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Traducción:

\
Julio Ardites Gray - Margarita N. Mizraji

Director:
Dr. Enrique Kozicki
Consejo Editorial:
Dr. Ricardo Entelman
Dr. Enrique Eduardo Marí
Dr. Jorge Fukelman
Dr. Amoldo Siperman
A la memoria de Robert Kahn
Título original francés:
'.' L' ordre et les jeux"
Dominique Lecourt

Diseño de tapa:
Gustavo Valdés

© 1981 Editions Grasset et Fasquelle

© 1984 by Ediciones de la Flor


Anchoris 27, 1280 Buenos Aires
Queda hecho el de�ósito que dispone la ley 11. 723
Impreso en la Argentina
Printed in Arqentina
ISBN 950 515 901 3
quería seguir hablando de filosofía, y se esforza!>a siempre
por. actuar, cuando no por combatir, como· filósofo y en
tanto filósofo.
Nos faltaría, pues, recoger el atizador mientras aún queden
algunas brasas. Con el riesgo, evidente, de quemarnos los
dedos.

Capítulo primero

¿LA REVOLUCION
EN FILOSOFIA?

El Círculo de Viena

Proclamas

En 1956, Gilbert Ryle recoge en un pequeño volumen una


serie de siete estudios sobre la historia del movimiento filo­
sófico que se ha dado en llamar "positivismo ( o 'empirismo')
lógico" y sus prolongaciones'. Ryle, uno de los maestros de
la filosofía analítica, verdadera "eminencia gris" de la filoso­
fía británica, que dirigiera durante más de un cuarto de siglo
la influyente revista Mind 2, escribe el prefacio de esa recopi­
lación y no vacila en titularlo La revolución en filosofía'.
Este título, por hiperbólico que parezca, se ajusta a su
objeto.
Al menos, por dos razones.
Que haya habido "revolución" en la filosofía es, en efecto,
el sentimiento común de los autores de esos estudios. Por más
alejadas que sean las posiciones de esos "oxonianos" 4 · de las
del positivismo lógico "clásico", que llegó a su punto máxi·
mo de virulencia en los años 30, y por manifiestamente diver­
gentes que sean las lecciones que cada uno de ellos entienda
sacar de esta historia para el presente, no les queda empe­
ro ninguna duda de que el mundo filosófico ha cambiado
62 63
,
,/-.......

completamente sus fundamentos en los primeros decenios del es "el comienzo de una nueva era en ia filosofía", proclama,
siglo actual. Desde el momento en que el empirismo británico para concluir que su "porvenir será muy diferente i.;e su pasa­
tradicional -ya vigorizado por la rebelión de G. E. Moore do, tan lleno de lamentables fracasos, de enfrentamientos
contra la vel'Sión teológica del hegelianismo que durante un · estériles y de vanas disputas" 12•
tiempo lo tuvo sofocado', y regenerado por las repercusiones En 1931, Hans Reichenbach 13 , guia dé la Escuela de Ber­
filosóficas de los primeros grandes trabajos de lógica matemá­ lín y cofundador con Camap de la revista Erkenn mis, Órgjillo �
tica emprendidos por B. Russell.__ popularizado por una oficial de la nueva filosofía, publica un opúsculo ciestinado al
pequeña obra explosiva de A. J. Ayer7, había recibido de gran público, que se titula: La filosofía cientí{.'ca, nuevos
Viena el refuerzo de una escuela filosófica "continental" enfoques sobre sus fines y sus méto!lJS 14 donde insiste, según
nueva que podía contar con el patrocinio de científicos de sus propios términos, en la "ruptur.1" que separa a esta filo­

renombre y animada ella misma por un vigoroso espíritu de sofía de las que la han precedido. Por contraste, celebra en
rebelión contra la tradición del idealismo alemán. ella la "tecnicidad": "Ha creado todo un arsenal de herra­
Pero, sobre todo, que esta "revolución" fuese la revolución mientas: lógica simbólica, método axiomático, ,,te. Es una
en filosofía, que tuviese un carácter inédito y definitivo, tal verdadera mecanización del pensamiento, que trae a la filo­
era la convicción firme y solemnemente declarada de los fun­ sofía el aporte completo de la pod�rosa máquina de las cien­
dadores del "positivismo lógico". Una convicción que marca cias positivas." "Muchos -prosigue··, no disimu/J.11 los pesa­
sus primeros textos con Jo que Ayer ha llamado retrospec­ res que les causa esta orientación y conservan una debilidad
tivamente su "espíritu misionero" 8• De esto da testimonio por la antigua manera intuitiva de los filósofos .•. Su actitud, �
elocuente el "Manifiesto" de la nueva escuela9• Ese texto no es un poco romántica? Corre e: riesgo de entorpecer el
r
militante, redactado por Otto Neurath, con la colaboración presente con consideraciones senLimentales que y a no perte­
de Hans Hahn y de Rudolph Carnap, anuncia, en efecto, no necen a este siglo; cada situación deo" medirse cu11 los medios
sin énfasis, el fin de la "filosofía tradicional"'º y el adveni­ de su época No somos libres ctr. degir nu<'3,ro destino;
miento de una era nueva -la de la "concepción científica tenemos que adaptarnos a lo que es s, queremos , ,ir. Cuando
del mundo"- en la cual la filosofía, habiendo renunciado a se ha comprendido bien este estado de cosas L . no es posi­
su vana y secular pretensión de "dominar" a las ciencias, de ble sino liberarse de la tutela dei pasadu, y se aceptan fran­
ahora en adelante -dueña de su verdadero objeto, segura camente los métodos de un traba1 o técnicamente organi­ é--

de sus métodos, armada de propias técnicas- será el auxiliar zado"15.


modesto pero precioso del trabajo de los investigadores. La incomprensión persistente de íos filósofos c,e profesión,
Relegadas al pasado las grandes rivalidades de los construc­
tores de sistemas, la filosofía, al abandonar la especulación,
vendrá a ocupar el lugar que le corresponde y a desempeñar su
su hostilidad muy a menudo virulenta, las dificuhades doctri­
narias agudas y las disensiones internas que muy pronto apare­
cieron en el seno del Círculo mismo, pondrán 'in a lo que
-
papel indispensable en el inmenso esfuerzo de comprensión Paul Feyerabend llama graciosamente "los días 'elices y sin
científica del mundo que está destinado, en opinión de los cien-. preocupaciones del Aufbau "", ese tiempo bend1�ó en que se
tíficos, a ser la tarea principal del siglo XX. La filosofía, esta­ creía poder (re )construir filosóficamente el munc:o según las
blecida sobre esas nuevas bases, dejará de dividir a los hom­ reglas inexorables de una lógica infalible. Pero n:m,1 pudo, ver­
bres para unirlos en la paz por fin adquirida en función de un daderamente, disminuir la conviccii:m principal que albergaba
esta "falange de filósofos-científico," de cumplir una tarea his­
imponente consenso racional. tórica sin precedentes. Frente a e sas críticas y esos sinsabores,
Al año siguiente, en 1930, Moritz Schlick, fundador del esta convicción se agudizará más bien, y en la pluma de N eu­
Círculo' 1, toma la palabra en el séptimo congreso internacio­ rath y Schlick seguirá un tema: el de la "crisis" de ,a filosofía
nal de filosofía que tiene lugar en Oxford. Los temas que Para analizarlo y hacer su diagnóstico no vacilarán. en recurrir
trata son los mismos y el tono es parecido. Se refiere al a un vocabulario político teñido de cierto "marxismo"
"porvenir de la filosofía" e invita a los congresistas a apreciar (evolucionista), entonces en boga en Austria, el de Max
la justa medida del acontecimiento que acaba de producirse: �
64 65
-�

Tales declaraciones están lejos, por supuesto, de ser tan
Adler, Otto Bauer, Karl Renner... Sí, escribirán, "la anar­ originales como podían pensarlo algunos de sus autores. Karl
1 quía" reina en filosofía, pero esta anarquía sólo es el síntoma
Popper, antes que muchos 'otros, lo subraya irónicamente en
transitorio de una crisis profunda Una crisis que ahora ha las primeras páginas de su Lógica de la investigación cientí­
entrado en su "fase final" y de la cual la revolución vienesa fica. En última instancia es una modalidad "clásica" que una
representa el desenlace inevitable y la única salida positiva filosofía redacte su acta de nacimiento en términos "revolu­
Esta declaración de Schlick data de 1934: "Mi opinión cionarios", y el tema de la "muerte de la filosofía", aun
múy firme es que asistirnos a una transformación completa de reforzado o duplicado, como aquí, por el de sti transmutación
la filosofía y que tenemos el derecho de antic,par el fin de las científica, ya tenía detrás de sí largas fojas de servicio cuando
querellas estériles. Tenemos esa posibilidad, si aplicamos los Augusto Comte lo restaurara. Sería fácil demostrar que e·n
métodos de que disponemos". En 1936, cuando el Círculo esas declaraciones no se expresaba, en lo optativo, más que la
ya había sido dispersado por los cuatro rincones del mundo conciencia, inevitablemente opaca de los miembros del Círcu­
por el ascenso del nazismo y cuando su optimismo racionalis­ lo, acerca -de la originalidad de sus posiciones en la escena
ta había sufrido el más brutal de los desmentidos -en la filosófica contemporánea.
misma Austria con Dollfuss y luego Schuschnigg-, Friedrich Pero hay algo mejor que hacer, nos parece, que apresurarse
Waismann, en un artículo necrológico dedicado a Schlick, a juzgar, es decir a condenar, las ilusiones de esta conciencia,
subraya "ese hecho ignorado por muchos de que la filosofía por más tentador que resulte aprovechar la perspectiva que
ahora ha experimentado su giro decisivo" 17• tenemos ahora de confrontarlas con su porvenir: con la preca­
Más aún, los positivistas lógicos más "radicales" propusie­ riedad, si no la pobreza, de los resultados efectivamente logra--
ron desde el primer día abandonar pura y simplemente el dos por el positivismo lógico.
término "filosofía" para referirse a su actividad. A esta posi­ Para comprender y evaluar el extraordinario alcance de un
ción extrema hace alusión el Manifiesto: "Algunos represen­ movimiento que contribuyó a decidir, por más de treinta
tantes de la concepción científica del mundo no desean años, las reglas (estratégicas y tácticas), y los temas esenciales
utilizar más el término 'filosofía' para hablar de su trabajo, de la batalla filosófica donde todos estamos enrolados, nos
con el fin de marcar más fuertemente lo que los opone a la guste o no, es necesario, aun antes de todo análisis propia:.-,
filosofía de los sistemas (metafísicos)"'". mente dicho, describir con toda la precisión requerida lo que
La austera tecnicidad de la mayoría de los textos que pudo ser la combinación, históricamente determinada, de los ;_
aparecieron con esta consigna, la estricta especialización lógi­ elementos teóricos e ideológicos que han dado consistencia y
co-lingüística de sus portavoces más evidentes, el demonio de coherencia, en su estructura específica, al "contenido" de i
la formalización que no cesó, durante más de treinta años, de esta conciencia _j
animar a un hombre como Rudolph Carnap, la gélida into­ Ese trabajo literalmente elemental es el que vamos a reali­
lerancia de los epígonos con respecto a toda cuestión filo­ zar a continuación.
sófica "tradicional", contribuyeron luego a dar una falsa
imagen del Círculo de Viena No fue, como hoy se cree a * * *
menudo, esa suerte de "círculo erudito" cerrado, sin ventanas
al exterior, sin otra preocupación que la de querer resolver, Viena la roja
en el docto silencio de una reflexión sin tropie�os, algunas
cuestiones abstrusas de lógica matemática No, el Círculo de El Manifiesto se cierra, ya lo hemos dicho, con un llamado
Viena fue la firme convicción común de que en lo sucesivo al "combate". Pero los autores del Manifiesto se ocuparon de
una revolución definitiva era posible y necesaria en filosofía, subrayar en su argumentación, que ese combate no era nada
el entusiasmo de una intensa actividad de organización 19 abstracto o destinado a jugarse en el único terreno de la práctica
para reagrupar a todas las fuerzas intelectuales que pudieran teórica, sin incidencia inmediata en las cuestiones candentes
.participar en el cumplimiento de esta tarea, explícitamente de la tormentosa actualidad de la Europa de los años 30.
concebida como un "combate".
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66
Saber, escriben, si "la concepción científica'del mundo"
triunfará o no, no es una cuestión puramente especulativa tan sólo Neurath, ex ministro espartaquista, pudo alimentar
sino que tiene una ''relación directa" con la ''.suerte_ de las ·en algún momento. Mas el aliento "revolucionario" de sus
masas", puesto que se decide así la posibilidad de remodelar, primeros textos debe tomarse en serio. Dicho estilo no debe
cargarse a la cuenta de la simple retórica, fuegos artificiales de
�'.1

según las ex igencias de la racionalidad, "todas las esferas de


la vida económica, social y cultural"'º. eruditos ingenuos a quienes sólo su ignorancia en esta materia
podría haber extraviado en la ilusión de poder revoluciónai:.
De cómo podría ser esa remodelación no citan, es verdad,
sino dos ejemplos concretos, pero muy significativos: la edu­
� rjcación y la arquitectura. Porque esta doble mención equivalía
en .los hechos a tomar partido político en favor de dos refor­
'l
,.
1 la filosofía". Ese estilo ante todo está destinado a desterrar ,
todo equívoco sobre su "compromiso" en la coyuntura muy �
' particular de la lucha ideológica de clases que se daba en
'1 "Viena la roja".
-.
r-

mas socialdemócratas muy atrevidamente comprometidas y


' - Allan S. Janik y Stephen E. Toulmin describieron muy
) que generaban las más calurosas controversias en "Viena la bien los rasgos específicos de esta coyuntura Al recordar las
i¿oja". consecuencias de la Primera Guerra Mundial, el derrumbe del
Por una parte, la reforma de la enseñanza unida al nombre Imperio de los Romanoff y el desmembramiento del de los
del administrador Otto Glockel quien, bajo el signo del anti­ Habsburgos, agregan: "Las repercusiones de este acontecimien­
autoritarismo y de la pedagogía activa, lanzó un movimiento to fueron particularmente duras para los vieneses y, sobre
de gran amplitud endirección a la campaña para reformar en todo, para aquellos que habían nacido en el Último decenio
su totalidad el sistema escolar clerical, represivo y oscurantis­ del siglo XIX. Todo el andamiaje político y administrativo
ta heredado del imperio austrohúngaro. Movimiento que que conocían repentinamente se había derrumbado, las fron­
encontró vivas resist,mcias fuera del "perímetro" vienés, pero teras del país, que antiguamente se extendían desde el valle
que mo vilizó sin dificultades a la juventud intelectual aus­ del Po hasta los Cárpatos, sólo englobaban la pequeña Aus­ -�
tríaca de los años 20". tria, convertida en república Los trastornos creados por el
Por otra parte, la obra monumental emprendida en arqui­ comunismo en Rusia tienden a hacemos olvidar los trastor­
tectura por Adolf Loos cuando fue nombrado director de la nos, no menos grandes, que debieron afrontar los jóvenes
Oficina Municipal de Parcelamientos. Una obra de "racionali­ austríacos cultos que volvieron a Viena liberados de un
zación" también, concehida como una tarea de moralización campo de prisioneros o desmovilizados. luego de la capitula­
de la sociedad vienesa para terminar con la "engañifa" y la ción del ejército"". Y explican que la mayor parte de ellos,
"mentira" que hasta entonces dominaban la arquitectura de "pragmáticos", vieron en la modalidad de la "tabla rasa"
esa verdadera "ciudad potemkin" en que se había convertido que la sociedad austríaca ofrecía entonces a sus ambiciones
la capital austríaca22• Loos atacaba la impostura de esta ciu­ la ocasión de construir por fin un edificio social "racional",
dad "enmascarada", con edificios ampulosos y sobrecargados
�.

"científico", es decir a su espíritu, porque era todo uno,


de ornamentos superfluos que la obstruían; acusaba la hipo­ "revolucionario"; construcción que parecía prometerles
/',

cresía de una ciudad que pretendía preservar, hasta en la era el desarrollo contemporáneo de las ciencias.
buiguesa, su apariencia aristocrática y que "le daba como No hay duda de que la constitución del Círculo de Viena,
tarea a su, arquitectos disimular, bajo el camuflaje de un su programa y sus actividades estaban estrechamente vincu­
aparato df falsas piedras de talla y de un decorado hecho con lados con esta ideología y apoyados por ias aspiraciones de
elementos adicionales en cemento, toda diferencia social las mismas capas sociales. La proclamación de la "revolución
entre sus habitantes (por lo menos los de los barrios elegan­ en la filosofía", en nombre de la "concepción científica del
tes)"". mundo", encuentra, como se verá, argumentos impresionan­
Sin duda es abusivo pretender, como lo hace William Bar­ tes en los trastornos principales que sufrieron a comienzos
tley III, qu 0 los fundadores del Círculo de Viena lo concibie­ de siglo las ciencias contemporáneas, pero se comprende
ron como :¡n "embrión <le partido político" 24 y atribuir a a,nte todo en las formas solemnes e institucionales que tomó,
sus miembros ambiciones políticas inmediatas, que quizá como proyecto de una unificación revolucionaria, "por
68 69 /
encima", no sólo de las prácticas científicas, sino del conjun­ ha comenzado en esta región "contra la penetración de
to de "regiones" ideológicas de la sociedad vienesa que se elementos místicos y metafísicos en la ciencia". Una luch a,
fusionaba "bajo" una representación determinada de la racio­ concluye, que hubiese estado destinada al fracaso si él y sus
nalidad científica27• amigos no hubieran tenido a su disposición las "armas de la
Proyecto ante todo teñido de un optimismo sin sombra, lógica", provistas por Bertrand Russell, a quien rinde home­
como Jo testimonia una vez más el Manifiesto en sus últimas naje 32 .
líneas: "Asistimos a la penetración, cada día más profunda, No es ues, ·usto ironizar sobre la pretendida "ce era"
del espíritu de la concepción científica del mundo en todas pohtica de los neopos1t¡v1S og1cos ni tampoco lamentarse
las modalidades de la vida personal y pública ( ... ) la concep­ -complacientemente · por su presunta ingenuidad filosófica:
ción científica del mundo está al servicio de la vida, y la vida ellos dJStmguieron erfectamente el eli ro tuvieron el cora· e
le da buena acogida" 28• Proyecto que se dirigía no sólo a los e ron o publicamente y el mérito de rehusar todo -.
intelectuales vieneses, sino a todos aquellos que, en Europa, comroiniso con el adversario, aun a riesgo de tener que
pensaban encontrar en los recursos de la razón y de la ciencia "elegir"� si se puede decir, e exi 10 como an os o ros.
los medios de conjurar el retorno de lo que les parecía la irra­ Sin duda vale la pena interrogarse sobre la ilusión muy real
. cionalidad misma, la "locura" nacionalista asesina de los años que se hicieron en cuanto a la eficacia de las "armas de la
1914-1918. lógica" en una lucha en la que sin embargo percibían que las
Mas las nubes no tardaron en acumularse. Los miembros apuestas y resultados superaban ineluctablemente las posibi­
del Círculo, como la mayor parte de los intelectuales austría­ lidades de un grupo de intelectuales, por más cer radas que
cos29 , pronto serán presa de una inquietud primero difusa fueran sus filas y por n;ás prestigiosos que fuesen sus nom­
pero que los acontecimientos políticos internacionales y bres. Pero esta impoteneia de ningún modo debe atribuirse
nacionales se encargarán de precisar. En Jo sucesivo, tendrán a algún tipo de "compiieidaci secreta", que hubiese homolo­
la sensación de filosofar "al llamado de una crisis, en el anun­ gado su filosoHa a la de sus adversarios, como no tuvo temor
cio de una catástrofe, a partir de un peligro presente", según de sostenerlo extemporáneamente Lukácsn quien, sobre ese
la acertada expresión de Goldschmidt 30 • punto, se rige ciegamente por las verdades stalinistas de
Al mismo tiempo que se echan las bases teóricas de la doc­ Maurice Conforth 14•
trina, para resolver las dificultades internas y responder a las Es cierto que algunas de sus posiciones epistemológicas
críticas, el tema del "combate" va tomando una tonalidad muy rápidamente sirvieron para sostener las tesis "subjeti­
nueva y una urgencia muy particular. Otto Neurath, quien ya vistas" de los miembros de la Escuela de Copenhague, en el
en 1921 había descifrado y denunciado, en el increíble éxito momento "crítico" de la constitución de la teoría cuántica
del libro de Spengler sobre La decadencia de Occidente, el Pero este hecho, como cualquier otro, no es port.ador en sí
síntoma amenazante de una ola de irracionalismo y de misti­ mismo ni de su sentido filosófico ni con más razón dP su sen­
cismo, invocará la gran tradición de las Luces y presentará las tido político. Sólo un análisis de la coyuntura científica
tesis del Círculo como las únicas posiciones de resistencia nueva que entorn�es se había instaurado puede permitir com­
seguras contra el dominio creciente de la ideología nazi31 • prender el papel efectivo que pudo desempeñar el neopositi­
Philipp Frank, en la alocución inaugural que pronuncia en el vismo en este parto histórico. Ese p&.pel r,o tiene la simplici­
Congreso de París (1935), denuncia "la atmósfera antirra­ dad reaccionaria con la que le abrmr,an nuPstros marxistas
cionalista o mística que se ha difundido en todos los países vulgares.
del mundo... " Tras destacar que, sin embargo era "con una También e s cierto que luego, trasplantadas al mundo filo­
densidad variable", agrega: "Si se habla así, se debe confesar, sófico anglosajón, y particularmenle norteamericano, sus
para emplear una expresión del ,,ocabulario meteorológico, tesis, c ombinadas con la tradición "pragmatista" local,'pu­
que entre nosotros, en Euwpa central, esta presión atmosfé­ dieron reforzar una c oncepción estrictamente "tecnicista"
rica alcanza su punto máximo''. Presenta al audit-0rio la acti­ de la filosofía y no contribuyeron a armar a los filósofos
vidad del Círculo de Viena eorno una "lucha decisiva" que contra los excesos criminales del maccarthysmo. Pero este
70 71 ;
-

hecho merece ser interrogado a su vez a la luz de la coyuntura bajos de Frege, Russell y Wittgenstein, siempre anticipados
política e ideológica de la época por los historiadores (neopositivistas) del neopositivismo 39 ,
Lo seguro, en todo caso, es que de atenerse, como lo decidió la forma original de su doctrina y la especialización
hemos hecho aquí, a la "conciencia" que efectivamente tuvie­ de la mayoría de sus trabajos ulteriores, pero la función filo­
ron los miembros del Círculo de Viena de los objetivos de su sófica que le atribuyP.ron a esta "nueva lógica" ( Carnap) no
acción, la apreciación de L,eszcek Kolakowski, que ve en ello podría comprenderse por sí misma; sólo se puede esclare­
una "defensa cientificista de la civilización frente a la cri­ cer mirando las lecciones que habían sacado de ese aconte­

l,
sis"", es mucho más ajustada, aunque un poco vaga cimiento, para ellos decisivo, que fue "la revolución relativis­
r Evidentemente falta preguntarse, como no dejó de hacerlo ta". Una revolución que, según palabras de Philipp Frank 40,
Popper, sobre la debilidad de esta defensa y sobre la impoten- "abría una nueva era en física". -,

1 cía de ese racionalismo y, también -cosa que Popper en cam­ Porque hay un punto que es necesario subrayar contra
i bio no hizo- sobre la vuelta ideológica de una filosofía que todos aquellos que tienen la idea equivocada de que la apari- '
primero se consideró revolucionaria, antes de pasar a otros ción de la teoría einsteniana constituyó el comienzo de una �--.

lugares donde prestó ayuda a doctrinas y prácticas de someti­ "crisis" en la física contemporánea: no fue así como lo perci­ (
miento social en el marco del sistema capitalista en plena bieron los físicos contemporáneos ( no hablamos de los filó­
expansión. sofos), sino por el contrario -como bien lo indicaron con
, Pero, por el momento, no hemos hecho más que rozar la toda razón Robert Blanché41 y, en otra perspectiva, Jean­
/ cuestión que nos ocupa; ¿qué significaba esta proclama reite­ Marc Lévy-Leblond"-! cual el final feliz de un largo malestar ¡
l rada de "la revolución en filosofía"? ¿Cómo explicar su cre- que afectaba desde hacía cerca de medio siglo a la ex "reina
l dibilidad y su poder de arrastre inmediato, mucho más allá de la ciencias"; en síntesis, como la salida revolucionaria de
-J.
\ del círculo estrecho de los matemáticos, los lógicos y los es­ una "crisis" y no como la señal de la misma.
\ pecialistas en ciencias de la Naturaleza? En su libro sobre Einstein, Frank describe muy bien el
'-' "sentimiento de alivio" de los físicos de la época. Y Gastan
* * * Bachelard, en una obra publicada en 1929, observa que "el
relativista" muestra en todos los terrenos el "ardor militante
La revolución relativista del innovador" 43, Los fundadores del neopositivismo tuvieron
la convicción de haber dado cuerpo filosófico a esos senti­
El Manifiesto de la nueva escuela incluye un apéndice que mientos, de reflejar en el espejo de la lógica la gran recompo­
da la lista de quince "miembros" oficiales del Círculo de sición de las ciencias físicas que se operaba ante sus ojos y de
Viena, seguida de la de diez "simpatizantes"36• Luego vienen aportar a esa renovación las bases teóricas que en lo sucesivo
tres nombres que se presentan como los "representantes más las pondrían a cubierto de desventuras como las que acaba­
eminentes de la concepción científica del mundo". El pri­ ban de padecer.
mero de ellos es el de Albert Einstein 37. Pero para comprender las modalidades en las que se expre­
Sean cuales hayan sido las posiciones filosóficas personales só esta convicción, hay que volver un instante a la "concien­
de Einstein -por lo demás muy alejadas del "empirismo radi­ cia de crisis" que la había precedido44.
cal" de la escuela vienesa 38- y sin mencionar tampoco por el Esta "conciencia" se constituye brutalmente en los años
momento cuál ha sido la génesis teórica efectiva de la relati­ 1850, aun si, como lo advirtiera muchas veces Miche! Serres,
vidad, la referencia explícita del Manifiesto debe ser tomada se pueden descubrir las premisas --aunque enérgicamente
por lo que quería ser: no la invocación respetuosa, a distan­ negadas-- en Comte, lector del Discurso preliminar a la 1
cia, de una autoridad científica prestigiosa, sino el reconoci­ Teoría analítica del calor de Fourier. Según los físicos y ,
miento público de lo que los autores consideraban una deuda filósofos de la época, esta conciencia se expresa en una·
teórica fundamental. fórmula-síntoma incansablemente machacada: la unidad de la,
Por cierto, la transformación de la lógica gracias a los tra- física se ha perdido; esta unidad evocada con nostalgia por\ /�

72 73, ,-
equilibrio, Lagrange había logrado, en su célebre Trata
todos los que vivieron los acontecimientos de la época: les mecánica analítica, aproximar la dinámica a la do de
parece, a todos, que, hasta el momento en que se inició la estát
Veamos los términos, tan entusiastas como impru ica •
49
"crisis", la física vivía días apacibles porque, segura de sus con que Auguste Comte celebraba el acontecimiento:dentes,
principios, se contentaba con desarrollar sobre esa base un vez aproximada la dinámica a la estática, el conjunto "Una
edificio armonioso, sin la menor grieta. ciencia pudo adquirir un carácter de unidad en lo de la
Nos importa poco, por el momento, saber si esta represen­ irrevocable. ( ... ) Tal es la revolución eminentem suces ivo
tación correspondía o no a la realidad, si en ese cuadro de ente
fica realizada por Lagrange, cuya concepción fundamen ­ filosó
una física unificada había alguna mistificación, en la cual se servirá siempre de base a todos los trabajos ulteriores tal
complacían gentes que vivían con inquietud un agitado perío­ geómetras sobre las leyes del equilibrio y del mov de los
do en el que las verdades más seguras parecían todas zozobrar to. • , HSO imien­
y los nuevos descubrimientos daban la sensación de que De allí parte una teoría aparentemente completa y
nunca se coordinaban entre ellos. rente del universo material, que consiste en la aplic cohe­
Lo que nos importa es que, ilusión o no, esta unidad cons­ ación
los principios que acabamos de recordar a los tres estad de
tituía un punto de referencia real que ·esos estudiosos la materia: sólido, líquido y gaseoso. El "paradigm os de
tomaban para caracterizar a contrario el contenido de lo que , Escuela Francesa, en términos de Kuhn revisado pora" de la
percibían como "crisis". Aunque, antes de analizar los Michel
i Serres.
elementos constitutivos de ese discurso de crisis, es necesario
recordar brevemente la figura que a sus ojos adoptaba la Para el estado gaseoso en particular, la teoría
"deduce" de la mecánica racional es la teoría cinét que se
unidad perdida de las ciencias físicas. ica de los
Ilya Prigogine e Isabelle Stengers, luego de otros, lo recuer­ gases tal como la había fundado Daniel BemouillL El
45 to en que se basa es que los gases están constituidos por supues­
dan en forma brillante acorde con las necesidades de una
argumentació n, por otra parte discutible, en favor de una ras de muy pequeño diámetro en relación con la distancjaesfe­
concepción continuista de la historia de las ciencias: esta separa dos esferas vecinas. Se presume que cada esfer que
unidad obedecía a un principio fundamental. La física en su mueve en línea recta con un movimiento uniforme hasta a se
conjunto era pensada como una prolongación de la mecánica, encuentra un obstáculo exterior (pared u otra esfera). que
como una etapa superior de la mecánica analítica de Lagran­ punto de encuentro, se suponía que la esfera rebotaba En el
ge46, tal como lo explicaban en términos coincidentes Emst obedecía, según él, a las leyes del choque de los cuerpporque
Mach en su célebre Mecánica y Henri Poincaré en La ciencia ticos, leyes sujetas a variaciones de velocidad, que os elás­
ban la inestabilidad del equilibrio de los gases. explica­
y la h ip6 tesis". La comunidad de los físicos solía suscribir
sin reservas el enunciado de Auguste Comte que formulaba De allí surge también una teoría del calor
así, "el problema general de la mecánica": "Determinar el viva que resulta de los movimientos insensibles como de las
fuerza
efecto que producirán sobre un cuerpo dado diferentes fuer­ culas del cuerpo; según Helmholtz, era igual a la suma molé­
zas cualesquiera que actúan simultáneamente, cuando se productos de la masa de cada molécula por el cuadradode los
velocidad51 • de su
conoce el movimiento simple que resultaría de la acción aisla­
da de cada una de ellas; o, tomando la cuestión. en sentido Entonces, para agotar el campo de las cienc físico
inverso, determinar los movimientos simples cuya combina­ micas, faltaba dar una interpreta ción mecanicistaiasde
quí­
las mod i­
ción daría lugar a un movimiento supuestamente cono- ficaciones químicas. Esto lo cubre la teoría de los peso
s ató­
cido"48. micos: las diferencias cualitativas de los cuerpos comp
Como se ve, la primera fórmula es la de la estática, y la se pueden reducir a diferencias de construcciones uestos
molecu­
segunda la de la dinámica. Ahora bien, sobre la base del prin­ lares.
cipio de d' Alembert, que establecía que toda investigación Estos son los-rasgos esenciales, a los ojos de los físico
s, de
relativa al movimiento de un cuerpo o de un sistema de cuer­ . la fisonomía de las ciencias físicas a mediados del siglo XIX ,
pos podía convertirse inmediatamente en un problema de tanto en el nivel de sus resultados más firmes com
o de sus
74 75
r.
por Duhem, en la Revue généra/e des scwrices,.a La evolución
mecánica definitiva, dirá
problemas más urgentes. "Una. a de Lagrange, una física de la mecánica (1903): "La termodinámica -escribe-,
uno de ello s, la mecánica analític mecánica. El todo vin­ i mpone a todos los fenómenos del mundo material una
íntegramente c onstruida sobre estaio de la cinética, al bello tendencia en un mismo sentido. Pero la hipótesis de que
culándose indirectamente por med ana''. todos los efectos de la materia son de tipo mecánico no
ordenamiento de la geometría euclidi va a ser socavada y luego
explica en absoluto la tendencia común que está en la base
Se sabe que esta representación de todos esos efectos."
descubrimientos importantes
destruida p or cierto número de cuales se cuenta en primer Así comienza, en los años 1850, para ios físicos, el tiempo
hechos a partir de 1850, entre los de las incertidumbres, de las incoherencias y de las querellas,
do principio" de laterm
t.é ' �i�o._l�f�l'll:111lació11 �el ''segun

después de más de un siglo ,;;z lo que van a llamar, convir­
l dmam¡c.a . tiendo su nostalgia en burla, su "dogmatismo tranquilo";
"crisis" provo cado por ese
·-·· ·· Para comprender el efecto de ás referirse a su contenido, así queda abierta, por dificultades n acidas de la misma prác­
" segundo principio", no está dem tica científica, la "crisis" que va a desarrollarse en la mayor
lenguaje aún. confuso de la �,
tal' como estaba enunciado en. el confusión durante más de medio siglo.
época. Pero otros descubrimientos vienen a aúadirse a la ,ermo­
nciales:
Se distinguían en él tres puntos ese r de un cuerpo frío a dinámica para descomponer el rostro trad,c1onal de lu física
ar el calo
a) N o se puede hacer pas Principalmente es el giro que toma de repente la teoria ciné­
(tanto como n o se puede
uno caliente sin un trabajo exterior or sin un trabajo exterior, tica de los gases que hasta ese momento parecía tan vu:culada
eri
hacer subir el agua a un nivel sup a la mecánica Clausius, al destruir en lSó: e,¡ sistema <;rabora­
por ejemplo de bom beo ); do por Bernouilli, descubre, en efecto, ¡¡;_ existencia .ie una
amina hacia un estado
b) Todo sistema terminado se enc transformarse ( O abso- acción recíproca entre dos moléculas ú•· gas: Je atracción
pod rá
de equilibrio térmico donde no cuando la distancia de las moléculas no �, c..eJ mismo orden
luto); que sus propias dimensiones, y de rechazu en el caso , ')ntra·
un cambio es igual a la
c) El valor de transformación de rio. Se llegó a ello mediante la interpre cudón Je .as leyes
a en determinada mag ni­
disminución que el mismo provoc que fijan el estado del del choque de los cuerpos elásticos..
es
tud, ligada a todas las propiedad movimiento. Esta magni­ De nuevo se encontraba conmovida J,;, ua8" teórica neca­
sistema, per o ind epe ndi ente de su nicista" de la física. Como lo testimonia esLe texto ,;,, Du­
tiende a aumentar en un
tud es la entropía del sistema y las transformaciones que hem, que comenta lo que interpreta com, ur; ''pase- . trás"
sistema cerrado y aislado para todas de Boltzmann y sus colaboracb . .- . "Paree, :, ...e se c'%,4nan
sufre 53: a no ver en las diversas formas d(:o 1a t,;eorÍ<s :.'.Wt:'::..1ca sino .-jem�
Boltzmann le diera
Ese princpio así enunciado, antes que reció_desde_su redes:
54
plos mecánicos que imitan ciertas propíeaaue,, de los "ases,
s, fil)a
la forma estadística que conocemo Exactamente: como una que pueden, por vía de analogía, dar a lo, •·:.'-.>l'rimBmaaores
cubril!1iento como algo.�xcepc i<>n al. ind icaciones útiles, pero que no explican e, J· "· macerL esté
ánica clásica al entrar en
;excepción a las leyes de la mec s. "SÍ todo es reductible
formada realmente como Jo quieren los awm,s,:,s·' So
í conflicto con sus principios mismo -escribe Abel Rey-, es Por último, la teoría electromagnética ;,,anteaba, , ,:¡ vez,
· li los principios de la mecánic a clásica problemas difíciles cuya solución pareci« requerir ·; .,e se
ren dir cuenta de esta inutilización
.,:,

