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Mapas de riesgo por deriva de plaguicidas en barrio Ituzaingó

Anexo, Córdoba, Argentina


BONAPARTE, Eugenia Bianca; RUBINI PISANO, María Aimé; VERA, Florencia
Cecilia; Fernando Barri; Cecilia Arguello.
Cátedra de Problemática Ambiental - Escuela de Biología - FCEFyN – Universidad
Nacional de Córdoba

Resumen

El encuentro entre las fronteras agropecuaria y urbana genera una situación


conflictiva dentro de la cual un factor de gran importancia es la deriva de pesticidas.
En el año 2002 se hizo público el reclamo de los vecinos del barrio Ituzaingó Anexo
(Córdoba capital) por las aplicaciones que se realizaban en campos colindantes y la
relación que podrían tener con las enfermedades oncológicas del lugar. Se llevaron
a cabo estudios no sistematizados sobre el barrio y posteriormente nuevas
investigaciones establecieron, entre otras contaminaciones, la provocada por
pesticidas. Como objetivo de este trabajo se planteó determinar si existieron zonas
dentro del barrio hacia las cuales los plaguicidas aplicados hubieran derivado,
realizando mapas de riesgo que evidencien el patrón de dispersión de estas
sustancias en el ejido de Ituzaingó Anexo. A manera de hipótesis se supuso que
existió deriva de plaguicidas desde los campos colindantes estudiados hacia dicho
emplazamiento. Se construyó un modelo teórico de aplicación de tres tipos de
pesticidas (dos fungicidas, un herbicida y un insecticida) en cuatro épocas diferentes
del año y se utilizó el programa HYSPLIT para analizar la trayectoria progresiva de
dichos agroquímicos. Las imágenes arrojadas por el programa se procesaron para
obtener cuatro mapas de riesgo finales que muestran el área de dispersión para
cada aplicación. Mediante seis rangos de superposición se manejaron zonas de
riesgo diferencial que permitieron identificar, según el modelo, las superficies del
barrio más afectadas. De acuerdo a los resultados se concluyó que entre los años
1997 y 2008 hubo una zona de exposición a plaguicidas provenientes de los campos
estudiados dentro del barrio Ituzaingó Anexo. La zona urbana más afectada se
localizó en el centro-SE del barrio, y se identificaron como las áreas de mayor
exposición a la deriva las primeras manzanas ubicadas sobre la calle colindante con
los campos.

Palabras clave: Mapa de riesgo, plaguicida, aplicación, deriva de plaguicidas.

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Introducción

A principios del siglo XX comenzó un período de transición en la agricultura a escala


global denominado Revolución Verde. Las nuevas prácticas incluyeron el uso
intensivo de productos químicos industriales como plaguicidas y fertilizantes, el
cultivo de variedades híbridas de alto rendimiento y la mecanización de la
agricultura, factores que posibilitaron la adopción del monocultivo como el sistema
preponderante de plantación (Buttel, 1993). El modelo de desarrollo adoptado a nivel
mundial se repitió en Argentina con las mismas características.
La Revolución Verde condujo al tratamiento de los agroecosistemas como áreas
homogéneas y uniformes. Este cambio en el manejo trajo aparejado un impacto
ambiental producido por varios factores, entre los que destacan el uso de
agroquímicos. Éstos son entendidos por la OCDE (1998) como los compuestos
químicos generalmente sintéticos, producidos de modo comercial y utilizados como
fertilizantes, acondicionadores del suelo y pesticidas, para mejorar el rendimiento de
la cosecha. Sin embargo, su uso no controlado es una de las causas de disminución
de la biodiversidad, lo que afecta no sólo al ecosistema que rodea las tierras
cultivadas sino también a los mismos productores, al eliminar especies útiles para la
agricultura y la sanidad ambiental. Al ser elementos tóxicos, la aplicación de
agroquímicos provoca contaminación del suelo, de las fuentes superficiales de agua
y napas freáticas, con las consiguientes pérdidas económicas que esto trae
aparejado. Asimismo, cuando las áreas agrícolas se encuentran cercanas a la
mancha urbana la deriva de estos productos trae consecuencias para la salud
humana.
Dentro de los agroquímicos, los plaguicidas son sustancias muy discutidas en la
actualidad. Los mismos se encuentran clasificados en categorías de acuerdo a su
toxicidad, siendo uno de los criterios de toxicidad más usados la Dosis Letal 50
(LD50). Las sustancias más tóxicas son las que presentan un LD50 más bajo. Pero
este método es cuestionado por organizaciones no gubernamentales e
investigadores individuales por tres motivos. El primero es que el rango de toxicidad
depende de la sensibilidad específica de los organismos blanco, por lo que no se
obtienen las mismas respuestas a la misma exposición. El segundo es que en
muchos de los experimentos de determinación de toxicidad se somete a evaluación
sólo al ingrediente activo, sin evaluarse el producto final, que es el que realmente se
comercializa. El agregado de solventes o coadyuvantes provoca que la toxicidad del
compuesto resulte diferente a la del ingrediente activo por separado. El tercero es
que en la mayoría de los estudios sólo se evalúa la toxicidad aguda, la cual implica
aquellos efectos que ocurren inmediatamente luego de la exposición. Esto deja fuera
de consideración a la intoxicación crónica, resultado de la exposición a una dosis
que no es suficiente para producir intoxicación aguda pero que puede tener
consecuencias como la perturbación del sistema endocrino e inmunitario, efectos
teratogénicos y desarrollo de cáncer (Cátedra de Ingeniería Ambiental FCEFyN
2002).
Cuando tales productos son aplicados, una parte de los mismos se dispersa. Esta
deriva está condicionada por factores como temperatura, humedad relativa, vientos,
estabilidad atmosférica y método de aplicación empleado (Lamelas et al. 2007). La
eficiencia de la aplicación guarda relación con el tamaño de gota. Gotas de menor
tamaño son necesarias para optimizar la cobertura. Pero a medida que disminuye el
tamaño de las gotas, aumenta la influencia del viento que provoca deriva y se
incrementa la evaporación del producto. Cuando la aplicación es aérea (menor

