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Estudio Sobre Deriva de Agroquimicos en Ituzaingo PDF
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Resumen
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Introducción
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tamaño de gota) se estima una deriva del 40% del plaguicida y un alcance de
dispersión de hasta 5 km (Lanson et al. 2009). Además, la mezcla de los productos
aplicados con sustancias coadyuvantes (como hidrocarburos) o la dilución en agua
aumentan el riesgo de deriva (Lanson et al. 2009). Entonces, el tamaño correcto de
las gotas constituye un compromiso que el formulador del agroquímico debe
especificar para cada tipo de aplicación y que el aplicador debe respetar (Etiennot
1993).
Con respecto a la actividad agrícola en nuestro país, a principios del siglo XX
existían aproximadamente 100 millones de hectáreas de bosques nativos, superficie
que se redujo a 33 millones en las postrimerías del siglo, a la vez que se incrementó
en forma alarmante la tasa anual de deforestación por el avance de la frontera
agropecuaria (Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable 2008). Esta
expansión no sólo genera conflictos con las zonas de biota nativa sino también con
las zonas urbanas colindantes.
En la actualidad, la provincia de Córdoba cuenta con una superficie agropecuaria
estimada total de 14.462.103 hectáreas de las cuales 5.131.956 están dedicadas a
la producción agrícola, según el censo nacional agropecuario de 2008. De éstas,
cerca de un 62,5% está dedicado a la producción de soja.
La soja presenta un ciclo de verano de aproximadamente 5 meses de duración. En
Argentina, las épocas de siembra más comunes son en octubre o noviembre para la
soja de primera y durante diciembre para la soja de segunda, en tanto la época de
cosecha oscila entre los meses de marzo y mayo (datos aproximados, INTA).En la
década del ‘90 el desarrollo de la ingeniería genética permitió la salida al mercado
de variedades nuevas de soja transgénica que desde 1997/98 han sido las más
utilizadas en Argentina, alcanzando actualmente hasta el 95% del total de la
producción (Poullier 2008). Estas variedades de la oleaginosa son tolerantes a un
mayor rango de temperaturas y son resistentes al herbicida no específico glifosato,
gracias al agregado de un gen proveniente de una bacteria del suelo (Agrobacterium
sp). Esta característica le confiere a la planta gran resistencia, aunque a su vez hace
al cultivo agroquímico-dependiente, necesitando cada vez mayor cantidad de
herbicida para controlar las especies de malezas que resulten resistentes al mismo.
Debido a esta característica de la soja RR (Roundup Ready o resistente al
Roundup), el glifosato pasó a ser el herbicida más utilizado en el país, llegando al
92,4% en el año 2005 (Papa & Tuesca 2008). El aumento en el uso a nivel nacional
de este herbicida ha sido notable: pasó de 28 millones de litros en el período
1996/97 a 180 millones en la campaña 2003/04, es decir aumentó el 640% (Pengue
2001). Esta cifra es aún mayor que el crecimiento porcentual de la superficie
sembrada con soja, que fue del 217% en el mismo período a nivel nacional (Ghida
Daza 2005).
La utilización extendida del glifosato se debe además a la implementación de la
tecnología de la siembra directa, que evita realizar movimientos del suelo que
resultan innecesarios y perjudiciales para la actividad. La siembra directa es el
sistema de labranza más utilizado, llegando al 91% en todo el país (Torrent 2003). El
hecho de no utilizar labranza convencional para preparar el suelo elimina la
posibilidad de realizar barbecho físico (sin la utilización de herbicidas) y vuelve
necesaria la utilización de plaguicidas para la eliminación de malezas previa a la
siembra, el llamado barbecho químico. Este tipo de tratamiento del suelo disminuye
en gran medida la erosión y la pérdida de agua, pero requiere del uso de herbicidas
previo a la siembra para eliminar las malezas del terreno.
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Además de los herbicidas pre-siembra, durante el ciclo de la soja se aplican otro tipo
de plaguicidas. En la época de más precipitaciones (diciembre) se aplican fungicidas
sistémicos, tales como el benomyl y el carbendazim (Carmona 2009). En los meses
de febrero y marzo se aplican insecticidas que controlan a las especies de insectos
plaga. En Argentina, sólo 3 insecticidas (clorpirifos, cipermetrina y endosulfán) son
aplicados en casi el 75% del total de la superficie de los cultivos extensivos
(Igarzábal 2009).
