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El Espiritu Interdisciplinar
El Espiritu Interdisciplinar
El Espiritu Interdisciplinar
1 TEMA
Interdisplinariedad
Esquema
TEMA 1 – Esquema
Divisiones artificiales
entre disciplinas
Ideas clave
Para estudiar este tema deberás leer: Wagensgberg, J. (2014). El pensador intruso (pp.
11-16 y 21-46). Barcelona: Tusquets.
Disponible en el aula virtual en virtud del artículo 32.4 de la Ley de Propiedad
Intelectual.
actualmente existen entre la música culta y la popular. Los múltiples géneros que caben
dentro de las corrientes denominadas New Age o World Music, y que integran música
folclórica y étnica con la electrónica y músicas populares urbanas como el jazz, el rock o
el pop, deben estudiarse antes como fenómenos de mercado y etiquetas comerciales
que como estilos musicalmente cerrados y definidos.
Este último ejemplo da pie también a establecer una relación entre la música y las
ciencias de la economía, que a su vez se nutren de campos propios de la matemática
como la estadística, la probabilidad o el estudio del valor de cambio y el equilibrio entre
la oferta y la demanda. Pero es en el campo del análisis musical donde se hace más
evidente el espíritu interdisciplinar de la musicología actual. Como veremos en
temas posteriores, la disciplina del análisis, según fue consolidándose a lo largo del
siglo XX, quiso inspirarse en corrientes extraídas de las ciencias «puras» o básicas
como un intento de dar a la disciplina un halo científico. Es decir, su método se basaba
en la observación y comparación de datos, la formulación de hipótesis, y la concepción
de teorías que pudieran ser elevadas a categoría de leyes aplicadas a un conjunto de
obras representativas de un estilo. Metodologías como el análisis schenkeriano, la
teoría generativa de la música tonal, el análisis sintagmático-paradigmático o la teoría
de conjuntos de clases de alturas son algunos de los ejemplos de este enfoque, propio
del pensamiento estructuralista de mediados del siglo XX. En los temas siguientes
explicaremos los fundamentos de estas metodologías. Por el momento, baste señalar
que el análisis musical se distanció del estudio de la propia historia de la música y del
contexto cultural donde se producían las obras. Podemos ver esta división como el
reflejo en miniatura de la distancia –en muchos casos artificial– que ha separado a las
ciencias puras de las ciencias sociales. De hecho, actualmente no son muy frecuentes
los musicólogos que sepan manejarse igual de bien en el dominio de una metodología
de análisis específica y en el estudio del contexto cultural donde se produce la música.
Pero el objetivo de la musicología ha de ser precisamente ese: saber integrar la música
en su contexto en tanto fenómeno cultural; y, a partir de los condicionantes sociales e
históricos que la rodean, aprender a elegir qué metodología de análisis puede
explicarla mejor. Sin olvidar que cualquier método de análisis, por muy cientifista
que pretenda ser, siempre es producto de la mente humana y está conectado con la
cultura y la sociedad de su tiempo.
En este primer tema hablaremos en términos generales de los puntos de contacto entre
ambos tipos de ciencias, el problema de la tradicional separación entre disciplinas y
cómo la tecnología ha incidido en la forma de crear y almacenar conocimiento. En
esencia, trataremos de recalcar la importancia que el talante interdisciplinario tiene en
la investigación musical actual, especialmente en cuanto al análisis musical, a sus
Antes de empezar, prestemos atención al esquema del tema. Como podemos observar,
el objetivo básico de una investigación interdisciplinar es superar la tradicional
división artificial entre las disciplinas científicas y las artísticas. Para ello, el
entorno digital nos permite relacionar diferentes disciplinas, dando lugar a nuevos
contenidos y lenguajes. Las diversas aplicaciones informáticas que veremos en la
asignatura nos permiten tender puentes entre las ciencias y las humanidades. O, mejor
dicho, a comprender cómo la computación es una ciencia esencialmente práctica y
puede aplicarse a muchos y diversos campos del saber. En ese sentido, las simulaciones
informáticas constituyen la tercera forma de aproximación a la realidad, integrando
tanto el conocimiento científico como el artístico. Un ejemplo: una aplicación puede
calcular el valor promedio de aparición de un acorde o una nota determinada en
términos de frecuencia acústica o en cuanto a la cercanía / lejanía de sus apariciones a
lo largo de un período de tiempo. Estos valores, estadísticamente mensurables, nos dan
un mapa de la obra musical que posteriormente podemos integrar en nuestra
investigación histórica y cultural del período al que pertenece la obra. Así, un cálculo
estadístico propio del método científico queda ligado al campo de la hermenéutica
cultural o el estudio de la cultura, difícil de medir en términos cuantitativos. Todo ello
conlleva un cambio en la relación entre teoría y práctica y abre nuevas perspectivas de
análisis. Quizás la más importante es que, gracias a que el ordenador permite
representar fenómenos y procesos, aprehendemos el factor temporal de la
música. Esta dimensión ha sido tradicionalmente la más difícil de medir en los
métodos de análisis tradicional, que aspiran a interpretar la obra como diagramas
jerárquicos de elementos dispuestos en una estructura ideal, fuera de la propia
audición. Como veremos, algunas corrientes analíticas como la fenomenología siguen
un camino opuesto: no tratan de explicar cómo está hecha una obra o qué estructura
lleva implícita, sino cómo se manifiesta esta en nuestra conciencia. Aquí resulta
evidente que también existe un trasvase interdisciplinar entre la fenomenología y
campos como la psicología cognitiva o la psicoacústica.
