliativos independiente. Sin embargo, estos CONSIDERACION ES ADM INISTRATIVAS
errores conceptuales se disipan rápidamente con educación de la
comunidad, que se consigue en gran medida por los servicios que Después de haber asignado el espacio y de haber firmado los con­
se prestan en el propio centro. La tabla 40-1 compara el modelo tratos, hay aspectos de dotación de personal y administrativos que

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214 S E C C IÓ N F | A dm inistración

T A B L A 40-1 Ventajas y desventajas d e u n c e n tro d e cuid a d o s term inales in d e p e n d ie n te y u n c e n tro d e cuida do s paliativos d e ntro
d e u n hospital

C U ID A D O S PAL IA TIV O S EN EL H O S P ITA L C E N TR O DE C U ID A D O S PA L IA TIV O S IN D E P E N D IE N T E

Acceso directo a servicios auxiliares, diagnósticos, farmacéuticos y de Acceso limitado a todos los servicios, o debe prestar servicios sobre el terreno
consulta
Acceso más fácil para ese hospital El acceso es igual para todos los hospitales de la zona de derivación
Queda una atmósfera algo institucionalizada después de la Estructura diseñada específicamente para las necesidades únicas de los pacientes
renovación de la unidad de cuidados terminales y sus familias
Crea visibilidad para el hospital patrocinador Crea visibilidad para la organización promotora del centro de cuidados terminales
Percepción de marginalización del paciente en el hospital Percepción de marginalización del paciente en la comunidad en su conjunto
Con frecuencia es la forma en la que se inicia una unidad Permite la transición a un centro de cuidados terminales independiente después
intrahospitalaria del establecimiento firme en un hospital

Cuadro 40-2 Consideraciones administrativas Cuadro 40-3 Dotación de una unidad intrahospitalaria
de ia creación de una unidad intrahospitalaria de cuidados paliativos de 20 camas
de cuidados paliativos
» Médicos: 1,5 equivalentes d e tiem po com pleto.
» N úm ero d e camas. » Profesionales d e enferm ería practicantes (de lunes a viernes): 1,0
» Equivalentes de tiem p o com pleto de m édicos y profesionales de equivalente d e tiem po com pleto.
enferm ería practicantes. » Diplomados universitarios e n enferm ería y profesionales d e enfer­
» D otación de diplom ados universitarios e n enferm ería frente a dota­ m ería practicantes: 16,0 equivalentes d e tiem po com pleto.
ció n d e diplom ados universitarios en enferm ería m ás profesionales » Auxiliares de enferm ería cualificados: 10,0 equivalentes d e tiem po
de enferm ería p racticantes cualificados (¿debe s e r necesaria u na cer­ com pleto.
tificación e n enferm ería d e cuidados term inales y paliativos?). » Director administrativo de enferm ería titulado (limes a viernes): 1,0
» D irector clínico d e la unidad (diplom ado universitario e n enfermería equivalente d e tiem po com pleto.
o m édico). » Administrativos d e la unidad: 2,8 equivalentes d e tiem po com pleto.
» D irector adm inistrativo de la unidad (diplom ado universitario en » Trabajadores sociales: 2,0 equivalentes d e tiem po com pleto.
enferm ería o m édico). » Capellán: 1,0 equivalente d e tiem po com pleto.
• Profesional d e enferm ería responsable.
» Cociente profesional d e enfermería-paciente.
» Cociente auxiliar de enferm ería-paciente.
» Equivalente d e tiem po c om pleto d e adm inistrativos d e la unidad.
» Equivalente d e tiem po c om pleto d e trabajadores sociales.
• Equivalente d e tiem po c om pleto d e capellán. T A B L A 40-2 Pros y contras del acceso e x d u y e n te
» Uso d e voluntarios. e in clu ye n te d e los m é d ico s
» Uso d e estudiantes.
AC C ES O E X C LU Y E N TE AC C ES O T O T A L M E N T E
» Acceso d el m édico a la unidad.
A L C E N TR O DE C U ID A D O S IN C L U Y E N TE
» C obertura a demanda.
TE R M IN A LE S

Puede marginalizar la unidad Crea imagen de apertura


Los médicos del centro de No hay forma de asegurarse de
se deben abordar, incluyendo el uso eficiente del espacio y un cuidados terminales controlan que las pruebas de laboratorio,
presupuesto adecuado para las necesidades de la unidad. El cua­ bien el coste diario medicamentos y estudios
dro 40-2 ofrece una lista de consideraciones antes del inicio de radiográficos pedidos estén en
el plan asistencial del centro de
una unidad intrahospitalaria de cuidados paliativos.
cuidados terminales
Una importante decisión a la que se enfrentan los administra­
Se ejerce y se enseña una Puede enviar mensajes mixtos sobre
dores de la unidad de cuidados paliativos es el número de camas
filosofía homogénea sobre los la filosofía del centro a través de
que debe estar disponible para los cuidados paliativos especiali­
cuidados terminales múltiples médicos no relacionados
zados. Al comienzo sería ideal que una nueva unidad de cuidados con el centro de cuidados
paliativos dispusiera de toda la dotación de camas que satisfaga su terminales que prestan los cuidados
objetivo último. Sin embargo, se puede activar sólo una parte de paliativos del final de la vida
esas camas para la asistencia de los pacientes. Si se prevé que una
unidad finalmente tendrá una capacidad de 12 camas, se puede
permitir el uso inicial de 4 de las 12 hasta que se haya determi­
nado mejor la dotación de personal y el uso. Este abordaje piloto aspectos de la planificación y la ejecución de una unidad específi­
permite que la unidad supere problemas del sistema que segura­ ca. El cuadro 40-3 muestra una aproximación de equivalentes de
mente existan pero que no se pueden conocer antes de la aper­ tiempo completo (ETC) necesarios para una unidad intrahospita­
tura de la unidad a escala completa. La apertura de una unidad sin laria de cuidados paliativos de 20 camas. La gravedad de la carestía
un período piloto puede producir frustración al personal y llevar de profesionales de enfermería en el área y la reserva de profe­
a la prestación de una asistencia subóptima a los pacientes. sionales de enfermería que tienen interés particular en los cuida­
Después de haber determinado el número de camas, se deben dos paliativos afectan a las prácticas de contratación de la unidad,
abordar los equivalentes de dotación de personal y los cocientes. como el contrato de diplomados universitarios en enfermería en
La decisión se basa en gran medida en el personal necesario para lugar de una mezcla de diplomados universitarios en enferme­
prestar una asistencia de calidad a los pacientes a la vez que se está ría y auxiliares de enfermería para la asistencia principal de los
dentro de las directrices presupuestarias, que gobiernan todos los pacientes.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
U nidades intrahospitalarias de cuidados term inales y paliativos I C A P Í T U L O 4 0 215

El acceso de los médicos es fundamental para establecer con Los defensores del acceso libre quieren poder influir en los cri­
éxito una unidad de cuidados terminales. Se asume que cualquier terios de admisión y los planes terapéuticos, y algunos proponen
organización de cuidados paliativos que abra una unidad intrahos­
pitalaria de cuidados terminales tiene un médico con formación
disponible para atender a los pacientes de esa unidad. Sin embargo,
médicos del hospital o de la comunidad que no pertenecen a un
unos servicios diagnósticos, quirúrgicos, farmacéuticos y radioló­
gicos relativamente agresivos. En todas las unidades hospitalarias
se plantea la cuestión de limitar el acceso. Cada vez se solicita más
el acceso a pruebas de laboratorio y servicios diagnósticos y a tra­
I
centro de cuidados terminales pueden solicitar que se siga a sus tamientos como quimioterapia y transfusiones sanguíneas. El nivel
pacientes en la unidad, situación que tiene ventajas y desventajas. de acceso que puede ofrecer un centro de cuidados terminales
Inicialmente, los administradores de la unidad pueden querer limitar depende del número de pacientes al que atiende y del plan asis­
el acceso de médicos externos durante la fase piloto de la unidad tencial específico dentro de la filosofía de ese centro de cuidados
para evitar la confusión del personal, los pacientes y sus familias y terminales. Es muy deseable que el centro de cuidados terminales
para apoyar la resolución de problemas administrativos y clínicos tenga protocolos establecidos que definan los niveles de acceso
en la unidad. Esta fose controlada también da tiempo a que se pro­ clínico que ofrecen a los pacientes antes de establecer una unidad
duzcan cambios culturales en la institución en relación con la edu­ intrahospitalaria de servicios terminales, para reducir la confusión
cación sobre cuidados terminales y cambios de actitud sobre los sobre los problemas asistenciales entre el personal del centro de
cuidados terminales. Cuando haya finalizado la fase piloto de la uni­ cuidados terminales, los médicos que derivan a los pacientes, los
dad se puede garantizar el acceso a todos los médicos, porque des­ pacientes mismos y sus familias.
pués de haber establecido la cultura de la institución, los médicos
que no pertenecen a la unidad de cuidados terminales conocerán
mejor cómo funciona ésta y probablemente se adapten a la unidad, CONSIDERACION ES AMBIENTALES
en lugar de tener que educar la unidad a muchos médicos ajenos a El ambiente de una unidad de cuidados terminales tiene la máxi­
ella. Con el paso del tiempo, la mayoría de los médicos no pertene­ ma importancia. La decoración, el uso creativo del espacio, la ilu­
cientes a la unidad de cuidados terminales piden al médico de cuida­ minación y los muebles son consideraciones significativas que
dos terminales que asuma la asistencia de sus pacientes (tabla 40-2). reflejan inmediatamente el entorno de una unidad intrahospita­
laria de cuidados terminales. La prestación de todos los servicios
CO N SIDERACIO N ES CLÍNICAS y aspectos de seguridad necesarios para atender adecuadamente
al paciente dentro de una atmósfera desinstitucionalizada y hoga­
La primera consideración clínica es determinar los criterios de reña puede mejorar el bienestar del paciente y su familia. La dispo­
ingreso en la unidad de cuidados terminales. Tener establecidos los sición de objetos personales para la habitación, como fotografías,
criterios de ingreso ayuda mucho al personal de enfermería y a los colchas y la música favorita, puede aumentar la comodidad del
médicos que derivan a los pacientes a conocer qué puede ofrecer
la unidad a los pacientes y sus familias. El paciente debe precisar Cuadro 40-4 Creación de un contexto hogareño en una
cuidados terminales. Además de eso, normalmente hay cuatro crite­ unidad intrahospitalaria de cuidados terminales
rios básicos de ingreso en una unidad intrahospitalaria de cuidados
terminales (tabla 40-3). Estos criterios son directrices generales de * Horas d e visita: 24 horas/día, 7 días/semana.
práctica clínica, porque se debe juzgar cada ingreso de forma indivi­ * Perm itir llevar m ascotas a la visita.
dual. Una regla general es ingresar a los pacientes cuyas necesidades » Suministrar acceso a televisión, videocasete (VCR) y disco de vídeo
probablemente se hayan satisfecho en 7 a 14 días. Aunque algunos digital (DVD).
pacientes tienen necesidades que no se pueden satisfacer en este » Suministrar acceso a u n lector d e discos com pactos (CD).
período, la aplicación de esta directriz permite dar tiempo sufi­ » D isponer de c ocina para los visitantes.
ciente para atender por completo al paciente y a su familia a la vez * Ofrecer una habitación p ara los visitantes.
que se crea un entorno en el que la duración media de la estancia * O frecer d ucha y servicio p ara los visitantes.
maximice el acceso a todos los pacientes en cualquier momento. * Silla plegable o sofá en las h abitaciones d e los pacientes para q ue u n
familiar duerm a p o r la noche.
* Color, iluminación, am ueblam iento y decoración de la pared para
T A B L A 40-3 Criterios de ingreso en una unidad crear una atmósfera hogareña.
intrahospitalaria de cuidados paliativos * Habitaciones privadas grandes.
* Sala d e conferencias p ara reuniones familiares.
M O T IV O DEL * Acceso a u n jardín o u n p atio tranquilo.
IN GRESO * Acceso a un área de fum adores autorizada para los pacientes que
Cuidados Cuidados del paciente moribundo que no puede ser sigan fumando.
terminales atendido en casa y de su familia
Tratamiento Tratamiento de síntomas que no se pueden tratar
sintomático en el contexto en el que reside el paciente (p. ej.,
domicilio, hospital, residencia de ancianos); se Cuadro 40-5 Ejercicios en grupo para fomentar
espera que el paciente vaya a su domicilio, aunque el autocuidado y la colegialidad de los profesionales
el ingreso puede ser para los cuidados terminales
* Leer u n pasaje alentador q u e se relacione c o n e ste tip o d e trabajo o
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

Transición desde Asistencia del paciente hospitalizado que nunca co n los autocuidados.
el hospital había recibido cuidados terminales y que se * Abrir la discusión a problem as o preguntas qu e hayan tenido los
hasta el espera que vaya a su domicilio; da tiempo para m iem bros del personal individuales e n relación con la asistencia de
domicilio tratar de forma óptima los síntomas (el paciente
los pacientes, dilemas éticos u otros tem as. La discusión e n u n foro
debe tener necesidades sintomáticas) y evaluar
las necesidades psicosociales y espirituales del es c o n frecuencia terapéutica.
paciente y realizar la planificación necesaria * H acer q ue cada p ersona diga q u e va a «recargarse», lo q ue da ideas a
los demás.
Ingreso para dar a los cuidadores del paciente
tiempo para descansar de sus deberes de cuidador; * H acer ejercicios d e visualización positiva.
asume que no hay ningún problema sintomático * H acer q u e las personas desvelen datos interesantes sobre sí m ismos
activo; se reembolsa a un coste diario de asistencia que de otro m odo n o serían motivo d e conversación. Esto c o n fre­
domiciliaria; habitualmente se limita a 5 días cuencia g enera risa y u n a mayor sensación d e camaradería.

ERRNVPHGLFRVRUJ
216 S E C C IÓ N F | Adm inistración

Cuadro 40-6 Retos y oportunidades de investigación


Las unidades intrahospitalarias d e cuidados term inales son u n re­
CAPÍTULO 41
cu rso significativo p ara realizar investigación clínica.
Una encuesta señala q u e los p acientes con enferm edades term ina­
les y sus familias quisieran p articipar e n investigaciones clínicas para Medicina paliativa en instituciones
m an ten er la autonom ía, p ara te n e r la sensación de ser útiles y p o r
m otivos altruistas. Stephen R. Connor
Poblaciones d e pacientes com binadas e n estudios m ulticéntricos
pu e d e n añadir potencia a los datos q ue m uestran esos estudios.
Es necesaria una base d e d atos nacional d e las poblaciones de © 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
pacientes disponibles, los estudios d e investigación actuales y futu­
ros y los investigadores activos y sus intereses particulares. Podría
establecer vínculos e n tre investigadores, p royectos de investigación
y pacientes, dando lugar a resultados de mayor solidez científica y
• Los cuidados paliativos tienen una disponibilidad limitada fuera de los con­
a u n rápido crecim iento de la literatura en medicina paliativa y una textos de cuidados agudos.
m ejora d e la asistencia de los pacientes.
• Los cuidados terminales se prestan con más frecuencia en residencias de
ancianos y otros centros residenciales.
• La ausencia de reembolso especializado para los cuidados paliativos inter-
disciplinares antes de los centros de cuidados terminales ha limitado su dis­
ponibilidad en otras instituciones.
entorno y animar al personal de cuidados terminales a que reco­ • Es necesario que haya una formación y una educación continuas y crecien­
nozca y celebre la vida única que vive la persona a la que atiende tes en cuidados paliativos para facilitar la prestación de cuidados paliativos
al final de sus días. Las restricciones mínimas sobre el paciente y en todos los contextos institucionales en los que sean necesarios dichos
su familia durante la estancia humanizan y suavizan la experien­ cuidados.
cia de estar en una unidad de cuidados terminales. El cuadro 40-4 • Aunque algunas instituciones han adoptado los cuidados paliativos, la resis­
enumera ideas y servicios que hacen que la unidad de cuidados tencia a los cuidados paliativos y terminales sigue siendo una barrera para
terminales sea más atractiva. que los pacientes y sus familias reciban unos cuidados paliativos competen­
La unidad intrahospitalaria de cuidados terminales ideal prestaría tes en instituciones.
una asistencia excepcional a sus pacientes y ofrecería asistencia pro­ • El campo de la medicina paliativa sigue desarrollándose y ha tenido poco
fesional al personal. La prestación de asistencia a pacientes con enfer­ efecto en instituciones sanitarias fuera del contexto de cuidados agudos.
medades terminales y moribundos es una tarea muy reconfortante.
Sin embargo, el personal se puede agotar emocional y físicamente
por el propio acto de la asistencia. Si no se repone esta pérdida psí­
quica y física, se producirá síndrome de desgaste profesional del per­ C U ID A D O S PALIATIVOS EN RESIDENCIAS
sonal. El personal debe tener una zona de descanso, una zona que
vaya más allá de una zona de descanso normal y que ofrezca una DE AN C IAN O S
atmósfera serena. Este espacio debería ofrecer música con auricula­ Las residencias de ancianos se han convertido en una parte impor­
res, muebles cómodos, una vista agradable o una cinta sin fin para tante del sistema sanitario de Estados Unidos. Aproximadamente el
hacer ejercicio. Los ejercicios del grupo creativo durante las reunio­ 25% de todas las muertes en Estados Unidos se produce en estos
nes del equipo interdisciplinar deben fomentar la colegialidad y ali­ centros, y el número está creciendo1. Se estima que la mediana de
viar el estrés. El cuadro 40-5 ofrece ideas para el ejercicio en grupo. la supervivencia de quienes ingresan en residencias de ancianos
Las unidades intrahospitalarias de cuidados terminales son con­ es de 18 meses2. Se puede afirmar que prácticamente todos los
textos ideales para investigar los aspectos relacionados con el final pacientes que ingresan para cuidados crónicos en residencias de
de la vida. No obstante, la realización de investigaciones en pacien­ ancianos se podrían beneficiar de los cuidados paliativos.
tes con enfermedades terminales y en familias en proceso de duelo En Estados Unidos los cuidados terminales son la forma más
es compleja y plantea problemas logísticos y éticos. Sin embargo, viable de prestar cuidados paliativos a residentes en residencias
con el rápidamente creciente movimiento de cuidados terminales de ancianos; sin embargo, deben cumplir los criterios de cuida­
y paliativos y el desarrollo de unidades intrahospitalarias específicas dos terminales de Medicare para recibir esos servicios. Los crite­
de cuidados terminales y paliativos hay oportunidades para realizar rios incluyen un pronóstico estimado por el médico de 6 meses o
estudios innovadores. El cuadro 40-6 enumera brevemente los retos menos (si la enfermedad sigue su evolución normal) y el consen­
y las oportunidades. timiento del paciente a recibir cuidados paliativos en lugar de una
asistencia curativa. Los representantes legales del paciente pueden
dar el consentimiento a que éste reciba los cuidados terminales.
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S Las estimaciones del uso de cuidados terminales realizadas por
la National Hospice and Palliative Care Organization señalaron
Carey DA. Prerequisites for planning the inpatient hospice unit. que hasta 185.000 residentes de residencias de ancianos murieron
J Palliat Care 1989;5:47-49- mientras recibían cuidados terminales en 2005. Esto representa
Fischberg D, Meier D. Palliative care in hospitals. Clin Geriatr Med aproximadamente el 30% de todas las muertes en residencias de
2004;20:735-751. ancianos. Varios estudios de cuidados paliativos en residencias
Herbst L. Hospice care at the end of life. Clin Geriatr Med de ancianos han encontrado resultados positivos para los residentes
2004;20:753-765. en dichas residencias3:
Kilburn L. Hospice for the next century. In Hospice Operations
Manual. National Hospice and Palliative Care Organization. • En los pacientes que recibieron cuidados terminales se realizan
Dubuque, Iowa: Kendall/Hunt Publishing, 1997. mejores evaluaciones del dolor, y los pacientes que recibieron
Medland J, Howard-Ruben J, Whitaker E. Fostering psychosocial cuidados terminales con dolor diario tienen el doble de proba­
wellness in oncology nurses: Addressing burnout and social bilidad de recibir analgésicos potentes que los residentes que
support in the workplace. Oncol Nurs Forum 2004;31:47-54. no reciben cuidados paliativos y que tienen dolor a diario.
Terry W, Olsen LG, Ravenscroft P, et al. Hospice patients’ view on • Hay un aumento de la probabilidad del 93% de que se realice
research in palliative care. Intern MedJ 2006;36:406-413. algún intento de tratar el dolor de los pacientes con dolor diario.

PARTE I PRINCIPIOS
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M edicina paliativa en instituciones I C A P Í T U L O 41 217

• Se realizaron técnicas invasivas, como sujeciones físicas, nutri­ Las consultas ambulatorias de cuidados paliativos son esca­
ción intravenosa o sondas de alimentación, a menores propor­ sas. El Hospice and Palliative Care of the Bluegrass (HPCB) de
ciones de pacientes que recibieron cuidados terminales que de Lexington, Kentucky, puso en marcha una. El HPCB Center se abrió
pacientes no tratados con cuidados terminales. en 1999. Es una consulta con muchos médicos, con un equipo
• Hay menor probabilidad de que vuelvan a centros de cuidados interdisciplinar. Tiene vínculos estrechos con los equipos de con­
agudos para los pacientes que recibieron cuidados terminales. sulta que ven a los pacientes en los contextos de cuidados agudos
y con el programa comunitario de cuidados terminales y paliati­
Cuanto más uso de cuidados terminales tuviera una residencia vos. Es el centro del programa de cuidados paliativos. Los hospita­
de ancianos, más probables eran estos resultados, especialmente les de esta comunidad tienen equipos de cuidados paliativos con
la muerte en la residencia de ancianos en lugar de en el hospital dos tipos de dotación. El centro del HPCB suministra el médico
de agudos4. Estudios posteriores demostraron una mejor evolu­ y el profesional de enfermería practicante y el hospital suminis­
ción para la colaboración entre cuidados terminales y las residen­ tra el resto del personal, incluyendo diplomados universitarios en
cias de ancianos, incluyendo mejor tratamiento del dolor5,6, mayor enfermería, trabajadores sociales y capellanes. Todos estos hos­
probabilidad de tener voluntades anticipadas7 y m enor coste para pitales derivan a sus pacientes a la consulta para el seguimiento
Medicare8. después del ingreso hospitalario. Se ve a los pacientes de lunes
Aunque la colaboración entre residencias de ancianos y hos­
a viernes en la consulta. Cada uno de los miembros del personal
pitales de cuidados terminales parece ser buena para ambos, mu­ pasa consulta un día. El HPCB Center recibe aproximadamente un
chos pacientes que se podrían beneficiar de la misma siguen sin tercio de las derivaciones de los médicos de área para pacientes
recibir cuidados paliativos. Es deseable un uso creciente de cui­
que no han sido vistos en el hospital. La consulta también atiende
dados terminales en pacientes de residencias de ancianos; sin a un pequeño número de pacientes de cuidados terminales habi­
embargo, también es necesario un aumento general de la capaci­ tualmente ambulatorios a los que se evalúa para determinar si se
dad del personal de las residencias de ancianos de prestar cuida­
mantiene la adecuación del control del dolor, y en la consulta
dos paliativos generales, especialmente para los pacientes que no se ve a pacientes de centros de cuidados terminales próximos.
cumplen los criterios de ingreso en un hospital de cuidados termi­
La consulta actúa como centro base de los cuidados paliativos.
nales. Es difícil mejorar la competencia de las residencias de ancia­ En esta consulta está el director de la oficina del programa de cui­
nos para la prestación de cuidados paliativos. La American Health dados paliativos del HPCB. Los gestores de casos de enfermería de
Care Association (AHCA) refiere tasas de recambio anual del 50%
cuidados paliativos tienen su base en la consulta, al igual que el
para todos los profesionales de enfermería y del 71% para los auxi­ trabajador social a tiempo parcial. La consulta todavía no cubre
liares de enfermería9. Se espera que la proporción de muertes en sus costes. Cada día se ven de 5 a 12 pacientes, y las visitas son
residencias de ancianos estadounidenses aumente significativa­
complejas y largas. El pago de los servicios de médicos, profesio­
mente en los próximos 30 años. nales de enfermería practicantes y trabajadores sociales clínicos
Es necesario instilar los principios y las prácticas de cuidados titulados no cubre los costes operativos, administrativos y genera­
paliativos en todas las residencias de ancianos y realizar forma­
les de la consulta.
ción continua del personal del centro10. Un abordaje es ampliar La consulta ha sido muy útil para dar al HPCB una identidad
las relaciones entre los centros de cuidados terminales y las resi­ en la comunidad médica y para darle una identidad separada del
dencias de ancianos para añadir formación continua y servicios de centro de cuidados paliativos. Se ve a muchos pacientes para ayu­
consulta. En este modelo los centros de cuidados terminales ofre­ darles a identificar los objetivos de su asistencia, y muchos sim­
cerían los servicios tradicionales de cuidados terminales y serían plemente han aprendido que probablemente no se curarán. Se les
los suministradores que realizarían formación continua y consul­ sigue de forma continua, y finalmente se deriva a muchos al cen­
tas clínicas para ayudar al personal de la residencia de ancianos a tro de cuidados terminales.
desarrollar cuidados paliativos previos al ingreso en el centro de El HPCB Center es uno de los seis centros principales de cui­
cuidados terminales. La capacidad y la competencia en cuidados dados paliativos de la iniciativa Center to Advance Palliative Care.
paliativos varían mucho en los distintos centros de cuidados ter­ Profesionales de todo Estados Unidos van allí a recibir formación y
minales y residencias de ancianos de Estados Unidos; muchas resi­ ayuda técnica para el desarrollo de servicios de cuidados paliativos.
dencias de ancianos ya prestan a sus residentes unos excelentes Los participantes que son aceptados pagan una cuota para recibir
servicios de cuidados paliativos generales. una formación integral de un año de duración que se centra en los
En el futuro sería deseable ver un sistema sanitario que faci­ aspectos operativos para poner en marcha y elaborar los progra­
litase que los pacientes vivieran en el contexto que eligieran a mas de servicios paliativos. El programa de formación incluye eva­
medida que se acerca la muerte. No todas las personas tienen re­ luación de las necesidades, financiación, modelos de dotación de
cursos familiares ni económicos para vivir independientemente personal, colaboración con instituciones de la comunidad, forma­
hasta su muerte. Seguirán siendo necesarios centros que presten ción en cuidados paliativos, marketing y estrategias de aplicación.
cuidados crónicos para enfermedades y trastornos crónicos y
potencialmente mortales. El entorno actual de cuidados crónicos
no se asocia a una asistencia centrada en la persona.
ASISTENCIA RESIDENCIAL
CONSULTA EN M E D IC IN A PALIATIVA Los centros asistenciales residenciales incluyen viviendas asisti­
Y SERVICIOS DE CONSULTA AMBULATORIA das, residencias de grupo, instituciones que proveen alimentos y
asistencia, centros sanitarios de vida en comunidad y comunida­
La expansión de la medicina paliativa y de los cuidados paliativos des de apoyo. Un número creciente de centros residenciales ges­
habitualmente comienza con un servicio de consulta. Un médico tionados por hospitales de cuidados paliativos atiende a pacientes
o un profesional de enfermería con formación y experiencia en que precisan cuidados terminales y que no pueden vivir indepen­
medicina paliativa con frecuencia inician un servicio, habitual­ dientemente. Aparte de los centros gestionados por hospitales de
mente en el contexto de los cuidados agudos. El capítulo 40 cuidados terminales y de los cuidados terminales que se prestan a
muestra más detalles sobre los servicios hospitalarios de cuidados los pacientes que viven en centros residenciales, no hay servicios
paliativos. Estos servicios pueden ampliarse hasta incluir cuida­ organizados de cuidados paliativos prestados por centros asisten­
dos paliativos domiciliarios (v. cap. 42) y, en servicios más desarro­ ciales residenciales.
llados, incluir un servicio móvil de consulta en cuidados paliati­ En las décadas de 1980 y 1990 un número significativo de
vos que se pueda prestar en otros contextos, como residencias de centros asistenciales residenciales se especializó en pacientes
ancianos, viviendas asistidas, residencias personales y, cuando los que viven con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
pacientes tengan movilidad suficiente, consultas ambulatorias. Estos hospitales de cuidados terminales para pacientes con SIDA

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218 S E C C IÓ N F | Adm inistración

prestaban diversos grados de cuidados paliativos a los residen­ solicitantes deben satisfacer grandes requisitos de capital. Algunos
tes que morían con SIDA. Esta necesidad ha disminuido signi­ centros de cuidados terminales tienen servicios añadidos de PACE.
ficativamente, y actualmente quedan pocos en Estados Unidos En algunos aspectos, un programa PACE es una extensión natu­
(p. ej., Maitri y Zen Hospice en San Francisco y Broadway House ral del centro de cuidados terminales para ofrecer una asistencia
en Nueva Jersey). integral exhaustiva y continua (http://www.cms.hhs.gov/PACE/
Es probable que siga habiendo un crecimiento significativo de Downloads/PACEFactSheet.pdf).
la industria de la asistencia residencial, en parte como alternativa
a la asistencia en residencias de ancianos. El modelo original de la
asistencia residencial no permitía que los pacientes permanecie­ OTROS CONTEXTOS PARA LOS CU ID A D O S
ran allí cuando dejaban de ser ambulatorios. El modelo de centro PALIATIVOS
sanitario de vida en comunidad, que se desarrolló principalmente
para pacientes con SIDA, permite que los pacientes moribundos La medicina paliativa y los cuidados paliativos son necesarios en
permanezcan en el centro hasta su muerte. otros contextos especializados, como prisiones y centros que
Más de 200 centros de cuidados paliativos independientes ofre­ atienden a personas con retraso madurativo. Se han desarrollado
cen camas asistenciales residenciales. Muchos son centros mix­ varios modelos para prestar cuidados terminales y paliativos
tos que ofrecen cuidados terminales generales intrahospitalarios en un contexto correccional11. Unas leyes penales más estrictas
y asistencia residencial. Hay una creciente necesidad de este tipo han aumentado la población reclusa. A mediados de la década de
de asistencia, aunque la disponibilidad es desigual y habitual­ 2000 había en centros correccionales estatales, federales y priva­
mente precisa la financiación con subsidios. Los primeros centros dos 1.305.253 reclusos, un aumento del 28% respecto al número
se desarrollaron en zonas más ricas, en las que se podrían reco­ que había en 199512. Entre el 1 de julio de 1999 y el 30 de junio
ger con facilidad fondos para los costes capitales. Muchos de los de 2000 murieron en prisión 3.175 reclusos, y las enfermedades
pacientes que llegan al punto de necesitar asistencia supervisada o causas naturales fueron responsables del 85% de las muertes en
tienen ingresos escasos y no pueden pagar el coste completo. las prisiones federales, el 75% en las prisiones estatales y el 66%
Como en las residencias de ancianos, hay una creciente nece­ en centros privados. El SIDA fue la segunda causa más frecuente
sidad de una mayor competencia en cuidados paliativos en la de muerte, siendo responsable del 7% en los centros federales, el
asistencia residencial. El personal de los centros asistenciales resi­ 10% en los estatales y el 13% en los privados.
denciales debe tener un conocimiento básico de los principios y Aunque los presos tienen derecho a una asistencia sanitaria
las prácticas de los cuidados paliativos. Uno de los pocos recur­ equivalente a la que se presta en la comunidad, la mayoría de los
sos para el desarrollo de cuidados paliativos en la asistencia resi­ reclusos que viven en la prisión no tiene acceso a unos cuida­
dencial es el libro Developing Hospice Residences (Desarrollo dos paliativos que satisfagan ese nivel. Se han hecho intentos por
de residencias de cuidados terminales; http://iweb.nhpco.org/ mejorar los cuidados terminales y paliativos de los reclusos13,14.
iweb/Purchase/ProductDetail.aspx?Product_code=820284). Sin embargo, sigue habiendo varios retos, como reconciliar las
prácticas de encarcelamiento con las prácticas de cuidados termi­
nales, suministrar unos cuidados terminales compatibles con los
PR O G RA M A S PARA LA ASISTENCIA INTEGRAL objetivos correctivos, administrar un tratamiento adecuado del
DE LOS AN C IA N O S dolor en un entorno en el que no hay confianza entre los reclusos
y el personal y la implicación de la familia dentro de los límites de
Los programas para la asistencia integral de los ancianos (Programs las restricciones de las visitas.
for All-inclusive Care of the Elderly, PACE) están actualmente cubier­ En otro tiempo, la mayoría de la población con retraso madu­
tos por Medicare. Los PACE son una prestación mediante capita­ rativo vivía en centros hospitalarios especializados y moría a
ción que ofrece un sistema de prestación de servicios integral con edades relativamente tempranas. Actualmente, sólo están institu­
financiación integrada por Medicare y Medicaid. El programa se cionalizados los pacientes que tienen las discapacidades más pro­
basa en el sistema de servicios de cuidados agudos y crónicos desa­ fundas, y muchos viven hasta una edad avanzada y mueren de las
rrollado por los On Lok Senior Health Services en San Francisco, enfermedades crónicas habituales. El 1% de la población general
California. Su viabilidad se comprobó en los proyectos de demos­ tiene retraso madurativo, y la mayoría vive actualmente de forma
tración de los Centers for Medicare and Medicaid Services (CMS) independiente o en hogares del grupo. Los profesionales que
(entonces llamados Health Care Financing Administration [HCFA]) trabajan con personas con retraso madurativo tienen un conoci­
a mediados de la década de 1980. El paquete integral de servicios miento escaso de los principios de los cuidados paliativos, y los
permite que la mayoría de los participantes continúe viviendo profesionales de cuidados paliativos tienen pocos conocimientos
en su domicilio mientras recibe los servicios, en lugar de ingre­ sobre los retos especiales que plantea la asistencia de las personas
sar en instituciones. La financiación mediante capitación permite con retraso madurativo (http://www.nhpco.org/i4a/pages/index.
que los prestadores suministren todos los servicios que necesitan cfm?pageid=4733).
los participantes, en lugar de limitarse a los que se pueden reem­
bolsar mediante los sistemas de pago por servicio de Medicare y
Medicaid. SITUACIÓN DE LOS CU ID A D O S PALIATIVOS
Un equipo interdisciplinar de personal profesional y paraprofe- Y FUTURAS INVESTIGACIONES
sional evalúa las necesidades de los participantes en los programas
PACE, desarrolla planes asistenciales y presta servicios integrados El 30% de los pacientes que murieron en residencias de ancianos
para la prestación continua de una asistencia total. Los programas en Estados Unidos fue atendido por la prestación de cuidados
PACE ofrecen servicios sociales y médicos principalmente en un terminales de Medicare en 2005. En 2006, 1.240 hospitales esta­
centro sanitario de día de adultos, complementado por asistencia dounidenses ofrecían programas de cuidados paliativos, en com­
domiciliaria y servicios de derivación, de acuerdo con las nece­ paración con 632 programas en 2000, lo que es un aumento del
sidades de los participantes. El paquete del servicio PACE debe 96% en 5 años.
incluir todos los servicios que cubran Medicare y Medicaid y otros El Center to Advance Palliative Care coordina los programas de
servicios que considere necesarios el equipo interdisciplinar para formación en sus seis centros principales de cuidados paliativos,
el participante del programa PACE. en los que los participantes aprenden todos los aspectos del desa­
Se considera que los cuidados paliativos son una parte del pro­ rrollo de los cuidados paliativos en sus comunidades. El reconoci­
grama PACE, aunque el modelo ha tenido dificultades para su propa­ miento de la medicina terminal y paliativa como subespecialidad
gación. Para convertirse en un prestador autorizado de un programa en 2006 debería llevar a una mayor implicación de los médicos en
PACE se debe cumplir un conjunto complejo de requisitos, y los los cuidados paliativos en Estados Unidos. El conflicto inicial entre

PARTE I PRINCIPIOS
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Asistencia dom iciliaria y cuidados term inales d om iciliarios I C A P Í T U L O 4 2 219

los profesionales de cuidados terminales y de cuidados paliativos


en Estados Unidos se ha transformado en una mayor colaboración,
porque la medicina paliativa aumenta las derivaciones a la asisten­
CAPÍTULO 42
cia en centros de cuidados terminales.
Sigue habiendo problemas importantes, especialmente la au­
sencia de base científica de los cuidados paliativos. Hay escasez Asistencia domiciliaria y cuidados
de financiación para la investigación en medicina paliativa, y las
principales fundaciones privadas están retirando su apoyo a los terminales domiciliarios
cuidados paliativos y terminales. La financiación de los cuidados
paliativos interdisciplinares en las instituciones se limita a los Keri Thomas
mecanismos de financiación existentes, que se utilizan princi­
palmente para la evaluación y el tratamiento por los médicos y,
cuando proceda, por profesionales de enfermería practicantes. 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
Los psicólogos clínicos y trabajadores sociales clínicos autori­
zados también pueden cobrar por algunos servicios de forma in­
dependiente.
• El domicilio es el lugar en el que los pacientes pasan la mayor parte del
tiempo y en el que la mayoría preferiría morir. Sin embargo, la asistencia
B I B L I O G R A F Í A comunitaria actual puede ser inadecuada, lo que produce sufrimiento a los
1. Brown University. Facts on dying. Available at http://www.chcr.brown.edu/ pacientes y sus familias, crisis, ingresos indeseados y costes excesivos.
dying/2001DATA.htm (accessed January 6,2007). • Una asistencia domiciliaria de excelente calidad tiene una importancia
2. Rothera IC, Jones R, Harwood R, et al. Survival in a cohort of social services fundamental si queremos cumplir los deseos de los pacientes de seguir
placements in nursing and residential homes: factors associated with life viviendo en su domicilio y de morir también allí, si ésta es su preferencia.
expectancy and mortality Public Health 2002;116:160-165.
3. Miller SC, Gozalo P, Mor Y et al. Outcomes and utilization for hospice and non­ • Una asistencia domiciliaria fiable puede reducir los ingresos hospitalarios
hospice nursing facility decedents: U.S. Department of Health and Human innecesarios y sus costes asociados. Esto precisa un abordaje previo a la pla­
Services, March 2000. Available at http://aspe.hhs.gov/daltcp/reports/oututil. nificación, una prestación flexible de la asistencia y una colaboración inter-
htm (accessed January 18,2007). disciplinar, poniendo énfasis en la coordinación de una asistencia fiable y de
4. Miller SC, Gozalo P, Mor V. Hospice enrollment and hospitalization of dying calidad en la comunidad.
nursing home patients. Am J Med 2001;111:38-44.
• Los factores fundamentales para mejorar la asistencia domiciliaria incluyen
5. Miller SC, Gozalo p Wu N, et al. Does receipt of hospice care in nursing
homes improve the management of pain at the end of life? J Am Geriatr Soc la identificación temprana de los pacientes que se acercan a la fase final
2002;50:507-515. de la vida, anticipación de las probables necesidades, coordinación de una
6. Miller SC, MorV,Teno J. Hospice enrollment and pain assessment and manage­ asistencia personalizada, prescripción anticipatoria y disponibilidad de per­
ment in nursing homes. J Pain Symptom Manage 2003;26:791-799- sonal y recursos especializados y comunitarios a tiempo completo para el
7. Parker-Oliver D, Porock D, Zweig S, et al. Hospice and nonhospice nursing paciente, su familia y otros cuidadores.
home residents.J Palliat Med 2003;6:69-75.
• La prestación de asistencia práctica en el domicilio es un apoyo fundamen­
8. Miller SC, Intrator O, Gozalo P, et al. Government expenditures at the end of
life for short- and long-stay nursing home residents: Differences by hospice tal para los pacientes y sus familias, y en diferentes países y situaciones se
enrollment status. J Am Geriatr Soc 2004;52:1284-1292. utilizan numerosos modelos de buena práctica, aunque habitualmente están
9. American Health Care Association. Results of the 2002 AHCA Survey of menos disponibles para pacientes con enfermedades no cancerosas.
Nursing Staff Vacancy and Turnover in Nursing Homes. February 12, 2003- • Se ha demostrado que el uso de modelos de buena practica para optimizar
Available at http://www.ahca.org/research/rpt_vts2002_final.pdf (accessed la asistencia que prestan los profesionales sanitarios generalistas mejora la
January 18,2007).
calidad de la asistencia domiciliaria, con mejor planificación y coordinación,
10. National Hospice and Palliative Care Organization. Hospice care in nursing
facilities (2 CD set). reduciendo los ingresos hospitalarios y aumentando el número de personas
11. Maull FW. Issues in prison hospice: Toward a model for the delivery of hospice que mueren donde eligen.
care in a correctional setting. Hosp J 1998;13:57-82.
12. U.S. Department of Justice, Bureau of Justice Statistics. Census of State and
Federal Correctional Facilities, 2000.Washington, DC: Bulletin NCJ 198272,2003.
13- Craig EL, Craig RE. Prison hospice: An unlikely success. Am J Hosp Palliat Care
1999;16:725-729.
IM PORTANCIA DE U NA BUENA ASISTENCIA
14. Yampolskaya S,Winston N. Hospice care in prison: General principles and out­ DO M ICILIARIA
comes. Am J Hospice Palliat Care 2003;20:290-296.
Pocas cosas en la asistencia sanitaria son más importantes y más
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S reconfortantes que permitir que un paciente muera en paz en el
lugar que elija, habitualmente su domicilio. La asistencia de los
Assistant Secretary for Planning and Evaluation, U.S. Department moribundos es una parte importante e intrínseca del trabajo en
of Health and Human Services. Reports on hospice care in nur­ medicina familiar. Se plantean retos en el caso de los ancianos, que
sing facilities. Available at http://aspe.hhs.gov/daltcp/reports/ tienen muchas enfermedades asociadas, necesidades complejas y
oututil.htm (accessed September 16,2007). problemas sociales diferenciados1. Un gran número de ancianos
Center to Advance Palliative Care. Available at http://www.capc. vive y muere en centros asistenciales o residencias de ancianos, en
org (accessed September 16,2007). los que los cuidados terminales y el apoyo pueden ser inadecua­
Liebhaber R.W. Developing Hospice Residences. Available at http:// dos. A medida que ampliamos los servicios de cuidados paliativos
iweb.nhpco. org/iweb/Purchase/ProductDetail. aspx?Product_ para que incluyan los cuidados terminales de una población que
code=820284 (accessed February 1,2007). está envejeciendo, se plantea el reto de utilizar modelos de buena
National Hospice and Palliative Care Organization. Available at práctica en servicios oncológicos y de cuidados paliativos y de
http://www.nhpco.org (September 16,2007). desarrollar nuevos modelos adecuados para las necesidades de los
National Quality Forum. A National Framework and Preferred pacientes que mueren por todas las enfermedades, especialmen­
Practices for Palliative and Hospice Care Quality. Available at te pacientes con insuficiencia orgánica y ancianos debilitados con
http://www.qualityforum.org/pdf/reports/palliative/txPHre- enfermedades asociadas. Prestar unos buenos cuidados terminales,
portPUBLIC01-29-07.pdf (accessed September 16,2007). particularmente en el domicilio, es uno de los principales retos a
Programs for All-inclusive Care of the Elderly (PACE). Available at los que se enfrenta la industria de la asistencia sanitaria a medida
http://www.npaonlme.org (accessed September 16,2007). que la generación del baby boom se acerca a la ancianidad.
Sampson-Katz J, Peace S (eds). End of Life in Care Homes:A Palliative Los equipos de asistencia primaria aportan el conocimiento del
Care Approach. New York: Oxford University Press, 2003. contexto y la comunidad y de las relaciones continuas, de apoyo y a

ERRNVPHGLFRVRUJ
220 S E C C IÓ N F | Adm inistración

largo plazo con los pacientes y sus familias, que se prolongan hasta
el duelo. En muchos países los profesionales de atención primaria 100-1
prestan la mayor parte de los cuidados paliativos a los pacientes, y □ Otro
90- ■ Residencia de
lo hacen de una forma sólida y eficaz, especialmente cuando tienen
80- ancianos
el apoyo adecuado de los especialistas2. Otros utilizan la asistencia ■ Hospital
primaria menos como primer recurso, aunque sigue siendo impor­ 70- ■ Centro de
tante, y en algunas áreas los profesionales especializados en cuidados cuidados
paliativos asumen la asistencia de pacientes determinados. En el si­ , 60- terminales
■ Domicilio
glo xxi las personas viven más tiempo con enfermedades avanzadas e | 50-
irreversibles. Como el 90% del último año de vida se pasa en el domi­
cilio, es fundamental la prestación de una buena asistencia comunita­ ! 40-
ria, independientemente de dónde muera finalmente un paciente.
30-
El afrontamiento con sensibilidad de la realidad del morir y
el establecimiento de un plan para la fase final de la vida es tan
importante en los cuidados «ante mórtem» o terminales como la
planificación de la gestación y el parto en los cuidados prenatales
y de las primeras fases de la vida. Sin embargo, con frecuencia se
pasa por alto la planificación preventiva, lo que genera una ten­ Preferencia Lugar en el Lugar en el que
dencia hacia una asistencia reactiva y dirigida por las crisis, que no del lugar de que mueren los mueren personas
siempre satisface las necesidades de los pacientes moribundos. Las muerte pacientes con por cualquier causa
paradojas de Thorpe3 resumen la urgente necesidad de abordar cáncer
adecuadamente este tema: «la mayor parte de los moribundos pre­
feriría permanecer en su domicilio, pero la mayoría de ellos muere F IG U R A 4 2 -1 Lugares prefe rid os y reales d e m u e rte . (De Higginson I.
en instituciones, y la mayor parte del último año de la vida se pasa Priorities for End of Life Care in England, Wales, and Scotland. London: Cicely
en el domicilio, pero la mayoría ingresa en el hospital para morir». Saunders Foundation, Scottish Partnership for Palliative Care, and the National
El hogar es un lugar especial para la mayoría de las personas. Council forHospice and Specialist Palliative Care Sen/ices, 2003.)
Estar en su domicilio es un estado de ánimo. Es el lugar en el que
podemos ser más nosotros mismos y estar en contacto con nues­
tro más profundo sentimiento del ser. Representa vida, continui­
dad, actividad, autodeterminación y mantenimiento del control, ausencia de profesionales de enfermería o de cuidadores noc­
en lugar de enfermedad, pasividad y el «modo de paciente» de la turnos, ausencia de apoyo de los cuidadores y dificultades en la
asistencia intrahospitalaria. El fuerte instinto de volver a casa para comunicación o la coordinación10. En una revisión sistemática
morir, el denominado instinto del salmón, se demuestra en nues­ se ha determinado que los principales factores que permiten
tra sociedad por una anciana que vuelve a Pakistán o por el largo que los pacientes con cáncer permanezcan en su domicilio son
deseo de muchos pacientes ingresados en el hospital o en un cen­ prestación intensa, mantenida y fiable de asistencia domiciliaria;
tro de cuidados terminales de volver a ver de nuevo su domicilio. autocuidados y educación del público; apoyo a las familias y los
Es una cruel consecuencia de nuestros avances médicos que los cuidadores; planificación de la asistencia y valoración de los ries­
pacientes moribundos se pueden sentir agradecidos por la asisten­ gos, y formación de los profesionales7.
cia, pero se pueden sentir aprisionados en un entorno artificial y Muchos más pacientes prefieren morir en su domicilio de los
ansian volver a conectarse con todo lo que les hace más humanos. que lo pueden hacer, y la muerte en el hospital es más probable en
El mantenimiento de la sensación de control es incluso más algunos grupos de pacientes, particularmente pobres, ancianos, muje­
importante en una época de crisis. Como afirmó Neuberger4: res solitarias y pacientes con enfermedades prolongadas11. Muchos
«cuando el centro de la asistencia está en el domicilio, se permitirá deciden morir en unidades intrahospitalarias, como centros de cuida­
que más personas conserven el control». Spilling5 añadió: «el hogar dos terminales (sólo aproximadamente el 17% de los pacientes con
es donde hemos elegido vivir, y el entorno de nuestro hogar nos cáncer y el 4% de todos los pacientes de Inglaterra mueren en hos­
animará a vivir mientras estamos muriendo. La decisión de trasla­ pitales de cuidados terminales), aunque el problema llamativo es el
dar a un enfermo terminal desde su domicilio se debe tomar con exceso de muertes hospitalarias prevenibles que se producen cuando
el conocimiento de que además de la pérdida de la familiaridad y no es posible la asistencia domiciliaria (fig. 42-1). En Gran Bretaña
la libertad, se perderá un elemento de esperanza». esto está generando un aumento de la actividad para evitar los ser­
Las experiencias del vivir y el morir en el domicilio son varia­ vicios y está favoreciendo la mejoría de los servicios comunitarios. El
bles, y algunos pacientes y sus familias prefieren otros contextos coste-eficacia es una realidad, y hay algunos datos de que una mejor
como entornos más saludables, o encuentran que la muerte en el asistencia domiciliaria es más coste-eficaz a largo plazo que un uso
domicilio es sumamente difícil. Un hallazgo de investigación cons­ excesivo de los hospitales12,y que el mejor uso de los recursos hospi­
tante es la preferencia por la muerte en el domicilio como primera talarios adecuados para las medidas curativas en lugar de para cuida­
opción para la mayoría de las personas6,7. Algunos profesionales dos paliativos puede reducir las tasas de mortalidad hospitalaria13.
trabajan en base al principio de que todos los ingresos indican Uno de los retos más importantes a los que nos enfrentamos en
un fallo en la asistencia comunitaria8, y la mayoría de las políticas la prestación de la asistencia sanitaria es permitir que más perso­
nacionales insiste en la importancia de traspasar más asistencia a nas vivan bien y mueran bien en el lugar y de la forma que elijan.
la comunidad9. A pesar de todo, la tasa de muertes en el domicilio Dentro de los cuidados paliativos comunitarios hay una necesidad
está disminuyendo. Es importante garantizar una asistencia domici­ acuciante de planificación activa del tratamiento, coordinación y
liaria fiable y de elevada calidad, y se le debe dar una mayor priori­ orquestación de los servicios para optimizar la calidad y la fiabi­
dad porque hacerlo bien es importante para todos nosotros. lidad de los servicios domiciliarios de cuidados paliativos y para
permitir una buena asistencia domiciliaria de los moribundos.

CO NSECUENCIAS DE U NA ASISTENCIA BUENOS C U ID A D O S TERMINALES PARA TO DOS


D O M IC ILIA RIA INAD ECU ADA
Casi el 1% de la población muere cada año en el Reino Unido, o
Muchos ingresos hospitalarios innecesarios se deben a un control aproximadamente 600.000 muertes. Para la mayoría de los mé­
asintomático inadecuado o a una interrupción de la prestación dicos generales y médicos de familia con un número medio de
de servicios asistenciales domiciliarios, como ocurre cuando hay pacientes, esto significa aproximadamente 20 muertes al año. Las

PARTE I PRINCIPIOS
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Asistencia dom iciliaria y cuidados term inales d om iciliarios I C A P Í T U L O 4 2 221

F IG U R A 4 2 -2 Tres trayectorias del m o rir. (Adaptada deLynnJ, Adamson DM. Living Well at the End of Life: Adapting Health Care to Serious Chronic Illness in
Old Age. Arlington, VA; Rand Health, 2003)

trayectorias de la enfermedad ele Lynn nos ayudan a comprender Las necesidades de diferentes grupos son variables. Las necesi­
las tres formas típicas de morir (fig. 42-2)14. Aproximadamente la dades de pacientes con deterioro rápido (típicamente pacientes
cuarta parte son muertes de pacientes con cáncer después de una con cáncer) con frecuencia se relacionan con control sintomático,
evolución relativamente predecible y progresiva, con frecuencia apoyo familiar, asistencia domiciliaria adecuada e intensa, conti­
con deterioro rápido en las últimas semanas; los cuidados paliati­ nuidad de las relaciones, cierre de la vida y adaptación a cambios
vos y terminales han respondido adecuadamente y han centrado la rápidos. Las necesidades de los pacientes que tienen insuficiencia
mayoría de los recursos en estos pacientes. Aproximadamente un orgánica o evolución errática del deterioro se relacionan con pla­
tercio muere de insuficiencia orgánica y tiene una evolución más nificación previa ante las situaciones urgentes, prevención de las
errática e impredecible. La mayoría de las personas que mueren exacerbaciones, decisiones sobre los beneficios de tratamientos de
son pacientes ancianos y debilitados con muchas enfermedades bajo rendimiento, cierre de la vida, preparación de la familia para
asociadas. Típicamente mueren más lentamente, con un deterioro una muerte súbita y apoyo en el domicilio. Las necesidades de los
gradual y progresivo de su resistencia. A medida que las personas pacientes con deterioro gradual de la salud o de ancianos debilita­
viven más y adquieren más enfermedades asociadas, la situación dos se relacionan con resistencia, servicios y la supervisión a largo
se complica por los probables grados asociados de demencia que plazo en el domicilio, mantenimiento de la integridad cutánea, ayu­
producen una disminución de la resistencia a enfermedades por dar a los cuidadores a conocer los motivos subyacentes a deter­
lo demás tratables. A medida que las enfermedades se hagan más minadas conductas, encontrar momentos de alegría y significado,
crónicas y los tratamientos prolonguen la esperanza de vida, éste evitar sufrimiento innecesario y protegerse a sí mismos de una
será el modelo más frecuente del final de la vida en el futuro, en intervención excesiva y de ingresos hospitalarios innecesarios.
lugar de la muerte por enfermedades únicas o por insuficiencia Las necesidades de los pacientes también pueden cambiar a lo
orgánica. Estos pacientes representan el mayor grupo de pacien­ largo del tiempo, y puede ser necesaria una asistencia más inten­
tes cubiertos por Medicare en Estados Unidos. siva durante algunos períodos. Hacia el final de la vida la velocidad
La asistencia domiciliaria presenta un abordaje más holista y de cambio puede ser muy rápida, y sin una buena planificación
menos biológico de la asistencia, en el que el médico general o el y un tratamiento proactivo la velocidad de los acontecimientos y
médico de familia es el principal agente que toma las decisiones los efectos dominó se pueden hacer rápidamente desastrosos, a
clínicas y al que se consulta con frecuencia, y que tiene en consi­ pesar de los mejores esfuerzos. La capacitación de los pacientes
deración el contexto más amplio de la enfermedad del paciente. para que permanezcan en su domicilio cerca del final de sus vidas
Tinetti y Fried15 afirman que a medida que intentamos atender supone una colaboración estrecha de muchas personas, servicios
a más pacientes con más enfermedades asociadas, ha llegado el y agencias, con la implicación de generalistas y especialistas y un
momento de abandonar la enfermedad como objetivo de la asis­ plan asistencial acordado, proactivo y gestionado (cuadro 42-1).
tencia médica y pasar a la consecución de objetivos individuales y
factores modificables. Señalan que este modelo holista e integrado
es el único que puede afrontar el inminente ataque a la genera­ SATISFACCIÓN DEL RETO: PRINCIPALES
ción del baby boom que ya está envejeciendo15.
SO LUCIO NES PARA PERMITIR U NA BUENA
Uno de los retos es remodelar los cuidados paliativos o ter­
minales para que incluyan a todos los pacientes con enfermeda­ ASISTENCIA DO M ICILIA RIA
des avanzadas, progresivas y que limitan la vida en el último año
aproximadamente de ésta, y satisfacer adecuadamente sus nece­ Preparación: identificar a los pacientes,
sidades. Las diferentes necesidades de los pacientes precisan dife­ evaluar las necesidades y planificar la
rentes respuestas, y los responsables de la asistencia comunitaria
asistencia
se enfrentan a muchos retos para satisfacer adecuadamente estas
necesidades. Se debe mejorar la asistencia domiciliaria de todos Mediante la identificación temprana de los pacientes con enferme­
los tipos de pacientes para garantizar la excelencia para todos. dades limitantes de la vida, la estimación de la probable trayectoria

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222 S E C C IÓ N F | Adm inistración

Cuadro 42-1 Principales componentes de la mejor Coordinación de la asistencia: optimización


práctica en cuidados paliativos comunitarios de la atención primaria y la asistencia
1. Se d eb e identificar a los p acientes q u e necesiten cuidados palia­ comunitaria
tivos d e acuerdo co n criterios acordados, y el equipo disciplinar
Los equipos de atención primaria y los médicos de familia son fun­
d e b e discutir u n p lan terapéutico. damentales para esta coordinación de la asistencia, y deben recibir
2. Se d eb e evaluar co n frecuencia a los pacientes y sus cuidadores
apoyo para trabajar con la máxima eficacia con los profesionales
utilizando herram ientas d e evaluación acordadas.
de los centros de cuidados paliativos y los profesionales de enfer­
3. Se d eben docum entar, planificar y abordar las necesidades previstas. mería especializados de la comunidad. Modelos como el marco
4. Se d e b en com unicar al eq u ip o y a los especialistas las necesidades
Gold Standards Framework pueden formalizar una buena práctica
del p aciente y d e su cuidador cuando proceda.
y mejorar la colaboración (www.goldstandardsframework.nhs.uk).
5. Se debe discutir y docum entar el lugar preferido de asistencia y d e Es necesaria una mayor coordinación en casos de urgencia y con
m uerte, y se deben tom ar medidas para cumplirlo cuando sea posible.
los servicios que trabajan fuera del horario habitual para garan­
6. La coordinación de la existencia debe estar orquestada p o r una tizar la máxima continuidad de la asistencia, y en algunas áreas
p ersona designada d el equipo asistencial. están siendo útiles los avances en los centros de coordinación
7. Se debe transm itir la información im portante a los profesionales
en los que se atiendan todas las necesidades18. La prestación de
q u e p resten la asistencia fuera del horario habitual, y se d eben dejar los cuidados terminales en hogares para ancianos o residencias
e n el domicilio los fármacos q ue se prevea que van a se r necesarios.
de ancianos, en los que muere aproximadamente la quinta parte
8. Se debe seguir u n p rotocolo para la asistencia d e los m oribundos,
de las personas, es un área importante. Aunque hay muchos ejem­
com o el Liverpool C are Pathway fo r th e Dying Patient. plos excelentes de buena asistencia, puede haber variabilidad en
9. Se d e b e educar, capacitar y apoyar a los cuidadores, lo q u e incluye
la prestación y el apoyo médico, práctica poco constante y eleva­
la provisión de inform ación específica, consejo económ ico y asis­
das tasas de recambio del personal que atiende a pacientes muy
te n cia e n el duelo. dependientes con enfermedades asociadas complejas. Nuestros
10. Se p ro p o n e la realización d e auditorías, práctica reflexiva, desarro­
conceptos de los cuidados paliativos se deben ampliar para que
llo de p rotocolos p rácticos y aprendizaje dirigido com o parte de
incluyan a todos los pacientes con enfermedades que suponen
la organización personal, p ráctica y d e atención prim aria o d e los
una limitación de la vida, pasando a una asistencia más proactiva
planes d e desarrollo del N ational Health Service Trust.
que reactiva (como en el Gold Standards Framework), aumen­
tando el reconocimiento de las necesidades particulares de los
Datos del National Institute fo r Health and Clinical Guidance. NICE guidance ancianos (especialmente los que tienen demencia) y remodelando
o n supportive a n d palliative care. Disponible en uww.nice.org.uk (acceso en la asistencia para ayudar a las personas a vivir los últimos años de
m arzo de 2004). la vida lo mejor posible.

de su enfermedad y la estimación de la fase del pronóstico, y la Prestación de asistencia domiciliaria: cuidados


discusión de sus necesidades y preferencias, hay una mayor pro­ terminales en el domicilio y otros programas
babilidad de prestar la asistencia más adecuada en el momento
correcto. Habitualmente se utiliza la Guía sobre índices pronós­ Muchos equipos de cuidados terminales domiciliarios amplían
ticos del marco de patrones de referencia (Prognostic Indicator el apoyo a la comunidad para prestar asistencia práctica a los
Guidance of the Gold Standards Framework)16 y una pregunta pacientes en su domicilio. En Inglaterra, los profesionales de
(¿le sorprendería que el paciente muriera en el próximo año?). enfermería de distrito (es decir, diplomados universitarios
Este abordaje no intenta un pronóstico exacto. Por el contrario, en enfermería) constituyen el pilar de la asistencia de enfer­
es fundamental para la preparación práctica. Por ejemplo, si la mería en el domicilio, y tienen el apoyo de profesionales de
muerte del paciente no es una sorpresa, ¿qué medidas preparato­ enfermería especializados, cuidadores nocturnos y auxiliares
rias se deben tomar para garantizar que viva bien y muera bien? de enfermería. La ausencia de este apoyo es un factor fundamen­
El uso de guías y herramientas para la evaluación puede cla­ tal en la interrupción de la asistencia domiciliaria. Es necesario el
rificar los síntomas, preocupaciones y necesidades del paciente. acceso a reposo preventivo y asistencia en caso de crisis (p. ej.,
Después de haber identificado estos aspectos, la planificación equipos de respuesta rápida) para garantizar el tipo de asistencia
incluye dos áreas: los equipos de tratamiento clínico y los pacien­ domiciliaria fiable que evita la reacción automática de ingreso hos­
tes, sus familias y sus cuidadores. Se pueden desarrollar planes de pitalario en situación de estrés. El uso de programas de cuidados
tratamiento clínico, preferentemente en conferencias de casos terminales está aumentando en Estados Unidos, aunque los centros
multidisciplinares, lo que lleva a una mejor comunicación y conti­ de cuidados terminales siguen dando apoyo a sólo una pequeña
nuidad de la asistencia. La anticipación práctica de los posibles sín­ proporción de pacientes con cáncer durante un período limitado,
tomas y de su tratamiento lleva a un mejor control sintomático y a e incluso a menos pacientes con enfermedades no cancerosas. En
un mejor manejo de las crisis cuando sea necesario (p. ej., botiquín la mayoría de los países los cuidados paliativos en el domicilio son
de «urgencia» en el domicilio con fármacos estándar como cliamor- un área fundamental de mejoría, siendo necesarios más recursos y
fina para el dolor, haloperidol para las náuseas y los vómitos, mida­ su extensión a todos los pacientes que los necesiten.
zolam para la agitación y hioscina para la secreciones).
Las discusiones sobre la planificación de las voluntades antici­
padas con los pacientes y sus familias incluyen clarificar las pre­ Capacitación: apoyo de los cuidadores
ferencias, los miedos y las necesidades previstas. Esto no es fácil y capacitación para los autocuidados
sobre el telón de fondo habitual de choque, negación, ignoran­
cia y a veces esperanza inadecuada. Cada vez más se piensa que La mayoría de los pacientes moribundos forma parte de una fami­
es importante mantener antes estas difíciles discusiones con los lia o de un sistema asistencial, y la prevención de la interrupción
pacientes, y no después, para planificar la mejor asistencia, ajus­ de este sistema de apoyo es esencial para garantizar la estabili­
tar las expectativas, apoyar una vida más completa y mejorar la dad de la asistencia domiciliaria. Se debe potenciar la función
esperanza17. Este abordaje ofrece mayor sensación de autodeter­ de la familia y de otros cuidadores, y la asistencia primaria y los
minación y control, mejora las estrategias de enfrentamiento y las cuidados terminales pueden ofrecer apoyo a las familias19. El cui­
conductas de ajuste y permite una mejor planificación práctica de dado de un ser querido que está muriendo en el domicilio puede
la asistencia en respuesta a las necesidades de los pacientes. imponer unas tensiones enormes a la mayoría de las familias y los

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Asistencia dom iciliaria y cuidados term inales d om iciliarios I C A P Í T U L O 4 2 223

cuidadores, lo que se asocia a aumento de la morbilidad y la mor­ utilizando el Prognostic Indicator Guidance of the Gold
talidad. El apoyo durante el período de duelo es otro elemento Standards Framework y una pregunta sorprendente u otros cri­
vital. Los autocuidados y la capacitación de los pacientes son ideas terios adecuados); evaluación de sus necesidades, problemas y
crecientes en los cuidados paliativos. Los Programas de pacientes preferencias, y planificación de la asistencia, con discusión de un
y cuidadores expertos (Expert Patient and Carer Programs) en plan terapéutico acordado y la utilización de un plan asistencial
Inglaterra20 y otros programas equivalentes en otros países están previsto de antemano. En todas las fases mejora la comunicación
fomentando la participación de los pacientes en la planificación dentro del equipo y entre equipos y con los pacientes y sus fami­
de la asistencia, y serán más importantes en el futuro. lias. Se introduce una lista de tareas fundamentales, las siete C,
comenzando con la inclusión de los pacientes en un registro de
cuidados paliativos y manteniendo una reunión del equipo para
Fundamentos: educación y concienciación discutir la asistencia proactiva. Se presentan los detalles para
del público casos clínicos típicos (cuadro 42-2), y se puede encontrar en la
página Gold Standards Framework Web (www.goldstandards-
La asistencia terminal implica a todos los profesionales sanitarios framework.nhs.uk). La asistencia en los últimos días de la vida
y mejora por el consejo y el apoyo de especialistas expertos. Las puede mejorar utilizando una vía asistencial integrada para los
estrategias más eficaces incluyen a muchos miembros del per­ pacientes moribundos, como la Liverpool Care Pathway26. Esta
sonal y a los médicos, y permiten que se formalice e incorpore herramienta genérica ofrece más homogeneidad, estandarización
el modelo de mejor práctica como parte de la asistencia habi­ y verificación, y se utiliza en varios países y en pacientes con
tual. La educación, la formación y las ayudas para la formación diversas enfermedades27.
continuada, como el uso de práctica reflexiva (p. ej., análisis de La planificación previa de la asistencia se ha utilizado exten­
acontecimientos significativos), son esenciales para optimizar la samente en muchos países, y estas discusiones subyacen a todas
asistencia. Se debe concienciar sobre estos métodos y objetivos las estrategias de cuidados terminales. Las discusiones con los
al público si queremos reducir el elemento de suerte en la forma
en la que planificamos la asistencia terminal y superamos el tabú
de hablar sobre la muerte. Esto significa discutir los problemas de
la muerte y el morir como parte de las agendas de salud públi­
ca, la consideración de estos temas en relación con las pensiones Cuadro 42-2 Viajes reactivo y proactivo
y los seguros de vida cuando planificamos nuestras vidas, y quitar de los pacientes
el estigma al proceso para permitir unas conversaciones más sen­
cillas. Si queremos avanzar, es importante crear una mayor impli­ Sr. B: viaje reactivo del paciente sin el Gold Standards
cación y fomentar el debate público y la concienciación. Framework

• Preparativos sobre el te rren o c on el m édico y la enferm era; n o se ha


AVANCES EN C U ID A D O S TERMINALES discutido n i previsto el lugar preferido d e la asistencia.
En Inglaterra, el Programa de cuidados terminales (End-of-Life • Problem as co n el control de los síntom as p o r ansiedad o m iedo del
Care Programme) del National Health Service (NHS) (www. cuidador.
endoflifecare.nhs.uk) apoyó tres modelos establecidos de asis­ • Llamada d e crisis después d e las horas diurnas normales; n o se dis­
tencia generalista para todos los pacientes. Inglaterra está desa­ po n e d e p lan n i fárm acos e n el domicilio.
rrollando actualmente una Estrategia de cuidados terminales • Ingreso e n el hospital.
(End-of-Life Care Strategy) del NHS para integrar las mejoras de • Muere e n el hospital.
la asistencia terminal para garantizar una asistencia equitativa • El cuidador recibe apoyo m ínim o durante el duelo.
y de calidad elevada que sea coste-eficaz y perm ita una mayor • Ninguna reflexión para el equipo sobre la asistencia prestada.
elección por parte de los pacientes. La estrategia canadiense • Uso posiblem ente inadecuado d e u na cam a hospitalaria.
sobre cuidados terminales ha avanzado en la prestación de una
buena asistencia terminal en Canadá, aunque se reconoce la Sra. W : viaje proactivo de la paciente utilizando el Gold
magnitud del reto21. Standards Framework
El marco Gold Standards Framework22 es un abordaje sistemá­
tico y lógico para optimizar la asistencia que prestan los equipos En u n registro de cuidados paliativos; se ha discutido en un a reunión
de atención primaria a todos los pacientes que se aproximan al del equipo (Cl)*.
final de la vida en la comunidad. Se ha utilizado en miles de con­ Se sum inistran al paciente prestaciones, consejo e información (es
sultas del Reino Unido en los últimos 8 años. El objetivo es desa­ decir,paquete dom iciliario) ( C l , C6).
rrollar un marco para cada consulta o equipo que permita que El apoyo, las visitas y las llamadas telefónicas frecuentes form an parte
los miembros presten la mejor asistencia (patrón de referencia) de la asistencia p roactiva (C l, C2).
de forma constante a todos los pacientes. Se ha demostrado que Valoración de los síntom as;colaboración co n los especialistas en cuidados
la adopción del Gold Standards Framework da solidez a la buena paliativos para prestar asistencia personali2ada según las necesidades
práctica, mejora la constancia de la asistencia para que menos del p aciente y del cuidador (C3).
pacientes escapen a través de la red23 y mejora la experiencia de la Valoración del cuidador, incluyendo sus necesidades psicosociales (C3, C6).
asistencia para los pacientes, los cuidadores y el personal; también Se reconoce y organiza el lugar preferido p ara la asistencia ( C l, C2).
ha aumentado la tasa de mortalidad en el domicilio. Este trabajo se Elaboración de un formulario d e derivación; elaboración de u n plan
fundamenta en los mejores datos disponibles y está evaluado por asistencial y entrega d e fárm acos p ara el dom icilio (C4).
completo. Tiene el respaldo del National Institute for Health and Utilización d e u na vía d e cuidados term inales, Liverpool Care Pathway,
Clinical Excellence24, el Royal College of General Practitioners y o de u n p rotocolo m ínimo (C7).
otras instituciones. Ha sido sometido a modificaciones y desarro­ La paciente m uere e n su lugar preferido; apoyo para el duelo para el
llos ulteriores para su uso en hogares de ancianos en un Programa personal y la familia; auditorías d e los servicios para m ejorar la asis­
de hogares de ancianos (Care Homes Program) diferenciado den­ tencia de los conocim ientos (C5, C6).
tro del Gold Standards Framework que es utilizado por cientos de
hogares de ancianos (p. ej., residencias) y se ha demostrado que * Las 7 C del Gold Standards Framework son comunicación (Cl), coordinación
mejora la calidad asistencial y reduce los ingresos hospitalarios25. de la asistencia (C2), control de los síntomas y evaluación continua (C3),
El marco se basa en los principios de identificación de los apoyo continuo (C4), formación continua (C5), apoyo de los cuidadores y la
pacientes que necesitan cuidados paliativos o de apoyo (p. ej., fam ilia (C6) y asistencia (care) en los últimos días (C7).

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224 S E C C IÓ N F | Adm inistración

pacientes sobre la planificación de la asistencia favorecen la elec­ and the National Council for Hospice and Specialist Palliative Care Services,
ción, ofrecen un grado realista de esperanza17, comunican las de­ 2003.
7. Gomes B, Higginson IJ. Factors influencing death at home in terminally ill
cisiones a los demás y garantizan una asistencia más centrada patients with cancer: A systematic review. BMJ 2006;322:515-518.
en el paciente. Se han utilizado diversos ejemplos, y hay muchos 8. Ham C, York N, Sutch S, Shaw R. Hospital bed utilisation in the NHS, KaLser
avances en este campo28. En Inglaterra hay diversos impresos de Permanente, and the US Medicare programme: Analysis of routine data. BMJ
rechazo por escrito de los tratamientos y de voluntades anticipa­ 2003;327:1257. Available at http://www.pubmedcentral.nih.gov/articlerender.
fcgi?artid=286244 (accessed September 25,2007).
das y decisiones, utilizando como guía la Mental Capacity Act29; 9- Department of Health. Our health, our care, our say:A new direction for com­
estos documentos, junto a voluntades basadas en las preferencias, munity services. London: Department of Health, 2006. Available at http://
pueden guiar a los médicos y los planificadores para prestar la www.dh.gov.uk/PublicationsAndStatistics/Publications/PublicationsPolic
asistencia más adecuada30. No hacer un plan es planificar el fra­ yAndGuidance/PublicationsPolicyAndGuidanceArticle/fs/en?CONTENT_
caso. A pesar de las dificultades inherentes, es un área crucial para ID=4127453&chk=NXIecj (accessed September 25,2007).
10. Thomas C, Morris SM, Clark D. Place of death: Preferences among cancer
avances futuros. patients and their carers. Soc Sci Med 2004;58:2431-2444.
11. Higginson IJ,Astin P, Dolan S. Where do cancer patients die? Ten year trend in
the place of death of cancer patients in England. Palliat Med 1998;12:353-363-
CONCLUSIONES 12. Taylor D, Carter S.Valuing Choice—Dying at Home. A Case for the More Equitable
Provision of High Quality Support for People Who Wish to Die at Home.An eco­
Dentro de los sistemas sanitarios y de la sociedad en conjunto hay nomic and social policy opinion commissioned by Marie Curie Cancer Care.
movimientos graduales hacia el reconocimiento de que la calidad London: School of Pharmacy, University of London, 1998. Available at http://
www.campaign.mariecurie.org.uk/NR/rdonlyres/646C31D0-49Cl-42C5-8BFE-
asistencial de los moribundos es una medida de nuestro éxito, DlA8F3F3A499/0/campaign_valuing_choice.pdf (accessed September 25,2007).
más que un signo de fracaso. Está generalizado cierto grado de 13- Jarman B, Gault S,Alves B, et al. Explaining differences in English hospital death
«negación de la muerte», aunque en sus intentos de ofrecer a los rates using routinely collected data. BMJ 1999;318:1515-1520.
pacientes la mejor asistencia los profesionales sanitarios pueden 14. Thomas K from Lynn J, Adamson DM. Living well at the end of life. Adapting
health care to serious chronic illness in old age, White Paper, RAND Health,
tener un optimismo excesivo en la determinación del pronóstico, 2003 (http://www.medicaring.org/whitepaper/).
se pueden centrar en la curación a cualquier precio o pueden 15. Tinetti M,FriedT.The end of the disease era. AmJ Med 2003;116:179-184.
realizar un tratamiento demasiado agresivo. El equilibrio entre 16. Gold Standards Framework. Prognostic Indicator Guidance. Available at http://
«esperar lo mejor mientras se prepara para lo peor» puede garan­ www.goldstandardsframework.nhs.uk/content/gp_contract/Prognostic%20Indi
tizar que podamos prever y afrontar mejor los problemas que se cators%20Guidance%20Paper%20v%2025.pdf (accessed September 25,2007).
17. Davison S, Simpson C. Hope and advance care planning in patients with end
producen al final de la vida y la compleja gama de servicios que stage renal disease: Qualitative interview study. 2006;333:886-887.
son necesarios. Los excelentes servicios de las unidades de cuida­ 18. Marie Curie Cancer Care. Marie Curie Delivering Choice Programme.Available
dos paliativos y de los centros de cuidados terminales se ponen at http://deliveringchoice.mariecurie.org.uk (accessed September 25,2007).
a prueba por la ampliación de su ámbito de cobertura, de modo 19- Simon C. Informal carers and the primary care team. Br J Gen Pract
que se incluye a más pacientes no cancerosos, cuyas necesidades 2001;51:920-923-
20. Expert Patient Programme Community Interest Company. Expert patient and
clínicas, emocionales y prácticas son tan grandes como las de los carer programmes in England. Available at http://www.expertpatients.co.uk/
pacientes con cáncer. En esta situación es vital una buena asisten­ public/defeult.aspx (accessed September 25,2007).
cia domiciliaria. 21. Carstairs S. Still Not There—Quality End-of-Life Care. A Progress Report. Ottawa,
Actualmente debemos abordar la nueva situación de una po­ Ontario: Canadian Hospice Palliative Care Association, 2005.
22. Thomas K. Caring for the Dying at Home: Companions on the Journey. Oxford,
blación que está envejeciendo y que enferma más lentamente que UK: Radcliffe Medical Press, 2003.
en generaciones previas. Con los cambios demográficos de las 23- King N, Thomas K, Martin N, et al. Now nobody fells through the net.
poblaciones en envejecimiento, mejores tratamientos que pueden Practitioners perspectives on the Gold Standards Framework for community
prolongar las fases finales de las enfermedades crónicas, menos palliative care. Palliat Med 2005;19:619-627.
camas hospitalarias y costes crecientes, la necesidad de prestar 24. National Institute for Clinical Excellence. Guidance on Cancer Services:
Improving Supportive and Palliative Care for Adults. London: National Institute
una buena asistencia domiciliaria a todos los pacientes con enfer­ for Clinical Excellence, 2004.
medades graves es urgente. 25. Badger F, Thomas K, Clifford C. Raising standards for elderly people dying in
Una muerte dominada por miedo, crisis, ingresos hospitalarios care homes. Eur J Palliative Care, in press.
inadecuados, tratamiento farmacológico excesivo y escasa comu­ 26. Marie Curie Palliative Care Institute, Liverpool. Improving patient care through
palliative care research, development and education. Available at http://www.
nicación puede ser una tragedia y representa un fracaso de nues­ mcpcil.org.uk (accessed September 25,2007).
tro sistema médico. Una muerte pacífica en el domicilio puede ser 27. Ellershaw J, Wilkinson S. Care of the Dying: A Pathway to Excellence. Oxford,
un gran logro para todas las partes implicadas. El principal reto a UK: Oxford University Press, 2003.
que nos enfrentamos en la prestación de los cuidados terminales 28. LetsTalkAvailableathttp://www.fraserhealth.ca/Services/HomeandCommunity
es permitir que más personas vivan bien hasta que mueren, y la Care/AdvanceCarePlanning/Pages/defoult.aspx (accessed November 10,2007).
29- Department for Constitutional Affairs. Mental Capacity Act of 2005. Available
mejora de la asistencia domiciliaria es fundamental para enfren­ at http://www.dca.gov.uk/legal-policy/mental-capacity/index.htm (accessed
tarse a este reto. «Los cuidados paliativos en el domicilio abarcan September 25,2007).
el aspecto más noble de la medicina: a veces curar, siempre aliviar, 30. Murray S, Aziz S,Thomas K.Advance care planning in primary care [editorial].
y apoyar hasta el final.»31. BMJ 2006;333:868-869-
31. Gomas JM. Palliative care at home: A reality or mission impossible? Palliat Med
1993;7(Suppl l):45-59-
32. National Institute for Health and Clinical Excellence. NICE Guidance on
B I B L I O G R A F Í A Supportive and Palliative Care.Available at www.nice.org.uk (accessed September
25,2007).
1. Davies E, Higginson IJ. Better Palliative Care for Older People. Geneva: World
Health Organization, 2004.
2. Mitchell GK. How well do general practitioners deliver palliative care? A syste­
matic review. Palliat Med 2002; 16:457-464. L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
3. Thorpe G. Enabling more dying people to remain at home. BMJ 1993;
307:915-918. Aitken PVJr. Incorporating advance care planning into family practice.
4. Neuberger J. Palliative care. Palliative Care Congress, University of Warwick, Am Fam Physician 1999;59:605-614. 617-620. Available at http://
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University Press, 1986. 2007).
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London: Cicely Saunders Foundation, Scottish Partnership for Palliative Care, nity.org/5wishes.html (accessed September 25,2007).

PARTE I PRINCIPIOS
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El negocio d e la m edicina paliativa:asistencia d e calidad en un entorno difícil I C A P Í T U L O 4 3 225

analiza con más detalle que para las especialidades existentes.


43
I
| CAPÍTULO
Es obligatorio un plan comercial que debe tener las siguientes
características:
• Estrategia prospectiva.
El negocio de la medicina • Propuesta escrita en el lenguaje del agente que toma las de­
cisiones.
paliativa: asistencia de calidad • Resumen detallado de las proyecciones operativas y eco­
nómicas.
en un entorno difícil • Objetivos del programa en concordancia con los objetivos de
la institución.
Ruth L. Lagman • Participación de profesionales con diversos tipos de ha­
bilidades12.
El análisis del entorno es el paso inicial para determinar los
© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos puntos fuertes, las debilidades y las oportunidades. Medicare ha
sido el principal pagador de la medicina paliativa en Estados
Unidos y de los servicios de cuidados terminales, y el reembolso
ha sido favorable. Como las estructuras de tarificación están legis­
P U N T O S ladas, siempre existe la posibilidad de una disminución del reem­
►La asistencia de los pacientes o n enfermedades avanzadas es inadecuada, bolso en el futuro. Las aseguradoras privadas y otros pagadores
con frecuencia siguen los criterios de Medicare y pueden exigir
1 La medicina paliativa ofrece u a asistencia integral y holística.
los mejores resultados en relación con el uso de los recursos2. A
» La medicina paliativa es coste-efectiva.
pesar del crecimiento de los programas de hospitales de cuida­
• La comunicación es fundamental y garantiza u n equipo interdisciplinar o dos terminales y de medicina paliativa, se sigue derivando tarde a
conocimientos amplios. los pacientes. Ha habido un aumento significativo de los ingresos
» La prestación de una asistencia de calidad es un reto a la vista de las realida­ desde 1992, aunque la mediana de la duración de la estancia en
des de la asistencia sanitaria. los centros de cuidados terminales disminuyó de 34 días en 1992
hasta 22 días en 2003, de modo que el 37% de los pacientes moría
en los 7 días siguientes a su ingreso3. Estas cifras tienen implica­
ciones económicas y emocionales para el personal del centro de
Las personas viven más con más enfermedades crónicas. Las enfer­ cuidados terminales porque la mayor intensidad de la prestación
medades, específicamente el cáncer, con diagnósticos mortales en de los servicios (p. ej., enfermería, cuidados psicosociales, adminis­
el pasado se han transformado en enfermedades crónicas por los tración de fármacos, equipo médico duradero, oxígeno) se realiza
fármacos modificadores de la enfermedad. Los pacientes tienen al comienzo y al final de la asistencia4.
más síntomas y utilizan de forma más intensiva los recursos sani­
tarios. No se puede infraestimar el coste físico, psicosocial y eco­
nómico sobre ellos y sus familias. DESARROLLO DE PR O G RA M A S
Cada vez se reconoce más que la medicina paliativa es un ser­
vicio clínico importante en muchos países, y se ha acreditado
Definiciones
como subespecialidad en Estados Unidos. En el contexto sanitario La distinción entre medicina paliativa y medicina de cuidados
siempre ha habido pacientes con enfermedades avanzadas e incu­ terminales debe estar clara, y se deben definir los objetivos de la
rables, aunque nunca se habían definido claramente sus necesida­ asistencia antes de la inclusión de los pacientes en cualquiera de
des médicas y psicosociales. ambos programas. La medicina paliativa moderna tiene sus raíces
Históricamente, la asistencia de estos pacientes ha estado en los centros de cuidados terminales. Aunque la filosofía global
fragmentada, y sus síntomas y complicaciones eran tratados por de la asistencia es similar, hay diferencias. La utilización de ambos
diferentes especialidades, con frecuencia sin ninguna defini­ términos forma indistinta (al menos en Estados Unidos) produce
ción clara de los objetivos de la asistencia hasta la m uerte del confusión en pacientes, familias y profesionales en relación con
paciente. Cuando se le diagnosticaba una enfermedad terminal, los servicios que se están prestando y qué servicios pueden reem­
el paciente con frecuencia pasaba a cuidados terminales, con bolsar los seguros.
una implicación escasa o nula del médico. La moderna medi­ Aunque ambos se refieren a enfermedades que producen li­
cina paliativa ofrece un modelo asistencial alternativo para mitaciones en la vida de los pacientes, estos pacientes están en
esta población única de pacientes. No son los cuidados palia­ diferentes fases del proceso de morir. El cáncer metastásico,
tivos, aunque incorporan la mayor p arte de sus conceptos. Este dependiendo de la localización primaria y de la situación funcio­
modelo perm ite que los pacientes reciban cuidados paliativos nal, se ha transformado en una enfermedad crónica con el uso de
de la enfermedad que les limita la vida durante la quimioterapia, fármacos modificadores de la enfermedad. A estos pacientes se les
la radioterapia o la cirugía, que pueden aliviar los síntomas y puede realizar un tratamiento paliativo de su tumor (p. ej., radiote­
mejorar la calidad de vida. La medicina paliativa está implicada rapia, quimioterapia o cirugía). La filosofía de los cuidados termi­
desde fases más tempranas de la trayectoria de la enfermedad,
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

nales en Estados Unidos no concuerda con estas intervenciones


idealmente en el momento del diagnóstico, hasta la m uerte. Se de prolongación de la vida y favorece una asistencia menos agre­
ha planteado la necesidad de establecer programas de medicina siva. En la mayoría de los pacientes que están en centros de cuida­
paliativa. dos terminales se han agotado las opciones antitumorales.
La medicina paliativa se debe distinguir de los cuidados termi­
EL PLAN COMERCIAL nales y debe comenzar en el momento del diagnóstico de cual­
quier enfermedad avanzada. No hay ningún límite temporal para
Para que tenga éxito y una longevidad garantizada, se debe realizar la asistencia de estos pacientes; algunos pueden recibir asistencia
un nuevo programa de forma comercial a la vista de las realida­ durante muchos años aunque tengan enfermedad metastásica y se
des de la industria de la asistencia sanitaria. Aunque se ha acredi­ les administre quimioterapia y radioterapia paliativa. Debido a la
tado recientemente, la especialidad es un concepto relativamente naturaleza de su enfermedad pueden tener síntomas (p. ej., dolor,
nuevo en la asistencia sanitaria. Cualquier nuevo programa se náuseas y vómitos) que necesitan atención inmediata y tienen

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226 S E C C IÓ N F | Adm inistración

complicaciones (p. ej., hipercalcemia, infecciones, fracturas pato­ nal está definida con más claridad, sigue habiendo un grupo de
lógicas) que se pueden paliar para aliviar los síntomas y mejorar pacientes con enfermedades avanzadas que están en el contexto
la calidad de vida. Los pacientes con insuficiencia cardíaca con­ de cuidados agudos y cuyas necesidades físicas, psicosociales y
gestiva o con enfermedad pulmonar obstructiva crónica reciben espirituales no se abordan.
tratamiento durante mucho tiempo, con frecuencia tratamiento El énfasis en el sistema de cuidados médicos agudos está
paliativo; pueden tener exacerbaciones de los síntomas, aunque dirigido p o r la tecnología y p o r especialistas que se centran
nunca se considera que sean pacientes que reciben cuidados ter­ en el diagnóstico, el tratamiento y la curación de las enferme­
minales5. Éste debe ser el modelo de la medicina paliativa. Es un dades agudas12. Un estudio multiinstitucional demostró que el
modelo integral continuo desde el comienzo, en lugar de un plan 50% de los pacientes que m ueren en los hospitales tenía dolor
asistencial dicotómico y discontinuo que con frecuencia participa incontrolado; con frecuencia no se cumplían los deseos de los
sólo en la fase terminal, en el que está justificado el término cui­ pacientes y de sus familias, y dichos deseos eran incompati­
dados terminales. bles con el plan asistencial del m édico13. Un estudio sobre las
El uso de ambos términos de forma indistinta tiene varios efec­ barreras en la m edicina paliativa en cuidados agudos mostró lo
tos adversos: siguiente:
• Los pacientes y sus familias desconocen qué servicio se está • El énfasis en el tratamiento eclipsó la discusión de los objetivos
prestando. de la asistencia, que estuvieron dictados por la práctica habi­
• En lugar de educar y aclarar al personal profesional sobre la tual y sistemática.
diferencia, una terminología descuidada perpetúa los errores • No se consideró que los cuidados paliativos fueran una alter­
conceptuales. nativa viable, y con frecuencia se los juzgaba de forma negativa
• Las compañías de seguros pueden reducir los reembolsos por­ porque no se pensaba que fueran proactivos.
que piensan que se está prestando una asistencia menos agre­ • No se consideró que fueran importantes las preferencias y los
siva (es decir, cuidados terminales o relacionados con el final objetivos asistenciales de los pacientes, y no se siguieron14.
de la vida).
Los hospitales utilizan la mayoría de los recursos en las enfer­
Un servicio puede seguir un modelo de medicina paliativa o medades crónicas (incluyendo el cáncer) sin la perspectiva de la
un modelo de cuidados terminales en una institución dada, de curación15. El análisis de las preferencias y las opciones terapéu­
acuerdo con su propia cultura, la declaración de su misión y sus ticas de los pacientes en fases más tempranas permite una mejor
objetivos. En algunos casos puede ser suficiente un servicio de planificación en el supuesto de que se hayan agotado todas las
consulta; en otros es necesario un servicio de consulta con una modalidades terapéuticas paliativas14.
unidad específica de cuidados terminales. Un programa exhaus­ La consulta de medicina paliativa con frecuencia se realiza
tivo e integral que pueda ofrecer varias líneas de producto es el cerca del momento del alta (mediana de 5 días antes del alta). Los
modelo que garantiza la viabilidad económica y la longevidad. pacientes pueden tener deterioro clínico durante el ingreso hos­
También es el modelo más difícil de establecer porque precisa pitalario, y esto precipita la consulta con medicina paliativa16. En
una planificación cuidadosa y varios años para conseguirlo. Y lo los pacientes con problemas no físicos, los costes fueron mayores
que es más importante, precisa menos personal con formación y debido a los difíciles problemas de toma de decisiones. Es esen­
experiencia a medida que se amplía el programa. cial un equipo interdisciplinar con mucha experiencia para la asis­
tencia global de un paciente de medicina paliativa porque ningún
individuo aislado puede abordar la asistencia psicosocial y espi­
El contexto de cuidados agudos ritual de estos pacientes. No es razonable esperar que médicos y
profesionales de enfermería sin formación en valoración psicoso­
Muchos pacientes mueren en un hospital, lo que es un cambio
cial y espiritual ayuden y satisfagan todas estas necesidades. Los
cultural significativo respecto a la década de 1900, en la que
pagadores externos no reembolsan la asistencia holista16.
se atendía a los pacientes en su domicilio, donde morían. La La medicina paliativa de cuidados agudos es un concepto asis­
mayor parte de las personas prefieren morir en su domicilio,
tencial relativamente nuevo en los pacientes con enfermedades
pero sólo el 50% lo hacen6 po r varios motivos, como un con­ que limitan la vida de los pacientes. Debe formar parte del sistema
trol más intensivo de los síntomas, deterioro clínico rápido y de cuidados agudos de cualquier hospital. No es asistencia termi­
cansancio de los cuidadores. Hay una percepción cultural de nal. Un modelo utiliza una unidad intrahospitalaria de medicina
que se puede resistir, posponer o evitar la m uerte7. Más del paliativa aguda diferenciada únicamente para atender a pacientes
90% de los beneficiarios de Medicare ingresa en el hospital en con enfermedades avanzadas1718. Este abordaje no es diferente
los últimos 12 meses de vida8. Más de un tercio de los falleci­ del de cualquier planta medicoquirúrgica del hospital y se valora
dos en un centro m édico académico murió en una unidad de
según los mismos criterios de calidad19. En esta unidad la pobla­
cuidados intensivos9. En un hospital neoyorquino, el 47% de los ción de pacientes típica es anciana, el 71% tiene enfermedades
pacientes recibió tratamientos paliativos intensivos durante los
asociadas, al 91% se le realizan pruebas de laboratorio, al 64% se le
últimos días de vida, de modo que el 51% de los pacientes con hacen técnicas radiológicas, el 96% recibe líquidos intravenosos,
demencia y el 11% de los pacientes con cáncer recibían nutri­ al 19% se le administran transfusiones sanguíneas, el 14% recibe
ción enteral con sonda en el momento de la m uerte10. Aunque
radioterapia o quimioterapia y al 44% se le realizan intervenciones
se había documentado un pronóstico malo en el 75% de las
terapéuticas18.
historias, se seguían aplicando tratamientos que permitían pro­ Los médicos de medicina paliativa son los principales respon­
longar la vida (p. ej., antibióticos intravenosos, transfusiones,
sables de la asistencia de estos pacientes mientras están en el hos­
líquidos intravenosos, monitorización cardíaca, uso de ven­
pital. Esto tiene varias ventajas:
tiladores) en las 24 horas previas a la m uerte porque algunos
m édicos consideraban que la medicina paliativa era una for­ • Los médicos controlan la toma de decisiones en relación con
ma de abandono11. Se intentaba agresivamente un tratamiento la prescripción de fármacos y de intervenciones diagnósticas y
curativo debido a una comunicación errónea entre médicos, terapéuticas.
pacientes y familias y por la insistencia de los familiares en la • Se evalúan continuamente los objetivos de la asistencia para
aplicación de esta asistencia11. que los pacientes se puedan beneficiar de quimioterapia y
El crecimiento de los centros de cuidados terminales ha sido radioterapia paliativas, y se evalúa al paciente para determinar
explosivo, pero muchos pacientes no pueden acceder a este tipo la necesidad de cuidados terminales, lo que lleva a ima coordi­
de asistencia. Aunque la asistencia durante una enfermedad termi­ nación más eficiente de la asistencia.

PARTE I PRINCIPIOS
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El negocio d e la m edicina paliativa:asistencia d e calidad en un entorno difícil I C A P Í T U L O 4 3 227

• Se dispone con facilidad de un equipo multidisciplinar con Centros de cuidados terminales


experiencia que presta una asistencia holista a los pacientes.
• Los profesionales de enfermería y el personal de apoyo tienen Algunas instituciones pueden asignar camas para cuidados termi­
a su disposición con facilidad a los médicos. nales. Cuando los objetivos de la asistencia han cambiado a los
• Los médicos conservan un tiempo y una energía útiles al estar cuidados paliativos y el paciente ha entrado en la fase de muerte
físicamente en una sola planta20. activa, es lógico trasladar al paciente de una a otra parte de la ins­
titución (p. ej., de la unidad de cuidados intensivos a una unidad
La unidad es viable desde el punto de vista económico19. En intrahospitalaria de cuidados terminales). Después del ingreso en
comparación con las instituciones con unidades de medicina esta unidad está justificada la interrupción de todos los fármacos
paliativa en cuidados agudos, los costes de farmacia y de enferme­ e intervenciones diagnósticas y terapéuticas que no mejoren
ría son menores. Los costes de radiología son aproximadamente el bienestar del paciente, porque no se afecta la evolución ni la
un 33% mayores que en instituciones similares21. La filosofía es supervivencia de éste. Medicare define esta categoría de asisten­
un abordaje agresivo pero juicioso para paliar los síntomas y tra­ cia en los centros de cuidados terminales como paciente ingre­
tar las complicaciones cuando sea necesario para mejorar la cali­ sado general (PIG) y reembolsa a un coste fijo (por capitación)
dad de vida del paciente. Esta medicina paliativa forma parte del diario, no de acuerdo con un GRD específico. Las implicaciones
tejido del sistema de cuidados agudos. Esto significa que todos económicas exigen el funcionamiento día a día de esta unidad en
los pacientes tienen acceso a cualquier tecnología moderna dis­ relación con la asignación de camas, la dotación de personal, los
ponible, de forma similar a cualquier otro paciente de un depar­ fármacos utilizados y las intervenciones de laboratorio y radioló­
tamento medicoquirúrgico1718. Se da de alta a algunos pacientes gicas que se permiten.
para que vayan a centros de cuidados terminales. En el contexto
de cuidados agudos se pueden realizar técnicas paliativas como
radioterapia, endoprótesis y gastrostomía de descompresión antes PRESTACIÓN DE LA ASISTENCIA
del ingreso en centros de cuidados terminales, porque estas inter­ Un médico con formación en medicina paliativa es el pilar del
venciones pueden plantear limitaciones económicas en cualquier programa20. Las habilidades del médico son esenciales para la asis­
centro de cuidados terminales a la vista de la estructura de reem­ tencia de esta población exclusiva de pacientes. El conjunto de
bolso por capitación.
habilidades incluye lo siguiente:
Esta población de pacientes está muy grave después de haber
tenido en consideración todas las enfermedades asociadas y com­ • Comunicación.
plicaciones. Los pacientes de menos gravedad precisan menos • Control sintomático.
asistencia y están sometidos a asistencia durante un período más • Tratamiento de las complicaciones.
prolongado, mientras que los pacientes más graves necesitan una • Asistencia psicosocial.
asistencia más intensa durante un período más corto. El reem­ • Coordinación de la asistencia.
bolso actual en relación con el grupo relacionado con el diag­ • Toma de decisiones.
nóstico (GRD) puede tener inconvenientes y puede ser inexacto. • Asistencia de los moribundos5'23.
Los grupos relacionados con el diagnóstico refinado para todos
los pacientes (GRD-APR) pueden reflejar mejor la gravedad de Cuando esté implicada la medicina paliativa, la asistencia del
esta población de pacientes. Después de haber documentado de paciente y la institución se benefician si se ayuda al equipo de
derivación a elaborar un plan asistencial. Los problemas terapéu­
forma más exacta y exhaustiva las enfermedades asociadas y com­
plicaciones, la gravedad de nuestros pacientes fue muy próxima a ticos complejos se comparten con el equipo de derivación, y los
la gravedad media de nuestra institución22. miembros del equipo ayudan a abordar los objetivos clínicos y
La implicación es significativa. Cuando los pacientes ingresan económicos habituales de la institución24.
El objetivo último de un programa de medicina paliativa en
en una unidad de medicina paliativa, tanto los pacientes como sus
familiares y algunos médicos y profesionales de enfermería perci­ cuidados agudos es tener los resultados deseables de mejor con­
ben que reciben menos asistencia. La realidad es que la gravedad trol sintomático y excelente satisfacción de los pacientes con
un reembolso fijo. Esto incluye el uso juicioso de los recursos y
de estos pacientes es elevada desde el principio. El reto es prestar
una asistencia médica de calidad con unos resultados deseables la reducción de la duración de las estancias, que son objetivos de
en cuanto a control sintomático utilizando fármacos económicos cualquier institución25. La asistencia médica de calidad es priori­
taria respecto al ahorro de costes. Cuando los resultados clínicos
pero de eficacia demostrada para el control sintomático e inter­
venciones diagnósticas o terapéuticas juiciosas y meditadas que son satisfactorios, habitualmente hay beneficios económicos
debido al aumento del marketing, la retroalimentación de los
puedan mejorar la calidad de la asistencia y que concuerden con
pacientes y la satisfacción de los clientes.
su plan asistencial22. Mientras se trata la enfermedad médica, se
elabora un plan para el alta. Este proceso debe comenzar en fases No es fácil reducir los costes. Se debe tener cuidado de realizar
una asistencia exhaustiva e integral. Una comunicación estrecha
tempranas porque con frecuencia se tarda tiempo en hablar con
con el familiar para discutir los objetivos de la asistencia, planificar
las familias y los cuidadores de los pacientes. Los pacientes deben
ir a su domicilio con el servicio adecuado, ya sea asistencia en un el alta y una asistencia adecuada después del alta es esencial para
reducir los costes. Es obligatorio que haya miembros específicos
centro de cuidados paliativos o domiciliaria17,18.
Un modelo que ofrezca medicina paliativa en un contexto de del equipo multidisciplinar que se comuniquen con el paciente
y con su familia para la planificación de la asistencia. Éste es un
cuidados agudos necesita una respuesta institucional que fomente
conjunto de habilidades particular que es necesario para tratar
este servicio para los pacientes y sus familias11. Las barreras a las
discusiones sobre el final de la vida incluyen las siguientes: a los pacientes con enfermedades que limitan su vida, porque la
mayoría tienen deterioro clínico y finalmente mueren. Un trabaja­
• Malestar cuando se habla sobre la muerte. dor social específico con experiencia en medicina paliativa puede
• Sensación de fracaso por parte del médico responsable. ayudar a reducir las cargas económica, psicosocial y espiritual18. El
• Limitaciones temporales para la discusión de los planes te­ trabajador social es esencial para ofrecer información, identificar a
rapéuticos. las personas que deben tomar las decisiones y estructurar reunio­
• Ausencia de objetivos asistenciales. nes con la familia. La comunicación entre los médicos y los fami­
• Ramificaciones legales de la suspensión de un tratamiento liares con frecuencia es inadecuada, lo que genera conocimiento
agresivo. escaso sobre la situación del paciente, dificultad para obtener
• Incentivos económicos que favorecen las opciones curativas11. información, explicaciones insuficientes sobre las intervenciones

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y la percepción errónea de que la muerte de un ser querido era paliativos de un centro oncológico integral que en los pacientes a
inesperada11. los que se trató fuera de la unidad intrahospitalaria31.
Como la comunicación es importante, es obligatoria una reu­ Después de la aplicación de un programa ambulatorio integral
nión con la familia para todos los pacientes que ingresan en la de medicina paliativa32, las muertes en los centros de cuidados agu­
unidad intrahospitalaria de cuidados paliativos agudos18. La dos disminuyeron desde el 84 hasta el 55%. Hubo un aumento del
reunión ayuda a educar a las familias sobre las expectativas de número de pacientes con enfermedad terminal que recibieron cui­
la asistencia después del alta del paciente y cómo pueden soli­ dados paliativos desde el 23 hasta el 71%, y el ahorro económico
citar ayuda si empeora la situación de éste. Simultáneamente, un fue de 1,7 millones de dólares. Hubo una disminución de los costes
gestor de casos específico (profesional de enfermería) revisa las hospitalarios por asistencia terminal después de la aplicación de un
opciones para la planificación del alta que se pueden presentar programa ambulatorio e integral de medicina paliativa.
al paciente y su familia. Con frecuencia no se puede dejar solos El gasto de Medicare en cuidados terminales aumentó un 60%,
a estos pacientes y necesitan asistencia continua en su domici­ desde 3.500 millones de dólares en 2001 hasta 5.900 millones en
lio o en un centro hospitalario. Cuando proceda, se recomienda 2003, a la vez que los programas de cuidados terminales crecie­
el seguimiento ambulatorio en unidades de cuidados terminales ron un 8%, desde 2.266 en 2001 hasta 2.454 en 200333. Los hos­
o de medicina paliativa, y se ofrece un teléfono de ayuda durante pitales de cuidados terminales pueden ofrecer asistencia y seguir
24 horas20. siendo rentables si mantienen un elevado censo diario de pacien­
tes, ofrecen una asistencia continua y aumentan la duración de las
estancias34.
V IA BILID A D ECONÓ MICA
Programa integrado y exhaustivo
Costes y beneficios
Para garantizar la viabilidad económica de cualquier programa de
La medicina paliativa en el contexto interhospitalario habitual­ medicina paliativa, la clave es un programa integrado y exhaustivo.
mente la realiza un servicio de consulta y tiene cierto coste- Tener un servicio de consulta primero puede ser un paso razona­
beneficio26. El equipo de consulta influye en los objetivos de la ble y lógico para establecer un programa, aunque puede no ser
asistencia cuando los médicos que solicitan la consulta aplican las suficiente. Aunque un servicio de consulta en el hospital mejora la
recomendaciones y hay menos ingresos en la unidad de cuidados asistencia de los pacientes, existe el riesgo de que puede que no
intensivos27. Como la asistencia que se presta con frecuencia es se apliquen las recomendaciones35. La Cleveland Clinic tiene un
asistencia terminal, se retiran las intervenciones que no son com­ programa exhaustivo e integrado formado por la unidad intrahos­
patibles con los objetivos de la asistencia en el momento de la pitalaria de cuidados agudos, consulta intrahospitalaria, consulta
consulta. Se producen disminuciones significativas de los costes ambulatoria y un programa de cuidados terminales domiciliarios o
directos y auxiliares (es decir, radiología y laboratorio), pero no de cuidados domiciliarios. Esto tiene varias ventajas:
de los costes de farmacia. En ocasiones se asume que los pacien­
tes están menos graves que los que reciben la asistencia estándar, • El paciente puede entrar en el programa en varios puntos de
lo que puede explicar los menores costes. Los costes y la grave­ acceso.
dad son diferentes en estas situaciones21,22. Los costes hospitala­ • Una persona puede pasar por todas las líneas de producto,
rios son menores 5 días después de la consulta con una unidad según la trayectoria de su enfermedad, manteniendo los ingre­
intrahospitalaria de medicina paliativa14. Un equipo intrahospita- sos dentro del programa.
lario multidisciplinar de cuidados paliativos mejoró la calidad de • Los médicos de medicina paliativa siguen a estos pacientes
la asistencia y los síntomas y redujo los costes intrahospitalarios y en todos los puntos de acceso y ofrecen continuidad en la
ambulatorios de pacientes con tiempos de supervivencia menores asistencia20.
de 1 año28.
Una revisión retrospectiva de la consulta intrahospitalaria de El peligro de presentar la medicina paliativa o los centros de
medicina paliativa mostró que el equipo asistencial principal cuidados terminales como un programa que permite ahorrar cos­
aplicó más del 90% de las intervenciones y que el 87% de los tes es la expectativa de que seguirá haciéndolo y deberá seguir
pacientes tuvo mejoría sintomática29. Disminuyeron los costes haciéndolo, lo que finalmente condenará al programa. La presta­
secundarios y los costes relacionados con la terapia con un res­ ción de una asistencia de calidad tiene más importancia que la
reducción de los costes4.
pirador después de la consulta con cuidados paliativos, y en los
pacientes a los que se derivó al centro de cuidados terminales la La medicina paliativa es una especialidad cognitiva, aunque
duración de la estancia hospitalaria disminuyó. Los pacientes aten­ el clima de reembolso en Estados Unidos favorece la experiencia
didos según un modelo de asistencia gestionada tuvieron menos técnica. Es difícil prestar una asistencia de calidad en el contexto
costes por visitas al servicio de urgencias e ingresos hospitalarios de reembolsos por GRD fijos en centros de cuidados agudos o en
futuros después de la consulta a medicina paliativa. La mediana centros de cuidados terminales. Para ofrecer una asistencia holista
del número de pruebas auxiliares disminuyó desde cuatro hasta de calidad a los pacientes con enfermedades avanzadas es nece­
ninguna. La mediana del número de cargos por uso de ventilado­ sario un equipo interdisciplinar con experiencia (p. ej., médicos,
res disminuyó desde seis a dos después de la consulta a medicina profesionales de enfermería, trabajador social, pastor). Se puede
paliativa29. garantizar la viabilidad económica en una unidad especializada
Una unidad de medicina paliativa especializada de volumen de cuidados agudos o en una unidad intrahospitalaria de cuida­
elevado redujo los cargos y los costes diarios en un 66% en con­ dos terminales utilizando fármacos antiguos y económicos pero
junto y en un 74% para otros cargos (es decir, fármacos y pruebas de eficacia demostrada para el control sintomático, la prescrip­
diagnósticas) después del traslado a la unidad de cuidados paliati­ ción selectiva de intervenciones diagnósticas y terapéuticas de
vos30. Aunque los objetivos del tratamiento pueden ser diferentes, acuerdo con el plan asistencial del paciente y el mantenimiento
los costes fuera de la unidad de medicina paliativa fueron mayo­ de una alta tasa de ocupación para compensar los elevados costes,
res en 57 casos pareados. A veces los equipos de derivación no especialmente de personal4.
sabían cómo ajustar la asistencia, porque intervenciones costosas
como alimentación por sonda, antibióticos intravenosos, nutrición CONCLUSIONES
parenteral total y hemodiálisis probablemente no fueran a modi­
ficar la evolución de alguien que está muriendo30. Los cargos dia­ Hay varios modelos de medicina paliativa. Un modelo exhaustivo e
rios medios fueron un 38% menores en una unidad de cuidados integrado mejora la viabilidad económica. Ayuda a compensar los

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
El negocio d e la m edicina paliativa:asistencia d e calidad en un entorno difícil I C A P Í T U L O 4 3 229

retos económicos al prestar asistencia con un reembolso fijo. La 17. Lagman R,Walsh D. Acute care paUiative medicine—the Cleveland model. EurJ
medicina de cuidados paliativos agudos ofrece una asistencia ade­ PaUiat Care 2007;14:17-20.
cuada para la trayectoria de los pacientes individuales y se debe 18. Lagman R, Rivera N, Walsh D, et al. Acute inpatient paUiative medicine in a can­
cer center: Clinical problems and medical interventions—a prospective study.
reembolsar de acuerdo con los recursos utilizados. Es obligatorio Am J Hosp PaUiat Med 2007;24:20-28.
disponer de un plan comercial para cualquier programa naciente 19. Davis MP, Walsh D, NeLson KA,LeGrand SB.The business of paUiative medicine—
coexistente. part 2.The economics of acute inpatient palliative medicine. Am J Hosp PaUiat
Care 2002;19:89-95.
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Oncol 2000;27:1-6. 2003;20:415-433- ’

ERRNVPHGLFRVRUJ
Calidad

calidad, procurando que los recursos disponibles aseguren el me­


| CAPÍTULO 44 jor cuidado posible a los destinatarios, aplicando ciertamente
los principios de cuidados paliativos (movimiento Hospice en los
países anglosajones). Hay una creciente necesidad de establecer
indicadores de calidad y eficacia específicos en cuidados paliati­
Desarrollo de estándares vos, y es importante que el proceso de desarrollo de los estándares
sea seguido por la creación de métodos para medir el impacto de
nacionales e internacionales dichos estándares.
La propia existencia de los estándares puede servir como
Carlos Centeno y Antonio Noguera agente de cambio y mejora asistencial. Habitualmente el interés
en el diseño de estándares se debe a la intención de fomentar
un desarrollo positivo en cuidados paliativos. Se deben plantear
£>2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos estándares mínimos para establecer un marco que permita obte­
ner financiación de un sistema sanitario o una compañía de
seguros particular. Los estándares también pueden garantizar la
acreditación de los profesionales y centros que prestan una asis­
P U N T O S tencia especializada. Las implicaciones legales de los estándares
> Los estándares que más extensamente se han desarrollado en el ámbito particulares dependen de su reconocimiento por la autoridad
de cuidados paliativos están centrados en las dimensiones organizativas o correspondiente.
estructurales de la prestación de la asistencia. Normalmente los estándares se distribuyen en documentos im­
> Los estándares de organización nacional pueden ser un buen punto de par­ presos, que con frecuencia están disponibles en las páginas web
tida para el cambio y la mejora de los cuidados paliativos en una determi­ de las instituciones. Las definiciones, los objetivos y el diseño de
nada nación. Los estándares canadienses son un buen ejemplo. los documentos existentes sobre estándares con frecuencia son
» Los estándares clínicos tienen un desarrollo más reciente. Liverpool Care variables y en ocasiones poco claros. Lunder y cois.1 realizaron un
Pathway y Gold Standards Framework son dos buenos modelos para mejo­ estudio en Europa para revisar los documentos existentes sobre
rar la calidad de los cuidados paliativos. los estándares para conocer mejor los diferentes indicadores
» Puede considerarse que no hay estándares internacionales de cuidados de calidad, estándares y perspectivas utilizados para mejorar la
paliativos universalmente aceptados. Sin embargo, algunos documentos de calidad en cuidados paliativos. La mayoría de los estándares de
organizaciones internacionales y algunos indicadores de provisión de servi­ cuidados paliativos ofrecía criterios que se podían cuantificar en
cios, obtenidos de estudios comparativos, pueden ser una referencia válida. diversas situaciones. La mayoría de los estándares se puede apli­
car a todos los pacientes, incluye a los que tienen enfermedades
no malignas, aunque pocos incluyen los cuidados paliativos pediá­
tricos. Algunos han propuesto herramientas de evaluación prác­
ticas para la revisión por los iguales y las auditorías. En la revisión
no se estudió en qué medida y con qué finalidad se utilizan los
ESTÁNDARES Y CALID AD EN CU ID A D O S estándares1.A pesar del notable trabajo que supone la elaboración
PALIATIVOS de estos documentos, el estudio1 encontró grandes variaciones en
los documentos en relación con los objetivos, los grupos diana, las
Los estándares en cuidados paliativos se han desarrollado para áreas cubiertas y la estructura. No hubo ningún formato común
garantizar y mejorar la calidad asistencial. Un estándar es un crite­ para los estándares, y la terminología utilizada en los documentos
rio normativo. Establece un patrón de lo que se puede considerar con frecuencia era confusa.
el resultado deseado de cada recurso o proceso. Una declara­
ción de estándares explica el proceso de ejecución deseable que
define una condición necesaria o esencial que debe conseguirse
o mantenerse. En sus formulaciones, los estándares se refieren CLASIFICACIÓN Y TIPOS DE ESTÁNDARES
más a cómo debe ser algo que a cómo se deben hacer las cosas.
La declaración de estándares es diferente a las guías clínicas. Las La tabla 44-1 muestra algunos de los tipos de estándares que se han
guías clínicas son declaraciones desarrolladas sistemáticamente utilizado. En cuidados paliativos el desarrollo de estándares habi­
que ayudan a tomar decisiones sobre intervenciones sanitarias tualmente se ha centrado más en las dimensiones organizativas o
adecuadas en situaciones clínicas específicas. Las definiciones de estructurales de la prestación asistencial. Algunos estándares orga­
los estándares y las guías clínicas, con frecuencia, llevan a imponer nizativos se pueden referir a características estructurales (p. ej.,
métodos particulares de auditoría o de evaluación para determinar personal, estructura y organización física del recurso), los proce­
el grado de cumplimiento de los patrones, las recomendaciones o sos o la actividad de la prestación asistencial, o los resultados de
los estándares para casos individuales o para sistemas completos. la intervención clínica2. Los estándares profesionales describen
Definir y proponer estándares de calidad, desarrollar guías clí­ cómo deben participar en el proceso asistencial determinados gru­
nicas y realizar procesos de auditoría son tres modos de obtener pos profesionales. Se puede considerar que estos estándares son

PARTE I PRINCIPIOS
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Desarrollo d e estándares nacionales e internacionales I C A P Í T U L O 4 4 231

4-1 Estándares utilizados en cuidados paliativos

Á M B IT O DE A P L IC A C IÓ N T IP O S D E E S TÁ N D A R E S S U B T IP O S D E E S TÁ N D A R E S A S P E C TO S F U N D A M E N TA L E S Y C O M E N TA R IO S

Estándares nacionales (para Estándares organizativos Estándares estructurales Estructura de los servicios de cuidados paliativos,
la prestación de cuidados de práctica clínica proceso de la prestación asistencial, resultados clínicos
paliativos en un país o región) que se deben conseguir
Estándares para la conducta Leyes y competencias profesionales
profesional
Estándares mínimos Características para el acceso a la financiación, para usar
la denominación de los servidos, o para acreditar los
profesionales en cuidados paliativos
Estándares clínicos Abordan cualquier aspecto concreto del proceso de
nacionales la asistencia que adopte la autoridad sanitaria (p. ej.,
cuidados domiciliarios al final de la vida)
Estándares nacionales Estándares para cualquier Contenido de la formación avanzada en cuidados
para la formación trabajador profesional en paliativos que se puede plantear como áreas
cuidados paliativos especializadas en un país
Estándares internacionales Estándares internacionales Estándares generales Algunas recomendaciones al gobierno su
(aplicables en cualquier para la prestación de organizaciones internacionales consideradas como
situación o contexto) cuidados paliativos estándares generales
Estándares clínicos Abordan cualquier punto concreto del proceso
asistencial (p. ej., últimos 2 días de vida)
Estándares internacionales Principales características y contenidos del proceso de
para la formación formación en cuidados paliativos

un subtipo de estándares de procesos. Algunos estándares definen representan a todas las partes implicadas en el proceso que se dis­
los cuidados de enfermería, las tareas de los trabajadores sociales cute. Durante el proceso de definición es vital el consenso entre
o de los capellanes de los centros de cuidados paliativos. expertos, que aumentará las posibilidades de aceptación posterior.
Los estándares clínicos se centran en definir algunos aspectos Se recomienda la participación de compañeros de otras especiali­
determinados de la asistencia de los pacientes. Un proceso clínico dades, diversas asociaciones científicas, políticos, gestores y usua­
particular puede tener mucha eficiencia, puede aceptarse y usarse rios o beneficiarios de los servicios de cuidados paliativos duran­
de forma generalizada, y ser adoptado como un procedimiento te parte o todo el proceso de definición o al final del proceso,
estándar por otros profesionales. Un ejemplo es el Liverpool como parte del proceso de revisión. Como los estándares propues­
Care Pathway (que se analiza más adelante). Otras definiciones tos se deben aceptar lo más ampliamente posible, su diseminación
de los estándares dependen de aspectos específicos de la tarea, debe ser lo más amplia posible.
como estándares para la formación o la investigación en cuidados
paliativos. Por ejemplo, la European Association for Palliative Care
(EAPC) ha hecho propuestas para la formación de los profesiona­
les de enfermería3.
Considerando el ámbito de aplicación para el que se proponen ESTÁNDARES NACIONALES
los estándares se pueden dividir también en nacionales e interna­
Desarrollo de estándares de cuidados paliativos
cionales. Los segundos, como se verá, apenas se han desarrollado.
en diferentes países
Proceso de definición de estándares Hablamos de estándares nacionales en cuidados paliativos cuan­
do esas normas o recomendaciones de calidad se proponen para
Una vez que una organización haya establecido el tipo de estándar todo el que desarrolla cuidados paliativos en una nación deter­
que va a desarrollar, se debe perfilar el abordaje del trabajo para minada. No se puede diseñar un estándar común para aplicar a
conseguirlo. Un punto de partida sostenible es una revisión for­ diversos países. Al comparar diferentes estándares nacionales,
mal de la definición y la misión de la institución. También debe encontramos una base común de principios, vemos una raíz
haber una declaración clara sobre el objetivo de los estándares y común en la metodología aplicada, pero hay una gran diversidad
la justificación de dicho objetivo. Después de haber decidido el a la hora de concretar el modo de desarrollar estructuras o progra­
marco, un método de trabajo puede ser la elección de un modelo mas de cuidados paliativos. Es lógico que se busque ese modo de
adecuado de prestación de cuidados paliativos y la adaptación adaptar o particularizar los principios generales de cuidados palia­
de los estándares de ese modelo al contexto individual. En otros tivos porque cada medio cultural, político y geográfico tiene unas
casos, cuando el grupo está suficientemente maduro o cuando el particularidades con gran repercusión asistencial. Es obvio que los
trabajo que se realiza suponga aspectos nuevos, se puede intentar cuidados paliativos se aplican cada vez más universalmente, pero
un desarrollo independiente. Hospice en Escocia significa algo muy distinto que en California,
Con frecuencia las definiciones de los estándares se confían a no se entiende en muchos países mediterráneos, se parece a una
grupos de expertos. Las metodologías del desarrollo de estándares Nursing Home de Holanda pero casi nada a otra de Noruega. Por
varían desde talleres específicos, que duran sólo varios días y apro­ eso es recomendable disponer de normas o estándares para desa­
vechan los resultados de grupos de trabajo preparatorios previos, rrollar cuidados Hospice o cuidados paliativos en cada país.
hasta procesos de consenso más formales, como el método Delphi Los estándares con ámbito nacional de aplicación suelen ser
u otros métodos, que pueden ser operativos en períodos más pro­ propuestos p or instituciones, sociedades científicas u organizacio­
longados, que posiblemente duran varios años. En cuidados paliati­ nes nacionales de cuidados paliativos o también grupos profesio­
vos es habitual reunir grupos multidisciplinares con expertos que nales concretos. A cada corporación le une un interés de alcanzar

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232 S E C C IÓ N G | Calidad

un desarrollo correcto de los cuidados paliativos en su ámbito. M odelos de estándares de estructura


Las autoridades sanitarias de un país también cooperan con fre­
nacionales
cuencia en el desarrollo de estándares de calidad. Este apoyo se
muestra avalando el proceso de definición o los resultados pro­
Standards fo r p ro vid in g q u a lity palliative care fo r all
piamente. A veces se prefiere colaborar sólo promoviendo su
difusión. El diseño de estándares ha sido una medida eficaz para Australians
un correcto y rápido desarrollo de cuidados paliativos. Conviene Los estándares para la prestación de cuidados paliativos de calidad
citar como ejemplo países como Alemania u Holanda, que en reconocen y reflejan el considerable trabajo y éxito que han tenido
menos de una década han conseguido una amplia red de calidad algunos sectores en el desarrollo y la aplicación de abordajes coor­
asistencial del paciente terminal, y que muchos países del Europa dinados y en red para el desarrollo y la prestación de servicios7. La
del Este, tienen entre sus principales objetivos para el desarrollo metodología representa un gran cambio con respecto a la publi­
de los cuidados paliativos, la implementación de irnos estándares cación de 1999 de los estándares de caudados paliativos para los
básicos4. australianos, que se basó en el abordaje holístico estrechamente aso­
Los estándares nacionales reflejan en su articulado el nivel ciado a los cuidados paliativos, que tenía un enfoque filosófico y en
de desarrollo de los cuidados paliativos en un país y también lo el que cada grupo de afirmaciones se relacionaba con los diferentes
que puede ser preocupaciones particulares del sistema sanitario aspectos de la asistencia: físico, psicológico, social y espiritual.
para ese medio. A modo de ejemplo podemos observar cómo La nueva edición de los estándares australianos es el producto
en los países del ámbito anglosajón, se incide en la necesidad de fomentar una mayor coordinación entre los diferentes niveles
de realizar una toma conjunta de decisiones con el paciente. asistenciales y de identificar los objetivos en cada nivel para cada
En Europa del Este, los estándares de paliativos se centran más estándar. Divide la atención en cuatro niveles, el primero corres­
en la equidad, en el desarrollo de una red apropiada que per­ ponde a atención primaria y los otros tres, a especialistas en cuida­
mita un acceso a este tipo de cuidados a toda la población dos paliativos. Al médico de atención primaria le corresponde una
del país. primera evaluación, triage y valorar la necesidad de apoyo espe­
La cooperación internacional puede ser determinante para cífico. Al primer nivel de especialidad le corresponde la asistencia
desarrollar estándares en un país. Los estándares de la Sociedad sanitaria de pacientes complejos y el asesoramiento de los equi­
Rumana de Cuidados Paliativos, por ejemplo, fueron desarrolla­ pos de atención primaria. Al segundo y tercer nivel de especialis­
dos conjuntamente por expertos de Estados Unidos y profe­ tas, además del cuidado de pacientes complejos, les corresponde
sionales de paliativos rumanos. Más adelante se describe este la formación continuada de otros especialistas y la formación de
proceso. Organizaciones como National Hospice and Palliative nuevos especialistas en cuidados paliativos respectivamente.
Care Organization (NHPCO) o Help the Hospices5 tienen diversos Ponen gran interés en promover un apoyo social solidario
programas de apoyo para el desarrollo de cuidados paliativos en entre vecinos, concienciando a la sociedad sobre el creciente pro­
países en desarrollo. La EAPC organizó la Eastern European Task blema de las enfermedades crónicas y el aumento de pacientes
Force6 para promover el desarrollo de los cuidados paliativos en frágiles. Reconocen la necesidad de un correcto enfoque cultural
países del Este. para dar un apoyo digno a la población aborigen originaria, respe­
El estudio de los estándares nacionales desarrollados en dife­ tando su modo de vida.
rentes países puede ser una valiosa fuente de información para
definir o revisar estándares propios. En la tabla 44-2 se relacionan
diferentes estándares promovidos por organizaciones nacionales Estándares organizativos nacionales com o énfasis
y se indican su denominación, el idioma, el año de publicación del cam bio nacional y la m ejora de los cuidados
y la dirección de internet en la que se consultó. Se ha preten­
p aliativos en Canadá
dido localizar documentos disponibles en inglés o español.
En algunos casos se indican documentos disponibles en otros A finales de la década de 1980 varios profesionales y varias orga­
idiomas. nizaciones de Canadá reconocieron que no había ningún idioma
Los estándares de organización se han desarrollado más en los común ni ningún estándar ampliamente aceptado que guiara la
países con mayor tradición en cuidados paliativos, especialmente práctica de los cuidados paliativos. Desde 1989 hasta 2002 y con
los del mundo anglosajón. La mayoría de los estándares actuales la finalidad de sentar precedentes se puso en marcha un pro­
se ha establecido en los últimos 5 años. En Reino Unido, en con­ ceso de obtención de consenso iterativo en el que hubo miles de
creto, se dispone de estándares particulares para Gales, Escocia participantes. En 2002, después de que se hubiera alcanzado un
e Inglaterra. La mayoría de los estándares los desarrollan socie­ acuerdo de más del 75%, la asociación Canadian Hospice Palliative
dades científicas o profesionales. Sin embargo también algunos Care publicó el Model to Guide Hospice Palliative Care (Modelo
estándares vienen desarrollados por iniciativas más amplias para guiar los cuidados paliativos)8, aceptado a nivel nacional.
como la de la Joint Commission en EE.UU. En algunos países Incluía definiciones de términos utilizados con m ucha frecuencia
varias organizaciones aportan visiones diversas o han concre­ y proponía valores, principios y patrones de práctica para guiar el
tado estándares para un grupo profesional (generalmente para desarrollo organizativo y la prestación de la asistencia8.
prácticas de enfermería) o para una actividad (home care o Desde la publicación del modelo Model to Guide Hospice
bereavement). Palliative Care en 2002, ha recibido el respaldo de todas las prin­
Cuando en un país se establecen unos estándares de calidad, cipales organizaciones de cuidados paliativos y de varias organiza­
automáticamente se inicia un proceso de cambio. La energía em­ ciones médicas nacionales del país. Se está adoptando y adaptando
pleada en ese proceso deriva en la aparición de nuevas nece­ por muchos proveedores de cuidados paliativos, y constituye la
sidades. Para dar respuesta a esas necesidades, se establecen nue­ base de muchas iniciativas sanitarias para ampliar los servicios
vos estándares dirigidos a actuaciones más precisas. Este hecho lo de cuidados paliativos y para muchas actividades educativas, de
podemos observar en los países con más tradición en cuidados investigación y de representación. Se está adaptando para elaborar
paliativos, cuyo desarrollo ha llevado a la revisión continua de los estándares auxiliares para profesionales de enfermería (a través de
estándares existentes. la Canadian Nurses Association), trabajadores sociales, asesores y

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Desarrollo d e estándares nacionales e internacionales I C A P Í T U L O 44
PÁGINAS W EB
234 S E C C IÓ N G | Calidad
l i l i i MU
i$ I | I | I i
PARTE I PRINCIPIOS
Desarrollo d e estándares nacionales e internacionales I C A P Í T U L O 4 4 235

voluntarios; para la asistencia pediátrica; para patrones de práctica


provinciales y nacionales para centros de cuidados paliativos; y T A B L A 4 4 - 3 Estándares de cuidados paliativos o cuidados
para la acreditación de hospitales y centros de cuidados crónicos terminales disponibles en Estados Unidos
(a través del Canadian Council on Health Services Accreditation). INSTITUCIÓN ESTÁNDAR
Toda esta actividad es muy indicativa de que el proceso de desa­
rrollo de estándares nacionales puede ofrecer un enfoque signi­ American Association 'o f Colleges Competencies and Curricular
ficativo, el contenido y la energía necesarios para motivar a los of Nursing Guidelines for End-of-Life
elaboradores de políticas, los reguladores, los administradores y Nursing Care
los médicos para que cambien la prestación de cuidados paliati­ American Geriatrics Society (AGS) Position Statement: The Care of
vos a los pacientes y sus familias8. Dying Patients
American Society of Clinical Cancer Care During the Last
Oncology (ASCO) Phases of Life
Estándares nacionales de cuidados paliativos Children's Hospice International Standards for Hospice Care for
en Rumania (CHI) Children
Grace Project End-of-Life Care Standards
Estos estándares son el fruto de un proyecto de cooperación entre
of Practice for Inmates in
el Hospice Casa Sperantei y la National Hospice and Palliative Care
Correctional Settings
Organization (NHPCO), con la financiación de la U.S. Agency for
Joint Commission on the Pain Standards 2001
International Development (USAID)9. El documento establece en
Accreditation of Healthcare
primer lugar la necesidad de proveer cuidados paliativos a todo Organizations*
paciente que lo necesite, fija las bases fundamentales de cómo
Last Acts Compendium of Guidelines and
deben realizarse los cuidados paliativos en un hospice y reclama
Position Statements
la necesidad de desarrollo de los diferentes tipos de equipos que
Milbank Memorial Fund Principles for Care of Patients at
deben ponerse en macha para establecer una red completa de cui­
the End of Life
dados paliativos.
El documento se centra en la población pediátrica. En Rumania National Hospice and Palliative Hospice Standards of Practice
Care Organization
se considera a esta población un grupo especialmente necesitado
de este tipo de cuidados y que necesita un enfoque particular. Modificada de Von Guten CF, Ferris FD, Poetenoy RK, Glajchen M (eds.). How
Establece el apoyo internacional como una fuente necesaria para to Establish a Palliative Care Program. New York: Center for Advance
conseguir fondos que permitan el sostenimiento de estos cuida­ Palliative Care, 2001. Disponible eii http://64.85.16.230/educate/content/
dos y ve la necesidad de contar con centros de excelencia donde elements/normsofpractice.html (acceso el 26 de septiembre de 2007).
*LaJoint Commission on the Accreditation of Healthcare Organizations
poder formar a sus profesionales. Es un buen ejemplo del estable­ 0CAHO) se llama ahora The Joint Commission (JC).
cimiento de unos estándares básicos de acuerdo con la situación
y necesidades actuales del país, que permitan una primera fase de
evolución y desarrollo de los cuidados paliativos.

Varios estándares de cuidados palia tivos en Estados


Unidos
utilizar para fomentar las ideas y la creatividad. Ésta es una forma
En la tabla 44-3 se presentan ejemplos de estándares estadouni­ de establecer puntos de referencia para un centro de cuidados
denses de cuidados paliativos promovidos por diversas organi­ paliativos y para evaluar los servicios que presta. La monografía
zaciones. Los primeros estándares sobre cuidados terminales los incluye apéndices sobre los cuidados paliativos en residencias de
formuló en 1974 un comité del International Work Group ancianos y centros intrahospitalarios de cuidados paliativos, y es
on Death and Dying10. En 1981 la W. K. Kellogg Foundation con­ compatible con los estándares de Medicare, la JCAHO y el pro­
cedió una beca a la Joint Commission for the Accreditation of grama Community Health Accreditation Program (CHAP).
Healthcare Organizations 0CAHO) (actualmente llamada The Joint
Commission [JC]) para investigar la situación de los centros de
cuidados paliativos en Estados Unidos y elaborar estándares para M odelos de buena práctica en cuidados
su acreditación11. Desde entonces se han desarrollado estándares
paliativos conseguidos mediante el desarrollo
y patrones de práctica aceptados de forma general y basados en
las necesidades y expectativas de los pacientes y de sus familias. de estándares clínicos
Estos modelos se pueden utilizar para diseñar programas a medida
que desarrollan sus propios estándares de práctica clínica. The G old Standards Fram ework (GSF): optim ización
En 2006 se actualizaron los Standards o f Practice for Hospice de la asistencia prestada p o r los equipos de atención
Programs12. Están organizados alrededor de los componentes de prim aria en el Reino Unido
la calidad de los cuidados paliativos: derecho y ética, compara­
ción de estándares de diversas fuentes, centros hospitalarios de El GSF es un abordaje sistemático para optimizar la asistencia que
cuidados paliativos, recursos humanos, equipos interdisciplina- prestan los equipos de atención primaria en el Reino Unido a
res, liderazgo y gestión. Estos estándares tienen como objetivo la cualquier paciente que se aproxime al final de la vida13. Fue desa­
autoevaluación, el uso continuo para la mejora del rendimiento y rrollado desde el interior de la atención primaria para la atención
las iniciativas de mejora de la calidad en los cuidados paliativos primaria por Keri Thomas, un médico con interés especial en cui­
a nivel nacional. Se elaboró una herramienta de autoevaluación dados paliativos y líder clínico del National Health Service (NHS)
específica para evaluar todos los grupos de estándares. Después para cuidados paliativos, previamente había sido médico de la fun­
de cada grupo de estándares hay un conjunto de ejemplos prác­ dación Macmillan, y recibió el apoyo de un grupo de referencia
ticos cuyo objetivo es enseñar las diversas formas de aplicación multidisciplinar de especialistas y generalistas para mejorar los cui­
de los estándares. No se pretende que los ejemplos prácticos sean dados paliativos que ofrece en la comunidad el equipo sanitario
requisitos o descripciones de la mejor o la única forma de cum­ habitual del paciente. La experiencia piloto se desarrolló en
plir los estándares. Son ejemplos prácticos que se pueden imitar o West Yorkshire en 2001 con 12 consultas y después se amplió a

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236 S E C C IÓ N G | Calidad

otras 78 consultas de 18 áreas, seguido por un programa escalo­ nar que ofrece un marco de base científica para la fase terminal.
nado nacional respaldado por Macmillan y por Cancer Services La LCP comienza cuando el equipo multidisciplinar acuerda que
Collaborative. el paciente está al final de la vida y se aplican dos o más de las
Actualmente el marco GSF forma parte del programa NHS End- definiciones siguientes: encamado, semicomatoso, capaz de tomar
of-Life Care Program, que afirma que la asistencia de los pacientes únicamente sorbos de líquido, o ya no es capaz de tomar com­
con enfermedad avanzada se debe elevar hasta el mejor nivel por­ primidos. Entonces el marco de la LCP incluye tres fases: evalua­
que la mejora de la fiabilidad y la calidad de la asistencia domi­ ción y asistencia inicial, asistencia continua y asistencia después
ciliaria es un paso básico para mejorar la asistencia al final de la de la muerte, con la asistencia física, psicosocial y espiritual como
vida de todos los pacientes. El marco GSF es un abordaje lógico objetivo en cada una de las fases. Estas fases actúan como orien­
para formalizar los estándares de mejor práctica, para que una taciones. Si es más adecuado tratar a un paciente de una forma
buena asistencia sea el estándar para todos los pacientes y en todo diferente, se registran notas en un impreso de variación con la jus­
momento. El marco GSF es un grupo verificado de estrategias, tificación del cambio.
tareas y herramientas de capacitación que ayudan a los equipos de La LCP es una guía clínica basada en la evidencia científica
atención primaria a prestar la mejor asistencia posible a las perso­ para la fase terminal. Especifica el tratamiento y la asistencia para
nas que se aproximan al final de la vida (cuadro 44-1). El marco una enfermedad dada según guías clínicas, estándares y protoco­
GSF es una herramienta genérica para la mejora. Se desarrolló los aceptados a nivel nacional. Ofrece un conjunto como genio
inicialmente para la asistencia en atención primaria de los pacien­ de documentación y ofrece la base para una auditoría continua.
tes con cáncer, aunque actualmente se utiliza para cualquier Garantiza una calidad asistencial buena de forma homogénea, aun­
paciente con una enfermedad que limite la vida y en otros contex­ que cambien los profesionales o aunque éstos tengan una proce­
tos, como las residencias de ancianos. dencia o unas experiencias diferentes. La LCP se desarrolló para
transferir el modelo asistencial de los Hospice a otros contextos
Liverpool Care Pathway: estándares básicos de atención asistenciales. Además de utilizarse de forma generalizada en los
hospitales, también se ha adoptado en centros de cuidados paliati­
a l final de la vida vos, residencias de ancianos, centros de cuidados paliativos pediá­
Las vías asistenciales integradas (VAI) son un método para registrar tricos y asistencia de pacientes no cancerosos.
y medir los resultados de la asistencia en los últimos días de vida.
El documento de VAI sustituye a toda la documentación previa y The Pan-Canadian G old Standard fo r Palliative Home
es un registro multidisciplinar de la asistencia de los pacientes. Care
El objetivo de la Liverpool Care Pathway for the Dying Patient
(LCP) fue aplicar una VAI en un contexto hospitalario de cuidados Se desarrolló The Pan-Canadian Gold Standard for Palliative Home
al final de la vida para establecer estándares asistenciales para el Care para garantizar un acceso equitativo a cuidados paliativos
control sintomático en la fase terminal de la vida de un paciente14. de calidad en el domicilio15. El punto de partida fue el reconoci­
La vía LCP es un documento de base científica que actúa como miento de que los canadienses prefieren pasar los últimos días en
guía para los profesionales sanitarios cuando atienden a pacien­ su hogar. A la vista de esta necesidad, el sistema sanitario público
tes en los últimos días de la vida. Es un documento multidiscipli­ encontró dos problemas que se debían resolver: los pacientes que

Cuadro 44-1 The Gold Standards Framework

Un objetivo 1. Controlar los síntom as d e los p acientes e n la m edida d e lo posible.


2. Perm itir q ue los p acientes vivan bien y m ueran b ien e n el lugar que
Hay u n a posibilidad d e in ten tar la m ejor asistencia para todos, u n
p a tró n de referencia al q ue aspirar para todos los pacientes qu e se 3. La seguridad y el apoyo incluyen m ejor planificación de los cuida­
acercan al final d e la vida, in d ependientem ente d el diagnóstico, la fase dos avanzados, información, m enos m iedo y m enos crisis e ingresos
o el contexto. hospitalarios.
4. Se de b e apoyar, informar, habilitar y capacitar a los cuidadores.
Tres procesos 5. Se d e b e m ejorar la confianza, la com unicación y el trabajo e n equi­
p o del personal.
Todos los p rocesos d el Gold Standards Fram ework (GSF) suponen una
m ejora d e la com unicación:

1. Identificar a los p acientes q u e necesitan cuidados paliativos o de Siete tareas fundamentales


apoyo hacia el final de la vida.
2. Evaluar las necesidades, los síntom as y las preferencias d e los Los estándares d el m arco GSF (ww w .goldstandardsfram ework.nhs.uk)
pacientes, y cualquier aspecto im portante para ellos. incluyen siete C que detallan tareas específicas y pro p o n e n m étodos
3. Planificar la asistencia alrededor d e las necesidades y preferencias para conseguirlas:
de los pacientes, y p erm itir q u e se satisfagan estos requisitos y soli­
citudes; e n particular, p erm itir q u e los pacientes vivan y m ueran C1 Comunicación.
donde elijan. C2 C oordinación d e la asistencia.
C3 C ontrol d e los síntom as y evaluación continua.
Cinco objetivos C4 Apoyo continuo, incluidas las horas fuera d e la jornada laboral.
C5 Aprendizaje continuo.
Los objetivos del GSF so n ofrecer asistencia d e alta calidad a los C6 Apoyo d e los cuidadores y la familia.
pacientes e n los últim os m eses d e su vida e n la comunidad: C7 Asistencia (care) durante la fase terminal.

De wunv.goklstandardsframework.nhs.uk.

PARTE I PRINCIPIOS
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Desarrollo d e estándares nacionales e internacionales I C A P Í T U L O 4 4 237

necesitan cuidados paliativos no tienen acceso a asistencia 24 ho­ dolor y otros síntomas, la necesidad de que participen en la toma
ras al día, 7 días a la semana si se les atiende en sus propios de decisiones, los datos sobre las soluciones eficaces en cuidados
domicilios, y hay problemas de acceso a los materiales y fármacos paliativos, y problemas para el futuro. La segunda publicación es
específicos necesarios para una prestación asistencial completa un documento de apoyo titulado Informe técnico: hechos sólidos
en el domicilio. Para solucionar estos problemas, el gobierno en cuidados paliativos20, y plantea cómo mejorar los servicios y
adoptó varias medidas que tienen como objetivo ofrecer a todos formar a los profesionales y a la población.
los pacientes que necesiten cuidados paliativos asistencia de En Europa se ha producido una amplia diseminación de la
enfermería especializada a cualquier hora del día y con dedicación Recomendación 24 (2003) del comité de ministros a los esta­
exclusiva; garantizar que el profesional de enfermería que atiende dos miembros sobre la organización de los cuidados paliativos
a estos pacientes tenga el apoyo y el consejo de un equipo mul­ y mem oria explicativa11. Este documento, traducido a muchos
tidisciplinar de cuidados paliativos, y crear una lista de material idiomas, hace cuatro recomendaciones fundamentales a los go­
y fármacos esenciales para el tratamiento y la asistencia de estos biernos:
pacientes que deben estar disponibles en todo momento en cual­
quier farmacia y que deben estar financiados por completo con • Adoptar políticas, herramientas legislativas y otras medidas
fondos públicos. necesarias para un marco coherente y exhaustivo de políticas
nacionales para cuidados paliativos.
• Cuando sea posible, adoptar las medidas presentadas en el
ESTÁNDARES INTERNACIONALES apéndice de esta recomendación, teniendo en cuenta las cir­
cunstancias nacionales particulares.
Los estándares internacionales son declaraciones que definen una • Fomentar la formación de redes internacionales entre organi­
situación necesaria o esencial que se debe conseguir o mante­ zaciones, centros de investigación y otras agencias que partici­
ner en un grupo específico de países o en todos los países. Hay pan en el campo de los cuidados paliativos.
varios motivos por los que no existen estándares internaciona­ • Apoyar la diseminación activa y dirigida de esta recomenda­
les en cuidados paliativos de la misma forma que hay estándares ción y de su memoria explicativa, acompañadas por una tra­
nacionales o estándares más localizados. Las organizaciones pro­ ducción cuando proceda.
fesionales transnacionales están en sus primeras fases, y las difi­
cultades de definir diversos aspectos de los cuidados paliativos
Una organización internacional importante, la EAPC, ha publi­
se experimentan a nivel internacional. Normalmente las organi­
zaciones internacionales no tienen la responsabilidad de prestar cado diversas recomendaciones sobre la formación en cuidados
paliativos de los profesionales de enfermería3, que se han dado a
servicios sanitarios; por el contrario, su misión son las políticas
sanitarias. conocer ampliamente.
Mientras no haya estándares organizativos internacionales, po­
demos hacer referencia a importantes recomendaciones sobre
cuidados paliativos que han sido publicadas por diversas organi­ Indicadores sobre la provisión de cuidados
zaciones internacionales. Algunos autores consideran que estos
documentos son los estándares generales de cuidados paliativos a paliativos en diferentes países
nivel internacional16.También se pueden utilizar como referencia En ningún país el desarrollo de los cuidados paliativos puede con­
algunos indicadores sobre la prestación de los cuidados paliativos siderarse como un estándar oro de cuidados paliativos para los
obtenidos en estudios internacionales cuando se comparan los demás. Sin embargo, conocer datos sobre el desarrollo de cuidados
avances en un país determinado. paliativos en diversos países más avanzados puede ser útil para
comparar con el propio. Es necesario disponer de datos válidos y
fiables sobre cómo se está cuidando a los pacientes que precisan
Recomendaciones de las organizaciones cuidados paliativos. De hecho, muchos gobiernos no saben si sus
internacionales para el desarrollo de servicios ciudadanos están recibiendo cuidados adecuados, si las iniciati­
de cuidados paliativos vas que llevan a cabo mejoran la situación, o si sus resultados son
comparables con los países de su mismo entorno cultural. Aunque
Diversas organizaciones internacionales han manifestado su inte­ no resulta fácil medir cómo se cuida a los enfermos al final de la
rés en los cuidados paliativos y han publicado declaraciones o vida, hay algunas estrategias que todos los países deberían comen­
recomendaciones para los gobiernos en relación con la «forma zar a utilizar en un futuro22.
en que las cosas deberían ser» para la asistencia de los pacien­ Aunque la elaboración de políticas sobre cuidados paliativos
tes con enfermedad avanzada. Destacan las publicaciones de la en Europa sigue siendo escasa, se han diseñado algunos estudios
Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre cuidados paliati­ e iniciativas para generar evidencia científica sobre qué ocurre en
vos debido a la importancia de la organización que las respalda, cada país. Se han realizado algunos trabajos para generar análisis
a su distribución generalizada y a su importancia en la década de comparativos entre países y diferentes contextos.
1990, los primeros años en el desarrollo de los cuidados paliativos El grupo EAPC Task Force on the Development of Palliative
en muchos países17,18. Posteriormente, la OMS planteó de nuevo Care in Europe comenzó a trabajar en 2003 y publicó el informe
el tema del desarrollo de los cuidados paliativos con dos docu­ completo a finales de 2006. Dirigido por la EAPC, el grupo colabo­
mentos importantes. Mejores cuidados paliativos para personas rador incluyó a miembros de la EAPC, el International Observatory
mayores19 reconoce que los ancianos han recibido menos cuida­ of End-of-Life Care (IOELC), Help the Hospices y la International
dos paliativos que los pacientes más jóvenes y que los servicios se Association for Hospice and Palliative Care. En ningún otro estu­
han centrado en el cáncer. El documento forma parte del trabajo dio similar se ha alcanzado tanta colaboración. Las tablas 44-4 y
de la Oficina Regional de la OMS para Europa para presentar de 44-5 muestran algunos resultados, con varios indicadores del
forma clara y comprensible datos a los elaboradores de políticas desarrollo de los cuidados paliativos en los países de Europa occi­
sanitarias y los gestores que toman decisiones. Describe las nece­ dental. Desde finales de la década de 1990 la base de datos sobre
sidades de los ancianos, las diferentes trayectorias de las enferme­ cuidados paliativos en Europa ha mejorado, tal como se muestra
dades que tienen, los datos sobre la evaluación insuficiente del en los datos de dichas tablas.

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238 S E C C IÓ N G | Calidad

H T A B L A 4 4-4 Disponibilidad de recursos específicos de cuidados paliativos

PAÍS UNIDADES HOSPICES EQUIPOS EQUIPOS DE RECURSOS POBLACIÓN SERVICIOS/


HOSPITALARIAS DE SOPORTE ASISTENCIA A ESPECÍFICOS (MILLONES) MILLONES
HOSPITALARIO DOMICILIO TOTALES DE HABITANTES
Islandia 2 0 1 3 6 0 20
Reino Unido 63 158 305 356 882 60 16
Suecia 40 5 10 50 105 9 12
Bélgica 29 0 77 15 121 10 12
Irlanda 8 0 22 14 44 4 9
Luxemburgo 1 0 1 2 4 0 9
Países Bajos 4 84 50 - 138 16 8
Francia 78 0 309 84 471 61 8
Noruega 12 2 16 1 31 5 7
Austria 18 7 10 17 52 8 6
España 95 0 27 139 261 43 6
Suiza 12 5 7 14 38 7 5
Finlandia 2 4 10 10 26 5 5
Alemania 106 129 56 30 321 83 4
Italia 5 90 - 143 238 59 4
Israel 5 4 3 14 26 7 4
Dinamarca 1 6 6 5 18 5 3
Chipre 0 1 0 2 3 1 3
Malta 0 0 1 0 1 0 3
Portugal 3 1 1 3 8 10 1
Grecia 0 0 20 9 29 11 1
Turquía 10 1 10 0 21 74 0.3

1-5 Disponibilidad de camas de cuidados paliativos especializadas y estimaciones de médicos a tiempo completo en 19 países

PAÍS TOTAL DE CAMAS ESPECÍFICAS COCIENTE DE CAMAS ESPECÍFICAS MÉDICOS A TIEMPO COCIENTE DE MÉDICOS A
DE CUIDADOS PALIATIVOS RESPECTO A LA POBLACIÓN COMPLETO TIEMPO COMPLETO
Luxemburgo 39 86 - -
Suecia 650 72 300 1 30.147
Islandia 17 58 1 1 294.947
Reino Unido 3180 53 442 1 135.496
Noruega 220 48 - -
Países Bajos 716 44 10 1 1.632.258
Irlanda 147 37 40 1 100.683
Francia 1615 27 361 1 167.922
Austria 209 26 35 1 232.251
España 1098 25 492 1 88.283
Alemania 2034 25 - -
Bélgica 216 21 14 1 745.929
Chipre 18 19 2 1 475.474
Italia 1095 19 1.000 1 58.609
Dinamarca 90 17 12 1 450.966
Finlandia 75 14 10 1 524.692
Israel 78 11 10 1 698.664
Portugal 53 5 6 1 743.862
Turquía 241 3 - -

Los estudios comparativos ayudan a avanzar en la elaboración países y la combinación de organizaciones estatutarias, voluntarias
de políticas para fomentar los cuidados paliativos en Europa. Este y de la sociedad civil que están implicadas. Hay signos alentado­
trabajo debe estar enraizado en los modelos de salud pública res de colaboraciones productivas que pueden generar importan­
y ciencia social dentro del entorno más general de las políticas tes datos de investigación en un contexto en el que puede ser
sanitarias y sociales y teniendo en consideración muchos factores difícil obtener datos de calidad. El interés en el estudio del de­
sociales, éticos y culturales. El trabajo debe reconocer el complejo sarrollo de los cuidados paliativos a nivel mundial nunca ha sido
carácter de la prestación de los cuidados paliativos en muchos mayor23.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Guías d e práctica clínica I C A P Í T U L O 4 5 239

PERSPECTIVAS DE LA INVESTIGACIÓN 17. World Health Organization (WHO) Regional Office for Europe. Palliative can­
cer care: Policy statement based on the recommendations of a WHO consul­
EN C U ID A D O S PALIATIVOS tation, Leeds, February 10-11, 1987. Copenhagen: WHO Regional Office for
Europe, 1989-
Disponer de definiciones sobre todos los posibles servicios y 18. World Health Organization (WHO). Cancer pain relief and palliative care:
recursos de cuidados paliativos ayudaría a desarrollar estándares Report of a WHO Expert Committee. Geneva: WHO, 1990. Technical Report
asistenciales y permitiría establecer comparaciones entre regiones Series 804.
19. Davies E, Higginson IJ (eds). Better palliative care for older people.
y países. Medir el efecto de los estándares estructurales en el desa­ Copenhagen:WHO, 2004.
rrollo de los cuidados paliativos en los diversos países debe inves­ 20. Davies E, Higginson IJ (eds). Palliative care:The solid facts. Copenhagen: WHO,
tigarse en el futuro. 2004.
Se debe favorecer el consenso entre sociedades científicas y 21. Recomendación Rec 24 (2003) del Comité de Ministros Sobre la Organización
organizaciones profesionales internacionales que trabajan en cui­ de los Cuidados Paliativos, CM 130,Addendum 15, Octubre 2003. Documentos
CM6.3. Comité Europeo de Salud (CDSP), 2003.
dados paliativos para elaborar estándares estructurales internacio­ 22. Casaret DJ. How should nations measure the quality of end-of-life care for
nales. Los estudios comparativos internacionales pueden favorecer older adults? Recommendations for an international minimum data set. J Am
el avance de las políticas para fomentar los cuidados paliativos en Geriatr Soc 2006;54:1765-1771.
Europa y en otras regiones del mundo. 23. Clark D. Palliative care in Europe:An emerging approach to comparative analy­
sis. Clin Med 2006;6:197-201.

CONCLUSIONES L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S

El desarrollo de estándares en cuidados paliativos es un primer Ellershaw JE, Wilkinson S. Care of the Dying: A Pathway to
paso para garantizar la calidad de la asistencia prestada. Estos Excellence. Oxford, UK: Oxford University Press, 2003.
estándares son importantes para todos los que trabajan directa­ Ferris FD, Balfour HM, Bowen K, et al. A Model to Guide Hospice
mente con los pacientes, para los elaboradores de políticas y los Palliative Care: Based on National Principles and Norms of
profesionales sanitarios. Algunos estándares clínicos que se van Practice. Ottawa, Ontario: Canadian Hospice National Care
Association, 2002. Available at http://www.chpca.net/market-
generalizando son una señal animante de que la cultura de la cali­ place/national_norms/national_norms_of_practice.htm (acce­
dad de asistencia va avanzando en cuidados paliativos y empieza a ssed October 4,2007).
considerarse como clave en el desarrollo futuro. Glickman M, for the Working Party on Standards. Making Palliative
Care Better: Quality Improvement, Multiprofessional Audit,
B I B L I O G R A F Í A
and Standards. Occasional paper no. 12, March 1997. London:
National Council for Palliative Care, 1997.
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Development Conference, Budapest, October 16-18, 2003- Available at
http://www.health.osf.lt/en/archive/2003/index.php?id = 1287&no= O&gid
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2. Glickman M,for the Working Party on Standards. Making Palliative Care Better:
Quality Improvement, Multiprofessional Audit, and Standards. Occasional paper
no. 12, March 1997. London: National Council for Palliative Care, 1997.
3. Vlieger M, Gorchs N, Larkin PJ, et al. Palliative nurse education:Towards a com­
mon language. Palliat Med 2004;18:401-403.
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Central and Eastern Europe and Central Asia: An Open Society Institute ini­
tiative. Conference Report: Palliative Care Policy Development, Budapest,
October 16-18, 2007. Available at http://health.osf.lt/en/archive/2003/index.
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grants/index.asp (accessed October 4,2007).
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I CAPÍTULO 45
Europe.J Pain Symptom Manage 2002;24:134-135.
7. Palliative Care Australia. A Guide to Palliative Care Service Development: A
Population Based Approach. Canberra: Palliative Care Australia, May 2005.
Availableat http://www.pallcare.org.au/Portals/46/docs/Standards%20Palliative%
Guías de práctica clínica
20Care.pdf (accessed October 4,2007).
8. Ferris FD, Balfour HM, Bowen K, et al. A Model to Guide Hospice Palliative Helen M. Morrison y John Welsh
Care: Based on National Principles and Norms of Practice. Ottawa, Ontario:
Canadian Hospice National Care Association, 2002. updated 2005. Available at
http://www.chpca.net/marketplace/national_norms/national_norms_of_prac-
tice.htm (accessed October 4,2007). © 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
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Asociata Nationala de fngrijiri Paliative, 2002. Available at http://www.nhpco.
org/files/public/national_standards.doc (accessed October 4,2007).
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exist today? Omega 1975;6:289-290.
11. McCann B.JCAH hospice project: Proposed standards. Caring 1983;2:15-27.
P U N T O S
12. National Hospice and Palliative Care Organization. Standards of Practice for • Existe una gran variabilidad en la calidad de las diferentes guías de práctica
Hospice Programs, 2006. Available at http://iweb.nhpco.org/iweb/Purchase/ clínica. Su calidad podría mejorar si se realizaran con una metodología más
ProductDetail.aspx?Product_code=711077 (accessed October 4,2007).
13- Thomas K. Improving the delivery of palliative care in general practice: An rigurosa, como la reflejada en el instrumento AGREE.
evaluation of the first phase of the Gold Standards Framework. Palliat Med » Las guías se deben basar en una revisión sistemática y validada de la litera­
2007;21:49-53- tura científica.
14. Ellershaw J, Smith C, Overill S, et al. Care of the dying: Setting standards
> Sus recomendaciones deben cuantificarse y medirse según su relación con
for symptom control in the last 48 hours of life. J Pain Symptom Manage
la evidencia mostrada por la literatura científica disponible.
2001;21:12-17.
15. Canadian Hospice Palliative Care Association.The Pan-Canadian Gold Standard » Las estrategias de diseminación y aplicación de estas guías son cruciales
for Palliative Home Care. Ottawa, Ontario: Canadian Hospice Palliative Care para modificar y mejorar los resultados de la práctica clínica.
Association, December 2006. Available at http://www.chpca.net/home.htm
» Cuanta más evidencia científica exista las guías resultantes serán de mayor
(accessed October 4,2007).
16. Robbins M. Evaluating Palliative Care. Establishing the Evidence Base. New calidad.
York: Oxford University Press, 1998. p p 29-59-

ERRNVPHGLFRVRUJ
240 S E C C IÓ N G | Calidad

Las guías de práctica clínica, que se definen como recomen­ Cuadro 45-1 Instrumento Appraisal of Guidelines for
daciones clínicas elaboradas de forma sistemática para facilitar
Research and Evaluation in Europe (AGREE)
las decisiones de médicos y pacientes sobre la asistencia sanitaria
adecuada en circunstancias clínicas específicas1, se han elaborado Ám bito y finalidad
desde finales de la década de 1970. En la última década ha habido
un gran aumento del número elaborado en todo el mundo. Esta Se d escriben específicam ente los objetivos generales d e la guía.
expansión ha estado dirigida por la medicina basada en la eviden­ Se describen específicam ente las preguntas clínicas q u e aborda la
cia y p or una necesidad creciente de basar el gasto de la asisten­ guía.
cia sanitaria en medidas de eficacia demostrada. Habitualmente Se describe específicam ente la población d e p acientes afectada.
las guías tienen como objetivo mejorar la coherencia o consis­
tencia entre la asistencia y el coste-eficacia. Cuando hay variación Implicación de las partes
en el ejercicio médico, las guías explícitas mejoran la práctica
clínica2. El grupo para la elaboración de las guías incluye a personas de
Históricamente las guías se diseñaban a partir del consenso o to dos los grupos profesionales relevantes.
las aportaciones basadas en la opinión de expertos, la experiencia Se buscan los p untos d e vista y las preferencias d e los pacientes.
y la base científica disponible. Actualmente los métodos explícitos Se definen claram ente los usuarios finales d e la guía.
que se utilizan se basan en una revisión sistemática de la literatura Se h a realizado una p rueba p iloto e n tre los usuarios finales.
científica. En Reino Unido, los cuerpos profesionales respaldados
por el National Health Service están elaborando guías basadas en
Rigor de la elaboración
la evidencia científica. Por ejemplo, la red Scottish Intercollegiate
Guideline Network tiene como objetivo reducir las variaciones de
Se h a n utilizado m étodos sistem áticos p ara b u scar los datos científicos:
la práctica con guías nacionales basadas en la evidencia científica
Se describen claram ente los criterios para la selección d e los datos.
que se deben adaptar al nivel local3. De forma similar, en Estados
Se d escriben claram ente los m étodos utilizados para la formulación
Unidos hay en la práctica una importante industria de guías clí­
d e las recom endaciones.
nicas, aunque hay una amplia variación en el rigor del proceso,
En las recom endaciones se incluyen los beneficios p ara la salud, los
y muchas guías se siguen basando en opiniones y consensos4. La
efectos adversos y los riesgos.
posibilidad de mejorar la práctica clínica depende de la calidad de
Hay vínculos explícitos e n tre las recom endaciones y los datos de
la guías, y la generación de guías en cuidados paliativos está difi­
apoyo.
cultada por una base científica insuficiente.
La guía ha sido som etida a revisión ex tern a p o r expertos antes de
su publicación.
Se m uestra u n p rocedim iento p ara la actualización d e la guía.
ELABORACIÓN DE LAS GUÍAS
Claridad y presentación
Hay tres métodos principales: consenso informal, consenso formal
y guías basadas en la evidencia científica. El consenso informal Las recom endaciones son específicas y no son ambiguas.
es económico y rápido, pero los criterios para la toma de deci­ Se p resentan claram ente las diferentes o pciones para el tratam iento
siones están mal definidos y las recomendaciones se basan en la de la enferm edad.
experiencia y en la opinión, no en la literatura científica. Es pro­ Se identifican fácilm ente las recom endaciones principales.
bable que empleen este abordaje los elaboradores de guías loca­ La guía c u enta co n el apoyo d e herram ientas p ara su aplicación.
les. Los métodos de consenso formal incluyen las conferencias
de consenso y la técnica Delphi. Aunque están más estructuradas, Aplicabilidad
las recomendaciones siguen sin estar asociadas a criterios cientí­
ficos de calidad. El método de guías basadas en la evidencia cien­ Se han discutido las posibles barreras organizativas para la aplica­
tífica precisa la vinculación explícita de las recomendaciones ció n d e las recom endaciones.
a la literatura. Es el mejor método para elaborar guías creíbles y Se han tenido en consideración las posibles implicaciones econó­
válidas5. micas d e la aplicación d e las recom endaciones.
El proceso de desarrollo es crucial para garantizar que se dis­ La guía identifica los criterios fundam entales d e la revisión para la
pone de guías válidas, y debe superar los posibles sesgos6. La co­ m onitorización y la auditoría.
laboración internacional llevó a la introducción del instrumento
Appraisal o f Guidelines fo r Research a n d Evaluation (Valo­
Independencia editorial
ración de las guías para la investigación y la evaluación; AGREE)
como norma para valorar las guías, aunque también es útil para los
Desde el p u n to d e vista editorial la guía e s in d ep e n d ie n te d e la
elaboradores de guías (p. ej., la Scottish Intercollegiate Guidelines
Network [SIGN]). El instrumento está formado por seis dominios, organización q u e financia la asistencia.
cada uno de ellos con su apartados y con criterios para las guías Se h a n registrado los c onflictos d e in teré s d e los m iem bros
prácticas de buena calidad (cuadro 45-1)7. elaboradores d e la guía.

De The AGREE Collaboration. The Appraisal o f Guidelines fo r Research and


Evaluation (AGREE) Instrument, 2001. London: The AGREE Research Trust.
Ám bito y finalidad Disponible en línea en www.agreetrust.org (acceso el 10 de marzo de 2008).

El paso inicial, la elección del tema, precisa una consideración


cuidadosa (v. «Errores frecuentes»). El tema debe ser importante
para una correcta planificación del cuidado de los pacientes. Con las metástasis óseas del cáncer de mama) o una mejor prestación
frecuencia se elige debido a una variación no explicada o impor­ de la asistencia. Las preguntas clínicas deben ser específicas para
tante en la práctica, o una prioridad nacional (p. ej., cardiopatía garantizar que las recomendaciones tengan una base científica y
isquémica, cáncer). Los objetivos se deben especificar y detallar, que la población diana se defina cuidadosamente. Sin estas limi­
y habitualmente incluyen una mejor evolución de los pacientes taciones es difícil sintetizar la evidencia científica y formular re­
(p. ej., reducción de los episodios esqueléticos producidos por comendaciones.

PARTE I PRINCIPIOS
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Guías d e práctica clínica I C A P Í T U L O 4 5 241

Errores frecuentes Cuadro 45-2 Jerarquía de solidez científica


de la Agency for Health Care Policy and Research
Elaboración de guías
1. Revisiones sistemáticas y metaanálisis de estudios aleatorizados y
• N o abordar p reguntas específicas. controlados.
• N o im plicar a tod as las p artes relevantes. 2. Estudios aleatorizados y controlados.
• N o realizar una revisión sistemática. 3- Estudios intervencionistas n o aleatorizados.
• N o vincular explícitam ente las recom endaciones co n el nivel d e soli­ 4. Estudios observacionales.
dez científica. 5. Estudios n o experim entales.
6. Opinión d e expertos.
Diseminación y aplicación
De United States Department o f Health and H um an Services, Agency fo r Health
• Estrategias inadecuadas de disem inación (p. ej., ausencia d e estrate­ Care Policy a nd Research. Acute Pain Management: Operative or Medical
gias educativas). Procedures a nd Trauma. Clinicalpractice guideline no. 1, AHCPR publication
no. 92-0023. Rockville, MD: U.S. Department o f Health a nd H uman Services,
• Ausencia d e estrategias d e aplicación.
1993.

Interpretación

• Aplicación n o crítica d e las guías e n el abordaje d e los pacientes.


• Error conceptual de que las guías reducen la participación del médico.
y resumir datos científicos sobre la eficacia de las intervenciones y
para permitir valorar la posibilidad de generalizar y homogeneizar
los hallazgos de la investigación y explorar las inconsistencias de los
datos»10. Una revisión sistemática es el paso más importante en
las guías basadas en la evidencia, porque puede identificar todos los
datos científicos sobre la pregunta clínica específica. Las estrategias
Implicación de las diversas partes para la obtención de los datos científicos se deben detallar en la guía,
La composición de un grupo de desarrollo influye en la credibili­ y las fuentes probablemente incluyan bases de datos electrónicas
dad. Los equipos deben ser multidisciplinares y representativos de (que han revolucionado las búsquedas), bases de datos de revisiones
todos los grupos profesionales que van a utilizar la guía (es decir, sistemáticas y búsquedas de revistas. Se deben utilizar criterios explí­
las partes), y se debe evitar que cualquier parte este representada citos para la inclusión y exclusión de los datos científicos en relación
de forma excesiva o insuficiente6. Si un grupo se siente represen­ con cada una de las preguntas fundamentales que se plantean, y
tado de forma insuficiente, puede que la guía no se aplique por la estos criterios se deben detallar con cuidado.
ausencia de participación.
La composición incluye las experiencias y opiniones de los
pacientes, que son importantes en una guía válida y creíble. Los
grupos de pacientes o cuidadores con frecuencia están represen­ Evaluación de los datos científicos
tados en los grupos de trabajo para la elaboración de guías. Si su Una revisión sistemática identifica los datos científicos, aunque
participación directa es inadecuada o imposible, se debe buscar también es necesaria una valoración de la calidad para establecer
información importante con entrevistas a pacientes e investigar conclusiones y recomendaciones. Las recomendaciones se deben
sobre las experiencias de los pacientes7. clasificar para diferenciar los datos sólidos de los datos débiles. Los
La implicación multidisciplinar puede llevar a que haya equi­ sistemas de gradación desarrollados en la última década con frecuen­
pos grandes. Se debe conseguir el equilibrio entre la represen­ cia se basan en una jerarquía de los datos científicos, como la de la
tación de todas las partes y la funcionalidad del equipo. Una U.S.Agency for Health Care Policy and Research (cuadro 45-2)11.
encuesta internacional de 18 programas de guías mostró que los Esta jerarquía ha recibido críticas p or su énfasis en la efectivi­
grupos tienen de 10 a 20 miembros generalmente; muchos inclu­ dad. Los estudios aleatorizados y controlados son los más sólidos
yeron epidemiólogos, y los pacientes estaban representados en el en esta situación, aunque no siempre son prácticos ni adecuados.
6l%8. Como en cualquier equipo, el liderazgo y la mezcla de habi­ En cuidados paliativos los estudios aleatorizados y controlados
lidades son fundamentales; los miembros deben tener habilidades pueden tener múltiples dificultades (p. ej., inclusión, ética, número
adecuadas, tiempo y motivación9. Es vital el soporte administrativo de pacientes, tasa de abandono), y en algunas circunstancias son
y técnico. Los equipos multidisciplinares necesitan recursos, y las más adecuados otros estudios12. Se ha criticado este abordaje por­
organizaciones y sociedades más pequeñas pueden tener dificulta­ que no se plantea la calidad del estudio. Por ejemplo, un estudio
des. Se deben definir los pacientes diana mediante validación con aleatorizado y controlado sesgado y de baja calidad puede tener
un proceso piloto. la misma gradación que un estudio bien realizado y con un sesgo
bajo13. En consecuencia, los sistemas de gradación han intentado
juzgar la calidad. Harbour y Miller12 describen el proceso SIGN,
en el que la evaluación metodológica combina el tipo de estudio
Rigor de la elaboración
con una declaración diferenciada de la calidad. Después de la sín­
Síntesis de los datos científicos tesis de los datos científicos se hace un juicio sobre la relevancia
y la aplicabilidad a la población diana, la homogeneidad de los
Los datos científicos se pueden obtener de tres formas: opiniones datos científicos y las probables consecuencias clínicas. Después
de expertos, revisiones no sistemáticas de la literatura y revisiones se asigna un grado a la recomendación de acuerdo con la solidez
sistemáticas de la literatura. Es probable que la opinión de los exper­ de los datos científicos12. El último avance en la gradación de la
tos esté sesgada, muy influida por las creencias personales y la expe­ calidad de los datos científicos la ha realizado el grupo Grading
riencia. Las revisiones no sistemáticas de la literatura con frecuencia of Recommendations Assessment, Development, and Evaluation
obtienen datos científicos, aunque este abordaje no es sistemático y (GRADE) Working Group14, un grupo informal en el que los revi­
es probable que los resultados estén sesgados por el revisor. Una revi­ sores consideran cuatro elementos fundamentales en relación con
sión sistemática es «una técnica científica eficiente para identificar los datos científicos:

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242 S E C C IÓ N G | Calidad

1. Diseño del estudio. Los estudios están limitados a estu­ sistema tiene como objetivo hacer que las recomendaciones sean
dios aleatorizados y estudios observacionales que incluyen más sencillas para los usuarios finales.
estudios de cohortes, estudios de caso-control y análisis de No está clara la utilidad de la investigación cualitativa en la
series temporales interrumpidas. gradación de la solidez científica. Principalmente los sistemas
2. Calidad del estudio. Se utilizan criterios adecuados para un de gradación han abordado investigaciones cuantitativas,y la investi­
tipo de estudio (aleatorizado u observacional) para valorar gación cualitativa no encaja en estos modelos. La mayor parte de
su calidad. Por ejemplo, en un estudio aleatorizado los crite­ la investigación en cuidados paliativos es cualitativa, y, por tanto, el
rios importantes incluyen asignación y enmascaramiento. desarrollo de guías está dificultado por la ausencia de datos cientí­
3. Homogeneidad. Los revisores evalúan si los resultados del ficos y por las dificultades en la evaluación de los datos científicos
estudio son homogéneos en relación con los de otros estu­ disponibles.
dios. Si hay homogeneidad de los resultados en varios es­
tudios, es probable que las recomendaciones basadas en esos
datos sean más sólidas. Las heterogeneidades importantes
producen degradación del nivel de solidez científica. Claridad y presentación
4. Aplicabilidad. Los revisores valoran si los sujetos, las inter­
venciones y los resultados son similares a los datos de inte­ El sistema GRADE es el último sistema para determinar la solidez
rés en la población diana. de los datos científicos; no obstante, independientemente del sis­
tema que adopten los elaboradores de las guías, la clave es hacer
Los cuatro elementos se pueden combinar para obtener un recomendaciones vinculadas explícitamente a los datos cientí­
grado (cuadro 45-3). Los elementos combinados ofrecen una pun­ ficos. Si una recomendación se basa en datos científicos débiles,
tuación elevada (es decir, es poco probable que la aportación de se debe reconocer. Las recomendaciones deben ser específicas
nuevos datos modifique la confianza en la estimación del efecto), y no ambiguas. Por ejemplo, una guía para tratar pacientes con cán­
moderada (es decir, es probable que datos adicionales influyan cer de pulmón señala que se debe tratar a los pacientes con cáncer
en la confianza sobre la estimación del efecto y pueden modifi­ de pulmón y metástasis óseas sintomáticas con una única sesión
car esta estimación), baja (es decir, es muy probable que nuevas de 8 Gy de radioterapia paliativa, y especifica que esta recomen­
evidencias científicas influyan en la confianza y probablemente dación se basa en el máximo nivel de solidez científica15. Cuando
modifiquen el efecto) o muy baja (es decir, hay mucha incertidum­ no hay datos científicos, puede ser imposible hacer recomenda­
bre sobre la estimación del efecto). ciones, y se debe insistir en estas áreas para que se realicen más
Los grupos de trabajo de elaboración de guías deben cuantifi- estudios. Las recomendaciones fundamentales deben abordar las
car los datos científicos y deben hacer recomendaciones clínicas preguntas clínicas específicas que se plantean en la guía, habitual­
específicas sobre el nivel de solidez científica. Utilizando el sis­ mente las más importantes en la asistencia de los pacientes. Estas
tema GRADE, el grupo de trabajo debe considerar la calidad de recomendaciones fundamentales frecuentemente se resumen y
los datos científicos, en qué medida los datos científicos se tra­ resaltan en la guía. Con independencia de que la guía aborde la
ducen a la práctica y los inconvenientes frente a los beneficios asistencia clínica o la prestación de servicios, se deben presentar
netos. Los juicios sobre estos factores producen recomendaciones las opciones, y las recomendaciones se deben basar en el nivel de
simplificadas de hacer o no hacer y probablemente hacer o pro­ solidez científica.
bablemente no hacer14. Al contrario de los sistemas previos, este

Aplicabilidad
Cuadro 45-3 Criterios para valorar el grado de solidez
científica En la elaboración de las guías se deben considerar las barreras
organizativas y las posibles implicaciones de recursos. Las reco­
Tipos de datos mendaciones pueden tener consecuencias importantes sobre
la dotación de personal, el equipo o los presupuestos para fár­
Estudio aleatorizado: grado elevado. macos. Por ejemplo, de acuerdo con el máximo nivel de solidez
Estudio observacional: grado bajo. científica, una guía sobre cáncer de pulmón recomienda que los
C ualquier otro dato: grado m uy bajo. pacientes a los que se administre radioterapia radical deban reci­
bir radioterapia acelerada e hiperfraccionada continua en una
Factores que reducen el grado dosis de 54 Gy en 36 sesiones en 12 días, en lugar de 60 Gy en
30 sesiones en 6 semanas15. Sin embargo, las implicaciones de esta
Limitaciones graves ( —1) o m uy graves ( —2 ) a la calidad del estudio. recomendación sobre los recursos han dificultado su uso como
H eterogeneidad im p o rtan te ( —1). terapia estándar en muchos centros. Los grupos de trabajo nacio­
In certidum bre p eq u eñ a ( —1) o grande ( —2 ) sobre la aplicabilidad. nales y regionales para la elaboración de guías deben tener en
D atos im precisos o escasos ( —1). consideración cómo se podrían incorporar localmente las guías.
Elevada probabilidad d e sesgo d e publicación ( —1). Los grupos para el desarrollo de guías locales pueden economi­
zar identificando guías nacionales adecuadas y adaptándolas para
su uso local6.
Factores que aumentan el grado
Las guías deben someterse a un proceso de revisión externa
antes de su diseminación. Se pueden utilizar criterios específicos
Asociación intensa: riesgo relativo significativo > 2 (< 0 ,5 ) relacio­
derivados de las recomendaciones fundamentales para auditar el
n an d o datos hom ogéneos d e dos o m ás estudios observaciona­
cumplimiento de las guías y evaluar los resultados de los pacien­
les sin factores d e confusión plausibles (+ 1).
tes. Habitualmente las guías se revisan después de un período defi­
Asociación muy intensa: riesgo relativo significativo > 5 (o < 0,2) basado
nido para que incorporen la cambiante base de datos científicos.
en datos directos y sin amenazas importantes a la validez (+ 2).
Datos d e un g radiente d e dosis-respuesta (+ 1 ).
Todos los posibles factores d e confusión habrían reducido los efectos
( + 1).
Independencia editorial
De GRADE Working Group: Grading quality o f evidence a nd strength o f Las sociedades profesionales, las organizaciones gubernamentales
recommendations. BMJ 2004;328:1490-1494. y las instituciones académicas pueden participar en la elaboración

PARTE I PRINCIPIOS
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Guías d e práctica clínica I C A P Í T U L O 4 5 243

de guías nacionales y regionales. Surgen conflictos de interés RIESGOS Y BENEFICIOS


cuando miembros de grupos de trabajo tienen relaciones con la
industria farmacéutica o con el gobierno. Es inevitable que algu­ Posiblemente la ventaja más importante de las guías de práctica
nos miembros tengan vínculos con la industria, especialmente si clínica sea el aumento de la homogeneidad de la asistencia y de
son expertos en el tema, aunque esto no influye necesariamente los resultados de los pacientes por medio de la toma de mejores
en la validez de las guías ni exige la exclusión del experto del decisiones por parte de los profesionales sanitarios. Las guías ayu­
grupo de trabajo. Sin embargo, se deben desvelar por completo dan a los médicos a mantenerse actualizados sobre los datos cien­
los conflictos de interés potenciales o reales, y los grupos de ela­ tíficos y a clarificar qué intervenciones son más eficaces. Desde el
boración de las guías deben decidir si la relación de un miembro punto de vista estratégico, las guías pueden mejorar la eficiencia y
con la industria puede producir un sesgo significativo16. el valor del dinero. Sin embargo, gran parte depende de la calidad
de las guías. Una calidad baja (p. ej., ausencia de datos científicos,
recomendaciones influidas por experiencia personal y opiniones)
pueden dar lugar a prácticas ineficaces o perjudiciales y llevar a
desperdiciar recursos útiles4. Sigue habiendo escepticismo profe­
D ISEM IN A CIÓ N Y APLICACIÓN sional, que se centra principalmente en que los médicos piensan
Se ha demostrado que las guías son eficaces en la modificación de que las guías reducen su participación en la toma de decisiones20.
la práctica clínica y la mejora de los resultados de los pacientes2. Se han expresado preocupaciones de que los datos científicos
Las guías válidas desde el punto de vista científico se elaboran de los estudios clínicos que se utilizan en las guías pueden no repre­
para generar una ganancia de salud específica, y para conseguirlo sentar la población de pacientes relevante; por ejemplo, los ancianos
deben tener una diseminación y una aplicación eficaces. No se están representados de forma insuficiente en los estudios clínicos.
pueden conseguir ganancias de salud si los usuarios finales desco­ Muchos pacientes tienen problemas complejos que pueden no
nocen la guía o no están familiarizados con ella. La investigación encajar fácilmente en el algoritmo de una guía. Los pacientes de cui­
ha mostrado que la diseminación se puede conseguir mediante la dados paliativos pueden tener necesidades psicológicas, sociales y
publicación en revistas, la distribución postal a los usuarios finales, espirituales complejas además de los síntomas físicos. Sin embargo,
charlas didácticas y conferencias; es poco probable que la disemi­ no se debe considerar que las guías sean un conjunto de órdenes
nación pasiva por sí sola tenga éxito. La diseminación respaldada ni se deben aplicar de forma acrítica. Se debe considerar que son
por programas e iniciativas educativos (p. ej., seminarios) tiene «el mejor consejo sobre la intervención más eficaz en una situación
más éxito9,17. La encuesta internacional de 18 programas de guías clínica particular»13 para facilitar la toma de decisiones. Los médicos
mostró que la mayoría emplea estrategias educativas y conferen­ deben aplicar el juicio clínico cuando apliquen una guía y deben
cias para su diseminación8. incorporar su conocimiento sobre los pacientes individuales. No se
Las estrategias de aplicación facilitan el cambio de la práctica debe despreciar la participación del paciente; los médicos deben
de los médicos cuando utilizan la guía. Grimshaw y Russell17 divi­ ser sensibles a los deseos de los pacientes en relación con la comu­
den las estrategias en las que actúan durante una consulta con un nicación de información y la participación en la toma de decisiones,
paciente (p. ej., recordatorios específicos de paciente unidos a las y deben adaptar el abordaje al individuo. Este abordaje centrado en
notas clínicas), recordatorios generales de las guías en las salas de el paciente, con el que están familiarizados todos los que trabajan
consulta, y las que actúan fuera de la consulta. Los métodos inclu­ en cuidados paliativos, no impide el uso de guías clínicas.
yen retroalimentación agregada del cumplimiento y del marke­
ting específico, e incentivos o elementos disuasorios económicos.
Las estrategias operativas en la consulta parecen más eficaces17. G U ÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA Y CU ID A D O S
En cuidados paliativos y en otras especialidades hay un creciente PALIATIVOS
interés en la diseminación y la aplicación de las guías mediante su
incorporación a vías asistenciales integradas, que se utilizan cada Como en otras especialidades, en cuidados paliativos se ha tendido
vez más en el contexto clínico. a elaborar guías de práctica clínica en las últimas dos décadas. La
especialidad puede reivindicar una de las guías más utilizadas: la
escalera analgésica de la Organización Mundial de la Salud21. Sin
embargo, se ha reconocido que los datos científicos sobre la esca­
C A LIDA D DE LAS G U ÍA S DE PRÁCTICA CLÍNICA lera son débiles. Se han expresado preocupaciones sobre los datos
de su eficacia22. Como con muchas guías en cuidados paliativos, se
La proliferación de guías en los últimos 20 años ha planteado desarrolló mediante consenso y no encajaría con una metodología
preocupaciones sobre la calidad y contradicción de los consejos. rigurosa actual. Un estudio aleatorizado y controlado para obtener
En Estados Unidos la Agency for Health Care Policy and Re­ datos sobre el esquema de tres escalones no es viable ni ético. Esta
search (AHCPR), cuyo nombre cambió a Agency for Healthcare situación ilustra los retos a los que se enfrentan la especialidad
Research and Quality (AHRQ), tiene un programa de desarrollo y los elaboradores de guías; la mayor parte de la práctica clínica
que elaboró 17 guías entre 1990 y 1996. Cuando finalizó el pro­ se basa en datos de cantidad y calidad insuficientes. Los investi­
grama se le atribuyó haber mejorado la calidad del desarrollo gadores que quieren llevar a cabo estudios aleatorizados y con­
de las guías. Sin embargo, sigue habiendo mucha variación en trolados en cuidados paliativos se enfrentan a dificultades en la
la calidad18. En Europa, Grilli y cois.19 demostraron que muchas inclusión, aleatorización, abandono y medición de los resultados.
guías se elaboraban con información inadecuada sobre las dife­ Es necesario mejorar la base científica, pero no necesariamente
rentes partes implicadas o sobre cómo se identificaban los datos con estudios aleatorizados y controlados solos; los estudios obser­
científicos; la mayoría no utiliza criterios explícitos para deter­ vacionales pueden ser más adecuados en algunas circunstancias,
minar la solidez de los datos científicos19. El instrumento AGREE y estudios de cohortes y series de casos de buena calidad pueden
es similar a una norma internacional para aumentar el rigor del aportar datos útiles. El factor más importante es la calidad del
desarrollo de guías, pero se utiliza más en Europa que en Estados diseño del estudio, la metodología y la notificación, que se refleja
Unidos. en los últimos sistemas para la gradación de la solidez científica.

ERRNVPHGLFRVRUJ
244 S E C C IÓ N G | Calidad

El abordaje narrativo de la investigación cualitativa se presta a los • La producción de datos científicos de elevada calidad en cuida­
cuidados paliativos. Una gran cantidad de investigación en cuida­ dos paliativos para incrementar la evidencia científica.
dos paliativos es cualitativa, aunque no encaja en las jerarquías • Aumento del número de estudios aleatorizados y controlados
actuales para la gradación de los datos científicos. de buena calidad en cuidados paliativos.
A pesar de las dificultades de la ausencia de datos científicos, • La incorporación de la investigación cualitativa a las jerarquías
ha habido un impulso para elaborar guías relativas sobre cuidados de la solidez de los datos científicos o desarrollo de una jerar­
paliativos. La Association of Palliative Medicine of Great Britain quía específica.
and Ireland23 tiene un programa de elaboración de guías a través • La colaboración nacional e internacional para elaborar guías.
de grupos de trabajo que evalúa todos los datos científicos dispo­ • La elaboración de guías nacionales de alta calidad que se pue­
nibles sobre una pregunta clínica específica (p. ej., bifosfonatos dan adaptar a nivel local.
para controlar el dolor de las metástasis óseas, uso de antimus-
carínicos para los estertores preagónicos). En Estados Unidos el
National Consensus Project for Quality Palliative Care elaboró las CONCLUSIONES
«Clinical Practice Guidelines for Quality Palliative Care» con la Las guías de práctica clínica pueden ser eficaces para mejorar la
colaboración de las principales organizaciones de cuidados palia­ homogeneidad de la asistencia y los resultados de los pacientes.
tivos24. Probablemente sea mejor considerar que estas guías son Aunque hay mucha variación en la calidad de las guías, muchos
normas para los cuidados paliativos multidisciplinares, aunque programas que elaboran guías utilizan una metodología más rigu­
sí ponen de relieve la creciente importancia de las guías en la rosa, que incluye el abordaje de preguntas específicas, que implica a
especialidad. todas las partes relevantes, revisa de forma sistemática los datos cien­
Además de las guías para síntomas y situaciones específicas, es tíficos, utiliza sistemas para determinar la solidez de los datos cientí­
necesario incorporar los principios y la práctica de los cuidados ficos, y elabora recomendaciones explícitas vinculadas con los datos
paliativos a las guías de enfermedades crónicas e incurables. Los científicos. Las guías que se elaboran utilizando metodologías rigu­
estudios de libros de texto médicos que tratan enfermedades cró­ rosas tienen mayor probabilidad de ser válidas, aplicables y fiables.
nicas e incurables han señalado la ausencia de información sobre No se debe considerar que sean un abordaje rígido de la medicina.
cuidados paliativos. Un estudio demostró la alarmante escasez Los médicos siempre deben utilizar el juicio en su interpretación y
de información sobre los aspectos relacionados con el final de aplicación de las guías en cada paciente. Los cuidados paliativos se
la vida (p. ej., dolor, ética, sufrimiento) en guías nacionales para enfrentan al reto de elaborar guías a partir de una evidencia cien­
enfermedades crónicas e incurables. La mayoría no recomendaba tífica débil, y son necesarias más investigaciones de buena calidad.
servicios de cuidados paliativos a pesar de las evidentes necesi­
dades de cuidados paliativos de los pacientes25. En respuesta, el
grupo Palliative Care Guidelines Group de la American Hospice B I B L I O G R A F Í A

Foundation elaboró una plantilla para la integración de los cuida­ 1. Field MJ, Lohr KN (eds). Clinical Practice Guidelines: Directions for a New
dos paliativos en las guías de las enfermedades crónicas. Las guías Program.Washington, DC: National Academy Press, 1990.
deben contener recomendaciones sobre cuándo es adecuada la 2. Grimshaw JM, Russell IT. Effect of clinical guidelines on medical practice: A
systematic review of rigorous evaluations. Lancet 1993;342:1317-1322.
participación de los cuidados paliativos y qué servicios de cui­ 3. .Scottish Intercollegiate Guidelines Network (SIGN). Available at http://www.
dados paliativos se pueden utilizar. Se pueden hacer recomenda­ sign.ac.uk (accessed October 9,2007).
ciones en relación con la valoración del paciente en su conjunto, 4. Woolf SH, Grol R, Hutchinson A, e t al. Clinical guidelines: Potential benefits,
discusiones sobre la enfermedad, las limitaciones, el pronóstico y limitations and harms of clinical guidelines. BMJ 1999;318:527-530.
el establecimiento de objetivos y el duelo26. 5. Grimshaw J, Russell I. Achieving health gain through clinical guidelines. I.
Developing scientifically valid guidelines. Qual Health Care 1993;2:243-248.
6. Grimshaw J, Eccles M, Russell I. Developing clinically valid practice guidelines.
J Eval Clin Pract 1995;1:37-48.
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AVANCES EN EL DESARROLLO DE GUÍAS Europe (AGREE) Instrument. London: St. George’s Hospital Medical School,
September 2001. Available online http://www.agreecollaboration.org (acces­
Y O PO RTUNIDADES DE INVESTIGACIÓN sed October 9,2007).
8. Burgers JS, Grol R, Klazinga NS, et al. Towards evidence-based clinical practice:
El desarrollo de guías de práctica clínica está evolucionando en An international survey o f 18 clinical guideline programs. Int J Qual Health
paralelo a la evidencia científica para la práctica clínica. Los mar­ Care 2003;15:31-45.
cos, como el instrumento AGREE, y mejores sistemas para la gra­ 9. Thomson R, Lavender M, Madhok R. How to ensure that guidelines are effec­
tive. BMJ 1995;311:237-242.
dación de los datos científicos, como el sistema GRADE, deberían 10. Woolf SH. Practice guidelines—a new reality in medicine. II. Methods of deve­
llevar a unas guías de práctica clínica más fiables, aplicables y loping guidelines. Arch Intern Med 1992;152:946-952.
válidas desde el punto de vista científico. Los programas para la 11. U.S. Department of Health and Human Services, Agency for Health Care Policy
elaboración de guías utilizan cada vez más un abordaje de base and Research. Acute Pain Management: Operative or Medical Procedures and
científica; los programas nacionales y regionales editan guías que Trauma. Clinical practice guideline no. 11993.AHCPR publication no. 92-0023.
Washington, DC: U.S. Department of Health and Human Services,.
se pueden adaptar y adoptar localmente. Es deseable aumentar la 12. Harbour R, Miller J. A new system for grading recommendations in evidence
colaboración internacional en la elaboración de guías8. based guidelines. BMJ 2001;323:334-336.
La medicina moderna tiene una base científica cada vez mayor, 13- Keeley PW. Clinical guidelines. Palliat Med 2003; 17:368-374.
y la asistencia debe ser la mejor y la más adecuada para la circuns­ 14. Atkins D, Best D, Bdss PA, e t al. for the GRADE Working Group. Grading quality
of evidence and strength of recommendations. BMJ 2004;328:1490-1494.
tancia clínica. Los compradores de asistencia sanitaria también exi­ 15. Scottish Intercollegiate Guidelines Network (SIGN). SIGN 80: Management of
gen datos sobre la eficacia de las intervenciones clínicas, a medida patients with lung cancer. Edinburgh: SIGN, February 2005.Available at http://
que los avances médicos compiten por los presupuestos sanita­ www.sign.ac.uk (accessed October 9,2007).
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basada en la evidencia para incrementar la homogeneidad de la practice guidelines and the pharmaceutical industry. JAMA 2002;287:612-617.
17. Grimshaw JM, Russell IT. Achieving health gain through clinical guidelines. II.
asistencia. También ayudan a los médicos a mantenerse actualiza­ Ensuring guidelines change medical practice. Qual Health Care 1994;3:45-52.
dos en su práctica clínica. En cuidados paliativos sigue habiendo 18. Hasenfeld R, Shekelle PG. Is the methodological quality of guidelines declining
varios retos: in the US? Comparison of the quality of US Agency for Health Care Policy and

PARTE I PRINCIPIOS
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Evaluación económ ica basada en la evidencia I C A P Í T U L O 4 6 245

Research (AHCPR) guidelines with those published subsequently. Qual Saf Los costes de la asistencia pública en Canadá (el 10,3% del pro­
Health Care 2003;12:428-434. ducto interior bruto [PIB] en 2006) son característicos de un país

I
19- Grilli R, Magrini N, Penna A, e t al. Practice guidelines developed by specialty
societies:The need for a critical appraisal. Lancet 2000;355:103-106. que adopta los avances tecnológicos en medicina. Los canadien­
20. Lubbe AS. Risks and misconceptions of guidelines in medicine and palliative ses esperan el máximo nivel de tecnología médica cuando ellos,
medicine in particular. Prog Palliat Care 2002;10:275-279- sus familias o sus amigos enferman. Esta demanda de tecnología
21. World Health Organization. Cancer Pain Relief. Geneva:WHO, 1986. médica está apoyada y fomentada por un sistema de pago por
22. Reid C, Davies A. The World Health Organization three step analgesic ladder
comes of age. Palliat Med 2004;18:175-176.
terceras partes. El público (es decir, los pagadores de impuestos)
23. Bennet M, Ahmedzai S. Evidence based clinical guidelines for palliative care: percibe que el aumento de los costes sanitarios es problemático.
The work of the APM Science Committee. Palliat Med 2000; 14:453-454. En consecuencia, las políticas de contención del gasto son un ele­
24. National Consensus Project for Quality Palliative Care. Clinical practice gui­ mento integral de la reforma del sistema sanitario. Sin embargo,
delines for quality palliative care: Executive summary. J Palliat Med 2004; la adopción de reformas del sistema sanitario se produce en gran
7:611-627.
25. Mast KR, Salama M, Silverman G, et al. End of life content in treatment guideli­ medida sin datos que demuestren su eficacia. La necesidad de eva­
nes for life-limiting diseases. J Palliat Med 2004;7:754-773- luaciones económicas es un reciente avance en la industria sanita­
26. Emmanuel L, Alexander C, Arnold R, et al. Integrating palliative care into ria; las evaluaciones en las tecnologías históricamente han estado
disease management guidelines.J Palliat Med 2004;7:774-783. limitadas a la seguridad y la eficacia.
La reciente popularidad de las evaluaciones económicas refleja
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S el hecho de que los elaboradores de políticas perciben que los gas­
tos en tecnología son muy cambiantes. En Canadá la reforma del
AGREE Collaboration. Appraisal of Guidelines Research and
Evaluation in Europe (AGREE) Instrument. London: St. George’s sistema sanitario se ha centrado en los costes hospitalarios y de
Hospital Medical School, September 2001. Available online capitalización, lo que ha llevado a un cambio desde la financiación
http://www.agreecollaboration.org (accessed October 9,2007). pública a la financiación privada de todos los servicios sanitarios1.
Atkins D, Best D, Briss PA, et al. for the GRADE Working Group. Las reducciones de los costes de capitalización incluyen retrasar
Grading quality of evidence and strength of recommendations. la construcción de centros y las compras de equipos necesarios
BMJ 2004;328:1490-1494. para intervenciones de elevada tecnología. En consecuencia, el
Grimshaw J, Eccles M, Russell I. Developing clinically valid prac­ coste en otras instituciones ha aumentado. Los costes de adminis­
tice guidelines. J Eval Clin Pract 1995;1:37-48. tración relacionados con la regionalización y la reestructuración
Grimshaw JM, Russell IT. Achieving health gain through clinical de los servicios sanitarios, la salud pública y los costes en progra­
guidelines. II. Ensuring guidelines change medical practice. mas de investigación sanitaria han aumentado. El crecimiento del
Qual Health Care 1994;3:45-52. coste de la asistencia profesional y de los fármacos también se ha
Keeley PW. Clinical guidelines. Palliat Med 2003;17:368-374. mantenido por encima de la media. Además del reembolso hospi­
talario, la reforma sanitaria ha actuado de formas diversas en los
costes farmacéuticos, la asistencia domiciliaria y la atención pri­
I CAPÍTULO 46 maria. Por ejemplo, la reforma de la atención primaria se caracte­
riza por desinstitucionalización, toma de decisiones orientada en
equipo, prevención, intervención más temprana e introducción de
reembolso basado en incentivos. Hasta hace poco la retórica ha
Evaluación económica basada estado limitada a la contención de los costes.
La evaluación económica, o la «búsqueda de una práctica efi­
en la evidencia ciente»2, no se refiere simplemente a la reducción de los costes.
La sostenibilidad de la reforma del sistema sanitario exige que
Konrad Fassbender las decisiones se tomen con datos científicos de acuerdo con
el objetivo declarado (es decir, una mejor salud con un menor
coste). La evaluación económica en su contexto más amplio es
3 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
sinónima de los términos análisis de coste-eficacia y evalua­
ción de la eficiencia. En Norteamérica, evaluación económica
y coste-eficacia incluyen coste-beneficio, coste-utilidad, coste-efi-
cacia, minimización de costes y análisis de las consecuencias de
P U N T O S los costes. Es un método que se utiliza para plantearse si está jus­
tificada la aplicación de recursos sanitarios. La pregunta impor­
» La sostenibilidad de la reforma sanitaria exige que las decisiones se tomen a tante es si una intervención de servicios sanitarios propuesta
partir de la evidencia científica existente de acuerdo con el objetivo decla­ ofrece resultados clínicos y económicos favorables en compara­
rado (es decir, mejor salud a un menor coste). ción con alguna alternativa, a la que con frecuencia se denomina
►La evaluación económica se refiere a la relación de las consecuencias clí­ statu quo.
nicas y económicas de la adopción de una nueva tecnología.También se tie­ La evaluación económica se utiliza para informar a los que
nen en consideración las consecuencias de una alternativa o un comparador. toman las decisiones sobre todas las consecuencias después de la
» Como ayuda a la toma de decisiones, la evaluación económica tiene como adopción de una tecnología. No es un sustituto de la toma de deci­
objetivo ofrecer información útil: identificación de comparadores, medición siones; es una aportación al proceso de toma de decisiones. Las
sistemática y valoración de los costes y las consecuencias, y cálculo de un decisiones habitualmente emplean juicios de valor tomados desde
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cociente de eficiencia. una perspectiva particular. La incorporación de juicios de valor


» En el caso de la reforma de la atención primaria, la pregunta en estudio a un marco de toma de decisiones precisa la valoración de las
debe abordar si está justificado prestar un procedimiento, servicio o pro­ consecuencias para la salud, como vidas salvadas, dolor evitado o
grama propuesto como alternativa a la práctica estándar (existente). mejora de la calidad de vida. No hay consenso sobre cómo se debe
valorar la salud, y sigue habiendo controversia a este respecto.

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La valoración de los costes y las consecuencias se realizan Historia de la evaluación económica


desde una perspectiva particular. El uso de una tecnología o una
intervención particular con frecuencia precisa la toma de varias Aunque hay datos de que Benjamin Franklin utilizó los princi­
decisiones. Por ejemplo, los pacientes, los médicos y los planifi­ pios de la evaluación económica, los primeros escritos sobre el
cadores sanitarios regionales experimentan diferentes consecuen­ tema se atribuyen al economista francés Jules Dupuit16 y al cien­
cias por la introducción de la misma tecnología. En este caso es tífico social italiano Vilfredo Pareto. Los economistas británicos
útil comparar estas evaluaciones entre sí para conocer los incenti­ Nicholas Kaldor y Sir John Hicks fueron los primeros que hicieron
vos para la adopción de la tecnología. contribuciones significativas a los principios subyacentes en el
La incorporación de los datos generados en una evaluación siglo xx17,18.
económica no es un proceso bien definido en la mayoría de los En 1939 se introdujo en Estados Unidos una legislación que
casos. Se da una excepción notable cuando los gobiernos exigen a exigía la maximización de «los beneficios que puedan superar los
las compañías farmacéuticas que aporten datos del coste-eficacia costes estimados para cualquier persona»19. El presupuesto federal
a los estados y las provincias que pagan los fármacos de venta con estadounidense creció mucho en las dos décadas siguientes debido
receta para los ancianos y las personas de clases desfavorecidas. a las grandes inversiones en la gestión de los recursos hídricos
En este caso las compañías farmacéuticas siguen directrices que (p. ej., centrales hidroeléctricas), sanidad, educación y defensa (p. ej.,
estructuran el abordaje metodológico y la descripción de los aná­ la guerra de Vietnam). Esto llevó al gobierno federal estadouni­
lisis. Cuando se adoptan otras tecnologías, el proceso de incorpo­ dense (durante la administración de Johnson) a adoptar el sistema
ración de las consecuencias económicas al proceso de toma de presupuestario basado en la planificación y en la programación
decisiones no está tan claro. A medida que el público empiece a (PBBS) en 1965, que se adaptó a partir de una versión elaborada
asumir que las restricciones presupuestarias influyen en las deci­ varios años antes en el Ministerio de Defensa de Robert McNamara.
siones sobre la asistencia sanitaria, la evaluación económica será Presentaba un intento de estandarizar los métodos para sopesar los
más aceptable como aportación al proceso de toma de decisiones beneficios y los costes de los programas en comparación con acti­
en relación con procedimientos y programas. Se han adoptado vidades alternativas. Las dificultades importantes en la aplicación
algunos datos de este cambio en el reembolso de procedimien­ de las guías llevaron a la adopción de medidas de contención del
tos, el desarrollo de directrices médicas y de salud pública y el coste en los 12 años siguientes (principalmente durante la adminis­
desarrollo de paquetes de prestaciones en los sectores público y tración de Nixon). Sin embargo, en 1977 la Office of Management
privado. and Budget (OMB) adoptó una versión revisada del sistema PBBS
El resto de este capítulo aborda los aspectos técnicos de la llamada presupuesto de base cero (ZBB), que se originó con Jimmy
evaluación económica. Se describen varios tipos de evaluación Carter cuando era gobernador de Georgia.
económica. Después analizo la generación y la integración de La aplicación de la economía a la salud comenzó con los traba­
esta información en un marco de toma de decisiones. Se tienen jos fundamentales de Kenneth Arrow20.Al mismo tiempo estaban
en consideración las características exclusivas de las intervencio­ empezando a aplicarse los métodos de evaluación económica a los
nes tecnológicas en la asistencia sanitaria y el reto que esto plan­ problemas sanitarios. Por ejemplo, a finales de la década de I960
tea para la evaluación económica. Se ofrece una guía basada en la y principios de la de 1970 los estudios incluyeron la vacunación
evidencia para que los lectores evalúen las evaluaciones eco­ con el bacilo de Calmette-Guérin (BCG), el cribado del cáncer
nómicas. cervical, la aplicación preventiva de fluoruro y los programas de
metadona. Las evaluaciones económicas de la salud sufrieron crí­
ticas similares a las que se habían realizado previamente porque
había controversia sobre la valoración monetaria de los benefi­
cios. En consecuencia, la evaluación económica de las tecnologías
EVALUACIÓN ECONÓ M ICA sanitarias evolucionó y se centró en la valoración no monetaria de
las consecuencias. Las evaluaciones económicas de los programas
Los elementos importantes de una evaluación económica se des­ de asistencia sanitaria siguieron siendo un ejercicio académico
criben en esta sección. En otros documentos se pueden encon­ durante las décadas de 1970 y 1980.
trar introducciones excelentes a la evaluación económica3-7, guías En 1992 Australia fue el primer país que desarrolló y aplicó
para leer y comprender la literatura sobre evaluación económica8- directrices para la evaluación económica21. Pronto se unieron
10, guías para realizar una evaluación económica11,12 y discusiones la provincia de Ontario y los gobiernos de Canadá y el Reino
sobre la necesidad de aplicar los datos científicos13"15. Unido22-24. Estos primeros trabajos se limitaron a la adopción de
La evaluación económica tiene como objetivo mejorar el pro­ los productos farmacéuticos. En 1993 el U.S. Public Health Service
ceso de toma de decisiones. Es una metodología técnica que se convocó el Panel on Cost-Effectiveness in Health and Medicine.
basa en principios económicos dirigidos a los agentes que toman El grupo de trabajo estudió la prestación de asistencia de elevado
las decisiones. Los economistas de la salud, profesionales del «arte nivel tecnológico y realizó recomendaciones que se publicaron
oscuro», tienden a utilizar términos como eficiencia, equidad, en 199625. Sin embargo, este trabajo no resolvió todas las áreas de
coste alternativo y marginal. Los análisis se publican en revistas controversia entre los expertos y no representaba un consenso.
médicas, revistas de salud pública y revistas sobre política, y se Como compromiso, y de conformidad con las directrices anterio­
presentan como artículos sobre evaluación de tecnologías sanita­ res, las recomendaciones intentaron introducir uniformidad entre
rias. Sin embargo, la elaboración de políticas es competencia de los diversos estudios a expensas de adaptarse a los principios de
muchas partes: pagadores de impuestos, compradores, planifica­ la teoría económica subyacente.
dores, profesionales de salud pública, médicos, comités asesores Esta breve historia demuestra que los gobiernos y la industria
médicos, comités de farmacia hospitalaria y terapéutica, y grupos de la asistencia sanitaria reconocen que la evaluación económica
de trabajo para la valoración tecnológica. El reto es comunicar los es importante para la toma de decisiones. Debido a la compleji­
métodos y el lenguaje de la evaluación económica a este amplio dad de la metodología, la aceptación obligatoria de la evaluación
público. económica no parece próxima. Con excepción de los productos

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farmacéuticos, los gobiernos se han basado en gran medida en con frecuencia generan beneficios sanitarios y ahorros econó­
métodos empíricos (pero no validados) de contención de los micos, aunque la mayor parte de la literatura sobre evaluación eco­
costes. nómica ignora las mejorías de la salud y recomienda programas
que ahorran costes. Un estudio demostró que el 60% de los estu­
dios que afirman que son evaluaciones económicas no tenía en
Elementos de una evaluación económica consideración adecuadamente las consecuencias31. Otra revisión
Se define la evaluación económica como «el análisis exhaustivo de afirmaba que menos del 10% de los artículos cumplía los princi­
las acciones alternativas en relación con sus costes y consecuen­ pales criterios metodológicos32. Los estudios que no cumplen las
cias»26. La evaluación económica se refiere a la relación entre las directrices metodológicas pueden aportar información útil, pero
consecuencias clínicas y económicas de la adopción de una nueva no se deben llamar evaluaciones económicas.
tecnología. También se tienen en consideración las consecuencias La evaluación económica es sinónimo de análisis de eficiencia
de un comparador alternativo. La evaluación de una tecnología y un y de análisis de coste-eficacia. Aplicado a la salud, incluye cinco
comparador pone de relieve el hecho de que la elección a la que se técnicas analíticas (que se discuten más adelante). Una evalua­
enfrentan los que toman las decisiones es un aspecto fundamental. ción económica lleva al cálculo de un cociente de eficiencia y,
Como se ilustra en la figura 46-127, la evaluación económica facilita el por tanto, se diferencia de otros diseños de estudio. Un cociente
proceso de toma de decisiones y ofrece información sobre las com­ de eficiencia es un indicador resumen de los costes y las conse­
pensaciones entre los recursos y los resultados asociados a la deci­ cuencias de las alternativas. El cociente de eficiencia (CE) para
sión. Cuando se toma una decisión se dispone de dos opciones: A o las decisiones entre las dos opciones de la figura 46-1 se calcula
B. La elección de A, por ejemplo, supone el uso de recursos medidos como sigue:
por el coste (A) y las consiguientes consecuencias para la salud (A).
La elección de un comparador (es decir, tratamiento alterna­
CE = (CB - C a)/(E b - Ea )
tivo o de comparación) es una reflexión fundamental en las eva­
luaciones económicas28. Con frecuencia se recomienda el statu
quo o la terapia existente, aunque no se pueda identificar con faci­ En esta ecuación, C se refiere a los costes, E se refiere a las con­
lidad. En ocasiones las recomendaciones incluyen un abordaje de secuencias, y los superíndices se refieren a las dos opciones, A y
o no adoptar acciones o el uso de un placebo. No hacer nada no B. Suponga que las consecuencias se miden como probabilidades
implica la ausencia de consecuencias. Son necesarias otras consi­ de supervivencia, en cuyo caso este cociente se expresaría en uni­
deraciones adicionales para identificar un comparador adecuado. dades de dólares por vidas salvadas. Como el cociente se obtiene
¿Es ético comparar con un placebo cuando hay un estándar esta­ comparando los costes adicionales con los beneficios adiciona­
blecido? ¿La terapia establecida es coste-eficaz? les, a veces este cociente se denomina cociente de eficacia incre­
¿Qué ocurre si no se tienen en consideración los costes y las m ental o marginal. Estos cocientes no se deben confundir con
consecuencias de las alternativas? La tabla 46-1 clasifica los estu­ el cociente de eficiencia medio, CA/EA. Los cocientes marginales
dios de acuerdo con si se consideran o no dichas alternativas y si se utilizan para tomar decisiones sobre la asignación de recursos,
se consideran los costes y las consecuencias29. Muchos estudios mientras que los cocientes medios se utilizan para la determina­
que afirman ser evaluaciones económicas no evalúan todos los ción de presupuestos. El cálculo de los cocientes de eficiencia
costes ni consecuencias para la salud30. Las tecnologías sanitarias medios no precisa alternativas y se considera que son estricta­
mente descripciones de coste-resultados (v. tabla 46-1).
La evaluación económica abarca cinco técnicas analíticas: aná­
lisis de minimización de costes (AMC), análisis de coste-consecuen-
cias (ACC), análisis de coste-eficacia (ACE), análisis de coste-utilidad
(ACU) y análisis de coste-beneficio (ACB). El análisis de minimi­
zación de costes asume que las consecuencias de las alternativas
son idénticas. El análisis de coste-consecuencias considera las alter­
nativas, los costes y las consecuencias, pero no llega a calcular el
cociente de eficiencia. La información que se obtiene de esta forma
puede ser familiar para los lectores de los Consumer Reports. Por
ejemplo, los registros de reparaciones, resultados de simulaciones
de accidentes, economía de combustible, estilo y conducción son
consideraciones importantes cuando se compra un vehículo. Las
otras tres técnicas llevan a la estimación de cocientes de eficien­
cia propiamente dichos y difieren únicamente en las unidades de
medición de las consecuencias. Las consecuencias de coste-efica-
FIGURA 46-1 Proceso de la toma de decisiones. cia se expresan en unidades naturales, como vidas salvadas, años de

j I T A B L A 4 6 -1 Diseños de estudios cuando se tienen en consideración las alternativas, los costes y/o las consecuencias
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ALTERNATIVAS ¿SE TIENEN EN CONSIDERACIÓN LOS COSTES Y LAS CONSECUENCIAS?


NO Sí
No se consideran las alternativas Sólo se consideran las consecuencias = Sólo se examinan los costes = Descripción de los resultados
descripción de resultados descripción de costes de los costes
Se consideran las alternativas Sólo se consideran las consecuencias = Sólo se examinan los costes = Evaluación económica
análisis de eficacia análisis de costes

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vida salvados o reducción de la tensión arterial en milímetros de personas todos los días. Por ejemplo, cuando compra una tos­
mercurio (mmHg). Las consecuencias del coste-utilidad se miden tadora, una persona evalúa la decisión en base al precio y otras
en unidades llamadas años de vida ajustados por la calidad (AVAC), características, como cuántas rebanadas tuesta cada vez. También
y las consecuencias de coste-beneficio se expresan totalmente en se considera cómo influye el pan sobre la utilidad (es decir, la feli­
términos monetarios. cidad). Otras decisiones son más complejas. Cuando compra una
El ACB difiere de las otras técnicas analíticas en varios aspec­ casa, una persona puede necesitar un agente inmobiliario, un tasa­
tos. Muchos de los que toman las decisiones consideran que la dor, un banquero y un abogado para conocer las consecuencias
conversión de los beneficios sanitarios en dólares es controver­ importantes de cualquier decisión. La asistencia sanitaria habitual­
tida. Desde una perspectiva gubernamental se puede utilizar el mente supone decisiones aún más complejas y, por tanto, exige
ACB para comparar intervenciones sanitarias con programas en una mayor complejidad del análisis de las decisiones. Debido a los
otros sectores, como servicios sociales y educación. El ACE y el límites del pensamiento humano, se puede considerar que la eva­
ACU están restringidos a comparaciones con criterios de valora­ luación económica es beneficiosa en estas circunstancias.
ción sanitarios similares. El ACB se puede utilizar tanto para medir La evaluación económica sistemática es una tarea especiali­
la utilidad del proceso, como la satisfacción por la información zada, costosa y larga. En consecuencia, con frecuencia se pasa por
que ofrece una prueba diagnóstica33. La satisfacción se puede alto en la evaluación de programas. Aunque algunas de las críticas
valorar por el deseo de un individuo de pagar. Los costes sanita­ están justificadas, muchos autores consideran que la evaluación
rios y los beneficios del tratamiento de una persona no siempre económica es importante en la consideración de la provisión y la
están limitados a esa persona. Por ejemplo, la inmunización de financiación de la asistencia sanitaria por organizaciones, autorida­
un niño reduce la probabilidad de que se infecten otros niños. des regionales y gobiernos provinciales y nacionales.
Estos efectos se denominan extemalidades, y se abordan mejor Se considera que la evaluación económica es una dimensión
mediante ACB. importante en el marco de toma de decisiones sobre programas
Las cinco técnicas analíticas precisan la adopción de una sanitarios. No es un programa completo de toma de decisiones,
perspectiva o punto de vista cuando se realiza una evaluación ni pretende sustituir a la toma de decisiones. Por el contrario, se
económica. Habitualmente se puede identificar una perspectiva considera que la evaluación económica es una ayuda para la toma
preguntando quién está afectado por los costes y las consecuen­ de decisiones. Como ayuda a la toma de decisiones, tiene como
cias. Las perspectivas de la sociedad, el ministerio de sanidad, objetivo aportar información útil: identificación de comparadores,
la industria y los pacientes son las que se adoptan con más fre­ medición y valoración sistemáticas de los costes y las consecuen­
cuencia. La perspectiva social se obtiene sumando todos los cos­ cias, y cálculo de cocientes de eficiencia.
tes y consecuencias, independientemente de a quién se apliquen. Los procesos de asignación de presupuestos normalmente su­
Suponga, por ejemplo, que un nuevo tratamiento se asocia a me­ ponen la toma de decisiones en uno o varios programas a la vez.
nos días de recuperación para el paciente. Esto puede permi­ Se puede utilizar la evaluación económica para examinar to­
tir que el paciente reinicie sus actividades normales y, p or tanto, dos los programas simultáneamente, una sola vez o de forma
es un beneficio para el paciente. En este ejemplo, la perspectiva periódica. El ACB permite obtener un cociente de eficiencia (cal­
social incluye todos los costes y beneficios identificados. Una culado totalmente en dólares) y se puede utilizar para informar
perspectiva del ministerio de sanidad está restringida a los cos­ a los tomadores de decisiones sobre las ventajas relativas de las
tes médicos directos que reembolsa el gobierno. Los costes tem­ tecnologías sanitarias en comparación con las tecnologías no sani­
porales acumulables al paciente se incluyen en la perspectiva del tarias. En último término, el ACE y el ACU precisan la valoración
paciente. Esto no implica que el gobierno no se preocupe por el de los beneficios expresados en dólares como parte del proceso
bienestar del paciente. La mayoría de las directrices gubernamen­ de toma de decisiones, no del proceso analítico. En consecuen­
tales afirma que las políticas se deben desarrollar a la vez que se cia, se puede considerar que estas técnicas son equivalentes por­
adopta una perspectiva social. que los resultados finalmente precisan la valoración en términos
Una evaluación económica es robusta pero también se puede monetarios34.
utilizar para evaluar situaciones atípicas. Por ejemplo, un nuevo En resumen, la evaluación económica aporta una información
tratamiento puede producir costes iniciales mayores y un ligero mejor que los abordajes alternativos. Por ejemplo, el proceso alter­
aumento de la calidad de vida durante un período prolongado. El nativo más frecuente en toma de decisiones es repetir lo que se ha
hecho de que los costes y las consecuencias sanitarias se acumu­ hecho en los años previos. Los tomadores de decisiones se basan
len a velocidades diferentes exige la aplicación de descuentos. Se en la minimización de costes y por comodidad ignoran las conse­
produce otra situación cuando la información que se utiliza para cuencias para la salud y las consecuencias privadas de la adopción
realizar una evaluación económica puede ser incierta o puede de una tecnología. Los tomadores de decisiones deben establecer
estar totalmente ausente. En estos casos se pueden emplear téc­ un equilibrio entre los beneficios y los costes de obtener la infor­
nicas de modelado estadístico y matemático para determinar un mación adicional que ofrece la evaluación económica.
intervalo de cocientes de eficiencia. La evaluación económica
incluye técnicas que permiten el análisis de la mayoría de las tec­
nologías imaginables. Sin embargo, si se realizan inadecuadamente, G UIA PARA REALIZAR UNA EVALUACIÓN
las evaluaciones económicas generan resultados que son difíciles
de aceptar (una aplicación del dicho «si entra basura, sale basura»).
ECONÓ M ICA
La formación adecuada, el conocimiento de la teoría y el uso de Ya se ha discutido la mecánica (es decir, qué) y la justificación (es
las directrices son, por tanto, consideraciones importantes en la decir, por qué) de la realización de evaluaciones económicas. Está
realización de una evaluación económica. sección aborda el quién, el dónde y el cuándo. A la vista de la natu­
raleza técnica de la evaluación económica, puede parecer que es
mejor realizarla con un equipo académico (p. ej., un economista
Importancia de una evaluación económica de la salud, un epidemiólogo, un estadístico). La inclusión de pla­
nificadores, proveedores y receptores o pagadores es compatible
¿Pagaría usted un paquete sin conocer su contenido? La evalua­ con un abordaje de la investigación participativo y comunitario35.
ción económica es importante en las decisiones que toman las La inclusión en el proceso de los usuarios permite hacer preguntas

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adecuadas y ayuda a la obtención de los datos necesarios. También Los procesos de evaluación económica no siempre se pueden
los usuarios tienen una participación importante en la generación categorizar de una forma tan clara. En algunos casos individuos y orga­
y la interpretación de los resultados. Pueden ser responsables de la nizaciones progresivos realizan evaluaciones económicas formativas
toma de la decisión final. directamente. Esto se observa mejor cuando los comités de farmacia
Por tanto, la evaluación económica permite obtener un cocien­ hospitalarios o regionales deciden qué fármacos y dosis se prescri­
te de eficiencia y supone un proceso continuo por parte de un equipo ben de forma habitual. No se espera que el modelo desagregado de
de investigación. Se revisa brevemente este proceso, seguido por evaluaciones económicas formativas que se ha descrito aquí dé lugar
una discusión de la relación entre la evaluación económica formal siempre a una asignación óptima de recursos. Por ello es necesario
y este proceso. ¿Cómo se inicia este proceso? ¿Cómo realizan los realizar periódicamente evaluaciones económicas sumativas.
analistas las evaluaciones económicas formales? ¿Qué criterios se
utilizan para incorporar los datos a la práctica?

