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La situación de los derechos humanos en la sociedad actual es preocupante.

La
crisis económica y social nos muestra cómo se producen violaciones
sistemáticas de los derechos de las personas: falta de respeto a los derechos
de los trabajadores, corrupción, escasa atención médica, ausencia de servicios
básicos para millones de personas (agua potable, luz eléctrica, internet…) bajo
nivel educativo…
Además en nuestro mundo contemplamos cada día el incremento de la
violencia (física, verbal, psicológica…) Las guerras, el terrorismo, los atentados
contra la integridad física y moral de millones de mujeres y niños… ponen de
manifiesto unas relaciones internacionales basadas en la injusticia, en la
desigualdad y en la violencia institucionalizada.

¿Qué son los Derechos humanos? ¿Dónde se fundamentan? ¿Qué dice el


mensaje bíblico sobre la dignidad y los derechos humanos? ¿Cómo proteger y
promover dichos derechos humanos?  ¿Qué postura tiene la Iglesia frente a las
guerras, el terrorismo, la pena de muerte o la violencia contra la mujer? ¿Qué
enseña la doctrina social acerca del orden internacional y las instituciones que
lo dirigen hoy en el mundo?
Breve historia de los Derechos humanos
El nacimiento del cristianismo y su mensaje universal de amor a todos, incluso
a los enemigos, fue un gran elemento en el combate contra la esclavitud y la
discriminación de personas, razas y clases sociales. Primero en el imperio
romano y después en las demás culturas en las que se ha insertado. Es
evidente que el mensaje y la práctica de Jesús de Nazaret fue el fundamento de
dicha lucha por defender la dignidad de todo ser humano.
Desde un aspecto más jurídico la llamada “Escuela del Derecho de Gentes”, en
el siglo XVI fue liderada por grandes teólogos y juristas que sentaron las bases
de lo que hoy podemos definir como derechos humanos. Al hilo del
cuestionamiento moral de la Conquista de América, se proclamó la dignidad y
libertad de los indígenas y nativos americanos. Son de obligada mención
pensadores como:
Francisco de Vitoria, Bartolomé de las Casas, Francisco Suárez, Hugo Groccio.
El papa Juan Pablo II los calificó como “piedra fundamental en el largo y difícil
camino del género humano” .
2. Definición y características de los DD.HH.
Son derechos humanos aquellos que se relacionan “directamente con la
naturaleza del hombre en cuanto persona dotada de razón y de libre albedrío, y
que por tanto son universalmente válidos, inviolables e inalienables”[1].
Por tanto, son de obligado respeto no solo porque lo diga una ley, sino porque
están inscritos en el ser personal, es decir son connaturales nacen de la
misma naturaleza del ser humano.
Consecuentemente, los derechos humanos son anteriores y superiores al
Estado,  el cual los debe defender y promover. 
Otra característica de los derechos humanos es
su inviolabilidad y universalidad. Esto significa que en toda circunstancia o
lugar deben reconocerse a todos los seres humanos. Eso no implica que sean
ilimitados puesto que el ejercicio de uno de ellos termina donde comienza el
derecho de las demás personas.
Finalmente son inalienables: tanto por parte de los demás que no pueden
privar a ningún ser humano de sus derechos fundamentales, como por parte
de cada persona que no puede renunciar a ellos.

[1] J.N. DIEZ ALEGRÍA. “Diritti dell´ uomo”, en Sacramentum Mundi III, 166
[2] Pablo VI “Pacem in Terris”. 1963
3. Clasificación de los DD.HH.
DERECHOS CONTENIDOS y RASGOS EVOLUTIVOS
PRIMERA Libertades como la de expresión, conciencia, asociación,
GENERACIÓN: prensa.
CIVILES Y  
POLITICOS Surgieron en la revolución francesa en el s. XVIII, en la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
SEGUNDA Alimentación, salud, educación, vivienda, trabajo.
GENERACIÓN: Surgieron por influencia del Socialismo. Demandan un
SOCIALES, Estado del Bienestar
ECONÓMICOS Y
CULTURALES
TERCERA Los derechos de los pueblos a la autodeterminación, a la
GENERACIÓN: propia identidad cultural, al desarrollo, a
DERECHOS DE LOS un medioambiente sano, a la paz, los derechos de
PUEBLOS: las minorías étnicas y religiosas, la soberanía de los
países sobre sus riquezas y recursos naturales, etc… Estos
derechos no están contemplados en la Declaración
Universal de 1948.
Surgieron en la doctrina de los años 1980 vinculados a la
Solidaridad y al Desarrollo de las Naciones
 

