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£111L, vol.

24, 2001, 705-725

LAS RELACIONES ENTRE EL ÁLGEBRA Y


LA GEOMETRÍA EN EL SIGLO XVII

MARÍA ROSA MASSA ESTEVE


Centre d'Estudis d'História de les Ciêncies
Universitat Autbnoma de Barcelona

RESUMEN ABSTRACT

En este artículo se analiza el pro- This paper analyses the algebriza-


ceso de algebrización de las matemáti- tion process of mathematics in the sev-
cas en el siglo XVII a través de las enteenth centuly jrom the viewpoint of
aportaciones del matemático boloilés the contributions of the mathematician
Pietro Mengoli (1625-1686), que fue Pietro Mengoli (1625-1686), probably
posiblemente el discípulo más original the most original student of
de Bonaventura Cavalieri (1598-1647). Bonaventura Cavalieri (1598-1647).
La parte más innovadora es el uso del The most innovating pare of Mengoli's
lenguaje especioso para construir y work is the use of algebraic language
calcular las sumas de potencias, las for building and calculating the summa-
tablas triangulares, las cuasiproporcio- tions, the triangular tables, the quasi
nes y las cuadraturas de infinitas jigu- proportions and the quadratures of the
ras. Mengoli es un buen ejemplo de los infinitejigures. Mengoli is a good exam-
matemáticos del siglo XVII que están en ple of seventeenth centuty mathematics,
la línea de considerar el Álgebra un which consider algebra as a comple-
complemento de la Geometría y no dos ment to geometry and not as two
disciplinas enfrentadas. opposite disciplines.

Palabras Clave: Siglo XVII, Matemáticas, Álgebra, Geometria, Pietro Mengoli.

«Tant que l'Algébre et la Géométrie on été séparées, leur progrés ont été lents et leurs
usages bornés mais lorsque ces deux sciences se sont réunies, elles se sont prété des forces

Recibido el 6 de noviembre de 2001 1.S.S.N. 0210-8615
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nnituelles et on marché ensemble d'un pas rapide vers la perfection. C'est á Descartes qu 'on
doit I 'application de l Algèbre a la Géométrie, application qui est devenue la clef des plus
grandes découvertes dans toutes les branches des Alathématiques». [LAGRANGE (1795,
Oeuvres, vol. 7, p. 271)]

I. Introducción

En el siglo XVII una de las principales características de la matemática es la


articulación del álgebra y la geometría. Los dos grandes avances de este siglo, la
geometría analítica y el cálculo infinitesimal, adquieren su excepcional potencial al
establecer conexiones entre fórmulas y figuras, entre cálculos algebraicos
simbólicos y operaciones geométricas y construcciones.

En el simposio A1gebra and Geometry around 1600, celebrado en el marco


del XIXth Intemational Congress of History of Science (Zaragoza, 1993), Henk Bos
puntualizaba sobre este tema: «El periodo, los protagonistas y el proceso han recibi-
do poca atención por parte de los historiadores de la matemática, pero en los ŭltimos
años existe una línea de investigación que intenta entender el proceso en su propio
contexto, en términos de conocimiento matemático y de las intenciones con que se
trabajaba, más que en términos de lo que sucedería posteriormente.» Dentro de esta
línea de investigación se enmarcan estas refiexiones sobre el proceso de algebriza-
ción de las matemáticas en el siglo XVII, incorporando algunos elementos nuevos a
la luz de nuestro trabajo sobre la figura y obra del matemático boloñés, Pietro
Mengoli (1625-1686), discípulo de Bonaventura Cavalieri (1598-1647). Esta inves-
tigación forma parte de mi tesis doctoral y se ha realizado con copias microfilmadas
de las obras de Mengoli de la Bodleian Library de Oxford y fuentes primarias y
secundarias de otros autores de la Biblioteca del Centre d'Estudis d'História de les
Ciêncies de la Universitat Autónoma de Barcelona y otras bibliotecas.

2. Breve recorrido histórico

Un sucinto bosquejo del contexto histórico nos servirá para analizar los
aspectos más relevantes de esta conjunción álgebro-geométrica. Las relaciones
entre álgebra y geometría fueron muy diferentes en las etapas anteriores al siglo die-
cisiete. Así pues, podríamos separarlas en dos grandes bloques; el álgebra retórica
y sincopada de los inicios que resolvía esencialmente problemas de aritmética mer-
cantil, donde apenas había conexión entre el álgebra y la geometría y, si la había, se
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limitaba a justificar de vez en cuando los resultados y, un segundo bloque, en el


Renacimiento, cuando ya se intentaron las primeras clasificaciones de ecuaciones,
segŭ n el grado y el signo, y se presentaron las soluciones elaborando constante-
mente diagramas y construcciones geométricas que las verificasen. Así podemos
citar, entre otras, las obras Ars Magna de Rebus algebraicis (Nuremberg, 1545), de
Girolamo Cardano (1501-1576) y Algebra (Bolonia, 1572), de Rafael Bombelli
(1526-1573). Estos algebristas del «cinquecento», de manera más o menos acen-
tuada y no siempre con puntos de vista coincidentes, tuvieron constantemente pre-
sente en sus tratados los lazos y las conexiones existentes entre álgebra y geometría
desde el momento en que, con insistencia, quisieron probar de manera geométrica
los resultados obtenidos por vía puramente ábaco-algébrica. Las razones de esta
aproximación epistemológica podrían derivar del estatus de la geometría que era
considerada como una parte teóricamente más elevada dentro de la matemática.

Uno de los puntos cruciales en la historia del álgebra es la aparición en 1591


de la obra In artem analiticem isagoge, de François Viéte(1540-1603), en la que éste
puso de manifiesto las ventajas de utilizar símbolos dentro de la matemática, no sólo
para representar la incógnita, sino también para las cantidades conocidas. De esta
manera se podía trabajar con ecuaciones de forma general. Viéte intentaba explicar
el camino que utilizaba para resolver las ecuaciones enmarcándolo dentro del aná-
lisis griego. El objetivo de su arte analítico era proporcionar un método para resol-
ver todos los problemas mediante tres procesos. El primero consistía en transformar
el problema en una ecuación compuesta de cantidades conocidas y desconocidas
(zetética). En el segundo a partir de la ecuación planteada se probaban los teoremas
conocidos (porística). En el ŭltimo proceso, que era el más importante para Viéte,
se trataba de estudiar la estructura de las ecuaciones planteadas para poder encon-
trar la solución (exegética). Así resumía Viéte estas ideas al final de su obra:
«Finalmente, el arte analítico, dotado de sus tres formas zetética, porística y exegé-
tica, reclama para él mismo la solución del problema más grande de todos que es
SOLUCIONAR TODOS LOS PROBLEMAS.» 2 Viête resolvía las ecuaciones creando un lazo
con la geometría a través de la teoría de proporciones de Euclides; identificaba
ecuación con proporción y conectaba el álgebra con la geometría mediante cons-
trucciones de las soluciones de las ecuaciones. El álgebra de Viéte fue la guía para
resolver ecuaciones en aritmética, en geometría, en trigonometría,...

