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Historia de Israel
Historia de Israel
I. INTRODUCCION
El término «Israel» puede usarse en dos sentidos: religioso (se refiere a todo el pueblo de Dios)
y político (se aplica a las tribus del norte o al Reino Norte).
A partir del conjunto de tribus nómadas surgió un reino que perduró siglos, sin embargo el
pueblo de Israel fue conquistado en varias oportunidades por distintos imperios, babilonios,
asirios y griegos dominaron durante años estas tierras, finalmente con la ocupación romana
comenzó una era de sufrimiento creciente. Muchos judíos fueron esclavizados y enviados a
distintos rincones del Imperio Romano.
Israel tiene su origen en unas emigraciones arameas que, hacia el siglo XVIII a.C.,
descendieron del norte para establecerse en Palestina. Génesis habla concretamente
de Abrahán, primer patriarca, que viene con su familia desde Ur pasando por Harán.
Con él comienza el período patriarcal (s. XVIII al XIII). Se trata de grupos seminómadas.
Algunos de estos grupos se volvieron sedentarios y comenzaron a practicar la
agricultura y otros al pastoreo, y así se explica que, en un período de hambre, muchos
de ellos bajasen a Egipto en busca de mejores condiciones de vida, entre ellos estaba
Jacob y sus hijos.
Los israelitas permanecieron en Egipto 400 años, al principio vivían pacíficamente,
pero más tarde fueron hechos esclavos por el Faraón, y fueron obligados a realizar
trabajos forzados. En este momento de opresión surge un personaje fundamental,
Moisés, a quien Dios encarga liberar a su pueblo.
Después de la marcha por el desierto por 40 años, se llega a la estepa de Moab, frente
a la tierra prometida. Allí muere Moisés, y Josué toma el relevo. Tras cruzar el Jordán y
conquistar Jericó, en tres rápidas campañas se apodera del centro, sur y norte de
Palestina, repartiendo luego la tierra entre las tribus (12) y Dios eligió jueces para
conducirlas.
3. El Reino Unido
La monarquía se inicia con la elección de Saúl como rey, quien libra al pueblo de la
amenaza filistea, al menos temporalmente. Más tarde, obsesionado por la idea de
perseguir a David para que no le usurpe el trono, descuida los auténticos problemas de
gobierno, permite que los filisteos se refuercen, y terminará derrotado por ellos en la
batalla de Gelboé, suicidándose ante la derrota inevitable.
A Saúl le sucede David. Primero es elegido rey del sur; sólo al cabo de siete años, le
piden las tribus del norte que reine también sobre ellas, las tribus volvieron a unirse.
La primera decisión de David refleja gran inteligencia política. Necesita una capital para
gobernar. Si escoge una ciudad del sur, los del norte se ofenderán; si la elige del norte,
molestará a los del sur. Decide conquistar una ciudad cananea, que no pertenece a
ninguna tribu, Jebús, conocida después como Jerusalén. A partir de este momento,
será la capital del reino unido y la ciudad personal de David.
Su obra posterior se puede sintetizar en dos puntos. Primero, termina de conquistar
todas las ciudades cananeas existentes en territorio de Israel y las anexiona a su reino.
Segundo, lleva a cabo una política expansionista, conquistando y sometiendo a una
serie de pueblos vecinos. Así consiguió formar el imperio más poderoso de Siria-
Palestina durante el siglo X a.C. La sucesión de David está marcada por una serie de
intrigas y derramamiento de sangre entre sus propios hijos. Le sucede Salomón, que
reina cuarenta años (971-931). Salomón abandonó las guerras exteriores, se dedica
casi por completo a construir grandes edificios y el templo de Jerusalén, asegura la
defensa nacional mediante la construcción y restauración de fortalezas; organiza el
ejército y aumenta notablemente el número de carros de combate y la caballería.
