Está en la página 1de 7

Antijuridicidad

Antijuridicidad (del alemán Rechtswidrigkeit, que significa "contrario al Derecho") es,


en Derecho penal, uno de los elementos considerados por la teoría del delito para la
configuración de un delito. Se le define como aquel desvalor que posee un hecho
típico que es contrario a las normas del Derecho en general, es decir, no sólo al
ordenamiento penal.
La antijuridicidad supone que la acción que se ha realizado está prohibida por el
ordenamiento jurídico; en otras palabras, que dicho comportamiento es contrario a
Derecho.
Antecedentes
" es un neologismo que representa el intento de traducir la expresión alemana
Rechtswidrigkeit, que significa "contrario al Derecho". (Enrique Cury Urzúa)
Aunque se ha sostenido que podría haber sido utilizado en español el término "ilícito"
("ilicitud" o "contrario a la ley"), se ha estimado que este último podía resultar un
concepto demasiado amplio o vago, por cuanto suele trascender el ámbito meramente
jurídico (incluyendo, por ejemplo, parámetros éticos). Además, con este término se
buscaba reflejar algo que va más allá de lo puramente contrario a la ley.
Se trata de un concepto creado por el civilista alemán Rudolf von Ihering, que lo
invocaba para describir cualquier acto contrario a derecho. Tras su adopción por la
doctrina penalista, particularmente por la Escuela Penal Alemana, seguidores de la
teoría casualistas y neocausalistas del delito, como por ejemplo Franz von Liszt,
Ernest von Beling, Gustav Radbruch, Graf zu Dhona, Edmund Mezger, se comienza a
definir el delito como una acción típica, antijurídica y culpable.
Caracterización
Superando la discusión lingüística en torno al concepto "antijuridicidad", se le ha hecho
una importante crítica de fondo. Se ha indicado que el delito en realidad no es un
hecho antijurídico, sino todo lo opuesto, al ser precisamente un hecho jurídico.
En respuesta a lo anterior, se ha señalado que el delito es un hecho antijurídico en
cuanto es contrario a las normas del ordenamiento y, a la vez, es un hecho jurídico, en
cuanto produce efectos jurídicos. Es decir, el término tendría dos acepciones: la
primera en referencia a la calificación del hecho y la segunda a sus efectos o
consecuencias jurídicas.
Por otro lado, autores, especialmente italianos, han negado que la antijuridicidad
constituya un elemento de la estructura del delito. Por ejemplo, Antolisei decía que,
dado que "el delito es infracción de la norma penal y en tal relación se agota su
esencia, la ilicitud no puede considerarse un elemento que concurra a formar el delito,
sino ha de entenderse como una de sus características: más aun, característica
esencial".1
En doctrina, dicha posición es relativamente aislada y se le considera errónea, pues la
ilicitud es una sola, en todas las áreas del ordenamiento jurídico, o sea, no existe una
"ilicitud penal". Además, la antijuridicidad no es la nota característica del delito, ya que
existe un enorme número de conductas que, estando prohibidas (es decir, son
antijurídicas), no constituyen delitos.
La antijuridicidad supone un desvalor. Ello por cuanto el legislador, al dictar la ley,
realiza una selección de los bienes o intereses que desea proteger o resguardar,
efectuando una valoración que plasma en la norma legal, al declarar jurídicamente
valioso un bien o interés y, a su vez, desvalorando las conductas que atenten contra
éste.
Debido a que la valoración legislativa, antes mencionada, es general y abstracta, pues
el mandato de respeto al bien jurídico y la prohibición de atentados contra él está
dirigida a toda persona, el juicio para determinar la antijuridicidad de una conducta es
meramente objetivo; sin perjuicio que el objeto del juicio se compone de elementos
físicos y síquicos (objetivos y subjetivos).
Ahora bien, hay quienes cuestionan la antijuridicidad como elemento dentro de la
estructura del delito dado el juicio de valor que comporta su contenido, promoviendo
su abandono y el traslado de las causas de justificación a la culpabilidad (para
considerarlas ahora como causa de inculpabilidad), pues se afirma que ellas no logran
desvanecer la tipicidad del hecho imputado. Por tanto, hay quienes bajo tal óptica
plantean redefinir el delito como la acción típica, culpable y punible. Sencillamente
porque la pena es la consecuencia jurídica o conclusión final, luego de culminados los
juicios de valor que comportan cada uno de los elementos que componen la estructura
del delito.
Clasificación
Tradicionalmente dentro de la antijuridicidad se ha distinguido dos clases: la
antijuridicidad formal y la antijuridicidad material. Esta distinción proviene de la
discusión filosófica en torno a si el legislador puede valorar arbitrariamente las
conductas (ordenando o prohibiéndolas sin limitaciones) o está sometido a
restricciones derivadas de la naturaleza o estado de las cosas.
Los partidarios de la primera posición sólo reconocen la existencia de una
antijuridicidad formal, concebida como simple infracción de la ley positiva; mientras los
segundos reconocen, junto a ésta, una antijuridicidad material, declarando antijurídica
sólo a las conductas que contrarían la ley positiva, ajustándose a parámetros
trascendentales del ordenamiento, especialmente, de dañosidad social. Esta polémica
se expresa de manera particularmente interesante entre iusnaturalistas y
iuspositivistas.
Antijuridicidad formal: se afirma que una conducta es formalmente antijurídica, cuando
es meramente contraria al ordenamiento jurídico. Por tanto, la antijuridicidad formal no
es más que la oposición entre un hecho y la norma jurídica positiva.
Antijuridicidad material: se dice que una conducta es materialmente antijurídica
cuando, habiendo transgredido el ordenamiento jurídico tiene, además, un
componente de dañosidad social, es decir, ha lesionado o puesto en peligro un bien
jurídico protegido.
En efecto, si bien es cierto en su concepción tanto la antijuridicidad formal como la
antijuridicidad material difieren una de la otra; sin embargo, ambas tienen en común la
valoración de la acción u omisión típica. En el primer caso al desvalorarla por su
contrariedad al derecho y la segunda, por lesionar o poner en peligro de lesión a un
determinado bien jurídico protegido, claro está, siempre y cuando no encuentre el
amparo de alguna causa de justificación penal, situación en la que se está frente a un
injusto penal.
Condiciones objetivas de punibilidad

