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DOS POETAS ORIENTALES

SELECCION DE
VERSOS CAMPEROS
I-# *******# **# # # **# # # **# # # *# ******# *# *****#h***f
##*
WENCESLAO VARELA OSIRIS RODRIGUEZ CASTILLOS
?

DOS POETAS ORIENTALES

V ER SO S CA M PERO S

COMPILACION Y NOTAS DE:


Víctor Cavallaro Cadeillac

Portada de:
LEONARDO GALEANDRO

EDITORA

POPULAR REPUBLICANA
IBICUY 1091 Teléf.: 9 17 32

MONTEVIDEO-URUOU a t
S U M A R I O
Primera Parte - Selección de WENCESLAO VARELA
Síntisis Biográfica 5.7
Queda hecho el depósito E l Labrador ................. 9

pertinente en lo legal. Indio Charrúa .................. ¡q


Bien Sólo y hien a l Tranquito ¡j
Vieja Casona R u ral ............ ¡3
R e j a d a ............................. ^
> * Le tengo R abia a l Camino ........ ¡y
Una C a rre ra ........... .......... jy
P o s t u m a s ..... ...... ¿6
Justicia * .................................................. 29
M i Locura
Nochero ................. 35

Sda Parte - Selección de OSIRIS RODRIGUEZ CASTILLOS


Romance del M a lev o .................. 47
E l Despido ................ 45
La Credencial de N iebla ______ __ ¡ q

Punteo pa ra Ranchó Muerto _ ¡y


Rancho Muerto ........ ........... 37
E l Ñ ,e t o .................. _ g0
Los dos Fletes ................. <54
De Corrales a Tranqueras ................. 57
G u rí Pescador1 __________ _
T ata Juancho ..................... y¡
^ Cielo de los T u p a m a ro s ____._______________ 73
Domingo de A gu a ................. 74
Canción de Ausencia ................. 75
IMPRESO EN EL URUGUAY - PRINTED IN URUGUAY Como yo lo Siento ........... 77
Este es un impreso de la Editora Popular - Republicana Camino de los Quiltros 79
OSIRIS RODRIGUEZ CASTILLOS

Nació en Montevideo (Uruguay) en 1925. Su infancia y parte


ile su juventud la vivió en Sarandí del Yí. Además de iluminado
SINTESIS BIOGRAFICA poeta es un talentoso músico y compositor, que domina con
prodigiosa técnica el piano y la guitarra; y se ha enraizado con
totla la hondura y la fuerza de su espíritu joven y constructivo
WENCESLAO VARELA ol género folklórico y volcando toda su música, su poesía y su
ionio a los temas orientales, reivindicándonos (felizmente) del
Nació el 25 de mayo de 1908. Hasta la fecha produjo las olvido de algunos compatriotas.
siguientes obras: Vinchas, Candiles, De Cuero Crudo y D entre Actualmente es Jefe de Prensa y Propaganda del S .O .D .R .E .
Caronas. Próxima a aparecer Diez Arios sobre el Recao; todas y Miembro Asesor de la Junta de Investigación del Habla popu­
ellas de versos gauchescos y nativistas. Tiene en preparación lar Hispanoamericana. Ha publicado las siguientes obras:
Nazarenas de Hierro (cuentos nacionales). En la actualidad, sus Grillo Nochero (poemas; cuatro ediciones), “1904”, Luna
títulos nuevos y reediciones están al cuidado de la Editorial Roja (poema dramático, Teatro) Premio Ministerio de Instruc­
“ Cumbre” de Montevideo. ción Pública; Entierro de Carnaval (novelas y cuentos), Cantos
Si tuviéramos que determinar entre los poetas gauchescos a ilel Norte y del Sun (poemas) y en preparación: Mística del Tra­
los que se mueven por un trillo más seguro siendo este gé­ dicionalismo (Ensayo).
nero literario el más falseado y fem entido-- no hay duda que Ha tenido varios Editores. Los de las editoriales “ Cispla-
el poeta que nos ocupa es uno de los más indiscutibles en la lina”, “Galerías Libertad”, “Mosca Hnos. S. A.”, “Banda Orien­
era contemporánea. , , tal" y otras. Sus páginas para canto y guitarra son editadas por
Campesino de origen, pasó desde la raíz a la flor, por todo Editorial Musical “Lagos” (de la Argentina) y su producción
el profuso ramaje de las manifestaciones rurales; y luego cuando discográfica por la grabadora “Antar”.
irrumpió el poeta en el campo de las letras, llegó con un au­ Si en alguna circunstancia tuviéramos que dar fe al viejo
téntico gaucho adentro, que habría de marcarle en la tan difícil concepto de que el “Poeta nace pero no se hace” pocos casos
senda gauchesca, un rumbo tan cierto como la Cruz del Sur. tendríamos más justificados que el de Osiris Rodríguez Castillos.
Después, este cabal dominio del diario vivir vernáculo le Pues, todo indica a creer que en realidad hubiese nacido para
dió la utilería con la que el poeta escenificó el panorama y la poeta, porque ni bien entró en circulación “Grillo Nochero ”
ubicación de sus personajes. . , —momento en que su autor apenas contaba veintiocho años de
Luego, faltaba la voz de estos, con sus triunfos y sus de­ edad—, fué tal la aprobación de críticos y lectores, que siendo
rrotas, con sus angustias y sus alegrías... Entonces Wenceslao el poeta un muchacho, y con un solo título para exponer, logró
hizo entrar en) la escena las propias manifestaciones de su alma, igualar el sitial de preferencia de los consagrados.
de su espíritu, de su corazón... con todos sus problemas líricos o Hoy en día es uno de los contemporáneos más leídos por
materiales. el amplio círculo —cada vez mayor, felizmente— de lectores
Y así, comenzaron a moverse y hablar sus personajes, con nativistas. Y es que atrae con verdadera unción el parlamento
los más variados matices. Algunos, arrogantes y despóticos, fríos fluido y armónico que les da a sus versos y con sucesos de alta
y belicosos. Otros, suaves y humanos, pasionales y tiernos. dramaticidad y sorpresivos desenlaces —un vivo ejemplo sin duda
Y bien. ¿Cuál habría de ser al fin, el epílogo de todo este es, el último pie de "La Credencial de Niebla” y en “Romance
proceso? Ya lo tenemos definido, y no puede defraudarnos por del Malevo” en momentos cuando enfrenta al hombre con el
ningún lado. Y es que, todas esas piezas, conducirían a la con­ querido perro, enfermo y enloquecido—, Iincluso, es un delicado
formación de un magnífico y verdadero poeta gauchesco. Y asi paisajista (y por muy rara coincidencia, es dibujante de profe­
mismo sucedió. Ese poeta es .* Wenceslao Varela. sión) cuando desaribe la belleza de los campos orientales.
Por eso creemos, que el sitial que ocupa este poeta, está ló­
gicamente razonado.
Víctor C. Cadeillac.
PRIMERA PARTE
Selección de WENCESLAO VARELA

AL LABRADOR

Hormano de los tintes de azuladas mañanas:


tu yunta sabe mucho de buscar la bandera',
tus ojos tienen mucho de la noche hechicera,
y tus manos, durezas de esgrimir la picana.
Tu jornada es del alba al horizonte grana
que en el tul vespertino borroneó tu cancera;
tu esperanza es la verde augural cementera,
i ii realidad, la dura decepción del mañana,
('uando crezcan tus hijos, cuando pueda su mano
ompñar la mancera y dibujar del llano
—con su filosa reja un porvenir risueño—
no le digas que en surcos enterraste tu vida
tu vida miserable, cansada y aburrida;
engáñales. .. que sigan, sembradores de sueño.

