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OBJETO DE ESTUDIO, HISTORIA Y TRÁFICO DE RELACIONES DE LA QUÍMICA.

ISABELLA FERNÁNDEZ BEDOYA

CÓDIGO: 990716-16777

UNIVERSIDAD SANTIAGO DE CALI

PROGRAMA DE QUIMICA

2017
Objetivo de estudio de la Química.

La Química es una ciencia cuyo objetivo es el estudio de la materia en cuanto a su composición,

propiedades y transformaciones. Es una ciencia porque tiene un objeto de estudio (la materia), y

un método (el método experimental). Pero lo que distingue a la Química de otras disciplinas que

también se ocupan del estudio de la materia es que relaciona todo esto con su microestructura; es

decir con el mundo de las partículas que la constituyen.

La química es una ciencia empírica. Ya que estudia las cosas, por medio del método científico. O

sea, por medio de la observación, la cuantificación y por sobre todo, la experimentación. En su

sentido más amplio; estudia las diversas sustancias que existen en nuestro planeta. Asimismo, las

reacciones que la transforman, en otras sustancias. Por otra parte, estudia la estructura de las

sustancias, a su nivel molecular. Y por último, sus propiedades.

Los primeros hombres, en trabajar y estudiar las distintas sustancias, fueron los alquimistas, los

cuales entre los siglos III a.C y el siglo XVI d.C, tendieron a buscar el método de transformar

los metales, en oro. Esto, por medio de la búsqueda frenética e incansable de la piedra filosofal.

Tipo de elixir, que lograría que la fusión del mercurio con el azufre fuera un éxito.

Ellos comenzaron a desarrollar, las dos ramas iniciales, que se mantienen hasta hoy. La primera,

es la química orgánica. Que estudia las sustancias basadas en la combinación de los átomos de

carbono e incluyen a los hidrocarburos y sus derivados, los productos naturales, finalizando con

los tejidos vivos.

La otra rama de la química, es la inorgánica. La cual versa en el estudio de los minerales

terrestres. Luego, en los siglos XVI y XVII, la química se comenzó a desarrollar como tal. Ya

para el siglo XVIII, la química se había transformado en una ciencia empírica. O sea, se comenzó
a utilizar en ella, el método científico. Sobre todo, la experimentación. Claro que estas dos ramas,

se han ido desvaneciendo con el tiempo. Debido al desarrollo mismo de la química y el ingreso

progresivo de la biología, al campo de la primera.

Por otra parte, la química ha ido paulatinamente incrementando su campo de acción, esto se

puede observar, en nuevas materias a ser estudiadas, como la química técnica, la cual es aplicada,

en los más diversos procesos de producción. También se puede mencionar, la química

computacional, la química medio ambiental, la cual es aplicada en el estudio del medio ambiente

y la manera de preservarlo. Asimismo, tenemos a la química órgano-metálica, la cual dentro de

sus utilidades, está la del refinamiento del petróleo.

La primera finalidad de la Química es averiguar cómo los materiales pueden identificarse o

distinguirse, no en lo que se refiere a cuerpos u objetos representados por vocablos, como “vaso”

o “llave”, sino más bien por las substancias de que están formados los objetos, expresadas por

palabras como “vidrio” o “hierro”. La Química no está interesada en las propiedades accidentales

o atributos tales como el tamaño y la forma sino en las propiedades específicas de la clase de

materia que pueden reconocerse de la clase de materia que pueden reconocerse en cualquier

cuerpo formado por ella. Así, por ejemplo, una moneda de plata, una copa de plata y un electrodo

de plata difieren en tamaño, forma, utilidad e incluso aspecto estético, pero desde el punto de

vista químico son esencialmente lo mismo al estar formados por el mismo metal, la plata.

Al contemplar nuestro mundo material se observan incesantes cambios en los que unos cuerpos

desaparecen y se transforman en otros distintos. Estos cambios o transformaciones se conocen

como reacciones químicas. Muchas veces no nos interesamos en las nuevas substancias que se

originan en las reacciones químicas sino en la energía producida en las mismas. Así, quemamos

carbón en el hogar, no para obtener las cenizas que se forman y se van acumulando, ni para
utilizar el dióxido de carbono que escapa por la chimenea, sino para aprovechar el calor

desprendido en su combustión. El estudio de las reacciones químicas, esto es, la posibilidad de su

realización, la extensión en que tiene lugar, la velocidad con que se verifican y las relaciones

cuantitativas entre las substancias que intervienen en la transformación o entre ellas y la energía

des prendida o absorbida en la misma es la segunda finalidad de la Química.

El mecanismo de las reacciones químicas depende de la estructura íntima de las sustancias y, en

consecuencia, el objeto final de la Química es el de la constitución de la materia, puesto que este

conocimiento permite identificar y diferenciar las sustancias, comprender sus propiedades y

establecer su comportamiento frente a otras clases de sustancias o bajo la acción de cualquier

forma de energía. Por último, la Química no se limita al estudio de las sustancias que componen

los seres vivos e inanimados existentes sobre la Tierra, así como de las que constituyen las

estrellas, sino que, más importante, extiende incluso su finalidad al descubrir incesantemente

nuevas sustancias que no se encuentran en la naturaleza y cuyas propiedades y aplicaciones las

hacen en muchísimos casos de incalculable valor.


Historia de la Química.

Fechas de la historia de la Química hasta la actualidad.

1’900.000 a.C: Descubrimiento del fuego.