La obra de Viéte tuvo una gran difusión a través de muchos textos de álge-
bra. Un ejemplo es el libro de texto de Pierre Hérigone (1580-1643), Cursus mathe-
maticus (París, 1634), que consta de seis vol ŭmenes entre ellos uno de álgebra 3. En
1631, Jean Beaugrand (1595-1640) 4 publicó su In artem analiticem Isagoge, que era
de hecho la obra de Viéte ampliada con unos escolios y un compendio matemático.
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En Inglaterra, William Oughtred (1575-1660) publicó Clavis Mathematicae (1648)


obra capital para difundir el álgebra de Viête fuera del continente.

0 sea, que a principios del siglo diecisiete, gracias a la difusión de la obra de


Viéte, algunos matemáticos empezaban a comprobar que los métodos algebraicos
eran una herramienta muy ŭtil para resolver problemas geométricos. Así lo hizo
también Pierre de Fermat (1601-1665) en su obra Varia Opera mathematica
(1679), aunque el punto culminante de la relación entre el álgebra y la geometría fue
la publicación de la obra La Géométrie de René Descartes (1596 - 1650), que figu-
raba como un apéndice en su Discours de la methode (Leiden, 1637). La Geométrie
está dividida en tres libros: «Problemas de construcción que requieren sólo líneas
rectas y círculos»; «Sobre la naturaleza de las líneas curvas» y «Sobre la construc-
ción de los problemas que son sólidos o cuasisólidos». El programa de Descartes
incluye por una parte la clasificación de las curvas en algebraicas y mecánicas y por
otra las construcciones geométricas de las curvas.' En Descartes el álgebra y la geo-
metría se relacionan a través de las construcciones geométricas de la intersección de
curvas (casi siempre parábolas y circunferencias) que expresan las soluciones de
ecuaciones algebraicas (adecuadamente preparadas) de dimensión mayor que dos.
Este trabajo de Descartes supuso un punto de partida en la contemplación de la
geometría desde otra perspectiva.

La obra de Descartes fue traducida del francés al latin en 1649 por F. van
Schooten. La segunda edición (1659) contiene también contribuciones hechas por
De Witt, Hude, Van Heurat y el mismo Van Schooten. Estos científicos pueden ser
considerados como el primer grupo activo de matemáticos cartesianos.

3. Algebrización de las matemátleas

Lo cierto es que a partir de la obra de Descartes y durante un siglo, aproxi-


madamente, se Ilevó a cabo el proceso de algebrización de las matemáticas: un peri-
odo en el que de una manera de pensar en matemáticas casi exclusivamente geo-
métrica se pasó a un pensamiento matemático más algebraico. Esta evolución fue
lenta y desigual. Algunos autores adoptaron las técnicas algebraicas en su obra y a
la vez intentaron justificarlas o transformarlas de acuerdo con la matemática clási-
ca. Otros, a pesar de conocer la existencia de estos procedimientos, los considera-
ban ajenos al pensamiento matemático e incluso los rechazaban y, por ŭltimo, unos
pocos, aceptaban esta nueva manera de pensar como un complemento más para el
desarrollo de sus técnicas matemáticas. En una época en la que se estaba
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recuperando el pensamiento clásico a través de las traducciones de los textos grie-


gos, simultáneamente, se estaban introduciendo en el pensamiento matemático unas
técnicas algebraicas muy férdles cuyo significado, a veces, se oponía a la compren-
sión de las técnicas clásicas'. De hecho las características del nuevo pensamiento
algebraico diferían substancialmente del pensamiento geométrico. Siguiendo a
Mahoney [1980, p. 142] quedarían determinadas por: el uso de un simbolismo
nuevo y operativo, es decir, un simbolismo que no sólo abrevia palabras sino que
también representa los trabajos de operaciones combinadas o sea un simbolismo
con el que se opera; el énfasis en las relaciones matemáticas más que en los obje-
tos, como, por ejemplo, la clasificación de ecuaciones de un mismo grado, de cur-
vas, de figuras; y, el hecho de que el «modus» algebraico de pensamiento quede
libre de compromiso ontológico, ya que es abstracto y no siempre comporta una
interpretación fisica de las relaciones. Así pues, hay objetos como los n ŭmeros
imaginarios que se introducen sin justificación geométrica explícita.

Si analizamos las características del pensamiento geométrico griego es evi-


dente la falta de simbolismo y en especial de simbolismo operativo. Respecto al
segundo aspecto, hay que remarcar que con la geometría podemos buscar caracte-
rísticas comunes a figuras semejantes pero al no poder escribirlas todas bajo una
misma expresión se hace dificil estudiar una estructura que las contenga. Sobre la
tercera característica señalemos ŭ nicamente que la geometría es más intuitiva y
depende en gran parte de su representación física, en cambio el álgebra nos
permite trabajar con dimensiones superiores al espacio9.

Para examinar este proceso de algebrización de las matemáticas, de 1650 a


1700, nos centraremos en tres aspectos relacionados con la obra de P. Mengoli: el
cambio de relaciones que se introdujo entre las diferentes ramas de la matemática; el
proceso de constitución y utilización de un lenguaje nuevo (lenguaje «especioso») y,
por ŭltimo, la obtención de métodos de cuadratura utilizando el álgebra.

4. El estatus del álgebra

La introducción del álgebra dentro de las matemáticas desdibujó las líneas


divisorias, en cuanto a terminología y metodología, de la aritmética, el álgebra, y la
geometría. En los Elementos de Euclides la geometría se considera superior a la
aritmética y los teoremas aritméticos se prueban por consideraciones geométricas.
El álgebra obligó a replantear los límites entre las distintas disciplinas matemáticas.
Podríamos preguntamos: (:,Era una ciencia o un arte? consideraba el álgebra
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como una parte de las matemáticas? ,Era la aritmética superior al álgebra? qué
ámbitos la geometría era más eficaz o necesaria? cuáles lo era el álgebra? No
todos los matemáticos aceptaron y aplicaron el álgebra como una parte nueva de las
matemáticas. Unos la ignoraron, unos pocos la aceptaron y la usaron, otros la
introdujeron intentando fundamentarla en la geometría de los antiguos y también
hubo quienes la rechazaron totalmente1".