Por último, cerca del fin del ciclo (un mes antes de la cosecha) se aplica herbicida
post siembra, que también se trata de glifosato, con el fin de eliminar las malezas
que pudieran entorpecer la cosecha de la soja.
La aplicación de estos plaguicidas se realiza con diferentes maquinarias que en la
actualidad son avionetas, maquinas aplicadoras autopropulsadas o máquinas de
arrastre. La utilización de una máquina u otra depende del tipo cultivo y del
desarrollo del mismo.
En la provincia de Córdoba se presentan numerosas fronteras urbanas colindantes
con campos utilizados para la actividad agrícola. A medida que la actividad agrícola
se extiende a nuevos terrenos, la situación se complejiza por la expansión
desregulada de la mancha urbana. Particularmente, en la ciudad se difundió un caso
característico sobre el que hasta el momento no hay conclusiones claras. Se trata
del Barrio Ituzaingó Anexo, una extensión del Barrio Ituzaingó ubicado al sureste de
la ciudad. El análisis mediante estereoscopía de fotografías aéreas de los años ´50,
65´, 70´, 78´, 84´ y 95´ demostró que el terreno donde actualmente se sitúa el barrio
era área de cultivo hasta el año ´50 y que comenzó a poblarse en el ´65. De allí en
adelante, el barrio se expandió y continuó colindando, a lo largo de todo el período
analizado, con campos de cultivo (Barreta et al. 2003).
En el año 2002 se inició un movimiento barrial autodenominado Madres de Barrio
Ituzaingó, en el que vecinos comenzaron un relevamiento de casos de cáncer y
otras enfermedades en los habitantes del barrio. Las tasas registradas arrojaron que
el 4% de los habitantes del barrio tienen algún tipo de enfermedad oncológica (Rulli
2009).
En el mes de febrero de 2002, los vecinos se presentaron ante la Agencia Córdoba
Ambiente pidiendo que se analice, entre otros factores, la incidencia de un campo
vecino con plantación de soja. En julio de 2002 se analizaron 5 muestras de suelo en
el laboratorio del CEPROCOR en las que se determinó la presencia de malation,
clorpirifos, alfa y beta endosulfán, cis-clordano, HCB, DDT e isómeros de DDT. El
mismo laboratorio analizó muestras de agua en las cuales no se detectó presencia
de plaguicidas, y muestras de sedimento de tanques que determinaron presencia de
endosulfán y heptacloro. Sin embargo los estudios realizados no formaron parte de
un plan sistematizado y por lo tanto, se trabajó con un número de muestras bajo y
concentradas en un único sector del barrio.
Por otra parte, en noviembre de 2002, se llevó a cabo un relevamiento de los
principales productos aplicados en los predios cercanos al barrio, que indicó como
insecticidas más difundidos a glifosato, cipermetrina 25% y clorpirifos 48%; y como
herbicidas a glifosato. Además, se determinó que las aplicaciones eran llevadas a
cabo principalmente por los propios medios de los productores, en el caso de
aplicaciones terrestres, y que se solicitaba el servicio de empresas del sector para
aplicaciones aéreas (Cátedra de Ingeniería Ambiental FCEFyN 2002).
Finalmente, estudios más recientes concluyen sobre la existencia de contaminación
en el barrio. En 2004 el Dr. Schinder realizó un análisis de prevalencia
epidemiológico clínico comparativo, llegando a la conclusión de que las
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enfermedades de los vecinos del Barrio Ituzaingó Anexo debían estar provocadas
por causas ambientales, mientras que un trabajo posterior (2005) detecta en 23 de
una muestra de 30 niños del barrio plaguicidas en sangre en concentraciones
superiores a la mínima tolerada (Barri 2010).
Como objetivos de este trabajo se planteó determinar si existen zonas dentro del
barrio hacia las cuales los plaguicidas hubieran derivado, y realizar mapas de riesgo
que evidencien el patrón de deriva de estas sustancias en el ejido del Barrio
Ituzaingó Anexo
Materiales y métodos
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Con respecto a las cantidades de producto aplicadas, se establecieron, tomando
como referencia las cantidades recomendadas para los insecticidas de uso difundido
en nuestra provincia: 1 kg/Ha de herbicida, 0.8 kg/Ha de insecticida y 15 kg/Ha de
fungicida.
