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Índice

ANGEL LUIS LUJAN ATIENZA

Editorial
La estructura circular en la poesía post-romántica y el
modernismo.
Artículos:
Avatares en la creación del sentido poético
SUSANNE HARTWIG: Erinnerung speichern? Medien, Gedáchtríis und Erin-
nerung auS systemtheoretischer Perspektive .
ROBERT FOLGER: Swan Song and/or Othering?: Baltasar Dorantes de Car-
ranza's tactics . . . . . . . . . . . . . . . . ., . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 Este arí;ículo acoge dos objetivos: dar un primer paso en la teorización de una
técnica poética que ha sido poco atendida, y a la vez situar esta técnica en el
REBECA SANMARTíN BASTIDA: Desarrnando el rostro de la muerte: El rifüal desarrouo de la historia de la lírica con el fin de mostrar el uso novedoso que
alegórico del hrs morígn«íí . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42 de ena hace el modernismo español. Sería absurdo pretender, en las pocas
ANGEL LUIS LUJAN ATIENZA: La estructura circular en la poesía post-román- páginas que ocupa este trabajo, agotar arnbos aspectos, por lo que me confor-
tica y el modernismo. Avatares en la creación' del sentido poético . . . . 59 maría con que quedaran disponibles, y espero que bien sentadas, las bases para
ulteriores investigaciones sobre este tema y, más en general, sobre cómo los
WERNER HEIJICH: La sombra de Pascal. Moldes de reflexMn metañsica rasgos forrnales de la poesía, los que por su naturaleza erninentemente ungüís-
en aforismos españoles de Unamuno aRamón Sender . . . . . . . . . . . 82 tica parecen situarse en una intemporalidad que traspasa épocas y moviínien-
WOLFRAM NITSCH: Die Insel der Reproduktionen. Medium und Spiel in tos (en este caso concreto un tipo de repetición), están sometidos a los avata-
res del proceso histórico.
Bioy Casares' Erz?ung.La íw«mcíórv deMorel . . . . . . . . . . . . . . 102
De partida, el procedirniento que pretendo examinar es sirnple en su descrip-
JAN MOHR: Transzendentalpoesie und Doppelg?er. Zur Affinitát zwi- ción: la aparición en el inicio y í'inal del poema de versos o partes de versos idénti-
schen der deutschen Frühromantik und Julio Cortázars Rayuela . . . . . 118 cos o muy semejantes. Esta técnica está emparentada con el resto de procedi-
mientos de repetición que se dan dentro del poema, y especialmente con el estri-
Reseñas billo, además de con las diversas estrategias textuales para el cierre de los poe-
mas. Y aqm es donde empiezan los problemas, pues contamos con escasa
BERNHARD HELZLE-DREHWALD: Der Gítarvísmo ím spaníschen Argot (Rolf teorización tanto sobre la forma de cerrar los poemas como sobre la técnica del
Eberenzl . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150 estribillo. Éste ha sido tratado casi exclusivarnente en relación a la lírica popular
PEER SCHMIDT: Sparvísche Uriíversalmonarchíe oaer"teutsche IAbertet". y las formas medievalesl, y en los tratados de métrica al uso apenas se pasa de
constatar su existencia en algunos tipos de estrofa. En cuanto a las fórrnulas de
Das spanísche Imperínm íry agr Propaganaa dírs Dre4JEígjahriggn Kríe?
cierre, aparte de notas dispersas en algunas publicaciones, contamos con la mo-
ges [José Manuel López de Abiada
nograf'ía de Barbara H. Smith, que ha ?larnado la atención sobre el hecho de que
JAVIER PÓhbz ESCOHOTADO: Aritonío ae Meamryo, ahímbrado epícúreo. los poemas no sólo acaban en deterrninado momento, sino que se tienen que sen-
Proceso írbquísítoríal (Toleao, 15e)O) [Daniel Leuenberger] . . . . . . . . 154
ROBERT FOLGER: Images ín Mína. Lovesíckness, Spani,sh 8erntímgntal
Fíctíorbarbd DonQuíjote' [MarinaS. Brownleel . . . . . . . . . . . . . . 155 1 Véase especialmente Antonio Sánchez Romeralo, El víllargcíco. Estudíos sobre la líríc«x
popnlar e'n los síglüs %V y XVI, Madrid, Gredos, 1969.
60 Angel Luis Luján Atienza La estructura circular en la poesía post-romántica y el modeniismo 61

tir como completos cuando acaban". Su acercamiento es eminentemente teórico este marco impide que el discurso se extienda hasta el infínito confundiéndose
y ofrece importantes ideas generales sobre la completitud, pero no entra en una con otros discursos. Esto explicaría por qué este procedirniento no se usa de
sistematización de las técnicas de cierre. Arcadio López Casanova se ocupa de manera pura y con alguna constancia (ya sin relación con el estribillo) hasta
esta técnica, a la que denornina "estructura circular"ª. Seguiré su terrninología el Romanticismo, precisamente cuando cornienza el tratarniento más libre de
denominando circular a esta manera de estriícturar el poema, pero advirtiendo las formas poéticas. Hasta entonces la férrea asignación de estrofas a géneros,
que la metáfora del "círculo" no debe entenderse siempre como un proceso en y la existencia de forrnas poemáticas cerradas y de carácter arquitectónico
que la línea trazada retorna al punto de partida, sino que tarnbién puede verse garantizaban el cierre del poema: el soneto incluido en sus catorce versos, la
como el producto acabado, donde ningún punto tiene privilegio alguno sino que canción con la señal de final que constituye el envío, los tercetos encadenados
equidistan todos del mismo centro. Es decir, la figura del círculo adrnite una lec- con el cierre de un serventesio, etc ... Es, pues, norrnal que cuando quiebra la
tura tanto dinámica como estática, y después yeremos en qué sentido es irnpor- relación estrofa-género y caen en desuso las formas arquitectónicas se instaure
tante esta distinción aplicada a la poesía. la estrategia de acabar los poemas citando su principio para compensar la
El procedimiento, que sería una ampliación al poema entero de la figura pérdida de señales de cierre acostumbradas para los lectores.
retórica de la epanadiplosis4, es uno'de los expedientes más sirnples para ce- Para ?levar a cabo este estudio he recogido un corpus bastante arnplio de
rrar un poema, como ha demostrado Barbara H. Smith": cuando un texto pa- autores españoles y franceses del siglo XIX y esparioles de principios del siglo
rece namado a prolongarse sin fin por falta de una deterrninación clara del XX. La elección de autores franceses se debe a que son ellos la principal in-
sentido, basta con repetir los versos iniciales para dar una idea de clausura. fluencia en la poesía española de la época, y porque creo que es tarnbién de
La técnica es espuria, aunque efectiva, cpmo nos advierte la autora, y se basa, influencia francesa el pecifüar uso que hacen de esta técnica nuestros moder-
añado yo, en el mecanismo de la cita, ya que no se trataría estrictarnente de nistas. En un primer paso me serviré de los textos franceses y españoles del
repetir el principio, sino de aludirlo o citarlo, de manera que se entienda que siglo XIX para establecer los parárnetros generales de análisis de esta técnica
ahí se coloca un lírnite paralelo al que marca el inicio del texto. La relación y su uso en un sentido que considero más "tradicional", para establecer, en iu'i
con la cita nos ?leva a tratar este tipo de repetición en el nivel pragmático, segundo momento, el contraste con el uso renovado que harán de la estructura
como una técnica discursiva más que simplemente estructural. Según esto, el circular los autores simbolistas franceses y los modernistas esparioles.
poeta realiza una cita de parte de su propia enunciación que sirve de señal de
cierre, formando así una estructura que, como el marco de un cuadro, aisla el 1. Análisis de la estructura circular en los poetas franceses y españoles del XIX
objeto artístico del resto de objetos de la vida diaria; en el caso del poema,
El procedirniento, que requiere la aparición de uno o varios versos de manera
Barbara Herrnstein Smith, Poetíc Closure. A Stuay of How Poems End, Chicago, The idéntica, o muy aproximada, en el principio y final del poema, se debe estudiar
University of Chicago Press, 1968. en tres niveles: morfológico (forrna), sintáctico (encadenamiento con el resto
Arcadio López Casanova / Eduardo Alonso, Poesía y novela. Teoaría, méto«:lo de arbálí-
sís y práctíca testual, Valencia, Editorial Beuo, 1982: "el esquema que hemos denorni- del poema) y semántico-pragmático (significado y función).
nado c'qculax queda caracterizado por un comienzo-final idénticos, es decir, que uín El tratarniento de la forrna se puede dividir a su vez en cantidad, orden y
mismo segmento o breve parte abre y cierre el poema" (pág. 79). Véase tarnbién el grado de identidad, es decir, cuántos versos se repiten, en qué orden y con qué
tratarniento que yo mismo he dado a este procedirniento en rni nbro Cómo se comgnta
urg poema, Madrid, Síntesis, 1999, págs. 76 y ss.; y asimismo Isabel Paraíso, El comenta- grado de igualdad.
rio-ae textos poétícos, G5ón/Valladolid, Ediciones Júcar/Aceña Editorial, 1988, pág. 24;
Francisco Marcos Marín, El come'ntario língüístíco. Meto«lología y práctíca, Madrid, a) La cantidad es un parárnetro irnportante por varias razones. En prirner lugar,
Cátedra, 97?, 2ª ed., ?lama a esta estructura "encuadrada". cuanto menor sea la cantidad de lo que se repite más difícil será percibir el
Para una descripción más completa de la figura véase J. A. Mayoral, Fígaums retórícas,
Madrid, Síntesis, 1994, págs. 115-116, y Heinrich Lausberg, M«xrbual de retórica lítgra- efecto de circularidad, sobre todo si el poema es largo. Por contraste, cuanto
ría. Funaamemtos ae una cíencía de la líteratum, Madrid, Gredos, 1975, 3 vols, % mayor sea el número de versos repetidos más artificioso resultará el procedi-
625-627. miento y menos clara quedará su fiu'ición de alusión al inicio (acercándose a
5 Barbara H. Srnith, op. cit., pág. 221, comenta urí poema de uría niña de corta edad que
apnca esta técnica cuando, después de siete versos, no encuentra otra estrategia para una repetición absoluta) e incluso su posible aproximación a la técnica tradi-
dar por finalizado el poema que repetir su primer verso. cional del estribfflo, pues éste se caracteriza por su ugereza y por su memorabi-
62 Angel Luis Luján Atienza La estructura «:Arcular en la poesía post-romántica y el modernismo 63

