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4to

módulo
El Ascendente Zodiacal

Las Casas

Las doce casas son los doce sectores circulares en que se divide el
zodíaco. En el zodíaco fijo (30º cada casa), las casas son regulares y
corresponden a los doce signos de manera superpuesta y exacta de la
siguiente forma: Aries en la casa I, Tauro en la casa II, Géminis en la
casa III, y así sucesivamente.

Dado que la disposición de las casas de cada carta natal se calculan
teniendo en cuenta el lugar y uso horario en donde se produjo el
nacimiento/acontecimiento, las casas son irregulares, es decir, tienen
más o menos de 30º, dependiendo de la cercanía con la línea del
Ecuador.

Las casas representan áreas de experimentación, zonas donde
vivenciamos los temas concretos de la vida cotidiana, como por
ejemplo, las relaciones, el trabajo, los hijos, etc.

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Así como los signos representan las energías celestes, las casas
constituyen las energías terrestres. Son los territorios donde se
despliega la dinámica formal de nuestra vida.

Cada una de las casas tiene un tema central, principal, y una gama de
temas significativos, provenientes del significado que aporta el signo
de la casa y su planeta o planetas regentes, tomando como base el
zodíaco en reposo.

A las casas I, IV, VII y X (Asc, IC, Des y MC) se las denomina los cuatro
puntos cardinales de la carta natal, y sus temas principales son: el Yo,
la familia, el tú y el mundo, respectivamente. Con otros términos
podemos resumirlos de la siguiente manera:

I: la manifestación del ser, Ascendente
IV: origen y pertenencia. Immum Cælum, bajo cielo
VII: la complementación con el otro. Descendente
X: la meta de la autorrealización personal. Medium Cælum. Medio Cielo


- Las casas I,V y IX son personales. Corresponden al elemento fuego
- Las casas II, VI y X son materiales. Corresponden al elemento tierra
- Las casas III, VII y XI son vinculares. Corresponden al elemento aire
- Las casas IV, VIII y XII son emotivas-psíquicas-sensibles.
Corresponden al elemento agua.


El Ascendente dentro de la matriz zodiacal.

La lógica del Zodíaco, en tanto matriz espacio-temporal, hace que cada
espacio-tiempo del mismo (signo) adquiera su real significado sólo en
relación a todos los demás. En principio, cada signo se hace
comprensible en relación a su opuesto (polaridad) y al que lo precede
(secuencia).
En ese sentido, profundizar en Ascendentes implica la necesidad de
incluir, en cada caso, la Casa VII y la Casa XII que le corresponden. La
manifestación de una energía implica su opuesto complementario y la
consumación de aquella de la cual proviene.

Es nuestra conciencia la que fija el movimiento de la energía y separa
cada signo zodiacal en espacios, cuyas determinaciones aparecen como
excluyentes de los demás. Pero, en realidad, es preciso comprender a

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cada uno de los signos como el extremo de un campo oscilatorio
bipolar.


Ascendente como destino

Uno de los núcleos básicos de la astrología es mostrar la articulación
estructural del afuera y el adentro, experiencia y psiquismo o, de modo
más clásico, destino y carácter. Todo símbolo astrológico —planetas,
casas, aspectos, etc. — refiere a la articulación de estas dos
dimensiones de una misma realidad, que nuestro pensamiento verbal
trata de mantener separadas.
Si bien somos una manifestación de todas las energías zodiacales, la
consciencia tiende a identificarse —vivir como "interior"— de distinta
manera y con distintos tiempos las diferentes cualidades que los
símbolos indican.

El Ascendente (Casa I), en principio, es una energía que se presenta
como ¨externa¨ a mi, es por eso que su incorporación a la consciencia
se da bajo la lógica de ¨destino¨, un aparente movimiento de afuera
hacia adentro que pretende, mediante la simultaneidad de
experiencias, hacer visible la energía ascendente para que el individuo
en cuestión pueda asimilarla como propia.


¿de qué área de experiencia habla el Ascendente? ¿Cómo delimitamos
los escenarios que le son propios?

Podemos deducir, por analogía con Aries — tomando al Zodíaco como
matriz de significación de las casas— que consiste en una irradiación
amorfa de energía que se manifiesta en la totalidad de la existencia, no
tiene especificidad y que, en ese sentido, da color a toda mi vida. No se
trata de la focalización de una energía en una experiencia tipo —
hermanos, hijos, pareja, etc. — sino que aparece a través de todas ellas,
dándoles un matiz particular. Entonces, yo irradio esa energía...

