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EL MITO DE SISIFO

1. Pregunta Galileo
2. El suicidio como fenómeno social
3. El suicidio, lo absurdo y la evasión
4. Esperanza
5. Lo monótono, lasitud y filósofos y conclusión general
6. Explicación de donde sale lo absurdo
7. Esperanza 2, tratar de vivir con lo absurdo y el arte, música y razon
La pregunta más importante que debe responderse la filosofía es si la vida misma vale la pena ser
vivida o no, esa es la pregunta que más sentido le da a la filosofía.

Galileo galileo al descubrir qué la Tierra giraba al rededor del Sol y no a la inversa quiso exponerse
lo a la sociedad y a la religión, pero fue sometido a un juicio al que lo culpaban de pagano y si no
se retractaba de su hipótesis sería asesinado, al ver su vida amenazada lógicamente decidió
prescindir de su teoría y negar lo que había descubierto.

¿A diferencia de Galileo, existen muchas personas que sin importar las consecuencias defienden
sus ideas y sus creencias al punto de dar la vida por ellas, de eliminar su existencia, porque sucede
esto? ¿Por qué existen personas que dan su vida por ideales y otras no? Pues todo está en el
sentido de la vida, estas personas han convertido sus creencias y sus ideales en su sentido de vida.

Por otro lado el libro habla del suicidio que siempre ha sido visto como un fenómeno social, pero
él lo ve desde el individualismo del ser humano, la reflexión y la relación que tiene con el suicidó,
si nos damos cuenta las revistas, periódicos y medios de comunicación generalmente por no decir
que casi siempre informan que aquellos que se suicidan lo hacen por penas, por deudas,
enfermedades terminales pero, desde el punto de vista reflexivo pudo haber sido por una pelea
con un familia o por que el mejor amigo lo ignoro o alguna razón similar, alguna de estas razones
son lo suficientemente válidas para que una persona decida eliminar su existencia. Suicidarse en
cierto sentido es confesarse, confesar que no se comprende la vida, que no tiene un sentido y que
no vale la pena.

Ahora bien el tema principal del libro se encuentra en que existe una relación muy estrecha entre
el absurdísimo y el suicidio ya que el suicidio es la solución de lo absurdo, y al final todo se resume
ha si matarse o no matarse, un sí o un no, y en esta pregunta existe una contradicción muy
interesante y es que existen persona que dicen que no pero viven como si quisieran suicidarse, de
igual forma también existen personas que se suicidan habiendo tenido claro su sentido de vida, y
es que tener en cuenta el absurdísimo de la vida y la falta de sentido en ella no significa que la vida
ni valga la pena. Ejemplo, es preciso decir que todo aquel que predique o critica alguna conducta
debe aplicarla en su vida, pero si nos fijamos existen varios filósofos que negaban el sentido de la
vida y elogiaban el suicidio, sin embargo, no tenían el valor de cometer los actos coherentes a su
pensamiento, la terminación de su existencia.
Y esto es llamada la evasión, la evasión que no es más que la esperanza de otra vida que hay que
merecer.

Por lo tanto hasta ahora se ha dicho que creer que negar un sentido de la vida lleva forzosamente
a declarar que no vale la pena de vivirla. Pero lo que hay que hacer verdaderamente es no dejarse
desviar por las confusiones y las inconsistencias que hemos venido señalando, hay que apuntarle
directamente al problema, el que se mata considera que la vida no vale la pena de vivirla, esto es
una verdad indudable, sin embargo, hay que averiguar e ilustrar ¿lo absurdo impone la muerte?
Este es el problema al que hay que darle prioridad

LOS MUROS ABSURDOS

En este capítulo el libro plantea algo muy interesante sobre la costumbre y lo cotidiano que se nos
vuelve la vida cuando tenemos un trabajo y se nos pasa los días trabajando en una oficina o en una
fábrica, llega un momento en que nos preguntamos porque? y todo comienza con la lasitud
(desfallecimiento y falta de fuerzas), la lasitud está al final de una vida maquinal e inicia el
movimiento de la conciencia y esto provoca la consecuencia del suicidio, y todo esto es lo absurdo
de la existencia del ser humano. Entonces, yendo a lo importante ¿habrá que morir
voluntariamente o esperar a pesar de todo?