lidad, cosa que se ve irnpedida por una cuantiosa repetición. En cualquier caso, b) El orden no es un parárnetro que arroje conclusiones namativas, ya que en
irnporta no tmito la cantidad absoluta como la proporci5Q relativa de espacio principio el procedimiento requiere que el retorno a los versos iniciales respete
que ocupa la repetición con relación a la totalidad del poema. la secuencia del inicio. La alteración del orden, en los pocos casos en que se
El límite más bajo, la repetición de iu'i solo yerso, no se da mucho, y parece produce, actúa en el sentido de evitar que la repetición se entienda como abso-
estar vinculada simplemente a la función sígnica de recordarnos los líríííites luta identidad y de dar dinarnismo a una cita que no se quiere estrictamente
del poema para garantizar su identidad, especialrnente después de una larga literal, como ya se advertía en el apartado anterior. Es lo que ocurre en el
narración, como ocurre en el poema de Alfred de Vigny "La fille de Jephté"e. úríico ejemplo que encuentro de este procedirniento en Gérard de Nerval,
Carolina Coronado repite iu'i solo verso en el poema "El marido verdugo" difu- "Laisse-moi"11. Salvador Rueda, por su parte, altera el orden de los dos últimos
rninando incluso la sensación de repetición, debido a que en lugar de retomar versos en "San Martín" como una variante para evitar la repetición exacta,
el prirner verso, lo hace con el último de, 14 priínera estrofa". Otra estrategia además de obligado por el carnbio de patrón estrófico que se produce a mitad
para evitar la repetición exacta y dejar :ólo una éensación de alusión viene del poema: de cuartetos a serventesios12.
ejemplificada por dos Dolüras de Campo"amor: "Bautismos que no bautizan" y Sin embargo, hay una alteración del orden que resulta significativa. Si pensa-
"San Miguel y el diablo"8, que no uegan 'a repetir un verso entero, sino que se mos en que la repetición que podemos considerar estándar está constituida
lirnitan a copiar elementos léxicos, cuya única función es señalar una remisión por una estrofa de cuatro versos, se logra un efecto muy ?lamativo de sirnetría
al principio. si conmutamos los versos dos a dos, con lo que el poema adquiere la forrna de
Por lo que respecta a los límites mayores, repetición de gran cantidad de un espejo. Alfred Musset en una muestra temprana de esta técnica (1829),
versos, no encuentro ningún ejemplo 1l?ativo. Los poetas estudiados suelen "Madarne la marquise", presenta iu'ia inversión de este tipol3. Y lo mismo ocu-
mantener la repetición en una proporción aceptable para que se entienda como rre con el poema de José María Gabriel y Galán "Sibarita"14.
alusión y no como suplantación del cuerpo del texto por parte de sus marcas Vemos, pues, que lo habitual en este apartado es respetar el orden estable-
de límite. Así, los autores que cuentan con repeticiones más arnplias ven com- cido al principio. Cuando esto no ocurre se puede aprovechar la alteración
pensada la cantidad por la gran extensión del poema: Jean Richepin, que aun- para otorgar sirnetría al poema, pero en general lo que se pretende con esta
que contemporáneo de los sirnbolistas, me parece a este respecto más apegado ruptura es tratar la parte repetida no como un bloque compacto sino como un
al paradigma tradicional, repite en ocasiones siete y ocho versos, una cantidad bloque articulado, que puede dividirse en partes e incluir alteraciones, y con
considerable, pero dentro de poemas relativarnente largos9; lo rnismo ocurre ello pasamos al problema de la identidad.
con José Zorrula y su "Soledad del carnpo"1º, que retoma dos estrofas enteras
en un poema muy exí,enso. c) El tratarniento de la cantidad y el orden desembocan en el problema funda-
En suma, el uso tradicional de esta técnica mantiene la cita que rernite al mental de qué grado de identidad tienen el principio y final de los textos en
principio en unos márgenes de cantidad aceptables, que dan como medida estos poemas. Como es fácil imaginar, la tendencia, en el uso tradicional de
media una estrofa de entre cuatro y seis versos en poemas de extensión me- esta técnica, es a introducir variantes en el fragmento que se retoma de manera
diana, como podemos ver en muchos ejemplos de Salvador Rueda, que ha sido que éste se entienda como una alusión al principio y no como una absoluta
el español que más ha usado esta técnica antes del modernismo. presencia del principio en el final. Esto se debe a que una identidad completa