(Del Libro “ DE CUERO CRUDO” )


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WENCESLAO DOS POETAS ORIENTALES 11

INDIO CHARRUA IJien solo y bien al tranquito


Indio de crin redomona Si me toca en la culata
tuzada a golpes de filo, ni me interesa un “ arreo” ,
canta tu estirpe en mi estilo me corro pa la puntera
su poesía cimarrona; pa atar mi silbo al cencerro.
tus plumas a mi bordona No me gusta dir charlando
la tiñen color endecha, con cualquier gaucho tropero
sobre tu tribu deshecha pesao como piedra e’ bola
más recio se alzó tu brazo que empieza y no acaba un cuento.
y al resplandor del sablazo
clavó en la historia una flecha. Llamando la novillada
al son de un silbo “ puntero”
La noche te vió furtivo pasan por sobre el camino
engarzado en la maraña, lindas las leguas y el tiempo.
como una visión extraña A solas con la tropilla
errante en suelo nativo. se me arriman los recuerdos
Dueño de todo y cautivo a tráirme de viejos pagos
de tu inhumano opresor, amores que jueron nuevos.
te vió la luna, señor Pasan chinas y guitarras,
de tu indómita bravura. pericones y desvelos.. .
Tu desvelada figura porque — siento estando solo—
engendró al libertador. como caricias los sueños.
Si hay luna, mejor pa un canto,
Charrúa: sobre el paisaje cuando no hay luna, la enciendo
agreste y multicolor en cualquier bicho de luz
cruzó en giro zumbador o en mi| puchito estrellero.
tu boleadora salvaje,
un crepuscular celaje O, alzo mi chifle puntudo
tu heroica lanza tiñó, pa verla junto al chambergo. . .
y cuando el viento cantó Siempre lo llevo con tragos
su nostalgia en su moharra, de esos que se güelven versos.
tu alarido en mi guitarra A mí que me den la punta
se hizo música y lloró. si dientro en algún arreo,
12 DOS POETAS ORIENTALES 13
WENCESLAO VARELA

que andar solo y medio triste


me hace dos veces tropero.
VIEJA CASONA RURAL
No me apuro ni anque sé Tu cerco pétreo, inconmovible y duro
que llegar tarde nd es güeño, aguantó la embestida de la indiada,
y si va o viene el camino y te hizo la intemperie despiadada
tuavía estoy sin saberlo. un tatuaje de tiempo en cada muro.
Por eso en una puntera,
mejor si hay luna pa un verso, El viento silbador, tropero errante,
bien solo y bien al tranquito, en la noche sin sendas extraviado,
triste y solo voy contento. te pechó tantas veces que ha dejado
su rumor en tu sombra agonizante.
Te partió cierta noche un rayo airado.
Parece abierta, la pared grietada,
una boca de bruja deformada
en secreta blasfemia a lo infinito.
Baja la noche, y las troneras solas
escudriñan aún los recovecos
de ese poncho de sombras, que en sus ecos,
rasgaron encendidas tercerolas.
Y a tu manguera que rodean talas,
leves cocuyos de alumbrar cansados,
encienden tus candiles apagados
y mienten extinguidas luces malas.
Hablan los viejos de tus horas plenas
— en el ayer de mi querida tierra—
tiempos de lanzas, redomón y yerra,
payadas y cantar de nazarenas.
Que llegó a tu silencio con apuro(
un mozo sobre singular caballo
como un rayo de luna, como un rayo
de lijero, de fino, blanco y puro.
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W ENCESLAO VARELA S POETAS ORIENTALES 15
Desmonto como bajan, los halcones ■
cunó en la zurda a la mujer querida, r e j a d a
pero antes de estribar se heló su vida
en el frío brillar de diez facones.
Tu trabajo jué oscuro: quebrar yuyos,
Quién sabe no querían los matreros
hundir un hormiguero de pasada,
llevar a sus cubiles en las ancas
sacar un macachín de flor de cóbre
ganadas a facón, las novias blancas no saben lo que son muchos puebleros
que tus muros de piedra protejieron.
Sueños del celo montaraz. . . Quién sabe Nunca te sentí nuembrar por payadores
no resguardó tu amurallado foso ni entre las cosas del paso te guardan;
el sueño azul del temerario mozo y aguantar a la piona la picana,
que de tan grande ni en la historia cabe. gastaos en criticar lo que otros cantan.
Te doy vieja casona un verso mío Si te hubieran subido, por lo menos
para que alumbre tu altivez vencida a la punta más fina e’ la picana
luz mala sobre, tu armazón derruida han de el clavo puntudo rojo en sangre
como un bicho de luz cansado y frío. al lucero apuntó mil madrugadas.. .
Si en la mesma tacuara hubieras sido
heroico regatón de alguna lanza
habrías subido, estribando en versos,
al sonoro alambrao de una guitarra.
¿Quién te puede cantar pedazo e' fierro?
si hasta el nombre tenés de poca alzada
amiga del sufrido chacarero,
que al no inspirar un verso inspira lástima.
Vos nunca te has mojao en sangre, nunca;
por eso te olvidaron ya gastada
de limpiarle al arao la tierra greda
—la tierra como vidrio con la escarcha.—
Te canto yo que ende chiquito anduve
con tamangos gastaos a sol y helada, _
colgao a la mancera como a un gajo,
pa no ahugarme en pobrezas despiadadas.
16 WENCESLAO VARELA
DOS POETAS ORIENTALES 17
Y vos en mi picana; no en la punta
del clavo empujador de yuntas mansas
en la parte de atrás, bien a lo pobre
escribiendo en la tierra tu desgracia.
I ,lí TENGO RABIA AL CAMINO
Te canto yo que sepulté mis sueños
en las melgas sin fin de ajena chácara
desde la aurora con estrellas débiles Cuando me vine, el camino
hasta la noche con estrellas a lta s ... no jué más mi compañero. . .
tu adiós se gastó en el aire
Y en mi infancia sin reyes de leyenda de temblar en tu pañuelo.
pa arrancar macachines te hice pala
endulzando mi vida con ajenjo La noche se echó en el campo
de lamber tierra ajena tan amarga. pa escurecer tu recuerdo
y al despertarse los astros
A mi tampoco me conoce naides,
los pájaros se durmieron.
nací pa trabajar sin esperanzas. . .
Soy parecido a vos de punta a punta
Y hallé el camino tan solo,
y he vivido olvidao como rejada.
tan borroso de silencio,
que vi en el rumbo de ausencia
y dientre a tenerle miedo.

La noche, de tan oscura


me hacía mirar p’adentro
y veía el pájaro blanco
de tu adiós temblando al viento.

Después, enredé en las cuerdas


de mi lira tu recuerdo
endulcé la ausencia en música
y canté tu nombre en versos.

Pero jamás el camino


volvió a ser mi compañero
por que me cansó de largo
y es por eso que no güelvo.
18 rol TAS ORIENTALES 19
WENCESLAO

Regresar, por esa víbora, UNA CARRERA


que me alejó de tus besos?
y avejigó el pingo moro
pa separarnos por tiempo? A la Estancia “L a Ilusión”
a alzar un ganao llegamos
Yo lo bordaba en chiflidos v no bien desensillamos
en mis noches de tropero encendimos el fogón
cuando con lluvia de luna Al rato llegó el patrón
se mojaba el campo inmenso. y en el suelo se sentó;
Y encabesaban los postes con nosotros amarguió
tristes lechuzas sin sueño. . . —era un hombre campechano—
Yo lo quería de entonces muy carrerista el bayano
pero nunca más lo quiero. algún dispués demostró.

Porque se alargó una tarde Dijo que era, el estanciero,


hasta borrar tu pañuelo, carrerista de afición
* pájaro blanco que aún vuela y entró en la conversación
en la región del recuerdo. más de un caballo ligero.
Y nos mostró un parejero
con trompeta y enmantao.
Era un pingo colorao
de todas partes bonito;
largo de abajo y finito
que parecía un venao.