En Inglaterra, Thomas Hobbes (1588-1679) en su Examinatio (1660), con-


denaba rotundamente la nueva álgebra". La geometría y su subordinada la aritmé-
tica eran en su opinión ciencias, mientras que el álgebra a la que veía esencialmen-
te como un razonamiento simbólico, era un arte para registrar con brevedad y
celeridad las invenciones de la geometría pero no una ciencia. Isaac Barrow (1630-
1677), que también tomó postura en contra del álgebra, consideraba a la aritmética
como una parte de la geometría, a la geometría la ŭnica ciencia por excelencia y al
álgebra como un instrumento de lógica. John Wallis (1616-1703), al contrario, no
sólo la utilizó en Arithmetica Infinitorum (1655) sino que escribió un tratado A
Treatise of Algebra Both historical and practical showing the original progress and
advancement thereof from time to time, and by what steps it haht attained to the
Heighth at which now it is (Oxford, 1685) donde intentó esbozar una historia del
álgebra analizando su evolución desde la época de Euclides", la obra consta de un
prefacio y 374 páginas divididas en 100 capítulos. En cuanto al contenido se pue-
den distinguir dos partes. La primera está dedicada al álgebra pura basada en la arit-
mética, con el estudio de la estructura de las ecuaciones, mientras que la segunda
trata de la adecuación del álgebra a la geometría, o sea, de demostraciones geomé-
tricas en lenguaje algebraico. Como libro de historia resulta un tanto tendencioso,
ya que Wallis ensalza las virtudes de las álgebras de Harriot y Oughtred e infrava-
lora los resultados obtenidos por Descartes". La obra fue un texto de referencia en
su época y la notación utilizada desplazó la de muchos otros textos. Wallis con su
obra pretendía dar legitimidad al álgebra dentro de las matemáticas. Aunque Maieru
[1994, p. 105] respecto a este tema dice: «La posición de Wallis se puede conside-
rar minoritaria (especialmente durante la década que va de 1650 a 1660). No sola-
mente en Italia domina una visión geométrica del mundo (que es cuasiabsoluta, con
decidida exclusión del cálculo algebraico, sobre todo en los grandes matemáticos
del momento, es decir, Cavalieri, Torricelli, Viviani) sino también en otras regiones
europeas (baste sólo citar a Barrow o a Gregoire de Saint-Vincent)».

Estos datos nos permiten apreciar todavía más la posición singular del mate-
mático bolofiés, Pietro Mengoli. El nombre de Mengoli aparece en el registro de la
Universidad de Bolonia en el periodo 1648-1686 donde sustituyó a Cavalieri en su
cátedra de mecánica. Se graduó en filosofia en 1650 y tres años más tarde en leyes
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civiles y canónicas. El 1660 fue ordenado sacerdote y hasta su muerte fue prior de
la iglesia de Santa María Magdalena de Bolonia".

En 1655 Mengoli escribió, por encargo, una obra en verso dedicada a la


Reina Cristina de Suecia titulada Via Regia ad Mathematicas per Arithmeticam,
Algebram Speciosam, & Planimetriam, ornata Maiestatae Serenissimae D.
Christinae Reginae Suecorum. En ella Mengoli le exponía una «vía real» para
entender las matemáticas, que dividía en tres partes: aritmética, donde explicaba las
operaciones con los n ŭmeros, incluso las tablas triangulares; álgebra especiosa,
donde exponía como utilizar las letras para resolver ecuaciones y daba una clasifi-
cación de éstas hasta el tercer grado; y planimetría en la que trataba de las figuras
planas y de sus propiedades. Para Mengoli el álgebra era una parte más de las mate-
máticas al mismo nivel que la aritmética y la geometría. En el inicio de la segunda
parte, o sea, del álgebra especiosa, Mengoli [1655, p.19] describe así este arte en un
apartado titulado «Sobre la utilidad del álgebra especiosa»: «Una sola entre las
Matemáticas se Ilamará Algebra Especiosa, un arte en el que nada se esconde al
investigador. Si preguntas, si es o no es, consiste en decir la verdad; si preguntas
cuanto es, este arte lo hace suficientemente. Ya que a los n ŭ meros genéricos [este
arte] les proporciona maneras aptas para hacer y probar las cosas hechas y dichas.
Así es a saber que intervendrán dos tipos de nŭmeros genéricos, los que buscas
[incógnitas] y los que puedes dar arbitrariamente [datos]»".

Así pues, Mengoli era de los pocos que consideraba el álgebra una parte de
las matemáticas en una Italia en la que, seg ŭn Pepe [1982, pp. 249-288], apenas se
conocía La Géométrie de Descartes y los que usaban el álgebra se encontraban en
minoría'6. i;Conoció Mengoli La Géométrie de Descartes? Mengoli reconoció haber
leído a Viéte, Hérigone y Beaugrand, pero no citó a Descartes. Así mismo, sus inter-
pretaciones algebraicas tampoco nos inducen a pensar que lo hubiera leído. Sin
embargo, aunque Mengoli no participó en los debates de la época como defensor
del álgebra, queda patente que, para él, el álgebra era una parte de las matemáticas
y además como mostraremos a continuación la utilizó profusamente en sus obras
matemáticas posteriores.

5. La evolución del lenguaje «especioso»

Un segundo aspecto a considerar en el proceso de algebrización de las mate-


máticas es el establecimiento de la logística especiosa como un lenguaje nuevo de
símbolos y técnicas. Podríamos preguntarnos: ,Este nuevo lenguaje era un arte que
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servía para clarificar, para dar a conocer más fácilmente los resultados obtenidos o
al utilizar símbolos nuevos era más dificultoso? utilizaban para encontrar
nuevos resultados? evolucionó? ,Había unificación de criterios en lo que
respecta a la nomenclatura y utilización de símbolos?

Consideremos de nuevo la valoración que se hizo de este nuevo lenguaje por


parte de algunos matemáticos. Segŭn Pycior [1997, p. 146], Hobbes trivializaba el
estilo simbólico que Oughtred y Wallis habían considerado como el corazón del
álgebra''. Mientras Wallis enfatizaba la economía, la claridad, la fertilidad e inclu-
so el hecho de que el simbolismo algebraico permitiera a primera vista ver comple-
jas relaciones matemáticas. Hobbes insistía en que era una pérdida de tiempo, ya
que para comprender los símbolos primero éstos habían de ser trasladados a pala-
bras y a nombres y después a ideas particulares. Barrow, sin rechazar totalmente el
simbolismo algebraico, parecía considerarlo como un sistema de abreviación más
que como un sistema de resolución.

Aunque con Viéte, y más tarde con Descartes, la notación de las expresiones
algebraicas fue mejorando, no había unanimidad respecto a la simbología. Durante
muchos años todavía se utilizaron diferentes notaciones en las obras de álgebra.
Analicemos, pues, la contribución de Mengoli al desarrollo del lenguaje algebraico".

