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DEFINICIÓN DE CADUCIDAD

Se denomina caducidad a la expiración, la cesación o


el vencimiento de algo. Cuando un elemento caduca, deja de existir o
pierde su integridad. Por ejemplo: “¡No comas ese postre! Ya pasó un mes
desde su fecha de caducidad”, “La próxima semana se producirá la
caducidad del contrato y entonces tendré que mudarme”, “Los expertos
afirman que la caducidad de este tipo de máquinas se producirá en el corto
plazo”.
La caducidad está vinculada al verbo caducar,
que alude a echarse a
perder o desaparecer por el paso
del tiempo. Aquello que caduca sufre la
pérdida de sus cualidades o su condición.
Es habitual que la idea de caducidad se emplee respecto
al límite establecido por las autoridades para consumir o utilizar un
producto. Esta fecha debe mencionarse en el envase en cuestión para que la
gente sepa hasta cuándo puede hacer uso del contenido. Los medicamentos y
los productos alimenticios, entre muchos otros artículos, presentan fecha de
caducidad.
Si compramos una caja de hamburguesas cuya fecha de caducidad es el 5
de agosto de 2020, por citar un caso, el alimento será apto para
el consumo hasta ese día. Pasada la fecha de caducidad, las hamburguesas
en cuestión pueden estar podridas.
Si bien ciertos productos nunca deberían consumirse después de su fecha de
caducidad, como ser los lácteos y la carne, es sabido que este límite se
indica para minimizar el riesgo de intoxicación y que no define con
absoluta precisión el momento en el cual los alimentos se pondrán en mal
estado.
Por esta razón, son muchas las personas que comen ciertos productos varios
días después de su vencimiento, y no se muestran preocupadas en absoluto.
En el caso del pan industrial, por ejemplo, es fácil saber si se ha puesto feo ya
que en tal caso suele presentar hongos de color verdoso; una práctica para
mejorar su sabor justo antes de que esto suceda consiste en hornearlo unos
pocos minutos, con lo cual se vuelve crocante y se elimina el exceso de
humedad que haya podido acumular.

Las cadenas de restauración y los


supermercados acostumbran deshacerse de sus productos una vez que han
alcanzado la fecha de caducidad, y es entonces cuando las personas de bajos
recursos se acercan a sus puertas para recoger los alimentos que, en su
opinión, todavía pueden consumirse sin riesgo alguno.
En el ámbito del derecho, la caducidad alude a la extinción de una
acción por el paso del tiempo. Se trata de un plazo establecido por ley
para ejercer una facultad: “Aún no se ha producido la caducidad de las
instrucciones penales”, “El plazo de caducidad para apelar es bastante
amplio”, “Estos derechos no tienen caducidad”.
Este concepto también se aplica en el ámbito de las tarjetas de
crédito y débito, servicios que deben ser renovados cada cierta cantidad de
años. La fecha de caducidad de una tarjeta es uno de sus datos más
importantes, tanto que en cualquier transacción comercial debe indicarse
para que el vendedor verifique su validez antes de confirmar el proceso.
Dado que la renovación de una tarjeta de crédito consiste en la concesión de
nuevos números además de la tarjeta en sí, de nada sirve intentar usar una
vencida para realizar una compra.
En el ámbito de la informática, la caducidad también es importante,
especialmente en las sesiones que establece el usuario con un ordenador
cuando ingresa sus datos personales. Por ejemplo, cuando nos identificamos
en nuestra plataforma de correo electrónico se abre una sesión que nos da
derecho a utilizar ciertos servicios, pero la misma debe caducar en algún
momento para evitar que cualquier persona acceda a nuestra casilla si
olvidamos desconectarnos.

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