Inicio y realización de una evaluación


económica

Procesos y resultados de las evaluaciones La evaluación económica siempre comienza con la formulación de
una pregunta por planificadores, proveedores, receptores o paga­
económicas dores, no por economistas de la salud. En el caso de la reforma de
La evaluación económica se puede describir en relación con los la asistencia primaria, la pregunta debe abordar si está justificada la
procesos que utilizan los individuos o las organizaciones para prestación de un procedimiento, servicio o programa propuesto
tomar decisiones. La evaluación económica es una técnica que se como alternativa a la práctica estándar (existente). Sería útil con­
utiliza para calcular un cociente de eficiencia que se utiliza en un centrarse en lo que es exclusivo del contexto particular. ¿Qué se
único punto temporal, y se refiere a un proceso continuo de deter­ propone para reducir los costes y mejorar la salud? La pregunta
minación del mejor uso de los recursos a la vista de las tecnolo­ es intrínseca a la realización de la actividad de la prestación de la
gías y circunstancias actuales. Para describir mejor este proceso asistencia sanitaria.
es importante reconocer que hay dos tipos de análisis: sumativo y La evaluación económica no es necesaria en todos los proce­
formativo. Las evaluaciones sumativas preguntan si está justificado dimientos, servicios y programas nuevos. Esto puede parecer con­
hacer algo. Las evaluaciones formativas preguntan si está justifi­ fuso la primera vez, pero considere un procedimiento que sea
cado hacer algo mejor. más costoso y menos eficaz. En este caso es evidente que no es
Si se tiene en consideración que la salud es la única salida del necesario un análisis formal para concluir que no se debe adoptar
ACE y del ACU, se exploran medidas de mínimo coste para generar el procedimiento. También es cierto lo contrario para un nuevo
salud. Los economistas se refieren a esto como eficiencia técnica servicio que mejora la salud con un menor coste. Las evaluaciones
(es decir, hacer algo mejor). Los pacientes, los médicos y las orga­ económicas formales son necesarias cuando una nueva tecnología
nizaciones sanitarias tienden a maximizar la salud y, por tanto, aumenta el coste y aumenta los beneficios. Sin una evaluación for­
tienen mayor probabilidad de realizar evaluaciones económicas mal sería difícil determinar si los beneficios superan a los costes.
formativas. El ACB puede comparar los resultados sanitarios con La evaluación económica puede cuantificar el equilibrio (cuando
los resultados no sanitarios. Se puede utilizar el ACB para evaluar la existe) entre las consecuencias económicas y no económicas.
eficiencia de las asignaciones, o la forma en la que la aplicación En Canadá, los economistas de la salud utilizan las directri­
de los recursos permite obtener el máximo valor (en usuarios del ces de la Canadian Agency for Drugs and Technologies in Health
sector sanitario y no sanitario). Es probable que el gobierno y los (CADTH) cuando realizan evaluaciones económicas36. La finalidad
académicos realicen evaluaciones económicas sumativas. El pro­ principal de estas directrices ha sido estandarizar la notificación
ceso describe la necesidad de diferentes tipos de análisis a lo largo de las evaluaciones económicas sumativas a los gobiernos pro­
del tiempo y señala a quién beneficia el análisis resultante. vinciales para el reembolso de los productos farmacéuticos. Estas
Considere la importancia de la evaluación económica en la directrices y otras resumen los requisitos básicos de una evalua­
reforma sanitaria. Se realizan iniciativas importantes con la sólida ción económica aceptable para la mayoría de los públicos. Estas
creencia de que son coste-eficaces. La reforma de los hospitales, la directrices se han adoptado de forma generalizada porque se han
asistencia domiciliaria, la asistencia farmacéutica y la atención pri­ escrito en un formato comprensible para cualquiera con un cono­
maria describen iniciativas sucesivas que aplican los gobiernos y cimiento básico de economía elemental.
otros pagadores. En todos los casos se proponen aumentos impor­
tantes de la asignación de recursos en base a los supuestos suma-
tivos de su coste-eficacia. Periódicamente se realizan proyectos
de demostración e investigaciones académicas para determinar Criterios para la adopción de nuevas
la validez de estas suposiciones. En la práctica diaria, las organiza­ tecnologías
ciones y los individuos luchan por mejorar la eficiencia dentro de
los amplios confines de la financiación y las políticas. Por tanto, se Es necesario un cociente de eficiencia cuando se demuestra que
puede considerar que la evaluación económica formativa dirige el tanto los costes como los beneficios mejoran como consecuen­
funcionamiento cotidiano. cia de la introducción de una nueva tecnología. ¿Y después qué?
Para ilustrar el proceso formativo, considere un ejecutivo del ¿Qué significa 150.000 dólares por cada vida salvada? No hay
departamento económico de una agencia sanitaria que intenta consenso claro sobre cómo se puede incorporar esta informa­
reducir costes. Al mismo tiempo, los médicos (que actúan como ción a un marco de toma de decisiones. Tal vez la directriz más
agentes en nombre de los pacientes y sus familias) intentan mejo­ influyente (y la más refutada) es la regla de 20.000 a 100.000
rar la calidad de vida de los pacientes. Mediante el diálogo y el dólares por AVAC propuesta por Laupacis y cois37 Esta regla
consenso se identifica un terreno medio o una mejor práctica. La afirma que las tecnologías que cuestan menos de 20.000 dólares
evaluación económica formativa se puede deber al complejo pro­ por AVAC se deben adoptar automáticamente, y que las que cues­
ceso de realizar la actividad cotidiana. tan más de 100.000 dólares AVAC no se deben adoptar. Las que

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están entre las dos cifras de AVAC se deben considerar de forma Esta definición está encuadrada en un marco exhaustivo de
individualizada38’39. innovación tecnológica que utilizan los economistas de la sa­
Aunque esta regla ha sido puesta en duda por diversos auto­ lud41. En este marco se consideran tres tipos de innovación: de
res38,39, su incorporación a la práctica sigue siendo generalizada. producto, de proceso y organizativa. Innovación de producto se
Algunos autores afirman que este abordaje asume que los precios refiere a un bien o servicio que adquiere atributos adicionales o
de la tecnología permanecen estables con el aumento del uso e novedosos. Esto se asocia a costes mayores. Los productos farma­
ignora las mejoras de la calidad proporcionadas al uso. Otros argu­ céuticos son el mejor ejemplo de innovaciones de producto. La
mentos se basan en que estos cocientes reflejan las utilidades innovación de proceso produce un aumento de la productividad
medias y no tienen en consideración el hecho de que la tecno­ o menores costes de producción. Para cualquier nivel dado de
logía puede ser coste-eficaz en un subconjunto de pacientes. No trabajo e inversión de capital, son posibles mayores niveles de sa­
se han propuesto directrices que aborden la calidad de los estu­ lida. La innovación organizativa se refiere a la reorganización de
dios subyacentes. Muchos autores afirman que los AVAC no son el las actividades de producción, e incluye la administración de esas
patrón de referencia, porque hay muchos problemas con la medi­ actividades.
ción de la utilidad, y algunos autores afirman que no se puede Una importante limitación, que es aún mayor en el contexto
hacer. A pesar de la ausencia de una definición clara de cómo se de la asistencia sanitaria, es que se debe poder identificar la tec­
deben establecer los umbrales y a pesar de muchas objeciones, nología. Las descripciones exhaustivas de las alternativas irrecon­
se siguen utilizando estos criterios. ciliables pueden no identificarse con facilidad. Hay varios motivos
para esto. Considere el hecho de que los cambios de los procesos
y los cambios organizativos son intrínsecamente más complicados
AVANCES Y OPORTUNIDADES que los cambios de producto. Considere también que puede que
no se valore que las innovaciones organizativas y de los procesos
La aplicación de la evaluación económica es intrínsecamente sean aplicables o se puedan generalizar a otras jurisdicciones. La
difícil. Sin embargo, la naturaleza de la asistencia sanitaria y la des­ imposibilidad de definir una innovación da lugar a la imposibili­
cripción de la innovación tecnológica también son difíciles. Esta dad de calcular los costes correspondientes.
dificultad aumenta cuando la innovación tecnológica es compleja. Varios aspectos adicionales de este marco generan dificultades.
La necesidad de evaluaciones económicas es grande. Los eco­ No hay un único tomador de decisiones. Los costes sanitarios de
nomistas de la salud son pocos, y, por tanto, no economistas se consumo, de innovación y médicos están regulados por diferen­
ven obligados a realizar estas evaluaciones. En parte, guías como tes funciones objetivas. No se consideran los seguros sanitarios,
las que ofrece este capítulo presentan recursos que fomentan y puede haber consideraciones adicionales relacionadas con el
esta práctica. Sin embargo, sigue habiendo un gran número de bienestar. Por ejemplo, los profesionales sanitarios se pueden ver
tomadores de decisiones que se limitan a solicitar y leer evalua­ obligados a suministrar un nivel mínimo de asistencia médica para
ciones económicas. Éstos tienen a su disposición una guía de base conseguir el estado de salud deseado según los criterios médicos.
científica para permitir la valoración de las propias evaluaciones Es difícil prever los costes de los servicios en estas circunstancias.
económicas. La mayor dificultad de describir adecuadamente las tecnologías
de asistencia sanitaria también se aplica a las evaluaciones econó­
micas formativas y sumativas. El éxito en la aplicación de las eva­
Innovación tecnológica y evaluaciones luaciones económicas exige que se diga quién hizo qué a quién,
económicas dónde y con cuánta frecuencia. Los datos de elevada calidad sobre
la eficiencia de las nuevas tecnologías asistenciales son escasos,
Victor Fuchs, un importante economista de la salud, escribió: «El y las evaluaciones de las nuevas tecnologías históricamente han
cambio tecnológico es la fuerza más importante subyacente al estado limitadas a la seguridad y la eficacia. La necesidad de datos
aumento de los costes sanitarios». Sin embargo, tecnología se ha sobre la eficiencia es un avance reciente, y se ha referido princi­
convertido en un lema, y su significado con frecuencia está limi­ palmente a la evaluación de fármacos y dispositivos. Son necesa­
tado a innovaciones de productos (p. ej., máquinas para el diag­ rios datos sobre las innovaciones de procesos y organizativas en
nóstico, productos farmacéuticos). La asistencia primaria incluye asistencia sanitaria, lo que debe mejorar la realización de evalua­
innovaciones organizativas y de procesos que nos permiten dis­ ciones económicas de todas las tecnologías.
tinguir las innovaciones que reducen los costes (es decir, proce­
dimientos previos realizados de forma más eficiente) de las que
aumenta los costes (es decir, procedimientos adicionales, ya exis­ Lectura y evaluación de las evaluaciones
tentes o nuevos). Estas características crean problemas en la reali­ económicas
zación de evaluaciones económicas de muchas innovaciones.
Es difícil definir la tecnología. En la literatura popular se ha Se puede considerar que el médico en ejercicio, el ministro de
presentado como El shock del futuro, de Alvin Toffler, y como sanidad y todos los que están entre ellos son tomadores de deci­
Un m undo feliz, de Aldous Huxley. Deriva de las palabras griegas siones. Muchos de estos tomadores de decisiones se limitan a soli­
tekhne («arte») y tecknologia («tratamiento sistemático»); en el citar o leer evaluaciones económicas, y se propone un conjunto
diccionario de Oxford se define como una ciencia o arte práctica resumen de indicadores para ayudarlos a evaluar o determinar el
o industrial y como la aplicación de la ciencia y la técnica como nivel de solidez de los datos.
una habilidad mecánica o un arte. En un sentido más amplio es Se propone un conjunto de indicadores para facilitar el inicio
una descripción que se aplica a equipo, conocimiento y habilida­ y la evaluación de los procesos de evaluación económica (cua­
des. Es probable que esta definición derive de la referencia clásica dro 46-1). Estas cuestiones están adaptadas de la literatura de valo­
de Ellul40 a las herramientas, la maquinaria y la materia; la tecno­ ración crítica de Drummond y cois, y se agrupan en cinco con­
logía como una forma de conocimiento; y la tecnología como un juntos de preguntas. El primer conjunto aborda si se ha planteado
conjunto complejo de actividades o procedimientos humanos40. una pregunta para la evaluación. La formulación de una pregunta

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Evaluación económ ica basada en la evidencia I C A P Í T U L O 4 6 251

precisa la referencia a elementos estandarizados de evaluación B I B L I O G R A F Í A


económica. El segundo conjunto aborda las necesidades de datos.
Lo fundamental es si los datos recogidos responden a estas pre­ 1. Health Canada. The public and private financing of Canada's health system.
Presented at the National Forum on Health September 1995.
guntas. Tercero, es necesario el reconocimiento del contexto de la 2. Maynard A. Logic in medicine: An economic perspective. BMJ
toma de decisiones. Cuarto, se deben generar planes para obtener 1987;295:1537-1541.
o generar datos científicos. El quinto conjunto de preguntas plan­ 3. Weinstein MC. Economic assessment of medical practices and technologies.
tea cómo se debe incorporar la información resultante. Medical Decis Making 1981;1:309-330.
Estos indicadores no se deben evaluar sin cierta perspectiva 4. Warner KE, Luce BR. Cost-benefit, and cost-effectiveness analysis in health care:
Growth and composition of the literature. Medical Care 1982;18:1069-1084.
o preparación, como la que ofrece este capítulo. No hay ningún 5. Luce BR, Elixhauser A. Standards for socioeconomic evaluation of health care
algoritmo de puntuación establecido, y no se ha descrito un products and services. Berlin: Springer-Verlag, 1990.
umbral de calidad aceptable para una evaluación económica. Por 6. Gold MR, Siegel JE, Russell LB,Weinstein MC (eds). Cost Effectiveness in Health
tanto, estos indicadores son útiles en situaciones que comparan and Medicine. New York: Oxford University Press, 1996.
7. Drummond ME Principles to Economic Appraisal in Health Care. Oxford, UK:
más de una evaluación. También se pueden utilizar para formu­ Oxford University Press, 1997.
lar solicitudes de propuestas y criterios de evaluación para valo­ 8. Drummond ME Richardson WS, O’Brien BJ, et al. Users’ guides to the medical
rar el rendimiento de quienes realizan evaluaciones económicas literature. XIII. How to use an article on economic analysis of clinical practice
(v. cuadro 46-1). A.Are the results of the study valid? JAMA 1997;277:1552-1557.
9- O’Brien BJ, Hayland D, Richardson WS, et al. Users’ guides to the medical lite­
rature. Xni. How to use an article on economic analysis of clinical practice B.
What are the results and will they help me in caring for my patients? JAMA
1997;277:1802-1806.
10. Stoddart GL, Drummond ME How to read clinical journals. VII. To
C ua dro 46-1 Indicad ore s de un a evaluación económ ica
understand an economic evaluation (parts A and B). Can Med Assoc J
1. ¿Hay preguntas bien definidas y planteadas d e tal forma que se 1984;130(1428-1434):1542-1549-
11. Canadian Coordinating Office for Health Technology Assessment. A guidance
p u e d e n responder? document for the costing process, version 1.0. Ottawa: Canadian Coordinating
1.1. ¿Las preguntas abordan los costes y los efectos de los servi­ Office for Health Technology Assessment, 1996.
cios d e los programas? 12. Canadian Coordinating Office for Health Technology Assessment. Guidelines
1.2. ¿Las p reguntas incluyen u n a com paración d e alternativas? for economic evaluation of pharmaceuticals: Canada, 2nd ed. Ottawa: Canadian
Coordinating Office for Health Technology Assessment, 1997.
1.3. ¿Se h a declarado u n p u n to d e vista? 13. Grahame-Smith D. Evidence-based medicine: Socratic dissent. BMJ
1.4. ¿Se p resentan descripciones exhaustivas de las diferentes 1995;310:1126-1127.
alternativas q u e se dan (es decir, se p uede decir quién hizo 14. Evidence-based medicine, in its place. Lancet 1995;346:785.
q u é a quién, dónde y co n cuánta frecuencia)? 15. Evidence-based medicine. Lancet 1995;346;1171-1172.
1.5. ¿Se h an omitido alternativas im portantes? 16. Dupuit J. On the Measurement of the Utility' Of Public Works. International
Economic Papers, 1952 [French translation of the 1844 version].
2. ¿Qué datos (es decir, resultados y costes) se prevén para cada 17. Kaldor N. Welfare Propositions of Economists and Interpersonal Comparisons
pregunta? o f Utility. September 1939-
2.1. ¿Se h a n identificado todas las consecuencias im portantes y 18. Hicks J.The valuation of social income. Economica 1940.
relevantes para cada alternativa (algunas directrices propo­ 19. U.S. Flood Control Act of 1939
20. Arrow K. Uncertainty and the Welfare Economics of Medical Care. Am Econ
n e n m edidas d e calidad d e vida genéricas, específicas y basa­
Rev 1963;53:941-973.
das e n la utilidad adem ás d e las m edidas físicas relevantes)? 21. Australia Department of Health. Guidelines for the Pharmaceutical Industry
2.2. ¿Se van a m edir con exactitud las consecuencias e n unidades on Preparation of Submissions to the Pharmaceutical Benefits AdvLsory
físicas adecuadas (p . ej., instrum entos d e calidad d e vida rela­ Committee. Canberra, Australia:AGPS, 1992 (revised November 1995).
cionada c o n la salud o d e utilidad)? 22. Ontario Ministry of Health. Ontario Guidelines for Economic Analysis of
Pharmaceutical Products. Toronto: Ontario Ministry of Health, Drug Programs
2.3. ¿Las consecuencias se van a valorar d e forma creíble (p. ej., Branch, 1994.
años d e vida ajustados p o r la calidad para la utilidad, téc­ 23. Canadian Coordinating Office for Health Technology Assessment. Guidelines
nicas d e valoración contingente, voluntad d e pagar, precio for Economic Evaluation of Pharmaceuticals. Ottawa: Canadian Coordinating
h edónico p o r el dinero)? Office for Health Technolog)'Assessment, 1994 (revised November 1997).
24. United Kingdom Department of Health. Guidance on Good Practice in
2.4. ¿Se han identificado to d o s los costes im portantes y relevan­
Conduct of Economic Evaluations of Medicines. London: PharmacoResources,
tes p ara cada u n a d e las alternativas (p. ej., directos: fármacos, 1994.
laboratorio, visita a la consulta, ingreso hospitalario, rehabili­ 25. Gold MR, Siegel JE, Russell LB,Weinstein MC (eds). Cost Effectiveness in Health
tación; indirectos: gastos m enores, extemalidades)? and Medicine. New York: Oxford University Press, 1996.
2.5. ¿Los costes se h an m edido exactam ente e n las unidades 26. Drummond ME Principles to Economic Appraisal in Health Care. Oxford, UK:
Oxford University Press, 1997.
físicas adecuadas (p. ej., p u e d e incluir diarios, cuestionarios, 27. Drummond ME Principles to Economic Appraisal in Health Care. Oxford, UK:
entrevistas)? Oxford University Press, p 9-
2.6. ¿Los costes se h an valorado de forma creíble (p. ej., valor 28. O’Brien B. Economic evaluation of pharmaceuticals: Frankenstein’s monster or
cobrado o precios, cocientes costes-valor cobrado, unidades de vampire of trials? Med Care 1996;34:DS99-DS108.
valor relativo, costes basados e n actividades o microcostes)? 29. Drummond ME Principles to Economic Appraisal in Health Care. Oxford, UK:
Oxford University Press, 1997,p 10.
3. ¿Cuál es el contex to para la tom a d e decisiones? 30. Ganiats TG, Wong AF. Evaluation of cost-effectiveness research: A survey of
3.1. ¿Quién tom a las d ecisiones,y cóm o se tom an las decisiones? recent publications. Fam Med 1991;23:457-462.
3.2. ¿Cómo se financian y se suministran los servicios corres­ 31. Zarnke KB, Levine MA, O’Brien BJ. Cost-benefit analyses in the health-care lite­
pondientes? rature: Don’t judge a study by its label.J Clin Epidemiol 1997;50:813-822.
32. Smith WJ, Blackmore CC. Economic analyses in obstetrics and gynecology: A
3-3- ¿Los incentivos so n co ngruentes c o n las decisiones? methodologic evaluation of the literature. Obstet Gynecol 1998;91:472-478.
4. ¿Qué planes se están h aciendo para o b tener datos científicos? 33- Donaldson C, Shackley P Does “process utility” exist? A case study of willing­
4.1. ¿Los dato s d e c ostes y resultados s e p resentan e n u n formato ness to pay for laparoscopic cholecystectomy. Soc Sci Med 1997;44:699-707.
asequible? ¿Los datos se utilizan para calcular cocientes de 34. Phelps CE, Mushlin Al. On the (near) equivalence of cost-effectiveness and
coste-eficacia? cost-benefit analyses. Int JTechnol Assess Health Care 1991;7:12-21.
35. VLswanathan M, et al. Community-based Participatory Research: Assessing the
4.2. ¿Hay planes p a ra presen tar las p reguntas del estudio? ¿Se han Evidence. AHRQ evidence report/technology assessment no. 99, publication
h e ch o solicitudes a las agencias de financiación, o se han no. 04-E022-2,2004.
apoyado e n estos datos p ara estudiar estas preguntas? 36. Canadian Agency for Drugs and Technologies in Health (CADTH). Guidelines
5. ¿Cómo se van a inco rp o rar los resultados a la práctica (tom a de for the Economic Evaluation of Health Technologies: Canada, 3rd ed. Ottawa:
Canadian Agency for Drugs and Technologies in Health, 2006.
decisiones realizada según la m edicina b asada e n la evidencia)?
37. Laupacis A, Feeny D, Detsky AS,Tugwell PX. How attractive does a new tech­
nology have to be to warrant adoption and utilization? Tentative guidelines for

ERRNVPHGLFRVRUJ
252 S E C C IÓ N G | Calidad

using clinical and economic evaluations [see comments]. CMAJ 1992;146: 40. Ellul J.The Technological Society. New York: Vintage Books, 1964.
473-481. 41. Zweifel P, Breyer E Health Economics. New York: Oxford University Press,
38. Naylor CD, Williams JI, Basinski A, Goel V. Technology assessment and 1997.
cost-effectiveness analysis: misguided guidelines [see comments]?. CMAJ 42. Drummond M. Critical assessment of economic evaluation. In Drummond
1993;148:921-924. M, O’Brien B, Stoddart GL, Torrance GW (eds). Methods for the Economic
39- Gafni A, Birch S. Guidelines for the adoption of new technologies: A prescrip­ Evaluation of Health Care Programmes, 2nd ed. Oxford, UK: Oxford University
tion for uncontrolled growth in expenditures and how to avoid the problem. Press, 1997,p p 27-51.
CMAJ 1993;148:913-917.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
SECCION H

Profesionales sanitarios, familia y voluntarios

DISCIPLINA Y PROFESIÓN
I CAPÍTULO 47 Una disciplina es una rama de conocimiento, más la educación
e investigación asociadas con ella, que da lugar a una conducta
sistemática y bien organizada. En la asistencia sanitaria y social, las
El equipo interdisciplinario disciplinas se asocian con grupos profesionales, incluidas las pro­
fesiones asociadas con la salud (p. ej., arteterapia, musicoterapia y
Malcolm Payne y David Oliviere terapia ocupacional; fisioterapia), capellanía, asesoramiento, medi­
cina, enfermería, psicología y trabajo social. Sin embargo, existe un
campo de conocimiento conjunto significativo en el que operan
£>2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos estas profesiones. Las distintas profesiones se centran en aspectos
diferentes del conocimiento dentro de ese campo, y algunas tam­
bién incorporan disciplinas que no suelen asociarse con la asisten­
cia sanitaria y social.
La medicina y la enfermería son las principales profesiones
P U N T O S
de cuidados paliativos y se asocian sobre todo con disciplinas
» El trabajo en equipo interdisciplinario pretende proporcionar una asis­ biomédicas. La psicología clínica, la arteterapia y la musicotera­
tencia global al coordinar las contribuciones de disciplinas profesionales pia, así como la consultoría psicológica, se basan en gran parte
diferentes. en la psicología, y algunas también recurren a las humanidades.
» Las disciplinas son ramas de conocimiento asociadas con la educación y la El trabajo social se asocia con las ciencias sociales más amplias,
investigación que dan lugar a una conducta sistemática y bien organizada, y sobre todo la sociología y la política social. La disciplina del tra­
en la asistencia sanitaria y social se asocian con profesiones que se centran bajo social incorpora elementos significativos de la psicología
en distintas áreas de un campo de conocimiento compartido. y la consultoría psicológica. Esto es menos marcado en algunos
* Los equipos interdisciplinarios son grupos de trabajo formados por per­ países, como en muchas partes de Europa, donde los trabajado­
sonas que comparten una identidad y unos objetivos de llevar a cabo un res sociales se ocupan sobre todo de la gestión y provisión de
trabajo de alta calidad e innovación. Estas personas adaptan sus papeles pro­ servicios de bienestar social. En el ámbito de los cuidados palia­
fesionales para coordinar su labor con los demás. tivos, los capellanes, así como los sacerdotes ordenados, reciben
» Proporcionar cuidados paliativos mediante un trabajo en equipo interdisci­ una educación sobre todo teológica, y la formación sacerdotal y
plinario es más eficaz que utilizar otras formas de organización. Hay pocas especializada que algunos llevan a cabo como preparación para
evidencias del valor de determinadas composiciones del equipo o de formas los papeles de capellán abarca elementos de asistencia y asesora­
de trabajar, pero algunos de los métodos de constituir el equipo son mejorar
miento pastoral.
la comprensión de las tareas y del modo de gestionar los conocimientos,
perfeccionar las contribuciones y las relaciones sociales del grupo, e insti­
Dado que la disciplina está íntimamente relacionada con la
tuir una formación conjunta. profesión en el ámbito de la asistencia sanitaria y social, la com­
prensión del modo en el que funcionan las profesiones es un
» Los cuidados paliativos pretenden ser globales de dos modos: considerando
a los pacientes como personas en el seno de redes de relaciones sociales y
aspecto esencial a la hora de realizar un trabajo interdisciplinario.
de provisión de servicios, en lugar de como pacientes sanitarios con un pro­ Las profesiones son grupos laborales que han adquirido un estatus
nóstico o diagnóstico concreto, y proporcionando una asistencia que inte­ social determinado que se asocia con una falta altruista de interés
gre distintas perspectivas y disciplinas profesionales en un servicio situado propio. La investigación tradicional sobre las profesiones1’2 se cen­
en el lugar preferido por el paciente para recibir la asistencia. traba en los rasgos o características de los empleos que se recono­
cían como profesiones y trataba de distinguirlos de otros empleos.
Entre los rasgos estudiados se encontraba la existencia de códigos
de conducta, la naturaleza del trabajo de las profesiones, los valo­
res morales que demostraban en su práctica, su base de conoci­
mientos y la naturaleza de la educación profesional y el control
de ésta por la profesión. La investigación también ha estudiado las
En cuidados paliativos, el equipo interdisciplinario es el instru­ organizaciones encargadas de la cualificación y su regulación de
mento principal por el que se presta un servicio global. Un equipo las profesiones.
interdisciplinario es un grupo de profesionales y otros proveedo­ Este enfoque ha recibido críticas por centrarse en las aspira­
res de servicios que trabajan en conjunto adaptando su práctica a ciones de grupos laborales y por no tener en cuenta perspectivas
las contribuciones de los demás para lograr unos objetivos comu­ alternativas. La crítica clásica es que actúan en su propio interés
nes a la hora de proporcionar unos cuidados paliativos innovado­ en lugar de en el de las personas a las que sirven, que su control
res y de alta calidad. Lo que implica el trabajo interdisciplinario del conocimiento desautoriza a los usuarios de sus servicios3 y
es que requiere esta adaptación de las personas individuales a los que la autorregulación no controla los errores del tratamiento que
demás, al contrario de ser una mera presencia de personas de dis­ empeoran las cosas. Algunos ejemplos son la iatrogenia médica y
tintas disciplinas en la misma organización, situación denominada la creación por parte de los trabajadores sociales de dependencia
trabajo multidisciplinario. de los servicios en lugar de independencia.

253
ERRNVPHGLFRVRUJ
254 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

La investigación posterior sobre las profesiones se centró en • Papeles y responsabilidades claros.


los procesos de profesionalización y desprofesionalización y en • Procedimientos sólidos y revisión periódica de la práctica.
las interacciones entre las profesiones y otros grupos sociales. La • Liderazgo apropiado.
investigación ha identificado varias características: • Relaciones externas eficaces.
• Creatividad.
• La capacidad de los grupos profesionales para ganar y mante­
ner el control sobre el ingreso en la profesión, la educación Lograr estos objetivos ofrece una agenda para lograr una
para lograrlo y, una vez dentro, los conocimientos e investiga­ práctica de trabajo en equipo satisfactoria en cuidados paliativos.
ciones sobre la misma, así como su regulación2. El trabajo en equipo es un continuum de prácticas que tienen en
• El elevado estatus social asociado con algunos papeles pro­ cuenta la tarea que se va a realizar, las personas que la llevan a
fesionales, como la medicina y la ley, que puede inhibir una cabo y las relaciones de grupo entre ellas. En la tabla 47-1 se des­
comunicación real y una interacción con los usuarios de los cribe un continuum de prácticas.
servicios, así como con otras profesiones y grupos laborales. La analogía deportiva de la tabla 47-1 es instructiva. Llama la
• El grado en el que las profesiones actúan en el interés público, atención sobre la forma en la que los equipos que representan a
en los intereses de los usuarios del servicio o en sus propios su país o a su universidad trabajan de diferentes modos debido a
intereses4. las necesidades de sus deportes. El tipo de trabajo en grupo que
un equipo de hockey o fútbol requiere lograr (todos están pre­
sentes en el campo y queriendo ganar contra un oponente que se
EQUIPOS Y TRABAJO EN EQUIPO enfrenta a ellos) es muy diferente del de un equipo de atletismo,
que puede participar en distintos deportes en lugares diferentes, a
La definición de equipo esbozada en la introducción de este
capítulo contiene varios elementos. En primer lugar, un equipo menudo compitiendo contra el reloj.
Parte de la literatura sobre los equipos de asistencia sanitaria
es un grupo de personas. Esto implica que hay relaciones inter­
asume que el foco principal debería centrarse en el grupo y en el
personales entre ellas, que esas relaciones continúan durante un
período de tiempo y que tienen una identidad y expectativas com­ modo en el que éste busca mejorar las relaciones entre los miem­
bros y aumentar la comprensión de sus papeles en el grupo. Por
partidas de que trabajarán juntas en nombre de la organización.
ejemplo, la descripción de Tuckman6 del desarrollo de un grupo
En segundo lugar, los miembros del equipo interdisciplinario
pequeño, que suele aplicarse directamente al trabajo en equipo,
adaptan sus papeles profesionales y conocimientos disciplinarios
se basa sobre todo en la investigación de laboratorio con peque­
para responder a la participación de otros miembros del equipo.
ños grupos. En ella se identifican cinco fases de desarrollo de un
Esto requiere comunicación, intercambiar trabajo y responsabili­
equipo:
dad entre ellos, diferenciar sus diversas tareas y desarrollar pape­
les y límites entre ellos que reflejen su cooperación. En tercer • Formación, en la que los miembros realizan intentos para
lugar, tienen o desarrollarán objetivos compartidos que implican conocerse entre sí y sus preocupaciones sobre la forma que
una preocupación por un trabajo de alta calidad y por lograr inno­ adoptará el grupo.
vaciones. El propósito de organizar el trabajo es realizarlo lo mejor • Enfrentamiento, en la que los miembros tratan de imponer la
posible, para lo que se requiere creatividad e innovación. Lograr comprensión de su propio papel y necesidades.
la organización en un equipo implica que esta forma de organiza­ • Reglamentación, en la que los miembros adquieren experien­
ción debería lograr los mejores resultados para los profesionales y cia a la hora de trabajar juntos y establecen normas de práctica
para los pacientes, cuidadores y familias con las que se trabaja; de compartida.
lo contrario, se organizará de otra manera. • Rendimiento, en la que los miembros son capaces de aplicar
Gran parte de la literatura del trabajo en equipo se centra en las normas como línea de actuación.
tres elementos: • Disolución, en la que los miembros se enfrentan a la con­
clusión, con grandes pérdidas entre ellos y con cambios de
• Mejorar las relaciones interpersonales y el desarrollo del
grupo. funcionamiento.
• Diseñar sistemas para la cooperación entre los miembros del Este análisis se basa en la suposición de que los equipos pro­
equipo. gresan de forma natural por estas etapas, al igual que los grupos
• Identificar objetivos compartidos y formas de mejorar la cali­ de laboratorio, o que pueden quedarse atascados en una u otra
dad y la innovación del trabajo. fase y necesitan que se les ayude a pasar a la siguiente. También
se asume que el propósito principal del ejercicio es crear grupos
Una revisión no sistemática, pero extensa, de la literatura sobre
que tengan rendimiento.
los conceptos de equipos y trabajo en equipo en gestión y asisten­
Una perspectiva alternativa se centra en la tarea y la persona
cia sanitaria y social5 ha identificado varios temas comunes:
en lugar de en el grupo. Las eventualidades que afectan a un
• Propósito claro y común. equipo y que crean la situación en la que éste actúa afectan al
• Sentido de pertenencia, franqueza, buena cooperación, at­ tipo de trabajo en equipo que es necesario emplear. Esto se com­
mósfera informal, apoyo mutuo, participación en buenas rela­ prende mediante el estudio de tres factores: tipos de equipos y
ciones de grupo y sinergia (es decir, el equipo es más que la sus relaciones, constitución del equipo y dificultades del trabajo
suma de sus partes). en grupo.

Tipos de trabajo en equipo

TIPO DE TRABAJO ANALOGÍA DEPORTIVA DESCRIPCIÓN EJEMPLO EN CUIDADOS


EN EQUIPO PALIATIVOS
Coordinativo Hockey, fútbol Todos los miembros trabajan como grupo, haciendo Equipo de enfermería en una planta
cosas similares pero con papeles distintos de hospitalización
Cooperativo Tenis Todos los miembros hacen cosas similares en papeles Equipo profesional (p. ej., médicos,
semejantes, pero actúan por separado enfermeras, trabajadores sociales)
Asociativo Gimnasia Todos los miembros hacen cosas distintas, actuando Equipo interdisciplinario de cuidados
por separado en lugares diferentes domiciliarios

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
El e q uip o interdisciplinario I C A P Í T U L O 4 7 255

Comprensión de un equipo miembros del equipo central a formar un grupo más unido y, al
hacer esto, excluir a los miembros periféricos de determinados
Un paso destacado en una práctica interdisciplinaria para cual­ tipos de decisiones, comunicaciones o trabajo. En la figura 47-1 se
quier profesional es lograr la claridad a la hora de comprender los muestran los miembros del personal que forman parte del núcleo
equipos en los que se está implicado. Hay varios tipos: central (es decir, el equipo focal para este análisis) de una planta
• Un equipo profesional, como los equipos médicos, de enferme­ de pacientes ingresados en una residencia de enfermos termina­
ría, de trabajo social o de cuidado espiritual. les. Parte del personal, como los fisioterapeutas o los trabajado­
• Un equipo organizativo, como el equipo de planta o de asisten­ res sociales, constituyen la periferia de los miembros del equipo
cia domiciliaria. asociados con la planta. Sin embargo, estos profesionales acuden
• Un equipo encargado de un paciente o de un caso, cuyos con regularidad a las reuniones multiprofesionales semanales
miembros trabajan con un paciente concreto o en un caso. del equipo para debatir sobre todos los pacientes de la planta. El
• Un equipo funcional, cuyos miembros se reúnen para llevar a equipo para cada paciente consta de un médico y una enfermera
cabo una función especial, como un grupo de trabajo de regis­ principal, y puede incluir a alguno de los miembros no centrales
tros informatizados o un comité de protección de adultos. del equipo.
La representación gráfica de tales sistemas es un modo útil de
Algunos de estos equipos forman parte del sistema de una or­ percibir las relaciones entre los miembros de un equipo interdisci-
ganización; otros requieren relaciones entre distintas organi­ plinario. Es útil comenzar por solicitar a los miembros del equipo
zaciones. Debido a que todos los profesionales forman parte de que enumeren a quién consideran un miembro del equipo y anali­
varios equipos, es esencial identificar el equipo focal para cual­ zar las diferencias de sus opiniones. Puede que algunos miembros
quier propósito concreto. Por ejemplo, un equipo de planta puede del equipo excluyan a los capellanes o al personal de la limpieza y
ser el foco para las enfermeras que planifican el modo de cumplir a los voluntarios. En estos casos, intentar dibujar un diagrama con
las necesidades asistenciales de los pacientes, pero una visita de el que todo el mundo coincida puede ser un ejercicio útil de com­
planta en la que participen varios grupos profesionales puede ser prensión compartida.
el foco de la toma de decisiones estratégicas sobre el plan tera­ Otro factor significativo para comprender un grupo es el modo
péutico para el paciente. en el que se relaciona con grupos externos. En la figura 47-2
Una forma útil de comprender el abanico de equipos impli­ se centra la atención en el hecho de que un aspecto destacado
cados utiliza ideas de sistemas7 que los consideran como grupos del trabajo en equipo es la planificación de sus contactos con el
interconectados. Esto evita centrarse en las jerarquías organi­ mundo exterior. Un equipo abierto5 se ve a sí mismo como una
zativas. En la figura 47-1 se muestra una forma habitual de orga­ parte de una red más amplia. Además de mejorar las relaciones
nización en equipo8: el núcleo central y la periferia. Todas las internas del grupo, coordina y desarrolla relaciones externas al
estructuras organizativas tienen sus propias dificultades. El núcleo compartir las responsabilidades entre sus miembros para enta­
central y la periferia tienen que enfrentarse a la tendencia de los blar relaciones con personas y grupos de cualquier otra parte de

Miembro
del equipo
de asistencia
espiritual

F IG U RA 47-1 Núcleo central y periferia en un trabajo en equipo. En el interior del círculo de color verde se encuentran los diversos grupos de personal
que forman parte del núcleo del equipo en el caso de una planta de pacientes ingresados en una residencia de enfermos terminales. Además del recepcionista
de la planta, se identifican dos grupos de profesionales: 1) médicos y 2) enfermeras, así como auxiliares de clínica. En el seno del equipo, los médicos tienen su
propia jerarquía de jefe de sección y adjuntos; el jefe de sección tiene una responsabilidad médica global independiente de los pacientes de la planta. La flecha
discontinua indica que existe una conexión con el equipo más amplio de médicos que no pertenecen a la planta, en el que se organiza la planificación y apoyo
de la asistencia médica en toda la residencia. El grupo de enfermería también tiene una jerarquía interna en la planta, con distintos grados del personal de
enfermería y una supervisora. Sin embargo, lajerarquía se establece fuera de la planta (flecha continua), desde la supervisora a otra supervisora de mayor nivel,
en lugar de la responsabilidad más colectiva de los médicos, y el diagrama muestra la dirección de la responsabilidad en el seno de un grupo que se extiende a
personas de mayor rango fuera del equipo de la planta. Algunos miembros del personal, como un fisioterapeuta, un trabajador social y el equipo de asistencia
espiritual, trabajan con regularidad en la planta, o están agregados a la planta (líneas continuas), pero no proporcionan asistencia médica o de enfermería a los
pacientes ingresados.

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256 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

la organización local y fuera de ella. Cada vez es más frecuente puede ser una estrategia útil para lograr objetivos estratégicos
que ser un grupo o un equipo de una red no sea una elección; un globales a la hora de diseñar un patrón de trabajo en equipo que
equipo eficaz debería ser ambas cosas. Un ejercicio útil para un abarque varios grupos de toda la organización. A medida que se
equipo puede ser identificar y codificar sus relaciones externas establecen los equipos, trabajar sobre las relaciones del grupo
y contactos, así como someterse a una auditoría periódica para pueden ser útiles, y el trabajo en equipo puede mantenerse por
actualizar la información. la constitución de un equipo diario. Sin embargo, en este análisis
de las estrategias, las relaciones de grupo y los planteamientos de
contingencia o situacionales reflejan los modelos alternativos de
Constitución del equipo trabajo en equipo descritos con anterioridad.
Las relaciones de grupo a la hora de constituir un equipo sue­
La constitución del equipo es el proceso de desarrollar el trabajo len centrarse en los papeles interpersonales que las personas
de grupo en un equipo. Existen varias estrategias para consti­ aceptan en el equipo. Dos sistemas bien conocidos para analizar
tuir un equipo (tabla 47-2). Estas estrategias no son mutuamente estos roles son los cuestionarios y las escalas, que ayudan a iden­
excluyentes, y es probable que se requiera una combinación de tificar y estimular la discusión sobre los roles. La investigación9
ellas, cambiando el foco del equipo en determinadas circunstan­ sobre los grupos de directores comerciales ha identificado nueve
cias. Por ejemplo, cuando una organización está establecida o si papeles que las personas asumen en los equipos debido a los
experimenta un cambio considerable, el desarrollo organizativo conocimientos, la experiencia y preferencia personal, y porque la

relaciones
externas planificadas

FIG U RA 47-2 Equipo abierto con enlaces externos. El equipo abierto forma parte de una red más amplia. El equipo desarrolla y coordina relaciones
externas al compartir responsabilidades entre sus miembros para formar relaciones con personas y grupos externos.

T A B L A 4 7 -2 Estrategias para la formación de equipos j


PLANTEAMIENTO ESTRATEGIA CRÍTICA
Desarrollo organizativo Planificar una estructura organizativa, que Incluya equipos Un planteamiento descendente asume que las
que cumplan los objetivos organizativos prioridades organizativas son los factores principales
en el trabajo en equipo
Desarrollo de grupo Mejorar las relaciones interpersonales y de grupo El planteamiento se centra en las relaciones del
equipo, alentando la autocontemplación
Constitución de un equipo de Identificar las preferencias de los miembros del equipo, los El planteamiento responde a las necesidades y deseos
contingencia o situacional tipos de trabajo realizados y las exigencias organizativas, de los miembros del equipo y su trabajo, y se centra
así como desarrollar el trabajo en grupo de forma en las tareas más que en las personas
consecuente
Constitución de un equipo diario Identificar y emprender los temas de forma continua en El planteamiento es práctico y relevante para las tareas
cada aspecto del trabajo, y usar los proyectos del equipo a cotidianas, pero puede ser difícil cumplir los objetivos
fin de desarrollar recursos para el mismo estratégicos, organizativos y de cambio

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
El e q uip o interdisciplinario I C A P Í T U L O 4 7 257

configuración del equipo les presiona para aceptar un papel. Un AVANCES Y OPORTUNIDADES DE INVESTIGACIÓN
ejemplo de ello son los investigadores de recursos (que son bue­
nos a la hora de identificar nuevos recursos que el equipo puede El avance más significativo en el trabajo en equipo es la aparición
utilizar en provecho de los usuarios), los monitores-evaluadores de una estrategia de gestión del conocimiento, que se centra en
(que son buenos para revisar la efectividad) y los rematadores el individuo en lugar de hacerlo en el grupo y la tarea, y que alega
(a quienes les gusta completar las tareas de un modo sistemático).
En este planteamiento, la interacción del individuo y el grupo es
el foco principal del pensamiento. Otro análisis usado con fre­
cuencia es el indicador de tipo Myers-Briggs (MBTI, por sus siglas
en inglés)10, que deriva de la teoría psicológica de Jung y afirma
Unas relaciones interpersonales o intergrupales amistosas n o son
que los distintos tipos de personalidad, como el extrovertido,
suficientes p ara u n trabajo e n equipo eficaz, pero el apoyo interper­
introvertido, racional, emocional, calificador y perceptivo, pueden
sonal p uede m ejorar la salud m ental d e los m iem bros del equipo y la
identificarse mediante una escala de personalidad. Al igual que
efectividad d el trabajo.
con muchas escalas de personalidad autorreferidas, las escalas de
El liderazgo n o siempre reside e n un líder nombrado o asumido, o en
Belbin y de Myers-Briggs no están bien validadas11 y han recibido
un trabajador clave. Puede pasar a otras personas e n algunos casos
críticas, pero han sido valiosas para la constitución de equipos y la
o para tareas concretas. En todos los casos es esencial la claridad del
consultoría de gestión, porque estimulan un debate útil.
liderazgo.
Si n o existen problem as graves, la constitución del equipo n o re­
quiere charlas fuera del ám bito de trabajo co n facilitación externa.
Dificultades del trabajo en equipo Debería llevarse a cabo m ediante la atención cotidiana a los pro­
En el trabajo en equipo suelen surgir dificultades (v. «Errores fre­ cesos del equipo y a través del liderazgo interno de proyectos de
cuentes»). En la tabla 47-3 se identifican las áreas del funciona­ equipo y co n conocim ientos sobre los m ecanism os d e gestión.
miento en equipo en las que pueden surgir problemas, se indica Es innecesario pasar el trabajo especializado o com plejo a otro pro­
el tipo de problemas que aparecen y se sugieren algunas estrate­ fesional. Puede ser m ejor planificar para qu e el especialista actúe
gias para afrontarlos mediante actividades en el equipo (v. «Caso com o consultor o colaborador a fin de increm entar la flexibilidad y
práctico: disputas de equipo»). la capacitación del trabajador inicial.

j I T A B L A 4 7 - 3 Dificultades frecuentes para el trabajo en equipo 1

DIFICULTADES PROBLEMAS RESPUESTAS

Desarrollo individual Descuido del desarrollo personal de la gente Evaluación


Formación y planes de carrera
Establecimiento de confianza
Intercambio de trabajos para adquirir experiencia
Fomento de los conocimientos, cursos
Desarrollo estratégico Visión y misión poco claras Escribir una nota de prensa explicando la visión o misión
Llevar una insignia del equipo
Diseñar un lema del equipo
Flujo de trabajo Problemas para conseguir trabajo y delegar la Auditoría de las derivaciones (es decir, qué piensan los pacientes
responsabilidad derivados)
Auditoría del cambio de turno
Auditoría de los impresos
Auditoría de la visita de planta o de la conferencia de casos
Comunicación Ausencia de participación Pecera (es decir, reuniones del equipo observadas por terceros)
Retroalimentación externa
Evaluación de cintas de audio o vídeo de las interacciones del equipo
Enumerar quién dice qué y quién calla
Enumerar quién participa en función del sexo o la procedencia étnica
Sociogramas
Diferenciación de tareas Identificación de las tareas y habilidades Auditoría de habilidades
Definir las habilidades para las distintas profesiones
Integración de papeles Especificación de los papeles Trazado de límites
Círculos solapados
Círculos concéntricos
Resolución de problemas Problemas crónicos no resueltos Forzar el análisis de campo de los problemas para evitar o ayudar a su
resolución
Obtener ideas y filtrarlas para planificar las soluciones
Toma de decisiones Incapacidad de coincidir en las decisiones Auditoría de las decisiones difíciles
Obtener ideas y filtrarlas para planificar las soluciones
Revisar todas las contribuciones y razones de los rechazos
Conflicto Conflicto frecuente Acordar las reglas de conducta
Acordar cuándo y dónde se resolverán los asuntos difíciles
Identificar y resolver las barreras a la comunicación
Centrarse en situaciones en las que las partes en conflicto suelen
trabajar juntas

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258 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

La base de evidencia para el trabajo en equipo multidisciplina­


C A S O P R Á C T I C O rio proviene de la investigación y la práctica en cuatro áreas:
D is p u t a s d e e q u ip o • Estudios de gestión en las organizaciones del sector industrial,
comercial y público.
Este ejemplo se centra en un equipo multiprofesional que trabaja en • Investigación en psicología social sobre la conducta del grupo
una zona suburbana y que presta asistencia domiciliaria. La Sra. M es una y del equipo14.
paciente de 50 años con cáncer de mama y metástasis óseas. Refiere a la • Trabajo interdisciplinario en asistencia sanitaria y social.
enfermera especialista que cada vez se encuentra m ás cansada. Ha sido • Coordinación de las organizaciones del sector público8.
capaz de llevar la compra a casa subiendo una cuesta y de realizar las
La revisión más extensa sobre la evidencia en cuanto a resulta­
tareas de la casa a pesar del edema de su brazo. dos referente al trabajo en equipo interdisciplinario en cuidados
Varios miembros del equipo cada vez están más enfadados por paliativos fue llevada a cabo por el Health and Clinical Excellence
la grave situación de la Sra. M y están especialmente contrariados (NICE)15 de Reino Unido, que englobó siete revisiones sistemá­
por la presencia del Sr. M y de dos hijos adultos mayores de 20 años ticas. En ella se observó que la evidencia (es decir, niveles de evi­
que viven en casa. Los hijos están en paro, pero su madre los sigue dencia de grado la e inferiores) respaldaba con fuerza el trabajo
atendiendo. Varias mujeres del equipo han expresado la queja de de los equipos especializados de cuidados paliativos a nivel domi­
que se está produciendo un maltrato de la mujer y han solicitado al ciliario, en hospitales y en unidades de pacientes ingresados o en
trabajador social que emprenda acciones para cambiar la actitud de los residencias de enfermos terminales como forma de mejorar los
miembros de la familia. El personal médico masculino se ha resistido al resultados para los pacientes oncológicos (p. ej., control del dolor,
ingreso hospitalario para resolver estos problemas familiares. El equipo control de los síntomas, satisfacción) y de mejorar de un modo
multiprofesional se ha visto cada vez más dividido respecto a los planes
más global la asistencia. El beneficio se ha demostrado de forma
tanto cuantitativa como cualitativa en estudios y en revisiones sis­
de cuidados y a su trabajo con la familia M.
temáticas de estudios.
Debido a la variedad de intervenciones por equipos, se necesi­
tan más trabajos para analizar los componentes específicos de la
actividad del equipo de cuidados paliativos (p. ej., comparar dis­
tintos tipos de equipos hospitalarios o de residencias de enfermos
terminales, poner a prueba formas específicas de trabajar en su
práctica)15. Se necesitan estudios para descubrir si una combina­
que el conocimiento disciplinario y profesional se incorpora en ción diferente de habilidades o una serie de intervenciones reali­
la identidad personal de los miembros individuales. En lugar de zadas por el equipo es más eficaz que otras15.
llevar una insignia profesional, los colegas se reúnen para afrontar En un amplio estudio realizado con 500 equipos de asisten­
una situación humana compleja. El trabajo compartido se centra cia sanitaria de Reino Unido (pero no de cuidados paliativos)16
en los conocimientos que se usan juntos y se aplican al paciente, que estaban basados principalmente en la comunidad, se encon­
no a divisiones organizativas o profesionales. La tarea del equipo traron cuatro factores relevantes para lograr unos resultados sa­
es permitir que los miembros expresen sus conocimientos y habi­ tisfactorios:
lidades particulares y los usen para completar la tarea. Los miem­ • Objetivos del equipo claros.
bros individuales tienen sus propias tareas especializadas que • Participación.
completar, pero el trabajo de los individuos se combina para com­ • Compromiso con la calidad.
pletar la tarea compartida12. • Apoyo para la innovación.
En este modelo de trabajo en equipo, la culminación satisfac­
toria de las tareas es un proceso de aprendizaje compartido. Los Debido a que la investigación muestra que el trabajo en equipo
miembros del equipo pueden utilizar este proceso para aproxi­ interdisciplinario es eficaz en cuidados paliativos, los profesionales
marse a nivel personal, adquirir una mejor comprensión de lo que de este ámbito deberían potenciar la formación de los equipos en
cada uno puede ofrecer y, mediante la comprensión, valorar las cualquier servicio concreto buscando alcanzar estos objetivos con
distintas contribuciones en mayor grado. De este modo, cada uno los medios disponibles. Esto ofrece una oportunidad para investi­
incorpora el aprendizaje compartido del equipo; los miembros se gar sobre cuáles son los mejores modos y organización del trabajo
convierten en una comunidad de práctica13. Las comunidades de en equipo encaminados a lograr los objetivos de coordinación
práctica elaboran su estrategia sobre su trabajo incorporando su de la práctica interdisciplinaria en cuidados paliativos. Existe una
aprendizaje compartido a la forma que tienen los miembros de cantidad considerable de evidencia de que la educación conjunta
realizar la práctica y, por tanto, a las identidades profesionales a nivel de cualificación y orientada a un desarrollo profesional
de los miembros. Para cada tarea, los capellanes, médicos, enfermeras continuo aumenta la cooperación y la coordinación en asistencia
y trabajadores sociales aportan sus identidades profesionales, sus sanitaria8.
identidades especializadas como trabajadores de cuidados paliati­ A pesar de estos avances, aún persisten varios retos para la
vos, sus identidades organizativas como trabajadores sanitarios, tra­ investigación:
bajadores de residencias de enfermos terminales o trabajadores de
• Identificar la formación más satisfactoria de equipos de trabajo
equipos de cuidados paliativos, y sus identidades de comunidad o
para potenciar la práctica interdisciplinaria.
práctica. Todas estas identidades se aplican en el equipo concreto
• Identificar los métodos económicos y eficaces de constituir el
de cuidados paliativos. equipo para potenciar el trabajo en equipo interdisciplinario.
Las estrategias de gestión del conocimiento se centran con
• Identificar los métodos de práctica en el seno de los equipos
fuerza en la constitución del grupo diario. Existen varias estrate­ que aumenten la calidad del servicio a los pacientes.
gias relevantes:
• Discusión de los casos con regularidad, incluido el funciona­
miento del equipo. CONCLUSIONES
• Revisión de los acontecimientos, después de que se haya pro­
ducido un acontecimiento especialmente significativo o un El trabajo en equipo interdisciplinario se acepta como la mejor
error. forma de proporcionar unos cuidados paliativos globales. Los equi­
• Revisiones cuando la comunicación o la toma de decisiones ha pos de asistencia sanitaria que participen con entusiasmo, tengan
sido difícil. objetivos claros y se centren en mejorar la calidad y la innovación

PARTE I PRINCIPIOS
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El M édico I C A P Í T U L O 4 8 259

serán eficaces. Existen controversias sobre cuáles deberían ser las


formaciones concretas de los equipos y los métodos de desarro­ 48
I
| CAPÍTULO
llarlos, y se precisa más investigación al respecto. Aunque el desa­
rrollo de un grupo y las relaciones interpersonales en un equipo
son una forma aceptada de desarrollo del equipo, hay interés en
las técnicas de gestión de los conocimientos como una forma El Médico
de crear unos conocimientos compartidos en comunidades de
práctica que se centre en cómo se utilizan los conocimientos en J. Norelle Lickiss
el seno de los equipos.

B I B L I O G R A F Í A D 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

1. Freidson E. Professionalism Reborn: Theory, Prophecy and Policy. Cambridge,


UK: Polity, 1994.
2. Hugman R. Power in the Caring Professions. Basingstoke, UK: Macmillan, 1991 ■
3. Wilding P. Professional Power and Social Welfare. London: Routledge & Kegan
Paul, 1982. P U N T O S
4. Saks M. Professions and the Public Interest: Medical Power, Altruism and
Alternative Medicine. London: Routledge, 1994. » La asistencia sanitaria implica a más profesionales aparte de los médicos, y
5. Payne M. Teamwork in Multiprofessional Care. Basingstoke, UK: Macmillan, el papel global de éstos en el siglo xxi se debe reconsiderar, reconociendo
2000. sus responsabilidades diagnósticas y analíticas.
6. Tuckman RW. Developmental sequence in small groups. Psychol Bull » Los conceptos en los que se sustenta la práctica médica son la conciencia
1965;63:384-399- de las dimensiones personales y una opinión adecuada sobre las personas.
7. Anderson RE, Carter I, Lowe GR. Human Behavior in the Social Environment,
5th ed..NewYork:Aldine de Gruyter, 1999- > Una práctica médica sostenible evita que la medicina se ejerza en el seg­
8. Miller C, Freeman M, Ross N. Interprofessional Practice in Health and Social mento plano de la función de producción.
Care: Challenging the Shared Learning Agenda. London: Arnold, 2001. » La toma de decisiones clínicas puede beneficiarse de u n í estrategia más
9. Belbin RM. Management Teams: Why They Succeed or Fail. London: Heinemann,
integral, que implique una concienciación explícita de las relaciones de las
1981.
10. Myers IB, McCauIley MH.A Guide to the Development and Use of the Myers- personas, los valores y los hechos médicos, así como del contexto legal.
Briggs Type Indicator. Palo Alto, CA: Consulting Psychologists Press, 1985. » La idea de la dignidad humana puede ser el elemento central de los esfuer­
11. Gardner WL, Martinko MJ. Using the Myers-Briggs type indicator to study mana­ zos de los médicos; la dignidad humana debería ser comprendida, restituida
g e rs ^ literature review and research agenda.J Manage 1996;22:45-83. y salvaguardada.
12. Opie A. Thinking Teams/Thinking Clients: Knowledge-based Teamwork. New
York: Columbia University Press, 2003.
13. Wenger E. Communities of Practice: Learning, Meaning and Identity. Cambridge,
UK: Cambridge University Press, 1998.
14. West MA. Effective Teamwork: Practical Lessons from Organizational Research,
2nd ed. Oxford, UK: BPS Blackwell, 2004.
15. Gysels M, Higginson I. Improving Supportive and Palliative Care for Adults with
Cancer: Research Evidence. London: National Institute for Clinical Excellence, Se puede decir que en esta época, al igual que en la de Galileo, lo
2004.p. 215. que se necesita con más urgencia son muchos menos actos nuevos
16. Borrill CS, Carletta J, Carter CS, et al.The Effectiveness of Health Care Teams (ya hay bastantes e incluso en una cantidad que resulta vergonzosa,
in the National Health Service, 2001. Available at http://homepages.inf.ed.ac. más de los que son necesarios en cualquier aspecto), en lugar de una
uk/jeanc/DOH-final-report.pdf (accessed October 10,2007).
nueva forma de mirar los hechos y aceptarlos. Lo que necesitamos
es una nueva forma de ver, combinada con una nueva forma de
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S actuar.
Gysels M, Higginson I. Improving Supportive and Palliative Care
— TEILHARD DE CHARDIN1
for Adults with Cancer: Research Evidence. London: National
Institute for Clinical Excellence, 2004.
Payne M. Teamwork in Multiprofessional Care. Basingstoke, UK: «Las teorías médicas siempre representan un aspecto de la civi­
Macmillan, 2000. lización general de un período determinado, y para compren­
Speck P (ed). Teamwork in Palliative Care. Oxford, UK: Oxford derlas por completo hay que estar familiarizado con las demás
University Press, 2006. manifestaciones de dicha civilización, su filosofía, literatura, arte
West MA. Effective Teamwork: Practical Lessons from y música»2. Esta perspectiva resulta contradictoria para cualquier
Organizational Research, 2nd ed. Oxford, UK: BPS Blackwell, persona que reflexione sobre el papel del médico a principios
2004. del siglo xxi. ¿Por qué entonces debería ser adecuado reflexionar
sobre el papel del médico en un libro de medicina paliativa? La
historia de la medicina documenta patrones de evolución de la
práctica médica, la escritura y las enseñanzas de clínicos nota­
bles, así como el impacto de la práctica médica en la humani­
dad. Se han publicado estudios sobre la historia de las ideas en la
tradición médica occidental3’4. Muchas se centran en la historia
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

de los hospitales, que constituyen uno de los signos más tangi­


bles de la actividad médica en una sociedad. Los papeles socia­
les de los médicos han evolucionado en el último mileno, y los
clínicos modernos desempeñan un papel esencial, aunque difícil
a la hora de mediar la tensión entre la asistencia sanitaria como
un artículo de consumo y como uno de los derechos humanos5'7.
A medida que la historia de la medicina paliativa moderna sigue
documentándose8,9, se acepta que la medicina paliativa y los cui­
dados paliativos (una actividad más amplia) se encuentran
enmarcados en los sistemas sanitarios y las prácticas comunes
de todas las sociedades. Watson10 ha resumido este cambio del
siguiente modo:

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260 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

Me parece obvio que, una vez que salgamos de las terribles calami­ de sus deseos, sin que se respete la opinión que hayan expresado
dades que han afligido nuestro siglo, ima vez que levantemos los y las instrucciones que hayan dado. Un médico puede insistir en
ojos de los horrores de las décadas previas, la tendencia intelectual aplicar medidas de prolongación de la vida para un paciente de
dominante, el avance más interesante, duradero y profundo, es muy cualquier edad que se encuentre cerca del final de la vida, incluso
claro. Nuestro siglo ha estado dominado intelectualmente por la asi­ con un gran coste de recursos o de angustia y en contra de las
milación de la ciencia... La ciencia ha cambiado nuestro modo de instrucciones de actuar de otro modo. Un problema es la percep­
pensar. ción de determinar qué es lo «adecuado» que debe intentarse o
hacerse.
La tendencia dominante de la primera década del siglo xxi tal Los aspectos filosóficos sobre los méritos de prolongar la vida
vez se haya desplazado ya a enfrentarse al terrorismo, incluidas necesitan una mayor atención. Shakespeare trató este tema en su
sus raíces, sus manifestaciones, los dilemas morales que suscita y obra El rey Lear (acto V, escena iii). En ella, el rey Lear se encuen­
las respuestas de las personas a la incertidumbre de la violencia. tra a medio camino entre la cordura y la locura mientras fallece,
A este respecto surgen las dudas de qué puede significar para la en presencia de su hijo bastardo, Edgar, y del duque de Kent:
medicina y para los médicos, que ocupan una posición privile­ Edgar: Se ha desmayado. ¡Señor, señor!
giada por su educación y por sus papeles como personas con un Lear: Estalla, corazón, estalla.
acceso y responsabilidad considerables en cuanto a los recove­ Edgar:Animaos, señor.
cos de la condición humana. Puede preguntarse si esta situación Kent: No le turbéis el alma. Dejad que se vaya.
anima a la práctica médica a dar un paso más allá de los espec­ No perdonará al que siga estirándole
taculares avances científicos que cambiaron la práctica médica en el potro de un mundo tan cruel.
en el siglo x x y reenfocarse en los cimientos de la práctica de la Los médicos comparten las experiencias y temores de sus
medicina y en los principios éticos y morales que sostienen a los pacientes. Algunas autoridades médicas destacadas han expre­
médicos individuales en todos los contextos (p. ej., administra­ sado muy bien sus críticas sobre la asistencia sanitaria y, de for­
ción, hospitales, comunidad).Todo ello en una época en la que las ma específica, sobre los médicos respecto a su competencia a
grandes narraciones y verdades que actuaban como sostén pare­ la hora de tomar decisiones, de reconfortar a los pacientes y de
cen estar dando paso a la violencia ejercida contra las personas, ejercer como profesionales humildes y acertados. No obstante, se
instituciones e ideas (p. ej., atenuación de la prohibición de la tor­ puede dudar de si estas contribuciones reciben la atención que
tura, tradicionalmente aborrecida por los médicos). La medicina merecen. También hay que determinar el lugar que ocupan estas
paliativa, que suele ocuparse de las personas más vulnerables de anécdotas de deficiencias esenciales en el espectro de la eviden­
la sociedad, puede ser el lugar apropiado para llevar a cabo tales cia médica. La identificación del poder que tiene el error como
consideraciones de la medicina en una época de violencia y terror. herramienta para el avance del aprendizaje puede considerar que
«Si resulta que estamos entrando en una época poscientífica..., el estos testimonios son más relevantes que las incontables expre­
nuevo milenio contemplará una ruptura tan radical como no se siones de gratitud que confirman que la asistencia es satisfacto­
había visto desde que Darwin elaboró “la mayor idea nunca antes ria. Las evaluaciones sobre criterios de valoración basadas en las
vista”.»10. búsquedas de errores pueden ofrecer algo más que una medida
Los grados extremos de angustia, violencia e inhumanidad no de las alabanzas recibidas, incluso en las atareadas prácticas hos­
son contextos nuevos para los médicos. Camus retrató el papel pitalarias12.
clave de un médico en su novela alegórica La peste, que des­ Es necesario evitar que la práctica de la medicina se lleve a
cribía una ciudad afligida por dicha plaga. En ella, el Dr. Rieux cabo en la parte plana de la función de producción, en la que los
concluyó, al igual que podría haberlo hecho un médico de medi­ beneficios no son proporcionales a unos costes muy elevados13.
cina paliativa, que en el ser humano hay más bien que mal para Para el paciente, que es el juez fundamental de los beneficios y
despreciar. Sir Edward «Weary» Dunlop, un joven cirujano aus­ del coste, este planteamiento supone un desastre, con múltiples
traliano (cuya cara aparece en las monedas de Australia), se vio oportunidades para los médicos de aumentar su sufrimiento, en
inmerso en un contexto angustioso y llevó a cabo unos cuida­ lugar de aliviarlo. Para el médico, quien suele tener un gran entu­
dos paliativos llenos de sensibilidad en durísimas condiciones en siasmo, pero poco tiempo, las actividades con una gran rentabi­
la carretera de Birmania durante la segunda guerra mundial. Se lidad (p. ej., alivio del dolor en los pacientes oncológicos) no se
ocupaba de reconfortar a los soldados que morían, pese a lo que deben pasar por alto en favor de otras medidas cuya rentabili­
mantuvo la moral y su fe en la humanidad. Los héroes médicos dad se encuentre en la parte plana de la función de producción
abundan, pero también ha habido muchas ocasiones en las que (fig. 48-1). Aún es posible realizar más investigaciones para estable­
los médicos se han convertido en causantes de angustia, no por cer medidas de beneficio y coste y para llevar a cabo esfuerzos en
falta de ciencia o de recursos, sino por formas de pensar que la práctica clínica encaminados a reducir el coste (p. ej., con trata­
traicionaban los principios centrales de la práctica médica. Un mientos menos tóxicos) y maximizar el beneficio (p. ej., asistencia
observador de los juicios de Nuremberg en 1948, tratando de adecuada, alivio sintomático durante todo el tratamiento, rehabili­
comprender la trágica falta de humanidad en la que participaron tación). La realización de una asistencia dirigida a reducir el «pre­
médicos de alto rango y académicos destacados, concluyó que cio del beneficio» debería implicar a todos los médicos que estén
«el punto de palanca infinitamente pequeño que dio ímpetu a en contacto con pacientes que tengan una enfermedad posible­
toda esta forma de pensar fue la actitud hacia los enfermos no mente terminal.
rehabilitables»11. La angustia global relacionada con la práctica médica va más
La relación con la medicina paliativa es conmovedora, y re­ allá de la violencia y las prácticas aberrantes en los países ricos.
fuerza la opinión de que es el momento oportuno de replantear Sigue habiendo una desigualdad global en cuanto al acceso a la
los conceptos y principios en los que se arraiga la medicina palia­ asistencia sanitaria, incluso a la más básica. Puede que un país se
tiva. Esta especialidad es un elemento central en cualquier sistema ocupe de realizar trasplantes cardíacos o de procurar fármacos
sanitario y un barómetro de la salud moral de la sociedad. El terror antioncológicos caros, mientras que en un país vecino tal vez
no es lo único que causa miedo y angustia. Varios científicos dis­ no haya programas básicos para el alivio del dolor oncológico.
tinguidos han señalado que las personas están atemorizadas frente ¿Cómo pueden los médicos y las organizaciones médicas del si­
a los brillantes avances médicos.Tales temores son percibidos por glo xxi tolerar estas desigualdades? Las estadísticas sobre el número
los médicos que no están aislados por una cultura hospitalaria o de profesionales «quemados», las tasas de suicidio y otras eviden­
por un sistema sanitario aberrante, una excesiva carga de trabajo, cias empíricas atestiguan el profundo sufrimiento personal de
fatiga, o incluso la riqueza de la vida convencional. Los ancianos los médicos. La aplicación de un programa de renovación puede
suelen tener miedo por su futuro, no sólo por la disponibilidad de ser un objetivo oportuno para los médicos individuales y para la
asistencia, sino sobre todo por la prolongación de la vida más allá comunidad, que puede volverse hacia ellos de nuevo en busca de

PARTE I PRINCIPIOS
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El M édico I C A P Í T U L O 4 8 26l

Cirugía | conocimientos requiere una contrapartida de la diferencia y la


Radioterapia probabilidades de peculiaridad de los conocimientos adquiridos en tales estudios21.
Quimioterapia [controlar el cáncer La cosificación (incluso en los criterios de valoración) de lo que
Con pocas probabilidades''' es verdaderamente subjetivo es una tendencia que se debe obser­
Radioterapia h econlra|ar var con preocupación y comprensión. Es necesario un concepto
Quimioterapia!
adecuado de persona para permitir que el médico comprenda
al paciente y su experiencia de la enfermedad, para priorizar la
actividad médica en consecuencia. También es necesario que los
CQ - Radioterapia”!- Con altas probabilidades médicos comprendan y cuiden de sí mismos22 y de los colegas si
X QuimioterapiaJ de controlar al cáncer es preciso.

_ Radioterapia! fo n altas probabilidades


QuimioterapiaJ decoración
Las tareas de la medicina
- Analgesia en cualquier momento
Sigerist, el eminente historiador de la medicina, escribió: «El ám­
bito de la medicina es amplio, y siempre incluye mucho más que
Coste (recursos, esfuerzo, tiempo)
las acciones del médico. La tarea de la medicina puede resumir­
FIGURA 48-1 Análisis d e rentabilidad d e la asistencia médica para
se bajo los siguientes cuatro epígrafes:
pacientes oncológicos. • Promoción de la salud.
• Prevención de la enfermedad.
• Recuperación de la salud.
• Rehabilitación»23.
apoyo. Los estudios y revisiones sobre los papeles de los médicos La asistencia a personas con enfermedades mortales en el con­
en cuidados paliativos14 respaldan la iniciativa de encontrar for­ texto de la familia y la comunidad debería constar de estas
mas de apoyar a estos profesionales en las complejas situaciones cuatro dimensiones, aunque no siempre se tienen en cuenta en
en las que ejercen en los países ricos y emergentes. En las nacio­ la práctica. La promoción de la salud y la medicina preventiva
nes menos favorecidas, los avances médicos en medicina paliativa son objetivos claros, sobre todo para los médicos extrahospitala-
suelen necesitar una orientación basada en un criterio propio, en rios. La rehabilitación psicológica y espiritual se ha reconocido
lugar de imitar otros sistemas sanitarios y sociales. desde hace mucho tiempo por los profesionales que ejercen en
residencias para enfermos terminales24, pero una implicación ofi­
cial en los programas de rehabilitación para mejorar la calidad
CONCEPTOS EN LOS QUE SE APOYA LA de vida también es un objetivo encomiable después del trata­
PRÁCTICA M ÉDIC A miento y para los casos de enfermedad progresiva25. Se puede
conseguir la recuperación de la salud para el paciente y los cui­
La práctica médica como actividad dadores, sobre todo con un buen alivio de los síntomas como
interpersonal punto de partida19 para lograr una recuperación significativa de
la función y la comodidad, sobre todo en pacientes con enferme­
En el siglo xvn , Sydenham comentó sobre Hipócrates: «Su sis­ dad progresiva. Hay mucho camino p o r recorrer, y una práctica
tema le llevó a ayudar a la naturaleza, a respaldarla cuando se médica valiosa es posible en situaciones tanto de riqueza como
debilitaba y a dominarla cuando se mostraba irrespetuosa». Sin de pobreza.
embargo, el médico no cuida de la naturaleza, sino de las perso­ ¿Cómo pueden enfocar los médicos estas tareas y cuáles son
nas que padecen una enfermedad, y la actividad de los médicos sus papeles y estrategias? Los médicos tienen numerosos privile­
debe contemplarse en el contexto de las relaciones interpersona­ gios, y cumplir las cuatro tareas médicas enumeradas con anterio­
les. «Lo que le falta a la medicina es cualquier noción fundamen­ ridad requiere muchas actividades relevantes:
tal sobre la naturaleza del ser humano y cualquier comprensión
remotamente adecuada de lo que queremos decir con el término • Diagnóstico exhaustivo.
persona.»15 • Toma de decisiones clínicas.
Llegados a este punto podemos preguntamos si el pensa­ • Tratamiento de los procesos patológicos de forma proporcio­
miento de la sociedad y de la medicina ha avanzado desde que nada al beneficio (es decir, evitar una práctica de la medicina
Needleman escribió estas palabras hace 40 años. Ahora somos en la porción plana de la curva de producción).
mucho más conscientes de la cualidad relacional de las personas; • Alivio de los síntomas.
existimos en el seno de redes de interlocución16. Los filósofos • Alivio de la angustia y el sufrimiento.
han expresado que nuestras relaciones con los demás son cons­ • Defensa de los débiles en la sociedad.
titutivas del yo. En la práctica médica se necesitan ideas de esta • Reconocimiento y uso de oportunidades para la prevención y
complejidad, pero necesitan traducirse para que sean prácticas; la rehabilitación.
es fundamental que los médicos asuman la naturaleza relacional El papel de los médicos puede contemplarse como esencial­
de las personas. Un modelo ecológico de las personas ha sido útil mente analítico o diagnóstico. Hay que plantear las siguientes pre­
en la forma de pensar, la actividad clínica y la docencia (v. fig. 8-1 guntas: ¿Cuál es el problema actual de esta persona? ¿Cuál es la
en el cap. 8)17. El concepto de persona debe acompañarse de causa de esta situación? ¿Qué intervención, si es que es preciso,
una sólida opinión del desarrollo personal y del papel de la crisis debería realizarse para el beneficio de esta persona? ¿Quién debe­
(p. ej., enfermedad) para favorecer este desarrollo. Una perspec­ ría intervenir? ¿Qué medidas preventivas pueden llevarse a cabo y
tiva de las oportunidades18 y tareas19 de la última fase de la vida, en qué orden de prioridad? ¿Cómo puede evaluarse el éxito o el
a cualquier edad, puede añadir profundidad a la práctica médica fracaso de cualquier intervención? Esta actividad analítica o diag­
de cualquier profesional de la medicina. Cuando las diferencias nóstica se basa en unos principios fundamentales:
individuales se difuminan (lo que se considera desde el punto de
vista filosófico como la parte central del terrorismo)20, el médico • Una persona es una realidad relacional (no un mero individuo).
tiene el privilegio de celebrar la diferencia y la singularidad, sobre • La beneficencia es el incentivo fundamental para la acción.
todo en medicina paliativa. La atenuación de la diferencia por la • Puede que se necesite a otras personas para mejorar la calidad
aleatorización en los ensayos clínicos con el fin de avanzar en los del diagnóstico o la evaluación.

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262 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

Todos los clínicos progresistas reconocen que un paciente es asociados con la hospitalidad tradicional. Sin embargo, el médico
más que su enfermedad. La enfermedad existe sólo con relación a puede ser el huésped en presencia del paciente e invitado a un
esta persona, que se caracteriza por las relaciones con otras per­ lugar en el que es un extraño, aunque bienvenido.Tiene la respon­
sonas en el pasado y en el presente que son fundamentales, his­ sabilidad de reconocer el estatus y las responsabilidades de un
tóricas y están inmersas en una matriz cultural. Ésta es la verdad huésped, así como los límites del misterio en el que siempre per­
y la riqueza de la condición humana, la esencia del sufrimiento manece la otra persona. En este punto hay que preguntarse qué
y la alegría, el sentido y la esperanza. Ideas de este tipo son el diferencia supondría en una planta de una clínica o de un hospital
sustrato en el que pueden construirse la comprensión clínica y si el médico fuese el huésped y el paciente el anfitrión que da la
los diagnósticos; el médico como diagnosticador precede desde bienvenida en el contexto de una red compleja de relaciones. En
el punto de vista lógico a cualquier concepto del médico como lugar de alabar el poder de la autonomía, esta idea reconoce la
sanador. complejidad de la condición humana y otra faceta de la interde­
La actividad diagnóstica implica el reconocimiento de las prio­ pendencia de las personas.
ridades del paciente, que pueden centrarse en un síntoma con­ Un aspecto de la actividad diagnóstica es la valoración de las
creto o en un aspecto de la asistencia. Es mucho más respetuoso necesidades, y requiere especialistas con habilidades complemen­
y eficaz para el paciente que señale voluntariamente las necesida­ tarias. El médico principal es responsable de especificar las ne­
des percibidas en lugar de que un médico o sus colegas tengan cesidades del modo más preciso posible para determinar las
que entrometerse en territorios no indicados. Esto constituye un derivaciones correctas. La competencia de los colegas en los
problema significativo cuando se están considerando problemas ámbitos de enfermería, fisioterapia, trabajo social y otras profe­
complejos como la desmoralización, la angustia, el sufrimiento o siones afines suele exceder en gran medida la competencia del
la espiritualidad. La única ayuda que puede solicitar el paciente médico en temas específicos. El médico debe garantizar unos
es el alivio del dolor, y cualquier intento de introducir otros temas objetivos y métodos sensibles para evaluar el progreso, dejando la
en una consulta de un médico de atención primaria o especiali­ formulación de las estrategias específicas a los colegas no médicos
zada puede ser inapropiadamente invasivo. Sin embargo, los datos relevantes.
indican que algunos pacientes pueden apreciar la ayuda de un Hay que plantearse si la derivación a un especialista en
médico competente en tales temas. Los médicos deben sopesar medicina paliativa es una opción deseable y, si no se dispone
estos problemas en profundidad, estar preparados para modificar de uno próximo (es decir, hospital de agudos, enfermería domi­
sus papeles en varias circunstancias y reconocer los límites de su ciliaria o asistencia domiciliaria), se debe determinar cuál es la
competencia. La falta de sensibilidad para adaptarse a las necesida­ siguiente mejor alternativa. También hay que averiguar si la asis­
des del paciente puede comprometer seriamente el beneficio de tencia telefónica es fiable y si iría a favor de los intereses del
la intervención del médico y aumentar la angustia de un paciente paciente fijar una cita en una clínica de medicina paliativa o
vulnerable y su familia. solicitar el ingreso en un centro especial. Un aspecto en cuanto
La actividad analítica consiste en desentrañar los diversos es­ a la competencia que se espera en todos los médicos consiste
tratos de las causas y las opciones disponibles para modificar en reconocer cuándo el alivio de los síntomas no es adecuado
la evolución de la enfermedad y mejorar los síntomas tanto si la y no aceptar esto como algo inevitable o que deba tratarse tan
enfermedad puede controlarse como si no. Una comprensión sólo con estrategias antienfermedad. El tratamiento antionco­
sólida de la patogenia de la enfermedad y de su fisiopatología lógico no suele ser la solución principal para aliviar el dolor
debería ser de ayuda para evaluar los siguientes problemas proba­ en el cáncer. Es obligatorio administrar un tratamiento analgési­
bles. Hay que plantearse cuál es el horizonte, si hay complicacio­ co incluso cuando se disponga de estrategias antienfermedad y
nes previsibles, qué se puede anticipar y qué sufrimientos pueden sean apropiadas. Los cuidados paliativos pueden aplicarse por
evitarse. varias personas, y no deben equipararse con unos servicios de
Se deben tener en cuenta los aspectos culturales. Hay que cuidados paliativos especializados (fig. 48-2), que muchas veces
determinar si existen implicaciones o componentes culturales no están disponibles de forma global o incluso en países en
de la situación actual que necesiten una atención especial, o si es los que la disponibilidad generalizada de los servicios consultores
probable que aparezcan en el futuro. La cultura engloba la proce­ es un objetivo nacional.
dencia étnica, los hechos históricos (p. ej., trauma en una guerra, También hay que plantearse en qué modo las actividades de
prisión), la situación geográfica actual, los problemas económicos los médicos se relacionan con las acciones de los demás profe­
y los factores laborales. Puede haber una gran distancia cultural sionales implicados en la consecución de los objetivos de los
entre el médico y el paciente en términos de estatus social y eco­ cuidados paliativos. La tradición hipocrática (aforismos) esta­
nómico, de experiencia de vida personal, visión del mundo, com­ blece que: «El médico no sólo debe estar preparado para hacer
prensión de la vida, la enfermedad, la muerte y el sufrimiento, la lo que es adecuado por sí mismo, sino también para hacer que el
percepción del cosmos o la realidad fundamental, así como sobre paciente, los ayudantes y otras personas cooperen». Hipócrates
la valoración de las responsabilidades personales. La distancia in­ consideraba al médico como un regulador o controlador de todo
terpersonal entre un médico joven y competente, que intente el proceso. Puede que esto no se ajuste a la escala de valores
ofrecer una asistencia excelente y que tal vez esté intentando for­ de los equipos interdisciplinarios modernos y de las familias.
mar una familia, y un anciano enfrentándose a una situación de El médico comunitario tiene ventajas en varias dimensiones de
fragilidad o a la muerte, y que tiene distintos objetivos, puede ser la práctica médica. El gran número de oportunidades y los co­
infranqueable incluso con la mejor formación en empatia. Esta dis­ nocimientos exhaustivos del profesional extrahospitalario de­
tancia puede salvarse si se identifica, a la vez que se investiga en ben complementarse en ocasiones p o r la competencia menos
busca de un sentido de la humanidad común. La situación ocasio­ exhaustiva, pero más centrada, de un especialista hospitalario en
nal de un médico que también se convierte en paciente aporta medicina paliativa.
unos ingredientes profundos determinados por la cultura sobre la El médico especialista en medicina paliativa y otras personas
situación asistencial, hecho que debe considerarse con sensibili­ del equipo de cuidados paliativos especializados se consideran
dad pero con claridad por el médico responsable del tratamiento. el vértice que forma la base de la pirámide invertida de la asis­
En la literatura médica abundan las historias de una asistencia tencia (v. fig. 48-2). Su papel se contempla como un elemento de
comprometida en la que se ven implicados los pacientes, los mé­ apoyo para todo el proceso, que está disponible si los medios
dicos y sus familias. más visibles y habituales de asistencia resultan insuficientes o
Una visión idealizada puede considerar que el médico es un inadecuados. A los miembros del equipo no se les exige un alto
compañero o, como en épocas remotas, un sirviente del enfermo. nivel moral ni excelencia en la comunicación, pero cargan con
El paciente puede considerarse un huésped en el campo de activi­ el peso de tener un mayor nivel de conocimientos y habilidades
dad del médico que debe ser tratado con la amabilidad y respeto esenciales, como el alivio de los síntomas principales, la ayuda

PARTE I PRINCIPIOS
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El M édico I C A P Í T U L O 4 8 263

P irá m id e d e la a s is te n c ia Conceptos y valores

F IG U R A 4 8 - 2 Pirámide d e la asistencia. Se muestran los niveles de


asistencia para pacientes q ue tienen enferm edades mortales, sobre todo
c uan d o se acercan a su fallecimiento.

F IG U R A 4 8 - 3 Visión ecológica de la to m a d e decisiones.

con la angustia existencial o la resolución de situaciones éticas


complejas. Esta forma de considerar la complejidad de la asis­
tencia concuerda bien con el tratamiento m ixto exigido en el
informe de referencia del Institute of Medicine26. Las ramificacio­ • Una antropología adecuada, con una visión ecológica de las
nes están lejos del alcance del autoconcepto del médico y de la personas que tenga en cuenta el entorno (incluido el campo
educación médica, práctica clínica, administración, financiación e personal), la historia personal (más que los hechos médicos) y
investigación27. la herencia (biológica y cultural).
• Una amalgama de algunas características de tradiciones éticas,
sobre todo basada en principios y reglas, además de utilitarista,
Planteamiento de la toma de decisiones con la incorporación de los conceptos centrales de la ética
clínicas virtuosa.

El diagnóstico sustenta las decisiones clínicas, que suelen impli­ Hay que tomar nota de los valores prevalentes (condicionados
car la elección de las opciones más acertadas entre varias alterna­ por factores históricos y culturales) y de los hechos relevantes
tivas. Puede ser útil resumir las estrategias de los médicos que se (médicos, incluida la base de evidencia, leyes relevantes y limi­
ocupan de resolver estas dificultades, a menudo en circunstancias taciones de recursos). Se debe realizar un análisis cuidadoso de
con una gran carga emocional. Los clínicos se enfrentan a muchas las implicaciones de la autonomía, beneficencia, no maleficencia
decisiones difíciles cada día, con frecuencia a altas horas de la y justicia (individual y social). La tarea central sigue siendo la de
madrugada y en situaciones de urgencia. La toma de decisiones tomar una decisión sopesando las probabilidades (como en un
se ve facilitada por la interiorización de determinados conceptos caso civil) aplicando la sabiduría. Un enfoque tan ecológico del
relevantes de tipo filosófico, legal y ético, de modo que se pueda proceso de toma de decisiones hace hincapié en la complejidad
llevar a cabo una estrategia equilibrada de forma intuitiva. De del personal. Este planteamiento parece ser bienvenido por los
este modo, una toma de decisiones clínicas y una práctica sólidas estudiantes y graduados en medicina. El modelo debe volverse
pueden contribuir a la prosperidad humana a través de la vida, intuitivo si se quiere hacer de él una herramienta clínica.
sobre todo en períodos críticos, y se puede aumentar la cohesión La evaluación puede demostrar la productividad de estudiar la
de la comunidad. Un marco ecológico para la toma de decisio­ zona común entre la filosofía y la medicina para facilitar la pros­
nes puede suponer una colaboración práctica para ayudar a los peridad humana mediante la comprensión de su complejidad. Es
médicos a ser conscientes del contexto en el que se están esfor­ necesario ser consciente de la ley en la toma de decisiones clí­
zando para tomar decisiones acertadas. No se encuentran solos; nicas para clarificar los límites de la posibilidad y facilitar la pre­
cuentan con los legados del pensamiento humano y la experien­ cisión en el análisis de los factores pertenecientes al bien del ser
cia, inmersos en el caudaloso río de la actividad y compasión humano.
humanas. Al cuidar de las personas moribundas, la ética judía tra­ Determinados aspectos, como las decisiones tomadas en nom­
dicional de «afirmar la vida, pero no obstruir a la muerte» es una bre de los pacientes incompetentes, se consideran parte de la
orientación sensata. narrativa de vida, no como argumentos que deben ganarse con
Se ha desarrollado una estrategia ecológica para la toma de una serie de procedimientos o principios. La incertidumbre es
decisiones clínicas (fig. 48-3), que se basa en las siguientes ideas: parte de toda la dinámica. No es posible estar seguros de todos
los hechos, juicios, perspectivas o deseos lógicos de una persona,
• Análisis de rentabilidad, reconociendo la complejidad de los pero sí podemos estar seguros de si se han realizado todos los
costes y los beneficios que se están analizando. esfuerzos razonables para llegar a la mejor comprensión posible.

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264 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

Muchas decisiones de largo alcance en la práctica clínica diaria • Respeto por la historia de la persona.
deben tomarse con rapidez. La situación típica es la toma de deci­ • Respeto por la herencia cultural de la persona.
siones en la sala de urgencias, pero también es necesario tomar • Respeto por las esperanzas de la persona e incluso por sus sue­
decisiones rápidas en las plantas hospitalarias, en las residencias ños ocultos.
de enfermería, en el domicilio y en la comunidad, como al con­ • Respeto por la capacidad humana de trascender el yo y exten­
ducir un coche con tráfico denso. La única estrategia sólida es derse a los demás o a lo absoluto en plegarias o mediante otros
la interiorización deliberada por parte de los médicos de un ins­ rituales.
tinto ético («sentido del tráfico») mediante el que una educación Todos estos objetivos pueden violarse de forma sistemática en
y una reflexión meticulosas permitan unas respuestas acertadas y los casos de tortura, de prisión inhumana, en políticas públicas
rápidas en situaciones urgentes y complejas. (p. ej., respecto a los inmigrantes ilegales) o en algunos sistemas
Actuar con sabiduría por parte del médico implica la existencia sociales en los que las personas más vulnerables de la sociedad
de una frontera que no se debe traspasar y que las personas éticas, son olvidadas de forma sistemática. La complejidad del término
con espíritu de beneficencia y expertas acepten que debería exis­ dignidad hu m a n a obliga a adoptar una consideración interdisci­
tir y que no se debería franquear. Con frecuencia, en el contexto plinaria. Algunos contemplan el término como algo inútil o como
actual de la asistencia a pacientes con enfermedades muy graves un concepto difuso34, pero incluso las ideas difusas pueden hacer
no se encuentran unas circunstancias tan precarias, pero la situa­ que el mundo arda en llamas35.
ción puede cambiar en el futuro gracias a las opciones técnicas ¿Qué significa para los médicos, sobre todo para los profesiona­
para la prolongación de la vida que se consideren reprobables les de medicina paliativa, convertirse en abogados de los débiles en
desde el punto de vista ético. la sociedad36 y en guardianes de la dignidad humana? Implica más
concentración en las políticas públicas y las estrategias de asistencia
sanitaria, así como una mayor atención sobre la calidad de la práctica
Un elemento central para la pasión de los médica respecto a los pacientes individuales. También puede unifi­
médicos car a una profesión fragmentada al reconocer la participación en un
proyecto humano fundamental de gran relevancia en el siglo xxi.
Michel Foucault28 escribió: «Lo que cuenta de las cosas que dicen
los hombres no es tanto lo que pueden haber pensado o la magni­
tud que estas cosas representan en sus pensamientos, sino lo que CONCLUSIONES
les sistematiza desde el principio, lo que les hace de ahí en ade­
lante siempre accesibles a nuevos discursos y abiertos a la tarea La ciencia clínica es la base de la asistencia a los demás p or parte
de transformarlos». de los médicos (por lo general, en equipo) y necesita que se la
Se ha hablado sobre la pasión de la mente occidental, una idea reconozca como una ciencia humana, en lugar de como una cien­
tan poderosa que se sustenta en épocas oscuras. ¿Cuál es la pasión cia natural. En los siglos xvm y xdc, los conocimientos estaban com-
de la mentalidad médica? Tal vez sea su curiosidad sobre las cau­ partimentados en ciencias naturales y humanas. Los fundamentos
sas, tratamiento y prevención de la enfermedad. La curiosidad de las ciencias humanas se encuentran en la historicidad de la
intelectual es un potente estímulo médico, pero debe atemperarse humanidad37, que también constituye la base de la ciencia médica.
por la compasión hacia las personas. En lugar de la ley o un con­ Los elementos de las ciencias naturales proporcionan una estrate­
trato, la base filosófica para la obligación de cuidar es la «llamada gia para incrementar el bien personal del ser humano mediante
del otro», una respuesta intuitiva hacia alguien que se encuentra el aumento del bienestar de las personas y las comunidades en
en estado de necesidad o de angustia. Para los médicos, es obli­ su conjunto, y puede que sea necesario reevaluar la medicina
gatorio aliviar el sufrimiento29. El deseo de conservar la dignidad en relación con las humanidades. La medicina paliativa puede
humana puede potenciar esta sensibilidad. ¿Puede el peligro para tener la capacidad de tender puentes entre las ciencias naturales
la vida, la angustia (p. ej., dolor, violación, tortura) u otros daños y humanas. La medicina paliativa debería reconocer la necesi­
subsumirse a las amenazas a la dignidad humana con el encargo dad de que la práctica médica sea más científica, con una cla­
de la sociedad a los médicos de convertirse en guardianes de ésta? rificación de los objetivos a la luz de la contemplación de la
¿Puede la dignidad humana ser salvaguardada o mantenida, incluso persona como una realidad relacional y con estrategias que ven­
en situaciones de un sufrimiento horroroso? gan definidas por una sólida comprensión de las ciencias médicas.
Los documentos legales y políticos, las alegaciones defensoras, En palabras de Mortimer38: «La labor de la medicina es emanci­
los medios de comunicación y el discurso de la opinión pública par el esplendor del interior del ser humano»38. En este milenio
se ocupan del respeto y la violación de la dignidad humana. En puede discernirse el significado de dicho esplendor, incluso en las
2006, la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la ruinas causadas por la violencia, como una fuente de esperanza
Educación, la Ciencia y la Cultura) elaboró la Nueva Declaración para reconstruir el edificio humano y con los médicos como sus
Universal sobre Bioética, que destaca tales asuntos. Los filósofos guardianes.
escriben sobre la dignidad humana desde diversas perspectivas,
y los documentos religiosos (p. ej., Concilio Vaticano) la alaban B I B L I O G R A F Í A
como derivada de una fuente divina. Los médicos y las enferme­
ras han prestado atención en las últimas décadas a la dignidad 1. Teilhard de Chardin P Activation of Energy. London: Collins, 1970, p 294-295;
humana en contextos clínicos y de investigación30'32. Morir con quoted in Kearney MA. Place of Healing: Working with Suffering in Living and
Dying. Oxford, UK: Oxford University Press, 2000, p 15.
dignidad no es un eslogan para la glorificación de la autonomía 2. Sigerist HE. A History of Medicine, vol 1. Primitive and Archaic Medicine. New
ni un sinónimo corrupto de una muerte deliberadamente acele­ York: Oxford University Press, 1951. p 11.
rada33. Como es lógico, un concepto adecuado de dignidad hu­ 3. Conrad LI, Neve M, Nutton V, et al.The Western Medical Tradition 800 be to ad
mana debería relacionarse con un concepto adecuado de per­ 1800. Cambridge, UK: Cambridge University Press, 1995.
4. Grmek MD (ed), Shugaar A (transí). Western Medical Thought from Antiquity to
sona. Si se toma como punto de partida el concepto ecológico the Middle Ages. Cambridge, UK: Harvard University Press, 1998.
descrito en el capítulo 8, la dignidad humana tiene las siguientes 5. Geraghty KE,Wynia MK. Advocacy and community: The social roles of physi­
connotaciones: cians in the last 1000 years. Part I. MedGenMed 2000;2(4):E29-
6. Geraghty KE, Wynia M. Advocacy and community: The social roles of physi­
• Respeto por el cuerpo humano en todas las circunstancias, cians in the last 1000 years. Part n. MedGenMed 2000;Nov 6:E28.
antes y después de la muerte, sobre todo en caso de vulnerabi­ 7. Geraghty KE, Wynia M. Advocacy and community: The social roles of physi­
lidad, y de sus necesidades básicas. cians in the last 1000 years. Part m. MedGenMed 2000;Nov 13:E27.
8. Bruera E, Higginson IJ, Ripamonti C, von Gunten CF. Textbook of Palliative
• Respeto por las relaciones personales, como los lazos familia­ Medicine. London: Hodder Arnold, 2006. pp 49-57.
res, de amistad y con los conciudadanos.

PARTE I PRINCIPIOS
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Personal de enferm ería I C A P Í T U L O 4 9 265

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| CAPÍTULO 49
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biomédico tradicional, en lugar de verse superados por ellas2. Sólo
entonces los profesionales de enfermería podrán satisfacer toda la
serie de retos de la enfermería paliativa.

ENFERMERIA PALIATIVA
Muchos pacientes reciben una adecuada asistencia de enfermería
paliativa por parte de profesionales de enfermería que no cuentan
con ningún conocimiento especializado. El cambio que ha hecho
la Organización Mundial de la Salud en la definición de los cuida­
dos paliativos, pasando de especialidad a estrategia3 cuestiona en
qué medida los cuidados paliativos deberían ser un conjunto de
principios transferibles para lograr la mejor práctica o una espe­
cialidad. Las definiciones de enfermería paliativa a menudo subra­
yan una naturaleza genérica en lugar de especializada de dicha
práctica: «Por tanto, el papel de la enfermería paliativa es evaluar
las necesidades en cada una de estas áreas, así como planificar,
aplicar y evaluar las intervenciones adecuadas. Debe apuntar a
mejorar la calidad de vida y permitir una muerte digna»4.
Los profesionales de enfermería de cuidados paliativos deben
ser claros sobre cómo sus contribuciones específicas5 a los cui­
dados difieren de otros colegas de enfermería. Por ejemplo, el

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266 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

modelo de cuidados de soporte para la paciente del «Caso práctico: enfermería académica. Sin embargo, la cultura médica dominante
Contribución de la enfermería a los cuidados paliativos» enmarca ha suscitado preocupaciones entre los profesionales de enferme­
la enfermería paliativa global como se muestra en la tabla 49-1. El ría paliativa por el hecho de que la medicina defina los cuidados
análisis de estos valores centrales ha identificado que la enferme­ paliativos. Esto plantea a la enfermería paliativa el reto de articu­
ría paliativa «engloba varias dimensiones, paro la habilidad de pro­ lar su posición como colaboradora asociada de una asistencia que
porcionar una asistencia familiar exhaustiva se ha considerado que pretende ser multidisciplinaria8.
está basada en conocimientos, sabiduría y valores personales»6.
Gracias a un mayor refinamiento se han clarificado los concep­
tos que tienen relevancia clínica, como la comodidad, la empatia y CONSTRUCTOS CLAVE EN EL SENO
la esperanza7. Hay que considerar de forma cuidadosa su aplicabi­ DE LA ENFERMERÍA PALIATIVA
lidad global en el contexto cultural. La enfermería paliativa se des­
cribe en la literatura de Reino Unido y de Estados Unidos, con una Un análisis equitativo de los constituyentes de la enfermería palia­
aplicación sólo limitada al personal de enfermería de otros países, tiva revela, por desgracia, la débil base de evidencia de algunos
cuyos papeles como especialistas no pasan de ser una aspiración. de los elementos en este contexto7. La asistencia y el «trabajo
Hay que plantearse cómo puede la enfermería especializada emocional» que supone a los profesionales de enfermería se han
dar lugar a criterios de valoración medibles. La mejor forma de estudiado con detalle9. Otras dimensiones, como la comodidad y
lograrlo es mediante una práctica clínica que permita una proxi­ la empatia, están peor delimitadas. El significado de la derivación
midad continua a los pacientes y las familias, y que esté respal­ a los servicios de enfermería paliativa para recibir ayuda carece
dada por una preparación teórica sólida y más investigación. Este de claridad10. La naturaleza multidimensional del apoyo de enfer­
ideal cada vez se hace más evidente a medida que se desarrolla la mería en el caso clínico de Ann requiere que Julie, la enfermera
especialista en cuidados paliativos, defina los propósitos, objeti­
vos y límites de su práctica con Ann. La expansión de los cuida­
dos paliativos a los pacientes con enfermedades no oncológicas
_ ■ C A S O P R Á C T I C O se ha convertido en un elemento crítico en la enfermería paliativa
actual y refleja un cambio de papeles, la autonomía de la práctica
y la capacidad clínica del personal de enfermería para proporcio­
C o n t r i b u c i ó n d e la e n f e r m e r ía a lo s c u id a d o s p a lia t iv o s
nar asistencia. Los aspectos clave se presentan en la interacción
Ann es una anciana de 76 años con enfermedad pulmonar obstructiva entre Julie como profesional de enfermería especializada y Ann y
crónica terminal. Es una mujer viuda que vive sola en la granja familiar, su familia como receptores de la asistencia. El término profesional
ayudada por una hija y dos hijos. Ha escogido estar en casa durante la se usa en sentido genérico en lugar de referirse a su papel clínico
fase final de su vida para ser tratada bajo supervisión del equipo local de
notable en Estados Unidos, Reino Unido y Australia. Esta distinción
cuidados paliativos. Su principal punto de contacto es Julie, la enfermera
sólo complica el debate.
especializada en cuidados paliativos que la visita dos veces a la semana.
Julie tiene 15 años de experiencia clínica en oncología y cuidados AVANCES Y O PO RTUNIDADES EN ENFERMERÍA
paliativos. Los síntomas fundamentales de Ann son una disnea y fatiga
PALIATIVA
crecientes. Su pronóstico es limitado. La opción de ingresar en una
residencia para enfermos terminales se ha hablado con la familia, pero la Papeles y funciones
rechazaron en su momento.
Dada la limitada evidencia empírica sobre la labor de Julie, no es
menos complicado considerar quién es Julie. Los títulos pocas
T A B L A 4 9 - 1 M ode lo de cuidados de soporte veces reflejan la función y se usan de forma arbitraria. De los
para un paciente
títulos que se pueden utilizar (es decir, enfermera clínica especia­
lista, profesional de enfermería, enfermera avanzada y enfermera
C O N C E P TO ACC IÓ N consultora), se siguen realizando esfuerzos para delimitar los pape­
les y las funciones de los profesionales de enfermería especialistas
Valoración Ser consciente de los acontecimientos que han y evitar un conflicto entre agendas11. Los ensayos clínicos aleato­
modelado la vida de Ann y su historia sanitaria rizados y controlados sugieren que la enfermería especializada
reciente
puede proporcionar y cambiar la experiencia y calidad asistencial,
Conexión Observar la dinámica de la familia y el papel del aunque la evidencia concluyente de eficacia, criterios de valora­
profesional de enfermería especializada para
ción o beneficio para el paciente es menos sólida12,13. El papel
Ann y su familia
especializado de Julie se ha creado más por conveniencia orga­
Atribución de Permitir que Ann cuide de sí misma todo lo nizativa que por un avance profesional de la enfermería, lo que
poderes posible y que se convierta en una parte activa
refleja un fallo del sistema sanitario y las demandas del paciente
en su toma de decisiones
para tener más opciones y accesibilidad14. Julie encuentra resis­
Asumir funciones Cuando se interviene más allá de la capacidad tencia contra la enfermería especializada dentro y fuera de su pro­
de la familia de un m odo apropiado mediante
el juicio clínico, como mejorar las medidas de
fesión, en forma de unas directrices prácticas restrictivas y de una
comodidad o la oxigenoterapia
falta de consenso sobre el ámbito de la práctica. La prescripción
por parte del personal de enfermería (cuando está permitido)
Encontrar significado Estar abierto al contexto más amplio en el que
Ann experimenta sus cuidados terminales y
es un ejemplo en el que Julie, actuando según su criterio clínico,
a lo que puede afectar a su interpretación de puede responder con eficacia a las necesidades de Ann de un ali­
dicha experiencia vio sintomático inmediato. Sin embargo, las exigencias normativas
Conservación de la Capacidad de implicarse y de abandonar la
pueden limitar su capacidad de actuar con todo el bagaje de sus
integridad asistencia de Ann de un modo en el que la habilidades y conocimientos.
familia no se sienta abandonada ni que la
enfermera sienta un compromiso profesional
o laboral Práctica de enfermería autónom a

Adaptada de Davies B, Oberle K. Dimensions of the supportive role of the


El incremento de la autonomía clínica parece definir el ámbito
nurse in palliative care. Oncol Nurs Forum 1990;19:763-767. del profesional de enfermería (cuadro 49-1). Aunque los papeles
de enfermería varían considerablemente en cuanto a autonomía,

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Personal de enferm ería I C A P Í T U L O 4 9 267

T A B L A 49-2 Propuesta de niveles de educación en enfermería paliativa

CARACTERÍSTICAS NIVELA NIVEL B NIVEL C


Grupo diana Pre y posgraduado básico Posgraduado avanzado Especialista, posgraduado
Propósito (competencias Favorecer una estrategia de Personas clave de referencia (p. ej., profesional Profesional especialista
prácticas centrales) cuidados paliativos de enfermería de la comunidad)

Adaptada de DeVlieger M, Gorchs N, Larkin P, Porchet E A Guide to the Development o f Palliative Nurse Education in Europe. Report o f the European Association
fo r Palliative Care (E.A.P.C.) Taskforce on Palliative Nurse Education. Milán, Italia: European Association for Palliative Care, 2004, pág. 9-

Cuadro 49-1 Incremento de la autonomía clínica para el Paciente ■ Familia


personal de enfermería Equipo ■ Sociedad
Sistema sanitario
Extensión del papel: una habilidad o práctica especial no asociada
previamente con el papel de enfermería (p. ej., flebotomía para
evaluar los parámetros de la gasometría arterial del paciente).
Expansión del papel: tratamiento clínico de los casos derivados,
prescripción y rederivación a un clínico sénior (p. ej., uso del
médico por parte del profesional de enfermería como segundo
nivel de consejo clínico).
Desarrollo del papel: máximo nivel de autonomía clínica, que
implica el diagnóstico y la posible alta o derivación independiente
a otro servicio (p. ej., el profesional de enfermería deriva Nivel A B C
al paciente al departamento de radiología para realizar ima
radiografía). Autoconciencia + comunicación + ética

Adaptado de An Bord Altranais. Scope of Nursing and Midwifery Practice FIGURA 49-1 Dimensión del proceso de aprendizaje de cuidados
Framework 2000. Dublin:A n Bord Altranais, 2000. paliativos. Los niveles de aprendizaje deberían reflejar los puntos de interés
de la enfermería paliativa, con sus complejidades clínicas. (Adaptada de
DeVliegerM, Gorchs N, Larkin P, Porchet F: A Guide to the Development of
los estudios comparativos subrayan la similitud en cuanto a expe­ Palliative Nurse Education in Europe. Report of the European Association for
riencia11. Los estudios empíricos respaldan el impacto positivo Palliative Care (E.A.P.C.) Taskforce on Palliative Nurse Education. Milán, Italia:
de la enfermería especializada en comparación con los cuidados European Association forPalliative Care, 2004, pág. 20.)
médicos. El personal de enfermería especializado proporciona de
forma constante una mayor continuidad asistencial, una mayor
rentabilidad, más satisfacción del paciente, unos valores superio­ incluso aunque es claro que los conocimientos aplicados del espe­
res de los criterios de valoración y unos tiempos de espera más cialista en enfermería pueden beneficiar a la calidad de vida y al
cortos12. La intervención de profesionales de enfermería especia­ tratamiento de los síntomas de los pacientes no oncológicos.
lizados da lugar a mejoras del funcionamiento emocional y cog-
nitivo significativas desde el punto de vista estadístico15, de modo
que el 55% de los pacientes indican unos resultados positivos. En Educación
teoría, Ann debería ver sus necesidades cubiertas por Julie si ésta
trabaja en este marco especializado. Igual de complicados son los conocimientos de enfermería que se
En enfermería paliativa, la rápida expansión y la limitada evi­ requieren para ofrecer unos cuidados paliativos de calidad16. Las
dencia para demostrar la eficacia de su papel han hecho crecer las directrices recomiendan una estrategia incremental (tabla 49-2),
preocupaciones sobre las implicaciones en cuanto a la rentabili­ desde un nivel básico al especializado, observando las áreas clave
dad. La evaluación del papel en enfermería de cuidados paliativos para el aprendizaje y las competencias prácticas centrales. Resulta
es especialmente difícil, debido a la complejidad cambiante de las significativo que las directrices hagan una referencia específica a
necesidades. Las investigaciones sobre el impacto y la eficiencia los profesionales de nivel B, para quienes los cuidados paliativos
de los papeles de la enfermería especializada son escasas y no han sólo comprenden una parte de su trabajo clínico diario más allá
determinado qué grado de eficacia puede demostrarse. Las investi­ de la dimensión especializada. A medida que la enfermería palia­
gaciones futuras deben analizar la evidencia tangible del valor y la tiva se desarrolla, será esencial ver de qué modo la difusión de los
contribución de la enfermería paliativa. conocimientos afecta a la calidad de la asistencia al paciente.
Estos niveles de aprendizaje deberían reflejar los puntos de
interés de la enfermería paliativa, con sus complejidades clínicas
CONTROVERSIAS Y OPORTUNIDADES (fig. 49-1). En el caso de Ann, Julie debe identificar y actuar sobre
DE INVESTIGACIÓN los niveles de conocimiento requeridos respecto a Ann, su familia,
la implicación del equipo, el cambio de su papel vital y sus nece­
Especialización: un debate continuo sidades crecientes del sistema sanitario a medida que progrese
la enfermedad. Esto incluye un trabajo compartido (p. ej., con la
El riesgo de que la estrechez de miras en una práctica especiali­ enfermera comunitaria) para mejorar el plan asistencial ofrecido.
zada pueda evitar que se adopten unas estrategias innovadoras de
la asistencia paliativa indica que un planteamiento de salud pública
puede ofrecer una estructura mejor para la práctica de cuidados Dificultades en la práctica y la investigación
paliativos. Es necesario reenfocar la práctica de enfermería paliativa
en un rango más ancho de provisión de cuidados que no se limite La visión5 de la asistencia como una condición y un objetivo de
al cáncer, lo que supondrá un desafío para el futuro. Muchos servi­ práctica de enfermería paliativa, sobre todo dada la relevancia
cios aún están centrados en la «red de seguridad» de la oncología, que el personal de enfermería pone en las relaciones personales

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268 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

con los pacientes, se basa en un ideal de la enfermería como una La supervisión clínica es útil para la enfermería paliativa18, sobre
«práctica moral»17. Hay cuatro dificultades potenciales a las que todo si se usa un planteamiento multidisciplinario que ofrezca
se enfrenta la enfermería actual de cuidados paliativos: integridad más posibilidades de solidaridad en la práctica de los cuidados
clínica, intuición, autenticidad emocional y razonamiento diag­ paliativos.
nóstico. La naturaleza holística de la práctica significa que no debe­
rían considerarse como entidades separadas.
La investigación es necesaria en varias áreas: Intuición
• Estudios que midan los resultados de las intervenciones de la La intuición es una faceta de la complejidad de los conocimientos
medicina paliativa. de enfermería, que complementa la ciencia empírica, la estética
• Estudios de los costes y beneficios de los papeles de la enfer­ y los conocimientos morales. Dado el desplazamiento hacia una
mería especializada. práctica basada en la evidencia, resulta sorprendente que no se
• Aplicación del criterio de enfermería clínica en cuidados hayan realizado más investigaciones sobre este aspecto de la
paliativos. enfermería paliativa. Existen contraargumentos que se oponen a la
• Asistencia de enfermería paliativa a los pacientes con enferme­ intuición como la base para la toma de decisiones del personal de
dades no oncológicas. enfermería; las decisiones intuitivas no pueden explicitarse y, por
• Valor de la intuición en la práctica de enfermería paliativa. tanto, limitan la transparencia y la participación del paciente19. Sin
embargo, Julie tiene la responsabilidad de responder a Ann como
persona y como paciente. Esto es posible sólo si se combinan las
Integridad clínica formas intuitivas y empíricas del saber.
Los profesionales de enfermería actúan desde un modelo ho-
lístico que ofrece un marco amplio en el que tomar decisiones Razonamiento diagnóstico
diagnósticas y hacer elecciones terapéuticas2. La enfermería
reemplaza el riesgo de una medicina paternalista con la mutua­ El razonamiento diagnóstico es «el rasgo patognomónico de un
lidad, basada en «una relación que sea colaborativa, recíproca, profesional de enfermería experto»21. Es una combinación de
negociada y participativa»2. Los profesionales de enfermería ne­ pensamiento analítico e intuitivo que favorece un juicio discre­
cesitan sopesar los conocimientos biomédicos con una visión cional. Se trata de «comprender la experiencia de la enfermedad,
que se centre en la angustia de los pacientes, su sufrimiento y en contraste con conocer la enfermedad»21. La capacidad de
su vulnerabilidad. En el caso práctico, es esencial que Julie como Julie para razonar con eficacia requiere fusionar conocimientos
enfermera paliativa especialista no abandone sus fundamentos empíricos y estéticos. Su eficacia clínica se basa en la adapta­
de enfermería en busca de un planteamiento descontextualizado bilidad a diversas situaciones clínicas. Julie debe combinar los
y centrado en los síntomas desde un punto de vista tecnológico conocimientos técnicos y una asistencia creativa con la sabi­
que la distancie de Ann. Su contribución especial consiste en un duría práctica para lograr unos resultados positivos para Ann y
papel transicional, que oriente a la familia y a la paciente a través su familia. La enfermería paliativa puede ser la única capaz de
de las facetas de los cuidados curativos, paliativos y terminales. responder a los aspectos tangibles de la vida que los pacientes
En este marco, el tratamiento de los síntomas y el apoyo emo­ tem en perder a medida que la enfermedad progresa: tiempo,
cional adquieren una posición preeminente y el criterio clínico conexiones con su mundo y compañía. En su carácter de diag-
suele centrarse en sopesar ambas dimensiones. Por su papel nosticadora eficaz, Julie debería reflexionar sobre su paradigma
de profesional más cercano a Ann a medida que se aproxima de enfermería sensible en todo momento y no perder de vista
la hora del fallecimiento, Julie necesita dar noticias que requie­ cuál es el bien superior: la asistencia cuando la curación ya no
ren una comprensión del deterioro físico y de la preparación es posible.
de la familia para aceptar estas consecuencias. La enfermería
paliativa puede suponer una lucha contra un ideal profesional
basado en la ciencia, en el que la experiencia se define en tér­ CONCLUSIONES
minos de tecnología médica que se ocupa del fallecimiento del
modo más eficaz posible, pero que pone en riesgo la esencia de Los profesionales de enfermería paliativa se enfrentan a varios
los cuidados. Este cambio continuo de prioridades exige de Julie desafíos en su práctica profesional, sobre todo a la necesidad de
un alto nivel de sensibilidad y la capacidad para enfrentarse a la mostrarse vigilantes ante el efecto de la biomedicina sobre la
incertidumbre. estructura y función de la práctica de enfermería paliativa. La con­
tribución histórica de la enfermería a los cuidados paliativos es
un legado que los profesionales actuales deberían defender, dado
Autenticidad emocional en las relaciones el valor que le otorgó Cecily Saunders. El refinamiento de la defi­
nición de los cuidados paliativos que ha hecho la Organización
La relación parece ser clave para el éxito o el fracaso de una Mundial de la Salud ofrece un gran número de posibilidades a los
enfermería paliativa de calidad. La confianza mutua en la relación profesionales de enfermería para quienes la asistencia de la enfer­
clínica permite lograr la excelencia clínica mediante las cualidades medad avanzada es una parte integrante de su práctica clínica.
y habilidades personales que el profesional de enfermería aporta a Esto no excluye el ideal de una práctica ampliada en el seno de
la relación. Mostrar una disposición continua hacia las necesidades un marco especializado.
de los pacientes y las familias tiene sus propias consecuencias. La Los profesionales de enfermería deben expandir la práctica de
carga emocional de la enfermería paliativa sugiere que mantener enfermería paliativa más allá de una política aislacionista deter­
las relaciones provoca un sentimiento de pérdida y de angustia minada por el cáncer para demostrar su valor intrínseco. Existe
emocional cuando se produce el fallecimiento. El modelo familiar un gran número de oportunidades para investigar en enfermería
de asistencia crea un marco en el que la emoción, la intimidad y paliativa, pero sólo si se establece una aplicación estructurada de
la autenticidad pueden compartirse, pero puede resultar difícil la educación relacionada con la práctica. El futuro de los exper­
para los profesionales de enfermería establecer límites para pro­ tos en enfermería paliativa, como Julie, estará determinado por los
tegerse a sí mismos de la pérdida. La retirada hacia la zona segura esfuerzos combinados de los profesionales de enfermería, educa­
de la experiencia técnica puede disminuir la naturaleza holísti­ dores y gestores para favorecer una comprensión más detallada de
ca de la enfermería paliativa. Si la autenticidad emocional debe la experiencia en enfermería clínica en lo que respecta a su con­
aplicarse en el caso de Ann, se deben establecer sistemas de apoyo tribución única a la asistencia de pacientes con una enfermedad
oficiales que permitan a Julie compartir y validar sus experiencias. incurable y avanzada.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
El trabajador social I C A P Í T U L O 5 0 269

B I B L I O G R A F Í A
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establish similarities and differences between nurse practitioners and clinical a los sistemas a los que las personas deben recurrir cuando se enfrentan al
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Acad Nurse Pract 2003;15:137-141.
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defender a los pacientes en el contexto de la asistencia sanitaria
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Int J Nurs Pract 2002;8:143-151. religiosos y éticos2.

Evaluación
La asistencia psicosocial del paciente comienza con la evalua­
ción. La evaluación inicial requiere una comprensión de la enferme­
dad, incluido el diagnóstico y el pronóstico; una capacidad de tomar

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270 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

decisiones; comprender la influencia del deterioro funcional y


Paciente
cognitivo sobre la continuidad asistencial, y la capacidad de adap­
tación y de resiliencia.
La evaluación secundaria requiere comprender los valores, es­
tructura y función de la familia (sobre todo del cuidador prin­ Familia ----------------- j Médico... Equipo
cipal en busca de cualquier función adversa). Esta información
orienta las intervenciones para mejorar la comprensión, la adap­
F IG U R A 5 0-1 C o m u n ica ció n en u n sistem a cerrado. En un sistema
tación y el apoyo para asegurar la comodidad del paciente y el
cerrado, el paciente no suele comunicarse con nadie más. La familia recibe
control de los síntomas en el domicilio. Una evaluación secunda­
la información básica del médico y puede completarla con otras fuentes. El
ria adicional permite identificar las necesidades no cubiertas y las
médico y el equipo interdisciplinario de cuidados paliativos se comunican a
barreras potenciales que se oponen a la asistencia, como la salud
partir de hechos médicos.
mental y los aspectos laborales, legales y económicos, anteceden­
tes de pérdida, familiares dependientes, tensión del cuidador y la
capacidad de participar en el plan asistencial.
| Paciente j------
Comunicación
Conferencia familiar
La función global del trabajador social es evaluar la función de la
familia y ofrecer asesoramiento, así como derivar al paciente a los
recursos para controlar estos riesgos3. A medida que la enferme­ Familia ■* -----------------------------► Médico/Equipo 1
dad progresa, la implicación de la familia se convierte en un foco
asistencial añadido. Muchos familiares con preguntas frecuentes F IG U R A 5 0 -2 C o m u n ica ció n en u n sistem a a b ie rto. En un sistema
(y que no siempre comparten la información recibida en el círculo abierto, todos sus componentes intercambian información. El uso de
familiar) pueden crear unas demandas excesivas sobre el equipo intervenciones para ayudar al paciente y a la familia favorece una buena
terapéutico. Si las necesidades del paciente están cambiando, comunicación con todos los implicados. En la medicina paliativa, la
resulta angustioso que la familia parezca estar recibiendo una conferencia familiar estructurada es una intervención de comunicación
información conflictiva. Esto puede minimizarse si los pacientes integral.
identifican a sus familiares significativos y designan un portavoz
familiar. Aunque éste suele ser el cuidador principal, puede ser
un familiar distinto, como alguien que tenga más experiencia con
los aspectos médicos. Errores frecuentes
El contenido de las conversaciones requiere que el trabajador
social esté familiarizado con el lenguaje utilizado por el paciente, El trabajo social sigue siendo demasiado periférico e n las discusio­
la familia y los profesionales para transmitir las transiciones de nes de e quipo, y los problem as psicosociales n o están integrados en
unos cuidados agresivos a otros de soporte, y de ahí a acercarse la tom a de decisiones.
al momento del fallecimiento. Es necesario conseguir congruen­ La psicología individual recibe demasiada atención, y la influencia de
cia y reciprocidad en esta comunicación para establecer un con­ la familia y los problem as sociales se minimiza.
senso sobre los objetivos asistenciales. Los valores, la ética y las Los problem as m édicos se m alinterpretan com o problem as
opiniones religiosas de una familia pueden arrojar luz sobre su psicosociales.
toma de decisiones4. Algunas pueden tener unas dificultades sig­ La información se ofrece antes de que el plan asistencial esté acla­
nificativas de comunicación debido al analfabetismo, déficits del rado (p. ej., solicitud demasiado agresiva de la decisión sobre si
lenguaje o una lengua materna diferente que requiera traductores reanim ar o n o al p aciente e n caso d e parada cardiorrespiratoria).
especializados. La inform ación se e ntrega a la p ersona equivocada, q u e n o es el p or­
Una familia es una estructura dinámica y mayor que la suma tavoz designado.
de sus partes, lo que crea un sistema poderoso. La comprensión
de la comunicación desde la perspectiva del sistema familiar es
útil para apreciar el impacto de las comunicaciones de un sistema
cerrado (es decir, evita la penetración) sobre los pacientes con
una enfermedad terminal. Por ejemplo, en un sistema cerrado el En la medicina paliativa, la conferencia familiar estructurada
paciente es consciente del mal pronóstico y tiene unos conoci­ es una intervención de comunicación exhaustiva. Sus dos obje­
mientos extensos, pero no se comunica con nadie. La familia tiene tivos son integrar la información médica y psicosocial en una
información básica del médico, que se complementa con otras agenda específica e implicar al paciente y la familia. Se trata de
fuentes. Esta información se distorsiona y se reinterpreta en las una reunión educativa y de ayuda a la que asiste al menos un
conversaciones entre los familiares. El médico y el equipo inter­ familiar o un portavoz designado p or el paciente, éste (cuando es
disciplinario de cuidados paliativos tienen su propio sistema de capaz de participar) y dos miembros del equipo multidisciplinario
comunicación basado en hechos médicos. Están influidos por la (por lo general, el médico y el trabajador social).
reactividad emocional hacia la familia y en el seno del personal5 El hecho de tener una persona que coordine la conferencia
(fig. 50-1). familiar minimiza la confusión, y el trabajador social que ha cola­
Los obstáculos, como el deseo de recibir más tratamiento que borado con la familia es la mejor persona para ello. La mayor
no aporta beneficios, la resistencia a la transición, la disfunción integración de la información psicosocial se produce cuando el
familiar y la volatilidad emocional de los pacientes y las familias, médico y el trabajador social facilitan la conferencia familiar. La
pueden bloquear la comunicación entre el equipo, el paciente y la comunicación se centra en la información esencial, como el diag­
familia. Estos problemas deben resolverse para asegurar la calidad nóstico, pronóstico, directivas avanzadas, estado funcional, nivel
y la continuidad asistencial (v. «Errores frecuentes»). de conciencia, evolución de la enfermedad, complicaciones pro­
Una conferencia familiar estructurada puede mejorar la comu­ bables a medida que progrese la enfermedad y plan asistencial
nicación del equipo con el paciente y la familia. El desarrollo y la recomendado (tabla 50-1)6.
utilización de intervenciones para apoyar al paciente y la familia Las conferencias familiares estimulan la comprensión mutua y
favorecen una buena comunicación con todos los implicados, y la confianza entre el paciente, la familia y el equipo, estimulan el
la conferencia familiar puede ser el mejor formato práctico para cumplimiento de las recomendaciones médicas y ayudan en el plan
lograr una buena comunicación (fig. 50-2). de alta de un modo oportuno y con continuidad de la asistencia.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
El trabajador social I C A P Í T U L O 5 0 271

La estructura, contenido y proceso de la conferencia pueden programas de ayuda social, las necesidades de asistencia domici­
beneficiar al paciente y la familia, sobre todo respecto a la transi­ liaria, el equipamiento y los servicios de ayuda para el paciente y
ción y la adaptación. la familia.
Los trabajadores sociales proporcionan servicios especializados
en el seno de la medicina paliativa, como consultas psicosociales
PAPELES DE LOS TRABAJADORES SOCIALES para tratar sobre los temas prácticos a este respecto. Esto puede
Las funciones de los trabajadores sociales pueden consistir en eva­ centrar la atención sobre las necesidades complejas y difíciles del
luar los servicios prácticos, desarrollar programas, crear y presen­ paciente y la familia, así como sobre las exigencias que dificultan
tar programas educativos y llevar a cabo investigaciones. Durante un tratamiento médico.
la transición a los cuidados paliativos, se necesita una serie de Los trabajadores sociales comparten su experiencia en educa­
servicios para ayudar al paciente y a la familia a afrontar la enfer­ ción en el contexto laboral y con los colegas de otros contextos
medad. El trabajador social puede actuar como enlace entre los de asistencia sanitaria, así como en la comunidad. Participan en la
supervisión clínica de subespecialistas en formación y de residen­
tes durante su proceso de aprendizaje de las habilidades de las con­
ferencias familiares. Colaboran con las facultades de trabajo social
para formar a otros trabajadores sociales en un nivel de máster.
Asimismo, participan en los avances de la investigación, en los
cuidados paliativos como práctica basada en la evidencia y en la
práctica del trabajo social para mejorar los estándares de asistencia.
T A B L A 50-1 Agenda para la conferencia familiar

LÍDER DE LA SESIÓN TEMAS Y ACCIONES"


Descripción del trabajo
Médico, que debe estar Describe el diagnóstico, grado de
preparado para informar enfermedad y evolución de la misma Un trabajador social de cuidados paliativos tiene la siguiente
sobre varios aspectos Evalúa la comprensión que tiene la formación:
familia de la enfermedad • Nivel educativo de máster en trabajo social básico y conjunto de
Explica los hallazgos médicos para este
habilidades avanzadas para ser eficaz con pacientes, familias y el
ingreso; utiliza dibujos y películas para
aclarar los conceptos
equipo interdisciplinario de cuidados paliativos (cuadro 50-1).
Estimula las preguntas y aclaraciones • Experiencia en una o más áreas, como oncología, geriatría, en­
Explica el tratamiento de los síntomas fermedades degenerativas (p. ej., esclerosis lateral amiotró-
Describe las complicaciones e fica [ELA]) y enfermedades crónicas.
intervenciones • Al menos 2 años de asesoramiento y terapia bajo supervisión
Facilita la expresión del paciente de la con pacientes y familias.
calidad de vida
Describe las necesidades y las
limitaciones nutricionales Condición generalista o especializada
Describe los fármacos, los efectos
secundarios y los aspectos de la Aunque se han realizado algunos esfuerzos para acreditar los cui­
sedación dados paliativos como especialidad en trabajo social, sigue exis­
Informa sobre el estado funcional y el tiendo controversia al respecto. Muchos autores han propuesto
nivel de consciencia que una estrategia generalista es mejor para el trabajo social en
Explica el pronóstico todo su rango de actuación. Hasta 2006, sólo unos pocos progra­
Resume los objetivos asistenciales en mas educativos oficiales para trabajadores sociales contaban con
colaboración con el paciente y la
especialización en cuidados paliativos7. Los cursos de formación
familia
Informa sobre el fallecimiento
continuada, la supervisión en el trabajo y la supervisión por un
Informa de la fecha de alta, localización mentor son las formas principales para compartir los conocimien­
y seguimiento con un profesional tos y las habilidades en este campo.
sanitario Los cursos de formación continuada proporcionan la mejor
Trabajador social, que integra Evalúa la comprensión, formación y oportunidad para adquirir los conocimientos y habilidades nece
los aspectos médicos y afrontamiento del paciente y la familia sarios. Las experiencias de educación y formación en colaboración
psicosociales Se ocupa de los objetivos no realistas con facultades de medicina, programas de residencia y actividades
referentes a las necesidades de educación continuada médica pueden ayudar a todas las disci­
asistenciales del paciente y a la plinas a mejorar su competencia en las dimensiones psicosocial
evolución de la enfermedad y de otro tipo de los cuidados paliativos y pueden aumentar su
Proporciona intervención en crisis capacidad de participar de forma eficaz en una asistencia interdis­
Analiza cómo pretende la familia ciplinaria a los pacientes8.
organizar la asistencia domiciliaria
Describe las opciones de alta (p. ej.,
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

asistencia domiciliaria, residencia para


enfermos terminales, hospitalización)
Responsabilidades clave
Revisa el tratamiento de las urgencias Los trabajadores sociales que ejercen en un contexto de medicina
Identifica el estrés del cuidador, planifica paliativa tienen cinco responsabilidades clave:
los descansos y analiza el impacto de
la tristeza 1. Su actividad debe estar guiada por la ética y los valores del
Resuelve los asuntos inacabados trabajo social, y han de demostrar una actitud de compa­
Ofrece recomendaciones para la sión y sensibilidad.
continuidad asistencial a medida que 2. Deben comprender las perspectivas teóricas que engloban
las necesidades cambian
unos conocimientos básicos sobre la función individual y
Respalda el plan de cuidados
los sistemas familiares, así como sobre las exigencias psico­
*No se necesitan todos los elementos en todas las reuniones. sociales normativas de los problemas sanitarios durante la
evolución de una enfermedad.

ERRNVPHGLFRVRUJ
272 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

Cuadro 50-1 Conjunto de habilidades para el trabajo cualitativa llevada a cabo en la década de 1990 captó la esencia del
social en cuidados paliativos
papel del trabajo social tal y como la percibían los profesionales que
lo ejercían. Los temas se agruparon y se desarrolló un marco con­
Habilidades y conocimientos básicos ceptual, con las siguientes categorías: foco familiar; influencia en el
entorno; convertirse en un miembro del equipo; control de la ansie­
• Defensa y resp eto d e la autodeterm inación. dad, valores y valoración; y conocimientos y trabajo dentro de unos
• Estrategia biopsicosocial d e evaluación. límites9. Cuando los síntomas se tratan mediante unos cuidados
• Clarificación d e los objetivos asistenciales. paliativos adecuados, surgen los objetivos no médicos. El paciente
• C om petencia cultural. y la familia se ven liberados para resolver los aspectos emocionales,
• M ejora d e las capacidades d e resolución de problem as y de afronta­ espirituales y prácticos. El trabajo social evoluciona a partir de esta
m iento del p aciente y la familia. situación10.
• Conocim ientos sobre las perspectivas teóricas del funcionam iento Un equipo de cuidados paliativos interdisciplinario permite la
individual y familiar. expresión completa de la experiencia de cada miembro. Es esen­
• Conocim ientos sobre seguros sanitarios, ayudas sociales y aspectos cial que los trabajadores sociales tengan habilidades a la hora de
económ icos. comunicar la asistencia psicosocial; por otra parte, puede que
• Conocim ientos sobre la aplicación d e la ley a las poblaciones de estos profesionales se encuentren más cómodos en la interfase
riesgo y los servicios d e protección. existente entre el equipo y el sistema del paciente-familia11.
• Relación c o n los recursos. En Estados Unidos en 2002, los trabajadores sociales de los
• Estim ulación de un uso eficaz de los sistemas qu e proporcionen contextos clínico, académico y de investigación se reunieron en
recursos y servicios. un congreso nacional (Social Work Leadership Summit on End-of-
• Apoyo d e u n p lan d e alta y d e la continuidad asistencial. Life and Palliative Care), donde se desarrolló una declaración de
consenso respecto a su papel laboral, en la que se identificaban
Habilidades y conocimientos especializados sus competencias de conocimientos, las habilidades de evalua­
ción, la planificación terapéutica, las intervenciones, el trabajo en
• Colaboración e integración com o m iem bros d e u n equipo inter­ equipo interdisciplinario, la supervisión y la formación, así como
disciplinario. los valores y actitudes esenciales en la práctica del trabajo social
• Intervención e n crisis, desactivación de conflictos y asesoram iento en los cuidados paliativos y terminales12. Los participantes propu­
familiar. sieron una agenda nacional para la investigación en trabajo social
• T erm inación eficaz del trabajo c on familias. sobre continuidad asistencial, diversidad, financiación, salud men­
• C onocim iento d e los p rincipios b ioéticos básicos. tal, necesidades asistenciales individuales y familiares, comuni­
• C onocim iento d e las perspectivas c onceptuales y teóricas d e los sis­ cación, calidad asistencial y de los servicios, toma de decisiones,
te m as familiares, el ciclo d e vida familiar, la com unicación y el duelo conferencias familiares, tristeza y duelo, tratamiento del dolor y
y la pérdida. de los síntomas y desarrollo curricular13. De forma simultánea, la
• E ducación continua e n aspectos psicosociales y conceptos em er­ National Association of Social Work identificó los estándares para
gentes. la práctica del trabajo social en cuidados paliativos y terminales
• O rganización y facilitación de conferencias familiares, perm itiendo (www.naswdc.org)1 .
la asistencia familiar. En la actualidad, los trabajadores sociales tienen más proba­
• Participación e n la resolución d e las p reocupaciones del equipo. bilidades de ejercer en un contexto de cuidados agudos que
• Prevención d e dificultades indebidas o d e u n a carga p ara el cuidador incorpore la disciplina de la medicina paliativa como parte del mode­
innecesaria. lo terapéutico más amplio denominado cuidados paliativos. El
• A utorreflexión sobre las consultas y la supervisión. modelo médico se centra en «la calidad de vida para las personas
• C om prensión d e los sistemas físicos. que se enfrentan a una enfermedad potencialmente mortal y para
• C om prensión d el p ro ceso d e fallecimiento. sus familias»15.
• C om prensión d el grado d e enferm edad y del im pacto funcional.
El término cuidados paliativos se utiliza ampliamente en la
• C om prensión de los sistemas im plicados (p. ej., familia, m édico, él literatura médica y con frecuencia se relaciona o se usa de forma
mismo). indistinta con el de cuidados terminales. Se han expresado pre­
• C om prensión d el tratam iento del d olo r y los síntomas.
ocupaciones porque los cuidados terminales impliquen una asis­
• C om prensión del im pacto de la enferm edad sobre el paciente y la tencia definida por el tiempo y carezcan de esperanza, mientras
familia (es decir, hijos y nietos). que la práctica de los cuidados paliativos en su contexto más
• C om prensión de la congruencia y reciprocidad del lenguaje refe­
amplio requiere un conjunto complejo de habilidades de comu­
re n te a la progresión d e la enferm edad. nicación, toma de decisiones, tratamiento de las complicaciones,
control de los síntomas, apoyo psicosocial y espiritual, asistencia
de los pacientes moribundos, apoyo durante el duelo, trabajo en
equipo interdisciplinario y coordinación asistencial16,17.
Para un trabajador social que ejerza en el contexto de la medi­
cina paliativa, el abanico completo de cuidados paliativos puede
3- Abogan por las necesidades de los pacientes con enferme­ comenzar cuando el tratamiento tenga un beneficio limitado, y
dades crónicas y terminales, así como por las necesidades se extiende hasta la fase en la que el paciente está moribundo y
que se tienen al final de la vida; fomentan una toma de deci­ fallece. Las habilidades de trabajo social en cuidados paliativos
siones centradas en el paciente, y defienden los derechos complementan a las de otros profesionales y evolucionan con la
de los pacientes y las familias. trayectoria de la enfermedad. A medida que la medicina paliativa
4. Desarrollan y aplican intervenciones que mejoran y ayudan amplíe su papel a lo largo del continuum asistencial, los trabaja­
al paciente y la familia en la toma de decisiones, adaptación dores sociales se verán obligados a aumentar sus habilidades para
y acomodación a una enfermedad potencialmente mortal. ocuparse de las necesidades crónicas de los pacientes que tengan
5. Documentan toda la práctica con el paciente y la familia. una enfermedad activa y de las necesidades especializadas de las
personas en fase terminal.
AVANCES Y OPORTUNIDADES DE INVESTIGACIÓN Están apareciendo evidencias sobre el impacto del trabajo
social en la asistencia sanitaria. Por ejemplo, la mayor implica­
Los trabajadores sociales en Reino Unido tienen una perspectiva ción del trabajo social se asocia de forma significativa con un
común con los de Estados Unidos sobre sus papeles. La investigación menor coste de las residencias para enfermos terminales18. Otros

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Equipo de soporte nutricional I C A P Í T U L O 51 273

8. Field MJ, Cassel CK (eds). Approaching Death: Improving Care at the End of
A S O P R Á C T I C O Life.Washington, DC: National Academy Press, 1997,pp 231-232.
9- Sheldon FM. Dimensions of the role of the social worker in palliative care.
Palliat Med 2000;14:491-498.
Evaluación psicosocial 10. Monroe B. Social work in palliative medicine. In Doyle D, Hanks G, Cherny Nl,
Caiman K (eds). Oxford Textbook of Palliative Medicine, 5th ed.. Oxford, UK:
John es un paciente de 44 años. Se le ha diagnosticado un cáncer
Oxford University Press, 2004, p p 1007-1017.
pulmonar metastásico y ha ingresado en una unidad de cuidados 11. Oliviere D. The social worker in palliative care—the “eccentric” role. Prog
agudos de medicina paliativa para el tratamiento sintomático. En el Palliat Care 2001;6:237-241.
12. Gwyther LP,AltUioT, Blacker S,et al. Social work competencies in palliative and
informe inicial se anotó que vivía en la calle y que no tenía familia. Se
end-of-life care.J Soc Work End Life Palliat Care 2005;1:87-119-
ha considerado que su alta será fácil, porque puede remitirse a una de 13- Kramer BJ, Christ GH, Bern-Klug M, et al. A national agenda for social work
las residencias de enfermos terminales que se ocupan de pacientes con research in palliative and end of life care.J Palliat Med 2005;8:418-431.
cáncer sin recursos. 14. National Association of Social Workers. NASW Standards for Social Work
Practice in Palliative and End of Life Care. Available at www.socialworkers.org
El trabajador social ha realizado una evaluación psicosocial y ha (accessed October 2,2007).
averiguado que John tiene hermanas y hermanos, que se han mostrado 15. Billings JA, Block SD, Finn JW, et al. Initial voluntary program standards for fello­
aliviados al saber que se encontraba en el hospital. Se les ha informado wship training in palliative medicine. J Palliat Med 2002;5:23-33-
16. Davis MP, Walsh D, LeGrand SB, et al. End-of-life care: The death of palliative
de que el pronóstico de vida de su hermano era de unos meses. En una medicine?. J Palliat Med 2002;5:813-814.
conferencia familiar, los hermanos han solicitado una reconciliación y 17. Blacker S. Palliative care and social work. In Berzoff J, Silverman PR (eds).
que se les diera la oportunidad de estar junto a su hermano. John ha Living with Dying. New York: Columbia University Press, 2004, pp 409-423.
18. Reese DJ, Raymer M. Relationships between social work involvement and hos­
aceptado ingresar en un centro asistencial próximo a sus familiares, de pice outcomes: Results of the National Hospice Social Work Survey. Soc Work
m odo que puedan visitarle y compartir con él los últimos meses de su 2004;49:415-422.
vida. Se han utilizado recursos económ icos para que este plan pueda 19. Mittelman MS, Ferris SH, Shulman E, et al.A family intervention to delay nur­
sing home placement of patients with Alzheimer disease: A randomized con­
llevarse a cabo.
trolled trial.JAMA 1996;27:1725-1731.
20. Fineberg IC. Preparing professionals for family conferences in pallia­
tive care: Evaluation results of an interdisciplinar)' approach. J Palliat Med
2005;8:857-866.
beneficios adicionales son un mejor funcionamiento del equipo,
un mayor número de aspectos resueltos por el trabajador social
en el equipo, una reducción de los servicios médicos y menos LE CT URAS R E C O M E N D A D A S
visitas por otros miembros del equipo. Las intervenciones psicoso­
ciales expertas desde el principio aseguran que se analicen todas Berzoff J, Silverman PR (eds). Living with Dying: A Handbook for
las opciones antes que aquellas más costosas y menos eficaces. End-of-Life Care Practitioners. New York: Columbia University
Por ejemplo, varios estudios han demostrado que el trabajo social Press, 2004.
y las intervenciones psicológicas y educativas retrasan alrededor Doyle D, Hanks G, Cherny NI, Calman K (eds). Oxford Textbook of
de 1 año el ingreso en residencias de ancianos para pacientes Palliative Medicine. Oxford, UK: Oxford University Press, 2004.
con enfermedad de Alzheimer en comparación con la asistencia
convencional19.
En un estudio en el que se identificó al trabajador social como
el profesional con las habilidades necesarias para resolver los
aspectos familiares, se evaluó la educación interdisciplinaria para
los médicos y trabajadores sociales que participan en la sociali­
zación profesional20. Una intervención piloto ha demostrado una
mayor franqueza y confianza en las habilidades necesarias para
dirigir una conferencia familiar20.
Existen múltiples puntos de vista que influyen en la práctica
Equipo de soporte nutricional
del trabajo social en cuidados paliativos. Es de esperar que la Leah Gramlich
agenda de investigación propuesta pueda ayudar a aplicar un mar­
co conceptual útil y a desarrollar un consenso sobre las face­
tas del papel del trabajo social. La inclusión del paciente y de la
familia en la investigación añadirá una perspectiva muy necesaria 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
para establecer las mejores prácticas en cuidados paliativos para
el profesional de trabajo social.
P U N T O S
• El soporte nutricional especializado es un elemento necesario en los pacien­
tes con enfermedad terminal.
B I B L I O G R A F Í A • La complejidad del soporte nutricional especializado se relaciona con la eva­
1. Saunders C. Social work and palliative care—the early history. Br J Soc Work luación nutricional, el acceso para el soporte nutricional, la prescripción de
2001;31:791-799- la nutrición, la monitorización y las consideraciones psicológicas y sociales.
2. Powazki RD,Walsh D. Acute care palliative medicine: Psychosocial assessment • El equipo de soporte nutricional facilita una asistencia nutricional excelente
of patients and primary caregivers. Palliat Med 1999;13:367-373- en el tratamiento a corto y largo plazo.
3. Powazki RD, Palcisco C, Richardson M, et al. Psychosocial care in advanced
cancer. Semin Oncol 2000;27:101-108. • El papel de los miembros del equipo de soporte nutricional consiste en
4. Foster LW, McLellan LJ. Translating psychosocial insight into ethical discussions identificar y optimizar dicho soporte, por lo que deben dirigir el tratamiento
supportive of families in end-of-life decision-making. Soc Work Health Care adecuado al paciente correcto para lograr el resultado idóneo.
2002;35:37-51. • Una nutrición óptima requiere una experiencia amplia, con conocimientos
5. Bowen M. Family reaction to death. In Bowen M (ed). Family Therapy in
de enfermería, dietéticos, farmacológicos y médicos.
Clinical Practice. New York: Jason Aronson, 1978, pp 321-335.
6. Miller RD, Krech R, Walsh TD. The role of a palliative care service family con­ • El plan de cuidados nutricionales evoluciona con la situación del paciente.
ference in the management of the patient with advanced cancer. Palliat Med • Sin un equipo de soporte nutricional, es esencial asegurarse de que los
1991;5:34-39- miembros del personal que proporcionan dicho soporte especializado sean
7. Walsh-Burke K,CsikaIi EL. Professional social work education in end of life care:
competentes.
Contributions of the Project on Death in America’s Social Work Leadership
Development Program. J Soc Work End Life Palliat Care 2005; 1:11-26.

ERRNVPHGLFRVRUJ
274 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

El soporte nutricional especializado mediante nutrición enteral (es decir, pérdida de peso >10% del peso habitual)3. En estos
y parenteral forma parte de la asistencia a los pacientes desde la casos, se da prioridad a la NE sobre la NP4.
década de 1970. Una nutrición óptima en las enfermedades ter­ El uso de soporte nutricional domiciliario (denominado nutri­
minales puede incluir el soporte nutricional especializado a ción artificial domiciliaria [NAD] en los países europeos) cada
corto plazo durante el tratamiento de la enfermedad terminal o vez se utiliza más en pacientes con enfermedades terminales. Los
a más largo plazo en el contexto domiciliario. Aunque el soporte pacientes adultos con cáncer suponen el 5-57% de la NP domici­
nutricional puede prolongar la vida y puede aumentar la calidad liaria en centros de Europa y Estados Unidos5. La NP domiciliaria
de vida, sus complicaciones son numerosas, si bien éstas pueden ayuda a mejorar la duración y calidad de vida de algunos pacien­
reducirse gracias a la actuación de un equipo de soporte nutricio­ tes. Es una alternativa positiva al soporte nutricional hospitalario o
nal (ESN) interdisciplinario o, si no se dispone de un equipo, por a la crisis que se produce cuando un paciente no puede com e/’.
personas con una formación especializada. La NE domiciliaria también se está convirtiendo en una alter­
nativa más generalizada y suele ser un complemento del tratamien­
to antioncológico, sobre todo en los cánceres de la cabeza y el
SOPORTE NUTRICIONAL ESPECIALIZADO cuello7.
DURANTE LA ENFERM EDAD AVANZADA Las perspectivas sobre el soporte nutricional especializado do­
miciliario indican que su uso aumentará. Es esencial tener en
El soporte nutricional especializado consta de la nutrición enteral cuenta los objetivos de la NP y la NE domiciliarias junto con los
(NE) y la nutrición parenteral (NP). La NE está indicada cuando objetivos globales de los cuidados paliativos, incluida la retirada
un paciente no puede satisfacer sus necesidades nutricionales del soporte nutricional si los pacientes están cerca del falleci­
mediante la ingesta oral y cuando el aparato digestivo es funcio­ miento (v. «Errores frecuentes»).
nal (p. ej., cánceres de la cabeza y el cuello o del esófago, ictus u
otras lesiones del sistema nervioso central que causen una disfagia
orofaríngea). La NP está indicada cuando un paciente no puede FUNDAMENTOS DE LA ESTRATEGIA DE EQUIPO
satisfacer sus necesidades nutricionales mediante la ingesta oral PARA EL SOPORTE NUTRICIONAL
y cuando el aparato digestivo no es funcional (p. ej., obstrucción ESPECIALIZADO
intestinal, íleo, malabsorción, diarrea).
En los pacientes con cánceres recién diagnosticados y no rese- El soporte nutricional especializado requiere un acceso apropiado
cables son frecuentes los síntomas digestivos, como plenitud abdo­ y seguro para suministrar nutrientes y una prescripción nutricio­
minal, alteraciones del gusto, estreñimiento, náuseas y vómitos1. La nal individual que tenga en cuenta la situación médica, los factores
frecuencia de la pérdida de peso y de la malnutrición en el cáncer de comorbilidad y los fármacos que se relacionan con el soporte
varía del 31% a más del 80%, dependiendo del tumor2. El trata­ nutricional (tabla 51-1). Durante los cuidados paliativos, la res­
miento antioncológico (cirugía, quimioterapia, radioterapia) tiene puesta del paciente al tratamiento nutricional debería reevaluarse
implicaciones nutricionales. La malnutrición se correlaciona con con regularidad a medida que la enfermedad subyacente progresa.
una mala cicatrización de las heridas, riesgo de infección, altera­ La composición del ESN refleja la diversa experiencia que se
ción de la función física y una mayor duración de la hospitaliza­ requiere. El ESN consta de una enfermera registrada, un dietista
ción. El soporte nutricional especializado está indicado para los registrado, un farmacéutico y un médico. Cada disciplina desem­
pacientes con cáncer que presentan un alto riesgo nutricional peña un papel específico (tabla 51-2). El ESN interdisciplinario

I I T A B L A 51-1 Consideraciones respecto al soporte nutricional especializado

CARACTERÍSTICAS NUTRICIÓN ENTERAL NUTRICIÓN PARENTERAL

Evaluación nutricional Aparato digestivo funcional Aparato digestivo no funcional


Paciente con alto riesgo nutricional Paciente con alto riesgo nutricional
Incapacidad de satisfacer las necesidades Incapacidad de satisfacer las necesidades nutricionales
nutricionales por vía oral por vía oral
Supervivencia prevista > 6 semanas Supervivencia prevista > 6 semanas
Acceso para el soporte nutricional Intragástrico: GEP, quirúrgica (sonda G) CCIP
Intrayeyunal: YEP, quirúrgica (sonda Y) Broviac/Hickman
Complicaciones Infección Infección
Malposición Malposición
Obstrucción Obstrucción
Prescripción nutricional Productos comerciales u otros NPT específica para el paciente u otra
Productos específicos para la enfermedad MTN frente a 2:1
Complicaciones Intolerancia Deseq u ilibrios hid roelectrol íticos
Estreñimiento o diarrea Hiperglucemia
Efectos metabólicos Hepatopatía
Osteopatía
Monitorización Respuesta al tratamiento Respuesta al tratamiento
Complicaciones Complicaciones
Aspectos psicosociales Medicaliza la asistencia y la alimentación Medicaliza la asistencia y la alimentación
Relativamente simple Compleja
Cara Muy cara

CCIP, Catéter central de inserción periférica; GEP, gastrostomía endoscópica percutánea; MTN, mezcla total de nutrientes; NPT, nutrición parenteral total;
YEP, yeyunostomía endoscópica percutánea.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Equipo de soporte nutricional I C A P Í T U L O 51 275

Errores frecuentes Cuadro 51-1 Objetivos de un equipo de soporte


nutricional
N o identificar a las personas q ue p u ed en beneficiarse del soporte
nutricional. • El soporte nutricional d ebería estar indicado.
Incapacidad de establecer irnos objetivos realistas para el trata­ • La vía d e adm inistración d ebería ser adecuada.
m iento nutricional. • El p aciente d ebería beneficiarse del tratam iento.
A nticipación inadecuada d e las com plicaciones d el soporte n utricio­ • La incidencia d e com plicaciones d ebería s e r baja.
nal d e form a p roactiva y o portuna. • Los pacientes deberían com prender los riesgos y beneficios del
Falta de com unicación en tre los proveedores de cuidados y el tratam iento.
p aciente, q u e se e ncuentra e n el c e n tro del equipo. • Se debería p rescribir la cantidad adecuada d e sustrato nutricional.
• Se debería adm inistrar la cantidad adecuada d e sustrato nutricional.
• El paciente no debería experim entar una interacción perjudicial
entre los fárm acos y los nutrientes.
T A B L A 51-2 Miembros y papel del equipo de soporte • El p aciente d ebería recibir soporte nutricional d e form a o portuna.
nutricional

MIEMBRO DEL EQUIPO PAPELES


Enfermera registrada Evaluar la idoneidad del acceso
para el soporte nutricional nutricional en varias situaciones patológicas16. Los ESN también
Evaluación psicosocial del ocupan una posición que les permite ofrecer ayuda (ya sea eco­
paciente
nómica o intelectual) junto con otros proveedores de cuidados.
Iniciar y controlar la NE y la NP
Puede que los otros miembros del equipo sanitario no asuman
Educación del paciente
los beneficios añadidos de los ESN, pero representan un aspecto
Complicaciones de la NE y la NP
destacado de la asistencia que permite avanzar al campo de la
Dietista registrado Evaluación nutricional nutrición (v. «Caso práctico: Beneficios de un equipo de soporte
Determinar las necesidades nutricional»).
proteicocalóricas
Aplicar una vía de alimentación
apropiada EQUIPOS DE SOPORTE NUTRICIONAL:
Evaluar la idoneidad del acceso
para el soporte nutricional
ESTABLECIMIENTO, ORGANIZACIÓN
Iniciar y controlar la NE y la NP Y PERSPECTIVAS FUTURAS
Prescripción nutricional,
alimentación de transición Los ESN no representan la norma en las farmacias hospitala­
rias17,18. En Estados Unidos y Europa19, entre el 33 y el 65%
Farmacéutico Optimizar la prescripción de los hospitales tienen un ESN. En un estudio multicéntrico so­
nutricional (NP) bre los ESN en Alemania, Austria y Suiza, éstos sólo se habían
Identificar las indicaciones de establecido en el 3,2% de los hospitales estudiados20. El 71% de
fármacos y nutricionales
los médicos, el 40% de los profesionales de enfermería y el 69%
Coordinar la NPT domiciliaria y las
prescripciones
de los dietistas tenían una cualificación adicional sobre nutrición.
Las principales actividades del equipo identificadas consistie­
Médico Evaluación nutricional ron en regímenes nutricionales, educación y monitorización del
Determinar las necesidades tratamiento.
proteicocalóricas A pesar de la obligación de optimizar la asistencia nutricional
Determinar la aprobación de la vía y de reducir las complicaciones del soporte nutricional, hay que
de alimentación
observar que los ESN no representan el estándar de asistencia. Sin
Evaluar y obtener el acceso para el
soporte nutricional
un ESN, es esencial asegurarse de que los miembros del personal
Iniciar y controlar la NE y la NP sean competentes para ofrecer un soporte nutricional especiali­
Evaluación psicosocial del zado (v. tabla 51-2) y de que exista un sistema para monitorizar
paciente los resultados del paciente. Los médicos, dietistas y personal de
enfermería que ofrezcan un soporte nutricional especializado en
NE, Nutrición enteral; NP, nutrición parenteral; NPT, nutrición parenteral total. áreas determinadas del programa sin un ESN deben adoptar un
papel de coordinación, colaboración e integración para optimizar
la nutrición.
facilita los estándares de asistencia y las directrices para el soporte Los objetivos para incorporar un ESN a los cuidados paliativos
nutricional (cuadro 51-1)8. Durante los cuidados paliativos, el son los siguientes:
equipo evalúa el soporte nutricional de una persona concreta,
• Estandarizar la estrategia y los objetivos del soporte nu­
con el fin de mantener una mejora de la calidad continua. El ESN tricional.
representa un sistema de soporte nutricional especializado para
• Evaluación del soporte nutricional especializado domiciliario
asegurar que las decisiones terapéuticas optimicen los resultados
en cuidados paliativos.
y no comprometan la seguridad del paciente9. • Priorizar la creación de los ESN para optimizar una asistencia
Antes de la creación de los ESN, las tasas de complicaciones completa.
relacionadas con el catéter y de complicaciones metabólicas eran
elevadas10. Los ESN reducen las tasas de infección de la vía, las
anomalías metabólicas (electrólitos, glucosuria e hiperglucemia), CONCLUSIONES
la mortalidad11,12 y los costes13,14 en poblaciones de adultos y
pediátricas13,15. El soporte nutricional especializado participa en la asistencia de
Los miembros de los ESN añaden su experiencia respecto a los pacientes con enfermedades avanzadas y terminales. De forma
la educación en cuidados paliativos e influyen en otros profesio­ ideal, esta asistencia compleja la proporciona un ESN interdiscipli­
nales sobre el soporte nutricional. Estudian y evalúan el soporte nario coordinado que trabaja con el equipo de cuidados paliativos

ERRNVPHGLFRVRUJ
276 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

deshidratación precedieran al fallecimiento por el tumor metastásico.


C A S O P R Á C T I C O
En función de su (buen) estado funcional y la posibilidad de beneficiarse
de la nutrición parenteral domiciliaria, la paciente fue aceptada en el
Beneficios de un equipo de soporte nutricional
programa de NPT domiciliaria.
La Sra. A S es una mujer de 42 años a la que se ha diagnosticado Antes de iniciar una formación oficial sobre el programa, se llevó a
un cáncer cervical metastásico. Se ha sometido a quimioterapia y cabo una entrevista con la Sra. A S y su marido para asegurarse de que
radioterapia paliativas. Ha sufrido una obstrucción intestinal recidivante son conscientes de la posibilidad de interrumpir la nutrición parenteral
causada por m uchos factores, com o adherencias, tum or intraabdominal en cualquier momento si creen que el tratamiento es demasiado
y lesión por radiación del intestino delgado. Se ha realizado una molesto. Los profesionales de enfermería del equipo de soporte
ileostomía para reducir los síntomas de obstrucción intestinal, pero el nutricional han realizado los preparativos para insertar una vía central,
problema ha persistido. Sus principales síntomas son náuseas, vómitos y y han enseñado a la Sra. A S y a su marido (3-5 días) sobre el tratamiento
pérdida de peso de 8 k g en los 4 meses previos (es decir, pérdida de más mientras está en el hospital. El dietista formula la prescripción de
del 10% del peso corporal habitual). nutrición parenteral y monitoriza el síndrome de realimentación. Los
La Sra. A S aún es capaz de realizar la mayoría de las actividades de electrólitos de la paciente están estabilizados.
la vida diaria, incluida la participación en las actividades escolares de Se elabora una prescripción para NPT domiciliaria y se comunica
sus hijos (de 12 y 8 años) y la preparación de la comida para la familia. al distribuidor local, que se asegura de que la nutrición parenteral sea
La ayuda que recibe en su domicilio es adecuada. Su puntuación en el llevada al domicilio de la paciente. La situación de ésta es revisada
índice funcional de Karnofsky es de 90. Sus principales preocupaciones por el equipo de nutrición parenteral de forma continua mediante
se refieren a la fatiga y la debilidad asociadas a su deshidratación y teme conversaciones telefónicas y visitas periódicas, y la fórmula de NPT se
que no puede vivir hasta el final del año escolar debido a su rápida revisa a demanda. La Sra. A S no presenta complicaciones relacionadas
pérdida de peso. El tratamiento del dolor no es un problema en este con la NPT, com o trombosis de la vía o infección, y su estado metabólico
momento. Sus familiares temen verla com o «se consum e hasta morir». es estable, de m odo que sólo requiere modificaciones leves de la
En una tomografía computarizada reciente se ha observado la prescripción de la NPT.
estabilidad relativa de la carga de tumor intraabdominal. El oncólogo Seis meses después, la Sra. A S mantiene un estado bastante bueno
y el equipo de cuidados paliativos de la Sra. AS han contactado con el y sigue en su casa, aunque tiene algo más de dolor y ha desarrollado
programa de nutrición parenteral total (NPT) domiciliaria. Los miembros edema. Su índice de Karnofsky es de 60. El profesional de enfermería
del equipo creen que es necesario aplicar nutrición parenteral porque paliativa local se entrevista con la paciente y su marido y deciden
no es posible utilizar su aparato digestivo debido a la enfermedad continuar su NPT, pero aceptan revisar esta decisión de forma continua.
obstructiva. El profesional de enfermería paliativa comunica esta información al
La Sra. AS fue evaluada por el equipo de soporte nutricional. equipo de soporte nutricional. La Sra. A S falleció por su enfermedad a los
Los resultados indicaron que era probable que la inanición y la 7 meses de iniciar la NPT.

para ofrecer una asistencia centrada en el paciente. Sin un ESN 9- Schneider P Nutrition support teams: An evidence-based practice. Nutr Clin
oficial, la excelencia en la nutrición se puede lograr mediante un Pract 2006;21:62-67.
personal comprometido que tenga experiencia en soporte nutri­ 10. Kaminski MV, Stolar MH. Parenteral hyperalimentation:A quality of care survey
and review. Am J Hosp Pharm 1974;31:228-235.
cional basado en estándares establecidos de asistencia y que cola­ 11. Nehme AE. Nutritional support of the hospitalized patient. JAMA
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PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Terapia ocupacional y fisioterapia I C A P Í T U L O 5 2 277

OBJETIVOS DE LA TERAPIA OCUPACIONAL


52 Y LA FISIOTERAPIA EN M E D IC IN A PALIATIVA

I
| CAPÍTULO

La TO y la FT en medicina paliativa adoptan un enfoque positivo


y amplían los servicios para maximizar la función, aumentar la
Terapia ocupacional y fisioterapia comodidad y garantizar la seguridad del paciente y del cuidador
mediante la educación4. La TO paliativa ayuda a los pacientes a
Denise L. Schilling y Pamela Dixon contribuir y lograr sus papeles ocupacionales preferidos en el
tiempo que les quede de vida5. La FT paliativa ayuda a mantener
la independencia mediante un análisis continuo de las capaci­
3 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos dades de los pacientes respecto a su entorno y objetivos perso­
nales6. La atención se centra en los puntos fuertes, habilidades
y objetivos, en lugar de en los puntos débiles y déficits, favore­
ciendo y facilitando la vida hasta el fallecimiento. Los tipos de
servicios pueden ser: tratamiento del dolor, tratamiento postural,
P U N T O S rehabilitación de la movilidad, formación en actividades de la
vida diaria para la conservación de la energía y seguridad, trata­
» El equipo sanitario debería estar informado sobre las capacidades profesio­
nales y la experiencia de los terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas.
miento de los riesgos sanitarios secundarios (como tratamiento
del edema y de las heridas), recomendaciones sobre equipamien­
» Los principales objetivos de los terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas
deberían debatirse con otros miembros del equipo de medicina paliativa.
tos, modificaciones domiciliarias y educación de los pacientes y
cuidadores.
> Se deberían identificar los modelos de práctica de la terapia ocupacional y
la fisioterapia en medicina paliativa.
» Los servicios paliativos de terapia ocupacional y fisioterapia tienen requisi­ M O DELO S DE APLICACIÓN DE SERVICIOS
tos de elegibilidad y de reembolso.
DE TERAPIA OCUPACIONAL Y DE FISIOTERAPIA
» La investigación y los recursos de terapia ocupacional y fisioterapia debe­
rían aumentarse en medicina paliativa. EN M E D IC IN A PALIATIVA
Los componentes clave para aplicar los servicios de forma satis­
factoria son una evaluación continua acoplada a una escucha com­
pasiva que facilite la comunicación entre paciente y terapeuta,
encaminada a lograr el desarrollo conjunto de unos objetivos fun­
cionales, realistas y valorados por el paciente. Los factores que se
tienen en cuenta para seleccionar un modelo apropiado de apli­
cación de los servicios son la situación médica del paciente, los
objetivos de éste y de la familia, el contexto práctico y las opcio­
nes de reembolso. Existen seis modelos para la aplicación del ser­
vicio de FT7:
La m u e rte n o e s la m ayor pérd id a q u e sufrim os e n la vida. La m ayor • Rehabilitación tradicional.
p é rd id a e s lo q u e m u e re e n n u e stro in te rio r m ientras estam os vivos. • «Rehabilitación light».
- NORMAN COUSINS • Rehabilitación inversa.
• Gestión de casos.
• Cuidados especializados.
• Cuidados de soporte.
DEFINICIÓN DE LA TERAPIA OCUPACIONAL Estos modelos también son aplicables a la aplicación del servi­
Y LA FISIOTERAPIA cio de TO. La rehabilitación tradicional y la rehabilitación light son
modelos médicos utilizados con frecuencia, que se basan en trata­
Los terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas son miembros fun­
mientos programados con regularidad; el segundo de ellos se lleva
damentales del equipo de medicina paliativa. Cuentan con una
a cabo con menos frecuencia y hace hincapié en un programa de
formación consistente en habilidades y conocimientos que favo­ ejercicio domiciliario. La gestión de casos es un modelo respal­
recen la independencia y aumentan la calidad de vida de todas
dado por Medicare en el que el servicio asistencial directo suele
las personas. Esta filosofía y conjunto de habilidades se aplican a
realizarse en el domicilio, centrado en la educación del cuidador, y
las personas vivas que solicitan rehabilitación y salud, así como a se efectúa de forma intermitente. El modelo de cuidados especiali­
los moribundos que tratan de mantener una función y dignidad
zados es menos frecuente, y en él los cuidadores no especializados
máximas hasta el final de su vida.
reciben formación para la aplicación de fisioterapia. Los cuidados
La terapia ocupacional (TO) se define como el uso terapéutico de soporte son más habituales en la asistencia proporcionada en
del autocuidado, trabajo, juego y actividades recreativas para
residencias para pacientes terminales, y el objetivo principal es la
incrementar la función independiente, aumentar el desarrollo y comodidad del paciente. La rehabilitación en el modelo inverso
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

evitar la discapacidad. La TO también puede ocuparse de la adap­


está diseñada para ocuparse de las necesidades de los pacientes
tación de la tarea o entorno para lograr la máxima independencia
cuya situación y habilidades presenten un deterioro progresivo, y
y aumentar la calidad de vida1. Los terapeutas ocupacionales son este modelo se asocia de un modo más íntimo con los cuidados
plenamente conscientes de que las personas tienen una necesidad
paliativos. En previsión del deterioro de la situación del paciente
vital de estar ocupadas2 y de que se les debería permitir y estimu­
se realiza una evaluación frecuente, los objetivos a corto plazo se
lar a participar en actividades deseadas y papeles en los que pue­
ocupan de cada nivel de deterioro y se enseñan nuevas habilida­
dan dar significado y calidad a su vida.
des o se reeducan las antiguas. El entrenamiento de la movilidad
La finalidad de los servicios de fisioterapia (FT) es evitar o en-
para cada nivel de deterioro puede llevarse a cabo en el siguiente
lentecer la progresión de las afecciones secundarias a lesiones,
orden:
enfermedades y otras causas3. La FT se ocupa de elaborar planes
centrados en la conservación, desarrollo y recuperación de una 1. Entrenamiento de la marcha sin dispositivos de ayuda.
función física óptima. 2. Uso de un dispositivo de ayuda (p. ej., muleta, andador).

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278 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

3. Uso de una silla de ruedas manual. investigación no sólo contribuirá a realizar una práctica basada
4. Uso de una silla de ruedas a motor. en la evidencia, sino que será útil para reclamar una mayor dis­
5. Movilidad en la cama. ponibilidad y posibilidad de sufragar los servicios de TO y FT en
medicina paliativa.
Aunque la rehabilitación en el modelo inverso puede utilizarse
con más frecuencia en medicina paliativa, cualquiera de los seis
modelos es apropiado. Los componentes clave de una aplicación
satisfactoria de los servicios (con independencia del modelo esco­ CONCLUSIONES
gido) son la evaluación continua, la comunicación del equipo, la Los terapeutas ocupacionales y los fisioterapeutas, como miem­
escucha compasiva de las necesidades de pacientes y cuidadores bros del equipo interdisciplinario de medicina paliativa, ayudan
y el desarrollo de objetivos realistas determinados por el paciente a estimular y mantener las actividades que valora el paciente y
y acordados en conjunto. que contribuyen a su independencia y calidad de vida. El cumpli­
miento de estas tareas, que parecía imposible, puede significar la
diferencia entre pasar los días sin más o sentirse realmente vivo.
REEMBOLSO DE LOS SERVICIOS DE TERAPIA Todos los seres humanos moriremos algún día. Los terapeutas pro­
OCUPACIONAL Y DE FISIOTERAPIA porcionan la ayuda necesaria para vivir cada día con el máximo
potencial.
EN M E D IC IN A PALIATIVA
Una preocupación que suele surgir respecto a la derivación y la
aplicación de los servicios de TO y FT es el reembolso. Los ser­ B I B L I O G R A F Í A
vicios tradicionales y de rehabilitación light se reembolsan como 1. American Occupational Therapy Association. Available at http://www.aota.org
intervenciones especializadas. En el modelo de gestión de casos, (accessed April 2008).
los servicios de TO y FT están cubiertos por el subsidio de resi­ 2. Reilly M. Occupational therapy can be one of the great ideas of 20th century
dencias de enfermos terminales de Medicare (Estados Unidos). La medicine.AmJ OccupTher 1962;16:1-9-
TO y la FT pueden utilizarse un día a la semana y reembolsarse en 3- American Physical Therapy Association, http://www.apta.org (accessed April
2008).
lugar de una visita de enfermería. La educación de los familiares 4. Prizzi MA, Briggs R. Occupational and physical therapy in hospice. Topics
puede disminuir la necesidad de ayudas sanitarias a domicilio, lo Geriatr Rehabil 2004;20:120-130.
que supone un ahorro a largo plazo para el paciente y la asegu­ 5. MarcilWM.The hospice nurse and occupational therapist: A marriage of expe­
radora8. El modelo de cuidados especializados de aplicación del dience. Home Health Care Manage Pract 2006;19:26-30.
6. Robinson D.The contribution of physiotherapy to palliative care. Eur J Palliat
servicio puede reembolsarse según las directrices de salud domi­ Care 2000;7:95-98.
ciliaria de Medicare. Los servicios de TO y FT de soporte también 7. Briggs R. Models for physical therapy practice in palliative medicine. Rehabil
están cubiertos por el subsidio para residencias de pacientes ter­ Oncol 2000;18:18-21.
minales de día en Estados Unidos. 8. Reis E. A special place: Physical therapy hospice and palliative care. PT
Magazine 2007;March:42-47.
9- Hasselkuss B. Death in very old age: A personal journey of caring. Am J Occup
Ther 1993;47:717-723-
PRÁCTICA BA SA D A EN LA EVIDENCIA 10. Prochnau C, Luí L, Boman J. Personal-professional connections in palliative
care occupational therapy.Am J OccupTher 2003;57:196-204.
La TO y la FT son relativamente nuevas en medicina paliativa, y 11. Rahlman H.Journey of providing care in hospice: Perspectives of occupational
la investigación al respecto es escasa. Muchos estudios son cuali­ therapists. Qual Health Res 2000;10:806-818.
tativos y se centran en las experiencias y puntos de vista de los 12. Mackey KM, Sparling JW. Experiences of older women with cancer receiving
hospice care: Significance for physical therapy. Phys Ther 2000;80:459-468.
terapeutas referentes a los cuidados paliativos911. En un estudio 13- Bye R.When client’s are dying: Occupational therapy perspectives. OccupTher
cualitativo realizado con un único paciente12 y en un pequeño J Res 1998;18:3-24.
estudio cualitativo llevado a cabo con 10 pacientes13 se han estu­ 14. Abrahm JL. Update in palliative medicine and end-of-life care.Annu Rev Med
diado los resultados de los enfermos y se ha determinado que los 2003;54:53-72.
15. McMillian CM, Dundee JW.The role of transcutaneous electrical stimulation
pacientes valoraban la mejora de las relaciones sociales y de la of Neiguan anti-emetic acupuncture point in controlling sickness after cancer
calidad de vida, en lugar de los valores tradicionales, como la inde­ chemotherapy. Physiotherapy 1991;77:499-502.
pendencia o la rehabilitación. 16. Morrow GR, Morrell C. Behavioral treatment for the anticipatory nausea and
El dolor es una de las afecciones más discapacitantes de las vomiting induced by cancer chemotherapy. N EnglJ Med 1982;307:1476-1480.
que se ocupa la medicina paliativa14. Los terapeutas ocupacio- 17. Redd WH, Andrykowski MA. Behavioral intervention in cancer treat­
ment: Controlling aversion reactions to chemotherapy. J Consult Psychol
nales y los fisioterapeutas cuentan con formación en varias téc­ 1982;50:1018-1029-
nicas para evaluar y tratar el dolor, como el masaje y las estrategias 18. Yoshioka H. Rehabilitation for the terminal cancer patient. Am J Phys Med
de relajación, y con modalidades como la estimulación nerviosa Rehabil 1994;73:199-206.
eléctrica transcutánea (TENS). El entrenamiento en relajación y la 19. Marciniak CM, Sliwa J, Spill G, et al. Functional outcome following rehabilita­
tion of the cancer patient.Arch Phys Med Rehabil 1996;77:54-57.
TENS ayudan a los pacientes con las náuseas y los vómitos induci­ 20. Cole RP, Scialla SJ, Bednarz L. Functional recovery in cancer rehabilitation. Arch
dos por la quimioterapia15'17. Phys Med Rehabil 2000;81:623-627.
En tres estudios observacionales18-20 y en un pequeño estudio
cualitativo12 se han estudiado las necesidades de FT en cuidados
paliativos. En dos de los tres estudios observacionales se emplea­ L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
ron componentes de la escala FIM (acrónimo inglés de Medición
de Independencia Funcional)19,20. Ambos estudios han demos­ Frost M. The role of physical, occupational, and speech therapy
trado que los servicios de estas terapias mejoraron las puntuacio­ in hospice: Patient empowerment. Am J Hosp Palliat Care
nes motoras de la FIM. En el tercer estudio se utilizó el índice de 2001;18:397-402.
Barthel18. Los pacientes de este estudio también presentaron una Marcil W.The hospice nurse and occupational therapist: A marriage
mejoría de las puntuaciones tras la terapia. of expedience. Home Health Care Manage Pract 2006;19:26-30.
Los terapeutas ocupacionales y los fisioterapeutas necesitan Santiago-Palma J, Payne R. Palliative care and rehabilitation.
ampliar estos conocimientos, limitados pero prometedores. La Cancer 2001;92:1919-1925.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Logopedia I C A P Í T U L O 5 3 279

I
Cuadro 53-1 Funciones y responsabilidades
CAPÍTULO
53 de los logopedas
Evaluación de las habilidades:
Logopedia Lenguaje.
Habilidades cognitivo-lingüísticas.
Inteligibilidad del habla.
Voz.
Seguridad de la deglución.
Desarrollo de una mayor probabilidad de compensación de los
3 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
déficits.
Educación de los cuidadores, familia y equipo médico.
Rehabilitación en la medida de lo posible.

P U N T O S
» El logopeda es un experto en la evaluación y tratamiento de múltiples
aspectos de los trastornos de la comunicación y la deglución.
» La comunicación es un proceso complejo y con múltiples modalidades que
puede sufrir alteraciones por muchas causas. categorías más amplias de la clasificación de las afasias las divi­
» Incluso los trastornos sutiles del habla, el lenguaje y las funciones cognitivo- den en los tipos expresivo y receptivo. Cada uno se asocia a unos
lingüísticas pueden resultar devastadores para los pacientes y las familias. déficits predecibles, aunque puede haber variaciones muy amplias
» La disfagia tiene un impacto considerable sobre los cuidados y la calidad de entre las personas afectadas.
vida. Los objetivos asistenciales deberían orientar la evaluación y el trata­
miento de la deglución.
> Se necesitan investigaciones en las áreas de evaluación y eficacia del trata­ Afasia expresiva
miento en todos los aspectos de las enfermedades del habla y el lenguaje.
En los pacientes con afasia expresiva la producción del lenguaje
es titubeante y utilizan muchas palabras funcionales (nombres o
verbos), y los pacientes realizan un esfuerzo visible cuando inten­
tan pronunciar la palabra deseada. La escritura suele sufrir una
alteración similar, por lo que no puede utilizarse como un susti­
tuto satisfactorio para el habla. La presión temporal y los mensajes
emocionales incrementan la dificultad. La comprensión y la adver­
tencia de los errores suelen ser buenas, incluso aunque la expre­
El logopeda es un especialista que se ocupa de las necesidades de sión se vea muy afectada. Esto potencia la frustración, porque el
la comunicación y la deglución durante toda la vida1. En Estados paciente puede ser consciente de un error mientras la familia le
Unidos, la mayoría de los logopedas tienen una licencia estatal urge a «decirlo bien». Dado que la repetición puede estar alterada,
para ejercer y un certificado de competencia clínica proporcio­ los intentos bienintencionados de los cuidadores para modelar
nado por la American-Speech-Language-Hearing Association, pero las palabras que pretenden que los pacientes repitan causan
algunos logopedas que trabajan en los sistemas escolares no nece­ frustración.
sitan la licencia. La formación de los logopedas les proporciona
una formación adecuada para tener experiencia con todas las
poblaciones de pacientes (cuadro 53-1). Tras una formación pos­ Afasia receptiva
bachillerato, se obtiene un grado de máster para la práctica clínica. La mayor alteración de la afasia receptiva es la comprensión audi­
Además de los trabajos académicos, la educación de grado máster tiva, que reduce la comprensión por los demás, además de alte­
consta de prácticas clínicas supervisadas. Todos los candidatos rar el conocimiento que tiene el paciente de sus propios errores
deben aprobar un examen por un comité nacional, tras lo que han en la producción del lenguaje. El habla suele ser fluida, con pocos
de completar un año de especialización clínica antes de recibir el signos de esfuerzo. Por desgracia, la producción suele consistir en
certificado de competencia clínica. Los trabajos escolares que les palabras poco funcionales (p. ej., «la cosa», «el lugar») y pocos nom­
permiten lograr el grado doctoral les preparan para una carrera bres concretos. El paciente puede hacer sonidos y sustituciones
de investigación2. Debido al amplio ámbito de su práctica, muchos de palabras, con lo que el habla parece confusa. A semejanza de la
profesionales adquieren habilidades clínicas especializadas en afasia expresiva, la repetición puede estar alterada, y la escritura
algunas poblaciones o trastornos. Esto puede llevarse a cabo en el refleja la producción del habla. Esto puede causar una gran frus­
contexto laboral, con cursos de formación continuada o con una tración al cuidador, porque es difícil ofrecer mensajes al paciente,
experiencia académica diseñada de forma específica. al igual que comprender los mensajes que éste trata de enviar. Los
pacientes se frustran porque no pueden advertir que su mensaje
TRASTORNOS DEL LENGUAJE no se ha recibido.
Si existe confusión en las respuestas de tipo s í o no, persevera-
Los trastornos del lenguaje pueden deberse a un retraso del de­ ción de las palabras o las conductas, o fluctuaciones de concentra­
sarrollo o adquirirse después de un desarrollo normal. Existen ción, estas dificultades de comunicación aumentan, lo que agrava
numerosas causas de los trastornos adquiridos del lenguaje, como el aislamiento social y la frustración. Cuando es esencial lograr una
ELSEVIER. Fotocopiar six

ictus, tumor, efectos de la radiación, trastornos neurológicos dege­ comunicación apropiada para la toma de decisiones y establecer
nerativos, hipoxia y lesión cerebral traumática3. Un deterioro del los objetivos asistenciales, los pacientes y las familias se encuen­
lenguaje, incluso leve, puede causar una alteración devastadora tran en un círculo vicioso de incomprensión y estrés por la inca­
de la comunicación. El objetivo del logopeda es reducir la frus­ pacidad de comunicarse.
tración a la vez que se maximiza la comunicación. La afasia es En estas situaciones, el logopeda puede evaluar el perfil del
un trastorno adquirido de la representación simbólica del len­ lenguaje del paciente y formar a los cuidadores en técnicas que
guaje, con problemas en lectura, escritura, escucha y habla. Las tengan las mayores probabilidades de éxito comunicativo. En las
áreas del cerebro lesionadas determinan el perfil del déficit. Las alteraciones graves del lenguaje, los remedios pueden ser limitados,

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280 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

pero aún son esenciales para satisfacer las necesidades diarias. ni dejarle que se administre fármacos, conduzca, trabaje o cuide
Incluso la comunicación más básica (una respuesta fiable de sí de niños. En estos casos, el logopeda puede evaluar el perfil del
o no) puede facilitar la comunicación del paciente sobre lo que déficit y ayudar de varias formas:
quiere y necesita. El logopeda puede ofrecer una información
valiosa sobre los déficits al equipo médico y los cuidadores, lo • Ayudar al equipo médico a coordinar un plan de alta seguro.
que supone una ayuda en los debates sobre los objetivos asis­ • Ayudar a los familiares a comprender lo que están viendo y
tenciales. Este perfil también puede ayudar a otros profesionales sus implicaciones para el futuro, porque las reducciones de
que evalúen la competencia del paciente para tomar decisiones. las habilidades cognitivo-lingüísticas pueden ser amenazadoras
En los casos donde se considere posible un remedio puede dise­ para los cuidadores.
ñarse y aplicarse un programa de rehabilitación, a menos que una • Sugerir estrategias de compensación, como cuadernos para ano­
esperanza de vida limitada haga que sea poco práctico (v. «Caso tar los números de teléfono relevantes o calendarios para man­
práctico: Papel del logopeda en cuidados paliativos»). tener la orientación.

TRASTORNOS DE LAS HABILIDADES TRASTORNOS DE LA PRODUCCIÓN DEL HABLA


COGNITIVO-LINGÜÍSTICAS Y LA VOZ

Los trastornos de la cognición alteran la comunicación. Las difi­ Una mala articulación, las alteraciones anatómicas o las dificulta­
cultades habituales son la reducción de la introspección, orienta­ des respiratorias pueden evitar que se envíen los mensajes con
ción, memoria, atención y concentración (v. «Errores frecuentes»). éxito. Las habilidades cognitivo-lingüísticas pueden considerar­
El paciente también puede tener una afectación del pensamiento se de forma negativa debido a una reducción de la claridad del
concreto, pocas habilidades de resolución de problemas e impul­ habla5. La gravedad puede requerir que el logopeda evalúe la
sividad. Las dificultades en estas áreas suponen unas barreras necesidad de un dispositivo que aumente o ayude la comunica­
significativas para lograr una asistencia apropiada y para tomar ción. Los ventiladores plantean dificultades especiales. Un tubo
decisiones sobre la fase final de la vida4. Cuando estos déficits son endotraqueal oral altera gravemente la articulación e impide ha­
sutiles o si el resto de la conducta del paciente es apropiada desde blar. Si una persona depende de un ventilador durante un tiempo
el punto de vista social, puede ser difícil detectar los déficits prolongado, se le suele practicar una traqueostomía. El logopeda
cognitivo-lingüísticos hasta que surge un problema. A menudo puede entrenarla para usar un dispositivo de ayuda, como una
no es seguro dejar solo en casa a un paciente que parece normal, válvula parlante de traqueostomía o una laringe electrónica, para
poder hablar.
Los pacientes laringectomizados se enfrentan a dificultades si­
milares a las de los pacientes traqueostomizados. De forma preo­
peratoria, el logopeda evalúa las habilidades del lenguaje, res­
ponde preguntas sobre los cambios de la comunicación y elabora
un plan de comunicación a largo plazo. Justo después de la ciru­
gía, el paciente puede necesitar una pizarra para comunicarse.
■ c a s o p r á c t i c o Después, a medida que se produce la cicatrización, se le puede
entrenar para utilizar la voz esofágica, utilizar una laringe elec­
trónica o emplear una prótesis vocal con una punción transeso-
P a p e l d e l lo g o p e d a e n c u id a d o s p a lia t iv o s
fágjca. Ésta se realiza mediante una intervención quirúrgica, que
BW era una mujer de 79 años con antecedentes de hipertensión y crea una comunicación entre la tráquea y el esófago para permitir
cáncer de pulm ón metastásico que sufrió un ictus en el hospital. El ictus la derivación de aire al esófago durante la espiración6,7. El proce­
le dejó unos déficits profundos en el lenguaje y una parálisis derecha. Al
dimiento suele realizarse en el momento de la laringectomía, pero
principio sólo pronunciaba una palabra: baño. A m enudo pronunciaba
puede efectuarse después. El logopeda trabaja junto al otorrino-
laringólogo para adaptar la prótesis vocal y después entrena al
esta palabra, fruncía el ceño y lo intentaba de nuevo sin éxito. Su
paciente para realizar la derivación de aire con el fin de lograr la
familia intentaba corregir su habla. Le enseñaban libros de imágenes
producción de voz.
e intentaban sin lograrlo que repitiese las palabras que le decían. La
paciente se mostraba frustrada, dando golpes y llorando. Debido a estas
conductas, la familia consideró que no podrían cuidar de ella una vez
que le diesen de alta.
La evaluación realizada por un logopeda reveló una buena
comprensión de las preguntas y las órdenes sencillas. El uso de gestos
con la cabeza para decir sí o no permitió que la paciente contestase
preguntas sobre sus deseos y necesidades inmediatas. Se educó a la
Errores frecuentes
familia sobre el tipo de problemas que presentaba la paciente y cóm o
formular preguntas para obtener una respuesta de sí o no, en lugar de Subestim ar la frustración y el aislamiento social que experim enta
utilizar un formato abierto. El logopeda trabajó con la paciente y sus una p ersona c uando la com unicación se altera.
cuidadores durante las actividades de la vida diaria y pudo hacer varias Subestim ar la com prensión global (p. ej., alguien co n una
sugerencias prácticas para mejorar el éxito comunicativo. El tratamiento alteración grave del lenguaje p uede captar la idea general de lo q ue
se dice).
duró unos 5 días.
Asumir q u e u na persona cuya conducta e s adecuada desde el p unto
Después de que la paciente y su familia comenzasen a practicar las
d e vista social tiene unas habilidades cognitivo-lingüísticas intactas.
técnicas prescritas, la conducta de dar golpes cesó. La paciente aún
Evaluar la c ognición o la com petencia lingüística p o r la claridad del
lloraba cuando se frustraba, pero la familia podía aceptar esta conducta,
y aceptaron llevarla a casa. La paciente pasó un tiempo en una Asumir q u e n o se p uede hacer n ada p ara m ejorar la seguridad d e la
residencia para enfermos terminales y luego fue cuidada en casa por los ingesta oral e n los casos d e disfagia.
familiares hasta su fallecimiento unas 8 semanas después.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Logopedia I C A P Í T U L O 5 3 281

TRASTORNOS DE LA DEGLUCIÓN AVANCES Y OPORTUNIDADES


Un aspecto principal de las responsabilidades de los logopedas DE INVESTIGACIÓN
consiste en la evaluación y tratamiento de los trastornos de la
deglución8-12. Los pacientes y las familias experimentan una gran Participación de los logopedas en los cuidados
angustia cuando se altera la seguridad de la deglución. Aunque el paliativos
riesgo más grave de compromiso de la vía respiratoria es la obs­
trucción, el riesgo de aspiración y la neumonía hacen que se plan­ Por lo general, los casos de enfermedades del habla y el lenguaje
teen los medios alternativos de administración de nutrición. Estas pocas veces han incluido pacientes de residencias para enfer­
decisiones no deberían tomarse sin una evaluación exhaustiva mos terminales y de medicina paliativa. A medida que aumenta
de la deglución y sin consultar al logopeda sobre las recomenda­ la concienciación sobre la relevancia de la comunicación y las
ciones para unos procedimientos alimenticios prácticos y segu­ decisiones sobre la deglución en la fase final de la vida, cada vez
ros. La evaluación inicial de la deglución debería llevarse a cabo se recurre más a los logopedas13-15. Una formación especiali­
por el logopeda a la cabecera del paciente. Esto es esencial para zada prepara a los logopedas para ejercer las funciones de con­
comprender los problemas observados. Si está indicado, puede sultor, educador y coordinador de la comunicación. Esto puede
seguirse de una evaluación instrumental de los mecanismos de parecer distanciarse del camino tradicional de tratamiento de
deglución y de protección de la vía respiratoria. rehabilitación, pero el logopeda siempre ha ejercido estas funcio­
El estudio videofluoroscópico mediante un tránsito baritado nes. Sin embargo, en cuidados paliativos, la limitada esperanza de
modificado puede llevarse a cabo p or un logopeda y un radiólogo vida y la financiación de las residencias para enfermos terminales
en la mayoría de los casos. Se trata de una identificación dinámica han provocado la infrautilización de los logopedas. A medida que
de los puntos de alteración de la protección de la vía respirato­ se presta más atención a la calidad de vida, las funciones consul­
ria al comer o beber, así como de la eficacia de las técnicas com­ tiva y educativa del logopeda para mejorar la comunicación fun­
pensadoras para maximizar la seguridad al comer. Se trata de una cional global y la seguridad de la deglución están aumentando en
herramienta útil para evaluar la seguridad al comer y no debería popularidad.
solicitarse sólo para «buscar signos de aspiración».
Otra evaluación instrumental de la disfagia es la evaluación
fibroendoscópica de la deglución, en la que se introduce un naso- Medicina basada en la evidencia
faringolaringoscopio por vía nasal hasta la parte superior de la Existen distintos diseños de los estudios, y la mayoría de los que
faringe, con el fin de evaluar la penetración en la vía respirato­ aparecen en la literatura médica son publicaciones de casos ais­
ria y la presencia de residuo faríngeo después de la deglución. lados, estudios de casos-controles y estudios de cohortes16-20.
El logopeda debe contar con la formación adecuada para reali­ Hay pocos ensayos clínicos aleatorizados y controlados, pero se
zar el procedimiento y debe colaborar con un médico. Otras for­ han publicado algunos en la bibliografía sobre afasia y disartria.
mas menos frecuentes de evaluación instrumental de la disfagia Una revisión de 1996 sobre la eficacia del tratamiento de la afa­
son la manometría faríngea, la manofluorografía, la ecografía y la sia sugiere que «para los pacientes que sufren afasia por un único
gammagrafía. ictus tromboembólico hemisférico izquierdo y que se someten
Cuando existen dificultades con la deglución, puede creerse a tratamiento logopédico al menos 3 horas a la semana durante
que no se puede hacer nada para mejorar la situación y que el 5 meses, la mejora es mucho mayor que en las personas con afasia
único recurso es la alimentación por sonda. La seguridad de la que no reciben tratamiento»17. Asimismo, un estudio similar de la
deglución a m enudo puede mejorarse mediante cambios de la tex­ eficacia terapéutica para la disartria en 1996 observó que «pue­
tura o presentación de la dieta, control de su frecuencia o den obtenerse cambios considerables en el habla muchos años
maniobras posturales. El logopeda es de un valor incalculable después del inicio de una lesión cerebral traumática»18. Otros
para el equipo médico como experto que realiza una evaluación apuntan a que la intensidad del tratamiento tiene mayor benefi­
exhaustiva, traduce los resultados en recomendaciones prácticas cio que la duración. Una dificultad para realizar ensayos clínicos
y forma a los cuidadores. Esto es fundamental para las personas bien estructurados es la heterogeneidad de los perfiles deficitarios
en fase terminal, pues los alimentos tienen un gran simbolismo entre los pacientes, incluso entre los que tienen causas frecuentes.
con la satisfacción y los cuidados. A menudo, comer es el último El tratamiento de pacientes aislados ha surgido como método para
placer que le queda a una persona, y el éxito incluso con peque­ evaluar la magnitud del efecto terapéutico, y ofrece un método
ñas cantidades de comida o bebida puede aumentar la calidad para comparar las estrategias terapéuticas que se dirigen a proce­
de vida. sos específicos. A medida que la comprensión de los resultados de
Debido a que la población de medicina paliativa tiene los tratamientos en pacientes aislados aumente, el cálculo rutina­
muchos diagnósticos y pronósticos, el logopeda puede diseñar rio de la magnitud de los efectos ayudará a recomendar prácticas
planes de deglución segura para los pacientes, junto con un basadas en la evidencia.
continuum desde la anticipación de los cuidados y la recupe­ Existen muchas oportunidades para llevar a cabo investigaciones:
ración hasta los cuidados terminales. Los planes de tratamiento
son individualizados y pueden consistir en un tratamiento con • Eficacia de las técnicas terapéuticas para mejorar las habilida­
intento de rehabilitación o compensación de déficits fijos. El des del lenguaje y la claridad del habla.
logopeda debería trabajar junto al equipo de tratamiento médico • Optimización de la duración e intensidad del tratamiento.
para tomar las decisiones sobre la deglución. Esto incluye com­ • Generalización del tratamiento de la afasia.
partir la información médica sobre la longevidad y los objetivos • Iniciación en el momento oportuno del tratamiento para todas
asistenciales con el logopeda antes de que se realice la evalua­ las enfermedades.
ción inicial sobre la deglución. En última instancia, la decisión • Rentabilidad.
sobre si se continúa o no la nutrición oral es de tipo médico, • Estudios epidemiológicos sobre la disfagia.
pero al consultar con un logopeda sobre la disfagia se deberían • Estudios longitudinales sobre la intervención en disfagia.
solicitar las recomendaciones más conservadoras y con más • Estudios de mejora de calidad de vida tras las intervenciones
posibilidad de éxito para lograr la seguridad al comer. Esta estra­ en comunicación y deglución.
tegia puede ofrecer información práctica y ayudar a afrontar la • Estudios longitudinales de las nuevas intervenciones.
situación cuando el cuidador informa de una «incapacidad para • Consideraciones culturales para la planificación del tra­
deglutir». tamiento.

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282 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

C O N C L U S IO N E S
El papel del logopeda consiste en trabajar con el paciente, la fami­ | CAPÍTULO 54
lia, el médico, la enfermera, los profesionales asociados al campo
sanitario y otras personas o miembros de colectivos que interac-
túen con el paciente para maximizar el éxito de la comunicación y Psiquiatras y psicólogos clínicos
de una deglución segura. Una asistencia apropiada en el ámbito de
las enfermedades avanzadas debe tener en cuenta la previsión de Ursula Bates y Kevin Malone
longevidad, la resistencia del paciente y, en algunos casos, la finan­
ciación de las residencias para enfermos terminales. Esta estrategia
supone un cambio de los objetivos tradicionales, que se dirigen
D2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
sobre todo a la restauración funcional, para hacer un mayor énfasis
en la compensación y la formación de los cuidadores. Los logo-
pedas, como expertos en la comunicación y la deglución durante
toda la vida, proporcionan una información valiosa sobre el trata­
miento de los pacientes. Mediante la evaluación de los problemas,
la educación del equipo médico y las familias, así como con los P U N T O S
consejos sobre las técnicas compensadoras para las áreas alteradas, » La psiquiatría y la psicología clínica tienen papeles destacados en la medi­
los logopedas pueden aumentar la calidad de vida de los pacientes cina paliativa.
de residencias para enfermos terminales y de medicina paliativa. > Los problemas de salud mental están infradiagnosticados y siguen sin recibir
tratamiento en medicina paliativa.
B I B L I O G R A F Í A > Los pacientes que sufren una angustia significativa se tratan mejor mediante
una combinación de fármacos, terapia psicológica y gestión del medio.
1. American Speech-Language-Hearing Association. Scope of Practice in Speech-
Language Pathology. Rockville, MD: American Speech-Language-Hearing » La resiliencia y el apoyo de la dignidad pueden proteger contra la angustia
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The master’s degree. Folia Phoniatr Logop 2006;58:55-58. gicas y psicofarmacológicas en medicina paliativa.
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hospice patients. Int J Lang Commun Disord 1998;33(Suppl):96-101.
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Judgments by doctors and speech and language therapists. Disabil Rehabil
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Otolaryngol Clin North Am 2004;37:655-677.
7. Perry AR, Shaw MA, Cotton S.An evaluation of functional outcomes (speech,
Las directrices de la National Cancer Comprehensive Network
swallowing) in patients attending speech pathology after head and neck (NCCN) sobre el tratamiento de la angustia1 recomiendan el uso
cancer treatment(s): Results and analysis at 12 months post-intervention. de la palabra angustia en el contexto de la asistencia psicosocial
J Laryngol Otol 2003;117:368-381. porque es menos estigmatizante y más susceptible de definirse
8. Langmore SE. Issues in the management of dysphagia. Folia Phoniatr Logop y de ser utilizada por el propio paciente que otros términos. La
1999;51:220-230.
9. Langmore SE,Terpenning MS, Schork A, et al. Predictors of aspiration pneumo­ angustia se define como una experiencia emocional desagradable
nia: How important Ls dysphagia?. Dysphagia 1998;13:69-81. y multifactorial de naturaleza psicológica (p. ej., cognitiva, con-
10. Logemann JA. Evaluation and Treatment of Swallowing Disorders, 2nd ed. ductual, emocional), social o espiritual que puede interferir con
Austin,TX: Pro-Ed, 1998. la capacidad de afrontar de forma eficaz el cáncer, sus síntomas
11. Martin-Harris B, Logemann JA, McMahon S, et al. Clinical utility of the modified
barium swallow. Dysphagia 2000;15:136-141.
físicos y su tratamiento.
12. Robbins J, Langmore S, Hind JA, Erlichman M. Special report: Dysphagia La angustia oscila desde unos sentimientos habituales de vul­
research in the 21st century and beyond. Proceedings from the Dysphagia nerabilidad, tristeza y miedo a sufrir problemas estigmatizantes,
Experts Meeting,August 21,2001.J Rehabil Res Dev 2001;39:543-547. como depresión, ansiedad, pánico, aislamiento social y crisis exis-
13- Eckman S, Roe J. Speech and language therapists in palliative care: What do we tencial y espiritual1. En la última década, nuestros conocimien­
have to offer? Int J Palliat Nurs 2005;11:179-181.
14. Salt N, Davies S,Wilkinson S. Communication.The contribution of speech and
tos sobre las respuestas psicológicas a la enfermedad desde la
language therapy to palliative care. Eur J Palliat Care 1999;6:126-129. perspectiva de la psicooncología, combinados con los avances
15. Pollens R. Role of the speech-language pathologist in palliative hospice care. médicos y la mayor supervivencia, han centrado la atención en la
J Palliat Med 2004;7:694-702. calidad de vida. Durante una enfermedad, puede que sea preciso
16. Beeson PM, Robey RR. Evaluating single-subject treatment research: Lessons aplicar intervenciones en varios puntos: diagnóstico, tratamiento,
learned from the aphasia literature. Neuropsychol Rev 2006;16:161-169.
17. Holland AL, Fromm DS, DeRuyter F, Stein M. Treatment efficacy: Aphasia. recidiva y final de la vida. La transición a cuidados paliativos es
J Speech Hear Res 1996;39:S27-S36. un ajuste significativo para los pacientes y sus familias. Aunque
18. Yorkston KM. Treatment efficacy: Dysarthria. J Speech Hear Res es un proceso angustioso, también es una oportunidad para parti­
1996;39:S46-S57. cipar en la pérdida anticipada y en la conclusión de los cuidados.
19- Miller RM, Langmore SE.Treatment efficacy for adults with oropharyngeal dys-
phagia.Arch Phys Med Rehabil 1994;75:1256-1262.
Las necesidades psicosociales de los pacientes paliativos son com­
20. Thompson CK. Single subject controlled experiments in aphasia: The science plejas y pueden requerir la evaluación e intervención de muchas
and the state of the science. J Commun Disord 2006;39:266-291. disciplinas. «La derivación a los profesionales sanitarios con habi­
lidades especializadas en el tratamiento psicológico y psiquiátrico
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
apropiado en función de la edad se realiza cuando sea apropiado
(p. ej., psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales). Los factores
Fox A, PringT.The cognitive competence of speakers with acqui­ de comorbilidad psiquiátrica identificados en la familia y los cui­
red dysarthria: Judgments by doctors and speech and language dadores se derivan para su tratamiento.»2
therapists. Disabil Rehabil 2005;27:1399-1403. La psiquiatría de enlace ha sido una parte integrante de un
Pollens R. Role of the speech-language pathologist in palliative enfoque multidisciplinario desde los comienzos de los cuidados
hospice care.J Palliat Med 2004;7:694-702. paliativos. Los psicólogos clínicos se están convirtiendo en una
Salt N, Robertson SJ. A hidden client group? Communication parte de los servicios terminales integrales. Con la expansión de
impairment in hospice patients. Int J Lang Commun Disord los servicios de cuidados paliativos en los hospitales para agudos
1998;33(Suppl):96-101.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Psiquiatras y p sicólogos clínicos I C A P Í T U L O 5 4 283

y en la comunidad, la población de pacientes cada vez incluye Psicología clínica


más a aquellos con necesidades especiales, problemas previos
de salud mental, discapacidades del aprendizaje y traumas. Todos La psicología como disciplina debe dirigirse a reducir la angustia
ellos pueden beneficiarse de los servicios especializados. La psico­ psicológica y a favorecer el bienestar psicológico. Las evaluacio­
logía clínica y la psiquiatría desempeñan funciones esenciales en nes psicológicas en cuidados paliativos constan de la evaluación de
nuestra comprensión y tratamiento de los pacientes de cuidados las reacciones a la enfermedad, los niveles de ansiedad y depresión,
paliativos. la tristeza y las estrategias de afrontamiento, el funcionamiento
El National Institute for Clinical Excellence3 (NICE), en su cognitivo y las preocupaciones existenciales. La evaluación psico­
documento de 2004 «Mejora de los cuidados paliativos y de lógica exhaustiva abarca la consideración de la salud mental y de
soporte para los adultos con cáncer», basó su recomendación las estrategias de afrontamiento de la familia y los cuidadores. Los
para la inclusión de los servicios de psiquiatría y psicología psicólogos clínicos conocen los modelos teóricos complejos, las
clínica en la gravedad de la angustia, las necesidades no identi­ perspectivas de desarrollo y las habilidades de desarrollo organi­
ficadas de salud mental, la subestimación de los beneficios de zativo que mejoran la asistencia terminal de los pacientes y del
los tratamientos psicológicos y farmacológicos y las necesidades personal10 (cuadros 54-4 y 54-5).
de los pacientes con problemas psicológicos previos o activos Debido a que la mayoría de los pacientes de cuidados palia­
(cuadro 54-1). tivos son mayores de 65 años, es beneficioso contar con conoci­
Colin Murray Parkes, Elizabeth Kübler-Ross, Jimmie Holland, mientos sobre evaluación psicológica geriátrica. La evaluación
Davis Kissane y otros autores han contribuido de forma signifi­ requiere prestar atención a las causas físicas de los síntomas, los
cativa al desarrollo de los cuidados psicosociales en oncología
y cuidados paliativos. El desarrollo de la psiquiatría de enlace
en cuidados paliativos comenzó en la década de 1970 y sigue
siendo el modelo recomendado de mejor práctica. «Allí donde se
requiera un tratamiento de salud mental especializado, es mejor Cuadro 54-2 Funciones genéricas de psiquiatras
si se aplica por un servicio de psiquiatría de enlace, que debería y psicólogos clínicos
constar de personal de enfermería de enlace, psicólogos clínicos • Evaluación y tratam iento d el paciente.
y trabajadores sociales, además de psiquiatras consultores y en • Evaluación y tratam iento d e los cuidadores y la familia.
formación.»4 • Consultas y resolución d el estrés d el personal.
La psicología clínica contribuyó a la asistencia de los pacien­ • D ocencia y formación.
tes con enfermedades médicas en atención primaria y en los • Investigación y auditorías clínicas.
hospitales generales de enfermos agudos5. Las intervenciones • Abogar p o r políticas apropiadas.
psicológicas consisten en entrenamiento de relajación, con­
trol del estrés y el dolor, terapia individual para la ansiedad y
la depresión y psicoterapia familiar y de grupo. Estas interven­
ciones mejoran la satisfacción del paciente, reducen el estrés,
aumentan el cumplimiento del tratamiento médico y mejoran
la sensación de control de los pacientes. La experiencia psico­
lógica6 debería considerarse un componente central de la asis­ Cuadro 54-3 Intervenciones psicológicas
tencia psicosocial. y psiquiátricas genéricas
Establecer u n a relación q u e reduzca la sensación de aislamiento en
A N G USTIA PSICOLÓGICA EN C U IDADO S las enferm edades terminales.
Ayudar a los pacientes a afrontar su experiencia.
PALIATIVOS Ayudar a los pacientes a encontrar el lenguaje p ara expresar su
Un 10-50% de los pacientes de cuidados paliativos sufren un grado experiencia m ediante palabras, poesía, relatos e imágenes.
significativo de ansiedad y depresión. El 35% no tiene cubiertas Revisar las narrativas de vida y ayudar al paciente a reenm arcar su
sus necesidades emocionales y el 20-70% tiene un alivio inade­ vida y a buscar u n significado a su vivencia.
cuado del dolor7. La prevalencia depende de la fase de la enfer­ Encontrar la forma d e expresar y tratar los afectos insoportables
medad, nivel de discapacidad y grado de dolor. Estas necesidades m ediante tratam ientos farmacológicos y otras terapias.
incluyen muchos trastornos asociados de salud mental (a menudo Analizar los aspectos d e separación y pérdida.
no detectados), duelos complejos y aspectos sobre el final de la Reconocer la incertidum bre y la experiencia de lo desconocido.
vida8 (cuadros 54-2 y 54-3). «La escucha atenta, las intervenciones Ayudar a los cuidadores a m anejar las situaciones difíciles.
de apoyo, la confianza y el respeto son los elementos principales
del trabajo psicoterápico con los pacientes que sufren una enfer­
medad avanzada.»9

Cuadro 54-4 Evaluación psicológica especializada


• Trastornos d e ansiedad, com o los trastornos de ajuste, fobias y ata­
ques d e pánico.
• D epresión (trastornos d e ajuste y depresión recurrente).
Cuadro 54-1 Objetivos de las directrices del National
• Reacciones d e tristeza a n te la pérdida d e su p apel y de la identidad.
Institute for Clinical Excellence de 2004
• Estilo d e afrontam iento y control.
Los p acientes y los cuidadores reciben una ayuda psicológica ade­ • Deterioro cognitivo (pérdida de m emoria, dificultades funcionales).
cuada a sus necesidades, y los q u e sufran una angustia especial se • Tratamiento del d olor y los síntomas.
derivan a los especialistas. • Barreras comunicativas.
Las necesidades psicológicas del p ersonal q u e atiende a pacientes • Creencias sobre los síntomas, sobre uno mismo, el m undo y el fu-
y a cuidadores que se enfrentan a unas circunstancias difíciles se
d e b en c u b rir de form a adecuada. • Resiliencia y bienestar.

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284 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

Cuadro 54-5 Evaluación especializada Cuadro 54-7 Evaluación psiquiátrica especializada


de los cuidadores y las familias en riesgo
• Trastornos definidos en el Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales.
• Enfermedades asociadas previas y concurrentes.
• Complicaciones iatrogénicas.
• Trastornos conductuales.
• Alteración cognitiva y confusión, trastornos orgánicos y delirio.
• Consumo de sustancias.
• Capacidad cognitiva y consentimiento.
• Riesgo de suicidio.
• Solicitudes repetidas para acelerar la muerte.
• Lesiones autoinfiigidas.

Cuadro 54-8 Intervenciones psiquiátricas


• Tratamiento farmacológico.
• Psicoterapia.
• Consulta y apoyo d el personal.
• Educación y com unicación c on la familia.
• Consultas sobre las leyes d e salud mental.

efectos iatrogénicos de las medicaciones y la angustia psico­ para enfermos terminales en Reino Unido e Irlanda. La psiquiatría
lógica. Se suele recurrir a conferencias multidisciplinarias debido de enlace que conecta los cuidados paliativos y la salud mental
a la complejidad de las presentaciones en cuidados paliativos. Los ocupa una posición adecuada para intervenir como agente de
pacientes más jóvenes sufren un aislamiento social considerable, cambio social en la asistencia aplicada en la fase terminal de la
rupturas de identidad y de la imagen corporal y dificultades con vida. Los psiquiatras de enlace contribuyen a enseñar y formar en
la sexualidad que pueden beneficiarse de una intervención com­ cuidados paliativos y han contribuido en gran medida a las investi­
petente. El propósito de la evaluación es formular una lista de las gaciones de salud mental sobre el terreno.
preocupaciones y necesidades específicas del paciente que sirva Una evaluación diagnóstica precisa es fundamental para iden­
de información para la planificación de unos cuidados multidis- tificar las dificultades de salud mental y las decisiones sobre los
ciplinarios y para llevar a cabo intervenciones psicoterapéuticas planes terapéuticos. Las enfermedades asociadas frecuentes, como
específicas (cuadro 54-6). depresión, complicaciones iatrogénicas, rasgos psicóticos, alcoho­
Las intervenciones psicoterápicas pueden consistir en estra­ lismo y trastornos conductuales, suelen requerir intervenciones
tegias individuales o de grupo, según las necesidades del pacien­ psicofarmacológicas y psicosociales. Los trastornos que se derivan
te y la orientación teórica del psicólogo. La psicología es una con más frecuencia para su evaluación son la depresión, la demen­
ciencia teórica; los psicólogos cuentan con formación en varias cia, el delirio y el riesgo suicida11 (cuadro 54-7).
orientaciones terapéuticas, como las estrategias cognitivas, meta- Debido a que la polimedicación es frecuente, se deben monito-
cognitivas, psicodinámicas y psicoanalíticas. Los psicólogos apor­ rizar las reacciones a los fármacos psicotrópicos, y estas funciones
tan su experiencia en la metodología de investigación cualitativa deben evaluarse antes del tratamiento. La afectación de la función
y cuantitativa a su labor clínica y ocupan una postura ideal para renal y hepática puede interferir con los antidepresivos por lo que
diseñar y poner en práctica investigaciones, auditorías clínicas y deben valorarse antes de iniciar el tratamiento. El momento en el
evaluaciones de resultados. Estos profesionales también supervi­ que se administra la medicación antidepresiva (cuando sea pre­
san a los internos de psicología clínica y al personal de cuidados cisa) debe considerarse en los pacientes cuya esperanza de vida
paliativos. sea sólo de unas semanas. Los tratamientos psiquiátricos eficaces
combinan psicoterapia y fármacos.
Papel del psiquiatra de enlace A medida que los pacientes viven más tiempo y participan
de forma activa en las decisiones sobre los cuidados, surgen los
El papel del psiquiatra de enlace se centra especialmente en la aspectos relativos a la competencia. Esta situación compleja y di­
valoración, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad mental. fícil requiere una evaluación especializada de la cognición, los
Los tratamientos recomendados suelen consistir en una combina­ afectos y la limitación de la personalidad. La psiquiatría de enlace
ción de fármacos y psicoterapia. cuenta con unas habilidades específicas para realizar y comunicar
La formación en psiquiatría suele constar de 4 años de estudios estas evaluaciones a los colegas y familias. La ayuda al médico de
posgraduados, en los que los estudiantes pueden especializarse atención primaria y a los colegas médicos en tales casos reduce la
en varios campos, como psiquiatría geriátrica o forense. La mayor carga emocional sobre el equipo asistencial. El psiquiatra puede
parte de la formación consiste en psicoterapia supervisada. Los instruir a la familia proporcionando una mayor comprensión de
servicios de psiquiatría de enlace de adultos en un hospital gene­ las dificultades de los pacientes, lo que reduce la angustia. Los tra­
ral o en el contexto extrahospitalario son la fuente más habitual tamientos psiquiátricos eficaces combinan la psicoterapia, los fár­
de servicios para los equipos de cuidados paliativos y residencias macos y la terapia electroconvulsiva (cuadro 54-8).

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Psiquiatras y p sicólogos clínicos I C A P Í T U L O 5 4 285

La American Psychiatric Association ha identificado como obje­ derivados al psicólogo clínico. No había sesgo por el sexo en el
tivos principales de la psiquiatría la reducción del estigma aso­ grupo derivado, y sus diagnósticos médicos eran similares a los de
ciado con la enfermedad mental y una mayor concienciación de la población general de la residencia. Las razones más habituales
que estos trastornos son tratables. El psiquiatra de cuidados palia­ para la derivación fueron la depresión (32%), la ansiedad (16%) y
tivos tiene un papel educativo a la hora de contrarrestar la reti­ el dolor (11%), con pocas derivaciones a causa de la confusión,
cencia a derivar a los pacientes y la excesiva normalización de la aspectos familiares, agresión y demencia. La mayoría de las inter­
depresión en los enfermos terminales (cuadro 54-9). venciones fueron breves, con 1-2 sesiones. El objetivo global de
la consulta por parte del psicólogo era contribuir al plan asisten­
cial. Los pacientes vistos con más frecuencia tenían unos factores
PROVISIÓN DE ASISTENCIA PSICOLÓGICA estresantes conyugales y familiares significativos en el momento
Y PSIQUIÁTRICA del ingreso. Su conducta solía plantear dificultades terapéuticas
significativas y de comunicación para el personal general de cui­
Un poco más de la mitad de los hospitales generales de Reino dados paliativos, que se convertía en un objetivo de la angustia no
Unido tienen acceso a un equipo de cuidados paliativos multidis- resuelta de los pacientes.
ciplinarios. En un estudio realizado con 160 residencias para enfer­
mos terminales en 199912, 97 servicios tenían una tasa anual de
derivación a profesionales de psicología o psiquiatría de 0-64 pa­ M odelos de provisión de servicios
cientes. La tasa de derivación se relacionaba directamente con
el acceso a los servicios. Cuando se disponía de un psiquiatra de La base necesaria para una buena asistencia psicosocial es una
enlace, se derivaba alrededor de un 10% de pacientes al año. El relación de respeto mutuo entre el paciente y su equipo. Esto
estudio concluyó que «parece que el apoyo a las residencias para puede ser difícil, porque la mayoría de los pacientes de cuidados
enfermos terminales por parte de los psicólogos y psiquiatras es paliativos muestran niveles fluctuantes de defensa y negación en
muy poco sistemático»12. su adaptación dinámica a la enfermedad terminal. Los psicólogos
Un informe sobre las derivaciones de pacientes ingresados a clínicos y psiquiatras ocupan una posición especial para modelar,
los servicios de psicología clínica en el contexto de residencias explorar y enseñar los elementos básicos a la hora de crear y man­
para enfermos terminales13 a lo largo de un período de 2 años tener unas relaciones terapéuticas eficaces. Las intervenciones
mostró que el 11% de los 648 pacientes admitieron haber sido psicológicas y psiquiátricas de una práctica óptima aumentan y
potencian la relación del paciente con el equipo de asistencia pri­
maria. El respeto de la estructura defensiva de la persona debería
guiar las intervenciones clínicas en cada fase de la provisión de
servicios.
Cuadro 54-9 Funciones del psicólogo en cuidados Los equipos multidisciplinarios suelen recomendarse para la
paliativos asistencia psicosocial, y en la mayoría de los documentos sobre
políticas, el rango y complejidad asistencial se describen por su
división en niveles asistenciales de complejidad y habilidades cre­
Descripción del trabajo cientes. En 2004, el NICE recomendó y describió cuatro niveles
de asistencia psicosocial14. Estas clasificaciones suponen esfuer­
• Psicólogo clínico sénior en el servicio de psicooncología y cuidados zos para asegurar que los pacientes se evalúan de forma adecuada,
paliativos del St.Vincent’s University Hospital, Dublin, Irlanda. que sus necesidades se cubren con una experiencia apropiada en
un momento oportuno de la evolución de su enfermedad y que
Obligaciones y responsabilidades principales la intervención se evalúa para analizar su eficacia (tabla 54-1)
(v. «Caso práctico: Intervenciones psicológicas breves»).
• Establecer y desarrollar un servicio de psicooncología multidiscipli-
nario en el St.Vincent’s Health Care Group.
• Coordinación de los servicios de psicooncología de evaluación e
Promoción del bienestar psicológico
intervención terapéutica con enfermos de cáncer y sus familias. en cuidados paliativos
• Evaluación y seguimiento de todos los pacientes derivados.
• Escribir las notas de cada caso, los informes y todos los documen­ Avances de investigación
tos pertinentes a la aplicación de un servicio completo de psi­ La salud mental no es sólo la ausencia de enfermedad, sino la pre­
cooncología. sencia de bienestar. Las directrices de la NCCN de 2007 sobre
• Ayuda a los dem ás profesionales sanitarios para ofrecer apoyo psico­
cuidados paliativos recuerdan que los cuidados paliativos propor­
lógico a los p acientes c o n c án cer y a sus cuidadores.
cionan un tipo distinto de esperanza al que se obtiene con el tra­
• Cooperación y comunicación periódica con otros clínicos y profe­ tamiento antioncológico. Las directrices describen una esperanza
sionales como parte del equipo multidisciplinario que atiende a los de conclusión y de crecimiento al final de la vida1.
pacientes en el hospital y en la comunidad. La teoría psicológica en los campos de la salud mental y de
• Comunicación con el director del centro de ayuda a pacientes con la gerontología se centra en la psicopatología y en el desarrollo
cáncer según se requiera. normal, la resiliencia al ajuste y el crecimiento en la ancianidad15.
• Incorporación de las estrategias internacionales de práctica óptima La investigación sobre una salud mental positiva en la ancianidad
en psicooncología en el programa de ayuda multidisciplinaria en se dirige hacia la capacidad de las personas para prosperar y ajus­
oncología en el St.Vincent’s Health Care Group. tarse a las adversidades de la vida. Los factores protectores que
sustentan la resiliencia desde una perspectiva multidisciplinaria
Otras obligaciones: educación, auditorías e investigación son los recursos biológicos, sociales y psicológicos. El bienestar
psicológico está determinado por seis factores, que se han identi­
• Participación en la formación, supervisión y educación de los pro­ ficado mediante instrumentos bien estudiados y validados. Las seis
fesionales de todas las disciplinas implicadas en la asistencia de los dimensiones son el propósito de la vida, el dominio del ambiente,
pacientes oncológicos y sus familias. la autoaceptación, las relaciones positivas, la autonomía y el creci­
• Desarrollo de un programa de auditorías y evaluaciones de los ser- miento personal16. Es necesario considerar cuál es el mejor modo
de ayudar al desarrollo y mantenimiento de estos factores, que
• Realización d e investigaciones e n el cam po d e la psicooncología. amortiguan las reacciones adversas a los factores estresantes de la
vida en las poblaciones de pacientes paliativos.

ERRNVPHGLFRVRUJ
286 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

i T A B L A 5 4 -1 Niveles de evaluación y tratamiento psicológico

NIVEL GRUPO PROFESIONAL TIPO DE EVALUACIÓN INTERVENCIÓN

1 Todos los profesionales de asistencia


sanitaria y social
Reconocimiento de las necesidades
psicológicas
Información

Comunicación compasiva

2
Ayuda psicológica general
Profesionales de asistencia sanitaria y Detección de la angustia psicológica Técnicas de afrontamiento psicológico
social con experiencia adicional

3 Profesionales con formación y


acreditados
Evaluación de la angustia psicológica,
diagnóstico de algunas enfermedades
Asesoramiento

Intervenciones psicológicas, relajación y manejo


de la ansiedad, aplicados según un marco

4
teórico explícito
Especialidades de salud mental Diagnóstico de la psicopatoiogía Intervenciones psicológicas y psiquiátricas
especializadas
Psicoterapia
Psicofarmacología
Terapia cognitivo-conductual

20 0 4 . 2 20 07).
Adaptada de National Institute for Clinical Excellence. Guidance o n Cancer Services: Improving Supportive a nd Palliative Carefo r Adults with Cancer Londres:
National Institute for Clinical Excellence, www.nice.org.uk (acceso de octubre de

J C A S O P R Á C T I C O Avances terapéuticos
Los cuidados dedicados a conservar la dignidad17 sitúan el mante­
Intervenciones psicológica s breves nimiento de la dignidad en el centro de la asistencia a pacientes
terminales. Delimitan un marco para la exploración de la digni­
Una mujer de 4 4 años, que era la principal cuidadora de un varón dad, en el que se estudia el significado, puntos fuertes, resiliencia
joven con cáncer de pulmón, se encontraba m uy angustiada y y control personal que aporta la persona para hacer frente a su
preocupada con los problemas familiares y preocupaciones existenciales enfermedad. Este modelo biopsicosocial orienta al clínico a llevar
sobre la vida de su hermano. Después de que el terapeuta escuchase a cabo unas intervenciones sensibles a la cabecera del paciente y
atentamente y permitiese a la mujer expresar su angustia, se utilizaron la historia clínica elaborada fortalece los lazos con los cuidadores
varias técnicas terapéuticas, com o el reenfoque cognitivo, así com o y los familiares.
ejercicios de habilidades, puntos fuertes y recursos, para ayudarla a La reducción del estrés basada en la conciencia plena es una
reflexionar sobre la vida de su hermano y sobre los recursos que los estrategia educativa bien definida y sistemática centrada en el
familiares le ofrecían para sobrellevar su enfermedad. Ella no continuó paciente. Se trata de una sesión de grupo de 8 semanas con
pacientes ambulatorios que consta de ejercicios guiados sobre res­
con la oferta de futuras consultas. A los tres meses del fallecimiento de
piración, estiramientos suaves y trabajos domiciliarios que fomen­
su hermano, escribió la siguiente nota a su terapeuta:
tan la práctica diaria y la extensión de la conciencia plena a las
Quiero agradecerle con sinceridad la ayuda que me ha prestado cuando
actividades de la vida diaria. Su finalidad es establecer una relación
la necesité. Sus palabras me reconfortaron en gran medida durante la más compasiva y armoniosa entre cuerpo y mente. Esta estrategia
enfermedad de m i hermano, sobre todo cuando me dijo que él moriría se ha aplicado a muchas enfermedades físicas con resultados sig­
sabiéndose querido. Esto esjusto lo que sucedió. nificativos. Se han completado cinco estudios de poblaciones de
Le llevamos a casa 3 semanas antes del fallecimiento y todos los pacientes oncológicos ambulatorios, con resultados prometedores
miembros de la familia estaban allícon él. M i hermano nunca habló de a la hora de disminuir los niveles de estrés, mejorar los marcado­
morir con nosotros, pero una semana antes de que falleciese me dio un res inmunológicos y reducir los trastornos del estado de ánimo18
fuerte abrazo y me dijo que me quería, algo por lo que siempre le estaré (v. «Caso práctico: Grupo de conciencia plena en residencias de
agradecida. Después, cuando estábamos todosjuntos alrededor de su cama, día para enfermos terminales»).
dijo que Mary (nuestra difunta pequeña), nuestro padre y nuestro tío Mick Merece la pena formar a todos los miembros del equipo de
estarían esperándole. Fue un momento m uy especial. Me pidió que le
cuidados paliativos para reconocer los primeros signos y síntomas
de depresión, con el fin de mejorar con rapidez los síntomas y
pusiera a Roy Orbison (su can tan te favorito) y le prometí que pensaría en él
el sufrimiento psicológico innecesario, que puede reducir gra­
cada vez que lo hiciera. Falleció en casa a las 12.45 de la noche del viernes
vemente la calidad de vida durante los momentos preciados de
14 de octubre, mientras estábamos todos con él.
asistencia terminal. Se han realizado pocos ensayos clínicos alea­
Sorprendentemente, he estado bien desde entonces. Es com o si hubiese torizados y controlados sobre el uso de los modernos fármacos
hecho mi duelo mientras él estaba vivo y es estupendo. Creo que usted me antidepresivos para la depresión en cuidados paliativos19.
ayudó a soportar toda esa desesperación y ahora él me ha dado la fuerza Algunos clínicos tienden a favorecer un fármaco tricíclico
para seguir. como la amitriptilina como antidepresivo, por sus efectos sedan­
Atentamente, tes y posiblemente analgésicos (para el dolor neuropático).
C Sin embargo, las dosis prescritas pocas veces están en el rango
terapéutico, y la respuesta antidepresiva suele ser modesta. Los
modernos inhibidores selectivos de la recaptación de seroto-
nina (ISRS), como la fluoxetina, la paroxetina, la sertralina y el

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Psiquiatras y p sicólogos clínicos I C A P Í T U L O 5 4 287

A SO P R Á C T I C O CASO PRÁCTICO
Grupo de conciencia plena en residencias de día Asistencia psicológica y psiquiátrica por un equipo
para enfermos terminales multidisciplinario

La residencia para enfermos terminales Blackrock, en Irlanda, La Sra. E era una paciente de 62 años con cáncer de ovario y
proporciona asistencia de enfermería, fisioterapia, hidroterapia y un síndrome cerebeloso paraneoplásico. Presentaba una gran
asistencia psicológica a pacientes ambulatorios que reciben cuidados desesperación y tenía deseos persistentes de fallecer.
paliativos. Un total de 19 pacientes, de 55-94 años de edad y con La evaluación psiquiátrica de la Sra. E confirmó una ataxia cognitiva
diversas enfermedades terminales, completaron un programa piloto de y descartó los rasgos psicóticos. En la evaluación, la Sra. E se sometió
reducción del estrés basado en la conciencia plena, tras lo que fueron a un miniexamen cognitivo, con una puntuación de 25, y se la derivó
entrevistados por el interno de psicología. El 7 9 % mostró una gran para recibir terapia junto con asistencia en una residencia de día para
satisfacción y el 21 % estaba satisfecho con el grupo de 6 semanas, e enfermos terminales y medicación antidepresiva. La entrevista clínica
hicieron los siguientes comentarios: y los informes del consultor de cuidados paliativos, del personal de la
• Cuando me doy cuenta de que me estoy deprimiendo, intento hacer residencia y de la familia llevaron al diagnóstico de depresión mayor
los ejercicios de respiración y observo que m e siento m enos tenso y con inhibición del procesamiento de pérdida y aislamiento de los
más relajado. contactos sociales. Esta mujer, que previamente era independiente,
• Si antes de venir al grupo todo te daba igual, te hacen ver por qué había desarrollado un estilo ansioso y de apego aferrado que la hacía
estas aquí. Una vez que te acostumbras a ello, puedes disfrutar lo que dependiente desde el punto de vista emocional de su marido, que era
has dejado. su principal cuidador.
• M e he sorprendido a m í mismo; ver cóm o otras personas se abren En la primera evaluación, la Sra. E se encontraba sentada encorvada
emocionalmente me ha facilitado hacer lo mismo. en su silla de ruedas y estuvo en silencio durante la mayor parte
• En ocasiones, un extraño puede abrir una puerta que un familiar no del tiempo, con episodios intermitentes de sollozos y preguntas
puede y corregirte o darte esperanzas. desgarradoras sobre cuándo volvería a estar bien de nuevo. Debido
• N o quería perderme ninguna de las semanas que duraba el grupo, a que su habla era poco comprensible, su marido asistió a todas
incluso aunque no sabía qué esperar de antemano. las sesiones. La Sra. E afirmaba que trabajaría intensamente en
• M e hace sentirme m enos com o un enfermo y más en línea con la la rehabilitación y que estaría bien de nuevo. Su estilo previo de
vida. afrontamiento consistía en mostrar una gran competencia y trabajo
• En cada persona que estaba allí sentada [del grupo] podía ver una duro, lo que le había permitido seguir una carrera de éxito como
imagen de mí mismo. directiva en la industria de la moda, combinada con la crianza de
cuatro hijos. Subyacente a este estilo público se encontraba el efecto
significativo de la pérdida de su madre cuando la Sra. E tenía 10 años,
tras lo que estuvo varios años cuidada por los servicios de acogida,
en los que actuaba «portándose bien». A nivel cognitivo, la paciente
citalopram, suelen tolerarse bien, tienen menos efectos secunda­
evaluaba de forma negativa todos los aspectos de su vida y no era
rios y cuentan con una mayor probabilidad de ser prescritos en
el rango terapéutico, lo que incrementa las posibilidades de lograr capaz de asimilar los escasos progresos. Mostraba un rango emocional
una respuesta antidepresiva clínica. Ciertas evidencias anecdó­ limitado y carecía del lenguaje para expresar sus sentimientos.
ticas respaldan el uso del estimulante metilfenidato junto con la El tratamiento consistió en medicación antidepresiva combinada
farmacoterapia antidepresiva, sobre todo cuando el letargo es un con sesiones de pareja dos veces al mes durante un año, dos reuniones
síntoma destacado en el perfil psicológico. familiares y la asistencia a un grupo de reducción del estrés basado
En el contexto de cuidados paliativos pueden producirse epi­ en la conciencia plena en la última mitad del año. Su procesamiento
sodios transitorios y breves de tipo psicótico y de delirio, con del afecto se validaba y se alentaba en cada sesión. Las intervenciones
síntomas sutiles que se hacen más prominentes al acercarse la conductuales consistieron en educación psicológica sobre los estilos
noche. La formación de todo el personal del equipo paliativo para de afrontamiento y el ajuste a la enfermedad para permitir que la Sra. E
que conozcan y estén atentos a los síntomas precoces puede redujese sus tensos esfuerzos y para que trabajase desde su estado basal
facilitar su detención temprana y evitar los episodios psicóticos actual, de m odo que pudiese valorar su progreso, con independencia
a gran escala y su impacto asociado sobre la calidad de vida. Los de lo limitado que fuese. La terapia cognitiva la ayudó a conectar sus
síntomas precoces consisten en un aumento de la inquietud o agi­
pensamientos con sus sentimientos, y redujo su personalización, su
tación vespertina y un aumento de la vigilancia o dudas al tomar
pensamiento de tipo todo o nada y su autoinculpación. Su familia
la medicación de la tarde o los líquidos por parte de los pacientes
utilizaba las sesiones para expresar su tristeza sobre sus limitaciones,
(p. ej., delirio de que el personal esté intentando envenenarlos).
Los fármacos antipsicóticos de segunda generación son eficaces aprender a manejar su intenso afecto y reevaluar el mito familiar de que
para tratar estos síntomas y sólo requieren dosis pequeñas para «a las personas buenas n o les ocurren cosas malas».
lograr su efecto, lo que reduce la probabilidad de efectos secunda­ Al final del tratamiento, su ansiedad y su depresión estaban en
rios, como la somnolencia innecesaria que se suele asociar con los niveles moderados. La Sra. E era capaz de comunicarse mejor con su
neurolépticos más antiguos20 (v. «Caso práctico: Asistencia psico­ marido y éste se mostraba más cóm odo con ella y la aceptaba mejor.
lógica y psiquiátrica por un equipo multidisciplinario»). A medida que se relajó y que estaba m enos tensa, su habla mejoró
y se implicó más con su grupo de la residencia de día para enfermos
terminales. Deform a gradual aceptó la presencia de cuidadores en su
Evaluación de las intervenciones psicológicas
domicilio y era capaz de confiar lo suficiente en el personal com o para
y psiquiátricas separarse de su marido para darle una tregua en los cuidados. Su marido
La evaluación directa de la eficacia de las intervenciones psicoló­ refirió que el m odelado y el aprendizaje sobre la escucha y la validación
gicas y psiquiátricas en cuidados paliativos y la evidencia de dicha de los sentimientos había sido el aspecto más valioso de las sesiones. Se
eficacia son limitadas y consisten sobre todo en estudios de casos sentía m enos presionado para ocuparse del dolor de su esposa y más
aislados. Este déficit refleja el estado de desarrollo en el que se capaz de estar presente.

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288 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

antidepresiva y antipsicótica en medicina paliativa. Los psico-


síndromes frecuentes, como la depresión y la psicosis transito­
Evaluación inadecuada d e la in teracción d e factores com plejos de ria, requieren una sólida base de evidencia para determinar qué
com orbilidad, fárm acos y p reocupaciones existenciales. fármacos son más eficaces en este contexto y para evaluar sus
Subestim ación del valor d e la p sicoterapia b reve para los pacientes efectos sobre la calidad de vida. Los aspectos paliativos de salud
mayores d e 65 años, incluso e n las últim as semanas d e vida. mental deberían incluirse en la formación de los profesionales en
Falta de evaluación d e los riesgos para las reacciones d e tristeza todas las áreas de la medicina, la psicología y el trabajo social para
com plicadas e n los familiares e n p roceso d e duelo. satisfacer las demandas de la población anciana.
Suposición d e q ue los síntom as psiquiátricos (p. ej., d epresión) son
una reacción natural a la enfermedad. B I B L I O G R A F Í A
Dudas a la h ora d e p reguntar sobre los síntom as psicológicos y psi­
quiátricos, lo q u e provoca u n retraso d e la intervención terapéutica. 1. National Comprehensive Cancer Network (NCCN). Clinical Practice Guidelines
in Oncology: Distress Management, version 1,2007. Available at www.nccn.org
(accessed October 2,2007).
2. National Consensus Project for Quality Palliative Care. Domain 3: Guideline
3.1, 2004. Available at www.nationalconsensusproject.org (accessed October
2,2007).
3. National Institute for Clinical Excellence. Guidance on Cancer Services:
Improving Supportive and Palliative Care for Adults with Cancer. London:
encuentra la asistencia psicológica en este campo y los problemas National Institute for Clinical Excellence, 2004. www.nice.org.uk (accessed
éticos a la hora de evaluar a una población vulnerable. Existe una October 2,2007).
necesidad de revisar la eficacia de todos los tratamientos psico­ 4. Joint Working Party of the Royal College of Physicians and the Royal College of
Psychiatrists.The Psychological Care of Medical Patients:A Practical Guide, 2nd
lógicos y farmacológicos para la depresión en el contexto de los ed.. London: Royal College of Physicians and the Royal College of Psychiatrists,
cuidados paliativos19. 2003.
5. Brown R, Freeman W, Brown R, et al. The role of psychology in health care deli­
very. Prof Psychol Res Pract 2002;33:536-545.
6. Paine S, Haines R.The contribution of psychologists to specialist palliative care.
Papel de apoyo Int J Palliat Nurs 2002;8:401-406.
7. Bradley EH, Fried TO, Kasl SV, e t al. Quality of life trajectories of elders in the
Los psiquiatras y psicólogos trabajan junto a otros profesionales end of life. Ann Rev Gerontol Geriatr 2002;20:64-96.
sanitarios para apoyar los debates continuos en los medios de 8. National Council for Hospice and Specialist Palliative Care Services
comunicación, entre los equipos comunitarios y en el seno de los (NCHSPCS). Definition of Supportive and Palliative Care. Briefing paper 11.
grupos profesionales para superar el estigma de la enfermedad London: NCHSPCS, September 2002.
9. Tremblay A, Breitbart W. Psychiatric dimensions of palliative care. Neurol Clin
mental y para estimular la mejor práctica en la asistencia a los 2001;19:949-967.
pacientes moribundos. Existen lagunas considerables en la educa­ 10. Haley W, Larson D, Kasl-Godley J, et al. Roles for psychologists in end-of-life
ción médica pre y posgraduada entre los psicólogos, sobre todo care: Emerging models of practice. Prof Psychol Res Pract 2003;34:626-633-
en las áreas de la enfermedad crónica, la muerte y el proceso de 11. Breitbart W, Chochinov HM, Passik SD. Psychiatric symptoms in palliative
medicine. In Doyle D, Hanks G, Cherny N, Calman K (eds). Oxford Textbook
morir, así como en los cuidados paliativos. Es necesario despertar of Palliative Medicine, 3rd ed.. New York: Oxford University Press, 2004, pp
la conciencia entre todos los profesionales sobre las posibilida­ 746-771.
des terapéuticas de salud mental para los pacientes angustiados. 12. Lloyd-Williams M (ed). Psychosocial Issues in Palliative Care. New York: Oxford
Al subrayar las necesidades psicosociales, los profesionales pue­ University Press, 2003.
den asegurar que los grupos marginados, como los pacientes con 13- Alexander P An investigation of inpatient referrals to a clinical psychologist in
a hospice. Eur J Cancer Care 2004;13:36-44.
necesidades crónicas de salud mental y dificultades de persona­ 14. Holland JC (ed). Psycho-Oncology. New York: Oxford University Press, 1998.
lidad, tengan una asistencia adecuada en la fase final de la vida 15. Lomranz J (ed). Handbook of Aging and Mental Health: An Integrative
y una igualdad de acceso a los cuidados paliativos (v. «Errores Approach. New York: Plenum Press, 1998.
frecuentes»). 16. Ryff CD, Singer BH. Psychological well-being: Meaning, measurement, and impli­
cations for psychotherapy research. Psychother Psychosom 1996;65:14-23-
17. Chochinov HM. Dignity-conserving care—a new model for palliative care.
JAMA 2002;287:2253-2260.
CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS FUTURAS 18. Speca M, Carlson LE, Mackenzie MJ, et al. Mindfulness-based stress reduction
(MBSR) as an intervention for cancer patients. In Baer R (ed). Mindfulness-
Las necesidades de salud mental de los pacientes de cuidados Based Treatment Approaches: Clinician’s Guide to Evidence Based Applications.
New York:Academic Press, 2006, pp 239-257.
paliativos son áreas complejas para el desarrollo de servicios. Las 19. Lan Ly K, Chidgey J,Addington-Hall J, Hotopf M. Depression in palliative care:A
diversas disciplinas encargadas de ello necesitan inspirarse en systemic review. Palliat Med 2002;16:279-284.
los modelos de desarrollo sobre el envejecimiento que abarquen 20. Billings JA. Recent advances: Palliative care. BMJ 2000;321:555-558.
toda la vida y en las teorías actuales para identificar los factores
que promueven y sustentan el bienestar mental. Los psicólogos L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
clínicos y psiquiatras están infrarrepresentados en los cuidados
paliativos. Su educación, investigación y experiencia son necesa­ Chochinov HM, Breitbart W (eds). Handbook of Psychiatry in
rias para comprender y apoyar la vida intrapsíquica de los ancia­ Palliative Medicine. Oxford, UK: Oxford University Press, 2000.
nos. Estos pacientes pueden recibir ayuda para que se impliquen Kabat-Zinn J. Full catastrophe living: How to cope with stress, pain,
de forma creativa con el final de sus vidas. and illness using mindfulness meditation. New York: Delacorte,
La evaluación de la salud mental debería basarse en investi­ 1990.
gaciones empíricas y en estudios cualitativos que se ocupen de Lloyd-Williams M (ed). Psychosocial Issues in Palliative Care. New
los valores humanos y de la lucha por dotar de significado a la York: Oxford University Press, 2003.
etapa final de la vida. Existe una necesidad urgente de llevar a Lomranz J (ed). Handbook of Aging and Mental Health: An
cabo ensayos clínicos bien diseñados sobre la farmacoterapia Integrative Approach. New York: Plenum Press, 1998.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Asistencia espiritual I C A P Í T U L O 5 5 289

con diabetes recuerda a un tío que falleció en un estado lasti­


55 moso después de muchas amputaciones, el paciente puede pen­

I
| CAPÍTULO
sar en su propia enfermedad en dicho contexto. El enfoque de la
diabetes puede modificarse por este recuerdo, y los profesiona­
les sanitarios deben comprender las opiniones del paciente. De
Asistencia espiritual forma similar, en un modelo centrado en la enfermedad puede
que no se haga frente al sufrimiento del paciente o que ni si­
Christina M. Puchalski quiera se reconozca. El dolor se puede tratar como un síntoma
físico, pero puede que no se preste atención al sufrimiento exis-
tencial o espiritual.
3 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos Hay que distinguir entre ocuparse, ayudar y atender. «Ayudar,
ocuparse y atender representan tres formas distintas de con­
tem plar la vida. Cuando se ayuda, la vida se considera débil. Al
ocuparse, la vida se ve como rota. Al atender, la vida se ve de
forma global. Ocuparse y ayudar puede ser la labor del ego y
P U N T O S servir a la labor del alma.»4 En un modelo orientado a la enfer­
medad, el cuidador tiende a centrarse en ocuparse de alguien,
* La espiritualidad es esencial para una asistencia compasiva. mientras que en los modelos más holísticos, el centro de aten­
• Dos modelos teóricos respaldan la inclusión de la espiritualidad en la ción es la asistencia compasiva de la persona en su conjunto y
asistencia sanitaria: la asistencia centrada en el paciente y el modelo atenderla.
biopsicosocial-espiritual.
» La asistencia espiritual implica a todos los miembros del equipo interdisci­
plinario de asistencia sanitaria. M odelo de asistencia biopsicosocial-espiritual
> Los capellanes, los directores espirituales y los consejeros pastorales son En el modelo de la persona global o de asistencia centrada en
profesionales con formación en asistencia espiritual que son responsables
el paciente, las cuatro dimensiones (física, emocional, social y
de un trabajo espiritual más profundo.
espiritual) están interrelacionadas, y el modo en el que una per­
* La asistencia espiritual implica una presencia compasiva con los pacientes sona funciona en un área afecta a las demás. Las cuatro dimen­
y la concienciación de las propias creencias y valores espirituales del profe­
siones influyen en la calidad de vida. La Organización Mundial
sional sanitario.
de la Salud (OMS) ha afirmado que este modelo asistencial es
• El aspecto extrínseco de los cuidados espirituales implica la comunicación
esencial para lograr unos buenos resultados en los pacientes. La
con los pacientes sobre los aspectos espirituales, reconocer la angustia espi­
OMS también ha afirmado que la espiritualidad es una dimen­
ritual o los recursos espirituales fortalecedores de los pacientes, derivar al
paciente a los capellanes o a otros profesionales de asistencia espiritual e sión relevante de la calidad de vida5. La angustia espiritual puede
incorporar las prácticas espirituales de los pacientes al tratamiento o al plan influir en el dolor físico y en la angustia emocional. Las cuatro
asistenciales según sea apropiado. dimensiones deben tenerse en cuenta (tabla 55-1) para propor­
cionar la mejor asistencia médica (v. «Caso práctico: Asistencia
biopsicosocial-espiritual»).