Mengoli adoptó el simbolismo algebraico de Viéte ya en su primera obra Via


Regia. En ésta explicaba que representaría los n ŭmeros con letras, pero presentó el
álgebra como un lenguaje y comparó metafóricamente las figuras lingtiísticas con
las figuras algebraicas. Así las consonantes representaban datos; las vocales, incóg-
nitas; las silabas, expresiones algebraicas
, de una sola letra; los signos de puntua-
ción, las reglas de adición, substracción...; las palabras, expresiones algebraicas de
varias letras; los textos, igualdades; los versos, ecuaciones. Mengoli no puso ning ŭn
ejemplo con letras ni con n ŭmeros de estas comparaciones metafóricas, solo daba
explicaciones. Finalmente hizo una clasificación de las ecuaciones hasta el tercer
grado segŭn el grado y seg ŭn los signos. Aunque la clasificación de Viéte era más
completa hay coincidencias en las palabras usadas: antithesi, que quiere decir trans-
posición de ténninos de la ecuación; subgraduales, para indicar que tienen un grado
más pequeño que el de la ecuación, etc. La originalidad de Mengoli en esta prime-
ra obra reside en que presentaba explícitamente el álgebra como un lenguaje para
poder operar matemáticamente, estableciendo comparaciones metafóricas con el
lenguaje que utilizaba para escribir, aunque no realizó ninguna contribución a la
formación del lenguaje simbólico".
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Cuatro años más tarde Mengoli escribió una nueva obra donde el álgebra
pasó a ser un elemento esencial. En el título de la obra Geometriae Speciosae
Elementa que podemos traducir por Elementos de geometría especiosa, Mengoli ya
señalaba que estaba utilizando el álgebra especiosa en la geometría y la Ilamaba
Geometría Especiosa.

Aquí, Mengoli volvía a exponer los signos que utilizaría y es coherente con
su primera obra. Si comparamos estos signos con los definidos por Viéte y
Descartes apreciamos algunas diferencias. Por ejemplo, para expresar una igualdad,
Mengoli representaba el signo igual con «dos puntos», mientras que Viéte lo repre-
sentaba con una abreviación de la palabra aequalis y Descartes lo escribía con el
símbolo Para multiplicar, Viéte usaba la palabra in, mientras que Mengoli y
Descartes escribían una letra al lado de otra. La razón entre dos cantidades en
Mengoli venía representada por «punto y coma» y en cambio Viéte usaba la
expresión ad y Descartes á.

Así mismo, en este libro, a diferencia de Viête, para simbolizar los n ŭ meros,
Mengoli no distinguía entre vocales y consonantes que pueden representar indistin-
tamente datos, incógnitas y variables. Utilizaba min ŭ sculas y may ŭsculas; general-
mente las min ŭsculas representaban datos y las may ŭsculas variables. Se inventaba
nombres para las letras y expresiones utilizadas, seg ŭn él, por Viéte, Hérigone y
Beaugrand. Algunos nombres coinciden como la palabra radix, que, tanto para Viête
como para Mengoli, representaba la primera potencia [base], otros eran totalmente
originales de Mengoli, triprimam, unisextam, etc. Para representar las potencias
Viéte, por ejemplo, retuvo las palabras A quadratus, A cubus,...2". Descartes en cam-
bio escribía los exponentes tal como hacemos ahora, con una excepción, cuando, a
veces, para representar el cuadrado escribía xx• Mengoli no escribía palabras como
Viéte pero tampoco colocaba los exponentes como Descartes, los escribía al lado a
la derecha, como Hérigone. Como se puede apreciar a mitad del siglo diecisiete a ŭn
no había unificación de criterios ni para los símbolos, ni para los nombres.

A Mengoli el álgebra le era ŭtil también para obtener nuevos resultados ya


que la gran novedad aportada por él al lenguaje algebraico consistía en la manipu-
lación de este lenguaje especioso, simbólico. Además de usar las operaciones
conocidas, inventó una manera de escribir y de calcular las sumas finitas de poten-
cias. Mengoli no escribió las sumas de potencias, dando valores o bien escribien-
do los nŭmeros con el signo + y puntos suspensivos, sino que representó los n ŭme-
ros con letras y creó una construcción original y ventajosa que le permitiera
calcular estas sumas.
714 MARÍA ROSA MASSA ESTEVE LLULL, 24

Mengoli consideró un n ŭ mero cualquiera o tota, representado por la letra t, y


lo dividía en dos partes «a» y «r = t-a». Con sus palabras, «Las partes de tota se Ila-
marán parte separada [abscissa] y parte restante [residua], y la parte separada se
representará con la letra a y la restante con r»2 '. A continuación consideró tota igual
a I, 2,... y puso ejemplos hasta 10. Es decir, si t es 2, a es I y r es 1. Si t es 3, a puede
ser I o 2 y entonces r es 2 o 1, respectivamente. Si t es 4, a puede ser 1, 2 o 3, y
entonces r es 3, 2 o 1, respectivamente, y así indefinidamente. También calculó los
cuadrados y los cubos de a, los productos de a y r, de los cuadrados de a y r, etc.

Además, Mengoli explicó que todos los n ŭ meros que separaba, a, de un


mismo n ŭmero, t, (así como los restantes r que le quedaban) los Ilamaría «sinóni-
mos» [synonymae]. Así, si t es 3, los synonimae son 1 y 2; si t es 4, los synonimae
son 1, 2 y 3, etc. Después sumó los synonimae para obtener sumas del tipo

/-1
0.a = todos los sinónimos de t =/fa
a=1

Mengoli los Ilamó massa de todas las abscisas. Así, si t es 3, la suma


[massa] valdrá 3, ya que es la suma de I y 2. Si t es 4, la suma valdrá 6, ya que es
la suma de I, 2 y 3, etc.

Mengoli ordenó todos estas sumas que resultan de la adición de los synonimae
en una tabla triangular que Ilamó tabla «de los símbolos» [Tabula Speciosa].

0.0
Base primera 0.a 0.r
Base segunda 0.a2 0.ar 0.r2
Base tercera 0.a3 0.a2r 0.ar2 0.13
Base cuarta 0.a4 0.a3 r 0.a2r2 0.ar3 0.r4
Tabzda speciosa

Los elementos de esta tabla son sumatorios del tipo

0.0 = (t-1)
0.a = 1 + 2 + 3 +... + (t-1)
0.r = (t-I) + (t-2) + (t-3) +... + 1
0.a2 = 1 2 + 22 + 32 +... 0_02
0.ar = 1. (t-1) + 2. (t-2) + 3. (t-3) +... + (t- ). 1
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Mengoli las Ilamó species". Consideró que el vértice de la tabla era «de
orden cero», y la primera fila de la tabla triangular «de orden uno», la segunda «de
orden dos», etc. y asignó n ŭ meros ordinales a las filas o bases. Así calculó y demos-
tró el valor de estas sumas utilizando el nŭmero t como punto de partida para su
construcción. Estos cálculos dan el valor de la suma de las zn potencias de 1-1 ente-
ros". Mengoli aplicó el álgebra a las tablas triangulares para generalizar y aprove-
chó las propiedades de los n ŭ meros combinatorios para calcular el valor de estas
sumas de potencias".