°lógico que no se puE,1da 1"ª


abandonara el principio de explicación meci.anw la ;necáni­
ción de la energía utili- '
creciente de la fuerza, de esta disminu constantemente sin ca clásica "La noción de conservación CH u, masa · �) de
za
zable, de este equilibrio que se reali la excepción a la que cantidad de materia) que, junto con la in,,r�c.. constitu:a la
Por lo tan to:
esperanza de retomo"". idad de los fenómenos de
base de la mecánica, no parece poder man·o·é»etsc, en ia r.cecá·
nos referimos reside en la irreversibil d, postulada por el prin­ nica electromagnética; la masa ponderal se,, s•,r, a const«nte
transformación del calor en activida bre de "entropía".
a veiocidades medias, inferiores a 1/10° ci, ,, ,01ocidad <' e la i
cipi o d e Camot-Clausius con el nom luz; pero, como es una función de la velo':1':i.;i( aument�ría �
a seri e de artículos dedicados
Esto lo con firma la lectura del
77 -�
76
materia debe abandonarse y el de movimiento,
con ésta tanto más rápidamente cuanto nos aproximamos a la Por eso Stallo, haciéndose eco de Mac modificarse.
h, pued
que la afirmación de que existe una materia de e escribir
60
·.velocidad de la luz"". los fenómenos
Cuando se advierte que esta sucesión impresionante de es "un resto de reali smo medieval". Y el gran quím
cuestionamientos del "mecanicismo" tradicional en física se Ostwald, en un artículo que tuvo mucha repercusiico alem6án
· ha producido en un lapso muy breve -una veintena de "Todos repiten como un axioma, que sólo la ón, dice 1:
años-; se comprende la fuerza de la evidencia con la cual se átomos puede dar la clave del mundo físico. Mat mecánica de los
impuso a los físicos la idea de que su disciplina había entrado mien to, tales son los dos conceptos a los que eria y movi­
· en estado de "crisis". También se explica el apresuramiento último análisis los fenómenos naturales más se remiten en
· que pusieron en encontrar una salida a este aparente callejón esta teoría se le puede dar el nombre de materialis complejos. A
· sin salida; un apresuramiento que comprometió a algunos de Quiero expresar aquí mi convicción de que esta mo físico.
ellos en lo que nosotros propusimos llamar "tomarle la delan­ ver, a pesar de todo su crédito, es insostenible; manera de
tera a la filosofía" y hasta estimuló a algunos de ellos a reto­ mecánica no ha alcanzado su finalidad, porque que esta teoría
mar por su cuenta los discursos propiamente metafísicos en contradicción con verdades absolutamente se encu entra
sobre la "quiebra de la ciencia", incluso "los límites infran­ universalmente adm itidas". Esas verdades, no indu dabl es y
queables del conocimiento humano". mos, son las de la termodinámica nos sorprenda·
Esta idea de "tomar l a delantera", que atraerá la atención De la prop osición precedente se deduce otra,
de Lenin en su lucha ideológica y política contra las posicio­ filosófico, que enunciaremos así: "La reali de tipo muy
ne� del "discípulo ruso de Mach", A. Bogdanov58 , merece que dad
es,si';'bÓJi[!l"· El inglés Karl Pearson 1ií iórlnuí de la ciencia �
nos detengamos en ella de nuevo, porque cuando llegue la
hora de la Relatividad restringida, el día en que se tenga la
propios en su libro La gramática de la ciencia
prefacio de la segunda edición de esta
ó en
(189
tkrrmños
2). V".
En el
sensación de haber salido por fin de la "crisis", algunas de las "ciencia es una estenografía conceptual obr a, exp lica que la
tesis filosóficas postuladas con la idea de este distanciamien­ cual "se pueden describir brevemente y ", con ayuda de la.
to, parecerán haber sido validadas retrospectivamente y llega· nos". Un poco más adelante establec resumir los fenóme-
rán a ocupar un lugar en el sistema del "positivismo lógico", tida rápidamente -como ya se ha nota e la distinción, conver-
o sea, como intentamos sostener aquí, de la filosofía que se lugar común epistemológico, entre "explic do- en un verdadero
dio y reflexionó como la salida "revolucionaria" de la "crisis" ción": ya nadie piensa, según él, que ación" y "descrip-

anterior. algo; todos sabemos que se contenta con la cien cia "explique"
··- Pero no anticipemos. Tomemos el discurso de la crisis tal m2-0s. Esta distinción la retoma de "d �('�ó-
inr ""
; como es, en la "lógica" de sus argumentos, en el momento en c/Ulen escribe en una Carta sobre el energetism e Ost�
·. que constituía el tema sobre el cual físicos y filósofos tismo tam bién imagina símbolos; sólo que o: "El energe-
, elaboraban sus innumerables "variaciones", Podemos decir ciencia anterior, pone un cuidado minucio, a diferencia de la
! que la proposición clave de ese discurso, la que lo introduce, bolos no contengan nada de más ni de so en que esos sím-
; puede enunciarse de la siguiente forma brutal 59 : "La materia a representar" 62. menos que los hechos
: desaparece". Esta fórmula, literalmente onírica, condensa en El vínculo de esta tesis con la anterior
efecto en sí misma todos los motivos de incertidumbre y de "la materia ha desaparecido" la ciencia es evidente:. porque
discordia de los físicos contemporáneos, Es una constante en der llegar a la realidad y su contenido ya no puede reten­
los textos de Mach, como en los de Poincaré a la vez c()mo "descriptivo" y "simbóli deb e ser consi�erado
¿La materia desaparece? Sí, proclaman ellos; porque en . co". Pero
tribuyó a darle gran crédito, mucho mas allá del locírc que con­
última instancia la física hasta nuestros días estaba fundada algunos teóricos de la física, es que enc ulo de
en la mecánica y la mecánica supone dos conceptos funda· de Ernst Mach una garantía científi ont raba en los trab ajos
mentales: materia y movimiento. Pero la irreversibilidad de fisiología naciente. Porque si Mac ca tom ada de la psic o­
los fenómenos de la Naturaleza establecida por la termodi· todo fue63 y lo seguirá siendo todahsufue un gran físico, ante
námfoa destruye la mecánica; por lo tanto, el concepto de vida, un apasionado de
78 79
, --,
.�

la "psicofísica". Y cuando publica en 1886 su célebre Análi­ Edward Bradford Titchener representa el verdadero punto
sis de la, sensaciones. ya hacía un cuarto de siglo que había culminante, antes que los trabajos de Franz Brentano,
presentado en la Academia vienesa una memoria donde se William James, y luego los de John Broadus Watson atesti­
proponfr. confirmar experimentalmente la ley de Weber-Fech­ güen en conjunto su derrota 71•
ner sobr<· la intensidad de las sensaciones64 , y veinte años que El punto de conv�éi'laa de esas tesis epistemológicas y �
había publicado un trabajo de divulgación sobre la teoría de psicológicas es la más célebre de las concepciones de Mach
la música de Helmholzt65• Por lo tanto, ocupaba un lugar sobre la historia de las ciencias: la llamada tesis de "la
preeminente en la gran transformación teórica que afecta a la economía de pensamiento". Esta tesis pertenece específica­ �
psicología desde que Johannes Müller, después de Charles mente a la filosofía de Emst Mach, pero en seguida encontró
Bel166, había contribuido dé manera decisiva a dar consis­ extraordinario eco y fue compartida, en diferentes versiones,
tencia científica a la interpretación herbartiana67 de la Esté­ por la mayoría de los científicos "en crisis" de la época �
tica tra�cendental de Kant. Esta transformación es la que va Exito sin duda amplificado porque podía, además, dar gala
a permitir que la psicología llegue a su forma de "física mate­ de un cierto "darvinismo" -reducido a un vulgar evolucio­

mática del sentido externo" sobre las ruinas de la parafísica nismo mecanicista de la adaptación- que terminaría, en esos
de tradición aristotélica, según la justa expresión de Georges
Canguilhem68•
últimos años del siglo XIX, por darle todo el aspecto de auto­
ridad "científica" 72•
-�
; Como se sabe, la noción central de la psicología de Mach es Las últimas páginas de La mecánica contienen una notable �
t'\(..é 1\ la de "elementos". Este concepto le permite asentar su episte­ exposición. Toda ciencia, escribe Mach, se propone "susti­
mología sobre bases que se dan por científicamente seguras. tuir" y "ahorrar" (subrayado por él) las experiencias con
Testigo ese texto de La mecánica, más elocuente aún que los ayuda de la copia y la figuración de los hechos en el pensa· �
del Análisis: "La naturaleza física está compuesta por miento. Esta copia es, en efecto, "más manejable" que la
elementos dados por los sentidos. No ªºn las cosas, los obje­ misma experiencia y en muchos aspectos, puede "susti­

tos, los cuerpos, sin? los colores,. los tl5no� las mesjones, los. tuirla". A lo cual hay que agregar que "el reconocimiento de
espactos, "'las duracrones (lo que hab1tu mente, llamamos ese carácter de ahorro, al mismo tiempo, hace desaparecer
las sensaciones) los verdaderos e/ementos·ae1 mUndo", y de todo misticismo, al menos científico." El autor resume y

allí concluye: "Todo lo que es psíquico se puede ose
descomponer en sensaciones elementales. Ahora bien , esos
podrá concluye: "Las experiencias se descomponen más o menos -�
perfectamente en elementos más simples y más familiares,
elementos del mundo interior y los del mundo exterior son y se simbolizan en seguida con un fin de comunicación ...
�.
los mismos: se los llama ordinariamente sensaciones" 69• La ciencia, por lo tanto, puede considerarse como un
A partir de esos "elementos" neutros , Mach se considera problema de mínimum, que consiste en exponer los hechos
desde entonces capacitado para reconstruir el mundo. Y es lo más perfectamente posible con el menor gasto intelec­
�.

lo que hace de inmediato al describir sucesivamente la génesis

J}.

de la noción de cuerpos y de la de Yo. Los cuerpos los define
tual"73.
Se ha visto cómo Georg Lukács, y también muchos otros
como "complejos" de colores, de sonidos, depresiones, etc., con él, asimilaba sin más el machismo a una forma de filoso;
\ ligados en función de espacios y de duraciones, y que se dis­ fía "irracionalista", que habría contribuido no sólo a la apa­ �
. J tinguen ( de lo que no es un cuerpo) por un grado superior de rición de la ideología "prefascista", sino también a su consti­
{\ constancia o de estabilidad; por otra parte, el complejo de tución. Excelente argumento, le parecía, para vencer al neo­

/· recuerdos, de disposiciones afectivas, de sentimientos, que se positivismo lógico "anglosajón" de la posguerra, en la coyun­
encuentran ligados a un cuerpo particular (un organismo), se
�·
tura de la "guerra fría" que se había abierto. Modesta contri­
llama "yo", en razón igualmente de su constancia relativa. bución al jdanovismo que se imponía entonces en la Unión �
Mach recibirá pronto el refuerzo de Richard Avenarius 70 y, Soviética y en el movimiento comunista internacional, en el
sobre todo, de Wilhelm Wundt, quien contribuirá de modo momento preciso en que, bajo el relumbrón de la "ciencia
dominante a constituir esta forma de psicología La obra de proletaria", triunfaban en el Este, con sangre, Lissenko, los �
80 81 �



"marxistas" y algunas otras "autoridades" ideológicas a comienzos del siglo XIX, sobre la capacidad de la ciencia
momentáneamente encumbradas. Por supuesto, Lukács se para "eliminar la miseria económica y el padecimiento psico­
refería, en este caso, como entonces era lo usual, al libro lógico de los individuos" 78, describe en términos muy fuertes
escrito por Lenin contra Mach y sus discípulos. la aparición de ese "sentimiento de desesperación que expre­
¿Lenin, no había subrayado "la alianza objetiva" de los saba la convicción de una desilusión con respecto a la ciencia
partidarios de Mach con las posiciones "irracionalistas" del teórica o práctica'' 79• Y concluye: "Ese algo inaccesible, para
fisio logista Emil Du Bois-Reymond y de los jefes de la escue­ el que se propuso la desesperante solución del ignorabimus,
la ultrarreaccionaria de los "Inmanentes", comenzando por había sido reconocido como un fantasma, una quimera que
Wilhelm Schuppe a quien, para colmo, Mach había creído nada tiene que ver con la ciencia. Mediante un análisis de
digno de dedicarle su pequeño libro de 1905 (Conocimiento métodos científicos que lograron verdadero éxito, hombres
y error)?74 como Mach y Poincaré en Europa, Peirce y Dewey en Estados
Pero, al margen de que a Lukács no se le ocurriera pensar Unidos, habían demostrado que todo pierde su sentido
que Lenin hubiera podido cometer en el caso un error, como cuando las observaciones se presentan en relación con una_
cometió otros que gravitaron con fuerza en el porvenir de la determinada analogía privilegiada ( ... ) Según el objetivo de \
revolución bolchevique75, hay que advertir que Lenin estaba la ciencia, definido en el sentido positivista y pragmático, es
mucho más informado y atento que el "leninismo" oficial claro que el final del siglo XIX no representaba una crisis, /
del período staliniano y postaliniano. En Materialismo y sino más bien una fase del progreso gradual de las ciencias
empiriocriticismo, su principal preocupación no es denunciar hacia su objetivo, que es crear un instrumento para predecir
a sus adversarios procediendo a una amalgama sectaria de y controlar los fenómenos""º·
sus posiciones respectivas; aun cuando el estilo se hace violen­ . Frank seguramente (y sintomáticamente) embellece la'
to y el texto se ensaña con los "ingenuos" bogdanovianos, posición de los "positivistas del siglo XIX" que asumieron
lo que le interesa esencialmente es el análisis. Es decir, por completo la idea de que entonces hubiese "crisis", si no
que no procede a amalgamar sino a distinguir. Y de hecho de la "ciencia" por lo menos de la física Sin embargo, los
�o confunde en ninguna parte las posiciones de Mach y las de dos puntos que destaca están perfectamente justificados: es
; Du Bois-Reymond. Reprocha a las tesis "empiriocriticístas"
1
no de ser "irracionalistas", sino de ''dejar la puerta abierta" verdad que Mach y sus partidarios intentaron contrarrestar
(tal su expresión favorita) a la mística y a la religión o sea de el "derrotismo de la ciencia'', y es verdad también que contri­
no constituir una posición de resistencia lo bastante sólida buyeron a que físicos y científicos abandonaran la "analogía
. contra la ideología clerical que trataba de alimentar su reno­ privilegiada" que entonces era la mecánica
\ vación explotando la "crisis" de la física para sus propios fines Así se explica que, cuando los trabajos de Einstein de
pronto convirtieron la "conciencia de la crisis" en "concien­
Lapologéticos76. cia de la revolución", en esta nueva conciencia se incorporó
Este análisis nos parece mucho más adecuado. En todo la idea, por otra parte anticipada por el mismo Einstein, de
caso explica muy bien el juicio que los físicos formularon que el empirismo de Mach, a despecho de las extravagancias
-extemporáneamente- sobre las posiciones positivistas en "energetistas" a las que hubiera podido dar Ju ar, encontraba
el período de ''crisis", cuando ella se consumó COI) los prime­ , un modo e "con 1nnac1on crn que confirma- ,:�­
ros trabajos de Einstein. Juicio que resume muy bien Philipp ----- · ,
l ción!
Frank en su libro, ya citado, consagrado al fundador de la ·--- _..----
Relatividad, donde recuerda este período de "derrotismo.en * * *
ciencia" y ese slogan del lgnorabimus que enfervorizaba a
todas las tendencias anticientificistas del período" 77• Ponien­ Al menos era la opinión de Moritz Schlick, fundador del
do en relación el eco de ese slogan con :'los acontecimientos Círculo, desde antes de llegar a Viena donde sería de algún
sociales de la época", que contribuían a desvanecer las ilu­ modo el sucesor de Mach y Boltzmann. En la época en que
siones que se hubieran podido tener, en el siglo precedente y joven físico berlinés, ex alumno de Planck y a la vez amigo
82 83
1
,,
�.

de Einstein y de Hilbert, ni bien terminó la guerra había donde, por otra parte, la filosofía dominante estaba impreg­
sido uno de los primeros en llamar la atención de los filóso­ nada de empirismo inglés desde hacía mucho tiempo. Porque,

1:
fos sobre las consecuencias de la teoría einsteniana para su como destaca con gran acierto Otto Neurath, por razones en
disciplina82 antes de desarrollar sus ideas en dos obras impor­ gran parte políticas, Viena se habia ahorrado Jo que él llama
tantes: Raum und Zeit in der gegenwartigen Physik (Espacio "el intermedio kantiano" 85•
y tiempo en la física actual), en 1917 y Al/gemeine Erkenn­ En Alemania, donde por el contrario la filosofía kantiana
tnislehre (Teoría general del conocimiento), en 1918. y neokantiana tenía todavía enorme vigencia, los científicos
Esas dos obras se dirigen a los filósofos, en un estilo polé­ que quisieron extraer conclusiones filosóficas de la revolución ,,
mico que no deja de recordar al que, algunos años más tarde relativista lo hicieron en el marco de un vigoroso combate
utilizaría en sus primeros trabajos otro científico pasado a la contra el a priori. Es el caso del jefe de la Escuela de Berlín,
filosofía: Gastón Bachelard. Aquí los blancos no son Bergson Hans Reichenbach. En su Autobiografía86 cuenta que, siendo
o Meyerson, sino Maritain y Cassirer, pero el tono y los moti­ profesor desde 1920 en el Instituto de Stuttgart donde ense­ �
vos son los mismos: Schlick, como Bachelard, intenta sacudir
el entumecimiento de la "filosofía de las escuelas" (Frank)
ñaba radiotécnica, después de haber sido alumno de Planck,
Sommerfeld, Hilbert y Born, y de haber seguido, por interés -
que no estaba a la altura del movimiento de la ciencia viva
Como él, deplora su "secesión" (Bachelard) y los invita a
personal, los cursos de Cassirer en Berlín, asistió a una confe­ .,
rencia de Einstein que Jo indujo a cuestionar radicalmente sus
ponerse a trabajar de nuevo urgentemente. La analogía se concepciones filosóficas de inspiración kantiana A partir de �
detiene ahí, puesto que, si bien tanto el uno como el otro 1922, la Revue philosophique de Lévy-Bruhl. comenzó a
quieren darle a la ciencia contemporánea "la filosofía que publicarle una serie de trabajos sobre La significación filos6-
merece", no tienen en absoluto la misma idea acerca de esa fica de la teoría de la relatividad ª ' donde atacaba enérgica­ �
filosofía mente la concepción kantiana del espacio y del tiempo. �.
El segundo libro de Schlick, en nombre de la revolución Escribe luego una gran cantidad de artículos sobre este tema y
einsteniana, es una toma de posición muy definida en favor los recoge· en un libro destinado a tener un gran éxito, Phi­ .�
del empirismo más radical83, que concibe como una modali­ losophie der Raum-Zeitlehre (Filosofía del espacio y del -,
dad de "machismo" renovado. Allí Sch!ick defiende la idea tiempo) (Berlín, 1928). En 1935 aún, durante el congreso de
de que, si bien es verdad que las te.orías "espacio-tempora­ filosofía científica de París, pronuncia una alocución que �
les" son esquemas de organización no intuitivos sino de lleva un título desafiante: El empirismo lógico y la disgre­
validez objetiva, a pesar de ello se basan en las experiencias �
gación del a priori 88 donde presenta la historia de la filosofía
subjetivas que tenemos del espacio y del tiempo. Que cono­ desde Kant del modo siguiente: un proceso de disgregación
cer, tanto e n la vida cotidiana como en la ciencia, es siempre del a priori, que "comenzó con la geometría, enriquecida,
investigar "la uniformidad en lo múltiple, lo igual en Jo diver­ veinte años después de la muerte de Kant, con el descubri·
so". Que semejante investigación sólo puede conducir a deter­ miento de las geometrías no euclidianas; se desgastó el domi­ �
minaciones exactas cuando introducimos "en nuestras expe- nio de la intuición pura, y físicos como Helmholtz sacaron
riencias inmediatas el simboiismo
\AA.un símbolo ligado a un hecho y suconcep
'v/1, tual" el concepto es
definición es la marca de
de ello la conclusión de que ya no se podía conservar el a
priori intuitivo. Esta línea de desarrollo la retoma en nuestros .,
ese vínculo. Por último, que el juicio también tiene una fun­ días Einstein, quien presentó una generalización análoga para
-
ción simbólica: es verdadero cuando asegura la "coordinación �
el concepto de tiempo y realizó, además, una aplicación de la
unívoca del símbolo con el hecho simbolizado" 84• Como se geometría no euclidiana a la física". De todo esto se sigue
ve, estas tesis no son muy distintas de las de Pearson, Mach que "ese movimiento en adelante es irreversible" 89•
o Avenarius. �
La "revolución relativista" sellaba así la unión de los .
Se comprende que hayan recibido en Viena una acogida científicos vieneses y berlineses en una misma convicción/ �.
favorable; en un país donde, a pesar de Boltzmann y para su filosófica antika.ntiana90 ; ambos confiaban en una renovaci��/
desgracia, la tradición "machiana" continuaba muy viva y �
del empirismo que permitiera trasladar los efectos de es"'j

-
84 8� .�

-,
revolución a la filosofía91 • Ese e� el segundo "elemento", Kirchhoff y el de Heinrich Hertz: ambos contribuyeron a
tan a menudo silenciado por los partidarios y también por los "quitarle a la mecánica newtoniana su fisonomía particular".
adversarios del p ositivismo lógico, que contribuyó a dar cohe­ El autor de Vorlesungen über mathematische Physik (Cur­
rencia y consistencia a ese "contenido" de la conciencia revo­ sos de física matemática) (Leipzig, 1874), a quien elogia
lucionaria del Círculo de Viena que aquí hemos descripto. Duhem en La teoría física, porque al comienzo de su libro
En función de esta convicción y de esas esperanzas reescri había explicado que la finalidad de la mecánica era "describir
bían la historia de la física, en la que el año 1905 marcaba­ los movimientos que se producen en la naturaleza en la forma
1
para ellos el glorioso recomienzo. más simple y más completa posible" 93 ; el "inventor'' de las
i! ;-· Esta larga "crisis", según la palabra del propio Frank, por ondas electromagnéticas por haber hecho avanzar la ciencia
!1
lo tanto, no había sido finalmente más que una crisis de cre­ al eliminar de la teoría de los campos de Maxwell sus presu­
11
cimiento de una ciencia en plena mutación. Pero hubieran puestos mecanicistas94 •
podido ahorrarse las incertidumbres, los enfrentamientos y Es absolutamente evidente que esta representación lineal
los dramas, si desde el comienzo no se hubiera cedido a la de una salida a tientas pero progresivamente triunfante de la
intimidación mecanicista y si se hubiera establecido antes "física mecanicista" por ruptura continua de sus bases filo­
el vínculo, denunciado sin embargo por el mismo autor de sóficas, es inexacta e incompleta; que no explica la realidad
los Principia, que uniría las inconsecuencias manifiestas de la contradictoria del proceso efectivo de la "crisis", que super­
concepción newtoniana del espacio, del tiempo y del movi­ pone a su imagen el perfil de un "fin" que habría orientado
miento "absolutos" con sus "hipótesis" teológicas. secretamente dicho proceso; que allí se encuentran mitigados,
Los neopositivistas releyendo a Newton a la luz de Eins­ al punto de ser imperceptibles, el estruendo y la vehemencia de
tein, lo hicieron con los ojos de E. A. Burtt en 1925: "Con medio siglo de debates tormentosos; que están disimuladas,
toda seguridad -escribía éste-, Dios debe saber si un movi­ tal vez por un repentino pudor teórico, las pasmosas aberra­
miento dado es absoluto o relativo. La conciencia divina ciones especulativas sobre las cuales en un momento se logra­
constituye el centro de referencia suprema del movimiento ra el consenso de los nombres más grandes de una época
absoluto. Además, en la concepción newtoniana de la fuerza, infortunada; que en cambio ocupan el primer plano ciertos
el animismo desempeña un papel en la "elaboración de la episodios (Mach, Kirchhoff, Hertz... ) dotados, al azar,
doctrina: Dios es el supremo generador del movimiento. Así, de un sentido unívocamente positivo que en el momento sin
en último análisis, todo movimiento relativo o absoluto es el duda no tenían, al precio de una amalgama que conduce
resultado de una manifestación de la energía divina. Cada vez paradójicamente a festejar la salida de la "crisis" en los térmi­
que se produce tal manifestación de la inteligencia divina, nos mismos de la filosofía con los que se había formulado su
el movimiento agregado de esta manera al sistema del mundo declaración de apertura. No hay ninguna duda.
debe ser absoluto". De esto sacaban ellos las mismas conclu­ Pero lo importante aquí para nosotros es que !os fundado­
siones: el drama se había plasmado en el siglo XVIII cuando, res del neopositivismo hayan encontrado en esta ficción el
en el momento mismo en que se retirara a Dios toda res­
ponsabilidad en las leyes de la física, se habían retenido sostén necesario para su impulso filosófico. Su "espíritu
misionero", su áfán "iconoclasta" en lo que respecta a la
como "datos" los conceptos newtonianos, "olvid
ando" filosofía de los filósofos hallaron allí argumentbs, y su
todo el peso teológico que secretamente arrastraban. No
es sorprendente, entonces que, en esas condiciones, desvin "militancia" organizativa se fortaleció con ese disfraz de una
culados de su verdadera razón de ser, dichos conceptos hayan­ historia de la cual se consideraban he rederos. Indudablemente
quedado en el cuerpo de la física como "entidades vací " allí adquirieron seguridad y convicción: los beneficios ordina­
(como se ve, según Burtt, en Kant) que entorpecieron, as rios de una "novela familiar" sólidamente armada.
sin Sin embargo, aun en este amanecer se anunciaban algunas
que nadie se diera cuenta, el progreso de la cienci a92 •
Desde entonces, además del de Mach, dos nombres se nubes en el horizonte, que muy r�pfri,:, volvieron a cubrir
desta caron en la historia reciente de la física: el de Gustav el cielo en su totalidad. Se inició una nueva era que, lejos de
ser, en dichas materias tampoco, la de la "paz en la verdad"
86
¡1;
87
r

�.

al fin conquistada, fue en realidad un período tumultuoso solución; para hablar como Lévy-Leblond en estilo bachelar- ,.,
(Popper), donde las discordias entre físicos, tal vez más . diano, digamos que ha sido uno de los obstáculos que explica ·-.
profundas aún que en la segunda mitad del siglo precedente, el impresionante "retraso en la restructuración" que ha expe­
se extendieron por contagio al conjunto del mundo cien­ rimentado, hasta hace poco, la física cuántica 101 • Al ocupar
tífico. por último en la teoría una posición predominante, ·se lo ha
La más importante de esas nubes, la que iba a desencade­
nar la tormenta fue la mecánica cuántica Porque la ironía
de la historia quiso que· apenas dos años antes de la publica­
utilizado para legitimar nuevas formas de la división social del
trabajo científico que por ese entonces aparecían, en benefi­
cio del pequeño número de teóricos y en detrimento de la
·-
ción del Manifiesto, Heisenberg formulara lo que rápidamente masa de experimentadores cuya subordinación práctica daba
se convino en llamar en forma errónea el "principio de incer­ por sentado conceptualmente 102 •
¡· tidumbre"", provocando el comienzo oficial de la nueva
1\,
"crisis" cuyos orígenes se remontaban a los trabajos de quien * * * .�
había sido el maestro de algunos de los más destacados físi­
cos,filósofos vieneses: Max Planck96•
A decir verdad, ya en 1925 Niels Bohr había hecho su
La revolución logicista ·"
¡,.; propia interpretación de las primeras investigaciones de Hei­ Durante el semestre del verano de 1935, en la Universidad
11 senberg formulando el "principio de complementariedad"97, de Friburgo sobre el Brisgau, Ma_rtin B.eideggei; dictó un cµrso..
,,'
I'
con lo cual fijó los términos filosóficos en los cuales se iban g;1e será_p,11bJic¡¡c:lo .cerca c:le veinte años mas tl\rde c:on el
a considerar los resu ltados de los trabajos de Heisenberg. titulo de Einfi)hrung in die Metaphysik (Introducción a la "''
Había nacido filosóficamente la Escuela de Copenhague metaj{sk_alrr,'. :La primera conferencia comienza con él enun·
!! proponiendo una interpretación subjetivista de los procedi­ ciado de "la pregunta fundamental de la metafísica". Los tér­
1 mientos y los resultados de la física contemporánea. minos de ahí en adelante serán famosos: ¿"Por qué hay el ente r
\ Sin duda el mismo Heisenberg más de una vez expresó sus y no más bien nada?" Sin duda no se ha reparado lo bastante
1
en que esta conferencia, que retoma, desarrolla y profundiza �.
1 reservas acerca de la doctrina positivista••; sin duda, además,
.1
¡ji
algunas de las figuras más importantes del Círculo de Viena se
negaron a dar su apoyo irrestricto a la filosofía de los físicos
los temas de un texto aparecido en 19291 º4, está animada por
un sordo pero vehemente ardor polémico. En ella, Heidegger

"indeterministas" y reacomodaron ellos mismos, como fustiga a los que practican "la denigración de la filosofía",
Carnap, sus propias posiciones para intentar hacer desde all_í denuncia los "errores" de la cual es objeto y cuyo tributo, .-.
!i"¡1 contrafuego99 • Por lo menos no se debe olvidar, como Popper en su opinión, es esa denigración. "Se espera -se indigna el
1
no deja en ningún momento de recordarlo, que otros esta­ filósofo-, que la filosofía favorezca, incluso acelere, el fun­
blecieron con ella compromisos reales y públicos y que, en cionamiento práctico y técnico de las empresas 'culturales', �
definitiva, a juzgar por un largo período histórico, no sólo es decir que los facilite y los aligere". Solamente, r!'lplica, que
el neopositivismo no constituye una firme línea de defensa la "esencia de la filosofía es hacer las cosas, no más fáciles,
contra las explotaciones ideológicas de la nueva mecánica, más livianas, sino por el contrario más difíciles, más pesa­ �
sino que les deja la puerta complacientemente abierta 100 • das"'º'. Entonces invierte "los lugares comunes" con los
Trasplantada de golpe, como se verá, a ese nuevo mundo
científico, la doctrina inicial vio oscilar su equilibrio interno:
de filosofía de la "revolución relativista", como se conside­
cuales sus adversarios se complacen en forma mezquina
"¿No podemos hacer nada con la filosofía?" Sea "Total-·
mente de acuerdo: no podemos hacer nada con la filosofía".
/.
raba, el nuevo positivismo ("lógico") se convirtió rápidamen­ Pero con la condición de agregar "esta pequeña consideración r

te, como su predecesor "émpiriocriticista", en un nue·vo suplementaria", que invierte la pregunta: acaso, "dando por ,•.
modo de "tomar la delantera" de la filosofía en la cual se sentado que nosotros no podemos hacer nada, finalment<:l ·no
precipitaron los físicos a partir de 1930. Como filosofía de la es la filosofía quien hace algo de nosotros, suponiendo que r.
"crisis", se quiera o no, desempeñó un papel de freno en su nos comprometamos con ella?" 1 º 6 -....'