Alfred de Vigny, Poésíes, Paris, A. Lemerre, 1883, págs. 65-68. 11 Gérard de Nerval, (kwes, textes étabus, avec un sormnaire biographique, une étude
Carolina Coronado, Poesí«xs, edición, irítroducción y notas de Noél Valis, Madrid, Casta- sur Gérard de Nerval et une bibuographie par Henri Lemmtre, Paris, Garnier Freres,
lia, 1991, págs. 106-107. 1958, 2 v., pág. 59 del vol. 1.
Ramón de Campoamor, Obaras poétícas completas, Madrid, Aguuar, 1972. Los poemas 12 Salvador Rueda, Cancíones y poemas. Antología corgcoraada ae su obm poétíca, selec-
citados están en las páginas 258 y 276-277. ción, texto, ensayo introductorio y notas de Cristóbal Cuevas, Madrid, C. E. U.R. A.,
Me refiero a los poemas "Ce que dit la pluie", "O TI AN TYXQ" de La chanson «:les 1986, págs. 309-311.
gueus. Éaítíon aÑfinítíve, Paris, 1881; los poemas "Mon premier voyage" y "Au cirne- 13 Alfred de Musset, (Euwes compUtes, texte établi et présenté par Philippe van Tieghem,
tiére" de La mer, Paris, 1896 (2ª ed.). Paris, Seuil, 1963, págs. 71-72.
1º José Zorrilla, Obras completas. Tomo I. Poesías, Madrid, Manuel P. Delgado, 1905, 14 José María Gabriel y Galán, Obras completas, Badajoz, Universitas editorial, 1996, pág.
179.
págs, 137-138.
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entre principio y final desafía una norma básica del funcionarniento del len- füialrnente, Manuel Reina en "Viva el Champagne"21 introduce un "pues" antes
guaje literario que dice que no puede haber ningún elemento superfluo en un de la repetición.
texto poético, y que las repeticiones en caso de que se den tienen que aportar Otras veces las alteraciones con respecto a la parte inicial son de carácter pu-
cierto sentido a la obra15. En consecuencia, para evitar el peligro de que los raínente léxico, o consisten en el cambio de la actifüd enunciativa, como en "Cas-
fínales se interpreten como copia exacta de} principio en lugar de como alusio- teuana" de Gabriel y Galán que cornienza con una interrogación que se convierte
nes al inicio (límites estructurales, en definitiva), los poetas prefieren en su en contundente afirínación al :ñnal de la pieza22. En todos los casos se trata de
mayona introducir algunas variantes en el texto, cuya füialidad última veremos dejar claro que la reapaiición de los versos iniciales en el final no es una repeti-
en los siguientes apartados. Esta introducción de variantes distancia aún más ción inerte: la alusión a la situación inicial invita al lector a comparar los dos
a esta técnica de su pariente cercano el estribillo, ya que éste pedía una repeti- fragmentos y establece a la vez los límites estructurales y de sentido en que debe
ciÓn en sus mismos términos. entenderse el poema. Por eso resulta más raro que la repetición se mantenga en
Lotman señala acertadarnente que en las repeticiones no idénticas lo que sus rnismos térrninos, fenómeno que ocurre de manera más destacada conforme
resulta destacado y cargado de significáao es la parte que no se repite, lo que nos acercamos a la época y la estética modernista, y es así que Reina y Rueda,
?lama "el grupo semántico diferenciador"16, así que si nos fijamos en el tipo de exponentes del premodernismo2ª, abundan en poemas en que la repetición se
variantes que se introducen en los textos, éstas nos darán la clave de lo que hace de manera idéntica, en los albores de una estética novedosa que no tendrá
se quiere potenciar. Vemos entonces que lo más habitual es que la parte inicial ningún reparo en negar a sus poemas iu'ia progresión lógica o de otro tipo. Se
se altere mínimamente para incluir partículas de enlace, adverbios y conjuncio- puede observar, de todas maneras, alguna muestra interesante de esta técnica
nes, lo que nos indica, de nuevo, que los,autores quieren poner en primer plano antes de uegar al modernismo, por ejemplo, en un autor temprano como Musset
no el hecho de una repetición estática 'sino que la vuelta al inicio se deduce que en su poema "Lucie. Élégie" coloca la misma estrofa al principio y fínal del
necesariamente de un proceso de sentido que ha tenido lugar a lo largo del poema, es'uofa que además contrasta por su forína con el resto del poema. El
poema y que es de naturaleza temporal o lógica, esto es, hacer que la mera contexto fiu'ieral en que nos sitúa el poema contribuye a dar a esta repetición un
marca de lírnite estrucfüral aparezca como una consecuencia natural del pro- aire de fatalidad que no faltará en las muestras modernistas, como veremos, aire
ceso de sentido del poema. Espigando algunos ejemplos comprobamos que se que opone la idea del eterno retorno de lo rnismo a la idea optimista del progreso
añade un "car" y un "et" en iu'i poema de Musset17; en "Tenacidad", de Zorrilla que caracterizó al siglo XIX24.
un "conque así" sustifüye al vocativo inicial: "Serrana"18; en dos ocasiones la
conjunción "y" y en una "por eso" introduce como variantes Carolina Coro- Nivel sintáctico. - Por sintaxis no me refiero a la estruchiración interna de la
nadoÍg; Gabriel y Galán en "Del viejo, el consejo" rompe la igualdad para esta- repetición, que ya se ha visto que es flexible y pide ser tratada como una
blecer el final como conclusión lógica: "y tienen razón", y lo mismo ocurre en unidad articulada en partes, sino a las relaciones que establece la repetición
Extremgñas: "Varón" que al final ariade como conclusión: "Pues mira"2º; y, con el resto del poema. Este es el nivel en que la técnica se diferencia clara-
mente del estribfflo, ya que la sintaxis de éste requiere iu'ia repetición periódica,
rnientras que lo que caracteriza a la estructura que estoy estudiando es la
15 Véase para euo Yuri M. Lotman, Estmctura del Testo Artístíco, Madrid, Istmo, 1978, repetición singular al principio y al final??'. Mientras que el estribillo está pre-
págs. 135-247. Lotman defiende "la ausencia en arte de repeticiones completas, absolu-
tas" (166) con el argumento de que la diferencia posicional de los textos repetidos
establece sigifüicados distintos (170). Por su parte la teona de la relevancia ha mos- 21 Maríuel Reina, Anaantes y alegros, Madrid, Imprenta de A. Flórez y Compañía, 1877,
trado que la repetición exige una iríterpretación más rica de las impncaturas discursi- págs. 41-43.
vas: véase Adrian fükington, Poetíc Effects. A Relevance Theory Perspectíve, Amster- 22 José María Gabriel y Galán, op. cít., págs. 17-20.
dam / Philadelphia, John Benjarnins, 2000, págs. 123 - 131. 23 Véase Katharina Niemeyer, la poesía del premoaernásmo español, Madrid, Consejo
16 Lotman, op. cít., pág. 238. Superior de Investigaciones Cientícias, 1992.
17 Me refiero a "Madame la marquise" antes citado. 24 Alfred de Musset, op. cít., pág. 150.
18 José Zo.'ua, op. cít., págs. 163-164. 25 Pueden verse las referencias al estribfüo y sus variantes en Isabel Paxmso, La métrica
' "Soledad" (págs. 75-7 7), "A una estrella" (págs. 95-96), y "La plaríta del valle" (págs. española en su contexto romárgíco, Madrid, ArcoñAbros, 2000, págs. 291-292, y José
222-225). Domínguez Caparrós, Díccíonario de métríca esparwla, Madrid, Alianza, 1999, págs.
2º José María Gabriel y Galán, op. cít., págs. 56-57 y 166-169. 302-304.
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visto por el lector debido a su aparición cíclica (fenómeno sirnilar al de la los españoles, Manuel Reina en "Serenata" combina estribulo y estrucfüra cir-
rima) la cita del inicio del poema al final se presenta siempre como una sor- cular?'8. Jean Richepin, por su parte, construye dos poemas a base de insisten-
presa, como algo que, de partida, no se espera. Así, rniéñtras que en el estribi- tes repeticiones, además de la circularidad de principio y final, "A la dérive"
uo, incluso ahora que la poesía se recibe casi exclusivarnente por escrito, uno con diversos retornelos,29 y "O TI AN TYXQ", que es un constante paralelismo.
puede sentirse, como lector, partícipe de esa repetición que prevé, en el caso Esta multipucación de las repeticiones sirve, por una parte, para diluir la aten-
de la técnica que analizo, al no poderse prever de la misma manera, se elimina ción del lector hacia la circularidad, que se ve como una más de las reiteracio-
la participación del lector, y se presenta como una vuelta del autor a su propia nes del texto, pero por otra parte, aurnenta la sensación de artificialidad del
enunciación y, como vengo diciendo, iu'i anuncio de que el poema se cierra. poema. Artificialidad que eleva a su máxima potencia Leconte de Lisle, quien
En el anfüisis del aspecto sintáctico habrá que tener en cuenta, entonces, en los poemas "Dans le ciel clair" y "La verandah"ªº utiliza la curiosa técnica
cómo se encadena la repetición con el resto del poema. Lo norínal a este de unir a la estructura circular el uso de estrofas a su vez circulares (que
respecto es que principio y final constit4yan estrofas autónomas con la misma empiezan y acaban con el mismo verso) dando una sensación de estatismo y
estructura métrica que las-que forman eX resto del poema. La autonomfa sintác- de detención del tiempo que se contrapone al dinamismo progresivo con que
tica de la estrofa como conjunto q ve compensada en general, según hemos los autores hasta ahora vistos quea'an investir esta técnica, y que están en la
visto, por la introducción, como 'íariantes, de partículas de enlace que ponen línea del uso que de ella harán los sirnbolistas.
en relación causal o temporal el final del poema con todo lo que antecede, de
manera que se da la impresión de que la repetición es producto de una secuen- Plano semántico-pragmático. - La vertiente funcional de los mecanismos for-
cia o un proceso que ha tenido lugar en el texto y que desemboca lógicamente males y sintácticos listados consiste en la tendencia a usar la estructura cir-
en un :ñnal que cita el principio. Distiríta posibuidad, que vemos en el poema de cular como una manera de evitar la deriva del sentido y otorgar i»'ia identidad
Musset: "A Ninon", es la repetición de parte de una estrofa, pero con autonomía cerrada y estable al discurso mediante la cita del principio del poema, a la vez
sintáctica dentro de la estrofa26. En este poema contemplamos, además, otra que se rehúye una repetición literal con el fin de otorgar al poema iu'ia aparien-
característica, que es bastante frecuente y que muestra cómo la alusión al cia de progreso y discurso dinámico que discurre según una secuencia lógica
principio es una manera de cerrar el poema para garantizar su identidad y o temporal desde su inicio hasta su final. En otras palabras, sirven para natura-
evitar la deriva de un discurso ird'inito: el uso de puntos suspensivos antes de »zar la repetición, de manera que se evite el escándalo de iu'ia repetición abso-
la es'uofa final. Esto es un índice de que la sintaxis interna de la mayoría de los luta que atenta contra todas las norrnas del lenguaje literario.
poemas analizados se basa en la 3mxtaposición y enurneración de elementos, o Una manera de naturalizar la repetición que no depende de criterios de
dicho de otra manera: que los poemas serían prolongables a voluntad. Los forma interna sino de una relación pragmática con la tradición literaria es
puntos suspensivos no hacen más que hacer expücita, en algunos poemas, una seguir dando señales del parentesco de esta técnica con el estribulo, de manera
dinárnica que está presente en casi todos los textos analizados. que los lectores no la reciban como algo extraño, sino como variante de un
Por último, la manera más uamativa de naturalizar esta repetición es intro- procedirniento que les resulta farniliaral. A la vez, confluye aquf el conoci-
ducirla en una lógica de repeticiones que articule todo el poema, como hace rniento que los lectores cultos tienen de otra figura de la tradición retórica que
Musset en el ya citado "A Ninon", con la anáfora insistente del prirner verso a afecta a la conclusión de los poemas, como es el epifonema32, consistente en
lo largo de toda la composición. Otros autores combinan esta técnica con la 2