Otra aportación original de Mengoli fue la justificación y el uso de la noción


de variable. Su idea era que las letras, además de representar un n ŭmero dado o una
incógnita, también pudieran representar variables, es decir, n ŭmeros indeterminados
pero determinables. Así, afirma: «Cuando escribo 0.a, después del capítulo prece-
dente, tengo inmediatamente la suma [nassa] de todas las abscisas. Pero qué valor
es esta suma [massa], aŭn no sabes, si no escribes de qué n ŭmero [estás calculan-
do] el sumatorio. Pero lo sabes si asignas que 0.a es la suma [obtenida a partir] del
nŭmero t. Y de esta manera no sabes cuanto es, si al mismo tiempo no asignas cual
es el valor de la letra t. Pero cuando te permita que fijes un valor cualquiera para la
letra t, y tu, utilizando este permiso, digas que vale 5, al instante ciertamente asig-
narás que 0.a vale 10, que 12 vale 25, que t' vale 125, y que 0.r vale 10, y si las
letras t están determinadas las cantidades 0.a, 0.r, 12 , t' estarán determinadas. Por lo
que, antes que tŭ hayas utilizado el permiso dado, tenías ciertamente 0.a, 0.1; i2 , ',
cantidades [que son] determinables pero [cantidades] indeterminadas.»"

Por lo tanto, está claro que las sumas eran n ŭmeros indeterminados, pero que
quedaban determinados cuando se conocía el valor de t. Asignando diferentes valo-
res a t, Mengoli introdujo la definición de variable, probablemente por primera vez,
y sefialando además la dependencia entre el valor de t y el valor de la suma". En el
pensamiento de Mengoli parece que subyace una idea de sucesión, aunque quede
lejos del concepto general de función.

Mengoli aplicó su idea de variable al cálculo de las cuasi-razones de estas


sumas. 0 sea que el valor de una razón es también indeterminado pero es determi-
nable dando sucesivos valores a t. La razón, efectivamente, no asume este valor, el
cual podemos interpretar como su valor actual; más bien, tiende a él a medida que
aumenta t. Es en este sentido que Mengoli entiende la expresión «razón indetermi-
nada determinable». Mengoli continuó dando ejemplos y clarificó su noción de
«razón cuasi un n ŭ mero». Consideró valores hasta 10 en la razón 0.a a 12 y argu-
mentó que estaba más cerca de 1/2 que cualquier otra razón dada. A esta razón la
716 MARíA ROSA MASSA ESTEVE LLULL, 24

Ilamó cuasi 1/2. De esta manera podía calcular el valor de cuasi-razones entre expre-
siones algebraicas cuando el valor de las letras iba aumentando. La diferencia entre
1/2 y la razón, que está determinada cuando el valor de t aumenta, es así más peque-
fia que la diferencia entre 1/2 y cualquier otra razón dada. El límite de esta sucesión
de razones o de esta razón, en la medida en que es así determinable, es 1/2, y lo deno-
minó razón cuasi 1/2. La idea de «razón cuasi un n ŭmero» sugiere, aunque de mane-
ra imprecisa, el concepto moderno de límite. Basándose en esta idea, la «cuasira-
zón», que utilizó después para demostrar las cuadraturas, no dependía de los valores
dados a las letras, pudiéndose utilizar para cualquier potencia natural, ya que las
razones las establecía comparando los grados de las expresiones algebraicas.

Hay que señalar que el hecho de que Mengoli utilizara el lenguaje algebrai-
co en su obra, lejos de ser una ventaja para su difusión se convirtió en un handicap.
Su manera de escribir enrevesada y poco clara, su afán por definir todos los con-
ceptos que utilizaba y la elaboración de un lenguaje propio, donde la notación a
medida que avanzaba en su discurso se iba complicando, hicieron que no fuera leído
como se merecía. Así, Barrow, en una carta a Collins [GREGORY, 1939, p. 49],
refiriéndose a la obra de Mengoli, decía que era más dura que el árabe y que si había
descubierto algo él no tenía tiempo para averiguarlo.

6. Álgebra versus indivisibles

El tercer aspecto sobre el que queremos reflexionar es la utilización del álge-


bra para resolver problemas de cuadratura. La obtención de la cuadratura de las infi-
nitas parábolas e hipérbolas y, como no, la cuadratura del círculo, constituyó una de
las grandes preocupaciones de los matemáticos del siglo XVII.

Cavalieri, fue de los primeros en desarrollar un nuevo método de cuadratura


Ilamado método de los indivisibles. Cuando Cavalieri expuso su método ya había
dos antecedentes claros: la técnica de los antiguos, que hoy se Ilama método de
exhausción, creado por Eudoxo y que Euclides y Arquímedes explotaron en una
gran variedad de caminos para determinar áreas de figuras curvilíneas, vol ŭmenes,
superficies y arcos, y el trabajo de Kepler. El método de los indivisibles de Cavalieri
se encuentra explicado básicamente en dos de sus libros: Geometría
continuorum nova quadam ratione promota (Bolonia, 1635) y Exercitationes geo-
metricae sex (Bolonia, 1647)27 . La demostración de las cuadraturas de infinitas pará-
bolas y = ,Y171 , para m entero positivo, fue publicada por Cavalieri en esta ŭltima
obra, aunque afirmaba conocerla desde el 1639. En 1636, Gilles Persone de
LLULL, 24 REL4C1ONES ENTRE ELÁLGEBRA Y LA GEOMETRÍA EN EL S. XVII 7 17

Roberval (1602-1675) en una carta dirigida a Fermat también citó la regla para
encontrar la suma finita de potencias y explicó que la aplicaba para calcular cua-
draturas. Así mismo, Fermat especificaba en una carta a Cavalieri, antes del 1644,
que había cuadrado las parábolas, exponiéndole la regla y un ejemplo. El propio
Fermat, en 1657, demostró las cuadraturas para m racional positivo. Wallis por su
parte, también demostró estas mismas cuadraturas en su Arithmetica Infinitorum
(1655) utilizando la suma de potencias". Aunque Fermat y Wallis también utiliza-
ban elementos algebraicos en su método de cuadratura, el camino que siguieron fue
muy diferente al de Mengoli.