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tamaño de gota) se estima una deriva del 40% del plaguicida y un alcance de
dispersión de hasta 5 km (Lanson et al. 2009). Además, la mezcla de los productos
aplicados con sustancias coadyuvantes (como hidrocarburos) o la dilución en agua
aumentan el riesgo de deriva (Lanson et al. 2009). Entonces, el tamaño correcto de
las gotas constituye un compromiso que el formulador del agroquímico debe
especificar para cada tipo de aplicación y que el aplicador debe respetar (Etiennot
1993).
Con respecto a la actividad agrícola en nuestro país, a principios del siglo XX
existían aproximadamente 100 millones de hectáreas de bosques nativos, superficie
que se redujo a 33 millones en las postrimerías del siglo, a la vez que se incrementó
en forma alarmante la tasa anual de deforestación por el avance de la frontera
agropecuaria (Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable 2008). Esta
expansión no sólo genera conflictos con las zonas de biota nativa sino también con
las zonas urbanas colindantes.
En la actualidad, la provincia de Córdoba cuenta con una superficie agropecuaria
estimada total de 14.462.103 hectáreas de las cuales 5.131.956 están dedicadas a
la producción agrícola, según el censo nacional agropecuario de 2008. De éstas,
cerca de un 62,5% está dedicado a la producción de soja.
La soja presenta un ciclo de verano de aproximadamente 5 meses de duración. En
Argentina, las épocas de siembra más comunes son en octubre o noviembre para la
soja de primera y durante diciembre para la soja de segunda, en tanto la época de
cosecha oscila entre los meses de marzo y mayo (datos aproximados, INTA).En la
década del ‘90 el desarrollo de la ingeniería genética permitió la salida al mercado
de variedades nuevas de soja transgénica que desde 1997/98 han sido las más
utilizadas en Argentina, alcanzando actualmente hasta el 95% del total de la
producción (Poullier 2008). Estas variedades de la oleaginosa son tolerantes a un
mayor rango de temperaturas y son resistentes al herbicida no específico glifosato,
gracias al agregado de un gen proveniente de una bacteria del suelo (Agrobacterium
sp). Esta característica le confiere a la planta gran resistencia, aunque a su vez hace
al cultivo agroquímico-dependiente, necesitando cada vez mayor cantidad de
herbicida para controlar las especies de malezas que resulten resistentes al mismo.
Debido a esta característica de la soja RR (Roundup Ready o resistente al
Roundup), el glifosato pasó a ser el herbicida más utilizado en el país, llegando al
92,4% en el año 2005 (Papa & Tuesca 2008). El aumento en el uso a nivel nacional
de este herbicida ha sido notable: pasó de 28 millones de litros en el período
1996/97 a 180 millones en la campaña 2003/04, es decir aumentó el 640% (Pengue
2001). Esta cifra es aún mayor que el crecimiento porcentual de la superficie
sembrada con soja, que fue del 217% en el mismo período a nivel nacional (Ghida
Daza 2005).
La utilización extendida del glifosato se debe además a la implementación de la
tecnología de la siembra directa, que evita realizar movimientos del suelo que
resultan innecesarios y perjudiciales para la actividad. La siembra directa es el
sistema de labranza más utilizado, llegando al 91% en todo el país (Torrent 2003). El
hecho de no utilizar labranza convencional para preparar el suelo elimina la
posibilidad de realizar barbecho físico (sin la utilización de herbicidas) y vuelve
necesaria la utilización de plaguicidas para la eliminación de malezas previa a la
siembra, el llamado barbecho químico. Este tipo de tratamiento del suelo disminuye
en gran medida la erosión y la pérdida de agua, pero requiere del uso de herbicidas
previo a la siembra para eliminar las malezas del terreno.

