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Sarmiento Nivel Superior Pedagogía: Unidad 1

La educación como fenómeno social y práctica política

El hombre es el único ser susceptible de educación. […] El hombre


no puede hacerse hombre más que por la educación. No es más
que lo que ella hace de él. Y observemos que no puede recibir esa
educación más que de otros hombres que a su vez la hayan recibido.
Emmanuel Kant (Reflexiones sobre la Educación).

Sabemos que la educación es una práctica social. Un quehacer humano que se desarrolla en
un contexto histórico, social y político. Entre sus efectos más importantes están la producción,
reproducción y transformación de la cultura, a nivel individual y social.
También permite a las personas construir una subjetividad, es decir, una identidad social y
unas prácticas simbólicas como el lenguaje, los rituales, las costumbres, la moral. La transmisión de la
cultura es una instancia decisiva para la conformación de la subjetividad y de una historia en común.
Asimismo, la educación entrega herramientas y despierta poderes intelectuales. Por su
intermedio el hombre aprende una forma de ver el mundo y una clasificación de los fenómenos de la
realidad.
Desde una perspectiva más íntima, la educación es un punto en el que decidimos si amamos al
mundo y a nuestros hijos lo suficiente, para esforzarnos e involucrarnos de manera constante en su
desarrollo integral.

Pero, ¿a qué llamamos Educar?

En primer lugar se destaca el origen socio histórico del acto de Educar. Si, efectivamente, el
hombre se hace hombre a través de la educación, se trata de una actividad inherente al ser humano
(porque su desarrollo necesita la conexión con otros). Se relaciona con la primera educación que
reciben los niños de su núcleo familiar, donde incorpora ciertos valores y actitudes que condicen con
un modelo de sociedad.
En segundo lugar, cabe señalar el carácter complejo del acto de Educar. Constituye un acto
que se asocia a múltiples acciones, en la medida en que intervienen diferentes sujetos, con diversas
experiencias e intencionalidades.
Por último, se encuentra el carácter polifacético del acto de Educar, es decir, los distintos
aspectos que debemos considerar:

 Educar como acto subjetivo (propio del individuo que desea ser y saber más).

 Educar como acto político (asumiendo la tarea del ciudadano sobre la comunidad).

 Educar como acto de amor (creando vínculos edificantes en un contexto armonioso).

 Educar como acto de la cultura (que transmite valores y saberes entre generaciones).

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Sociedad, Educación y Pedagogía
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¿Y qué diferencia hay entre Educar y Enseñar?

Enseñar es especificar el acto de educar. No se trata de algo espontáneo, sino pensado,


reflexionado y planificado. Es poner en acto la "responsabilidad" por Educar. Esta responsabilidad
implica hacer el esfuerzo de resignificar, retomar viejos sentidos, cuestionarlos, interrogarlos y
conservarlos cuando mantienen vigencia y pertinencia.
Tres elementos son esenciales en el acto de Enseñar:

 Un vínculo entre dos personas: el que desea saber y el mediador o guía.

 La transmisión de algo específico, diseñado, tendiente a la formación integral.

 Un intercambio o diálogo que habilite acción y reflexión crítica.

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