Mengoli, en un primer cálculo, utilizó el método de los indivisibles de su


maestro Cavalieri pero lo hizo a través de un lema y tres proposiciones cuasialge-
braicas de Jean Beaugrand que se encuentran en la Exercitatione quarta, de
Cavalieri. En la introducción de esta parte Cavalieri [1647, pp. 243-245] explicaba
que cuando estaba investigando sobre las cuadraturas pasó, camino de París, el
padre Nicerone, a quien comunicó sus descubrimientos, y éste los refirió a
Beaugrand". Más tarde Cavalieri tuvo noticias a través de Mersenne de la muerte
de Beaugrand y de las soluciones que éste había encontrado a las cuadraturas pro-
puestas. Cavalieri precisaba que incorporó estas soluciones de Beaugrand, que son
más algebraicas, para que no se perdiesen. A pesar de que encontraba la vía alge-
braica más fácil y más corta, no la utilizó`". En cambio, Mengoli en Geometriae
Speciosae Elementa, cuando quiso usar el método de los indivisibles de Cavalieri,
especificaba que lo haría por vía algebraica porque era más corta, «Así también para
obtenerlo por vía más breve, procederemos por Algebra Especiosa»''.

Habiendo calculado cuadraturas por el método cuasialgebraico de


Beaugrand, Mengoli las volvió a calcular con un segundo método aritmético
algebraico y lo justificó con estas palabras:

«Mientras tanto dejé de lado este añadido hecho a la Geometría de los indivisibles,
teniendo miedo de la autoridad de los que juzgan falsa la hipótesis que la infinitud de todas
las rectas de una figura plana sea una figura plana; lo dejé no porque fuese de esta opinión
sino que la esquivé porque la encontraba dudosa e intenté, si me era posible, establecer fun-
damentos nuevos y seguros para el mismo método de los indivisibles o para otros métodos
nuevos que fuesen equivalentes.»"

No está clara la razón por la que Mengoli no siguió el camino de su maes-


tro. Quizás fuera debido a que el método de Cavalieri había recibido muchas críti-
cas y Mengoli no podía dejar de ser sensible a ellas. Quiso buscar nuevos métodos,
718 MARÍA ROSA MASSA ESTEVE LLULL, 24

con fundamentos más sólidos, introduciendo en sus cálculos el álgebra de Viéte a


través de las tablas triangulares y la teoría de las «cuasi-proporciones».

Mengoli intentó ya desde el principio que quedara clara su aplicación del


álgebra a la geometría y dedicó mucho espacio a identificar las figuras (las llama
formas) que quiere cuadrar con las expresiones algebraicas que utilizaba para repre-
sentarlas, sin hacer ning ŭn dibujo. Daba su propio sistema de coordenadas, defi-
niendo la abscisa y la ordenada y describía individualmente las ordenadas de las
figuras a través de las abscisas en el intervalo (0,1). Por ejemplo, las ordenadas
correspondientes a una figura descrita por una parábola las llamaba «abscisas
segundas» y eran descritas por terceras proporcionales de la unidad y de la abscisa,
1 : x = x : y. Las ordenadas de estas figuras quedaban definidas por medianas pro-
porcionales o terceras proporcionales. Es decir, la conexión entre la figura (que no
representaba) y la expresión algebraica (curva) que describía la figura era la teoría
de proporciones de Euclides".

Mengoli además colocó estas expresiones algebraicas en tablas triangulares


de manera similar a como había hecho con los sumatorios a fin de calcular a la vez
todas las cuadraturas de las figuras de la tabla. Así para representar la parábola
escribía FO.a2 , para la expresión y=x3 escribía FO.a3 ,para la expresión y=x(1-x)
escribía FO.ar, representando x por a y 1-x por r Seguidamente multiplicó estas
expresiones algebraicas por dos factores que calculaba fácilmente ya que sólo
dependían del grado (no de la dimensión) de la expresión algebraica y, por ŭltimo,
demostraba que todas las cuadraturas eran iguales a la del cuadrado de lado uno. La
demostración de Mengoli es independiente del grado y sirve para cualquier figura'.
El álgebra le proporcionaba un método para calcular a un mismo tiempo todas estas
cuadraturas (que ya conocía) y no le hacía falta hacer cada vez la cuadratura de una
curva para encontrar una regla que le permitiera generalizarlas.

Mengoli no hizo, como Descartes, un álgebra de segmentos, o sea, no inter-


pretó geométricamente cada una de las operaciones algebraicas que definía. Incluso
cuando demostraba la igualdad (a + b)2 = a 2 + 2ab + 192 lo hacía a través de las pro-
piedades de las proporciones. Su obra presenta más similitudes con la de Viête, que
también utilizaba la teoría de proporciones como vínculo entre álgebra y geometría.
Pero Viête, además de confeccionar diagramas sin establecer un sistema de coorde-
nadas, comprobaba las construcciones de las soluciones de las ecuaciones de segun-
do grado sin establecer relaciones entre las ordenadas y las abscisas, y no
demostraba la cuadratura de estas figuras.
LLULL, 24 REL4C1ONES EIVTRE EL ALGEBRA Y LA GEOMETRA EN EL S. XVII 719

Mengoli además clasificó las figuras en tipos, seg ŭn estuviesen situadas en


los lados primero y ŭ ltimo de la tabla triangular o bien en medio, demostrando sus
propiedades con la teoría de proporciones. Al final de la obra establecia otra clasi-
ficación de las figuras. Seg ŭ n el lugar que les correspondía en la tabla les daba uno
u otro nombre, especificando, sin demostrarlo, como seria su dibujo, qué ángulo
formaban, cual era su baricentro. Si bien queda patente que sabía cual era el dibujo
de cada una de las figuras, Mengoli no hizo casi ning ŭn dibujo de las mismas. A
reseñar que en el caso de la cuadratura del círculo, que se encuentra en una obra
posterior, no aparece ni un solo dibujo a lo largo de toda la obra.

En dicha obra, titulada Circolo (1672), cuando construía una tabla de cua-
draturas de figuras interpoladas, Mengoli clasificaba también las cuadraturas calcu-
ladas segŭn el lugar y el grado en cuadraturas de primera, segunda y tercera clase.
Así cuando se examina esta obra no parece que en la misma se trate de cuadraturas
de figuras geométricas, ya que sólo se aprecian tablas triangulares y cálculos de
productos infinitos para hallar pi.