Asistencia espiritual: com pasión en acción


Un consenso de educadores médicos académicos y de clínicos ha
La asistencia sanitaria tiene su foco en un modelo centrado en la definido la espiritualidad como aquello que otorga un significado
enfermedad, en el que la atención principal se otorga a la enfer­ definitivo a la vida de una persona. Este significado puede expre­
medad. La satisfacción de los pacientes con este tipo de asistencia sarse de varias formas: la religión; la relación con Dios, lo divino
ha disminuido. El 55% de los estadounidenses están «insatisfechos o lo sagrado; un sistema trascendente de creencias; a través de la
con la calidad de la asistencia en dicho país»1. Muchos pacientes familia, y mediante el naturismo, el racionalismo o el humanismo
creen que existe una falta de compasión1. y las artes. La espiritualidad es esencialmente relacional. Por ejem­
Algunos modelos respaldan los sistemas compasivos de asis­ plo, la espiritualidad del profesional sanitario subyace a las rela­
tencia en lugar de aquellos con una estrategia asistencial estricta­ ciones establecidas con los pacientes y sus familias6. Al integrar la
mente basada en la enfermedad. Entre ellos cabe citar la asistencia espiritualidad de un modo más pleno en la asistencia a los pacien­
centrada en el paciente2 y el modelo biopsicosocial-espiritual3. En tes, ésta puede hacerse más compasiva.
el primero de éstos, la enfermedad del paciente se diagnostica y La compasión es esencial en la asistencia a los pacientes y
se trata en el contexto global de la persona (es decir, valores y sus familias. La palabra compasión proviene del latín, de la unión
creencias, familia y cultura y visión del mundo). Los resultados son de dos palabras: cum, que significa «con», y pati, que significa
mejores si se respetan los deseos de los pacientes, si se integran «sufrir»7. El acto de la compasión es sufrir con otra persona. El
sus creencias y valores en su asistencia y si existe una comunidad Dalai Lama define la compasión como «un estado mental que es
más amplia de cuidadores, como la familia y los miembros de la no violento, no perjudicial y no agresivo. Es una actitud mental
iglesia. El modelo biopsicosocial-espiritual define cuatro dimen­ basada en el deseo de que los demás se liberen de su sufrimiento
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

siones de asistencia a la persona en su conjunto, que reflejan los y se asocia con un sentido de compromiso, responsabilidad y res­
preceptos del modelo asistencial centrado en el paciente. En este peto por los demás»8. La compasión es una actitud, una forma de
modelo, la atención también se centra en las necesidades físicas, acercarse a las necesidades de los demás y un modo de ayudar a
psicológicas, sociales y espirituales. los demás con su sufrimiento. También es una manera de ser, una
forma de estar al servicio de los demás, una práctica espiritual y
M O DELO S HOLÍSTICOS ASISTENCIALES un acto de amor.
Muchas organizaciones, como la American Medical Association
Los modelos holísticos se centran en un enfoque más compa­ (AMA), la Association of American Medical Colleges (AAMC),
sivo de los pacientes. Cuando la asistencia se centra sólo en la el American College of Physicians (ACP) y la American Nursing
enfermedad, puede que se pierda la experiencia del paciente Association (ANA), se encargan de que sus profesionales sean res­
y que no se integre en el modo en el que éste comprende su ponsables de mostrarse compasivos y altruistas en sus interaccio­
enfermedad y, por tanto, la afronta. Por ejemplo, si un paciente nes con los pacientes. La compasión y el altruismo son valores

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290 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

H T A B L A 5 5 - ■1 Evaluación y plan biopsicosocial-espiritual de Jamie

ASPECTO SIGNOS Y SÍNTOMAS ACCIÓN


Físico Dolor, estreñimiento, disminución del apetito (puede Ajustar los analgésicos; añadir docusato, sena; masajes
deberse al M gS0 4), insomnio
Emocional Exacerbación de la depresión; la tristeza puede contribuir a Aumentar las consultas con el psiquiatra de la paciente, ajustar la dosis de
la pérdida de apetito y el insomnio antidepresivos, usar el asesoramiento
Social Miedos económicos, pérdida del trabajo Animar a charlar con un supervisor; estimular el trabajo con un amigo de
la iglesia para ayudar con los aspectos económicos
Espiritual Sensación de abandono por Dios Remitir a un capellán para el asesoramiento espiritual; animar a la
paciente a hablar con su sacerdote, con el que siempre ha estado en
contacto y que le sirve de guía; usar la oración, la meditación y las
imágenes guiadas (ayuda con el insomnio)

paso en la asistencia espiritual es comunicar un interés genuino y


C A S O P R Á C T I C O
compasión p or el paciente. Al crear una atmósfera de compasión
y mostrándose dispuesto a estar abierto a cualquier preocupación
A sistencia b iopsicosocia l-esp iritu a l del paciente, la interacción se basa en un modelo centrado en el
Jamie es una mujer de 57 años, con antecedentes de enfermedad paciente. La comprensión que tiene el paciente de la enfermedad
bipolar. Ha tenido m uchas dificultades en sus relaciones y en el trabajo.
puede verse influida por numerosos factores, como las creencias
y prácticas espirituales y religiosas2.Al definir la asistencia espiri­
Su fe la ha ayudado a afrontar las situaciones. Sus creencias le ayudan en
tual como intrínseca y extrínseca, ayuda a considerar la asistencia
las diversas situaciones de estrés, y su iglesia le ofrece su ayuda social y como el resultado de lo que el clínico aporta a la relación y lo que
su estructura. hace por el paciente.
Jamie ha luchado toda su vida para encontrar el trabajo adecuado,
y a los 50 años encontró un buen puesto, disfrutó por primera vez y
estableció relaciones de apoyo. A los 57 años se le detectó una masa Asistencia espiritual intrínseca y extrínseca
mamaria durante una exploración y se le diagnosticó un cáncer de
Toda la asistencia médica tiene aspectos intrínsecos (es decir, con­
mama. Tuvo complicaciones tras la cirugía y requirió más tiempo de ducta, actitudes y valores que los profesionales sanitarios aportan
baja. Algunos am igos no le han prestado apoyo. a la relación) y extrínsecos (es decir, conocimientos y habilidades
Jamie ha sufrido dolor, estreñimiento y anorexia. Está planteándose aplicadas en la relación). El aspecto centrado en la relación de la
dejar la quimioterapia porque cree que debería morir. Está segura de asistencia médica es la parte intrínseca y esencial de cualquier
que la despedirán de su trabajo y que sus am igos la abandonarán. Jamie asistencia, de la que emana la asistencia extrínseca, incluida la asis­
se siente desesperada y se pregunta dónde está Dios. tencia física, emocional y social. La asistencia espiritual intrínseca
Al plantear el caso de Jamie, los profesionales sanitarios necesitan se refiere a la intención de la presencia y la asistencia espiritual
centrarse en su dolor y en otros síntomas, así com o en los aspectos extrínseca se refiere a la capacidad de integrar los aspectos según
psicosocioespirituales a los que se enfrenta. Animarla a hablar con las se manifiestan en el problema o situación sanitaria. La asistencia
personas del trabajo y buscar apoyo en su iglesia puede ayudar a Jamie espiritual engloba el reconocimiento de los recursos internos de
los pacientes que constituyen sus puntos fuertes, o bien la falta
con algunas de sus preocupaciones. La derivación a un capellán puede
de dichos recursos. Una vez evaluados, los clínicos incorporan la
ayudarla a manejar los aspectos espirituales a los que se enfrenta,
espiritualidad del paciente en el plan asistencial si es apropiado
com o la sensación de abandono por Dios y los demás. En la tabla 55-1
para la situación clínica.
se muestra c óm o el marco biopsicosocial-espiritual puede utilizarse Cada miembro del equipo interdisciplinario de asistencia sani­
para elaborar una valoración de un plan para Jamie a partir de este taria practica una asistencia espiritual, pero los factores específicos
modelo. de cómo se aplica dependen del contexto. El capellán propor­
ciona asistencia espiritual en el contexto de su formación como
asesor espiritual en un contexto sanitario. Un sacerdote propor­
ciona asistencia espiritual en un contexto religioso y el personal
espirituales.Tradicionalmente, los hospitales de Estados Unidos se de enfermería y los médicos realizan la asistencia espiritual de los
fundaron a partir de estos valores espirituales. LaJoint Commission pacientes en una situación de asistencia sanitaria espiritual (p. ej.,
(antes denominada Joint Commission on Accreditation of hospital, clínica, consulta con los pacientes, educación). Aunque
Healthcare Organizations), encargada de acreditar a los hospitales los aspectos centrados en la relación y de asistencia son similares,
estadounidenses, requiere que todos los pacientes que lo soliciten el modo en el que se tratan los aspectos espirituales y los proble­
dispongan de asistencia pastoral. mas de los pacientes depende del nivel de formación del profe­
sional y del contexto. Los capellanes y sacerdotes trabajan sobre
todo con aspectos y problemas espirituales en profundidad, pero
HERRAMIENTAS PRÁCTICAS no necesariamente en relación con la salud y la enfermedad. De
PARA LOS PROFESIONALES SANITARIOS forma secundaria, pueden ser conscientes de los aspectos socia­
les, emocionales y físicos, así como interaccionar con ellos, pero
Una conferencia de consenso ha elaborado directrices para la se ocupan de estos últimos más a modo de apoyo. El personal de
asistencia espiritual9. Una de las directrices relevantes entre todas enfermería y los médicos tienen una formación centrada sobre
ellas es la idea de que los clínicos deberían crear entornos donde todo en tratar los aspectos físicos de los pacientes. Sin embargo,
los pacientes sientan que pueden confiar en su clínico y compar­ los aspectos emocionales, sociales y espirituales pueden afectar
tir sus preocupaciones, incluidas las de tipo espiritual. El primer o relacionarse con los de tipo físico. Los médicos, personal de

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Asistencia espiritual I C A P Í T U L O 5 5 291

enfermería, trabajadores sociales, asesores, fisioterapeutas, terapeu­ pueden suscitarse en sí mismos en respuesta a sus pacientes, de
tas ocupacionales y de otro tipo reconocen, ayudan y clasifican modo que no impongan sus conflictos o aspectos espirituales per­
los aspectos espirituales apropiados según la asistencia espiritual sonales a éstos. También necesitan reflexionar sobre qué aporta
de estos profesionales (cuadro 55-1). significado a su vida profesional y cómo practican su vocación
para servir a los demás en sus vidas diarias. Muchos profesionales
sanitarios hablan de sus propias prácticas espirituales y del modo
Presencia compasiva en el que les ayudan a aplicar una buena asistencia espiritual y
Para implicarse en la asistencia espiritual, los profesionales sanita­ una asistencia médica adecuada10. Para llevar a cabo la asistencia
rios necesitan tener una formación sobre cómo mostrarse abiertos espiritual con eficacia, los profesionales sanitarios deben ser cons­
y dispuestos de un modo intencionado, así como aceptar el miste­ cientes de sus necesidades y vivencias espirituales y recibir apoyo
rio. Esto significa que el clínico aporta todo su ser a la relación y en las mismas.
presta una atención plena al paciente, sin permitir que las distrac­
ciones interfieran. Debe estar atento a todas las dimensiones de
las vidas de los pacientes y sus familias. Algunos clínicos sugieren Comunicación con los pacientes
que las prácticas médicas actuales no dejan tiempo para este tipo sobre los aspectos espirituales
de asistencia, pero mostrarse totalmente presente no depende del
tiempo. Requiere la intención del médico de estar presente por La comunicación con los pacientes sobre los aspectos espirituales
completo para los pacientes. El cuidador está totalmente presente consta de varios elementos clave:
cuando se acerca al paciente con un profundo respeto que pro­ • Responder a los temas espirituales.
viene de un compromiso de respetar a la persona en su conjunto. • Reconocer las claves espirituales.
• Realizar una historia espiritual organizada.
Autocuidado espiritual La conversación del paciente con el profesional sanitario pue­
de sacar a la luz aspectos espirituales, como:
Con el fin de estar totalmente disponibles para los pacientes, los
profesionales sanitarios deben ser conscientes de sus propios valo­ • ¿Por qué me pasa esto a mí?
res, creencias y actitudes, y reconocer cómo estos puntos de vista • Merezco morir; Dios me está castigando.
influyen en su comprensión de la vida, la salud y la enfermedad. • Mi vida carece de sentido.
Los clínicos deben ser conscientes de qué aspectos espirituales • Me siento solo y despreciado.
• Necesito ser perdonado antes de morir.
• Siento desesperanza y falta de paz.
El primer paso en la comunicación es escuchar los temas espi­
rituales y, a continuación, ofrecer al paciente la oportunidad de
discutir los aspectos de un modo más completo. Esto requiere pre­
Cuadro 55-1 Características de la asistencia espiritual guntas abiertas, respeto de la dignidad inherente de cada persona
y estar abierto a diversos sistemas de creencias y valores. Las pre­
Presencia compasiva guntas abiertas (p. ej., ¿qué cree usted que está pasando?) invitan
a los pacientes a hablar sobre lo que pasa por su mente (aspectos
• Intención d e estar to talm ente p re se n te p ara los pacientes. físicos, espirituales o existenciales).
• Estar plenam ente a ten to a los pacientes. Los pacientes pueden llevar joyas religiosas o tener libros espi­
• C om odidad c o n el m isterio. rituales o religiosos en la cabecera o llevarlos a la consulta. El pro­
• Asistencia cen trad a e n la relación. fesional sanitario puede referirse a estos objetos para evaluar la
• Asociación. relevancia de los símbolos o lecturas en sus vidas. En ocasiones,
• Asistencia n o planificada p o r u na agenda. un paciente puede responder con expresiones religiosas cuando
• E scucha de los m iedos, esperanzas, sueños y propósitos de los el profesional sanitario le da malas noticias: «Oh Dios, ayúdame.
pacientes. Señor, ten piedad». El profesional sanitario puede responder: «Pa­
rece usted contrariado. ¿Es Dios importante para usted a la hora
Espiritualidad del profesional sanitario de enfrentarse al problema del que estamos hablando?»

• C onciencia de su p ro p ia espiritualidad.
• Conciencia de la p ro p ia mortalidad. HISTORIA ESPIRITUAL
• Reflexión sobre el significado y el p ropósito d e la profesión (es decir,
La historia espiritual se refiere a realizar preguntas de forma orga­
vocación).
nizada sobre las creencias y prácticas espirituales. La mera escu­
• C onciencia d e los propios aspectos espirituales qu e pu e d en susci­
cha de los temas no puede revelar toda la información necesaria
tarse e n respuesta a los d e los pacientes.
para una práctica médica adecuada. Se deben plantear preguntas
• Habilidades d e afrontam iento espiritual p ara el autocuidado.
específicas para tratar áreas específicas, como la depresión, el
• Tener u na p ráctica espiritual.
apoyo social, la violencia doméstica, las preferencias sexuales y las
creencias y prácticas espirituales. Los pacientes pueden no ofre­
Asistencia espiritual extrínseca cer la información de forma voluntaria a menos que se les invite
a compartir ese aspecto concreto. Esto es especialmente cierto
• Realizar u n a historia espiritual. en el caso de la espiritualidad. Aunque los pacientes están inte­
• R econocer los aspectos espirituales d e los pacientes. resados en integrar la espiritualidad en su asistencia, no es una
• R econocer los problem as espirituales o el dolor espiritual d e los práctica habitual que los médicos y otros profesionales sanitarios
pacientes. se ocupen de los aspectos espirituales.
• R econocer los recursos d e fuerza in tern a d e los pacientes o la falta Una historia espiritual es una serie de preguntas dirigidas, cuya
d e recursos. finalidad es invitar a los pacientes a compartir sus creencias espiri­
• Incorporar la espiritualidad d e los p acientes al tratam iento o planes tuales o religiosas si lo desean. Se han elaborado varias herramien­
asistenciales (p. ej., presencia, derivación, rituales, meditación). tas para la realización de la historia espiritual, como las preguntas
FICA (tabla 55-2)1112, SPIRIT13 y HOPE14. La historia espiritual

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292 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

¡H T A B L A 5 5 - 2 Realización de la historia espiritual

DIMENSIONES FICA PREGUNTAS COMENTARIOS

Fe y creencias (F) «¿Se considera a sí mismo espiritual o religioso?» Si el paciente responde con una negativa, el médico puede
«¿Tiene creencias espirituales que le ayudan a afrontar el preguntar «¿qué da significado a su vida?» En ocasiones, los
estrés?» pacientes contestan con respuestas como la familia, su carrera o
la naturaleza
Importancia (1) «¿Qué importancia tiene su fe o creencia en su vida?»
«¿Sus creencias le han influido en la forma de cuidar de sí
mismo en esta enfermedad?»
«¿Qué papel desempeñan sus creencias para recuperar su
salud?»
Comunidad (Q «¿Forma parte de una comunidad espiritual o religiosa?» Las comunidades como las iglesias, templos y mezquitas o un
«¿Le sirve de ayuda y de qué modo?» grupo de amigos que piensen de forma parecida pueden actuar
«¿Hay un grupo de personas a las que de verdad quiera como sistemas de gran ayuda para algunos pacientes
o que sean importantes para usted?»

Asistencia dirigida (A) «¿Cómo le gustaría que yo, su profesional sanitario, Suele ser innecesario formular esta pregunta, pero es esencial
atendiese estos aspectos en su asistencia sanitaria?» pensar sobre qué aspectos espirituales deberían atenderse en
el plan de tratamiento. Algunos ejemplos son la derivación a
los capellanes, asesores pastorales o directores espirituales,
la realización de un diario y la musicoterapia o arteterapia. En
ocasiones, el plan puede consistir en escuchar y ayudar a la
persona en su viaje

©Puchalski CM, 1996.

puede realizarse como parte de la historia social durante la explo­ y directores espirituales cuentan con la formación para trabajar
ración al ingreso o en la historia y exploración física anual. Tiene de forma específica con los aspectos espirituales. Los capellanes
varios objetivos: están certificados por las organizaciones de capellanía para reali­
zar un trabajo específico en la asistencia sanitaria. Los capellanes
• Invitar al paciente a compartir sus creencias espirituales y reli­ también cuentan con formación para participar y dirigir rituales
giosas si lo desea. relevantes y para facilitar el contacto del paciente con el sacer­
• Aprender sobre las creencias y valores de los pacientes. dote. Los capellanes trabajan junto a los pacientes de cualquier
• Evaluar la angustia espiritual (p. ej., falta de sentido, desespe­ creencia religiosa o no religiosa. Los sacerdotes están ordenados,
ranza) y los recursos espirituales de fuerza (p. ej., esperanza, tienen formación en asistencia religiosa y suelen trabajar sobre
sentido, propósito, resiliencia, comunidad espiritual). todo con pacientes de su misma religión. Los asesores pastorales
• Proporcionar una oportunidad para una asistencia compasiva tienen una formación de nivel máster o doctoral. La mitad de su
en la que los cuidadores conectan con el paciente de un modo formación consiste en el modo en que los aspectos espirituales y
profundo e intenso. religiosos afectan a la manifestación de los síntomas y a la forma
• Permitir al paciente que encuentre recursos internos de cura­ de afrontarlos. Los directores espirituales no son asesores; tienen
ción y aceptación. formación para ayudar a las personas en su viaje espiritual ayu­
• Aprender sobre las creencias espirituales y religiosas de los dándolos a discernir cómo Dios o lo divino actúa en sus vidas.
pacientes que pueden afectar a la toma de decisiones sani­
tarias.
C O N C L U S IO N E S
Las preguntas están pensadas para dirigir la charla sobre los
aspectos espirituales. La realización de la historia espiritual suele Para lograr unos sistemas asistenciales más compasivos, se debe
llevarse a cabo durante la sección de la historia social en la his­ aplicar el modelo de asistencia biopsicosocial-espiritual durante
toria clínica y la exploración física del paciente. Mientras se le toda la vida de todos los pacientes. La espiritualidad es una parte
pregunta sobre la situación de vida y sus relaciones significativas, integrante del modelo, en el que las creencias y valores espiritua­
el clínico puede pasar a preguntar sobre cómo la persona cuida les de los pacientes se respetan, se tratan con dignidad y los pro­
de sí misma. Hay que preguntar sobre el ejercicio y el manejo del fesionales sanitarios están totalmente atentos al sufrimiento que
estrés y las situaciones difíciles, porque estos aspectos son una presentan sus pacientes. La asistencia espiritual puede llevarse a
parte destacada del autocuidado. En este contexto, el clínico pasa cabo por todos los profesionales sanitarios; una asistencia espiri­
a preguntar si las creencias y prácticas espirituales son relevantes. tual más intensa puede practicarse por profesionales de asistencia
La historia espiritual está centrada en el paciente. El clínico no espiritual especialmente formados, como capellanes, asesores pas­
debería forzar las preguntas si la persona no quiere hablar sobre torales y directores espirituales. En última instancia, la asistencia
espiritualidad. El proselitismo no está permitido, porque viola la espiritual trata de ofrecer cordialidad y conexión a las personas
confianza que los pacientes ponen en los clínicos. Existe una dife­ que se enfrentan al estrés y al sufrimiento.
rencia de poder entre los clínicos y los pacientes. Éstos pueden «Cuando las personas están desbordadas por la enfermedad,
sentirse vulnerables frente a sus clínicos, y este sentimiento debe debemos proporcionarlas alivio físico, pero es igual de relevante
respetarse. alentar el espíritu mediante una muestra constante de amor y
Los clínicos no suelen tener formación como proveedores de compasión. Es vergonzoso ver con qué frecuencia no logramos
asistencia espiritual. Los capellanes, sacerdotes, asesores pastorales darnos cuenta que lo que las personas requieren de un modo

PARTE I PRINCIPIOS
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Papel del farm acéutico clínico I C A P Í T U L O 5 6 293

desesperado es afecto humano. Sin otras formas de cordialidad Hace 30 años, el papel tradicional del farmacéutico consistía en
humana y sin un sentido de valor, las demás formas de tratamiento obtener, formular y dispensar los fármacos sin tomar parte en el
son menos eficaces. La verdadera asistencia de los enfermos no
comienza con procedimientos costosos, sino con los simples rega­
los de afecto, amor e interés.»15
proceso de decisión de la medicación. Esto cambió cerca de fina­
les del siglo xx con la adopción de la asistencia farmacéutica y la
introducción de actividades basadas en unidades de hospitaliza­
ción centradas en el paciente, denominadas servicios de farm acia
I
B I B L I O G R A F Í A
clínica. Los papeles tradicionales cada vez se realizan más por téc­
nicos farmacéuticos y por otro personal de apoyo, mientras que se
1. Sanghavi DM. What makes for a compassionate patient-caregiver relationship?. anima a los farmacéuticos a emplear sus habilidades farmacéuticas
J Qual Patient Saf 2006;132:283-291. y terapéuticas. En Reino Unido, esto ha ido un paso más allá, y los
2. Institute for Alternative Futures. Patient-Centered Care 2015: Scenarios, Vision,
Goals & Next Steps. Alexandria,VA: Picker Institute, 2004. farmacéuticos con una formación adecuada pueden prescribir
3. Sulmasy DP A biopsychosocial-spiritual model for the care of patients at the toda una serie de fármacos sin la supervisión de un médico.
end o f life. Gerontologist 2002;42:24-33- La investigación está proporcionando nuevos fármacos y cam­
4. Remen R. Kitchen table wisdom: Stories that heal. New York: Riverhead Books, biando los ya existentes, así como las formulaciones posológicas.
1996- La incorporación de un farmacéutico competente especializado
5. WHOQOL Group. The WHO Quality of Life Assessment (WHOQOL) Position
Paper from the World Health Organization. Soc Sci Med 1995;41:1403-1409. en cuidados paliativos permite a los médicos, profesionales de
6. Association of American Medical Colleges (AAMC). Report III—Contemporary enfermería y otros miembros del equipo de asistencia sanitaria
Issues in Medicine: Communication in Medicine. Medical School Objectives aprovechar un recurso de incalculable valor que les ayuda a ofre­
Project (MSOP). Washington, DC: Association of American Medical Colleges, cer una asistencia óptima a los pacientes de un modo rentable.
1999- Available at http://www.aamc.oig/meded/msop/msop3.pdf (accessed
June 14,2006). Al incorporar las funciones tradicionales de dispensación y ampliar
7. Berube M (ed).Webster’s II: News college dictionary. Boston: Houghton Mifflin, sus funciones clínicas, los farmacéuticos ayudan a proporcionar
2001 . una farmacoterapia rentable en todos los tipos de contextos prác­
8. Dalai Lama CutlerH.The Art of Happiness. New York: Riverhead Books, 1998. ticos de residencias para pacientes terminales y de cuidados palia­
p 114.
9. Puchalski CM, Anderson MB, Lo B, et al. Washington, DC: Association of
tivos, todo ello de diversas maneras (cuadros 56-1 y 56-2).
American Medical Colleges, in preparation.
10. Sulmasy DPThe Healer’s Calling:A Spirituality for Physicians and Other Health
Care Professionals. New York: Paulist Press, 1997. ASESO RAM IENTO FARMACOTERAPÉUTICO
11. Puchalski CM, Romer A. Taking a spiritual history allows clinicians to unders­
tand patients more fully. J Palliat Med 2000;3:129-137. Obligaciones y asesoramiento centrados
12. Puchalski CM. Spiritual assessment in clinical practice. Psychol Ann
2006;36:150-155. en el profesional
13. MaugansTA.The SPIRITual history.Arch Fam Med 1996;5:11-16.
14. Anandarajah G, Hight E. Spirituality and medical practice: Using the HOPE Aunque los cuidados paliativos han adoptado una estrategia tera­
questions as a practical tool for spiritual assessment. Am Fam Physician péutica holística, se puede considerar que el tratamiento del dolor
2001;63:81-88. Available at http://www.aafp.org/aQj/20010101/81.pdf y de los síntomas mediante fármacos es el aspecto fundamental de
(accessed July 7,2006).
15. Dalai Lama. Foreword. In Puchalski CM (ed). Time for Listening and Caring:
la asistencia. El tratamiento farmacológico puede ser muy complejo
Spirituality and the Care of the Chronically 111 and Dying. New York: Oxford
University Press, 2006.

Cuadro 56-1 Definiciones del servicio de farmacia


clínica y de la asistencia farmacéutica
Lafarmacia clínica es el aspecto de la práctica farmacéutica que
contribuye de un modo directo a la asistencia del paciente y que
se encarga de establecer y estimular un uso racional y adecuado
de los productos y dispositivos medicinales.
La asistenciafarmacéutica es la asistencia centrada en la persona

I CAPÍTULO 56 relacionada con el equipo de farmacia, con el objetivo de mejorar


los resultados del tratamiento.

Papel del farmacéutico clínico Cuadro 56-2 Responsabilidades del farmacéutico en


Andrew Dickman y Phyllis A. Grauer las residencias para enfermos terminales y en cuidados
paliativos según la American Society of Health-System
Pharmacists

© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos * Evaluar la idoneidad d e las órdenes farmacéuticas y asegurar la pro­
visión oportuna de una m edicación eficaz para el control de los
síntomas.
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

» Asesoramiento y educación del equipo de la residencia p ara enfer­


m os term inales sobre el tratam iento farmacológico.
P U N T O S
» Asegurarse d e q u e los pacientes y cuidadores com prenden y siguen
» El farmacéutico clínico tiene unas amplias habilidades farmacéuticas y las instrucciones proporcionadas c o n la m edicación.
terapéuticas que cuentan con muchas aplicaciones en las residencias para » O frecer unos m ecanism os eficaces p ara la realización extem poránea
enfermos terminales y en cuidados paliativos. d e formas posológicas n o estándar.
» El farmacéutico clínico es una parte integrante del equipo interdisciplinario » Tratar los a spectos económ icos.
y desempeña un papel fundamental en el desarrollo de vademécums y de * Asegurarse de unos m ecanism os seguros y legales para desechar
protocolos, así como en investigación, educación y formación. todos los fárm acos tras el fallecimiento.
» El papel del farmacéutico clínico continúa en expansión con nuevas respon­ * Establecer y m antener u na com unicación eficaz con los organismos
sabilidades, como la prescripción de fármacos. reguladores y encargados d e o torgar autorizaciones.

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294 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

debido a que los pacientes suelen tener afecciones médicas Responsabilidades y asesoramiento centrados
coexistentes con los síntomas causados por su enfermedad ter­
en el paciente
minal. Con bastante frecuencia, los pacientes requieren varios fár­
macos para controlar sus síntomas y puede que ya estén tomando El farmacéutico es el profesional sanitario ideal para confirmar
medicación para las enfermedades coexistentes. La polimedica- los antecedentes farmacológicos. Los posibles beneficios de la
ción resultante aumenta el riesgo de efectos secundarios y de inte­ obtención de estos antecedentes por parte del farmacéutico son
racciones, y puede disminuir la eficacia del tratamiento debido a el conocimiento de las preparaciones sin receta y de los suple­
un mal cumplimiento del paciente o a una descoordinación entre mentos herbales, la capacidad de identificar los fármacos, la iden­
el paciente y el médico. tificación de los problemas reales y potenciales relacionados con
Los farmacéuticos reciben una formación exhaustiva sobre los fármacos (p. ej., efectos secundarios, interacciones farmacoló­
todos los aspectos de los fármacos, que abarca la fisiología, pato­ gicas) y la continuidad del tratamiento.
logía, farmacéutica, farmacología y terapéutica. Cuentan con unos El paciente puede tener dificultades prácticas a la hora de
conocimientos especializados sobre las interacciones farmacoló­ tomar ciertas medicinas, como una incapacidad para leer el pros­
gicas, los efectos secundarios, las precauciones y las contraindi­ pecto o problemas para abrir el envase de la medicina. El farma­
caciones, incluido el uso en pacientes con insuficiencia hepática céutico puede identificar estos problemas y establecer que se
o renal, la disponibilidad de productos o formulaciones y los dispongan ayudas para favorecer el cumplimiento. Antes del alta,
costes asociados. El uso de esos conocimientos y experiencia les el farmacéutico puede asesorar y educar a los pacientes y sus cui­
permite diseñar planes de asistencia farmacéutica individuales dadores sobre los fármacos prescritos y sobre los motivos que
y aconsejar sobre la rentabilidad del tratamiento farmacológico hacen necesario cada fármaco, dar instrucciones sobre cómo y
para lograr un equilibrio aceptable entre beneficio y perjuicio, lo cuándo tomarlos y realizar una descripción de los posibles efectos
que mejora la calidad de vida del paciente. El farmacéutico tam­ secundarios.
bién puede aplicar estos conocimientos a una escala mayor en Los consejos verbales deberían completarse con folletos de
la gestión de la medicación, con la elaboración de directrices y información para el paciente, aunque éstos pueden ser engañosos,
vademécums locales terapéuticos basados en la evidencia (se des­ confusos y angustiantes si el fármaco se ha prescrito para un uso
cribe después). fuera de las recomendaciones autorizadas. En tales circunstancias,
Los farmacéuticos pueden asistir a las reuniones de los equi­ se debe informar al paciente sobre este uso y él debe aceptarlo.
pos interdisciplinarios o a las sesiones de las unidades de hospita­ El farmacéutico clínico puede elaborar unos folletos específicos
lización, o a ambas, y se les suele considerar como unos miembros de información al paciente para los fármacos usados fuera de
valiosos del equipo de cuidados paliativos1'3. La integración satis­ su indicación aprobada para aliviar los temores y ayudar con el
factoria en el equipo interdisciplinario permite que los farma­ cumplimiento.
céuticos clínicos accedan a información vital que será necesaria Si a un paciente se le ha prescrito un tratamiento complejo
para diseñar un plan de asistencia farmacéutica, como la historia que tiene un proceso complicado de solicitud, el farmacéutico
clínica actual y previa, los parámetros bioquímicos, hematológicos puede colaborar con el farmacéutico de la comunidad escogido
y farmacocinéticas y las alergias y enfermedades del paciente. La por el paciente para asegurar la continuidad asistencial.
respuesta al tratamiento farmacológico puede variar debido a que
la enfermedad del paciente de cuidados paliativos suele ser inesta­
ble, sobre todo cuando progresa.
Desarrollo de vademécum s y protocolos

Uso de los fármacos fuera de las indicaciones Debido a que los cuidados paliativos pueden requerirse en varias
fases de una enfermedad, resulta inapropiado e ineficaz diseñar
aprobadas un vademécum de los fármacos almacenados. Una estrategia más
Aunque el uso de fármacos no aprobados o no autorizados en realista consiste en desarrollar protocolos de tratamiento farma­
cuidados paliativos es infrecuente, el uso de medicamentos apro­ cológico y vademécums asociados basados en el estado funcional
bados pero fuera de la indicación autorizada es habitual y necesa­ y el pronóstico actuales y previstos de los pacientes. En la asis­
rio. Se trata de una práctica corriente en la actividad diaria. En un tencia de las residencias para enfermos terminales se hace hin­
estudio se observó que el uso fuera de las indicaciones aproba­ capié en el control de los síntomas, más que en el tratamiento de
das de fármacos representaba el 15% de las prescripciones escri­ los estados patológicos subyacentes. Los fundamentos para el uso
tas en una unidad de cuidados paliativos4. El farmacéutico está de los fármacos cuando los pacientes tienen una esperanza de
obligado a cuidar del paciente y ocupa una posición privilegiada vida de varios años puede que no sean apropiados en los últimos
para aconsejar al médico que prescribe, evaluando el posible meses de vida. Los pacientes con una enfermedad terminal suelen
beneficio y perjuicio de utilizar un fármaco fuera de la indicación empezar a interrumpir sus fármacos destinados a evitar la progre­
aprobada. sión de la enfermedad a largo plazo. Por ejemplo, los fármacos
hipocolesterolemiantes en los pacientes a quienes les quedan
semanas de vida pueden añadir una carga económica innecesa­
Errores con la medicación ria, así como el riesgo de interacciones farmacológicas y de efec­
tos secundarios. Sin embargo, si a un paciente le quedan varios
Los errores de prescripción se deben a muchas razones, como
años de vida, la interrupción prematura de esta medicación sería
unos conocimientos inadecuados sobre el fármaco, factores rela­
inadecuada. Cuando se diseñan los protocolos, los criterios para
cionados con el paciente y su enfermedad, errores de cálculo,
los fármacos empleados para tratar la enfermedad deben estar
escritura ilegible, abreviaturas no estándar, confusión con el nom­
relacionados con la funcionalidad y la esperanza de vida prevista
bre del fármaco y realización inadecuada de la historia clí­
del paciente.
nica. La prescripción en cuidados paliativos puede ser una
El farmacéutico tiene varias funciones en la elaboración de
actividad exigente, sobre todo dada la incidencia relativamente
protocolos o directrices asistenciales para los pacientes:
alta de tratamientos complejos y del uso de fármacos fuera de
la indicación aprobada. La asistencia a las reuniones del equipo • Proporcionar literatura médica en la que basarse para corrobo­
interdisciplinario y a las sesiones de las unidades de hospitali­ rar el uso de fármacos.
zación sitúa al farmacéutico clínico en una posición en la que • Extrapolar los principios farmacocinéticos y farmacodinámicos
puede intervenir en el momento de la prescripción, lo que le para sustentar un uso apropiado de los fármacos en la asisten­
perm ite identificar los problemas en una fase precoz y evitar cia terminal que pueda ser menos aceptable en la asistencia
algunos de ellos. sanitaria general.

PARTE I PRINCIPIOS
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Papel del farm acéutico clínico I C A P Í T U L O 5 6 295

• Proporcionar información sobre la medicación y asegurase de Uno de los aspectos esenciales de la función del farma­
que el vademécum refleje los fármacos más apropiados y ren­ céutico es investigar sobre cuidados paliativos. Su participa­
tables desde el punto de vista terapéutico. ción puede oscilar desde la aportación de información
sobre fármacos al desarrollo y aplicación de protocolos de
investigación.
Servicios tradicionales de farmacia
Las actividades tradicionales del farmacéutico consisten en obte­ Desarrollo de sus funciones
ner, dispensar y elaborar los fármacos. Aunque pocas veces par­
ticipa en esta actividad, el farmacéutico clínico que trabaja en En Reino Unido, la Ley del medicamento de 1968 definió el dere­
residencias para enfermos terminales y cuidados paliativos cola­ cho legal a prescribir fármacos, limitándolo a los médicos, dentis­
bora con sus colegas que llevan a cabo estos servicios para asegu­ tas y cirujanos veterinarios. Veinticinco años después la legislación
rar que los pacientes reciben un suministro oportuno de fármacos. fue modificada, y en 2003 los farmacéuticos se incorporaron a
La relación es fundamental cuando se prescribe a los pacientes un grupo de profesionales sanitarios autorizados a convertirse
productos que son difíciles de obtener a nivel comercial o que en prescriptores complementarios. A partir de mayo de 2006, los
requieren una preparación extemporánea. farmacéuticos cualificados se convirtieron en prescriptores inde­
pendientes, que pueden prescribir legalmente cualquier fármaco
autorizado para cualquier enfermedad médica en el ámbito de su
práctica. Los métodos complementarios e independientes de pres­
cripción se denominan de forma colectiva prescripción no
PRÁCTICAS DE LOS FARMACÉUTICOS médica (cuadro 56-3).
En Estados Unidos, los derechos y las responsabilidades del far­
M odelos de práctica de los farmacéuticos
macéutico están determinados por los organismos legislativos y
Los modelos de práctica de los farmacéuticos de Reino Unido reguladores (tabla 56-1 y cuadros 56-4 y 56-5). En muchos estados
y Estados Unidos presentan grandes diferencias, al igual que sus
respectivos sistemas sanitarios. A pesar de ello, existen algunas
similitudes. La logística de incorporar un farmacéutico en el
equipo interdisciplinario de cuidados paliativos depende del
contexto práctico. Debido al ajuste de los presupuestos sanita­
rios, el coste adicional de añadir un farmacéutico debe tener una
justificación económica. Debido a que los servicios de farmacia
clínica no generan ingresos, el ahorro de costes y los mejores
resultados para los pacientes secundarios a la participación
de un farmacéutico en la asistencia de los pacientes justifican
su participación. Desde el punto de vista histórico, la opinión
pública y la comunidad sanitaria han considerado que la pro­
visión de información sobre los fármacos y de asesoramiento
farmacológico p or parte de los farmacéuticos es un servicio gra­
tuito en los contextos de pacientes ambulatorios o extrahospi-
talarios, así como un servicio que no generaba ingresos en los
hospitales.
• En Reino Unido, un farmacéutico clínico asociado a un hospi­
tal suele ofrecer el servicio de farmacia de cuidados paliativos
al hospital y a la residencia para enfermos terminales local. En
un número cada vez menor de situaciones, el servicio farma­
céutico para la residencia de enfermos terminales puede obte­
nerse de una farmacia minorista local. Aunque los costes son Participación e n las reuniones de los equipos interdisciplinarios o
considerables, la experiencia del farmacéutico es una necesi­ en las sesiones d e las u nidades d e hospitalización.
dad reconocida, y el servicio está financiado por el gobierno a O btener los antecedentes farmacológicos d e los pacientes.
través del Sistema Nacional de Salud. Asesoramiento sobre el c ontrol d e los síntomas.
• En Estados Unidos, la ley OBRA (Omnibus Reconciliation Proporcionar inform ación sobre los fármacos, destacando los posi­
Act) de 1987 y la ley MMA (Medicare Prescription Drug, Im­ bles efectos secundarios, las interacciones y la adaptabilidad d e los
provement, and Modernization Act) de 2003 proporcionan tratam ientos para los p acientes c o n factores d e comorbilidad.
la justificación y la validación del valor de la participación de Coordinación c o n o tros profesionales sanitarios p a ra instituir u n uso
los farmacéuticos clínicos y el reembolso asociado en la asis­ seguro, eficaz y económ ico d e los fármacos.
tencia sanitaria. Prescripción n o médica.
Monitorización de los regím enes terapéuticos, asegurándose de que
se c um plen los protocolos, directrices y estándares terapéuticos.
Asesoramiento a los p acientes y cuidadores sobre todos los fármacos
Investigación, educación y formación
prescritos, incluido el propósito d e cada u no y los posibles efectos
Los farmacéuticos suelen participar en el asesoramiento y secundarios.
educación a pacientes. Cada vez es más habitual que los far­ Com unicación eficaz c o n el farm acéutico com unitario escogido p o r
macéuticos más expertos participen en la educación de los el p aciente para asegurar la continuidad asistencial.
estudiantes y los profesionales sanitarios sobre varios aspec­ Redactar las directrices para el uso de fármacos en el hospital, la
tos de los fármacos. Los cuidados paliativos constituyen una residencia para enferm os term inales o el á rea local.
especialidad relativamente nueva, que suele implicar el uso de Proporcionar inform ación económ ica sobre el gasto farmacéutico.
opciones farmacoterapéuticas complejas. No resulta sorpren­ Contribuir a la educación d e los profesionales sanitarios.
dente que el farmacéutico se considere u n recurso valioso para Llevar a cabo acciones d e investigación y desarrollo.
esta actividad.

ERRNVPHGLFRVRUJ
296 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

T A B L A 56-1 M o d e lo s d e servicios d e farmacia clínica para los p ro g ra m a s d e residencias para enferm os term inales

EMPLEADOR ESTRUCTURA DE REEMBOLSO


DEL FARMACÉUTICO
Consultor clínico independiente Tarifa para los servicios clínicos Centrado en las necesidades de Requiere un tiempo adicional de
como un proveedor de basada en el censo de la residencia para enfermos comunicación entre el personal de la
servicios de farmacia pacientes y los servicios clínicos terminales residencia y los servicios de farmacia
proporcionados Sin vinculación con la dispensación; clínica y de dispensación
ausencia de conflicto de intereses Puede estar fuera de la residencia
por rentabilidad
Farmacia de venta al por menor Incorporado al coste de las Tienda «todo en uno» para Dificultad para equilibrar las necesidades
prescripciones dispensadas dispensación y consulta clínica de contención de costes de la residencia
Tarifa por los servicios clínicos Reduce el tiempo de ocupación del con las necesidades de rentabilidad de
usados personal de la residencia la farmacia dispensadora
Localizada en la propia residencia Falta de tiempo para funciones de
consulta
Falta de experiencia en cuidados
paliativos
Por lo general, localizada fuera de la
residencia
Administrador de beneficios de Tarifa incluida en el coste de cada Permite que el farmacéutico Dificultad para equilibrar las necesidades
farmacia especializado con o prescripción dispensada clínico esté disponible cuando de contención de costes de la residencia
sin proveedores dispensadores Tarifa por los servicios clínicos sea preciso en función del censo con las necesidades de rentabilidad del
de prescripciones Tarifa diaria que cubre los de pacientes y del uso de los proveedor de servicios
fármacos dispensados y los servicios clínicos Por lo general, localizada fuera de la
servicios clínicos residencia
Residencia para enfermos Salario y beneficios Centrado sólo en las necesidades Dificultad para dotarla del personal
terminales proporcionados por la residencia de la residencia para enfermos adecuado para ofrecer un servicio de 24
terminales y del paciente horas sin sobredimensionar el personal
Integración del farmacéutico en el Por lo general, sólo es factible en un
equipo de la residencia programa hospitalario amplio
Localizada en la propia residencia

Cuadro 56-5 Códigos de la terminología actualizada B I B L I O G R A F Í A


de procedimientos (CPT) para los farmacéuticos 1. Lucas C, Glare PA, Sykes JV Contribution of a liaison pharmacist to an inpatient
palliative care unit. Palliat Med 1997; 11:209-216.
0115T: Evaluación inicial cara a cara o intervención con el paciente; 2. Gilber P, Stefniuk K. The role of the pharmacist in palliative care: Results
1-15 minutos. of a survey conducted in Australia and Canada. J Palliat Care 2002; 18:
0116T: Evaluación posterior cara a cara o intervención con el 287-292.
paciente; 1-15 minutos. 3. Austwick A, Brooks D.The role of the pharmacist as a member of the palliative
care team. Prog Palliat Care 2003;11:315-320.
0117T: Cada 15 minutos adicionales de consulta cara a cara con el 4. Atkinson CV, Kirkham SR. Unlicensed uses for medication in a palliative care
paciente; utilizado además de los códigos 0115T o 0116T. unit. Palliat Med 1999;13:145-152.
5. PunekarY, Un S-W,Thomas J in. Progress of pharmacist collaborative practice:
Status of state laws and regulations and perceived impact of collaborative
practice.JAm PharmAssoc 2003;43:503-510.
están surgiendo acuerdos de práctica colaboradora entre el far­
macéutico, el prescriptor y el paciente, cada uno con su propio
conjunto de normas. En un estudio5 de directores ejecutivos de
comisiones de farmacia publicado en 2003, de los 48 estados que L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
contestaron al estudio, «32 (66%) tenían leyes sobre práctica cola­
boradora con un farmacéutico, 23 (48%) permitían que los farma­ Doyle D, Hanks G, Cherny N, Calman K (eds). Oxford Textbook
céuticos comenzaran y modificaran un tratamiento, mientras que of Palliative Medicine, 3rd ed.. Oxford, UK: Oxford University
9 (19%) sólo permitían modificaciones del tratamiento. La mayo­ Press, 2003.
ría de las leyes estatales se aplicaban a contextos hospitalarios, de Lipman AGJackson KC,Tyler LS. Evidence-Based Symptom Control
cuidados crónicos y extrahospitalarios». in Palliative Care: Systematic Reviews and Validated Clinical
Estos cambios pueden revolucionar los servicios que puede Practice Guidelines for 15 Common Problems in Patients
proporcionar un farmacéutico en el contexto de cuidados paliati­ with Life-Limiting Disease. Binghamton, NY: Pharmaceutical
vos. Las funciones del farmacéutico en dicho contexto continúan Products Press, 2000.
evolucionando, pero no hay duda de la valiosa contribución que Twycross R,Wilcock A. Hospice and Palliative Care Formulary USA.
este grupo de profesionales proporciona a la calidad global de la Nottingham, UK: Hospice Education Institute, 2006. Available at
asistencia al paciente. Palliativedrugs.com (accessed October 18,2007).

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Consultor ético en m edicina paliativa I C A P Í T U L O 5 7 297

para la resolución de conflictos y para comprender las implica­


57
I
| CAPÍTULO
ciones de los valores se comparten en gran medida con muchas
disciplinas. Las relaciones entre el servicio de medicina paliativa
y el consultor ético son bidireccionales. En los casos complejos,
el consultor ético clínico puede ser de gran ayuda para los servi­
Consultor ético en medicina cios de medicina paliativa, y éstos pueden ayudar a los consultores
éticos clínicos.
paliativa

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

3 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos


Los servicios oficiales de consulta ética clínica han aparecido en
los últimos 30 años. A medida que las opciones terapéuticas han
aumentado, que la autonomía del paciente se ha vuelto más pro­
minente y que se ha prestado más atención a la investigación, la
utilidad de un servicio especializado en resolver dilemas morales
ha adquirido notoriedad. Los casos legales referentes a la retirada
P U N T O S del soporte vital, como el caso Quinlan, han estimulado unas revi­
►La consulta ética clínica se cei 1a adecuada toma de decisiones y ei siones éticas más oficializadas para algunas elecciones tomadas
un proceso correcto. en pacientes terminales. En la década de 1970, la consulta ética
> Se dispone de varios modelos de consulta; suelen estar conectados con un surgió como un campo específico3. En la actualidad existen po­
comité de ética hospitalario en colaboración con otras disciplinas. cos estándares oficiales4. Por lo general, los consultores éticos
» Los consultores éticos pueden ser un recurso para la resolución de conflic­ individuales proceden de diversos ámbitos, como la teología, la
tos entre profesionales sanitarios, pacientes y familias respecto a decisiones filosofía y la medicina. La experiencia y las habilidades son diver­
conflictivas y pueden ayudar a resolver elementos de angustia moral. sas y no existe una acreditación ni certificación oficial para los
» El servicio de medicina paliativa puede ser un recurso significativo para el consultores éticos. Existe tensión en el campo de la bioética res­
consultor ético que se enfrente a un paciente que aún no esté tratado por pecto al papel y el método de la implicación práctica que debería
dicho servicio. tener un consultor ético en las decisiones asistenciales sobre los
» Los consultores éticos pueden ayudar en las cuestiones sobre ética y polí­ pacientes5.
ticas de investigación. Estimulados por la ley y las organizaciones acreditadoras, la
mayoría de los hospitales han formalizado los comités éticos mul-
tidisciplinarios, que son responsables de ayudar en las consultas
éticas del centro. En teoría, estos grupos están disponibles en
cualquier comité de ética. Sin embargo, suelen mostrar inactivi­
dad, falta de formación e incapacidad de responder con rapidez.
En la mayoría de las ocasiones, los comités están compuestos de
voluntarios que no han aportado unos recursos significativos para
llevar a cabo las diversas tareas. Los grandes centros académicos
suelen emplear personas especializadas para que realicen una
ayuda sobre consultas éticas y educación ética. Suelen tener una
La consulta ética clínica proporciona un servicio especializado función de ayuda más institucional, pero puede que no tengan el
para los profesionales sanitarios, pacientes y familias en situacio­ mismo acceso a la cultura sanitaria que los miembros del comité
nes complejas en las que existen diferencias de criterio sobre de ética.
decisiones muy relevantes. Estas discordancias morales suelen
existir entre varias personas en el contexto terapéutico y también
en una misma persona. Aunque existe controversia sobre cuándo
debería intervenir un consultor ético, la discordancia sobre cómo PAPEL Y M O DELO S DE LA CONSULTA
escoger entre distintos valores suele causar una angustia moral ÉTICA
significativa. Para que un paciente acepte un tratamiento paliativo
y a la hora de aplicarlo, un balance de los distintos valores des­ Cuando se requiere la participación de los consultores éticos
empeña un papel destacado. Un ejemplo puede encontrarse en el en un caso, puede que tengan que desempeñar varios papeles,
debate sobre cuándo, cómo y si se deberían utilizar antibióticos dependiendo de las necesidades. En la mayoría de las ocasiones,
en un paciente terminal1. El modo de maximizar los valores de el consultor ético ayuda a sopesar los valores o principios expre­
comodidad, longevidad, salud pública, elección individual y res­ sados por las partes interesadas para ayudar a tomar la mejor
ponsabilidad fiscal puede ser especialmente complejo dada la decisión posible6,7. Los consultores éticos suelen recibir peticio­
ausencia de datos precisos sobre resultados. Una buena comunica­ nes para que medien cuando se puede identificar un conflicto
ción puede resolver algunos complejos mediante una mejor com­ de valores. Los intentos de encontrar la mejor solución suscitan
prensión o haciendo que los valores sean evidentes. En ocasiones, la cuestión de si el consultor ético desempeña el papel de un
un consultor de ética clínica o un pequeño comité de ética pue­ abogado. El consultor ético debe abogar por un proceso transpa­
den maximizar un buen proceso cuando se producen discordan­ rente y adecuado, además de expresar los límites éticos dadas las
cias morales. contingencias de un caso. Como objetivo secundario, el consultor
ELSEVIER. Fotocopiar six

Los consultores éticos clínicos pocas veces son necesarios proporciona las herramientas para que los clínicos traten casos
en los casos en los que los médicos de medicina paliativa ya se similares en el futuro. Si la consulta se lleva a cabo de un modo
han visto implicados y han sido aceptados por los pacientes y adecuado, esto debería reducir las consultas similares en el futuro
sus familias. Aunque existen diferencias en cuanto a las estrate­ del mismo servicio, porque éste debería conocer las herramientas
gias entre los servicios de ética y de cuidados paliativos, también utilizadas para resolver la situación8. El consultor ético se emplea
puede haber muchas semejanzas2. Esto es especialmente cierto mejor en los casos innovadores o especialmente complejos y no
cuando el servicio de medicina paliativa ha recurrido a sacerdo­ como palanca para convencer a una parte ni como una simple
tes y a trabajadores sociales. Las habilidades de un consultor ético formalidad.

ERRNVPHGLFRVRUJ
298 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

La consulta ética puede implicar a una única persona con una AVANCES Y OPORTUNIDADES
gran formación o a un grupo de consultores, dependiendo de las
DE INVESTIGACIÓN
circunstancias del caso y de la institución9. Como norma, una sola
persona o un comité de ética pequeño puede convocarse con Aunque las directivas avanzadas, los testamentos en vida y los
más rapidez en respuesta a las consultas necesarias. Cuando un documentos por poderes de asistencia sanitaria se han anunciado
paciente ya está bajo los cuidados del equipo de medicina palia­ como elementos que facilitarían la toma de decisiones sobre
tiva, el consultor ético puede ser de ayuda cuando surgen discor­ la fase final de la vida, no han cumplido estas expectativas13. La
dancias entre el paciente, la familia y los profesionales sanitarios necesidad de una consulta ética persiste a pesar del uso creciente
respecto a las solicitudes de tratamientos que no sean consecuen­ de estos documentos, debido a su vaguedad y a la propensión que
tes con un plan determinado de cuidados. Un consultor individual tienen los pacientes de cambiar de opinión. Los consultores éticos
puede ser útil para un médico que desee estar seguro de que su cada vez reciben más solicitudes para ayudar en los casos en los
razonamiento para una estrategia no estándar está bien conside­ que el paciente pierde su capacidad cognitiva y contradice los
rado. Un grupo multidisciplinario más amplio ofrece una diversi­ deseos expresados con anterioridad.
dad útil. Para las cuestiones en los casos en los que aún no se haya La investigación empírica sobre la consulta ética es difícil y
implicado a la medicina paliativa, un grupo más extenso puede compleja. Algunos estudios han considerado que el criterio de
ser útil cuando se trate de la inutilidad de las medidas agresivas. valoración de la consulta ética es la reducción de los tratamien­
En esta consulta, el médico de medicina paliativa puede ser lla­ tos «no deseados» o la disminución de la estancia en la unidad
mado para aportar su experiencia sobre la diversidad de opciones
disponibles. Los profesionales de medicina paliativa pueden con­
sultar a los consultores de bioética o viceversa sobre un proceso
adecuado. En el primer caso, los servicios paliativos pueden solici­
tar una consulta ética para ayudar en sus deliberaciones morales
o para encontrar una solución a un conflicto de valores entre las
partes. En el segundo caso, la medicina paliativa proporciona un
servicio y un punto de vista para las deliberaciones éticas del con­ C A S O P R Á C T I C O
sultor ético.
Aunque los aspectos éticos difíciles en medicina paliativa van Consulta sobre tratamiento antiinfeccioso
más allá de los que se han tratado con anterioridad, los ejemplos
subrayan los servicios que puede aportar un consultor ético. Estos Un m édico d e m edicina paliativa consulta al servicio d e ética sobre
servicios no pretenden dirigir las acciones médicas, sino apoyar al una mujer de 75 a ños cuyo pronóstico d e supervivencia es inferior
paciente, al médico, al personal de enfermería y a otros profesiona­ a una semana. Este joven m édico pregunta si sería apropiado iniciar
les para ofrecer la mejor asistencia que respete los valores que están un tratamiento antiinfeccioso de una infección curable a petición
en juego para todos los implicados (v. «Caso práctico: Consulta sobre de la familia. La paciente no p uede participar en la tom a de la
una sonda de alimentación», «Caso práctico: Consulta sobre trata­ decisión.
miento antiinfeccioso» y «Caso práctico: Consulta sobre sedación En este caso, el consultor ético se centra en ayudar al joven médico
paliativa»).
a considerar si n o administrar este tratamiento «estándar» para la
infección sería permisible desde el punto de vista ético1. El valor de los
deseos de la familia, la maximización de la com odidad de la paciente, la
eficacia del tratamiento en el contexto de los objetivos asistenciales más
C A S O R Í C T I C O
amplios y las obligaciones del médico se ponen de relieve para tenerse
en cuenta.
Consulta sobre una sonda de alimentación

El m édico responsable de medicina paliativa se dirige al servicio de


consulta ética. Describe el caso de un paciente de 60 años con cáncer
terminal. Su familia presiona al paciente para que acepte el uso de una
sonda de alimentación y solicita al equipo que se la coloque.
El criterio médico consiste en que la sonda de alimentación
ofrecerá escasos o nulos beneficios para la extensión de la vida y puede
J C A S O R Í C T I C O
complicar un buen alivio sintomático. En este caso, la cuestión es cóm o
respetar las elecciones autónomas del paciente y los valores de su
Consulta sobre sedación paliativa
familia a la vez que se respeta la filosofía consecuente de la medicina
paliativa. Una paciente relativamente joven con un pronóstico terminal solicita
El consultor se reúne con el paciente a solas y le encuentra sedación paliativa porque está atormentada por la idea de morir. Las
consciente y con sus funciones cognitivas intactas. El paciente expresa indicaciones para la sedación paliativa continúan siendo objeto de
su deseo de evitar la colocación de una sonda de alimentación, así como un debate internacional11'12. El consultor ético clínico puede ayudar
de morir en paz. Sin embargo, está preocupado por las consecuencias al equipo encargado del tratamiento a evaluar este caso y colaborar a
espirituales de no aceptar la nutrición artificial por sus creencias desarrollar las políticas más amplias para las indicaciones institucionales
religiosas. También está preocupado por desagradar a su familia. de la sedación paliativa.
El consultor pone de manifiesto para el paciente el conflicto de sus Parte de la ayuda en el caso individual puede consistir en hablar
intereses de valores, sugiere formas para aclarar los aspectos espirituales con la paciente y la familia para poner al descubierto los valores de
(como la participación de un clérigo) y reúne al paciente, el equipo y la paciente que sustituyan a aquel en el q ue ella se ha centrado.
la familia para encontrar la mejor solución para la serie de valores que Al interactuar con el equipo m édico en este caso individual, el
ahora se han expresado con claridad. El consultor es útil para facilitar consultor ético puede ser útil para generalizar el problema y para
la comunicación, mediar entre las partes que han expuesto diferentes expresar cóm o una determinada política puede explicar la diversidad
pesos en valores concretos y crear un marco de lo que es permisible de juicios de valores de los pacientes, m édicos y personal de
desde el punto de vista ético10. enfermería.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
M usicoterapeutasyarteterapeutas I C A P Í T U L O 5 8 299

de cuidados intensivos1415. Otro criterio de valoración que se ha 14. Dowd)' MM, Roberston C, Bander JA. A study of proactive ethics consultation
sugerido ha sido la satisfacción de los pacientes, las familias y los for critically and terminally ill patients with extended length of stay. Crit Care

I
Med 1998;26:252-259-
profesionales sanitarios. Aunque los clínicos y los pacientes pue­ 15. Schneiderman LJ, Gilmer T, Teetzel HD. Impact of ethics consultations in
den expresar su aprecio en algunos casos, la decisión más apro­ the intensive care setting: A randomized, controlled trial. Crit Care Med
piada puede que no satisfaga a todas las partes. Si la consulta ética 2000;28:3920-3924.
se refiere a cuál es el proceso correcto, estas medidas pueden 16. Craig JM, MayT. Evaluating the outcomes of ethics consultation. J Clin Ethics
ser inadecuadas, y puede que haya pocas maneras de analizar si 2006;17:168-180.
17. Janssens MJPA, Gordijn B. Clinical trials in palliative care:An ethical evaluation.
la consulta ética es útil16. Es esencial crear algunos elementos de Patient Educ Couns 2000;41:51-62.
referencia. 18. Bums JP. From case to policy: Institutional ethics at a children’s hospital. J Clin
Para los programas de medicina paliativa, la consulta ética pue­ Ethics 2000;11:175-181.
de ser útil para los protocolos de investigación o para crear polí­
ticas sólidas dados los desafíos significativos que plantea la pobla­ L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
ción17,18. En estos casos, el consultor ético se aparta de su papel
de consulta ética clínica para desempeñar uno en la investigación Aulisio MP, Arnold RM, Youngner SJ (eds). Ethics Consultation:
ética o en la consulta ética de las políticas. Ésta es un área de ser­ From Theory to Practice. Baltimore: Johns Hopkins University
vicios emergente que muchos profesionales opinan que puede Press, 2003.
llevarse a cabo, debido a la experiencia y conjunto de habilida­ Dubler NN, Liebman CB. Bioethics Mediation: A Guide to Shaping
des que poseen los consultores éticos clínicos. Aún existen varias Shared Solutions. New York: United Hospital Fund, 2004.
áreas de investigación: Fletcher JC, Spencer EM, Lombardo P (eds). Introduction to
Clinical Ethics. Hagerstown, PA: University Publishing Group,
• ¿De qué modo puede llevarse a cabo una mejora de calidad en 2005.
la consulta ética? Zaner RM. Ethics and the Clinical Encounter. Englewood Cliffs, NJ:
• ¿Es necesaria la acreditación de los servicios de consulta? Prentice Hall, 1988.
• ¿Cuáles son los límites de la práctica para los consultores
éticos?
• ¿Qué modelo de consulta ética es mejor?

I CAPÍTULO 58
CONCLUSIONES
Un servicio de consulta ética clínica puede ser útil en las decisio­
nes complejas que implican la pérdida necesaria de un valor para
Musicoterapeutas y arteterapeutas
conservar otro. Estos servicios no pretenden sustituir a la conside­
Usa M. Gallagher, Deforia Lane y Darlene Foth
ración cuidadosa por parte de los profesionales sanitarios, pacien­
tes o familias. En su lugar, deberían utilizarse para potenciar unos
procesos y una toma de decisiones adecuados. Los consultores
éticos suelen aportar sus habilidades para identificar qué valores &2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
están en conflicto y facilitan la comunicación desde el exterior de
la diada paciente-médico. El servicio de medicina paliativa tam­
bién aporta una contribución significativa a la consulta ética. El
consultor ético proporciona un servicio adicional para mejorar el
sistema de medicina paliativa. P U N T O S
►La musicoterapia es eficaz para t
avanzada.
» La arteterapia ayuda a las personas a reducir los síntomas, centrarse en pen­
B I B L I O G R A F Í A samientos positivos, expresarse por sí mismas, compartir sus deseos, ganar
1. Ford PJ, FraserTG, Davis MP, et al.Anti-infective therapy at the end of life: Ethical independencia y obtener bienestar en su vida.
decision making in hospice eligible patients. Bioethics 2005;19:380-392. » El arte es un proceso, y cualquiera que haya utilizado medios artísticos
2. Aulisio MP, Chaitin E, Arnold RM. Ethics and palliative care consultation in the puede confirmar el poder de las imágenes.
intensive care unit. Crit Care Clin 2004;20:505-523-
3. Branson R. Bioethics as individual and social:The scope of a consulting profes­ > Los musicoterapeutas y arteterapeutas emplean las artes con fines
sion and academic discipline.J Relig Ethics 1975;3:111-139- terapéuticos.
4. Society for Health and Human Values and the Society for Bioethics » Las artes expresivas desempeñan papeles significativos para mejorar la salud
Consultation (SHHV-SBC) Task Force on Standards for Bioethics Consultation. física y mental.
Core Competencies for Ethics Consultation. Glenview, CL:American Society for
Bioethics and Humanities, 1998.
5. Faden R. Bioethics. A field in transition. J Law Med Ethics 2004;32:
276-278.
6. Beauchamp TL, Childress JF. Principles of Biomedical Ethics, 5th ed. New York:
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

Oxford University Press, 2001.


7. DeMarco JR Ford PJ. Balancing in ethical deliberation: Superior to specification
and casuistry.J Med Philos 2006;31:1-15. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
8. Orr RD. Who does the ethics consultation serve? Lahey Clin Med Ethics
2004;11:10-11. La musicoterapia se ha usado a lo largo de toda la historia
9. Smith ML, Bisanz AK, Kempfer AJ, et al. Criteria for determining the appropriate para ayudar a la curación. Se oficializó como profesión a fina­
method for an ethics consultation. HEC Forum 2004; 16:95-112.
10. Orr RD, Genesen LB. Requests for “inappropriate” treatment based on religious les de la segunda guerra mundial, cuando los musicoterapeutas
beliefs.J Med Ethics 1997;23:142-147. colaboraron en los hospitales de veteranos. En 1950 se creó
11. Jansen LA, Sulmasy DP Proportionality, terminal suffering and the restorative la National Association for Music Therapy, y en 1971, la Ameri­
goals of medicine.Theor Med Bioeth 2002;23:321-337. can Association for Music Therapy. Estas dos organizaciones se
12. Davis MR Ford PJ. Palliative sedation definition, practice, outcomes, and ethics.
J Palliat Med 2005;8:699-710.
unieron para formar la American Music Therapy Association
13. Fagerlin A, Schneider CE. Enough. The failure of the living will. Hastings Cent (AMTA) en 1998. En la actualidad, la AMTA cuenta con más de
Rep 2004;34:30-42. 3.500 miembros1.

ERRNVPHGLFRVRUJ
300 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

La arteterapia tiene sus raíces en la prehistoria, cuando las del procesamiento de la información y los cambios fisiológicos
personas dibujaban imágenes en las paredes de las cuevas para del cuerpo»3. En cuidados paliativos, «la arteterapia es una forma
expresar su mundo. A comienzos del siglo xx, los psiquiatras se eficaz de identificar y a continuación explorar los miedos, ansie­
interesaron en el arte creado por los pacientes con enfermedades dades, pérdida de control y sentimientos de impotencia y deses­
mentales. A mediados del siglo xx, los centros de rehabilitación, peranza»4.También puede disminuir la depresión, reducir el dolor,
hospitales y diversos contextos clínicos comenzaron a incorpo­ ayudar a enfrentarse a los cambios posturales, reducir la ansie­
rar la arteterapia en sus programas terapéuticos para mejorar la dad, aumentar el sentido de autonomía, construir la autoestima,
salud, las habilidades de afrontamiento, la expresión emocional, incrementar las habilidades de afrontamiento, ayudar a mantener
la recuperación y el bienestar. En la década de 1940 comenzó la propia identidad, aumentar la calidad de vida y proporcionar
a reconocerse como una profesión y en 1969 se fundó la Ameri­ un método de dejar algo de uno mismo detrás para la familia o
can Art Therapy Association (AATA). La AATA tiene más de los amigos (v. «Caso práctico: Provisión de asistencia médica y
4.500 miembros2. psicosocial»).

DEFINICIÓN Y CUALIF 1CACIONES Responsabilidades de los terapeutas


Según el anuario de los miembros de la AMTA de 2005, «la musi- Los musicoterapeutas y arteterapeutas están formados para traba­
coterapia es el uso clínico y basado en la evidencia de las inter­ jar con varias poblaciones. Ninguna de las dos profesiones tiene
venciones musicales para conseguir objetivos individualizados en especializaciones oficiales en la actualidad, pero muchas perso­
una relación terapéutica por parte de un profesional acreditado nas prefieren centrarse en adquirir experiencia y conocimientos
que ha completado un programa apropiado de musicoterapia»1. con una población concreta. Aunque muchos programas utilizan
Junto con la experiencia práctica, los musicoterapeutas reciben músicos y artistas voluntarios, la contratación de musicoterapeutas
formación en música, psicología, modelos terapéuticos, estrategias y arteterapeutas asegura ciertos estándares de práctica y códigos
terapéuticas y anatomía. En Estados Unidos, después de completar éticos establecidos.
los cursos de nivel de licenciatura, el alumno completa un inter­ Es esencial que los arteterapeutas y musicoterapeutas traba­
nado de 6-10 meses, tras lo que debe aprobar el examen de una jen en un equipo interdisciplinario con médicos, personal de
junta de certificación. La Certification Board for Music Therapists enfermería, trabajadores sociales y psicólogos. Suelen asistir a las
(CBMT) otorga la certificación, que se mantiene acreditando una reuniones del equipo para obtener información, y comparten los
formación continuada.
La arteterapia combina los campos del arte, la psicología y el
asesoramiento. Utiliza medios artísticos, imágenes y el proceso
de arte creativo para ayudar a las personas a explorar el poten­
cial personal, a resolver problemas y a expresarse verbal o visual­
mente. Se basa en la premisa de que el proceso creativo, no el
producto, es curativo. Según la AATA, «los arteterapeutas necesi­
tan tener un grado de máster en arteterapia y asesoramiento»2.
En Estados Unidos, las acreditaciones estándar reconocidas para ¡ C A S O P R Á C T I C O )
el campo de la arteterapia son los títulos de arteterapeuta regis­
trado (ATR) y de arteterapeuta registrado y certificado (ATR-BC), Provisión de asistencia médica y psicosocial
que son otorgados por la Art Therapy Credentials Board (ATCB).
Además de los requisitos educativos, el alumno debe completar Un ejemplo de cóm o un equipo interdisciplinario puede trabajar
un mínimo de 1.000 horas de contacto directo con los pacien­ en conjunto para proporcionar una asistencia médica y psicosocial
tes tras su graduación para convertirse en ATR. Tras el registro, exhaustiva lo ilustra el caso de Elizabeth, una mujer de 42 años, esposa
el arteterapeuta adquiere la certificación al presentarse y apro­ y madre de dos niñas (de 8 y 12 años de edad), y que presentaba un
bar el examen ATCB, y después la mantiene mediante formación cáncer de mama en estadio IV. Se la derivó a musicoterapia y
continuada. arteterapia para aumentar sus habilidades de afrontamiento, reducir la
percepción del dolor y la ansiedad, normalizar el entorno y estimular
la comunicación con sus hijas y su marido.
Mediante la orientación de sus musicoterapeutas y arteterapeutas,
M USICOTERAPIA Y ARTETERAPIA
Elizabeth com puso y grabó canciones originales en las que expresaba
sus esperanzas y sueños para cada m iembro de su familia, y creó un libro
Función e ilustró historias para cada una de sus hijas. Cuando Elizabeth perdió
La musicoterapia se ha utilizado para tratar necesidades físicas, la posibilidad de interactuar con su familia y al final cayó en coma, se
emocionales, sociales y espirituales, proporcionar distracción de ofreció a las niñas la oportunidad de escribir canciones para su madre.
los tratamientos y procedimientos, mejorar la calidad de vida y Sus letras se centraban en lo que más querían de ella. Grabaron sus
favorecer el proceso de conclusión al final de la vida. Se ha uti­ canciones y se reconfortaron al saber que su madre podía escucharlas
lizado de forma específica para los siguientes síntomas: dolor, an­ cantar, incluso aunque no pudiese estar presente. El arteterapeuta
siedad, depresión, disnea, estado de ánimo, náuseas, miedo, agita­ ayudó a las hijas a crear un collage de fotografías familiares, que se
ción, inquietud, insomnio, ira, confusión, estrés, comodidad, relaja­
colgó cerca de la cama de la paciente. Esto provocó los halagos del
ción, afrontamiento, retraimiento, comunicación, dinámica familiar,
personal hacia las niñas, a la vez que supuso un rayo de luz en la vida de
autoexpresión y fallecimiento.
La arteterapia proporciona un método para que las personas la paciente.
asuman su enfermedad y sus vidas; desarrollen habilidades de El día que Elizabeth falleció, su familia se reunió en la unidad de
afrontamiento; reduzcan el miedo, la ansiedad y el estrés; aumen­ cuidados intensivos. A medida que las horas se hacían interminables, las
ten la autoconciencia; se distraigan del dolor, y expresen las niñas preguntaron si podían cantar, y la familia, sorprendida y agotada,
emociones, y proporciona un sentido de control. Las imágenes son pudo escuchar las dulces voces de dos niñas cantando las canciones
un «puente entre el cuerpo y la mente o entre el nivel consciente que habían creado para su madre.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
M usicoterapeutas y arteterapeutas I C A P Í T U L O 5 8 301

c A S O P R Á C T I C O
• Poner m úsica d e form a constante hasta sobreestim ular al paciente.
• Insensibilidad hacia el efecto em ocional de la música sobre el Arteterapia para una paciente con cáncer de mama
paciente.
Kate era una mujer soltera de raza blanca, de 34 años, que tenía un
• Inatención a la respuesta física del p aciente (es decir, sistem a ner­
cáncer de mama con metástasis abdominales y pulmonares. Fue
vioso autónom o o central) a la música e im posibilidad de revertiría
remitida a arteterapia porque quería hacer algo entre las sesiones
(es decir, taquicardia, h ipertensión arterial, taquipnea o aum ento de
de quimioterapia.
la respuesta c u tán ea galvánica).
• Elección d e la m úsica c o n independencia d e las preferencias del Durante su primera sesión de arteterapia completó el mandala de la
paciente. mente, el cuerpo y el espíritu. Se trataba de un gran círculo dividido en
• R epertorio musical limitado. tres fragmentos iguales. En la sección superior izquierda del mandala
• Incapacidad p ara elaborar o recrear experiencias positivas. se le instruyó para que «dibujase cóm o se sentía hoy com o si fuese un
• Incapacidad para evitar las reacciones negativas d e la m úsica o de estado del tiem po climatológico». La imagen que dibujó fue de una
recrear experiencias positivas. tormenta con relámpagos en un lado y un sol con un cielo azul en el
• Incapacidad para usar la m úsica para establecer una jerarquía de otro lado. Kate explicó que esta imagen indicaba su ira, tristeza y paz.
p ropósitos u objetivos. Estaba enfadada porque el cáncer le arrebataba su vida demasiado
• Pensar q u e es necesario te n e r talento artístico o m usical para parti­ pronto. Estaba triste por dejar a su familia, porque la amaba mucho,
cip ar e n la terapia.
pero creía que encontraría la paz en una nueva vida en el cielo.
• C reer que un te rap eu ta p u ed e interp retar un a im agen co n sólo
En el lado superior derecho de su mandala se le pidió que «dibujase
mirarla.
un árbol que le representase a ella». Dibujó un cuadro de un árbol
• C reer q ue cualquiera p u ed e h acer arteterapia o m usicoterapia sin
joven con una sierra cerca en el suelo. Kate explicó que se sentía com o
una educación, form ación y acreditación adecuadas.
• C reer q u e la arteterapia revertirá el estado em ocional d el paciente. ese árbol joven que estaba creciendo alto y fuerte hasta que alguien
• C reer q u e la a rteterapia e s sólo p ara niños. llamado cáncer viniese y le cortase la vida.
Para la última imagen se le pidió que «dibujase de dónde obtenía
el espíritu de su vida o la energía». La imagen de Kate consistió en una
cruz dorada, su familia y una Biblia. La paciente refirió lo difícil que era su
resultados de las sesiones de terapia con los miembros del equipo. enfermedad y la muerte inminente para su familia, sobre todo para su
Los terapeutas son responsables de evaluar a los pacientes, diri­ madre. También dedicó varias sesiones de arteterapia creando tarjetas
gir las sesiones y documentar los resultados. El musicoterapeuta o notas para las personas que la habían enviado regalos, visitado y
realiza en primer lugar una evaluación para determinar las nece­ telefoneado.
sidades del paciente. Una vez que se ha completado esto, se dise­ Kate continuó participando en sesiones de arteterapia en su
ñan los propósitos, objetivos e intervenciones individualizados. domicilio. Esto le permitió ser independiente de su enfermedad, y cubrió
Pueden usarse varias estrategias, técnicas e intervenciones, depen­ sus necesidades emocionales, espirituales y psicológicas. Durante una
diendo de las necesidades, de la formación y de la filosofía de
de las últimas sesiones creó una imagen abstracta en papel de seda de
los musicoterapeutas, así como de la edad, cultura y religión del
color en la que ella veía la imagen de un varón en quien identificaba
paciente. Algunas de las estrategias frecuentes son escuchar mú­
sica en vivo y grabada, tocar un instrumento, cantar, realizar a Jesús (fig. 58-1). Decía que él vendría pronto para llevársela al cielo
improvisaciones instrumentales o vocales, entrenamiento musi­ y falleció una semana después. Dio instrucciones a sus familiares para
cal, relajación asistida con música, imágenes guiadas asociadas entrar en su habitación después de que se hubiese ido y que cogiesen
a música, escribir canciones, repaso de las canciones favoritas, un artículo que les recordase a ella. Aquel dibujo artístico fue lo primero
escoger canciones, análisis lírico, procesamiento o comunicación que se llevaron.
verbal, participación en experiencias musicales y planificación
de la música para el funeral o el servicio de duelo (v. «Errores
frecuentes»).
Se deben recoger datos para determinar si se han realizado
progresos. En la gráfica del paciente se toman notas de la sesión después de que el paciente vuelva a casa. Cuando el paciente
para que otros miembros del equipo puedan ver los efectos de la recibe el alta, los terapeutas pueden proporcionar sus servicios en
musicoterapia.También pueden añadirse recomendaciones para el el domicilio o actuar como consultores del paciente. Muchos de
fúturo. Los familiares, que son una parte integral de la experiencia ellos también intervienen en la dirección de investigaciones que
del paciente, también pueden incluirse si están presentes durante ayudan a desarrollar aún más estas profesiones y a incrementar su
las sesiones de musicoterapia.
base de evidencia.
La evaluación es el objetivo de la sesión inicial de artetera­
pia. Una arteterapeuta, por ejemplo, puede usar el mandala de
la mente, el cuerpo y el espíritu, que desarrolla para evaluar los AVANCES Y DEBATES EN C U ID A D O S PALIATIVOS
aspectos emocionales, físicos y espirituales, así como el funcio­
namiento motor, visual, cognitivo y psicológico. A través de las A medida que las residencias para enfermos terminales y la medi­
sesiones, el terapeuta observa qué medios escoge el paciente por­ cina paliativa han seguido expandiéndose y desarrollándose, lo
que cada uno tiene efectos psicológicos diferentes. Aprovechar mismo ha sucedido con el uso de la musicoterapia. Se han publi­
los puntos fuertes del paciente e integrar lo que ocurre durante cado varios libros5'8. Se está investigando sobre qué es lo que
la arteterapia ayuda a aumentar las habilidades de afrontamiento mejor funciona, las diversas estrategias de musicoterapia, las téc­
del paciente (v. «Caso práctico: Arteterapia para una paciente con nicas específicas y los efectos de las diversas necesidades de los
cáncer de mama»). pacientes y sus familias.
Los musicoterapeutas y arteterapeutas funcionan como miem­ Durante el desarrollo de la arteterapia se publicaron libros que
bros del equipo a la vez que proporcionan intervenciones clínicas suscitaron un interés por la misma y ofrecieron la historia e infor­
para los pacientes y sus familias. También ofrecen información mación sobre este campo9,10. Se están realizando investigaciones
sobre el modo en que la música y el arte pueden seguir usándose para evaluar diversas técnicas y teorías, y se han escrito estudios

ERRNVPHGLFRVRUJ
302 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

CONCLUSIONES
El arte y la música son una parte intrínseca de todas las cultu­
ras, y están inmersos en la tradición, la ceremonia y la celebra­
ción. Las artes sirven para expresar pensamientos, sentimientos
y valores. Los arteterapeutas y musicoterapeutas añaden otra
dimensión a esta belleza inherente y significado mediante una
estructuración hábil del uso de las artes para lograr una ganancia
terapéutica.
La arteterapia y la musicoterapia ayudan a los pacientes a
expresar aquello que no pueden de otras formas, pero medir el
mecanismo que causa el cambio no es sencillo. Educar a los pro­
fesionales sanitarios, pacientes y familias sobre los beneficios de la
musicoterapia y la arteterapia es obligatorio. Muchas personas aún
no conocen los papeles significativos que pueden desempeñar las
artes expresivas en la salud física y mental. Existen investigaciones
cuantitativas y cualitativas, pero se necesitan más para analizar y
expandir la comprensión de los modelos teóricos, las aplicaciones
clínicas y los criterios de valoración biológicos y psicosociales
apropiados.
Los dos casos descritos ilustran el poder de la musicoterapia y
la arteterapia en las vidas de estas pacientes y sus familias. Aunque
los efectos pueden resistirse a los confines de los datos empíricos,
su impacto puede ser significativo y a menudo escapa a todo tipo
de medición.
FIGURA 58-1 Imagen abstracta de Kate.

B I B L I O G R A F Í A
1. American MusicTherapy Association. AMTA Member Sourcebook. Silver Spring,
MD:American Music Therapy Association, 2005.
2. AmericanArtTherapyAssociation Art therapy news Available at www. arttherapy.
org (accessed October 18,2007).
3- Lusebrink V. Imager)' and Visual Expression in Therapy. New York: Plenum
sobre varios casos para compartir el trabajo de los terapeutas. En Press, 1990.
Gran Bretaña, la investigación se ha centrado en aspectos relati­ 4. Trauger-Querry B. Art Therapy. Alexandria, VA: National Hospice and Palliative
vos al desarrollo profesional en el campo de la exploración de la Care Organization, 2001. pp 1-11.
práctica clínica11. En Estados Unidos, la investigación se ha cen­ 5. Munro S. Music Therapy in Palliative/Hospice Care. St. Louis: MMB Music,
trado en desarrollar indicadores diagnósticos en el arte de los 1984.
pacientes. La investigación ha demostrado mejoras físicas y emo­ 6. Aldridge D. Music Therapy in Palliative Care: New Voices. London: Jessica
Kinsley Publishers, 1999-
cionales y una disminución de la frecuencia cardíaca, la presión
7. Dileo C, Loewy JV (eds). Music Therapy at the End of Life. Cherry Hill, NJ:
arterial y la frecuencia respiratoria de los pacientes que practica­ Jeffrey Books, 2005.
ban arteterapia. Las posibilidades de investigación con la artete­ 8. Hilliard RE. Hospice and Palliative Care Music Therapy: A Guide to Program
rapia son la reducción de los niveles de ansiedad, la mejora del Development and Clinical Care. Cherry Hill, NJ: Jeffrey Books, 2005.
tiempo de recuperación, la disminución de las estancias hospita­ 9. Prinzhorn H, von Brocdorff E (transí). Artistry of the Mentally 111. New York:
larias o de los tratamientos de los pacientes hospitalarios, la com­ Springer-Verlag, 1972.
paración de la eficacia de distintos tratamientos y el tiempo de 10. Junge MB, Asawa PP (eds). A History of Art Therapy in the United States.
Alexandria,VA:American Art Therapy Association, 1994.
tratamiento.
11. Gilroy A, Lee C (eds). Art and Music: Therapy and Research. London: Routledge,
Siguen existiendo varios temas controvertidos, como la rea­ 1995.
lización de investigación clínica en esta población de pacientes 12. Curtis SL.The effect of music on pain relief and relaxation of the terminally ill.
y determinar si la recogida de datos es molesta para el proceso J MusicTher 1996;23:10-24.
terapéutico. Otro problema con la investigación en esta área es 13- Krout RE. The effects of single-session music therapy interventions on the
la aparición de molestias, debido a los potentes sentimientos que observed and self-reported leveLs of pain control, physical comfort, and relaxa­
tion of hospice patients.Am J Hosp Palliat Care 2001;18:383-390.
pueden aparecer durante las sesiones. La expresión de estos sen­
14. Gallagher LM, Steele AL. Developing and using a computerized database for
timientos se considera parte del proceso de curación, y el trabajo music therapy in palliative medicine. J Palliat Care 2001;17:147-154.
del terapeuta es permitir que estas emociones se exploren con 15. Hilliard RE. The effects of music therapy on the quality and length of life of
seguridad y se expresen de un modo apropiado. people diagnosed with terminal cancer. J Music Ther 2003;40:113-137.
Aunque se han publicado muchos estudios cualitativos y estu­ 16. Gallagher LM, Lagman R,Walsh D, et al. The clinical effects of music therapy in
dios de casos, la profesión médica ha demandado más investiga­ palliative medicine. Support Care Cancer 2006;14:859-866.
ción basada en la evidencia. Los estudios han demostrado que la 17. Hilliard RE. Music therapy in hospice and palliative care:A review of the empi­
rical data. Evidence Based Complement Alternat Med 2005;2:173-178.
musicoterapia es eficaz para los siguientes aspectos: dolor12'14,
18. Nainis N.Paice JA, Ratner J, et al. Relieving symptoms in cancer: Innovative use
comodidad y relajación13, estado de ánimo14, ansiedad14, calidad of art therapy. J Pain Symptom Manage 2006;31:162-169.
de vida15 y disnea16. El mayor estudio en el que los resultados fue­
ron significativos desde el punto de vista estadístico es un estudio
retrospectivo de 200 pacientes de cuidados paliativos16. También L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
se ha publicado una revisión de los datos empíricos sobre musico­
terapia en residencias para enfermos terminales y cuidados palia­ Gallagher LM, Lagman R, Walsh D, et al. The clinical effects of
tivos17. Se han publicado muchos estudios de casos y estudios music therapy in palliative medicine. Support Care Cancer
cualitativos sobre arteterapia, y un estudio cuantitativo demostró 2006;14:859-866.
que la arteterapia era eficaz para reducir varios síntomas en el Hilliard RE. Music therapy in hospice and palliative care: A review
cáncer18. of the empirical data. Evidence Based Complement Alternat
Med 2005;2:173-178.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Personal de enferm ería para c uidado d e heridas y ostom ías I C A P Í T U L O 5 9 303

Hilliard RE. The effects of music therapy on the quality and length quirúrgicas, diabéticas o relacionadas con el cáncer, úlceras por pre­
of life of people diagnosed with terminal cancer. J Music Ther sión o enfermedades cutáneas secundarias a insuficiencia vascular o
2003;40:113-137.
Krout RE. The effects of single-session music therapy interven­
tions on the observed and self-reported levels of pain control,
physical comfort, and relaxation of hospice patients. Am J Hosp
quemaduras. Estos profesionales están específicamente cualificados
para proporcionar asistencia sanitaria para los problemas cutáneos
debidos a fístulas, incontinencia, sondas percutáneas y derivaciones
urinarias o fecales denominadas estomas (es decir, ostomías).
I
Palliat Care 2001;18:383-390. Los profesionales de enfermería WOC cuentan con habilidades
Nainis N, Paice JA, Ratner J, et al. Relieving symptoms in can­ para ayudar a las personas con cánceres de colon o rectales en
cer: Innovative use of art therapy. J Pain Symptom Manage quienes se ha realizado un estoma y evaluar su equipación para
2006;31:162-169. determinar si es acorde con los cuidados paliativos. También ins­
truyen a los cuidadores principales (p. ej., familia, amigos, enfer­
meras de las residencias para enfermos terminales) en cuanto a la
compra y aplicación de equipos de ostomía y sobre la función del
| CAPÍTULO 59 intestino a medida que el paciente se aproxima al fallecimiento.
Las áreas que se tratan en esta fase son la irrigación de las colosto­
mías necesaria por el estreñimiento iatrogénico y los cambios del
tipo o tamaño del reborde determinados p or la pérdida de peso o
Personal de enfermería la tumefacción abdominal.
Los profesionales de enfermería WOC ejercen cuidados palia­
para cuidado de heridas y ostomías tivos sobre los pacientes asegurando y cubriendo con una bolsa
las fístulas activas. La cobertura con una bolsa protege la piel cir­
Mary Ann Sammon cundante al contener el drenaje y elimina el olor. Estos profesiona­
les han recibido formación para reducir las molestias debidas a las
náuseas y vómitos utilizando soportes de las sondas nasogástricas
© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos que pueden fijar mejor estas sondas. Pueden aplicar los apósitos
necesarios a los pacientes que requieran sondas de gastrostomía
endoscópica percutánea (GEP) o sondas biliares, lo que disminuye
P U N T O S las molestias cuando se fijan con seguridad mediante un soporte
» El personal de enfermería para el cuidado de heridas, ostomías y continen­ horizontal para la sonda. Las bolsas adhesivas, apósitos y disposi­
cia (acrónimo inglés W OQ es un campo especializado. tivos pueden mantenerse en su posición y la piel se protege con
» El personal de enfermería WOC cuenta con una certificación para tratar una preparación cutánea sin alcohol (cuadro 59-1).
heridas quirúrgicas, diabéticas y relacionadas con el cáncer; úlceras por pre­
sión y vasculares; quemaduras e incontinencia, estomas y fístulas.
EDUCACIÓN DEL PERSONAL
►El personal de enfermería WOC instruye a los pacientes, cuidadores y otros
profesionales de enfermería. Además de la asistencia especializada, los profesionales de enfer­
►El personal de enfermería WOC ofrece cuidados paliativos mediante la eva­ mería WOC instruyen al personal de enfermería del hospital sobre
luación y el uso apropiado de productos avanzados para el cuidado de las la evaluación del riesgo, por ejemplo mediante las escalas Braden,
heridas. Norton y Gosnell7, que permiten a la enfermera determinar el
riesgo de úlceras por presión. Las úlceras p o r presión se definen
como áreas localizadas de necrosis tisular que aparecen cuando
El personal de enfermería WOC comenzó en 1958, cuando una el tejido blando se comprime entre una prominencia ósea y una
joven paciente llamada Norma Gill fue tratada por un médico de la superficie externa durante un tiempo prolongado2’7.
clínica Cleveland (Rupert B. Turnbull, Jr.) por un cuadro de colitis Las úlceras por presión constituyen un motivo de preocupación
ulcerosa. Su relación médico-paciente llevó al desarrollo de la tera­ en las enfermedades avanzadas, debido a la inmovilidad, el aumento
pia enterostomal, que fue la precursora de la enfermería WOC1. del dolor y la humedad, el compromiso del estado nutricional y
Norma Gill, aunque no era una profesional médica, solicitó a los la tendencia a que el paciente esté inmunodeprimido. Las camas
fabricantes de productos de ostomías que elaboraran equipos más especialmente preparadas proporcionan una redistribución de la
avanzados para sustituir la incómoda bolsa de goma que usaba en presión y más comodidad. Las intervenciones de enfermería pre­
su ileostomía. Al darse cuenta de que los pacientes deberían reci­ vienen el desarrollo de las úlceras por presión al recomendar unos
bir una formación para manejar estos nuevos productos para los vendajes preventivos para el cuidado de las heridas que curan las
estomas, el Dr. Turnbull reclutó a Norma Gill para que lo hiciera úlceras por presión cuando es posible o que proporcionan como­
en 1961. Desde su oficina en la clínica Cleveland, Norma Gill didad a la vez que evitan que la ulceración empeore (cuadro 59-2).
comenzó a enseñar a los pacientes con ileostomías y colostomías
cómo manejar sus bolsas y el modo de afrontarlo desde el punto
de vista psicológico. Poco después, comenzó a instruir al personal CU ID A D O S AVANZADO S DE LAS H ERIDAS
de enfermería y a los médicos en el arte de tratar los estomas, y en Las modalidades de cuidados avanzados de las heridas pueden
ese momento comenzó el campo especializado de la enfermería ayudar a las personas sometidas a radioterapia y quimioterapia o
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

terapéutica enterostomal que más tarde se convertiría en la enfer­


mería WOC. Mediante la investigación y la experiencia, el personal
de enfermería WOC utiliza los principios científicos para evaluar
Cuadro 59-1 Ámbito de práctica del personal
las heridas, el cuidado de los estomas y los problemas de inconti­
de enfermería para el cuidado de heridas, ostomías
nencia. Además, recomiendan soluciones para tratar mejor el pro­
y continencia
blema y proporcionar alivio del dolor en cuidados paliativos1.
1 Estomas.
> H eridas quirúrgicas.
C U ID A D O DE H ERIDAS Y ESTOM AS ' Fístulas.
La enfermería WOC es un campo especializado de la asistencia sani­ ' Incontinencia.
taria. Debido a las diferencias de estudios y formación, los profesio­ > Úlceras p o r presión.
nales de enfermería reciben una certificación para tratar heridas

ERRNVPHGLFRVRUJ
304 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

Herida perineal Herida de espesor parcial Desgarro cutáneo Radiodermatitis


de estadio II

FIG U RA 59-1 El uso de una pomada de bálsamo de Perú, aceite de ricino y tripsina puede ayudar a la cicatrización y a proteger las heridas difíciles de cubrir
con apósitos.

Cuadro 59-2 Puntos instructivos para el personal


• Prevención de las úlceras p o r presión, incluida la evaluación del
riesgo c o n in strum entos com o la escala Braden.
• Tratamiento, incluidos los cuidados avanzados d e las heridas.

Cuadro 59-3 Consejos para tratar la lesión cutánea

U debida a la quimio y radioterapia


• Uso d e p roductos p ara dism inuir el dolor.
• Uso d e p roductos p ara dism inuir el olor.
• Uso d e p roductos p ara co n te n e r la diarrea.

que sufren de problemas cutáneos y de olor por el cáncer (por lo


general, tumores excrecentes). La técnica y las tecnologías de la
radioterapia siguen mejorando, pero aún se producen quemaduras FIG U RA 59-2 Cuidado de heridas. Los apósitos de poliuretano-silicona
por radiación en la zona de tratamiento, y las reacciones y compli­ están diseñados para el tratamiento de un amplio rango de heridas no
caciones cutáneas angustian a los pacientes3. La quimiorradiotera- exudativas o poco exudativas, como las úlceras de las piernas y los pies,
pia combinada destinada a reducir el volumen tumoral aumenta el las úlceras por presión, las quemaduras de espesor parcial, las reacciones
efecto citotóxico de la radiación sobre la piel4. Debido a que los cutáneas por radiación y la epidermólisis ampollosa. Estos apósitos también
efectos de la radiación no se limitan a las células malignas, puede pueden utilizarse como protección para pieles comprometidas o frágiles. (Por
desarrollarse una reacción que progrese desde el eritema a la cortesía de Mólnlycke Health Care, Góteborg, Suecia, 2006.)
sequedad y a la descamación exudativa5.
Otro problema en cuidados paliativos es la mem oria de radia­
ción. Se trata de un fenómeno que se produce cuando un agente
quimioterápico produce una reacción tisular en un campo radiado Los pacientes sometidos a quimio o radioterapia pueden sufrir
con anterioridad6. Debido a que el tratamiento de estas reacciones diarrea, que suele causar un exantema fúngico o una lesión grave
cutáneas puede ser inconstante, los profesionales de enfermería y dolorosa de la epidermis perianal. Las pomadas y polvos pueden
WOC han recibido formación para aplicar los apósitos y pomadas calmar y curar las áreas sensibles. Existen varios sistemas de ma­
más prácticos, calmantes y rentables para las necesidades indivi­ nejo de las heces que pueden disminuir las molestias de la diarrea
duales. Entre los agentes de desbridamiento químico están los que grave (fig. 59-3).
contienen clorofila, las pomadas cicatrizantes y las pomadas para
el control del olor (fig. 59-1). CONCLUSIONES
Los profesionales de enfermería WOC pueden recomendar una
lámina de gel para aliviar las quemaduras cutáneas eritematosas y Los profesionales de enfermería WOC constituyen un recurso
ampollosas debidas a la radioterapia. También pueden usarse po­ indispensable para los cuidados paliativos de los pacientes con
madas; algunas contienen lidocaína que proporciona como­ problemas relacionados con la fase terminal de la vida, como
didad y alivio del dolor (cuadro 59-3 y fig. 59-2). Los apósitos de los problemas cutáneos y las heridas. Estos profesionales cuen­
silicona permiten una aplicación y una retirada indoloras, a la vez tan con la formación y las habilidades para intervenir y tienen
que favorecen la curación. unos conocimientos actualizados de los productos más eficaces

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Voluntarios I C A P Í T U L O 6 0 305

60
I
| CAPÍTULO

Voluntarios
Monica Muller

D 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

FIG U RA S9-3 Cuidado de la incontinencia con un sistema de manejo


de las heces. En este caso, el sistema Flexi-Seal consiste en un dispositivo P U N T O S
de contención temporal que está indicado para pacientes encamados
» Los servicios institucionales y de pacientes ambulatorios pueden negarse a
o inmovilizados y que tienen una incontinencia de heces líquidas o
colaborar con voluntarios.
semilíquidas. Desvía el material fecal, protege las heridas del paciente de
» Los servicios de voluntarios se mencionan en las reuniones diarias, pero
la contaminación fecal y reduce el riesgo de dehiscencia cutánea y de
puede que no se preste mucha atención a la ayuda del personal voluntario
diseminación de la infección. Este sistema consta de un catéter de silicona,
como piedra angular en cuidados paliativos.
una jeringa y una bolsa colectora. (Porcortesía de ConvaTec, Bristol-Myers
» Los voluntarios pueden convertirse en sustitutos de los familiares.
Squibb, Princeton, NJ, 2006.)
» Algunos voluntarios pueden tener opiniones negativas sobre el proceso
administrativo y pensar que las necesidades administrativas, como la docu­
mentación, son incompatibles con su papel de cuidadores no oficiales y
empáticos.
para las curas de las heridas, destinados a aliviar el dolor y el » Las personas interesadas en el voluntariado suelen renunciar porque sus
sufrimiento. esfuerzos no se aprecian.
> Los voluntarios pueden sufrir el síndrome del cuidador.
» Puede que se abuse de los voluntarios como sustitutos del personal pro­
B I B L I O G R A F Í A
fesional.
1. Erwin-Toth I* Krasner D. Enterostomal Therapy Nursing—Growth and a veces rechazan cooperar con pro-
Evolution of a Nursing Specialty Worldwide. A Festschrift for Norma N. Gill-
Thompson, ET. Baltimore: Halgo, 1996, pp 1-11,167-180.
2. National Pressure Ulcer Advisory Panel. Pressure ulcers prevalence, cost and ►Algunas organizaciones de voluntarios creen que sólo la experiencia de
risk assessment: Consensus development conference statement. Decubitus un tipo similar de sufrimiento cualifica a los voluntarios para ayudar a las
1989;2:24l. personas afectadas. Por ejemplo, la organización «Amigos compasivos» está
3. Lopez AP,et al. What is your diagnosis? Wounds 1998;10:132. compuesta por progenitores en fase de duelo.
4. Margolin SG, Brenemaqn JC, Denman DL, et al. Management of radiation-
induced moist skin desquamation using hydrocolloid dressings. Cancer Nurs
1990; 13:71.
5. British Columbia Cancer Agency. Guidelines for Radiation Therapy: Cancer
Management Manual, 1998.
6. Schweitzer VG,Juillard GJ, Bajada CL, Parker RG. Radiation recall dermatitis and
pneumonitis in a patient treated with paclitaxel. Cancer 1995;76:1069.
7. Bryant RA. Acute and Chronic Wounds: Nursing Management, 2nd ed. St. Louis:
Mosby, 2000. CONTRIBUCIONES DE LOS VOLUNTARIOS
En teoría, los voluntarios son una parte indispensable de los cui­
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S dados paliativos. El movimiento de las residencias para enfermos
terminales considera el apoyo de los voluntarios como algo esen­
Ayello E, Baranoski S. Wound Care Essentials: Practice and cial. Esta contribución no debería confundirse con una medida
Principles. Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins, 2004. económica para resolver las dificultades de las condiciones polí­
Bryan RA. Acute and Chronic Wounds: Nursing Management, 2nd ticas y sociales cambiantes (cuadro 60-1). Los voluntarios no se
ed. St. Louis: Mosby, 2000. p p 17-40,85-124,387-400. deben considerar como sustitutos cuando no es posible financiar
un personal profesional. Su función en la asistencia a pacientes
moribundos en el sistema sanitario representa una contribución
complementaria, pero independiente, que «asegura que la asisten­
cia a los pacientes moribundos no se deje por completo a per­
sonas con una formación profesional, sino que permanezca en la
comunidad».
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

La mayor parte de la literatura de cuidados paliativos menciona


a los voluntarios. Estas personas son el tema del orden del día de
conferencias y de libros de texto destacados. Las publicaciones
elaboradas por voluntarios son infrecuentes, y suelen describir el
proceso y las dificultades del trabajo de los voluntarios desde un
punto de vista emocional. Sin embargo, los servicios de residen­
cias para enfermos terminales y cuidados paliativos se basan en
gran medida en la ayuda de los voluntarios y no pueden lograr sus
objetivos sociales y políticos sin ellos.
Es necesario identificar los problemas del trabajo de los volun­
tarios. Existen lagunas entre la teoría y la realidad. La práctica del
trabajo voluntario muestra un cuadro menos ideal.

ERRNVPHGLFRVRUJ
306 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

Cuadro 60-1 Contribuciones, necesidades y funciones


así como aumentar las posibilidades de volver a su profesión
de trabajadora social. También siente esto como un reto y está
de los voluntarios
interesada en su desarrollo personal.
Contribuciones • Un médico recién licenciado ha comenzado su primer trabajo
en un hospital. Se siente desilusionado por la realidad del día
Personalidad. a día y le gustaría encontrar un lugar donde poder poner en
A pertura a la autorreflexión. práctica sus ideales, es decir, lo que le motivó a convertirse en
Seriedad. médico desde el principio.
Identificación c on el co n cep to p ráctico d e la asistencia.
D isponibilidad para servir y aten d er las necesidades d e otra per- Estos ejemplos muestran el amplio rango de personas que
pueden encontrarse en los servicios de voluntarios. Nuestra
Fuerza p ersonal y experien cia vital n o limitada al proceso de idea del trabajo voluntario puede ser un concepto demasiado
simple. Debido a que no existe el estereotipo de una persona
A ceptación d e u n p ro ceso d e form ación y docum entación. moribunda, tampoco tendría por qué haber un estereotipo de
voluntario. Las personas que ofrecen su trabajo en los servicios
Necesidades de voluntariado tienen muchas personalidades y motivaciones
distintas.
Confianza y respeto. Puede plantearse la pregunta de qué tienen estas personas,
C oordinadores co m petentes, sensibles, vigilantes y protectores. con sus distintas motivaciones y razones, en común. Tal vez
Form ación continuada, ayuda en el trabajo y supervisión. exista un denominador común, o tal vez la educación de los
voluntarios sea totalmente diferente de la de los profesionales.
Funciones Lo que necesitan no es tanto formación, sino ayuda y un perfec­
cionamiento de las cualificaciones y habilidades interpersonales
A cciones voluntarias. que ya poseen.
Seriedad.
Trabajo sin ganancias m ateriales.
Servicio público.
C ooperación.
F unción d e ayuda. Elementos comunes de los voluntarios
C onducta responsable y autónom a. Hay que preguntarse si el hecho de ser legos podría ser el nexo de
E ntrega a p esar d e las lim itaciones tem porales y de los recursos. los cinco voluntarios descritos. La respuesta es que no; el médico
no es un lego, y los otros cuatro aportan su experiencia vital,
De R elf M. The effectiveness of volunteer bereavement support: Reflections
madurez emocional y compasión. Esto indica una competencia
from the Sobell House Bereavement Study. Presented a t the Internationale central que no se refleja en el término lego.
Konferenz iiher Trauer u n d Verlust in der heutigen Gesellschaft (Swedish Cargo honorífico es un término histórico dotado de muchas
National Association fiyr Mental Health), Estocolmo, 1994. connotaciones prometedoras; sin embargo, ¿dónde está el honor?,
y ¿existe un cargo en realidad? Al hacer comentarios como «¿esto
es lo que haces en tu tiempo libre? Yo no podría hacer ese tipo de
trabajo», los desconocidos, los conocidos y los amigos aún pueden
albergar en su mente una idea pintoresca del significado histórico
del término. Un cargo o un trabajo suele tener descripciones defi­
CARACTERÍSTICAS, FUNCIONES nidas con claridad de su contenido, lo que no sucede con el tra­
Y OBLIGACIONES DE LOS TRABAJADORES bajo voluntario. Cualquier cosa que se precise hacer depende de
los deseos y necesidades de las personas que requieren ayuda. El
VOLUNTARIOS
voluntario debe satisfacer estas necesidades y el coordinador debe
establecer su programación.
Personalidades El término trabajo voluntario es ambiguo. Una persona puede
Los voluntarios tienen una formación y unos objetivos diversos: comenzar un trabajo voluntario, pero aun así tiene que cumplir
unos compromisos y trabajar según una programación fija. Esto no
• El hijo de una mujer de 48 años se ha ido de casa y ella está es muy distinto de la situación a la que se enfrenta un profesional
buscando otra ocupación que tenga sentido. Después de haber cuando va a trabajar todas las mañanas.
sido ama de casa, le gustaría llevar a cabo «algún tipo de trabajo Los voluntarios no reciben un sueldo por su trabajo. Esto
social» y cuidar de los demás de un modo distinto. También parece ser el vínculo común entre ellos, pero el término «trabajo
busca contacto social e interacción. no remunerado» puede minimizar el gran compromiso de las per­
• Una viuda de 62 años trabaja como voluntaria. Hace 2 años, sonas que lo realizan. Existen otros términos para referirse al tra­
su marido falleció de cáncer después de un largo período de bajo de los voluntarios:
sufrimiento. Durante la evolución de su enfermedad, ella lo
pasó muy mal y tenía poca ayuda. En respuesta a esto, se deci­
• Caridad (describe la obligación personal de hacer el bien so­
dió a trabajar por una cultura más apropiada del fallecimiento.
cial).
• Un varón de unos 55 años es un miembro muy estimado de su
comunidad. Está dotado de talento organizativo y tiene muchos • Acción solidaria.
• Asistencia no oficial.
contactos. Quiere cumplir sus responsabilidades sociales y le
• Trabajo no remunerado.
gusta que le pidan consejo y ver cómo ejerce un poco su auto­
ridad. Sería un perfecto presidente de comité. • Actos de responsabilidad social y civil.
• Una joven madre de dos niños ha descuidado temporalmente
su carrera por cuidar a sus hijos y ha perdido contacto con su Estos términos son vagos y de poca ayuda a la hora de definir
antigua profesión. Espera que trabajar como voluntaria le per­ un denominador común de los voluntarios. Si bien no existe un
mita obtener una cierta cualificación adicional y referencias, voluntario ejemplar, no hay un papel ideal. Sus papeles parecen

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Voluntarios I C A P Í T U L O 6 0 307

tan individuales como los propios voluntarios y están determina­ morirme. Es un momento que quiero vivir en soledad». Aprendí
dos por las diversas estrategias de los voluntarios y las voluntades mucho de aquel paciente. Es peligroso transferir el concepto
individuales. Además, siguen distintas consideraciones culturales, personal de la m uerte a una persona a la que se está cuidando,
sociales, religiosas y políticas, que varían en cada país y contexto lo que no le perm ite tener una experiencia individual de la
cultural. muerte.
«El punto de referencia» para las contribuciones y compromi­
sos de los voluntarios consiste en las necesidades de la persona
moribunda y de su familia. Resolver estas necesidades es lo que se
requiere de los voluntarios, aparte del control médico del dolor y M otivación
de los síntomas, unos cuidados paliativos de enfermería y el apoyo
social del personal profesional. Desde el punto de vista de la per­ Las razones para la implicación social de los trabajadores volunta­
sona moribunda y de sus familiares, es de esperar que el volunta­ rios deberían analizarse, lo que no supone una falta de confianza,
rio tenga unas cualidades camaleónicas. sino el primer paso y el principal hacia una acción verdadera­
Los voluntarios no deberían tener propósitos, ideas o nece­ mente autónoma y responsable. Los voluntarios deben contestar
sidades propias. No pueden actuar conforme a sus voluntades o varias preguntas. ¿Qué estoy haciendo? ¿A quién benefician mis
deseos, porque los servicios que ofrecen deberían ajustarse exac­ acciones? ¿Cuáles son mis intenciones?
tamente a las expectativas de las personas que necesitan ayuda. Algunas personas hacen lo que hacen porque es el único papel
En la práctica, su compromiso se centra en su aptitud, no en su posible en su familia. Puede que sólo hayan recibido amor al cui­
inclinación. dar de los demás. Otras participan en el voluntariado porque se
Hay que plantearse qué persona será un buen voluntario y sienten menos relevantes, e incluso invisibles, en su vida normal,
quién va a decidirlo, así como quién va a ubicar a los voluntarios y puede que refuercen su autoestima mediante una posición de
con ciertas familias según sus aptitudes individuales. Una parte «estar al cargo». Ninguna de estas razones es mala, pero es esencial
fundamental corresponde a los coordinadores, que organizan la que los voluntarios y coordinadores sean conscientes de sus moti­
información y las actuaciones. Las personas que quieren comenzar vaciones, de modo que no se conviertan en un factor contrapro­
un trabajo voluntario participan en cursos de cualificación. Esta ducente y en una carga para un paciente o que causen un efecto
fase inicial es la piedra angular del futuro compromiso. Es la clave de «estar quemado».
para el éxito futuro o la desilusión. Si esta oportunidad inicial para Las personas que cuidan a pacientes moribundos suelen
construir la confianza mutua, la solidaridad, la cooperación y la ser descritas por los demás como valientes, fuertes, desintere­
apertura a una autoevaluación honesta no se maneja bien, ya se ha sadas, empáticas, compasivas, amables, afectuosas, dispuestas a
dado el primer paso para un desarrollo regresivo. Los propósitos ayudar y altruistas. Antes de aceptar estas descripciones como
y contenidos de cualificación deben tenerse en cuenta con ante­ evidentes, los voluntarios deberían preguntarse a sí mismos si
lación. Lo mismo se aplica a la educación y el papel desempeñado los adjetivos se ajustan a las actitudes que están detrás de sus
por el coordinador. contribuciones. Deberían reflexionar sobre la existencia de al­
guna razón egoísta (algo que no es ni inusual ni prohibido)
que pudiese determinar sus acciones. Para ello, los voluntarios
necesitan el apoyo de la familia desde las primeras etapas de su
Habilidades de los voluntarios participación.

Comunicación con uno m ism o


Los cuidadores profesionales deben utilizar una actitud ambiva­
A ctitu d
lente hacia el sufrimiento de la existencia humana. Necesitan iden­
tificar las razones del sufrimiento para remediar o reducir el dolor Un planteamiento en el que los deseos y necesidades del paciente
de los demás. También se espera de los cuidadores que propor­ moribundo y de su familia sean una prioridad destaca ciertas acti­
cionen una ayuda práctica y afirmativa para sobrellevar los males tudes en lugar de técnicas. Si el objetivo principal era aprender un
existenciales y físicos. par de técnicas, esto indicaría que las personas cuidadas eran obje­
Los cuidadores deben aceptar su propio sufrimiento existen- tos, no sujetos. Una persona moribunda necesita atención humana
cial como una parte indispensable de la naturaleza humana y vivir y preocupación, no métodos.
en armonía con el conocimiento de su propia e inevitable mor­ Los deseos y necesidades de la persona moribunda y de sus
talidad. Al trabajar con personas que se enfrentan a la muerte, los familiares deben presentarse al voluntario y, si no están claros, eva­
cuidadores deben reflexionar sobre sus propias vidas y evaluar sus luarlos de forma cuidadosa. Las personas implicadas pueden estar
actitudes sobre la mortalidad. De lo contrario, es imposible ofrecer bajo un estrés físico y emocional inmenso, y les puede resultar
una verdadera ayuda. difícil aclarar qué quieren.
Un aspecto destacado de los cursos para las personas en for­ Los voluntarios no pueden asumir que los deseos y necesida­
mación es la reflexión autobiográfica y la autoevaluación. Los des del paciente moribundo y de sus familias sigan ciertos patro­
participantes aprenden sobre la influencia que tienen las expe­ nes. A los voluntarios se les debería enseñar a escuchar de forma
riencias previas relativas a la muerte y el fallecimiento sobre sus cuidadosa lo que están transmitiendo las personas afectadas y a
expectativas referentes a su propia muerte. Cada experiencia deja que comprendan los mensajes no verbales.
una huella en la idea que tiene una persona de lo que debería ser Durante una sesión supervisada, una voluntaria describió
o no la muerte. a un paciente afásico a quien recitaba una oración al final
Cuando era estudiante, yo trabajé en la Clínica Universitaria de sus visitas. Después del fallecimiento, cuando se prepa­
de Bonn durante un descanso lectivo. Un día estaba cuidando raba para el funeral, supo p o r la hija que el paciente no había
de un paciente anciano, quien, incluso en su lecho de muerte, sido miembro de ninguna iglesia desde hacía muchos años.
continuaba actuando como un déspota con sus familiares, y Al recapacitar, la voluntaria se sintió insegura p o r su estrate­
ninguno de ellos venía a verle. Ante el tem or de que su muerte gia. Cuando se le preguntó p o r qué pensaba que el paciente
fuese una experiencia solitaria, yo intenté cambiar su conducta. habría apreciado la oración dijo que ella había asumido que
Él se dio cuenta de lo que yo intentaba y, p o r fortuna, aún le sería así. En una sesión de juego de roles adoptó la posición
quedaban fuerzas para detenerme diciendo: «Ni se le ocurra del paciente y reflexionó sobre todos los gestos que ella había
pensar en traer a mi familia junto a mi cama cuando vaya a observado. Resultó evidente que el paciente m ostró signos

ERRNVPHGLFRVRUJ
308 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

de desaprobación y distanciamiento. Las suposiciones de la


voluntaria no le perm itieron diagnosticar esos signos. Este | CAPÍTULO 0 ^
ejemplo demuestra la relevancia de incluir la política de una
atención sin prejuicios al paciente en el curso de cualificación
de los voluntarios. La formación de los voluntarios para perci­
bir las situaciones es esencial. Anamnesis y exploración física
Katherine Hauser, Sik Kim Ang yTerence L. Gutgsell
El voluntario maduro
Un voluntario maduro describió su papel del siguiente modo: «No
sólo somos nosotros quienes necesitamos formación.También son © 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
los que coordinan nuestros servicios y las instituciones y servicios
que confían en nuestra ayuda quienes deben poder trabajar junto
a nosotros, los voluntarios. No es nuestra responsabilidad averi­
guar qué consideran estos servicios como objetivos de la ayuda
P U N T O S
voluntaria. Por tanto, los servicios deben definir con claridad sus
papeles antes de que estén en una posición para desarrollar están­ » La anamnesis y la exploración física cumplen varios propósitos en medicina
dares de formación para nosotros». paliativa, como la evaluación de los síntomas y las causas subyacentes, la
Los servicios e instituciones deberían formularse a sí mismos revisión de la medicación y la evaluación del funcionamiento psicosocial y
varias preguntas acerca de qué deberían hacer los voluntarios, familiar.
dónde lo deberían hacer, con quién deberían cooperar y a quién > Se debe obtener la información para determinar las necesidades del pa­
deberían complementar. ciente y de la familia.
Las instituciones y los servicios (no los voluntarios) son res­ > Los datos recogidos de la evaluación del paciente se emplean para defi­
ponsables de vincular con sensibilidad a los profesionales con el nir los objetivos asistenciales, desarrollar un plan terapéutico y calcular el
trabajo de los voluntarios. La asistencia está influenciada en gran pronóstico.
medida por las actitudes profesionales, y cuando los voluntarios
son una parte de la asistencia, los profesionales deben ajustar sus
rutinas. La cooperación con los voluntarios debe tener en cuenta
las necesidades y contextos cambiantes.

INTEGRACIÓN La consulta de medicina paliativa implica mucho más que un diag­


nóstico. Se deben tener en cuenta los objetivos y prioridades del
La asistencia del paciente necesita una estrategia holística. La divi­ paciente, de la familia o los cuidadores y del médico. Una anamne­
sión de las contribuciones profesionales y voluntarias es artificial. sis y una exploración cuidadosas constituyen el elemento central
Reducir el trabajo voluntario a «dar la mano» en contraste con el de la consulta. Una buena comunicación durante la anamnesis y
tratamiento adecuado y la asistencia complementaria que propor­ la exploración facilita una relación terapéutica de confianza. Esta
cionan los profesionales es degradante y no refleja la realidad. Para relación permite la exploración del «cuadro general», que consta
crear una atmósfera de confianza en la que se preste una atención del funcionamiento y preocupaciones psicosociales, el afronta­
plena al paciente, los voluntarios deben implicarse en las primeras miento, la tristeza, la dignidad, la espiritualidad, la sexualidad y las
fases de la asistencia. La participación de los voluntarios no es un prioridades asistenciales.
último recurso para compensar una menor atención por los profe­ La historia clínica clásica consiste en el motivo de consulta,
sionales, sino que constituyen un servicio social complementario los antecedentes médicos y quirúrgicos, los antecedentes farma­
de asistencia cotidiana basado en sus propias cualificaciones. En cológicos, familiares y sociales y la anamnesis por aparatos. Cada
conjunto, el personal profesional y los voluntarios deben encon­ componente se debe ajustar a la estrategia de cuidados paliativos
trar formas apropiadas de aunar sus fuerzas con eficacia. (v. «Método para evitar errores frecuentes»). Puede que la informa­
ción deba obtenerse en varias consultas, sobre todo si un cuadro
B I B L I O G R A F Í A agudo requiere una acción inmediata. La exploración debería ser
sistemática y dirigida. Muchos signos clínicos pueden obtenerse
1. Doyle D (ed). Volunteers in Hospice and Palliative Care. A Handbook for a partir de la observación a la cabecera del paciente. Muchos
Volunteer Service Managers. Oxford, UK: Oxford University Press, 2002.
2. Rosenkranz D, Weber A. Freiwilligenarbeit-Einfiihrung in das Management von diagnósticos pueden establecerse en función de la anamnesis y la
Ehrenamtlichen in der Sozialen Arbeit. Weinheim, Germany: Juventa, 2002. exploración, lo que evita que los pacientes se sometan a pruebas
3. Müller M. Ausbildung” fur Ehjrenamtliche. In Aulbert E, Nauck F, Radbruch L innecesarias y molestas.
(eds). Lehrbuch der Palliativmedizin. Stuttgart, Germany: Schattauer, 2007,
p 1318.
4. Müller M. Handbuch fur Multiplikatoren, 3rd ed. Bonn, Germany: Pallia Med OBJETIVOS DE LA A N A M N ESIS
Verlag,2005.
5. Müller M. Dem Sterben Leben Geben. Gütersloh, Germany: Gütersloher Y LA EXPLORACIÓN
Verlagshaus, 2004.
La anamnesis y la exploración en medicina paliativa tienen como
finalidad detectar las prioridades y necesidades del paciente y los
cuidadores. El objetivo del médico es atender a estas prioridades
y obtener la información necesaria para asistir al paciente y a la
familia durante la evolución de la enfermedad.

Prioridades del paciente


Los pacientes pueden tener diversas expectativas sobre una con­
sulta con un médico de medicina paliativa. El dolor mal contro­
lado y otros síntomas deben ser las principales prioridades. Otras
pueden ser el tratamiento farmacológico, el apoyo psicológico o

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Anam nesis y exploración física I C A P Í T U L O 61 309

Método para evitar errores frecuentes Cuadro 61 -1 Evaluación psicosocial: cuadro general

Ana m ne sis Ayuda

• Escuchar al paciente, cuidador, p ersonal d e enferm ería y otros m iem­ Familia.


b ros d el equipo. Amigos.
• Aclarar la información: ¿Qué quiere d ecir c o n eso? ¿Cómo le afecta Económica (p. ej., seguro, subsidios).
Entorno físico.
• Priorizar: ¿Qué es lo m ás relevante ahora? Iglesia, sinagoga, mezquita.
• Revisar la m edicación: posología exacta, pautas, cum plim iento del Otros recursos.
paciente.
• Alergias e interacciones farmacológicas. Hay q u e preguntar sobre el Necesidades de información
consum o de tabaco y alcohol, los fárm acos sin receta, las drogas de
consum o y los fármacos y tratam ientos com plem entarios. Estado de ánimo, estilo de afrontamiento, tristeza.
Función (p. ej., actividades de la vida diaria, movilidad, caídas).
Exploración Espiritualidad.
Sexualidad.
• Es obligatorio lavarse las manos.
• Hay q u e asegurar la intim idad. D ebe d eterm inarse si el paciente
Planes de futuro y deseos
qu iere q u e los familiares estén o n o presentes.
• Se d ebe m irar (inspeccionar) antes d e palpar.
Objetivos asistenciales.
• Hay q u e d etectar la presencia d e delirio.
Directivas avanzadas.
• Se debe realizar u n tacto rectal, sobre to do si se sospecha una com ­
Portavoz o representante designado en los temas de asistencia
p resión medular.
sanitaria.
• Si e s posible, hay q u e h acer q ue el p aciente se levante de la cam a y
camine.
Lugar deseado para el fallecimiento.
Rituales mortuorios (p. ej., culturales, religiosos).

Necesidades del cuidador

la necesidad de información (p. ej., pronóstico, servicios disponi­ Información.


bles, planificación del futuro). Apoyo emocional, educación y apoyo respecto a la tristeza.
Apoyo físico.
Ayuda práctica y económica.
Prioridades de la familia Función de la familia.
Las familias y los cuidadores pueden tener prioridades muy dife­
rentes para la consulta. Los síntomas observados por la familia
pueden ser distintos de los descritos por el paciente. Por ejemplo,
los cambios del estado de ánimo, apetito, peso y aspecto pueden La estimación que hace el médico del pronóstico del paciente,
ser muy angustiosos para los familiares. Los síntomas de delirio aunque no es exacta, es esencial, y las familias suelen preguntar y
(p. ej.,alucinaciones, agitación) pueden notificarse por los cuidado­ esperar alguna información pronostica1,2. Esta estimación también
res, pero no por los pacientes1. Las necesidades de información de es esencial cuando se consideran los objetivos asistenciales y la
la familia y los cuidadores pueden ser distintas a las de los pacien­ relevancia de las pruebas complementarias o de las opciones tera­
tes. A medida que la enfermedad progresa, los cuidadores pueden péuticas. Las pruebas complementarias pueden evitarse si el diag­
necesitar información específica sobre el proceso del fallecimiento nóstico es evidente a partir de la anamnesis y de los resultados de
y del modo de proporcionar asistencia física y emocional1. la exploración.

Cuadro general
Prioridades del médico
La visión global de la situación médica y social del paciente puede
El objetivo del médico es priorizar los problemas actuales funda­ evolucionar a lo largo de varias consultas y suele elaborarse por
mentales y predecir los problemas futuros. A continuación se enu­ muchos miembros del equipo asistencial, como personal de enfer­
meran algunas de las prioridades médicas: mería, trabajadores sociales, capellanes, fisioterapeutas y terapeutas
• Detección de síntomas tratables o de afecciones urgentes ocupacionales (cuadro 61-1). Los miembros del equipo también
(p. ej., compresión medular, obstrucción digestiva, infección, pueden proporcionar información destacada sobre los síntomas
metástasis óseas o cerebrales, depresión o ansiedad). que no se haya obtenido en la consulta inicial. La comunicación
• Optimizar y simplificar las medicaciones y detectar los efec­ puede facilitarse mediante el uso de una lista-recordatorio3. Se
tos secundarios, el cumplimiento y las interacciones farma­ puede proporcionar una lista de las posibles preguntas en un
cológicas. folleto cuando el paciente se reúna por primera vez con el equipo
• Obtener información pronostica y predecir los problemas futu­ asistencial. Los temas pueden ser el papel del equipo de cuidados
ros, como los síntomas con relevancia pronostica, los signos de paliativos, los síntomas físicos, las expectativas futuras y las necesi­
muerte inminente y las lesiones propensas a causar una hemo­ dades del cuidador3.
rragia u obstrucción (p. ej., tumores digestivos voluminosos,
tumores de la cabeza y el cuello).
HISTORIA CLÍNICA
• Determinar el papel o necesidad de las pruebas com­
plementarias. Evaluación del estado actual
• Elaborar objetivos asistenciales.
• Averiguar y responder a las necesidades de información del El médico debería plantear preguntas abiertas: ¿Qué le ha preocu­
paciente y de la familia. pado recientemente? ¿Por qué viene a consulta hoy?

ERRNVPHGLFRVRUJ
310 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

Las características del motivo de consulta deben establecerse, deben revisar los fármacos usados para los factores de comorbi-
como su evolución temporal, inicio, patrón, localización e irra­ lidad; por ejemplo, los medicamentos antihipertensivos e hipo-
diación, carácter, gravedad, factores agravantes y de mejoría y lipemiantes pueden ser inadecuados para los pacientes con
síntomas asociados. El significado y el impacto (p. ej., psicosocial, enfermedad avanzada. El cumplimiento de los fármacos y los efec­
existencial) del síntoma son relevantes. Las interpretaciones de los tos secundarios deberían evaluarse. Hay que analizar la lista de
síntomas son muy personales y pueden influir en el éxito del tra­ medicamentos en busca de posibles interacciones farmacológicas.
tamiento. El dolor puede interpretarse como un reto, un castigo, Las preguntas deberían determinar el uso de drogas de con­
una debilidad o un signo de enfermedad progresiva o de muerte sumo, alcohol y tabaco. La dependencia de cualquiera de estas
inminente4 5. La coexistencia de una depresión puede modificar la sustancias puede provocar síntomas, afectar al tratamiento o aso­
interpretación del dolor6. ciarse con cuadros de abstinencia en el hospital o durante la fase
Muchos pacientes no describen todos los síntomas7, mien­ terminal. La dependencia alcohólica es frecuente y suele pasarse
tras que otros pueden ofrecer una lista exhaustiva. Si se pide al por alto si no se realiza un cribado específico8. Un método breve
paciente que establezca prioridades, puede favorecerse la identi­ para detectar la dependencia alcohólica es el uso del cuestionario
ficación de los problemas más urgentes si el tiempo es limitado: CAGE, consistente en cuatro preguntas:
¿Qué es lo fundamental que puede serle de ayuda hoy?
C: ¿Ha pensado alguna vez que debería reducir (cut down) su
Los síntomas que no refiere el paciente son la fatiga, los pro­
blemas del sueño, la depresión y los síntomas de delirio, como las ingesta de alcohol?
alucinaciones (sobre todo visuales), la paranoia y la agitación. Los A: ¿Le ha molestado (annoyed) que la gente critique su forma de
beber?
cuidadores pueden notificar con más fiabilidad algunos de estos
síntomas. El uso sistemático de instrumentos de evaluación sinto­ G: ¿Se ha sentido mal o culpable (guilty) por su forma de beber?
E: ¿Alguna vez lo primero que ha hecho al despertarse es beber
mática puede mejorar su detección.
para calmarse o para eliminar la resaca (eye opener) ?
Los fumadores de cigarrillos pueden requerir un tratamiento
Revisión de los síntomas sustitutivo con nicotina cuando no puedan fumar por motivos
físicos.
La anamnesis por aparatos debería comenzar por preguntas gene­
rales de detección selectiva: ¿Qué tal respira? ¿Qué tal va su ritmo
intestinal? Una respuesta positiva a cualquiera de estas preguntas Antecedentes familiares
debe hacer que se realicen preguntas más detalladas sobre ese
aparato (cuadro 61-2). Un árbol genealógico de los familiares, sus nombres y otros deta­
lles relevantes ayuda al equipo a comunicarse y a cuidar de la
familia (fig. 61-1). Los familiares pueden tener un riesgo de ciertos
cánceres o de otras enfermedades y puede que se les deba derivar
Antecedentes médicos para recibir consejo genético.
Los antecedentes médicos de la enfermedad avanzada consis­
ten en el diagnóstico, los tratamientos previos, la histología del
Evaluación psicosocial
cáncer, las localizaciones de las recidivas y cualquier tratamiento
sistémico o local. Otras afecciones médicas son relevantes y su Los aspectos psicosociales son relevantes para los pacientes, y
tratamiento debe asociarse al de la enfermedad avanzada. Por esperan que los médicos se sientan cómodos al hablar de ellos.
ejemplo, la hipertensión, diabetes, enfermedades de las vías respi­ Una evaluación psicosocial completa puede requerir varias con­
ratorias, cardiopatía o insuficiencia renal/hepática son habituales sultas y la participación de otros miembros del equipo. Los temas
y estas afecciones influyen en los planes terapéuticos y las pautas que deben evaluarse son el estado de ánimo, el afrontamiento, la
farmacológicas. ayuda, el funcionamiento, la familia, la espiritualidad, la sexualidad,
las cargas económicas que supone la enfermedad y las preferen­
cias para la fase final de la vida (cuadro 61-3).
Antecedentes farmacológicos El cribado de la depresión puede llevarse a cabo con una única
pregunta que es sensible y específica: ¿Está usted deprimido? Se
Los antecedentes farmacológicos detallados constan de todas
las sustancias con y sin receta. Hay que incluir las usadas para el
tratamiento de los síntomas, la modificación de la enfermedad,
las enfermedades asociadas y los fármacos complementarios. Se
| | Varón
Mujer

Cuadro 61 -2 Anamnesis por aparatos: temas


de las preguntas de detección selectiva
• Molestias, dolo r y cefalea.
• Energía.
• Com ida y apetito.
• Vejiga urinaria e intestinos.
• Respiración.
• Sueño.
• Estado d e ánim o, d epresión y ansiedad.
• Nivel de consciencia, detallando la presencia d e confusión, aluci­
naciones (sobre to d o visuales), desorientación y alteraciones d e la FIG U RA 61-1 Árbol genealógico. El paciente varón casado (flecha) ha
memoria. fallecido. El diagrama puede completarse con nombres, edades, diagnósticos
• Función y movilidad. y localizaciones. Los símbolos de cualquier familiar afectado por la misma
enfermedad también se sombrean.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Anam nesis y exploración física I C A P Í T U L O 61 311

Cuadro 61-3 Síntomas de relevancia pronostica Cuadro 61-4 Signos evidentes a la cabecera
del paciente
• Anorexia.
• Ausencia d e estado d e ánim o depresivo. • Grado de alerta, nivel de consciencia, afecto, memoria, orientación,
• Alteración cognitiva.
• Delirio. • Dolor, angustia, disnea, anomalías respiratorias.
• Sequedad d e boca. • Nutrición, hidratación, emaciación.
• Disfagia. • Hematomas, áreas de presión, palidez o ictericia cutánea.
• Disnea. • Boca (p. ej., úlceras, nutrición, candidiasis, higiene, aliento), lengua y
• Náuseas. dientes (p. ej., prótesis dentales mal ajustadas).
• Cam bios del estado funcional. • Temblor, aleteos, mioclonías.
• Pérdida d e peso significativa.

La anamnesis espiritual consta de las creencias y rituales refe­


rentes a las prácticas de la fase final de la vida, como el cuidado
pueden utilizar otras preguntas para evaluar el estado de ánimo y del cuerpo y el momento del entierro. Estas ideas pueden variar
el funcionamiento social: dependiendo de las creencias culturales o religiosas.

• Preguntas sobre la impotencia y la desesperanza: ¿Se siente des­


esperado sobre el futuro? ¿Cree que recibe la ayuda suficiente Sexualidad
de la familia, amigos, profesionales sanitarios y de usted mismo La sexualidad es un tema relevante al final de la vida y los médicos
(es decir, fuerza interior)? deberían hablar de ella11. Se pueden utilizar varias preguntas: ¿Qué
• Preguntas sobre la toma de decisiones: ¿Tiene problemas con significa la sexualidad para usted? ¿Qué grado de relevancia tiene
la toma de decisiones? su sexualidad? ¿Cómo expresa su sexualidad? ¿Ha cambiado su
• Preguntas sobre las emociones: ¿Llora usted más últimamente, sexualidad desde que está enfermo?
y las lágrimas provienen de una gran tristeza o de un senti­
miento de paz? ¿Se siente infeliz o triste gran parte del tiempo?
• Preguntas sobre el placer: ¿Ha perdido el placer p or las cosas
que le hacían disfrutar en el pasado? PLANIFICACIÓN ASISTENCIAL
• Preguntas sobre el funcionamiento psicosocial: ¿Qué tal afronta Se debería buscar información sobre las directivas avanzadas,
la situación? ¿Cómo lo afronta su familia? ¿Hay alguien con poderes notariales, testamentos y estado de reanimación. Puede
quien pueda hablar? que estas instrucciones ya existan, o tal vez se necesite infor­
• Preguntas sobre la actividad y la movilidad: ¿Qué tal se las mación para permitir la preparación antes del fallecimiento. Se
apaña para cuidar de sí mismo? ¿Qué tal es su grado de movili­ deben averiguar las preferencias culturales referentes a la infor­
dad? ¿Se ha caído alguna vez? mación sanitaria y a las decisiones. En las culturas occidentales, la
información suele proporcionarse al paciente, que es responsable
de sus propias decisiones. En algunas culturas asiáticas, africanas,
Aspectos económicos latinoamericanas y de Europa del Este, las decisiones sanitarias las
toma un portavoz de la familia en lugar del paciente. En todas las
Las enfermedades crónicas y potencialmente mortales suelen aso­
familias debería buscarse un portavoz designado, y se debería pre­
ciarse a una pérdida de ingresos económicos para el paciente y el
guntar a los pacientes quién debería tomar las decisiones médicas
cuidador. El estrés emocional de la pérdida de la función se agrava por ellos si están incapacitados.
por la carga económica de los costes médicos y farmacéuticos.
Un método complementario de evaluación psicosocial es el
Se deben formular preguntas sobre el seguro médico y farma­
modelo de dignidad12. Este modelo implica la evaluación de la
céutico, así como sobre el empleo, la enfermedad y los subsidios angustia física y psicológica (p. ej., preocupaciones relacionadas
de discapacidad.
con la enfermedad), los recursos personales para mantener la dig­
nidad (p. ej., aceptación, autonomía, impotencia, legado, orgullo,
resiliencia) y la dignidad social (p. ej., carga, intimidad, ayuda, con­
Espiritualidad secuencias) (tabla 61-1).
La espiritualidad es relevante para los pacientes al final de la
vida e influye en la salud física y emocional. Los médicos suelen EXPLORACIÓN
sentirse incómodos por comenzar una charla sobre espiritua­
lidad. En medicina paliativa pueden emplearse dos cuestiona­ La observación del paciente mientras se realiza la anamnesis
rios que son útiles para obtener la anamnesis espiritual: FICA9 aporta varias pistas clínicas. Los signos de angustia causada por el
y HOPE10: dolor o la disnea (p. ej., gesticulación facial, retorcerse en la cama,
respiraciones rápidas) indican la necesidad de realizar una anam­
F: ¿Cuál es su fe o sus creencias religiosas? nesis breve y una exploración dirigida, de modo que se pueda
I: ¿Qué importancia o influencia tiene en su vida? comenzar el tratamiento con rapidez. El estado neurológico puede
C: ¿Forma usted parte de una com unidad religiosa? evaluarse observando el grado de alerta, los patrones del habla
A: ¿Cómo le gustaría que se abordase este tema en su asistencia? y los signos de temblor o mioclonías. El estado nutricional y de
hidratación puede ser evidente al lado del enfermo; la ropa hol­
H: Fuentes de esperanza (hope), significado, comodidad, fuerza, gada, la piel laxa o las prótesis dentales flojas y la emaciación mus­
paz, amor y conexión. cular son signos de pérdida de peso. La sobrecarga hídrica puede
O: Religión organizada. ponerse de manifiesto por edema o distensión abdominal debida
P: Espiritualidad personal y prácticas. a ascitis.
E: Efectos sobre la asistencia médica y la fase final de la vida (end La exploración por aparatos debe hacerse de forma dirigida
o f life). (cuadros 61-4 a 61-8). La realización de una anamnesis completa

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312 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

T A B L A 61 -1 Modelo de intervenciones de dignidad y conservación de la dignidad para pacientes próximos a la muerte

F A C TO R E S O S U B T E M A S P R EG U N TA S RELA CION ADA S CO N LA D IG N ID A D IN TE R V E N C IO N E S T E R A P É U T IC A S

PR EO C U P A C IO N E S R E L A C IO N A D A S C O N LA E N F E R M E D A D

Síntomas de angustia
Angustia física ¿Qué grado de comodidad siente? Vigilancia del tratamiento sintomático
¿Hay algo que podamos hacer para que se sienta Evaluación frecuente
más cómodo? Aplicación de asistencia para mejorar la comodidad
Angustia psicológica ¿Cóm o está afrontando lo que le sucede? Asumir una actitud de apoyo
Escucha empática
Derivar para recibir asesoramiento
Incertidumbre médica ¿Hay algo más de su enfermedad que quisiera Si se solicita, proporcionar información precisa y
saber usted? comprensible, así como estrategias para afrontar las
¿Tiene toda la información que cree necesitar? posibles crisis en el futuro
Ansiedad por el fallecimiento ¿Hay algún aspecto sobre las fases finales de la
enfermedad sobre el que quisiera hablar?
Nivel de independencia
Independencia ¿Su enfermedad le ha vuelto más dependiente de Hacer que los pacientes participen en la toma de
los demás? decisiones respecto a los aspectos médicos y personales
Agudeza cognitive ¿Tiene alguna dificultad a la hora de pensar? Tratar el delirio
Cuando sea posible, evitar los fármacos sedantes
Capacidad functional ¿Cuántas cosas es capaz de hacer por sí mismo? Utilizar ortesis, fisioterapia y terapia ocupacional

R EPER TO R IO SOBRE C O N S E R V A C IÓ N DE LA D IG N ID A D
Perspectivas de conservación de la
dignidad
Continuidad del yo ¿Hay cosas suyas que la enfermedad no afecte?
Conservación defunciones ¿Qué cosas de las que hacía antes de estar Reconocer y prestar interés a los aspectos de la vida del
enfermo eran las principales para usted? paciente que más valore
Mantenimiento del orgullo ¿De qué cosas suyas o de su vida está más Considerar al paciente como digno de honor, respeto y
orgulloso? estima
Esperanza ¿Hay algo que todavía sea posible? Animar y permitir que el paciente participe en actividades
dotadas de sentido y finalidad
Autonom ía/control ¿Qué grado de control siente? Implicar al paciente en las decisiones terapéuticas y
asistenciales
Productividad/legado ¿Cóm o quiere que se le recuerde? Proyecto de vida (p. ej., grabar cintas de audio/vídeo,
escribir cartas o un diario)
Psicoterapia sobre la dignidad
Aceptación ¿Qué grado de paz siente con lo que le está Ayudar al paciente en su punto de vista
ocurriendo? Alentar la realización de actividades que aumenten su
sensación de bienestar (p. ej., meditación, ejercicio
suave, escuchar música u oraciones)
Resiliencia/espíritu de lucha ¿Qué parte de usted es la más fuerte ahora?
Prácticas de conservación de la dignidad
Vivir el momento ¿Hay algo que le haga olvidarse de la enfermedad Permitir que el paciente participe en rutinas habituales o
y que le proporcione consuelo? que se consuele con distracciones momentáneas (p. ej.,
paseos diarios, ejercicio suave, escuchar música)
Mantenimiento de la normalidad ¿Hay algo que aún le haga disfrutar de forma
habitual?
Búsqueda de consuelo espiritual ¿Hay alguna comunidad religiosa o espiritual o Derivar al paciente a un capellán o líder espiritual
la que esté o le gustaría estar relacionado? Permitir que el paciente participe en prácticas espirituales
especiales o basadas en su cultura
C U E S T IO N A R IO DE D IG N ID A D S O C IA L
Límites respecto a la intimidad ¿Qué aspectos de su intimidad o de su cuerpo s< Por ejemplo, permiso para explorar al paciente
relevantes para usted? Cubrirle de forma adecuada para salvaguardar y respetar
la intimidad
Apoyo social ¿Qué personas son las principales para usted? Políticas flexibles sobre visitas y alojamiento
¿Quién es su confidente más íntimo? Conseguir la implicación de una amplia red de apoyo
Actitud de los demás ¿Hay algo de la forma en la que le tratan los demás Tratar al paciente como digno de honor, estima y respeto;
que esté deteriorando su sentido de la dignidad? adoptar una actitud que transmita esto
Carga para los demás ¿Le preocupa ser una carga para los demás? Alentar una charla explícita sobre estas preocupaciones
En tal caso, ¿para quién y de qué modo? con las personas para las que piense que es una carga
Preocupaciones por las consecuencias ¿Cuáles son sus principales preocupaciones Fomentar que se resuelvan los asuntos, la preparación de
respecto a las personas que va a dejar? una directiva avanzada, la realización de un testamento
y la preparación del funeral

De Chochinov HM. Dignity-conserving care—a new model for palliative care: Helping the patient feel valued./4AL4 2002;287:2253-2260.

PARTE I PRINCIPIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Anam nesis y exploración física I C A P Í T U L O 61 313

Cuadro 61 -5 Interpretación de los signos clínicos


Piel Palidez de las escleróticas:
Anemia.
Disminución de la turgencia cutánea (es decir, deshidratación). Quemosis:
Úlceras por presión, hematomas (es decir, mal estado funcional). Retención de dióxido de carbono.
Marcas de rascado (es decir, prurito por insuficiencia renal o Síndrome de Horner (es decir, tumor pulmonar apical con ptosis,
hepática, opiáceos). miosis y anhidrosis).

Manos Cuello

Acropaquias: Ganglios de Virchow (supraclaviculares):


Enfermedad cardiovascular: Tumor maligno abdominal.
Cardiopatía congénita.
Enfermedad digestiva: Enfermedad respiratoria
Enfermedades inflamatorias intestinales.
Enfermedad pulmonar: Percusión:
Bronquiectasias. Matidez (p. ej., neumonía, derrame pleural).
Enfermedad pulmonar intersticial. Hiperresonancia (p. ej., enfermedad pulmonar obstructiva
Cáncer de pulmón. crónica).
Hipertensión pulmonar.
Temblor: Enfermedad digestiva
De intención (es decir, enfermedades cerebelosas).
Postural (p. ej., temblor esencial, enfermedad tiroidea). Arañas vasculares (es decir, arteriola central con pequeños vasos
De reposo (es decir, parkinsonismo). radiados-hepatopatía).
Eritema palmar: Ganglio de la hermana María José (es decir, ganglio palpable en el
Normal. ombligo [v. fig. 61-4]-cáncer gástrico metastásico).
Hepatopatía. Ascitis (es decir, insuficiencia cardíaca congestiva, hepatopatía,
Hipertensión portal. carcinomatosis peritoneal).
Tirotoxicosis.
Asterixis (es decir aleteo palmar):
Insuficiencia orgánica: Extremidades inferiores
Cerebral.
Sistema respiratorio. Tumefacción bilateral (p. ej., malnutrición).
Sistema cardiovascular. Tumefacción unilateral (p. ej., trombosis venosa profunda,
Sistema renal. linfadenopatía pélvica).
Emaciación muscular ipsilateral:
Tumor de Pancoast (vértice pulmonar). Enfermedad neurológica

Ojos Signo de Babinski (es decir, reflejo plantar extensor, que indica ima
lesión de la motoneurona superior).
Ictericia de las escleróticas: Mioclonía (es decir, contracciones musculares breves e irregulares-
Hiperbilirrubinemia. toxicidad por opiáceos).

Cuadro 61 -6 Signos de fallecimiento en horas o días define los aparatos que requieren una exploración exhaustiva. La
localización del dolor debería inspeccionarse, palparse, percu­
Nivel de consciencia: tirse y auscultarse (si está en el tórax o en el abdomen). El cono­
Somnolencia. cimiento de los patrones de dolor referido (figs. 61-2 y 61-3) dirige
Inconsciencia. la exploración. Por ejemplo, el dolor en la punta del hombro
Delirio. puede indicar la presencia de metástasis óseas locales, un tumor
Estado respiratorio: de Pancoast subyacente del vértice pulmonar o una irritación dia-
Respiración atáxica (es decir, ritmo y profundidad irregular). fragmática (p. ej., por metástasis hepáticas). El dolor que se irra­
Respiración de Cheyne-Stokes (es decir, períodos de apnea altemos dia hacia las extremidades inferiores o alrededor del tórax puede
con hiperpnea). indicar la afectación de las raíces o plexos nerviosos espinales. La
Secreción respiratoria (es decir, estertor agónico). exploración neurológica de la función motora y sensitiva puede
Respiración superficial. localizar la lesión en las raíces nerviosas específicas. El delirio es
Estado cardiovascular: habitual en pacientes con cáncer avanzado y en pacientes ingre­
Pulso débil. sados en unidades de medicina paliativa. Debido a que no suele
Piel: recogerse en la anamnesis y la exploración básicas, se debe rea­
Frialdad de las extremidades. lizar una detección selectiva en todos los pacientes de forma sis­
Diaforesis. temática. Un instrumento fiable y breve de utilizar para pacientes
Moteada. de medicina paliativa es la escala de confusión de cabecera13
Signos diversos: (tabla 61-2).
Oliguria. Si es posible, se debería evaluar la marcha, la movilidad, el
riesgo de caídas y las actividades de la vida diaria (v. cap. 68). Las

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314 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

Cuadro 61 -7 Miotomas de la extremidad superior


F U N C IÓ N M IO T O M A S

Fuerza

Hombro
Abducción C 5,C 6
Aducción C 6, C7, C8
Codo
Flexión C5,C6
Extensión C7,C8
Muñeca
Flexión C6,C7
Extensión C7,C8
Dedos
Flexión C7,C8
Extensión C7,C8
Abducción C8,T1
Reflejos

Bicipital C5,C6
Tricipital C7,C8
Braquiorradial C5,C6
Digitales C8

Cuadro 61-8 Miotomas de la extremidad inferior


F U N C IÓ N M IO T O M A S

Fuerza

Cadera
Flexión L2,L3
Extensión L5.S1.S2
Rodilla
Flexión L5, SI
Extensión L3,L4
Tobillo
Flexión plantar S1,S2
Dorsiflexión L4,L5
Inversión o eversión L5, SI
Reflejos

Rotuliano L3,L4
Aquíleo S1.S2
Plantar L5,S1,S2

del cáncer avanzado y de otras enfermedades, y suele indicar un


mal pronóstico. La pérdida de peso suele deberse a muchas cau­
sas, como la escasa ingesta oral secundaria a síntomas o a com­
plicaciones terapéuticas (p. ej., problemas orales, alteraciones del
tareas sencillas, como caminar, levantarse de una silla y la prueba gusto, anorexia, náuseas, saciedad precoz) en combinación con los
de Romberg (es decir, bipedestación con los pies juntos y los ojos efectos catabólicos de la enfermedad. Las deficiencias vitamínicas
cerrados), informan sobre la seguridad y las necesidades de fisiote­ secundarias pueden contribuir a la fatiga, problemas cutáneos y
rapia o terapia ocupacional o de recurrir a ayudas y modificacio­ susceptibilidad a la infección. La deficiencia de vitamina D es habi­
nes domiciliarias. tual en los pacientes hospitalizados y se asocia a debilidad mus­
cular y caídas16. La deficiencia de vitamina K es frecuente en los
EVALUACIÓN NUTRICIONAL pacientes de medicina paliativa y puede causar problemas hemo-
rrágicos17. La deficiencia de zinc se ha asociado a anomalías del
Los síntomas digestivos, como la anorexia y la pérdida de peso, son gusto y la de magnesio a anorexia, debilidad y parestesias1819.
frecuentes en los pacientes con cáncer avanzado y otras enferme­ Una anamnesis exhaustiva es una parte esencial de la eva­
dades no malignas14’15. La caquexia es una complicación frecuente luación nutricional (cuadro 61-9). Los síntomas de náuseas o de

PARTE I PRINCIPIOS
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Anam nesis y exploración física I C A P Í T U L O 61 315

Dolor auricular originado


en la lengua

Dolor en el hombro
originado en la
I
superficie inferior
del diafragma
Región epigástrica:
corazón, estómago,
duodeno
Lateral del
Región umbilical: Dolor
pulmón y pleura intestino delgado, Dolor uterino pancreático
apéndice y rectal y renal

Dolor testicular Región hipogástrica:


originado en el colon, útero, vejiga urinaria

Dolor de la
rodilla
en la

A
F IG U RA 61-3 A y B, El conocimiento de los patrones del dolor referido dirige la exploración.

F IG U RA 61-4 A, Ganglio centinela periumbilical (de la hermana María José). B, La tomografía computarizada muestra un ganglio subcutáneo umbilical
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

(flecha), que es un ganglio de la hermana María José. {A, de Leow CK, Lau WY. SisterJoseph's nodule. Can J Surg 1997;40:167; B, de Moll S. Images in clinical medicine.
SisterJoseph's node in carcinoma of the cecum. N Engl J Med 1996;335:1568.)

pérdida del apetito pueden significar muchas cosas: distensión CONCLUSIONES


abdominal, saciedad precoz, disfagia y sequedad o dolor de boca.
Las alteraciones del gusto y del olfato son frecuentes en los pacien­ La anamnesis y la exploración exhaustivas son herramientas diag­
tes oncológicos e influyen en el tipo y la cantidad de los alimentos nósticas y terapéuticas. Muchos síntomas no se describen si no
que se ingieren20. La exploración debe englobar la inspección de se pregunta por ellos de forma específica. Todos los pacientes
la boca en busca de signos de infección (p. ej., candidiasis) y de deberían someterse a un cribado en busca de depresión, delirio y
deficiencias de nutrientes. dependencia alcohólica.

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316 S E C C IÓ N H | Profesionales sanitarios, fam ilia y voluntarios

—I T A B L A 6 1 -2 Escala de confusión de cabecera [ C u a d ro 6 1 -9 E v a lu a c ió n n u tricion a l

PARÁM ETRO NIVEL PUNTU ACIÓN * Anamnesis

Evaluar el nivel de alerta Normal 0 Antecedentes médicos del paciente:


Hiperactivo 1 Intervenciones abdominales previas.
Hipoactivo 1
Gravedad o extensión de la enfermedad.
Prueba de atención: Normal 0 Antecedentes dietéticos.
recitaren un tiempo
dado los meses del año Síntomas digestivos:
en orden inverso Anorexia.
Retraso > 3 0 segundos 1 Disfagia.
Saciedad precoz.
1 omisión 1 Pérdida de apetito.
2 omisiones 2 Alteraciones del gusto y el olfato.
Boca seca.
> 2 omisiones, 3
Náuseas.
inversión de la tarea
0 terminación de la
Vómitos.
misma Diarrea o esteatorrea.
Pérdida de peso.
Incapacidad para 4
realizarla Anamnesis social:
Actividades de la vida diaria, actividades instrumentales de la vida
*La puntuación total es la suma de las puntuaciones de ambos parámetros:
0 = normal, 1 = limite, 2:2 = confusión. Papel de cuidador, preparación de la comida, creencias alimenticias.
Adaptada de Sarhill N,Walsh D, Nelson KA, et al. Assessment of delirium in
advanced cancer:The use of the bedside confusion scale. Am J Hosp
Palliat Care 2001;18:335-341. Exploración física

índice de masa corporal.


Prendas holgadas.
Es esencial realizar una evaluación psicosocial detallada del Pliegues de piel laxa.
paciente y su cuidador. La espiritualidad y la sexualidad son rele­ Higiene oral (deficiencias relevantes):
vantes para los pacientes, y los médicos suelen evitar preguntar Papilas atróficas (folato, hierro, vitaminas B2, B3 y B12).
por ellas. Estomatitis angular (hierro, vitamina B2).
Queilitis (vitamina B2).
B I B L I O G R A F Í A Glositis (folato y vitaminas B2, B,,B6 y B12).
Dentición, prótesis dentales flojas.
1. Parker SM, Clayton JM, Hancock K, et al.A systematic review of prognostic/
end-of-life communication with adults in the advanced stages of a life-limiting Edema de las extremidades inferiores (es decir, deficiencia de
illness: Patient/caregiver preferences for the content, style, and timing of infor­ proteínas).
mation. J Pain Symptom Manage 2007;34:81-93- Masa muscular.
2. Glare P, Virik K, Jones M, et al. A systematic review of physicians’ survival pre­
dictions in terminally ill cancer patients. BMJ 2003;327:195-198.
3. Clayton J, Butow R Tattersall M, et al. Asking questions can help: Development Pruebas de laboratorio
and preliminary evaluation of a question prompt list for palliative care
patients. Br J Cancer 2003;89:2069-2077. Concentración sérica de albúmina y prealbúmina.
4. Barkwell DP. Ascribed meaning: A critical factor in coping and pain attenua­
tion in patients with cancer-related pain.J Palliat Care 1991;7:5-14. Concentración sérica de nitrógeno ureico sanguíneo.
5. Spiegel D, Bloom JR. Pain in metastatic breast cancer. Cancer 1983;52:341-345. Estudios del hierro.
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1984;54(Supp0:2635-264l. Concentración sérica de vitamina D.
7. Homsi J, Walsh D, Rivera N, e t al. Symptom evaluation in palliative medi­
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2006;14:444-453-
8. Bruera E, Moyano J, Seifert L, e t al. The frequency of alcoholism among patients care team and its association with abnormal haemostasis. J Clin Pathol 2007
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9. Puchalski C, Romer AL. Taking a spiritual history allows clinicians to unders­ 18. Ripamonti C, Zecca E, Brunelli C, e t al.A randomized, controlled clinical trial
tand patients more fully. J PaUiat Med 2000;3:129-137. to evaluate the effects of zinc sulfate on cancer patients with taste alterations
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2001;63:81-89. nesium in palliative care: Two case reports. Palliat Med 2000;14:59-61.
11. Lemieux L, Kaiser S, Pereira J, Meadows LM. Sexuality in palliative care: Patient 20. ComeauTB, Epstein JB, Migas C.Taste and smell dysfunction in patients recei­
perspectives. Palliat Med 2004;18:630-637. ving chemotherapy: A review of current knowledge. Support Care Cancer
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Helping the patient feel valued. JAMA 2002;287:2253-2260.
13- Sarhill N, Walsh D, Nelson KA, et al. Assessment of delirium in advanced L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
cancer: The use of the bedside confusion scale. Am J Hosp Palliat Care
2001;18:335-341. Anandarajah G, Hight E. Spirituality and medical practice: Using
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17. Harrington DJ, Western H, Seton-Jones C, et al. A study of the prevalence of Development and preliminary evaluation of a question prompt
vitamin K deficiency in patients with cancer referred to a hospital palliative list for palliative care patients. Br J Cancer 2003;89:2069-2077.

PARTE I PRINCIPIOS
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Anam nesis y exploración física I C A P ÍT U L O 9 317

Comeau TB, Epstein JB, Migas C. Taste and smell dysfunction advanced stages of a life-limiting illness: Patient/caregiver pre­
in patients receiving chemotherapy: A review of current ferences for the content, style, and timing of information. J Pain
knowledge. Support Care Cancer 2001;9:575-580. Symptom Manage 2007;34:81-93-
Hordern AJ, Currow DC. A patient-centered approach to Puchalski C, RomerAL. Taking a spiritual history allows clinicians
sexuality in the face of life-limiting illness. Med J Aust to understand patients more fully. J Palliat Med 2000;3:129-137.
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Lemieux L, Kaiser S, Pereira J, Meadows LM. Sexuality in palliative status and fluid deficits in advanced cancer. Am J Hosp Palliat
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prognostic/end-of-life communication with adults in the Petty, 1996.

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PARTE II

El paciente

s e c c ió n A Evaluación del paciente 320

s e c c ió n B Pruebas complementarias 364

s e c c ió n C Enfermedades concurrentes 409

s e c c ió n D Complicaciones de la enfermedad avanzada 459

s e c c ió n E Infecciones 505

s e c c ió n F Procedimientos y dispositivos 535

s e c c ió n G Nutrición 577

s e c c ió n H Comunicación 613

s e c c ió n I Toma de decisiones 643

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Evaluación del paciente

DEFINICIONES
CAPÍTULO
Familia
El concepto de familia está en entredicho y cambia a lo largo del
Evaluación de la familia tiempo. Según una definición amplia que se emplea en Reino
Unido2, la fa m ilia está formada por «las personas relacionadas a
y de los cuidadores través de unas relaciones heterosexuales u homosexuales com­
prometidas, el nacimiento y la adopción, así como por otras per­
Sheila Payne y Peter Hudson sonas que tienen estrechos lazos emocionales y sociales con un
paciente»2.
La vida familiar ha cambiado en gran medida en muchos países
2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos desarrollados en los últimos 50 años, de modo que las altas tasas
de divorcio, separación conyugal, matrimonios seriados, progeni­
tores no biológicos, progenitores solteros y cohabitación se han
convertido en moneda corriente. La mayor longevidad puede
hacer que más personas puedan ser abuelos o bisabuelos y que
se produzca la pérdida o el distanciamiento de familiares en fases
• El cuidado del paciente suelen realizarlo los familiares, así como las perso­
avanzadas de la ancianidad. En muchos países desarrollados, existe
nas que tienen una relación social y emocional estrecha. una disminución de la natalidad, con parejas que no tienen hijos
(alrededor del 10% de las mujeres en Reino Unido), y el tamaño
• Cuidar de un familiar moribundo es algo impredecible, y se trata de un pro­
ceso de una duración y características inciertas.
familiar normal ha disminuido a 1-2 hijos por pareja. En países
como China, las familias con un solo hijo han sido impuestas por
• La mayoría de los cuidados que se proporcionan a un paciente que está en
fase terminal los realizan las mujeres, parejas y personas de la misma genera­
la política del Gobierno. Esto reduce el número posible de per­
ción. En los países desarrollados, muchos cuidadores son ancianos.
sonas relacionadas por parentesco disponibles para proporcio­
nar cuidados cerca del final de la vida. La combinación de unos
• Cuidar de un paciente tiene aspectos positivos, como una mayor cercanía
emocional y la sensación de cumplir una obligación, pero también tiene un
patrones laborales cambiantes, con un mayor trabajo de la mujer
impacto negativo, como un mayor riesgo de enfermedad y lesiones físicas,
fuera de casa, una mayor movilidad geográfica, la mayor insegu­
angustia psicológica, aislamiento social y exigencias económicas. ridad laboral y el trabajo a tiempo parcial y ocasional, hace que
• La evaluación del acto de cuidar debería analizar los aspectos positivos y
la suposición de la disponibilidad de la mujer para proporcionar
negativos. cuidados no remunerados deba reconsiderarse. Las parejas homo­
sexuales están oficial y legalmente reconocidas en muchas par­
• Entre las intervenciones de ayuda hay que citar la educación, la provisión de
información, el descanso del cuidador, el manejo del estrés y la relajación. tes del mundo, de modo que estas personas tienen los mismos
derechos y obligaciones de proporcionar cuidados, junto a otros
familiares o en lugar de ellos. En el contexto africano, la devasta­
dora epidemia del síndrome de inmunodeficiencia adquirida cau­
sado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH/SIDA) ha
afectado a las estructuras familiares tradicionales, de modo que
muchos niños están siendo criados por hermanos, abuelos o fami­
Desde un punto de vista histórico, y en la actualidad en la mayo­ liares más lejanos3. Las redes complejas de cambio social afectan a
ría de las sociedades, las familias y los vecinos han cuidado de los las estructuras familiares, la viabilidad económica y el sentimiento
jóvenes, los viejos, los enfermos y los moribundos. En la mayoría de cohesión. Para algunas personas, los avances tecnológicos,
de las culturas, hay normas poderosas y cuidar de quien lo nece­ como el teléfono móvil e Internet han ofrecido nuevas formas
sita en las redes de parentesco es una obligación que la mayoría para mantener las relaciones familiares y el apoyo incluso en caso
de las personas cumple por el sentido del deber, piedad filial y de lejanía geográfica.Aunque las familias pueden ser una fuente de
altruismo recíproco. Un punto de vista evolutivo sugiere que apoyo, consuelo, apego, cuidados y amor, también pueden ser con­
cuidar tiene un valor de supervivencia para la unidad familiar y flictivas, abusivas y explotadoras. Una descripción completa de la
los miembros individuales. Sin embargo, no es un papel al que complejidad de la función familiar está fuera de los objetivos de
muchas personas aspiren. La evidencia indica que cuidar de per­ este capítulo, pero todo el mundo debería ser consciente de estos
aspectos de fondo.
sonas con enfermedades avanzadas y de pacientes moribundos es
una tarea exigente y a la vez satisfactoria1. Este capítulo se centra
en la paradoja de esta función social y en los efectos de dicha fun­ Cuidador
ción en las personas encargadas del cuidado. Cuidar de un familiar
moribundo es impredecible y se trata de un proceso de duración En la misma referencia bibliográfica2 puede encontrarse una defini­
y características inciertas. ción de cuidador. «Los cuidadores, que pueden ser o no familiares, son

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Evaluación d e la fam ilia y de los cuidadores I C A P Í T U L O 6 2 321

personas legas en el papel de ayuda íntima que comparten la expe­


riencia de la enfermedad con el paciente y que llevan a cabo un tra­
bajo asistencial y un control emocional vitales»2.
La terminología de cuidar o atender puede confundirse con
los diversos términos utilizados en varias situaciones, países y en
la literatura de investigación4. Los siguientes términos se emplean
ampliamente: cuidador, cuidador no oficial, asistente, familiar,
compañero y allegado. Aquí se empleará el término de cuidador.
Aunque los profesionales sanitarios y sociales pueden asignar este
término a los familiares, éstos puede que no se identifiquen a sí
mismos como cuidadores. Es posible asumir que existe un cuida­
dor principal con el que comunicarse de forma directa y ofrecer
instrucciones y consejos. La realidad es que en muchas familias
hay una red de apoyo y cuidado de personas que pueden o no
estar colocalizadas. Estas personas son fundamentales en las vidas
de los pacientes que se encuentran en una fase terminal, pero
suelen quedar relegadas a una posición marginal por los profesio­
nales de la asistencia sanitaria y social, e incluso por las políticas
sanitarias. *Floyd M. Caretakers: The Forgotten People. Fénix, AZ: Eskualdun Publishers,
La filosofía de los cuidados paliativos ha considerado que el 1988, pág. 102.
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que estén capacitados y dispuestos eligen las diversas opcio­ *TaylorJ. Brigie—A Life. Londres: Hodder & Stoughton, 1984, pág. 110.
nes y alternativas de los pacientes, como ser cuidados y fallecer [fesudasan U. I Will Lie Down in Peace. Madras: Hast West Bonks, 1998, pág. 67.
en su domicilio. La ausencia de cuidadores limita las opciones y
las alternativas de los cuidados, y puede contribuir a un mayor Cuadro 62-2 Factores que influyen en los cuidadores
número de fallecimientos en centros sanitarios. Hay que analizar
en qué medida la realidad se adapta a la retórica de los cuidados Características sociodemográficas
paliativos.
Se xo
Gran parte de la literatura general sobre los cuidados deriva Edad
de la asistencia a ancianos con un estado frágil de salud, sobre
Relación co n la perso n a d e la qu e se cuida
todo a aquellos con demencia6 o con enfermedades adquiridas,
como ictus7, pero en la literatura no se ha evaluado la fase final Recursos materiales y sociales
de la vida. En la actualidad se dispone de literatura sobre los cui­
dadores de personas con cáncer8,9 y de pacientes en fase termi­ Ingresos
nal1. Debido a que existen pocos estudios comparativos sobre Educación
los cuidadores de personas con distintas enfermedades avan­ Cultura
zadas o de pacientes que reciben distintos servicios, es difícil Vivienda
realizar afirmaciones definitivas sobre las dificultades relativas Comunidad
de cuidar a personas en distintos contextos o con diferentes
afecciones. Recursos personales y familiares
En la mayoría de los cuidados terminales, se asume que los Dominio
familiares están dispuestos a realizar los cuidados y son capaces Significado
de ello. El papel de cuidador puede que se asuma en una situa­ Autoconcepto
ción de crisis o por defecto; pocas veces es una decisión meditada Resiliencia
de forma cuidadosa. A diferencia de otros tipos de cuidados, Salud y form a física
no hay oportunidades para corregir las cosas después o para Ayuda familiar o redes d e parentesco
tener una segunda oportunidad. Muchos cuidadores asumen el
papel con pocos conocimientos de lo que implica. El modelo Circunstancias de los cuidados
predominante de cuidados en la literatura psicológica y sanita­
Tipo d e enferm edad o afección
ria corresponde a un trabajo y una carga arduos. En él se repre­
Características y patró n del p roceso d e fallecimiento
senta a los cuidadores como personas desbordadas desde los
M om ento o p o rtuno y esperado del fallecimiento
puntos de vista físico y psicológico por las tareas de los cuida­
Características d e las relaciones co n la persona a la q u e se cuida
dos y con déficits o necesidades personales. Esta opinión ha
Inform ación y com unicación
surgido desde un punto de vista centrado en los resultados nega­
Acceso a los servicios d e asistencia sanitaria y social
tivos, como la morbilidad psicológica y por el hecho de tener en
Características d e los servicios d e asistencia sanitaria y social
cuenta unas tareas predominantemente físicas. Esta observación
Acontecim ientos adversos y factores estresantes c oncurrentes
presenta un cuadro bastante sombrío y muestra a los cuidado­
res como vulnerables. Un modelo alternativo reconoce que el
papel de cuidador tiene elementos positivos y negativos,
y que muchas personas pueden adoptarlo de forma volunta­
ria y obtener beneficios de ser cuidadores. Este modelo hace FACTORES QUE INFLUYEN EN LOS CU IDA DO RES
hincapié en la resiliencia, el dominio y la atribución de poder8.
Aunque es esencial no fantasear con el papel de cuidador, los En esta sección se describen los factores que pueden influir en
distintos puntos de vista del mismo se consideran en términos la experiencia de los cuidadores (cuadro 62-2). No se dispone de
de lo bien que concuerda con las expectativas del cuidador8 datos fiables a nivel internacional sobre el número de personas que
(cuadro 62-1). están inmersas en relaciones de cuidado de personas moribundas.

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322 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

La organización caritativa Help the Hospices ha estimado que, en estudio concluyeron que las estrategias útiles consistían en prác­
un momento dado, existen alrededor de 500.000 personas cui­ ticas laborales flexibles, regreso a actividades de formación laboral
dando de enfermos terminales en Reino Unido. Esta estimación y acuerdos de permisos laborales prolongados. Los cuidadores de
corresponde a los datos del año 2000 en Inglaterra y Gales10, un nivel socioeconómico más bajo, que desempeñaban trabajos
donde existen alrededor de 7 millones de cuidadores de todo tipo. mal pagados y manuales, eran los que sufrían un efecto más
El análisis de las horas de trabajo de cuidado no remunerado por adverso, porque tenían pocas reservas. Las personas que dejan
semana indica que 3,5 millones de estas personas realizan 1-19 su trabajo pueden requerir ayudas económicas, como las que ha
horas de cuidados, alrededor de medio millón realizan 20-49 horas puesto en marcha el Gobierno canadiense. Es probable que las
y más de un millón realizan más de 50 horas de cuidados no remu­ expectativas de que la función de cuidador la realicen sobre todo
nerados. Esta definición de trabajo de cuidados está limitada por las mujeres limiten las posibilidades de encontrar unas oportuni­
el énfasis que se hace en el trabajo de cuidado físico directo, que dades laborales más flexibles para los varones15.
reconoce de forma insuficiente el volumen de los cuidados antici­ Los cuidadores aportan sus propios recursos personales a su
pados de tipo emocional y social que se prestan. En los contextos tarea. Las opiniones p or escrito de los cuidadores (v. cuadro 62-1)
de cuidados paliativos, muchas familias proporcionan cuidados de han destacado la reivindicación de unos cuidados psicosociales,
ayuda durante los períodos de enfermedad y sólo se implican de en lugar de la carga física, pero puede que esto sea un artefacto
forma gradual en los cuidados físicos directos durante la fase del de las informaciones publicadas de forma retrospectiva. Se puede
fallecimiento. considerar que la diversidad de las respuestas16 proporcionadas
por los cuidadores se basa en un modelo transaccional de afron­
tamiento, en el que los cuidadores realizan evaluaciones cogniti-
Sexo vas sobre el modo en el que las exigencias actuales de cuidados
Aunque se sabe poco sobre el número de personas que cuidan de superan su capacidad de afrontamiento. De este modo, la función
pacientes moribundos, sí se sabe que el papel del cuidador mues­ del cuidador no se considera inherentemente estresante, sino que
tra grandes diferencias en cuanto al sexo, con un claro predomi­ depende de los recursos internos individuales de afrontamiento,
nio femenino. En Reino Unido, son más las mujeres (alrededor de como los sentimientos de dominio y competencia, así como de
4 millones) que los varones (2,9 millones) que proporcionan cui­ recursos externos, como la ayuda de los vecinos o irnos ingresos
dados generales10. Los datos indican que la mayoría de los cuida­ suficientes para pagar una ayuda adicional. Este modelo aprovecha
dores tiene una edad correspondiente al rango de los 50-59 años, las capacidades y habilidades que las personas aportan a su fun­
pero cada vez hay más personas mayores (> 65 años) que se ocu­ ción de cuidador y reconoce que las personas difieren en cuanto
pan de cuidar a sus parejas y progenitores, que pueden vivir hasta a sus estilos personales de afrontamiento, como ser optimista o
edades más avanzadas (>85 años)10. Las personas mayores que pesimista, así como en cuanto a los rasgos de personalidad, como
asumen el papel de cuidadores también pueden tener problemas la resistencia y la resiliencia. Es más probable que se admitan
de salud y afecciones relacionadas con la edad, como dificultades aquellas autovaloraciones sobre la función de cuidador que se
visuales e hipoacusia. En cuidados paliativos es más probable que basan en una relación de cuidados capaz de aumentar la autoes­
los cuidados se lleven a cabo por personas de la misma genera­ tima, como los sentimientos de amor, deber, obligación moral y
ción que de distintas generaciones, lo que es distinto a otras aprobación social. Si el cuidador tiene una sensación de dominio,
formas de cuidados. Los niños pueden recibir y llevar a cabo cui­ así como una percepción de autoeficacia, competencia y control,
dados paliativos. Hay pocos datos sobre el grado en el que los es más probable que se beneficie de ello. Esto puede provenir de
niños se implican en los cuidados. En Reino Unido, se ha estimado las experiencias vitales previas como cuidador de otras personas
que alrededor de 51.000 personas jóvenes (< 1 6 años) cuidan de dependientes o de unos conocimientos profesionales, como en el
otros familiares enfermos o discapacitados, de los cuales sólo una caso del personal de enfermería.
minoría son personas moribundas10. Segal y Simkins11 han docu­ La función del cuidador es muy exigente desde el punto
mentado el impacto que tiene sobre los niños el hecho de cuidar de vista físico y emocional. Los cuidadores pueden tener distin­
a progenitores con afecciones neurológicas crónicas, como escle­ tos niveles de forma física y de salud antes de actuar como tales.
rosis múltiple, en facetas como las actividades sociales, las respon­ Muchos son mayores y tienen sus propios problemas de salud.
sabilidades adicionales y la menor atención a los logros escolares. Actuar como cuidador afecta a la salud debido al agotamiento.
Levantar peso puede provocar dolor de espalda, y puede que
se pasen por alto conductas saludables como realizar estudios
Recursos materiales, sociales y personales médicos de cribado, ejercicio físico y relajación. La tasa de morbi­
lidad psicológica es elevada17, y los cuidadores pueden sufrir más
Los recursos materiales y sociales a los que pueden recurrir los angustia que la persona enferma18.
cuidadores influyen en el desempeño de esta función y en su En conjunto, las familias difieren en cuanto a sus respuestas
capacidad de proseguir con los cuidados hasta el fallecimiento de ante un familiar moribundo, al igual que sucede con los miembros
la persona12. Cuidar de una persona en fase terminal supone unas individuales de la familia19. También difieren en el grado de inte-
cargas económicas enormes para la familia. Los costes de la asis­ rrelaciones y de capacidad de resolver conflictos. Las familias que
tencia médica, el transporte hasta las consultas médicas, el equipo pueden resolver conflictos19 y que tienen una implicación emo­
adicional o las adaptaciones del domicilio, así como el gasto de cional se prestan más ayuda entre sí. Aunque la disponibilidad de
lavandería, calefacción, ropa y alimentos especiales pocas veces ayuda social y la disponibilidad de una red social amplia se aso­
se reconocen. Una iniciativa británica sobre cuidados termina­ cian a mejores resultados, las familias pueden presentar conflic­
les13 encaminada a ofrecer alternativas al paciente y facilitar la tos y conductas que no constituyan una ayuda20. Los conflictos
asistencia domiciliaria y el fallecimiento en casa puede aumentar pueden ser más intensos en las redes de parentesco pequeñas,
de forma inadvertida los costes ocultos de los cuidados. En esta donde recae una carga pesada sobre pocas personas, en compara­
situación, es probable que las familias vean cómo disminuyen ción con las redes sociales más amplias y diversas, dotadas de más
sus ingresos, sobre todo si la principal fuente de los mismos es la recursos y en las que la posibilidad de sobrecargar a cada miem­
persona enferma. Puede que los cuidadores se vean enfrentados bro individual es menor.
a elecciones difíciles sobre su trabajo, la reducción de las horas
laborales o el abandono de su empleo, con una pérdida de ingre­
sos a corto plazo, pero con consecuencias a largo plazo para sus
carreras, pensiones y contacto social. En una revisión exhaustiva
CIRCUNSTANCIAS DE LOS C U IDA DO S
de la literatura sobre el empleo de los cuidadores en cuidados Según la evolución típica del fallecimiento, algunas enfermeda­
paliativos, sólo ocho estudios trataron este tema14. Los autores del des se asocian con patrones reconocibles de deterioro21, como la

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Evaluación d e la fam ilia y de los cuidadores I C A P Í T U L O 6 2 323

evolución prolongada del fallecimiento que se produce en perso­ estructuras y los principios usados para evaluar las necesidades
nas de edad muy avanzada, en comparación con el deterioro más del familiar cuidador2,5, es esencial reconocer los aspectos espe­
brusco de las personas con cáncer. Esto sugiere que la función del cíficos relacionados con la evaluación. Esto puede conducir a una
cuidador puede verse muy influida por factores como la duración aplicación más eficaz de las estructuras y los principios.
del fallecimiento, el nivel de dependencia de la persona cuidada
y de las asociaciones de síntomas complejos y difíciles, como el 1. Es probable que las necesidades de los cuidados en la fase
dolor refractario o la incontinencia. Una consideración adicional terminal varíen de un día a otro, por lo que se recomienda
es el grado en el que los síntomas son susceptibles de intervencio­ una evaluación continua.
nes médicas, así como los recursos disponibles para comprar los 2. Determinar qué necesidades personales deben evaluarse
fármacos o los servicios necesarios. El sufrimiento indirecto de las puede plantear un dilema. Aunque los estándares de cuida­
familias, que contemplan los cuadros de dolor refractario o de dis­ dos paliativos en muchos países favorecen la ayuda de toda
nea angustiosa, puede influir en los sentimientos de competencia la familia, la realidad es que en muchas circunstancias esto
y en el duelo posterior. se ve inhibido por unos recursos insuficientes. En lugar de
En muchas sociedades, hay normas comunitarias para el que los profesionales sanitarios intenten ayudar a toda la
momento adecuado del fallecimiento en el ciclo vital. Por ejemplo, familia, hay que centrar la ayuda en la persona que deter­
fallecer es previsible y aceptable en la ancianidad, pero no en la mine el paciente con la enfermedad avanzada e incurable. Se
edad adulta joven, cuando suele considerarse como una tragedia. debería solicitar a este paciente que determine la persona
En Estados Unidos, la mayoría de las personas consideran todos (o personas) a quien considera su principal ayuda. Si se tie­
los fallecimientos, salvo los de las personas muy ancianas, como nen en cuenta las definiciones esbozadas con anterioridad,
tragedias personales22. Esta opinión, combinada con las relaciones esta persona de ayuda no tiene por qué estar emparentada
personales relativamente escasas, pero muy intensas, significa que con el paciente. Los profesionales deberían solicitar autori­
cuidar de una pareja moribunda suele ser muy emocional y que es zación para compartir la información médica y sanitaria del
poco probable que pueda basarse en experiencias previas como paciente con el familiar cuidador.
cuidador. 3. Al considerar la evaluación de la familia, es necesario tener
La teoría del apego23 sugiere que cuanto más estrechas sean las en cuenta la distinción entre las necesidades y la satisfacción
relaciones entre el cuidador y la persona cuidada, mayor será el del cuidador. Estos conceptos están relacionados, pero la eva­
impacto. Las relaciones de cuidados que son conflictivas o ambiva­ luación de las necesidades del cuidador debería constituir la
lentes, o aquéllas en las que existe una gran dependencia también base de la ayuda al nivel más inmediato. La satisfacción del
pueden ser problemáticas. cuidador puede ser un método valioso para determinar la
Las circunstancias sociales del papel de cuidador son esen­ utilidad de la provisión de servicios.
ciales. Los cuidadores requieren tener acceso a unos servicios de 4. Puede que los familiares no se autoidentifiquen como cui­
asistencia sanitaria y social adecuados para ellos mismos y para dadores; es posible que se les deba incitar a expresar sus
la persona cuidada. En primer lugar, necesitan información sobre preocupaciones para evaluar sus necesidades. Tal vez no
los tipos y métodos de acceso a los servicios. También requie­ consideren sus necesidades como algo legítimo y quizá no
ren comunicación con los proveedores de servicios de un modo se sientan cómodos al expresarse en compañía de su fami­
y con un ritmo apropiado para sus propios deseos sobre la per­ liar o amigo al que cuidan25.
sona enferma, y necesitan saber cómo tratar con sus propias pre­ 5. Las necesidades de los familiares cuidadores pueden ser
ocupaciones, que pueden ser diferentes. En un estudio24 de 524 incongruentes con las necesidades del paciente, lo que
ancianos con insuficiencia cardíaca terminal realizado en Reino dificulta determinar qué necesidades deberían tener
Unido, menos de un 25% había tenido contacto con los servicios prioridad26.
de asistencia social en los últimos 2 años. Incluso en el caso de los 6. Trabajar con familiares cuidadores es un papel nuevo y
pacientes y cuidadores que referían haber contactado con dichos difícil para algunos profesionales sanitarios, como el perso­
servicios, la mayoría consideraba que eran limitados o inadecua­ nal de enfermería. Al carecer de una tradición de práctica en
dos, o no los calificaban porque no tenían un cáncer terminal. esta área y de formación pertinente, algunos profesionales
Algunos de los que habían solicitado subsidios cuya concesión tienen dificultades a la hora de evaluar las necesidades del
dependía de sus recursos económicos y a quienes se los habían familiar cuidador y de ofrecer las respuestas apropiadas6,26.
denegado porque su enfermedad era menos grave eran reacios a
volver a presentar una solicitud.
La labor de los cuidadores puede llevarse a cabo en el seno
de una alteración familiar y social más amplia, como en el caso Herramientas para evaluar la experiencia
de los refugiados, los solicitantes de asilo o las situaciones de vida del cuidador
en entornos de inseguridad social, hambre o guerra. En estas cir­
cunstancias, puede que no funcionen las obligaciones y ayudas El número creciente de herramientas (instrumentos) validadas en
normales de parentesco. Por ejemplo, los lazos sociales con los las poblaciones de cuidados paliativos es alentador. Al considerar
miembros de la familia extendida pueden no estar disponibles su uso en la experiencia del familiar cuidador, el prim er aspecto
porque estas personas permanecen en el lugar de origen o porque que surge es determinar cuál es el propósito de la evaluación.
se han desplazado por el cambio social. En estas familias, los facto­ ¿Se emplea para evaluar las necesidades actuales del familiar
res estresantes concurrentes pueden ser abrumadores e impedir cuidador o la satisfacción con la provisión de servicios, o bien
la implicación con los cuidados. Por ejemplo, en Sierra Leona, los se utiliza con fines de investigación? Si la evaluación se centra
servicios de cuidados paliativos se enfrentan en gran medida a los en las necesidades del cuidador, el uso de la herramienta debe­
fallecimientos debidos al VIH/SIDA, y su modelo tiene que tener ría seguirse de un debate. Dicho de otro modo, la evaluación no
en cuenta a los niños huérfanos y vulnerables cuyos progenitores debería llevarse a cabo de forma aislada, sino que debería servir
fallecen en las residencias para enfermos terminales3. como base para un debate más detallado sobre las necesidades
del cuidador.
Si la finalidad de la herramienta de evaluación es la investiga­
EVALUACIÓN DE LA EXPERIENCIA ción (y en última instancia, orientar la práctica), debería tenerse
DEL FAMILIAR CU IDADO R en cuenta de forma cuidadosa el número de herramientas que
van a utilizarse y la razón específica de las mismas. Se debería
Las personas implicadas en cuidados paliativos deben tener determinar si la razón fundamental para la evaluación es describir
en cuenta las necesidades del familiar cuidador. A pesar de las la experiencia del cuidador, la calidad de la relación entre el

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324 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

familiar cuidador y el paciente (u otros miembros de la familia), o de descanso para el cuidador, que son una ayuda casi estándar ofre­
evaluar la utilidad de las intervenciones o de la provisión de servi­ cida por los servicios especializados en cuidados paliativos para los
cios. Hudson y Hayman-White16 han llevado a cabo una revisión familiares cuidadores, también requieren más atención30,31.
exhaustiva de este tema y de las propiedades psicométricas de La otra laguna significativa relacionada con la evaluación de las
varias herramientas relacionadas. necesidades del familiar cuidador se refiere al modo de discernir
Con independencia de cuál sea la razón fundamental para cuáles de estos cuidadores son propensos a sufrir angustia psico­
seleccionar la herramienta, las comprobaciones habituales para lógica. Es necesario determinar los métodos de detección usados
determinar la fiabilidad y la validez son esenciales. El proceso de para identificar a los familiares cuidadores que presentan un mayor
administración también garantiza una consideración cuidadosa. riesgo, con el fin de aplicar intervenciones dirigidas32. Aunque
Por ejemplo, ¿se pretende que la herramienta sea autocumplimen- varios estudios han analizado los factores predictivos de un resul­
tada (es decir, completada por el familiar cuidador)? ¿La evalua­ tado psicológico adverso tras el proceso de duelo32, pocos de ellos
ción se llevará a cabo en el domicilio, por correo o por teléfono? han evaluado el funcionamiento psicológico en los familiares cui­
En el cuadro 62-3 se ofrecen ejemplos de herramientas para dadores al comienzo del proceso de cuidado y durante el mismo33.
medir la experiencia del familiar cuidador, así como referencias Dadas las investigaciones existentes, hay que plantearse si se
destacadas. El objetivo es subrayar los ejemplos relevantes, no des­ sabe lo que quieren los cuidadores. Los resultados de los estudios
cribir cada una de las herramientas. indican de forma constante que los familiares cuidadores desean
recibir una información que les prepare para aquello en lo que par­
ticipan. Esto engloba el plan de alta, el modo de proporcionar con­
Base de evidencia para evaluar y responder suelo al paciente, las necesidades asistenciales prácticas y la forma
a las necesidades del cuidador de minimizar sus propias cargas físicas, psicológicas y sociales34.
Además de la información, hay evidencias que indican qué
Aunque los familiares cuidadores son válidos como receptores es lo que la mayoría de los familiares cuidadores valora en una
de servicios en las definiciones de cuidados paliativos, tienen experiencia óptima de la fase final de la vida. Las familias espe­
unas necesidades en su mayor parte no satisfechas. La ayuda de ran que los síntomas de sus allegados se controlen, que reciban
los familiares cuidadores suele venir determinada por las crisis, ayuda emocional, social y espiritual, que se respeten las decisiones
debido a las suposiciones de que normalmente «se las apañan terapéuticas, que puedan acceder a servicios de descanso de los
bien». La evidencia actual apenas sostiene la afirmación de que los cuidados y de ayuda con el duelo, así como que se respete la pre­
servicios de cuidados paliativos proporcionan una ayuda eficaz ferencia del lugar de fallecimiento35.
para los familiares cuidadores27.
Tenemos unos conocimientos básicos de la experiencia del
familiar cuidador, pero la comprensión de la eficacia de las estra­ Intervenciones basadas en la evidencia
tegias para ayudar a los cuidadores familiares es limitada26. Se para los familiares cuidadores
necesitan más estudios longitudinales28. Es necesario realizar más
investigaciones sobre la experiencia de los cuidadores de pacien­ A pesar de las lagunas significativas en los conocimientos sobre
tes no oncológicos y del papel de los niños como cuidadores. Los el familiar cuidador, nosotros recomendamos que se realicen más
nuevos estudios deberían incluir a otros miembros de la familia; investigaciones sobre las intervenciones para que pueda determi­
la mayoría de los trabajos se han centrado en los familiares cuida­ narse qué ayuda a los cuidadores familiares. Esto es esencial para
dores principales. Existen unas lagunas considerables en nuestra satisfacer las necesidades de las familias y asegurar que los recur­
comprensión de la experiencia del cuidador en el grupo de los sos se usen de un modo juicioso36. También es esencial que las
nuevos inmigrantes, de las personas que hablan un idioma distinto investigaciones demuestren que las estrategias actuales de ayuda
al del país donde se encuentran y de los que viven en países con son beneficiosas y no perjudiciales.
pocos recursos. También se han publicado pocos estudios sobre En el cuadro 62-4 se muestran ejemplos de intervenciones
la influencia de la espiritualidad y de las creencias religiosas res­ para ayudar a los familiares cuidadores. Al igual que las herramien­
pecto a la experiencia del cuidador29. tas para los familiares cuidadores (v. cuadro 62-3), no se trata de
Algunas estrategias estándares relativas a la ayuda de la fami­ una lista exhaustiva; las selecciones ejemplifican los temas trata­
lia carecen de una base de evidencia adecuada. Por ejemplo, las dos en los estudios y las iniciativas. La mayoría de las intervencio­
reuniones familiares suelen alentarse como un método útil para nes podrían beneficiarse de evaluaciones adicionales. No se han
debatir sobre los aspectos relativos a la etapa terminal; sin embargo, incluido los estudios sobre el duelo. En el artículo de Hudson26 se
su utilidad no se ha investigado de forma adecuada. Los servicios recoge una descripción más exhaustiva de las intervenciones des­
tinadas a los familiares cuidadores.
La base de evidencia para evaluar a los familiares cuidadores se
Cuadro 62-3 Herramientas para medir la experiencia enfrenta a varias dificultades, que no son insuperables y no debe­
del familiar cuidador rían empañar el objetivo de mejorar la evaluación y la ayuda a los
familiares cuidadores en la asistencia terminal. Los cuidadores son
Escala del inventario familiar de necesidades (FIN) fundamentales para mejorar el tiempo que le queda de vida al
Escala de preparación para ser cuidador paciente. Aunque su papel es difícil, deberían salir de su experien-
Escala de competencia del cuidador
Escala de gratificaciones del cuidador
Cuestionario de ayuda social (30SSQ)
Autoeficacia del cuidador Cuadro 62-4 Intervenciones basadas en la evidencia
para los familiares cuidadores
Evaluación de la reacción del cuidador (CRA)
Test de orientación vital • Programa de educación de grupo.
Instrumento de mutualidad del cuidador • Programa psicoeducativo individualizado.
FAMCARE, satisfacción • Resolución de problemas.
Cuestionario de tensiones familiares • Terapia familiar.
Funcionamiento familiar • Reducción de la depresión.
Escala de evaluación breve • Reducción de la carga para los cuidadores de personas con
Cuestionario de los cuidados en la fase terminal demencia.
índice de calidad de vida del cuidador • Cuidados sociales.

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Evaluación clínica d e los síntom as I C A P Í T U L O 6 3 325

cia con una sensación de bienestar, en lugar de sentirse abruma­ 29. Allen RS, Haley WE, Roff LL, et al. Responding to the needs of caregivers near
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21. Lunney JR, Lynn J, Hogan C. Profiles of older medicare decedents. J Am Geriatr • Los pacientes de medicina paliativa son polisintomáticos.
Soc 2002;50:1108-1112. • La mayoría de los síntomas no se notifican de forma voluntaria, incluso aun­
22. Lofland LH. The social shaping of emotion: A case of grief. Symbol Interact que sean muy acuciantes.
1985;8:171-190.
23. Bowlby J (ed). Attachment and Loss, vol 3- Loss: Sadness and Depression. » La angustia que provocan los síntomas no siempre guarda proporción con
London: Hogarth Press, 1980. su gravedad.
24. Gott M, Barnes S, Payne S, et al. Patient views of social services provision ►El dolor, la fatiga, la depresión, la anorexia, así como la saciedad precoz y el
for older people with advanced heart failure. Health Soc Care Community delirio suelen infraevaluarse.
2007;29:872-890.
» El registro sistemático de los síntomas mejora su identificación y tratamiento.
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

25. Hudson P, Aranda S, Kristjanson L. Meeting the supportive needs of family


caregivers in palliative care: Challenges for health professionals. J Palliat Med
2004;7:19-25.
26. Harding R, Higginson I. What is the best way to help caregivers in cancer and
palliative care? A systematic literature review of interventions and their effec­
tiveness. Palliat Med 2003;17:63-74; and Hudson P. A critical review of suppor­
tive interventions fiar family caregivers of palliative stage cancer patients. Los síntomas (cuadro 63-1) son experiencias físicas o psicológicas
J Psychosoc Oncol 2004;22:77-93- subjetivas. Los pacientes con cáncer avanzado son polisintomá­
27. Harding R. Carers: Current research and developments. In Firth P, Luff G, ticos y tienen una media de 10-13 síntomas. Como promedio, sólo
Oliviere D (eds). Facing Death: Loss, Change and Bereavement in Palliative refieren un síntoma cuando se les formula una pregunta abierta.
Care. Buckingham, UK: Open University Press, 2005, pp 150-166.
28. Grunfeld E, Coyle D,Whelan’IJ, et al. Family caregiver burden: Results of a lon­
Las personas con enfermedades avanzadas no oncológicas tienen
gitudinal stud)' of breast cancer patients and their principal caregivers. CMAJ una carga sintomática similar1. Los síntomas afectan al funciona­
2004;170:1795-1801. miento físico, emocional y social, así como a la calidad de vida. En
los pacientes con cáncer avanzado, los síntomas como la anorexia,

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326 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

Cuadro 63-1 Objetivos de la evaluación clínica


sueño10. La presencia de un síntoma debería hacer que se pregun­
tase sobre los demás a los que suele asociarse.
de los síntomas
Averiguar cuáles so n los síntom as m ás angustiantes p ara el paciente
y su familia. EVALUACIÓN CLÍNICA DE LOS SÍN TO M A S
D eterm inar la físiopatología, la causa y los factores contribuyentes
subyacentes d e cada síntoma. El algoritmo de la figura 63-1 corresponde a la estrategia siste­
D etectar los síntom as angustiantes habituales. mática para evaluar los síntomas en medicina paliativa. La eva­
Revisar los tratam ientos actuales y previos, su eficacia y los efectos luación clínica se centra en determinar los síntomas, sus causas
secundarios. subyacentes y los factores contribuyentes o tratables (fig. 63-1).
D ocum entar la evaluación y establecer u n plan.
Reevaluar al p aciente a intervalos regulares.
Anam nesis y exploración física
La anamnesis debería comenzar con preguntas abiertas sobre los
la pérdida de peso, la xerostomia, la disfagia, la disnea y la confu­ síntomas percibidos y pasar después a preguntas más específicas
sión tienen valor pronóstico2. de cribado (v. cap. 61). Cada síntoma referido por el paciente
Los síntomas que no suelen referirse son fatiga, anorexia, sacie­ debería describirse de forma exhaustiva. Las características de
dad precoz, boca seca, somnolencia, insomnio y pérdida de peso3. los síntomas son su cualidad, cantidad, evolución temporal, facto­
La comunicación de los síntomas a los médicos se ve influida por res agravantes y mitigantes, así como la interferencia con diversas
muchos factores: actividades (movilización, sueño, alimentación y trabajo). Es esen­
cial realizar una anamnesis por aparatos detallada para indagar
• Percepción de lo que resulta relevante para el médico. sobre los síntomas que el paciente no refiera de forma voluntaria.
• Creencia de que los síntomas (p. ej., la fatiga) son inevitables. Es esencial analizar el significado que el paciente y la familia otor­
• No querer quejarse. gan a cada síntoma. Los nuevos síntomas pueden atribuirse a una
• Miedo de angustiar a la familia. recidiva o progresión del cáncer, a los efectos secundarios del tra­
• Miedos sobre los posibles efectos secundarios del tratamiento tamiento o pueden interpretarse como un signo de fallecimiento
(p. ej., opiáceos). inminente.
• Miedo de que los síntomas representen una progresión de la
enfermedad.
Las barreras con las que choca el médico para realizar una Antecedentes farmacológicos
evaluación adecuada de los síntomas son la falta de tiempo, las Es esencial realizar una anamnesis de los tratamientos que se
diferencias culturales y de idioma, así como unos conocimientos han empleado en el pasado, sus efectos y sobre todo sus efectos
y una formación inadecuados. Por estos motivos, es esencial reali­ secundarios. Muchos síntomas, como el estreñimiento, son efec­
zar una evaluación y documentación sistemáticas de los síntomas tos secundarios de muchos fármacos frecuentes. La detección de
para optimizar la calidad de vida y el funcionamiento. los efectos secundarios de los medicamentos y del tratamiento
antioncológico puede poner de manifiesto síntomas que se con­
sideran normales y aceptables. Los efectos adversos frecuentes de
SÍN TO M A S QUE D EBERÍAN EVALUARSE
la quimioterapia y la radioterapia son náuseas, vómitos, mucositis,
Los síntomas son multidimensionales. Se experimentan en tér­ diarrea, reacciones cutáneas, alopecia, fatiga y síntomas menopáu-
minos de gravedad, frecuencia, angustia e interferencia con la sicos. Las medicinas complementarias, las sustancias de herbolario
función. Los pacientes y sus familias otorgan un significado a los y las vitaminas se usan con frecuencia y pueden interactuar con
síntomas. La angustia no tiene por qué ser proporcional a la grave­ fármacos con receta y con la quimioterapia.
dad de los mismos4. Algunos síntomas, como las náuseas, la limi­
tación de la actividad, o la dificultad para pensar, incluso aunque
se consideren leves o moderados, pueden ser angustiosos. Los sín­ Cribado psicosocial
tomas más graves, como la fatiga o la anorexia, pueden evaluarse
como menos angustiosos4. Los síntomas que se identifican con La ansiedad, la depresión, el sueño y los problemas familiares
más frecuencia como una prioridad por parte de los pacientes pueden contribuir o estar causados por otros síntomas. Muchos
son el dolor, la fatiga, la función física, la pérdida de apetito, las pacientes no los refieren a menos que se les pregunte de forma
náuseas, los vómitos, la disnea y la depresión5. específica por ellos. Si se plantean preguntas sencillas (p. ej., ¿Está
usted deprimido?) puede detectarse con rapidez la presencia de
angustia psicológica11.
Prevalencia y gravedad
La prevalencia de los síntomas varía en función del diagnóstico, el Objetivos asistenciales
estadio de la enfermedad, la edad, el sexo y el estado funcional6’7.
Los síntomas más frecuentes del cáncer avanzado son el dolor, Los objetivos asistenciales, el estado funcional y la esperanza de
la fatiga, la debilidad, la anorexia, la sequedad de boca, el estreñi­ vida influyen a la hora de determinar cuáles son las pruebas com­
miento, la saciedad precoz, la disnea y la pérdida de peso8. Estos plementarias e intervenciones apropiadas. Los estudios invasivos
suelen ser los más graves a pesar de las distintas localizaciones son menos adecuados para los pacientes con una esperanza de
primarias. Las notificaciones de prevalencia de los síntomas en las vida de horas o días que para un paciente ambulatorio que recibe
enfermedades avanzadas no oncológicas son variables, aunque el un tratamiento activo con una esperanza de vida de meses.
dolor, la disnea y la fatiga se notifican de forma constante en más
del 50% de los casos9.
Documentación

G rupos de síntomas La documentación sistemática es esencial para las revisiones, en


especial cuando se trabaja en grupo. Dicha documentación debería
Los síntomas oncológicos aparecen asociados o agrupados. Por consistir en un resumen de los síntomas y sus características, la causa
ejemplo, la depresión se asocia a la ansiedad y a los trastornos del propuesta y la intervención. Además, debería permitir una revisión

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Evaluación clínica d e los síntom as I C A P Í T U L O 6 3 327
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

posterior. Como ejemplo de una documentación sistemática puede


citarse la gráfica de signos vitales de la Cleveland Clinic Foundation
(fig. 63-2) y la lista de problemas de medicina paliativa12. tratamiento y el cribado de los nuevos síntomas y efectos secun­
darios de la medicación. Los pacientes ambulatorios requieren una
información detallada sobre la ayuda fuera de las horas de consulta
Reevaluación (a quién llamar e instrucciones específicas de cuándo deben llamar).
Los síntomas deberían reevaluarse de forma periódica. La determi­
nación de los intervalos de tiempo que son apropiados depende INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
de la gravedad de los síntomas y de la ubicación del paciente (es DE LOS SÍNTO M AS
decir, si está ingresado o si es ambulatorio). Los pacientes ambula­
torios pueden requerir un seguimiento telefónico. La reevaluación Los instrumentos de evaluación de los síntomas detectan una canti­
consta de los síntomas que ya se han detectado, su respuesta al dad de éstos mayor que la evaluación clínica. Esto es especialmente

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328 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

F e c h a __________________________________________________ P á g in a 1 de 12

FIG U RA 63-2 Gráfica de signos vitales de la Cleveland Clinic Foundation.

cierto para los síntomas físicos distintos al dolor, los síntomas instrumento para la evaluación clínica depende del estadio de la
psicológicos y la confusión13. Los instrumentos disponibles pre­ enfermedad y del número de los síntomas de interés.
sentan problemas significativos, como una enumeración parcial
de los síntomas14, así como dificultades para completarlos, sobre
todo en los pacientes con enfermedad avanzada. La aplicación DOLOR
de los instrumentos de evaluación en la práctica clínica rutinaria
es compleja15 y hay pocos datos que apoyen una mejoría de los Objetivos de la evaluación del dolor
resultados16. La evaluación computarizada de los síntomas puede
facilitar la evaluación clínica y es aceptable para los pacientes y El dolor se evalúa por varios motivos:
los clínicos17,18. • Determinar la intensidad del dolor, así como la angustia y la
Algunos de los instrumentos de evaluación de los síntomas interferencia asociadas.
para la medicina paliativa son el Sistema de Evaluación de • Plantear el diagnóstico diferencial de la causa y los factores
Síntomas de Edmonton (ESAS), el Cuestionario de Síntomas del contribuyentes.
M. D. Anderson (MDASI), la Escala de Evaluación de Síntomas • Establecer un plan de pruebas complementarias y un trata­
del Memorial (MSAS), la Lista de Comprobación de Síntomas de miento adecuados.
Rotterdam (RSCL) y la Escala de Angustia y Síntomas (SDS)16. Estos • Comunicar el plan al paciente, la familia y otros miembros del
instrumentos varían de 9 ítems (ESAS) a 32 (MSAS). Algunos sólo equipo.
evalúan la gravedad de los síntomas (p. ej., ESAS, MDASI), mien­ • Documentar y reevaluar la naturaleza o el grado del dolor.
tras que otros son multidimensionales (p. ej., MSAS). El ESAS y la
MSAS están validados para su cumplimentación por la familia o el
personal asistencial. El ESAS, la RSCL, el MDASI y la MSAS evalúan Clasificación del dolor
la angustia global por los síntomas, mientras que el MDASI evalúa
la interferencia causada por los síntomas. Los pacientes con una El dolor en el cáncer suele ser persistente y se relaciona con el
enfermedad avanzada pueden tener dificultades para completar proceso neoplásico (tabla 63-1). El dolor atribuido al tratamiento
los instrumentos extensos y multidimensionales. La elección del antioncológico o a las causas no oncológicas es menos habitual20.

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Evaluación clínica d e los síntom as I C A P Í T U L O 6 3 329

La mayoría de los pacientes con dolor oncológico tiene dos o más de estos factores, sobre todo la falta de cumplimiento y los aspectos
tipos distintos de dolor. La clasificación del dolor en los tipos noci- psicosociales, como la depresión y los trastornos del sueño.
ceptivo o neuropático proporciona pistas sobre la fisiopatología Los antecedentes farmacológicos consisten en la posología
subyacente y sobre la posible respuesta a los opiáceos, así como de fondo, así como el momento y el número de las dosis toma­
a los analgésicos adyuvantes. Muchos síntomas dolorosos tienen das a demanda en un período de 24 horas. La distribución tem­
características mixtas nociceptivas y neuropáticas. poral de éstas últimas puede indicar una desaparición prematura
del efecto de la dosis de la medicación diaria. Se debería evaluar
Anamnesis el cumplimiento, los efectos secundarios y los beneficios de todos
los fármacos. Los efectos secundarios habituales de los opiáceos
El dolor es una experiencia subjetiva. Es esencial escuchar y creer consisten en sequedad de boca, sedación, náuseas, estreñimiento y
al paciente. Cada síndrome doloroso debería evaluarse por sepa­ mioclonías22. El prurito, la retención urinaria, los vómitos, el delirio
rado. Un diagrama corporal ayuda a documentar muchas locali­ y la depresión respiratoria son menos frecuentes.
zaciones dolorosas. La gravedad del dolor debería cuantificarse.
Las escalas categóricas o numéricas son más fáciles de emplear y
pueden utilizarse de forma verbal o p or escrito. Se puede utilizar Exploración
una pregunta sencilla para cuantificar el dolor: ¿Cómo evaluaría su La exploración dirigida de un punto o un sistema doloroso con­
dolor en una escala de 0 a 10, en la que 0 significa ausencia de siste en la observación, la palpación, la percusión, la auscultación,
dolor y 10 es el peor dolor que pueda imaginarse? El dolor debe­ los movimientos activos y pasivos, así como en una exploración
ría evaluarse en el momento actual, así como en sus grados peor, neurológica23. Los signos que deben observarse son los cambios
mejor y medio. cutáneos (p. ej., palidez, eritema, diaforesis, soluciones de conti­
Las características del dolor identifican la fuente y fisiopatolo­ nuidad), la deformidad ósea o articular, la emaciación muscular y
gía probables (tabla 63-2). El dolor referido es frecuente en los sín­ la postura abdominal. La palpación puede detectar la presencia de
dromes de dolor visceral (p. ej., dolor del extremo del hombro en hipersensibilidad dolorosa, masas, organomegalia o distensión de
las lesiones hepáticas) o síndromes dolorosos neuropáticos. El dolor las asas abdominales. La percusión permite diferenciar entre la dis­
neuropático suele irradiarse a lo largo de la distribución del nervio tensión debida al gas de la causada por la acumulación de líquidos.
afectado. El dolor óseo o muscular puede empeorar o desencade­ La percusión de las vértebras o de las prominencias óseas puede
narse por el movimiento, mientras que el de tipo visceral puede detectar la presencia de hipersensibilidad dolorosa localizada. La
mejorar. La evolución temporal del dolor es relevante. El dolor auscultación puede revelar una hiperactividad de los ruidos intes­
de reciente aparición o que presenta un rápido empeoramiento tinales por una obstrucción, o bien una reducción o ausencia de
sugiere una enfermedad progresiva o una complicación urgente dichos ruidos en los pacientes con íleo. Los movimientos activos y
(p. ej., compresión medular). El dolor visceral o neuropático puede pasivos pueden reproducir el dolor. Se debería observar la marcha
asociarse a efectos neurovegetativos (p. ej., náuseas, vómitos, diafo- en busca de anomalías y para evaluar el riesgo de caídas.
resis, palidez, alteración del pulso y de la presión arterial). Una exploración neurológica exhaustiva consta de la evalua­
El dolor intercurrente se asocia a un dolor de fondo más grave ción del nivel de conciencia, los nervios craneales, la fuerza, la sen­
y frecuente, a un mayor grado de alteración funcional relacionada sibilidad, la coordinación y los reflejos. Los signos que se ponen de
con el dolor y a un estado de ánimo peor21. Dicho dolor puede
relacionarse con los movimientos, con la desaparición prematura
del efecto de la dosis o con una analgesia de fondo inadecuada. Cuadro 63-2 Dolor mal controlado: factores
Los factores que contribuyen a un escaso control del dolor se contribuyentes
describen en el cuadro 63-2. Se debería hacer una búsqueda selectiva
Relacionados con el paciente
Angustia emocional, ansiedad, depresión, trastornos del sueño
Delirio
H T A B L A 63-1 Clasificación del dolor
Ausencia de cum plim iento de la medicación
Dolor nociceptivo Dolor debido a la activación de los
nocirreceptores localizados en la piel, las Efectos secundarios d e los fármacos
mucosas, los huesos, las articulaciones, los Miedo d e la adicción a los opiáceos, tolerancia
músculos (somático) o en los órganos sólidos o
Dolor n europático
huecos (visceral)
A ntecedentes d e d ependencia a drogas o alcohol
Dolor neuropático Dolor debido a una activación anómala o Preocupaciones económ icas, espirituales o sociales
a la lesión del sistema nervioso central
o periférico Relacionados con el médico
Dolor intercurrente Dolor transitorio que se produce sobre un
trasfondo de dolor estable Evaluación y p rescripción inapropiada
Dolor incidental Dolor debido al movimiento o a la carga de peso Preocupación sobre la adicción y la tolerancia

H T A B L A 63-2 Síndromes clínicos de dolor

CARACTERÍSTICA SOMÁTICO SUPERFICIAL SOMÁTICO PROFUNDO VISCERAL NEUROPÁTICO


Origen Piel, mucosa Músculos, articulaciones, Órganos sólidos Lesión nerviosa
huesos y huecos, masas
tu mora les
Descripción Caliente, agudo, punzante Sordo, continuo, Profundo, sordo, Punzante, lancinante, caliente, urente,
lancinante lancinante, calambre como un calambrazo, hormigueo o
entumecimiento
Localización Bien localizado Bien localizado Mal localizado Distribución de nervio o dermatoma

Adaptada de Therapeutic Guidelines: Palliative Cato, versión 2. North Melbourne, Australia: Therapeutic Guidelines Limited, 2005.

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330 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

manifiesto en caso de dolor neuropático son la alodinia (es decir, FATIGA


dolor causado por estímulos no dolorosos, como el tacto suave) y
los signos sensitivos o motores en el territorio de distribución de La fatiga no suele referirse, porque los pacientes la consideran
un nervio o dermatoma. «inevitable, irrelevante e intratable»33. Los médicos suelen ser
reacios a preguntar de forma selectiva por la fatiga, porque es un
síntoma complejo, sin una única opción terapéutica. Las defini­
Pruebas complementarias ciones de la fatiga relacionada con el cáncer varían. El National
Comprehensive Cancer Network (NCCN) define la fatiga como
Las posibles opciones terapéuticas, el pronóstico y los objetivos una «sensación persistente y subjetiva de cansancio relacionada
asistenciales deben considerarse antes de comenzar a realizar prue­ con el cáncer o con el tratamiento antioncológico que interfiere
bas complementarias. Si es poco probable que una prueba modifi­ con el funcionamiento habitual». Los criterios propuestos por la
que el plan terapéutico, puede ser inadecuada. Los resultados de ICD-10 destacan la naturaleza multidimensional de la fatiga34.
los análisis séricos recientes de función renal y hepática pueden Estos criterios especifican una fatiga significativa a lo largo de un
influir en la idoneidad de los fármacos metabolizados por estos período de 2 semanas más otros cinco síntomas, como debilidad,
sistemas. Las pruebas radiológicas pueden determinar las causas insomnio, dificultades para la concentración, reducción de la moti­
del dolor, como las radiografías simples y la gammagrafía ósea para vación, reactividad emocional, problemas de memoria y malestar
el dolor musculoesquelético, la tomografía computarizacla para el después del ejercicio. Las causas específicas de la fatiga son des­
dolor visceral y la resonancia magnética para el dolor neuropático. conocidas. Los factores que contribuyen a ella son la enfermedad
avanzada, el tratamiento antioncológico u otros fármacos (p. ej.,
opiáceos, antidepresivos, antieméticos, antihistamínicos), la ane­
Síndromes clínicos dolorosos mia, las anomalías bioquímicas o endocrinas, la insuficiencia de
La compresión medular es una urgencia de la medicina paliativa. algún órgano y los factores psicosociales.
Los médicos deberían estar alerta ante esta posibilidad en los
pacientes con metástasis vertebrales conocidas y cáncer metas-
tásico en el momento del diagnóstico24. Se caracteriza por un Anamnesis
dolor de inicio reciente o intenso en la parte media o superior
de la espalda. El dolor puede irradiarse a las extremidades supe­ Todos los pacientes de medicina paliativa deberían someterse
riores o inferiores, o adoptar una distribución en banda alrededor a un estudio selectivo de la fatiga mediante una serie de pre­
del tórax o el abdomen. El dolor puede empeorar por el decúbito guntas34, como ¿Se cansa sin motivo? ¿Tiene fatiga? La gravedad
supino o por la maniobra de Valsalva. En la anamnesis debería pre­ también puede cuantificarse con preguntas como ¿Qué pun­
guntarse por la presencia de problemas vesicales o intestinales, tuación otorgaría a su cansancio en una escala de 0 a 10? Una
debilidad de las extremidades y cambios sensitivos. Es esencial puntuación de 4 o mayor indica la necesidad de una evaluación
realizar una exploración neurológica completa, que englobe la adicional35.
sensibilidad perianal y el tono anal. La fatiga debería evaluarse utilizando el esquema de evaluación
El dolor óseo es frecuente en los pacientes con cáncer avan­ de los síntomas. Las características de la fatiga pueden consistir en
zado. El dolor empeora con los movimientos o la carga de peso; es cansancio, debilidad, agotamiento o problemas con el estado de
bien localizado, sordo, constante, o lancinante. En la exploración ánimo, la concentración y la motivación. Se deberían documentar
pueden observarse alteraciones cutáneas, emaciación muscular, los factores agravantes y de alivio. El patrón temporal de la fatiga
deformidad, hipersensibilidad dolorosa, reproducción del dolor consiste en el inicio, la duración, el patrón diario, la respuesta al
por los movimientos y anomalías de la marcha. ciclo terapéutico y a la actividad. La fatiga afecta a la actividad, al
funcionamiento social y al trabajo.
Se deberían evaluar el estado nutricional, la pérdida de peso,
Escalas e instrumentos para la evaluación el nivel de actividad y la forma física. La restricción de la activi­
del dolor dad física (p. ej., debido a angina, artritis) puede afectar a las reco­
mendaciones terapéuticas. Los factores contribuyentes, como un
El uso sistemático de escalas del dolor mejora su detección, incluso escaso control de los síntomas (p. ej., dolor, depresión, ansiedad
en los pacientes ancianos con deterioro cognitivo25. La evalua­ y trastornos del sueño) deberían evaluarse de forma exhaus­
ción sistemática del dolor en los pacientes hospitalizados reduce tiva (cuadro 63-3). Los fármacos y las enfermedades concurren­
la intensidad del dolor26. Las gráficas de los pacientes hospitaliza­ tes, como la insuficiencia cardíaca o respiratoria y la disfunción
dos deberían incluir un registro de las intervenciones y una ree­ tiroidea, pueden contribuir a la fatiga del paciente. Dichas enfer­
valuación27 (v. fig. 63-2). En los pacientes ambulatorios, el registro medades concurrentes pueden deberse a la quimioterapia o radio­
dos veces al día en un diario del dolor es fácil de cumplimentar y terapia antioncológica.
mejora las habilidades de afrontamiento y de comunicación28. Los
diarios del dolor también fomentan el registro de las dosis farma­
cológicas habituales y para el dolor intercurrente, lo que facilita la Exploración y pruebas complementarias
revisión del cumplimiento y el control global del dolor29. La alter­
nativa de las escalas del dolor (p. ej., caras, categórica, numérica) es La exploración debería consistir en una revisión meticulosa de
ideal, porque la capacidad de completarlas es variable30. todos los sistemas, con una evaluación del peso corporal, la tem­
Los instrumentos multidimensionales para la evaluación del peratura, la palidez, la emaciación muscular, así como de la fuerza,
dolor que se usan con fines clínicos son el Gráfico de evaluación la marcha y el estado funcional.
del dolor del Memorial (acrónimo inglés, MPAC)31 y el Cuestionario Los análisis de detección selectiva determinan la concentra­
breve sobre el dolor (acrónimo inglés, BPI)32. El MPAC consta de ción de hemoglobina, electrólitos (sodio, potasio, magnesio y cal­
escalas visuales analógicas para la gravedad de los síntomas, el alivio cio), la glucosa, así como la función renal, hepática y tiroidea si no
del dolor y el estado de ánimo, así como de una escala verbal para se tienen datos recientes.
puntuar el dolor. El BPI tiene escalas numéricas (de 0 a 10) para
el dolor en varios grados (peor, menor y medio), así como para el
momento actual, y también consta de siete preguntas sobre la inter­ Instrumentos de evaluación
ferencia del dolor con las actividades, el estado de ánimo, la marcha,
el trabajo, las relaciones, el sueño y el disfrute de la vida. En él se En la ESAS, el MDASI y la MSAS, existen subescalas para la fatiga, la
presenta un diagrama corporal y varias escalas de alivio del dolor. falta de energía y el cansancio. El Cuestionario breve sobre fatiga

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Evaluación clínica d e los síntom as I C A P Í T U L O 6 3 331

Cuadro 63-3 Factores que contribuyen a la fatiga Niños


Síntomas mal controlados, p. ej., dolor Los niños que fallecen en los hospitales tienen una carga sinto­
Psicológicos: depresión, ansiedad o trastornos del sueño mática y una angustia elevadas42,43. Los síntomas son similares a
Anorexia, caquexia los de los adultos: fatiga, dolor, disnea, somnolencia, angustia psi­
Inmovilidad, emaciación muscular cológica, anorexia, náuseas, vómitos, estreñimiento y diarrea. Los
Anemia síntomas no suelen documentarse y es infrecuente que reciban un
Anomalías electrolíticas: sodio, calcio tratamiento satisfactorio42.
Fármacos Los niños pequeños y los preescolares pueden utilizar palabras
distintas a dolor (p. ej., ay, duele, pupa). No pueden comprender
• Opiáceos. los conceptos abstractos, p or lo que no describen las caracterís­
• Sedantes. ticas del dolor. Los niños pequeños pueden dibujar la localización
del dolor en un diagrama corporal. Se dispone de muchas escalas
Tratamiento antioncológico pediátricas del dolor. La mayoría de los instrumentos se desarro­
• Quimioterapia. lló para evaluar el dolor agudo o relacionado con procedimien­
• Radioterapia. tos44,45. Los niños menores de 3 años se evalúan con una escala
conductual (p. ej., la escala FLACC [acrónimo inglés de cara, pier­
Enfermedades concurrentes nas, actividad, llanto y consolabilidad]). Los niños mayores de 3
años pueden ser capaces de utilizar una escala del dolor de caras
• Insuficiencia cardíaca. (p. ej., Escala Oucher, Escala de fichas de póquer). La Escala
• Respiratorias.
Oucher combina seis fotografías que muestran expresiones facia­
• Endocrinas: tiroideas, gonadales. les que oscilan de la ausencia de dolor al máximo dolor, con
• Renales. una escala de 0 a 10. Está disponible en varias versiones étnicas.
• Hepáticas.
Mediante la herramienta de Fichas de póquer se pide a los niños
que cuantifiquen su dolor entre fichas de 0 (ausencia de dolor) y
4 (máximo dolor). Los niños de edad escolar pueden comprender
escalas visuales analógicas numéricas, categóricas o modificadas
(p. ej., termómetro). Para los síntomas múltiples, existe una escala
MSAS modificada que está validada para los niños con cáncer
(acrónimo inglés, BFT) es un instrumento multi-ítem para la eva­
mayores de 7 años46.
luación clínica36. Consta de preguntas que evalúan la fatiga actual,
habitual y peor, con escalas numéricas de 0 a 10. La interferencia
con la actividad, el estado de ánimo, la marcha, el trabajo, las rela­ Diagnósticos de enfermedades avanzadas
ciones y el disfrute de la vida se evalúan en escalas numéricas
separadas. no oncológicas
Los pacientes con diagnósticos de enfermedades avanzadas
no oncológicas tienen una carga sintomática similar a la de los
POBLACIONES ESPECIALES pacientes con cáncer, pero reciben servicios paliativos con menos
frecuencia1. Esto puede reflejar una incertidumbre sobre el pro­
Grupos de personas con un idioma distinto
nóstico y la historia natural. El dolor, la disnea y la fatiga afecta a
Los pacientes que hablan un idioma distinto pueden recibir una más de un 50% de los pacientes9. Los pacientes no oncológicos
evaluación y tratamiento peores de los síntomas debido a los pro­ tienen unas tasas mayores de disnea y tos, así como unas tasas de
blemas de comunicación y a las diferencias culturales37. Se debería fatiga y de síntomas psicológicos similares a las de los pacientes
recurrir a intérpretes profesionales en lugar de a familiares. Esto oncológicos. La caquexia es frecuente en los pacientes con infec­
evita una angustia adicional y la carga para la familia, además de ción por el síndrome de la inmunodeficiencia humana (VIH), insu­
facilitar una traducción precisa de la información médica38. Las ficiencia cardíaca o insuficiencia renal. La ansiedad, la depresión
herramientas multilingües de evaluación de los síntomas son el y el insomnio son frecuentes en todas estas enfermedades9. Los
BPI, el BFI, la ESAS y el MDASI. pacientes con enfermedades avanzadas de la motoneurona sufren
síntomas debidos a la emaciación y debilidad musculares crónicas,
como espasticidad, fasciculaciones, calambres y contracturas. La
Pacientes ancianos o con cuadros de confusión debilidad de los músculos respiratorios provoca síntomas de hipo-
ventilación crónica, como somnolencia, fatiga, dificultad de con­
Los pacientes ancianos o con cuadros de confusión presentan
centración y cefalea. Más del 50% tiene episodios incontrolables
un riesgo de infradiagnóstico del dolor. Los factores que contri­
de risa o llanto debido a la afectación seudobulbar47. La evaluación
buyen a ello son las dificultades de comunicación, la reticencia a
exhaustiva de los síntomas debería basarse en el mismo esquema
referir el dolor, la creencia de que el dolor es normal en la ancia­
que ha utilizado en los pacientes oncológicos. La MSAS está vali­
nidad, así como el temor a la adicción y a los efectos secundarios
dada en pacientes no oncológicos y puede mejorar la evaluación
de los opiáceos. El uso sistemático de las escalas del dolor por
sistemática de los síntomas1.
los pacientes de residencias de ancianos con demencia leve o
moderada incrementa la frecuencia del diagnóstico del dolor25 39.
Las tasas de cumplimentación del instrumento varían, y se reco­
mienda el uso simultáneo de varias escalas (p. ej., caras, categórica, CONCLUSIONES Y DESAFÍOS
numérica). Las escalas categóricas simples son las más fáciles de PARA LA INVESTIGACIÓN
completar, sobre todo para los síntomas distintos al dolor3940.
Las escalas visuales analógicas son especialmente problemáticas Los pacientes de medicina paliativa presentan muchos sín­
para los ancianos39. Los pacientes con demencia grave que no tomas, pero éstos con frecuencia no se notifican a los médicos
pueden completar ninguna escala deberían ser evaluados con (v. «Errores frecuentes»). Es esencial realizar una anamnesis exhaus­
una escala conductual (p. ej., Escala del dolor de Abbey)41. Se ha tiva para identificar la carga sintomática.
usado una versión ampliada de la ESAS para detectar la carga sin­ La cuantificación de la gravedad de los síntomas, sobre todo
tomática en los ancianos con enfermedades crónicas avanzadas no del dolor, mejora los resultados del tratamiento. El uso de instru­
institucionalizados4. mentos de evaluación sistemática de los síntomas aumenta su

ERRNVPHGLFRVRUJ
332 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

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P A R T E II EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Evaluación cuantitativa y cualitativa de los síntom as I C A P Í T U L O 6 4 333

National Comprehensive Cancer Network. Clinical Practice de preguntas, se estima el nivel de inteligencia (o los síntomas) de
Guidelines in Oncology, version 1,2005, Pediatric Cancer Pain. la persona que responde, a partir de la suma de las respuestas. La
Available at http://www.nccn.org/professionals/physician_gls/ interpretación de la puntuación depende de la muestra, y las pun­
PDF/pediatric_pain.pdf (accessed November 2007). tuaciones de una población puede que no sean generalizables a
Portenoy RK.The physical examination in cancer pain assessment. otra. Dependiendo de la población, puede que todas las personas
Semin Oncol Nurs 1997;13:25-29. respondan no a una pregunta (es decir, efecto suelo) o sí (es decir,
efecto techo).

Teoría de la respuesta al ítem


En esta teoría, la respuesta al ítem de un test se caracteriza como
una probabilidad de responder a dicho ítem como función de su
CAPÍ TULO 64 nivel de dificultad, de la persona que responde y del modo en el
que varía la pendiente de la curva de respuesta con la gravedad
del síntoma. Una vez caracterizados estos tres parámetros, puede
desarrollarse un banco de ítems, que se emplean para seleccionar
Evaluación cuantitativa o elaborar cuestionarios con propiedades psicométricas predeci­
bles para la población y la pregunta estudiadas. Esta estrategia pro­
y cualitativa de los síntomas porciona en última instancia más flexibilidad, unos cuestionarios
mucho más cortos y una evaluación más precisa de las respues­
Victor T. Chang tas desde el punto de vista estadístico. Permite establecer com­
paraciones de las respuestas obtenidas al responder a diferentes
instrumentos y evita los problemas de los efectos suelo y techo.
Sin embargo, no está claro si las preguntas seleccionadas serán las
2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos mejores, sobre todo si el investigador está intentando detectar los
extremos de la experiencia. El proceso de desarrollo requiere un
gran uso de recursos. Los National Institutes of Health (NIH) han
realizado un amplio esfuerzo de financiación para desarrollar y
poner a prueba ítems para la evaluación de los síntomas en varias
• La evaluación subjetiva de los síntomas se basa en teorías psicométricas enfermedades crónicas. Se puede encontrar información en línea
específicas. sobre el sistema PROMIS (acrónimo inglés de Sistema de informa­
• Los instrumentos de evaluación de los síntomas deben ser válidos y fiables. ción sobre la medición de los resultados referidos por el paciente)
• Para evaluar un síntoma específico, un instrumento debe haberse validado (http://www.nihpromis.org).
de forma específica para ese fin. El objetivo de la clinimetría es describir un fenómeno
• En medicina paliativa, los síntomas son el lenguaje común que comparten clínico. La escala de Apgar suele citarse como un buen ejemplo.
los clínicos, los pacientes y los cuidadores, y se clasifican en forma de crite­ Es empírica, no se basa en un concepto único y es útil. Otro ejem­
rios de valoración referidos por el paciente. plo es el índice de Kamofsky de estado funcional, consistente
en una mezcla de elementos descriptivos funcionales y físicos.
A diferencia de la psicometría, la clinimetría no se limita a
una estrategia pura desde el punto de vista conceptual. Los ins­
trumentos clinimétricos pueden parecer poco estrictos a los psi-
cometristas, pero pueden ser muy útiles para los profesionales
sanitarios.
PRINCIPIOS DE EVALUACIÓN Y M EDICIÓN
Los signos son fenómenos biológicos que pueden fluctuar a lo largo Dimensiones de la evaluación de los síntomas
del tiempo, como la temperatura o la presión arterial. Los síntomas,
por el contrario, son vivencias referidas por el paciente. La idea de El mismo síntoma puede afectar al paciente y a la familia de for­
que los síntomas pueden medirse de un modo riguroso ha ganado mas diferentes. Un síntoma grave puede hacer que el paciente esté
aceptación recientemente. La psicofísica y la psicométrica han pro­ encamado (es decir, efecto funcional), deprimido (es decir, efecto
porcionado una forma de conceptualizar los síntomas. La psicofísica emocional), aislado (es decir, efecto social) y antipático (es decir,
relaciona un estímulo externo con una sensación percibida. Una con­ efecto conductual). La naturaleza del síntoma puede expresarse
tribución destacada de la psicofísica es el concepto de la mínim a como gravedad, frecuencia, angustia o de otras formas. Los pacien­
diferencia perceptible, que se define como el menor cambio del tes responden en distintas dimensiones cuando se les pregunta
estímulo que modifica su percepción. El objetivo de la psicométrica por la gravedad de un síntoma. Por ejemplo, se considera que un
es realizar mediciones con una coherencia intrínseca y escaladas de síntoma se produce con frecuencia, mientras que otro es desagra­
conceptos abstractos, como el dolor. Se han desarrollado instrumen­ dable porque interfiere con las actividades de la vida diaria. Esta
tos de evaluación de los síntomas a partir de la teoría clásica de los variedad se refleja en el concepto de multidimensionalidad, en
tests, y en el futuro puede que se desarrollen a partir de la teoría de el que una dimensión se ve afectada por las demás dimensiones,
la respuesta al ítem. pero todas son relevantes para comprender el efecto de los sín­
tomas. Los instrumentos varían en cuanto a las dimensiones que
se seleccionan y en el modo en el que se proporcionan las alterna­
Teoría clásica de los tests tivas para responder. En un estudio que comparó las dimensiones
de intensidad y frecuencia de la fatiga, ambas dimensiones eran
Esta teoría es la base del desarrollo y la construcción de los instru­ equivalentes1.
mentos disponibles en la actualidad. Estos instrumentos derivan Con los instrumentos cuantitativos, se pide a la persona
de la teoría en la que se basan los tests educativos, desarrollados que responde que indique un número o una puntuación de un
en un principio para medir conceptos abstractos, como la inteli­ síntoma o de un aspecto de un síntoma. El número puede ser
gencia o la aptitud. En función de las respuestas al mismo grupo de 0 a 10 (o 100), derivado de una marca en una línea de 10 cm

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334 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

(es decir, escala visual analógica) o una puntuación Likert (p. ej., el sesgo de recuerdo del paciente. Sin embargo, debido a que los
nada en absoluto, un poco, algo, bastante, mucho). Los instrumen­ pacientes tienen días buenos y malos, las respuestas pueden estar
tos cualitativos pueden preguntar sobre categorías. Por ejemplo, sesgadas si se estipula un período de 24 horas. Se considera que
se pregunta a un paciente si su dolor es urente o lancinante, o se un período de 7 días representa un buen balance entre lo que los
le pide que describa cómo le parece su respiración. Los aspectos pacientes pueden recordar y un período de muestreo adecuado.
conductuales y funcionales también pueden catalogarse de este Para los instrumentos que se utilizan con frecuencia, como tres
modo. veces al día, no se estipulan períodos de tiempo.
En cuanto a cuál es el instrumento perfecto de evaluación, en El tema es la propia afirmación o pregunta (p. ej., Me he sen­
última instancia esto depende de qué se desea de dicho instru­ tido triste). Las palabras de la pregunta suelen estar determinadas
mento (v. «Aplicaciones»), Los instrumentos para evaluar síntomas, por la definición del síntoma utilizado o las experiencias relacio­
al igual que otros instrumentos científicos, deben ser válidos, fia­ nadas que se consideran relevantes. Los síntomas son fáciles de
bles, sensibles al cambio y precisos. La validez del instrumento reconocer y difíciles de definir. La mayoría de las definiciones de
significa que mide lo que se supone que debe medir. Las formas los síntomas (p. ej., sofocos) son afirmaciones consensuadas por
de validez de los instrumentos aceptadas generalmente son la vali­ grupos de especialistas médicos5. Otra característica del tema es
dez facial, la validez de contenido, la validez de criterio y la validez que las afirmaciones o preguntas negativas pueden confundir a
de prueba-reprueba. La validez facial significa que el ítem parece los pacientes (p. ej., No me he sentido triste).
relevante para el síntoma que se está estudiando. La validez de El formato de la respuesta puede ser diferente. En una escala
contenido significa que las clases de preguntas parecen adecua­ cuantitativa, la respuesta es una cuantificación representada por
das a la persona que planea utilizar el instrumento para describir un número, una categoría o una escala visual analógica. Las elec­
los síntomas y al paciente. En la validez de criterio, el instrumento ciones pueden ordenarse o clasificarse por niveles crecientes o
se compara con otras mediciones aceptadas obtenidas de forma decrecientes (p. ej., respuestas categóricas, como un poco, algo,
simultánea. Mediante el uso de coeficientes de correlación, las bastante o mucho), o pueden ser números continuos (p. ej., de
puntuaciones de los síntomas se correlacionan en cuanto a signo 0 a 10, escala visual analógica). Un detalle relevante es el ancla, que
y magnitud con otros criterios de valoración aceptados. La vali­ consta de las palabras utilizadas para describir los dos extremos
dez prueba-reprueba compara las mediciones obtenidas en dos de la escala visual analógica o numérica. Otro detalle es la direc­
momentos distintos. ción de la escala. Hay que determinar si va de menor a mayor o
Los instrumentos son distintos de los dispositivos científicos al revés. Los cambios frecuentes de dirección pueden confundir a
físicos por el hecho de que se basan en constructos (un concepto los pacientes. Cuando se comparan, las escalas visuales analógicas
sobre el síntoma medido). El síntoma, que sólo puede percibirlo y numéricas muestran una buena concordancia6. En ocasiones, las
el paciente, se describe como una variable latente. La validez del escalas categóricas son más fáciles de responder y de puntuar para
constructo se refiere al grado en el que las mediciones del ins­ los pacientes y el número óptimo de categorías oscila de 5 a 7.
trumento reflejan la variabilidad del síntoma tal y como se dis­ Para realizar análisis, el trabajo con pacientes que tienen dolor
pone en el continuum del constructo. La validez del constructo sugiere que tal vez no existan muchas diferencias si los pacientes
se aplica a los significados e interpretaciones de las puntuaciones responden con una escala de puntuaciones numéricas, una cate­
del instrumento, no del propio instrumento, y se estima utilizando goría o una escala visual analógica7.
correlaciones bifactoriales y modelos de regresión multifactorial. En la evaluación cualitativa de los síntomas, las respuestas que
Un instrumento puede ser válido en un nivel, pero, en un nivel se buscan son más descriptivas, como «Dime cómo te sientes».
más abstracto, puede que el mismo instrumento no sea válido, Esto es a lo que los clínicos y pacientes están acostumbrados. Por
porque puede que no capte a nivel conceptual el síntoma que ejemplo, con la evaluación del dolor, las preguntas pueden refe­
debe medirse2. rirse a la cualidad del dolor, los factores agravantes y mitigantes,
La fiabilidad significa que la medición no varía si el síntoma así como las condiciones de alivio del dolor. En una escala cuali­
medido no ha variado (p. ej., prueba-reprueba, coeficiente de tativa, se solicita al paciente que escoja de una serie de elementos
correlación pareado) y el umbral estándar es de 0,70. La fiabili­ descriptivos o que proporcione elementos descriptivos de los sín­
dad interna significa que las respuestas a las afirmaciones sobre tomas. Esta estrategia se ha utilizado de un modo más generalizado
el síntoma tienen coherencia interna (p. ej., alfa de Cronbach). La para evaluar el dolor neuropático o la disnea.
sensibilidad significa que si el síntoma cambia, esta variación será Para obtener los ítems, los profesionales que han desarrollado
detectada por el instrumento. Puede que los instrumentos fiables el instrumento pueden estudiar a los pacientes, cuidadores y
no sean sensibles al cambio, lo que ha dado lugar al desarrollo profesionales sanitarios a fin de determinar cuáles son los ítems
de los «ítems de transición» para detectar el cambio. Se han pro­ candidatos. Después de elaborar un banco de ítems, los profesio­
puesto criterios para evaluar los cambios de transición3. Para las nales que los han elaborado los revisan en busca de redundan­
escalas con números continuos, cada vez hay más evidencias que cias. El análisis estadístico multifactorial puede realizarse en este
respaldan que la mitad de una desviación estándar (MID) puede momento, incluido el análisis factorial o un análisis de grupo. A
proporcionar una estimación de la diferencia significativa desde continuación se elabora un instrumento prototipo y se adminis­
el punto de vista clínico4, y esto puede proporcionar una nueva tra a la población de interés, junto con otras herramientas o cri­
forma de analizar los datos de los instrumentos de evaluación de terios de valoración aceptados. Las respuestas de las personas al
síntomas. Otras características que pueden ser relevantes se des­ instrumento se comprueban para determinar la autocoherencia y
criben con posterioridad (v. «Aplicaciones»). después se comparan con las respuestas a los otros criterios de
valoración. Si existe una correlación razonable, se considera que la
herramienta puede usarse. Estos aspectos suelen requerir un aná­
Principios para el desarrollo de herramientas lisis estadístico multifactorial. El desarrollo de una escala resumen
de evaluación de síntomas cuenta con defensores y detractores. Los primeros señalan las
ventajas de un criterio de valoración resumen en el análisis esta­
Los instrumentos de evaluación constan de ítems. Un ítem es una dístico, pero los detractores están preocupados porque la escala
pregunta. La opinión actual sobre cómo debería redactarse el ítem pueda ocultar los detalles relevantes. A continuación, el instru­
propone un contexto, un tema y las opciones de respuesta. El mento debería estudiarse en poblaciones similares para verificar
contexto proporciona un período de tiempo, que puede ser un sus propiedades psicométricas.
día, una semana o, como mucho, un mes. Los períodos de tiempo Un aspecto relacionado es determinar si los síntomas han
más cortos, como un día, tienen menos probabilidades de sufrir cambiado: «¿Está usted mejor o peor?» Las respuestas suelen ser

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Evaluación cuantitativa y cualitativa de los síntom as I C A P Í T U L O 6 4 335

categóricas y bidireccionales, oscilando de mucho peor a mucho Fatiga


mejor. El concepto de diferencia clínicamente significativa es
esencial para la evaluación a la cabecera del paciente, el desarrollo La fatiga puede ser difícil de estudiar debido a la falta de definicio­
de los instrumentos de evaluación de los síntomas y el diseño de nes claras. A diferencia de muchos otros síntomas, puede ser muy
ensayos clínicos. Una consideración teórica relevante es la posibi­ angustiante, incluso cuando no sea grave. La palabra fatiga puede
lidad de cambio de la respuesta. Esto se debe a la adaptación fisio­ tener distintos significados para los pacientes y los médicos; puede
lógica a medida que las circunstancias cambian. Si la percepción implicar debilidad muscular, letargo, somnolencia, alteraciones
cambia a medida que los pacientes se adaptan, la modificación del estado de ánimo (p. ej., depresión, dificultad de concentración)
del síntoma puede subestimarse o sobreestimarse. En la estrategia u otras alteraciones. Se han elaborado muchos instrumentos, tanto
centrada en el paciente, esto es a lo que deben acostumbrarse los unidimensionales como multidimensionales18,19.
clínicos. Desde el punto de vista de la investigación, se trata de un
área activa de interés en los estudios de calidad de vida8, y puede Depresión
ser relevante para las evaluaciones de los síntomas.
La depresión se refiere a un síntoma y a un diagnóstico psiquiá­
trico. La definición de la depresión en el M anual diagnóstico
y estadístico (DSM) consiste en estado del ánimo deprimido
EVALUACIÓN CLÍNICA Y DIAGNÓSTICO o pérdida de interés o placer en la mayoría de las actividades
durante un período de al menos 2 semanas, así como la presencia
Los instrumentos para la evaluación de los síntomas pueden ser de síntomas asociados. Los esfuerzos para desarrollar instrumentos
de ayuda en la evaluación clínica al identificar la presencia de sín­ para evaluar la depresión se han centrado en la aplicación de los
tomas no notificados y al proporcionar puntuaciones de gravedad criterios del DSM para la depresión. El problema es la aplicabilidad
por parte del paciente. Los clínicos suelen subestimar la presencia de los criterios diagnósticos a los pacientes con una enfermedad
de síntomas y la angustia debida a éstos9. crónica y avanzada, así como a aquéllos en quienes muchos sín­
tomas de depresión se solapan con los de las enfermedades sub­
yacentes. Ni la Escala de Evaluación de los Síntomas de Edmonton
Herramientas de evaluación (ESAS) ni la Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión (HADS)
son especialmente sensibles para su uso en el cribado en medi­
Varias páginas de Internet permiten acceder a herramientas de eva­ cina paliativa. La Conferencia de actualización del NIH de 2004
luación de los síntomas. Algunas de ellas son la American Thoracic recomendó el uso de los instrumentos disponibles en la actualidad
Society (http://www.atsqol.org), el Center to Advance Palliative para el cribado y las entrevistas médicas para el diagnóstico20,21.
Care (http://www.capc.org), la International Hospice Association
(www.hospicecare.com), el Mapi Research Institute (www.mapi-
research-inst.com; www.qolid.org), el Edmonton Regional Palliative Apetito
Care Program (http://www.palliative.org), el Robert Wood Johnson Las escalas visuales analógicas se han usado ampliamente en la
Promoting Excellence in End of life Care (http://www.promotin- investigación sobre el apetito. Las combinaciones de ítems de
gexcellence.org), el TIME: Toolkit of Instruments to Measure End- estas escalas relacionados con el apetito pueden explicar gran
of-life Care (http://www.chcr.brown.edu/pcoc/Physical.htm), y la parte de la varianza. Las puntuaciones en la escala visual analógica
Oncology Nurse Society (http://www.ons.org/outcomes/measures; del apetito predicen la alimentación, pero no la ingesta energética.
http://painconsortium.nih.gov/symptomresearch). Las puntuaciones pueden tener su máxima utilidad en las com­
binaciones intrasujeto, porque las diferencias intersujeto pueden
explicar gran parte de la varianza en los experimentos22.
Herramientas de evaluación de los síntomas La evaluación del apetito en oncología se ha visto estimulada
en categorías específicas por la investigación en el uso de los fármacos progestacionales
como el acetato de megestrol. Entre las herramientas empleadas,
D o lor se encuentra el instrumento de la Clínica Mayo, que es una serie
de escalas analógicas visuales, así como la Evaluación Funcional
Las evaluaciones del dolor por parte de los pacientes pueden ana­ del Apetito y la Caquexia (FAACT). También han aparecido ítems
lizarse de forma rigurosa para demostrar los efectos analgésicos10. aislados, como la angustia por pérdida de apetito. En un grupo de
Uno de los primeros instrumentos oficiales de evaluación de los veteranos, la FAACT, el instrumento de la Clínica Mayo y el ítem
síntomas fue el Cuestionario del dolor de McGill. Fue desarrollado único sobre el apetito demostraron correlaciones significativas
para cuantificar el dolor, de modo que los elementos descriptivos de entre sí, con la calidad de vida medida como la suma de las subes-
dicho dolor mostraban que había clases específicas de síndromes calas de la Evaluación Funcional del Tratamiento del Cáncer (FACT
dolorosos asociadas con los elementos descriptivos. Desde enton­ SUMQOL) y con síntomas específicos23.
ces, se han desarrollado varios instrumentos para el dolor. En los
estudios sobre el dolor oncológico se han utilizado 126 instrumen­
tos de evaluación del dolor11. Se ha llegado a un consenso sobre seis Confusión
dominios centrales de criterios de valoración para los estudios sobre Los instrumentos se han basado en la definición del DSM del deli­
el dolor en el dolor crónico, que también pueden ayudar al desarro­ rio, que hace hincapié en los cambios cognitivos reversibles. Se
llo de instrumentos futuros para evaluar el dolor en medicina palia­ han desarrollado muchos instrumentos originales para las pobla­
tiva12’13. Se ha sugerido que una respuesta verbal de 5 categorías es ciones psiquiátricas, así como el Método de Evaluación de la
óptima14. En una revisión de la evidencia se seleccionó una diferen­ Confusión para los pacientes médicos.
cia de 20 mm en una escala visual analógica o una disminución del
30% en la intensidad del dolor como significativa desde el punto de Sequedad de boca
vista clínico15. Un cambio de 2 puntos en la escala de O a 10 para el
dolor también tiene este grado de significación clínica para evaluar La percepción del paciente de la sequedad de boca y de los sín­
el dolor crónico16. Se ha desarrollado una nueva generación de ins­ tomas relacionados, según se indica por una escala visual ana­
trumentos para el dolor neuropático17. La relevancia del contenido lógica, se ha usado para evaluar la xerostomia24. En un estudio, el
del instrumento de evaluación del dolor para la medicina paliativa alivio de los síntomas no se correlacionaba bien con los criterios
sigue siendo un tema de investigación. de valoración de flujo salival25. Este hallazgo pone de relieve la

ERRNVPHGLFRVRUJ
336 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

relevancia de la notificación de la angustia a la hora de interpretar AVANCES Y CONTROVERSIAS EN MATERIA


los resultados de una intervención terapéutica.
DE EVALUACIÓN

Disfagia Uso y evaluación de los instrumentos

En la mayoría de los estudios se ha usado una escala ordinal para Las escalas de síntomas basadas en el paciente son un método
medir la disfagia en cinco categorías: ausencia de síntomas, posi­ estándar para la evaluación en cuidados paliativos. Garyali y cois.37
bilidad de ingerir alimentos sólidos, posibilidad de ingerir sólo ali­ han usado la ESAS para evaluar la frecuencia de errores en la inter­
mentos semisólidos, posibilidad de ingerir líquidos e imposibilidad pretación de los ítems y las escalas de respuesta por parte de los
de ingerir nada. Muchos estudios no especifican si la escala de pacientes. Estos autores concluyeron que se requería estar atentos
disfagia estaba evaluada por el paciente o por el observador. Las a la hora de revisar las puntuaciones ofrecidas por los pacientes,
mejorías logradas con la colocación de endoprótesis han sido del sobre todo para los síntomas relacionados con el sueño, el apetito
orden de 1-2 puntos, comenzando la mayoría en las categorías y el dolor37. Era probable incurrir en errores si los médicos o el
medias. Los instrumentos más nuevos desarrollados para el cáncer personal de enfermería no comprobaban de forma sistemática
esofágico proporcionan más oportunidades para las experiencias el modo en el que los pacientes completaban el formulario de
evaluadas por el paciente (tabla 64-1). evaluación. Los autores del estudio creen que se necesitan más
investigaciones para determinar el mejor modo de enseñar a los
pacientes a minimizar los errores a la hora de autonotificar
Síntomas respiratorios los síntomas.
Siguen quedando varios retos para la investigación:
Los métodos actuales para evaluar la disnea se han basado en
los estudios de tareas y del esfuerzo en el asma y la cardiopatía. • Comparar los instrumentos derivados de la teoría de respuesta
Aunque se han desarrollado y validado muchas escalas para la dis­ al ítem con los instrumentos más antiguos.
nea26, pocas se han utilizado en cuidados paliativos y, de ellas, la • Desarrollo de instrumentos de evaluación de síntomas para
escala visual analógica es la más habitual. Las escalas evaluadas por aquellos síntomas peor estudiados.
el paciente se han basado en descripciones psicofísicas de la rela­ • Establecer una diferencia significativa desde el punto de vista
ción existente entre el trabajo y el esfuerzo percibido. Tres de las clínico para otros síntomas.
escalas evaluadas por el paciente son la escala de Borg, la escala • Determinar los puntos de corte para distintos síntomas si se
visual analógica vertical27 y la escala de evaluación numérica28. usa una escala de 0 a 10.
Las estrategias cualitativas con elementos descriptivos de la dis­ • Evaluación computarizada o automatizada de los síntomas.
nea han dado lugar al concepto de un «idioma de la disnea»29. • Demostración de que los instrumentos de evaluación de los
Puede que los elementos descriptivos no sean lo bastante especí­ síntomas mejoran la aplicación de la asistencia sanitaria.
ficos para orientar con regularidad el diagnóstico diferencial o el • Modos de mostrar e interpretar los datos a partir de los instru­
tratamiento30. Para la disnea, un cambio de 1 punto en la escala de mentos de evaluación de los síntomas.
Borg y de 10-20 puntos en la escala visual analógica es probable • Comparación de los datos procedentes de varios instrumentos
que sea significativo desde el punto de vista clínico31. La evalua­ de evaluación de síntomas.
ción de la tos también ha sido objeto de revisiones32. • Evaluación de síntomas en poblaciones especiales.
Como indica el último punto, se necesita más información
sobre la aplicación de herramientas de evaluación a los grupos
Náuseas y vóm itos
especiales de pacientes. En una revisión de los instrumentos dis­
Las náuseas se describen como una sensación desagradable con ponibles para el estudio del dolor se concluyó que no se dispo­
deseo de vomitar, las arcadas como los esfuerzos por vomitar y el nía de instrumentos ideales para los pacientes con alteraciones
vómito como la expulsión del contenido gástrico33. Aunque las cognitivas38 y en otra revisión sobre las escalas del dolor para los
náuseas y los vómitos se agrupan estrechamente, los clínicos pre­ pacientes pediátricos39 se observó que, en los niños, puede usarse
fieren mantener la distinción entre ambos. un instrumento para muchos síntomas40. Puede que se necesiten
La escala visual analógica se ha usado ampliamente para las instrumentos especializados para las evaluaciones multiculturales
evaluaciones de las náuseas realizadas por los pacientes. En un y los pacientes de unidades de cuidados intensivos.
estudio de cáncer de ovario durante la quimioterapia basada en
cisplatino, se observó una buena correlación entre las evaluacio­ Interpretación de los datos
nes realizadas mediante escalas visuales analógicas y escalas cate­
góricas, con un cambio de 20 mm en la escala visual analógica por Es esencial asegurarse de que el paciente comprende todas las
cada variación de categoría. La escala visual analógica se consideró preguntas y las responde. La energía del paciente es el factor limi­
más sensible para los cambios individuales y la escala categórica, tante. La interpretación oficial de las respuestas a los instrumentos
más sensible para el estudio de grupos34. La metodología para la de evaluación de los síntomas ha avanzado de forma significativa,
evaluación de las náuseas y los vómitos en los casos en los que sobre todo para el dolor. Los trabajos basados en la interferencia
estos dos síntomas se asocian a la quimioterapia está bien desa­ con la función debida al dolor sugieren que la división de la escala
rrollada, con criterios de valoración primarios y secundarios para de 0 a 10 en leve (1-4), moderado (5-6) y grave (7-10) es cierta
el grupo de la emesis35. La definición de un cambio clínicamente para distintos tipos de dolor. Esto también puede aplicarse a otros
significativo en una escala visual analógica sigue sin estar clara. síntomas, pero los puntos de corte pueden ser diferentes. Al igual
que con cualquier otra prueba clínica, la interpretación a la cabe­
cera del paciente depende del cuadro clínico global y de la com­
Síntomas m últiples binación con otros datos recogidos por el clínico.
Los pacientes con enfermedades avanzadas tienen muchos sín­
tomas, lo que ha llevado a desarrollar herramientas multisin- Elección de un instrumento
tomáticas. La ESAS ha sido una de las primeras. La ESAS y otros
instrumentos sintomáticos (tabla 64-2) cubren una necesidad Se dispone de muchos instrumentos para evaluar el dolor, la fatiga,
práctica significativa en medicina paliativa36. la depresión y la disnea. Sin embargo, muchos no se han utilizado

P A R T E II EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
TABLA 64-1 Escalas evaluadas por el paciente
338
S E C C IO N A
TABLA 64-1 Escalas evaluadas por el paciente (cont.)