La primera reacción química de importancia que controlaron los humanos fue el fuego. Hay

restos datados hace alrededor de 500.000 años que atestiguan el dominio del fuego, al menos

desde los tiempos del Homo Erectus. Este logro se considera una de las tecnologías más

importantes de la historia. No solo proporcionaba calor y luz para alumbrarse, o servía para

despejar los bosques o de protección contra los animales salvajes, sino que fue la base para el

control de otras reacciones químicas, como las derivadas de la cocción de los alimentos (que

facilitaron su digestión y disminuían la cantidad de microorganismos patógenos en ellos) y más

tarde de tecnologías más complejas como la cerámica, la fabricación de ladrillos, la metalurgia, el

vidrio o la destilación de perfumes, medicinas y otras sustancias contenidas en las plantas.

Aunque el fuego fuera la primera reacción química usada de manera controlada, las culturas

antiguas desconocían su etiología. Durante milenios se consideró una fuerza misteriosa y mística

capaz de transformar unas sustancias en otras produciendo luz y calor.

10.000 a.C: Trabajos de cerámica, alfarería y vidriería (China, India y Egipto).

Además del uso del fuego proporcionó a los humanos otras dos importantes tecnologías derivadas

de transformaciones físico-químicas, la cerámica y el vidrio, cuyo desarrollo ha acompañado al

hombre desde la prehistoria hasta el laboratorio moderno. Los orígenes de la cerámica datan del

Neolítico cuando el hombre descubrió que los recipientes hechos de arcilla, cambiaban sus

características mecánicas e incrementaban su resistencia frente al agua si eran calentados en el


fuego. Para controlar mejor el proceso se desarrollaron diferentes tipos de hornos, y cada cultura

desarrolló sus propias técnicas y formas.

En Egipto se descubrió que recubriendo la superficie con mezclas de determinados minerales

(sobre todo mezclas basadas en el feldespato y la galena) la cerámica se cubría con una capa muy

dura, menos porosa y brillante, el esmalte, cuyo color se podía cambiar añadiendo pequeñas

cantidades de otros minerales o variando las condiciones de aireación del horno. Estas

tecnologías se difundieron rápidamente. En China se perfeccionaron las tecnologías de

fabricación de las cerámicas hasta dar con la porcelana en el siglo VII. Relacionado con el

desarrollo de la cerámica, aparece el desarrollo del vidrio a partir del cuarzo y carbonato de sodio

o carbonato de potasio. Su desarrollo igualmente empezó en el Antiguo Egipto y fue

perfeccionado por los romanos.

8000 a.C- 6000 a.C: Fermentación y posible surgimiento de la Alquimia en Egipto y China.

La Alquimia ocupa el estado intermedio entre el saber químico de la Grecia Antigua y los

cimientos de la química moderna en los siglos XVII-XVIII. Este largo viaje en la historia a

través de la Edad Media, con las aportaciones de la cultura árabe, parte de las explicaciones

aristotélicas de la transformación de unos elementos en otros. Se ocupa del pretendido arte de

transformar los metales inferiores en oro mediante el descubrimiento de la piedra filosofal. Con el

tiempo, el objetivo inicial de la Alquimia de encontrar la piedra filosofal, que convirtiese en oro

todos los metales, se amplió a buscar también el elixir que proporcionase la juventud eterna, y

por tanto la inmortalidad.

El razonamiento alquimista era deductivo y se basaba en que todo era el resultado de la

combinación e interacción de los principios alquimistas: el mercurio o principio de fluidez, la sal


con sus propiedades térreas y el azufre con sus propiedades favorecedoras de la combustión.

Estos tres principios podían proporcionar el oro.

Un hecho importante en el desarrollo de la Alquimia hacia la química, fue el que numerosos

médicos medievales insistieron en el uso de preparados químicos para tratar diversas

enfermedades. También está la primera evidencia del vino y la cerveza utilizados en el proceso

químico de la fermentación. Los habitantes de la antigua Mesopotamia utilizaban el tanino para

hacer cuero con las pieles de animales. Los pueblos de China y Medio Oriente comienzan a

utilizar enzimas para hacer queso a partir de la leche.

3400 a.C: Aleación oro-cobre: bronce (Sumerios).

El primer metal empleado por los humanos fue el oro que puede encontrarse en forma nativa, por

lo que no necesita transformaciones químicas. Se han encontrado pequeñas cantidades de oro en

algunas cuevas de España usadas en el Paleolítico superior aproximadamente hace 40.000 años.

La plata y el cobre también se pueden encontrar en forma nativa en pequeñas cantidades (además

del estaño y el hierro meteórico que aparecen en cantidades exiguas) permitiendo un uso limitado

de objetos metalísticos en las culturas antiguas. Las técnicas de esta metalurgia inicial se

limitaban a fundir los metales con la ayuda del fuego para purificarlos y dar forma a los adornos

o herramientas mediante moldes o cincelado. Pero los metales nativos son escasos y el uso de

objetos metálicos no se generalizó hasta que se aprendió a extraer los metales a partir de sus

minerales. Algunos metales pueden obtenerse de sus menas simplemente calentando los

minerales en una pira, principalmente el estaño y el plomo, y a mayores temperaturas, en un

horno, el cobre; en un proceso de reducción conocido como fundición. Al principio los metales se

usaban por separado o mezclados tal como se encontraban. Al mezclarse el cobre con estaño o

arsénico intencionadamente se consiguieron metales de mejores cualidades, las aleaciones


denominadas bronces. Con este avance tecnológico surgió la Edad del Bronce. La extracción del

hierro de sus menas es mucho más difícil que la del cobre y el estaño, ya que requiere un proceso

de fundición más complejo, que necesita carbón (una fuente de CO) como agente reductor y

mayores temperaturas, pero a cambio se consigue un metal más duro y tenaz que el bronce, y

mucho más abundante. A diferencia de la producción del bronce que se extendió por el Viejo

Mundo a partir de un foco ubicado en el Oriente Próximo las técnicas de fundición del hierro

podría haberse desarrollaron multipolarmente en distintas partes del mundo.

Siglos III a I a.C: Interpretaciones griegas de la materia, los cuatro elementos de Aristóteles

(Aire, Tierra, Agua y Fuego).

