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Horvath Pablo
Horvath Pablo
-//-posteriormente.
29) Que este Tribunal ha sostenido repetidamente
que la interpretación de las leyes impositivas requiere,
como la de toda norma legal, la determinación del alcance
jurídico de sus preceptos, lo cual importa el
esclarecimiento de la voluntad del legislador, a fin de que
ella se cumpla de manera razonable y discreta (Fallos:
243:204; 252:139 y 209). Desde esta perspectiva, pues,
mediando en la ley la declarada intención de reintegrar las
sumas ahorradas con más un interés determinado (art. 4°
cit.), no cabe sino sostener que este claro propósito se
vería prácticamente burlado de tolerarse una devolución que
-a mérito de una simple operación matemática-, no alcanza a
representar, según valores constantes, el 5% de las
cantidades ingresadas.
30) Que la ya reconocida naturaleza tributaria de
la obligación impuesta por el Estado mediante la ley 23.256
-con su consiguiente necesaria sujeción a los principios
constitucionales de la tributación que vedan la posibilidad
de que la prestación requerida sea confiscatoria-, otorga,
en ese aspecto, tutela al derecho de propiedad. Sin
embargo, este derecho no alcanzaría resguardo suficiente
si, en relación al restante extremo del particular régimen
en análisis, se llegara a convalidar en la restitución
legalmente ordenada una desproporcionalidad de tan
significativa magnitud.
31) Que, en efecto, así como la obligación
tributaria que impone el régimen en análisis encontraría
reparo constitucional en la medida en que produjera una
absorción
-//-
-//-por parte del Estado de una porción sustancial de la ren-
ta o el patrimonio del sujeto obligado, esto es, superior al
33% -ver considerando 24 y sus citas-, idéntico límite se de-
be imponer en lo que atañe a la restitución a cargo del Fis-
co, en relación a las sumas ya ingresadas, puesto que, de lo
contrario, se haría ilusorio el derecho a la integridad del
crédito del contribuyente y se produciría una exacción con-
fiscatoria que en términos categóricos veda el artículo 17 de
la Carta Fundamental.
32) Que, en esas condiciones, toda vez que en su
concreta aplicación al sub lite el artículo 4° de la ley
23.256 admite, sin forzar su letra ni su espíritu, una inter-
pretación que lo hace compatible con la garantía del art. 17
de la Constitución Nacional, corresponde resolver que las
sumas que por todo concepto sean objeto de la restitución
prevista en aquella norma no pueden padecer -en moneda cons-
tante, bien que con sujeción a lo dispuesto en la ley 23.928-
, una disminución superior al 33% en relación a las
cantidades ingresadas por el apelante en el período de que se
trata.
Por ello, y habiendo dictaminado la señora Procuradora
Fiscal, se declara admisible el recurso extraordinario y se
modifica el pronunciamiento apelado con el alcance indicado.
Las costas de esta instancia se imponen en el orden causado
en razón de la complejidad de la cuestión debatida y al modo
en que se resuelve (art. 68, segundo párrafo, del Código Pro-
cesal Civil y Comercial de la Nación). Vuelvan los autos al
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28 Horvath, Pablo c/ Fisco Nacional
(D.G.I.) s/ ordinario (repetición).
-//-circunstancias.
13) Que, además, la ley 23.256 se ajusta a la
limitación temporal exigida por el citado precepto, toda
vez que dispuso que el régimen que instituyó tendría
vigencia por dos períodos anuales (art. 2°). Por otra
parte, tanto el mensaje del Poder Ejecutivo, así como el
debate parlamentario, evidencian que la contribución fue
creada teniendo como finalidad el bienestar general, pues
su propósito consistió en reducir el déficit fiscal,
considerado como el objetivo central de la política
antiinflacionaria que perseguía el Gobierno Nacional
mediante el denominado "plan austral", en cuyo contexto se
insertaba la ley 23.256 (confr. la nota con la que el Poder
Ejecutivo remitió el respectivo proyecto al Congreso y las
expresiones de los miembros informantes ante cada una de
las cámaras).