El hecho de representar los nŭmeros, las variables y las figuras con letras y
buscar artilugios para operar con ellas y poder «generalizar», lo interpretamos como
una respuesta a la necesidad mengoliana de resolver infinitas cuadraturas a la vez
con independencia de su representación geométrica. Mengoli halló el instrumento
generalizador en las tablas triangulares y en el álgebra ya que las tablas se pueden
extender indefinidamente, son fáciles de construir y las letras le permiten identifi-
car las figuras dentro de la tabla. La utilización del álgebra de Viéte en el método
de cuadraturas de Mengoli es un rasgo característico y fundamental de su obra, tal
como él mismo señalaba al principio de Geometriae Speciosae Elementa

«Ambas geometrías, la antigua de Arquímedes y la nueva de los indivisibles de


Buenaventura Cavalieri (preceptor mío), asi como también el álgebra de Viête, han estado
tratadas con bastante acierto por personas cultas; de ellas, ni confusamente ni como si fuese
una mezcla, sino por una perfecta conjunción, se obtiene una nueva, la especie propia de
nuestro trabajo, que no podrá desagradar a nadie.»"

Mengoli siguiendo una investigación muy original «conjunta perfectamen-


te» en su obra la matemática clásica, representada en este caso por Euclides (teoria
de proporciones) y Arquimedes (método de exhausción), el método de los indivisi-
bles de su maestro y la matemática innovadora representada por el álgebra de Viéte.
Aunque las aportaciones de Mengoli constituyen un eslabón más en el proceso de
la algebrización de las matemáticas, su objetivo prioritario no fue ni la construcción
algebraica de las curvas ni clasificar las mismas, sino resolver unas cuadraturas que
720 MARíA ROSA MASSA ESTEVE LLULL, 24

ya conocía, por un método distinto, con fundamentos más seguros, y en el cual des-
arrollaba el álgebra de Viéte. En Mengoli las características del pensamiento alge-
braico y geométrico no se enfrentan sino que se superponen como dos capas de
barniz a fin de dar mejor color al cuadro.

7. EPíLOGO

El proceso de algebrización de las matemáticas no fue lineal ni en el tiempo


ni en el espacio ya que no fue el mismo ni dentro de cada país ni dentro de cada
grupo de matemáticos. Los grandes difusores e investigadores de este «arte analíti-
co» con un lenguaje y métodos nuevos tomaban postura y lo defendían frente a los
que lo ignoraban o atacaban. No se aprecia una ruptura clara pero en un siglo apro-
ximadamente se acabó imponiendo el álgebra como una parte ŭtil de las matemáti-
cas para resolver problemas que de otra manera era imposible solucionar. Uno de los
puntos clave fue la constitución del lenguaje algebraico. La utilización de un len-
guaje propio por parte de los distintos matemáticos originó que estos nuevos méto-
dos analíticos no fuesen considerados una nueva ciencia bien fundamentada, aunque
fueran herramientas de cálculo muy potentes, frente a la síntesis geométrica.

Para poder entender todo este proceso con rigor histórico sería necesario
analizar otros aspectos: el desarrollo del concepto modemo de n ŭmero (los n ŭme-
ros imaginarios, los n ŭmeros negativos,...), la introducción y el aumento de méto-
dos algebraicos en otros campos (teoría de n ŭmeros, trigonometría,...), el aumento
de construcciones geométricas dadas las ecuaciones algebraicas (relación entre la
ecuación y la representación, clasificación de curvas,...), la limitación que las expre-
siones algebraicas presenta frente a las figuras geométricas, los cambios de método
(análisis-síntesis, métodos directos,...) y también la recepción y utilización de estos
métodos algebraicos dentro de otros ámbitos científicos.

Agradecindentos

Mi agradecimiento a Paolo Mancosu, Toni Malet, Carles Puig, José


Llombart y Pilar Crivillés que han leido versiones previas de este articulo
mejorando su contenido y su estilo.
LLULL, 24 RELACIONES ENTRE EL ÁLGEBRA Y 1,4 GEOMETRIÁ EN EL S. XVII 721

NOTAS

1 Véase CARDANO [1968, pp. 7-22, 96-101, 217-221] y BOMBELLI [1929, pp. 1-46].
2 En latin: «Denique fastuosum problema problematum ars Analyticae, triplicem Zetetices,
Poristices & Exegetices formam tandem induta, jure sibi adrogat, quod est, NULLUM
NON PROBLEMA SOLVERE»VIETE [1970, p. 12].
3 Sobre Herigone véase CIFOLETTI [1990, p. 129].
4 Jean Beaugrand( 1595-1640) era matemático; el año 1635 lo pasó en Italia donde visitó a
Cavalieri en Bolonia. Más referencias en CIFOLETTI [1990. pp. 114-128].
5 William Oughtred (1571-1660) matemático inglés muy influyente, se decía que su obra era
la mejor álgebra del momento. Más información en SCOTT [1981, p. 207].
6 Fermat no publicó mientras vivió, sus trabajos circulaban a través de canas o manuscritos.
7 La interpretación de este programa actualmente a ŭn da lugar a posiciones muy
contrastadas. Por una parte Bos, Boyer, Lenoir, explican que para Descartes el álgebra
es simplemente una herramienta para economizar esfuerzos. La ecuación de una curva
no es un medio de definición o representación sino una herramienta para poder
clasificar las curvas en clases. Seg ŭ n estos historiadores la intención de Descartes al
escribir La Géométrie era buscar un método de resolución de problemas geométricos,
como era usual en la época, y la ecuación nunca es el ŭ ltimo paso de la solución.
Giusti, al contrario, dice que para Descartes la curva es la ecuación. Giusti destaca el
componente algebraico de La Géométrie como fundamental en su programa ya que le
permite dar soluciones generales y uniformes a una gran variedad de problemas. Seg ŭn
este autor, los elementos de construcción de las curvas juegan un rol más retórico que
científico en la obra de Descartes. Véase BOS [1981. pp. 295-338], BOS [1998, pp. 291-
317], GIUSTI [1987, pp. 409-432], MANCOSU [1996, pp. 84-91], PEPE [1982, pp.
249-288].
8 Esta idea de oposición de los dos pensamientos perduró en algunos casos, así Cauchy en
1821 en la introducción al Cours d'Analyse de IËcole Royale Polytechnique (p. Ij)
explica que para los métodos ha buscado todo el rigor de la geometría ya que los
razonamientos algebraicos sirven para hacer presentir la verdad pero que no se ajustan a
la exactitud de las matemáticas.
9 Un análisis más exhaustivo sobre estas diferencias se puede encontrar en
MAHONEY[1980, p. 141-155].
10 Véase HOYRUP [1996, pp. 3-4].
11 Véase PYCIOR [1997, p. 143] y JESSEPH [1999, p. 189].
12 Sobre la controversia Barrow, Hobbes y Wallis véase PYC1OR [1997, pp. 135-166],
MAIERU [1994, 99-105], MANCOSU [1997, pp. 86-88] y JESSEPH [1999, pp. 189-
246]. Sobre el debate entre Leibniz, Arnauld, Prestet y Gottignies, véase MANCOSU
[1997, pp. 88-91].
13 Thomas Harriot (1560-1621) Algebrista inglés graduado en Oxford. Escribió Artis
Analyticae Praxis (1631) basándose en la obra de Viéte
14 Más referencias sobre vida y obra de Mengoli en BARONCINI [1986], NATUCCI [1971]
y MASSA [1998].
722 MARÍA ROSA MASSA ESTEVE LLULL, 24