No se trata de que mi hermano tenga esa característica energética —o
mi papá, o mi pareja, o mi trabajo— sino que estoy envuelto
constantemente en situaciones propias de esta energía, en un patrón
holístico que incluye experiencias con todos los vínculos posibles y no
con uno en particular.

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Al mismo tiempo, no se trata de una cualidad que se manifiesta desde
una interioridad para ser expresada, con sensación y conciencia de
expresión. En Aries, fase I —esto es, en el Ascendente— la energía se
libera y crea campos energéticos; sucede, es algo ciego, que no implica
autoconciencia.

Un movimiento simbólicamente ariano, por lo tanto, es pura
exteriorización. Es acto puro sin autoconciencia previa. Por eso, no es
expresión ni es identificación, aunque pueda ser visible para los demás
que yo la irradio. Sin embargo, como a esta energía la irradio
espontáneamente no la puedo reconocer en mí. La viviré como
exterior, de manera que "afuera" sucederán constantemente
situaciones ligadas a la energía del signo ascendente y también
aparecerán personas con las características de ese signo.


Entonces, el primer paso con el Ascendente es darme cuenta de que
irradio esa energía y que ella está siempre alrededor. El paso siguiente
será darme cuenta de que esa energía no está simplemente
"rodeándome", sino que yo estoy interactuando con ella y
experimentándola continuamente. Constantemente me siento atraído
por personas con características de ese signo y aparecen en torno a mí
situaciones simbolizadas por él. Mi vida es experimentar el signo
ascendente, hasta que en un determinado momento me identifico con
él y me doy cuenta de que soy yo quien lo expresa.

Si llego a este punto, la energía del Ascendente estará para mí en el
mismo nivel de conciencia que la del Sol; la única diferencia es que se
nace expresándola energía del Sol y no aprendiendo a hacerlo; se
aprende de sus consecuencias. La energía del Ascendente implicará, de
esta manera, un viaje de la conciencia por ella, un aprendizaje.


Como el ascendente es energía zodiacal pura, que no está mediada por
ninguna función planetaria. Por eso —en una clara diferenciación con
el Sol— veremos que el Ascendente, necesariamente, tiene que generar
destino. O sea, tienen que sucederme cosas para que yo descubra que
soy eso. De lo contrario, como es una energía en sí misma tan lejana a
la autoconciencia, no me enteraré jamás que me pertenece o lo haré
sólo en forma muy parcial.

La psiquis, como vimos anteriormente, estructura la identidad a partir
de la dialéctica que se da entre los distintos (funciones psiquicas). De
ésta manera, el Sol (función articuladora/coherentizadora del Yo), se

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expresa genuinamente, sin proyecciones sobre otras personas o
situaciones; no decimos ¨esa persona es Acuariana porque su mamá lo
trató de tal o cual manera¨. Simplemente se expresa de esa forma
porque así ¨decidió¨ ser. En la elección por una manera de ser, se
encuentra implícito el como ¨no quiero ser¨ (principio de polaridad).

El ascendente se manifiesta entonces como un aprendizaje que en
principio, entrará en conflicto aparente con aquella identidad (o al
menos parte de ella) que tomó forma en los primeros años de nuestra
vida (generalmente desde que nacemos hasta los 28 años, primero
retorno de Saturno).


Ésta tensión, como vimos en otra oportunidad, es la que posibilita la
ruptura de una estructura cristalizada (el Yo) para dar paso a una
versión más compleja y completa de nosotros mismos; una ¨nueva
identidad¨ que incluya no solo aquellas energías reconocidas como
propias, sino también las potencialidades puestas en sombra.

El ascendente se presenta entonces como un ¨nuevo lente¨ para ver la
realidad, entendiendo por realidad nuestra propia capacidad de
percepción/sensibilidad al entorno que nos rodea.

Reconocer nuestro Ascendente y permitirse vivirlo, es dar con una
valiosa brújula que nos guiará por el camino del autoconocimiento.

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Ascendente en Aries

Matriz psíquico-emocional en agua: Casa IV, Cáncer (registro
inconsciente familiar); Casa VIII, Escorpio (registro inconsciente
social); Casa XII, Piscis (registro inconsciente colectivo).

Las Casas de Agua en el inconsciente generan en la persona una
enorme capacidad de percepción del otro. Al venir de una Casa 12 en
Piscis, el registro inconsciente es muy fuerte ya que Piscis es el
arquetipo de la captación del inconsciente colectivo. Por lo que el
Ascendente Aries trae la necesidad de ser único, de salir de este
inconsciente simbiótico pisciano y diferenciarse. Es una energía
individual de la que hay que tomar consciencia. Propone una energía
más valiente, más osada, que va a enfrentar la vida con armas arianas.