La figura 1 muestra una pintura de Escher, pintor muy conocido por su talante
interdisciplinario y el uso de las matemáticas en su obra:
Cuando miramos el objeto que subyace detrás de todos estos esfuerzos disciplinares,
surge a veces la pregunta de si no estaremos perdiendo algo cuando establecemos
tantas separaciones en lo que en el fondo es una unidad: la naturaleza y la realidad,
incluyendo la social que nosotros mismos creamos. Aunque podemos argumentar que
esta división disciplinar es un tanto artificial y conlleva el peligro de la especialización
en un único campo, también es cierto que esta especialización nos ha permitido avanzar
en el conocimiento y desarrollar herramientas tecnológicas cada vez más potentes para
el estudio del mundo. Sin embargo, en pleno siglo XXI hemos atravesado un punto en
el que, es de los estudios interdisciplinares de los que obtendremos más beneficios en
nuestras aspiraciones de conocer y comprender la naturaleza. Un biólogo como
Ludwig Von Bertalanffy (1901-1972) afirmaba en 1968 que «ahora hemos
aprendido que para comprender no se requieren solo los elementos sino las relaciones
entre ellos» (citado en Sánchez, 2011, p. 15). Esta idea del conocimiento relacional es la
verdadera clave común para casi todas las ciencias. En una disciplina como el análisis
musical, la verdadera comprensión de una obra no surge de la definición y clasificación
de sus elementos, sino en cómo se relacionan, cómo funcionan entre ellos.
La siguiente tabla (figura 2) muestra las subdisciplinas englobadas en cada una de estas
tres ramas de la musicología, así como su relación con otras áreas dentro del campo de
las humanidades. Actualmente, gracias a la informática musical y la aparición de
software de simulación compositiva se está tendiendo otra vez a integrar los tres tipos
de musicología. Pensemos, por ejemplo, en la simulación virtual de cómo sonaría un
instrumento de la antigüedad en función de sus características acústicas y
organológicas, y cómo este tipo de sonoridad pudo configurar la teoría y la estética
musical existente entonces o la recepción por parte de sociedades pasadas:
«En este trabajo se intenta conectar las fronteras de dos ciencias que, aunque
vinculadas entre sí por muchas afinidades naturales, hasta ahora han
permanecido separadas en la práctica. Me refiero a las fronteras de la acústica
física y fisiológica por un lado, y de la ciencia y estética musical por otro. La
clase de lectores a los que me dirijo tendrá, en consecuencia, formaciones e
intereses muy diferentes» (citado en Sánchez, 2011, pp. 84-85).
Muchos son los instrumentos que facilitan las empresas interdisciplinares, pero
ninguno más poderoso que las matemáticas. A pesar de su «atemporalidad», de vivir
aparentemente en el mundo platónico de las ideas, la matemática es un
instrumento imprescindible para la ciencia en su conjunto. Además del papel
que desempeña en el campo de la física, tal y como demostró la teoría de la relatividad
de Einstein, las matemáticas han tenido una aplicación fundamental en ciencias
sociales como la economía o disciplinas naturales como el evolucionismo de Charles
Darwin. En el primer caso destacan nombres como los de John Von Neumann, cuyo
libro Teoría de juegos y comportamiento económico comparaba las estrategias de
juegos como el póquer y el ajedrez, basadas en la probabilidad, con factores como el
cambio de interés; también John Nash, cuya tesis doctoral versó sobre las estrategias
de ganancia en juegos no cooperativos y su incidencia en la economía. En cuanto a la
relación de las matemáticas con el evolucionismo, aunque el libro de Darwin El origen
de las especies no contenía ni una sola expresión matemática, ello no quiere decir que
no sentara las bases para una posterior aplicación: pensemos en las leyes de la genética
de Mendel, derivadas de técnicas estadístico-matemáticas. Otros ejemplos de
interdisciplinariedad los tenemos en la matemática que subyace a los sistemas no
lineales o caóticos, presentes en disciplinas como la meteorología.