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Además de los herbicidas pre-siembra, durante el ciclo de la soja se aplican otro tipo
de plaguicidas. En la época de más precipitaciones (diciembre) se aplican fungicidas
sistémicos, tales como el benomyl y el carbendazim (Carmona 2009). En los meses
de febrero y marzo se aplican insecticidas que controlan a las especies de insectos
plaga. En Argentina, sólo 3 insecticidas (clorpirifos, cipermetrina y endosulfán) son
aplicados en casi el 75% del total de la superficie de los cultivos extensivos
(Igarzábal 2009).
Por último, cerca del fin del ciclo (un mes antes de la cosecha) se aplica herbicida
post siembra, que también se trata de glifosato, con el fin de eliminar las malezas
que pudieran entorpecer la cosecha de la soja.
La aplicación de estos plaguicidas se realiza con diferentes maquinarias que en la
actualidad son avionetas, maquinas aplicadoras autopropulsadas o máquinas de
arrastre. La utilización de una máquina u otra depende del tipo cultivo y del
desarrollo del mismo.
En la provincia de Córdoba se presentan numerosas fronteras urbanas colindantes
con campos utilizados para la actividad agrícola. A medida que la actividad agrícola
se extiende a nuevos terrenos, la situación se complejiza por la expansión
desregulada de la mancha urbana. Particularmente, en la ciudad se difundió un caso
característico sobre el que hasta el momento no hay conclusiones claras. Se trata
del Barrio Ituzaingó Anexo, una extensión del Barrio Ituzaingó ubicado al sureste de
la ciudad. El análisis mediante estereoscopía de fotografías aéreas de los años ´50,
65´, 70´, 78´, 84´ y 95´ demostró que el terreno donde actualmente se sitúa el barrio
era área de cultivo hasta el año ´50 y que comenzó a poblarse en el ´65. De allí en
adelante, el barrio se expandió y continuó colindando, a lo largo de todo el período
analizado, con campos de cultivo (Barreta et al. 2003).
En el año 2002 se inició un movimiento barrial autodenominado Madres de Barrio
Ituzaingó, en el que vecinos comenzaron un relevamiento de casos de cáncer y
otras enfermedades en los habitantes del barrio. Las tasas registradas arrojaron que
el 4% de los habitantes del barrio tienen algún tipo de enfermedad oncológica (Rulli
2009).
En el mes de febrero de 2002, los vecinos se presentaron ante la Agencia Córdoba
Ambiente pidiendo que se analice, entre otros factores, la incidencia de un campo
vecino con plantación de soja. En julio de 2002 se analizaron 5 muestras de suelo en
el laboratorio del CEPROCOR en las que se determinó la presencia de malation,
clorpirifos, alfa y beta endosulfán, cis-clordano, HCB, DDT e isómeros de DDT. El
mismo laboratorio analizó muestras de agua en las cuales no se detectó presencia
de plaguicidas, y muestras de sedimento de tanques que determinaron presencia de
endosulfán y heptacloro. Sin embargo los estudios realizados no formaron parte de
un plan sistematizado y por lo tanto, se trabajó con un número de muestras bajo y
concentradas en un único sector del barrio.
Por otra parte, en noviembre de 2002, se llevó a cabo un relevamiento de los
principales productos aplicados en los predios cercanos al barrio, que indicó como
insecticidas más difundidos a glifosato, cipermetrina 25% y clorpirifos 48%; y como
herbicidas a glifosato. Además, se determinó que las aplicaciones eran llevadas a
cabo principalmente por los propios medios de los productores, en el caso de
aplicaciones terrestres, y que se solicitaba el servicio de empresas del sector para
aplicaciones aéreas (Cátedra de Ingeniería Ambiental FCEFyN 2002).
Finalmente, estudios más recientes concluyen sobre la existencia de contaminación
en el barrio. En 2004 el Dr. Schinder realizó un análisis de prevalencia
epidemiológico clínico comparativo, llegando a la conclusión de que las