La vida del ser humano siempre se ha divido en dos tipos de pensamiento el racional y el irracional
o religioso, el pensamiento racional, es ese pensamiento que hemos ido tratando, todos los
filósofos racionales han llegado a esta parte en su vida, han vivido con lo absurdo y han
enfrentado sus dilemas, pero aquí lo que importa son las conclusiones a las que han llegado cada
uno de ellos.

Heidegger

por ejemplo, considera que la existencia del ser humano está humillada. La única realidad es la
"inquietud" que viene siendo un temor breve para aquellos hombres perdidos en el mundo y en su
diversión. Pero sí ese temor adquiere conciencia de sí mismo se convierte en la angustia para el
hombre lúcido y su conclusión es que "el mundo no puede ya ofrecer nada al hombre angustiado".
Opina, además que no hay que dormir y que es necesario velar hasta la consumación, se mantiene
en este mundo absurdo y señala su carácter perecedero. Busca su camino en medio de estos
escombros.

Karl Jaspers

dice que en este mundo desbastado donde está demostrada la imposibilidad de conocer, donde la
nada parece la única realidad y la desesperación sin recurso la única actitud, trata de encontrar el
hilo de Ariadna que lleva a los secretos divinos.

Kierkegaard:

Este filósofo hace algo más que descubrir lo absurdo, lo vive, asegura, para comenzar, de que
ninguna verdad es absoluta y no puede hacer satisfactoria una existencia imposible en sí misma.
Rechaza los consuelos, la moral, los principios tranquilizadores es, no procura calmar el dolor de la
espina que siente en el corazón. Lo excita por el contrario y, con la alegría de un crucificado
contento de serlo construye una categoría de lo demoníaco.

Todos estos filósofos tienen algo en común, se reagrupan alrededor de un lugar privilegiado y
amargo donde la esperanza ya no tiene cabida, quiero que me sea explicado todo y la razón es
impotente ante ese grito del corazón. El espíritu despertado por esta exigencia busca y no
encuentra sino contradicciones y desatinos, el mundo está lleno de estas irracionalidades es. Estos
hombres proclaman a porfía que nada está claro, que todo es caos, que el hombre conserva
solamente su clarividencia y el conocimiento preciso de los muros que lo rodean.

El espíritu llegado a este punto a los confines debe juzgar y elegir sus propias conclusiones. En este
punto se sitúan el suicidio y la respuesta

EL SUICIDIO FILOSÓFICO

Lo importante de citar a estos filósofos es el descubrimiento de lo que hay en común en sus


conclusiones, se reconocen paisajes idénticos en los que se mueven. Vivir bajo este cielo asfixiante
de la filosofía existencial exige que se salga de él o que se permanezca en él. Se trata de saber
cómo se sale de él o porque se permanece en él, alber campus define así el problema del suicidio

Lo absurdo propone camus no nace de una sola cosa, no se le determina a una cosa o a un hecho,
sino que nace de una confrontación entre una propuesta y la realidad, lo absurdo se efectúa
comparando las consecuencias de este razonamiento con la realidad lógica que se quiere
instaurar. La absurdidad será tanto más grande cuanto mayor sea la diferencia entre los términos
de mi comparación.

En el plano de la inteligencia lo absurdo entonces nace de la presencia común entre el hombre y el


mundo.

Hasta el momento todos los filósofos enfocados en la filosofía existencial lo que ofrecen para este
vacío del corazón es la evasión, en un universo cerrado y limitado a lo humano, divinizan lo que los
aplasta y encuentran una razón para esperar en lo que les desguarnece (dejar sin defensa).

Para Albert Camus existe un divorcio entre el espíritu del ser humano que busca una respuesta al
sentido de su vida y el mundo real que lo decepciona y esto genera un sentimiento de nostalgia. Él
no se encuentra satisfecho con las conclusiones de Kierkegaard y los demás filósofos que no le dan
cavidad a la esperanza, dice que lo importante es tratar de vivir y de pensar con esos
desgarramientos, de saber si había que aceptar o rechazar, el expresa que no puede tratarse de
disfrazar la evidencia, de suprimir lo absurdo negando uno de los términos de su ecuación. Hay
que saber si se puede vivir de él o si la lógica ordena que se muera de él.
LA LIBERTAD ABSURDA

Albert Camus comprende las afirmaciones innegables sobre lo absurdo de la existencia, es


imposible negar la falta de sentido que encuentra en su vida, pero tampoco puede negar esa
exigencia de claridad con respecto al problema de su vida, afirma que no sabe si existe algún
sentido pero que en el momento le es imposible conocerlo. Hasta el momento la obstinación e
indiferencia ante las verdades asfixiantes parecen las únicas esperanzas de aliviar la angustia del
corazón.