14) Que esta Corte tiene dicho que no le compete
a ella considerar la bondad de un sistema fiscal para
buscar los tributos que necesita el erario público y
decidir si uno es más conveniente que otro; sólo le
corresponde declarar si repugna o no a los principios y
garantías contenidos en la Constitución Nacional (Fallos:
223:233). Asimismo ha definido este Tribunal que el Poder
Judicial no tiene por función clasificar los sistemas
económicos y rentísticos según su conveniencia y eficacia,
sino simplemente la de pronunciarse sobre su conformidad
con los arts. 4, 16, y 67 inc. 2°, de la Constitución
Nacional (Fallos: 187:495 y 223:233). Tampoco le compete a
los jueces resolver cuestiones de política económica que
son privativas de los otros poderes del Estado
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-//-confr. causa P.573.XXII "Propulsora Siderúrgica S.A.I.C
s/ recurso de apelación - A.N.A.", fallo del 1 de septiembre
de 1992, considerando 8°, entre muchos otros). Es que salvo
el valladar infranqueable que suponen las limitaciones cons-
titucionales, las facultades del Congreso Nacional para crear
impuestos o contribuciones son amplias y discrecionales, de
modo que el criterio de oportunidad o acierto con que las
ejerza es irrevisable por cualquier otro poder (Fallos:
314:1293, considerando 5°, y sus citas).
15) Que, en tales condiciones, cabe concluir que el
régimen de "ahorro obligatorio", instituido por la ley 23.256
resulta en principio -en un análisis integral del instituto,
y en orden a las impugnaciones del accionante-, válido desde
el punto de vista constitucional, pues el Congreso se
encontraba facultado para establecerlo en virtud del inciso
2° del art. 67 -texto 1853-1860- de la Constitución Nacional.
Ello sin perjuicio de la posibilidad de que el contribuyente
demuestre que alguna cláusula en particular, en su concreta
aplicación al caso, pudiera lesionar determinada garantía
consagrada en el texto constitucional.
16) Que procede destacar, en orden a lo expuesto,
que la validez de la imposición de empréstitos forzosos -en
razón de la naturaleza jurídica que revisten- está condicio-
nada a que el poder público adecue las obligaciones que
coactivamente estatuye a las garantías que la Constitución
Nacional consagra frente al poder impositivo estatal, no
siendo lícita la transgresión de éstas con justificativo en
la previsión legislativa de la restitución de los importes
depositados.
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41 Horvath, Pablo c/ Fisco Nacional
(D.G.I.) s/ ordinario (repetición).
DISI-//-
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45 Horvath, Pablo c/ Fisco Nacional
(D.G.I.) s/ ordinario (repetición).
-//-la inversión".
Al respecto, expresó: a) "...El legislador de
antemano ha tenido la intención de no recaudar un impuesto,
sino una contribución reembolsable...Esta intención la ha
expresado en realidad mediante la fijación por ley del
derecho al reembolso...Según la reglamentación de la Ley de
ayuda a la inversión se corresponden la obligación de la
prestación monetaria y el derecho a reembolso; sólo ambos
en conjunto constituyen la característica de la
contribución de ayuda a la inversión. Esto excluye limitar
el juicio de constitucionalidad de la ley a la obligación
de prestación monetaria, separada del derecho al
reembolso".
b) "La unidad de la obligación de la prestación
monetaria y el derecho al reembolso clasifica a la
contribución de ayuda a la inversión bajo los empréstitos
forzosos". "...estos sirven para la obtención de ingresos
(provisorios),
pero no producen ingresos (definitivos)". "Esto resulta muy
claramente de la interpretación histórica..." (confr.
Betriebs-Berater Heft 32, 20 de noviembre 1984;
Steuerrecht 2047: fallo del Tribunal Constitucional Federal
de la República Federal Alemana, apartado III, a) y b), del
6 de noviembre de 1984).
14) Que la elección de esta modalidad tributaria
-empréstito forzoso- por parte del legislador, con indepen-
dencia de su constitucionalidad, será por cierto un
capítulo vedado al análisis de los magistrados. Sin
embargo, es posible intentar el esbozo de los motivos que -
razonablemente- habrían llevado a aquél a preferir dicha
clase de emprésti
-//-
-//-to, antes que la fijación de un impuesto.
La primera especulación podría ser la del hombre
común: la comunidad percibirá con "mejores ojos" que sus
representantes los obliguen a "prestar" sumas de dinero -lo
cual conlleva una promesa de devolución- que el hecho de que
aquéllos graven sus bienes con un impuesto, pues éste
ingresará definitivamente a las arcas del Estado.
La segunda hipótesis, aunque no deja de ser tal,
tiene un aval fáctico: las manifestaciones de quienes produ-
jeron su informe ante el parlamento, y las expresiones conte-
nidas en el proyecto de ley (ver considerandos 7°, 9° y 12).