El primer aprendizaje ariano es a abrir caminos, a enfrentar. Aries es
agresivo y el Ascendente Aries lo va a confrontar con la agresividad. Lo
va a llevar a desarrollar su físico, al ejercicio físico.

Deberá aprender a enfrentar urgencias que requieren, para su
resolución, de la energía ariana, que es relativa a los cambios
intempestivos, para que saque los miedos y los enfrente con valentía y
vehemencia.

El Ascendente Aries provoca continuamente para que la persona
accione, para que actúe urgentemente. Siente que el mundo está ya
hecho y entonces se “golpea” contra esta realidad. Pero no se queda
empantanado en sus limitaciones o errores, sino que lo vuelve a
intentar una y otra vez, porque viene a conquistar la autoconfianza y la
posibilidad de desarrollar su deseo.

Para poder completar el Ascendente Aries es necesario que integre a
su Descendente (Casa 7): Libra, y así poder alcanzar sus objetivos.
Debe aprender a integrar a los otros, como pareja, como socios, como
el otro que lo complementa. El otro aporta Aire, objetividad, desapego,
armonía y la posibilidad de integrar el amor a través de una actitud
diplomática.

La lucha de este Ascendente, es una lucha ariana, pero en un mundo en
el que hay muchos con quienes interactuar. Es individualizarse
sabiendo que no se está solo y que es el otro el que lo complementa.


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Ascendente en Tauro

Matriz psíquico-emocional en fuego: Casa IV, Leo (registro
inconsciente familiar); Casa VIII, Sagitario (registro inconsciente
social); Casa XII, Aries (registro inconsciente colectivo).

A nivel inconsciente se trae una enorme necesidad de actividad,
también decisión, energía, entusiasmo, apasionamiento. Al tener Aries
en la Casa 12 trae del vientre materno la individualidad, el registro de
urgencia, la necesidad de cambios rápidos. En cierto modo la persona
registra algún tipo de amenaza de la vida, esto produce una
agresividad contenida ya que la persona aparentemente es pacifica (la
agresividad se encuentra en el registro inconsciente de la Casa 12).
Hay un impulso hacia el combate.

Pero el Ascendente Tauro va a ir lentificando todo, frenando la
impulsividad inconsciente a la acción. Este Ascendente da cuerpos
estéticos, femeninos, cuerpos venusinos, de formas redondas pero
armónicas.

Los tiempos y sus acontecimientos (contrariamente a lo que la persona
desea) no resultan inmediatos, la vida va presentando en sus propios
términos y la persona tiene que ser receptiva a estos tiempos. Van a
desarrollar la capacidad de sostener en el tiempo y en el esfuerzo. La
energía de Fuego que trae inconscientemente lo lleva a la acción por la
acción misma, sin embargo Tauro le va a enseñar la acción para la
materialización (ganar dinero, hacer cosas, dar forma a proyectos,
etc.).

Es un Ascendente de disfrute, por eso va a buscar placer y materia.
Tiene un condicionamiento natural a ganar dinero y a atesorarlo
porque la energía natural del Ascendente Tauro es a aprender la
supervivencia, a subsistir. Es importante también desarrollar un
principio estético.

El aprendizaje consiste en registrar la propia corporalidad (el
embarazo en las mujeres con este ascendente suele ser de un enorme
despertar sensitivo) y ¨rumear¨ hasta abordar las propias conclusiones.

Su complemento es Escorpio (Casa 7) que le muestra las propias
sombras, lo confronta con su conflicto y lo ayuda a transformarse.


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Ascendente en Géminis

Matriz psíquico-emocional en tierra: Casa IV, Virgo; Casa VIII,
Capricornio; Casa XII, Tauro.

La matriz inconsciente en tierra hace que este ascendente tenga una
predilección por los movimientos lentos y seguros. El ascendente en
Géminis viene a marcar la necesidad de un movimiento diversificado,
de constante actividad mental que busca escapar de la rutina para
presentarse en un ambiente variable, con posibilidades de eternas
vinculaciones entre los elementos que lo componen.

El ascendente en Géminis conecta a los nativos bajo esta matriz con la
curiosidad, el afán por dar respuestas a la multiplicidad de preguntas
que lentamente se permiten hacer cuando ya no se conforman con los
modelos preestablecidos (tierra). Esto hace que, en el afán por seguir
conociendo, les cueste definirse e identificarse con una sola idea,
práctica o doctrina, resultando ser personas que necesitan
experimentar, intelectual y vincularmente.