del estribillo, lo que produce iu'ia safüración de repeticiones. El "Nocturne" de 2


Manuel Reina, Anaantes y alegros, págs. 95-96.
Jearí Richepirí, La mer, págs. 258-260.
Jean Moréas, por ejemplo, consta de cuatro fragmentos cada iu'io compuesto Q

Leconte de Lisle, Po?es tr«xgíques, Paris, A. Lemerre, 1886, págs. 17-18, y Po?es
por dos estrofas: un dístico y un cuarteto. Los fragmentos primero y último barbares, Paris, A Lemerre, 1878, págs. 133-134.
31

son idénticos, y a la vez en los fragmentos centrales se repite el dístico inicial Isabel Paraíso, anauzando un poema de José Hierro, reauza la asimilación entre esta
técrúca y el estribfüo (El comentario de textos poétícos, pág. 106). Y lo mismo ocurre
a modo de estribillo, con lo cual hay más repeticiones que variaciones27. Entre cuando se erdrenta a uno de Juan Ramón, en Juan Ramón Jímírnez. Vívencía y palal
bra, Madrid, Alhambra, 1976, pág. 220.
26 Alfred de Musset, op. cít., págs. 177-178. 32
Véase J. A. Mayoral, op. cít., págs. 184-185, y Heimtch Lausberg, op. at., § 879. La
27 Jean Moréas, PrerwÑes poésíes. 1883-1886, Paris, Mercure de France, 1907, págs. relación entre estribillo y epifonema es evidente desde el momento en que el-estribfüo
159-161.
se ve, en general, como una repetición que recoge lo esencial de la composición en
68 Angel Luis Luján Atienza La estructura circular en la poesía post-romántica y el modernismo 69

cerrar el discurso con una frase sentenciosa que resuma o compendie el sen- En Manuel Reina encontrarnos el caso curioso de la utilización de esta técnica
tido de lo dicho. Y es que leyendo estos poemas tenemos muchas veces la unida al acto de habla del elogioa" sin que haya, en principio, ríinguna razón
sensación de que ese fínal de rotundidad conclusiva y'semánticamente cargado natural para que esto sea así, y quizá haya que pensar que el autor crea su
al que se refiere la figura se ha trasladadq al principio para volver a aparecer propia gramática en que el elogio debe ir acompañado de insistencia.
después en el cierre, como si el autor qisiera adelantar ya su conclusión para
asegurarse la comprensión correcta del' sentido del poema desde el principio.
Si nos fijarnos bien, ambas técnicas (estribillo y epifonema) tienen una dimen- 2. Simbolistas franceses y modernistas esparioles
sión pragmática, pues suponen un salto en el nivel enunciativo: el estribfflo
con el paso de la voz solista a la voz coral; en el epifonema el poema es Una vez establecido un cuadro teórico general que señala los parámetros de
visto como un todo de sentido sobre el,que se vierte un comentario que está análisis de esta técnica y el uso que hace de eua la poesía romántica y post-
lógicamente en un nivel enunciativo sÜp'erior, és decir, parece formar parte de romántica, estarnos en condiciones de establecer el contraste que se produce
una enunciación que es en realidad sÜ objeto, exactamente como ocurre en el en este árnbito con la irrupción del simbolismo. He de adverí;ir que no pretendo,
mecanismo de la cita, que estí;c en :lá base de este procedirniento. Además, ríi se puede pretender, rastrear el nacimiento exacto, y la ffüación precisa de
desde el punto de vista pragmático el estribulo incluye casi siempre un acto un nuevo uso, de iu'ia técríica como es la de la estructura circular. Sin embargo
de habla directivo: es iu'ia petición, un ruego, un saludo, un aviso, etc .. . Así, sí se puede ver urí carnbio de actifüd claro, que es indicio de una revolución
los autores que usan la técnica circular naturalizada como una variante del estética, en autores significativos, como Paul Verlaine, que además nos interesa
estribillo suelen reservar para el rnar;co el acto directivo principal. En este caso aquí en especial por ser, con mucho, la irdluencia mayor sobre nuestros poetas
el poema se trataría como una larga estrofa que tiene su estribfflo correspon- de principios del XX38. Creo que su obra será una de las vías por donde entre
diente.
esta técríica renovadora en España, ya que los modernistas hispanoamericanos,
Si la nafüralización del procedimiento por parentesco con el estribillo y con con Darío a la cabeza, no fueron muy dados al procedimiento circular y si lo
el epifonema se sitúa en el plano pragmático por cuanto supone un aprovecha- usaron no lo hicieron con un espíritu renovador. Podemos decir, entonces, que
miento del conocimiento de la tradición literaria que tiene el lector, hay tam- la aparición de esta técnica, sobre todo en Villaespesa y Juan Ramón, se debe
bién algunos elementos de contenido, de naturaleza semántica, que naturauzan a la conjunción de dos factores: en primer lugar la herencia del premoder-
o al menos facilitan la aparición de esta técnica. Así, es muy típico que los nismo, en especial el andaluz (Reina y Rueda), y la influencia francesa de
poemas de nuvia o los que hablan de agua cayendo repitan principio y final Verlaine.
para dar idea de insistencia. Lo vemos en el poema de Jean Richepin sobre la Empecemos por éste último, cuya aíición a todo tipo de repeticiones para
uuvia ("Ce que dit la pluie"), el de Salvador Rueda: "Las gotas de agua"ss, el de crear arrnonías musicales es bien conocida. El prirner ejemplo de esta técnica
"Derniers soupirs d'un parnassien" de Jules Laforgue cuya repetición es incluso concreta pertenece a Po?es satumíerts y ?leva por título: "Crépuscule du soir
una onomatopeya34. Tarnbién hay algunos que directarnente tematizan el eterno mystique"sg, lo que nos da una idea del efecto que se pretenderá crear con el
repetirse del todo, como el poema "Air retrouvé" de Jean Richepin, que acaba poema y que no tendrá nada que ver con las ideas de dinanismo y progreso de
y empieza con la sentencia: "Rien n'est fini. Tout reCOmmenCe"a". Los movi- los textos que hemos venido viendo hasta ahora. Más bien lo que se primará
ínientos cíclicos son asimismo apropiados para posibilitar esta repetición, y será el efecto extático de un momento arrancado a toda temporalidad y a toda
así tenemos el balanceo de la mecedora de Salvador Rueda para mostrarloa?. progresión. De hecho, el modelo del que parte Verlaine no tiene nada que ver