Le admiramos con razón


aquel precioso animal
que valía un dineral
y lo entraron pa un galpón;
regresamos al fogón
y el hombre quedó en cuclillas
contándonos maravillas
hechas por aquel tesoro;
y averiguó por un moro
que venía en las tropillas.

v.{'
n >\ l'i >1 TAS ORIENTALES 21
20 WENCESLAO VAREL —
que ni Aparicio reunió.
Le contesté que era mío: Ifln mi moro llegué yo
— ¿Se le anima au colorao? nnsillao que era un primor
¿Si estuviera levantao liviano y observador
por lo menos del rocío. . . era un gato pa orejiar;
Eu vi pasar y confío muy tranquilo pa trotiar
qués cabalhos liyerón? pero muy escarciador.
— Guapéa en tiro cortón
pero pa su colarao; A las sendas me acerqué,
le ha de estar faltando estao saludé la paisanada,
y a mi cinto un patacón. me apié junto a la enramada,
y hay nomás desensillé.
— Si le aflueja el tirador Me lo tuvo Iyazuiré
corremos por los cabalhlos, pa yo templar el garguero.. .
esos redomones balhlos, Iilegó el otro parejero
¿no son suyos? — Sí, señor con una manta nuevita;
Y atamos el potriador y una inscripción parejita
de una tremenda carrera con el nombre de “ Pampero” .
que corrió por las fronteras
de estancias a pulperías; Al caballo colorao
con plazo de siete días osa ocasión lo corría
pa bajarles la bandera. un negrito que tenía
un gran tatuaje grabao,
Yo al moro le acomodé el chiripá levantao
a cuchillo los “ candaos” con las puntas anudadas
y los vasos encebaos camisa a franjas rosadas
varias veces le foguié; de rota que daba penas;
tan pronto lo levanté y las grandes nazarenas
a mi dócil parejero, sobre el pié descalzo atadas.
que al mirarlo el estanciero
como al quinto. . . o sexto día, —Cuando a las sendas entramos
dijo que nom parecía le dije al brasilerillo:
au cabalhlo de un tropero. “ Dicen qués como cuchillo
de cortador en el vamos?
Cuando el domingo llegó — Núes certo, mas si largamos
estaba la pulpería, y llega a salir cortao
con tanta gente ese día
22 »<)', POETAS ORIENTALES 23
WENCESLAO VARE!

nu olvide qués colorau Al verse entre ajena gente


cabalhlo mouto liyero; un paisano pobretón,
que si de un lao es pampero si no es de temple durón
pampero es del otro lao. se achica completamente.
Yo al pampero lo he dejao Si llegaba un exigente
hecho polvo en el camino como a obligarme a jugar,
— le dije al negro ladino lo escuchaba sin mirar
mirándolo desconfiao— y me quedaba callao;
este verano he ganao igual que el toro, empacao
varias carreras de viaje. .. escarbando pa peliar.
Y el moreno del tatuaje Si el diablo hubiera venido
se acomodó un cinturón luciendo el poncho escarlata
con treinta de munición pa parar el pago a plata
pa emparejarme el quilaje. al diablo me había vendido;
L a tarde estaba volcada jugador de talla he sido
sobre la inmensa frontera y no pierdo la cabeza,
uniendo la azul esfera y anque con ruda entereza
y la campiña dorada soporté mucha topada;
capas, golillas terciadas, nunca sentí tan pesada
vicharaces y bayetas, sobre mi alma la pobreza.
como bandadas inquietas
Yo ya llevaba jugao
aletiando se posaban;
el último bayo ajeno,
y las sendas nos mostraban
madrina, cencerro, freno,
su rígidas bayonetas.
rastra, facón y recao;
Brillaban a la pasada hay que ganarle cortao
como espejos siderales (le hablaba al moro) a ese grullo,
baticolas y pretales, jugué lo mío y lo suyo
estribos y cabezadas; y ande nos bajen la mano;
ricasas las bayanadas no se me haga el lerdo hermano
(casi todos hacendados) que he jugao libras de orgullo.
tanta plata, los recaos
relámpagos despedían; El negro lo otropellaba,
y las libras se encendían lo paraba, se volvía,
sobre los ponchos listaos. al tranco; lo detenía
24 WENCESLAO VARELA
POETAS ORIENTALES 2,
y a los “marcos” lo apuntaba.
Pero, cuando lo largaba pero el moro, aguantador
como al mandao de un pañuelo, en cien varas se estiró
giraba el polvo en el suelo en tal forma, que gritó
en un círculo cerrao; “ con luz” el centenciador.
como el gato que le a herrao
un viaje a una mosca al vuelo. IFragmentos del libro “ Diez años sobre el re­
próximo a aparecer).
Pusieron sentenciador,
tercero y abanderao;
y a medio tiro, apostao
un sargento de “ vedor” .
E l negro muy tajiador
quiso hacerse el remolón;
sobrandolé la intención
le grité medio arrogante:
“ te via largar por delante
pa avergonzar tu patrón” .
Santo reemdio, largamos
y me le salí de abajo;
tan de provecho jué él tajo
que^ el negro se ahogó en el “vamos".
Allá cuando nos miramos
por sobre la polvadera
iba como si quisiera
ensártame con un ojo;
parecía el negro un abrojo
enredao en la clinera.
Muy sangrudo el colorao
se me empezó a aproximar,
viera el gauchaje gritar
con usura entusiasman.
Al cuadril me había llegao
y se corrió hasta el fiador,

r
_________________WENCESLAO VARELA DOS POETAS O R IE N T A L E S _____________
' ----------------
:— — ■ ■

Lo sentirán los bagueles


POSTUMAS I en el rigor de la espuela,
lo acunarán las vigüelas
(A Florentino Callejas) de los vates nacionales;
lo bordarán los ceibales
Pájaro gaucho, sombrío, sobre senagosas tierras. . .
emisario del pasado lo repetirán las sierras
tiene tu lira un pesado al son de los rebencazos;
silencio de muerte y frío. y el chasquido de los lazos
Te traigo con fé y con brío que se cortan en las yerras.
mis versos en vez de llanto
por qu’es el silencio tanto, Viejo nómade, juglar
tan hondo, tan sepulcral; errante como el pampero
que no parece el final te inspiró el monte, el boyero,
de una existencia de canto. > o un tinte crepuscular;
y le cantaste al pasar
A tu nombre Florentino hasta un rebenque de argolla.
lo musitará el pampero Fue cada pilcha una joya
en el nido del hornero en tu versada serena:
.— lunar que ostenta el camino— la vincha, la nazarena,
el poblador campesino el crivao o el poncho colla. . .
te cuenta entre los poetas
y bajo sus noches quietas Indio templado a garúa
hondas de sombra o de luz, — la que bosquejó tu estampa
ha de rezarte en la cruz con la arrogancia del pampa
del altar de las carretas. y el empaque del charrúa;
Tu nombre irá a los fogones tu canto se perpetúa
de las estancias de afuera en el canto cimarrón
en la guitarra viajera ingénito diapasón
de retemplados bordones de cada pájaro nuestro
a donde las tradiciones y el esplendor de tu estro
gaucho pasado amamantan, se enciende en cada fogón.
donde los vientos levantan Tuviste claror de aurora,
su voz estridente y loca
dulzura de camoatí. . .
e irá a endulzarse en la boca
Fuiste el nudo guaraní
de las mujeres que cantan.
23 W EN C ESLAO 29
(KV, POETAS ORIENTALES
que acorta la boleadora.
Palenque, jagüel, totora,
bocado de cuero duro; JUSTICIA
botón, con patrio seguro
amargo de desprender;
eras un poco de ayer Vuelven las aves buscando
que iba buscando el futuro. la tibieza de los nidos
y en los ámbitos dormidos
Hoy tu guitarra querida ya está el silencio posando,
ha enmudecido de pena cruza un camino estirando
esa, que jué la más güeña cansancio de lejanía—
compañera de tu v id a .. . y en la frontera del día
y te acompañó dolida entre espuma de arrebol;
— como tu pluma escribiera— : hunde su moneda el sol
“ al chillar de una caldera sobre gigante alcancía.
ande un ombú se levanta
como si en cada garganta Sigilosa la partida
alguna calandria hubiera” . sigue al sargento Jordán
Duerme aborigen caudillo y tras los pajales van
de silenciosas reuniones en minuciosa batida.
rumbero de corazones Hay una choza escondida
como punta de cuchillo del monte en los matorrales
Yo iré a tu tumba sin brillo donde cantan los zorzales
— a tu tumba de cantor— un himno a la libertad
con respeto y con amor y tiene la soledad
hondamente conmovido; sus dominios naturales.
cuando florezca el olvido
para llevarte una flor. Jordán como un perdiguero
va rastreando en los guadales
se atornilla en los pajales
y vuela sobre el estero,
jamás escapó un matrero
a su tesón de vaquiano
pero Luna el entrerriano
es arisco y receloso
y además muy peligroso
apiao y facón en mano.
W EN CESLAO noi TAS O RIEN TALES