88 89 �.
Lejos de apaciguarse al término de estas consideraciones ironiza Heide er con res ecto a sus adversario la tratáis ;
preliminares, la polémica se hace aún más viva, se intensifica como un on el cie !
a medida que se desarrolla la pregunta fundamental. Heide­ Mejor no se podía decir.
gger se queja de la "deformación", la "degradación" de la Porque, para limitamos ante todo al alcance más inmediato
filosofía moderna, el "empequeñecimiento" de sus temas, y de la fórmula heideggeriana, así es como se presentó la nueva
concluye con esta página: "Se admite en efecto un poco apre­ lógica en la "conciencia revolucionaria" de los fundadores del
suradamente que la lógica y sus reglas fundamentales pueden Círculo de Viena: como un don del cielo. Y ese don consti­
proporcionar un criterio para la pregunta sobre el ente como tuye el tercer "elemento" del contenido de esta conciencia
tal. Podría ocurrir, al contrario, que toda la lógica conocida que hemos dispuesto describir aquí. Es también el más abier­
por nosotros y tratada como un don del cielo tuviese su tamente reivindicado, y aquel en que todos coinciden en ver a
fundamento en cierta respuesta bien determinada a ia pPc· la vez la "base" (Weinberg) y la marca específica, inédita,
b

* gunta por el ente, de suerte que, por ahí, todo pensamiento, de la "concepción científica del mundo" que veff triunfar.
lli Ese tercer elemento es, 'además, el que asegurará la continui­
� que obedeciera simplemente a las leyes de la lógica tradicio­
dad de la Escuela, una vez dispersado el mismo Círculo. Por
in,
,1
nal, de antemano sería incapaz, aun de una manera general,
de comprender la pregunta sobre el ente, para no mencionar último, es el que dará lugar a las discusiones más vivas en el
w su incapacidad de desarrollarla realmente y de conducirla interior del movimiento y será objeto de un número creciente
E hacia una respuesta. En realidad, sólo es una apariencia de de trabajos técnicos a medida que se acumulen las dificulta­
1 rigor científico invocar el principio de no contradicción y, de des.
Volvamos pues a los textos inaugurales que ya hemos
�1 una manera general, la lógica, con la intención de probar que
-
1'i
es contradictoria y, en consecuencia, desprovista de sentido comentado. Recordemos que Moritz Schlick, en su artículo
para pensar y hablar sobre la n ada. La "lógica" es considerada "Die Wende der Philosophie" ("El giro de la filosofía"),
aquí como un tribunal instituido· desde la eternidad y para que apareció en 1930-1931 en el primer volumen de Er­
siempre, cuya competencia, por supuesto, a ningún hombre kenntnis, expresaba su "opinión muy firme" de que una
11
'

'
razonable se le ocurrirá poner en duda como primera y últi­
ma instancian 107.
transformación completa de la filosofía se estaba operando
en el momento en que escribía. Veía en ella la promesa del
· ·1·asróiriiülas están bien acuñadas, y el adversario señalado fin de las querellas sécufares, y precisaba: "Tenemos esa posi­
con toda claridad en términos precisos: es el neopositivismo bíhdad, s1 aplicamos deliberadamente los métodos de que dis­
lógico, y Carn ap en particular, aunque no se lo nombra. ponemos". ¿ Cuales son esos metodos? Concebidos en el s1Jen­
Camap, que había atacado a Heidegger en el segundo volu­ c10, ignorados por la mayor arte de los fil6sofos rofesion
men de la revista Erkenntnis'º'. Réplica suntuosa y áspera les, 1enen como punto e partida la logica" . La logica tal
a aquel que había creído posible apoderarse de un pasaje de como la ío!Jaron el mismo, Gottlob F'rege y Bertrand Russell,
iQué es la metafísica? 109 para someterlo al "tribunal" de la realizando el viejo sueño leibniziano de un edificio lógico
lógica formal contemporánea y echar por tierra, para que integralmente matematizado, y tal como Ludwig Wittgenstein
sirviera de ejemplo, los enunciados principales con el vere­ había hecho la .última formulación en su Tractatus logico­
dicto en contra de todos los enunciados de la metafísica: phüosophicus' 11•
"pseudoproposiciones desprovistas de sentido". El Manifiesto, citando a Russell -segundo representante
¡¡ No entra en nuestros propósitos analizar desde ahora los eminente de la "concepción científica del mundo", según la
fl considerandos del juicio carnapiano: algunas partes del expe­ lista que allí se presenta--, explicaba ya que "la tarea del tra­
diente nos faltan todavía. No vamos a insistir más con los bajo filosófico es una tarea. de clarificación de los problemas
términos del "recurso" heideggeriano: aparece como recurso y de las aserciones" y que "el método de esclarecimiento es
de casación y es el punto de partida de toda una filosofía el análisis lógico". Los autores agregaban: "El método del
i;,, Sin embargo, nos parece que hay que tomar una expresión análisis lógico permite diferenciar el empirismo y el positi-
de ese texto y detenemos un poco a considerarla: jla lógica,
i! 90 91
1\
l
.,
11'
¡:;,

i:.;
vismo actuales de sus versiones más antiguas, de orientación de una concepción agustiniana de las verdades y de las repre­
bio-psicológica" 111• 'sentaciones en sí, supo "remontar de las proposiciones a las
Pero el texto más esclarecedor es seguramente el de Ru­ formas", elaborar "las interpretaciones más interesantes, no
dolph Carnap, que está en el mismo volumen de Erkenntnis sólo para derivación, sino también para todas las otras relacio­
que el de Schlick. Después de haber expresado que "la lógica nes lógicas fundamentales: compatibilidad, incompatibilidad,
f,
es el método de la actividad filosófica", agrega, en términos etc." 'y hasta hacer, en su "gramática filosófica", el esbozo de _.,--._

L
� ji
que .remiten directamente a la fórmula de Heidegger: "Si, una historia crítica de la lógica123• ·,
í,

como herramienta lógic,a11 3, no se hubiera podido disponer
más que del sistema de la lógica tradicional, el deseo de susti­
tuir los hábitos poéticos de la metafísica por un método
Sin embargo, le faltaba a Bolzano lo que hace que "pro­
nunciar el gran nombre de Leibniz sea hablar de una salida
del sol": la idea grandiosa de una lógica matematizada124• En
¡;' científico hubiese seguido siendo vano. La lógica tradicional total acuerdo. con Itussell 12.5,. �cholz_VEl en Lei_bajz al venia:·
era absolutamente incapaz de procurar el material eficaz, ª ó
' el rigor formal y los recursos técnicos necesarios para trabajar ����¿·��rr;{b�ia� l1 i��s:r:irt 0l!�itcf,���id�����fiíz� �
en el nuevo problema ( ... ). Crear un material nuevo y capaz efauaaz mf.eñf.o"aé "'transfomíar fas. reglas.de deduccion eñ
i d\) prestar más servicios por cierto hubiese exigido mucho rejjlii{dii calcu/0"126. El texto se vuelve épico para aiiuncw· .·,

1:
l¡; más tiempo a los lógicos abandonados a sus propias fuerzas. la gran-·esperanza: fa de "la edad de oro en la cual, con la
Tuvieron la feliz oportunidad de encontrarlo ellos casi ínte­ ay uda de la nueva lógica, los problemas filosóficos serán "cal·
gramente hecho en los trabajos de los matemáticos de estos culados" de la misma manera que los problemas de las
últimos cincuenta años"' 14. matemáticas, desde el descubrimiento del análisis moder­
,!i Una "revolución en la lógica" pues, que celebra a su mane­
ra Heinrich Scholz en su obrita consagra!la a la historia de la
no"1n.
· ¿La edad de oro? Ya estamos, concluye Scholz. Es la
nueva era de.la "lo�íst�ca" 1:• abierta por Russell y Whitehead

lógica 11 t Primera y ejemplar tentativa"• de escribir ( o más
en los Principia mathematica, que es "la primera lógica formal
i
�.
bien reescribir) apasionadamente, desde el punto de vista
· del Círculo de Viena 11 7 , la historia de lo que se considera con un estilo puro, desembarazado de todo el :(árrago de la

it1i!"'
una "disciplina" que al fin habría salido de la prehistoria y
habría conquistado con su estatuto científico, los medios de
psicología" y de los "aditamentos discutibles" con los que
la Lógica de Port-Roya/129 había sobrecargado a la lógica -.
)! : ese desarrollo que Kant tuvo la imprudencia de negarle, en formal clásica Es la primera lógica formal exacta, cuyas
beneficio de su propia lógica "trascendental", en la Crítica proposiciones son "tan rigurosas como las de la matemática";
¡, de la razón pura. la primera, además, que hizo un análisis lógico de la existen­ �
'"'.
'
�! Scholz, quien reconoce que "Aristóteles jamás empleó cia, con lo cual reglamentó hasta las confusas preguntas de •"'
l"
;
la expresión 'lógica' en el sentido que hoy la conocemos" 118, la llamada "lógica de los valores" que Rickert y Lask, con el
tf! le atribuye además el mérito de haber sido "el primero en dar andamiaje de L otze, n o lograban plantear correctamente130; �
fj 1 la primera lógica formal perfecta que suministra "de manera ·
l., \ una suerte de axiomatización de la lógica" 19• J,J\ llistoria de completa" las reglas de deducción necesarias para la construc­ .�
la lógica medieval, luego de la moderna hasta Leibniz ( con la
1 notable excepción de los estoicos' 2 º), aparece en esta pers­ ción de la "matemática moderna"; en fin, la logística es la '
/ pectiva signada por un "olvido" desastroso: el del espíritu primera lógica formal que experimenta, como se ve en los �
problemas planteados en matemática por la interpretación
,l 1 "formal" de la lógica aristotélica, sepultado, por culpa de la
/ teología cristiana, bajo la masa de interpretaciones "ontoló­
l g1cas" de la doctrmiCder fi!Osofo. ·olvido- que también se
y la solución de las paradojas emergentes de la teoría de los
conjuntos.

!l ·verificaría en"lá ''lógica· trascendental" a la que, por esta


razón, propone denominar "lógica no formal" 121•
Todos los primeros escritos del Círculo .·de Viena tienen
vestigios en diversos grados del carácter triunfalista evidente

¡-] El "renacimiento" de la lógica formal se anuncia con la de e sta historia: la "revolución lo¡ticista" aparece como
;ij complemento de la "revolución relativ,sta", para suministrar �
!:� obra del "gran Bemhard Bolzano" 122 quien, aunque parte
·1· 92

ll
� 93

., �
'P
)!

sus instrumentos teóricos (sus "métodos", sus "herramien­


tas") a la revolución filosófica cuya exigencia se vislum­ esas proposiciones son "tautológicas" 138. Son proposicion
"vacías", sin contenido. De ahí la tesis, que se sigue de inme­ es
braba en la segunda, según ellos, con la salvación "revolucio­
naria" y racional de una humanidad liberada· al fin de sus diato, de que "la matemática, rama de la lógica, también
tautológica'' 139• es
demonios milenarios.
- Sea cual fuere, en ese momento, el estilo de esta "historia" Esta exposición, muy rápida, está salpicada de observ
· y de l a representación estrictamente "logicista" que ella da de nes filosóficas insistentes aunque alusivas, y termina enacio­
capítulo breve pero muy enérgico, "contra la metafísica" un
· la génesis de la "logística" 131, lo importante es descubrir los
. rasgos esenciales de la imagen-de la "nueva lógica" que se La pregunta que nos hacemos actualmente trata de detenñ .
¡ hácían los fundadores del neopositivismo para apuntalar su nar cómo la "revolución logicista" fue pensada por los fundai­
l.;' dores del Círculo de Viena como revolución científica, ­
¡ co'iivicción de haber recibido de los matemáticos el método eso disociarem os esos dos aspectos que en ella están tan y por
� \ mismo de la filosofía que concebían fundar. estre­
'
1 chamente confu ndidos. Pero previamente debemos reform
ti �· El artículo de Carnap resulta una guía muy útil en este _,
caso. lar <'Sta disociación, para mayor claridad. En efecto, los u­
mentos del texto que se refieren a la logística propiamen ele­
� Carnap, quien señala a su manera el vínculo entre la cons­ te
� dicha se pueden distribuir, a su vez, en dos grupos: por una
• titución de la nueva lógica y los episodios contemporáneos de
�A la historia de la matemática, esboza rápidamente las circuns­ parte, los que establecen la relación de la nueva lógica con
matemática; por otra, los que permiten una comparacióla

'
1a tancias de esta constitución. Nació, escribe, de la necesidad
de una "revisión crítica de los fundamentos de la matemá­
Í-entre esta lógica y la antigua Que esos elementos apare n
1f también en el artículo de Carnap es revelador de la filoso zcan ,
tica". Necesidad que primero se había impuesto bajo la forma . de la lógica peculiar del Círculo de Viena Volveremos fía :
de un "análisis lógico del número" y de la búsqueda de los '� esto. sobre',
"fundamentos lógicos de la aritmética" 132, y que luego pasa ¿Cuál es, pues, primero, la imagen que da Carnap -
a ser vital para la matemática, cuando se advierten "ciertas
relación entre la nueva lógica y la práctica matemde la
•�1.
paradojas en e l dominio matemático primero, pero cuya natu­ ática
contemporánea? Algunos rasgos se manifiestan con toda clari­
15
raleza lógica, en términos más generales, no tardó en manifes­
tarse" 13 3• dad, gracias a que la exposición es esquemática
• ¿El fruto de esos esfuerzos? Un verdadero "derrumbe" del La aparición repentina de conceptos "puramente lógicos",
que tienen existencia propia en un espacio teórico autónomo;
it
�\
proyecto booleano de un "álgebra lógica""': la matemática,
afirma Carnap, se ha convertido, conforme con los deseos de la subordinación de los conceptos matemáticos a esos conce
ll Frege, "en una rama de lalógica" 135 ."Pareciera que todo con­ tos puros planteados como "fundamentales"; por lo tantop­
� tamhién, la anulación-reabsorción, justificada en teorí de ,
; cepto matemático puede deducirse de las nociones fundamen­ a, la
8: tales de la lógica, y que todo teorema matemático ( en la historia considerada contingente, según la cual estos últim os
� medida en que es válido en cualquier ámbito del pensamien-. conceptos tenían su origen en "paradojas" surgidas en
terreno de la práctica matemática, puesto que es el cuerpel
�'
� to) puede ser deducido de los teoremas fundamentales de la
mismo de la matemática el que ahora aparece, por un modoo
¡
lógica" 136. Conclusión: "Puesto que todo concepto matemá­
tico se obtiene a partir de conceptos lógicos fundamentales, de inversión epistemológica del orden histórico de filiación,

l1
toda proposición matemática puede ser traducida en un enun­ como vástago de la nueva doctrina Como correlato: la nega­
ciado que represente conceptos puramente lógicos" y "Esta ción del carácter específico, irreductible, de la práctica
trj traducción puede entonces, en ciertas condiciones, deducirse mática y la convicción, a una con esta negación, de quemate­ esta
de proposiciones lógicas fundamentales""'. práctica, al tener en la "traductibilidad" de todos sus enun­
Ahora bien, prosigue Carnap, haciéndose eco del Tracta­ ciados a los de la lógica un instrumento crítico infalihle,
adelante estaría a cubierto de toda "crisis". en
tus, por añadidura, la nueva lógica ha permitido aclarar total­
mente "el carácter esencial de las proposiciones lógicas": No hay que olvidar, antes de juzgarla, que esta representa
-
94
95
'!j1
¡¡
l;
sabe, por último, que Russell en 1903, poniendo en peligro
ción tenía fuertes connotaciones, que Camap evidentemente la construcción de Frege 146, demuestra que la noción "de
�f' no deja de mencionar y de explotar. conjunto de todos los conjuntos que no son elementos de
Hace falta, para comprenderlo, remitirnos una ve z más a sí mismos" es contradictoria, siendo lo más grave que, por
cuando, según la acertada
los primeros años de este siglo;
--

expresión de Jules Vuillemin , "el descubrimiento de anti­
140 contagio, esas "antinomias" al parecer deben afectar progre­
nomias que afectan los principios ae la teoría de los con·un­ sivamente hasta los sectores más clásicos de la matemática y
�;
1a pro uc1 o en a matematica moderna e ectos no solamente a esas "regiones periféricas" (Bourbaki) carac­ .--..
tos terizadas por la consideración de conjuntos de una "magni­
iñas devastadores y mas revolucionarios todavía que los que
lj ' abía producido en la matemática rie a el descubrimiento
tud" inaccesible a la intuición.
De este modo se había creado una situación de grave incer­
�-

�;! e los numeros irrac1on es . Una "crisis" surge al cabo de


J:\l

·', ¡
J.;
tin movimiento continuo, hasta entonces aparentemente
victorioso, de unificación de la matemática sobre la base de
tidumbre, que iba a prolongarse y reiterarse durante años.
Pero lo que hay que señalar es que, cuando se constituía
el Círculo de Viena en 1929, y aun en el momento en que
_,
la axiomatización de la aritmética y de la aritmetización del
111!!
jl111\l análisis 141 , en el momento mismo en que la teoría cantoriana
Carnap escribía su artículo de 1930, el punto agudo de la

"crisis" parecía ya superado. Hasta se podía creer que las difi­ ",
¡:¡ de los conjuntos comenzaba a ser aceptada por la mayoría
de los matemáticos y en que el edificio matemático parecía
cultades habían sido definitivamente resueltas y que el mérito
�!! de aquí en más definitivamente afirmado en esta nueva
principal le correspondía a Bertrand Russell, autor de una
verdadera proeza teórica 147•
11¡1,11 base 142• Jean-Toussaint Desanti demostró cómo los trabajos
de Frege y de Cantor, realizados dentro del mismo contexto
matemático, aunque articulándose en dos, puntos diferentes
En el capítulo donde trata de las "antinomias lógicas",
después de haber recordado los rasgos de la coyuntura de la --
matemática a comienzos del siglo, Camap escribe: la nueva
de su campo, también se articulaban entre sí. "En particular,

lógica todavía no estaba en condiciones de reducir esas
escribe, la definición cantoriana de los cardinales es en lo antinomias cuar¡do surgieron. Fue ésta la oportunidad de
!i' esencial, en otro lenguaje, equivalente a la definición del con- proseguir con la tarea de instaurar un sistema renovado.
11' fcepto de número propuesto por Frege, aunque no emplee
!i¡,i un aparato lógico elaborado". "Así, concluye, en esta confi­
"Russell logró resolver la dificultad por medio de la 'teoría
de los tipos' " 148 • Da entonces el ejemplo de la "paradoja de los -
1!il':1;
'l.' guración que realizan los matemáticos en ese último tercio
del siglo XIX, la misma especie de ser ( el concepto de conjun­
impredicables" 149 y la solución que propone RusselL -
mi to abstracto tomado como material formal de la mathesis) se Si se tiene en cuenta, por otra parte, que el período 1920-
1928 es aquel en que, dentro de la orientación de los trabajos �
lencuentra señalado dos veces" 14
3
'111· .' •
de David Hilbert"º, y a pesar de las divergencfas que enfren­
Ahora bien, precisamente sobre ese concepto, en ese punto
¡¡';

tan a los matemáticos sobre la interpretación del "axioma de
decisivo, estalla la "crisis" en los últimos años del siglo XIX,
,,
::i elección" formulado por Zermelo 151 , parecía a punto de con­ r
como consecuencia misma del esfuerzo de rigor que ya cretarse el proyecto de dar una base axiomática a ·1a teoría
llevaba medio siglo y que parecía haber llegado a su fin. Se
�-
� �
111 cantoriana (ingenua) de los conjuntos que permitiera eliminar
sabe que los primeros conjuntos "paradójicos" aparecen en la definitivamente las antinomias, se comprende que los neopo­
q teoría de los cardinales y de los ordinales; que, desde 1897, sitivistas hayan podido considerar que "encontraban" en los

Cesare Burali-Forti observa que no se puede considera r

J

Principia (y en la parte lógica del Tractatus) un instr umento
por
144
que exista un conjunto formado
:;¡i,1 -
los ordina/es
todos
"lógico" insuperaO!e. Al defender el programa de un posi­
,

porque ese conjunto sería bien ordenado y, en consecuencia, tivismo lógico, tenían así la sensacion no sólo, como lo hemos
isomorfo respecto de uno de sus segmentos distintos de sí dicho, de extraer elementos filosóficos de la "revolución
!I mismo, lo cual es absurdo; que en 1899, Cantor observa (en relativista" {inwrpretada como una consagración de la ten­ ,,__
una carta a Dedekind 14
5
) que tampoco se puede decir que a.encía positivista machiana en filosofía) que por sí misma
-� i
11 1 los cardinales formen un conjunto , ni hablar del "conjunto de �aba garantías a los físicos contra el eventual retorno de una

todos los conjuntos" sin terminar en una contradicción; se
ji,
;,1

97
it
:r
96 �
¡¡
11
"crisis" comparable a la que experimentaba la física desde lica fre_n_�_ a__ enunc!,ados del tipo: «a es _más grande que _b".,
hacía medio siglo, sino que, además, tenían la seguridad de obligada �Clfil.Cl _ lo esj;,ab_a,_ en virtud_ de sus propias bases, a
estar en condiciones de sacar partido de la "revolución logi­ "traducirlos" en forma predicativa Pero entonces, agrega,
cista" que, a su vez, parecía conjurar la repetición de una "muchas de las deducciones entre enunciados de relación se
"crisis" del tipo de la que se había iniciado con la teoría de hacían imposibles, aunque se imponían en la práctica cientí·
los conjuntos. . . .. fica Por ejemplo, el enunciado: 'a es más grande que b' pue­
1':
Las causas de esta última "crisis" parecían claramente de ser interpretado como sigue: 'Al sujeto a se le atribuye el
,¡ identificadas: no había comenzado, se pensaba, con la violen­ predicado' más grande que b". Pero este predicado forma
.:,, cia dramática que se le había conocido, sino porque entonces entonces un todo; ninguna regla de deducción permite deri·
il
iil
no se disponía de una "lógica adecuada". var b de tal predicado. De ello resulta que no se puede pasar
.1J En cambio, la solución de las "paradojas", según Schlick, analíticamente de la proposición indicada a la proposición: 'b
acababa de hacer accesible "el conocimiento de la esencia es más pequeño que a' ". A esta situación, Camap opone la
g de la lógica misma". Esencia que, a sus ojos, pondría en claro de la logística donde la relación "menor" se define como
1 la verdad de la "lógica tradicional", haciendo aparecer por "conversa" de la relación "más grande", y donde la conclu­
l
�i
contraste sus límites y debilidades. sión anterior se basa entonces en un teorema general: cuando
Si ·continuamos con el artículo de Camap, se ve en qué existe una relación entre x e y, su conversa existe entre y
pm consiste esta "esencia de lo lógico" que la "nueva lógica" Y x 1ss .
�1 creyó descubrir. "En adelante fa determinación de todo ordenamiento;
� Por una parte, según las manifestaciones de Frege, en haber que se funde esencialmente en el uso de ese género de rela:
� sustraído el análisis lógico a la servidumbre en la cual perma­
il ción, es lógicamente posible. Si, por ejemplo, se considera
1 necía con relación al análisis gramatical de las lenguas natura­ una clase de varias personas y si en cada grupo de ellas de a

I}'_
les 152 , con la consecuencia capital de haber colocado en el dos, se sabe distinguir la más grande, se habrá podido estable­
centro del análisis no el "concepto" sino la "proposiciónn 153 _ cer un orden de sucesión de esas dos personas. Se podría
Proposición que, sometida a un análisis tal, no se descompone creer que el mismo resultado se obtendría por vía predicativa,
' más, como se había creído de acuerdo con Aristóteles, en por atribución a cada persona de una medida numérica Pero
i sujete y predicado, sino en función y argumento y cuyos entonces habría que plantear de nuevo que, para cada uno de
1��
• valores de verdad se pueden "calcular", así, en lenguaje dos números, se sabe cuál es el mayor y cuál es el menor. Es
•t simbólico, con la misma "seguridad" que se calcula en mate­ necesaria una relación semejante de orden para constituir una
'
máticas. "Las deducciones -escribe Carnap-, también. en serie. Por lo tanto, no se puede prescindir de la teoría de las
lógica se obtienen con operaciones que se basan en fórmulas. relaciones en todas las ciencias que tienen que ver ccm series
i Se dice: cálculo de proposiciones, cálculo funcional. Con· y ordenamientcs: aritmética ( o serie de números), geometría

'
� sideraciones referentes al contenido son en realidad las que (serie de puntos), física (toda clase de series de medidas:
s dirigen la marcha de la deducción, pero no desempeñan un medidas de espacio, de tiempo, de diversos tamaños de esta­
' pap�l esencial Del mismo modo que en el cálculo algebraico dof'1s6.
donde se aplican reglas independientes del valor numérico de Finalmente c,,map hace una nueva alusión a Russell para
los símb olos y de los objetos concretos a los cuales esos marcar una última novedad de esta lógica, según él de gran
�!i números se refieren" 154• significación filosófica Esta novedad consiste en haber mo s­
Por otra parte, la nueva lógica se distingue de la antigua trado, con la creación de la "teoría de los tipos", que cie rtos
no sólo por la fonna (simbólica) de su exposición sino, ante enunciados no son ni verdaderos ni falsos, sino "carentes de
focto;_{óique penetra en un dominio mucho más vasto que la sentido" 157• Dicho de otro modo, que la división entre enun­

!
antigua al extender su "campo de acción" a la teoría de los

1
ciados verdaderos y enunciados falsos sólo es una subdivisión
enunciados de relación y la teoría de las funciones proposi: de la que separa los en unciados dotados de sentido de los que
cioti�es: Camap recuerda la impotencia de la lógica aristot&_ no lo son, o sea hablando con propiedad, de "pseudopropo-
98
99

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; J!�
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'.___'

Íl'�,¡,i �-
V
siciones" que no enuncian nada. Se verá qué partido filosó­
fico -hay que decirlo, como Barone: ¿antifllosófico?­ axioma, afectaba la definición lógica del número dada por
1!:.
�!· querían sacar los neopositivistas lógicos de este "descubri­ Russell al poner en evidencia, en la base misma de la cons­ ·-.
miento" russelliano de enunciados aparentemente correctos truccción a la que daba lugar, un postulado metafísico sobre
]]"
según las reglas de la gramática, pero que sin embargo no la infinitud del universo 1 61•
' tiene sentido, según se puede demostrar lógicamente, rigiéndo­ Francesco Barone retomando los análisis de Ludovico Gey­ .,
J)!
se por su simple forma. monat 162 , indica que esas dificultades y, en particular los
ii. argumentos de Ramsey, son los que llevaron a Carnap; por .·,
,ij Ahora bien, antes de llegar, para terminar, a las conclusio­ ejemplo, en lo que se ha convenido en llamar la·" segunda
�I¡ nes propiamente filosóficas extraídas de estos análisis, hay fase" -sintáctica- de su carrera filosófica, a una nueva posi­
!:!11·'•.· que agregar todavía algunas precisiones sobre el destino de la ción, de acentuado carácter convencionalista.
"revolución logicista" · cuyos rasgos esenciales acabamos de Pero hay que agregar, como lo hace Robert Blanché, que
¡, repasar, por lo menos, tal como se reflejan en la "conciencia"
de los fundadores del positivismo lógico. esta modificación se explica además por la aparición contem­
Porque también sobre este terreno a enas constituido el poránea de lógicas "no clásicas". Una "proliferación" (lógi­

1
Círeu o u ca o su ro a arecen cie cu - cas plurivalentes, lógicas modales, lógicas débiles 163 ) "cuyo
efecto consistía en producir en el dominio lógico una revo­ .,
1 es g ue contn uyen a remtro ucir, entre los mismos lución epistemológica compatable a la que un siglo antes
t miembros de la nueva escuela, los desacuerdos ue se habían
había operado, en el dominio matemático, la aparición de las
1
11
o e er o I o es errar ara s1em re e a filoso-
:1a. e go pe, unos y otros se vieron forza os a poner de primeras geometrías no euclidianas"164 y cuyas implicaciones
registra Camap al formular el célebre "principio de toleran· �
� nuevo en marcha su dispositivo teórico de base y a efectuar

·1
profundas modificaciones doctrinarias. cia" que figura en las primer�s páginas de su segundo gran �-

1
Las primeras de esas dificultades surgen en el corazón
mismo de )a teoría russelliana y llegan a conmover lo que
libro, Logische Syntax der Sprache (Sintaxis lógica del len­
guaje), aparecido en 1934. -
¡
' · parecía la piedra fundamental: la teoría de los tipos, sobre la Eso no es todo, porque otra "dificultad", mayor, surgida �
-.
cual, como se ha visto, Camap profundiza sin la menox en la matemática misma y contra lo que todo el mundo

'•
'1 resexva en el artículo que hemos tomado como hilo conduc­ esperaba, habría contribuido a inclinarla en ese sentido, al
mismo tiempo que revigorizaba por un lapso los discursos de

r
tor de nuestro análisis. Dos dificultades de desigual gravedad
l. que· toman la forma del cuestionamiento de dos "axiomas" la "crisis". Nos referimos al teorema de Godel formulado en
'
1931 y que de inmediato fue comprendido e interpretado �
admitidos por Russell y Whitehead en los Principia: el "axio­ como una "limitación"165 -sino como un fracaso- del pro­

!.',
ma de 1eductibilidad" y el "axioma del infinito" que se per­ yecto logístico, porque daba un golpe aparentemente decisivo
ciben como manifiestamente a¡enos al dominio <le lo "pura­ al programa hilbertiano de demostración de la no contradic­
mente lógico". Respecto del primero, el mismo Russell
1 ción de la aritmética y la teoría de los conjuntos.
l había reconocido, en el prefacio de la segunda edición de la
obra, que sólo tenía un valor "pragmático", puesto que
Decididamente, a comienzos de la década de 1930, el cielo
se ensombrecía, d��Y.i�::a.e haber par,ecfrlo rior Ún momento
.,
.,
estaba destinado a evitar que numerosas demostraciones tan generoso con sus dones.
matemáticas fueran invalidadas por la teoría de los tipos158 •

1�
Todas estas dificultades, combinadas con las que hemos
A pesar de las tentativas de Chwistek 159 de eludir la dificultad mencionado en física, al insertarse y desplegarse en el es acio
consexvando, con algunas modificaciones, lo esencial de la
e
filosÓfico nuevo eJ mundo filosot!CO ang!osa10n- d on *' los

-.
teoría russelliana, resultaba claro, principalmente luego de los acontecimientos olíticos no tardaron en forzar a los miem-
li' trabajos de F. P. Ran¡sey, que esta teoría tal como había sido ros e C1rculo a buscar re io los ale·aran muchísimo de
··1'
�.;¡ propuesta en su forma original no era suficiente, contraria­ su �unto e partid8_

-
1;,: mente a lo que se había creído, para resolver paradojas como ero antes de considerar esas modificaciones, oe estimar su �
¡,1 la del Mentiroso, por ejemplo 160. En cuanto al segundo l alcance y determinar sus límites, tomando como pauta las

t1
100 101
1

/,
críticas específicas y divergentes de Popper y Wittgenstein,
j'
J artículo ya nos había llamado la atención: .la J()gística nos .hª·· '
permitido "el conocimiento de la esencia de lo lógico mis- /¡
1
para completar nuestra descripción es necesario agregarle un ti11 iriónt6
--
7··
- .. ...�
nuevo elemento: la forma en la que los fundadores del neo­ · · Schlick saca ahora las consecuencias principales, ·con
positivismo pensaron poder traducir en filosofía la conjun­ un vocabulario copiado del Tractatus. "Todo conocimiento,
ción de tres exigencias revolucionarias que, según ellos, dice, no es tal sino por su forma Por su forma representa el
la coyuntura ideológica y científica había puesto en primer hecho conocido. Aun si la forma misma no puede ser repre­
plano. En síntesis, reunir las pocas indicaciones dispersas sentada, no por ello deja de ser lo esencial en el conocimien­
dadas hasta aquí para determinar el "contenido" de "esta to; el resto sólo es material accesorio, como esta tinta con
filosofía científica" (Reichenbach) o de esta "concepción que cargo mi pluma para escribir este enunciado".
científica del mundo" (Neurath) que, a su entender, elabora­ De allí, según él, una explicación decisiva para comprender
ban en común. Una vez más, tomaremos las cosas en estado la naturaleza de la filosofía: se creía que la filosofía consti­
naciente, en el período que culmina con la publicación del tuía a la vez la "base" y la "piedra angular" del edificio de la
Manifiesto. ciencia: era un error: Doble error, a decir verdad. Uno que
* * * afecta toda "teoría del conocimiento" (o teoría de los funda­
mentos de la ciencia) y el otro, toda "metafísica" ( o discur­
so sobre los fines últimos).
Filosofía Se apunta así a dos blancos, que serán los del Círculo en el
terreno filosófico. El primero es, como se habrá adivinado, la
Ultima vuelta, pues, a los textos inaugurales del Círculo, filosofía kantiana ( o neokantiana), filosofía dominante en las
para aclarar un nuevo estrato discursivo: aquel en el que se universidades alemanas. Y es un hecho que la primera lección
dibuja positivamente el rostro de la filosofía nueva, investida, filosófica que se creía poder sacar de la nueva lógica era anti­
en las condiciones que ahora se conocen, de su misión revolu­ kantíana. Lección que venía a reiterar y reforzar la de la
cionaria. revolución relativista. En efecto, no solamente las geometrías
El Manifiesto, texto programático y fruto de un compro­ no euclidianas eran consideradas como desbaratando la
miso, sigue siendo muy elíptico. Los autores se contentan noción de "formas a priori" de la sensibilidad, sino que,
con explicitar, sobre la base de la "concepción científica del como ya nos dimos cuenta, la logística parecía refutar la
mundo", el fin último de166su "operación" en filosofía: "la idea cardinal del criticismo, la de. "3mc10 smtetico a priori'':
unificación de la ciencia" ; el medio: "el análisis lógico de Releamos a Rewhenbach: . "La aritmética, escribe, qiN
sus proposiciones" mediante la búsqueda de un "sistema Kant considera como una ciencia sintética y a priori, en los
neutro de fórmulas" que constituya "un simbolismo liberado trabajos de Russell y otros se presenta como puramente analí­
de las escorias de las lenguas históricas"; el obstáculo a supe­ tica; y con eso desaparece otro refugio del a priori sintético
rar: todas las pseudoproposiciones que lo estorban. que, a causa de la aplicación extendida de la matemática,
Los textos de los dos primeros volúmenes de Erkenntnis marcaba una posición muy fuerte del apriorismo" 168• Y aún
son m.ás esclarecedores, porque van más directamente al gra­ más: "Las transformaciones matemáticas: el concepto de
no, comenzando por el primer artículo escrito por Schlick, número, ante todo, se muestra como una construcción lógi­
"Die Wende der Philosophie" ("El viaje de la fiJosofía"). El ca que sólo abarca, en forma abreviada, operaciones tautoló­
autor allí explica, recordemos, que el "gran giro" de la filo­

. sofía se cumple porque dispone de "nuevos métodos", que
gicas, analíticas" 169• Dicho de otro modo,
l
se ataca el proyec­
to mismo de una "lógica trascendenta" en sus bases y queda
"recibe" de la nueva lógica Pero, agrega de inmediato, si la irremediablemente· invalidado, según Reichenbach, por el
existencia de esos "métodos" tiene esos efectos revoluciona­ descubrimiento del carácter tautológico de las proposiciones
rios, es porque la constitución de la logística va mucho más lógicas a las que pueden "reducirse" las proposiciones mate­
allá del campo delimitado de las dificultades matemáticas máticas.
para cuya solución estaban preparados. Una fórmula de este 103
102
11:;.i
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�cm.fu,¡_ Ji /Ur�
(YVP fc<.f' /t&_) U
áJ. IL � ¡e,(¡[
.
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Si Einstein parecía haberle dado la razón a Mach en 1905, Por ejemplo, ese princ1p10 así definido es el que utiliza
l.J �

en contra de Kant, Russell apelaba expresamente a Leibniz Carnap en el Aufbau, sin vacilar en atrfüuirle todas las impli­
g
desde comienzos del siglo, pero otra vez contra Kant. La caciones filosóficas. Si todos los enunciados dotados de sen­
e'

"revolucion en filosofía" que pretendieron efectuar los tido pueden dividirse en "analíticos" (tautologías y contra­
i;'
lf
miembros del Círculo de Viena consiste, en consecuencia, dicciones que nada nos enseñan sobre Jo real) y "sintéticos",
en intentar fundir en un mismo cuerpo de doctrina esta doble que algo nos enseñan sobre Jo real, entonces, en virtud del
lección. yorregir a Mach depurando su positivismo de sus ata­ principio de verificación, explica Camap, se podrá poner en
duras psicobiológicas170 y. completar el edificio. por un prés­ correspondencia ·estos últimos enunciados con un dato empf­
rtafüo-sisteniático .• arcoriteri id o· científico de la Jogística russe ­ rico inmediato' 73. Camap combina el fenomenalismo de
·"'
¡¡
. .
lliana, despreniffda dél· trasfondo platónico del que .estaba. Mach y la tesis de la extensionalidad de Russell y Whitehead

. afectada en el filósofo inglés, tal es el programa que se fija; para elaborar sobre este apoyo un sistema general de todos los

por ejemplo�- ·carnap en su célebre libro, Der logische Auf- conceptos científicos, que se base en definitiva en la posibi­
ú; �-

i bau der ·we1n1-a·esirúctura lógica del mundo), aparecido en lidad de "reducir" todos los objetos del conocimiento cientí­
¡:

Berlín en 1928. Como ya se ha dicho, los neopositivistas fico a los objetos "simples" de la percepc ión sensible. Sistema
H creyeron poder inscribir en ese proyecto al Tractatus logico­ que postula, además, conforme con los principios del "ato­
philosophicus de Wittgenstein. Veremos al precio de qué mismo lógico", la independencia mutua de las proposiciones
.-,
malentendidos. elementales que se combinan, según las leyes de la lógica, en
La "teoría del conocimiento", si conservamos esta expre­ "proposiciones mo Jeculares".
sión -peligrosamente equívoca para Camap y Neurath­ Como aquí solo tenemos el propósito de exponer las lineas
será "lógica aplicada". En otros términos: aplicación a todos
,,.