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enfermedades de los vecinos del Barrio Ituzaingó Anexo debían estar provocadas
por causas ambientales, mientras que un trabajo posterior (2005) detecta en 23 de
una muestra de 30 niños del barrio plaguicidas en sangre en concentraciones
superiores a la mínima tolerada (Barri 2010).
Como objetivos de este trabajo se planteó determinar si existen zonas dentro del
barrio hacia las cuales los plaguicidas hubieran derivado, y realizar mapas de riesgo
que evidencien el patrón de deriva de estas sustancias en el ejido del Barrio
Ituzaingó Anexo

Materiales y métodos

Se utilizó el modelo de dispersión Hybrid Single Particle Lagrangian Integrated


Trajectory (HYSPLIT), desarrollado por el Air Resources Laboratory de la
Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos.
Dicho modelo calcula el transporte de una parcela de aire que contiene PM 10
suponiendo que pasivamente es arrastrada por el viento (basado en un modelo
meteorológico) de tal modo que su trayectoria resulta solamente de la integración del
vector de posición en el tiempo y el espacio. Como resultado el programa arroja una
representación gráfica con forma de pluma que demarca el área de dispersión de la
sustancia. Los datos meteorológicos necesarios para el cálculo de la dispersión
están basados en un modelo numérico de predicción de variables meteorológicas a
nivel global. Se tomaron los datos meteorológicos de REANALYSIS, base que
contiene datos desde el año 1948 al presente. Se seleccionó esta base de datos por
ser la única que incluye los años que se deseaban abarcar para este trabajo.
Para comenzar la simulación se tomaron como sitio de deriva los dos campos
colindantes al barrio denunciados por los vecinos, de 13 Has de extensión. Los
terrenos se consideraron como uno solo y dentro de esta área de 13 Has se trabajó
con un punto fuente de la dispersión situado en el centro de la propiedad en estudio,
ubicado a 31°27´56,59´´ latitud sur y 64°4´37,98´´ longitud oeste.
Se consideró como actividad principal llevada a cabo en el terreno colindante el
monocultivo de soja en base a datos obtenidos de la investigación bibliográfica.
Teniendo en cuenta las fechas de siembra y manejo de este tipo de cultivo, se
determinaron los siguientes períodos de riesgo de dispersión de contaminantes
atmosféricos, considerando aplicación de
Herbicidas pre- siembra: últimas dos semanas de septiembre.
Fungicidas: últimas dos semanas de diciembre.
Insecticidas: última semana de febrero, primera semana de marzo.
Herbicidas pre- cosecha: últimas dos semanas de marzo.
Dentro de cada uno de dichos períodos de catorce días se obtuvieron al azar tres
días sobre los cuales se hizo correr la simulación a lo largo de los años 1997 a 2008.
Este lapso de doce años fue escogido teniendo en cuenta la expansión de las
nuevas tecnologías de cultivo de soja en la provincia de Córdoba (1997) y el cese de
actividades en los campos mencionados (2008). Se estableció como hora de
aplicación las seis de la mañana, hora recomendada por la bibliografía para
optimizar las aplicaciones. Teniendo en cuenta que la aplicación de productos pudo
hacerse mediante máquina autopropulsada (mosquito) o avión, se fijó como rango
para la dispersión entre 1 y 3 metros; y se consideró que ambas técnicas de
aplicación no introducían diferencias importantes a los fines de esta simulación.