La generalización de la teoría de los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego de Empédocles

(490-430 a.C.) por Aristóteles supuso un paso importante en el intento de explicarlos (384-322

a.C.) fenómenos físico-químicos, fuera del gobierno de los astros o de los dioses. Aristóteles

modificó la teoría inicial, al concebir dichos elementos como combinaciones entre dos parejas de

cualidades opuestas e inconciliables entre sí: frío y calor, por un lado, y humedad y sequedad, por

el otro, con las cuales se pueden formar cuatro parejas diferentes y cada una de ellas da origen a

un elemento.

De forma que la sustitución de una cualidad en un elemento por otra cualidad diferente da lugar a

la aparición de otro elemento distinto. Así, la sustitución en el elemento agua de la cualidad

humedad por la sequedad da origen a la conversión del agua en el elemento tierra.

Siglo I d.C: Lucrecio escribe "De rerum natura" donde explica el concepto de átomo.

Lucrecio conservaba en sus escritos seis libros de los cuales se ha podido reconstruir la filosofía

de Epicuro en sus cuatros principios. Estos principios se desarrollan en los respectivos libros de
Lucrecio siendo el I y el II la explicación del átomo, el III y el IV el “animus” y siendo el V y el

VI la explicación de los fenómenos celestes mediante la física.

Para los epicúreos, el mundo es un mundo de RES ("cosa"), esta res se compone de vacío y de

átomos. Los átomos, dice Lucrecio, son diminutos, con forma de un canto rodado por la erosión

de un río, y caen en el vacío formando combinaciones atómicas. De esta forma se crea el mundo.

Estas combinaciones atómicas no son perennes sino temporales y debido a la caída que sufren, se

desgastan o se disuelven por completo. Así, las personas somos el resultado de una de estas

combinaciones. Con el tiempo nos desgastamos, es decir, sufrimos enfermedades, o nos

disolvemos, morimos.

Hoy en día, le teoría atómica del "De Rerum Natura" es inadmisible, pues sabemos a ciencia

cierta que el vacío no existe, sino que todo está lleno de energía.

Siglo XVI: Paracelso y el comienzo de la iatroquímica.

La iatroquímica o yatroquímica es una rama histórica de la ciencia que enlazaba la química y la

medicina. Teniendo sus bases en la alquimia, la iatroquímica buscaba encontrar explicaciones

químicas a los procesos patológicos y fisiológicos del cuerpo humano, y proporcionar

tratamientos con sustancias químicas. Los iatroquímica creían que la fisiología dependía del

balance de fluidos corporales específicos.

La iatroquímica fue una tendencia médica de vanguardia entre los siglos XVI y XVII. Su

promotor fue Paracelso, un polémico científico y alquimista suizo.

Ha quedado obsoleta, aunque se la puede considerar como la precursora de la farmacología

moderna y de la bioquímica.
El sistema iatroquímica, vigente durante la segunda mitad del siglo XVII, asumió las

interpretaciones paracelsistas, pero eliminando sus elementos panvitalistas y metafísicos, que

sustituyó por el mecanicismo, el atomismo y el método científico.

Siglo XVII: Inicios de la química y Boyle escribe “The Sceptical Chymist: or Chymico-

Physical Doubts & Paradoxes” (El químico escéptico: o las dudas y paradojas quimio-

físicas).

En 1605, Francis Bacon publicó “The Proficience and Advancement of Learning” (“La

capacidad y progreso del aprendizaje”), una obra científico-filosófica que contiene una

descripción de cómo debería ser la práctica experimental que posteriormente se conocería como

el método científico. En 1605 Michal Sedziwój publicó el tratado alquímico “Novum Lumen

Chymicum” (“La nueva luz de la química”), que propone por primera vez la existencia en el aire

de un «alimento para la vida», que posteriormente se reconocerá como el oxígeno (al principio

aire desflogistizado). En 1615 Jean Beguin publicó “Tyrocinium Chymicum” (“La práctica de la

química”), el primer libro de texto de química, donde aparece la primera ecuación química. En

1637 René Descartes publicó “Discours de la méthode” (“El discurso del método”), un ensayo

que basa la investigación científica en los cálculos matemáticos y la desconfianza en los hechos

no probados.

La obra del químico holandés Jan Baptist van Helmont, “Ortus medicinae” (El origen de la

medicina) publicada póstumamente en 1648, se considera la principal obra de transición entre la

alquimia y la química, e influyó notablemente en Robert Boyle. El libro contiene el resultado de

numerosos experimentos y enuncia una versión inicial de la ley de conservación de la masa.

Baptist van Helmont indicó que existían otras materias “insustanciales” además del aire, y acuñó

para ellas el nombre de “gas”.


En 1669 el alquimista alemán Hennig Brandt descubrió el fósforo a partir de la orina. Para

lograrlo destiló una mezcla de orina y arena (50 cubos). Al evaporar la urea obtuvo un material

blanco que brillaba en la oscuridad y ardía con una llama brillante.

