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El Punto G

Usted seguramente habrá oído hablar de esta famosa zona erógena femenina llamada punto "G".

   Esta zona está situada en el interior de la vagina y su tacto es parecido al de un botón de relieve
ligero. Se ubica exactamente detrás del hueso púbico y es muy fácil de localizar después del
orgasmo ya que se convierte en una zona muy sensible.

   Apoye el dedo suavemente y de una forma compasada sobre el punto "G", modificando el ritmo
según el resultado obtenido. Este tipo de caricia requiere de mucho tacto ya que el hombre puede
acelerar o ralentizar, aumentar o reducir la presión y con ello hacer variar el grado de excitación de
su pareja. Se recomienda que para efectuar este tipo de caricias las manos estén completamente
limpias, las uñas bien cortadas y limpias y no estaría de más utilizar un poco de crema o aceite
lubricador a fin de hacerlas más suaves si cabe. 

FISIOLOGÍA

Las conclusiones de estos estudios fueron ratificadas por el sexólogo Addiego en 1980,
que los completó con la observación de que en algunos casos la llamada eyaculación
se producía por un reflejo espontáneo del área de producción de la vagina. Para
lograrlo era preciso efectuar la estimulación en el lugar adecuado.

Este punto se encuentra situado en la cara anterior de la vagina, a medio camino entre
el hueso del pubis y el cuello uterino, a unos tres centímetros del exterior de la vagina.
Ya en 1960 el doctor Gräfenberg había descrito esta zona, capaz de producir en sus
tejidos una erección muy similar a la del glande masculino y de segregar una sustancia
blanquecina e inodora similar a la producida en la próstata masculina.
Aunque aún no se ha demostrado, parece
que esta sustancia es expulsada a presión
por la uretra después de haberse formado
en las llamadas glándulas periuretrales,
embriológicamente emparentadas con la
próstata masculina, y que se sitúan en la
zona de Gräfenberg.

Las encuestas más recientes sitúan entre el 30 y el 54 % a las mujeres que admiten
experimentar este fenómeno. 

ESTIMULACIÓN DEL PUNTO "G"

Para estimular el punto "G", apoye el dedo suavemente y de una forma acompasada
sobre el punto tal y como se señala en el dibujo, modificando el ritmo según el
resultado obtenido.

Este tipo de caricia requiere de mucho tacto ya que el hombre puede acelerar o
ralentizar, aumentar o reducir la presión y con ello hacer variar el grado de excitación
de su pareja.

Se recomienda que para efectuar este tipo de caricias las manos estén completamente
limpias, las uñas bien cortadas y limpias y no estaría de más utilizar un poco de crema
o aceite lubricador a fin de hacerlas más suaves si cabe. 

Las sensaciones obtenidas serán de menor intensidad que las del orgasmo clitoroideo,
pero permitirán un orgasmo más rápido y mayor número de repeticiones que también
pueden ser simultaneadas con la estimulación del clítoris y otras zonas erógenas.

La estimulación del Punto G mediante la introducción del pene resulta difícil si no se


ayuda con la estimulación manual, especialmente en aquellas mujeres que tengan la
vagina distendida por los partos. Por su posición y por la forma normal del pene, las
posturas más adecuadas para el coito, cuando se pretende estimular esta zona, son
aquellas en las que la mujer está encima del hombre o es penetrada por detrás.  

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