I Evaluación del paciente


P A R T E II
EL P A C I E N T E

BCSS, Escala de disnea, tos y esputo; CAM-ICU, método de evaluación de la confusión para unidades de cuidados intensivos; CES-D, escala de depresión para estudios epidemiológicos; DRS-R-98, escala de evaluación del delirio,
revisada-98; EORTC, Organización Europea para la Investigación y el Tratamiento del Cáncer; EPOC, enfermedad pulmonar obstructiva crónica; EVA, escala visual analógica; FAACT, evaluación funcional del tratamiento de la
anorexia/caquexia; FACIT-F, evaluación funcional del tratamiento de las enfermedades crónicas-fatiga; FACT-E, evaluación funcional del tratamiento del cáncer-esofágico; Likert, tipo de escala de respuesta psicométrica; NA,
no aplicable; NCCTG,grupo de tratamiento del cáncer del Norte-Central; UCI, unidad de cuidados intensivos;VIH, virus de la inmunodeficiencia humana.
Evaluación cuantitativa y cualitativa de los síntom as I C A P Í T U L O 6 4 339

””1 T A B L A 6 4 - 2 Instrumentos para síntomas múltiples

INSTRUMENTO ÍTEMS SUBESCALAS ESCALA DE PERÍODO DE POBLACIÓN ORIGINAL


RESPUESTA TIEMPO
Escala de evaluación 9 Ninguna EVA, EVN No especificado Pacientes de residencias
de los síntomas de para enfermos
Edmonton71 terminales
Escala de angustia 15 Ninguna Likert, 1-5 Hoy Pacientes oncológicos
debida a los
síntomas72
Lista de comprobación 30 rrlás 7 ítems AVD Angustia psicológica y Likert 3 días previos o Pacientes oncológicos
de síntomas de estrés físico semana pasada
Rotterdam73
MSAS74 32 4 subescalas, 3 Likert 7 días Pacientes oncológicos
dimensiones
MSAS versión corta75 32 4 subescalas, 1 Likert 7 días Pacientes oncológicos
dimensión
MSAS condensada76 14 3 subescalas, 2 Likert 7 días Pacientes oncológicos
dimensiones
Escala de síntomas del 9 Evaluada por el EVA, categórica Día previo Pacientes oncológicos
cáncer de pulmón77 paciente
5 Evaluada por el
observador
Cuestionario de 19 2 dimensiones: 0-10 Últimas 24 horas Pacientes oncológicos
síntomas del M. D. gravedad (13),
Anderson78 interferencia (6)
RAI-PC79 21 9 ítems de dolor Categórica, 0-2 Diario Pacientes de residencias
de ancianos
8 síntomas no
dolorosos
4 ítems cognitivos
AVD, Actividades de la vida diaria; EVA, escala visual analógica; EVN, escala de valoración numérica; Likert, tipo de escala de respuesta psicométrica; MSAS, escala de
evaluación de los síntomas del memorial; RAI-PC, instrumento de evaluación de residentes para cuidados paliativos.

en medicina paliativa. La mayoría se ha desarrollado para pacientes requisitos para los instrumentos en estos contextos son la breve­
oncológicos. La elección de un instrumento depende de la apli­ dad, la facilidad de comprensión por los pacientes y la sencillez
cación prevista y de los recursos disponibles. Al igual que sucede de interpretación por los clínicos. Puede ser adecuado usar ítems
con el uso de pruebas médicas, Alvin Feinstein preguntaría qué aislados. Se han desarrollado muchos instrumentos para la evalua­
estaba intentando demostrar el investigador y qué pretendía hacer ción de síntomas con fines de cribado, y deberían evaluarse para
con los resultados. Algunos síntomas tienen demasiados instru­ este tipo de aplicación con criterios de valoración de sensibilidad
mentos mientras que otros síntomas no tienen los suficientes, lo y especificidad. Una tercera aplicación consiste en monitorizar los
que suscita preguntas sobre cuándo elaborar uno nuevo y cuándo síntomas a lo largo del tiempo. Esto puede realizarse en una planta
recurrir a los que están disponibles. Los instrumentos disponibles de cuidados paliativos, o bien el instrumento puede usarse para
para la evaluación de los síntomas deberían utilizarse y revisarse registrar los efectos de las intervenciones de cuidados paliativos. La
en cuanto a contenido, datos psicométricos, aplicaciones previas demostración del control de los síntomas es un objetivo esencial de
y publicación41. Los investigadores se interesan en los datos psi­ los programas de cuidados paliativos. Los ensayos clínicos han sido
cométricos en lo referente a su fiabilidad y validez. Se debería el principal factor motivador para el desarrollo de instrumentos de
contactar con el profesional que ha elaborado el instrumento para evaluación de los síntomas a medida que los investigadores deter­
consultarle sobre las preguntas. Un investigador que tenga pocos minan si sus intervenciones han tenido algún efecto sobre dichos
recursos y que esté interesado en las aplicaciones clínicas debe­ síntomas. El concepto de los síntomas como criterio de valoración
ría comenzar con un instrumento corto y aceptado, para después primario de los ensayos clínicos en el cáncer ha estimulado aún
añadir ítems experimentales que reflejen los intereses del clínico. más el interés en los instrumentos de evaluación de los síntomas
La combinación y adaptación de los ítems de distintos instrumen­ (al igual que los criterios de valoración referidos por el paciente)
tos no se recomienda. Los investigadores de los principales cen­ por parte de la Food and Drug Administration (FDA) estadouni­
tros médicos sólo cuentan con la limitación de la energía de sus dense como base para la aprobación de nuevos fármacos. La FDA
pacientes, pero aún querrán incluir otro instrumento usado de está elaborando una directriz referente al uso de instrumentos de
forma generalizada para comparar con otros estudios. evaluación de los síntomas y la calidad de vida para los ensayos
clínicos.
Los instrumentos de evaluación de los síntomas tienen muchas
Aplicaciones
aplicaciones. Las áreas generales corresponden a la epidemiología,
Los instrumentos de evaluación de los síntomas se han utilizado investigación en servicios sanitarios e investigación de síntomas.
con fines de cribado, por lo general con un ítem por síntoma. Los El objetivo de la investigación puede ser explicativo o pragmático.

ERRNVPHGLFRVRUJ
340 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

Los instrumentos de un solo síntoma pueden usarse para estudiar 20. Pirl WF. Evidence report on the occurrence, assessment and treatment of
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• Validez de los conceptos de los síntomas, como los componen­ 22. Stubbs RJ, Hughes DA, Johnstone AM, et al.The use of visual analogue scales
tes del dolor neuropático. to assess motivation to eat in human subjects: A review of their reliability and
• Hipótesis referentes a los síntoma y a otros aspectos del estado validity with an evaluation of new hand-held computerized systems for tem­
del paciente (p. ej., supervivencia, calidad de vida). poral tracking of appetite ratings. Br J Nutr 2000;84:405-415.
• Validez del instrumento en una nueva población de pacientes. 23. Chang VT, Qi X, Kasimis B. The Functional Assessment of Anorexia/Cachexia
Therapy (FAACT') Appetite Scale in veteran cancer patients. J Support Oncol
• Validez de nuevos instrumentos de evaluación de síntomas. 2005;3:377-382.
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En lo que respecta a los instrumentos multisintomáticos, los patients with advanced cancer. Support Care Cancer 2000;8:372-376.
datos procedentes de estudios sobre los síntomas pueden acla­ 25. Johnson JT, Feretü GA, NetheryWI, et al. Oral pilocarpine for post-irradiation xeros­
rar la epidemiología y la carga sintomática que experimentan los tomia in patients with head and neck cancer. N Engl J Med 1993;329:390-395.
pacientes, determinar las relaciones entre los síntomas y usarse 26. Bausewein C, Farquhar M, Booth S, et al. Measurement of breathlessness in
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para derivar los grupos de síntomas. Las estrategias cualitativas 27. Gift AG. Validation of a vertical visual analogue scale as a measure of clinical
pueden ayudar a responder las preguntas sobre el significado de dyspnea. Rehabil Nurs 1989;14:323-325.
los síntomas para los pacientes y sus cuidadores, y usarse para 28. Gift G, Narasvage G. Validity of the numeric rating scale as a measure of dysp­
desarrollar hipótesis sobre cómo se procesa la información sen­ nea. Am J Crit Care 1998;7:200-204.
sitiva. La información de los instrumentos de evaluación de los 29. Scano G, Stendardi L, Grazzini M. Understanding dyspnea by its language. Eur
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síntomas puede ser relevante para otros profesionales sanitarios. 30. Wilcock A, Crosby V, Hughes A, et al. Descriptors of breathlessness in patients
Para los investigadores de los servicios sanitarios, los instrumentos with cancer and other cardiorespiratory diseases. J Pain Symptom Manage
de evaluación de los síntomas pueden proporcionar una forma de 2002;23:182-189.
relacionar la carga sintomática con el uso de los recursos sanita­ 31. Ries AL. Minimally clinically important difference for the UCSD Shortness
of Breath Questionnaire, Borg Scale, and Visual Analogue Scale. COPD
rios. Estos instrumentos pueden ser útiles para evaluar la calidad 2005;2:105-110.
asistencial al ofrecer un modo de documentar si las medidas para 32. Irwin RS. Assessing cough severity and efficacy of therapy in clinical research.
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áreas relacionadas que merecen una mayor investigación son las 33- Rhodes VA. Criteria for assessment of nausea, vomiting, and retching. Oncol
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P A R T E II EL P A C I E N T E
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73. De Haes JCJM, van Knippenburg FCE, Nejit JP. Measuring psychological and medida de la buena vida o el bienestar para Platón y Aristóteles.
physical distress in cancer patients: Structure and application of the Rotterdam
Symptom Checklist. Br J Cancer 1990;62:1034-1038. Según Platón, una persona cuyas pasiones y razón están equilibra­
74. Portenoy RK,Thaler HT, Kornblith AB, et al.The Memorial Symptom Assessment das es feliz o está contenta y satisfecha1. Según Aristóteles, la feli­
Scale: An instrument for the evaluation of symptom prevalence, characteristics cidad es «vivir y tener éxito»2. Aristóteles también mencionó que
and distress. Eur J Cancer 1994;30A: 1326-1336. «las personas tienden a valorar lo que pierden» y fue uno de los
75. Chang VT, Hwang SS, Feuerman M, et al. The Memorial Symptom
Assessment Scale Short Form (MSAS-SF): Reliability and validation. Cancer primeros en relacionar la CDV con la diferencia entre la experien­
2000;89:1162-1171. cia vital de una persona y sus expectativas2.
76. Chang VT, Hwang SS, Kasimis B,Thaler HT. Shorter symptom assessment instru­ La CDV es un concepto más amplio que la mera felicidad. El
ments. The Condensed Memorial Symptom Assessment Scale (CMSAS). Cancer bienestar económico como parte de la CDV se debatió a comienzos
Invest 2004;22:477-487. del siglo xx3. La reconsideración de la salud como un determinante
77. Hollen PJ, Gralla RJ, Kris MG, et al. Measurement of quality of life in patients
with lung cancer in multicenter triaLs of new therapies. Psychometric assess­ principal de la CDV llevó a una rápida aparición de artículos sobre
ment of the Lung Cancer Symptom Scale. Cancer 1994;73:2087-2098. CDV partiendo de 8 en 1974 a 1.209 en 19944. La Organización
78. Cleeland CS, Mendoza TR,Wang XS, et al.Assessing symptom distress in cancer Mundial de la Salud (OMS) define la salud como «no solamente la
patients:The MD Anderson Symptom Inventory. Cancer 2000;89:1634-1646. ausencia de enfermedad, sino la presencia de bienestar físico, men­
79- Steel K, Ljunggren G,Topinkova E, et al.The RAI-PC:An assessment instrument
for palliative care in all settings.Am J Hosp Palliat Care 2003;20:211-219- tal y social»5. La OMS define la CDV como la «percepción por parte
de una persona de su posición en la vida en el contexto de la cul­
tura y los sistemas de valores» y hace hincapié en su multidimen-
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S sionalidad6. Se asume que la naturaleza multidimensional de la CDV
consta de un número de dominios o dimensiones, que se combi­
Lipscomb J, Gotay CC, Snyder C. Outcomes Assessment in nan para definir la CDV como un todo, pero no existe un consenso
Cancer. Measures, Methods, and Applications. Cambridge, UK: sobre los dominios más apropiados o su relevancia relativa3. La
Cambridge University Press, 2005. OMS reconoce seis dominios principales de CDV de forma cons­
McDowell I. Measuring health. A Guide to Rating Scales and tante, que reflejan el bienestar físico, psicológico, material y social
Questionnaires, 3rd ed. New York: Oxford University Press, 2006. (es decir, relaciones familiares y profesionales), el entorno, y el nivel
Portenoy RK, Bruera E (eds). Issues in Palliative Care Research. de independencia. Otros dominios se refieren a poblaciones espe­
New York: Oxford University Press, 2003. cíficas, como las que «viven en condiciones vulnerables» o las que

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342 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

«sufren enfermedades crónicas»6. En la figura 65-1 se representan más globales que el bienestar y suele considerarse como una com­
los dominios más apropiados para la CDV en medicina paliativa binación de componentes subjetivos y objetivos3.
según la definición de la OMS.
Los componentes objetivos de la CDV son el uso de servicios
relacionados con estos dominios, mientras que los componentes Calidad de vida relacionada con la salud
subjetivos se relacionan con la felicidad, la satisfacción y el bien­
estar3. Una definición similar a la de la OMS incluye un sentido No existe una definición uniforme de la calidad de vida rela­
subjetivo de bienestar, que tiene dimensiones físicas, psicológicas, cionada con la salud. Algunos autores consideran la CDV rela­
sociales y espirituales7. Los indicadores objetivos (p. ej., capacidad cionada con la salud como el efecto de la enfermedad sobre el
funcional, estado funcional) pueden superar a la evaluación de la funcionamiento físico y el bienestar subjetivo del paciente, por
CDV sólo si las personas son incapaces de determinar de forma sub­ lo que la salud es un determinante principal de la CDV La CDV
jetiva su CDV7. Según la teoría de la diferencia, la CDV es la diferen­ relacionada con la salud se expresa como un continuum entre los
cia entre las esperanzas y ambiciones de una persona y la realidad extremos del fallecimiento y la salud excelente13. El índice funcio­
actual, de modo que ambos elementos se modulan por la experien­ nal de Kamofsky se considera uno de los primeros criterios de
cia previa y la personalidad8; esto engloba la satisfacción, el agrado, valoración de la CDV relacionada con la salud en pacientes con
la felicidad y la plenitud con la vida. La realidad y las expectativas cáncer14. Por desgracia, el estado de salud, el estado funcional, el
personales fluctúan y, cuanto mayor es la diferencia entre ambas bienestar y la CDV se utilizan de forma indistinta, pero la CDV es
en cualquier momento concreto, menor es la CDV8. Si se reduce la más amplia que cualquiera de los otros términos3. Por ejemplo, el
diferencia, aumenta la CDV Las formas de mejorar la CDV son redu­ estado funcional no se equipara a la CDV, porque las personas con
cir las expectativas o aumentar las actividades que logran objetivos discapacidades pueden disfrutar de una buena CDV15.
(fig. 65-2).
Una definición de CDV que combina elementos de la teoría de
la diferencia consta de cuatro constructos de CDV individual: uti­ Calidad de vida en medicina paliativa
lidad social, felicidad como estado emocional, satisfacción con la
vida medida como la diferencia entre las expectativas y la realidad, Existe una discrepancia en el uso del término CDV relacionada
y estado funcional (es decir, factores físicos, psicológicos, sociales con la salud en las enfermedades terminales16. El cambio de los
y espirituales)9. valores personales hacia la trascendencia, la espiritualidad, la
seguridad, la conformidad y la tradición son mecanismos de auto-
conservación en los pacientes con cáncer avanzado o esclerosis
Calidad de vida y bienestar lateral amiotrófica (ELA) que mantienen la CDV a pesar del dete­
rioro de su salud4,17.Al final de la vida, la CDV puede cambiar de
Algunos instrumentos de CDV (p. ej., Sistema de Evaluación de estar centrada en la salud a la restauración de las conexiones cura­
Síntomas de Edmonton [ESAS])10 miden el bienestar, mientras que tivas mediante la mejora de la angustia existencial y el aumento
otros (p. ej., Cuestionario Central QLQ-C30 de la Organización del significado18. El significado y el bienestar espiritual se corre­
Europea para la Investigación y el Tratamiento del Cáncer [EORTC lacionan con la CDV en el mismo grado que el bienestar físico y
QLQ-C30])11 utilizan el término calidad de vida. El bienestar se emocional19. Las personas con un mayor bienestar espiritual refie­
relaciona con aspectos específicos y subjetivos de la CDV Un ren que disfrutan la vida a pesar del dolor y la fatiga19. La espiri­
sentido de bienestar o de CDV global aumentada puede implicar tualidad en el contexto de las creencias de una persona sobre la
un mejor control de los síntomas y una mayor satisfacción del trascendencia y el significado último es un dominio más relevante
paciente y el cuidador12. La CDV se refiere a unas perspectivas de CDV al final de la vida.

Nivel de
Físicos independencia

Calidad de Relaciones
Entorno
vida sociales

Cuidadores de Sufrimiento por


la persona enfermedades
''"'-"gnferm a^ '-"' v. crónicas
Espiritualidac
FIGURA 65-2 Teoría de la diferencia (gap) para la calidad de vida
Religión (CDV). Las actividades de la persona en la vida real (Realidad) fluctúan,
. Creencias al igual que sus expectativas. Cuanto mayor es la diferencia entre ellas,
menor es la CDV. Hay tres formas posibles de mejorar la CDV mediante
FIGURA 65-1 Seis dominios principales y dos adicionales sobre calidad de la reducción de la diferencia entre Expectativas y Realidad: aumentar el
vida aplicables a la medicina paliativa según la definición de la Organización nivel de Realidad manteniendo iguales las Expectativas (A), disminuir
Mundial de la Salud. (Adaptada de World Health Organization. World Health el nivel de las Expectativas manteniendo igual la Realidad (B) o cambiar
Organization Quality of LifeAssessment (WHOQOL): Position paper from the tanto las Expectativas (reducción) y la Realidad (aumento) (Q. (Adaptada de
World Health Organization. Soc Sci Med 1995;41:1403-1409.) la referencia 8.)

P A R T E II EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
M edición d e la calidad d e vida I C A P Í T U L O 6 5 343

Cam bio de respuesta en calidad de vida

I
El cambio de respuesta se refiere a la variación de la autoevalua­
ción que realiza una persona de un constructo determinado, como
la CDV20. Hay varios factores que pueden influir en el cambio de
respuesta:
• Un cambio de los estándares internos utilizados para medir
el constructo (es decir, recalibración de la escala en términos
psicométricos).
• Un cambio de los valores o cambios de las prioridades de
dominios (es decir, relevancia de los dominios de los compo­
nentes que constituyen el constructo seleccionado).
• Una redefinición del constructo seleccionado o cambios del
contenido de los dominios (es decir, reconceptualización).
Los fenómenos de cambio de respuesta pueden explicar por
qué la CDV global permanece estable a pesar de la disminución
de la salud y se reduce con la progresión de las enfermedades cró­
nicas potencialmente mortales. El cambio de respuesta puede pro­
vocar un aumento de la CDV global cuando el cambio se produce
de un dominio evaluado de forma menos positiva a uno evaluado
de un modo más positivo, mientras que el cambio opuesto puede
reducir la CDV21. En los pacientes con cáncer terminal, el cambio
FIG U RA 65-3 El cambio de respuesta en la calidad de vida individualizada
de respuesta era mayor en la reconceptualización y suponía una
de un paciente con esclerosis lateral amiotrófica se midió mediante
modificación de los valores. Además, se produjo con más frecuen­
el Programa para la Evaluación de la Calidad de Vida Individual-Ponderación
cia en los pacientes con peor CDV22. La CDV individual permane­
Directa (SEIQoL-DW)69 y el Perfil de Impacto de la Enfermedad (SIP)71.
ció estable y era incluso mayor de lo observado en los pacientes
La distribución y la ponderación relativa de los dominios seleccionados
ambulatorios con cáncer23. En la ELA se observa un cambio de
respuesta más clara (fig. 65-3) en comparación con el cáncer avan­ por el paciente se muestran desde la primera hasta la cuarta consulta; el
zado15,24. ^ deterioro lento permite un mejor ajuste mediante un intervalo entre las consultas fue de 2 meses. La familia (área inferior) fue el
cambio de los sistemas de valores y la reconceptualización, que dominio principal desde el principio, y su ponderación relativa aumentó
mantiene el nivel global de CDV elevado. El cambio de respuesta aún más con el tiempo. Hasta la segunda visita, el paciente (un varón de
puede detectarse mejor utilizando dominios globales en lugar 53 años) era capaz de bucear y hacer senderismo (es decir, deportes activos);
de preguntas únicas sobre la CDV Existe un acuerdo casi univer­ a partir de la tercera consulta, sólo era capaz de ver los deportes en televisión
sal de que la CDV tiene una característica multidimensional que (es decir, deporte pasivo). Las vacaciones aumentaron su relevancia con
depende de los valores de la persona y una naturaleza dinámica el tiempo, y la profesión perdió importancia con el tiempo, para acabar
en la que los dominios cambian a lo largo del tiempo en términos por desaparecer. La jardinería (una actividad física intensa) se abandonó
de contenido y relevancia25. después de la primera consulta y la literatura aumentó en la última consulta.
La relevancia de la vida cultural disminuyó, probablemente debido a la
disminución de la movilidad del paciente. De forma global, existe una
tendencia desde los dominios activos de CDV a los más pasivos a medida
PRINCIPIOS DE EVALUACIÓN Y M EDIC IÓ N
que la enfermedad progresó, lo que se refleja en los valores del SIP de 62 a
Razones para medir la calidad de vida 56 (no se muestran). En contraste, la puntuación total del SEIQoL-DW
(líneapúrpura) no disminuyó en el período de 6 meses. (De NeudertC, Wasner
La mejora de la CDV en las enfermedades crónicas y debilitantes M, BorasioGD. Patients' assessment of qualityof lifeinstruments: A randomised
es uno de los principales objetivos en cuidados paliativos9. Las study of SIP, SF-36, and SEIQoL-DW in patients with amyotrophic lateralsclerosis.
evaluaciones de la CDV ayudan a detectar y priorizar los proble­ J Neurol Sci 2001;191:103-109.)
mas, facilitan las comunicaciones y monitorizan los cambios en
respuesta al tratamiento26.

Criterios de valoración objetivos y subjetivos Criterios de valoración multidimensionales


y unidimensionales
, Los criterios de valoración objetivos en la CDV relacionada con la
a salud son la mortalidad, el uso de los servicios sanitarios y el nivel Un constructo multidimensional debería separarse en sus domi­
g de provisión de estos servicios. Los criterios de valoración sub- nios, y después sumar todos ellos para obtener una medición glo­
* jetivos de CDV son el control de los síntomas y las preferencias, bal de CDV27,30. Otra forma de presentar la CDV multidimensional
la satisfacción y las preocupaciones del paciente, que se recogen es mostrar los dominios separados como perfiles27,30. Los instru­
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

con los cuestionarios27. Algunos de los modos de administración mentos como el índice de calidad de vida de Spitzer (Spitzer QLI)
y cumplimentación de los cuestionarios son los de tipo autocum- suman las puntuaciones en cinco dominios y elaboran una única
plimentado, los administrados por el entrevistador y los evaluados puntuación compuesta31. En el EORTC QLQ-C30 se presentan
por el observador. las puntuaciones para los perfiles de nueve subescalas11. El cues­
Los criterios de evaluación objetivos y subjetivos pueden inter- tionario de calidad de vida de McGill (MQOL) tiene puntuaciones
actuar de forma diferente y revelan distintos aspectos de la CDV para los perfiles y sumadas32.
Una CDV baja puede predecir una supervivencia más corta, pero La CDV global puede evaluarse mejor mediante un método
el funcionamiento social (es decir, dominio social de la CDV) no «holístico impreciso», como una única pregunta global autoeva-
difiere en los pacientes con una supervivencia más corta o más luada33. La CDV global se expresa como un único constructo
larga28. La CDV evaluada de forma subjetiva tiene menos valor pre- unidimensional con puntos de fijación (anclas) que definen un
dictivo de la supervivencia en los pacientes de cuidados paliativos continuum. Las evaluaciones subjetivas piden a las personas que
en comparación con las variables clínicas29. puntúen su satisfacción con la vida en su conjunto o su bienestar

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344 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

global en el rango de la «peor posible» a la «mejor posible» CDV33. en los perfiles que van a medirse y en la población13. Estos instru­
Las medidas objetivas de la CDV global utilizan puntos de fijación mentos pueden clasificarse en dos grupos:
de fallecimiento (evaluado como 0) y de salud completa (evaluada
como l ) 13. Los criterios de valoración unidimensionales únicos • Instrumentos genéricos, con subgrupos de perfiles de salud y
proporcionan una información relevante para la CDV global y se criterios de valoración de la utilidad.
usan en análisis económicos, pero la mejoría o el deterioro en dis­ • Instrumentos específicos para la enfermedad, la función o la
tintos dominios de CDV se pierde con las preguntas únicas13. Los población1316.
defensores de los criterios de valoración de escala única conside­ Los perfiles genéricos de salud evalúan distintos dominios
ran que los instrumentos multidimensionales son más o menos de calidad de vida y pueden aplicarse a la población general y a
reduccionistas, porque es posible que no puedan abarcar todos distintas enfermedades. Un ejemplo lo constituye el Estudio de
los dominios implicados en la CDV Resultados Médicos, Versión Corta-36 (MOS SF-36)37. Los instru­
La CDV puede medirse de formas psicométricas y clinimé- mentos de preferencia o de utilidad calculan los años de vida ajus­
tricas. Los métodos psicométricos implican el nivel estadístico tados por calidad y evalúan el valor de la CDV para el paciente,
de relevancia para los datos recogidos utilizando instrumentos y excluyendo el tiempo con los efectos secundarios debidos al trata­
escalas determinadas. La clinimetría implica el uso de métodos miento13. Los criterios de valoración de utilidad se usan con menos
cuantitativos en la recogida y el análisis de los datos que se com­ frecuencia en medicina paliativa. Determinados instrumentos espe­
paran. El principal requisito para la calidad científica utilizando los cíficos se desarrollan para ciertas enfermedades, como el EORTC
métodos clinimétricos es un proceso coherente y reproducible de QLQ-C3011 en el cáncer, o son específicos de la enfermedad y la
observación y expresión de las variables clínicas34,35. localización, como la Escala de Síntomas del Cáncer de Pulmón
Se pueden utilizar varios métodos para medir el cambio de res­ (LCSS) para el cáncer de pulmón38. Los instrumentos pueden ser
puesta de la CDV. Dos de ellos son muy populares: específicos para un síntoma o un dominio39, como el Cuestionario
• Evaluaciones individualizadas: medición y ponderación sus­ Breve de Dolor (BPI), que se desarrolló y se validó para el cáncer
citadas por los dominios de CDV de los pacientes en cada y después se validó para el dolor no oncológico40’41. Los criterios
momento de valoración y comparación del cambio en los valo­ de valoración específicos para una enfermedad o población debe­
res de los dominios, o reconceptualización. rían evaluar mínimamente los cambios significativos desde el punto
• Pretest retrospectivo: comparación de los puntos de vista del de vista clínico en los estudios longitudinales, pues están validados
paciente en el momento de la evaluación (es decir, ahora) con para dichas poblaciones13. Los instrumentos específicos de los sín­
el modo en el que se sentían antes (es decir, entonces)20. tomas proporcionan una evaluación más exhaustiva del impacto
del síntoma concreto sobre la CDV, lo que es apropiado para la
El pretest retrospectivo es relativamente sencillo y fácil de realizar, investigación, pero puede suponer una carga para los pacientes
pero puede conllevar un sesgo de recuerdo o ser impreciso debido muy enfermos42. Los instrumentos específicos de los síntomas son
a la reconceptualización del intervalo20. Los instrumentos individuali­ limitados en áreas específicas de bienestar físico o psicológico y no
zados de CDV como el Programa para la Evaluación de la Calidad de pueden compararse con los instrumentos genéricos de CDV
Vida Individual (SEIQoL)23,36priorizan determinados dominios especí­ Los instrumentos estandarizados pueden ser preguntas de CDV
ficos de la CDV de los pacientes y se considera que proporcionan una global multidimensionales o únicas. Los cuestionarios multidimensio­
estrategia centrada en el paciente20. Las evaluaciones computarizadas, nales utilizan una única pregunta o múltiples preguntas por dominio.
sobre todo los tests adaptativos computarizados (CAT) que ofrecen Los instrumentos multidimensionales y estandarizados de CDV difie­
pistas de las preguntas más apropiadas para cada paciente, pueden ren en cuanto a dominios y lenguaje, y los criterios de valoración
proporcionar evaluaciones de la CDV individual más precisas . medidos por la CDV global, cuando se determina sumando dominios
separados en dos instrumentos, pueden diferir. Los instrumentos
deberían contar con fiabilidad y validez (tabla 65-1)43.
INSTRUMENTOS En función del objetivo de evaluación, los instrumentos de
CDV pueden clasificarse en los que son de cribado y los de resul­
Existen distintos instrumentos de CDV y pueden clasificarse en tado. Los instrumentos de cribado deben ser lo bastante sensibles
distintos grupos basados en varios criterios. Una división se basa para detectar a las personas con alta o baja calidad de vida. Estas

I —I T A B L A 6 5-1 Conceptos básicos de fiabilidad y validez

CONCEPTOS TIPO EXPLICACIÓN


1. Coherencia interna 1. Coherencia de la escala para medir un determinado constructo (p. ej., físico, psicológico)
2. Interevaluador 2. Concordancia de los distintos evaluadores que evalúan a un paciente que responde con
3. Intraevaluador o prueba-reprueba un mismo instrumento
3. Correlación entre dos evaluaciones del mismo evaluador en la misma población
1. De contenido o facial 1. Idoneidad de los cuestionarios para evaluar el criterio de valoración designado
2. Factor del constructo 2. Descripción del marco conceptual subyacente del instrumento, por lo general mediante un
3a. Concurrente de criterio análisis factorial
3b. Predictiva de criterio 3. Correlación del instrumento con un método de referencia en un momento (3a) o con
criterios de valoración futuros (3b)
4. Convergente o divergente de
constructo 4. Correlación de los ítems, las escalas o las puntuaciones totales con cuestionarios similares
que miden los mismos constructos u otros no relacionados en el mismo momento*
5. Diferencias de grupo o sensibilidad
5. Capacidad del instrumento para distinguir entre las distintas personas que responden
6. Sensibilidad al cambio
(p. ej., sanos y enfermos, distintos grupos de tratamiento, distintos estados funcionales)
_____________________________________________________ 6. Capacidad del instrumento para detectar cambios pequeños a lo largo del tiempo_______
•Los criterios para una validez y fiabilidad adecuadas varían, pero los coeficientes de correlación deberían ser mayores de 0,7 para que fuesen buenas. Dichos
coeficientes oscilan del peor valor (0) al mejor valor posible (1 ).
Datos de McDowel I. The Theoretical a n d Technical Foundations o f Health Measurement. Measuring Health: A Guide to Rating Scales and Questionnaires, 3.a ed.
Oxford, RU: Oxford University Press, 2006, págs. 10-54.

P A R T E II EL P A C I E N T E
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M edición d e la calidad d e vida I C A P Í T U L O 6 5 345

herramientas deberían tener una sensibilidad y especificidad ele­ cáncer11. Sus 30 preguntas constan de 9 escalas multi-ítem con un
vadas. Los instrumentos de resultados deberían tener una elevada formato de tipo Likert de 4 puntos: 5 escalas funcionales (física,
sensibilidad al cambio, determinada por el mínimo cambio que función, cognitiva, emocional y social), 3 de síntomas (fatiga, dolor,
tenga relevancia clínica de interés13. náuseas y vómitos) y una escala sobre salud global y CDV con un
formato numérico de 7 puntos cuyos puntos de fijación son «peor
posible» (1) y «mejor posible» (7). El período de tiempo es «a lo
Tipos de instrumentos de calidad de vida largo de la última semana». El instrumento proporciona puntuacio­
nes de perfil basadas en los dominios. Su validez, fiabilidad global,
Los instrumentos de CDV usados en cuidados paliativos (tabla 65-2) sensibilidad al cambio y fiabilidad transcultural son buenas. Se ha
pueden clasificarse en dos grupos: los que están diseñados especí­ usado en medicina paliativa, pero es inadecuado para los pacientes
ficamente para medicina paliativa y los que se han adaptado a par­ muy enfermos y tiene un efecto suelo. El Cuestionario Central-15
tir de poblaciones generales o de pacientes con cáncer. Desde un de Calidad de Vida en Cuidados Paliativos de la Organización
punto de vista histórico, la medicina paliativa se desarrolló a partir Europea para la Investigación y el Tratamiento del Cáncer (EORTC
del tratamiento de los síntomas del cáncer, pero se ha expandido a QLQ-C15-PAL) es una versión abreviada de 15 ítems desarrollada
la asistencia de los pacientes con enfermedades crónicas degene­ para medicina paliativa50. El contenido inicial se validó mediante
rativas y no oncológicas. La mayoría de los instrumentos usados en la teoría de respuesta al ítem, con la participación de expertos y
un principio se introdujeron a partir de los criterios de valoración de pacientes50. Es necesario un mayor análisis de su fiabilidad, vali­
de CDV en el cáncer4. En medicina paliativa, se necesita que los dez y viabilidad. El EORTC QLQ-C30 y su versión abreviada son
instrumentos de CDV evalúen dominios específicos de CDV, como adecuadas para el cribado y el seguimiento de la CDV
los aspectos existenciales, que no están englobados en los instru­
mentos para el cáncer u otras enfermedades39,44. Los instrumentos
de CDV en medicina paliativa también se consideran instrumen­ Instrumentos diseñados para medicina
tos de resultado45. La relación entre los instrumentos de CDV y paliativa
los instrumentos de resultado es difusa. La satisfacción, la mejora
del control de los síntomas y la CDV global son criterios de valo­ Muchos instrumentos de evaluación en medicina paliativa impli­
ración subjetivos. La Escala de Cuidados Paliativos (POS)46 y can algún tipo de evaluación individualizada, que consta de
el Programa de Evaluación del Equipo de Apoyo (STAS)47 han preguntas de relevancia o que ponderan los ítems. El índice de
incluido criterios de valoración subjetivos y objetivos, mientras Calidad de Vida en Residencias de Enfermos Terminales (HQLT) es
que los otros instrumentos de CDV se dirigen al bienestar del un instrumento de medida multidimensional y autocumplimen­
paciente. tado de CDV que consta de 28 ítems graduados en una escala de
puntuación numérica de 1 a 10. Los dominios físico, funcional,
social, espiritual, psicológico y económico de la CDV se evalúan
Instrumentos genéricos con una puntuación sumada total adicional51,52. El instrumento ha
El MOS SF-36 es uno de los primeros instrumentos de CDV desa­ mostrado una buena coherencia interna y la validez se ha confir­
rrollados para la población general37. La versión más popular de mado mediante análisis factorial. El instrumento puede discrimi­
36 ítems, desarrollada a partir del instrumento MOS de CDV origi­ nar entre los pacientes de residencias para enfermos terminales y
voluntarios sanos, y puede utilizarse para el cribado y seguimiento
nal, mide de forma dicotómica y con escalas de 3-6 puntos de tipo
Likert, con ocho dominios de CDV48: de la CDV en pacientes de residencias para enfermos termina­
les51,53, aunque se requiere una mayor validación.
1. Funcionamiento físico y bienestar. El MQOL se desarrolló para evaluar a los pacientes con cáncer
2. Limitaciones funcionales debidas a problemas físicos. avanzado y se ha revisado y probado con más detalle en pacien­
3. Dolor corporal. tes con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA)32,54. La
4. Función social y bienestar. CDV se define de forma general como «bienestar subjetivo»54.
5. Salud mental. Una única pregunta sobre CDV mide la CDV global, seguida de
6. Limitaciones funcionales debidas a problemas emocionales. 16 ítems, graduados con una escala de puntuación numérica de
7. Vitalidad, energía o fatiga. 1 a 10. El instrumento abarca cuatro dominios: físico ( l o s pacientes
8. Salud general. refieren de forma voluntaria tres síntomas que les causen proble­
mas), psicológico, existencial y ayuda. Con la media de los cuatro
El funcionam iento se define como la capacidad de realizar dominios se obtiene una puntuación total. El instrumento muestra
las actividades de la vida diaria, mientras que el bienestar es un una buena correlación con la Escala de ítem Único (SIS) MQOL
estado interno más subjetivo no observable por los demás, como
para la evaluación global de la CDV y con el QLI de Spitzer32. Los
los síntomas o los sentimientos. Se dispone de versiones acortadas autores de la SIS consideran que es el instrumento de medida que
(de 12 y 8 ítems) que reflejan el perfil de la escala del instrumento mejor expresa el significado de la CDV para los pacientes32. Es un
original. Sin embargo, el cuestionario de 36 ítems sigue usándose instrumento apropiado para evaluar la CDV en medicina paliativa,
de forma generalizada y tiene una mayor precisión9. El MOS SF-36 para identificar el bienestar existencial de los pacientes y para eva­
ha sido validado por otros instrumentos de evaluación de la CDV
luar las intervenciones dirigidas a influir en los distintos dominios
y de los síntomas en la ELA con una buena fiabilidad (es decir, de la CDV en investigación o en la práctica clínica54.
coherencia interna y de prueba-reprueba)49. El MOS SF-36 puede
El Cuestionario de McGill de Calidad de Vida-Versión Abreviada
utilizarse en medicina paliativa, pero la longitud del instrumento
de Cardiff (MQOL-CSF) se ha desarrollado y validado frente al ins­
y el efecto suelo (es decir, los pacientes tienden a puntuar en el
trumento MQOL original55. Consta de ocho preguntas (un ítem
extremo inferior de la escala) suponen un problema. Era menos
global de CDV tres físicos, dos psicológicos y dos existenciales),
sensible al cambio en comparación con instrumentos diseñados
y emplea una escala de puntuación numérica de 1 a 10. El MQOL-
de forma específica para la ELA49.
CSF tiene una fiabilidad buena (preliminar). Los cuestionarios
MQOL-CSF y MQOL tienen una fiabilidad y validez de moderadas
Instrumentos específicos de cada enfermedad a buenas55. El MQOL-CSF puede utilizarse en contextos de medi­
cina paliativa (pacientes ingresados, ambulatorios y de residencias
El EORTC QLQ-C30 es un cuestionario sobre CDV específico de para enfermos terminales) como evaluación rutinaria de CDV y
la enfermedad y autocumplimentado que mide el impacto de la con fines de seguimiento. Puede que no sea sensible para detectar
enfermedad y del tratamiento sobre la salud física, los síntomas la ayuda, el tratamiento y el dolor en comparación con el instru­
psicológicos y el funcionamiento social en los pacientes con mento original.

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346 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

T A B L A 6 5 -2 Escalas para la evaluación de la calidad de vida y la calidad de los cuidados aplicados en medicina paliativa y en casos de cáncer
avanzado

DISEÑO ORIGINAL FUENTE


DE LOS INSTRUMENTOS* DONNELLY6'44
O'BOYLE4 HEARN4 BRULEY KAASA3 MASSARO4 OTRAS
FUENTES
índice de Calidad de Vida de Spitzer31 CDV Sí Sí Sí
Uniescala de Spitzer CDV Sí Sí
Escala de Autoevaluación Análoga Lineal (LASA) CDV Sí Sí
índice de Vida Funcional-Cáncer (FLIQ CDV Sí Sí
Cuestionario de Calidad de Vida de McGill (MQOL)32 CDV Sí Sí Sí Sí Sí Sí
Cuestionario de Evaluación de Vida (LEQ) CDV Sí Sí Sí
Escala de Calidad de Vida de McMaster (MQLS)56 CDV Sí Sí Sí Sí Sí
Escala de MacAdam CDV Sí
Programa de Evaluación del Equipo de Apoyo RES Sí Sí
(STAS)47
índice de Calidad de Vida (QLI) CDV Sí Sí
Cuestionario de Satisfacción con la Vida CDV Sí
índice de Calidad de Vida en Residencias para CDV Sí Sí Sí Sí
Enfermos Terminales (HQLI)51
Programa para la Evaluación de la Calidad de Vida CDV Sí Sí Sí Sí
Individual (SEIQoL)36
Programa para la Evaluación de la Calidad de Vida CDV Sí Sí
Individual-Ponderación Directa (SEIQoL-DW)
Evaluación de la Calidad de Vida al Final de la Vida CDV Sí
Evaluación de la Calidad de Vida Global (¿qué tal CDV Sí
está su vida?)66
Evaluación Funcional del Tratamiento del Cáncer- CDV Sí Sí
General (FAACT-G)
Lista de Comprobación de los Síntomas de CDV Sí Sí
Rotterdam (RSCL)
Cuestionario Central de la Organización Europea CDV Sí
para la Investigación y el Tratamiento del Cáncer
(EORTC Q LQ-C30)"r 1
Sistema de Evaluación de los Síntomas de S Sí Sí
Edmonton (ESAS)10
índice de Calidad de Vida del Centro de CDV Sí
Rehabilitación Hebreo para Ancianos (HRCA-QL)
Evaluación en Cuidados Paliativos (PACA) RES Sí
Estándares Centrales en Cuidados Paliativos (PCCS) RES Sí
Escala de Angustia por los Síntomas (SDS) S Sí
Estudio de Resultados Médicos Versión corta-36 Sí
(MOS SF-36)37
índice de Calidad de Vida de Missoula-VITAS CDV Sí Sí Sí
(MVQOLI)57
Cuestionario sobre el Impacto del Tratamiento64 CDV Sí
Escala de Cuidados Paliativos (POS)46 RES Sí
Cuestionario de McGill de Calidad de Vida-Versión CDV Sí
Abreviada de Cardiff (MQOL-CSF)55
Cuestionario Central-15 de Calidad de Vida en CDV Sí
Cuidados Paliativos de la Organización Europea
para la Investigación y el Tratamiento del Cáncer
(EORTC QLQ-C15-PAL)50
Escala de Problemas Evaluada por el Paciente CDV Sí
(PEPS)61
Instrumento de Calidad de Vida en Cuidados CDV Sí
Paliativos (PQLI)83
Población diana* Medicina Cáncer Cuidados Cuidados Cuidados Cuidados Medicina
paliativa avanzado paliativos paliativos paliativos paliativos paliativa
Propiedades psicométricas comunicadas No Sí Sí Sí Sí Sí Sí

•Las citaciones de algunos instrumentos se refieren a la lista de la literatura del capítulo. Los instrumentos sin referencia bibliográfica pueden encontrarse en los artículos de
revisión relevantes.
'Las poblaciones diana fueron definidas por los investigadores.
CDV, Calidad de vida; RES, resultado; S, síntoma.

P A R T E II EL P A C I E N T E
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M edición d e la calidad d e vida I C A P Í T U L O 6 5 347

La Escala de Calidad de Vida de McMaster (MQOLS) tiene El instrumento es apropiado para valorar y evaluar las intervencio­
32 preguntas para evaluar los dominios físico, emocional, social y nes con el fin de mejorar la CDV al final de la vida. Requiere una
espiritual en una escala de puntuación numérica de 7 puntos56. mayor validación, sobre todo en pacientes no oncológicos, debido
Los ítems relevantes son puntuados por los pacientes. El instru­ al pequeño tamaño de las muestras de validación.
mento muestra una buena correlación con el QLI de Spitzer56. Las El Cuestionario sobre el Impacto del Tratamiento (TIQ) se
puntuaciones de los pacientes y de los cuidadores muestran una diseñó para evaluar la influencia del tratamiento sobre la CDV de
correlación moderada, pero los autores del instrumento recomien­ los pacientes con cáncer avanzado64. Se utiliza una escala de tipo
dan que la CDV debería ser evaluada por los pacientes siempre Likert de 4 puntos para medir cuatro dominios de CDV: síntomas
que sea posible. El sesgo del entrevistador explica algunas diferen­ físicos (24 ítems), estado funcional (3 ítems), factores emociona­
cias encontradas entre la CDV puntuada por el propio paciente o les y cognitivos (6 ítems) y relaciones sociales (2 ítems). Un ítem
por el entrevistador56. El cuestionario puede ser laborioso por su único global evalúa la sensación de bienestar64. En un amplio estu­
longitud. Existen formas adicionales para la familia y el personal. dio nacional italiano, se observó que el instrumento es preciso a
El índice de Calidad de Vida de Missoula-VTTAS (MVQOLI) es un la hora de describir los síntomas y la CDV de los pacientes onco­
cuestionario autocumplimentado que define la CDV como «la expe­ lógicos de cuidados paliativos a lo largo del tiempo65. El instru­
riencia subjetiva de una persona que vive con las dificultades inter­ mento crea una puntuación resumen que puede utilizarse para
personales, psicológicas y existenciales o espirituales que acompañan seguir la CDV a lo largo del tiempo como criterio de valoración.
al proceso de deterioro físico y funcional y al conocimiento de un Se puede utilizar una única pregunta para una evaluación de
fallecimiento inminente»57,58. El instrumento consta de 25 preguntas la CDV global. Muchos instrumentos, como el EORTC QLQC30 y
para evaluar los síntomas, la función, las interacciones interpersonales, el cuestionario MQOL, cuentan con una pregunta única sobre CDV
el bienestar y la trascendencia; las respuestas están graduadas en una además de la evaluación multidimensional11,54. Una pregunta de CDV
escala de puntuación numérica de 5 puntos. Se evalúa la satisfacción global usada con frecuencia es la uniescala de Spitzer31.Una única pre­
y la relevancia en cada dominio por separado. Tiene una puntuación gunta sobre CDV global es fácil de completar y repetir en pacientes
resumen con una suma ponderada de la relevancia de cada dominio. con cáncer avanzado a lo largo del tiempo y tiene una validez compa­
El MVQOL se ha validado en pacientes de residencias para enfermos rable con la de los cuestionarios multi-ítem6667. La uniescala de CDV
terminales con cáncer y sin él. Muestra una buena fiabilidad prueba- es fiable y tiene la máxima sensibilidad al cambio a lo largo del tiempo
reprueba y sensibilidad al cambio a lo largo del tiempo, pero no se en comparación con las escalas sumadas de los cuestionarios multi-
ha observado que sea sólido a nivel psicométrico. El instrumento se ítem68. Se puede recomendar una única pregunta de CDV cuando
ha utilizado para medir la CDV con éxito en pacientes de residencias el criterio de valoración es la CDV global y cuando va a hacerse un
para enfermos terminales con cáncer59. Se ha realizado una validación seguimiento longitudinal. Su uso es viable en pacientes gravemente
transcultural en pacientes con SIDA en Uganda60. enfermos, cuando es imposible completar cuestionarios multi-ítem
La Escala de Medicina Paliativa Evaluada por el Paciente (PEPS) extensos. Sin embargo, se pierden los dominios múltiples de la CDV
fue diseñada a modo de instrumento de autoevaluación de la CDV
adecuado para su uso en pacientes muy graves. La CDV es «el nivel Instrumentos individualizados de calidad de vida
de bienestar o de satisfacción global en varios dominios de la
vida»61. La PEPS es un instrumento de medida compuesto por las El Programa para la Evaluación de la Calidad de Vida Individual
evaluaciones tradicionales del personal de enfermería o médico y (SEIQoL) se desarrolló para la evaluación individual de la CDV de
de una autoevaluación individualizada del paciente. En primer lugar, los pacientes no oncológicos y después se analizó en pacientes
la evaluación individualizada consta de problemas seleccionados con cáncer, SIDA o ELA15,23,36. En una entrevista semiestructu-
por el paciente (p. ej., físicos, emocionales, sociales, espirituales) rada, los pacientes refieren las 5 áreas más relevantes de su CDV
que se miden con una escala de Likert de 3 puntos. En segundo Después, los pacientes ponderan las cinco áreas en función de su
lugar, los pacientes puntúan su función en la escala funcional de la relevancia relativa. Existe una versión más sencilla, el Programa
OMS. En otro estudio, los pacientes notificaron los problemas a par­ para la Evaluación de la Calidad de Vida Individual-Ponderación
tir de una lista-recordatorio de síntomas62. En tercer lugar, una única Directa (SEIQoL-DW), que pondera de forma directa los domi­
cuestión con una escala de puntuación numérica de 1 a 10 mide la nios de los pacientes y que disminuye la carga de la evaluación69.
CDV global. El MQOL y la PEPS muestran una buena correlación, y Consta de cinco discos circulares plastificados de colores que se
se observó que eran válidos y aceptables para evaluar a los pacien­ rotan para formar un gráfico de sectores. Se ha observado que
tes con cáncer avanzado, pero con una mayor preferencia para el el SEIQoL-DW es válido y fiable para evaluar a los pacientes con
MQOL (el 60% frente al 28%)62. La PEPS detectó más problemas cáncer avanzado o ELA y que es aceptable para los pacientes muy
psicológicos. Puede que la PEPS sea un instrumento de medición graves con cáncer de pulmón15,22’23,70. Cuenta con varias difi­
adecuado para la evaluación de pacientes individualizados en la cultades, como la posible carga que supone la evaluación en los
práctica cuando se haga hincapié en los aspectos psicológicos. La pacientes muy graves y en la práctica rutinaria, así como el sesgo
PEPS necesita una mayor evaluación de su validez y fiabilidad antes del entrevistador al nombrar los dominios de CDV para ayudar a
de usarla como instrumento para analizar los resultados. los pacientes70. La comparación del SEIQoL-DW con otros instru­
El cuestionario QUAL-E (Medición de la Calidad de Vida al Final de mentos de CDV es difícil. El instrumento individualiza las evalua­
la Vida) es un cuestionario autocumplimentado que fue desarrollado ciones en CDV autodeterminada y es capaz de seguir los cambios
con la participación de expertos, pacientes y familiares. Se ha vali­ de respuesta durante la trayectoria de la enfermedad (tabla 65-3).
dado para medir la CDV al final de la vida en pacientes oncológicos
y no oncológicos63. La CDV se define de forma global como «la expe­ Mediciones ideales de la calidad de vida
riencia subjetiva directa de los pacientes» al final de la vida63. El ins­
trumento se analizó inicialmente en pacientes con cáncer avanzado, Los diseñadores de instrumentos siempre están buscando un ins­
insuficiencia cardíaca congestiva terminal, enfermedad pulmonar trumento ideal para medir la CDV, aunque es improbable que lle­
obstructiva crónica (EPOQ o insuficiencia renal. El cuestionario tiene gue a elaborarse. Se pueden establecer varias recomendaciones
25 ítems graduados en una escala de tipo Likert de 5 puntos, que sobre el modo de escoger el instrumento adecuado para la inves­
consta de cuatro dominios de CDV: conclusión de la vida, impacto tigación o la práctica clínica, basándose en los objetivos de la eva­
de los síntomas, relación con el profesional sanitario y preparación luación de la CDV (fig. 65-4).
para el final de la vida. Los pacientes refieren en primer lugar de
forma voluntaria tres síntomas molestos y a continuación se les pide EVALUACIÓN CLÍNICA: ESTRUCTURA
que evalúen la relevancia de la contribución de cada dominio a su DE EVALUACIÓN
CDV. La comparación con la escala FACIT (Evaluación Funcional
del Tratamiento en Enfermedades Crónicas), la FACIT-Espiritual Las escalas de CDV se han usado sobre todo como criterio de valo­
y el MVQOL han mostrado una validez convergente moderada. ración secundario en la investigación del cáncer16. En el contexto

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348 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

~\ T A B L A 6 5 - 3 Instrumentos multi-ítem, autocumplimentados para la evaluación de la calidad de vida desarrollados para su uso en ;
| medicina paliativa

COMPONENTES HQLI5'51 MQOL6'32'54 MQOL-CSF55 MVQOLI5'57 EORTC QLQ- PEPS6'61 PQLI8


DEL INSTRUMENTO C15-PAL5
Dominios Físico Físico Físico Global Físico De forma Funcional2
voluntaria:
Psicológico Bienestar físico Psicológico Síntomas Emocional Físico Síntoma
Social Psicológico Bienestar Funcional Síntomas Emocional Opción terapéutica
existencial
Espiritual Bienestar CDV global Social CDV global Social Psicológico
existencial
CDV global Bienestar Espiritual CDV global
(satisfacción)
Espiritual Actividad
CDV global
Problemas
suscitados
por el
médico o la
enfermera
y valorados
por los
pacientes
Número de ítems 28 17 8 25 15 28
Escala EPN de 0-10 EPN de 0-10 EPN de 0-10 EPN de 5 Likert de 4 Likert de 4 Likert de 3 y 5
puntos puntos puntos puntos
Puntuaciones Puntuaciones Puntuaciones Puntuaciones EPN de 7 EPN de 0-10 EPN de 0-10
por perfil por perfil por perfil por perfil puntos
Puntuación Puntuación Puntuación Puntuaciones
total total total por perfil
Período de tiempo No Últimos 2 días Últimos 2 días No Última No No especificado
especificado (residencias (residencias especificado semana especificado
para enfermos para
terminales) enfermos
terminales)
Últimos 7 días Últimos 7 días
(pacientes (pacientes
ambulatorios) ambulatorios)
Tiempo de No descrito 10-306 3 (rango, 1-8) 15-206 No descrito 3-86 8
cumplimentación
(min)
Fiabilidad* Buena Buena Moderada o Moderada o No probada Moderada o Buena
buena buena buena
Validez* Moderada Moderada o Moderada o Moderada Suficiente Moderada o Moderada o buena
buena buena buena
Sensibilidad al No probada No probada No probada, Moderada o No probada No probada No probada
cambio números buena
pequeños

*Los criterios para la fiabilidad y la validez í ¡e basan en los coeficientes de correlación descritos. El anáUsis factorial se consideró como un método adicional que
incrementa la validez. Criterios: bueno >0,70; moderado = 0,40-0,70; malo <0,40.
CDV, CaUdad de vida;EORTC QLQ-C15-PA1, cuestionario central-15 de caUdad de vida t:n cuidados paUativos de la Organización Europea para la Investigación y el
Tratamiento del Cáncer; EPN, escala de puntuación numérica; HQLI, índice de caUdad de vida en residencias para enfermos terminales; Likert, tipo de escala de
respuesta psicométrica utilizada en los cuestionarios; MQOL, cuestionario de calidad de vida de McGiU; MQOL-CSF, cuestionario de caUdad de vida de McGiU,
versión abreviada de Cardiff; MVQOLI, índice de caUdad de vida de Missoula-VITAS; PEPS, escala de problemas evaluada por el paciente; PQLI, instrumento de
caUdad de vida en cuidados paUativos.

clínico, la medición de la CDV debería realizarse de forma adicio­ La estructura de la evaluación de la CDV pocas veces se comenta y
nal a la medición de la respuesta terapéutica y el alivio de los sín­ suele seguir la estructura de los instrumentos estándares. Los distintos
tomas26. Se deberían tener en cuenta la función, las discapacidades instrumentos enumeran los dominios en el orden de relevancia
y las necesidades junto con la CDV para el bienestar de los pacien­ para sus creadores. El orden en el que los dominios se evalúan o si
tes y la calidad asistencial26. Los instrumentos de CDV en la práctica las preguntas deberían mezclarse no se conoce. Algunos cuestio­
clínica deberían ser fáciles de comprender y cumplimentar, y debe­ narios, como el Perfil de Impacto de la Enfermedad (SIP)71 que se
rían incorporarse con facilidad a los protocolos clínicos26. Los ins­ ha usado en pacientes con ELA24,71, mezclan las escalas e invier­
trumentos deberían ser interpretables para que tuviesen utilidad ten la dirección de dichas escalas (es decir, de ítems positivos a
clínica. Las barreras con las que chocan los instrumentos de CDV negativos) para evitar que los pacientes estudiados marquen los
son la complejidad de muchos de los instrumentos y escalas de ítems de forma mecánica en orden consecutivo. La ubicación de
CDV el coste, la caiga de tiempo que supone recoger y analizar los la evaluación de la CDV global como una pregunta inicial o final
hallazgos, así como la interpretación de los datos16,27. influye en la puntuación; el nivel de CDV global era mayor cuando

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M edición d e la calidad d e vida I C A P Í T U L O 6 5 349

Cuadro 65-1 Recomendaciones para mejorar las


evaluaciones de la calidad de vida en medicina paliativa
Seguim iento | Seguimiento
• D eterm inar las principales áreas q u e afectan a la CDV e n función de
I inicial inicial I
la definición d e CDV y d e la intervención30.
C D V m ultidim en sional C D V global • Cuando sea posible, m edir la CDV autoevaluada30.
• Utilizar evaluaciones d e p ersonas allegadas para la función y los sín­
tom as físicos cuando sea im posible o b tener una autoevaluación76.

í 1 i • Definir u na diferencia relevante desde el pu n to de vista clínico apli­


cable al instrum ento d e CDV13.
Instrumento Evaluación Instrumento Pregunta única
• Escoger los instrum entos c o n una validez y fiabilidad adecuadas para
multi-ítem individualizada multi-ítem de CDV
la población, investigación o pregunta clínica13.
• Es necesario contar co n entrevistadores entrenados para reducir el
sesgo inducido p o r el entrevistador c o n las evaluaciones individuali­
Perfil del dominio Ponderación del Puntuación Escala única zadas (p. ej., SEIQoL)70.
seleccionado por el dominio citado sumada • Hay que usar puntuaciones globales distintas para la CDV global y
médico/enfermera por el paciente del dominio para la CDV global relacionada c o n la salud. D eben p untuarse la gra­
vedad y la relevancia del p roblem a30.
FIGURA 65-4 Selección de un instrumento de calidad de vida (CDV) para la • U na única pregunta p u ede representar m ejor la CDV global33.
investigación o la práctica clínica en función del objetivo de evaluación. • U na ú nica pregunta para la CDV global es u n criterio d e valoración
apropiado al final d e la vida66.
• Al final de la vida, hay que considerar el uso de instrum entos que
se evaluaba al principio32. Por este motivo, algunos instrumentos, hagan u n m ayor énfasis e n la espiritualidad18,54.
como el MQOL, han adoptado una evaluación inicial de la CDV
global32. Al final de la vida, cuando el sufrimiento existencial es CDV, Calidad de vida; SEIQoL, programa para la evaluación de la calidad de
más relevante, la pregunta inicial (¿Cómo le podemos ayudar en vida individual.
su sufrimiento?) puede suscitar temas existenciales. Otra estrate­
gia es realizar una evaluación individualizada inicial, que puede
identificar las áreas de prioridad derivadas de la CDV del paciente Problemas relacionados con la medición
para una mayor exploración y tratamiento.
de la calidad de vida

AVANCES, DEBATES E INVESTIGACIÓN Evaluación de las necesidades de los pacientes


La evaluación de las necesidades de los pacientes, a semejanza
Medicina basada en la evidencia de la evaluación de la calidad asistencial, se relaciona estrecha­
Las investigaciones en las que se fundamenta la medicina basada mente con la CDV Las herramientas de CDV relacionadas con la
en la evidencia han demostrado varias tendencias12: salud pueden identificar las necesidades específicas y generales
de salud74. Se deberían reconocer las limitaciones de la medición
• El asesoramiento psicológico mejoró la depresión, la satisfac­ de la CDV con los instrumentos disponibles, sobre todo cerca del
ción con la vida y la autoestima, pero el resto de la carga sinto­ momento del fallecimiento, así como las dificultades que plantea
mática no se vio influida de forma positiva. la necesidad de documentar el impacto de los cuidados paliativos
• La mejora de la asistencia fue mejor para los pacientes de resi­ sobre la CDV del paciente (v. «Errores frecuentes»).
dencias para enfermos terminales que para los que recibían
asistencia domiciliaria.
• Las visitas domiciliarias por parte del personal de enfermería Calidad de vida de los cuidadores
y médico redujeron las preocupaciones por algunos síntomas Aunque la CDV de los pacientes se ha estudiado ampliamente
(p. ej., náuseas, prurito). desde el punto de vista de los pacientes y de los cuidadores75'77,
• Los programas de asistencia domiciliaria basados en hospitales existen pocas investigaciones sobre la CDV de los cuidadores.
no influyeron en la supervivencia. La relación puede ser bilateral, pues la CDV del paciente influye
• La CDV relacionada con la salud no difirió entre las unidades en la de la familia y viceversa. El cuestionario de Calidad De Vida
de medicina paliativa ambulatorias y de hospitalización. en Enfermedades Potencialmente Mortales-Familiar Cuidador
• La mejor CDV se observó en los casos de quimioterapia más (QOLLTI-F) es un instrumento específico que se desarrolló con
cuidados de soporte en comparación con los cuidados de una validación inicial78. Consta de 30 ítems específicos y 2 globales
soporte p or sí solos, pero no hubo diferencias significativas en de CDV, con un período de tiempo de los últimos 2 días. Los domi­
cuanto a los efectos sobre síntomas específicos, salvo para el nios que abarca son el propio estado del cuidador, las relaciones,
dolor. las perspectivas y la calidad de los cuidados, así como la enferme­
• La mejor CDV se asoció a una mayor supervivencia. dad, la economía y el entorno del paciente.
• Los cuidadores estaban más satisfechos y tenían menos ansie­
dad cuando participaban en la asistencia.
• La mejora de la CDV de los pacientes no reducía la carga del Oportunidades de investigación
cuidador ni mejoraba su CDV72.
La gran variabilidad en cuanto al contenido y la validez de los ins­
Una explicación posible para la falta de eficacia evidente de la trumentos de evaluación y la interpretación de los resultados de la
estrategia holística de medicina paliativa en cuanto a los síntomas CDV hace que sea difícil comparar los distintos estudios. La natu­
y la CDV es la progresión de la enfermedad con un incremento de raleza multidominio de los instrumentos requiere grandes mues­
la carga sintomática que es difícil de tratar sólo con cuidados de tras para determinar las diferencias en cuanto a los resultados12.
soporte. El carácter multidimensional de la CDV impide que existan Es difícil interpretar los cambios de CDV y puede ser impre­
influencias positivas simultáneas sobre múltiples dimensiones12. La ciso a nivel de la población. La CDV está muy influida por factores
evidencia para mejorar la evaluación de la CDV es escasa. Las eva­ médicos, ambientales y socioculturales individuales. Los factores
luaciones periódicas de la CDV (cuadro 65-1) en oncología pueden genéticos también influyen en la evaluación de la CDV como una
mejorar las comunicaciones entre el paciente y el médico73. experiencia sintomática80.

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350 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

Errores frecuentes Cuadro 65-2 Posibles causas de las pérdidas de datos


en el momento de la evaluación de la calidad de vida
1. La autoevaluación de la CDV se considera el m étodo de referencia.
Las evaluaciones realizadas p o r otras personas reducen la precisión • C ontenido inapropiado y escalas difíciles.
d e la evaluación. Sin embargo, e n la enferm edad avanzada, u n cuida­ • Cuestionarios extensos y laboriosos para p acientes enfermos.
d o r p uede m edir la CDV con una cierta fiabilidad. Los instrum entos • Falta d e explicaciones claras al recoger los datos.
com o la ESAS, STAS, MQOL y la PEPS h an incluido la evaluación de • Evaluaciones n o supervisadas.
los cuidadores e n distintos grados. La congruencia de las puntuacio­ • Autoevaluación del paciente frente a entrevistas en pacientes m uy
n es d el paciente y los observadores varían en cuanto a los síntomas enfermos.
y la CDV con una correlación m oderada56,61'76. Las valoraciones rea­ • Falta d e form ación del entrevistador.
lizadas p o r allegados de los dom inios m ás observables, com o la fun­
ción física y la cognición, so n m ás parecidas a las valoraciones de
los pacientes e n com paración c o n los síntomas o la CDV global76. La
congruencia d e las distintas parejas varía; es mayor para las parejas
d e enferm era y paciente q ue para el paciente y el cuidador o para el
m édico y el paciente, debido muy probablem ente a que el personal
d e enfermería pasa más tiem po con los pacientes76'77. La participa­ Los estudios de medicina paliativa tienen altas tasas de aban­
ción d e m últiples evaluadores m ejora la fiabilidad d e la evaluación76. dono, lo que produce una pérdida de datos. Esto puede influir
2. El uso de ítem s únicos o de versiones m ás cortas de cuestionarios vali­ en los resultados de CDV La CDV puede parecer que mejora o se
dados es atractivo para los clínicos e n las evaluaciones rutinarias. Sin estabiliza a medida que los pacientes con peor CDV abandonan a
embargo, las extrapolaciones de las versiones originales pueden no lo largo del tiempo (cuadro 65-2).
ser un sustituto válido de las versiones completas. De forma similar, Los instrumentos individualizados, como la SEIQoL definen
los ítem s únicos o las subescalas q ue m iden síntomas com o el dolor y áreas de CDV que son relevantes para los pacientes, pero no eva­
la fatiga h an d e analizarse para determ inar su sensibilidad, sus propie­ lúan síntomas específicos que requieren un instrumento para el
dades discriminativas y su validez frente al instrumento com pleto13. síntoma concreto. Los pacientes de medicina paliativa son poli-
3. Si n o existe u n consenso de lo q u e significa la CDV los investigado­ sintomáticos, y el tratamiento apropiado de los síntomas es una
res deberían definir o adoptar u na definición d e la CDV equivalente parte significativa para mejorar su CDV El EORTC QLQ-C30 tiene
a la q u e apo rta el instrum ento30. Si la CDV global n o se diferencia de 12 síntomas frecuentes, lo que supone una ventaja en compara­
la CDV global relacionada c on la salud, los factores n o m édicos p ue­ ción con otros instrumentos de CDV81. Puede que los síntomas se
d en te n e r u na influencia mayor o m enor sobre la p untuación global notifiquen en menor cuantía si no se pregunta por ellos de
y p ueden infravalorarse los criterios d e valoración d e la salud30. forma sistemática61,82. Los pacientes notificaron menos síntomas
4. Los in strum entos adoptados de o tras disciplinas tienen preguntas comunes, como el dolor, y sólo se seleccionaron después de que
q u e so n inadecuadas para los p acientes terminales. U n ejem plo es los mencionase el personal cuidador61. Sin embargo, los proble­
la preg u n ta referente a las «dificultades para da r u n paseo largo» mas de los pacientes y los cuidadores son distintos, de modo que
d el EORTC QLQ-C30. Estas escalas presentan un «efecto suelo» los aspectos psicológicos son más relevantes para los pacientes,
cuando se usan para los p acientes m u y afectados9,13'44. El uso de mientras que la función y la movilidad del paciente son más rele­
instrum entos q u e tien en escalas co n u n efecto suelo significativo vantes para los cuidadores61. Los cuestionarios individualizados
proporciona poca inform ación relevante. El período d e tiem po pasan por alto síntomas y dominios de la CDV que son relevan­
de la evaluación e s esencial p ara la precisión. La evaluación d e la tes para los pacientes. Es necesario llevar a cabo investigaciones
CDV c o n p eríodos d e tiem p o m ás prolongados (1 sem ana o más) para sopesar la carga que supone la evaluación frente a su exhaus-
p u ed e se r inadecuado al final de la vida, pero la evaluación de tividad y para identificar un modo no sesgado de estimular a los
2 días co n el MQOL resultó para los pacientes u n período dema­ pacientes con evaluaciones individualizadas70. Hace falta inves­
siado c o rto para d em ostrar un cam bio e n la CDV55. Los instru­ tigar los métodos estadísticos que comparan estos criterios de
m entos de CDV para m edicina paliativa suelen utilizar un formato valoración26.
categórico o num érico. Aunque se asum e qu e los instrum entos de Las diferencias culturales son esenciales a la hora de determi­
CDV con escalas visuales analógicas son más precisos, son difíciles nar la CDV Los sistemas de creencias, la economía y la calidad
d e cum plim entar, sobre to d o e n los últim os días d e vida10’79. de la asistencia médica influyen en la CDV y deberían tenerse
en cuenta en la evaluación. Las diferencias culturales y la traduc­
CDV, Calidad de vida; EORTC QLQ-C30, cuestionario central de la Organización ción pueden influir en la comprensión de los instrumentos de
Europea p ara la Investigación y el Tratamiento del Cáncer; ESAS, sistema de CDV13,44.
evaluación de los síntomas de Edmonton; MQOL, cuestionario de calidad de
vida de McGill; PEPS, escala de problemas evaluada p o r el paciente; STAS,
programa de evaluación del equipo de apoyo.
CONCLUSIONES
Muchos instrumentos tienen puntuaciones sumadas, pero la La calidad de vida es un constructo multidimensional con una
información relevante se pierde. El uso de escalas totales de cues­ intensa carga individual. La evaluación de la persona puede
tionarios genéricos puede ofrecer unos resultados confusos sobre la ayudar a comprender las experiencias del paciente y de la fami­
CDV global. En los pacientes con ELA, a pesar del deterioro funcio­ lia y a conservar los valores significativos durante las enfermeda­
nal y de la CDV general relacionada con la salud medida con el MOS des potencialmente mortales. La evaluación de la CDV mediante
SF-36, la CDV individual medida con el SEIQoL permaneció estable15. criterios de valoración subjetivos y objetivos ayuda a determinar
La CDV es más que la función física y la salud física, y el énfasis en su naturaleza polifacética y refleja los resultados relevantes. La
estos factores no puede reflejar la CDV global. La falta de conoci­ información obtenida de las personas allegadas puede ser esencial
mientos sobre la mínima diferencia clínica de un cambio de CDV al final de la vida, cuando la autoevaluación es imposible. El uso
medido con distintos instrumentos puede confundir la interpreta­ de instrumentos simples, comprensibles y fáciles de interpretar
ción de los resultados. No está claro si una puntuación resumen o puede mejorar la medición de los resultados de CDV en medicina
una puntuación de CDV global representa mejor la CDV La variabili­ paliativa. Las evaluaciones periódicas de CDV mejoran la comuni­
dad de una única pregunta sobre CDV incrementa la sensibilidad al cación entre el paciente y los cuidadores. La evaluación conjunta
cambio a lo largo del tiempo, lo que es útil en las evaluaciones longi­ de la familia y el paciente representa una estrategia asistencial
tudinales y en los ensayos clínicos sobre las intervenciones68. holística.

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M edición d e la calidad d e vida I C A P Í T U L O 6 5 351

B I B L I O G R A F Í A 33- Bemheim JL. How to get serious answers to the serious question: “How have
you been?”: Subjective quality of life (QOL) as an individual experiential emer­
1. Plato Cornford FM (ed).The Republic of Plato. New York: Oxford University gent construct. Bioethics 1999;13:272-287.
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352 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

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» La evaluación neuropsicológica se caracteriza por su capacidad específica
experiences. J Pain Symptom Manage 2003;26:644-654.
76. Nekolaichuk CL, Maguire TO, Suarez-Almazor M, et al. Assessing the reliability de centrarse en las habilidades funcionales.
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cine: Patient report vs systematic assessment. Support Care Cancer 2006; 14: discriminar entre los síntomas psiquiátricos y neurológicos, distin­
444-453- guir diferentes afecciones neurológicas y proporcionar datos con­
83- Mystakidou K,Tsilika E, Kouloulias V, et al.The “Palliative Care Quality of Life
Instrument (PQLI)” in terminal cancer patients. Health Qual Life Outcomes
ductuales para localizar el foco o, al menos, el hemisferio donde
2004;2:8-19- se sitúa la lesión.

L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
EVALUACIÓN CLÍNICA
Donnelly S. Quality-of-life assessment in advanced cancer. Curr
Oncol Rep 2000; 2:338-342. El objetivo principal de la evaluación neuropsicológica consiste
Higginson IJ, Carr AJ. Measuring quality of life: Using quality of life en identificar y describir los puntos fuertes y débiles cognitivos,
measures in the clinical setting. BMJ 2001;322:1297-1300. así como caracterizar las alteraciones y los déficits. La evaluación
Kaasa S, Loge JH. Quality of life in palliative care: Principles and del funcionamiento neuropsicológico suele detectar déficits cog­
practice. Palliat Med 2003;17:11-20. nitivos sutiles pasados p or alto por las pruebas electrofisiológicas
O’Boyle CA,Waldron D. Quality of life issues in palliative medicine. o de neuroimagen1. Otros objetivos de la evaluación clínica son la
J Neurol 1997;244(Suppl 4):S18-S25. diferenciación de los cambios intelectuales asociados con la lesión
cerebral, las alteraciones cognitivas y conductuales debidas a las
enfermedades psiquiátricas y los cambios cognitivos causados por
el envejecimiento normal. Algunas de las indicaciones para la eva­
luación neuropsicológica son las siguientes:
• Explicaciones situacionales inadecuadas para los cambios de
las emociones o del funcionamiento cognitivo.
• Afección médica o lesión de la que se sospecha que ha afectado
la salud cerebral (es decir, compromiso circulatorio, malnutri-
ción crónica o toxicidad farmacológica).
• Alteraciones del rendimiento cognitivo repentinas, inesperadas
e inexplicadas que afectan al trabajo o a la función diaria.
• Inicio gradual o súbito de cambios físicos, sensitivos o motores
inusuales (la exploración médica siempre está indicada).
• Incapacidad de mejorar con intervenciones educativas o
terapéuticas especiales para un problema mental o cognitivo
específico.
• Exploración de cribado positiva para un trastorno cerebral.
• Lesión o enfermedad cerebral conocida (es deseable tener un
conocimiento exhaustivo del impacto funcional).

P A R T E II EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Exploración neuropsicológica I C A P Í T U L O 6 6 353

• Sospecha de lesión o enfermedad cerebral (es deseable cono­


Cuadro 66-1 Objetivos de la neuropsicología
cer las características neurofuncionales exhaustivas para com­
pletar la exploración neurológica y el diagnóstico). • Describir e identificar los cam bios d el funcionam iento psicológico.
• Necesidad de conocer la naturaleza diagnóstica y funcional • D eterm inar las correlaciones biológicas d e los resultados de los tests.
exhaustiva de la lesión o enfermedad cerebral para la rehabili­ • Decidir si los cambios se asocian a enfermedad neurológica, afecciones
tación y la planificación durante toda la vida. psiquiátricas, trastornos del desarrollo o enfermedades neurológicas.
• Necesidad de conocer la naturaleza diagnóstica, funcional y • Evaluar los cam bios a lo largo del tiem po y establecer un pronóstico.
causal exhaustiva de la lesión o enfermedad cerebral con fines • O frecer directrices p ara la planificación d e la rehabilitación, vocacio­
forenses. nales y educativas.
• O frecer directrices y educación a la familia y cuidadores.
Los esfuerzos diagnósticos complejos requieren una medición
• Planificar el alta y la aplicación d e tratam iento.
cuidadosa, objetiva y, a menudo, seriada del rendimiento neuro-
funcional en los distintos ámbitos cognitivos. Además de informar
sobre el diagnóstico y la localización neuroanatómica de la disfun­ Adaptado de Hebben N, Milberg W. Essentials of Neuropsychological Assessment.
ción, la evaluación neuropsicológica se caracteriza por su capaci­ Nueva York:John Wiley, 2002.
dad específica de centrarse en las habilidades funcionales. Se suele
consultar con los neuropsicólogos a fin de evaluar la capacidad de
una persona para tomar decisiones económicas y sanitarias, con­
ducir un coche y vivir de forma independiente. Estas decisiones Las observaciones conductuales durante la exploración son una
también pueden determinar cuándo es posible que una persona fuente fundamental de información que puede influir en la selec­
vuelva a trabajar después de una lesión o qué tipo de trabajo está ción de los tests y en la interpretación de las puntuaciones de los
indicado para ella. La evaluación neuropsicológica puede determi­ mismos2.
nar los ajustes apropiados del tratamiento y las recomendaciones
sobre las actividades de la vida diaria2. HERRAMIENTAS DE EVALUACIÓN
Los datos neuropsicológicos pueden ayudar a las familias y los
cuidadores a comprender los puntos fuertes y débiles de sus seres Miniexamen del estado mental
queridos y a afrontar la situación de los pacientes que pueden
sufrir limitaciones complejas de su funcionamiento independiente. Antes de la derivación neuropsicológica, el médico suele tener
Es menos probable que irnos familiares angustiados se enfaden evidencias clínicas o por los antecedentes de problemas cogniti­
con un paciente si comprenden que los síntomas que parecen vos. La capacidad de evaluar con rapidez y fiabilidad la naturaleza
estar relacionados con la motivación o la personalidad resultan y magnitud de las alteraciones cognitivas es esencial. Aunque se
deberse a una enfermedad. El conocimiento del pronóstico de han utilizado varias exploraciones estandarizadas del estado men­
dicha enfermedad puede ser de incalculable valor para las familias tal3, algunas se usan de un modo más generalizado4. Una explora­
que planeen los asuntos económicos y los cuidados futuros3. ción popularizada del estado mental es el Miniexamen del estado
Los déficits neuropsicológicos pueden ser insidiosos y difíciles mental, consistente en un método estandarizado compuesto por
de describir, incluso para los clínicos expertos. Una comprensión 11 ítems que evalúa la orientación, la atención, la memoria inme­
de las capacidades del paciente puede ayudar al clínico a evaluar diata (de fijación) y a corto plazo, la nominación y la capacidad de
el grado en el que aquél cumplirá el tratamiento y las medicacio­ seguir unas instrucciones verbales y escritas sencillas (fig. 66-1).
nes, así como en qué medida el paciente o su familia puede reque­
rir una supervisión continua tras el alta.
La evaluación neuropsicológica repetida permite monitorizar Selección del test
los cambios cognitivos a lo largo del tiempo. Las evaluaciones En cada caso individual puede ser apropiado usar distintos tests,
repetidas pueden seguir el deterioro cognitivo en una enfermedad y su proceso de selección es esencial para obtener la informa­
progresiva, como la demencia o la esclerosis múltiple, o monito­ ción significativa. Algunos neuropsicólogos prefieren las baterías
rizar la recuperación después de una lesión aguda. La evaluación fijas de tests, como la batería de Halstead-Reitan o la batería de
de la eficacia de los procedimientos y de la neurocirugía también Luria-Nebraska. Estos tests engloban un amplio rango de funcio­
conlleva unas evaluaciones cognitivas repetidas y exhaustivas. La nes cognitivas y sus defensores creen que deben evaluarse todas
comparación de los datos previos y posteriores al tratamiento las funciones en cada uno de ellos para evitar sesgos diagnósticos
informa sobre los cambios del nivel de funcionamiento después o la incapacidad de detectar problemas sutiles. La estrategia más
de la intervención médica3 (cuadro 66-1). frecuente es utilizar una batería flexible basada en hipótesis gene­
radas mediante una entrevista clínica, la observación del paciente
y la revisión de las historias clínicas. Aunque esta estrategia es
COMPONENTES DE LA EVALUACIÓN más propensa al sesgo, evita la realización de tests innecesarios.
Debido a que los pacientes suelen encontrar los tests neuropsico­
NEUROPSICOLÓGICA lógicos estresantes y fatigantes, lo que puede tener una influencia
La evaluación neuropsicológica suele implicar una evaluación negativa sobre su rendimiento, los defensores de la estrategia de
clínica, la revisión de la historia clínica del paciente, la selección baterías flexibles argumentan que la adaptación de las baterías de
de los tests, su administración y puntuación, su interpretación, tests a los pacientes concretos puede proporcionar una informa­
el diagnóstico y las recomendaciones para el tratamiento y la ción más precisa5.
rehabilitación.
La longitud de la entrevista clínica puede variar dependiendo Baterías de tests
del motivo de consulta. Una entrevista completa suele abarcar
el entorno de desarrollo, los antecedentes personales médicos y El test se selecciona en función del motivo de la derivación. El eva­
psiquiátricos, los antecedentes médicos familiares, el rendimiento luador plantea hipótesis sobre los posibles déficits y escoge el test
académico, los logros vocacionales, el funcionamiento psicosocial que puede poner de manifiesto y medir las deficiencias en áreas
y las actividades de la vida diaria. La información obtenida de fuen­ esperadas. A la hora de seleccionar el test hay que tener en cuenta
tes colaterales, como los cuidadores o las parejas, sobre los antece­ la edad y el nivel educativo y, en algunos casos, el lenguaje y los
dentes médicos y psicosociales del paciente suelen ser esenciales. antecedentes culturales pueden determinar esta elección. Suele

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354 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

Puntuación
máxima Orientación
5 Fecha: (año) (estación) (día) (día de la semana) (mes)
5 Localización: (país) (provincia) (ciudad) (edificio) (planta)
Memoria de fijación
( ) Nombre tres objetos y pida a la persona que repita sus nombres.
Un punto por cada respuesta correcta en el primer intento.
Atención y cálculo
( ) Contar hacia atrás desde 100, de siete en siete. Un punto correcto por
cada respuesta correcta.
Parar después de 5 respuestas. [93, 86, 79, 72, 65]
Como alternativa, deletrear hacia atrás «m undo». [O-D-N-U-M]
Memoria a corto plazo
( ) ¿Recuerda los tres objetos que le he dicho antes? Un punto por cada
respuesta correcta.
Lenguaje y construcción
( ) Mostrar un bolígrafo y un reloj. ¿Qué es esto? (1 punto cada uno)
Repita la siguiente frase: «N i no, ni sí, ni pero» (1 punto)
Ahora haga lo que le digo: coja este papel con la mano [no dominante],
dóblelo por la mitad y póngalo encima de
la mesa. (3 puntos) [1 punto por cada acción correcta]
Entregar al paciente una hoja en la que ponga «cierre los ojos» y pedir
que haga lo que pone en ella. (1 punto)
Copie este dibujo. [2 figuras geométricas de 5 lados, que deben
cortarse en 2 puntos] (1 punto)

FIGURA 66-1 Miniexamen del estado mental. (De Broshek DK, Barth JT. The Halstead-Reitan neuropsychological test battery. En Groth-Marnat G (ed.).
Neuropsychological Assessment in Clinical Practice: A Guide to Test Interpretation and Integration. Nueva York:John Wiley& Sons, 2000.)

ser necesario medir la inteligencia para establecer un valor basal analizan el lenguaje, la atención, la velocidad motora, el pensa­
frente al que se compararán otros tests para confirmar las discre­ miento abstracto, la memoria y el razonamiento espacial, y suele
pancias entre las habilidades. El clínico debe reunir una batería de utilizarse para obtener una puntuación global que identifica la
tests que permita la evaluación del mismo ámbito cognitivo con probabilidad de disfunción cerebral. Una ventaja es que la infor­
múltiples medidas para explorar los déficits con fiabilidad. Una mación obtenida es exhaustiva y evalúa de forma sistemática múl­
batería de tests suele necesitar que se utilicen varias medidas de la tiples dominios del funcionamiento cognitivo. La batería también
atención, las funciones ejecutivas (como el razonamiento, la plani­ proporciona información útil sobre la causa de la lesión (p. ej.,
ficación, la organización y el establecimiento y mantenimiento de traumatismo craneal cerrado, consumo de alcohol, enfermedad de
sets cognitivos), así como medidas del aprendizaje verbal y visual Alzheimer, ictus), qué parte del cerebro se ha lesionado, si la lesión
y de la memoria. Una batería de tests suele incluir el lenguaje y se produjo durante el desarrollo infantil y si la lesión está empeo­
quizá las habilidades académicas y las aptitudes visuales, táctiles y rando, está estable o mejora. Si se dispone de evaluaciones repe­
motoras. En muchos casos, la realización de tests debe abarcar los tidas, las puntuaciones de los tests pueden compararse de forma
aspectos de motivación, esfuerzo y función emocional. El número directa con la información basal. Los inconvenientes de la estrate­
de tests está determinado en parte por los ítems disponibles para gia de batería fija son su duración (por lo general, 8 horas), porque
su análisis y la energía del paciente3. La elección de la batería con­ puede ser demasiado prolongada para que la toleren los pacientes,
creta de tests utilizada depende del neuropsicólogo y suele refle­ así como su coste y los limitados programas de reembolso en la
jar las preferencias personales. gestión sanitaria6. Puede que no sea necesario usar una evaluación
exhaustiva para tratar la cuestión que motivó la derivación.
Batería fija
Batería flexible
En la estrategia de la batería fija, se aplican los mismos tests
a todas las personas de un modo estandarizado. Una de las más La estrategia flexible (o dependiente de la hipótesis) evalúa la capa­
utilizadas es la batería de Halstead-Reitan5. Consta de tests que cidad intelectual, la atención, la memoria, la función del lenguaje, la

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Sexualidad e intim idad en los pacientes en estado crítico I C A P Í T U L O 6 7 355

función visuoperceptiva, el razonamiento abstracto y las habili­


dades motoras finas. En contraste con las baterías fijas, el número
o el tipo de tests seleccionados en cada categoría depende de la
CAPÍTULO 67
cuestión que motivó la derivación, de los antecedentes y de los
resultados de la entrevista clínica. En un principio se administra
una serie breve de tests básicos y se emplean tests adicionales Sexualidad e intimidad
sobre capacidades más específicas para cubrir las necesidades de
cada paciente. en los pacientes en estado crítico
B I B L I O G R A F Í A
1. Corral M, Rodríguez M, Amenedo E, et al. Cognitive reserve, age, and neu­
ropsychological performance in healthy participants. Dev Neuropsychol
2006;29:479-491 • D 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
2. Paulsen JS, Femeyhough-Hoth K. Neurology in clinical practice. In Bradley
WG, Daroff RB (eds). Neuropsychology, 4th ed. London: Butterworth, 2000,
pp 675-678.
3. Hebben N, Milberg W. Essentials of Neuropsychological Assessment. New York: P U N T O S
John Wüey, 2002.
4. Folstein MF, Folstein SE, McHugh PR. Mini-Mental State: A practical method » Las personas con una enfermedad terminal siguen siendo seres sexuales.
for grading the cognitive state of patients for the clinician. J Psychiatr Res » Los pacientes y sus parejas deben disponer de espacio e intimidad para faci­
1975;12:189-198. litar la cercanía.
5. Lezak MD, Howieson DB, Loring DW. Neuropsychological Assessment, 4th ed.
New York: Oxford University Press, 2004. » Muchos pacientes en estado crítico necesitan ayuda para desarrollar estrate­
6. Broshek DK, Barth JT. The Halstead-Reitan neuropsychological test battery. In gias apropiadas para su actividad sexual.
Groth-Marnat G (ed). Neuropsychological Assessment in Clinical Practice: A > Un cuidador en quien confíe el paciente y con el que quiera hablar debe
Guide to Test Interpretation and Integration. New York:John Wiley & Sons, 2000. aceptar el papel y estar dispuesto a hablar sobre temas sexuales.
» La capacidad del cuidador para comunicarse sobre la sexualidad depende
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S de sus conocimientos, empatia y autorreflexión.

Anastasi A. Psychological Testing, 4th ed. New York: Macmillan,


1976.
Garvis PE, Barth JT. The Halstead-Teitan Neuropsychological
Battery: A Guide to Interpretation and Clinical Application. La sexualidad suele ser un tema que no se contempla en la asis­
Odessa, FL: Psychological Assessment Resources, 1994. tencia a los pacientes en estado crítico. Los cuidadores se resisten
Grant I, Adams KM. Neuropsychological Assessment of a aceptar que las personas con una enfermedad terminal, sobre
Neuropsychiatric Disorders, 2nd ed. New York: Oxford University todo los ancianos, aún son seres sexuales y que su intimidad debe­
Press, 1996. ría respetarse. Este aspecto relevante de la existencia humana
Heaton RK, Grant I, Mathews CG. Comprehensive Norms for an suele pasarse por alto al tratar a los pacientes en estado crítico y a
Expanded Halstead-Reitan Battery. Odessa, FL: Psychological los moribundos, incluso aunque la estrategia de los cuidados palia­
Assessment Resources, 1991. tivos sea holística por definición (v. «Errores frecuentes»).
Heilman KM, Valenstein E. Clinic Neuropsychology, 3rd ed. New
York: Oxford University Press, 1993-
Kaplan RM, Saccuzzo DP. Psychological Testing: History, Principles, DEFINICIONES DE SEXUALIDAD
and Applications, 4th ed. Boston: Allyn & Bacon, 2001. Un diccionario médico alemán muy usado define la sexualidad
Spreen O, Tisser AH, Edgell D. Developmental Neuropsychology. como «la diferenciación genética, morfológica y funcional de una
New York: Oxford University Press, 1995. especie en dos sexos, en algunos organismos inferiores incluso
más, y su relación funcional mutua respecto a la reproducción»1.
Es probable que el modo en el que se contemple o se descuide
la sexualidad en cuidados paliativos refleje esta comprensión bas­
tante biológica y funcional de la sexualidad.

Errores frecuentes
Los pacientes en estado crítico, sobre todo los ancianos, ya n o están
interesados en la actividad sexual.
Los cuidadores n unca deberían ocuparse d e los aspectos sexuales,
salvo si se les p regunta p o r ellos.
Los aspectos sexuales e s m ejor hablarlos co n u n ginecólogo, urólogo
o psicólogo (p. ej., terapeuta familiar), pero n o con los m édicos o el
personal d e enferm ería d e cuidados paliativos.
Si u n paciente tiene un problem a sexual grave relacionado co n la
enferm edad, hablará d e él.
La pérdida d e actividad sexual es u n resultado evidente p o r sí mismo
e inevitable d e u na enferm edad term inal avanzada.

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356 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

La Organización Mundial de la Salud define la sexualidad compromiso del funcionamiento físico. Mientras que el principal
humana como un «aspecto central del ser humano durante la vida interés de los pacientes recién diagnosticados con una enferme­
que engloba el sexo, la identidad sexual y sus papeles, la orienta­ dad terminal es la supervivencia, el resto de su calidad de vida se
ción sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. tendrá en cuenta una vez que pasa el shock inicial. Los pacien­
La sexualidad se experimenta y se expresa en pensamientos, fan­ tes pueden preguntar a los demás o a sí mismos sobre sus relacio­
tasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, nes, por ejemplo, en el modo en el que la enfermedad alterará su
papeles y relaciones»2. cuerpo o su aspecto, el modo en el que reaccionarán los demás, si
seguirán aceptándolo como es y si aún le querrán.
Si se asume que la sexualidad es tan relevante para las personas
enfermas como para las sanas, una enfermedad grave que limite la
SEXU A LIDA D Y SO CIEDAD
función afectará a la autoestima y la autoconfianza. Cualquier tras­
En las sociedades occidentales, se habla mucho de sexualidad en torno o disfunción del cuerpo puede influir sobre la sexualidad
los medios de comunicación. La denominada información sobre y la libido (es decir, sobre la función, la reacción y la satisfacción
los hábitos normales crea un clima de presión para tener éxito sexuales). Los trastornos físicos pueden asociarse a problemas
en términos de frecuencia de las relaciones sexuales y de orgas­ emocionales. La incertidumbre, el miedo, la tensión, la soledad, la
mos múltiples. Casi sin excepción, la sexualidad se asocia con la vergüenza, la culpa y la depresión afectan a la vitalidad, a la autoes­
juventud y la belleza. Un ser verdaderamente sexual es dinámico, tima y al sentimiento de estar bajo control.
atlético, delgado y sano. La sexualidad en el contexto de la enfer­ Es infrecuente que las personas en estado crítico sean perci­
medad es un tabú. bidas como personas con una identidad sexual. El centro de aten­
A modo de ejemplo, un taller sobre sexualidad en pacientes en ción es la enfermedad. Las personas en estado crítico deben ser
estado crítico comienza con una presentación de todos los par­ tranquilizadas respecto a que hablar sobre los aspectos sexuales
ticipantes. En primer lugar, se les pide que digan cuál es su plato o íntimos está permitido. Necesitan información, espacio y ayuda.
favorito y que lo describan en detalle. La atmósfera es distendida y De lo contrario, la sensación de soledad y exclusión puede aumen­
hay una variedad de platos y descripciones. Aunque los participan­ tar aún más. No es infrecuente entre las parejas que la persona
tes nunca han coincidido antes, rápidamente entablan un contacto sana se retraiga de su compañero enfermo.
estrecho y quieren saber más sobre los gustos de los demás parti­
cipantes. A continuación, el moderador del taller les anuncia que
sólo se trataba de un calentamiento y que ahora deberán hablar
SIG N IFIC A DO DE LA SEXUALIDAD
sobre sus preferencias sexuales, tras lo que se produce un silencio
sepulcral. Después de dejar que este incómodo silencio se dilate, PARA LOS CU IDADO RES
el líder dice: «De acuerdo, sólo quería mostrarles lo que sucede al Los cuidadores pueden sentirse inseguros y demasiado avergon­
enfrentarse a un tabú». zados para hablar sobre la sexualidad. La comunicación con los
Como era de esperar, los participantes se sienten aliviados y pacientes sobre este tema pocas veces se abarca en su formación.
comienzan a charlar sobre cómo se sienten al tener que hablar Pueden creer que preguntar a los pacientes sobre si la enfermedad
de su propia sexualidad, expresando consternación, vergüenza, afecta a su sexualidad es intrusivo. El hecho de que los pacientes
asombro, miedo de no cumplir las expectativas sugeridas en los pocas veces asuman la iniciativa para abordar el tema se consi­
medios de comunicación, así como ira porque otras personas hus­ dera, por lo general, como la prueba de que no desean hablar de
meen en sus vidas privadas. Hablar sobre sexualidad es un tabú, lo ello. Los cuidadores pueden sentirse incómodos a la hora de sacar
que suele impedir que los cuidadores aborden este tema con los el tema, porque pueden tener que comunicarse con franqueza y
pacientes y sus familias. reaccionar. Bajo la falsa suposición de que el silencio significa un
consentimiento para no tratar un tabú, los pacientes reciben el
mensaje de que los cuidadores tienen cosas más relevantes que
SEXU A LIDA D Y N ECESIDADES SEXUALES hacer y que es inadecuado sacar a la luz un tema privado.
DE LOS PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO Sin embargo, las inhibiciones para hablar sobre la sexualidad
pocas veces se basan en el hecho de no querer alterar la intimi­
«Las personas que tienen cáncer siguen siendo personas. Tienen dad del paciente. Otras tareas de los cuidadores, como la inserción
una identidad sexual y, aunque difieren entre sí en la mayoría de de un catéter o de un termómetro, también son íntimas3. Los pro­
los aspectos, tienen una cosa en común: una necesidad de amor blemas a la hora de abordar los temas sexuales son comparables
e intimidad, y tienen derecho a que se cubran esas necesidades»2. con las dificultades que los cuidadores encuentran a la hora de
Apenas existen diferencias en el significado de la sexualidad para hablar sobre la muerte y el fallecimiento. Las incapacidades y los
las personas sanas o enfermas. La sexualidad es un impulso domi­ miedos de los cuidadores son en su mayor parte responsables de
nante de la naturaleza humana. El deseo de experimentar intimi­ excluir estos temas durante la comunicación con los pacientes. Es
dad, calidez, cercanía, seguridad, empatia y relaciones es universal fundamental que los cuidadores de pacientes en estado crítico y
e independiente de la edad y del estado de salud o enfermedad. La de pacientes moribundos ahonden en estos temas. Respecto a la
identidad sexual en términos de feminidad y masculinidad afecta sexualidad, la intimidad y la sensibilidad, esto consiste en mejorar
a todos los aspectos de la vida. La expresión sexual se asocia con los conocimientos y las habilidades de comunicación y autorre-
la sensación de estar vivo. flexión. Sin esto, no puede lograrse una estrategia más cómoda y
La autoestima y la autoconfianza se relacionan con el grado de empática a la hora de enfrentarse a estas necesidades4.
comodidad que la persona siente en su papel e identidad sexuales. Por ejemplo, los pacientes suelen decir a su enfermera: «Por
La mayoría de los pacientes que se encuentran en estado crítico favor, míreme y dígame qué aspecto tengo. ¿Cree que me pondré
tiene un pasado de salud; ha experimentado antes la intimidad mejor?» Si la enfermera percibe sólo el mensaje de la última frase,
sexual y unas relaciones sexuales malas o buenas. creerá que el paciente desea hablar sobre su diagnóstico y pro­
Una enfermedad grave provoca cambios drásticos en la vida, nóstico. Sin embargo, si la enfermera se centra en la autoestima
supone un proceso de desestabilización y modifica las priorida­ del paciente puede que capte la invitación oculta para hablar de
des. La propia enfermedad y las intervenciones terapéuticas pue­ las alteraciones que está sufriendo su cuerpo y de los problemas
den influir en las funciones orgánicas. Los pacientes suelen tener que eso le causa. La enfermera puede responder: «En ocasiones ya
dolor y chocan con limitaciones en sus rutinas diarias debido a un no se siente familiarizado con su cuerpo o su aspecto, ¿verdad?»

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Sexualidad e intim idad en los pacientes en estado crítico I C A P Í T U L O 6 7 357

De este modo, le hará una insinuación de que acepta hablar sobre terapia sexual: permiso, información limitada, sugerencias especí­
los cambios físicos y, probablemente con posterioridad, sobre el ficas y terapia intensiva.
impacto de estos cambios en la identidad sexual del paciente.
Permiso
PROBLEM AS DE CO M U NICACIÓ N El permiso significa reconocer que los pacientes, de cualquier
edad o condición, tienen una identidad sexual y unas necesidades.
La comunicación verbal es un arte en sí mismo en situaciones Esto debería legitimarse, hablarse y satisfacerse.
favorables, pero se ve dificultada en situaciones de presión. Una Muchas disfunciones sexuales se deben a la ansiedad, los sen­
alteración o un fracaso de la comunicación puede dar lugar a mal­ timientos de culpa o la inhibición. Cuando los pacientes reciben
entendidos, irritación, frustración, desagrado y retraimiento. El permiso para expresar sus sentimientos y se les dice que esos sen­
fracaso de la comunicación puede causar una pérdida total de las timientos son normales, puede que no se necesiten más interven­
prácticas sexuales y, por tanto, de la calidad de vida (fig. 67-1). Sin ciones. Si un terapeuta, en el uso de su autoridad profesional, da
embargo, una comunicación adecuada y empática puede ayudar a permiso para hacer lo que el paciente ya está haciendo, puede ali­
los pacientes a darse cuenta de que pueden aprender a vivir con viar gran parte del sufrimiento innecesario (p. ej., culpa y ansiedad
sus pérdidas y centrarse en los aspectos positivos de lo que aún es por la masturbación).
posible. Pueden buscar formas nuevas y alternativas de encontrar Los pacientes suelen sufrir por el miedo al fracaso. Este miedo
satisfacción y sensaciones sexuales. La creatividad y la imaginación lleva a la evitación del contacto sexual. Los varones son los que
son las claves para lograr una mayor integración de la sexualidad más se convierten en víctimas de sus elevados estándares sexuales.
en las vidas de los pacientes. Cuando están con una mujer, se sienten intimidados por los pensa­
mientos negativos (p. ej., ¿Tendré una erección adecuada? ¿Seré capaz
de mantenerla?). Estas preocupaciones causan ansiedad y tensión,
INTERVENCIONES y actúan como una profecía autocumplida. La siguiente situación
En cuanto a los elementos que sirven de ayuda y las intervencio­ íntima aumenta la tensión y la angustia y crea problemas sexuales,
nes que los pacientes en estado crítico necesitan para su sexua­ lo que cierra el círculo de miedo al fracaso y disfunción sexual. Lo
lidad, intimidad y sensibilidad, es mejor dejarles hablar por sí más probable es que esto cause retraimiento sexual y la evitación
mismos, de modo que comuniquen sus necesidades de varias for­ asociada5.
mas inequívocas. Los pacientes quieren respeto y que se les consi­ Se preguntó a un paciente de 28 años con cáncer testicular
dere como seres humanos y como personas. Cuando se exponen si su enfermedad afectaba a su relación. Respondió que estaba a
a los demás en su desnudez, puede que tengan que renunciar a la punto de romper con su pareja porque la relación se había vuelto
cobertura protectora de sus ropas, pero no a su dignidad, sus valo­ cada vez más difícil. Cuando se le pidió que contase algo más sobre
res individuales, sus opiniones, sus deseos y sus anhelos. Tienen las dificultades, dijo que «ya no funcionaba». Desde que se sometió
derecho a recibir información sobre cualquier intervención o a cirugía, tenía disfunción eréctil. El hecho de estar con su pareja
suceso que afecte a su enfermedad, su cuerpo y su salud y, por le hacía estar cada vez más tenso, incluso a pesar de que ella le
tanto, a su calidad de vida. dijo que podrían afrontarlo. Dejaron de tener relaciones sexuales.
Para él, la situación era insostenible y prefería disolver la relación
al hecho de que su pareja se mantuviese al margen por compasión.
Modelo PLISSIT El primer paso consistió en explicar al paciente que es normal
tener estos sentimientos y que es normal que su ansiedad, miedo
En 1976, el psicólogo estadounidense Jack Annon desarrolló un e inhibición no expresados le hayan llevado a la introversión. El
modelo sencillo basado en el hecho de que la mayoría de la gente paciente se dio cuenta de lo relevante que es hablar con su pareja
con problemas sexuales no necesitaba terapia intensiva. Utilizó el con más detalle sobre el problema, porque les afectaba a los dos.
acrónimo inglés PLISSIT para referirse a cuatro formas básicas de Cuando la pareja habló sobre el tema, ella admitió que a ambos
les preocupaba que ya nunca más fuesen a tener relaciones sexua­
les. Sin embargo, ella quería seguir a su lado porque le amaba, no
por compasión. Ella había mantenido la distancia porque no que­
ría aumentar la angustia que él ya tenía por el hecho de intentar
afrontar su enfermedad.
Después de hablar con franqueza, la pareja pudo probar otras
formas de contacto sexual, como disfrutar de las caricias del otro
sin sentirse presionados para practicar el coito. La información
de que el trastorno eréctil del paciente tal vez fuese intermitente
también fue esencial en este caso.

Inform ación lim itada


Dar una información limitada puede permitir ofrecer una informa­
ción anatómica y fisiológica correcta para ayudar a que los pacien­
tes comprendan sus funciones corporales. Una información bien
escogida y bien presentada permite que se creen unas expec­
tativas apropiadas y reduce el miedo. Por ejemplo, es esencial
informar a los pacientes que después de un fármaco para la cis­
titis, la orina se volverá de color rojo. Debería ser rutinario decir
a los pacientes que algunas intervenciones y la propia enferme­
dad pueden suprimir la menstruación y causar una menopausia
precoz, que la pérdida del vello púbico por la radioterapia genital
es irreversible o que la libido y la potencia sexual se ven
FIGURA 67-1 Espiral de la soledad. afectadas de forma negativa por ciertos fármacos. Sin embargo, las

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358 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

explicaciones de los efectos secundarios graves de los tratamien­ Desarrollo de nuevas formas de sexualidad
tos suelen pasarse por alto, probablemente porque los cuidadores e intim idad
creen que tal información puede causar el rechazo de la interven­
ción propuesta. La sexualidad es algo más que las relaciones sexuales. El coito
Un paciente que tenía un dolor urente grave causado por el es una expresión de una relación de amor, pero no es la única.
cáncer recibió dosis bajas de antidepresivos para el dolor. Al pre­ Muchas parejas que se enfrentan a limitaciones físicas de la acti­
guntarle, afirmó que sufría una disfunción eréctil grave como vidad sexual cancelan cualquier intento de relación sexual y cual­
consecuencia. El dolor se redujo de forma sustancial, pero quería quier contacto y cercanía física. Pasan por alto el hecho de que
interrumpir el fármaco debido a sus otros efectos físicos, que le todo el cuerpo responde a una sensación delicada y excitante de
parecían inaceptables. tacto5; las parejas suelen sentirse inseguras sobre cómo y cuándo
hacer esto. Unas instrucciones cuidadosas pueden superar la timi­
Sugerencias específicas dez y la torpeza, así como permitir una actividad sexual nueva y
creativa.
Las sugerencias específicas ofrecen información explícita. Las Las instrucciones pueden consistir en técnicas de masaje,
afirmaciones generales minimizan el problema y no son útiles. como masajes de los pies. Dar y recibir un masaje puede ser un
Algunos ejemplos de sugerencias específicas son que la dispare- primer paso para volver a mantenerse en contacto, y puede reacti­
unia debida a la sequedad vaginal por el tratamiento hormonal var la experiencia de ser una pareja en una relación sexual.
responde al gel lubricante y que los pacientes con una colostomía
deberían realizar una lavativa o usar una bolsa de seguridad, des­
Requisitos para una buena comunicación
odorante o un filtro para el gas antes de las relaciones sexuales.
Incluso aunque algunas de estas sugerencias pueden parecer Hay varios elementos que pueden facilitar hablar sobre sexo. El
obvias y algunos pacientes suelen aplicarlas de forma intuitiva, primero es el papel del cuidador. Es indispensable reflexionar
deberían mencionarse. Siempre es útil verbalizar las sugeren­ sobre el propio papel del cuidador y cumplirlo. El trabajo del
cias prácticas, incluso aunque correspondan a las ideas de los personal de enfermería consta de muchas tareas en las que los
pacientes. Las sugerencias útiles pueden acortar el tiempo nece­ pacientes están expuestos, desnudos e indefensos, a menudo de
sario para encontrar una solución o para tranquilizar al paciente un modo en el que nunca se expondrían a sus propias parejas
sobre su propia solución. Cuanto más específica sea la informa­ (p. ej., heridas ulcerantes). El personal de enfermería toca de un
ción, más fácil será ponerla en práctica por un paciente y su modo íntimo a los pacientes (p. ej., lavado de los genitales, aplica­
pareja. ción de pomadas en las áreas genitales). A algunos pacientes esto
Una paciente con cáncer avanzado y ascitis ingresaba de forma les resulta muy embarazoso, o pueden experimentar una reacción
periódica en una unidad de cuidados paliativos para el drenaje de automática de excitación, que puede dar lugar a malentendidos y
su ascitis y el control del dolor. Según le decía a su enfermera, su a una mayor sensación de vergüenza.
abdomen hinchado le resultaba muy molesto. Después le dijo que En las situaciones de cuidados íntimos, es esencial actuar de
ya no tenía relaciones sexuales con su marido debido a su abdo­ u n modo práctico, con acciones serias y profesionales. Hablar
men, pero que le gustaría tenerlas. «Tener este abdomen es como sobre sexualidad en situaciones que pueden dar lugar a malenten­
estar embarazada» decía la paciente con aire pensativo. Cuando la didos (p. ej., durante la limpieza p or parte del personal de enfer­
enfermera le preguntó si había tenido relaciones sexuales durante mería) no es ni útil ni profesional. Por ejemplo, la Sra. G estaba
su embarazo, ella contestó: «Bueno, por supuesto que sí; tan sólo muy nerviosa, porque tenía que ver a un nuevo ginecólogo para
escogíamos una postura diferente». La enfermera también men­ su exploración ginecológica periódica después de la jubilación
cionó que el abdomen de la paciente solía estar bastante plano de su antiguo ginecólogo. Durante la exploración, ella le dijo al
justo después de drenar la ascitis. doctor que siempre le resultaba muy violento ir a un ginecólogo
y que tener que ver a un nuevo doctor le hacía sentirse aún más
Terapia intensiva incómoda. El doctor la felicitó por su aspecto juvenil. La Sra. G se
mostró totalmente angustiada y no supo cómo reaccionar ante
La terapia intensiva requiere una intervención a largo plazo este comentario.
para los problemas complejos. Estos casos son infrecuentes. Sin Se debe garantizar la intimidad del paciente. Hablar sobre
embargo, los cuidadores deberían ser capaces de reconocer temas sexuales es un reto para los pacientes y, como muestra la
cuándo los pacientes necesitan terapia intensiva y remitirlos a los experiencia, para la mayoría de los cuidadores. Requiere sensibili­
especialistas. dad y mostrarse atento. Es más útil si los cuidadores planifican que
no se les moleste durante el período de una conversación prevista
Cóm o tratar la sexualidad y la intimidad con los pacientes y sus parejas (es decir, no recibir llamadas de
teléfono ni ser interrumpidos). Al igual que en cualquier conver­
en cuidados paliativos
sación, es bueno dar algún tiempo para hablar de un tema, pero
Facilitación de la comunicación la duración debería ser limitada. La capacidad de los pacientes
en estado crítico para concentrarse suele infravalorarse; la dura­
No todos los pacientes en estado crítico quieren hablar sobre ción de una conversación no tiene por qué ser proporcional a su
sexualidad, y unas palabras adecuadas no resuelven todos los pro­ eficacia.
blemas. Las enfermedades progresivas causan cambios irreversi­ Hay que respetar al paciente. Cuando un paciente invita a un
bles, y, desde algún momento de la enfermedad en adelante, los cuidador a hablar sobre un tema de relevancia individual, éste
pacientes ya no tienen la misma sexualidad que en sus días de debe respetarse y tomarse con seriedad. Sus problemas no deben
salud. Evitar estos temas no facilita las cosas a los pacientes. Una menospreciarse ni negarse. Se debería alentar a los pacientes a
invitación a hablar crea un clima de normalidad. El mensaje es que que usen su propio lenguaje sobre los temas sexuales. Los cuida­
resulta normal tener necesidades sexuales y satisfacerlas. Se puede dores deberían reflexionar sobre su propia conducta en las con­
permitir que los pacientes y sus parejas cambien o abandonen las versaciones incómodas. Para la mayoría de los cuidadores, puede
posibilidades previas y que encuentren nuevas formas de buscar ser más fácil mantener la distancia utilizando terminología profe­
satisfacción e intimidad. sional o médica. Sin embargo, los pacientes pueden sentirse inse­
El comienzo de este proceso suele acompañarse de fuertes guros cuando tienen la impresión de que deben usar términos
reacciones de tristeza. Hablar sobre esta tristeza, aunque sólo sea médicamente correctos sobre los temas sexuales.
entre la pareja, es un requisito para reconocer la nueva situación y El desarrollo de una actitud de ayuda requiere autorreflexión. Los
desarrollar estrategias para afrontarla. requisitos para una conversación adecuada sobre temas sexuales

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Evaluación d e la m ovilidad I C A P Í T U L O 6 8 359

no son distintos a otras conversaciones temáticas entre cuidador y


paciente. Los cuidadores requieren una estrategia empática, profe­
sional y práctica para crear una atmósfera en la que los pacientes
CAPÍTULO 68
y sus parejas puedan hablar sobre temas y miedos privados. Sin
embargo, un cuidador en quien el paciente confíe y con el que
quiera hablar debe aceptar el papel y tener una opinión clara de Evaluación de la movilidad
lo que supone una sexualidad sana. Los cuidadores también debe­
rían tener conocimientos sobre aspectos fisiológicos, farmacoló­ Sarah E. Callin y Michael I. Bennett
gicos, anatomopatológicos y de otro tipo de la enfermedad y tener
buenas habilidades de comunicación.
2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

A SESO RA M IENTO SEXUAL


Los pacientes esperan que los efectos sobre su sexualidad sean
tratados con el mismo respeto que los demás efectos de su enfer­ • Tener una movilidad independiente es un componente clave de la calidad
medad, como los trastornos del sueño. Asumen que los cuidadores de vida en la enfermedad avanzada.
saben qué es lo que hay que hacer, pero no saben que los cui­
• La mejor forma de analizar la movilidad consiste en la evaluación del rendi­
dadores pueden ser demasiado tímidos, inhibidos o inseguros miento en una serie de tareas.
para plantear el tema debido a la falta de educación, experiencia
• Suelen utilizarse varias herramientas, como la escala de estado funcional de
o habilidades de comunicación. Los pacientes pueden creer que Kamofsky, la escala de estado funcional del Eastern Cooperative Oncology
sus cuidadores no tienen interés cuando no se aborda el tema. Es Group y el índice de Barthel.
posible que los pacientes crean que se espera de ellos que se ocu­
• La evaluación precisa de la movilidad proporciona datos para tomar decisio­
pen del asunto o que no existe solución, por lo que no hay razón nes sobre el pronóstico y el lugar donde se cuidará al paciente.
para hablar de ello.
• Mantener la movilidad es esencial, porque evita el deterioro y retrasa la
En los casos complejos en los que se requiere un especialista, dependencia de los demás.
los médicos deberían tener cuidado para hacer la derivación ellos
mismos y transmitir la información relevante. Esto ahorra pregun­
tas y situaciones embarazosas al paciente. Los pacientes con un
trastorno físico claramente definido no necesitan ser derivados a
un psicólogo, sino que hay que tratar el problema físico3. Pocas
veces es necesario derivar a los pacientes en estado crítico a
PRINCIPIOS DE LA EVALUACIÓN
asesores especializados. En vez de ello, la situación requiere una Las personas sanas dan por supuesta la capacidad de moverse
comunicación franca, empatia y autorreflexión, y es preciso respe­ o movilizarse de forma independiente. Sin embargo, durante la
tar a los pacientes y sus parejas como seres humanos con identi­ enfermedad o después de una lesión permanente, la movilidad
dades y necesidades sexuales. independiente es un componente significativo de la calidad de
vida. Para las personas que se enfrentan a una enfermedad poten­
cialmente mortal, la evaluación y el mantenimiento de la movili­
B I B L I O G R A F Í A dad son áreas clave a las que prestar atención.
1. Roche Lexikon der Medizin, 3rd ed. Munich: Urban & Schwarzenberg, 1993- La mejor forma de analizar la movilidad consiste en la evalua­
2. Von Eschenbach AC, Schouer LR. Sexual rehabilitation of the cancer patient. ción del rendimiento en una serie de tareas. Mantener la movili­
Cancer Nurs 1984;12:10-15. dad es esencial, porque evita el deterioro y retrasa la dependencia,
3. Yaniv H. Sexualitat und Intimitat. In Allbert E (ed). Lehrbuch der Palliativmedizin lo que influye en el lugar donde se cuidará al paciente, como en
Sexualitat und Intimitat. Stuttgart: Schattauer, 1997, pp 780-788.
4. Schover L, Jensen S. Sexuality and chronic illness. New York: Guilford Press,
su domicilio o en un centro sanitario. Incluso el ejercicio de baja
1988. intensidad o la rehabilitación pueden reducir la carga sintomática.
5. Zettl S, Hartlapp J. Krebs und Sexualitat. Berlin: Weingártner Verlag, 2002. Una menor movilidad o una discapacidad (es decir, incapacidad
para realizar una cierta tarea) no es lo mismo que una minusvalía.
Esta última se define como las consecuencias de la discapacidad
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S que limitan o impiden desempeñar un papel significativo (p. ej.,
Deutsches Krebsforschungs-Zentrum. Krebspatienten und Sexualitat. madre, amante, trabajador, adulto independiente). Algunas per­
Heidelberg: Krebsinformationsdienst (KID), 1998. sonas pueden ser discapacitadas, pero no se perciben necesaria­
Dunde SR. Hanclbuch Sexualitat. Weinheim: Deutscher Studien mente a sí mismas como minusválidas.
Verlag, 1992.
Johnson D. Touch—Die Beriihrung. Paderborn: Junfermann Verlag, HERRAMIENTAS DE EVALUACIÓN
1994.
Kockott G. Mánnliche Sexualitat. Stuttgart: Hippokrates Verlag, La ciencia de la evaluación de la movilidad comenzó a mediados
1988. del siglo xx. La mayor parte de las herramientas se desarrollaron
Müller M. Dem Sterben Leben Geben. Bonn: Gütersloher Verlaghaus, y se probaron entre las décadas de 1950 y 1990. Muchas de estas
2004. herramientas se utilizan de forma habitual en oncología, geriatría
Rosemeier HP, Hófert HW, Gópfert W (eds). Intimitat und y rehabilitación.
Sexualitat. Berlin: Quintessenz Verlag, 1993-
Escala del estado funcional de Kam ofsky
La escala del estado funcional de Kamofsky (EFK) original se ela­
boró para medir el impacto del cáncer y su tratamiento sobre la
función en pacientes con cáncer de pulmón que se trataban con
mostazas nitrogenadas1. La escala EFK se ha utilizado ampliamente
en la práctica clínica, así como en investigación en oncología y en
cuidados paliativos, y se considera un método que constituye el

ERRNVPHGLFRVRUJ
360 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

método de referencia para cuantificar el estado funcional de los


pacientes con cáncer. —I T A B L A 68-1 Escala de estado funcional de Karnofsky |

PUNTUACIÓN CRITERIOS DEFINICIÓN


Usos
100 Normal: sin síntomas Capaz de llevar a cabo
La escala EFK proporciona un pronóstico más preciso que la ni evidencia de una actividad normal
estimación clínica en los pacientes terminales2, y se utiliza para enfermedad y trabajar; no requiere
estratificar y seleccionar a los pacientes en los ensayos clínicos de cuidados especiales
quimioterapia3. Se emplea con otras medidas para evaluar la res­ 90 Capaz de llevar a cabo
puesta y el impacto de los tratamientos, así como la progresión de una actividad normal,
la enfermedad en los pacientes4. síntomas leves
80 Actividad normal con
Estructura esfuerzo, algunos
síntomas
En su forma original, la escala EFK consta de 11 categorías, con las 70 Capaz de cuidar de sí Incapaz de trabajar; capaz
puntuaciones divididas en deciles que van de 100 (asintomático, mismo, incapaz de de vivir en casa y de
función normal) a 0 (fallecimiento). Cada categoría combina infor­ realizar actividades atender la mayoría de las
mación sobre la capacidad de desempeñar una función, la capacidad normales necesidades personales;
de trabajar, la gravedad de los síntomas y la necesidad de cuidados necesita diversos grados
(tabla 68-1). Proporciona una evaluación global de la movilidad al de ayuda
evaluar la capacidad de llevar a cabo la actividad normal. La escala 60 Requiere ayuda
EFK no recoge información sobre la alteración específica de la movi­ ocasional, capaz de
lidad ni sobre la capacidad de llevar a cabo determinadas actividades satisfacer la mayoría
de la vida diaria (AVD). La información sobre qué categoría describe de sus necesidades
mejor el estado funcional puede recogerse mediante una entrevista, 50 Requiere una ayuda
observación, exploración o una combinación de estos métodos. Es considerable y
asistencia médica
rápida y fácil de completar. Se han desarrollado versiones modifica­
frecuente
das, que constan de versiones condensadas y expandidas. La forma
original sigue siendo la más utilizada (v. tabla 68-1). 40 Discapacitado: Incapaz de cuidar de sí
requiere cuidados y mismo; requiere cuidados
ayuda especiales en una institución u
Validez y fiabilidad hospital; la enfermedad
puede tener una
La escala EKF es fiable y válida para la evaluación del funciona­ progresión rápida
miento físico en el cáncer5'7. Los estudios iniciales cuestionaron su
30 Gravemente
fiabilidad8. La principal causa de los malos resultados de fiabilidad
discapacitado:
fue la falta de orientación para las personas que cumplimentaban hospitalizado, pero
las evaluaciones sobre el modo de asignar un nivel determinado el fallecimiento no es
a una función. Los estudios posteriores en los que se ha utili­ inminente
zado una evaluación estandarizada y un entrenamiento estructu­ 20 Muy enfermo: requiere
rado han mostrado una buena coherencia interevaluador5'6. Estos cuidados de soporte
estudios de validación han establecido que las puntuaciones de activo
la escala EFK se correlacionan estrechamente con el deterioro 10 Moribundo: rápida
de la función y que la herramienta tiene una buena correlación progresión de los
con otros instrumentos de medición del funcionamiento físico. La procesos mortales
capacidad de la escala EFK para monitorizar el cambio es menos 0 Muerto
cierta, y las puntuaciones de los pacientes con cáncer terminal se
agrupan9 en el extremo inferior de la escala (<30), lo que limita
su sensibilidad al cambio (tabla 68-2).

Escala de estado funcional del Eastern —I T A B L A 68-2 Puntos fuertes y limitaciones de la escala de I
Cooperative Oncology Group estado funcional de Karnofsky
En I960, se desarrolló un instrumento de medida alternativo para PUNTOS FUERTES LIMITACIONES
los pacientes con cáncer, la escala de estado funcional del Eastern
Cooperative Oncology Group (ECOG-PS)10,11. Sirve para evaluar el Uso generalizado en oncología y cuidados Proporciona una
grado en el que la enfermedad afecta a las AVD. paliativos evaluación global
Fiable cuando se usa en pacientes oncológicos de la movilidad
con directrices estructuradas con dificultades
Usos Buena validez demostrada en pacientes para distinguir
oncológicos el impacto de la
Al igual que con la EKF, se usa ampliamente en oncología y en cui­
La información requerida puede recopilarse movilidad del de
dados paliativos para comparar el resultado funcional después del otros síntomas
mediante entrevista, observación 0 exploración
tratamiento antioncológico, seleccionar los pacientes de cara a los Menos sensible al
Compacta y poco laboriosa
ensayos clínicos y predecir la supervivencia. Muchos ensayos clí­ cambio debido al
Requiere un entrenamiento mínimo, aunque la
nicos tienen como uno de sus criterios de inclusión una puntua­ fiabilidad mejora si se emplea un entrenamiento limitado número
ción mínima en la escala ECOG-PS. estructurado de categorías
Sistema de puntuación sencillo Medición ordinal
Estructura Las puntuaciones se comunican con facilidad
Sistema de puntuación métrica cómodo para el
La ECOG-PS consta de seis categorías que miden la capacidad de análisis estadístico
funcionar (en el trabajo y en casa) y la capacidad de autocuidado,

P A R T E II EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Evaluación d e la m ovilidad I C A P Í T U L O 6 8 361

centrándose en la actividad (tabla 68-3). Las puntuaciones totales Usos


oscilan de 0 (totalmente activo) a 5 (paciente fallecido). Al igual
que con la escala EFK, la ECOG-PS proporciona una evaluación El uso del índice de Barthel se ha extendido a pacientes con dis­
global de la función. También cuenta con una referencia al nivel tintas enfermedades, como el cáncer, y a los que reciben cuidados
de deambulación, que incluye el porcentaje de tiempo postrado paliativos. La discapacidad moderada o grave en pacientes con
en cama, así como la capacidad general de realizar el autocuidado, ictus y ancianos según la medición del índice de Barthel predice
pero no ofrece una evaluación detallada de la movilidad o de la la mortalidad hospitalaria, una hospitalización prolongada, el des­
capacidad de llevar a cabo cualquier AVD individual. La escala tino al alta, el reingreso precoz urgente en el hospital, el uso de
ECOG-PS es autoexplicativa y fácil de cumplimentar, sin que los servicios sanitarios domiciliarios, el funcionamiento social pos­
requiera un entrenamiento oficial. terior y la mortalidad en un plazo de 6 meses del alta16-20. El ritmo
de variación del índice de Barthel es un indicador significativo de
la supervivencia en las residencias para pacientes terminales21.
Validez y fiabilidad El índice de Barthel mide la función independiente en las AVD
La ECOG-PS tiene una validez y fiabilidad adecuadas a la hora de y la necesidad de cuidados. El objetivo principal consiste en esta­
evaluar a los pacientes con cáncer7,12. Es un instrumento fiable blecer un cierto grado de independencia respecto a cualquier
de autoevaluación13,14. Las comparaciones de la ECOG-PS con la tipo de ayuda, física o verbal. El uso de ayudas para la independen­
escala EKF han establecido que se trata de instrumentos equipara­ cia está permitido, pero la supervisión hace que el paciente no
bles, pero la primera tiene una m enor variabilidad interevaluador sea independiente. Existen varias versiones del índice de Barthel,
y una mayor validez predictiva12 (tabla 68-4). como la forma original de 10 ítems15, la versión ampliada de
15 ítems22 y el índice de Barthel modificado (MBI)23-

índice de Barthel Estructura


El índice de Barthel, que se utiliza en la práctica clínica desde En su forma original, el índice de Barthel contenía 10 ítems puntua­
1955 como índice de discapacidad de Maryland, se publicó por dos en una escala de 3 puntos (tabla 68-5). Dos de los ítems pue­
primera vez en 196515. En un principio, se elaboró para monito- den describirse como relacionados sólo con la movilidad (caminar
rizar la independencia funcional en el autocuidado y la movilidad o impulsar una silla de ruedas en una superficie plana, así como
durante la rehabilitación de pacientes ingresados. subir y bajar escaleras) y ocho son actividades de autocuidado que

T A B L A 68-3 Escala de estado funcional del Eastern T A B L A 6 8-4 Puntos fuertes y limitaciones de la escala de
— Cooperative Oncology Group — estado funcional del Eastern Cooperative Oncology Group

GRADO ESTADO FUNCIONAL PUNTOS FUERTES LIMITACIONES


0 Totalmente activo; capaz de realizar todas las actividades Uso generalizado en oncología y Menos sensible al cambio debido al
previas a la enfermedad sin restricciones cuidados paliativos pequeño número de categorías
1 Restricciones para la actividad físicamente agotadora, pero Escala fiable para usarla en Medición ordinal
puede deambular y es capaz de realizar un trabajo ligero o pacientes oncológicos
sedentario (p. ej., tareas domésticas ligeras, trabajo de oficina) Buena validez demostrada en
pacientes oncológicos
2 Capaz de deambular y de realizar el autocuidado, pero
Simple de comprender
incapaz de llevar a cabo cualquier tipo de trabajo;
Rápida y fácil de cumplimentar
incorporado más del 50% de las horas de vigilia
Requiere un entrenamiento
3 Capaz de realizar sólo un autocuidado limitado; postrado en mínimo o no oficial
cama o en silla más del 50% de las horas de vigilia Sistema de puntuación sencillo
4 Totalmente discapacitado; no puede realizar ningún Las puntuaciones se comunican
autocuidado; totalmente postrado en cama o en silla con facilidad
5 Muerto

~~I T A B L A 68-5 índice de Barthel original

ÍTEMS INCAPAZ DE CON AYUDA INDEPENDIENTE


REALIZAR LA TAREA
Comer (si los alimentos deben ser cortados = necesita ayuda) 0 5 10
Moverse de la silla de ruedas a la cama (incluye sentarse en la cama) 0 5-10 15
Aseo personal (p.ej., lavarse la cara, peinarse, afeitarse, lavarse los dientes) 0 0 5
Entrar y salir del cuarto de baño (p. ej., bajarse la ropa, limpiarse, tirar de la cadena) 0 5 10
Bañarse por sí mismo 0 0 5
Caminaren una superficie plana (o si no es capaz de andar, empujar la silla de 0(0) 10(0)* 15(5)*
ruedas)
Subir y bajar escaleras 0 0 10
Vestirse (incluye atarse los zapatos,abrocharse el cinturón) 0 5 10
Continencia intestinal 0 5 10
Continencia vesical 0 5 10

•Puntuar sólo si es incapaz de caminar.

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362 S E C C IO N A I Evaluación del paciente

requieren varios grados de movilidad (comer, pasar de la silla a Las pruebas de validez han demostrado que el índice de Barthel
la cama y al revés, acicalamiento, ir al baño, bañarse, vestirse, así tiene una correlación elevada con otros criterios de valoración en
como continencia intestinal y vesical). Los ítems reciben una pon­ un momento concreto y como medida de mejoría a lo largo del
deración arbitraria, y los que se consideran más relevantes para tiempo. Su alta validez predictiva se correlaciona bien con el crite­
la independencia, como la deambulación y las transferencias, se rio clínico y predice la mortalidad y el destino al alta tras los cua­
ponderan con un mayor valor que los menos relevantes, como dros de ictus26,27. El índice de Barthel, sobre todo el MBI, puede
bañarse y la higiene personal. El sistema de puntuación para la proporcionar más sensibilidad que otros instrumentos de medida,
forma original de 10 ítems oscila de 0 (totalmente dependiente) a porque tiene más niveles de medición en su escala multi-ítem23.
100 (totalmente independiente). Los 10 ítems originales se modi­
ficaron y se propuso un sistema de puntuación diferente24, por­ Inconvenientes
que la puntuación de 100 podía causar una impresión confusa de
precisión. Las escalas se modificaron para cada ítem y pasó a pun­ La principal crítica del índice de Barthel ha sido la forma de pun­
tuarse en incrementos de 1 punto, con una puntuación máxima tuación.Aunque la versión original es fácil de usar y se centra en las
total posible de 20. limitaciones físicas, interpretar las categorías de dependencia media
La versión de 15 ítems22 amplió el índice a 15 temas usando y qué define la necesidad de ayuda es difícil y puede ser incohe­
escalas de respuesta de 4 puntos para la mayoría de los ítems, con rente. Las distintas estrategias de puntuar, junto con sus directrices
puntuaciones globales de 0 a 100. La última adaptación se desa­ sugeridas, han ayudado a superar este problema (tabla 68-7).
rrolló23 para mejorar la sensibilidad al cambio. Conserva los 10
ítems originales y proporciona puntuaciones hasta un máximo Otros instrumentos de medida
de 100, pero tiene cinco niveles de dependencia en lugar de tres del funcionamiento físico
(tabla 68-6). No hay consenso sobre cuál es el índice de Barthel
definitivo, pero el original (se puntúa tanto sobre 100 como sobre Aunque la escala EFK, la ECOG-PS y el índice de Barthel son las
20) parece ser el más utilizado. herramientas de medición más utilizadas de funcionamiento
físico en medicina paliativa, se dispone de otros muchos índices.
Algunos son versiones diferentes de las herramientas que ya se
han descrito. La escala de estado funcional de la Organización
Validez y fiabilidad Mundial de la Salud (OMS-EF) y la clasificación de la New York
El índice de Barthel es sencillo y fácil. La información necesa­ Heart Association (NYHA) se usan de forma generalizada y repli­
ria para completar la puntuación puede obtenerse mediante can a la ECOG-PS.Ambas miden la capacidad de llevar a cabo una
una entrevista, la observación, la exploración o combinando actividad normal y describen las limitaciones de la función debi­
estos métodos24. Es rápido de cumplimentar y la puntuación es das a los síntomas, de modo que el deterioro se registra como el
sencilla, aunque requiere realizar cálculos sumando las subes- porcentaje de tiempo que el paciente está postrado en cama. La
calas individuales de AVD. A diferencia de la escala EFK y de la escala OMS-EF es específica de los pacientes con cáncer y se refiere
ECOG-PS, existe un riesgo de puntuar de forma imprecisa si los
ítems están incompletos. Los evaluadores requieren una fase de
entrenamiento. f T A B L A 68-7 Puntos fuertes y limitaciones del índice
El índice de Barthel se ha probado ampliamente para determi­ — de Barthel
nar su fiabilidad y validez22'27. Su uso principal sigue correspon­
diendo a las unidades especializadas de rehabilitación, y la mayoría PUNTOS FUERTES LIMITACIONES
de las pruebas de fiabilidad y validez se lleva a cabo en este con­ Compacta y poco laboriosa Requiere entrenamiento
texto. Los estudios publicados utilizan diferentes versiones del Sensible a los cambios a lo largo del oficial (aunque se ha
índice de Barthel. tiempo comunicado que es rápido)
Los estudios han demostrado la fiabilidad de las distintas ver­ Proporciona información detallada Riesgo de puntuaciones
siones y han confirmado una mayor coherencia interevaluador, sobre las actividades individuales de incompletas
la vida diaria, incluidas las actividades Los pacientes que no
una adecuada coherencia interna y fiabilidad prueba-reprueba.
puras de movilidad cooperen de forma
Existe concordancia24 entre las cuatro formas de administrar la Fácil comunicación de la puntuación adecuada pueden
escala original: autocumplimentada, observación clínica, explora­ total puntuarse de forma
ción por parte del personal de enfermería y por parte del perso­ Puntuación métrica cómoda para el imprecise
nal de fisioterapia. La puntuación por teléfono con ayuda de los análisis estadístico
familiares es un método fiable25.

—I T A B L A 6 8-6 índice de Barthel modificado

ÍTEMS INCAPAZ DE INTENTA LA TAREA REQUIERE AYUDA REQUIERE AYUDA TOTALMENTE


REALIZAR LA TAREA CON INSEGURIDAD MODERADA MÍNIMA INDEPENDIENTE
Higiene personal 0 1 3 4 5
Bañarse por sí mismo 0 1 3 4 5
Comer 0 2 5 8 10
Ir al baño 0 2 5 8 10
Subir escaleras 0 2 5 8 10
Vestirse 0 2 5 8 10
Continencia intestinal 0 2 5 8 10
Continencia vesical 0 2 5 8 10
Deambulación (silla de ruedas) 0(0) 3 0) 8(3) 12(4) 15(5)
Transferencia silla-cama 0 3 8 12 15

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Evaluación d e la m ovilidad I C A P Í T U L O 6 8 363

a las «manifestaciones tumorales», mientras que la clasificación de la • El deterioro en cuanto a la realización de las AVD (o la velo­
NYHA se usa para evaluar la insuficiencia cardíaca congestiva. cidad de cambio) puede servir como un marcador precoz del
Otras herramientas de medición disponibles se usan menos y tie­ incremento de la carga de enfermedad y de un pronóstico más
nen unos datos limitados de validez y fiabilidad. Al realizar una com­ corto, pero se requieren más evidencias para cuantificar esta
paración directa del índice de Barthel con otros dos índices de AVD correlación.
(el índice de Katz y el índice de cuidados de Kenney) se observó que
todos eran válidos y fiables, pero que esos dos no ofrecían beneficios
y que el índice de Barthel tenía más datos que lo respaldaban26.
B I B L I O G R A F Í A
Las herramientas de medición de las AVD, como la Herramienta
de Evaluación Funcional de Edmonton (EFAT), se desarrollaron de 1. Kamofsky DA, Abelmann WH, Craver LF, et al.The use of the nitrogen mustards
forma específica y se probaron en pacientes de cuidados palia­ in the palliative treatment of carcinoma. Cancer 1948;1:634-656.
2. Evans C, McCarthy M. Prognostic uncertainty in terminal care: Can the
tivos, e incluyen la evaluación de las actividades psicosociales y Karnofsky index help? Lancet 1985;1:1204-1206.
de las AVD físicas9. Pueden ser útiles cuando se requieren evalua­ 3. Ainser J, Hansen HH. Current status of chemotherapy for non-small cell lung
ciones más exhaustivas de las AVD. Sin embargo, cuando el cen­ cancer [commentary]. Cancer Treat Rep 1981;65:979-986.
tro de interés es el funcionamiento físico, puede ser difícil separar 4. Berry WR, Laszlo J, Cox E, et al. Prognostic factors in metastatic and normally
la información relevante, y el funcionamiento psicosocial puede unresponsive carcinoma of the prostate. Cancer 1979;44:763-775.
5. Schag CC, Heinrich RL, Ganz PA. Kamofsky performance status revisited:
distorsionar el resultado. Los instrumentos de calidad de vida que Reliability, validity, and guidelines.J Clin Oncol 1984;2:187-193-
contienen varios grados de evaluación funcional física y diversas 6. Mor V, Laliberte L, Morris JN, et al. The Karnofsky performance status scale:
ponderaciones entre las herramientas crean dificultades similares. An examination of its reliability and validity in a research setting. Cancer
En ocasiones, puede ser adecuado realizar una evaluación 1984;53:2002-2027.
7. Roila F, Lupatteli M, Sassi M, et al. Intra- and interobserver variability in cancer
más detallada de la movilidad. Los subitems de las escalas de AVD patient’s performance status according to Karnofsky and ECOG scales. Ann
no pueden detectar diferencias pequeñas de movilidad. En estas Oncol 1991;2:437-439.
situaciones, las herramientas de medición de la movilidad pura 8. Hutchinson TA, Boyd NF, Feinstein AR. Scientific problems in clinical scales
pueden ser de ayuda, y se dispone de varias. Una de ellas es el as demonstrated in the Kamofsky index of performance status. J Chronic DLs
índice de movilidad de Rivermead (RMI)28. Se desarrolló a partir 1979;32:661-666.
9- Kaasa T, Loomis J, Gillis K, et al. The Edmonton Functional Assessment Tool:
de la sección de función motora gruesa de la evaluación motora Preliminar)' development and evaluation for use in palliative care. J Pain
de Rivermead y es una escala de 15 ítems que evalúa la discapaci­ Symptom Manage 1997;13:10-19-
dad de la movilidad a través de un rango de actividades fundamen­ 10. Zubrod CG, Scheiderman M, Frei E, et al. Cancer—appraisal of methods for the
tales, desde darse la vuelta en la cama a correr. Sólo se ha probado stud)' of chemotherapy of cancer in man: Thiophosphoramide. J Chronic DLs
en pacientes con alteraciones neurológicas. 1960;11:7-33-
11. Oken MM, Creech RH,Tormey DC, et al. Toxicity and response criteria of the
Eastern Cooperative Oncology Group. Am J Clin Oncol 1982;5:649-655.
12. Buccheri G, Ferrigno D, Kamofsky TamburiniM. and ECOG performance status
CONCLUSIONES Y OPORTUNIDADES scoring in lung cancer: A prospective, longitudinal stud)' of 536 patients from
DE INVESTIGACIÓN a single institution. Eur J Cancer 1996;32:1135-1141.
13. Conill C, Verger E, Salmero M. Performance status assessment in cancer
La escala EFK y la ECOG-PS son escalas de estado funcional con patients. Cancer 1990;65:1864-1866.
14. Loprinzi C,L, Laurie JA, Wieland HS, et al. Prospective evaluation of prog­
una fiabilidad y validez establecidas para su uso en oncología. La nostic variables from patient completed questionnaires. J Clin Oncol
comparación directa ha demostrado que la ECOG-PS minimiza las 1994;12:601-607.
diferencias entre observadores y tiene una mayor validez predictiva. 15. Mahoney FI, Barthel D. Functional evaluation: The Barthel Index. Md State Med
La ECOG-PS y la escala EFK proporcionan una panorámica general J 1965; 14:5661.
16. Bohannon RW, Lee N. Association of physical functioning with same-hospital
del estado funcional y, por tanto, de la función física, pero no de readmission after stroke. Am J Phys Med Rehabil 2004;83:434-438.
las alteraciones de la movilidad específicas. El índice de Barthel es 17. Bohannon RW, Lee N, Maljanian RRN. Post admission function best pre­
una herramienta de medida de las AVD con una información más dicts acute hospital outcomes after stroke. Am J Phys Med Rehabil 2002;81:
extensa por subcategorías para registrar las AVD específicas. Se 726-730.
ha usado sobre todo en la rehabilitación especializada, donde ha 18. Thomassen B, Bautz-Holter E, Laake K. Predictors of outcome of rehabilitation
of elderly stroke patients in ageriatric ward. Clin Rehabil 1999;13:123-128.
demostrado ser fiable y válido, pero se necesitan más investigacio­ 19. Alarcon T, Barcena A, Gonzalex-Montalvo JI, e t al. Factors predictive of outcome
nes para respaldar su uso en cuidados paliativos. La escala EFK, la on admission to an acute geriatric ward. Age Ageing 1999;28:429-432.
ECOG-PS y el índice de Barthel ofrecen una perspectiva de la fun­ 20. Chu LW, Pei CKW. Risk factors for early emergency hospital readmission in
ción física y, por tanto, puede que no detecten la discapacidad leve. elderly medical patients. Gerontology 1999;45:220-226.
21. Bennett M, Ryall N. Using the modified Barthel index to estimate survival in
Las medidas de movilidad puras, como el RMI, cuentan con evalua­ cancer patients in hospice: observational study. BMJ 2000;321:1381-1382.
ciones más detalladas, pero sólo son adecuadas en determinadas cir­ 22. Granger CV, Greer DS. Functional status measurement and medical rehabilita­
cunstancias. Para la mayoría de los pacientes de cuidados paliativos, tion outcomes. Arch Phys Med Rehabil 1976;57:103-109-
la evaluación de la movilidad es un paso clave para determinar su 23- Shah S,Vanclay F, Cooper B. Improving the sensitivity of the Barthel index for
capacidad a la hora de mantener la independencia. stroke rhabilitation.J Clin Epidemiol 1989;42:703-709.
24. Collin C,Wade DT, Davies S, Horne V. The Barthel ADL index:A reliability stud)'.
Se necesitan investigaciones en las siguientes áreas: Int Disabil Stud 1988;10:61-63-
25. Shinar D, Gross CR, Bronstein KS. Reliability of the activities of daily living
• La determinación del impacto de la evaluación sistemática de scale and its use in telephone interview: A modified Barthel Index. Arch Phys
la movilidad debería ser una función central de los equipos o Med Rehabil 1987;68:723-728.
unidades de cuidados paliativos. 26. Gresham GE, Phillips'IT, ML Labi. ADL status in stroke: Relative merits of three
• Se necesitan más evidencias para respaldar el uso de las herra­ standard indexes. Arch Phys Med Rehabil 1980;61:355-358.
mientas de evaluación de la movilidad establecidas en pobla­ 27. Wylie CM, White BK. A measure of disability. Arch Environ Health
1964;8:834-839-
ciones no oncológicas de cuidados paliativos (p. ej., pacientes 28. Collen FM, Wade DT, Robb GF, et al. The Rivermead mobility index: A fur­
con insuficiencia respiratoria o cardíaca) y puede que se ther development of the Rivermead motor assessment. Int Disabil Stud
requieran distintas herramientas. 1991;13:50-54.

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Pruebas complementarias

• Tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT,


| CAPÍTULO 69 single photon emission computed tomography) (es decir, ima­
gen tomográfica de una parte del esqueleto).
• Gammagrafía ósea multifásica (es decir, imágenes inmediatas y
tardías para estudiar el flujo sanguíneo).
Medicina nuclear
A la hora de valorar pacientes oncológicos, la técnica estándar
Dirk Sandrock y Petra Feyer de gammagrafía ósea es el estudio de cuerpo completo. La gam­
magrafía ósea limitada, o las proyecciones aisladas, están indicadas
sólo cuando se detecta un problema clínico concreto en las imá­
genes de cuerpo completo. La SPECT tiene una especificidad diag­
s) 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
nóstica mayor que las imágenes planares y es preferible en casos
de incertidumbre diagnóstica. La gammagrafía ósea multifásica es
P U N T O S más útil en caso de traumatismos o cuando se sospecha una infla­
» La gammagrafía ósea con fosfonatos marcados con tecnecio 99m es una mación o infección musculoesquelética.
herramienta sensible pero inespecífica para la detección de patologías óseas. Los difosfonatos que más se utilizan son el metilendifosfonato
» La medicina nuclear dispone de una gama de radiofármacos diferentes para (MDF), el hidroximetilendifosfonato (HMDF) y el hidroxietilendi-
enfermedades cancerosas concretas, como el yodo 131 para el cáncer de fosfonato (HDF o HEDF). La actividad media de una gammagrafía
tiroides. ósea por inyección intravenosa única debe ser de 500 MBq (300 a
» La medicina nuclear proporciona tratamiento con radionúclidos para com­ 740MBq). La actividad para niños debe ser una fracción de la acti­
batir el dolor óseo metastásico. vidad en adultos (se calcula a partir del peso corporal de acuerdo
» La tomografía por emisión de positrones con l8F-fluorodesoxiglucosa (FDG-PET) con el Grupo de Trabajo de la Asociación Europea de Medicina
es una herramienta sensible para la detección de neoplasias. Nuclear Pediátrica). En los niños se necesita una actividad mínima
» La FDG-PET puede detectar otras enfermedades que cursan con un aumento
de 40 MBq para lograr imágenes de calidad. Si no está contra­
del metabolismo de la glucosa, como los procesos inflamatorios. indicado, hay que hidratar bien a los pacientes e indicarles que
beban uno o más litros de agua (de 4 a 8 vasos) entre la inyección
y la obtención de las imágenes. Deben orinar con frecuencia entre
la inyección y la obtención de imágenes retardadas e inmediata­
G A M M A G R A FÍA ÓSEA mente antes de la prueba. La dosis de radiación efectiva absorbida
es de 3,24 mSv por gammagrafía ósea en adultos (la exposición
Características y aplicaciones a la radiación natural anual es de 1 a 5mSv). Normalmente, se
suelen obtener imágenes a las 2 y 5 horas de la inyección, y se
La gammagrafía ósea es la piedra angular de las exploraciones tarda unos 20 minutos. En el caso de personas que tienen un
esqueléticas en medicina nuclear, y es altamente sensible para la intenso dolor, para las que dos visitas al servicio de medicina
patología ósea; proporciona un diagnóstico más precoz o muestra nuclear resultaría incómodo, se puede realizar la inyección a pie
más lesiones que la radiología convencional. Los tumores óseos de cama.
primarios son infrecuentes en adultos, mientras que las metástasis Hay dos ideas que son importantes a la hora de valorar las
óseas sí son frecuentes (p. ej., de tumores de mama, próstata,pulmón, imágenes y los informes de un estudio óseo. La primera es que el
cabeza y cuello). Los análogos de fosfatos marcados con Tc-99m se estudio óseo es sensible para localizar metástasis o tumores esque­
utilizan para las pruebas de imagen óseas por su buena localiza­ léticos, pero tiene una especificidad baja. Debe interpretarse en
ción esquelética y el rápido aclaramiento de las partes blandas; los función de toda la información disponible, especialmente la anam­
fosfonatos se concentran en la fase mineral del hueso, casi dos ter­ nesis del paciente, la exploración física, el resultado de otras prue­
cios en cristales de hidroxiapatita y un tercio como fosfato cálcico. bas y la comparación con estudios previos. La segunda es que la
El flujo sanguíneo y la eficiencia de la extracción controlan este simetría en la representación de los lados derecho e izquierdo del
proceso y dependen de factores como la permeabilidad capilar, esqueleto y la homogeneidad de la captación del trazador dentro
el equilibrio acidobásico y los niveles de hormona paratiroidea. de las estructuras óseas son rasgos normales importantes. Se debe
Aproximadamente un 50% de la actividad inyectada se acumula prestar especial atención a las asimetrías entre izquierda y dere­
en el esqueleto. La máxima acumulación ósea se produce 1 hora cha y a la heterogeneidad en la captación del trazador.
después de la inyección y permanece constante hasta 72 horas. La
gammagrafía ósea valora en imagen la distribución de este traza­
dor radiactivo esquelético y se puede realizar de varias formas:
Tratamiento del dolor óseo metastásico
• Gammagrafía ósea limitada o proyecciones aisladas (es decir,
imágenes planares de una parte seleccionada del esqueleto). Los agentes terapéuticos intravenosos emisores beta (p. ej., clo­
• Gammagrafía ósea de cuerpo completo (es decir, imágenes pla­ ruro de 89Sr, lexidronam pentasódico de 153Sm, y etidronato de
nares anterior y posterior de todo el esqueleto). 186Re) están aprobados en Europa para el dolor óseo por metástasis

P A R T E II EL P A C I E N T E
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M edicina nuclear I C A P Í T U L O 6 9 365

osteoblásticas. No tienen ningún papel en el tratamiento de la com­ de médula ósea adecuada. La tasa de respuesta para los segundos
presión de la médula espinal aguda o crónica o de fracturas pato­ tratamientos y los tratamientos subsiguientes puede ser más baja:
lógicas. Para instaurar el tratamiento hay que disponer del personal 60 a 80% de beneficio para el cloruro de 89Sr, el lexidronam de
adecuado, de equipo de seguridad para la radiación, de procedimien­ 153Sm y el etidronato de 186Re. El tratamiento con radiofármacos
tos para el manejo de los residuos y de monitorización del personal es paliativo y no puede curar un cáncer con metástasis. Existe el
para evitar una contaminación accidental y controlar la propagación riesgo de que se produzca un aumento temporal del dolor óseo
de la misma. (es decir, brotes dolorosos).

Consideraciones prácticas Otros trazadores


Los pacientes deben haber sido sometidos a una gammagrafía Se puede utilizar yodo 123 metayodobenzilguanidina (123I MIBG).
ósea reciente ( ^ 8 semanas) en la que se documenta una actividad La gammagrafía de receptores de somatostatina se utiliza para
osteoblástica aumentada en los sitios del dolor. Las radiografías detectar captación en los granulos neurosecretores de indio 111
que muestran esclerosis ósea son inadecuadas porque una mayor pentatreotida, un m In-DTPA-Phe-conjugado de octreotida que se
densidad no siempre asocia una mayor captación en las imá­ une a los receptores de somatostatina. Se utiliza para la detección,
genes gammagráficas. Deben correlacionarse las alteraciones de localización, estadificación y seguimiento de tumores neuroen-
la gammagrafía ósea con los resultados de una exploración física docrinos y sus metástasis, tumores gastroenteropancreáticos fun­
adecuada para descartar otras causas de dolor crónico que proba­ cionantes y no funcionantes, feocromocitomas, neuroblastomas,
blemente no responderán a los radiofármacos con afinidad ósea. ganglioneuroblastomas, ganglioneuromas, paragangliomas, tumo­
Hay que descartar específicamente el dolor neuropático y las frac­ res carcinoides, carcinomas medulares de tiroides, y tumores de
turas patológicas. células de Merkel.
El tratamiento puede combinarse con radioterapia de haz El yodo radiactivo (131I) se utiliza para carcinomas de tiroides
externo en campo local. La radioterapia de campo amplio por la captación de yodo de las células tiroideas. La utilización de
(hemicorporal) dentro de los tres meses del tratamiento con 131I permite la estadificación y el seguimiento de carcinomas dife­
radiofármacos aumenta la mielosupresión y está relativamente renciados de tiroides.
contraindicada. La quimioterapia mielosupresora de acción pro­
longada (p. ej., nitrosourea) debe interrumpirse al menos 4 semanas
antes de la administración y debe suspenderse durante al menos Tratamiento de derrames m alignos
6 a 12 semanas después con el fin de evitar mielosupresión con­ La dificultad respiratoria como consecuencia de la presencia de
comitante. Es necesario obtener un perfil hematológico y bio­ líquido en el tórax y el abdomen se encuentra entre los síntomas
químico completo dentro de los 7 días anteriores al tratamiento más difíciles. La quimioterapia sistémica y la radioterapia externa
propuesto. Un tratamiento con bifosfonatos que se haya adminis­ rara vez son efectivas. Los agentes antitumorales locales, como
trado recientemente puede limitar la captación de las metástasis la mostaza nitrogenada, son efectivos pero tóxicos. El modo de
óseas y reducir la efectividad de la paliación del dolor. Se reco­ actuación de los agentes antitumorales es su capacidad para pro­
mienda un intervalo de al menos 48 horas entre la administración ducir esclerosis pleural y obliterar la cavidad pleural. La instilación
de bifosfonatos y el tratamiento. El tratamiento con radiofármacos de un agente citotóxico como la bleomicina tras el drenaje de un
no es adecuado para pacientes con una expectativa de vida infe­ derrame maligno es el procedimiento estándar, porque previene
rior a las 4 semanas. la recidiva del derrame, suele carecer de efectos sistémicos y se
El cloruro de 89Sr, el lexidronam de 153Sm y el etidronato de puede aplicar a pacientes mielosuprimidos o a los que ya están
186Re deben administrarse por inyección lenta por una vía intra­ recibiendo un tratamiento citotóxico sistémico. Se ha sustituido el
venosa a través de una palomilla, catéter o cánula, seguido de un oro radiactivo coloide (198Au) por un emisor beta puro, el fosfato
lavado con suero salino al 0,9%. Hay que procurar que no se pro­ crómico coloidal (32P) o el ytrio (?°Y). La instilación de una sus­
duzca extravasación. Las actividades administradas recomendadas pensión coloidal de fósforo radiactivo se ha mostrado eficaz para
que se han descrito son: el tratamiento de un derrame maligno.
• Cloruro de 89Sr:l 50 MBq.
• Lexidronam de 153Sm: 37 MBq/kg.
• Etidronato de 186Re: 1.295 MBq. TO M O GRAFÍA POR EM ISIÓ N DE POSITRONES
La obtención de imágenes tras el tratamiento (el lexidronam Características y aplicaciones
de 153Sm o el etidronato de 186Re tienen también una emisión
gamma) puede ayudar a fijar una dosimetría individual para cada La tomografía por emisión de positrones (PET, positron emission
paciente. tomography) es una herramienta diagnóstica no invasiva que pro­
Hay que advertir a los pacientes de que deben llevar a cabo porciona imágenes tomográficas y parámetros cuantitativos de
una higiene rigurosa para evitar contaminar a grupos de riesgo perfusión, viabilidad celular, proliferación y actividad metabólica
cuando utilizan el mismo baño. Se les debe recordar que evi­ de los tejidos (v. cap. 71). Estas imágenes se logran a partir del
ten manchar la ropa interior o las zonas en tom o a los inodoros uso de diferentes sustancias de interés biológico (p. ej., azúcares,
durante 1 semana después de la inyección, y hay que lavar por aminoácidos, precursores metabólicos, hormonas) marcadas con
separado las ropas que estén bastante manchadas. Se recomienda radioisótopos emisores de positrones (p. ej., radiofármacos de
tirar dos veces de la cadena tras orinar. Los pacientes deben PET). La tomografía por emisión de positrones con 18F-fluorodes-
lavarse las manos después de orinar. Aquellos que tengan incon­ oxiglucosa (FDG-PET) puede revelar la presencia de un tumor ahí
tinencia deben ser sondados antes de administrarles el radio- donde las modalidades diagnósticas morfológicas convencionales
fármaco. La sonda debe mantenerse durante 3 o 4 días, y las bolsas (p. ej., radiografía, TC, resonancia magnética y ecografía) no han
de recolección vaciarse con frecuencia. El personal encargado de detectado lesiones evidentes. Como la captación de FDG en los
los pacientes sondados debe llevar guantes. tumores se correlaciona con el crecimiento y la viabilidad tumo-
Se repetirá el tratamiento con intervalos de más de 12 semanas rales, el estudio PET y la posible cuantificación metabólica pue­
en el caso de dolor recurrente, siempre y cuando haya una reserva den proporcionar información útil sobre la caracterización del

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366 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

tumor, el pronóstico de los pacientes y la respuesta al tratamiento (p. ej., médula ósea, bazo, timo [en pacientes jóvenes]) o puntos de
oncológico. inflamación (en pacientes oncológicos).
Las indicaciones clínicas actuales de la FDG-PET en oncología
son el diagnóstico de lesiones malignas, la evaluación de la exten­
sión de la enfermedad (p. ej., estadificación y reestadificación), DESARROLLOS Y OPORTUNIDADES
la diferenciación entre recidiva o enfermedad maligna residual y DE INVESTIGACIÓN
cambios inducidos por el tratamiento, la gradación de las lesio­
nes malignas, la evaluación de la respuesta tumoral a la quimio Algunas áreas controvertidas requieren nuevas investigaciones:
o radioterapia, y la planificación de la radioterapia con intención • ¿Aumenta el uso combinado de imágenes funcionales (p. ej.,
terapéutica o paliativa. PET) y anatómicas (p. ej.,TC) la sensibilidad y la especificidad?
• ¿Qué radiofármaco es adecuado para cada tumor?
• ¿Puede predecir la medicina nuclear la respuesta al tratamiento?
Consideraciones prácticas • ¿Desarrollará la medicina nuclear más tratamientos con radio-
El paciente debe ayunar durante las 6 horas previas a una explora­ núclidos (p. ej., radioinmunoterapia) para otros procesos
ción de PET, pero tiene que beber agua (sin hidratos de carbono) neoplásicos?
para garantizar su hidratación y promover la diuresis. En el caso
de tumores cerebrales, el paciente debe esperar en una habita­ L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
ción silenciosa y oscura antes y después de la administración de
la FDG. Debido a la corta vida media de 110 minutos, los tiempos Balón HR, Goldsmith SJ, Siegel BA, et al. Procedure guideline for
deben ser muy precisos. somatostatin receptor scintigraphy with (lll)In-pentetreotide.
La actividad inyectada de FDG para obtener buenas imágenes J Nucl Med 2001;42:1134-1138.
con un equipo PET de anillo completo debe ser de 6MBq/kg (para Blodgett TM, Meltzer CC, Townsend DW. PET/CT: Form and func­
adultos, de 111 a 555 MBq). Un intervalo de 60 minutos entre la tion. Radiology 2007;242:360-385.
inyección de FDG y la exploración suele ser suficiente para lograr Bombardieri E, Maccauro M, De Deckere E, et al. Nuclear medi­
una biodistribución adecuada de la FDG. Durante este tiempo el cine imaging of neuroendocrine tumours. Ann Oncol
paciente debe beber hasta 1 litro de agua para promover la diure­ 2001;12:S51-S6l.
sis. Se aconseja hidratarse y orinar para limitar la exposición a la Bourguet P. Group de Travail SOR. Standards, options and recom­
radiación del tracto urinario. La dosis de radiación absorbida esti­ mendations 2002 for the use of Positron Emission Tomography
mada para una inyección de 370 MBq de FDG es de 7MSv en un with (18)F-FDG (PET-FDG) in cancerology (integral connec­
adulto (la exposición anual a radiación natural es de 1 a 5mSv) tion). Bull Cancer 2003;90:S5-S17.
Cook GJ, Fogelman I. The role of nuclear medicine in moni­
(fig. 69-1).
En función del escáner, el tiempo de adquisición de las imá­ toring treatment in skeletal malignancy. Semin Nucl Med
genes es de 30 a 90 minutos. Se analizan las imágenes de FDG-PET 2001;31:206-211.
para ver si hay diferencias focales en la captación de la FDG en las Croll MN, Brady LW. Intracavitary uses of colloids. Semin Nucl Med
regiones estudiadas. La evaluación de la PET debe compararse con 1979;9:108-113.
estudios morfológicos para localizar mejor la lesión. Se puede calcu­ van Dalen JA, Vogel WV, Corstens FH, et al. Multi-modality nuclear
lar el valor de captación estándar (VCE) a partir de una estimación medicine imaging: Artefacts, pitfalls and recommendations.
semicuantitativa del metabolismo tumoral. Los VCE deben calcu­ Cancer Imaging 2007;28:77-83-
larse en la parte más caliente de la lesión porque los tejidos tumo- De Klerk JMH, Zonnenberg BA, Blijham GH, et al. Treatment of
rales presentan una distribución heterogénea de la captación de la metastatic bone pain using the bone seeking radiopharmaceu­
FDG. El VCE puede decantar el diagnóstico diferencial entre una tical Re-186 EDPAnti Cancer Res 1997;17:1773-1778.
lesión benigna y maligna; esto parece más seguro a la hora de hacer Faulhaber PF, Mehta L, Echt EA, et al. Perfecting the practice of
la valoración de la respuesta al tratamiento. Los resultados falsos FDG-PET: Pitfalls and artefacts. In Freeman LM (ed). Nuclear
positivos pueden ser artefactos (p. ej., orina), puntos de captación Medicine Annual. Philadlephia:JB Lippincott, 2002, pp 149-214.
fisiológica (p. ej., actividad muscular, captación miocárdica, cap­ Gambhir SS, Czernin J, Schwimmer J, et al.A tabulated summary of
tación en el estómago y el intestino), captaciones postratamiento the FDG PET literature.J Nucl Med 2001;42:1S-93S.
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McEwan AJ, Porter AT,Venner PM, et al.An evaluation of the safety
F IG U R A 6 9 -1 La tomografía por emisión de positrones con and efficacy of treatment with strontium-89 in patients who
18F-fluorodesoxiglucosa (FDG-PET) de un paciente con cáncer de pulmón have previously received wide field radiotherapy. Antibody
muestra muchas metástasis en hueso y tejido blando. Immunoconj Radiopharm 1990;3:91-98.

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Exploraciones con tom ografía com putarizada y resonancia m agnética en cuidados paliativos I C A P Í T U L O 7 0 367

Olivier P, Colarinha P, Fettich J, et al. Guidelines for radioiodinated Los servicios de radiodiagnóstico, por su situación central, son
MIBG scintigraphy in children. Eur J Nucí Med Mol Imaging un reflejo fiel del resto de los servicios médicos y quirúrgicos de
2003;30:B45-B50. los centros sanitarios y su actividad evoluciona paralelamente a
Ostrowski MJ, Halsall GM. Intracavitary bleomycin in the manage­ la de aquéllos. En este sentido existe un progresivo aumento de
ment of malignant effusions:A multicenter study. CancerTreat las peticiones de TC en los pacientes paliativos, que se traduce en
Rep 1982;66:1903-1907. una mayor oferta a los pacientes y la progresiva extensión, hasta
Reisinger I, Bohuslavizki KH, Brenner W, et al. Somatostatin recep­ la generalización, de algunos tratamientos, que hasta hace poco
tor scintigraphy in small-cell lung cancer: Results of a multicen- tenían un acceso más restringido.
tric study. J Nucl Med 1998;39:224-227. Por otro lado, no se deben confundir términos como paliativo
Resche I, Chatal JF, Pecking A, et al.A dose-controlled study of Sm- y terminal. Mientras el segundo se encuentra en la última etapa
153 EDTMP in the treatment of patients with painful bone de su enfermedad y sólo se pueden ofrecer cuidados limitados
metastases. EurJ Cancer 1997;33:1583-1591. que alivien y faciliten su situación, los paliativos son aquellos
Sandrock D, Munz DL. Primary and secondary neoplasias of the enfermos a los que no es posible instaurar un tratamiento cura­
skeleton. Nuklearmedizin 2002;25:230-237. tivo, pero se dispone aún de un abanico de alternativas terapéu­
Spaepen K, Stroobants S, Dupont P, et al. 18F-FDG-PET monitoring ticas que pueden aportarle no sólo calidad de vida sino también
of tumour response to chemotherapy: Does 18F-FDG uptake prolongar su duración.
correlated with the viable tumour cell fraction? EurJ Nucl Med La utilización de pruebas de imagen en este grupo de pacien­
Mol Imaging 2003;30:682-688. tes es frecuente y no siempre es posible alcanzar un diagnóstico
Wong TZ, Paulson EK, Nelson RC, et al. Practical approach to o descartar una patología sin recurrir a la TC o a la RM; pruebas
diagnostic CT combined with PET. AJR Am J Roentgenol que podrían ser consideradas entre las diagnósticas, el último
2007;188:622-629. recurso. Por otro lado, se ha producido un crecimiento general en
Zuetenhorst JM, Hoefhagel CA, Boot H, et al. Evaluation of (11 l)In- el número de estudios de TC y RM que se realizan, ya que estas
pentetreotide, (131)I-MIBG and bone scintigraphy in the detec­ técnicas son cada vez más accesibles, sobre todo laTC,y las unida­
tion and clinical management of bone metastases in carcinoid des de cuidados paliativos no son una excepción a esta tendencia.
disease. Nucl Med Commun 2002;23:735-741. Sin duda la TC se ha convertido en la técnica diagnóstica de elec­
ción en el seguimiento de muchos pacientes oncológicos, habida
cuenta de la información que aporta, de su accesibilidad, de que
su realización apenas incomoda al paciente y de que la protección
radiológica no es un problema crítico en este grupo de pacientes.

TO M O GRAFÍA CO M PUTARIZADA

| CAPÍTULO 70 Por poner un ejemplo real y cercano, en nuestra sección han sido
solicitados a lo largo del año 2006 cuarenta estudios de TC desde
la unidad de cuidados paliativos. No se consideran entre éstos los
estudios que han sido solicitados desde otros servicios, aunque
Exploraciones con tomografía pueda tratarse de pacientes no curables, ni las TC craneales, que
son realizadas en otro equipo. Pues bien, desde enero hasta el 30
computarizada y resonancia de septiembre de 2007 han sido realizados 44 estudios de TC, 4
más que en los 12 meses anteriores. Cabe esperar que el recuento
magnética en cuidados paliativos final arrojará un incremento porcentual de en tom o al 20-30%
de estudios. Y esta es la tendencia mantenida durante los últimos
Carmen Fernández Álvarez, Isabel Barreiro-Meiro años (fig. 70-1).
Sáenz-Díez, Julia Romero Martínez e Isabel Martínez de
Ubago

£>2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

P U N T O S

• Cada vez más se utilizan técnicas de imagen sofisticadas en la práctica


clínica en general, y en la medicina paliativa en particular.
» Tanto laTC como la RM proporcionan información que no puede obtenerse
por otros medios.
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

» Estos procedimientos se toleran bien en general, siempre que se seleccione


cuidadosamente a los pacientes y las indicaciones para que las pruebas
estén racionalmente planteadas.
* LaTC y la RM tienen cada una puntos fuertes y débiles a la hora de identifi­ 2003 2004 2005 2006 2007
car condiciones patológicas concretas; es importante que el médico que las
Años
solicite sea consciente de sus posibilidades y de sus limitaciones.
> Un tema principal es de qué manera la información obtenida alterará el tra­
tamiento de la enfermedad o la toma de decisiones terapéuticas. F IG U R A 70-1 E vo lu ción d e las solicitudes de estudios p o r to m o g ra fía
» Los principales usos de laTC y de la RM son diagnósticos, pero también son co m p u ta riza d a e n tre 2 0 0 3 y 20 0 7 . El aumento a partir de 2003 ha sido
importantes a la hora de evaluar la respuesta al tratamiento, en especial en significativo, con una tendencia de incremento más o menos sostenida
oncología. durante los años posteriores. Los datos de 2007 se han deducido de los tres
primeros trimestres.

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368 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

En la tabla 70-1 se muestran los orígenes de los tumores más vasculares, como el síndrome de vena cava superior, provocado
frecuentes. Las dos localizaciones más habituales (coincidentes por la obstrucción o compresión extrínseca de este vaso (fig.
con los dos tumores más habituales) suponen casi la mitad de 70-2), y diagnosticar un tromboembolismo pulmonar. Para estos
todos los estudios solicitados. cuadros, la TC se ha convertido en la modalidad diagnóstica de
Se solicitan estudios por TC por varios motivos, pero el más elección.
habitual es el seguimiento de la progresión de los pacientes una Existen otras causas menos frecuentes de petición, que habi­
vez comenzado el tratamiento (tabla 70-2). Consideramos que es tualmente pueden resolverse mediante radiografía convencional o
una razón aceptable para solicitar un estudio por TC. Todos los ecografía torácica y que sólo se justifican cuando la evolución es
demás motivos dependen de la situación del paciente y de los tórpida o se sospecha que puede haber otra enfermedad oculta
intentos de tratar los síntomas. y concomitante (diagnóstico inicial y seguimiento de las infeccio­
nes pulmonares y estudio del derrame pleural). Excepcionalmente
puede ser difícil conocer de forma exacta el volumen y localiza­
Tomografía computarizada craneal ción del derrame pleural en un paciente con una masa pulmonar
y de columna invasiva, que sólo puede ser estudiado en decúbito supino. La rea­
lización de una TC puede evitar errores al seleccionar el punto
No es excepcional su petición, pero se solicitan un número menor idóneo para el drenaje del derrame pleural y permite establecer si
que las del área torácica y/o abdominal. De un modo esquemático, los síntomas se deben a la cuantía del derrame (y por tanto despa­
podrían agruparse los motivos de petición de esta prueba en cua­ recerán al evacuarlo) o si son causados p or el crecimiento e inva­
tro grandes grupos: sión tumoral.
• Sospecha de metástasis cerebrales no diagnosticadas. Las causas que podríamos denominar obstructivas afectan al
• Sospecha clínica de la existencia de hemorragia intracraneal. tubo digestivo, y en el tórax se limitan al esófago. Ante una obs­
• Diagnóstico de hidrocefalia. trucción esofágica, la clínica se confirma mediante un estudio
• Dolor vertebral-compresión medular. digestivo baritado. Se recurre a él para el diagnóstico, antes de
colocar una endoprótesis esofágica y antes de reiniciar la dieta.
También podría recurrirse a la RM o a estudios isotópicos. En Sólo excepcionalmente se recurre a la TC, que ofrece como
el caso de la compresión medular, sería de elección. ventaja frente a los estudios digestivos el que no se ciñe sólo al
Se trata de cuatro situaciones clínicas que pueden ser muy graves esófago, sino que permite evaluar el crecimiento del tumor más
para el paciente y en las que laTC es el método diagnóstico de elec­ allá de las paredes esofágicas, la invasión de órganos vecinos,
ción.Al mismo tiempo, estas situaciones clínicas pueden ser tratadas. metástasis pulmonares, etc. Es decir, permite realizar un estudio de
extensión, más allá del propio órgano de origen.
Tomografía computarizada torácica
Los motivos de petición más habituales son el control evolutivo
Tomografía computarizada abdominal
de la enfermedad y la detección de situaciones urgentes, que pue­ La TC abdominal se utiliza para seguir el progreso de la enferme­
den requerir un tratamiento. Esta técnica puede identificar causas dad del paciente y por otras razones:
1. Las obstrucciones de cualquier punto del tubo digestivo.
T A B L A 70-1 Estudios por tomografía computarizada
Se puede considerar la colocación de una endoprótesis, la
solicitados en función del origen del tumor (2007)
cirugía u otro tipo de tratamiento, y para ello es necesario
conocer la causa de la obstrucción, su extensión y su loca­
LO C A L IZ A C IÓ N D E L T U M O R N Ú M E R O DE E S T U D IO S P O R T C lización, de forma tan precisa como sea posible y si se trata
S O LIC ITA D O S

Pulmón 11
Colon, recto 10
Páncreas 2
Melanoma 2
Vejiga 2
Otras localizaciones 4
No determinada 13

TABLA 70-2 Estudios por tomografía computarizada


solicitados en el Hospital General Universitario Gregorio
Marañón, 2007

N Ú M E R O DE E S TU D IO S
POR T C S O LIC ITA D O S

Monitorización de la progresión,
seguimiento
Dolor pélvico intenso
Síndrome de la vena cava superior
Abscesos intraabdominales
Perforación intestinal F IG U R A 7 0 -2 S ín d ro m e d e la vena cava su p e rio r. Síndrome de la
Obstrucción intestinal vena cava superior en un paciente con un tumor pulmonar izquierdo.
Fascitis necrosante La vena cava superior estaba obstruida por un conglomerado adenopático
Localización de hemorragias pleurales paratraqueal derecho que comprometía y obliteraba su luz. Otros hallazgos
para su drenaje incluyen atelectasia pulmonar izquierda por una masa hiliar izquierda,
adenopatías mediastínicas y hemorragia pleural derecha.

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Exploraciones con tom ografía com putarizada y resonancia m agnética en cuidados paliativos I C A P Í T U L O 7 0 369

de un único punto de obstrucción o existen varios. Los Visión general de la utilización


estudios baritados siguen estando vigentes, pero en el estu­
de la tom ografía computarizada
dio del intestino delgado y en el caso de que se considere
la alternativa quirúrgica, está indicada laTC. La utilización de laTC y de la RM entre los pacientes paliativos es
2. Ictericia obstructiva. La técnica diagnóstica de inicio es la frecuente. No siempre es posible alcanzar un diagnóstico o descar­
ecografía, pero puede ser preciso realizar unaTC cuando la tar una enfermedad sin recurrir a ellas; pruebas que podrían ser
información que aporta la ecografía es insuficiente, se sos­ consideradas de último nivel entre las diagnósticas. Por otro lado,
pecha la existencia de patología pancreática asociada, etc. se ha producido un crecimiento general en el número de estudios
3. Obstrucción de la vía urinaria. Para determinar su existen­ deTC y RM que se realizan, ya que estas técnicas son cada vez más
cia es suficiente una ecografía. También es posible recurrir accesibles, sobre todo la TC, y las unidades de cuidados paliativos
a una urografía intravenosa. Pero sin duda el estudio más no son una excepción a esta tendencia. Sin duda la TC se ha con­
exacto de la causa, tamaño de la causa y su localización lo vertido en la técnica diagnóstica de elección en el seguimiento de
proporcionará laTC (fig. 70-3). los pacientes oncológicos, habida cuenta de la información que
4. Estudio de complicaciones vasculares: tromboembolia aporta, de su accesibilidad, de que su realización apenas incomoda
de las arterias intraabdominales. Debe tenerse en cuenta al paciente y de que la protección radiológica no es un problema
que la existencia de tumores predispone a la enfermedad crítico en este grupo de pacientes.
tromboembólica. En consonancia con lo expuesto en el primer apartado, no se
5. Otras causas de abdomen agudo como, por ejemplo, la per­ puede considerar que una petición para reevaluar la situación del
foración intestinal (fig. 70-4). paciente sea inadecuada en estos pacientes, ya que no siempre es
6. Síndrome del psoas maligno. La creciente utilización de la posible tener un conocimiento completo de la situación mediante la
TC ha permitido que sea diagnosticado con más frecuencia. clínica, analítica y otras pruebas diagnósticas, como la radiología con­
vencional y la ecografía. Es cierto que en ocasiones, cuando las posi­
bilidades terapéuticas prácticamente se han agotado, un diagnóstico
Tomografía computarizada esquelética más exhaustivo no modifica la actitud terapéutica. En este caso, sí
La TC está indicada en el estudio y el diagnóstico de metástasis nos encontraríamos ante una solicitud prescindible. Siempre debe
óseas cuando la radiografía convencional y la gammagrafía ósea tenerse en cuenta qué le puede reportar al paciente la información
no son suficientes. Los estudios porTC también se utilizan para el que puede aportar un estudio TC. Cuando va a ser capaz de modifi­
diagnóstico de fracturas producidas por metástasis, enfermedades car el tratamiento o no existe otra alternativa diagnóstica, el estudio
no oncológicas o traumatismos. deTC es necesario y estaría plenamente justificada su solicitud.

RESONANCIA M AGNÉTICA

Utilidad, ventajas e inconvenientes


La RM es un método diagnóstico que por su capacidad de con­
traste entre los tejidos permite un buen diagnóstico de las lesio­
nes tumorales, identificando las masas de partes blandas que se
asocian con la tumoración, localizando su situación y delimitando
su extensión, pudiendo determinar en el caso de la columna ver­
tebral con gran precisión el compromiso de estructuras como
las raíces y la médula demostrando el grado de compresión y la
existencia de mielopatía asociada, mediante el análisis de la señal
obtenida en las diferentes secuencias que se realizan.
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

F IG U R A 7 0 -3 O b s tru c ció n del tra c to u rin a rio . A , Hidronefrosis


producida por metástasis blásticas. B, Hidronefrosis bilateral producida por F IG U R A 7 0 -4 Perforación intestinal y metástasis p u lm on a re s.
infiltración vesical en un paciente con recidiva prostética y metástasis óseas Neumoperitoneo producido por una perforación intestinal y metástasis
blásticas. pulmonares.

ERRNVPHGLFRVRUJ
370 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

FIGURA 70-5 A , Compresión medular (RM potenciada en T1). B, Compresión medular (RM FSE potenciada en T2). C , Compresión medular (inversión
recuperación en tiempo corto [short tan inversion recovery; STIR]).

Los inconvenientes de esta técnica, además de su elevado innecesaria y el uso indiscriminado de este tipo de exploraciones
coste, se refieren principalmente al largo tiempo de exploración, supone una molestia para el paciente, que no repercutirá en su
aunque con los equipos de RM más modernos la obtención de tratamiento, pero sí actuará sobrecargando las agendas de trabajo,
secuencias se ha acortado, la colocación y el manejo de este tipo aumentando las cargas económicas de los departamentos de salud
de pacientes suele ser más lenta por sus características clínicas, con un importante consumo de recursos y además impedirá a
con cuadros de intenso dolor y con importantes limitaciones de otros pacientes que están en espera acceder a un diagnóstico en
movilidad, resultando a veces difícil la colaboración requerida un tiempo aceptable.
para realizar la exploración y para la obtención de imágenes con Por todo esto, creemos que es importante la colaboración y el
un mínimo de calidad que facilite el diagnóstico. diálogo entre oncólogo, radiólogo, radioterapeuta y cirujano con
el fin de realizar la exploración más adecuada y eficaz; en casos
que supongan una excepción clínica, esta colaboración se hace
Indicaciones imprescindible. El criterio al solicitar pruebas diagnósticas como
Sus indicaciones en los pacientes oncológicos en fase avanzada la RM en pacientes de una unidad de cuidados paliativos debe
tratados en un servicio de cuidados paliativos son escasas. Las más contemplar que sea un estudio útil, que vaya a repercutir en el
habituales son los estudios de columna vertebral por la presen­ tratamiento y beneficio del paciente.
cia de síntomas de un proceso metastásico. Puede acompañarse
de compresión medular o radicular que pueden ser subsidiarias de L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
un tratamiento quirúrgico o con radioterapia. Hay otras entida­
des menos frecuentes con capacidad de producir compresión de Mauricio C, Smith JK, Mukherji SK. Spine. In Lee JK, Sagel SS,
las estructuras neurales entre las que hay que tener en cuenta el Stanley RJ, Heiken JP (eds). Computed Body Tomography with
linfoma, el mieloma y los tumores vertebrales primarios princi­ MRI Correlation, 3rd ed. Madrid: Marban, 1999, pp 1473-1475.
palmente. La exploración de RM para descartar una compresión Kenney PJ, McClennan BL. Pelvis. In Lee JK, Sagel SS, Stanley RJ,
medular tiene que ser realizada en un tiempo corto desde que se Heiken JP (eds). Computed Body Tomography with MRI
establece la sospecha clínica para mejorar la efectividad del trata­ Correlation, 3rd ed. Madrid: Marban, 1999, pp 1218-1225.
miento (fig. 70-5). La RM también está indicada para identificar la Núñez Olarte JM: Palliative care. In: Diagnostic Treatment Guide for
existencia de diseminación metastásica leptomeníngea, que podría Malignant Tumors, 2nd ed. Madrid: University General Hospital
variar el tipo de tratamiento a elegir. Gregorio Marañón, 2003, p xvii.
Sagel SS, Slone MRI. Lung. In Lee JK, Sagel SS, Stanley RJ, Heiken JP
(eds). Computed Body Tomography with MRI Correlation, 3rd
Visión general de la utilización ed. Madrid: Marban, 1999, pp 355-380.
de la resonancia magnética
Los criterios para la solicitud de una RM en pacientes en fase de cui­
dados paliativos deben ser adecuados, sabiendo que la utilización

P A R T E II EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Tom ografía por em isión d e positrones I C A P Í T U L O 71 371

| CAPÍTULO 71 H T A B L A 71-1

EM ISO R DE
Em isores de p ositrones habituales

S ÍM B O LO S E M IV ID A
j

P O SITR O N E S A P R O X IM A D A

Tomografía por emisión Flúor 18 18p 108 min


Carbono 11 11c 20min
de positrones Nitrógeno 13 »n 10 min
Oxígeno 15 150 2 min
Michael J. Fulham y Armin Mohamed
Rubidio 82 82Rb 76seg
Galio 68 68Ga 68 min

2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

que tenga las adecuadas características químicas del compuesto


final, y puede entonces ser inyectado por vía intravenosa o inha­
lado (p. ej., un gas) por el paciente. El término radiotrazador se
• La captación de l8F-fluorodesoxiglucosa (FDG) está aumentada en los utiliza porque se inyecta o inhala en cantidades mínimas, que son
tumores malignos de alto grado en virtud de la expresión del transporta­ capaces de participar en el proceso de interés (p. ej., el metabo­
dor de glucosa y una respiración ineficiente; los tumores bien diferencia­ lismo de la glucosa) pero no lo altera.
dos o de bajo grado presentan una captación de FDG levemente aumentada. El proceso de caída de la radiactividad comienza después de
Determinadas enfermedades benignas pueden presentar una mayor capta­ que el emisor de positrones se haya producido en el ciclotrón.
ción de glucosa.
Dicho proceso continúa dentro del paciente, donde el emisor de
• La tomografía por emisión de positrones (positron emission tomography; positrones viaja una pequeña distancia (milímetros) en los tejidos
PET) con FDG y la tomografía computarizada (TQ, PET/TC, proporcionan
antes de colisionar con un electrón, momento en el que se ani­
información funcional y anatómica de un valor incalculable para la evalua­
ción (estadificación y reestadificación) de una serie de neoplasias malignas.
quilan ambas partículas con la producción de dos rayos gamma
La TC mejora la localización de lesiones ávidas de glucosa y, por tanto, faci­
(p. ej., fotones con energías de 511 keV) emitidos con una separa­
lita la estadificación. ción de 180 grados. El equipo de PET, que tiene una disposición
• La captación de FDG refleja el metabolismo celular de la glucosa excepto
circunferencial de los detectores o cristales de centelleo y circui­
en el cerebro, donde refleja sobre todo la actividad sináptica. tos electrónicos asociados, es capaz de detectar los rayos gamma
• Se pueden ver patrones no patológicos de captación aumentada de FDG
resultantes. Por medio de aparatos electrónicos sofisticados y algo­
como consecuencia de efectos fisiológicos normales, con prótesis y marca- ritmos de reconstrucción por ordenador, el equipo proporciona
pasos, y pueden deberse a una mala recogida de los datos de PET y TC. una visión tridimensional de la distribución del radiotrazador. El
• La combinación de PET/TC puede valorar la respuesta al tratamiento antes
radiotrazador PET que más se utiliza en la práctica clínica es la
de que existan cambios en los estudios de imagen estructural convencio­ 18F-fluorodesoxiglucosa (FDG). La desoxiglucosa es un análogo
nales CrC y resonancia magnética [RM]) y puede influir en el tratamiento de la glucosa, y por tanto la FDG-PET proporciona una medida no
de los pacientes por medio de la detección de una ausencia de respuesta invasiva del metabolismo de la glucosa.
precoz en el curso del tratamiento. La PET fue desarrollada a finales de la década de 1970 en el
ámbito de la investigación y durante muchos años su uso quedó
restringido principalmente a las neurociencias. En este contexto,
proporciona una visión interna de muchos aspectos del funciona­
miento cerebral normal y anormal mediante parámetros como el
metabolismo de la glucosa y el oxígeno, el flujo sanguíneo, el pH,
La tomografía por emisión de positrones (PET) es una modali­ el estado de la barrera hematoencefálica, la captación de aminoá­
dad funcional de obtención de imágenes. Puede estudiar y medir cidos, la presencia o concentración de receptores, y la farmacoci-
aspectos del metabolismo de tejidos humanos in vivo. nética de depósito de los agentes quimioterápicos. Los primeros
La emisión de positrones se refiere al hecho físico en el que un equipos de PET eran sencillos, tenían una extensión de campo
positrón, que es un electrón positivo, se emite a partir del núcleo limitada (p. ej., campo de visión [FOV]), a menudo estaban fabri­
de un radioisótopo inestable (PET) de forma que la molécula cados localmente en institutos de investigación y presentaban
pueda retom ar a un estado electrónico estable. Los emisores de tiempos de adquisición de datos largos y baja resolución (p. ej.,
positrones tienen un excesivo número de protones y una carga capacidad para detectar estructuras pequeñas). A lo largo de las
positiva. En la tabla 71-1 se muestran los emisores de positrones décadas posteriores se introdujeron mejoras en la tecnología de
habituales. Los emisores de positrones se producen en ciclotro­ los equipos y los detectores. La resolución mejoró y se incorpora­
nes médicos. Un ciclotrón es un acelerador lineal compacto, que ron a los detectores cristales de centelleo más eficientes, como el
acelera partículas cargadas a altas velocidades y energías. Estas oxiortosilicato de lutecio (LSO) y el oxiortosilicato de gadolinio
partículas están dirigidas a bombardear un objetivo (p. ej., gas o (GSO), que presentaban una emisión de luz mayor y más rápida.
sólido), lo que induce una reacción nuclear dentro de dicho obje­ En 2001 se introdujeron los primeros equipos de PET y tomogra­
tivo y produce un emisor de positrones. Puede entonces incor­ fía computarizada (TC) en la práctica clínica. El equipo de PET/
porarse el emisor de positrones a un compuesto (p. ej., trazador TC, que combina un equipo de TC helicoidal y un equipo PET en
o radiotrazador, lo que indica que es radiactivo) tras una serie de un único dispositivo, ha supuesto el avance más importante en
pasos de marcado radiactivo sintético, que suelen llevarse a cabo la obtención de imágenes clínicas durante la última década1. La
en módulos radioquímicos automatizados. La naturaleza ubicua de incorporación de un equipo TC a un equipo PET tuvo dos ven­
los emisores de positrones permite insertarlos en una gran varie­ tajas inmediatas: una solución para la medición exacta de la ate­
dad de sustratos fisiológicos, compuestos y fármacos. El producto nuación de los fotones por el cuerpo en un tiempo muy corto
final se somete a una serie de controles de calidad para garantizar (< 1 minuto) utilizando el equipo deTC en comparación con los

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372 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

métodos existentes, y un mecanismo para localizar precisamente TÉCNICA


los hallazgos del PET con la anatomía subyacente disponible a tra­
vés del estudio de TC, con una buena correlación de estos conjun­ El m étodo de la 18F-f1uorodesoxiglucosa
tos de datos en una exploración.
Sin embargo, lo que no se anticipó inicialmente fue el impacto La aplicación de la FDG a la medición del metabolismo de la glu­
que tuvieron los datos anatómicos sobre la interpretación de cosa se basa en el método de la [14C]desoxiglucosa descrito por
las imágenes y el acortamiento del tiempo de exploración y el Sokoloff y cois.3 para el estudio del metabolismo cerebral de la
aumento del flujo de pacientes a medida que equipos electrónicos glucosa en el cerebro de la rata albina en 1977. Sokoloff y cois.
y detectores más rápidos (p. ej., LSO y GSO) sustituían a los mate­
riales detectores más antiguos, como el germanato de bismuto
(BGO) y el yoduro sódico (Nal). La capacidad de localizar con pre­
cisión los focos anómalos de captación de FDG aumentada con
la ayuda de la TC ha potenciado la interpretación de los estudios
y mejorado las estadificaciones2. La localización precisa de focos
de enfermedad metastásica en una variedad de neoplasias malig­
nas afecta al tratamiento de los pacientes. En nuestra experien­
cia, hemos pasado de realizar nueve estudios de pacientes en un
equipo PET con detectores BGO durante 12 horas al día, a llevar
a cabo de 20 a 24 estudios de PET/TC con un equipo PET/TC de
LSO durante 10 horas al día (fig. 71-1). Hemos llevado a cabo el
mismo número de estudios en 3 años con el equipo de PET/TC
que los que antes hacíamos en una década con un equipo sólo de
PET (fig. 71-2). Los equipos exclusivos de PET han quedado esen­
cialmente obsoletos. El futuro inmediato es la PET/TC, para la cual
se están incorporando los continuos avances en la tecnología de
TC al equipo, con mejora de la instrumentación PET (p. ej., FOV
extendido), de la electrónica y de los programas (p. ej., tiempo de
vuelo, algoritmos de reconstrucción). En 2001, cuando se utiliza­ F IG U R A 7 1 -2 Histogramas seriados desde el comienzo de las exploraciones
ron los primeros equipos de PET/TC en la práctica clínica, la TC en nuestra institución, en 1992, que muestran el flujo anual de pacientes. El
helicoidal proporcionaba de uno a cuatro cortes, mientras que equipo inicial (ECAT 951) tenía detectores de germanato de bismuto (BGO)
los equipos de PET/TC actuales de 2007 son TC helicoidales de y fue sustituido por nuestro primer equipo PET/TC en 2003. Este equipo
64 cortes combinados con un equipo PET de detectores LSO o PET/TC tenía detectores de oxiortosilicato de lutecio (LSO) y se estudió con él
GSO (fig. 71-3). a más de 13.000 pacientes en algo más de 3 años. El LSO Biograph Truepoint
se instaló a finales de 2006.

Miércoles, 16 de agosto de 2006 Programa, datos y coord, del técnico

Citado Hora Salida


Edad / Altura/ para colocación En de
Sexo Peso Tip o de estudio N. camas Brazos llegar vía Inyección cama Retraso cama
1 34 V 185/78 C E Tejido blando 8<£ ) 3 m n abajo 7:00 7:15 7:27 8:27 9 min 9:00
2 71 V 180/90 C E Pulmón 8<É ) 3 m n arriba 7:10 7:35 8:05 9:08 0 min 9:30
3 74 V 163/72 C E Pulmón 7<£ ) 3 m n abajo 7:30 8:06 8:36 9:36 0 min 9:57
4 26 V 175/80 C E Hem 7(£ ) 3 m n abajo 7:40 8:33 9:03 10:03 0 min 10:24
5 56 V 170/107 C E C yC 2<É ) 3 m n abajo 8:10 9:00 9:30 10:03 -3 min 10:33
6 56 V 170/107 C E C yC 3(£ ) 4 m n arriba 8:15 9:09 9:39 10:39 0 min 10:51
7 *17 M 188/82 C E Hem 6<£ 2 m n abajo 8:45 9:27 9:57 10:57 2 min 11:11
8 22 V / Neuro Hem 1 (£) 30 m n 8:50 9:57 10:27 11:17 4 min 11:51
9 34 V 180/78 C E Tejido blando 7 (£) 3 m n abajo 9:00 10:27 10:57 11:57 0 min 12:18
10 52 V 180/79 C E Off 7<£ ) 3 m n abajo 9:00 10:27 10:57 11:57 0 min 12:18
11 *19 M 161/80 C E Tejido blando 6(£ 2 m n abajo 9:45 11:21 11:51 12:51 0 min 13:03
12 22 V / Neuro Ref_Epi 1 <£) 10 m n 10:00 11:49 12:19 13:09 0 min 13:19
13 72 V 168/65 C E Pulmón 7<£ ) 3 m n abajo 11:00 11:55 12:25 13:25 0 min 13:46
14 50 M 158/57 C E Hem 6(£ 2 m n abajo 11:15 12:22 12:52 13:52 0 min 14:04
15 *50 M 173/45 C E C yC 5<É 2 m n abajo 11:45 12:40 13:10 14:10 0 min 14:20
16 *23 M 160/89 C E Hem 6(£ 2 m n abajo 12:15 12:56 13:25 14:26 0 min 14:38
17 54 V 163/75 C E C yC 6<É ) 3 m n abajo 12:45 13:14 13:44 14:44 0 min 15:02
18 70 M / Tumor neuroencef 1 (£), 10 m n 12:50 13:84 14:18 15:08 0 min 15:18
19 52 M 155/80 C E Off 6(£ 2 m n abajo 13:00 13:54 14:24 15:24 0 min 15:18
20 51 M 149/44 C E Hem 6<É 2 m n abajo 13:29 14:12 14:42 15:42 4 min 15:58
21 55 V 172/90 C E Hem 7(£ ) 3 m n arriba 13:45 14:34 15:04 16:04 0 min 16:25
22 47 V 180/85 C E Pulmón ) 3mn abajo 14:10 15:01 15:31 16:31 0 min 16:52
23 53 M 165/69 Cardíaco 1 <É) 10 m n abajo 14:30 15:28 15:58 16:58 0 min 17:08
‘ Comprobar embarazo.
M, Mujer; V, Varón.

F IG U R A 71-1 Plan de estudio de pacientes de un día en 2006. Se han eliminado los detalles de los pacientes, pero se muestran su altura y peso (en cm y kg) ya
que determinan la extensión del estudio, excepto en estudios neurológicos (n.° 8,12,18). Se enumera el momento de la inyección del isótopo. La duración del
estudio es el tiempo entre «activación de cama» y «desactivación de cama» o el número de camas multiplicado por el tiempo por posición de cama indicado en
la columna N.° camas.

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Tom ografía por em isión d e positrones I C A P Í T U L O 71 373

es un método ineficiente de producción de energía, pero está


potenciado por los tumores malignos. Un principio general de la
utilización de la FDG-PET en oncología es que los tumores malig­
nos tienen una captación aumentada de FDG, pero los tumores
bien diferenciados (p. ej., los gliomas de bajo grado y el carcinoma
de próstata) tienen una captación de FDG mínima4. La FDG-PET
no es un buen método para determinar la extensión de tumores
bien diferenciados. Existen otras consideraciones o excepciones
importantes:
• El cerebro puede metabolizar sólo glucosa para uso energético,
y un estudio de FDG cerebral muestra una captación ávida del
trazador en el cerebro. El metabolismo de la glucosa se loca­
liza en las terminales sinápticas más que en el cuerpo de las
células, lo que es importante recordar a la hora de interpretar
F IG U R A 7 1 -3 Equipo de tomografía por emisión de positrones Biograph los estudios de PET cerebrales, en los que se pueden observar
Truepoint de 64 cortes y equipo de tomografía computarizada (PET/TQ con efectos remotos de la interrupción de los axones largos.
un campo de visión PET extendido de 22 cm. • Procesos inflamatorios agudos (p. ej., una neumonía) y cró­
nicos pueden presentar un marcado aumento de la captación
de la FDG, donde la captación de la glucosa se localiza en los
macrófagos.
1 8 F D G -^ 18FDG-6-fosfato (FDG-6P) • En algunas condiciones benignas (p. ej., pólipos intestinales,
sinovitis villonodular pigmentada, astrocitomas pilocíticos,
macroadenomas hipofisarios no funcionantes) hay una capta­
T G LU Célula ción aumentada de la FDG, similar al grado que se observa en
tumores malignos.
• Se puede apreciar una captación menos marcada de la FDG en
los cambios degenerativos de la columna vertebral que afectan
a las facetas articulares y en otras articulaciones.

Técnica de la tom ografía por emisión


de positrones y de la tom ografía
computarizada en la práctica clínica
Las aplicaciones de la PET/TC en la práctica clínica para pacien­
tes en cuidados paliativos se suele restringir al uso de la FDG. Se
han utilizado ligandos PET (p. ej., n C-carfentanilo, 18F-ciclofoxi)
dirigidos a receptores opioides en un contexto experimental para
estudiar epilepsias focales y estados dolorosos, pero no tienen un
papel demostrado en la práctica clínica.
Los estudios de FDG-PET/TC pueden dividirse en los de cuerpo
completo y los neurológicos. Todos los estudios se realizaron tras
la inyección intravenosa de FDG (la dosis inyectada depende del
peso del paciente) y después de un intervalo para la captación. El
período de captación es el tiempo que transcurre desde que se
inyecta el trazador PET hasta que se realiza el estudio. Durante el
período de captación, el trazador circula a través del cuerpo y se
F IG U R A 7 1 -4 Representación esquemática de la captación de
localiza preferentemente en tejidos concretos. La FDG es excre­
18F-fluorodesoxiglucosa (FDG). Las tasas constantes describen el
tada por los riñones y se acumula entonces en la vejiga.
movimiento de la FDG desde los capilares hasta el espacio intersticial y de
La preparación y la técnica de exploración de los pacien­
nuevo a los capilares. K3 describe la entrada de FDG a la célula a través de
tes puede variar entre centros. Nuestros procedimientos, que se
han utilizado con ligeras modificaciones en más de 27.000 estu­
transportadores de glucosa (TGLU), donde queda atrapada y es fosforilada a
dios de pacientes (PET y PET/TC), se describen en las secciones
FDG-6-fosfato. K4 describe la desfosforilación de parte de la FDG-6-fosfato.
siguientes.
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

aportaron un modelo matemático con tasas constantes para esti­ Estudios de cuerpo com pleto
mar la utilización de la glucosa en términos de miligramos de
Nuestra técnica para el estudio de cuerpo completo es la
glucosa por 100 g de tejido por minuto. La FDG es captada por
siguiente:
las células mediante uno de los transportadores de glucosa que
están sobreexpresados en los tumores malignos. La FDG es más • Los pacientes ayunan durante 6 horas antes de la inyección del
tarde fosforilada por la hexocinasa fluorodesoxiglucosa-6-fosfato isótopo.
(FDG-6-P), pero la FDG-6-fosfato no puede participar en otros • Se explica el estudio a los pacientes; se obtienen una anamne­
pasos del ciclo glucolítico y queda atrapada efectivamente en sis clínica abreviada y el consentimiento informado; se retiran
la célula (fig. 71-4). La fosforilación de la FDG a FDG-6-P refleja, los objetos metálicos porque pueden producir artefactos en el
por tanto, la utilización celular de la glucosa. El ciclo glucolítico estudio porTC.

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374 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

• Se coloca una vía intravenosa en una vena periférica para la sangre; la hiperglucemia no se trata, y la decisión de continuar
inyección del isótopo y se mantiene permeable mediante suero con el estudio la toma el médico al cargo del procedimiento.
salino heparinizado. Se mide el nivel de azúcar en sangre; no se • Se pueden obtener datos electroencefalográficos en vídeo
trata la hiperglucemia y la decisión de continuar con el estudio antes del estudio y durante el período de captación en pacien­
la toma el médico al cargo del procedimiento. tes con una anamnesis de crisis comiciales. La actividad epi­
• Se puede administrar sedación oral (normalmente 2,5 a léptica antes de la exploración puede dar lugar a regiones
5,0mg de diazepam) si el paciente está ansioso, nervioso o es focales de aumento de metabolismo y de hipometabolismo de
claustrofóbico. la glucosa en el estudio completado.
• Al paciente se le inyectan 350 MBq de FDG mientras se encuen­ • No se administra sedación porque la mayoría de sedantes redu­
tra tranquilamente tumbado en una camilla o cama. Se le pide cen el metabolismo cerebral de la glucosa. Cuando de manera
que no hable y que permanezca quieto durante el período de excepcional se precise sedación, se administra un anestésico
captación. de acción corta con apoyo anestésico completo una vez com­
• El período de captación es de 60 minutos. Antes de ser colo­ pletado el período de captación e inmediatamente antes de
cado en la mesa de exploración se le pide al paciente que trasladar al paciente a la mesa de exploración.
vacíe la vejiga. • Se inyectan 350 MBq de FDG al paciente mientras se encuen­
• Se coloca al paciente en la mesa de exploración y se le pide tra tumbado en una camilla o cama. Se le cubren los ojos y los
que permanezca quieto. Se le estudia con los brazos por oídos para disminuir la estimulación sensorial y se le pide que
encima de la cabeza si su peso es superior a 90 kg; de lo con­ no hable durante el período de captación.
trario, se le explora con los brazos en los costados, lo que le • El período de captación es de 45 minutos.
resulta más cómodo. • Se coloca al paciente en la mesa de exploraciones y se limita el
• La extensión de la exploración comprende por lo general movimiento de la cabeza con fijaciones. Se realiza primero la
desde el vértice craneal hasta la parte superior de los muslos TC y a continuación la adquisición de datos PET.
(unos 90 cm) y se mide en camas; una cam a indica la longi­ • La duración total de la prueba es de 8 minutos.
tud del eje z del FOV del equipo y normalmente es de 16 cm,
excepto en el Biograph Truepoint (v. fig. 71-3). Los miembros El movimiento de la cabeza puede dar lugar a registros
erróneos en los datos deTC y de PET, lo cual puede producir arte­
inferiores se estudian si el tumor está localizado en los mismos
factos en las imágenes. Los programas de análisis de PET/TC per­
o si existe indicación clínica.
• Cuando comienza la exploración, se realiza primero el estu­ miten que los datos de TC y PET se superpongan o fusionen, lo
dio porTC a lo largo de la extensión deseada. Normalmente se que se puede utilizar para detectar y corregir errores de registro.
Los corticoides producen una reducción marcada y generalizada
tarda menos de 60 segundos.
• La adquisición de la PET sigue al estudio de la TC desde del metabolismo cerebral de la glucosa, que es independiente de
la cabeza hasta la parte superior de los muslos, lo que es cualquier efecto sobre los niveles de glucosa en sangre.
importante para pacientes claustrofóbicos, porque la cabeza
comienza a salir del núcleo del equipo durante el transcurso
de la exploración.
• La duración del estudio depende del peso del paciente y varía INDICACIO NES Y CO NTRAINDICACIONES
entre 16 y 30 minutos. La FDG PET/TC tiene indicaciones generales y otras en el con­
• Al completarse la exploración se retira la vía intravenosa. Se texto de los cuidados paliativos:
aconseja a los pacientes que beban líquidos durante las siguien­
tes 4 a 6 horas.
La exposición a la radiación se encuentra en un rango de 12 a Indicaciones generales
15mSv. Los diabéticos no están excluidos, pero la hiperglucemia
produce un mal índice señal-ruido porque la FDG compite con Aunque la PET fue desarrollada para las neurociencias y se aplicó
la glucosa circulante para su captación tisular. El resultado final posteriormente a la evaluación del músculo cardíaco viable antes
es lina menor captación cerebral de FDG e imágenes «con ruido» de una derivación coronaria, la principal indicación de la PET/TC
porque la dosis del trazador de FDG compite con la glucosa por la es la estadificación y reestadificación del cáncer5,6. En nuestro
captación facilitada. centro, más del 90% de los estudios PET/TC se llevan a cabo en el
contexto de un cáncer. Sin embargo, la aplicación local de la PET/
TC está influida hasta cierto punto por la disposición de fondos
Exploraciones neurológicos (p. ej., pólizas de seguros, reembolsos de Medicare), la experien­
Nuestra técnica para las exploraciones neurológicas es la cia local, la disponibilidad de isótopos PET (p. ej., FDG), la expe­
siguiente: riencia en oncología local y las características demográficas de la
población local.
• Los pacientes ayunan 6 horas antes de la inyección del isótopo. El término oncología es un nombre inapropiado, hasta el
• Se explica el estudio al paciente. También se le pregunta si punto de que, a excepción de los linfomas, el principal papel de
tiene claustrofobia, pero la claustrofobia es un problema menor la PET/TC en nuestro centro ha sido en el contexto oncológico
dada la corta duración de la prueba. Se obtienen una anamne­ quirúrgico. En nuestra experiencia, el resultado del estudio PET/
sis clínica breve y el consentimiento informado. TC determina a menudo que un paciente sea sometido a cirugía,
• Se coloca una vía intravenosa en una vena periférica para la y por tanto es imperativo que la interpretación de estos estudios
inyección del isótopo. Se mantiene la permeabilidad de la vena sea precisa. Esta información es necesaria para indicar qué indi­
mediante suero salino heparinizado. Se puede colocar una viduos serán sometidos a una cirugía y para evitar que se lleven
segunda vía venosa en una vena periférica distal en un miem­ a cabo intervenciones quirúrgicas innecesarias y con morbilidad,
bro superior caliente para tomar muestras sanguíneas (p. ej., y quimiorradioterapias en pacientes con enfermedad incurable
toma de muestras de sangre venosa arterializada), que pueden (fig. 71-5).
más tarde utilizarse para obtener datos cuantitativos (mili­ Según nuestra experiencia a lo largo de la pasada década la
gramos de glucosa/gramos de tejido/minuto) sobre el meta­ PET/TC ha desempeñado un papel principal en la evaluación pre-
bolismo cerebral de la glucosa. Se mide el nivel de azúcar en quirúrgica y la estadificación de las siguientes enfermedades:

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Tom ografía por em isión d e positrones I C A P Í T U L O 71 375

Carcinoma pulmonar de células no pequeñas (CPCNP) y • Sospecha de tumores cerebrales primarios.


nodulos pulmonares solitarios.
Se ha utilizado la combinación PET/TC para evaluar la sospe­
Linfomas (p. ej., linfoma de Hodgkin y linfoma no Hodgkin).
cha de recidiva tumoral en las siguientes condiciones:
Melanoma metastásico antes de una cirugía mayor.
Cánceres de cabeza y cuello. • Neoplasias urogenitales, incluidos carcinomas testiculares y de
Carcinoma colorrectal metastásico cuando se sospecha reci­ células transicionales.
diva local o metástasis hepáticas y pulmonares. • Cánceres ováricos, uterinos y cervicales.
Carcinomas de esófago, estómago, vesícula, árbol biliar o • Carcinomas de cabeza y cuello, incluido el cáncer de tiroides.
páncreas. • Sarcomas de partes blandas y hueso.
Sarcomas de partes blandas y hueso. • Cáncer de mama.
Carcinoma cervical primario. • CPCNP
Carcinoma anorrectal. • Linfomas.
Carcinoma de primario desconocido. • Tumores cerebrales.

F IG U R A 7 1 -5 A un hombre de 60 años de edad se le ha diagnosticado recientemente un carcinoma de pulmón de células no pequeñas (CPCNP) en el lóbulo
superior del pulmón derecho. El tumor sospechoso deT4fue estudiado en el equipo BiographTruepoint combinado de tomografía por emisión de positrones
y tomografía computarizada (PET/TC). Los hallazgos de la PET/TC indicaron una extensa afectación ganglionar y metástasis cerebrales compatibles con estadio
IV de la enfermedad. A, Imágenes coronales de 18F-fluorodesoxiglucosa PET (FDG-PET) (fila superior) y TC con presentación de ventana de partes blandas
(fila inferior) que muestran un tumor con marcada avidez por la glucosa en el lóbulo superior derecho y extensión al mediastino (flecha única); la afectación
ganglionar mediastínica adyacente es subcarinal, paratraqueal y paraesofágica (flechas múltiples); y hay afectación ganglionar supraclavicular derecha (punta
de flecha). Los hallazgos globales son compatibles con enfermedad T4N3 (estadio IIIB). B, Imágenes de FDG-PET transaxial (imagen superior), TC con parámetros
de ventana de pulmón (imagen media) y fusionadas de PET/TC (imagen inferior) que muestran cómo la masa se extiende directamente al mediastino con
compresión de la vena cava superior, hallazgos compatibles con un tumor T4.

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376 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

Lewy, parálisis supranuclear progresiva, atrofia sistémica múltiple,


demencia frontotemporal y enfermedades por priones. La PET/TC
ayuda en la evaluación preoperatoria de tumores cerebrales pri­
marios sospechados o demostrados y para establecer la diferencia
entre recidiva tumoral y necrosis por radiación cuando se ha tra­
tado un tumor cerebral primario (fig. 71-6)4,5.
En pacientes con cardiopatías, la PET es el estándar de referen­
cia para la identificación precisa de un miocardio viable. El con­
texto clínico habitual se produce cuando se está considerando
realizar una intervención quirúrgica (p. ej., colocación de un
bypass).

Indicaciones en el contexto de los pacientes


en cuidados paliativos
En nuestra experiencia clínica, el número de solicitudes que
recibimos de médicos de cuidados paliativos es pequeño, lo que
sugiere que este es un territorio relativamente indefinido. Sin
embargo, nosotros sugerimos que debe considerarse la PET/TC en
el contexto de cuidados paliativos en las siguientes situaciones:
• Estadificación precisa de una neoplasia maligna con el fin de
identificar los puntos de enfermedad.
• Dolor intratable (p. ej., pélvico, óseo, plexo braquial).
• Valoración de enfermedad ósea metastásica.
• Valoración de la respuesta o falta de respuesta al tratamiento.

Contraindicaciones
No existen verdaderas contraindicaciones para realizar estudios
FDG PET/TC. No se han descrito efectos colaterales o alergias
como consecuencia de la FDG.
La hiperglucemia es una contraindicación relativa para este
tipo de estudio porque a medida que aumenta la glucosa en san­
gre, disminuye progresivamente el índice señal-ruido. En muchos
estudios por PET publicados en la literatura médica se excluye
a los diabéticos dada la escasa calidad técnica de las exploracio­
nes. En nuestra experiencia, a no ser que los niveles de glucosa
en sangre sean muy elevados (>18mmol/l), la calidad de los estu­
dios es suficiente para su validez. Si resultan insatisfactorios hay
que repetir el estudio cuando el nivel de glucosa en sangre sea
menor. No intentamos reducir el nivel de glucosa con insulina
antes del estudio porque ello aumenta la captación de FDG por el
músculo.
FIG U RA 71 -5 (cont.) C, Imágenes transaxiales de FDG-PET (superior), TC
(media) y fusionadas (inferior) del cerebro que muestran edema vasogénico
en la sustancia blanca de los lóbulos frontal y occipital derechos (flechas de
línea continua) debido a metástasis cerebrales; la flecha de línea discontinúa CO MPLICACIONES
muestra la metástasis occipital en la TC sin contraste. Los hallazgos fueron
Los estudios PET/TC son procedimientos seguros y nunca se han
confirmados por resonancia magnética. Las metástasis cerebrales son a descrito casos de efectos adversos durante o después de la reali­
menudo pequeñas y necróticas y no visibles por FDG-PET. zación de este tipo de estudio. Cada vez más la atención se cen­
tra en la exposición a la radiación relacionada con los estudios en
imagen, y aunque ello no es una causa de preocupación en el caso
Se han utilizado los estudios PET/TC para evaluar las respues­ de la población en cuidados paliativos, la exposición con nues­
tas al tratamiento y la extensión del tumor residual. Esto se ilus­ tra aproximación se encuentra entre 8 y 9mSv para un estudio
tra mejor con los linfomas y los tumores gastrointestinales (GIST), neurológico y entre 12 y 15mSv para un estudio de cuerpo com­
pero cualquier tumor que muestre un aumento marcado de la cap­ pleto, dependiendo de si la TC es un equipo dual o de 64 cortes
tación de FDG antes de la quimioterapia o la radioterapia resulta (v. «Consejos útiles e inconvenientes»).
adecuado para una evaluación postratamiento con FDG-PET/CT.
Se ha utilizado la combinación PET/CT para evaluar pacientes
con neoplasias malignas previas y marcadores tumorales eleva­ PERSPECTIVAS FUTURAS
dos (p. ej., antígeno carcinoembrionario, antígeno de cáncer 125,
alfafetoproteína). En el futuro se podrá disponer de radiotrazadores PET que sean
En las neurociencias se han utilizado los estudios PET/TC para más específicos para los sustratos moleculares de malignidad y
evaluar la epilepsia refractaria antes de la cirugía. La modalidad generación del dolor. Los desarrollos de la instrumentación (p.
también es útil en el diagnóstico de enfermedades neurodegene­ ej., cortes deTC aumentados a 128, FOV extendido) y de progra­
rativas, incluidas demencia, enfermedad difusa con cuerpos de mas informáticos (p. ej., adquisición de datos en tiempo de vuelo,

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Tom ografía por em isión d e positrones I C A P Í T U L O 71 377

m
I
A A ft

f f ' f f ft?

F IG U R A 7 1 - 6 Un hombre de 66 años de edad presentaba sospecha de recidiva de un linfoma no Hodgkin (LNH) de células B grandes en su pulmón derecho.
Los hallazgos de la fusión de tomografía por emisión de positrones y tomografía computarizada (PET/TC) mostraron enfermedad diseminada no sospechada.
A , Las imágenes coronales de 18F-fluorodesoxiglucosa PET (FDG-PET) (imagen superior) yTC con parámetros de ventana de partes blandas (imagen inferior)
muestran muchos focos con marcada avidez por la glucosa que afectaban al vértice del pulmón derecho, a los campos pulmonares, a ambos húmeros proximales
y a ganglios y visceras en el abdomen superior. Hay captación normal de la FDG en el cerebro y existe acúmulo de la FDG a nivel de la pelvis en la vejiga.
B, Imágenes de FDG-PET transaxial (superior), TC con parámetros de ventana de hueso (centro) y fusionadas de PET/TC (inferior) a nivel del vértice de los pulmones
que muestran la afectación muy extensa del pulmón y de la pleura adyacente y la infiltración focal de la médula ósea (flechas) de ambos húmeros proximales.

Consejos útiles e inconvenientes

1 N ada sustituye a u na am plia experiencia e n la interpretación exacta 1 Se p u ed e observar u n marcado increm ento e n la captación d e la
d e los estudios p o r tom ografía p o r em isión de positrones con FDG, norm al y fisiológico e n m uchos tejidos:
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

18F-fluorodesoxiglucosa (FDG) y tomografía com putarizada Sim étricam ente e n los tejidos blandos d e la p a rte p osterior del
(PET/TC). cuello, ambas fosas supradaviculares, el m ediastino superior, las
' Una falta d e correlación e n tre los datos d e PET y TC n o es infre­ uniones costovertebrales e n la p arte posterior, las axilas (p. ej.,
cu en te y d e b e identificarse, ya q ue u n a confianza excesiva e n las «captación d e la grasa parda» e n p acientes ansiosos).
im ágenes fusionadas p u e d e inducir a error. La falta de correlación En el intestino (en el abdom en).
p u e d e te n e r varias causas: Como artefacto p o r la presencia d e contraste yodado oral e n el
Fisiológicas: e n la interfase pulm ón-hígado, debido al m ovimiento intestino (relacionado c o n laTC).
respiratorio; la excreción d e FDG e n los uréteres y el acúmulo En relación c on una prótesis com o artefacto (relacionado c on laTC).
e n la vejiga a m edida q u e se adquiere el estudio; e n el intestino, En los m úsculos debido a u n esfuerzo previo al e studio y si el
d ebido al peristaltismo. paciente n o ha ayunado antes del mismo.
Producidas p o r el m ovim iento: el m ovim iento d e la cabeza o el 1 Se puede ver u n aum ento d e la captación d e FDG e n adenopatías hilia-
tro n co y los m iem bros d urante la adquisición d el estudio p roduce res y mediastínicas debido a una inflamación granulomatosa (p. ej.,
u na mala alineación e n tre laTC y la PET. silicosis, sarcoidosis) y e n o tros lugares d ebido a u na inflamación.

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378 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

CAPÍTULO 72
Pruebas de la función cardíaca
David F. J. Raes, Bart Van den Eynden y Viviane Conraads

© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

P U N T O S
» Las cardiopatías son frecuentes en la medicina paliativa.
» La presentación clínica es a menudo inespecífica.
» El diagnóstico es importante porque las cardiopatías producen morbilidad y
mortalidad significativas.
» El electrocardiograma y el ecocardiograma son pruebas de despistaje no
invasivas bien toleradas que se realizan en poco tiempo y que proporcionan
información relevante.
> Se llevan a cabo otras pruebas de la función cardíaca para indicaciones
específicas.