Deben aprender a desarrollar una oralidad comunicacional que les
posibilite ampliar la vincularidad con muchas personas; en especial,
deben aprender a sintetizar sus sentimientos y pensamientos.
El vínculo con los hermanos es algo a desarrollar. Generalmente,
suelen manifestar problemas de comunicación con sus pares
fraternales.

Los nativos bajo éste ascendente están destinados a ¨aprender
lúdicamente¨, rodearse de gente jovial y de situaciones que propicien la
libre experimentación y vinculación de componentes aparentemente
separados. En su afán por conocer cosas nuevas, suelen experimentar
más de una profesión, hablar muchos idiomas, leer libros de diferentes
temáticas, y comportarse como un niño que no puede dejar de
preguntar/se ¨¿y esto que és?, y ¿para que sirve?¨, tomando el objeto en
cuestión antes de que le expliquen su ¨correcto uso¨.

Dependiendo del resto de los componentes de la carta natal, la eterna
curiosidad de estos nativos, muchas veces hace que teman los
compromisos a largo plazo, sintiendo que están perdiendo la
posibilidad de seguir conociendo cosas nuevas.



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Ascendente en Cáncer

Matriz psíquico-emocional en aire: Casa IV, Libra; Casa VIII, Acuario;
Casa XII, Géminis.

La matriz inconsciente en aire hace que tenga valorizada la actividad
mental, que naturalmente sea versátil y que tenga desarrolladas las
relaciones sociales y la comunicación. Específicamente su vida
funciona desde la memoria: “Pienso, luego siento”. Su mente está sobre
enfatizada.

Los Ascendentes Cáncer tienen tendencia a la duda, o a confundirse
con la mente y esto hace que se les dificulte la comunicación, y es la
emoción la que debe aprender a sentir y significar para dar coherencia
a aquello que quiere expresar o comprender, de si mismo y de su
medio ambiente. Es un camino que va de la cabeza a las vísceras.: se
siente lo que se piensa desde la panza. Una intensa racionalización le
impide contactarse con sus sentimientos. Es por esto que la vida del
ascendente Cáncer es una vida para “sentir”.

Se viven destinalmente las experiencias de hogar, de familia, de
pertenencia, de seguridad. La vida trae como primeras experiencias el
contacto con fuertes energías uterinas, esto hace que se busque a la
mujer, a la madre en el propio destino.

A los Ascendentes Cáncer les aparecen en la vida personas que le
demandan cuidado, protección. Así mismo, intentan recrear ambientes
de protección para aquellos que forman parte de su clan más íntimo,
buscando propiciar grupos de pertenencia en todos los lugares que
habita.

Aquí, la lupa ésta puesta sobre el vínculo con la madre: ser hijo, dejarse
cuidar, y a la vez, dejar de ser un ¨niño desprotegido¨, dependiente del
cuidado materno (depositado en la propia madre o proyectado en
otros vínculos), es algo a equilibrar.

El Ascendente Cáncer no necesariamente quiere formar familia, sin
embargo es allí donde busca su refugio último. En su camino de
aprendizaje necesita separarse de su familia de origen para formar la
propia. Hay una tendencia a tomar distancia de la familia de origen
porque esta es muy poderosa (inconsciente Aire), pero la vida lo va a ir
llevando a acercarse a la familia de origen porque necesita recuperar
sus raíces para poder formar la propia familia.

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Ascendente en Leo

Matriz psíquico-emocional en agua: Casa IV, Escorpio; Casa VIII, Piscis;
Casa XII, Cáncer.


Desde el inconsciente se ha quedado muy pegado a la familia, más a la
madre. La exagerada identidad por pertenencia hace que el nativo en
éste ascendente busque destinalmente diferenciarse y singularizarse:
fortalecer su Yo y saber irradiarlo/expresarlo con autoconfiaza.
Son personas muy reservadas con su emocionalidad, pero con la
profunda necesidad de expresarse y ¨hacerse ver¨. El desafío para éste
ascendente es poder encontrar un equilibrio en su exposición y en la
manera que lo hace. Desde muy chicos necesitan llamar la atención,
mecanismo inconsciente de diferenciación del entorno. Suelen tener
cuerpos llamativos, admirables, atractivos. Son narcisistas, pero su
narcisismo es una necesidad a partir de la carencia de un yo
sustentado fuerte. Vienen a vivir apasionadamente y lo que menos
soportan es que se los ignore.

Son los enamorados del amor, necesitan tener a alguien que esté
enamorado de ellos como reflejo narcisista y confirmar su energía de
centralizar la atención sobre ellos mismos. Esto se da desde un lugar
muy solar, generando un campo magnético muy fuerte a su alrededor.
Buscan la admiración y convocan a su alrededor a aquellos que los van
a estimular al conocimientos de si mismos; se miran mucho al espejo
buscando su autoimagen, como si estuviesen enamorados de si mismos
y la referencia del otro es como se ven a ellos. La vida es un camino de
auto descubrimiento y fortalecimiento de la autoimagen.