Se considera que el químico inglés Robert Boyle apartó definitivamente a la química de la

alquimia al mejorar su método experimental. Aunque su investigación tiene sus raíces claramente

en la tradición alquímica, actualmente se reconoce a Boyle como el primer químico moderno, y

por ello uno de los fundadores de la química moderna, y uno de los pioneros del método

científico experimental moderno. Se le conoce principalmente por la ley de Boyle que presentó

en 1662, aunque Boyle no fue su descubridor original. La ley describe la relación inversamente

proporcional que existe entre la presión y el volumen de un gas, si se mantiene constante la

temperatura en un sistema cerrado,

Se reconoce como un hito científico la publicación de la obra de Boyle “The Sceptical Chymist:

or Chymico-Physical Doubts & Paradoxes” (El químico escéptico: o las dudas y paradojas

quimio-físicas) en 1661, que se considera un pilar fundamental del campo de la química. En la

obra Boyle presenta su hipótesis de que todos los fenómenos son el resultado de la colisión de las

partículas en movimiento. Su obra además contiene algunas de las primeras ideas modernas sobre

átomos, moléculas y reacciones químicas, por lo que marcó el inicio de la historia de la química

moderna. Boyle también trató de purificar las sustancias químicas para obtener reacciones

reproducibles. Fue un defensor de la filosofía mecánica propuesta por René Descartes para

explicar y cuantificar las propiedades e interacciones de las sustancias química. Puntualizó que la

división más pequeña de la materia a la que se mantenían las propiedades era a nivel de los

corpúsculos. Además realizó numerosas investigaciones con una bomba de aire. Observó que al

sacar el aire las llamas se extinguían y se morían los animales situados dentro, y también hacía
descender los niveles del barómetro. Boyle repitió los tres experimentos de van Helmont, y fue el

primero en usar indicadores que cambiaran de color con la acidez. Por todo ello Boyle ayudó a

asentar los pilares de la revolución química con su filosofía corpuscular mecánica.

Siglo XVIII: Teoría del flogisto, Ulloa descubre el platino en Sudamérica, primer elemento

descubierto en América y Volta y su pila.

A finales del siglo XVII y principios de XVIII se propuso la teoría del flogisto para intentar

explicar los procesos de combustión y oxido-reducción mediante la pérdida o transferencia,

respectivamente, de un supuesto fluido denominado flogisto. La teoría fue propuesta inicialmente

por Johann Becher y desarrollada por Georg Stahl, ambos químicos alemanes. Becher postuló

otra reforma de la teoría de los cuatro elementos en la que solo la tierra y el agua serían

componentes de las materias, en distintas proporciones, y el fuego y el aire serían meramente

agentes de las transformaciones. A su vez existirían tres tipos distintos de tierras, cada una de

ellas portadora de una propiedad: el aspecto vítreo, la fluidez o volatilidad, y el carácter

inflamable. Para esta última Georg Stahl acuño el término flogisto en 1702. Toda sustancia

susceptible de sufrir combustión contendría cierta cantidad de flogisto, y el proceso de

combustión consistiría básicamente en la pérdida de dicha sustancia.

Se conocía desde la antigüedad que algunas sales metálicas podían ser transformadas de nuevo en

los metales de partida. Stahl explicó este proceso suponiendo que los metales estaban formados

por una cal y un principio inflamable carente de masa, el flogisto, por lo que la calcinación, es

decir, la formación de la cal, se podía explicar, al igual que la combustión, como un

desprendimiento de flogisto, el cual se liberaba del metal y dejaba la cal al descubierto en las

cenizas. El proceso inverso, la reducción de la cal al metal, podía ser igualmente explicado como
una adición de flogisto. Si una sustancia rica en flogisto, como el carbón, era puesta en contacto

con una cal metálica, podía transferirle su flogisto y dar lugar a la formación del metal.

Joseph Priestley usó la teoría del flogisto en sus experimentos de química neumática para

explicar las transformaciones de los gases. Denominó al residuo de aire que quedaba tras un

proceso de combustión “aire flogistizado” (en realidad, una mezcla de nitrógeno y dióxido de

carbono), pues pensaba que durante la combustión dicho aire había absorbido todo el flogisto que

tenía capacidad de albergar, y por eso cesaba la combustión. Siguiendo esta línea de

razonamiento, cuando Priestley calentó la cal roja de mercurio y recogió un tipo de aire que podía

mantener más tiempo la combustión lo denominó “aire desflogistizado”. Posteriormente

Lavoisier lo llamaría oxígeno.

En el siglo XVIII se multiplicaron los descubrimientos de nuevos elementos, gracias al cambio

en los métodos de investigación. Un hecho sin precedentes desde la antigüedad, ya que en los dos

milenios anteriores se habían descubierto solo cinco (arsénico, antimonio, zinc, bismuto y

fósforo). Alrededor de 1735 el químico sueco Georg Brandt analizó un pigmento azul oscuro

encontrado en la mena del cobre descubriendo lo que posteriormente conoceríamos como

cobalto. En 1748 el español Antonio de Ulloa publicó la descripción de un nuevo metal, el

platino. En 1751 un discípulo de Stahl, Axel Fredrik Cronstedt, identificó en una impureza del

mineral del cobre otro nuevo metal, el níquel. En 1766 el químico inglés Henry Cavendish aisló

el hidrógeno, al que llamó “aire inflamable”. En 1773 el sueco Carl Wilhelm Scheele descubrió el

oxígeno, al que llamó “aire de fuego”, aunque al no publicar inmediatamente su hallazgo dio

tiempo a Joseph Priestley a publicarlo 1774, tras haber descubierto el mismo gas

independientemente al cual llamó “aire deflogistizado”. En 1783 los hermanos españoles Juan

José y Fausto Elhuyar consiguieron aislar el wolframio a partir del mineral wolframita. En 1754
el escocés Joseph Black aisló el dióxido de carbono, al que llamó “aire invariable”. En 1757 el

francés Louis Claude Cadet de Gassicourt, mientras investigaba los compuestos del arsénico creó

el líquido fumante de Cadet, que posteriormente se sabría que contenía óxido de cacodilo, y por

ello es considerado el primer compuesto organometálico que se logró sintetizar. Y además en

1758 Joseph Black formuló el concepto de calor latente para explicar los cambios de estado.

Aunque la investigación química se puede remontar a la antigua Babilonia, Egipto, y

especialmente a Persia y Arabia de la Edad de Oro del islam, la química floreció a partir de la