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Con respecto a las cantidades de producto aplicadas, se establecieron, tomando
como referencia las cantidades recomendadas para los insecticidas de uso difundido
en nuestra provincia: 1 kg/Ha de herbicida, 0.8 kg/Ha de insecticida y 15 kg/Ha de
fungicida.
Se determinó como tiempo promedio de aplicación 15 minutos y se permitió correr la
simulación durante una hora (mínimo valor permitido por el modelo). Finalmente, se
requirieron como salida imágenes de Google Earth con un factor de zoom de 70 y
una resolución de 96 dpi (valores fijados por defecto).
A partir de las 36 imágenes obtenidas para un período de aplicación se procedió a la
confección de un mapa de riesgo para cada tipo de plaguicida. Se utilizó una
cuadrícula de 4mm x 4mm de lado con coordenadas, con la que de forma manual se
determinó la superposición de plumas de deriva en cada cuadrado. Posteriormente
se delimitaron los siguientes rangos de superposición:
Rojo: de 36 a 31 plumas (83,1% a 100% de deriva)
Marrón: de 25 a 30 plumas (66,1% a 83% de deriva)
Naranja: de 24 a 19 (50,1% a 66% de deriva)
Amarillo: de 13 a 18 (33,1% a 50%)
Verde: de 7 a 12 plumas (17,1% a 33%)
Celeste: de 5 a 6 plumas (14,1% a 17%)
Finalmente, se asignó el color correspondiente a cada cuadro para obtener los
cuatro mapas de riesgo finales. En el proceso de realización de los mapas de deriva
se tuvo en cuenta que la toxicidad DL 50 es diferente para cada tipo de pesticida
incluido en el modelo. Además, las diferencias en la fecha de aplicación llevaron a
considerar las distintas condiciones meteorológicas referidas a la dirección de los
vientos. En base a estos criterios, en lugar de realizarse un mapa general para las
cuatro aplicaciones se elaboraron cuatro mapas, uno para cada período de
aplicación.

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Resultados

Figura 1. Mapa de riesgo correspondiente a la aplicación y deriva de herbicida pre-


siembra (glifosato).

Figura 2. Mapa de riesgo correspondiente a la aplicación y deriva de fungicidas


(benomyl y carbendazim).

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Figura 3. Mapa de riego correspondiente a la aplicación y deriva de insecticidas
(endosulfán, cipermetrina y clorpirifos).

Figura 4. Mapa de riesgo correspondiente a la aplicación y deriva de herbicida post-


siembra (glifosato).

Las imágenes muestran el área de dispersión obtenida para cada una de las
aplicaciones estudiadas.

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Para la aplicación de glifosato (fig. 1) se observa una región de dispersión dividida
en dos frentes, uno hacia el noreste y otro hacia el suroeste del sitio de aplicación. El
segundo de estos tiene una zona de solapamiento con el ejido sureste del barrio. En
el eje este-oeste, la calle Edwin Schrödinger es donde se encuentra la mayor zona
de exposición dada su cercanía a los campos extendiéndose hasta 400 metros hacia
el oeste sobre el barrio; en tanto en el eje norte-sur la zona afectada abarca
prácticamente toda la extensión del barrio, con menor intensidad en la zona norte.
En cuanto a la figura 2, el frente de dispersión está enfocado hacia el suroeste de la
aplicación, afectando a la zona urbana en toda su región este y llegando a tener
altos porcentajes de deriva en las cercanías de la calle Edwin Schödinger, además
de adentrarse hasta 600 metros sobre el trazado de la ciudad.
En la aplicación de insecticidas (fig. 3) se observa un frente de deriva menor que el
de otros mapas y enfocado únicamente hacia el suroeste de la zona fuente. Este
frente afecta al barrio hasta 600 metros hacia el oeste y alcanzado porcentajes de
deriva altos en cercanías de los campos.
En la figura 4, se observan dos frentes de dispersión, uno hacia el noreste y otro
hacia en suroeste de la zona de aplicación. El segundo de estos tiene los
porcentajes de deriva más altos y a su vez es el que afecta a las zonas más oriental
de barrio, adentrándose en este caso hasta 700 metros sobre el ejido de la ciudad.