Si bien buscarán durante la vida dejar un legado (hijos), dar paso a la
maternidad/paternidad le genera sentimientos encontrados (Casa XII
en Cáncer), dado que deben replegar su solaridad y depositarla en otro
ser.

Su opuesto complementario, Acuario, les traerá vínculos de pareja que
equilibren su necesidad de amor narcisita, dado que Acuario viene a
mostrarles que no son los únicos que están en el mundo.





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Ascendente en Virgo

Matriz psíquico-emocional en fuego: Casa IV, Sagitario; Casa VIII, Aries;
Casa XII, Leo.

La matriz inconsciente de éste ascendente le da al nativo una
predilección por la abundancia y el movimiento expansivo, poco
reflexivo e introspectivo. Con Leo en Casa XII, traen un registro de
poder con todo y con todos, pero, paradójicamente, la sensación de una
identidad poco definida y muy influenciable.

El ascendente en Virgo hace que estos nativos abandonen
destinalmente el sentimiento de grandilocuencia y los ubique en un
lugar más humilde, práctico y servicial, con conciencia de que forman
parte de un sistema más vasto que su propia solaridad: sus talentos
naturales tienen que volverse útiles para sí y para los otros. Necesita
empezar a entender que es esto del límite y el orden.

Su fantasía muchas veces es “yo quiero ser importante”, pero solo lo
van a lograr si se organizan y trabajan.

El trabajo viene como una experiencia muy temprana y al principio en
relación de dependencia, obligándolo a ¨bajarse del trono¨ y adoptar
una labor con límites, rutinas, orden y organización.
Tienen la sensación de que limita sus deseos, pero en realidad, es un
movimiento que los obliga a la introspección y conexión real con
aquello que quieren concretar. Es una energía de purificación, de
perfeccionamiento, de pulir sus capacidades natas y desarrollarlas al
máximo.

Virgo es ¨mente sana en cuerpo sano¨, por eso, muchas veces, los
nativos bajo éste ascendente experimentan el limite en su propia
corporalidad (generalmente enfermedades de índole gastro-
intestinal).

Necesitan comprender, entender, analizar a medida que van
avanzando en la vida. Tienen que desarrollar una conciencia analítica y
por ello van a atraer personas muy mercuriales o con mucho elemento
Tierra.




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Ascendente en Libra

Matriz psíquico-emocional en tierra: Casa IV, Capricornio; Casa VIII,
Tauro; Casa XII, Virgo.

La matriz inconsciente de éste ascendente le confiere al nativo una
predisposición psicológica resistente, conservadora, ligada con la
experiencia sensorial y pragmática de la vida. Con un registro de
autosuficiencia y de soledad (Capricornio en 4), tienen la sensación de
que su vida les ha costado, y suelen ser personas con una mentalidad
obsesivas (Virgo en 12).

El destino de estás personas es aprender a ver los opuestos
complementarios en todas las manifestaciones de la existencia. Virgo
en Casa XII los hechiza con una visión de la realidad fragmentada y
clasificada y con un movimiento espiralado hacia adentro de uno
mismo. Libra los hace salir del ostracismo, a relacionarse y encontrar
CON en otro una identificación más compleja y completa de si mismo.

Es un destino de aprendizaje en pareja, pero también en vínculos
sociales, tanto amigos como sociedad en general, que lo harán
reflexionar sobre la importancia de encontrar un equilibrio entre el
deseo propio y el deseo de otro.

Venus, regente de Libra, hará que estos nativos experimenten la
necesidad de incorporar estética y buen gusto en sus vidas; encontrar
y apreciar la armonía compositiva en la forma es parte del destino de
estos nativos. Mostrarse bellos y atractivos para otros (pero en lo
profundo, para uno mismo), hará que éste ascendente salga de su
inconsciente virginiano y capricorniano.

Como el destino del ascendente en Libra es aprender de la
complementariedad, la Casa VII adquiere especial importancia dentro
de ésta matriz. Su opuesto complementario, Aries, lo lleva a accionar,
pero esta energía de acción Libra lo toma de el “otro”, su complemento.
Muchas veces va a haber peleas societarias (Aries en Casa 7) y de
pareja: competencia, medición de fuerzas, discusiones. Pero ellos lo
viven como que esta es la forma de vivir en pareja y el destino se
manifiesta aquí como la necesidad de adquirir diplomacia y equilibrar
la balanza.