época de Antoine Lavoisier, un químico francés reconocido como el “padre de la química

moderna”. En 1789 Lavoisier estableció formalmente la ley de conservación de la materia, que en

su honor también se conoce como “Ley Lomonósov-Lavoisier”. Para demostrarla realizó

múltiples experimentos. Demostró con medidas meticulosas que las transmutaciones no eran

posibles, por ejemplo, no se transformaba el agua en tierra, sino que el sedimento que se observa

al hervir agua procedía del contenedor; o que al quemar al aire fósforo y azufre, probó que

aunque los productos pesaban más, el peso ganado procedía del aire. Repitiendo los experimentos

de Priestley demostró que el aire estaba compuesto de dos partes (no era un elemento), y una de

ellas se combinaba con los metales para formar las cales. En “Considérations Generals sur la

Nature des Acides” (1778) demostró que la parte del aire responsable de la combustión también

era la fuente de la acidez en disoluciones. Al año siguiente nombró a esta parte oxígeno. Por ello

se considera a Lavoisier el descubridor del oxígeno junto a Preistley y Scheele. También observó

que el “aire inflamable” descubierto por Cavendish al combinarlo con oxígeno producía una

condensación, como informó Priestley, que parecía ser agua (luego tampoco el agua era un

elemento), por ello denominó a este gas hidrógeno.


En Rusia Mikhail Lomonosov independientemente llegó a conclusiones similares sobre la

conservación de la materia y el flogisto. Además Lomonosov anticipó la teoría cinética de los

gases, al considerar que el calor provenía de una forma de movimiento. Lavoisier trabajó con

Claude Louis Berthollet y otros para idear un sistema de nomenclatura química que fue la base

del sistema moderno de nombrar compuestos químicos. Lavoisier inventó la forma de nombrar y

clasificar compuestos que se usa principalmente en la actualidad, que incluye nombres como

ácido sulfúrico, sulfatos y sulfitos. Berthollet también es conocido por sus contribuciones a la

teoría del equilibrio químico a través del mecanismo de reacción reversible.

La obra de Lavoisier “Traite Élémentaire de Chimie” (Tratado elemental de química, 1789) fue

el primer libro de texto de la química moderna, y presentaba un punto de vista unificado de las

nuevas teorías químicas, contenía una declaración clara de la ley de conservación de la masa, y

negaba la existencia del flogisto. Además presentaba una lista de elementos, o sustancias que no

podían descomponerse, que incluía al oxígeno, nitrógeno, hidrógeno, fósforo, mercurio, zinc y el

azufre. Sin embargo, en su lista también se incluía la luz y el calórico, que él creía que eran

sustancias materiales.

Lavoisier demostró que los organismos vivos descomponían y recomponían el aire atmosférico

de la misma forma que lo hacía una llama. Junto a Pierre-Simón Laplace, Lavoisier usó un

calorímetro para estimar el calor por unidad de dióxido de carbono producido en una combustión.

Y descubrió unas medias similares para las llamas y los animales, lo que indicaba que los

animales producían energía por medio de un tipo de combustión. Además descubrió que el

diamante era una forma cristalina del carbón.

El físico italiano Alessandro Volta fue uno de los pioneros en los estudios sobre la electricidad.

En 1775 Volta perfeccionó y popularizó el electróforo, un dispositivo con dos discos metálicos
separados por un conductor húmedo, pero unidos con un circuito exterior, capaz de producir

electricidad estática. En 1794 Volta revisó los estudios sobre la “electricidad animal”. En 1780

Luigi Galvani había observado que al poner en contacto dos metales diferentes con el músculo de

una rana se originaba la aparición de corriente eléctrica. A Volta le interesó la idea y comenzó a

experimentar con metales únicamente, y llegó a la conclusión de que el tejido muscular animal no

era necesario para producir la corriente eléctrica. Este hallazgo suscitó una fuerte controversia

entre los partidarios de la electricidad animal y los defensores de la electricidad metálica, pero la

demostración, realizada en 1800, del funcionamiento de la primera pila eléctrica certificó la

victoria del bando favorable a las tesis de Volta.

Su pila voltaica de 1800 consistía en un apilamiento de varios pares de discos de cobre y zinc

alternados (electrodos) separados por una capa de tela o cartón empapada en salmuera

(electrolito) para incrementar la conductividad. Cuando se conectaba la parte superior y la

inferior con un cable separados, y perdía poca carga con el tiempo cuando no se la utiliza, con lo

que Volta consiguió la primera batería eléctrica para producir electricidad. Por ello se considera a

Volta el fundador de la electroquímica. A partir de entonces se usarán las pilas voltaicas (o

galvánicas) en el estudio las reacciones redox y sus productos. Además Alessandro Volta entre

1776 y 1778 se dedicó al estudio de la química de los gases y fue el descubridor del metano.

Siglo XIX: Resurgimiento de la teoría atómica, Dalton y las leyes de las proporciones

atómicas.

Después de haber abarcado la teoría atómica en la antigüedad y haber esbozado en los modelos

mecánicos corpusculares, la teoría atómica es retomada por John Dalton, a partir de la cual se

pudieron establecer las leyes estequiometrias, base de la actual estequiometria.


Muchos fueron los investigadores que trabajaron bajo la hipótesis atómica. Svante Arrehenius

intuyo en parte la estructura interna de los átomos proponiendo su teoría de la ionización en las

disoluciones. Aunque su verdadera estructura no se vislumbraría hasta principios del siglo XX, a

partir de los trabajos de Ernest Rutherford seguidos por el modelo atómico de Bohr.

En 1803, propuso la ley de Dalton, que relaciona las presiones parciales de los componentes de

una mezcla de gases con la presión total de la mezcla. El concepto fue descubierto en 1801, y

también se conoce como ley de las presiones parciales.