Íi esenciales de la configuración filosófica general elaborada por


los enunciados del principio de "verificación" que se convir­ el Círculo de Viena, no tenemos que entrar en el análisis deta­
�-

ill tió en el "grito de batalla" del movimiento vienés. La paterni­


dad de ese principio, enunciado por primera vez en su forma
llado de la construcción carnapiana. Tanto más cuanto que
no fue -ni remotamente- adoptada por todos, y que el
canónica por Waismann en un artículo de 1930171 , se suponía mismo Camap debió modificarla profundamente para

que podía atribuírsele a Wittgenstein. "El sentido de una responder a las críticas que d_e inmediato se le hicieron 174 .
proposición es su método de verificación", decían los positi­ Sin embargo, conviene señalar que, después de haber anali­

�,

vistas lógicos. ]pi aforismo 4.024 del Tractatus planteaba que: zado los diferentes fundamentos empíricos posibles, Carnap
"comprender una proposición quiere decir saber Jo que es el optó finalmente por remitirse por una parte a los "elemen­
1:
caso (was der Fall ist) cu ando es verdadera"; y Wittgenstein tos" de base constituidos por las "experiencias sensibles"
1¡­

había hecho en la década de 1930 una cantidad de formula­ del sujeto cognoscente (base llamada "autopsicológica")
.,
l!c

·crones aparentemente explícitas de dicho principio. Se puede y, por la otra, a las "relaciones de base", entre las cuales la
I'
Vi
Jeer�·por ejemplo, en las Philosophische Bemerkungen (Obser­ fundamental era, según él, la de "identidad parcial" existen­
h

vaciones filosóficas): "El sentido de una pregunta es el méto­ te entre percepciones elementales dadas. El mérito innegable
do utilizado para contestarla", o inclusive: "Comprender el de la primera tentativa camapiana será, entonces, el haber
/"-
!\

sentido de una proposición quiere decir saber cómo llegar a explicitado plenamente los presupuestos sobreentendidos en
_.-"

una decisión sobre la cuestión de saber si es verdadera o fa!- \ el "principio de verificación" tal como se había adoptado y el

sa'' 172• Sea lo que fuere, en ese momento, Jo que distinguía : haber destacado algunas de las consecuencias más discutidas
: ya de hecho la concepción wittgensteiniana de la verificación ¡ incluid as en él. Como muy bien lo dice A. J. Ayer: "Detrás..]
!, �

, de su interpretación neopositivista, y sin hablar de las modifi- I del slogan que constituía el principio de ve1ificación estaba
. caciones que le aportó Juego, podemos considerar que los ¡ la aserción de que todo lo que puede decirse puede ser expre­ 1
enunciados mencionados constituyeron la piedra fundamental s.ado en términos de enunciados elemPntales. Todos los enun-
,.....

\ Cle"Ja ·doctrina primera, en su forma estncta, del pos1fav1smo ¡¡ ciados de un orden más alto, incluyendo las hipótesis cientí- /
J;l¡
,....
. lógico. . ' ficas más abstractas, en definitiva no eran nada más que des- (

105
104
.,
,,
,,
lj"
}!
(i:
l)t
lf,1
i:f
del mundo- De acuerdo con esta concepción, esas experien­
cripciones abreviadas de acontecimientos observables" 175•
\it ··Ayer apunta de inmediato las dos cuestiones que concentra­
cias atómicas no pueden por supuesto exponerse a ningún
examen crítico y no requieren ninguna verificación. Carnap
::;¡-,
,,, rían la atención de los debates del Círculo: "Esta posición intenta introducir una suerte de protocolo atómico, al pedir
¡,:: resultaba particularmente vulnerable cuando se admitía, que 'se haga una distinción neta en el procedimiento cientí­
como Carnap, que los enunciados elementales no eran sino fico entre la adopción de un protocolo y la interpretación de
registros de las experiencias inmediatas del sujeto: durante los enunciados protocolares', y que, en consecuencia, -no se
un tiempo, se sostuvo firmemente que los enunciados referi­ acepte en el protocolo ningún enunciado indirectamente
dos a objetos físicos pueden ser traducidos en enunciados adquirido". Pero, objeta Neurath, por lo menos, como lo ha
acerca de datos de los sentidos, pero no se pudo llevar a buen mostrado el mismo Carnap, en estos protocolos intervienen
término una traducción semejante ( ... ). · Además, la elección nombres propios y, por eso, siempre debe hacerse una inter­
de esta base planteaba la pregunta del solipsismo: el problema pretación. "Un protocolo del tipo: 'A las 3, Otto veía rojo'
de trasladar las experiencias personales del sujeto a las expe­ no es un protocolo 'primitivo' en el sentido de Carnap, dado
riencias de los otros" 176• que no se puede, después de todo, rodear el acto perceptivo
�riv; Muy rápidamente, la cuestión de los enunciados de base, de Otto". Hay que renunci!U' al "solipsismo metodológico",
<P"'� técnicamente bautizados con el nombre de "enunciados proto­ concluía Neurath, porque en el fondo no es más que la resu­
J i colares", constituye un motivo de enfrentamiento entre los rrección apenas camuflada del viejo solipsismo de la filosofía
; miembros del Círculo. Y la idea de que un enunciado proto­ idealista tradicional 181 •
' colar del tipo: "Rodolfo, el 11 de enero de 1928, en el !abo­
1 Óarnap- aceptará esás críticas y las tomará en cuenta en sus
' ratorio de física de la Universidad de Viena; la aguja de tal obras posteriores, como más tarde lo hará también en
\ voltímetro se encuentra frente a la cuarta marca inscripta en un sentido con las de Popper, pero sin abandonar el proyecto
1 su cuadrante", pudiese ser aceptada como enunciado cientí­ (por otra parte evidentemente también sustentado por
. fico de base, antes de ser objeto de los sarcasmos de Pop­ Neurath) de formular un lenguaje universal de las ciencias
/ per 177, la corrige ligeramente Carnap a partir de 1931, pero, sobre una base "fisicalista"; desprovisto así de toda base
•1 sobre todo, la cuestiona vigorosamente Neurath en su famoso observacional absoluta, a partir de entonces se considerará
, artícu lo sobre los "enunciados protocolares" 178. que ese lenguaje está construido sobre enunciados "acepta­
No existen, le objeta Neurath a Camap, "enunciados dosw como piinl:o de partida para una convención sintáctica
protocolares primitivos", ningún enunciado último que no entre investfgadores' 82•
haya que someter en sí a verificación. El "lenguaje de la expe­ ·· Sch!Íck; � por su parte, mantendrá siempr
riencia fenoménica" no es, como lo cree Carnap, un lenguaje e su oposición
principista a la noción de "enunciados protocolares". "En
"puro"; por el contrario, está cargado de términos impreci­ mi opinión, escribe, al tratar de basar el fundamento del
sos y equívocos; no se puede, pues, confiar sin crítica en los conocimiento en enunciados primarios y no en hechos pri­
informes observacionales 179 • Por otra parte, los "enunciados marios, se mejora considerablemente el método. Pero, sin
protocolares" pueden entrar en competencia entre sí18º embargo, creo que el provecho que hay que sacar de esta
y debemos tener la posibilidad de rechazar algunos en ventaja no se comprende bien, porque tal vez no se ha adver­
función del "sistema teórico" adoptado. En realidad, conclu­ tido del todo que, al final, siempre se trata únicamente del
ye Neurath, en esta ocasión Camap ha sido víctima , sin

¡'
viejo problema de la investigación de una base última. En par-
saberlo, de la tradición filosófica de la que se creía liberado: ticular me parece que el modo de ver al cual se ha llegado /
"La tesis de Carnap, según la cual los enunciados protoco­ mediante consideraciories protocolares no es sostenible. Estas
. l ares no requieren verificación, sea cual fuere la interpreta­ consideraciones volverán a remitirnos a un relativismo parti­
'. -ción que se les dé, puede conectarse· con la creéncia en lás cular que es consecuencia, según parece, de concebir los
' experiencias inmediatas, que es corriente en la filosofía uni- enunciados protocolares como hechos experimentales, sobre
versitaria· fradicional. Según esta filosofía, existen ciertos 'ele­ los cuales se levanta el edificio del saber al desarrollarse en ¡
ineritos de base'· sóbre los cuales se puede constl,'Uir la imagen
106 107
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r-

r- .
el transcurso del tiempo. Si uno se pregunta sobre la cer­ tratado de química, a condición de que sean hábilmente
y .--
H
�� teza que cabe atribuir a los enunciados protocolares vistos inventados que no presenten contradicciones. P-uedo descri­
desde este ángulo, fuerza es reconocer que está expuesta a bir arbitrariamente un universo grotescamente extraño; el
M numerosas dudas" 183• Y concluye en estos términos: "Se ve filósofo de la coherencia deberá encontrar· mi exposición

g�

¡
claramente que la concepción indicada de los enunciados
protocolares no aporta la base sólida que se busca para el
conocimiento. A decir verdad, sólo conduce a esto: prueba
exacta, verdadera, si tan sólo mis afirmaciones son compati­
bles unas con otras y si, con precaución adicional, evito
chocar con las maneras habituales de describir el mundo colo­
-
¡if;
la nada, la falta de sentido de toda distinción entre los enun­ cando el teatro de mi narración en una estrella lejana donde -�
ciados protocolares y los otros. Comprendemos entonces la nadie irá a ver lo que allí pasa. Después de todo, esta misma
idea que podríamos extraer de ciertos enunciados del conjun­ precaución no se impone; exigiré tan sólo que otro se acomo­
� to de los enunciados científicos y calificarlos de protocoia­ de a mi descripción, pero no estoy obligado a adaptarme a las �
k!
bi res; sólo dictarían la elección razones de oportunidad y de · suyas. No tiene el derecho de objetarme sus observaciones,
�' _adaptación al fin perseguido en cada caso. ¿Es tidmisible eso? que nada tienen que ver aquí, puesto que sólo cuenta la
r

l•.
��
--
/ ¿No son en realidad más que razones de oportunidad? ¿No , ausencia de contradicción entre enunciados" 184•

l
,_¡�_j
1 hay que considerar igualmente l a procedencia dejos enuncia- / Los positivistas lógicos no cesaron de vacilar sobre esta
, dos, su historia? ¿Qué hay que entender aquí por oportuni- ! cuestión, siempre empujados hacia los temas convencionalis­
¡ dad? ¿Qué fin se tiene en vista cuando se establecen esos 1 tas, incluso pragmáticos, a medida que se modificaba el esta­
enunciados y' se hace una elección entre ellos? Ese fin no,1 tuto de los enunciados protocolares. Oscilación paradójica,
diferiría del de la ciencia misma: presentar una descripción[ como advertirá Popper, por parte de teóricos que _quedarán
verdadera de los hechos". .J ligados al "principio de verificación" ( aun bajo formas modi- r,
Hemos citado un poco extensamente este texto de Schlick, ficadas).

t1
,,....
no tanto porque, de hecho, da bastante bien el "tono" de Jas Pero lo que es im ortante, más allá de estas divergencias y
1
__

discusiones filosóficas internas en el Círculo de Viena, sino de esos desvíos ue imentaron a JS oria m erna e VI· �-
porque, además, tiene él interés de indicar sin rodeos dónde m1en neopos1tiv1Sta1 es su a eS1on unanime e m e ec I e
al principio de dicho principio. Esta notable constancia en �
está el punto clave en esta interminable discusión sobre los
J1 "enunciados protocolares". Porque en esta oscilación def efecto nos parece ligada a lo que constituye, se quiera o no, r
& "fenomenalismo-sensualismo" del Aufbau al "convenciona­ los dos temas solidarios e invariantes del proyecto filosófico
t· lismo" delos años31-32, de lo que se trata en Última instan­ que se empeñaron en realizar.
•'1 'Cm es de la cuesfaon filosohca de la verdad.
Cuestión clave de toda teoría del conocimiento, que los
El primero de esos temas constituye la segunda "lección"
filosófica extraída por los miembros del Círculo de Viena de

.,'

• positivistas lógicos podían creer "eliminada" al haber recu­ la combinación de los tres tipos de acontecimientos revolu­

'
rrido a la logística, pero que vuelven a encontrar, desde el cionarios de los que se consideran heraldos e inté rpretes. �
� momento en que se plantea el problema del estatuto de las Con ese tema ya nos hemos encontrado más de una vez: el de
ciencias de la naturaleza.. Cuestión sobre la cual se dividen la "eliminación de la metafísica" (Carnap). Una eliminación
t
permanentemente: unos inclinándose, como Neurath, hacia cuya necesidad y_ urgencia son tan constantes, tan altamente F'
una concepción formal de la verdad como "coherencia" y tan agresivamente refirmadas que en este caso se podría
entre enunciados; los otros, en el extremo opuesto, pensando retomar la palabra de Ayer y hablar de un verdadero slogan.
como Schlick, que en esto se considera heredero de Wittgens­ Considerando el movimiento neopositivista de los años 30
tein, que la verdad es "correspondencia con los hechos". con una perspectiva histórica, ciertamente es ese "slogan", y
Leamos de nuevo a Schlick cuando responde a Neurath: la manera ritual en que se repite en la mayoría de sus publi­ .-
"El que sólo exige la coherencia, sin más, como criterio de caciones, el que puede figurar como "la marca de fábrica" r-.
verdad, debe considerar los cuentos fantásticos tan verda­ de la nueva escuela de filosofía.
deros como un relato histórico o como el contenido de un Sus fundadores no dejan nunca de rendir homenaje a quie- �
108 109
-
l]
<;!'

ij nes reconocen como sus predecesores. A lá tradición de los no decir nada sino aquello que se puede decir, es decir las
r;:t'
;i!,
h escépticos griegos, a Hume, a los filósofos franceses del siglo proposiciones de la ciencia de la naturaleza -por lo tanto
XVIII, a Comte y a Mach por supuesto, remiten su combate algo que nada tiene que ver con la filosofía- y luego, cada
antimetafísico 185 • Pero siempre para marcar la "novedad" vez que alguien quisiera decir algo de carácter metafísico,
l)�, de su perspectiva, de sus argumentos y de sus conclusiones. demostrarle que no ha dado significado a ciertos signos en sus
"Los adversarios no le han faltado a la metafísica desde los proposiciones. Este método no sería satisfactorio para los
escépticos griegos hasta los empiristas del siglo XIX, escribe d'emás -pues no tendrían el sentimiento de que estábamos
por ejemplo Camap. Muchos miraban la doctrina metafísica enseñándoles filosofía- pero sería el único estrictamente
como falsa en razón de su posición contradictoria frente a las . correcto". Cualquiera que sea, otra vez, la justa interpreta­
ciencias experimentales.· Otros la tenían por d udosa, porque ción de este texto enigmático, cuyo sentido, como algunos
se propone abordar lo que sobrepasa los límites del cono­ presintieron, para lamentarse, tal vez no fuera el de un
cimiento humano. Otros, los más numerosos_ han considera­ ''rechazo" puro y simple de la "metafísica", es en nombre de
do estéril ocuparse de las preguntas metafísicas, pre�ntarse la concepción de la lógica expuesta en el Tractatus que los
incluso si pueden recibir una respuesta; se inclinaban a ate­ neopositivistas vieneses creyeron poder "regular" el caso de
nerse a los problemas de orden práctico que suscita nuestra la metafísica, así como se jactaban de haber resuelto el
vida activa. Los progresos de la 'lógica·moderna' permiten problema de la "teoría del conocimiento".
hoy responder con más claridad lo que concierne a la legi­ Carnap emprende, pues, la demostración de la "inanidad"
timidad y el valor de la metafísica. Los trabajos consagra­ dela metafís1ca ·por el "análisis lógiéó" de sus. enunciados,
dos por la 'lógica aplicada' (teoría del conocimiento) a la paraestablecer gue no son proposiciones falsas sino "pseudo­
expresión clara del contenido cognoscitivo de los enun­ proposicfo-iiel'. t>e áilí el tema que se retoma sin cesar: que
ciados científicos, del significado de las palabras ( con­ Jo's probíemas de la metafísica sólo son problemas ilusorios;
ceptos) que figuran en dichos enunciados -trabajos efec­ simples obstáculos provocados, en último análisis, por la ine­
tuados mediante el .análisis lógico-, han dado un resulta­ vitable falta de corrección lógica de la estructura de nuestro
do positivo y uno negativo. El resultado positivo se ha logra­ lenguaje ordinario.
do en el orden de las ciencias experimentales: explicació� La metafísica, plantea Camap en el artículo al cual hace­
clara de los conceptos utilizados en todos los dominios, mos referencia, no respeta las reglas de formación ni de las
posición sólidamente establecida de sus relaciones, tanto "palabras" ni de las "proposiciones" dotadas de sentido. Y
desde el punto de vista de la lógica formal como de la teoría para dar todo su peso a esta demostración, la ilustra con el
del conocimiento. En el terreno de la metafísica el análisis ejemplo vivo que ya hemos mencionado: el de Heidegger.
lógico ha conducido a un resultado negativo: sus pretendidas Carnap reproduce, subrayándolas, algunas fórmulas carac­
proposiciones están completamente desprovistas de sentido. terísticas de un pasaje de Was ist Metaphysik? (¿Qué es meta­
¡Derrumbe completo! Había resistido mal o bien a los asaltos física?: "Lo que hay que estudiar es solamente el ser; fuera
precedentes, aunque ya se encuentren desarrolladas ideas de él nada; el ser solo y más allá nada; el ser únko y por
análogas a las actuales, Los ataques sólo pudieron ser decisi­ encima de el nada ¿Qué es esa nada? ... ¿Hay la Nada sólo
vos una vez que los procedimientos de la lógica fueron esta­ porque el 'no', la negación existe? O, a la inversa: ¿la nega­
t blecidos con todo rigor en el curso de las últimas décadas" 186, ción existe porque existe la Nada? . .. Afirmamos esto: la
En este texto, que dice muy crudamente lo que fue la con­ Nada es anterior al 'no' y a la negación. . . ¿Dónde buscar
cepción neopositivista de la metafísica 187 , Carnap se refiere la Nada? ¿Cómo encontrarla? ... Conocemos la Nada , , La
;fi¡¡i;:�1·. implícitamei,te al Tractatus de Wittgenstein, para explicitar angustia revela la Nada. . . Ese porqué y a causa de lo cual
�[Yi.·,¡. la significación "literal" y rigurosa de la expresión "despro­
vistas de sentido". Como él, todos los miembros de la Escuela
sentíamos la angustia, era 'realmente' la nada En efecto,
la nada misma -como tal- estaba presente. ¿ Cuál es la
i 'li situación en torno de la Nada? . . , La Nada misma nadea" 188•
de Viena se referirán al célebre aforismo 6.53 de esa obra:

'j
¡¡'

1
"El verdadero método en filosofía sería propiamente éste: Carnap presenta, entonces, un cuadro189 que -apartada la
if 110 111
,,
1 �
�• -�-
'1
fórmula inicial "¿Qué hay afuera? Afuera hay nada" sus­ . No discutiremos aquí la concepción implícita de la produc­
;;¡ ceptible de ser traducida en un lenguaje lógicamente co­ ción artística que se expresa en esas líneas y que, por lo
,,.--.
1 rrecto, pero a condición de ser entendida en un sentido _demás, carece de gran originalidad. El interés esencial de esta_ --
� estrictamente físico, hace aparecer todas las otras fórmulas j página está evidentemente en otra parte: en la intolerancia

/ heideggerianas como "pseudoproposiciones". Así, "el error ,' masiva, sin matices, del autor que, en nombre de la ciencia, ]
1,;¡

' de nuestro lenguaje, que se registra aquí, consiste en que, ', abarca en el mismo desprecio y el mismo "rechazo" a Fichte,
-
- j-
contrariamente a un lenguaje lógicamente correcto, se permi­ l-Schelling, Hegel, Bei-gson y Heidegger 193•
ff¡¡� te una identidad de forma gramatical entre alineamientos
verbales con sentido y alineamientos sin sentido. El modo es­
Sería fácil mostrar cómo esta caracterización sumaria de
"la" metafísica es por sí misma muy "inadecuada" para
critura! de la logística, al hacer que cada proposición verbal expresar, aun en términos latos, los rasgos principales
. se corresponda con una fórmula característica, hace mani­ de los "sistemas" a los que hace alusión. En esta noche,
� �
todos los filósofos son pardos. Pero Carnap podría también
¡;j¡
,.
'�
'H \ fiesta la aparición de estructuras carentes de sentido, que
l_se le imputa" 190• responder que, vistos desde su torreón logicista, los "matices"

Si toda "metafísica carece entonces de sentido", ¿cómo individuales de las doctrinas se esfuman y finalmente resultan
explicar que "tantos hombres, cerebros eminentes, de todas
las épocas, y países, hayan puesto tanta pasión en cultivar­ ¡; de escaso interés.
En cierto sentido no estaría errado; porque lo importante
en. esta forma de cruzada antimetafísica a la que cree que '
""'
la?" se pregunta Carnap. Se conoce la respuesta: "La meta­
·�¡
1 debe convocar a científicos y filósofos, es más el hecho que la
física de todos modos contiene algo; pero ese algo no tiene �
nada de teoría, nada que valga como teoría Sus pseudopropo­ 1 letra de las proclamas. Un hecho cuya significación no se /
1 aclara a nuestros sentidos sino a la vista de los compromisos /
siciones no dan descripciones de estados de cosas, ni de los
--
�,
que existen ni de los que no existen, las que por lo menos : de la batalla. ..,
serían proposiciones verdaderas o falsas. Sirven para expresar Y a hemos descubierto una cantidad de esos compromisos
la actitud general de una persona ante /a vida ("Lebensein­ que, a nuestro turno, designaríamos como "negativos". Se
stellung") o el "sentimiento de la vida" t"Lebensgefühl") 191• ha visto, en efecto, que esta lucha antimetafísica se presen­ -,
La metafísica no sería, así, sugiere Carnap, más que un su­ taba, en los años 30, como un combate racionalista de resis­
$" cedáneo del arte, De allí esta conclusión citada a menudo: tencia frente al ascenso de ideologías "oscurantistas" cuya --
"'¡¡; "La música es quizá lo que expresa el sentimiento emotivo de amenaza política inmediata los neopositivistas percibían muy
" la vida por los medios más puros, porque está completamente clara y oportunamente. Se sabe que esta hostilidad haciá·¡
la metafísica podía parecerles a los científicos una posi- /
separada de cualquier referencia a los objetos. El sentimiento
-
� �
M:
armonioso de la vida, que el metafísico traduce en un sistema ción de defensa segura contra las explotaciones ideológicas d
monista, se encuentra más claramente en la música de Mozart. sus trabajos y los efectos obstaculizadores (incluso de "cri-J
-,
};:
J
¡.t!. ¿Y por qué el metafísico traduce el sentimiento heroico o sis"), inducidos en su propia práctica.
'
" combativo en un sistema dualista? ¿No será acaso porque le Es tiempo de hacer aparecer la éontrapartida positiva de
• falta el genio de Beethoven para expresar dicho sentimiento esa lucha defensiva. Es ésta contrapartida la que constituye el
con un medio adecuado? En el fondo, los metafísicos son segundo de los temas invariantes sobre los cuales la corriente �
músicos sin don musical. Esta carencia es reemplazada por neopositivista continuará, confundidas todas las tendencias,

1
�,:
una fuerte tendencia a trabajar en un campo de teorías, a co­ realizando su unidad ideológica. Porque lo que conviene des­
nectar pensamientos y conceptos. En lugar de utilizar su tacar,, si queremos comprender la importancia de este tema,
m inteligencia en su verdadero dominio (la ciencia), o de desviar es que si las roclamas antimetafísicas del Círculo de Viena
¡¡, hacia el arte una necesidad de expresarse, el metafísico con­ estaban dirigidas a los oso os para or enar es que re ormaran
,: funde las dos tendencias; de manera tal que su obra no aporta sus métodos y a los c1ent1f1cos para vr,mtizar a sus resultados
ja seguridad de un fundamento lógico inconmovible, se diri­

nada al conocimiento y sólo da a la actitud emotiva ante la
vida una expresión inadecuada " 192• �ían también, en forma de exhortación y toma de partido. a
112 113
,,
os investigadores en ''ciencias humanas'' o ''sociales''. El tema y al cuar se accedería por medio de la comprensión intuitiva".
'el gue hablamos -el de la "unidad de las ciencias"- apun­ Propone que se proceda a la "fisicalización de las impresio­
�ba a ellos en primer término. nes intuitivas" y pretende que, de esta manera, "todo enun­
t· Una vez mils el Manifiesto puede servir aquí de referencia ciado de la psicología puede desde ahora traducirse en un
: primera que, en su inventario de los campos de investigacio­ lenguaje que se refiere al comportamiento físico de las cria­
/ nes por "revolucionar" según los principios de la nueva turas vivas" 197• A pesar del pequeño número de ejemplos
doctrina, no trata tan sólo de la aritmética, de la geometría concretos tomados, y por otra parte bastante desafortuna­
y de la física, sino que. consagra, para terminar, dos párra­ dos' 98, este artículo de Camap da una indicación muy -clara
fos a la biología y psicología por una parte, y a las "ciencias de la tendencia teó_rica que vendrá a reforzar al positivismo
lógico en psicología
. sociales" por la otra Algunos años más tarde, después de la "diáspora", en el
-. Muy alusivo sobre la cuestión de la biología, aunque expre­ momento de la constitución de la Enciclopedia de la ciencia
sando una oposición abrupta con respecto al "vitalismo" 194 unificada las cosas son totalmente claras 199 : sobre la base
(señalado y condenado como metafísico), los autores lamen­ del "conductismo.", que ambos comparten, se efectúa la
tan vivamente la situación de la psicq_logía contemporánea: alianza del neopositivismo lógico y de la corriente entonces
"Las formas lingüísticas en las cuales··se expresa todavía la dominante en la lingüística norteamericana, la de Leonard
psicología de hoy, tienen su origen en la antigua concepción Bloomfield200 •
metafísica del alma. La formación de los conceptos en psico­ - En materia de ciencias sociales, el Manifiesto, según la
logía se ha vuelto difícil por esos defectos de lenguaje: cargas misma perspectiva, reserva un lugar especial a la historia y a
metafísicas e incongruencias lógicas. Además, hay ciertas la economía política: "Desde ha"e alrededor de cien años, se
·dificultades de hecho. El resultado es que .hasta aquí la mafo­ , ha iniciado un proceso de eliminación de la metafísica en
ría de los conceptos de la psicología se definen en forma ina­ 1 estos dominios. Por supuesto, la purificación no ha alcanzado
decuada; de algunos no se sabe si están dotados de sentido o 1 allí el mismo grado que en física y, por otro lado, esta tarea
si simulan tan sólo un sentido en su uso. De modo que, en ese 1 es quizá menos urgente. Porque parece que, aun en el mejor
dominio, todo o casi todo queda por hacer desde el punto de , período de la metafísica y de la teología, la corriente metafí-
vista del análisis epistemológico y, por supuesto, allí el análi­ 1¡· sica no era particularmente vigorosa, quizá porque los
sis es más delicado que en física La tentativa conductista de . conceptos en ese qominio, como la guerra y la paz, la impor-
captar el psiquismo a través del comportamiento de los cuer­ tación y la exportación están más cerca de la percepción que
pos, que en determinado nivel es accesible a la observación,
·1

i concepto·s como átomo y éter". En un sincretismo muy '


está cerca, en _principio, a la concepción científica del 1 tolerante, los autores invocan así el patrocinio de Quesnay, :
mundo''. \ Ricardo, Comte, Marx, Menger y Walras. . .
Esta toma de posición más tarde será confirmada por No tuvieron futuro los reiterados esfuerzos de Neurath, en"
Neurath y por el mismo Camap. En el artículo que escribió textos extrañamente programáticos y formales, para: "fundir"
en 1931 para la revista Erkenntnis, y que señala su afilia­ historia y economía política en el común denominador ·de
ción a las tesis de Neurath sobre la cuestión de los "enuncia­ una "sociología general" de tipo conductista que, en su espí­
dos protocolares", Camap explica largamente, en efecto, ritu, hubiera podido conciliar un cierto marxismo con la eco­
su concepción de la psicología 195 • "La posición que defen­ nomía política "burguesa'' 2 º 1• El neopositivismo tampoco
demos aquí, escribe, se corresponde, en términos latos, con dejó de aportar su sostén epistemológico a la escuela keyne­
la del movimiento conocido con el nombre de 'cpnduc­ siana, que se puede reconocer en sus mismas tesis y, en
tismo' , si no en cuanto a sus métodos concretos, al menos en sociología, a las diversas variantes del funcionalismo'º'.
cu anto a su actitud epistemológica general" 196• Combate la No tiene nada de �orprendente que los especialistas de las
opinión sostenida por la "psicología intuitiva" según la cual "ciencias humanas" nacientes hayan considerado en forma
"además del comportamiento físico habría otro fenómeno, permanente al neopositivismo como su filosofía "natural":
psíquico, que constituiría el verdadero objeto de la psicolog(a
114 115
f-·"'

la rebelión en masa contra la "metafísica", a la que sus fun­ un doble proceso de "eliminación" de la metafísica y de
--
dadores convocaban a los investigadores de todas las disci­ "fundación" de las ciencias humanas, en nombre de una
!iñas, se presentaba explícitamente como la condición bajo filosofía que al llegar se postula a sí misma, cómo científica,
fla cual podrían conquistar y asegurar su autonomía y su esta­ es un acontecimiento que debemos destacar y sobre el
tuto científico. El llamado fue escuchado como tal. El cual debe riamos reflexionar. Pensamos, por nuestra parte, 1
proyecto de "unificación de las ciencias" lo percibió la nueva como se verá más adelante, que ·su análisis puede arrojar· 1
capa de intelectuales que se consagraría a esas investigaciones alguna luz tanto sobre el estatuto (y la historia) de 1 as_ nrievas ¡!/
. _ _
como la promesa de una consagración académica, desde hacía disciplinas como sobre el modo de ser de la filosofía contera- /
mucho tiempo esperada en detrimento de los filósofos de _porá?1ea Pero aquí no hacemos sino preparar reflexiO:
esái
-�

profesión. La base doctrinaria de esta filosofía que combina­ nes, porque para llevarlas a buen término tendríamos que
�-
ba el formalismo con el empirismo se conciliaba por superar la fase descriptiva de nuestro trabajo a la que nos �
último con la tendencia filosófica "espontánea" de investi­ hemos limitado por el momento.
gadores que deseaban liberarse de las especulaciones filosó­ Nuestro cuadro de la "conciencia revolucionaria" del Círcu­
ficas del siglo precedente para llevar a buen término su traba­ lo de Viena, sin embargo, no quedaría completo si no aportá­
jo concreto de indagaciones y dar forma exacta- en lo posi­ ramos brevemente un último toque. No el menos significa­
�-

ble matematizada- a los resultados de sus "observaciones". tivo, puesto que sé trata de la concepción de la práctica filo­

Se verá la virulencia con que Popper, sobre la base de su sófica que se perfilaba a través del conjunto ordenado de
propia metodología, no cesó de denunciar la amenaza de esas tomas de posición.
1 esterilización, de verbalismo y de escolástica que traía De nuevo, apelamos aquí a Wittgenstein. Particularmente
consigo, en su opinión, esta filosofía de las ciencias humanas. el aforismo 4.112 del Tractatus donde está escrito: "El fin
11 •
�-
Sobre cada uno de los puntos a los que hemos aludido, . el de la filosofía es la clarificación lógica del pensamiento. La
autor de la Logik der Forschung (Lógica de la investigacionf filosofía no es una doctrina sino una actividad. Una obra
se encontrará, desde los. años 30, en desacuerdo sistemático filosófica consiste esencialmente en esclarecimientos. El
con la tendencia que sostenían sus "amigos positivistas" Ya resultado de la filosofía no consiste en un número de 'propo­
ten.aremos tiempo para reflexionar sobre la alternativa que se siciones filosóficas' sino en el hecho de que las proposiciones

i'
1!
ingenió proponer, sobre el sentido y el alcance del actual
movimiento de repliegue epistemológico que operan varias de
se aclaren. La filosofía tiene por finalidad clarificar y delimi­
tar rigurosamente los pensamientos que, de otro modo, por
-.
esas disciplinas sobre las posiciones popperianas. Lo que que­ decirlo así, son turbios y borrosos". . ..
remos subrayar, para comenzar, contra una imagen muy Si se hace abstracción de las controversias que enfrentaron ¡
difundida del Círculo de Viena y del positivismo lógico, es a Carnap y N eurath contra Sch!ick sobre la cuestión, plantea- \
que la doctrina que fue elaboraüa (y reelaborada) en los tres da por Wittgenstein en otro aforismo, de la naturaleza de las 1
-�
primeros decenios de este siglo no era ese simple trabajo téc­ proposiciones filosóficas (hablando estrictamente, desde el --.
nico abstracto de los lógicos estrictamente especializados
en filosofía que a veces uno imagina, sino que tuvo, por el
punto de vista lógico, "¿tienen sentido" o no?), se puede ¡
decir que los positivistas lógicos adhirieron sin reservas a
-

1
11
'
contrario, de antemano otras ambiciones en el terreno de las la concepción dé la ·filosofía que creían encontrar en este
texto: la filosofía es una "actividad" que consiste en el análi­ j

"ciencias sociales" o "humanas". Esas ambiciones -algunos
dirán esas pretensiones-- sólo pudieron afirmarse al precio de sis lógico del lenguaje de la ciencia2º3•
vehementes declaraciones de ruptura con la metafísica No Así, puede denominarse "científica", aun si no es una
nos parece, repitámoslo, que sea interesante burlarse, como lo

"ciencia de la naturaleza": viene a ocupar un lugar en la
hacen algunos, de la ignorancia filosófica de los eruditos vie­ "concepción científica del mundo" para cimentar su unidad;
neses ni, a la inversa, que haya que ceder a la intimidación de es un instrumento siempre a disposición de los investigadores �
sus prohibiciones. Por el contrario, el hecho de que se haya para controlar la validez de sus resultados y asegurarse la
expresado, en el mismo momento, y en un discurso único, rectitud de sus procedimientos.
--

116 117
-�.