15 En latín, «De utilitate Algebra Speciosa. Una, Mathematicas inter, Speciosa vocatur
Algebra: quaerenti qua nihil arte latet. Sive rogas, utrum sic, vel non, dicere verum est;
sive rogas, quantum est: ars facit ista satis. Utpote quae numeris generalibus instruit
aptos. Ad facere, ad facta, 8z. dicta probare, modos. Scilicet intererit generalis uterque
fuisse; Quem—quaeris numerus, quem— dare cunque potes.» MENGOLI [1655, p. 19].
16 Pepe, en su estudio, destaca que así como Viéte estaba presente en las obras de los
italianos, La Géométrie (1637) de Descartes, tuvo poca difusión en Italia. PEPE [1982,
p. 2631 dice haber encontrado dos referencias, una de ellas en Giannantonio Rocca (1607-
1659), alumno del Colegio .jesuita de Parma, al cual en 1640 un amigo le envió la
traducción de La Géométrie de Descartes. Mengoli tiene interés en hacer cuadraturas a
partir de un problema propuesto por Rocca además de mantener correspondencia con él.
17 Wallis escribió Alathesis Universalis seu Opus Arithmeticzun (1657) donde intentó reflejar
la evolución y el estado de la notación algebraica. Véase SCOTT [1981, pp. 65-82].
18 Para más datos sobre los orígenes del lenguaje algebraico véase MALET [1984,
pp. 169-1791.
19 Newton en su obra Arithmetica Universalis (1684 ) dice algo similar al explicar como
encontrar una ecuación; identifica las palabras con las cantidades conocidas y
desconocidas y las frases con las ecuaciones. Véase WHITESIDE [1972, p. 565].
20 Algunos autores quieren ver en este rasgo una cierta dependencia de la geometría.
20 « Et partes Totae, dicentur, Abscissa, & Residua: & significabitur abscissa, charactere a;
& residua, r.» MENGOLI [1659, p. 21].
22 El nombre procede claramente de Viéte y su Logistica speciosa.
23 Una fórmula que efectivamente no era nueva. El primer reconocimiento como regla
general aparentemente fue hecho en 1636 por Fermat, quien anunció que había
solucionado «el que es quizás el problema más bonito de toda la aritmética», es decir,
dada cualquier progresión aritmética, hallar la suma de cualquier potencia. Fermat
estableció las reglas pero no escribió la fórmula ni la demostración. Véase Fermat [1891,
pp. 69-70, 83-84] y MAHONEY [1973, p. 291].
24 Véase demostraciones detalladas en MASSA [1997, pp. 266-268] y [1998, pp. 51-56].
25 «Cum scriptero 0.a, statim ex praecedenti capite habes massam ex omnibus adscissis: sed
quota sit haec massa, nondum habes, nisi scriptero, cuius numeri sit massa. Quod si
assignavero 0.a, numeri t massam esse; neque sic habes, quota sit, nisi simul
assignavero, quotus est numerus, valor litterae t... Cum veró licentiam dedero, ut quotum
quemque litterae t valorem taxes; tuque huiusmodi usus licentia dixeris, t valere quinario:
statim profecto assignabis & 0.a, valere 10: & t valere 25; & t valere 125; & 0.r, valere
10: & determinatae litterae t, determinatas esse quantitates 0.a, 0.r, t , t , quantitates
indeterminatas determinabiles» [MENGOLI, 1659, p. 611.
26 Seg ŭ n YOUSCHKEVITCH [1976, p. 59] el término variable fue introducido por Leibniz
el 1692 y difundido a través de la obra de FHópital: Analyse des infiniments petits (1696).
27 Sobre el método de los indivisibles de Cavalieri véase MALET [1996, pp. 11-22],
MASSA [1994. pp. 68-100], GIUSTI [1980] y ANDERSEN [1984/85, pp. 291-367].
28 Fermat [1891, Tomo I, pp. 195-1981 escribió Ad Bon. Cavalieri: Questiones responsa, que
se cree anterior a 1644. El misrno Fermat [1891, Tomo I, pp. 255-288], en 1657 escribió
De aequationum localizuzz transmutatione et emmendatione ad multimodam
LLULL, 24 RELACIONES ENTRE ELÁLGEBRA Y LA GEOMETRIA EN EL S. XVII 723

cztrvilineorum inter se vel cum rectilineis comparationem, cui annectitur proportionis


geometricae in quadrandis infinitis parabolis et hyperbolis usus. Fermat y Wallis
también demostraron las cuadratures para m negativo, excepto el caso rn = -1.
29 Jean Francois Niceron (1613-1646) pertenecía a la orden de los Mínimos, igual que
Mersenne. Se dedicó a la óptica geométrica y a la perspectiva y viajó mucho por Italia.
30 En Exercitatione, en el escolio después del lema. Cavalieri escribia: «A partir de estas
demostraciones el lector no ignorante de estas multiplicaciones algebraicas, comprenderá
que esta vía es mucho más fácil que la Euclidiana, cuya estructura es más larga en las
Proposiciones 17 y 1 8.»
31 «Ut autem breviori via id obtineamus, procedemus per Algebram Speciosam»
[MENGOLI, 1659, p. 3491
32 En latín, «Ipsam interim accessionem, quám Geometriae Indivisibilium feceram,
praeterivi: veritus eorum authoritatem, qui falsum putant suppositum, omnes rectas
figurae planae infinitas, ipsam esse figuram planam: non quasi hanc sequens partem; sed
illam quasi non prorsus indubiam devitans: tentandi animo, si possem demum eamdem
indivisibilium methodum, aut aliam equivalentem novis, & indubijs prorsus constituere
fundamentis» [MENGOLI, 1659, p. 364]. La cursiva es nuestra.
33 Cuando demostraba las propiedades de las curvas que describían la figura (creciente,
punto máximo,...), Mengoli utilizaba directamente la expresión algebraica y las
propiedades de las proporciones sin preocuparse de la representación gráfica de la figura.
34 Véase demostraciones detalladas en MASSA [1998. pp. 129-171]
35 En latín, « Ipsae satis amabiles litterarum cultoribus visae sunt, utraque Geometria,
Archimedis antiqua, & Indivisibilium nova Bonaventura Cavalierij Praeceptoris mei,
necnor & Viettae Algebra: quarum, non ex confusione, aut mixtione, sed coniunctis
perfectionibus, nova quaedam, & propria laboris nostri species, nemini poterit
displicere» [MENGOLI, 1659, pp. 2-3]. La cursiva es nuestra.

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