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SERVICIO AL CLIENTE: UN RETO PERSONAL

Actividad de aprendizaje 1

TIPOS DE CLIENTES

 EL CLIENTE AMABLE

El cliente amable, simpático, cortes, aunque en ocasiones puede llegar a ser muy hablador,
haciéndonos perder mucho tiempo y la paciencia.

La manera de cómo se abordaría a esta cliente seria ser amables y amigables con él, aunque
siempre procurando mantener cierta distancia, es decir, no darle demasiada confianza.
Debemos prestarle atención a lo que habla y seguirlo en su conversación y en sus bromas,
pero interrumpirlo cortésmente cuando la conversación se haya prolongado demasiado.

La manera de cómo no se debe hacer seria ignorarlo o dejarlo hablando solo y seguir
atendiendo a otro cliente.

 EL CLIENTE APRESURADO

El cliente que siempre tiene prisa, es el cliente que quiere entrar al negocio, comprar y salir lo
más pronto posible.

La manera de cómo se abordaría a esta cliente seria realizarle una atención rápida, sin
importar que haya otros clientes que hayan llegado antes que él, y, por lo general, se ponte
tenso cuando lo hacen esperar y se puede marchar.

Por lo que cuando tratamos con este tipo de cliente, debemos hacerle saber que hemos
comprendido que tiene prisa, y procurar atenderlo o venderle lo más pronto posible y salga
contento.

La manera de cómo no se debería hacer seria que el cliente llegue y dejarlo esperando y no
atenderlo.

 EL CLIENTE SABELOTODO

ANDREA BERMON
SERVICIO AL CLIENTE: UN RETO PERSONAL

El sabelotodo es un tipo de cliente que se acerca a nosotros solamente para mostrarnos que es
tan inteligente que cualquier respuesta que le demos a su problema, él ya la probó.

Inclusive existen casos de clientes sabelotodo que solo buscan ser atendidos para demostrar
que saben más que nosotros y se van sin hacer nada más.

Lo complicado del sabelotodo es que, si realmente sabe más que nosotros, terminará haciendo
un gran problema y hasta exigirá hablar con algún superior para mostrar su indignación.

La manera de abordar este cliente es Muy simple, debemos conocer todo sobre nuestro
producto o servicio a tal punto que nadie pueda ganarnos. Este es el mejor consejo para este
cliente.

También es bueno dejar que se explaye, que nos cuente todo lo que sucedió e hizo y luego
comenzar con una técnica de preguntas. Si dejamos que primero hable, posiblemente
detectemos que sucedió o que le falto hacer (o si le metió mano al producto y él mismo lo
rompió)

Finalmente, lo mejor para este cliente es demostrarle desde un inicio que nosotros realmente
sabemos más que el (y debería ser así) para bajar un poco sus barreras y dejar que se convierta
en un diálogo constructivo en lugar de un monólogo de su parte.

ANDREA BERMON

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