Aquí, siguiendo a Wittgenstein más que a Popper, descu­
b rimos los callejones sin salida en los que se metía el po­
sitivismo lógico, y las temibles dificultades que los científi­
cos-filósofos no habían querido reconocer en medio del entu­
siasmo de su movimiento de "revolución científica". Por
el momento, querríamos insistir una última vez sobre el
carácter general de ese movimiento: esta nueva filosofía se
anunció ante el mundo como una filosofía conquistadora.
No hay que olvidar que no le faltaban argumentos para soste­
ner una pretensión semejante. Parecía que podía utilizar en
su provecho dos revoluciones científicas importantes, que
acababan justamente de trastornar la fisonomía de las
ciencias contemporáneas. Sobre esta base, se tenía la impre­ Capítulo 2
sión que podía conjurar el retomo de los episodios críticos
que habían desgarrado el mundo científico en la segunda
mitad del siglo precedente. Estaba segura de promover la LAS RESPUESTAS
cientificidad de las disciplinas aún vacilantes en dominios que DE KARL POPPER
afectaban directamente la vida -es decir las luchas, los sufri­
mientos y las esperanzas-- de los hombres. .A'nunciaba, al día
siguiente de una guerra des iadad mientras crecía el peligro
nazi; un porvenir de con�ordia y de paz en la racion I a . Una leyenda
eomo filosofia militante, filosofía de combate, se oponía
a la filosofía universitaria bajo sus formas dominantes: al Cuando le fue dado responder a las críticas que se le hicie­
ron de todos lados en el volumen colectivo consagrado a su
neokantismo ahora declinante y a la fenomenología poco philoso phers" 1
Karl
después triunfante 204• obra por la célebre "Library of living ,

Hemos subrayado, al pasar, cómo, sobre el terreno mismo Popper se apropia de inmediato de la contribución de Víctor
donde creía tener sus bases más firmes (física, lógica, ma­ Kraft' y no disimula cierta irritación. Hay una "leyenda",
temática .. ), las dificultades no iban a tardar en aparecer; escribe, muy sintéticamen te, acreditada por "las más altas
cómo su optimismo político inicial, en Europa, iba a ser autoridades", la de A. J. Ayer, las de Carnap, Hempel y Jor­
cruelmente desmentido. También se sabe que bajo formas sin gensen3 ; según la cual mis posiciones filosóficas serían, en el
cesar renovadas supo conquistarse un modo de imperio en el fondo, con más o menos matices, asimilables a las del Círcu­
mundo anglosajón, y extender su radio, mucho más allá lo de Viena Ahora bien, no es nada difícil comprender el
Pero si sus posiciones institucionales son aún fuertes aquí o sentido mismo de mi doctrina, reafirma con una energía
allá, en casi todas partes debió aceptar compromisos. En todo rayana por momentos en la vehemencia, puesto que es
caso, el impulso que elevó a sus fundadores ahora ha vuelto "olvidar" que las piezas esenciales (problemas de "demar­
a caer y si no nos parece totalmente justo decir, como lo hace cación", criterio de "falsabilidad" ... ) fueron elaboradas y
Popper, sin temor, que el "positivismo lógico ha muerto", adoptadas, desde el primer momento, para impugnar los
sin ninguna duda está en vías de marchitarse. presupuestos f ilosóficos principales del positivismo lógico.
Popper alega ser culpable. En un sentido, seguramente Sin duda la coyuntura ldeo!ógica y científica que refleja
esté justificado en decirlo y la difusión del popperianismo en a su manera la Logik der Forschung, publicada en Viena
estos últimos años puede dar crédito a sus declaraciones. en 1934, es la misma de la cual el Círculo de Viena pretendía·
En un sentido: ¿pero en qué sentido? Esto es lo que extraer lecciones filosóficas "revolucionarias"; pero ¿cómo
vamos a intentar determinar ahora no ver que allí se la capta bajo otra luz, que las enseñanzas
extraídas se oponen directamente al programa de los filó-
118 119
ciencia-, esta práctica filosófica se enraizará en el juego
de dichas contradicciones y de dichas diferencias para hacer­
1 las Jugar. No sera "doctrmana" puesto gue siempre se reab­
sorberá pura y sim lemente en el resultado de sus ro ias
1ntervenc1ones; s1 bien su one una 'toma e ar 1 o
cpmo o eciamos no hace mucho, en tanto gue .su ase
es justamente lo ue resiste en todos lados al statu quo,
�no po na nunca ser oso ia e part1 o �· por as rmsmas
razones, de Estado. En este sentido, �odnamos decir, si no
temreramos ceder a la moda, gue sena antitotalitaria, pero
esta vez radicalmente, porque rechazará siempre ser la justi­
ficac1on de un orden en el gesto en que es condena de otro NOTAS Y DOCUMENTOS
orden.
Anunciábamos al comienzo de nuestro trabajo que la obra
. de Wittgenstein permitía arrojar alguna luz sobre la pasmosa Introducción
permanencia de las tendencias filosóficas principales que
do.minan nuestra época desde los años 30. Nos parece, lle­
gado a su término, que este deplorable estancamiento
comienza a revelar su secreto: las dos escuelas filosóficas
principales que han establecido sü dominio sobre Occidente
l. Ninguna de las traducc:iones posibles de la palabra "puzzle"

sistematizan, bi3Jo modalidades divergentes, un pensamiento


("perplejidad, acertijo, ,enigma") nos pareció susC<>ptible de entrar en el

ael Orden que pasa or la racionalización de un Orden en


lenguaje filosófico de la lengua castellana sin perder todo o parte del

e pensarmento. o en establecido se ha adapt o a e o,


potencial de resonancia que tiene en inglés. Por otra parte, esa misma
palabra ha entrado lateralmente en el vocabulario de nuestros "juegos",
dando su preferencia a la que (el "neopositivismo") se ofre­ para referirse a una actividad con cuyas modalidades, según Wittgens­
cía para justificar las prácticas efectivas de contralor social
tein, la práctica filosófica sin duda tenía alguna relación. Por eso nos
reforzadas que se ubicaban bajo la égida de las "ciencias
pareció
· preferible no traducirla e introducirla tal cual en nuestro texto.

humanas". El orden establecido en el Este, más cristalizado


2. Esta Autobiografía encabeza el volumen consagrado a Popper

todavía, pesa con toda su carga en filosofía para conservar


en la Library of living philosophers de P. A Scbílpp (La Salle, 1974).

el doble beneficio ideológico de una doctrina que combina;


Citamos según la última versión corregida, que apareció en edición de

lo más tradicionalmente del mundo, una "teoría del cono:


bolsillo con el título Unended Quest (Glasgow, 1976). El relato lo

cimiento" y una ''ontología''.


tomamos de las páginas 122-123 de esa edición.

Pretendíamos, por añadidura, poder descubrir las vías de


3. Sobre todos esos puntos, ver el excelente libro de Allan Janik

una apertura en esta pintura grisácea El lector juzgará Pero,


y Stephen Toulmin, \Vittgenstein's Viena (New· York, 1973). Trad.
francesa: Wittgenstein, Vienne et la modemité (París, 1978). (Trad.
si no tenemos ninguna seguridad de haberlo logrado, por lo esp. La Viena de Wittgenstein, Taurus, Madrid, 1974).
menos estamos convencidos, por las razones que acabamos de (Búsqueda sin término), principalmente las págs. 7 :g y 40-4 2.
4. Sobre esos primeros años ver el comienzo de Unended Quest
dar, de que no podría operar ni del lado de un regreso a lo
:'
trascendental, ni del lado de un regreso a la ontologí a, ni del

l
5. La doble tesis original de William Warren Bartley lll, quien atri­
lado de un retorno a las filosofías de la naturaleza: los tres
buye esta experiencia a la homosexualidad de Wittgenstein y a su

caminos, según parece, más frecuentados en estos últimos


adhesión al movimiento de reforma escolar de Otto Glockel, por seduc­

tiempos. No porque esos caminos no lleven a ninguna parte,


tora que parezca, es muy discutible y, en verdad, fue violentamente

sino porque llevarán de vuelta con mucha seguridad a los


discutida. William Warren Bartley III, Wittgenstein (Londres, Nueva

filósofos a su hogar: al círculo sofocante en que sus juegos


York, 1973).

han languidecido, por la fuerza del orden,


255
254
-.


.-
6. La,Logtk der Forschung* aparació en 1934 en Schri�en zur
wissenschaftlichen We/tauffassung, colección dirigida por Phllipp Frank
y Morit.z Schlick en Viena. El año anterior Popper había publicado en el
volumen III de la revista Erkenntnis, revista oficial del Círculo de
Viena, una carta a la redacción titulada "Ein Kriterium des empirischen
Charakters theoretische Systeme" "Un criterio del carácter empírico de
los sistemas teóricos". (Leipzig, 5 de setiembre de 1933, págs. 426-427).
7. Carnap, como veremos, había hecho el elogio de Popper en un
a rtículo de Erkenntñis donde hacía la reseña de Log/k der Forschung; �
luego había retomado, en su propia perspectiva epistemológica, la idea
de "testabilidad" anticipada por Popper, en Testability and Meaning
(Significado y testabilidad) (1936). �
8. En 1945 aparace la obra política de Popper en Londres. Esta
obra es la que le vale de inmediato el renombre en los países anglosa­ Capítulo Primero
jones. No hey que olvidar que Log/k der Forschung en ese entonces
estaba agotada desde hacía ya mucho tiempo y no había sido traducida
al inglés. Lo será recién en 1959, al mismo tiempo que aparace una
segunda edición alemana. Tendremos la ocasión de reflexionar sobre 1� Las dos expresiones "empirismo lógico n y "positivismo lógicoH
y
este sorprendente desfasaje histórico y sobre el extraordinario repen­ las emplean en forma indistinta los miembros del Circulo de Viena
para designar su posición filosófica. No utilizan la expresión "neopositi­
tino éxito conocido en los años 60 por una obra escrita un cuarto de
siglo antes. vismo". A J. Ayer, en su clásica compilación Logical Positivism (Lon-.
9. Si nuestros "marxistas" patentados consintiesen en abrir sus dres, 1959) (El positivismo lógico), incluye algunos textos representati­

-.
ventanas fI!osóficas dejarían de machacar .esta "verdad" ya vieja en los vos de la filosofía analítica inglesa. Sin embaxgo, en su introducción
años 20' según la cual "la burguesía" no es "capaz" de p roducir hace esta precisión terminológica importante: "La expresión 'positi­
"sistema" fllosófico (Guy Besse, Jacques Milhaud, entre nosotros), vismo lógico' se acuñó hace alrededor de treinta años para caracterizar

-
sin duda para felicitarse de que el marxismo haya sabido preservar el el punto de vista de un grupo de filósofos, científicos y matemáticos �
suyo. ¡Pero a qué precio! que se denominaron a_ sí mismos el Círculo de Viena. Luego, su uso
se extendió a otras formas eje la filosofía analítica, aun cuando los
10. Jüxgen Habermas, Philosophisch-politische Prof¡1 (Perfi1es

-
discípulos de Bertrand Rl•ssell, G. E. Moore o Ludwig Wittgenstein en
filosóficos y políticos), Francfort, 1971. Traducción francesa: Profils
Cambridge o los miembros del movimiento contemporáneo delanálisis
phüosophiques e politiques (París, 1974, pág. 23). , lingüísUco en Oxford, también pueden ser calificados de 'positivistas
lL Veremos más adelante la obra de Geoxges Gurvitch escrita
en 1933 sobre las tendencias contemporáneas de la filosofía alemana, lógicos'. Este empleo más amplio lo propugnan en particular quienes
que da un cuadro sobrecogedor de la repentina declinación del neo­ son hostiles a todo desarrollo de la filosofía moderna que se considera
kantismo en las universidades alemanas y el ascenso fulminante de la analítica más bien que especulativa. Amalgama irritante para los filó­ /-
sofos analíticos que prefieren que el rótulo de 'positivistas lógicos'
fenomenología.
se reserve a aquellos que comparten los conceptos particulares del -�
Círculo de Viena".
Por razones teóricas que aparacerán luego, compartimos este últi­
mo punto de vista y limitaremos nuestro empleo de la expresión "posi­
tivismo lógico" a los trabajos del Circulo de Viena y del movimiento
-
internacional de ia "filosofía científica n que surgió directa.mente de
él con exclusión, por lo tanto, de la filosofía analítica, en sus diversas
representaciones. En un libro reciente sobre La filosofía de Karl Popper �
y el positivismo lógico (París, 1976), J. Malherbe propone, por nece­
sidad de su axgumentación estrictamente inspirada en la Escuela de
* N. del T.: Hay traducción castellana con el título de La lógica de la Francfort, distinguir entre "empirismo lógico" (en el sentido estrecho) �
investigación científica, Ed. Tecnos, Madrid, 1967. y "positivismo lógico". &ta distinción no nos parece justificada por el
uso de los miembros mismos del Círculo de Viena.
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257 �


2. Gilbert Ryle, nacido en 1900, murió en 1976. Todos están de
acuerdo en reconocer que dominó la escena filosófica oxoniana durante mera reda-cción de los Principios de la matemática estaba tenninada
más de treinta años. Btyan Magee (en British Philosophy, Londres, Serán publicados tres años más tanle, el mismo año (1903) en que
1971) dice que fue él quien, en un ensayo de 1931 titulado Systema­ G. E. Moore publicaba en Mind su célebre "Refutación del idealismo".
tically Misleading Expressions (Expresiones siste�áticamente engaño­ 7. Este libro se titula Language, Truth and Logic (Lenguaje, Ver­
sas) dio la primera definición clara de la filosofía lingüística como dad y Lógica) (Londres, 1936). En el prefacio ampliamente autocrítico
"análisis" del lenguaje "ordinario": "El análisis filosófico propiamente que le agregó en 1946, Ayer mismo reconoce que ese libro lleva la
dicho", "la sola y única función de la filosofía'\ escribía allÍ, consiste, marea de la "pasión" juvenil que entonces lo animaba
et.lande hay una expresión "oscura", en hacer emerger, por el escla· 8. En la introducción escrita para su compilación, ya citada,
recimiento del lenguaje, la "forma auténtica" (En Proceedings of the Lógical Positivism (Londres, 1959, pág. 6).
Arislotelian Sociely, 1931-32, XXXII, pág. 170, reproducido en Logic 9. Este "Manifiesto" publicado en 1929 lleva el título de Wissen­
and./anguage (Lól<ica y lenguaje), 1951¡. schaftliche Weltauffassung: Der Wiener Kreis (Manifiesto científico
3. La révotuci/Jn en filosofía (Londres, 1956). De esta obra hubo universal: El Círculo de Viena). Fue reproducido, en inglés, en las
siete ediciones en diez años. obras de Otto Neurath publicadas con el título de Empiricism and
4. Se trata de A J. Ayer, W. C. Kneale, G. A. P aul, D. F. Pears, Sociology (Empirismo y Sociología) (Dordrecht, 1973, págs. 299-318).
P. F. Strawson, G. J. Warnock, R. A Wollheim. Con excepción de R. A. Citamos de acuerdo con esta edición.
Wollheim, que es autor del artículo sobre Bradley, todos eran o habían Otto Neurath, inventor del nombre "Círculo de Viena", economis­
sido profesores en Oxford. ta y sociólogo, ex presidente del Comisariato para e l Plan de la Repúbli­
Jacques Bouveres.se caracteriza lo que, prima facie, une y divide ca Soviética de Baviera en 1919, será luego el infatigable organizador
al "neopositivismo lógico" y a la "filosofía del lenguaje ordinario". del "Movimiento para la Ciencia Unificada" que surge a raíz de los
Cita esta compilación de Ryle y extrae el "rasgo importante" que trabajos del Círculo de Viena. El estilo "militante" de Neurath es muy
tienen "en común" los dos movimientos: "la caracterización de los perceptible en el texto que mencionarnos.
enunciados de la filosofía tradicional corno desviaciones lingüísticas 10. Empiricism and Sociology, pág. 306.
específicas y sintomáticas. La terapéutica propuesta es, en los dos casos, 11. Alrededor de Moritz Schlick (1882-1936), ex alumno de Max
el anáfisis; pero éste se reduce, en el primero, esencialmente a la tra­ Planck en Berlín, nombrado profesor de filosofía en Viena en 1922,
ducción en un lenguaje más explícito y más seguro, mientras que, en el se constituyó, primero de una manera infonnal1 el grupo de científicos
segundo, se identifica con la simple descripción minuciosa del uso y filósofos que en 1929 iban a formar el Círculo de Viena. En un
lingüístico normal" (En La Paro/e malheureuse -La palabra desafortu­ primer momento, ese grupo tomó el nombre de "Sociedad Ernst
nada-, París, 1971, pág. 24 7). Mach". Reunía a matemáticos como Hans Hahn y Kurt Godel, físicos
5. B. Russell volvió más de una vez sobre el efecto liberador que como Philipp Frank, lógicos como Friedrich Wa!smann y (a partir
tuvo la reacción de G. E. Moore contra el "hegelianismo" entonces de 1926) Rudolph Carnap, economistas y soclólogos como Otto
dominante. En Historia de mis ideas fi1osó{icas, escribe: "Hacia fines Neurath. Moritz Schlick murió en 1936, asesinado por un eswdiante.
de 1898, Moore y yo nos rebelarnos contra Hegel y Kanl Moore dio (Hay una biografía y una bibliografía de Moritz Sch!ick en el libro
el primer paso, pero yo no tardé en seguirlo. La primera exposición de de Francesco Barone, Il neopositivismo logico, Turín, 1954, págs.
nuestra nueva filosofía fue, pienso, el artículo que Moore publicó en 200-201).
Mind sobre "La naturaleza del juicio" (traduc. francesa, París, 1961, 12. "Tbe Future of Philosophy" in Seventh Intematio1.1.al Congress
pág. 6 7). "Como prisioneros escapados de una cárcel, agrega, nos permi­ of Phi/osophy, Oxford, 1930 (Oxford, 1931, pág. 112). ("El futuro de
timos pensar que el césped es verde, que el sol y las estrellas podrían la filosofía" en el Séptimo Congreso Internacional de Filosofía)
existir aun cuando nadie se diera cuenta". Philippe Devaux, comen­ 13. Hans Reichenbach (1891-1953), primero profesor· en Stutt­
tando a Russell, habla de la "tutela obsesiva" de los he�lianos Mac gart, fue nombrado en Berlín en 1926 en el cargo de profesor de filo­
Taggart y Bradley sobre la füosofía inglesa de los últimos años del sofía científica en la Universidad. Sils trabajos se refieren esencialmente
siglo precedente (Bertrand Russe/1 o la paz en la verdad, París, 1967, al significado filosófico de la teoría de la relatividad y a las implicacio­
pág. 33). nes lógicas de la mecánica cuántica. Tendremos ocasión de volver largaw
6. En julio de 1900 B. Russell escucha la comunicación de Peano, mente sobre su lógica de las probabilidades, que discute minuciosa­
llegado de Turín, al Congreso Internacional de Filosofía de París, mente Karl Popper.
Entonces comienza para él lo que más tarde llamó, con nostalgia, 14. El título original es: Ziele und Wege der heutigen Naturphí­
"una luna de miel de la inteligencia". Desde fines de diciembre, la pri- losophie (Meta y caminos de la filosofía de la naturaleza de nuestros
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-.

días) (Lelpzlg, 1931). La traducción francesa es de Emest Vouillemin como Joergensen, particularmente de acuerdo con el Círculo de Viena,
(París, 1932). y también con franceses como Boll y Rougier, todos adheridos con una
15. La filosofía científwa, pág. 38. particular facilidad como adeptos a un cientificismo que actuaba tan
16. "Explanation, Reduction and Empiricism" ("Explicación, poderosamente. Los congresos para la "teoría del conocimiento de las
reducción y empirismo·•¡ in Minnesota Studies in the Philosophy of ciencias exactas" en 1929 y en 1930 prepararon las conferencias neli·
Science (Comp. H. Heigel y Gr. Maxwell. Vol. III, 1962). La alusión minares del Congreso Internacional para la Unidad de la Ciencia reunido
es a la edición príncipe de Rudolph Camap, publicada en 1928, Der en Praga en 1934, donde se sentaron las bases de un contacto penna­ �
logi8che Aufbau der Welt. (La construcción lógica del mundo). nente para un intercambio internacional de puntos de vista Como
17. Este texto, aparecido en alemán en Synthese 1 (1936, págs. primera realización, los partidarios de la Escuela contribuyeron activa­
361-370), está reproducido, en inglés, en los Philosophical Papers mente a la organización en París en 1935 del Congreso Internacional
(Escritos filosóficos) de Waismann (Dordrecht, 1977, págs. 30.37). de Filosofía Científica (pág. 51). Luego fueron organizados otros

--
Walsmann, quien fue en Viena una especie de asistente oficioso de congresos: en Copenhague en 1936, en Cambridge en 1938 y en
Schlick, antes de llegar a Cambridge en 1938 y luego a Oxford donde Cambridge, Mas.s, en 1939. Para una historia detallada del movimiento
vivió hasta su muerte en 1959, tuvo un singular destino füosófico. Encar­ del empirismo lógico, se puede remitir al libro clave ya citado de
gado de asegurar el vínculo del Círculo de Viena con Wittgenstein, man­ Francesco Barone, Il neopositivismo logico cuya segunda edición �
tuvo con este último numerosas conversaciones principalmente de 1927 (1976) incluye una bibliografía completa, así como un prefacio que
a 1935. Fascinado por su interlocutor, durante años se consagró a la hace el balance de la historia del movimiento visto desde nuestros días.
redacción de un libro que concebía como el ajuste sistemático de las 20. En Empirici8m and Sociology, pág. 317.
nuevas posiciones, autocríticas, del autor del Tractatus. En definitiva, 21. En su libro sobre Wittgenstein (Wittgenstein, Nueva York,·
el libro sólo fue publicado en 1965 bajo el título de Principies of 1973), William Bartley III describe bien los temas de ese movimiento.

-,
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Lingui$tic Philosophy*, en una fecha en que las Investigaciones de Señala que allí tomaron parte Ludwig Erik Tesar, Rainer María Rilke
Wittgenstein ya eran muy conocidas por el público füosófico, amplia­ y Georg Trackl, pero también Edgar Zilsel y Karl Popper que, también,
mente discutidas y abundantemente plagiadas. Anthony Quinton des-· en su Autobiografía recuerda su entusiasmo y su admiración por esta
cribe a Waismann como uuna especie de cuaderno de apuntes vivientet' campaña "Aunque el movimiento social demócrata. escribe, fue am­ �
en el que Wittgenstein podía leer y criticar, a menudo en fonna pliamente ateo (aparte de un grupito de gente admirable que se �
bastante mordaz los productos pasados de su propio pensamiento. describen a sí mismos como socialistas religiosos), el conjunto del
18. En Empirici8m and Sociology, pág. 312. Louis Rougier, al movimiento estaba inspirado por lo que no podría describirse sino
inaugurar en la Sorbona, en 1935, el "Primer Congreso Internacional como una ardiente fe religiosa y humanitaria. Era un movimiento de
de Filosofía Científica" se hizo eco de esas reticencias cuando declaró trabajadores que se educaban para cumplir con su 'misión histórica': �
a los congresistas: "Este Congreso, el primero y tal .vez también el para emanciparse ellos mismos, y así ayudar a la liberación de la huma­ n
último con este nombre, puesto que hay entre ustedes quienes nos nidad; y, por sobre todo, para poner fin a la guerra( ... ) Era un pro­
prohíben usar este viejo ténnino 'filosofía'... " (Congreso Internacio­ grama admirable" (pág. 36). La cuestión de saber si el mismo Wittgens­ �
nal de Filosofía Cien tífica, París 1935, pág. 8). tein partici pó en esta campaña y suscribió el programa es delicada,
19. En El desarrollo del Círculo de Viena y el poroenir del empi­ como lo reconoce W. Bartley III quien, poniendo de relieve, a justo �.

rismo lógico (trad. E. Vouillemin, París, 1935), Otto Neurath esboza título, el hecho de que Wittgenstein precisamente eligió convertirse
brevemente la historia de esta actividad. "Primero fueron los adeptos en maestro en esa fecha, informa las observaciones más irónicas del
de la Escuela de Viena quienes dirigieron sus esfuerzos, en unión con autor del Tractatus en contra de las consignas, en su opinión simplistas,
los adeptos de otros grupos, hacia una asociación internacional de pen­ de Otto Glockel y sus adeptos. En cuanto a las conclusiones propia­
sadores que profesaban un empirismo a base de logicismo. Sólo relativa­ mente teóricas sacadas por Bartley sobre la filosofía del lenguaje de


mente tarde se estableció el vínculo con la Escuela de Lwow, Varsovia Wittgenstein, quien se habría separado del asociacionismo en esta .�
que sigue a Lukasiewicz, Kotarbinski, Lesniewski, Chwistek, Adjukie­ ocasión, porque la pedagogía tradicionalista estaba fundada en las doc­
wicz, Tarski y algunos otros. Se puede establecer la conexión con los trinas de Herbart, no nos parece, como se verá, que puedan presen­
ingleses -Ru�ll siempre había ejercido una gran influencia-, con los tarse tal como lo hizo el autor, La mejor descripción del sistema escolar
norteamericanos, como Morris. Lewis, Nagel. etc.; con los escandinavos, tradicional, clerical y represivo, al cual atacaban estos jóvenes, sigue �.