4. Fundamentación de los derechos humanos

Una fundamentación puramente positivista o consensualista de los derechos


humanos los hace vulnerables y dependientes de decisiones arbitrarias. Por
ello se necesita buscar un fundamento más profundo.
La enseñanza social de la Iglesia ofrece una fundamentación sólida y enraizada
en el mensaje bíblico: la paternidad de Dios y la dignidad del ser humano
creado a su “imagen” (Gen 1, 27), la igualdad básica y la fraternidad fruto del
reconocimiento de ese Padre común, y el proyecto liberador del Dios cristiano.
En palabras del papa Pablo VI la Iglesia nos enseña que “los derechos humanos
están fundados sobre la dignidad de la persona humana, sobre su igualdad y su
fraternidad”[1]

[1] PABLO VI, Mensaje radiofónico de Navidad, AAS 57 (1968) 178.


5. Los derechos humanos en el mensaje bíblico
1. Desde las primeras páginas de la Biblia se afirma que el hombre ha sido
creado a imagen y semejanza de Dios (Gen 1, 26-27). Ahí reside  su dignidad.
2. El Dios que se revela en el mensaje del antiguo testamento es un Dios
liberador, que oye el grito de su pueblo oprimido por Egipto, se conmueve, y
decide enviar a Moisés para liberarlo de la esclavitud (Ex 3, 16-17). Decide
intervenir para devolver dicha dignidad a su pueblo.
3. En la misma línea de revelación bíblica, la ley mosaica determina que no
haya “ningún pobre a tu lado” (Dt 15, 4), ya que Dios quiere una vida digna para
todos sus hijos e hijas. El Dios de Israel es el Dios de la Vida, y una vida
abundante para todos.
4. Los profetas de Israel, en nombre de Dios, denuncian las prácticas que
niegan la dignidad humana. Y revelan que el culto que quiere Yahvé debe estar
acompañado de justicia y solidaridad hacia “la viuda, el huérfano, y el
extranjero” (Is 1, 12-17).

5. En continuidad con este mensaje bíblico, y para darle plenitud, la práctica de


Jesús nos revela a un Dios solidario con el ser humano y defensor de su plena
dignidad.
 Su actuación permanente en favor de los pecadores, publicanos,
marginados sociales…
 La protección de la dignidad y derechos de la mujer, del niño, de los
enfermos, de los pobres y excluidos de su tiempo…
 Su decidida defensa de la persona humana por encima de las leyes,
costumbres o culto religioso (Mc 2, 27)
6. Derechos humanos y Magisterio de la Iglesia
No resulta sencillo revisar la postura de la Iglesia hacia los derechos humanos.
Veamos los momentos principales:
1. Durante el siglo XIX la Iglesia tuvo una postura defensiva frente al
mundo moderno condenando las libertades (cfr. Sylabus 1864 de Pío
IX)
2. A finales del s. XIX León XIII dio giro respecto a la actitud de la Iglesia
hacia el mundo moderno emergente, siendomás tolerante hacia las
libertades. Su mayor aporte en este sentido fue la defensa que de los
derechos humanos hizo en su encíclica “Rerum Novarum” (1891)
3. El papa Pío XII observó silencio frente a la Declaración de los Derechos
del Hombre de 1948. Esto no supuso que Pío XII se opusiera a los
derechos humanos, puesto que en contadas oportunidades habló de
ellos y la urgencia de su defensa y protección.
4. En la encíclica Pacem in Terris encontramos una formulación más
integral de esos derechos, enumerándolos y  analizándolos con sus
deberes correspondientes.
5. El Concilio Vaticano II en Dignitatis Humanae y Gaudium et
Spes hizo una defensa inequívoca de la dignidad humana y un llamado
explícito al reconocimiento y protección de los derechos fundamentales
inviolables e inherentes a la persona, como imagen y semejanza de
Dios.
6. Juan Pablo II afirmó en el año 1984 que “la promoción de los derechos
humanos es requerida por el Evangelio y es central en el ministerio de la
Iglesia”.
EN SINTESIS LA IGLESIA PROPONE
  La unidad entre dignidad y derechos humanos.
   La vinculación entre derechos y deberes: sin su consiguiente deber los
derechos se convertirían en algo arbitrario.
   La jeraquización de los derechos humanos, puesto que no todos son
igual de fundamentales. No podemos equiparar el derecho a la vida
con el derecho al descanso semanal, por ejemplo.
 