que se inserta, como reconoce José Domínguez Caparrós, en Díccíonarío de métríca 37 En Cromos y acuarelas: "Fortuny" (págs. 23-25), y "Napoleón" (págs. 84-85)."A Víc-
española, pág. 166. tor Balaguer" (?págs. 171-172), en La víaa írgquíeta, Madrid, nbrería de Fernando Fé,
33 Salvador Rueda, Cancíorbes y pogmas, pág. 664-665. 1894. "Calderón" (págs. 123-125), en El jardín ae los poetas, Madrid, Irnprenta-de los
34 Jules Laforgue, Poemas, versión de Manuel füvarez Orlega, Barcelona, Plaza y Janés, H5os de M. G. Herríández, 1899.
1975, págs. 140-142. Véase Rafael Ferreres, Verlaíne y los moaer'nütas españoles, Madrid, Gredos, 1975.
35 Jean Richepin, Les caresses. Éaítíon aéfínítíve, Paris, 1882, págs. 141-142. Paul Verlaine, (Euwes poétíques compUtes, texte etabli et anríoté par YvesLGérard'Le
36 Poema "La mecedora" en págs. 745-747 de la edición citada. Dantec, Paris, Gallimard, 1954, pág. 54.
70 Arígel Luis Luján Atienza La estructura circular en la poesía post-romántica y el modernismo 71

con el estribillo ni con el epifonema. Verlaine toma para estructurar su poema discurso no dicho, el discurso absoluto que el poema sólo puede sugerir por
inn procedimiento que Baudelaire usa para constniir e$ofas y que hace céle- medio de estas técnicas.
bre en su conocido poema "Le balcon"4º: repetir de rñanera idéntica, en cada Pero quizá resulten más interesantes, por su mayor repercusión en los auto-
estrofa, el prirner y último verso. El poema de Baudelaire ofrece a Verlaine no res espafioles, los ejemplos que se recogen en Romart.ces sans paroles. Son
sólo el patrón formal sino también la esencia de su contenido y efecto, ya que dos poemas de descripción paisajística: el número VIII de "Ariettes oubliées"
apreciamos citas textuales como el verso: "Et s'agrandit ainsi qu'une cloison", ("Dans rinterrninable), y "Charleroi" de "Paysages Belges"42. En ninguno de
que remite al de Baudelaire: "La nuit s'épaississait ainsi qu'une cloison", ade- ellos hay acto directivo algurío (y ya vimos que esto era casi inseparable del
más de la referencia a perfumes, la rima "poison", etc. En aínbos casos se trata estribillo), y en ninguno de los dos poemas la repetición recoge la idea central
de fijar el momento del atardecer en que el recuerdo se hace presente y rompe del poema, que era la condición del estribino en tanto que epifonema. La repeti-
la perspectiva temporal. Lo que hace Verl?e es trasladar la técnica que Baude- ción describe el marco espacio-temporal en que se desarrolla el poema, lo que
laire aplica en cada una de sus estrofas a la integridad del poema, que está sugiere una sensación de descentramiento y de alteración de la jerarquía: lo
constituido, además, por una sola frase sintáctica, consiguiendo así una depu- accesorio, el marco, es aquello en lo que se insiste y aqueuo que aparece subra-
ración e intensificación del efecio por concentración, pero a la vez señalando, yado. Lo realrnente importante, queda fuera del poema y fuera del discurso: lo
por el intertexto de Baudelaire, que el poema íntegro puede considerarse como verdaderarííiente significante no se puede enmarcar ni decir, porque trasciende
una estrofa de un poema más amplio que queda por escribir. Vemos así que el la comuríicación, se escapa por todos lados, y de esta manera el poema se
texto drarnatiza, en sus aspectos formales, el confücto que los autores del XIX convierte en puro marco de lo que no puede atrapar, en el pretexto para inten-
intentaron resolver haciendo que el, retorno al principio fuera, más que una tar delirnitar el mensaje que queda fuera. De hecho, el resto del poema no se
señal de cierre arbitrario, una consecuencia lógica del desarrouo del poema. diferencia de este principio y fu'ial: está compuesto de pinceladas impresionis-
Verlaine reconoce en su poema que la autonomía garantizada al poema por el tas sobre el paisaje simplemente yuxtapuestas. Podríamos hacer la prueba de
cierre que vuelve a su principio es sólo un aislamiento precario, ya que el invertir el orden de las estrofas, e incluso de elegir cualquier otra estrofa como
discurso continúa más allá del fínal, que es sólo iu'ia estrofa de un poema principio y cierre y la sensación es que poco cambiaría en el poema. El sentido
mayor. A la vez, aquí se olvida la idea de cita y alusión al principio, ya que el seguiría más o menos inalterado, lo que demuestra que no hay centralidad del
principio es el final y a la inversa. El control del poeta sobre su poema, que sigríificado ríi ríingún tipo de progreso en el poema, y que el lenguaje usado es
estaba en la base del procedimiento de alusión, parece desaparecer y el len- aleatorio, azaroso, y hay que buscar tras él el verdadero lenguaje que no está
guaje se resuelve a sí rnismo de manera independiente de su creador. en el poema. En surna, la repetición exactamente literal de las estrofas nos
El siguiente poema de la misma colección: "Promenade sentimentale"41 pre- enseña, por una parte, la arbitrariedad del cierre, la necesidad de acabar para
senta otra novedad con respecto a la tradición: el espacio que ocupan los que el poema no derive hacia el iníu'iito, como habíarnos visto ya en los autores
elementos repetidos es desproporcionado con respecto a la longitud del anteriores, pero a la vez, al ser exacta y no producirse progresión, viene a
poema. De ello se desprenden dos efectos: en primer lugar, se produce una decirnos que la repetición es absoluta, que todo está detenido en un lugar fuera
inversión de funciones y lo que constituía marco o señal de cierre se adueña del tiempo, que cada instante del poema es idéntico a cualquier otro, y así se
cuantitativamente del cuerpo del poema, con lo que se rompen los lírnites produce una quiebra del sentido que necesita parámetros de contraste. Quien
entre significado y elementos estructurales, y el poema queda paradójicarnente ueva al extremo esta repetición como límite de un poema que tiende a ser cada
abierto a todas las posibilidades interpretativas, precisarnente porque, y esta vez más absurdo y menos unitario es Rirnbaud, que despliega esta técnica
es la segunda parte, la repetición de elementos sirnula un balbuceo, una imposi- como un expediente, que se sabe inútil desde el principio, de controlar el
bilidad del lenguaje de ir más allá; lenguaje detrás del cual hay que adivinar el sinsentido en las dos caínciones de la sección "Fétes de la patience": "Chanson
de la plus haute tour" y "L'éternité?.

4º Charles Baudelaire, Les fleurs (ill mal, ed. Jacques Dupont, Paris, Flammarion, 1991, 42 Págs. 125-128 de la edición citada.
pág. 85. º Arthur Rimbaud, (Euwes, éd. par Suzanne Bernard, Paris, Garnier, 1960, págs. 158 -
41 Paul Verlairíe, op. cít., págs. 54-55. 161.
72 Arígel Luis Luján Atieríza La estructura circular en la poesía post-romántica y el modernismo 73

