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EPILEPSIA
EPILEPSIA
Los síntomas de una crisis epiléptica dependerán del área cerebral en la cual se origina la descarga y de su
extensión o no al conjunto del cerebro. Su frecuencia también puede variar desde menos de una al año
hasta varias al día.
Las crisis epilépticas pueden ser súbitas e inesperadas o presentar síntomas de aviso previos a la crisis
llamados síntomas prodrómicos. Pueden durar desde unos segundos a minutos y dependiendo del tipo de
epilepsia cursar con convulsiones, pérdidas de consciencia, espasmos musculares, desorientación,
taquicardia y pérdida del control de esfínteres
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Liga Internacional contra la Epilepsia(ILAE), exigen
para diagnosticar en una persona la epilepsia, la repetición crónica de las crisis epilépticas.
Es decir, se hace el diagnóstico de epilepsia cuando el paciente ha tenido al menos dos crisis espontáneas a
lo largo de su vida. Por tanto, no toda descarga cerebral que produce convulsiones o pérdida de consciencia
indica que una persona es epiléptica.
Causas de la epilepsia
La base de la crisis epiléptica es un desequilibrio entre los mecanismos excitadores e inhibidores de las
neuronas cerebrales, que provocan descargas incontroladas y exageradas de impulsos eléctricos del cerebro.
Otros factores desencadenantes pueden ser las intoxicaciones por drogas o alcohol, el estrés, o también
responder a algún estímulo sensorial o sensitivo predisponente. No obstante, en muchas ocasiones (6 de
cada 10 casos) no se descubre una causa concreta y se denominan epilepsias idiopáticas.
Síntomas
En el estado epiléptico (status epilepticus), el más grave de los trastornos convulsivos, las convulsiones no se
detienen. El estado epiléptico es una urgencia médica porque la persona tiene convulsiones acompañadas de
intensas contracciones musculares, no puede respirar adecuadamente y tiene extensas (difusas) descargas
eléctricas en el cerebro. Si no se procede al tratamiento inmediato, el corazón y el cerebro pueden resultar
permanentemente lesionados y puede sobrevenir la muerte.
CÓMO ACTUAR ANTE UNA CRISIS
1. Mantener la calma, no asustarse y calmar a los demás.
2. Evitar que el paciente se golpee con objetos situados cerca.
3. Colocar al paciente en posición lateral de seguridad cuando finalice la crisis.
4. Superada la crisis, dejarle descansar. 5. Registrar las características de la crisis.
En ocasiones, horas o días antes de las crisis sobre todo en las convulsivas, se pueden tener ciertas
percepciones de aviso, llamadas síntomas prodrómicos, entre ellos pueden darse:
Cambios de humor
Irritabilidad
Hormigueo en una estremidad
Alteraciones del sueño o del apetito
Una obnubilación mental que puede persistir durante horas
Alteraciones en el ritmo cardíaco
Frecuencia en la necesidad urinaria
También inmediatamente previa a la crisis puede producirse un AURA epiléptica. Es decir, un conjunto de
snsaciones personales como olores anormales, miedo, malestar inespecífico o nerviosismo, que indican
una risis epiléptica inminente. Esto no ocurre a todos los pacientes, sólo a algunos de ellos.
Existen dos grandes grupos de crisis epilépticas: las crisis epilépticas parciales o focales donde la descarga
comienza en una zona concreta del cerebro y las crisis epilépticas generalizadas que afectan a toda la
superficie del cerebro.
Son el 60% de los tipos de epilepsia. El enfermo experimenta una combinación de síntomas y signos
motores, sensitivos, sensoriales, psíquicos y vegetativos, de los cuales es parcial o totalmente consciente.