Se determinó como tiempo promedio de aplicación 15 minutos y se permitió correr la
simulación durante una hora (mínimo valor permitido por el modelo). Finalmente, se
requirieron como salida imágenes de Google Earth con un factor de zoom de 70 y
una resolución de 96 dpi (valores fijados por defecto).
A partir de las 36 imágenes obtenidas para un período de aplicación se procedió a la
confección de un mapa de riesgo para cada tipo de plaguicida. Se utilizó una
cuadrícula de 4mm x 4mm de lado con coordenadas, con la que de forma manual se
determinó la superposición de plumas de deriva en cada cuadrado. Posteriormente
se delimitaron los siguientes rangos de superposición:
Rojo: de 36 a 31 plumas (83,1% a 100% de deriva)
Marrón: de 25 a 30 plumas (66,1% a 83% de deriva)
Naranja: de 24 a 19 (50,1% a 66% de deriva)
Amarillo: de 13 a 18 (33,1% a 50%)
Verde: de 7 a 12 plumas (17,1% a 33%)
Celeste: de 5 a 6 plumas (14,1% a 17%)
Finalmente, se asignó el color correspondiente a cada cuadro para obtener los
cuatro mapas de riesgo finales. En el proceso de realización de los mapas de deriva
se tuvo en cuenta que la toxicidad DL 50 es diferente para cada tipo de pesticida
incluido en el modelo. Además, las diferencias en la fecha de aplicación llevaron a
considerar las distintas condiciones meteorológicas referidas a la dirección de los
vientos. En base a estos criterios, en lugar de realizarse un mapa general para las
cuatro aplicaciones se elaboraron cuatro mapas, uno para cada período de
aplicación.
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Resultados
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Figura 3. Mapa de riego correspondiente a la aplicación y deriva de insecticidas
(endosulfán, cipermetrina y clorpirifos).
Las imágenes muestran el área de dispersión obtenida para cada una de las
aplicaciones estudiadas.
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Para la aplicación de glifosato (fig. 1) se observa una región de dispersión dividida
en dos frentes, uno hacia el noreste y otro hacia el suroeste del sitio de aplicación. El
segundo de estos tiene una zona de solapamiento con el ejido sureste del barrio. En
el eje este-oeste, la calle Edwin Schrödinger es donde se encuentra la mayor zona
de exposición dada su cercanía a los campos extendiéndose hasta 400 metros hacia
el oeste sobre el barrio; en tanto en el eje norte-sur la zona afectada abarca
prácticamente toda la extensión del barrio, con menor intensidad en la zona norte.
En cuanto a la figura 2, el frente de dispersión está enfocado hacia el suroeste de la
aplicación, afectando a la zona urbana en toda su región este y llegando a tener
altos porcentajes de deriva en las cercanías de la calle Edwin Schödinger, además
de adentrarse hasta 600 metros sobre el trazado de la ciudad.
En la aplicación de insecticidas (fig. 3) se observa un frente de deriva menor que el
de otros mapas y enfocado únicamente hacia el suroeste de la zona fuente. Este
frente afecta al barrio hasta 600 metros hacia el oeste y alcanzado porcentajes de
deriva altos en cercanías de los campos.
En la figura 4, se observan dos frentes de dispersión, uno hacia el noreste y otro
hacia en suroeste de la zona de aplicación. El segundo de estos tiene los
porcentajes de deriva más altos y a su vez es el que afecta a las zonas más oriental
de barrio, adentrándose en este caso hasta 700 metros sobre el ejido de la ciudad.
Discusión y conclusión
Se observa una zona roja concentrada (83,1% a 100% de deriva) similar en las
cuatro figuras. Ésta se corresponde con el lugar de aplicación del producto y es lo
esperado ya que se trata de la zona comprendida por los dos campos estudiados.
En cuanto a las zonas de menor deriva, la figura de aplicación de herbicida pre-
siembra (septiembre) muestra una mayor dispersión con respecto a los otros tres
mapas, evidenciándose dos frentes de deriva de similar tamaño. La mayor
dispersión refleja la presencia en septiembre de vientos predominantes tanto en
dirección suroeste como en dirección noreste, y estas condiciones resultan en un
menor impacto en el barrio debido a la deriva al sector noreste. La zona de 33,1% a
50% de deriva alcanza las primeras manzanas del barrio, ubicadas sobre la calle
Erwin Schrödinger. Las restantes zonas del barrio alcanzadas por la deriva no
superan el 33%.