https://www.youtube.com/watch?v=82yIWpnc9UU
http://liccamposhdez.blogspot.pe/2010/04/imputabilidad.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Imputabilidad
http://penal-general.blogspot.pe/2007/11/unidad-12.html
https://jorgemachicado.blogspot.pe/2013/05/imp.html
http://angiefran.blogspot.pe/2006/11/la-imputabilidad.html
http://www.forosperu.net/temas/descrifando-al-codigo-penal-peruano-la-
inimputabilidad.124432/
https://prezi.com/ha-jyxeakvju/imputabilidad/
http://www.derechoycambiosocial.com/RJC/Revista14/punibilidad.htm -
CONDICIONES OBJETIVAS DE PUNIBILIDAD

teorías de la imputabilidad: para la expo.


EVOLUCION DE LA RESPONSABILIDAD.-

A) ESCUELA CLASICA.- Su base fue el LIBRE ALBEDRÍO. (Discernimiento y conciencia


de sus actos para elegir entre los diversos motivos de conducta presentados ante su
espíritu: Responsabilidad Moral).

B) POSITIVISMO.- Negó el libre albedrío y enarboló el DETERMINISMO de la conducta.


La responsabilidad depende de una diversidad de factores, no solo internos sino también
externos, y la Responsabilidad ya no es moral, sino social por el hecho de vivir en
sociedad.

Para la exposición:

Imputabilidad penal  

Se le denomina capacidad de culpabilidad y está determinada por las


características del sujeto, que le permiten comprender lo que hace y dirigir sus
acciones, según esa comprensión, en el momento que las realiza. (Creus,
op.cit, p.268).  dr. Carlos creus.