•I La función cardíaca es la capacidad que tiene el corazón para


• • mantener una circulación adecuada en cualesquiera condiciones.
La disfunción cardíaca se manifiesta con signos y síntomas que
son inespecíficos en el contexto paliativo: disnea y edemas, fatiga
e hipotensión, dolor torácico y palpitaciones.
La enfermedad cardiovascular tiene unas tasas de morbilidad
FIG U RA 71 -6 (cont.) C, Imágenes transaxial de FDG-PET (superior), TC con y mortalidad elevadas y es prevalente en cuidados paliativos (v.
parámetros de ventana de hueso (media) y fusionadas de PET/TC (inferior) cap. 184). Es frecuente que haya enfermedad cardiovascular, el tra­
a nivel del abdomen superior, que muestran muchos focos de afectación tamiento oncológico puede producir una cardiopatía y el corazón
en el hígado, el bazo, los ganglios abdominales superiores (flechas de línea puede ser parte del proceso maligno (p. ej., derrame pericárdico
punteada) y la afectación focal del pedículo izquierdo de un cuerpo vertebral maligno, lesiones metastásicas). Por todas estas razones es impor­
torácico. tante hacer una detección precoz y adecuada en esta población.
Existen muchas pruebas para analizar la función cardíaca, pero no
todas ellas son igualmente relevantes en la medicina paliativa. Las
algoritmos de reconstrucción tridimensional) mejorarán la reso­ siguientes preguntas pueden ayudar a elegir la prueba adecuada
lución de las imágenes, acortarán los tiempos de exploración y en una situación clínica particular:
mejorarán el flujo de pacientes. Se están desarrollando equipos
combinados de PET/RM. • ¿Contribuye la prueba al cuidado paliativo? Sólo lo hace si con­
duce a un tratamiento que alivie los síntomas.
• ¿Qué cardiopatías se pueden tratar y encontrar? ¿Cómo se
B I B L I O G R A F Í A manifiestan y cómo las descubrimos? ¿Para qué síntoma debe­
mos realizar qué tipo de prueba?
1. Beber T, Townsend DW, BrunT, et al. A combined PET/CT scanner for clinical • ¿Contribuye la prueba al pronóstico? La respuesta depende de
oncology. J Nucl Med 2000;41:1369-1379-
2. Czemin J (ed). PET/CT in cancer patient management. J Nucl Med las opciones de tratamiento y del pronóstico general. El pro­
2007;48(Suppl 1):S1-S88. nóstico es normalmente corto cuando el paciente está en una
3- Sokoloff L, Reivich M, Kennedy C, et al. The l4C-deoxyglucose method for residencia para enfermos terminales, pero puede ser mucho
the measurement of local cerebral glucose utilization: Theory procedure and más largo para alguien con un carcinoma metastásico de
normal values in the conscious and anesthetized albino rat. J Neurochem
1977;28:897-916.
mama. En este caso, puede tener sentido un procedimiento de
4. Di Chiro G. Positron emission tomography using [lsF]fluorodeoxyglucose revascularización con intervención percutánea coronaria (IPC).
in brain tumors: A powerful diagnostic and prognostic tool. Invest Radiol Si el paciente se encuentra en fase terminal, el centro de aten­
1987;22:360-371. ción se desplaza del pronóstico al tratamiento sintomático. La
5. Fulham MJ, Di Chiro G. Positron emission tomography and 'H-spectroscopic misma prueba de la función cardíaca que es útil y tiene sentido
imaging. In Berger MS, Wilson CB (eds). The Gliomas. Philadelphia: WB
Saunders, 1999, pp 295-317.
en una situación de cuidados paliativos precoces carece de
6. Ell PJ. The contribution of PET/CT to improved patient management. Br J sentido en la fase terminal. La diferenciación entre tratamiento
Radiol 2006;79:32-36. sintomático y pronóstico no es clara y cambia dinámicamente

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Pruebas de la fu n d ó n cardíaca I C A P ÍT U L O 7 2 379

a lo largo del tiempo. La elección de las pruebas de la función Electrocardiografía


cardíaca cambia en consonancia.
• ¿Se tolera bien la prueba o es perjudicial? ¿Cuál es la tasa de Electrocardiogram a
complicaciones?
• ¿Es la prueba costosa? ¿Está la prueba disponible o debemos El electrocardiograma (ECG) es la exploración cardíaca básica.
desplazar al paciente? ¿Hay lista de espera? Electrodos cutáneos fijados en localizaciones concretas del tórax
y de las extremidades detectan el campo eléctrico cambiante del
¿Qué estamos buscando, cuándo y cómo lo buscamos, y qué corazón durante su contracción y relajación. La señal es transmi­
podemos hacer con ello? Las siguientes patologías son frecuentes, tida a un electrocardiógrafo (fig. 72-1). Se trata de una representa­
detectables y tratables: ción gráfica de voltaje versus tiempo, también conocida como ECG
• La insuficiencia cardíaca, como la producida por la toxicidad clásico de 12 derivaciones (fig. 72-2). El ECG se utiliza para diag­
secundaria a la quimioterapia, se puede manifestar con disnea nosticar pericarditis, síndromes coronarios agudos y trastornos del
y edemas (v. cap. 79). La ecocardiografía proporciona de forma ritmo y la conducción. Esta prueba no valora la contractilidad1.
Las indicaciones para un ECG incluyen sospecha de arritmias
rápida un diagnóstico y ayuda a diferenciar la insuficiencia
cardíaca de la embolia pulmonar (v. cap. 185). La medicación (p. ej., palpitaciones o bradicardia, taquicardia e irregularidad), sos­
pecha de una causa cardíaca de dolor torácico o disnea, y síncope
logra un alivio rápido de los síntomas e incluso beneficia el
y shock. Entre sus contraindicaciones se encuentra la patología
pronóstico.
cutánea grave y abierta. La dermatitis por radiación y heridas qui­
• El taponamiento cardíaco debido a un derrame pericárdico
rúrgicas recientes son contraindicaciones relativas (p. ej., limi­
maligno se puede manifestar con disnea e hipotensión. La eco-
tan el número de electrodos). Los movimientos incontrolables y
cardiografía lo diagnostica fácilmente. La punción pericárdica
el temblor limitan la calidad y dificultan la interpretación de los
inmediata salva la vida del paciente y es paliativa.
resultados, pero no son contraindicaciones.
• La fibrilación auricular y otras arritmias se pueden manifestar
con palpitaciones, insuficiencia cardíaca o angina (v. cap. 80). Los electrocardiógrafos son portátiles. No requieren ninguna
preparación especial del paciente, pero el tórax debe estar libre
Con el ecocardiograma se obtiene fácilmente el diagnóstico a
de ropa, vendajes y apósitos. El procedimiento sólo requiere unos
pie de cama. La medicación alivia los síntomas de forma rápida.
pocos minutos (v. «Consejos útiles e inconvenientes»). No tiene
• La angina de pecho y la isquemia cardíaca son frecuentes en
complicaciones significativas.
pacientes de edad avanzada, pero pueden estar causadas por el
tratamiento anticanceroso (p. ej., 5-fluorouracilo). En medicina
paliativa, la enfermedad coronaria es un tema complejo con
Consejos útiles e inconvenientes
muchas pruebas y tratamientos, que van desde no invasivas a
invasivas, y de sintomáticos a pronósticos. La prueba de elec­ 1. La incorrecta colocación d e los electrodos p ro duce patrones de
ción es diferente en cada caso. enferm edad falsos.
2. U na incorrecta calibración d e la escala tem poral d el p apel de regis­
tro p ro duce u na bradicardia o taquicardia falsas.
3- El tem blor p uede producir falsas arritmias graves.
4. Los movim ientos respiratorios pu e d en producir oscilaciones de la
LAS PRUEBAS línea base y falsos signos d e isquemia.
Las siguientes secciones describen la elección de la prueba. Las 5. Cualquiera p uede realizar la prueba, p ero sólo m édicos c o n expe­
técnicas pueden ser no invasivas y bien toleradas, semiinvasivas o riencia d e ben interpretar los resultados.
peor toleradas, o invasivas. La tabla 72-1 muestra el tipo de prueba.

j—I T A B L A 72-1 Grado de invasividad de las pruebas

PRUEBA NO INVASIVA Y BIEN SEMIINVASIVA 0 MENOS INVASIVA


TOLERADA BIEN TOLERADA
Electrocardiograma Sí
Electrocardiograma de esfuerzo Sí
Monitorización con Holter electrocardiografía) Sí
Ecocardiografía Sí
Ecocardiografía transtorácica Sí
Ecocardiografía transesofágica Sí
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

Ecocardiografía de esfuerzo
Pruebas de imagen de perfusión miocárdica, imágenes en Sí
reposo
Pruebas de imagen de perfusión miocárdica, imágenes en Sí
situación de estrés
Ventriculografía con radionúclidos Sí
Resonancia magnética cardíaca Sí
Tomografía computarizada coronaria Sí
Angiografía invasiva coronaria y ventricular Sí

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380 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

El ECG sigue siendo una prueba fundamental de la función car­


díaca. No es invasiva y se tolera bien, y aporta información útil en
el contexto de los cuidados paliativos. Está ampliamente disponi­
ble a pie de cama y no es costoso.

Electrocardiogram a de esfuerzo
El electrocardiograma de esfuerzo se registra durante el estrés
que provoca caminar sobre una cinta andadora o hacer ejercicio
en una bicicleta ergométrica (fig. 72-3). Para hacer estos dos ejer­
cicios, el sujeto debe utilizar ambas piernas, tener un equilibrio
adecuado y una mínima tolerancia al ejercicio. Esta prueba pro­
porciona información sobre la perfusión coronaria y el funciona­
miento cardiovascular total2.
Las indicaciones incluyen el dolor torácico, que sugiere angina
de pecho (una vez estable); la evaluación de la isquemia o la tole­
rancia al ejercicio antes de una cirugía paliativa; la evaluación de
la disnea del ejercicio o la fatiga cuando es probable una causa
cardíaca, y la evaluación de arritmias y síncopes cuando están
inducidos por el esfuerzo.
Está contraindicado realizar esta prueba en cualquier paciente
inestable (p. ej., síndrome coronario agudo, valvulopatías críticas
y embolismo pulmonar). Hay algunas situaciones que limitan la
interpretación del ECG, como el marcapasos ventricular, un blo­
queo completo de la rama izquierda del haz, anomalías preexisten­
tes de la repolarización y determinados fármacos (p. ej., digoxina).
Estas condiciones son contraindicaciones relativas porque redu­
cen la precisión diagnóstica.
No se requiere ninguna preparación especial para hacer un
ECG de esfuerzo. Se monitoriza la presión sanguínea durante la
prueba, pero no se debe situar el manguito del esfingomanómetro
sobre un brazo con linfedema. La prueba debe llevarse a cabo bajo
supervisión médica continua por personal experimentado.

F IG U R A 72-1 Se utilizan un electrocardiógrafo y electrodos cutáneos para


obtener un registro gráfico d e voltaje frente a tiempo: el electrocardiograma.

F IG U R A 7 2 -2 El electrocardiograma clásico d e 12 derivaciones es una exploración cardíaca básica. Representa el voltaje q ue el corazón está produciendo
durante su contracción y relajación.

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Pruebas d e la fu n d ó n cardíaca I C A P Í T U L O 7 2 381

F IG U R A 7 2 - 4 El electrocardiógrafo es un procesador d edicado a


proporcionar im ágenes en tiem po real del corazón latiendo en base a
o n d a s ultrasónicas q ue so n proyectadas sobre los tejidos y on d as reflejadas
registradas con un transductor o sonda.

M onitorización electrocardiográfica con Hotter


Un equipo portátil especial registra continuamente el ECG durante
un período prolongado de tiempo, normalmente de 24 horas.
Permite diagnosticar alteraciones transitorias del ritmo y de la
conducción.
Está indicada para arritmias, síncopes y palpitaciones. Las con­
traindicaciones de esta prueba incluyen patologías cutáneas gra­
F IG U R A 7 2 -3 La bicicleta ergométrica se utiliza para realizar el
ves y la necesidad de una higiene intensiva porque el sistema no
electrocardiograma d e esfuerzo. Esta prueba logra información sobre la
es resistente al agua y no es posible tomar una ducha o un baño.
perfusión coronaria y sobre el funcionam iento cardiovascular en su conjunto.
La monitorización con Holter no requiere ninguna preparación
especial. El paciente hace vida ambulatoria durante la prueba.
La prueba en sí no tiene función de monitorización o alarma.
Los artefactos por movimiento o temblor pueden también simu­
lar una arritmia grave, como fibrilación o asistolia ventriculares.
El ECG de esfuerzo requiere de personal especializado para su Si se detecta una arritmia de relevancia pronostica, el médico
interpretación. Su fiabilidad predictiva depende de la probabilidad debe sopesar los pros y contras de un tratamiento con un mar-
clínica pretest de cardiopatía coronaria3. El ECG de esfuerzo es la capasos o desfibrilador frente al pronóstico general. En un con­
primera de una serie de pruebas de la función cardíaca que tienen texto de cuidados paliativos no hay lugar para la implantación de
mayor sensibilidad y especificidad, pero que son más caras, están desfibriladores.
menos disponibles o son más invasivas. Se realizan para indicacio­ Las complicaciones son raras. Los electrodos cutáneos autoad-
nes concretas y un cardiólogo debe decidir qué prueba está indi­ hesivos pueden provocar irritaciones cutáneas.
cada. Las complicaciones de un ECG de esfuerzo son las mismas La monitorización con Holter durante 24 horas es una prueba
que las de un ECG y síncope, el infarto de miocardio y la muerte no invasiva que generalmente se tolera bien. Sus resultados pue­
cardíaca repentina (<1 en 10.000)4. den guiar el tratamiento de las arritmias sintomáticas.
El ECG de esfuerzo sigue siendo una prueba de la función car­
díaca clave y de primera línea para la isquemia. No es invasiva y
Técnicas de obtención de im ágenes cardíacas
suele ser bien tolerada, pero en alguna ocasión excepcional puede
comportar riesgos. Está ampliamente disponible y no es cara. Es Ecocardiografía
responsabilidad del cardiólogo o médico especialista decidir si
está indicada la prueba e interpretar los resultados. En el contexto En la ecocardiografía, las ondas sonoras ultrasónicas son proyec­
de los cuidados paliativos el médico debe considerar de antemano tadas hacia los tejidos, y las ondas que se reflejan son recogidas
si la prueba de esfuerzo dará lugar a un tratamiento beneficioso por un transductor o sonda. Un ecocardiógrafo (fig. 72-4) utiliza
y si éste justifica la posible incomodidad que conlleva para el las señales para reconstruir una imagen que aún se encuentra
paciente.Tal vez sea más prudente realizar otro tipo de prueba de en movimiento. Se puede valorar la velocidad de la sangre y los
estrés o no hacer ninguna en absoluto. tejidos con el principio Doppler y mostrar el resultado como un

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382 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

gráfico de color o de tiempo5. Si las imágenes se registran a través reciente, dermatitis por radiación grave o metástasis locales dolo-
de la pared torácica, el método es la ecocardiografía transtorácica rosas, así como una incapacidad por parte del paciente para adop­
(ETT), que es la técnica más utilizada. La ecocardiografía transe- tar una posición de decúbito dorsal o izquierdo.
sofágica (ETE) es el método utilizado cuando se registran las imá­ La ETT no requiere ninguna preparación especial, pero debe rea­
genes a través del esófago por medio de una sonda parecida a un lizarla personal especializado. La pared torácica anterior debe estar
endoscopio (fig. 72-5). La resolución de la imagen suele ser mejor libre de ropas, vendajes o apósitos. Se tardan unos 45 minutos, pero
debido a la proximidad entre el corazón y el esófago. se puede interrumpir el procedimiento si el paciente lo requiere.
La información se puede procesar más tarde. Existen algunas situa­
E C O C A R D IO G R A F ÍA T R A N S T O R Á C IC A ciones que pueden afectar a las imágenes:
Se toman imágenes y se realizan medidas del corazón latiendo • Se produce una pérdida significativa de la calidad de las imá­
y de las válvulas, los grandes vasos y el pericardio. Se estudia el genes en casos de hiperinsuflación pulmonar (p. ej., soporte
flujo sanguíneo para obtener información sobre el gasto cardíaco, ventilatorio, enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y obe­
el funcionamiento valvular y las presiones estimadas. Una medida sidad mórbida.
importante es la de la fracción de eyección ventricular izquierda • Una FEVI baja no es lo mismo que insuficiencia cardíaca. La
(FEVT), que se utiliza como parámetro de la contractilidad car­ insuficiencia cardíaca es un síndrome que se diagnostica por la
díaca. Para calcularla, se utiliza el volumen diastólico final (VDF) presentación clínica y la información de pruebas adicionales.
y el volumen sistólico final (VSF). La fórmula es FEVI = (VDF — La ecocardiografía puede proporcionar muchos parámetros de
VSF)/VDF6. insuficiencia cardíaca distintos de la FEVI, como las propieda­
Las indicaciones son amplias e incluyen toda sospecha de des del llenado ventricular y el gasto cardíaco. La ecocardio­
cardiopatía. Las indicaciones para una ETT incluyen soplos car­ grafía también detecta las causas de una insuficiencia cardíaca,
díacos; dolor torácico con características de angina; hipotensión como un infarto o una lesión valvular. La FEVI evaluada por
sintomática, síncope o shock; fiebre sin explicación con sospecha ecocardiografía es menos precisa y reproducible, y se mide
de endocarditis, y sospecha de insuficiencia cardíaca7. Se sospe­ con otras técnicas. La ecocardiografía es sencilla y proporciona
cha que hay insuficiencia cardíaca en el caso de signos y síntomas información adicional.
de insuficiencia cardíaca con cardiomegalia en la radiografía de • Un derrame pericárdico no es lo mismo que un taponamiento
tórax y signos y síntomas de insuficiencia cardíaca con elevación pericárdico. La ecocardiografía permite diferenciar entre ambas
del péptido natriurético tipo B (PNB) o del péptido natriurético entidades.
N-terminal-procerebral (PN NT-pro-C). Los PNB y PN NT-pro-C son
marcadores serológicos producidos por los ventrículos cardíacos. Las complicaciones son escasas, pero la presión del transduc­
Sus niveles séricos se elevan en casos de disfunción ventricular tor sobre la pared torácica puede producir dolor. La ETT es una
izquierda y derecha. Estos marcadores tienen una sensibilidad y prueba no invasiva, bien tolerada y no lesiva. Está ampliamente dis­
valor predictivo negativo elevados8. ponible, es rápida y se puede realizar a pie de cama. Aporta mucha
Los signos y síntomas de insuficiencia cardíaca pueden ser dis­ información relevante en el contexto de los cuidados paliativos
nea, ortopnea, un tercer ruido cardíaco, distensión de las venas (p. ej., insuficiencia cardíaca, taponamiento). La ETT es una prueba
cervicales, edemas, derrame pleural, hepatomegalia o fatiga e de la función cardíaca de primera línea en la medicina paliativa.
intolerancia al ejercicio. Las contraindicaciones incluyen enferme­
dades que alteren la pared torácica izquierda, como una cirugía E C O C A R D IO G R A F ÍA T R A N S E S O F Á G IC A

En la ETE se introduce en el esófago un transductor que ha sido


diseñado especialmente para ello (v. fig. 72-5). La aurícula izquierda
está situada junto al esófago y proporciona una buena ventana
para los ultrasonidos, sin la interferencia del hueso, la grasa o el
aire. Con esta prueba se logra una información morfológica más
detallada que con la ETT.
Está indicada cuando hay sospecha de una fuente cardíaca de
émbolos, endocarditis (si la ETT no puede descartarla), invasión
cardíaca por un tumor, y patología de la aorta. Esta prueba no está
indicada cuando hay estrechamiento del esófago por un tumor
o estenosis, divertículos de Zenker, disnea grave, y en caso de
pacientes inestables.
El paciente debe estar en ayunas, bien informado y relajado.
Si fuera necesario, se cogerá una vía intravenosa para la sedación.
También hay que retirar las prótesis dentales, si el paciente las
tuviera.
Las complicaciones son raras, pero incluyen la inserción de la
sonda en la tráquea, lesiones esofágicas (si hay patología), y lesio­
nes dentales9. La ETE es una prueba semiinvasiva, que por lo gene­
ral es bien tolerada si la lleva a cabo personal experimentado. Su
disponibilidad está menos generalizada, pero se puede realizar a
pie de cama. No es una prueba de primera línea. Se hace cuando
se requiere una imagen más detallada que la que proporciona
la ETT.
FIG U RA 72-5 Las imágenes de la ecocardiografía transesofágica (ETE) son
E C O C A R D IO G R A F ÍA D E ESTRÉS
registradas a través del esófago próximo al corazón mediante una sonda
parecida a un endoscopio. La resolución de la imagen suele ser mejor La ecocardiografía de estrés es esencialmente una ETT combinada
porque sólo existe una fina capa de tejido entre la sonda y el corazón. con ejercicio físico (p. ej., bicicleta ergométrica adaptada) o, lo

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Pruebas d e la fu n d ó n cardíaca I C A P Í T U L O 7 2 383

más frecuente, con un estrés farmacológico (p. ej., dobutamina o adenosina, dipiridamol, dobutamina) y la patología en la conduc­
adenosina)10. Sólo expondremos la prueba ecográfica de estrés ción auriculoventricular (p. ej., adenosina). Las contraindicaciones
con dobutamina. Este fármaco se administra por vía intravenosa para el estrés físico son las mismas que para las pruebas de ECG
de acuerdo con un protocolo graduado. Estimula la contractili­ de esfuerzo.
dad y la frecuencia cardíaca y eleva el consumo de oxígeno. En La IPM requiere una vía intravenosa. En casos de estrés farma­
los casos de una perfusión coronaria inadecuada, la isquemia es cológico, los pacientes no deben tomar alimentos que contengan
inducida y detectada en la ecocardiografía como alteraciones de cafeína ni fármacos que contengan teofilina. Deben respetarse los
la motilidad de la pared, incluso antes de que se detecte por los tiempos. Dependiendo de la técnica que se vaya a utilizar, la explo­
cambios electrocardiográficos. La ecografía de estrés con dobuta­ ración comienza inmediatamente o de 30 a 60 minutos después
mina es más sensible que la ECG de esfuerzo. de la inyección, y se estudia al paciente durante 15 a 30 minutos.
Está indicada en la evaluación de la angina de pecho para El procedimiento y su interpretación requieren personal especia­
detectar y localizar la isquemia y valorar la patología arterial coro­ lizado, con conocimiento sobre autoabsorción, atenuación del dia­
naria conocida con síntomas, o antes de una cirugía paliativa. fragma, superposición mamaria y artefactos hepáticos.
Se puede utilizar la ecocardiografía de estrés con dobutamina No son necesarios cuidados posteriores especiales, con la
como una prueba de segunda línea en casos de pruebas ECG de excepción de limitadas medidas de radioprotección. La dosis
esfuerzo equívocas, cuando se necesite una sensibilidad y especi­ de radiación es baja. Las complicaciones son raras. El estudio en
ficidad mayores. Es la prueba de primera línea cuando el paciente reposo se tolera bien. Las pruebas de estrés farmacológico y físico
es incapaz de realizar una prueba de esfuerzo regular o no se pueden ser dañinas o producir incomodidad en el paciente. El
puede interpretar el ECG. estrés farmacológico puede provocar broncoconstricción, un blo­
No está indicada en casos de inestabilidad y mala calidad de las queo auriculoventricular, hipotensión o náuseas y sofocos, en fun­
imágenes de la ETT. La dobutamina está contraindicada en pacien­ ción de la sustancia utilizada.
tes con taquiarritmia o un feocromocitoma. La IPM nuclear proporciona información no invasiva de la per­
Para hacer la prueba deben retirarse los (3-bloqueantes porque fusión coronaria, se tolera bien y tiene una fiabilidad diagnóstica
contrarrestan el efecto de la dobutamina. La interpretación del mayor que la de las pruebas de esfuerzo clásicas. Es más cara, se
movimiento regional de la pared requiere una formación intensa. tarda más tiempo en realizarla y está menos disponible. Precisa
La prueba dura unos 45 minutos y puede producir palpitaciones, personal y equipos especializados y tiene indicaciones limitadas
ansiedad y disnea. El paciente se recupera rápidamente tras la inte­ en la medicina paliativa.
rrupción de la dobutamina. Las complicaciones de este fármaco
son la inducción de angina, arritmias e hipotensión. Su indicación,
procedimiento e interpretación requieren personal especializado. V E N TR IC U L O G R A F ÍA C O N R A D IO N Ú C L ID O S
La eco de estrés con dobutamina proporciona información no La VGR, o la obtención de imágenes de acúmulo sanguíneo car­
invasiva de la perfusión coronaria con una precisión diagnóstica díaco en múltiples fases, mide la FEVI con alta precisión y repro-
superior a la que ofrecen las pruebas de esfuerzo clásicas. Es más ducibilidad. La técnica utiliza métodos de mareaje y sincronización
compleja y tiene indicaciones limitadas en la medicina paliativa. de fase.
Se marcan los hematíes con una sustancia radiactiva. Se lleva a
Pruebas de im agen de m edicina nuclear cabo una medición continua de la radiactividad sobre el corazón
con un escáner. La radiactividad medida es proporcional al volu­
Las pruebas de imagen de medicina nuclear más importantes (v. men del corazón en cualquier momento del ciclo cardíaco.
cap. 69) son las imágenes de perfusión miocárdica (IPM) y la ven-
Mediante la sincronización electrocardiográfica, se divide el
triculografía con radionúclidos (VGR). La primera visualiza la per­ ciclo cardíaco en marcos temporales y se determinan la sístole y
fusión coronaria del corazón, mientras que la segunda determina
la diástole, lo que proporciona los volúmenes diastólico final y sis-
la FEVI. Es necesario disponer de un departamento de medicina
tólico final, y permite calcular la FEVI según se ha descrito antes.
nuclear completamente equipado para llevarlas a cabo. Estas téc­ Este valor de la FEVI es más preciso que el que se obtiene con
nicas son más caras y están menos disponibles que las pruebas de
la ecocardiografía y es comparable al que se obtiene mediante la
ECG y ecocardiografía, y debe realizarlas personal especializado.
angiografía ventricular izquierda.12
Las indicaciones incluyen la determinación de la FEVI cuando
IM Á G E N E S DE PE R F U S IÓ N M IO C Á R D IC A EN R EPO SO Y ESTRÉS
es imposible hacer una ecocardiografía o ésta proporciona infor­
Las pruebas de obtención de imágenes de perfusión miocárdica mación equívoca, signos y síntomas de insuficiencia cardíaca (p.
en situación de reposo y de estrés se basan en la visualization ej., disnea, ortopnea, edemas, fatiga) así como la detección y el
de una sustancia con mareaje radiactivo que se distribuye por el seguimiento de la miocardiopatía inducida por antraciclina. Esta
miocardio de manera proporcional a la perfusión coronaria. Las prueba está contraindicada en casos de incapacidad para adoptar
imágenes se pueden obtener con el paciente en reposo o bajo un una posición de decúbito dorsal (p. ej., dolor, movimientos incon­
estrés físico con un ergómetro o estrés farmacológico. Se reco­ trolados), claustrofobia intensa y arritmias (p. ej., una marcada irre­
noce la isquemia miocárdica como un defecto de perfusión indu­ gularidad del intervalo RR) o taquicardia. Se puede realizar alguna
cido por el estrés que no está presente en situación de reposo. corrección mediante programas informáticos.
El tejido cicatricial se visualiza como un defecto de perfusión en Para la VGR, la sincronización, el mareaje y la colocación de la
reposo y bajo estrés. Los trazadores que más se utilizan son agen­ cámara deben llevarse a cabo por personal entrenado. La explora­
tes marcados con talio 201 (201T1) y tecnecio 99m ( " raTc), como ción con el escáner no requiere más de 10 minutos y el posproce­
el 99mTc sestamibi. La IPM tiene una mayor sensibilidad y especi­ sado se puede hacer en otro momento posterior.
ficidad que la ECG de esfuerzo habitual, que es comparable a la La técnica proporciona un valor de la FEVI que es muy exacto,
prueba ecocardiográfica de estrés con dobutamina11. con buena correlación con el valor obtenido mediante una ven-
Las indicaciones son las mismas que las de la prueba ecocar­ triculografía invasiva. No depende del operador, si se tiene una
diográfica de estrés con dobutamina. Las contraindicaciones para buena colocación de la cámara y, a diferencia de la ETT, es inde­
el estrés farmacológico son la inestabilidad o hipotensión (p. ej., pendiente del tamaño corporal. Se necesita un ritmo cardíaco

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384 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

estable y el examinador debe recordar que una FEVI baja no es especiales en la aorta, cuyos extremos distales se intentan colo­
igual a una insuficiencia cardíaca. car en el ostium de las arterias coronarias. Se inyecta un contraste
Las complicaciones de la VGR son las mismas que las de la radiopaco a través del catéter directamente en la arteria coronaria
ECG. La dosis de radiación es baja y no produce complicaciones. y se obtienen imágenes convencionales con cineangiografía.
La VGR nuclear no es invasiva y se tolera bien. Proporciona una Las posibles complicaciones incluyen hemorragia en el punto
FEVI más precisa que la ecocardiografía, aunque ésta sigue siendo de punción, complicaciones con el medio de contraste (p. ej.,
la prueba de primera elección porque aporta mucha más informa­ volumen, riñón, tiroides y alergia), angina, isquemia y arritmias e
ción pertinente en el contexto de los cuidados paliativos. inestabilidad hemodinámica con posibles consecuencias fatales.
El uso de esta modalidad se reduce a contextos específicos en
Resonancia m agnética cardíaca los que se anticipa y considera beneficiosa la posibilidad de reali­
zar una angioplastia o derivación coronaria percutánea inmediata.
La resonancia magnética cardíaca (RMC) se menciona aquí (v. Incluyen la paliación de una angina muy sintomática que interfiera
cap. 70) porque no es invasiva, se tolera bien, proporciona imá­ con la vida diaria y sea resistente al tratamiento médico completo
genes muy detalladas de casi cualquier estructura cardíaca y está y el tratamiento de una isquemia significativa antes de un proce­
evolucionando con rapidez. La prueba y el equipo son caros, no dimiento de cirugía paliativa. En este último caso hay que evitar
está disponible de manera generalizada, y su uso es limitado en la los stents endovasculares, dada la necesidad de instaurar un trata­
medicina paliativa. miento antiplaquetario durante varias semanas, lo que imposibilita
Las ventajas de la RMC son que proporciona imágenes de alta el procedimiento quirúrgico.
resolución de la invasión tumoral de estructuras cardíacas, aporta
valores precisos de la FEVI y una calidad de las imágenes inde­
pendiente del índice de masa corporal o de la patología pleural PERSPECTIVAS FUTURAS
o de la pared torácica. Sus inconvenientes incluyen que hay que La prueba de la función cardíaca ideal en la medicina paliativa
colocar al paciente en un túnel estrecho y la sedación del mismo debe ser no invasiva, no lesiva, bien tolerada y rápida. Debe ser
en caso de claustrofobia o movimientos incontrolados. La sincro­ independiente de la masa corporal y de las patologías en la pared
nización electrocardiográfica hace que la técnica sea vulnerable a torácica. Debe estar disponible a pie de cama y no ser costosa. La
arritmias y taquicardia. La suspensión de la respiración es necesa­ prueba tiene que aportar mucha información, ya que es muy pre-
ria y problemática en el caso de pacientes con disnea. El contraste dictiva, precisa y reproducible.
con gadolinio se administra por vía intravenosa y puede resultar Pocas pruebas se aproximan a este ideal. En el futuro, espe­
problemático en sobrecargas de volumen. Se producen reacciones ramos que se produzca una evolución de las pruebas de imagen
adversas más graves si está dañada la función renal13. Más aún, los cardíacas que revolucionará las posibilidades. En la medicina palia­
objetos metálicos implantados reducen la calidad de las imágenes tiva, las pruebas diagnósticas coronarias seguirán limitadas mien­
por dispersión y pueden moverse en campos magnéticos inten­ tras sean necesarias estrategias invasivas para la revascularización.
sos. Los marcapasos y desfibriladores cardíacos son una contrain­
dicación; las prótesis valvulares de implantación no reciente no
son una contraindicación. B I B L I O G R A F íA
1. Goldberger AL, Goldberger E. Clinical Electrocardiography: A Simplified
Approach. St. Louis: ELsevier/Mosby, 2006.
Técnicas radiológicas 2. Gibbons RJ, Balady GJ, Bricker JT, e t al. ACC/AHA 2002 guideline update
for exercise testing: summary article: A report of the American College of
T O M O G R A F ÍA C O M P U T A R IZ A D A C O R O N A R IA
Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines
La tomografía computarizada (TC) coronaria (v. cap. 71) facilita (Committee to Update the 1997 Exercise Testing Guidelines). Circulation
información rápida y no invasiva sobre la anatomía coronaria. Se 2002; 106:1883-
3. Gianrossi R, Detrano R, Mulvihill D, et al. Exercise-induced ST depression in the
tolera bien pero puede tener efectos secundarios. El medio de diagnosis of coronary artery disease: A meta-analysis. Circulation 1989;80:87.
contraste puede producir sobrecarga de volumen, toxicidad renal, 4. Stuart RJ, Ellestad MH. National survey of exercise testing. Chest 1980;77:94.
posibles reacciones alérgicas y disfunción tiroidea. Requiere sin­ 5. Feigenbaum H. Instrumentation. In Feigenbaum H (ed). Echocardiography.
cronización (son problemáticos los casos de arritmia y taquicar­ Philadelphia: Lea & Febiger, 1994, p p 1-67.
dia) y suspensión de la respiración (problemático en casos de 6. Folland ED, Parisi AF, Moynihan PF, et al. Assessment of left ventricular ejec­
tion fraction and volumes by real-time, two-dimensional echocardiography.
disnea). La información sobre la anatomía coronaria es inferior a A comparison of cineangiographic and radionuclide techniques. Circulation
la que proporciona la angiografía coronaria invasiva. La TC coro­ 1979;60:760.
naria es cara y su disponibilidad no está generalizada; tiene un uso 7. Guidelines for the Diagnosis and Treatment of Chronic Heart Failure: Executive
limitado en la medicina paliativa. Summary (update 2005). The Task Force for the Diagnosis and Treatment
of Chronic Heart Failure of the European Society of Cardiology. Eur Heart J
En el futuro, tendremos una prueba única para los casos de 2005;26:1115.
dolor torácico y disnea. Un estudio por TC de tórax proporciona 8. McCullough PA, Nowak RM, McCord J, et al. B-type natriuretic peptide and cli­
información sobre la anatomía coronaria y sobre la embolia pul­ nical judgment in emergency diagnosis of heart failure: Analysis from Breathing
monar, la disección aórtica, la patología pericárdica, la patología Not Properly (BNP) multinational stud)'. Circulation 2002; 106:416.
pleural, la patología pulmonar, así como sobre las alteraciones de 9. Daniel WG, Erbel R, Kasper W, et al. Safety of transesophageal echocardiogra­
phy: A multicenter survey of 10,419 examinations. Circulation 1991;83:817.
la pared torácica y las vértebras. 10. Roger VL, Pellikka PA, Oh JK, et al. Stress echocardiography. Part I. Exercise
echocardiography: Techniques, implementation, clinical applications, and
A N G IO G R A F ÍA C O R O N A R IA Y V E N TR IC U L A R IN V ASIVA
correlations. Mayo Clin Proc 1995;70:5.
11. Garber AM, Solomon NA. Cost-effectiveness of alternative test strategies for the
La angiografía coronaria y ventricular invasiva sigue siendo la diagnosis of coronary artery disease. Ann Intern Med 1999; 130:719-
modalidad de imagen estándar de referencia para la anatomía 12. Burow RD, Strauss HW, Singleton R, et al. Analysis of left ventricular function
from multiple gated acquisition cardiac blood pool imaging. Comparison to
coronaria, pero su uso está limitado en la medicina paliativa dado contrast angiography. Circulation 1977;56:1024.
su carácter invasivo. Se realiza la punción de una arteria periférica 13- Kuo PH, Kanal E,Abu-Alla AK, et al. Gadolinium-based MR contrast agents and
para obtener un acceso a través del cual se insertan catéteres nephrogenic systemic fibrosis. Radiology 2007;242:647.

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Función pulm onar I C A P Í T U L O 7 3 385

L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S Para que los resultados tengan sentido, la espirometría debe


realizarse de un modo correcto y reproducible. Los que realizan

I
Baim DS, Grossman W. Cardiac catheterization, angiography and la prueba deben dar instrucciones claras. El paciente debe realizar
intervention. Baltimore: Williams & Wilkins, 1996. un esfuerzo inspiratorio máximo, llenando completamente los pul­
Braunwald E, Zipes DP, Libby P (eds). Heart Disease. Philadelphia: mones hasta la capacidad pulmonar total (CPT). Antes de espirar,
WB Saunders, 2004. el paciente debe tener la boca completamente sellada alrededor
Feigenbaum H. Echocardiography. Philadelphia: Lea & Febiger, de la boquilla del espirómetro. El paciente debe entonces espirar
1994. tan rápidamente como le sea posible a través de la boquilla en el
Froelicher VF. Manual of Exercise Testing. St. Louis: CV Mosby, espirómetro, hasta que haya realizado una espiración completa
1994. (es decir, hasta el volumen residual [VR]). Es fundamental que el
Zaret BL, Beller GA. Clinical nuclear cardiology. Philadelphia: esfuerzo espiratorio durante la prueba sea máximo y que todo el
Mosby, 2005. aire exhalado quede capturado en el espirómetro. Se suele repetir
la prueba al menos en tres ocasiones, obteniendo al menos dos
medidas para cada parámetro espirométrico con una diferencia
de menos de 150 mi entre sí para garantizar la reproducibilidad. El
¡ I C A P ÍT U L O 73 mejor valor obtenido se registra como resultado de la prueba2.
En la práctica clínica se utilizan varios dispositivos espiromé­
tricos. En un principio, los espirómetros eran dispositivos grandes
con forma de barril. Durante los últimos 40 años se han utilizado
Función pulmonar de manera general espirómetros portátiles de consulta que pro­
porcionan un trazado sobre papel sensible al tacto. Se dispone de
Stephen McNamara espirómetros electrónicos manuales y de ordenador portátil. Estos
dispositivos calculan el volumen exhalado por medio de un transduc­
tor de presión en la boquilla en lugar de midiendo el volumen de aire
B 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos exhalado en un reservorio. Cualquiera que sea el dispositivo uti­
lizado, es importante calibrarlo de forma periódica para obtener
unos resultados fiables.
Los resultados de la espirometría suelen presentarse como
P U N T O S
el volumen espiratorio forzado en 1 segundo (VEMS) y como
» Las pruebas de la función pulmonar evalúan de forma fiable y objetiva el la capacidad vital forzada (CVF) (fig. 73-1A). En ocasiones, en la
sistema respiratorio de una persona. enfermedad obstructiva avanzada de las vías aéreas, puede mere­
» Los resultados deben compararse con valores normales predichos para el cer también la pena medir la capacidad vital lenta (CVL). El exami­
individuo que está siendo valorado. nador solicita al paciente que espire completamente desde la CPT
» La espirometría es una prueba sencilla que se hace a pie de cama o en sala en el espirómetro pero a un ritmo más lento (en vez de máximo).
y que puede proporcionar una gran visión interna de alteraciones respirato­ La CVL puede ser mayor que la CVF por el efecto del estrecha­
rias significativas. miento dinámico de la vía aérea durante la maniobra espiratoria
' Para obtener mediciones más detalladas de la función pulmonar se requie­ forzada.
ren equipos costosos de laboratorio. Ese tipo de pruebas tiene un valor Los valores absolutos del VEMS y de la CVF se comparan con
incalculable para la valoración detallada de una alteración. valores predichos, que se obtienen a partir de un nomograma o
» La medición de gases arteriales es la forma más precisa de valorar el inter­ que han sido proporcionados por el programa informático de los
cambio gaseoso. Hay que conocer muy bien los valores normales de los espirómetros electrónicos. Los valores predichos varían con el
parámetros medidos en el análisis de los gases sanguíneos para poder inter­ sexo, la edad, la altura y la raza del paciente. El rango normal se
pretar los resultados. encuentra entre el 80 y el 120% de los valores predichos.
También se calcula la proporción entre el VEMS y la CVF.
Normalmente, el 80% del volumen espiratorio forzado se exhala
durante el primer segundo de la espiración. Un índice VEMS/CVF
menor de 0,78 indica que hay obstrucción del flujo respiratorio,
La valoración objetiva de la función pulmonar aporta información
pero no suele tener significación clínica hasta que el valor es
muy valiosa sobre la gravedad de la alteración respiratoria. Estas
inferior a 0,70. En la obstrucción grave del flujo respiratorio este
pruebas pueden ayudar a comprender la fisiopatología implicada
índice puede verse reducido en gran medida (v. fig. 73-1B). Este
en las enfermedades del sistema respiratorio, en especial cuando
patrón es típico de las enfermedades pulmonares obstructivas,
los procesos patológicos han sido graduales y cuando el paciente
como la enfermedad pulmonar relacionada con el tabaquismo, el
se ha hecho tolerante a los efectos de la enfermedad. Los médicos
asma y las bronquiectasias. Por el contrario, índices VEMS/CVF de
atienden a pacientes con una patología pulmonar avanzada que
más de 0,90 aparecen en enfermedades pulmonares restrictivas
parecen cómodos en situación de reposo pero que tienen profun­
(v. fig. 73-1B). Estas enfermedades causan rigidez del intersticio
das alteraciones en los valores de los gases sanguíneos arteriales o
pulmonar (p. ej., fibrosis pulmonar), limitan el movimiento de la
tienen resultados espirométricos alterados. Las pruebas objetivas
pared torácica (p. ej., cifoescoliosis) o incluyen debilidad de los
revelan la verdadera gravedad de la enfermedad.
músculos respiratorios. Los trastornos pulmonares, aunque están
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

causados por diferentes procesos anatomopatológicos, se suelen


E S P IR O M E T R ÍA etiquetar como enfermedades pulmonares restrictivas u obstruc­
tivas sobre la base de su patrón funcional espirométrico. Las prue­
La espirometría mide el volumen de aire exhalado durante una bas espirométricas seriadas proporcionan una guía objetiva sobre
maniobra de espiración máxima forzada. Se obtiene así una impor­ la progresión de la enfermedad y los efectos del tratamiento.
tante información sobre la función pulmonar. La espirometría se Con valores bajos de VEMS y CVF y un índice VEMS/CVF redu­
puede llevar a cabo fácilmente a pie de cama o en un hospital cido, se puede repetir la espirometría después de la inhalación de un
utilizando un equipo sencillo y portátil1 (v. cap. 102). broncodilatador (p. ej., salbutamol). Una reversibilidad significativa

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386 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

A Tiem po (segundos) Tiem po (segundos)

FIG U RA 73-1 Espirometría. A, Un trazado espirométrico normal de volumen frente a tiempo para un varón de raza blanca de 40 años de edad (altura de
176cm). El volumen espiratorio forzado en 1 segundo (VEMS) y la capacidad vital forzada (CVF) se miden según se muestra aquí. Estos resultados absolutos se
comparan con valores predichos para el paciente, y se calcula la ratio de los dos resultados. B, Trazados típicos de una espirometría obstructiva (línea verde) y
una espirometría restrictiva (línea azul). También se muestran los valores predichos (línea morada).

(es decir, una mejoría en el VEMS de un 15% o más) es diagnóstica Aunque no son herramientas diagnósticas primarias, las curvas
de asma y tiene evidentes implicaciones terapéuticas. de flujo-volumen ayudan a identificar el nivel de la obstrucción de
la vía aérea. Curvas típicas se ven en la obstrucción intratorácica
variable (p .ej., un tumor traqueal), en la obstrucción extratorácica va­
CURVAS DE FLUJO-VOLUMEN riable (p. ej., laringomalacia, disfunción de las cuerdas vocales) y en
La medición de la tasa de flujo del aire (más que de la tasa del obstrucciones fijas (p.ej.,una estenosis traqueal).
volumen) durante la espiración máxima forzada y una inspiración
rápida aportan información adicional. Los trazados del flujo aéreo LECTURAS DEL FLUJO M Á X IM O
frente al volumen pulmonar generan las curvas de flujo-volumen.
La mayoría de los espirómetros electrónicos también obtienen Mientras que la espirometría mide el volumen de aire exhalado
información de flujo-volumen durante la espirometría. durante la espiración forzada, la tasa de flujo máximo durante
Una curva de flujo-volumen normal tiene una apariencia carac­ este período también puede aportar información sobre la función
terística (fig. 73-2A). Por lo general, el volumen pulmonar se repre­ pulmonar. A la tasa de flujo máximo se la conoce como la tasa de
senta en el eje de la abscisa y la tasa de flujo en el de las ordenadas flujo espiratorio máximo. Suele expresarse en litros por minuto
del gráfico. La CPT del paciente aparece a la izquierda de la abs­ o en litros por segundo. La tasa de flujo máximo se alcanza pre­
cisa y el VR a la derecha. Se muestra la espiración por encima de la cozmente durante la espiración a volúmenes pulmonares relativa­
abscisa y la inspiración por debajo. mente elevados y antes de que se produzca la limitación del flujo
En los pulmones normales, la tasa de flujo espiratorio alcanza conforme los pulmones caen a volúmenes pulmonares más bajos.
un máximo (p. ej., tasa de flujo máximo) precozmente durante Proporciona una guía sobre el calibre de las vías aéreas mayores.
la espiración máxima, cuando los pulmones tienen un volumen Al igual que ocurre en la espirometría, es importante que la
elevado. Cae después linealmente a medida que se desarrolla una maniobra para medir la tasa de flujo espiratorio máximo se lleve
limitación del flujo en la vía aérea, cuando el volumen pulmo­ a cabo correctamente y de un modo reproducible. La mayoría de
nar se reduce. Una vez que se ha alcanzado el VR, se detiene el los espirómetros electrónicos registran automáticamente la tasa
flujo espiratorio. Durante la inspiración rápida, la curva de flujo- de flujo espiratorio máximo durante una maniobra espirométrica.
volumen presenta un aspecto suave en forma de silla de montar. Se utilizan normalmente medidores del flujo máximo manuales y
Normalmente, la tasa de flujo negativo a media inspiración (p. ej., baratos. El paciente realiza un esfuerzo inspiratorio máximo para
a medio camino entre el VR y la CPT) iguala aproximadamente la alcanzar la CPT y luego espira tan fuerte como le sea posible a
tasa de flujo positivo a media espiración. través de la boquilla del medidor del flujo máximo. Esto se repite
Se ven curvas características de flujo-volumen en determinadas al menos tres veces y se registra el mejor de los tres valores como
patologías (v. fig. 73-2B a 2D). La enfermedad obstructiva pulmo­ resultado de la prueba.
nar, como el tabaquismo, tiene un aspecto excavado típico en la Los valores de la tasa de flujo máximo se comparan con valo­
rama espiratoria a medida que las tasas del flujo espiratorio caen res predichos a partir de un nomograma. En caso de pacientes
por debajo de los valores predichos a bajos volúmenes pulmona­ con enfermedad obstructiva de la vía aérea se ven tasas de flujo
res. Las enfermedades pulmonares restrictivas, como la fibrosis máximo reducidas. En la patología pulmonar restrictiva, el valor
pulmonar, también presentan un perfil de curva de flujo-volumen absoluto del flujo máximo puede verse reducido en comparación
típico, con pulmones pequeños pero tasas de flujo espiratorio con el valor predicho, pero cuando se mide considerando el volu­
aumentadas en relación con el volumen pulmonar. m en pulmonar, puede ser normal o estar aumentado.

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Función pulm onar I C A P Í T U L O 7 3 387

F IG U RA 73-2 Curvas de flujo-volumen. A, Curva de flujo-volumen espiratoria e inspiratoria normal. B, Gráfico de flujo-volumen característico como se ve en
un paciente con una limitación crónica grave del flujo aéreo producida por el tabaquismo. Obsérvese el aspecto profundamente excavado del brazo espiratorio
de la curva, lo que refleja la marcada limitación del flujo a volúmenes pulmonares bajos (gráfico de flujo-volumen predicho en línea morada). C, Curva de flujo-
volumen característica en un paciente con restricción pulmonar grave debida a una fibrosis pulmonar. Obsérvense los volúmenes pulmonares relativamente
pequeños del paciente. En comparación con los valores predichos, las tasas de flujo están relativamente aumentadas en relación con el volumen pulmonar
(gráfico de flujo-volumen predicho en línea morada). D, Curva de flujo-volumen característica de un paciente con una estenosis traqueal fija (curva de flujo-
volumen predicha en línea morada). CPT, Capacidad pulmonar total; VR, volumen residual.

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388 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

Aunque no proporcionan tanta información como la espirome­ Otro paciente con patología obstructiva de la vía aérea debida a
tría o las curvas detalladas de flujo-volumen, los registros de flujo tabaquismo puede tener una CPT disminuida, lo que sugiere una
máximo son fáciles de realizar y se hacen con un equipo portátil enfermedad restrictiva superpuesta. Las personas con enferme­
más barato. En algunas situaciones, (p. ej., asma), se puede solici­ dades pulmonares restrictivas graves tienen volúmenes pulmona­
tar a los pacientes que realicen y registren sus propias lecturas de res reducidos y el seguimiento de los cambios seriados de la CPT
flujo máximo para monitorizar su patología de la vía aérea y ayu­ hace una valoración exacta de la progresión de la enfermedad.
darles a seguir los planes de tratamiento.

CAPACIDAD DE DIFUSIÓN
V OLÚ M ENES PULM ONARES
Para hacer una valoración detallada de la función pulmonar se
Aunque la espirometría mide la capacidad espiratoria forzada, utiliza con frecuencia la capacidad de difusión de monóxido de
queda un volumen de aire dentro de los pulmones al final de la carbono (DPCO) en una sola respiración. Esto se conoce también
espiración (es decir, el VR) que no se puede medir sin una tecno­ como el factor de transferencia (TPCO)- Éste refleja la dinámica y
logía de laboratorio más sofisticada. La medida del VR proporciona la eficiencia de la mezcla y la difusión gaseosa dentro del árbol
un medio para calcular la CPT. La misma técnica permite calcu­ pulmonar y a través de la membrana alveolocapilar. Está potencial­
lar otros volúmenes pulmonares. Estas medidas aportan informa­ mente influido por factores en todos esos niveles1'3.
ción importante sobre las enfermedades pulmonares restrictivas Mientras el movimiento de los gases es lineal en las vías aéreas
y obstructivas. La medición de los volúmenes pulmonares puede mayores, las vías aéreas menores y los alveolos muestran un área
facilitar información sobre un cuadro mixto de patologías que de sección mayor en la que el movimiento de los gases se debe
combinan restricción y obstrucción. sobre todo a la difusión. El intercambio gaseoso a través de la
Debido al equipo que se necesita, las mediciones del volumen interfase alveolocapilar se ve influido por la dinámica del proceso
pulmonar deben realizarse en un laboratorio de función pulmo­ de difusión, el espesor de la membrana alveolar, la naturaleza del
nar. Se usan tres métodos principales. El primero utiliza un prin­ lecho capilar, el flujo sanguíneo en el árbol pulmonar y el conte­
cipio simple basado en la dilución de helio. Un segundo método nido de hemoglobina en sangre. La DPCO es una medida objetiva
popular de dilución de gas es el procedimiento de lavado de de la eficiencia de este proceso.
nitrógeno. La tercera técnica realiza cálculos con una pletismogra- La prueba de DPCO en una única respiración es relativamente
fía de cuerpo entero; este es el método más preciso y el menos sencilla. Para obtener unos resultados precisos, el sujeto debe
susceptible a los efectos de la alteración de la mezcla gaseosa en tener un valor de VEMS de más de 1,5 litros. También es necesario
algunas enfermedades pulmonares obstructivas graves2,3. que se interrumpa la administración de cualquier oxígeno suple­
Deben compararse los volúmenes pulmonares medidos con mentario durante alrededor de 20 minutos antes de la prueba.
los valores predichos a partir de nomogramas. El rango normal se El sujeto inhala monóxido de carbono (normalmente al 0,3%) y
encuentra entre el 80 y el 120% de lo predicho.A la hora de inter­ helio (10%) mezclados con aire y aguanta la respiración durante
pretar los resultados de los volúmenes pulmonares, se nos propor­ 10 segundos. Luego exhala rápidamente a través de una boquilla,
cionan varios valores que crean un perfil del tamaño pulmonar lo que permite calcular la captación de monóxido de carbono. Los
en varios momentos del ciclo respiratorio (fig. 73-3). Por ejemplo, resultados se comparan con valores predichos.
alguien con asma puede tener una CPT normal pero una capaci­ Un valor reducido de la DPCO puede reflejar desequilibrios
dad residual funcional (CRF) y un VR elevados, lo que es indica­ entre ventilación y perfusión (VA/Q) y no una simple altera­
tivo de hiperinsuflación y atrapamiento aéreo en esta enfermedad. ción de la transferencia gaseosa en la membrana alveolocapilar.

FIG U RA 73-3 Volúm enes pulmonares. El trazado


situado más a la izquierda (A) muestra un patrón de
respiración típico en un sujeto normal, incluido el
cambio de los volúmenes pulmonares asociado con
la inspiración máxima (hasta la capacidad pulmonar
total [CPT]), seguido de una espiración máxima hasta
el volumen residual (VR). Utilizando las técnicas
descritas en el texto, las mediciones del volumen
pulmonar permiten hacer un cálculo preciso del
VR, la CPT y los otros componentes del volumen
pulmonar, como la capacidad residual funcional
(CRF), la capacidad inspiratoria (Cl) y el volumen de
reserva espiratorio (VRE). También se muestran los
perfiles de volumen pulmonar de un paciente con
asma grave con hiperinsuflación y atrapamiento
aéreo (B) y de un paciente con enfermedad
pulmonar restrictiva que produce una marcada
reducción de los volúmenes pulmonares (Q.

P A R T E II EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Función pulm onar I C A P Í T U L O 7 3 389

Los pacientes con enfermedad de las vía aéreas relacionada con el a partir de la Pao2; el rango normal se encuentra entre 80 y
tabaquismo tienen un valor de la DPCO disminuido, mientras que lOOmmHg (es decir, si se respira aire a nivel del mar). Un valor de
aquéllos con asma y alteraciones similares de laVA/Q no lo tienen. la Pao2 inferior a 60 mmHg es crítico y definitivo de insuficiencia
Esto refleja el enfisema y otras alteraciones de la membrana capi­ respiratoria, y se encuentran comprometidas las funciones celula­
lar alveolar de los fumadores. El valor de la DPCO está disminuido res y orgánicas si se mantiene este grado de hipoxia (v. caps. 159 y
en enfermedades que afectan al flujo sanguíneo pulmonar, como la 185). Debido a la forma de la curva de disociación de la oxihemo-
enfermedad tromboembólica o la hipertensión pulmonar. Existen globina, un valor de la Pao2 de 60 mmHg se correlaciona con una
pocas enfermedades que causen un aumento de los valores de la Sao2 del 90% cuando la curva de disociación de la oxihemoglo­
DPCO, entre las cuales son importantes la hemorragia pulmonar y bina está normalmente situada.
la policitemia. El valor de la DPCO está aumentado en las derivacio­ El pH sanguíneo (rango normal entre 7,35 y 7,45) aporta
nes intracardíacas izquierda-derecha2. información sobre el estado acidobásico. Si el pH es anómalo, el
médico debe decidir si se debe a una enfermedad primaria meta-
bólica o respiratoria. Los valores de Paco2 EB y H2C 0 3 ayudan a
PRUEBA DE PROVOCACIÓN decidirlo. En general, si el pH es ácido y la Paco2 es alta (el rango
normal se encuentra entre 35 y 45 mmHg), la situación probable
A pesar de los síntomas sugerentes y de una fuerte sospecha es una acidosis respiratoria primaria. Si el pH es ácido y los valo­
clínica de asma, las pruebas espirométricas iniciales pueden no res del EB (y de H2C 0 3) son bajos, el problema es probablemente
ser diagnósticas. Las pruebas de provocación (p. ej., pruebas de una acidosis metabólica primaria. Si el pH es alcalino y la Paco2 es
provocación bronquial) pueden llevarse a cabo en el laboratorio baja, la situación probable es una alcalosis respiratoria primaria.
de funcionalidad respiratoria para ver si hay evidencias de una Si el pH es alcalino y el EB (y el H2CO3) son altos, el problema es
respuesta bronquial exagerada, lo que se considera diagnóstico de probablemente una alcalosis metabólica primaria. A partir de este
asma2. punto, hay que valorar el grado de compensación (parcial o com­
Se han utilizado varios agentes de provocación, como meta- pleta) en función de otros parámetros descritos.
colina, suero salino hipertónico y manitol. El procedimiento es La pulsioximetría es un medio no invasivo ampliamente utili­
similar con todos los agentes. Comienza con la espirometría. Se zado para obtener información sobre el nivel de oxígeno5. Es una
expone después al sujeto a una dosis conocida del agente provo­ medida de la Sao2 (no de la Pao^. El oxímetro no proporciona nin­
cador y tras un tiempo estándar se vuelve a medir la espirome­ guna de la información detallada de las mediciones de los gases
tría. Si el VEMS ha disminuido en un 15 a 20%, o más, se considera sanguíneos (p. ej., la Paco2). Sin embargo, la oximetría puede tener
que el resultado de la prueba es positivo; si no se ha producido, al un valor incalculable para monitorizar de forma rápida y continua
sujeto se le administra una segunda dosis del agente provocador la oxigenación, con el fin de permitir la titulación de la oxigenote-
y se repite el proceso. La prueba continúa con dosis adicionales rapia. La oximetría también sirve para monitorizar las tendencias
hasta que el sujeto alcance el final del protocolo estandarizado o del nivel de oxígeno durante el sueño.
se produzca un resultado positivo.
Además de constituir una herramienta diagnóstica de gran
ayuda para la hiperreactividad bronquial, las pruebas de provo­ PRUEBA DE LA FUERZA M U SCULAR
cación pueden monitorizar la efectividad del tratamiento para el
asma. No debe realizarse la prueba a pacientes con un VEMS de RESPIRATORIA
menos de 1,2 litros o un VEMS inferior al 80% de lo predicho. La debilidad de los músculos respiratorios puede ser sutil y difícil
de apreciar en una valoración clínica. Los pacientes con músculos
respiratorios débiles pueden quejarse de disnea del ejercicio,
DETERM INACIONES DE G ASES ARTERIALES pero no tener ninguna, o sólo una mínima, alteración en la espi­
EN SANGRE rometría realizada a pie de cama. Si se sospecha debilidad de los
músculos respiratorios, la medición de las presiones inspiratoria
La toma directa de muestras de sangre arterial con medición del y espiratoria máximas en la boca es una prueba sencilla y de gran
pH y de las presiones parciales de oxígeno (Pao2) y dióxido de ayuda.
carbono (Paco2) aporta una información fundamental sobre la Para hacer esta medición, el sujeto debe respirar en reposo a
función más importante de los pulmones, el intercambio gaseoso. través de una boquilla que se puede cerrar rápidamente en cual­
Aunque la toma de las muestras es una prueba relativamente sen­ quier momento, creando así un sistema cerrado. Para medir la pre­
cilla, las dificultades surgen a la hora de interpretar los resultados, sión inspiratoria máxima (Pimix), el sujeto realiza una inspiración
en particular cuando existen problemas mixtos metabólicos y tan profunda y tan fuerte como le sea posible a partir de la CRF
respiratorios. contra la boquilla cerrada. La presión negativa dentro de la boqui­
El análisis se lleva a cabo en sangre arterial que se ha obtenido lla cerrada refleja la fuerza generada por los músculos inspirato-
directamente de una arteria periférica. La arteria a la que más rios. Una maniobra similar, realizada espirando tan fuerte como sea
se suele acceder es la radial; es importante asegurarse de que el posible a partir de la CPT, mide la presión espiratoria máxima que
aporte arterial colateral a partir de la arteria cubital es adecuado el sujeto es capaz de generar (Pemix). La presión positiva refleja
antes de realizar la prueba. La muestra se toma con el sujeto en la fuerza generada por los músculos espiratorios. Los resultados
reposo y estable, respirando una concentración conocida de se comparan con valores normales predichos. Si se observa una
oxígeno (o de aire) durante al menos 10 minutos. Esto permite fuerza disminuida de los músculos respiratorios se pueden hacer
hacer una adecuada interpretación del intercambio gaseoso. pruebas específicas sobre trastornos neuromusculares o conside­
La sangre arterial se recoge en una jeringuilla heparinizada y se rar la potencial contribución de la debilidad muscular al cuadro
analiza en un dispositivo mediante sensores electroquímicos. clínico (v. cap. 193).
La información estándar incluye la medición del pH, la Paco2 Esta prueba es muy dependiente de la técnica, y son esenciales
y la Pao2. El analizador de gases sanguíneos también calcula el la cooperación y una clara comprensión de la maniobra que se
exceso de base (EB) y el bicarbonato (H2C 03), y mide la satura­ solicita. Las personas que dirigen la prueba deben tener experien­
ción arterial de oxihemoglobina (Sao2) si la máquina incorpora un cia con esta metodología y ser capaces de evaluar la adaptación
oxímetro. del sujeto a las instrucciones.
La interpretación de los resultados se basa en el conocimiento Otra prueba para valorar una sospecha de debilidad del diafragma
de los valores normales4. Se aprecia fácilmente la oxigenación es comparar la capacidad vital en posiciones de bipedestación y

ERRNVPHGLFRVRUJ
390 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

decúbito supino. Una caída del 20% (o más) en la posición supina es


una evidencia de debilidad diafragmática significativa.
En la debilidad generalizada de las neoplasias malignas avan­
CAPÍTULO 74
zadas o de las enfermedades sistémicas, las pruebas de la fuerza
muscular respiratoria (combinadas con las tensiones de gases
arteriales en sangre) pueden servir para determinar la causa de la Hematología de laboratorio
taquipnea o disnea.Aunque las circunstancias individuales influyen
en la decisión de llevar a cabo cualquier prueba complementaria, Karl S. Theil
las pruebas de la fuerza muscular respiratoria son relativamente
sencillas y pueden identificar áreas potenciales de tratamiento y
paliación, como un soporte de presión no invasivo. De forma simi­ B 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
lar, hay que considerar siempre la debilidad de los músculos respi­
ratorios como una causa de hipoventilación en cualquier paciente
que se encuentre hipercápnico.
P U N T O S
CONCLUSIONES » La clasificación de las alteraciones de la sangre empieza con un recuento
completo de la sangre y un recuento diferencial leucocitario.
Estas pruebas representan las investigaciones clínicas habituales » El estudio de la extensión de sangre periférica es un componente esencial
de la función pulmonar que se hacen para valorar el estado res­ del cuidado adecuado del paciente porque facilita un diagnóstico precoz y
piratorio y explorar la causa de los síntomas respiratorios. Como mejora el tratamiento del paciente.
en cualquier investigación clínica, la solicitud de pruebas de la • El aspirado y la biopsia de médula ósea facilitan información adicional
función pulmonar debe hacerse con una cuestión clara previa en en la evaluación de las enfermedades hematológicas y de la enfermedad
mente. Los resultados se interpretarán siempre utilizando la infor­ metastásica.
mación de la anamnesis y de la exploración física. » Las muestras de fluidos corporales enviadas al laboratorio de hematología
para un recuento celular rutinario y un recuento diferencial incluyen un
B I B L I O G R A F Í A examen morfológico que puede sugerir que hay infección, cambios reacti­
vos, o neoplasia.
1. Crapo RO. Pulmonary function testing. N Engl J Med 1994;331:25-30. > Niveles elevados de proteína C reactiva se correlacionan con un pronóstico
2. American Thoracic Society. Lung function testing: Selection of reference values desfavorable en el cáncer avanzado.
and interpretative strategies. Am Rev Respir Dis 1991;144:1202-1218.
3. Guidelines for the measurement of respiratory function. Recommendations of
the British Thoracic Society and the Association of Respirator)'Technicians and
Physiologists. Respir Med 1994;88:165-194.
4. Williams AJ. ABC of oxygen—Assessing and interpreting arterial blood gases
and acid-base balance. BMJ 1998;317:1213-1216. El hemograma completo (HC) junto con un recuento celular dife­
5. Hanning CD, Alexander-Williams JM. Pulse oximetry: A practical review. BMJ rencial proporciona los valores de hemoglobina y hematocrito, el
1995;311:367-370. recuento eritrocitario (RE), el volumen corpuscular medio (VCM),
la hemoglobina corpuscular media (HCM), la concentración de
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S hemoglobina corpuscular media (CHCM), el índice de distribu­
ción de hematíes (IDH), el recuento y fórmula leucocitaria, el
West JB. Pulmonary Pathophysiology—The Essentials, 6th ed. recuento de plaquetas y el volumen medio plaquetario (VMP). El
Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins, 2003. IDH es una medida de la variabilidad del tamaño de los eritrocitos
West JB. Respiratory Physiology—The Essentials, 7th ed. (p. ej.,anisocitosis) que puede ayudar en el diagnóstico diferencial
Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins, 2004. de la anemia. El VPM es inversamente proporcional al recuento
plaquetario y su valor en la evaluación de la trombocitopenia
es controvertido. Si hay hallazgos anómalos en el HC, es de gran
ayuda hacer una evaluación cuidadosa de la extensión de sangre
periférica.
El estudio de la extensión de sangre periférica puede hacerse
a partir de los indicadores predefinidos del laboratorio o a peti­
ción de un clínico. Los autoanalizadores hematológicos han redu­
cido mucho el estudio manual de la extensión (frotis) de sangre
periférica. El análisis de la extensión de sangre periférica para
integrar la información clínica con los hallazgos morfológicos faci­
lita el diagnóstico de la anemia, trombocitopenia y leucopenia que
afecta frecuentemente a los pacientes tumorales.
La evaluación de la médula ósea se realiza de forma indivi­
dualizada tras analizar el HC y la extensión de sangre periférica.
Antes de realizar el procedimiento hay que prever que puede ser
necesario hacer pruebas diagnósticas especiales, como frotis extra
del aspirado o corebiopsias para estudios de protocolo o estadifi-
cación clínica, tinción histoquímica, citometría de flujo, cultivo de
médula ósea (p. ej., bacteriano, fúngico o de micobacterias), cito-
genética o análisis molecular.
El análisis de fluidos corporales en el laboratorio de hema­
tología consiste en una evaluación macroscópica, con determi­
nación del recuento leucocitario y del RE por milímetro cúbico,

P A R T E II EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Hem atología d e laboratorio I C A P Í T U L O 7 4 391

y en la evaluación morfológica con un recuento diferencial. Los Estudio de la extensión de sangre periférica
líquidos cefalorraquídeo, pleural, pericárdico, peritoneal, de lavado
broncoalveolar y sinovial se procesan de forma similar, lo antes La morfología de las células de la sangre periférica se evalúa de
posible después de su extracción para evitar la lisis de las células. forma jerarquizada, empezando con un autoanalizador hemato­
Las muestras deben enviarse para análisis complementarios que lógico. Los autoanalizadores hematológicos realizan el recuento
incluyen proteínas totales, peso específico, niveles de glucosa y diferencial leucocitario y la evaluación de la morfología eritroci-
estudio microbiológico. La citometría de flujo es útil cuando se taria con mayor precisión y exactitud que el análisis manual del
sospecha una discrasia hematológica. frotis sanguíneo2. Se seleccionan las muestras anómalas en el des­
La proteína C reactiva (PCR), un reactante de fase aguda, se pistaje automatizado para que un técnico o un médico procedan
utiliza como prueba de despistaje poco específica, pero es muy a su análisis manual. Los resultados de las muestras que cumplen
sensible para diferentes situaciones inflamatorias, como infeccio­ los criterios predeterminados son aceptados, validados y enviados
nes, lesión tisular, y enfermedad neoplásica. Fue aislada por pri­ sin más revisión humana. Aunque los autoanalizadores son efica­
mera vez en 1930 y se denomina así porque se une al polisacárido ces a la hora de diferenciar células normales de otras anómalas, la
«C» del Pneumococcus sp. La misma proteína se identificó más extensión manual sigue siendo necesaria para confirmar algunos
tarde en asociación con varios procesos inflamatorios e infeccio­ resultados anómalos y establecer un diagnóstico específico. Entre
sos. La PCR es un miembro de la familia de las pentraxinas y está las indicaciones más comunes para un estudio manual2 se inclu­
compuesta por cinco protómeros idénticos unidos no-covalente- yen los siguientes casos:
mente organizados alrededor de un poro central. Aunque la PCR • Leucopenia (<2,5 X 109/1).
se une a varias proteínas y fosfolípidos (incluida la fosfatidilcolina • Leucocitosis (> 2 0 X 109/1).
que se encuentra en la superficie de los microorganismos y en las • Trombocitopenia (< 8 0 X 109/1).
membranas de las células dañadas), sirve como un agente opsoni- • Trombocitosis (>800 X 109/1).
zante, y puede activar el complemento a través de la vía clásica; se • Anemia (Hb <8,0g/dl).
desconoce cuál es su función biológica exacta1. • Policitemia (Hb >18,0 g/dl).
• Eritrocitopenia (RE < 2,0 X 1012/1).
• Eritrocitosis (RE > 7,0 X 1012/1).
• Microcitosis (VCM <70fl).
IN DICACIO NES Y CONTRAINDICACIONES • Macrocitosis (VCM > 105,1 fl).

Hemogram a completo Las indicaciones para la revisión por un médico del frotis de
sangre periférica vienen determinadas por la práctica clínica
El HC con un recuento diferencial es una de las pruebas de labo­ (tabla 74-1)3. Muchas anomalías morfológicas no se pueden detec­
ratorio que más se solicita. Está indicado en la evaluación de cual­ tar específicamente con los autoanalizadores hematológicos, pero
quier proceso hematológico o para el despistaje del mismo. sí se encuentran en el estudio manual que se hace para buscar

~\ T A B L A 74-1 Indicaciones para la revisión de la extensión de sangre periférica por un médico j

AN O M A L ÍA M OTIVO PARA LA REVISIÓN

Linfocitosis >5,0 X 109/l (si está fuera de un rango Descartar enfermedad linfoproliferativa, linfocitosis reactiva
específico de edad)
ünfocitos reactivos (>10%) Descartar infección viral o efecto farmacológico
Células atípicas Descartar linfoma, leucemia de células peludas, mieloma, carcinoma metastásico, células
endoteliales, síndrome mielodisplásico, síndrome leucémico agudo o crónico, efecto
farmacológico (p. ej., ART, tratamiento con arsénico)
Blastos Descartar proceso mieloptísico, síndrome mielodisplásico, enfermedad mieloproliferativa crónica,
enfermedad mieloproliferativa o mielodisplásica, leucemia aguda
Cuerpos de Auer Descartar leucemia mieloide aguda o síndrome mielodisplásico
Cambios mielodisplásicos (p. ej., neutrófilos Descartar síndrome mielodisplásico, enfermedad mielodisplásica o mieloproliferativa, leucemia
hipogranulares o pelgeroides o fragmentos de aguda, anomalía de Pelger-Huét
megacariocitos)
Granulación citoplásmica anómala Descartar anomalía de Alder-Reilly, síndrome de Chédiak-Higashi, anomalía de May-Hegglin
Esferocitos (>5/CGA) Descartar esferocitosis hereditaria, anemia hemolítica autoinmune
Células falciformes Descartar hemoglobinopatía
Fragmentos de eritrocitos Descartar anemia hemolítica microangiopática, coagulación intravascular diseminada, púrpura
trombocitopénica trombótica, carcinoma metastásico, vasculitis, efecto farmacológico,
quemaduras, aneurisma aórtico, malformación vascular, defecto valvular cardíaco, dispositivo
intravascular
Células mordidas Descartar déficit de glucosa-6-fosfato, hemoglobina inestable, hemolisis inducida por fármacos
Aglutinación de eritrocitos Descartar crioaglutininas, enfermedad linfoproliferativa, anemia hemolítica autoinmune
Vacuolas tóxicas y microorganismos Descartar sepsis debida a infección bacteriana o fúngica, malaria, babesiosis, borreliosis, ehrlichiosis
VCM >109,9fl con neutrófilos displásicos o Descartar efecto farmacológico, anemia megaloblástica o síndrome mielodisplásico
hipersegmentados
Morfología anómala plaquetaria (p. ej., plaquetas Descartar enfermedad mieloproliferativa, estado postesplenectomía, enfermedad plaquetaria
gigantes, plaquetas ovales, plaquetas hipogranulares) hereditaria, síndrome mielodisplásico
Trombocitopenia o trombocitosis Descartar falsa trombocitopenia, enfermedad mieloproliferativa

ART, Ácido retinoico trans; CGA, campo de gran aumento; VCM, volumen corpuscular medio.

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392 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

otros hallazgos anómalos. Éstos incluyen punteado basófilo, excluir el abordaje a la cresta ilíaca posterior, y la poca colabo­
esquistocitos, eliptocitos, dianocitos, dacriocitos, cuerpos de ración del paciente puede impedir que se obtengan muestras de
Heinz, cristales de hemoglobina, agregados eritrocitarios, cuerpos aspirado y biopsia de la médula ósea. El aspirado esternal no debe
de Howell-Jolly, cuerpos de Pappenheimer, parásitos de la malaria, realizarse en niños pequeños ni en un mieloma o un proceso
hongos, bacterias, desgranulación tóxica, cuerpos de Dóhle, ano­ reabsortivo óseo debido al riesgo de perforación esternal y com­
malía de Pelger-Huét, anomalía de Chédiak-Higashi, características plicaciones cardiológicas potencialmente fatales4’5. La mayor con­
displásicas de los neutrófilos (incluidos defectos de la segmenta­ traindicación para hacer un examen de médula ósea es no tener
ción del núcleo y citoplasma hipogranular), fragmentos de mega- una indicación apropiada para el estudio4.
cariocitos y plaquetas hipogranulares. Un número bajo de blastos
circulantes puede también pasar desapercibido con el autoanaliza-
dor. Cuando existe alta sospecha clínica de alguna de estas anoma­ Análisis de líquidos corporales
lías, la extensión manual de sangre periférica puede proporcionar
el diagnóstico. Las indicaciones para obtener líquido cefalorraquídeo pueden
dividirse en diagnósticas (p. ej., sospecha de meningitis o encefa­
litis, hemorragia intracraneal, enfermedades desmielinizantes, sín­
Evaluación de la médula ósea drome de Guillain-Barré) y terapéuticas (p. ej., administración de
quimioterapia o agentes antimicrobianos, drenaje de líquido cefa­
Las indicaciones generales4 para el examen de médula ósea inclu­ lorraquídeo en la hipertensión intracraneal benigna). Las meningi­
yen las siguientes: tis pueden ser agudas (p. ej., bacterianas o virales), subagudas (p.
• Establecer el diagnóstico primario de una discrasia hematológica. ej., fúngicas, tuberculosas o neoplásicas) o crónicas (p. ej., granu-
• Estudiar en mayor profundidad anomalías encontradas en la lomatosas, neoplásicas). Esta prueba está contraindicada en caso
sangre periférica. de aumento de la presión intracraneal secundaria a efecto masa
• Evaluar posibles enfermedades infecciosas. o a hidrocefalia obstructiva, infección cutánea local o epidural y
• Determinar el estadio de neoplasias hematológicas y no diátesis hemorrágica.
hematológicas. Normalmente, los espacios serosos corporales (p. ej., pleural,
• Estudiar una fiebre de origen desconocido. pericárdico y peritoneal) y los espacios articulares (p. ej., sino-
• Investigar la sospecha de enfermedad linfoproliferativa. vial) no contienen fluido aspirable, y la presencia de un derrame
• Monitorizar la respuesta al tratamiento o estudiar cambios ines­ en esta localización indica que existe un proceso patológico. Las
perados en los hallazgos hematológicos. contraindicaciones se relacionan con la presencia de infeccio­
• Evaluar la esplenomegalia. nes cutáneas locales. El lavado broncoalveolar sirve para evaluar
• Estudiar enfermedades poco comunes (p. ej., enfermedades del los infiltrados pulmonares intersticiales y alveolares en pacientes
metabolismo óseo, enfermedades de depósito, enfermedad del inmunodeprimidos.
mastocito).
• Evaluar posible enfermedad residual antes del trasplante de
médula ósea. Proteína C reactiva
Antes de decidir si se lleva a cabo este procedimiento invasivo Los niveles de PCR se utilizan de forma rutinaria como un indica­
en una situación de cuidados paliativos, el clínico debe sopesar la dor de infección o inflamación. La PCR también ha sido utilizada
necesidad de tener más información, frente al valor que tendrá esa como un marcador de pronóstico en el cáncer avanzado, en el
información a la hora de guiar un tratamiento futuro. En el caso de que una respuesta de fase aguda, definida como niveles elevados
pacientes con anemia aislada, eritrocitosis secundaria, neutrofilia de PCR y disminución de la concentración de albúmina sérica, se
tóxica secundaria a procesos patológicos conocidos, y tromboci- correlaciona con mal pronóstico6. El aumento de la PCR también
tosis reactiva, los hallazgos de la sangre periférica sin más pueden se asocia con el síndrome anorexia-caquexia en el cáncer avan­
ser suficientes para establecer un diagnóstico y orientar el trata­ zado, y ambos se correlacionan con niveles elevados de interleu-
miento a seguir. En determinados pacientes con leucemia aguda, cina-66. Dado que las pruebas para la determinación de la PCR
se pueden hacer en la sangre periférica estudios diagnósticos están muy extendidas y no así las de la interleucina-6, que además
definitivos, como la citometría de flujo complementaria y el aná­ son más costosas, la PCR es el marcador de inflamación de elec­
lisis genético, convirtiendo así al estudio de médula ósea en una ción en pacientes tumorales. Los niveles elevados de PCR pueden
prueba opcional. reflejar que el tumor o la inflamación asociada al mismo están
El examen de médula ósea, incluidos el aspirado y la biopsia, produciendo citocinas que inducen un aumento de producción
se puede realizar de forma segura en la mayoría de los pacien­ de PCR.
tes. Las contraindicaciones relativas incluyen defectos adquiridos La asociación entre niveles elevados de PCR e inflamación
o congénitos de la coagulación y trombocitopenia. En pacientes ha impulsado el desarrollo de los análisis de PCR de alta sensi­
con hemofilia es necesario restaurar los niveles de los factores bilidad (PCRas), que tienen mucha importancia en la evaluación
por encima del 50% de la normalidad antes de realizar el pro­ del riesgo de los síndromes coronarios agudos, arteriosclerosis,
cedimiento. La diamino-d-arginina vasopresina (DDAVP) puede enfermedad vascular periférica e infarto. El hallazgo de una PCRas
aumentar los niveles del factor VIII y estimular la función plaque- elevada se considera un biomarcador de inflamación crónica
taria en la enfermedad de von Willebrand (excepto la de tipo IIB) que es de gran valor en la arteriosclerosis. Sigue siendo un tema
o en la insuficiencia renal crónica. Los pacientes en tratamiento de discusión si la elevación de la PCR tiene una relación causal
con warfarina o heparina deben tener los valores de tiempo de o está meramente asociada al desarrollo de la arteriosclerosis. El
protrombina (TP) y de tiempo de activación parcial de trombo- resultado de los análisis de PCRas predice el riesgo de enferme­
plastina (APTT), respectivamente, dentro de rangos normales5. La dad cardiovascular. Los individuos con valores de PCRas basales
trombocitopenia aislada no debe ser una contraindicación, y la en el cuartil más elevado tienen un riesgo dos o tres veces mayor
transfusión de plaquetas no suele ser necesaria sino que existen de sufrir un evento cardiovascular en comparación con pacientes
problemas técnicos para el procedimiento5. La infección cutánea cuyos valores se encuentran en el cuartil más bajo. Los pacientes
localizada o la irradiación previa en el punto de la biopsia puede que más se benefician del despistaje con PCRas son aquellos que

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Hem atología de laboratorio I C A P Í T U L O 7 4 393

tienen un riesgo moderado de enfermedad coronaria, utilizando de la corebiopsia antes de proceder a la fijación del material. Las
los marcadores convencionales. El despistaje universal con PCRas muestras posteriores se obtienen para estudios especiales si éstos
en adultos no está justificado. son necesarios, utilizando una aguja de biopsia nueva. Cuando no
es posible obtener un aspirado, se puede intentar obtener células
de una muestra de biopsia antes de fijar el material, lo que posi­
bilitará la obtención de material para citometría de flujo o cito-
TÉCNICAS genética. Tras ser recibida en el laboratorio, hay que volver a
procesar la muestra para descalcificarla y fijarla en parafina antes
Hemogram a completo de proceder a realizar las secciones histológicas para el estudio. El
coágulo se prepara y procesa de forma similar, pero no es necesa­
La muestra adecuada es sangre venosa anticoagulada con EDTA ria su descalcificación.
potásico (EDTA K2 o Kj), y es importante llenar por completo el
tubo de recolección para evitar la formación de coágulos. Si se
quiere evitar la agregación de las plaquetas, hay que recoger la
sangre en un tubo con citrato sódico, pero los recuentos deben Análisis de líquidos corporales
ser corregidos con un factor de dilución (1:9). La heparina no es
aceptable como anticoagulante dada la posibilidad que existe de Las muestras se deben obtener en condiciones de esterilidad. El
que se formen agregados plaquetarios y se alteren las tinciones volumen de la muestra que se envía varía dependiendo del tipo
cuando la muestra se prepara para el recuento diferencial. y origen del líquido. Para líquido cefalorraquídeo, un mínimo de
El HC se lleva a cabo en autoanalizadores hematológicos. Los 1 mi de líquido se coloca en tres tubos estériles y provistos de
distintos fabricantes utilizan diferentes métodos para el recuento tapón. El primero se utiliza para bioquímica (p. ej., proteínas, glu­
de células, recuento diferencial y cuantificación de la hemoglobina. cosa, serología), el segundo se usa para microbiología (p. ej., tin­
Las tinciones fluorescentes que se unen al ARN citoplásmico pue­ ción de Gram, cultivo, análisis de antígenos) y el tercero se utiliza
den cuantificar los reticulocitos o las plaquetas reticuladas, lo que para recuento celular y recuento diferencial.
puede ser útil en caso de anemia y trombocitopenia. Los fabrican­ El líquido pleural se extrae mediante una toracocentesis. Las
tes incorporan tinciones histoquímicas, anticuerpos monoclonales muestras se envían para recuento celular y recuento diferencial
para linfocitos (p. ej., CD3, CD4, CD8) y plaquetas (p. ej., CD41, (tubo de EDTA); bioquímica, incluidos proteínas totales y lac-
CDól) así como tinciones fluorescentes para las células progeni- tato deshidrogenasa (tubo sin anticoagulante); tinción de Gram
toras hematopoyéticas. y cultivos (tubo heparinizado), y citología (tubo heparinizado).
El líquido peritoneal se extrae mediante paracentesis, y las mues­
tras se manipulan de forma similar a las del líquido pericárdico.
El líquido pericárdico se obtiene mediante pericardiocentesis, y
Estudio de la extensión de sangre periférica las muestras se envían para recuento celular y diferencial (tubo
de EDTA), citología (tubo heparinizado), y tinción de Gram y culti­
Los elementos básicos para la preparación y análisis de la exten­ vos (tubo heparinizado). Para diferenciar si el derrame es un trasu­
sión de sangre periférica no han variado desde hace más de un dado o un exudado, se envía una muestra de sangre venosa (en un
siglo7. Se extiende manualmente una gota de sangre situada tubo sin anticoagulante) para la determinación de proteínas tota­
en el borde de un porta de cristal limpio a lo largo de la longi­ les y lactato deshidrogenasa; se utiliza esta muestra para calcular
tud del porta para crear una superficie suficientemente amplia los índices del líquido respecto a las proteínas totales y a la lactato
donde se visualicen los eritrocitos separados. Los portas, que se deshidrogenasa. Si es necesario, se puede realizar una citometría
han secado al aire, se fijan en metanol al 100%, teñidos con la tin­ de flujo o una citología utilizando el resto de la muestra que se ha
ción de Romanowsky (p. ej., tinción de Wright), y se examinan al enviado para recuento celular.
microscopio óptico con un objetivo de inmersión. En un recuento Se recoge el líquido sinovial en condiciones de esterilidad con
diferencial manual, se clasifican 100 leucocitos, y se observa la una jeringa purgada con heparina sódica, y las muestras se envían
morfología de eritrocitos y plaquetas que se encuentran en el para recuento celular, extensión para detección de cristales y
proceso. tinción de Gram y cultivos. Durante la broncoscopia se obtiene
un lavado broncoalveolar, y el líquido del mismo se envía para
recuento celular y diferencial, tinción de Gram y cultivo micro­
biano, citología y, si está indicado, citometría de flujo para cuantifi­
Evaluación de la médula ósea car los fenotipos de linfocitos B y T.
Los recuentos celulares se realizan con una cámara de hemato-
La cresta ilíaca posterior es el lugar preferido para la aspiración citometría, y para los recuentos diferenciales se utiliza citospin o
y biopsia de médula ósea en adultos. Lugares alternativos son la preparados similares. Los preparados de citospin se hacen con una
pala anterior de la cresta ilíaca (p. ej., en niños y en adultos), el citocentrífuga, un aparato que concentra las células de la mues­
platillo tibial anterior (sólo en niños) y el esternón (sólo en adul­ tra en la superficie de un porta. Las muestras de citospin se secan
tos y sólo aspirado). El aspirado esternal no debe realizarse por al aire y se tiñen con la tinción de Romanowsky para hacer el
personal inexperto, y las biopsias esternales están contraindicadas recuento diferencial. Un recuento diferencial típico de 100 células
debido al riesgo de que se produzca una perforación ósea. El tipo incluye la valoración de todos los elementos celulares de la mues­
de aguja indicado, la técnica y la secuencia de obtención del aspi­ tra, incluidos leucocitos, células mesoteliales, macrófagos, células
rado y biopsia de médula ósea son variables4,5. plasmáticas, células epiteliales y escamosas respiratorias, células
La primera muestra del aspirado debe utilizarse en la prepara­ ependimales, células sinoviales, células malignas y otras. Dado que
ción de frotis para análisis morfológico. Las muestras subsiguientes la morfología celular es idéntica a la de la extensión de sangre
de sucesivos aspirados son más adecuadas para exámenes comple­ periférica o a la de los aspirados de médula ósea, estas muestras
mentarios por estar menos contaminadas con sangre periférica. El son ideales para evaluar las discrasias hematológicas que afecten
material restante se deja en reposo hasta su coagulación, envuelto a los fluidos corporales. Aunque el recuento celular del líquido sea
en papel de celulosa y fijado para preparar cortes histológicos cero, el preparado con citospin permite recuperar algunas células
del coágulo. Se pueden preparar muestras en forma de extensión para realizar un recuento diferencial.

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394 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

Proteína C reactiva se asocian con un recuento reticulocitario bajo. La anemia en el


cáncer puede ser multifactorial.
Los análisis rutinarios de PCR se realizan utilizando nefelometría, Las anemias microcíticas asociadas con un IDH elevado inclu­
precipitación, radioinmunoensayo, o inmunoensayo enzimático. yen normalmente la anemia ferropénica, la anemia de las enfer­
Cuando se utilizan como marcador de inflamación o infección, los medades crónicas, la talasemia y la anemia sideroblástica. Por lo
análisis convencionales de PCR que tengan un límite de detección general se pueden identificar estas causas en base al estudio del
de 3 a 8mg/l son satisfactorios. Cuando se utilizan para valorar hierro, en el que se incluyen los niveles de hierro sérico, la capa­
el riesgo cardiovascular, son necesarios ensayos PCRas con una cidad de saturación de transferrina, el porcentaje de saturación, el
detección límite por debajo de 0,3 mg/1. Los ensayos de PCRas se receptor sérico soluble de la transferrina y los depósitos de hierro
realizan mediante inmunonefelometría automatizada o inmuno- en la médula ósea; la protoporfirina libre eritrocitaria y la elec-
turbidimetría. El aumento de sensibilidad de los análisis de PCRas troforesis de la hemoglobina pueden ser de utilidad (tabla 74-3).
comparado con los de la PCR convencional se obtiene uniendo Algunos pacientes con déficit de hierro incipiente pueden no pre­
una partícula de látex a un anticuerpo específico anti-PCR; este sentar la microcitosis y la hipocromía que caracterizan al déficit
complejo antígeno-anticuerpo mayor tiene más capacidad de dis­ de hierro grave. La anemia ferropénica y la anemia de las enferme­
persión de la luz, lo que permite llegar a un umbral de detección dades crónicas pueden darse de forma simultánea9. En las anemias
más bajo. La estandarización de los análisis de PCRas es impor­ microcíticas con IDH normal, hay que considerar la anemia de las
tante, porque hay más de 30 tipos de análisis de PCRas disponi­ enfermedades crónicas, la talasemia menor y algunas hemoglobi-
bles en el mercado. nopatías (p. ej., el fenotipo hemoglobina E).
Las anemias normocíticas que se asocian con un IDH alto
incluyen las anemias por déficit de hierro, vitamina BJ2 o folato
INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS en fase de tratamiento inicial o parcial; la anemia de células fal-
ciformes; o la enfermedad por células falciformes. Las anemias
Hemogram a completo normocíticas asociadas con un IDH normal incluyen la anemia
de las enfermedades crónicas, la esferocitosis hereditaria, la he­
Los resultados del HC se utilizan para clasificar las enfermedades morragia aguda, algunas hemoglobinopatías y la anemia dilucional.
de los eritrocitos, leucocitos y plaquetas. Los resultados del HC Otras causas de anemia normocíticas son la anemia aplásica, las
deben interpretarse siempre en el contexto clínico. En la medi­ enfermedades de depósito, las neoplasias, la enfermedad renal, la
cina de cuidados paliativos, los problemas más habituales incluyen infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el
el estudio de anemia, neutropenia y trombocitopenia. La anemia hipotiroidismo.
se define como un nivel de hemoglobina inferior a 12g/dl en Las anemias macrocíticas asociadas con un IDH alto incluyen
mujeres y por debajo de 13,5 g/dl en hombres. La neutropenia se el déficit de vitamina B12 o de folato, síndromes mielodisplásicos,
define como una cifra absoluta de neutrófilos menor de 1.500/ jj1, efectos de la quimioterapia (p. ej., hidroxiurea), anemia hemo­
y la trombocitopenia se define como un recuento plaquetario de lítica autoinmune, enfermedad por crioaglutininas, enfermedad
menos de 150.000/^1. hepática, efecto etílico y enfermedad tiroidea. En presencia de un
recuento disminuido de reticulocitos, la probabilidad de que haya
déficit de vitamina B12 o de folato (es decir, procesos megaloblás-
Anemia ticos) se incrementa según aumenta el VCM. Un recuento elevado
de reticulocitos sugiere que hay un proceso de destrucción peri­
La forma más habitual de abordar la clasificación de la anemia es férica, y la determinación de antiglobulinas directas y el despis­
examinar el VCM y el IDH; se identifican seis tipos de anemia (tabla taje de anticuerpos puede hacer pensar en una anemia hemolítica
74-2)8. En este esquema existe cierto solapamiento entre catego­ autoinmune. Las anemias macrocíticas asociadas con un IDH nor­
ría s^ la clasificación de la anemia en la enfermedad crónica puede mal incluyen la anemia aplásica y los síndromes mielodisplásicos.
ser problemática. Se pueden evaluar las anemias con mayor pro­ La pancitopenia es un hallazgo frecuente, y hay que hacer un estu­
fundidad utilizando el recuento de reticulocitos como medida de dio de la médula ósea para el diagnóstico.
la reserva funcional eritropoyética. Las anemias secundarias a una
disminución de la supervivencia eritrocitaria con una respuesta N eutropenia
proliferativa normal de la médula ósea presentan un recuento
de reticulocitos normal o elevado; las que son secundarias El recuento absoluto de neutrófilos se calcula multiplicando
a una respuesta hipoproliferativa o a defectos de la eritropoyesis el número total de leucocitos por el porcentaje de neutrófilos

—I T A B L A 7 4 -2 Clasificación de la anemia basada en el tamaño de los eritrocitos y el índice de distribución de hematíes j

TAMAÑO CELULAR IDH NORMAL IDH AUMENTADO


Microcitosis (VCM <70fl) Talasemia minor, anemia de las enfermedades crónicas, algunos Déficit de hierro, enfermedad de la hemoglobina H,
rasgos de hemoglobinopatía algunas anemias de la enfermedad crónica, algunas
talasemia minor, fragmentos de hemólisis
Normocitosis Anemia de las enfermedades crónicas, esferocitosis hereditaria, Déficit de hierro o vitaminas inicial o parcialmente
algunos rasgos de hemoglobinopatía, hemorragia aguda tratado, anemia de células falciformes o
enfermedad de células falciformes
Macrocitosis (VCM > 1 OOfl) Anemia aplásica, algunas mielodisplasias Déficit de vitamina B12 o folato, anemia hemolítica
autoinmune, enfermedad por crioglobulinas,
algunas mielodisplasias, enfermedad hepática,
enfermedad tiroidea, alcohol

IDH, índice de distribución de hematíes; VCM, volumen corpuscular medio. De Perkins S. Diagnosis of anemia. En Kjeldsberg CR (ed.). Practical diagnosis o f
Hematologic Disorders, 4.a ed. Chicago: ASCP Press, 2006, pág. 7.2006 American Society of Clinical Pathology.

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Hem atología d e laboratorio I C A P Í T U L O 7 4 395

A N Á LISIS A N E M IA FER R O PÉN ICA A N E M IA DE LAS


E N F E R M E D A D ES
C R Ó N IC A S
T A L A S E M IA M IN O R A N E M IA
S ID E R O B LÁ S TIC A
I
Extensión de sangre periférica Eritrocitos hipocrómicos Eritrocitos hipocrómicos Eritrocitos hipocrómicos Eritrocitos dismórficos
normocíticos a microcíticos, normocíticos a normocíticos a (microcíticos,
células en lápiz microcíticos microcíticos, células hipocrómicos y
diana, punteado basófilo macrocíticos), punteado
basófilo, cuerpos de
Pappenheimer
IDH Aumentado Casi normal Normal Aumentado
Hierro sérico Disminuido Disminuido Normal a aumentado Normal a aumentado
Transferrina Aumentada Disminuida a normal Disminuida a normal Reducida a normal
Saturación (%) Disminuida Disminuida Normal a aumentada Aumentada
Receptor soluble de la Aumentado Normal Variable Variable
transferrina sérica
PEL Aumentada Aumentada Normal Normal a aumentada
Electroforesis de la Normal Normal Hb A2 aumentada en la Normal
hemoglobina talasemia (3, normal en la
talasemia a
Depósitos medulares de hierro Ausente Aumentado Normal a aumentado Aumentada, +
sideroblastos en anillo

Hb A2, Hemoglobina A2; IDH, índice de distribución de hematíes; PEL, protoporfitina eritrocitaria libre.

segmentados y en banda. Los pacientes con un recuento absoluto


de neutrófilos disminuido tienen un riesgo mayor de padecer infec­
ciones bacterianas. Es necesario determinar la causa de la neutro­
penia absoluta. Con frecuencia está implicado el efecto tóxico de i
algunos medicamentos, pero deben descartarse diferencias étnicas
en el recuento de neutrófilos y enfermedades primarias de la dC
médula ósea. La edad y el almacenaje inadecuado de las muestras
pueden causar un falso diagnóstico de neutropenia.

Trom bocitopenia
La trombocitopenia puede ser secundaria a un defecto en la pro­
ducción de la médula ósea (p. ej., neoplasias hematológicas, carci­
noma metastásico, efecto de fármacos, quimioterapia, radioterapia)
o a un aumento de la destrucción periférica (p. ej., sepsis, coagula­
ción intravascular diseminada, esplenomegalia, efecto de fármacos,
enfermedades de origen inmunológico, púrpura trombocitopénica
trombótica, síndrome hemolítico urémico). Los recuentos plaque- > . O r O
tarios bajos obtenidos por autoanalizadores hematológicos se ■« .u * i J n _
verifican con frecuencia en el laboratorio para evitar falsos diag­ F IG U R A 74-1 Anemia ferropénica. Los eritrocitos son microcíticos
nósticos de trombocitopenia (p. ej., agregación de las plaquetas, (compárese el tamaño con los núcleos de los linfocitos) e hipocrómicos, c
satelitosis plaquetaria, muestra coagulada). un área agrandada de palidez central (más de un tercio) (x 1.000).

| Estudio de la extensión de sangre periférica con niveles elevados de fibrinógeno y gammaglobulinas. La aglu­
tinación de eritrocitos (fig. 74-4) puede o no estar asociada con
El estudio de la extensión de sangre periférica es de gran utilidad anemia, y puede hacer pensar en un diagnóstico de anemia hemo­
en la anemia y en la trombocitopenia. Por ejemplo, las anemias lítica autoinmune, enfermedad por crioaglutininas o enfermedad
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

microcíticas hipocrómicas están asociadas a anemias ferropénicas linfoproliferativa subyacente. La macrocitosis (fig. 74-5) puede suge­
(fig. 74-1), talasemia menor, anemias sideroblásticas, intoxicación rir que hay déficit de vitamina B12 o folato, enfermedad hepática,
por plomo, anemia de las enfermedades crónicas, y algunas hemo- enfermedad tiroidea, o efecto de la quimioterapia (p. ej., hidroxiu-
globinopatías (p. ej., CC, EE). La anemia hemolítica microangio- rea, metrotexato). La leucocitosis neutrofílica con cambios tóxicos
pática con trombocitopenia (fig. 74-2) sugiere la posibilidad de y desviación izquierda en la maduración (fig. 74-6) es sugerente de
coagulación intravascular diseminada, púrpura trombocitopénica sepsis pero puede aparecer bajo el tratamiento con factores esti­
trombótica, síndrome hemolítico urémico, carcinoma metastásico, mulantes de colonias granulocitarias (FEC-G). Una búsqueda cui­
vasculitis, hipertensión maligna, efecto de fármacos (p. ej., mitomi- dadosa de organismos bacterianos (fig. 74-7) o fúngicos (fig. 74-8)
cina C, ciclosporina) u otras situaciones. Los esferocitos se asocian puede ser reveladora y puede orientar el diagnóstico antes de
con anemias hemolíticas de origen inmune y transfusión de eri­ disponer de los resultados de los cultivos. Las células circulantes
trocitos. Los agregados eritrocitarios (fig. 74-3) se pueden observar procedentes de neoplasias no hematológicas pueden, en alguna
con proteínas monoclonales séricas y en procesos inflamatorios ocasión, encontrarse en el frotis de sangre periférica (fig. 74-9).

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396 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

F IG U R A 7 4 -2 Anemia hemolítica microangiopática. Los eritrocitos


fragmentados (esquistocitos) ponen de manifiesto un trauma
intravascular que causa hemolisis. La trombocitopenia asociada puede
provocar la sospecha de coagulación intravascular diseminada, púrpura
trombocitopénica trombótica y carcinoma metastásico, entre otras
situaciones ( X 1.000).

o *

' v > o V o t <§


F IG U R A 7 4 -5 Macrocitos ovales. Los macrocitos ovales son mayores
que los eritrocitos normales, carecen de policromatofilia, y tienen lados n
paralelos. Los macrocitos ovales ■ - m m
son un hallazgo patológico asociado con
anemia megaloblástica (x 1.000).
F IG U R A 7 4 -3 Agregados eritrocitarios. Los eritrocitos forman «pilas de
monedas» que están compuestas por cuatro o más células. Este hallazgo s<
relaciona normalmente con un aumento en las proteínas plasmáticas con
carga positiva (p. ej., fibrinógeno y gammaglobulinas) ( X 1.000).

Los cambios displásicos incluyen neutrófilos hipogranulares


(fig. 74-10), núcleos pelgeroides, eritrocitos megaloblastoides nu-
cleados, plaquetas gigantes o hipogranulares. Los cambios dis­
plásicos sugieren un proceso mielodisplásico e indican que hay
que hacer un estudio de la médula ósea. La presencia de blastos
(fig. 74-11) es siempre anómala; se pueden ver blastos circulantes en
situaciones benignas (p. ej., regeneración de la médula ósea, trata­
miento con FEC-G) y en enfermedades neoplásicas (p. ej., enferme­
dad mielodisplásica o mieloproliferativa, leucemia aguda, carcinoma
metastásico). Los cambios leucoeritroblásticos, definidos como la
presencia de células mieloides inmaduras circulantes y eritrocitos
nucleados, sugieren que existe un proceso de regeneración de la %><
médula ósea como en la mielofibrosis, neoplasias sólidas metastá-
sicas, mieloma, enfermedad mieloproliferativa, linfoma, leucemia F IG U R A 7 4 -6 Leucocitosis con desviación izquierda y cambios tóxicos.
y enfermedad de depósito. Situaciones benignas como la hemo­ Aumento de la segmentación de los neutrófilos con desviación izquierda
lisis pueden también causar la aparición de leucoeritroblastosis. (cayados y mielocitos) donde se observa granulación prominente
La agregación de plaquetas (fig. 74-12) y la satelitosis de plaquetas citoplásmica que sugiere un proceso inflamatorio o infeccioso (X 1.000).

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Hem atología d e laboratorio I C A P Í T U L O 7 4 397

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F IG U R A 7 4 -7 Bacterias. Extensión de sangre periférica que muestra un F IG U R A 7 4 -1 0 Síndrome mielodisplásico. La presencia de un blasto circulante
neutrófilo con una bacteria fagocitada (diplococo) que se identificó más (flecha) y un neutrófilo hipogranular displásico (derecha) hizo pensar en una
tarde como una Neisseria meningitidis. La identificación morfológica con mielodisplasia. Obsérvese la diferencia en la granulación citoplásmica entre un
tinción de Gram facilita la instauración rápida del tratamiento antes de neutrófilo normal (izquierda) y un neutrófilo displásico (derecha) ( X 1.000).
disponer del resultado de los cultivos (X2.000).

F IG U R A 74 -1 1 Leucemia mieloide aguda. Los blastos tienen una alta


proporción núcleo-citoplasma, citoplasma agranular o escasamente granular,
F IG U R A 7 4 -8 Histoplasmosis diseminada. Los neutrófilos contienen
y núcleos con nucléolos prominentes y cromatina abierta, en este caso
pequeñas formas fúngicas fagocitadas. Hay que hacer una cuidadosa
de leucemia mieloide aguda. Si se identifican blastos en una extensión de
evaluación de la extensión para identificar los organismos (X2.000).
sangre periférica hay que llevar a cabo pruebas específicas ( X 1.000).

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F IG U R A 7 4 -9 Carcinocitemia. Células malignas circulantes, en este caso F IG U R A 7 4 -1 2 Agregados plaquetarios. Los agregados plaquetarios se forman
de cáncer de mama, parecen monocitos, pero tienen una cromatina nuclear in vitro en muestras anticoaguladas con EDTA utilizadas para el recuento celular.
atípica, contorno nuclear irregular y vacuolización citoplásmica ( X 1.000). Esto puede provocar un diagnóstico de falsa trombopenia ( X 1.000).

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398 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

son formas de una falsa trombocitopenia relacionada con el anti­ las poblaciones celulares, y son muy útiles después de la quimiote­
coagulante EDTA. El uso de un anticoagulante alternativo (p. ej., rapia (fig. 74-19) para valorar la celularidad y detectar una posible
citrato sódico u oxalato amónico) puede eliminar esta interfe­ enfermedad residual.
rencia y, en la mayoría de los casos, permite obtener un recuento
plaquetario correcto. Cuando persiste la agregación de plaque­
tas, hay que considerar la posible presencia de una crioaglutinina Análisis de líquidos corporales
plaquetaria. Un frotis preparado a pie de cama proporciona al Los resultados de las pruebas se interpretan en el contexto de los
menos una estimación visual del recuento plaquetario (tabla 74-4). hallazgos clínicos. La tabla 74-6 resume los hallazgos del líquido
cefalorraquídeo en patologías seleccionadas. La meningitis aguda
Evaluación de la médula ósea bacteriana (fig. 74-20) está marcada por un predominio de neutró­
filos y un aumento de las proteínas con disminución de los niveles
Se utilizan las extensiones del aspirado para realizar recuentos dife­ de glucosa; la tinción de Gram permite, por lo general, identificar
renciales y analizar la morfología celular, los depósitos de hierro las bacterias intracelulares. Las meningitis virales o asépticas se
y las anomalías de la maduración. Si la extensión es subóptima
como consecuencia de una hemodilución, los hallazgos del aspi­
rado pueden no ser representativos. Las improntas pueden refle­
jar mejor los hallazgos de la biopsia, especialmente cuando el
aspirado es insuficiente, y pueden diagnosticar de forma rápida
la enfermedad metastásica. En comparación con una extensión
del aspirado correctamente realizada, la morfología celular en las
improntas puede estar alterada por un emborronamiento de la
célula y contaminación sanguínea. Varias tinciones histoquímicas
que se han utilizado en la clasificación de la leucemia aguda se
pueden realizar tanto en la extensión como en la impronta del
aspirado.
La disección del coágulo se utiliza para valorar la celularidad
y el número de megacariocitos y, dado que no requiere descalcifi­
cación, puede proporcionar una morfología superior en compara­
ción con la corebiopsia. Si el aspirado es subóptimo, la utilidad de
la disección del coágulo puede ser limitada, ya que sólo contiene
’♦V-
elementos celulares que eran aspirables (tabla 74-5).
La corebiopsia se utiliza para valorar la celularidad global (fig.
74-13) y el número de megacariocitos; para evaluar la organiza­
ción topográfica de la médula; para buscar lesiones focales, como
el carcinoma metastásico (fig. 74-14), un linfoma (fig. 74-15), o
granulomas (fig. 74-16); para evaluar el estroma medular y los pro­
cesos infiltrativos (figs. 74-17 y 74-18) y para valorar la morfología
ósea. La capacidad diagnóstica de las lesiones focales está poten­ F IG U R A 7 4 - 1 4 C arcinom a metastásico. L os elem entos hem atopoyéticos
ciada por biopsias bilaterales y múltiples secciones histológicas norm ales so n reem plazados p o ra cú m u lo s d e células neoplásicas y fibrosis
de cada una de ellas. La disección del coágulo y la corebiopsia se estromal asociada en esta biopsia de médula ósea de un cáncer d e m am a
pueden estudiar con inmunohistoquímica para caracterizar mejor metastásico. La fibrosis m edular p ue de provocar un «drenaje seco» (X400).

F IG U R A 7 4 - 1 3 Hipoplasia hematopoyética. La biopsia de médula ósea


d e un paciente con pancitopenia debida a una anorexia nerviosa muestra
una marcada reducción d e la celularidad. El estroma m edular (materia F IG U R A 7 4 - 1 S Linfoma n o Hodgkin. Linfoma folicular que muestra
intercelular rosa) presenta atrofia serosa d e la grasa. La atrofia serosa puede u n infiltrado típico q u e se distribuye adyacente a la trabécula ósea.
estar asociada a malnutrición grave, enferm edad renal crónica, m alabsorción C o m o resultado, las células linfomatosas pueden n o estar representadas
y neoplasia disem inada (X400). adecuadam ente en el aspirado o en las muestras de citometría d e flujo (X400).

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Hem atología de laboratorio I C A P Í T U L O 7 4 399

T A B L A 7 4 -4 Hallazgos anómalos en la extensión de sangre periférica y correlaciones anatomopatológicas

I
A S O C IA C IÓ N P A T O L Ó G IC A H A L L A Z G O S CLA VE A N Á LIS IS D E L A B O R A TO R IO
Ú TILE S

Eritrocitos Anemia ferropénica, talasemia Eritrocitos pequeños, hipocrómicos, con Hierro sérico, 1ST, transferrina, Figura 74-1
microcíticos minor, anemia de las o sin células diana, células en lápiz, ferritina para descartar anemia
hipocrómicos enfermedades crónicas, asociadas con anemia ferropénica, ferropénica o anemia de
intoxicación por plomo, anemia punteado basófilo grosero asociado las enfermedades crónicas,
sideroblástica, rasgo de la con las anemias sideroblásticas y la electroforesis de la hemoglobina y
hemoglobina E intoxicación por plomo, células diana cuantificación de la hemoglobina
asociadas con la talasemia A2, cuantificación para los rasgos de
la talasemia y hemoglobina E, PEL y
niveles de plomo para las anemias
sideroblásticas
Células CID, PTT,SHU, vasculitis, Forma celular irregular en ausencia de una TP, TTPa, fibrinógeno y dímeros D Figura 74-2
fragmentadas carcinoma metastásico, lesión zona pálida central; las variantes incluyen para descartar CID, BUN y creatinina
(esquistocitos) valvular cardíaca, quemaduras las células en casco, triangulocitos, para descartar enfermedad renal en
graves, efecto farmacológico esquistocitos y queratocitos. las PTT y SHU, aumento de LDH y
(p. ej., cidosporina, clopidogrel, descenso de la haptoglobina en las
mitomicina C), aneurisma de hemolisis intravasculares
aorta, hipertensión maligna
Agregados Aumento del fibrinógeno (p. ej., Los eritrocitos aparecen como una «pila de Electroforesis de las proteínas Figura 74-3
eritrocitarios infección crónica, inflamación) monedas» con una ordenación lineal de 4 séricas, cuantificación de las
o de las inmunoglobulinas o más células; un agregado no-artefactual inmunoglobulinas, inmunofijación
séricas (p. ej., mieloma múltiple, aparece en las áreas finas de la extensión para descartar proteínas
gammapatía monoclonal, monoclonales (cuando sea
enfermedad hepática crónica) necesario)
Hematíes Crioaglutininas con o sin Los eritrocitos aparecen como grumos en tres Análisis de antiglobulinas directas Figura 74-4
aglutinados anemia, linfoma, mieloma, dimensiones de células solapadas; puede para anticomplemento en las AHA,
hemoglobinuria paroxística a asociarse con VCM e IDH elevados IgM monoclonal en mielomas o
frigore (HPF) linfomas, anticuerpo antiP en la HPA
Oval: déficit de vitamina B12 VCM > 100 fl; pueden ser de forma Niveles séricos de vitamina B12y Figura 74-5
y ácido fólico, alcoholismo, oval o redonda, el citoplasma no es folato para descartar la anemia
quimioterapia, mielodisplasia policromatófilo megaloblástica, aspirado y biopsia
(EMD), anemia aplásica de médula ósea para descartar EMD
Redondeados: enfermedad
hepática, postesplenectomía,
enfermedad tiroidea
Neutrófilos con Infección, traumatismo, Granularidad citoplásmica prominente con Hemocultivos, Proteína C reactiva Figura 74-6
cambios tóxicos quemaduras, tratamiento con aumento de gránulos primarios; puede
factores de crecimiento (p. ej., aparecer vacuolización y cuerpos de
FEC-G) Dóhle; buscar desviación izquierda en la
maduración
Infección bacteriana; Neisseria sp., Los organismos pueden ser intra Tinción de Gram, hemocultivos
Streptococcus sp. y Staphylococcus o extracelulares; buscar cambios
sp. los más comunes tóxicos en los neutrófilos y cambios
postesplenectomía como factores de
riesgo; descartar colonización del catéter
intravascular
Infecciones diseminadas Los organismos pueden ser intra o Tinción de Gram, hemocultivos
por Candida o Histopiasma, extracelulares; buscar cambios tóxicos en
Pytirosporum sp. en vías de los neutrófilos
nutrición parenteral, catéter
intravascular colonizado
Carcinoma Neoplasias no hematopoyéticas Células grandes pleomórficas que tienden Aspirado y biopsia de médula ósea Figura 74-9
metastásico a agruparse, pueden aparecer cambios
leucoeritroblásticos, raramente observados
en la sangre periférica
Neutrófilos EMD, EMD/EMP, LMA, efecto Disminución en la granulación citoplásmica, Aspirado y biopsia de médula ósea, Figura 74-10
displásicos farmacológico defectos de la segmentación nuclear (p. citometría de flujo, citogenética
ej., hiposegmentación, hipersegmentación
extraña)
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

Carcinoma metastásico, fibrosis Cambios leucoeritroblásticos (p. ej., Aspirado y biopsia de médula ósea, Figura 74-11
medular, EMD, EMP, EMD/EMP, desviación izquierda, precursores eritroides citometría de flujo, citogenética
leucemias agudas, mielomas, circulantes, células en lágrima) pueden
linfomas, tratamiento con aparecer en situaciones de aplasia medular;
factores de crecimiento, buscar cambios displásicos o cuerpos de
regeneración de la médula ósea Aueren la EMD y LMA
Agregados Ninguno Grumos plaquetarios cuando se recoge Utilizar tubo de recogida de la
plaquetarios la sangre en tubos con EDTA, lo que muestra con un anticoagulante
provoca una falsa trombocitopenia distinto (p. ej., citrato sódico) para
eliminar los agregados

AHA, Anemia hemolítica autoinmune; BUN, nitrógeno ureico en sangre; CID, coagulación intravascular diseminada; EDTA, ácido etilen-diamino-tetra acético; EMD/EMP, enfermedad
mielodisplásica o mieloproliferativa; FEC-G, factor estimulador de colonias granulocitarias; Hb, hemoglobina; Hb A2, hemoglobina A2; IDH, índice de distribución de hematíes;
1ST,índice de saturación de transferrina; LDH, lactato deshidrogenasa; LMA, leucemia mieloide aguda; PEL,protoporfirina eritrocitaria libre; PTT, púrpura trombocitopénica
trombótica; SHU, síndrome hemolítico urémico; TR tiempo de protrombina; TTPa, tiempo de tromboplastina parcial activada; VCM,volumen corpuscular medio.

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400 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

Hallazgos e n la m é d u la ósea e n patologías seleccionadas

A N O M A L ÍA A S O C IA C IO N E S P A TO LÓ G IC A S H A L L A Z G O S CLAV E A D V E R TE N C IA S E JEM PLO

Hipoplasia Quimioterapia, efecto de fármacos, La celularidad varía Descartar leucemia aguda Figura 74-13
toxinas, infección viral o de otro inversamente con la edad del hipocelular, EMD, o leucemia de
tipo, radioterapia, anemia aplásica, paciente, la zona subcortical células peludas
hemoglobinuria paroxística en adultos puede ser
nocturna, anorexia nerviosa hipocelular; requiere una
biopsia adecuada
Carcinoma Tumores primarios de pulmón, Buscar cohesión celular y El carcinoma metastásico Figura 74-14
metastásico mama, próstata, melanomas, pleomorfismo, moldeado lobulillar de mama puede
tracto gastrointestinal y renales nuclear, nucléolos ser citológicamente
en adultos; neuroblastoma, prominentes; se utiliza la anodino y puede requerir
rabdomiosarcoma, sarcoma de inmunohistoquímica para inmunohistoquímica para su
Ewing y osteosarcoma en niños establecer la línea celular detección
Linfoma Linfoma de Hodgkin y no Hodgkin Infiltrados linfoides, morfología Diferenciar de los agregados Figura 74-15
celular anómala; se requieren linfocitarios reactivos y de los
estudios complementarios granulomas
Granulomas Infecciones (p. ej., bacterias, virus, Diferenciar lipogranuloma Correlacionar con los cultivos de Figura 74-16
hongos, Rickettsia); neoplasias, de granuloma epitelial, médula ósea y la serología
sarcoidosis, enfermedad buscar necrosis; las tinciones
autoinmune, reacción a fármacos, especiales pueden ayudar a
tratamiento con BCG identificar los organismos
Leucemia aguda Leucemia mieloide aguda, 2: 20% de blastos en la sangre Se requiere de citogenética Figura 74-17
leucemia linfoblástica aguda, o en la médula, establecer y análisis molecular para la
leucemia aguda o línea celular la estirpe celular con clasificación definitiva
desdiferenciada citometría de flujo y tinción
inmunohistoquímica
Mieloma Mieloma de células plasmáticas y Aumento de las células Diferenciar de otras Figura 74-18
variantes, incluidos el síndrome plasmáticas, a menudo enfermedades linfoproliferativas
POEMS y la leucemia de células citológicamente con diferenciación de las células
plasmáticas atípicas; demostrar la plasmáticas, es de esperar una
monoclonalidad utilizando pobre recuperación de células
inmunohistoquímica u otro plasmáticas en los estudios con
método citometría de flujo
Tras quimioterapia Neoplasias hematológicas y no Necrosis celular, hemorragia Puede ser difícil diferenciar la Figura 74-19
hematológicas del estroma y edema, grasa leucemia persistente de la
microvesicular, linfocitos y regeneración de la médula ósea
células plasmáticas dispersas, por morfología aislada
macrófagos cargados de
hemosiderina

BCG, Bacilo de Calmette-Guérin; EMD, enfermedad mielodLsplásica; síndrome POEMS, polineuropatía, organomegalia, endocrinopatía, proteína M, cambios cutáneos.

FIG U RA 74-16 Granuloma. Se muestra un granuloma pequeño,


circunscrito, no caseificado compuesto por linfocitos, histiocitos y células F IG U RA 74-17 Leucemia mieloide aguda. Extensión de aspirado de
multinucleadas gigantes, en una biopsia de médula ósea. El diagnóstico médula ósea que muestra un agregado de blastos, alguno de los cuales
diferencial para los granulomas medulares incluye normalmente infecciones contiene cuerpos de Auer (flechas). Las extensiones de aspirado se
(p. ej., hongos, micobacterias, virus, parásitos), sarcoidosis, enfermedad utilizan para la evaluación de la morfología celular y la diferenciación
autoinmune y reacciones a fármacos (X200). celular (X 1.000).

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Hem atología d e laboratorio I C A P Í T U L O 7 4 401

I —I T A B L A 74-6 Hallazgos e n el líqu id o cefalorraquídeo e n patologías seleccionadas

S ITU A C IÓ N

Normal (adultos)
E XA M EN MACROSCÓPICO

Líquido claro, incoloro


R E C U E N TO CE LU LA R

Leucocitos: 0-5/|xl
Eritrocitos: 0-5/|xl
M O R F O L O G ÍA

Linfocitos: 40-80%
Monocitos: 15-45%
O TR O S

Glucosa: dos tercios del


valor sérico
EJEM PLO

I
Neutrófilos: 0-6% Proteínas 15-45 mg/dl
Meningitis Turbio, puede sedimentar Leucocitos: Predominio de ¿Glucosa Figura 74-20
bacteriana 100-10.000/|xl neutrófilos TfProteínas
Meningitis viral Claro o ligeramente turbio Leucocitos: 10-500/jxl Predominio de linfocitos Glucosa: normal Figura 74-21
tProteínas
Meningitis fúngica Claro o ligeramente turbio Leucocitos: 0-500/(il Variable Glucosa: variable Figura 74-22
tProteínas
Hemorragia Sanguinolento o Eritrocitos: aumentados Numerosos eritrocitos ± tProteínas Figura 74-23
xantocrómico eritrofagocitosis

1,Disminuido; t, aumentado; tf, muy aumentado.

F IG U R A 7 4 -1 8 Mieloma de células plasmáticas. La biopsia de médula ósea F IG U R A 7 4 -1 9 Cambios posquimioterapia. La biopsia de médula ósea
muestra una sustitución de la hematopoyesis normal por capas de células obtenida 14 días después de la quimioterapia de una leucemia aguda muestra
plasmáticas. La inmunohistoquímica para inmunoglobulinas citoplasmáticas una marcada reducción de la celularidad, edema y hemorragia del estroma,
kappa y lambda (no mostrada aqui) ayuda a definir una proliferación clonal linfocitos y células plasmáticas dispersos, así como macrófagos cargados de
de las células plasmáticas (X400). hemosiderina. No se identifican blastos leucémicos residuales (X400).

caracterizan por aumento del número de linfocitos reactivos


(fig. 74-21), un aumento del nivel de proteínas, y concentraciones
de glucosa normales. Los hallazgos de la meningitis fúngica depen­
den del organismo y del estado inmunológico del huésped. La
identificación de formas micóticas encapsuladas muy espaciadas
de varios tamaños con yemas pediculadas en los preparados con
citospin puede hacer pensar en una meningitis por criptococo
(fig. 74-22). Los macrófagos con eritrofagocitosis (fig. 74-23) y pig­
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

mentos de hemosiderina apuntan hacia una hemorragia previa en


el líquido cefalorraquídeo.
Los líquidos procedentes de espacios serosos pueden ser trasu­
dados o exudados, lo que sirve para definir el diagnóstico diferen­
cial. Las características que se asocian con los trasudados incluyen
apariencia clara de coloración pajiza, peso específico inferior a
1.016, recuento leucocitario por debajo de 1.000/pl, relación de
proteínas de la muestra-proteínas séricas menor de 0,5, y relación
de lactato deshidrogenasa de la muestra respecto a la sérica infe­
rior a 0,6. Los trasudados están causados por anomalías proteicas
F IG U R A 7 4 -2 0 Meningitis bacteriana. En este caso de meningitis o hemodinámicas, y el diagnóstico diferencial incluye insuficien­
fulminante por Streptococcus pneumoniae se muestra inflamación aguda con cia cardíaca congestiva, cirrosis, síndrome nefrótico e hipoprotei-
numerosas bacterias (diplococos) (X I.000). nemia. Las características asociadas a los exudados son turbidez,

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402 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

apariencia hemática o purulenta, peso específico superior a 1.016,


recuento leucocitario por encima de 1,000/pl, relación proteínas
de la muestra-proteínas séricas superior a 0,5 y relación lactato
deshidrogenasa de la muestra respecto a la sérica de más de 0,6.
Los exudados están causados por procesos patológicos localiza­
dos, como infecciones bacterianas, infartos, neoplasias, enfermeda­
des autoinmunes, pancreatitis o trauma. Estos análisis, que fueron
desarrollados para los derrames pleurales, también son de utilidad
en el caso de los líquidos ascíticos.
El líquido pleural puede mostrar un carcinoma metastásico
(figs. 74-24 y 74-25). El lavado broncoalveolar puede revelar la
presencia de Pneumocystis jiroveci (fig. 74-26) o citomegalovirus
(fig. 74-27) en pacientes inmunodeprimidos. Se puede evaluar el
líquido sinovial para ver si hay artritis inducida por cristales, artri­
tis séptica, hemorragia, inflamación y hallazgos no inflamatorios.

F IG U R A 74-2 1 Meningitis viral. Predominan los linfocitos con cambios


reactivos y formas plasmocitoides. El diagnóstico diferencial incluye
meningitis fúngica, enfermedades desmielinizantes y meningitis bacteriana
tratada parcialmente ( x 1.000).
)\

s * V ¿
$ p JÉ % >

F IG U R A 7 4 -2 4 Adenocarcinoma metastásico. Este líquido pleural


hemorrágico contiene grupos de células grandes atípicas con cromatina
F IG U R A 7 4 -2 2 Meningitis criptocócica. Los amplios acúmulos de hongos en grumos, contornos nucleares irregulares y vacuolización atípica del
encapsulados de varios tamaños son una característica de la meningitis citoplasma ( X 1.000).
criptocócica. A diferencia de la meningitis bacteriana, la respuesta
inflamatoria puede estar ausente o ser mínima ( X 1.000).

F IG U R A 7 4 -2 3 Hemorragia en el sistema nervioso central. El líquido F IG U R A 7 4 -2 5 Carcinoma metastásico de células pequeñas. El líquido
hemorrágico aparece con macrófagos que muestran eritrofagocitosis y pleural hemorrágico contiene células mesoteliales reactivas (izquierdaabajo)
pigmento de hemosiderina. La eritrofagocitosis implica la presencia de y grandes acúmulos de células malignas que presentan la forma nuclear
sangre en el líquido cefalorraquídeo durante al menos varias horas ( X 1.000). típica del carcinoma de células pequeñas pulmonar ( X 1.000).

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Hem atología de laboratorio I C A P Í T U L O 7 4 403

Consejos útiles e inconvenientes


1 Los cam bios leucoeritroblásticos e n la sangre periférica d e p acientes
con enferm edad m etastásica se correlacionan estrecham ente con
una afectación medular.
1 La falsa trom bocitopenia qu e se d eb e a agregados plaquetarios o a
I
satelitosis p uede aparecer cuando la sangre se extrae e n EDTA. La
sangre de b e ser recogida e n u n anticoagulante alternativo (p. ej.,
citrato sódico u o xalato am ónico) p ara o b te n er u n recuento plaque-
tario c orrecto. Si p ersiste la form ación de agregados, hay qu e p ensar
en u na crioaglutinina plaquetaria.
1 Cuando el aspirado d e la m édula ó sea es un drenaje seco, se pueden
aislar células desde una corebiopsia sin fijar para realizar citom etría
de flujo, citogenética o análisis molecular.
1 En los laboratorios de hematología, los preparados d e citospin
teñidos co n W right de líquidos corporales son ideales para evaluar
una p osible afectación p o r neoplasias hematológicas.
1 Los análisis estándar d e proteína C reactiva (PCR) n o se ven afecta­
dos p o r el ritm o circadiano n i p o r la ingesta, son baratos y amplia­
FIG U RA 74-2 6 Neumonía por Pneumocystis. En este lavado broncoalveolar m ente disponibles. En pacientes c o n cáncer avanzado, u n valor
se puede ver un cilindro alveolar espumoso compuesto por muchos quistes elevado e s de mal pronóstico. D eben solicitarse ensayos de PCR de
pequeños, redondeados y de pared fina con trofozoitos centrales (puntos alta sensibilidad sólo para evaluar el riesgo d e enferm edad coronaria,
azules en el recuadro) ( X 1.000). infarto o enferm edad vascular periférica.

riesgo utilizando el valor promedio. Si se obtiene un valor supe­


rior a 10mg/l, debe iniciarse un estudio para descartar una posible
infección subclínica o inflamación, y se repetirá el análisis cuando
el paciente esté estabilizado.
Los niveles de PCR pueden servir en la monitorización de la
enfermedad cardiovascular. La pérdida de peso y la adopción de
un estilo de vida saludable se asocian con una disminución de la
PCR. De modo similar, los fármacos antiplaquetarios y antiinflama­
torios, los agentes hipolipemiantes, los antagonistas de los recepto­
res (3-adrenérgicos, los bloqueantes del receptor de la angiotensina
y los antioxidantes reducen los niveles séricos de la PCR. Se
desconoce si la disminución de la PCRas se correlaciona con una
disminución posterior de los eventos vasculares.
En el caso de pacientes en situación crítica y pacientes tumo-
rales, los niveles de la PCR pueden valorar el estado nutricional
y el pronóstico como parte del índice pronóstico inflamatorio y
nutricional (IPIN)10. Este índice se calcula dividiendo el producto
de dos proteínas séricas:
FIG U RA 74-27 Infección por citomegalovirus. El lavado broncoalveolar
contiene células grandes (compárese con los macrófagos alveolares a la
izquierda) con contornos nucleares borrosos e inclusiones citoplasmáticas y
IPIN = [a¡ -glucoproteína ácida (mg/1] X [PCR (mg/1)]
nucleares (X 1.000).
[albúmina sérica (g/1] X [prealbúmina (g/1)]

El IPIN normal, en gente sana, está p or debajo de 1; en la res­


Proteína C reactiva puesta de fase aguda, el índice es mayor de 1. Se han encontrado
valores significativamente elevados en pacientes con cáncer avan­
Los niveles de PCR aumentan rápidamente como respuesta a una zado, anorexia y pérdida de peso. Dado que la PCR se eleva más
inflamación aguda (6 a 10 horas) y alcanzan su máximo en cues­ que cualquier otro reactante de fase aguda, contribuye de forma
tión de 36 a 50 horas. La PCR tienen una vida media corta (19 significativa en la elevación del IPIN y puede ser el valor más
horas) y no está sometida a variación diurna. La PCR se sintetiza importante en este contexto.
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en el hígado y se induce por citocinas proinflamatorias, como la Existe una asociación estadísticamente significativa entre los
interleucina-6, y en menor medida, la interleucina-1 y el factor de pacientes que tienen niveles elevados de PCR y un pronóstico
necrosis tumoral-a. En la inflamación aguda o en la infección, los desfavorable en el cáncer avanzado con supervivencia inferior a
niveles de PCR pueden multiplicar por 100 a 1.000 veces los valo­ 90 días11. En algunos estudios, un nivel elevado de la PCR tiene
res basales, lo que refleja un aumento de la síntesis por los hepato- significación pronostica con independencia de la edad, sexo
citos como parte de la respuesta de la fase aguda. y estadio de la enfermedad del paciente (v. «Consejos útiles e
En la monitorización del riesgo cardiovascular en varones y inconvenientes»).
mujeres sanos, los niveles de PCRas inferiores a 1, de 1 a 3, y más
de 3 mg/1, diferencian los pacientes con riesgo bajo, intermedio y
elevado, respectivamente. Los niveles de PCRas deben ser prome­ B I B L I O G R A F Í A
diados en 2 muestras extraídas con un intervalo de al menos dos 1. Black S, Kushner I, Samols D. Creactive protein. J Biol Chem
semanas. Si los niveles son inferiores a 10 mg/1, hay que calcular el 2004;279:48487-48490.

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S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

2. Novis DA, Walsh M, Wilkinson D, et al. Laboratory productivity and the rate of La anatomía patológica es un campo que se centra en diagnosti­
manual peripheral blood smear review: A College of American Pathologists car la enfermedad a través del examen macroscópico y micros­
Q-probes study of 95,141 complete blood count determinations performed
in 263 institutions.Arch Pathol Lab Med 2006;130:596-601. cópico del tejido. La información proporcionada incluye el
3. Peterson P, Blomberg DJ, Rabinovitch A, Cornbleet PJ. Physician review diagnóstico de la enfermedad (o ausencia de la misma); la determi­
of the peripheral blood smear: When and why. An opinion. Lab Hematol nación del tipo celular y, si es posible, el lugar de origen; así como
2001;7:175-179- la determinación de otros factores terapéuticos y pronósticos
4. Foucar K. Bone marrow examination: Indications and techniques. In Foucar K
(ed). Bone Marrow Pathology, 2nd ed. Chicago:ASCP Press, 2001, pp 30-49-
relevantes.
5. Riley RS, Hogan TI; Pavot DR, et al. A pathologist’s perspective on bone Los patólogos utilizan varias técnicas para identificar y des­
marrow aspiration and biopsy. I. Performing a bone marrow examination. cribir muchas situaciones inflamatorias, reactivas, infecciosas y
J Clin Lab Anal 2004;18:70-90. neoplásicas. La autopsia post mórtem es el examen más exhaus­
6. Mahmoud FA, Rivera I. The role of C-reactive protein as a prognostic indicator tivo, incluye una revisión completa de los datos clínicos, un exa­
in advanced cancer. Curr Oncol Rep 2002;21:250-255.
7. Houwen G. Blood film preparation and staining procedures. Clin Lab Med men macroscópico interno y externo, una microscopía y otros
2002;22:1-14. análisis de laboratorio. Aporta datos sobre la naturaleza y exten­
8. Perkins S. Diagnosis of anemia. In Kjeldsberg CR (ed). Practical Diagnosis of sión de la enfermedad, las condiciones de comorbilidad y los
Hematologic Disorders, 4th ed.. Chicago: ASCP Press, 2006,pp 3-16. eventos que finalmente causaron la muerte.
9. Weiss G, Goodnough LT. Anemia of chronic disease. N Engl J Med El examen de tejidos seleccionados se puede hacer mediante
2005;352:1011-1023-
10. Nelson KA, Walsh D. The cancer anorexia-cachexia syndrome:A survey of the una biopsia, que es una pequeña muestra de un tejido del
prognostic inflammatory and nutritional index (PINT) in advanced disease. paciente. Los patólogos quirúrgicos interpretan tanto los cor­
J Pain Symptom Manage 2002;24:424-428. tes finos como la muestra completa obtenida en la biopsia o en
11. Maltoni M, Caraceni A, Brunelli C, et al. Prognostic factors in advanced can­ la resección quirúrgica. Si es necesario un diagnóstico urgente,
cer patients: Evidence-based clinical recommendations. A study by the stee­
ring committee of the European Association for Palliative Care. J Clin Oncol
se puede realizar un corte congelado. La citología consiste en
2005;23:6240-6248. el análisis de células obtenidas mediante la aspiración de una
lesión, mediante cepillado de la superficie del cuerpo o libe­
radas espontáneamente a una cavidad corporal (p. ej., líquido
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
peritoneal).
Foucar K. Bone Marrow Pathology, 2nd ed. Chicago: ASCP Press,
20 0 1 .
Galagan KA, Blomberg D, Cornbleet PJ, Glassy EF (eds). Color Atlas
of Body Fluids: An Illustrated Field Guide Based on Proficiency AUTOPSIA
Testing. Northfield, IL: College of American Pathologists, 2006. La autopsia es un examen exhaustivo que realiza un patólogo para
Glassy EF (ed). Color Atlas of Hematology: An Illustrated Field determinar los eventos que condujeron a la muerte del paciente.
Guide Based on Proficiency Testing. Northfield, IL: College of La autopsia incluye revisión de la anamnesis, el examen físico
American Pathologists, 1998. completo interno y externo, el registro de los hallazgos, y el aná­
Vajpayee N, Graham SS, Bern S. Basic examination of blood and lisis de las circunstancias que envolvieron la muerte de la persona.
marrow. In McPherson RA, Pincus MR (eds). Henry’s Clinical Los hallazgos incluyen la integración de los datos obtenidos de la
Diagnosis and Management by Laboratory Methods, 21st ed. revisión de la anamnesis, y el examen macro y microscópico; y son
Philadelphia: Saunders/Elsevier, 2007, pp 457-483. emitidos en forma de informe escrito. Esta descripción se limita a
las autopsias hospitalarias.A diferencia de las autopsias forenses, las
autopsias hospitalarias se realizan a petición de la familia y no
pueden ser solicitadas sin el consentimiento escrito de los parien­
tes más próximos.
II CAPÍTULO
La tasa de autopsias ha caído de forma continuada durante
muchos años. Los motivos que más se citan para esta circunstan­
cia son las mejoras que se han introducido en las pruebas diagnós­
El papel de la anatomía patológica ticas y de imagen, de tal modo que los clínicos (y normalmente los
seres queridos) creen que entienden la enfermedad y saben por
Usa M. Yerian qué falleció el paciente. Sin embargo, hay estudios que muestran
que el 49% de los pacientes fallecidos habían sido diagnosticados
incorrectamente y que más de la mitad de estos errores eran diag­
nósticos mayores equivocados1. Los juicios médicos también han
© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos contribuido a este descenso. Los clínicos recelan a la hora de suge­
rir que se haga una autopsia p or miedo a que el resultado revele
información que pueda ser utilizada en un juicio. A menudo, una
P U N T O S autopsia revela que la causa de la muerte no estuvo relacionada
con el tipo de tratamiento recibido; sin embargo, si no se realiza la
» El propósito del análisis anatomopatológico es proporcionar información
autopsia, se puede favorecer la especulación acerca de los hechos
sobre el diagnóstico de la enfermedad y el avance de la misma.
que condujeron a la muerte del paciente y crear aún más descon­
> Una autopsia es un examen post mórtem macroscópico y microscópico que fianza ya que se transmite la impresión de que los médicos pue­
aporta información acerca del diagnóstico de la enfermedad, la extensión de
den desear ocultar errores.
la misma y las causas que produjeron la muerte del paciente.
A pesar de la disminución del número de autopsias, este pro­
> Una biopsia es una pequeña muestra de tejido que se obtiene con el fin de
cedimiento es muy beneficioso para los supervivientes, para los
establecer un diagnóstico.
médicos y para la sociedad en general. Ayuda a proporcionar un
» El corte congelado se utiliza para obtener un diagnóstico rápido, pero está final para la familia al dar respuestas acerca de la naturaleza y exten­
limitado por artefactos y la incapacidad para realizar anáüsLs especializados.
sión de la enfermedad y de los eventos que finalmente condujeron
• La citología analiza células aisladas que son aspiradas con una aguja o a la desaparición del paciente. En determinados casos, la autopsia
exfoliadas.
puede desvelar la presencia de una enfermedad hereditaria, lo que
permite que la familia pueda buscar un tratamiento o someterse

P A R T E II EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
El papel d e la anatomía p atológica I C A P Í T U L O 7 5 405

a vigilancia médica. La autopsia proporciona información a los y el campo específico de la medicina. El médico debe estar pre­
médicos, al colaborar en la evolución de su conocimiento clínico. parado para responder a las preguntas más habituales sobre el
La autopsia es una parte fundamental del aprendizaje de los estu­ procedimiento, algunas de las cuales dependen de las caracterís­
diantes de medicina y de los médicos residentes sobre la técnica de ticas de la institución. Las preguntas más habituales se refieren al
la autopsia, la anatomía, la histología y la patología de la enfermedad procedimiento propiamente dicho (detallado antes), coste, tiempo
humana. Para la sociedad, la autopsia ayuda a aumentar la calidad de y cuestiones referidas al funeral (cuadro 75-2). En EE.UU. una
la asistencia médica, proporciona nuevos estándares de tratamiento autopsia completa cuesta ente 1.500 y 2.000 dólares. Este gasto
y construye la confianza de la población en la medicina2. no está cubierto por la sanidad pública ni por los seguros priva­
dos, y generalmente es asumido por el hospital, en especial por
los hospitales universitarios, o por la familia. En Europa y en todos
Indicaciones y contraindicaciones los países donde existe un sistema sanitario nacional, los costes
Dado que ofrece múltiples beneficios, la consideración de hacer de la autopsia suelen ser irrelevantes. Los médicos deben conocer
una autopsia está siempre indicada. La autopsia está principal­ cómo se desarrolla el procedimiento en sus instituciones.
mente indicada cuando la enfermedad fundamental o causa de Los familiares preguntan con frecuencia si podrán tener un
la muerte del paciente no ha sido identificada. Muchas enferme­ funeral con el ataúd abierto tras la autopsia. Las incisiones que
dades requieren un análisis tisular para su identificación, y es fre­ se realizan en una autopsia incluyen una incisión en forma de Y
cuente que los tejidos no hayan sido obtenidos o sean imposibles en el tórax y abdomen y una incisión en la parte posterior de la
de obtener antes del fallecimiento de la persona. Algunas enfer­ cabeza que serán invisibles en el funeral. Las incisiones u otras
medades neurológicas pueden ser sospechadas en vida (p. ej., la alteraciones en cara y manos están estrictamente prohibidas salvo
enfermedad de Alzheimer, demencia con cuerpos de Lewy), pero en circunstancias excepcionales y con consentimiento expreso.
el diagnóstico definitivo requiere un análisis de tejido que sólo La mayoría de los hospitales retienen los órganos durante unos
puede ser obtenido en el estudio del cerebro post mórtem. La tres meses después de elaborar el informe de la biopsia. Los
autopsia es especialmente deseable cuando la sucesión de eventos médicos deben discutir con el responsable de la autopsia sobre
que condujeron a la muerte no está clara. Puede detectar enferme­ los protocolos locales. A petición de la familia, los órganos pueden
dades que antes no se habían identificado y que tal vez hayan con­ ser devueltos al cuerpo tras su examen y la toma de muestras. Es
tribuido al desenlace final. una buena idea conocer el nombre y la forma de contactar con
La única contraindicación para realizar una autopsia es la obje­ el director del departamento de autopsias de la institución, por­
ción de los familiares, ya que las autopsias hospitalarias no pueden que esa persona estará más familiarizada con los procedimientos
ser realizadas sin el consentimiento escrito de aquéllos. Los fami­ locales de la autopsia, coste, tiempo, y cuándo puede contarse con
liares más próximos pueden restringir la extensión de la autopsia recibir un informe escrito de la misma. Siguen quedando varios
o pedir que el alcance del examen sea limitado. Las limitaciones temas para el debate:
más comunes son el examen exclusivo del cerebro (para enferme­ • El papel de la autopsia como fuente de información para los
dades neurológicas como el Alzheimer), no examinar el cerebro, descendientes, patólogos y clínicos.
examen exclusivo torácico o abdominal, examen y toma de mues­ • El impacto que el descenso del número de autopsias puede
tras de los órganos sin su extracción, y reposición de los órganos tener en la formación médica, el aprendizaje de los residentes
en el cuerpo antes del entierro del familiar que ha fallecido (cua­ y el conocimiento médico.
dro 75-1). • La viabilidad de la práctica de autopsias en un modelo cre­
ciente de industria sanitaria de pago.
Características del procedimiento
La clave para optimizar los aspectos beneficiosos de una autop­ BIOPSIAS
sia es la conversación reflexiva, considerada e informativa con los Una biopsia es una pequeña muestra de tejido que se obtiene
familiares. Es responsabilidad del médico obtener el permiso para para la investigación. Normalmente, este procedimiento se realiza
realizar la autopsia, y los médicos más brillantes están informados para obtener un diagnóstico histológico primario, pero se pueden
acerca de las autopsias. El médico debe estar preparado para expli­ realizar otro tipo de análisis (p. ej., molecular, citogenético). Se
car por qué se realiza una autopsia y por qué el procedimiento pueden realizar análisis de muestras de biopsia de prácticamente
puede beneficiar a los supervivientes, los médicos involucrados, cualquier parte del organismo, y las indicaciones, técnicas y ries­
gos varían dependiendo del lugar de la biopsia. Son frecuentes las
biopsias endoscópicas y pueden realizarse en lesiones localizadas

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406 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

bajo visualización directa. Las biopsias por punción se hacen colo­


cando una aguja hueca en el tejido o en la lesión de interés para
obtener un pequeño cilindro de tejido. Las biopsias abiertas se
realizan en el quirófano.
Las muestras de biopsia deben transportarse al laboratorio
de patología quirúrgica en fresco o en un líquido de fijación. Las
biopsias en fresco deben ser hidratadas ligeramente con salino o
con una gasa húmeda para prevenir que se sequen, ya que esto
facilita que la muestra se adhiera al recipiente, lo que puede afec­
tar negativamente al examen histológico. Las biopsias en fresco
deben transportarse rápidamente al laboratorio, ya que la autolisis
(descomposición) empieza desde el mismo momento de la extrac­
ción de la muestra del cuerpo. Los fijadores estabilizan los tejidos
y previenen la descomposición. Existen varios líquidos fijadores;
el que más se utiliza es el formol. Para algunas muestras determi­
nadas se prefieren otros fijadores con el fin de acentuar algunas
características morfológicas. Algunos análisis no pueden realizarse
en tejido fijado (p. ej., citometría de flujo, citogenética, alguna
inmunohistoquímica). Cuando exista duda, una llamada telefónica
al laboratorio de patología quirúrgica puede evitar que el paciente
sea sometido a un procedimiento no diagnóstico, y la necesidad • Se realiza una biopsia co n el fin de o b tener u n diagnóstico
de repetir la biopsia. histológico.
• Los requisitos para el envío de la m uestra d eben conocerse para el
análisis concreto requerido.
Indicaciones y contraindicaciones • Las m uestras para procesam iento rutinario d eben enviarse e n fresco
La biopsia está indicada cuando se precisa un diagnóstico tisular o en el fijador, p e ro si se sospecha un linfoma, la m uestra n o debe
para documentar una neoplasia, estadificar una enfermedad ya ser rem itida e n fijador.
conocida o iniciar un tratamiento o un plan de cuidados paliativos. • Las tinciones histoquímicas, las técnicas moleculares y los análisis
Está contraindicada dependiendo de los factores de riesgo especí­ inm unohistoquím icos pu ed e n ayudar a identificar y clasificar una
ficos del paciente o del lugar de la misma. Un estado de hipocoa- neoplasia d e reciente diagnóstico o u n a m etástasis d e la misma.
gulación (p. ej., fallo hepático, fármacos anticoagulantes) es una
contraindicación relativa para determinadas biopsias y requiere
que se tomen precauciones especiales.

Están disponibles múltiples tinciones inmunohistoquímicas e


Equipo inmunocitoquímicas para caracterizar los tipos celulares (p. ej.,
El equipo varía dependiendo del lugar y del tipo de biopsia. Las actina para las células musculares, citoqueratina para las células
«corebiopsias» se realizan con agujas huecas que extraen un fino epiteliales) y para evaluar factores pronósticos (p. ej., índices pro-
cilindro de tejido. Las biopsias obtenidas intraoperatoriamente liferativos usando Ki67, antígeno nuclear de las células en prolife­
durante un procedimiento abierto o laparoscópico pueden con­ ración [ANCP]).
sistir en pequeñas cuñas de tejido o muestras finas obtenidas con Las tinciones histoquímicas identifican muchos componen­
una aguja. Todas las biopsias deben colocarse en recipientes rotu­ tes tisulares. Son muy útiles para identificar sustancias u organis­
lados con el nombre del paciente, el número de identificación del mos anómalos intracelulares (p. ej., hierro) o extracelulares (p.
mismo y el lugar de la biopsia. El tejido se envía en un líquido ej., amiloide o colágeno). La plata metianamina de Gomori (PMG)
fijador (por lo general, formol) para su procesamiento rutinario, o la tinción de PAS (ácido peryódico de Schiff) son tinciones
o en fresco para estudios especiales. Existen recipientes ya pre­ comúnmente utilizadas para los hongos, y las micobacterias se
parados con líquido fijador. Para muestras pequeñas enviadas en identifican usando varias tinciones acidorresistentes (p. ej., Fite,
fresco, unas pocas gotas de suero salino o unas gasas empapadas Ziehl-Neelsen). Se pueden realizar tinciones tisulares de Gram,
en salino evitan que la muestra se seque (cuadros 75-3 y 75-4). pero la determinación de bacterias específicas en secciones de
tejido puede resultar difícil. Dadas las muchas tinciones dispo­
nibles y el grado de especialización técnica necesario para reali­
Tinciones especiales para histoquímica e zarlas e interpretarlas, los clínicos deben solicitar la opinión del
inmunohistoquímica patólogo y del técnico histológico del centro sobre qué técnica
funciona mejor para responder a determinadas cuestiones. Todas
En algunos casos, las tinciones especiales para ciertos tejidos las tinciones deben ser interpretadas utilizando controles con la
o células pueden añadir información a la que aporta la tinción misma tinción.
de hematoxilina-eosina. La inmunohistoquímica o inmunocito- Las aplicaciones de la inmunohistoquímica y la inmunocito-
química proporciona información que se suma a la facilitada por química se han ampliado como consecuencia de la aparición de
el examen microscópico rutinario. Estos métodos se basan en la nuevos anticuerpos, múltiples tinciones en una sola reacción,
aplicación de anticuerpos específicos para determinadas células metalografía enzimática y desarrollo de nuevos marcadores pro­
en una preparación citológica o en una sección de tejido. Si el nósticos. La inmunohistoquímica se utiliza para diagnosticar enfer­
antígeno de interés está presente en las células, el anticuerpo se medades genéticas o hereditarias (p. ej., análisis de proteínas de
unirá a las mismas con un patrón sitio-específico. Se aplica un reparación incompatibles en el cáncer colorrectal hereditario sin
sistema de detección, y puede observarse una reacción positiva. poliposis).

P A R T E II EL P A C I E N T E
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El papel d e la anatomía p atológica I C A P Í T U L O 7 5 407

Cuidados postoperatorios y complicaciones Cuadro 75-5 Circunstancias que influyen en la elección


Los cuidados postoperatorios de una biopsia dependen de dónde de corte congelado
se haya hecho la biopsia. Los pacientes deben permanecer en Los resultados d e u n corte congelado suelen estar disponibles antes
observación o bien hay que advertirles de estar pendientes por si de 20 m inutos.
hay signos de sangrado o infección. La m uestra rem itida para co rte congelado d eb e estar en fresco (no
Las complicaciones son similares a las de otros procedimien­ en fijador).
tos invasivos e incluyen dolor, sangrado e infección. Hay que tener La interpretación del c o rte congelado está limitada p o r artefactos
en cuenta el riesgo aumentado de que se produzca sangrado en producidos durante la congelación y sección, y los análisis especia­
pacientes bajo tratamiento con anticoagulantes y en aquéllos con les (p. ej., tinciones especiales, inm unohistoquím ica) n o suelen ser
fallo hepático. Los riesgos adicionales en relación con el lugar posibles e n los cortes congelados. Ese tip o d e estudios se hace a
específico de la biopsia deben evaluarse de forma individualizada. m enudo después d e u n posterior procesam iento d e la muestra.
Algunos tipos d e tejidos n o d eben ser manejados co n c o rte conge­
CORTE CONGELADO lado. El h ueso o las lesiones óseas n o p u e d en ser cortados en estado
fresco-congelado, y los tejidos grasos congelados son m uy difíciles
La técnica del corte congelado se utiliza durante un procedi­ de cortar, p o r lo q ue su interpretación e s m uy difícil o imposible.
miento quirúrgico cuando el curso inmediato del tratamiento El corte congelado puede determ inar si existe tejido anómalo. La distin­
depende del diagnóstico de la muestra. El médico puede solicitar ción entre lesión benigna o maligna suele ser posible, y las neoplasias
un corte congelado cuando el tiempo que se necesita para prepa­ pueden clasificarse en función del tipo de tejido (p. ej., adenocarcinoma
rar de forma rutinaria un corte de la muestra es inaceptable. frente a carcinoma de células escamosas). Sin embargo, la determina­
La técnica del corte congelado es similar a la descrita para ción precisa de la localización primaria del tum or n o suele ser posible
la biopsia, salvo que la muestra se sumerge en un compuesto en el corte congelado si no se dispone de información clínica adicional.
congelante (p. ej., compuesto de temperatura óptima para el
corte [TOC]) y se congela rápidamente. El corte se realiza en un
microtomo en una cámara de frío (criotomo).
Para preparar los cortes histológicos de forma rápida, el tejido patólogo. Hay que tener en cuenta varias opiniones a la hora de
es rápidamente congelado, y se cortan secciones finas (4 a 5 nm) tomar la decisión de utilizar un corte congelado (cuadro 75-5).
en un contenedor helado. Por lo general, los cortes pueden ser
seccionados, fijados rápidamente en formol, teñidos e interpreta­
dos en menos de 20 minutos. El corte congelado se utiliza para Equipo
obtener información intraoperatoria (mientras el paciente está Para realizar este procedimiento se necesita el siguiente equipo
anestesiado) que ayude al cirujano a decidir cuál es la mejor básico:
opción terapéutica. A veces, el corte congelado puede ser utili­
zado para evaluar la idoneidad de una muestra para el diagnóstico • Nitrógeno líquido o spray congelante en aerosol, o ambos.
cuando el laboratorio de histología está cerrado. • Compuesto TOC.
El tejido para el análisis con corte congelado debe ser remi­ • Criotomo.
tido al laboratorio en fresco (no fijado). Si el tejido está fijado, no • Portas de cristal.
puede realizarse un corte congelado. La mayor limitación son los • Soluciones de fijación y tinción.
artefactos que se producen durante la congelación. Algunos teji­ • Un microscopio para la interpretación.
dos no se pueden cortar adecuadamente cuando están congelados
(p. ej., la grasa), y otros no pueden ser seccionados en absoluto
(p. ej., el hueso requiere descalcificación). Muchos exámenes CITOLOGÍA
complementarios (tinciones especiales, inmunohistoquímica) no La citología o la citopatología se utiliza para obtener un diag­
se pueden realizar, lo que reduce el beneficio de todas las armas nóstico a través de la evaluación de células individuales o de
diagnósticas disponibles. pequeños grupos celulares en un portas en lugar de a través de
La exactitud del diagnóstico mediante corte congelado llega secciones tisulares completas. Las muestras para la citología
al 95%, y varía en función del tipo de muestra y de la indicación pueden proceder de aspiración con aguja fina o de muestras de
clínica3,4. En determinados escenarios clínicos, es una herramienta raspado. Es posible hacer una interpretación rápida en algunas
fundamental para el tratamiento del paciente. localizaciones para determinar la idoneidad de la muestra y, en
ocasiones, para dar un diagnóstico provisional.
Indicaciones y contraindicaciones Los dos tipos principales de especímenes son el raspado y la
aspiración (cuadro 75-6). En la citología del raspado, la muestra
El deseo de obtener resultados cuanto antes no es una indicación incluye células arrastradas espontáneamente y aquellas descamadas
para el corte congelado, debido a que la exactitud del diagnóstico, o cepilladas de las superficies corporales. Los ejemplos incluyen
aun siendo elevada, no lo es tanto como la que se obtiene por el muestras de líquidos (p.ej.,líquido ascítico, líquido cefalorraquídeo,
procesamiento rutinario. Las biopsias pequeñas pueden agotarse lavado bronquial) y cepillados (p. ej., test de Papanicolaou, cepi­
durante el proceso del corte congelado, sin que quede muestra llado endoscópico). La aspiración con aguja fina consiste en la
para el proceso rutinario o para exámenes complementarios. En inserción de una aguja de poco calibre (normalmente entre 21 y
algunos casos, se puede procesar las muestras pequeñas (p. ej., 27 G) en un órgano para obtener células. Esto se puede realizar
corebiopsias) con un protocolo de urgencia, alcanzando un diag­ de forma percutánea mediante palpación (p. ej., lesiones mamarias,
nóstico en cuestión de horas. Aunque esta técnica tarda más que nodulos linfáticos, masas subcutáneas), bajo guía radiológica (eco-
la del corte congelado, logra un diagnóstico mejor y preserva grafía o tomografía computarizada) o endoscópicamente.
el tejido para estudios complementarios. Si existe duda sobre la En la citología por aspiración, las células aspiradas en el inte­
indicación del corte congelado, el clínico debe contactar con el rior de la aguja se depositan en un porta de cristal o en un líquido

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408 S E C C IÓ N B | Pruebas com plem entarias

Cuadro 75-6 Técnicas de aspiración y exfoliación Equipo

Técnica de aspiración El equipo consiste en una aguja y una jeringa; algunos prefieren
utilizar un soporte para la aguja para asegurar un mayor control.
• Los portas, agujas y so p o rtes d e las agujas deben estar p reparados y Los portas rotulados con el nombre del paciente o el número de
rotulados. la muestra deben estar preparados previamente. Por lo general, se
• La lesión se identifica p o r palpación.
aplica un spray fijador al porta. Las muestras de células se pueden
• La superficie d e la piel se lim pia co n alcohol. obtener mediante muestras de líquido con aguja (p. ej., paracen­
• Se coloca la aguja e n la lesión.
tesis) o mediante la toma de muestra de una superficie con un
• Si se utiliza la aspiración, se extrae el ém bolo d e la jeringa p ara gene-
cepillo o espátula. Los reactivos de tinción y un microscopio son
necesarios para cualquier tipo de análisis citológico.
• La aguja se m ueve arriba y abajo p ara o b ten er el corte.
• El material aspirado (células y m atriz) se extrae de la aguja y se Cuidado postoperatorio y complicaciones
coloca e n los p ortas d e cristal.
• El m aterial se extiende e n el p o rta c o n u n segundo porta. El cuidado postoperatorio consiste en presionar sobre el lugar
• La aguja se lava c o n líquido fijador para citología con el fin de obte­ de la aspiración para controlar el sangrado, que suele ser mínimo.
n e r cualquier material residual. Esta solución se lleva al laboratorio No se requiere ningún cuidado postoperatorio específico para los
d e citología, d o n d e se utili2a para h acer c o rtes adicionales. procedimientos de cepillado o raspado.
Las complicaciones son similares a las de la biopsia con aguja,
Técnica de exfoliación pero se utiliza una aguja más pequeña (más fina). Para la citolo­
gía exfoliativa, las complicaciones varían dependiendo del tipo de
• Se aplica u n cepillo o una espátula a la superficie de la que se va a muestra. Se pueden obtener resultados discordantes histológicos
tom ar la m uestra. y citológicos de la misma muestra, y el clínico debe saber cómo
• Las células superficiales se adhieren al cepillo o a la espátula. manejar este hecho en la situación clínica concreta. El uso de téc­
• El utensilio utilizado p ara la to m a de la m uestra se arrastra sobre nicas complementarias (p. ej., inmunohistoquímica, hibridación
u n p o rta d e cristal o se enjuaga en líquido fijador p ara citología, de fluorescente in situ [HFIS]) en muestras de citología puede pro­
do n d e se recogen las células y se colocan e n p ortas d e cristal. porcionar una información diagnóstica mayor.

B I B L I O G R A F Í A

1. Bayer-Garner IB, Fink LM, Lamps LW. Pathologists in a teaching institution


de fijación para ser centrifugadas más tarde y situadas en un porta. assess the value of the autopsy. Arch Pathol Lab Med 2002; 126:442-447.
A continuación, se tiñen las preparaciones citológicas y se evalúan 2. Crawford JM. Evidence-based interpretation of liver biopsies. Lab Invest
bajo el microscopio. En el caso de la citología por aspiración, se 2006;86:326-334.
3. Rakha E, Kamaiah S, McGregor A.Accuracy of frozen section in the diagnosis of
puede realizar una tinción y evaluación rápida para determinar liver mass lesions. J Clin Pathol 2006;59:352-354.
la idoneidad de la muestra y en ocasiones para proporcionar un 4. Stewart CJ, Brennan BA, Hammond IG, et al. Intraoperative assessment of ova­
diagnóstico preliminar. rian tumors: A 5-year review with assessment of discrepant diagnostic cases.
Int J Gynecol Pathol 2006;25:216-222.

Indicaciones y contraindicaciones
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
Al igual que la biopsia, la citología tiene valor diagnóstico y pro­
nóstico. En muchos casos, la citología y el examen histológico de DeMay RM (ed). The Art and Science of Cytopathology. Chicago:
la muestra son complementarios, y se obtienen la máxima especi­ American Society of Clinical Pathologists, 1996.
ficidad y sensibilidad con la combinación de ambas técnicas. Para Kumar V, Abbas AK, Fausto N (eds). Robbins and Cotran’s
lesiones palpables, como masas subcutáneas, nodulos linfáticos Pathologic Basis of Disease, 7th ed. Philadelphia: Elsevier
o lesiones mamarias, la aspiración tiene ventajas específicas sobre Saunders, 2005.
la biopsia. La aspiración es rápida, se puede realizar de forma Lester SC (ed). Manual of Surgical Pathology. Philadelphia:
ambulante y la evaluación de idoneidad suele estar disponible para Churchill Livingstone, 2001.
la obtención de muestras adicionales antes de que el paciente se Prayson RA. Autopsy: Learning from the Dead. A Cleveland Clinic
marche. Guide. Cleveland, OH: Cleveland Clime Press, 2006.

P A R T E II EL P A C I E N T E
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SECCION

Enfermedades concurrentes

Manifestaciones clínicas y tratamiento


| CAPÍTULO 76 El síntoma más frecuente es el dolor epigástrico. Si la úlcera se
localiza posteriormente, el dolor puede irradiarse hacia la espalda.
El dolor suele describirse como una sensación de ardor o de mor­
Trastornos médicos disqueo. Es frecuente el dolor nocturno. El dolor de la úlcera duo­
denal puede empezar 2 o 3 horas después de comer y se alivia al
y quirúrgicos asociados tomar alimentos o leche. El dolor por úlcera gástrica suele preci­
pitarse por alimentos y puede asociarse con náuseas, vómitos y
John Loughnane pérdida de peso.
La endoscopia digestiva alta pone en evidencia la úlcera duo­
denal gástrica y la esofagitis. Los pacientes con síntomas gastroin­
B 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos testinales altos suelen tener endoscopias con resultados normales.
La distinción entre úlcera y esofagitis no es útil de cara al trata­
miento. Una alternativa de algoritmo diagnóstico1 sugiere referir
P U N T O S para endoscopia a los pacientes con síntomas de alarma o que
►La causa principal de úlcera péptica es la infección por Helicobacter pylori. no han respondido al tratamiento. Los síntomas de alarma son la
» Los pacientes con celulitLs que se encuentran mal deben ser ingresados para disfagia, los vómitos persistentes, la pérdida de peso, la presencia
recibir antibioterapia endovenosa. de masa abdominal, evidencia de sangrado gastrointestinal o ane­
» El dolor de la capsulitis adhesiva se alivia rápidamente con infiltraciones de mia ferropénica o cuando los síntomas ocurren después de los
corticoides. 55 años. En otros pacientes se realizan pruebas de detección de
» El tratamiento con finalidad preventiva generalmente debe ser retirado en
H. pylori sin endoscopia. La prueba del aliento para 14C-urea y las
los casos terminales. pruebas de antígeno en heces son las más empleadas. Si se con­
►El empleo de hidratantes es esencial para el tratamiento de la piel seca y del
firma la infección, se prescribe una semana de tratamiento de una
eczema. de las siguientes pautas erradicadoras:

• Un inhibidor de la bomba de protones (IBP) más 1 g de amoxi-


cilina más 500 mg de claritromicina, todo ello tomado dos
veces al día.
• En caso de alergia a penicilina, la pauta incluye un IBP más
ULCERA PEPTICA 400 mg de metronidazol más 250 mg de claritromicina, todo
La enfermedad péptica ulcerosa es una úlcera de la mucosa gastro­ ello tomado dos veces al día.
intestinal en o cerca de un área productora de ácido. Las úlceras
Las dosis erradicadoras del IBP (todas administradas dos veces
se encuentran frecuentemente en el duodeno, pero pueden afec­ al día) son 20 mg de omeprazol, 30 mg de lansoprazol, 40 mg
tar también al estómago y al esófago.
de pantoprazol, 20 mg de rabeprazol y 20 mg de someprazol
(S-isómero de omeprazol). En los pacientes con hepatopatía, la
Epidemiología y prevalencia dosis del IBP se reduce a la mitad. El omeprazol y el esomeprazol
pueden potenciar la warfarina. El IBP se mantiene durante un mes
Las úlceras pépticas afectan al 15% de la población en algún si se observa en la endoscopia una úlcera gástrica o una úlcera
momento de su vida. Las úlceras duodenales son más frecuentes duodenal amplia o complicada.
que las gástricas, que a su vez son más frecuentes que las esofá­
gicas. Las úlceras duodenales son más frecuentes en varones. Las
duodenales y las gástricas son más frecuentes en pacientes de ENFERM EDAD POR REFLUJO
edad avanzada.
GASTROESOFÁGICO

Fisiopatología La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) se ha defi­


nido como el reflujo de contenidos gástricos hacia el esófago,
Las úlceras pépticas se desarrollan cuando los factores agresores síntomas de reflujo que limitan la calidad de vida o riesgo de
(p. ej., infección por H.pylori, ácido, antiinflamatorios no esteroi- complicaciones a largo plazo2. Muchos pacientes con reflujo
deos [AINE]) predominan sobre los factores protectores (p. ej., están asintomáticos o tiene endoscopias con resultado normal.
prostaglandinas, moco, bicarbonato) y se interrumpe la integridad El reflujo gastroesofágico se convierte en enfermedad cuando
de la mucosa. El factor agresor fundamental es la infección por limita la calidad de vida o causa lesión de la mucosa esofágica
H. pylori. En tom o a un 4% de los pacientes que toman AINE de­ distal. El grado de lesión no se correlaciona con la gravedad de
sarrollan úlcera péptica. los síntomas.

409
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410 S E C C I Ó N C | Enfermedades concurrentes

Epidemiología y prevalencia linfedema, la obesidad y la enfermedad vascular periférica son fac­


tores de riesgo.
En las poblaciones occidentales, el 25% de los adultos tienen ardor
al menos una vez al mes3.

Manifestaciones clínicas y complicaciones


Fisiopatología
La celulitis es una infección bacteriana que se extiende por
El principal mecanismo del reflujo es la relajación transitoria del la dermis profunda y los tejidos subcutáneos dando lugar a
esfínter esofágico inferior. La causa es desconocida. La hernia de inflamación. La erisipela es más superficial, afectando a la der­
hiato no causa reflujo pero puede exacerbar una tendencia exis­ mis y a los tejidos subcutáneos superficiales. La erisipela se
tente. La infección por H. pylori se asocia negativamente con la manifiesta con un borde sobreelevado evidente. El borde de la
ERGE. celulitis es más difícil de definir. En la práctica, resulta difícil
distinguir la profundidad de la afectación cutánea y p o r ello
es más útil considerar las erisipelas como una celulitis super­
Manifestaciones clínicas ficial. En las primeras fases de la infección, el paciente suele
quejarse de dolor y de malestar general. La infección tiende a
Los síntomas fundamentales son el ardor y la regurgitación. El
progresar rápidamente con mayor malestar, escalofríos, estu­
ardor es una sensación de quemazón retroesternal o malestar que
po r y confusión. En la exploración física se observa inflama­
puede irradiarse al cuello. La regurgitación es el paso sin esfuerzo ción y enrojecim iento con dolor y aumento de tem peratura
de contenidos del estómago hasta la faringe. La ausencia de ardor
local. Puede haber linfangitis (es decir, inflamación, enroje­
no excluye la ERGE. Puede también haber disfagia y odinofagia.
cim iento y dolor de los linfáticos) y adenopatías regionales
El reflujo gastroesofágico puede causar tos, dolor de garganta y inflamadas y dolorosas. El diagnóstico es fundamentalmente
afonía.
clínico4.
La celulitis se puede complicar con sepsis. La celulitis daña el
sistema de drenaje linfático. Hasta un 7% de las personas desarro­
Diagnóstico diferencial llan edema crónico tras un episodio de celulitis en los miembros
inferiores. Una vez establecido, el linfedema predispone a nuevos
En medicina paliativa, englobar los síntomas gastrointestinales
altos en la etiqueta de dispepsia resulta útil porque las pruebas se episodios de celulitis.
reducen y el tratamiento lo dirige la sintomatología. La dispepsia
puede estar causada o agravarse por el tabaco, la distensión abdo­
minal, la candidiasis esofágica, los stents gastrointestinales altos o
fármacos como esferoides,AINE, bifosfonatos, opioides, metronida- Diagnóstico diferencial
zol, nitratos, calcioantagonistas y teofilinas.
El diagnóstico de celulitis suele ser evidente. Sin embargo, si existe
la posibilidad de una trombosis venosa profunda se debe practicar
una ecografía Doppler.
Tratamiento
Se recomienda reducir el número de cigarrillos y la ingesta de
alcohol, evitar ropa ajustada y evitar comer entre horas, aunque
hay poca evidencia que lo soporte. Los antiácidos que contienen Tratamiento
alginatos (10 a 20 mi cada 8 h) pueden ayudar a tratar los síntomas,
Es importante mantener un índice alto de sospecha, realizar un
pero no ejercen efecto sobre la esofagitis.Aunque los antagonistas
diagnóstico y tratamiento precoz. Los antibióticos adecuados, a la
del receptor H2 y los IBP son eficaces, el tratamiento con IBP es
dosis adecuada y durante un tiempo suficiente deben ser adminis­
superior. Los procinéticos como la metoclopramida y la domperi-
trados por vía parenteral. Los pacientes sin deterioro del estado
dona pueden aliviar los síntomas, pero tienen poco efecto sobre
general y sin trastornos asociados significativos pueden ser trata­
la esofagitis. La mayoría de los pacientes con ERGE presentan sín­
dos ambulatoriamente. El paciente debe permanecer en reposo,
tomas recurrentes al dejar el tratamiento. El tratamiento continuo
con el miembro afectado elevado, lo que reduce la inflamación y
con dosis estándar de IBP es lo más eficaz para prevenir las recu­
el dolor.
rrencias. El tratamiento intermitente, a demanda, con IBP y antago­
Para el dolor se puede emplear paracetamol ( l g cada
nistas H2 es más eficaz en la prevención de la recurrencia que el
6 horas). Es mejor evitar los AINE porque aumentan el riesgo
placebo.
de desarrollo o empeoramiento de la fascitis necrosante. El tra­
tamiento antibiótico es empírico. El antibiótico debe cubrir las
infecciones estafilocócicas y estreptocócicas. La flucloxacilina a
CELULITIS dosis altas cubre los estreptococos y los estafilococos resisten­
tes a penicilina y se recomienda (1 g cada 6 horas) como trata­
La celulitis es una infección no contagiosa de la piel. Es frecuente miento inicial. Algunos autores recomiendan combinarla con
en pacientes en cuidados paliativos y suele requerir ingreso para amoxicilina ( l g cada 8 horas) o fenoximetilpenicilina (500mg
tratamiento antibiótico intravenoso. cada 6 horas). La penetración tisular de esta última es pobre. Los
pacientes con alergia a penicilina pueden recibir eritromicina
(500 a l.OOOmg cada 6 horas). La prevalencia de la resistencia
Fisiopatología estafilocócica a eritromicina está aumentando. La clindamicina
es otra alternativa en pacientes con alergia a penicilina. La anti-
La mayor parte de las erisipelas se deben a Streptococcus pyo­ bioterapia se debe m antener al menos 10 días. Entonces, se debe
genes y a Staphylococcus aureus, solo o en combinación con reevaluar al paciente y el tratamiento se mantendrá más tiempo
Streptococcus. El lugar de infección más frecuente es las extremi­ si persisten signos de infección. A veces se precisa de 4 semanas
dades inferiores. Las bacterias entran a través de una solución de de antibioterapia.
continuidad en la piel (p. ej., úlceras varicosas, traumatismos, tiña Debido al alto riesgo de recurrencia, se considerará tratamiento
del pie, eczema, uso de drogas por vía parenteral). La diabetes, el profiláctico. En este caso, se recomienda fenoximetilpenicilina

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Trastornos m édicos y quirúrgicos asociados I C A P Í T U L O 7 6 411

(500mg cada 12 horas durante un mes, seguido de 500 mg al día a largo plazo entre las infiltraciones de esteroides, la fisioterapia y los
de forma indefinida). En los alérgicos se usará eritromicina (500 mg AINE, el alivio rápido del dolor y de la rigidez con las infiltraciones
al día). resulta muy ventajoso5. La infiltración mejora más la movilidad que
otros tratamientos6. Las infiltraciones se deben evitar si hay signos
de artritis infecciosa.
La prednisolona oral es tan eficaz como los esteroides locales.
LESIÓN DEL M AN GUITO La dosis de inicio es de 40 a 50 mg p or las mañanas, aumentando
la dosis cada 3 días según la respuesta. Para las infiltraciones cap­
DE LOS ROTADORES sulares se prefiere la vía lateral (subacromial) (fig. 76-1).
La articulación del hom bro se sostiene p o r una cápsula
fibrosa reforzada po r músculos y tendones que conforman
el m anguito de los rotadores. El manguito está formado ante­
riorm ente por el subescapular, posteriorm ente p o r el infraes- M E D IC IN A PREVENTIVA
pinoso y superiorm ente por el supraespinoso. La inflamación La medicina preventiva crece al tiem po que otras discipli­
del manguito causa tendinitis (p. ej., tendinitis del supraes­ nas. La prevención se clasifica en prim aria, secundaria y ter­
pinoso). La inflamación de la cápsula causa capsulitis adhe­ ciaria. La prevención prim aria tiene como objetivo prevenir
siva (es decir, síndrom e del hom bro congelado). La causa el desarrollo de la enfermedad. La prevención secundaria
más frecuente de omalgia y rigidez en los pacientes en cui­ implica el control de la enfermedad en su fase tem prana para
dados paliativos es la capsulitis adhesiva p o r inmovilidad evitar complicaciones. La prevención terciaria implica el
prolongada. tratam iento de la enferm edad manifiesta para prevenir más
complicaciones.
En la medicina paliativa, la progresión de la enfermedad y la
Epidemiología y prevalencia polifarmacia implica un mayor riesgo de interacciones medica­
mentosas y toxicidad7. Los beneficios de las medidas preventivas
Un 3% de la población desarrolla capsulitis adhesiva alguna vez en se miden en la población al cabo de muchos años. Los pacien­
su vida. Las mujeres se ven afectadas con más frecuencia que los tes con expectativas de vida cortas no suelen obtener beneficios
hombres. Hasta un 20% de los pacientes diabéticos y neuroquirúr- de fármacos preventivos durante el resto de su vida. Se deben
gicos desarrollan capsulitis. revisar los regímenes terapéuticos y discutir las modificaciones
con el paciente. Esto debe tratarse con mucha sensibilidad ya
que los pacientes pueden interpretar estas modificaciones como
una muestra más de su mal pronóstico. Su vida puede parecer
Fisiopatología y manifestaciones clínicas que vale menos la pena o verse de alguna manera devaluada. Sin
El hallazgo más consistente en la enfermedad establecida es el embrago, los fármacos tienen efectos secundarios y el número
engrosamiento fibrótico de la cápsula anterior de la articulación de fármacos prescritos a estos pacientes suponen una carga
del hombro. Inicialmente, suele producirse un debut gradual más considerable.
que agudo de dolor a lo largo de varios meses. La mejoría también
es gradual y puede llevar años. Según mejora el dolor, la rigidez
empeora. El dolor es más intenso por la noche, alterando conside­
rablemente el sueño.
El hallazgo principal en la exploración física es una limitación
marcada de los movimientos activos y pasivos del hombro. En la
capsulitis, se ven afectados todos los movimientos del hombro,
mientras que en la tendinitis, la restricción se limita al movimiento
generado por el tendón afectado (p. ej., abducción en la tendinitis
del supraespinoso). El supraespinoso es el tendón más frecuente­
mente afectado, originando dolor en su recorrido por la cara ante­
rior de la articulación.

Diagnóstico diferencial
En el contexto de la medicina paliativa, la omalgia puede deberse
a radiculopatía cervical o a un carcinoma broncogénico del ápex
pulmonar. También debe considerarse la extensión metastásica al
hueso local. Está indicado realizar radiografías de la columna cer­
vical, del tórax y del hombro.

Tratamiento
El objetivo es aliviar el dolor y aumentar la movilidad. Se aconse­
jará reposo y se puede portar un cabestrillo porque si se retoma FIG U RA 76-1 Infiltración de la bolsa subacromial. Emplear una técnica
rápidamente la función normal puede empeorar el dolor y la rigi­ aséptica y ampollas de esteroides de un solo uso con una aguja de tamaño
dez. En cuanto remite el dolor se debe empezar con ejercicios G. El paciente se sienta con el brazo colgando libremente lateral al tronco.
de fisioterapia para mejorar la movilidad. La analgesia se pautará El acromion es el punto más lateral del hombro; aproximadamente 0,5 cm
según la escala de la Organización Mundial de la Salud. Se pueden bajo este punto se palpa una indentación. La aguja se inserta en este punto
añadir AINE si persiste el dolor. y se avanza horizontalmente y ligeramente posteriormente bajo el acromion.
Las infiltraciones de esteroides en la cápsula se emplean muy fre­ Inyectar el esteroide cuando la aguja haya avanzado aproximadamente 1 cm
cuentemente. Aunque hay poca diferencia en términos de resultados en profundidad.

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412 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

|— I T A B L A 76-1 Fármacos con finalidad preventiva cuyo uso debe ser reconsiderado

FÁRM ACO IN D IC A C IÓ N CO M E N TA R IO

Estatinas y otros hipolipemiantes Prevención primaria y secundaria de la enfermedad


cardiovascular y cerebrovascular
Antihipertensivos Prevención primaria y secundaria de la enfermedad Algunos de ellos son necesarios como
cardiovascular y cerebrovascular tratamiento sintomático de la angina de la
insuficiencia cardíaca
Antiagregantes plaquetarios (p. ej., aspirir Prevención primaria y secundaria de la enfermedad Pueden ser necesarios para controlar los
clopidogrel, dipiridamol) cardiovascular y cerebrovascular síntomas anginosos y de la enfermedad
vascular periférica
Antiadiabéticos Prevención secundaria de las complicaciones de la La dosis se puede reducir o se puede
diabetes suspender el fármaco ya que el control de
la enfermedad es menos rígido
Prevención secundaria de la trombosis venosa Si se precisa anticoagulación indefinida,
profunda y de la embolia pulmonar; prevención del considerar el empleo de heparina de bajo
accidente cerebrovascular en la fibrilación auricular peso molecular
Fármacos que actúan sobre el metabolismo óseo Prevención primaria de la osteoporosis Puede ser necesaria la terapia hormonal
para controlar el rubor y los sofocos
Bifosfonatos (p. ej., ácido alendrónico, risedronato)
Vitamina D y calcio
Ranelato de estroncio
Terapia de sustitución hormonal
Fármacos para la obesidad (p. ej., orlistat, Prevención de la obesidad
sibutramina)

Manifestaciones clínicas
El eczema agudo se manifiesta con eritema, pápulas, vesículas, exu­
dación y formación de costras. El eczema crónico se presenta tam­
bién con eritema, pero es seco, grueso y cicatrizante (v. fig. 76-2).

Tratamiento
La base del tratamiento es evitar los irritantes y el uso regular
de emolientes. Los irritantes como el jabón, las sales de baño y
los champús deben ser evitados. Los hidratantes están formu­
lados como lociones, cremas o aceites, dependiendo de su con­
tenido en lípidos. Las lociones tienen el contenido más bajo de
lípidos, las cremas tienen un contenido intermedio y los aceites
contienen la mayor cantidad de lípidos. Generalmente, cuanto
más graso el emoliente, mejor. En las pieles secas se debe usar un
FIG U RA 76-2 Eczema de ambas extremidades inferiores: parcheado aceite, mientras que una crema o un una loción pueden ser sufi­
eritematoso, seco descamativo y pruriginoso. cientes en pieles menos secas. Los baños emolientes consisten
en baños de 20 minutos en agua templada a la que se ha añadido
un emoliente. Para el aseo, se usa un sustituto del jabón, como la
ECZEMA crema acuosa. La piel saturada con agua es pálida y con arrugas.
Tras un baño, una persona dispone de 3 minutos para atrapar esta
El eczema es la inflamación de la piel. Los términos eczema y der­ agua en la piel, porque se evapora rápidamente. Un emoliente,
m atitis son sinónimos (fig. 76-2). como los aceites emolientes, se aplica pues rápidamente sobre
piel saturada de agua. Es más fácil aplicar un emoliente sobre la
Fisiopatología piel mojada. Los emolientes también se tienen que aplicar fuera
del baño, tantas veces como sea necesario para mantener la piel
El eczema se debe a factores constitucionales (endógenos) o suave y confortable.
externos (exógenos). Los factores externos son alergenos o irri­ Cuando el eczema está activo y es pruriginoso, se aplican pre­
tantes que producen lo que se denomina el eczema alérgico de paraciones tópicas de esteroides. En el eczema crónico, seco, se
contacto o eczema de contacto irritativo. En cuidados paliativos, usan aceites. En el eczema agudo, exudativo, se usan cremas. Un
la mayoría de los agentes externos son irritantes. Los eczemas esteroide potente como la betametasona consigue resultados
endógenos incluyen el eczema atópico, el eczema seborreico, el rápidos (tabla 76-1).
eczema esteatósico, el eczema discoide y el eczema varicoso. Con
frecuencia es el resultado de una combinación de factores endó­ B I B L I O G R A F Í A
genos y exógenos. Un escenario habitual es una persona con una
piel seca, con bajo contenido lipídico y de acuoso, y por ello, una 1. Gillen D, McColl KE. Does concern about missing malignancy justtfy endos­
barrera cutánea frágil. En estas personas, un daño añadido debido copy in uncomplicated dyspepsia in patients less than 55. Am J Gastroenterol
1999;94:75-79.
a irritantes externos (p. ej., productos de aseo, orina, heces, secre­ 2. Dent J, Armstrong D, Delaney B, e t al. Symptom evaluation in reflux disease:
ciones en torno a una sonda de alimentación, ostomía o herida) Workshop background, processes, terminology, recommendations, and discus­
puede dar lugar al eczema. sion outputs. Gut 2004;53:1-24.

P A R T E II EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Trastornos m usculoesqueléticos frecuentes asociados I C A P Í T U L O 7 7 413

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I
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OSTEOARTICULAR Y TEN DIN O SA
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Moayyedi P, Talley NJ. Gastro-oesophageal reflux disease. Lancet
La capacidad funcional del paciente anciano está muy rela­
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cionada con la fuerza muscular p o r lo que se debe incidir en
Silver T. Joint and Soft Tissue Injection. Oxford, UK: Radcliffe
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Medical Press, 2002.
lar en pacientes con artrosis. Los medicamentos disponibles
Swartz MN. Cellulitis. N Engl J Med 2004;350:904-912.
sólo consiguen mejorías modestas en la función y en el con­
trol del dolor. Se puede emplear glucosamina, condroitín y
paracetamol.
Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los
inhibidores de la ciclooxigenasa 2 (COX-2) controlan los sín­
tomas mejor a corto plazo pero son más tóxicos. Las enfermeda­
des intercurrentes favorecen un entorno que propicia la úlcera
CAPITULO
77 péptica inducida por AINE y la alteración de la función renal. El
uso crónico de algunos inhibidores de la COX-2 aumenta el riesgo
de evento cerebrovascular y cardíaco; se desconoce si también tie­
Trastornos musculoesqueléticos nen este riesgo losAINE.Todos los AINE e inhibidores de la COX-2
aumentan la presión arterial. Se deben evitar o usar con precau­
frecuentes asociados ción en los ancianos con patología renal o cardiovascular y enfer­
medades intercurrentes.
Neil McGill Las prótesis son eficaces en cuanto al dolor, pero los ries­
gos e incomodidades asociados a la cirugía las hacen apropia­
das únicam ente cuando la expectativa de vida es mayor de
D2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
1 año. Los opioides potentes no tienen un papel importante
en la artrosis pero pueden mejorar la movilidad y están indi­
cados cuando la analgesia básica y los apoyos para caminar
son insuficientes y la colocación de prótesis en imposible o
inadecuada.
P U N T O S

• Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los inhibidores de la


ciclooxigenasa 2 (COX-2) son muy tóxicos cuando se producen patologías
intercurrentes, especialmente en el caso de insuficiencia renal o de reten­ Enfermedades vertebrales
ción de líquidos.
degenerativas
• La sinovitis reumatoide suele responder a dosis bajas de esferoides (p. ej.,
prednisona lOmg al día). Estudios en gemelos bien controlados (comparando parejas idén­
• El metotrexato es el fármaco base del tratamiento modulador de la enferme­ ticas y no idénticas) han demostrado el efecto genético dominante
dad en la artritis reumatoide. en la gravedad de la degeneración discal lumbar y cervical. El tra­
• Las terapias biológicas, especialmente los antifactor de necrosis tumoral tamiento invasivo (inyección de corticoides, cirugía) se emplea en
(anti-TNF) tienen un papel establecido en la artritis reumatoide, aunque la compresión neural persistente sintomática pero no es adecuado
están contraindicados si hay antecedentes de neoplasia. en otras circunstancias.

Lesión del manguito


de los rotadores
TRASTORNOS POR DOLOR CRÓNICO Una de las causas más frecuentes de omalgia es la degeneración
MUSCULOESQUELÉTICO SIN BASE ORGÁNICA de los tendones del manguito de los rotadores (frecuentemente
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

agravada por el pinzamiento de la cabeza humeral contra la


Fibromialgia bursa subacromial y el manguito con la abducción del brazo). El
desgaste muscular causado por enfermedades sistémicas agrava
Este síndrome de dolor difuso e hipersensibilidad, trastornos del el pinzamiento por el desequilibrio entre el deltoides (que tira
sueño y depresión o ansiedad es frecuente. Cuando estos sín­ de la cabeza humeral hacia arriba) y el infraespinoso y subesca-
tomas están presentes sin ninguna patología orgánica, el diag­ pular (que estabilizan la cabeza humeral tirando hacia abajo).
nóstico es evidente. El tratamiento estándar incluye la explicación Los pacientes encamados con frecuencia utilizan los miembros
de la condición, retomar confianza, ejercicio físico y antidepre­ superiores para incorporarse, lo que agrava los síntomas del
sivos a dosis bajas; pero muchos pacientes siguen presentando manguito. Las crisis agudas de dolor pueden responder con una
síntomas pese a ello. La detección y el tratamiento de la enferme­ inyección de corticoides subacromial. Los programas de ejercicios
dad física en la fibromialgia suele ser complejo. Existe el riesgo específicos reducen el pinzamiento pero generalmente necesi­
de subestimar el significado o gravedad de los síntomas o, por el tan mantenerse durante meses para observar algo de beneficio.

ERRNVPHGLFRVRUJ
4 l4 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

La cirugía puede ser útil pero debe seguirse de fisioterapia ataque agudo depende de la presencia o no de patología inter-
intesiva. currente. En un individuo sano, puede ser suficiente con AINE a
dosis plenas durante 1-3 semanas. El tratamiento intraarticular o
sistémico con esteroides es eficaz y suele ser seguro y bien tole­
rado. La colchicina a dosis bajas (0,5 mg dos veces al (fía) pre­
OSTEO PO ROSIS viene las recurrencias a medio plazo. Rara vez se usa a dosis altas
ya que hay otras opciones mejor toleradas. Si la esperanza de vida
La pérdida de minerales óseos y de fuerza produce efectos clí­
es mayor a 12 meses, están indicadas las medidas para reducir
nicos únicamente cuando se da una fractura. Las fracturas ver­
los niveles de ácido úrico p o r debajo de 0,3ómmol/l, o 6 mg%,
tebrales pueden darse en ausencia de un suceso traumático
en presencia de ataques recurrentes que no responden al trata­
agudo y luego se manifiestan como una progresión gradual de
miento, tofos, erosiones visibles en radiografías, cálculos renales
cifosis o pérdida de altura. El riesgo de fractura se ve influido
de ácido úrico, insuficiencia renal o síntomas persistentes entre
por la densidad ósea, la probabilidad de sufrir caídas, los cor-
ataques.
ticoides (efecto aditivo sobre la densidad ósea) y la presencia
La reducción de peso y de la ingesta de alcohol son medidas
de mínimas fracturas previas (p. ej., po r caída desde altura). Un
determinantes en el estilo de vida. El alopurinol (inhibidor de la
índice de densidad mineral ósea T a partir de -2,5 indica trata­
xantina oxidasa que disminuye la producción de ácido úrico)
miento, que comprende bifosfonatos, suplementos de calcio y
y el probenecid (uricosúrico que aumenta el aclaramiento
el mantenimiento de niveles de vitamina D normales. Los bifos­ renal de ácido úrico) son los fármacos más frecuentemente
fonatos orales, alendronato y risedronato, deben usarse correc­
empleados.
tam ente para resultar seguros y eficaces. Los pacientes con
Los pacientes oncológicos con elevado recambio celular
enfermedades intercurrentes y en particular los encamados, suelen ten er hiperuricemia, pero únicam ente los que sufren
habitualmente no pueden tomar la medicación como se indica,
hiperuricemia crónica (p. ej., mieloma, leucemia linfática
con estómago vacío, con agua y perm aneciendo en posición
crónica, enfermedades mieloproliferativas) tienen riesgo de
erecta (sentados o de pie) durante al menos 30 minutos antes gota. La hiperuricemia aguda grave puede causar nefropa-
de comer, para evitar el reflujo. Los bifosfonatos intravenosos,
tía p o r ácido úrico, resultado de la obstrucción tubular, pero
como el pamidronato y el zoledronato no tienen este inconve­
no suele dar tiem po a la formación de cristales. El alopurinol
niente. Hay evidencia de que alendronato, risedronato y zole­
inhibe el metabolismo de la azatioprina y debe evitarse esta
dronato reducen las fracturas. Puede producirse osteonecrosis
combinación.
de la mandíbula, generalmente tras una extracción dentaria,
pero la mayoría de los casos descritos se han dado en pacientes
oncológicos que estaban tomando dosis más altas de bifosfona­
tos de las prescritas en osteoporosis. El raloxifeno rededuce la
incidencia de fracturas vertebrales pero tiene un riesgo elevado
de tromboembolismo venoso y de mortalidad por accidente
Enfermedad por depósito
cerebrovascular. de pirofosfato cálcico
El depósito de cristales de pirofosfato cálcico (PFC) es muy fre­
cuente en los ancianos, especialmente en el fibrocartílago como
ARTRITIS IN D U C ID A POR CRISTALES son los meniscos de las rodillas, el triángulo fibrocartilaginoso
de la muñeca, la sínfisis púbica y los discos intervertebrales. Si el
Gota paciente tiene menos de 55 años hay que buscar una causa sub­
yacente. Se debe excluir hemocromatosis (ferrocinética), hiper-
La formación de cristales de urato monosódico, el paso crítico en paratiroidismo (calcio, hormona paratiroidea), hipomagnesemia,
la patogenia de la gota, se produce a lo largo de meses y años. El generalmente por pérdidas renales, (magnesio) e hipofosfatasia
ataque agudo, típicamente en la articulación metatarsofalángica (fosfatasa alcalina) ya que las tres primeras entidades influyen en
del dedo gordo del pie, en la mediotarsal, en el tobillo o en la el tratamiento.
rodilla, se produce como resultado de la escalada rápida en la res­ Los cristales de PFC pueden observarse en las radiogra­
puesta inflamatoria a los cristales depositados en la membrana fías (condrocalcinosis), aunque la ausencia de la misma en las
sinovial y en el líquido sinovial. Los cambios en las características radiografías no lo excluye. Se encuentran cristales en pacien­
de superficie y en el recubrimiento proteico de los cristales influ­ tes de edad avanzada (sin enfermedad articular), artrosis,
yen en la intensidad de la interacción entre el sistema inflamato­ traumatismo previo como meniscectomía, sinovitis crónica
rio, especialmente los neutrófilos, y los cristales. Estos cambios «seudorreumatoidea», artropatía neuropática simulando una
son los responsables de la propensión a los ataques de gota con artritis destructiva y sinovitis aguda. La presentación aguda
las reducciones súbitas de los niveles de ácido úrico en plasma (p. como «seudogota» es la más im portante en el enfermo con
ej., al iniciar tratamiento con alopurinol) y con las enfermedades o patología intercurrente. Al igual que en la gota, el análisis de
cirugía intercurrentes. líquido sinovial, con microscopía polarizada, tinción de Gram
La infección bacteriana y la artritis aguda inducida por cristales y cultivo, es la calve del diagnóstico. Los cristales de PFC son
tienen presentaciones clínicas similares. El diagnóstico requiere la más difíciles de identificar que los de urato, p o r lo que se debe
aspiración de líquido sinovial y su análisis bajo microscopio de luz rem itir el líquido a un profesional con experiencia. La sepsis
polarizada, con tinción de Gram y con cultivo del mismo. Los mar­ puede coexistir con seudogota y, con menos frecuencia, con
cadores inflamatorios, los niveles de ácido úrico y otras pruebas gota, y el líquido inflamatorio debe cultivarse siempre incluso
en plasma y radiografías ayudan al diagnóstico pero no sustituyen si se han identificado cristales.
al análisis del líquido sinovial. El tratamiento implica tratar en prim er lugar el episodio
El tratamiento consiste en prim er lugar en el control de los inflamatorio agudo con esteroides intraarticulares, AINE o este­
ataques agudos y posteriormente en la valoración del tratamiento roides sistémicos. Pocas veces se necesita profilaxis (con col­
indefinido con fármacos hipouricemiantes. El tratamiento del chicina a dosis baja). Si los ataques son recurrentes merece la

P A R T E II EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Trastornos m usculoesqueléticos frecuentes asociados I C A P Í T U L O 7 7 415

pena buscar la coexistencia de cristales de urato (es decir, gota Aunque los esteroides y, en menor medida, los AINE y los
coexistente). inhibidores de la COX-2, alivian los síntomas, los fármacos
antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME) son la
base del tratamiento. La remisión es actualmente un objetivo rea­
ARTRITIS REUMATOIDE lista y alcanzable. El tratamiento fundamental es el metotrexato,
La artritis reumatoide afecta a un 1-2% de la población, con predo­ un antagonista del ácido fólico, semanal, p o r vía oral o subcu­
minio de las mujeres. Cada vez tenemos más conocimiento sobre tánea. La dosis de mantenimiento es de 15 a 25 mg semanales.
la patogenia y el tratamiento de esta sinovitis crónica inflamato­ En algunos pacientes es suficiente con un único fármaco como
ria. La inflamación crónica de la sinovial se caracteriza histológi­ sulfasalacina (poco potente y con poca toxicidad) o lefluno-
camente por el predominio de linfocitos T perivasculares, células mida (antagonista pirimidínico con eficacia y toxicidad similar
plasmáticas y macrófagos, dirigidos por citocinas como el factor a metotrexato). Las combinaciones que han demostrado ser más
de necrosis tumoral (TNF) y la interleucina 1 (IL1). Se forma así eficaces que el metotrexato solo son metotrexato, sulfasalazina
un pannus, un tejido de granulación fibrovascular hiperémico, que e hidroxicloroquina; m etotrexato y leflunomida; y metotrexato y
invade y destruye el cartílago y el hueso subcondral. Aunque las ciclosporina.
más afectadas son las articulaciones, la enfermedad es sistémica Las terapias biológicas, en particular los antiTNF como el eta-
y, cuando está activa, causa malestar general, letargo, anemia, nercept (una proteína de fusión de inmunoglobulina G humana
trombocitosis e hipoalbuminemia. La afectación sistémica puede [IgG] y dos receptores p75 TNF), infliximab (anticuerpo mono­
producir ojo y boca seca (síntomas de sicca), fibrosis pulmonar, clonal IgGl quimérico humano/ratón) y adalimumab (anticuerpo
derrames pleurales, vasculitis (fig. 77-1) con neuropatía, isquemia IgGl humanizado) han mejorado el tratamiento. Estos fármacos
digital y úlceras, esplenomegalia y linfadenopatía y amiloidosis funcionan mejor en combinación con metotrexato que como tra­
(habitualmente con proteinuria). tamiento único; mejoran los síntomas, signos, función y calidad de
vida y reducen la evidencia radiológica de lesión articular.
Pueden darse reacciones en el lugar de inyección, pero las
desventajas principales son las infecciones (en especial la reac­
tivación de la tuberculosis, frecuentemente extrapulmonar) y el
coste. Los riesgos de síndromes lupus-like, enfermedades desmie-
linizantes (esclerosis múltiple, neuritis óptica) y linfoproliferativas
están aumentados. El tratamiento con antiTNF está contraindicado
si hay antecedentes de cáncer en los 10 años previos, excepto en
el caso de carcinoma basocelular con resección completa tratado
hace más de 5 años.
Otras terapias biológicas, como el anticuerpos anticélulas B,
rituximab, desempeñan un papel importante. Se están investi­
gando muchas otras opciones terapéuticas.
El tratam iento con fármacos potentes está indicado única­
mente en la enfermedad activa. La valoración de la actividad
de la enfermedad suele ser fácil al inicio de ésta, pero es más
complejo cuando ya hay deformaciones articulares, especial­
mente si otras enfermedades intercurrentes elevan los mar­
cadores de inflamación. Se requiere una cuidadosa historia
clínica, exploración física y una valoración de los marcadores
de inflamación, a veces tam bién un ensayo de tratamiento con
FARME.
Cuando los pacientes sufren enfermedades intercurrentes,
especialmente si se altera la función renal, el tratamiento previa­
mente bien tolerado puede producir toxicidad. Si hay riesgo de
insfuciencia medular por neoplasia o por quimioterapia, parece
prudente reducir el tratamiento a un único FARME, a dosis bajas.
Sin embargo, la retirada total del metotrexato suele producir
una reactivación de la artritis reumatoide y la monitorización
frecuente es entonces la estrategia adecuada mientras no haya
insuficiencia medular; en ese caso, el tratamiento con esteroides
es la mejor opción, especialmente si la expectativa de vida es de
meses.

ESPONDILOARTROPATÍAS
F IG U R A 77 -1 A y B, Artritis reumatoide con vasculitis. Esta mujer de De todas las espondiloartropatías, la espondilitis anquilosante, la
51 años con una historia de 20 años de evolución de artritis reumatoide espondiloartropatía psoriásica, la artritis reactiva (síndrome de
desarrolló vasculitis tras la retirada del tratamiento inmunosupresor durante Reiter) y la espondiloartropatía asociada a enfermedad inflamato­
el curso de una neumonía. Es difícil valorar la actividad de la enfermedad ria intestinal, son las más frecuentes. El componente vertebral de
en presencia de deformidades articulares graves; y sin embargo es fácil estas entidades se trata de forma similar. La enfermedad activa se
subestimar la actividad ante una enfermedad crónica muy avanzada. caracteriza por rigidez matutina y dolor, que fuerza a los pacientes

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416 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

a levantarse temprano; mejora con la actividad; elevación de mar­ (al menos de la articulación y de la sangre) antes de iniciar trata­
cadores de inflamación; y la respuesta a dosis altas de AINE gene­ miento antibiótico. Los antibióticos orales casi nunca son sufi­
ralmente es buena. La actividad física mejora los síntomas y la cientes y pueden complicar y retrasar un tratamiento eficaz ya
funcionalidad. La inmovilización, como ocurre con enfermedades que dificultan el aislamiento del microorganismo implicado.
intercurrentes, empeora el dolor. Facilitando la actividad se redu­ Especialmente en pacientes enfermos, la sepsis que afecta a la
cen los requerimientos analgésicos. La espondilitis anquilosante columna vertebral, las articulaciones sacroilíacas y las caderas
con síntomas por actividad de la enfermedad (sin inmovilización puede ser difícil de detectar. La resonancia magnética es el método
de la columna) requiere tratamiento con antiTNF, habitualmente diagnóstico más útil, pero la aspiración sigue siendo la prueba diag­
no asociado a metotrexato u a otro FARME, en contraste con lo nóstica fundamental.
descrito para la artritis reumatoide.
Las artritis psoriásicas pueden presentar diferentes patrones,
incluyendo la dactilitis (inflamación difusa de un dedo), la afecta­ Infección por el virus de la inmunodeficiencia
ción de las articulaciones interfalángicas distales, la oligoartritis y humana
la sinovitis destructiva grave (artritis mutilante). Aunque, en com­
paración con la artritis reumatoide, el beneficio del tratamiento Además del riesgo aumentado de artritis séptica bacteriana, la
con FARME ha sido más difícil de demostrar, el tratamiento es infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
similar, lo que incluye a los antiTNF, que mejoran las manifestacio­ puede asociarse a artritis reactiva agresiva y a dolores en los
nes cutáneas y articulares. miembros, sin artritis.

Infección por el virus de la hepatitis C


ENFERM EDADES DELTEJIDO El factor reumatoide está presente en hasta un 75% de los pacien­
CONJUNTIVO tes infectados por VHC. Es difícil diferenciar la sinovitis inflama­
toria fluctuante, no erosiva, generalmente leve, del VHC con la
El tratamiento del lupus eritematoso sistémico (LES), de la escle- sinovitis agresiva de la artritis reumatoide. En los pacientes con
rodermia (fig. 77-2) y del síndrome de solapamiento depende del artritis reumatoide, la infección concurrente por VHC requiere un
órgano afectado más que del diagnóstico de enfermedad. La valora­ seguimiento más estrecho del tratamiento con FARME.Aunque hay
ción incluye descartar afectación esofágica, pulmonar, vascular, mus­ que administrarlos con precaución, el tratamiento con antiTNF no
cular y renal. La afectación cutánea, articular o vascular periférica parece causar problemas adicionales en el paciente con VHC.
(Raynaud) suele ser evidente. Las opciones de tratamiento espe­
cífico son complejas pero pueden inluir un inhibidor de la bomba
de protones para la esofagitis, hidroxicloroquina para la afectación Infección por el virus de la hepatitis B
cutánea y articular y la prevención de brotes de LES, y los antago­
nistas del calcio para el Raynaud. La isquemia digital que complica El tratamiento inmunosupresor, como el que se usa en la artritis
la esclerodermia es frecuente en los meses fríos del año (fig. 77-3) reumatoide o en el LES, puede potenciar la replicación viral del
y puede tratarse con vasodilatadores intravenosos como la prosta- VHB. Cuando se retira el tratamiento inmunosupresor puede
glandina. La glomerulonefritis, la neumonitis intersticial y la miositis producirse un brote grave de inflamación y daño hepático. Se
suelen requerir tratamiento esteroideo e inmunosupresor agresivo. tiene que considerar el uso de fármacos antivirales profilác­
ticos con actividad contra el VHB en presencia de replicación
viral activa tanto antes como durante y después del tratamiento
inmunosupresor.
INFECCIÓN Y SIST EM A MUSCULOESQUELÉTICO
Artritis séptica PROBLEM AS MUSCULOESQUELÉTICOS
A SO CIA D O S A NEOPLASIAS
Aunque la artritis séptica puede causar lesión articular grave rápi­
damente, es de gran importancia obtener las muestras adecuadas La dermatomiositis en adultos se asocia con neoplasias en un 30% de
los casos. La resección del tumor puede resolver el cuadro, pero no

F IG U R A 7 7 -2 Esclerodermia. Esta mujer de 75 años tenía una historia de


15 años de evolución de enfermedad de Raynaud y de pérdida progresiva
de la motilidad de las manos en los últimos 5 años. En la fotografía está F IG U R A 7 7 - 3 Isquemia digital que complica u a esclerodermia durante el
intentando cerrar los puños. invierno.

P A R T E II EL P A C I E N T E
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D iab etesm ellitu s I C A P Í T U L O 7 8 417

siempre. Las pruebas diagnósticas incluyen la creatina cinasa, la La diabetes mellitus es un síndrome metabólico que se carac­
capilaroscopia del lecho ungueal, la electromiografía y la biopsia teriza por una hiperglucemia debida a la secreción deficiente de
muscular. insulina, acción deficiente de la insulina o ambas. Su incidencia
La osteoartropatía pulmonar hipertrófica se asocia a acropa- continúa creciendo y algunos expertos apuntan a una epidemia
quias en casi todos los pacientes. Se desarrolla con mayor frecuen­ global. Las razones incluyen el envejecimiento de la población, la
cia en el cáncer pulmonar de células no pequeñas pero también obesidad debida a la dieta alta en carbohidratos y grasas, y la cul­
en la fibrosis pulmonar, en las bronquiectasias, en los cortocir­ tura basada en la sobrealimentación y la falta de ejercicio. Dado
cuitos derecha-izquierda, en la enfermedad hepática grave, en la el aumento de diabetes en la población en general, habrá un
endocarditis bacteriana y en otras enfermedades. Los síntomas se aumento constante en la demanda de profesionales del cuidado
resuelven si la causa precipitante se trata. Los AINE, esteroides y paliativo para afrontar esta condición crónica. Los pacientes no
anticolinérgicos proporcionan alivio sintomático. suelen ser admitidos en residencias para enfermos terminales o
en cuidados paliativos con un diagnóstico de diabetes terminal
LECTURAS RECOMENDADAS de por sí, pero algunas complicaciones relacionadas con la dia­
betes pueden causar la muerte. Lo más frecuente es que la
Herrick AL. Advances in palliative care for the patient with sclero­ diabetes sea una condición asociada en pacientes con enfermeda­
derma. Curr Opin Rheumatol 1996;8:555-560. des terminales.
Hochberg MC, Silman AJ, Smolen JS, et al (eds). Rheumatology, 3rd A pesar de las guías sobre el diagnóstico y el manejo de la dia­
ed. Edinburgh: Mosby, 2003. betes publicadas por la American Diabetes Association y otros gru­
Kavanaugh A,Tutuncu Z, Catalan-Sanchez T. Update on anti-tumor pos, existe poca orientación en cuanto al manejo de la diabetes
necrosis factor therapy in the spondyloarthropathies including en fase terminal. No hay consenso entre los grupos especializados
psoriatic arthritis. Curr Opin Rheumatol 2006;18:347-353. y los profesionales que tratan pacientes con diabetes y enfermeda­
Scott DL, Kingsley GH. Tumor necrosis factor inhibitors for rheu­ des avanzadas1,2.
matoid arthritis. N Engl J Med 2006;355:704-712.

EPIDEM IO LO G ÍA Y PREVALENCIA
La American Diabetes Association estima que cerca de 21 millo­
nes de niños y adultos en EE.UU. tienen diabetes mellitus (aproxi­
madamente un 7% de la población); de los cuales 6,2 millones no
están diagnosticados. Cerca de 1,5 millones de nuevos casos fue­
ron diagnosticados en personas de 20 años de edad o mayores en
2005 y se estima que aproximadamente 54 millones de personas
tienen «prediabetes», en la que los niveles de glucosa son mayores
de lo normal pero no lo suficiente para ser diagnosticada3. Entre
| CAPÍTULO 78 las personas de 60 años o mayores, 10,3 millones o cerca del 21%
padecen diabetes. Existen diferencias en la prevalencia según la
raza y la etnia: los grupos con riesgo elevado incluyen a los asiá­
ticos americanos y nativos de las islas del Pacífico, los indios ame­
Diabetes mellitus ricanos y nativos de Alaska, los hispanos latinoamericanos y los
negros no hispanos.
Mary Lynn McPherson

La diabetes en la enfermedad avanzada


9 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
Las personas con enfermedades limitantes son más propensas a
padecer diabetes que el resto de la población. En 2005, cuatro
de cada cinco pacientes de residencias para enfermos termina­
les tenían 65 años de edad o más, y un tercio tenía a partir de
P U N T O S 85 años4. La prevalencia de la diabetes es mayor en poblaciones
de mayor edad, al igual que las enfermedades limitantes. Más de
» La diabetes es cada vez más frecuente en la población general y es un tras­
torno asociado habitual en pacientes con enfermedades muy evoluciona­ 1,2 millones de pacientes recibieron cuidados paliativos en resi­
das. La mayoría de estos pacientes tienen diabetes tipo 2 y una proporción dencias especializadas en 2005; si el 21% padecía diabetes, queda
mayor tienen prediabetes. clara la importancia de un control adecuado en la fase terminal.
• El objetivo del tratamiento de la diabetes al final de la vida es la prevención La National Hospice and Palliative Care Organization (NHPCO)
de síntomas y de modificaciones graves de la glucemia (hiperglucemia e publicó en 2005 que aproximadamente un 50% de los pacientes
hipoglucemia). El control glucémico es menos estrecho, permitiéndose una de residencias para enfermos terminales tenían un diagnóstico
horquilla de 140 a 300mg/dl siempre que el paciente esté asintomático. primario de cáncer.
» La dieta debe liberalizarse en el paciente terminal; hay que incidir con el
paciente y la familia en que esto no significa «tirar la toalla», sino más bien
una modificación de los objetivos del tratamiento.
Clasificación
» Los pacientes con diabetes tipo 1 suelen seguir precisando insulina hasta el Existen dos categorías principales de diabetes, así como varias
final para prevenir la cetoacidosis. En muchos casos se consigue un control categorías secundarias adicionales5. Las dos clasificaciones prin­
adecuado con 1 o 2 inyecciones diarias de insulina intermedia o de acción cipales son la diabetes mellitus tipo 1 y tipo 2. La diabetes tipo
1 representa del 4 al 5% de los casos y se caracteriza por una
» Los pacientes con diabetes tipo 2 pueden no precisar tratamiento a medida destrucción autoinmune de las células beta pancreáticas. Estos
que pierden apetito y comen menos. Se deben evitar tratamientos que pacientes dependen de la administración exógena de insulina para
empeoran los trastornos asociados o los síntomas.
sobrevivir, dado que la secreción endógena de insulina es poca o
» La diabetes inducida por esteroides es frecuente en estos pacientes; el nula.
hallazgo metabólico fundamental es la hiperglucemia posprandial. La diabetes tipo 2 representa del 90 al 95% de los casos y
su etiopatogenia incluye resistencia a la insulina y carencia

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418 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

relativa de la producción de insulina. Las estrategias terapéuticas diabetes tipo 1 pueden recibir o no un agente «amilinomimético»
están enfocadas a mejorar la sensibilidad y acción de la insulina y durante el tratamiento.
a potenciar su secreción. La mayoría de los pacientes no requie­ Las personas con «prediabetes» o alteración de la tolerancia a
ren inicialmente administración exógena de insulina y pueden no la glucosa son aproximadamente el doble de aquellas con diabetes
llegar a necesitarla para sobrevivir. Existen muchas posibles causas mellitus. Con frecuencia presentan síndrome metabólico (resisten­
para la diabetes tipo 2, pero probablemente no esté causada por cia a la insulina, hiperinsulinemia, obesidad, hipertensión y dislipe-
procesos autoinmunes. En la amplia población con diabetes no mia). La alteración de la tolerancia a la glucosa puede permanecer
diagnosticada (en su mayoría diabetes tipo 2 no identificada), la estable, mejorar (con la pérdida de peso, el ejercicio y la elimina­
hiperglucemia se desarrolla de forma gradual y los síntomas pue­ ción de fármacos que aumenten la glucosa en sangre), o empeorar
den no ser reconocidos. dando lugar a diabetes.
La alteración en la tolerancia a la glucosa normalmente pro­
gresa hacia una diabetes tipo 2. Los pacientes suelen ser obesos
CIENCIAS BÁSICAS (principalmente obesidad abdominal) y físicamente inactivos.
La homeostasis de la glucosa es compleja e implica amplios proce­ La resistencia a la insulina, definida como una disminución en la
sos neuroendocrinos y hormonales. El olor de los alimentos envía capacidad de los tejidos periféricos para responder a la insulina,
señales al sistema digestivo para que se prepare aumentando los resulta en una hiperinsulinemia. La insulina es menos eficaz como
jugos digestivos que contienen ácido gástrico y enzimas digesti­ supresora de la producción de la glucosa hepática y facilitadora
vas. Los péptidos de incretina son secretados en el estómago distal de la absorción de glucosa por el músculo y el tejido adiposo. Esto
e intestino delgado proximal (p. ej., péptido-1 similar al glucagón puede ser causado por la regulación negativa de los receptores de
[GLP-l],péptido insulinotrópico dependiente de glucosa [GIP]) y insulina o por defectos en la proteína transportadora de glucosa.
estimulan la liberación de insulina desde el páncreas y facilitan la Con el tiempo, los pacientes con diabetes tipo 2 no pueden pro­
absorción de glucosa por los tejidos periféricos. ducir la insulina necesaria para sobrellevar la resistencia a la insu­
Como respuesta a la ingestión de alimentos, la insulina es secre­ lina, y disminuye su producción. Inicialmente, sólo la primera fase
tada por las células beta del páncreas en dos foses. La primera fase de la secreción de insulina se ve afectada, pero finalmente, ambas
es una liberación rápida durante aproximadamente 10 minutos; fases se ven alteradas. La alteración en la capacidad para suprimir
ésta proviene de los gránulos de almacenamiento cercanos a la la producción de la glucosa hepática empeora la hiperglucemia.
superficie de la membrana celular. Esta gran liberación de insulina Las personas con diabetes tipo 2 también tienen disminuida la
inhibe la producción de glucosa en el hígado, la cual mantiene la secreción de las hormonas amilina e incretina. El objetivo de las
euglucemia durante el ayuno. Tras una comida, ya no es necesa­ intervenciones farmacológicas en la diabetes tipo 2 es mejorar la
ria la producción de glucosa hepática (glucogenólisis). La segunda sensibilidad y acción de la insulina y potenciar o imitar la secre­
fase de secreción de insulina facilita la absorción de glucosa por ción de insulina, amilina e incretina.
los tejidos periféricos. Al unirse a los receptores de la superficie
celular la insulina media en los siguientes procesos: M ANIFESTACIONES CLÍNICAS
• Almacenamiento de glucosa como glucógeno en el hígado y Normalmente, la diabetes se caracteriza por una elevada demanda de
músculos (glucogénesis). los servicios de cuidados paliativos, pero no siempre es el caso. Por
• Síntesis de ácidos grasos y triglicéridos y su almacenamiento ejemplo, si un paciente con alteración en la tolerancia a la glucosa
en el tejido adiposo (lipogénesis). inicia un tratamiento con esteroides por motivos paliativos, puede
• Incorporación de aminoácidos a las proteínas. empeorar el control de la glucosa plasmática y precipitar una diabe­
• Inhibición de la liberación de grasas (lipólisis) y de la forma­ tes. La mayoría de los pacientes con diabetes no están diagnostica­
ción de cuerpos cetónicos (cetogénesis). dos (cuadro 78-1), probablemente debido a que los síntomas no son
Más tarde, el nivel de glucosa en sangre disminuye y el cuerpo reconocidos como fuera de la normalidad. Los síntomas incluyen:
pasa a producir glucosa a partir del glucógeno de los músculos
e hígado (glucogenólisis), a partir de aminoácidos y lactato (glu-
coneogénesis) y, si es necesario, a partir de las grasas (lipólisis).
El glucagón y otras hormonas contrarreguladoras (p. ej., corti­
sol, epinefrina, hormonas del crecimiento) aumentan los niveles Cuadro 78-1 Criterios diagnósticos de la diabetes
de glucosa en sangre. Durante este período, se secreta continua­ mellitus
mente una pequeña cantidad de insulina, para facilitar la glucólisis
1. Síntomas de diabetes y hallazgo casual de concentración plas­
(entrada de glucosa a las células para la obtención de energía).
m ática d e glucosa > 200m g/dl. Se entiende com o hallazgo casual
Durante un período de 24 horas, aproximadamente el 50% de la
a la determ inación en cualquier m om ento del día independiente­
insulina secretada es insulina «basal» (es decir, secretada de forma
m ente d e la últim a comida. Los síntom as clásicos d e diabetes son la
continua); la restante es secretada como respuesta a comidas y
poliuria, la polidipsia y la pérdida de p eso n o explicada.
tentempiés.
O
2. Glucosa plasm ática en ayunas > 12 6 m g /d l. El ayuno se define com o
FISIOPATOLOGÍA la ausencia de ingesta calórica e n las últimas 8 horas.
O
La diabetes mellitus tipo 1 es predominantemente una enferme­ 3. Glucosa plasmática 2 horas tras sobrecarga S 2 0 0 g /d l durante una
dad autoinmune, con la destrucción del 90% o más de las células p ru eb a d e tolerancia oral (PTO). La prueba d ebe realizarse tal com o
beta pancreáticas. Los pacientes suelen tener en circulación anti­ describe la O rganización Mundial de la Salud (OMS), usando una
cuerpos contra células de los islotes y autoanticuerpos contra sobrecarga oral q u e equivale a 74 g d e glucosa anhídrica disuelta
la insulina y proteínas de las células de los islotes. Las personas en agua.
con diabetes tipo 1 tienen una carencia total de producción de
insulina (insulinopénicos) y requieren un aporte de insulina para Nota: En ausencia d e hiperglucem ia inequívoca, estos criterios
las necesidades tanto basales como digestivas. La amilina, una d eben ser confirm ados repitiendo la pru eb a otro día. La prueba des­
hormona de las células beta cosecretada con la insulina tras las crita e n el p u n to 3 (PTO) n o se recom ienda para uso clínico rutinario.
comidas, también está ausente en la diabetes tipo 1. La amilina
produce varias acciones glucorreguladoras que se complementan Adaptado de American Diabetes Association. Diagnosis and classification o f
con la insulina en el comportamiento de la glucosa. Aquellos con diabetes mellitus. Diabetes Care 2007;30(Suppl 1):S42-S47.

P A R T E II EL P A C I E N T E
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D iab etesm ellitu s I C A P Í T U L O 7 8 419

polaquiuria (incluyendo nicturia), sed excesiva, hambre extrema, glucosa y/o afectando la unión con el receptor de insulina12,13.
fatiga aumentada, irritabilidad, pérdida no explicada de peso y visión El resultado es una hiperglucemia posprandial. Es importante
borrosa. Los pacientes en fose terminal no suelen presentar cuadros no depender de la determinación de la glucosa en ayunas para
agudos confusionales, de alteración del nivel de conciencia o urgen­ identificar una hiperglucemia inducida por esteroides poten­
cias hiperglucémicas (cetoacidosis diabética o hiperglucémica, sín­ cial, sino controlar el nivel de glucosa posprandial a las 2
drome hiperosmolar no cetósico). horas.
En las enfermedades limitantes, puede resultar difícil diferen­
ciar entre los síntomas de la intolerancia a la glucosa de aquellos
propios de la enfermedad terminal. Por ejemplo, las náuseas y los
vómitos pueden deberse a una diabetes mal controlada o a una
enfermedad avanzada. Los pacientes con diabetes experimentan TRATAMIENTO
un uso alterado de la glucosa, con la movilización de las reser­
vas en proteínas y grasas, lo que puede causar con frecuencia Objetivos del cuidado
pérdida de peso, debilidad y letargo; éstos también son síntomas El ensayo Diabetes Control and Complications Trial (DCCT)
comunes de enfermedad avanzada. Aunque este punto es contro­ demostró que el tratamiento intensivo con insulina (múltiples
vertido, la diabetes duplica la probabilidad de depresión, lo que inyecciones diarias o mediante una bomba de insulina) puede
también es una condición asociada común en la enfermedad avan­ retrasar el inicio y ralentizar el progreso de la retinopatía, nefro-
zada6. Incluso a corto plazo, un empeoramiento en el control de patía y neuropatía en la diabetes tipo l 14. Igualmente, por cada
la glucosa se ha asociado con una m enor calidad de vida, función reducción del 1% en la hemoglobina glucosilada (HBAlc), exis­
cognitiva y percepción de salud general; estas dolencias son igual­ tía una reducción del 37% en las complicaciones microvascula-
mente muy frecuentes en la fase terminal7. Igual de importante es res y una reducción del 2 1% en el riesgo de cualquier evento
reconocer dolencias que puedan sugerir hipoglucemia, un riesgo final relacionado con la diabetes15’16. La hemoglobina glucosi­
significativo en pacientes con diabetes en fase terminal. Los sín­ lada mide el control de la glucosa sanguínea a largo plazo (p. ej.,
tomas incluyen hambre, nerviosismo y temblores, mareos, sudores, de 2 a 3 meses). La American Diabetes Association ha sugerido
somnolencia, confusión, dificultad de habla, debilidad y ansiedad. unos objetivos metabólicos diseñados para disminuir y retrasar
De nuevo, estos síntomas son compatibles con otras entidades en las complicaciones relacionadas con la diabetes. Éstos incluyen
fase terminal. un nivel de HbAlc m enor del 7% (o incluso del 6% si es posi­
ble), un nivel de glucosa plasmática capilar preprandial de 90
a 130mg/dl, un pico de glucosa plasmática capilar posprandial
m enor de 180mg/dl, y otros objetivos para la presión sanguínea
DIAGNÓ STICO DIFERENCIAL y los lípidos17.
La diabetes mellitus puede clasificarse como primaria o secunda­
ria, aunque los principios de tratamiento son similares en ambas.
La diabetes primaria incluye tanto la diabetes tipo 1 como tipo 2.
Los pacientes con tipo 1 tienden a estar cerca de su peso ideal Objetivos en la enfermedad
en el momento del diagnóstico y suelen ser más jóvenes que avanzada
aquellos con tipo 2. Los pacientes con diabetes tipo 2 normal­
mente tienen sobrepeso y un modo de vida sedentario. No se Aunque estos objetivos son adecuados en pacientes que no
recomienda el uso de los términos diabetes mellitus dependiente presentan una enfermedad limitante, no tienen el mismo sen­
de insulina (DMDI) y diabetes mellitus no dependiente de insu­ tido en aquellos con una esperanza de vida limitada. Una de las
lina (DMNDI). Aunque los pacientes con diabetes tipo 2 pueden guías enfatiza18 la importancia de los objetivos individuales y
no ser estrictamente «dependientes» de la insulina para sobrevi­ expone, «Para los adultos mayores y débiles, las personas con
vir, como sucede con los pacientes de tipo 1 , se les atribuye gran esperanza de vida m enor a 5 años y otros en quienes los ries­
parte del uso de insulina en EE.UU. Es de gran ayuda conocer si el gos de un control glucémico intensivo puedan sobrepasar los
paciente tiene diabetes tipo 1 o tipo 2 dado que esto determina beneficios, un objetivo menos estricto, como el 8% [HbAlc], es
la necesidad absoluta frente a la necesidad relativa de insulina. apropiado».
La diabetes puede desarrollarse como consecuencia de una Cuando se está tratando una enfermedad avanzada, el valor
enfermedad pancreática (p. ej., cáncer, pancreatectomía, pancrea­ de HbAlc puede no ser útil, y puede aumentar el estrés del
titis crónica) o una alteración endocrina (p. ej., enfermedad de paciente al tratar de alcanzar un objetivo inapropiado. Incluso
Cushing, acromegalia); puede ser inducida por nutrición (produc­ los objetivos de glucosa plasmática preprandial y posprandial
tos de nutrición enteral o parenteral) o por fármacos. Más de 100 son menos significativos en enfermedades limitantes. Cada
medicamentos pueden provocar hiperglucemia. Los más común­ intervención para el cuidado paliativo de pacientes debe estar
mente empleados en los cuidados paliativos incluyen diuréticos, precedida por la pregunta, «¿Hará que el paciente se sienta
bloqueantes (3-adrenérgicos, antipsicótícos, antidepresivos, octreo- mejor?». El esfuerzo continuado de alcanzar objetivos de glu­
tida y corticoides. cosa definidos para reducir las complicaciones a largo plazo no
Los corticoides (p. ej., dexametasona, prednisona) suelen mejorará el confort y puede dejar al paciente con mayor males­
emplearse en los cuidados paliativos. Un estudio prospectivo tar debido al aumento en el riesgo de hipoglucemia y al sufri­
de uso de dexametasona en una unidad de cuidados paliativos m iento asociado con la dolorosa monitorización de la glucosa
mostró que sólo 2 de los 83 pacientes experimentaron hiper­ sanguínea.
glucemia (un caso leve y un caso moderado) durante un tra­ En ausencia de guías basadas en la evidencia o en el consenso,
tamiento de duración media de 21,5 días8. Otros estudios han parece razonable establecer los siguientes objetivos para la diabe­
mostrado una incidencia más elevada de hiperglucemia indu­ tes en enfermedades terminales:
cida po r esteroides (del 40 al 55%) durante tratamientos de
corta duración con esteroides y un ratio ajustado de probabili­ • Prevención de los síntomas de hiperglucemia.
dad de 2,319'11. Probablemente, el mecanismo es multifactorial. • Prevención de los síntomas de hipoglucemia.
Los glucocorticoides aumentan la gluconeogénesis y provocan • Establecer como objetivo un rango de glucosa de 140 a
resistencia a la insulina, probablem ente al interferir en el meta­ 300mg/dl durante las últimas semanas de vida (a no ser que la
bolismo intracelular de la glucosa, reduciendo el transporte de hiperglucemia sea sintomática).

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420 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

La monitorización de la glucosa en sangre debe realizarse insulina «basal». El transporte de la insulina basal puede reprodu­
según indicación clínica. Por ejemplo, en un paciente no cercano cirse con una infusión continua de insulina mediante una bomba
a la muerte, es razonable continuar con el seguimiento habitual de o con inyecciones de insulina de acción intermedia (p. ej., NPH,
la glucemia. En los pacientes considerablemente más cercanos a la Lenta) dos veces al día o insulina de larga acción (p. ej., glargina,
muerte, puede ser razonable interrumpir el seguimiento de la glu­ detemir) una o dos veces al día. La glargina es una insulina que
cemia. La monitorización de la glucosa sanguínea en 18 pacientes prácticamente no genera picos; normalmente se administra una
terminales con diabetes tipo 2 a los que se les había interrumpido vez al día al acostarse. Las insulinas de acción corta y rápida se
el tratamiento contra la diabetes en el inicio de la fase terminal, emplean como insulinas «bolo». Un régimen de combinación muy
mostró que los niveles de glucosa no aumentaban, incluso cuando empleado es insulina regular e insulina NPH antes del desayuno y
se habían interrumpido sus tratamientos farmacológicos19. la cena. El propósito es que la insulina regular previa al desayuno
cubra el desayuno y que la NPH cubra el almuerzo. Del mismo
modo, la insulina regular previa a la cena cubrirá esta comida y la
NPH la noche. Desafortunadamente, una vez administrada, la insu­
M edidas no farmacológicas lina no puede eliminarse. Una dosis previa al desayuno de insulina
El tratamiento inicial para la diabetes tipo 2 es la modificación de NPH (con la intención de que cubra el almuerzo), en un paciente
los hábitos de vida, incluyendo dieta y actividad física. Es poco muy enfermo que decide que no puede almorzar, es una receta
probable que las personas con enfermedades limitantes parti­ para el desastre.
cipen en programas de actividad física. Igualmente, no deberían
seguir una dieta, aunque muchos pacientes y familiares o cuidado­
res pueden percibir esto como «darse por vencido». Es importante Fármacos hipoglucem iantes orales
comentar con ellos que este cambio no es «darse por vencido» Los pacientes con diabetes tipo 2 suelen ser tratados con medica­
sino un cambio en los objetivos de los cuidados. A medida que los mentos orales (tabla 78-2) si la modificación de los hábitos de vida
pacientes se deterioran, su apetito disminuye de forma natural y no es suficiente. Existe un algoritmo consensuado para el inicio y
el no reconocer este hecho aumenta el riesgo de hipoglucemia el ajuste del tratamiento de la hiperglucemia en diabetes tipo 220.
inducida por fármacos. Los principios en los que se basa este algoritmo son la eficacia de
los fármacos, los efectos extraglucémicos, los perfiles de seguridad,
la tolerancia y los costes. La metformina es uno de los fármacos
antidiabéticos orales de uso más generalizado y es un fármaco
Opciones farmacoterapéuticas de primera línea en este consenso. La metformina, una biguanida,
actúa principalmente reduciendo la salida de glucosa del hígado y
Insulina
reduciendo la glucosa en ayunas. Es bien tolerada, siendo el males­
Las insulinas (tabla 78-1) se emplean en varias combinaciones tar gastrointestinal su efecto secundario más común. Es poco pro­
para proporcionar tanto la acción basal como bolo de la insu­ bable que la metformina provoque hipoglucemia en monoterapia.
lina en la diabetes tipo 1 y tipo 2 avanzada. Aproximadamente el Rara vez (1 en 100.000 casos) puede provocar acidosis láctica. Es
50% de la insulina secretada durante un período de 24 horas es recomendable evitar la metformina cuando puede acumularse,

I T A B L A 78-1 Insulina y productos inyectables

N O M B R E G EN ÉR ICO IN IC IO DE A C C IÓ N PICO D E A CC IÓ N D U R A C IÓ N

INSULINA DE ACCIÓN RÁPIDA


Lispro 5-15 min 30-90 min 3-5 h
Aspart 5-15 min 30-90 min 3-5 h
Glulisina 5-15 min 30-90 min 3-5 h
INSULINA DE ACCIÓN CORTA

Regular 30-60 min 2-3 h 5-8 h


INSULINA DE ACCIÓN INTERMEDIA

NPH 2-4 h 4-1 Oh 10-16 h


Lenta 3-4 h 4-12 h 12-18 h
INSULINA DE LARGA ACCIÓN

Glargina 2-4 h Sin pico 20-24 h


Detemir 2-4 h 6-14 h 16-20 h
COMBINACIONES
70/30 (70% NPH/30% regular) 30-60 min Dual 10-16 h
50/50 (50% NPH/50% regular) 30-60 min Dual 10-16 h
Lispro mix 75/25 (75% NPIV25% lispro) 15-30 min Dual 10-16 h
Lispro mix 50/50 (50% NPIV50% lispro) 15-30 min Dual 10-16 h
Aspart mix 70/30 (70% aspart protamina/30% aspart) 15-30 min Dual 10-16 h

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Diabetes m ellitus I C A P Í T U L O 7 8 421

j I T A B L A 78-2 Antidiabéticos orales j


NOMBRE GENÉRICO
DI
DOSIS
DMD
COMENTARIOS
I
SULFONILUREAS (2.a GENERACIÓN)
Gliburida 1,25-5 mg cada 24 h 20 mg en 1-2 dosis Administrar dosis cada 24 h con el desayuno o con la comida
principal. Duración intermedia-larga, metabolitos activos.
Gliburida micronizada 0,75-3 mg cada 24 h 12mg en 1-2 dosis Administrar cada 24 h con el desayuno o con la comida
principal. Duración intermedia-larga, metabolitos activos.
Glipzida 2,5-5 m g cada 24h 40 mg en 2 dosis Administrar cada 24 h, 30 minutos antes del desayuno o
con la comida principal. Dosis > 1 5 mg/día deben dividirse
y administrarse cada 12 h. Duración intermedia-corta,
metabolitos inactivos.
Glipzida, liberación 5m gcada24h 20 mg cada 24 h Administrar con el desayuno. Duración intermedia,
retardada metabolitos inactivos.
1-2mg cada 24 h 8 mg cada 24 h Administrar con el desayuno o con la comida principal.
Duración intermedia-larga, metabolitos activos.

METIGLINIDAS
Repaglinida Si hipoglucemia, sin tratamiento 16 mg/día Administrar 15-30 minutos antes de las comidas (considerar
previo o HbA 1c < 8%: 0,5 mg su administración tras la comida en pacientes con ingesta
cada 8 h oral errática)
Si tratamiento previo con
hipoglucemiantes o
H b A 1 c > 896:1 -2 mg cada 8 h
Nateglinida 60 m g cada 8h 180m gcada8h
BIGUANIDAS

Metformina 500 mg cada 12 h u 850 mg 2.550 mg en 3 dosis Administrar con las comidas. Contraindicada si creatinina
todas las mañanas >1,5 (hombres) o 1,4 (mujeres); evitar en insuficiencia
cardíaca que requiera tratamiento.
Metformina de 500 mg todas las noches; luego 2.000 mg cada 24 h
liberación retardada 500mg/día/sem

INHIBIDORES DE LA a-GLUCOSIDASA
Acarbosa 25 m g cada 8 h Si > 60kg: 100 m g cada Administrar con el inicio de cada comida principal. Si el
8h paciente se salta una comida, no dar.
Si s 60kg: 50 m g cada 8 h
Miglitol 25m gcada8h 100 m gcada8h
TIAZOLIDINDIONAS

Rosiglitazona 4 m g cada 24 h o 2 m g cada 8 mg cada 24 h o 4 mg independiente de las comidas. Puede causar retención
12 h cada 12 h de líquidos y ganancia de peso; puede empeorar la
insuficiencia cardíaca.
Pioglitazona 15-30 mg cada 24 h 45 mg cada 24 h independiente de las comidas; dosis de 45 mg estudiada
sólo en monoterapia. Puede causar retención de líquidos y
ganancia de peso; puede empeorar la insuficiencia cardíaca.

INHIBIDOR DE LA DIPEPTIL PEPTIDASA 4 (DPP-4)


Sitagliptina 100 mg cada 24 h 100 m gcada24h o sin comidas. Ajustar dosis a función renal.

INCRETINAS

Exenatida 5ngcada 12 h 10|jg cada 12 h Inyección subcutánea 60 minutos antes de las comidas de la
mañana y de la noche. No administrar CON comidas.
AMILINOMIMÉTICOS
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

Pramlintide DM tipo 1:15 [xg antes de las DM tipo ?: 60 p.g antes de Inyección subcutánea inmediatamente antes de una comida
principales comidas las principales comidas principal (definida como con contenido en carbohidratos
DM tipo 2:60|xg antes de las DM tipo 2:120|xg antes de >25 0kcalos:3 0g)
principales comidas las principales comidas

o; DM, diabetes mellitus; DMD, dosis máxima diaria.