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siendo el admirable libro de Robert Musil, El desconcierto del alumno
* N. del T.: Hay traducción castellana Los principios de la filosofía Torless (1906).
lingüística. UNAM, Méjico, 1970.
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que ,.tuvieron sus tesis sobre las ciencias humanas nacientes; aportaron
22. La expresión "ciudad Potemkin", empleada por Adolf Loos el refuerzo de su autoridad epistemológica a ciertas tendencias doctri­
en 1898 (Die potemkinsche Stadt, Siimtliche Schriften -·La ciudad narias que justamente fueron las tendencias dominantes desde los años
Potemkin, Obras completas-··, pág. 153) era una alusión a la manera 30 hast.a fines de los años 50. Este es un aspecto muy "concreto" de
cómo el favorito d• Catalina la Grande había erigido, en las llanuras dicho movimiento filosófico, muy a menudo silenciado, que el cuestio­
desiertas de Ucrania, aldeas enteras, ficticias, hechas de tela y cartón, namiento de Karl Popper contribuyó a iluminar. El antiposltivismo de
durante las visitas de la Emperatriz. este último equivalía, en efecto, desde el comienzo, muy consciente,.
23. La cita e s del excelente estudio de Hubert Damisch aparecido mente, a un combate contra las tendencias teóricas tjue sostenían sus
en Critique (París, agosto-setiembre de 1975): "El otro 'ich' o el deseo adversarios en el terreno de las ciencias humanas, Combate que hoy
del vacío: para una tumba de Adolf Loos". parece haberlo ganado, provisoriamente, desde la extinción de la llama-
24. No nos parece mucho más justo comparar, como lo hace rada "estructuralista" de los años 60,
Popper, al Círculo de Viena con "una forma de sociedad secreta" (en 28. Empiricism and Sociology, págs. 317-31&
su "respuesta" a Víctor Kraft publicada en The Philosophy of Karl 29. Entre los numerosos documentos, la correspondencia de Freud
Popper, comp. P. A. Schilpp, 1974, pág. 974). En esta apreciación, es un buen testimonio de este estado de ánimo. En su admirable libro
horada como un despecho por no haber sido miembro. Despecho Sigmund Freud. Enfennedad y muerte en su vida y su obra (trad.
confesado en su Autobiografía, cuando, respondiendo a Feigl, escribe: francesa, 1975), Max Schur cita una carta del 25 de febrero de 1934
"El hecho es que me hubiese sentido muy grandemente honrado si a Arnold Zweig donde se puede leer principalmente: "Ahora todo está
hubiera sido invitado" ... (Unended Quest, pág. 212). Despechopara­ tranquilo, uno diría que es la quietud de la tensión, como cuando se
dójico por cuanto se.sabe el ardor que puso luego en defender la origi­ espera en un cuarto de hotel a alguien que arroje contra la pared la
nalidad de sus tesis contra su "anexión" y su modificación por los segunda bota. No podemos quedarnos así, es necesario que pase algo,
miembros del Círculo. sea que los nazis lleguen o que nuestro fascismo casero se disponga a
25. Ver Pierre Raymond,' Materialismo dialéctico y lógica (París, actuar, o que Otto de Habsburgo aparezca en escena como ahora se
1977). supone. Esto me recuerda vagamente a una historia: The lady and the
26. En Wittgenstein's Vienna (Nueva York, 1973. Trad. francesa, Tiger (La mujer y el tigre), en la cual un pobre prisionero espera en un
París, 1978, pág. 205). (La Viena de Wittgenstein, trad. cast. 'l'aurus, circo para ver si soltarán a la fiera o si entrará la dama que, al elegirlo
Madrid, 1974). por esposo, lo sustraerá al castigo. El asunto es que la historia se ter­
27. Sobre este punto todavía la imagen tradicional del Círculo mina sin que se sepa quién abrió la puerta, la lady o el tigre, Eso sólo
de Viena debe ser revisada.· Si es verdad en efecto que una masa impor­ puede significar que para el prisionero eso es indiferente y que, por lo
tante y por otra parte creciente de trabajos técnicos ha sido consagrada tanto, no vale la pena decirlo" (pág. 533).
por sus miembros a la modificación de lo que consideraban la base 30. Platonismo y pensamiento contemporáneo (París, 1970,
"lógica,, de su doctrin� no hay que olvidar que sus intereses eran pág. 212).
mucho más vastos. En el capítulo de los "dominios de investigación 31, El texto de Neurath se titula simplemente Anti-Spengler.
del Círculo", el "Manifiesto" enumera, además de los fundamentos de Está reproducido en Empiricism and Sociology (págs. 158-213). Neu­
la aritmética, de la física y de la geometría, los de la biología, de la rath, iniciador del proyecto, combatido por Poppe r. como se verá,
psicología y de las ciencias sociales. Moritz Schlick consagró varios estu­ de la Enciclopedia de la ciencia unificada, apelani cada vez más a la
dios, entre ellos un libro importante, a las cuestiones de ética, como gran tradición racionalista de los filósofos del siglo XVIII, y, muy
también el matemático Karl Menger. Pero, sobre todo, no hay que en particular por supuesto, a D' Alembert, para oponerse a lo que llama
olvidar que aun antes que fuera concebido (1935), luego realizado en "el oscurantismo" de los filósofos contemporáneos de lengua, alemana
parte (a partir de 1938), el proyecto de una Enciclopedia internacional 32. Reproducido en las Actas del Congreso Ir, temacional de
de la ciencia unificada, los fundadores del neopositivismo dedicaron Filosofía Científica (París, 1935, págs. 13-15).
numerosos trabajos a las "ciencias humanas". Otto Neurath se consagró _33. Esta Jlllreciación está expresada por Georg Lukács en el volu­
a la defensa en sociología de una concepción que denominaba "social­ men macizo titulado El asalto a la razón (trad. francesa, París, 1959).
conductismo" y que creía compatible con el marxismo. Carnap, como El pasaje consagrado al Circulo de Viena figura en el postfacio "Sobre
Reichenbach y Walsmann, se interesaron muchísimo por la psicología el irracionalismo de la posguerra" (vol. 2, págs. 315-380). Lukács, de
contemporánea. Sus "descendientes" están, evidentemente, muy ordinario más escrupuloso en sus referencias se contenta con citar a
atentos a los avances de la lingüística. Tendremos ocasión de volver Cornforth y se autoriza para asimilar "toda la semántica norteameri·
sobre esos textos y subrayar que el inmenso éxito del neopositivismo cana, el neomach ianismo de Wittgenstein y Camap, los desarrollos del
no podría comprenderse sin el impacto, deliberadamente buscado,
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pragmatismo en Dewey" a un resurgimiento de la "línea prefascista
del irracionalismo alemán" (pág. 325). Ejemplo típico de los estragos cap. 9 del vol. VI de la Storia del pensiero fi/osofico e scientifico,
teóricos producidos por "la línea" soviética en la ftlosofía de la época · dirigida por Ludovico Geymonat, Milán, 1972).
de la "guerra fría". Lo más espinoso del asunto, si se puede decir, es ,¡ 40. Esas dos expresiones figuran en la muy notable biografía
que si Lukács tan sólo hubiese leído los textos que comentamos, habría de Einstein escrita en 1947 por Frank (trad. francesa: Einstein, sa vie
podido comprobar que su gran fresco de la historia de la filosofía et son temps, París, 1950). El autor·consagra un capítulo íntegro a la
contemporánea está construido exactamente sobre la misma dicotomía enumeración y a la comparación de las "grandes revoluciones u que

-.
("racionalismo" contra ''irracionalismo") que la que habían esbozado afectaron la física: Galileo, Newton, Einstein.
los neopositivistas en los años 30. Esto podría haberlo llevado a pregun­ 41. Principalmente en La Science actuelle et le Rationalisme
tarse sobre la pertinencia "marxista" de una oposición semejante, y (París, 1937).
sobre la eficacia de su aplicación en la batalla ideológica. Una pregun­ 42. Principalmente en su Informe al Segundo Coloquio Interna· .--..
cional de Nimega en 1937.
·-.
-
t.a sobre la que numerosos marxistas ''autorizados", adeptos al "raciona·
lismo moderno", tendrían sumo interés en meditar hoy todavía. 43. La Va/eur inductive de la relativité (París, 1929). Bachelard
34. Las dos obras esenciales de Maurice Cornforth sobre esta cues­ escribe; "El relativista por otra parte tiene el ardor militante del inno,
tión se titulan Science versus Idealism (Londres. 1946) y In Defense of vador. Ante todo, afirma su fe realista, se proclama físico primero,
Phüosophy Against Positivism and Pragm.atism (En defensa de la filo­ y llama aquí al buen sentido ofuscado por los prejuicios al buen sentido
sofía contra el positivismo y e/pragmatismo) (Londres, 1950). prevenido por una crítica preliminar de experiencia común a la expe­
35. Es el título del último capítulo del libro de Kolakowski, La riencia refinada. Nos devuelve el epíteto de metafísico; estábamos
filosofía positivista (trad. francesa, París, 1975) que se refiere muy ex­ apurados por elegir, apurados por concluir; hemos tomado el camino .--..
tensamente al positivismo "clásico" y sus antecedentes filosóficos, fácil y común, la ruta de la llanura, no hemos visto el sendero ascen­
pero desgraciadamente en forma muy sucinta al "neopositivismo" dente que lleva a los amplios horizontes, a esos centros de observación
contemporáneo. donde el verdadero rostro de la región aparece al fin en su totalidad y
36. La lista de los "miembros" es la siguiente: Gustav Bergmann, en su n ovedad" (pág. 7). Ya tuvimos ocasión de subrayar más de una
Rudolf Carnap, Herbert Feigl, Philipp Frank, Kurt Godel, Hans Hahn, vez (principalmente en Pour une critique de la épistémológie, París,
Viktor Kraft, Karl Menger, Marce! Natkin, Otto Neurath, Oiga Hahn­ 1971) que Bachelard sacaba de esta "novedad" relativista lecciones muy
Neurath, Theodor Radakovic, Moritz Schlick, Friedrich Waismann. diferentes a las de los neopositivistas lógicos. Veremos que están más .--..
La de los simpatizantes: Walter Dubislav, Joseph Frank, Kurt Grelling, cerca de las posiciones popperianas, si n que se las pueda tener por
idénticas. .--..
Hasso Hiirlen, E. Kaila, Heinrich Loewy, F-P. Ramsey, Hans Reichen­
gach, Kurt Reidemeister, Edgar Zilsel. 44. Retomamos aquí, bajo una forma y con una perspectiva nue, .--..
37. Los otros dos nombres son los de Russell y Wittgenstein, vas, u n cierto número de análisis que hemos hecho en nuestra obra Une
38. Como lo subraya el mismo Frank, esas posiciones paradojal­ crise et son enjeu (París, 1973). Se verá que las conclusiones a las cuales .--..
mente se acercan más a Poincaré que a Mach. Se verá que Karl Popr,er arribamos son, en algunos puntos1 autocríticas.
45. llya Prigogine e lsabelle Stengers, La Nouvelle Alliance (París, /,
no dejó de explotar en su provecho las contradicciones que pudieron
oponer a este apóstol de la "libre invención n del espíritu como era 1980).
46. J: L. Lagrange Traité de mécanique analytique (París, 1788).
Einstein (ver, entre otros textos, su conferencia de Oxford titulada
4 7. Un buen análisis de las posiciones de Poincaré sobre esta .--..
"On the method of theoretical physics", 1933) con los empiristas del cuestión lo hizo recientemente Anne-Fran�ois Schmid. Une philosophie
Círculo de Viena, cuyas opiniones, sin embargo, parece que compartió
de savant (París, 1978).
en un momento. 48. Augusto Comte, Cours de philosophíepositive, ed. Schleicher,
39. Un ejemplo entre otros: Weinberg en su clásico trabajo An .--..
tomo 1, pág. 451.
Examina/ion o{ Logical Positivism (Londres, 1936), examina muy lar­
gamente la "base" lógica de la doctrina, pero prácticamente no dice
49. Ernst Mach, antes de establecer el balance del fracaso del "me, .,
canicismo", en 1883 (en La Mecánique) hace este elogio de Lagrange
una palabra de la física relativista. Más curiosamente, un historiador (1736-1818): "Finalmente es Lagrange quien llevó la mecánica analítica .--..
como Alberto Meotti, que adopta un� posición muy crítica con res­ a su más alto grado de desarrollo. En La mecánica analítica (1788), se
pecto a esta corriente de pensamiento y escribe en una obra colec tiva .--..
dedica a hacer, de una vez por todas, todas las demostraciones necesa­
cuya inspiración de conjunto es marxista, guarda el mismo silencio
rias para condensar la mayor cantidad de cosas en u na sola fórmula" .--..
(Sviluppi dell'empirismo logico -El desarrollo del empirismo lógico·-, (trad. francesa, París, 1925). Para una bibliografía completa de las obras
de Mach, ver O. Bluch y F. Merzkirch, en el apéndice a la reciente
264 265 .,
apropiadas para desarrollar esa potencia) fue. publicada en 1824. Sir
edición en lengua inglesa del muy célebre Erkenntnis und Jrrtum \
?1·1
William Thomson, convertido en Lord Kelvin (1824-1907), saca la Me­
(1905) (Knowledge and Error, Dordrecht, 1976). moria de Carnot del olvido en 1850, luego de la publicación de su
50. Augusto Comte, Cours de philosophiepositiue, ed. Schleicher, propia Memoria sobre el calor. Este género de accidente histórico
tomo 1, pág. 556. Michel Serres, comentando a Augusto Comte en no es raro en la historia de las ciencias.. Hasta eJ presente han suscitado
estilo kuhniana, escribe: "El sistema del mundo está en su lugar, un más curiosidad que comprensión por parte de los epistemólogos. El
paradigma se ha instalado. ¿Qué es la ciencia? Es el estudio de un sis­ interés teórico real que presentan, en cambio, lo esclarece muy bien
tema muy recortado de puntes materiales distribuidos en un espacio la comunicación de Georges Canguilhem sobre "Las ciencias de la vida
y en movimiento según fueizas deductibles de una ley. En cierta mane­ después de Darwin" en el Congreso de Histeria de las Ciencias de
ra, la física es una geometría más una mecánica. No busquen más lejos: Moscú (1971) donde se trató el caso, análogo, del redescubrimiento de
este sistema es el paradigma puro de la Escuela Francesa y del positi­ los trabajos de Mendel por De Vries. (Ese texte está reproducido en
vismo; está realizado ante nuestros ojos por el mundo solar, Laplace; Idéologie et rationalité dans l'histoire des sciences de la vie, París,
es la imagen fundamental que exime a Lagrange de dibujar alguna 1977, págs. 101-120).
figura cualquiera. Por eso, si la física dice otra cosa y más que la mecá� 53. La formulación que se da aquí del principio en nuestra opi­
nica, es porque aún no ha nacido" (" Alrededor de Boltzmann", en nión es muy c onfusa. Es la formulación de la época. Además hay que
Critique, agosto-setiembre de 1975, N° 339-340, pág. 972; reproducido agregar que el ténnino "entropía" no es de Carnot sino de Clausius
en Hermes rv, La Distríbution, París, 1977, págs. 127-142). quien, con Thomson, contribuye a hacer (re)conocer, luego a rectificar
51. En la introducción que redactó para su resonante Memoria el trabajo del físico francés.
sobre la conservación de la fuerza (184 7, trad. francesa, París, 1869), 54. Ludwig Boltzmann nació en Viena el 20 de febrero de 1844.
Hermann von Helmholtz (1821-1894) escribía: "Finalmente el prot'e­ Ensenó en Graz desde 1869 a 1873 y de 1876 a 1890, en Munich desde
ma de las ciencias físicas consiste en :reducir todos los fenómenos 1890 a 1894, y en Leipzig desde 1900 hasta 1912. En 1903 sucedió a
naturales a fuerzas invariables, de atracción y repulsión, cuya intensi� Mach, su adversario teórico, en la cátedra de "Historia y teoría de las
dad depende de la distancia de los centros de acción. La posibilidad ciencias inductivas" que éste ocupaba en Viena desde 1895, cátedra
de comprender perfectamente la naturaleza está subordinada a la solu­ por lo demás rebautizada sintomáticamente en esta ocasión: "Física
ción de ese problema. La ciencia teórica, a menos que se detenga a teórica y filosofía natural". La violencia de su enfrentamiento con
mitad d,e camino, debe por lo tanto, armonizar su enfoque con el Mach y sus discípulos contribuirá a llevarlo al suicidio en 1906. La
principio presentado sobre la naturaleza de las fueizas elementales y situación de Boltzmann en la histeria de la física es singular: sostene­
las consecuencias de ese principio. SU misión terminará cuando haya dor del "atomismo", cuya renovación anuncia, en un momento en que
definido todos los fenómenos por medio de fuerzas elementales y la mayoría de sus colegas, adheridos a las tesis de W. Ostwald y de
cuando haya demostrado que esta definición es la única posible y com­ E. Mach, consideran el "fracaso" como un hecho, es denunciado como
patible con los hechos. Una definición semejante sería considerada "retardatario" por sus adversarios. Su réplica: Ostwald deduce de la
como la forma necesaria de la concepción de la naturaleza y se podría completa reversibilidad de las ecuaciones diferenciales de la mecánica
darle el título rle verdad objetiva". Helmholtz, profesor de fisiología con relación al tiempo, que ella no podría explicar por qué los procesos
en Koenisberg, luego en Bonn y en Heidelberg, inspirará directamente de la naturaleza se desarrollan siempre en un sentido privilegiado. Me
las tesis de Mach sobre la percepción. Ex alumno de Johannes Müller, parece que descuida así el hecho de que los procesos mecánicos se
los tres volúmenes de su Handbuch der physiologischen Optik (Manual definen no sólo pot las ecuaciones diferenciales, sino también p or las
de óptica fisiológica) (1856-1866) (trad. francesa, París, 1867), decla­ condiciones iniciales. En oposición directa a la tesis de Ostwald, he
rando la guerra, después de Lotze y antes de Wundt, a lo que llamaba mostrado que una de las confirmaciones más brillantes del mecanicismo
11el intuicionismo'' de Kant y Hering, serán invocados en efecto por el era precisamente ofrecer una imagen excelente de la disipación de la
físico vienés como "garantía" científica de su propio Análisís de las energía, si se admite que el mundo partió de un estado inicial que
sensaciones (Beítriigs zur Analyse der Empfíndunge¡;_; Iena, 1886), responde a condiciones dadas, que he calificado de estado no probable"
"soporte" filOsóflco de posiciones "energetistas" en física Helmholtz (Populare Schriften · Dbras populares-, págs. 129-130). De allí su
también será ante los ojos de muchos, en consideración a su trabajo plan de "proyectar la teoría analítica de las probabilidades sobre
sobre la "fuerza" y, en particular, por el texto que -hemos citado, la teoría analítica del calor", según las palabras de Michel Serres. Sus
el representante, retrasado (o avanzado, según el punto de vista), de tesis más bien que las de Mach serán convalidadas por la mecánica
la tendencia mecanicista en física. cuántica: se mostrará que este retardatario era, en un sentido, más
52. La célebre Memoria de Carnot que formula ese principio avanzado que sus contemporáneos. Conocerá así una especie de "triun-
(Reflexión sobre la potencia motriz del fuego y sobre las máquinas
267
266
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,.,: .--.,
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fo póstumo" sobre su predecesor en Viena, de quien había rehusado
ostensiblemente hacer el elogio en su lección inaugural. Ya volveremos
rrolla sistemáticamente y cuya primera frase (y la última) es la siguiente:
"La materia ha desaparecido, queda: la energía". Esto es lo que escribe
.-
sobre este "caso" Boltzmann, en la medida en que Wittgenstein, que Ostwald en su obra sobre La energía: "Si hoy un físico o un químico .�
tenía proyectado seguir sus cursos el año mismo de su suicidio, le pro­ quiere mostrarse como hombre de progreso, declara que la materia
fesaba una admiración sin reticencias. Una admiración que debería y la energía son dos entidades parecidas o paralelas, define a las ciencias
contribuir a iluminar de algún modo sus relaciones, de golpe conflic· físicas como las ciencias de la transformación de esas dos cosas irreduc­
tivas (sea lo que fuese lo que se haya dicho), con los miembros del tibles, la materia y la energía. Se verá más adelante que uno no debe
Círculo de .Yiena, precisamente llamado en tiempos del Tractatus. .. detenerse en esta concepción como en algo definitivo y que el dualismo �.
"Sociedad Emst Mach". materia-energía puede ser suprimido, dado que la noción de materia es
55. Abe! Rey, Théorie de la physique (París, 1905, págs. 40.41). una noción subordinada y que ni siquiera es particularmente feliz"
56. Duhem, "La evolución de la mecánica", Revue générale des (L'énergie, trad. francesa, París, 1913, pág.. 75). Programa reallzado . .--.,
sciences. (París, 1903). Duhem hace alusión a un pasaje de las Leccio­ en el libro que se termina con esta lograda comprobación: "Hace trece
nes sobre la teoría de los gases, publicadas el año precedente, en donde años y más, expresé mi convicción de que las nociones de materia y r.
Boltzmami escribe: "Al presentar la teoría de los gases como un con­ energía no son nociones igualmente bien fundadas. He dicho que la
junto de analogías mecánicas, indicamos ya, mediante la elección de noción de materia se formó antes de que se conociera la de energía
esta expresión, lo lejos que estamos de admitir de una manera firme, y que, en consecuencia, se atribuyen a la materia componentes que �
y como una realidad, que los cuerpos, en todas sus partes, están com­ pertenecen esencialmente a la energía. Si se le devuelven sucesivamente
puestos de pequeñas partículas". Pero en ninguna parte del texto de a la energía los que le pertenecen, la noción de materia se disuelve cada �
Boltzmann se encuentra la idea de que no haya una "explicación" vez más y las magnitudes restantes quedan como factores de extensión
de la cm¡stitución real de los gases. de las energías presentes" (L'énergie, págs. 152-153), Veremos que
57 •.La Théorie de laphysique, pág. 165. dichas concepciones se conciliaban muy bien con la tradición psicofisio­
58. Ver A. Bogdanov, La ciencia, el arte y la clase obrera (trad. lógica a la cual el mismo Mach se refería para "fundar" su teoría del
-.
-
francesa, Parfs, 1977). conocimiento.
59. Hay que destacar que el capítulo final de La ciencia y la 62. Revue générale des sciences pures et appliquées.
hipótesis (capítulo redactado en 1901) lleva como título: "El fin 63. Nos referimos aquí a la biografía intelectual de Mach, tal como
de la materia" y comienza con estas palabras: "Uno de los descubri­ fue establecida por Robert Bouvier en La Pensée d 'Ernst Mach (París,
mientos más sorprendentes de la física moderna es que la materia no 1928).
existe... " 64. El análisis de las sensaciones (Beitriige zur Analyse de Empfin­
60. J. B. Stallo, La matiere et la physique moderne (París, 1907, dungen) (Contribuciones al análisis de las sensaciones) data de 1886.
pág. 27). Este libro hace referencia a los Elementos de psicofísica de Gustav
61. El artículo de Wilhelm Ostwald (1853-1932) apareció en la Fechner, publicados en Leipzig en 1860, y al gran trabajo de Helmholtz
Revue générale des sciences pures et appliquées, Nº 21, del 15 de no: sobre la teoría de la música. Un trabajo donde Helmholtz consagraba
viembre de 1895. Este artículo tenía como título original: "La supe­ no sólo un estudio físico a los fenómenos acústicos y establecía la des­ .--.,
ración del materialismo científico" (Die Überwindun1< des wissens,;haft· composición en vibraciones regulares simples del movimiento vi&atorio

-.
lichen Materialismus. Fue traducido con el título de "El fracaso del complejo de los cuerpos elásticos emisores de ruidos y de sonidos musí#
, cales t mediant.e aparatos que resuenan por influencia, sino también,
atomismo, . Su publicación desencadenó una violenta polémica en
la revista en la cual tomaron parte sucesivamente A. Cornu, entonces además, hacía un estudio fisiológico de las sensaciones auditivas y un
vicepresidente de la Academia de Ciencias, luego M. Brillouin cuya análisis psicológico -donde descompone los ruidos y los sonidos en �.
réplica se titula "En favor de la materia". tonos. Ahora bien, tono es definido como "la sensación de sonido
rigurosamente simple". Por lo tanto, Helmholtz cree haber demostrado -.
"Energética" es el nombre que da Ostwald a su doctrina, término la existencia de sensaciones acústicas simples a partir de las cuales se -�
utilizado por primera vez por Rankine desde 1856 (ver; Outline of a podrían reconstruir, por composición progresiva, todos los sonidos.
Science of Energetics, reproducido en Misce/laneous Scientific Papers, Como se ve, tanto la noción "rnachiana'' de "elemento,,, como el .--.,
Londres, 1881). Esta doctrina, cuyo difundido éxito apenas nos resulta programa "de análisis de las sensaclones", está en la descendencia de
.--.,
imaginable hoy se presentaba esquemáticamente como sigue. Una vez Helmhol� Pero, como veremos, esta progenie tiene orígenes más leja­
planteado que "la materia ha desaparecido, proposición-reina del nos y se prolonga más allá de Mach. La obra de Helmholtz se titula �
estado de crisis" de la física, Ostwald anticipa una solución que desa- Teoría fisiológica de la música (Die Lehre von den Tonempfindungen
268 269

.._
.--.,
111

als physiologlsche Grundlage für die Theorie der Musik, Leipzig, 1863,
trad. francesa, París, 1868). 7. No se sabe si la causa esencial y la "energía" particular de cada
La ley de Weber-Fecl¡ner --que Fechner designa como "ley de nervio sensitivo está situada en el mismo nervio, o en las partes del
Weber"...... establece, como se sabe, que "la sensación crece como el cerebro o de la métlula espinal con los cuales está en conexión.
logaritmo de la excitación". 8. Los objetos inmediatos de la percepción de nuestros sentidos son
65. Einleitung in die Helmholtzche Musiktheorie. Popular für simplemente estados particulares de nuestros nervios que han sido
Musiker dargestellt (Graz, 1866). (Introducción a la teoría de la músi· provocados y que son sentidos como sensaciones sea por los nervios
ca de Helmholtz. Presentado en forma popular para músicos). mismos, sea por el sensorio; pero en la medida en que los nervios sensi­
66. Hay que referirse a Johannes Müller, el fundador en Alemania tivos son cuerpos materia1es y tienen así las propiedades de la materia
de la fisiología como ciencia experimental, maestro de Helmholtz y de en general: ocupando un espacio, son susceptibles de moVimiento vibra­
Du Bois-Reymond, y en particular a su célebre Handbuch der Phvsio­ torio y capaces de ser modificados tanto químicamente como por el
Logie des Menschen (Manual de fisiología humana) (1834-1840), para calor y la electricidad,· --lo cual hacen conocer al sensorio, en virtud
encontrar el comienzo "oficial" de esta tradición. Más precisamente, de los cambios de estado de los cuerpos exteriores. La información
en el libro V, donde se establece el principio de las energías específicas así obt.enida por los sentidos concerniente a la naturaleza externa varía
de los nervios, anticipada desde 1811 por Charles Bell en su folleto según cada sentido, en relación con las cualidades o energías específicas
.Idea ofa New Anatomy oftheBrain (Londres, 1811) (Idea de la nueva del nervio. Habría que citar todo el capítulo para mostrar cómo las
anatomía del cerebro) y enunciada una primera vez por el mismo concepciones de Mach (como las de Helmholtz y Ostwald) se deben al
Müller en 1826. En ese libro V (Coblenza, 1838), Müller escribe: trabajo de Johannes Müll�r, y comprender cómo la unificación filosó­
"Los sentidos, en virtud de las propiedades de sus numerosos nervios, fica intentada por Mach entre física y psicología, por intermedio de la
nos relacionan con los estados de nuestro propio cuerpo) y nos infor. noción d e "elementos'\ nada tenía de fantasía individual, sino que
man también de las cualidades y de los cambios de la naturaleza exte­ estaba apoyada por toda una tradición que podía, no sin razón, preten­
rior, en la medida en que esas cualidades y esos cambios producen der haber sacado a Ia psicología del atolladero de la "metafísica".
modificaciones en el estado de los nervios.( ... ) Lo que por intermedio 67. Más allá de Müller, evidentemente uno piensa en Herbart, si
de nuestros sentidos percibe en realidad el sensorio no es nada más que se buscan las condiciones filosóficas de esta transformación de la psico­
una modificación del estado de nuestros nervios; pero la imaginación y logía. Jean�Frédéric Herbart, el adversario teórico de los jóvenes maes­
la razón tienen la posibilidad de interpretar las modificaciones produ. tros vieneses de los afias 20, que fue el maestro de Mach y el primero
cidas en nuestros nervios por factores exteriores como propiedades en intentar, en su Lehrbuch zur Psychologie (Tratado de Psicología)
de los mismos cuerpos exteriores". De estas posiciones generales saca (1816), constituir una "psicología matemática", sobre la base de una
ocho proposiciones largamente argumentadas; crítica de la estética trascendental de Kant, cuya cátedra en Koenisberg
l. Los agentes exteriores no pueden dar nacimiento a ninguna clase ocupó durante mucho tiempo. Como escribía muy b:an Marce!
de sensación que no pueda también ser producida por causas internas, Mauxion (La Métaphysique de Herbart, París, 1894): "Herbart es clara
provocando cambios en el estado de nuestros nervios. y francamente empirista; no admite ni las ideas innatas ni las formas
2. La misma causa interna provoca en los diferentes sentidos diferen­ a priori; y cree que puede derivar de la sola representación -·-en virtud
tes sensaciones, en cada sentido las sensaciones que le son específicas. de un mecanismo psíquico cuyas leyes se ocupa en determinar---, las
3. La misma causa ext.erior también da nacimiento a diferentes sensa­ formas más generales del conocimiento, todo el contenido del espíritu
ciones en cada sentido, según las propiedades específicas de sus nervios. Y el espíritu mismo" (pág. 330).
4. Las·:sensaciones específicas de cada nervio sensitivo pueden ser pro­ 68. G. Canguilhem, "iQué es la psicología?" reproducido en Etu­
vocadas por varias causas internas y externas. des d'histoire et de philosophie des sciences (París, 1968).
5. La sensación consiste en la recepción por el sensorio, por inter­ 69. La mecánica (trad. francesa, pág. 435).
medio de los nervios, y bajo el efecto de:ta accítln de una causa externa, 70. Entre 1888 y 1890 Ricardo Avenarius, profesor de filosofía
de una información sobre ciertas cualidades o ciertos estados, no de los en Zurich, escribe los dos imponentes volúmenes de su Kritin der reinen
cuerpos exteriores, sino de los nervios sensitivos mismos; y todas esas Erfahrung (Crítica de la experiencia pura). Murió seis años más tarde,
cualidades de los nervios sensitivos son diferentes, porque el nervio según se dice agotado por dicho trabajo. En esta obra, Avenarius
de cada sentido tien� su propia cualidad o energía. intentaba establecer, de un modo especulativo extremadamente sofis­
6. El nervio de cada sentido parece capa,¡: de una sola clase de sensa­ ticado, que los acontee:imientos que constituyen "la experiencia" están
ción determinada, incapaz de las que son propias a los otrOs órganos ordenados por el funcionamiento de diferentes part.es del sistema ner­
de los sentidos. vioso. Anticipaba la idea de que la parte central del sistema nervioso es
lo que condiciona a la uconciencia" y proponía designar a ésta parte
270
271
,central como "Sistema C", al no poderla localizar precisamente. Según
est.a concepción, la vida del organismo sería un proceso de reajuste per­
petuo por el cual se restablecería sin cesar un estado de equilibrio
inestable siempre comprometido por los estímulos. Avenarius imagina­
1 a su enemigo y hasta puede derribar frutos con una piedra. Pero el
hombre fija todos los procedimientos ventajosos, por su naturaleza, es
más "ecónomico y, al dirigir su atención a los medios int.ennediarios,
inventa armas y herramientas" ( tra:d. francesa de Conocimiento y error,
"

�-
ba un dispositivo muy complejo para explicar las relaciones entre el París, 1908, págs. 88-89). Habiendo dado así su versión "biologista" de
Sistema C, factor de permanencia y de estabilidad, y los procesos de la doctrina clásica del homo economicus, Mach explica que, por adap­
"reajuste" (que llama "series vitales'\ Sin entrar en detalles, lo esencial tación progresiva, el hombre llega a la formación de conceptos como �
era que ro,chazaba plantear una diferencia de naturaleza entre los "formaciones psíquicas originales". Un estudio un poco atento de las
acontecimientos que se producían, según él, en el Sistema C y esas fuentes de Mach no deja ninguna duda sobre su naturaleza: no es de
"series vitales". De allí la idea de que, según el punto de vista en que Darwin de quien toma en préstamo, sino de Spencer. Spencer, es decir,
uno se coloque, se pueden tratar los mismos acontecimientos sea como una doctrina, esencialmente forjada por una extrapolación filosófica
"estados mentales", sea como "objetos físicos". de los trabajos de von Baer, que se "apoderó·" más tarde, sobre esta
Como se ve, esta concepción muy cercana a la de Mach -quien salu­ base, del concepto darviniano de adaptación para extenderla y gene.
dará con entusiasmo la aparición del libro de Avenarius- anticipa, a su ralizar su dominio de aplicación al conjunto de las ciencias; el fruto de
manera, en lo esencial la tesis defendida por Wilhelm Wundt en 1896 esta "furia de generalización" (Nietzsche} resultó al fin de cuentas
en su Grundriss der Psychologie (Elementos de Psicología). Tesis según hacer regresar el concepto "de adaptación" a su prehistoria ideológica

-
la éual la psicología trata de la experiencia irmediata y la física de la (lamarckiana) e instituir al "evolucionismo" en ideología científica.
experiencia mediata. Aun si es verdad que Wundt criticó vigorosamente, Sobre este último punto ver: Georges Ganguilhem, "¿Qué es una
por otra parte, muchos puntos de la doctrina de Avenarius. ideología científica?", reproducido en Idéo/ogie et Rationalité, págs.
71. En 1874 aparece en Leipzig la obra fundamental de Franz 35.44 donde el caso de Spencer se toma como ilustración de la defini­
Brentano (1838-1917), Psycho/ogie vom empirischen Standpunkte (Psi­ ción propuesta. La cuestión del estatuto teórico ctel concepto de �
cología desde un punto de vista empirico), pero recién en los diez adaptación en Darwin la discute ampliamente Camille Limoges en su
primeros años del nuevo siglo la influencia de Brentano parecerá superar libro sobre La Sélection naturel/e _ (París, 1970), la aborda Ivette Conry
definitivamente a la de Wundt, renovada una vez más por Titchener en en su notable Introduction du darwinisme en France au XIXe siecle
su Textbook of Psycho/ogy (Nueva York, 1910) (Compendio de Psico­ (París, 1974) y la retoma vigorosamente, con una perspectiva diferente,
/ogia). En el momento mismo en que, en los Estados Unidos se prepa­ el reciente libro de Madeleine Barthélemy-Madaule, Lamarck ou le "
mythe duprécurseur (París, 1979).