En 1803, afirmaba en su nueva teoría atómica, que toda la materia está formada por pequeñas

partículas indivisibles denominadas átomos. Explico su teoría formulando una serie de

enunciados simples:

 La materia está formada por partículas muy pequeñas llamadas átomos que son

indivisibles y no se pueden destruir.

 Los átomos de un mismo elemento son iguales entre sí, tienen la misma masa y

propiedades. Los átomos de diferentes elementos tienen masas diferentes.

 Los átomos permanecen si división, aun cuando se combinen en las reacciones químicas.

 Los compuestos químicos se forman al unirse átomos de dos o más elementos distintos.

 Los átomos, al combinarse para formar compuestos guardan relaciones simples.

 Los átomos de elementos diferentes se pueden combinar en proporciones distintas y

formar más de un compuesto.

A pesar de su utilidad y gran aceptación durante todo el siglo XIX, la teoría atómica de Dalton

tenía imprecisiones y presentaba muchas lagunas: no aclaraba nada sobre la estructura del átomo,

ni explicaba las propiedades de los elementos, ni cuáles eran las causas de que se unieran para
formar compuestos. Además de definir átomos, elementos y compuestos, Dalton infirió las

proporciones de algunos elementos en sus compuestos, partiendo de los pesos de sus reactivos,

por medio del peso atómico relativo usando al hidrógeno como unidad de masa en la

comparación con los demás elementos. Propuso que cuando los elementos químicos se

combinaban para dar más de un compuesto se unen en distintas proporciones fijas y enteras. Esto

se conoce como la Ley de las proporciones múltiples.

Por otro lado fue el químico francés Joseph Proust quien propuso la Ley de proporciones

definidas, que afirma que los elementos siempre se combinan para formar un determinado

compuesto lo hacen en proporciones de números enteros y sencillos, basándose en varios

experimentos realizados entre 1797 y 1804.

En 1802 el químico francés Joseph Louis Gay-Lussac compartía con Lavoisier el interés por el

estudio cuantitativo de las propiedades de los gases. Manifestó que todos los gases se expandían

proporcionalmente al aumentar la temperatura. A esta conclusión generalmente se la denomina

ley de Charles, ya que Gay-Lussac le concedió el crédito del descubrimiento a Jacques Charles,

por haber llegado casi a sus mismas conclusiones.

En 1811 Amedeo Avogadro presentó la hipótesis de que los volúmenes iguales de cualquier gas,

a la misma temperatura y presión, contenían el mismo número de moléculas; por lo cual la

relación entre los pesos moleculares de dos gases era la misma proporción que la que había entre

sus densidades, en las mismas condiciones de presión y temperatura. Además Avogadro razonó

que los gases corrientes no estaban formados por átomos solitarios sino por moléculas que

contenían dos o más átomos (que era el origen de los distintos pesos atómicos registrados). Así

Avogadro fue capaz de resolver el problema con el que se habían topado Dalton y otros cuando

Gay-Lussac reportó que por encima del los 100 °C el volumen del vapor de agua era dos veces el
volumen del oxígeno usado para formarla. Según Avogadro la molécula de oxígeno se dividía en

dos átomos para formar el agua.

En 1833 se hace obligatorio el estudio de la química para estudiantes de medicina.

En 1869 Mendeleiev publica la Tabla Periódica de los elementos

En 1869, los científicos ya habían descubierto 66 elementos diferentes y habían determinado su

masa atómica. Comprobaron que algunos elementos tenían propiedades químicas similares y

hubo varios intentos de clasificarlos según algunas de ellas con más o menos acierto. En 1829 el

químico J.W. Döbereiner organizó un sistema de clasificación de elementos en el que estos se

congregaban en grupos de tres denominados tríadas. Las propiedades químicas de los elementos

de una tríada eran similares y sus propiedades físicas variaban de manera ordenada con su masa

atómica. En 1862 Alexandre-Emile Béguyer de Chancourtois publicó su hélice telúrica, una

clasificación tridimensional de los elementos. En 1864 John Newlands propuso la ley de las

octavas y el mismo año Lothar Meyer desarrolló otra clasificación con 28 elementos organizados

según su valencia. El químico ruso Mendeléyev intuyó que había algún tipo de orden entre los

elementos y pasó más de treinta años recolectando datos y dando forma al concepto, inicialmente

con la intención de aclarar el desorden para sus alumnos. Mendeléyev acomodó los 66 elementos

conocidos en ese momento en su tabla periódica por orden creciente de peso atómico, pero

también atendiendo a sus propiedades, y acertó al dejar huecos en la tabla para elementos todavía

no descubiertos. Mendeléyev descubrió que cuando se ordenaban los elementos químicos en fila

según aumentaba el peso atómico, hasta llegar a uno que tuviera propiedades similares al inicial,

que se situaría en una nueva fila debajo, en la tabla resultante se encontraban patrones

recurrentes, o periodicidad, en las propiedades de los elementos tanto en las filas (periodos) como

en las columnas (grupos).


Siglo XX: Se revela la estructura del átomo y Rutherford tiene su modelo atómico.

Tras haber descubierto la existencia de los electrones, en 1903 el primero en elaborar un nuevo

modelo atómico fue J. J. Thomson que propuso que los electrones se distribuían uniformemente

en el interior del átomo suspendido en una nube de carga positiva, por lo que a su teoría se la

denominó modelo del budín de pasas.

