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Lo inteligente de ser idiota

La idiotez se ha convertido en algo cotidiano, sería difícil pasar un día sin encontrarse con un acto
que pueda denominarse “idiota”, pero, ¿Es malo ser idiota?, si se revisa la definición de “idiota” en
la RAE esta aparece como: Persona tonta o corta de entendimiento.

Personalmente no veo ningún inconveniente en ser “corto de entendimiento” ni en porque la


sociedad sufre tanto por estos denominados “idiotas”, ya que, en numerosos casos yo pienso que ser
idiota es mucho mejor a ser una persona culta e inteligente, incluso, a veces prefiero ser considerado
uno.
Al ser una persona “corta de entendimiento” muchas cosas se vuelven impresionantes e increíbles,
el entusiasmo suele ganar ante cualquier acto mínimamente sorprendente, debido a la falta de
conocimiento por el mismo, por ejemplo, al ver un acto de magia, escuchar una pieza musical o,
simplemente observar un atardecer se siente conmoción, pues, todo parece tan imposible y hermoso
que tenerlo tan cerca y poder apreciarlo llena al ser de alegría, en cambio, las personas sofisticadas
y cultas, normalmente no sienten emoción, suelen decir con el acto de magia, por ejemplo: “Es
simplemente habilidad o algún truco, no es más que eso”, afirman, no es posible sentir tanta
exaltación por algo tan fácil de comprender, tratan de cambiar la forma de pensar de los idiotas,
sufriendo por su emoción, es como Voltaire afirma: “La idiotez es una enfermedad extraordinaria,
no es el enfermo el que sufre por ella, sino los demás”.
Otro aspecto interesante de la idiotez es que genera conocimiento, ya lo decía en la antigua Grecia
Sócrates “solo sé que nada sé”, es decir, que es consciente de su propia idiotez, de esta forma,
Sócrates no se describía como portador del saber, sino como alguien con la voluntad de aprender
cada día más, se trata de tomar una posición en la que una persona reconoce los límites de su
conocimiento sobre algún tema determinado, buscando así, aprender constantemente, evitando
hablar como si conociera todo, creando conocimiento, incluso, si las cosas parecen evidentes, por
ejemplo, alguien culto puede pensar y afirmar con naturalidad “El cielo es azul” sin saber por qué,
asumiéndolo verdadero por su obviedad, pero, sólo alguien realmente consciente de su idiotez se
cuestionara esto y generará conocimiento.
Aunque es cierto que la idiotez trae múltiples ventajas consigo, también es necesario comprender
como usarla, ya que si, por ejemplo, no se es consciente de la estupidez propia, puede pensarse que
no hay limitación alguna con el conocimiento que se posee y, puede caerse en la arrogancia o,
también, puede pensarse de forma absolutista, es decir, caer en certezas sin tener en cuenta la
opinión ajena porque, se piensa que, simplemente, está equivocada.
Para concluir, todos deberíamos ser idiotas, todos deberíamos dejarnos sorprender y asombrar de la
vida, deberíamos apreciar con vigor la pequeña gota de agua que cae entre un charco y genera ondas
expansivas en esta, la hoja que se balancea delicadamente en la punta de una rama y posteriormente
cae sobre la tierra, o, la belleza incomparable que el mar y sus criaturas nos puede proporcionar,
pero no solo eso, además, también debemos ser conscientes de nuestra propia idiotez para poder
generar conocimiento, para poder ver nuevas perspectivas y, ser un idiota sabio.

Ian David Colina Hernández – Estadística

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