La pérdida de la consciencia ocurre desde el primer momento del ataque y es frecuente que el enfermo se
caiga al suelo y se lesione. Pueden cursar con convulsiones (convulsivas) o sin ellas (no convulsivas)
Ausencias típicas o “pequeño mal” : Se manifiestan por una pérdida brusca de consciencia pero sin
pérdida del tono postural. Es como una desconexión súbita con el entorno. Se mantiene la vista fija,
el rostro inexpresivo, y cuando se recupera la consciencia se continúa con lo que se hacía sin
recordar lo sucedido. Generalmente duran menos de diez segundos.
Ausencias atípicas: Se caracterizan por la pérdida brusca de la consciencia pero el comienzo es más
gradual y son más prolongadas.
Se considera un estado de mal epiléptico cuando la crisis, convulsiva o no, dura más de 30 minutos o cuando
su repetición es tan frecuente que no hay recuperación del paciente entre un episodio y el siguiente.
La causa más frecuente es el abandono de la medicación en pacientes tratados con antiepilépticos, pero
también ocurre con el abuso de alcohol, la fiebre o por la toma de algunos medicamentos.
Diagnóstico de la enfermedad
Para diagnosticar tu enfermedad, el médico revisará tus síntomas y tu historia clínica. El médico puede pedir
varias pruebas para diagnosticar la epilepsia y determinar la causa de las convulsiones. La evaluación puede
incluir:
Análisis de sangre. El médico puede tomar una muestra de sangre para determinar la presencia de
signos de infecciones, enfermedades genéticas u otros trastornos que puedan estar asociados con las
convulsiones.
También puede sugerir pruebas para detectar anomalías en el cerebro, como por ejemplo:
Si tienes epilepsia, es común que presentes cambios en tu patrón normal de ondas cerebrales, incluso
cuando no estés sufriendo una convulsión. El médico puede controlarte por video cuando realiza el
electroencefalograma mientras estás despierto o dormido, para registrar las convulsiones que puedas
tener. Registrar las convulsiones puede ayudar al médico a determinar qué tipo de crisis tienes o
descartar otras enfermedades.
Imágenes por resonancia magnética (RM). Una resonancia magnética usa poderosas ondas
radioeléctricas e imanes para crear una vista detallada del cerebro. Es posible que el médico pueda
detectar lesiones o anomalías en el cerebro que podrían causar convulsiones.
Resonancia magnética funcional (RMf). La RM funcional mide los cambios en el flujo sanguíneo
que ocurren cuando determinadas partes del cerebro están en actividad. Los médicos pueden usar la
RMf antes de la cirugía para identificar las ubicaciones exactas de funciones críticas, como el habla y
el movimiento, de modo que los cirujanos puedan evitar causar lesiones en esas áreas durante la
operación.
Tomografía por emisión de positrones (TEP). Esta exploración utiliza una pequeña cantidad de
material radioactivo en dosis baja que se inyecta en una vena para ayudar a visualizar áreas activas
del cerebro y detectar anomalías.
Tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT). Este tipo de estudio se usa
principalmente si ya te han realizado una RM y un EEG que no detectaron la ubicación en el cerebro
donde se originan las convulsiones.
Una SPECT utiliza una pequeña cantidad de material radioactivo en dosis baja que se inyecta en una
vena para crear un mapa tridimensional detallado de la actividad del flujo sanguíneo en el cerebro
durante las convulsiones.
Los médicos también pueden realizar una forma de prueba SPECT denominada «sustracción de la
SPECT ictal corregistrada con imágenes por resonancia magnética» (SISCOM), que puede brindar
resultados aún más detallados.
Pruebas neuropsicológicas. En estas pruebas, los médicos evalúan las habilidades del pensamiento,
la memoria y el habla. Los resultados de las pruebas ayudan a los médicos a determinar qué áreas del
cerebro están afectadas.
Junto con los resultados de tu prueba, el médico puede utilizar una combinación de técnicas de análisis para
ayudar a identificar en qué parte del cerebro comienzan las convulsiones:
Mapeo estadístico paramétrico (SPM). El SPM es un método para comparar áreas del cerebro que
tienen un aumento del metabolismo durante las convulsiones con cerebros normales, lo que puede
dar a los médicos una idea de dónde comienzan las convulsiones.