En 1906, Rutherford dirigió un experimento realizado por sus alumnos Hans Geiger) y Ernest

Marsden en la Universidad de Mánchester. En este célebre experimento, conocido como el

experimento de Rutherford. Se bombardeó una finísima lámina de oro con un haz de partículas

alfa, generadas por la descomposición del radón. El objetivo del experimento era evaluar la

validez del modelo atómico de Thomson. Si los átomos de oro se ajustaban a este modelo las

partículas α los atravesarían sin desviarse o haciéndolo pocos grados. Pero los resultados reales

sorprendieron a Rutherford. Aunque muchas partículas α pasaban sin desviarse, un pequeño

porcentaje sufría grandes desviaciones, incluso de más de 90 grados. Esto demostraba que en el

interior de los átomos había una masa relativamente grande con carga positiva, a la que

posteriormente Rutherford denominó núcleo atómico, con la que chocaban las partículas α; y

refutaba por completo el modelo de Thomson. A partir de estos resultados Ernest Rutherford

desarrolló su propio modelo atómico, según el cual el átomo estaba constituido por un núcleo

central positivo relativamente grande con electrones girando a su alrededor como en un sistema

planetario, aunque la mayor parte del átomo estaba vacía (la mayoría de las partículas α no

encontraban nada con qué chocar).

A pesar de su gran avance, el modelo atómico de Rutherford presentaba un fallo teórico

importante que los físicos no tardaron en señalar. Según la teoría electromagnética clásica una

carga girando circularmente emitiría energía, lo que provocaría que los electrones perdieran
energía por la emisión y terminaran trazando una espiral hasta precipitarse sobre el núcleo; por lo

que los átomos no podrían ser estables así descritos. En 1913, el físico danés Niels Bohr subsanó

esta deficiencia introduciendo el concepto de cuantización en la estructura del átomo, al proponer

en su modelo atómico que los electrones no giraban en cualquier órbita, sino que tienen

restringido su movimiento a órbitas de determinados niveles (aquellos cuyo momento angular

fuera un múltiplo entero de h/2π) las cuales serían órbitas estacionarias, que no emitirían energía.

En el modelo de Bohr los electrones giran en órbitas circulares alrededor del núcleo en niveles

cuantizados, es decir, solo determinados radios estaban permitidos. Las órbitas intermedias no

existen y los electrones emiten o absorben energía para pasar a órbitas más bajas o altas,

respectivamente. Como los electrones solo se encuentran en determinadas órbitas características

de cada átomo, la magnitud de los saltos de energía que dan al ser excitados son únicos para cada

elemento, y serían los que recogen los espectros atómicos.

En 1913 Frederick Soddy formuló el concepto de isótopo, afirmando que existían ciertos

elementos con dos o más formas, con idénticas propiedades químicas, pero distinto peso atómico.

En el año 1918, Ernest Rutherford descubrió que cuando se disparaban partículas alfa contra el

nitrógeno gas, sus detectores de centelleo captaban núcleos de hidrógeno, por lo que determinó

que el núcleo de hidrógeno debía ser una partícula fundamental, descubriendo así el protón.

Además Rutherford propuso en 1920 la existencia de partículas neutras en el núcleo para explicar

que los núcleos no se desintegrasen por la repulsión electromagnética de los protones. Y

finalmente James Chadwick en el año 1932 descubrió una partícula nuclear de masa similar al

protón pero de carga neutra, al que denominó neutrón. Este descubrimiento explicaba los

desajustes de la tabla periódica de Mendeléyev, justificando así la modificación de Henry

Moseley, y también la existencia de los isótopos. En 1916, Arnold Sommerfeld perfeccionó el


modelo atómico de Bohr con el modelo atómico de Sommerfeld, que introdujo las órbitas

elípticas con un nuevo número cuántico, el azimutal, y postulando que no solo el electrón se

movía sino que también el núcleo giraba alrededor del centro de masas.

En 1902 Gilbert Newton Lewis inició la teoría del enlace de valencia. Esta teoría se basa en que

los enlaces químicos dependen de la cantidad de electrones que tengan los átomos en su capa más

externa, o capa de valencia. Mientras intentaba explicar la valencia a sus alumnos, representó los

átomos como si fueran cubos con los electrones en los vértices. Estos «átomos cúbicos» servían

para explicar los ocho grupos de la tabla periódica y representaban la idea de que los enlaces

químicos se formaban para que los átomos se transfirieran electrones unos a otros con objeto de

completar los ocho electrones exteriores, un octeto, necesarios para alcanzar la estabilidad al

conseguir la misma configuración electrónica exterior que un gas noble.

En la década de 1920 se establecerán los fundamentos de la mecánica cuántica, que será decisiva

para la desvelar la naturaleza y el comportamiento de las partículas subatómicas a partir de

entonces. En 1924, el físico Louis de Broglie publicó su revolucionaria tesis, en la que presentó la

teoría de que el electrón se comporta con una dualidad onda partícula. En 1925, el físico austriaco

Wolfgang Pauli estableció el principio de exclusión de Pauli, que afirmaba que dos electrones

alrededor del mismo núcleo no pueden ocupar el mismo estado cuántico simultáneamente, que

está definido por cuatro números cuánticos. Pauli hizo importantes contribuciones en los campos

de la mecánica cuántica y teoría cuántica.

Una vez asumidos los principios de la mecánica cuántica surge la química cuántica para

aplicarlos al estudio de los enlaces químicos y de las estructuras de las moléculas y estructuras

cristalinas. Algunos consideran que la química cuántica nació en 1926 con la ecuación de

Schrödinger y su aplicación al átomo de hidrógeno, mientras que otros consideran que arranca en
1927 con el artículo “Wechselwirkung neutraler Atome und Homöopolare Bindung nach der

Quantenmechanik” (“La interacción de los átomos neutros y el enlace homopolar según la

mecánica cuántica”) de Walter Heitler y Fritz London.

Al iniciarse la década de 1940 el extenso trabajo coordinado de la química y la física había

conseguido explicar las propiedades químicas sustentándolas en la configuración electrónica del

átomo. El libro de Linus Pauling “The Nature of the Chemical Bond” (La naturaleza del enlace

químico, 1939) usa los principios de la química cuántica para deducir los ángulos de los enlaces

en moléculas cada vez más complicadas. Sin embargo, la compleja estructura de algunas de las

moléculas biológicamente más relevantes todavía era desconocida.