Cuenta él pago y se estremece los guardianes del camino


que el fantástico matrero Tiembla en las lianas los finos
monta un veloz parejero -cordajes estremecidos
que hecho de viento parece, y en el calor de los nidos
corriendo se desvanece ocultos en la maleza
su pelaje al parecer aletea la sorpresa
y muchos pudieron ver de los pájaros dormidos.
— sobre la elástica alfombra—
separarse de la sombra La corsaria comitiva,
cuando se tiende a correr. ae extiende en círculo estrecho
Por eso van con cuidado y se anida en cada pecho
por atajos y picadas angustiosa expectativa
cuando las sombras pesadas Queda la choza cautiva
sobre el monte se han echado prisionera en el boscaje
apenas se oye el recado y en el circuito salvaje
que sobre el lomo se queja cuando el sargento se apeó
o el casco, en la despareja hasta el aire se quedó
senda del monte sombrío. .. suspendido en el ramaje.
o el lento rumor del río
que eternamente se aleja. Hacia la luz va derecho
con felina sutileza
Tanto silencio ha caído se desliza en la maleza
sobre la intrincada huella como el jaguar en acecho
que se oye de cada estrella se pega de trecho en trecho
el parpadear repetido a los escollos del suelo
el hipo del barro herido y en su sigilo y recelo
como un estremecimiento. . . adquiere el sargento fiera
y el ígneo deslizamiento ondulación de crucera
en el celeste escenario y amagos de puma en celo.
de los astros emisarios
que cruzan el firmamento.
Llega al rancho con cautela
Un resplandor mortecino pero al mirar su interior
se filtra en las ramazones una escena de dolor
y sujetan sus bridones lo paraliza y lo hiela,
>
1 I AS ORIENTALES 33

M I L O C U R A !

Nunca me gustó hacer ruido


cuando está dormido el viento
y los pájaros se callan
ni las regiones del sueño.
Saco, lejos la caldera
ni está silbando en el juego,
ni me lloran las espuelas,
me las desato y las cuelgo...
SI un tizón chisporrotea
en la ceniza lo entierro
y al mate, no lo termino
pa que no cruja de seco.
Quiero hacerme creer que estoy
solito en el universo,
y ando en puntitas de pié
pa no correr el silencio.
¡Qué lindo es tener un rancho
a veinte leguas del pueblo
y una carreta cansada
de caminos y cencerros!. . .
¡Hace tanto que está quieta!
—con el pértigo pal cielo—
que en la mesma cruz del yugo
hizo su nido un hornero.
Se me hace — cuando oscurece—
que estuviera el Nazareno
sobre esa cruz insensible
a los combates del tiem po...
OSIRIS RODRIGUEZ CASTILLO POI I AS ORIENTALES

Mi guitarra está arrumbada ini< desato ¡despacito!


i ,i . lloronas y las cuelgo
del rancho, en un “ esquinero”
con luto de sombra y humo. .. \ imigo cuidao quel mate,
¡Todo el cordaje deshecho!. .. no vaya a crujir de seco!. . .
Pa qu’ vi’auñir la carreta n . Ñero la pava fría
con esos ejes resecos 0 ni oh que silbe en el juego
ni via’ encordar la guitarra. . . 1>11 poderme creer que soy
¡Demasiao se queja el viento! iuileo en el universo
ron todas mis cosas muertas...
Cuando se larga, me silba I iios lo libre que aúlle el perro!
como si juera un tropero;
lo siento amacar los talas
y andar auyando en los cerros.
Salgo con las boliadoras,
me agacho a ver si lo veo,
y él, me tira el calamaco
y me hace un ñudo el sombrero!
Pa mejor, le tengo rabia
de cuando domaba ajenos;
yo sudando pa ensillar
y él, deje tirar de los cueros.

Por eso, cuando la noche,


entra del rancho pa’dentro,
dejo quel candil la queme
un poco pa’ hundir mi cuerpo;
y si cansao de correr
se ha hechao del bagual del viento
y se han dormido los pájaros
en las regiones del sueño;

si hay un tizón restrallando


en la ceniza lo entierro. . .
36 WENCESLAO VAREl MkA |*(itlA'i ORIENTALES 37

NOCHERO >. 1 1 i»iui Iftn caronas,


tlh.iiM nI revolverlo, lo atormenta,
hhhmIii Minuto el juego
Amolate por flojo, no me aparto d Id» ilim mi/,arenas
que se llegue a ese estao cuando no hay juerzi iik ni ii . de dos rodajas
cuando se han hecho todos los caminos HIIM'Mii ilii" entrellas;
atrás de las haciendas. ■ ftielie piimperada en remolinos
ttHe en i mía balance cielo y tierra.
O cuando se avegigan las ranillas
de las marchas forzadas en la guerra pul mu nnsina
o pecehando los toros cimarrones «a Imm o....la cualquiera
que ocultan las malezas, Mi uní., .i. aguante
del monte hostil o el pajonal filoso, ti ni a n i on cariño, lo palmean
o arrastrando terneros en las yerras. • lo mejor lo eligen
Iiih i'iHnm de urgencia:
Pero entregarse nuevo pal’ piquete § Hllli (Ion horizontes de un galope,
por temor a la espuela? Mtlm'iiliii la frontera,
Pa’ que lo ensillen con cacharpas rotas ttflHt iimlaiido el Uruguay crecido
o se le horquete cualesquier maleta? f|p«i Ion la sierra
Es cosa de cobardes. Amolate. Mili mu la luna sobre el anca
La vida fácil, sacrificios cuesta. olí mui lluna llena,
Tu oficio es de matungo. Chaconeos: ti i|tirilnni" en las altas boliadoras
arrimar el consumo o las lecheras. . . H0 i líele,an en el cielo, tres estrellas,
o trair un barril de agua y la tropilla; ii fttthai una vida o una Patria
cosas livianas; güeltas. jlf al anulo de mostrar dureza.
Con pingos de tu laya Sillo por esto no han de ser corcovos
no se pechan trincheras psi'dei las cosquillas, no es vergüenza,
ni se sacan cañones a la cincha olí...... . que se quede en las caronas
de los lazos, vibrantes como cuerdas i| cine aro temblor y en la manea,
de guitarra con alma. Un elegido |M pn «'osas más útiles
se saca por la hebra ■ (tl'ri'lmin las fuerzas.
y hace temblar a “ secos” el palanque
en sentadas de piedra ♦ ai'n «>n(regarse nuevo pal piquete,
lo yela el mañador; culebra fría ni ipi" lo ensillen con cacharpas viejas
lo yela hasta que tiembla. mnlin de tuce caído
38 WENCESLAO VARELA

con la “ desgracia” de cualquier “ maleta”


que te deja dormir al trote corto,
o pisando las riendas,
y no te vas porque es trabajo dirse. . .
ni dinidá ni orgullo te espuelean;
y no te importa un pito
que se te horquete cualquier pueblera
¡No estar yo en tu lugar matungo zonzo
pa hacerlas cbicotiar con la. . . peineta!

i
SEGUNDA PARTE
^elección de O siRlS RODRIGUEZ CASTILLOS

ROMANCE DEL MALEVO


Yo ao atrancaba la puerta
de mi rancho, ni durmiendo;
¿pa qué! si del lao de ajuera,
por malo que juese’l tiempo
la enrejaba de colmillos
el coraje de mi perro!
Cimarrón; medio atigrao.
Lo hallé perdido en las sierras
boquiando de agusanao.
Malo, como manga’e piedras!
Tuve que trairlo enlazao
pa curarle las bicheras!
Y . . . a^i se quedó; aquerencia.
Compañero de horas lerdas
Trotiando abajo’ el estribo
ni carculaba las leguas!
y ande afluejaba la cincha,
se echaba a cuidar las priendas.
Eso sí ¿eh? ¡Muy delicao!. ..
¿Manosiarlo? ¡Ni le cuento!
be poniía de ojo estraviao
y se l’erizaba’l pelo.
42 051RIS RODRIGUEZ CASTILLOS DOS POETAS ORIENTALES 43

Conque. . . tenía bien ganao Güeno; la cosa pasó.


