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en el caso de lácteos y frutas, pues con un umbral de +/- 10% respecto del consumo

deseado(los hogares que subconsumen alcanza un 90%). Para el caso de carnes y


huevos,el subconsumo es alto alcanzando un porcentaje de 67%. En los tubérculos,algo
menor alrededor de 60%. La figura es la inversa en el caso de los cereales y
derivados( arroz y otros cereales y derivados, incluyendo harinas y fideos). El porcentaje
predominante,en este caso son lo de sobre consumo ,con 65% y 59%,dependiendo del
umbral utilizado.” (p. 306)

En tanto que lo descrito por el autor en la Tabla 3, refleja que hay una diferenciación por
regiones. Por ello, F. Eguren (2012) describe que:

“Los resultados se desglosan por ámbitos. Para la Selva y Sierra rural,para el caso de
lácteos, el subconsumo es evidente en todos los ámbitos. Con respecto a las carnes,
pescados y huevos ,encontramos diferencias marcadas entre los ámbitos urbano y rural
de cada región,en donde resulta un alto subconsumo en la Sierra rural. Esto sucede lo
contrario con las verduras y tubérculos, en este caso son las áreas urbanas la que
presentan un mayor subconsumo a diferencia de las áreas rurales en cada región,
especialmente en el caso de la costa, Lima metropolitana y Selva. Siendo esto menores
en la Sierra. Asimismo, el subconsumo de frutas es màs marcado en la Costa, Sierra y
Lima metropolitano y demasiado menor en la Selva. El autor indica que existe indicios
de un desbalance en la dieta de los hogares peruanos. Y que preocupa, además, el bajo
consumo de frutas y lácteos, asì como un exceso consumo de cereales y
derivados(incluido harinas y fideos)”. (p.308)

Para este caso, en la tabla 4, se enfoca en ver los requerimientos mínimos para tener un
aproximado del déficit que se pueda estar reflejando en los hogares, y como estos a su vez
reflejan de forma más general, en un plano nacional. En donde F. Eguren (2012) indica:

“La tabla 4 muestra indicadores FGT para el requerimiento calórico del hogar. En el
panel izquierdo muestra el análisis de calorías que se encuentran en el módulo de
consumo. En el panel derecho, añade calorías provenientes de otras fuentes de fuera del
módulo. Es decir, alimentos calóricos que dicho hogar comprarìa con el gasto en
alimentos no registrados en el mòdulo de consumo. El indicador FGT(0) indica la
proporción de hogares no logran alcanzar un requerimiento mínimo de calorías. Estos
requerimientos calóricos son los mismos empleados por el INEI ,recogiendo
información específica de cada miembro de hogar. Por otro lado, los indicadores FGT(1)
y FGT(2) denotan respectivamente la brecha( la distancia en promedio de los hogares
respeto de sus requerimientos) y la severidad del déficit(distancia de los requerimientos
calóricos otorgándole mayor peso proporcional a aquellos alejados de los requerimientos
mínimos.). Siendo los resultados muy preocupantes para el escenario nacional: un 22%
de hogares no llegarìa a cubrir los requerimientos mínimos. Por otro lado, cuando solo
consideramos las calorías del mòdulo de consumo( las únicas que están adecuadamente
medidas), obtenemos que solo el 50% de hogares no cubren los requerimientos
calóricos. De igual forma, cuando no imputamos calorías la Sierra rural (la cual
representa un 22% de los hogares peruanos) concentra un 30% del déficit calórico total.
En tanto Lima metropolitana( que indica un 30% de los hogares)concentra el 22% de
dicho déficit.” (p. 310)

Esto quiere decir, que los de sierra rural está más expuesta a sufrir problemas de déficit
calórico. Para tenerlo a consideración la Sierra rural concentra 42% del déficit, mientras
que Lima metropolitana tan solo un 12%. Esta desigualdad se ve expresada en la forma
como experimente cada uno el déficit calórico. Además , Fernando Eguren (2012) , afirma:

“Este riesgo se mide como el ratio del FGT(0) de cada grupo de familia concerniente del
total nacional. Es decir si el ratio està cerca a 1 no hay riesgo de caer en déficit calórico,
si este es menor a 1 tiene menos riesgo de caer en déficit, pero si es superior a 1
,entonces se cae en riesgo.” (p.312)

Para el caso expuesto, quiere decir (panel inferior de la tabla) que la sierra rural expresa un
mayor riesgo de déficit calórico, no importa el escenario en el que se encuentre.

Para la sección anterior se describió los aportes calóricos de los diferentes grupos
alimenticios, comparándolos con los balances deseables. Ahora, para la siguiente sección a
realizar (la tabla5), se busca establecer una tipología de los hogares que experimentan
desbalances en su dieta. En donde se asigna tres tipos niveles de consumo que presenta
cada hogar para cada grupo de alimentos. El autor a empleado un umbral de +/- 10%
alrededor de lo que sería una propocuòn òptima de consumo para clasificar a cada grupo de
alimentos por las calorías aportadas. En tanto, por debajo de este umbral hay un
subconsumo ,y por encima

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