Análisis de Curry. El análisis de Curry es una técnica que toma los datos del electroencefalograma y
los proyecta en una resonancia magnética del cerebro para mostrar a los médicos dónde se producen
las convulsiones.
Magnetoencefalografía (MEG). La MEG mide los campos magnéticos producidos por la actividad
cerebral para identificar las posibles áreas de inicio de las convulsiones.
El diagnóstico preciso de tu tipo de convulsión y de dónde comienzan las convulsiones ofrece la mayor
probabilidad de encontrar un tratamiento efectivo.
Tratamiento
Los médicos generalmente empiezan por tratar la epilepsia con medicamentos. Si los medicamentos no
curan la enfermedad, los médicos pueden proponer una cirugía u otro tipo de tratamiento.
La mayoría de las personas con epilepsia puede dejar de tener convulsiones al tomar un medicamento
anticonvulsivo, también llamado antiepiléptico. Otras quizás puedan disminuir la frecuencia e intensidad de
sus convulsiones tomando una combinación de medicamentos.
Muchos niños con epilepsia, y que no tienen síntomas, con el tiempo podrán suspender los medicamentos y
vivir sin convulsiones. Muchos adultos también pueden dejar de tomar los medicamentos después de dos
años o más sin convulsiones. El médico te aconsejará sobre el momento adecuado para suspender la toma
de los medicamentos.
Encontrar el medicamento y la dosis adecuados puede ser complejo. El médico considerará la enfermedad,
la frecuencia de las convulsiones, tu edad y otros factores al elegir qué medicamento recetar. También
revisará cualquier otro medicamento que pudieras estar tomando para asegurar que los medicamentos
antiepilépticos no interactúen con ellos.
Es probable que, en principio, el médico recete un solo medicamento con una dosis relativamente baja y
luego la aumente de manera gradual hasta que las convulsiones estén bien controladas.
Los medicamentos anticonvulsivos pueden tener algunos efectos secundarios. Algunos de los efectos
secundarios leves son:
Para lograr el mejor control de convulsiones posible con medicamentos, toma estas medidas:
Siempre consulta con el médico antes de cambiar a una versión genérica del medicamento o de
tomar otros medicamentos con receta, de venta libre o a base de hierbas.
Dile al médico si tienes migrañas. Los médicos pueden recetar uno de los medicamentos
antiepilépticos que pueden prevenir las migrañas y tratar la epilepsia.
Al menos la mitad de las personas con un diagnóstico reciente de epilepsia dejará de tener convulsiones con
su primer medicamento. Si los medicamentos antiepilépticos no te dan resultados satisfactorios, el médico
quizás recomiende cirugía u otras terapias. Tendrás consultas de seguimiento regulares con el médico para
evaluar la enfermedad y los medicamentos.
Cuando los medicamentos no brindan el control adecuado de las convulsiones, la cirugía puede ser una
opción. En la cirugía para tratar la epilepsia, el cirujano extrae la parte del cerebro que provoca las
convulsiones.
Por lo general, los médicos realizan la cirugía cuando las pruebas muestran que:
Las convulsiones se originan en una zona pequeña y bien definida del cerebro
La zona del cerebro que se operará no interfiere en las funciones vitales, como el habla, el lenguaje,
la función motora, la visión o la audición
Si bien muchas personas siguen necesitando algunos medicamentos para ayudar a prevenir las convulsiones
después de una cirugía exitosa, es probable que puedas tomar menor cantidad de medicamentos y reducir
las dosis.
En pocos casos, la cirugía para la epilepsia puede provocar complicaciones, como la alteración permanente
de las capacidades de razonamiento (cognitivas). Habla con tu cirujano sobre su experiencia, las tasas de
éxito y las tasas de complicaciones relacionadas con el procedimiento que estés considerando.