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422 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

como en el caso de alteraciones renales (son contraindicaciones gran número de pacientes. La exenatida es un agonista del GLP-1
relativas la creatinina en suero s i , 5 mg/dl en hombres, s 1,4 mg/dl y estimula la secreción de insulina. La exenatida se administra
en mujeres; creatinina en orina s 60ml/min y edad > 80 años), alte­ mediante inyección subcutánea dos veces al día y principalmente
raciones hepáticas o insuficiencia cardíaca crónica. La metformina reduce la glucosa posprandial. Los efectos secundarios principa­
o bien no afecta al peso corporal o bien provoca cierta pérdida de les son gastrointestinales (p. ej., náuseas, vómitos, diarrea) y apare­
peso, lo que es beneficioso en la mayoría de los pacientes tipo 2, cen en un 45% de los pacientes. La sitagliptina es un inhibidor de
pero no necesariamente en los enfermos terminales. la dipeptidilpeptidasa; bloquea la enzima que inactiva y degrada
Si la modificación de los hábitos de vida y el tratamiento las hormonas incretinas (GLP-1 y GIP). La sitagliptina se adminis­
con metformina son insuficientes, el consenso recomienda un tra una vez al día y tiene un perfil de efectos secundarios similar
fármaco de segunda línea como la insulina, una sulfonilurea o al placebo (principalmente efectos gastrointestinales e hipogluce­
tiazolidindiona. Las sulfonilureas aumentan la secreción de la mia). La pramlintida es un agonista de la amilina que se adminis­
insulina por parte de las células beta del páncreas. Son muy efi­ tra por vía subcutánea antes de las comidas. Ralentiza el vaciado
caces en la reducción de la glucemia. Su principal efecto secun­ gástrico, inhibe la producción de glucagón y disminuye la glucosa
dario es la hipoglucemia, que puede ser grave en pacientes con posprandial. Aproximadamente un tercio de los pacientes expe­
alteraciones de la función hepática y/o renal. Los fármacos de rimentan náuseas con la pramlintida y puede provocar pérdida
primera generación (p. ej., clorpropamida, acetohexamida, tola- de peso.
zamida, tolbutamida) no suelen emplearse en la actualidad. Las Cabe mencionar especialmente a los antidiabéticos orales
características farmacocinéticas de las sulfonilureas influyen a conocidos como «glinidas». Las glinidas estimulan la secreción
la hora de decidir en enfermedades avanzadas. Todas las sulfoni­ pancreática de insulina, de forma similar a las sulfonilureas, pero
lureas se metabolizan en el hígado. Deben evitarse en casos de su sitio de unión es distinto dentro del receptor de sulfonilurea.
alteraciones hepáticas, o, como alternativa, puede emplearse una La repaglinida y la nateglinida son los únicos agentes disponibles;
sulfonilurea de corta acción (p. ej., glipizida) comenzando con tienen una vida media mucho más corta que las sulfonilureas y
una dosis baja y aumentando la dosis lentamente. Igualmente, la se administran con mayor frecuencia (p. ej., con cada comida).
glipizida es probablemente la mejor sulfonilurea para pacientes Debido a que aumentan la secreción de insulina, pueden pro­
con alteraciones renales, debido a que se metaboliza a productos vocar hipoglucemia, aunque con menor frecuencia que las
inactivos. sulfonilureas.
Las tiazolidindionas (pioglitazona, rosiglitazona) son «sensi­
bilizadores de insulina». Sirven como agonistas del receptor ^
activador de la proliferación peroxisomal (PPAR-",), aumentando
la absorción de glucosa en el músculo esquelético, hígado y adi- FÁRM ACO S DE ELECCIÓN Y TRATAMIENTO
pocitos. Además, también pueden suprimir la gluconeogénesis DE SOPORTE
hepática con lo que disminuye la liberación de glucosa al orga­
nismo. Por otro lado, las tiazolidindionas no son tan eficaces El tratamiento de la diabetes en cuidados paliativos varía desde
como la metformina o las sulfonilureas en disminuir la gluce­ los cuidados normales y personalizados a ningún tipo de inter­
mia. Los efectos secundarios incluyen edema (observado inicial­ vención, dependiendo del pronóstico del paciente, calidad de
m ente con tratamiento combinado de rosiglitazona e insulina), vida y grado de sintomatología. Aquellos que aún están activos y
que puede agravar la insuficiencia cardíaca crónica; aumento tienen una calidad de vida aceptable deberían continuar con su
de peso; anemia; cefalea; mialgias, y hepatotoxicidad (la trogli- tratamiento habitual para la diabetes si no resulta demasiado com­
tazona se retiró del mercado hace varios años). Es poco proba­ plejo; debería continuarse con la monitorización de la glucosa en
ble que las tiazolidindionas provoquen hipoglucemia cuando se intervalos más prolongados pero suficientes, para asegurar que el
emplean en monoterapia. Existen casos de aumento del riesgo paciente está estable y sin síntomas. En el otro lado del espectro,
de infarto de miocardio y mortalidad cardiovascular por todas las personas que están a días de morir (y pueden estar incons­
las causas con la rosiglitazona21. Se desconocen los mecanis­ cientes) probablemente no recibirán un tratamiento antidiabético
mos pero pueden estar relacionados con el efecto adverso de ni se les hará un seguimiento de la glucosa. Los casos que caen
la rosiglitazona sobre el perfil lipídico. Algunos afirman que es entre estos dos extremos son los problemáticos para profesiona­
demasiado pronto para extraer conclusiones definitivas, pero es les, pacientes, familias y cuidadores. En primer lugar, es importante
recomendable evitar las tiazolidindionas en pacientes con insu­ recordar los objetivos del cuidado (v. anteriormente). La mayoría
ficiencia cardíaca. estarán de acuerdo en que el control a largo plazo de la glucemia
Los pacientes con diabetes tipo 2 que están tomando uno, y la prevención de las complicaciones crónicas no es importante
dos o incluso tres fármacos antidiabéticos orales y que no han en pacientes terminales, pero sí es importante prevenir los sín­
alcanzado un control adecuado pueden beneficiarse de la adi­ tomas relacionados con las alteraciones en el nivel de glucosa en
ción de insulina basal (NPH, detemir o glargina una o dos veces plasma.
al día). Algunos datos sugieren que un control exhaustivo de la glu­
cosa en pacientes en unidades de cuidado intensivo (UCI) reduce
la morbilidad y la mortalidad a corto plazo y se han extrapolado
a pacientes con enfermedad avanzada. Los pacientes que se admi­
ten en una UCI (la mayoría tras cirugía cardíaca) con hipergluce­
Suplementos
mia se les aplicó de forma aleatoria un tratamiento convencional o
Las guías consensuadas también nombran «otros fármacos» para la bien un tratamiento intensivo de infusión de insulina22. Un equipo
diabetes tipo 2 en caso de que los fármacos de primera y segunda de enfermeras de la UCI y un médico ajustaron la insulina cada 1
línea sean insuficientes. Éstos incluyen inhibidores de la a-gluco- a 4 horas para mantener el nivel de glucosa sanguínea entre 80 y
sidasa (acarbosa y miglitol), exenatida, pramlintida y las gliniclas 110 mg/dl. Los resultados mostraron que la mortalidad se redujo
(repaglinida y nateglinida). Los inhibidores de la o-glucosidasa en cerca de un 40% y la mortalidad intrahospitalaria se redujo en
reducen la digestión polisacárida en el intestino delgado, disminu­ más del 30% en el grupo con tratamiento intensivo. La incidencia
yendo la glucemia posprandial. El efecto secundario más común de hipoglucemia (glucosa sanguínea ^ 4 0 mg/dl) era del 5,1% en
es el aumento en la producción de gases y síntomas gastroin­ el grupo con tratamiento intensivo y del 0,8% en el grupo con
testinales, los cuales han sido considerados inaceptables por un tratamiento convencional. No se dieron casos de hipoglucemia

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Diabetes m ellitus I C A P Í T U L O 7 8 423

basados en la definición de la American Diabetes Association el control de la glucosa debería guiarse por síntomas tanto de
(glucosa sanguínea ^ 7 0 mg/dl). Estos datos son interesantes pero hiperglucemia como de hipoglucemia en esta población.
no pueden aplicarse de forma uniforme al cuidado paliativo. Si un Existen cuatro grupos principales de síntomas para la
paciente con diabetes está recibiendo cuidados paliativos hospi­ hiperglucemia25:
talarios y se espera que retorne a una buena calidad de vida, los
esfuerzos adicionales para m antener la glucosa plasmática dentro • Agitación: tensión, irritabilidad, inquietud, baja concentración.
de un rango «más estrecho» pueden ser apropiados. La mayoría de • Osmóticos: sed, sequedad bucal, necesidad de orinar, malestar,
los pacientes terminales no tienen un equipo de enfermeras de gusto dulce/raro, debilidad.
la UCI y médicos atendiéndoles. Los cuidados necesarios para un • Neurológicos: mareos, visión borrosa, debilidad.
control estricto de la glucosa no son factibles o incluso apropiados • Malestar: cefalea, náuseas.
en la mayoría de los pacientes terminales. De hecho, dada la inci­ Muchos de estos síntomas pueden observarse en pacientes
dencia seis veces más elevada de hipoglucemia en el estudio de terminales sin intolerancia a la glucosa y resulta difícil deter­
UCI, este enfoque en un paciente con una enfermedad limitante minar la causalidad sin una monitorización de la glucemia
avanzada puede ser perjudicial o incluso fatal. Por el contrario, (tablas 78-3 y 78-4).

j I T A B L A 7 8 - 3 Tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1 y de la diabetes mellitus tipo 2 totalmente dependiente de insulina |

SITUACIÓN CLÍNICA RECOMENDACIONES TERAPÉUTICAS RECOMENDACIONES DE MONITORIZACIÓN


DE LA GLUCOSA PLASMÁTICA
Situación nutricional estable con buena Mantener tratamiento con insulina basal y bolos Tres veces a la semana si está estable y
calidad de vida asintomático
Pérdida progresiva de apetito (anorexia) Considerar cambiar a insulina de larga acción o intermedia en Una o dos veces al día hasta que esté estable y
acompañada de pérdida de peso una o dos dosis diarias asintomático, luego cada 3 días
Náuseas, vómitos, ingesta errática, Bajar la dosis basal de insulina; administrar insulina rápida Dos veces al día para valorar la razón insulina/
pérdida de peso y anorexia tras comidas, usando un cálculo aproximado de los carbohidratos, luego cada 3 días cuando esté
carbohidratos para ajustar la dosis estable y asintomático
Paciente sintomático y/o glucosa Mantener insulina intermedia o de larga acción, subiendo Dos o tres veces al día hasta que esté estable y
>250-300 mg/dl la dosis hasta conseguir niveles plasmáticos de glucosa en asintomático, luego cada 3 días
ayunas aceptables; si es necesario, añadir insulina de acción
rápida para cubrir las comidas
Agonía (muerte en días o en menos de Considerar suspender el tratamiento con insulina Si se interrumpe la insulina, suspender también
una semana) los controles

Datos de Poulson J.The management of diabetes in patients with advanced cancer.J Pain Symptom Manage 1997;13:339-346.

T A B L A 7 8 - 4 Tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2

SITUACIÓN CLÍNICA RECOMENDACIONES TERAPÉUTICAS RECOMENDACIONES DE


MONITORIZACIÓN DE LA GLUCOSA
PLASMÁTICA
Situación nutricional estable o Mantener tratamiento. Seguimiento de efectos secundarios Tres veces a la semana si está estable y
buena calidad de vida asintomático
Pérdida progresiva de apetito Considerar suspender todo el tratamiento Una o dos veces al día hasta que esté estable
(anorexia) acompañada de pérdida Reducir la dosis de los hipoglucemiantes (sulfonilureas, glinidas, y asintomático, luego cada 3 días
de peso insulina) en un 50%. Si se usan sulfonilureas, considerar glipzida
Considerar usar glinida postprandial según la ingesta de
carbohidratos
Náuseas, vómitos, ingesta errática, Interrumpir tratamiento mientas el paciente esté sintomático Una o dos veces al día hasta que esté estable,
pérdida de peso y anorexia con náuseas y vómitos. luego cada 3 días
Considerar interrumpir todo el tratamiento Controles más seguidos si el paciente retoma
Considerar usar glinida posprandial según la ingesta de el tratamiento antidiabético
carbohidratos
Paciente sintomático y/o glucosa Considerar usar glinidas o insulina de acción rápida. Si persiste la Dos a tres veces al día hasta que esté estable y
>250-300 mg/dl hiperglucemia, considerar añadir o cambiar a insulina de acción asintomático, luego cada 3 días
intermedia o larga
Agonía (muerte en días o Suspender todo el tratamiento Si se interrumpe el tratamiento, suspender los
de una semana) controles

Datos de Poulson J.The management of diabetes in patients with advanced cancer./ Pain Symptom Manage 1997;13:339-346-

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424 S E C C IÓ N C | Enfermedades concurrentes

Diabetes mellitus tipo 1 o cuidador podría administrar una dosis más baja y más apro­
piada de insulina, evitando así la hipoglucemia. El retraso de la
Es probable que los pacientes con diabetes tipo 1 continúen acción es una consecuencia aceptable para evitar la hipogluce­
necesitando insulina para prevenir la cetoacidosis. En aquellos mia posprandial.
que experimenten una disminución general en el apetito con Las personas que se vuelven sintomáticas o que tienen
pérdida de peso, puede ser útil renunciar al componente prandial amplias variaciones en la glucemia (p. ej., >250-300mg/dl)
de la insulina y cambiar totalmente a la insulina basal (NPH, dete- pueden beneficiarse de un tratamiento con insulina basal
mir o glargina una o dos veces al día). La dosis de insulina debe completo así como de insulina de acción rápida o corta para
ajustarse para proporcionar una glucosa en ayuno en el extremo cubrir las comidas, de nuevo dosificadas tras la comida. Si la
inferior del rango terapéutico recomendado (p. ej., < 200mg/dl), glucemia es constantem ente de 300 mg/dl o mayor, puede
de forma que sea poco probable que la glucosa posprandial ser beneficioso realizar una prueba de cuerpos cetónicos en
exceda el rango superior recomendado (p. ej., 300mg/dl). Esta la orina, para evitar la cetoacidosis diabética. En aquellos que
estrategia debe permitir una dosis única diaria de insulina con un están al borde de la m uerte (días antes de la m uerte) puede
seguimiento mínimo de la glucemia y debería mantener al interrum pirse completam ente el tratam iento con insulina y la
paciente asintomático. monitorización.
En los pacientes con diabetes tipo 1 que experimentan Los pacientes con diabetes tipo 1 pueden recibir pramlintida,
náuseas, vómitos, ingesta oral errática, pérdida de peso y ano­ un análogo de la amilina que reduce la glucosa posprandial. En los
rexia, puede ser suficiente con continuar con la insulina basal. Sin diabéticos tipo 1 , el uso simultáneo de pramlintida resultó en una
embargo, si aparece hipoglucemia con este régimen, puede ser disminución del 3,6% de la insulina de acción rápida o corta pero
más prudente reducir la dosis diaria basal de insulina y considerar un aumento del 1,9% de la insulina de acción prolongada al cabo
cubrir las comidas con una insulina de acción rápida o corta, dosi­ de los 6 meses. El efecto a largo plazo de la pramlintida es una dis­
ficada de acuerdo con una aproximación de la ingesta de carbohi­ minución ajustada por placebo en la HbAlc del 0,33%. Estos efec­
dratos (p. ej., 1 unidad de insulina por cada 15g de carbohidratos tos son insignificantes en alguien con una enfermedad avanzada y
ingeridos). existe también una incidencia de náuseas del 30%; por tanto, este
La temporización de la administración de insulina de acción fármaco probablemente puede interrumpirse24. Pueden reque­
rápida o corta es crítica en pacientes con ingesta oral errática. rirse o no ajustes menores en el régimen de insulina.
Dado que la insulina regular inicia su acción a los 30 o 60 minu­
tos, suele administrarse al menos 30 minutos antes de la comida.
La insulina de acción rápida (p. ej., lispro, aspart, glulisina) se
administra hasta 15 minutos antes de la comida. Los pacientes Diabetes mellitus tipo 2
con ingesta oral errática (a pesar de sus buenas intenciones)
pueden beneficiarse de las características de acción rápida de En las personas con una calidad de vida aceptable, una buena
estos nuevos análogos de la insulina y administrar una dosis ingesta oral y unos valores de glucosa en sangre estables, el
apropiada después de cada comida, en lugar de antes de la manejo de la diabetes tipo 2 debe continuar sin cambios.
comida. Por ejemplo, si el paciente anticipa que va a comer un Independientemente de la ingesta oral, debe tenerse en cuenta el
almuerzo que contenga 30 g de carbohidratos, una dosis de insu­ desarrollo de síntomas o trastornos asociados que sean contrain­
lina administrada antes de la comida probablemente provocaría dicaciones para tratamientos antihiperglucémicos y realizarse los
hipoglucemia. Al esperar hasta finalizar el almuerzo, el paciente ajustes apropiados (tabla 78-5).

T A B L A 7 8 -5 Influencia de los síntomas y de los trastornos asociados en el tratamiento de la diabetes tipo 2

S IN T O M A S / TR A S T O R N O A S O C IA D O PR EC A U CIO N ES F A R M A C O LO G IC A S

Antecedentes de hipoglucemia o hipoglucemia no reconocida Las sulfonilureas, glinidas y la insulina causan o agravan la hipoglucemia
Saciedad precoz, anorexia, ingesta oral escasa, pérdida de peso El paciente tiene más riesgo de hipoglucemia (sulfonilureas, glinidas, insulina)
La metformina, pramlintida y exenatida empeoran la anorexia y la saciedad precoz
No administrar inhibidores de la a-glucosidasa a pacientes que no están comiendo
La sitagliptina inhibe la enzima que degrada las hormonas incretinas; puede contribuir a
potenciar la saciedad precoz
Si se salta una comida, no debe tomarse glinida
Náuseas, vómitos, malestar gastrointestinal (Gl) Aunque cualquier fármaco puede causar o empeorar las náuseas y vómitos, los
siguientes presentan una alta incidencia de náuseas, vómitos y malestar Gl:
metformina, exenatida, pramlintida, sulfonilureas, glinidas e inhibidores de la
a-glucosidasa
Los inhibidores de la alfa glucosidasa causan malestar Gl y están contraindicados en
pacientes con antecedentes de trastornos Gl como enfermedad inflamatoria intestinal,
úlceras colónicas, obstrucción intestinal o enfermedades intestinales crónicas
Alteración hepática Los siguientes fármacos tienen contraindicación relativa: metformina, tiazolidindionas,
sulfonilureas (si es preciso, elegir un fármaco de acción corta como la glipizida),
inhibidores de la alfa glucosidasa
Alteración renal Los siguientes fármacos tienen contraindicación relativa o absoluta: metformina,
sulfonilureas, (considerar glipizida; sus metabolitos son inactivos), miglitol (inhibidor de
la a-glucosidasa), repaglinida, sitagliptina (requiere ajuste de dosis) y exenatida
Insuficiencia cardíaca Los siguientes fármacos tienen contraindicación relativa o absoluta: metformina y
tiazolidindionas
Las tiazolidindionas pueden empeorar la retención de líquidos (especialmente si se dan
con insulina)

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Diabetes m ellitus I C A P Í T U L O 7 8 425

Si el paciente tiene anorexia acompañada de pérdida de peso, 3. American Diabetes Association. Total prevalence of diabetes and pre-diabetes.
debe considerarse interrumpir todos los tratamientos y evaluar la Available at http://diabetes.org/diabetes-statistics/prevalence.jsp (accessed
October 2007).
existencia de signos y síntomas de hiperglucemia. Si se requiere 4. National Hospice and Palliative Care Organization. NHPCO’s Facts and
la continuación del tratamiento, deben emplearse dosis menores Figures—2005 Findings. Available at http://www.nhpco.org/files/public/2005-
de fármacos hipoglucemiantes (sulfonilureas, glinidas, insulina); facts-and-figures.pdf (accessed October 2007).
si se emplea una sulfonilurea, debe considerarse emplear una de 5. American Diabetes Association. Diagnosis and classification of diabetes melli­
acción corta como la glipizida. Si se requiere un tratamiento far­ tus. Diabetes Care 2007;30(Suppl 1):S42-S47.
6. Anderson RJ, Freedland KE, Clouse RE, Lustman PJ.The prevalence of comor-
macológico para controlar la hiperglucemia sintomática, pero el bid depression in adults with diabetes. Diabetes Care 2001;24:1069-1078.
apetito es esporádico, debe considerarse prescribir una glinida 7. Testa MA, Simonson DC. Health economic benefits and quality of life during
para ser tomada tras cada comida que contenga al menos 30 g de improved glycemic control in patients with type 2 diabetes mellitus: A rando­
carbohidratos. mized, controlled, double-blind trial. JAMA 1998;280:1490-1496.
8. Hard)' JR, Rees E, Ling J, et al. A prospective survey of the use of dexametha-
Los pacientes con náuseas y/o vómitos es poco probable que sone on a palliative care unit. Palliat Med 2001;15:3-8.
tengan un buen apetito o ingesta oral; por tanto, los tratamien­ 9. Uzu T, Ilarada T, Sakaguchi M, et al. Glucocorticoid-induced diabetes mellitus:
tos de la diabetes deben interrumpirse hasta que se resuelva el Prevalence and risk factors in primary renal diseases. Nephron Clin Pract
malestar gastrointestinal y posiblemente durante la duración del 2007; 105:c54-c57.
cuidado. Si el paciente sí requiere un agente reductor de la glu­ 10. Hailemeskel B, Dutta A, Daftary MN, et al. Corticosteroid-induced adverse
reactions in a university teaching hospital. Am J Health Syst Pharm
cosa una vez que se ha resuelto el malestar gastrointestinal pero 2003;60:194-195.
la ingesta oral es esporádica, debe considerarse la administración 11. Blackburn D, Hux J, Mamdani M. Quantification of the risk of corticos-
de una glinida tras una comida que contenga al menos 30 g de teroid-induced diabetes mellitus among the elderly. J Gen Intern Med
carbohidratos. En algunas ocasiones, los pacientes tienen amplias 2002;17:717-720.
12. DunningT. Corticosteroid medications and diabetes mellitus. Practical Diabetes
oscilaciones de la glucemia; en estos casos puede ser útil la toma Int 1996;13:186-188.
de una glinida antes o después de las comidas o una insulina de 13- Hoogwerf, Dáñese RD. Drug selection and the management of corticosteroid-
acción rápida, especialmente si la ingesta oral y los valores de glu­ related diabetes mellitus. Rheum Dis Clin North Am 1999;25:489-505.
cosa son contradictorios. Los pacientes que están al borde de la 14. Diabetes Control and Complications Trial Research Group. The effect of
muerte probablemente no requieran ningún tratamiento de la dia­ intensive treatment of diabetes on the development and progression of long­
term complications in insulin-dependent diabetes mellitus. N Engl J Med
betes. Los agentes más nuevos (sitagliptina, exenatida y pramlin- 1993;329:977-986.
tida) son menos útiles en la fase terminal. Principalmente actúan 15. United Kingdom Prospective Diabetes Study (UKPDS) Group. Intensive blood-
disminuyendo la glucosa posprandial. La exenatida y la pramlin- glucose control with sulphonylureas or insulin compared with conventional
tida provocan náuseas frecuentes y saciedad precoz y sólo tienen treatment and risk of complications in patients with type 2 diabetes (UKPDS
pequeños efectos ahorradores de insulina. Pueden interrumpirse 33). Lancet 1998;352:837-853-
16. Stratton IM, Adler AL, Neil HA, et al. Association of glycaemia with macro-
en la mayoría de las personas con enfermedad avanzada. vascular and microvascular complications of type 2 diabetes (UKPDS 35):
Los pacientes con diabetes tipo 2 suelen tomar insulina como Prospective observational study. BMJ 2000;321:405-412.
parte de su tratamiento. Si el paciente sólo está recibiendo insulina 17. American Diabetes Association. Standards of medical care in diabetes—2007.
basal, puede ser suficiente para controlar la glucemia y pueden Diabetes Care 2007;30(SuppI l):S4-S4l.
18. California Healthcare Foundation/American Geriatrics Society Panel on
interrumpirse los fármacos orales. En un momento determinado, Improving Care for Elders with Diabetes. Guidelines for improving the
también puede ser necesario disminuir la dosis de insulina basal. care of the older person with diabetes mellitus. J Am Geriatr Soc 2003;51
Muchos pacientes con diabetes tipo 2 requieren un tratamiento (5 Suppl):S265-S280.
completo de insulina (basal y bolo); su tratamiento debe ser eva­ 19. Ford-Dunn S, Smith A, Quin J. Blood glucose levels in diabetic patients during
luado y manejado como se ha descrito para la diabetes tipo 1 . the terminal phase: Is continuation of treatment necessary?. Poster presen­
tation. Proceedings of the 5th Palliative Care Congress. United Kingdom:
University of Warwick, 2004. p 161.
20. American Diabetes Association and the European Association for the Study
Hiperglucemia inducida por corticoides of Diabetes. Management of hyperglycemia in type 2 diabetes: A consen­
Los corticoides se emplean con frecuencia en los cuidados paliati­ sus algorithm for the initiation and adjustment of therapy. Diabetes Care
2006;29:1963-1972.
vos. Pueden provocar hiperglucemia en pacientes previamente no 21. Nissen SE,Wolski K. Effect of rosiglitazone on the risk of myocardial infarc­
diabéticos o empeorar el control de la diabetes. Los profesionales tion and death from cardiovascular causes. N Engl J Med 2007;356:2457-2471.
deben conocer este riesgo y realizar un seguimiento. La principal Epub 2007 May 21. Erratum in: N Engl J Med. 2007;357:100.
alteración de la glucosa es la hiperglucemia posprandial. Los tra­ 22. Van Den Berghe G,Wouters RWeekers I; et al. Intensive insulin therapy in criti­
cally ill patients. N Engl J Med 2001;345:1359-1367.
tamientos que tratan esta condición de forma específica incluyen 23. Warren RE, Deary IJ, Frier BM.The symptoms of hyperglycemia in people with
las glinidas antes o después de cada comida, la insulina de acción insulin-treated diabetes: Classification using principal components analysis.
rápida y la insulina de acción corta. Si todos los valores de glucosa Diabetes Metab Res Rev 2003;19:408-414.
son elevados, pueden considerarse otros fármacos que tratan la 24. Symlin home page. Available at http://www.symlin.eom/PDF/HCP/SYMLIN-pi-
diabetes tipo 2, asumiendo que no existan factores de riesgo que combined.pdf (accessed October 2007).
contraindiquen el tratamiento. La diabetes mellitus es una condi­
ción crónica prevalente en un número significativo de pacientes LECTU RAS RECOM EN DAD AS
con enfermedad avanzada. Es importante que los profesionales
realicen un manejo lo suficientemente agresivo, aunque no dema­ McCoubrie R, Jeffrey D, Patón C, et al. Managing diabetes mellitus
siado, de la diabetes para minimizar el estrés del paciente a la vez in patients with advanced cancer: A case note audit and guide­
que se previene y alivian los síntomas. lines. EurJ Cancer Care 2005;14:244-248.
Poulson J.The management of diabetes in patients with advanced
B I B L I O G R A F Í A
cancer.J Pain Symptom Manage 1997;13:339-346.
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1. Quinn K, Hudson P, Dunning T. Diabetes management in patients receiving patients receiving palliative care. J Pain Symptom Manage
palliative care.J Pain Symptom Manage 2006;32:275-286. 2006;32:275-286.
2. Ford-Dunn S, Smith A, Quin J. Management of diabetes during the last days of
life: Attitudes of consultant diabetologists and consultant palliative care physi­ Stevenson J, Abernethy AP, Miller C, et al. Managing comorbidities
cians in the UK. Palliat Med 2006;20:197-203- at the end of life. BMJ 2004;329:909-912.

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S E C C IÓ N C Enfermedades concurrentes

«maligna» como muchos cánceres comunes y se asocia con una


| CAPÍ TULO 79 pérdida de esperanza de vida similar12. Este mal pronóstico está
poco reconocido. Tras la primera hospitalización, los pacientes
con insuficiencia cardíaca tienen una supervivencia media de 16
meses, sobreviviendo hasta 5 años tan sólo el 25% de hombres y
Insuficiencia cardíaca mujeres12-14. No ha sido hasta la actualidad que el debate sobre las
necesidades de los pacientes con insuficiencia cardíaca terminal
Frances Mair, Lynda Blue e Yvonne Millerick ha recibido algo de atención y las implicaciones desde la perspec­
tiva del paciente han estado relativamente descuidadas en compa­
ración con otras enfermedades.
© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

FISIOPATOLOGIA
P U N T O S
La insuficiencia cardíaca es un síndrome clínico complejo que
» El pronóstico de la insuficiencia cardíaca es peor que el de las peores
ha sido definido de varias formas, la más reciente como cual­
neoplasias.
quier alteración cardíaca estructural o funcional que modifi­
* Es muy difícil pronosticar en insuficiencia cardíaca. que la capacidad del ventrículo de llenarse o expulsar sangre15.
» Es importante hacer énfasis en asegurar que el paciente con insuficiencia Puede ser consecuencia de alteraciones del pericardio, mio­
cardíaca avanzada sea consciente de su pronóstico y que participe en la cardio, endocardio o de los grandes vasos15. La cardiopatía
toma de decisiones terapéuticas. La opinión del paciente es primordial. isquémica continúa siendo la causa más común potencialmente
» Los pacientes con insuficiencia cardíaca terminal reciben menos atención reversible15.
que los mismos pacientes pero con cáncer, en términos de control de sín­ Otras causas subyacentes incluyen hipertensión, miocardio-
tomas, comunicación y tratamientos de soporte, y con frecuencia reciben
patía dilatada, enfermedad valvular y abuso del alcohol. La insu­
tratamientos fragmentados.
ficiencia cardíaca también puede ser idiopática. Existen varias
» Al igual que en el tratamiento del cáncer, el final de la vida debe recibir un causas raras, incluyendo alteraciones multisistémicas como hemo-
tratamiento multidisciplinar; gran parte de la práctica clínica en pacientes
cromatosis, amiloiclosis y alteraciones del colágeno vascular; en
con cáncer debe ser transferible al paciente con insuficiencia cardíaca. Se
necesitan con urgencia guías clínicas de tratamiento de la insuficiencia car­
alguna ocasión puede ser inducida por fármacos. La anemia y las
díaca terminal.
alteraciones tiroideas también pueden precipitar la insuficiencia
cardíaca. Puede estar asociada con disfunción ventricular sistólica
reducida, disfunción diastólica o ambas.

DIAGNÓ STICO Y TRATAMIENTO

EPIDEM IO LOG ÍA Los principales síntomas de la insuficiencia cardíaca son fatiga,


intolerancia al ejercicio, disnea de esfuerzo, ortopnea, dis­
La insuficiencia cardíaca es una enfermedad común que afecta nea paroxística nocturna y edema. Estos síntomas se aseme­
hasta al 4% de la población general y al 8-10% de la población jan a aquellos de otras muchas enfermedades. Por ejemplo, la
anciana1-4, más de 20 millones de personas en todo el mundo5, disnea de esfuerzo es común pero tiene muchas otras causas,
incluyendo 5 millones tan sólo en Estados Unidos6. El riesgo de incluyendo enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfer­
padecer esta enfermedad en el transcurso de la vida es de 1 entre medad intersticial pulmonar, asma, infección respiratoria, falta
5 tanto para hombres como para mujeres7. Aunque su incidencia de preparación y obesidad. Muchas personas con alteraciones
ha permanecido estable en las últimas dos décadas8, supone un de la función ventricular izquierda no tienen síntomas eviden­
serio problema de salud pública en los países desarrollados. Esto tes. La historia clínica del paciente contribuye a la valoración
es debido a su elevada incidencia y a la morbilidad asociada, dado clínica global. Los hallazgos físicos que pueden respaldar el
que los pacientes con insuficiencia cardíaca son hospitalizados diagnóstico incluyen presión yugular venosa aumentada, edema
con frecuencia. A pesar de que su incidencia no esté aumentando, periférico no debido a insuficiencia venosa, un tercer sonido
puede que sí lo esté haciendo la carga total de la enfermedad cardíaco, ritmo de galope, impulso apical con desplazamiento
debido al incremento en la supervivencia. Estudios recientes tanto lateral, taquicardia y crepitantes pulmonares que no desapare­
de EE.UU. como del Reino Unido confirman esta mejoría en la cen con la tos. Ninguna característica clínica puede predecir de
supervivencia910 y aducen a razones desde avances en la eficacia forma precisa la insuficiencia cardíaca16. Por tanto, la historia y
del tratamiento hasta diagnósticos más precoces, lo que resulta la exploración física por sí solas, aunque importantes y valiosas,
en un sesgo de tiempo. La elevada morbilidad queda patente por son insuficientes para confirmar el diagnóstico en la mayoría de
el elevado uso de servicios de cuidado secundario por pacien­ los pacientes. Las pruebas iniciales recomendadas para aquellos
tes hospitalizados y ambulantes. Por ejemplo, en Estados Unidos, con signos o síntomas de insuficiencia cardíaca incluyen hemo-
las altas hospitalarias por insuficiencia cardíaca aumentaron de grama completo, electrólitos en plasma, glucosa, creatinina en
399-000 en 1979 a 1.093.000 en 2003 (un incremento del 174%)6 plasma, albúmina en plasma, pruebas de la función hepática,
y en el Reino Unido se registran contactos ambulatorios superio­ posiblemente péptidos natriuréticos, análisis de orina, electro­
res a 3 millones de libras anualmente. cardiografía, radiografía torácica (fig. 79-1), y ecocardiografía
Los costes sociales son altos. En 200011, el coste directo total (fig.79-2)16.
de la insuficiencia cardíaca en el Reino Unido se estimaba en 905
millones de libras, equivalente al 2% del total de los gastos del
National Health Service, en su mayoría debido a hospitalizaciones.
En Estados Unidos, en 2006, la combinación de los costes directos TRATAMIENTO
e indirectos de la insuficiencia cardíaca fue de 29,6 mil millones
Los tratamientos estándar incluyen:
de dólares6.
La insuficiencia cardíaca es una condición terminal. Con la • Consejos generales y medidas no farmacológicas (p. ej., evitar
excepción del cáncer de pulmón, la insuficiencia cardíaca es tan el consumo de sal).

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Insuficiencia cardíaca I C A P Í T U L O 7 9 427

I
C ongestión vascular
pulmonar
Congestión vascular
pulmonar

Agrandamiento del borde pulmonar

F IG U R A 79-1 Radiografía de tórax de un paciente con edema de pulmón. (Porcortesía del. Blue.)

• Terapia farmacológica: diuréticos, inhibidores de la enzima


convertidora de angiotensina (TECA), (3-bloqueantes, antago­
nistas de aldosterona, antagonistas de los receptores de angio­
tensina n, digoxina, y otros fármacos (p. ej., anticoagulantes,
vasodilatadores).
• Dispositivos: terapia de resincronización cardíaca (TRC), desfi-
briladores cardioversores implantables (DCI).
El objetivo de los tratamientos modernos y la mayoría de las
guías es prevenir la muerte y mejorar la calidad de vida. Es impor­
tante, al considerar el tratamiento de la insuficiencia cardíaca,
enfocar sobre qué puede hacerse en lugar de qué debería hacerse
(v. «Impacto de la insuficiencia cardíaca progresiva»).

M ANIFESTACIONES CLÍNICAS
Este caso clínico ilustra algunas de las manifestaciones de la insu­
ficiencia cardíaca terminal que pueden ser amplias en rango.
Algunas manifestaciones se asocian con facilidad, como la disnea
y el edema (fig. 79-3), pero algunas complicaciones comunes no
suelen ser tan bien observadas, incluyendo tos, dolor, fatiga, alte­
raciones del sueño, anorexia, náuseas y vómitos, saciedad precoz,
caquexia, plenitud abdominal, ascitis, estreñimiento, sequedad
bucal, alteraciones cutáneas, prurito y alteraciones mentales, espe­
cialmente ánimo deprimido y ansiedad.
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

TRATAMIENTO
Es necesario un enfoque holístico, teniendo en cuenta las nece­
sidades físicas, psicológicas, espirituales y sociales del paciente
(v. «Tratamientos habituales»). El pronóstico es especialmente
complejo debido a los numerosos escenarios patológicos, las res­
puestas al tratamiento impredecibles y la posibilidad de muerte
súbita17. El deterioro de la insuficiencia cardíaca puede ser el
resultado de causas reversibles. La combinación de fármacos ino-
F IG U R A 7 9 -2 Ecocardiograma que muestra disfunción sistólica izquierda tropos, vasodilatadores y diuréticos pueden iniciar una remisión17.
en sístole (A) y diastole (B). {Por cortesía del Dr. Derek Connelly, Glasgow Royal No existe un método definitivo para establecer la fase terminal.
Infirmary) Incluso los criterios de 1996 de la US Nacional Hospice and

ERRNVPHGLFRVRUJ
428 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

pueden acabar inflamadas y con exudación. N o resulta sorprendente


C A S O P R Á C T I C O
pues, que la señora Y sufra también temores, depresión, anorexia y dolor
generalizado.
Im p acto de la insuficiencia cardíaca p rogresiva
Perspectiva del profesional
El siguiente caso clínico destaca la naturaleza progresiva de la Para m uchos profesionales, el tratamiento de pacientes con insuficiencia
insuficiencia cardíaca crónica. Examina el impacto tanto en el paciente cardíaca es difícil. Los síntomas manifestados por el paciente son un reto
com o en los profesionales responsables de proporcionar cuidados a los y suelen resultar en un malabarismo entre el ajuste de medicación y el
pacientes y resalta algunos aspectos importantes. intento de minimizar el efecto que ésta puede tener sobre la función
renal. Es difícil predecir el pronóstico y rara vez se discute hasta el final,
cuando la muerte es inminente. La señora Y estaba relativamente bien
Fundamentos hasta hace 4 meses; ahora su estado se ha deteriorado. Pero hablar
sobre el pronóstico en este estadio es complejo. Los profesionales
La señora Y tiene 72 años; es viuda desde hace 7 años y vive sola en dudan sobre si describirle ahora su pronóstico com o malo o si esto
un apartamento de una única habitación. D os veces por semana podría ser dar malas noticias demasiado pronto. M uchos profesionales
acude una asistenta que ha sido fundamental durante épocas de han visto cóm o pacientes que se pensaba estaban al borde de la muerte
necesidad. La primera visita a la unidad de insuficiencia cardíaca se han recuperado, y les preocupa qué pasaría si a la señora Y se le
com enzó hace 10 meses, tras un ingreso por disnea, edemas y letargo. informa de su «mal» pronóstico y luego se recupera y sigue bien durante
El ecocardiograma confirmó el diagnóstico de insuficiencia cardíaca un largo período de tiempo. ¿Podría esto hacerle perder confianza
debida a disfunción sistólica moderada del ventrículo izquierdo. Tras el en los profesionales de la salud, y podría deteriorar su relación con la
alta, la señora Y recibió la visita de la enfermera de insuficiencia cardíaca. enfermera? Estas dudas son m uy frecuentes.
Resultó complicado optimizar el tratamiento basado en la evidencia La comunicación se ha complicado porque la señora Y no está
debido a episodios de descompensación de la insuficiencia cardíaca, a respondiendo al tratamiento. Las opciones de tratamiento en la
hipotensión sintomática y a alteración de la función renal. Finalmente, insuficiencia cardíaca están ahora limitadas. El profesional de la salud
se consiguió llegar a dosis toleradas óptimas de inhibidores de la enzima puede sentirse incóm odo al n o verse capaz de ayudar a que el paciente
convertidora de angiotensina y de betabloquenates. se sienta mejor pero también porque le preocupa que el paciente
Aproximadamente 4 meses atrás, la señora Y sufrió un deterioro de pregunte sobre su pronóstico.
su estado general, con empeoramiento de la disnea, de los edemas y de
la fatiga. Estos síntomas fueron difíciles de tratar y requirieron aumento
de dosis de diuréticos de asa y tiazídicos. Se consiguió que la paciente El reto
siguiera en su casa gracias a visitas regulares (una vez a la semana) de la
enfermera de insuficiencia cardíaca. El objetivo principal de estas visitas • ¿Está la señora Y acercándose al final de su vida? Esto parece posible,
fue el tratamiento de los síntomas y la monitorización de la función según la historia clínica.
renal. Los ingresos se limitaron a dos para la administración de diuréticos • ¿O existe un precipitante para este período de inestabilidad? Y si es
intravenosos. Sin embrago, el impacto de la progresión en la escala así, ¿se puede tratar para que ella se recupere?
de la New York Heart Association (NYHA) desde la clase III a la IV fue • ¿Se han considerado todas las opciones de tratamiento?
m uy limitante, tanto para la señora Y com o para los profesionales que • ¿Conoce la paciente su situación de gravedad y su pronóstico?
intentaban conseguir una buena calidad de vida para la paciente. • ¿Q ué querría ella si estuviese cerca del final de su vida? (p. ej., cuál
sería su lugar preferido para ser atendida y cuál sería su estado frente
a una posible reanimación?)
¿Cuáles son los aspectos importantes?

Perspectiva del paciente ¿Qué conocemos?


Cada día, la señora Y tiene que recibir un régimen terapéutico
incómodo, cuya adherencia acaba resultando en la restricción de • La señora Y está recibiendo el tratamiento máximo tolerado basado
actividades y la necesidad de ir a orinar frecuentemente. La adherencia, en la evidencia.
sin embargo, es fundamental si quiere que su situación actual siga • Está tom ando dosis crecientes de diuréticos com binados (los
siendo manejable, incluso aunque sabe que «manejable» implica el sufrir síntomas son ahora resistentes a dosis previamente eficaces).
síntomas. • La señora Y precisa seguimiento estrecho por parte de enfermería
Síntomas para monitorización y control de síntomas.
La señora Y tiene disnea todos los días, durante todo el día, ante • La función renal se está deteriorando.
m ínimos esfuerzos. Algunos días consigue lavarse y vestirse sin • Los síntomas están progresando, por lo que el paciente ha pasado de
m ucha dificultad, pero otros necesita pararse a respirar durante una una clase III a un IV de la NYHA.
conversación normal. La disnea paroxística nocturna y la ortopnea • La calidad de vida es mala. La señora Y rara vez sale de casa.
resultan en tan sólo 2-4 horas de sueño de calidad cada noche. Esta falta
de sueño, junto con los cambios musculares progresivos, aumenta la ¿Qué se puede hacer basándonos en lo que conocemos?
fatiga y el letargo. Cuando tiene edemas maleolares bilaterales es que
está bien. Sin embargo, suele tener 3 kilos más sobre su peso seco, lo Tratamiento de los síntom as
que origina edema bilateral hasta las rodillas, que limita las opciones Las guías de tratamiento de síntomas motivarían a los profesionales
de vestido y calzado y sus actividades diarias, sin mencionar el dolor y a pensar más allá del mero aspecto cardiológico. Los opiáceos están
las molestias asociadas a las piernas pesadas por exceso de líquido que infrautilizados en insuficiencia cardíaca y sin em bargo se sabe que a

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Insuficiencia cardíaca I C A P Í T U L O 7 9 429

dosis bajas reducen la disnea y promueven un adecuado patrón de


sueño. Si el paciente está durm iendo y descansando bien, entonces
probablemente los edemas mejoren.
Coordinación del tratam iento
Solicitar la valoración por parte de otras especialidades com o
los cuidados paliativos mejoraría los conocimientos y prácticas de
los especialistas en insuficiencia cardíaca. La señora Y y otros
pacientes com o ella se beneficiarían de la coordinación y continuidad
de cuidados que un trabajo interprofesional podría proporcionar.
Comunicación
La señora Y debería tener la oportunidad de intervenir en los
aspectos de tratamiento al final de la vida. Dar malas noticias nunca
es fácil, pero esto no debería evitar que los profesionales aporten
información importante. La mayoría de los pacientes reciben su
diagnóstico, pero pocos conocen su pronóstico. El reconocimiento
de que las aptitudes y conocimientos en este aspecto deben ser
apoyados y actualizados mejoraría el tabú asociado a dar malas
noticias.

Y a partir de aquí, ¿qué?


F IG U R A 7 9 -3 Edema con fóvea. (Porcortesía de L Blue.)
Hasta ahora hem os sido m uy proactivos en el tratamiento de la
enfermedad; a partir de ahora necesitamos ser proactivos en el
tratamiento del paciente. Tratamientos habituales
Cuidados paliativos
El viaje de la señora Y empezó con su diagnóstico. El buen tratamiento Disnea. Es u no d e los síntom as más m olestos. El valor de los opiáceos
paliativo debería empezar en ese m omento y acompañarla durante todo para su tratam iento está am pliam ente aceptado, p ero siguen siendo
infrautilizados17. El suero salino nebulizado c o n o sin broncodilata-
el camino. El pronóstico es sólo una parte del viaje y el desconocimiento
dores tam bién se em plea y p uede ayudar e n m ejorar la tos, al igual
de cuándo llegará el final de la vida no debería mermar la atención de
qu e los antitusígenos com o la c odeína o la m orfina a baja dosis y de
calidad.
liberación retardada.
Comunicación Dolor. El p aracetam ol es eficaz e n el d olor generalizado y e n especial
Los pacientes necesitan tener acceso a la información sobre su estado. e n el dolor de m iem bros p o r edema. Los opiáceos son útiles en el
Cuánta información se les da dependerá de sus necesidades personales, control d el dolor q u e n o responde a otras medidas.
que se conocen únicamente tras una conversación directa, honesta y Náuseas y vómitos. Si resultan un problema, lo prim ero es buscar causas
detallada con el paciente. Algunos pacientes no quieren saberlo todo y iatrogénicas. Si no hay ninguna, se usan varios fármacos como el h alo
ésta es su prerrogativa; otros quieren tener todos los detalles posibles. peridol o, si se relaciona únicamente con las comidas o c on la saciedad
La señora Y ya tenía cierta idea de que no iba a mejorar m ucho y quería precoz, metoclopramida o domperidona.También es útil la levomepro-
saber qué síntomas le iban a molestar más y qué se podría hacer. mazina a dosis bajas que además puede tener un efecto ansiolítico.
También dejó claro que no quería volver a ingresar y que prefería recibir Estreñimiento. Es frecuente, debido a la inmovilización y la dieta
tratamiento en su casa. escasa asociada a anorexia y fatiga. El tratam iento co n reblandece-
Tratamiento de los síntom as dores d e las h eces o c o n laxantes estim ulantes o am bos se em pleará
dependiendo d e los requerim ientos del p aciente.
La señora Y se m antuvo con las dosis tolerables basadas en la evidencia.
Aspectos psicológicos. Es frecuente la ansiedad y la depresión. Los
También precisó mórficos para el tratamiento de la disnea, el dolor y el
antidepresivos son útiles. No hay consenso sobre cuál es el m ejor
sueño de mala calidad, consiguiendo los efectos deseados.
fármaco, p ero se prefieren los inhibidores selectivos de la recap­
Servicios sociales tación de la serotonina a los tricíclicos porque son m enos cardio-
La señora Y dio su consentimiento para ser referida a los servicios tóxicos. Los ansiolíticos tam bién p ueden s e r necesarios.
sociales. Vivía sola y se encontraba mal, lo que la situaba en una posición
m uy vulnerable. Por tanto, era preciso cubrir sus necesidades de apoyo
, personal, limpieza de la casa y compra de forma flexible para hacer
=§ frente a los cambios que surgieran. Palliative Care Organization (NHPCO) para la inclusión de la insu­
” Tratamiento psicológico ficiencia cardíaca no proporcionan una buena predicción de la
El estrés psicológico es una respuesta natural a cualquier situación que mortalidad a los 6 meses18.
amenace la vida, aunque la señora Y parecía llevarlo bien.
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

Para muchos pacientes con insuficiencia cardíaca, el día de su


La señora Y, com o la mayoría de los pacientes, quería una muerte
muerte probablemente no parezcan más enfermos que cualquier
digna en su propia casa. Sin embargo, com o m uchos otros, murió en otro día. Esto contrasta fuertemente con los pacientes que mueren
el hospital tras un ingreso urgente por descompensación. Murió a las 3 de cáncer ya que lo más probable es que se encuentren más enfer­
semanas de comenzar con morfina y 1 semana tras comenzar a poner mos que nunca el día de su muerte.
en marcha la ayuda social.

M. CONNOLLY19
Las directrices clínicas hacen énfasis en que las causas reversi­
bles de la insuficiencia cardíaca no pueden pasarse por alto y que
deben considerarse todas las opciones de tratamiento razonables.

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430 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

En ausencia de precipitantes identificables o reversibles, las siguien­


Consejos útiles e inconvenientes
tes situaciones deberían ayudar a identificar aquellos pacientes que
requieren un enfoque paliativo: > Se deben continuar los diuréticos orales, si es posible, para minimi­
zar el estrés y la ansiedad p o r la sobrecarga d e líquidos.
• Empeoramiento de los síntomas a pesar de tolerancia óptima > La p aroxetina se h a usado co n é xito en el p rurito lim itante. Empezar
del tratamiento basado en la evidencia. co n dosis bajas e ir a um entando según se precise. El ondansetron y
• Combinación de diuréticos de asa y tiazidas, requieriendo el p aracetam ol tam bién son útiles e n estos pacientes.
aumento de dosis con frecuencia. • La evidencia anecdótica sugiere q u e algunos p acientes se benefician
• NYHA clase IV. psicológicam ente del salino nebulizado y se reduce la disnea.
• Función renal en deterioro. > Los pacientes co n enferm edades de las vías aéreas coexistente se
• Necesidad de múltiples visitas a domicilio y/o hospitalizaciones. benefician d e salbutamol nebulizado, p ero hay qu e ten e r cuidado en
la cardiopatía isquém ica ya q ue p uede p recipitar angina.
En estas circunstancias, debería buscarse la opinión del
paciente y del cuidador sobre las ventajas de continuar con un tra­
tamiento activo17. Debería continuarse el control de los síntomas,
junto con un tratamiento cardíaco activo, con agentes estándar
como diuréticos e IECA mientras sean convenientes. La paliación
óptima de los síntomas suele depender de la eficacia, especial­ Perspectivas futuras
mente de los diuréticos.
Un plan de tratamiento eficaz para aliviar el sufrimiento Establecer u n pronóstico sigue siendo difícil y necesita d e nuevas
asociado con la insuficiencia cardíaca terminal tiene varios exploraciones.
elementos: Hay p o c a evidencia sobre la que basar el control de los síntomas
en la insuficiencia cardíaca term inal y hacen falta más estudios al
• Un mecanismo para comunicar y documentar el tratamiento a respecto.
profesionales sanitarios y cuidadores relevantes tras el alta hos­ La m edicación nebulizada y la oxigenoterapia para paliar la disnea
en la insuficiencia cardíaca avanzada m erecen se r estudiadas.
pitalaria, asegurando la claridad en el plan de manejo.
• Una buena coordinación y continuidad del cuidado por un El papel de la enferm ería especializada en cuidados paliativos e n la
único médico para determinar si el paciente experimenta insuficiencia cardíaca term inal m erece ser estudiado.
insuficiencia cardíaca grave periódica debida a otros factores El uso d e furosemida subcutánea para m ejorar el edem a periférico
(p. ej., incumplimiento del tratamiento) o si simplemente expe­ resistente m erece ser estudiado en ensayos clínicos.
rimenta la historia natural de su forma particular de insuficien­ Se necesitan urgentem ente iniciativas educativas, dirigidas al profe­
cia cardíaca. sional sanitario que trata a estos p acientes y enfocadas e n los cuida­
• Un paquete adecuado de cuidados cada vez que el paciente dos term inales y e n el tratam iento sintomático.
sea dado de alta.
• Establecer comunicación con expertos en insuficiencia car­
díaca para apoyar al personal médico y de enfermería cuando
el paciente sea dado de alta para ser cuidado en una residencia
para enfermos terminales.
• Incluir un plan de tratamiento actualizado en las notas gene­
rales y hospitalarias (p. ej., para que todos los profesionales trabajadores sociales, psicólogos y capellanes, estén involucrados.
clínicos sean conscientes del deseo del paciente de no ser Los pacientes con insuficiencia avanzada tienen muchas necesida­
reanimado en caso de parada cardiorrespiratoria). des de apoyo. Por ejemplo, los fisioterapeutas pueden proporcionar
a los pacientes y cuidadores consejos muy valiosos sobre movilidad
que pueden maximizar la independencia y reducir las complica­
ciones. Los terapeutas ocupacionales pueden ayudar al paciente a
realizar actividades rutinarias proporcionando consejo y las modi­
Tratamientos farmacológicos ficaciones apropiadas en el hogar. Deben proporcionarse consejos
generales sobre posturas, uso de ventiladores, relajación, control
La continuación de la medicación, exceptuando los diuréticos,
respiratorio, ritmo de actividad y estrategias para afrontar la situa-
en la insuficiencia cardíaca avanzada puede variar en cada
ción.También debe plantearse el apoyo espiritual. Las terapias alter­
paciente (v. «Consejos útiles e inconvenientes»). Racionar el tra­
nativas, como el reiki, los masajes y la relajación, pueden ayudar y
tamiento farmacológico minimiza los efectos secundarios de
deben considerarse como complemento a los fármacos para aliviar
los fármacos existentes, algunos de los cuales pueden no ser
los síntomas y alcanzar un bienestar óptimo. Al igual que con las
necesarios y también disminuye la carga total farmacológica,
terapias farmacológicas, es importante identificar qué es un manejo
un tema específico en la insuficiencia cardíaca. Además, los fár­
apropiado (p. ej., aliviar los síntomas y controlar el dolor) y qué es
macos con fines paliativos pueden interactuar con los fármacos
un manejo inapropiado (p. ej., uso de vías centrales). La comunica­
existentes y es esencial reducir el potencial de estas interac­
ción es clave para asegurar que las necesidades de los pacientes y
ciones. Por ejemplo, los medicamentos como las estatinas son
sus cuidadores se satisfagan de forma eficaz. El punto de vista del
innecesarios en la fase terminal de la insuficiencia cardíaca. Los
paciente debe ser primordial y sus perspectivas sobre temas como
planteamientos detrás de estos cambios en el tratamiento deben
el manejo general y la localización preferente para el cuidado termi­
ser hablados con los pacientes y debe haber acuerdo y transpa­
nal deben ser valoradas y respetadas. Los temas más sensibles, como
rencia en los objetivos del tratamiento entre todas las personas
la reanimación y la eliminación o interrupción del tratamiento,
involucradas.
deben ser debatidos en su totalidad con el paciente y documenta­
dos (v. «Perspectivas futuras»).
Un tema cada vez más común es la presencia de desfibrilado­
M edidas no farmacológicas res cardioversores implantables (DCI) y las indicaciones para su
retirada. El uso de estos dispositivos en la insuficiencia cardíaca
Puede resultar conveniente que todos los miembros del equipo mul­ cada vez es más frecuente. Su objetivo es alargar la vida y las des­
tidisciplinar, incluyendo fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, cargas de estos dispositivos pueden ser consideradas inapropiadas

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Arritm ias I C A P Í T U L O 8 0 431

en pacientes con insuficiencia cardíaca cuando la muerte es inmi­ 15. Hunt SAAmerican College of Cardiology, American Heart Association Task
nente. Por otro lado, un DCI activo es incompatible con una orden Force on Practice Guidelines. ACC/AHA 2005 Guideline Update for the
Diagnosis and Management of Chronic Heart Failure in the Adult: A Report of
de no reanimar. Cuándo desactivar el DCI debe ser hablado tanto the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force
con el cardiólogo como con el paciente. Los pacientes también on Practice Guidelines (Writing Committee to Update the 2001 Guidelines
deben saber que desconectar un DCI no supone la muerte instan­ for the Evaluation and Management of Heart Failure). J Am Coll Cardiol
tánea y no es doloroso; sí implica que el dispositivo no seguirá en 2005;46:el-e82.
funcionamiento para proporcionar un tratamiento que le salve la 16. Mair FS, Lloyd-Williams F. Evaluation of suspected left ventricular systolic dys-
function.J Fam Pract 2002;51:466-471.
vida ante una arritmia mortal20. 17. Ward C.The need for palliative care in the management of heart failure. Heart
Existen muchas barreras para un cuidado paliativo de alta cali­ 2002;87:294-298.
dad en pacientes con insuficiencia cardíaca grave. Las dificultades 18. Reisfield GM, Wilson GR. Prognostication in heart failure #143. J Palliat Med
más comunes incluyen: 2007;10:245-246.
19. Lynn J, Harrell FJr.,Cohn F,et al. Prognoses of seriously ill hospitalized patients
on the days before death: Implications for patient care and public policy. New
• Personal inadecuado para los servicios de apoyo en la comuni­ Horizons 1997;5(l):56-6l.
20. Harrington MD, Luebke DL, Lewis WR, et al. Implantable cardioverter defibrilla­
dad y en el hospital. El personal de enfermería en salas médicas tor (ICD) at end of life #112.J PaUiat Med 2005;8:1056-1057.
y cardíacas puede verse frustrado debido a que prácticamente 21. Wotton K, Borbasi S, Redden M.When all else has foiled: Nurses’ perception
no puede satisfacer las necesidades físicas de los pacientes con of factors influencing palliative care for patients with end-stage heart failure.
insuficiencia cardíaca terminal, mucho menos dedicar tiempo J Cardiovasc Nurs 2005;20(l):18-25.
para proporcionar un cuidado más holístico y centrado en el
paciente21. LECTURAS RECO M EN DADAS
• Barreras contra el trabajo interdisciplinar eficaz entre el perso­
Goodlin SJ, Hauptman PJ, Arnold R, et al. Consensus statement:
nal cuidador, la comunidad y los equipos de cuidado paliativos.
Palliative and supportive care in advanced heart failure. J Card
Estas percepciones pueden dar lugar a un cuidado fragmen­
tado y afectar negativamente a la calidad21. Fail 2004;10:200-209.
Harrington MD, Luebke DL, Lewis WR, et al. Cardiac pacemakers at
• Diferencias de opinión entre los distintos profesionales sobre
end of life #111. J Palliat Med 2005;8:1055-1056.
cuándo realizar la transición de un tratamiento para alargar la
Harrington MD, Luebke DL, Lewis WR, et al. Implantable car­
vida a un cuidado paliativo. Por ejemplo, la capacidad de los
dioverter defibrillator (ICD) at end of life #112. J Palliat Med
enfermeros/as para realizar e implementar las órdenes del cui­
dado paliativo puede estar influenciada por la reticencia de los 2005;8:1056-1057.
Ward C. The need for palliative care in the management of heart
médicos a emitir órdenes de «no reanimar».
failure. Heart 2002;87:294-298.
• Ausencia de modelos de cuidado innovadores para la insufi­
Wotton K, Borbasi S, Redden M. When all else has failed: Nurses’
ciencia cardíaca terminal. Esta ausencia de progreso reduce la
perception of factors influencing palliative care for patients
capacidad de los profesionales para poder satisfacer las nece­
with end-stage heart failure. J Cardiovasc Nurs 2005;20:18-25.
sidades de los pacientes con insuficiencia cardíaca terminal y
permite un tratamiento demasiado agresivo en la enfermedad
avanzada.

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gestive heart failure: A prospective study of hospitalised patients. Med J Aust
1998;168:115-118.

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432 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

Aunque las arritmias cardíacas suelen diagnosticarse de forma potencial de acción, lo que causa arritmias cardíacas1. La hipoxia
errónea o ignorarse en los pacientes terminales, son relevantes en lentifica la conducción cardíaca, lo que incrementa la susceptibi­
medicina paliativa; identificarlas y conocerlas puede mejorar la lidad a la TV y la bradicardia2. El tratamiento de estas afecciones
calidad de vida. Las arritmias pueden producirse con independen­ subyacentes suele eliminar o minimizar estas arritmias.
cia de la enfermedad terminal, pueden tener una relación directa
con la enfermedad, o pueden ser secundarias al tratamiento. En
algunos pacientes, el diagnóstico y el tratamiento de las arritmias M ANIFESTACIONES CLÍNICAS
puede garantizar su comodidad. En otros, las arritmias pueden
hacer que los pacientes muy enfermos fallezcan de un modo indo­ Fibrilación y flúter auriculares
loro y no requieren tratamiento.
La fibrilación auricular es la arritmia más frecuente y la padecen
2,2 millones de estadounidenses3. Es más habitual en ancianos
EPIDEM IO LO G ÍA Y PREVALENCIA (>9% de las personas de 80 años o mayores)4. Su prevalencia es
mayor en caso de desequilibrio electrolítico y de hipoxia, que son
Aunque las arritmias en las enfermedades avanzadas pueden ser frecuentes en pacientes con enfermedades graves. La fibrilación
secundarias a la enfermedad o a su tratamiento, también pueden auricular (fig. 80-1) es un ritmo cardíaco caótico en el que las aurí­
ser independientes del proceso terminal. La susceptibilidad a las culas laten con rapidez (hasta 300 lpm) y de forma irregular. El
arritmias cardíacas depende de varios factores, como la edad, la flúter auricular (fig. 80-2) es otro ritmo auricular rápido, pero es
cardiopatía orgánica y la hipertensión. La edad se relaciona de regular porque sigue un circuito de reentrada definido. Aunque no
forma directa con varias arritmias, como la fibrilación auricular, es tan caótico como la fibrilación auricular, ocasiona muchos pro­
la disfunción del nodo sinusal y la bradicardia sintomática. Estas blemas idénticos. Estos impulsos auriculares rápidos debidos tanto
son más habituales en pacientes a partir de 65 años. La cardiopa­ a la fibrilación como al flúter intentan conducirse al ventrículo a
tía preexistente (p. ej., miocardiopatía, valvulopatía cardíaca, arte- través del nodulo auriculoventricular (AV). La conducción se pro­
riopatía coronaria) aumenta el riesgo de padecer arritmias más duce lo más rápido posible, lo que causa un ritmo ventricular
peligrosas, como la taquicardia ventricular (TV) y la fibrilación irregularmente irregular. La frecuencia ventricular durante la fibri­
ventricular (FV). lación o flúter auricular puede ser rápida o lenta, dependiendo
de la capacidad de conducción del nodulo AV Debido a que las
FISIOPATOLOGÍA aurículas laten tan rápido, son incapaces de llenar el ventrículo
y pueden disminuir el gasto cardíaco. Además, la sístole auricular
El principal determinante es la cardiopatía subyacente. La presen­ desorganizada provoca una estasis sanguínea auricular, con la sub­
cia previa de un infarto de miocardio, hipertensión, valvulopatía siguiente formación de trombos e ictus. La anticoagulación para
cardíaca e insuficiencia cardíaca congestiva aumenta el riesgo de prevenir estos ictus es un tratamiento estándar en la fibrilación
TV, FV, bradicardia y fibrilación auricular. La alteración del sustrato o flúter auricular. El tratamiento con warfarina puede ser difícil
cardíaco por las enfermedades concurrentes en la enfermedad en los pacientes con enfermedades avanzadas. Aunque la anti­
avanzada puede desarrollar o empeorar las arritmias cardíacas. La coagulación disminuye de forma significativa el riesgo de ictus
hipoxia y los desequilibrios electrolíticos suelen contribuir. Por en la fibrilación o flúter auricular5, también ocasiona un incre­
ejemplo, las anomalías del potasio alteran la porción de reposo del mento significativo del riesgo de hemorragia6. Las enfermedades

FIG U RA 80-2 Ejemplo de flúter auricular. En contraste con la fibrilación auricular, el flúter auricular es regular. La línea basal tiene una forma en dientes de
sierra. En la mayoría de los pacientes, como en este ejemplo, la frecuencia ventricular es muy rápida. En este caso, el flúter auricular tiene una conducción 2:1
(es decir, dos latidos auriculares por cada conducción ventricular única).

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Arritm ias I C A P Í T U L O 8 0 433

graves, como el cáncer con lesiones intracraneales o las neopla­ eléctrica a un ritmo sinusal normal puede ser una medida de
sias digestivas aumentan el riesgo de hemorragia. Los beneficios cuidados paliativos. Los tratamientos médicos para lentificar o
de la anticoagulación en la fibrilación auricular deben sopesarse convertir el ritmo tienen pocas probabilidades de tener éxito de
frente a los riesgos en cada paciente. En contraste, la warfarina forma aguda.
puede evitar otras complicaciones trombóticas debido a los esta­ Los episodios breves de TV, denominados taquicardia ventricu­
dos de hipercoagulabilidad secundarios a neoplasias. lar no sostenida (TVNS) pueden predecir la aparición de arritmias
Los pacientes con fibrilación o fiúter auricular también pue­ sostenidas potencialmente mortales. Los síntomas y el grado de
den presentar palpitaciones, síncope, mareo, disnea y fatiga. El tra­ riesgo debidos a estos ritmos dependen de la duración y frecuen­
tamiento de estas arritmias en la enfermedad avanzada se centra cia de los episodios de TVNS. Cuando esta arritmia se observa por
en el alivio de los síntomas. Muchos de estos síntomas reflejan el primera vez, es obligatorio evaluar los electrólitos, la oxigenación,
ritmo rápido y en ocasiones irregular durante la arritmia. El con­ así como los signos y síntomas de isquemia coronaria. Tanto el
trol de la frecuencia ventricular debería ser el primer objetivo del tratamiento como la afección desencadenante requieren una eva­
tratamiento. Los fármacos (3-bloqueantes pueden controlar la res­ luación del pronóstico a corto plazo. Algunos pacientes pueden
puesta ventricular, pero pueden causar fatiga. Los calcioantagonis- optar por un tratamiento farmacológico para suprimir la arritmia
tas también se pueden utilizar, pero pueden causar estreñimiento si su calidad de vida es aceptable. En otros, el tratamiento puede
o empeorar la insuficiencia cardíaca congestiva. La digoxina puede no estar indicado.
no ser muy eficaz, porque es menos útil si hay una hipertonía sim­ Una variedad de TV, la torsades de pointes (fig. 80-3)7, se
pática, como en caso de fiebre o ansiedad. En algunos pacientes, el produce cuando existen anomalías electrolíticas (hipopota-
mantenimiento del ritmo sinusal normal puede ser el único medio semia, hipomagnesemia) o con la administración de fármacos
de obtener un control aceptable de la frecuencia y un mejor gasto (antipsicóticos, antibióticos). Los pacientes con una cardiopatía
cardíaco. Los fármacos antiarrítmicos, como la amiodarona, pue­ preexistente tienen mayor riesgo. La prolongación del intervalo
den ser de ayuda. La conversión a un ritmo sinusal suele requerir QT suele asociarse a una torsades de pointes. A diferencia de
una cardioversion eléctrica, que es una intervención relativamente la TV monomórfica, este ritmo se caracteriza p o r una TV poli-
segura y rápida, que consiste en la administración de corriente mórfica: cada complejo QRS tiene un aspecto distinto. En el
a través del corazón para convertirlo a un ritmo sinusal. No obs­ electrocardiograma, el ritmo a m enudo parece estar girando,
tante, debería utilizarse sedación-anestesia. Esto requiere un cono­ como una hebra de ADN (lo que explica el nombre de torsa­
cimiento completo de la afección médica, una estimación de la des de pointes, que significa «girando sobre un punto»). El tra­
probabilidad de mantener el ritmo sinusal y conocer los posibles tamiento inmediato de esta arritmia potencialmente mortal es
riesgos y beneficios. Por ejemplo, en un paciente con enfermedad la desfibrilación. Sin embargo, esta afección suele ser constante,
grave con múltiples problemas médicos, es menos probable que por lo que requiere múltiples descargas e intervenciones para
se mantenga el ritmo sinusal. En tales casos, la cantidad de inter­ interrumpirla. El magnesio intravenoso es el tratamiento adyu­
vención médica requerida sería relativamente elevada y la proba­ vante temporal de elección para la torsades de pointes reci­
bilidad de mejorar la comodidad, baja. divante. Puede prevenirse mediante la repleción electrolítica
y la retirada del fármaco responsable8. Este ritmo suele ser
iatrogénico, y es fundamental prevenirlo en una población que
Taquicardia ventricular puede tener órdenes de no reanimación (no RCP) que impidan
la desfibrilación.
La TV es un ritmo cardíaco rápido y regular originado en un foco
ectópico o en un circuito de reentrada ventricular. La frecuencia
suele ser muy rápida y el corazón es incapaz de bombear la san­
gre al cuerpo, lo que causa hipotensión, hipoxia y una degenera­ Bradicardia sinusal y bloqueo
ción a una FV La FV es un ritmo ventricular incluso más rápido auriculoventricular
y caótico, que culmina en la ausencia de circulación (muerte
súbita cardíaca). Las arritmias ventriculares suelen producirse en La bradicardia sinusal y el bloqueo AV pueden deberse al enve­
pacientes con cardiopatías orgánicas preexistentes, como una jecimiento, a un desequilibrio electrolítico, a una cardiopatía
insuficiencia cardíaca congestiva o una arteriopatía coronaria. estructural, o a una cardiopatía infiltrativa. Los síntomas de una
Debido a su carácter potencialmente mortal, se debe prestar una bradicardia significativa consisten en disnea, mareo, fatiga y
atención especial a las preguntas de cuándo, cómo y si es preciso síncope. Aparte de la corrección de los electrólitos o de la reti­
aplicar un tratamiento en el contexto de los cuidados paliativos. rada de los fármacos bradicárdicos, el tratamiento médico de la
Algunas TV pueden ser lo bastante estables para no degenerar en bradicardia sinusal o del bloqueo AV es inadecuado. Los marca-
FV, pero suelen ser sintomáticas. Esta taquiarritmia y la hipoten­ pasos son el tratamiento fundamental de la bradicardia. El trata­
sión subsiguiente causan mareo, síncope y disnea. La conversión miento con marcapasos es invasivo y requiere una consideración

F IG U RA 80-3 Ejemplo de torsades de pointes. En este caso se observan dos ráfagas. En el primer latido de cada ráfaga, el Intervalo QT es prolongado. Además,
este ritmo es dependiente de pausa: cada ráfaga ocurre después de una pausa del ritmo cardíaco. Estas arritmias son «polimórficas», lo que significa que las
secuencias QRS difieren entre sí.

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434 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

cuidadosa en los pacientes con enfermedades avanzadas. En los cardíaco no sustentaría la vida o daría lugar a síntomas graves,
que sean capaces de tolerar la implantación de un marcapasos, como síncope o insuficiencia cardíaca congestiva. En ocasiones, los
éste puede reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida. Sin pacientes y las familias se dirigen al personal médico para que se
embargo, la continuación del uso del marcapasos en los enfermos desconecte un marcapasos. Pueden creer que el marcapasos man­
terminales no prolonga la vida en comparación con la interrup­ tendrá al corazón latiendo y que evitará el fallecimiento de forma
ción de su uso9. Lo más probable es que esto se deba a que el artificial. Debido a los desequilibrios electrolíticos, la hipoxia y la
miocardio, cuando presenta una enfermedad crítica y acidosis acidosis que se producen al final de la vida, los marcapasos no pue­
(hipoxia, acidosis láctica) no puede contraerse incluso con estí­ den estimular el miocardio y no mantendrán al corazón latiendo
mulos eléctricos artificiales. de forma indefinida. Continuar el tratamiento con un marcapasos
es una medida de cuidados paliativos que puede evitar los sín­
tomas de la insuficiencia cardíaca congestiva o el síncope, pero es
improbable que impida el fallecimiento9.

RETIRADA DEL TRATAMIENTO CON UN


DESFIBRILADOR-CARDIOVERSOR IMPLANTABLE
Y CON M A RCAPASO S CONCLUSIONES
Los desfibriladores-cardioversores implantables (DCI) monito- El tratamiento de las arritmias cardíacas en las enfermedades avan­
rizan y ponen fin a las arritmias ventriculares con una descarga zadas debería centrarse en el tratamiento de los síntomas y no en
eléctrica. Son eficaces a la hora de prolongar la vida de las per­ el aumento de la longevidad. Algunas arritmias potencialmente
sonas con riesgo de sufrir una muerte arrítmica, pero no están mortales pueden tratarse con medidas simples, como la repleción
indicados en las enfermedades terminales. Las directrices cardio­ de electrólitos y fármacos, como los (3-bloqueantes o la digoxina.
lógicas actuales establecen que la colocación de un DCI en per­ Es fundamental conocer la existencia de un tratamiento con DCI
sonas con un pronóstico menor de 6 meses está contraindicada. y marcapasos en medicina paliativa. La retirada apropiada del
Muchos pacientes pueden tener un DCI implantado con anterio­ tratamiento mediante descargas eléctricas con un DCI es esen­
ridad. A medida que las indicaciones para la implantación se han cial cuando el paciente pasa a cuidados paliativos. Los equipos
expandido, el número de implantes ha crecido de forma exponen­ médicos que atienden a pacientes con enfermedades graves debe­
cial. Debido a que los DCI reducen la muerte súbita cardíaca, los rían conocer cualquier cardiopatía subyacente y cualquier riesgo
pacientes con estos dispositivos viven más y tienen más proba­ de arritmias cardíacas, porque pueden afectar de forma directa a
bilidades de desarrollar otras enfermedades no arrítmicas, como los cuidados paliativos.
cáncer, enfermedad pulmonar, demencia avanzada e insuficiencia
cardíaca congestiva.
Las descargas eléctricas de los DCI son dolorosas desde el
punto de vista físico y causan una angustia psicológica10, de modo ¡ b ’P B ll. I O G R A F í A
que las consecuencias psicológicas aumentan con las descargas 1. Janse M. Reentrant arrhythmias. In Fozzard HA, Haber EA, Jennings RB,
repetidas11. A medida que los pacientes se acercan a la fase final et al (eds). The Heart and Cardiovascular System. New York: Raven, 1992,
de su enfermedad, puede que cambien sus objetivos de la prolon­ pp 2055-2094.
gación de la vida por los de cuidados paliativos. En este punto, las 2. FurutaT, Kodama I, Shimizu T, et al. Effects of hypoxia on conduction velocity
of ventricular muscle. Jpn Heart J 1983;24:417-425.
descargas de los DCI ya carecen de sentido y puede que estén 3. Fuster V, Ryden LE, Asinger RW, et al. ACC/AHA/ESC Guidelines for the
contraindicadas. Es fundamental que los médicos aconsejen a los Management of Patients with Atrial Fibrillation: Executive Summary. A
pacientes con enfermedades graves la retirada del tratamiento con Report of the American College of Cardiology/American Heart Association
descargas mediante DCI. Estos consejos deberían ofrecerse poco Task Force on Practice Guidelines and the European Society of Cardiology
después del diagnóstico de una enfermedad potencialmente mor­ Committee for Practice Guidelines and Policy Conferences (Committee to
Develop Guidelines for the Management of Patients with Atrial Fibrillation):
tal, y no esperar hasta que la muerte sea inminente. Puede que Developed in Collaboration with the North American Society of Pacing and
los pacientes y sus familias no se dirijan al personal médico para Electrophysiology. J Am Coll Cardiol 2001;38:1231-1266.
hablar sobre la retirada de los DCI. Pueden creer que hablar con 4. Go AS, Hylek EM, Phillips KA, et al. Prevalence of diagnosed atrial fibrillation in
el médico sea un signo de «rendición» o tal vez no sepan que la adults: National implications for rhythm management and stroke prevention.
The Anticoagulation and Risk Factors in Atrial Fibrillation (ATRIA) Study. JAMA
enfermedad terminal puede aumentar la susceptibilidad a las arrit­
2001;285:2370-2375.
mias ventriculares o auriculares causantes de descargas del DCI. 5. Hart RG, Benavente O, McBride R, Pearce LA. Antithrombotic therapy to pre­
Por lo general, los pacientes que eligen evitar un tratamiento de vent stroke in patients with atrial fibrillation: A meta-analysis. Ann Intern Med
reanimación agresivo deberían considerarse candidatos para reti­ 1999;131:492-501.
rar el tratamiento con descargas mediante DCI. Los médicos y el 6. Hart RG, Tonarelli SB, Pearce LA. Avoiding central nervous system blee­
ding during antithrombotic therapy: Recent data and ideas. Stroke
personal médico que atienden a pacientes terminales deberían 2005;36:1588-1593-
preguntar sobre el tratamiento con DCI como una parte siste­ 7. El-Sherif N. Polymorphic ventricular tachycardia. In Podrid PJKP (ed). Cardiac
mática de la realización de la anamnesis y deberían tratar el tema Arrhythmia: Mechanisms, Diagnosis, and Management. Baltimore, MD: Williams
de la retirada de dicho tratamiento. También deberían establecer and Wilkins, 1995,pp 936-950.
una relación con su equipo de electrofisiología (ritmo cardíaco) 8. Information from Sudden Arrhythmia Death Syndromes Foundation. Available
at http://w ww .sads.org/ (accessed October 2007).
para facilitar el asesoramiento y la retirada del tratamiento de des­ 9. Lewis WR, Luebke DL, Johnson NJ, et al. Withdrawing implantable defibrillator
cargas eléctricas. shock therapy in terminally ill patients. Am J Med 2006; 119:892-896.
Los marcapasos incrementan el ritmo cardíaco en los casos de 10. Schron EB, Exner DV,Yao Q, et al. Quality of life in the antiarrhythmics ver­
bradicardia o de bloqueo AV Estos dispositivos se implantan por sus implantable defibrillators trial: Impact of therapy and influence of adverse
symptoms and defibrillator shocks. Circulation 2002;105:589-594.
varios motivos. En muchos pacientes se implantan marcapasos 11. Sears SE Jr., Conti JB. Understanding implantable cardioverter defibrillator
profilácticos debido a arritmias profundas intermitentes. Otros shocks and storms: Medical and psychosocial considerations for research and
son dependientes del marcapasos: sin un marcapasos, su ritmo clinical care. Clin Cardiol 2003;26:107-111.

P A R T E II EL P A C I E N T E
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H ipertensión I C A P Í T U L O 81 435

diversas observaciones clínicas prospectivas han respaldado la


81 relevancia de esta relación. El seguimiento a largo plazo de una

I
| CAPÍTULO
gran cohorte de varones jóvenes y de mediana edad reclutada
para el estudio denominado Ensayo Clínico de Intervención sobre
Múltiples Factores de Riesgo demostró que tanto la presión arte­
Hipertensión rial sistólica como la diastólica son factores muy predictivos de
la aparición de ictus y de complicaciones cardiovasculares1. Un
Michael A. Weber metaanálisis de 1 millón de personas definió la relación entre la
presión arterial y las principales complicaciones2. Con indepen­
dencia de la edad, la presión arterial es, sin duda, un determinante
£>2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos principal de la mortalidad por causas coronarias e ictus (fig. 81-1).
Por cada 20 mmHg de incremento de la presión arterial sistólica,
se produce aproximadamente una duplicación del riesgo de com­
plicaciones. La edad también es un determinante principal de
P U N T O S estas complicaciones2'3.
Los ensayos clínicos sobre la relevancia de reducir la pre­
» La hipertensión arterial es un factor de riesgo considerable de ictus, infarto
sión arterial en pacientes con hipertensión de alto riesgo han
de miocardio y otras complicaciones cardiovasculares.
llegado a conclusiones similares. Los pacientes hipertensos que
* La mayoría de los pacientes hipertensos tienen factores de riesgo adiciona­ recibieron un tratamiento hipotensor más agresivo en compara­
les, sobre todo dislipidemias.
ción con otro menos agresivo, sobre todo los que también eran
» La pérdida de peso, la reducción de la ingesta de sodio y el ejercicio pueden diabéticos, tuvieron un número significativamente m enor de
reducir la presión arterial, pero la mayoría de los pacientes requieren lar-
complicaciones4. Un control más estrecho de la presión arterial,
macos antihipertensivos.
comparado con uno menos estrecho, fue mucho más eficaz para
> Suele ser necesario utilizar combinaciones farmacológicas para lograr el
prevenir los criterios de valoración clínicos cardiovasculares y
control de la presión arterial (< 1 40/90 mmHg).
diabéticos5. Un metaanálisis de ensayos clínicos sobre hiperten­
» Los pacientes con enfermedades graves (aparte de la hipertensión) suelen sión respaldó la conclusión de que los efectos de los fármacos
presentar una hipovolemia, por lo que los fármacos hipotensores (como los
antihipertensivos podrían explicarse sobre todo por sus accio­
diuréticos) deben usarse con precaución.
nes sobre la presión arterial . Los efectos clínicos de un obje­
tivo de presión arterial sistólica m enor de 140 mmHg7, usando
valsartán o amlodipino (fig. 81-2), consistieron en una reducción
marcada de la incidencia de complicaciones cardíacas, ictus y
mortalidad.
La hipertensión afecta a alrededor del 25% de la población adulta, Por estos motivos, el informe de 2003 (fig. 81-3) del Joint
por lo que resulta inevitable que sea un hallazgo frecuente en cui­ National Committee on the Prevention, Detection and Treatment
dados paliativos. La preocupación principal que suscita la hiper­ of High Blood Pressure (JNC 7) adoptó una estrategia centrada en
tensión son sus consecuencias, entre las que se encuentran el la presión arterial para definir y tratar la hipertensión8.
ictus, el infarto de miocardio y la insuficiencia cardíaca, que supo­
nen una complejidad añadida considerable a la hora de tratar los
demás problemas principales subyacentes. Estadificación de la hipertensión
Es adecuado evaluar y tratar la hipertensión en los pacientes
de cuidados paliativos de un modo muy parecido al usado en los El JNC recomendó que se debería establecer un diagnóstico de
demás pacientes. Incluso así, puede haber ciertas diferencias sig­ hipertensión cuando la presión arterial fuese de 140/90 mmHg o
nificativas en cuidados paliativos, sobre todo en cuanto a los cam­ mayor. El diagnóstico se establece cuando se cumple el criterio
bios del estilo de vida que suelen recomendarse. Es obvio que las de presión sistólica o diastólica. Los pacientes hipertensos cuyas
estrategias como la pérdida de peso, la reducción de la ingesta de presiones arteriales sean menores de 160/100 mmHg se conside­
sodio y el ejercicio aeróbico deben ser individualizadas, teniendo ran que están en el estadio 1 , mientras que los que alcanzan o
en cuenta las necesidades del paciente y los efectos de las demás superan esos niveles están en el estadio 2. La principal excepción
enfermedades concurrentes. Hay que prestar una atención adicio­ para el umbral diagnóstico de 140/90 mmHg la constituyen los
nal a la elección de los fármacos antihipertensivos, como los diu­ pacientes con diabetes o enfermedad renal crónica, en quienes el
réticos, que pueden alterar el equilibrio de líquidos. diagnóstico debería establecerse (y comenzar el tratamiento) con
cifras de presión superiores a 130/80 mmHg o mayores. El obje­
tivo es reducir las presiones arteriales a menos de esos niveles
FISIOPATOLOGÍA umbral.
El pronóstico es progresivamente mejor a niveles de pre­
La hipertensión puede definirse de varios modos. En primer lugar, sión arterial sistólica menores de 115 mmHg o tal vez menores
se puede describir casi por completo en términos de presión arte­ (v. fig. 81-1). Entonces, surge la duda de por qué se ha escogido la
rial. En segundo lugar, puede considerarse como parte de un sín­ cifra de 140 mmHg como criterio diagnóstico. La mayoría de los
drome de factores de riesgo cardiovasculares, como hipertensión datos provienen de ensayos de tratamientos que se basaron en
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

arterial, con evidencias de anomalías vasculares subyacentes. Por objetivos de cifras de 140/90mmHg. Un objetivo sistólico menor
último, desde el punto de vista empírico es una enfermedad de de 140 mmHg se asocia con imas reducciones espectaculares de
alto riesgo en la que el pronóstico cardiovascular puede mejorarse complicaciones clínicas (v. fig. 81-2)9. Las evidencias procedentes
mediante los tratamientos adecuados. de ensayos clínicos que persiguen cifras aún menores para inten­
tar reducir las complicaciones en los pacientes hipertensivos aún
están por llegar.
Estrategia de la presión arterial
El JNC sugirió una categoría denominada prehipertensión,
Desde que los primeros datos actuariales mostrasen la conexión que engloba las presiones arteriales situadas entre 120/80 y
entre la presión arterial y las complicaciones cardiovasculares, 139/89mmHg (tabla 81-1). No se recomendó el tratamiento para

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436 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

FIG U RA 81 -1 Relaciones entre la presión arterial sistólica y la mortalidad por ictus o por arteriopatía coronaria, según los deciles de edad, derivadas de un
metaanálisis de 1 millón de personas. Cl, Cardiopatía isquémica; IC, intervalo de confianza; PA, presión arterial. (Reproducida deLewington S, ClarkeR, Qizilbash N,y
cols. Prospective Studies Collaboration. Age-specific relevance of usual BP to vascularmortality:A meta-analysis of individual data for one million adults in 60 prospective
studies. Lancet 2002;14:1903-1913.)

Pacientes tratados con valsartán Pacientes tratados con amlodipino


Riesgo instantáneo Riesgo instantáneo
(IC 95%) (IC 95%)
Complicaciones
0,76 0,73
cardíacas
mortales/no mortales
(0,66-0,88) (— • — i* (0,63-0,85)

Ictus mortal/no 0,60 0,50


mortal 1 • T (0,48-0,74) — •— H* (0,39-0,64)
Mortalidad por todas 0,79 0,79
las causas 1— • — H* (0,69-0,91) I— • — -i* (0,69-0,92)
0,83 0,91
(0,66-1,03) (0,71-1,17)
Hospitalizaciones 0,62 0,64
(0,50-0,77)
cardíaca
0 4 0,6 0,8 1,0 1,2 0,4 0,6 0,8 1,0 2
PAS PAS no PAS PAS no
controlada controlada controlada controlada
(n=5253) (/7=2396) (n=5502) (n=2094)

FIG U RA 81-2 Efectos del control de la presión arterial (PAS <140m m Hg) sobre los principales criterios de valoración o la mortalidad, comparados con la
ausencia de control, a los 6 meses en pacientes hipertensos de alto riesgo que recibían un tratamiento basado en valsartán o en amlodipino. **P = 0,01.
IC, Intervalo de confianza; PAS, presión arterial sistólica. [Reproducida de WeberMA, Julius S,Kjeldsen SE, y cols. Blood pressure dependent and independent effects of
antihypertensive treatmenton clinical events in the VALUE trial. Lancet2004;363:2049-2051.)

los pacientes con prehipertensión (excepto para los diabéticos


con enfermedad renal), pero se sugirieron modificaciones del Esto se denomina síndrome metabólico, síndrome X o síndrome
estilo de vida que pudiesen lentificar el aumento habitual de la de la hipertensión10. Ninguna de estas descripciones es satisfac­
presión arterial relacionado con la edad y retrasar el inicio de la toria, debido a la variabilidad del cuadro clínico. Además, debido
hipertensión clínica. a las evidencias que indican que los cambios cardiovasculares
y renales suelen formar parte de esta serie de hallazgos, los tér­
minos limitados como «metabólico» no bastan. Las evidencias de
Estrategia del factor de riesgo y síndrome este síndrome pueden aparecer en una etapa precoz de la vida.
metabólico La descendencia normotensa de progenitores con hipertensión
puede tener cambios metabólicos precoces y microalbuminuria,
La hipertensión suele asociarse a otros factores de riesgo cardio­ modificaciones precoces de la estructura y función ventricular
vascular, como dislipidemias, intolerancia a la glucosa y obesidad. izquierda, así como rigidez arterial10. No se sabe con certeza si

P A R T E II EL P A C I E N T E
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H ipertensión I C A P Í T U L O 81 437

estos hallazgos familiares reflejan una tendencia genética o si tan de observación antes de comenzar el tratamiento en los pacientes
sólo son los efectos de un ambiente compartido de forma habi­ hipertensos que no tengan otros factores de riesgo.
tual. Dado que la definición del síndrome metabólico es arbitra­ Una cosa está clara. Todas las directrices concuerdan en el
ria10, puede que no represente en realidad un trastorno con una hecho de que todos los pacientes deberían evaluarse respecto
única etiología subyacente11. a todos los factores de riesgo cardiovascular conocido y, cuando
A pesar de estas controversias, no hay duda de que varios éstos se encuentren, deberían tratarse. En un ejemplo destacado
cambios metabólicos, cardiovasculares y renales suelen asociarse de esta estrategia, existen evidencias de que el tratamiento con
a la hipertensión y que afectan casi con certeza al riesgo cardio­ estatinas en los pacientes hipertensos, incluso en los que la con­
vascular total. Las directrices oficiales de la Sociedad Europea de centración de lipoproteínas de baja densidad (LDL>colesterol no
Hipertensión difieren drásticamente de las del JNC a la hora de alcanza los criterios terapéuticos tradicionales, reduce las compli­
tener en cuenta estas enfermedades concurrentes12. La Sociedad caciones cardiovasculares13.
recomienda un tratamiento más precoz y más enérgico en los
pacientes hipertensos que tienen factores de riesgo asociados,
incluso aunque sólo exista una elevación leve de la presión arte­ Una definición m ás fundamental
rial; esto también permite un período más reflexivo y prolongado Por último, un paradigma más fundamental considera la hiperten­
sión como una enfermedad que afecta a la estructura y función de
JN C 6 (1997) JN C 7 (2003) las arterias y el miocardio, junto con otras anomalías subyacentes
de los mecanismos renales y endocrinos9. En este constructo, existe
una heterogeneidad de causas que culminan en la hipertensión arte­
rial y se supone que la hipertensión, aunque es relevante, también
debería interpretarse como un signo diagnóstico de las anomalías
subyacentes. Esto prepara el escenario para anticipar que la hiper­
tensión se considerará en última instancia como una serie de tras­
tornos variables que, una vez descritos de forma cuidadosa, podrían
responder de forma óptima a las distintas estrategias terapéuticas.

EVALUACIÓN DE LA HIPERTENSIÓN
La evaluación y el diagnóstico de la hipertensión, aunque es rela­
tivamente fácil, tiene implicaciones a largo plazo. Por lo general, la
elevación de la presión arterial es todo lo que se requiere para esta­
blecer el diagnóstico, pero el impacto es considerable. En la actuali­
dad, las consultas médicas periódicas, los cambios del estilo de vida
y la administración de medicación son necesarios para controlar
la enfermedad. Los clínicos deben comunicar a los pacientes que
pueden aparecer complicaciones cardiovasculares, ictus y otras
complicaciones graves si la hipertensión no recibe un tratamiento
FIGURA 81-3 Cambio de la clasificación de la presión arterial entre los
adecuado. Es crucial tranquilizar a los pacientes en cuanto a que el
dos informes más recientes del Joint National Committee on Prevention,
diagnóstico no debería alterar su pronóstico a largo plazo, siempre
Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure (JNC), indicativo
que se comprometan a respetar las normas de su propio cuidado.
de la reciente adopción de una clasificación simplificada en la que se propuso
el concepto de prehipertensión por primera vez.Todas las mediciones
están en milímetros de mercurio (mmHg). PAD, presión arterial diastólica, Medición de la presión arterial
PAS, presión arterial sistólica. {Reproducida de The Seventh Report of theJoint
National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatmentof High Las mediciones de presión arterial deberían confirmarse en dos
Blood Pressure: TheJNC 7 report. JAMA 2003;289:2560-2572.)
o tres ocasiones, de forma preferente en días distintos8. Algunos

I T A B L A 8 1 -1 Definición y clasificación de la hipertensión del Hypertension Writing Group*

PARÁMETRO NORMAL HIPERTENSIÓN HIPERTENSIÓN HIPERTENSIÓN


DE ESTADIO 1 DE ESTADIO 2 DE ESTADIO 3
Patrón de PA y estado de PA normal o elevaciones Elevaciones ocasionales o Elevaciones mantenidas Elevaciones marcadas y
ECV escasas intermitentes de la PA de la PA mantenidas de la PA
Y 0 0 0
Ausencia de ECV Factores de riesgo que Evidencia de ECV progresiva Evidencia de ECV avanzada
identificable sugieren una ECV precoz
Factores de riesgo Ninguno s i factor de riesgo Presencia de múltiples Presencia de múltiples
cardiovascular presente factores de riesgo factores de riesgo
Marcadores precoces de Ninguno 0-1 >2 Presencia de s 2 con signos
enfermedad de ECV
Lesión de órganos Diana Ninguno Ninguno Presencia de signos Presencia evidente con o
precoces sin complicaciones de ECV

’Clasificación de la hipertensión propuesta por un grupo de trabajo de la American Society of Hypertension que, además de los niveles de presión arterial, tiene en
cuenta los factores de riesgo concomitantes, así como los signos de cambios cardiovasculares estructurales o funcionales a la hora de determinar el estado de los
pacientes hipertensos.
Adaptada de Giles TD, Berk BC, Black HR, y cols.; on behalf of the Hypertension Writing Group. Expanding the definition and classification of hypertension. / Clin
Hypertens 2005;7:505-512.
ECV, Enfermedad cardiovascular; PA, presión arterial.

ERRNVPHGLFRVRUJ
438 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

autores recomiendan monitorización ambulatoria de la presión sobrepeso que logran perder peso8. La presión arterial suele dis­
arterial si se sospecha una «hipertensión de bata blanca» (hiper­ minuir tras las pequeñas reducciones iniciales de peso, lo que
tensión arterial en el contexto clínico, pero presión normal en el sugiere que los factores metabólicos y neuroendocrinos que
resto de las ocasiones). Esto puede ser útil, pero es probable que median la hipertensión de la obesidad14 son sensibles enseguida a
no sea necesario si otros hallazgos clínicos (sobre todo otros facto­ la reducción de la ingesta calórica.
res de riesgo o bien cambios cardiovasculares o renales) sugieren La dieta DASH (Estrategia Dietética para Detener la Hiper­
la necesidad de un tratamiento antihipertensivo. Las mediciones tensión) consiste en un aumento de la ingesta de frutas y ver­
domiciliarias de la presión arterial por parte de los pacientes son duras, así como de una disminución de las grasas de la dieta.
útiles, pero las presiones arteriales medidas en el domicilio sue­ Esta dieta es eficaz para disminuir la presión arterial, sobre todo
len ser menores que las registradas en la clínica, porque suelen en personas afroamericanas, pero puede ser difícil de seguir en
tomarse en las ocasiones en las que es previsible que dichas pre­ casa. Los beneficios de esta dieta se basaron en comidas pre-
siones sean menores. empaquetadas de forma profesional; aún no se ha establecido
si los costes y el esfuerzo aplicados para seguir esta dieta de
forma privada perm iten un cumplimiento a largo plazo. Una
Pruebas complementarias dieta baja en sodio también puede reducir la presión arterial,
Los estudios de laboratorio812 deberían evaluar los lípidos, la glu­ aunque puede que no en todas las personas, sino que puede
cosa, los electrólitos, la función renal y la función hepática. Los ayudar en las que tengan algún tipo de sensibilidad al sodio.
análisis en ayunas permiten diagnosticar la diabetes e identificar el En las personas que consumen grandes cantidades de alcohol,
perfil lipídico. Se debería buscar la presencia de microalbuminuria una reducción significativa ayuda a disminuir la presión arterial.
como un factor de riesgo destacado; asimismo, debería realizarse Aunque el consumo modesto de alcohol parece ser cardiopro-
un electrocardiograma (o ecocardiograma si es posible) para com­ tector, el consumo de más de dos copas al día suele elevar la
probar la existencia de hipertrofia ventricular izquierda u otros presión arterial, aparte de los otros posibles efectos perjudicia­
signos de afectación cardíaca. les para la salud.
El ejercicio, sobre todo de tipo aeróbico, reduce la pre­
sión arterial. Una ventaja es que las personas que adoptan con
TRATAMIENTO éxito un programa de ejercicio suelen mantenerlo durante un
período prolongado. Además, los que realizan ejercicio con
La mayoría de los pacientes requieren fármacos antihipertensivos, asiduidad tienen más probabilidades de seguir otras estrate­
pero las evidencias indica que las estrategias no farmacológicas gias de estilo de vida, como el control de la ingesta calórica.
(modificaciones del estilo de vida) también son eficaces. La hiper­ Hay que mencionar una estrategia final, aunque no reduce de
tensión de estadio 1 (presiones entre 140/90 y 159/99 mmHg) forma directa la presión arterial, se trata de dejar de fumar.
en pacientes motivados requiere un período de prueba de hasta Muchos pacientes hipertensos fuman con regularidad, lo que
3 o incluso 6 meses de estrategias no farmacológicas (las directri­ incrementa en gran m edida la probabilidad de complicaciones
ces del JNC 7 propugnan un período más corto). Después debe­ cardiovasculares.
ría tomarse una decisión sobre el tratamiento farmacológico. Los
pacientes con una hipertensión de estadio 2 requieren un trata­
miento farmacológico inmediato.
Una alternativa es comenzar el tratamiento farmacológico y las Inicio del tratamiento
modificaciones del estilo de vida de forma simultánea, con la pro­ farmacológico
mesa de que unas estrategias satisfactorias de estilo de vida podrán
permitir que se reduzca o se interrumpan los fármacos si la presión El objetivo del tratamiento farmacológico consiste en reducir
arterial se mantiene bien controlada. En cualquier caso, las medidas la presión arterial a menos de 140/90 mmHg en la mayoría de
dietéticas apropiadas y otras medidas del estilo de vida deberían los pacientes, y a menos de 130/80 mmHg en los grupos de alto
ser un aspecto continuo del tratamiento de la hipertensión. riesgo, como los pacientes con diabetes o enfermedad renal
crónica (fig. 81-4).

Modificaciones del estilo de vida


Quizá los resultados más convincentes (tabla 81-2) en términos A lg o ritm o del JN C 7
de reducción de la presión arterial se obtienen en personas con Los pacientes pueden clasificarse en tres grupos: los que tie­
nen indicaciones fundamentadas (afecciones concomitan­
T A B L A 8 1 -2 Modificaciones del estilo de vida*
tes que determinan el uso de ciertos fármacos apropiados
para dichas afecciones y para la hipertensión), los que tienen
MODIFICACIÓN RANGO APROXIMADO hipertensión de estadio 1 (presiones arteriales entre 140/90
DE REACCIÓN DE LA PAS y 159/99 mmHg) y los que tienen presiones arteriales de
160/100 mmHg o mayores. Esta clasificación da lugar a tres
Reducción de peso 5-20 mmHg por cada 10 kg estrategias diferentes.
de pérdida de peso
Adopción de una dieta DASH 8-14mmHg
Reducción del sodio dietético 2-8 mmHg INDICACIONES FUNDAMENTADAS
Aumento de la actividad física 4-9 mmHg Los pacientes hipertensos suelen tener otras afecciones (tabla
Moderación del consumo de alcohol 2-4 mmHg 81-3) que requieren tratamientos específicos. Por ejemplo, los
que tienen diabetes o una enfermedad renal deberían recibir
'Estrategias no farmacológicas recomendadas que pueden lograr unas
reducciones significativas de la presión arterial en pacientes hipertensos. Las
antagonistas de la renina-angiotensina, como los inhibidores
referencias de estas distintas estrategias se enumeran en el informe del JNC 7. de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o antagonis­
DASH, Estrategia Dietética para Detener la Hipertensión; PAS, presión arterial tas de los receptores de angiotensina (ARA), que son los trata­
sistólica. mientos de elección tanto para la afección asociada como para
De The Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention, la hipertensión; asimismo, los (3-bloqueantes o los antagonistas
Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure:The JNC 7
report.JAMA 2003;289:2560-2572. del calcio son tratamientos de elección en pacientes con angina
de pecho.

P A R T E II EL P A C I E N T E
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H ipertensión I C A P Í T U L O 81 439

FIG U RA 81 -4 Recomendaciones del Joint National Committee on the Prevention, Detection, and Treatment of High Blood Pressure (JNC 7) para el
diagnóstico, el establecimiento de ios objetivos terapéuticos, las estrategias terapéuticas y la selección de fármacos en los pacientes con hipertensión.
AC, Antagonista del caldo; ARA, antagonista de los receptores de angiotensina II; BB, [3-bloqueante; HTA, hipertensión arterial; IECA, Inhibidor de la enzima
convertidora de angiotensina; PA, presión arterial; PAD, presión arterial diastólica; PAS, presión arterial sistólica. (Reproducida de The Seventh Report of the Joint
National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure: TheJNC 7 report. JAMA. 2003;289:2560-2572.)

T A B L A 81 -3 Indicaciones fundamentadas de las clases farmacológicas individuales*

INDICACIÓN OPCIONES TERAPÉUTICAS INICIALES ENSAYOS CLÍNICOS EN LOS QUE SE BASA


FUNDAMENTADA
Insuficiencia cardíaca TIAZ, BB, IECA, ARA, ANT ALDO Directriz de Insuficiencia Cardíaca de la ACC/AHA, MERIT-HF, COPERNICUS,
CIBIS, SOLVD, AIRE, TRACE, ValHEFT, RALES
Postinfarto de miocardio BB, IECA, ANT ALDO Directriz post-IM de la ACC/AHA, BHAT, SAVE, Capricorn, EPHESUS
Alto riesgo de AC TIAZ, BB, IECA, CA ALLHAT, HOPE, ANBP2, UFE, CONVINCE

'Resumen de las posibles selecciones farmacológicas en pacientes hipertensos cuyas enfermedades concomitantes cardiovasculares o de otro tipo pueden tratarse
con fármacos que también son adecuados para el control de la hipertensión arterial. En el informe JNC 7 se pueden encontrar más detalles sobre el uso de estos
fármacos y las referencias de los estudios a partir de los que se han derivado estas recomendaciones.
AC, Arteriopatía coronaria;ACC/AHA, American College of Cardiology/American Heart Association; AIRE, Eficacia del Ramipril en el Infarto Agudo; ALLHAT, Ensayo Clínico
del Tratamiento Antihipertensivo e Hipolipemiante para Prevenir el Ataque Cardíaco; ANBP2, Segundo Estudio Nacional Australiano sobre Presión Arterial;ANTALDO,
antagonista de la aldosterona; ARA, antagonista del receptor de angiotensina; BB, 3-bloqueante; BHAT, Ensayo Clínico sobre 3-bloqueantes en el Ataque Cardíaco;CA,
calcioantagonista; Capricorn, Control de Supervivencia Post-infarto con Carvedilol en la Disfunción Ventricular Izquierda; CIBIS, Estudio sobre el Bisoprolol en la
Insuficiencia Cardíaca; CONVINCE, Investigación de los Criterios de Valoración Cardiovasculares en el Tratamiento con Verapamilo de Liberación Controlada; COPERNICUS,
Estudio Prospectivo Aleatorizado de Supervivencia Acumulada con Carvedilol; EPHESUS, Estudio sobre Supervivencia y la Eficacia de la Eplerenona en la Insuficiencia
Cardíaca tras un Infarto Agudo de Miocardio; HOPE, Estudio de Evaluación de la Prevención de Criterios de Valoración Cardíacos; IECA, inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina; IM, infarto de miocardio; UFE, Estudio de la Intervención con Losartán para la Reducción del Criterio de Valoración en la Hipertensión;
MERIT-HF, Ensayo Clínico Aleatorizado de la Intervención con Metoprolol de liberación prolongada en la Insuficiencia Cardíaca Congestiva; RALES, Estudio de Evaluación
Aleatorizada de la Espironolactona; SAVE, Estudio sobre Supervivencia e Hipertrofia Ventricular; SOLVD, Estudios sobre Disfunción Ventricular Izquierda;TIAZ, diuréticos
tiazídicos;TRACE, Estudio de Evaluación Cardíaca conTrandolapril; ValHEFT, Ensayo Clínico del tratamiento con Valsartán en la Insuficiencia Cardíaca.
De The Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure:The JNC 7 report.JAMA
2003;289:2560-2572.
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

TRATAMIENTO INICIAL EN LA HIPERTENSIÓN DE ESTADIO 1 principal (complicaciones coronarias mortales y no mortales), pero
Las directrices principales para los pacientes con hipertensión de el diurético pareció ser mejor que el IECA a la hora de prevenir los
estadio 1 recomiendan una monoterapia farmacológica12’15. Las ictus y mejor que el antagonista del calcio en la prevención de la
directrices del JNC 78 se inclinan a favor de los diuréticos tiazídicos, insuficiencia cardíaca. Los resultados aún son motivo de debate1719.
pero admiten que pueden usarse otros tipos de fármacos. En los
ensayos clínicos se ha observado que los diuréticos son útiles, com­
parados con el placebo, a la hora de prevenir las principales compli­ TRATAMIENTO INICIAL EN LA HIPERTENSIÓN DE ESTADIO 2
caciones clínicas. En un estudio se comparó un diurético similar a Los pacientes que requieren reducciones de la presión arterial de
las tiazidas (la clortalidona) con un IECA (lisinopril) y con un antago­ al menos 20/10 mmHg deberían comenzar un tratamiento combi­
nista del calcio (amlodipino) en cuanto a los criterios de valoración nado. Esto se basa en el hecho de que, dado que la mayoría de
clínicos en la hipertensión de alto riesgo16. No se observaron dife­ estos pacientes al final requerirán más de un fármaco, comenzar
rencias entre los tres fármacos en cuanto al criterio de valoración con una combinación acelera el tratamiento y hace más probable

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440 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

que se consigan a tiempo los objetivos de presión arterial7. Las eficaz que los ARA a la hora de prevenir los ictus, las complicacio­
combinaciones de dosis fija son más cómodas, requieren menos nes coronarias y la mortalidad, pero menos eficaz en la prevención
dosis y suelen ser más rentables. de la insuficiencia cardíaca7. El tratamiento basado en amlodipino
fue igual de eficaz que los tratamientos basados en diuréticos o en
Uso creciente de combinaciones farm acológicas IECA a la hora de prevenir las complicaciones coronarias, los ictus
y la mortalidad16.
La eficacia no es el único motivo para utilizar combinaciones de
fármacos. Los efectos secundarios y los acontecimientos adversos Inhibidores de la enzim a convertidora de angiotensina
también pueden reducirse. Esto se logra de dos maneras. En primer
lugar, debido a que las características de dosis-respuesta de la mayo­ Los IECA son similares a otras clases farmacológicas en la pre­
ría de los fármacos antihipertensivos proporcionan gran parte de vención de las principales complicaciones clínicas23. Los IECA
su eficacia a dosis bajas, la combinación de dos fármacos en dosis parecen tener algunas ventajas en cuanto a las complicaciones
bajas puede ofrecer unos efectos hipotensivos potentes a la vez respecto a las tiazidas, sobre todo en la prevención del infarto
que se minimizan los acontecimientos adversos. Esto es especial­ de miocardio24. La adición de un IECA a un antagonista del cal­
mente relevante para los diuréticos, (3-bloqueantes y los fármacos cio (fig. 81-5) fue más eficaz que una combinación tradicional de
de acción central que tienen efectos secundarios claros dependien­ (3-bloqueante/diurético a la hora de prevenir la mortalidad, las
tes de la dosis. complicaciones coronarias y los ictus25,26.
La segunda forma en la que el tratamiento combinado puede
reducir los efectos adversos consiste en el uso de fármacos que Antagonistas de los receptores de la angiotensina
contrarresten mutuamente las acciones no deseadas. Los blo­
queantes de la renina-angiotensina atenúan las acciones no desea­ Los ARA son los fármacos más recientes de las clases principales;
das de los diuréticos sobre el potasio, la glucosa y otros signos son eficaces para disminuir la presión arterial y se toleran bien. Su
metabólicos. De forma similar, los IECA o los ARA pueden com­ eficacia es al menos igual a la de otras clases de fármacos antihi­
binarse con los antagonistas del calcio; el edema periférico cau­ pertensivos (fig. 81-6) a la hora de evitar las complicaciones car­
sado por los antagonistas del calcio puede contrarrestarse en gran diovasculares principales27. Al igual que los IECA, también están
parte por los bloqueantes del sistema renina-angiotensina. indicados para la insuficiencia cardíaca congestiva. En la hiperten­
sión y la diabetes con nefropatía, los ARA evitan la progresión a la
enfermedad renal terminal28,29.
Elección del fármaco En los pacientes hipertensos de alto riesgo (con hipertrofia
ventricular izquierda en el electrocardiograma) el losartán tuvo
La abundancia de fármacos antihipertensivos puede causar con­ una eficacia un 25% mayor que un (3-bloqueante en cuanto a la
fusión. Es probable que los fármacos que interrumpen el sistema reducción del ictus30. Después de los ictus isquémicos, el eprosar-
renina-angiotensina deberían formar parte de la mayoría de las tán tuvo unos efectos hipotensivos idénticos a los de un fármaco
pautas antihipertensivas. dihidropiridínico, pero redujo los episodios recidivantes de ictus
un 25%31. Cuando se comparó con un (3-bloqueante en pacientes
Antagonistas del calcio que tenían hipertensión e hipertrofia ventricular izquierda, el
Tanto los fármacos dihidropiridínicos como los no dihidropiridí- losartán fue más eficaz a la hora de prevenir la fibrilación auri­
nicos son iguales a las otras clases farmacológicas principales a la cular de inicio reciente a pesar de unos efectos iguales sobre la
hora de prevenir las complicaciones clínicas esenciales y la morta­ presión arterial32. En los pacientes con fibrilación auricular con­
lidad20,21. El amlodipino, en pacientes con una mínima elevación vertida mediante medios farmacológicos o eléctricos a un ritmo
de la presión arterial (prehipertensión) y arteriopatía coronaria, sinusal y que recibieron amiodarona, la adición de irbesartán fue
fue eficaz para reducir la necesidad de revascularización corona­ más eficaz que el placebo para evitar la recidiva de la fibrilación
ria y la hospitalización por angina22. El amlodipino fue igual de auricular33.

Criterio de valoración Riesgo instantáneo Valor P

Mortalidad por todas las causas


Criterio de valoración principal: IM no mortal y A C mortal
Criterio de valoración coronario total: criterio
de valoración principal + angina de reciente aparición +
insuficiencia cardíaca mortal y no mortal
Ictus mortal y no mortal
Todas las complicaciones C V y procedimientos de revascularización
Mortalidad C V

0,5 1 1,5
Favorece a Favorece a
Amlodipino/perindopril Atenolol/bendroflumetiazida

FIG U RA 81 -5 Cociente de riesgos instantáneos (beneficios relativos) respecto a los principales criterios de valoración clínicos y la mortalidad en pacientes
hipertensos de alto riesgo tratados con una combinación más antigua de fármacos antihipertensivos (atenolol/tiazida) o con una combinación más reciente
(amlodipino/perindopril). AC, Arteriopatía coronaria; CV, cardiovascular; IM, infarto de miocardio. (Reproducida de DahlofB, Sever PS, PoulterNR,ycols.;forthe
ASCOT Investigators. Prevention of cardiovascular events with an antihypertensive regimen ofamlodipine adding perindopril as required versus atenolol adding
bendroflumethiazide as required, in theAnglo-Scandinavian Cardiac Outcomes Trial-Blood Pressure Lowering Arm [ASCOT-BPLA]:A multicentre randomized controlled
trial. Lancet. 2005;366:895-906.)

P A R T E II EL P A C I E N T E
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H ipertensión I C A P Í T U L O 81 441

Complicaciones/ Diferencia

I
participantes de PA RR
ARA Control (IC 95%)
Ictus* 396/8412 500/8379 0,79 (0,69-0,90)

AC* 435/8412 450/8379 0,96 (0,85-1,09)


Icat 302/5935 359/5919 0,84 (0,72-0,97)

Complicaciones 1135/8412 1268/8379 0,90 (0,83-0,96)


C V principales*

Mortalidad CV* 491/8412 511/8379 0,96 (0,85-1,08)

Mortalidad total* 887/8412 943/8379 0,94 (0,86-1,02)

Favorece a A R A RR Favorece al control


‘Incluye SCOPE, IDNT, RENAAL, LIFE,
tlncluye IDNT, RENAAL, LIFE.

F IG U RA 81-6 Comparación de los efectos de los regímenes de antagonistas de los receptores de la angiotensina (ARA) y de control (fármacos distintos a los
ARA o a los IECA) sobre los principales criterios de valoración clínicos o la mortalidad en pacientes hipertensos participantes en un metaanálisis a gran escala.
AC, Arteriopatía coronaria; CV, cardiovascular; IC, intervalo de confianza; ICa, insuficiencia cardíaca; IDNT, Ensayo Clínico sobre el Tratamiento de la Nefropatía
Diabética con Irbesartán; LIFE, Estudio sobre la Intervención con Losartán para la Reducción de los Criterios de Valoración en la Hipertensión; PA, presión arterial;
RENAAL, Estudio sobre la Reducción de los Criterios de Valoración en la Diabetes Mellitus No Insulinodependiente con el Antagonista de la Angiotensina II
Losartán; RR, riesgo relativo; SCOPE, Estudio sobre Cognición y Pronóstico en Ancianos. (Reproducida de Blood Pressure Lowering Treatment Trialists'Collaboration.
Effects of different blood pressure lowering regimens on major cardiovascularevents: Second cycle ofprospectively designed overviews. Lancet. 2003;362:1527-1535)

Cumplimiento inadecuado suelen prescribirse en cuidados paliativos, pueden causar una


expansión similar de volumen.
Algunos pacientes hipertensos simplemente no cumplen sus Los anticonceptivos orales pueden aumentar la presión arterial.
prescripciones farmacológicas, e incluso cuando lo hacen, suelen Varios anticatarrales, sobre todo los que contienen fármacos sim-
esforzarse poco por mantener el régimen terapéutico recomen­ paticomiméticos y antihistamínicos pueden elevar la presión arte­
dado. Las explicaciones de este mal cumplimiento no son del rial. Por lo general, estos tratamientos sólo se utilizan para el alivio
todo satisfactorias. Sin duda, los efectos secundarios de los fár­ sintomático a corto plazo; una vez que se interrumpe el fármaco,
macos pueden ser un factor que explique el mal cumplimiento sus efectos adversos sobre la presión arterial desaparecen con
terapéutico, pero las clases farmacológicas más recientes suelen rapidez. Algunos fármacos dietéticos elevan la presión arterial y se
tolerarse mejor. El coste también puede ser un motivo, pero en los debería preguntar por ellos si las respuestas de la presión arterial
sistemas sanitarios donde se suministran los fármacos, el cumpli­ al tratamiento parecen inadecuadas.
miento no es mucho mejor que en la comunidad en general. Sin
duda, en los casos de mala respuesta terapéutica, se debe tener en
cuenta la posibilidad de que los fármacos prescritos no se hayan Hipertensión secundaria
tomado.
La hipertensión secundaria debe tenerse en cuenta si el control
de la presión arterial se deteriora con rapidez o si existe un inicio
Errores frecuentes rápido de la hipertensión. El estudio completo y el diagnóstico de
la hipertensión secundaria suele constar de técnicas especializa­
Quizá el error individual más frecuente en el que se incurre al das y sofisticadas de laboratorio y de imagen.
unir combinaciones terapéuticas es la omisión de un diurético.
3 La mayoría de los pacientes ingieren dietas con un exceso de
sodio, lo que mitiga la eficacia de muchas clases terapéuticas. Si Emergencias y urgencias hipertensivas
el paciente no modifica su dieta, se debería considerar con serie­
dad el uso de un diurético (p. ej., hidroclorotiazida en dosis de Las auténticas emergencias hipertensivas suelen requerir asisten­
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

25mg/día). cia hospitalaria. Una emergencia hipertensiva no se define sólo


Varias clases farmacológicas usadas para indicaciones distin­ en función de una presión arterial elevada, sino que requiere la
tas a la hipertensión pueden elevar la presión arterial e interfe­ presencia de signos de efectos agudos relacionados con la presión
rir con los fármacos hipotensores. Entre los más frecuentes se arterial, como encefalopatía, edema de pulmón y hematuria. Tales
encuentran los antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Estos emergencias requieren un tratamiento enérgico y estrechamente
fármacos, que suelen prescribirse para la artritis y el dolor, sue­ monitorizado, que suele basarse en medicación intravenosa selec­
len causar un cierto grado de retención de sodio y agua, por lo cionada en función de la causa subyacente sospechada y de las
que aumentan la presión arterial. Esto se aplica tanto para los fár­ características clínicas de la crisis.
macos convencionales como para los inhibidores selectivos de Una presión arterial muy elevada (valores sistólicos supe­
la ciclooxigenasa-2 (C O X 2) más recientes. Puede ser necesario riores a 180 mmHg) sin signos clínicos agudos asociados suele
añadir o aumentar la dosis de un diurético y reducir la ingesta definirse como una urgencia hipertensiva. El tratamiento oral es
de sodio para minimizar esta interacción. Los corticoides, que aceptable, pero deberían utilizarse fármacos con una duración

ERRNVPHGLFRVRUJ
442 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

de acción prolongada. La clonidina, los IECA, los ARA, los (3-blo- 12. 2003 European Society o f Hypertension—European Society of Cardiology
queantes y los antagonistas del calcio de acción prolongada sue­ Guidelines for the Management of Arterial Hypertension. J Hypertens
2003;21:1011-1054.
len llevar la presión arterial a niveles aceptables en 1-4 horas. El 13. Sever PS, Dahlof B, Poulter NR, et al; for the ASCOT Investigators. Prevention
uso de una combinación de dos fármacos debería considerarse fir­ of coronary and stroke events with atorvastatin in hypertensive patients who
memente, pero incluso aunque el resultado inicial sea adecuado, have average or lower-than-average cholesterol concentrations, in the Anglo-
en las consultas de seguimiento habría que asegurarse de que las Scandinavian Cardiac Outcomes Trial—lipid Lowering Arm (ASCOT-LLA):
A multicentre randomized controlled trial. Lancet 2003;361:1149-1158.
presiones arteriales se mantienen en cifras aceptables. 14. Weber MA. The metabolic syndrome. In Antman EM (ed). Cardiovascular
Therapeutics. Philadelphia: Elsevier, 2006.
15. Douglas JG, Bakris GL, Epstein M, et al. Management of high blood pressure
EFICACIA in African Americans: Consensus statement of the Hypertension in African
American Working Group of the International Society on Hypertension in
Es probable que el tratamiento de la hipertensión en Estados Blacks.Arch Intern Med 2003;163:525-541.
Unidos sea más satisfactorio que en casi todos los demás 16. The ALLHAT Officers and Coordinators for the ALLHAT llaborative Research
Group. Major outcomes in high-risk hypertensive patients randomized to
países. Incluso a pesar de ello, los datos del National Health angiotensin-converting enzyme inhibitor or calcium channel blocker vs diu­
and Nutrition Examination Survey (NHANES) indican que los retic. The Antihypertensive and Lipid-Lowering Treatment to Prevent Heart
resultados son decepcionantes34.Alrededor del 75% de todas las Attack Trial. (ALLHAT). JAMA 2002;288:2981-2997.
personas hipertensas saben que padecen la enfermedad, pero 17. Weber MA. The ALLHAT Report: A case of information and misinformation.
J Clin Hypertens 2003;5:9-13-
sólo alrededor de la mitad recibe tratamiento, y apenas un 33% 18. Julius S.The ALLHAT study: If you believe in evidence-based medicine, stick to
tiene un control aceptable de su presión arterial. Existen varias it! J Hypertens 2003;21:453-454.
razones sociales, emocionales y económicas que contribuyen 19- Mclnnes GT. Size isn’t everything: ALLHAT in perspective. J Hypertens
a ello35. 2003;21:459-461.
20. Brown MJ, Palmer CR, Castaigne A, et al. Morbidity and mortality in patients
randomized to double-blind treatment with a long-acting calcium-channel-
blocker or diuretic in the International Nifedipine GITS study: Intervention as
C U ID A D O S DE SOPORTE a Goal in Hypertension Treatment (INSIGHT). Lancet 2000;356:366-372.
21. Vasan RS, Beiser A, Seshadri S, et al. Residual lifetime risk for developing hyper­
La presión arterial responde a la pérdida de peso y a la depleción tension in middle-aged women and men: The Framingham Heart Study. JAMA
de líquidos, dos factores que son frecuentes en los pacientes ter­ 2002;287:1003-1010.
minales. En estas circunstancias suele ser necesario reducir e 22. Nissen SE, Tuzcu EM, Libby p et al; for the CAMELOr Investigators. Effect of
antihypertensive agents on cardiovascular events in patients with coronary
interrumpir después los fármacos hipotensores. Los diuréticos disease and normal blood pressure. The CAMELOT study: A randomized con­
se añaden directamente a la depleción de líquidos y a unas posi­ trolled trial.JAMA 2004;292:2217-2226.
bles alteraciones no deseadas del potasio y de otros electrólitos, 23- Blood Pressure Lowering Treatment Trialists’ Collaboration. Effects of ACE
por lo que deberían interrumpirse en una fase precoz del pro­ inhibitors, calcium antagonists and other blood pressure lowering drugs:
ceso de reducción. Si se están utilizando (3-bloqueantes, sus dosis Results of prospective!)' designed overviews of randomized trials. Lancet
2000;355:1955-1964.
deberían disminuirse de forma progresiva en un período de 7-10 24. Wing LMH, Reid CM, Ryan P, et al; for the Second Australian National Blood
días para evitar el riesgo de complicaciones coronarias. La mayo­ Pressure Study Group.A comparison of outcomes with angiotensin-converting-
ría de los demás fármacos antihipertensivos modernos pueden enzyme inhibitors and diuretics for hypertension in the elderly. N Engl J Med
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B I B L I O G R A F Í A
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P A R T E II EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Insuficiencia renal I C A P Í T U L O 8 2 443

| C A P ÍT U L O 82 T A B L A 8 2-1 Probabilidades de supervivencia no ajustada


(%) para los pacientes con ERT incidente*

EDAD (AÑOS) Tiempo en diálisis


Insuficiencia renal 1 año 2 años 3 años 5 años

Sara N. Davison 20-29 94 90,6 85,8 81,8


30-39 91,8 85,4 79,9 70,2
40-49 89 81 73,2 60
£>2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 50-59 85,9 74,6 64,6 46,7
60-64 81,1 68 55,7 35,6
65-69 76,9 62,6 48,5 27,3
70-79 69,6 51,9 37,3 18,4
P U N T O S A partir d e 80 58,9 37,8 23,9 8,4
» Las personas con insuficiencia renal tienen una mayor mortalidad (20-25% Todos 78,2 65,2 53,7 37,7
anual).
» Los síntomas físicos y psicológicos de insuficiencia renal suponen una carga *Las cohortes incidentes se determinan en el momento de iniciar el
tratamiento de la ERT (diálisis o trasplante renal) con la modalidad estable
para el paciente (similar a la que se encuentra en los contextos de cuidados
durante 60 días y la supervivencia de 90 días.
paliativos oncológicos). ERT, Enfermedad renal terminal.
• La tasa de abandono de la diálisis es elevada (la segunda causa más fre­ Datos del U.S. Renal Data System, National Institutes of Health y del National
cuente de mortalidad en la enfermedad renal terminal). Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. 2005 Annual
Report:Atlas of End-Stage Renal Disease in the United States. USRDS 2005.
►La participación de los servicios de cuidados paliativos es limitada.
Bethesda, MD: U.S. Renal Data System, 2005.

La enfermedad renal crónica (ERC) es un problema sanitario grave; enfermedad vascular periférica), la enfermedad renal primaria (p.
la enfermedad renal terminal (ERT) que requiere tratamiento ej., poliquistosis renal), o enfermedades causadas por la propia
renal sustitutivo, como diálisis o trasplante renal, afecta a más de insuficiencia renal (p. ej., calcifilaxia, osteodistrofia renal, amiloi-
500.000 pacientes en Estados Unidos1. Se prevé que la prevalen­ dosis relacionada con la diálisis [ARD]). Estos síntomas también
cia de la ERT se duplique en la próxima década. Los pacientes se relacionan con el tratamiento de la insuficiencia renal mediante
con ERT suelen ser ancianos: el promedio de edad de los pacien­ diálisis (p. ej., neuropatías isquémicas secundarias a fístulas arter-
tes que comienzan un tratamiento de diálisis crónica en Estados iovenosas, calambres relacionados con la diálisis) o trasplante
Unidos es de 63 años. Los pacientes mayores de 70 años de edad renal (p. ej., necrosis avascular).
constituyen el grupo con un mayor crecimiento de aquellos que Se sabe poco sobre la epidemiología del dolor y de otros sín­
empiezan diálisis a largo plazo, con una incidencia de 38.711 nue­ tomas en la ERC, y sólo en fechas recientes se ha convertido en
vos casos en 2003, de los que 13-839 eran mayores de 80 años1. un tema central de investigación. Al menos el 50% de los pacien­
Los pacientes con ERT también tienen una gran cantidad de enfer­ tes sometidos a diálisis a largo plazo tienen dolor crónico; el 82%
medades concurrentes. Más del 40% son diabéticos y el 80% son de ellos tienen un grado moderado o grave de dolor3. Incluso
hipertensos; la miocardiopatía, la enfermedad vascular periférica y en el último día de vida, tras la retirada de la diálisis el 42% de
cerebral, las artropatías y los trastornos psiquiátricos son frecuen­ los pacientes tienen dolor. Sus causas son diversas y suelen ser
tes y contribuyen de forma significativa a los síntomas. multifactoriales. Parece que el dolor musculoesquelético es el
No resulta sorprendente que, a pesar de los avances tecnoló­ tipo más frecuente, como en la población general. Los síntomas
gicos, más de 82.588 pacientes con ERT fallezcan cada año en articulares como la rigidez, el dolor, la disminución del rango de
Estados Unidos, lo que supone una mortalidad anual no ajustada movimiento, los derrames, la crepitación y la deformidad apare­
del 20-25%1. El riesgo de mortalidad de un paciente de 45 años cen en el 69-82% de los pacientes con ERC. Sin embargo, estas
que comience diálisis es 20 veces superior al de alguien de la causas son diferentes de las que presentan en la población gene­
misma edad sin ERT (tabla 82-1). Estas tasas de mortalidad rivali­ ral, donde el dolor musculoesquelético crónico se debe con más
zan con las del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) frecuencia a causas como la monoartritis o poliartritis aguda
y con la mayoría de los cánceres. En Estados Unidos, alrededor secundaria a la calcificación periarticular, seudogota o gota, artri­
del 15-25% de la mortalidad anual entre los pacientes con ERT se tis séptica, síndrome del túnel carpiano o rotura tendinosa. Estos
debe a las decisiones de interrumpir la diálisis, y esto supone la síntomas suelen presentarse con osteodistrofia o amiloidosis
segunda causa de mortalidad tras las enfermedades cardiovascu­ relacionada con la diálisis (ARD). El dolor musculoesquelético
lares. Es muy necesario llevar a cabo una planificación anticipada en la ERC tiene la misma gravedad que el de tipo neuropático
de los cuidados y un debate abierto sobre los aspectos referentes o isquémico. Después del trasplante renal, los pacientes siguen
a la fase final de la vida. Cada vez se reconoce con más frecuen­ teniendo síntomas molestos, de los que el dolor es el más fre­
cia que los pacientes con ERC constituyen uno de los grupos más cuente; el 59% de estos pacientes refieren cefaleas y el 30%
sintomáticos de todos los pacientes con enfermedades crónicas, y refiere dolor óseo.
una cantidad creciente de evidencias sugiere que la calidad de la La propia diálisis es «paliativa». La ERT no tiene curación;
experiencia del paciente moribundo es subóptima2. Estos aspec­ aunque la diálisis es un tratamiento de soporte vital, las enfer­
tos hacen que la asistencia de los pacientes con ERT plantee un medades concurrentes progresan. Las complicaciones dia­
desafío excepcional. Muchos autores han solicitado que se apli­ béticas como la gastroparesia, la enteropatía, la neuropatía
quen unos cuidados paliativos modernos en este campo. neurovegetativa, las úlceras diabéticas y la enfermedad car­
diovascular son algunas de las afecciones a las que hay que
EPIDEM IO LOG ÍA Y PREVALENCIA enfrentarse. La literatura médica que describe estos temas de
un modo específico en los pacientes con ERC es escasa, por
El dolor y otros síntomas son frecuentes en la ERC, debido a lo que los cuidados suelen extrapolarse a partir del contexto
las enfermedades concurrentes (p. ej., neuropatía diabética, no renal. Estas entidades patológicas se describen en otros

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444 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

textos2 y en otros capítulos de este libro. La farmacocinética y A largo plazo, el hiperparatiroidismo es maladaptativo, pues pro­
los efectos secundarios en la ERC se describirán más adelante duce enfermedad ósea y una precipitación de fosfato cálcico en
en este capítulo. las arterias, articulaciones, tejidos blandos y visceras. La prevalen­
Los síntomas intradialíticos relacionados con la propia diá­ cia de la osteítis fibrosa en los pacientes que están en diálisis ha
lisis son frecuentes, y los pacientes con una gran cantidad de disminuido y en la actualidad afecta a alrededor del 20% de los
enfermedades intercurrentes tienen un mayor número. Estos sín­ enfermos con ERC6.
tomas consisten en hipotensión sintomática, calambres, náuseas,
vómitos, prurito y dolor originado en las fístulas arteriovenosas. Osteomalacia
Alrededor del 40% de los tratamientos de diálisis se asocian a
síntomas, y más del 80% de los pacientes que están en diálisis La osteomalacia se caracteriza por una disminución del recambio
los padecen al menos una vez a la semana. Estos síntomas suelen óseo, reducciones del número de células encargadas de la reab­
tratarse por el personal de diálisis y a veces se relacionan con la sorción (osteoblastos) y reabsorción (osteoclastos) del hueso, así
falta de una vasoconstricción adecuada a medida que se extrae como por un aumento del hueso no mineralizado (osteoide), con
líquido. un incremento del grosor de la matriz osteoide. Esto suele deberse
Los pacientes con ERT se han evaluado con una versión al depósito de osteoide en el hueso, secundario a la presencia de
modificada del Sistema de Evaluación de los Síntomas de este metal en el agua de diálisis y en los quelantes de fosfato que
Edmonton (al que se añadió el prurito). Por tanto, pueden esta­ contienen aluminio.
blecerse comparaciones con otras poblaciones de pacientes,
como los que tienen un cáncer. Los síntomas descritos con Enfermedad adinám ica ósea
más frecuencia son la fatiga (92%), la disminución del bienestar
(92%), la anorexia (83%) y el prurito (73%), aunque los más gra­ La enfermedad adinámica ósea se caracteriza por una disminución
ves fueron el dolor, el prurito y la fatiga4. El insomnio también del recambio óseo y una reducción de los osteoblastos y osteoclas­
es muy molesto y lo refiere el 50-90% de los pacientes de diá­ tos. A diferencia de la osteomalacia, no se produce un aumento de
lisis. Muchos tienen trastornos del sueño primarios específicos, la formación de osteoide o de hueso no mineralizado. La frecuen­
como apnea del sueño, trastorno de movimientos periódicos cia de la enfermedad adinámica ósea ha aumentado en la última
de las piernas y síndrome de piernas inquietas. La depresión década y, en la actualidad, representa la principal lesión ósea en
también se observa en el 15-50% de los pacientes con ERT. La pacientes tanto de diálisis peritoneal como de hemodiálisis, de
depresión y el insomnio en la ERT se asocian de forma significa­ modo que afecta al 20-60% de ellos, dependiendo de la región geo­
tiva con la carga sintomática5. El número y la gravedad de estos gráfica6. La causa probable de la enfermedad adinámica ósea es la
síntomas notificados se parecen a los que refieren los pacientes supresión de la liberación de PTH inducida por el uso de carbo­
hospitalizados en contextos de cuidados paliativos con cáncer. nato cálcico y calcitriol. Esto puede verse exacerbado por la malnu­
La carga sintomática es muy predictiva de todos los dominios trición. Algunos pacientes desarrollan una enfermedad adinámica
de calidad de vida relacionada con la salud (CVRS), y el cambio ósea pese a un hiperparatiroidismo persistente, lo que sugiere que
de la carga es muy predictivo de la modificación de la CVRS4. el propio calcitriol puede suprimir de forma directa la actividad
Sin embargo, la carga sintomática y la CVRS no se correlacionan osteoblástica y contribuir a la enfermedad adinámica ósea7.
bien con las evaluaciones clínicas objetivas, incluidos los pará­
metros bioquímicos como la idoneidad de la diálisis, la albúmina Amiloidosis relacionada con la diálisis (ARD)
sérica, la hemoglobina o las concentraciones del calcio y el
fósforo. Esto subraya la relevancia de los esfuerzos p o r mejorar La ARD suele aparecer en los pacientes sometidos a diálisis a largo
la carga sintomática con el fin de optimizar los cuidados y maxi­ plazo y consiste en el depósito de amiloide en el hueso, articula­
mizar la CVRS. ciones y membrana sinovial. El amiloide se compone sobre todo
de (32-microglobulina y se parece a otras formas de amiloide por
su tinción con rojo Congo y por que muestra una birrefringencia
FISIOPATOLOGÍA de color verde manzana con luz polarizada. La (32-microglobulina
La descripción de la fisiopatología en este capítulo se limita a la puede tener una afinidad elevada por el colágeno, lo que podría
de los síndromes dolorosos que se observan en la ERC. explicar el predominio de la enfermedad ósea y articular. La inci­
dencia de ARD se relaciona estrechamente con la duración de la
diálisis. En un estudio post mórtem prospectivo se observó el
Osteodistrofia renal depósito de amiloide en el 2 1% de los pacientes con un tratamiento
de hemodiálisis de menos de 2 años, en el 50% con 4-7 años, en el
Los cambios del metabolismo mineral y de la estructura ósea son 90% con 7-13 años y en el 100% con más de 13 años8. En compara­
casi universales en los pacientes con ERC. Existen tres tipos prin­ ción, la prevalencia clínica de enfermedad es nula a los 5 años, pero
cipales de enfermedad ósea en la ERC avanzada, que se denomi­ aumenta al 50% a los 12 años, y a casi el 100% a los 20 años9.
nan de forma colectiva osteodistrofia renal.

Osteítis fibrosa Arteriolopatía urémica calcificante


La osteítis fibrosa se caracteriza po r un aumento del recambio La «calcifilaxia» es la presentación clínica de la calcificación metas-
óseo debido al hiperparatiroidismo secundario. A medida que tásica de los tejidos blandos y la necrosis en la piel y los órganos
el filtrado glomerular disminuye, se retiene fósforo. Se han pro­ viscerales. Algunos médicos han usado de forma confusa este
puesto tres teorías principales, que no son mutuamente exclu- término para describir un trastorno relativamente infrecuente,
yentes, para explicar por qué la hiperfosfatemia favorece la pero grave, que aparece de forma casi exclusiva en la ERT y que
liberación de hormona paratiroidea (PTH): 1) hipocalcemia, se caracteriza por isquemia tisular y un moteado violáceo dolo­
2) disminución de la formación de vitamina D activa y disminu­ roso de la piel que puede progresar a la formación de úlceras y
ción de la sensibilidad ósea a la vitamina D y 3), efecto directo de escaras. La patogenia y la histología de los dos trastornos son dife­
la hiperfosfatemia para aumentar la expresión génica de la PTH. rentes. En el modelo animal original, la calcificación se observó

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Insuficiencia renal I C A P Í T U L O 8 2 445

en los tejidos subcutáneos sin calcificación de los vasos, lo que óseos, la espondiloartropatía, las fracturas patológicas y la tume­
constituye el signo patognomónico de la calcifilaxia en el ser facción dolorosa articular, sobre todo en forma de periartritis
humano. Por tanto, un término más apropiado para el trastorno escapulohumeral. El depósito de amiloide puede producirse en
en la ERT es el de arteriolopatía urémica calcificante (AUC), por­ los tejidos subcutáneos y la piel, y con menos frecuencia en la
que representa la fisiopatología subyacente. La incidencia de mucosa rectal, el hígado, el bazo y los vasos sanguíneos.
AUC parece estar en aumento, en parte debido a la práctica
actual de tratar el hiperparatiroidismo con dosis altas de calcio Arteriolopatía urémica calcificante
y calcitriol; se han descrito frecuencias de hasta el 4,5 por 100
pacientes-años1 °. La AUC se caracteriza por necrosis isquémica en la dermis, en
La patogenia de la AUC sigue sin estar clara. Parece deberse a la grasa subcutánea y, en ocasiones, en el músculo. El moteado
múltiples fenómenos predisponentes y/o sensibilizantes que sue­ cutáneo violáceo doloroso (livedo reticularis) puede progresar
len existir en el contexto urémico, como la elevación de la PTH, a la formación de placas no ulcerativas bien delimitadas (que se
el aumento del producto calcio-fosfato y la mayor prescripción cree que representan una forma precoz y potencialmente evita­
de los compuestos de vitamina D. El sexo femenino, la obesi­ ble de la enfermedad), pero puede diagnosticarse erróneamente
dad mórbida y la raza caucásica también parecen ser factores de como una celulitis10. Si no se trata, la mayoría de los pacientes
riesgo. Se cree que determinadas influencias precipitantes inician progresan a la formación de úlceras y escaras que a menudo se
el proceso, como la albúmina intravenosa, una intensa pérdida sobreinfectan (fig. 82-1). Los múltiples nodulos subcutáneos dolo­
de peso reciente, los traumatismos o las inyecciones locales, un rosos corresponden a depósitos subcutáneos de calcio. La mortali­
estado de hipercoagulabilidad, la warfarina y el uso de corticoides dad es elevada si las lesiones se ulceran. La sepsis y los fenómenos
y otros inmunosupresores. Los factores de riesgo establecidos con­ isquémicos son las dos causas principales de mortalidad. Incluso
llevan distintos riesgos relativos de AUC11. La fibrosis de la íntima con un tratamiento agresivo, hasta un 60-89% de los pacientes
con las calcificaciones, las calcificaciones murales masivas de las con AUC fallecen de sepsis. El pronóstico puede verse influido
arteriolas y la formación de trombos en las vénulas pueden expli­ por la localización de las lesiones cutáneas. Las lesiones proxima-
car los cambios isquémicos asociados con la AUC. les situadas en el abdomen, los muslos o las nalgas tienen un peor
pronóstico que las ubicadas en zonas distales, como las manos,
dedos de la mano, codos o por debajo de las rodillas. Las lesio­
Poliquistosis renal nes distales pueden simular una enfermedad vascular periférica
aterosclerótica.
El dolor es habitual en la poliquistosis renal (PQR) autosómica
dominante, que afecta a alrededor del 60% de los pacientes. Se
ha publicado una revisión de la inervación sensitiva y neurove- Poliquistosis renal
getativa de los riñones y la fisiopatología del dolor en un trabajo En la PQR son frecuentes los síndromes dolorosos tanto agudos
reciente12. Los síndromes dolorosos asociados con la PQR se des­ como crónicos. Los quistes infectados pueden causar un cuadro
criben más adelante. de dolor agudo difuso uni o bilateral con fiebre. El dolor per­
manece localizado en una zona, sin irradiación ni alivio con los
cambios de posición. Debido a que los quistes pueden no estar
MANIFESTACIONES CLÍNICAS comunicados con el tracto urinario, los urocultivos pueden ser
negativos. La rotura de los quistes puede causar dolor agudo loca­
Osteodistrofia renal lizado con o sin hematuria macroscópica. Una hemorragia en un
Los síntomas causados por la osteodistrofia renal no suelen apa­ quiste más voluminoso puede causar dolor referido a otra localiza­
recer hasta que el paciente recibe tratamiento con diálisis y la ción en el abdomen o los hombros. El dolor debido a la rotura de
enfermedad está avanzada. Los pacientes con osteítis fibrosa pre­ un quiste suele resolverse de forma espontánea a lo largo de 2-7
sentan dolor óseo y articular con el ejercicio en las localizaciones <ñas. Si se rompe un quiste renal superficial, la hemorragia puede
esqueléticas sometidas a estrés biomecánico. El dolor en reposo, causar un hematoma subcapsular. En tal caso, el paciente puede
el dolor localizado, las fracturas patológicas o las deformidades presentar un dolor leve continuo hasta que se reabsorba el hema­
óseas sugieren otros problemas, como la osteomalacia, amiloido- toma. En un 20-30% de los pacientes con PQR se producen cólicos
sis, enfermedad adinámica ósea u osteoporosis concomitante. La renales por nefrolitiasis, debido a la deformidad anatómica y a la
osteítis fibrosa puede asociarse a un síndrome de ojo rojo debido estasis urinaria. Puede causar un dolor intenso y súbito típico de
al depósito de calcio en la conjuntiva. El depósito de calcio en los cólico renal, con irradiación a la ingle.
tejidos blandos, la miopatía proximal, las roturas tendinosas, la El dolor crónico puede deberse a un aumento del perímetro
seudogota (cristales de pirofosfato cálcico deshidratado), las seu- abdominal, secundario a unos quistes dilatados, con una lordosis lum­
cloacropaquias (por la pérdida erosiva de los extremos óseos) y bar acompañante y a unos cambios vertebrales degenerativos acele­
la AUC pueden observarse en la osteítis fibrosa. La osteomalacia rados. Los pacientes desarrollan estenosis raquídea y radiculopatías.
se presenta con dolor óseo (que puede ser localizado) y fracturas. Los quistes también pueden causar dolor crónico debido a la com­
Los pacientes con enfermedad ósea adinámica son propensos a presión sobre los tejidos circundantes o a la distensión de la cápsula
sufrir dolor óseo y articular en reposo y con el esfuerzo, fracturas, renal. Este dolor crónico y estacionario es bien localizado (por lo
deformidades esqueléticas e hipercalcemia. La incidencia de frac­ general, en la zona anterior del abdomen en lugar de en la región
tura de cadera es 14 veces mayor para los varones con ERT que en lumbar) y suele agravarse por la bipedestación y la deambulación12.
la población general, y 17 veces mayor para las mujeres13.
DIAGNÓSTICO

Amiloidosis relacionada con la diálisis Osteodistrofia renal


El depósito tisular de amiloide se produce antes que cualquier La absorciometría dual de rayos X (DEXA) se utiliza de forma gene­
otra manifestación clínica o radiográfica. Las principales manifes­ ralizada para medir la densidad mineral ósea. Su papel en la eva­
taciones clínicas son el síndrome del túnel carpiano, los quistes luación de la enfermedad ósea en la ERC no está bien establecido.

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446 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

FIG U RA 82-2 Signos radiográficos en la osteítis fibrosa. A, Acroosteólisis de


las falanges terminales y calcificaciones periarticulares. B, Tumor pardo en la
mano (flecha). (Fotografías por cortesía del Dr. Robert Lambert.)
FIG U RA 82-1 Arteriolopatía urémica calcificante (calcifilaxia). A, Placas
confluentes en la pantorrilla (las flechas indican los bordes). Algunas los cambios radiográficos de enfermedad adinámica ósea suelen
zonas cutáneas están eritematosas, lo que se confunde con facilidad con aparecer después de los signos y síntomas clínicos. En cualquier
una celulitis simple. B, Ulceración extensa en el mismo paciente 3 meses caso, los signos radiográficos no establecerán el tipo de enferme­
después. La escara de color negro se ha desbridado con cirugía. C, Placas de dad ósea. La biopsia ósea es el patrón oro para establecer el tipo
calcifilaxia, de las que algunas han comenzado a ulcerarse. (Fotografíaspor de enfermedad renal ósea, porque ninguna combinación de pará­
cortesía del Dr. Adrian Fine.) metros bioquímicos es precisa. Existen controversias sobre las
indicaciones exactas de la biopsia.

La DEXA informa sobre el contenido mineral óseo global o la den­ Amiloidosis relacionada con la diálisis
sidad, pero no sobre el recambio óseo ni sobre la estructura del
hueso, donde aparecen las principales anomalías en la osteodistro- El diagnóstico depende de las características clínicas típicas, respalda­
fia renal. Los niveles circulantes de PTH intacta predicen la presen­ das por la documentación del depósito tisular de amiloide (mediante
cia y la gravedad del hiperparatiroidismo, pero pueden no predecir biopsia sinovial o aspirado del derrame articular) o por el cuadro
la enfermedad subyacente del hueso. Las radiografías óseas pueden radiográfico característico de múltiples quistes óseos. Los quistes
aportar una información esencial. Las localizaciones recomendadas suelen aparecer en los extremos de los huesos largos. Contienen
son las manos, los hombros, el cráneo, la columna vertebral y la amiloide, aumentan de tamaño con el tiempo y pueden asociarse a
pelvis. En la osteítis fibrosa se observa una reabsorción y depósito fracturas patológicas de los huesos del carpo, los dedos de la mano,
óseos acelerados. Se puede observar reabsorción subperióstica, las cabezas femoral y humeral, el acetábulo, la meseta tibial o la por­
pérdida reabsortiva del hueso de las zonas acras (falanges termi­ ción distal del radio. Esto puede confundirse con los tumores par­
nales, extremos distales de las clavículas y cráneo), reabsorción en dos de la osteítis fibrosa. LaARD también puede confirmarse en los
el interior del hueso cortical (estriación longitudinal), reabsorción tejidos extraarticulares mediante el aspirado de la almohadilla grasa
endóstica (adelgazamiento cortical) y tumores pardos (fig. 82-2). subcutánea, una biopsia rectal submucosa y la ecocardiografía bicli-
La osteosclerosis en los tercios superior e inferior de la vértebra mensional. La biopsia cutánea suele ser negativa. La ecografía puede
puede dar lugar a una columna en «jersey de rugby». Las calcifi­ ser útil en la ARD del hombro. Puede detectar un aumento del gro­
caciones de los tejidos blandos (vasculares, periarticulares y bol­ sor del manguito de los rotadores, así como un engrasamiento de la
sas sinoviales) son frecuentes. A diferencia de la osteítis fibrosa, membrana sinovial de la cabeza larga del bíceps.

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Insuficiencia renal I C A P Í T U L O 8 2 447

Arteriolopatía urémica calcificante Además, existen unas barreras especiales que deben supe­
rarse en la ERC. La com unidad m édica no reconoce p o r com­
No se dispone de ninguna prueba de laboratorio para la AUC. El p leto la m agnitud y gravedad de la carga sintomática, lo que
aumento de las concentraciones plasmáticas de la PTH, el fosfato deriva en una falta de atención clínica y de investigación. La
y el calcio es un dato constante, pero no siempre se encuentran elevada incidencia de enfermedades concurrentes, polimedi-
todas estas anomalías. El diagnóstico suele sugerirse por las lesio­ cación y el hecho de tratarse de una población anciana, com­
nes cutáneas isquémicas características. La AUC es más difícil de plican el tratam iento del dolor debido a la mayor toxicidad y
diagnosticar cuando se manifiesta con placas no ulcerantes que a los efectos adversos de los analgésicos. Además, los efectos
pueden diagnosticarse erróneamente como celulitis o con gan­ adversos pueden enmascararse p o r los síntomas urémicos, lo
grena periférica sin lesiones cutáneas. En este último contexto, se que causa una retirada inadecuada de la analgesia. Uno de los
debe excluir que se trate de aterosclerosis, ateroembolias o vas­ mayores obstáculos es la alteración de la farm acocinética y
culitis. Los pacientes afectados suelen carecer de otros signos de la farmacodinámica de los analgésicos en la ERT, así como el
vasculitis y, a diferencia de la aterosclerosis, sus pulsos periféricos mayor riesgo de toxicidad. Esto ha dado lugar a reticencias
están intactos y existe una afectación frecuente de las extremi­ a la hora de prescribir analgésicos, sobre todo opiáceos, en
dades superiores. Los estudios radiográficos pueden mostrar una esta población de pacientes. A pesar de un increm ento de la
calcificación ectópica de los tejidos blandos. El diagnóstico se prevalencia del dolor crónico, el uso de analgésicos h a dismi­
puede confirmar mediante biopsias cutáneas que revelan una cal­ nuido en los últimos años. El estudio DOPPS (Estudio sobre
cificación de la media arteriolar, una hiperplasia de la íntima y/o los Resultados y los Patrones de Práctica en Diálisis) comparó
proliferación, trombosis, calcificación de los adipocitos y necrosis el uso de analgésicos en el período 1997-2000, con un total
isquémica subcutánea sin vasculitis. Las arteriolas subcutáneas de 3.749 pacientes en 142 centros de Estados Unidos16. El
afectadas suelen oscilar de 30 a 600 [im (promedio, alrededor de porcentaje de pacientes que utilizaban analgésicos disminuyó
100 |xm). La biopsia cutánea puede ser peligrosa, porque suele del 30 al 24%. El uso de opiáceos bajó del 18 a menos del
producirse una ulceración en la incisión de la misma en 2-6 sema­ 15% y el de paracetam ol bajó del 11 al 6%. En este estudio, el
nas. La mayoría de los casos se pueden confirmar mediante gam- 74% de los pacientes con un cuadro de dolor que interfería
magrafía ósea, que muestra una captación anómala en las áreas de con el trabajo no recibía analgésicos. Estos hallazgos concuer-
depósito cálcico. La presión transcutánea de oxígeno (PTCO2) es dan con otros informes, en los que el 35% de los pacientes
anormalmente baja, lo que revela una insuficiencia arterial, incluso de hemodiálisis con dolor crónico no recibían analgésicos a
si la piel está intacta. pesar de que la mayoría tenía un dolor moderado o grave; en
menos del 10% de los pacientes se habían prescrito opiáceos
p o tentes3.
Poliquistosis renal
El diagnóstico de PQR autosómica dominante se apoya en unos
antecedentes familiares positivos y en la presencia de riñones
voluminosos con múltiples quistes en la ecografía o la TC. Sin
embargo, el 25-40% de los casos nuevos no tienen antecedentes Tratamiento farmacológico
familiares14. Existen criterios para modificar el diagnóstico en fun­ del dolor
ción de la edad con el fin de minimizar los resultados falsos nega­
tivos y falsos positivos15. En los pacientes menores de 30 años de Dada la falta de datos farmacocinéticos y farmacodinámicos, es
edad, se requiere la presencia de al menos 2 quistes (uni o bila­ difícil recomendar con seguridad unos algoritmos específicos para
terales). Los quistes renales simples son infrecuentes en estos el tratamiento del dolor en la ERT. En la actualidad, la escala anal­
pacientes y pocas veces son múltiples o bilaterales. En los pacien­ gésica de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el dolor
tes de 30-59 años, debe haber al menos dos quistes en cada riñón oncológico también se recomienda para el dolor crónico no onco­
para establecer el diagnóstico de PQR. El requisito de la afectación lógico; puede adaptarse e integrarse con el tratamiento del dolor
bilateral ayuda a distinguir la PQR de la enfermedad quística locali­ crónico debido a la ERC. Los analgésicos deben seleccionarse con
zada del riñón, que es unilateral y no se asocia a insuficiencia renal cuidado, teniendo en cuenta las alteraciones farmacocinéticas y
progresiva. En los pacientes mayores de 60 años, se requiere la farmacodinámicas.
presencia de cuatro o más quistes en cada riñón, pues los quistes La mayoría de la información sobre el uso de opiáceos en
simples múltiples son relativamente habituales en estos pacien­ la ERC procede de la experiencia con la morfina. Los datos clí­
tes. La presencia de quistes en el hígado, páncreas y bazo y/o un nicos sugieren que los pacientes con insuficiencia renal son
aumento del tamaño renal ayuda a establecer el diagnóstico de especialmente susceptibles a los efectos tóxicos de la morfina.
PQR en los casos problemáticos. En pacientes con insuficiencia renal se han descrito náuseas,
vómitos, mioclonías y crisis comiciales, así como analgesia, seda­
ción y depresión respiratoria profundas con el uso de morfina.
TRATAMIENTO Existen varias hipótesis para explicar esto, como el aumento de
la circulación enterohepática de la morfina y la acumulación de
Obstáculos para la evaluación y el tratamiento los metabolitos activos morfina-6-glucurónido (M6G) y morfina-
del dolor 3-glucurónido (M3G). Debido a estos efectos adversos, suelen
recomendarse opiáceos potentes alternativos. Se ha sugerido
El tratamiento actual de los síntomas físicos y psicológicos en que la hidromorfona, metadona y el fentanilo se toleran mejor en
los pacientes con PQR es inadecuado. Esto es especialmente esta población de pacientes (tabla 82-2). Sin embargo, los datos
cierto para el dolor. El tratamiento inadecuado no es exclusivo de estos opiáceos siguen siendo limitados, y la evidencia corres­
de la nefrología, y al igual que sucede con otras poblaciones de ponde a casos aislados17.Al igual que en el contexto no renal, se
pacientes, los factores relacionados con el paciente suponen un pueden emplear adyuvantes en indicaciones concretas (p. ej.,
problema principal. Los pacientes con ERT pueden no solicitar dolor neuropático), pero en el contexto de la ERC hay que ser
asistencia médica hasta que el dolor sea grave. Pueden creer que cauteloso (tabla 82-3).
necesitan analgésicos, sobre todo opiáceos potentes, sólo «cuando También existe una falta de protocolos probados de forma sis­
sea absolutamente necesario». El miedo a la adicción es habitual. temática para síntomas distintos al dolor en la ERC. Las técnicas
Existe una falta de entrenaminento sobre la evaluación y el trata­ de tratamiento sintomático usadas habitualmente en la ERC se
miento del dolor en los programas de formación sobre nefrología presentan en la tabla 82-4. A continuación, se describen los aspec­
para personal de enfermería y médico. tos de los síndromes dolorosos específicos.

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448 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

H T A B L A 8 2 -2 A nalgésicos e n la e n fe rm e d a d renal crónica

CLAS E F A R M A C O LÓ G IC A C O N T R O L REN AL C O M EN TA R IO S

ANALGÉSICOS NO
OPIÁCEOS

Antiinflamatorios no Eliminados por excreción renal. Agravan la retención de sodio y agua, la hipertensión, la
esteroideos (AINE) hiperpotasemia y la mayor pérdida de la función renal en la
ERC. Aumentan la toxicidad digestiva en caso de uso crónico
en la ERC, aunque son eficaces para el tratamiento del dolor.
Paracetamol Metabolismo hepático; el 2-5% se elimina sin cambios en No se requiere ajuste de dosis en la ERC. Acumulación de
la orina. metabolitos inactivos en la ERC. Analgésico de elección para
el dolor leve-moderado en la ERC.
Tramadol Metabolismo hepático. En la orina se excretan metabolitos Se requiere ajustar la dosis en la ERC. La dosis máxima con un
activos; el 30% se excreta sin cambios por la orina. aclaramiento de creatinina < 3 0 mi es de 100 mg/12 h. Se
asocia a un menor umbral comicial en la ERC. Debe usarse
con extrema precaución.

OPIÁCEOS DÉBILES
Codeína Metabolismo hepático para formar morfina y norcodeína; Se han descrito varios casos de narcosis prolongada en la
conjugación para formar glucurónidos y sulfatos. Los ERC. Puede producirse una toxicidad profunda diferida tras
metabolitos se excretan en la orina y se acumulan en la dosis mínimas. Algunos pacientes pueden tolerarla bien.
ERC. Debe usarse con extrema precaución en la ERC.
Dextropropoxifeno Excreción renal, con disminución de la eliminación y Se asocia con toxicidad del sistema nervioso central y
acumulación de metabolitos activos en la ERC. cardíaca en la ERC. No se recomienda su uso en la ERC.

OPIÁCEOS POTENTES
Morfina El 5-10% se excreta sin cambios en la orina. Metabolismo La administración crónica no se tolera bien en la ERC y
hepático para producir metabolitos activos (morfina no se recomienda. Debe usarse con precaución para el
3- y 6- glucurónidos) que se excretan en la orina y se tratamiento del dolor agudo.
acumulan en la ERC.
Metabolismo hepático para producir hidromorfona-3- Mejor tolerada que la morfina en la ERC. Puede ser un
glucurónido; los conjugados se excretan en la orina y se analgésico eficaz más seguro para su uso en la ERC si se
acumulan en la ERC. monitoriza con precaución.
Excreción sobre todo fecal; alrededor del 20% se excreta Puede ser un analgésico eficaz más seguro para su uso en la
sin cambios en la orina. No hay evidencias de su ERC si se monitoriza con precaución.
acumulación en la ERC.
Metabolismo hepático rápido; el 5-10% se excreta sin cambios Los parches transdérmicos pueden ser un analgésico eficaz
en la orina. Datos contradictorios, aunque parece haber una más seguro para su uso en la ERC si se monitoriza con
acumulación en la ERC en la mayoría de los estudios. precaución.
Eliminación sobre todo por metabolismo hepático; < 10% de Debe usarse con extrema precaución en la ERC. Considerar
excreción sin cambios en la orina. A pesar de ello, acumulación otro opiáceo.
del compuesto original y de los metabolitos en la ERC.
5 % de excreción sin cambios en la orina. Metabolismo No se recomienda usarlo en la ERC debido a la acumulación
hepático para formar metabolitos activos e inactivos que de norpetidina y a los efectos neuroexcitadores asociados,
se excretan por la orina y se acumulan en la ERC. así como al riesgo de convulsiones.

ERC, Enfermedad renal crónica.

Amiloidosis relacionada con la diálisis otras cosas consiste en mantener un producto calcio-fosfato nor­
mal y realizar una paratiroidectomía si es apropiado. Dada la ele­
Los analgésicos son de ayuda en el dolor periarticular y óseo. vada mortalidad, sobre todo con las lesiones ulceradas, es esencial
Debido a que la ARD es una enfermedad progresiva, la corrección un diagnóstico y tratamiento precoces. No se dispone de pautas
quirúrgica precoz de complicaciones como el síndrome del túnel terapéuticas definitivas, debido a que se desconocen los mecanis­
carpiano es obligatoria. Otras intervenciones son: mos patogénicos. La mayor experiencia publicada de un solo cen­
• Cirugía artroscópica o abierta de la articulación (p. ej., hombro) tro recomienda un tratamiento de prueba con esteroides para la
con extracción de la membrana sinovial infiltrada por el amiloide. enfermedad no ulcerante. Una vez que se desarrolla la ulceración,
• Legrado e injerto óseo de los quistes amiloides en el cuello la mortalidad aumenta de forma espectacular. La mayoría de los
femoral para aliviar el dolor de cadera. trabajos publicados recomiendan normalizar las concentraciones
• Sustitución protésica de las articulaciones enfermas. séricas de calcio, fósforo y PTH. Esto suele requerir la interrup­
• Trasplante renal. Normaliza la concentración plasmática de ción de los complementos de vitamina D, el uso de un dializado
(32-microglobulina y el dolor articular se resuelve con rapidez. bajo en calcio y de quelantes de fósforo que no contengan cal­
También puede producirse la regresión de los depósitos de cio, así como la realización de una paratiroidectomía quirúrgica
amiloide. Los quistes óseos se resuelven más despacio. para los casos de elevación marcada de la PTH refractaria al cal-
citriol. Cuando existe una infección secundaria de una ulceración
cutánea que no cicatrice, se requiere una administración intensiva
Arteriolopatía urémica calcificante de antibióticos sistémicos y un desbridamiento repetido. Se ha
descrito el uso con éxito de oxigenoterapia hiperbárica para ele­
El tratamiento óptimo de laAUC es la prevención (eliminación de var la PTC02. En los pacientes que muestren una AUC progresiva o
los factores sensibilizantes o precipitantes conocidos), que entre persistente a pesar de estas medidas, hay que valorar la retirada de

P A R T E II EL P A C I E N T E
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Insuficiencia renal I C A P Í T U L O 8 2 449

T A B L A 8 2 -3 Fármacos adyuvantes para el tratamiento del dolor y los síntomas en la enfermedad renal crónica

CLAS E C O N T R O L REN A L CO M E N TA R IO S
F A R M A C O LÓ G IC A

ANTIDEPRESIVOS TRICÍCLICOS

Metabolismo hepático 10-100 mg/24 h No suele ser necesario modificar la dosis en la ERC, pero
(citocromo P-450), < 5 % puede tolerarse mal debido a los efectos secundarios
se excreta en la orina sin anticolinérgicos frecuentes. Disminuye el umbral
modificar. comicial.
Metabolismo hepático como el 10-150 mg/24 h Menos sedante y menos efectos secundarios
anterior. anticolinérgicos, por lo que puede que se tolere mejor
que la amitriptilina en la ERC.
ANTICOMICIALES

Carbamazepina Metabolismo hepático. 200 mg/24 h, incrementar cada No requiere ajuste de dosis en la ERC. Los efectos pueden
semana hasta lograr eficacia tardar 2-3 días en aparecer. Las concentraciones
o toxicidad, o hasta una dosis plasmáticas disminuyen por otros anticomiciales.
máxima de 1.600mg
Ácido valproico Metabolismo hepático y 200 mg/24 h, incrementar hasta Bien tolerado. Interacciona con otros anticomiciales.
eliminación renal. el control del dolor, o hasta una
dosis máxima de 1.000 mg
Gabapentina Excreción sin cambios por 100-300 mg tras diálisis o al Se han descrito casos de acumulación de gabapentina
el riñón. Se acumula en la acostarse y de neurotoxicidad en la ERC cuando se usan
insuficiencia renal. > 3 0 0 mg/día. Se usa en el dolor neuropático y para
el síndrome de las piernas inquietas.
Benzodiazepinas Evitar las benzodiazepinas de No se requieren ajustes de dosis para la mayoría de las
acción prolongada en la ERC. benzodiazepinas en la ERC.
Temazepam 7,5-15 mg al acostarse Utilizado para el insomnio.
Flurazepam 15-30mg al acostarse Utilizado para el insomnio.
Lorazepam 0,5-1 mg/24 h Utilizado para el insomnio.
El fabricante no lo recomienda en la ERT.
Oxazepam 10-30mg/6-8h Utilizado para el insomnio y la ansiedad.
Clonazepam 0,5-2 mg/24 h Utilizado para la ansiedad y el síndrome de las piernas
inquietas.

ERC, Enfermedad renal crónica; ERT, enfermedad renal terminal.

la inmunosupresión. Cada vez se presta más atención al tiosulfato del dolor lumbar se ha descrito en otros capítulos y pueden inten­
sódico intravenoso como tratamiento adyuvante en los pacientes tarse modalidades como la fisioterapia, la estimulación nerviosa
con lesiones necróticas calcifilácticas debilitantes. Se necesitan eléctrica transcutánea (TENS), la inyección en los puntos gatillo,
estudios prospectivos para evaluar su seguridad y eficacia antes la acupuntura y el bloqueo de los plexos neurovegetativos. Sin
de poder recomendarlo como estándar de asistencia. La respuesta embargo, si las medidas conservadoras fracasan, puede que sea
a cualquier régimen terapéutico nunca está garantizada, y el pro­ necesario recurrir a una intervención quirúrgica, como la descorti-
nóstico asociado a laAUC sigue siendo malo. cación laparoscópica del quiste (destechamiento y colapso de los
quistes) y su marsupialización. Esto suele reservarse para los casos
de dolor grave atribuido a quistes mayores de 5 cm de diámetro.
Poliquistosis renal En algunos pacientes que evolucionen hacia una ERT, o que ya la
padezcan, puede que la nefrectomía sea la única opción para el
Los fármacos con una buena capacidad de penetrar en el quiste,
control del dolor12.
como la trimetoprima-sulfametoxazol, el metronidazol y las fluoro-
quinolonas, son necesarios para los quistes infectados. Las prosta-
glandinas renales pueden ser un factor contribuyente esencial en
el cólico renal: la obstrucción ureteral aguda por un cálculo puede FÁRM ACO S DE ELECCIÓN
incrementar la presión renal con liberación de prostaglandinas, Las propiedades de los analgésicos y de los fármacos adyuvantes
lo que causa vasodilatación de las arteriolas aferentes e inhibe la disponibles para el control del dolor y de otros síntomas se descri­
hormona antidiurética. Esto produce diuresis y un mayor aumento ben en las tablas 82-2 a 82-4.
de la presión renal. Los inhibidores de las prostaglandinas, como
los AINE, parecerían ser la opción evidente en el cólico renal y
pueden ser igual de eficaces que los opiáceos. Sin embargo, los TRATAMIENTO DE SOPORTE
opiáceos siguen siendo la piedra angular del tratamiento anal­
gésico para el cólico renal agudo, incluso aunque no influyan en Debido a la carga significativa de síntomas físicos y psicológicos,
las prostaglandinas renales. Debido a la compresión y distorsión así como al compromiso de la CVRS, la retirada de la diálisis es una
de los cálices renales, las modalidades terapéuticas, como la ure- de las causas más frecuentes de mortalidad en la ERT. Es un hecho
teroscopia y la litotricia con ondas de choque extracorpóreas son bien aceptado que, en algunos pacientes, los beneficios de la diá­
más difíciles en la PQR y puede que no sean tan eficaces. Por este lisis se ven superados por el sufrimiento físico y psicológico, así
motivo, los pacientes pueden tener cólicos renales prolongados y como por una CVRS inaceptable. La depresión también es un fac­
repetidos cuando se someten a tratamiento médico. El tratamiento tor que aparece como complicación en el 15-50% de los pacientes.

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450 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

T A B L A 8 2 -4 Directrices para el tratamiento de los síntomas en la enfermedad renal crónica

TR A T A M IE N T O P O S O L O G ÍA CO M E N TA R IO S

Quinina 300-600 mg/24hv.o. Administrar antes de la diálisis.


Vitamina E 400 UI/24 h v.o. Administrar antes de la diálisis.
Benzodiazepinas Véase tabla 82-3 Administrar antes de la diálisis.
Carnitina 1-2g i.v. durante la diálisis Prueba durante 3 meses; también se usa para la
miocardiopatía y la anemia refractaria.
Síndrome de las Benzodiazepinas Véase tabla 82-3 Puede administrarse en dosis divididas a lo largo del día
piernas inquietas Carbidopa/levodopa 25/100-100/400 mg al acostarse a demanda
Pergolida 0,1-1 mg al acostarse También se usa para el dolor neuropático
Gabapentina 100mg/8-12h a demanda
Clonidina 0,1 -0,2 mg al acostarse o cada 12 h
Opiáceos Véase tabla 82-3 Pueden ser eficaces en los casos graves y refractarios
Crema de hidroxiurea Cada 6-12 h
Crema de capsaicina Cada 6-12 h
Hidroxizina clorhidrato 25 mg/8h
Mayor efecto si se asocia a los opiáceos y sedantes.
Ketotifeno 1-2mg/12h v.o.
También se usa para las náuseas
Ondansetrón 4-8 mg/12 h v.o.
Pocos ensayos clínicos.
Colestiramina 5 mg/12 h v.o.
Pocos ensayos clínicos; no se acumula en la ERC.
Luz ultravioleta UVB 3 veces a la semana
Eficaz, pero puede interferir con la absorción de otros
fármacos.
Eficaz, pero incómoda.
Megestrol Se han usado 40-400mg/24h v.o. en la ERC Datos limitados.
Dronabinol 2,5-5 mg/8-12 h v.o. Datos limitados.
Prednisona Se han usado 10-20 mg/12-24h v.o. en la Datos limitados.
ERT
Letargo, fatiga, Metilfenidato 5-10 m g v.o. por la mañana y a mediodía Psicoestimulante.
insomnio Benzodiazepinas Véase tabla 82-3 Puede ser una medida a largo plazo, por lo que deben
Zopiclona 7,5 m g al acostarse usarse fármacos de corta duración de acción y con un
bajo potencial de adicción.
Los signos y síntomas de depresión pueden agravarse.
Metoclopramida 5 mg/6 h Aumento de los efectos secundarios extrapiramidales
Hidroxizina clorhidrato 25 mg/8h en la ERC.
Ondansetrón 4-8 mg/12 h v.o Aumento del efecto cuando se usa asociada a los
opiáceos y sedantes; también se usa para el prurito.
También se usa para el prurito en la ERC.
ERC, Enfermedad renal crónica; ERT, enfermedad renal terminal; i.v.,intravenoso;UI, unidades internacionales; v.o., vía oral.

La mayoría tiene una pérdida significativa de control por la diá­ vida de forma indefinida con diálisis. La negación y otros mecanis­
lisis y las limitaciones físicas y dietéticas asociadas. Por tanto, la mos similares de afrontamiento suelen utilizarse para adaptarse a
asistencia exhaustiva de la ERT requiere no sólo tener experiencia la vida con diálisis. La mayoría de los pacientes sometidos a diálisis
con todos los aspectos médicos y técnicos de la diálisis de mante­ parecen negar o no advertir su incómoda dependencia de un tra­
nimiento (como el tratamiento del dolor y de los síntomas), sino tamiento vital y tina posible muerte inminente. La negación puede
también una planificación anticipada de las decisiones (PAD), así ser un mecanismo de afrontamiento eficaz al principio de la enfer­
como prestar atención a los aspectos éticos, psicosociales y espiri­ medad, cuando el diagnóstico es abrumador y ha habido poco
tuales relacionados con el comienzo, continuación, no aplicación tiempo para adaptarse. La continuación de la negación puede
e interrupción de la diálisis. La PAD permite que los pacientes y suponer una barrera para una comunicación eficaz y evitar que
las familias se preparen para el fallecimiento y facilita la comuni­ la PAD tenga el efecto deseado de mejorar los cuidados al final de
cación de los valores, objetivos y creencias sobre el final de la vida la vida. El resultado final es que los aspectos relacionados con la
entre el paciente, la familia y el personal. Sin embargo, la PAD no muerte y el fallecimiento suelen evitarse hasta una fase tardía de
es algo rutinario en las unidades de diálisis: sólo el 6-35% de los la enfermedad, cuando el sufrimiento es habitual y los pacientes
pacientes de diálisis tienen directivas avanzadas, y éstas tienden puede que ya no sean competentes para tomar decisiones. Se dis­
a resumir unas pocas opciones terapéuticas. Pocos pacientes de pone de nuevas herramientas para facilitar la PAD en la ERC, y se
diálisis escogen una orden de no reanimación cardiopulmonar (no ha demostrado que aumentan de forma positiva (en lugar de dis­
RCP), a pesar de las pocas probabilidades de supervivencia tras minuir) las esperanzas de los pacientes18. Se ha desarrollado una
este tipo de reanimación. Los pacientes no suelen saber que tie­ directriz práctica clínica para tratar el tema de la no aplicación
nen la opción de dejar la diálisis, e incluso los pocos que tienen y la interrupción de la diálisis19. Se basa en principios éticos, en
una directiva avanzada no suelen considerar esta alternativa. Los la jurisprudencia y en leyes estatutarias, así como en una revisión
pacientes de diálisis no suelen considerar que tengan una enfer­ sistemática de la literatura. Proporciona una orientación excelente
medad terminal y muchos asumen que pueden mantenerse con para los profesionales sanitarios sobre temas como la renuncia a

P A R T E II EL P A C I E N T E
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A b uso d e alcohol y drogas I C A P Í T U L O 8 3 451

Perspectivas futuras
C A P ÍT U L O 83
» Es necesario llevar a c abo estudios farm acocinéticos y farmacodiná-
m icos sobre los opiáceos, e n especial e n la ERC.
» El uso d e opiáceos e n la ERC sigue siendo c ontrovertido. Los ensayos
clínicos sobre los algoritm os terapéuticos p ara los síntom as físicos y Abuso de alcohol y drogas
I
psicológicos e n la ERC son fundam entales.
» Se d eb e fom entar la participación de los cuidados paliativos y d e los Paul S. Haber y J. Katherine Neasham
program as de residencias p ara enferm os term inales para la asisten­
cia d e p acientes co n ERT. Esto p u ed e consistir e n el desarrollo d e un
servicio d e cuidados d e soporte. © 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

iniciar la diálisis o la elección de un tratamiento de prueba con


diálisis. P U N T O S
En la ERT es necesario establecer un modelo de cuidados de > Un breve cribado del consumo inadecuado de alcohol y de otras sustancias
soporte basado en un tratamiento específico de la enfermedad (sobre todo de fármacos con receta) debería formar parte de la anamnesis
para detener la progresión de la misma a la vez que se cumplen básica.
los principios de los cuidados paliativos para maximizar las nece­ » El reconocimiento del consumo inadecuado, abuso y dependencia de sus­
sidades de CVRS (v. «Perspectivas futuras»). Esto requerirá la incor­ tancias en la población de cuidados paliativos puede ser difícil.
poración de un tratamiento enérgico de los síntomas físicos y » El síndrome de abstinencia del alcohol, las benzodiazepinas y la nicotina es
psicológicos, una PAD continua y la valoración sistemática de la una causa frecuente de delirio con agitación.
CVRS, de modo que la perspectiva que los pacientes tienen de su
> Suele ser posible negociar un objetivo razonable para el consumo de sustan­
bienestar pueda integrarse en la evaluación de los cuidados. cias y de alcohol con los pacientes en el contexto de cuidados paliativos.
» Los pacientes de cuidados paliativos que se encuentran en programas de
B I B L I O G R A F Í A farmacoterapia de mantenimiento (p. ej., metadona) pueden recibir un trata­
miento satisfactorio tanto del médico que la ha prescrito como de los equi­
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come and therapy. Kidney Int 2002;61:2210-2217. sustancias, incluido el alcohol.
11. Wang HY,Yu CC, Huang CC. Successful treatment of severe calciphylaxis in a
hemodialysis patient using low-calcium dialysate and medical parathyroidec­
Con el paso del tiempo, el abuso puede progresar a depen­
tomy: Case report and literature review. Ren Fail 2004;26:77-82. dencia, en la que la búsqueda de la droga, su consumo y la recu­
12. Bajwa ZH, Gupta S, Warfield CA, et al. Pain management in polycystic kidney peración del mismo se convierten en conductas dominantes y
disease. Kidney Int 2001;60:1631-1644. autoperpetuantes, que desplazan al resto de las actividades. Para
13- Coco M, Rush H. Increased incidence of hip fractures in dialysis patients with cumplir los criterios de dependencia, se deben manifestar tres o
low serum parathyroid hormone.AmJ Kidney Dis 2000;36:1115-1121.
14. Gabow PA. Medical progress: Autosomal dominant polycystic kidney disease. más de las siguientes condiciones a lo largo de un período de 12
N Engl J Med 1993;329:332. meses: tolerancia, síndrome de abstinencia, aumento de la dosis,
15. Ravine D, Gibson RN, Walker RG, et al. Evaluation of ultrasonographic diagnosis pérdida de control del consumo, incapacidad para abandonarlo,
criteria fiar autosomal dominant polycystic kidney disease I. Lancet 1994;343:824. gasto de una gran cantidad de tiempo en actividades relacionadas
16. Bailie GR, Mason NA, Bragg-Gresham JL, et al. Analgesic prescription patterns
con el consumo de la sustancia o del alcohol, pérdida de funcio­
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

among hemodialysis patients in the DOPPS: Potential for underprescription.


Kidney Int 2004;65:2419-2425. nes sociales y laborales relevantes como resultado del consumo,
17. Dean M. Opioids in renal failure and dialysis patients. J Pain Symptom Manage así como consumo continuado de la sustancia a pesar de los per­
2004;28:497-504. juicios (p. ej., seguir bebiendo pese a una cirrosis hepática avan­
18. Davison SN, Simpson C. Hope and advance care planning in patients with end zada y a hemorragia por varices). Aunque los términos «adicción»
stage renal disease: Qualitative interview study. BMJ 2006;333:886.
19. Shared Decision-Making in the Appropriate Initiation of and Withdrawal from y «alcoholismo» suelen utilizarse tanto en contextos legos como
Dialysis. Washington, DC: Renal Physicians Association and American Society of científicos, ninguno es un término diagnóstico en el DSM-IV ni en
Nephrology, 2000. la Clasificación internacional de las enfermedades (CIE). Estos
términos estigmatizan a los pacientes.
Un problema que surge al confiar en las definiciones ofi­
ciales en el contexto de la medicina paliativa es que derivan de
poblaciones sin enfermedades médicas. Es vital que las conduc­
tas se interpreten en su contexto. Por ejemplo, la motivación

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452 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

para la conducta aberrante de consumo de drogas en los pacien­ CIENCIAS BÁSICAS


tes oncológicos puede ser un alivio inadecuado del dolor. Esta
«seudoadicción»2 suele resolverse cuando se administra una anal­ La drogadicción es un trastorno crónico recidivante. En la actua­
gesia adecuada. La tolerancia y el síndrome de abstinencia son lidad existen evidencias neurobiológicas de anomalías que man­
componentes clave de la dependencia. Sin embargo, ambos son tienen el consumo continuado de las drogas. Se ha propuesto la
fenómenos fisiológicos normales tras el consumo continuo de existencia de una disregulación, con la subsiguiente hipersen-
varios fármacos usados con fines médicos3. Muchos pacientes sibilización del sistema de «recompensa» cerebral, que se loca­
vistos en el contexto de cuidados paliativos tienen algún grado liza en el sistema mesolímbico y está regulado por la dopamina
de tolerancia a los fármacos prescritos (p. ej., opiáceos, benzo­ (fig. 83-1). Esto causa una conducta compulsiva de búsqueda de
diazepinas) y también desarrollan síndrome de abstinencia si los la droga independiente de los síntomas de síndrome de abstinen­
interrumpen. Si no existen problemas biopsicosociales y conduc­ cia y dificultades en la toma de decisiones.Todas las drogas princi­
tuales, es inadecuado diagnosticar un cuadro de dependencia o de pales aumentan la transmisión dopaminérgica mesolímbica. Cada
«adicción» en tales pacientes (v. «Fisiopatología»), Distinguir entre una actúa p or mecanismos diferentes y específicos. Los opiáceos
adicción y tolerancia fisiológica es una tarea esencial tanto para el actúan sobre su propio receptor, que incrementa de forma indi­
médico como para el paciente. recta la liberación de dopamina a partir del núcleo accumbens.
Esto está mediado por otros neurotransmisores, posiblemente el
ácido ^-aminobutírico (GABA). El efecto de los opiáceos sobre el

EPIDEM IO LO G ÍA Y PREVALENCIA
Corteza
Población general
Los patrones de consumo de sustancias (incluido el de alcohol)
en las comunidades varían a lo largo del tiempo en relación con
las tendencias sociales, la disponibilidad y la ley. Las mayores tasas
de abuso y dependencia de sustancias se observan en el grupo de
edad de 18-25 años y después disminuyen con la edad. Casi el 10%
de la población adulta estadounidense se clasificó en el grupo de
abuso o dependencia de sustancias el año pasado, y el 50% bebe
alcohol en la actualidad (7% de alcohólicos)4.

A buso de sustancias en cuidados paliativos


Los datos disponibles son contradictorios e indican la necesidad
de más estudios (tabla 83-1). La explicación de esta contradicción
no está clara. Quizá refleje una combinación de una infranotifica-
ción en el contexto de los pacientes ambulatorios y un sesgo de
selección, porque los pacientes con problemas de abuso de alco­
hol y sustancias tienen menos probabilidades de ser derivados
a centros de atención terciaria. Se utilizan varios métodos para
detectar la dependencia en los estudios individuales, y los datos
no incluyen los resultados de los pacientes que no pertenecen a
las categorías de consumo inadecuado y abuso.
La prevalencia del uso inadecuado de sustancias varía en los
distintos contextos de cuidados paliativos según la enfermedad
subyacente. El carcinoma hepatocelular como complicación de
una cirrosis por hepatitis C es un problema creciente. La causa F IG U RA 83-1 Vía de la recompensa. Las principales estructuras implicadas
más habitual para la hepatitis C en muchas comunidades es el en la recompensa psicológica son el área tegmental ventral (ATV), el
consumo de drogas inyectables, a menudo con dependencia de núcleo accumbens, así como la corteza prefrontal y sus conexiones. Las
opiáceos. Es probable que el carcinoma hepatocelular avanzado principales drogas de consumo, los alimentos y el sexo activan el sistema de
se produzca en aquellos pacientes con una dependencia activa o recompensa mediante el aumento de la neurotransmisión dopaminérgica,
previa de los opiáceos. En este contexto, es frecuente encontrar incluso aunque los estímulos actúan por mecanismos gratificantes
dificultades con el tratamiento del dolor y otras secuelas. diferentes.

H T A B L A 83-■1 Estudios sobre el abuso de sustancias en cuidados paliativos

ESTUDIO POBLACIÓN DEL ESTUDIO MÉTODO RESULTADOS


Derogatis y Pacientes ambulatorios con cáncer en hospitales de Entrevistas clínicas estructuradas El 5% de 215 pacientes cumplían los
cols., 1983s atención terciaria criterios del DSM para la dependencia
Bruera y cols., Pacientes ingresados en unidades de cuidados Cuestionario CAGE, entrevistas El 28% de los pacientes en 1989 y el 27%
19956 paliativos multidisciplinarias en 1992 se diagnosticaron de alcoholismo

DSM, Diagnostic a n d Statistical M anual o f Mental Disorders.


De Derogatis LR, Morrow GR, Fetting J,y cols.The prevalence of psychiatric disorders among cancer patients. JAMA 1983;249:751-757; Bruera E, Moyano J, Seifert L,y
cols.The frequency of alcoholism among patients with pain due to terminal cancer./ Pain Symptom Manage 1995;10:599-603-

P A R T E II EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Abuso de alcohol y drogas I C A P Í T U L O 8 3 453

estado de ánimo y el deseo de continuar el consumo de opiáceos


parecen deberse a cambios en esta región. La analgesia se debe a
C A S O P R Á C T I C O
la acción en el tálamo. Desde el punto de vista clínico, es posible
distinguir entre los deseos de utilizar los opiáceos para lograr anal­ Preocupaciones de los pacientes drogodependientes que ingresan
gesia, para influir en el estado de ánimo o para aliviar el síndrome en cuidados paliativos
de abstinencia. Estos efectos parecen estar mediados por la acción
de los opiáceos sobre distintas partes del cerebro: tálamo, núcleo Una mujer de 48 años que se mantenía con una dosis estable de
accumbens y locus ceruleus, respectivamente. La drogadicción es metadona desde hacía varios años acudió a un especialista en medicina
un problema complejo, e incluso aunque existen teorías neuroló- de las adicciones en un centro médico regional. Recientemente le
gicas de nueva aparición, no pueden explicar por completo todos habían diagnosticado un carcinoma hepatocelular y era previsible que
los aspectos de la conducta adictiva (v. cap. 122). su dolor se incrementase a medida que su enfermedad progresara. Era
una persona inteligente y sus funciones cognitivas estaban intactas,
FISIOPATOLOGÍA pero creía que, debido al consum o crónico de metadona, perdería la
capacidad de responder a los analgésicos de forma adecuada. Esto la
Los cambios de la función causados por el consumo de sustancias hacía temer que fuese a sufrir un dolor intenso refractario.
se deben a varios factores y se manifiestan de distintas formas. También expresaba la preocupación de que los profesionales
Los rasgos de personalidad y los trastornos psiquiátricos son fac­ sanitarios la estigmatizarían debido a sus antecedentes de abuso y que
tores condicionantes principales en el consumo inadecuado y la serían reacios a prescribirle su medicación debido a que creyesen que
dependencia de sustancias. Los factores genéticos que influyen en
estaba «buscando drogas». Unas explicaciones sencillas la tranquilizaron
el metabolismo y los efectos de las drogas también contribuyen7.
y la ayudaron a aliviar su ansiedad. Sus creencias reflejan las emociones
Otros factores de riesgo son la adolescencia, el sexo masculino,
los antecedentes de trastornos psiquiátricos, una situación social habituales de esta población de pacientes.
desfavorecida y los factores genéticos. Determinados factores que
escapan al control individual contribuyen de forma significativa al
abuso de sustancias. Las propiedades farmacológicas de las sustan­
cias influyen en cómo se consumen con fines de placer. Las drogas
que alcanzan con rapidez concentraciones elevadas en el cerebro a ciertos perjuicios (como una caída), sin que cumpla los criterios
son las preferidas, porque tienen un efecto rápido e intenso. Las diagnósticos de abuso o dependencia. Por otra parte, los pacientes
vías de administración que causan una elevación rápida de la con­ suelen ocultar los signos de los trastornos estigmatizantes, como
centración sanguínea (es decir, la inyectarlas o fumarlas) favorecen el alcoholismo, y si esta ocultación es satisfactoria, se puede com­
una intoxicación rápida o «subidón». Una semivida corta produce plicar el diagnóstico.Todas las personas se deben evaluar de forma
un síndrome de abstinencia más intenso que si es prolongada. individual, algo que puede realizarse de varias formas. Es funda­
El consumo, uso inadecuado, abuso y dependencia de las dro­ mental realizar una anamnesis y exploración exhaustivas (v. des­
gas constituyen un continuum y, en algunos casos, puede ser cripción posterior). Los cuestionarios validados para los trastornos
difícil clasificar de forma fiable a una persona en una categoría. El por consumo de alcohol son rápidos, baratos y más sensibles que
uso inadecuado o perjudicial puede manifestarse en una persona la realización «rutinaria» de la anamnesis. Los cuestionarios más
que tiene complicaciones cuando está intoxicada, pero puede utilizados son el CAGE y el AUDIT, pero son menos precisos que
no derivar en abuso. La tolerancia y el síndrome de abstinencia una evaluación clínica exhaustiva. CAGE es un acrónimo inglés de
reflejan una adaptación fisiológica, pero no son ni necesarias ni cuatro preguntas simples:
suficientes para establecer el diagnóstico de dependencia. La tole­
rancia es un efecto farmacológico reproducible del consumo habi­ • ¿Ha pensado alguna vez que debería reducir [Cut down] su
tual de opiáceos. La característica clave es que se requieren dosis ingesta de alcohol?
más elevadas para lograr el mismo efecto, o que la misma dosis • ¿Le ha molestado [Annoyed] que la gente critique su forma de
tiene un efecto menor. Las consecuencias clínicas de la tolerancia, beber?
sin ningún signo de adicción son: • ¿Se ha sentido mal o culpable [Guilty] por su forma de beber?
• Aumento de la dosis. • ¿Alguna vez lo primero que ha hecho al despertarse es beber
• Miedo de no lograr el alivio del dolor. para calmarse o para eliminar la resaca? [Eye opener].
• Miedo de volverse adicto.
• Miedo de ser etiquetado como «drogadicto». Este cuestionario tiene una sensibilidad del 93% para detec­
tar la dependencia si más de dos respuestas son positivas, pero
Las preocupaciones de los pacientes que ya tienen tolerancia a
es menos sensible para los casos de abuso sin dependencia8. El
drogas se describen en el caso práctico (v. «Caso práctico: preocu­
cuestionario AUDIT (Test de Identificación de los Trastornos
paciones de los pacientes drogodependientes que se incorporan a
por Consumo de Alcohol) fue desarrollado por la Organización
cuidados paliativos»).
Mundial de la Salud (OMS) como método sencillo para detectar
los patrones peligrosos y perjudiciales de consumo de alcohol.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS Cuenta con la ventaja de detectar el consumo inadecuado, el
abuso y la dependencia9.
Evaluación La primera persona que sospeche unos antecedentes de abuso
de alcohol o de consumo problemático de drogas debería alertar
A la hora de diagnosticar el alcoholismo y el abuso de sustancias al equipo de cuidados paliativos, tras lo que debería iniciarse un
en las poblaciones de cuidados paliativos surgen varias dificulta­ proceso de evaluación exhaustiva que habría de ser empático y
des. Las alteraciones del funcionamiento físico y psicosocial pue­ sin críticas. Se recomienda obtener la información a lo largo de
den deberse a enfermedades médicas y su tratamiento, y puede varias consultas, porque establece una relación de confianza y
que no dependan del diagnóstico del abuso. Las conductas abe­ terapéutica. Esto puede ser difícil y existe el temor de ofender a
rrantes de búsqueda de la droga pueden formar un continuum, los pacientes con ideas y críticas preconcebidas. En ocasiones, un
y no todos los episodios de perjuicios relacionados con la droga consultor externo proporciona experiencia e independencia, de
reflejan un trastorno continuo. Por ejemplo, un paciente puede modo que los conflictos que surjan durante la evaluación pueden
presentar un consumo excesivo intermitente de alcohol o sedan­ mantenerse al margen y sin alterar la relación terapéutica con el
tes, de forma que represente un uso inadecuado y pueda asociarse equipo de cuidados paliativos.

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454 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

La anamnesis y exploración iniciales deberían abarcar los si­ que evaluar la dificultad de dejar de fumar ante la considerable
guientes aspectos: angustia que supone el diagnóstico del cáncer de pulmón.

1. Antecedentes del consumo de drogas, con la cantidad, fre­


cuencia, duración y vía de administración de cada droga Reconocimiento de la adicción
utilizada. Hay que comenzar con los fármacos prescritos,
pasar al tabaco y al alcohol, tras lo que se debe preguntar a fármacos prescritos
sobre el consumo de drogas ilegales, comenzando con el En medicina paliativa, es necesario identificar a los pacientes que
cannabis. consumen medicaciones prescritas de un modo que implique el
2. Perjuicios relacionados con las drogas o el alcohol. abuso de sustancias. En la práctica, esto puede ser difícil, sobre
3. Características clínicas de dependencia. todo en los pacientes con una enfermedad incurable. Puede ser
4. Establecer un diagnóstico de consumo de sustancias. útil tener en cuenta los siguientes indicadores de abuso de analgé­
5. Enfermedades concurrentes, incluida la salud mental y los sicos prescritos11 para definir tales conductas; cuando se observen,
aspectos relevantes de la salud física. deberían constituir una indicación para monitorizar al paciente
6. Introspección, motivación y objetivos respecto al consumo más estrechamente y reevaluar los planes terapéuticos.
de sustancias.
• Consumo para indicaciones no prescritas.
También es útil obtener información sobre el consumo de dro­ • Consumo fuera de las cantidades prescritas.
gas y alcohol de la persona a partir de otras fuentes. Los familiares, • Cantidades diarias excesivas.
amigos y el médico general del paciente pueden aportar una infor­ • Consumo de drogas no prescritas (mercado negro, familiares).
mación valiosa para reunir un cuadro clínico completo. • Búsqueda de drogas.
• Rotura de la relación terapéutica.
• Mentir para conseguir recetas (alegar que ha perdido o le han
Análisis de laboratorio robado las recetas o los comprimidos, por ejemplo).
• Recurrir a múltiples médicos para obtener fármacos.
No existe una prueba diagnóstica de la adicción, y los análisis de • Falsificar las prescripciones.
laboratorio desempeñan un papel limitado. Los análisis de labo­
ratorio pueden proporcionar marcadores relativamente objetivos El uso inadecuado de los analgésicos es frecuente. Se debe pre­
del consumo y la toxicidad de las drogas. Las determinaciones de guntar al paciente si toma a veces analgésicos cuando no tiene
alcohol en el aliento, la orina y la sangre confirman el consumo dolor. En algunos pacientes, puede sospecharse un consumo
de alcohol si el paciente niega un consumo reciente. Se puede aberrante de fármacos, aunque nunca se confirme. En tanto en
realizar un estudio de las pruebas de función hepática (sobre cuanto se sigan los principios de una prescripción segura y que
todo la concentración de ^-glutamiltransferasa) para determi­ el paciente no sufra perjuicios como consecuencia de esta con­
nar si se equiparan con la tendencia autorreferida de consumo ducta, debe aceptarse que el patrón de consumo de sustancias del
de alcohol. Los análisis de cribado urinario de drogas son mar­ paciente no siempre puede establecerse.
cadores útiles del consumo de alcohol, pero no de su cantidad,
toxicidad o consumo inadecuado. Otras limitaciones son la inca­
pacidad de distinguir entre las fuentes prescritas y no prescri­ Reconocimiento de la intoxicación
tas de la misma droga, el metabolismo distinto de cada droga, y el síndrom e de abstinencia
el potencial que tiene el análisis de orina de convertirse en una Cuando los pacientes ingresan en una unidad de cuidados palia­
experiencia degradante y la manipulación de las muestras. tivos, el personal puede ser reacio a preguntar sobre el consumo
inadecuado previo de alcohol y sustancias. El fenómeno de sín­
drome de abstinencia puede causar una angustia considerable en
las enfermedades médicas avanzadas, y es esencial reconocerlo,
Relevancia del tratam iento del abuso del alcohol sobre todo como causa de delirio12.
y las drogas en cuidados paliativos El síndrome de abstinencia más habitual en medicina paliativa
es el del alcohol y la nicotina (tabla 83-2). El diagnóstico puede ser
Podría plantearse la pregunta de por qué habría que preocuparse difícil en pacientes con delirio, que pueden tener otras muchas
por abordar y tratar estos temas en una población cuya esperanza causas (p. ej., metástasis cerebrales, trastornos metabólicos). En
de vida es limitada. Ocuparse de la adicción no significa privar estos casos, sería útil evaluar el consumo de alcohol y drogas en el
a las personas del placer. La adicción es un patrón de conducta momento del ingreso.
autodestructivo que implica el consumo continuo de una sustan­
cia a pesar del daño físico y de la alteración del funcionamiento
social. La adicción causa sufrimiento, tanto a los pacientes como a
las familias, y altera la capacidad de que otras medidas de cuidados
TRATAMIENTO
paliativos alivien los síntomas. Si se aborda este problema, otros
síntomas se pueden tratar con más eficacia y se puede reducir el Establecimiento de objetivos
sufrimiento10.
Siempre es esencial utilizar una estrategia de «sentido común». El objetivo principal del clínico consiste en garantizar la seguridad
A modo de analogía, podríamos preguntarnos cómo habría que del paciente y evitar que los fármacos se destinen a otros usos, a la
plantear el hecho de fumar cigarrillos en un paciente con cáncer vez que se respetan las necesidades de los pacientes y que los sín­
de pulmón. Para responder a esta pregunta, hay que tener en tomas no se tratan de forma insuficiente (fig. 83-2). Un paso clave
cuenta el estadio de la enfermedad, cualquier consecuencia es establecer unos objetivos terapéuticos pragmáticos en colabo­
adversa física y social si el paciente sigue fumando, así como la ración con el paciente. Esto debe personalizarse a cada persona
actitud y objetivos del paciente. No existe una respuesta sencilla, y lo más probable es que haya que negociarlo en varias consul­
pero la mayoría de los médicos coincidirían en que una estrate­ tas. Los objetivos y la motivación pueden cambiar y verse influi­
gia de «reducción de daños» implica un tratamiento sustitutivo dos por muchos factores en distintas fases de la enfermedad de
con nicotina y ofrecer explicaciones sobre los efectos de seguir una misma persona, y también se ven influidos por el clínico y los
fumando en términos de síntomas y pronóstico. También habría cuidadores. Es esencial contar con una comunicación continua y

P A R T E II EL P A C I E N T E
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A b uso d e alcohol y drogas I C A P Í T U L O 8 3 455

H T A B L A 8 3 -2 Signos de intoxicación y de síndrome de abstinencia

DROGA
Alcohol
INTOXICACIÓN
Relajación, desinhibición, alteración del juicio y la
coordinación, disminución de la concentración,
SÍNDROME DE ABSTINENCIA
Delirio, inquietud terminal, hiperactividad neurovegetativa, temblor,
insomnio, náuseas, vómitos, alucinaciones, retraso psicomotor, ansiedad,
I
disartria, ataxia, vómitos convulsiones tónico-clónicas generalizadas
Benzodiazepinas Desinhibición, sedación, babeo, incoordinación, Inquietud, ansiedad, diaforesis, temblor, agitación, delirio, crisis comiciales
disartria, hipotensión arterial, mareo
Opiáceos Miosis, prurito, sedación, hipotensión arterial, Rinorrea, estornudos, bostezos, lagrimeo, retortijones abdominales,
bradicardia, hipoventilación calambres de las piernas, piloerección, náuseas, vómitos, diarrea, midriasis
Estimulantes Hiperactividad, inquietud, agitación, diaforesis, Disforia, somnolencia excesiva, hambre, retraso psicomotor grave
temblor, hipertensión arterial, taquicardia
Cannabis Relajación, disminución de la concentración, Irritabilidad, ansiedad, insomnio, anorexia, cefalea
alteración del equilibrio

Errores frecuentes
• Actitud despectiva.
• Analgesia inadecuada en los casos d e drogodependencia.
• Reconocim iento inadecuado d e los problem as d e alcoholismo y
abuso d e sustancias.
• Hacer la vista gorda.
• Creer qu e ocuparse d e la dependencia priva sin razón al p aciente de
una gratificación.

limitarse mediante la dispensación periódica en una farmacia o


por el cuidador. La periodicidad de la dispensación puede nego­
ciarse y depende de aspectos prácticos y del riesgo de consecuen­
cias adversas. Puede oscilar de una dispensación diaria para los
pacientes más inestables a un aporte mensual (v. cap. 123).

Adopción de una estrategia pragmática


Por lo general, los opiáceos se usan con relativa generosidad
en medicina paliativa. Existe una reticencia a recibir fármacos
opiáceos para el dolor. De hecho, la opiofobia es un problema
mayor que el abuso de opiáceos. Lo más habitual es que el médico
de medicina paliativa fomente el consumo de opiáceos. Si existen
factores de riesgo de un uso inadecuado de sustancias, es obli­
gatorio tener más cuidado con la prescripción. Cuando surge la
cuestión de un abuso de los fármacos, suele ser difícil alcanzar un
diagnóstico claro, a pesar de la evaluación. Se debería prestar una
atención cuidadosa a las directrices de prescripción responsable,
FIG U RA 83-2 El tratamiento de los problemas con las drogas y el alcohol
y los progresos clínicos deberían monitorizarse de forma cuida­
en el contexto de cuidados paliativos siempre es difícil. Aquí se muestra
dosa, pero sin críticas. La causa de algunos malentendidos puede
una guía útil. El objetivo de la evaluación inicial consiste en diagnosticar hacerse evidente, tras lo cual puede que ya no haya más dificul­
el consumo de sustancias y evaluar la motivación, además de definir los tades con los fármacos. En algunos pacientes, una monitorización
o problemas de salud. A continuación, se definen los objetivos terapéuticos, cuidadosa de los fármacos determina que existe un problema de
o el plan de tratamiento para lograr estos objetivos y se realiza una uso inadecuado de los mismos. En ocasiones, las dudas nunca
monitorización periódica de los resultados con un replanteamiento de los se despejan. Si los síntomas están bien controlados y no existe
objetivos o con la revisión del plan de tratamiento. toxicidad ni síndrome de abstinencia de los opiáceos, el resul­
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

tado puede considerarse satisfactorio sin un diagnóstico claro


una evaluación cuidadosa de las preocupaciones de cada persona (v. «Errores frecuentes»).
para cumplir los objetivos y mantener una relación terapéutica.
Un buen clínico también debe ser flexible para cambiar los planes
terapéuticos y adoptar una postura libre de críticas a la vez que Tratamiento de la intoxicación y el síndrome
se establecen unos límites razonables sobre el consumo de fár­ de abstinencia
macos y la conducta13. Por ejemplo, puede que un paciente esté
dispuesto a interrumpir un consumo perjudicial de benzodiazepi­ La evidencia sugiere que el tratamiento sustitutivo con nicotina
nas, mientras que otro sólo acepte moderar las dosis y un tercero (TSN) con parches o inhalado puede ser eficaz para tratar el sín­
tal vez no reconozca ningún problema con el consumo de drogas, drome de abstinencia (tabla 83-3). La dosis debería ajustarse en
en cuyo caso el mejor tratamiento sería una estrategia de conten­ función de los síntomas. Las benzodiazepinas son los fármacos
ción que limite el aporte a unas cantidades seguras. El aporte debe principales en el síndrome de abstinencia alcohólica. El diazepam

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456 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

T A B L A 83-3 Tratamiento farmacológico del síndrome de T A B L A 83-4 Equivalentes de dosis de las benzodiazepinas
abstinencia habituales

DROGA TRATAMIENTOS Diazepam 10 mg


Nicotina Tratamiento sustitutivo con nicotina Alprazolam 0,5-1 mg
Alcohol Benzodiazepinas, diazepam oral 0 midazolam Clordiazepóxido 25 mg
en infusión Clonazepam 0,5 mg
Fenobarbitona Flunitrazepam 1 mg
Lorazepam 1 mg
Neurolépticos
Midazolam 5 mg
Gabapentina, dexametasona Nitrazepam 5 mg
Benzodiazepinas Benzodiazepinas Oxazepam 20 mg
Neurolépticos Temazepam 20 mg
Opiáceos Tratamiento sintomático
Modificada de Hulse G,White J, Cape G. Management o f Alcohol a nd Drug
Opiáceos si se requieren para la analgesia Problems. Melbourne,Australia: Oxford University Press, 2002, tabla 1.1.
Estimulantes Tratamiento sintomático

Cuadro 83-1 Medidas no farmacológicas tomado benzodiazepinas durante menos de 3 meses, el síndrome
suele ser leve o inaparente. Si el tratamiento se ha tomado durante
» Relación terapéutica desprovista de críticas. más de 1 año, los síntomas tienden a ser moderados o graves.
» Tranquilizar al p aciente, asegurando q ue se p u ede lograr el alivio si Si el paciente y el médico negocian una reducción del consumo
tom ático a p esar d e q ue coexista una drogodependencia. de benzodiazepinas, se puede optar por una reducción lenta de la
» Asesoramiento. dosis un 10% cada semana o pasar a una benzodiazepina de acción
• Tratar las conductas difíciles d e forma adecuada. prolongada de dosis equivalente (p. ej., diazepam) y reducirla en
» Establecer u n e n to rn o d e cuidados tranquilizador y calmado. la misma cantidad. Si un paciente consume más de una benzodia­
zepina de acción corta y tiene síntomas de abstinencia, se debe
plantear la conversión a una de acción prolongada, por lo general
el diazepam. Para el último 25%, la pauta de reducción de la dosis
y el lorazepam son eficaces como tratamiento oral, pero, en la fase debería disminuirse a la mitad de la reducción de dosis previa.
terminal, puede ser más adecuado usar un bolo parenteral o una Suele ser habitual intentar reducir la dosis a cero, pero puede ser
infusión continua de midazolam. La agitación y la inquietud pue­ beneficioso estabilizar el consumo en una dosis baja (p. ej., equiva­
den ser difíciles de controlar en la abstinencia alcohólica, y la feno- lente de 5m g/12h de diazepam) si no fuese posible (tabla 83-4). Si
barbitona es útil, y tiene propiedades anticomiciales. Los fármacos el paciente consigue fármacos de varios médicos y tiene una escasa
neurolépticos (la olanzapina o la risperidona es la alternativa de motivación para controlar el consumo de fármacos, puede que no
elección) pueden combinarse con las benzodiazepinas para tratar sea posible contener su consumo. En estos casos complejos, puede
el delirio; en monoterapia, pueden disminuir el umbral comicial14. ser mejor no prescribir ninguna medicación en absoluto.
La gabapentina y la dexametasona pueden disminuir la actividad
neuronal en el síndrome de abstinencia alcohólica aguda, pero la
evidencia es limitada15,16 (cuadro 83-1) (v. caps. 132 y 156).
Los pacientes ingresados en una unidad de cuidados paliativos
Pacientes que reciben farmacoterapia
que toman opiáceos prescritos suelen seguir con esta medicación.
El síndrome de abstinencia de los opiáceos puede aparecer si las de mantenimiento con opiáceos
dosis se reducen con rapidez (p. ej., después de una buena res­ Cada vez es más habitual encontrarse con pacientes que están en
puesta sintomática a la radioterapia). El síndrome de abstinencia programas de metadona o buprenorfina y en quienes se diagnos­
también puede observarse en los pacientes que consumen una tica una enfermedad terminal. En tales casos se plantean muchas
cantidad de opiáceos mayor que la prescrita e ingresan en el hos­ dificultades (v. caps. 138 y 251). En primer lugar, está el estigma del
pital o que interrumpen el consumo de opiáceos ilícitos, como la programa de tratamiento y los antecedentes de uso inadecuado de
heroína. El tratamiento debe consistir en la monitorización del sín­ sustancias. Los intentos por obtener una analgesia potente pueden
drome de abstinencia y la supervisión estrecha del consumo de considerarse una conducta de búsqueda de droga. En segundo
opiáceos de acción prolongada, como la metadona. Se recomienda lugar, los pacientes con antecedentes de consumo de opiáceos
consultar con un especialista en medicina de las adicciones. tienen una tolerancia a estos fármacos, lo que requiere un ajuste
cuidadoso de la dosis y la monitorización del efecto analgésico en
Benzodiazepinas dosis más elevadas de lo habitual. En tercer lugar, la angustia de
afrontar una enfermedad terminal en una persona con anteceden­
Las benzodiazepinas se prescriben con frecuencia en medicina palia­ tes de consumo de sustancias puede provocar una recidiva de la
tiva, pero son sustancias de las que se puede abusar. El síndrome de conducta aberrante de consumo de drogas. Por último, los pacien­
abstinencia de las benzodiazepinas puede ser difícil de diagnosticar tes pueden temer que, debido a su conducta previa, no recibirán
debido a que los síntomas son inespecíficos y a que no existen sig­ un tratamiento apropiado.
nos objetivos. Puede causar delirio, que se puede tratar con fármacos Por lo general, estos casos se tratan de forma conjunta con
neurolépticos combinados con dosis bajas de benzodiazepinas. el equipo de medicina de las adicciones. Las directrices genera­
El inicio del síndrome de abstinencia suele producirse 1-10 les que se enumeran al final de esta sección se aplican a todos
días después de la interrupción o de una reducción considera­ estos pacientes y es fundamental tener una comunicación estre­
ble de la ingesta, dependiendo de la semivida y puede durar 1-2 cha entre los equipos prescriptores. Las dosis equivalentes para
semanas. La gravedad del síndrome de abstinencia se relaciona los diversos fármacos opiáceos en monodosis para el dolor agudo
con la dosis y la duración del tratamiento. En las personas que han difieren de las que se necesitan para el tratamiento continuo del

P A R T E II EL P A C I E N T E
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A b uso d e alcohol y drogas I C A P Í T U L O 8 3 457

| T A B L A 8 3 -5 Equivalencia d e dosis d e los fárm acos opiáceos

DROGA E Q U IV A LE N C IA A N A L G É S IC A M O N O D O S IS E Q U IV A L E N C IA DE DO SIS DE M A N T E N IM IE N T O

S U B C U T Á N E A (M G ) O R A L (M G ) S U B C U T Á N E A (M G ) O R A L (M G )

Morfina 10 60 40 100
Heroína 4 16
Metadona 10 20 10 20
Buprenorfina 0,3 1 (comprimido sublingual) 1 2 (comprimidos
sublinguales)
Codeína 120 200 600

Modificada de A n Overview o f Opioids a n d Treatment Approaches. New South Wales Health Department. North Sydney,Australia, 2001.

dolor crónico (tabla 83-5). Esto puede deberse a la distinta biodis- por los médicos, debido a la falta de validación científica. Los con­
ponibilidad tras el tratamiento oral, la potencia y la duración de la sumidores estadounidenses gastaron una cifra estimada en 27.000
acción. Además, suelen requerirse dosis mucho mayores en caso millones de dólares en terapias alternativas en 1997, y puede que
de tolerancia a los opiáceos. Después de una administración repe­ quieran recurrir a opciones alternativas combinadas con otros tra­
tida, la semivida de la metadona es de alrededor de 24 horas. Se tamientos más tradicionales.
requieren 4-5 semividas para lograr el estado estacionario, por
lo que es preciso al menos 1 semana para determinar el efecto
clínico de un cambio de la dosis diaria. La buprenorfina tiene una
elevada afinidad por los receptores (i, pero tiene una escasa activi­ Controversias y desafíos de futuro
dad intrínseca. Debido a la primera propiedad, puede desplazar o
competir con los agonistas opiáceos puros cuando se administra La prevalencia de la cirrosis hepática por hepatitis C está aumen­
de forma conjunta. Por lo general, se requieren dosis más elevadas tando, y la cantidad de pacientes con antecedentes de abuso de
de analgesia con opiáceos de corta acción para lograr el efecto sustancias, con las consecuencias subsiguientes de insuficiencia
deseado17. hepática y/o carcinoma hepatocelular que requerirán servicios de
A continuación se ofrece una serie de normas generales: cuidados paliativos también se incrementará.
Existen obstáculos reguladores y legales significativos para
1. Continuar la metadona; verificar la dosis con el clínico o el el uso del tetrahidrocannabinol (THC) y otros tratamientos con
médico. cannabinoides con fines médicos. Varias evidencias sugieren que
2. Añadir analgésicos a demanda, usando las directrices esta­ son útiles en el tratamiento de síntomas como la anorexia y las
blecidas (transición desde los métodos no farmacológicos náuseas. Algunos autores creen que el cannabis es beneficioso,
a los fármacos no opiáceos, luego a los opiáceos de baja pero sólo se dispone de ensayos clínicos para preparados farma­
potencia y, por último, a los opiáceos de alta potencia). céuticos que son menos atractivos desde el punto de vista clínico.
3. Suelen requerirse dosis más elevadas de opiáceos debido a La dificultad consiste en desarrollar estos tratamientos para lograr
la tolerancia. un uso terapéutico con unos mínimos efectos secundarios18.
4. Comenzar con opiáceos parenterales si el paciente está
angustiado.
5. Si sigue existiendo dolor, aumentar la dosis de metadona.
6. Se deben seguir unos principios generales para la bupre­
B I B L I O G R A F Í A
norfina. Puede ser necesario pasar a la metadona si es difícil
lograr la analgesia. Hay que tener precaución cuando se 1. American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical Manual of Mental
interrumpa la buprenorfina, porque en teoría puede produ­ Disorders, Fourth Edition (Text Revision) DSM-IV-TR. Arlington, VA: American
Psychiatric Publishing, Inc., 2005.
cirse una mayor sensibilidad a los agonistas puros. 2. Weissman DE. Pseudoaddiction. J Palliat Med 2005;8:1283-1284.
7. Si el paciente presenta vómitos agudos, hay que pasar la 3. Kirsh KL, Whitcomb LA, Donaghy K, et al.Abuse and addiction Issues in medi­
metadona a una administración parenteral (alrededor de un cally ill patients with pain. Clin J Pain 2002;18:S52-S60.
33-50% de la dosis oral). 4. Substance Abuse and Mental Health Services Administration. Results from
the 2004 National Survey on Drug Use and Health: National Findings. Office
of Applied Studies, NSDUH Series H-28, DHHS Publication No. SMA 054062.
Rockville, MD: Substance Abuse and Mental Health Services Administration,
Ensayos clínicos 2005.
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ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

Se dispone de pocas evidencias procedentes de los ensayos clí­ ders among cancer patients.JAMA 1983;249:751-757.
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tratamiento de los problemas descritos con anterioridad se ha 8. Bernadt M, Mumford J, Taylor C, et al. Comparison of questionnaire and labo­
extrapolado sobre todo de los principios establecidos en pacien­ ratory tests in the detection of excessive drinking and alcoholism. Lancet
tes que no son de cuidados paliativos. 1982;1:325-328.
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preparados de herbolario suelen contemplarse con escepticismo 1993;8:289-296.

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458 S E C C IÓ N C | Enferm edades concurrentes

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of agitated delirium and terminal restlessness in patients with advanced malig­
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13- Passik SD, Kirsh KL. Managing pain in patients with aberrant drug-taking beha­ Addiction Medicine, 3rd ed.. Chevy Chase, MD: American
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P A R T E II EL P A C I E N T E
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SECCION

Complicaciones de la enfermedad avanzada

INSUFICIENCIA HEPÁTICA CRÓNICA


¡I C APÍTULO 84 El deterioro lento de la función hepática como consecuencia de
etiologías que dañan el parénquima hepático evoluciona sin sín­
tomas durante años o decenios. Cualquiera que sea la causa, van
Insuficiencia hepática desarrollándose cambios en la arquitectura hepática con la forma­
ción de cirrosis, complicándose a menudo con hipertensión por­
Edna Strauss tal. Algunas hepatopatías crónicas comprometen al polo excretor
del hepatocito, los canalículos y los conductos biliares dando lugar
a colestasis. Las manifestaciones clínicas de la colestasis crónica
B 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos también pueden aparecer gradualmente a lo largo de varios años,
a veces antes de la cirrosis.
La gran reserva funcional del hígado es compatible con una
supervivencia larga y las numerosas complicaciones que se pro­
P U N T O S ducen en la cirrosis se asocian más con la hipertensión portal que
con el fracaso hepatocelular. Algunas complicaciones importantes
►La insuficiencia hepática crónica va asociada a la cirrosis y suele manifes­
en la cirrosis como la hemorragia digestiva, la ascitis, las infeccio­
tarse en forma de encefalopatía hepática con fracaso multiorgánico. Una
nes bacterianas, el síndrome hepatorrenal y el síndrome hepato-
lesión superpuesta sobre una cirrosis crónica compensada puede ser la
causa de una insuficiencia hepática aguda sobre otra crónica. pulmonar no guardan una relación directa con la insuficiencia
hepatocelular. Cualquiera de ellas puede ser más grave y puede
» En este tipo de complicaciones es obligatoria la adopción de cuidados
intensivos. Deberá monitorizarse la aparición de edema cerebral midiendo
tener un pronóstico peor en los pacientes con una reserva funcio­
la presión intracraneal. Son frecuentes la insuficiencia renal aguda, los tras­ nal hepática baja. La cuantificación de la reserva hepática supone
tornos metabólicos, las infecciones con sepsis, la malnutrición, los trastor­ uno de los retos clínicos más difíciles.
nos hemorrágicos y las complicaciones pulmonares. El proceso que se asocia con más frecuencia a la insuficien­
» El deterioro lento de la función hepática va asociado a la cirrosis; entre los cia hepática crónica es la EH (tabla 84-1). En la cirrosis coexisten
marcadores de disfunción hepática previos a la aparición de encefalopa­ habitualmente una insuficiencia hepatocelular con hipertensión
tía están la colestasis y las complicaciones de la hipertensión portal (p. ej., portal.
ascitis, hemorragia digestiva, peritonitis bacteriana espontánea, síndrome
hepatorrenal).
» El tratamiento de la encefalopatía hepática va ligado a su fisiopatología, la
cual parece depender del amoníaco. Los fármacos antiguos como los anti­ COLESTASIS CRÓNICAS
bióticos no absorbibles y los dLsacáridos (lactulosa) no son muy eficaces.
Los fármacos que actúan sobre la función cerebral como flumazenilo tienen La secreción biliar es un proceso complejo que está influen­
indicaciones específicas (intoxicación por benzodiazepinas), aunque deben ciado por diversos factores. Cualquier impedimento al flujo de la
estudiarse los que mejoran el metabolismo hepático del amoníaco. El tras­ bilis, ya sea por una insuficiencia secretora de los hepatocitos o
plante hepático es el mejor tratamiento. por una obstrucción en los conductos biliares, puede dar lugar
clínica, bioquímica e histológicamente a colestasis. La retención
de los ácidos biliares, de las bilirrubinas y de otras sustancias es
la responsable de las manifestaciones clínicas de ictericia, pru­
rito, coluria y heces acólicas que caracterizan a la colestasis.
La colestasis crónica queda reflejada histológicamente por la
La insuficiencia hepática, o fracaso hepático, puede ser aguda o retención de pigmentos biliares en los hepatocitos, los cana­
crónica. La insuficiencia hepática aguda (IHA) consiste en el dete­ lículos y las células de Kupffer. Aparte del aumento de bilirru-
rioro rápido de la función hepática en individuos previamente bina, algunas enzimas como la fosfatasa alcalina, la ',-glutamil
sanos sin hepatopatía crónica. Conocida también como hepatitis transferasa (GGT) y la 5’-nucleotidasa están característicamente
fulminante, es infrecuente e impredecible y exige un tratamiento aumentadas1.
cuidadoso y experimentado. La insuficiencia hepática crónica La colestasis puede deberse a una cirrosis establecida o bien
va ligada a la cirrosis y se manifiesta en forma de encefalopatía puede ser la manifestación primaria de enfermedades colestásicas
hepática (EH), a menudo con disfunciones multiorgánicas. Un crónicas como una cirrosis biliar primaria o una colangitis escle­
concepto nuevo consiste en diferenciar una hepatopatía terminal rosante primaria. Otras enfermedades colestásicas pueden diag­
(con pocos visos de recuperación) de una «insuficiencia hepática nosticarse en la hepatopatía crónica. El denominador común en la
aguda sobre otra crónica» (IHAQ. Una lesión aguda sobre un mayoría es una pérdida progresiva de conductos biliares conocida
hígado con una afección crónica puede dar lugar a un cuadro como síndrome de desvanecimiento de conductos biliares, que
clínico parecido al de la insuficiencia hepática terminal, pero el es frecuente en los niños aunque también puede aparecer en los
paciente puede recuperarse. adultos.

459
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460 S E C C I Ó N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

la cirrosis avanzada, el sobrecrecimiento de la flora intestinal y la


T A B LA 84-1 Síndromes de insuficiencia hepática crónica: translocación bacteriana desde la luz intestinal hacia los ganglios
manifestaciones clínicas principales linfáticos mesentéricos. Las manifestaciones clínicas pueden ser
COLESTASIS HIPERTENSIÓN INSUFICIENCIA graves, leves o ausentes. La PBE se diagnostica cuando el recuento
PORTAL HEPATOCELULAR de neutrófilos en el líquido ascítico es mayor de 250 células/mm3
con o sin un resultado positivo del cultivo bacteriano. Los micro­
Ictericia Hemorragia digestiva Encefalopatía organismos más frecuentes son Enterobacteriaceae, siendo
hepática Escherichia coli el más común. La mortalidad disminuye con
Coluria Ascitis Fracaso un diagnóstico y un tratamiento antibiótico precoces. Las cefa-
multiorgánico losporinas de tercera generación son eficaces en el 70 al 95%
Prurito Peritonitis bacteriana de los casos. La PBE recurrente es frecuente y puede prevenirse
espontánea mediante norfloxacino por vía oral, mejorando la supervivencia. La
Heces acólicas Síndrome resistencia bacteriana ha conducido a la investigación de nuevas
hepatorrenal opciones profilácticas; la terapia prebiótica sigue siendo prome­
Elevación de la GGT Síndrome tedora, pero requiere una evaluación adicional6. En los pacien­
y de la fosfatasa hepatopulmonar tes cirróticos con ascitis se recomienda una profilaxis primaria
alcalina de corta duración durante los episodios agudos de hemorragia
digestiva alta7.
GGT, ''f-glutamil transferasa. La circulación hiperdinámica provoca hipervolemia, aumento
del gasto cardíaco y descenso de la presión arterial. Las manifes­
taciones clínicas de estos cambios sólo adquieren relevancia en la
cirrosis descompensada o en estadios terminales. Pueden empeo­
El dilema inicial ante un cuadro clínico de colestasis es diferen­ rar con el tiempo o desarrollarse tras una hemorragia digestiva,
ciar las causas mecánicas u obstructivas de las parenquimatosas. una infección bacteriana o del tratamiento con algunos fármacos
Como las manifestaciones bioquímicas y clínicas son idénticas, (p. ej., antiinflamatorios no esteroideos)8. Las consecuencias más
será preciso realizar pruebas de imagen. Una vez descartadas las graves de la circulación hiperdinámica son el síndrome hepa­
causas obstructivas, a menudo se necesitará practicar una biopsia torrenal9 y el síndrome hepatopulmonar. Este último difiere de la
hepática para aclarar la etiología y el estadio de la lesión hepática. hipertensión portopulmonar, la cual es menos frecuente, aunque
Uno de los síntomas principales de la colestasis crónica es el también se asocia a la hipertensión portal10.
prurito. La medicación para el prurito es la colestiramina, un que-
lante de los ácidos biliares, a dosis de 4g de dos a seis veces al
día. Los antihistamínicos no están indicados, pero se pueden uti­
lizar otra serie de fármacos como el ácido ursodesoxicólico, la
rifampicina, el fenobarbital y los antagonistas opiáceos (p. ej., nal- ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
trexona)2. En un estudio controlado reciente no se logró demos­ La EH sobre todo es característica de la insuficiencia hepática
trar la eficacia de ondansetron, un antagonista del receptor de la crónica. Suele ser un proceso terminal con un pronóstico malo y
serotonina3.
pocos tratamientos eficaces. Existen tres tipos11:
En la cirrosis biliar primaria, y más concretamente en la fase
precoz de la enfermedad, se recomienda ácido ursodesoxicólico. Tipo A: encefalopatía con IHA.
Se trata de un ácido biliar hidrófilo natural con características Tipo B: encefalopatía con cortocircuito portosistémico.
citoprotectoras e inmunomoduladoras en la colestasis crónica. En Tipo C: encefalopatía con cirrosis e hipertensión portal.
la colangitis esclerosante primaria se han utilizado además otros El tipo C se divide en tres variantes clínicas:
fármacos (metotrexato, corticoides, ciclosporina), aunque sin que EH episódica: precipitada, espontánea y recurrente.
se haya demostrado una eficacia terapéutica convincente. En el EH persistente: leve, grave y dependiente de trastorno.
síndrome de desvanecimiento de los conductos biliares también EH mínima: esta categoría abarca a las manifestaciones preclínicas
se ha utilizado con cierto éxito el ácido ursodesoxicólico4. que necesitan métodos diagnósticos especiales y que sustituye
a la terminología previa.

COMPLICACIONES CLÍNICAS
DE LA HIPERTENSIÓN PORTAL Fisiopatología y diagnóstico clínico
Las complicaciones clínicas de la hipertensión portal se deben a La encefalopatía se debe a la intoxicación del cerebro con sustan­
la formación de venas colaterales y a la circulación hiperdinámica cias nitrogenadas que proceden habitualmente del intestino y que
esplácnica y sistémica. La complicación más característica es indu­ no se metabolizan en el hígado. Esto se produce debido al corto­
dablemente la hemorragia por rotura de varices esofágicas. circuito de sangre desde la porta a través de la circulación cola­
La complicación más frecuente en la cirrosis es la hipertensión teral intrahepática o extrahepática o debido a una insuficiencia
portal5. Un tratamiento incorrecto (p. ej., una diuresis excesiva) hepatocelular. Los pacientes con una circulación colateral extensa
puede promover la aparición de complicaciones más graves: sín­ tienen más probabilidades de desarrollar una encefalopatía espon­
drome hepatorrenal o EH. La peritonitis bacteriana espontánea tánea o precipitada por factores exógenos.
(PBE) se desarrolla en la cirrosis con ascitis debido a la inmuno- Aunque la fisiopatología es controvertida, parece que el amo­
deficiencia secundaria a la insuficiencia hepática, que favorece níaco es la sustancia etiológica principal12 de la intoxicación
la aparición de infecciones, y a la hipertensión portal, que activa cerebral, siendo el edema de los astrocitos el único marcador
a sustancias vasoactivas que interfieren en los mecanismos de morfológico de la encefalopatía (fig. 84-1). La hiperamoniemia
defensa. tiene una sinergia tóxica con todos los cambios metabólicos de
La PBE se desarrolla en el 30% de los pacientes con cirrosis y la EH13. El amoníaco se produce principalmente en el intestino
ascitis y su morbimortalidad es alta. También contribuye a su apa­ pero también en los riñones; se metaboliza a urea o a glutamina
rición el deterioro de los mecanismos de defensa inmunitaria en en el hígado (fig. 84-2), así como en el cerebro y el músculo.

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Insuficiencia hepática I C A P ÍT U L O 84 461

Hiperamoniemia

Sinapsis

Receptor

FIGURA 84-1 Trastornos cerebrales metabólicos secundarios a la sobrecarga de amoníaco de los astrocitos; 1, Actividad de la glutaminasa; 2, actividad de la
glutamino sintetasa; Gln, glutamina; Glu, glutamato.

Desintoxicación del amoníaco

Hepatocito periportal Hepatocito perivenoso

Citoplasma

Carbamoilfosfato
sintetasa ^
Cit

Mitocondria

FIGURA 84-2 Dos vías metabólicas diferentes en los hepatocitos pueden realizar la desintoxicación del amoníaco. En los hepatocitos periportales, el amoníaco
se metaboliza a urea a través del ciclo de Krebs, y en los hepatocitos perivenosos, el amoníaco se metaboliza a glutamina (como sucede también en el músculo
y en el cerebro). Arg, Arginina; Cit, citrulina; Gln, glutamina; Glu, glutamato; Orn, ornitina.

El diagnóstico clínico es relativamente sencillo pero subjetivo, ya factores precipitantes puede lograr la inversión de la encefalopa­
que depende de la experiencia del observador para caracterizar tía sin necesidad de medicación específica.
las diferentes fases, desde la fase 1 (desorientación), pasando por
letargo y semiestupor, hasta el coma hepático (fig. 84-3).
Los factores etiológicos más importantes que precipitan la apa­
Medidas terapéuticas generales y específicas
rición de EH son la hemorragia digestiva y las infecciones bacteria­
nas. En los pacientes cirróticos suelen ser la obstrucción intestinal Entre las medidas generales están la restricción proteica (más pro­
y la deshidratación o los desequilibrios hidroelectrolíticos secun­ teínas vegetales o aminoácidos de cadena ramificada) y la limpieza
darios al tratamiento con diuréticos. La mera eliminación de estos intestinal, junto con el diagnóstico y el tratamiento de posibles

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462 S E C C I Ó N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

en individuos con déficit de lactasa) acidifican al colon y teórica­


Estadificación clínica de la encefalopatía hepática
mente disminuyen la producción y la absorción de amoníaco. La
lactulosa es un jarabe con gusto dulzón que se administra en dosis
de 15 mi dos a cuatro veces al día. Esta dosis debe incrementarse o
disminuirse para lograr dos deposiciones al día. La lactulosa puede
causar aversiones gustativas, anorexia, vómitos, dolor abdominal,
diarrea y quemazón rectal. Debería evitarse en los pacientes con
diabetes mellitus. No hay pruebas clínicas sobre la eficacia tera­
péutica del sulfato de neomicina o de la lactulosa15.
Los antagonistas de las benzodiazepinas, y más concretamente
el flumazenilo, pueden ser eficaces en casos específicos. En la
intoxicación farmacológica por benzodiazepinas o en la encefalo­
patía en estadio 4, el flumazenilo restablece la conciencia en el
30 al 50% de los pacientes, pero este efecto puede ser transitorio.
Inhibe las sustancias endógenas con una actividad seudobenzo-
diazepínica, lo que explicaría los efectos beneficiosos en aquellos
pacientes que no hubiesen ingerido benzodiazepinas. Como se
muestra en la tabla 84-2, para aumentar la síntesis de urea y de
Estadio glutamina en el hígado se han utilizado suplementos de zinc o
1-ornitina-l-aspartato16.
El trasplante hepático es sin lugar a dudas el tratamiento defi­
FIGURA 84-3 La estadificación de la encefalopatía hepática en la práctica
nitivo, no sólo para la encefalopatía, sino también para resolver la
clínica en los cuatro grados clásicos resulta sumamente útil.
enfermedad subyacente, que suele ser una cirrosis (fig. 84-4). El
trasplante hepático debería considerarse en todo paciente que se
recupere de una EH.
T A B L A 84-2 Tratamiento de la encefalopatía hepática
— en la hepatopatía crónica

MEDIDAS MEDIDAS MEDIDAS INSUFICIENCIA HEPÁTICA AGUDA SOBRE OTRA


ENCAMINADAS ENCAMINADAS ENCAMINADAS
CRÓNICA
AL INTESTINO AL CEREBRO AL HÍGADO

Antibióticos orales Reequilibrio de t síntesis de urea y Definición, factores desencadenantes


no absorbibles aminoácidos glutamina; zinc; y pronóstico
(p. ej, neomicina) plasmáticos —>AACR, L-ornitina, l-aspartato
soluciones enriquecidas como sustratos La IHAC se diferencia de la descompensación crónica de la hepato-
Disacáridos (p. ej., Antagonistas de las Trasplante hepático patía terminal por el hecho de que puede ser potencialmente
lactulosa) benzodiazepinas reversible si pueden controlarse los factores desencadenantes.
(especialmente En primer lugar, el componente agudo de la lesión hepática
flumazenilo) puede ser el resultado de un factor conocido, como una infec­
Limpieza intestinal ción viral superpuesta por un virus hepatotrópico, una hepatitis
A o una hepatitis B. Las reacciones farmacológicas, la ingestión
AACR,Aminoácidos de cadena ramificada. de toxinas hepáticas y un consumo excesivo de alcohol también
son factores desencadenantes. Deben investigarse los fármacos
con reacciones imprevisibles o idiosincráticas. El paracetamol es
un fármaco hepatotóxico dependiente de la dosis con una acción
factores precipitantes. Los pacientes en precoma o en coma nece­ predecible, y puede dar lugar tanto a IHA como a IHAC17. Su admi­
sitan cuidados intensivos (tabla 84-2), prestando atención a la nistración incorrecta puede ser intencionada (en las tentativas de
profilaxis de las infecciones y al funcionamiento de los sistemas suicidio), accidental o junto a otras sustancias como el alcohol18.
respiratorio y renal. En el coma hepático, a diferencia de otros En la IHA es preciso descartar otras causas menos frecuentes
tipos de coma (especialmente neurológico), la muerte suele sobre­ (enfermedad de Wilson, síndrome de Budd-Chiari) en caso de que
venir con rapidez, ya que está unida a la insuficiencia hepática. haya signos previos de hepatopatía crónica.
Dado que se desconoce la capacidad de regeneración potencial La lesión hepática puede deberse también a factores des­
del hígado, la regla debe ser mantener la vida esperando una posi­ encadenantes como hemorragias desde varices esofágicas o a
bilidad de recuperación. sepsis. La IHAC se manifiesta mediante una alteración del fun­
Los fármacos cuya diana es el intestino tratan de disminuir la cionamiento de todos los sistemas orgánicos, pero sobre todo
cantidad de amoníaco inhibiendo su producción o disminuyendo del hígado, del sistema circulatorio, el cerebro y los riñones. La
su absorción o bien incrementando su eliminación. El sulfato de hiperbilirrubinemia con ictericia clínica es sobresaliente. La dis­
neomicina y otros antibióticos por vía oral con una absorción limi­ minución de la función de síntesis hepática da lugar a hipoalbu-
tada fueron adoptados para esterilizar el colon. La dosis recomen­ minemia con edema y ascitis crecientes. La disminución de los
dada de sulfato de neomicina era de 4 a 6g al día, disminuyéndola factores de la coagulación, acompañada a veces de trombocito-
a 2g a días alternos a medida que iba mejorando la situación. Este penia (por el hiperesplenismo), puede ocasionar una diátesis
fármaco ha dejado de recomendarse para el tratamiento crónico hemorrágica.
debido a la aparición de reacciones adversas nefrotóxicas y oto- El pronóstico puede determinarse mediante una serie de sis­
tóxicas, o de ambas. No aporta una gran ventaja cuando se com­ temas de puntuación de fracaso orgánico como la Valoración de
bina con lactulosa, ya que el antibiótico necesita un pH alcalino fracaso orgánico asociado a sepsis (Sepsis-related Organ Failure
(pH >8), y la lactulosa acidifica al colon (pH <6). En dos estudios Assessment [SOFA]) o la Evaluación de la salud fisiológica aguda
se comparaba neomicina con placebo y no se apreciaron diferen­ y crónica (Acute Physiological And Chronic Health Evaluation
cias significativas14. [APACHE]), o incluso mediante la utilización de la puntuación del
La lactulosa y otros disacáridos que no pueden ser degrada­ modelo modificado para la hepatopatía en fase terminal (modified
dos por enzimas digestivas (lactitol y lactosa propiamente dicha Model for End-Stage Liver Disease [MELD])19.

