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GEOPOLIMERO ANTIBACTERIAL

Una resina orgánica que inhibe bacterias, levaduras y hongos


Agencia ID/DICYT Mediante un geopolímero antibacterial, investigadores de la Universidad
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) lograron repeler organismos patógenos. Su
potencial es en la industria de la construcción. El polímero es una resina inorgánica que inhiben el
desarrollo, crecimiento, reproducción y existencia de bacterias, levaduras y hongos, se usa como
cemento, puede adherirse a superficies metálicas, cerámicas o vidrio y mantener el área libre de
microorganismos dañinos para el ser humano, mencionó el doctor en ciencias José Carlos Rubio
Avalos, creador de la tecnología.
 Explicó que el material tiene una duración aproximada de cien años, es resistente a ácidos, agua y
no se decolora porque soporta la radiación solar. “El color natural es crema, pero puede aplicársele
cualquier pigmento y adecuarse a las necesidades del cliente”.
 Por su efecto antibacterial es ideal para hospitales, restaurantes o industria de procesamiento de
alimentos, pero también puede usarse en la casa y sanitarios porque su costo es de 120 pesos por
metro cuadrado, económico comparado con los recubrimientos sintéticos actuales que rondan entre
los 90 y 180 pesos, y su duración es de tres años o menos.
 En tan sólo 15 minutos se obtiene el producto y puede colocarse sobre una superficie como si fuera
una pasta de construcción, la superficie está lista para usarse en 24 horas.
 El material se compone de arcilla (tierra) y arena de mar disuelta en una solución acuosa (metales
alcalinos) y un agente biocida en forma de pequeño cristal microscópico que inhibe el crecimiento
bacteriano.
 La resina inorgánica una vez solidificada tiene un efecto tipo “jaula” que encierra a los
microcristales antibacterianos, pero permite la interacción con los organismos patógenos; estos
microorganismos al entrar en contacto con el geopolímero se adhieren por su alta afinidad a la
superficie, y gracias a la difusión existente se eliminan.
 Diferencias con polímeros convencionales
 Lo anterior no sucede con los polímeros convencionales, los cuales tienen un efecto impermeable
que cubre al “agente antibacterial” y no permite la interacción con las bacterias, por ello no son del
todo efectivos en la eliminación de éstas.
 En los polímeros tradicionales, “si alguien estornuda sobre la mesa, las bacterias quedan en la
superficie y no penetra al interior del plástico en donde se aloja el “cristal antibacterial”, en este
sentido el agente no tiene el potencial de eliminarlo”, precisó el doctor José Rubio.
 Además, el producto no es perjudicial para el medio ambiente porque durante el proceso de
fabricación no se generan compuestos orgánicos volátiles, tan sólo vapor de agua.
La tecnología ya cuenta con patente y para llevarlo a la producción, el investigador de la
Universidad Michoacana busca inversionistas.

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