Otros autores sirnbolistas COmO Jules Laforgue y Albert Samain nos sirven dencia en el andalucismo de los temas. Tanto Vinaespesa como Juan Ramón
para testimoniar otro tipo de repetición no vista hasta apora y cuyo efecto creo seguirán usando este procedirniento como sustituto del estribino por influencia
que se dirige a invitar al lector a una mayor participación en la creación del de la poesía popular, de manera más clara en Juan Rarínón. Pero incluso en los
sentido del poema. Consiste esta variante . en repetir únicamente el primer poemas que plantean la estructura circular como cita del principio con varian-
verso de la primera estrofa, que en su aparición original no tiene autonornía tes (a la manera decirnonónica) se puede detectar algún otro rasgo que nos lo
sintáctica. Se da en los poemas "Au jardin de rinfante" y "La maison du matin" hm'a incluir en la técnica novedosa. Por ejemplo en "Flores de ensueño" de
de Samajn", y "Sanglot perdu" y "Complainte d'un autre dimanche" de Lafor- La copa del rey de Thule (1 12) se nos da una idea de narratividad y desarrouo;
gue45. En éste últirno la suspensión del sentido viene además señalada por la sin embargo la cantidad desmesurada de versos que se repiten no concuerda
aparición de puntos suspensivos. Parece que de esta manera el poeta invita al con el uso de esta técnica a la manera tradicional. Lo mismo pasa con Juarí
lector a que cierre él mismo el poema repitiendo el principio, o incluso le deja Ramón Jiménez en el "Ofertorio" que abre Nínfeas (1465-1466). Otras veces
abierta la posibiudad de que invente su propio fu'ial. Así vemos que la intención incluyen, en poemas de esta técnica a la manera tradicional, claras citas de
fuertemente autorial que tema esta repetición en la forma tradicional, cuando Verlaine, como ocurre en "Los ciegos" (de Rapsodías, 202 -203) de Vfflaespesa,
el autor se citaba a sí rnismo, se ,re suplantada por una cesión del destino del en que aparece citado "un largo larnento / de tristes violines"; y Juan Rarnón,
sentido a la instancia lectora. Samain es, además, en lo que se me alcanza, el en el poema XIII de "Arias otoñales" en que Ferreres ve influencia del verle-
primero que usa esta técnica en iu?i soneto, una forma cerrada, que por su ríiano "Il pleut dans mon C€eur?s. Otros ejemplos de que Juari Rarnón, que usa
propia arquitectura rechaza cualquier repetición idéntica46. con abundancia la técnica49, lo hace de manera novedosa incluso cuando pa-
Pasando ya al modernismo españolp", veremos, por una parte, que se siguen rece someterse al procedimiento tradicional, introduciendo variantes, los tene-
dando los poemas circulares al modo tradicional, con influencia principal- mos en el poema VI de "Noctunios" de Arías Tristes (264), que expresa una
mente de los premodernistas Rueda y Reina, y por otra parte, en los poemas clara idea de progresión y de cita del principio, pero vemos que se trata de una
que usan la circularidad de modo novedoso, se aprecia la influencia de Ver- falsa impresión, pues nada ha ocurrido entre el principio y el final, y además, es
laine, sobre todo en los textos de descripción paisajística que toman como imnotivada la relación entre aliviar las penas y mirar a las acacias; el XXVI de
modelo los dos que vimos pertenecientes a Romarbces sari,s paroles."A Con- "Jardmes galantes" (397-398) recuerda la manera tradicional al introducir una
suelo" (5-6), "Tu reja" (12-14) y "La Seguidilla" (41-42) de Villaespesa están pregunta, un acto directivo que era típico de los estribillos, y sin embargo,
cerca de esta técnica tal y como la ?levaba a cabo Rueda, además de la coinci- uama la atención el que la pregunta se ?a a la luna, iu'i elemento del paisaje
que nada tiene que ver con el resto del desarrono del poema; y lo mismo
" Albert Samairí, (Euwes 1, Paris, Mercure de France, 1924, págs. 9-12, y en el tomo 2, pasa en el III de "jardines místicos" (413-414), en que hay igualmente un acto
págs. 279-280. directivo, aquf dirigido al corazón, que carnbia el sentido de la apelación del
45 :Jules Laforgue, op. cít., pág. 174, y Les Complaírbtes, Paris, Mercure de France, 1922,
págs. 92-93. resto de la composición. Antonio Machado nos ofrece un ejemplo interesante
46 :Albert Sarnain, (Euwes, tomo 2, págs. 41-42. En nuestras letras es aficionado a esta a medio camino entre la técnica tradicional y la novedad, que destaco por
técríica Salvador IMaz Mirón.
haberse publicado en Helíos (1903), revista que sirvió de órgano de difusión
47 Citaré por las siguientes ediciones: Francisco Viuaespesa, Poesías completas. Tomo I,
ordenación, prólogo y notas por Federico de Mendizábal, Madrid, Aguilar, 1954; Juan del modernismo. Se trata del poema (S. XV) "El poeta recuerda a iu'ia m:er
Rarnón Jiménez, Primeros líbros ae poesía, recopilación y prólogo de Francisco Gar- desde un puente del Guadalquivir", y en él, aunque no hay una repetición
fias, Madrid, kgui}ar, 1967; Antonio Machado, Poesía y prosa. Tomo II: Poesías comple- exacta, vemos la intención de fijar un instante, dando sensación de estatismo,
tas, edición crítica de Oreste Macrí, Madrid, Espasa Calpe / Fundación Antonio Ma-
chado, 1988; Manuel Machado, Poesías completas, edición de Antonio Fernández Fe- ayudado, además, por la vaguedad de los puntos suspensivos que preceden a
rrer, Sevilla, Renacimiento, 1993. Detrás de cada poema citado aparecerá entre parénte- la cita del inicio. Manuel Machado también tiene repeticiones al estilo tradicio-
sis las páginas que ocupa en la edición de referencia. También debo aclarar que no nal: bien estableciendo la simetría de un proceso entrada-salida ("Florencia"
incluyo en este trabajo todos los libros de estos autores con el fin de no superar el
marco temporal que me he marcado. Así, pues estableceré la frontera en torrío a 1907,
que es el m'io de pubucación de Soleaades. «3alerías. Otros poemas, aunque en Manuel
Machado ?lego hasta El mal poema (1909), y en Juarí Ramón Jirnénez me quedo más 48 Rdael Ferreres, Verlaíne y los modernístas españoles, pág. 183.
atrás, en Pastorales, pubucado en 1911 pero acabado en 1905, justo después de Jaraaí- 49 Véase a este respecto Isabel Paraíso, J'U(Z7Z Ramón Jíawutez. X%encía y palabr«x, págs.
203-204.
nes lejanos.
74 Angel Luis Luján Atieríza La estructura circular en la poesía post-romántica y el modernismo 75