PARTE I I EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Insuficiencia hepática I C A P ÍT U L O 84 463

supera los 30mmHg, el paciente puede padecer hipertensión


arterial intermitente o mantenida, bradicardia y respiración irregu­
lar (tríada de Cushing). Más tarde aparece la postura de descere-
bración, la dilatación pupilar con una respuesta escasa a la luz, el
papiledema, las cefaleas, los vómitos y el opistótonos22.
Las infecciones son más frecuentes en la cirrosis debido al
funcionamiento erróneo de las células de Kupffer, a la translo­
cación bacteriana intestinal, a la disfunción de los leucocitos, la
disminución de la opsonización con la activación del comple­
mento y la liberación de endotoxinas y citocinas inmunosupre-
soras. Los procedimientos cruentos constituyen una puerta de
entrada importante para las infecciones23. Cualquier infección
bacteriana, y en especial la PBE, puede favorecer la EH. El diag­
nóstico precoz y un tratamiento expedito pueden prevenir
la IHAC.
El fracaso multiorgánico aumenta la mortalidad y también
es una de las contraindicaciones principales para el trasplante
hepático. Se manifiesta en forma de hipotensión con vasodilata-
ción periférica, edema pulmonar, necrosis tubular aguda y coagu­
lación intravascular diseminada. La insuficiencia renal es frecuente
en la insuficiencia hepática. Puede resultar difícil diferenciar
entre una mera hipovolemia intravascular y una necrosis tubular
aguda, la cual es característica del fracaso multiorgánico. Los cam­
bios circulatorios forman parte del proceso propiamente dicho.
Cualquier alteración en la perfusión hepática en un hígado cró­
nicamente enfermo puede desencadenar una descompensación
aguda. La depresión reversible de la función miocárdica sugiere
que el desequilibrio circulatorio de la IHAC puede ser diferente
de la que se produce cuando únicamente hay una disfunción
hepática24.
El síndrome hepatorrenal se desarrolla durante el deterioro
progresivo de la función hepática, con una ascitis mal contro­
lada y alteraciones notables en la hemodinámica esplácnica y
sistémica. No está claro si la disfunción renal en la IHAC es mera­
mente un agravamiento del trastorno circulatorio secundario
a la cirrosis o si hay elementos diferentes más susceptibles de
intervención. Aparte de la ictericia, la EH probablemente sea la
manifestación mayor más apreciable en la IHAC. La base fisiopa-
tológica de la EH en la IHAC probablemente sea similar a la de
la IHA.
FIGURA 84-4 El mejor tratamiento para la insuficiencia hepática crónica
y la insuficiencia hepática aguda sobre crónica cuando falla la recuperación
espontánea es el trasplante hepático.
Tratamiento
La puntuación del MELD consiste en un sistema de estadifi- Una exploración cuidadosa del historial, de las pruebas analíticas
cación continuo, sin techos ni suelos en la puntuación, derivado e incluso de una biopsia hepática del paciente puede dejar al
estadísticamente de manera que puede asignarse la importancia descubierto la lesión hepática superpuesta. La distinción entre la
conveniente a cada variable en función de la importancia relativa. hepatitis alcohólica, una reacción farmacológica y una infección
Considera la función renal como un resultado de predicción fiable puede ayudar a decidir si deben administrarse inmunosupreso-
en la cirrosis descompensada, con una previsión de mortalidad a res como corticoides o factor de necrosis antitumoral (TNF). El
los 3 meses del 27% cuando la puntuación es menor de 20 y del cribado viral para descartar infecciones superpuestas es crucial
76% cuando la puntuación es de 20 o más20. La National Hospice y la reactivación de una hepatitis B puede tratarse con antivira­
and Palliative Care Organization (NHPCO) aplica los mismos cri­ les potentes y específicos por vía oral (p. ej., lamivudina, enteca-
terios para la hepatopatía en fase terminal, denominándolos pun­ vir). Las infecciones bacterianas como la PBE, las neumonías o las
tuaciones de Child-Pugh y MELD. El sistema de puntuación más infecciones urinarias deben tratarse enérgicamente. El control
idóneo para la IHAC es el sistema de puntuación SOFA, en el que de la hemorragia digestiva es un aspecto crucial, ya que el pro­
se incluyen parámetros que representan los sistemas respiratorio, nóstico de una hemorragia mal controlada es malo. Las medidas
cardiovascular y nervioso central, así como de la coagulación y de soporte para la IHAC son similares a las descritas para la IHA
de la función renal y hepática (tabla 84-3)21. Una puntuación de 8 en cuanto a los cambios circulatorios, la disfunción renal, la EH,
parece ser un valor de corte idóneo, con una mortalidad hospitala­ la coagulopatía, la nutrición y el soporte hepático extracorpóreo
ria prevista del 4% con una puntuación menor de 8 y del 88% con (tabla 84-4).
una puntuación mayor. La mortalidad aumenta espectacularmente
(tanto al alta hospitalaria como a los 6 meses) cuando se incre­
menta el número de fracasos orgánicos.

ADELANTOS DE LA INVESTIGACIÓN
Complicaciones
Necesitamos fármacos nuevos para la EH crónica con eficacia
El edema cerebral, aunque supone una causa de mortalidad fre­ demostrada frente al placebo, ya que no se ha relacionado un
cuente en la IHA, es raro en la IHAC. Si la presión intracraneal beneficio claro de la terapia clásica con lactulosa.

ERRNVPHGLFRVRUJ
464 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

j I T A B L A 84-3 Sistema de puntuación de la valoración secuencial del fracaso orgánico (SOFA) en la insuficiencia hepática aguda sobre 1
crónica

PUNTUACIÓN SOFA 0 1 2 3 4

RESPIRACIÓN
Pao2/Fio2(mmHg) >400 £400 <300 <200 £100
— con soporte respiratorio—
COAGULACIÓN
Plaquetas X 103/mm3 >150 =£150 £100 =£50 <20
HÍGADO
Bilirrubina
(mg/dl) <1,2 1,2-1,9 2,0-5,9 6,0-11,9 >12,0
(|xmol/l) «2 0 ) (20-32) (33-101) (102-204) (>204)
CARDIOVASCULAR
Hipotensión Sin hipotensión PAM <70 mmHg Dopamina £5 Dopamina >5 0 Dopamina >15 0
0 dobutamina epinefrina £0,1 0 epinefrina >0,1 0
(cualquier dosis)'* norepinefrina £0,1* norepinefrina >0,1*
SISTEMA NERVIOSO CENTRAL
Escala de coma de Glasgow 15 13-14 10-12 6-9 <6
RENAL
Creatinina
mg/dl <1,2 1,2-1,9 2,0-3,4 3,5-4,9 >5,0
(|j,mol/l) (<110) (110-170) (171-299) (300-440) (>440)
o diuresis 0 <500 ml/día 0 <200 ml/día

•Adrenérgicos administrados al menos durante 1 hora (Tas dosis son en (ig/kg/min).


FÍ02, Fracción inspirada de oxígeno; PAM, presión arterial media; Pao2, presión arterial de oxígeno.
De Vincent JL, Moreno R.Takala J, y cols.The SOFA (Sepsis-related Organ Failure Assessment) score to describe organ dysfunction/failure. On behalf o f the Working
Group on Sepsis-Related Problems o f the European Society o f Intensive Care Medicine. Intensive Care Med 1996;22:707-710.

Una investigación activa en las fases iniciales de una IHAC


T A B LA 84-4 Tratamiento de la insuficiencia hepática aguda puede conducir a su control. El pronóstico debería determinarse
sobre otra crónica aplicando un sistema de puntuación eficaz como el SOFA.

COMPLICACIÓN CONTROL TERAPÉUTICO


B I B L I O G R A F Í A
Encefalopatía hepatica Dieta hipoproteica (AACR 0 proteínas
1. Perez Fernandez T, López Serrano P,Tomas E, et al. Diagnostic and therapeutic
vegetales)
approach to cholestatic liver disease. Rev Esp Enferm Dig 2004;96:60-73-
Evitar sedantes
2. Bergasa NV. Medical palliation o f the jaundiced patient with pruritus.
Lavado intestinal Gastroenterol Clin North Am 2006;35:113-123-
Lactulosa (?): evitaren casos de edema cerebral 3. O’Donohue JW, Pereira SP,Ashdown AC, et al.A controlled trial o f ondansetron
Edema cerebral Monitorización de la presión intracraneal in the pruritus of cholestasis.Aliment PharmacolTher 2005;21:1041-1045.
Evitar movimientos 4. Paumgartner G. Medical treatment o f cholestatic liver diseases: From pathobio-
logy to pharmacological targets.World J Gastroenterol 2006;12:4445-4451.
Evitar aspiración nasotraqueal
5. Sandhu BS, Sanyal AJ. Management o f ascites in cirrhosis. Clin Liver Dis
Cabecero de la cama a 45 grados
2005;9:715-732. viii.
Manitol 6. Strauss E, Caly WR. Spontaneous bacterial peritonitis: A therapeutic update.
Expert Rev Anti InfectTher 2006;4:249-260.
Hipoglucemia Control constante de la glucemia
7. Bernard B, Cadranel JF, Valla D, et al. Prognostic significance o f bacterial infec­
Infusión intravenosa continua de glucosa tion in bleeding cirrhotic patients: A prospective study. Gastroenterology
Insuficiencia renal Diálisis 1995;108:1828-1834.
Hemofiltración 8. Westphal JF, Brogard JM. Drug administration in chronic liver disease. Drug Saf
1997;17:47-73-
Insuficiencia respiratoria Monitorización de la gasometría 9- Cardenas A, Arroyo V. Hepatorenal syndrome. Ann Hepatol 2003;2:23-29.
Intubación orotraqueal 10. Hoeper MM, Krowka MJ, Strassburg CP. Portopulmonary hypertension and
Ventilación mecánica hepatopulmonary syndrome. Lancet 2004;363:1461-1468.
11. Ferenci P, Lockwood A, Mullen K, et al. Hepatic encephalopathy—Definition,
Hipotensión Dopamina nomenclature, diagnosis, and quantification: Final report o f the working part)'
Infección Cultivos frecuentes at the 11th World Congresses o f Gastroenterology, Vienna, 1998. Hepatology
Tratamiento antibiótico 2002;35:716-721.
12. Shawcross DL, Damink SW, Butterworth RF,Jalan R.Ammonia and hepatic ence­
Hemorragia Plasma fresco/plaquetas phalopathy: The more things change, the more they remain the same. Metab
Factores de la coagulación sanguínea Brain Dis 2005;20:169-179-
Antagonistas de histamina-2, inhibidores de 13- Mas A. Hepatic encephalopathy: From pathophysiology to treatment. Digestion
la bomba de protones 2006;73(Suppl l):86-93-
14. Strauss E,Tramóte R, Silva Ep et al. Double-blind randomized clinical trial com­
AACR,Aminoácidos de cadena ramificada. paring neomycin and placebo in the treatment o f exogenous hepatic encepha­
lopathy. Hepatogastroenterology 1992;39:542-545.

PARTE I I EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Trombosis venosa profunda I C A P ÍT U L O 85 465

15. Als-Nielsen B, Gluud LL, Gluud C. Non-absorbable disaccharides for hepatic Ya desde el año 1865 se conoce la asociación entre el cáncer y la
encephalopathy: Systematic review o f randomised trials. BMJ 2004;328:1046. tromboembolia venosa (TEV)1. Los pacientes con una enfermedad
16. Kircheis G, Wettstein M, Dahl S, Haussinger D. Clinical efficacy o f 1-ornithine-
L-aspartate in the management o f hepatic encephalopathy. Metab Brain Dis neoplásica clínicamente evidente o con un cáncer oculto presen­
tan un riesgo mayor de TEV y los estudios de necropsia confirman
2002;17:453-462.
17. Ostapowicz G, Fontana RJ, Schiodt FV, et al. Results o f a prospective study of un riesgo mayor de trombosis en los cánceres viscerales2,3. El 15% I
acute liver failure at 17 tertiary care centers in the United States. Ann Intern de todos los pacientes oncológicos padece un episodio trombo-
Med 2002;137:947-954.
18. Zimmerman HJ, Maddrey WC. Acetaminophen (paracetamol) hepatotoxicity
embólico y una quinta parte de todos los episodios de trombosis
with regular intake o f alcohol: Analysis o f instances o f therapeutic misadven­ venosa profunda (TVP) y de embolia pulmonar (EP) se producen
ture. Hepatology 1995;22:767-773. en pacientes con un cáncer conocido4.Aunque el tratamiento de
19. Sen S, Williams R, Jalan R. The pathophysiological basis of acute-on-chronic la TEV en la población general está de sobra establecido, el diag­
liver failure. Liver 2002;22(Suppl 2):5-13- nóstico y el tratamiento subsiguiente en los pacientes oncológicos
20. Kamath PS, Wiesner RH, Malinchoc M, et al. A model to predict survival in
patients with end-stage liver disease. Hepatology 2001;33:464-470.
suscita varios problemas, y en especial en la enfermedad metas-
21. Vincent JL, Moreno R,Takala J, et al.The SOFA (Sepsis-related Organ Failure tásica avanzada.
Assessment) score to describe organ dysfunction/failure. On behalf o f the
Working Group on Sepsis-Related Problems o f the European Society of
Intensive Care Medicine. Intensive Care Med 1996;22:707-710. EVALUACIÓN CLÍNICA Y DIAGNÓSTICO
22. Lee WM.Acute liver failure. N Engl J Med 1993;329:1862-1872.
23. Rolando N, Harvey F, Brahm J, et al. Prospective study o f bacterial infection in La TVP es una afección médica frecuente en la que se forma un
acute liver failure: An analysis o f fifty patients. Hepatology 1990;11:49-53- trombo en el sistema venoso. Aparece más frecuentemente en
24. Fernandez J, Navasa M, Garcia-Pagan JC, et al. Effect o f intravenous albumin on
systemic and hepatic hemodynamics and vasoactive neurohormonal systems las extremidades inferiores, manifestándose en forma calor, dolor,
in patients with cirrhosLs and spontaneous bacterial peritonitis. J Hepatol tumefacción y rubor en la pierna, aunque en ocasiones es asin-
2004;41:384-390. tomática o con síntomas atípicos. El trombo procedente de las
extremidades inferiores puede generar dolor y alterar la movilidad,
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S pero además puede embolizar hacia los pulmones, dando lugar a
una EP.A1 igual que la TVP, la EP se manifiesta por una serie amplia
Als-Nielsen B, Gluud LL, Gluud C. Non-absorbable disaccharides de síntomas y signos. Algunas son asintomáticas y crónicas y dan
for hepatic encephalopathy: Systematic review of randomised lugar a disnea e insuficiencia cardíaca derecha; otras se manifies­
trials. BMJ 2004;328:1046. tan clásicamente por dolor torácico pleurítico, disnea y hemopti­
Mas A. Hepatic encephalopathy: From pathophysiology to treat­ sis. Las EP grandes pueden provocar colapso cardiovascular y una
ment. Digestion 2006;73(Suppl l):86-93. muerte instantánea.
Sen S,Williams R,Jalan R.The pathophysiological basis of acute-on- La incidencia de TEV en la población con cáncer es de al
chronic liver failure. Liver 2002;22(Suppl 2):5-13- menos el 15%, pero aumenta con la progresión de la enfermedad.
Shawcross DL, Damink SW, Butterworth RF,Jalan R.Ammonia and En la población de cuidados paliativos, más del 50% de los pacien­
hepatic encephalopathy: The more things change, the more tes ingresados puede padecer una TVP no diagnosticada, y hasta
they remain the same. Metab Brain Dis 2005;20:169-179. en un 30% de los casos se desarrollan síntomas5.
El incremento del riesgo protrombótico es multifactorial:
• Estasis: muchos pacientes están encamados como consecuen­
cia de su debilidad general, letargo, deterioro neurológico, com­
presión medular o por una fase terminal de la enfermedad. La
estasis de vasos locales es habitual en las neoplasias pélvicas y
el edema de la pierna puede provocar una compresión externa
C APÍTULO 85 con estasis local.
• Perturbación endotelial: puede producirse tras una cirugía o
debido a la infiltración tumoral local.
• Estado de hipercoagulabilidad: los procoagulantes, como
Trombosis venosa profunda el factor tisular y el complejo trombina-antitrombina, están
aumentados en ciertos cánceres.
Simon Noble • Iatrogénico: los catéteres venosos continuos son protrombó-
ticos en los pacientes cancerosos. Las modificaciones en el
diseño del catéter y en la posición de la punta han disminuido
5) 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos el riesgo de TEV Ciertos fármacos quimioterápicos son pro-
trombóticos y este efecto puede aumentar cuando se trata de
varios fármacos.

P U N T O S
DIFICULTADES EN EL TRATAMIENTO
» La tromboembolia venosa es frecuente en las fases avanzadas de las
neoplasias. DE LA TROMBOEMBOLIA VENOSA
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

» La coexistencia de procesos patológicos dificulta sobremanera el estableci­ La valoración y el tratamiento de la sospecha de una TEV plantea
miento de un diagnóstico exacto. una serie de dificultades en el campo de los cuidados paliativos.
» Los pacientes con cáncer tienen una tasa más alta de hemorragia y de trom­ Aunque se trata de una afección habitual en las fases avanzadas
bosis recurrente que los pacientes no oncológicos. del cáncer, a menudo no se la considera una causa de síntomas,
» La heparina de bajo peso molecular (HBPM) parece ser más segura y eficaz ya que otros muchos aspectos de la patología común a los pacien­
que la warfarina en los pacientes oncológicos. tes oncológicos se manifiesta de forma similar. Los métodos diag­
» La evidencia sugiere que la HBPM es mejor que la warfarina en los pacientes nósticos de gran sensibilidad y especificidad en la población
con cáncer, si bien la investigación en el contexto de los cuidados paliativos general no siempre resultan útiles en los pacientes con cáncer y
otras pruebas pueden resultar inadecuadas o poco prácticas en el
entorno de los cuidados paliativos.

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466 SE CCIÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

Las unidades de cuidados paliativos especializadas (UCPE) pro­ sensibles para la TEV pero su especificidad es insuficiente para el
bablemente no investiguen unaTEV a menos que la investigación diagnóstico, ya que pueden aparecer en otros trastornos (p. ej.,
sea accesible, incruenta, precisa (dada la gran cantidad de patolo­ infecciones, cánceres) y en el postoperatorio6'7. Los valores de
gías en este grupo de pacientes), aceptada por el paciente y con los dímeros D son aceptados en la actualidad como una prueba
posibilidades de modificar el tratamiento. excluyente importante para la TEV con un valor pronóstico nega­
No todos los pacientes se considerarán candidatos para la tivo cercano al 100%. Su aplicación en los pacientes oncológicos
anticoagulación y la evaluación será poco probable a menos que es limitada y no desempeñan ningún papel en el ámbito de los
el paciente sea candidato a warfarina o a heparina de bajo peso cuidados paliativos.
molecular (HBPM). El traslado de un paciente con una sospecha
de TEV desde una UCPE hasta un hospital próximo para some­
terse a un estudio de eco-Doppler resulta sumamente ardua para
algunos de ellos, y aún más para una prueba cruenta como una Técnicas de imagen
venografía con contraste. Las sospechas de EP son inclusive más
Existen varias técnicas de imagen disponibles para la TVP de la
difíciles de diagnosticar radiológicamente. Las gammagrafías de
extremidad inferior. Cada una tiene sus ventajas y sus desventajas
ventilación/perfusión a menudo ni se plantean, ya que otras pato­
con grados diferentes de sensibilidad, especificidad, dependencia
logías pulmonares habituales en las fases avanzadas del cáncer la
del especialista, costes, accesibilidad e invasividad. El diagnóstico
convierten en una prueba poco fiable.
radiológico dependerá de la práctica de cada centro y de la dispo­
El tratamiento de la TEV puede resultar problemático, ya que
nibilidad de medios.
los pacientes oncológicos tienen una incidencia mayor de trom­
La ecografía-Doppler es la prueba incruenta más generalizada
bosis recurrentes (a pesar de una anticoagulación adecuada).
y barata y ha sustituido en la mayoría de los casos a la venografía.
Asimismo, la incidencia de hemorragia durante la anticoagulación
En un metaanálisis reciente se planteaba que la sensibilidad global
es mayor y los anticoagulantes como las cumarinas presentan inte­
de la ecografía es de un 89% para la TVP sintomática y del 97%
racciones farmacológicas significativas con fármacos de prescrip­
para trombos por encima de la rodilla. Entre los problemas de la
ción habitual.
ecografía están su escasa sensibilidad para la enfermedad asinto-
mática, las dificultades para el diagnóstico de TVP recurrentes y la
PRESENTACIÓN Y DIAGNÓSTICO visualización limitada en la pelvis8,9(fig. 85-2).
La pletismografía de impedancia también se utiliza frecuen­
DE LA TROMBOSIS VENOSA PROFUNDA temente, pero presenta una serie de limitaciones similares en
En un paciente no oncológico, la tumefacción y el dolor en la la trombosis recurrente, en la TVP asintomática y en la TVP por
pierna suscitan una sospecha alta deTVP. Sin embargo, las piernas debajo de la rodilla o en la pelvis89.
dolorosas y tumefactas son habituales en la población de cuida­ La venografía es la prueba diagnóstica estándar de referencia,
dos paliativos y pueden deberse a otras causas. Muchos procesos pero se ha visto reemplazada por pruebas incruentas8-11. En la
pueden simular una TVP, pero la presencia de dicho diagnóstico
no descarta una trombosis simultánea. La celulitis o la estasis
derivada de una enfermedad pélvica, por ejemplo, puede incre­
mentar el estado protrombótico y la probabilidad de una TEV no
diagnosticada.
El diagnóstico deTVP de la extremidad inferior mediante signos
clínicos es poco fiable. Los signos y síntomas individuales son de
escaso valor y el signo de Homan carece de valor alguno (tabla 85-1,
fig- 85-1).

Dímeros D
Los dímeros D plasmáticos son derivados de fibrina cruzados espe­
cíficos generados cuando la fibrina es degradada por la plasmina.
Las concentraciones aumentan por la trombólisis. Son sumamente

T A B L A 85-1 Causas frecuentes de tumefacción en las


piernas en los pacientes de cuidados paliativos

TUMEFACCIÓN UNILATERAL
• Trombosis venosa profunda.
• Celulitis.
• Adenopatía inguinal.
• Linfedema.

TUMEFACCIÓN BILATERAL
• Trombosis venosa profunda.
• Hipoalbuminemia.
• Insuficiencia cardíaca.
• Fármacos (p. ej., esteroides, nifedipino).
• Linfedema.
• Enfermedad pélvica causante de una disminución en el flujo de salida
venoso. FIGURA 85-1 Paciente con tumefacción de la pierna izquierda secundaria a
trombosis venosa profunda.

PARTE I I EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Trombosis venosa profunda I C A P ÍT U L O 85 467

C uadro 8 5-2 C aracterísticas de p resentación


de la em bolia pulm onar
• Disnea (80%).
• Taquipnea (70%).
• D olor torácico pleurítico (52%).
• Tos (20%).
• Síncope (19%).
• D olor torácico subestemal (12%).
• Hemoptisis (11%).
• Derrame pleural (normalm ente transudado sanguinolento).

Una EP central grande puede manifestarse con síncope o colapso


hemodinámico brusco y oclusión vascular periférica. Los casos de
muerte súbita en cuidados paliativos se atribuyen en ocasiones a
fenómenos embólicos.
FIGURA 85-2 Ecografía Doppler en la que se aprecia un trombo en la vena En la práctica, lo normal es que el médico descarte y trate
poplítea derecha. otros procesos patológicos como infección, edema pulmonar
y anemia antes de considerar el diagnóstico de EP Claramente,
para confirmar una EP primero hay que pensar en la posibilidad
de dicho diagnóstico. En segundo lugar, el médico debe decidir
C uadro 85-1 Cau sas frecuentes d e d isn ea en el cáncer si un diagnóstico positivo de EP podría alterar el tratamiento. En
una especialidad en la que resulta primordial el equilibrio entre
avan zado
la calidad de vida y el tratamiento activo, debería considerarse la
Neumonía. carga que supone la confirmación radiológica (que puede exigir
Edema pulmonar. el traslado del paciente hasta la UCPE). Además del problema que
Derrame pleural. esto supone para el paciente, también debe tenerse en cuenta la
Anemia. seguridad y la idoneidad del tratamiento. La anticoagulación de
Metástasis pulmonares. una persona con un riesgo hemorrágico alto no sería la medida
Linfangitis. más conveniente, al igual que en una persona que está agoni­
Fatiga muscular. zando, en la que podrían instaurarse otras medidas de control
Enfermedad pulmonar simultánea: sintomático.
• Enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
• Enfisema.
• Neumopatía intersticial.
• Insuficiencia cardíaca congestiva. Técnicas de imagen en la sospecha de embolia
pulmonar
Las pruebas que se plantean para el diagnóstico de una EP en los
casos que no son de cuidados paliativos solamente tienen la finali­
práctica es la prueba más fiable para los trombos asintomáticos y
dad de identificar otro tipo de patologías (cuadro 85-3).
para los trombos en la pantorrilla o la pelvis. Supone la inyección
Las modalidades de imagen disponibles para la EP abarcan la
de un material de contraste intravenoso. gammagrafía pulmonar de ventilación/perfusión (gammagrafía
V/Q), la angiografía pulmonar, la angiotomografía computarizada
espiral pulmonar (CTPA) y la angiorresonancia magnética. Sin
embargo, todas las modalidades de imagen tienen sus limitaciones
PRESENTACIÓN Y DIAGNÓSTICO y su acceso es variable en cada UCPE.
DE LA EMBOLIA PULMONAR
En los estudios post mórtem se sugiere que la EP puede tener Angiografía pulmonar
una incidencia de hasta un 50% en los pacientes con un cáncer
• en fase avanzada3,4. La incidencia clínica es menor, lo que sugiere La angiografía pulmonar es la prueba de referencia, aunque téc­
3 que la EP no se diagnostica con la frecuencia debida. El síntoma nicamente es exigente y es una prueba cruenta12,13. Es poco pro­
T1 de presentación más frecuente, la disnea, se manifiesta habi­ bable que sea la modalidad de elección en cuidados paliativos a
tualmente en el cáncer avanzado. La disnea puede deberse tam­ menos que el paciente sea lo suficientemente fuerte como para
bién a otros procesos coexistentes, de los que la EP es uno de resistir la prueba.Tiene una tasa de complicaciones del 0,5% y una
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

ellos. tasa de mortalidad del 0,1%.


Los rasgos clínicos documentados de la EP (cuadro 85-1) no
acotan el diagnóstico diferencial de la disnea en el cáncer. Muchos
Gammagrafía de ventilación/perfusión
de ellos están presentes en otras etiologías de la disnea (cua­
dro 85-2). Las gammagrafías V/Q son pruebas relativamente sencillas e
La disnea de comienzo súbito puede ser el único síntoma de incruentas, pero por separado no consiguen determinar el diag­
una EP y los pacientes con una afección pulmonar o cardíaca pre­ nóstico en el 70% de los casos con sospecha de EP14. En el cáncer
via pueden percibir solamente un agravamiento de una disnea ya avanzado, el diagnóstico está dificultado por la patología pulmo­
presente. Del mismo modo, una EP suficiente como para provocar nar simultánea. Se han obtenido mejores resultados combinando
compromiso cardiovascular o hipoxia puede manifestarse como la probabilidad clínica con la interpretación de la gammagrafía de
un agravamiento de otros procesos médicos como angina o insu­ V/Q, pero el papel de esta modalidad en cuidados paliativos es
ficiencia cardíaca o inducir arritmias como fibrilación auricular. limitado15.

ERRNVPHGLFRVRUJ
468 S E C C I Ó N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

C uadro 8 5-3 Pruebas u tilizad as p ara el d iagn óstico


de em bolia p ulm onar en pacientes fuera del gru po de
cu id ad o s p aliativo s

Electrocardiografía

• Habitualmente normal.
• Taquicardia sinusal.
• Anomalías inespecíficas del intervalo ST o de la ondaT.
• Bloqueo de rama derecha.
• Fibrilación auricular.
• Ondas S profundas en I, ondas Q en III y ondas T invertidas en n i
(«S I, Q3.T3»).

Radiografía de tórax

• Habitualmente normal.
• Disminución del entramado vascular.
• Derrame pleural pequeño.
• Un signo tardío ocasional podría ser la aparición d e una 2ona
homogénea d e infarto pulmonar en forma d e cuña en la periferia
pulmonar.

Saturación de oxígeno

• Sumamente insensible.
• Habitualmente normal en la ER

Gasometría arterial

• Hiperventilación y deterioro del intercambio gaseoso.


• Tensión de oxígeno arterial (Pao2) disminuida.
• Tensión de dióxido de carbono (P a c oj) disminuida.
FIGURA 85-3 Angiotomografía computarizada espiral pulmonar (CTPA) en
• pH a menudo elevado.
la que se muestra una embolia pulmonar en la arteria pulmonar derecha.

I T A B L A 8 5 - 2 Utilidad de las modalidades de imagen para la embolia pulmonar (EP) en cuidados paliativos j

PRUEBA PRECISIÓN EN EL DIAGNÓSTICO CARGA SOBRE EL UTILIDAD EN


D EEP PACIENTE CUIDADOS PALIATIVOS

Angiografía pulmonar ++ + + ++ + + ++
Gammagrafía de ventilación/perfusión (V/Q) ++ + +
Angiotomografía computarizada espiral pulmonar (CTPA) ++ + + + ++

Angiotomografía computarizada espiral pulmonar tasas de hemorragia mayores en los pacientes oncológicos si se
comparaba con otros pacientes con anticoagulación oral (22% en
La CTPA está fácilmente disponible en la mayoría de los hospitales un estudio)18,19. El riesgo hemorrágico en los pacientes de cuida­
y es una prueba que se tolera bien. Aunque es excelente en los dos paliativos es mayor. En una auditoría sobre anticoagulación en
casos de EP central y lobular, no puede descartar una EP subseg- una UCPE de Escocia se mencionaban 15 episodios de hemorragia
mentaria aislada. En los metaanálisis se ha sugerido que la CTPA en 17 pacientes; la tasa mejoraba hasta 11 episodios en 18 pacien­
tiene una sensibilidad cercana al 70% y una especificidad del 90% tes con una monitorización estrecha del índice normalizado inter­
para la EP16. Un resultado negativo no descarta un diagnóstico en nacional (INR)20. La tendencia actual en el cáncer avanzado es
el 30% de los pacientes. A pesar de dichas limitaciones, la CTPA es mantener el INR en valores subterapéuticos21.
probablemente el instrumento diagnóstico más apropiado para la Aparte del sangrado, los pacientes oncológicos tienen más pro­
EP en cuidados paliativos (tabla 85-2; fig. 85-3). babilidades que los no oncológicos de desarrollar episodios trom­
bóticos en el futuro durante un tratamiento con warfarina18,22. Se
ha demostrado en algunos estudios que hasta un 27% de los pacien­
TRATAMIENTO AGUDO tes oncológicos desarrolla una TEV secundaria, a pesar del trata­
miento terapéutico con warfarina. La incidencia es probablemente
El tratamiento actual para una TEV confirmada es la anticoagula­ mayor en las neoplasias avanzadas, ya que la protrombosis aumenta
ción inicial con HBPM durante 4 a 6 días, seguida de anticoagu­ en las foses avanzadas del cáncer y porque suele mantenerse la
lación a largo plazo con warfarina17. anticoagulación subterapéutica para minimizar la hemorragia.
Aunque la warfarina constituye la piedra angular de la anticoa­ La evidencia sugiere que la HBPM es el fármaco de elec­
gulación a largo plazo para la TEV, diversos estudios demostraban ción para el tratamiento a largo plazo de la TEV23. En un estudio

PARTE II EL P A C I E N T E
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Trombosis venosa profunda I C A P ÍT U L O 85 469

cualitativo se sugería que la HBPM es aceptable en cuidados RETOS DE LA INVESTIGACIÓN


paliativos y que para algunos, es preferible a la warfarina. La
HBPM tiene ciertas ventajas sobre la warfarina en los pacientes Los retos a los que se enfrenta la investigación sobre el trata­
oncológicos: miento de la TEV son enormes. La población de cuidados palia­
tivos es amplísima (desde los pacientes con una enfermedad
incurable hasta aquellos que están prácticamente agonizando),
• La dosis se calcula en función del peso del paciente, por lo que
por lo que resulta sumamente difícil elaborar directrices para todo
no hay necesidad de monitorizar la anticoagulación.
este amplio abanico de individuos.
• La eficacia no se ve alterada por la situación nutricional.
Los estudios experimentales deberían centrarse fundamental­
• La eficacia no se ve afectada por problemas de absorción o por
mente en la identificación del ámbito verdadero del problema,
una ingesta oral defectuosa.
valorando el impacto real sobre los pacientes y elaborando estra­
• La eficacia no se modifica con los fármacos nuevos.
tegias eficaces para afrontar la TEV de la forma más conveniente
para esta población.
Aunque en varios estudios se ha valorado el tratamiento a
largo plazo para la TEV con anticoagulantes orales frente a HBPM,
B I B L I O G R A F Í A
solamente en tres se han estudiado pacientes con cáncer. En un
estudio se distribuyeron al azar a pacientes con cáncer y TEV para 1. Trousseau A: Phlegmasia alba dolens. In: : Clinique Medícale d’Hotel-Dieu de
recibir durante 3 meses enoxaparina (HBPM a 1mg/kg) o warfa­ Paris,Vol. 3- Paris: JB Balliere et Fils, 1865, pp 654-812.
2. Bick RL. Alterations o f haemostasis with malignancy. Semin Thromb Hemost
rina24. Se observó un resultado combinado de hemorragia mayor y 1978;5:1-26.
TEV recurrente en 15 de 71 pacientes con warfarina (21%), frente 3. Sproul EE. Carcinoma and venous thrombosis:The frequency o f association of
a 7 de 67 con HBPM (11%) (P = 0,09). En el estudio Long-term carcinoma in the body or tail o f the pancreas with multiple venous thrombo­
Innohep Treatment Evaluation (LITE) se distribuyeron al azar 737 sis.Am J Cancer 1938;34:566-585.
pacientes con TEV aguda tratados con heparina no fraccionada 4. Ambrus JL,Ambrus CM, Pickren JW. Causes o f death in cancer patients. J Med
1975;6:61-64.
seguida de warfarina durante 84 días para un INR de 2,5 o con tin- 5. Johnson MJ, Sproule MW, Paul J. The prevalence and associated variables of
zaparina (HBPM) (175UI/kg) durante 85 días25. En un análisis de deep venous thrombosis in patients with advanced cancer. Clin Oncol (R Coll
subgrupo de 167 pacientes oncológicos, la tasa de TEV recurrente Radiol) 1999;11:105-110.
fue del 6% en el grupo con HBPM y del 12% en el grupo con war­ 6. Kelly J, Hunt BJ. Role o f d-dimers in diagnosis o f venous thromboembolism.
Lancet 2002;359:456458.
farina (P - 0,03). 7. Kelly J, Rudd A, Lewis RR, Hunt BJ. Plasma D-dimers in the diagnosis o f venous
El estudio Comparison of Low-Molecular-Weight Heparin ver­ thromboembolism.Arch Intern Med 2002;162:747-756.
sus Oral Anticoagulant Therapy for the Prevention of Recurrent 8. Kearon C, Julian JA, Newman TE, Ginsberg JS. Noninvasive diagnosis o f deep
Venous Thromboembolism in Patients with Cancer (CLOT) era venous thrombosis. McMaster Diagnostic Imaging Practice Guidelines
Initiative.Ann Intern Med 1998;128:663-677.
un ensayo multicéntrico a gran escala en el que se comparaba
9- Fraser JD, Anderson DR. Deep venous thrombosis: Recent advances and opti­
un tratamiento con dalteparina (HBPM) con anticoagulante oral mal investigation with US. Radiology 1999;211:9-24.
en cánceres activos con una TVP aguda2. Cada uno de los grupos 10. Rose SC, Zwiebel WJ, NeLson BD, et al. Symptomatic lower extremity deep
constaba de 338 pacientes, equiparados en cuanto a sexo, edad, venous thrombosis: Accuracy, limitations and role o f color duplex flow ima­
tratamiento ambulatorio y rendimiento funcional. Setenta y siete ging in diagnosis. Radiology 1990;175:639-644.
11. Lensing AW, Prandoni P, Prins MH, Buller HR. Deep vein thrombosis. Lancet
pacientes del grupo con HBPM experimentó TEV recurrente,
1999;353:479-485.
frente a 53 en el grupo con anticoagulante oral. Los pacientes con 12. Nilsson T, Carlsson A, Mare K. Pulmonary angiography: A safe procedure with
un tratamiento prolongado con HBPM presentaban un riesgo acu­ modern contrast media and technique. Eur Radiol 1998;8:86-89-
mulado de TEV recurrente a los 6 meses menor que los que reci­ 13- Hudson ER, Smith TP, McDermott VG, et al. Pulmonary angiography performed
bían anticoagulante oral (9% frente al 17%; reducción del riesgo with iopamidol: Complications in 1,434 patients. Radiology 1996;198:61-65.
14. The PIOPED Investigators. Value o f the ventilation/perfusion scan in acute
del 52%; P = 0,0017). En 19 pacientes (6%) de los 338 tratados pulmonary embolism. Results o f the Prospective Investigation Of Pulmonar)'
con HBPM se observó una hemorragia mayor frente a 12 (4%) de Embolism Diagnosis (PIOPED).JAMA 1990;263:2753-2759-
338 tratados con anticoagulante oral (P — 0,27). Los datos corres­ 15. Hull RD, Hirsh J, Carter CJ, et al. Diagnostic value o f ventilation-perfusion
pondientes para «cualquier hemorragia» fueron del 14% y del 19%, lung scanning in patients with suspected pulmonar)' embolism. Chest
1985;88:819-828.
respectivamente (P — 0,09).
16. Remy-Jardin M, Remy J, Deschildre F, et al. Diagnosis of pulmonary embolism
Aunque no se han llevado a cabo estudios específicos en with spiral CT: Comparison with pulmonar)' angiography and scintigraphy.
poblaciones de cuidados paliativos, en un estudio prospectivo de Radiology 1996;200:699-706.
cohortes en casos de cáncer metastático (cerebro o hígado) y TEV 17. Noble SIR.Anticoagulation in advanced malignancy: Pitfalls, dangers and future
se investigó un tratamiento un dalteparina a dosis bajas. Un total developments [abstract].Palliat Med 2004;18:l6l.
18. Hutten BA, Prins MH, Gent M, et al. Incidence o f recurrent thromboembolic
de 203 pacientes recibió un ciclo de dalteparina durante 7 días and bleeding complications among patients with venous thromboembolism
en función del peso corporal, seguido de una dosis fija de dalte­ in relation to both malignancy and achieved international normalized ratio: A
parina de 10.000 UI una vez al día durante al menos 3 meses26. retrospective analysis.J Clin Oncol 2000;18:3078-3083-
Once pacientes (5%) desarrollaron complicaciones hemorrágicas 19- Prandoni P.Antithrombotic strategies in patients with cancer.Thromb Haemost
1997;78(Suppl): 141-144.
mayores (6 mortales) durante los 3 meses del estudio, y 18 pacien­
20. Johnson MJ. Problems o f anticoagulation within a palliative care setting: An
tes (9%) padecieron TEV recurrentes (2 mortales). Las tasas de audit o f hospice patients taking warfarin. Palliat Med 1997;11:306-312.
complicaciones no diferían en las metástasis cerebrales o en las 21. Johnson MJ, Sherry K. How do palliative physicians manage venous thromboe­
hepáticas. mbolism?. Palliat Med 1997;11:462-468.
22. Lee AY, Levine M, Baker RI, et al. Low-molecular-weight heparin versus a cou-
marin for the prevention o f recurrent venous thromboembolism in patients
with cancer. N Engl J Med 2003;349:146-153-
23- Noble SI, Finlay IG. Is long-term low molecular weight heparin acceptable to
palliative care patients in the treatment o f cancer related venous thromboem­
ERRORES COMUNES bolism? A qualitative stud)'. Palliat Med 2005; 19:197-201.
24. Meyer G, Marjanovic Z, Valcke J, Lorcerie B. Comparison o f low-molecular-
Los errores más frecuentes son infradiagnosticar o infravalorar weight heparin and warfarin for the secondary prevention o f venous throm­
el riesgo de TEV en la población de cuidados paliativos. Existe boembolism in patients with cancer.Arch Intern Med 2002; 162:1729-1735.
la idea de que «una EP grande es una buena forma de morir». 25. Hull RD, Pineo GF, Mah AF, Brant RF. for the LITE stud)' investigators.A randomi­
Esto es un sinsentido, ya que como se sugiere en un estudio, la sed trial evaluating long-term low molecular weight heparin therapy for three
months versus intravenous heparin followed by warfarin sodium [abstract].
mayor parte de las muertes derivadas de una EP tardan en produ­ Blood 2002; 100:556.
cirse hasta 4 horas y no suceden de forma súbita, como algunos 26. Monreal M, Zacharski L, Jimenez JA, et al. Fixed-dose low-molecular-weight
creerían. heparin for secondary prevention o f venous thromboembolism in patients

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470 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

with disseminated c r: A prospective cohort study. J Thromb Haemost los efectos psicológicos: la hemorragia puede generar pánico
2004;2:1311-1315. entre los pacientes y entre sus cuidadores. Cualquier hemorragia
debe afrontarse meticulosamente, en especial si es recurrente o
no responde a los tratamientos convencionales. Las hemorragias
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S intratables, recurrentes o persistentes que resisten a las medidas
Lee AY. Management of thrombosis in cancer: Primary preven­ convencionales plantean retos al personal médico, a los pacientes
tion and secondary prophylaxis. Br J Haematol 2005;128: y a sus cuidadores por la posibilidad de la muerte.
291-302.
Lugassy G, Falanga A, Kakkar AK, Rickies FR (eds). Thrombosis CIENCIAS BÁSICAS
and Cancer. London: Taylor & Francis Publishing, 2004.ISBN:
1841842877 La fisiología de la hemostasia es compleja y mantiene la sangre
en el interior del sistema circulatorio. Tres mecanismos principa­
les impiden la pérdida adicional de sangre cuando se produce la
lesión de un vaso sanguíneo1. En primer lugar, las contracciones
de la pared vascular dan lugar a vasoconstricción tras la lesión de
la pared del vaso. Esa acción está mediada por el tromboxano A2

j| C A P Í T U L O 86 liberado desde las plaquetas y por los reflejos nerviosos tras un


traumatismo. Estas contracciones requieren una anatomía y una
estructura vascular normales.
En segundo lugar, las paredes de los vasos dañados activan las
Hemorragia persistente o repetida plaquetas circulantes y consecuentemente sufren cambios estruc­
turales y fisiológicos. Esto permite que las plaquetas se unan a las
Bassam Estfan paredes vasculares dañadas gravemente. Con ello se inicia una
cascada de cambios similares en otras plaquetas, dando lugar a la
formación del tapón plaquetario y evitando que continúe la he­
D 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
morragia. Este paso es importante en los vasos más pequeños.
La formación del coágulo es el tercero y más importante de los
mecanismos. Supone la activación de factores de la coagulación
P U N T O S a través de la vía intrínseca o de la vía extrínseca. Varios factores
de la coagulación se activan en una cascada para activar la forma­
» La hemorragia es frecuente en el cáncer avanzado. La hemorragia recurrente ción de trombina a partir de la protrombina, para a continuación
puede causar desasosiego, tanto fisiológica como psicológicamente. liberarse hebras de fibrina desde el fibrinógeno. Los filamentos de
» La hemorragia en la enfermedad avanzada tiene múltiples causas. Con fre­ fibrina forman el coágulo definitivo que bloquea los focos hemorrá-
cuencia se necesita una estrategia terapéutica multimodal para lograr la gicos. El coágulo se mantiene gracias a un equilibrio entre los fac­
hemostasia. tores procoagulantes y anticoagulantes hasta que se repara el vaso
» Un primer paso crucial es el apoyo hemodinámico con líquidos intraveno­ dañado. La vitamina K y el calcio son esenciales para la producción
sos y hemoderivados. y la activación de los factores de la coagulación. En resumen, el
» Aparte de las medidas conservadoras, a menudo se necesitan tratamientos mantenimiento de la hemostasia radica en la presencia de paredes
intervencionistas. Entre ellos están la endoscopia, la cirugía y la radiología vasculares intactas, un recuento de plaquetas funcional y suficiente
intervencionista. y concentraciones normales de los factores de la coagulación.
» Las intervenciones no médicas son esenciales en las etapas finales de la vida,
cuando dejan de ser factibles las terapias específicas. Algunos ejemplos son
el apoyo emocional del paciente y su familia, la educación, la preparación EPIDEMIOLOGÍA Y PREVALENCIA
ante la muerte y las toallas oscuras para ocultar la sangre.
Las hemorragias tienen una incidencia de hasta el 10% en el
cáncer avanzado y la mayoría se producen por causas adquiridas2.
La hemorragia provocaba el 50% de las muertes en la leucemia
aguda antes de que se dispusiera de las transfusiones de plaquetas.
La trombocitopenia (de orígenes diferentes) es la causa principal
de hemorragia en el cáncer. La invasión tumoral y la coagulación
Una hemorragia visible anómala es alarmante y constituye una
de las razones más habituales por las que se acude al médico. intravascular diseminada (CID) son otras causas frecuentes en el
La hemorragia patológica procedente de los sistemas respi­ cáncer2. La hemorragia recurrente puede ser uno de los rasgos
ratorio, digestivo, genitourinario u otros es grave; puede ser principales en algunos individuos predispuestos genéticamente,
la primera manifestación de una neoplasia oculta o de una pero es rara. Las mutaciones genéticas responsables de trastornos
afección hematológica grave y a menudo complica a la enfer­ de la coagulación congénitos desencadenan hemorragias recurren­
medad avanzada. A la gente le aterra la visión inesperada o tes y persistentes (v. cap. 230). Estas mutaciones pueden afectar a
recurrente de la sangre; la hemorragia puede asociarse a la re­ factores de la coagulación (p. ej., hemofilia A y B) o a la función
y la agregación de las plaquetas (p. ej., trombastenia de Glanzman).
currencia de una enfermedad, a su progresión, a fallos en el trata­
miento o a la posibilidad de un fallecimiento inminente. Cuanto
más grave sea la hemorragia, mayor será la aprensión y los FISIOPATOLOGÍA
riesgos.
Las hemorragias en la enfermedad avanzada y en la proximi­ La hemorragia en las enfermedades terminales y avanzadas se
dad de la muerte no son infrecuentes, especialmente en el cáncer debe predominantemente a causas adquiridas. Es más frecuente
avanzado. Las hemorragias masivas o intratables constituyen una en el cáncer, en las hepatopatías terminales (disminución de pro­
emergencia médica y pueden ser mortales. No sólo resultan peli­ ducción de factores de la coagulación, varices esofagogástricas) y
grosos los efectos fisiológicos de la hemorragia, sino también en los trastornos plaquetarios adquiridos.

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Hemorragia persistente o repetida I C A P Í T U L O 86 471

C uadro 86-1 Cau sas de h em o rragia en la enferm edad — T A B L A 8 6 -1 Diagnóstico diferencial según el foco
avan zada hemorrágico
Trombocitopenia (varias causas).
Bronquial Neoplasias (p. ej., invasión, erosiones vasculares)
Coagulación intravascular diseminada. Infecciones (p. ej., tuberculosis, bronquitis)
Insuficiencia d e la médula ósea (p. ej., infiltración metastásica, neo­ Bronquiectasias
plasias hematológicas). Inmunitarias (p. ej., síndrome de
Diseminación e invasión tumoral directa. Goodpasture)
Malnutrición (p . ej., agotamiento de procoagulantes, déficit de vita­ Digestivo alto Varices hemorrágicas (esofágicas, gástricas)
mina K). Úlceras mucosas (benignas, malignas,
Asociada a fármacos (p. ej.,AINE, corticoides, anticoagulantes). postradiación)
Radioterapia (hemorragia mucosas, toxicidad de la médula ósea). Neoplasias
Toxicidad de la quimioterapia. Desgarros esofágicos (emesis intensa tras la
Cirrosis en estadio terminal (varices hemorrágicas, agotamiento de quimioterapia)
procoagulantes). Digestivo bajo Hemorragia digestiva alta masiva
Enfermedades hematológicas avanzadas (p . ej., mielodisplasia, ane­ Divertículos hemorrágicos, malformaciones
mia aplásica, púrpura trom bocitopénica idiopática). arteriovenosas
Trastornos intestinales inflamatorios
Proctitis posradiación
Úlceras rectales o colónicas (benignas,
malignas)

Las causas de las hemorragias graves en la enfermedad avan­ Uterino Trastornos menstruales
Cáncer uterino
zada son numerosas (cuadro 86-1); a ello puede contribuir una
Leiomiomas
combinación de factores3. En el cáncer, la formación de vasos nue­
Urinario Cistitis posradiación
vos nutre las masas neoplásicas. La neovascularización maligna es
Irritación mecánica (catéteres)
caótica, carece de la estructura normal de los vasos sanos y carece
Úlceras mucosas
de la capacidad para la hemostasia normal. Algunos cánceres se Neoplasias
conocen por ser más hemorrágicos; entre ellos están los carcino­
Cutáneo Masas fistulizantes malignas
mas de células renales y los melanomas. Los tumores pueden inva­
Úlceras profundas
dir o fistulizar hacia la piel o hacia cavidades adyacentes (p. ej.,
árbol bronquial, aparato digestivo). Dado que la formación vascu­
lar anómala se rompe fácilmente, pueden producirse hemorragias
espontáneas o inducidas con facilidad, permitiendo la aparición
de sangrados superficiales o cavitarios recurrentes. La hemorra­
gia cavitaria puede manifestarse en forma de hemoptisis masiva, con una tendencia mayor al sangrado. Las hemorragias visibles
hematemesis, hematuria o hemorragia digestiva baja. Las hemorra­
dirigen rápidamente a los médicos hacia el foco patológico; no
gias internas pueden producirse en áreas cerradas como la cavi­ obstante, pueden surgir dudas, especialmente cuando se trata de
dad pleural o abdominal. distinguir una hemorragia digestiva alta de una bronquial.
La hemorragia asociada a las plaquetas se debe a un recuento
Algunos focos frecuentes de hemorragia recurrente visible,
o a una función anómala de las mismas. La trombocitopenia grave especialmente en el cáncer avanzado, son el árbol bronquial, las
es importante en la hemorragia recurrente y es una causa fre­ porciones digestivas alta y baja, el útero, la vejiga urinaria y la piel.
cuente de hemorragia en el cáncer. Suele deberse a la infiltración
La hemorragia recurrente es un indicador indirecto de extensión
neoplásica de la médula ósea o a la toxicidad de la médula ósea de la enfermedad y de la necesidad de intervenciones terapéuticas
inducida por radioterapia o quimioterapia4. La insuficiencia de repetitivas o de modalidades de tratamiento nuevas.
la médula ósea puede deberse a otras afecciones hematológicas
Entre las pruebas analíticas de utilidad están el hemograma
como la mielodisplasia. El riesgo de hemorragia aumenta cuando completo (HC), el perfil de la coagulación (tiempo de protrom-
el recuento plaquetario es menor de 50.000/^.1; los recuentos bina [TP], el tiempo de tromboplastina parcial [TTP] y el índice
menores de 10 .000/(1,1 se asocian a hemorragias más graves o
normalizado internacional [INR]), el tipo sanguíneo, el perfil
espontáneas5. La uremia contribuye a las anomalías de la función metabólico, el panel de CID (fibrinógeno, productos de degrada­
plaquetaria en la insuficiencia renal avanzada. ción de la fibrina, dímeros-D [v. cap. 85]) y las pruebas funcionales
La hemorragia secundaria a trastornos de factores de la coagu­ hepáticas. La tomografía computarizada (TC) con contraste puede
lación en la enfermedad avanzada suele deberse a una disminu­ diagnosticar una hemorragia oculta activa. La angiografía de las
ción de la producción por causas adquiridas. Las concentraciones arterias sospechosas puede ser diagnóstica y terapéutica a la vez;
de procoagulantes disminuyen en la hepatopatía avanzada y en detecta hemorragias activas con un ritmo de 1ml/min. Las imá­
la malnutrición y aparecen con frecuencia en los pacientes con genes nucleares con eritrocitos marcados con tecnecio pueden
enfermedades terminales (p. ej., déficit de vitamina K).
detectar hemorragias activas tan pequeñas como 0,1 ml/min, pero
anatómicamente son menos precisas que la angiografía6. La endos-
copia es la modalidad esencial para el diagnóstico y el tratamiento
si se sospecha una hemorragia de origen pulmonar, digestivo o
MANIFESTACIONES CLÍNICAS genitourinario.
La anamnesis y la exploración física detalladas son dos pasos
importantes, incluyendo cualquier antecedente de episodios simi­
lares previos. En el caso de una hemorragia activa, la atención
debe centrarse en las constantes vitales, en el mantenimiento de DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
la vía respiratoria y en la estabilidad hemodinámica. La hemorragia
puede ser aguda y catastrófica, recurrente o crónica. Las hemorra­ La identificación del foco hemorrágico estrecha el diagnóstico
gias internas pueden pasar desapercibidas y deberían sospecharse diferencial (tabla 86-1). La presentación clínica y los anteceden­
en caso de inestabilidad hemodinámica o de shock en un individuo tes médicos pueden conducir rápidamente hacia el diagnóstico

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472 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

realizarse recuentos seriados de plaquetas con transfusiones pro­


Cuadro 8 6-2 Fárm acos q ue p ueden afectar al recuento
filácticas. Los recuentos de plaquetas deberían ser de 6.000 a
y a la fun ció n de las p laquetas
10.000/(il después de la transfusión de una sola unidad; la trans­
• Quimioterápicos. fusión habitual suele contener seis unidades. Las plaquetas tienen
• Quinidina, quinina. una semivida breve de 7 días, e incluso más breve en las plaque­
• Ácido acetilsalicílico, antiinflamatorios no esteroideos (AINE). tas transfundidas, de manera que los pacientes con una trom­
• Antibióticos (p. ej., trimetoprima-sulfametoxazol, penicilinas, sulfemidas). bocitopenia intratable necesitarán de una a dos transfusiones
• Anticoagulantes (p . ej., heparina, warfarina, dipiridamol, tirofiban). semanales (v. cap. 230). La transfusión de plasma fresco conge­
• Antagonistas del receptor d e la histamina. lado ayuda a restablecer la coagulación en los pacientes tratados
• Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME). con warfarina. La interrupción de los anticoagulantes puede ser
difícil si no se puede mantener con garantías un equilibrio entre
la anticoagulación y la hemostasia. Esto es especialmente cierto
en los pacientes con enfermedades trombóticas recientes o
activas como una trombosis venosa profunda o una embolia
pulmonar. Con frecuencia es necesario convocar una reunión
correcto. La medicación o las anomalías hematológicas pueden
familiar para comentar la relación entre riesgos y beneficios y
ser la causa fundamental en ausencia de una patología subyacente
las alternativas a la anticoagulación (p. ej., filtros de vena cava
relacionada. Un INR o unTP prolongados pueden sugerir una CID,
inferior).
un tratamiento con warfarina o una patología hepática (cirrosis,
metástasis hepáticas), especialmente cuando se combinan con
alteración de las pruebas funcionales hepáticas. La disminución
del recuento de plaquetas suele relacionarse con quimioterapia Medidas locales
si concuerda con el nadir del fármaco para la trombocitopenia.
La hemorragia cutánea persistente suele guardar relación con
Aparte de eso, en el cáncer puede representar una insuficiencia úlceras locales profundas o con aperturas de fístulas malignas,
de la médula ósea por radioterapia o infiltración metastásica. La
especialmente en focos quirúrgicos o en masas tumorales fistu-
revisión de la medicación7 es un aspecto crucial para descartar lizantes. Debe intentarse el tratamiento quirúrgico siempre que
posibles fármacos lesivos que afecten a la función o al recuento sea factible. El taponamiento estéril de las heridas abiertas puede
de las plaquetas (cuadro 86-2).
lograr la hemostasia. El taponamiento puede ser eficaz en las
hemorragias nasales, vaginales y rectales. Los apósitos quirúrgicos
especiales como la gelatina absorbible son de gran ayuda, ya que
TRATAMIENTO forman coágulos locales mediante la activación de la fibrina. Los
El tratamiento es multimodal y puede precisar de diferentes inter­ apósitos selladores de fibrina empapados en factores de la coagu­
venciones y de la implicación de subespecialidades. En todos los lación pueden lograr la hemostasia local con presión tópica8. La
formalina local puede detener la hemorragia recurrente en la cisti­
casos de hemorragia intratable activa o masiva debe consultarse
con el equipo quirúrgico ante la posibilidad de que se requiera tis y la proctitis inducidas por radiación. Un cuidado adecuado de
una intervención quirúrgica de urgencia. Si el episodio hemo- las úlceras y las heridas (v. cap. 88) debería minimizar y prevenir
rrágico se ha detenido espontáneamente, la prioridad se centra en las hemorragias futuras.
la estabilización hemodinámica; si la hemorragia es activa, la prio­ El sucralfato tópico se ha utilizado satisfactoriamente en
ridad es detener la hemorragia. la proctitis hemorrágica recurrente secundaria a radioterapia
local. Es más eficaz en los grados 1 y 2. Se disuelven 2 gramos de
sucralfato en 20 mi de agua y se administran en forma de enemas
rectales tres veces al día hasta lograr respuesta. Es ineficaz para
Medidas generales prevenir o mejorar la hemorragia aguda posradiación9. La adrena­
Las constantes vitales deben monitorizarse de cerca. La estabili­ lina o la epinefrina tópicas es de gran ayuda para el tratamiento
dad hemodinámica inicial se logra mediante la infusión intrave­ endoscópico tópico de las hemorragias repetidas (broncoscopia,
nosa de suero salino (independientemente de la causa concreta endoscopia alta o baja). Ejercen sus efectos provocando una cons­
o de las intervenciones futuras planificadas) en función de las tricción local de los vasos sanguíneos y potenciando la agregación
constantes vitales anormales o de los síntomas y signos de shock plaquetaria.
hipovolémico. Debería realizarse una revisión cuidadosa de la far-
macoterapia vigente. Los posibles fármacos lesivos deben suspen­
derse y reemplazarse por otros con efectos terapéuticos similares Endoscopia
pero que no provoquen trombocitopenia y que carezcan de efec­
tos tóxicos sobre la médula ósea. En la hemoptisis masiva debe La hemorragia digestiva o bronquial persistente y activa exige la
garantizarse rápidamente la permeabilidad de las vías respiratorias realización de una endoscopia de urgencia con fines diagnósticos
mediante broncoscopia o intubación y aspiración. La oxigenotera- y terapéuticos. La endoscopia digestiva alta ayuda a tratar las vari­
pia ayuda a la hipoxia con anemia. ces esofágicas sangrantes mediante la aplicación de sustancias
esclerosantes o de grapas en las hepatopatías avanzadas5. Las arte­
rias aberrantes en las úlceras sangrantes benignas o malignas pue­
Transfusión den cauterizarse (termoterapia o láser de neodimio-itrio-aluminio
y garnet [Nd-YAG]) o bien tratarse con epinefrina o adrenalina
A continuación de la fluidoterapia intravenosa puede reponerse la local para detener o prevenir los episodios hemorrágicos; estas
volemia con hemoderivados. El objetivo fundamental es mantener técnicas se pueden utilizar también en la hemorragia digestiva
las constantes vitales inviniendo la anemia y la trombocitopenia. baja con colonoscopia. La broncoscopia en la hemoptisis permite
Deben transfundirse concentrados de hematíes para mantener la identificar el foco hemorrágico10. Puede lograrse un control tran­
concentración de hemoglobina en valores superiores a 9g/dl para sitorio mediante lavados bronquiales con suero salino congelado.
que la oxigenación sea la adecuada. Las transfusiones de plaque­ La epinefrina tópica y la fotocoagulación con láser son de gran
tas deberían considerarse si la hemorragia activa se asocia a un ayuda en las lesiones bronquiales hemorrágicas visibles. El aisla­
recuento de plaquetas menor de 50.000/pl y profilácticamente miento del segmento hemorrágico mediante taponamiento puede
con recuentos menores de 10.000/pl5. En los pacientes con una ser una medida transitoria para prevenir la aspiración de sangre
trombocitopenia persistente y hemorragias recurrentes pueden hacia otros segmentos.

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Hemorragia persistente o repetida I C A P ÍT U L O 86 473

Radioterapia habitual de ácido tranexámico es de 10 a 15 mg/kg administra­


dos entre 3 y 4 veces al día; el ácido aminocaproico suele cebarse
La radioterapia tiene un efecto doble. En primer lugar, los órganos con lina dosis de carga durante 1 hora, seguida de 50 a 60mg/kg
con revestimiento mucoso expuestos a radiación pueden sufrir administrados cuatro veces al día. Las reacciones adversas son
hemorragias recurrentes por inflamación (p. ej., cistitis o proctitis fundamentalmente digestivas (náuseas, vómitos, diarrea); en raras
hemorrágica tras irradiación pélvica). En segundo lugar, la radiote­ ocasiones pueden producirse episodios trombóticos. La adminis­
rapia puede ser útil en las hemorragias bronquiales, uterinas, vagi­ tración crónica de dosis altas de ácido aminocaproico puede dar
nales, rectales y vesicales11, las cuales parecen ser consecuencia lugar a miopatía14.
de necrosis tumoral o vascular que alteran la irrigación del tumor.
La radioterapia tiene una aplicación limitada en los casos urgen­
tes, ya que su efecto es tardío y latente. Sin embargo, cuando se Análogos de la vasopresina
aplica satisfactoriamente, puede resultar sumamente valiosa en la
hemorragia recurrente, en especial en el caso de una lesión ino­ La desmopresina está indicada en la hemofilia A y en la enferme­
perable o de un paciente que no sea un candidato quirúrgico dad de von Willebrand. También se ha utilizado en las varices san­
bueno. grantes secundarias a hipertensión portal. Es de utilidad en los
trastornos plaquetarios cualitativos secundarios a cirrosis y ure­
mia. La desmopresina se administra por vía subcutánea o intrave­
nosa a lina dosis de 0,1 a 0,4(xg/kg.
Cirugía
La hemorragia activa e incontrolada, en especial cuando es recu­
rrente, puede necesitar una cirugía urgente. Esta intervención Factor VII recombinante activado
podría suponer la resección del foco hemorrágico (p. ej., gastrec- El factor VII recombinante activado (rFVIIa) se utilizó al principio
tomía parcial, histerectomía, hemicolectomía), la ligadura arterial, para el sangrado en pacientes hemofílicos con inhibidores.Aunque
el desbridamiento quirúrgico de las heridas o la reparación de las
no entra dentro de sus indicaciones, se ha empleado también con
fístulas. Es posible que las personas con enfermedades avanzadas buenos resultados en la hemorragia grave o intratable y en la
no sean buenos candidatos quirúrgicos. Debe adoptarse una deci­ hemorragia persistente. Parece que actúa potenciando el proceso
sión cuidadosa, teniendo en cuenta los riesgos, los beneficios, la
de la coagulación normal y en la actualidad está sometiéndose a
situación clínica, la situación funcional y los deseos del paciente y una investigación intensiva para su uso en hemorragias generales.
de la familia. La dosis habitual es de 90 (Ag/kg por vía intravenosa cada 2 horas
hasta lograr la hemostasia15.

Radiología intervencionista
La angiografía puede ser diagnóstica y terapéutica. Una angio­
Vitamina K
grafía regular o supraselectiva puede identificar ramas arteriales La fitonadiona, una vitamina lipófila, se emplea para corregir
con fugas, permitiendo la embolización con espirales arteriales, las hemorragias asociadas a un déficit de vitamina K (p. ej., tra­
especialmente en la hemoptisis recurrente12 o en la hemorragia tamiento con warfarina). Los factores de la coagulación depen­
digestiva o ginecológica. Ha tenido un éxito considerable en la dientes de la vitamina K (II, VII, IX y X) están disminuidos en el
detención de la hemorragia arterial activa (v. cap. 101). La embo­ déficit de esta vitamina. En los pacientes oncológicos pueden
lización es una técnica mínimamente invasiva y constituye una alcanzarse valores de anticoagulación supraterapéuticos con war­
alternativa en determinados pacientes que no son buenos can­ farina, aumentando la tendencia hemorrágica. En ausencia de un
didatos quirúrgicos (p. ej., en lugar de una hemicolectomía en la sangrado activo y solamente con un aumento moderado del INR
hemorragia recurrente por divertículos). puede bastar con la interrupción de la warfarina hasta recuperar
valores normales o los deseados. La vitamina K parenteral u oral
está indicada con valores de INR muy altos o con un sangrado
FÁRMACOS DE ELECCIÓN activo. La dosis habitual de inicio es de 2,5 a lOmg, la cual puede
repetirse según las necesidades.
Algunos fármacos adyuvantes pueden ayudar a controlar el san­
grado y posiblemente a disminuir la necesidad de transfusión de
hemoderivados13.Algunos son controvertidos en los casos de una TRATAMIENTO SINTOMÁTICO
hemorragia general, ya que suelen utilizarse para indicaciones
concretas. Las hemorragias masivas resultan traumáticas desde el punto de
vista psicológico, tanto para los pacientes como para sus fami­
lias, y en especial cuando desembocan en la muerte del paciente.
Antifibrinolíticos Las medidas sintomáticas deben dirigirse a los pacientes y a sus
familias en caso de que intervenciones como las transfusiones, la
El ácido aminocaproico y el ácido tranexámico son dos análogos endoscopia y la cirugía no sean factibles, no estén indicadas o no
de lisina de la clase de los antifibrinolíticos. Se unen al plasmi- se deseen. El apoyo emocional proporcionado por los asistentes
nógeno impidiendo la degradación de los filamentos de fibrina por sociales y por el personal del hospital o de las residencias para
el compuesto formado por el plasminógeno y el activador del plas- enfermos terminales es un aspecto importante para prepararse
minógeno y por tanto evitando la lisis del coágulo. Los antifibrino­ ante acontecimientos futuros, ante las consecuencias de una
líticos tienen una eficacia específica en las hemorragias mucosas hemorragia recurrente, para educar sobre la mejor manera de
desde focos ricos en activador del plasminógeno, como la mucosa enfrentarse a episodios hemorrágicos futuros y para el proceso de
vesical y oral. Suelen estar indicados para una hiperfibrinólisis con­ la agonía. Ayudar a una persona con una hemorragia o con riesgo
firmada, pero en ocasiones se utilizan de forma liberal. La aplica­ elevado de hemorragia puede resultar difícil en el domicilio y a
ción principal de los antifibrinolíticos ha sido la conservación de menudo se lleva a cabo en un entorno hospitalario. Las residen­
sangre perioperatoria en cirugía cardíaca, y en menor medida en cias para enfermos terminales pueden constituir un recurso
otras cirugías como en la cirrosis avanzada. El ácido tranexámico sumamente valioso. La hospitalización y los cuidados paliativos
es 10 veces más potente que el ácido aminocaproico. Ambos domiciliarios son otras alternativas (v. «Perspectivas futuras»).
están disponibles en formulaciones orales y parenterales, pero Las medidas conservadoras en la hemorragia recurrente y posi­
en ocasiones se han utilizado por vía tópica. La dosis parenteral blemente mortal abarcan el uso de toallas oscuras en el cabecero.

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474 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

Pe rsp ectivas futu ra s


» La generalización del uso de fibrinolíticos y de otros fármacos anti-
CAPÍTULO 87
hemorrágicos en las hemorragias exige una investigación, especial­
mente en las enfermedades avanzadas.
» El efecto de la hemorragia sobre los pacientes y sus familias no está Linfedema
bien documentado en cuidados paliativos. La información recopi­
lada tras la muerte secundaria a una hemorragia en lo referente a las
experiencias del paciente y de la familia podría resultar sumamente
valiosa.
» Existe la necesidad de publicar normas de actuación ante las hemo­ B 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
rragias en cuidados paliativos y llevar a cabo la investigación relacio­
nada adecuada.
' N o está claro si la radioterapia fraccionada o monofraccionada es P U N T O S
m ejor para controlar la hemorragia. La respuesta a esta cuestión
» El linfedema es una complicación frecuente, aunque a menudo no detectada
ayudaría a tratar a muchos pacientes de forma más eficaz y menos
ni tratada, del tratamiento y la recurrencia del cáncer.
cruenta.
* La terapia descongestiva combinada (TDC) abarca la disminución activa
(drenaje linfático manual, vendajes compresivos) seguida de una fase de
mantenimiento que consta de cuidados de la piel, prendas de compresión,
ejercicios específicos y mantenimiento del peso corporal. La TDC puede
Este tipo de toallas (p. ej., verdes, azul marino, negras) enmasca­ adaptarse al campo de los cuidados paliativos.
ran la visión de la sangre alterando su color y ayudan a evitar el > Los tratamientos deberían instaurarse precozmente y hacer hincapié en el
pánico. En la hemoptisis o en la hematemesis, con girar al paciente cuidado personal. La colaboración interdisciplinaria es esencial.
hacia un costado se consigue que la cantidad de sangre que le > Los reguladores deben asegurarse de que este tipo de tratamientos están
caiga al paciente sea mínima y ayuda a evitar su aspiración y la cubiertos por el seguro médico.
asfixia, en especial cuando la hemorragia es masiva. Los pacientes » En los programas de formación universitaria para los profesionales sanita­
pueden sufrir una crisis de pánico durante una hemorragia masiva rios debería estar incluido el tratamiento del linfedema.
o recurrente. Resulta de gran ayuda tener a mano una dosis amplia
de tranquilizante como clopromazina, o una benzodiazepina, en
una formulación inyectable para sedar al paciente16.

B I B L I O G R A F Í A
1. Guyton AC. Hemostasis and blood coagulation. In Guyton AC (ed). Guyton El linfedema crónico es una tumefacción provocada por la incapa­
Textbook o f Medical Physiology, 8th ed. Philadelphia: Saunders, 1991, pp cidad del sistema linfático para drenar líquido y proteínas desde el
390-399-
2. Belt RJ, Leite C, Haas CD, et al. Incidence o f hemorrhagic complications in espacio intersticial. Como consecuencia se produce una acumu­
patients with cancer.JAMA 1978;239:2571-2574. lación de líquido rico en proteínas, normalmente en una extremi­
3. DeSancho MT, Rand JH. Bleeding and thrombotic complications in critically ill dad, como parte de una complicación iatrogénica del tratamiento
patients with cancer. Crit Care Clin 2001;17:599-622. del cáncer o como parte del cuadro clínico que acompaña a la
4. Johnson MJ. Bleeding, clotting and cancer. Clin Oncol (R Coll Radiol)
recurrencia del cáncer1. No puede curarse y la tumefacción
1997;9:294-301.
5. Awisati G,'Iirindelli MC,Annibali O.Thrombocytopenia and hemorrhagic risk puede finalizar en una discapacidad o en un deterioro funcio­
in cancer patients. Crit Rev Oncol Hematol 2003;48S:S13-S16. nal. La detección precoz es esencial para que pueda contro­
6. Imbesi JJ, Kurtz RC. A multidisciplinary approach to gastrointestinal bleeding larse eficazmente mediante fisioterapia. El linfedema también se
in cancer patients. J Support Oncol 2005;3:101-110. observa con frecuencia en los cuidados paliativos, exacerbado a
7. George JN, Raskob GE, Shah SR, et al. Drug-induced thrombocytopenia. Ann
Intern Med 1998;129:886-890.
menudo por otras causas de edema prevalentes en la enfermedad
8. Neuffer MC, McDivitt J, Rose D, et al. Hemostatic dressings for the first respon- avanzada.
der:A review. MU Med 2004;169:716-720. El desarrollo reciente de tratamientos físicos ha aumentado el
9. Gul YA, Prasannan S,Jabar FM, et al. Pharmacotherapy for chronic hemorrhagic interés en el linfedema; no obstante, a menudo pasa sin detectarse.
radiation proctitis. World J Surg 2002;26:1499-1502.
Un paciente con linfedema puede acudir al servicio de urgencias
10. Dweik RA, Stoller JK. Flexible bronchoscopy in the 21st century: Role o f bron­
choscopy in massive hemoptysis. Clin Chest Med 1999;20:89-105. con celulitis y quedar ingresado para tratamiento antibiótico,
11. Hoegler D. Radiotherapy for palliation o f symptoms in incurable cancer. Curr siendo dado de alta con la causa sin diagnosticar ni tratar.Aunque
Probl Cancer 1997;21:129-183. existe tecnología para el tratamiento físico, está disponible en
12. Yoon W, Kim JK, Kim YH, et al. Bronchial and nonbronchial systemic artery pocos servicios. Hay una falta de interés y de conocimientos por
embolization for life-threatening hemoptysis: A comprehensive review.
parte de los médicos y la creencia de que «no puede hacerse
Radiographics 2002;22:1395-1409-
13- Mannucci PM. Hemostatic drugs. N Engl J Med 1998;339:245-253- nada». Las referencias bibliográficas son escasas23y en pocos pro­
14. Dean A, Tüffin P Fibrinolytics inhibitors for cancer-associated bleeding pro­ gramas de rehabilitación de cáncer se aborda este problema (v.
blems. J Pain Symptom Manage 1997;13:20-24. «Errores frecuentes»).
15. MahdyAM,Webster NR. Perioperative systemic hemostatic agents. Br J Anaesth El incremento de la incidencia del cáncer, la disminución de la
2004;93:842-858.
16. Pereira J, Phan T. Management o f bleeding in patients with advanced cancer.
mortalidad y la prolongación de la expectativa de vida apuntan a
Oncologist 2004;9:561-570. que más personas se enfrentarán a temas de supervivencia, como
el linfedema. La cirugía, la disección de los ganglios linfáticos y la
radioterapia pueden tener efectos negativos a largo plazo sobre
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
la función de la extremidad y desencadenar dolor, linfedema y
Davis MP. Hematology in palliative medicine. Am J Hospice Palliat limitación de la movilidad. Es preciso ampliar los conocimientos
Med 2004;21:445-454. sobre la incidencia, la etiología y el grado de impacto que tiene el
Pereira J, Phan T. Management of bleeding in patients with advan­ linfedema sobre la vida de los pacientes. El progreso exigirá una
ced cancer. Oncologist 2004;9:561-570. colaboración interdisciplinaria entre la medicina, la fisioterapia, la

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Linfedema I C A P ÍT U L O 87 475

Errores frecuentes
• Fallos en el diagnóstico del linfedema.
• Falta de tratamiento del linfedema en cuanto se establece su diagnóstico.
• Utilización de bombas neumáticas como única modalidad terapéutica.
• Fallos para atender las necesidades psicosociales de los pacientes con
linfedema.
• Fallos en el asesoramiento de los pacientes de que pueden obtener los tra­
tamientos que necesitan.

cinesiología, la enfermería y programas de nutrición y de rehabili­


tación oncológica adecuados.

EPIDEMIOLOGÍA Y PREVALENCIA
El linfedema es más frecuente después del cáncer de mama, pero
también puede detectarse cuando se extirpan los ganglios linfá­
ticos mediante cirugía o cuando se incluyen dentro de los campos
de radioterapia, como en el melanoma o los tumores de próstata,
ginecológicos o anorrectales. La incidencia es muy variable (del
13 al 63%), en función de la definición utilizada, de las diferencias
en las técnicas de medición, la magnitud de la cirugía, las dosis de
radioterapia y la duración del seguimiento1,4’5. Las terapias conser­
vadoras como la tumorectomía y la biopsia del ganglio centinela
pueden desencadenar la aparición de linfedema en el 14 al 28%
de los casos46. El brazo puede estar tenso y pesado y las lesiones
nerviosas asociadas, la obstrucción venosa y la tensión ligamen­
tosa pueden generar dolor. Sin tratamiento se pierde la función
de la extremidad y aparecen infecciones crónicas7’8. El riesgo de
infección parece deberse en parte a la acumulación de líquidos
intersticiales ricos en proteínas10. El linfedema puede ocasionar
una angustia psicológica que puede afectar profundamente a la
calidad de vida8-10(figs. 87-1 y 87-2).
El linfedema secundario asociado al tratamiento oncológico
no es el único tipo de linfedema. La filariasis, como causa de
linfedema secundario, constituye una etiología importante de FIGURA 87-1 Linfedema tras un cáncer de mama.
sufrimiento y discapacidad en los países tropicales. El linfedema
primario es una afección influenciada genéticamente provocada
por un deterioro de los vasos linfáticos o por la aparición de
adenopatías1. Es menos frecuente que el linfedema secundario y MANIFESTACIONES CLÍNICAS
normalmente afecta a las extremidades inferiores, aunque puede
verse comprometida cualquier zona del cuerpo. El linfedema se define clínicamente como una diferencia en la
Entre los factores de riesgo para el linfedema están: circunferencia de la extremidad de al menos 2 cm en cualquier
punto de medición estándar11. Con fines experimentales se utiliza
una diferencia de volumen del 10%12 o de 200mi13. Puede carac­
• Recurrencias de cáncer.
terizarse en términos de estadios (estadio I, edema blando con
• Extensión de la cirugía.
fóvea; estadio II, edema sin fóvea con cambios cutáneos) o de gra­
• Extensión de la radioterapia.
vedad (leve, moderada, grave)14.
• Antecedentes de infecciones locales o de celulitis.
El linfedema se asocia a menudo a un síndrome de dolor neu-
• Obesidad.
ropático después del tratamiento oncológico. Aunque no se consi­
• Insuficiencia venosa preexistente.
dera al linfedema un proceso doloroso en sí mismo, los síndromes
• Disminución del tono muscular por falta de ejercicio.
dolorosos tras la cirugía o la radioterapia pueden coexistir con
el linfedema y tener un impacto significativo sobre la vida de
los supervivientes del cáncer. Al igual que el linfedema, estos sín­
dromes dolorosos no se han estudiado a fondo15.
FISIOPATOLOGÍA
Las consecuencias fisiopatológicas de la estasis linfática son nume­ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
rosas. Con el tiempo, el edema que inicialmente es un edema con
fóvea, se vuelve duro y difícil de reducir. El edema intersticial rico Como el comienzo del linfedema puede apuntar hacia la re­
en proteínas produce fibrosis, esclerosis y un aumento del riesgo currencia de un carcinoma, es esencial que el médico o el oncólogo
de celulitis en la extremidad afectada (fig. 87-3). Hay cambios en descarten dicha posibilidad. En los casos de tumefacción unilate­
los vasos sanguíneos en forma de vasculitis, así como alteraciones ral es importante considerar la presencia de una trombosis venosa
de los ligamentos, los tendones y las articulaciones (artropatía lin- profunda o de celulitis. Además, el linfedema puede coexistir en
fostática)1. La degeneración maligna es una complicación rara del el entorno de los cuidados paliativos con edemas de otras causas
linfedema. como hipoalbuminemia o un bloqueo de la vena cava inferior.

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476 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

C u ad ro 87-1 Tratam iento del linfedem a


Descartar recurrencias del cáncer y trombosis venosa profunda.
En el linfedema moderado a grave, prescribir un tratamiento de
reducción intensivo de 1 mes antes de instaurar el programa de
mantenimiento.
En el linfedema leve, pasar directamente al programa de
mantenimiento.

Fase intensiva (reducción del edema)


(4 semanas de tratamiento diario)

Objetivo: reducir el edema antes de prescribir prendas de


compresión.
Componentes d e la terapia descongestiva combinada (TDC): cuida­
dos de la piel; drenaje linfático manual; vendas de compresión; educa­
ción sobre los cuidados de la piel, automasaje y ejercicios.
La compresión neumática dos a tres veces por semana con bombas
eléctricas constituye una alternativa para los pacientes incapaces de
soportar unaTDC.
El tratamiento de reducción intensivo puede repetirse al cabo de 12
a 18 meses, si fuera necesario.

Fase de mantenimiento

Objetivo: mantener los efectos alcanzados durante la fase de trata­


miento intensivo y prevenir el agravamiento del linfedema.
Seguimiento p or parte de un equipo interdisciplinario para pro­
m over el cumplimiento terapéutico y ofrecer apoyo psicosocial.
Cuidados diarios de la piel y precauciones para la prevención de la
celulitis: evitar cortes, arañazos, hematomas en la pierna afectada; bus­
car asistencia médica inmediata en caso de que se manifieste enrojeci­
miento de la piel, con o sin fiebre.
Prendas de compresión a diario (v. cuadro 87-2).
Automasaje.
Tratamientos d e ejercicios: ejercicios terapéuticos concretos tres o
cuatro veces p or semana (en el suelo o en el agua); entrenamiento de
fuerza de p oco peso y muchas repeticiones para lograr y mantener un
tono muscular bueno.
FIGURA 87-2 Linfedema tras un cáncer de endometrio. Ejercicio general bueno: natación para el linfedema del brazo; cami­
nar y ejercicios en bipedestación en una piscina para el edema de la

Alcanzar y mantener un peso corporal normal mediante ejercicio


aeróbico y ajustes dietéticos con la ayuda de un especialista en nutri­
ción si fuese necesario.
Prendas d e compresión durante vuelos de larga distancia.

(drenaje linfático manual) y la aplicación de vendas de


compresión elástica durante 5 días a la semana. En esta
fase del tratamiento también se pueden utilizar aparatos de
compresión neumática eléctrica2.
2. Una fase de mantenimiento, la cual supone el compromiso
de por vida para llevar puesta una prenda elástica de pre­
sión graduada durante el día (fig. 87-4; cuadro 87-2) y de
FIGURA 87-3 Celulitis. realizar ejercicios terapéuticos específicos. Durante la fase
de mantenimiento puede realizarse un drenaje linfático
TRATAMIENTO manual adicional y la aplicación de vendajes en función de
las necesidades de cada paciente y sobre todo en aquéllos
Terapia descongestiva combinada con un grado de linfedema mayor. Los cuidados de la piel
para tratar de reducir la incidencia de celulitis constituyen
El tratamiento que se recomienda actualmente para el linfedema un componente importante de la rutina de mantenimiento.
crónico es la terapia descongestiva combinada (TDC), cuya finali­
dad es mejorar el drenaje linfático a través de los vasos linfáticos La TDC la aplica un terapeuta especialmente adiestrado en el
existentes y promover la circulación colateral (cuadro 87-1)3'14,16. tratamiento del linfedema, ya sea un fisioterapeuta, una enfermera,
Puede subdividirse en dos fases de tratamiento: un especialista en cinesiología o un masoterapeuta con una for­
mación extraordinaria aprobada específicamente. Las asociaciones
1. Una fase de disminución del edema de aproximadamente y las escuelas de linfedema pueden proporcionar una lista de indi­
1 mes, que abarca técnicas concretas de masajes suaves viduos que cuenten con la formación adecuada.

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Linfedema I C A P ÍT U L O 87 477

Los tratamientos farmacológicos no son eficaces para el lin­ parece extraerse la conclusión de que ni los entrenamientos de
fedema crónico5. Por tanto, la investigación sobre tratamientos fuerza de baja intensidad19 ni el ejercicio intenso en forma de
físicos y métodos de autocuidado son de vital importancia en este entrenamiento en canoas18,20 exacerban el linfedema existente.
proceso crónico y de por vida. A la espera de los resultados de los EAC, la experiencia clínica
Aunque el nivel de evidencia hasta la fecha es débil (casos clí­ sugiere que el ejercicio resulta beneficioso5. Existen vídeos y dis­
nicos), en la declaración de consenso internacional se recomiendan cos de DVD de ejercicios específicos procedentes de asociaciones
ejercicios durante la fase de mantenimiento del linfedema14,17’18. y escuelas sobre linfedema.
No se han publicado todavía estudios clínicos aleatorizados
con controles (EAC) para garantizar la eficacia del ejercicio
en el control del linfedema. De la literatura médica disponible
Tratamiento farmacológico
Los diuréticos son ineficaces en el linfedema crónico, ya que
el aumento de la presión oncótica intersticial ejercido por el
líquido rico en proteínas da lugar a que se reacumule rápida­
mente el edema2. Los diuréticos pueden desencadenar efectos
indeseables como hipotensión y desequilibrios electrolíticos.
Sin embargo, en el entorno de los cuidados paliativos, donde el
linfedema puede ser intenso y puede poner en peligro la integri­
dad de la piel, puede ser necesario administrar diuréticos junto
con terapias físicas para tratar de prevenir el agrietamiento de
la piel.

Otras consideraciones en cuidados paliativos


Los tratamientos oncológicos paliativos continuados como la qui­
mioterapia, los corticoides y la radioterapia pueden ayudar a dis­
minuir la masa tumoral y reducir de este modo el linfedema.Todos
los elementos de la TDC pueden adaptarse a la vista del cáncer
FIGURA 87-4 Prendas de compresión. avanzado. En esta situación varía el objetivo del tratamiento: la
meta no es lograr una pierna normal sino minimizar el edema,
mejorar la función, prevenir el resquebrajamiento de la piel y por
lo general, apoyar al paciente que puede estar padeciendo cam­
C uadro 8 7-2 Cóm o p re scrib ir p rendas de com presión
para el linfedem a bios corporales aterradores. Si se instaura una TDC en las fases
iniciales de la trayectoria del cáncer, los pacientes se adaptarán
Clasificación de las prendas de compresión más fácilmente a los ajustes que necesiten durante la fase palia­
tiva. En el caso del linfedema de la piel suelen afectarse las dos
• Clase I: compresión de 20-30 mmHg (normalm ente no es adecuada piernas en los últimos meses de vida. Dada la variabilidad del
para tratar el linfedema; utilizarla solamente en los individuos que edema que a menudo está presente en esta fase, las prendas de
puedan ser incapaces de tolerar una prenda de clase II). compresión dejan de ser idóneas y puede recurrirse a vendajes
• Clase II: 30-40 mmHg (para el linfedema del brazo). durante 24 horas de la extremidad más afectada. Las modernas
• Clase III: 40-50 mmHg (para el linfedema de la pierna). mangas almohadilladas y las medias con cierres de Velero pueden
• Clase IV: > 5 0 mmHg (para el linfedema de la pierna grave). ser eficaces. Las terapias físicas como los masajes y los vendajes,
ya sean colocados o practicados por un profesional o por un fami­
Las prendas deberían ser ajustadas para proporcionar una presión
liar, le harán sentirse al paciente seguro, controlado y no abando­
de reposo baja y una presión de trabajo alta. Normalmente se llevan nado. Deben fomentarse las visitas de terapeutas familiares, ya sea
durante el día y se quitan p or la noche. en el domicilio, en el hospital o en las residencias para enfermos
terminales.
Linfedema de la extremidad superior

• Prescribir una manga y un guante si está comprometida la muñeca.


• Prescribir una manga y un guante abierto si está comprometida la

• Añadir una pieza para el hombro en caso d e que esté comprometido


Persp ectivas futu ras
el hombro.
Los gestores deben aceptar la responsabilidad d e prom over el
Linfedema de la extremidad inferior campo de la rehabilitación oncológica y deben proporcionar la
cobertura de seguros adecuada para que los enfermos no se vean
• Prescribir una media entera. sometidos a estrés económ ico o a la falta de recursos terapéuticos.
• Prescribir medias y un panty integral en caso d e que esté com pro­ Deben desarrollarse módulos terapéuticos concretos del linfedema
metida la ingle o el abdomen. en la formación de los fisioterapeutas, los especialistas en cinesiolo-
gía, las enfermeras y los profesionales relacionados.
Aspectos generales La información básica sobre el linfedema debería proporcionarse
en planes d e estudios médicos de licenciatura y de posgrado. Debe
Las prendas deben reemplazarse cada 4 a 6 meses. fomentarse la colaboración interdisciplinaria.
Tenga en cuenta los costes de las prendas. Utilice aquélla con la que Los grupos d e defensa del paciente pueden contribuir en gran
se tenga más experiencia. Asesore y apoye a los pacientes para que medida a aumentar la conciencia de esta afección y proporcionar
obtengan reembolsos por parte de las compañías de seguros. apoyo por parte de colegas.

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478 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA


Todavía queda mucho por aprender acerca de la incidencia, C APÍTULO 88
los factores de riesgo y la prevención del linfedema asociado al
cáncer (v. «Perspectivas futuras»). Se necesitan con urgencia EAC
para determinar qué elementos de la TDC son los más eficaces, Úlceras de decúbito y cuidados
haciendo hincapié en la evaluación de las técnicas de cuidado
personal2,3,5. de las heridas
B I B L I O G R A F Í A Valerie Nocent Schulz, Kathryn M. Kozell y Una M. Martins
1. Weissleder H, Schuchhardt C (eds). Lymphedema: Diagnosis and Therapy. Koln:
Viavital Verlag GmbH, 2001.
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dema related to breast cancer: A systematic review and evidence summary.
Supportive Care Cancer 2004;12:421-431.
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Surg 2000;87:1128-1141. de decúbito exige la atención de un equipo interdisciplinario.
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Palliative Medicine: A Case-Based Manual, 2nd ed. New York: Oxford University bina principios de cuidados de las heridas basados en la evidencia con los
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ción de la herida por parte de los pacientes y su situación social, emocional
lymphoedema after prophylactic level I/II axillary dissection without division
o f the pectoralis minor muscle.Ann R Coll Surg Engl 2003;85:158-161. y funcional.
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relationship to arm function among breast cancer survivors: A disablement del decúbito, la fricción, el cizallamiento y la humedad provocan que los
process model perspective. Breast J 2002;8:338-348. individuos con enfermedades graves sean particularmente vulnerables a
8. Voogd AC, Ververs JMMA, Vingerhoets JJM, et al. Lymphoedema and reduced este tipo de úlceras.
shoulder function as indicators o f quality o f life after axillary node dissection
for invasive breast cancer. Br J Surg 2003;90:76-81. • Algunas terapias complementarias tienen un nivel de evidencia alto como
9. Beaulac SM, McNair LA, Scott TE, et al. Lymphedema and quality o f life in survi­ tratamiento eficaz para las úlceras de decúbito. Dichos tratamientos deben
vors o f early-stage breast cancer.Arch Surg 2002;137:1253-1257. ser responsabilidad de la totalidad del equipo interdisciplinario y deben
10. Tobin MB, Lacey HJ, Meyer L, Mortimer PS. The psychological morbidity of valorarse tanto las contraindicaciones como las reacciones adversas.
breast cancer related arm swelling: Psychological morbidity o f lymphedema.
• En algunos casos no es conveniente fijarse como meta la cicatrización de las
Cancer 1993;72:3248-3252.
heridas. La modificación de las metas hacia la comodidad, la prevención, la
11. Erickson VS, Pearson ML, Ganz PA, et al. Arm edema in breast cancer patients.
J Natl Cancer Inst 2001;93:96-111. protección y el control puede optimizar la calidad de vida del paciente y su
12. Box RC, Reul-Hirche HM, Bullock-Saxton JE, Furnival CM. Shoulder movement dignidad.
after breast cancer surgery: Results of a randomised controlled study o f posto­
perative physiotherapy. Breast Cancer Res Treat 2002;75:35-50.
13- Andersen L, Hojris I, Erlandsen M, Anddersen J. Treatment o f breast-cancer-
related lymphedema with or without manual lymphatic drainage. Acta Oncol
2000;39:399-405. Los pacientes gravemente enfermos son propensos a padecer
14. International Society o f Lymphology Consensus Document:The Diagnosis and heridas como las úlceras de decúbito. A pesar del conocimiento
Treatment o f Peripheral Lymphedema. Lymphology 2003;36:84-91. de factores internos y externos que predisponen al desarrollo de
15. Kwan W, Jackson J,Weir LM, et al. Chronic arm morbidity after curative breast úlceras de decúbito, la prevalencia sigue siendo alta. Esto indica
cancer treatment: Prevalence and impact on quality of life. J Clin Oncol
2002;20:4242-4248. la necesidad de identificar a los pacientes de riesgo e instaurar
16. Cheville AL, McGarvel CL, Petrek JA, et al. Lymphedema management. Semin estrategias de prevención interdisciplinarias. Las metas asistencia-
Radiat Oncol 2003; 13:290-301. les pueden modificarse cuando la expectativa de vida es limitada,
17. Lasinski B, Boris M. Comprehensive lymphedema management: Results o f a pasando de la cicatrización de las heridas hacia el control sinto­
5-year follow-up. Lymphology 2002;35(Suppl):301-304.
18. Harris SR, Niesen-Vertommen SL. Challenging the myth o f exercise-induced
mático y la mejoría de la calidad de vida.
lymphedema following breast cancer: A series o f case reports. J Surg Oncol
2000;74:95-99-
19- McKenzie DC, KaldaAL. Effect o f upper extremity exercise on secondary lym­ CIENCIAS BÁSICAS
phedema in breast cancer patients:A pilot study.J Clin Oncol 2003;21:463-466.
20. McKenzie DC. Abreast in a boat:A race against breast cancer. Can Med Assoc J La piel
1998;159:376-378.
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y desarrolla
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S numerosas funciones: protección, termorregulación, metabolismo,
transmisión sensitiva, almacenamiento y comunicación estética.
Casley-Smith Judith R, Casley-SmithJR (eds). Modern Treatment for Posee dos capas fundamentales, la epidermis y la dermis.
Lymphoedema, 5th ed. Adelaide: University of Adelaide Press, Las cuatro zonas de la epidermis son basal/suprabasal, espi­
1997. nosa, granular y estrato córneo. El estrato córneo, compuesto fun­
Harris SR, Hugi MR, Olivotto ML. Clinical practice guidelines for damentalmente de queratina, evita la deshidratación moderando
the care and treatment of breast cancer: 11. Lymphedema. Can la pérdida de agua transdérmica hasta 2 a 5g/h/cm2 y marca el
MedAssoc J 2001;164:191-199- ritmo de la descamación normal. Las barreras bioquímicas en el
International Society of Lymphology Consensus Document: manto ácido mantienen la producción de proteínas y lípidos y tie­
The Diagnosis and Treatment of Peripheral Lymphedema. nen un efecto antimicótico/antibacteriano. Las células queratiniza-
Lymphology 2003;36:84-91. das muertas se despojan normalmente cada 4 a 6 semanas. Esto
Weissleder H, Schuchhardt C (eds). Lymphedema: Diagnosis and constituye una defensa natural contra la infección. La información
Therapy, 2nd ed. Koln:Viavital Verlag GmbH, 2008. biosensitiva procedente de la epidermis hasta las capas tisulares
más profundas desencadena la cicatrización en respuesta a la
lesión1.

PARTE I I EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Úlceras de decúbito y cuidados de las heridas I C A P ÍT U L O 88 479

La dermis contiene vasos sanguíneos microvasculares, vasos está retardada; la herida «es incapaz de progresar a lo largo de la
linfáticos, folículos pilosos y glándulas sebáceas y sudoríparas. secuencia normal, ordenada y a su debido tiempo de la repara­
Los fibroblastos forman colágeno, sustancia fundamental y pro­ ción» o «pasa a través del proceso de reparación sin recuperar los
teínas. Los haces de colágeno anclan la dermis a las estructuras de resultados anatómicos y funcionales»11. Las úlceras de decúbito
soporte subcutáneo como hueso, fascia y músculo2. son heridas crónicas que se estancan a lo largo de la curva de
la cicatrización. La cicatrización comienza con la inflamación.
Las úlceras de decúbito que no responden a la fase inflamatoria
EPIDEMIOLOGÍA Y PREVALENCIA deben convertirse en una «herida aguda» para iniciar la respuesta
La prevalencia citada de las úlceras de decúbito en los pacientes inflamatoria y bioquímica de la cicatrización. Si el pronóstico es
hospitalizados oscila entre el 10 y el 28%3,4. En Canadá, los datos más breve que el tiempo necesario para que cicatrice la herida, el
recopilados en el período de 1990 a 2003 sugieren que las úlceras tratamiento de los síntomas pasa a convertirse en la meta funda­
de decúbito constituyen un problema importante en todos los mental (v. «Caso práctico: Cuidados de úlceras de decúbito en un
ámbitos sanitarios, con una prevalencia estimada del 26% (inter­ paciente con demencia de Alzheimer»).
valo de confianza del 95%: 25,2 a 26,8%)5(tabla 88-1).
La mejor estrategia para las úlceras de decúbito consiste en
establecer un equipo interdisciplinario de cuidados de las heridas MANIFESTACIONES CLÍNICAS
y un programa de prevención de este tipo de lesiones. La inciden­
cia es el mejor indicador de una prevención eficaz6. Los análisis Estadios de las úlceras de decúbito
futuros identificarán áreas concretas para mejorar los programas. La clasificación por estadios modificada del National Pressure
Las úlceras de decúbito son más frecuentes conforme aumenta Ulcer Advisory Panel es un estándar clínico universal12. Ésta per­
la agudeza del paciente y representan un dilema para el sistema tenece solamente a las úlceras de decúbito. La profundidad del
sanitario. daño tisular es un proceso unidimensional, de manera que la
lesión del tejido profundo va progresando desde el estadio 1 al
4. En el estadio 1 se manifiesta una piel eritematosa e intacta que
FISIOPATOLOGÍA no se blanquea. El estadio 2 supone una lesión del grosor parcial
de la epidermis y la dermis, o de ambas, una úlcera superficial o
Dinámica de la presión (decúbito) una ampolla intacta. El estadio 3 es una lesión de la totalidad del
El desarrollo de las úlceras de decúbito está influenciado por grosor del tejido subcutáneo hasta la fascia. El estadio 4 es una
varios factores, siendo la causa fundamental la compresión del lesión extensa de la totalidad del grosor que se extiende desde la
tejido cutáneo y subcutáneo entre los salientes óseos y las super­ fascia hasta el músculo, el hueso u otras estructuras de soporte.
ficies de apoyo7. Una presión mantenida obstruye los vasos san­ Una úlcera de decúbito puede presentar varios estadios a la
guíneos y conduce a isquemia y necrosis tisular. El cizallamiento, vez. El estadio X o «estadio desconocido» hace referencia a una
la fricción y la humedad modulan la tolerancia tisular cuando se úlcera de decúbito que no puede valorarse convenientemente
ve sometida a fuerzas mecánicas8. La dinámica de la presión hace debido a una escara. Las heridas cicatrizan con tejido de granu­
referencia a la intensidad y la duración. La presión y la duración lación compuesto de células endoteliales, fibroblastos, colágeno y
guardan una relación inversa: las presiones más altas provocan matriz extracelular, conduciendo a la formación de cicatrices. La
daños tisulares en un tiempo más breve. Cuando la presión arterial estadificación inversa de las úlceras de decúbito, desde el esta­
mantenida supera los 32 mmHg se produce un cierre de los capi­ dio 4 al 1, es incorrecta212. El European Pressure Ulcer Advisory
lares9. El intervalo de cambios posturales cada 2 horas no está res­ Panel dispone de imágenes sobre la graduación de las úlceras de
paldado científicamente10. Este intervalo recomendado de 2 horas decúbito13.
debería ser solamente un punto de partida; debería disminuirse o
ampliarse en función de la susceptibilidad del paciente2.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Cicatrización de heridas crónicas: úlceras Para poder planificar el tratamiento es necesario realizar un diag­
nóstico preciso de la presentación de la úlcera. Si la úlcera no
de decúbito muestra signos de cicatrización en 6 a 12 semanas, habrá que rea­
La cicatrización de las heridas es un proceso complejo de accio­ lizar una biopsia, confirmar el diagnóstico y revisar el plan de tra­
nes celulares y químicas. Las fases fisiológicas son hemostasia, tamiento14. En lo referente a las heridas crónicas, los diagnósticos
inflamación, proliferación y maduración. La cicatrización normal diferenciales son los siguientes15:
es secuencial y predecible. La cicatrización de las heridas crónicas
1. Úlcera de decúbito: isquemia y necrosis inducidas por
presión externa. Úlcera: erosión cutánea ampollosa rojiza
de la totalidad o de parte del grosor o escara necrótica.
T A B L A 88-1 Prevalencia de las úlceras de decúbito Localización: típicamente sobre prominencias óseas como
en instituciones sanitarias canadienses sacro, tuberosidad isquiática, trocánter, talón posterior,
escápula, codo y región occipital.
PARÁMETRO TRATA­ TRATA­ MIXTO TRATA­
2. Úlcera arterial: perfusión arterial inadecuada que pro­
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

MIENTO MIENTO NO MIENTO


duce isquemia de la extremidad inferior. Úlcera: lesión
AGUDO AGUDO COMUNITARIO
redonda de aspecto excavado, con lecho isquémico,
N.°de 18 23 19 5 necrótica y gangrenosa de la totalidad o de parte del grosor,
instituciones dolor isquémico secundario a claudicación intermitente.
N.°de 4.831 3.390 4.200 1.681 Localización: típicamente en las regiones distales del pie y
pacientes de los dedos del pie.
Cálculos de 25 30 22 15 3- Úlcera venosa: insuficiencia venosa, hipertensión venosa
prevalencia secundaria a válvulas perforantes incompetentes y a una
(%) acción muscular de bombeo inadecuada de la pierna.
Úlcera: grosor parcial, de forma irregular, superficie grasa,
De Woodbury G, Houghton R Prevalence o f pressure ulcers in Canadian rodeada de piel atrófica blanquecina con vasos sanguíneos
healthcare settings. Ostomy Wound Manage 2004;50:22-24,26,28.
diminutos, roja, edematosa y con gran cantidad de exudado.

ERRNVPHGLFRVRUJ
480 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

MJ CAS O P R Á C T I C O Cu ad ro 88-1 T ratam ientos com plem entarios p ara las


úlceras de d ecúbito
Cuidados d e una úlcera de d ecú bito en un p aciente con
Nivel de evidencia A
d em en cia de Alzheim er

El Sr. HL es un varón de 82 años con una demencia de Alzheimer • A l menos dos estudios aleatorizados controlados (E AC) com o parte
de una evidencia de calidad.
progresiva. Ha estado viviendo en su casa con su esposa. Acudió al
• Ejem plo: la terapia d e electroestimulación (TEE) está recomendada
servicio de urgencias con fiebre e incapacidad para afrontar la situación.
para las úlceras de decúbito.
En la anamnesis se apreciaba que la situación del Sr. HL había sufrido
un declive durante el año anterior, con pérdida de memoria a corto
Nivel de evidencia B
y a largo plazo; se había encamado y era incapaz de realizar tareas de
cuidado personal. Su ingesta había disminuido y presentaba un nivel de
• Estudios bien diseñados pero no EAC.
conciencia disminuido. La exploración reveló fragilidad, una temperatura • Ejemplos: considerar al factor d e crecimiento derivado d e las pla­
de 38 °C, una presión arterial de 95/55 mmHg, una frecuencia cardíaca quetas, la presión negativa tópica, los campos electromagnéticos,
regular de 110 latidos/minuto, una frecuencia respiratoria de los ultrasonidos terapéuticos, la normotermia, la luz ultravioleta C y
18 respiraciones/minuto, sin pausas de apnea, una disminución del el desbridamiento larvado para estimular el cierre d e las úlceras de
nivel de conciencia y una puntuación de la Palliative Performance decúbito que no cicatrizan.
Scale del 30%. La auscultación de tórax revelaba estertores gruesos en
el hemotórax superior derecho. Los ruidos cardíacos eran normales; el Nivel de evidencia C
abdomen estaba blando y no doloroso; y los ruidos intestinales eran
normales. Mostraba incontinencia de orina de olor fuerte y la zona • Opinión de expertos, indicando ausencia de estudios aplicables.
perirrectal estaba manchada de heces. • Ejemplos: es escasa la evidencia que respalda la aplicación del láser,
La exploración de la piel y de las extremidades puso de manifiesto celulosa/colágeno regenerado oxidado, equivalentes cutáneos y

una úlcera de decúbito de 3 X 2 X 1,5 cm sobre el cóccix con oxígen o hiperbárico para el tratamiento d e la úlcera de decúbito
que no cicatriza.
escoriación de la piel que rodeaba a la herida, con un exudado
moderado de color verde marronáceo. En la Escala de Braden de
predicción de riesgo de úlceras de decúbito se demostraba los
siguiente:
parcial, aspecto excavado, con callosidades hiperquera-
Percepción sensitiva: 2 (muy limitada, refiriendo molestias con intranqui­
tósicas sobre el punto de presión. Localización: primera
lidad) y quinta cabezas de los metatarsianos, superficie de carga
Humedad: 1 (continuamente húmedo) intermedia del arco plantar, talón.
Actividad: 2 (capacidad para caminar sumamente limitada) 5. Cáncer de piel: induración que no cicatriza, nodulos, dise­
Movilidad: 2 (capacidad para cambiar de postura corporal sumamente minación subcutánea, aspecto micótico, ulcerosas o mixto
limitada) de la herida, herida hemorrágica, tejido de granulación, pig­
Nutrición: 2 (rara vez come toda la comida y tose mientras come) mentada, excavada, exudativa. Localización: en cualquier
Fricción y cizallamiento: 1 (necesita con frecuencia ayuda para recolo- zona de la piel.
carse y se resbala en la cama)
Puntuación de Braden total: 10
TRATAMIENTO
Socialmente, la pareja tenía tres hijos; dos de ellos ayudaban en
En la tabla 88-2 se enumeran los principios y las recomendaciones
el cuidado del Sr. HL; su mujer estaba consagrada a su cuidado pero
fundamentales para la prevención, la valoración y el tratamiento
estaba agotada. El Sr. HL fue ingresado con el diagnóstico de Alzheimer, de las úlceras de decúbito. En la figura 88-1 se muestra una gráfica
deshidratación, neumonía y una úlcera de decúbito en estadio 3. Las de flujo para el tratamiento de las heridas en cuidados paliativos.
metas iniciales del tratamiento determinadas por los profesionales y la
familia fueron rehidratación, antibióticos y el tratamiento de la úlcera
de decúbito. La familia trató de aceptar que el Sr. HL padecía una PERSPECTIVAS FUTURAS
enfermedad de Alzheimer en fase terminal.
El tratamiento de la úlcera de decúbito consistió en tratamiento
Modalidades terapéuticas y complementarias
sintomático, disminución del olor con antibióticos y contención del Otras modalidades médicas empleadas para las úlceras de decúbito
exudado mediante un apósito de hidrofibra de plata antimicrobiano son la revisión quirúrgica, los antimicrobianos por vía tópica, los
tapado con otro apósito de espuma secundario. La piel que rodeaba factores de crecimiento, la bioingeniería cutánea, el oxígeno hiper­
a la herida se protegió con una barrera cutánea líquida basada en una bárico y el cierre con presión negativa estimulado por vacío. Las
solución sin alcohol. El dolor se controló con morfina a dosis bajas. modalidades físicas consisten en electroestimulación, ultrasoni­
Después del tratamiento de la neumonía, el equipo interdisciplinario y dos, luz ultravioleta C, compresión neumática, hidroterapia, nor­
la familia decidieron trasladar al Sr. HL a una residencia para enfermos motermia, láser y los campos electromagnéticos. La infinidad de
tratamientos, ya sean complementarios o médicos, son una res­
terminales.
ponsabilidad que debe ser compartida con precaución por todos
los miembros del equipo interdisciplinario. Lo siguiente es un
resumen de las últimas recomendaciones para las terapias comple­
Localización: maléolo interno de la pierna después de una mentarias en el caso de las úlceras de decúbito27(cuadro 88-1).
infección o un traumatismo. Para los pacientes con una enfermedad avanzada y para sus
4. Úlceras neuropáticas (asociada a diabetes): polineuropatía familiares, la nutrición, la relajación, la aromaterapia, el yoga y la
que provoca anomalías motoras, sensitivas y propiocep- reflexología suponen tratamientos alternativos para el control mul­
tivas; superficie cutánea insensible, desarrollo de marcha tidimensional de heridas crónicas. La cicatrización puede verse
anómalo, articulaciones y aumento de puntos de presión afectada por factores económicos como el coste de los produc­
sobre estructuras de soporte óseo. Úlcera: grosor total o tos terapéuticos, factores sociales como el acceso al tratamiento,

PARTE I I EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Úlceras de decúbito y cuidados de las heridas I C A P ÍT U L O 88 481

T A B L A 88-2 Prevención, valoración y tratamiento de las úlceras de decúbito: principios para el cuidado de las heridas

PRINCIPIOS RECOMENDACIONES FUNDAMENTALES

Prevención Realizar una valoración cutánea de la cabeza a los dedos de los pies en el momento del ingreso y a diario en los individuos con riesgo
de resquebrajamiento cutáneo.
Aplicar la escala de Braden de predicción de riesgo para úlceras de decúbito para asegurarse de que se han identificado y evaluado los
factores de riesgo individuales16.
Los terapeutas físicos y ocupacionales evalúan y disminuyen el riesgo de lesiones por presión, fricción y cizallamiento. Los tres factores
de riesgo más importantes para las úlceras de decúbito en cuidados paliativos son la actividad física, la movilidad y la edad17,18.
Colocar superficies de apoyo o dispositivos contra la presión para descargar y redistribuir la presión de los salientes óseos y para
controlar el dolor, o ambas cosas19.
Promover la integridad de la piel y protegerla de una humedad excesiva y de la incontinencia (p. ej., hidratación, productos de limpieza
perineal y de la piel con un pH equilibrado, lubricación, almohadillado protector).
Elaborar y aportar un plan educativo centrado en el paciente, tanto para él como para su familia y para los profesionales sanitarios
acerca de la prevención de las úlceras de decúbito.
Remitirse a la RNAO Best Practice Guideline, Risk Assessment and Prevention of Pressure Ulcers20.
Etiología Realizar una anamnesis para comprender la etiología de la herida.
Consultary colaborar con el equipo interdisciplinario.
Corregir los procesos mórbidos asociados (si fuese posible).
Modificar las metas asistenciales de la cicatrización a la paliación cuando sea preciso.
Realizar una valoración del riesgo para el desarrollo de úlceras de decúbito.
Equipo Compartir la visión asistencial.
interdisciplinario Crear un equipo interdisciplinario (esto es, paciente/familia, médico, enfermera, dietista, terapeuta ocupacional, fisioterapeuta,
enfermera de terapia de enterostomía, asistente social, asistente espiritual, consultor de cuidados paliativos).
Proporcionar estándares basados en la evidencia y una práctica ideal.
Elaborar programas educativos para los profesionales y para el paciente y la familia.
Constituir comités de recursos organizativos (p. ej., económicos, personal).
Valoración Consultary colaborar con el equipo interdisciplinario (p. ej., asistentes sociales, psicólogos, asistentes espirituales).
funcional Valorar la percepción del paciente/familia sobre las necesidades, metas, capacidad de comprensión y adherencia al plan.
psicosocial Valorar la calidad de vida, los valores, los factores culturales, los factores financieros y el respaldo social.

Valoración de Valorar y monitorizar las características del lecho de la herida y de la zona que la rodea: estadio, tamaño, profundidad, localización, olor,
las úlceras de sangrado, edema, exudado.
decúbito Realizar una valoración completa semanal para determinar la eficacia del tratamiento.
En las úlceras de las extremidades inferiores debería valorarse la viabilidad vascular antes del tratamiento o del desbridamiento.
Remitirse al Bates-Jensen Wound Assessment Tool21.
Nutrición Consulta dietética para la valoración y mantenimiento de la nutrición.
La cicatrización de las heridas exige una ingesta de calorías alta. Debe considerarse la necesidad de suplementos nutricionales (p. ej.,
vitamina C, zinc, alimentación enteral, alimentación parenteral)22.
Dolor Valorar el dolor relacionado con la úlcera de decúbito o con el tratamiento. Determinar la capacidad del paciente para describir o sentir
dolor.
Determinar el dolor asociado con la localización, la frecuencia de los cambios de apósitos, la posición del cuerpo, el momento del día.
Considerar la analgesia local o sistémica23, el tipo de apósitos, la terapia de distracción y la capacidad del paciente para participar en el
cuidado.
Remitirse a RNAO Best Practice Guideline: Assessment and Management of Pain24.
Superficies de Las úlceras de decúbito no cicatrizarán si no se eliminan o se minimizan los factores de presión, cizallamiento y fricción (v. Prevención).
apoyo Colocar una superficie de apoyo: «un dispositivo especializado para redistribuir la presión diseñado para controlar las cargas tisulares,
para crear microclimas y para otras funciones terapéuticas (esto es, colchones, cambios de colchones, almohadillado o revestimiento
del asiento)»19.
Valorar las necesidades de superficies de apoyo aplicando la escala de Braden de predicción de riesgo para úlceras de decúbito16y la
Risk and Related Interventions in RNAO Best Practice Guideline, Risk Assessment and Prevention of Pressure Ulcers18'20.
Desbridamiento Desbridar las heridas que puedan cicatrizar utilizando una o varias modalidades de desbridamiento (p. ej., quirúrgicas, autolíticas,
enzimáticas, hidroterapia).
En las heridas no que no pueden cicatrizar debería eliminarse solamente el tejido no viable; está contraindicado el desbridamiento
activo hasta obtener tejido sangrante.
Limpieza de la Limpie las heridas con suero salino fisiológico, Ringer lactato, agua estéril o limpiadores no citotóxicos.
herida Reserve los antisépticos tópicos para las heridas que no pueden cicatrizar o para los casos en los que la carga bacteriana local es mayor
que la capacidad de la herida para cicatrizar.
Una presión de irrigación de 4-15 psi es segura y eficaz contra la herida.
Infección Valore la presencia de infección o de inflamación persistente.
Utilice antibacterianos tópicos desensibilizadores para los síntomas y signos locales de infección.
Utilice antibióticos sistémicos si los síntomas o los signos de la infección se extienden más allá de los márgenes de la herida o hasta el
hueso25,26.
Apósitos para la Mantenga un equilibrio de humedad con los apósitos apropiados. Tenga en cuenta lo siguiente al elegir un apósito: tipo de herida,
herida respuesta y necesidades del paciente, localización, tamaño, profundidad, exudado (tipo y cantidad), infección, tipo de tejido
expuesto, fase de la cicatrización, frecuencia de los cambios de apósitos, comodidad y estética y quién proporciona los cuidados.
Remítase a «Cuidados de la herida en el paciente de cuidados paliativos» (v. fig. 88-1).
Heridas que no Considere una intervención quirúrgica si fuese conveniente. Pueden considerarse terapias complementarias cuando se demora la
cicatrizan cicatrización.
Aunque cabe la posibilidad de que una herida no cicatrice, el éxito está asegurado si se logra comodidad, protección, prevención y
control.

RNAO, Registered Nurses Association de Ontario.

ERRNVPHGLFRVRUJ
482 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

Cuidados de las heridas en el paciente de cuidados paliativos

Objetivo

Comodidad Prevención Protección Cicatrización Control

Principios interdisciplinarios del cuidado paliativo de las heridas

• Identificar, corregir y tratar la etiología (causa) •Control de los síntomas asociados a las • Favorecer un ambiente
subyacente heridas (p. ej., dolor) de la herida húmedo
•Valoración de la herida por el paciente y el •Limpieza y desbridamiento cuando se • Promover la
médico considere conveniente independencia
• Mejorar la calidad de vida: valoración (paciente/profesional
•Tratar la infección (local y generalizada)
social/emocional/funcional sanitario)

Herida dolorosa Protección de la herida y alrededor de ella Piel frágil


•Valorar el dolor, p. ej., escala visual • Productos poco adhesivos
Protección contra: • Productos para quitar
• Mantener la humedad o la sequedad ej., fricción, cizallamiento, maceración,
cuando sea conveniente úlceras de decúbito en estadio 1 y 2,
alrededor de tubos • Apósitos no adherentes
• Soluciones de limpieza tibias
• Descartar productos con base
• Premedicación
alcohólica
•Apósitos no adherentes
• Películas transparentes
• Cambios de apósitos menos frecuentes
• Hidrocoloides finos
•Terapia de distracción
• Participación del paciente

Principio - limpieza
Solución • Pulsación baja 6 PSI, p. ej., botes de suero salino de 100 mi •Suero salino fisiológico •Ducha
•Tibia (a la temperatura corporal o ambiental) •Agua estéril

rsr No |
Tratamiento local Vigilar:
• Valorar el olor, p. ej., escala de olor • Aumentar la frecuencia de los • Infección •Celulitis
• Fuente, p. ej., necrosis, apósitos, infección apósitos •Tejido necrótico • Exudado (drenaje)
• Apósitos de carbón • Apósitos y cremas antimicrobianas • Formación de absceso
• Apósitos oclusivos • Entorno, vestimenta, ropa de cama,
ventilación

Hemorragia no controlada Hemorragia controlada Potencial hemorrágico


•Rezumado constante o intermitente • Presión • Apósitos de tipo Wound
• Coagulación espontánea

Tipos de apósitos

De absorción Hemostáticos Húmedos No adherentes


• Espuma •Alginato cálcico • Hidrogel • Silicona
• Hidrofibra •Torundas de nitrato de plata • Hidrocoloide • De petróleo
•Thrombostatin

Continúa en la página siguiente

FIGURA 88-1 Cuidado de las heridas en los pacientes de cuidados paliativos. (DePoteete V. Case study eliminating odours from wounds. Decubitus 1993;4:
43-46; Visual Analogue [VAS] Assessment and Management of Pain, November2002, disponible en http://www.rnao.org [acceso desde octubre2007]; modificada con
autorización de C7 Oncology Education Working Group, Victoria Hospital, London Health Sciences Center, London, Ontario, Canadá, 2006.)

PARTE I I EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Úlceras de decúbito y cuidados de las heridas I C A P ÍT U L O 88 483

Continuación de la página anterior

I , =t I
No |

I
iju
Tratamiento local Monitorización
Apósito de compresión leve • Masoterapia
• Elevar la región del cuerpo • Comprobar la humedad de la herida si exuda

Principio - infección -
1 SI
Local Sistémica-monitorizar:
• Enrojecimiento Drenaje • Lecho de la herida friable • Enrojecimiento «Aumento de calor en el foco de la herida
• Friable • Exudado • Dolor • Edema • Olor • Celulitis

i
Antim icrobianos Estrategia terapéutica colaboradora
• Apósitos con yodo • Apósitos de plata

Principio - desbridamiento -
rsr No |
Autolítico Hidroterapia Escara no inflamada Otras heridas
•Aumento de la frecuencia de los Apósitos con suero salino • Betadine en la escara • Estrategia terapéutica
cambios del apósito hipertónico • Mantenerla seca colaboradora
• Hidrogel Irrigación • Protección con apósitos (p. ej., remitir a oncología,
• Hidrocoloide Limpieza secos no adhesivos cirugía)
• Con yodo Ducha con pulsación suave • Véase Protección

Principio - Humedad de la herida - Control de apósitos


ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

FIGURA 88-1 (cont.)

ERRNVPHGLFRVRUJ
484 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

factores espirituales que radican en la esperanza y la fe, factores 27. Keast D, Parslow N, Houghton P, et al. Best practice recommendations for the
psicoemocionales como la motivación y la «actitud dedicada» de prevention and treatment o f pressure ulcers: Update 2006. Wound Care Can
2006;4:31-43-
los profesionales sanitarios, y factores políticos en cuanto a los 28. Popoola M. Complementary therapy in chronic wound managements holistic
costes o las ventajas de contar con un seguro de asistencia sani­ caring case study and praxis model. Holistic Nurs Pract 2003;17:152-158.
taria28. La cicatrización de las heridas es una meta incorrecta para
algunos pacientes. La modificación de dichas metas hacia la como­
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
didad, la prevención, la protección y el control optimiza la calidad
de vida y la dignidad del paciente. Krasner D, Kane D (eds). Chronic wound care: A Clinical Source
Book for Healthcare Professionals, 2nd ed. Wayne, PA: Health
B I B L I O G R A F Í A Management Publications, 1997.
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October 2007).
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stage I to IV pressure ulcers. Part 2: Positioning techniques and devices in lógicas catastróficas y la mejor manera de tratarlas es mediante la colabora­
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dressing changes or debridement o f chronic wounds?. J Wound Ostomy denominan en función del segmento respectivo del intestino exte­
Continence Nurs 2005;32:287-290. riorizado. Las colostomías se denominan en función de la porción
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pain. August 2002 (Online). Available at http://www.rna0 .0rg/St0rage/l l/543_ del colon desde las que se realizan: sigmoide, descendente, trans­
BPG_assessment_of_pain.pdf (accessed October 2007). verso, colon ascendente o del ciego. Las ileostomías y las yeyu-
25. Sibbald G, Orstead H, Coutts p et al. Best practice recommendations for prepa­ nostomías se desarrollan cuando se movilizan y se externalizan
ring the wound bed: Update 2006. Wound Care Can 2006;4:15-29. segmentos del íleon o del yeyuno a través de la pared abdominal.
26. Gardner !• Troia E, MacDonald B, et al. A tool to assess clinical signs and
symptoms o f localized infection in chronic wounds: Development and reliabi­
Pueden crearse varias configuraciones de estomas, cada una de
lity. Ostomy Wound Manage 2001;47:40-47. ellas con ventajas exclusivas adaptadas hacia propósitos concretos

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Estomas y fístulas I C A P ÍT U L O 89 485

(fig. 89-1). Un estoma ciego se crea cuando se divide un segmento permite alcanzar la piel ligeramente mejor que la ileostomía termi­
del intestino (con o sin resección intestinal simultánea) y se nal recta, facilitando la construcción del estoma en pacientes obesos
exterioriza el extremo proximal, permitiendo la derivación com­ o reoperados difíciles. En algunas ocasiones pueden utilizarse tubos
pleta del flujo de heces fuera del abdomen. Los estomas en bucle de calibre grueso a modo de conductos para formar un puente
(«cañón de escopeta») se crean exteriorizando un asa entera del desde el segmento intestinal fijado, formando un tubo de colostomía I
intestino, sin ligadura ni división, cortando y cosiendo la superfi­ o de ileostomía, si bien estos estomas tienen un manejo sumamente
cie antimesentérica del intestino a la piel. Esta configuración en difícil y pueden desencadenar problemas cutáneos importantes.
bucle preserva la integridad del conducto intestinal, logrando a la Además, los estomas pueden utilizarse con fines diferentes de la
vez una derivación eficaz del flujo a través del foco del estoma. digestión para una amplia gama de procesos de derivación urinarios.
La finalidad del estoma en bucle es lograr normalmente una deri­
vación transitoria, planeando una reanastomosis por etapas en
fechas posteriores; sin embargo, en los pacientes con una obs­ CUIDADOS HABITUALES
trucción irresecable del intestino distal, el estoma en bucle cons­
tituye una alternativa excelente que evita la obstrucción «en asa Existen varias configuraciones de estomas diferentes, pero los
cerrada» en el segmento de intestino entre el estoma y la lesión cuidados a los que deben someterse son muy parecidos y cum­
obstructiva. plen la esencia de nuestra estrategia1. En condiciones ideales, la
En ocasiones resultan de gran ayuda determinadas variantes práctica postoperatoria ideal comienza con la convocatoria de
especializadas de colostomías e ileostomías, sobre todo en los casos reuniones preoperatorias entre el paciente, el cirujano, el pro­
complicados en los que no puede movilizarse el intestino adecua­ fesional del estoma enteral, así como miembros representati­
damente para alcanzar la piel. Una ileostomía en fondo de saco vos de la familia o del equipo asistencial (v. cap. 59). En dicha
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

i f t
FIGURA 89-1 Configuraciones del estoma. A, Colostomía terminal; B, ileostomía terminal; C, colostomía en bucle («cañón de escopeta»); D, ileostomía en
bucle. Los estomas en bucle se diseñan temporalmente con una varilla de retención de soporte colocada entre las caras aferente y eferente de cada estoma.

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486 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

reunión debe revisarse la anatomía y la fisiología relevantes del de decoloración, separación mucocutánea o retracción del
intestino para educar a los pacientes acerca de la necesidad del estoma.
estoma. Se puede ir iniciando al paciente en los dispositivos y La meta en el tercer día del postoperatorio es que el paciente
en la rutina de los cuidados adecuados del estoma, animándoles sea capaz de cambiarse por sí mismo los dispositivos. En caso de
a que planteen todas sus dudas. En la reunión se debería señalar que no sea capaz de cuidar del estoma por sí solo, el proceso for-
la zona en la que irá el estoma, lo que permitirá su colocación mativo debería comprometer a los allegados que pudieran hacerse
más conveniente en relación a los pliegues cutáneos, la línea cargo de los cuidados. Para muchos pacientes de cuidados paliati­
de la cintura, el tejido de granulación y las incisiones previas vos existen recursos de enfermería domiciliaria o especializada. Si
en bipedestación, sedestación y decúbito supino. Se ha demos­ se ha construido un estoma en bucle sobre una varilla de apoyo,
trado que la demarcación previa del foco preoperatorio dismi­ esta última suele retirarse en el tercer día del postoperatorio.
nuye las complicaciones del paciente y mejora su satisfacción La bolsa debe vaciarse con regularidad una vez que se ha
postoperatoria. recuperado la función intestinal al llegar a la mitad o a dos ter­
En la medida de lo posible, los estomas paliativos se practican cios de su capacidad. El vaciamiento a tiempo del dispositivo dis­
mediante técnicas quirúrgicas laparoscópicas. En muchas ocasio­ minuye el peso y las fuerzas asociadas, que de otro modo harían
nes, esto permite que la herida de mayor tamaño tenga solamente que el dispositivo se separase de la piel. En lugar de desecharse,
1 cm de largo, lo que reduce en gran medida el dolor y la cica­ la bolsa puede reutilizarse varias veces con la ayuda de una peri­
triz postoperatoria, además de disminuir también la incidencia de lla de irrigación, aclarándola después de cada vaciamiento. Lo
muchas complicaciones2’3. Los abordajes laparoscópicos tienden normal es que la bolsa y el dispositivo se cambien por un sis­
a disminuir también las estancias hospitalarias y los costes de la tema nuevo cada 48 a 72 horas. Una vez que el paciente se ha
hospitalización2,4. recuperado del período postoperatorio inicial puede colocarse
El cuidado del paciente durante el período postoperatorio un dispositivo de bolsa opaco en lugar de la bolsa de plástico
inmediato tras la creación del estoma se centra en garantizar su transparente que se utiliza normalmente en el postoperatorio
viabilidad, en controlar el dolor, en esperar la reanudación de la inmediato.
función intestinal y en la educación sobre el estoma enteral. Se A medida que el paciente va aprendiendo a cambiarse el dispo­
ha demostrado que la incorporación de una vía asistencial posto­ sitivo y a cuidar por sí mismo de su estoma, la atención se dirige
peratoria formal acelera la recuperación del paciente tras la ciru­ hacia la preparación de aspectos que surgirán a la salida del hos­
gía y es importante la implicación del terapeuta de estomas lo pital, como la integración de la higiene del estoma en las activida­
antes posible en el primer día del postoperatorio2. La bolsa inicial des diarias del paciente. El paciente puede ducharse con o sin el
suele colocarse en el quirófano y suele ser un dispositivo que dispositivo. Deben usarse jabones suaves, evitando los detergentes
consta de dos piezas. La primera pieza se aplica en forma de una ásperos o cáusticos o los preparados antibacterianos. Existe en el
plaqueta adhesiva a la piel que rodea al estoma, pudiendo recor­ mercado una amplia gama de complementos que puede facilitar
tarse para dejar que quede un hueco pequeño entre el estoma y la rutina de cuidado del estoma con libertad y la transición de
la apertura de la plaqueta. La plaqueta, a su vez, permite que se vuelta a un horario normal. La ropa interior especializada consti­
acople una bolsa de encaje a presión de plástico transparente y tuye un complemento útil que puede asegurar el acoplamiento
hermética. El foco correcto del estoma asegura típicamente un de la bolsa y ocultar el contenido voluminoso. Otros dispositivos,
sellado hermético entre la piel que rodea al estoma y el disposi­ como las bolsas no adhesivas de una sola pieza, pueden aminorar
tivo; esto ayuda a eliminar fugas, olores y resquebrajamientos de los problemas que surgen con los sistemas de bolsas adhesivos en
la piel. los pacientes con intolerancia.
Durante el primer día del postoperatorio debe comprobarse
visualmente la viabilidad del estoma. A través de las porciones
externas visibles del estoma debe apreciarse una mucosa húmeda, TRATAMIENTO
rosada y reluciente. Cualquier indicio de mucosa oscura, de retrac­
ción o de agrandamiento del estoma merece una evaluación qui­ Uno o dos de cada tres pacientes ostomizados desarrollan com­
rúrgica oportuna. Debe prestarse atención al contenido de la plicaciones asociadas al estoma y la mayoría desarrolla un grado
bolsa del estoma en el postoperatorio inmediato. El contenido importante de secuelas psicosociales5,6. El 80% de los pacientes
inicial de la bolsa suele ser un líquido seroso claro. A medida que con estomas entéricos necesita ajustes en su estilo de vida en
va recuperándose la función intestinal van acumulándose heces y cuanto al cuidado y la higiene del estoma y más del 40% de dichos
gases, lo cual puede suceder inmediatamente en los pacientes que pacientes tienen dificultades en sus relaciones sexuales (v. cap.
se hayan sometido al procedimiento por vía laparoscópica. Las 16). Los pacientes se sienten abochornados o avergonzados de la
ileostomías funcionan a menudo en las primeras 48 horas después alteración de su imagen corporal. El grado de aislamiento social
de la cirugía, mientras que las colostomías suelen tardar aproxima­ resultante guarda relación con el número de complicaciones del
damente 96 horas1. cuidado del estoma. Gran parte del estrés asociado a la creación
La exploración del estoma en el primer día del postoperato­ del estoma puede minimizarse con una educación adecuada sobre
rio proporciona una oportunidad excelente a la enfermera encar­ su cuidado.
gada de los estomas de comentar los dispositivos con el paciente. En aproximadamente el 50% de los individuos con estomas
Los primeros cambios de estos dispositivos deben describirse se produce una irritación de la piel que lo rodea y constituye
detalladamente al paciente. Algunos individuos son capaces de la razón más habitual por la que los pacientes solicitan asesora-
cambiarse el dispositivo bajo la supervisión del cirujano o del miento por parte de un terapeuta especialista en estomas ente-
profesional encargado del estoma enteral al segundo día, aunque rales7,8. La irritación química, la colonización micótica, los
muchos tardan bastante más tiempo en aprender este proceso. traumatismos locales durante los cambios de los dispositivos, la
Además, durante el segundo día del postoperatorio debe extraerse dermatitis de contacto y las alergias contribuyen a menudo a la
la totalidad del dispositivo (incluida la plaqueta adhesiva) para irritación localizada. El contacto con los flujos de salida, los adhe­
poder explorar a fondo la piel que rodea al estoma. La plaqueta sivos y la humedad crónica pueden exacerbar aún más la irrita­
adhesiva debe retirarse cuidadosamente mediante una toalla ción de la piel circundante y proporcionan un entorno fértil para
húmeda y tibia, minimizando los traumatismos de cizallamiento el crecimiento micótico8. La irritación de la piel se observa sobre
directos con la piel. Una vez retirada la plaqueta, la piel debe lim­ todo en las personas mayores y en los pacientes de mayor tamaño
piarse con un jabón neutro y agua tibia, explorando los indicios (índice de masa corporal >25)8. Las ileostomías, comparadas con

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Estomas y fístulas I C A P ÍT U L O 89 487

las colostomías, son más propensas a la irritación cutánea, debido edad avanzada y sepsis de la herida, así como a otras causas de
a la mayor liquidez y reactividad del flujo de salida. Aparte de la presión intraabdominal elevada, como la enfermedad obstructiva
presencia constante de dolor e irritación, la irritación de la piel crónica de las vías respiratorias y la obesidad9. La mayoría de las
socava el sello entre el dispositivo y el estoma, lo cual favorece hernias paraestomales son asintomáticas; sin embargo, como con
que sigan produciéndose fugas y que se intensifique la irritación. cualquier hernia, las complicaciones van desde molestias leves
Los cuidados locales de la piel y el mantenimiento de la integridad hasta obstrucción o estrangulación. La exploración digital del
cutánea desde el período postoperatorio inmediato son de vital estoma puede poner de relieve la presencia y la localización del
importancia para el tratamiento de la irritación continua alrededor saco hemiario con respecto a la aponeurosis, aunque estas her­
del estoma. La piel que rodea al estoma debe limpiarse y secarse nias resultan a menudo difíciles de palpar y de diagnosticar, sobre
rutinariamente con jabones suaves, como ya se ha comentado, evi­ todo en los pacientes obesos. La tomografía computarizada (TC)
tando las sustancias cáusticas. Puede aplicarse nistatina en polvo a puede ser una modalidad de imagen de suma utilidad para con­
los exantemas compatibles con una etiología micótica; estos exan­ firmar la sospecha de una hernia sintomática. Muchas hernias
temas suelen mostrar lesiones satélites características. En el caso paraestomales pueden tratarse con cirugía conservadora, mien­
de la dermatitis alérgica o en la de contacto a menudo se consi­ tras que la obstrucción o la sospecha de una estrangulación
guen resultados buenos con un ciclo de corticoides por vía tópica intestinal merecerían una consulta y una exploración quirúrgica
una vez que se ha seleccionado un nuevo dispositivo de bolsa. La más rápidas. Las alternativas para la corrección quirúrgica de las
fiebre, la fluctuación, una úlcera socavada o dolorosa o un eritema hernias paraestomales son numerosas y dependen del tipo y de
de progresión rápida deberían alertar a los pacientes ante la nece­ la constelación clínica concreta de cada paciente. Entre las opcio­
sidad de una evaluación quirúrgica. Algunos pacientes desarrollan nes quirúrgicas están la reparación aponeurótica local, la recolo­
pioderma gangrenoso alrededor del estoma que resulta difícil de cación del estoma y una variedad de procedimientos con mallas
tratar y que exige el conocimiento de técnicas y fármacos diferen­ sintéticas. El tratamiento conservador de una hernia paraestomal
tes (fig. 89-2). puede lograrse con cinturones hemiarios especialmente adapta­
El sellado inadecuado de la interfase entre el estoma y el dis­ dos al estoma, los cuales se encajan mediante una presión directa­
positivo es un problema frecuente que conduce a que aparezcan mente sobre el defecto hemiario para mantener reducido el saco
olores y fugas y que puede exacerbar aún más la angustia psicoso- hemiario.
cial que aparece en casi un tercio de los pacientes con estomas7. El prolapso del estoma es una complicación en la que el
La clave para garantizar un sellado adecuado con los dispositivos estoma sobresale hacia fuera desde la pared abdominal anterior;
del estoma es la demarcación preoperatoria por parte de un ciru­ aparece aproximadamente en el 3 al 22% de los pacientes con
jano experimentado o de un profesional en estomas enterales. estomas (fig. 89-3). El prolapso del estoma no debe confundirse
La naturaleza emergente de la cirugía del estoma puede impe­ con una hernia paraestomal: la primera supone el agrandamiento
dir una demarcación adecuada del lugar del estoma y hacer que de un estoma intacto, mientras que la segunda supone el paso
su colocación se lleve a cabo a discreción del cirujano. Si las inadecuado de visceras abdominales adyacentes a la aponeu­
fugas son refractarias a un cuidado óptimo del estoma enteral se rosis. El prolapso del estoma, al igual que la hernia paraestomal,
podrán utilizar pastas viscosas y adyuvantes de sellado parecidas puede comprometer el flujo sanguíneo del intestino prolapsado,
a la masilla para rellenar los pliegues cutáneos que permiten que lo que puede provocar isquemia, infarto y necrosis. Tras el des­
se produzcan las fugas. Casi siempre se puede lograr un sellado cubrimiento de un estoma prolapsado, debe llevarse a cabo una
satisfactorio con la ayuda de un profesional en estomas enterales exploración completa retirando la bolsa y la plaqueta adhesiva
experimentado. para inspeccionar el color de la mucosa. Las zonas de mucosa
Hasta en el 48% de los pacientes en los que se realizan estomas
pueden aparecer hernias intestinales o del epiplón adyacentes al
defecto aponeurótico utilizado para crear el estoma9.Al igual que
en otros tipos de hernias de la pared abdominal, las hernias paraes-
tomales se asocian a malnutrición, tratamiento con corticoides,

'

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488 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

oscura pueden ser un indicio de un flujo sanguíneo inadecuado


y debería promover una consulta quirúrgica rápida. Si el estoma
prolapsado no plantea riesgo de isquemia puede intentarse una
reducción suave en la misma cama del paciente. El prolapso dete­
riora en ocasiones el retomo venoso del segmento intestinal pro­
lapsado provocando edema e ingurgitación venosa que podrían
entorpecer los esfuerzos de la reducción. En manos experimen­
tadas, pueden aplicarse compresas calientes o frías directamente
sobre el intestino prolapsado para facilitar la reducción. Además,
pueden aplicarse cantidades pequeñas de sal de mesa o azúcar
directamente en el intestino prolapsado para facilitar aún más
la reducción manual disminuyendo la magnitud del líquido de
edema. La revisión quirúrgica del estoma está justificada en caso
de isquemia o incarceración del estoma o de prolapsos con recu­
rrencia frecuente. Esto suele realizarse con una incisión pequeña
alrededor del estoma, permitiendo una recuperación más rápida
del paciente.
Tras la creación del estoma, una irrigación sanguínea inade­
cuada puede desencadenar cambios isquémicos a los tejidos que
podrían complicar la recuperación a corto y a largo plazo. Esta
complicación puede deberse a una enfermedad extrema y a hipo­
tensión en algunos casos urgentes, pero lo más habitual es que sea
una complicación técnica de la cirugía. Un estoma bien vasculari-
zado debería presentar una mucosa rosada y brillante sin super­
ficies mucosas oscuras, cianóticas o blanquecinas. Entre el 5 y el
22% de los estomas muestra cierto grado de necrosis clínica en
el período postoperatorio1011. La valoración adecuada del estoma FIGURA 89-4 Retracción del estoma. La isquemia crónica y la cicatrización
en el lecho del paciente debería consistir en una exploración pueden dar lugar a una retracción del estoma, de manera que el orificio del
visual detallada del foco del estoma, determinando la extensión estoma se esconde debajo de la altura de la piel.
de la isquemia. Se puede introducir un tubo de sangre de plástico
o de cristal en el interior del estoma, utilizándolo (con la ayuda
de una linterna) para determinar el nivel de demarcación entre
una mucosa rosa y viable y un tejido oscuro o necrótico. También
ha colocado el estoma en relación al intestino. A modo de reac­
puede emplearse un proctoscopio o anoscopio rígido para valo­
ción compensadora, los pacientes con ileostomías muestran una
rar las porciones del estoma afectadas. El tratamiento de la isque­
elevación de las concentraciones circulantes de aldosterona para
mia mucosa superficial es expectante. El estoma debe vigilarse si
ajustar la pérdida excesiva de sodio y agua libre. Con el tiempo,
la línea que separa el tejido sano del isquémico está superficial
los pacientes con ileostomías alcanzan un estado euvolémico; sin
al plano aponeurótico. Se practicarán exploraciones seriadas para
embargo, los episodios periódicos de deshidratación pueden obli­
garantizar que la zona isquémica no haya avanzado más allá del
gar a un tratamiento con complementos de líquidos y sal. Durante
plano aponeurótico. En tales casos puede producirse una desca­
el período de adaptación corporal, las pérdidas por la ileostomía
mación de la totalidad del grosor de las porciones inviables del
suelen ser elevadas (de 1.000 a 1.800 ml/día), reduciéndose gra­
estoma. Si el estoma es una colostomía puede dejarse en obser­
dualmente hasta pérdidas normales de 400 a 700 ml/día. La dieta
vación, aplicando el dispositivo del estoma a la altura de la piel.
puede complementarse con fibra para controlar la presencia
Esta retracción del estoma aparece en el 5 al 25% de los pacien­
de pérdidas altas persistentes por la ileostomía. En caso de que
tes ostomizados, lo cual complica el acoplamiento del disposi­
persistan pérdidas altas aun con un control dietético óptimo se
tivo y aumenta la irritación de la piel que rodea al estoma. Si el
puede administrar Keopectato, Imodio o finalmente clorhidrato
estoma es una ileostomía, la retracción deja el estoma a ras con
de difenoxilato y atropina (Lomotil) para controlar las pérdidas
la piel, con lo que la colocación de la bolsa resulta sumamente
por la ileostomía. En nuestra práctica añadimos Imodio o Lomotil
dificultosa. Por tanto, la revisión del estoma quirúrgico es nece­
de forma escalonada para controlar las pérdidas, y los recetamos
saria en todos los pacientes, salvo en los más graves. En caso de
en dosis de 1 a 2 comprimidos después de cada comida y antes
que se sospeche que la isquemia se ha extendido en profundidad
de acostarse. A los pacientes con un tránsito rápido, con pérdidas
hasta la fascia será necesario practicar una revisión quirúrgica
muy altas o con estomas proximales (yeyunostomías) se les pue­
urgente.
den administrar estos fármacos en forma de jarabe para mejorar
En ocasiones, la cicatrización, la contracción y la estenosis del
la absorción. Puede añadirse tintura de opio a 1mi por vía oral
orificio del estoma provocan síntomas obstructivos (fig. 89-4).
después de cada comida y antes de acostarse en los casos difíciles
Esto ocurre sobre todo en pacientes con distensión u obstruc­
en función de las necesidades. Los pacientes con ileostomías y
ción intestinal durante la cirugía y en aquellos que han padecido
pérdidas altas están expuestos a un riesgo alto de desarrollar cál­
isquemia del estoma. Si se sospecha una obstrucción, la explora­
culos renales de ácido úrico debido a su estado de deshidratación
ción digital del estoma madurado señalará el nivel de la obstruc­
crónica.
ción, o en algunos casos, permitirá desatascar heces impactadas
que pudieran ser la causa de la obstrucción. La revisión quirúrgica
del estoma puede ser una actuación necesaria. Suele practicarse
mediante técnicas de cirugía local sin necesidad de una laparo­
tomía. La dilatación del estoma estenótico puede aliviar tempo­ FÍSTULAS
ralmente la estenosis del estoma en los pacientes que no sean
candidatos idóneos para una revisión quirúrgica, si bien pueden Una fístula (basada en el término latino para «conducto») es una
ser más propensos a recurrencias. comunicación anómala entre dos superficies con revestimiento
En los pacientes con estomas puede producirse deshidra- epitelial. Las fístulas suelen clasificarse por su tipo anatómico,
tación y desequilibrios electrolíticos y dichas complicaciones la magnitud de las pérdidas y el grado de complejidad. Las des­
guardan una relación directa con la proximidad con la que se cripciones anatómicas describen la anatomía de los segmentos

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Estomas y fístulas I C A P ÍT U L O 89 489

adyacentes a los extremos aferente y eferente del trayecto fistu­ líquidos provocados por la sepsis, el íleo, la insuficiencia supra­
loso. Algunos tipos de fístulas concretos, como las enterocutáneas rrenal o los líquidos de reposición hipertónicos asociados pue­
(entre el intestino y la piel), las enteroentéricas (entre dos seg­ den exacerbar desequilibrios electrolíticos preexistentes. Las
mentos de intestino delgado), las colovaginales (entre el colon y fístulas que afectan a la zona distal del aparato digestivo tienen
la vagina) o las colovesicales (entre el colon y la vejiga urinaria) menos probabilidades de manifestar deshidratación o desequili­
constituyen los tipos anatómicos más frecuentes; sin embargo, brios electrolíticos.
la fistulización puede producirse entre dos órganos adyacentes Las fístulas, ya sean neoplásicas, inflamatorias o posquirúrgicas,
cualesquiera. se manifiestan normalmente con eritema local, tumefacción y
Las fístulas pueden clasificarse en internas, si existe una dolor, leucocitosis, fiebre y exudado purulento. A lo largo de los
conexión intracorpórea entre dos visceras huecas, o externas, si días siguientes, el exudado cambia de consistencia y progresa
drenan hacia la piel. Las fístulas externas se dividen a su vez en finalmente hasta contener contenido entérico. La mayoría de las
fístulas con pérdidas altas ( > 500 ml/día), pérdidas moderadas (de fístulas secundarias manifiestan síntomas en las 2 semanas siguien­
200 a 500ml/día) o pérdidas bajas (<200ml/día). Las fístulas inter­ tes a la cirugía, mientras que las fístulas primarias suelen ser nor­
nas suelen estar ocultas y tienen menos probabilidades de mani­ malmente más insidiosas y pueden desarrollarse a lo largo de
festarse clínicamente que las fístulas externas. En esta sección nos meses o años. La fistulización en el contexto de cuerpos extraños
centramos en las fístulas externas, ya que son las que tienen un como mallas, conductos vasculares protésicos y suturas no reab-
impacto clínico mayor que las internas. sorbibles puede desarrollarse lentamente.
La fistulización se produce normalmente como una complica­
ción de la cirugía y dichas intervenciones suelen practicarse para
resecar neoplasias, para resecar una enfermedad intestinal infla­
matoria o para la lisis de adherencias intraabdominales. Las fugas
anastomóticas, las enterotomías inadvertidas o los complementos TRATAMIENTO
quirúrgicos como las mallas, las suturas, las grapas y otros cuer­
pos extraños pueden servir de nido para la formación de la fístula. El tratamiento de las fístulas externas puede suponer una ardua
Las fístulas postoperatorias, o secundarias, representan el 85% de empresa que requiera de una reanimación inmediata, una valo­
las fístulas externas detectadas12. Las fístulas espontáneas, o no ración del trayecto fistuloso y de los abscesos asociados, el con­
quirúrgicas, secundarias a inflamación, suelen verse en el con­ trol del origen de la sepsis y la evaluación y la suplementación
texto de la enfermedad de Crohn o de una diverticulitis en reso­ del estado nutricional. Una vez que se ha explorado a fondo tanto
lución; sin embargo, también pueden deberse a neoplasias con al paciente como a la fístula se elabora un plan de tratamiento a
extensión local. La radioterapia externa puede predisponer a su largo plazo. La prioridad es asegurar una reanimación adecuada
aparición12. del paciente séptico o inestable y para ello podría ser necesa­
ria la intervención de un equipo de intensivistas con personal
quirúrgico. Los pacientes deben permanecer en ayunas con la
reanimación conveniente. Aunque la necesidad de canalizar una
vía venosa central no es prioritaria, puede necesitarse más ade­
FISIOPATOLOGÍA lante para proporcionar apoyo nutricional. Los primeros intentos
La morbimortalidad asociada de los pacientes con fístulas para solucionar los desequilibrios electrolíticos deben llevarse
externas puede ser muy alta, poniendo de manifiesto la evolu­ a cabo conjuntamente con la reanimación (v. cap. 109). Una vez
ción devastadora de la enfermedad junto con una salud preope­ estabilizado, se investigará el origen de la sepsis en los pacientes
ratoria defectuosa o una enfermedad inflamatoria crónica. sépticos.
Históricamente, el desarrollo de las fístulas enterocutáneas se Una vez descartada la presencia de signos peritoneales que
asociaba a tasas de mortalidad altas en torno al 50 o 65%; en pudieran obligar a una intervención quirúrgica urgente, normal­
series de casos más recientes se mencionan tasas entre el 4 y mente se utiliza la TC para descartar que el origen de la sepsis o
el 11%, lo que podría ser achacable a la facilidad y a la disponi­ del absceso concomitante sea intraabdominal. Las TC con triple
bilidad de la nutrición parenteral. Otras contribuciones que han contraste suelen llevarse a cabo con medios de contraste por vía
mejorado las tasas de mortalidad en las fístulas son los adelantos oral, intravenosa y rectal. Aunque cabe la posibilidad de identifi­
en la terapia antimicrobiana, en las modalidades de imagen y en car el foco fistuloso, esto no es realmente necesario, ya que no
los procedimientos de drenaje, así como de los conocimientos suele modificar el tratamiento. La mejor forma de tratar los abs­
de la fisiopatología. Las fístulas con pérdidas altas comportan cesos intraabdominales es a través de procedimientos de drenaje
una mortalidad cuatro veces mayor que las fístulas con pérdidas guiados porTC, sobre todo si son mayores de 4cm.El drenaje qui­
bajas15 y una mortalidad global que oscila entre el 13 y el 50%. rúrgico del absceso puede ser necesario en el caso de que exista
La tríada clásica de sepsis, malnutrición y desequilibrios electro­ un absceso y no se disponga de medios menos cruentos para
líticos es la responsable de la gravedad de este proceso. Durante controlar la sepsis. Nunca es urgente la aplicación de otras moda­
la formación de la fístula, la extravasación intraperitoneal del lidades de imagen para definir el trayecto fistuloso como la fistulo-
contenido de la luz puede desencadenar infecciones, abscesos grafía radioscópica retrógrada, los estudios gastrointestinales con
o una sepsis franca. De hecho, la sepsis es la causa de muerte Gastrografin y los enemas de Gastrografin, y rara vez modifican
mencionada con más frecuencia en los pacientes con fístulas el tratamiento clínico a menos que se prevea una intervención
enterocutáneas, siendo responsables de más del 76% de los casos quirúrgica. En la mayoría de los casos se determina la presencia
de muerte en series de casos y multiplicando por 22 el riesgo de o la ausencia de obstrucción distal o de abscesos, ya que el trata­
mortalidad13. miento de estos procesos puede permitir el cierre espontáneo de
La pérdida inapropiada de líquidos entéricos oscila nota­ la fístula12.
blemente en el estado hidroelectrolítico de los pacientes con Uno de los aspectos cruciales en el tratamiento inicial de las
fístulas externas. Los orígenes gastrointestinales proximales fístulas enterocutáneas es la protección de la piel circundante. Se
o superiores de las fístulas pueden agotar las reservas de agua necesita el apoyo de la enfermera de enterostomía para controlar
libre, hidrógeno, bicarbonato y cloro, de modo que los cambios las fugas, mejorar la higiene y facilitar los cuidados de enferme­
compensadores resultantes provocan alcalosis metabólica hipo- ría en el paciente con una fístula externa. Las fístulas pequeñas
potasémica e hipoclorémica. Los desplazamientos adicionales de con pérdidas bajas pueden controlarse con cambios de apósitos,

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490 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

pero las bolsas colectoras suelen dar mejor resultado, ya que el recuento total de leucocitos, la proteína unida a retinol y las
necesitan menos cuidados de enfermería. Las fístulas con pér­ concentraciones de prealbúmina en los pacientes con fístulas
didas mayores obligan a un control del drenaje más eficaz. Si los constituyen marcadores secundarios para evaluar tanto la situa­
apósitos se saturan rápidamente y es preciso cambiarlos con fre­ ción a corto plazo como a largo plazo (v. cap. 105). Se puede uti­
cuencia se necesitará un sistema de recolección para proteger a lizar una variedad de ecuaciones validadas, como la ecuación de
la piel circundante (fig. 89-5)14. Muchos focos fistulosos pueden Harris-Benedict, para calcular empíricamente las necesidades de
controlarse con la colocación de una bolsa parecida a la de los base, las cuales deberían ajustarse más adelante en función de la
sistemas para colostomía, ileostomía o urostomía. Dado que las calorimetría indirecta o de otros marcadores analíticos del estado
fístulas suelen estar íntimamente relacionadas con las heridas, nutricional. La modalidad de nutrición complementaria ideal
estos focos pueden precisar de técnicas de tubos o de bolsas dependerá de la localización anatómica, del volumen de pérdidas
avanzadas y pueden beneficiarse de la consulta con un profe­ por la fístula y de la función hepática. En general, las fístulas con
sional de enterostomía. Un complemento útil es el dispositivo pérdidas altas responden mejor a la disminución de la ingesta oral
de cierre de vacío (VAC), el cual controla el exudado fistuloso mediante el ayuno y la suplementación con nutrición parenteral
promoviendo a la vez la cicatrización de las heridas (fig. 89-6)15. total, mientras que las fístulas con pérdidas escasas pueden con­
Una alternativa más económica al costoso sistema VAC consiste trolarse con suplementos dietéticos por vía oral o mediante fór­
en colocar un drenaje cerca de la fístula, rodeándolo con una mulas de alimentación enteral. En el caso de una fístula proximal,
gasa y cubriéndolo con un apósito oclusivo transparente más la alimentación enteral podría tolerarse mediante la introducción
grande. Estos apósitos se retiran periódicamente para examinar de lina sonda de alimentación a través de la fístula y la reanuda­
la herida. ción de los alimentos enterales a través del resto de intestino dis­
Las fístulas colovaginales y enterovaginales plantean pro­ tal con respecto a la fístula.
blemas más complejos, ya que no se pueden aplicar sistemas de En los pacientes de cuidados paliativos, las fístulas plantean
bolsas colectoras y las molestias locales y los resquebrajamientos una situación delicada que debe comentarse con el paciente, la
cutáneos son sumamente invalidantes para el paciente. Aunque la familia y los cuidadores. Al igual que sucede con la creación de
combinación de un ayuno terapéutico con una nutrición parente­ un estoma, el golpe psicológico que provoca la aparición de una
ral total puede disminuir el drenaje, este tipo de fístulas requiere a fístula enterocutánea puede resultar angustiante tanto para el
menudo una intervención quirúrgica. paciente como para la familia. El objetivo ideal a largo plazo en
La mayoría de los pacientes con fístulas enterocutáneas requie­ un paciente con una fístula es el cierre espontáneo del trayecto
ren un apoyo nutricional, en parte debido a la mala situación fistuloso. Las tasas de cierre espontáneo varían según la localiza­
nutricional, a las pérdidas nutricionales no absorbidas del flujo fis­ ción anatómica de la fístula y los volúmenes de salida. Las fístulas
tuloso de salida y al hecho de que los pacientes se mantienen a secundarias no complicadas con pérdidas escasas y candidatas
veces en ayunas para minimizar el drenaje fistuloso. La valoración para alimentación enteral tienen más probabilidades de cerrar
nutricional es de suma importancia en todos los pacientes, ya que espontáneamente. Además, las fístulas que afectan al duodeno y al
la malnutrición está presente en el 55 al 90% de los pacientes con conducto biliopancreático tienen entre 1,5 y 2 veces más probabi­
fístulas enterocutáneas16. La concentración sérica de albúmina, lidades de cicatrizar que las de origen colónico13. Las fístulas por
lesiones intestinales asociadas a radiación o a lesiones gastrointes­
tinales neoplásicas tienen pocas probabilidades de cerrar espon­
táneamente. Además, las fístulas colovesiculares, colovaginales y

FIGURA 89-5 Las fístulas enterocutáneas de volumen alto pueden precisar


sistemas de recolección para proteger la piel circundante y las heridas y para FIGURA 89-6 Un dispositivo de cierre de vacío puede ser un complemento
promover la cicatrización. útil en el tratamiento de las fístulas enterocutáneas.

PARTE I I EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Estomas y fístulas I C A P ÍT U L O 89 491

control de la nutrición, la hidratación y la sepsis, así como los cui­


P ersp ectivas futu ras
dados de la herida y de la piel. La intervención quirúrgica se aplica
El papel de las endoprótesis colocadas po r vía endoscópica o radios- selectivamente en función de cada situación clínica.
cópica probablemente se incremente para el tratamiento selectivo
d e síntomas obstructivos secundarios a una enfermedad intraperito-
neal obstructiva. B I B L I O G R A F Í A
Se pueden utilizar endoprótesis endoscópicas recubiertas para dejar 1. Rosenthal M, Rosenthal D. Stomal care. In Wilmore D, Laurence Y, Cheung AH,
d e lado a los segmentos fistulizados del intestino y permitir que et al (eds).ACS Surgery: Principles and Practice. New York:WebMD Professional
mejoren los síntomas y la herida. Publishing, 2003, pp 1655-1670.
2. Delaney CP, Kiran RR Senagore AJ, et al. Case-matched comparison o f clinical
Los adelantos en las terapias mínimamente invasivas pueden seguir
and financial outcome after laparoscopic or open colorectal surgery. Ann Surg
disminuyendo la morbimortalidad y los costes asociados a la cirugía 2003;238:67-72.
en el paciente d e cuidados paliativos. 3. Abraham NS, Young JM, Solomon MJ. Meta-analysis o f short-term outcomes
after laparoscopic resection for colorectal cancer. B J Surg 2004;91:1111-1124.
4. Senagore AJ, Delaney CP.A critical analysis o f laparoscopic colectomy at a sin­
gle institution: Lessons learned after 1000 cases.Am J Surg 2006;191:377-380.
5. Arumugam PJ, Bevan L, Macdonald L, et al. A prospective audit o f stomas:
Analysis o f risk factors and complications and their management. Colorectal
enterovaginales tienen pocas probabilidades de cicatrizar sin una Dis 2003;5:49-52.
derivación quirúrgica y una reparación definitiva, ya que no es 6. Cheung MT. Complications o f an abdominal stoma: An analysis o f 322 stomas.
posible colocar una bolsa y un control externo. Aust N ZJ Surg 1995;65:808-811.
El tratamiento ideal de las fístulas enterocutáneas que no 7. Nugent KP, Daniels p Stewart B, et al. Quality o f life in stoma patients. Dis
Colon Rectum 1999;42:1569-1574.
cicatrizan a pesar de instaurar las medidas óptimas debería ser 8. Heilman J, Lago CP. Dermatologic complications in colostomy and ileostomy
la resección y la reparación. Sin embargo, en ocasiones la resec­ patients. Int J Dermatol 1990;29:129-133-
ción quirúrgica de una fístula no es la alternativa deseable en los 9- Came PW, Robertson GM, Frizelle FA. Parastomal hernia. Br J Surg
pacientes de cuidados paliativos debido a la complejidad de la 2003;90:784-793-
10. Park JJ, Del Pino A, Orsay CP, et al. Stoma complications: The Cook County
corrección quirúrgica, a la tasa de recurrencias y a la incertidum-
Hospital experience. DLs Colon Rectum 1999;42:1575-1580.
bre del beneficio a largo plazo para el paciente17. En tales casos 11. Duchesne JC,WangYZ,Weintraub SL, et al. Stoma complications:A multivariate
habrá que deliberar cuidadosamente los beneficios de la resec­ analysis. Am Surg 2002;68:961-966. discussion 966.
ción a la luz de los riesgos de la cirugía y de las complicaciones 12. Evenson AR, Fischer JE. Current management o f enterocutaneous fistula.
posteriores y el escaso beneficio a largo plazo en los pacientes de J Gastrointest Surg 2006;10:455-464.
13- Campos AC, Andrade DF, Campos GM, et al. A multivariate model to deter­
cuidados paliativos. Puede ser necesario crear un estoma de deri­ mine prognostic factors in gastrointestinal fistulas. J Am Coll Surg 1999; 188:
vación proximal para controlar las fístulas complejas en pacientes 483490.
de cuidados paliativos en los que una cirugía reparadora podría 14. Dearlove JL. Skin care management o f gastrointestinal fisnilas. Surg Clin North
ser una actuación demasiado agresiva o en el caso de un tumor Am 1996;76:1095-1109.
15. Goverman J,Yelon JA, Platz JJ, et al.The “Fistula VAC,” a technique for manage­
irresecable que fistulice. Los pacientes con fístulas colovaginales
ment o f enterocutaneous fistulae arising within the open abdomen: Report of
o enterovaginales también necesitan con frecuencia una interven­ 5 cases. JTrauma 2006;60:428-431. discussion 431.
ción quirúrgica por la incapacidad de controlar el drenaje. Entre 16. Berry SM, Fischer JE. Classification and pathophysiology o f enterocutaneous
las alternativas quirúrgicas en los pacientes de cuidados paliativos fistulas. Surg Clin NorthAm 1996;76:1009-1018.
están la resección y la reparación intestinal primaria, la derivación 17. Lynch AC, Delaney CP, Senagore AJ, et al. Clinical outcome and factors
predictive o f recurrence after enterocutaneous fistula surgery. Ann Surg
proximal aislada y otras modalidades de derivación que excluyan
2004;240:825-831.
al segmento fistuloso.

L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
CONCLUSIONES
Evenson AR, Fischer JE. Current management of enterocutaneous
La prudencia en la realización de estomas puede paliar de forma fistula.J Gastrointest Surg 2006;10:455-464.
excelente los síntomas, pero los cuidados de los estomas resul­ MacKeigan J. Stomas. In Nicholls R, Dozois R (eds). Surgery of the
tan complejos en este tipo de pacientes y precisan del apoyo del Colon and Rectum, 1st ed. Edinburgh: Churchill Livingstone,
equipo quirúrgico y de los profesionales de enfermería especiali­ 1997.
zados en sus cuidados. Los pacientes con fístulas plantean retos Rosenthal M, Rosenthal D. Stomal care. In Wilmore D, Laurence
terapéuticos y requieren del esfuerzo combinado entre los equi­ Y, Cheung AH, et al (eds). ACS Surgery: Principles and
pos de cuidados paliativos y de cirugía para proporcionar el tra­ Practice. New York: WebMD Professional Publishing, 2003, pp
tamiento óptimo (v. «Perspectivas futuras»). Es crucial mantener el 1655-1670.

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492 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

j| C A P Í T U L O 90 • El shock séptico conlleva un pronóstico extremadamente infausto, espe­


cialmente en cuidados paliativos.
> Crisis familiares:
• Las enfermedades graves y la inminencia de la muerte son acontecimien­
Emergencias en cuidados tos traumáticos que pueden suponer un estrés importante para el indivi­
duo y para la unidad familiar.

paliativos • Dicho estrés puede provocar un desequilibrio entre las demandas colo­
cadas sobre una familia y las capacidades que poseen para enfrentarse
eficazmente con el problema, una situación considerada como una crisis
Katherine Clark y David C. Currow
para esta familia.
• Los mejores resultados para las familias se obtienen mediante la conver­
sación y la resolución de los conflictos. Es obligatorio que las familias
© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
sepan que el equipo multidisciplinario comparte sus preocupaciones por
el paciente y que esto se extiende a la unidad familiar.

P U N T O S
• Embolia pulmonar (EP) aguda:
• La EP aguda se asocia a una mortalidad alta; la mayoría de los casos de EP
se diagnostica post mórtem.
• Aproximadamente el 10% de los casos de EP son mortales en la hora pos­
terior a su aparición y la tasa de mortalidad global a los 3 meses es del
15%. EMBOLIA PULMONAR AGUDA
• Los pacientes en shock tienen una mortalidad aumentada.
• Los pacientes que sobreviven tienen más riesgo de morbilidad: EP re­ • La EP es un problema habitual, pero sobre todo en los pacien­
currente, trombosis venosa profunda (TVP) recurrente, síndrome pos- tes hospitalizados comparado con los de la comunidad.
trombótico, hipertensión pulmonar. • Los síntomas de presentación son comunes a otros muchos
• Neumonía aguda: procesos, por lo que se necesita un índice de sospecha alto.
• La neumonía es la responsable de cerca de 5 millones de muertes al año • Las investigaciones dependerán del pronóstico calculado para
en todo el mundo. el individuo afectado.
• La neumonía suele ser más grave en los pacientes muy jóvenes, muy
ancianos y en aquéllos con enfermedades subyacentes graves.
• Entre las características de mal pronóstico están una edad mayor de 60
años, hipoxia, disminución del recuento de leucocitos, neutrofilia mayor
Ciencias básicas y fisiopatología
de 20.000, cifras anormales de urea y creatinina, albúmina baja, confusión La EP se produce cuando un trombo venoso más distal se suelta
y enfermedades intercurrentes. y viaja a través del sistema venoso y a través del lado derecho del
• Edema hipoproteinémico: corazón hasta la circulación pulmonar. El tamaño del émbolo es el
• La albúmina es la proteína predominante del cuerpo y mantiene las pre­ que dicta su gravedad y refleja el grado de obstrucción del flujo
siones oncóticas de los líquidos plasmáticos. de la arteria pulmonar y la capacidad del ventrículo derecho para
• La hipoalbuminemia puede ser causa de edema. compensarlo (fig. 90-1).
• La hipoalbuminemia se asocia a una morbimortalidad significativa.
• Convulsiones y estado epiléptico:
• Las convulsiones pueden aparecer al final de la vida. Epidemiología y prevalencia
El estado epiléptico consiste en una actividad convulsiva persistente o en la
incapacidad para recuperar la conciencia durante más de 5 minutos después
La EP es frecuente en los pacientes hospitalizados y del 7 al 10%
de una convulsión presenciada. de los pacientes que fallecen como consecuencia de una EP están
• Las convulsiones se clasifican según el origen del foco. ingresados. La mayoría evoluciona asintomáticamente. Las causas
• Las convulsiones atemorizan tanto a los pacientes como a sus familiares y
de los trombos venosos y de la EP pueden ser agudas, dando lugar
exigen una atención inmediata. a un cambio en las circunstancias físicas, o secundarias a una
• Infarto agudo de miocardio:
predisposición crónica subyacente (tabla 90-1 y Caso práctico:
Embolia pulmonar).
• Los infartos agudos de miocardio constituyen uno de los extremos del
espectro de síndromes coronarios agudos entre los que se incluyen los
infartos agudos de miocardio asociados a cambios electrocardiográficos
(ECG) del segmento ST, el infarto agudo de miocardio sin cambios en el Manifestaciones clínicas
ECG y la angina.
• Todos estos síndromes representan trastornos en el flujo sanguíneo coro­ Los síntomas de presentación más frecuentes son los siguientes:
nario y la presentación clínica depende del grado de alteración del flujo y
de la permanencia de la lesión tisular.
• Disnea aguda.
• Dolor torácico pleurítico.
• Sepsis:
• Tos.
• La sepsis hace referencia al estado de inflamación secundario a la
• Hemoptisis.
infección.
• Palpitaciones.
• La respuesta inflamatoria se denomina síndrome de respuesta inflama­ • Diaforesis.
toria sistémica (SRIS).
• Síncope.
• Cuando el SRIS es grave los pacientes están en shock y presentan hipo- • Shock.
perfusión orgánica.
• Muerte súbita inexplicada.

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Emergencias en cuidados paliativos I C A P Í T U L O 9 0 493

FIGURA 90-1 Cambios fisiológicos asociados a la EP.


PAM, Presión arterial media; PPC, presión de perfusión cerebral;
VD, ventrículo derecho; VI, ventrículo izquierdo.

Disminución de la distensibilidad del VI

Disminución de la precarga del VI

T A B L A 90-1 Factores de riesgo de tromboembolia venosa


Diagnóstico diferencial
El alcance de las pruebas diagnósticas y de las intervenciones
FACTORES DE RIESGO AGUDOS dependen de las consideraciones siguientes (fig. 90-2):
Hospitalización • El pronóstico de la paciente antes del comienzo de este pro­
Procedimientos quirúrgicos
blema sirve de guía de las pruebas diagnósticas y de las
Fracturas de extremidades
intervenciones.
Viajes de larga distancia
Hipovolemia relativa • La probabilidad de que la combinación de síntomas y signos
Estrógenos sea consecuencia de una EP está determinada por la probabili­
Dispositivos intravasculares dad de EP previa a la prueba.
• Deben tenerse en cuenta tanto el pronóstico como la probabi­
PREDISPOSICIÓN CRÓNICA
lidad de EP y las pruebas diagnósticas deben adecuarse al caso.
Hereditaria Una puntuación igual o mayor de 6 indica una probabilidad de
Déficit de proteína C EP previa a la prueba alta (fig. 90-3 y tabla 90-2).
Déficit de proteína S
Déficit de antitrombina III
Factor V Leiden Pruebas diagnósticas
Adquiridas
Enfermedad médica mayor Pulsioximetría y gasometría arterial
Cáncer Es posible que los pacientes no estén hipóxicos y por tanto pre­
Enfermedad tromboembólica previa senten valores normales en la gasometría arterial. La valoración de
Edad avanzada
la hipoxia sigue manteniéndose y los pacientes con hipoxia nece­
Obesidad
sitan oxígeno. Los pacientes hipóxicos pueden tener émbolos más
grandes y un pronóstico peor.

■ C A S O C L Í N I C O
Electrocardiografía
Em b o lia p ulm o n ar Los resultados del ECG pueden ser normales. Lo más habitual es
que el trazado muestre cambios inespecíficos como taquicardia y
La Sra. A es una mujer de 70 años con un cáncer renal metastático. dilatación de las cavidades cardíacas derechas. El cambio clásico
Como consecuencia de su debilidad generalizada fue ingresada en el SjQinTm se observa en aproximadamente el 20% de los pacientes.
hospital bajo la supervisión del equipo de cuidados paliativos. Durante la El estudio ECG elimina predominantemente otras causas cardíacas
noche presentó una disnea de comienzo súbito. En la exploración física de dolor torácico y de disnea. Los resultados ECG positivos en
no había nada reseñable. El electrocardiograma mostraba taquicardia pacientes sumamente debilitados para someterse a pruebas más
con distensión de las cavidades cardíacas derechas. Los resultados de cruentas ayudan a ajustar el tratamiento.
la angiotomografía computarizada pulmonar eran compatibles con el
diagnóstico de embolia pulmonar múltiple.
Se instauró un tratamiento con heparina intravenosa. Se elaboró un
Radiografía de tórax
plan a largo plazo con un régimen de mantenimiento con heparina de El signo más frecuente en la radiografía de tórax es la atelectasia.
bajo peso molecular. Otros signos pueden ser una zona translúcida y un corte abrupto

ERRNVPHGLFRVRUJ
494 S E C C I Ó N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

FIGURA 90-2 Diagrama de flujo del


tratamiento basado en el pronóstico
de la embolia pulmonar.
ATCP, Angiotomografía computarizada
pulmonar.

FIGURA 90-3 Diagrama de flujo del


E P posible tratamiento en pacientes con una
situación razonable antes del comienzo
de la embolia pulmonar (EP).
ATCP, Angiotomografía computarizada
Probabilidad previa a la Probabilidad previa a la Probabilidad previa a la pulmonar; VD, ventrículo derecho.
prueba baja prueba intermedia prueba alta

Considerar diagnósticos
alternativos Sin shock

~ ~ r~
Trombólisis,
Anticoagular
Sin disfunción Disfunción embolectomía
del VD del VD

l 1
Trombólisis,
Heparinizar
embolectomía

sobre todo cuando la probabilidad previa a la prueba es moderada


T A B L A 90-2 Cálculo de la probabilidad de embolia previa o alta.
a la prueba

FACTOR PROBABILIDAD Tomografía computarizada helicoidal


PREVIA A LA PRUEBA
La tomografía computarizada helicoidal (angiotomografía compu­
Signos y síntomas clínicos de trombosis 3,0 tarizada pulmonar) es la prueba diagnóstica de elección en la EP
venosa profunda Es una prueba fácilmente disponible que proporciona resultados
Taquicardia >100 latidos/minuto 1,5 rápidos. El número de falsos positivos es menor que en la gamma-
Inmovilidad >3 días 1,5 grafía de V/Q. Puede que los cambios periféricos pequeños no se
Procedimientos quirúrgicos en las 4 semanas 1,5 visualicen bien.
previas
Tromboembolia previa 1,5 Angiografía pulmonar
Hemoptisis 1,0
La angiografía pulmonar es la prueba de referencia para la EP.
Cáncer 1,0
Probabilidad de embolia igual o mayor que 3,0
cualquier otro diagnóstico
Tratamiento
Fármacos de elección
de las sombras vasculares. El infarto pleural puede acompañarse de
derrame pleural. La aplicación principal de la radiografía de tórax • Heparina no fraccionada y heparina de bajo peso molecular.
es para descartar otras causas pulmonares de dolor torácico, La anticoagulación, tanto con heparina fraccionada como con
disnea y tos. heparina de bajo peso molecular, se administra según los protoco­
los establecidos por cada centro asistencial.
Gammagrafía de ventilación/perfusión
• Warfarina.
La gammagrafía pulmonar de ventilación/perfusión (V/Q) es un Los pacientes con una expectativa de vida de varios meses
instrumento diagnóstico importante, pero su fiabilidad aumenta deben ser tratados a largo plazo con warfarina. Para este tratamiento

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Emergencias en cuidados paliativos I C A P Í T U L O 9 0 495

Tratam iento s h abituales


Administrar oxígeno para mantener saturaciones >92%.
Heparinizar con heparina no fraccionada o heparina de bajo peso
molecular. I
Morfina para la disnea.
Considerar la administración de antiinfiamatorios no esteroideos
para el d olor de tip o pleurítico a pesar de los efectos sobre la fun­
ción plaquetaria.
Asegurarse de la disponibilidad de benzodiazepinas para la ansiedad
que pudiera relacionarse con la disnea.

P ersp ectivas futu ras


N o se ha alcanzado un consenso claro sobre la duración óptima de
la anticoagulación después de la embolia pulmonar o la trombosis
venosa profunda en todos los pacientes, p ero probablemente la anti­
coagulación debería prolongarse de p o r vida en los pacientes con
neoplasias. FIGURA 90-4 Neumonía del lóbulo superior derecho.
N o está claro el papel d e la anticoagulación profiláctica en las
neoplasias.

¡ T A B L A 9 0 - 3 Causas de dolor torácico y disnea de comienzo


agudo
es preciso utilizar el tiempo de protrombina según las normas
SÍNTOMA CAUSAS
locales.
Disnea aguda Embolia pulmonar
• Trombólisis.
Exacerbación de enfermedad de las vías respiratorias
La trombólisis puede tenerse en cuenta cuando el pronóstico Edema pulmonar
del paciente establecido de antemano se cifrase en meses o años. Neumotórax
Aunque no se han demostrado mejorías a largo plazo en la morta­ Neumonía
lidad global, los pacientes que estaban hemodinámicamente ines­ Obstrucción de las vías respiratorias
tables al inicio pueden mejorar con la trombólisis. Está indicada la Dolor torácico Arteriopatía coronaria (angina, infarto de miocardio)
realización de un ecocardiograma y de una consulta cardiológica agudo Embolia pulmonar
urgentes. Disección de aorta
Neumotórax
Rotura esofágica o espasmo esofágico
NEUMONÍA AGUDA
La neumonía es una infección aguda o crónica asociada a infla­
mación de los bronquiolos terminales y de los alveolos. Este pro­ condiciones normales un entorno pulmonar estéril. Un fracaso
ceso da lugar a consolidación, evidente tanto desde el punto de de las defensas del huésped, tanto anatómicas como celulares,
vista clínico como radiológico. El tipo de neumonía, el pronóstico conduce a la aparición clínica de la neumonía (tabla 90-4 y «Caso
previo y la situación clínica presente del paciente son los factores práctico: Neumonía»).
que determinarán cuáles son las pruebas diagnósticas y las inter­
venciones concretas más convenientes (fig. 90-4).
La neumonía suele dividirse en los tres grupos principales
siguientes: Manifestaciones clínicas: evaluación, pruebas
• Adquiridas en el hospital. y datos de laboratorio
- • Huésped comprometido,
a • Adquiridas en la comunidad. Síntomas asociados a la neumonía que requieren
consideración
• Disnea.
Epidemiología y prevalencia
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

• Delirio.
• Dolor torácico pleurítico.
Las neumonías provocan 4 millones de muertes al año en todo el
• Tos.
mundo. Aproximadamente un tercio de los pacientes con neumo­
• Hemoptisis.
nía necesitará ingreso hospitalario y la mortalidad de los pacientes
• Fiebre o escalofríos.
hospitalizados con neumonía es aproximadamente del 20% (ta­
bla 90-3). Los pacientes pueden acudir con fiebre aguda, tos productiva
de esputo purulento y dolor torácico pleurítico. Otras caracterís­
ticas de la presentación pueden ser tos seca o síntomas seudogri-
Fisiopatología pales con fatiga, mialgias y artralgias.
La exploración puede poner de manifiesto a un paciente extre­
Los pulmones se infectan por microorganismos, ya sea por inha­ madamente enfermo con fiebre, taquicardia y quizá hipotensión.
lación o por aspiración. Las defensas del huésped mantienen en Puede haber confusión mental y los pacientes pueden presentar

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496 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

T A B L A 90-4 Causas de neumonía T A B L A 90-5 Pruebas diagnósticas en la neumonía

TIPO DE NEUMONÍA CAUSAS PRUEBAS HALLAZGOS PREVISTOS

Adquirida en la comunidad Streptococcus pneumoniae Pulsioximetría <92% sugiere una hipoxia grave
Haemophilus influenzae Gasometría arterial Pronóstico malo con acidosis, hipoxia
Mycoplasma pneumoniae
Hemograma Neumonía bacteriana y neumonía por aspiración:
Staphylococcus aureus
completo Elevación del recuento de leucocitos, anemia y
Especies de Legionella
trombocitosis
Virus
Leucopenia en los pacientes enfermos
Nosocomial Especies de Pseudomonas Neumonía viral: linfocitosis
Enterobacterias gramnegativas
Examen de esputo Probablemente se identifique un microorganismo en
Staphylococcus aureus
>50% de las neumonías bacterianas y por aspiración
Pseudomonas
Klebsiella Hemocultivos Positivos en aproximadamente el 40%
Aspiración Anaerobios Radiografía de Neumonía bacteriana
Neumonitis química tórax Broncograma aéreo
Inmunodepresión Cavitaciones
Consolidación
Asociada a inmunodepresión Streptococcus pneumoniae
Derrame pleural
Haemophilus influenzae
Neumonía por aspiración
Staphylococcus aureus
Infiltrados
Mycoplasma pneumoniae
Broncograma aéreo
Pneumocystisjiroveci (antiguamente
Cambios más frecuentes en los lóbulos superiors
Pneumocystis carinil)
Neumonía viral
Bacilos gramnegativos
Infiltrados parcheados o difusos
Serología Microorganismos atípicos en las enfermedades agudas
Urea, creatinina, La hiponatremia es una señal posible de síndrome de
electrólitos secreción inadecuada de hormona antidiurética o de
ASO P R Á C T I C O y pruebas neumonía por Legionella
funcionales Posible deterioro de la función renal, sugiriendo un
Neum onía hepáticas paciente enfermo
La hipoalbuminenia es una señal posible de un
El Sr. SB es un varón de 60 años con antecedentes de tabaquismo cuya pronóstico peor
situación actual se ha complicado con una bronquitis crónica. Respiraba
con normalidad al realizar esfuerzos mínimos pero presentaba disnea de
reposo asociada a dolor torácico al toser. Junto con todo esto, el Sr. SB T A B L A 90-6 Diagnósticos diferenciales de disnea aguda,
había empeorado y se mostraba confuso y su rendimiento funcional tos productiva, fiebre e infiltrados pulmonares
se había deteriorado de forma aguda.
SIGNO O CAUSAS POSIBLES
A su llegada, el Sr. SB estaba febril (38°C) y taquicárdico y su SÍNTOMA
saturación de oxígeno era del 86% respirando aire ambiente. La
exploración del tórax revelaba soplos bronquiales en la base derecha. Disnea de Neumonía
comienzo Exacerbación de enfermedad crónica de las vías
Se planteó un diagnóstico de neumonía.
agudo respiratorias
Arteriopatía crónica o insuficiencia cardíaca
Embolia pulmonar
Neumotórax
Neumonía
también cianosis central (labios o lóbulos de las orejas) con un Infección de las vías respiratorias altas
compromiso respiratorio significativo. La exploración física puede Exacerbación de enfermedad crónica de las vías
ser reseñable, objetivándose una disminución de la expansión del respiratorias
pulmón afectado, con disminución de la percusión y de la reso­ Aspiración crónica
nancia vocal y estertores gruesos. Sobre la zona afectada pueden Neoplasias (cáncer primario de pulmón, metástasis
auscultarse ruidos respiratorios bronquiales. En otras presenta­ secundarias)
ciones de neumonía menos típicas pueden ser escasos los signos Obstrucción de las vías respiratorias
físicos anómalos. En la tabla 90-5 se enumeran los resultados pre­ Producción Neumonía
visibles de las pruebas diagnósticas para la neumonía. de esputo Exacerbación de enfermedad crónica de las vías
respiratorias
Bronquiectasias
Diagnóstico diferencial Obstrucción secundaria a neoplasia
Infecciones
En la tabla 90-6 se enumera una lista de los diagnósticos posibles Neoplasia
en pacientes con disnea aguda, tos productiva, fiebre e infiltrados Conectivopatía
pulmonares. Fármacos (antibióticos, interferón, antiepilépticos,
anticolinérgicos, síndrome de serotonina, hipertermia
maligna)
Tratamiento Infiltrados Infecciones pulmonares
pulmonares Insuficiencia cardíaca
Fármacos Embolia pulmonar
El tratamiento óptimo de la neumonía exige un diagnóstico opor­ Atelectasias
Neoplasia
tuno y una antibioterapia ajustada al paciente y de acuerdo a las
Vasculitis
normas locales (fig. 90-5).

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Emergencias en cuidados paliativos I C A P Í T U L O 9 0 497

FIGURA 90-5 Diagrama de flujo del


tratamiento de la neumonía basado
en el pronóstico. EUC, Electrólitos,
urea y creatinina; HC, hemograma
completo; i.v., intravenoso.

Co nsejo s ú tiles e inconvenientes 1 T A B L A 90-7 Causas de edema hipoproteinémico

Los pacientes con neumonía necesitan un diagnóstico y la instaura­ SIGNO CAUSAS


ción de antibióticos con rapidez.
Aumento del volumen plasmático Insuficiencia cardíaca
Los pacientes pueden estar sumamente sintomáticos, p or lo que es
(déficit relativo de albúmina) Insuficiencia renal
obligada la vigilancia de los síntomas.
Embarazo
Aun en las fases terminales, podría ser conveniente la consideración
Fármacos
d e una antibioterapia intravenosa.
Aumento de la pérdida de Malabsorción
La neumonía por aspiración suele dar lugar a una inflamación signifi­
proteínas Enteropatía perdedora de
cativa con riesgo de infección secundaria.
proteínas
Síndrome nefrótico
Caquexia o neoplasia
Quemaduras
Disminución de la síntesis de Cirrosis
proteínas Insuficiencia hepática
Plan estratégico racional para la neumonía Malabsorción
Déficit de tiamina
• Comenzar rápidamente el tratamiento antibiótico.
• La antibioterapia debe guiarse por la tinción de Gram.
• Modificar la prescripción en función de los resultados
microbiológicos.
• El tratamiento prolongado no impide la recurrencia. Epidemiología y prevalencia
• Los pacientes con enfermedad crónica de las vías respiratorias
La hipoalbuminemia es más frecuente en los ancianos frágiles y
deben recibir cobertura frente a Pseudomonas.
en los pacientes con enfermedades graves (p. ej., aquéllos con un
• El ciclo de antibioterapia específica debe ajustarse a la exposi­
cáncer avanzado o con quemaduras) (tabla 90-7).
ción antibiótica previa del paciente.
• Deben tenerse en cuenta las normas locales, cumplirlas y
actualizarlas de forma regular para los patrones de microorga­ Fisiopatología
nismos más frecuentes.
• Síntesis disminuida o defectuosa:
Disminución de la ingesta proteica.
Función ineficaz de los hepatocitos.
EDEMA HIPOPROTEINÉMICO • Secreción inadecuada de albúmina:
Disminución de oxígeno secundaria a trastornos de la irri­
El edema se debe a un desequilibrio entre las fuerzas fisiológicas
que equilibran los volúmenes intravasculares y los espacios inters­ gación al hepatocito en la cirrosis.
• Aumento de la excreción o de la destrucción de albúmina:
ticiales extravasculares. Este cambio suele dar lugar a un desplaza­
miento hacia fuera de líquido intravascular, lo que conduce a una Estados inflamatorios (agudos, crónicos).
acumulación anómala de líquido intersticial. La distribución del Síndrome nefrítico o nefrótico.
líquido puede localizarse en una región corporal, o bien puede Enteropatía perdedora de proteínas.
ser generalizado (anasarca). Otros tipos de edema especializados • Hemodilución:
son los derrames pleurales, los derrames pericárdicos y la ascitis Insuficiencia cardíaca.
(líquido en el espacio peritoneal). In s u ficie n cia ren al (v. «Caso práctico: Edema hipoprotein ém ico»)

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498 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

FIGURA 90-6 Diagnóstico


diferencial de la tumefacción.
AINE, antiinflamatorios no esteroideos;
TVP, trombosis venosa profunda.

ASO P R Á C T I C O C o nsejo s ú tiles e inconvenientes


• El reposo en cama y las medias d e soporte pueden ayudar a dismi­
Edem a hip opro tein ém ico nuir el edema de las extremidades inferiores.

La Sra. PO es una mujer de 36 años con un adenocarcinoma de cuello • Los diuréticos pueden ayudar también a reducir el edema periférico
y pulmonar, así com o la ascitis:
uterino metastático. Acudió con un edema manifiesto de ambas
extremidades inferiores. En las pruebas diagnósticas destacaban • Diuréticos d e asa.
valores de albúmina sérica de 22mmol/l. En otras pruebas se puso de • Espirinolactona.
manifiesto una masa pélvica de gran tamaño con hidronefrosis bilateral. • Puede resultar beneficiosa la consulta con un dietista.
Se consideró que la causa del edema de la paciente era multifactorial • Otros síntomas asociados a la hipoalbuminemia son:
y entre las etiologías identificadas estaban la hipoalbuminemia, el • D olor o molestias.
linfedema y la disfunción renal. • Disnea.
• Saciedad precoz.
• Estreñimiento.
• Reflujo.
• El drenaje de grandes colecciones de líquido en las cavidades perito­
Manifestaciones clínicas neal o pleural puede proporcionar bienestar.
Como las causas del edema hipoproteinémico son múltiples, los
resultados de las pruebas serán diferentes en función del origen.
Entre lo más importante que hay que tener en cuenta está lo
siguiente:
Pe rsp ectivas futuras
• Antecedentes médicos y en especial de neoplasias, hepatopa-
tías o nefropatías, fármacos y malabsorción. Es preciso investigar para definir la mejor manera de prevenir la
hipoalbuminemia en los pacientes con cáncer.
• Antecedentes dietéticos.
N o está claro el papel d e la reposición de albúmina en los pacientes
• Cualquier inflamación, aguda o crónica.
La exploración física suele poner de manifiesto datos rese- Aún no se ha determinado el papel de los diuréticos en los pacien­
ñables para el edema periférico. tes con edema periférico secundario a hipoalbuminemia.
Los médicos necesitan un medio para asegurar a sus pacientes con
ascitis que tienen probabilidades de responder a los diuréticos.
Diagnóstico diferencial
En la figura 90-6 se muestra el diagnóstico diferencial del edema.

Tratamiento • Ante cualquier convulsión de tipo gran mal presenciada debe­


ría instaurarse precozmente el tratamiento antiepiléptico.
El tratamiento óptimo depende de la identificación correcta y de • El estado epiléptico constituye una emergencia médica que
la corrección de la causa. Como sucede con todos los problemas exige un reconocimiento y una instauración del tratamiento
de cuidados paliativos, la complejidad de las pruebas y del trata­ rápidos. La mortalidad, en caso de no tratarse, puede ser aproxi­
miento dependerán del pronóstico del paciente y de su capacidad madamente del 25%.
para tolerar este tipo de actuaciones.

CONVULSIONES Y ESTADO EPILÉPTICO Epidemiología y prevalencia


• Las convulsiones pueden aparecer a cualquier edad y se cal­
• La complejidad de las pruebas depende del estado global y del cula que la prevalencia de la epilepsia es de 1 a 4 individuos
pronóstico del paciente. por cada 1.000.
• La necesidad de intervenir depende del tipo y la duración de la • Los factores de riesgo como traumatismos, infecciones y
convulsión. tumores aparecen en todos los grupos de edad. La causa más

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Emergencias en cuidados paliativos I C A P Í T U L O 9 0 499

probable de convulsiones nuevas entre los individuos mayores


de 60 años es la enfermedad cerebrovascular.
CASO P R Á C T I C O
• El estado epiléptico es más frecuente entre los individuos o
muy jóvenes o muy viejos. Convulsión focal
• La aparición de convulsiones aumenta la probabilidad de La Sra. CC es una mujer de 50 años con cefaleas de nueva aparición
muerte súbita, traumatismos, neumonía y fracturas (tabla 90-8).
y episodios intermitentes de visión borrosa. Acudió con náuseas y
cefalea de reciente aparición. En la tomografía computarizada cerebral
Fisiopatología se puso de manifiesto una masa de gran tamaño con el aspecto típico
de un glioblastoma de la región occipital. Se planteó el diagnóstico
Una convulsión es una colección transitoria de síntomas secun­ de convulsiones focales secundarias a un glioblastoma no detectado
darios a una actividad excesiva de las neuronas cerebrales. La
anteriormente.
causa en los adultos puede ser un cambio estructural, trastornos
metabólicos o procesos relacionados con fármacos. El estado
epiléptico es la prolongación de este estado anómalo (v. «Caso
práctico: Convulsión focal», «Caso práctico: Convulsión generali­
zada» y «Caso práctico: Estado epiléptico»).
—■ CASO PRÁCTI CO
Diagnóstico diferencial Convulsión g eneralizada

En los casos de epilepsia deben tenerse en cuenta los siguientes El Sr. GW es un varón de 80 años con un melanoma metastático
factores (fig. 90-7 y tablas 90-9 y 90-10): conocido. Acudió con convulsiones generalizadas tonicoclónicas
• Aparición del incidente. presenciadas. En las pruebas realizadas se puso de manifiesto una masa
• Factores desencadenantes. hemorrágica de gran tamaño en el lóbulo frontal derecho del paciente.
Se instauró un régimen de dexametasona yfenitoína.

I T A B L A 9 0 - 8 Causas de convulsiones en cuidados paliativos 1

CATEGORIA CAUSAS _ ■ C ASO P R Á C T I C O


Físicas Traumatismos
Lesión ocupante de espacio Estado epilép tico
Enfermedad cerebrovascular
A pesar de una carga adecuada de antiepilépticos, el Sr. GW sufrió
Hipertensión maligna
Malformaciones vasculares de nuevo una semana más tarde un deterioro notable de su nivel
Enfermedades autoinmunitarias (lupus de conciencia. En los informes de enfermería se hacía referencia a
eritematoso sistémico, sarcoidosis) la presencia de sacudidas constantes en un varón incapaz de ser
Infecciosas Meningitis despertado. Se estableció el diagnóstico de estado epiléptico.
Encefalitis
Sífilis cerebral
Infección por VIH
Metabólicas Abstinencia alcohólica
Anomalías electrolíticas T A B L A 9 0 - 9 Diagnóstico del tipo de convulsión basado en
Hipoglucemia
el patrón de actividad
Hiperglucemia
Hiponatremia TIPO DE CONVULSIÓN PATRÓN DE ACTIVIDAD
Hipernatremia
Hipocalcemia Convulsiones generalizadas Ausencia
Uremia (convulsiones que no pueden Tonicoclónicas
Insuficiencia hepática localizarse en un hemisferio, con Miotónicas
Fármacos (abstinencia de benzodiazepinas) pérdida de conciencia asociada Atónicas
Hipoxia cuando la actividad atraviesa la Flácidas
Hereditarias Epilepsia rolándica benigna línea media)
Epilepsia mioclónica juvenil Convulsiones parciales Focales (simples)
Epilepsia del lóbulo temporal (características que pueden Focales (complejas)
Convulsiones Incapacidad para tomar la medicación por localizarse en un hemisferio)
preexistentes una enfermedad progresiva Estado epiléptico Generalizadas (tonicoclónicas,
Disminución iatrogénica Antidepresivos tricíclicos, teofilina, miotónicas, atónicas, flácidas)
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

del umbral epiléptico medicación antipsicótica, antiepilépticos Focales (simples, complejas)

FIGURA 90-7 Diagnóstico diferencial de la pérdida de


Pérdida de conciencia inesperada conciencia transitoria inesperada.

I J
Accidente Seudo-
Convulsión Síncope
cerebrovascular convulsiones

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500 S E C C I Ó N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

| T A B L A 9 0 - 1 0 Pruebas diagnósticas en las convulsiones H T A B L A 9 0 -1 1 Tratamiento de las convulsiones 1


TIPO DE PRUEBA PRUEBAS O INDICACIONES ESPECÍFICAS INDICACIÓN REGÍMENES

Pruebas sanguíneas Urea y creatinina séricas Detención de la Diazepam: 10mg i.v. o rectal (utilizar un tubo de
Concentración en sangre de sodio, potasio, convulsion mezcla)
calcio, glucosa Midazolam: 5 mg s.c./s.l/¡.v.
Pruebas funcionales hepáticas Tratamiento de Clonazepam: 0,5-1 mg s.l. o s.c. dos veces al día o
Hemograma completo mantenimiento en 2-4mg en infusión s.c. a lo largo de 24 horas
Pruebas de coagulación la agonía Midazolam: 20mg en infusión subcutánea a lo
Concentraciones de fármacos largo de 24 horas
Gammagrafías Tomografía computarizada Fenobarbltal: 100mg s.c. inmediatamente y
Resonancia magnética o angiorresonancia a continuación 200mg/día en infusión s.c.,
magnética un régimen particularmente útil en los casos
Punción lumbar SI el paciente no presenta indicios de elevación difíciles cuando se precisa sedación
de la presión intracraneal, la punción lumbar Tratamiento de Valproato sódico: 400-600 mg/día inicialmente y
puede ser de gran ayuda para el diagnóstico de mantenimiento en ajustando la dosis según la respuesta.
las causas infecciosas de convulsions las convulsiones Carbamazepina: 200 mg/día inicialmente en
Electroencefalografía No es imprescindible cuando se visualiza focales dosis fraccionadas y ajustando la dosis según la
manifiestamente una actividad epiléptica; (pronóstico largo) respuesta
en los pacientes que acuden sin una causa Tratamiento de Valproato sódico: 400-600 mg/día inicialmente y
obvia de la alteración de la conciencia, el mantenimiento ajustando la dosis según la respuesta.
electroencefalograma posiblemente resulte de para las Fenitoína: 4-5 mg/kg/día como dosis de carga
gran ayuda para definir la actividad epiléptica convulsiones mediante infusión i.v. lenta o por vía oral y
Electrocardiografía Indicada para cualquier paciente que acude generalizadas ajustando la dosis hasta 300 mg como dosis de
con antecedentes de caídas y de pérdida de (pronóstico largo) mantenimiento dos veces al día
conciencia
i.v., Intravenosa; s.c., subcutánea; s.l., sublingual.

Tratam iento s h abituales


• Las convulsiones aisladas a veces no precisan de tratamiento.
• Las convulsiones repetidas exigen una intervención rápida para dete­
ner la convulsión y para prevenir una actividad epiléptica posterior.
• El midazolam está fácilmente disponible y puede administrarse a tra­
vés de una amplia gama de vías com o subcutánea (s.c.), intramuscu­
lar (i.m .), intravenosa (i.v.) o po r vía oral; comenzar con 2,5 a 5 mg y
repetir la dosis cuantas veces sea necesario.
• Entre las benzodiazepinas alternativas están:

• Clonazepam: s.c. o sublingual (s.L); comenzar con una dosis de


0,5 a 1 m g y repetir si fuera necesario.
• Diazepam: i.v.,i.m. (2 a 5 m g) o rectal (lO m g).
• Lorazepam: s.l. o i.v. (2 a 4 mg).

• Comenzar con la administración de diazepam (de 5 a lOmg


i.v.) o lorazepam (de 1 a 2mg), clonazepam (de 0,5 a 1mg i.v.)
FIGURA 90-8 Diagrama de flujo del tratamiento de las convulsiones. o midazolam (de 2,5 a 5mg i.v. o s.c.).
• Instaurar un tratamiento con fenitoína con 4 a 5mg/kg al día
en dos a tres dosis fraccionadas y evaluar las concentraciones
plasmáticas.
• Duración del incidente y de la fase de recuperación.
• Antecedentes de convulsiones o de pérdidas de conciencia INFARTO AGUDO DE MIOCARDIO
transitorias en el paciente.
• Antecedentes de adicciones o de lesiones craneales. Los infartos agudos de miocardio se deben a trastornos en el
aporte sanguíneo al miocardio. Este deterioro puede ser transito­
rio, como en la angina, o el caso más grave de infarto de miocar­
Tratamiento del estado epiléptico dio, con necrosis irreversible del músculo cardíaco. La causa más
frecuente de infarto de miocardio es la presencia de un trombo
El estado epiléptico constituye una emergencia médica (fig. 90-8 y
que obstruya un estrechamiento ocasionado previamente por una
tabla 90-11) y el tratamiento es el siguiente:
placa ateroesclerótica. Otras causas que se deben tener en cuenta
• Proteger las vías respiratorias (colocación, cánulas orales, en los pacientes de riesgo bajo son los estados protrombóticos,
intubación). los desequilibrios entre el aporte y la demanda de sangre (anemia)
• Administrar oxígeno y canalizar una vía venosa. y el vasoespasmo coronario.
• Comprobar el hemograma completo, los electrólitos, la urea, la
creatinina y la glucemia del paciente. Epidemiología y prevalencia
• Administrar lOOmg de tiamina intravenosa (i.v.).
• Administrar 50mi de glucosa al 50% si la glucemia del paciente El infarto agudo de miocardio es la causa principal de muerte en
es baja, pero siempre debe administrarse antes tiamina. los adultos en todo el mundo y en especial en los países ricos.

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Emergencias en cuidados paliativos I C A P Í T U L O 9 0 501

ASO P R Á C T I C O j T A B L A 90-12 Diagnóstico diferencial del dolor torácico


agudo
In farto agu do de m iocardio
TRASTORNO PATRÓN DE DOLOR CARACTERÍSTICO
El Sr. DW es un varón de 74 años con un mieloma múltiple. Acudió
Angina o infarto Dolor torácico romo, clásicamente central, irradiado a
con un deterioro agudo de su rendimiento funcional junto con un
de miocardio la mandíbula o el brazo izquierdo
aumento en la intensidad y la frecuencia de dolor torácico y disnea. En
Pericarditis Dolor central agudo que puede empeorar con la
la exploración física sólo merecía la pena destacar estertores basales en inspiración y aminorar al sentarse inclinándose hacia
ambas bases pulmonares. delante
Las pruebas diagnósticas consistieron en una radiografía de Disección Dolor desgarrador desasosegante que puede
tórax en la que se ponía de relieve un aumento del entramado aórtica irradiarse a la espalda
pulmonar compatible con una fase inicial de edema pulmonar, y un Neumonía Dolor romo sobre el foco de la enfermedad, a
electrocardiograma que revelaba una elevación del segmento ST en menudo con un componente agudo y bien
las derivaciones inferiores. Se estableció el diagnóstico de infarto de localizado
miocardio inferior. Espasmo Posiblemente difícil de distinguir del dolor
esofágico miocárdico, salvo por el hecho de que se irradia más
típicamente a la garganta que al brazo izquierdo

f T A B LA 90-13 Pruebas diagnósticas del dolor torácico j

Fisiopatología TIPO DE PRUEBA PRUEBAS O INDICACIONES ESPECÍFICAS

Pruebas sanguíneas Enzimas cardíacas: isoenzima de creatina cinasa


La causa más frecuente de infarto de miocardio es la presencia de
MB,troponina
un trombo que agrave un segmento estrechado de una coronaria
Hemograma completo
como consecuencia de ateroesclerosis. El trombo aparece típica­ Pruebas de coagulación
mente cuando las plaquetas se agregan sobre una zona de una Creatinina sérica, urea y electrólitos
placa rota.
Electrocardiografía La prueba menos cruenta y más útil para el
Otras causas de infarto de miocardio son las siguientes: dolor torácico de nueva aparición
• Vasoespasmo coronario. Radiología Radiografía de tórax
• Estados protrombóticos (cáncer [v. «Caso práctico: Infarto Angiografía cardíaca
agudo de miocardio»], coagulopatía intravascular diseminada, Ecocardiografía Menos cruenta que la angiografía y por tanto
infecciones y endocarditis). útil en cuidados paliativos, ya que puede
• Desequilibrio entre el aporte y la demanda de sangre (anemia poner de relieve anomalías de movimiento de
grave). la pared ventricular
• Vasculitis.

• Disminuir el dolor:
• Analgesia con opiáceos como morfina (de 2 ,5 a 5 mg por
Manifestaciones clínicas vía subcutánea o i.v.).
Entre las características clínicas del infarto de miocardio están: • Nitratos (sublinguales o tópicos) para vasodilatar y
disminuir la precarga.
• Dolor torácico: • Restablecimiento del desequilibrio entre el aporte y la
• Dolor, a menudo central, que se irradia típicamente al demanda de oxígeno en el miocardio:
cuello, el hombro izquierdo y el brazo izquierdo. • Oxígeno (para mantener saturaciones >94%).
• A menudo de describe como opresión. • Ácido acetilsalicílico (100 mg inmediatamente por vía oral).
• Puede aparecer con esfuerzo o en reposo. • Heparina (utilizar heparina de bajo peso molecular en caso
• Disnea. de infarto agudo de miocardio sin elevación del segmento
• Palpitaciones. ST o angina; en otros casos, comenzar con infusión de
• Diaforesis. heparina y asegurar una fruición renal normal).
• Sensación de muerte inminente. • En los pacientes considerados de antemano de buen
pronóstico podría plantearse una trombólisis o la
colocación de una endoprótesis coronaria.
• Minimizar las complicaciones:
Diagnóstico diferencial • (3-bloqueantes.
• Inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina o
En la tabla 90-12 se enumeran los diagnósticos posibles basados antagonista del receptor de la angiotensina II.
en los patrones y las características del dolor torácico agudo.

SEPSIS
Tratamiento La sepsis es una respuesta compleja a la infección. Se caracteriza
clínicamente por taquicardia, taquipnea, hipertermia o hipoter­
El grado de pruebas diagnósticas y de intervenciones dependerá mia y normalmente por un recuento de leucocitos elevado y en
del pronóstico global del paciente antes de desarrollo del pro­ ocasiones disminuido. La sepsis aparece en los pacientes de edad
blema (tabla 90-13). Independientemente del pronóstico, los obje­ avanzada con procesos mórbidos asociados de importancia y su
tivos clínicos inmediatos son los siguientes: pronóstico es malo.

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502 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

Células epiteliales Respuesta inflamatoria excesiva: FIGURA 90-9 La respuesta inflamatoria excesiva
conduce a una parálisis inmunitaria grave. CID,
•Aumento de permeabilidad Coagulación intravascular diseminada; PMN,
vascular leucocitos polimorfonucleares; ROS, especies reactivas
Células endoteliales
•Aumento de destrucción- al oxígeno.
bacteriana
•Citocinas •CID
quimiocinas •Taquipnea
proinflamatorias • Fiebre
•Producción de ROS • Leucocitosis
•Liberación enzimática •Taquicardia
•Aumento de la resistencia
periférica
Factores
etiológicos: • Edema
Sistema del complemento
• Bacterias , • Daño tisular
Sistema de la coagulación
•Traumatismos • Fracaso orgánico
Proteínas séricas
• Shock • Leucocitopenia
• Bloqueo de neutrófilos y de
la función de las células
fagocitarias
• Susceptibilidad a infecciones
Respuesta inmunitaria
hiporreactiva,
parálisis inmunitaria

Evolución dinámica de la respuesta inflamatoria durante la sepsis

T ratam iento s h abituales CASO PRÁCTICO


• Dolor:
Sepsis
• Morfina.
• Nitratos tópicos o sublinguales. El Sr. PS es un varón de 77 años con un carcinoma de células renales
• Oxígeno. metastático al cual se había ido enfrentando con independencia
• Disnea: en su domicilio. Acudió con un empeoramiento agudo, con delirio,
• Oxígeno para mantener las saturaciones >94%. incontinencia de orina y vómitos. A la exploración estaba hipodérmico
• Morfina. (35 °Q , taquicárdico (pulso de 120 latidos/minuto) e hipotenso (presión
• Diuréticos si los pacientes muestran signos clínicos de edema arterial 85/60 mmHg). Mostraba incontinencia de orina maloliente.
pulmonar. A pesar de lo avanzado de su enfermedad, el Sr. PS fue reanimado
• Anticoagulación: con cloruro sódico al 0,9%. Basándose en la premisa de que una
infección urinaria era la responsable del cuadro se administró una
• Heparina no fraccionada o heparina de bajo peso molecular, inde­
pendiente d e la fase d e la vida, si no hay contraindicaciones.
mezcla de ceftriaxona y metronidazol. No se administró gentamicina
debido a la nefropatía de base conocida en el paciente.

Manifestaciones clínicas
Epidemiología y prevalencia
Entre los problemas de presentación de la sepsis están los
La incidencia de sepsis, sepsis grave y shock séptico parece ir en siguientes:
aumento. La incidencia es aproximadamente de 50 a 100 casos
por cada 100.000 habitantes y año. Este incremento puede reflejar • Fiebre o escalofríos.
una población envejecida junto con el uso de dispositivos cruen­ • Náuseas o vómitos.
tos, procedimientos invasivos e inmunosupresión en grupos de • Fatiga.
alto riesgo a los que antiguamente no se les hubiesen ofertado • Confusión.
dichas intervenciones. La mortalidad es alta y oscila entre el 25 y • Disnea.
el 50% en función de los procesos mórbidos asociados. • Síntomas localizados:
• Disuria.
• Tos.
Fisiopatología • Dolor abdominal.
• Cefalea.
La sepsis se debe a una serie de acontecimientos complicados • Dolor de garganta.
iniciados por la interacción entre los patógenos y las defensas
del huésped. La respuesta inmediata más notable por parte del
huésped es la liberación de citocinas, la cual desencadena la cas­ Diagnóstico del síndrome de respuesta
cada inflamatoria. Este proceso modifica el endotelio: los capilares
aumentan su permeabilidad, se produce una vasodilatación y los
inflamatoria sistémica
cambios en la coagulación dan lugar a la formación de trombos y Se necesitan al menos dos o más de los signos siguientes para con­
a isquemia orgánica (fig. 90-9 y «Caso práctico: Sepsis»). firmar el diagnóstico de SRIS:

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Emergencias en cuidados paliativos I C A P ÍT U L O 90 503

• Taquipnea. Tratamiento inmediato


• Taquicardia.
• Hipertermia (>38°C) o hipotermia (<36°C). • Identificación y eliminación de los focos sépticos:
• Recuento de leucocitos elevado (>12.000/ml) o disminuido • Extracción de los catéteres infectados o de los dispositivos
(<4.000/ml). de acceso venoso.
• Identificación y drenaje de los abscesos.
Las pruebas diagnósticas deben ajustarse al pronóstico estimado • Desbridamiento del tejido infectado.
del individuo antes de que comen2ase el problema (tabla 90-14). • Reanimación con líquidos guiada por las constantes vitales
(incluida la presión venosa central) y la diuresis.
• Antibióticos de amplio espectro (basados en los factores de
Diagnóstico diferencial riesgo particulares de infección) y en la valoración del estado
Los procesos médicos siguientes pueden simular una sepsis: inmunitario del paciente.
• Medidas sintomáticas y tratamiento de otros síntomas:
• Shock cardiogénico. • Oxígeno para mantener saturaciones por encima de
• Infarto de miocardio extenso. 90 mmHg.
• EP en silla de montar. • Tratamiento del delirio con haloperidol.
• Hemorragia mayor. • Tratamiento de las náuseas y los vómitos.
• Crisis hiposuprarrenal. • Garantizar que el dolor se considerará y se tratará
• Pancreatitis aguda. convenientemente.
• Cetoacidosis diabética.

Fármacos de elección
Tratamiento
• Reanimación con líquidos:
Los tratamientos deben ajustarse al pronóstico global. En algunos • La elección inicial de líquidos intravenosos deben ser los
pacientes lo más conveniente es garantizar únicamente su como­ cristaloides (ya sea cloruro sódico al 0,9% o glucosado al
didad. Los pacientes con un pronóstico bueno previo necesitan 4% con suero salino N/5).
una consulta inmediata con los servicios de cuidados intensivos. • Los antibióticos deben ser de amplio espectro y ajustados a los
factores de riesgo del paciente. Todos los pacientes deberían
recibir una cobertura frente a grampositivos, gramnegativos
— T A B LA 90-14 Pruebas diagnósticas en la sepsis y resultados y anaerobios. Debe prestarse una consideración especial a las
previstos situaciones siguientes:
• Los pacientes con dispositivos de acceso central deben
PRUEBAS RESULTADOS PREVISTOS recibir cobertura frente a estafilococos.
• Los pacientes con quemaduras deben recibir cobertura
Hemograma Hemoglobina <10g/dl
frente a Pseudomonas.
completo Las plaquetas pueden estar elevadas, reflejando
• Deberían consultarse las normas locales para el tratamiento
inflamación; plaquetas disminuidas en la CID
El recuento de leucocitos suele estar elevado, de las enfermedades infecciosas.
pero en ocasiones está deprimido
Pruebas de Tiempo de protrombina elevado, tiempo de
coagulación tromboplastina parcial activado, dímero-D o
Medicina basada en la evidencia
productos de degradación del fibrinógeno en • La proteína C humana activada recombinante y los corticoi-
la CID, disminución de las concentraciones de des a dosis bajas pueden mejorar la mortalidad en algunos
fibrinógeno en la CID pacientes.
Pruebas funcionales Anómalas en la insuficiencia renal con • Los pacientes con un pronóstico bueno previo y pruebas de
renales hipoperfusión afectación pulmonar deberían someterse a ventilación.
Pruebas funcionales Ayudan a localizar la sepsis; considerar la sepsis • Los pacientes con un valor de hemoglobina menor de 90g/dl
hepáticas biliar, especialmente en los ancianos sin otros deben someterse a transfusión.
signos locales obvios • Todos los pacientes deberían recibir profilaxis contra TVP y
Hemocultivos Deben obtenerse tres series de hemocultivos úlceras de estrés.
en todos los pacientes antes de administrar
antibióticos
Cultivos de orina Parte del estudio diagnóstico para la sepsis
Punción lumbar y Realizarla antes de la tomografía computarizada CRISIS FAMILIARES
examen del líquido cerebral en la sospecha de meningitis; los Los episodios traumáticos se asocian a una amenaza o a la certeza
cefalorraquídeo antibióticos no deben suspenderse hasta
de lesión o de muerte. Estos acontecimientos pueden engendrar
haber obtenido la muestra del líquido
cefalorraquídeo
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

Pruebas de imagen
Radiografía de tórax Puede proporcionar información diagnóstica y
pronóstica
Persp ectivas futu ras
Ecografía abdominal Prueba incruenta y bien tolerada, especialmente
para la sospecha de sepsis biliar o No se ha determinado si todos los pacientes deberían recibir corti-
intraabdominal o en infecciones de vías coides o si sólo deberían recibirlos aquéllos con hipofunción supra­
urinarias altas rrenal en función de las concentraciones de cortisol.
Tomografia Proporciona información diagnóstica y también No está claro el método de prevención óptimo para el desarrollo de
computarizada puede guiar el tratamiento cuando un absceso la sepsis en los pacientes de riesgo.
es el foco séptico El papel de la melatoninay del bloqueo del factor de necrosis tumo-
ral en el tratamiento de la sepsis requiere un estudio más detallado.
CID, Coagulación intravascular diseminada.

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504 SE C C IÓ N D | Complicaciones de la enfermedad avanzada

CASO PRÁCTICO Duncan J, Sandar J, Sisoidyia J, Walker M. Adult epilepsy. Lancet


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File TM. Clinical implications and treatment of multiresistant
Crisis fam iliares Streptococcus pneumoniae pneumonia. Clin Microbiol Infect
La Sra. ED es una mujer de 32 años con un diagnóstico reciente de
2006;12(Suppl 3):31-41.
Fox K. Update on acute coronary syndromes. Heart 2004;
cáncer hepatocelular. Tanto a ella como a su marido se les ha informado
90:698-706.
de la gravedad de la situación, de la falta de intervenciones disponibles
Goldstein JA. Cardiac tamponade, constrictive pericarditis and res­
para modificar el comportamiento del cáncer y de la limitación de su trictive cardiomyopathy. Curr Probl Cardiol 2004;24:503-567.
pronóstico. Durante la reunión en el hospital aparecieron más familiares. Gullo A, Bianco N, Berlot G. Management of severe sepsis and sep­
Exigieron más información y mostraron un comportamiento ultrajante tic shock: Challenges and recommendations. Crit Care Clin
contra el marido de la Sra. ED y contra el personal. 2006;22:489-501.
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Diagnosis and management. Med JAust 2005;182:476-481.
Katalaris P Chest pain: Differentiating GIT from cardiac causes.
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allegados, y conducir a una crisis. Los familiares que se enfrentan a Kissane D, McKenzie M, Bloch S, et al. Family focused grief the­
estas situaciones necesitan apoyo, consuelo, información, tranqui­ rapy^ randomised, controlled trail in palliative care and berea-
lidad y proximidad con el enfermo. Una relación de confianza de vement.Am J Psychiatry 2006;7:1208-1218.
la familia con los profesionales implicados disminuirá o preven­ Laird A, Driscoll P,Wardrope J.The ABC of community emergency
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Improve Survival (ED-SEPSIS) Working Group. Severe sepsis and
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Las familias pueden catalogarse en clases diferentes basadas en su Patterson J, Garwick A. Levels of meaning in the family stress
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son características que conducen a que aumente el riesgo de cri­ Pendleton R, Wheeler M, Rodgers G. Venous thromboembolism
sis y de duelos complicados. Aproximadamente del 10 al 15% de prevention in the acutely ill medical patient: A review of the
las familias de pacientes de cuidados paliativos puede encuadrarse literature and focus on special populations. Am J Hematol
en esta categoría (v. «Caso práctico: Crisis familiares»). 2005;79:229-237.
Phillip J, Gold M, Schwarz M, Komesaroff P.Anger in palliative care:
A clinical approach. Intern Med J 2007;37:49-55.
Intervenciones Prandoni P, Falanga A, Piccioli A. Cancer and venous thromboem­
bolism. Lancet Oncol 2005;6:401-410.
La intervención en las crisis familiares abarca los pasos siguientes:
Rahimtoola A, Bergin J. Acute pulmonary embolism: An update
• Es importante identificar de forma precoz a las familias con on diagnosis and management. Curr Probl Cardiol 2005;30:
riesgo de desarrollar comportamientos disfuncionales. 61-114.
• Asegurarse de que se les ha ofrecido a los familiares su presen­ Rahman NM, Chapman SJ, Davies RJ. Pleural effusions:A structured
cia en las reuniones familiares o su participación en ellas. approach to care. Br Med Bull 2004;72:31-47.
• Escuchar a la familia cuando se produce una crisis. Relio J, Diaz E, Rodriguez A. Advances in the management of pneu­
• Asegurarse de que se ha nombrado un asesor para la familia. monia in the ICU: Review of current thinking. Clin Microbiol
• En caso de necesidad, reclutar la experiencia de un asesor inde­ Infect 2005;ll(Suppl 5):30-38.
pendiente que no esté implicado directamente en la asistencia Sessler CN, Perry JC, Varney KL. Management of severe sepsis and
del paciente (p. ej., representante del paciente, comité de ética septic shock. Curr Opin Crit Care 2004;10:354-363.
del hospital). Shiozaki M, Morita T, Hirai K, et al. Why are bereaved family mem­
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A nationwide qualitative study. Palliat Med 2005;19:319-327.
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S
Soler-Soler J, Sagirista-Sauleda J, Permanyer-Mirala G. General
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PARTE II EL P A C I E N T E
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SECCIÓN E

Infecciones

en residencias para enfermos terminales. Lo que muy probable­


| CAPÍTULO 91 mente determinará en cada caso su manejo es la situación en el
curso de la enfermedad y los objetivos globales de tratamiento.
Existen pocos datos publicados y los autores de cada estudio
son a menudo poco específicos acerca de la población tratada.
Infecciones en medicina paliativa Los datos publicados sugieren que la proporción de enfermos de
cuidados paliativos tratados por infecciones varía entre el 36 y
Ruth L. Lagman y Susan J. Rehm el 88%2-6.
Las infecciones en pacientes con procesos hematológicos
malignos han sido objeto de una amplia investigación, pero
B 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos existen pocos estudios sobre infecciones en pacientes no neu­
tropénicos con tumores sólidos7. Las infecciones son una causa
frecuente de morbilidad y mortalidad en la enfermedad metas-
tásica avanzada. Esto también es cierto en procesos no malig­
P U N T O S nos que, como las demencias, acortan la vida. La proporción
de enfermos con cáncer avanzado que desarrollan infecciones
» En pacientes no neutropénicos es frecuente la aparición de infecciones
durante las fases avanzadas de su enfermedad que constituyen una causa
(29%) se asemeja a la de los pacientes ingresados en una unidad
significativa de mortalidad y morbilidad. para cuidados agudos paliativos (27%). En ambas poblaciones,
Escherichia coli fue el patógeno más frecuente; provocó el 19%
> Son frecuentes las infecciones urinarias y respiratorias, desde las leves hasta
las que ponen en riesgo la vida del paciente.
de las infecciones3,4.
En un estudio se trataron empíricamente con antibióticos el
» A menudo, el tratamiento antimicrobiano se inicia basado sólo en la evalua­
ción clínica (esto es, en los signos y síntomas de presentación) sin pruebas
88% de los enfermos de cuidados paliativos que habían sido ingre­
de laboratorio ni otra confirmación diagnóstica. sados por un proceso médico agudo, incluidos pacientes con
demencia y cáncer avanzado. Los enfermos con demencia tenían
> La decisión de iniciar un fármaco antiinfeccioso en los enfermos de cuidados
paliativos es motivo de controversia, porque surgen con frecuencia conside­
más probabilidad de recibir antibióticos que los pacientes con
raciones éticas acerca de proporcionar confort en las foses avanzadas de la cáncer avanzado5. En una gran revisión retrospectiva con pacien­
enfermedad frente a prolongar el sufrimiento durante el proceso de la agonía. tes de Medicare hospitalizados por neumonía adquirida en la
> No existen directrices que ayuden a los médicos a decidir cuándo deben comunidad (NAC) se demostró lo siguiente:
tratar las infecciones en estos enfermos. La investigación al respecto es limi­
tada y con frecuencia difícil de realizar.
• La mortalidad por NAC fue directamente proporcional a la
edad de los pacientes y al número de procesos concomitantes.
• Los individuos con enfermedades malignas y disfunción
hepática y renal presentaron las tasas más elevadas de
mortalidad.
La neumonía se denomina la «amiga del anciano» porque, sin tra­ • El 50% de estos pacientes tuvieron mayor probabilidad de
tamiento, es frecuente que los enfermos sucumban a ella apaci­ morir en unos pocos meses, incluso aunque hubiesen sobrevi­
blemente1. Las infecciones son frecuentes en medicina paliativa vido a la hospitalización por NAC8.
y constituyen una causa habitual de morbilidad y mortalidad.
Los pacientes con enfermedad avanzada que son llevados al
médico con signos y síntomas de letargo, fiebre, y delirio, plan­
tean a menudo un serio dilema. ¿Se trata de una infección rever­ FACTORES CONTRIBUYENTES
sible o irreversible? ¿Cuáles son los objetivos del tratamiento? Las personas de mayor edad con enfermedades concomitantes
¿Qué es lo que desea el paciente? Si el enfermo no es capaz de son más susceptibles a las infecciones (tabla 91-1)9.Aquellos con
tomar decisiones, ¿qué es lo que quiere su representante? ¿Qué alguna alteración de las barreras anatómicas (piel, mucosas, vía
intervenciones diagnósticas se deben realizar? ¿Hay que admi­ aérea y visceras) pierden sus defensas normales. Cuando el rendi­
nistrar antibióticos? ¿Cuál es el peso de los costes potenciales, miento anatomofisiológico decae, existe una mayor probabilidad
tanto monetarios como en términos de efectos adversos, frente de padecer neumonía por aspiración y úlceras por presión. Con
a los potenciales beneficios? Todas estas son algunas de las pre­ frecuencia, estos pacientes son polisintomáticos, con una mediana
guntas que los médicos de medicina paliativa afrontan a diario. de 11 síntomas (rango, de 1 a 23)10, lo que provoca tratamientos
con múltiples fármacos. La mayoría de estos fármacos predis­
INCIDENCIA ponen a sequedad de boca. Los corticoides también se utilizan
habitualmente en estos pacientes. La xerostomia y los esteroides
La prevalencia de infecciones en las fases avanzadas de la enfer­ pueden producir candidiasis oral. Los opiáceos pueden originar
medad puede ser difícil de discernir. Por ejemplo, no siempre inmunodepresión, aunque sigue sin aclararse la relevancia clínica
queda clara la distinción entre medicina paliativa y cuidados de este fenómeno.

505
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506 SE C C IÓ N E | Infecciones

son por lo general un factor determinante en los cuidados de los


T A B L A 91 -1 Factores que contribuyen a la infección enfermos terminales ingresados en residencias, aumentan signifi­
RUPTURA DE BARRERAS ANATÓMICAS cativamente el riesgo de infecciones hematógenas. En un estudio,
el 34% de los pacientes cancerosos con un catéter venoso cen­
Piel
tral tunelizado desarrolló bacteriemia o fungemia12. El riesgo de
Mucosas infección relacionada con catéteres varía con cada dispositivo. Un
Vías respiratorias análisis retrospectivo de enfermos ingresados en una unidad para
Visceras cuidados paliativos agudos no demostró diferencia significativa en
la tasa de infecciones urinarias entre pacientes con sonda urinaria
ESCASO RENDIMIENTO ANATOMOFISIOLÓGICO
o sin ella3.
FÁRMACOS Algunas citocinas, como el factor de crecimiento de transfor-
Opiáceos mación-(3 (TGF-(3), la interleucina-2 (IL2) y el factor de necrosis
Corticoides tumoral-a (TNF-a), podrían desempeñar un importante papel en
la susceptibilidad y en la reacción de los pacientes a la infección13.
SÍNTOMAS La mayoría de los pacientes enviados a residencias para enfermos
Boca seca terminales han agotado ya sus opciones de tratamiento antitumo-
Náuseas o vómitos incoercibles ral (como quimioterapia y radioterapia) y afrontan la progresión
de su enfermedad. En algunos casos, las secuelas de tratamientos
MAL ESTADO DE NUTRICIÓN
previos, incluidos el agotamiento de la médula ósea, la inmunode-
Anorexia presión, la fibrosis tisular y la presencia de fístulas, pueden predis­
Caquexia poner a infecciones.
INMUNOSUPRESIÓN
Hipogammaglobulinemia SIGNOS Y SÍNTOMAS DE INFECCIÓN
COMPLICACIONES EN LA ENFERMEDAD AVANZADA
La fiebre, con frecuencia el signo cardinal de la infección, es fre­
Ascitis cuente pero inespecífica en la población de pacientes que reciben
TRATAMIENTOS PALIATIVOS medicina paliativa. Entre los enfermos hospitalizados con enfer­
Radiación
medad avanzada que no habían estado en unidades de cuidados
intensivos, el 66% de ellos se encontraban febriles14. En muchos
Quimioterapia
de ellos, la fiebre era consecuencia de una infección. También
CITOCINAS contribuían otros factores como medicamentos, transfusiones
Factor de crecimiento de transformación-0 (TGF-(3) sanguíneas, presencia de atelectasias y reacciones alérgicas14.
lnterleucina-2 (IL-2) Entre los enfermos con cáncer, especialmente aquellos con tumo­
res sólidos, la fiebre podía ser consecuencia del propio proceso
Factor de necrosis tumoral-a (TNF-a)
maligno.
DISPOSITIVOS INVASIVOS La fiebre puede estar ausente. Otros síntomas sistémicos aso­
Sondas urinarias ciados habitualmente con las infecciones (como malestar general,
Catéteres intravenosos a largo plazo anorexia, confusión y pérdida de peso) están a menudo relacio­
nados con el proceso subyacente15. Puede no haber leucocitosis;
cuando existe, más que el reflejo de una infección puede repre­
sentar una reacción leucemoide al propio proceso maligno o por
el tratamiento con corticoides. Como los pacientes son polisin-
tomáticos, pueden estar tomando analgésicos adyuvantes para el
Cuadro 91-1 D isp o sitivo s inv asiv o s u tilizad o s con dolor (p. ej., antiinflamatorios no esteroideos [AINE], ibuprofeno
frecu en cia en m edicina p aliativa y corticoides), todos los cuales pueden enmascarar la fiebre. Otros
síntomas que pueden representar la manifestación de un proceso
Sonda urinaria.
subyacente o ser el heraldo de una infección inminente son el
Catéter venoso central (tunelizado y no tunelizado).
dolor, la tos, la disuria y la diarrea.
Catéter central insertado p o r vía periférica (PICC).
Los clínicos confían en que los propios enfermos y sus cuida­
Reservorio subcutáneo.
dores conocen la situación basal del paciente y su sensibilidad a
Endoprótesis biliar.
los cambios producidos en los síntomas y signos. Los cultivos de
Endoprótesis ureteral.
catéteres intravenosos o de drenajes representan a menudo más
Sonda d e gastrostomía.
una colonización que una infección activa. Como la presentación
Sonda d e gastrostomía transesofágica. clínica en los casos de cáncer avanzado puede ser inespecífica,
Catéteres pleurales d e tip o Pleurx. es frecuente iniciar la administración de antibióticos de forma
empírica ante una presunta infección sin pruebas diagnósticas
confirmatorias. Más que los propios síntomas, los cambios de la
sintomatología pueden servir de gran ayuda para determinar la
necesidad de iniciar un tratamiento antimicrobiano empírico.
La situación nutricional de los individuos con edad avan­
zada, cánceres y otros procesos crónicos suele ser mala. Pueden
estar anoréxicos y caquécticos, lo que provoca hipogammaglo­
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
bulinemia. Algunos presentan neutropenia, aunque no es así en la El uso de pruebas diagnósticas en los pacientes con enfermedad
mayoría de los pacientes con cáncer avanzado y otras enfermeda­ avanzada es motivo de controversia (tabla 91-2). Los datos que
des no malignas letales a corto plazo. apoyan la evidencia de infección son escasos y difíciles de obte­
Algunos pacientes son portadores de dispositivos o aparatos ner en esta población de pacientes. El entorno de tratamiento
protésicos (endoprótesis, sondas, catéteres, catéteres venosos cen­ también influye en la decisión de solicitar pruebas diagnósticas
trales o puertos de entrada) que pueden infectarse u obstruirse confirmatorias. Si un enfermo es llevado a un hospital de cuida­
(cuadro 91-1). Aunque los dispositivos de acceso intravenoso no dos agudos para tratar una posible infección, se pueden realizar

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Infecciones en medicina paliativa I C A P ÍT U L O 91 507

T A B L A 91 -2 Pruebas diagnósticas en las infecciones


TRATAMIENTO DE LAS INFECCIONES
EN LA ENFERMEDAD AVANZADA
CULTIVOS
A pesar de la elevada incidencia de infecciones en pacientes con
Orina
enfermedad avanzada, no existen directrices claras para el inicio
Esputo
y continuación de fármacos antiinfecciosos en este contexto. La
Sangre mayoría de las veces, la terapia antiinfecciosa empírica se basa
Heridas más en el juicio clínico que en los signos radiológicos o en los
cultivos. En un estudio retrospectivo de gran tamaño con enfer­
RADIOLOGÍA
mos ingresados en medicina paliativa, la gentamicina, tetraciclina,
Ecografía
vancomicina y ceftazidima fueron los antibióticos prescritos con
Tomografía axial computarizada más frecuencia3. Como se trataba de un entorno de cuidados
Resonancia magnética agudos, el 82% de los enfermos fueron tratados con antibióticos
parenterales y, en ocasiones, se administraron dos o tres agen­
tes. La mediana de tratamiento en esta unidad fue de 11 días, y la
mediana de la estancia hospitalaria fue de 12 días (rango, de 1 a
rutinariamente diversos procedimientos básicos radiológicos y de 84 días). En otra unidad de medicina paliativa con enfermos hos­
laboratorio. Algunos son ingresados en residencias para enfermos pitalizados, el 72% de los pacientes fueron tratados con antibió­
terminales que pueden tener o no recursos radiológicos y de labo­ ticos: trimetoprima-sulfametoxazol, ciprofloxacino o amoxicilina.
ratorio. Un cultivo positivo no establece el diagnóstico de infec­ Al contrario que en el estudio previo, se utilizaron preparados
ción. Por ejemplo, las muestras urinarias de todos los pacientes orales en el 72% de los episodios. Los enfermos fueron tratados
con sonda urinaria a largo plazo están colonizadas con bacterias, durante una media de 6,4 ± 3,3 días (mediana de 7 días; rango,
lo que genera un cultivo de orina positivo; sin embargo, esta posi­ de 1 a 21 días)4.
tividad sólo representa habitualmente una colonización asinto- Un estudio retrospectivo con enfermos de cuidados paliati­
mática más que una verdadera infección16. Igualmente, el cultivo vos ingresados en un hospital de distrito mostró que se admi­
de un dispositivo de drenaje permanente (p. ej., tubos de drenaje nistraron antibióticos de forma empírica al 6 1 % de los pacientes
torácico, tubos biliares en T) es probable que obtenga un resul­ en los que se suponía la existencia de un posible episodio infec­
tado positivo irrelevante para ese proceso infeccioso agudo. cioso; no se especificó el tipo de antibiótico utilizado17. En uno
Con frecuencia, los enfermos son tratados de forma empírica de los pocos estudios que midieron las consecuencias de las
basándose exclusivamente en los signos y síntomas clínicos infecciones en una unidad de cuidados paliativos con enfermos
observados. En un estudio retrospectivo, el 88% de los enfermos ingresados, se monitorizó el uso de antibióticos a lo largo de
que murieron con demencia avanzada o con cáncer metastásico 13 meses, durante los que sólo 41 de 913 enfermos fueron tra­
durante su hospitalización en un hospital universitario de gran tados con antibióticos. El 62% obtuvo resultados «útiles», en 19%
tamaño en la ciudad de Nueva York, habían sido tratados empí­ carecieron de utilidad y en otro 19% no pudieron ser valorados.
ricamente con antibióticos durante su estancia5. Es frecuente la La duración media de la administración parenteral de antibió­
realización de ensayos clínicos terapéuticos con antibióticos, y ticos fue de 2,3 días y la duración máxima del tratamiento fue
a menudo no se realizan pruebas diagnósticas. Si se sospecha la de 9 días19.
existencia de una infección, se inicia de forma empírica la admi­ En un estudio prospectivo de cohortes holandés realizado
nistración de antibióticos, independientemente del resultado de en pacientes con enfermedad de Alzheimer, se demostró que el
las pruebas de laboratorio. tratamiento de la neumonía mejoraba la calidad de vida (reduc­
ción de signos y síntomas) e incrementaba la supervivencia
media en 3 meses20. La utilización de antibióticos en pacientes
INFECCIONES FRECUENTES de medicina paliativa y en residencias para enfermos terminales
EN LA ENFERMEDAD AVANZADA con una posible infección puede variar de acuerdo con el con­
texto de la práctica médica local y de diversas influencias cultu­
En dos estudios retrospectivos realizados en unidades de medi­ rales. En un estudio comparativo de pacientes con enfermedad
cina paliativa3'4, la infección de las vías urinarias, la septicemia y la de Alzheimer que desarrollaron infección de las vías respirato­
neumonía eran algunas de las infecciones más frecuentes tratadas rias bajas en los Países Bajos o en Missouri, se observó que los
en el contexto de los cuidados agudos. En un estudio con enfer­ enfermos en Estados Unidos tenían más probabilidad de ser hos­
mos en medicina paliativa, las infecciones torácicas fueron más pitalizados, de ser rehidratados por vía intravenosa y de recibir
frecuentes que las infecciones urinarias (50% frente a 29%), lo que antibióticos parenterales (p. ej., cefalosporinas de segunda y ter­
quizá refleja algunas diferencias en la definición de infección17. cera generación en comparación con amoxicilina en los Países
Las personas ingresadas en una residencia para enfermos termi- Bajos)21. Un 84% de los enfermos terminales de cáncer en Corea
. nales desarrollan los mismos tipos de infección218. Este hecho es fueron hospitalizados y recibieron antibióticos por una posible
5 muy significativo porque a menudo las infecciones se correlacio- infección6.
nan con algunos aislamientos microbiológicos específicos además
de con determinados síntomas clínicos. Con menos frecuencia,
otras infecciones observadas en medicina paliativa y en el entorno
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de las residencias para enfermos terminales son las infecciones de CONTROVERSIAS


piel, tejidos blandos o heridas, y las infecciones orales2-4.
Entre los organismos aislados de forma habitual en pacientes No existen directrices globalmente aceptadas para el tratamiento
con medicina paliativa y en residencias para enfermos terminales de las infecciones en pacientes con enfermedad avanzada. En un
se incluyen E. cotí, Klebsiella pneumoniae, Staphylococcus spp. estudio retrospectivo con 1.256 enfermos en unas instalaciones
(es decir, S. aureus y estafilococos coagulasa-negativos) y entero- de cuidados ampliados, la tasa de mortalidad fue elevada entre
cocos2-418. Sorprendentemente, Pseudomonas aeruginosa, un los no hospitalizados ni tratados con antibióticos en compara­
temido patógeno por su gran virulencia y potencial para adquirir ción con los que habían sido tratados (59% frente a 9%)22- Este
resistencia a los antimicrobianos, ha sido aislado con poca frecuen­ controvertido estudio mostró que los médicos realizan con fre­
cia. En una unidad de cuidados paliativos agudos,P aeruginosa fue cuencia juicios clínicos con respecto a los que en su opinión
el organismo causal en aproximadamente 10% de las infecciones podrían beneficiarse de un tratamiento antiinfeccioso, en com­
urinarias, bacteriemias, neumonías,y en otras diversas infecciones3. paración con los que probablemente no obtendrán beneficio.