su apelativo: “ el Malevo” . Yo dentré pal casamiento.
Hice’l horno, la cocina. . .
¡Qué animal eapacitao
Mi rancho estiró un alero
pal trabajo en campo abierto! y en su chúcara cimera
Había que verlo al mentao charquió el arroró, y el rezo.
trajinando en un rodeo. . .
De ser cristiano, clavao A los dos años, gatiaba
qu’era dotor aquel perro! mi gurí sobre un pelego!
O andaba po’l guardapatio,
¿Yo echar tropilla’l corral? priendido a las cruce’l perro;
Le chiflaba entre dos dedos, ¡ah! porqu’el me le sacó
y embretaos en el chiflido las cosquillas al Malevo!
me los traiba clin al viento;
y era un abrojo, priendido . . . Lo habrá tomao por cachorro
de los garrones de un trueno! de su cría, el pendenciero. ..
Una vez, bandiando tropa Le soportaba imprudencias,
con much’agua en el Río Negro, se priestaba pa sus juegos,
cai quebrao di un apretón y ande amenazaba cáirse
entre un remolino’e cuernos se Techaba abajo’el cuerpo!
y me ganó la mollera La cosa jué tan de golpe
l’escuridá y el silencio... que hasta me parece cuento. . .
Cuando golví’abrir los ojos, Jué dispués de un mediodía,
cruzaba una nube’l cielo. . . como pa fines d’enero:
Gemidos y lambetazos Yo me había echao en el catre
llegaban como de lejos. . . pa descabezar un sueño;
Redepente compriendí!
La patrona, trajinaba. . .
Medio me senté en el suelo prosiando con el borrego;
pa darle gracias: y un redepente, aquel grito
“ ¡Hermano! como de terror: “ Rosendooo!”
“ d’esta, te quedo debiendo. y ya me pelé pal patio
“ No me halla ni el pan hornillo manotiando el caronero.
“ si no me sacás, Malevo!”
y una inmensa gratllú Ella, estaba contral’horno
se me atracó en el gurgucio!!! tartamudiando en silencio;
44 ■ OS IRIS RODRIGUEZ CASTILLOS DOS POETAS ORIENTALES

tenía el gurisito, alzao, Menió la cola una vez


tembloroso contra’l pecho; dos veces, y quedó muerto!
y avanzando, agazapao
como una fiera, mi perro! Por eso es que desde entonces
no me gusta tener perro;
Enseñaba unos colmillos y cuando voy de galope,
como puñales! Los pelos me parece que lo siento
se le habían parao di un modo seguir abajo'el estribo
que costaba conocerlo; trote y trote por el tiempo!
y en las brasas de sus ojos
se habían quemao los recuerdos! (Del Libro “ GRILLO NOCHERO” )
De un salto me puse enfrente:
le pegué el grito: “ Malevo!”
lo vi soltar una baba;
— “ está rabioso, Rosendo!”
“ No te me acerques hermano!
“ echa p’atrás! ¡Juera perro!!”
Redepente me saltó:
ladié pa un costao el cuerpo,
sentí como que la mano
lo topaba contra el pecho,
y cayó; cuasi sin ruido;
como una jerga en el suelo. ..
. .. Cuando lo miré, los ojos
se le habían puesto muy güimos
como dándome las gracias!
Se el acortaba el resuello!
Se arrastró, lamió mis plesos
y". . . me brotó un lagrimeo!.. .
“ No tenía pa elegir
"hermano! ’tabas enfermo
“ Jué po’l, cachorro, ¿sabes?
“ de nó no lo hubiera hecho!!"
46 051RIS RODRIGUEZ CASTILLOS DOS POETAS ORIENTALES

M’enseñó a hacer trencitas y retobos,


EL DESPIDO y enriedado en los tientos y las pláticas,
me dió el secreto’e la virtud del criollo
Secundino Barbosa, era mi amigo, que es ser juerte, y sobao: como las guascas.
Cuando nací, ya estaba ’e pión en casa; • • Y era de comedido y bondadoso!
y dejé de gatiar, pa dir priendido De recorrer el campo, siempre traiba
de su modesto chiripá de apala. “ pal patroncito” , un aperiá, o un zorro,
Supe ser, de gurí, flor de cargoso! o algún pichón de tero, o de calandria.
No tenía prienda que me conformara! Nunca más viá olvidar la tarde aquella,
y a’i andaba “ Quindín” , qu’era su apodo cuando el jué a racionar la caballada,
pescándome la luna en las cañadas. . . y yo, atao al “ tilín” de sus espuelas,
Lo tengo bien patente, en el recuerdo me arrimé a pirinchar como lidiaba.
de la noche’el asalto de la estancia; Enllenó un imbornal, pal “ doradiyo” ,
fortín de piedras, que melló en sus tiempos qu’era un diablo importan, orgullo’e tata;
mucho malón filoso de l’indiada. idioso el condenado! y decidido
Tata’bía acantonao, pa defenderse, , '• pa distribuir los diennes y las patas!
su personal de crédito en las casas; Ni me le había arrimao, cuando vi el brillo
y mama, como encinta de la muerte, de sus ojos salvajes! Odio en llamas,
pasiaba un delantal preñao de balas! me abrasó la clinera; los colmillos
Yo dentré a tener miedo; pero en esas, rajaron como un trapo la distancia!
al rejucilo anaranjao di un arma, . . .Sentí un derrumbe, y me asombró el padrillo
lo vi a “ Quindín” Barboza hecho una fiera! pataliando en el suelo entre boquiadas,
meta trabuco al lao de mi ventana. mientras el puño alzao de Secundino,
era un ñudo en la lonja de la guacha!
Y el miedo se me jué; m’entró sueñera,
y al bárbaro arrorró de las descargas, . . . Y a’i tiene ¿ve?
clavé el pico, y soñé la noche entera Por eso jué el despido;
que aquel gaucho, era’l Angel de la Guardia. . . el puro había costao su güeña plata,
y el hombre, no explicó lo sucedido
Pasó lerdiando el tiempo; que’ou el modo
porque quedaba mal que lo explicara.
que tiene de pasar por la campaña;
y en mi amigo, hallé un malstro que gustoso Salió del escritorio, como ido. . .
me diba rasquetiando l’norancla. Ya estaba palenquiao su malacara
48 OS IRIS RODRIGUEZ CASTILLOS DOS POETAS ORIENTALES 49

y se puso a ensillarlo dispacito! Tata era un hombre güeno; corirprensivo;


como quién gusta revisar las garras. .. le dolió aquello ¿sabe?
Sin palabras
Dispués, armó un cigarro; en rudo mimo
salió hasta la portera; dió un chiflido
me palmió la cabeza; la mirada
que la birsa’e la tarde llevó enl’anca,
se l’enllenó de estrellas... Dio un suspiro, y sofrenó el bagual de Secundino
y se secó la frente con la manga. .. con un tirón que lo sentó en las patas!
Ganao por un apuro repentino Corrió pa regresar! eco’e cariño
hizo caracoliar el malacara recogiendo el largor de la llamada!
“ Mande patrón. . . ”
y agarró por la güeya al trotecito. . .
— Quédate Secundino.
Yo, ricién compriendí lo que pasaba, . . . El muchacho no quiere que te vayas.
y no sabía que hacer; era tan chico!
La pena, me hizo un ñudo en la garganta
que redepente desaté en,un grito;
el sol, voltio a mi lao la sombra’e tata:

“ Se va, tatita!
¿Se me va’l amigo!
“ ...quién va’pescar mi luna en las cañadas!
“ Cuando el viento cerrero traiga arisco
“ sus tropillas de miedo hasta mi almohada

“ y desfleque! chilcal los alaridos


“ del lobizón, y tiemble la perrada,
“ no va’estar el trabuco’e Secundino

“ como un sol de coraje en mi ventana!”