Discusión y conclusión

Se observa una zona roja concentrada (83,1% a 100% de deriva) similar en las
cuatro figuras. Ésta se corresponde con el lugar de aplicación del producto y es lo
esperado ya que se trata de la zona comprendida por los dos campos estudiados.
En cuanto a las zonas de menor deriva, la figura de aplicación de herbicida pre-
siembra (septiembre) muestra una mayor dispersión con respecto a los otros tres
mapas, evidenciándose dos frentes de deriva de similar tamaño. La mayor
dispersión refleja la presencia en septiembre de vientos predominantes tanto en
dirección suroeste como en dirección noreste, y estas condiciones resultan en un
menor impacto en el barrio debido a la deriva al sector noreste. La zona de 33,1% a
50% de deriva alcanza las primeras manzanas del barrio, ubicadas sobre la calle
Erwin Schrödinger. Las restantes zonas del barrio alcanzadas por la deriva no
superan el 33%.
Con respecto a la aplicación de fungicidas (diciembre) se puede observar deriva
dirigida al suroeste, presentándose la dispersión fundamentalmente hacia el área
urbana. Además se observa que la zona de 66,1% a 83% de deriva abarca las
primeras manzanas desde la calle E. Schrödinger, siendo este alcance superior al
de los restantes mapas. La zona de 33,1% a 50% comprende hasta la manzana
cinco, mientras que las zonas de 14,1% a 17% y de 17,1% a 33% abarcan amplias
áreas urbanas, llegando hasta las 18 manzanas ubicadas sobre la calle Salvador
Mazza.
La figura de herbicida post siembra (marzo) muestra la presencia de dos frentes de
deriva, uno dirigido al suroeste y otro en dirección noreste, como se observa en el
mapa de herbicida aplicado en septiembre. Sin embargo, en este caso es clara la
diferencia de tamaño entre uno y otro frente debido a la mayor incidencia de vientos
dirigidos al sector suroeste.
Para la dispersión de insecticidas (febrero) la superposición de plumas de menor
tamaño resultó en zonas de dispersión más acotadas en relación con los mapas ya

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analizados. La zona roja se encuentra mucho más concentrada alrededor del punto
de aplicación considerado por lo que no alcanza en este caso al ejido del barrio.
En las cuatro figuras, se observa que los rangos de dispersión celeste, verde y
amarillo presentan deriva hacia la dirección suroeste, abarcando aproximadamente
las cuadras del sector delimitado por la calle E. Schrödinger y Salvador Mazza,
extendiéndose incluso hacia la zona más sur de la urbanización.
Por otro lado, una comparación con la rosa de los vientos para los años 2001-2010
(ver Anexo) respalda lo que los resultados muestran, un predominio de vientos
provenientes del NNE que provoca la deriva de pesticidas hacia el sector este del
barrio.
A nivel jurídico, la Ley N° 9164 prohíbe las aplicaciones terrestres de agroquímicos
clasificados en las categorías toxicológicas altas (Ia, Ib y II) en un radio de 500mts a
partir del límite de las plantas urbanas de municipios y comunas, y bajo las mismas
condiciones prohíbe la aplicación aérea en un radio de 1500mts y la de los
agroquímicos clasificados dentro de la clase toxicológicas bajas (III y IV) a 500mts.
Hasta que se llevó adelante el juicio a los propietarios de los dos campos aledaños
al barrio en 2008, las aplicaciones se realizaron a la distancia del barrio del ancho de
la calle E. Schrödinger (3mts) por negligencia en la práctica agropecuaria.
Actualmente los campos se encuentran en desuso y un cartel publicita un futuro
loteo para la construcción de viviendas. Si la venta de los lotes se concretara,
nuevamente se presentaría el problema de la deriva directa hacia el barrio puesto
que hay campos en actividad ubicados inmediatamente aledaños a los estudiados.
En base al análisis de los resultados obtenidos y de acuerdo al modelo teórico
diseñado, puede concluirse:
- Entre los años 1997 y 2008 efectivamente existió una zona de exposición a
plaguicidas dentro de Barrio Ituzaingó Anexo proveniente de los dos campos
estudiados.
- En las cuatro figuras de dispersión, se observa que la zona urbana más
afectada se localiza al SO del sitio fuente (zona centro-SE del barrio),
quedando las áreas de mayor exposición a la deriva restringidas a las
primeras manzanas centrales ubicadas sobre la calle Erwin Schrödinger.

Para continuar con esta línea de investigación en el barrio, se sugiere el uso de los
mapas obtenidos en este trabajo como herramientas para realizar estudios
comparativos de contaminación con bioindicadores o análisis de muestras de suelo,
agua, etc. en las zonas expuestas a la deriva de pesticidas.
Por otra parte, se propone la utilización del método de realización de mapas de
riesgo mediante la superposición de plumas obtenidas en HYSPLIT en otras zonas
que se sospechan afectadas por la deriva de pesticidas.
Por último, se sugiere poner en consideración para futuros trabajos la deriva de
agroquímicos no abarcados con el presente modelo teórico, y la consideración de
otros factores meteorológicos no incluidos en el análisis pero que inciden en el
proceso de deriva como la temperatura y la humedad relativa.

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Anexo

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