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En la Unión soviética existía un periodo en el cual la nación tenía el control de cómo se

hacían las cosas, contando con la arquitectura, Melnikov realizo el proyecto de su propia
casa, la cual no era aceptada por su tipología, pero convenció porque era económica y
fácil de construir. Básicamente rodeada por edificaciones del estilo clásico en su mayoría,
la Casa Melnikov tiene un papel protagónico en este contexto.

Es importante resaltar que la situación política influenció en mucho la concepción de esta


casa y sobretodo en el ámbito económico, ya que para el momento de su construcción, los
materiales constructivos se encontraban bajo un control estricto por parte del gobierno, y
los únicos materiales a disposición eran el ladrillo y la madera, que fuera la elección
indiscutible del arquitecto.

En cuanto a su forma, se da a partir de la intersección de dos cilindros, uno mas alto que el
otro, donde la parte más alta del más bajo, sirve para dar espacio a una terraza que ventila
a la parte superior de la vivienda, aquí Melnikov aprovecha la geometría y hace espacios
ricos en doble altura.

La fachada, con 60 ventanas de forma hexagonal, alimenta de luz a toda la vivienda.


 

En la primera planta, está la sala de estar a doble altura, relacionada con el estudio de la
planta superior y a su vez captando una excelente iluminación. En esta planta aparece el
primer espacio privado, los dormitorios, estando todos en el mismo espacio, separados
por unos pequeños muros. En la segunda planta está únicamente el estudio, el cual, al
igual que la sala de estar con la que se comunica visualmente, posee doble altura, lo que
le permite así mismo relacionarse con la terraza y estar además de muy bien iluminado,
excelentemente ventilado. En toda la vivienda, la circulación, tanto vertical como
horizontal, se organiza dentro del área de intersección de los dos cilindros, permitiendo
así que los espacios ventilen hacia las fachadas. A pesar de siempre ubicarse en el centro,
la circulación vertical peca de poco consecuente, ya que la mayoría de las plantas tienen
distintos sistemas de escaleras, lo que probablemente se deba a que las escaleras buscan
enriquecer los espacios que habitan.

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