Pero, sobre todo, fomenta el comercio. La riqueza aumenta de forma inesperada, las
ciudades crecen, y se produce un fuerte fenómeno de inmigración, pero también se
profundiza la diferencia de clases sociales. Sus grandes empresas constructoras le
obligan a utilizar abundante mano de obra y exigen mucho dinero. Los primeros en
tener que trabajar son los cananeos; luego obliga también a treinta mil israelitas a
trabajos forzados, esta prosperidad conseguida a base de los más pobres trajo como
consecuencia protestas de las tribus.
Estalla la revuelta, capitaneada por Jeroboán, jefe de las brigadas de trabajadores del
norte. Salomón tiene fuerza suficiente para dominar la rebelión, y Jeroboán debe
refugiarse en Egipto. Pero, a la muerte de Salomón, la situación no ha cambiado.
Cuando su hijo Roboam acude a Siquén para ser aceptado por las tribus del norte
como nuevo rey, éstas le piden que aligere la carga que impuso Salomón, pero
Roboam responde aumentando más la carga al pueblo.
La respuesta de las tribus del norte no se hace esperar, en el año 931 se rompe la obra
comenzada por Saúl. La monarquía unida ha durado menos de un siglo. A partir de
ahora, existirán dos reinos, el del norte, Israel, y el del sur, Judá. Como consecuencia
de esta división, los reinos quedaron empobrecidos y a merced de los grandes
imperios vecinos.
4. El Reino Dividido
Dividido el reino; el del norte, Israel, desaparece de la historia el año 722, cuando
Salmanasar V de Asiría lo conquista. En sus 209 años de existencia, Israel tuvo 19
reyes, de los cuales siete fueron asesinados y uno se suicidó. En cambio, Judá, que
consiguió sobrevivir hasta el 586, en sus 345 años de existencia tuvo 20 reyes. Esta
estabilidad se debe a un hecho importantísimo. En el sur, la dinastía davídica cuenta
con el respaldo ideológico de la religión oficial, formulado en la promesa de Natán a
David de que su dinastía duraría eternamente.
5. El Destierro
El reino de Israel fue arrasado por los asirios y todos los israelitas fueron deportados a
Nínive.
Los judíos se rebelarían contra la gran potencia militar a finales del siglo VII, Babilonia.
El año 597 tiene lugar la primera deportación. Pero los acontecimientos más graves
ocurrirán en el 586, cuando Nabucodonosor conquista Jerusalén, la incendia y deporta
a numerosos judíos a Mesopotamia. Entonces comienza el período del exilio. El pueblo
queda dividido en tres grandes grupos: los que han quedado en Palestina, campesinos
pobres; los que han marchado a Babilonia; los que han huido a Egipto. El más
importante, por formar la élite intelectual y religiosa, es el de Babilonia.
6. El Periodo Persa
El destierro termina el año 538, cuando Ciro, rey de Persia, conquista Babilonia y
promulga un decreto liberando a los cautivos y permitiéndoles volver a Palestina. Un
grupo de judíos se pone en marcha hacia Jerusalén.
Jerusalén estaba en ruinas, campos abandonados, murallas derruidas, el templo
incendiado. El pueblo sigue sin libertad política, dominado por los persas. Pero Judá va
cobrando poco a poco nueva vida, y el año 515 se termina de reconstruir el templo de
Jerusalén. Hacia el 445 llega a Jerusalén Nehemías, que termina de reconstruir las
murallas y lleva a cabo una reforma social, corroborada más tarde por la reforma
religiosa de Esdras, en el 428. Después de estos dos grandes personajes, pasa otro
siglo, hasta que el año 333 Alejandro Magno conquista Palestina.
Este período abarca desde la conquista de Palestina por Alejandro Magno hasta la
conquista de Jerusalén por Pompeyo. Aunque hablamos de época griega, el imperio de
Alejandro se dividió a su muerte en cuatro partes. Las que afectan a los judíos son
Egipto (gobernado por los tolomeos) y Siria (dominada por los seléucidas). Palestina,
dada su excelente posición estratégica y comercial, será víctima de las envidias y
luchas entre estas familias por poseerla. Durante el siglo III dominan los tolomeos;
durante el II, los seléucidas.