La imputabilidad es la capacidad de actuar culpablemente. Esa


capacidad se reconoce, en principio, a todo hombre por el hecho de que es un
ser inteligente y libre, o sea dotado de inteligencia y libertad. La primera implica
la capacidad de conocer el alcance de los actos que realiza; la segunda, la
posibilidad de acomodar su conducta a las exigencias del ordenamiento
jurídico. Por eso es frecuente encontrar definida la imputabilidad en función de
estos dos componentes como capacidad para conocer y valorar el deber de
respetar la norma y de determinarse espontáneamente. (Rodríguez Devesa,
op.cit, p. 448).  

Requisitos  

Como requisitos o características para que el sujeto sea imputable, se


citan las siguientes:

a)      La madurez mental: implica un grado de desarrollo de la


capacidad mental del individuo acorde con su edad.  

b)      La salud mental: permite al individuo establecer debidamente la


relaciones que requieren los juicios necesarios para comprender y dirigir la
conducta (en caso de ausencia se da la inimputabilidad por falta de salud
mental);  

c)      Que el individuo actúe poseyendo conciencia suficiente en el


momento que lo hace (si ella no alcanza el nivel mínimo necesario para la
correcta formulación de los juicios referidos, se da la inimputabilidad por
inconsciencia.  

“LA IMPUTABILIDAD”
La imputabilidad o capacidad de culpabilidad no se define el CP. Para decir que
un sujeto tiene capacidad de culpabilidad o que es imputable, es necesario:
 Que el sujeto tenga un determinado desarrollo y grado de madurez de su
personalidad.
 También se exigen unas determinadas condiciones bio-psíquicas que le
permitan comprender y conocer la licitud o ilicitud de la realización de
delito y de obrar conforme a este conocimiento.
Una persona imputable es aquella que tiene capacidad de culpabilidad y una
inimputable es aquella que carece de esta capacidad.

Al referirnos al termino imputabilidad, se puede apreciar que esta tiene dos acepciones de un
lado imputabilidad es atribuir a alguien la responsabilidad de un hecho reprobable, y por otro
cuando hablamos de imputabilidad nos referimos a la persona menor o mayor de edad, a la
que se indica como presunto autor, de la comisión de un delito o falta, siempre que no sea un
incapaz permanente .

Asimismo se dice que, se es imputable cuando se posee la facultad de discernir - la razón o la


conciencia la llaman algunos autores- del carácter delictuoso de sus acciones u omisiones y la
obligación penal de responsabilidad .
Así tenemos que, en términos generales se considera menor de edad a quien por su desarrollo
físico y psíquico no tiene la capacidad de autodeterminación del hombre adulto, para actuar
conforme con el sentido, teniendo la facultad, reconocida normativamente, de comprender la
antijuricidad de su conducta. En el ámbito jurídico-penal la capacidad de autodeterminación
recibe el nombre de imputabilidad de ahí que quien no satisfaga el límite de edad que señala la
ley, se le considerara un inimputable.

imputabilidad:
es la comprensión que tiene una persona de que está realizando un acto ilícito
La imputabilidad es la capacidad que tiene un sujeto para ser sancionado por la leyes
penales, esta condicionada por la madurez y salud mentales y es considerada por
algunos teóricos como un presupuesto de la culpabilidad, nos dice que para que un
sujeto sea considerado capaz de cometer un delito es necesario que sea imputable.
elementos
1 elemto racional que tiene el sujeto frente a la comprencion del hecho
2 determinacion de la voluntad, que el sujeto sea capaz de determinar su voluntad, es
decir que el sujeto tenga un pleno dominio sobre su actuación
3 representacion de la voluntad