“ . . .Jué pa salvarme que mató ¡il padrillo!
“ me jué a morder, y él le abajó l¡i guacha!
“ ...Com o él dijo dispués: “ Estaba escrito”
“ Me lo va’echar;? ¿Al Angel de la Guardia?!”
50 OSIRIS RODRIGUEZ CASTILLOS
3S POETAS ORIENTALES

LA CREDENCIAL DE NIEBLA Pila de sangre bendita,


lo bautizó, Santos Niebla;
I por la niebla de la historia,
La patria era muy gurisa ^ la cerrazón de la tierra,
cuando nació Santos Niebla. y el polvo de aquella carga
donde lo besó una estrella!
El no conoció a sus padres:
Creció de casualidá;
Una mañana de aquellas como un yuyo entre las piedras;
en que al frente de cien lanzas Le pusieron de tutor,
el sol coronó las sierras, para que no se torciera,.
lo hallaron guacho; entre el humo • una caña de tacuara
de un incendio de carretas. . . con una moharra nueva.
Alguien arrimó el caballo, Pa no perderle afición
sofrenó, y echó pie a tierra. la usaba de dos maneras:
con medio clavo, en la paz;
En eso, por la hondonada,
con medialuna en la guerra!
la cerrazón traicionera
revienta en fusilerías Así lo vieron, los años;'
enemigas; por la cuesta porque la historia fué ciega.
sube un tronar de tambores
y un frío de bayonetas. Los muros de Paysandú,
sintieron entre sus grietas
Un clarín, toca “a degüello” . calientes ríos de sangre
del pecho de Santos Niebla,
Los lanceros se descuelgan
porque él, nunca negó fuego
de la cumbre de los cerros
cuando lloró la bandera!!
desparramando las piedras,
y al frente de aquella carga, Bastaba que algún clarín
remolino de melenas cacariara por las sierras,
donde el brillo del coraje para que el monte, o el río,
muerde al viento en las paletas o el pajonal, lo parieran
va una lanza en prodigiosos vertical de patriotismo,
horizontes de fiereza, u horizontal de fiereza!
y un gurí, ricién nacido
Estu vo ... donde estuvieron
sobre el pecho de la gesta! todos los de la leyenda;
52 - OSIRIS RODRIGUEZ CASTILLOS DOS POETAS ORIÉNTALES
\
53

desde aquella madrugada ¡Jamás pidió una limosna!


hasta la última carga El reumatismo en los güesos
de la última revuelta! lo traiba barranca abajo,
Y entonces. . . y una estiba de años muertos
Fué su tacuara, le iba doblando la espalda
madrugadora de huellas; sobre un pozo de silencio. . .
índice de soledad Jué entonces, que oyó mentar
por las llanuras inmensas; que dan pensión a los viejos;
esquinero del silbido
con que alambraba su ausencia “ ¡Cóm o!. . . La patria no olvida?!
picániando un gran cansancio "¿E s güeña? ¡Tiene en el pecho
con escarcha en la melena. . . “ sentimientos pa sus hijos?!
“ . . .Qué cosa linda pa un sueño!!’’
Tantas lunas peregrinas
le blanquiaron la clinera En sus ojos, dos auroras
con rocío amanecieron!
que al final, siendo un patriarca
con historia y sin querencia, Jué a reclamar su pensión,
más que nunca le cuadraba tembloroso de contento,
su nombre de Santos Niebla! porque, al fin! llegaba el día
de la justicia!
Hasta cortar su tacuara
p’hacerse un bastón con ella. . . Por eso,
le dijo al empleao:
Si aquella caña, sostuvo
“ No crea
todo el honor de la tierra,
que importan mucho los pesos. . .
cómo no le iba aguantar
“Me siento gurí, compriende?
el peso de la miseria!
“ . . . aparte de ser tan viejo.
II
“ Pa mí. . . no es cuestión de plata;
Estaba ya, muy viejito “ lo que vale es el consuelo!!”
cuando se vino pal pueblo.
Y entonces, salió el empleao
Vivió, cansando una changa con cuestión de papeleos;
rodilluda de aguatero,
pa dir manteniendo’l hambre Que cédula, o credencial,
sin desprestigiar su invierno. . o partida’e nacimiento. . .
54 OSIRIS RODRIGUEZ CASTILLOS DOS POETAS ORIENTALES 55

que había que ser oriental,


o. . . gringo afincao, al menos!
Punteo para Rancho Muerto
“ Pero. .. yo soy Santos Niebla; i
“ juí servidor, juí carrero. . .
“ Rumbo que abrí con mi lanza, En un paraje bruto, donde el campo
“ a picana lo hice güeno!” se arrastra a bellaquear, duro y parejo,
p’hacerse cimarrón entre los cardos
“ ¡Cómo! y los chilcales densos,
Si soy oriental, se vé un rancho, silleta y solitario,
“ me dice? y con qué lo pruebo?” jundido contra’l plomo del invierno...

. . .Parece que oyó un clarín Ha estao en la cuchilla, sesent’años;


por la frontera del tiempo, y ha sido guapetón el rancho viejo!
porque surgió vertical
la silueta del lancero A veces, la coruja en la cumbrera
que siempre llevó crespón le dió manos de frío a contrapelo,
cuando se enlutaba el suelo: pero sólo una vez hubo caranchos;
si algo más falta. . . lo llevó el sendero.
“ Yo tengo una credencial
“ escrita a fierro en el pecho!” Aura, es cuasi tapera;
— dijo— y rajó su camisa, A pocos pasos,
mostrando por documento, retuerce su miseria un tala seco,
seis bárbaros costurones y se agrieta un palenque de quebracho
que le cribaban el cuero!!! que ha quedao pa mojón del desconsuelo. ..

Levantando su pértigo, está¡ el carro


como en una añoranza de repechos.. .

Más allá, hay dos horcones;


son dos brazos
que alza en busca de luz, el pozo ciego.
Por vez primera, tiene miedo el rancho;
toda está muy tranquilo; muy siniestro.
No se mueven en torno ni los pastos,
y la tarde es un yugo de silencio.
56 OS IRIS RODRIGUEZ CASTILLOS DOS POETAS ORIENTALES 57

De golpe, por los cerros más lejanos


repechan grandes nubarrones negros,
RANCHO MUERTO
y en remolino de baguales zainos
por un trillo de furia, llega el viento! Te caíste. . . rancho flojo!
L ’oye bramar; sentao en los garrones Aura, que a gatas
quiere aguantar su empuje en el encuentro, me van quedando juerzas pal silencio,
quiere juir, como el potro, a la llanura; te da por afluejar los caracuses
quiere volar, abriendo los aleros, y azotar la osamenta contra’l suelo. . .
pero todo es inútil; porque tiene Las otras noches, no podía dormirme
los cuatro pies mamados por el miedo! cuando al pasar te paletiaba el viento.
Te oiba di a ratos rechinar los dientes
Al final es de barro: como el hombre; y carculé qu’estabas medio enteco;
y al sentir que la garra del pampero pero nunca pa tanto, mesmamente. . .
se l’enrieda en la clin, cruje un sollozo
de coraje vencido, y cai deshecho. Mirá que t’hice juerte, rancho viejo!
. . .Ya van pa sesent’años. ..
Por el cardal, montao en un bichoco, Tenía veinte,
tembloroso de frío, llega un viejo; cuando llegué a estos pagos, de tropero,
por sus antiguos ojos ñeblinosos y trompecé con unos ojos tristes
vaga una pena di agua sin consuelo. . . que me habían aguaitao... Dios sabe’l tiempo!

quisiera levantarlo; pero el rancho Yo era medio ílojón pa los caminos


le ha dentrao a pesar memoria adentro, y me gustó pa comenzar un cuento:
y son pocas las juerzas con que arrastra Como traiba unas libras en el cinto,
la soledá de sus ochenta inviernos.. . le’eché’l ojo enseguida a este potrero
donde dispués te alcé, con tanto orgullo,
Da unas güeltas en torno; su mirada que hasta envidia les daba a los horneros!
busca una vaga ayuda en el potrero. ..
Los cardinales de su desamparo Aprovechando aquel menguante’e junio,
se le hunden en los ojos como dedos, corté tijeras, paja, horconos gruesos,
y te hice con caricias; justamente
y entonces, le habla al rancho, de manera como se hacen los hijos, y los sueños.
que llorando a los gritos juye’l viento,
mientras una garúa destemplada Había que ver cuando la truje a ella!
lustra las muertas pajas del alero. .. . . . Se raiba sola’e verte tan bien hecha
58 OSIRIS RODRIGUEZ CASTILLOS DOS POETAS ORIENTALES 59

quincha de tronco arriba, parejita , . . Van pa cinco años; y cuando me craiba


como el tuse’e mi flete dominguero! que m’iba’hacer tapera yo primero
te da por afluejar los caracuses
¡Cómo se raiba!. . . y azotar l’osamenta contra’l suelo!. . .
Cuando nos miramos,
Te da por afluejar, cuando no hay juerzas
yo parecía un gurí: sacando pecho; p’apuntalarte un poco;
y se vino al cariño de mis brazos cuando tengo
a pagarme la changa a juerza’e besos! las manos tan tembleques;
rancho fo jo !. . .
. . .Dispués, vinieron los gurises: Dejar morir al raso al patrón viejo!
Pancho, Y jué la noche pior deí Santa Rosa:
Lucio, José, Juanita. . . llovió, como pa ahugar hasta los cerros!
Tuitos ellos. . .
Y parecías un nido de pirinchos Cuando quiso clariar la madrugada,
con tanta risa de gurí contento! lo encontraron dormido y ya sin tiempo,
con la blanca melena derrumbada
Una mañana, les corté el retozo; sobre las dinas de su rancho muerto!
los enanqué en el malacara viejo
y el ala blanca de los guardapolvos
rumbió a los palomares del colegio!

