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Desertificación.....................................................................................20
Cambio climático y sus graves consecuencias.
Los climatólogos están de acuerdo en que los efectos más probables derivados
del calentamiento del planeta incluyen el deshielo de glaciares y casquetes de
hielo polares, la subida del nivel del mar, y desastres meteorológicos más
frecuentes y violentos.
Sin embargo, existen grandes dificultades para estimar con precisión el alcance de
estos efectos, ya que dependerán del grado de adaptación de las economías y la
población al nuevo entorno. Lo que parece claro es que el aumento de la
temperatura incrementará la dureza y recurrencia de eventos extremos (o «de
cola», usando la jerga económica). Se trata de fenómenos meteorológicos
impredecibles, pero de graves consecuencias, como ciclones, huracanes o
inundaciones, cuya probabilidad de materializarse aumentará de forma notable si
no se pone freno al incremento de los gases de efecto invernadero.
De hecho, en los últimos años los análisis del impacto económico del cambio
climático han mejorado de forma notable. En este sentido, destaca el artículo que
en 2018 tres profesores de Stanford publicaron en la revista Nature y en el que
estiman que,2 en un escenario donde se continúen aplicando las políticas
energéticas vigentes en la actualidad, se producirá una reducción del PIB global
de entre el 15% y el 25% en 2100 en relación con un escenario en el que las
temperaturas se mantuvieran en los niveles actuales; la reducción se situaría por
encima del 25% si no se actuase en absoluto (escenario business as
usual).3 Además, estiman que pasar de un escenario con un aumento de 2 ºC a
uno de 1,5 ºC beneficiaría al 90% de la población global en 2100, y permitiría
ahorrar más de 18 billones de euros (cifra que corresponde a una cuarta parte del
PIB global actual). Una de las críticas que ha recibido dicho estudio es que no
tiene en cuenta los costes de transición que implicaría reducir las emisiones. Con
todo, basándose en otros estudios, los autores concluyen que estos costes serían
de una magnitud muy inferior a los beneficios de limitar el calentamiento global.
Además, argumentan que ellos llevan a cabo una estimación conservadora del
impacto económico del cambio climático ya que excluyen del análisis el impacto
de los fenómenos meteorológicos extremos.
Además, querríamos enfatizar que el impacto del cambio climático afecta a todas
las dimensiones de la vida, no solamente a la económica. Es particularmente
llamativo el estudio sobre mortalidad liderado por Greenstone en 2018, 4 según el
cual en un escenario business as usual el cambio climático sería el responsable
de 85 muertes por cada 100.000 habitantes en 2100 (hoy en día, todos los tipos
de cáncer causan 125 muertes por cada 100.000 habitantes), una cifra que han
estimado teniendo en cuenta los costes de adaptación de los humanos a las
nuevas temperaturas y su nivel económico para afrontarlas. Es también
interesante observar que el impacto sería negativo en áreas con temperaturas
altas, y positivo en zonas con temperaturas bajas, 5 tal y como se aprecia en el
gráfico. Finalmente, el Banco Mundial estima que, si no tomamos medidas,
en 2050 los efectos del cambio climático pueden forzar a más de 140 millones de
personas a emigrar, especialmente desde los países más pobres.
Si el problema es tan grave, ¿por qué no se han tomado las decisiones adecuadas
todavía? En esta sección, describimos algunos de los factores que dificultan que la
lucha contra el cambio climático avance de forma más decidida:
• Falta de información
En primer lugar, para que los hogares, las empresas y el sector público puedan
tomar las decisiones más acertadas deben disponer de la información más
completa posible. Solo así podrán evaluar correctamente los costes y beneficios
de sus decisiones.
Por estos motivos, es deseable aplicar mecanismos que faciliten que todos,
individuos y empresas, tengamos en cuenta los efectos indirectos sobre el clima
de las decisiones que tomamos.
• Cortoplacismo
Migrar es una de las respuestas que tienen las especies ante los cambios en el
ambiente, incluido el cambio climático. Es una respuesta bastante común, sin
embargo, no es sólo el cambio climático. Tendemos a encontrar la explicación de
los fenómenos echándole la culpa o como una única evidencia a alguno de los
factores, en este caso específico de los osos y de su presencia masiva en Siberia
como consecuencia de cambio climático. Suena atractivo pero puede no ser el
caso. El concepto de cambio global es más apropiado. El cambio global es una
multitud de factores que están provocando un cambio acelerado en los procesos
naturales y que le dan estabilidad al metabolismo de la tierra. Entonces el cambio
climático, por supuesto, es uno de ellos, pero hay otros. Lo importante es entender
las causas del cambio y para conocer, para saber en qué magnitud los diferentes
factores que están actuando, comenta Martínez Meyer.
