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Mitos y Leyendas de Arequipa

A su paso por Arequipa, el Libertador Simón Bolívar dispuso que se construyera un nuevo
cementerio, por encontrarse el antiguo de Miraflores muy cercano a la ciudad; lo que
constituía un serio peligro para la salud de sus habitantes. "Y fue trayendo los restos del
patriota Mariano Melgar, que se inauguró el nuevo cementerio de La Apacheta -que
significa montículo de piedras-, un 16 de septiembre de 1833. Lo anecdótico de esto
último, es que al día de hoy se desconoce en qué parte del cementerio mencionado, están
enterrados los restos de Melgar. El propio Mostajo, en su calidad de investigador de la
historia de Arequipa, por más que intentó, no pudo localizar los restos del poeta".

Arequipa ofreció a Bolívar un recibimiento fastuoso; obsequios y festejos se realizaron por


todas partes. Uno de los homenajes que más conmovió al Libertador, fue el de las educandas
de Arequipa que, en gesto de gratitud por la independencia, entregaron la donación de joyas y
piedras preciosas que habían reunido para su ejército; la respuesta de Bolívar y de sus
soldados, no fue otra sino, la de desprenderse de sus haberes para donarlos a su vez a las
educandas y los huérfanos. Asimismo, los comerciantes de la ciudad ofrecieron un suntuoso
baile en su honor". Quizá por todo esto, una carta de Bolívar dirigida al general Francisco de
Paula Santander, dice: "El país es bastante hermoso y Arequipa espléndida".

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