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Ascendente en Escorpio

Matriz psíquico-emocional en Aire: Casa IV Acuario,; Casa VIII
Géminis,; Casa XII, Libra.

La matriz de éste ascendente impide una conexión directa con las
emociones más intensas. La Casa IV en Acuario le trae una
desconexión, que el nativo confunde con liviandad, con su
emocionalidad más visceral, propia del signo de Escorpio.

Son personas híper racionales, que se refugian en su mente, tratando
de racionalizar los impulsos que surgen del inconsciente más profundo
y vital, pretendiendo controlar esos sentimientos por miedo a su
capacidad destructiva, que es en realidad, transformadora. Es común
que los Ascendentes en Escorpio nazcan durante un período de crisis
de pareja de sus padres y que capten desde chicos el conflicto vincular,
muchas veces ocultado.

Estas personas tienden a la negación del conflicto, su natural
predisposición al contacto con los otros (Libra en 12) los lleva a ser
muy complaciente con los otros o también muy autocomplacientes,
tratando de evitar tensiones externas e internas. Es entonces como,
destinalmente, buscan el vínculo, pero necesitan que este le proponga
una transformación; necesitan que el vínculo los haga bajar a las
profundidades emocionales, y de esa manera, les permita contactarse
con su emocionalidad más en sombra, que para estos nativos, tendrá
directa vinculación con sensaciones de intensidad, poder y pulsión
vital.

Su atracción por el poder y el dominio de unos sobre otros (que no es
otra cosa que la proyección de deseo de controlar el medio ambiente
circundante) hace que estos nativos oscilen polarizadamente entre
sensaciones de omnipotencia e impotencia.
Su opuesto complementario es Tauro (Casa 7) que les demuestra, en
vincularidad con otro, la necesidad de encontrar un equilibrio entre la
intensidad destructiva y creativa, dado que muchas veces suelen
experimentar la energía escopriana como un veneno más que un
antídoto.





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Ascendente en Sagitario

Matriz psíquico-emocional en Agua: Casa IV, Piscis; Casa VIII, Cancer;
Casa XII, Escorpio.

La sensación inconsciente que ésta matriz facilita es la de un camalote
anclado en el fondo de un pantano; una estructura emocional tendiente
al apego, a la intensidad y a la indiferenciación. Suelen tener memoria
(biográfica, arquetípica o kármica) de muertes, conflictos y climas
densos. El ascendente en Sagitario vendrá a a enseñarle a éste nativo a
confiar en el fluir de la vida, depositando esa confianza en una
laboriosa construcción de sentido y filosofía de vida.

La energía que vienen a canalizar es el optimismo y cambiar el apego al
dolor escorpiano por el fluir confiado en la vida. Vienen a trabajar la
energía del perdón a través de la profunda significación de aquello que
los ata al pasado.

Son incasable buscadores de ¨la verdad¨, propensos a hacer grandes
preguntas existenciales. Para dar respuestas a las mismas, están
destinados a enmarcarse dentro de una doctrina y la figura de un
maestro/guía será de vital importancia para lograr hacer síntesis de
toda la información que van recopilando.

Su destino hará que sean inquietos viajantes, conectados con culturas
diferentes a la propia, en el afán de ampliar la propia consciencia. Una
vez asimilado esos aprendizajes, son grande educadores y guías de
otras personas, buscando despertar la inquietud de sus discípulos.

Necesitan volar para poder tener una visión más abarcadora de la vida
(volar tanto física como espiritualmente). No quieren apegarse a nada
porque necesitan la libertad del Fuego que es lo que vienen a aprender,
el luchar por sus ideales a través del desapego. Difícilmente se
dediquen a una cosa para siempre, porque van a vivir buscando, pero
transitando con vocación el camino iniciado. En Sagitario, la meta es
una excusa para transitar el camino.

Necesitan incorporar su Casa 7 en Géminis, ya que tienen una
independencia exterior muy fuerte y al mismo tiempo una
dependencia interior muy grande. La mentalidad y objetividad
geminiana les resulta de gran ayuda dentro del proceso de expansión
de la consciencia, mostrándoles las dos caras de la moneda, que no hay
absolutos, contrario al fanatismos y absolutismo sagitariano.

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Ascendente en Capricornio

Matriz psíquico-emocional en Fuego: Casa IV, Aries; Casa VIII, Leo;
Casa XII, Sagitario.

La matriz propia de éste ascendente hace que el nativo experimente un
deseo por expandirse sin límites y sin esfuerzos, en un aparente fluir
abundante que es en realidad una incapacidad por afrontar desafíos de
aprendizaje. El ascendente en Capricornio vendrá a marcar un destino
de metas a alcanzar para lo cual es preciso entrenar la autodisciplina,
la austeridad y el sacrificio.