Este fenómeno de los osos que migran sí puede ser una señal de alerta, pero hay
que entender si este fenómeno es una cosa solamente momentánea o ya es un
proceso sintomático de un cambio ambiental profundo. Si esto es un evento
esporádico que se dio por la conjunción de factores específicos de este momento
y de ese lugar. Por ejemplo, una reducción de focas, por alguna razón que no
sabemos, o es que en realidad que el hábitat ya está tan degradado para los osos
en este caso; entonces sería una alerta, ya no temprana, pero coloca a los osos
como centinelas del cambio climático, ellos son los que están visiblemente
sufriendo las primeras consecuencias en ese lugar, añade el investigador.
El panorama en México
En México, los ambientes naturales que se están viendo más afectados son los de
clima más frío, es decir, las zonas altas de las montañas. Porque la tendencia es
al calentamiento, entonces las zonas frías se reducen, mientras que las zonas
calientes son las que se expanden. Las montañas son particularmente sensibles
pero hay otros ecosistemas que también son muy sensibles, por ejemplo, en
montaña media en las zonas que se llaman como bosques nubosos o bosques
mesófilos de montaña, son ecosistemas muy particulares donde existe la lluvia
horizontal, es decir, la neblina. Todos los días o casi todos los días del año, en las
tardes, hay neblina. Esos bosques también se ven en alto riesgo porque uno de
los efectos del calentamiento global pues es el cambio en los patrones de lluvia y
de humedad, asegura el experto en cambio global.
Martínez Meyer comenta también que estos bosques están perdiendo humedad,
algunos de ellos en México que están distribuidos desde, en las montañas,
Tamaulipas, en Veracruz en el Golfo de México y Jalisco, Nayarit, Oaxaca en
Chiapas por el lado del Pacífico. Estos bosques están muy restringidos en su
extensión territorial, entonces sufren por la reducción de humedad en el ambiente.
Los grupos más sensibles son los anfibios como las salamandras y las ranas,
especies que requieren de alta humedad y ante la reducción se ven muy
afectados.
En las zonas altas, las zonas de alta montaña, las especies que están muy
especializadas a los ambientes alpinos, también, por ejemplo, una especie
carismática y muy conocida que podría estar sufriendo estas consecuencias es el
teporingo, en la zona del centro del país, comenta.
Sobre si hay alguna forma de revertir el problema, el doctor Martínez señala que
no se puede revertir la inercia que ya llevan los procesos de cambio. Tomaría
décadas o siglos en revertir el proceso de calentamiento si es que esa es la causa
de este fenómeno. Lo mismo ocurre con otros factores de degradación del
ambiente; hay los que son más fáciles de atacar, como la deforestación en los
ámbitos terrestres, a través de políticas públicas, de educación ambiental. Una de
las respuestas de las especies cuando hay un cambio ambiental y las condiciones
se vuelven desfavorables en ese sitio es migrar; entonces favorecer ese
movimiento, es una de las estrategias, termina el investigador.
WWF asegura que este negocio ilegal es una de las causas principales de pérdida
de biodiversidad en el Planeta. Además, afirma que en la actualidad, unas 700
especies se encuentran en peligro de captura, con un objetivo comercial, en sus
medios naturales. Un estudio realizado junto a Traffic, organización que se
encarga del seguimiento del comercio internacional de especies, pone de
manifiesto el peso de la Unión Europea en este negocio.
Según el WWF, en España se desarrolla más del 30% del comercio ilegal de
animales y plantas protegidos en el mundo y según datos del Consejo General de
Colegios Veterinarios de España, se calcula que en los hogares españoles existen
cerca de 60.000 reptiles y más de 100.000 aves exóticas.
El SEPRONA, Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil
intervino, durante 2001 en Madrid, 39 mamíferos, 65 reptiles, 96 aves y 133 partes
y derivados (piezas de marfil, caparazones de tortuga y caracolas). En 2002,
fueron 11 aves, 6 reptiles y 15 derivados. Además, se encontraron 7 monos
“Tapoin”, uno de ellos muerto, en el fondo de una caja de perro. Según el
SEPRONA, el 70% de los animales con los que se trafica muere durante el viaje.
Cerca de 1.700 agentes de este servicio tratan de frenar este delito haciendo
cumplir la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas
de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Este convenio, firmado en Washington, entró
en vigor en julio de 1975 y lo han suscrito más de 145 países. En enero de 1986 el
convenio se firmó en España. A partir de entonces, para poseer un ejemplar de
una especie amenazada es necesario tener un certificado que acredite que
proviene de cría en cautividad. Pero, según WWF, falsificar ese papel no es muy
complicado.
