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Unidad 1: Fase 2

Identificar los principios de la Contratación Pública en Colombia

Presentado por:

Melitza Ramírez Barrios (1.127.393.741)

Presentado a:
Mario Zubiria Lara

Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD)

Escuela de Ciencias Administrativas, Contables, Económicas y de Negocios (ECACEN)

Contratación Pública y Privada

Pto. Carreño, Vichada - marzo 2020


1. PRINCIPIOS DE LA CONTRATACION PÚBLICA EN COLOMBIA

 Principio de Transparencia: En virtud del principio de transparencia, y con fundamento


en lo previsto en el artículo 4 del Decreto 2474 de 2008, la convocatoria pública, a través
de licitación, selección abreviada y concurso de méritos, constituye la regla general para
la escogencia de contratistas. De forma excepcional, el ordenamiento jurídico permite
que, en los casos expresamente señalados por el legislador, las entidades estatales no
acudan a la regla general sino, por el contrario, a la contratación directa, de carácter
especial y, por ende, de aplicación restrictiva, que se circunscribe únicamente a las
causales del numeral 4 del artículo 2 de la ley 1150 de 2007.
En consecuencia, cuando una entidad pública defina la pertinencia de acudir a las
causales de contratación directa previstas en la ley debe dejar constancia del análisis
jurídico, técnico o económico que fundamenta tal determinación, en cumplimiento de la
potestad estrictamente reglada del parágrafo 1 del artículo 2 de la Ley 1150 de 2007.

 Principio de la Economía: En virtud de este principio, de acuerdo con lo señalado por el


numeral 12 del Art. 25 de la Ley 80 de 1993, se deberán preparar los estudios previos de
la contratación, documentos que deben atender los requerimientos contemplados en el
Art. 3 del Decreto 2474 de 2008.
La justificación o soporte de la celebración directa de un contrato debe constar por tanto
en los estudios previos correspondientes y en el acto administrativo de justificación
exigido en el Art. 77 del Decreto 2474 de 2008, documentos que además deben atender
los requerimientos contemplados en el Art. 3 ídem. Se trata entonces, de deberes
funcionales, cuya vulneración está severamente reprochada como faltas gravísimas en los
numerales 30 y 31 del Art. 48 de la Ley 734 de 2002. Se sugiere profundizar en el estudio
de los siguientes aspectos:

- Verificar la imposibilidad o inconveniencia técnica, jurídica o económica de


acudir a la convocatoria pública, en los términos previstos en la ley y los
decretos reglamentarios, para contratar.
- Analizar las ventajas o beneficios institucionales o colectivos derivados de la
aplicación de esta modalidad, frente a los que se obtendrían con una
convocatoria pública.
- y dejar evidencia de la idoneidad del contratista, bien sea un particular u otra
entidad pública, para dar cumplimiento satisfactorio al objeto del contrato.
Esta idoneidad se concreta en la capacidad jurídica, técnica, de experiencia y
financiera, verificada por la entidad contratante frente al alcance jurídico,
técnico y económico de las obligaciones que s pactarán.
- Los riesgos derivados de la ejecución del contrato, su estimación y
distribución, así como las medidas para mitigar su impacto o prevenir su
ocurrencia.
- La necesidad de contar con una garantía única, los amparos, vigencia y
cuantía de éstos, fijados en los términos de la normatividad vigente.

 Principio de la Responsabilidad: En conformidad con lo previsto en el numeral primero


del Art. 26 de la Ley 80 de 1993, los servidores públicos están obligados a buscar el
cumplimiento de los fines de la contratación, a vigilar la correcta ejecución del objeto
contratado y a proteger los derechos de la entidad, del contratista y de los terceros que
puedan verse afectados por la ejecución del contrato.
Este principio reitera la necesidad de fijar en el estudio previo de la contratación directa
el perfil del supervisor o interventor del contrato y de llevar a cabo un seguimiento y
control efectivo a lo pactado.
Así mismo, ratifica que el principal objetivo de cualquier contratación estatal es cumplir
con el fin específico que la motiva; en dicha medida, esta modalidad de contratación,
como cualquier otra, busca la satisfacción de la necesidad de la entidad, que solo se verá
garantizada si se encuentra correctamente delimitado el objeto, obligaciones y demás
aspectos fundamentales de la contratación directa, lo que, necesariamente, conlleva a que
se hayan realizado unos estudios previos serios.

 Principio de la Planeación: Impone que la decisión de contratar no sea el resultado de la


imprevisión a la improvisación o la discrecionalidad de las autoridades, sino que
obedezca a las reales necesidades de la comunidad, cuya solución ha sido estudiada,
planeada y presupuestada por el Estado con la debida antelación, con la única finalidad
de cumplir los cometidos estatales. Los contratos del Estado deben siempre corresponder
a negocios debidamente diseñados, pensados, conforme a las necesidades y prioridades
que demanda el interés público; en otras palabras, el ordenamiento jurídico busca que el
contrato estatal no sea el producto de la improvisación ni de la mediocridad. Omitir dicho
deber o principio puede conducir la nulidad absoluta del contrato por ilicitud del objeto.

