Atravez de los años hemos observado el sosiego y clamor de una

multitud de personas sin discriminar su edad sexo o condición social,

que padecen insuficiencia de alguno de sus órganos vitales y anhelan
tener una segunda oportunidad para vivir, mientras por otro lado
observamos una cantidad industrial de personas que llevan a las fosas
por ritual, religión o creencias de sus familiares, las cuales acarrean
consigo órganos en excelentes estados que pueden permitir salvar no
una sino muchas vidas.

Debido a los afanes y frustraciones de parte de los dolientes, conllevó a

que las mafias se apropiaran de métodos para obtener órganos de
personas que no tienen necesidad de donar pero que se encontraban es
estados apetitosos para obtener sus órganos.

Según relatos de un programa muy conocido en la televisión nacional

encontraron atravez de su investigación que en Colombia no se dan
como tales la extracción y trasplante de órganos por redes ilegales,
luego que en nuestro pais no contamos con la infraestructura, equipo y
personal apto para el rescate en estado funcional de un órgano pero que
si es posible el traslado de personas a otros países donde se ha
demostrado que si practican esta actividad , todo lo anterior para tocar
el tema a tratar en la ley 1805 del 2016 la cual a través de su ponente
doctor Rodrigo Lara quien pretende con esta nueva ley agravar la pena
de 3 a 6 a años para llevarla a un rango de 5 a 7 años, contenido este
favorable por que aunque los hechos no demuestren un caso conciso en
el pais tendremos como satisfacción que en el monto que se dé la pena
no será tan irrisoria y aunque no sacie el dolor, da un fresquito.

Por otra parte y creo que es el tema fuerte de ley 1805 del 2016 es
que a partir de la entrada en vigencia de la antes mencionada todos los
colombianos seremos donante de órganos por ley y que a menos que
exprese la voluntad de no ser donante por medio de un documento
escrito autenticado ante notaria y presentado ante la INS.

Con esto lo que se busca es superar el déficit por falta de órganos que
en la actualidad existen en el pais donde según las estadísticas solo el
2% de los pacientes que están a esperas de un órgano, logran
definitivamente ser intervenidos.
Finalmente observamos que todo colombiano será donante por ley, que
a los familiares ya no se le tendrá en cuenta en las tomas de decisiones,
que se agravara la pena en cuanto al delito de tráfico de órganos, un
tema espinoso pero que afecta a diario a millones de familias
colombianas y del mundo y que siguen guardando la esperanza de una
nueva oportunidad para sus seres queridos.