Aman la libertad y no está ávida de compromisos. Sin embargo el
aprendizaje de este Ascendente, que viene con un registro inconsciente
de que todo debe conseguirse fácilmente, es a alcanzar dando cada
paso a la vez, eso hará que, una vez asimilada la lección, el nativo
pueda ser sostenedor de estructuras construidas íntegramente por si
mismo.

El ascendente en Capricornio es aprender que cada cosa llega a su
debido tiempo, si se hace lo que hay que hacer en el momento
oportuno para hacerlo.

El destino de este nativo estará colmado de situaciones en donde ¨tuvo
que hacerse cargo¨ de grandes responsabilidades; sostener a otros y
sostenerse a si mismo. Es tomar conciencia que debajo de cualquier
gran obra hay una sólida estructura que debe ser construida ladrillo
por ladrillo, sin saltear pasos. Es por eso que son propensos a tener
afecciones en el sistema óseo, o grandes contracturas, debido a verse
abrumados por las responsabilidades que les toca vivir.

La imagen paterna adquiere significativa importancia, dado que es el
padre quien nos saca del útero materno de protección y cuidado y nos
enseña a ver la realidad de las cosas.

Deben aprender a equilibrar la autoexigenica, aveces en déficit, aveces
en demasía. Estarán siempre a la espera de alguien que les indique
como hacer las cosas, les exija productividad y los aliente a crecer
(Sagitario en Casa XII), pero con el tiempo deben interiorizar que ellos
son la mejor autoridad para ellos mismos.



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Ascendente en Acuario

Matriz psíquico-emocional en Tierra: Casa IV, Tauro; Casa VIII, Virgo;
Casa XII, Capricornio.

La matriz propia de éste Ascendente hará que el nativo tenga una
predilección por lo estable, rutinario y sólido; con conductas un tanto
obsesivas y represión corporal.

Capricornio en Casa 12 les da una pesada estructura inconsciente,
haciéndolos vivir con cierta limitación interna que le impide
aventurarse a lugares desconocidos.

Es así como los nacidos bajo éste ascendente le temen al cambio, a lo
novedoso, a la libertad creativa; sin embargo eso es lo que vienen a
aprender como destino. Hay un registro de mucha soledad interna,
suelen ser bastante maduros (desde temprana edad) y muy reflexivos.
Cargan con una gran autocrítica interna y tienen avidez por el
conocimiento que se logra mediante el sacrificio y el estudio sostenido.

Por tener Capricornio en la Casa XII, se carga con la historia ancestral
del padre, el abuelo, el bisabuelo, etc. Experimentan una fuerte
necesidad inconsciente de reconocimiento paterno porque tienen
sensación de ausencia del mismo. Los Ascendentes Acuario suelen
sentirse en sostenedores de su propio padre. Es un padre crítico al que
se ama pero al que no se sabe como acercarse.

Así mismo, la naturaleza de éste ascendente romper viejas estructuras
sociales, buscando ubicarse cerca (ya sea por afinidad o por rechazo)
de figuras revolucionarias, creativas, desapegadas, ¨locas¨. Deben
aprender a ganar movilidad, dado que van a tener tendencia a ser
rígidos, tensos.

Es común en estos Ascendentes que transcurran 5 años de su vida
tranquilos, y de pronto se producen todos los cambios juntos, como si
fuera un terremoto, y ellos se desestructuran completamente. La
resistencia a los cambios repentinos es una mala maniobra para estos
ascendentes. Una vida con este Ascendente invita a desestructurar la
mente, a liberarla, a darse permiso en lo intuitivo, para poder
permitirse pensar locamente, algo más universal, más abarcativo.



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Ascendente en Piscis

Matriz psíquico-emocional en Aire: Casa IV, Géminis; Casa VIII, Libra;
Casa XII, Acuario.

La matriz propia de éste ascendente hace que su estructura
inconsciente valorice los procesos mentales y la captación de la
realidad a través de conceptos capaces de ser explicados mediante la
utilización del lenguaje convencional. El punto a aprender con este
ascendente es captar la realidad inmaterial, aquella que no es capaz de
ser descripta con herramientas cognitivas y racionales. Los nacidos
bajo este ascendente deben aprender a empatizar con el todo, vibrar
en sintonía con las energías que están más allá de la materia.

