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ESPAÑOL Y LITERATURA
El ejemplo más común del abandono son las demandas de paternidad, sin
embargo el abandono en países como Colombia se puede presenciar todos los
días en las calles donde abundan menores que permanecen allí probablemente
todo el día sin acompañamiento de un adulto o de sus padres. Es uno de los
problemas sociales con mayor incidencia en países con bajos estándares de
educación, y como es de preverse con mayor índice de pobreza, porque es un
círculo vicioso en el cual mientras el Estado no intervenga no cambiará la
situación. Basta ver las cifras oficiales que el Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar tiene sobre este drama: sólo el año pasado abrió 226 procesos de
protección de niños y adolescentes por abandono, únicamente en Bogotá; durante
enero de este año se reportaron 27 casos, casi uno por día.
ARGUMENTOS
Esta situación puede afectar el desarrollo social y emocional de los niños a futuro.
Según argumentó el psicoanalista, de 1 a 5 años el cerebro está madurando y las
redes neurales encargadas en registrar memorias profundas se están formando.
“Hay cosas que no podemos recordar, pero esta etapa es fundamental porque de
algún modo el cerebro guarda información que va a replicar después, así no sea
totalmente consciente de eso. El niño que recibió atención, afecto, que no fue
maltratado, seguramente sería un buen padre, porque su cerebro recuerda esos
momentos y tiende a replicarlos”,
Isaza agregó que los padres son modelos de los hijos y que los recuerdos de los
primeros años los guardan durante toda su vida: “En la memoria profunda queda
registrado lo que significa la familia, los roles de mamá y de papá desde la
experiencia que tuvieron los niños. Cuando hay ausencia de esos eventos pues no
se tendrá el referente”.
Los expertos concuerdan en que el abandono es una de las vivencias más duras
que puede vivir un niño y que deja una lesión profunda en la seguridad de sus
relaciones afectivas. Muchas veces tienen dificultades para poder confiar en el
amor del otro y piensan que no son suficiente para que su padre (o madre) no los
deje.
“El abandono para los niños es muy complicado para la niñez, porque la ausencia
de esa figura no es muy comprensible para los niños y tienden a sentirse
responsables de que los padres no estén presentes, se culpabilizan a ellos
mismos o a los papás”, relató Isaza. Suelen ser personas inseguras, celosas,
posesivas y a veces repiten el modelo de abandono.
“Todavía estamos en una sociedad en la que los hijos no se planean. Eso implica
que el oficio de maternidad o paternidad sea improvisado, y en muchas ocasiones
se prefiera abandonar, explicó Gloria Mercedes Isaza, psicóloga de familia.
CONCLUSIÓN
Por los terribles impactos que este fenómeno genera en los niños, es apenas
lógico que haya cárcel para los adultos responsables, pero sería mezquino no
reconocer que muchos jamás optarían por abandonarlos si contaran con un
mínimo apoyo, asistencia u orientación. Más allá de condenas judiciales, es un
problema grave que se resuelve sobre todo con políticas decididas de protección a
la infancia, con una visión de futuro, y urge hacerlo.
Las clases acerca de la crianza son muy útiles. Se invita a los adultos recién
casados, que no tengan niños, a tomar dichas clases antes de que cada niño
nazca, dado que la dinámica del hogar cambia con el nacimiento de cada hijo.