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El concepto de angustia en Freud

Introducción
La angustia debe ser pensada como un objeto de saber en el campo de una psicopatología
freudiana.

¿Cómo pensar una psicopatología freudiana sin la angustia como un eje central de la
misma? Si lo que intenta Freud es dar cuenta, entre otras cuestiones, del sufrimiento
subjetivo: ¿Cómo pensar este por fuera de la angustia?

Es así que, casi al final de su obra, en “Inhibición síntoma y Angustia” (1926) llega a
ubicarla como “…el fenómeno fundamental y el problema principal de la neurosis…” en
tanto “…Sólo al atravesar la angustia llegamos al corazón del conflicto inconsciente…”. Es
decir: ubica a la angustia como operador conceptual central en la clínica psicoanalítica.

Ahora, ¿Cómo llega Freud a dicha afirmación que da cuenta de la relación estructural de la
angustia con la neurosis?, ¿Cómo podemos pensar los momentos lógicos de construcción
teórica y encuentro clínico con este fenómeno?

1) Primer momento lógico


Lo sexual en la angustia: la Neurosis de Angustia.

Nos centramos en un texto fundamental de 1895: “Sobre la justificación de separar de la


neurastenia un determinado síndrome en calidad de Neurosis de Angustia”. Este artículo
puede ser considerado el inicio del recorrido freudiano en el tema de la angustia. En este
texto, nos vamos a centrar en la llamada “Neurosis de Angustia”

De ella trabajaremos la semiología y la etiología.

A) Con respecto a la semiología podemos pensar esta entidad nosológica como un


complejo de síntomas donde todos sus componentes se pueden agrupar alrededor del
síntoma principal de la angustia. Así, cada uno de sus síntomas posee una determinada
relación con la angustia, y pueden entenderse como maneras en que se exterioriza el
estado de angustia.

Entonces, la angustia no es un síntoma más del complejo sino que tiene la capacidad de
organizar un cuadro clínico.

Dentro del complejo sintomático se ubica: excitabilidad general, expectativa angustiada,


ataques de angustia y equivalentes: síntomas somáticos, trastornos nocturnos, vértigo,
fobias y parestesias.
De este entramado sintomático se postula como síntoma central, nodular, a la expectativa
angustiada. Dice Freud “la expectativa angustiada es el síntoma nuclear de la neurosis”

Hay algo central en la conceptualización de la Angustia: su indeterminación y falta de


objeto. Así, el sujeto, preso de esta espera angustiada, interpreta cualquier azar como
indicio de una desgracia.

Otro síntoma destacado de este cuadro es el ataque de Angustia.

Dice Freud: “…El ataque de angustia puede consistir en el sentimiento de angustia solo, sin
ninguna representación asociada, o bien mezclarse con la interpretación más espontanea
como la aniquilación de la vida o, se conecta con la sensación de angustia una
perturbación de una o varias funciones corporales”.

Ahora bien, Freud plantea que cualquier síntoma puede constituir el ataque. En lo que
Freud describe como ataque, lo que queda claro es otra característica central de la
angustia: que ésta “afecta al cuerpo”. Así, se empieza a delinear la angustia como un
suceso corporal que involucra cierto tipo de descarga.

La etiología especifica de la angustia

B) Freud marca como factores una serie de nocividades y de influjos que parten de la vida
sexual actual del sujeto, todas vinculadas al hecho de no alcanzar la satisfacción sexual vía
el acto específico (el coito).

Freud da cuenta del mecanismo específico (fisiológico) que se juega para la producción de
angustia en el marco de esta neurosis. Parte de los siguientes postulados:

 Se produce una acumulación de excitación.


 Esa acumulación es somática y su origen es sexual.
 La angustia que se genera en estos cuadros es de índole somática, no admite
derivación psíquica.
 Hay una disminución de la libido sexual, del placer psíquico.

Ahora bien, ¿Cómo entra en juego este mecanismo del proceso sexual en la génesis de la
angustia? Freud plantea que el mecanismo básico de la Neurosis de angustia se puede
entender así:

Se desvía de lo psíquico la excitación sexual somática, y esta recibe a causa de ello un


empleo anormal: se descarga subcorticalmente vía los síntomas de la angustia. La angustia
no es sustituta de la excitación sexual en sí, sino de su descarga.
Entonces: se trata de una excitación sexual somática que no se liga a representación. Por
lo tanto, se trata de una acumulación de excitación sexual somática y una disminución de
la participación psíquica en los procesos sexuales.