RINOCERONTE
El rinoceronte es el animal más afectado, habiéndose reducido su población en un
85 por ciento en los últimos veinte años, según datos del WWF. En la actualidad
quedan poco más de 10.000. Aunque durante muchos siglos los chinos han
transformado los cuernos de rinoceronte en elementos decorativos, es a partir de
los años setenta cuando aumenta la demanda de este material debido a las
propiedades medicinales y afrodisíacas que le atribuyen en Asia. Las
empuñaduras de las tradicionales dagas que los turistas compran en Yemen
también están fabricadas con cuernos de rinocerontes. Este país importó más de
22.000 kilos de cuernos en sólo ocho años.
Debido al codiciado marfil de sus colmillos, con los que se fabrican muchos
elementos decorativos, la población de elefante africano se ha reducido a la mitad
en diez años. Según el WWF, en los años 50 se exportaron desde áfrica unas 200
toneladas de marfil, cifra que se elevó a 900 a finales de los años setenta. En los
siguientes veinte años se mantuvo una media de entre 600 y 900 toneladas, pero
se mataron más animales porque, una vez desaparecieron los grandes machos,
con colmillos más grandes, fue necesario matar más individuos para obtener la
misma cantidad de marfil.
LINCE IBÉRICO
Hasta los años 50, esta especie estaba presente en todo el país pero, durante la
década siguiente, la población se redujo en gran medida. En 1973, el lince ibérico
fue declarado como especie protegida. Las causas de esta desaparición son la
destrucción de los hábitats naturales propios de este animal, el bosque
mediterráneo, entre los 400 y los 900 metros de altura y alejado de la presencia
humana; la construcción de infraestructuras, carreteras, embalses, ferrocarriles,
etc. y los incendios forestales. A todo ello se han de sumar las prácticas ilegales.
Según las últimas evaluaciones, en España quedan unos 150 ejemplares de lince
ibérico repartidos entre Sierra Morena y el Parque Nacional de Doñana, donde los
miembros del Comité Internacional para la Conservación del Lince Ibérico han
asegurado recientemente que no se puede garantizar que esta especie se salve
de la desaparición.
Por su parte, el jefe de la División de Patrimonio Natural y Diversidad Biológica del
Consejo de Europa, Eladio Fernández, afirmó que en los últimos años se ha
producido un gran descenso en la población de esta especie como consecuencia
de la desaparición de se principal presa, el conejo, que supone el 90 por ciento de
la alimentación del lince.
Fernández también aseguró que se están llevando a cabo todas las medidas
posibles para que la especie sobreviva, como dar de comer a los linces en estado
salvaje.
En Europa, se cifran en 15.000 las que están bajo amenaza. En España, 220
especies corren el riesgo de desaparecer, la mitad de ellas en las Islas Canarias.
La flora de las Canarias posee alrededor de quince mil especies conocidas que
constituyen un reducto de especies muy importante a nivel mundial. Las costas de
las Islas Canarias son ricas en organismos marinos (algas).En la zona que va
hasta los 100 metros de altitud aparecen especies como la tabaiba dulce, tarajales
o cardones. La laurisilva o bosque de laurel es el más característico de las Islas
Canarias y en él se encuentran especies exclusivas como el fayal o el pino
canario. Además, en las zonas de alta montaña se encuentran especies
endémicas como el tajinaste, el alhelí o la violeta del Teide.
Ahora bien, no todos los impactos ambientales son iguales, como veremos
seguidamente.
Por otro lado, no podemos asegurar que los impactos sean negativos en todos los
casos. Así, distinguimos dos tipos de impactos ambientales:
Temporales y permanentes.
Simples, acumulativos o sinérgicos.
Recuperables o irrecuperables.
Reversibles o irreversibles
Periódicos o irregulares.
Continuos o discontinuos.
Teniendo en cuenta lo anterior, a nivel europeo, España es el país con más riesgo
de sufrir desertificación: alrededor del 75% del territorio se encuentra en grave
peligro y un 6% ya se ha degradado de forma irreversible, particularmente en la
vertiente mediterránea, la andaluza y las Islas Canarias. Las previsiones de
cambio climático para España no son positivas y apuntan a que los periodos de
sequía serán cada vez más frecuentes e intensos, lo que agravará los procesos de
desertificación.
Por otro lado, el cambio climático afecta al contenido orgánico de los suelos
españoles, lo cual provoca una disminución en el carbono que contienen de
manera natural, afectando con ellos a sus propiedades físicas, químicas y
biológicas, en particular en las zonas más húmedas de la parte norte de la
península.