Se dirá, en este sentido, que -por las razones que fuere- no
se ha querido que ciertos individuos soportaran una detrac-
ción definitiva en su patrimonio; así se lo manifestó y, por
ello, la ley prescribió que las sumas pedidas serían devuel-
tas al cabo de un plazo.
La tercera, aunque no deja de ser una conjetura, no
parece fácilmente refutable: es probable que la existencia de
innumerables regímenes legales de promoción regional o
sectorial, mediante los cuales se exime de "todo impuesto
nacional", "presente o a crearse" (ver tan solo a título de
ejemplo: ley 19.640, art. 1° y art. 4°, inciso j; ley 22.428,
art. 21), haya operado como un obstáculo severo para la
fijación de un impuesto que alcanzara a los beneficiarios de
dichos regímenes. Pues, si aquellas concesiones fueron
otorgadas por el legislador con anterioridad, no podrían ser
desconocidas por éste mediante la exigencia de un nuevo
impuesto sin desmedro del derecho de propiedad.
Por lo mismo, si por vía de una interpretación
judicial se llegara a sostener que el legislador ha creado
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53 Horvath, Pablo c/ Fisco Nacional
(D.G.I.) s/ ordinario (repetición).
-//-poco de "empréstito".
Similares parámetros de interpretación
constitucional a los precedentemente empleados utilizó la
Corte norteamericana en un reciente fallo: (confr. Nixon v.
United States, 1993 U.S. Lexis 834, *10, *13 in fine y *17
).
34) Que la constitucionalidad del empréstito
forzoso es admisible en tanto se conciba que éste participa
del género tributo y, por ende -sin desconocer sus
peculiaridades- se respeten los principios básicos de la
tributación. Sabido es que sobre el particular se han
expuesto las más variadas tesis, lo cual es comprensible
por las singularidades que presenta el instituto. Este
recuerda a las dos caras de una misma moneda: una exhibe
puntos de contacto con el tributo denominado impuesto, en
especial, por el modo en que el Estado recurre al ejercicio
de la coacción; otra recuerda al empréstito voluntario,
pues el Estado se compromete desde un inicio a retornar el
capital y a pagar un interés por su uso. Es que, aunque
parezca verdad de Perogrullo, el tributo creado no es un
"impuesto" ni un "empréstito voluntario"; es un "empréstito
forzoso".
La sustracción de su carácter tributario importa-
ría en los hechos un peligroso instrumento en manos del Es-
tado puesto que si éste, sin parámetro alguno, pudiera
recurrir coactivamente al patrimonio de los particulares,
se cumpliría el temor que la concepción clásica de la
hacienda pública tenía del empréstito en general. Aquélla
atribuia al préstamo el carácter de solución ligera que
apartaba al -//-
-//-Estado de su verdadera misión, consistente en financiar
sus gastos por medio de los impuestos. "Se pensaba que pu-
diendo recurrir fácilmente al préstamo, se abstenía, a veces
por demagogia, de pedir al contribuyente el esfuerzo ne-
cesario" (Alain Barrère, Economía Financiera, Madrid 1969,
pág. 132).
En la ley 23.256 se ha advertido tal problema, pues
cumple los requerimientos propios de la tributación. Ante
todo, se respeta el principio tributario de legalidad, ya que
la obligación de contribuir al tesoro público con el ingreso
de sumas de dinero proviene del órgano -Congreso- al que el
texto constitucional atribuye dicha potestad. La obligación
de ahorro que se impone, lo es en función de la capacidad
contributiva que la ley presume con sustento en parámetros
objetivos que, en principio, revelan la aptitud económica de
los obligados al ingreso de dichas sumas. Ello no impide, por
cierto, la demostración fehaciente de que, en el caso
concreto, la obligación impuesta implica la absorción por
parte del Estado de una porción substancial del capital o la
renta. Finalmente, aquella obligación fue establecida con
carácter general y debe ser satisfecha por todos los sujetos
comprendidos en sus términos en igual modo, ante iguales
circunstancias.
35) Que, sin embargo, si se pretende respetar la
entidad de empréstito forzoso, al propio tiempo, la ley que
lo instituye debe garantizar que el reintegro de las sumas
ahorradas sea integral y que, además, contenga un interés co-
rrespondiente a todo el lapso en el que las sumas han perma-
necido depositadas. Como ya se ha establecido, el Estado ha
asumido desde el inicio una relación jurídica compuesta
-//-
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70 Horvath, Pablo c/ Fisco Nacional
(D.G.I.) s/ ordinario (repetición).