2) Segundo momento lógico


La angustia en la lógica de la represión

La pulsión, como fuerza constante, incoercible, exigencia de trabajo psíquico, hace pensar
a Freud que, lo que habría que desenmascarar bajo el disfraz de la angustia es cierto
rostro de la pulsión.

Se concibe a la angustia como destino de la pulsión en su relación con el proceso


represivo, en tanto postula la represión como uno de los cuatro destinos de la pulsión.

Entonces, ¿Cómo pensar la angustia como destino de la pulsión luego de la operación de


la represión?

En el artículo “La represión” Freud plantea “…Desde ahora, cuando describamos un caso
de represión, tendremos que rastrear separadamente lo que se ha hecho de la
representación, por un lado y de la energía pulsional que adhiere a esta, por el otro.

En esta línea postula, como destino de la representación, su desaparición de la consciencia


o que se le niegue el acceso a la misma.

Ahora bien, el factor cuantitativo tiene tres destinos posibles:

I. Quedar sofocada por completo.


II. Aparecer en la conciencia como un afecto coloreado de una u otra forma.
III. Mudar en angustia.

Y, en esta línea, el surgimiento de la angustia puede ser concebido como fracaso de la


represión.

Tomando de ejemplo las Neurosis Obsesivas, Freud plantea: “…El afecto retorna
mudándose en angustia social, en angustia de la conciencia moral, en reproches sin
medida y pone en juego el mecanismo de la evitación y las prohibiciones…” como modo de
evitación de la angustia.

En síntesis: en este momento lógico, Freud concibe la angustia como posible saldo de la
represión y muestra de su fracaso.
3) Tercer momento lógico
La angustia en la lógica estructural

En este momento, Freud concibe a la angustia como efecto de estructura.

Freud retoma de sus primeros escritos que la angustia tiene un inequívoco vínculo con la
expectativa: es angustia ante algo. Y lleva adherido un carácter de indeterminación y falta
de objeto. Y plantea algo fundamental: el papel del yo en la angustia: el yo como almácigo
de la angustia.

Freud planteará dos posibilidades de emergencia de la angustia: anudándola fuertemente


a la castración por un lado, con el concepto de “angustia señal”: y a lo traumático, por el
otro, como “angustia automática”.

La llamada angustia señal implica un punto de cambio en la relación de la angustia con la


represión, en tanto postula que ya no es la Represión la que crea la angustia, sino que la
angustia está primero ahí, es la angustia la que crea la Represión. Así, la angustia deja de
ser efecto de la misma, para ser su motor. Freud advierte que ese motor funciona por
medio de la energía de la castración, tenemos aquí la llamada angustia de castración.

¿Por qué angustia de castración? Dice Freud: “La angustia es una señal de reacción frente
a una situación peligrosa. El yo la elude, ejecutando algo encaminado a evitar la situación
o escapando de ella. Freud se refiere en este artículo es que dicha situación que despierta
la señal de angustia, es del orden de la castración.

Así, la señal de angustia tiene una función de alerta para el yo.

¿Cómo funciona? Cuando en el ello sucede algo que active el peligro de la castración,
tendrá lugar la angustia para inhibir este proceso del ello motorizando la represión.

Freud postula a la angustia de castración como el único motor de los procesos defensivos
que llevan a las neurosis, como la premisa necesaria para el desarrollo de los síntomas.

Entonces:

 La angustia señal tiene función de alerta para el yo.


 Da lugar a la represión frente a algo que remita a la castración en el sujeto.
 Represión como defensa frente al pujo pulsional, que dará lugar a los síntomas en
el campo de las Neuropsicosis de defensa.
 Síntoma, como modo de liga la angustia, que permite arreglárselas con ella.
Con respecto a la angustia automática plantea Freud: supone que se produce una
situación análoga a la del nacimiento (traumática), en la que la angustia sobreviene de
manera automática debido al proceso económico. Sería una consecuencia directa de un
factor traumático. Supone un punto de avasallamiento del yo por el exceso de excitación
que invade el aparato psíquico, que implica una situación traumática porque coloca al yo
en estado de desvalimiento.

Exceso pulsional que no se liga a representación, no hay mediación simbólica frente al cual
el yo es impotente.

Esta angustia:

 No implica la relación angustia – represión - formación de síntomas.


 Se vincularía más bien a lo trabajado por Freud como “ataque de angustia”.
 Interesante para pensar las presentaciones de la angustia con las que nos
encontramos en la clínica actual (ataques de pánico, actuaciones).

Ahora bien, parece importante destacar que la angustia señal y la angustia automática, no
son opuestas ni excluyentes, ni determinan diagnósticos por sí mismas. Deben ser
pensadas como diferentes momentos de la subjetividad y del análisis.

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