"Pantomirna"), y en este sentido piénsese en el poema VI de Antonio Machado, sucesión y el proceso y entregar el poema como una simultaneidad dada de
donde tenemos las acciones complementarias de abrirº'.y cerrar la cancela del irí?mediato. Sabemos que el simple uso del lenguaje se opone a este ideal, pues
jardín; bien marcando la narratividad ("Castilla"), donde además apreciarnos el orden sintáctico y la semántica introducen siempre un m?ínimo proceso en
otra curiosidad que se da no sólo en otros poemas suyos, sino también de todo acto de habla, y de ahí que el poema se plantee como una lucha contra
Vfflaespesa y Juan Rarnón, y es que el retorno, en lugar de retomar el principio, la sucesión a que nos obligan las palabras en favor de alcanzar una visión
vuelve a la segunda estrofa. esencial en su totalidad y simultaneidad. Se ve esto claro, más que en ningún
Pero pasemos ya a analizar los poemas en que se da esta técnica de una otro, en los poemas de Juan Rarnón Jirnénez que usan esta técnica de manera
manera más pura, desa[iando la constnicción de sentido que caracterizaba la pura. En euos asistimos a iu'ia organización paratáctica de elementos, general-
poesía del XIX, bien porque se produce i»'i exceso safürador en la repetición, mente paisajísticos, que no obedecen más que a la lógica de la pura yux;aposi-
bien porque ésta se da en los mismos t4rminos, sin incluir ningún matiz de ción. De esta manera el final no supone cerrar un orden (que nunca ha existido)
sentido ni propiciar una lectura de progresión del sentido en el poema, sino sirío que muestra la arbitrariedad de ese rnismo orden, su carácter artiíicioso
irnponiendo éste como un todo siínultáneo que apunta hacia el sentido verda- y provisional. Ya vimos que cuando los poemas vagan sin cerrar ningún sentido
dero que queda fuera. / un modo fácil de garantizar su identidad es repetir el principio, pero aquí preci-
La característica de saturacióñ o desmesura en la cantidad del fragmento re- sarnente se niega la idea de repetición, y todo parece proceder de una voz y
petido se da sobre todo, entre nuestros autores, en Villaespesa. Ya he señalado un lenguaje que se dice a sí rínismo. El hecho de que muy habitualmente se
los dos efectos de sentido que provoca este procedirniento al tratarlo en Verlaine: coloquen puntos suspensivos antes de la estrofa füial indica esa impotencia
se produce una inversión entre los lírnites y el cuerpo del poema, y a la vez iu'ia del autor para cerrax el sentido del poema y la posibuidad del lenguaje de
sensación de sofoco lingüístico, ya que el discurso parece ocupado por una voz establecer una serie infinita de yuxtaposiciones. La diferencia con respecto a
que no es capaz de avanzar y sólo puede repetir y volver sobre lo dicho. Algunos la manera anterior de usar el procedimiento es que no es ya el autor el que
ejemplos son: "Mediodía" (197) de Rapsodías, y en "Nieve", del mismo libro cita su inicio, sino el poema el que se cita a sí mismo. La circularidad, por
(198-199), la repetición ocupa casi tanto espacio como el cuerpo del poema. En tanto, tiene dos lecturas simultáneas: por un lado, la constatación de una simul-
arnbos casos, a pesar de ser textos eminentemente paisajísticos, el autor intro- taneidad del sentido para í5ar un momento estático y la muestra del fracaso
duce iu'i progreso o el esbozo de una historia, por lo cual la técnica queda vaci- del sentido y la comuríicación en sentido habituales, que se ven bloqueados y
lando entre lo tradicional y lo novedoso, haciendo destacar fundarnentalmente obligan a balbucir, por lo que habrá que buscar el sentido y el lenguaje en otro
la desmesura del encuadre. En Horas que pasarg, tenemos"Crepúsculo" (228) en lugar al que el poema sólo puede apuntar. Algunos ejemplos de esto son el
que la repetición ocupa más que el cuerpo del poema, y recoge un momento está- poema X de "Arias otoñales" (221), en que se yuxtaponen perspectivas lejanas,
tico, con el fondo del atardecer tan verleniano. Y es que estos poemas, frente a la primeros planos del no y efectos emocionales subjetivos en medio de una
primera etapa más ampulosa de Villaespesa, se han adelgazado como los paisajes semántica de negaciones, que precisarnente quiere señalar todo lo que no hay
verlenianos de Romarices sans paroles pero, por la extensión del marco, parecen en el poema y que habrá que buscar fuera de él. Se aprecia, no obstante, iu'i
más deudores del poema "Promenade sentimentale". ligero sentido de proceso con el paso de "tarde" a "noche" desde el principio
El hecho de que principio y final se marítengan idénticos es fundaínental al final, pero los dos versos que sirven de marco anulan cualquier desarrollo
para determinar esta nueva forrna de manejar la técnica, ya que se pierde toda temporal al presentar un paisaje ya "dormido" desde el principio. En el XXVI de
noción de cita o alusión del principio e incluso la sensación misma de repeti- "Recuerdos sentirnentales" (338) se ve más clara la estructuración paratáctica y
ción, pues si efectivamente la repetición se caracteriza por introducir urí sen- que el poema está hecho de pinceladas paisajísticas e irnpresionistas aisladas.
tido nuevo, aiu'ique sólo sea por el contraste posicional, como recuerda Lot- En este caso podíamos preguntarnos hasta qué punto no pretende el autor
man, aquí no hay el más mínimo intento en esta dirección. No es que volvarnos embarcarnos en un ciclo de repetición infü'íita del rnismo pOema"oí 37a que
al principio desde el fu?ial, sino que principio y fínal son idénticos y el poema
no está sometido a un orden, como traté de demostrar en Verlaine y se vefa 5º Véase a este propósito Groupe !1, Rhétorique ae la poésíe. Lecture línéaíre, lechíre tabu-
laíre, Bruxeues, Editions Complexe, 1977: "Un cas-limite et irnportant de dupucation est
más claro en Rimbaud, con su yuxtaposición aleatoria de elementos. Creo que celui du bouclage, oú le texte entier se termine comrne il a commencé, ou par un élément
lo que pretenden estos poemas, en último término, es precisamente negar la qui renvoie 'a l'élément initial. La cellule proto-rythmique, distendue a l'extréme, est ce-
76 Angel Luis Luján Atienza La estructura circular en la poesía post-romántica y el modernismo 77

vemos que, como ocuma en Laforgue y Sarnain, la vuelta al principio se ve Los ejemplos de poemas descriptivos estáticos pueden multiplicarse. "Tarde
truncada al no continuar la frase con el encabalgamiqnto que aparecía en la de Otoño" de Viuaespesa (95-98) presenta un marco paisajístico abundante (9
estrofa inicial: "con un ramito de rosas / del carnpo". fü dejar suspenso el final versos) y está hecho de pinceladas pOr lo general bastante tétricas. Otro
en "rosas" le queda la duda al lector de si no ha de continuar el poema por su "Otoño" (20 7) de Villaespesa, esta vez en tono menor, sitúa el momento y el
cuenta. La técnica de 3mxtaposición de elementos se ve tarnbién clararnente marco musical, y nuevarnente se usa esta técnica en "Perfume de otoño" (227 -
en Antonio Machado que, aunque no es muy dado a este tipo de finales, tiene 228) con lo que se ve la preferencia generalizada de vincular el procedirniento
una muestra magistral en V, "(Recuerdo infantil)" (430), donde la descripción a paisajes otoñales y crepusculares. Juan Rarnón, en "Jaxduses dolientes" XXII
de la clase infantil se hace a base de pinceladas que erímarca la ?luvia en las (508-509) opta tarnbién por el jardín a la tarde. Aqu?í el dinarnismo que intenta
ventanas. El poema no transmite nada sino la obsesiva sensación de monoto- establecer el desarrrono del poema con los encabalgarnientos interestróficos
nía, asociada al caer de la ?luvia. Esto parece, en principio, una manera de viene detenido y pugna con el carácter irnpresionista de la descripción y con
naturalizar la circularidad, pues ya hemos tenido ocasión de comprobar cómo el marco, que además viene, en su fu'ial, rodeado por puntos suspensivos tanto
en la técnica tradicional la vuelta al principio se aplicaba especialmente a poe- por delante como por detrás. La idea de estatismo viene reforzada en estos
mas cuyo contenido expresaba,el caer de la ?luvia. En esta interpretación la poemas por el uso del presente (que aparecía tarnbién en el "Recuerdo infantil"
circularidad no pasaría de ser un reflejo icónico del contenido, pero es que de Machado). Es este tiempo precisamente el que sirve de marco en el poema
precisarnente el contenido es la imposibilidad de establecer ningún sentido, XIV de "La tristeza del campo" (555-556), por contraste con el resto del texto,
'debido a la eterna repetición de lo mismo, que no perrnite la entrada de elemen- ocupado por una narración en irnperfecto. Así, la idea de dinarnismo del centro
tos contrastantes en los que se base ,el desarrollo del sentido. del poema se ve desmentida por el fuerte marco paisajístico en presente. Y en
En el poema que acabo de citar de Machado vemos que aunque la escena presente se desarrolla todo el poema XX de esta misma sección (567-568), en
es hurnana el marco es paisajístico (la tarde, el invierno, la uuvia) y es que el que incluso léxicamente se potencia la sensación de "quietud" y la f5ación en
nuevo uso de la técnica se caracteriza especialmente, quizá por influencia de sensaciones olfativas, vagas y que indican instantaneidad.
Verlaine, por desarrollarse en poemas paisajísticos y en usar como elemento En Antoríio Machado se aprecia quizá una intención de control mayor del
circular'un fragmento que es un marco espacio-temporal del contenido del discurso por parte del poeta, ya que en "(El cadalso)" (XLVII, 461) un sentido
poema. Con ello, como ya dije, se produce un descentraríí'iiento del sentido del más cerrado está garantizado por el fuerte contraste entre el marco, que es
Óoema, pues la naturalización como estribulo o epifonema exigía que el marco paisajístico: "la aurora", y la elevación del cadalso en el centro de la plaza, y
estuviera forrnado por el resurnen o lo esencial del sentido y contuviera un en "(Coplas miu'idanas)" (XCV, 490-491) el elemento circular no es paisajístico
acto directivo. Sin embargo, ahora se ha roto toda jerarquía entre fondo y sino un resurnen que el "yo" hace de su propia sensación de fracaso, más cerca
figura, entre sentido principal y sentidos accesorios: todo está al mismo nivel de la técnica del epifonema. Por lo que respecta a su hermano Manuel Machado
de significado, lo que obliga a borrar la noción misma de sigríificado5l. El hecho habna que incluir esta técnica en un estudio más general sobre las diversas
de que se rehúyan sistemáticarnente los actos de habla en el elemento circular estrategias para cerrar los poemas, que constituye tlnO de los aspectos más
queda claro en dos poemas de Juan Rarnón Jiménez: el IX de "Jardsnes rnísti- interesante de su poética. En iu'i temprano ejemplo de Tristes y «xlegres, el
cos" (424-425), en que el cuerpo del poema está ocupado por 'íu'i diálogo con poema "Invierno" (590-591) nos ofrece una muestra de cómo en este autor la
la "estreua" rnientras que el marco c5rculax es puramente descriptivo, y el VI técnica se va a usar principalrnente como iu'ia de las variantes de la suspensión,
de "Jardines dolientes" (479), que comieríza dirigiéndose al cristal que da al con el fin de dejar al lector la responsabfüdad de cerrar el sentido del poema
jardín (en realidad un espejo para dirigirse a sí mismo), pero para evitar cerrax y así obligarle a forjar una creación poética propia, a ejercer de poeta en defüí-
-con este acto directivo decide retomar la tercera estrofa, purarnente descrip- tiva, pues después de una sucesión de apuntes otoñales purarnente paratácti-
cos tenemos una vuelta al principio separada no sólo por puntos suspensivos
tiva e impresionista.
sino por tres líneas de puntos que indican el espacio de sentido que debe nenar
pendant présente, puisque la phase initiale est redoublée par la phase finale. On remar- el lector, y que provisionalrnente el autor ha completado con iu'ia estrucfüra
quíJra qu;I tout bouclage donne rirnpulsion pour une relectuxe en théorie infinie et que cñrcular que muestra a la vez su insatisfacción. La rnisma idea de suspensión
ceuefci, tout hypothétique qu'eue soit, est fondatrice d'un rytlune" (pág. 151). tenemos en "El jardín gris" de Alma (15), en que encontramos un arnbiente
51 Arcadio López Casanova, op. caít., pág. 80, ve claramente esta característica.
78 Angel Luis Luján Atienza La estructura circular en la poesía post-romárítica y el modernismo