Dispués. . .
Jué como todo en esta vida:
unos se casan. . . otros se van diendo.. .
y golvimo a quedar, yo y la patrona,
nuevamente de novios por un tiempo. ..

Hasta qu’ella se jué;


Sigún el cura,
p’ande se m’iba a dir si nó pal cielo!

La tarde que se jué.. .me dijo:


“ Lucio. . .
“ tenés rancho pa rato ¿ eh! . . .
Salió güeno!. . .
60 OS IRIS RODRIGUEZ CASTILLOS DOS POETAS ORIENTALES

cuando lo halló, no alzaría


EL ÑE T O más de tres cuartas del suelo;
i Aura son, hombro con codo,
socios del mesmo silencio.. .
“ M’hijooo! Muy cristianos, se santiguan
“ Traiga un tizoncito! en cruz de yugo y de pértigo,
. .Pucha muchacho mañero!. . . y ansí se ganan la vida,
“ Dejuro anda entre Jos talas que es cuasi ganarse el cielo. . .
“ campiando nidos. . .
Silveriooo!” “ M’hijoo!
Traiga un tizoncito
Don Nicomedes Cardona — Quiere pitar, el agüelo—
ya está en la güelta del tiempo. . .
Se lo ha prohibido el dotor,
Sesent’años por la güeya, porque dende hace algún tiempo,
lo han devirao como a un tiento, pita, y ese corazón
y tiene en’l alma redonda le dentra en un bellaqueo.
ternuras de pan casero. . .
Don Nicomedes Cardona
¡Trabaja como un reyuno! resolvió dejar al médico. . .
Dende mamón es carrero. . .
Ya le han dejao las coyundas II
mesmo que raíces los dedos; No hace un rato, la picana
no le paran patacones negó sombra, y desuñeron;
porque los tiene camguecos!
dentro a chillar la< caldera. . .
Y . . . siempre alguno se atóla Cebó el cimarrón Silverio
por los güey-ones del, tiempo. . . mientras él picaba el charqui
Si llega a pasar Cardona, pa su guisito carrero. . .
ya sale’l hombre de aprietos;
pa la cuarta’e su capincho Color de otoño, la siesta
no hay nunca peludo fiero! lo tiene triste al agüelo. . .

Aura no tiene en el mundo Pa, pior, trai en ese viaje


más cariño qu’se “ ñeto” ; un corneta pampa negro
gurí, toro pal trabajo, con un cencerro de bronce
que viene doblando a muerto. .
con ocho años de misterio;
DOS POETAS ORIENTALES 63
62 OSIRIS RODRIGUEZ CASTILLOS
con los deditos muy trémulos
Aura se había acomodao y la coloca en la palma
pa sestiar en los pelegos;
de la mano:
dejó apagar el cigarro, “ Encienda agüelo!”
perdido en sus pensamientos, La sopla pa que se avive;
y descansó en el lomillo “ No m’Jhijito! no!
su capitalito e’sueño. . . Tir’esoU”
Pero algo lo dispertó; ^ Siente olor a carne asada
siente un galope en el pecho, y en la manito’e Silverio,
y el aire anda mañeriando la brasa del coronilla
pa transformarse en resuello. tiene el brillo de un lucero!
Busca el pucho a’i en la cama “ Tire esa brasa m’hijito!
de la rueda. . . “ se va’quemar hasta’l güeso!’’
“ Nu’hay derecho!
“ ¿Me viá morir sin pitar, Lagrimiando las palabras'
“ como un disgraciao, canejo!” dice el gurí:
“ Prienda “ agüelo” !
“ Mi’hijooo! “ le puse tierrit’abajo
Traiga un tizoncito! “ pa no chamuscarme’l cuero!”
Ya lo anda campiando el “ ñeto” ; Dos Nicomedes Cardona
lo que pasa, es que hace rato dentro a la Gloria sonriendo;
se l’hizo brasas el juego, su carreta, tenía un toldo
y es purito coronilla; todo estrellao, azul cielo;
quién le va’arrimar los dedos! tiraban seis bueyes blancos
picaniados por Silverio!
Busca a’i cerca algún palito;
malicéa que’l agüelo”
se li apaga, y siente un ñudo (Del Libro “ GRILLO NOCHERO” )
de llanto en el tragadero!
"Apure m’hijito!.. .
. . .apure!”
Entonces no hay más rimedio
El gurí, agarra una brasa
64 - OS IRIS RODRIGUEZ CASTILLOS DOS POETAS ORIENTALES

L OS DOS FLE TE S me ven agarrar camino


talariando en un overo...

Yo nunca he entablao tropilla. . . Es el overo rosao;


Soy pobretón compañero. es. . . la aurora de mi empeño.
Como otros lucen bordaos,
voy amostrando remiendos. . . Sol ricién nacido en sangre
sobre el albor de los cielos,
No conozco bota juerte; si no lo ensillo al clariar
tamango, alpargata o zueco, se me hace que no amanezco!
medio me alivean los pieses
asegún descargue el tiempo. La mañana, trae la tarde
por esos rumbos abiertos
Total, ni yo ni el camino
las vamos a echar de menos. . . y, como soy delicao
pa emparejar los ejemplos,
Pero mire»
Pal trabajo, por los caminos del campo
soy sacao de lo parejo. cualquiera verá que llevo,
Por eso en mi garrerío tras el overo rosao,
nd, verá que falte un tiento. cabrestiando el azulejo. . .
Y si va a campiar los cobres Y cuando he ganao mi día
que han pasao por mi chanchero, trajinando pal ajeno,
los hallará en los cogotes al venir la sobretarde
de los dos fletes que tengo: como azulando los cerros,
En el overo rosao, otros ranchos y otros pagos
y en el overo azulejo. me verán pasar de lejos,
lindamente encarranchao
Mis caballos!. . . talariando en un overo!
Naide sabe
que los elejí de intento Carculará qu’el montao
pa mostrar en sus pelajes es el overo azulejo:
mis instintos de andariego: sobre tarde de mis años
con nubarrones de invierno,
Ni bien despunta la aurora
si no me siento sobre él
ya los ranchos soñolientos
se me hace que no anochezco!
66 OSIRIS RODRIGUEZ CASTILLOS DOS POETAS ORIENTALES 67

debe tener algún lujo


pa remediar cuando menos. De Corrales a Tranqueras
Yo, me siento en mis caballos
como si ensillara el tiempo; De Corrales a Tranqueras,
Yo nunca he entablao tropilla; cuántas leguas quedarán. . .
pero el pobre, compañero, . . .Dice que son, once leguas:
y voy camino adelante, nunca las pude contar!
sin discutir con el cielo,
de mañana, en un rosao, Las hice con agua y viento
de tarde, en un azulejo! escarcha de luna,
y sol.
Pero entonces, no contaba
(Del Libro «CANTOS D EL NORTE Y DEL porque iba rumbo al amor!
SUR”.
Entonces todo eran canto:
agua, tierra, viento y sol;
entonces todo cantaba
porque iba cantando yo!
. . . Mi flete era parejero
—mis años de domador!—
y los caminos.. . cortitos
pa‘l trote del corazón!
. . .Camino de mis recuerdos!
— Tierra roja y pedregal,
bordeaos de cerros parejos
que se empinan al p asar...
¡Vigilante!
¡Miriñaque!
Cerros de mi soledad,
repechaos por mis cantares,
sombras de toro y chilcal. . .
Hoy, que me duele la vida
cansao de tanto changar,
68 OS IRIS RODRIGUEZ CASTILLOS DOS POETAS ORIENTALES

baldao por los redomones


ya no las puedo contar;
GURI PESCADOR
y quebrao por una pena CANCION D EL NOBTE OBIENTAL
pregunto «i mi soledad:
De Corrales a Tranqueras, Hay un reino bajo el agua
¿cuántas leguas quedarán? (un sauce me lo contó)
donde el Pejerrey escucha
y canta el Bagre Cantor...