Existen muchos dominios en los que se manifiesta la íntima relación que existe entre
ciencia y tecnología. El más importante sin duda ha sido el de la industria y física de las
comunicaciones e información. Un ejemplo paradigmático fue la invención de la World
Wide Web en 1989 como un medio para que científicos pudieran intercambiar los
avances que realizaban en distintas partes del mundo. Anteriormente, en 1971 el
Departamento de Defensa de Estados Unidos creó ARPANET, una red de
comunicación mediante la cual era posible enviar grandes conjuntos de datos con el fin
de mejorar las estrategias de defensa ante una posible guerra nuclear. Aunque
ARPANET estaba controlada por los militares y no era accesible a usos civiles, la
presión de extender este nuevo mecanismo de comunicación a la sociedad fue cada vez
más grande. Bajo el estímulo de la National Science Foundation se amplió la red que se
denominó Internet. El éxito fue tal que el citado organismo tuvo que ceder la gestión de
esta nueva red a empresas privadas. Se trata de un ejemplo de cómo una necesidad
puramente tecnológica propia de una disciplina específica pasa a convertirse en el
símbolo de una nueva era de la humanidad.
El avance científico siempre ha necesitado del avance tecnológico. Uno de los mayores
problemas para la sociedad en general es la síntesis del conocimiento. Dado que la
sociedad es un organismo complejo, la necesidad de una especialización creciente
condujo a la creación de grandes barreras de información. La emergencia de la tercera
cultura, aquellos científicos deseosos de tender puentes interdisciplinares y llegar a
públicos cada vez más amplios, ha tenido un gran avance con la globalización
informática. Al mismo tiempo, la aparición de la cibernética y la inteligencia artificial
ha modificado profundamente la manera en la que pensamos la realidad. Una de las
consecuencias de la creciente complejidad del mundo es que, en última instancia, las
propiedades de las cosas son relativas.
Algunas de las preguntas que Minsky se hace son las siguientes: ¿Cómo reconoce la
gente las cosas? ¿Cómo tomamos nuestras decisiones? ¿Cómo se nos ocurren nuevas
ideas? ¿Cómo aprendemos de la experiencia? Este es el camino más difícil para la
inteligencia artificial. Tradicionalmente, la construcción de máquinas inteligentes
estuvo ligada a la resolución de un determinado tipo de problema,
automatizando y acelerando los diversos medios de los que disponíamos. La
investigación tecnológica de la inteligencia mecánica comenzó en los años cuarenta con
el nacimiento de la cibernética, o la ciencia que estudia las relaciones entre organismos
vivos y máquinas; y, más recientemente, en campos como la vida artificial o la realidad
virtual. Una de las motivaciones que llevó a construir máquinas inteligentes fue que
nuestro concepto tradicional de psicología ya no nos sirve. Durante el siglo XX se
teorizaron varios sistemas de alto nivel como la corriente de la gestalt o psicología de
la forma. Algunos de los principios derivados de esta teoría tuvieron consecuencias
fundamentales en el campo del análisis musical. Particularmente, el principio de
clausura, por el cual la mente, cuando percibe una forma que no está del todo
definida, tiende a completarla automáticamente con un elemento aprendido (por
ejemplo, una cadencia V-I); el principio conocido como fenómeno phi, en el que ante
la percepción de dos hechos separados en el tiempo, tiende a ligarlos y atribuirles un
Para concluir este primer tema, vamos a comentar brevemente otras manifestaciones
de la interdisciplinariedad entre ciencia, tecnología y arte. En este caso, hablamos de
campos de estudio como el paisaje y los mapas sonoros, con una aplicación relacionada
con la ecología sonora, y otros como el arte digital y el net.art, producto del desarrollo
de la programación informática. Ambas disciplinas, que diluyen sus fronteras entre
ciencia, arte y tecnología, pertenecen al vasto campo del sound art o arte sonoro.
¿Qué diferencias hay con respecto al mundo de la composición musical? El término
arte sonoro comenzó a utilizarse a finales de 1970 para definir a aquellos artistas
visuales que utilizaban sonido en sus obras, como en el campo de las esculturas sonoras
o el videoarte. Las propias obras calificadas como arte sonoro no son necesariamente
composiciones, sus creadores no tiene por qué ser músicos, no utilizan el soporte de la
partitura y suelen presentar una fuerte intermedialidad con el espacio donde se
consumen, habitualmente galerías de arte. Es el campo de las audio-instalaciones o
acciones sonoras.
El campo del paisaje sonoro es quizás el más interesante desde el punto de vista de la
interdisciplinariedad. Inaugurado por el canadiense Murray Schafer a finales de
1960, el estudio de la sonoridad de un lugar determinado puede informarnos sobre
muchos aspectos –sociales, políticos, naturales– de dicho lugar. La idea fundamental es
que los sonidos que rodean nuestra vida cotidiana no son casuales, sino que
tienen una finalidad natural concreta o son controlados de manera intencional para
transformar la sociedad. A través del World Soundscape Project, desarrollado en la
Universidad Simon Fraser de Vancouver (1970), Schafer comenzó a estudiar cómo
determinados sonidos podían influir en nuestro sentido de la orientación, en la
productividad de los empleados de una empresa o en el nivel de estrés de la población.