clararnente verleniano, toda iu'ia semántica de negaciones y ausencias, como APÉNDICE. MUESTRA DE TEXTOS CITADOS
en el poema de Juan Rarnón que analizamos antes (X de. "Arias otoñales), y
sobre todo un sentido que no se acaba de cerrax, que queda en suspenso. 1. Alfred de Musset: "Madame la Marquise".
Y mucho más suspensivo es "Otoño" (18), aunque aquí la circularidad no se
Vous connaissez que j'ai pour rnie
reproduzca de manera exacta. Por otra parte, en "Margarita" de Capríchüs Une Andalouse ?x roeil lutirí,
(76-7 7) lo que tenemos es la sensación de fatalismo y de inevitabilidad del Et sur mon coeur, tout endorrnie,
destino reflejada en un uso de esta técnica que ya hemos visto, consistente en Je la berce jusqu'au matin.
repetir sólo un fragmento del inicio y sihiar puntos suspensivos para que el (...)
lector continúe el rnismo poema. El efecto es el mismo que en la suspensión: Et sur mon coeur, tout endormie,
otorgar al lector toda la responsabilidad sobre el sentido del poema. Y la misma La bercerai jusqu'au matin,
idea de fatalidad, además con la inclusión ?de una contradicción dentro del Car on comiaít que Jai pour mie
Une Andalouse a roeil lutin.
propio marco, se da en el poema"El cmni?no" de El mal poernrx (125).
Como conclusión, cabe señalar que la circularidad, tanto en su variante
decimonónica como en sus formas simbolistas y modernistas, ha de ser enfo-
2. Alfred de Musset: "A Ninon".
cada más que como una estrategia para estructurar el poema, como un modo
de situar su enunciación, es decir, en un plano pragmático. El procedirniento
queda entonces claramente asociado al ppoblema de cómo cerrar un texto, no Si je vous le disais pourtarít, que je vous airne,
sólo en el nivel formal y material, sino principalmente en el de la sigríií'icación Qui sait, brune aux yeux bleus, ce que vous en diriez?
}:amour vous le savez, cause une peine extréme;
y creación de sentido, es decir cómo se controla el lenguaje, que tiene en sí
C'est un mal sans pitié que vous plaignez vous-mémes;
mismo la capacidad de prolongarse hasta el infinito. Frente a una manera más
Peut-étre cepedant que vous m'en puniriez.
tradicional de usar este procedimiento: aqueua en que la mala conciencia de (...)
aludir al principio como expediente sencino de cerrar el poema se ve disimu- Non, je n'étais pas né pour ce bonheur supréme,
lada por un acercarniento de esta estrategia a la técnica tradicional del estribi- De mourir darís vos bras et de vivre a vos pieds.
no o por la sensación, creada a través de variantes léxicas principalmente, de Tout me le prouve, hélas! jusqu'á ma douleur méme . ..
que se ha producido un desarrollo del sentido a lo largo del poema; frente a Si je vous le disais pourtant, que je vous aime,
este uso, digo, que refleja la idea general de progreso que caracteriza a la época Qui sait, brune aux yeux bleus, ce que vous en diriez?
del post-romanticismo, los simbolistas y modernistas (con Verlaine a la cabeza)
no sólo destapan la provisionalidad del procedirniento para cerrar el sentido
sino que lo usan acertadarnente para poner de manifiesto la precariedad de 3. José Zorrilla: "Tenacidad".
todo sentido tal y como lo concebían sus antecesores. Así, la ruptura de jerar-
quía (tanto cuantitativa como cualitativa) entre el centro de sentido del poema "Serrana, ve si ha de ser,
y sus márgenes, la puesta de manifiesto de que todo orden sintáctico es arbitra- Porque yo te he de esperar
rio y la sensación de balbuceo propiciada por las repeticiones, con el escándalo En la fuente sin ceder;
Y o no tienes de beber,
de su identidad absoluta que refleja el detenimiento en un tiempo estático y
O te tengo de encontrar."
simultáneo, muestran a las claras la imposibfüdad de cerrar un texto; iu'i texto (. . .)
que queda entonces como mero testirnonio de un intento de apuntar a un "Conque así, ve si ha de ser,
significado trascendente que queda más allá de cualquier alcance, y en el mejor Porque yo te he de esperar
de los casos se invita al lector a que complete el sentido que el poeta ha En la fuente sin ceder:
sido incapaz de establecer, convirtiéndose a su vez en poeta, y previsiblemente Y o no tienes de beber,
víctirna taínbién de la misma irnpotencia. o te tengo de encontrar."
Angel Luis Lujári Atienza La estructura c'ucular en la poesía post-romántica y el modernismo

4. Manuel Reina: "Introducción". 7. Jules Laforgue: "Sanglot perdu".

Les étoiles d'or révaient éterneues;


Soy poeta: yo siento en rni cerebro
Seul, sous leurs regards, songeant, loin de tous,
hervir la inspiración, vibrar la idea;
siento irradiar en mi exaltada mente
Devant leur douceur tombant a genoux,
irnágenes brillantes como estrenas. Moi je saríglotais longuement vers elles.
(...) (...)
Soy poeta: yo siento en mi cerebro "Quelqu'un veine-t-il, aux nuits solenneues?
hervir la inspiración, vibrar la idea;
Qu'on parle! Est-ce oubli, hasard ou courroux?
siento irradiar en mi exaltada mente Pourquoi notre sort? C'est a rendre fous!". ..
Les étoiles d'or révaient éternelles ...
imágenes brillantes: ;soy poeta!

8. Juan Ramón Jirnénez: Arias Trístes: "Recuerdos sentirnentales': XXVI.


5. Jules Laforgue: "Derniers soupirs d'un parnassien".
He venido por la senda
Klop, klip, klop, klop, klip, klop. con un ramito de rosas

Goutte a goutte égrenant son ?que sanglot del campo. Tras la montaíña
Aux vasques du bassin oü l'eau dort irnrnobile nacía la luna roja;
Un jet d'eau trouble seul la nuit calíne et tranquille. la suave brisa del río
(...)
daba frescura a la sombra;
Je me fonds doucement . .., je suis mort, rien .. ., je doute urí sapo triste cantaba
Si Jentends le jet d'eau ponctuer goutte a goutte en su flauta melodiosa;
Le silence éternel d'un ?que saríglot
Klop, klip, klop, klop, klip, klop ... sobre la couna había
una estreua melancóuca ...
He venido por la senda
con un ramito de rosas.
6. Paul Verlaine: "Crépuscule du soir mystique".

Le Souverúr avec le Crépuscule


Rougeoie et tremble a l'ardent horizon
De l'Esperaríce en flamme qui recule
Et s'agrandit ainsi qu'une cloison
Mystérieuse oü mainte floraison
- Dahlia, lys, füupe et renoncule -
S'élance autour d'iu'i trellis, et circule
Parmi la maladive exhalaison
De parfinms lourds et chauds, dont le poison
- Dalfüa, lys, tulipe et renoncule
Noyant mes sens, mon árne et ma raison,
Méle, dans iu'ie imnense pmoison,
Le Souvenir avec le Crépuscule.

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