7. Derecho a la vida

De todos los derechos humanos, el primero universalmente reconocido es el


derecho a la vida. Sobre dicho derecho se fundamental todos los restantes.
Esto significa que tiene el mismo valor la vida de un embrión que la de un
anciano, la de un criminal que la de un inocente, la de un enfermo que la de un
sano, la de un varón que la de una mujer, etc…
En este sentido es de vital importancia la valoración ética de todos los avances
tecnológicos actuales. No todo lo que es posible técnicamente, se puede hacer;
puesto que muchas veces lo que se da es una manipulación irresponsable de
la vida humana.
Fruto de la defensa de este derecho a la vida es la oposición a la guerra, al
terrorismo, a la pena de muerte, a la pobreza, al aborto o a la eutanasia. El
primer derecho del hombre es a nacer y a morir cuando su Creador disponga.
Si negáramos estos derechos caeríamos en la contradicción de defender la vida
de los culpables en la pena de muerte y dejar desprotegida la vida de
inocentes.
El derecho a la vida implica también acabar con el escándalo ético del hambre
en el mundo. Dice el papa Benedicto: “es necesario que madure una conciencia
solidaria que considere la alimentación y el acceso al agua potable como derechos
universales de todos los seres humanos, sin distinciones ni discriminaciones” (C.V.
27)[2]
8. Derechos de la mujer
La pobreza tiene rostro de mujer. Así lo reflejan los siguientes datos del mundo
en el que vivimos:
Una de cada tres mujeres en el mundo sufre la violencia, y en la mayor parte
de las situaciones causada por miembros de su propio entorno (familiares,
conocidos…)
El 70% de los adultos analfabetos son mujeres. Y aún no se logra la igualdad en
cuanto al salario por el mismo trabajo, a la representación política o en cargos
dirigentes.

La causa de estas situaciones la podemos encontrar en que, tradicionalmente


la mujer ha sido considerada inferior al varón (en inteligencia, capacidad
física…) sometida al esposo, relegada a las tareas domésticas, y a menudo
objeto sexual o de explotación. 
La Biblia no escapa de esta mentalidad, especialmente en el Antiguo
Testamento. Pero no debemos pasar por alto la práctica y la enseñanza de
Jesús en relación a la mujer. Fue un actuar que las dignificó.
9. Compromiso en defensa de los derechos humanos
 
Reproducción Vídeo

Los derechos humanos no son creaciones del hombre, sino que éste los
descubre en sí mismo. Nos pertenecen y son anteriores a cualquiera de sus
concreciones históricas. Y por eso mismo deberían quedar formulados en el
derecho positivo de todas las legislaciones nacionales o internacionales.
Un primer modo de defensa y promoción de dichos derechos es afirmar que
únicamente la dignidad de la persona es la que puede garantizarlos y
extenderlos universalmente, en cualquier situación y contexto.
La primacía y centralidad de la persona humana afirmada por la doctrina social
de la Iglesia señala también el compromiso por promover y defender los
derechos humanos que nace del mensaje social cristiano. Un cristiano, a
ejemplo de Jesús, debe defender especialmente los derechos de los más
excluidos: niños, mujeres, pobres, hambrientos, desempleados, minorías de
cualquier índole.
El derecho a la vida y sus concreciones: derecho a vivienda, educación, sanidad,
trabajo, libertad de expresión,… deben constituir deberes que toda sociedad
ha de proteger para hacer visible el respeto a la dignidad humana y no dejarlo
en algo puramente teórico. 
Como afirmaba Gandhi: “la verdadera fuente de los derechos es el deber. Si
todos cumplimos con nuestros deberes, no habrá que buscar lejos los
derechos. Si, descuidando nuestros deberes, corremos tras nuestros derechos,
estos se nos escaparán como un fuego fatuo. Cuanto más los persigamos, más
se alejarán”.

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