En esa misma década, el químico norteamericano Melvin Calvin inició sus investigaciones sobre

la fotosíntesis, aplicando marcadores radiactivos de carbono 14 y detectó la secuencia de

reacciones químicas generadas por las plantas al transformar dióxido de carbono gaseoso y el

agua en oxígeno e hidratos de carbono, lo que en la actualidad se conoce como Ciclo de Calvin.

En 1937 Hans Adolf Krebs descubrió que todas las reacciones del interior de las células

conocidas involucradas en la respiración celular estaban relacionadas entre sí, denominando a

esta sucesión de reacciones ciclo del ácido cítrico, más tarde conocido como Ciclo de Krebs.

Siglo XXI: La química en la actualidad.

Si quisiéramos trazar un panorama del estado actual de la química, tendríamos que hacerlo

basándonos en dos puntos fundamentales: la especialización y la confluencia con otras ciencias.

Las diversas ramas de esta ciencia han alcanzado un alto grado de especialización y la

confluencia con otras ciencias comenzó con el resurgimiento de la física química cuyo desarrollo

ha sido de gran importancia, no sólo en la física y en la química, sino también en la biología,


medicina, agricultura, ciencias medioambientales, etc., y ha provocado el nacimiento de otras

especialidades como bioquímica, química agrícola, química de la atmósfera, etc. Las actuales

líneas de investigación se podrían resumir en las siguientes:

Química inorgánica: polímeros inorgánicos y superconductores inorgánicos.

Química Orgánica: Química macromolecular, nuevos polímeros sintéticos, superconductores

orgánicos y moléculas orgánicas autorreplicantes.

Química Física: utilización de láser y catalizadores biometálicos.

Bioquímica: son muy numerosas. Se pueden nombrar algunas como composición y estructuras de

proteínas, estudio de los anticuerpos, fotosíntesis, fijación del nitrógeno atmosférico, estudio de

interferones, el A.D.N. vírico, estructura de los ácidos nucleicos, estudio de los genes

oncológicos, estudio del genoma humano, evolución química y origen de la vida, etc.

En la actualidad la química se está preocupando mucho por la contaminación ambiental, buscar

fuentes renovables de energía, eliminar la gasolina y encontrar algo que la reemplace. También

están trabajando con el calentamiento y enfriamiento global por culpa del uso del petróleo. Otras

áreas que la química trabaja hoy día son la bioquímica y biotecnología. Esto es el futuro para el

mejoramiento de la salud creando desde proteínas hasta huesos, orejas, nariz entre otras cosas. En

eso está el uso de la nanotecnología y los nanotubos.

El tráfico de relaciones en la química.

En la actualidad la química tiene un tráfico de relaciones bastante elevado comparado con otras

ciencias; por su parte esta añade millones de aportes a la sociedad tanto positivos como

negativos, tiene como mayor problema la comercialización de drogas ilícitas, estupefacientes,

píldoras, etc. que hacen que el organismo de quien la consuma decaiga aceleradamente. Por otro
lado están sus influencias positivas como el mejoramiento a nivel ambiental y avances

tecnológico-científico en la salud que nos permiten mantener una vida sana que día a día va

creciendo más por conseguir un bienestar global.

Conclusiones.

Se puede concluir que a lo largo de los años, la química ha ido evolucionando bien sea por la

búsqueda de esta o por la forma empírica en la que los humanos vamos desarrollando nuevas

teorías e hipótesis que nos hacen entender, explicar y razonar sobre nuestro mundo actual. Se

sabe acerca de lo que ha transcurrido en los últimos siglos con respecto a la química gracias a los

apuntes y textos escritos por físicos, químicos y doctores que en su tiempo han querido que se

mantuviera y se expandiera cada vez más las utilidades de esta rama de la ciencia.

Al pasar de los años nos damos cuenta que también ha habido altos y bajos en la química que han

sufrido múltiples consecuencias y que ha tomado vidas de inocentes, pues bien se sabe,

actualmente uno de los mayores problemas de la química es la reacción que se realiza con otras

sustancias, que son medicinales, y se crean las llamadas sustancias psicoactivas. Estas han

generado el mayor de los problemas actuales pues día a día se van modificando con nuevas

sustancias haciendo que el cuerpo empeore cada vez más rápido cuando la consume y se debilite

haciendo que muera.

Otro de los avances científicos es la impresión en 3D de prótesis que permiten realizar cualquier

actividad a la persona que está afectada por falta de un miembro, este avance se ve reflejado en el

campo de la medicina pues bien se conoce que la química aporta una gran parte de su ciencia a

esta rama.
También están los avances ambientales que se realizan para facilitar la vida que cada día va en

crecimiento y evitando así que se deteriore cada vez más el mundo.

Bibliografía.

Referencias a páginas web:

Wikipedia, Historia de la química: https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_qu

%C3%ADmica

Ciencia Online: http://www.cienciaonline.com/2007/03/14/breve-historia-de-la-quimica-iii-s-xx-

y-la-actualidad/

PDF: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/50/Quimica_tercer_bimestre.pdf

Encina: http://encina.pntic.mec.es/jsaf0002/p11.htm

Cultura general: http://www.culturageneral.net/Ciencias/Quimica/Historia/index.html#top

Descubrir la química: https://descubrirlaquimica.wordpress.com/historia-de-la-quimica/

Jueves Filosófico, El Atomismo de Lucrecio: http://www.juevesfilosofico.com/la-felicidad-

suprema-de-vivir-es-el-amor-en-todas-sus-formas-diego-rivera-1885-1957/

Wikipedia, Iatroquímica: https://es.wikipedia.org/wiki/Iatroqu%C3%ADmica

Wikipedia, Redox: https://es.wikipedia.org/wiki/Redox

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