1- La imputabilidad.
Concepto.
En la teoría jurídica del delito la imputabilidad indica el arranque subjetivo del delito. La
imputabilidad es el presupuesto de la culpabilidad, es decir, para ser culpable se
necesitar ser, antes, imputable. Pero a diferencia de la culpabilidad, la imputabilidad
tiene que ver con el autor, sin referencia alguna al hecho, no es una relación entre el
hecho y el sujeto, como aquélla, sino una situación del sujeto que preexiste al hecho.
Dijimos entonces, que la imputabilidad es una determinada situación interna del sujeto,
que, en términos generales, ha sido vista como una particular capacidad del mismo
para ser culpable o para ser penalmente culpable. Es el estado o situación del autor de
una acción típicamente antijurídica que determina en él la posibilidad de actuar como
autor culpable del mismo, o la posibilidad, condicionada por la salud y madurez
espiritual del autor, de valorar correctamente los deberes y de obrar de acuerdo con
ese conocimiento.
Teorías.
Clásica: el hombre que puede ser sujeto activo del delito es aquel que es libre
moralmente; la libertad moral es, pues, el fundamento de la responsabilidad penal.
El sujeto sólo responderá penalmente por el hecho que realizó si es moralmente
imputable y para ser moralmente imputable el hombre debe ser inteligente y libre; lo
primero indica que debe tener capacidad para comprender lo que hace y lo segundo
que debe tener capacidad para determinar su conducta según ese conocimiento.
Partiendo de estas premisas los clásicos distinguieron entre imputables e
inimputables, sólo que los primeros son considerados por el derecho penal; los
segundos, es decir, todos aquellos que carecen de la capacidad de comprender y
determinarse, quedan fuera del derecho penal.
Positivista: eliminaron las diferencias entre imputables e inimputable, sosteniendo
que todo autor de un delito es un anormal y que es socialmente responsable. Hoy en
día son pocos lo que sostienen esta postura.
Podemos distinguir entre ellos:
- la teoría positivista pura: sostiene que no existen individuos moralmente libres, el
hombre está determinado al delito por factores endógenos y exógenos que lo
condicionan, que por ello no puede distinguirse entre imputables e inimputables. Por lo
tanto todos los hombres quedan comprendidos en el Derecho penal. Sostiene el
principio de imputabilidad legal, según el cual la base de la imputabilidad no es la
moral sino el derecho ya que se responde ante el derecho y no ante la moral.
- la nueva defensa social: sostiene que es difícil distinguir entre imputables
e inimputables. La imputabilidad se determina estrictamente según criterios jurídicos.
Imputabilidad e imputación.
Imputabilidad: es la posibilidad condicionada por la salud y madurez espiritual del
autor, de valorar correctamente los deberes y de obrar conforme a ese conocimiento.
Es la capacidad del sujeto para ser culpable.
Imputación: es la posibilidad de atribuir un hecho a un sujeto. En nuestro derecho el
término imputación se usa más generalmente, como todos los extremos necesarios
para llegar a penar una conducta determinada. La imputabilidad es la capacidad del
individuo para ser penalmente culpable.
Momento de la imputabilidad.
La imputabilidad debe existir en el momento del hecho (art. 34 inc 1 CP). Por momento
del hecho se entiende el momento en que se realiza la conducta (positiva o negativa),
es decir, cuando se expresa corporalmente la voluntad. Es considerado imputable
quien, con posterioridad al hecho, antes de que se produzca el resultado, se ha
convertido en inimputable. Puede ocurrir que el mismo sujeto se haya colocado
voluntariamente en la situación de inimputabilidad y estando ya en ella realice la
acción típica (Ej: el agente que habiendo ingerido bebidas alcohólicas o consumido
narcóticos llega a un estdo tal que lo torna inimputable y en ese estado mata o hace
detonar un explosivo que pone en peligro la seguridad común)
En principio, de él, no se podrá decir que “actuó como imputable” en el momento en
que ejecutó la acción, pero la circunstancia, de que a dicho estado, lo hubiera
adoptado voluntariamente, permite afirmar que su conducta precedente sí es la de
imputable y puede responsabilizárselo por tal resultado.

Elementos de la imputabilidad
1. Elemento intelectual: Conocer y distinguir lo justo de lo injusto
2. Elemento volitivo: Capacidad de dirigir su conducta conforme a dicho
conocimiento

También podría gustarte