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508 SE C C IÓ N E | Infecciones

Estudios retrospectivos más recientes sobre el tratamiento de • Impacto económico del tratamiento antibiótico parenteral
las infecciones en pacientes con enfermedad avanzada han mos­ sobre los servicios suministrados en residencias de enfermos
trado que entre el 36 y el 88% de los enfermos fueron tratados terminales en el contexto de un sistema de reembolso del pago
por infecciones2-6. per capita.
La emisión de un pronóstico, que es la capacidad de predecir • Posible contribución del tratamiento antimicrobiano a la pro­
la expectativa de vida de un individuo basándose en una informa­ longación del proceso de agonía.
ción objetiva, es con frecuencia inexacta. La decisión de tratar una • Dilemas a la hora de determinar los criterios para la instauración
presunta infección se basa en los síntomas clínicos, la extensión o la supresión de los antibióticos cuando los objetivos del trata­
de la enfermedad subyacente y la situación general del paciente miento han sido definidos con vistas a la comodidad del paciente.
junto con la experiencia previa del propio médico al tratar a este • Impacto del innecesario tratamiento de las infecciones sobre la
tipo de enfermos. resistencia farmacológica.
Los pacientes de residencias para enfermos terminales tratados
La medición de los resultados del tratamiento antiinfeccioso
con antibióticos parecen tener un tiempo mayor de supervivencia
puede resultar una difícil tarea19. Los estudios disponibles no son
que los no tratados23.A menudo se aduce el argumento de que la
homogéneos en cuanto a los parámetros utilizados para determinar
intervención con antibióticos sólo pospone lo inevitable y origina
los resultados y carecen de análisis formales de riesgo-beneficio. La
sufrimiento innecesario al prolongar la agonía24. Sin embargo, es
medición de los criterios de valoración en el tratamiento con anti­
frecuente utilizar antibióticos en las unidades de cuidados paliati­
infecciosos sigue siendo un verdadero reto por diversas razones:
vos hasta el mismo momento de la muerte6,25.
La posibilidad de efectos secundarios de los antibióticos tiene • La diversa población de pacientes en distintas fases de la evo­
su impacto sobre la ecuación riesgo-beneficio cuando se con­ lución de su enfermedad.
templa una terapia antimicrobiana empírica. Los acontecimien­ • Los objetivos del tratamiento pueden no estar claramente defi­
tos adversos relacionados con los antimicrobianos abarcan una nidos en el momento del diagnóstico de la infección.
amplia gama de gravedad, aunque los enfermos inmunodeprimi- • La utilización de recursos, especialmente en la población de
dos son a menudo incapaces de tolerar efectos secundarios que residencias para enfermos terminales, seguirá presentando
por lo demás no supondrían más que unas pequeñas molestias. algunas limitaciones sobre el número de intervenciones
La anorexia asociada a antibióticos, la alteración del sentido del diagnósticas y terapéuticas que pueden ser realizadas en los
gusto, la aparición de exantemas, candidiasis oral, intertrigo y pacientes con enfermedad avanzada.
deposiciones sueltas pueden causar efectos devastadores en un • La incertidumbre sobre la duración de la supervivencia en
enfermo inmunodeprimido. La diarrea plantea una preocupación esta población con enfermedades crónicas y a menudo letales
especial por la potencialidad de una rápida deshidratación en los seguirá siendo siempre un factor importante.
pacientes más debilitados. También es importante, aunque clínica­
mente difícil, distinguir entre una simple diarrea asociada a anti­
bióticos y una enfermedad originada por la producción de toxina CONCLUSIONES
por Clostridium difficile.
Las infecciones son frecuentes en los pacientes no neutropénicos
La tasa de infecciones por C. difficile va en aumento26 y puede
con enfermedad avanzada. Las infecciones urinarias y de las vías
ser atribuida a la utilización de fluoroquinolonas27'28, de antimi-
respiratorias son las más frecuentes. En ausencia de directrices de
crobianos de amplio espectro y de múltiples agentes simultánea­
tratamiento bien establecidas, los enfermos se tratan a menudo de
mente29. La aparición de una cepa especialmente virulenta de
forma empírica con agentes antimicrobianos sobre la base de los
C. difficile ha provocado un exceso de morbilidad y mortalidad, espe­
signos y síntomas clínicos.
cialmente entre los pacientes de mayor edad30. Incluso con un trata­
Como consecuencia del debilitamiento general y de las alte­
miento de hidratación enérgica y la utilización de metronidazol o de
raciones funcionales preexistentes de diversos órganos, los
vancomicina oral, o ambos, numerosos enfermos experimentan coli­
pacientes sometidos a medicina paliativa y en residencias para
tis grave, que lleva a la necesidad de colectomía en algunos de ellos.
enfermos terminales pueden ser especialmente vulnerables a los
Los pacientes con enfermedad avanzada son habitualmente
acontecimientos clínicos adversos y a las anomalías de laboratorio
polisintomáticos y presentan múltiples procesos concomitantes.
asociadas con el uso de antibióticos. El inicio de fármacos antiin­
Es frecuente la utilización de varios fármacos simultáneos. Las inte­
fecciosos en esta población de pacientes sigue siendo motivo de
racciones farmacológicas desempeñan un papel significativo en
controversia por sus implicaciones éticas y económicas.
la utilización y elección del tratamiento antiinfeccioso31.Algunos
Aunque las infecciones son una importante causa de mortali­
antibióticos pueden producir toxicidad orgánica significativa
dad, la investigación en esta área es ciertamente escasa. Además
(p. ej., hematológica, renal o hepática) que afecta a la utilización
de la medición de los resultados obtenidos, los futuros esfuerzos
de otros agentes terapéuticos31.
deben ir enfocados a realizar estudios prospectivos sobre nor­
Con cada decisión para el uso de terapia antimicrobiana, se
mativas de práctica clínica con análisis de riesgo-beneficio y de
lleva a cabo un análisis de los riesgos y beneficios y del coste
coste-beneficio. Estos estudios suponen un importante reto para
frente a los beneficios. Aunque habitualmente los clínicos se cen­
la mayoría de los especialistas en medicina paliativa. El actual sis­
tran más en el impacto de estas decisiones sobre el paciente, tam­
tema fragmentado de atención médica que se proporciona a los
bién se deben tomar en consideración los riesgos, los beneficios y
enfermos no estimula una clara comunicación ni unos objetivos
los costes para la sociedad. Las implicaciones para la sociedad son
de cuidados sanitarios bien definidos para los pacientes con enfer­
difíciles de medir. Independientemente del contexto de la práctica
medad avanzada.
clínica, el uso generalizado de antibióticos lleva a la aparición de
resistencia en los microorganismos. Las directrices de la Infectious
Diseases Society of America sobre administración de los antibió­ B I B L I O G R A F Í A
ticos enfatiza la necesidad de utilizar la terapia antimicrobiana de
1. Osier W. Principles and Practice o f Medicine Designed for the Use of
forma responsable32. Practitioners and Students o f Medicine, 3rd ed. Edinburgh: Young J. Pentland,
Entre las consideraciones éticas que hay que tener en cuenta 1898. pp 108-137.
en el tratamiento de las infecciones en pacientes con enfermedad 2. Vitetta L, Kenner D, Sali A. Bacterial infections in the terminally ill hospice
avanzada, se incluyen las siguientes: patients. J Pain Symptom Manage 2000;20:326-334.
3. Homsi J, Walsh D, Panta R, et al. Infectious complications o f advanced cancer.
Support Care Cancer 2000;8:487-492.
• Retraso en la admisión a residencias para enfermos terminales 4. Pereira J, Watanabe S, Wolch G. A retrospective review o f the frequency of
hasta que se haya completado el régimen de antibióticos parente- infections and patterns o f antibiotic utilization on a palliative care unit.J Pain
rales, porque el coste de estos antibióticos puede ser prohibitivo. Symptom Manage 1998;16:374-381.

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Prevención y control de las infecciones I C A P ÍT U L O 92 509

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CAPÍTULO 92
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1986;81:11-26. nales, la aplicación rutinaria de prácticas básicas encaminadas al control de
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1992;45:2691-2698. quier tipo de entorno asistencial.
>. Warren JW,Tenney JH, Hoopes JM, et al. A prospective microbiologic study of
> Una correcta higiene de manos es por sí sola la forma más eficaz de preve­
bacteriuria in patients with chronic indwelling urethral catheters. J Infect Dis
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7. Lam PT, Chan KS.Tse CY, Leung MW. Retrospective analysis o f antibiotic use ►La correcta manipulación y eliminación de los objetos punzantes es esencial
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» Para reducir el riesgo de infección asociada, los dispositivos insertados per­
patients with advanced cancer receiving hospice care. J Pain Symptom Manage
2003;25:438-443- manentemente deben ser manejados de forma adecuada.
). Clayton J, Fardell B, Hutton-Potts J, et al. Parenteral antibiotics in a palliative » Las infecciones por microorganismos multirresistentes pueden originar una
care unit: Prospective analysis o f current practice. Palliat Med 2003;17:44-48. considerable morbilidad y mortalidad, por lo que se debe poner especial
). Van der Steen JT, Ooms ME, vanderWal G, Ribbe MW. Pneumonia: The demen­ cuidado en prevenir su aparición y posterior diseminación.
ted patient’s best friend? Discomfort after starting or withholding antibiotic
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1. Van der Steen JT, Kruse RL, Ooms ME, et al.Treatment o f nursing home resi­
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and the Netherlands An ocean apart.JAm Geriatr Soc 2004;52:691-699- La población atendida en medicina paliativa es muy diversa, con un
2. Brown NK, Thompson DJ. Nontreatment o f fever in extended care facilities. amplio rango de procesos crónicos y terminales. Numerosos pacien­
N Engl J Med 1979;300:1246-1250. tes presentan diversos factores que los predisponen a la infección,
i. Chen LK, Chou YC, Hsu PS, et al. Antibiotic prescription for fever episodes in
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como dispositivos insertados de forma permanente, heridas crónicas
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in three palliative care settings. J Palliat Care 2002;18:25-28.
aumentan la incomodidad del paciente, causan morbilidad adicional
>. Blossom DB, McDonald LC.The challenges posed by reemerging Clostridium
difficile infection. Clin Infect Dis 2007;45:222-227. y aceleran la muerte. La prevención y diseminación de las infecciones
i. Muto CA, Pokrywka M, Shutt K, et al.A large outbreak o f Clostridium difficile- es vital tanto para los pacientes como para los trabajadores sanitarios.
associated disease with an unexpected proportion of deaths and colectomies Los enfermos en cuidados paliativos pueden recibir esta aten­
at a teaching hospital following increased fluoroquinolone use. Infect Control ción médica en diversos lugares, incluidos entornos de cuidados
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Dis 2004;38:640-645. ción han sido concebidas para instalaciones de cuidados agudos
). Bignardi GE. Risk factors for Clostridium difficile infection. J Hosp Infect y algunas de estas recomendaciones pueden no ser fácilmente
1998;40:1-15. trasladables, o incluso necesarias, en otros contextos. Sin embargo,
). McDonald LC, Killgore GE,Thompson A, et al.An epidemic, toxin gene-variant
strain o f Clostridium difficile.^ EnglJ Med 2005;353:2433-2441. con el fin de asegurar que la atención proporcionada se lleva a
1. Bernard SA. The interaction o f medications used in palliative care. Hematol cabo en un ambiente de seguridad para los enfermos y los profe­
Oncol Clin NorthAm 2002;16:641-655. sionales, se deben aplicar principios básicos de prevención y con­
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Todas las organizaciones que proporcionan servicios de cui­
for developing an institutional program to enhance antimicrobial stewardship.
Clin Infect Dis 2007;44:159-177. dados paliativos deben tener instaurado un sistema en el que se
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o f life: Ethical decision-making in hospice-eligible patients. Bioethics vención y control de la infección y que aporten políticas claras y
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

2005;19:379-392. regularmente actualizadas relevantes para las específicas necesida­


des locales. Estas políticas deben estar basadas en la evidencia y
ser coherentes con el conocimiento científico y el consenso de
los expertos. Toda la plantilla debe recibir educación y entrena­
miento sobre las prácticas de control de la infección, al incorpo­
rarse al empleo y a intervalos regulares posteriormente.

PRINCIPIOS BÁSICOS DEL CONTROL


DE LA INFECCIÓN
Para que se produzca infección, se requiere la conjunción de
varios elementos. Entre ellos, se incluye la presencia de un

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510 SE C C IÓ N E | Infecciones

microorganismo capaz de causar la infección, un reservorio de EQUIPAMIENTO DE PROTECCIÓN PERSONAL


ese microorganismo (p. ej., una persona, un equipamiento, el
ambiente), una vía de transmisión y un huésped susceptible. Las Siempre que sea necesario, se utilizarán equipamientos de protec­
intervenciones dirigidas frente a estos elementos pueden reducir ción personal (EPP) para proteger la piel y las mucosas frente a la
la posibilidad de que aparezca la infección o prevenir su transmi­ exposición de sangre y de líquidos corporales y para prevenir la con­
sión. En general, las intervenciones múltiples o «conjuntas» tienen taminación de la ropa personal, reduciendo así la posible disemina­
más éxito que una intervención aislada. ción de los microorganismos de enfermo a enfermo. Para decidir la
Las precauciones básicas para el control de la infección se indicación de utilizar EPP se debe valorar el nivel de riesgo asociado
deben aplicar a los cuidados sanitarios proporcionados a todos con una determinada intervención o actividad de cuidados sanita­
los pacientes con el fin de reducir la transmisión de los microor­ rios y, si fuera así, qué EPP sería el más adecuado. Los EPP incluyen
ganismos a partir de fuentes identificadas o desconocidas. Estas guantes, delantales y batas, gafas protectoras y mascarillas faciales.
prácticas se denominan «precauciones estándar» y van dirigidas a
todos los enfermos, independientemente de su diagnóstico o de
su posible estatus infeccioso1. Estas precauciones incluyen higiene
de manos, equipamiento de protección personal (p. ej., guantes,
delantales, gafas protectoras), correcto manejo y eliminación de
objetos punzantes y desechos clínicos, limpieza y descontamina­
ción del equipamiento y del entorno, y adecuada ubicación del
enfermo (cuadro 92-1).

HIGIENE DE MANOS
Las manos de los trabajadores sanitarios son el vector más proba­
ble para la transferencia de microorganismos entre enfermos, y
una eficaz higiene de manos es, de forma aislada, el método más
importante para prevenir la transmisión de la infección.
Los microorganismos de las manos pueden residir en ellas de
forma permanente o transitoria. Los microorganismos residentes
constituyen la flora normal de la piel, como Staphylococcus epi-
dermidis, y raramente se encuentran implicados en la producción
de infecciones. La eliminación de la flora residente sólo está indi­
cada antes de realizar operaciones invasoras en zonas anatómicas
normalmente estériles. Los microorganismos que se encuentran en
las manos de forma transitoria son los que se adquieren durante el
contacto con enfermos, objetos o el ambiente. Entre éstos se inclu­
yen la mayoría de los microorganismos responsables de infecciones
cruzadas, como los bacilos gramnegativos, Staphylococcus aureus
y algunos virus. No forman parte de la flora normal de la piel pero
sobreviven en las manos durante un tiempo limitado. La flora tran­
sitoria puede ser fácilmente eliminada con una higiene de manos
eficaz. Esto se puede lograr por lavado de las manos con agua y
jabón o detergente, o por fricción con una solución alcohólica para
manos en caso de que ya estén visiblemente limpias. Las solucio­
nes alcohólicas para fricción de manos pueden ser especialmente
útiles en los cuidados domiciliarios, donde puede no haber un fácil
acceso a instalaciones para lavarse las manos. Las organizaciones de
cuidados sanitarios deben proporcionar las adecuadas instalaciones
de higiene manual para enfermos y profesionales (fig. 92-1).
Se debe realizar una óptima higiene manual cuando las manos FIGURA 92-1 Todas las instalaciones de cuidados sanitarios deben
estén visiblemente sucias; antes y después del contacto con cada disponer de los adecuados servicios para higiene de manos.
paciente, incluyendo el manejo de dispositivos invasores y de la
colocación de apósitos en heridas; cuando se pase de un área
contaminada (p. ej., una herida) a una zona limpia en el mismo
enfermo; tras el contacto con sangre, líquidos corporales, dese­ C uadro 9 2-2 Indicaciones p ara la h igie ne de m anos
chos clínicos o lencería usada; tras quitarse los guantes; tras utili­ Cuando las manos estén visiblemente sucias.
zar el retrete; y antes y después de las comidas (cuadro 92-2)2. Antes y después d e cada contacto con un paciente.
Cuando se pase de una zona contaminada a otra limpia en el mismo
enfermo.
Tras quitarse los guantes.
Cuadro 92-1 Prin cip ios básico s d e p revención y control
Tras contacto con:
de la infección
• Sangre o líquidos corporales.
• Higiene de manos. • Piel no intacta.
• Equipamiento de protección personal. • Equipamiento contaminado con líquidos corporales.
• Precauciones d e aislamiento. • Desechos clínicos.
• Manejo y eliminación segura d e objetos punzantes. • Lencería usada.
• Manejo y eliminación segura d e desechos clínicos. Tras utilizar el retrete.
• Limpieza y descontaminación del equipamiento. Antes de abandonar el área clínica.
• Limpieza y descontaminación del entorno. Antes y después d e las comidas.

PARTE I I EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Prevención y control de las infecciones I C A P ÍT U L O 92 511

Guantes dos niveles. Se aplicarán precauciones estándar (v. cuadro 92-1) a


todos los enfermos, independientemente de su diagnóstico o de
Se utilizarán guantes para cualquier actividad en la que puedan su presumible situación infecciosa. Adicionalmente, las precaucio­
contaminarse las manos con sangre o líquidos corporales. Los nes «basadas en la transmisión» sirven de complemento a las pre­
guantes estériles están indicados en procedimientos asépticos, cauciones estándar y se agrupan en categorías dependiendo de la
y los no estériles, para todos los demás. Los guantes deben cam­ vía de transmisión de las infecciones. Las principales categorías
biarse tras el contacto con cada paciente y entre procedimientos son las precauciones en la transmisión aérea, a través de gotitas y
separados en el mismo paciente. También se deben cambiar si se en el contacto.
pinchan o se desgarran. Es inaceptable lavar los guantes de un
solo uso entre enfermos o procedimientos. Como las manos pue­
den quedar contaminadas al quitarse los guantes, se deben des­ Precauciones en la transmisión aérea
contaminar tras haberlos utilizado. Los guantes contaminados con
Se deben aplicar precauciones por transmisión aérea en casos
sangre o líquidos corporales se deben considerar como desechos
conocidos o sospechosos de infecciones causadas por patógenos
clínicos y deben ser eliminados de la forma adecuada. Los guantes
no son un sustituto de la higiene de manos1. como el de la tuberculosis y el virus varicela-zóster (varicela
clásica o diseminada). La transmisión aérea se produce por la dise­
minación a través del aire de pequeñas gotitas con un núcleo de
5 |im o menos, o de partículas de polvo que contienen el micro­
Delantales y batas organismo y que son ampliamente diseminadas por corrientes de
Se recomienda el uso de delantales durante actividades de cuida­ aire. Cuando estas partículas son inhaladas por un huésped sus­
dos sanitarios en las que exista la posibilidad de que la ropa del ceptible y llegan al alveolo, pueden causar infección. Los enfermos
personal se pueda contaminar con sangre o líquidos corporales, deben ser aislados en una habitación de ventilación con presión
y cuando se atiende a un enfermo colonizado con un microor­ negativa; la puerta debe permanecer cerrada en todo momento.
ganismo que tenga la potencialidad de ser transmitido posterior­
mente a otros pacientes o al entorno. Para uso general, son aptos
los delantales plásticos desechables de un solo uso y se deben Precauciones en la transmisión
quitar inmediatamente tras su utilización y ser desechados de la a través de gotitas
forma adecuada. Tras quitarse el delantal, se debe realizar higiene
Estas precauciones reducen la transmisión de las infecciones por
de manos.
gotas de mayor tamaño (>5p.m), entre las que se incluyen los
Para procedimientos en los que exista la posibilidad de que los
virus de la gripe, sarampión, parotiditis y rubéola. La transmisión
profesionales queden expuestos a rociado o salpicadura de san­
por gotitas se produce cuando estas partículas entran en contacto
gre o líquidos corporales, se deben utilizar batas impermeables
con las conjuntivas o las mucosas de la nariz o la boca de una
no estériles. Tras su utilización, estas batas se deben desechar de
persona susceptible. Estas gotitas son generadas por el enfermo
forma adecuada y se realizará descontaminación de las manos des­
fuente durante la tos, el estornudo o al hablar y durante determi­
pués de quitárselas.
nados procedimientos clínicos como al aspirar las vías aéreas y las
broncoscopias. Para que se produzca la transmisión, se requiere
un estrecho contacto con la persona infectada, porque las gotas
Gafas protectoras y mascarillas faciales generadas sólo recorren cortas distancias. Estos enfermos deben
El equipo de protección ocular (gafas, anteojos protectores o mas­ ser atendidos en una habitación individual. No se requiere ventila­
carillas faciales) previene la exposición de las mucosas frente a ción especial.
las salpicaduras de sangre o líquidos corporales en la cara durante
determinados procedimientos. Durante operaciones en las que
sea probable que se generen gotitas de sangre o líquidos corpo­
Precauciones en el contacto
rales, se debe utilizar protección ocular y mascarilla facial. Las Las precauciones en el contacto se aplican para prevenir la
mascarillas faciales no están indicadas para procedimientos ruti­ infección a partir de enfermos en los que se sabe o se sospecha
narios. Se debe utilizar una mascarilla quirúrgica o facial cuando la presencia de infección o colonización con microorganismos
se establezca contacto a menos de 1m con pacientes infectados transmitidos por contacto directo o indirecto. Entre estos micro­
por meningococo, adenovirus o gripe3. En caso de tuberculosis organismos se incluye Staphylococcus aureus resistente a meti-
pulmonar confirmada o de sospecha, se recomienda utilizar una cilina (SARM), enterococos resistentes a vancomicina (ERV),
mascarilla con filtro de partículas (N95)4. Clostridium difficile y el virus respiratorio sincitial (VRS). La trans­
misión por contacto directo conlleva la transferencia física de los
microorganismos desde un paciente infectado o colonizado hasta
un huésped susceptible por contacto de piel a piel o a través de
PRECAUCIONES DE AISLAMIENTO las manos de un trabajador sanitario. La diseminación por con­
tacto indirecto se produce cuando un paciente susceptible entra
Para prevenir la diseminación de la infección, se pueden emplear
en contacto con un objeto contaminado, como un inodoro.
técnicas de aislamiento físico. Cuando se tome la decisión de
adoptar un determinado tipo de aislamiento, es importante con­
siderar las necesidades de cada enfermo en particular, la vía de
transmisión de esa infección en concreto, su gravedad potencial MANEJO Y ELIMINACIÓN DE OBJETOS
y el nivel de riesgo de diseminación a otros pacientes y a los pro­ PUNZANTES
fesionales. Hay dos tipos de precauciones de aislamiento: 1) aisla­
miento de la fuente, en el que el objetivo es evitar la transmisión Se denomina «objeto punzante» a cualquier artículo o dispositivo,
de la infección (conocida o sospechada) a otros pacientes o al contaminado con sangre o con líquidos corporales de alto riesgo,
personal, y 2) aislamiento de protección para prevenir la infec­ que pueda provocar una herida por laceración o por punción. Con
ción en pacientes gravemente inmunodeprimidos con riesgo de frecuencia, se encuentran implicados en lesiones sufridas por tra­
infección a partir de otros enfermos o del personal sanitario y del bajadores sanitarios y pueden transmitir virus hematógenos como
ambiente. el de la inmunodeficiencia humana (VIH), el de la hepatitis B (VHB)
Con respecto al aislamiento de la fuente, los Centers for Disease y el de la hepatitis C (VHC) (v. «Virus de transmisión hemática»).
Control and Prevention (CDC)1 recomiendan una estrategia en Las lesiones por objetos punzantes se producen principalmente

ERRNVPHGLFRVRUJ
512 SE C C IÓ N E | Infecciones

por agujas y se asocian a extracción de sangre venosa, adminis­


tración de fármacos intravenosos o reinserción de la aguja en su
funda. Las organizaciones de cuidados sanitarios deben asegurar
que su personal de plantilla ha sido entrenado para el correcto
manejo y eliminación de los objetos punzantes.
Siempre que sea posible, se evitará la utilización de objetos
punzantes y se utilizarán en su lugar sistemas sin agujas. Si es
imprescindible utilizar objetos punzantes, se deben proporcionar
dispositivos de seguridad. Las agujas no se deben reinsertar de
nuevo en su funda sino que se deben eliminar a un contenedor
de objetos punzantes inmediatamente tras su utilización5. Siempre
que se utilicen objetos punzantes se debe disponer con facilidad
de contenedores para este tipo de objetos, que se cerrarán de
forma segura en cuanto se hayan llenado hasta las tres cuartas par­
tes de su capacidad. FIGURA 92-2 El equipamiento médico no crítico se debe limpiar y
desinfectar tras su utilización con cada paciente.

MANEJO Y ELIMINACIÓN DE DESECHOS


Con el fin de reducir al mínimo el riesgo de transmisión de infeccio­ enfermos con cáncer o infección por el VIH, los que reciben tra­
nes, el manejo y eliminación de todo desecho clínico potencialmente tamientos inmunodepresores (incluidas altas dosis de corticoides
infeccioso se debe realizar de acuerdo a las normativas y legislacio­ a largo plazo) y aquellos con enfermedades crónicas cardíacas,
nes locales. Las organizaciones proveedoras de servicios de cuidados pulmonares o hepáticas, deben ser vacunados anualmente frente
sanitarios deben mantener políticas y procedimientos adecuados in a la gripe. También deben ser inmunizados frente a Streptococcus
situ,y toda la plantilla debe ser instruida para su aplicación. pneumoniae (neumococo), y esta vacuna antineumocócica se
debe repetir de nuevo al cabo de 5 años en aquellos que presen­
ten alguna alteración de la función inmunitaria (cáncer, VIH) o
LIMPIEZA Y DESCONTAMINACIÓN estén siendo sometidos a tratamientos inmunodepresores.

Ambiente
La limpieza eficaz del ambiente es de suma importancia, porque PREVENCIÓN DE LAS INFECCIONES
las superficies contaminadas pueden actuar como reservorios RELACIONADAS CON DISPOSITIVOS
de patógenos potenciales. La transferencia de microorganismos
desde las superficies ambientales a los enfermos se produce prin­ Los enfermos atendidos en cuidados paliativos pueden tener
cipalmente a través del contacto de las manos con la superficie insertados dispositivos permanentes, como sondas urinarias o
contaminada. Las superficies se deben limpiar regularmente con catéteres intravasculares. Estos dispositivos se asocian con un
agua y algún detergente, y las áreas que más se tocan (manubrios incremento del riesgo de infección y, por tanto, deben ser maneja­
de puertas, interruptores de la luz, barandillas de las camas) se lim­ dos adecuadamente.
piarán más a menudo que otras zonas con un contacto de manos
menos frecuente. Para patógenos que pueden sobrevivir durante
períodos prolongados de tiempo, como SARM, ERV y las esporas Infección por catéteres intravasculares
de C. difficile, es necesario efectuar una desinfección. Entre las infecciones asociadas con catéteres intravasculares se
Las salpicaduras de sangre y de líquidos corporales que conten­ incluyen la infección de la zona de inserción del catéter y las infec­
gan sangre se deben limpiar inmediatamente, y la superficie debe ciones hematógenas. Los estafilococos coagulasa negativos son los
desinfectarse con hipoclorito sódico6. aislados más frecuentes en las infecciones de la sangre relaciona­
das con catéteres (ISRC), seguidos por S. aureus, enterococos y,
con menor frecuencia, por bacterias gramnegativas y Candida
Equipamiento spp. Algunos catéteres venosos centrales (CVC) usados habitual­
El equipamiento médico se puede clasificar como no crítico (obje­ mente en cuidados paliativos son los CVC tunelizados (catéteres
tos en contacto con piel intacta), semicrítico (contacto íntimo con de Hickman), que presentan una menor tasa de infección que los
mucosas intactas o con piel no intacta), o crítico (estrecho con­ no tunelizados porque el manguito dificulta la migración de los
tacto con algún tipo de solución de continuidad en la piel o en las microorganismos por el trayecto del catéter, y los CVC totalmente
mucosas, o introducido en un espacio anatómico estéril). implantados, que tienen el riesgo más bajo de ISRC y la ventaja de
Los artículos no críticos, como estetoscopios, manguitos de no requerir cuidados locales del punto de inserción.
medición de la presión arterial y bombas de perfusión para jerin­ Las infecciones intravasculares por catéteres se pueden redu­
gas, suponen un escaso riesgo y se deben limpiar con detergente cir al mínimo con un estricto cumplimiento de técnicas asépticas
cuando estén visiblemente sucios y entre usos con distintos pac­ durante la colocación y manipulación del catéter, y con unos bue­
ientes (fig. 92-2). Los artículos semicríticos, como termómetros y nos cuidados del punto de inserción (fig. 92-3).
sigmoidoscopios, requieren una desinfección que elimine todos La zona de entrada del catéter se debe vigilar regularmente
los microorganismos aunque no las esporas bacterianas. Los artí­ por inspección o palpación en busca de signos inflamatorios o
culos críticos, como los instrumentos quirúrgicos, requieren este­ de infección. Antes de la palpación de las zonas de inserción del
rilización, que destruye los microorganismos y las esporas. catéter, se debe efectuar una buena higiene de manos, al igual que
El equipamiento médico de un solo uso nunca debe ser reutilizado. antes de acceder al catéter o cambiar los apósitos del punto de
inserción. Para los cambios de apósitos se utilizarán guantes lim­
pios o estériles, y la piel limpia se debe desinfectar con un anti­
INMUNIZACIÓN DE LOS PACIENTES séptico adecuado, idealmente un preparado con clorhexidina al
2%. Las zonas de inserción del catéter se deben tapar con apósitos
Es importante inmunizar a los pacientes en cuidados paliativos de gasa estéril o con un apósito estéril transparente semipermea­
y a los profesionales sanitarios (v. «Protección de los trabajado­ ble. Los puntos de inserción de CVC tunelizados que hayan cica­
res sanitarios») frente a enfermedades evitables con vacunas. Los trizado bien no requieren la colocación de apósitos.

PARTE II EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Prevención y control de las infecciones I C A P ÍT U L O 92 513

drenaje se colocarán de tal manera que no permitan el flujo retró­


grado de la orina, porque el reflujo conlleva infección. La bolsa de
drenaje se vaciará regularmente, y se debe usar un contenedor
separado para cada paciente, evitando el contacto entre el grifo
de drenaje y el contenedor. Para vaciar la bolsa se utilizarán guan­
tes. Las muestras de orina se deben aspirar con jeringas y agujas
estériles en el puerto para toma de muestras, que se habrá des­
infectado previamente. No está indicado sustituir las sondas uri­
narias a intervalos fijos de tiempo9. En la práctica totalidad de los
pacientes con sonda urinaria mantenida a largo plazo se produ­
cirá bacteriuria. El tratamiento antimicrobiano sólo está indicado
en los pacientes sintomáticos.

MANEJO DE LAS HERIDAS


Para favorecer la curación de las heridas, prevenir su infección y
minimizar la transmisión de microorganismos a otros pacientes
y al personal sanitario, resulta esencial el correcto manejo de las
heridas en el entorno de los cuidados paliativos. Las heridas se
colonizan rápidamente con varios microorganismos, lo que puede
terminar produciendo una infección. Los microorganismos infec­
tantes se pueden adquirir de forma endógena, a partir de la propia
flora del paciente, o de forma exógena, desde el ambiente o a tra­
vés de las manos de los trabajadores sanitarios.
Antes del cuidado de las heridas se debe realizar una correcta
higiene de manos. Se utilizarán guantes limpios, y un delantal si
existe riesgo de contaminación de la ropa. Se deben utilizar apó­
sitos que favorezcan la curación de la herida. Todos los desechos
clínicos generados se eliminarán de forma apropiada. Los guantes
y el delantal utilizados se deben desechar tras el cuidado de la
herida.

FIGURA 92-3 El estricto cumplimiento de una técnica aséptica durante la


MICROORGANISMOS MULTIRRESISTENTES
manipulación del catéter y unos buenos cuidados del punto de inserción son Los microorganismos multirresistentes (MMR), como SARM, ERV y
fundamentales para prevenir las infecciones relacionadas con catéteres. bacterias gramnegativas multirresistentes (BGNMR), son muy fre­
cuentes. Muchos enfermos de cuidados paliativos han tenido una
prolongada exposición a diversos servicios sanitarios y corren el
riesgo de estar infectados o colonizados con un MMR. La infec­
ción con uno de estos microorganismos puede ser difícil de tra­
Para prevenir la contaminación del sistema y la consiguiente
tar y puede originar gran morbilidad y hasta la muerte. Siempre
infección resulta fundamental el manejo aséptico del conector
que sea posible, es importante prevenir la aparición y reducir el
cónico del catéter, de los puertos de conexión y de los equipos
riesgo de diseminación de estos microorganismos entre la pobla­
de mantenimiento. Los equipos de mantenimiento se deben cam­
ción de enfermos de cuidados paliativos. Algunos factores de
biar a intervalos de 72 horas, a menos que se sospeche o se docu­
riesgo potencialmente modificables para la adquisición de SARM
mente una infección relacionada con el catéter. Los componentes
y ERV son la exposición previa a antimicrobianos y la presencia
sin agujas y las fundas también se deben cambiar con la misma
de dispositivos invasores colocados de forma permanente. Se
frecuencia. Los puertos de acceso se deben limpiar con un anti­
debe hacer una juiciosa utilización de agentes antimicrobianos
séptico apropiado antes de su utilización y sólo se introducirán en
y reducir al mínimo los dispositivos invasores permanentes. En
ellos dispositivos estériles8. Se debe evitar la utilización de viales
todos los pacientes se utilizarán de forma rutinaria precauciones
de dosis múltiples por el potencial de contaminación del conte­
estándar para el control de la infección, tanto si se sabe que alber­
nido del vial y la subsiguiente transmisión de una infección.
gan MMR como si no.
El ulterior manejo para el control de la infección depende del
Infección por la sonda urinaria contexto de los cuidados sanitarios. En instituciones de cuidados
agudos, se deben instituir precauciones de contacto en todos
La vía urinaria es la zona anatómica más frecuente de infecciones los casos conocidos o sospechosos de estar infectados o colo­
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

relacionadas con cuidados sanitarios, y la mayoría de ellas están nizados con estos microorganismos. Se utilizarán bata y guantes
asociadas a la existencia de una sonda urinaria. La infección puede para todas las acciones que puedan suponer un contacto con el
complicarse con prostatitis, epididimitis, pielonefritis o infección paciente o el contacto con áreas potencialmente contaminadas
hematógena por gramnegativos. Numerosas infecciones del tracto de su entorno. El equipamiento no crítico del enfermo, como
urinario (ITU) se podrían evitar con el adecuado manejo de la estetoscopios y manguitos para medida de la presión arterial, no
sonda urinaria. se deben intercambiar entre pacientes, o se utilizarán artículos
Antes y después de la manipulación de la sonda y de los demás clesechables de un solo uso. Los enfermos infectados o coloniza­
instrumentos se debe observar una correcta higiene de manos. dos deben ser sometidos a aislamiento de la fuente, en una habi­
Durante la colocación de la sonda se debe seguir una técnica tación individual o en una unidad de cohorte de pacientes con la
aséptica y utilizar un equipo estéril. Se elegirá la sonda de menor misma infección.
diámetro que permita el libre flujo de la orina. Se debe mantener A la hora de tomar la decisión de implementar o modificar
un sistema permanente de drenaje cerrado estéril, y las bolsas de precauciones de contacto en instituciones de cuidados crónicos,

ERRNVPHGLFRVRUJ
514 SE C C IÓ N E | Infecciones

se debe considerar la situación clínica de cada paciente infectado Si un enfermo con TB contagiosa conocida o sospechada está
o colonizado con MMR, junto con la prevalencia de estos micro­ siendo atendido en su domicilio, el trabajador sanitario que lo
organismos en esa determinada institución. En aquellos pacien­ atiende debe utilizar una mascarilla N95 y no debe realizar ningún
tes que son prácticamente independientes para las actividades tipo de actividad que genere aerosoles. El esputo debería obte­
de la vida diaria, se utilizarán precauciones estándar, procurando nerse en un entorno lejos de otras personas, ventanas y tomas de
que se utilicen guantes y batas para el contacto con secrecio­ ventilación4.
nes y heridas no controladas. Para los enfermos dependientes y
para aquellos otros cuyas secreciones o drenajes no puedan ser
bien controlados, se instaurarán precauciones de contacto. Si se
dispone de habitaciones individuales, se debe dar prioridad a los VIRUS VARICELA-ZÓSTER
enfermos con infecciones conocidas o sospechadas por MMR, La infección primaria por el virus varicela-zóster (W Z ) pro­
especialmente aquellos cuyos procesos puedan facilitar la trans­ voca varicela, que habitualmente es una enfermedad leve en la
misión, como en el caso de secreciones o excreciones que no se
infancia. Sin embargo, en los adultos puede complicarse con
puedan retener. neumonía, que puede llegar a ser grave, y los pacientes inmuno-
En el entorno doméstico, se deben seguir precauciones deprimidos pueden desarrollar infección diseminada, que puede
estándar, cerciorándose del uso de guantes y batas para el con­
ser fatal. El herpes zóster («culebrillas») es una manifestación
tacto con heridas, excreciones y secreciones no controladas. La local de la reactivación de una infección latente por varicela en
cantidad de equipamiento reutUizable que se lleva al domicilio los ganglios de las raíces dorsales y habitualmente queda con­
debe ser limitada e, idealmente, se debe mantener allí hasta que el
finada a un dermatoma. En los enfermos inmunocleprimidos se
enfermo ya no requiera cuidados domiciliarios. En caso contrario, puede producir zóster diseminado. Tras el contacto con un her­
el equipamiento no crítico se debe limpiar y desinfectar antes de
pes zóster o una varicela, los individuos no inmunes pueden
sacarlo de la casa10.
desarrollar varicela.
El W Z se transmite de persona a persona por contacto directo
o por vía respiratoria a partir de secreciones respiratorias o del
TUBERCULOSIS líquido vesicular. Para reducir al mínimo la transmisión a los
La tuberculosis (TB) es una infección producida por el complejo pacientes y al personal no inmune, los enfermos con varicela o
Mycobacterium tuberculosis. Muchas infecciones primarias son con herpes zóster diseminado deben ser atendidos en una habita­
asintomáticas y la mayor parte de las personas que se infectan ción individual, idealmente con ventilación de presión negativa, y
permanecen como portadores latentes. En personas con alguna se deben aplicar tanto precauciones de contacto como de trans­
alteración de la función inmunitaria, especialmente la infección misión aérea12. Los enfermos con herpes zóster localizado deben
por VIH, el riesgo de desarrollar una infección activa tras la pri­ ser atendidos en una habitación individual si existe potencial de
mera exposición, o de reactivación de una infección latente, es exposición a individuos no inmunes o inmunodeprimidos, y se
elevado. observarán precauciones de contacto.
La TB se transmite habitualmente a través de pequeñas Los enfermos inmunodeprimidos corren el riesgo de graves
gotitas (^5nm), producidas por el enfermo con TB pulmonar complicaciones si adquieren la varicela. Para los enfermos inmu­
«abierta» durante la tos y el estornudo. Por su pequeño tamaño, nodeprimidos no inmunes que hayan tenido una significativa
estas partículas pueden permanecer en el aire durante consi­ exposición al W Z se recomienda la administración de inmu-
derables períodos de tiempo y pueden ser dispersadas amplia­ noglobulina varicela-zóster (IGVZ). La exposición por contacto
mente por las corrientes de aire. Si se inhalan, pueden llegar directo se define como más de 1 hora de contacto con una per­
hasta los alveolos, donde pueden producir infección, latente o sona contagiosa en el interior de una habitación; la exposición
activa. En instituciones de cuidados agudos y en otras de cuida­ sustancial para los contactos hospitalarios conlleva haber com­
partido la misma habitación del hospital con un paciente con­
dos crónicos se ha producido transmisión de la TB a otros enfer­
mos, y esta transmisión se ha producido también en trabajadores tagioso o el contacto prolongado directo y cara a cara con una
sanitarios en diversos entornos de cuidados agudos, crónicos y persona contagiosa. La administración de IGVZ en el transcurso
domiciliarios. de las primeras 96 horas tras el contacto significativo puede pre­
Los enfermos con TB pulmonar que se sabe o se sospecha que venir o modificar la infección por WZ12. Los pacientes no inmu­
tiene frotis de esputo positivos deben ser atendidos en habitacio­ nes expuestos a varicela que se encuentren en una instalación
de cuidados sanitarios deben ser atendidos en una habitación
nes individuales con ventilación de presión negativa (conocidas
también como habitaciones de aislamiento para infecciones trans­ individual con medidas adecuadas para el control de la infección
mitidas por el aire o All). La puerta debe permanecer cerrada en desde los 10 días posteriores a la primera exposición hasta 21 días
todo momento. El personal sanitario que entre en la habitación tras la exposición más reciente. En pacientes que hayan recibido
debe utilizar una mascarilla respiratoria especial (N95) ajustada y IGVZ, este período de aislamiento se debe extender a 28 días tras
probada para cada persona. El enfermo sólo debe salir de la habi­ la exposición más reciente. Todos los trabajadores sanitarios sus­
tación para los necesarios procedimientos y deberá llevar una ceptibles deben ser vacunados frente al W Z , y también se reco­
mascarilla quirúrgica durante ese tiempo4. mienda la inmunización para los contactos familiares de enfermos
En casos de TB confirmada, las precauciones de aislamiento se inmunodeprimidos13.
pueden interrumpir una vez que el enfermo haya recibido trata­
miento polifarmacológico estándar anti-TB, haya mejorado clínica­
mente y tenga tres frotis consecutivos negativos para la presencia PROTECCIÓN DEL TRABAJADOR SANITARIO
de bacilos ácido-alcohol resistentes (BAAR) en muestras de esputo
obtenidas a intervalos de entre 8 y 24 horas, y de las que al menos Por su contacto con enfermos y material infectado procedente de
una sea un espécimen recogido a primera hora de la mañana11. Los éstos, numerosos trabajadores sanitarios pueden correr riesgo de
enfermos con TB contagiosa conocida o sospechada pueden per­ exposición y posible contagio de enfermedades infecciosas. Los
manecer en instituciones de cuidados crónicos siempre que dis­ proveedores de cuidados sanitarios tienen la responsabilidad de
pongan de los adecuados controles administrativos y ambientales garantizar al trabajador que el riesgo de adquirir una enfermedad
(incluida la capacidad de establecer precauciones frente a transmi­ infecciosa por exposición laboral es el mínimo posible. Las infec­
sión aérea). En caso contrario, deben ser transferidos a una instala­ ciones transmisibles en los trabajadores sanitarios se deben identi­
ción en la que puedan recibir la adecuada atención sanitaria. ficar inmediatamente, de forma que se pueda reducir el riesgo de

PARTE II EL P A C I E N T E
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Prevención y control de las infecciones I C A P ÍT U L O 92 515

transmisión posterior a los enfermos y a otros trabajadores de la


Pe rsp ectivas futuras
plantilla.
Entre las medidas para proteger de la infección a los trabaja­ Una crítica frecuente es que las precauciones implantadas para el
dores sanitarios se incluye su inmunización, educación y entre­ control de la infección por MMR tienen un negativo impacto sobre el
namiento, y la declaración de las enfermedades y accidentes que bienestar psicosocial de los enfermos terminales y, por tanto, no son
pudieran ocurrir. Todos los trabajadores sanitarios deben estar acordes con el modelo holístico de la medicina paliativa. Sin embargo,
inmunizados frente a enfermedades evitables por vacunación, los MMR pueden originar una significativa morbilidad por infección y
como hepatitis B, gripe, sarampión, parotiditis, rubéola y varicela- hasta la muerte, por lo que la reducción de su transmisión es de capi­
zóster. Además, se deben llevar a cabo pruebas diagnósticas basa- tal importancia. Las necesidades del paciente se deben considerar en
les para detectar infecciónTB latente13. cada caso individual y se debe sopesar el contexto en el que se está
Antes de empezar a trabajar en una institución, todos los tra­ atendiendo al enfermo y el riesgo que supone para otros enfermos.
bajadores deben recibir la adecuada educación y entrenamiento Lavigilancia es una actividad clave para el control de la infección. Se
en el control de la infección, y este entrenamiento se debe refor­ dispone de información muy limitada sobre la incidencia de infec­
zar al menos una vez al año por medio de un programa de educa­ ciones y de los resultados de las prácticas de control en el contexto
ción continuada. Los trabajadores sanitarios deben ser entrenados de los cuidados domiciliarios. En el futuro, se debe abordar este
en los principios básicos del control de la infección, como son déficit para describir el desarrollo de intervenciones específicas
la higiene de manos, el uso de EPP, el manejo y eliminación de orientadas para su implementación en el domicilio del paciente.
objetos punzantes y desechos, y la limpieza y descontaminación
del equipo y del entorno. Los trabajadores deben ser conscientes
de las políticas y normativas locales para el control de la infec­
ción. Todo el personal dispondrá de las adecuadas instalaciones sistemática de aparición de enfermedades en una población; con­
para higiene de manos y recibirá el apropiado EPP cuando esté lleva la obtención, registro, análisis e interpretación de los datos.
indicado. Los principales objetivos son el conocimiento de las tasas de infec­
Las enfermedades del personal de plantilla se informarán al ción, reducir dichas tasas por retroalimentación de los resultados
encargado correspondiente, de forma que los trabajadores con obtenidos, identificar brotes de enfermedades infecciosas, facilitar
una infección potencialmente transmisible a los enfermos atendi­ la comparación de las tasas de infección entre distintas organiza­
dos por ellos puedan ser separados del puesto de trabajo hasta ciones sanitarias y evaluar las medidas de control instauradas en
que dejen de ser contagiosos. Todas las lesiones por objetos pun­ cada institución. Vigilancia es «información para la acción», por lo
zantes deben ser declaradas inmediatamente, de forma que se que resulta fundamental que la información obtenida llegue hasta
pueda instaurar lo antes posible la necesaria profilaxis postexposi­ aquellos que pueden influir en la adopción de prácticas de control.
ción (v. «Virus de transmisión hemática»). Las definiciones y los métodos estándar de obtención de los datos
deben formar parte de un consenso a nivel regional o nacional de
forma que sea posible obtener comparaciones válidas de los datos.
VIRUS DE TRANSMISIÓN HEMÁTICA
Los virus de transmisión hemática son virus que se transmiten por ATENCIÓN DOMICILIARIA
contacto con sangre o líquidos corporales infectados. Entre ellos
se incluyen el VIH, VHB y VHC. En el entorno sanitario, el riesgo Se ha producido una sustancial expansión de los cuidados domicilia­
de adquisición de un virus de transmisión hemática como conse­ rios. La mayoría de las directrices sobre prácticas para el control de
cuencia de una lesión con un objeto punzante depende tanto de la infección están específicamente diseñadas para el entorno de cui­
la prevalencia de la infección en la población atendida como de dados agudos, y muchas de estas prácticas recomendadas son inne­
la probabilidad de que se produzcan incidentes de inoculación cesarias o inadecuadas en la asistencia domiciliaria. Con frecuencia,
durante los procedimientos realizados. El riesgo de infección tras las prácticas de control de la infección en la asistencia domiciliaria
una exposición percutánea a la sangre de una persona infectada pueden no derivar de evidencias científicas. Con el fin de estudiar el
por el VHB es del 5-30%; por sangre de una persona infectada con efecto de diversas intervenciones de control sobre la incidencia de
VHC, del 0-7%; y del 0,3% por sangre de una persona VIH-positiva. estas infecciones y concebir directrices claras y basadas en la evi­
Diversos factores han sido asociados con un aumento del dencia para el control de la infección en este entorno domiciliario,
riesgo de infección por virus de transmisión hemática tras lesio­ es necesario establecer una vigilancia de las infecciones relaciona­
nes percutáneas, incluyendo el tipo y la cantidad de sangre o de das con la asistencia domiciliaria15(v. «Perspectivas futuras»).
líquidos corporales inoculados, el tipo de aguja involucrada, la
naturaleza de la lesión y la infectividad del enfermo fuente. B I B L I O G R A F Í A
Si un trabajador sanitario sufre una lesión por objeto punzante,
1. Gamer JS; and the Hospital Infection Control Practices Advisory Group.
debe favorecerse que la herida sangre y limpiarse después con Guideline for Isolation Precautions: Preventing Transmission o f Infectious
agua y jabón. El incidente se debe informar con arreglo a las nor­ Agents in Healthcare Settings, 2007. Available at http://www.cdc.gov/ncidod/
mativas de la organización, y la evaluación de la exposición por un dhqp/gl_isolation.html (accessed October 2007).
médico encargado de estos incidentes se debe realizar tan pronto 2. Centers for Disease Control and Prevention. Guideline for hand hygiene in
healthcare settings: Recommendations o f the Healthcare Infection Control
como sea posible para determinar la necesidad de profilaxis pos­
Practices Advisory Committee and the HICPAC/SHEA/APIC/IDSA Hand
texposición frente al VHB y/o al VIH14. Hygiene Taskforce. MMWR 2002;51(RR-l6):l-45.
Todas las organizaciones sanitarias deben tener programas de 3. Centers for Disease Control and Prevention. Guidelines for preventing healthcare-
prevención para reducir el riesgo de transmisión laboral de virus associated pneumonia, 2003: Recommendations o f CDC and the Healthcare Infec­
tion Control PracticesAdvisory Committee. MMWR 2004;53(RR-3): 1-36.
transmitidos por la sangre, lo que incluye la inmunización rutina­
4. Centers for Disease Control and Prevention. Guidelines for preventing the
ria de todos los trabajadores frente al VHB, el uso de dispositivos transmission o f Mycobacterium tuberculosis in healthcare settings, 2005.
sin aguja y el manejo de las lesiones por objetos punzantes. MMWR 2005;54(RR-17): 1-141.
5. National Institute for Occupational Safety and Health. Preventing Needlestick
Injuries in Health Care Settings. Available at http://www.cdc.gov/niosh/
pdfs/2000-108.pdf (accessed October 2007).
VIGILANCIA 6. Centers for Disease Control and Prevention. Guidelines for environmental
infection control in healthcare facilities: Recommendations o f CDC and the
La vigilancia es un componente fundamental de las prácticas de Healthcare Infection Control Practices Advisory Committee (HICPAC). MMWR
control de la infección. Se entiende por vigilancia la monitorización 2003;52(RR-10): 1-44.

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516 SE C C IÓ N E | Infecciones

7. Advisor)' Committee on Immunization Practices. Recommended adult immu­ El término infección del tracto urinario (ITU) describe una infec­
nization schedule—United States, October 2006-September 2007. MMWR ción de cualquier porción de las vías urinarias. Bacteriuria es la
2006;55(40):Q1-Q4.
8. Centers for Disease Control and Prevention. Guidelines for the prevention of presencia de bacterias en la orina, detectadas en el laboratorio,
intravascular catheter-related infections. MMWR 2002;51(RR-10):l-29- y no necesariamente significa que exista ITU. La presencia de
9. Wong ES. Guideline for prevention o f catheter-associated urinary tract infec­ 105 bacterias por mililitro de orina se define como bacteriuria
tions. Am J Infect Control 1993;11:28-36. significativa y excede el número de bacterias esperado por con­
10. Siegel JD, Rhinehart E, Jackson M, et al. Management o f Multidrug-Resistant
Organisms in Healthcare Settings, 2006. Available at http://www.cdc.gov/
taminación a partir de la uretra distal. Entre las ITU de las vías
ncidod/dhqp/pdf/ar/mdroGuideline2006.pdf (accessed October 2007). urinarias bajas se incluyen las infecciones de la vejiga (cistitis),
11. Centers for Disease Control and Prevention. Controlling tuberculosis in the la uretra (uretritis), la próstata (prostatitis) y las estructuras adya­
United States: Recommendations from the American Thoracic Society, CDC centes (epididimoorquitis). Las ITU de las vías urinarias altas son
and the Infectious Diseases Society o f America. MMWR 2005;54(RR-12):1-81. las infecciones del parénquima y de la pelvis renal (pielonefri-
12. Centers for Disease Control and Prevention. Prevention o f varicella:
Recommendations o f the Advisory Committee on Immunization Practices
tis). El término urosepsis refiere a la septicemia originada a partir
(ACIP). MMWR 1996;45(RR-ll):l-36. de una ITU.
13- Centers for Disease Control and Prevention. Immunization o f healthcare wor­
kers: Recommendations of the Advisory Committee on Immunization (APIQ
and the Healthcare Infection Control Practices Advisory Committee (HICPAC).
MMWR 1997;46(RR-18):l-42.
14. Centers for Disease Control and Prevention. Updated U.S. Public Health CIENCIAS BÁSICAS
Service Guidelines for the management o f occupational exposures to HBV,
HCV and HIV and recommendations for postexposure prophylaxis. MMWR Para que se produzca una ITU, un microorganismo debe tener la
2001;50(RR-ll):l-52. oportunidad de entrar en contacto con el huésped, es imprescin­
15. Rhinehart E. Infection control in home care. Emerg Infect Dis. 2001 ;7:208-211.
dible que colonice el uroepitelio y debe estimular las defensas
inmunitarias del huésped y sobrevivir a su respuesta. La existen­
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S cia de anomalías anatómicas plantea una dificultad añadida para la
respuesta inmunitaria del huésped y favorece al microorganismo
Damani NN. Manual of Infection Control Procedures. London: en su lucha por establecer la infección.
Greenwich Medical Media, 2003. Escherichia coli es la causa más frecuente de ITU. Es además
Rhinehart E, Friedman MM. Infection Control in Home Care. uno de los principales microorganismos constitutivos de la flora
Boston:Jones and Bartlett, 2005. normal del colon, donde no provoca enfermedad. Las cepas de
Wilson J. Infection Control in Clinical Practice. London: Bailliere E. coli aisladas de la orina de enfermos con ITU presentan una
Tindall, 2001. mejor adherencia in vitro a las células del uroepitelio y a las del
epitelio periuretral que las cepas presentes en las heces de los
individuos normales1,2. Las estructuras de la superficie bacteriana
denominadas fimbrias de tipo 1 intervienen en la adhesión bacte­
riana a las células del uroepitelio3-6. Más del 95% de los aislmien-
tos de E. coli, independientemente de su origen, expresan fimbrias
de tipo 1. Diversos estudios epidemiológicos no han encontrado
evidencias sobre una distribución diferencial de fimbrias de tipo
1 entre aislamientos uropatógenos y fecales de personas sanas7.
Las fimbrias de tipo 1 están formadas por una subunidad estruc­

I CAPÍTULO 93 tural mayor (FimA) y varias subunidades menores (incluida la


FimH de adhesión) codificadas por el grupo de genes FIM. La pro­
teína FimH se encuentra en el extremo de la fimbria y esparcida
a todo lo largo del tallo8. Las variaciones fenotípicas en la FimH
Infecciones del tracto urinario influyen en la capacidad de cada microorganismo para unirse al
uroepitelio y originar así una ITU9. Por sí solas no son las fimbrias
de tipo 1, sino su composición, las que influyen en la capacidad
Nabin K. Shrestha
del microorganismo para adherirse a las células del uroepitelio y
provocar ITU.
En E. coli se han descrito también otros factores de virulen­
© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
cia. Algunos de los mejor caracterizados son quizás las fimbrias
P, estructuras de la superficie bacteriana que se pueden unir a
los glucolípidos que contienen una porción Gal(oe-4)Gal(3(Gal-
P U N T O S Gal), terminal o interna10,11. Los glucolípidos con una porción
Gal-Gal son los predominantes en las células del epitelio renal
* Las infecciones del tracto urinario (ITU) s humano12. Las fimbrias P están estrechamente asociadas a la
nes infecciosas más frecuentes asociadas al 1 capacidad de producir pielonefritis13-15. A nivel estructural, las
permanentes. fimbrias P están compuestas por una subunidad mayor (PapA)
> Las pruebas básicas de laboratorio para el diagnóstico son el análisis de y varias subunidades menores (entre las que se incluye PapG)
orina y el cultivo de orina, pero ambas pueden llevar a error si el enfermo codificadas por el grupo de genes PAP. La subunidad PapG se
tiene colocada una sonda urinaria permanente. encuentra en el extremo de la fimbria P y su variación feno-
» La presencia de bacteriuria significativa indica generalmente la existencia típica influye en la capacidad del microorganismo para pro­
de ITU, aunque si el microorganismo aislado es Staphylococcus aureus, es ducir pielonefritis, de igual forma que la variación de la FimH
más probable que se deba a una bacteriemia secundaria. influye en la adhesión al uroepitelio de E. coli con fimbrias
» El tratamiento empírico inicial se debe adaptar a cada caso con antibióticos de tipo 1.
de espectro reducido, una vez que se disponga de los datos del cultivo y de La respuesta del huésped a los patógenos urinarios depende
la .sensibilidad. de que dicho huésped reconozca la presencia de las bacterias y de
» Las sondas urinarias permanentes se deben utilizar sólo cuando sea necesa­ las defensas que se desencadenen para evitar que esos microorga­
rio, se extraerán sin demora una vez que ya no sean necesarias y se elimina­ nismos puedan producir daños. El reconocimiento de los uropató­
rán o cambiarán puntualmente si se sospecha la existencia de ITU. genos depende tanto de mecanismos dependientes del receptor
toll-likeA (TLR4) (por reconocimiento del lipopolisacárido) como

PARTE I I EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Infecciones del tracto urinario I C A P ÍT U L O 93 517

de mecanismos independientes deTLR41617. Las células epiteliales El primer paso en la ITU ascendente es la colonización de la
responden a E. co/mropatógeno segregando interleucina 8 (IL8)18. región periuretral y de la uretra distal por bacterias patógenas.
Los anticuerpos anti-IL8 bloquean la migración de los neutrófilos Esta fase va seguida por la introducción de las bacterias en la
a través de las capas de células epiteliales infectadas y el trata­ vejiga de la orina, un proceso que se ve facilitado por la presencia
miento con IL8 recombinante favorece este proceso en ausencia de una sonda urinaria permanente. El siguiente paso es la multi­
de bacterias18. El tratamiento con anticuerpos bloquea el paso de plicación bacteriana en la vejiga, ayudada por la estasis urinaria
neutrófilos a la orina y hace que se acumulen bajo el epitelio renal y por una evacuación vesical incompleta. El siguiente paso es el
y vesical19. La IL8 desempeña su actividad biológica a través de los ascenso a los uréteres y a la pelvis renal, favorecido por el reflujo
receptoresy CXCR2 acoplados a proteína G. Su efecto sobre la qui- vesicoureteral y el embarazo. Desde la pelvis renal, las bacterias
miotaxis de los neutrófilos es más acusado a través de CXCR120. acceden al parénquima a través de un reflujo intrarrenal, la mayor
Las personas con déficit detienen una mayor susceptibilidad de parte de las veces en los polos superior e inferior de los riñones
padecer ITU, lo que apoya la idea de que la IL8 desempeña un (v. cuadro 93-2).
importante papel en la respuesta inflamatoria del huésped frente En la patogenia de las ITU asociadas a la presencia de sonda
a las ITU21. La respuesta del huésped en la ITU consiste en el reco­ urinaria, es importante la formación de biopelículas. Las biope-
nocimiento de los patógenos (proceso en el que posiblemente lículas están compuestas por proteína de Horsfall, cristales de
está involucrado) y en el reclutamiento de neutrófilos a las vías estruvita y apatita, productos bacterianos y bacterias vivas22. Las
urinarias (secreción de IL8 por las células uroepiteliales y quimio- biopelículas proporcionan un refugio seguro para los microorga­
taxis de los neutrófilos mediada por IL8). nismos, donde quedan protegidos de las células efectoras inmuni-
tarias, de las citocinas y de los antibióticos24.
La siembra bacteriémica se produce cuando las bacterias son
EPIDEMIOLOGÍA Y PREVALENCIA filtradas por los glomérulos renales. Ésta es la patogenia de los
Las ITU son muy frecuentes; anualmente se diagnostican en abscesos renales por Staphylococcus aureus y Candida spp. Las
150 millones de personas22. Las ITU asociadas a sondas urinarias ITU producidas por bacilos gramnegativos son habitualmente
son las infecciones nosocomiales más frecuentes, responsables del consecuencia de una infección ascendente, no de una siembra
40% de todas las infecciones adquiridas en el hospital22. Más del hematógena.
95% de las ITU son monomicrobianas. E. coli es el microorganismo Algunas causas importantes de ITU recurrentes son las ano­
más frecuente (cuadro 93-1)23. malías congénitas y los cambios anatómicos posquirúrgicos
que provocan obstrucción de la vía urinaria o estasis urinaria,
las comunicaciones fistulosas que afectan al tracto urinario, las
FISIOPATOLOGÍA enfermedades de la médula espinal que producen estasis vesical,
la nefrolitiasis, la presencia de sondas urinarias permanentes de
Existen dos rutas principales por las que las bacterias llegan a las forma crónica y la instrumentación frecuente.
vías urinarias. La más frecuente es la ruta ascendente, en la que
las bacterias que colonizan la región periuretral penetran en el
tracto urinario. La segunda es la siembra hematógena del riñón
durante una bacteriemia. Las ITU ascendentes se asocian frecuen­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
temente con factores predisponentes que facilitan la infección Los síntomas varían entre las ITU altas y bajas. La pielonefritis
(cuadro 93-2). se manifiesta habitualmente con fiebre elevada acompañada de
escalofríos, dolor en el costado y, a veces, diarrea. Habitualmente,
las ITU bajas se caracterizan por disuria, tenesmo, polaquiuria y,
a veces, molestias suprapúbicas y febrícula. Las ITU se pueden
complicar con una septicemia. Los ancianos pueden presen­
tar sólo confusión. Cualquier paciente anciano que presente
un estado confusional agudo, especialmente si es portador de
sonda urinaria, debe ser evaluado para detectar la presencia de
ITU. Entre las complicaciones de la ITU se incluyen pionefro-
sis, abscesos renales, abscesos perirrenales, prostatitis crónica y
septicemia.

DIAGNÓSTICO
El diagnóstico se realiza por las características clínicas y las
pruebas de laboratorio. Las pruebas útiles de laboratorio son el
análisis de orina y el cultivo de orina. El análisis de orina revela
habitualmente la presencia de piuría. La esterasa leucocitaria
puede ser positiva, al igual que los nitritos. La esterasa leucocita­
ria refleja la presencia de leucocitos en la orina. La detección de
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

nitritos es un marcador de la presencia de bacterias productoras


de nitratos en la orina. Los enfermos con piuría pueden tener
o no una infección25. El cultivo de orina revela los microorga­
• Sexo femenino. nismos, los identifica y proporciona datos de sensibilidad anti­
• Obstrucción o estasis del tracto urinario. microbiana. Si el cultivo de orina es positivo pero el urianálisis
• Reflujo vesicoureteral. es normal, dicho cultivo positivo puede representar una coloni­
• Lesiones renales preexistentes como cicatrices del parénquima. zación de la vejiga o de la sonda o una contaminación durante
• Nefrolitiasis. la obtención de la muestra. Los pacientes con sondas urinarias
• Diabetes mellitus. colocadas de forma crónica pueden presentar piuría por la irri­
• Embarazo. tación y la subsiguiente inflamación de bajo grado inducida por
• Instrumentación del tracto urinario. la propia sonda. Además, estos pacientes pueden tener también
una colonización vesical crónica sin verdadera infección. Por

ERRNVPHGLFRVRUJ
518 SE C C IÓ N E | Infecciones

tanto, las pruebas de laboratorio no deberían ser la única base


Pe rsp ectivas futu ras
sobre la que apoyar un diagnóstico. Para llegar al diagnóstico se
debe utilizar la información de estas pruebas en conjunción con • Probióticos com o Lactobacillus para prevenir la recurrencia de ITU.
el cuadro clínico. No existen pruebas de laboratorio precisas • Colonización con bacterias no patógenas para prevenir la produc­
que puedan distinguir entre ITU altas y bajas. Esa determinación ción de ITU en pacientes con sondas urinarias permanentes coloca­
se realiza fundamentalmente sobre la base de las caracterís­ das de forma crónica o con estasis vesical crónica.
ticas clínicas. El aislamiento de S. aureus en la orina debe lle­ • Vacunas antiadhesinas.
var siempre a investigar la existencia de bacteriemia por este
microorganismo.

urinarias permanentes durante períodos de tiempo mayores de lo


TRATAMIENTO necesario. Se tratarán las litiasis renales que provocan obstrucción.
Se evitarán los fármacos que pueden alterar el vaciado vesical. Para
La Infectious Diseases Society of America ha publicado directrices
prevenir ITU recurrentes se han utilizado ampliamente productos
para el tratamiento de la cistitis aguda y de la pielonefritis no com­
derivados de los arándanos (zumos y comprimidos). Un metaaná-
plicada en mujeres26.Algunas evidencias han mostrado la eficacia
lisis de ensayos clínicos aleatorizados sugiere que esos productos
de los ciclos cortos de antibióticos. Siempre que sea posible, el tra­
redujeron la producción de ITU recurrentes a lo largo de 1 año en
tamiento debe estar basado en los resultados del cultivo y en los
mujeres, aunque existieron tasas significativas de falta de cumpli­
datos de sensibilidad. La resistencia antimicrobiana es un hecho
miento33. El zumo de arándanos no previene las ITU en los ancia­
cada vez más reconocido en las ITU27.
nos hospitalizados34. Las cápsulas con extractos de arándanos no
Cuando una ITU se trata con un antimicrobiano al que el
reducen la bacteriuria ni la piuría en pacientes con lesión de la
microorganismo causal es sensible in vitro, se producen tasas
médula espinal y vejiga neurógena35. Existe una sustancial interac­
más elevadas de curación28. En las ITU complicadas, el éxito
ción farmacológica entre la warfarina y el zumo de arándanos, lo
del tratamiento no sólo depende de la selección del antimicro­
que provoca una elevación del índice normalizado internacional
biano adecuado sino de la corrección de otros factores que pre­
(INR)36. Los derivados de los arándanos no reducen drásticamente
disponen o perpetúan la infección. Este hecho puede incluir la
la incidencia de ITU, aunque, si se utilizan, es necesario llevar a
eliminación o el cambio de sondas urinarias infectadas, el trata­
cabo una estrecha vigilancia del INR durante la anticoagulación
miento de una litiasis renal obstructiva o no obstructiva y la eli­
con warfarina.
minación o sustitución de fármacos que enlentecen el vaciado
Un área actualmente en investigación es el uso de probió­
vesical.
ticos para prevenir las ITU. Algunos productos específicos de
La elección del antibiótico se realiza preferiblemente con el
Lactobacillus reducen las recurrencias de ITU en mujeres, aunque
adecuado conocimiento de la microbiología de las ITU y de la
sin regulación es difícil determinar si un determinado producto
farmacocinética de los medicamentos utilizados. La mayoría de
comercializado y del que se hace publicidad presenta algún tipo
las infecciones ascendentes están producidas por microorganis­
de eficacia37. Además, se pueden producir infecciones graves por
mos entéricos y su tratamiento empírico debe ir dirigido a las
Lactobacillus38-39. Estudios de tipificación en niños con bacterie­
bacterias gramnegativas entéricas. Trimetoprima-sulfametoxazol
mia por Lactobacillus demostraron que las cepas de lactobacilos
y ciprofloxacino son los fármacos favoritos por su amplio espec­
aisladas de la sangre eran indistinguibles de las cepas del pro-
tro de actividad antimicrobiana (frente a la flora entérica) y sus
biótico ingerido40,41. Las infecciones más graves por Lactobacillus
convenientes propiedades farmacocinéticas que permiten una
se producen en personas con enfermedades graves subyacentes42.
dosificación oral. A la hora de elegir entre diversos antibióticos,
El reto de los probióticos no es tanto una preocupación de segu­
puede ser juicioso seleccionar uno que se excrete predomi­
ridad sino la capacidad de determinar su eficacia. Otros enfoques
nantemente por la orina en vez de otro que se excrete funda­
preventivos actualmente en evaluación son las cepas avirulentas
mentalmente por el hígado. Esto es especialmente valioso en
de E. coli utilizadas para colonizar la vejiga, prevenir la coloniza­
los cuidados paliativos, donde puede ser preferible evitar la vía
ción por cepas virulentas, y los intentos de producir vacunas
intravenosa. Las ITU se pueden tratar con un antimicrobiano
antiadhesinas22 (v. «Perspectivas futuras»),
oral, como ciprofloxacino, a pesar de que tenga una sensibili­
dad reducida en las pruebas in vitro, porque las concentraciones
del antimicrobiano que se alcanzan en la orina de unos riñones B I B L I O G R A F Í A
con función normal son sustancialmente mayores que las de la 1. Hagberg L, Jodal U, Korhonen TK, et al. Adhesion, hemagglutination, and
sangre. virulence o f Escherichia coli causing urinary tract infections. Infect Immun
Habitualmente, la bacteriuria asintomática no requiere trata­ 1981;31:564-570.
miento29.Algunas excepciones son las mujeres embarazadas y los 2. Kallenius G, Mollby R, Winberg J. In vitro adhesion o f uropathogenic
Escherichia coli to human periurethral cells. Infect Immun 1980;28:972-980.
enfermos que van a ser sometidos a resección prostática transu-
3. Aronson M, Medalia O, Schori L, et al. Prevention o f colonization o f the urinary
retral o a instrumentación urológica30,31. En aquellos pacientes tract o f mice with Escherichia coli by blocking o f bacterial adherence with
que vayan a ser sometidos a operaciones urológicas en las que se methyl alpha-D-mannopyranoside.J Infect Dis 1979;139:329-332.
anticipe sangrado de la mucosa32, se debe realizar cribado preope­ 4. Keith BR, Maurer L, Spears PA, Orndorff PE. Receptor-binding function o f type
ratorio y tratamiento de la bacteriuria. No se obtiene beneficio 1 pili effects bladder colonization by a clinical isolate o f Escherichia coli.
Infect Immun 1986;53:693-696.
por tratar las bacteriurias asintomáticas en casos de lesiones de 5. IwahiT,Abe Y, Nakao M, et al. Role o f type 1 fimbriae in the pathogenesis of
la médula espinal o de enfermedades con estasis vesical en los ascending urinary tract infection induced by Escherichia coli in mice. Infect
pacientes ancianos o en aquellos con diabetes mellitus o con Immun 1983;39:1307-1315.
sonda urinaria permanente29. No existen recomendaciones para 6. Hultgren SJ, Porter TN, Schaeffer AJ, Duncan JL. Role o f type 1 pili and effects
o f phase variation on lower urinary tract infections produced by Escherichia
el tratamiento de la bacteriuria asintomática en los receptores de
coli. Infect Immun 1985;50:370-377.
trasplante renal29. 7. DuguidJP, Clegg S,Wilson MI.The fimbrial and non-fimbrial haemagglutinins of
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is the mannose-specific adhesin o f Escherichia coli type 1 fimbriae. Infect
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Los factores moclificables que puedan predisponer a ITU deben Escherichia coli by natural variation o f the FimH adhesin. Proc Natl Acad Sci
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PARTE II EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Infecciones adquiridas en el entorno de los cuidados sanitarios I C A P ÍT U L O 94 519

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TLR4-dependent activation signal to CD 14-negative ceUs. Mol Microbiol
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and neutrophil IL-8 receptor A in Escherichia cofó-induced transuroepithelial
neutrophil migration. Infect Immun 1997;65:3451-3456. • En el entorno de los cuidados sanitarios es frecuente la adquisición de infec­
19- Hang L, Frendeus B, Godaly G, Svanborg C. Interleukin-8 receptor knockout ciones responsables de una considerable morbilidad y mortalidad.
mice have subepithelial neutrophil entrapment and renal scarring following • La neumonía es la segunda infección nosocomial en frecuencia y es la prin­
acute pyelonephritis.J Infect Dis 2000;182:1738-1748. cipal causa de mortalidad por infecciones adquiridas en el entorno de los
20. Godaly G, Hang L, Frendeus B, Svanborg C.Transepithelial neutrophil migration
cuidados sanitarios.
is CXCR1 dependent in vitro and is defective in IL-8 receptor knockout mice.
J Immunol 2000;165:5287-5294. • Las infecciones del tracto urinario asociadas a sonda (ITUAS) son las infec­
21. Frendeus B, Godaly G, Hang L, et al. Interleukin 8 receptor deficiency confers ciones más frecuentes relacionadas con los cuidados sanitarios.
susceptibility to acute experimental pyelonephritis and may have a human • La posibilidad de infección hematógena relacionada con catéteres venosos
counterpart. J Exp Med 2000;192:881-890.
centrales (C V Q se debe tener en cuenta en cualquier paciente con CVC y
22. StammWE, Norrby SR. Urinary tract infections: Disease panorama and challen-
ges.J Infect Dis 2001;183(Suppl 1):S1-S4.
23. Ronald A. The etiology o f urinary tract infection: Traditional and emerging • Clostridium difficile es la causa más frecuente de diarrea infecciosa en
pathogens. Am J Med 2002;113(Suppl 1A):14S-19S. pacientes hospitalizados.
24. Trautner BW, Darouiche RO. Role o f biofilm in catheter-associated urinary tract
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25. Thysell H. Evaluation o f chemical and microscopical methods for mass detec­
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26. Warren JW, Abrutyn E, Hebei JR, et al. Guidelines for antimicrobial treatment ciplina formal en la década de 1950. El trabajo de referencia deno­
of uncomplicated acute bacterial cystitis and acute pyelonephritis in women.
minado Study on the Efficacy of Nosocomial Infection Control
Infectious Diseases Society o f America (TDSA). Clin Infect Dis 1999;29:745-758.
27. Gupta K, Scholes D, Stamm WE. Increasing prevalence of antimicrobial resis­ (SENIC) proporcionó evidencias de que la vigilancia y registro
tance among uropathogens causing acute uncomplicated cystitis in women. de la infección eran estrategias rentables para reducir las infec­
JAMA 1999;281:736-738. ciones adquiridas en el hospital (v. cap. 92)1. En la actualidad, las
28. Talan DA, Stamm WE, Hooton TM, et al. Comparison o f ciprofloxacin infecciones adquiridas en el entorno de los cuidados sanitarios
(7 days) and trimethoprim-sulfamethoxazole (14 days) for acute uncompli­
cated pyelonephritis pyelonephritis in women: A randomized trial. JAMA
siguen siendo un problema. En diciembre de 2004, el Institute of
2000;283:1583-1590. Healthcare Improvement lanzó en Estados Unidos la campaña
29. Nicolle LE, Bradley S, Colgan R, et al. Infectious Diseases Society o f America titulada «100.000 Vidas» en un intento por salvar vidas mejorando
guidelines for the diagnosis and treatment o f asymptomatic bacteriuria in la seguridad y eficacia de los cuidados sanitarios2.Tres de las seis
adults. Clin Infect Dis 2005;40:643-654. intervenciones propuestas iban enfocadas a disminuir las infeccio­
30. Smaill F. Antibiotics for asymptomatic bacteriuria in pregnancy. Cochrane
Database Syst Rev 2001 ;(2):CD000490. nes hospitalarias (p. ej., prevención de las infecciones por catéteres
31. Grabe M, Forsgren A, Hellsten S.The effect of a short antibiotic course in tran­ centrales, infecciones de la herida quirúrgica y neumonía asociada
surethral prostatic resection. Scand J Urol Nephrol 1984;18:37-42. al uso de ventilación mecánica). Las infecciones hospitalarias se ven
32. Rao PN, Dube DA, Weightman NC, et al. Prediction o f septicemia following cada vez más como marcadores potencialmente evitables de la cali­
endourological manipulation for stones in the upper urinary tract. J Urol
dad de los cuidados dispensados y de la seguridad del enfermo3.
1991;146:955-960.
33- Jepson RG, Mihaljevic L, Craig J. Cranberries for preventing urinary tract infec­ Las personas atendidas en unidades de cuidados paliativos o
tions. Cochrane Database Syst Rev 2004;(2):CD001321. en residencias para enfermos terminales o que requieren una inte­
34. McMurdo ME, BLssett LY, Price RJ, et al. Does ingestion o f cranberry juice racción con instalaciones sanitarias por su patología o para el tra­
reduce symptomatic urinary tract infections in older people in hospital? A tamiento de los síntomas, corren el riesgo de adquirir infecciones
double-blind, placebo-controlled trial.Age Ageing 2005;34:256-261.
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on bacteriuria and pyuria in persons with neurogenic bladder secondary to subyacente, el tratamiento o la necesidad de recibir técnicas y dis­
spinal cord injury.J Spinal Cord Med 2004;27:35-40. positivos de soporte. Estas infecciones conllevan una morbilidad
36. Rindone JP, Murphy TW. Warfarin-cranberry juice interaction resulting in pro­ y mortalidad asociada y pueden originar un esfuerzo adicional e
found hypoprothrombinemia and bleeding.Am JTher 2006;13:283-284.
innecesario del paciente, sus familiares, los profesionales y todo el
37. Reid G, Bruce AW. Probiotics to prevent urinary tract infections: The rationale
and evidence. World J Urol 2006;24:28-32. sistema sanitario. Muy pocos estudios han examinado la inciden­
38. Husni RN, Gordon SM, Washington JA, Longworth DL. Lactobacillus bactere­ cia y naturaleza de las infecciones en medicina paliativa, pero los
mia and endocarditis: Review o f 45 cases. Clin Infect Dis 1997;25:1048-1055. limitados datos disponibles sugieren que el alcance de las infec­
39- Cannon JR Lee TA, Bolanos JT, Danziger LH. Pathogenic relevance of ciones y organismos que afligen al enfermo terminal se asemejan
Lactobacillus: A retrospective review o f over 200 cases. Eur J Clin Microbiol
Infect Dis 2005;24:31-40.
a los de otras poblaciones de pacientes hospitalizados4'7.
40. Kunz A, Farichok MR Two cases o f Lactobacillus bacteremia during probiotic
treatment o f short gut syndrome: The authors’ reply. J Pediatr Gastroenterol
Nutr 2004;39:437.
NEUMONIA NOSOCOMIAL
41. Land MH, Rouster-Stevens K, Woods CR, et al. Lactobacillus sepsis associated
with probiotic therapy. Pediatrics 2005;115:178-181.
El término neumonía nosocomial abarca varios trastornos, como
42. Hammerman C, Bin-Nun A, Kaplan M. Safety o f probiotics: Comparison o f two la neumonía adquirida en el hospital (NAH), la neumonía asociada
popular strains. BMJ 2006;333:1006-1008. a ventilación mecánica (NAVM) y la neumonía asociada a cuidados

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520 SE C C IÓ N E | Infecciones

sanitarios (NACS) (fig. 94-1). La American Thoracic Society publicó La etiología de NAH, NAVM y NACS es típicamente bacteriana
en 2005 unas directrices para su tratamiento en adultos8. La NAH e incluye microorganismos grampositivos como Staphylococcus
se define como una neumonía que se produce a las 48 horas o aureus y gramnegativos como Pseudomonas aeruginosa,
más del ingreso y que no se estaba incubando en el momento del Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae. Son frecuentes las
ingreso, mientras que la NAVM es una neumonía que surge tras infecciones polimicrobianas. La neumonía nosocomial por pató­
48-72 horas de ventilación mecánica. Por el contrario, la NACS genos multirresistentes es un serio problema (cuadro 94-1). Las
incluye cualquier neumonía en todo enfermo hospitalizado en neumonías víricas son poco frecuentes, aunque se han producido
un hospital de cuidados agudos durante 2 o más días dentro de
un período de 90 días previos a la aparición de la neumonía, en
C uadro 94-1 Pató geno s m ultirresistentes:
pacientes que residen en asilos o en instituciones de cuidados cró­
consideraciones e speciales
nicos, o que han pasado algún tiempo recibiendo atención sani­
taria (p. ej., antibióticos parenterales, quimioterapia, hemodiálisis, El uso cada vez mayor de antibióticos, junto a estrategias poco estrictas
cuidados de heridas) en los 30 días anteriores a la neumonía. Los para el control de la infección, ha favorecido la aparición de bacterias
enfermos que reciben cuidados paliativos pueden correr el riesgo multirresistentes (BMR). Las tasas de Staphylococcus aureus resisten­
de adquirir todo el espectro de las neumonías nosocomiales. tes a meticilina (SARM), enterococos resistentes a vancomicina (ERV)
y bacterias gramnegativas multirresistentes (BGNMR) van en aumento.
El contacto frecuente y prolongado con hospitales o con el sistema
Epidemiología y prevalencia sanitario es un factor de riesgo para la colonización con BMR. En la
La neumonía nosocomial es la segunda causa más frecuente de tabla 94-3 se perfilan los factores de riesgo para la adquisición de pató­
infección nosocomial y la primera causa de muerte por infec­ genos BMR productores de neumonía nosocomial. La prevalencia de
ción adquirida en el entorno de los cuidados sanitarios. Por cada patógenos BMR varía de acuerdo con la población de enfermos y la
1.000 ingresos hospitalarios se producen de 5 a 10 casos de epidemiología local. Por tanto, el conocimiento de las tasas específicas
neumonía nosocomial, y la tasa de mortalidad es del 30-50%8. El de patógenos problemáticos en cada institución y de sus patrones de
coste suplementario asociado con la prolongación y complejidad sensibilidad antimicrobiana resulta extremadamente útil para decidir la
de la estancia hospitalaria es aproximadamente de 40.000 $ por adecuada elección de tratamientos empíricos locales.
enfermo8.

FIGURA 94-1 Estrategia para el manejo de la


neumonía nosocomial. NACS, Neumonía asociada
a cuidados sanitarios; NAH, neumonía adquirida
en el hospital; NAVM, neumonía asociada a
ventilación mecánica; WBC, cifra de leucocitos
en sangre. (De Niederman MS, Craven DE, Bonten
MJycols. Guidelines for the management of adults
with hospital acquired, ventilator associated, and
healthcare associatedpneumonia. Am J Crit Care
Med 2005;171:388-416.)

Ajustar el tratamiento Si fuera posible,


Buscar otros
antibiótico, buscar otros revisar el tratamiento
patógenos, posibles Considerar la posibilidad
patógenos, posibles antibiótico, tratar a
complicaciones, otros de interrumpir los
complicaciones, otros los pacientes
diagnósticos u otras antibióticos
diagnósticos u otras seleccionados durante
zonas de infección
zonas de infección 7-8 días y evaluar de nuevo

PARTE I I EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Infecciones adquiridas en el entorno de los cuidados sanitarios I C A P ÍT U L O 94 521

brotes institucionales de gripe, virus respiratorio sincitial y metap-


neumovirus humano910. Las neumonías fúngjcas son muy poco T A B L A 9 4 -1 Terapia empírica para la neumonía nosocomial
frecuentes en los huéspedes inmunocompetentes, pero no así en en pacientes con factores de riesgos mínimos de adquisición
los inmunodeprimidos. Se debe considerar siempre la posibilidad de patógenos multirresistentes
de tuberculosis en personas nacidas en un país endémico, en los PATÓGENO POTENCIAL ANTIBIÓTICO RECOMENDADO
que pertenecen a un grupo marginal, en los positivos para el virus
de la inmunodeficiencia humana (VIH) o en los que presentan Streptococcus pneumoniae Ceftriaxona
una neumonía que no se resuelve, porque la tuberculosis es una Haemophilus influenzae 0
importante amenaza para los profesionales sanitarios y para otros Staphylococcus aureus sensible a Levofloxacino, moxifloxacino, o
pacientes y familiares. meticilina ciprofloxacino
Bacilos gramnegativos entéricos 0
con buena sensibilidad antibiótica Ampicilina/sulbactam
Escherichia coli 0
Fisiopatología Klebsiella pneumoniae Ertapenem
Enterobacter spp.
Cuando un paciente ingresa en una institución, la orofaringe se
Proteus spp.
coloniza con bacterias aerobias gramnegativas y con S. aureus. La Serratia marcescens
microaspiración de esta flora orofaríngea es el mecanismo más fre­
cuente de neumonía nosocomial.También desempeñan un impor­ De Niederman MS, Craven DE, Bonten MJ y cols. Guidelines for the
management of adults with hospital acquired, ventilator associated, and
tante papel otros factores del huésped como la edad, la presencia
healthcare associated pneumonia. Am J Crit Care Med 2005;171:388-416.
de enfermedad pulmonar subyacente, la inmunodeficiencia y la
virulencia del microorganismo.

Manifestaciones clínicas
El diagnóstico de neumonía nosocomial puede ser difícil. Clásic­
amente, se diagnostica una neumonía cuando aparece un nuevo
infiltrado pulmonar junto con síntomas o signos sugestivos de T A B L A 9 4 - 2 Terapia empírica inicial en pacientes con
neumonía, como fiebre, disnea, tos productiva y leucocitosis; — neumonía nosocomial y factores de riesgos de adquisición de
sin embargo, no siempre se encuentran estos hallazgos clínicos patógenos multirresistentes (MMR)
típicos. En todo individuo hospitalizado que desarrolle fiebre se
debe sospechar la existencia de neumonía y llevar a cabo las nece­ PATÓGENOS POTENCIALES TRATAMIENTO ANTIBIÓTICO
sarias investigaciones para confirmar o descartar su presencia. COMBINADO
Esas investigaciones deben comenzar con una anamnesis Patógenos descritos en la Cefalosporina antipseudomonas
y exploración física, incluyendo la medida de la saturación de tabla 94-1 y patógenos MMR (cefepima, ceftazidima)
oxígeno. Se solicitará recuento y fórmula sanguínea, cultivo de Klebsiella pneumoniae (BLEE+)*
esputo, hemocultivos y una radiografía de tórax. Idealmente, si
Acinetobacter spp.* Carbapenem antipseudomonas
la sospecha clínica sugiere la existencia de neumonía nosoco­
(imipenem o meropenem)
mial, se deben obtener muestras de vías respiratorias bajas (por
Legionella pneumophila*
broncoscopia) para cultivo8, admitiendo que esta exploración
podría no ser adecuada en medicina paliativa y debe ser siempre Staphylococcus aureus (3-lactámico/inhibidor de (3-lactamasas
resistente a meticilina (piperacilina-tazobactam)
individualizada.
(SARM) MÁS
Fluoroquinolona antipseudomonas
(ciprofloxacino o levofloxacino)
Diagnóstico diferencial
Aminoglucósido (amikacina,
El diagnóstico diferencial incluye otras causas de hipoxia, como el gentamicina o tobramicina)
síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), embolismo pul­ MÁS
monar, insuficiencia cardíaca congestiva, enfermedad pulmonar o Linezolida o vancomicina
metástasis. También se deben tomar en consideración otras infec­
'Si se sospecha una cepa BLEE+, como K. pneumoniae o alguna de las
ciones relacionadas con los cuidados sanitarios.
especies de Acinetobacter, una elección fiable es un carbapenem.
fSi se sospecha L pneumophila, el régimen antibiótico de combinación
debería incluir un macrólido (p. ej., azitromicina) o una fluoroquinolona
Tratamiento (p.ej., ciprofloxacino o levofloxacino) en lugar del aminoglucósido.
BLEE+, p-lactamasa de espectro extendido-positivo; MMR, microorganismo
Una vez se sospeche el diagnóstico de neumonía nosocomial, se multirresistente.
debe instaurar tratamiento (v. fig. 94-1)8, basado en la sospecha de De Niederman MS, Craven DE, Bonten MJ y cols. Guidelines for the management
o f adults with hospital acquired, ventilator associated, and healthcare
un patógeno multirresistente. Si un enfermo ha tenido un contacto
associated pneumonia. Am J Crit Care Med 2005;171:388-416.
limitado con el entorno sanitario, desarrolla neumonía al inicio de
la hospitalización y presenta un proceso leve, la terapia empírica
puede consistir en un único antibiótico como ceftriaxona, una qui-
nolona adecuada para el aparato respiratorio (p. ej., levofloxacino
o moxifloxacino), ampicilina/sulbactam o ertapenem (tabla 94-1)8.
En personas con una mayor exposición al entorno de los cuida­
dos sanitarios, un ingreso prolongado en alguna institución o en ayudar a seleccionar el tratamiento empírico más adecuado para
situación crítica, se debe elegir una combinación de agentes de cada enfermo.
amplio espectro, incluyendo opciones como la cefepima, cefta- Una vez identificado el patógeno causal, se revisará el trata­
zidima, imipenem/meropenem o piperacilina-tazobactam más miento empírico de inicio. La duración depende de la respuesta
ciprofloxacino o un aminoglucósido (gentamicina, tobramicina o clínica y de la etiología. Si la elección terapéutica inicial fue ade­
amikacina) más linezolida o vancomicina (tabla 94-2)8.La epidemio­ cuada y el paciente ha mejorado clínicamente, será suficiente
logía y los perfiles de sensibilidad antimicrobiana locales pueden un ciclo de tratamiento de 7 días. En caso de respuesta clínica

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522 SE C C IÓ N E | Infecciones

mala o si se cree que el patógeno infectante puede ser P. aeru­ regla, con más de un 90% de los pacientes colonizados tras sondaje
ginosa, podrían ser necesarios ciclos más prolongados (14 días) prolongado. La mayoría de los microorganismos productores de
(tabla 94-3). bacteriuria asociada a la sonda proceden de la propia flora colónica
del enfermo13.Algunas bacterias frecuentes productoras de ITUAS
son R. coli, K pneumoniae, P. aeruginosa y los enterococos, siendo
INFECCIONES DEL TRACTO URINARIO los gramnegativos responsables de hasta el 70% de todas las ITU11.
Las infecciones del tracto urinario (ITU) son las infecciones noso­ También son cada vez más prevalentes varias especies de Candida,
comiales más frecuentes y suponen hasta un tercio de todas las especialmente en los pacientes críticos, presumiblemente como
infecciones relacionadas con los cuidados sanitarios11. La mayo­ consecuencia de la utilización de antibióticos de amplio espectro
ría de las ITU nosocomiales son consecuencia de la presencia de en estos enfermos. De forma característica, las ITU nosocomiales
por sondaje durante un limitado período de tiempo (<30 días) son
sonda urinaria (infecciones del tracto urinario asociadas a sonda
[ITUAS]), tanto si es transitoria como a largo plazo12. monomicrobianas, aunque pueden convertirse en polimicrobianas
si aumenta el tiempo de sondaje.

Epidemiología y prevalencia
La bacteriuria (tabla 94-4)13es frecuente en los enfermos sondados. Fisiopatología
La incidencia de colonización vesical es del 3-10% por día-sonda12.
La vía urinaria no sondada está protegida de la invasión bac­
Durante la utilización de sondas a largo plazo, la colonización es la
teriana porque la uretra actúa como mecanismo de obstruc­
ción. El sondaje interrumpe esta barrera natural y permite que
las bacterias del periné constituyan una biopelícula a lo largo
de la sonda urinaria, lo que provoca bacteriuria13. La mayoría
de los enfermos (>90%) con bacteriuria asociada a la sonda
T A B L A 94-3 Factores de riesgo de patógenos
urinaria están asintomáticos. Es imprescindible diferenciar las
multirresistentes (MMR) productores de neumonía nosocomial
ITUAS de la colonización relacionada con la sonda. La mayoría
de las bacteriurias no provocan síntomas; sin embargo, depen­
Tratamiento antimicrobiano en los 90 días previos
diendo de diversos factores del huésped y de la virulencia del
Hospitalización actual durante 5 días o más
patógeno, se puede llegar a producir inflamación y posterior
Elevada frecuencia de resistencia a antibióticos en la comunidad o en esa infección. La tasa de mortalidad por ITU sigue siendo un dato
unidad hospitalaria específica
controvertido.
Presencia de factores de riesgo para NAH:
Hospitalización durante 2 días o más en los 90 días previos
Residencia en un asilo o en una instalación de cuidados ampliados
Tratamiento domiciliario intravenoso (con antibióticos)
Manifestaciones clínicas
Diálisis crónica en los últimos 30 días La mayoría de las bacteriurias asociadas a la sonda urinaria son
Cuidados domiciliarios de la herida asintomáticas (v. cap. 93). Sin embargo, algunas complicaciones de
Algún miembro de la familia con un patógeno MMR la bacteriuria asociada a la sonda urinaria son el desarrollo de ITU,
Enfermedad y/o terapia inmunodepresora pielonefritis, septicemia y litiasis urinaria.

NAH, Neumonía adquirida en el hospital.


De Niederman MS, Craven DE, Bonten MJ y cols. Guidelines for the
management o f adults with hospital acquired, ventilator associated, and Diagnóstico diferencial
healthcare associated pneumonia. Am J Crit Care Med 2005;171:388-416.
Si un enfermo sondado comienza con fiebre, se deben considerar
otras posibles fuentes de infección. Aunque la culpa de este sín­
drome febril pueda ser una ITU nosocomial, la presencia de bacte­
riuria no necesariamente indica infección, y se debe llevar a cabo
una completa búsqueda de explicaciones alternativas para esa
T A B L A 94-4 Factores de riesgo para infección del tracto fiebre.
urinario asociada con la presencia de sonda

RIESGO RELATIVO
Tratamiento
Sondaje prolongado durante >6 días 5,1-6,8
En ausencia de síntomas, no es necesario tratar las bacteriurias
Sexo femenino 2,5-3,7
asintomáticas relacionadas con la sonda urinaria ni obtener
Inserción de la sonda fuera del quirófano 2,0-5,3 cultivos de orinal7. Sin embargo, se debe iniciar tratamiento
Estancia en el servicio de urología 2,0-4,0 si el enfermo desarrolla fiebre y signos de sepsis sin evidencia
Otras zonas activas de infección 2,3-2,4 de otro foco alternativo de infección. No existen ensayos clí­
Diabetes 2,2-2,3 nicos aleatorizados y controlados sobre terapia empírica para
Desnutrición 2,4 las ITUAS ni sus complicaciones relacionadas. Si el enfermo se
Azoemia (creatinina >2,0mg/dl) 2,1-2,6 encuentra estable y se puede obtener el resultado del cultivo,
se elegirá un tratamiento dirigido al microorganismo causal. Si
Catéter ureteral 2,5
el enfermo está inestable, la terapia empírica debería cubrir los
Monitorización de la diuresis 2,0
microorganismos aislados en cultivos de orina previos, con la
Tubo de drenaje por debajo del nivel de la vejiga 1,9 adicional consideración de los antibiogramas locales y de la pre­
y por encima de la bolsa de almacenamiento valencia específica de MMR en cada institución. Una vez se dis­
Tratamiento con fármacos antimicrobianos 0,1-0,4 ponga de los resultados finales del cultivo y de la sensibilidad, se
revisará el antimicrobiano elegido. Generalmente, las ITUAS sin­
De Maki DG,Tambyah PA. Engineering out the risk of infection with urinary
catheters. Emerg Infect Dis 2001;7:1-6. tomáticas se consideran ITU complicadas y requieren al menos
entre 7 y 10 días de tratamiento. Además, también es necesario

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Infecciones adquiridas en el entorno de los cuidados sanitarios I C A P ÍT U L O 94 523

causar infecciones asociadas a catéteres y su prevalencia ha ido


C uadro 94-2 Prevención de infecciones nosocom iales
en aumento17.
del tra cto urinario
La estrategia más importante para la prevención de infecciones noso­
comiales de las vías urinarias es evitar el sondaje rutinario siempre que Fisiopatología
sea posible y retirar la sonda tan pronto como deje de ser necesaria.
La colonización del catéter con microorganismos de la piel es el
Si no se puede evitar el uso de la sonda, se deberían considerar otras
mecanismo de infecciones relacionadas con catéteres que se iden­
alternativas a la inserción de sondas vesicales permanentes, como algu­
tifica con mayor frecuencia. Las bacterias colonizantes forman
nos dispositivos externos de recogida de la orina (p. ej., sondas de tipo
una biopelícula alrededor del catéter que, posteriormente, puede
condón), el sondaje intermitente o la utilización de un catéter supra-
originar la infección de la sangre. También se puede producir una
púbico. Cuando sea imprescindible usar una sonda vesical de forma
siembra hematógena del CVC a partir de bacteriemias secundarias
crónica, se debe asegurar un flujo urinario sin obstrucciones a través
originadas en otras zonas. Finalmente, se pueden producir a veces
de una meticulosa higiene de la sonda y un esmerado cumplimiento de
infecciones hematógenas primarias por contaminación de la sus­
las directrices relativas a los cuidados de la sonda urinaria. La profilaxis tancia perfundida15. En la producción de infecciones relacionadas
antibiótica no se debe utilizar como estrategia para prevenir las infec­ con CVC influyen de forma conjunta determinados factores del
ciones nosocomiales de las vías urinarias, porque eso provoca efectos
huésped, del catéter y de virulencia específicos de cada patógeno.
adversos relacionados con los antimicrobianos, un excesivo coste y la
aparición de microorganismos resistentes. Actualmente se dispone de
unas modernas sondas recubiertas de antibióticos y de sustancias anti­ Manifestaciones clínicas
microbianas, que pueden reducir la bacteriuria a corto plazo, aunque
no se ha definido todavía su eficacia global, utilización óptima y renta­ Las manifestaciones clínicas de las infecciones del torrente san­
bilidad, especialmente en el entorno de los cuidados terminales14. guíneo relacionadas con CVC son indistinguibles de las produci­
das en cualquier otro tipo de sepsis. En pacientes con fiebre que
tengan insertado un CVC de forma permanente, se debe conside­
rar siempre la posibilidad de infección de la sangre relacionada
con el CVC.
cambiar la sonda y reevaluar la necesidad de continuar con el
El diagnóstico se lleva a cabo obteniendo hemocultivos simul­
sondaje (cuadro 94-2).
táneos del CVC y de una vena periférica. Se asume que el CVC
está infectado si el hemocultivo obtenido a través del catéter
Fármacos de elección muestra un crecimiento bacteriano al menos 2 horas antes que el
hemocultivo periférico15.
En caso de microorganismos susceptibles, las fluoroquinolonas
orales (p. ej., ciprofloxacino), la trimetoprima-sulfametoxazol, los
(3-lactámicos y las cefalosporinas son buenas opciones porque Diagnóstico diferencial
alcanzan concentraciones urinarias suficientemente elevadas y
se pueden tomar por vía oral. También proporcionan concen­ El diagnóstico diferencial de la infección de la sangre relacionada
traciones renales adecuadas los antibióticos parenterales como con CVC incluye los síndromes febriles secundarios a otras infec­
(3-lactámicos, cefalosporinas y aminoglucósidos, pero requie­ ciones adquiridas en el entorno de los cuidados sanitarios y otras
ren una vía intravenosa. Si no se dispone de acceso intravenoso, causas no infecciosas de fiebre (p. ej., tumorales, farmacológicas,
trombosis venosa profunda).
muchos de estos agentes se pueden administrar por inyección
intramuscular durante un tiempo reducido. Las ITUAS se conside­
ran infecciones complicadas por naturaleza y pueden afectar al
tracto urinario proximal; por tanto, la clindamicina y la nitrofuran-
Tratamiento
toína no son buenas opciones, porque proporcionan concentra­ La terapia antibiótica de las infecciones sanguíneas relacionadas
ciones renales insuficientes del fármaco. con CVC debe ir específicamente dirigida al microorganismo
causal. En un enfermo inestable, o cuando se considera un trata­
miento empírico, la vancomicina es el agente de elección para
INFECCIONES RELACIONADAS CON LA cubrir grampositivos15. Otras alternativas son linezolida y dapto-
PRESENCIA DE DISPOSITIVOS PERCUTÁNEOS micina. En el paciente gravemente enfermo o inestable, o en una
persona que se sabe que está colonizada con microorganismos
Los enfermos en cuidados paliativos pueden requerir un catéter gramnegativos en otras zonas (p. ej., esputo, orina), se debe añadir
intravascular por diversas razones, como un fácil acceso vascular, terapia empírica frente a microorganismos gramnegativos, que
administración de fármacos o procedimientos paliativos. Los caté­ puede consistir en un aminoglucósido (gentamicina o tobrami-
teres venosos centrales (CVC) son una importante causa de infec­ cina), un carbapenem (imipenem o meropenem), ciprofloxacino,
ciones de la sangre15. cefepima o aztreonam. Generalmente, no está indicado administrar
tratamiento antifüngico empírico, aunque se puede considerar en
Epidemiología y prevalencia el paciente críticamente enfermo que se sabe que está colonizado
con levaduras en múltiples zonas. Los antibióticos elegidos inicial­
Las infecciones de la sangre son más frecuentes en los enfer­ mente se revisarán cuando estén disponibles los resultados finales
mos con CVC, y se estima que las infecciones relacionadas con del hemocultivo y de la sensibilidad.
CVC en adultos oscilan entre 3 y 9 bacteriemias por 1.000 CVC- En todos los enfermos con infecciones hemáticas relacionadas
días15. Es difícil definir con precisión la mortalidad relacionada con CVC se deben excluir focos metastásicos de la infección, por­
con CVC, aunque algunos autores afirman que las bacteriemias que su existencia altera la duración del tratamiento. Idealmente, se
adquiridas en el hospital son una importante causa de mortalidad debe eliminar el CVC, especialmente si es un catéter con utilidad
en Estados Unidos16 y que la morbilidad y los costes asociados a corto plazo. Si se extrae el catéter y la infección hemática no
son también sustanciales15. Los estafilococos coagulasa-negativos se complica (no se producen focos metastásicos de infección), la
se han convertido en la causa más frecuente de infecciones de duración del tratamiento oscila entre 7 y 14 días, dependiendo del
la sangre relacionadas con CVC, aunque también son frecuentes microorganismo infectante (fig. 94-2)15.
otros microorganismos grampositivos, como S. aureus y enteroco- La decisión de extraer un CVC semipermanente puede
cos. Los microorganismos gramnegativos y las levaduras pueden ser difícil. Si se decide mantener el catéter, se puede utilizar un

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524 SE C C IÓ N E | Infecciones

FIGURA 94-2 Manejo de las infecciones del catéter relacionadas con catéteres venosos centrales (CVC) extraíbles. ETE, Ecocardiografía transesofágica. (De
MermeI LA, FarrBM, Sheretz RJy cols. Guidelines for the management of intravascular catheter-related infections. Clin InfectDis 2001;32:1249-1272.)

posibilidad de virus, aunque, la mayoría de las veces, la diarrea


Cuadro 94-3 Intervenciones p ara d ism in uir las
infecciosa en los adultos hospitalizados se debe a C. difficile.
infecciones de la san gre relacio n ad as con catéteres
Las infecciones de la sangre se pueden prevenir. Algunas directri­
ces eníatizan cinco sencillas intervenciones basadas en la evidencia: Epidemiología y prevalencia
adecuada higiene de manos, utilización de precauciones de barrera
durante la inserción del CVC, limpieza de la piel con solución de C. difficile es un bacilo grampositivo anaerobio formador de
clorhexidina en la zona de inserción del CVC, uso de la vena subcla­ esporas que se adquiere por transmisión fecal-oral; del 2 al 3% de
via como lugar preferido de colocación y extracción de los catéteres la población adulta sana está colonizada por C. difficile. La pre­
innecesarios18. El cumplimiento estricto de las directrices establecidas valencia aumenta al 10-20% entre pacientes hospitalizados20. La
puede conseguir una reducción significativa y mantenida de las infec­ amplia contaminación del ambiente y del equipo utilizado para
ciones hemáticas relacionadas con los CVC19. los cuidados del enfermo facilita la aparición de brotes en el
entorno sanitario. La colonización con C. difficile no necesaria­
mente produce infección. El riesgo de diarrea está relacionado
con la virulencia de la cepa de C. difficile y con la inmunidad del
paciente a la toxina de C. difficile, que habitualmente se desen­
cadena por exposición a algunos antibióticos. La incidencia de
tratamiento antibiótico sistémico y el sellado del catéter durante
10-14 días (fig. 94-3). Entre las contraindicaciones para mantener DACD es de 3-9 casos por 1.000 ingresos20. Esta cifra ha aumen­
tado drásticamente en algunos entornos, y se han producido
el CVC se encuentra la presencia de infección o absceso del punto
de inserción, tromboflebitis supurada, infección metastásica, dete­ grandes brotes hospitalarios en Canadá, en Estados Unidos y en
rioro clínico, infección con microorganismos gramnegativos o con Europa, con nuevas cepas altamente toxigénicas de C. difficile.
La intensa morbilidad y mortalidad de estos brotes ha llevado
hongos y bacteriemia o fungemia persistente (cuadro 94-3)15.
incluso a la producción de DACD en personas supuestamente de
bajo riesgo.
DIARREA NOSOCOMIAL
Cada vez con más frecuencia, la diarrea nosocomial se identifica Fisiopatología
como una importante infección adquirida en el contexto de los
cuidados sanitarios. La diarrea asociada a Clostridium difficile La transmisión de C. difficile se ve facilitada por la formación de
(DACD) es la diarrea nosocomial más frecuente20. Algunos virus esporas, lo que permite a la bacteria mantenerse en el ambiente
producen también numerosos brotes de gastroenteritis hospitala­ y eludir el medio habitualmente tóxico del estómago. La coloni­
rias. Agentes como los norovirus causan un proceso autolimitado, zación del colon por C. difficile se ve facilitada por la alteración
aunque puede haber una considerable morbilidad y mortalidad de la flora colónica normal, la mayoría de las veces por antibió­
entre los pacientes hospitalizados por otras razones. Por disemi­ ticos y ocasionalmente por fármacos quimioterápicos o inmu-
nación a través de los alimentos y por transmisión de persona a nosupresores. Se pensaba que la clindamicina predisponía a la
persona, se llegan a producir grandes brotes que afectan a toda colonización y a la infección, pero cualquier antibiótico puede
la unidad. Los profesionales sanitarios deben estar alerta ante la suponer riesgo. Las cefalosporinas y la ampicilina han sido

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Infecciones adquiridas en el entorno de los cuidados sanitarios I C A P ÍT U L O 94 525

FIGURA 94-3 Manejo de la bacteriemia relacionada con catéteres tunelizados o implantados quirúrgicamente. CVC, Catéter venoso central; DI, dispositivo
implantable; ETE, ecocardiografía transesofágica. (De Merme! LA, Farr BM, Sheretz RJ y cols. Guidelines for the management of intravascular catheter related infections.
Clin Infect Dis 2001,32:1249-1272.)

implicadas con mayor frecuencia, aunque recientes brotes viru­


lentos de DACD parecen estar ligados con las nuevas fluoroqui-
nolonas21. La colonización del colon de un huésped susceptible
por cepas de C. difficile productoras de toxina puede ir seguida
de enfermedad sintomática. C. difficile produce al menos 2 toxi­
nas, A y B, que estimulan la secreción de líquidos, la inflamación
local y la lesión de la mucosa. La inflamación produce seudo-
membranas típicas que se observan en la sigmoidoscopia o la
colonoscopia y por biopsia (fig. 94-4). Los efectos de la produc­
ción de toxina pueden ser mitigados por una vigorosa respuesta
de anticuerpos.

Manifestaciones clínicas
Los síntomas de DACD pueden ser muy variables, desde una
diarrea leve hasta el shock séptico con perforación del colon.
Básicamente, los síntomas consisten en una profusa diarrea
acuosa, dolor abdominal, fiebre, anorexia y malestar general. Al
contrario que en la diarrea vírica, es rara la existencia de vómitos.
En el íleo paralítico relacionado con C. difficile, puede no obser­
varse diarrea. En los pacientes que desarrollan megacolon tóxico,
la mortalidad puede ser elevada (30%) por perforación colónica y
peritonitis20. En los pacientes con sospecha de C. difficile, se debe FIGURA 94-4 Colitis seudomembranosa secundaria a infección por
realizar una radiografía abdominal (fig. 94-5). Incluso sin megacolon Clostridium difñcile. (Fotografía por cortesía del Dr. Clarence Wong.)

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526 SE C C IÓ N E | Infecciones

día durante 10-14 días. La vancomicina oral (125 mg cuatro veces


al día durante 10-14 días) es equivalente al metronidazol en tasas
de eficacia y recaídas, pero la mayoría de los expertos recomien­
dan el metronidazol como agente de primera línea por el coste y
por el potencial de seleccionar enterococos resistentes a la vanco­
micina (ERV)20- Siempre que sea posible, se interrumpirá el anti­
biótico desencadenante y se administrará tratamiento de soporte,
como rehidratación y reposición de electrólitos. Se debe evitar el
uso de agentes antidiarreicos, porque pueden precipitar la apari­
ción de megacolon tóxico.
Incluso cuando se utiliza el tratamiento adecuado, C. difficile
puede reaparecer hasta en el 25% de los casos. Mientras exista una
buena respuesta a la terapia inicial, el metronidazol debe ser el tra­
tamiento de elección para la primera recidiva. Si un enfermo recae
de nuevo tras el segundo ciclo de metronidazol, se debe consultar
a un médico especialista en enfermedades infecciosas.

Fármacos de elección
El metronidazol es el agente de primera línea para la DACD. En
los enfermos que no puedan ser tratados por vía oral, se puede
administrar metronidazol por vía intravenosa, aunque se producen
algunos fracasos del tratamiento. La vancomicina intravenosa no
parece ser eficaz, porque se alcanzan concentraciones insuficien­
tes del fármaco en el colon. Se puede considerar la posibilidad
FIGURA 94-5 Megacolon tóxico observado en una radiografía abdominal de administrar la vancomicina en enemas de retención. Existen
secundaria a infección por Clostridium difficile. (Fotografía por cortesía del actualmente nuevos tratamientos en fase de investigación para la
Dr. MarkJoffe.) DACD, como nitazoxanida, rifaximina, tolevamer y probióticos. La
descompresión quirúrgica es un último recurso en los pacientes
muy críticos que no responden al tratamiento médico.
C uadro 9 4-4 Prevención de la infección p or Clostridium
difficile
La prevención de la transmisión nosocomial de Clostridium difficile
INFECCIONES DE HERIDAS
va dirigida a un concienzudo y sistemático lavado de manos así como Las úlceras (malignas, por presión, arteriales, venosas o neuro-
a la instauración de precauciones de contacto para la persona afec­ páticas) tienen que considerarse como una fuente potencial de
tada (habitación individual con uso sistemático de bata y guantes). En infección en el paciente hospitalizado con fiebre. La exploración
la propagación de algunos brotes se han implicado las manos, la ropa física incluirá inspección de todos los puntos de presión que pue­
y el equipamiento de los trabajadores sanitarios, por lo que resulta dan existir en los enfermos encamados o físicamente desacon­
fundamental prestar atención a estas precauciones y a una meticu­ dicionados. Si existen heridas quirúrgicas, se deben considerar
losa higiene de manos. Algunos informes sugieren que las esporas de una fuente potencial de infección y se inspeccionarán, por tanto,
Clostridium podrían ser eliminadas de forma más eficaz al lavarse las cuidadosamente.
manos con agua y jabón que con alcohol, aunque esta afirmación sigue
siendo controvertida. También es importante realizar una minuciosa
limpieza de las habitaciones afectadas y del equipamiento antes de ser B I B L I O G R A F Í A
ocupadas por un nuevo enfermo. El adecuado uso de los antimicrobia­ 1. Haley R, Culver DH, White JW, et al.The efficacy o f infection surveillance and
nos también desempeña un importante papel a la hora de prevenir el control programs in preventing nosocomial infections in US hospitals. Am J
desarrollo de la diarrea asociada a C. difficile (DACD), y se ha compro­ Epidemiol 1985;121:182-205.
bado que la restricción de algunos antibióticos implicados (especial­ 2. Berwick DM, Calkins DR, McCannon CJ.HackbarthAD.The 100,000 Uves cam­
paign. JAMA 2006;295:324-327.
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En todos los pacientes hospitalizados con diarrea se debe enviar infections and patterns o f antibiotic utilization on a palliative care unit.J Pain
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C. difficile. Otras posibles causas de diarrea nosocomial son algu­ 8. Niederman MS, Craven DE, Bonten MJ, et al. Guidelines for the management of
nos virus (p. ej., norovirus, rotavirus) y patógenos bacterianos adults with hospital acquired, ventilator associated, and healthcare associated
pneumonia.Am J Crit Care Med 2005;171:388-416.
(p. ej., Salmonella) .También se deben considerar causas no infec­ 9. Falsey AR, Walsh EE. Viral pneumonia in older adults. Clin Infect Dis
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PARTE I I EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Infecciones fatales y fulminantes I C A P ÍT U L O 95 527

13- Maki DG.Tambyah PA. Engineering out the risk of infection with urinary cathe­ La Organización Mundial de la Salud sostiene que los cui­
ters. Emerg Infect Dis 2001;7:1-6. dados paliativos mejoran la calidad de vida de los pacientes y
14. Johnson JR, Kuskowski MA, Wilt 'IJ. Systematic review: Antimicrobial urinary
catheters to prevent catheter-associated urinary tract infection in hospitalized familiares que afrontan una enfermedad de riesgo vital a través
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21. Pepin J, Saheb N, Coulombe MA, et al. Emergence o f fluoroquinolones as the
predominant risk factor for Clostridium difficile-associated diarrhea: A cohort miedo de las comunidades afectadas por determinados brotes de
study during an epidemic in Quebec. Clin Infect Dis 2005;41:1254-1260. infección pueden contribuir al tabú, a la estigmatización y a sepa­
rar al enfermo de sus cuidadores y familiares, lo que lleva a una
muerte en completo aislamiento. Existe un frágil equilibrio entre
curar y cuidar.

CAPÍTULO 95 DATOS CIENTÍFICOS BÁSICOS Y EPIDEMIOLOGÍA


Mortalidad por enfermedades infecciosas
Infecciones fatales y fulminantes Las infecciones fatales y fulminantes más comunes (tabla 95-1)
forman un grupo heterogéneo que abarca desde raras epidemias
Erika Vlieghe, Karen Frame y Robert Colebunders localizadas con una tasa de mortalidad invariablemente elevada,
como el Ébola, hasta infecciones omnipresentes cuyo comporta­
miento depende de la situación del huésped. La carga de enfer­
2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos medades infecciosas en áreas con bajos recursos es todavía muy
elevada2’3. La mayoría son potencial y fácilmente curables (palu­
dismo, infecciones diarreicas y respiratorias, tuberculosis), pero
matan todavía a millones de niños y adultos cada año por la inexis­
tencia o la inoperancia de los servicios sanitarios, la pobreza y la
desnutrición. El VIH/SIDA es por ahora incurable, pero es tratable
• El rango de infecciones (potencialmente) fetales es muy amplio y y es posible mantener una aceptable salud durante un período de
heterogéneo. tiempo prolongado para aquellos que tienen acceso al tratamiento
• Habitualmente, el primer objetivo es curar la infección. (v. parte IV, sección E). Las fiebres hemorrágicas víricas son unas
• Dependiendo del pronóstico, la actitud paliativa puede llegar a ser más notorias y temidas infecciones letales, aunque el número de sus
importante. víctimas es relativamente bajo en cifras absolutas, y estas enfer­
• Los trabajadores sanitarios que cuidan de estos pacientes se encuentran a medades son poco frecuentes en tiempo y espacio. La rabia es la
menudo física y mentalmente afectados por la situación. principal infección con una capacidad casi invariable de letalidad
• Las medidas necesarias para el control de la infección pueden aumentar el al 100%.
sufrimiento y el aislamiento de los pacientes. Las muertes debidas a infecciones en el mundo industriali­
zado son menos frecuentes aunque están aumentando en una
población más envejecida y frágil. Entre los más vulnerables está
el grupo cada vez mayor de individuos inmunodeprimidos por
enfermedades oncológicas o hematológicas y sus tratamientos,
los pacientes sometidos a trasplante de órganos, los que toman
fármacos inmunodepresores por enfermedades autoinmunes y
una población incluso mayor de enfermos con diabetes, cirrosis
¿Qué es una infección fatal? Un amplio rango de infecciones tie­ hepática o en diálisis renal. Las sepsis, las neumonías nosocomia­
nen el potencial de convertirse en letales si son inadecuadamente les y otras raras infecciones fúngicas y oportunistas son las cau­
tratadas o si se producen en una persona vulnerable. El alcance es sas más comunes de mortalidad infecciosa entre estos grupos de
muy amplio, desde una celulitis común o una infección de las vías población.
urinarias hasta una aspergilosis invasora. También existen algunas Algunas infecciones nuevas y emergentes en todo el mundo,
enfermedades infecciosas raras con elevada mortalidad intrínseca como el síndrome respiratorio agudo grave (SRAG) y la gripe aviar
a pesar del mejor tratamiento posible. Para algunas de estas enfer­ por la cepa H5N1 son conocidas y temidas por su curso clínico
medades existe tratamiento antimicrobiano específico, pero puede fulminante y por la posibilidad de diseminarse rápidamente.
ser insuficiente para superar la masiva destrucción orgánica cau­ Aunque esto no ha sucedido todavía a gran escala, existe el poten­
sada por la inflamación o la necrosis. Estas consecuencias pueden cial de epidemias de estas enfermedades en el futuro.
estar relacionadas con potentes factores de virulencia del microor­
ganismo causal (p. ej., sepsis y meningitis meningocócica, fascitis
necrosante) o con un sistema inmunitario débil (p. ej., aspergilo­ Fisiopatología
sis invasora, mucormicosis). Para otras enfermedades, la mayoría
víricas, no existe más tratamiento que los cuidados de soporte Las infecciones pueden ser mortales por varias razones: falta
(p. ej., Ébola y otras fiebres hemorrágicas víricas, rabia). de tratamiento antimicrobiano eficaz (p. ej., la mayoría de las

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528 SE C C IÓ N E | Infecciones

T A B L A 95-1 Visión general de algunas infecciones fulminantes y fatales frecuentes

INFECCIÓN TASA MEDIA DE ¿EXISTE POBLACIÓN DE OBSERVACIONES


MORTALIDAD TRATAMIENTO RIESGO
CON LOS MEJORES ETIOLÓGICO?
CUIDADOS
MÉDICOS (% )

VIRICAS
Rabia 100 No Mundial

Fiebre hemorrágica vírica* 15-90 No Epidemias infrecuentes, Estrictas medidas de


autolimitadas aislamiento; tratamiento de
soporte
Encefalitis víricat 25 No Mundial
SRAG No Epidemias autolimitadas Estrictas medidas de
aislamiento
Gripe H5N1 60? — Infrecuente Estrictas medidas de
aislamiento
CMV Sí Inmunodeprimidos Meningoencefalitis, miocarditis
Herpes B 90? Infrecuente, tras Mielitis
1 mordedura de monos

BACTERIANAS
Tétanos (Clostridium tetani) Neonatal: 90 Población en la pobreza Evitable; el tratamiento de
Grave del adulto: 60 soporte puede reducir la
*
mortalidad
Gangrena gaseosa (Clostridiumperfringens) 25 (100 si >48 h) Sí Guerra, cáncer Cirugía agresiva; oxígeno
hiperbárico
Fascitis necrosante (estreptocócica o 20-47 Sí Cirugía agresiva
polimicrobiana)
Septicemia: Pseudomonas aeruginosa, 30-60 Sí
Staphylococcus aureus, Neisseria meningitidis,
Streptococcus pneumoniae
Endocarditis: P. aeruginosa, S. aureus 25? Sí
Meningitis Sí
Adquirida en la comunidad 33 Sí
Nosocomial 35
5. aureus 14-77
Leptospirosis (enfermedad de Weil) 5-40 Sí
Septicemia por peste 33

FÚNGICAS

Aspergilosis invasora Pulmón: 50-60 Sí Hongo filamentoso más Inmunodeprimidos


Cerebro: 100 frecuente en países en
desarrollo
Mucormicosis 50 ± Infrecuente Inmunodeprimidos
Meningitis criptocócica 25-30 Sí Frecuente en países con Inmunodeprimidos o VIH+
endemia de VIH
Hongos filamentosos poco frecuentes: 50-80 Infrecuente Inmunodeprimidos
Scedosporium, Fusarium 4
PARASITARIAS
Neumonía por Pneumocystisjiroveci Fulminante: 80 Sí Frecuente en VIH +
Global: 30-50
Naegleria/Acanthamoeba (meningoencefalitis 95 Infrecuente Ubicuas
amebiana primaria)
Plasmodium falciparum Sí Frecuente en los trópicos Evitable/tratable
Cryptosporidium Diarrea fulminante — Frecuente en el SIDA Tratable con HAART; el
tratamiento paliativo es difícil
Hiperinfestación por Strongyloides ± Infrecuente Inmunodeprimidos

Incluye fiebre amarilla, Ébola, Marburg, virus Lassa, dengue hemorrágico, y fiebre hemorrágica Congo-Crimea.
incluye encefalitis japonesa, encefalitis de St. Louis, virus varicela-zóster y CMV
CMV, Citomegalovirus; HAART, terapia antirretroviral de alta eficacia; SIDA, síndrome de inmunodeficiencia adquirida; SRAG, síndrome respiratorio agudo grave;
VIH, virus de la inmunodeficiencia humana.
Adaptada de Mandell GL, BennettJE, Dolin R (eds.). Principles and Practices of Infectious Diseases, 5.a ed. NuevaYork: Churchill Livingstone, 2000.

Falta de un tratamiento antimicrobiano eficaz


enfermedades víricas y fúngicas mortales), incapacidad de frenar
los deletéreos efectos de la enfermedad (la fisiopatología de las Los fármacos antimicrobianos fueron inicialmente desarrollados4
sepsis) y ausencia de una respuesta inmunitaria específica y efi­ para las infecciones importantes y conocidas en aquel momento:
caz (infecciones oportunistas en los pacientes inmunodeprimidos infecciones estafilocócicas y estreptocócicas, difteria, tuberculo­
receptores de trasplante o tratados con quimioterapia). sis y sífilis. Con el surgimiento de las infecciones nosocomiales,

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Infecciones fatales y fulminantes I C A P ÍT U L O 95 529

se expandió también el arsenal antibiótico. En décadas recientes, coagulación, la presencia de radicales libres, la falta de oxigena­
ha crecido ininterrumpidamente un grupo de cepas bacterianas ción y la disfunción orgánica.
multirresistentes (MMR) y omnirresistentes como Staphylococcus
aureus resistente a meticilina (SARM), S. aureus con resistencia
intermedia a glucopéptidos (SAIG), enterococos resistentes a van­ DISCUSIÓN
comicina (ERV), microorganismos productores de (3-lactamasas de En las infecciones fulminantes existe un difícil equilibrio: algunos
espectro extendido (BLEE+), Pseudomonas MMR y tuberculosis enfermos pueden tener alguna probabilidad de curación (aunque
MMR. En otras infecciones, los antibióticos son incapaces de llegar
sea escasa) y podrían beneficiarse de un manejo agresivo en tér­
al foco de infección (p. ej., endocarditis, meningitis). minos de supervivencia, pero tienen una elevada probabilidad de
Sólo desde la década de 1970 se han conseguido algunos avan­ morir. Existe el peligro de etiquetar estos cuidados como «paliati­
ces en terapia antiviral, con el aciclovir, y, más de 20 años después, vos», porque esto puede hacer que se niegue al enfermo un «trata­
con la terapia antirretroviral en respuesta a la epidemia del sín­ miento activo» y una posibilidad de curación. Igualmente, enfocarse
drome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Estos avances han a la curación de una persona con mal pronóstico puede negar al
traído consigo una mejor comprensión de la enfermedad vírica y, paciente unos cuidados paliativos óptimos. Para obtener un trata­
en consecuencia, del tratamiento antivírico de otras infecciones, miento y supervivencia óptimos en las enfermedades fulminantes,
como las producidas por el virus de la hepatitis B (VHB), de la puede ser necesario realizar algunos procedimientos diagnósticos y
hepatitis C (VHC) y del citomegalovirus (CMV). Las variaciones terapéuticos desagradables o dolorosos (p.ej.,procedimientos radio­
de los virus patógenos y de su diversa epidemiología en todo el lógicos, punción lumbar, desbridamiento de heridas). Conforme dis­
mundo han dificultado la obtención de una cobertura terapéutica
minuye la posibilidad de supervivencia, los aspectos negativos de
universal para todas las enfermedades víricas importantes.Además, estos procedimientos sobrepasan gradualmente sus potenciales
la mayoría de los productos antivíricos son demasiado caros para beneficios y el procedimiento en cuestión puede ser visto por el
muchos enfermos pobres. Sin embargo, numerosas infecciones
enfermo y sus cuidadores como inútil.Alternativamente, la negación
víricas potencialmente letales se pueden prevenir con vacunas, de esos procedimientos puede ser vista como una actitud de «rendi­
como viruela, fiebre amarilla, VHB, poliomielitis, sarampión y ción» o renuncia a la esperanza de curación y supervivencia. Resulta,
algunos tipos de encefalitis víricas. Incluso con las vacunas más
por tanto, esencial un enfoque individualizado y holístico hacia los
baratas, la cobertura mundial está todavía lejos de ser una reali­ enfermos con infecciones fulminantes, que aborde las necesidades
dad. Para las infecciones víricas más fulminantes y temidas (rabia, físicas (incluido el control de los síntomas), psicológicas, espiritua­
Ébola y otras fiebres hemorrágicas víricas, SRAG, gripe), no existe
les, sociales y familiares junto con una reevaluación regular de la
tratamiento antivírico eficaz. Para la rabia existe vacunación post­ respuesta terapéutica y de los objetivos del tratamiento (v. los cinco
exposición, pero con frecuencia no está al alcance de aquellos
casos prácticos presentados en este capítulo).
con mayor riesgo5.

Falta de una respuesta ¡nmunltaría eficaz: «victoria


fácil para la infección» CASO PRÁCTICO
Nuestro sistema inmunitario engloba una compleja acción recí­
proca con varios órganos (p. ej., piel y mucosas, sangre y médula Infección por Clostridium perfringens en un carcinom a
ósea, ganglios linfáticos y bazo) y sistemas de defensa (inmuni­ m etastásico de colon
dad humoral, inmunidad celular), coordinada por las citocinas
y otras moléculas mensajeras. La mayoría de las personas con Una mujer de 69 años con diabetes de tipo 2 ingresa en el hospital con
riesgo de adquirir infecciones graves sufren ciertas «brechas» en fiebre y exudado vaginal de aspecto sucio. Previamente, había sido
sus defensas. Aquellos pacientes con procesos malignos hemato- diagnosticada de carcinoma rectal localmente avanzado. No había
lógicos no sólo tienen una médula ósea insuficiente y una falta sido posible efectuar resección curativa por invasión tumoral de las
de granulocitos, sino que padecen además mucositis intensa y estructuras pelvianas y del sacro. Fue sometida a colostomía paliativa
son portadores de diversos dispositivos invasores a través de los y radioterapia, pero no aceptó recibir quimioterapia y se encontraba
que pueden penetrar los microorganismos. Con frecuencia, han deprimida con respecto a su situación general. Poco después del
recibido ya antibióticos de amplio espectro que reemplazan su ingreso, es diagnosticada de fístula colovaginal e infección urinaria, y
flora bacteriana natural con especies MMR por presión selectiva. se inicia tratamiento con amoxicilina-clavulánico. Dos días después,
La desnutrición concomitante, los fármacos inmunodepresores y comienza con dolor intenso en la cadera izquierda, que se irradia hacia
el fracaso orgánico (renal, hepático, diabetes) pueden completar
la rodilla. El dolor se hizo rápidamente insoportable. Las radiografías de
este cuadro.
cadera y fémur izquierdos mostraron aire en los tejidos perifemorales;
sugerían la presencia de gangrena gaseosa. En los hemocultivos
Toxinas y citocinas creció Clostridium clostridloforme y Clostridium perfringens. El manejo
Algunos enfermos pueden padecer una enfermedad sobreaguda de esta situación debería haber incluido un amplio desbridamiento y
de riesgo vital a pesar de recibir el adecuado tratamiento anti­ probablemente hemipelvectomía, oxígeno hiperbárico y altas dosis
microbiano y de poseer un sistema inmunitario sano. Las toxi­ de penicilina; incluso con estos agresivos tratamientos, el pronóstico
nas producidas por los microorganismos pueden desempeñar hubiese sido nefasto. Como consecuencia de la infección y del dolor,
un importante papel en esas infecciones, como el tétanos, la fas­ la enferma se encontraba estuporosa y no había familiares con los que
citis necrosante, el síndrome de shock tóxico estafilocócico, el discutir las decisiones de tratamiento. Finalmente, se prescribió morfina
cólera y el botulismo. La oportuna administración de antitoxina, parenteral para un rápido alivio del dolor, y falleció 2 días más tarde.
cuando esté disponible, es en esos casos la piedra angular del
La combinación de una infección fulminante y muy dolorosa con
tratamiento6.
elevada mortalidad intrínseca en un paciente con un proceso incurable
Toda infección desencadena la respuesta inflamatoria del orga­
que había rechazado previamente la quimioterapia influyó fuertemente
nismo a través de una compleja interacción de citocinas e inter-
leucinas7. En algunos casos, la respuesta puede ser tan violenta en la decisión de no iniciar un tratamiento activo sino de llevar a cabo un
que se produce más daño por esta «tormenta de citocinas» que enfoque paliativo. En esas situaciones, la comunicación entre los miembros
por el propio microorganismo original. Se producen así círculos del equipo sanitario y con el enfermo y sus familiares es fundamental
viciosos creados por mecanismos de retroalimentación positiva. para optimizar los cuidados prestados. Cuando el enfermo se encuentra
El tratamiento intenta contrarrestar las deletéreas cascadas de la confuso o incapacitado, pueden surgir problemas éticos de difícil solución.

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530 SE C C IÓ N E | Infecciones

Resulta crucial una buena comunicación entre los profesionales


sanitarios y con el paciente y los familiares. Las infecciones fulmi­
CASO PRÁCTICO
nantes pueden progresar rápidamente; los enfermos se deterio­
ran con rapidez, de forma que la mayoría muere durante su lucha R abia
por sobrevivir, cuando el principal objetivo es la supervivencia.
Un granjero ugandés de 25 años, padre de cuatro hijos, fue ingresado
Algunas enfermedades infecciosas extremadamente contagiosas
en el hospital con intensa agitación, confusión y fiebre tras haber sufrido
como las fiebres hemorrágicas víricas, SRAG y gripe, exigen estric­
una mordedura de perro 2 semanas antes. Se sabía que el perro estuvo
tas medidas de aislamiento que pueden contribuir a la marginali-
zación del paciente y a un tratamiento sintomático subóptimo1011. enfermo y letárgico el día después de la mordedura y se pensó que tenía
La comunicación entre el enfermo y sus familiares puede rabia. Se realizó, por tanto, el diagnóstico de rabia.
ser difícil, incompleta o inexistente. Los propios trabajadores Existen pocas opciones de tratamiento de la rabia aparte del
tratamiento postexposición, que no estaba disponible en este entorno de
recursos limitados y era poco probable que pudiese ser ya útil una vez que
el paciente presentaba síntomas. A pesar de la tasa de mortalidad cercana
ASO P R Á C T I C O
al 100%, algunas raras recuperaciones alimentan el dilema entre esperanza
de curación (muy improbable) o cuidados paliativos. Los cuidados a largo
Fascitis necrosan te en una m u jer jo ve n de U ganda
plazo requieren grandes cantidades de recursos humanos y materiales. El
Una mujer de 27 años residente en una zona rural de Uganda ingresa manejo de los síntomas debería incluir la sedación del paciente9.
en el hospital con fiebre y dolor en el muslo derecho. Las exploraciones
iniciales (recuento sanguíneo completo, ecografía y radiografía del
fémur) no revelaron anomalías. El dolor aumentaba, y aparecieron bullas B^ C ASO P R Á C T I C O
necróticas en la piel circundante. Se inició tratamiento con antibióticos
intravenosos de amplio espectro, y el médico solicitó permiso a la
E ndocard itis causada p or mucorm icosis
enferma para realizar desbridamiento. La mujer, procedente de una
en un en ferm o h em atológico
comunidad tradicional, se consideró incapaz de tomar una decisión
sobre este asunto y decidió esperar a que volviese su marido, que se Una mujer de 35 años con linfoma no-Hodgkin recurrente ingresa
encontraba en una majada a 200 km. Como no había transporte público en el hospital con neutropenia, fiebre y shock tras su primer ciclo
y las comunicaciones eran muy limitadas, se envió a un mensajero para de quimioterapia de tercera línea. La ecocardiografía transtorácica
informar al marido. A pesar de experimentar un terrible dolor en una reveló grandes vegetaciones en las válvulas pulmonary tricúspide;
pierna maloliente y llena de larvas de mosca, la enferma y su madre la tomografía computarizada torácica sugería múltiples émbolos
siguieron rechazando cualquier intervención hasta que llegase el marido sépticos pulmonares. Necesitó soporte total inotrópico y respiratorio.
(fig. 95-1). Cuando lo hizo, accedió inmediatamente a que se realizase Los hemocultivos revelaron mucormicosis. Se inició tratamiento con
desarticulación de toda la pierna, pero la enferma murió en shock anfotericina B intravenosa. La enferma desarrolló un síndrome de
séptico poco después. dificultad respiratoria aguda y una lesión necrótica facial.
Por razones culturales, ni la enferma ni el médico podían tomar una Existen opciones terapéuticas teóricas, pero conllevan mutilación
decisión con respecto al manejo activo y enérgico de la infección, que facial por escisión quirúrgica. Las posibilidades de supervivencia (tanto
podría haber salvado su vida si se hubiera iniciado de forma precoz. a corto como a largo plazo) son escasas. Los cuidados paliativos en un
Esto significa que la enferma no recibió siquiera cuidados paliativos: enfermo sedado y ventilado con un prono stico extremadamente limitado
permaneció en una «tierra de nadie» terapéutica. El equilibrio entre deberían probablemente ir enfocados a la comunicación y asesoramiento
tratamiento, curación, compasión y enojo era difícil y condujo a la de los familiares y a la retirada progresiva del tratamiento a la vez que se
frustración de los profesionales de la enfermería. procura un control del dolor y de los síntomas junto con la sedación.

FIGURA 95-1 A y B, Fascitis necrosante en una mujer joven de Uganda.

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Infecciones fatales y fulminantes I C A P ÍT U L O 95 531

ASO P R Á C T I C O

Fiebre h em orrágica Ébola

Un soldado ugandés de 35 años Ingresó en el hospital con un síndrome


febril tras haber estado cuidando a un compañero que había muerto
con fiebre y hemorragias. Los frotis sanguíneos para malaria fueron
negativos y 2 días después comenzó a vomitar sangre y entró en shock.
Los estudios serológicos realizados a su compañero confirmaron el
diagnóstico de fiebre hemorrágica Ébola. El enfermo fue aislado, y
comenzó a sufrir dolor abdominal intenso con vómitos persistentes,
presentó confusión y agitación y se arrancaba los catéteres de las vías
intravenosas. Para prevenir la diseminación del Ébola, algunas estaciones
de radio locales recomendaron disparar al enfermo, a sus familiares
y a los trabajadores sanitarios que le cuidaban. Los trabajadores del
hospital no eran atendidos en los mercados ni en las tiendas locales.
Por razones de control de la infección, se impidió que los familiares
visitaran al enfermo. El propio paciente estaba asustado y fue atendido
por sanitarios que llevaban batas y mascarillas. Fue necesario administrar
fármacos parenterales para el control del dolor y de los síntomas, pero
surgió una gran preocupación por la agitación del enfermo y el riesgo
de lesiones accidentales con las agujas. Se permitió que un trabajador
sanitario (fig. 95-2) rezase con el enfermo, aunque no pudo recibir los
últimos ritos. Murió en un completo aislamiento sin familiares a su
alrededor. Las medidas para el control de la infección exigieron que el
cadáver se enterrase en una fosa común en lugar de hacerlo en la casa
ancestral del enfermo, considerado culturalmente un requisito necesario FIGURA 95-2 Equipo de vestimenta para el Ébola. (Por cortesía del Dr. Larry
para una buena muerte y para la vida eterna. Pepper.)
El Ébola y otras fiebres hemorrágicas presentan elevadas tasas de
mortalidad y el tratamiento se limita a los cuidados de soporte. Los
Perspectivas futu ras
enfermos se quejan de dolor abdominal y vómitos; también se produce
confusión y agitación, que pueden ser difíciles de tratar. En estos Cuándo parar: ¿hasta qué grado es ínfima la «no posibilidad de
pacientes, resulta muy importante el control del dolor y de los síntomas. supervivencia»?
El manejo de la agitación y la confusión puede reducir el riesgo para los ¿Cuidados paliativos significa que se debe interrumpir todo trata­
trabajadores sanitarios, aunque la medicación parenteral trae consigo miento activo?
el riesgo de lesiones accidentales por objetos punzantes. Durante los Comunicación con enfermos y familiares y entre sí: ¿cuándo y
brotes epidémicos es frecuente la existencia de miedo y estigmas, que
Medidas eficaces para el control de la infección, cultural y social­
afectan tanto a los enfermos como a los que cuidan de ellos. Morir
mente respetuosas: ¿son factibles?
aislado, con dolor, aterrorizado, atendido por personas embutidas en
Cuidar de los cuidadores: ¿cuál sería la mejor forma de conseguirlo?,
«trajes burbuja» y sin poder acceder a los apoyos familiares o religiosos ¿apoyo entre colegas?
no es «una buena muerte». Aunque las prácticas funerarias de cada
cultura suponen una importante expectativa para enfermos y familiares
y forman parte de creencias que garantizan la felicidad en la otra vida,
es posible que también tengan que ser suprimidas, lo que se añade a B I B L I O G R A F Í A
la profunda pena de la familia. Con frecuencia, los propios familiares 1. World Health Organization. Palliative Care, 2002. Available at http://www.who.
pueden ser contactos de la infección y quizá debieran ser vigilados int/hiv/topics/palliative/care/en (accessed April 11,2008).
2. Armstrong GL, Conn LA, Pinner RW. Trends in infections disease mortality in
para ver si enferman. En estas situaciones, resulta esencial un enfoque
the United States during the 20th century. JAMA 1999;281:61-66.
holístico de los trabajadores sanitarios. 3. Lopez AD, Mathers CD,et al. Global and regional burden of disease and risk factors,
2001: Systematic analysis of population health data. Lancet 2006;367:1747-1757.
4. Porter R (ed). Drug treatment and the rise in pharmacology. In Porter R
(ed). The Cambridge Illustrated History o f Medicine. Cambridge: Cambridge
University Press, 1996, Chapter 7.
5. World Health Organization. Rabies vaccines. Weekly Epidemiological Record
2002;77(14):109-120.Available at www.who.int/wer (accessed November 2,2007).
6. SobelJ. Botulism. Clin Infect Dis 2005;41:1167-1173-
7. Hotchkiss RS. The pathophysiology and treatment o f sepsis. N Engl J Med
sanitarios pueden estar también mental y/o físicamente afectados 2003;348:138-150.
por una creciente epidemia12,13. En algunas infecciones, la pro­ 8. Russell JA. Management o f sepsis. N Engl J Med 2006;355:1699-1713-
tección de los trabajadores sanitarios y de los familiares frente a 9- Jackson AC, Warrell MJ, et al. Management o f rabies in humans. Clin Infect Dis
la adquisición de la enfermedad es también una obligación moral, 2003;36:60-63-
10. Leong IY, Lee AO, et al.The challenge o f providing holistic care in a viral epide­
aunque las medidas de control de la infección puedan llevar a mic: Opportunities for palliative care. Palliat Med 2004; 18:12-18.
que el paciente muera aislado. Esto puede chocar con algunas 11. Bitekyerezo M, Kyobutungi C, Kizza R, et al. The outbreak and control of
normas culturales que rodean a los cuidados paliativos y a las Ebola viral hemorrhagic fever in a Ugandan medical school. Trop Doct
prácticas funerarias, lo que quizás provoque consternación y ten­ 2002;32:10-15.
12. Hewlett BL, Hewlett BS. Providing care and facing death: Nursing during Ebola
siones. El papel de los cuidados paliativos debe ser juzgado sobre
outbreaks in CentralAfrica.JTranscult Nurs 2005;l6(4):289-297.
una base individual, caso por caso, en el conjunto de un enfo­ 13- Chan AO, Huak CY. Psychological impact o f the 2003 severe acute respiratory
que global frente a las infecciones fulminantes (v. «Perspectivas syndrome outbreak on health care workers in a medium size regional general
futuras»). hospital in Singapore. Occup Med 2004;54:190-196.

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532 SE C C IÓ N E | Infecciones

la primera indicación? En los pacientes con un pronóstico limi­


C A P ÍT U L O 0 0 tado, es necesario determinar la magnitud de la intervención
médica aceptable para el enfermo y su familia. Esto influirá en el
enfoque terapéutico. Por ejemplo, una sepsis de origen urinario
(v. cap. 93) es teóricamente reversible, pero requiere cuidados
Uso de antimicrobianos hospitalarios de soporte y la rápida administración de antibió­
ticos para que el tratamiento tenga éxito. Por sí solos, los antibió­
en el enfermo moribundo ticos serían de escaso valor en una infección grave de comienzo
rápido como ésta si el objetivo del tratamiento es erradicar la
Thomas G. Fraser infección y retornar al enfermo a su nivel de salud previo a la
enfermedad.
La eficacia de los antibióticos como alivio sintomático en el
2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos enfermo terminal es muy variable. Los datos disponibles indican
que el tratamiento antibiótico de las infecciones sintomáticas
de las vías urinarias puede conseguir una resolución de los sín­
tomas irritativos miccionales, pero la respuesta a las infecciones
respiratorias, de piel y tejidos blandos y de las bacteriemias es
• El enfermo moribundo corre riesgo de infección. impredecible1'3. Cabe destacar que los patógenos urinarios de
• Los objetivos del tratamiento antibiótico tienen que estar bien definidos estos estudios revisados eran en su mayor parte sensibles a agen­
antes de iniciar la terapia. tes de primera línea. En la demencia avanzada, un estudio mos­
• No ha sido definitivamente establecida la eficacia de los antibióticos para el tró que los antibióticos administrados como parte del enfoque de
control de los síntomas. tratamiento en nuevos casos de fiebre no fueron útiles para este
• La complejidad de la situación clínica puede hacer que seleccionar de forma síntoma6. Un estudio no aleatorizado sobre el uso de antibióticos
racional los antibióticos sea todo un reto. en pacientes con demencia y posible neumonía mostró molestias
• La sensibilidad antimicrobiana cada vez menor limita las opciones a la hora significativas derivadas de la enfermedad, y los pacientes que reci­
de elegir los antibióticos. bieron antibióticos presentaban menos molestias. Sin embargo, es
difícil interpretar los resultados de este estudio, porque los no tra­
tados tenían más posibilidad de sufrir una demencia más grave
Los pacientes con enfermedades terminales corren el riesgo de y tener mayores molestias en el momento basal7. Una pequeña
adquirir infecciones y habitualmente reciben antibióticos. La serie de pacientes con tumores avanzados de cabeza y cuello
incidencia de infección sintomática en pacientes de residencias que presentaban aumento del dolor respondieron al tratamiento
para enfermos terminales varía del 36 al 55%1-4. En los hospitales administrado frente a una posible sobreinfección; el estudio no
de cuidados agudos se prescriben habitualmente antibióticos sis- revela detalles específicos sobre los regímenes antibióticos utili­
témicos a los enfermos moribundos5. La decisión de utilizar un zados8 (fig. 96-1).
agente antiinfeccioso puede parecer sencilla, aunque en un exa­
men más detenido se observa que esas decisiones son más com­
plejas. Las principales cuestiones son el diagnóstico, la situación FACTORES ESPECIFICOS DE LA INFECCIÓN
funcional del enfermo y los recursos disponibles que es necesa­
rio sopesar frente a la gravedad y reversibilidad del proceso infec­ Hay diferencias clínicas entre una infección sintomática de las vías
cioso. La prevalencia de patógenos resistentes, especialmente en urinarias o una bronquitis y una infección parenquimatosa signifi­
los enfermos que ya han recibido una prolongada atención sanita­ cativa como una neumonía lobar o una infección de las zonas ana­
ria, también afecta a la selección del agente antiinfeccioso. tómicas profundas. El grado hasta el que cabe esperar el éxito de
los antibióticos influye también en la decisión de tratar. Los datos
presentados anteriormente sugieren que la infección sintomática
FACTORES DEL ENFERMO de las vías urinarias es un ejemplo en el que cabe esperar la utili­
dad de los antibióticos. Numerosas infecciones, como los abscesos
No todos los enfermos moribundos con infecciones son iguales.
abdominales o pelvianos, requieren operaciones de drenaje para
Las características específicas de su enfermedad los ponen en
ser tratadas eficazmente. Si se considera que el enfermo no es un
riesgo de adquirir infecciones, pero también afectan a su capa­
candidato a cirugía, también se deben cuestionar los antibióticos,
cidad de recuperación. Por ejemplo, un enfermo con demencia
porque la probabilidad de un resultado satisfactorio es entonces
avanzada puede no ser capaz de toser; esto no sólo incrementa
muy escasa.
el riesgo de aspiración sino que impide una eficaz eliminación de
Como complicación del tratamiento de una enfermedad fatal se
la neumonía. El cáncer metastásico puede provocar uropatía obs­
puede desarrollar una infección crónica (p. ej., un proceso hema-
tructiva que predispone a infecciones de las vías urinarias. Si no se
tológico maligno con una infección füngica invasora). Infecciones
alivia la obstrucción, es muy probable que la infección no pueda
como ésas son incurables sin un tratamiento satisfactorio de la
controlarse. Dichas intervenciones intensifican el nivel de la
enfermedad subyacente y, en tales circunstancias, puede que no
atención sanitaria. El pronóstico y la situación funcional también sea razonable continuar la terapia.
pueden afectar al tratamiento. Por ejemplo, una intervención per-
Finalmente, un paciente moribundo puede tener una infec­
cutánea para mitigar la obstrucción del tracto urinario quizá sea
ción que, si se deja sin tratamiento, suponga una amenaza para
razonable en una persona que se encuentra en situación funcio­ la comunidad. Un ejemplo de esta situación sería un enfermo
nalmente aceptable aunque tenga un proceso maligno intratable.
con tuberculosis pulmonar cuya expectativa de vida sea menor
También se debe tomar en consideración la situación inmunitaria.
que la duración habitual del tratamiento. El uso de fármacos
Tratamientos previos o la propia enfermedad subyacente pueden tuberculostáticos estaría justificado porque, sin tratamiento, la
originar anomalías en la inmunidad celular o humoral.
infección supondría un riesgo para los familiares del enfermo y
para otros contactos cercanos (incluidos los trabajadores sani­
OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO tarios). De igual forma, si una institución en la que se encuen­
tra hospitalizado un enfermo experimenta un brote de gripe,
Antes de prescribir un antibiótico a un enfermo moribundo, es el uso profiláctico de fármacos antivirales podría ser útil para
necesario determinar los objetivos del tratamiento. ¿Se está tra­ controlar el brote y prevenir una mayor transmisión de la
tando de erradicar la infección? ¿Es el control de los síntomas enfermedad.

PARTE I I EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Uso de antimicrobianos en el enfermo moribundo I C A P ÍT U L O 96 533

Enfermo moribundo con una infección

I
Grave/de riesgo vital

FIGURA 96-1 Algoritmo para el manejo de las infecciones en el enfermo moribundo.

C uadro 96-1 C o nsideraciones p ara la selección Cuadro 96-2 C o nsecuencias no d eseadas del
de an tib ió tico s tratam ien to an tib ió tico en el enferm o m oribundo
> Elegir el agente con el espectro más limitado posible. 1 Carga, de tiempo y dinero, sobre el enfermo y sus cuidadores.
1 El tratamiento dirigido frente a un patógeno determinado es preferi­ 1Reacciones alérgicas.
ble al tratamiento empírico. 1Interacciones farmacológicas.
1Utilizar terapia oral siempre que sea posible. 1 Náuseas, vómitos, diarreas, diarrea asociada a Clostridium difficile.
> Las dosis se basarán en la función renal y hepática. • Complicaciones relacionadas con la administración intravenosa del
' Elegir agentes empíricos de acuerdo con los patrones de sensibili­ tratamiento.
dad local.

de los antibióticos. Una previa exposición a antibióticos es una


SELECCIÓN DEL ANTIBIÓTICO importante característica de la historia clínica que debe ser
incorporada al proceso de selección de los antibióticos para el
Una vez tomada la decisión de iniciar el tratamiento antibiótico, tratamiento de muchos síndromes comunes9. Los patrones de
la elección del agente viene dictada por numerosos factores clí­ sensibilidad bacteriana varían dependiendo de la localización,
nicos. El tratamiento dirigido frente a un determinado patógeno es aunque hay algunas tendencias generalizadas. En los patógenos
siempre preferible al tratamiento empírico. El establecimiento de urinarios se ha producido una significativa disminución de la sen­
un diagnóstico microbiológico requiere la obtención de muestras sibilidad a trimetoprima-sulfametoxazol10. En los enfermos con
adecuadas para cultivo, lo que en ocasiones conlleva procedimien­ larga experiencia en cuidados sanitarios, es frecuente la resisten­
tos invasores inaceptables en un enfermo terminal. cia a meticilina entre los aislamientos de Staphylococcus aureusn .
Es preferible utilizar antibióticos orales, aunque esto puede ser También está aumentando la resistencia a fluoroquinolonas entre
■3 imposible si el enfermo es incapaz de tragar. El uso de antibióticos Enterobacteriaceae y Pseudomonas aeruginosa12|13. Determinadas
intravenosos requiere un acceso venoso fiable. En los pacientes poblaciones de enfermos presentan Streptococcus pneumoniae
atendidos en su domicilio, este método de dispensación farma­ resistentes con una prevalencia superior al 25%14- Por todo ello,
cológica requiere el compromiso del paciente y de la familia en ha disminuido la probabilidad de que resulte eficaz un tratamiento
ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización

lo que se refiere a tiempo, esfuerzo y, a veces, dinero. En muchas empírico antibiótico por vía oral, barato y bien tolerado.
áreas existen recursos limitados para la administración intravenosa El coste de los antimicrobianos también influye en la toma de
de antibióticos en el domicilio. decisiones, especialmente si el enfermo está ingresado en una
Las personas con procesos médicos complicados que se residencia para enfermos terminales o si no tiene cobertura para
encuentran en las últimas fases de su vida presentan habitual­ el pago de los fármacos recetados. Estos costes pueden ser prohi­
mente alteraciones de la función renal y hepática. Estos aspectos bitivos si se prescribe terapia intravenosa. Estos aspectos no son
afectan a la dosificación y al esquema de administración. La falta infrecuentes dada la necesidad de elegir agentes de amplio espec­
de atención a estos detalles eleva el riesgo de efectos farmacoló­ tro por la creciente resistencia a los antimicrobianos.
gicos adversos (cuadro 96-1). Existen también consecuencias no deseadas del uso de los
En los enfermos que han recibido atención sanitaria durante antibióticos, especialmente cuando no están claros los beneficios
largo tiempo, la reducida sensibilidad antibiótica de sus patógenos objetivos de la terapia (cuadro 96-2). Siempre existe la posibili­
es uno de los aspectos más significativos que afectan a la selección dad de reacción alérgica a cualquier antibiótico. Las interacciones

ERRNVPHGLFRVRUJ
534 SE C C IÓ N E | Infecciones

farmacológicas también pueden provocar peligrosos efectos inicio de los adecuados cuidados paliativos. Otra consideración
adversos. Los antibióticos orales se asocian frecuentemente con ética es si los antibióticos prolongan la agonía y son incompati­
náuseas y diarrea. El acceso venoso central o periférico para la bles con los objetivos globales de la atención a estos enfermos. Si
terapia parenteral conlleva el riesgo de tromboflebitis o de trom­ se trata con éxito una neumonía lobar en un enfermo moribundo,
bosis venosa profunda y de sobreinfección relacionada con el ¿este progresivo aumento de la expectativa de vida implica tam­
catéter. Un enfermo con delirio o demencia puede requerir res­ bién un mayor sufrimiento gradual derivado de la enfermedad
tricción de sus movimientos para mantener el catéter intravenoso. terminal? Algunos ejemplos de otras complicaciones en el curso
Finalmente, la diarrea asociada a Clostridium difficile puede ser del proceso de la agonía ilustran este punto16. Por ejemplo, la
endémica en algunas instituciones y constituir una devastadora hipercalcemia como complicación de las metástasis en algunos
complicación de los antibióticos15. procesos malignos se puede tratar fácilmente con bifosfonatos y
rehidratación, pero con frecuencia no se lleva a cabo en una per­
sona que agoniza por un cáncer. Dada la ausencia de beneficios
CONSIDERACIONES ÉTICAS sintomáticos claramente definidos con los antibióticos, ¿es sustan­
Un punto central de cualquier discusión ética sobre el uso de anti­ cialmente distinto el tratamiento de una infección que el de una
bióticos en el enfermo terminal es si los antibióticos forman parte hipercalcemia en un enfermo moribundo?
de los «cuidados habituales»16. Las opiniones de los enfermos, los
familiares y los médicos son diferentes17.Algunos estudios sugie­ B I B L I O G R A F Í A
ren que, cuando se pregunta a los enfermos o a sus familias, tie­
1. Vitetta L, Kenner D, Sali A. Bacterial infections in terminally ill hospice patients.
nen una menor tendencia a rehusar los antibióticos; las opiniones J Pain Symptom Manage 2000;20:326-334.
de los médicos son variables (v. «Controversias actuales»). 2. Reinbolt R, Shenk AM, White PH, et al. Symptomatic treatment o f infections in
La decisión sobre el uso de antibióticos puede parecer de patients with advanced cancer receiving hospice care.J Pain Symptom Manage
escasa importancia en comparación con otras decisiones de mayor 2005;30:175-182.
3. White PH, Kuhlenschmidt HL, Vancura BG, et al. Antimicrobial use in patients
calado como la utilización de ventilación mecánica o de diálisis. Sin with advanced cancer receiving hospice care. J Pain Symptom Manage
embargo, desde la perspectiva de una enfermedad infecciosa y de 2003;25:438-443-
administración de los antimicrobianos, los hábitos de prescripción 4. Pereira J, Watanabe S, Wolch G. A retrospective review o f the frequency of
sí tienen un gran impacto más allá de la situación actual. El uso infections and patterns o f antibiotic utilization on a palliative care unit.J Pain
Symptom Manage 1998;16:374-381.
de antibióticos puede llevar al desarrollo de patógenos resistentes
5. Ahronheim JC, Morrison S, Baskin SA, et al.Treatment o f the dying in the acute
que, a su vez, pueden producir sobreinfecciones en los individuos care hospital.Arch Intern Med 1996;156:2094-2100.
tratados. Es difícil cuantiflcar el riesgo, pero es razonable asumir 6. Fabiszewski KJ,Volicer B,Volicer L. Effect o f antibiotic treatment on outcome
que un paciente moribundo con una enfermedad crónica está pre­ o f fevers in institutionalized Alzheimer patients. JAMA 1990;263:3168-3172.
dispuesto a una mayor morbilidad infecciosa. El uso continuado 7. van der Steen JT, Ooms ME, van der Wal G, et al. Pneumonia: The demented
patient’s best friend? Discomfort after starting or withholding antibiotic treat­
de antibióticos para tratar las infecciones conforme van surgiendo ment. J Am Geriatr Soc 2002;50:1681-1688.
(cuando ya no se puede actuar sobre la enfermedad subyacente) 8. Breuers E, MacDonald N. Intractable pain in patients with advanced head
conducirá finalmente y con mucha probabilidad a menos opciones and neck tumors: A possible role o f local infection. Cancer Treat Rep
a la hora de elegir los antibióticos. También será más difícil admi­ 1986;70:691-692.
9- Guidelines for the management o f adults with hospital-acquired, ventilator-
nistrar los antibióticos, con menor seguridad de obtener resulta­
associated, and healthcare-associated pneumonia. Am J Respir Crit Care Med
dos satisfactorios. Estos medicamentos tienden también a ser más 2005; 171:388416.
caros. En un sistema de residencias para enfermos terminales con 10. HootonTM, Besser R, Foxman B, et al. Acute uncomplicated cystitis in an era
pago per capita, esta situación puede llevar a costes poco razo­ o f increasing antibiotic resistance: A proposed approach to empirical therapy.
nables para todos, como consecuencia de perseguir un aspecto Clin Infect Dis 2004;39:75-80.
11. Friedman ND, Kaye KS, Stout JE, et al. Health care-associated bloodstream
secundario cuando ya no se puede cambiar el resultado global. infections in adults:A reason to change the accepted definition o f community-
Los médicos que atienden al enfermo tienen una obligación acquired infections.Ann Intern Med 2002;137:791-797.
no sólo con su paciente primario sino con toda la población que 12. Fridkin SK, Hill HA, Volkova NV, et al.Temporal trends in prevalence o f antimi­
recibe atención sanitaria. El uso indiscriminado de antibióticos crobial resistance in 23 U.S. hospitals. Emerg Infect Dis 2002;8:697-701.
puede fomentar la aparición de resistencia en pacientes individua­ 13- National Nosocomial Infections Surveillance (NN1S) System report. Am J
Infection Control 2001;29:404-421.
les. Esto no sólo plantea un riesgo para el individuo sino que, ade­ 14. Doem GV, Heilmann KP, Huynh HK, et al. Antimicrobial resistance among cli­
más, alguien que está colonizado con bacterias resistentes puede nical Isolates o f Streptococcus pneumoniae in the United States during 1999-
servir de reservorio para su transmisión cruzada a otros pacientes 2000, including a comparison o f resistance rates since 1994-1995. Antimicrob
que se encuentran en el mismo entorno de cuidados sanitarios. Agents Chemother 2001;45:1721-1729-
15. McDonald LC, Kilgore GE,Thompson A, et al. An epidemic, toxin gene-variant
Este aspecto es muy preocupante en un contexto de enfermos strain o f Clostridium difficile. N Engl J Med 2005;353:2433-2441.
ingresados que reciben tanto cuidados agudos como crónicos. 16. Ford PJ, Fraser TG, Davis MP, et al. Anti-infective therapy at end o f life: Ethical
Los regímenes agresivos de tratamiento antimicrobiano para decision-making in hospice-eligible patients. Bioethics 2005;19:379-392.
una infección también implican otras consecuencias no deseadas. 17. Marcus EL, Clarfield AM, Moses AE. Ethical issues relating to the use o f antimi­
El tratamiento de la infección puede apartar el foco de atención crobial therapy in older adults. Clin Infect Dis 2001;33:1697-1705.
muy lejos de la cuestión principal, el proceso de base. Esto puede
retrasar la transición a la residencia para enfermos terminales y el
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S

Ford PJ, Fraser TG, Davis MP, et al. Anti-infective therapy at end
Co ntroversias actuales of life: Ethical decision-making in hospice-eligible patients.
Bioethics 2005;19:379-392.
• Eficacia de los antibióticos en la mejoría de los síntomas. Marcus EL, Clarfield AM, Moses AE. Ethical issues relating to the
• Impacto de un sistema de pago per capita en la prescripción de tra­ use of antimicrobial therapy in older adults. Clin Infect Dis
tamientos antibióticos como parte de los cuidados sanitarios al final 2001;33:1697-1705.
de la vida. Reinbolt R, Shenk AM, White PH, et al. Symptomatic treatment of
• ¿Son los antibióticos parte del tratamiento habitual en un enfermo infections in patients with advanced cancer receiving hospice
moribundo? care.J Pain Symptom Manage 2005;30:175-182.
• ¿Están dispuestos los médicos a no tratar una infección aguda en un White PH, Kuhlenschmidt HL, Vancura BG, et al.Antimicrobial use
enfermo moribundo? in patients with advanced cancer receiving hospice care.J Pain
Symptom Manage 2003;25:438-443.

PARTE I I EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
SECCION

Procedimientos y dispositivos

cirugía eficaz era paliativa) fue la necesidad de abordar los errores


| CAPÍTULO 97 de la cirugía itinerante (una forma menos evidente de abandono)
y de incorporar los principios científicos a la práctica quirúrgica,
liberando al paciente de las tiranías de enfermedades devastadoras
y de los juicios anecdóticos y con frecuencia paternalistas de los
Cirugía paliativa cirujanos. Los principios de los cuidados paliativos quirúrgicos
fundamentalmente no son diferentes de los principios de cual­
Geoffrey P. Dunn quier tratamiento quirúrgico.
Una definición de consenso de cirugía paliativa por los ciru­
janos oncológicos afirma: «La cirugía paliativa está limitada a las
B 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos operaciones realizadas para aliviar síntomas. Las operaciones
pueden incluir el tratamiento de la enfermedad con intención
curativa, aunque en todos los casos el tratamiento de los sín­
tomas debe ser un elemento de la intervención. De forma espe­
P U N T O S
cífica, se debe considerar que las operaciones con intención
> La cirugía paliativa no está limitada a las enfermedades incurables o termi­ curativa en pacientes asintomáticos que dan lugar a enfermedad
nales y únicamente forma parte de los cuidados paliativos quirúrgicos. residual o bordes positivos son operaciones no curativas, y no
» Para las intervenciones quirúrgicas paliativas mayores es importante el perfil operaciones paliativas»2. Por tanto, no se puede realizar palia­
del cirujano. ción en un paciente asintomático, aunque se puede realizar
> Se deben revisar las órdenes de no reanimar (NR) y otras voluntades anti­ paliación y/o curación en un paciente sintomático. El grupo de
cipadas antes de la cirugía para determinar su aplicabilidad y ámbito; no se trabajo American College of Surgeons Surgical Palliative Care
deben suspender automáticamente antes de la operación. Task Force ha elaborado una definición más limitada de la ciru­
» Los resultados de la cirugía paliativa, además del control sintomático, deben gía paliativa: «Cualquier técnica invasiva utilizada para el trata­
incluir la morbilidad y la mortalidad postoperatorias («toxicidad del trata­ miento cuando el objetivo principal del tratamiento es el alivio o
miento»), la durabilidad del alivio sintomático y el tiempo hasta la muerte la prevención de los síntomas para mejorar la calidad de vida de
sin síntomas. los pacientes con enfermedad incurable. Este tratamiento puede
* La cirugía paliativa en el cáncer avanzado es eficaz para el control sinto­ o no prolongar la vida, pero ése no es el objetivo principal de la
mático, aunque tiene tasas elevadas de morbilidad y mortalidad. intervención»3.
» Las técnicas menos invasivas también tienen una morbilidad y una mortali­
dad elevadas y no están «libres de riesgos».

CONSIDERACIONES GENERALES
La resolución de los síntomas es un criterio de valoración men­
surable genérico para todas las intervenciones paliativas. Sin
embargo, para las intervenciones invasivas se debe dar más peso
La cirugía paliativa es uno de los principales avances de un nuevo a otros criterios adicionales cuando se planifique el tratamiento.
campo de la iniciativa científica humanista denominada cuidados Éstos incluyen la durabilidad del control de los síntomas, la mor­
paliativos quirúrgicos1. Se está transformando desde un conjunto bilidad y la mortalidad de la intervención, y la supervivencia
mal definido de intervenciones hasta un abordaje de base cien­ prevista.
tífica de métodos quirúrgicos para el alivio del sufrimiento y la Se define la mortalidad quirúrgica como la muerte de un
promoción de la calidad de vida, que pueden incluir la curación o paciente que se produce durante una intervención y hasta 30 días
la remisión de la enfermedad subyacente. después de la misma. Puede ser un potente freno a que los ciru­
janos operen a pacientes con una esperanza de vida reducida,
incluso con indicaciones adecuadas. No hay consenso sobre qué
menor duración de la esperanza de vida contraindicaría la cirugía.
De 823 pacientes a los que se realizaron operaciones paliativas en
PRINCIPIOS DE LOS CUIDADOS el Memorial Sloan Kettering Cancer Center, el 11% murió en los
PALIATIVOS QUIRÚRGICOS 30 primeros días4.
Y DE LA CIRUGÍA PALIATIVA La morbilidad operatoria es frecuente después de la cirugía onco­
lógica paliativa y se produce hasta en un 40% de los pacientes; el 10%
Los principios fundamentales de los cuidados paliativos quirúr­ precisa cirugía adicional para tratar la morbilidad4. Puede ser difícil
gicos, profundamente enraizados en la tradición quirúrgica, son: distinguir la morbilidad operatoria de la morbilidad relacionada con
1) no abandonar al paciente y 2) mantener la esperanza. La expre­ la enfermedad. Sin embargo, la distinción es crucial cuando se plan­
sión social de estos principios ha tenido consecuencias importan­ tea la cirugía por síntomas constitucionales (p. ej., astenia, fiebre, ano­
tes sobre la práctica de la cirugía. El impulso para la fundación rexia). El alivio de la obstrucción intestinal puede permitir reiniciar
del American College of Surgeons en 1913 (cuando casi toda la la alimentación, aunque no devolverá el apetito a un paciente con un

535
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536 S E C C I Ó N F | Procedimientos y dispositivos

síndrome establecido de anorexia/caquexia. La cirugía paliativa tiene EVALUACIÓN PREOPERATORIA


la mayor probabilidad de ser eficaz en el dolor, la ulceración, la hemo­
rragia y las complicaciones de la obstrucción. Es necesaria una selec­ Si se selecciona una intervención quirúrgica paliativa, la prepara­
ción cuidadosa de los pacientes que refleje el conocimiento claro ción preoperatoria se debe completar con una evaluación prea-
de los objetivos de los pacientes a la vista del resultado deseado de nestésica y una planificación de la analgesia perioperatoria. Esto
control duradero de los síntomas sin morbilidad operatoria: esto se plantea la pregunta de dónde se debe trazar la línea entre una
produjo en menos de la quinta parte de las ocasiones en la serie del reanimación no deseada y el mantenimiento de la homeostasis
Memorial. Otras consideraciones para las intervenciones quirúrgicas para la supervivencia perioperatoria. Este dilema se puede mitigar,
paliativas incluyen: 1) personalidad y percepciones del paciente y de en parte, con intervenciones quirúrgicas y técnicas anestésicas
su familia, 2) psicología del paciente, 3) biología de la enfermedad, 4) menos invasivas. En el caso de los pacientes que previamente
intervención y 5) perfil del cirujano (tablas 97-1 y 97-2). han dado órdenes de no reanimar (NR), la American Society of
Anesthesiology, el American College of Surgeons y la Association
of Operating Room Nurses recomiendan la «reconsideración
T A B L A 97-1 Toma de decisiones para las intervenciones necesaria», una discusión entre el paciente o su representante y
quirúrgicas paliativas el equipo anestésico para clarificar los objetivos y los límites de
ELEMENTO DE LA TOMA CONSIDERACIONES
la asistencia.Todas estas organizaciones condenan la interrupción
automática de las órdenes de NR antes de la anestesia. El paciente
DE DECISIONES
con una orden de NR puede suspenderla durante un tiempo espe­
Psique del paciente Activa frente a pasiva cificado, momento después del cual se pueden actualizar los obje­
Madura frente a angustiada tivos y las limitaciones de la asistencia. La insistencia en mantener
Realista frente a pensamiento mágico el estado de NR lleva a los pacientes a abandonar la idea de la
Psicología del paciente Funcional frente a debilitado cirugía. Si el cirujano se siente incómodo con las limitaciones en
Edad real frente a edad cronológica relación con la reanimación, no está obligado a realizar la inter­
Nutrición conservada frente a vención, aunque se debe ofrecer a facilitar medios alternativos.
hipoalbuminemia En relación con las limitaciones sobre la reanimación, se puede
Biología de la enfermedad Enfermedad única frente a enfermedades obtener orientación en directivas basadas en procedimientos o en
asociadas múltiples objetivos. Las limitaciones basadas en procedimientos especifican
Crecimiento lentofrente a crecimiento agresivo qué se autoriza y qué no se autoriza (p. ej., «se puede intubar», «sin
Experiencia de base científica frente a compresiones torácicas»). Las limitaciones basadas en objetivos
experiencia anecdótica («N de 1») identifican un criterio de valoración clínico (p. ej., «sólo como­
Habitual frente a infrecuente didad», «mantener vivo al paciente hasta que su cónyuge vuelva
Riesgo de morbilidad bajo frente a elevado al hospital»), dejando al criterio de los médicos los medios para
(física, económica, social) conseguirlo.
Sencilla frente a difícil
Una de muchas opciones frente a ninguna
otra opción
Perfil del cirujano Sanador empático frente a técnico INTERVENCIONES PALIATIVAS
Con experiencia frente a sin experiencia
Precavido frente a «lanzado» Las principales indicaciones de las intervenciones paliativas qui­
Realista frente a pensamiento mágico o rúrgicas y endoscópicas son malnutrición, obstrucción, hemo­
realización de proyecciones rragia, dolor, fístula y estética. La obstrucción, la hemorragia y las
Trabajo en equipo frente a trabajo aislado complicaciones de las heridas responden mejor al tratamiento
y dominante quirúrgico que los síntomas sistémicos como la astenia y la
anorexia. La planificación de la intervención precisa experien­
De Cady B,EassonA,AboulafiaAJ, Person PE Part 1: Surgical palliation of advanced cia y la disponibilidad de dispositivos cada vez más sofisticados
illness.What’s new, what’s helpful./A/w Coll Surg 2005;200:115-127.
(y costosos). Los abordajes laparoscópicos y endoscópicos no
carecen de riesgos. Un paciente que no sea candidato a ciru­
gía «abierta» tampoco es candidato a cirugía laparoscópica. Un
abordaje nihilista ante la cirugía mayor no debe llevar a descar­
T A B L A 97-2 Cirugía paliativa: indicaciones generales,
tar técnicas que normalmente se utilizan con intención curativa
contraindicaciones y complicaciones
y que también son eficaces para el control sintomático. A la vista
INDICACIONES/ COMPLICACIONES de la reciente aceptación de la paliación como único objetivo
CONTRAINDICACIONES clínico válido, se han realizado estudios aleatorizados y contro­
lados con medición de resultados de calidad de vida para pocas
Indicaciones Infección a distancia y en el intervenciones.
Síntomas activos que no responden punto quirúrgico Las intervenciones quirúrgicas de ablación suponen la resec­
a abordajes no quirúrgicos o Hemorragia ción anatómica de órganos o la amputación, la resección no
pacientes que prefieren un Complicaciones de la herida
anatómica (citorreducción o «reducción de volumen») y la des­
abordaje quirúrgico
trucción tumoral con métodos térmicos, criogénicos o químicos
Contraindicaciones Trombosis venosa profunda (tabla 97-3). Se utilizan abordajes abiertos, laparoscópicos y per-
Ausencia de consentimiento Neumonía cutáneos. Las indicaciones incluyen el alivio de síntomas locales
informado Ingreso hospitalario prolongado (indoloros, hemorragia, color) y sistémicos (fiebre) en pacien­
Ausencia de objetivos claramente Complicaciones anestésicas tes con carcinoma de células renales, y de síntomas de meca­
definidos Cirugía en la localización
nismo hormonal producidos por tumores endocrinos, como el
Inestabilidad hemodinámica incorrecta
Muerte inminente
carcinoide.
Riesgo anestésico Buena parte de la paliación quirúrgica y de la paliación inva­
desproporcionadamente elevado siva de otro tipo tiene como objetivo aliviar los síntomas de obs­
para la magnitud de la intervención trucción luminal. La oclusión luminal, que habitualmente es un
marcador de enfermedad avanzada, con frecuencia se acompaña

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Cirugía paliativa I C A P ÍT U L O 97 537

I T A B L A 97-3 Técnicas de ablación

INTERVENCIÓN COMENTARIOS
Resección anatómica Las recomendaciones no están claras debido a la ausencia de diferenciación entre cirugía paliativa y no curativa, los
criterios de valoración paliativos mal definidos y los problemas con el diseño de los estudios
Puede estar indicada la gastrectomía subtotal paliativa e incluso la gastrectomía total en pacientes sintomáticos muy
seleccionados, aunque se recomienda tener precaución debido a la elevada morbilidad, que puede reducir mucho
el tiempo restante sin tratamiento sintomático o sin los efectos adversos del tratamiento
Resección no anatómica Intervención que actúa únicamente sobre el tumor, utilizando abordajes tradicionales con bisturí, electrocauterio o
(citorreducción) nuevas modalidades (láser y nuevas técnicas de ablación)
El abordaje muy individualizado hace que las comparaciones prospectivas de los resultados paliativos sean difíciles; el
ejemplo más estudiado es la citorreducción de la enfermedad macroscópica en el cáncer de ovario en estadio 3
Amputación: extremidades Las indicaciones en el cáncer son infrecuentes, aunque incluyen dolor intenso refractario al tratamiento no quirúrgico;
disfunción de la extremidad, incluyendo fractura patológica; hemorragia; masa exofítica; infección; y exanguinación
inminente
La calidad de vida puede ser mejor después de una amputación importante que con un mantenimiento continuo de
la extremidad
Las amputaciones mayores de las extremidades inferiores tienen mayor tasa de complicaciones que las de las
extremidades superiores
Debido al complejo tratamiento y a la baja frecuencia del problema en el cáncer, es mejor que la intervención la
realicen equipos multidisciplinares con experiencia
Las indicaciones más frecuentes de la amputación paliativa son complicaciones gangrenosas de la vasculopatía
oclusiva periférica
Amputación: mastectomía Cuando es paliativa, las principales indicaciones son dolor, hemorragia, masa exofítica e infección
Habitualmente se realiza una mastectomía total (resección de la mama y de la piel de recubrimiento pero
conservando los músculos pectorales y evitando la axila salvo que haya afectación macroscópica)
El efecto beneficioso paliativo puede mejorar con otros tratamientos tumoricidas
Se debe prever el cierre de la herida utilizando un injerto con tejido autólogo
Ablación con radiofrecuencia Se usa principalmente en tumores hepáticos, aunque también en tumores pulmonares, renales, óseos, mamarios y de
glándulas endocrinas
Se insertan en la diana, o adyacentes a la misma, electrodos portadores de corriente alterna de frecuencia elevada
(350-500kHz) por vía percutánea o laparoscópica o durante una intervención abierta
Económica, pero limitada a tejido de <5cm de diámetro
Menos eficaz en tumores adyacentes a flujo sanguíneo elevado
Se pueden repetir las aplicaciones
Menos complicaciones que la crioablación
Se utiliza principalmente para tumores cutáneos y hepáticos
Se puede utilizar en tumores de mayor tamaño, aunque es costosa debido a la anestesia general (las intervenciones
se realizan por vía laparoscópica o mediante laparotomía), el equipo y el consumo de tiempo
Las complicaciones incluyen fragmentación del tejido con hemorragia, coagulopatía, trombocitopenia, fuga biliar,
mioglobinuria, insuficiencia renal e infección
Ablación con etanol Se utiliza en tumores hepáticos; se ha descrito supervivencia a largo plazo
Por vía percutánea, laparoscópica o en la laparotomía
Se puede repetir la aplicación
Las lesiones de <2cm se tratan con una aplicación
Económica
El ácido acético, otro fármaco que se utiliza de la misma forma, tiene propiedades líticas adicionales que son útiles

de disfunción nutricional e inmunitaria. Esto hace que los rela­ popular para la paliación basada en intervenciones, ha estado dis­
tivamente nuevos abordajes endoscópicos y quirúrgicos míni­ ponible de forma constante y práctica en muchos hospitales esta­
mamente invasivos sean atractivos como tratamientos últimos dounidenses sólo en los últimos 15 años (tabla 97-6). La cirugía
o como medidas transitorias antes del tratamiento definitivo. La laparoscópica ha evolucionado más rápidamente. Las innovaciones
selección de estas modalidades no se ha basado en estudios de adicionales precisarán más habilidades técnicas y la reevaluación
base científica que hayan demostrado su efecto positivo sobre la de los resultados: la constante serán las oportunidades de ofrecer
calidad de vida. Estamos empezando a ir más allá de la morbilidad más que asistencia técnica. Cualquier intervención para aliviar el
y la mortalidad para abordar preguntas como las consecuencias dolor es una oportunidad de explorar otros motivos, incluyendo
de la gastrostomía sobre la calidad de vida5. Escalas como el sis­ razones no físicas, del dolor; cualquier intervención para ayudar
tema de puntuación Gastric Outlet Obstruction Scoring System a comer es una oportunidad para preguntarse por otros proble­
(GOOSS)6 facilitan estos estudios. Mientras se acumula la base mas. Cualquier intervención quirúrgica es un «momento docente»
científica que servirá de guía para la mejoría quirúrgica de la cali­ para el paciente, su familia y los que les atienden. La confianza
dad de vida, debemos aplicar la tecnología actual a las indicacio­ que se deposita en quienes hacen intervenciones invasivas les
nes más acuciantes y evitar los problemas más especulativos de la sitúa en una posición única para responder a las preocupaciones
«paliación preventiva» incluso utilizando métodos menos invasivos más generales del paciente y de su familia. Ésta es una visión de
(tablas 97-4 y 97-5). futuro para toda la cirugía: lo que podemos hacer cuando nuestras
Las intervenciones quirúrgicas e invasivas están evolucionando. técnicas son tan sofisticadas que podemos pasar más tiempo con
La implantación de endoprótesis, que es el abordaje más flexible y nuestros pacientes (v. «Perspectivas futuras»).

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538 SE C C IÓ N F | Procedimientos y dispositivos

INTERVENCIÓN COMENTARIOS
Gastrostomía Indicaciones
endoscópica Administración de nutrientes/fármacos
percutánea (GEP) Drenaje por obstrucción o íleo
Complemento a otras intervenciones intestinales paliativas (p. ej., acceso para implantación de prótesis, reciclado de la bilis en
derivación biliar exteriorizada)
Contraindicaciones
Imposibilidad de transiluminar la pared abdominal
Cirugía abdominal superior previa (relativa)
Ascitis masiva (relativa; posible si se drena y controla la ascitis)
Coagulopatía incorregible
Peritonitis
Complicaciones (5-13%)7,8
Hemorragia
Fuga de contenido gástrico/intestinal con producción de peritonitis
Necrosis cutánea localizada
Formación de fístulas
Migración/malfunción/malposición del tubo
Infección de la herida
Extensión del tumor a la pared abdominal
La mortalidad es baja y se relaciona con la enfermedad subyacente
Técnica9
La GEP endoscópica se puede realizar de forma intrahospitalaria o ambulatoria en menos de 30 minutos utilizando sedación
consciente y anestesia local
El paciente debe estar en ayunas absolutas desde 8 horas antes de la intervención
El paciente está en decúbito supino y se monitoriza la respiración, el pulso, la tensión arterial y la saturación de oxígeno. Se
realiza anestesia tópica de la faringe posterior y sedación intravenosa, se introduce un endoscopio de visión anterior y se realiza
preparación estéril del abdomen y se cubre con paños
Se visualiza el estómago y el duodeno. La luz del endoscopio identifica el punto en el que el estómago y la pared abdominal están
más próximos en el cuadrante superior izquierdo del abdomen. La presión digital en el punto transiluminado lo confirma. Debe
haber una clara indentación del estómago en el punto deseado
Es esencial la aposición de la pared gástrica anterior con la pared abdominal para evitar la extravasación del contenido gástrico, que
puede producir peritonitis. La infiltración tumoral voluminosa de la pared abdominal que impide la transiluminación o la aposición
y la ascitis masiva pueden interferir en este paso crítico
Se infiltra la piel y la fascia de recubrimiento con un anestésico local y se introduce una aguja a través de una incisión cutánea de
1 cm en la luz gástrica con visualización endoscópica
Ahora se puede utilizar uno de dos abordajes. En el primero se introduce una guía a través de la punción de la pared abdominal,
se ase con el endoscopio, se tira de ella a través de la boca y después se utiliza para introducir retrógradamente el tubo de
gastrostomía (de tamaño 20 F) a través del esófago hacia el estómago. Después se introduce el endoscopio para confirmar la
colocación correcta del tubo dentro de la luz gástrica. Se fija el tubo con un punto con soporte aplicado a la gastrostomía en el
exterior, al nivel de la piel, sin comprimir la piel; esto evita la retracción del tubo hacia el interior. El segundo abordaje introduce el
tubo de la gastrostomía por vía percutánea bajo visión endoscópica directa. Se prefiere este abordaje en tumores intestinales altos
para evitar la siembra tumoral en el punto de la gastrostomía
Un radiólogo intervencionista puede realizar la GEP con fluoroscopia
Después de la realización de la GEP, la nutrición habitualmente se inicia al día siguiente
La realización de una GEP para el alivio de la obstrucción intestinal maligna es segura y eficaz10
Algunos autores11recomiendan que los cuidados y el mantenimiento a largo plazo de las GEP los realicen especialistas en soporte
nutricional o enfermeras especializadas en el cuidado de las heridas de ostomía junto con el endoscopista
Yeyunostomía Es menos frecuente que la GEP, tanto para soporte nutricional como para drenaje
Se puede insertar en una laparotomía abierta, durante una intervención laparoscópica, por vía endoscópica o por vía percutánea con
guía fluoroscópica. El tubo utilizado es menor que el de la gastrostomía
Cuando se realiza como intervención quirúrgica, se selecciona un punto 15cm distal al ligamento deTreitz. Habitualmente se utiliza
un tubo en T pequeño o un catéter de goma roja recto. Para las fórmulas dietéticas elementales se puede utilizar un catéter de
teflón o de plástico de un calibre incluso menor, aunque estos catéteres no son adecuados para el drenaje, la administración de
muchos fármacos o la administración de fórmulas nutricionales no elementales
Las complicaciones son similares a las de la gastrostomía, aunque también incluyen obstrucción por el globo del catéter yeyunal,
invaginación, neumatosis intestinal e isquemia intestinal
La colocación pospilórica del tubo de alimentación puede reducir el reflujo y la aspiración12,13
Cecostomía Se utiliza en la obstrucción colónica mecánica y funcional en pacientes que no toleran o no desean una intervención más extensa
Se puede utilizar para tener acceso para la aplicación de enemas de limpieza en situaciones que predisponen al estreñimiento
crónico
Se puede utilizar como operación «abierta» con anestesia general, regional o local; por vía percutánea por un radiólogo
intervencionista; o como intervención percutánea con guía endoscópica (cecostomía endoscópica percutánea, CEP), similar a la
GEP
Se puede utilizar el mismo tubo de calibre 20 F; se utilizan tubos de mayor calibre en intervenciones quirúrgicas abiertas
Los tubos de cecostomía se deben irrigar con frecuencia (mínimo tres o cuatro veces al día) utilizando 30 mi de agua del grifo
Las complicaciones más frecuentes son sepsis de la pared abdominal, problemas locales de la herida, oclusión del tubo y
desplazamiento
Los tubos de cecostomía se pueden extraer posteriormente, con cierre espontáneo y rápido de la fístula colocutánea

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Cirugía paliativa I C A P ÍT U L O 97 539

T A B L A 9 7 - 5 Nefrostomía percutánea: indicaciones, complicaciones e intervención

Indicaciones en las neoplasias Obstrucción ureteral benigna y maligna con hidronefrosis bilateral, obstrucción ureteral unilateral con insuficiencia
malignas avanzadas renal, y pielonefritis
Preludio a otras intervenciones (colocación anterógrada de una prótesis endoureteral)
Administración de tratamiento farmacológico
Derivación de fugas y fístulas urinarias
Derivación por cistitis hemorrágica
Contraindicaciones Coagulopatía incorregible
Muerte inminente
Enfermedad «terminal» (controvertida; no está indicada e pacientes asintomáticos y en pacientes sin ninguna
amenaza inmediata para la función renal)
Complicaciones graves Choque séptico
Hemorragia
Lesión vascular (puede precisar embolización, nefrectomía)
Perforación intestinal
Complicaciones pleurales
Complicaciones leves Fiebre
Desplazamiento del catéter
Oclusión del catéter
Infección
La colocación de la gastrostomía percutánea se puede realizar aproximadamente el 99% de las veces. Se
puede realizar como intervención ambulatoria en pacientes de riesgo bajo utilizando ecografía o tomografía
computarizada. La nefrostomía abierta se ha abandonado en la mayor parte de los casos debido a su tasa mucho
mayor de mortalidad y morbilidad, especialmente en pacientes con enfermedad neoplásica avanzada
La nefrectomía percutánea se puede realizar utilizando una técnica de tubo único o doble. Con la técnica de tubo
único se realiza la punción renal con guía ecográfica. Según la técnica de Seldinger, se dilata el trayecto sobre una
guía hasta que permita el paso de un catéter de calibre 8 a 12 F. Una variación de este abordaje, con una seguridad
comparable, es la técnica de «puñalada», en la que se realiza punción y se introduce directamente un catéter de
calibre 6 F14. En la técnica de doble tubo15se inyecta contraste y aire en el sistema calicial con guía ecográfica;
posteriormente se introduce un segundo tubo a través del cual se accede con el catéter de drenaje a la zona
posterior del sistema calicial identificada con el contraste
La mortalidad en múltiples series se relaciona únicamente con la enfermedad subyacente. Un estudio retrospectivo16
demostró que la mortalidad intrahospitalaria de los pacientes a los que se realizaba nefrostomía percutánea
era mayor en pacientes con cáncer prostático, pacientes mayores de 52 años de edad y pacientes que recibían
hemodiálisis antes de la nefrostomía percutánea (no se describieron parámetros de calidad de vida). Es difícil
interpretar la literatura previa en relación con la calidad de vida porque sólo se describe la mortalidad, la morbilidad
y la recuperación de la función renal. Muchas series publicadas incluyen intervenciones que se realizaron por
enfermedad calculosa y para el tratamiento de las complicaciones del trasplante renal
A pesar de la frecuencia de síntomas persistentes relacionados con el cáncer después de la nefrostomía por
obstrucción ureteral maligna, la supervivencia media de 5 meses con reingresos hospitalarios frecuentes y la
necesidad de intervenciones de repetición por obstrucción ureteral recurrente, en pacientes seleccionados se puede
prever el alivio de la incontinencia urinaria, el trastorno confusional, el dolor y las náuseas. Como la presencia de
obstrucción ureteral es con mucha frecuencia un marcador de enfermedad avanzada, antes de realizar la técnica se
deben sopesar cuidadosamente los resultados esperados, los riesgos y los beneficios de esta intervención con los
objetivos generales del paciente en relación con la asistencia
Con frecuencia, los pacientes piensan, o se les hace pensar, que la insuficiencia renal inevitablemente lleva a una
muerte terrible, en lugar de a la situación mucho más probable de trastorno confusional tratado con fármacos y
coma. Eso se debe abordar específicamente cuando se decida si se debe realizar una nefrostomía percutánea o la
implantación de una prótesis endoureteral para prevenir o resolver los síntomas sistémicos

Pe rsp ectivas futuras


• ¿Cuál debe ser la participación del cirujano en los cuidados paliati­
vos? ¿Se debe limitar a intervenciones quirúrgicas, o debe haber una
mayor implicación en el asesoramiento y apoyo de sus colegas?
• ¿La medición de los criterios de valoración en los cuidados paliati­
vos quirúrgicos es diferente de forma inherente a la de la medicina
paliativa? ¿Cómo se deben determinar los métodos de medición?
• ¿Cómo influye el pronóstico en la elección de la intervención?
• ¿Cuáles son los cuidados postoperatorios adecuados por parte de los
cirujanos que realizan intervenciones paliativas?
• ¿Cómo se puede mejorar la planificación preoperatoria conjunta por
cirujanos, equipos anestésicos y equipos interdisciplinares de cuida­
dos paliativos?
• ¿Para qué síntomas es más probable que la cirugía sea eficaz desde
el punto de vista terapéutico sin costes sociales, económicos y psi­
cológicos inaceptables?

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540 S E C C I Ó N F | Procedimientos y dispositivos

T A B L A 9 7 - 6 Técnicas de endoprótesis en las neoplasias malignas avanzadas

COMENTARIOS
Árbol Las endoprótesis pueden paliar los síntomas en el caso de lesiones obstructivas o fistulosas proximales del árbol traqueobronquial. Se
traqueobronquial17,18 puede realizar como única intervención paliativa en lesiones compresivas extrínsecas o junto con otros tratamientos endoluminales
(p. ej., resección con láser, electrocauterio) para la paliación de lesiones intrínsecas.También se implantan endoprótesis cuando se
prevé la pérdida del soporte cartilaginoso, para mantener la permeabilidad de las vías aéreas después de la terapia intraluminal
Se utilizan endoprótesis de elastómero de silicona o de malla metálica. Las endoprótesis metálicas son cada vez más populares porque
tienen pared fina, son flexibles y tienen menor probabilidad de migrar. Se deben recubrir cuando se utilizan para la paliación de una
obstrucción maligna de las vías aéreas debido a la propensión a la obstrucción recurrente temprana por el crecimiento del tumor a través
de la malla. Se pueden implantar con un broncoscopio flexible, al contrario de las endoprótesis de silicona. Se dispone de variedades
autoexpandibles y expandibles con globo. Las endoprótesis de silicona tienen las ventajas de menor coste y mayor facilidad de
recolocación y de extracción. Las endoprótesis recubiertas son útiles para el control de la tos y la aspiración por fístula traqueoesofágica.
Se pueden colocar múltiples endoprótesis en una única sesión. Es importante que la vía aérea distal a la endoprótesis sea permeable. Las
configuraciones de las endoprótesis incluyen endoprótesis en T (introducidas a través de una traqueostomía en el carcinoma de tiroides
recurrente localmente invasivo), endoprótesis en Y (para las lesiones carínicas) y endoprótesis rectas (tráquea y bronquios principales)
Esófago Se ha demostrado la superioridad de las endoprótesis metálicas autoexpandibles (EMAE) respecto a las endoprótesis de plástico rígidas.
Las endoprótesis recubiertas (de silicona o poliuretano) tienen la ventaja de minimizar el crecimiento tumoral hasta los extremos
de la endoprótesis, aunque tienen mayor probabilidad de migrar. Las EMAE son permanentes, por lo que su uso está limitado a
enfermedades malignas. Se pueden colocar múltiples endoprótesis en una sesión. Las endoprótesis recubiertas también son útiles
para el tratamiento de fístulas. Actualmente se dispone de endoprótesis de plástico autoexpandibles (EPAE); al contrario que las EMAE,
se pueden extraer fácilmente, lo que hace que sean adecuadas para indicaciones benignas o transitorias. Se ha demostrado que son
eficaces y seguras para el tratamiento de estenosis malignas, aunque las tasas de migración pueden ser mayores que para las EMAE
Tracto de salida La endoprótesis Enteral Wallstent está autorizada por la U.S. Food and Drug Administration (FDA) para esta indicación. La intervención
gástrico se debe realizar con guía fluoroscópica. Se pueden colocar múltiples endoprótesis en estenosis largas. Se debe prestar atención a la
colocación de una endoprótesis biliar antes de la colocación de la endoprótesis enteral debido a las dificultades técnicas de acceder al
árbol biliar a través de una endoprótesis enteral19. El riesgo de hemorragia y perforación es bajo. En un análisis de 526 pacientes a los
que se implantó una endoprótesis enteral, la puntuación GOOSS media inicial fue de 0,4 (0 = ninguna ingesta, 3 = pobre en residuos/
normal); la puntuación media después de la colocación de la endoprótesis fue de 2,420
La endoprótesis Enteral Wallstent está autorizada por la FDA para la obstrucción colónica maligna. Las tasas de éxito técnico y
clínico de las EMAE colónicas superan el 90%. Se insiste en la recomendación del uso de fluoroscopia durante la inserción por vía
endoscópica. En comparación con la cirugía, el uso de EMAE se asoció a menores estancias en la unidad de cuidados intensivos
y en el hospital y a menores costes21. La endoprótesis se puede implantar para paliación definitiva o para aliviar la obstrucción,
lo que permite la preparación del intestino y la resección programada con finalidad curativa o paliativa. Se puede administrar
radioquimioterapia preoperatoria después de la colocación de la endoprótesis22
La implantación de endoprótesis en las vías biliares se puede realizar por vía percutánea o endoscópica. Ambos abordajes son alternativas
eficaces a la derivación quirúrgica, pero con menos complicaciones. La mortalidad y la morbilidad son mayores para la derivación
quirúrgica, aunque la paliación que se obtiene dura toda la vida. Otra ventaja de la derivación biliar quirúrgica es la oportunidad que
ofrece de abordar la obstrucción del tracto de salida gástricoy el tratamiento del dolor relacionado con el cáncer (bloqueo del plexo
celíaco) en la misma intervención y, ocasionalmente, la posibilidad de realizar una cooperación con intención curativa
Si se prevé la realización de una derivación quirúrgica o una resección pancreaticobiliar, la implantación preoperatoria de una
endoprótesis o la descompresión del conducto biliar común puede aumentar la dificultad técnica de la realización de una
anastomosis enterobiliar
La endoprótesis se puede implantar con seguridad de forma ambulatoria con EMAE o con endoprótesis de plástico. Las endoprótesis
de plástico son más económicas pero tienen mayor probabilidad de migrar y ocluirse. El tiempo de permeabilidad medio de las
endoprótesis de plástico de gran calibre es de aproximadamente 3 meses, lo que hace que sean adecuadas para pacientes con menor
esperanza de vida. La oclusión habitualmente está precedida por una ictericia recurrente y signos de colangitis. Se puede producir
oclusión por crecimiento tumoral a través de las EMAE si se utilizan endoprótesis no recubiertas, aunque las endoprótesis recubiertas
tienen mayor probabilidad de migrar. La colocación endoscópica de endoprótesis biliares es menos dolorosa que el abordaje
percutáneo y evita el problema de la exteriorización de los dispositivos, que puede ser la secuela de la colocación percutánea de las
endoprótesis en algunos casos. A la vista de los datos disponibles que indican que la implantación percutánea de una endoprótesis
biliar tiene mayor tasa de complicaciones graves que la colocación endoscópica, y de las consideraciones adicionales que se acaban de
describir, la implantación percutánea de endoprótesis se debe reservar al fracaso de los intentos de implantar la endoprótesis por vía
endoscópica, a instituciones que no tienen el equipo o la experiencia para la implantación endoscópica, y a la presencia de cambios
patológicos que impiden la visualización endoscópica de las marcas anatómicas23
La implantación retrógrada de una endoprótesis es el abordaje inicial de elección cuando se puede identificar el orificio ureteral
y la obstrucción es suficientemente proximal en el uréter para que se pueda dirigir proximalmente el catéter. En el fracaso de
los abordajes retrógrados se accede al sistema calicial uretral a través de una nefrostomía percutánea, seguida por la colocación
anterógrada de la endoprótesis. Las endoprótesis se pueden interiorizar por completo utilizando cualquiera de los dos abordajes.
La implantación de la endoprótesis se puede realizar como técnica ambulatoria con sedación local, anestesia raquídea o
anestesia general. Se utiliza profilaxis antibiótica. Se deben sustituir periódicamente las endoprótesis, aunque en el contexto de la
enfermedad terminal debe ser un juicio muy individualizado
La intervención de derivación portosistémica intrahepática transyugular (DPrQ, que es una forma de prótesis endovenosa, puede aliviar
los síntomas de la ascitis masiva producida por trombosis de las venas hepáticas (síndrome de Budd-Chiari), tratar la hemorragia por
varices que no responde a los abordajes endoscópicos y farmacoterápicos en pacientes inoperables, realizar el tratamiento definitivo
de la hemorragia recurrente por varices en pacientes que no son candidatos quirúrgicos, y actuar como «puente» al trasplante
hepático en pacientes sangrantes en los que han fracasado los tratamientos de primera línea. Las contraindicaciones absolutas
incluyen insuficiencia cardíaca derecha y hepatopatía poliquística. Una contraindicación relativa importante desde la perspectiva de la
calidad de vida es la presencia de encefalopatía, que puede empeorar por la DPÍT. La DPIT precisa una gran experiencia en radiología
intervencionista. Se produce oclusión de la derivación en aproximadamente la mitad de los pacientes al cabo de 1año
Se han utilizado prótesis endovenosas para reducir el edema masivo secundario a la compresión tumoral de las venas cavas
superior e inferior

PARTE I I EL P A C I E N T E
ERRNVPHGLFRVRUJ
Endoscopia digestiva I C A P ÍT U L O 98 541

B I B L I O G R A F Í A

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CAPÍTULO 98
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Life Care: Surgeon’s Palliative Care Workgroup report from the field. J Am Coll
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What’s new, what’s helpful. J Am Coll Surg 2005;200:281-290.
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Professional Publishing, 2006, pp 614-615. beneficios y el pronóstico esperado.
10. Scheidbach H, Horbach T, Groital H, et al. Percutaneous endoscopic gastros- • Las endoprótesis metálicas autoexpandibles son el tratamiento paliativo pre­
tomy/jejeunostomy (PEG/PEJ) for decompression in the upper gastrointes­
ferido de las obstrucciones malignas del tubo digestivo.
tinal tract: Initial experience with palliative treatment o f gastrointestinal
obstruction in terminally ill patients with advanced carcinomas. Surg Endose • La inserción de una sonda de gastrostomía endoscópica percutánea (GEP)
1999;13:1103-1106. puede ser útil en pacientes seleccionados.
11. McClave SA, Neff RL. Care and long-term maintenance o f percutaneous endos­
copic gastrostomy tubes. J Parenter Enteral Nutr 2006;30(1 SuppI):S27-S38.
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randomized controlled trial. Crit Care Med 2001;29:1495-1501.
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como consecuencia de un número mayor de tratamientos por
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techniques for percutaneous nephrostomy. Cardiovasc Intervent Radiol
local de un carcinoma de esófago, estómago, duodeno, sistema
2004;27:35-37.
16. Romero FR, Broglio M, Pires SR, et al. Indications for percutaneous nephros­ pancreaticobiliar o colon. También se puede deber a compresión
tomy in patients with obstructive uropathy due to malignant urogenital neo­ extrínseca por metástasis extraperitoneales, especialmente de
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17. Cadj' B, Easson A, Aboulafia AJ, Ferson PE Part 1: Surgical palliation o f advanced puede ser eficaz, aunque tiene una morbilidad y una mortalidad
illness.What’s new, what’s helpful.JAm Coll Surg 2005;200:115-127.
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elevadas. Con la implantación endoscópica de endoprótesis, en
Surg Oncol Clin NorthAm 2004;13:429-453- particular el uso de endoprótesis metálicas autoexpandibles, la
19- Adler DG, Merwat SN. Endoscopic approaches for palliation o f luminal gastro­ paliación de la obstrucción está actualmente en gran medida en
intestinal obstruction. Gastroenterol Clin NorthAm 2006;35:65-82. las manos de los endoscopistas. El endoscopista también puede
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gastroduodenal malignancies: Systemic review o f their clinical effectiveness.
Endoscopy 2004;36:543-550.
terminal. Las sondas de gastrostomía (GEP) o de yeyunostomía
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aspects and cost effectiveness o f preoperative and palliative treatment pacientes que tienen una ingesta oral inadecuada, a la vez que se
with self-expanding metallic stents—A preliminar)' report. Radiolog)' evita la obstrucción digestiva alta.
1998;206:199-204.
Los tratamientos endoscópicos como la terapia fotodinámica, el
22. Adler DG, Young-Fadok TM, Smyrk T, et al. Preoperative chemoradiation the­
rapy after placement o f a self-expanding metal stent in a patient with an obs­ electrocauterio e incluso la inyección directa de quimioterápicos,
tructing rectal cancer: Clinical and pathological findings. Gastrointest Endose plantean la posibilidad de una terapia local dirigida con la finali­
2002;55:435-437. dad de reducir la magnitud del tumor y de los síntomas asociados.
23. Baron TH. Palliation o f malignant obstructive jaundice. Gastroenterol Clin Es importante que el endoscopista sepa que forma parte de un
NorthAm 2006;35:101-112.
equipo multidisciplinar que trabaja para garantizar la dignidad y el
bienestar del paciente al final de la vida y que, aunque su objetivo
L E C T U R A S R E C O M E N D A D A S principal es la seguridad y el éxito de la técnica endoscópica, la
finalidad del tratamiento es paliativa.
Baron TH, Dunn GP. Palliative gastroenterology. Gastroenterol Clin
NorthAm 2006;35:1-228.
Dunn GP Surgical palliative care. Surg Clin NorthAm 2005;85:169-398.
Dunn GP, Johnson AG. Surgical Palliative Care. Oxford: Oxford SELECCIÓN DE LOS PACIENTES
University Press, 2004. pp 1-267.
Antes de realizar cualquier técnica terapéutica, el endoscopista
Wagman LD (ed). Palliative surgical oncology. Surg Oncol Clin
debe conocer el diagnóstico y el plan terapéutico. Con frecuen­
NorthAm 2004; 13(3):401-554
cia la neoplasia maligna intratable se diagnostica en la endoscopia,
y, cuando esto ocurre, la finalidad del tratamiento cambia desde
la curación hasta la paliación. Esta situación se produce con fre­
cuencia durante la pancreatografía retrógrada endoscópica (PRE).

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542 SE C C IÓ N F | Procedimientos y dispositivos

Se suele diagnosticar a un paciente de colangiocarcinoma o de estos tumores es irresecable. Las endoprótesis metálicas auto-
cáncer pancreático irresecable, en cuyo caso es necesaria una expandibles son la principal opción terapéutica para la palia­
paliación definitiva con una endoprótesis metálica. En caso de ción de la disfagia. Se realizan con diversas aleaciones metálicas
duda se pueden aplicar medidas paliativas, como la colocación de y están disponibles en varias formas y tamaños, dependiendo
una endoprótesis de plástico extraíble, hasta que las pruebas com­ del órgano en el que se quieren implantar. Se expanden tras su
plementarias posteriores confirmen la necesidad del tratamiento colocación y quedan incluidas en el tumor y en el tejido normal
paliativo. circundante mediante necrosis por presión. Esto ancla la endo­
prótesis y contribuye a evitar su migración. Estas endoprótesis
han revolucionado el tratamiento endoscópico de la obstruc­
SEDACIÓN Y ANALGESIA ción maligna y se han asociado a reducción de la necesidad de
cirugía. Las endoprótesis metálicas se pueden introducir a través
Como regla general, los endoscopistas aplican sedación cons­ del endoscopio o al lado del endoscopio sobre una guía intro­
ciente. Para intervenciones diagnósticas sencillas se utilizan dosis
ducida con visión endoscópica, y se hacen pasar a través de
bajas de benzodiazepinas de acción corta (p. ej., midazolam). Se la obstrucción antes de su colocación. No es necesaria la guía
añaden opiáceos al midazolam en intervenciones más complejas, radiológica en la mayoría de las inserciones de endoprótesis
como PRE o implantación de endoprótesis rectales; los nuevos
esofágicas.
fármacos, como el propofol, también pueden mejorar el bienestar La intervención se tolera bien, y se produce alivio de la dis­
del paciente y el tiempo de recuperación después de la interven­ fagia en más del 90% de los casos1, aunque las endoprótesis que
ción. Durante toda la intervención se debe monitorizar continua­
atraviesan la unión gastroesofágica se pueden asociar a reflujo y
mente la tensión arterial, la frecuencia del pulso y la saturación de
regurgitación importantes. Esto se puede tratar con inhibidores
oxígeno.
de la bomba de protones o utilizando endoprótesis que incorpo­
ran un colgajo con una válvula unidireccional. Las complicaciones
graves, como perforación y hemorragia, son infrecuentes (<3%),
COMPLICACIONES aunque la incidencia de perforación puede aumentar después de
Todas las técnicas endoscópicas tienen riesgos, que varían desde la radioterapia o quimioterapia previa2. Todas las endoprótesis
los riesgos asociados a la sedación y la analgesia hasta hemorragia metálicas se asocian a complicaciones como hemorragia, perfo­
y perforación entérica. Los pacientes a los que se realiza endos- ración, migración de la endoprótesis, malposición de la endopró­
copia paliativa son con frecuencia ancianos con enfermeda­ tesis y crecimiento tumoral a través de la endoprótesis. Esta última
des asociadas. Tanto el paciente como su familia deben conocer complicación se puede tratar con una segunda endoprótesis
los posibles beneficios, riesgos y opciones terapéuticas antes de superpuesta. De forma alternativa se puede utilizar tratamiento
realizar la técnica. Además de las complicaciones, existe la posi­ con láser endoscópico, electrocauterio o terapia fotodinámica
bilidad de fracaso de la técnica y la posible necesidad de tener (TFD) para tratar la oclusión de la endoprótesis. Se dispone de
que repetir la endoscopia. Es mejor que el endoscopista que va endoprótesis metálicas tanto recubiertas como no recubiertas.
a realizar la intervención entregue la información y obtenga el Las endoprótesis recubiertas se asocian a menos crecimiento
consentimiento. tumoral a través de las mismas que las endoprótesis no recu­
La endoscopia diagnóstica es una técnica de riesgo bajo; la biertas, y también son el tratamiento de elección de las fístulas
incidencia de perforación es de aproximadamente el 0,1% para la traqueoesofágicas malignas debidas a carcinoma bronquial o
gastroscopia y el 0,2% para la colonoscopia. El riesgo aumenta en esofágico.
la PRE y en la inserción de endoprótesis, aunque depende de la Otras opciones terapéuticas de la obstrucción esofágica
técnica y de la intervención. maligna incluyen láser de neodimio:itrio-aluminio-granate (Nd:
YAG), electrocauterio, terapia mediante inyección y TFD. Se han
realizado algunos estudios aleatorizados que comparan el trata­
INTERVENCIONES ENDOSCÓPICAS DIGESTIVAS miento con láser con las endoprótesis metálicas, e indican una
eficacia similar para ambas técnicas3, aunque el alivio inmediato
La tabla 98-1 resume las indicaciones y las contraindicaciones de de los síntomas con las endoprótesis y la necesidad de repetir la
las intervenciones endoscópicas digestivas. aplicación del láser hacen que en la práctica clínica se prefieran
las endoprótesis. Aún se debe validar la TFD, la terapia mediante
inyección y el electrocauterio en esta situación.
Esófago
La incidencia de adenocarcinoma de esófago es de aproximada­
mente 100.000 casos al año en todo el mundo; en el momento Estómago y duodeno
del diagnóstico se encuentra que aproximadamente el 50% de
La obstrucción primaria y metastásica del estómago distal y del
duodeno son complicaciones tardías de las neoplasias malignas
pancreaticobiliares y gastrointestinales. Las endoprótesis entera-
T A B L A 98-1 indicaciones y contraindicaciones les endoscópicas son una opción terapéutica segura y viable. En
de la endoscopia digestiva comparación con la cirugía (gastroyeyunostomía), la implanta­
INDICACIONES CONTRAINDICACIONES
ción endoscópica de endoprótesis permite una ingesta oral más
temprana y una reducción de la estancia hospitalaria, la morbi­
Obstrucción sintomática del tubo No adecuado para sedación lidad y la mortalidad y los costes4. Aproximadamente el 90% de
digestivo No adecuado para intervención los pacientes con endoprótesis gastroduodenales mejora clínica­
Obstrucción sintomática del endoscópica mente5. No hay datos sobre la seguridad de las endoprótesis gas­
sistema pancreaticobiliar troduodenales después de la quimioterapia. Los pacientes pueden
Tumor esofágico alto
Hemorragia/anemia iniciar la ingesta oral casi inmediatamente después de la coloca­
Fístula maligna
ción de una endoprótesis gastrointestinal alta, aunque se les reco­
Inserción de tubo de gastrostomía
mienda que pasen de líquidos a sólidos según la tolerancia. En
(GEP) o yeyunostomía (YEP)
endoscópica percutánea general, es mejor evitar las verduras de hoja, porque pueden pro­
ducir oclusión de la endoprótesis.

PARTE II EL P A C I E N T E
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Endoscopiadigestiva I C A P ÍT U L O 98 543

Colon y recto las endoprótesis ni con el láser de Nd:YAG, y todas ellas siguen
siendo experimentales.
El carcinoma colorrectal se manifiesta por obstrucción aguda en
hasta el 30% de los casos5, y la cirugía de urgencia se asocia a tasas
de morbilidad y mortalidad del 50 y el 15%, respectivamente6. Los Sistema pancreaticobiliar
pacientes con enfermedad local extensa o metastásica con fre­
cuencia son malos candidatos quirúrgicos, al igual que los que tie­ El colangiocarcinoma es la neoplasia maligna más frecuente de
nen obstrucciones secundarias a neoplasias malignas pélvicas no las vías biliares; habitualmente se manifiesta en un estadio avan­
colónicas, como carcinoma de vejiga y carcinoma ovárico. zado con obstrucción biliar. Se puede conseguir la paliación en
La inserción endoscópica de endoprótesis para el cáncer obs­ la PRE con endoprótesis de plástico o metálicas, y las estenosis
tructivo del intestino grueso se describió en la década de 1990, de alto grado se pueden dilatar con un dilatador rígido o con un
y actualmente es una técnica bien establecida. Con frecuencia se globo antes de la colocación de la endoprótesis. Las endoprótesis
insertan endoprótesis recubiertas con guía fluoroscópica sobre de plástico se utilizan principalmente en obstrucciones benignas,
un cable guía con visión endoscópica directa (fig. 98-1). Se puede aunque se pueden utilizar en las enfermedades malignas para per­
tener éxito en la paliación de la obstrucción y en la ausencia de mitir el drenaje temporal del conducto biliar mientras se espera
necesidad de colostomía en el 85-100% de los casos, y algunas una estadificación definitiva. Sin embargo, las endoprótesis metá­
endoprótesis están permeables durante más de 1 año7. La mayo­ licas son la opción de endoprótesis preferida para la paliación
ría de las endoprótesis se implantan por lesiones en la porción porque tienen menor incidencia de oclusión9, se asocian a menos
superior del recto y en el colon sigmoide, aunque también se ingresos hospitalarios posteriores y son más coste-eficaces que la
pueden insertar en el colon derecho por un cáncer obstructivo derivación quirúrgica10. Se utilizan endoprótesis metálicas recu­
proximal.También se han utilizado con éxito endoprótesis cubier­ biertas en el conducto biliar común, mientras que en las lesiones
tas parcialmente para tratar fístulas colovesicales y colovaginales que afectan al hilio se utilizan endoprótesis no recubiertas para
malignas. permitir el drenaje biliar a través de la pared de la endoprótesis.
Las complicaciones de la implantación de endoprótesis co- No parece haber un aumento de la tasa de complicaciones con la
lorrectales incluyen perforación colónica, hemorragia, migración radioquimioterapia previa o simultánea11.
de la endoprótesis y sobrecrecimiento tumoral, mientras que las La TFD es un reciente avance en el tratamiento no quirúrgico
endoprótesis situadas en el recto distal pueden producir tenesmo de las neoplasias malignas, incluyendo el cáncer de esófago y el
intenso e incontinencia fecal. Se recomienda a los pacientes que colangiocarcinoma. Se ha demostrado la posibilidad de mejo­
tomen laxantes con frecuencia y que consuman una dieta pobre rar la supervivencia de pacientes con colangiocarcinoma con
en residuos después de la inserción de la endoprótesis. No hay su aplicación endoscópica. Esta técnica supone la administra­
datos sobre el efecto de la radioquimioterapia simultánea sobre ción intravenosa de un agente fotosensibilizador no tóxico (por-
las complicaciones locales. fímero sódico) que es captado preferencialmente por las células
Otros tratamientos paliativos que se han descrito incluyen el malignas. Después se realiza al paciente una endoscopia, durante
tratamiento con láser de Nd:YAG, que puede ser eficaz en el car­ la cual se sitúa una sonda emisora de luz a través del tumor. El
cinoma rectal obstructivo. Se han descrito tasas de éxito del 85 al agente fotosensibilizador absorbe la energía luminosa y la trans­
90% en unidades especializadas8, aunque son necesarias sesiones fiere al oxígeno, produciendo intermediarios del oxígeno muy
repetidas para mantener la permeabilidad luminal, y esa técnica reactivos que producen la muerte de las células tumorales.
no está disponible de forma generalizada. También se ha utilizado Estudios piloto en colangiocarcinoma irresecable indican que la
crioterapia, TFD, electrocauterio e inyección de alcohol, aunque media de supervivencia puede aumentar al doble en pacientes
no se ha comparado formalmente ninguna de estas técnicas con seleccionados12.

Alimentación y nutrición a través


de una gastrostomía endoscópica percutánea
En cuidados paliativos con frecuencia se utiliza la nutrición suple­
mentaria, y los endoscopistas habitualmente participan cuando
existe la necesidad de insertar un dispositivo de alimentación
endoscópico, como una sonda de GEP. Estos dispositivos pueden
ser útiles en los cánceres de cabeza y cuello y en la disfagia intra­
table, aunque no mejoran la calidad de vida ni la situación fun­
cional, ni reducen la neumonía por aspiración ni contribuyen a
mantener la integridad cutánea.
Hay varios problemas éticos en relación con las sondas de GEP,
pero, una vez que se ha tomado la decisión, la intervención es rela­
tivamente sencilla. Se interrumpen los inhibidores plaquetarios 1
semana antes de la intervención, y los anticoagulantes orales se
interrumpen de modo que el tiempo de coagulación sea normal.
Se deben administrar a los pacientes antibióticos profilácticos
antes de la intervención (habitualmente una dosis única de cef-
triaxona), y la sedación utilizada es similar a la de otras interven­
ciones endoscópicas.
El endoscopista utiliza una combinación de endoscopio y pre­
sión abdominal externa para identificar una zona adecuada para la
colocación de la GEP. Una pequeña incisión en la pared abdominal
permite la introducción de una guía en el estómago a través de
una aguja adecuada. Después se recoge esta guía en el estómago
con una pinza de biopsia y se eleva hasta el esófago. La sonda de
FIGURA 98-1 Endoprótesis colónicas superpuestas: la endoprótesis distal GEP se une a la guía y después se tira de ella en dirección dis­
se está colocando a través de la endoprótesis proximal sobre una guía. tal por el esófago y se saca por la pared abdominal. Un pequeño

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544 SE C C IÓ N F | Procedimientos y dispositivos

dispositivo similar a un globo fija la GEP en el estómago. Se tarda 14. Herdeg C, Oberhoff M, Karsch KR. Antiproliferative stent coatings: Taxol and
aproximadamente 30 minutos en realizar esta técnica y se tolera related compounds. Semin Interv Cardiol 1998;3:197-199-
15. Harbord M, Dawes RF, Barr H, et al. Palliation o f patients with dysphagia due
bien. Las complicaciones incluyen fracaso de la técnica, infección to advanced oesophageal cancer by endoscopic injection o f cisplatin/epine-
y hemorragia. Si la GEP se desaloja, se puede remplazar en las pri­ phrine injectable gel. Gastrointest Endose 220;56:644-651.
meras 12 horas sin necesidad de repetir la endoscopia. Después
de 12 horas se habrá cerrado el trayecto que se había formado, y
será necesario repetir la endoscopia.
Las sondas de GEP se pueden extender hasta zonas distales a la
obstrucción gastroduodenal, hasta el yeyuno (donde se conocen
CAPÍTULO 99
como sondas YEP). Además, el endoscopista puede ayudar en la
colocación de sondas nasogástricas o nasoyeyunales difíciles.
Tratamiento paliativo de la
obstrucción de la vía aérea:
PERSPECTIVAS FUTURAS
Las endoprótesis que emiten radiación o que liberan fármacos
traqueostomía y endoprótesis
quimioterápicos pueden producir regresión tumoral13,14. Se ha
utilizado la inyección endoscópica de cisplatino en el tumor para en la vía aérea
tratar la disfagia maligna en el carcinoma esofágico15.
Son necesarios más datos sobre tratamientos como la TFD en Rajeev Dhupar y Peter F. Ferson
el colangiocarcinoma. La cirugía transgástrica y otras formas de
cirugía endoscópica son nuevas técnicas que podrían ser útiles en
el tratamiento paliativo de pacientes seleccionados. 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

RESUMEN • Los síntomas de obstrucción de la vía aérea por enfermedades malignas con
Los endoscopistas pueden contribuir al tratamiento de los pacien­ frecuencia se pueden aliviar con una traqueostomía o una endoprótesis en
la vía aérea colocada de forma adecuada.
tes que precisan cuidados paliativos. Como estos pacientes con
frecuencia no son candidatos a cirugía ni a intervenciones mayo­ • Si no hay obstrucción glótica, una endoprótesis en la vía aérea ofrece mejor
res, es probable que siga aumentando la utilidad de la endosco­ paliación que una traqueostomía.
pia paliativa. Como con cualquier intervención, se debe sopesar • La colocación de una endoprótesis con un tubo enT traqueal de silicona es
el posible riesgo de cada tratamiento con el beneficio esperado y el abordaje más versátil para la obstrucción o compresión traqueal.
con el pronóstico del paciente individual.

INDICACIONES
B I B L I O G R A F Í A
Pocas intervenciones paliativas producen un alivio tan llamativo
1. Rathore O, Coss A, Patchett SE, Mulcahy HE. Direct-vision stenting: The como el acceso quirúrgico a la vía aérea en la obstrucción de la
way forward for malignant oesophageal obstruction. Endoscopy 2006;38:
vía aérea. Una persona que está luchando por respirar, ansiosa y
382-384.
2. Kinsman KJ, DeGregorio BT, Katon RM, et al. Prior radiation and chemothe­ sudorosa, y con frecuencia agitada y fuera de control, de repente
rapy increase the risk o f life-threatening complications after insertion of está calmada y casi tranquila. Se debe considerar que las perso­
metallic stents for oesophagogastric malignancy. Gastrointest Endose 1998;47: nas con obstrucción sintomática de la vía aérea son candidatos a
113-120. un tratamiento quirúrgico de la vía aérea. Pueden tener tumores
3- Adam A, Ellul J, Watkinson AF, et al. Palliation o f inoperable oesophageal car­
cinoma: A prospective randomised trial o f laser therapy and stent placement.
laríngeos o faríngeos obstructivos irresecables, tumores primarios
Radiology 1997;202:344-348. o secundarios en estadio avanzado de la tráquea o de los bron­
4. Maetani I, Tada T, Ukita T, et al. Comparison o f duodenal stent placement quios principales, o metástasis mediastínicas avanzadas con com­
with surgical gastrojejunostomy for palliation in patients with duodenal presión extrínseca de la vía aérea proximal.
obstructions caused by pancreaticobiliary malignancies. Endoscopy 2004;
Cuando la obstrucción está en la laringe o en un nivel supe­
36:73-78.
5. Mauro MA, Koehler RE, Baron TH. Advances in gastrointestinal intervention: rior es adecuado un tubo de traqueostomía. Si la obstrucción está
The treatment o f gastroduodenal and colorectal obstructions with metallic varios centímetros por debajo de las cuerdas vocales, o en cual­
stents. Radiolog)' 2000;215:659-669- quier parte hasta los bronquios principales proximales, se con­
6. Deans GT, Krukowski ZH, Irwin ST. Malignant obstruction o f the left colon. Br sigue una mejor paliación con una endoprótesis en la vía aérea1.
J Surg 1994;81:1270-1276.
7. Camunez F, Echenagusia A, Simo G, et al. Malignant colorectal obstruction trea­
Una vez que se ha establecido la vía aérea mediante traqueostomía
ted by means o f self-expanding metallic stents: Effectiveness before surgery con un tubo de traqueostomía estándar, se puede sustituir el tubo
and in palliation. Radiology 2000;216:492-497. por una endoprótesis residente, como una endoprótesis traqueal
8. Mathus-Vliegan EM,Tytgat GN. Laser photocoagulation in the palliation o f colo­ en T o una endoprótesis en T-Y en la enfermedad más extensa. En
rectal malignancies. Cancer 1986;57:2212-2216.
la obstrucción traqueal media puede ser innecesaria la realización
9. Rumalla A, Baron TH. Evaluation and endoscopic palliation o f cholangiocarci-
noma: Management o f cholangiocarcinoma. Dig Dis 1999;17:194-200. de un estoma en la tráquea, porque se puede introducir a través
10. Martin RC, Vitale GC, Reed DN, et al. Cost comparison o f endoscopic sten­ de la laringe una endoprótesis recta de silicona de Dumon o una
ting vs surgical treatment for unresectable cholangiocarcinoma. Surg Endose endoprótesis metálica autoexpandible (fig. 99-1).
2002;16:667-670. Una endoprótesis tiene varias ventajas respecto a un tubo de
11. Eschelman DJ, Shapiro MJ, Bonn J, et al. Malignant biliary obstruction: Long­
term experience with Gianturco stents and combined-modality radiation the­
traqueostomía estándar. La más evidente es que permite un habla
rapy. Radiology 1996;200:717-724. normal, siempre que la lesión obstructiva no esté en la laringe.
12. Harewood GC, Baron TH, RumallaA, et al. Pilot study to asess patient outcomes También permite que el paciente respire a través de la nasofa-
following endoscopic application o f photodynamic terapy for advanced cho­ ringe, lo que le permite inspirar aire humiclificado y filtrado. Esto
langiocarcinoma. J Gastroenterol Hepatol 2005;20:415-420.
ayuda a prevenir la acumulación de secreciones secas dentro de la
13- Zamora PO, Osaki S, Som P, et al. Radiolabelling brachytherapy sources
with Re-188 through chelating microfilms: Stents. J Biomed Mater Res endoprótesis, por lo que le es más fácil mantenerla limpia y per­
2000;53:244-251. meable que un tubo de traqueostomía.

PARTE I I EL P A C I E N T E
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Tratamiento paliativo de la obstrucción de la vía aérea:traqueostomía y endoprótesis en la vía aérea I C A P ÍT U L O 99 545

EQUIPO
El equipo para la colocación de un tubo de traqueostomía
estándar es mínimo. Es suficiente disponer de instrumentos qui­
rúrgicos sencillos y retractores pequeños. Para la inserción de
endoprótesis son necesarios broncoscopios flexibles y rígidos.
Con frecuencia es necesaria fluoroscopia.
Para evitar una traqueostomía se pueden utilizar endoprótesis
intraluminales de Silastic, como las endoprótesis de Dumon, que
tienen espigas que protruyen para facilitar el anclaje del tubo.
Es difícil insertarlas, precisan tubos de inserción especiales y no
se pueden limpiar excepto mediante broncoscopia. A pesar de
las espigas de fijación, tienen mayor riesgo de migración que las
endoprótesis en T, y como quedan muy ceñidas en la tráquea,
las superficies de contacto proximal y distal tienden a presentar
tejido de granulación que puede obstruir la luz. A pesar de estos
inconvenientes, estas endoprótesis, cuando se colocan bien, son
habitualmente eficaces.
Las endoprótesis metálicas autoexpandibles se cargan
sobre un sistema introductor. Precisan fluoroscopia y broncos­

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