--
raba la eclosión del "conductismo", que allí iba a triunfar después de la
guerra. El artículo fundamental de J. B. Watson (1878-1958), alumno 73. La Mécanique, págs. 449-457.
de R. Angel!, discípulo a su vez de William James, aparece en 1913, 74. Emil Du Bois-Reymond, con Helmholtz, el más ilustre de los
bajo el título de: "Psycbology as the behaviorist views it" ("La psicolo­ alumnos de Johannes Müller, pronuncia en 1872 en Leipzig un discurso
gía desde el punto de vista conductista") (Psycho/ogical Review ··-Revista que hará época. Ese discurso estaba titulado "Sobre los límites del
de Psicolo1;ía--, 20, 15S.177). Ya vimos cómo, bajo la pluma de Neurath. conocimiento de la naturaleza". "Ignorabimus,, era la fónnula siete
en particular, el neopositivismo lógico dará su aval a esta nueva tenden­ veces retomada en la conclusión para designar los siete "enigmas del
cia de la psicología. Se verá que el "conductismo" experimentó luego universo":
de algunos decenios un reflujo, al mismo tiempo que el neopositivismo
uclásico" es cuestionado. Intentaremos mostrar qué índices permiten
l. Naturaleza y materia de la fuerza. �-
2. Origen del movimiento.
pensar que las formas de este cuestionamiento y ias modalidades de ese 3. Finalidad de la naturaleza. �
reflujo pueden preludiar, en nuestra opinión, un resurgimiento, bajo 4. Primera aparición de la vida.
-.
-
una forma transfonnada principalmente por la neurofisiología contem· 5. Aparición de la simple sensación y de la conciencia.
poránea, de la tendencia "psicofísica n de la bella época wundtiana 6. Origen del lenguaje.
72. El "evolucionismo" entonces estaba de moda, como lo testi· 7. La cuestión del libre albedrío.
monia, entre otras cosas, la enorme repercusión de los libros de Ernst �
Haeckel sobre los que vamos a volver. Que ese evolucionismo fuese Contra Du Bois-Reymond Lenin lanzó sus ataques más enérgicos
"vulgar" y "mecanicista" y que no estuviera justificado sino en forma en Materialismo y empiriocriticismo (1908). �
muy abusiva por la autoridad del autor de El origen de las especies
(1859), es lo que se puede juzgar en ese caso preciso leyendo Erkennt­
75. Robert Linhart, en su libro Lénine, les paysans, Tay/or (París,
1976), ha hecho un análisis esclarecedor de algunos de los efectos prin· .-
nis und Irrtum. "El mono, escribe allí Mach, llegado el caso arroja algo • cipales de esos errores en la política económica. Por nuestra parte
272 273

�.
hemos intentado analizar otros en el nivel de la·práctica ideológica en el plo, Physics and Philosophy, The Revolution in Modem Science (Nueva
prefacio que hemos escrito para la primera traducción francesa de los York, 1958, trad. francesa: Physique et Philosophie, París, 1961,
textos principales de Bogdanov. págs. 135-136).
76. Lenin piensa que las posiciones sostenidas por Ernest Haeckel 82. El ensayo de Schlick se titula: Die philosophische Bedeutung
en su réplica a Du Bois-Reymond (Los enigmas del universo, 1895; des Relativitiitsprinzi (El significado filosófico del principio de la rela­
trad. francesa, 1920) son más firmes. Se apoya en algunas de ellas para tividad). ("Zeitung für Philosophie und philo. Krítik", 1915, volumen
mostrar lo que-puede ser el "materialismo espontáneo" de las ciencias 159)-··Diario de filosoffay crítica filosófica .
de la naturaleza y "defenderlos" contra �oda explot.acíón idealista. La 83. Schlick aún no había leído en esta fecha el Tractatus de Witt·
desgracia quiso que, al hacerlo, a pesar de sus precauciones } haya con­ genstein. El matemático Hans Hahn se lo hará conocer en 1926. Schlick
tribuido a acreditar la idea de que el marxismo debió requerir como se consagrará entonces a la reelaboración de su "empirismo", pero sin
"base" de sus concepciones históricas una "filosofía de la naturaleza" cambiar sus bases, en función de la interpretación que creyó poder dar
de tipo evolucionista. Idea que no está ausente del pensamiento del del texto de Wittgenstein. Nos gus_taría sobremanera pregunt.arnos sobre
mismo Marx, como lo testimonia su correspondencia con Engels a
propósito de Darwin y el inverosímil apasionamiento que se apoderó \) la legitimidad de esta interpretación, como de la de otros positivis­
tas lógicos.
84. Allgemeine Erkenntnislehre (Teoría general del conocimiento),
de él cuando leyó la obra ahora olvidada de Pierre Trémaux (Origine et
Transformation de l'homme et des autres etres, París, 1865); "un pro­ 12y 27.
greso muy importante con relación a Darwin". le escribía a Engels que 85. En El desarrollo del Círculo de Viena y el porvenir del empiris­
no compartía esta opinión y susceptible ) a su modo de ver, de suminis­ mo lógico, Otto Neurath escribe: "La antimetafísica que Mach profe­
trar "la base histórico-natural" de sus concepciones. Idea muy presente saba en Viena no era un hecho alslado. Contrariamente a lo que pasaba
en el Anti-Dühring, más todavía en los legajos de manuscritos reunidos en Alemania, toda una generación iba hacia el positivismo, el utilitaris·.
y publicados en 1925 por Riazanov con el título, inventado de arriba mo, el empirismo. Si el antikant:ismo en Austria había sido, basta la
a abajo, no sin premeditación, de Dialéctica de la Naturaleza; como lo primera mitad del siglo XIX, en gran parte, una actitud antirrevolucio­
ha demostrado muy bien Sven Eric Liedman en su sorprendente artícu­ naría de los círculos gubernamentales y eclesiásticos, en la segunda
lo sobre Marx, Enge/s and de Laws of Dialectics (Aja tus,' Anuario de la mitad fue la consagración de la derrota austríaca de- Sadowa. El libe­
Sociedad Filosófica de Finlandia, 37, 1978). Idea tan prof\lndamente ralismo político y eeonómico, a la sazón maduro para el poder, hizo de
arraigada en los marxistas de la II Internacional que llevó a construir las universidades -los puntos de apoyo de una actitud fuertemente
la fábula según la cual Marx habría deseado, contra la voluntad de su opuest.a a la Iglesia y a la Corte" (págs. 39-40). Ahora bien, explica
destinatario, dedicar el segundo libro de El Capital a Darwin: las inves· Neurath, los profesores, por servilismo, adoptaban las posiciones ofi.
tigaciones de Margaret A. Fay acaban de hacer justicia con esta fábula, ciales favorables a Alemania. Los estudiantes, como reacción antiale­
retomada sin embargo por historiadores tan serios como H. Carr (ver mana, buscaban entonces en la filosofía inglesa, tanto como en las doc­
el artículo de M. A. Fay "Did Marx offer to dedícate Capital to trinas socialistas, los argumentos de su oposición al poder del Est.ado.
Darwin?" -¿"Dedicó Marx El Capital a Darwin"?- aparecido en el El antikantismo, por lo tanto, se convirtió en la ideología de est.a capa
Joumal o( History of Ideas, marzo de 1978, vol. XXXIX Nº 1). Idea, social "revolucionaria", después de haber sido la de sus adversarios. Hay
en fin, que "inspirará" si se puede decir, la concepción stalinista del que agregar, como lo hace Karl Menger en el postfacio que escribió para
mat.erialismo histórico. tal como está expuesta en la Historia del Parti­ su pequeño libro Mora� Wille und Weltgesta/tung -·Moral, Voluntad y
do Comunista Bolchevique (1938) y las prácticas que así se vieron Estructura Universal- (Viena, 1934, trad. en lengua inglesa," Dordrecht,..
oficialmente sancionadas. Las cartas de Marx y Engels sobre Darwin 1974), que Kant no era el único filósofo alemán al que se rechazaba
figuran en la recopilación preparada por Jean-Pierre Lefebvre: Lettres por este hecho, sino también en particular, Hegel. Los filósofos austría­
sur les sciences de la nature (París, 1973). La carta sobre Pierre cos estudiaban así más bien a Hume, John Stuart Mili y Whewell cuyos
Trémaux, a la cual hacemos alusión, está fechada el 7 de agosto de libros habían sido traducidos.
1866. Es sorprendente que un investigador tan atento como Jacques
Bouveresse, describiendo hoy al público francés· esta situación, presente
77. E111.<tein, pág. 88.
esta descripción como un udescubrimiento historiográfico reciente".
78. Ibíd., pág. 89.
86. El texto al cual hacemos alusión dat.a de 1932. Figura encabe­
79. Ibíd., págs. 88-89.
zando la edición en lengua inglesa de las Obras selectas de Reichenbach
80. Ibíd., pág. 91.
81. Heisenberg notó varias veces lo repentino de esto para compa·
(Se/ected Writings, 1909-1953, págs. 1-4, Dordrecht, 1978).
87. Revue phi/osophique, N° 7-8 (julio-agosto de 1922). El núme-
rarlo con los dolorosos partos de la mecánica cuántica. Ver, por ejem·
274 275

ro está consagrado a las "teorías de Einstein sobre la relatividad". La que distanciarse así públicamente: un kantismo mutilado al punto de �
tesis central del artículo de Reichenbach muestra que "sería totalmente reducirse, en su opinión, al solo contenido "dogmático" (o si se prefie­
erróneo no ver en la obra de Einstein sino la construcción de una teoría re: doctrinario) de la Crítica de la razón pura únicamente. De la
física, ya que el mismo siempre tuvo conciencia que hay en el comienzo respuesta a esta pregunta depende por una parte la solución de otro
de su teoría un descubrimiento filosófico" (págs. 6-7). Se dedica así problema: ¿la "salida" positivista del espacio trascendental es tan
a explicar que "era necesario un análisis rdosófico de las nociones de "radical" como encarnizadamente lo pretenden sus protagonistas?
espacio y tiempo para poder elaborar la física de la Relatividad" (pág. ¡,La pregunta trascendental más bien no ha sido "recubierta" por ellos,
8). Refiriéndose a Schlick (Allgemeine Erkenntnislehre), plantea que enmascarada, con el pretexto de la negación más convencida? ¿Y, ade­
este análisis consistía en cuestionar la "evidencia intuitiva" de la geo­ más, last but not /east, el proyecto de semejante "salida" tiene un
metría euclidiana postulada por el kantismo: "Se puede asociar, escribe, sentido tan unívoco como el neopositivismo (y, por su parte su máscara
con intuiciones tanto los conceptos no euclidianos como los conceptos
euclidianos, porque la intuición euclidiana también es una combinación
marxista vulgar) tenía y continúa teniendo la tranquila certeza de ella: �.
es la vía de una liberación del pensamiento científico?
de conceptos y de intuición" ( ... ) "Si hay una intuición pura, hay 91. El mejor texto de Reichenbach sobre este punto es sin duda .n

muchas. Entre ellas, la intuición euclidiana no es privilegiada. No es, el siguiente: ".. .lo que ocurrió con la teoría de Einstein prueba que el
también, más que una combinación de intuición y de concepto" (págs. conocimiento no es posible si uno permanece encerrado en los marcos
48-49). La conclusión violentamente antikantiana del artículo merece
una atención particular. Citando el elogio que hace Mach de Einstein,
de los principios kantianos. Para un kantiano, un resultado semejante .�
sólo puede significar la ruina de la ciencia. Es una suerte que el sabio
celebra a este último por haber "dado a la física la libertad de la que el rio haya sido kantiano y que, en lugar de renunciar a sus esfuerzos para /,

filósofo quería privarla" (pág. 59) y termina con estas palabras: "En construir la ciencia, haya buscado los medios de cambiar los principios �.
nuestro tiempo, han hecho más filosofía los físicos y los matemáticos pretendidamente a priori. Al mostrarse capaz de manipular las relacio­
que los füósofos oficiales. Parece ser de la naturaleza del espíritu nes espacio-temporales esencialmente diferentes de las que se asignaban
humano que el manejo de los problemas concretos particulares lo apro­ tradicionalmente como marcos al conocimiento, Einstein abría la vía
xima más al enigma del conocimiento que toda reflexión abstracta a una filosofía superior a la filosofía de la síntesis a priori. Por lo tanto,
sobre el fenómeno inconcebible de la concepción misma" (pág. 61). Se la relatividad de Einstein pertenece a la filosofía del empirismo. Sin
encontrarán textos concordantes en los Selected Writings: "Space and duda, el empirismo de Einstein no es el de Bacon o de Mill, quienes
.�

Time, from Kant to Einstein" (1928); "The world view of the exact creían que todas las leyes de la naturaleza podían ser descubiertas �

1
sciences" (1928); "The new philosophy of science" (1929) y, hasta en gracias a simples generalizaciones inductivas. El empirismo de Einstein
1934, artículos que retoman los mismos temas, aunque progresivamente es el de la física teórica moderna, un empirismo en el que la construc­
renovados por el desarrollo del empirismo lógico y la historia contem· ción matemática moderna está concebida de manera de relacionar los
poránea de la física. Volveremos sobre esto. datos de la observación mediante operaciones deductivas y permitirnos
88. Actas del Congreso Internacional de Filosofía Científica, I predecir nuevas observaciones". El subrayado de ese "por lo tanto" �
(págs. 28-35). es nuestro y marca el "pasaje", a primera vista tan sorprendente, del
apriorismo al empirismo que efectúan los miembros del Círculo de "�
89. Actas, págs. 30.32. Podríamos haber citado tammén el artículo
de W. Dubislav aparecido en Erkenntnis (I, 1930, págs. 27-48) con el Viena en el momento de la revolución einsteniana (La Signification
título "Ober den sogenannten Gegenstand der Matematik" (Sobre el philosophique de la théorie de /a relativité, págs. 47-48).
llamado objeto de la matemática), que retoma los mismos análisis casi 92. E. A. Burtt, Methaphysical Foundations of Modem Physical
en los mismos términos.
90. Hay diversas maneras de ser "antikantiano", cada una solidaria
l
¡
Science (Londres, 1925, pág. 153) (Fundamentos metafísicos de la
ciencia física moderna).
1 93. Pierre Duhém, La Théorie physique, son objet, sa structure
con una lectura determinada del edificio de la filosofía crítica, como lo a
subraya Gerard Lebrun desde las primeras páginas de su gran libro sobre l (París, 1906, 2a ed., 1974, pág. 76).

j
Kant y el fin de la metafísica (París, 1970). Retengamos por el momen­ 94. Es del mayor interés, como se verá más adelante, que los neo­ �
to, antes de volver a ello en otro nivel de análisis, que el Círculo de positivistas hayan mezclado así en un mismo elogio a Mach, Kirchoff
Viena exhibe un antikantismo que apunta primero a la estética trascen­ y Hertz, si se piensa que Boltzmann, el adversario de Mach, apelaba a �
dental. Veremos que este antikantismo se reitera bajo los efectos de la estos dos últimos en contra de él (ver en los Popu/iire Schriften, 14,
"revolución logística" con un ataque contra los presupuestos, juzgados el ensayo traducido en inglés con el título d� "On the development ·
en adelante "perimidos", de la lógica trascendental. Tendremos que pre­ of the methods oftheoretical physics in recent time", en ed. Dordrecht.
guntarnos luego de cuál rostro del kantismo los neopositivistas tuvieron 1974, págs. 88-89). Este "ecumenismo" retrospectivo permite aclarar

276 277


algunas malas interpretaciones neopositivistas de la obra de Wittgens­ la pedagogía científica. Más
tein, gran admirador de Hertz, y de Boltzmann, pero, en esta misma m1,1la "relaciones de incertidumbre" en
sobre esta demo stración para comparar el
medida, fundamentalmente antimachiana. precisamente volveremos ción popperiana de la inter­
95. Las "relaciones" de incertidumbre fueron enunciadas por procedimiento y las conclusiones a la refuta nberg . El texto al cual
de los resulta dos <te Heise
Heisenberg para regular las relaciones entre la previsión teórica del pretación subjetivista es de Heise nl>erg", publi­
movimiento de las partículas elementales y la medida experimental. hacemos referencia se titula: "Las desigualdadFísica, 7, 15, 1973.
cado en el Boletín de la Socie dad Fran cesa de
Si se representa por p el componente de posición (con relación a un que se llevó a cabo el 14
punto de observación geométrico) de una "partícula", y por q la canti­ 96. Sabemos que en la memorable sesión
en la Socie dad de Física de Berlín, Max Planck
dad de movimiento, si se llama 6 p y 6 q respectivamente a las incer­ de diciembre de 1899 lós a, según la cual se
da de cuant
tidumbres que se refieren a su determinación en un instante dado, la expuso por primera vez la teoría llama en el nivel microfísico,
ambi os de energ ía,
primera "relación" de Heisenberg se enuncia 6 p . 6. q � h, donde h debe admitir que los interc con Einstein, fue de
Planck, junto
es la constante de Planck. Una relación tal significa que las incertidum­ se producen de manera discontinua. de la mecá nica cuántica.
ión "dane sa"
bres sobre las variables p y q no son independientes. No se puede los que rechazaron la interpretac ismo s", no abandonaron
an teñid a de "irrac ional
proseguir la determinación de una de ellas con una aproximación cre­ Como la considerab de Einste in, de encon­
en el caso
ciente, sin hacer cada vez más grande el error que se refiere a la otra. el proyecto, durante un cuarto de siglo la nuev a doctr ina.
"mecá nico" (clási co} para
En el límite, una precisión absoluta en la localización de la partícula trar un fundamento sínte sis, para tomar en
97. Niels Bobr declaraba en 1925 : "En
correspondería, pues, a una cantidad de movimiento completamente ico en la descri pción de los fenóm enos atómi­
indeterminada, y recíprocamente. Por lo tanto es imposible definir cuenta el postulado cuánt lemen ta.ried ad' , en la
la comp
aquí, de una manera que tenga sentido experimental, el "estado inicial" cos, debemos desanollar una 'teoría de más que confr ontan do
pued e ser evalu ada
del movimiento de una partícula; por lo tanto, también es imposible cual su no contradicción no es de obser vació n".
ilidad
las posibilidades de definición y las posib
efectuar cualquier previsión según el esquema "detenninista" de la naturaleza de la luz de las
mecánica clásica. Tomando como ejemplos la cuestión de la
de "una indeterminación
"Limitación", dicen Heisenberg y Bohr, que se refiere a toda expe­ partículas elementales, llegaba a la conclusión Veremos cómo Popper
recíproca que afecta a toda medi da atóm ica".
riencia posible en el dominio de los fenómenos microfísicos. Limita­ "complementariedad", a la
denuncia la "esterilidad,, de esta noción de
ción constitutiva de nue·stras posibi1idades de conocimiento, con la iones positi vistas de Bohr. Niels
que ve como un re!'>ño de las posic
conse�uencia de que el determinismo clásico se transfornia en un postu­ intern acion al encar gado de organizar, a
Bohr formó parte del comité
lado inverificable por naturaleza. De donde se sacan las "conclusiones" d de la ciencia. El primer
que extraen de inmediato Bohr y Heisenberg, y que rápidamente serán partir de 1937, los congresos para la Unida ed Science (Chicago,
volumen de la Intemational Ency clope dia of Unifi
vulgarizadas: que la noción de un fenómeno "objetivo", independiente lo cual queda sellada la
1938) incluye un breve artículo suyo, con
de las condiciones en las cuales se lo observa, se pierde; que, dado que e con los miembros, entonces dis·
alianza de la Escuela de Copenhagu
. (El texto citado es el
1
finalmente nuestros mismos órganos sensoriales están interesados en el había sido el Círcu lo de Viena
persos, de lo que
acto de observación\ la microfísica está afectada por una subjetividad repro ducid o en La Théorie atomi·
de la conferencia de junio de 1925,
esencial.
que et la descrivtion des phénoménes, trad. francesa, P, · ís, 1932.
De allí nace el rótulo de "subjetivismo" que sus adversarios (prin­
págs. 50-54) ¡La teo,ia atómica y .la
de,cripción de los fenómenos).
cipalmente Popper) le prendieron a la "ortodoxia de Copenhague". 9R En Physics and Phi/os ophy, Heisenberg escribe principalmente:
En un artículo de incomparable claridad, Jean-Marc Lévy-Leblond de
de Copenhague
"Habría que destacar aquí que la interpretación
demuestra que lo que se llama ºlas relaciones de incertidumbre" no son ista, porqu e, allí donde el positivismo toma
ningún modo es positiv
"relaciones" (en el sentido matemático del término) y que no se ador en tanto que ele­
como base las percepciones sensoriales del observ
refieren a "incertidumbres". Propone llamarlas CQn más justeza "desi­ retaci ón de Copen hague considera que .
mentos de la realidad, la interp de concep tos clá­
gualdades" de Heisenberg y subraya que la "lin¡ltación" de la cual se las cosas y los procesos descriptibles con la ayuda
habla hada tie11� que ver con un ''error'\ como Jo supone implícita­ funda mento s de toda int.erp retaci ón
sicos, es decir lo real, son los s, aun en esta
mente la interptetacióti "vulgar", que no es·"" imput.a.ble al "sujeto" france sa, pág. 188). Pero much os otros texto
d física" (trad.
del conocimiento, sino que constituye una ley física cuya fórmula
1 obra, cuando se trata no de proclamaciones doctri
narias por otra parte
los resultados cien·
l
se produce,. demuestra y verifica. En efecto, no es un conocimiento sino de la interp reta ción de
ambiguas, como aquí,
ción neopo sitivista. Popper,
menor, es un conocimiento positivo, parte de la determinación objetiva tíficos, están muy marcados por la orienta
de las leyes de los sist¡lmas microfísicos. Llama la atención sobre los lo veremos, no se engañó en eso.
grado a las
equívocos epistemológicos que sigue introduciendo el empleo de la fór. 99. Ver por ejemplo el capítulo muy prudente consa
278 279
-,
r.

interpretaciones de la mecánica cuántica en Philosophical Foundations �


of Physics (1966) (trad. francesa, Les Fondements philosophiques de la Sprache" ("La superación de la metafísica por el análisis lógico del Jen­
physique,.París, 1973). guaje'i) aparecido en Erkenntnis, vol. U, 1931 (trad. francesa: La science
100. Todo se anuda, ya se sabe, alrededor de la cuestión de los et la métaphysique devant l'analyse logique du langage, París, 1934). F
"límites" del conocimiento y de la "libertad" del electrón. Volveremos 109. El título del capítulo de Carnap es el siguiente: "Pseudopro­
sobre el conjunto de estas cuestiones al hacer el análisis de lo s textos posiciones en metafísica". -
popperianos: en particular, del1>ublicadoen Objective Knowledge (Lon­ 110. Artículo citado, trad. francesa en Les Enoncés scientifiques
dres, 1972) con el hermoso título de "Of clouds and clocks" et la réalité du monde extérieur (París, 1934, pág. 8).
("Sobre 111. Consideraremos, llegado el momento, la cuestión de saber si,
nubes y relojes").
101. Por la expresión "física cuántica", hay que entender los como aquí parece indicar Schlick, el Tractatus puede efectivamente
diver&os dominios de la física, teórica y experimental, que se basan en considerarse como una simple "puesta a punto" de la obra lógica de �
las leyes y los conceptos de la ''mecánica cuántica": física atomica, Frege y Russell o si, como lo subraya por su par.te Otto Neurath, para
física molecular, física de los sólidos, física nuclear, física de las par­ ponerlo al servicio del proyecto del Círculo de Viena, hay que "des·
tículas. Sobre el "retraso en la reestructuración", ver Mario Bunge, prenderlo de su envoltura metafísica" (Le développement du Cercle
de Vienne, trad. francesa, pág. 49), y si, en ese caso, no se pierde lo
Philosophie de laphysique (trad. francesa, París, 1974).
102. Es muy notable que ninguno de los participantes en los deba­ que Wittgenstein mismo consideraba como "lo esencial de su obra". -.
tes sobre el estatuto de la mecánica cuántica (con excepción de Bridg­ 112. Empiricism and Sociology, pág. 306. (El subrayado es de los
man, el teórico del "operacionalismo" ··· aunque su campo de experien� autores).
cia era la física de altas presiones· -) no haya sido un experimentador, 113. Recordamos que ése era el vocabulario de Reichenbach en r,
de manera que las referencias de toda esta literatura a la práctica expe­ el primer texto que hemos citado: "herramientas". Semejante concep­
rimental siguen siendo muy abstractas. Conviene hacer notar que ción "instrumentalista" de la lógica plantea evidentemente temibles
idéntica situ-ación - surgida de la misma división del trabajo·.· se ha problemas, que no tardaremos en afrontar. Toda la cuestión es saber
reproducido en la Unión Soviética, con iguales consecuencias de extra­ si la lógica (matemática) es "herramientaH para la matemática en el
polación ideológica (aquí cubiertas con el manto marxista). Sobre este proceso de su transformación o, como lo proclaman los neopositivistas,
último punto el mejor análisis sigue siendo el de Loren R. Graham, "herramient.an para la filosofía en su tarea de fundamento y unificación
Science and Philosophy in /he Soviet Unían (Nueva York, 1972). de las ciencias. Y si se recusa esta segunda posición, ¿todavía hay que �
El re<;iente libro de Silvano Tagiiagambe, Scienza, filosofía, política in hablar de "herramientas" suponiendo una relación de exterioridad entre

Unionae Sovietica 1924-1939 (Milán, 1978) tiene el interés de reprodu­ la práctica matemática y la práctica lógico-matemática? Aun si es
cir nulnerosos textos hoy inaccesibles. verdad que el vocabulario de las "herramientas" tiene, por otra parte,
103. Einführung in die Metaphysik, 1952 (trad. francesa: Intro­ la ventaja considerable de evitar el del "fundamento", y hasta de tomar
duction a la métaphysique, París, 1967). El texto que citamos es exten­ el sentido inverso restableciendo la primacía (histórica y epistemoló­ .�

samente comentado en el curso de Jean Wahl publicado con el título gica) de la práctica matemática sobre la práctica lógico-matemática en
de Vers la fin de l'ontologie (París, 1956). el interior mismo de la práctica matemática. Sobre todos estos puntos,
104. Was ist Metaphysik? (¿Qué es la metafísica?), Bonn, 1929, ver los penetrantes análisis de Alain Badiou en los últimos capítulos
(trad. francesa: "¿Qu'est-ce qúe ia Metaphysique?", París, 1938, repro­ de su pequeña obra sobre Le concept de rnodéle (París, 1969).
ducida en Questions I, 1968). 114. Die alte un die neue Logik (Erkenntnis, voi. 1, i930-1931),
105. Introducción. . . pág. 23. El vocabulario empleado por trad. francesa L'Ancienne et la Nouvelle Logique (París, 1933, pág. 8).
Heidegger puede entenderse también en un sentido médico; en ese caso Obsérvese el vocabul�io1 . de nuevo. , Es sintomático: la "revolución
se opone a la concepción "t.erapéutica" de la filosofía con la cual lógica" acaba de "realizar un sueño, , colmar un "deseo". Mostrare­ .-,
concuerda, más allá de las diver�encias intestinas. toda la tradición mos más adelante que allí está, en la letra de esos textos aparentemente
"analítica". La cuestión no es menor: con e) pretexto en apariencia "rigurosos", la marca de una "fantasía,, filosófica tenaz e insistente, -�
bonachón·. de un poder "médico", de lo que se trata es del "poder" que mucho tiene que ver con un "deseo", cuya realización no era otra
de la filosofía y, en último análisis, de su relación con los aparatos cosa en el fondo sino la realización del "sueño" leibniziano. Tendremos
del poder (del Estado). que explicar lo que, en la nueva coyuntura de los años 30, pudo haber
106. lbíd., pág. 35. sometido así a .algunos de los filósofos-científicos al dominio de un
107. Ibíd. sueño semejante, bajo formas renovadas.
108. "Überwindung der Metaphysik durch logische Analyse der 115. Abriss der Geschichte der Logik (Elementos de historia de la
280 281
,,
lógica) (Munich, 1931). Trad. francesa, Histoire. de la /ogique (París, la relación de "deductibilidad". Bolzano plantea que una proposición
1968). debe ser cuidadosamente distinguida por una parte de las expresiones
116. La publicación en tres volúmenes de la obra de Jorgen Jor­ Íingüísticas que la traducen y, por la otra, de las representaciones
gensen, escrita en la misma perspectiva, sigue de cerca a la de Scholz, el mentales que la acompañan. Una proposición es para él el puro sentido
mimo año (A Treatise of Formal Logic -Tratado de lógica formal-,; ( b/oss Sinn) que la expresión designa Y. que no ofrece sino las dos posi­
Copenhague-Londres, 1931). bilidades exclusivas siguientes: ser verdadera o ser falsa. La verdad de las
117. Heinrich Scholz (1884-1956) no era miembro del Círculo; proposiciones es independiente de las represent aciones mentales de los
en la obra que mencionamos hace expresas reservas sobre la hostilidad hombres. Una "verdad" es, por lo tanto, una proposición que tiene
sistemática de Camap con respecto de la metafísica y aboga por una la propiedad de ser verdadera Una verdad semejante es para Bolzano
formalización de est¡¡ disciplina, lejos de creer posible su pura y simple una "verdad en sí". De ello resulta que_ una ciencia será definida como
"destrucción". Más adelante, será el intérprete de las teorías de la "deducción de verdades en sí". La "lógicll" d.ebía consistir,. en su
Escuela de Varsovia, en particular en su libro Gnmdzüge der mathema­ opinión, en el establecimiento de los criterios de formación y de validez
fuchen Logik (Elementos de lógica matemática) (Berlín, 1961). Pero de tales encadenamientos. Se ve en qué sentido se ha podido considerar
además de los lazos oficiales y doctrinarios establecidos rápidamente que Bolzano reanudaba, contra la concepciOn kantiana "constructivisM
entre Viena y Varsovia, se pU:ede sostener, con las reservas que acaba� ta" de la matemática, !a tradición leibnizianá en el momento mismo en
mos de hacer, que el punto de vista de Scholz sobre la historia de la que los matemáticos emprendían un proceso de restructuración interna
lógica corresponde muy fielmente al punto de vista de los fundadores en el cual participó, por otra parte, directamente, anticipando especial·
del positivismo lógico. mente la construcción de una función continua no diferencíable dada
118. Histoire de la logique, pág. 26. En su libro sobre La théorie por Weierstrass. En Sur la logique et la théotie de la Science (París,
aristotélicienne de la science (París, 1976), Gilles Gaston Granger hace 194 7), Jean Cavailles caracteriza en estos ténrtinos el lugar de Bolzano
el balance sobre la cuestión del "formalismo" de Aristóteles. Propone en la historia de la füosofía: "Por primera vez quizá la ciencia no es
hablar del "carácter semiformal" del aristotelismo (pág. 62) y se dedica considerada como simple intermediaria entre el espíritu humano y
a marcar la distancia que separa la Hlógica" aristotélica de la idea el ser en sí, dependiente tanto de uno como del otro y no teniendo
moderna de un sistema axiomáticamente constituido, discutiendo en realidad propia, sino como un objeto sui ge�ris, original en su esencia
algunos puntos sensibles la interpretación de J. Lukasiewicz en su libro y autónomo en su movimiento" (pág. 21).
clásico, Aristot/e 's Syllogistic. 123. Histoire de la logique, pag. 74.
119. Ibíd., pág. 25. 124. lbíd., pág. 79.
120. Un importante coloquio tuvo lugar recientemente bajo la 125. El libro de Russell sobre La filosofía de Leibniz (A Critica/
égida del Centro de Estudios y de Investigaciones Interdisciplinarias Exposition of Philosophy of Leibniz ·-Exposición crítica de la filosofía
de Chantílly, organismo surgido de los acuerdos de cooperación entre de Leibniz-, CUP, 1900. Trad. francesa, París, 1908) trata del conjunto
la Universidad de Picardía y el Centro Cultural de Fontaines, por ini· del sistema de Leibniz. Se dedica a mostrar cómo el "descubrimiento"
cíativa de Jacques Brunschwig, sobre el tema: Les Stoi'ciennes et /eur de los escritos matemáticos y lógicos del autor arroja "una ola de luz"
/ogique (publicado en París, 1978). Allí se ve, gracias a la pluma de sobre el edificio en su conjunto. Los cualro primeros capítulos más
eminentes lógicos contemporáneos e1 sentido de la excepción que especialmente dedicados a la Lógica defienden una interpretación que
Scholz hace en su libro: los estoicos siguen siendo, en su opinión, los es la misma que retoma Scholz y la mayor parte de los positivistas lÓ·
padres de la lógica de las relaciones. gicos.
121. Histoire de la /ogique, págs. 37-39. Ver la discusión de la 126. Histoire de la logique, pág. 83.
interpretación de la lógica trascendental en Il neopositivismo logico de 127. Ibíd, pág. 86.
Barone (op. cit. págs. 36,37). 128. El término "logística" fue propuesto simultáneamente y en
122. !bid., pág. 74. Bernard Bolzano (1781-1848), que fue profe­ forma independiente, en el Congreso Internacional de Filosofía de
sor en Praga desde 1805 a 1819 y mereció el título de "Leibniz de la Ginebra, por Itelson, Lalande y Couturat, para designar más cómoda·
Bohemia", publicó los cuatro volúmenes de su Wissenschaftlehre (Teo­ mente lo que hasta entonces se llamaba lógica algorítmica, lógica sim­
ría de la ciencia) en 1837. La obra de Bolzano es inmensa, cubre un bólica, lógica matemática. La palabra hoy está muy marcada por
campo que va desde la lógica a la teología y a la filosofía política. En sus lazos filosóficos iniciales ("logicistas") y casi ya no se emplea. Como
m atemática, marca una forma de punto de detonación de los esfuerzos se sabe, el trabajo verdaderamente inaugural fue el de Frege (1848-
emprendidos en la primera mitad del siglo XIX para elaborar el concep­ 1925) pero pasó inadvertido hasta el día en que Russell le rindió home·
to de ciencia como conjunto de proposiciones verdaderas ordenadas por naje público. en el apéndice A de los Principies of Mathematics (1903),
282 283