Toda la energía inconsciente de Aire tiene que canalizarse en el plano
sensible emocional. Esas preguntas sin respuestas, de carácter
existencial, deben llevar a una vida donde se entienda que para ciertas
cosas no hay respuesta lógica alguna, y que hay más allá de aquello que
se puede explicar mediante el lenguaje convencional y fragmentario.
Estas personas vienen a contactarse con el mundo del espíritu, la
búsqueda inconsciente colectivo, el lenguaje simbólico y la práctica
esotérica.

Ante todo esto el primer drama en escena es enfrentar una gran
confusión, los espejismos y autoengaños que les trae la vida, cuya
razón de ser está confundida porque nada es claro, todo se mueve en
otro plano, en otro mundo, el de las profundidades del mar (que es el
inconsciente). Vienen del mundo del pensamiento y la vida los
confronta con las imágenes: “lo que veo, lo que siento”. La vida es como
una película que los conmueve emocionalmente. El problema es que
cuando se presente esta película van a querer analizarla, cuando en
realidad deberían permitirse sentirla, deben volverse sutiles en sus
percepciones corporales y emocionales.

Piscis es energía de disolución y de no-borde. Los nativos bajo éste
ascendente suelen vivenciar experiencias de empatía con el otro, a
punto tal de sentir que su propia personalidad se con-funde con
aquella con la que está vibrando. La hipersensibilidad y la necesidad
inconsciente de disolución los convierte en personas proclives al
consumo de sustancias que amplifiquen su campo sensorial, corriendo
el riesgo de evadirse de la realidad.


seminario intensivo de ASTROLOGÍA HUMANÍSTICA, 3er y 4to módulo 33


REFLEXIONES

- Algunos ascendentes parecen más sencillos de vivir que otros. La
mente occidental que valoriza la actividad y manifestación del
Yo.

- La idea de destino como una energía que debemos aprender para
completar la idea de nosotros mismos causa rechazo en primera
instancia: resistencia de la estructura Luna – Sol – Saturno. En
lugar de ver que expandimos nuestra conciencia, sentimos que el
ambiente amenaza a la estructura que ¨comodamente¨
habitamos.

- Polarización ante las cualidades energéticas de los elementos:
Fuego: expresión del Yo vs narcisimo; Tierra: estabilidad vs rutina;
Aire: inquietud vs dudar; Agua: sentir vs vulnerabilidad.

Nuestra condición de mamíferos hace que queramos controlar más de
lo que queremos conocer; queremos dominar (ser dioses) más que
aprender a fluir en el pulso del cosmos (ser humanos).



En griego “verdad” es “ἀλήθεια” (aletheia): “lo que no está oculto”, “lo
que se manifiesta claramente tal y como es en su ser”.
Paradójicamente esta palabra tiene un sentido negativo, que se indica
en el prefijo “a” (a-letheia). El prefijo se aplica al verbo “λανθάνω”
(lanthano) que significa “ocultarse”, “pasar inadvertido”, “escaparse”.
Verdad es el ser de las cosas que se muestran tal y como son, libres de
las apariencias que, inicialmente, las enmascaran.

"Dejen que los niños vengan a mi, y no se los impidan, por que el reino
de dios es de quienes son como ellos.” Mateo 19:14


"Ser Hombre de Conocimiento no es un fin, es un proceso. Uno no es
nunca en realidad un Hombre de Conocimiento. Más bien, uno se hace
Hombre de Conocimiento por instantes muy cortos. Un Hombre de
Conocimiento es alguien que ha seguido de verdad las penurias de
aprender. Un hombre que, sin apuro, sin vacilación ha ido lo más lejos
que puede en desenredar los secretos del poder y del Conocimiento.
Un hombre va al saber como a la guerra: bien despierto, con miedo;
con respeto y con absoluta confianza. Ir en cualquier otra forma al
saber o a la guerra es un error, y quien lo comete vivirá para lamentar

seminario intensivo de ASTROLOGÍA HUMANÍSTICA, 3er y 4to módulo 34


sus pasos. El miedo es el primer enemigo natural que un hombre debe
derrotar en el camino del saber.
Lo malo de hacer preguntas es que lo que queremos averiguar nunca
se revela cuando uno lo pide. Podemos saber sin palabras o incluso sin
pensamientos. El conocimiento y el lenguaje son cosas separadas. No
estamos acostumbrados a esta clase de vida; por eso las señales se nos
escapan. El hombre se ocupa demasiado de si mismo. Ese es el
problema. Y eso produce una tremenda fatiga. Uno ha de buscar y ver
las maravillas que le rodean. Caso contrario se cansara de mirarse a si
mismo, y el cansancio le hará sordo y ciego a todo lo demás.”

Las enseñanzas de Don Juan, Carlos Castaneda.

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