Terapias
Además de los medicamentos y la cirugía, estas terapias potenciales pueden ser una alternativa para el
tratamiento de la epilepsia:
Estimulación del nervio vago. Durante la estimulación del nervio vago, los médicos implantan un
dispositivo llamado “estimulador del nervio vago” bajo la piel del pecho, de forma similar que con un
marcapasos. Se conectan los cables del estimulador con el nervio vago del cuello.
El dispositivo que funciona con baterías envía pulsos de energía eléctrica a través del nervio vago
hacia el cerebro. No está clara la forma en la que esto inhibe las convulsiones, pero el dispositivo
puede reducirlas de un 20 % a un 40 %.
La mayoría de las personas deben seguir tomando medicamentos antiepilépticos, aunque algunas
pueden disminuir la dosis de los medicamentos que consumen. Es posible presentar efectos
secundarios de la estimulación del nervio vago, como dolor de garganta, ronquera, dificultad para
respirar o tos.
Dieta cetogénica. Se han reducido las convulsiones de algunos niños con epilepsia cuando siguen
una dieta estricta que contiene cantidades altas de grasas y bajas de hidratos de carbono.
En esta dieta, llamada dieta cetogénica, el cuerpo usa las grasas en lugar de los hidratos de carbono
para producir energía. Luego de algunos años, los niños pueden discontinuar la dieta cetogénica (bajo
estricta supervisión médica) y no presentar convulsiones.
Consulta con el médico sobre la aplicación de la dieta cetogénica para tu hijo o para ti. Es importante
asegurarse de que tu hijo no sufra desnutrición al seguir esta dieta.
Los efectos secundarios de la dieta cetogénica pueden incluir deshidratación, estreñimiento, retraso
del crecimiento a causa de deficiencias nutricionales y acumulación de ácido úrico en la sangre, que
puede causar cálculos renales. Estos efectos secundarios son poco frecuentes si la dieta se aplica de
forma apropiada y con supervisión médica.
El seguir una dieta cetogénica puede representar un desafío. Las dietas de bajo índice glucémico y de
Atkins modificada ofrecen alternativas con menos restricciones y proporcionan algunos beneficios
para el control de las convulsiones.
Los investigadores están estudiando muchos tratamientos nuevos posibles para la epilepsia, incluidos los
siguientes:
Usa un brazalete de alerta médica. Esto ayudará a que el personal de emergencias sepa cómo
tratarte de la manera correcta.
Además, toma decisiones saludables, como controlar el estrés, limitar las bebidas alcohólicas y evitar los
cigarrillos.
Las convulsiones no controladas y su efecto en tu vida a veces pueden ser abrumadores o llevarte a una
depresión. Es importante no dejar que la epilepsia te detenga. Aún puedes vivir una vida plena y activa. Para
ayudar a enfrentar tu trastorno:
Infórmate e informa a tus amigos y familiares sobre la epilepsia para que todos entiendan este
trastorno.
Intenta ignorar las reacciones negativas de la gente. Es útil aprender sobre la epilepsia para que
sepas cuál es la información verdadera, en lugar de tener ideas equivocadas sobre la enfermedad. Y
trata de mantener tu sentido del humor.
Vive de la manera más independiente que sea posible. Si puedes, continúa trabajando. Si no
puedes conducir debido a tus convulsiones, investiga las opciones de transporte público que tengas
cerca. Si no te permiten conducir, tal vez deberías considerar mudarte a una ciudad que cuente con
buenas opciones de transporte público.
Encuentra un grupo de apoyo para la epilepsia para reunirte con personas que entiendan lo que
estás atravesando.
Si tus convulsiones son tan graves que no puedes trabajar fuera de tu casa, aún existen maneras de sentirte
productivo y conectado con la gente. Puedes considerar trabajar en casa.
Asegúrate de que las personas que viven y trabajan contigo sepan cuál es la manera correcta para enfrentar
una convulsión en caso de que estén contigo cuando tengas una. Les puedes ofrecer sugerencias, como por
ejemplo:
Gira suavemente a la persona hacia un lado.
