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Tema 11. La moda como fenómeno de masas.

"Cada uno de los pobres mortales se ve afligido por los temores contrapuestos de ser
ordinario y de ser excéntrico. Los hombres, y especialmente las mujeres, están continuamente
imitando y evitando la imitación; tratando de ser singular y a la vez igual que los demás“

H. G. Wells

La moda es un fenómeno social del que no es fácil escapar. Nuestro aspecto, la ropa
que vestimos, el corte o color de pelo que llevamos, los complementos que usamos ofrecen a
los demás información sobre quiénes somos y, como se señala en la cita de Wells, parece que
en esa imagen que componemos para los que nos rodean confluyen la necesidad de
distinguirnos con la de ser uno más, un miembro identificable del rebaño.

Pero ¿qué es la moda? Cuando compramos un pantalón es moda. Cuando decidimos


tatuarnos es moda. Cuando oímos tal o cual música es moda. Cuando repetimos una palabra o
una expresión popular es moda. En definitiva, la moda no es algo que se admira; más bien es
algo que se desea y en la mayoría de los casos se ejerce. El deseo que genera la moda es la
clave de toda una industria que obtiene cada año miles de millones de euros de beneficio. En
1987 Bernard Arnault, uno de los hombres más ricos del mundo según la revista Forbes, creó
el grupo industrial LVMH, compuesto por algunas de las empresas más importantes en la
fabricación de productos de lujo. Sus firmas establecen modelos, imágenes que emular,
objetos que consumir, moda, en definitiva. Quizá, por ello, la moda es tan cambiante. Para
vender más se deben sacar productos nuevos y generar el deseo en el consumidor de
poseerlos.

Pero la moda no es un fenómeno nuevo. Podríamos afirmar que existe desde que el
aspecto personal se relaciona con el estatus social o económico del individuo. En épocas de
penuria el sobrepeso era admirado porque mostraba la situació desahogada de la persona al
igual que la blancura en la piel, evidencia de que no trabajaba en el campo. Los labriegos o los
albañiles vestían la ropa indispensable para realizar con comodidad su trabajo mientras que los
señores mostraban a todo el mundo su opulencia con sedas y bordados. Si bien, no podemos
hablar de diseñadores de moda propiamente hasta finales del siglo XIX. Worth, diseñador
parisino, es el que se considera pionero en estos menesteres. Para desdicha de muchas
mujeres puso de moda el corsé, prenda que oprimía hasta la asfixia en pos de una cintura
imposible. Ya en el siglo XX la figura de Paul Poiret se consagra como el padre de la estética de
la moda contemporánea. Elimina el torturador corsé y crea prendas más sueltas y de líneas
más limpias. Coincidiendo con la Primera Guerra Mundial aparece Coco Chanel cuya primera
aportación a la moda femenina fue el uso del pantalón. Las mujeres ya lo usaban en las
fábricas norteamericanas; la guerra se había llevado a los hombres al frente y sus puestos los
habían cubierto ellas, pero Chanel supo elevarlo a la categoría de alta costura. Moda y
sociedad van de la mano. Los paradigmas sociales del momento influyen en gran manera en
los diseños de los creadores. Capacidad económica, convicciones morales o religiosas,
descubrimientos científicos, estilos artísticos en boga, conforman el imaginario que nutre la
inventiva de los diseñadores.

En nuestro tiempo, la moda se ha convertido en un fenómeno de masas. Si bien es


cierto que las grandes firmas venden sus modelos a precios prohibitivos, solo al alcance de
unas pocas personas en el mundo, también lo es el hecho de que ciertas industrias textiles,
“versionando” los grandes diseños, llenan los percheros de sus tiendas de ropa a un precio
asequible para la mayoría de la sociedad. Marcas como Inditex consiguen facturar más de
20.000 millones de euros al año en sus más de 6.000 tiendas repartidas por el mundo gracias a
ello.

Estudia las características que definen el estilo de cada uno de los diseñadores de los
que se ha hablado en clase.

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