El paisaje sonoro es una fuente de información tanto social como natural.
En realidad, lo que Schafer estaba demostrando es que existe un fuerte control legal
sobre el sonido, sobre cómo y cuándo se produce. Por otro lado, el estudio del paisaje
sonoro ha conllevado nuevos sistemas de notación inspirados en la topografía o en el
análisis espectral. Estos son algunos ejemplos incluidos en el libro de Murray Schafer
(1977), similares a los mapas de isobaras o topográficos (figura 7); o los denominados
sonogramas del compositor Manuel Rocha Iturbide (2009) (figura 8):
Por último, mencionaremos una obra relacionada con la simulación virtual en tiempo
real. Ambos objetivos suponen un cambio de paradigma fundamental en el
concepto tradicional de arte. Por un lado, se disuelven las nociones de autor y obra,
pasando esta a ser de autoría colectiva y abierta a múltiples cambios e interpretaciones.
Por otro lado, el exponer estos proyectos artísticos en Internet supone un cambio en el
modelo de gestión artístico, pasando de la esfera privada a la pública y pudiendo ser
compartida por los internautas. Este ejemplo muestra la profunda interdisciplinariedad
que existe en el arte actual, y su relación con las tecnologías de la información y de la
comunicación. Nos referimos al proyecto Glasbead (1999), de John Klima. Se trata de
una interfaz sonora interactiva que puede definirse como un ejemplo tanto de
instalación digital como de net.art. El usuario puede mover individualmente los
elementos de la interfaz para manipular sus elementos visuales, unidos a la generación
de diversos sonidos:
Rodrigáñez, C. C. (junio, 2005). Escher I: Las matemáticas para construir. Suma, 45,
101-108. Recuperado de http://revistasuma.es/revistas/49-junio-2005/
Igoa, E. (s. f). Análisis Musical I. Materiales para el curso. Real Conservatorio Superior
de Música de Madrid. Material no publicado.
UNESCO (noviembre, 1976). El mundo de los sonidos. Los sonidos del mundo. El
Correo. Recuperado de
http://unesdoc.unesco.org/images/0007/000748/074828so.pdf
Wands, B. (2006). Art of the Digital Age. London: Thames & Hudson.
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Máquinas inteligentes
En 1959 Charles Percy Snow publicó Las dos culturas, ensayo en el que hablaba de la
emergencia de una tercera cultura puente entre científicos y humanistas. En este libro
Brockman reúne a diferentes personalidades de distintas áreas del que señalamos el
capítulo de Marvin Minsky (del MIT), que se ha convertido en un texto referencial
sobre inteligencia artificial e interdisciplinariedad.
Accede al documento a través del aula virtual en virtud del artículo 32.4 de la Ley de
Propiedad Intelectual
En este artículo, el artista sonoro mejicano Manuel Rocha Iturbide nos habla de la
dificultad que conlleva la representación del paisaje sonoro, y la falta de criterios
estándar a la hora de elegir una notación adecuada. El autor propone una clasificación
en función de la lejanía/cercanía aural, el tipo de textura, o la diferenciación de unos
eventos sonoros por encima de otros (relacionado con los conceptos de low-fi y high-fi
de Murray Schafer, pionero en este campo).
Accede al artículo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.artesonoro.net/articulos/Estructuraypercepcion.PDF
No dejes de ver…
Accede al vídeo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.rtve.es/television/20111111/alma-esta-red-del-cerebro/474693.shtml
+ Información
A fondo
En este libro el autor nos dice que vivimos ya en un mundo interdisciplinar en el que el
desarrollo tecnológico nos impide avanzar si mantenemos la tradicional separación
entre disciplinas. El alemán H. Helmholtz (1821-1899) es un buen ejemplo de científico
interdisciplinar que además destacó en la teoría musical.
Accede al documento a través del aula virtual en virtud del artículo 32.4 de la Ley de
Propiedad Intelectual
Bibliografía
Wagensgberg, J. (1985). Ideas sobre la complejidad del mundo. (4ª ed.). Barcelona:
Tusquets.
Test
4. ¿Qué manifiestan los sistemas complejos que no son reducibles a sus elementos?
A. Complejidad.
B. Propiedades emergentes.
C. Estabilidad.
10. Las tres grandes ramas de la musicología teorizadas a finales del s. XIX fueron…
A. Histórica, sistemática y aplicada.
B. Teórica, práctica y procedimental.
C. Armónica, melódica y rítmica.