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Introducción
La angustia debe ser pensada como un objeto de saber en el campo de una psicopatología
freudiana.
¿Cómo pensar una psicopatología freudiana sin la angustia como un eje central de la
misma? Si lo que intenta Freud es dar cuenta, entre otras cuestiones, del sufrimiento
subjetivo: ¿Cómo pensar este por fuera de la angustia?
Es así que, casi al final de su obra, en “Inhibición síntoma y Angustia” (1926) llega a
ubicarla como “…el fenómeno fundamental y el problema principal de la neurosis…” en
tanto “…Sólo al atravesar la angustia llegamos al corazón del conflicto inconsciente…”. Es
decir: ubica a la angustia como operador conceptual central en la clínica psicoanalítica.
Ahora, ¿Cómo llega Freud a dicha afirmación que da cuenta de la relación estructural de la
angustia con la neurosis?, ¿Cómo podemos pensar los momentos lógicos de construcción
teórica y encuentro clínico con este fenómeno?
Entonces, la angustia no es un síntoma más del complejo sino que tiene la capacidad de
organizar un cuadro clínico.
Dice Freud: “…El ataque de angustia puede consistir en el sentimiento de angustia solo, sin
ninguna representación asociada, o bien mezclarse con la interpretación más espontanea
como la aniquilación de la vida o, se conecta con la sensación de angustia una
perturbación de una o varias funciones corporales”.
Ahora bien, Freud plantea que cualquier síntoma puede constituir el ataque. En lo que
Freud describe como ataque, lo que queda claro es otra característica central de la
angustia: que ésta “afecta al cuerpo”. Así, se empieza a delinear la angustia como un
suceso corporal que involucra cierto tipo de descarga.
B) Freud marca como factores una serie de nocividades y de influjos que parten de la vida
sexual actual del sujeto, todas vinculadas al hecho de no alcanzar la satisfacción sexual vía
el acto específico (el coito).
Freud da cuenta del mecanismo específico (fisiológico) que se juega para la producción de
angustia en el marco de esta neurosis. Parte de los siguientes postulados:
Ahora bien, ¿Cómo entra en juego este mecanismo del proceso sexual en la génesis de la
angustia? Freud plantea que el mecanismo básico de la Neurosis de angustia se puede
entender así:
La pulsión, como fuerza constante, incoercible, exigencia de trabajo psíquico, hace pensar
a Freud que, lo que habría que desenmascarar bajo el disfraz de la angustia es cierto
rostro de la pulsión.
En el artículo “La represión” Freud plantea “…Desde ahora, cuando describamos un caso
de represión, tendremos que rastrear separadamente lo que se ha hecho de la
representación, por un lado y de la energía pulsional que adhiere a esta, por el otro.
Tomando de ejemplo las Neurosis Obsesivas, Freud plantea: “…El afecto retorna
mudándose en angustia social, en angustia de la conciencia moral, en reproches sin
medida y pone en juego el mecanismo de la evitación y las prohibiciones…” como modo de
evitación de la angustia.
En síntesis: en este momento lógico, Freud concibe la angustia como posible saldo de la
represión y muestra de su fracaso.
3) Tercer momento lógico
La angustia en la lógica estructural
Freud retoma de sus primeros escritos que la angustia tiene un inequívoco vínculo con la
expectativa: es angustia ante algo. Y lleva adherido un carácter de indeterminación y falta
de objeto. Y plantea algo fundamental: el papel del yo en la angustia: el yo como almácigo
de la angustia.
¿Por qué angustia de castración? Dice Freud: “La angustia es una señal de reacción frente
a una situación peligrosa. El yo la elude, ejecutando algo encaminado a evitar la situación
o escapando de ella. Freud se refiere en este artículo es que dicha situación que despierta
la señal de angustia, es del orden de la castración.
¿Cómo funciona? Cuando en el ello sucede algo que active el peligro de la castración,
tendrá lugar la angustia para inhibir este proceso del ello motorizando la represión.
Freud postula a la angustia de castración como el único motor de los procesos defensivos
que llevan a las neurosis, como la premisa necesaria para el desarrollo de los síntomas.
Entonces:
Exceso pulsional que no se liga a representación, no hay mediación simbólica frente al cual
el yo es impotente.
Esta angustia:
Ahora bien, parece importante destacar que la angustia señal y la angustia automática, no
son opuestas ni excluyentes, ni determinan diagnósticos por sí mismas. Deben ser
pensadas como diferentes momentos de la subjetividad y del análisis.