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Síndrome Metabólico
El síndrome metabólico (SM) fue descrito inicialmente como Síndrome X por Peral Reaven, del
Departamento de Medicina, del Centro Médico de la Universidad de Stanford en 1988, aunque
antes varios autores venían advirtiendo sobre el riesgo cardiovascular que implicaba tener
dislipidemias (aumento de colesterol y/o triglicéridos en la sangre), obesidad, hipertensión
arterial e intolerancia a la glucosa por lo cual se los llamaba el cuarteto de la muerte entre
otros. Sin embargo fue el grupo de Reaven el que confirmó la asociación de estas alteraciones
metabólicas con la resistencia a la insulina, inclusive en personas aparentemente sanas y
delgadas.
Hiperuricemia o gota.
Hipercoagulabilidad y defectos de la fibrinolisis.
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Hiperleptinemia o resistencia a la leptina.
Y también: homocisteína (papel controvertido en la RI), leucocitosis, elevación de la
VSG, PAI-1 elevado, hiperandrogenismo, hígado graso, cálculos biliares, osteoporosis,
acantosis nigricans, síndrome del ovario poliquístico.
¿Cómo se diagnostica?
No existe una definición consensuada internacionalmente, y a veces se ha criticado que los
criterios diagnósticos utilizados son ambiguos e incompletos, por ello tal vez sea más útil
hablar del SM en términos de concepto que como entidad clínica, pues, entre otros aspectos,
no existe un tratamiento farmacológico específico para este diagnóstico; sin embargo, desde
un punto de vista práctico y eminentemente clínico los pará metros más extendidos para
identificar el SM son los propuestos, de manera simplificada, por el NCEP ATP-III (2001),
actualizados posteriormente por la American Heart Association (2005):
Criterios de NCEP:ATPIII (National Cholesterol Education Program, Adult Treatment Panel III)
para síndrome metabólico.
Obesidad abdominal (perímetro cintura)
o Hombres: >102 cm.
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El diagnóstico se establece cuando están presentes tres o más de los determinantes de riesgo
antes mencionados.
Otros organismos internacionales, sin embargo, aun adoptando criterios similares, incorporan
modificaciones particulares. La OMS incluye como criterio necesario la diabetes, la tolerancia
anormal a la glucosa o la resistencia a la insulina y añade el índice cintura-cadera, la
microalbuminuria; el grupo europeo EGIR, sin embargo, varía las cifras de triglicéridos (>180
mg/dl), incluye el perímetro abdominal (>94 en varones y 80 en mujeres) y agrega también la
resistencia a la insulina o hiperinsulinemia en ayunas superior al percentil 75. En 2005 la
International Diabetes Federation (IDF) propuso una nueva definición en la que, compartiendo
la mayoría de los criterios del NCEP-ATP III -de los que se precisan al menos 2 para el
diagnóstico-, sin embargo, considera condición indispensable la presencia de obesidad
abdominal (con medidas específicas para los distintos grupos étnicos y no para el país de
residencia), y que en el caso de Europa el límite que se establece para el perímetro abdominal
(como parámetro de la obesidad central) es de ≥94 cm en varones y ≥80 cm mujeres.
La prevalencia del SM varía según los criterios utilizados como diagnóstico y la definición de
SM utilizada; esta, se incrementa de manera continua con el aumento de edad y la obesidad.
La prevalencia en España oscila entre el 19,3% (criterios OMS) y el 15,5% (criterios EGIR). Se
considera que en población general puede existir una pre disposición a la RI del 40%. El SM
afecta al 42% de las mujeres y el 64% de los varones con intolerancia a la glucosa y al 78% de las
mujeres y el 84% de los varones con DM2.
El paciente con SM puede no presentar unos FRCV muy elevados o tener enfermedad
cardiovascular establecida, de ahí la importancia de integrar todos los factores que lo
determinan. La valoración inicial nos permitirá averiguar la presencia de daño vascular, evaluar
el riesgo cardiovascular y establecer los objetivos terapéuticos a seguir, por ello realizaremos
una historia clínica completa que detalle:
Esta historia clínica la completaremos con una exploración física reglada que recoja:
Hemograma.
Bioquímica general: glucemia, creatinina, ácido úrico, transaminasas, TSH (cuando
proceda).
Perfil lipídico completo (colesterol total, HDL, LDL y triglicéridos).
Hemoglobina glicosilada*.
Sistemático de orina y microalbuminuria.
Electrocardiograma (anualmente en diabéticos e hipertensos con ECG previo
patológico; bienalmente en hipertensos con ECG previos normales).
Otras destinadas a descartar causas secundarias de HTA, obesidad,
hipercolesterolemia y diabetes.
El riesgo cardiovascular del SM depende de los factores de riesgo presentes en ese individuo y
no es mayor que la suma de los componentes que lo determinan, pero por lo general triplica el
riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular (hasta el 80% de los pacientes que padecen
SM mueren por complicaciones cardiovasculares). También se asocia a un incremento global
de la mortalidad por cualquier causa.
Aquellos pacientes que presenten los siguientes condicionantes serán considerados de alto
riesgo y por tanto recibirán intervenciones prioritarias
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Enfermedad Cardiovascular establecida:
o Enfermedad coronaria establecida.
o Formas no coronarias de enfermedad aterosclerótica.
En los pacientes con niveles marcadamente elevados de algún factor de riesgo aislado el
riesgo coronario debería ajustarse:
Individuos con intolerancia a la glucosa (ITG) o con glucemias basales alteradas presentan un
incremento del RCV, siendo mayor para aquellos que presentan ITG
Estilo de vida saludable (incrementar y/o mantener la actividad física, realizar una dieta
cardiosaludable y evitar la obesidad y el sobrepeso) (A en prevención secundaria y B
en prevención primaria)
Supresión del hábito tabáquico.
Cifras de presión arterial:
o Inferiores a 140/90 mmHg en población general.
o Inferiores a 130/80 mmHg en diabéticos
o Inferiores a 125/75 mmHg en pacientes con insuficiencia renal y/o proteinuria.
Cifras de colesterol y otras fracciones lipídicas:
o En población general: colesterol total inferior a 200 mg/dl o colesterol LDL
inferior a 130 mg/dl.
o Pacientes con enfermedad cardiovascular establecida o diabéticos: colesterol
total inferior a 175 mg/dl o colesterol LDL inferior a 100 mg/dl.
o Colesterol HDL superior a 40 mg/dl en varones y 50 mg/dl en mujeres, y cifras
de triglicéridos inferiores a 150 mg/dl.
En pacientes con diabetes los objetivos para glucosa en plasma venoso inferior a 110
mg/dl y autocontroles preprandiales entre 70-90 mg/dl y posprandiales entre 70-135
mg/dl.
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¿Cuándo y con qué tratar al paciente con síndrome metabólico?
El tratamiento del SM no es diferente del que realizamos sobre cada uno de sus componentes.