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La Nueva Novela Hispanoamericana

En la década de 1960 se produjo la llamada nueva novela hispanoamericana. Surgieron novelas en


la región con un gran impacto internacional. Entonces saltaron a la fama tanto los nuevos autores
como autores de décadas anteriores, menos conocidos hasta entonces: ese fenómeno de difusión
se conoce como “boom latinoamericano”. Fue clave en el proceso el apoyo de las editoriales como
la española Seix Barral. Como resultado, se disparó el número de lectores.

El boom latinoamericano fue un fenómeno literario que surgió entre los años 1960 y 1970,
cuando todo el trabajo de un grupo de novelistas latinoamericanos relativamente joven fue
ampliamente distribuido en Europa y en todo el mundo. El boom está más relacionado con los
autores Gabriel García Márquez de Colombia, Julio Cortázar de Argentina, Carlos Fuentes de
México y Mario Vargas Llosa de Perú. Por el movimiento de América Latina de la Vanguardia, estos
escritores desafiaron las convenciones establecidas de la literatura latinoamericana. Su trabajo es
experimental y, debido al clima político de la América Latina de la década de 1960, también muy
política. El éxito repentino de los autores del boom fue en gran parte debido al hecho de que sus
obras se encuentran entre las primeras novelas de América Latina que se publicaron en Europa,
concretamente por las editoriales de Barcelona (España).[

1. Contexto histórico:

La década de 1960 se caracterizó por una gran agitación social en toda América Latina, en
un clima político, económico y diplomático fuertemente influido por el dinamismo de la
Guerra Fría. En el período comprendido entre 1950 y 1975 se produjeron cambios
importantes en la forma en que la historia y la literatura se planteaban en términos de
interpretación y escritura.[10] También se produjo un cambio en la percepción del español
por los novelistas estadounidenses. El desarrollo de las ciudades, la mayoría de edad de
una clase media grande, la Revolución Cubana, la Alianza para el Progreso, el aumento en
la comunicación entre los países de América Latina y una mayor atención a América por
parte de los Estados Unidos y Europa contribuyeron a este cambio.

Aunque la mayoría de los críticos coinciden en que el boom comenzó en algún momento
de 1960, hay cierto desacuerdo en cuanto a la obra que debe ser considerada como la
primera novela del boom. Para algunos (como Alfred McAdam) sería Rayuela, de Julio
Cortázar (1963), mientras que otros prefieren La ciudad y los perros de Vargas Llosa.

2. Características:
Las novelas del boom son esencialmente vanguardistas. Tratan al tiempo de una manera no lineal,
suelen utilizar varias perspectivas o voces narrativas y cuentan con un gran número de
neologismos (acuñaciones de nuevas palabras o frases), juegos de palabras e incluso blasfemias,
además de utilizar sin temor la lengua vernácula. Otras características notables del boom son el
tratamiento de los escenarios rurales y urbanos, el internacionalismo, el énfasis tanto en la
historia y la política, así como el cuestionamiento de la identidad regional y nacional. []La literatura
del boom rompe las barreras entre lo fantástico y lo cotidiano, convirtiendo esta mezcla en una
nueva realidad. De los escritores del boom, Gabriel García Márquez está más estrechamente
relacionado con el uso del realismo mágico; de hecho, se le atribuye el haberlo puesto «de moda»
tras la publicación de Cien años de soledad en 1967.

Esa corriente consolidó una visión de América Latina como una región donde lo extraño, lo
absurdo, lo sobrenatural y lo mágico se manifestaban con frecuencia y se percibían como una
realidad cotidiana y normal.

 Realismo mágico:

En los extremos de la literatura, Brett Levinson afirma que el realismo mágico, «un modo
estético clave dentro de la ficción reciente de América Latina... se materializa cuando la
historia de América Latina se revela como incapaz de explicar su propio origen, una
incapacidad que tradicionalmente representa... una demanda de un mito: los mitos como
un medio para explicar los principios que escapan a la narración de la historia». []Los
escritos de los Cronistas de Indias, representa lo exótico «nuevo mundo» y sus relatos de
la conquista de nuevas tierras extrañas se aceptó como la historia. []Estas historias
fantásticas a menudo ayudaron a conseguir una nueva estética, que se transformó en el
realismo mágico y «(tal como la concibió Alejo Carpentier), el realismo maravilloso y lo
real maravilloso. De acuerdo con esta estética, las cosas irreales son tratadas como
realistas y las cosas mundanas como elementos irreales., mientras que a menudo se basan
en experiencias reales, extrañas, fantástica y legendaria, los pueblos ajustes míticos,
especulativo, y los personajes que, aunque plausible, también podría ser irreal, y combinar
la verdad, lo imaginario y lo inexistente, de manera tal que son difíciles de separar».

Esta corriente se introdujo con la novela Cien Años de Soledad, y consolidó una visión de
América Latina como una región donde lo extraño, lo absurdo, lo sobrenatural y lo mágico
se manifestaban con frecuencia y se percibían como una realidad cotidiana y normal.

 La ficción histórica:

Un interés por la historia es otra característica de las novelas del período de auge. [27] El
paradigma de ello es la Novela del dictador, donde las figuras y acontecimientos históricos
fueron retratados de manera que las conexiones entre ellas y los acontecimientos
contemporáneos en América Latina no podían ponerse en duda. Un ejemplo es el de Roa
Bastos Yo el Supremo, que representa en el siglo XIX la dictadura paraguaya de José
Gaspar Rodríguez de Francia, pero fue publicado en el apogeo del régimen de Alfredo
Stroessner, escribe que «en los novelistas del boom se mostraba una comprensión
sofisticada de la capacidad de su género para describir las historias paralelas y
alternativas. Y participaron activamente en los debates culturales y políticos de la región
que cuestionaron el significado y el valor de la historia».

3. Autores representativos: Son aquellos escritores que forjaron la nueva narrativa


latinoamericana, incursionándose en lo real maravilloso, los cuentos fantásticos,
metafísicos y psicológicos, y crítica de la realidad social. Debido a que se entiende al boom
como un suceso sin inicio ni fin cronológico definido, tampoco existe una lista definitiva de
sus integrantes o precursores.

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