 Principio de Selección Objetiva: Este principio se define a partir de los siguientes


criterios: el precio, el plazo, el cumplimiento en contratos anteriores, la calidad, la
experiencia, etc, los cuales, considerados integralmente (ponderación) permiten
determinar la propuesta más favorable. Dichos factores podrán concurrir todos o los que
la administración discrecionalmente establezca, de acuerdo con las necesidades del
servicio y el fin del contrato.
En otras palabras, la selección objetiva comporta: l ) la obligación de fijar previamente
los criterios de selección (art. 24 Ord. 5°), ll ) el llamado público para que, en igualdad de
oportunidades, se presenten las ofertas (principio de concurrencia (art. 30 núm. 3), y lll )
la transparencia (art. 24).
Este principio busca que la selección de los contratistas se realice bajo criterios claros,
objetivos y que no generen desigualdad entre los proponentes. Así, criterios como
“cumplir parcialmente lo pedido en los pliegos” o “cumplir más de lo pedido”, no son
objetivos claros o precisos, por lo que, transgreden los principios de selección objetiva e
igualdad.

 Principio de la Publicidad: Se manifiesta de dos formas: como deber y como derecho.


Por una parte, se trata del deber que tienen las entidades contratantes de comunicar a los
administrados la totalidad de las actuaciones que realizan dentro de los procesos de
selección de sus contratistas. Ello no podría ser de otro modo, pues la publicación
generalizada de la información referida a los procesos de contratación que adelantan las
entidades del Estado es la que permite que a los mismos asistan todas aquellas personas
interesadas en la ejecución de los proyectos allí tratados y que toda la ciudadanía tenga la
posibilidad de conocer la actividad contractual de la Administración, como garantía de
transparencia. En otras palabras, el principio de publicidad implica que todas las
autoridades deben dar a conocer sus actuaciones y decisiones a través de los distintos
mecanismos previstos en la ley, como comunicaciones, notificaciones o publicaciones, a
fin de que sean vinculantes y puedan ser controvertidas por destinatarios.

 Principio de Buena Fe: Este principio tiene un carácter objetivo que consiste en asumir
una postura o actitud positiva de permanente colaboración y fidelidad al vínculo
celebrado. Por ello, tal como sucede con el principio de reciprocidad, el desconocimiento
por parte de la Administración de los postulados de la buena fe en la ejecución del
contrato, conlleva el surgimiento de la obligación a cargo de ésta de responder por los
daños antijurídicos que le haya ocasionado al contratista. Estos efectos jurídicos de la
buena fe en materia contractual son una clara consecuencia de la regla según la cual todo
comportamiento contrario a la misma, en cuanto ilícito, trae implícita la obligación de
pagar perjuicios. Así, por ejemplo: la negligencia, improvisación y falta de planeación de
la Administración no es excusa para desconocer las obligaciones a su cargo, sobre todo
cuando el contratista asume de buena fe el contrato para ejecutar.

 Principio de la igualdad: El principio de igualdad implica el derecho del particular de


participar en un proceso de selección en idénticas oportunidades respecto de otros
oferentes y de recibir el mismo tratamiento, por lo cual la administración no puede
establecer cláusulas discriminatorias en las bases de los procesos de selección, o
beneficiar con su comportamiento a uno de los interesados o participantes en perjuicio de
los demás. En consecuencia, en virtud de este principio los interesados y participantes en
un proceso de selección deben encontrarse en igual situación, obtener las mismas
facilidades y estar en posibilidad de efectuar sus ofertas sobre las mismas bases y
condiciones.
 Principio Libre Concurrencia: Busca permitir el acceso al proceso licitatorio de todas
las personas o sujetos de derecho interesados en contratar con el Estado, mediante la
adecuada publicidad de los actos previos o del llamado a licitar. Este principio también
implica el deber de abstención para la administración de imponer condiciones restrictivas
que impidan el acceso al procedimiento de selección, por lo que resulta inadmisible la
inclusión en los pliegos de condiciones de cláusulas limitativas que no se encuentren
autorizadas por la Constitución de la Ley, puesto que ellas impiden la más amplia
oportunidad de concurrencia y atentan contra los intereses económicos de la entidad
contratante, en razón a que no permiten la consecución de las ventajas económicas que la
libre competencia del mercado puede aparejar en la celebración del contrato.

2. Mapa mental sobre los Principios de la Contratación Pública en Colombia.

Enlace de acceso: https://www.goconqr.com/es/mindmap/21236315/Principios-de-la-


Contrataci-n-P-blica-en-Colombia-

 
 

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