En la taipa de un azude
yo vi un gurí pescador
que confundiedo las piavas
les cantaba esta canción:
(Estribillo)
Tararira. . .
Tararira. ..
Qué arisca y sabia que estás. ..
Anzuelo que cae al agua,
mojarra que te llevás. . .
Pica, p ic a ... tararira,
plata viva del juncal!
Mientras no se corte el hilo
junto al agua me hallarás.
Y yo que crecí en silencio
bajo los sauces del Yí,
cobrizo de soles largos,
comprendo bien al gurí. . .
Siempre la suerte fue esquiva
cual los peces para mí,
pero él me enseñó estas coplas
que alumbran como un candil:
70 OSIRIS RODRIGUEZ CASTILLOS DOS POETAS ORIENTALES 71

(Estribillo) TATA JUANCHO


T ararira...
Tararira. . .
CANCION MILONGA
Qué arisca y sabia que estás. . .
Anzuelo que cae al agua,
mojarra que te llevás. . . Quiso morir de a caballo
y se hundió en la soledá,
Pica, p ic a ... tararira, se iba muriendo despacio
plata viva del juncal! pa’ quedarse un poco m ás. . .
Mientras no se corte el hilo
junto al agua me hallarás. Ninguno se fue tan solo
después de tanto guapiar. ..
(Para fin) Bis
Hay un reino bajo el agua, (Tumbas del aire, los cuervos
(un sauce me lo contó) (le hicieron el funeral. . .
donde el Pejerrey escucha
y canta el Bagre Cantor! Era viejo el tata Juancho. . .
El hizo todo lo que hay;
desde el brocal hasta el rancho,
todo lo hizo el viejo Juan.
Las noches le dieron hijos,
los días le dieron pan,
Bis
(los surcos le dieron pena
(cuando ya no pudo a r a r .. .
Hombreaba una estiba de años,
¡cómo no se iba a cansar!
Se había secao en el surco
lo mesmito que una raiz. . .
En su vida sin domingos
nunca tuvo un guitarriar.
Bis
(La raíz del árbol no canta:
(canta la copa no m á s ...
72 OSIRIS RODRIGUEZ CASTILLOS POETAS ORIENTALES 73

Le reclamaron la tierra
y la tuvo que entregar. . . Cielo de los Tupamaros
Se iba muriendo despacio
pa’ quedarse un poco más. . . CIELITO
Quiso morir de a caballo
y se hundió en la soledá. Cielo, mi cielito lindo,
Tumbas del aire, los cuervos danza de viento y juncal,
le hicieron el funeral. .. prenda de los tupamaros,
flor de la Banda Oriental.
Se fue despacio. . . despacio. . .
¡pa’ quedarse un poco más! El cielo de los matreros
miren qué oscuro que está. . .
Bien haiga las medialunas
que lo andan por alumbrar. . .

Pa mí que los chapetones


ya nos cuentan redotaos
y es que no han caído en que somos
pocos, pero bien montaos. .,

Con Venancio Benavides


y Perico “ el Bailarín”
saldremos a chuza y bolas
¡agatas suene el clarín!

Yo vide un águila mora


volando sobre un chilcal,
¡y era el alma cimarrona
campiando la libertá!

Cielo, mi cielito lindo,


danza de viento y juncal
prende de los tupamaros,
flor de la Banda Oriental.
74 OS IRIS RODRIGUEZ CASTILLOS DOS POETAS ORIENTALES 75

¡Oigalé al domingo de agua!


DOMINGO DE AGUA Güen domingo pa un mensual,
sin caballo pa la senda
ni prenda que visitar. . .
Vamo’ arrimarle al lueguito
dos o tres astillas más; Vamo’arrimarle al lueguito
mientras no escampe la lluvia dos o tres astillas más;
pa qué me v ’i’ incomodar. ..
Bis
¡Oigalo al domingo de agua!
Güen domingo pa un mensual, (mientras no escampe la lluvia,
(¡pa qué me v ’i’a incomodar!
Bis
(sin caballa pa la senda
(ni prenda que visitar. . .

Diga que soy más o menos


güenón pa cimarroniar,
y quea’nde ensille el amargo
la tarde al tranco se v a . . .
(La gente anda dominguiando
— pión casero y capataz—
Bis
(y yo quedé con los perros. . .
(chiflando pa no pensar).
Si escampa y abre la tarde,
capaz que dentro a zonciar. . .
Capaz que ensillo, y me largo
medio sin rumbo por a’i . . .
(Total, si vaya a’nde vaya
el triste nunca halla paz. . . )
Bis
(Conque. . . más vale que llueva.
(¡Me gusta oír garugar!
76 OSIRIS RODRIGUEZ CASTILLOS POETAS ORIENTALES 77

CANCION DE AUSENCIA COMO YO LO SIENTO


MILONGA
Donde estará mi guitarra
que no la puedo encontrar. . .
Viene sonora en mis sueños No venga a tasarme el campo
y en mis desvelos se va. . . con ojos de forastero,
porque no es como aparenta. . .
Ausencia que se está haciendo sino como yo lo siento;
costumbre de soledad; Yo soy cardo d’estos llanos,
cintura para un abrazo totoral d’esos esteros,
que no se cierra jamás. ñapindá de aquellos montes,
piedra mora de mis cerros,
Voy por los montes sonoros
buscando un jacarandá y . . . no va creer si le digo
con vocación de guitarra que hace poco lo comprendo.
que arda en savia musical;
Debajo d’este arbolito
tronco enraizado en secretos suelo amarguiar en silencio. . .
, de aquellos que ya no están Si habré lavao cebaduras
y copa llena de trinos pa intimar y conocerlo!
del jilguero y el sabiá. No da leña ni pa un frío. . .
No da flor ni pa remedio,
— Yo soy nacido en invierno Y es un pañuelo de luto
mi pago es la oscuridad la sombra en que me guarezco;
donde asesinan al viento
los puñales del talar; no tiene un pájaro amigo
pero, pa mí . . . es compañero.
Vengo a cantarle a un gauchaje Pa qué mentar mi tapera. . .
de cerrazón, que se va
Velay, si se está cayendo!
ciego de tiempo y olvido. . . La han rigoriao los agostos
transido de adversidad. . . de una ponchada de inviernos!
¡Dónde estará mi guitarra La vi quedarse vacía. . .
que no la puedo encontrar! La vi poblarse ’e recuerdos. . .
78 OSIRIS RODRIGUEZ CASTILLOS DOS POETAS ORIENTALES 79

Sólo pa no abandonarme CAMINO DE LOS QUIEBROS


le hace patancha a los vientos,
i
y con goteras de luna CANCION FRONTERIZA
quiere estrellar mis desvelos!
Hay un camino en mi tierra
Mi pago consei’va cosas
del pobre que van por pan;
guardadas en su silencio,
camino de los quileros
que yo gané campo afuera;
por las sierras de Aceguá.
que yo perdí. . . tiempo adentro.
Tal vez sin ser bien baqueano
No venga a tasarme el campo cualquiera lo ha de encontrar,
con ojos de forastero,
porque no es como aparenta Bis
sino. . . como yo lo siento. (pues tiene el pecho de piedra
(pero el corazón de pan.
Su cinto no tiene plata
ni pa pagar mis recuerdos! Guricito piernas flacas,
bárriguita de melón,
donde hay tantas vacas gordas
no hay ni charque para vos. . .
Tu bisabuelo hizo patria,
tu abuelo fue servidor,
Bis
(tu padre... carneó una oveja
(y está preso por ladrón.
Tomá café con fariña
y anda guapeando por a’i;
mañana. . . mate cocido;
pasado. . . Dios proveerá!
Mañana busco el camino
del pobre que va por pan;
Bis
(si no me para una bala,
(pasudo te traigo m ás. ..
OS IRIS RODRIGUEZ, CASTILLOS

Caña, yerba, rapadura,


y un rcllo’e naco nomás. . .
los pobres contrabandiamos
agatas pa remediar. . .
Bien gaucho es el tal camino
pero es duro de pelar. . .
Bis
(Camino de los quileros
(por las sierras de Aceguá!
Camino de los quileros
por laSi sierras de Aceguá!

(Del libro “ Cantos del Norte y del Sur” ).

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