No intentes poner los dedos ni otra cosa en la boca de la persona. Nunca nadie se «tragó» la lengua
durante una convulsión — físicamente, es imposible.
Observa a la persona detenidamente para que puedas brindarle detalles sobre lo que ocurrió.
Anota en un calendario, con detalle, información sobre tus convulsiones.Cada vez que ocurra una
convulsión, anota la hora, el tipo de convulsión que sufriste, y cuánto duró. También toma nota de
circunstancias como omisión de la toma de medicamentos, falta de sueño, mayor estrés, período
menstrual u otros eventos que podrían provocar convulsiones.
Pide su aporte a personas que puedan haber observado tus convulsiones, incluidos familiares, amigos
y colegas, para que puedas anotar información que tal vez desconozcas.
Anota tu información personal más importante, incluso lo que te genere mucho estrés o cualquier
cambio reciente en tu vida.
Haz una lista de todos los medicamentos, las vitaminas y los suplementos que estés tomando.
Pídele a un familiar o a un amigo que te acompañe. A veces puede ser difícil recordar toda la
información que se proporciona durante una consulta. La
Prevención
La epilepsia idiopática, de causa desconocida, no es prevenible por lo cual las medidas preventivas se deben
encaminar a evitar las causas de las epilepsias secundarias. Es importante actuar sobre la atención perinatal
para evitar casos de epilepsia causados por lesiones durante el parto, en la prevención de los traumatismos
craneales origen de epilepsias postraumáticas y en un mayor control y vigilancia de las infecciones que
afectan al sistema nervioso central.
Vaya segura en los vehículos. Use cinturones de seguridad, sillas de seguridad para los niños, bolsas
de aire, cascos para bicicleta y motocicletaExternal para reducir las lesiones en los vehículos
automotores y otras lesiones de tráfico.
Pise cuidadosamente. Las caídas son la principal causa de las lesiones cerebrales. Los adultos
mayores Cdc-pdf[PDF-5M] y los niños tienen una probabilidad mayor de sufrir lesiones cerebrales
por caídas.
Busque ayuda si sufre una lesión cerebral traumática. Las probabilidades de tener epilepsia son
altas con las lesiones cerebrales traumáticas. Darle buena atención a la lesión puede ayudar a evitar
la epilepsia.
Reduzca las probabilidades de tener accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardiacas
Tome medidas todos los días para reducir sus probabilidades de tener accidentes
cerebrovasculares y enfermedades cardiacas. Estas medidas incluyen alimentarse bien, hacer
ejercicio y no fumar. Estas medidas de salud pueden prevenir la epilepsia más adelante.
Vacúnese
Protéjase y proteja a su familia de las enfermedades. Las vacunas disminuyen sus probabilidades de
contraer infecciones que a veces pueden producir epilepsia.
Lávese las manos y prepare los alimentos de manera segura
La infestación llamada cisticercosis es la causa más frecuente de la epilepsia en todo el mundo. Un
parásito causa esta infestación que se previene con buena higiene y prácticas seguras de
preparación de alimentos. Las pruebas de detección y el tratamiento temprano de la cisticercosis
pueden prevenir la epilepsia.
Manténgase sana durante el embarazo
Algunos problemas durante el embarazo y el nacimiento pueden producir epilepsia.
Siga un plan de cuidados prenatales con su proveedor de atención médica, sea su médico o
enfermera, para que usted y su bebé se mantengan sanos.
DIAGNOSTICOS DE ENFERMERIA
0035. Riesgo de lesión.
00007. Hipertermia.
3. Riesgo de baja autoestima situacional.
00039. Riesgo de aspiración r/c convulsiones.
La enfermera debe registrar:
Conclusiones
1. La familia debe de tener unos conocimientos básicos de la enfermedad para poder actuar
correctamente ante una crisis.
2. El personal de enfermería debe proporcionar un entorno seguro que evite las lesiones y
complicaciones (traumatismos, anoxia,….) que pueden producir las crisis epilépticas.