/�

posible a sus princ1p1os y a sus normas" (pág. 14, trad. francesa,


en el momento mismo en que el filósofo inglés descubría la paradoja
implicada e n la "ley fundamental V" de Las leyes fundamentales
Logique forme/Je et logique trmcendentale, París, 1957, pág. 22). La
(1893 y 1903). Todos esos episodios y su significación teórica los aclara contra.dicción real que opone Husserl a los neopositivistas será objeto
Claude Jmbert en los dos prefacios que. hizo para las traducciones fran­ de un análisis ulterior.
cesas de Grundlagen der Arithmetik (Breslau, 1884, trad. francesa, 131. La obra de Scholz está afectada por un extraño silencio: el
París, 1969) y para una ,recopilación de diez textos publicados entre mismo silencio del logicismo, como lo estableceremos siguiendo a
1879 y 1925 que tituló Ecrits logiques et philosophiques (París, 1971). Wittgenstein. Silencio sobre la "crisis", sin embargo tan reciente, tan
129. Scholz cita la célebre carta de Leibniz a Gabriel Wagner prolongada y tan perturbadora de la que la constitución de esta "logis·
(1696) donde se puede leer especialmente: "Aunque, seguramente, tica" no había sido, sObre todo, sino uno de los momentos; aun si se
el señor Arnauld diga en su Arte de pensar que los hombres no se equi­ creía, con razón o siñ ella, que ese momento había marcado la "salida"
vocan fácilmente en la forma, sino casi exclusivamente en el conteni­ al fin conquistada. Queremos hablar de lo que se hab,ía llamado, de
do,. en los hechos es totalmente de otro modo, y el señor Huyghens común acuerdo en el tumulto del momento, la "crisis de los fundamento"
ya advirtió conmigo que aun los errores matemáticos que se llaman de la matemática. Hay en esta Histoire de la logique una extraordinaria
paralogismos resultan en general de una negligencia de forma". Esta elisión de la historia real de la génesis de la "nueva lógica" que se desa•
equivocación fundamental de Port Royal, comenta Scholz, explica que rrolló en el terreno de la práctica matemática contemporánea. Una
esta lógica "no sea profunda" (Histoire de la logique, pág. 69). elisión que terminó por reconstituir ficticiamente otra historia: la de
130. Volveremos sobre la polémica de los neopositivistas contra la lógica, donde la nueva disciplina se enfoca dentro de la perspectiva
Lotze, Rickert y Lask: se desarrolla al mismo tiempo que se constituye directa de la "antigua lógica" aristotélico-escolástica. De tal forma
el proyecto de "ciencia unificada" que supone, contra ellos y algunos que si su constitución aparece como la "solución" de una ucrisis",
otros, el rechazo de la distinción entre "ciencias de la naturaleza" y esta "crisis" no es la de la matemática, sino la de la uantigua lógica".
"ciencias del espíritu". Porque ese rechazo es el que da todo su alcance Nueva "novela familiar" que se nutre, como suele ocurrir, de un verda�
al proyecto de "unificación" de la ciencia, como se ve cuando se lo dero quid pro quo, cuyas resonancias epistemológicas no han terminado
encara en su inserción histórica concreta. La tesis de la "unidad de la de hacerse sentir en la práctica misma de los matemáticos y de los lÓgi·
ciencia" tiene sin duda, en el espíritu de los positivistas lógicos, un al·· cos, sin hablar de las contorsiones "epistemológicas" que continúa
canee polémico: su empresa no apuntaba única ni esencialmente a imponiendo a aquellos filósofos que persisten en ser víctimas de ello.
/,

buscar, en la ºreducción" de las diversas prácticas científicas existen. 132. L'Ancienne et la Nouvelle Logique, pág. 11. Carnap hace
tes a una misma base lógica, la confirmación de postulados epistemoló· alusión en forma explícita a los trabajos de Frege, Peano, Schroeder, .-,
gicos indisociablemente formalistas y empiristas característicos de la y a su "realización" en RusseU y Whitehead
"epistemología burguesa", como lo dejaba entender Alain Badiou 133. Ibíd., pág. 12.
en Le concept de modele (París, 1969), él mismo víctima de un punto 134. Las dos grandes obras de George Boole (1815-1864), The .�-.
de vista. .. formalista sobre la historia de la filosofía. El punto es mathematical analysis of logic, being an essay a calculus of deductive
importante y, si se quiere, políticamente cargado de sentido, puesto que reasoning (El análisis lógico de la matemática como ensayo de un cálcu­
ese rechazo es el que contribuirá a hacer de la "concepción científica lo del razonamiento deductivo) (1847) y An investiga/ion of the laws of
del mundo", elaborada en Viena, una poderosa base de apoyo para las thought on which are {ounded the mathematical theories of logic
"ciencias humanas" nacientes, en sus formas conductistas (psicología probabilities (Investigación de las leyes del pensamiento en que se
y sociología) y marginalista (economía). Adviértase que Husserl, en su fundamentan las teorías matemáticas de la lógica y de las probabili­
célebre introducción a Forma/e und traszendentale Logik, aparecida dades) (1854) no pueden ser consideradas como la primera realización
en 1922, hace referencia precisamente a una máxima de Lotze para jus­ de la "nueva lógica"t aunque Carnap les rinde homenaje al comienzo de
tificar su propio tratamiento de lo que designa, en una expresión anti­ su texto. Al constituir en un sistema acabado lo que llamaba el "áJge bra
logicista brutal, como la "lógica tradicional y en particular la lógica de la lógica", Booie había tomado una vía muy diferente de la que
moderna". Este es el texto: "Si Lotze en una expresión célebre designa seguirá Frege. Como decía Couturat, "el áJgebra de la lógica es una
como la tarea más alta del conocimiento no solamente calcular la lógica matemática, por su forma y por su método, pero no hay que
marcha del mundo sino aún más comprenderlo, debemos adecuar esta tomarla por la lógica de la matemática" (L'algébre de la logique, París,
expresión mutatis mutandis igualmente a la lógica, al dominio de las 1905, pág. 95). La matemática desempeña allí el papel de auxiliar para

l
formaciones lógicas, lo que quiere decir que uno no se puede atener resolver problemas de lógica; se la introduce en lógica para resolver
a que la lógica, a la manera de las ciencias positivas, de una forma metó­ problemas de lógica A la inversa -en este sentido hablamos de Hinver�
dica a las teorías objetivas y remita las formas de teoría auténtica sión"-t a partir de Frege la lógica matemática se constituye para re.
284 285
las clases (o los conjuntos), aquellas que se contienen y- aquellas que
-teóri·
solver los problemas matemáticos a partir de la "comprobación,' no se contienen a sí mismas como elementos y permite en seguida
era inadecua da para la solu­
comente equívoca- de que la antigua lógica elaborar el concepto más amplio de clase de todas las clases que no se
ción de esos problemas. contienen a sí mismas como elementos: Ahora bien, si preguntamos si
135. Es el título del capítulo V de nuestro artículo. esta nueva clase se contiene a sí misma como elemento, pregunta que
136. L 'Ancienne et la Nouuelle Logique, pág. 25. nada prohibe hacer dentro del sistema, se tennina en una antinomia:
137. Ibíd., pág. 26. si se responde que sí, se debe concluir, en virtud de la definición de una
138. Ver el Troctatus 4.46 a 4.4661. clase tal, que no; y si se decide responder .que no, se debe concluir,
139. L 'Ancienne et la Nouuelle Logique, pág. 29. en virtud de la misma definición, que sí. También se conoce la reacción
140. Leqons sur la premiére phi/osophie de Russe/1 (París, 1968, de Frege: "Cualquiera que ha hecho uso en sus pruebas de la extensión
pág. 123. de los conceptos, de las clases, de los conjuntos, está en la misma
141. En 1888 Dedekind, continuando la tarea de Weierstrass y de situación que yo. Lo que está en cuestión no es sólo mi manera parti·
Grassmann, enuncia un sistema completo de axiomas para la aritmé· cular de establecer la aritmética, sino saber sl la aritmética es suscep·
tica, retomado tres años más tarde por Peano (ver: Louis Couturat, tible de recibir algún fundamento lógico cualquiera que sea". La carta
mat.em ática de M. Peano ". Rev ue de métap hysique et de
"La lógica de Russell y la respuesta de Frege fueron publicadas por J. van Heije­
morale, 1899, págs. 616-646), comprendía un formulación precisa noort: From Frege to Godel, a Source Book in Mathematical Logic
del principio de recurrencia. 1879-1932 (De Frege a Godel. Libro básico en lógica matemática)
"Con esta axiomatización, comenta Bourbaki, parecía que se hu­ (Cambridge, Mass., 1967).
bieran alcanzado los fundamentos definitivos de la matemática. En 147. Popper muestra muy bien el senthniento de la época cuando
realidad, en el momento mismo en que se formulaban claramente los dice, a propósito de los primeros trabajos de Russell. "Creo que jamás
axiomas de la artimética, para muchos matemáticos (comenzando por ocurrió nada semejante en la historia de la filosofía. Los resultados
los mismos Derlekind y Peano), ésta ya no tenía ese papel de ciencia logrados no tienen comparación, Russell redescubre la lógica de Frege
primorcial, que se había transferido a la más reciente de las teorías y la teoría de los números; además echa las bases de la aritmética y del
mat.emáticas, la teoría de los conjuntos" (Éléments d' histoire des análisis; sobre esta base formula la prhnera definición clara y shnple
mathématiques, París, 1969, pág. 39). de los números reales · un progreso con relación a Cantor, Dedekind
142. Como advierte Jean-Toussaint Desanti en sus "Reflexiones y Peano- · y para terminar no sólo suministra una nueva teoría de la
sobre el concepto de 'matesis' " (reproducidas en La Phi/osophie silen­ geometría, sino también una nueva aproximación a la mecánica" {en
cieuse, París, 1975, págs. 196-219) pronto se va a plantear la cuestión British Philosophy, 1971).
de saber si la unidad de una "matesis" que unifica las "matémat a" no 148. Carnap da un resumen de la teoría de los tipos. Veamos en
n
es un señuelo; por lo menos pensada en las formas ''artificiales en las qué términos Russell la reformula en My Philosophical Development
que hasta entonces había sidon pensada. A la concepción de una unifi· (trad. francesa: Histoire de mes idées philosophiques, págs. 102-103).
cación por los "fundamentos le opone, por su parte, el programa de Recuerda primero la definición (Y su interpretación) de lo que es una
unificación "por lo alto" según un esquema "piramidal". función proposicional. "Dada una función proposicional, digamos fx,
143. La Philosophie silencieuse, apéndice!, pág. 252. existe un cierto número de valores de x por los cuales es.ta función
144. En realidad la advertencia ya había sido hecha por Cantor ltiene un sentido', es decir, es verdadera o falsa. Si a está en ese núme­
en una carta inédita a Hilbert. ro, entonces fa es una proposición que et verdadera o falsa Además
145. Supongamos que S sea el conjunto de todos los conjuntos) de la sustitución de una constante por la variable x, hay dos maneras
escribe Cantor1 sea cual fuere otro conjunto, la potencil:l de este último de considerar una proposición funcional: una es afirmar que siempre
será inferior, o a lo sumo igual, a la potencia de S. Pero, en virtud del es verdadera, otra, que es verdadera a veces. La función proposicional,
teorema de Cantor, la potencia del conjunto P(S} de las partes de S 'Si x es humano, x es mortal'' es verdadera a veces. Por lo tanto, se
es superior a la p otencia de S. Esta antinomia, que es la del conjunto de puede considerar de tres.maneras una función proposicional. la primera
todos los conjuntos, por lo tanto puede ser ígualmente denominada es la de sustituir una constante por una variable; la segunda es afirmar
como la antinomia del más grande de los cardinales. La correspondencia ' todos los valores de la función; y la tercera, algunos de sus valores
Cantor-Dedekind se reproduce en el libro de Jean Cavaillés titulado 1 o por lo menos uno de ellos. La función proposicional en sí misma

j
Philosophie mathématique (París, 1962). es sólo una expresión. Es sólo una manera cómoda de hablar de los
146. Se sabe que en junio de 1902 Russell dirige una breve carta valores de la variable para los cuales la función es verdadera."
a Frege en la que le transmite su admiración y le señala la antinomia La düicultad que resuelve la Hteoría de los tipos" es la siguiente:
que afecta su sistéma. Este sistema permite. en efecto. distinguir, entre 287
286

"En lo que concierne a la tercera de las tres condiciones anteriores que


una solución debería satisfacer, he propuesto una teoría que no parece predicado común exclusivo y que,
por
haber srdo del gusto de ciertos lógicos. Cuando afirmo todos los valores que aefinen son esenciales a las clase lo tanto, si bien los predicados
s, no forman una clase" ( cap.
de una función fx, es necesario que los valores que puede tomar x & 96). Ahí se reconoce la paradoja 9
Frege en su carta de junio de 190 mism a que Russell presentaba a
sean determinados si lo que afirmo debe ser determinado. Es decir que 2.
debe haber allí una totalidad cualquiera de valores posibles de x. Si 150. Hilbert, que había dado a
los matemáticos esta máxima
a)¡ora creo nuevos valores definidos en términos de esta totalidad, la que refiere Bourbaki: "Del paraíso
que Cantor ha creado para noso­
tros nadie debe poder arrojarnos",
totalidad parece por este motivo agrandada y por esq los nuevos valores en 1928, con Ackennann, acababa
de demostrar la coherencia del
que allí se refieren se referirán a una totalidad agrandada. Pero, puesto cálculo de los predicados de prim -�
orden. La obra de Hilbert y de er
· :que deben ser comprendidos en esta totalidad, ésta no puede jamás sus discípulos ha sido, durante más
alcanzarlos. Es como intentar saltar sobre la sombra de vuestra cabeza. de veinte años, después de un perí
odo de resistencia a la logística,
tentativa más consecuente para la
Podemos encontrar un ejemplo más simple en la paradoja del mentiro­ la constitución de una meta "ma
mática'>, sobre bases puramente "fon te­
so. El mentiroso dice, "Todo lo que yo afirmo es falso". Eso, en efecto, naistas".
En una notable tesis defendida en l
,-�,

es una aserción que hace pero que se refiere a la totalidad de sus asercio­
de la Universidad Nacional Autónoma el departamento de Matemática
nes, y sólo si se la comprende en la totalidad es cuando aparece la extraer los presupuestos filosófic de México, Carlos Torres intentó
paradoja. Distinguiremos entre las proposiciones que se refieren a una Hilbert" (La filosofía formalista de
os de lo que llama el "fracaso de
totalidad cualquiera de proposiciones y las proposiciones que no lo que el Manifiesto, si bien mencion
la matemática, 1978). Es de notar
hacen. Las que se refieren a una totalidad, cualquiera de proposiciones a los trabajos de Hilbertcon simpatía,
se cuida de tomar partido en la cont
no pueden jamás ser miembros de ésta totalidad Podemos definir las roversia que opone a este último
con Brouwer y la escuela intuicio r,
proposiciones de primer orden como las que no se refieren a ninguna nista. Sin embargo, los autores exp
san el deseo de que se llegue rápida re­
totalidad de proposiciones; las proposiciones de segundo orden como la base de la "logística"; dese em nte a una reconciliación ... sobre
las que se refieren a totalidades de proposiciones de primer orden, y así o que evidentemente no era "neutro"
en este asunto.
ad infinitum �í nuestro mentiroso deberá decir ahora: "Yo afirmo una 151. La tentativa de Zennelo es
falsa proposición de primer orden que es falsa. Pero esta misma pro­ head: dar a la teoría de los conjuntos paralela a la de Russell y White­
posición es una proposición de segundo orden. Por lo tanto, él no una base axiomática de modo de
incluir todos los resultados de la
afirma ninguna proposición · de primer orden. Lo que dice es así sim­ teoría de Cantor haciendo imposib
la existencia de los conjuntos "pa le
radoja
plemente falso y el argumento según el cual es igualmente verdadero, formulado en 1908 por Zennelo, prese !es". El "axioma de elección"
cae. El mismo razonamiento se aplica exactamente a toéa proposición ntado bajo una forma diferente
en los Principia, toma el nombre
de un orden más elevado. Se verá que todas las paradojas lógicas presen­ enuncia: "El producto cartesiano
de "axioma multiplicativo" y se
tan una suerte de referencia a sí reflexiva que debe ser condenada de una clase de conjuntos no vacíos
es no vacío". Axioma que Zermelo
por la misma razón: a s aber que comprende, como miembro de una muestra que implícitamente había
sido admitido por Cantor. Habiénd
totalidad, algo que se refiere a esta totalidad que no puede tener un olo explicitado, Zermelo lo conside­
l raba una verdad evidente en sí
sentido definido salvo s i la totaidad ya está fijada". misma. Este carácter es el que Russe
y muchos otros impugnan. ll
149. Russeli enuncia la paradoja en estos términos, en los Principies
of mathematics (1903): "Ciertos predicados pueden ser predicados de 152. Claude lmbert habla al respecto de
introducción a los Escritos lógicos un "acto liberador" en su
sí mismos. Consideremos por el momento aquellos en los que no se y filosóficos de r'rege.
da el caso. Son los referentes (y también los relatados) donde aparece 153. Se sabe que el título inicial
proposición, reconorimiento público del Tractatus debía ser: De la
como una relación compleja, a saber la combinación de la no-predicabi· a
este punto: Georg Henrik von Wrig la herencia fregeana. Ver sobre
lidad con la identidad. Pero no hay predicado· que se atribuya a todos ht, "Die Entstehung des Tractatus
logico-philosoficus" (El origen
ellos con exclusión de otros términos. Porque este predicado será pre­ del Tractatus lógico-filosófico") en
Ludwig Wittgenstein, Bn"efe ad Lud
dicable o impredicable de sí mismo. Si es predicable de sí mismo, es wig van Ficker (Salzburgo, 1969,
págs. 71-110) (Cartas a Ludwig von
uno de los referentes en relación al cual ha sido definido y, en conse­ Ficker).
154. L'Ancienne et la Nouve/le Log
cuencia, en virtud de su definición, no es predicable de sí mismo. ique, pág. 15.
Inversamente, si no es predicable de sí mismo, entonces de nuevo es 155. Ibíd., pág. 17.
uno de los llamados referentes, es predicable de todos ellos (por hipó­ 156. Ibíd., pág. 18.
157. Un enunciado que viola la
tesis) y por lo tanto de nuevo es predicable de sí mismo. Es una con­ enunciado falso. Porque si se lo con "teoría de los tipos" no es un
tradicción que muestra que todos los referentes considerados no tienen siderara como tal, habría que con
- ",
288

289
,,,
clases de esos individuos, luego las clases de esas clases, etc. Así,
siderar verdadero el mismo enunciado precedido por el signo de la
para concertar la definición lógica del número y la teoría de los tipos
negación. La antinomia entonces sería simplemente desplazada.
con la noción aritmética de la serie ilimitada de los enteros, hay que
158. El "axioma de reductibilidad" se inscribe en la teoría "rami­
postular la infinitud del universo.
ficada" de los tipos. Para evitar las antinomias, no sólo hay que respetar
162. Studi per un nuovo razionalismo (Turín, 1945) í'rincipal-
la jerarquía de los tipos, sino también la de los órdenes entre los cuales,
mente en el capítulo V de esta obra.
para un argumento de cierto tipo, se distribuyen los predicados de que
es susceptible. "Tener todas las cualidades de un buen general" es un 163. Louis Rougier, en su artículo sobre "La relatividad de la
lógica" (The Joumal of Unified Science, VIII, 4, 1939, págs. 193-217),
predicado de segundo orden, inmediatamente superior a los predicados
trata este punto en toda su amplitud. Rougier toma el ejemplo de la
de primer orden que son precisamente esas cualidades: "valiente",

i
lógica de las probabilidades de Reichenbach, como "lógica polivalente
"activo'\ "despierto"... Ahora bien, si se respeta estrictamente est.a
jerarquía, y por lo tanto la prohibición de saltar un escalón, entonces exhaustiva"; el de los trabajos de C. I. Lewis y J. Lukasiewicz para
las lógicas modales; el de la formalización que hace Heyting de los prin­
expresiones del género "Napoleón tenía todas las cualidades de un buen
cipios del intuicionismo brouweriano, como ejemplo de lógica "debi­
general" están prohibidas y, por ia misma razón, prohibidos todos los
litada".
conceptos y teoremas de la teoría de los números reales. Para evitar
164. La Logique et son histoire, pág. 352.
comccuencias semejantes, Russell plantea que cuando una noción es
165. Jean-Toussaint Desanti escribe, "Ahora bien, el uso de los
definible por un predicado de un cierto orden, posee igualmente un pre­
dicado del orden inmediatamente inferior por el cual se puede métodos finitos debía producir precisamente lo contrario del resultado
igualmente definirla, es decir que la caracteriza exactamente y a ella que Hilbert esperaba. En 1931, Godel debía de mostrar la incompleti­
sola. Tal es el axioma de la reductibilidad: artificio imaginado ad hoc. tud de la aritmética formalizada supuestamente coherente. El uso de lós
métodos finitos permite construir en ese sistema un enunciado que
159. Los artículos del lógico polaco Leon Chwistek aparecen a
allí no es ni derivable ni refutable. De allí se saca esta consecuencia
partir de 1921. Las Neue Grundlagen der Logik und Mathematik (Nue­
vos fundamentos de la lógica y la matemática) (1929) cuestionan el
decisiva (y que ponía rm a las esperanzas hilbertianas): imposibilidad
de demostrar mediante procedimientos finitos la no contradicción de la
"realismo" ru�lliano a favor de una posición más estrictamente aritmética y toda teoría que la contenga; y, más generalmente, impo­
"logicista". sibilidad de demostrar la no contradicción de un sistema formal con la
160. El texto principal de F. P. Ramsey, un alumno de Russell con ayuda de los únicos recursos que el mismo contiene. Así, más allá de
el cual Wittgenstein, en enero de 1929, manlúndrá largas conversacio­ Hilbert, llegaba a su fin el proyecto logicista que daba Frege en los
nes, una de las fuentes de sus propias Observaciones sobre los funda· Grundsiitze. No en razón de 'paradojas' de las que se podía esperar
mentas de la matemática 1 se titula: The Foundations of Mathematics evadirse mediante precauciones adecuadas, sino en razón de una limi­
(Proc. London Math. Sov. Ser. 2,25 págs. 338-384, 1926). Esta tenta­ tación esencial" (La philosophie silencieuse, pág. 206). En un artículo
tiva es el objeto de un análisis de Carnap en un artículo del segundo polémico publicado en 1969, que desgraciadamente sólo aborda la
volumen de la revista Erkenntnis (1931): "Die logistische Grundle­ cuestión de·manera lateral, Alain Badiou propone comprender que "el
gung der Mathematik" ("Los fundamentos lógicos de la matemática" resultado de Godel no es particular, dramático, sino considerando una
págs. 91-105) donde Carnap marca sus distancias, apoyándose en Frege, saturación semántica que imponga sobre el discurso de la ciencia una
con lo que llama el "objetivismo ¡tbsoluto" de Ramsey en el que denun­ consideración ideológica". "Quien plantee a la lógica cuestiones que no
cia su tendencia "teológica". Este análisis será retomado, sobre otras son problemas, agrega, se expone a sentir como resistencia lo que sólo
bl1,SOS, en Logische der Sprache (43, 44, 44) (La sintaxis lógica del len­ es el despliegue de las coacciones regionales en que se convierte el
guaje). objeto artificial de esta ciencia" ("Marca y falta. a propósito del cero",
161. Un número, según Russell, se define lógicamente como la en Cahiers pour I' Analyse, Nº 10, 1969). Tendremos ocasión, siguiendo
clase de las clases que son equinuméricas: por ejemplo el número 2 a Wittgenstein, de medir el alcance de esta observación.
es la clase de todas las clases que son dúos... Ahora bien, si el univer­ 166. Empiricism and Sociology, pág. 306. Que el texto sea el
so no contara sino con un número finito den individuos, evidentemen­ objeto de una transacción, es el tema sobre el cual el artículo de M.
te no habría clases de más de n objetos y, por lo tanto, no habría Clavelin, "Los dos positivismos del Círculo de Viena", llama la aten­
números más grandes que n: lo que contradeciría ese principio esencial ción, pero ¿es necesario endurecer las oposiciones entre Schlick y
de la aritmética según el cual después de todo número hay otro. La Carn�p por una parte y Neurath por la otra? Lo dudamos (Archives
teoría de los tipos nos quita el recurso de formar indefinidamente clases de philosophie, N ° 43, 1980).
a partir de un número finito de individuos, al dar como elementos de 167. "Die Wende der Philosophie" (trad. francesa: "La crise
una clase no sólo los individuos que le pertenecen, sino también las
291
290
·,

�.

tanto la tra·
de la philosophie", págs. S-12. Como eran aproximativas las hemos 180. !bid., pág. 204. ·"
título del artícu lo,
ducción de esos pasajes como la del <J.81. Ibíd., pág. 205.
retocado). 182. Este proceso lo analiza Robert S. Cohen en su contribución
"
168. La désagregation de l'a priori, pág. 32. al volumen ya citado de P. A. Schilpp consagrado a The Philosophy of
169. Ver también Hans Hahn, Logique, Mathématiq
ue et Connais­
). Rudolf Camap ("Dialectical materialism and Carnap 's Iogical empiri­ ?¡
sance de la réalité (trad. francesa, París, 1935
íl .,
r
así de ese cism"). Ver especialmente pág. 14. El conjunto de este articulo es una
170. Jules Vouillemin,comentando a Carnap, da cuenta tentativa original de confrontación entre las dos corrientes filosóficas,
sistem as de consti tución
cambio: "Los empiristas quisieron establecer eleme ntales. sin tomar partido.

consid eradas como vivenc ias
partiendo de sensaciones eran, en 183. Schlick, "Über das Fundament der Erkenntnis", Erkenntnis
sensac iones
Pero la psicología moderna ha mostrado que las IV ("Sobre el fundamento del conocimiento"), 1934. Reproducido con
encia" se presentaban
realidad, abstracciones, que los "estados de conci ¡¡
'
analiz adas y que las "viven­ el título "The foundation of knowledge" en Logical Positivism, págs. /,
en unidades orgán icas no suscep tibles de ser ¡:
verda deram ente los datos .de la 209-227. El texto citado se encuentra en la pág. 215 de esta edición.
cias elementales", que constituyen relaciones que 184. C G. Hempel hace el balance de esta historia en su artículo :!
n hecha s de esas unida des y de las
experiencia, estaba tanto ; de donde "On the logical positivism's theory of truth", en AnalysLs II, 1935. �
ncia. Por lo
ellas mantenían en la corriente de la concie al no podría 185. Julius Rudolph Weinberg da un buen cuadro de esas "filia­
de lo simple .)' el anális is consti tucion
debemos partir no es supon e que la ciones", tal como las conciben los neopositivistas, en la introducción
lo que se
tener como método deshaeer regresivamente ellos mismos de su libro An Examina/ion of Logical Positivism (Londres, 1936,
que los datos asocia tivos son
asociación ha hecho, puesto forma l para págs. 1-11).
sustitu to
abstractos. Por lo tanto, habrá que encontrar un como fun­ 186. Rudolph Carnap, "Überwindung der Metaphysik durch
constru ir no las cualid ades
el antiguo análisis asociacionista y funcio nes logische Analyse der Sprache" (''La superacfon de la metafísica por el
las sensac iones, sino las sensac iones como
ciones lógicas de París, 1971 , análisis lógico del lenguaje"), aparecido en Erkenntnis II (1932) y repro­
lógicas de las cualidades" (La logique et le mond e sensib le;

-
ducido en Logical Positivism (págs. 60-81). Texto citado: pág. · 61.
pág. 256).
Wahrscheinlich­ 187. Ver sobre este punto una vez más el libro de Louis Rougier
171. Friedrich Waismann, "Logische Analyse des d"), Erkenntnis 1, recientemente publicado que retoma la cuestión en la línea de sus traba­
anális is del conce pto de proba bilida
keitsbegrifr' ("El
Papers, págs. jos de los añ,,;,s 30: La Métaphysique et le Langage (París, 1960).
1930, págs. 228-248. Reproducido en los Philosophic
al
la págin a 5 de esta 188. "Uberwindung der Metaphysik durch Logische Analyse der �
4-20. La fórmula que citamos se encue ntra en
Sprache", pág. 69.
edición. nes filosóficas), 189. Reproducimos aquí el cuadro carnapiano tal como fue tradu­
172. ,Philosophische Bemerkungen (Observacio
Oxford, 27, 43 .. cido por Marce! Boll en 1934 en el opúsculo titulado "La ciencia y la �
p, ver: Marvin metafísica frente al análisis lógico del lenguaje".
173. · Sobre el análisis de la evolución de Carna
ctivism ", en ophy for the Future
Farber "Experience and Subje Philos
enalismo del
I. Frases con sentido II. Producción del sinsentido
fenom
(Nueva York, 1949, págs. 591-632). Sobre el "How Carnap del lenguaje usual a partir de frases con sentido
origin al de Ande rs Wedbe rg,
Aufbau, el estudio crítico ricist (Jaakk o en el lenguaje usual
built the world in 1928", en Rudolf Camap, Logical
Empi
15-73 ), a confr ontar con Nelso n A. ¿Qué hay afuera? A ¿Qué hay afuera?
Hintikka ed•Dordrecht, 1975, págs. Welt" en a(?)
Goodman, "'l'he significance of 'Der Logisc he Aufba u der a(¿)
(La Salle, 1955). Afuera, hay lluvia Afl!era, hay nada �
P. A Schilpp, The Philosophy óf Rudolf Carnap th ni Schlick a(Ll) a(Na)
174. Como vamo s a ver, espec ialme nte ni Neura
B. ¿Qué hay con esta lluvia? B. ¿Qué hay con esta nada? �.
adhieren a esto sin expresas reservas. (es decir: ¿qué hace la lluvia? ?(na)
175. Logical Positivism, pág. 13. �
176. Ibíd., pág. 14. o bien: ¿qué más se puede
decir a propósito de esta lluvia?
177. Ya en Erkenntnis III.. pág. 223, ver más adelante. �.
III ?(LI)
178. "Protokollosiiize" ("Enunciados protocolares"),Erkenntnis
ducido en l Positz vísm, pilgs. l. Conocemos la lluvia. l. Buscamos la Nada �
(1932-1933), págs. 204-214. Repro Logica
c(LI) Encontramos la Nada
199-208, con el título "Protocol Sentence". 2. La lluvia llueve �
179. "Protocol Sentence", pág. 201. Conocemos la Nada
Il(Ll) c(Na) ,..--·,,
292 293
.,
2. La nada nadea · 50, de la lingüística nort.eamericana por la semántica y de la orientación fi
'.!
na(Na) "formallsta" de los estudios fonológicos y gramaticales durante ese pe­
3. Hay la nada ríodo. Bloomfield participó en Jntemational Encyclopedia of Unified
solamente, porque Science ("Linguistic Aspects of Science" -Aspectos lingüisticos de la ,,-¡ '
ex(na). ciencia-, vol. I, págs. 215-278).
201. Ver ei texto publicado como encabezamiento de la Encyclo­
III. Lenguaje correcto pedia bajo el título "Unified Science as Encyclopedic Integration"
bajo la relación lógica (vol. I, págs. 1·23) ("Ciencia unificada como integración enciclopédica)..
202. Volveremos sobre este punto al analizar las críticas pQpperia­
A. No hay cosa x nas particularmente dirigidas contra Keynes quien desde el comienzo
que esté afuera fue un compañero de ruta dei Círculo de Viena, al mismo tiempo que
B. Imposible construir un interlocutor privilegiado de Wittgenstein.
estas formas. 203. Fue Carnap, se sabe, quien hizo los desarrollos teóricos más
der circunstanciados de esta concepción. Ver, además de la Sintaxis lógica
aphysik durch logische Analyse
190. "Überwindung der Met ya citada, el artículo de la Encyclopedia: "Logical Foundations of
,,
Sprache", pág. 69. the Unity Science" (vol. 1, págs. 42-60) ("Fundamentes lógicos de la ·I
191. Ibíd., pág. 78. ciencia unificada"). µ
ligeramente retocada).
192. Jbíd., pág. 44 (traducción 9 204. En su obra publicada en 1930 sobre Las tendencias actuales de
dados por Carnap en una nota (1 57)
193. Tales son los nombres la filosofía alemana (París, segunda edición, 1949), Georges Gurvitch
texto.
a la traducción inglesa de su hen· escribía: "Un filósofo observador que hubiera dejado Alemania en
194 . Emp írici sm and Soc iology, pág. 314. Ver también Reic cesa vísperas de la guerra y que regresara hoy podría quedar sorprendido
sus fines y sus métodos ", trad . fran
bach en "La filosofía científica, por un hecho indiscutible: ei cambio muy marcado de la atmósfera inte­
ya citada, págs. 15-1 6. lectual. La filosofía neokantiana era la que, durante ios treinta y aun
e Sprache als Universalsprache der
195. Carnap, "Die physikalisch cien­ los cuarenta años precedentes a la conflagración mundial, dominaba
o como lenguaje universal de la
Wissenschaft" ("El lenguaje físic absolutamente, tanto en las universidades como en ia producción filo.
cia"), en Erkenntnis II, 1931, p ágs. 43Z.
46 5 . sófica alemana en general. La interpretación subjetivista y psicologista
196. Jbíd., pág. 448. de Kant fue rechazada por una interpretación más objetivista y también
187. Jbíd., pág. 450. más cercana al idealismo absoluto de Hegel. Pero era siempre la tradi­
to de un largo desarrollo, bajo la
198. El único ejemplo que es obje ción kantiana ( ... ) Y sin embargo, en una decena de años, todavía
el de... la grafología.
forma de un capítulo especial, es e­ menos, la perspectiva cambió completamente. El neokantismo está en
199. Ver ei artículo de Ego n Brunswick, "The conceptual fram retroceso y sólo se defiende débilmente. La productividad filosófica
conceptual de la psic olog ía") en
work oí psychology" ("El marco ago, 1938,
toma otra ruta y se apoya en métodos aún desconocidos. Una universi­
International Encyclo pedia of Unified Science, voi. 1, Chic dad tras otra cede ante el nuevo movimiento. De Gi:ittinga, donde
págs. 655-760. encontró sus primeros adeptos, el movimiento se expande súbitamente
ld es, con Edward Sapir y Franz a Friburgo, Colonia, Marburgo y Berlín". Este movimiento es el de ia
200. Se sabe que Leonard Bloomfie
ística norteamericana contemporá� fenomenología, cuyo "éxito inaudito" Gurvitch subraya de nuevo
Boas, uno de los "padres" de la lingü 1933, adquirió rápidamente la
o en algunas páginas más adelante, con pruebas en las manos, indica que
nea. Su libro Language, aparecid
a de man ual para los estu diantes. De modo que se ha podido en una quincena de años ha "logrado invadir la niayor parte de las uni­
categorí
ldiana" en los Estados Unidos, q
ue
versidades alemanas y rechazar, casi sin lucha, el idealismo neokantiano
hablar de una "época bloomfie e este pun to ei exce lente estu dio
sobr en el momento mismo de su más grande influencia" (págs. 1-2-153).
habría durado de 1933 a 1967 (ver .
Rob ins, A Sho rt Hist ory of Linguistics (Londres, 1967, trad Sobre este giro de la filosofía alemana vuelve Lucien Goldmann,
de R. H. 197 6, págs . 206 -230 ).
francesa, Bréve Histoire de la Ling
üistique, París, en una perspectiva diferente, en sus lecciones sobre Lukács y Heidegger
o lo
muy pro nto adh irió al conductismo de A. P. Weiss, com (París, 1973), para subrayar, en un cuadro histórico impresionante,
Bloomfield su libr o An Intro·
ión de 1935 de la doble oposición contradictoria del positivismo y de la fenomenolo­
informa en el prefacio de ia edic Yor k, prim era edic ión, 191 4) gía a las escuelas neokantianas.
(Nueva
duction to Linguistic Science ística). La herencia bloomfieldiana es
(Introducción a la ciencia lingü años
desinterés prolongado, hasta los
en buena parte responsable del
294
' 295
. ""ll

1
·,
"

·'

INDICE
Agradecimientos. . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . 9
Prefacio ....... , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l 1
Introducción (El at\zador) . . . . . .. . . . . . . . . . . 51
Capítulo primero
¿La revolución en filosofía? . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Capítulo segundo
Las respuestas de Kad Popper . . . . .. . . . . . . . . 119
Capítulo tercero
Las cuestiones de Ludwig Wittgenstein . . . . . . . . 169
Capítulo cuarto
Para una filosofía sin ficción . . . . . . . . . . . . . . . 217
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . 241
Notas y Documentos ............ ......... 255
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 339

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