Con respecto a la aplicación de fungicidas (diciembre) se puede observar deriva
dirigida al suroeste, presentándose la dispersión fundamentalmente hacia el área
urbana. Además se observa que la zona de 66,1% a 83% de deriva abarca las
primeras manzanas desde la calle E. Schrödinger, siendo este alcance superior al
de los restantes mapas. La zona de 33,1% a 50% comprende hasta la manzana
cinco, mientras que las zonas de 14,1% a 17% y de 17,1% a 33% abarcan amplias
áreas urbanas, llegando hasta las 18 manzanas ubicadas sobre la calle Salvador
Mazza.
La figura de herbicida post siembra (marzo) muestra la presencia de dos frentes de
deriva, uno dirigido al suroeste y otro en dirección noreste, como se observa en el
mapa de herbicida aplicado en septiembre. Sin embargo, en este caso es clara la
diferencia de tamaño entre uno y otro frente debido a la mayor incidencia de vientos
dirigidos al sector suroeste.
Para la dispersión de insecticidas (febrero) la superposición de plumas de menor
tamaño resultó en zonas de dispersión más acotadas en relación con los mapas ya
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analizados. La zona roja se encuentra mucho más concentrada alrededor del punto
de aplicación considerado por lo que no alcanza en este caso al ejido del barrio.
En las cuatro figuras, se observa que los rangos de dispersión celeste, verde y
amarillo presentan deriva hacia la dirección suroeste, abarcando aproximadamente
las cuadras del sector delimitado por la calle E. Schrödinger y Salvador Mazza,
extendiéndose incluso hacia la zona más sur de la urbanización.
Por otro lado, una comparación con la rosa de los vientos para los años 2001-2010
(ver Anexo) respalda lo que los resultados muestran, un predominio de vientos
provenientes del NNE que provoca la deriva de pesticidas hacia el sector este del
barrio.
A nivel jurídico, la Ley N° 9164 prohíbe las aplicaciones terrestres de agroquímicos
clasificados en las categorías toxicológicas altas (Ia, Ib y II) en un radio de 500mts a
partir del límite de las plantas urbanas de municipios y comunas, y bajo las mismas
condiciones prohíbe la aplicación aérea en un radio de 1500mts y la de los
agroquímicos clasificados dentro de la clase toxicológicas bajas (III y IV) a 500mts.
Hasta que se llevó adelante el juicio a los propietarios de los dos campos aledaños
al barrio en 2008, las aplicaciones se realizaron a la distancia del barrio del ancho de
la calle E. Schrödinger (3mts) por negligencia en la práctica agropecuaria.
Actualmente los campos se encuentran en desuso y un cartel publicita un futuro
loteo para la construcción de viviendas. Si la venta de los lotes se concretara,
nuevamente se presentaría el problema de la deriva directa hacia el barrio puesto
que hay campos en actividad ubicados inmediatamente aledaños a los estudiados.
En base al análisis de los resultados obtenidos y de acuerdo al modelo teórico
diseñado, puede concluirse:
- Entre los años 1997 y 2008 efectivamente existió una zona de exposición a
plaguicidas dentro de Barrio Ituzaingó Anexo proveniente de los dos campos
estudiados.
- En las cuatro figuras de dispersión, se observa que la zona urbana más
afectada se localiza al SO del sitio fuente (zona centro-SE del barrio),
quedando las áreas de mayor exposición a la deriva restringidas a las
primeras manzanas centrales ubicadas sobre la calle Erwin Schrödinger.
Para continuar con esta línea de investigación en el barrio, se sugiere el uso de los
mapas obtenidos en este trabajo como herramientas para realizar estudios
comparativos de contaminación con bioindicadores o análisis de muestras de suelo,
agua, etc. en las zonas expuestas a la deriva de pesticidas.
Por otra parte, se propone la utilización del método de realización de mapas de
riesgo mediante la superposición de plumas obtenidas en HYSPLIT en otras zonas
que se sospechan afectadas por la deriva de pesticidas.
Por último, se sugiere poner en consideración para futuros trabajos la deriva de
agroquímicos no abarcados con el presente modelo teórico, y la consideración de
otros factores meteorológicos no incluidos en el análisis pero que inciden en el
proceso de deriva como la temperatura y la humedad relativa.
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Anexo
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