De lo absurdo Albert Camus saca tres consecuencias, rebelión, libertad y pasión. Con el solo juego
de la conciencia transformo en regla de vida lo que era invitación a la muerte, y rechazo el suicidio.
Conozco, sin duda, la sorda resonancia que corre a lo largo de estas jornadas. Pero sólo tengo que
decir que es' necesaria. Cuando Nietzsche escribe: "Parece claramente que lo principal en el cielo y
en la tierra es obedecer largo tiempo y en una misma dirección: a la larga resulta de ello algo por
lo que vale la pena vivir en esta tierra, como por ejemplo la virtud, el arte, la música, la danza, la
razón, el espíritu, algo que transfigura, algo refinado, loco o divino", ilustra la regla de una moral
de gran porte. Pero muestra también el camino del hombre absurdo. Obedecer a la llama es a la
vez lo más fácil y más difícil.

EL HOMBRE ABSURDO

En este capítulo Albert Camus expone, en un principio características y el ¿que es? del hombre
absurdo, plantea que aquel hombre aprende a vivir y a contentarse con lo que tiene con tal
sentimiento de nostalgia que ocurre por el divorcio entre el hombre y la existencia. El hombre
absurdo vive con la moral que dicta Dios, pero vive justamente fuera de ese Dios

Don Juanismo

Si de amar se tratase las cosas serias más sencillas. Cuanto más se ama tanto más se consolida lo
absurdo. No es por falta de amor por lo que Don Juan va de mujer en mujer. Tiene que repetir ese
don y ese ahondamiento porque ama a todas con el mismo ardor y cada vez con todo su ser.

Don Juan busca la saciedad. Si abandona a una mujer bella no es, en modo alguno, porque ya no la
desee. Una mujer bella es siempre deseable. Pero es que desea a otra, y eso no es lo mismo.

¿Por qué habría de plantearse un problema moral sobre el Don Juan? Albert Camus considera que
también es un error considerarlo un inmoralista. Este hombre es simplemente un seductor
consciente, seducir es su estado. Lo que Don Juan pone en práctica es una ética de la cantidad, al
contrario del santo, que tiende a la calidad. No creer en el sentido profundo de las cosas es lo
propio del hombre absurdo.
LA CREACIÓN ABSURDA

Filosofía y novela

Vivir con lo absurdo no significa echarse a la pena del suicidio, vivir con lo absurdo justifica tener
que aprender y convivir con él. A este respecto, el goce absurdo por excelencia es la creación. “El
arte y nada más que el arte —dice Nietzsche—. Tenemos el arte para no morir de la verdad."

Sin embargo, no se debe pensar que la obra de arte puede ser considerada, al fin y al cabo, como
un refugio de lo absurdo. Ella misma es un fenómeno absurdo y se trata solamente de su
descripción. No ofrece una solución al mal del espíritu. Es, por el contrario, uno de los signos de
ese mal que repercute en todo el pensamiento de un hombre. Pero, por primera vez, hace que el
espíritu salga de sí mismo y lo coloca frente a otro, no para que se pierda en él, sino para
mostrarle con un dedo preciso el camino sin salida en que se han metido todos.

Trabajar y crear “para nada”, esculpir en la arcilla, saber que la propia creación no tiene porvenir,
ver la propia obra destruida en un día teniendo conciencia de que, profundamente, eso no tiene
más importancia que construir para los siglos, es la sabiduría difícil que autoriza el pensamiento
absurdo. Realizar simultáneamente estas dos tareas, negar por un lado y exaltar por el otro, es el
camino que se abre al creador absurdo. Debe dar al vacío sus colores.

Este remedio sutil que nos hace amar lo que nos aplasta y que hace que nazca la esperanza en un
mundo sin salida, este "salto" brusco mediante el cual todo cambia, es el secreto de la revolución
existencial y de El castillo mismo.

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